Bujarin - Economia Politica Del Rentista - Cap 1 y 2

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NICOLAS IVANOVICH BUJARINLa economia politica del rentista

(Critica de la economia marginalista)Escrito: 1927

Capítulo I.Fundamentos metodológicos de la Teoría de la Utilidad Marginal y delMarxismo

Una teoría bien ordenada debe presentar un conjunto definido cuyas partesqueden unidas mediante un sólido vínculo lógico. Por lo tanto, una críticaconsistente debe ocuparse inevitablemente con los fundamentos de la teoría,con su método, pues este y no otra cosa es lo que liga las distintas partes de laestructura teórica. Por lo tanto comenzaremos con una crítica de lospresupuestos metodológicos de la teoría de la utilidad marginal, con lo que nodenotaremos su carácter deductivo, sino sus rasgos característicos dentro delmarco del método abstracto deductivo. En nuestra opinión, cualquier teoría depolítica económica si es que ha de ser teoría en absoluta, es una materiaabstracta; en este sentido el Marxismo concuerda perfectamente con la EscuelaAustriaca.

Pero este acuerdo tiene un carácter meramente formal; de no existir, no se

podría comparar la teoría Austriaca con la de Karl Marx. Pues lo que aquí nosinteresa son los contenidos concretos del método abstracto propio de laEscuela Austriaca, y que la hace tan diferente del marxismo.

La economía política es una ciencia social y su presupuesto, ya seanconsciente los teóricos de la política económica de ello o no, es algunaconcepción u otra de la sociedad y de sus leyes evolutivas. En otras palabras,cualquier teoría económica depende de ciertos presupuestos que tienen uncarácter sociológico y que sirven como fundamento de la investigación de lafase "económica" de la vida social. Esos presupuestos pueden expresarse conclaridad o pueden quedar sin expresar. Pueden enunciarse como un sistemaordenado o permanecer "una cosmovisión general indefinida" pero no puedenquedar ausentes en absoluto.

La economía política de Karl Marx posee tal fundamento en la teoríasociológica del materialismo histórico. La Escuela Austriaca, sin embargo, noposee un fundamento sociológico bien acabado o sencillamente bien definido;es necesario reconstruir los vestigios de tales fundamentos a partir de la teoríaeconómica de los austriacos. En el proceso, encontraremos constantementecontradicciones entre los pensamientos generales fundamentales sobre lanaturaleza de la "política económica" y los fundamentos reales de la teoríaeconómica austriaca. Son los anteriores, por lo tanto, los que recibirán nuestraprincipal atención.

Los siguientes fundamentos sociológicos de la ciencia económica soncaracterísticos del marxismo; reconocimiento de la prioridad de la sociedadsobre el individuo; reconocimiento de la naturaleza histórica y temporal decualquier estructura social; y finalmente, reconocimiento del papelpredominante desempeñado por la producción. La Escuela Austriaca, por otro

lado, se caracteriza por un extremo individualismo metodológico; por un puntode vista no histórico; y por tomar el consumo como punto de partida.

En nuestra introducción hemos tratado de presentar una explicacióngenética-social para estas diferencias fundamentales entre el marxismo y laEscuela Austriaca; esta diferencia, o más bien, esta radical oposición, la hemoscaracterizado como un contraste social psicológico. Ahora analizaremos esecontraste desde el punto de vista de la lógica.

1. Objetivismo y Subjetivismo en la Economía Política.

Werner Sombart, en un bien conocido artículo en el que comentaba el tercervolumen del capital de Marx, después de haber contrastado las dosmetodologías de la economía política, el método subjetivo y el objetivo, señalóque el sistema alemán era una extensión del "objetivismo extremo", mientrasque la Escuela Austriaca, en su criterio, era "el desarrollo más coherente en ladirección opuesta". Consideramos que esta presentación es perfectamenteadecuada.

Es cierto que el estudio de los fenómenos sociales en general y de loseconómicos en particular puede ser abordado de una de esas dos maneras;podemos asumir que la ciencia parte del análisis de la sociedad como un todo,en el cual cualquier momento dado determina las manifestaciones de la vida

económica del individuo, en cuyo caso la tarea de la ciencia es revelar lasconexiones y la cadena causal obtenida de los distintos fenómenos de tiposocial y que son determinantes en los fenómenos individuales; o, se puedeasumir que la ciencia debe proceder a partir del análisis del nexo causal de lavida individual, puesto que los fenómenos sociales no son sino la resultante delos fenómenos individuales, en cuyo caso ha de ser la tarea de la cienciacomenzar con los fenómenos de las relaciones causales de la vida individual apartir de los cuales deben derivarse los fenómenos y la causalidad de laeconomía social.

Y no hay duda de que Marx era un "objetivista extremo" en tal sentido, y nosólo en sociología sino también en política económica. Por esta razón, sudoctrina económica fundamental, la doctrina del valor, debe distinguirsetotalmente de la de los economistas clásicos, como Adam Smith. La teoría deeste último se basa en la evaluación individual de las mercancías, que secorresponde con la calidad y cantidad del trabajo empleado. Es una teoría delvalor trabajo subjetiva; y en comparación con ella la de Marx es objetiva, lateoría de Marx es una ley social de los precios. La teoría de Marx es por lo tantouna teoría objetiva del valor trabajo, que no se basa de ningún modo enninguna evaluación individual, sino que sólo expresa la conexión entre lasfuerzas sociales productivas dadas y los precios de las mercancías como estosse determinan en el mercado. De hecho, es con el ejemplo de la teoría del valory del precio como mejor puede Sombart mostrar la diferencia entre ambosmétodos. "A Marx no le importa en ningún momento", dice Sombart , "losmotivos individuales de los que participan en el intercambio, o en asumir comopunto de partida consideraciones como los precios de producción. Surazonamiento es como sigue: los precios los crea la competencia, pero la

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competencia esta regulada por la tasa de ganancia: la tasa de ganancia por latasa de plusvalía; la tasa de plusvalía por el valor, que es en si mismo laexpresión de un hecho socialmente condicionado, las fuerzas productivassociales. El sistema de Marx enumera ahora esos elementos en orden inverso:valor, plusvalor, beneficio, competición, precios, etc

Si debiéramos resumir la cuestión en una frase tajante, podríamos decir quea Marx no le preocupa nunca la motivación, sino la definición (la limitación) delos caprichos económicos del individuo". (Werner Sombart, op. cit., p. 591)

Bien distinta es la escuela subjetiva. Por todas partes no vemos sino

"motivaciones" para cada transacción económica individual" (Ibidem p. 592)Aquí se expresa la distinción de un modo muy hermoso. De hecho, en tanto

que Marx considera "el movimiento social como un proceso de la historianatural regido por leyes que no sólo son independientes de la voluntad,conciencia e inteligencia humana, sino por el contrario, que determinan talvoluntad, conciencia e inteligencia, el punto de partida de Bohm-Bawerk es elanálisis de la conciencia individual de la persona desde el punto de vistaeconómico.

"Las leyes sociales", escribe BB, "cuya investigación es la tarea de la políticaeconómica, dependen de las transacciones concurrentes de los individuos. Esauniformidad de acción es a su vez consecuencia de la operación de dichosmotivos que determinan la acción. En esas circunstancias, no es fácil dudar de

lo propio de explicar las leyes sociales retrocediendo hasta los motivoscausantes que determinan las acciones de los individuos, o comenzar a partirde esos motivos".

La diferencia por lo tanto, entre el método objetivo y subjetivo es poco másque el contraste entre el método social y el individualismo metodológico. (R.Stolzmann: Der Zweck in der Volkszwirtschaftslehre, Berlin, 1909, p.59.)

Sin embargo es preciso ampliar la definición de los dos métodos. Debemosrecalcar sobre todo la relativa importancia de la voluntad, de la conciencia o delas intenciones individuales de los hombres, de las que Marx habla. En segundolugar el "individuo económico" debe ser definido con más claridad, puesto quesupone el punto de partida de la Escuela Austriaca. "Estas relaciones socialesdeterminantes se originan tanto por los hombres individuales como por el lino,la tela (Karl Marx, la Pobreza de la Filosofía) No se sigue de ninguna manera,que las consecuencias sociales, "el producto social", del que habla Marx, esteinserto en la conciencia de esos individuos como un fin o un motivo impulsor.La sociedad moderna, con su anárquica estructura, (la teoría de la economíapolítica hace precisamente esta sociedad el objeto de su estudio) con susfuerzas de mercado y su acción elemental (competencia, fluctuación de precios,mercado de valores, etc) ofrece números ejemplos a favor de la presunción deque el "producto social" se impone sobre sus creadores, que el resultado de lasmotivaciones de los hombres individuales (pero no aislados) no sólo secorresponde con esas motivaciones, sino que en ciertos momentos entraincluso en directa contradicción con ellas. Eso puede explicarse de la mejormanera si atendemos al mecanismo de formación de precios. Un número decompradores y vendedores acuden al mercado con una cierta (y aproximada)idea del valor de sus propios vienes y del valor de los bienes de los demás; el

resultado de esa pugna es un precio de mercado determinado, que no coincidirácon las estimaciones individuales de la gran mayoría de las partes contratantes.Lo que es más, en el caso de que haya un cierto número de "individuoseconómicos" el precio establecido puede operar con efectos destructivos:precios demasiado bajos pueden llevarlos a la quiebra y a la ruina. Estefenómeno es todavía más impactante en la bolsa de valores, donde las apuestasson la regla. En todos esos casos, que son típicos y propios de la modernaorganización socioeconómica, podemos hablar de la independencia de losfenómenos sociales de la voluntad, la conciencia y las intenciones de los

hombres; pero esa independencia no debería entenderse que implica dosfenómenos diferentes, completamente independientes unos de los otros. Seríaabsurdo presumir que la voluntad humana no hace la historia, el problema esno tener en consideración a la historia (esa "concepción materialista de lahistoria es una vulgar caricatura burguesa del marxismo) La verdad es locontrario. Ambas series de fenómenos, las transacciones individuales y losfenómenos sociales, están en una íntima conexión genética.

Esa independencia debe entenderse sólo en el sentido de que talesresultados de los actos individuales se han vuelto objetivos y fundamentales enrelación con otros elementos más parciales. El producto domina a su creador;en cualquier momento dado, la voluntad individual se determina por laresultante ya alcanzada de las voluntades en conflicto de los distintos

"individuos económicos". El empresario que pierde en la lucha competitiva, elbanquero quebrado, han de retirarse del campo de batalla, aunque no ha muchoque funcionaban como elementos activos, como "creadores", del mismoproceso social que los destruyó. El fenómeno es expresión de la irracionalidaddel carácter "elemental" del proceso económico en el marco de la economíamercantil, que queda claramente expresado en la psicología del fetichismo de lamercancía, expuesto primeramente y brillantemente analizado por "Marx". Esprecisamente en una economía mercantil en el que el proceso de "objetivación"de las relaciones entre los seres humanos tiene lugar, en que esas "expresionesde cosas" conducen a una existencia específica "independiente" en razón delcarácter elemental de la evolución, una existencia sujeta a una ley específicapropia.

Así pues estamos tratando con varios tipos de fenómenos individuales y conun número de series de tipos sociales: no hay duda de que existe una ciertaconexión causal entre estas dos categorías (individuales y sociales) y entre lasvarias series de la misma categoría, particularmente entre las varias series defenómenos sociales dependientes unos de otros. El método de Marx consisteprecisamente en averiguar la ley de relaciones causales entre los diversosfenómenos sociales. En otra palabras, Marx analiza la naturaleza causal de laresultante de las diversas voluntades individuales, sin analizar estás últimas ensi mismas; analiza las leyes subyacentes a los fenómenos sociales, sin atender asu relación con el fenómeno de la conciencia individual.

Pero ocupémonos ahora de los "sujetos económicos" de Böhm-Bawerk.En su artículo sobre el libro de Karl Menger (Untersuchungen, etc) Bohm-

Bawerk, de acuerdo con los adversarios de la Escuela Austriaca y con el propioMenger, admite que los "sujetos económicos" presentados por los

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representantes de la nueva escuela no son ni más ni menos que los átomos de lasociedad. La tarea de la nueva Escuela es la "eliminación de los métodosorgánicos e históricos como los métodos dominantes de investigación teóricaen las ciencias sociales….y… la restauración de esa t endencia claramenteatomística"

(Böhm-Bawerk: Zeitschrift für Privat- und öfftentlickcs Recht derGegenwart, Vienna, 1884, vol. XI, p.220.)

El punto de inicio de ese análisis no es evidentemente el miembro individualde una sociedad dada, en sus relaciones sociales con sus congéneres, sino el

"átomo" aislado, el Robinson Crusoe económico. Los ejemplos que escogeBöhm-Bawerk para clarificar su punto de vista son también de este tipo. "Unhombre está sentado al lado de un arroyo de agua", esa es la introducción deBohm-Bawerk a su análisis de la Teoría del Valor. Böhm-Bawerk: "Grundzügeder Theorie des wirtschaftlichen Güterwerts." Hildebrandt's Jahrücher fürNationalökonomie und Statistik, vol. XIII, p.9.)

Después nos presenta a un nómada del desierto, (ibid, p. 9) a un granjeroaislado del resto del mundo (ibid., p. 9) a un colono "cuya cabaña de troncos seyergue solitaria en el bosque primigenio" (ibid. P. 30) Y encontramos ejemplossimilares en Karl Menger "El habitante del bosque primigenio" (Karl Menger:Grunsätze tee der Volkswirtschaftslehre, Vienna, 1871, p.82), los moradores deun oasis (ibid., p.88), "un habitante de una isla lejana" (ibid., p.95), "un granjero

aislado" "náufragos" (ibid., p.104).Aquí nos encontramos de nuevo con el punto de partida que formuló en su

día Bastiat, el más "dulce" de los economistas. En sus "Armonías Económicas"Bastiat dice "las leyes económicas operan de modo uniforme, ora estemostratando con una totalidad de individuos aislados o con sólo dos personas, ocon un solo individuo forzado a vivir aislado. Si el individuo puede vivir duranteun cierto periodo de forma aislada, ese individuo sería simultáneamente uncapitalista, un emprendedor, un trabajador, un productor y un consumidor.Toda la realidad económica estaría implicada en él mismo. Y debido a estaoportunidad de observar cada paso en esa evolución, a saber, la necesidad, elesfuerzo, la satisfacción de la necesidad, el disfrute del libre uso del beneficiodel trabajo, podría hacerse una idea de todo el mecanismo, aunque en su formamás sencilla". (Frederic Bastiat, Harmonies économiques, Bruxelles, 1850,p.213.)

En la misma obra y con anterioridad, Bastiat nos dice "mantengo que laeconomía política lograría su objetivo y completaría su sagrada misión sidemostrara definitivamente el siguiente hecho: que lo que vale para unapersona vale para la sociedad (Ibid., p.74

Jevons hace una declaración equivalente: "La forma general de las leyes dela economía es la misma en el caso de los individuos y de las naciones".

Pues ya puede ser muy venerable este punto de vista en virtud de su solera,que sigue siendo una completa falacia. La sociedad (se asuma de formaconsciente o inconsciente) no es un mero agregado aritmético de individuosaislados; por el contrario, la actividad económica de cada individuo específicopresupone un entorno social definido en la que la relación social de cadaeconomía individual encuentra su expresión. Los motivos del individuo que

vive sólo son completamente distintos de los del "animal social" (zoonpolitikon) El primero vive en un ambiente natural, de cosas en toda su prístinasencillez. El otro no sólo está rodeado de "Materia" sino de un peculiar "socialmilieu". La transición del humano aislado a la sociedad es posible sólo en virtudde ese "magma social". Y de cierto, si sólo tratáramos de una merayuxtaposición de economías individuales, sin nexos de contacto entre ellas, enel que el magma social que tan correctamente ha denominado Rodbertus la"Comunidad Económica" quedaría ausente, no existiría sociedad alguna. Porsupuesto, teóricamente se podría abarcar un número de economías aisladas y

remotas en un único concepto y después meterlas con calzador, por así decir,dentro de una totalidad. Pero esa totalidad o conjunto no sería ningunasociedad, un sistema de economías íntimamente interconectadas unas conotras y en constante interacción.

En tanto que el primer agregado sólo podría ser un constructo artificial, elsegundo no es sino la realidad presente. Por lo tanto, el individuo económicoaislado puede ser considerado sólo como un miembro de un sistema social yeconómico, nunca sólo como un átomo aislado. EL sujeto económico, en susacciones, se adapta a la condición dada de los fenómenos sociales; y estosimponen barreras y restricciones a las motivaciones individuales, o, en palabrasde Sombart "les constriñen". Esto es cierto no sólo por lo que concierne a la"estructura económica de la sociedad", es decir, a las condiciones de

producción, sino también a los fenómenos socioeconómicos que surgen sobre elfundamento de una estructura dada.

Así, por ejemplo, las evaluaciones individuales del precio comienzan conprecios que ya han sido fijados; el deseo de invertir capital en un bancodepende del tipo de interés en el momento; la inversión de capital en unaindustria u otra se determina por la tasa de beneficio que rinda dicha ramaindustrial; la estimación del valor de una parcela depende de su renta y de latasa de interés, etc. No hay duda, los motivos individuales ocasionan "efectoscontrarios", pero esos efectos hay que recalcar que ya de inicio estánpermeados por un contenido social, y por lo tanto no se pueden sencillamentederivar "leyes sociales" del sujeto aislado. Pero si no comenzamos con elindividuo aislado en nuestro análisis, pero consideramos el factor social en susmotivos como dados, nos encontraremos en un círculo vicioso; cuantointentemos derivar lo "social", o sea, lo "objetivo" en este contexto, de lo"individual , o sea "Lo subjetivo" estamos derivándolo de lo social, o haciendoalgo peor todavía que desnudar a un santo para vestir a otro, como se dicepopularmente.

Como hemos visto anteriormente, los motivos del individuo aisladoconstituyen el punto de partida de la Escuela Austriaca (Böhm-Bawerk)

Para ser justos, algunas de las obras de los representantes de esta escuelamás de una vez presenten concepciones esencialmente correctas de la esenciade la estructura social en su conjunto. Pero, de hecho, la Escuela comienzaprimero con un análisis de los motivos de los sujetos individuales, sinconsideración a los nexos sociales entre ellos. Este punto de vista es bastantecaracterístico de los últimos teóricos de la burguesía, y es precisamente el

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punto de vista que la Escuela Austriaca aplica de forma regular a lo largo detodo su desarrollo.

Se sigue que la Escuela se verá obligada de manera inevitable a escamotearla noción de lo "social" en los motivos individuales de sus átomos, siempre queintenta explicar cualquier fenómeno social. Pero dado su método estánabocados a un inevitable y monstruoso círculo vicioso.

De hecho, esta falacia lógica inevitable está ya presente en el análisis de laTeoría Austriaca del valor subjetivo, la piedra angular de toda su estructurateórica del valor subjetivo, de la que tan ufanos se muestran sus

representantes. Y sin embargo basta sólo con esta falacia para destruir toda latrascendencia de esta ideología económica pseudo-científica de la modernaburguesía económica que han edificado con tanto ingenio, "pues", dice BB contoda razón, "es un pecado mortal metodológico ignorar lo que uno deberíaexplicar en una investigación científica". Por eso concluimos que el"subjetivismo" de la escuela austriaca, su deliberado aislamiento del "sujetoeconómico" y su desconsideración absoluta hacia las relaciones sociales debenllevarles de un modo inevitable a la quiebra de todo su sistema; un sistema quees tan poco satisfactorio como la antigua teoría de los costes de producción, quetambién se debatía en ese callejón sin salida.

Ahora surge la cuestión de si es posible presentar una formulación teóricade la vida económica, y determinar sus leyes causales, sin implicar las leyes

causales de los motivos individuales; en otras palabras, ¿es posible el"objetivismo" que constituiría el fundamento de la teoría Marxista?

Y es el propio BB el que admite esta posibilidad: "no, sin duda, acciones sinmotivación causal, sino ciertamente el reconocimiento de acciones causales sinel reconocimiento de la motivación presente". Pero BB asume que la "fuente deconocimiento objetivista, en el mejor de los casos sólo puede contribuir en muypequeña medida, y en una medida que es especialmente exigua para suspropios propósitos de conocimiento total, pues nos ocupamos en el campoeconómico de manera particular con acciones humanas conscientes ycalculadas". (Zum Abschluss der Marxschen System, p.202)

Ya hemos visto, en contraposición a lo anterior, que son precisamente lasabstracciones psicológicas individualistas promulgadas por los austriacos lasque rinden tan escasa cosecha. Y estamos hablando aquí, no de lasabstracciones como tal. De hecho lo que hemos recalcado anteriormente es quela abstracción es un elemento necesario en la adquisición de conocimiento. Elerror de los austriacos consiste en ignorar precisamente los fenómenos socialesque están estudiando. Y esto lo presenta magníficamente R. Stolzmann: "Lostipos económicos pueden ser simplificados mediante la individualización y laabstracción tanto como se quiera, pero deben ser tipos sociales, debenocuparse de una economía social. (R. Stolzmann, op. cit., p.63; también suSoziale Kategorie, pp. 291, 292; cf. también D. Lifschitz: Zur Kritik der Böhm-Bawerkschen Werttheorie, Leipzig, 1908, chapter iv, particularly pp. 90, 91.)

Pues no es posible pasar de lo meramente individual a lo social: incluso sialguna vez hubiera existido en la realidad tal proceso histórico de transición, esdecir, incluso si los seres humanos lo hubieran hecho, incluso en este caso, se

trataría de una descripción histórica y concreta del proceso, una solución delproblema puramente cinematográfica.

Incluso en este caso, sería imposible plantear una teoría cinematográfica.Asumamos, por ejemplo, que ciertos productores aislados entran en relacionesunos con otros, se unen mediante el intercambio de bienes y construyengradualmente una sociedad de intercambio en sentido moderno.

Ahora analicemos las evaluaciones subjetivas que realiza el hombremoderno. Esas evaluaciones están basadas en precios ya establecidos conanterioridad (como se mostrará en detallé más adelante); estos precios,

pueden, a su vez, ser moldeados por los motivos de los sujetos económicos dealguna época anterior; pero esos precios también habrían sido dependientes deprecios establecidos en un periodo aún más temprano, y estos a su vez de otromás antiguo, etc. Por lo tanto nos encontramos con las valoraciones de losproductores individuales, valoraciones que en realidad ya no implican ningúnelemento de precios, puesto que todas las relaciones sociales, la propiasociedad, es lo que falta. Pero tal análisis de las valoraciones subjetivas quecomienza con el hombre moderno y se remonta a un hipotético RobinsonCrusoe no tendría más significado que la mera descripción histórica del procesode transformación de los motivos de los hombres aislados en los motivos delhombre moderno, con la diferencia de que el proceso iría en la direccióncontraria.

Eso no es un análisis es una descripción; es imposible fundar una teoríageneral de los precios o una teoría del intercambio sobre tales fundamentos.Cualquier tentativa de construir esa teoría llevará inevitablemente a círculosfalaces dentro del sistema, pues en tanto deseemos permanecer en el marco deuna teoría general, debemos, en vez de explicar el elemento social, comenzarcon él como una cantidad dada. Ir más allá de esta cantidad sería equivalente,como hemos visto, a transformar la teoría en historia, es decir, en entrar en untipo completamente diferente de trabajo académico.

Así que sólo nos queda, por lo tanto, un modo adecuado a nuestro juicio deanálisis, que no es sino la combinación de la deducción abstracta y del métodoobjetivista. Esa combinación es extremadamente característica de la economíapolítica marxista. Sólo mediante este método será posible fundar una teoría queno implique contradicciones constantes y repetidas, sino que nos aporte unbuen medio para el examen de la realidad capitalista.

2. El Punto de Vista Histórico y el Punto de Vista no Histórico.

Karl Marx en su Theorien über den Mehrwert (vol. I, p.34) dijo de losfisiócratas: "su mayor logro fue haber concebido esta formas (es decir lasformas del modo capitalista de producción) como formas fisiológicas de lasociedad: como formas que surgían de la propia necesidad natural de producir,y que eran independientes de la voluntad, de la política, etc

Son leyes materiales; la falacia de los Fisiócratas consistía en haberconcebido la ley material de una fase histórica específica de la sociedad comouna ley abstracta que dominaba todas las formas de sociedad de modouniforme".

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No hay mejor manera de presentar la diferencia entre el punto de vistapuramente social y el punto de vista histórico-social. Es posible considerar la"economía social como un conjunto" y al mismo tiempo no comprender todo elsignificado de las formas específicas de sociedad como se han desarrolladohistóricamente. Por supuesto el punto de vista no histórico en los tiemposmodernos aparece con frecuencia junto con una falta de entendimiento de lasconexiones sociales; y sin embargo debemos distinguir entre estas doscuestiones metodológicas, pues la posibilidad de un "tratamiento objetivo" porsi sola no nos ofrece ninguna garantía de que los problemas vayan a ser

emplazados en su contexto histórico. Un ejemplo de esto lo aportan los propiosFisiócratas. Y lo mismo pasa, en la moderna literatura económica, en Tugan-Baranovsky, cuya "teoría de la distribución social" es aplicable a cualquiersociedad dividida en clases (y por lo tanto no explica nada)

Marx recalca en todo momento el carácter histórico de su teoría económicay la relatividad de sus leyes. "Según su opinión, cada periodo histórico tiene suspropias leyes… tan pronto como la vida ha avanzado más allá de un periododado de evolución, ha pasado de una fase a otra, comienza a ser guiada porotras leyes". Por supuesto no se sigue necesariamente que Marx negara laexistencia de cualquier ley general que domine el curso de la vida social en susdiversas fases evolutivas.

La concepción materialista de la historia, por ejemplo formula ciertas leyes

concebidas como explicaciones de la evolución social en todo momento. Perono excluyen las leyes históricas específicas de la economía política, que, comoopuestas a las leyes sociológicas, expresan la esencia de una estructura socialespecífica, es decir, la de la sociedad capitalista.

Aquí nos anticiparemos a una objeción que puede presentarse: se podríadecir que aceptar el principio histórico nos llevaría directamente a un tipo deteoría puramente descriptiva e ideográfica, es decir, precisamente el punto devista defendido por la llamada "Escuela Histórica". Pero esa objeción suponeconfundir varias cosas. Tomemos al azar cualquier método general de lasciencias ideográficas más características, por ejemplo, la estadística: tenemos la"ley empírica" de las estadísticas de población que suponen que hay entre 105 y108 varones nacidos por cada 100 mujeres. Esta "ley" es puramente descriptivay no implica relación causal alguna. Por otro lado, cualquier ley teórica en laeconomía política debe poder formularse así: y A, B y C están presentes, D, debeasimismo resultar; en otras palabras, la presencia de ciertas condiciones,"causas", implica la aparición de ciertas consecuencias. Es patente que estas"consecuencias" pueden tener también un carácter histórico, es decir, puedensobrevenir en realidad sólo en un momento dado. Desde un punto de vistapuramente lógico, da bastante lo mismo dónde y cuando esas condiciones sedan, e incluso tiene menos importancia aún si se dan en absoluto, en ese casoestamos "tratando con leyes eternas"; pero, en la medida en que ocurren en larealidad, son "leyes históricas", pues están conectadas con "condiciones" quesuceden sólo en una cierta fase del desarrollo histórico. Pero una vez que estascondiciones están presentes, sus consecuencias también se indican.Precisamente este carácter de las leyes teóricas económicas hace posible suaplicación a naciones y épocas en las que la evolución social ya ha alc anzado un

cierto nivel; fue posible por tanto que los marxistas rusos pudieran vaticinar deforma esencialmente correcta "el destino del capitalismo en Rusia" aunque elanálisis marxista se basara en evidencia empírica concreta recogida enInglaterra.

En otras palabras, el carácter "histórico" de las leyes de la economía políticade ningún modo las transforma en otro una ciencia de tipo ideográfico. Por otrolado, sólo el punto de vista histórico puede tener algún valor científico en elcampo que nos ocupa.

La economía política como ciencia puede tener sólo como objeto una

sociedad de mercancías: una sociedad capitalista. Si nos ocupamos de unaeconomía que esté organizada de cualquier modo que se nos ocurra, porejemplo la economía oikos o doméstica de Rodbertus, o la primitiva sociedadcomunista, con los feudos o con una economía socializada y planificada de un"Estado" socialista, no podemos encontrar un solo problema cuya soluciónpueda encontrarse en el dominio de la economía política teórica. Estosproblemas están conectados con la economía mercantil, particularmente con suforma capitalista: los problemas del valor, del precio, del capital, de losbeneficios, de la crisis, etc. Esto por supuesto no ocurre con accidente; esprecisamente en este momento, a la vista de la preponderancia más o menosacentuada del sistema de la "libre competencia" que la naturaleza elemental delproceso económico logra expresiones particularmente impactantes, quedando

relegadas tanto la voluntad individual como los fines individuales al trasfondoen contraposición a la cadena que se va desarrollando objetivamente de losdistintos fenómenos sociales. Es sólo en la producción de mercancías como tal,en su expresión más elevada, la producción capitalista, cuando podemos aplicarel fenómeno descrito por Marx como el "fetichismo mercantil" y analizado porél en "El Capital".

Precisamente en este punto la relación personal de los seres humanosmismos en el proceso de producción llega a ser una relación impersonal entrecosas, en tanto que las últimas asumen la forma de un "jeroglífico social" delvalor. (Karl Marx: Capital, vol. I, p.85).

De ahí que el "enigmático" carácter peculiar al modo capitalista deproducción y los rasgos característicos de los problemas son aquí por primeravez sujetos a investigación teórica. El análisis de la sociedad capitalista poseeun interés particular y conforma una forma lógica especial en la cienciaeconómica, que investiga las conexiones causales en la vida elemental de lasociedad moderna, formula una serie de leyes que son autónomas en relacióncon la conciencia humana, "leyes naturales regulativas" similares a la ley de lagravitación, "como cuando una casa se derrumba al lado nuestro, y no por elcarácter típico de la libertad económica, sino por la particularidadepistemológica del sistema competitivo, que implica, como lo hace, el mayornúmero de enigmas teóricos, así como la mayor de las dificultades en susolución". (Heinrich Dietzel: Theoretische Sozialökonomik, p.90.)

Este carácter rudimentario, una consecuencia de condicionesextremadamente complejas, es en si mismo un fenómeno histórico peculiar alsistema de producción de mercancías. Sólo una economía social no organizadapresenta esos fenómenos particulares en los que la adaptación mutua de las

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diversas partes del organismo productivo procede independientemente de loque la voluntad humana pretenda conscientemente.

En una dirección planificada de la economía social, la distribución yredistribución de las fuerzas sociales productivas constituye un procesoconsciente basado en datos estadísticos. En la presente anarquía de producción,el proceso tiene lugar a través de un mecanismo de transferencia de precios,mediante la subida y la bajada de estos, la presión que ejercen en los beneficios,las crisis, etc, en una palabra, no mediante un cálculo consciente por parte de lacomunidad, sino por el ciego poder del elemento social, que se trasluce en toda

una cadena de fenómenos socio-económicos, particularmente en el precio demercado. Todas ellas son las características de la sociedad moderna yconstituyen el objeto de la economía política. En una sociedad socialista, laeconomía política perdería su razón de ser: sólo existiría "geografía económica"una ciencia de tipo ideográfico, y una "política económica", una ciencianormativa; pues las relaciones entre los hombres serían claras y simples, laformulación fetichista de esos objetivos desaparecería y las consecuenciascausales de tales elementos desembridados serían suplidas con lasconsecuencias causales del desempeño consciente de la sociedad.

Ese hecho por si mismo es bastante par mostrar que una investigación delcapitalismo debe tomar en cuenta sus rasgos fundamentales, aquellos quedistinguen el "organismo de producción" capitalista, de cualquier otro; pues el

estudio del capitalismo no es sino el estudio de lo que distingue el capitalismode cualquier otra estructura social. Una vez que pasamos por altos laspeculiaridades típicas del capitalismo, pasamos a categorías generales quepueden ser aplicadas a cualquier sistema de producción social y que por lotanto no pueden explicar el proceso evolutivo históricamente condicionado del"capitalismo moderno" Es precisamente en virtud de su capacidad para olvidareste principio, nos decía Marx, "donde radica toda la sabiduría de loseconomistas modernos, que demuestran la eternidad y la armonía de lascondiciones sociales existentes". También debe notarse que el capitalismo es laforma desarrollada de la producción de mercancías, caracterizada no por elintercambio por si mismo, sino por el intercambio capitalista. En este sistema elpotencial de trabajo se presenta como una mercancía y las condiciones deproducción (la estructura económica de la sociedad) incluyen no sólo lasrelaciones entre los productores de mercancías sino también aquellas que sedan entre la clase capitalista y los asalariados. Un análisis del capitalismo por lotanto implica no sólo un análisis profundo de las condiciones generales de laeconomía mercantil (este elemento invariado sería equivalente a la teoría de laproducción simple de mercancías) sino también una investigación de laestructura específica del capitalismo. Una teoría económica verdaderamentecientífica no puede ser desarrollada a menos que las cuestiones se formulencomo hemos presentado anteriormente. Sólo si el objeto es glorificar yperpetuar las condiciones capitalistas, y no investigarlas teóricamente, unopuede omitir el análisis y el énfasis de sus características típicas. Por lo tanto,Marx presenta el Capital con las siguientes palabras "La riqueza de lassociedades en las que tiene preponderancia el modo de producción capitalistase nos aparece como un inmenso cúmulo de mercancías, siendo su unidad una

sola mercancía. Nuestra investigación debe por lo tanto comenzar con elanálisis de la mercancía".

Ya desde los comienzos, por tanto, la investigación de Marx procede a travésdel curso histórico; sus análisis subsiguientes muestran que todos losconceptos económicos fundamentales son históricos en su carácter. "Cadaproducto del trabajo" dice Marx a propósito del valor "es, en todos los estadosde la sociedad, un valor de uso, pero es sólo en una etapa histórica definida enel desarrollo de la sociedad que tal producto deviene una mercancía, esto es, enla época en la que el trabajo gastado en la producción de un bien o servicio útil

se expresa como una de las cualidades objetivas de tal bien o servicio, como suvalor".

Las palabras de Marx en "El Capital" son parecidas: "Pero el capital no son"cosas". Es una interrelación definida en la producción social que pertenece auna formación concreta histórica de la sociedad. Esta relación se expresamediante una cierta cosa y le confiere a esta cosa un carácter social específico.El capital no es la suma del material y de los medios de producción elaborados.El capital implica que los medios de producción se han convertido en capital, yque los medios de producción por ellos mismos no son más capital que el oro ola plata lo son en si mismos". (Capital, vol. III, part VII, pp. 947, 948.)

Es muy ilustrativo comparar estas palabras con la definición de Capital quenos da B-B.

"El capital como tal es el término con el que denotamos una suma deproductos totales que sirven como medios para la adquisición de mercancías. Elconcepto más estrecho de capital social puede ser separado de esta concepcióngeneral de capital. Asignamos el término capital social a una serie de productosque sirven como medio de adquisición de mercancías socio-económicas; o, pardecirlo más sucintamente, un grupo de productos intermedios".

Resulta patente que estas dos definiciones proceden de puntos de partidatotalmente diferentes. En tanto que Marx recalca el carácter histórico de unacierta categoría como su rasgo principal, BB ignora completamente el elementohistórico; mientras que a Marx le preocupan las relaciones históricas entre loshombres, BB presenta formas universales de relaciones entre los hombres y lascosas. Y de hecho, una vez que uno decide ignorar las relaciones entre loshombres, sujetas como están al cambio histórico, sólo quedan las relacionesentre el hombre y la naturaleza; en otras palabras, en lugar de categorías socio-históricas, sólo nos quedan las categorías "naturales". Y sin embargo es claroque las categorías "naturales" de ningún modo pueden explicar las categoríassocio-históricas, pues como observa muy propiamente Stolzmann "Lascategorías naturales tan sólo pueden permitir posibilidades técnicas para eldesarrollo de los fenómenos económicos". (R. Stolzmann: Der Zweck in derVolkswirtschaftslehre, 1909, p.131.)

Y de hecho, el proceso de trabajo, el proceso de producción y de distribuciónde mercancías, siempre asume ciertas formas históricas variadas, que son por simismas capaces de producir fenómenos socio-económicos específicos. Esciertamente insostenible el punto de vista de hombres como el "CoronelTorrens" y BB que consideran la "piedra labrada del salvaje con el origen delcapital", y al propio salvaje como un incipiente capitalista. Sólo después de que

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los medios de producción en una sociedad mercantil han sido monopolizadospor una sola clase en contraposición a la única mercancía que aún está enposesión de los trabajadores, su potencial de trabajo, tenemos el fenómenopeculiar conocido como capital; y por supuesto el "beneficio del capitalista"comienza sólo en este punto.

Lo mismo puede decirse de la renta. El hecho del diferente rendimiento delsuelo en varias parcelas de tierra, o, como lo explicita la famosa fórmula "La Leyde Rendimientos Decrecientes del Suelo" no debe de ningún modo resultar(incluso si se diera en la forma que defienden los Malthusianos más radicales),

en el fenómeno de la renta de la tierra. La Renta como tal comienza sólo cuandolas tierras parceladas, equipadas en el marco de la producción de mercancías,son monopolizadas por los terratenientes. En cuanto a la diferencia entre elrendimiento de las diferentes tierras y la "ley" en cuestión, se trata meramentede condiciones técnicas, por cuanto ellas son las que hacen posible el fenómenosocial de la renta.

De ahí que BB lamenta y reprocha a muchos de sus críticos no ser capacesde distinguir la "esencia de la cuestión" de su "manifestación." Pero eso no tienefundamento. La esencia del capitalismo no reside en el hecho de que supongaun "agregado de productos intermedios" (la "esencia" de los medios deproducción) sino en constituir una peculiar relación social que resulta en unaserie de fenómenos económicos desconocidos en otras épocas. Puede por

supuesto defenderse que el capital es una manifestación de los medios deproducción en la sociedad de hoy en día, pero no puede mantenerse que elcapital en sentido moderno es la manifestación universal del capital y que esteúltimo es lo mismo que los medios de producción.

Incluso el fenómeno del valor tiene un carácter histórico. Incluso siadmitimos la corrección del método individualista de la Escuela Austriaca, ypretendemos derivar el valor del valor "subjetivo"; esto es, de las evaluacionesindividuales de distintas personas, debemos también considerar el hecho deque en la economía moderna la psicología del "productor" tiene un contenidocompletamente diferente de la del productor en una economía natural (y muydiferente del individuo que está al lado de un arroyo o sediento en un desierto)el capitalista moderno, y da igual si es un representante del capital comercial o

industrial, no tiene el menor interés en el valor de consumo de sus productos: el"trabaja" mediante manos ajenas, y para obtener un beneficio: lo que le interesaes el valor de cambio. Es obvio que incluso el fenómeno fundamental de laeconomía política, el del valor, no puede explicarse sobre un fundamento o unacircunstancia válidas y común para todos los tiempos y pueblos, que los bienessiempre satisfacen una necesidad humana. Y con todo ese es el método de laEscuela Austriaca. Por lo tanto llegamos a la conclusión de que la EscuelaAustriaca esta siguiendo un curso metodológico completamente erróneo eignorando las peculiaridades del capitalismo.

Una economía política que trate de explicar las relaciones socioeconómicas,es decir, las relaciones entre los hombres, debe ser una ciencia histórica".

Como dice Engels con cierta pero merecida mala intención, "un tipo que seponga a clasificar la Economía Política de la Tierra del Fuego con las mismas"leyes" que las que rigen en Inglaterra hoy en día, no dirá más que banalidades

y lugares comunes". Esas banalidades pueden organizarse de modo más omenos ingenioso, como es el caso de BB, pero incluso estas no pueden explicarlas peculiaridades del orden capitalista, al haber sido eliminadas de antemano.Así que la "economía hipotética" construida por BB, cuyas "Leyes" él trata deexplicar, está tan alejada de nuestra pecadora realidad que no rinde un átomode eso, de realidad. Y no es que los inventores de esta tendencia sean del todoinconscientes de ello. Por ejemplo BB, en la última edición de su libro, dice:

"Me hubiera gustado particularmente acabar con la laguna que aún quedaen la investigación de la naturaleza y la importancia de la llamada "categoría

social", de las relaciones de poder y autoridad que emanan de las institucionessociales… este capítulo de la economía   política aún no ha sido escritosatisfactoriamente… ni siquiera por la teoría de la utilidad marginal" (Prefacio ala Tercera edición de Kapital und Kapitalzins, vol. II, pp. 16, 17)

Por supuesto podemos predecir que este "capítulo" no puede ni podrá serescrito nunca "satisfactoriamente" por los representantes de la teoría de lautilidad marginal, puesto que no consideran la "categoría social" como uningrediente orgánico de la categoría "puramente económica", sino que laconsideran una sustancia extraña ajena a la economía. Aquí Sotlzmann sevuelve a oponer, como uno de los representantes del método "social-orgánico"a BB, a quien nos hemos referido repetidas veces: "El llamado objetivismo entraen una nueva fase en la que deviene no sólo social sino también histórico; ya no

existe un océano entre la ciencia lógica sistemática y la ciencia histórico-realista, ahora tienen un campo común de trabajo, ambas tienen como objetivoel estudio de la realidad histórica". Pero esa tarea de unir el método clásicoabstracto con el objetivismo y el historicismo fue resuelta mucho antes por KarlMarx y sin accesorios éticos. Parece que la "anticuada" teoría del proletariadoes superior a las demás también en esto.

3- El Punto de Vista de la Producción y el punto de vista del consumo.

"El primer tratamiento teórico de los modernos modos de producción", diceKarl Marx, "surgió necesariamente de los fenómenos superficiales del procesode circulación… la ciencia real de la moderna economía no comienza, a menos

que el análisis teórico pase del proceso de circulación al proceso deproducción". ." (Capital, vol. III, p.396.)

Por otro lado, BB y toda la Escuela Austriaca toman el consumo como puntode partida de su análisis.

En tanto que Marx considera la sociedad sobre todo como un "organismoproductivo" y la economía como un "proceso de producción" BB relega laproducción enteramente al trasfondo; para él la cuestión predominante es elanálisis del consumo, de las necesidades y deseos del hombre en cuanto agenteeconómico.

Por lo tanto no puede sorprendernos cuando le encontramos tomando comopunto de partida no las mercancías consideradas como productos, sino, comouna cantidad dada de productos "a priori" una "oferta", cuyo origen es incierto.Eso también hace que su teoría del valor sea el elemento central de todo susistema teórico.

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Puesto que el factor de producción se excluye desde el inicio, es obvio que laresultante teoría del valor debe ser enteramente independiente de laproducción. Bastante parecido es la peculiar aplicación del método de la"abstracción aislada", por ejemplo, en vez de hacer que sus Robinsones, en suanálisis del valor, produzcan mercancías, él les hace perderlas, "prescindir deellas": Eso hace que se pueda considerar a la producción y a la reproducción nocomo un fenómeno que requiera algún análisis, sino como un factorperturbador.

Es por lo tanto completamente natural que la "utilidad" sea el concepto

fundamental de la Escuela Austriaca, a partir del cual el concepto del valorsubjetivo (también después del objetivo) se deriva en su momento; no expresaninguna relación activa entre las cosas, sino una relación pasiva; no una"actividad objetiva" sino una cierta relación con un estado uniforme y dado. Espor esta razón que este concepto de utilidad puede aplicarse con tanto éxito ensituaciones tan importantes como las que implican a este tipo de agentesactivos, "proscritos, náufragos, nómadas" y otros monstruosos constructos dela imaginación del catedrático.

Pero está bastante claro que este punto de vista evita de antemanocualquier posibilidad de comprender los fenómenos sociales su evolución. Lafuerza que motiva estos últimos es el incremento de las fuerzas productivas, dela productividad del trabajo social, la extensión de las funciones productivas de

la sociedad. Sin consumo no hay producción: nadie va a negar esto, es ciertoque las necesidades son siempre el motive de cualquier actividad económica.Por otro lado, la producción tiene también una influencia decisiva en elconsumo. Marx explica como se hace sentir esta influencia de tres maneras: enprimer lugar, en que la producción crea el material para el consumo; ensegundo lugar en que determina el modo del consumo, es decir, su caráctercualitativo; en tercer lugar, en que crea nuevas necesidades.

Esos son los hechos si consideramos las relaciones mutuas entre laproducción y el consumo en general, sin referencia a una estructura históricaespecíficamente dada. El el estudio del capitalismo, debe considerarse un factorañadido, a saber, en las palabras de Karl Marx "la "demanda social", el otraspalabras, lo que regula el principio de demanda, está condicionada

esencialmente por las relaciones económicas de las diferentes claseseconómicas y su posición económica relativa, es decir, primero en la proporcióndel trabajo excedente en relación con los salarios, y en segundo lugar, en laproporción de las distintas partes en que el trabajo excedente se divide(ganancia, interés, renta del suelo, impuestos, etc) (Capital, vol. III, Part I,p.124.)

Esta relación entre clases, es, a su vez, moldeada y alterada bajo la influenciadel crecimiento de las fuerzas productivas.

De este modo podemos observar en primer lugar lo siguiente: la dinámicade las necesidades se determina por la dinámica de la producción. Se sigueprimero, que el punto de partida en el análisis de la dinámica de las necesidadesdebe ser la dinámica de la producción; en segundo lugar, que la cantidad dadade productos necesaria para asegurar una producción estática también implica

un consumo estático, en otras palabras, una condición estática en el conjunto dela vida económica, por lo tanto en toda la vida misma.

Marx concede preminencia a la "evolución de las fuerzas productivas"; puesel objetivo de sus enormes trabajos teóricos era, por usar sus propias palabras "poner al desnudo las leyes de movimiento de la sociedad moderna". (Capital,vol. I, p.14.)

Por supuesto, sería muy difícil revelar las "leyes de movimiento" donde nohay movimiento alguno, donde un conjunto de productos pareciera que "bajadel cielo".

Puede por tanto asumirse de antemano que el punto de vista del consumoque subyace a todo el sistema Austriaco acabará siendo completamenteinfructuoso en todas aquellas cuestiones que atañen a la dinámica social, esdecir, los problemas más importantes de la economía política. "Ellos (losrepresentantes de la escuela austriaca, NB) son incapaces siquiera de formulary no ya digamos de resolver, cuestiones tan fundamentales como la evoluciónde la técnica en una sociedad capitalista, el origen del beneficio capitalista, etc",dice Charasoff. En este sentido la confesión de uno de los principalesrepresentantes de la Escuela Austriaca Josef Schumpeter, serán de interés. Fuelo bastante valiente y honrado como para reconocer con toda franqueza que laEscuela Austriaca nada tenía que aportar en todos los temas que tocaran aprocesos evolutivos. "Vemos, por lo tanto", dice él, "que nuestro sistema

estático de ningún modo explica todos los fenómenos económicos, por ejemploel interés y la ganancia del empresario". (Josef Schumpeter: Des Wesen und derHauptinhalt der theoretischen National-ökonomie, Leipzig, 1908, p.564.)

"Nuestra teoría parece derrumbarse, a pesar de sus sólidos fundamentos,ante los más importantes fenómenos de la vida económica moderna". (Ibid.,p.587.)

"Vuelve a derrumbarse confrontada con cualquier fenómeno que… sólopueda comprenderse desde el punto de vista de la evolución. Entre estosproblemas están la formación del capital y otros, especialmente el progresoeconómico y las crisis". (Ibid., p.587.)

Es claro que la última teoría de los académicos burgueses fracasaprecisamente en las cuestiones más fundamentales de nuestros días. La enorme

y rauda acumulación de capital, su concentración y centralización, el progresoincreíblemente rápido de la tecnología y finalmente las crisis industrialesrecurrentes, que son específicamente un fenómeno capitalista que conmueve alsistema socioeconómico en sus mismos fundamentos: pues todas estas cosasson "Un libro con siete sellos" según la propia confesión de Schumpeter. Y justocuando acababan las "filosofías" del burgués instruido, la teoría Marxista llega,y tiene tal impacto, que por más que se empeñen, hasta fragmentos mutiladosde esta doctrina se aceptan como la última palabra de sabiduría, a vecesinconscientemente, por los más enconados enemigos del Marxismo.

4-Conclusiones.

Hemos investigado las tres falacias iniciales de la Escuela Austriaca: susubjetivismo, su punto de vista no histórico, y el énfasis que da al consumo.

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Esos tres puntos lógicos de partida, conectados, como están con los tres rasgosmentales básicos del rentista burgués, inevitablemente traen consigo los treserrores fundamentales de la Escuela Austriaca, que encontramos repetidos unay otra vez en las distintas partes de su "sistema" teórico", los círculos viciososresultantes del método subjetivista; su incapacidad de explicar las formashistóricas específicas del capitalismo, debido a su punto de vista no histórico, ypor último su fracaso total a la hora de tratar con los problemas que presenta laevolución económica, un problema íntimamente conectado con su filosofía deconsumo. Pero sería un error asumir que todos esos "motivos", operan de modo

independiente, sus puntos de partida psicológicos y lógicos son cantidadescomplejas en los que varios elementos se unen y fusionan, con los efectossiendo más poderosos o más débiles dependiendo de los demás factoresconcurrentes. Por lo tanto, cada falacia concreta que vamos a desvelar en elanálisis exhaustivo subsiguiente de la teoría de BB no será el resultado delsimple "marco mental" de los nuevos teóricos de los rentistas, sino de variossimultáneamente. Y sin embargo estoo no debe impedirnos seleccionar detodos los factores relacionados los tres fundamentales que en todas lasexposiciones son la fuente de las incontables pifias de BB. Estás pifias nodemuestran más que la total incapacidad de la burguesía de final de siglo parael pensamiento teórico.

Capítulo SegundoLa Teoría del Valor

1-La importancia del problema del valor.

El problema del valor ha constituido una materia fundamental de laeconomía política desde los albores de esta ciencia. Todas las demás cuestiones,como el trabajo asalariado, el capital, la renta, la acumulación de capital, lalucha entre las operaciones a gran escala y a pequeña escala, las crisis, etc,están involucradas directa o indirectamente en esta cuestión fundamental.

"La teoría del valor, se yergue, como si dijéramos, en el centro de toda ladoctrina de la economía política" BB observa, con toda la razón del mundo.

(Grundzüge der Theorie des wirtschaftlichen Güterwerts, p.8.)No es muy difícil comprender porque esto es así; el precio, y por lo tanto, el

patrón que lo determina, que es el valor, es la categoría fundamentalomnicomprensiva en la producción de mercancías en general y en laproducción capitalista de mercancías en particular, cuyo vástago es la economíapolítica. Los precios de las mercancías regulan la distribución de las fuerzasproductivas en la sociedad capitalista; la forma de intercambio, que presuponela categoría del precio, es la forma de distribución del producto social entre lasdistintas clases.

El movimiento de los precios conduce al ajuste de la oferta a la demanda,puesto que el auge y la caída de la tasa de ganancia hace que el capital fluya deuna a otra rama de producción. Los precios reducidos son el arma con la que elcapitalismo se abre camino y al fin conquista el mundo; son sus bajos precios

los que permiten al capital erradicar la producción artesana, y pasar de laproducción a pequeña escala con la producción a gran escala.

El contrato entre el capitalista y el trabajador, siendo el primero condiciónpara el enriquecimiento del capitalista, asume la forma de la adquisición oarrendamiento de la fuerza de trabajo, es decir, la forma de una relación deprecio. La ganancia como expresión en términos de valor monetario, pero nocomo expresión natural del producto excedente, es el motivación predominanteen la sociedad moderna: en ella resta todo el proceso de acumulación de capital,que da al traste con todas las antiguas formas de economía y se distingue en

gran medida de las mismas al tratarse de una fase completamente nueva yespecífica en dicha evolución, etc

Por lo tanto, el problema del valor una y otra vez ha atraído la atención delos teóricos económicos en mucha mayor medida que cualquier otro problemade la economía política. Adam Smith, David Ricardo. Karl Marx - todos tomaronel análisis del valor como el fundamento de sus investigaciones. La EscuelaAustriaca también hace del valor la piedra angular de su sistema, pero con laintención poco disimulada de combatir a los clásicos y a Marx y crear su propiosistema teórico.

Se sigue que la teoría del valor en realidad todavía ocupa la oposicióncentral en las discusiones teóricas presentes, aunque John Stuart Millconsideraba amortizada la cuestión. (John Stuart Mill, ibid., p.209.)

Pero en oposición a Mill, BB, cree que la teoría del valor sigue siendo una delas "menos claras, más confusas y más disputadas áreas de nuestraciencia".(Böhm-Bawerk, Grundzüge, etc., p.8), pero espera que los estudios dela Escuela Austriaca pongan fin a este estado de confusión. "Me parece queciertos esfuerzos realizados recientemente" nos cuenta "han introducidopensamiento fértil en este confuso fermento, y aportarán fructíferos yclarificadores desarrollos" (Ibid., p.8.)

Trataremos de someter tal "pensamiento fértil" a un donoso escrutinio; perodigamos ya desde el principio que los críticos usuales de la Escuela Austriacasuelen señalar que los últimos confunden el valor con el valor de uso; por lotanto que su teoría pertenece más a las regiones de la psicología que a laeconomía política, etc

No hay duda de que tal objeción es en esencia correcta. Pero no pensamosque tengamos que detenernos aquí. Debemos partir del propio punto de vistade los representantes de la Escuela, debemos comprender todo el sistema ensus relaciones internas, y sólo entonces revelar sus contradicciones einsuficiencias, que no son sino el producto de sus errores fundacionales.

Por ejemplo, el valor ha sido definido de distintas maneras, y la definición deBB diferirá necesariamente de la de Marx. Pero no basta con que digamos queBB no analiza la esencia del problema, es decir, que no trata lo que debe sertratado; lo que debemos mostrar es porqué ese enfoque del problema es falso.Más aún, debemos demostrar que los presupuestos de los que parte la teoría encuestión parten de constructos contradictorios o no consiguen incluir y explicaruna serie de fenómenos económicos importantes.

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¿Pero cuál es el punto de partida de la crítica en este caso? Si la concepcióndel valor es tan diferente en las distintas escuelas, esto es, si como lo planteaMarx no hay punto alguno de encuentro con BB, ¿Cómo podemos formular unacrítica?

En este punto, no obstante, nos ayuda la siguiente circunstancia: por muygrandes que sean las diferencias entre las definiciones del valor, y por muchoque en algunos momentos puedan ser contradictorias unas con otras, noobstante tienen algo en común, que conciben el valor como un "patrón decambio", que sirve para explicar los precios. Por supuesto la explicación de los

precios por si sola no es suficiente, o, para ser precisor, no tenemos derechoalguno a limitarnos a explicar los precios; y sin embargo la teoría del valor es labase directa de la teoría de los precios. Si la teoría del valor resuelve la cuestióndel precio sin contradicciones internas, es correcta; si no, debe ser rechazada.

Estas son las consideraciones de las que partiremos en nuestra crítica de lateoría de BB.

Hemos visto en el capítulo precedente que BB considera el precio laresultante de las valoraciones individuales. Su "teoría" por tanto se divide endos partes. La primera investiga las leyes de formación de las valoracionesindividuales "la teoría del valor subjetivo" y la segunda investiga las leyes delorigen de su resultante "la teoría del valor objetivo".

Valor objetivo y subjetivo.

Ya conocemos que según la visión de la escuela subjetivista, debemos buscarel fundamento de los fenómenos socioeconómicos en la psicología de cadahombre. En el caso del precio, esta demanda requiere que comencemos nuestroanálisis del precio con las evaluaciones individuales. Comparando el enfoque deBB con el tratamiento de la cuestión de Marx, la diferencia esencial entre losdos se aprecia claramente: en Marx el concepto de valor es una expresión de laconexión social entre dos fenómenos sociales, entre la productividad deltrabajo y el precio; en la sociedad capitalista (en contraposición a una simplesociedad mercantil) esa conexión resulta muy compleja.

En BB el concepto de valor es la expresión de la relación entre el fenómeno

social del precio y el fenómeno individual-psicológico de las distintasvaloraciones.

La valoración individual presupone un sujeto que valora y un objeto que esvalorado; la resultante de las relaciones entre ambos es el valor subjetivo. Parala Escuela Austriaca, el valor subjetivo es por lo tanto no un carácter específicoinherente a las mercancías en cuanto tales, sino un estado psicológicoespecífico del propio sujeto que realiza la valoración. Cuando hablamos de unobjeto, hablamos de su relevancia para un sujeto dado. Por lo tanto "valor, en elsentido subjetivo, es la relevancia que posee una mercancía o un grupo demercancías para el bienestar de un sujeto". Esa es la definición del valorsubjetivo.

Muy diferente es el concepto de BB del valor objetivo: "El valor en sentidoobjetivo, por otra parte, es la virtud o capacidad de una mercancía para rendirun resultado material concreto. En este sentido hay tantos tipos de valor como

resultados. Podemos hablar del valor nutritivo de la comida, del valor delcarbón o la madera como combustibles, o de la potencia destructiva de losexplosivos. En todas esas expresiones hemos eliminado de la definición delvalor cualquier mención al bienestar o malestar del sujeto".

Entre estos valores objetivos, así declarados neutrales respecto del"bienestar o malestar del sujeto" BB también enumera valores de tipoeconómico, como el "valor de cambio", "la renta", "el valor de producción" ysimilares. La mayor importancia se confiere al valor de cambio objetivo. BBdefine este como sigue: "el valor de cambio objetivo de las mercancías es su

capacidad de intercambio o, en otras palabras, la posibilidad de adquirir acambio de ellas una cantidad de otras mercancías económicas, contemplándoseesta posibilidad como una función o cualidad de las primeras mercancías"

Esta es la definición del valor de cambio objetivo. Esta última definiciónnoes correcta en esencia, ni sería correcta de haber aplicado coherentemente BBsu propio punto de vista. El valor de cambio de las mercancías se cuenta aquíentre sus "cualidades objetivas" similares a sus cualidades físicas o químicas.En otras palabras, "el efecto utilidad" en el sentido "técnico" de la palabra, seidentifica con el concepto económico de valor de cambio. Esto evidentementeno es sino el punto de vista del tosco fetichismo mercantil tan propio de laeconomía política vulgar. De hecho "la existencia de mercancías quamercancías, no tiene conexión alguna con sus propiedades físicas y con las

relaciones materiales que de ellas surgen". (Karl Marx: Capital, vol I, p.83.)Incluso desde el punto de vista de BB esa afirmación no puede mantenerse

en principio. Si el valor objetivo no es más que la resultante de las valoracionessubjetivas, no puede contarse entre las propiedades químicas o físicas de lamercancía. Se diferencia de ellas conceptualmente; no contiene "un átomo demateria" pues desciende y es formada por factores inmateriales, es decir, lasvaloraciones individuales de los distintos "sujetos económicos".

Por muy "peculiar" que suene todo esto, debemos no obstante señalar queeste puro psicologismo tan característico de BB es perfectamente compatiblecon un fetichismo vulgar y toscamente materialista. En otras palabras, con unpunto de vista esencialmente acrítico e ingenuo.

BB por supuesto pondría el grito en el cielo si se definiera el valor subjetivo

sin incluir ninguna relación entre las mercancías y el sujeto que las valora, peroel propio BB, cuando define el concepto de valor de cambio objetivo, loidentifica con las propiedades técnicas de las mercancías independientes oneutrales en relación con "bienestar o malestar del sujeto" olvidando que hadestruido la relación genética entre el valor subjetivo y objetivo que es despuésde todo el fundamento de su teoría.

Por lo tanto estamos tratando con dos categorías del valor; una representauna cantidad básica, la otra una cantidad derivada. Es por tanto necesario enprimer lugar poner a prueba la teoría del valor subjetivo. Además, es en estaparte de la teoría austriaca donde se despliega más ingenio y originalidad en sutentativa de ofrecer un nuevo fundamento para la teoría del valor.

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Utilidad y valor (subjetivo)

"El concepto central (de la Escuela Austriaca)…. Es la utilidad." (WernerSombart: Zur Kritik des Ökonomischen Systems von Karl Marx, in Braun'sArchiv, vol. VII, p.592.)

Mientras para Marx la utilidad es sólo condición o presupuesto para elorigen del valor, sin que determine el grado del valor, BB deriva el valor porcompleto de la utilidad y lo hace directa expresión de la misma.

BB diferencia, sin embargo (apartándose, piensa, de la vieja terminología,

que identificaba utilidad y valor de consumo) entre "utilidad en general" yvalor, que es, como si dijéramos, utilidad certificada. "La relación con elbienestar humano", dice BB, "se expresa a si misma en dos formasesencialmente diferentes; la inferior se presenta cuando una mercancía tienecapacidad en general de servir el bienestar humano. La superior, por otro lado,precisa que la mercancía no sea sólo causa eficiente sino al mismo tiempocondición indispensable de un bienestar result ante… la fase inferior sedenomina (en el lenguaje común) "utilidad", la superior, "valor".

Y BB nos da dos ejemplos para aclarar esta diferencia: el primero es un"hombre" que se sienta "al lado de un arroyo que le ofrece un buen suministrode agua potable", el segundo ejemplo "un nómada del desierto". Está claro queno es lo mismo un vaso de agua para el bienestar de ambas personas. En el

primer caso el vaso de agua puede no ser condición indispensable, pero en elúltimo caso la utilidad es "extrema", porque un vaso de agua de menos puedetener consecuencias fatales para nuestro viajero.

Y a partir de aquí, BB, deriva la siguiente formulación del origen del valor:"las mercancías cobran valor cuando la oferta total de mercancías de un tipoespecífico es tan escasa como para no satisfacer en absoluto la demanda que sehace de ellas, o cuando la satisface de modo tan escaso que es imperativo elempleo de esas mercancías específicas, si es que ha de haber esperanza algunade satisfacer la demanda en una mínima medida".

En otras palabras la utilidad "certificada" de las mercancías se toma comopunto de partida para un análisis de los precios de las mercancías puesto quecualquier teoría del valor sirve principalmente para explicar los precios, es

decir, BB toma como punto de partida lo que Marx excluye de su análisis comouna cantidad irrelevante.

Consideremos ahora la cuestión con más detalle. No debemos olvidarnosque el punto de partida de la Escuela Austriaca son los motivos de los sujetoseconómicos en su forma más "pura" y simple: "será ahora nuestra tarea apostarun espejo al frente de la "casuística de la elección en la vida", como si dijéramos,y formular estas reglas que se aplican de modo tan seguro e instintivo en suactuación por el hombre común, exponiéndolas como principios de igualcertidumbre, con la cualidad añadida de ser conscientes". (Böhm-Bawerk:Grundzüge, etc., p.21.)

Vamos a ver ahora como el "espejo" teórico manipulado por el capitán de laEscuela Austriaca refleja esta "práctica de la vida".

Es característico del moderno modo de producción, sobre todo, que no seproduce para las propias necesidades del productor, sino para el mercado. El

mercado es el último eslabón en la cadena de varias formas y procesos deproducción, en las que la evolución de las fuerzas productivas y lacorrespondiente evolución de las relaciones de cambio han acabado con elantiguo sistema de economía natural, desencadenando nuevos fenómenoseconómicos. Podemos distinguir tres fases en el proceso de transformación deuna economía natural a una economía mercantil capitalista.

En la primera fase, el centro de gravedad radica en la producción para elpropio consumo; el mercado recibe sólo el excedente. Esa fase es característicade las formas iniciales de intercambio. Poco a poco la evolución de las fuerzas

productivas y la amenaza de la competencia conducen a un desplazamiento delcentro de gravedad en la dirección de la producción mercantil. Pero todavía seconsume un escaso número de productos en la sede del productor (esascondiciones pueden observarse con frecuencia aún hoy en día en la agricultura,especialmente en los pequeños agricultores)

Y sin embargo esto no implica que el proceso de evolución se detenga. Ladivisión social del trabajo sigue avanzando, alcanzando finalmente un nivel enel que la producción en masa para el mercado se convierte en el fenómenotípico y ninguno de los productos se consume en el establecimiento que losproduce.

¿Cuáles son pues los cambios en los motivos y en la "vida práctica" de lossujetos económicos, mutaciones que deben ir en paralelo con el proceso

evolutivo descrito anteriormente?Podemos responder a esta cuestión sucintamente; la importancia de las

valoraciones subjetivas fundadas en la utilidad disminuye: "uno fija (pararetener nuestra terminología actual) no valores de cambio como tales(determinados de forma puramente cuantitativa) sino meramente mercancíasde consumo, en otras palabras, objetos con diferencias cuantitativas". (WernerSombart, Der Bourgeois, p.19.)

Pero en las fases más elevadas de valoración podemos establecer esta regla"un diligente padre de familia se preocupa más con la ganancia y la durabilidadde los objetos que por la satisfacción momentanea o con la inmediata utilidad"[Ibid., p.50; cursivas mías. - N.B.]

Y ciertamente, una economía natural presupone que las mercancías

producidas tendrán valor de uso para esa economía. En la siguiente faseevolutiva, el excedente pierde su significación como valor de uso; además, lamayor porción de los productos no se evalúan por el sujeto económico según suutilidad, pues no la poseen por el sujeto económico; finalmente, en esta últimafase, todo el producto de la unidad de producción individual carece de"utilidad" para esta unidad. Es precisamente la completa ausencia devaloraciones basadas en la utilidad de las mercancías lo que es característico delas economías que las producen. Pero no debe asumirse que ese estado de lacuestión es así sólo para el vendedor: igual pasa con el comprador. Eso semanifiesta particularmente en la valoración por parte del comerciante. No hayhombre de negocios, ni mayorista ni minorista, que piense en lo más mínimo enla "utilidad" o "valor de uso" de su mercancía. En su mente, el contenido tanvanamente perseguido por BB no existe. En el caso de los compradores quecompran para su uso propio, la cuestión es algo más complicada; más adelante

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hablaremos de la adquisición de medios de producción. De nuevo aquí elsendero que transita BB no nos lleva a ninguna parte. Pues cualquier ama decasa, en su "práctica" cotidiana, parte de unos precios dados y del dinero quetiene. Es sólo dentro de esos límites que cierta valoración basada en la utilidadpuede hacerse. Si con una cantidad de dinero x, podemos obtener la mercancíaA, por la suma y la mercancía B, y por la suma z la mercancía C, cada compradoradquirirá la mercancía que le sea más útil. Pero esa valoración presupone laexistencia de precios de mercado. Y además, la valoración de cada mercancíaindividual en absoluto está condicionada por su utilidad. Un ejemplo llano es el

de objetos de uso cotidiano; ningún ama de casa que vaya al mercado estima elpan por su inmenso valor subjetivo, por el contrario, su valoración fluctúa enrelación con los precios de mercado ya establecidos, y lo mismo vale paracualquier otra mercancía.

El hombre solitario de BB (y da lo mismo si está al lado de un arroyo oviajando por el ardiente desierto) no puede ser ya comparado (desde el puntode vista de los motivos económicos) ni con el capitalista que lleva al mercadosus productos ni con el mercader que los compra para revenderlos, o con elsimple comprador que vive en una economía dineraria mercantil, ya sea uncomerciante o un capitalista. Se sigue que ni el concepto de valor de uso (KarlMarx) ni el de "valor de uso subjetivo" (BB) puede tomarse como base de unanálisis de los precios. El punto de vista de BB está en abierta contradicción con

la realidad, y eso que se supone que está empeñado en explicarnos la realidad.El resultado al que hemos llegado, es decir, que el valor de uso no es un

posible fundamento para el análisis de los precios, también se aplica a esa fasede la producción de mercancías en la que no toda la producción está destinadaal mercado, sino sólo el "excedente", puesto que estamos tratando no con elvalor del producto consumido en la unidad de producción original sinoprecisamente con el valor del excedente. Los precios se originan no por lavaloración de los productos como tales, sino en tanto que mercancías; lasevaluaciones de los productos consumidos en tu propio establecimiento notienen efecto en la formación de los precios. Pero si el producto deviene unamercancía, el valor de uso deja de desempeñar su papel anterior. "El hecho deque una mercancía sea útil para otros es un presupuesto del intercambio; pero

si no es útil para mí, el valor de uso de mi mercancía no es una medida siquierade mi propia valoración individual, para no mencionar cualquier nivel objetivode valor. (R. Hilferding: Böhm-Bawerk's Marx-Kritik, p.5)

Por otro lado, cuando las condiciones de cambio se han desarrolladosuficientemente, la valoración de los productos según su valor de cambio seextiende asimismo a ese grupo de productos que cubre las necesidades delpropio productor. Como dice muy acertadamente W. Lexis, "en una economíamercantil de intercambio, todos los bienes son considerados y reconocidoscomo mercancías, incluso aunque se pretenda que los consuma el productor".(W. Lexis: Allgemeine Volkswirtschaftslehre, 1910, p.8.)

Esa es la explicación de los esfuerzos de BB para presentarnos la modernaorganización socioeconómica como una economía mercantil subdesarrollada"… bajo la dominación de la producción basada en la división del trabajo y delintercambio, principalmente son los productos excedentes los que se ponen a la

venta" (Böhm-Bawerk: Grundzüge, etc., p.35); en el caso de la modernaorganización del trabajo "cada productor produce sólo unos pocos artículos,pero muchos más de los que necesita para sus propias necesidades." (Ibid.,p.491.)

Esa es la descripción de BB de la economía política capitalista. Por supuesto,no se sostiene; y sin embargo vuelve a repetirse una y otra vez en esos autoresque basan su teoría del valor sobre el fundamento de la utilidad. Por lo tantopodemos aplicar literalmente a BB lo que Marx le dijo a Condillac "vemos comoen este pasaje Condillac no sólo confunde valor de uso con valor de cambio,

sino que de forma increíblemente pueril asume que en una sociedad, en la quela producción de mercancías está bien desarrollada, cada productor producesólo sus medios de subsistencia y arroja a la circulación sólo el excedente".

Marx a nuestro juicio tiene toda la razón en no adoptar el valor de uso comofundamento de su análisis de los precios. Por otro lado es un error fundamentalde la Escuela Austriaca que el "principio central" de su teoría no tenga nada quever con la realidad capitalista actual. Y como veremos más adelante, estacircunstancia influye en toda la estructura de la teoría.

4 La medida del Valor y la Unidad del Valor.

¿Cómo podemos determinar el nivel del valor subjetivo? En otras palabras;

¿de qué depende el nivel de la valoración individual de la mercancía? Es en larespuesta a eta pregunta en la que radica la "novedad" de la doctrinapresentada por los representantes de la Escuela Austriaca, así como de susacólitos en otros países.

Puesto que la utilidad de la mercancía es su capacidad para satisfacer algunanecesidad, es preciso analizar cuáles son estas necesidades. Según la EscuelaAustriaca debemos analizar primero, la variedad de las necesidades, segundo, laurgencia de las necesidades para lograr un fin específico. Las variasnecesidades pueden clasificarse según el orden de su importancia creciente odecreciente para el "bienestar del sujeto". Por otro lado la urgencia de lasnecesidades de un tipo particular depende del grado en que en que lasatisfacción se produce. Cuanto más se satisface la necesidad, menos "urgente"

es la propia necesidad. Sobre la base de esas consideraciones Menger dispusosu famosa "escala de necesidades" que aparece de un modo u otro en todos lostrabajos sobre el valor producidos por la Escuela Austriaca. Reproducimos estaescala como BB nos la presenta:

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I II III IV V VI VII VIII IX X

10

9 9

8 8 8

7 7 7 7

6 6 6 6 6

5 5 5 5 5 5

4 4 4 4 4 4 4

3 3 3 3 3 3 3 3

2 2 2 2 2 2 2 2

1 1 1 1 1 1 1 1 1

0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 

Las series verticales, representadas, por los números romanos, representanlos distintos tipos de necesidades, empezando con las más básicas. Los númerosde cada serie vertical indican la urgencia decreciente de una necesidad según elgrado de satisfacción.

La tabla muestra, entre otras cosas, que la necesidad concreta de unacategoría importante puede ser menor en volumen que la concreta necesidadde una categoría menos importante, siempre que la necesidad haya sidosatisfecha. "la saciedad en las series verticales, puede reducir la urgencia de lanecesidades más importantes a 3, 2 o 1, en tanto que un menor nivel de

saciedad en la serie VI, puede elevar la urgencia de esta necesidad,teóricamente menos importante, al grado cuatro o cinco".

Con el fin de determinar qué necesidad concreta se satisface mediante unamercancía específica (es esta condición la que determina su valor de usosubjetivo) debemos conocer "qué necesidad quedaría sin satisfacer si lamercancía a valorar no estuviera disponible; la necesidad en este caso esobviamente una variable dependiente". (Böhm-Bawerk: Grundzüge, etc., p.27.)

Sobre la base de este método, BB llega al siguiente resultado: puesto quetodas las personas prefieren dejar insatisfechas las necesidades menosimportantes, una mercancía se valorará según la menor necesidad que puedasatisfacer. "El valor de una mercancía se mide por la importancia de lanecesidad concreta o de la necesidad parcial que es la menos importante entrelas necesidades que pueden ser satisfechas por el stock disponible de

mercancías de ese tipo". O más sencillamente "el valor de una mercancía sedetermina por su utilidad marginal (adicional)" (Ibid., pp. 28, 29.).

Esta es la famosa doctrina de la Escuela, de la que la teoría recibe el nombre"Teoría de la Utilidad Marginal", y este es el principio general del que todas lasdemás "leyes" se derivan.

El método anteriormente indicado de determinar el valor presupone unaunidad de medición. De hecho la cifra del valor es resultado de una medición;pero esto presupone una unidad fija de medición. ¿Cuál es la de BB?

Es aquí donde los austriacos se encuentran con un serio problema; que aún

no han resuelto ni nunca resolverán. Primero debemos señalar lo enormementeimportante que es la selección de una unidad de valor desde el punto de vistade BB. "El hecho es que nuestro juicio de valor, puede, en relación un mismotipo de mercancías, en la misma época y bajo las mismas condiciones, ser degrado variable, dependiendo de si se someten a valoración unas pocas unidadeso grandes cantidades de mercancías consideradas como un conjunto". (Böhm-Bawerk: Grundzüge, etc., p.15.)

O sea, que no solo la graduación del valor depende de la selección de launidad de medida, sino que podría cuestionarse si el valor existe en absoluto. Si(por usar el ejemplo de BB) un granjero consume diez litros de agua por día ydispone de 20 litros, el agua carecerá de valor para él. Pero si escogemos comounidad una cantidad superior a 10 litros, el agua tendrá valor. Por lo tanto el

valor como tal parece depender de la elección de una unidad. Y otro fenómenose conecta con lo anterior. Asumamos que tenemos un número de mercancíascuya utilidad marginal se reduce con el aumento de su número. Asumamos queeste valor decreciente se expresa con las series 6, 5, 4, 3, 2, 1. Si tenemos seisunidades de una cierta mercancía, el valor de cada unidad se determina por lautilidad adicional de esta misma unidad, es decir, sería igual a 1. Si tomamoscomo unidad una combinación de dos de las anteriores unidades, la utilidadmarginal no sería 1 x 2 sino 1 +2 o sea, no 2, sino 3; y el valor de tres unidadesya no seria 1 x 3, sino 1 + 2 +3, o sea, no 3, sino 6. En otras palabras, el valor deun mayor número de mercancías no varía directamente con el valor de unejemplo específico de esas mercancías materiales. La unidad de medición tieneun papel importante. ¿Pero cuál es esa unidad de medición? BB no nos da una

respuesta clara y tampoco los demás austriacos. BB responde esto "Estaobjeción no es razonable. Pues los hombres no pueden escoger de modoarbitrario su unidad de valoración. Puesto que las circunstancias externas queson de otro modo uniformes… pueden demandar  imperativamente que unacantidad y no otra sean consideradas como una unidad en la evaluación.(Böhm-Bawerk: Grundzüge, etc., p.16.)

Y sin embargo es claro que la unidad de medida puede estar presenteparticularmente en casos en los que el intercambio de mercancías es unfenómeno accidental de la vida económica, no su fenómeno típico.

Por el contrario, los mediadores en el intercambio de mercancías de unaeconomía desarrollada no se sienten obligados a seguir patrones obligatoriosen la selección de su "unidad de valor". El fabricante que vende lino, elrepresentante que compra y vende, los mediadores, todos ellos miden susbienes por el metro y el centímetro, o a piezas (un gran número de metros

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tomado como unidad) Pero en todos esos casos no hay diferencias devaloración. Ellos disponen de sus bienes (la moderna forma de venta es unproceso regular donde el productor o uno de sus asociados se desprenden delos bienes); a ellos les da lo mismo la unidad física de medida en relación con lacual se miden las unidades vendidas. Encontramos el mismo fenómeno en elanálisis de los motivos de los compradores que adquieren para su propioconsumo. La cuestión es muy simple. Los agentes económicos actuales valoranlas mercancías según los precios de mercado, pero los precios de mercado nodependen para nada de la selección de una unidad de medida.

Y otra cuestión. Ya hemos visto que el valor total de las unidades según BBno es en absoluto equivalente a una unidad multiplicada por el número deunidades. En el caso de las series 6, 5, 4, 3, 2, 1, el valor de seis unidades (detoda la "oferta") equivale a 1 + 2 + 3 + 4 + 5 + 6. Esa es una perfectamente lógicaconclusión de los supuestos fundamentales de la teoría de la utilidad marginal;pero es totalmente falaz. Y la culpa la tiene el punto de partida de la Teoría deBB, que ignora el carácter social e histórico de los fenómenos económicos. Dehecho, nadie que esté en la producción moderna calcula el valor de la "oferta" osea, del conjunto de mercancías, según el método de BB. No sólo el espejoteórico manipulado por el capital distorsiona la "vida práctica" sino que suimagen no refleja en absoluto los hechos. Cada vendedor de n unidadesconsidera estas unidades como n veces tanto como una sola unidad. Y lo mismo

vale para el comprador. Un industrial considera que la decimoquinta máquinaen su fábrica tiene la misma importancia y el mismo valor que la primera, y queel valor total de las 50 no es 50 + 49 + 48 … + 2 + 1 = 1275; sino, s encillamente,50 x 50 = 2500."]

Tan conspicua es la contradicción entre la "teoría" de BB y la "práctica" queel propio profesor no pudo ignorar el problema. Esto es lo que tiene que decir"en nuestra vida práctica ordinaria, no tenemos ocasión normalmente deobservar el fenómeno casuístico descrito anteriormente (o sea la ausencia deuna relación proporcional entre el valor de la suma y de la unidad, N.B) Esto sedebe al hecho de que bajo el sistema de producción bajo la división del trabajo,las ventas comerciales proceden principalmente de un excedente!!!! que noestaba en principio destinado para las necesidades personales del dueño…"..

(Böhm-Bawerk: Grundzüge, etc., p. 35).Todo fenomenal. Pero esa es la cuestión: si este "fenómeno casuístico" no

puede ser descubierto en la vida actual económica, está claro que la teoría de lautilidad marginal será lo que tu quieras, pero no puede ser una ley que describala realidad capitalista, porque precisamente este fenómeno sería consecuencialógica de la teoría de la utilidad marginal de la que nace y por la que sederrumba.

Por lo tanto vemos que la ausencia de proporción entre el valor de la suma yel número de unidades añadidas es, por lo que a la realidad económica actualconcierne, una pura ficción. Está tan claramente en contradicción con larealidad que el propio BB no pude llevar su propio enfoque a su conclusiónlógica. Refiriéndose al gran número de evaluaciones indirectas, dice "pero sisomos capaces de juzgar que una manzana tiene para nosotros el valor de ochoplumas, mientras que una pera tiene el valor de seis plumas, podemos también

juzgar, después de sacar una conclusión de estas dos premisas, como tercerjuicio que una manzana es precisamente un tercio más valiosa para nosotrosque una pera" (Ibid., p.50)

Esta observación es esencialmente correcta, pero no es una aplicacióncorrecta del punto de vista de BB. ¿Por qué cómo llegamos en este caso al"tercer juicio" de que la manzana es un terció más valiosa que una pera? Puesporque ocho plumas son evidentemente un tercio más que seis plumas.Estamos suponiendo que existe una proporción entre el valor de la suma y delnúmero de unidades; el valor de ocho plumas sólo puede ser un tercio mayor

que el valor de seis plumas, si el valor de ocho plumas es ocho veces el valor deuna pluma y el valor de seis plumas seis veces el valor de una pluma. El ejemplovuelve a mostrarnos lo poco que se parece la teoría con los fenómenoseconómicos de la realidad.

Puede que su exposición sea aceptable como explicación de la psicología del"nómada" del "colono", del "hombre del arroyo" y en todos estos casos en losque los individuos no tienen oportunidad de "producir". En sentido moderno,los motivos económicos que postula BB son psicológicamente imposibles yabsurdos.