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Hemos realizado esta publicación conmemorativa de Buscado amor, ópera prima de Hugo Gutiérrez Vega, para festejar el 50 aniversario de su primera edición. En ella participan Lucinda, su compañera durante 54 años, y Carmen Villoro, una de las poetas y amigas más queridas del maestro.

A partir de este libro, la poesía de Gutiérrez Vega fue encon-trando diversos matices en el lenguaje, los temas y las estructuras. Quizá por eso una vez dijo: “De Neruda aprendí que absoluta-mente todo es poetizable, que la poesía tiene relación con todos los momentos y con todas las circunstancias del mundo: con una bicicleta vieja tirada en un basurero; con el milagro de una cebolla; con un caldillo de congrio”.

Hugo Gutiérrez Vega (Guadalajara, 1934 – Ciudad de México, 2015) fue poeta, abogado, maestro en letras y un extraordinario humanista. Desde 1963 trabajó en las embajadas de México en Italia, Gran Bretaña, España, Estados Unidos, Brasil, Grecia, Líbano, Chipre, Rumania, Moldova y Puerto Rico.

Entre sus libros se encuentran Desde Inglaterra, Resistencia de particulares, Cuando el placer termine, Poemas para el perro de la carnicería, Tarot de Valverde de la Vera, Meridiano 8-0, Cantos del Tomelloso, Georgetown Blues, Nuevas peregrinacio-nes, Una estación en Amorgós y Los pasos revividos. Su poesía ha sido traducida al inglés, francés, italiano, ruso, rumano, portu-gués, griego y turco.

Hugo Gutiérrez Vega

· 50 ANIVER SARIO ·

AMIGOS DE LETRASPARA VOLAR

BuscadoAmor_portada_PRINT_v03.pdf 1 11/11/15 11:14

AMIGOS DE LETRASPARA VOLAR

Itzcóatl Tonatiuh Bravo PadillaRectoría General

Miguel Ángel Navarro NavarroVicerrectoría Ejecutiva

José Alfredo Peña RamosSecretaría General

Sonia Reynaga ObregónCoordinación General Académica

Patricia Rosas ChávezDirección de Letras para Volar

José Antonio Ibarra CervantesCoordinación del Corporativo de Empresas Universitarias

Sayri Karp MitasteinDirección de la Editorial Universitaria

D.R. © 2015, Universidad de Guadalajara

Editorial UniversitariaJosé Bonifacio Andrada 2679Col. Lomas de Guevara44657 Guadalajara, Jalisco

www.editorial.udg.mx01 800 UDG LIBRO

ISBN 978 607 450 305 0

Noviembre de 2015

Hecho e impreso en México Printed and made in Mexico

Gutiérrez Vega, HugoBuscado amor / Hugo Gutiérrez Vega. – 1a ed. – Guadalajara, Jalisco : Editorial Universitaria : Universidad de Guadalajara, 2010.108 p. ; 23 cm.

ISBN 978 607 450 305 0

Poesía mexicana-Siglo XX 2. Poesía amorosa mexicana I. t.

M861.44 .G98 .B9 DD21PQ7297 .G98 .B9 LC

Primera edición, 2010Primera reimpresión, 2015

Textos© Hugo Gutiérrez Vega, Miembro de Número de la Académia Mexicana de la Lengua

El texto original de esta obra fue publicado en 1965 por Editorial Losada, Buenos Aires.

Viñetas© Claudio Favier

Coordinación editorialSol Ortega Ruelas

Cuidado editorialJorge Antonio Orendáin Caldera

Diseño de portada e interioresMónica Arreola Gutiérrez

Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmi-sión parcial o total de esta obra por cualquier sistema de recuperación de información, existente o por existir, sin el permiso previo por escrito del titular de los derechos correspondientes.

Índice

Presentación 11Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla

Hugo, amor mío... 13Lucinda Ruiz Posada

Buscado amor, de Hugo Gutiérrez Vega 21Carmen Villoro

Hugo Gutiérrez Vega 27Rafael Alberti

Poemas del amor joven I Madrigal pensativo 31II Para nombrarte 32

Poemas del amor no escuchadoI 35II 37

Las cuatro nochesI 41II 42III 43IV 44

Diario de tu cuerpo. Tres fechasI 47II 48

III 49Regreso 50

Dos cartasI 53II 55Poema del cuerpo 57El encuentro 58El sueño que despierta 59

Homenaje a ApollinaireI 65II 67III 68IV 69V 71VI Epílogo 72

Los amigosTiempo de verano 75Dos poemas en la sombra 77La tarde del hombre 80

La presencia en el huecoI 85II 86III 87IV 88V 89VI 90

Poemas de veranoI 93II 94El tránsito del sueño 95

Itinerario sin objetoI 99II 100III 101El mural de Guernica 103

Del tiempo…I 107II 108III 109IV 110V 111VI 112

Grecia. La ciudad y las ruinasI Flauta 115II Ronda 116III Ritual 117IV Náhuatl en Atenas 118

El viento y las palabras I 121II 122III 123IV 124V 125

Presentación

Letras para Volar es un programa universitario de fomen-to a la lectura que inició en 2010 con el propósito de con-tribuir a desarrollar la competencia lectora en todos los grados escolares; principalmente, con el propósito de hacer frente a los insuficientes niveles de lecto-escritura con que parte de los jóvenes ingresan a la universidad; y, en los demás casos, mejorar los estándares de aprovecha-miento académico.

Letras para Volar trabaja con niños y adolescentes de primarias y secundarias públicas localizadas en zonas eco-nómicamente desfavorecidas. Cada semana, prestadores de servicio social de la Universidad de Guadalajara acu-den a diferentes escuelas, casas-hogar, hospitales civiles y espacios públicos como plazas, bibliotecas y ferias del libro para servir a la comunidad a través de estrategias que promuevan el amor por las letras, la ciencia y la cultura.

La colección Amigos de Letras para Volar es el resul-tado de la generosidad de diversos autores e ilustradores. Va a ellos nuestro agradecimiento por esta sensible con-tribución, con el deseo de que sus palabras y trazos vuelen junto con los sueños y aprendizajes de la niñez y juventud mexicanas.

La obra Buscado amor, de don Hugo Gutiérrez Vega, cumple este año su 50 aniversario. Con esta publicación la Universidad de Guadalajara rinde homenaje a un jalis-ciense ilustre que amó esta Casa de Estudio y le obsequió un importante legado a través de la Cátedra de Periodis-mo Cultural y la Colección de Poesía Universitaria que llevan su nombre. Las Coplas por la muerte de su padre, de

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Jorge Manrique, que recitara don Hugo cuando presentó la referida colección resonarán por siempre en el Paranin-fo Enrique Díaz de León, aplicadas ahora a su persona:

que aunque la vida perdió,dejónos harto consuelosu memoria.

¡Que ningún estudiante se quede sin leer!

Itzcóatl Tonatiuh Bravo PadillaRector General de la Universidad de Guadalajara

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Guadalajara, 23 de octubre de 2015

Hugo, amor mío:

Me piden que haga un prólogo para Buscado amor, que en este su 50 aniversario publicarán en tu querida Universi-dad de Guadalajara.

Decidí escribirte una carta en esta, tu vieja agenda de La Jornada. Ayer llegué a Autlán llorando. En la mañana lloraba en el aeropuerto. Es mi primer viaje a Jalisco sin ti, y también nuestro 55 aniversario. Todos me han consentido.

Estoy en Guadalajara “en el mismo lugar y con la misma gente” que te quiere y admira, escribiéndote desde el hotel Country, debido a que “Patricia” amenaza con su gran fuerza las costas de Jalisco, y a nuestro querido y emblemático Puerto Vallarta donde hemos pasado siem-pre días tan felices.

Quieren poner un altar de muertos en tu memoria en la Plaza de la Amistad, donde erigieron para ti el monu-mento que viste y nos tomaron fotos.

Escribiste “me moriré/ cuando el placer termine”, y hasta en eso fuiste cumplido.

Traje unos ejemplares del que publicó la colección “Temblor de cielo” y que, en tus últimos días viste y tuviste en las manos.

Te repetiré lo que te dije hace unos meses, en aquel homenaje en Bellas Artes: Te doy las gracias por haberme adentrado en la poesía, y por conmoverme infinidad de veces con la tuya, y leyéndome la de otros.

Te agradezco estos 54 años juntos, con nuestro amor y desamor. Gracias por nuestras hijas, nuestros nietos, y los hijos y nietos que vendrán.

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Me llena de orgullo tu honestidad sin fisuras.Mil gracias por las infinitas veces en que, a pesar

de las amenazas y las represalias, levantaste la voz para denunciar lo que sucede en México desde que eras un fogozo orador de 20 años.

Me enorgullece que nunca ejerzas la censura, aunque te haya dolido renunciar por eso a Difusión Cultura de la unam.

Agradezco tu paciencia y tus cuidados; la ternura; tu generosidad y apoyo irrestricto —también para los jóve-nes—; tus halagos y nuestros desacuerdos.Te agradezco la libertad que has respetado en todos los órdenes, y que a tu familia das con generosidad sin límites.

Pido a Dios que nos dé a todos su Luz, su Paz y su Amor.Hoy te digo con Miguel Hernández

Al almendro de nata te requiero,que tenemos que hablar de muchas cosascompañero del alma, compañero.

Sabiendo de tu gusto por escribir y recibir cartas, pongo en tus labios esta cita suya:

Aunque bajo la tierrami amante cuerpo estéescríbeme, palomaque yo te escribiré

Tuya siempre,

Lucinda María

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I

Buscado amor, de Hugo Gutiérrez Vega

El libro Buscado amor, nos regresa a su madura juventud, a sus treinta años. Nos retrata a un joven poeta que descubre y refiere de manera precoz, el drama humano más profun-do e importante: incompletos y frágiles, deseamos siempre recuperar el paraíso perdido, que en realidad nunca tuvimos.

La poesía de Hugo Gutiérrez Vega expresa esta búsque-da del sujeto deseante que lo lleva a disfrutar de todo lo que encuentra a su paso: desde las cosas más triviales y cotidia-nas, hasta las más elaboradas. Por eso conviven los gestos simples y las palabras coloquiales, con las citas cultas y las reflexiones intelectuales, porque todo es motivo de asombro para este ser que sabe relanzar el deseo de una cosa a otra y a otra, y mantenerse intensamente vivo. La experiencia amorosa se vive con el cuerpo, con todos los sentidos, pero el lenguaje es también materia sensorial, las palabras se degustan, se paladean, se escuchan, y eso provoca deleite:

Decir un nombre lentamente, sin prisadejarlo entre los labiosy madurarlopara que perdure

Para nombrarte, amor, para nombrartepara juntar las letras de tu nombrepara inventarte, amor, para formartecomo un racimo que colgó el verano

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II

En “Poemas del amor no escuchado”, Hugo nos transmite el dolor de no poder poseer al otro, náufragos, desterra-dos, dueños sólo de la distancia y de la diferencia, envian-do esas señales que no llegan:

Estoy tendido a tu ladoy mis palabras naufraganen el trayecto tan largode mi boca a tus oídoscomo si las devorara el desierto

Y en “Las cuatro noches” dice:

Pero el día descubrióque mis brazos eran apenasla pequeña bahía incapaz de cerrarsedesesperante vocaciónde ser siempreun círculo incompleto

La poesía es una magia menor, dijo Borges, y aunque nunca podemos desentrañar su esencia, en la de Hugo Gutiérrez Vega podemos detectar algunos de sus componentes: el suave equilibrio del ritmo, y las imágenes de esa poesía respirada lentamente, decantada, como un elemento de la naturaleza:

oí tu voz que naufragabaentre mis brazos líquidos

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III

En este libro se apresa el tiempo. Hay una preocupación por detener en sus versos la fugacidad de la vida. El pre-sente tiene ya ese sabor de nostalgia, que inevitablemente se irá diluyendo dejando tras de sí el dolor del recuerdo.

Anticipa futuros momentos de la vida y por eso quiere fijar las imágenes presentes para que vivan siempre, “por-que el tiempo no es más que una calle sin fin”. Y anticipa la muerte para resaltar la vida, mientras le quede alguna noche pendiente. Como si pudiera sentir, en su joven madu-rez, la presencia de todas las edades.

En el “Homenaje a Apollinaire”, lo rescata de su trági-ca muerte, porque sigue vivo en él, gracias a sus palabras inmortales. Hugo no es un poeta solo. El mundo es algo que se comparte con los otros, a los que observa con dete-nimiento. Ha invitado a Rafael Alberti para que abra su concierto. El libro está dedicado a Ignacio Arriola, y en él desfilan Jorge Galván,

un poema de Albertotomado de los bosques de la sangreuna obra de Alcocer escrita en medio de la pálida sombra iluminadaun fragmento de sueño del silencioso Cuevaseste cuento de Eduardoremozado en la espera

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Y en “Itinerario sin objeto”, dice:

Éramos grandes preguntas absortas en la noche

Esta mañana hemos levantado nuestros ramos para detener el tiempo

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IV

Y el dolor por los otros se hace presente en el violento poema que habla de Hiroshima, y en el grito contenido en el magnetismo de “El mural de Guernica”.

También aparece Grecia en estas páginas. Numerosas son las ciudades que el poeta visita en sus versos. Lugares descubiertos, y recorridos con la misma intensa suavidad con la que se recorre un cuerpo amado. Sitios que convo-can otras voces y que impulsan a pronunciar:

estoy aquí preñado de poesía

Así es como el amor, el tiempo, los otros y el mundo se dan cita para mostrarnos en este libro, un fragmento de la vida de un poeta de todas las edades. Celebremos su palabra, su voz, su deseo de infatigable buscador de ese amor, gene-roso y fecundo. Porque mientras estemos vivos, mientras podamos ver con los ojos abiertos:

Nada podrá callarnos

Carmen Villoro Ruiz

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Hugo Gutiérrez Vega

Aquí en Roma, mi amigo, primavera,es aquí en Roma donde te conozcoy oigo cantar tu personal acentotejido entre las dulcessílabas de otros airestan lejos de los tuyos,es aquí en Roma donde al fin me lleganestos latidos de tu amor insomne,de tu buscado amor,de tu amor no escuchado entre las sombraso desaparecidoen esa cuarta noche ya imposible.Hermosa voz, a veces desoladay a tientas, aunque siemprecapaz de volver clara, pura y jovendel más hondo desierto.Raro es en estos días,en estos tiempos ásperos, de hombrosque se encogen impunesante la injusta muerte,cuando pareceríaque el turbión de la sangre y los escombrossegase al hombre todos los sentidos,raro es ver que el poeta en la alta nochepuede oír el temblor de un corazón desnudo,construir el amor a la distancia,decir esas palabras que se llevara el viento…a la vez que escuchar el gemido del toro,la espantada agonía del caballo tundido,

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el grito de la madrecon la boca sin vida del niño entre los senoso el gran ojo de Dios,gloriándose, impasible, de sí mismo,en tanto que hacia él asciende de la tierrael descompuesto vaho de una nada ya inerte.Que el buen amor, amigo, y la esperanzanunca jamás te dejen de su mano.

Rafael AlbertiRoma, primavera de 1965

Poemas del amor joven

A Ignacio Arriola

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I

Madrigal pensativo

Decir esta mañanaun nombre femeninoy ver cómo la nieblava cubriendolos espejos del díaDecir un nombre, lentamentesin prisadejarlo entre los labiosy madurarlopara que perdureHa habido otras mañanascomo éstaotros días ya arrumbadosy otros nombres ya dichospero dichos de prisasin que puedanentregar su saborsin que la bocales arrebate el aireEste nombrehoy viernes de otoñodicho ante los montesestas palabraslentamentedeletreadas

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II

Para nombrarte

Ese grito en la entraña de la nocheoyes amorlos pájaros del alba

Para nombrarte, amor, para nombrartepara juntar las letras de tu nombrePara inventarte, amor, para formartecomo un racimo que colgó el verano

Para nombrarte, amor, para inventarteoyes amorlos pájaros del alba

Poemas del amor no escuchado

35

I

Estamos juntos a la puerta de “ese terrible amor”juntos, lejanosCada uno con su voz tan ininteligibley con el germen de su propia muerteoculto en las entrañas.Y hablamos hasta la madrugadaHablamos del amory de las cosas poco importantesHablamos de lo que creímosy que al irse nos ha dejadolos lugares baldíosHablamos de la vidade las regiones del espíritu(pero de esto pudimos hablargracias a nuestra calidadde dueños desterrados)

Hablamos de las cosas poco importantesnuestro miedo, nuestro trabajode la situación socialde la muertedel tiempode la muertey de la última películay de la muerte

Y nos callamos hasta que la estrellamurió en el golpe de la luz amanecida

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Cuando se hizo la luzregresamos a nuestro paraíso primordialy quedamos dormidosa la perversa sombra del manzano

37

II

Estoy tendido a tu ladoy rodeado de la imposibilidad de mi amorHe escrito sobre tu vientrelas cuatro letras de la palabraque ya escucho y no logro apresarY recorro tus caminosbajo la luz excesivaabrazando tu cinturacon torpe ademán de náufragoenviando señales que no llegan a ti.He dicho tu nombrehe sentido sus letras lentaspasar por mi lenguaabrazar la gargantadeslizarsecon sabor lento y ácidoLe he dicho y no ha permanecido en míNo te has quedado, mujercada día te marchas un pocoLlegará la nocheen que te pierdasen la sombra verde oscurade este bosqueque descubrimos e inauguramosa la mitad de nuestro abrazo.Estoy tendido a tu ladoy mis palabras naufraganen el trayecto tan largode mi boca a tus oídoscomo si las devorarael desierto

Las cuatro noches

41

I

Descubrí la primera nochela hoguera en que te quemasy no quise violar las llamasque alimentas y apagasen el girar de la búsquedaSólo puedo decirteque esa hoguera iluminauna certezael final de tu viajeen el punto inicial de la partida

42

II

En la segunda nocheoí tu voz que naufragabaentre mis brazos líquidosTe hundías en míyo te rodeabacomo el marque estrecha a sus náufragoscon una mezcla de efusión y muerteTe perdías en míy yo era tu elemento

Pero el día descubrióque mis brazos eran apenasla pequeña bahíaincapaz de cerrarsedesesperante vocaciónde ser siempreun círculo incompleto

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III

A la tercera nocheno te escuchéni te sentí ya próximarodeada por mis brazosNuevamente estabasen tus pequeñas islasy era yo el importuno visitantede tu inhóspita rada

Por otra parteyo ya no estaba ahícontemplabadesde la torreel paso vigilantede mis perros guardianes

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IV

Ya no habrá cuarta nocheEn adelante tendremos que abandonarnosal golpe de los díasdestructores

Diario de tu cuerpo

Tres fechas

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I

Tu cuerpo recostado junto al ríoTu cuerpo florecido, carne espejoconsagración y huidasencilla ceremoniadel amor en el campobajo la casa de los abedulesjunto al río que te nombray que a ti se parece

Tu cuerpo recostado junto al ríoy yo, fauno de inútil danzazozobrando, intentandoagitando los brazossin alcanzar tu riba

Gime la tardey levantan el vuelolas aves que te cantanen la margen del ríodel río que a ti te nombray que a ti se parece

48

II

Hoy recuerdo tu cuerpo inclinado sobre mi soledadEl jardín de naranjos en que nacía tu vozy aprendían nuestros labios el peso de la tardeTe reconstruyo bajo una tarde igualveo tu desnudo intacto, tu sonrisa perfectatu palabra sumisa bajo el viento floral que te habitabay tus abiertas manos nostálgicas del torsoTe reconstruyo: leve temblor de niebla,brisa opaca bajo el sol declinanteDe nuevo mis manos te conocenEl aire es la materiaque suple tus ausencias

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III

De nuevo llegas a mi casaconoces el caminoy sabes que mis cosasse han amoldado a ti

En el espejoqueda tu reflejo

En la tarde de la ciudadbajo las máquinasen la tarde amarillentahabitada de sombrasmanchada por las prensasvociferante río de nieblahacia la noche del tumultoen la tarde de tus cabellosserán un recuerdo presenteYo estaré junto a tus dieciséis añosy junto a tu fracasoa tus cansados díasvividos bajo el humo de la ciudadEstaré junto a tu voz pasadaescuchando tu voz presenteLeeremos nuestra historiaen el libro cerradode tu vientre

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Regreso

El tiempo no existe

Este viento que nos arrastrahacia donde tú y yo no estamos y jamás estaremosEste viento que nos llevapor las galerías del fantasma de Cantervillea través de las tardes ganadas a la vidade las pequeñas palabras que construyen el castillo de naipesdel estar juntos

Llegamos a una ciudad memorablenos buscamos bajo el techo de los eucaliptosbebemos las mismas copas y nos miramos como el primer día

Nada hemos perdidoson las mismas copas amargaslos mismos eucaliptos fieles a su raízel otoño intranscurrido, y el castillo de naipesdel estar juntos.

El viento nos lleva al lugar donde estábamos,estamos, estaremosporque el tiempo no es más que una calle sin finuna palabra que fue, que esque será para nosotrosaún el día en que los eucaliptos sean tan sólo flores de la piedra

Dos cartas

53

I

Ya sabrás que te escriboa vuela plumadesde esta Roma abiertay entregadaa los embates turbiosdel verano

Sabrás que no estoy tristeque los pájaroshan bajado a la fuenteque la vidase me va remansandosin motivo aparente

Sabrás que no te extrañoque en mis pasosya no se escuchala cadencia dobleque mi sombraya sólo es una sombray que en mis labiosse ha secadola herida de tu nombre

Pero sabrás que a vecesme haces faltay que a vecesescucho tu sonrisaentonces esta vida

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que remansavuelve a ser lo que fuese atorbellinay busca la tormentade tu boca

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II

Ahora te escriboesta segunda cartaHa llegado el inviernocon cautelacubriéndose con telas del veranoinvierno disfrazadoque repentinamentenos descargasus pálidos flagelosy levantalos turbiones de un vientotempraneroque desgarra a la párvula mañanala desangray la resuelve en nieblala niebla que perduray que se pegaa la caricia antiguade las ruinas

En esta cartano hablaré de tiCon este inviernose me ha puestola cabeza perdidatengo dentroun nidal de gorrionesy no escucho más voces

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que mis destruidas vocesinterioresTe escribiré despuéscuando el veranoforme sobre mi cráneonuevas vegetaciones

57

Poema del cuerpo

Este cuerpo que ahora me pertenecey que algún día se verá deshabitado y rotocomo un mecanismo sin cuerdase quedará en la sombrarecordándolo todola mañana del amor primerolas tardes en que la carnese levantabasiguiendo el polo de los deseosy las noches en que los hijas anunciaban su vidarozando levemente los bordes de la cunaLo revivirá todotu cuerpo recorrido por mis labios hirientesel jardín expectante de tu vientrey el punto de luz de mi cigarrillomuy cerca de tus pechosrodeado de la tiniebla jadeante y sin respuestaEstará bien reviviendoy permanecerá mientras le quedealguna noche pendiente

58

El encuentro

En la ciudad te encuentroEsta es otra ciudadNo es la mismapor la que se arrastraronmis diez años de luz deslumbradoray mis otros diez añospasados en la sombralos que abrieron la puerta a la razónla razón más dolor que la locura

No es la misma ciudadpero son las mismas calleslas mismas sombras jadeantes y pesadasla misma música que lucha con las lucesla misma sucesión de imágenes rotasen los charcosy el mismo paso de la juventud sorprendidaque quería crecery quería quedarse detenidabajo el pórtico de la casacomo aquella estatuaque era un punto de luz en la penumbra.

Aquí te encuentro y te saludoEres el mismo…Por ti han pasado la primaverael verano, el otoño, el inviernoy las noches… todas las nochesEres el mismo…Somos siempre uno y todos en esta ciudadtan igual a la nuestra

59

El sueño que despierta

El castigo es ver la imagen de la culpa en el espejo de la propia soledad

A Ingmar Bergman por su película El lugar de las fresas

Un día soñamos con nuestra propia muerteArribamos a una ciudad sin nombrey miramos la hora en un reloj sin tiempoEntonces recorremoslas calles del espantohasta ver nuestro cuerpocayendo de los brazos de la muertesentimos la presión de nuestra manoy la mirada de nuestros ojosy se inicia la vida…se inicia como un sueño menos realcomo una sucesión de antiguas culpascomo una pregunta lanzadaa la esfinge que sabela causa del dolor

Quedó lejos la casa de la infanciala primavera recostadaen las márgenes del lagoel misterio anochecidolos besos en la nucay lo que no fue

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y nos dejó un sudor fríoinstalado en las manos

Después el bien y el malsu vieja pugnacon las exigenciasy el frío solitarioy las noches aturdidasmultiplicadas en las páginas del libroy la alegría muertaen los brazos del tedioy las palabras detenidasy los ojos sin lágrimas(recemos por que nos sea concedidoel don de lágrimas)y nuestra soledadgirando, girando, girandopor la escalera de la nochepor el díapor las tardesperdidas bajo los muroslejos del muelley de las barcas ancladasy nuestra ignoranciadel crepúsculoy la agonía no sentidani presentidahasta que el sueñola anuncia

Crece el doloren el espejo de la soledad

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para vivir requerimosel viento de la infanciaEl nacimientodel crepúsculonos hace recordarla morada del padre

Homenaje a Apollinaire

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La tarde fue perdiendo sus formas imprecisaspara tomar el manto unánime de la noche.Con ella se fue la presencia del poeta “mal amado” que se ocultó en su propia sombra.

I

Tú estás ahíllorando en Parísy viendocomo tu llantose deshace y se coloracomo el paisajede la Gioconda

Estás ahísolo ante la guerrarompiendo tu retratoy rehaciendolos rasgos desvaídosde dos bustosrobados a la sombra

Estás ahícon tu intuiciónenloquecidamirando la salidade los barcos

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que llegarána Dover

Estás ahíen la tarde alcohólicacubierto de líquenesantiguosquitando el mohode las estatuas

Estás ahímuy cercade un paisajeen el que juegandioses ebrios de saly sátiros desnudos

Estás ahíhablando de la muertecon palabras destruidasy pidiendola resurrección de un amorque se te fue a la niebla

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II

El segundo amor fuecomo una hoja de laurelConocido en el circofue como una pinturadesdibujada

Llanto nocturnode niño que despiertay vive

Forma pequeñahecha para el olvidoindeseado

Te pintó los ojosel color violetaausencia

Y se te quedóestancado el tiempoen el puenteMirabeau

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III

Palabras recogidas del lodopalabras, palabras…es mejor el silenciopero si no crecieranestaríamos más solos

Vas recogiendo palabras sin sentidofragmentos de un espejo totalvientos del cielo de los hombressignos hechos para unir…como si no se supieraque cada quien habla distinta lengua

Es mejor el silencioy esta parda catedralde clausuras

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IV

Estos cerrados murosque te cercanbogando sobre el marde tu albedríoel piso húmedoque fue nido de ratasy esta furiade poesía encarcelada

¡Quién lo dijera!has encontrado cárcelque te contengay te vas reduciendoa este puñadode ceniza rebeldeBuscaste dimensionesmás allá de tu vueloy este desnudo fríote ha restituidoa tu imagen de tierra

¡Poeta en sombra!¡Poeta emparedado!¿Cómo hablar de los bosquesen que se muere el sátiro?¿Cómo hablar de los frescos pompeyanosdestruidos por la hiedra?¿Cómo hablar, jilguero en la penumbra

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si la voz también es presay la mente se diluyebajo la sombra de las cadenas?¿Cómo hablar poeta encadenado?

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V

Tercera vez, nueva caídano llegará tu cartani tu poema escritoen una vendaNo aprenderás el juegote entregas demasiadoy cada vez ardescomo si fuera la primeraAhora es la estatua truncay una fotografíabesada bajo la metrallaun pequeño recuerdopara calentar la trincheray para fingirla comedia del miedoante los muertos

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VI

Epílogo

Reconstruir tu imagendestruida por el Senarecoger tus pedazosy juntarlossería siniestro

Más descansoen este olvidoen que te hundeseste mar que te cercay que nos deja ver tu imagenrodeada de algasde cofres y de anclas

Mejor asítu imagen en el agua…

Los amigos

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Tiempo de verano

A Jorge Galván

Porque hemos compartidopequeños panes sombríosy nos ha rodeadoel mismo amargo viento

Porque hemos vistocrecer la hierbabajo la túnicade este seco verano

Porque te veo silenciosocomo un ciervo huidizopasar de largoal lado de la fuente

Porque te veo mirandocomo Eos “la de rosados dedos”inaugura esta auroracon los dedos quebrados

Porque te veo llegar a la cisternacon esta tierra nuevainstalada en tu espaldaPorque te veo leercon ojos limpiosun poema de Albertotomado de los bosques de la sangreuna obra de Alcocer

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escrita en mediode la pálida sombra iluminadaun fragmento de sueñodel silencioso Cuevaseste cuento de Eduardoremozado en la espera

Porque te veo buscarla línea exactael dibujo extendidomás allá del dibujoel impulso interiorque guió la manola imprecisión y el símboloen las obras de Maya

Por todo esocompartamos, amigola estación de las lluviasNo hay descanso posibleen los brazos del mundo

Porque te veo rodeadode la jauría del sueñoafirmando tu vozcomo si no supierasque es firme y débilque, al fin, es voz de hombrey por ese festínque nos dio el vientoy porque no hay razóny porque quierodejo sobre tus hombrosmi palabra de amigo

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Dos poemas en la sombra

A Salvador Alcocer

I

Quedó atrás la jornada de las lluviasy el pálido ejercicio de tinieblasatrás quedó la paz inmaculadala cambiante inquietud como un zumbidoen la raíz secreta de la sangre

Atrás el árbol secola pérfida estación de las esperas

Más lejos el trivial cinematógrafobajo los arcos de la adolescenciay la jadeante vida quietaen el agua de pálidas ojeras

Y más allá la pródiga parcelasembrada por el vientoy la voraz infancia zozobrandoen la barca del miedo

Ahora nos hablará la noche nuevanos hablarán los bosques presentidosy todo ascenderá

Pero el zumbidode constantes abejas permaneceen la raíz secreta de la sangre

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II

Amigo Salvadorte veo tendidoa la luz de tu próvida tinieblaobservando esta marcha de fantasmasel paso de los hombrespor las negras planicies calcinadas

Amigo Salvadorno podrá el vientoapagarte la sombraascenderá la vida por tu escalay crecerá en tu casaun perfecto desnudo

Casa sola con voces de difuntosy tu vida constanteascenso oscurocada vez más preñada de misterio

Por tu casa tan solapor los maresque cercando tus pasos van creciendohasta romper cristalesabrir puertasy gritar en la sombra entumecida

Por tu mar verdaderopor el ecoque se quedó prendido en tus orejasy por las escondidas sementerasen que llenas las manos

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de polvo consteladopor tu viaje incansablepor los ojosde tus negras cariátideste augurouna vida mortal nutriéndose de estrellasy un madero flotando en tu naufragio

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La tarde del hombre

Las palabras y el desolado viento¡Qué pesada la tardebajo los techos de cristal!¿A quién esperas esta nueva tarde?Se te pierden los ojos en la taza de caféy nadie llega y nadie respondesólo el silencio antiguoen esta nueva tarde

Conozco tu miradahuyendo del rayo que te guía¿Por qué queremos apurar un mundode nuevas sensaciones?

No hay nada más intranquiloque la piel del hombreesa selva sangrientade glándulas de vísceras y órganosesos ojos que huyen de la mano que guía

Tú, como todosvas haciendo preguntasa la tarde, a la noche, al vientoal mar, a las anémonas, a las hojas caídasa los ojos humanosa la tarde en la hora de niebladel jardín solitario

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con una sola estatuay un pedestal derruido

El mar se cierraen su obstinada músicaen su voz coronada de encajesen su negrura insólitaNadie respondeni la anémona, ni el vientoni los ojos del hombretan sólo un anunciouna inútil respuestaen las hojas caídas

Te veoestás haciendo señas a tu soledad¿la llamas o la apartas?como si no supieras que va dentroy no admite presenciasPero hay que mantenerse erguidoelevar los brazos para saludary cruzar palabras inútileshay que agotar la fuerza en noches infinitassalir al campo, sonreíry recoger una flor caídahacer dinero, matary atacar a los molinos

Haz ademanes cordialescierra los ojos y esperaalgún día sentiráscomo algo inmensamente tiernote calentará las manos

82

Te conozcoestás sembrada de cipresesy en tus ramas hay pájarosalguna alondra imprecisareflejada en tu lagoy esa mueca que parece sonrisaTe conozcopero no podemos acercarnosviolaríamos el misterioy nos entregaríamos demasiadoMás vale así…te hago un ademán de despedidadesde una barca ancladasin velas y sin remoses un adiósdesde un aeropuerto derruidose han suspendido los viajesbastaría un pasopero más vale así…

La presencia en el hueco

85

I

Y nos hemos quedadosolos bajo la nieblaencendiendo palabras de hierbahas dejado en el huecola forma de tu cuerpo¡Qué amanecidas tan cerca de tu voz!inaudita cautela para evitar palabrastus claros equinocciosla alegría de tu vientrepalabras detenidasmás allá de tus dientes

Remota oscuridad de tu presencialímite del espantoTu presencia en el huecoque se quedó en la hierba

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II

La casa de cristal en que agonizotan cerca de tu vozy de tu cuerpo de alegría difunta

No son los ángeles los que presiden el derrumbeni el coro de las alegrías ausentesni la pesada marcha de los recuerdosEs el silencio del minuto nuestrooculto entre las voces del verano

87

III

Sabemosque un viento desolado se agitatras el poema de la resurrección

No hay tiempo para el veranoen esta ciudadenemiga del sueño y de la luzpequeña trampa tendidasobre las colinas del crepúsculoengañosa claridad en las amanecidasy calma vesperal de leopardo en acecho

No hay tiempo para la viday nos bebemos todas las nochesnuestra pequeña oración de muerte-lunay sentimos cómo los minutosvan deslavando un paisaje interiorya erosionado antes del nacimiento

No hay tiempo para tendernossobre la hierba de la mañanay unirnos con furiaen acometidas que se hundanen el infinito

Sólo hay tiempo para rumiarnuestro salario de tinieblasy para sonreír (sonrisa-mueca)ante el paso de los minutos vacíosque forman esta corriente seca

88

IV

A Carlos Arriola

Recostarse en los sueñosy requerir palabraspara la ciudad nueva

El incendio en el aguala piqueta en el río

Edificar con hiedray crecer contra el viento

Destruir, edificarmuros, palabras, viento

89

V

¿Dónde te escondes, oh consuelodel mundo?

Novalis

Agitando las manoshasta llegara la agonía perfectaCon los ojos abiertosa las pequeñas cosaspresintiendo la llegadade la estación destructora

El miedo en el jardínacongojaal frío de la estatua

Tendidos en la hierbaesperamos el momentode la siega

No hay más realidadque esta pálida esperano hay más vocesque las del miedo ocultotras la sombrade esta noche interminableque se desplomasobre el jardín

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VI

Ahora más que nuncaolvidado en el veranoy mirando pasar los ojosde las constelacionesagradezco tu don de amorese pequeño jilguero dormido en la ventanasu plumaje de trinosesponjándose bajo la niebla amarillenta

Agradezco tu don, amiga buenay te digo que aún lo siento vivobajo la tela de mi camisa

Poemas de verano

93

I

Nos han dadouna tarde de lluviay unos ojos inútiles

Nos han dadola piel fresca del marsu atmósfera palpablemúsica silenciosapara manos sin fuerzacon los gastados nerviosy el tacto que no sabesentir ni hacer sentir

Nos han dadoel silencio, la nochelos frutos que maduranen la rugiente oscuridadde agostolos hijos, los caminos, el sollas islas griegasla selva que se admira(Narciso verde-oscuro)en sus espejos rotos

Selva, sol, aire…“terrestres alimentos”para el sudor resecode las manos

94

II

Desnuda claridadvaso de aguaresplandeciente vozpara el bochornode la tardeen que agostose deshace

Llameante densidadaire colmadode presencias de fuego

La frescura del frutohelada vozen la roja maderade las mesas

Fruto que asciendehacia los labios secosEl amargo desiertoen la garganta

Fruto, amorpalabra que no sabehumedecer las rutas interiores

95

El tránsito del sueño

Damos el primer paso fuera de nuestro yocaminamos palpando los muros de una galeríaque no termina nuncaMás inhábiles que un niñomás débiles que la mañana de inviernorecorremos las calles de esta ciudad que es nuestray que no conocemos

Mejor la humedad del vientrelas manos apretadas y el cordón de la vida siempre dulceMejor esas paredes de carne en que comenzó el tránsitoy la aventura estaba ligada sin remedioa una fuerza tierna y expectante

¿No terminará nunca la galería del sueño?¿Qué hay detrás de este andar sin ver caminos?¿Dónde se detendrán nuestras palabras?¿En qué cauce se desnudará el aire de la búsqueda?¿Y qué vendrá después?¿Será el infierno?–este grabado de Doréestos gritos que escapan de la gorra de Dante–

Amigo, el tiempo no respondePregunta, que la esfinge está dormidaestá dormido DiosTú y yo estamos aquí tocando con los dedos la inútil galería

Itinerario sin objeto

99

I

Éramos pequeños frutosdemasiado verdesy ya desprendidos de las ramas

Éramos grandes preguntasabsortas en la noche

Éramos el rescoldo de la hogueralos enrojecidos restosde una antorcha

Éramos grito y júbilo sin manchaávidos ojosmanos que apretabana los maduros hijos del verano

Éramos caudaldel río del cansancioresplandecientes aguasdel desierto…

100

II

Esta mañana hemos levantado nuestros ramospara detener al tiempoHemos levantado nuestras manoshasta que el sol las ha doradoy hemos recogido los pequeños jironesque la noche dejó en el bosqueDespués hablamos del tiempohemos hablado hasta que el vientonos selló los labios

De noche ya no hablamosnos miramos silenciosamentey sentimos que el vientonos cerraba la puertaNos tomamos las manosy el silencio nos hizoprolongar el abrazo

Mañana hablaremos del tiempohablaremos como si no supiéramosque la única salida se encuentraen el hueco de las manos

101

III

El mundo como una gran llanuravigilada por el ojo de Diospupila intacta, hoguera incandescentereflejada en sí mismallamas entrecruzadas que se contemplanen el deleite supremo de la auto-creación

El gran ojo de Diosla luz perseguida que al encontrarseurge los pasos hacia la huida totalporque la hoguera es demasiado ardienteporque la luz lo ciega y no es posiblesoportarla un momentohasta que el ojo se acostumbre a los tormentosde una excesiva iluminación

El gran ojo impasible recreándose en sí mismomientras en la llanura se escuchan los lamentoslos niños muertos antes de que la primavera los alumbreel horrendo holocausto de las llamas rodeando un torsoque nace de los bordes del dolor

El gran ojo de Dios sobre Hiroshimaobservando a las generacionescondenadas a la disminuciónsobre los niños humillados(nuestra vergonzosa herencia)sobre las planicies negrasdonde el cáncer se despereza

102

en un bostezo eternodonde la carne llora y se desprendecon el olor dulce de la putrefacción

El gran ojo de Diossobre la creación en llamas…ardiendo… ardiendo… ardiendo…derivando hacia las playasde la total consumación

El mundo como una gran llanuracomo una cadena de absurdoscomo una carga resignadapesada y leve sobre nuestros hombrosY, arribael gran ojo de las consolacionesconsumiéndose en la alegría de su amorcreando la sonrisa de los niñosy el abrazo de los amantesDe sus raíces crece la primaveray se deslíen los cantos de la fecundaciónY todo para completar el círculoel círculo que será luminosoel día en que los muertossurjan de sus tumbas

103

El mural de Guernica

A Pablo Picasso

Dejad a ese caballorumiando su agoníadejad que el toro negroempitone su muertecuánto mejor la espadaque esta muerte no vistano esperada, que llegadel aire envenenado

El niño duerme, muerelos senos de la madrela descubierta estrellade la noche pasada

No hay sangreno hay lugar para la sangreen este panoramade cuerpos destrozadossólo el aire calienteel minuto sonoroy después el silencioel grito no esperadopresente, aquícomo la casa muertay los ojos del niñoabiertos hacia adentro

104

Dejad que el toro negrono acepte su agoníay que el sueño de arenaengañe su silencio

Dejad que el niño duermaque la tierra se abraque la casa sin murosabandone a sus hiedrasNada se puede hacerel minuto ha pasadoSólo queda gritargritar hasta que el vientonos muestre una salida

Del tiempo…

107

I

Mi corazón…tu corazón…dos vocesen un tiempo de olvido

Deshabitados en el sueñotus pasos y los míos

108

II

Calladas ya las vocesque no fueronque no seránque sonahoraen un tiempo pasadodetenido

109

III

Tu desnudocrece de orillas y de juncosy por tus muslosla niebla canta

Desaparece el río

110

IV

Eras túen el tiempode los bosques desnudos

Eras túen el reflejodel estanque

Eras túen los caminosde la tierra

Eras túen las fuentesde la sangre

Eres túfigura grisen pálidos salonesy túen los aeropuertoscon el pañuelo eternoy los ojos velados

Eres tú adióssiempre adiós

Serás túen los caminos de la tierraen la vena constante de los sueños

111

V

Nuestro tiempo de lluvianuestro tiempogacela perseguidaflorecerá…

112

VI

Hoy diré una palabra a tus oídosy no la escucharásYa no estamos ahí…pasó la tardedel tiempo venidero

Grecia

La ciudad y las ruinas

115

I

Flauta

La flauta que inaugura el desposoriotiene en abril urgidas resonanciasSabe el macho cabrío que la tardele entregará una rosay que al viento se irán sus dobles llamas

En la noche la estatua roba un lampogira a su alrededor penumbra en danzaEn la ciudad las lucesel andar sin saberla inútil prisaMás movimientolos ateridos miembros de la estatua

116

II

Ronda

El crótalo convocaa la danza de sombrasEs la llamadade la hoguera viudaque llora sus cenizas arrobadas

El crótalo convocaEn el campoingrávidas presencias

117

III

Ritual

Yo tenía una palabraquemándome la bocaNo la supe decirno quiso el airelibrarme de su peso

En el templo de Apololas conjuntadas vocesque no existende pronto me rodearongritó el aire

He dicho la palabraa las columnasa los helados pechosdel oráculo

El mar de Greciatiene mi palabraquiso el airelibrarme de su pesoy en los ojosnace mi nueva carga

118

IV

Náhuatl en Atenas

Llegó conmigooculta en mi sombreroNo la sentílos días que no viví

Conmigo vaya dueña de la casasuyas sonlas flautas de mis huesos

El viento y las palabras

121

I

Sobre los labios la palabra crecey encuentra su ascensión

Nada podrá callarnosEl siglocárcel gris, inútil aguaescuchará la vozmonótona caídaen el silenciopreñado de poesía

122

II

El hombreabsorta galeríacircula en su palabray no hay lugarpara la voz ajena

123

III

Cuando pasediremos las palabrasque las llevará el vientosin oírlasdiremos las palabras

124

IV

¿Y si el vientolas llevara al desierto?No importaAhí las voces clamany se juntanlas palabras del hombrese escuchanlas unas a las otras

125

V

Ahoraretomemosel salterio olvidado

Somosla nueva vozel polvo nuevode la palabra antigua

Buscado amorse terminó de imprimir en el mes de noviembre de 2015 en los talleres de Pandora Impresores, S.A. de C.V. Caña 3657, La Nogalera44470, Guadalajara, Jalisco.

La impresión se realizó en papel bond de 90 gramos. Para su formación se utilizaron las tipografías Chaparral Pro, de Carol Twombly y Avenir, de Adrian Frutiger