Bronckart actividad lingüística y construcción de conocimientos

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ACTIVIDAD LINGÜÍSTICA Y CONSTRUCCIÓN DE CONOCIMIENTOS * E N S AYOS E INVESTIGACIONES J E A N - PAUL BRONCKART * * The author of this article objects with the view of the logical-grammatical tradition according to which language would be a secondary reflex of the cognitive structures. Based on the works of Humboldt, Coseriu and Saussure, he holds that, on the contrary, the significances characteristic of human beings are created by the activity of language. In line with Voloshinov´s textual analysis, he proves the existence of "types of discourse", whose main decisive role is to serve as interphase between individual and collective representations. The author supports three theses on knowledge development: the internalization of the language signs is the condition for the constitution of the units of thought; the internalization of the predictive relations is the condition for the constitution of cognitive operations; the command of the types of discourse is the condition for the development of the forms of reasoning. As a final warning, based on Piaget, he concludes that human beings have the ability to detach themselves from the linguistic and sociocultural demands and, therefore, it is advisable to avoid any form of social reductionism. En este artículo se refuta, en primer lugar, la posición de la tradición lógico- gramatical según la cual el lenguaje sería tan solo un reflejo secundario de las estructuras cognitivas y, con apoyo de las obras de Humboldt, Coseriu y Saussure, se sostiene, por el contrario, que la actividad del lenguaje es creadora de las significaciones propiamente humanas. En el marco de la corriente de análisis textual proveniente de Voloshinov, se demuestra luego la existencia de “tipos de discurso”, cuyo rol decisivo es servir de interfaz entre las representaciones individuales y las representaciones colectivas. Se postulan tres tesis sobre el desarrollo de los conocimientos: la interiorización de los signos de la lengua es la condición de la constitución de las unidades del pensamiento; la interiorización de las relaciones predicativas es la condición de la constitución de las operaciones cognitivas y el dominio de los tipos de discurso es la condición del desarrollo de las formas de razonamiento. En una advertencia final, tomando como base a Piaget, se concluye que, no obstante, los seres humanos tenemos la capacidad de desprendernos de las exigencias lingüísticas y socioculturales y que, por lo tanto, conviene evitar cualquier forma de reduccionismo social.

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ACTIVIDAD LINGÜÍSTICA Y CONSTRUCCIÓN

DE CONOCIMIENTOS *

E N S A Y O S E I N V E S T I G A C I O N E S

J E A N - PAUL BRONCKAR T * *

The author of this article objects with the view of the logical-grammatical traditionaccording to which language would be a secondary reflex of the cognitive structures.Based on the works of Humboldt, Coseriu and Saussure, he holds that, on thecontrary, the significances characteristic of human beings are created by the activityof language. In line with Voloshinov´s textual analysis, he proves the existence of"types of discourse", whose main decisive role is to serve as interphase betweenindividual and collective representations.

The author supports three theses on knowledge development: the internalizationof the language signs is the condition for the constitution of the units of thought;the internalization of the predictive relations is the condition for the constitution ofcognitive operations; the command of the types of discourse is the condition for thedevelopment of the forms of reasoning. As a final warning, based on Piaget, heconcludes that human beings have the ability to detach themselves from thelinguistic and sociocultural demands and, therefore, it is advisable to avoid anyform of social reductionism.

En este artículo se refuta, en primer lugar, la posición de la tradición lógico-gramatical según la cual el lenguaje sería tan solo un reflejo secundario de lasestructuras cognitivas y, con apoyo de las obras de Humboldt, Coseriu y Saussure,se sostiene, por el contrario, que la actividad del lenguaje es creadora de lassignificaciones propiamente humanas. En el marco de la corriente de análisis textualproveniente de Voloshinov, se demuestra luego la existencia de “tipos de discurso”,cuyo rol decisivo es servir de interfaz entre las representaciones individuales y lasrepresentaciones colectivas.

Se postulan tres tesis sobre el desarrollo de los conocimientos: la interiorizaciónde los signos de la lengua es la condición de la constitución de las unidades delpensamiento; la interiorización de las relaciones predicativas es la condición de laconstitución de las operaciones cognitivas y el dominio de los tipos de discurso es lacondición del desarrollo de las formas de razonamiento. En una advertencia final,tomando como base a Piaget, se concluye que, no obstante, los seres humanostenemos la capacidad de desprendernos de las exigencias lingüísticas y socioculturalesy que, por lo tanto, conviene evitar cualquier forma de reduccionismo social.

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Concepciones sobre actividadlingüística, textos y discursos

El lenguaje como actividad

Sobre la base de la tradición lógico-gramaticalantigua y de la filosofía de Descartes, el sentidocomún occidental considera que los procesos denoesis (o de pensamiento puro) son primariosrespecto de los procesos de semiosis, e indepen-dientes o autónomos respecto de estos últimos.El lenguaje humano dependería por lo tanto de unmecanismo secundario, de expresión o de tra-ducción de estructuras cognitivas que lo deter-minarían completamente. Estos procesos pri-marios de noesis tienen un fundamento natural;se refieren al equipamiento espiritual del quedispondría la especie humana, de base genética,que constituye por sí mismo el producto de laevolución natural de las especies. En conse-cuencia, los signos de las lenguas solo puedenreformatear aproximadamente unidades de pen-samiento que, a su vez, serían estables dado sufundamento natural; pero se supone que no jue-gan ningún papel en la constitución misma deesas unidades de pensamiento.

En consecuencia, aun desde el momento enque las estructuras de lenguaje se supone quereflejan operaciones cognitivas teóricamenteuniversales, debería existir un lenguaje único eideal o por lo menos una organización estructu-ral común a todas las lenguas naturales. Nospermitimos aquí enfatizar que esta posición,que sustenta la secundaridad de lo semiótico yde lo social, concluye necesariamente en un en-foque negativo de esas mismas realidades se-mióticas y sociales. Las lenguas naturales seríanentidades oscurecedoras, que impiden una claracaptación de la realidad de las capacidades hu-manas, posición que origina esta ideología tantenaz de su d e g e n e re s c e n c i a permanente (yaque las lenguas habrían conocido un estado ori-ginal perfecto que permitía reflejar claramentelas operaciones del pensamiento, y esta “graciainicial” habría sido pervertida por las torpesprácticas de las sucesivas generaciones de sereshumanos). Y las diversidades socioculturalessolo serían, a su vez, detalles secundarios, pro-piedades folclóricas o anecdóticas, que una glo-balización con fundamentos “serios” (es decir,occidentales) debería finalmente superar.

En oposición a la perspectiva lógico-grama-tical, Humboldt (1974) imprime un giro radicalen la manera de aprehender las relaciones entreel lenguaje como capacidad de la especie y lasmúltiples lenguas naturales. Para el autor, no setrata de analizar primero el lenguaje universal(con sus fundamentos externos) para luego abor-dar las lenguas naturales que “realizarían” so-cialmente esta capacidad; sino que se trata, porel contrario, de admitir que el lenguaje solo con-siste concretamente en lenguas naturales, y queconviene, por lo tanto, primero estudiar estas úl-timas en su diversidad, para determinar luego loque tienen en común y, sobre todo, estableceraquello en lo cual cada una de ellas manifiestala totalidad de las propiedades de lo que sepuede calificar de lenguaje.

Desde esta perspectiva, Humboldt planteaque, así como el lenguaje solamente “existe” enlas lenguas naturales, estas últimas a su vez so-lo “existen” en las prácticas verbales, en ese ac-tuar dirigido que constituye el discurso.

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Asumida en su realidad esencial, la lengua esuna instancia continuamente y a cada instanteen curso de transición anticipadora […]. En símisma, la lengua es no una obra hecha [Ergon],sino una actividad haciéndose [E n é rg e i a] .(Humboldt, 1974: 183-184)

Esta concepción radicalmente activa dellenguaje se prolonga en dos tesis que constitu-yen los fundamentos del interaccionismo social,y en particular del interaccionismo sociodiscur-sivo que desarrollamos en este artículo. La pri-mera es que la actividad de lenguaje (relaciona-da con la s e m i o s i s), al ser productora de objetosde sentido, es también necesariamente constitu-tiva de las unidades representativas del pensa-miento humano (o n o e s i s); la segunda es que, enla medida en que la actividad de lenguaje (no) es(más que) una actividad social, el pensamientoal cual da lugar es también semiótico y social.

Habermas (1987) se inscribió en este enfo-que del lenguaje como actividad, evidenciandosu dimensión comunicacional. Esta actividadconstituye el mecanismo fundamental por elcual los miembros de un grupo elaboran unacuerdo sobre lo que es el mundo en el que es-tán inmersos y en particular sobre lo que son loscontextos del actuar, así como las propiedadesde las actividades colectivas y de su despliegue.Por medio de este mecanismo de interacciónverbal se elaboran los mundos representadosque constituyen el entorno específicamente hu-mano, a partir de los cuales son evaluados todotipo de pensamiento y todo actuar singular.

Sin embargo, es en Coseriu (1991) donde seencuentra la reformulación y el desarrollo máspotente del enfoque humboldtiano, al señalarque si bien la dimensión comunicacional dellenguaje es indiscutiblemente importante, soloconstituye un aspecto o una consecuencia de sudimensión esencial, que es la de ser actividadsignificante. Trataremos de resumir esta posi-ción en cuatro tesis principales.

(a) El lenguaje se presenta concretamente comouna actividad humana específica y fácilmentereconocible, a saber, como habla o discurso(Coseriu, 1991). Esta actividad es además siem-pre hablar a otro, y en consecuencia, como afir-ma Coseriu,

la esencia del lenguaje se da en el diálogo […],es decir, que está íntimamente ligada a lo quelos interlocutores tienen en común. (Coseriu,1991: 15)

(b) La actividad de hablar solo puede realizarsepor medio de una lengua, en tanto técnica histó-ricamente determinada que los locutores (re)co-nocen como tal:

el hablar es siempre hablar una lengua, por locual el hablante se presenta en cada caso comoperteneciente a una comunidad determinada his-tóricamente o, al menos, como alguien que asu-me temporalmente la tradición idiomática de talo cual comunidad. (Coseriu, 1991: 16)

(c) Retomando entonces la noción de e n é rg e i a d eHumboldt, Coseriu subraya que la actividad delenguaje es c re a d o r a, es decir, productora de no-vedades. Esto explica la dimensión fundamentalque implica el cambio permanente de las lenguasy el hecho de que esta actividad sea libre, en elsentido filosófico del término, en tanto que pue-de dirigirse a cualquier objeto o también que suobjeto es necesariamente infinito. De allí,

la descripción de una lengua, si quiere ser verda-deramente adecuada a su objeto, debe presentarla lengua misma como sistema para crear, comosistema de producción, no simplemente comoproducto. Una lengua, por ejemplo el español,es la suma de las posibilidades del “hablar espa-ñol”, posibilidades que, en parte, ya han sidorealizadas históricamente y, en parte, están aunpor realizarse. Estas posibilidades son al mismotiempo sistemáticas y dinámicas. En consecuen-cia, una lengua ha de considerarse más bien co-mo permanente “sistematización” que como sis-tema cerrado. (Coseriu, 1991: 23)

(d) Esta actividad libre de lenguaje es funda-mentalmente significante, lo que quiere decir,no que es simplemente producción de signosmateriales para significaciones ya dadas, sinoque es creación de contenido y expresión al mis-mo tiempo (Coseriu, 1991). Y esta tesis condu-ce a un análisis del papel desempeñado por ellenguaje tanto en la constitución misma de laactividad de pensamiento como en el desplieguede todo proceso de conocimiento. Por lo profun-do y decisivo de este análisis, nos limitaremos areproducirlo (aunque bastante ampliamente)más que a reformularlo:

[…] la creación de significados es conocimientoy el unirlos a tales y cuales significantes, es de-cir, el transformarlos en contenidos de “signos”,es un modo de fijarlos y hacerlos objetivos; porconsiguiente, puede decirse que el lenguaje co-mo enérgeia es, en un solo acto, conocimiento yforma de fijación y objetivación del conoci-miento mismo. Ahora bien, conocer significa

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concebir algo como en sí mis-mo idéntico y como diferentede todo lo demás; y en estoconsiste muy propiamente lafunción primaria del lenguaje[…]. (Coseriu, 1991: 26)

Por ello, la existencia deun significado no es en modoalguno prueba de la existenciade la “cosa” que pueda corres-ponderle.

[…] Más aun: el lenguaje no de-pende en absoluto de la existencia delas “cosas” […], sino que, al revés, es condiciónnecesaria para la comprobación de la existenciade las cosas (o de su “inexistencia”). En efecto,la existencia de las cosas solo puede compro-barse a partir del lenguaje, al preguntarnos si ta-les y cuales entes correspondientes a significa-dos ya dados en el lenguaje se encuentran o nose encuentran en el mundo de la experiencia fí-sica […]. El significado, pues, implica solo laposibilidad del “ente” […], y no el ente mismo.Solo secundariamente puede llegar el lenguaje ala designación del ente a través del “ser tal ycual”. […] La designación es, pues, una posibi-lidad del lenguaje que se funda en el lenguajecomo significación. Y la designación es lo quenos conduce al mundo de las cosas que, en con-secuencia, como mundo “estructurado” […] so-lo puede alcanzarse mediante el lenguaje. (Co-seriu, 1991: 26-28)

Aun cuando esto pueda parecer paradójico,la posición de Saussure nos parece totalmentecompatible con este posicionamiento general.Si bien el texto del Curso de lingüística gene-ral (Saussure, 1945) insiste sobre todo en el sis-tema social que constituye toda lengua, la defi-nición que propone de LA LENGUA plantea queesta está fundada ante todo en la práctica delhabla, es decir, constituye en primer lugar unactuar, cuyas dimensiones estructurales solopueden ser captadas en un segundo momento,en un proceso de abstracción relativamente ar-tificial. Sus notas manuscritas (Saussure, 2002)muestran que calificaba esa práctica de discur-so, noción que los redactores del Curso han elu-dido sistemática y llamativamente.

El discurso y su análisis

Puede considerarse que los fundamentos meto-dológicos del análisis de discursos han sidoplanteados por Voloshinov (1977), en el m a r c o

de un enfoque de filosofía dellenguaje cuyo objetivo prin-cipal era dilucidar el e s t a t u t oy las condiciones de desarro-llo de la i d e o l o g í a , es decir,de los mundos de conoc i -miento específicamente hu-manos, y en el cual se en-cuentra lo esencial de la pers-p e c t i v a mencionada. Para elautor, todas las unidades del

c onocimiento humano tienenun estatuto semiótico; son signos

de entidades mundanas que constituyen re-f e r e n t e s . Pero estos “signos-ideas” no puedenemanar de la actividad de los individuos solos,sino que son necesariamente los resultados dediscursos producidos en el marco de interaccio-nes sociales y, en virtud de ese estatuto, estosdiscursos presentan siempre un carácter dialógi-co: se inscriben en un horizonte social y se diri-gen a un auditorio social:

toda palabra comprende dos faces. Está determi-nada tanto por el hecho de que procede de al-guien como por el hecho de que está dirigida ha -cia alguien. Constituye justamente el productode la interacción del locutor y del auditor. (Vo-loshinov, 1977: 123)

A partir de allí todo pensamiento, al ser elproducto de la interiorización de esos discursosexternos (es un “discurso interno”), presentatambién necesariamente un carácter social, se-miótico y dialógico.

Desde esta perspectiva, Voloshinov proponeentonces un programa metodológico, que se ca-racteriza por un proceso de análisis descendien-te de la actividad lingüística concretada en eldiscurso dialógico: en primer lugar, plantea ana-lizar las condiciones y los procesos de interac-ción social (o incluso, las formas materiales pre-cisas de la expresión de la psicología del cuerposocial (Voloshinov, 1977), es decir, las formasde actividades humanas con las cuales se articu-lan y en las que se ubican las producciones dellenguaje; luego se deben analizar la estructuraglobal y las propiedades de estas produccionesdel lenguaje (los “tipos o géneros de textos/dis-cursos” que semiotizan las interacciones) y, fi-nalmente, analizar la estructura interna de esostextos/discursos, o los niveles allí implicados deorganización de los signos: partes de texto, es-tructuras semántico-sintácticas, valores de lasunidades mínimas o de las palabras.

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Géneros de textos y tipos de discurso

En su Introducción al architexto (1986), Ge-nette había señalado claramente la necesidad dedistinguir las tentativas de clasificación de lostextos en géneros de aquellas fundadas en susmodos de enunciación (la distinción planteadapor Aristóteles entre “narrativo”, “dramático” y“mixto” se asociaba con este segundo enfoque).Para él, los géneros tienen modalidades de es-tructuración diversas y heterogéneas. Por lotanto, no pueden ser clasificados según un sis-tema jerárquico estable, mientras que los mo-dos al ser actitudes de locución de carácter uni-versal se traducen por formas lingüísticas másestables y por ende identificables:

Los modos de enunciación pueden ser califica-dos de “formas naturales”, por lo menos en elsentido en que se habla de “lenguas naturales”:dejando de lado cualquier tipo de intención lite-raria, el usuario de la lengua debe elegir cons-tantemente, incluso y sobre todo inconsciente-mente, entre actitudes de locución tales comodiscurso e historia (en el sentido de Benveniste,1959), citación literal y estilo indirecto, etc. Losgéneros son categorías propiamente literarias,los modos son categorías que tienen que ver conla lingüística [...]. (Genette, 1986: 142)

Además de la distinción benvenista citada,la planteada por Weinrich (1973) entre mundocomentado y mundo contado y la propuesta porSimonin-Grumbach (1975) entre tres planosenunciativos se relacionan con estos modos deenunciación. Todas ellas describen actitudes delocución generales, que se traducen, en el mar-co de una lengua natural determinada, por con-figuraciones de unidades y procesos lingüísti-cos relativamente estables. En su destacabletrabajo de inspiración culioliana, Simonin-Grumbach intentaba formalizar las operacionesque subyacen a los planos enunciativos e iden-tificar las propiedades lingüísticas de las formasque las realizan; formas que calificaba de “tiposde discurso”.

La diferencia de estatuto entre textos (quedependen de un género) y tipos de discursopuede explicarse porque mientras los primerosson unidades comunicativas globales, articula-das a un actuar lingüístico (por ejemplo, unanovela, un sermón, una entrevista, etc.), los se-gundos son unidades lingüísticas infraordena-das, segmentos que no constituyen en sí mis-mos textos, sino que entran en su composición

según modalidades variables (un segmento derelato, de discurso indirecto, de comentario teó-rico, etc.).

Analizamos entonces las operaciones quesubyacen a los tipos de discurso en los siguien-tes términos: dada su propia naturaleza semióti-ca, la actividad lingüística reside necesariamen-te en la creación de mundos virtuales. Estosmundos son sistemas de coordenadas formalesque son, por un lado, radicalmente distintos delos sistemas de coordenadas de los mundos re-presentados (en los cuales se despliegan las ac-ciones de agentes humanos), pero que, por otrolado, deben exhibir el tipo de relación que man-tienen con esos mundos de la actividad humana.Por convención, calificaremos los mundos re-presentados de los agentes humanos de mundoordinario1 y los mundos virtuales creados por laactividad lingüística de mundos discursivos. Yestos mundos discursivos se construyen sobre labase de dos subconjuntos de operaciones.

Un primer subconjunto explicita la relaciónexistente entre las coordenadas generales queorganizan el contenido temático de un texto ylas coordenadas generales del mundo ordinarioen el cual se despliega la acción lingüística de laque el texto proviene. Estas coordenadas pue-den estar presentadas como claramente separa-das de las coordenadas del mundo ordinario dela acción lingüística. Ya sea que las representa-ciones movilizadas a modo de contenido remi-tan a hechos pasados y comprobados (del ordende la historia), a hechos por venir, a hechosplausibles o puramente imaginarios, su organi-zación debe anclarse en un origen espacio-tem-poral, que especifica el tipo de división operada(los orígenes son explicitados en su mayoría porfórmulas temporales, por ejemplo, un día, ayer,en el año 2058, etc.), a veces asociadas a fórmu-las espaciales (había una vez, en un país lejano) .Los hechos organizados a partir de este anclajeson c o n t a d o s entonces “como si hubieran pasa-do”. Pero también, la separación puede no inter-venir explícitamente, y las coordenadas que or-ganizan el contenido temático del texto se pre-sentan entonces necesariamente como conjuntasa las de la acción lingüística. Así, las representa-ciones movilizadas, a partir del momento en queno se anclan en ningún origen específico, se or-ganizan inevitablemente en referencia más omenos directa a las coordenadas generales delmundo de la acción lingüística en curso. Los10

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hechos se presentan entonces como accesiblesen el mundo ordinario de los protagonistas de lainteracción lingüística; no son contados, sinomostrados o incluso expuestos (por ejemplo, lafilosofía es la madre de todas las ciencias).

Entonces, esta es una primera distinciónque constituye una reformulación parcial de lasoposiciones que han sido introducidas entremundo contado y mundo comentado (cf. Wein-rich); para evitar toda ambigüedad terminológi-ca, distinguiremos por nuestro lado los mundosdel orden del C O N TA R y los mundos del orden delEXPONER.

Por otro lado, un segundo subconjunto sonlas operaciones de explicitación de la relacióncon los parámetros de la acción lingüística e nc u r s o . Ti e n e n que ver más específicamentecon la relación entre, por un lado, las diferen-tes instancias de agentividad (personajes, gru-pos, instituciones, etc.) y su inscripción espa-cio-temporal, tales como se movilizan en untexto y, por otro lado, los parámetros físicos dela acción lingüística en curso (agente produc-t o r, interlocutor eventual y espacio-tiempo deproducción). En un texto o en segmento de tex-to puede ser explícita la relación que sus ins-tancias de agentividad mantienen con los pará-metros materiales de la acción lingüística(agente productor, interlocutor eventual y su si-tuación en el espacio-tiempo), o bien esta rela-ción puede no estar explicitada y las instanciasde agentividad del texto mantienen entoncesuna relación de independencia o de indiferen-cia con los parámetros de la acción lingüísticaen curso. En el primer caso, el texto moviliza oi m p l i c a los parámetros de la acción lingüística,bajo la forma de remisiones deícticas a esosmismos parámetros, que están integrados alpropio contenido temático; y en consecuencia,hay que acceder a sus condiciones de produc-ción para interpretar completamente dicho tex-to (por ejemplo, Ayer vine aquí). En el segun-do caso, el texto se presenta en una relación dea u t o n o m í a respecto de los parámetros de la ac-ción lingüística, y su interpretación no requie-re entonces de ningún conocimiento de lascondiciones de producción (por ejemplo, F i d e lC a s t ro tomó el poder en Cuba en 1959). Unasegunda distinción general puede plantearseasí entre los mundos discursivos que exhibenuna relación de i m p l i c a c i ó n respecto de losparámetros de la acción lingüística y los que

exhiben una relación de a u t o n o m í a respecto deesos mismos parámetros.

Entonces, una primera delimitación de losmundos discursivos puede realizarse combinan-do los dos tipos de distinciones mencionadas:por un lado, la oposición entre orden del CON-TAR y orden del EXPONER; por otro, la oposiciónentre implicación y autonomía. El cruce de am-bas distinciones permite definir cuatro mundosdiscursivos:

a) Mundo del EXPONER implicado

b) Mundo del EXPONER autónomo

c) Mundo del CONTAR implicado

d) Mundo del CONTAR autónomo

No obstante, estos mundos, del mismo mo-do que las operaciones subyacentes, solo soncomprobables a partir de las formas lingüísticasque los semiotizan y, por consiguiente, son so-lidarios de esas formas lingüísticas. Es en estenivel donde se plantea el problema metodológicodelicado de la articulación entre una inserciónde esas formas desde el ángulo de las operacio-nes psicológicas subyacentes y una inserciónde esas mismas formas desde el ángulo de lasmarcas lingüísticas que son empíricamentecomprobables. Las operaciones psicológicasconstitutivas de los mundos son generales y apriori universales (en el sentido de indepen-dientes de las características propias de cadalengua natural), mientras que las marcas lin-güísticas que traducen los mundos son necesa-riamente dependientes de las propiedades espe-cíficas de las lenguas naturales. Para disociarclaramente estas dos inserciones posibles he-mos introducido la distinción entre architipopsicológico y tipo lingüístico . La expresión detipo lingüístico designa el tipo de discurso talcomo se encuentra efectivamente semiotizadoen el marco de una lengua natural, con sus pro-piedades morfosintácticas y semánticas particu-lares. La expresión de a rchitipo psicológicodesigna, a su vez, esa entidad abstracta o eseconstructo, que es el tipo de discurso aprehendi-do desde el único ángulo de las operaciones psi-cológicas “puras”, es decir, de las operacionesdepuradas de la semantización particular que lesconfieren necesariamente las formas específi-cas de recursos morfosintácticos movilizadospor una lengua natural para traducir un mundo.

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Los architipos psicológicos correspondientes alos mundos discursivos pueden presentarse enun cuadro de doble entrada:

actitud narrativa se realizaría en géneros talescomo novela, reportaje, autobiografía, etc. Talenfoque se basa en un sentimiento lingüísticocuya realidad no refutaremos (un “efecto de na-rración” puede ser producido por formas textua-les muy diversas), pero también presenta un ca-rácter eminentemente paradójico: por un lado,solo puede inferirse la existencia de actitudesdel análisis de las configuraciones lingüísticasespecíficas que las realizan (Genette, 1986),configuraciones que están infraordenadas res-pecto de los textos; por otro lado, se encontra-rían expresiones de esas mismas actitudes a ni-vel de los propios textos, incluso cuando estosno contienen las configuraciones lingüísticas tí-picas, suponiéndose entonces que esas actitudesgenerales provienen de reglas de una pragmáti-ca universal, o también de las de una “transcen-dencia” de orden antropológico (Genette,1986). Ahora bien, una de las dos cosas: o bienlas actitudes son indisociables de las formas lin-güísticas específicas que las realizan, o bienconstituyen esquemas humanos universales ex-presables bajo (casi) cualquier forma l i n g ü í s t i-ca; no se puede, como Genette, defender a la vezambas tesis. Nos parece, por lo tanto, que estaparadoja solo puede superarse adoptando unaperspectiva genética (en sentido vygotskiano).Esto es: los tipos de discurso son formas lin-güísticas primeras que se han co-construido conlas actitudes enunciativas que traducen; el usode esos tipos y las reflexiones evaluativas que aellos se refieren produjeron conocimientos ge-nerales (lo que es contar, lo que es comentar,etc.) y, por último, esos conocimientos han brin-dado, secundariamente, marcos interpretativoscapaces de ser proyectados sobre cualquier tipo

No podremos, en el marco de esta exposi-ción, presentar los sistemas de marcas de los ti-pos lingüísticos (para ello puede consultarse,para el sistema del francés, Bronckart, 1997, ypara el sistema del español, Bronckart, 2004).

Observaciones

Aunque minoritaria, la elección de utilizar la ex-presión tipo de discurso en vez de modo dee n u n c i a c i ó n nos parece más que legítima. Másallá de su acepción trivial, que designa cualquierestablecimiento de una lengua, la noción de dis-curso remite más profundamente al proceso deverbalización del actuar lingüístico o de su s e -m i o t i z a c i ó n en el marco de una lengua natural.Pero este proceso se realiza manifiestamentes egún diversas modalidades (descriptibles entérminos de operaciones), que se expresan conformas lingüísticas relativamente estables, ejer-ciendo presiones mayores sobre la distribución ylas condiciones de empleo de las unidades, locual justifica que se hable de tipos de semiotiza-ción o de tipos de discurso. Tales tipos constitu-yen en otros términos formatos del estableci-miento de las unidades de una lengua (vertientesignificante), que traducen los pocos formatosque organizan los intercambios verbales huma-nos, o intercambios interindividuales de repre-sentaciones (vertiente significado).

Como lo señala también Genette (1986), losmodos o actitudes que constituyen la vertientesignificado de los tipos discursivos han sido eri-gidos por algunos al estatuto de archi-géneros,es decir, de categorías que dominan y organizanla distribución de los géneros: por ejemplo, la

Coordenadas generales de los mundos

Implicación

Autonomía

Conjunción EXPONER

Discurso interactivo

Discurso teórico

DisyunciónCONTAR

Relato interactivo

Narración

Relación con el actode producción

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Estamos, pues, en condiciones de volver al pro-blema del paralelismo psicofisiológico, siendola hipótesis de que el paralelismo entre los esta-dos de consciencia y los procesos materialesconcomitantes responde a un isomorfismo entrelos sistemas de implicaciones significantes yciertos sistemas que dependen de la causalidad.(Piaget, 1989: 178)

Dado el carácter continuista del esquema dedesarrollo de Piaget, se plantea inevitablementela pregunta de saber cómo un sistema causalpuede, durante el desarrollo, transponerse direc-tamente a un sistema de implicaciones signifi-cantes. Como respuesta a esta pregunta, el autordeclara, en primer lugar, que esta transferenciase realiza progresivamente. Luego, en un proce-so retroactivo bastante extraño en él, trata deencontrar las huellas de esta construcción pro-gresiva en el esquematismo sensoriomotor, pro-poniendo algunas pistas vagas, pero terminandopor confesar que desde el punto de vista empí-rico, el problema sigue siendo total:

[…] nos encontramos aquí en presencia de unaserie de cosas desconocidas, de manera tal quese experimenta, en 1974, un real malestar […]cuando se habla de “la” consciencia o de sus“estados”, etc. […]. Lo que no sabemos es enefecto si, anteriormente a este mecanismo for-mador, podrían existir estados momentáneos ylocales de consciencia no integrados en un sis-tema. El problema central a este respecto, quefelizmente no debemos abordar en este capítu-lo, dado que no tiene solución posible actual -mente, es el de los comienzos de la consciencia,anteriormente a cualquier lenguaje. (Piaget,1989: 181)

Del análisis precedente, podemos extraertres proposiciones:

(a) Los mecanismos fisiológicos, del mismo mo-do que las modalidades de organización de loscomportamientos (entre los cuales están los es-quemas), pueden ser concebidos como funcio-nando según una lógica causal, pero esta lógicasolo “existe” en la interpretación que de ella ha-ce, desde exterior, el observador o el investigador.

(b) El pensamiento consciente de los sujetoshumanos funciona según una lógica de implica-ción de significaciones que, contrariamente alos determinismos causales, no presenta ningúncarácter de “necesidad natural”; el estableci-miento de esta lógica presupone la adhesión anormas humanas y, por lo tanto, inevitablemen-te sociales.

de producción textual: si una carta es considera-da narrativa, es porque se puede proyectar sobrela totalidad del texto que ella constituye un es-quema interpretativo proveniente de nuestro co-nocimiento del tipo lingüístico narrativo y de susefectos.

Los efectos del lenguaje sobrela constitución y el desarrollode los conocimientos

Una formulación de la problemática

Es en la obra de Piaget donde se encuentra la for-mulación más esclarecedora de la problemáticade las condiciones de constitución y de desarro-llo de los conocimientos humanos, en particularen la versión última2 del capítulo que cierra Laexplicación en psicología y el paralelismo psi-cofisiológico (Piaget, 1989), que constituye unode sus últimos escritos, a cuya redacción tuvi-mos el privilegio de asistir.

Allí, el autor sostiene, en primer lugar, quelos mecanismos fisiológicos humanos, del mis-mo modo que todos los fenómenos físicos, fun-cionan según una lógica causal . Este funciona-miento causal se aplica también a los esquemasde lo sensoriomotor o del pensamiento operato-rio, en tanto regularidades observables desdeafuera, pero que no puede caracterizar los meca-nismos existentes en el pensamiento consciente:

[El movimiento de construcción] no plantea pro-blemas por cuanto se trata de relaciones entre elorganismo en tanto que fisiológico y el compor -tamiento en tanto observable por fuera y, diga -mos, materialmente. En cambio las cuestiones seplantean en otros términos, o más bien se com-plican al agregar una nueva dimensión, desde elmomento en que interviene la consciencia. (Pia-get, 1989: 169)

Según Piaget, los fenómenos del orden delpensamiento consciente poseen un funciona-miento radicalmente diferente, que dependen deuna lógica de implicación, o más precisamenteque se caracteriza por encadenamientos de im-plicaciones significantes, regidos por reglas noestrictamente necesarias o incluso de orden nor-mativo. Esta distinción permite entonces a Pia-get brindar una formulación precisa al problemade las relaciones que mantienen, en el hombre, laserie física y la serie psíquica:

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(c) En la óptica continuista de Piaget, la lógicade implicaciones significantes del pensamientod e b e r í a construirse sobre la base de la lógicacausal y proceder directamente (sin mediacio-nes sociolingüísticas). Pero esta tesis no es de-mostrable ni empírica ni, incluso, teóricamen-te, en el sentido de que no puede identificarseen los mecanismos causales la fuente posibledel carácter no necesario o normativo del pen-samiento consciente.

El lenguaje, fuente del pensamientoy de los conocimientos

La afirmación de que los procesos de apropia-ción y de interiorización de los fenómenos lin-güísticos son fuente u origen de los fenómenosdel pensamiento puede desarrollarse en las trestesis siguientes:

Tesis 1. La apropiación y la interiorizaciónde los signos lingüísticos es constitutiva delas unidades de pensamiento o noesis.

Basándonos en la teoría saussuriana, sostendre-mos que son tres propiedades de los signos (sucarácter inmotivado, radicalmente arbitrario ydiscreto) las que explican que su interiorizaciónprovoque esta transformación decisiva del psi-quismo heredado que constituye la delimitacióny la estabilización de unidades representativas(Bronckart, 2003).

Como Piaget lo había observado, por su c a -rácter inmotivado (la relación de independen-cia que existe entre los significantes y sus sig-nificados), los signos interiorizados confieren,en primer lugar, al funcionamiento psíquicouna real autonomía respecto de los parámetrosdel medio; en términos behavioristas, este fun-cionamiento se libera del control directo de lascontingencias de refuerzo. Pero este carácterinmotivado es en sí menos importante que el dearbitrario radical, reexhumado de los apuntessaussurianos por De Mauro (1969). Esta no-ción de arbitrario radical expresa el hecho deque, en la medida en que se originan en el usosocial, los signos someten las representacionesindividuales a una reorganización cuyo carác-ter es radicalmente no natural. El significantede un signo (el término f ru t a, por ejemplo) im-pone a la vez una delimitación y una reunión de

l a s diversas imágenes mentales que un ser hu-mano puede construirse en su interacción solita-ria con este tipo de objeto. Por su parte, el signi-ficado del signo está constituido por el conjuntode imágenes mentales que se encuentran asísubsumidas por el significante. Las lenguas na-turales se diferencian no solo por sus signific a n-tes aparentes, sino sobre todo por la separación yla estructura interna de las imágenes constituti-vas de los significados, como lo demuestran losproblemas de traducción. Es entonces en el mar-co de esas formas sociolingüísticas particularesy arbitrarias donde se organizan las representa-ciones humanas.

Desde esta perspectiva, los signos son, pues,entidades representativas dobles o desdobladas;se presentan como envolturas que agrupan re-presentaciones individuales, o también como re-presentaciones (sociales) de representaciones(individuales). Y cuando el niño interioriza lossignos, lo hace con esta propiedad metarepre-sentativa, que posibilita este desdoblamiento delfuncionamiento psíquico que es la condición si -ne qua non de la emergencia de su carácter au-torreflexivo. No obstante, esta emergencia soloes posible en la medida en que los signos pre-sentan una tercera propiedad: son discretos, esdecir, que sus significantes están “recortados”en unidades discontinuas, y la interiorización detales significantes implica necesariamente unainteriorización correlativa de su significado. Es-te significado, a su vez, está delimitado y tienela capacidad de absorber y reorganizar las imá-genes mentales de carácter idiosincrático:

Psicológicamente, hecha abstracción de su ex-presión por medio de palabras, nuestro pensa-miento no es más que una masa amorfa e indis-tinta. [...] El papel característico de la lenguafrente al pensamiento no es el de crear un mediofónico material para la expresión de las ideas, si-no el de servir de intermediaria entre el pensa-miento y el sonido, en condiciones tales que suunión lleva necesariamente a deslindamientosrecíprocos de unidades. El pensamiento, caóticopor naturaleza, se ve forzado a precisarse al des-componerse. No hay, pues, ni materialización delos pensamientos, ni espiritualización de los so-nidos, sino que se trata de ese hecho en ciertamanera misterioso: que el “pensamiento-soni-do” implica divisiones y que la lengua elaborasus unidades al constituirse entre dos masasamorfas. (Saussure, 1945: 191-192)

De este análisis saussuriano se desprendeque si bien antes de la emergencia del lenguaje

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los comportamientos que esta desencadena nodependen nunca de encadenamientos causalessino que son del orden de la probabilidad. Lasestructuras predicativas que, en las lenguas na-

t u r ales, dan cuenta de esas relaciones ac-tivas presentan también este carácter

probabilístico: como lo sosteníajustamente la G r a m á t i c a d eP o rt - R o y a l, expresan un juicioreferido a la relación accional, yal hacerlo, “desdoblan” de algu-na manera la relación probabi-lística entre la fuente del actuar

y este actuar mismo. Por lo tanto,nos parece que para superar la apo-

ría piagetiana conviene admitir quees de las evaluaciones predicativas de la

acción humana, y solo de ellas, de donde puedee m e rger la lógica de implicación de significacio-nes que caracterizan el pensamiento conscientehumano. Piaget estaba muy cerca de esta solu-ción cuando afirmaba particularmente, en el tex-to discutido anteriormente, que

esta implicación significante rige la relación mis-ma de significante a significado que interviene enlas categorizaciones o designaciones. (Piaget,1989: 178)

Sin embargo, no podía aceptar esta idea da-do sus a priori epistemológicos.

Tesis 3. La práctica, la apropiacióny la interiorización de los tiposde discurso son los que originandiversos tipos de razonamientoshumanos.

La práctica de los géneros de textos constituyeuna ocasión de aprendizajes sociales que tienenque ver con la adaptación del actuar lingüísticoa las diversas formas de actuar ordinario. No setrata, sin embargo, más que de un aspecto de lasmediaciones formativas, otro aspecto sin dudamás nodal que guarda relación con la interfaz delas representaciones individuales (situadas enun organismo-agente) y de las representacionescolectivas (situadas en las obras humanas). Anuestro entender, estos procesos se desarrollanen el nivel de los tipos de discurso, dado que es-tos constituyen, como hemos visto, los formatosobligados de esta interfaz (Bronckart, 2007).

existe un funcionamiento psíquico práctico, es-te reside en formas representativas, no solo idio-sincráticas, sino que constituyen sobre todo unamasa continua y desorganizada, una amalgamade imágenes sin fronteras claras. Conla interiorización de significantesdiscontinuos, porciones de formasrepresentativas se encuentranreorganizadas en significados ypor este mismo hecho están eri-gidas en verdaderas unidadesrepresentativas, delimitadas yrelativamente estables. Estadiscretización del funcionamien-to psíquico constituye la condi-ción última de la emergencia de unpensamiento consciente. Es solamentecuando las formas representativas están desdo-bladas y organizadas en unidades discretas, ba-jo el efecto de la interiorización de los signos,cuando puede desplegarse el movimiento auto-rreflexivo característico del funcionamientopsíquico consciente.

Tesis 2. La apropiación y la interiorizaciónde las estructuras lingüísticas originanla organización de esas unidades en unpensamiento consciente, que funcionasegún un régimen de implicaciónde significaciones.

Volvamos a partir del análisis de Piaget comen-tado anteriormente, según el cual la conscienciaconstituye un sistema de implicación de signifi-caciones. Este análisis evidencia el carácter nonaturalmente necesario o, incluso, normativo-social de los encadenamientos mentales: “P im-plica q”, afirma Piaget al citar a Lalande. Estarelación se asocia con el “poder ser” o el “deberser” del mismo modo que las reglas sociales. Sine m b a rgo, este tipo de relación probabilística y/odeóntica no puede manifiestamente derivar dela lógica de necesidad de los encadenamientoscausales. Y esto explica la dificultad en la que seencontró Piaget para fundamentar su tesis con-tinuista. En cambio, se le puede encontrar unorigen creíble si se tienen en cuenta los meca-nismos en juego en la actividad significante quecomenta el actuar humano.

Como lo demostró von Wright (1971), lasrelaciones que pueden ser planteadas, en unaunidad praxeológica, entre la fuente humana y

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Al (re)producir un tipo de discurso, elagente debe proceder a la planificación internade los segmentos en cuestión, aprendiendo asía ejecutar esos procesos indisolublementementales y verbales como son los razonamien-tos: razonamientos prácticos implicados en lasinteracciones dialogales; razonamientos causa-l e s - c r o n o l ó g icos implicados en los relatos y na-rraciones y razonamientos de orden lógico y/osemi-lógico implicados en los discursos teóri-cos. En ese mismo proceso, el agente aprendea manejar las estructuras temporales propias alos tipos, y a situarse respecto de ellas, y tam-bién aprende a manejar las condiciones de dis-tribución de las voces y a ubicarse así en elconcierto de las diferentes posiciones socialesp o s i b l e s .

Si bien la práctica de los tipos contribuye aldesarrollo de componentes esenciales de la per-sona, ejerce también un efecto en contrapartidasobre los tipos mismos, en tanto constructos so-ciales necesariamente evolutivos. De todas ma-neras, las condiciones de esta transformaciónhistórica de los tipos restan casi completamen-te por estudiar. Y este estudio nos parece estarorientado por dos cuestionamientos: uno rela-cionado con el equilibrio que aparentementedebe establecerse en toda organización vivienteentre la entropía general de un sistema (los gé-neros como estructuras heterogéneas en perpe-tua extensión) y los núcleos atractores que re-ducen objetivamente esta entropía (los tipos dediscurso); el otro es el que guarda relación conla mejora de los medios por los cuales los sereshumanos reorganizan y reexplicitan las condi-ciones enunciativas bajo las cuales negocian la“verdad” de los conocimientos.

Resumiendo estas tesis, destacaremos quecada una de las tres operaciones que, según laLógica de Port-Royal, caracterizan la actividadde noesis (concebir, juzgar y razonar) son pro -ductos de la interiorización de las propiedadesde la semiosis: la operación de concepción o dedelimitación-estabilización de las unidades depensamiento es el producto de la interiorizaciónde los signos, en tanto entidades representativasradicalmente sociales; la operación de juicio esel producto de la interiorización de las estructu-ras predicativas que remiten a las relaciones ac-cionales y, por último, la operación de razona-miento es el producto de la interiorización delas estructuras discursivo-textuales.

Evitar el determinismo a contrapelo

Como todo organismo viviente, el ser humanose inscribe en una línea “natural” de desarrollo,que está condicionada por el equipamiento bio-comportamental de la especie y por el estableci-miento de mecanismos generales de interaccióncon el medio. Pero a partir de su nacimiento, elbebé está confrontado no solo al medio físico,sino también al conjunto de preconstructos so -cio-semiótico-culturales elaborados por las ge-neraciones precedentes. Está enfrentado en par-ticular a las formas de actividades colectivasinstrumentadas, tales como han sido elaboradasen las formaciones sociales existentes en su en-torno humano. También está confrontado a laspalabras y a los textos/discursos que comentanesas actividades y que son portadores de signi-ficaciones producidas en el marco de la lenguanatural de ese mismo entorno. Asimismo, a par-tir del nacimiento, este entorno emprende pro-cesos activos de integración del bebé en esasformas preconstruidas: realización de activida-des conjuntas, presentación de normas compor-tamentales y relacionales, y, posteriormente,presentación de las palabras de la lengua y re-gulación de sus condiciones de utilización. Estetrabajo formativo (que se prolongará toda la vi-da y, en particular, en el marco de la educaciónformal o escolar) consiste, en realidad, en hacerentrar al niño en una segunda línea de desarro-llo, que es la de la adquisición, de la reproduc-ción y de la transformación de las significacio-nes sociales construidas en la historia del grupo.

A partir de que el pensamiento conscientese construye (también) en la interacción conesos preconstructos tal como son presentadosen el trabajo formativo, solo puede contener lashuellas de cierta marca social, a la vez de ordensemiótico y de orden accional. El niño se apro-pia e interioriza los signos y las estructuras lin-güísticas como se le presentan en una lenguanatural determinada y, por lo tanto, esas formasiniciales de pensamiento están marcadas nece-sariamente por las modalidades particulares dedelimitación y de organización de las significa-ciones que son propios a esa lengua. En otrostérminos, su “visión del mundo” estará pre-for-mateada por la organización de las representa-ciones que impone esta lengua. Además, el niñose apropia e interioriza esquemas de acción talcomo se le presentan y es este proceso el que ex-plica que, durante este largo período de latencia

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que va desde el final del estadio sensoriomotora los comienzos del estadio de las operacionesconcretas, su pensamiento se caracteriza, comoPiaget (1947) lo había demostrado, por su unidi-reccionalidad (se org a n i z a en funciones, no do-tadas de reversibilidad), y también por su carác-ter “mágico” (manifiesto en el ejemplo de losniños que estiman que si las nubes se desplazan,es porque una persona escondida en el decora-do del cielo las empuja). Desde este punto devista, el pensamiento inicial se construye segúnlas modalidades de una razón práctica, es decir,consiste en realidad en interpretar todos los fe-nómenos observables como si dependieran delactuar humano.

Por lo tanto, si bien los factores sociales, se-mióticos y accionales ejercen una influencia so-bre las modalidades iniciales de funcionamien-to del pensamiento infantil, esta influencia noconstituye un determinismo unilateral y tiende,además, a desdibujarse en lo sucesivo del desa-rrollo. Y esto en particular por tres tipos de ra-zones.

La influencia social nunca implica un de-terminismo radical porque cada niño está con-frontado a los preconstructos sociales en con-textos de mediación formativa que pueden pre-sentar características muy diferentes, incluso enun mismo tipo de entorno social. Esto es asíporque esas experiencias formativas se acumu-lan según una temporalidad que es siempre par-ticular y porque las condiciones de las experien-cias adquiridas generan, a término, un marco de

recepción singular que ejerce una influencia so-bre las interacciones formativas ulteriores. El ni-ño construye, por lo tanto, la estructura psicoló-gica constitutiva de su persona en el marco deuna micro-historia experiencial singular, que de-pende de un régimen fundamentalmente distintodel de la historia social, y por ello esta construc-ción nunca puede consistir en una reproducciónmecánica de los preconstructos sociales.

La influencia social se desdibuja en el cursodel desarrollo, en primer lugar, porque en todoentorno humano existen corpora de conoci-miento (o mundos formales) que ya han sido ob-jeto de un proceso de abstracción o de generali -zación (más o menos importantes) respecto delos determinismos sociales, accionales y textua-les. El niño está confrontado progresivamentetambién a este tipo de preconstructo, en especialen el marco de la educación formal, y los conte-nidos y las estructuras de su pensamiento termi-narán, pues, por llevar las huellas del carácterformal o abstracto de este orden de conocimien-to. Luego, y sobre todo, como la obra de Piagetlo demostró, el desarrollo ulterior del pensa-miento se caracteriza por la implementación depoderosas capacidades de abstracción y de ge-neralización, y de allí una parte importante delfuncionamiento mental se depura, se descontex-tualiza y se organiza en operaciones lógico-ma-temáticas. Y además, dado que este procesoexiste a nivel de los individuos, pueden cons-truirse los mundos formales de conocimientosmencionados anteriormente.

Estudios sobre la lecturaAciertos e infortuniosen la investigaciónde las últimas décadasMaría Cristina Rinaudo

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Notas

1. Para la comodidad de la exposición, reunimos ba-jo esta expresión de mundo ordinario los tresmundos formales postulados por Habermas(1987).

2. Este capítulo del Tratado de psicología experi-mental (Fraisse y Piaget, comps.), inicialmentepublicado en 1961, fue objeto de una sustancialmodificación en 1974. Nosotros utilizamos lareedición de 1989.

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Este artículo fue enviado a la Redacción de LE C T U R A

Y VI D A a pedido de las directoras en noviembre de2007.

*Este artículo fue traducido del francés por Ana Ma-ría Gentile.

**Doctor en Psicología. Profesor en Didáctica deLenguas, Université deGenève. Ha realizado in-vestigaciones en psicolingüística, en análisis deldiscurso y didáctica de las lenguas desde la pers-pectiva del interaccionismo sociodiscursivo y enformación de adultos para el análisis del trabajo.

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San José. Costa Rica28 al 31 de julio de 2008