Cacería Deportiva en México

download Cacería Deportiva en México

of 10

description

cacería deportiva en México.pdf

Transcript of Cacería Deportiva en México

  • Estado de la cacera deportiva como una alternativa econmica de diversificacin productiva para el municipio de Ensenada, Baja California

    Joaqun Contreras-Gil1,* , Eric Mellink2, Mara del Carmen Alcal-lvarez3, Roberto Martnez-Gallardo1 y Mara de Lourdes Camarena-Ojinaga4

    ResumenEn Mxico, en los ltimos aos se ha promovido la ca-cera deportiva como una alternativa de diversificacin productiva rural. Esta alternativa busca atenuar algu-nos de los efectos del evidente agotamiento del sector agropecuario, lo que ha obligado a la redefinicin de los marcos para la construccin de polticas pblicas en los sectores agrcola y rural. En este contexto, el obje-tivo de este trabajo fue analizar el aporte de la cacera deportiva a los productores rurales en el municipio de Ensenada, Baja California. El trabajo permiti concluir que (1) en el municipio de Ensenada la cacera es de poca importancia como actividad productiva, pero tie-ne un potencial cinegtico mucho mayor al realizado, (2) el sub-aprovechamiento del recurso se debe a la falta de esfuerzos oficiales efectivos, (3) la mayor par-te de los predios donde se caza no estn autorizados para ello y la mayor parte de los productores desconoce el marco legal correspondiente, (4) la figura de UMA ha sido aprovechada en muy pocos casos, mismos que deben de ser ejemplo para otros productores, (5) el modelo a promover debera ser de operacin empresa-rial, dado el valor agregado que le generara a la cacera, y (6) no hay razn biolgica para excluir los predios

    en ANPs del aprovechamiento cinegtico, a cambio de

    disminuir la presin de uso por ganado domstico.

    AbstractIn Mxico, during recent years sport hunting has been touted as an alternative for rural productive diversifica-tion. this alternative seeks to attenuate some of the

    effects of the clear impoverishment of agriculture and ranching, which have lead to re-define the frames for

    construction of rural public policies. In this context, the objectives of this work were to analyze the value

    of sport hunting for peasants in the municipality of Ensenada, Baja California. We concluded that (1) hun-ting has little importance as a productive activity in the municipality of Ensenada, but that there is a much lar-ger potential tan that currently carried out, (2) wildlife

    underuse is due to the lack of effective official efforts, (3) most of the ranches in which there is hunting are

    not authorized for such use, and most landowners does

    not know the legal framework that corresponds to it,

    (4) the legal figure of UMA (Management Unit for the Conservation of Wild Life) has been benefited from in only a few cases, but these should be an exam-ple for other peasants, (5) the model to be promoted should be a business one, due to the added value it generates for hunting, and (6) there is no biological

    reason to exclude from hunting ranches that are inside a Natural Protected Area, in exchange for a reduction

    in grazing pressure.In

    vest

    igac

    in

    ambi

    enta

    l 2

    01

    0

    2 (

    1):

    65

    -74

    Recibido: 6 de marzo de 2010 Aceptado: 27 de junio de 2010 65

    1 Facultad de Ciencias, Universidad Autnoma de Baja

    California, Campus ensenada, km 106 carretera tijuana-

    ensenada, Apdo. Postal 1880, ensenada, Baja California,

    CP 22800, Mxico.

    * Direccin actual: Av. Moctezuma # 1178, Zona Centro,

    22800 ensenada, B.C. [email protected]

    Palabras clave Cacera deportiva, Ensenada, Baja California.

    Keywords Sport hunting, game, Ensenada, Baja California.

    2 Departamento de Biologa de la Conservacin. Centro

    de Investigacin Cientfica y de Educacin Superior de

    Ensenada, B.C.3 Facultad de Economa y Relaciones Internacionales,

    Universidad Autnoma de Baja California, tijuana, B.C.4 Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Autnoma de

    Baja California, Ensenada, B.C.

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    20

    10

    2

    (1

    ): 6

    5-7

    4

    Joaqun Contreras-Gil et al.6666

    IntroduccIn

    El medio rural en Mxico tiene problemas muy serios que van desde una pobre participacin en la economa nacio-nal, una acentuada inequidad social y pobreza, hasta el deterioro de los recursos naturales renovables. Ello es a pesar de las diferentes polticas de apoyo al campo; por ejemplo, entre 1994 y 2004 los programas Procampo, Alianza para el Campo y Apoyos a la Comercializacin (ruz-Funes 2005). De 2003 a 2006, el aporte del sec-tor agropecuario, incluyendo la agricultura, silvicultura, caza y pesca, pas de un 3.8% del PIB a 3.2% (INeGI 2008). A pesar de esos mismo programas, ms de 10 millones de personas en el medio rural y muchos ms viven en niveles de pobreza o pobreza extrema (Lozano et al. 2008). Finalmente, cada vez son ms las especies y hbitat que enfrentan problemas de conservacin, o cuyos problemas se han acentuado.

    En parte, quiz, estos problemas se derivan de una fal-ta de percepcin de la mayora de los economistas, hasta hace tan slo unas dcadas, de las relaciones estrechas que existen entre el ecosistema global y la naturaleza y la economa, con lo que ignoraban los problemas de de-terioro y agotamiento de los recursos naturales (Rappo y Vsquez 2006). Como respuesta a la percepcin de estos vnculos, desde mediados de la dcada de 1980, y como parte de la bsqueda de soluciones a los problemas de pobreza rural en todo el mundo, se ha conceptualiza-do un nuevo paradigma de desarrollo, el del desarrollo sustentable, un desarrollo tal que permita satisfacer las necesidades actuales sin afectar la capacidad de las ge-neraciones futuras para satisfacer las propias (Brundtland 1987).

    Por otra parte, durante los ltimos lustros la rees-tructuracin econmica del pas y las repercusiones de la globalizacin derivados del tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte causaron cambios importantes en el campo mexicano, definiendo una nueva ruralidad (Appendini y Verduzco 2002). Esta nueva visin de ruralidad se basa en la premisa de que el medio rural puede contribuir al crecimiento econmico y a la justi-cia social, al tiempo que se garantiza la preservacin y sostenibilidad ambiental (Echeverri y Ribero 2002). En este sentido, la formulacin de alternativas innovadoras de desarrollo y de cooperacin internacional que favorez-can las actividades econmico productivas y comerciales en el medio rural suficientes para financiar sin endeuda-miento extremo, el desarrollo nacional y local, y a la vez

    conciliar ese derecho al desarrollo, con la conservacin y restauracin de los recursos naturales y del medio am-biente ampliamente presentes en el medio rural y base fundamental para el desarrollo de sus actividades eco-nmicas... (Centro de Estudios Para el desarrollo Rural Sustentable y la Soberana Alimentaria 2006). Dentro de este nuevo enfoque para tratar de abordar los problemas del campo, se estableci el Programa de Conservacin de la vida silvestre y diversificacin productiva en el sec-tor rural, Mxico 1997-2000 (INe 1997), en el que se consider a la cacera deportiva como una alternativa productiva con gran potencial, dentro del nuevo concep-to de ruralidad.

    Con este enfoque se pretenda emular el impacto econmico que la cacera deportiva tiene en otros luga-res del mundo. Por ejemplo, durante el ao fiscal 2007, 14.3 millones de personas en los EE.UU. incluyendo a menores de 16 aos, erogaron ms de 24 mil millones de dlares en transporte, alimentos, equipo, hospedaje, renta y compra de tierras, entre otros, para practicar la cacera. La actividad cinegtica gener empleo para ms de 593 mil personas y tuvo un efecto multiplicador total en la economa que se estim en ms de 66 mil millones de dlares (Southwick Associates 2007). en espaa, la Federacin Espaola de Caza registr un padrn de ms de 440 mil personas en 1999, y se estim en 2,230 mi-llones de euros anuales el monto del sector econmico de la caza, que comprende los gastos directos e indirectos. Esta actividad genera ms de 15 mil empleos anuales en ese pas (Danzberger 2009).

    La cacera de trofeos es actualmente la industria ms importante de frica, y genera importantes recursos por y para la fauna. En 23 pases sub saharianos se caza por trofeos y cada ao esta actividad practicada por aproxi-madamente 18,500 clientes internacionales deja una derrama de cuando menos 201 millones de dlares al ao. Adicionalmente esta cacera es una actividad eco-nmica que se puede llevar a lugares alejados, donde las condiciones para promover el ecoturismo son ms limita-das (Lindsey et al. 2007).

    En Mxico, el aprovechamiento cinegtico de la fauna se da a travs de Unidades de Manejo para la Conservacin de la Vida Silvestre (UMA), predios regis-trados por sus propietarios ante la Secretara de Medio Ambiente y recursos Naturales (SeMArNAt) como tales y que tienen un programa de manejo, realiza mo-nitoreos de poblaciones y presenta solicitudes de tasas de aprovechamiento para cada temporada de caza (La

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Estado de la cacera deportiva como una alternativa econmica de diversificacin productiva para el municipio de Ensenada, Baja California 67

    historia de la cacera en Mxico se puede encontrar en retana 2006). el apego a las tasas cinegticas autori-zadas se controla mediante cintillos de cobro cinegtico, que legalizan la posesin y transporte de los ejemplares cobrados. Durante la temporada cinegtica 2001-2002, la cacera cinegtica en Baja California, Chihuahua, Coahuila, Sonora, Nuevo Len, y tamaulipas tuvo un im-pacto econmico de 2,882 millones de pesos y gener 43,685 empleos (Guajardo y Martnez 2004). Sin em-bargo, Baja California contribuy con solo el 2.1% de las UMA, el 16.2% de la superficie en UMA involucradas y capt solamente el 1.4% del gasto directo de los caza-dores. el 97% de las UMA registradas en nuestro pas se ubicaban en esta regin, pero la actividad cinegtica en ella gener un impacto econmico equivalente a, apenas, el 13% del producido en el estado de texas, ee.UU. por el mismo concepto.

    En Baja California, hasta el ao 2002 se haban re-gistrado 61 UMA en Baja California, muchas ms de las que operaron en 2005-2006, pero gran parte no llega-ron a obtener tasas de aprovechamiento principalmente por la falta de un programa de manejo. Esto se puede interpretar como un esfuerzo inicial del gobierno por re-gistrar UMA, sin que existieran las acciones necesarias para concretarlas (Contreras et al. 2007). el municipio ms grande del estado (74.09% de la superficie estatal) y con mayor proporcin de su superficie como hbitat silvestre es Ensenada. Ello lo coloca en una posicin ni-ca para la aplicacin de programas de cacera deportiva. Sin embargo, slo el 8.53% de la superficie municipal se encuentra registrada como UMA y para la temporada ci-negtica 2005-2006 solamente le correspondi el 29% de los cintillos de cobro cinegtico a nivel estatal, mien-

    tras que el 69% le correspondi al municipio de Mexicali (Cuadro 1). Ello se debi a que la agricultura de riego del valle de Mexicali ofrece condiciones muy favorables de alimento, agua y cobertura para la fauna silvestre, por lo que la densidades de fauna cinegtica es mucho mayor (Contreras et al. 2007).

    En el municipio de Ensenada, durante la temporada cinegtica 2005-2006 haba 57 UMA registradas, pero obtuvieron autorizaciones de aprovechamiento cinegti-co slo 23, mismas que cubran 4,432 km2, de las cuales 8 eran pequeas propiedades, con 121 km2 y 15, ejidos, con 4,310 km2. La especie ms importante por la su-perficie en la cual se autoriz su cacera fue la codorniz de California. Le siguieron venado, codorniz de montaa, paloma huilota, conejo, pato, cerceta y branta. De acuer-do con el nmero de cintillos, la especie ms importante tambin fue la codorniz de California, pero las otras espe-cies cambiaron su orden de importancia (Cuadro 1). El nmero de especies sujetas a cacera legal en el munici-pio de Ensenada es reducido y no incluye otras especies de inters cinegtico, como el borrego cimarrn, puma, gato monts y coyote, para las que no existe impedimen-to legal para aprovecharlas, sin embargo, aparentemente las UMA no solicitaron tasas de aprovechamiento para ellas.

    Con miras a evaluar o redefinir metas y estrategias de las actividades cinegticas, especialmente ya que han pasado ms de 10 aos desde el establecimiento del nuevo programa de conservacin y utilizacin de fauna silvestre, es fundamental conocer como est funcionan-do dicho esquema. Sin embargo, slo hay un diagnsti-co aplicable a la regin, y slo a nivel macro y tomando en consideracin estados enteros (Guajardo y Martnez

    Cuadro 1. Cintillos cinegticos autorizados, nmero y superficie en UMA en el municipio de Ensenada, Baja California en la temporada cinegtica 2005-2006 (Contreras et al. 2007).

    Especie Cintillos autorizados % Nmero de UMAs Superficie (Km2) % superficie

    Codorniz de California 1555 60.29 21 4,387 99

    Paloma huilota 541 20.98 13 1,902 43

    Conejo 154 5.97 5 1,193 27

    Venado bura 115 4.46 12 3,677 83

    Branta 88 3.41 1 30 0.68

    Patos y cercetas 73 2.83 2 55 1.24

    Codorniz de montaa 53 2.06 6 2,917 66

    total 2579 100 23 4,432 100

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    20

    10

    2

    (1

    ): 6

    5-7

    4

    Joaqun Contreras-Gil et al.68

    2004). En concordancia, en este trabajo presentamos un diagnstico sobre la cacera deportiva en el municipio de Ensenada, Baja California, para determinar su aporte a los productores agropecuarios e inferir su potencial y sus principales limitaciones.

    Desde el punto de vista legal, la cacera deporti-va es la bsqueda, persecucin o acecho, para dar muerte a travs de medios permitidos, a un ejemplar de vida silvestre cuyo aprovechamiento haya sido autori-zado, con el propsito de obtener una pieza o trofeo (SeMArNAt 2002). Sin embargo, en este artculo, nos referimos a cacera deportiva bajo un concepto ms amplio, que incluye servicios de hospedaje, alimenta-cin, transporte, guas, taxidermia, entre otros, asocia-dos con la caza en s, dado que de esta manera se le puede dar el mayor valor agregado a la captura de ejem-plares de vida silvestre.

    Objetivos

    Con base en lo anterior, el objetivo general de este tra-bajo fue analizar si los poseedores de la tierra del muni-cipio de Ensenada, Baja California, se benefician con la cacera deportiva, como una actividad econmica y ge-neradora de empleo dentro de los conceptos de nueva ruralidad. Como objetivos particulares se establecieron: a) Determinar el volumen de cacera deportiva que se estaba ejerciendo en el municipio de Ensenada, Baja California. b) Estimar los ingresos y la cantidad de em-pleo generada por la cacera deportiva a los poseedores de la tierra. c) Determinar el nivel de conocimiento que tenan los poseedores de la tierra acerca del marco legal que rige esta actividad y, d) Estimar el potencial de la cacera deportiva en el municipio de Ensenada.

    mtodoS

    rea de Estudio

    El rea de estudio fue el municipio de Ensenada, Baja California, que cuenta con una superficie de 51,952.26 km2 (74.09% del estado). este municipio es el menos poblado del estado y en el ao 2005 contaba con 7.87 habitantes/km2 (Consejo estatal de Poblacin 2006). A mediados del siglo pasado el municipio era rural, pero en 2000 ya era predominantemente urbano, con 1 mil 567 localidades. Actualmente la poblacin en localidades ru-

    rales es de 14.8%. Hay 2,620 productores rurales, dedi-cados a la agricultura, ganadera y silvicultura (SAGARPA 2005, 2008).

    Procedimiento

    Para cumplir con los objetivos de este proyecto, entre fe-brero de 2006 y marzo de 2007 se realiz una encuesta exploratoria, no probabilstica (i.e. un muestreo de con-veniencia) a productores agropecuarios no involucrados en la operacin de ranchos cinegticos, debido a lo ex-tenso del municipio y a falta de padrones actualizados de dueos de la tierra. el cuestionario de 64 preguntas, la mayora cerradas, contena preguntas sobre las carac-tersticas del predio (ubicacin, rgimen de tenencia de la tierra, superficie, actividades productivas principales), as como preguntas para determinar su involucramiento con la cacera deportiva (tiempo dedicado a ella, empleo que generaba, ingresos) y su conocimiento del marco le-gal correspondiente. Para la aplicacin de las encuestas se cont con el apoyo del personal tcnico del Distrito de Desarrollo Rural 001 de la Secretara de Agricultura, Ganadera, Pesca y Alimentacin (SAGARPA) y estu-diantes de la Universidad Autnoma de Baja California.

    La base de muestreo fue el listado de producto-res agropecuarios del municipio de Ensenada, regis-trados en la SAGARPA, tanto propietarios de la tierra o como renteros. Se muestrearon slo 19 de las 23 Delegaciones Municipales en que est dividido el mu-nicipio (82.6%), debido a que dos de ellas ya son ur-banas y son irrelevantes para los objetivos, y dos se encuentran muy lejos, estn muy mal comunicadas y tienen muy pocos habitantes. Consideramos que la co-bertura geogrfica de las encuestas fue adecuada para el objetivo planteado.

    Adicionalmente, haba tres ranchos que operaban de manera formal en la cacera deportiva, y sus responsables se entrevistaron de manera dirigida, y no se incluyeron en la encuesta general. Especficamente se les pregunt sobre su manera de operar, su mercado y los beneficios derivados de la actividad.

    Este estudio representa un primer diagnstico y se enfoc a obtener una primera apreciacin de del apor-te de la actividad cinegtica a los productores rurales del municipio de Ensenada. Este diagnstico podr servir de base para otros estudios, como anlisis financieros deta-llados, impactos sociales de la actividad, etc.

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Estado de la cacera deportiva como una alternativa econmica de diversificacin productiva para el municipio de Ensenada, Baja California 69

    reSuLtAdoS

    Productores que no operan ranchos cinegticos

    En esta investigacin encuestamos a 244 productores (9.3% del total), que incluyeron el 46.3% de los ejidos (44 de 95) y 7.6% de las pequeas propiedades (66 de 873). La cobertura de pequeas propiedades fue propor-cionalmente baja, debido a que en su mayora se trata de predios con superficie menor a 500 ha, y tienen poco inters para efectos cinegticos. La superficie ejidal por productor promedi 1,378 ha y los pequeos propieta-rios 496 ha.

    Un poco ms de la mitad de los 244 productores encuestados indicaron que haba cacera en sus pre-dios (Cuadro 2), pero un 10% no saba s la haba o no (Cuadro 2). Los productores que reconocieron que ha-ba habido cacera en sus predios usufructuaban casi el 42% de la superficie muestral, lo que contrasta con la superficie legalmente autorizada para ejercer la cacera (8.53% de la superficie del municipio) durante la tem-porada 2005-2006.

    el 38% (93) de los productores reconoci que ellos cazaban en su predio, principalmente para auto-consumo y cobrando en la mayora de los casos espe-cies menores, como codorniz y conejo. Adicionalmente, 39 productores indicaron que sus trabajadores cazaban estas dos especies para alimentarse. todos los produc-tores que tienen sus predios en reas de agricultura de riego intensivo indicaron que no haba cacera en sus predios.

    A pesar de que 126 productores indicaron que se cazaba en sus predios, slo 32 indicaron que su predio se encontraba registrado como UMA (superficie total =

    65,039 ha), aunque slo 14 de ellos tenan un registro vigente en la SeMArNAt y obtuvieron autorizaciones de aprovechamiento. Los otros 18 comenzaron el proceso de registro en el pasado, pero no lo concluyeron, sin que lo percibieran claramente. De estos 18 productores, seis usufructuaban predios ubicados dentro del ANP Valle de los Cirios, y tres indicaron recibir ingresos por cacera, en la creencia de que operaban de manera legal. En contra-parte, hubo 40 productores, con 7,250 ha, cuyos predios s contaban con registro vigente de UMA, sin que ellos lo supieran. Estos correspondan a ejidos que se registraron de manera colectiva como UMA, hecho que algunos eji-datarios desconocan.

    El municipio de Ensenada se caracteriza porque el 48% de su superficie es rea Natural Protegida (ANP), principalmente en el Valle de los Cirios. en esta ANP, que tiene una densidad de poblacin y de productores mucho ms baja que el resto del municipio (INeGI, en Comisin Nacional de reas Naturales Protegidas 2008), apli-camos encuestas a 45 productores que usufructuaban 129,203 ha, de las 2,521,776 ha del ANP (Cuadro 2).

    De los 244 productores encuestados, 16 manifes-taron recibir ingresos por concepto de cacera (Cuadro 3), sumando en total $140,800, con un promedio de $ 8,800 pesos anuales por productor (rango: $1,000 a $30,000). tres productores que tienen sus predios den-tro de una rea Natural Protegida (ANP) manifestaron tener ingresos por cacera en sus predios, lo que significa que estn involucrados en actividades ilegales de cacera. trece productores encuestados indicaron dedicarle entre 3 y 60 das / ao a la atencin de los cazadores y pro-porcionan servicio de gua, esencialmente 9 vaqueros de los mismos ranchos. De estos 13 productores, slo cinco tenan registro vigente como UMA.

    Cuadro 2. Cacera deportiva en predios agropecuarios en general y dentro de reas Naturales Protegidas en el municipio de Ensenada, Baja California.

    Condicin de los predios

    Productores encuestados

    Superficie de productores

    encuestados (ha)

    Productores dentro de un ANP

    Superficie dentro de un ANP (ha)

    Sin cacera 80 119,434 20 62,385

    Con cacera 126 124,494 17 42,464

    No saben 24 28,805 8 24,354

    No contestaron 14 12,343 0 0

    total 244 285,076 45 129,203

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    20

    10

    2

    (1

    ): 6

    5-7

    4

    Joaqun Contreras-Gil et al.70

    Veinte de los productores indicaron tener instalacio-nes (cuando menos una cabaa) que podan utilizar para hospedar cazadores; tres de ellos contaban con habita-ciones y/o cabaas dedicadas exclusivamente a rentarse a clientes. De ellos, cuatro se encontraban en UMA vi-gentes, y estos proporcionaban tambin caballos y guas. Estos predios operan todo el ao como ranchos ganade-ros y en invierno, de manera complementaria, atienden cazadores.

    De los productores encuestados, 77 manifestaron conocer qu eran las UMA, pero slo 24 de ellos afirma-ron saber cmo se registraban. Aunque no saban cmo registrar una UMA, 37 de los productores dijeron cono-cer los requisitos legales que deben cubrir los cazadores para poder cazar, y 32 pudieron sealar cuando menos uno de estos requisitos. De los 14 productores cuyo pre-dio era una UMA vigente y operaba como tal, dos no saban lo que eran las UMAs, ni como se registraban; sie-te manifestaron saber que eran las UMAs, pero que no saban cmo se registraban; y cinco manifestaron saber ambas cosas. Slo dos productores de este grupo obte-nan ingresos por la cacera. A los 53 productores que expresamente desconocan el procedimiento de registro de UMA, se le suman los 18 productores que al indicar errneamente que su predio era UMA evidenciaron su desconocimiento del marco regulatorio correspondiente.

    Ranchos cinegticos de operacin empresarial

    Dos de los tres ranchos cinegticos que operan de mane-ra empresarial se ubican dentro del ejido El Bramadero: Los ranchos Meling (305820 N, 1154440 W) y el Coyote (310225 N, 1154551 W), ambos ofreciendo cacera de codorniz de California, codorniz de montaa y venado. el tercero, el ranchito (31 5208 N, 116 1745 W (codorniz de California, paloma,

    venado), se encuentra dentro del ejido Real del Castillo Nuevo.

    Los tres ranchos son empresas familiares, operan como UMA o estn asociados con alguna UMA, cuentan con infraestructura para atender cazadores, consisten-te en cabaas y/o habitaciones, restaurante, caballos y tienen servicio de guas. Estos ranchos cuentan con una representacin en los EE.UU., lugar de donde vienen la mayora de sus clientes. En los dos primeros ranchos se atienden cazadores y turistas de octubre a enero, y turistas en general el resto del ao, con servicios tales como hospedaje, reas para acampar, restaurante, caba-llos, paseos guiados, atencin a motociclistas y grupos de 4x4. En El Ranchito se atiende solamente a cazado-res, pero no opera en aos en los que hay poca codorniz. El Rancho Meling utilizaba los cintillos cinegticos que se le autorizan directamente por estar registrado como UMA. El rancho El Coyote se ubica dentro de la UMA El Bramadero, y obtena sus cintillos de cobro de esta UMA y el ranchito consegua cintillos de varias UMA. En los tres casos, la atencin a cazadores y turistas pro-porciona un complemento a los ingresos obtenidos por ganadera y agricultura, en los dos primeros ranchos, y agricultura, en el tercero. Los tres ranchos son rentables y claramente dan un alto valor agregado a la cacera. Por ejemplo, mientras que el costo de los cintillos vara de $500 a $1,200, estos ranchos cobran a cazadores entre 800 y 1,400 dlares por una estancia de tres das, inclu-yendo hospedaje, alimentos y guas, para la cacera de codorniz. En ninguno de los tres ranchos haban recibido apoyos o estmulos del sector oficial.

    Otro caso donde se le da valor agregado a la cacera, pero que no estudiamos, es el de la cacera de patos y gansos en la Baha de San Quintn, en la que se brinda hospedaje, renta de lanchas y guas a los cazadores. En este caso, se usa un cuerpo de agua federal, que no es

    Cuadro 3. Ingresos cinegticos en el municipio de Ensenada, Baja California.

    Tipo de productorNmero de productores

    Superficie ha Ingreso anual (M.N.)Ingreso anual por productor (M.N.)

    UMA vigente y autorizacin cinegtica

    5 11,970 39,200 7,840

    Fuera de UMA y de ANP 8 17,336 66,600 8,325

    en ANP 3 5,400 35,000 11,667

    total 16 140,800 8,800

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Estado de la cacera deportiva como una alternativa econmica de diversificacin productiva para el municipio de Ensenada, Baja California 71

    propiedad de los usuarios. Adicionalmente en el muni-cipio de Ensenada existen dos albergues para cazadores, uno en el poblado San Vicente y otro en La Grulla, a un costado de la carretera Maneadero-Punta Banda. Estos son manejados como clubes y para el uso de sus socios tienen registrados predios como UMA, adems de que hay arreglos con los dueos de parcelas cercanas para permitirles cazar en ellas a cambio de una compensacin econmica.

    La mayora de los clientes de estas organizaciones ci-negticas proceden de los EE.UU. y demandan algunos servicios, como hospedaje limpio, retretes y regaderas, servicio de alimentos y servicio de guas. Ello contrasta con la mayora de los cazadores nacionales que buscan solamente un sitio econmico donde cazar, por lo que prefieren hacer tratos con productores que no operan es-pecficamente ranchos cinegticos.

    dIScuSIn

    Productores que no operan ranchos cinegticos

    Los ingresos generados por la cacera para los producto-res fueron de slo $7,840 pesos al ao en promedio por productor con UMA vigente. Estos ingresos fueron ma-yores para aquellos que se involucraron ms en la cacera, ofreciendo a los cazadores servicios que fueron remune-rados, tales como hospedaje, preparacin de alimentos, guas y caballos. Los productores que a pesar de ser due-os de UMA vigentes no se involucran en la atencin a los cazadores, recibieron solo $1,000 pesos por ao, en promedio, ya que les corresponde slo una parte propor-cional de la venta de cintillos, despus de descontar el pago de servicios tcnicos. Esta ganancia escueta para los productores por concepto de cacera es congruente con el hecho de que Baja California capte solamente el 1.4% del gasto directo de los cazadores, entre los esta-dos de la frontera norte, debido al escaso desarrollo de la cacera deportiva como actividad empresarial (Guajardo y Martnez 2004). No deja de sorprender que a pesar de la cercana con el mercado de California y la tradicin cinegtica, el ingreso de los productores por este con-cepto es equiparable con el que obtienen por la mis-ma actividad los productores del estado de Campeche (Garca-Marmolejo et al. 2008). en parte ello refleja la predominancia de un esquema de slo acceso por sobre uno de paquetes cinegticos, como se hace, por ejemplo en Nuevo Len y tamaulipas.

    Parece contradictorio que la actividad cinegtica deja mayores ingresos para productores con predios no registrados como UMA y, por lo tanto, sin autorizacin de aprovechamiento. Cuando menos cinco productores cuyos predios no son UMA vigentes recibieron ingresos importantes ($54,800 pesos) por concepto de cacera. Este ingreso corresponde al pago de renta de la parcela por terceras personas para ejercer cacera en ellos y repre-senta el 38.97% de los ingresos globales declarados por la totalidad de productores. Si bien, es legal incluir pre-dios complementarios a las UMA, siempre y cuando se trate de aves silvestres migratorias y que los ejemplares aprovechados sean parte de la poblacin estudiada para efectos de la solicitud. Esta disposicin no ampara a la Codorniz de California, que es la especie que se caza en estos predios rentados.

    El empleo generado actualmente por la cacera es muy bajo y de corta duracin (de 2 a 3 meses por ao), lo que concuerda con el bajo porcentaje de te-rrenos registrados como UMA y con el bajo nivel de productores que perciben ingresos por la cacera y su poca dedicacin a esta actividad. Sin embargo, el trabajo generado por la cacera representa un comple-mento en los ingresos de los vaqueros que trabajan en dichos ranchos.

    Hay cacera en cuando menos el 42% de la superficie usufructuada por los productores encuestados, por lo que la mayor parte de este uso es ilegal (aunque se descono-ce si hay un efecto real sobre las poblaciones de fauna silvestre). La presencia de cacera en un alto porcentaje de los predios no autorizados para ello (ms de 30%), y en el hecho de que en aos pasados se lleg a registrar como UMA una superficie 7.5 veces mayor (3,350,400 ha) a la que operaba como tal en 2006 (443,167 ha) indica que la superficie utilizada legalmente para el apro-vechamiento cinegtico es mucho menor a la que tiene potencial. La superficie en la que se practica actualmente la cacera (41.86%), tanto como UMA con autorizacin cinegtica, como aquella que no lo es, equivale a 4 ve-ces la superficie autorizada para dicho fin y muestra el potencial mnimo de terrenos con aptitud para la cacera deportiva.

    Por otra parte, no hay ninguna justificacin biolgica para no ejercer la cacera deportiva en ANP, especialmen-te en la del Valle de los Cirios. En sta, la nica actividad permitida para los productores es el pastoreo de gana-do. Sin embargo, este es un sistema rido muy frgil en los que seguramente hay un impacto por dicho pastoreo

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    20

    10

    2

    (1

    ): 6

    5-7

    4

    Joaqun Contreras-Gil et al.72

    (Fleischner 1994; Mellink y Contreras aceptado). Sin embargo, no se puede pedir a los productores que dejen su actividad productiva tradicional, sin ofrecerles algo a cambio. Una cacera bien regulada no tendra impactos negativos sobre las poblaciones de fauna silvestre, pero si generara ingresos a los productores que permitiran fo-mentar una reduccin de las cargas de ganado. Con esto, habra una ganancia neta en trminos de la conservacin biolgica de esta zona y en el ingreso de los productores, como en otros lugares del mundo (Lindsay et al. 2007; Oldfield et al. 2003).

    En el municipio de Ensenada, la actividad cinegtica se ha limitado a unas pocas especies. Sin embargo, exis-ten otras que no se aprovechaban de manera legal, que constituyen opciones adicionales para la cacera depor-tiva. Estas incluyen al puma, gato monts, coyote y bo-rrego cimarrn. Las tres primeras especies no se incluyen en los calendarios de caza porque ninguna UMA lo ha solicitado. Quizs el trasfondo es que tradicionalmente no se les ha considerado como cinegticas, y no se ha pensado en desarrollar un mercado para ellas. La ltima especie tiene un gran potencial cinegtico, cuyo desarro-llo, adems, permitira mejorar su conservacin, pero su uso se detuvo debido a una serie de presiones polticas (Mellink 1993).

    Hubo un porcentaje muy alto de los productores que desconocen el proceso y las opciones que ofrecen las UMA, reflejado en que muchos autorizan la cacera fuera de UMA, otros crean tener una UMA cuando la misma no estaba vigente, otros no saban que su predio formaba parte de una UMA y el permitir la cacera en predios no autorizados para ello. Aparte del desconocimiento mis-mo, tambin se reflej una falta de comunicacin den-tro de los ejidos colectivos. Dada la magnitud de estos problemas, fue claro que era muy necesario un programa gubernamental fuerte de divulgacin de las normas lega-les tanto para el registro y operacin de UMA, como de la actividad cinegtica.

    El bajo impacto econmico y social que genera la ca-cera deportiva actualmente podra ser la causa de la falta de inters de los poseedores de la tierra hacia el uso de este recurso. Esto se refleja, no slo en el descuido por conocer la normatividad relacionada, sino tambin en la poca disponibilidad de infraestructura disponible para la cacera en la mayora de los predios. Otra consecuencia de esta falta de inters es una tolerancia al furtivismo, o autorizar la cacera, aunque ilegal, a cambio de una renu-meracin baja.

    Ranchos cinegticos de operacin empresarial

    A diferencia de los predios en los cuales se practica la cacera de manera legal con una ganancia marginal para los productores, en los tres ranchos que operan de mane-ra empresarial, el aprovechamiento de fauna silvestre es una actividad rentable. Este enfoque permite dar un valor agregado al uso del recurso, lo que se reflejaba en utili-dades notablemente mayores y empleo. Fue claro el po-tencial productivo de este esquema de aprovechamiento cinegtico, tal como lo ejemplifican numerosos ranchos en Sonora, tamaulipas y Nuevo Len, y es de preguntar-se por qu no hay ms productores que hayan tomado sta como una forma productiva primaria.

    Discusin general

    La cacera deportiva regulada ha sido adoptada como al-ternativa productiva por muy pocos productores agrope-cuarios y cubre una porcin muy pequea del municipio de Ensenada. Sin embargo, el hecho de que se practicara de manera irregular en una superficie tres veces mayor que aqulla en la que era legal y de que en el pasado se hubiera comenzado el trmite de UMA de muchos pre-dios rurales apunta haca un potencial productivo impor-tante, tan slo en la superficie dedicada a ella. Aunado a lo anterior, hay varias especies con potencial cinegtico actualmente no aprovechadas legalmente (borrego ci-marrn, puma, gato monts y coyote).

    El otro mecanismo para transformar a la cacera de-portiva en una actividad de alto impacto socio-econ-mico en el municipio de Ensenada es el enfoque de la actividad. La Ley que actualmente sustenta la cacera deportiva busca promover la revaloracin de los recursos naturales, la diversificacin productiva de los poseedores de la tierra y su participacin en ellas, bajo el concepto de que ello se traducira en una mejor conservacin de los recursos naturales. Esta ley favorece la creacin de empresas cinegticas. Sin embargo, fue evidente que las posibilidades otorgadas por la misma no se haban asi-milado y aplicado en Baja California, lo que sugiri una falta de promocin oficial de esta opcin de diversifica-cin productiva entre los productores rurales y el que no se hubiera valorado el recurso fauna a nivel oficial. Una razn puede ser que, a diferencias de otros estados del norte del pas, en los que se otorg la administracin de la fauna silvestre a dependencias encargadas del fomento agropecuario, en Baja California se le otorg a la depen-

  • Secc

    in:

    Inve

    stig

    aci

    n

    Estado de la cacera deportiva como una alternativa econmica de diversificacin productiva para el municipio de Ensenada, Baja California 73

    dencia de proteccin ambiental, que no incluye el fomen-to productivo entre sus actividades.

    Existe un mercado potencial grande entre los cazado-res de los EE.UU. (en Baja California es mayor el nmero de cazadores extranjeros que mexicanos), para quienes una cacera en Baja California tiene larga tradicin. Estos cazadores, de un poder adquisitivo alto, estn dispuestos a gastar en transporte, hotel y restaurantes en sus cace-ras, ya que es el modelo para practicar la cacera en su pas y no objetaran hacer gastos similares en Ensenada, si se les proveen servicios y oportunidades cinegti-cas de calidad. Las autoridades locales de la Secretara de la Defensa Nacional y las del Instituto Nacional de Migracin ya tienen experiencia en la atencin de caza-dores extranjeros y hay prestadores de servicios cineg-ticos en Baja California muy profesionales que pueden ayudar con su experiencia al desarrollo de la actividad. Por ltimo, ya se ha descentralizado a Baja California la administracin de la fauna de inters cinegtico y ello permite tomar decisiones en cuanto a tasas y medidas de manejo de manera casi inmediata, sin esperar decisiones a larga distancia.

    Una mayor consideracin a la cacera deportiva como actividad productiva en el municipio de Ensenada ayu-dara a convertir la cacera ilegal a cacera legal en una buena parte del territorio. Esto permitira controlar mejor las tasas de extraccin de fauna y evitar su sobreexplota-cin. Ante un escenario de continuidad en los beneficios econmicos de la actividad, los productores seran los pri-meros interesados en evitar los excesos y el furtivismo. Adems, la intensificacin de la cacera deportiva regu-lada generara empleos directos e indirectos (prestado-res de servicios cinegticos, auxiliares cinegticos, guas, choferes, cocineras, recamareras, taxidermistas, vigilan-tes, manejadores de fauna).

    La inversin requerida para impulsar la oferta cine-gtica no es muy grande, ya que se puede iniciar con la infraestructura existente, o vinculando a los dueos de los predios con prestadores de servicios locales de hote-les y restaurantes. Como el programa comenzara con re-lativamente poca cacera, se puede iniciar fcilmente su ordenamiento adecuado, de tal manera que se convierta en una actividad sustentable.

    Conclusiones

    (1) En el municipio de Ensenada la cacera actualmen-te reviste de muy poca importancia como actividad

    productiva, aunque existe un potencial cinegtico mucho mayor al realizado, tanto en superficie dispo-nible, como en especies cazadas.

    (2) En parte, el sub-aprovechamiento cinegtico en el municipio se debe a la falta de esfuerzos oficiales efectivos para promover la cacera deportiva como una actividad rentable y sustentable. En parte ello deriv debido a que la dependencia estatal respon-sable de la administracin de fauna silvestre tiene funciones ms de proteccin, que de fomento a la produccin agropecuaria. Como consecuencia, no se haban implementado programas de capacitacin, estmulo y apoyos directos a la actividad. Esto parece estarse corrigiendo actualmente (2010).

    (3) La mayor parte de los predios donde se utiliza la fau-na silvestre en el municipio no estn autorizados para ello (aunque el beneficio econmico de la cacera en predios no autorizados es superior al que se deriva en predios legalmente habilitados para ello). La mayor parte de los productores desconoce el marco legal que le permitira incorporar a la fauna silvestre en el proceso productivo.

    (4) Actualmente la figura de UMA ha sido aprovechada, tanto desde el punto de vista de los productores, como desde el de conservacin de la fauna silvestre, solo en algunos casos. Estos casos deben de ser el ejemplo para otras UMA en las que los beneficios de la acti-vidad cinegtica son reducidos para los productores y desconocidos para la fauna, y en aquellas propiedades donde se practica la caza de manera furtiva.

    (5) El modelo a promover debera ser de operacin em-presarial, dado el valor agregado que le generara a la cacera. Se debe de aprovechar la cercana con el mercado de California EE.UU., pero se requiere de ordenamiento de la actividad, capacitacin a produc-tores y fomento oficial.

    (6) No hay razn biolgica para excluir los predios en ANP del aprovechamiento cinegtico. Su inclusin, a cambio de disminuir la presin de uso por gana-do domstico, tendra ventajas para la conservacin biolgica.

    AgrAdecImIentoS

    Agradecemos a todos los productores que aceptaron par-ticipar en nuestra encuesta y al personal que nos ayud a aplicarla. tres revisores annimos nos ayudaron a mejorar el artculo.

  • Inve

    stig

    aci

    n am

    bien

    tal

    20

    10

    2

    (1

    ): 6

    5-7

    4

    Joaqun Contreras-Gil et al.74

    LIterAturA cItAdA

    Appendini, Kirsten y Gustavo Verduzco. 2002. La transformacin

    de la ruralidad mexicana: modos de vida y respuestas locales y

    regionales. estudios Sociolgicos 20: 469-474.

    Brundtland, G. (ed.). 1987. Our common future. World Commis-

    sion on Environment and Development. Oxford University.

    400 p.

    Centro de Estudios Para el Desarrollo Rural Sustentable y la So-

    berana Alimentaria. 2006. Nueva ruralidad enfoques y

    Propuestas para Amrica Latina. Cmara de Diputados, LX

    Legislatura. Mxico. 266 p.

    Consejo estatal de Poblacin. 2006. Apuntes de poblacin de

    Baja California. Ao IX, volumen 6. [email protected]

    Contreras-Gil, Joaqun, Roberto Martnez-Gallardo y Eric Mellink.

    2007. tasas de aprovechamiento cinegtico autorizadas en

    Baja California, Mxico. Revista Latinoamericana de Recursos

    Naturales 3: 129-137.

    Danzberger, Jorge Bernad.2009. La caza: un elemento esencial en

    el desarrollo rural. Mediterrneo econmico 15: 183-203.

    echeverri Perico, rafael y Maria Pilar ribero. 2002. Nueva rurali-

    dad, visin del territorio en Amrica Latina y el Caribe. Institu-

    to Interamericano de Cooperacin Para la Agricultura (IICA).

    208 p.

    Fleischner, thomas L. 1994. ecological costs of livestock grazing

    in western North America. Conservation Biology 8: 629-

    644.

    Garca-Marmolejo, Gabriela. Griselda Escalona-Segura. y Hans

    Van Der Wal. 2008. Multicriteria evaluation of wildlife ma-

    nagement units in Campeche, Mexico. Journal of Wildlife

    Management 72:11941202.

    Guajardo-Quiroga, Ramn G. y Alfonso Martnez-Muoz. 2004.

    Cuantificacin del impacto econmico de la caza deportiva en

    el norte de Mxico y perspectivas de su desarrollo. Entorno

    Econmico 42: 117.

    INe. 1997. Programa de conservacin de la vida silvestre y diver-

    sificacin productiva en el sector rural 1997-2000. SeMAr-

    NAP. Mxico, D.F.

    INeGI. 2008. PIB anual agropecuario y pesca, participacin anual

    2003-2006. http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/

    espanol/rutinas/ept.asp?t=cunal12&c=6614.

    Lindsey, Peter A., L. Frank, A. Mathieson, y Stephanie S. Roma-

    ach. 2007. Potential of trophy hunting to create incentives

    for wildlife conservation in Africa where alternative wildlife-

    based land uses may not be viable. Animal Conservation 9:

    283-291.

    Lozano tovar, David, Luis Lozano Arredondo, Miguel ngel Xo-

    chiteotzin Pea, Javier Lozano tovar, Jaime Vzquez, Claudia

    Sols, Sofa Corona, Berenice Chvez, Rodrigo Ortiz, Paola

    Domnguez, Berenice Jimnez, Yolanda Bustamante y Kar-

    la Antonio Correa. 2008. Situacin del campo en Mxico;

    pobreza, marginacin, explotacin y exclusin. Reporte de

    Investigacin No. 75. Centro de Anlisis Multidisciplinario,

    Facultad de economa, Universidad Nacional Autnoma de

    Mxico. Mxico, D.F. 23 p.

    Mellink, eric. 1993. the President spoke. En Gary P. Nabhan

    (ed.). Counting sheep: diversity in nature writing. University

    of Arizona. tucson. Pp. 201-220.

    Mellink, e. y J. Contreras. Aceptado. Impact of ranching on wildlife

    in Baja California, In Ezcurra, E., S. Alvarez-Borrego, R. Lara y

    e. Wehncke (eds.). environmental Status of NW Mexicos

    ecosystems Synthesis Book. University of Arizona Press. tuc-

    son.

    Oldfield, thomasina e.e., robert J. Smith, Stuart r. Harrop y Nigel

    Leader-Williams. 2003. Field sports and conservation in the

    United Kingdom. Nature 423: 531-533.

    rappo Miguez, Susana, y rosala Vzquez torz. 2006. economa,

    ambiente y sustentabilidad. Aportes 11: 101-109.

    retana Guiascn, scar Gustavo. 2006. Fauna silvestre de Mxi-

    co; aspectos histricos de su gestin y conservacin. Fondo

    de Cultura Econmica. Mxico, D.F. 211 p.

    Ruz-Funes, Mariano. 2005. Evolucin reciente y perspectivas del

    sector agropecuario en Mxico. Informacin Comercial Espa-

    ola 821: 89-106.

    SAGARPA. 2005. Informe de evaluacin nacional del Programa

    de Desarrollo Rural. Mxico, D.F. 135 p.

    SAGArPA. 2008. Carpeta de informacin bsica del Distrito de

    Desarrollo Rural 001. Documento interno. Ensenada, B.C.

    8 p.

    SeMArNAt. 2002. Ley General de Vida Silvestre. Diario Oficial

    de la Federacin

    Southwick Associates. 2007. Hunting in America: economic en-

    gine and conservation powerhouse. Association for Fish and

    Wildlife Agencies with funding from Multistate Conservation

    Grant Program.