Brevedades necesarias y exceso de musgo en las sienes

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Jan Maquiavelus en las sienes

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Recopilatorio de poemas y brevedades de Jan Maquiavelus. Entre léalo, degústelo y llévese la brevedad o poema que le guste.

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Jan Maquiavelus

en las sienes

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Brevedades necesarias

Vaporcito encantado de antipoeta…

Este primer -y ojalá no único– ejemplar de los desvaríos varios de Jan Maquiavelus es, ante

todo una muestra de agradecimiento para quienes lo leen. Para ustedes, que sin recompensa

alguna y, por puro gusto comparten su obra ; ustedes que siempre están pendientes de sus

publicaciones para dar like, comentar y difundir su trabajo. A todos de nuevo, infinitas gracias.

Aquí encontrarán un poco de todo, viejos poemas conocidos, breves de la fan page; pero

además encontrarán una que otra cosilla nueva, todo esto aderezado con ilustraciones

originales hechas especialmente para este “vaporcito encantado de antipoeta”

Ya saben ustedes que Maquiavelus no intitula sus brevedades, y esta no es la excepción asi

que, lo que aparece en el contenido como título son en realidad las primeras líneas de éstas,

porque digamos, había que cumplir con la formalidad literaria…

No siendo mas, esperamos que se sumerjan en él, lo lean, comenten, descarguen y compartan

a su gusto.

Jan Maquiavelus y Compañía

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Exceso de musgo

Exceso de Musgo Pag

Brevedades Necesarias

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Parafraseándote

No soy mis palabras, pero me contienen -pero te contienen-

a priori, exacerbada soledad mefítica,

delirium tremens y exceso de bourbon,

alegría subyacente psicotrópica; te pareces tanto a ella,

a la lontananza de tu puerto baldío,

al modo que mis vértigos me sugieren, me trasmutan,

al movimiento imperceptible de tu boca sobre la mia,

aquello que vulgarmente llaman beso

¡baile descomunal entre dimensiones

enemigas! No dialogo contigo, sino en ti

mi oficio es lento y minucioso

como la luz en el corazón de los árboles,

como el devenir de tus enigmas incrustados

y hasta tus más acérrimos paisajes virtuales

¡y los mios!

extrañamente cálidos,

que difieren y profieren

abismos insondables,

maculadas percepciones

y vistas ciudades estériles

desde arriba,

porque aquí somos otros,

Brevedades necesarias

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Exceso de musgo

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p r e n d a d o s c o n a l f i l e r e s d e i n s t a n t e s q u e s e e s t r u j a n

e n m a r a ñ a d o s e n t r e l a s l u c e s y l o s s u b u r b i o s ,

e n t r e e n t e s q u e a f o r t u n a d a m e n t e n o m e t i e n e n e n m e n t e .

Y aquí me tienes dando formas aleatorias a este insomnio, intentando destruir aquel concepto

de tiempo que alguna vez inventé para ti pero sin ti, por que insisto,

. ¡ aquí abajo somos otros!

pero me gusta, siento una especial fascinación

por fluctuar entre este día y el siguiente,

entre la semana que viene y

las ruinas de la pasada,

que son también las

mias; esas mismas que

atizan mis sentidos

y enaltecen mis más inconfesables

miserias .

La puerta trasera a mi particular e indescifrable laberinto .

donde impávido asisto a tus ausencias.

Parafraseándote (viene de la 4)

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Brevedades necesarias

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Q ué sentido tiene mataros si de antemano ya venís todos deambulando con un crucifijo

entre las manos.

Qué sentido tiene pensarte si ya de manifiesto has roto todo mis escritos ante sus fauces

que sin ser dragón lo mío en su boca no son mas que papeles ardientes absurdos, que sin

ser ni pretender la poesía mi boca sabe a miedo intenso sin tiempo, ni ideas, ni luces.

Y aquello que me quita la vida aquí, me otorgará

otra vida, en otro sueño

eternamente.

.

Que nunca muere,

que no desaparece,

que no amanece ni anochece,

en otra existencia ajena a lo que entre

tus piernas

siempre me acontece.

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Exceso de musgo

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Equinoccio en tu cuerpo

El calendario y el reloj son los enemigos de mi memoria viva, la muerta, la subyacente, pervive entre los escombros de mis más acérrimas emociones rotas, de entre el subterfugio y la lontananza que celebran mis insomnios. Tu tiempo, como diría aquella canción que no puedo dejar de tararear, es ahora una mariposa, navecita blanca, delgada, nerviosa; tu espacio en que no cabe el mío, es una derrota diaria que devana mis sienes cual pistola justiciera, una f lecha, un arquetipo iconoclasta que aplasta y cercena el poco corazón que aún me queda.

Tu cuerpo, tu pequeño cuerpo es mi actual campo de batalla, nunca diaria, siempre i intemporal y escondida, . . eternamente mía en mis fabulaciones . . y somnolientos imaginarios puentes de palabras. Lo dicho, eres mía cuando mi léxico me lo exige y me lo permite, cuando leo y te equiparo a las musas del ocaso de mis ídolos . cuando te hablo con la boca del miedo y puedo comerte sin miedo y sin tregua, sin tiempo, . . ni reloj, ni memoria.

Inexorable la vida, el silencio dentro del gesto, la luz que crea y destruye pequeños universos en los secretos ángulos de una habitación, mi mente viajando en barcos de palabras y mis

dedos que .sueñan el milagro de tus formas para existir en ellas y quedarme en ellas y ocultarme en ellas y buscar una nueva vida en ellas.

Tú, mujer, eres mi secreta religión y mi eterno pecado.

Eres la forma de mi pensamiento, la puerta y su indescifrable laberinto. Mi lugar y la música que lo calienta.

Te añoro en mis insomnios y te espero en mis ensoñaciones.

Tú, mujer, eres la última y única posibilidad que le queda a mi idea de mundo.

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Equinoccio en tu cuerpo (viene de la 7)

Brevedades necesarias

El brillo de tu desnudez es mi mejor adicción y mi peor ausencia, la oculta claridad de mis palabras y la diáfana sensación de un crimen secreto, íntimo. Mi huida y mi victorioso regreso de las fauces de la cobardía y la desidia, llanto, risa, vida `plena y una forma de morir. Mi fuerza es dejar que el tiempo pase, mirar las nubes que arrastra y encontrar la belleza en las tinieblas, en la desolación y el desencanto. Mi fuerza son tus labios. Nena, soy el interprete de la vida y el poeta de la muerte, soy el anónimo mito de tus fantasías, el silencio que te cubre de pies a cabeza. Mi amor hace tiempo dejó atrás el concepto mamífero de amor. Mi cuerpo es un espacio entre tu y yo. Soy el sentido de tu libre albedrío, una voz que navega sueños e insomnes mundos. Sólo cierra lentamente los ojos y deja que ocurra, sólo abre de par en par el edén de tu pecho para mi y deja que coexista en él y no me arranques jamás, prometo no dejarte dormir mal ni desvelarte bien. Mis palabras se amontonan como troncos arrancados en un bosque abandonado, en la radio un sonsonete inane y afuera el tibio sol resplandece contra las piedras. Se que no tiene sentido y es por eso que las dejo fluir, sin prisa y sin objetivo, salvo quizá tocar delgadas cuerdas con el objetivo de quedarme dentro, muy dentro de ti.

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Exceso de musgo

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Porque entre tu cielo y mi suelo ya no cabe mas que el sueño.

Y ya puestos a soñar, soñemos cosas tan magnánimas, oscuras y sublimes

que esta maldita realidad sea incapaz de soportar.

No tengo talento alguno, sólo me dejo deslizar por los entresijos de tu sexo sin fin;

sólo me entrego a la batalla de tus labios cansados y tus

tacones que piden a gritos ser liberados por la memoria

de tu monumental desnudez.

No tengo talento alguno: he nacido para robar

rosas de las

avenidas

de la muerte.

Te dejo allí,

en la superficie.

En el cero inmenso que has elegido como tu hogar,

tu destino, tu criterio.

Allí donde crees ser algo que cree

que es algo.

Y lo es, lo es, lo es.

Vaporcito encantado siempre, estampida diminuta de tu tiempo

interminable sobre el mío

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Brevedades necesarias

Entre el cielo y el infierno (Epílogo)

Teorías incómodas predicaban los ortodoxos, alegorías infames los paganos, falsos

c cielos y atractivos infiernos los descreídos; mundos putrefactos y universos paralelos

( ( al retrete) los gobiernos de tierras no muy lejanas, falsos puentes de palabras

con . paraísos incrustados en sus ojos a la altura de las niñas, los rapsodas menos .

.. influyentes; calles lóbregas y asfaltos antropófagos las putas y señoras de la .

. calle. (Paradigmas inequívocos con praxis obsoletas algunos .

. demagogos académicos)

Y parece que abismarme era la salida al callejón trasero; recreándome en aquella

concupiscencia carnavalesca de proporciones épicas sin perder de vista ni por un

segundo la promiscuidad del viento, durmiendo en la cara opuesta del orbe

soñando con el trémulo de las hojas que mueren en otoño abigarradas .

. al fervor del equinoccio de la primavera…

muriendo en una noche de tres lunas, muriendo devorado por el aullido

del lobo cansado, exhausto soldado de mil y una guerras, carroña de mil gatos

aullando al unísono compartiendo banquete y cubiertos de oro con las aves de . .

. rapiña que sobrevuelan el cielo nocturno de mi ciudad.

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Exceso de musgo

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Buscando belleza en calamares gigantescos de vertederos

sólo existentes en mis pesadillas, todo mi mundo es un continuo divagar, refulgiendo entre los

escombros del viejo genio loco que protege a las luciérnagas con el último .

Su irrisoria vida; que vase y regresa con el reloj de arena entre sus manos, con la antinomia del es-

catófago y su presa.

Arrastro la clemencia de los años sedientos,

compongo la sinfonía de las voces que no cantan

y soborno al búho con la mirada del indigente hambriento.

Enajenar mi conciencia no es más que linsojear al esperpento que coexiste en medio de los

psicotrópicos, el alcohol y mis prójimos, es inventar el cadalso donde ahorcaré mañana al fantasma

hiperbóreo que estigmatiza la maldita verdad de mi mentira llamada vida.

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Brevedades necesarias

Porque últimamente las palabras se me escapan de los dedos y el regusto amargo de algunas

caricias se me entierran en la boca.

Porque escapo de mí mismo y postrado en la

mas absoluta vulgaridad me tiendo,

lánguido, infeliz..

Porque te busco donde nunca te perdí y me

encuentro al final del viaje donde nunca

te busqué.

Porque sin querer te entiendo y queriendo

yo me enredo.

Porque quiero y puedo perderme en el

verbo que entre bosques de esqueletos y

falsos devaneos me acercan a ti.

Porque no hay motivo y me temo que mis

inminentes quinientos gramos de alma nunca

bastarían.

Porque soy restos de basura cósmica y la

muerte tras de mi siempre camina.

¡Porque sí!

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Este insomnio que lleva tu nombre grabado a fuego, entre lo mas profundo de

una aurora que lleva toda una vida en vela, pervive entre mi insensatez y tu

presencia y la lucidez vertiginosa que convertiría el infierno en un paraíso

de proporciones épicas.

Poco importa

poco amor

o poca vida

-no es tan malo-

lo que cuenta

es observar

las paredes,

la nada, lo nato

en suma,

yo nací

para eso .

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Brevedades necesarias

Insomne miseria - Carta abierta a un fantasma

¿Te acordás ayer? cuando hasta la lumbre mortecina lograba amedrentarte, y que el frio de tus

pies cuando acaba de llover buscaba mi frio -menos frio- más calma, sollozos sin parar; sin apenas

molestar, cuando eras tú la dueña de mis falacias y mis imaginarios puentes de palabras, y mis besos y

tus besos asesinos, caníbales, mordaces - y tu piel- y la mia transparente, trasmutable y vacía.

¿Te acordás ayer? fantasma de hipérboles

y metáforas sanguinarias,

figura literal e inexistente,

contradicción constante, tesis y praxis, llanto, risa,

vida llena y una manera de morir

Y reinventarse el día después, despertarse

entre escombros y carnes de excombatien-

tes desperdigados y camaradas

descompuestos: lejos quedan ya los tiempos de

estatuas y monolitos que llaman gloria - que cagan

las palomas y roen las polillas si además sos de

madera o de cera- como aquellos muñecos que llenan museos, como aquellos bustos desprovistos

hasta de sentido estético y ni pasto de las llamas podrían pretender ser.

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Exceso de musgo

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..¿Te acordás ayer? meretriz oscura y ajada, mujer infinitamente deseada y amada; incólume

combatiente de noches innombrables, por callejones mortecinos y oscuros, por donde divagan sin

tregua los impuros, con sus elegantes pellejos deleznables, preludios de mortajas inalienables..

¿Te acordás de hoy? lo dudo y quién sabe si distingues de una resaca o la siguiente o de otra que se

cree dialéctica, o de mujeres que en vez de dormir sueñan despiertas,

y a todas estas, qué demonios hago yo escribiéndote si para mi hace más de un siglo

que estás muerta.

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Síguenos Jan maquiavelus

Ilustraciones: Rubén Darío Gutiérrez

Edición: Manuela Hurtado

Textos: Juan Carlos Ríos

2013