Brogiolo, G.P. Arqueología estratigráfica y restauración. 1995

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    ARQ UEOLO GA ESTRATIGRAFICA Y RESTAURACIN( S T R A T I G R A P H I C A R C H A E O L O G Y A N D R E S T O R A T I O N )G. P. Brogiolo, ArquitectoDpto . de Arqueologa e Historia del ArteUniv. de SienaITALIA

    Fecha de recqpcin: 13-11-95105-15

    RESUMEN

    Tras el rpido desarrollo de la estratigrafa arqueolgica,ocurrida a partir de los aos -70, pronto se consideresencial e insustituible su aplicacin automtica al anlisisde la construccin histrica. Esto dio lugar de inmediato auna reaccin critica que dudaba de la rgida aplicacin delanlisis estratigrfico al edificio, ya que dejaba sin resolverlos problema s de interaccin, tericos y prcticos, entre loscampo s de la historia de la arquitectura, de su conocimien totcnico y cientfico y de la actividad restauradora. En estetexto se analiza la relacin entre arqueologa estratigrafica,historia de la arquitectura y restauracin, buscando lospuntos comun es entre estas disciplinas y la ayuda qu e laprimera supone para el desarrollo de sus compaeras.

    SUMMARY

    After the rapid developm ent of the archaeolog icalstratigraphy, which began in the 70s, its automa ticapplication in the analysis of the historical constructionspropm tly became considered as essential and irreplaceable.This imme diately gave rise to a critical reaction whichquestioned the rigid application of the stratigraphie analysisto the building, since it left unsolved the theoretical andpractical problems of interaction between the fields of history,architecture, its technical and scientific kn owledge, andrestoration activity. This text analyzes the relation betweenthe stratiraphic archaeolog y, the history of architecture andthe restoration, looking for common points between thesedisciplines, and underscoring the help the former provides inthe developm ent of the latter ones.

    La arqueologa estratigrafica ha constituido, desde finesdel decenio de 1970 y el comienzo del siguiente, unaformidable oleada que ha pu esto en cuestin las teoras ymtodos de las ciencias arqueolgicas, arraigadas desdemucho tiempo atrs.Los estratgrafos llegaron a teorizar sobre el valor absolutodel mtodo, ya que en laprimera parte del estudio ...no haynecesidad de tener en cuenta para nada la importanciahistrica de los diversos estratos (Harris 1983, p. 79), conla consecuencia de que se puede aplicar a la construccincomo a cualquier depsito arqueolgico enterrado, sinninguna especificacin ni adecuacin (Manacorda 1985;Parenti 1985, 1988).En segu ida, como toda ierza revolucion aria en su fase demovimiento, se ha dedicado a conquistar nuevos territorios,en particular los administrados, con un aire decadente de

    Anden Regime -tanto en el plano de los mtodos como enel de los resultados- por la historia de la a rquitectura y lasdisciplinas enlazadas con la restauracin arquitectnica.A la vez que se abran grandes huecos en las defensas deestas consolidadas disciplinas, que dejaban pasar a lasvanguardias triunfantes de la estratigrafa consideradasesenciales e insustituibles de modo casi universal, seplanteaba la resolucin, en el plano terico, de la dicotoma(a veces en el lmite de la conflictividad, B onelli 1986) quese iba creando entre la nueva disciplina ya) la historia de la arquitectura,b) los otros instrumentos del conocimiento cientfico-tcnico; y _c) los aspectos tericos y prcticos e la restauracinarquitectnica.

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    En tal sentido se manifestaron a fines de los aos -80(Doglioni 1987, 1988; Brogiolo 1988) las primeras vocescrticas que subrayaban que la com plejidad y la riqueza dela informacin inscrita en la estratigrafa de un edificioeran tales que no se podan captar con los esquemasconceptualmente rgidos de la arqueologa estratigrfca.

    Los conocimientos histrico-artst icos son tambinindispensables pa ra establecer la equivalencia entre distintasacciones constructivas, operacin sta que permite ordenarla secuencia y reconocer las llama das interfaces de perodoo conjunto de las unidades estratigrfcas que en una fasedeterminada definen la forma de un edificio.

    Arqueologa estratigrfca e historia de la arqu itecturaUn edificio no est constituido slo por estratos, sinotambin por formas. La lec tura estratigrfca, al limitarsea documentar y secuenciar las acciones constructivas, noposee los instrumentos conceptuales que definen los aspectosestilsticos y formales de un edificio.Es insustituible para reconocer los acontecimientosconstructivos, pero no sabe explicar su significado. ste loaporta el bagaje terico de la historia del arte que, actuandopor esquemas analg icos, reconstruye los aspectos formalesde un edificio y permite completar la investigacinhistoriando la asptica secuencia conseguida por laarqueologa estratigrfica.

    Por tanto el anlisis no puede llevarse a cabo por escaladoressolitarios. Ni por el estratgrafo, ya que su bagaje conceptualprescinde de los aspectos histrico-formales, ni tampocopor el historiador de la arqu itectura, pues su disciplina noha teorizado la identificacin de la unidad estratigrfca nilos modos para establecer sus relaciones.Por ahora podemos suponer lacoex istencia de dos caminos,el estratigrfco y el histrico-artstico. Pero debemosfavorecer que ambos puedan ser recorridos por una m ismapersona: un arquelogo que conozca la historia de laarquitectura o, mejor, un historiador de la arquitectura quehaya asimilado los instrumentos conceptuales de laarqueologa estratigrfca.

    Arqueologa estratigrfca y restauracinEl diagram a -representacin de la secuencia de las unidadesestratigrfcas o acciones constructivas- se podr de estemodo completar con la identificacin de los elementosestructurales y formales -huecos, ornamentacin, elementosestructurales estticos-, que no se hacen evidentes en lalectura estratigrfica por estar insertos en accionesconstructivas ms generales (Fig. 1).

    A diferencia de la excavacin, el an lisis estratigrfco deedifcios tiene un lmite muy preciso: no se puede desmontarun edificio e ntero, una unida d estratigrfica tras otra, paracomprender mejor las relaciones entre los estratos.Incluso en un edificio en curso de restauracin, existenlmites objetivos y lmites ticos. Los primeros son evidentes;

    Fig.].-Este esquema resume el doble recorrido lgico del "anlisisestratigrfco"(a, identificacin delas unidades estratigrcficas; b, identificacin de las relaciones; c, construccin de un diagrama) y del anlisis ormal o histrico - artstico (a,identificacin de los elementos fiyr-males o unidad de referencia; b, delas relaciones analgicas). Los dosrecorridos paralelos permitenperiodizar la secuencia.

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    sobre los segundos hay que efectuar una reflexin queimplica a las propias opciones de la restauracin -sobre lasque se vuelve al n al de este texto-.Un edificio est hecho, adems de la fbrica misma, depelculas -enlucidos, cielos rasos, tabiques ado sados-, unaserie de envoltorios, tambin ellos estratificados, queesconden las fases constructivas ms antiguas.Una teora de la restauracin, que en Italia ha tenido en losltimos aos una presencia acadm ica relevante -Bellini yDezzi Bardeschi por ejemplo-, sostiene que la restauracindebe reducirse a conservar lo existente. Las fases msantiguas nicamente se pueden documentar con anlisisdiagnsticos no destructivos -por ejemplo mediantetermografa o georradar-.Tcnicas que, por otra parte, restituyen una imagen muydesenfocada de estas fases ms antiguas, ya que no soncapaces de ir ms all de una confirmacin genrica de lasdiscontinuidades del tejido de la obra.Estos ensayos tienen, po r otro lado, solamen te un significadocognoscit ivo y no estn encaminados a definir larestauracin, ya que se ha decidido a priori no modificaren nada el aspecto adquirido por el edificio. Se rechaza unjuicio de valor, por lo que se acepta, por ejemplo, que en elBarco della Regina Cornaro de Altivole, un palacioprincipesco renacentista en la alta llanura vneta, losestablos, realizados en el s. XX, deshacen la imagen tard ocuatrocentista que tiene el complejo.

    Se trata de una postura extrema que valora del mismo modolas superposiciones -incidentales en el sentido etimolgicodel trmino- que han destruido las fases constructivas -intervenciones m s generales y consabidas-. Es decir, quese contenta con observar la portada del libro-edificio, amenud o sin relacin alg una con todo lo que se esconde enlos muros, sin deshojarlo para leer su historia.Si esta teora de la restauracin se generalizas e, qu edaramuy poco espacio para el estudio estratigrfico.Afortunadamente existen otras y entonces se tiene laobjetiva necesidad de desnudar la fbrica de los aadidosque la revisten para intervenir sobre el equilibrio estructural.Operacin esta ltima en la que, en presencia de una ruina,la lectura estratigrfica es indispensable. La eleccin demuestras a an alizar no se puede confiar al acaso, sino queha de hacerse con premeditacin sobre la base de unasecuencia estratigrfica.Durante la restauracin del siglo pasado de la iglesia deSta. Sofa de Padua, un insigne monumento bizantino-romnico de los ss. XI-XII construido con ladrillossesquipedales, se fabricaron ladrillos de las mismasdimensiones y caractersticas que los antiguos, pero cuyasrespuestas fsicas son bastante distintas. Un muestreo queno hubiese tenido en cuenta la secuencia no habracomprendido los diferentes resultados provocados por losmateriales em pleados en los ss. XI y XII respecto a los delas restauraciones. El mismo problema se plantea en elcastillo de Valbona, donde largos lienzos de la muralla son

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    Fig.2.- Del conocimiento al proyecto derestauracin. El esquema resume loscaminos cognoscitivos de distintas disciplinas -historia, geografa humana,historia de la arquitectura, arqueologa, arqueometra- que, analizando losdiversos aspectos de un edificio -funcin, forma, estratificacin, material-,producen informaciones tiles para lasopciones de restauracin. Estas, a suvez, se pueden puntualizar en undiagrama de proyecto e ilustrarse condetalle en la documentacin unida alproyecto. La obra de restauracin, alsacar a la luz etmentos nuevos no observables anteriormente, reactiva elproceso cognoscitivo.

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    obra de restauracin imitativa (F igs. 2 y 3).Ms all an de este empleo sec undario, se le reconoce a laarqueologa estratigrfica ha berse situado en una posicincentral respecto a todas las hiptesis de restauracin que nose proponen el embalsamamiento de lo existente, incluidaslas telaraas y las grietas del enlucido. Sobre todo poraqullas, bastante discutibles, que proponen la u tilizacindel edificio histrico para contener nuevas figurasarquitectnicas, salvando su envoltura externa perodestruyendo la secuencia interior. Prctica que ha tenidoejemplos ilustres como el de Cario S carpa en el museo deCastelvecchio de Verona e imitadores mucho m s modestos-o desmaados- en una prctica arquitectnica hoyumv ersalme nte difundida en Italia que conserva el aspectoformal exterior de los edificios de los centros histricos,transformndo lo in teriorme nte en el estilo de la propiedadhorizontal.Frente a estas opciones destructivas, la arqueologaestratigrfica al menos genera conocimiento histrico,trasladando al plano documental lo que ya no existematerialmente.Por el contrario, es en las opciones que se proponensubrayar la entidad histrica de un edificio donde laarqueologa estratigrfica no es solamente un instrumentode conocimiento, sino que se hace clave insustituible delproceso de restauracin.Son opciones que prev n el sacrificio de algunas porcionesrecientes de la secuencia de un edificio para permitir lalectura de las fases m s antigu as, de m odo que el edificioostente materialm ente toda su historia, no una sola fase: nilaactual, como en las lneas tericas que se han mencionadoantes; ni la original, opcin qu e, tras la estela de Viollet leDuc, ha visto florecer en Italia, entre fines del s. XIX y laprimera mitad de ste, castillos medievales, iglesiasromnicas, centros histricos de mil doscientos y miltrescientos, sujetos arquitectnicos fascinantes que todavahoy atraen manadas de turistas, pero casi siemprefalsificados.Lo que no significa por otra parte proponer un patchwork,que pretenda documentar cada una de las mnimastransformaciones realizadas. Es el diagrama periodizadoel que, al convertirse en diagrama de proyecto (Brogiolo1993), nos ha de guiar en la eleccin de qu cosas debenmostrarse (Fig. 4).Se forma, en prime r lugar, una continuidad lgica entre lafase cognoscit iva -arqueologa e historia art st icasintetizadas en el diagrama-, las opciones iniciales delproyecto y las correcciones impuestas por las nuevasinformaciones obtenidas al ejecutarse la obra derestauracin. Lo que presupone un a estrecha colaboracin

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    i i1Fig.3.- Castillo de Valbona (Padua).

    entre quienes generan conocimiento y quienes ejercen lasdecisiones del proyecto.Las decisiones del proyecto se podrn efectuar de modoconsciente sobre la base de las interfaces de perodo -mom entos unitarios y sucesivos de la construccin que sehan c i tado an ter iormente- . Algunas interfaces seconsiderarn ms significativas -est implcito un criteriode valoracin- y por tanto se subrayarn con el proyecto derestauracin. Otras , juzga das m enos relevantes -como losestablos del 1900 del Barco della Regina Cornaro-, sepodrn eliminar o atenuar. Se logra de este modo unacompenetracin eficaz de la autoconciencia del proyectista,que ser capaz de valorar el impacto de su intervencinsobre el peso histrico del edificio. Por ejemplo, en elproyecto de restauracin de la fachada de la AcademiaCarrara de Brgamo (anlisis estratigrfico y consultoradel autor y de Luca Zigrino en un proyecto de VittorioGregotti), se decidi suprimir casi totalmente la fasedecimonnica -conversin en cuartel-, para destacar unafase del s. XIII -edificio con taberna s en pla nta baja (Fig.5)- y otra renacentista -establecimiento de un complejomonstico-.Tampoco vamos aolv idar alguna s posibilidades secundariasde un proyecto anclado en el diagram a estratigrfico:1) posibilidad, cuando sea necesario, de puntualizar lasintervenciones operat ivas referentes a una unidadestratigrfica particularmente significativa;2) gua detallada para el encargado de obra;3) control eficaz e inequvoco para los servicios deinspeccin;

    4) oportuna aprobacin de los trabaos ejecutados alfinalizar la obra.(c) Consejo Superior de Investigaciones CientficasLicencia Creative Commons 3.0 Espaa (by-nc)

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    Fig.4.- Castillo de Valhona (Padua),cara S. Anlisis estratigrfico: la ase FV (a,b) corresponde a intervenciones de restauracin y mod ificacionesrecientes.

    Fig. 5.- Bergamo, Academia C arrara. Anlisis estratigrfico evidenciando la ase defines del s. XIII que se destac en el proyecto de restauracin(Brogiolo y Zigrino, para un proyecto de Vittorio Gregotti).(c) Consejo Superior de Investigaciones CientficasLicencia Creative Commons 3.0 Espaa (by-nc)

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    BroLIOGRAFA

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    P ub l icac in de l Inst i tuto E duardo Torroja - CSICNmero monogrfico de INFORMES

    C e m e n t o a l u m i n o s o(n. 422) Criterios de intervencin en forjados con viguetas de cemento aluminoso. El cemento aluminoso en el Tur de la Peira de Barcelona. Algunas cuestiones jurdicas en torno al uso del cemento aluminoso. Corrosin de armaduras y su inspeccin en hormigones de cemento a luminoso. Recientes experiencias y tres casos significativos de inspeccin, diagnstico yreparacin de daos de viguetas prefabricadas con cem ento a lum inoso. Aplicabilidad de la medida de la velocidad de corrosin de las armaduras en laauscultacin de forjados construid os con cem ento alum inoso. ^ La incidencia de los hormigones de cemento aluminoso en Marid.

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