CÁBALAS EN LA MEDIA RUEDA - juventudtecnica.cu · ¿Qué les aporta la revista a los lectores? Una...

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05 05 05 CÁBALAS EN LA MEDIA RUEDA gual que hoy se ha- bla del papel de El Caimán Barbudo o La Ga- ceta de Cuba en años difíciles de la cultura, Juventud Técnica ha venido a llenar un espacio en la ciencia y la tecnología cu- banas que estas segura- mente reconocerán”, meditó Roberto Mulet, profesor de la Facultad de Física de la Universidad de La Habana. En tan alta estima tiene a esta últi- ma publicación, que considera como su defecto más grave su propio nombre. “Cam- biarlo por el de Ciencia en Cuba me parecería más apropiado”, propuso para esta modesta revista, nacida para llevarles a los jóvenes cuba- nos el resultado de su propia inventiva. Aun así, no le ha sido ajena ninguna pizca de ingeniosa observación y razonamiento, de de- ducción y sistematización, de habilidad y conoci- miento, desde Altamira a Silicon Valley. Ni siquiera hace muecas ante la ficción científica o el humor tecnológico, los caracteres cuneiformes o la exobiología de Sagan. Toda la gaya ciencia, di- ría Nietzsche, y apostillaría en este milenio un Por Pausides Cabrera y Toni Pradas ¿Qué les aporta la revista a los lectores? Una indagación a propósito de un nuevo aniversario de su fundación, revela cómo hoy se obtienen los ejemplares; qué suele leerse; qué opinan de los contenidos, el diseño, los títulos y el lenguaje. Y, por supuesto, las sec- ciones mimadas por sus seguidores, no solo jóvenes habanero helenizado: la piyamada de logos y tecné. ¡La vida misma…! En un universo donde nacen y mueren galaxias to- dos los días, JT, –vaya suerte–, está cumpliendo 50 años. ¿Será todavía la revista de los jóvenes? ¿Tendrá aún encantos para todos los cubanos? Tanto pica la curiosidad que el actual equipo de redactores, deudor de los que la fundaron, se lanzó al asfalto y los claustros para encontrar estas y otras respuestas. Apostó a las cábalas de una encuesta pe- riodística nacional, auxiliado por el equipo de inves- tigadoras sociales de la Editora Abril, casa mediática a la que pertenece la entrecana revista. Asimismo, recogió de diversas personalidades de la ciencia opi- niones relacionadas con la publicación. Ni en los centros espirituales Unas 88 encuestas fueron aplicadas a personas de ambos sexos, comprendidas entre los 18 y 70 años, que promediaron una edad de 35,5 (el 42 por ciento no rebasó los 30). El 95 por ciento de los par- ticipantes reflejó tener formación educacional de técnico profesional, media superior o universitaria (de esta última, más de la mitad de los interroga- dos). Pero solo nueve forman parte de las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ) La quinta parte de los encuestados confesó no sa- ber que existe la revista. ¿Será por su corta edad? La crisis que comenzó en la década de 1990 obligó a I

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CÁBALASEN LA MEDIA

RUEDA

gual que hoy se ha-bla del papel de El

Caimán Barbudo o La Ga-ceta de Cuba en años difíciles

de la cultura, Juventud Técnica ha venido a llenar un espacio en

la ciencia y la tecnología cu-banas que estas segura-

mente reconocerán”, meditó Roberto Mulet,

profesor de la Facultad de Física de la Universidad de La

Habana.En tan alta estima tiene a esta últi-

ma publicación, que considera como su defecto más grave su propio nombre. “Cam-

biarlo por el de Ciencia en Cuba me parecería más apropiado”, propuso para esta modesta revista, nacida para llevarles a los jóvenes cuba-nos el resultado de su propia inventiva.

Aun así, no le ha sido ajena ninguna pizca de ingeniosa observación y razonamiento, de de-ducción y sistematización, de habilidad y conoci-miento, desde Altamira a Silicon Valley. Ni siquiera hace muecas ante la ficción científica o el humor

tecnológico, los caracteres cuneiformes o la exobiología de Sagan. Toda la gaya ciencia, di-ría Nietzsche, y apostillaría en este milenio un

Por Pausides Cabrera y Toni Pradas

¿Qué les aporta la revista a los lectores? Una indagación a propósito de un nuevo aniversario de su fundación, revela cómo hoy se obtienen

los ejemplares; qué suele leerse; qué opinan de los contenidos, el diseño, los títulos y el lenguaje. Y, por supuesto, las sec-

ciones mimadas por sus seguidores, no solo jóvenes

habanero helenizado: la piyamada de logos y tecné. ¡La vida misma…!

En un universo donde nacen y mueren galaxias to-dos los días, JT, –vaya suerte–, está cumpliendo 50 años. ¿Será todavía la revista de los jóvenes? ¿Tendrá aún encantos para todos los cubanos?

Tanto pica la curiosidad que el actual equipo de redactores, deudor de los que la fundaron, se lanzó al asfalto y los claustros para encontrar estas y otras respuestas. Apostó a las cábalas de una encuesta pe-riodística nacional, auxiliado por el equipo de inves-tigadoras sociales de la Editora Abril, casa mediática a la que pertenece la entrecana revista. Asimismo, recogió de diversas personalidades de la ciencia opi-niones relacionadas con la publicación.

Ni en los centros espiritualesUnas 88 encuestas fueron aplicadas a personas

de ambos sexos, comprendidas entre los 18 y 70 años, que promediaron una edad de 35,5 (el 42 por ciento no rebasó los 30). El 95 por ciento de los par-ticipantes reflejó tener formación educacional de técnico profesional, media superior o universitaria (de esta última, más de la mitad de los interroga-dos). Pero solo nueve forman parte de las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ)

La quinta parte de los encuestados confesó no sa-ber que existe la revista. ¿Será por su corta edad? La crisis que comenzó en la década de 1990 obligó a

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reducir la cantidad de ejemplares impresos y a dila-tar la frecuencia de aparición cada dos meses.

De los que sí la conocen, el 13 por ciento admitió no interesarle mientras el 18 nunca la ha leído. Tales cifras contrastan con los porcentajes de quienes leen con frecuencia sus páginas (37,6) y de los que les in-teresa (36,2), pero no tienen modo de obtenerla.

Este último calvario es de los más acusados por los voluntarios de la encuesta. Digamos que poquito más del 20 por ciento logra comprar la publicación en los estanquillos de periódicos, pero casi el 19 la obtie-ne por otras vías, incluidas las ilegales. Nadie afirmó estar suscrito a la revista, o acceder a ella en su centro de trabajo o estudio. Eso sí: un avispado habanero logra asegurársela “en La Palma y Policake”, a otro se la lleva la abuela y un tercero toma un atajo cuando la lee en Facebook. Alrededor del 22 por ciento se queja de que no encuentra JT ni en los centros espiritua-les. Y si aparece, el precio muchas veces está, cuando menos, duplicado.

¿Cómo es que se ve entonces la revista? Por soli-daridad: uno de cada dos lectores puede disfrutarla porque un amigo se la presta.

De fiesta las secciones prácticasSaber qué acostumbra el público a repasar en JT

seguirá siendo un misterio, pues casi dos tercios de los cuestionados silenciaron su opinión. De cualquier manera, se tabularon las proporciones que más o me-nos, por lógica, podían esperarse. El 37,6 por ciento admitió leer algunas secciones y el 14,4, solo aquellas afines a su profesión. Un 13 por ciento manifestó be-berse la revista de cabo a rabo.

“Vino a cubrir un vacío en la divulgación científico-técnica; siempre tuvo su perso-nalidad y un toque, si se quiere, `criollo´. Contribuyó a dar soluciones a muchas inquietudes de sus lectores, tanto para la industria como para el hogar”.

Germán Fernández Burguet. Periodista, exdirector de Juventud Técnica.

Las secciones preferidas por los lectores son las de soluciones prácticas a problemas cotidianos. (Foto: Pausides Cabrera)

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A tenor con los resultados, las secciones más gustadas son aquellas relacionadas con solu-ciones prácticas: Constrúyalo usted (36,2 por ciento) e Ideas (34,7). Le siguen en preferencia Tecnopunta y La entrevista, ambas con un por-centaje de papeletas de 27,5.

Este resultado parece encontrar su fe con lo expre-sado por Gabino Rafael Pérez, técnico de nivel medio en Sistema Eléctrico Industrial, de Boyeros, La Haba-na: “Considero que la sección de entrevistas es supe-rior a la de décadas pasadas, por estar mucho más acorde con la realidad cotidiana que vivimos. Para mi gusto, debería ampliarse la tirada y el espacio de la sección Constrúyalo usted“.

Un pelín después calificaron la columna editorial La manzana en la cabeza y Ciencia ficción, con el 26 por ciento, a pesar de sus aparentemente antepuestos he-misferios conceptuales. Muy cercanas siguieron las sec-ciones De lo práctico, ABCiencias y Dilemas.

Dime, espejo mágico…¿Cómo es el contenido de JT? ¿Alguien lo sabe me-

jor que los lectores? Y nuestra imagen: ¿Cómo nos vemos con nuestro diseño? ¿Engatusan nuestros títu-los; se nos entiende con nuestro lenguaje?

A falta de espejo mágico, la encuesta de marras se encargó de escanear los sentimientos relacionados con nuestras pericias periodísticas. Afortunadamen-te, las mejores cotas describieron el contenido como atractivo (31,3 por ciento), variado (25,5) y profesio-nal (22); el diseño atractivo (22); los títulos llamativos

(26,7) y originales (25,8) y el lenguaje asequible (32,5). Solo el 1,1 por ciento catalogó el contenido de JT

como aburrido, superficial o intrascendente, mien-tras el 2,3 encontró nuestro lenguaje rebuscado y el 3,4 los títulos repetitivos.

Desglosados por edades, los resultados mantuvieron tales jerarquías. Pero los más jóvenes (18-29 años) así como vieron atractivo el diseño, paradójicamente lo en-contraron antiguo y moderno a la vez. El 17,1 por ciento se quejó de lecturas con un lenguaje muy técnico.

Por su parte, la generación de entre 30 y 39 años re-saltó el diseño también como atractivo (30 por cien-to). El 15 por ciento de los menos jóvenes anotó que el lenguaje era, además, preciso.

Más inexplicable resultó el grupo de 40-49 años. Un 21 por ciento halló el diseño anticuado, cuando sus congéneres —caramba—, lo vieron novedoso (15,7) y moderno (10,5). A cambio, la tropa se deslumbró con el lenguaje, no solo asequible (26,3), sino sencillo (21).

En su particularidad, justamente la mitad del seg-mento topado entre los 50 y 70 años —aquel que ha vivido toda su vida junto a JT— coincidió en ver el diseño atractivo y los títulos originales.

Según la pesquisa, los lectores sienten que JT les aportó, más que entretenimiento, soluciones a pro-blemas prácticos y actualización en temas científicos y técnicos. Incluso alguno descubrió en ella su voca-ción. Pero sobre todo, les creó y enriqueció su propia cultura. ¿Acaso no basta eso para echar con gusto otros 50 años?

Creación y enriquecimiento de la cultura.

Entretenimiento.

Otros aportes.

Actualización en temas científicos y técnicos.

Estimulación a estudiar algunos asuntos o carreras científicas.

Solución de problemas prácticos por medio de las secciones de construcción y diseño por parte de los lectores.

Construcción de grupos de amistades por afinidad temática.

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VALORACIONES SOBRECONTENIDOS, DISEÑO, TÍTULOS Y LENGUAJE

A. Contenido atractivoB. Contenido variadoC. Contenido originalD. Contenido profesionalE. Contenido polémico

1965-1971Cantidad de páginas:

50 (1965-1967)98 (1969-1973)

Frecuencia:Mensual

1972-1977Cantidad de páginas:

98 Frecuencia:

Mensual

1978 -1985Cantidad de páginas:

100 (1978-1984)84 (1985)

Frecuencia:Mensual

1986-1989Cantidad de páginas:

82 Frecuencia:

Mensual

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F. Contenido convincenteG. Diseño atractivoH. Diseño novedosoI. Diseño antiguoJ. Diseño moderno

K. Título llamativoL. Título originalM. Lenguaje sencilloN. Lenguaje asequibleÑ. Lenguaje preciso

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“No hay que perder de vista la génesis fun-dacional de la publicación. Era preciso que Cuba supiera qué hacían los jóvenes obre-ros, técnicos y profesionales por su país y divulgar además el funcionamiento del mo-vimiento de las Brigadas Técnicas Juveniles".

Teresa Viera, directora del Centro de Es-tudios sobre la Juventud y expresidenta nacional de las BTJ.

ESCRITORPRIVILEGIADODE UNAAVENTURAINÉDITADoctor Ernesto Estévez Rams, del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Materiales de la Universidad de La Habana.

“De adolescente buscaba ávido el último núme-ro con la sección que describía cómo hacer cosas, mi favorita. JT ha tenido varias líneas editoriales, pero todas signadas por el afán de educar a los más jóvenes. El mayor mérito ha sido permanecer, cuando tantas cosas han desaparecido o desvir-tuado su propósito.

“En la crónica de esa increíble aventura inédi-ta que ha sido construir una ciencia para todos, partiendo de un país inculto científicamente, JT es uno de sus escritores privilegiados. Ese lugar se lo ha ganado con honestidad y perseverancia”.

Como único espacio de debate y reflexión, aplau-de sus artículos de profundidad que evitan “la mera propaganda manca”, la visión descolonizadora de la ciencia y su papel en la sociedad moderna.

José Ramón López (1965-1966)

Rafael Almeida (1966-1967)

Israel Castillo (1969-1973)

Homero Alfonso (1975-1986)

Nora Rodríguez (1986-1987)

Germán Fernández Burguet (1989-1990)

Randy Alonso (1996-1997)

Miriam Zito (1999-2007)

Iramis Alonso (2007-Actualidad)

1996-2001Cantidad de páginas:

50 Frecuencia:

Trimestral (1996-1998)Bimestral (1998-2001)

2002-2007Cantidad de páginas:

48 Frecuencia:

Bimestral

2007-ActualidadCantidad de páginas:

48 Frecuencia:

Bimestral

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Ideas PrácticasPublicación realizada en el año 2015 por los 50

años de Ideas Prácticas.

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“En esencia, es la única revista que se ocupa de la divulgación y discusión de la ciencia nacional. Su mayor aporte: se ha convertido en EL ESPACIO para el debate sobre ciencia y sociedad”.

Roberto Mulet. Profesor Titular de la Facultad de Física de la Universidad de La Habana.

OPORTUNIDAD PARA ELINTERCAMBIO SOBRE TEMAS CANDENTES

ESCENARIO PARA LA DIFUSIÓN DE CONOCIMIENTOS

SUSCITAR MAYOR ATENCIÓN DELPÚBLICO JOVEN

Doctor en Ciencias Técnicas José Luis García Cuevas, asesor del ministro de Educación Superior.

Doctor en Ciencias Luis A. Montero-Cabrera, del Laboratorio de Química Computacional y Teórica de la Universidad de La Habana.

Doctor Jorge Pérez Ávila, director del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí.

La escogió para publicar, casi 40 años atrás, su primer artículo. El trabajo del incipiente ingeniero, graduado en la República Democrática Alemana y pedagogo en ciernes, versaba sobre los microscopios electrónicos y los tubos de rayos catódicos, esos que hoy son desplazados por las pantallas LED.

Este medio, opina hoy, ha abierto oportunidades al debate e intercambio sobre temas candentes

Tras cinco décadas de andar contra viento y marea, JT se erige como el “único escenario de discusión y difu-sión de conocimientos especializados en ciencia y tec-nología en Cuba para todo el pueblo, y lo hace bien”.

A la par señala como debilidad su limitado alcance por su corta tirada y su periodicidad muy espaciada. Por eso apuesta por “aumentar su acceso mediante las TIC, usar estrategias comunicativas que atraigan el auditorio”.

Para él, que intuye la aparición de JT en 1965 como alternativa cubana de la revista Mecánica Popular, “es imprescindible una presencia importante en Twitter y en Facebook”, como los equivalentes de Science, Nature y Scientific American.

“Está bien diseñada, tiene calidad, pero necesita ser más atractiva para los jóvenes, para que pueda ser incorporada a la lista de sus preferencias en me-dio de la enorme competencia audiovisual en que vivimos”, medita el científico y a la vez escritor, muy preocupado por un fenómeno universal: los jóvenes han dejado de leer. Aun así, dice, la prensa escrita tiene un papel importante en su formación, en su versión tradicional y también en el entorno digital.

“Aprecio mucho la calidad y rigor técnico de sus materiales, su lenguaje claro. Es una revista muy buena, cumple una función importante y es una lástima que (…) no sea a color para lograr ser más atractiva”.

de la ciencia, se ha mantenido fiel a los principios del método científico, ha incursionado en el perio-dismo científico de investigación y ha divulgado importantes logros de la investigación y la innova-ción de los jóvenes cubanos.

“JT ha desarrollado una labor meritoria, útil, y no solo para los jóvenes, sino para la sociedad cuba-na en general”.

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En 1965, Pastor Piloto Marín compró el número inicial de Juventud Técnica. Apasionado por temas como electrónica, informática, ciencia y tecnología, el profesor de la Academia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias inició desde entonces una colección, continuada por su hijo con genética persistencia, la cual celebra bodas de oro junto con esta publicación.

Hoy, desde sus 30 años de edad, Pastor Damián Pi-loto Carbonell, el continuador, rememora su tempra-na seducción por aquellas revistas del padre: “A los seis años leí un artículo sobre la creación de los Joven Club y me enganché con JT. Así comencé a frecuen-tar con el viejo los puntos de venta para comprarla”.

Licenciado en Informática, si bien aplaude su per-manencia, revela insatisfacciones, sugerencias y cri-terios sobre la evolución y actualidad de esta revista que influyó en su formación profesional. Considera apropiado el lenguaje utilizado por JT, como la ar-monía entre su diseño y los tiempos que transcurren. Mas, opina que el volumen y la variedad temática han decrecido, así como la presencia de soluciones elec-trónicas y para el hogar. En cuanto a las primeras, se-ñala que en ocasiones se ofrecen como innovaciones dispositivos ya existentes en el mercado.

Por otra parte, lamenta que a veces los contenidos estén desactualizados y carentes de comparaciones entre el acontecer científico mundial y lo que hoy ocurre en Cuba, y afirma que durante los últimos años llegan a los estanquillos números viejos. “A menudo —confiesa— he pagado a revendedores hasta diez pesos para no perder la continuidad de la colección”.

En su hogar del Cotorro, La Habana, Pastor Damián persiste con la misión comenzada por su padre mien-tras, en su regazo, Carlitos Piloto hojea un ejemplar. Aún titubea al decidir si será informático o cocinero, pero desde sus escasos diez años asegura que man-tendrá la tradición iniciada por su abuelo y continua-da por papá.

UNA COLECCIÓNDE MEDIO

SIGLOFoto: Cortesía de la familia

Tres generaciones de una familia atesoranla historia de Juventud Técnica.