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BREVE HISTORIA DE

ROMA

MONARQUÍA Y REPÚBLICA

Bárbara Pastor

ROMA REPÚBLICA:Maquetación 1 18/07/2008 15:55 Página 5

Colección: Breve Historiawww.brevehistoria.com

Título: Breve Historia de Roma. Monarquía y RepúblicaAutor: © Bárbara Pastor

Copyright de la presente edición: © 2008 Ediciones Nowtilus, S.L. Doña Juana I de Castilla 44, 3º C, 28027 Madridwww.nowtilus.com

Editor: Santos RodríguezCoordinador editorial: José Luis Torres Vitolas

Diseño y realización de cubiertas: MurrayDiseño interior de la colección: JLTV

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ISBN-13: 978-84-9763-593-6

Libro electrónico: primera edición


La Antigüedad tiene el privilegio de hacer intervenir a los dioses en el nacimiento de sus pueblos, con el fin de imprimir

en ellos un carácter más augusto.

TITO LIVIO


ÍNDICE

LA ANTIGÜEDAD MEDITERRÁNEA . . . . . . . . . . .011

LOS ORÍGENES DE ROMA . . . . . . . . . . . . . . . .021

¿Y ANTES DE ROMA? . . . . . . . . . . . . . . . . . . .029

LA MONARQUÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .045

LA REPÚBLICA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .101

CRONOLOGÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .269

GLOSARIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .279

BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .285

Breve historia de Grecia


LA ANTIGÜEDAD

MEDITERRÁNEA


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Las primeras civilizaciones mediterráneas:Egipto, Sumeria, Babilonia, Caldea y Per-sia, reciben la calificación de civilizacio-

nes imperiales. Todas ellas reúnen tres factoresque aseguran el éxito de su progreso: fertilidadde la tierra, organización socio-política muysólida y una religión colectiva estrechamenteenlazada con el poder. En todas estas civiliza-ciones, el ser humano como individuo está so -metido a la colectividad del Estado, puesto queacep ta el conjunto de doctrinas religiosas queconducen al reconocimiento de la autoridad sinlímites del poder.

Las grandes etapas de la historia de estosimperios están marcadas por invasiones que cam -biaron las estructuras más profundas. La primera

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invasión tuvo lugar alrededor de 1800 a.C.; losarios, que procedían del norte de Eu ropa, se ins -talaron en el Asia Menor, en Grecia y en el estede Mesopotamia.

Una segunda ola de invasiones comenzó enel siglo XIII a.C. En esta ocasión, corrió a car -go de pueblos también arios, pero procedentesde otra rama. Los dorios penetraron en Grecia yla ocuparon casi en su totalidad. Al fin del sigloXIII, una oleada de invasores inundó Egipto ydes truyó parte de su Imperio. Como consecuen-cia de estas invasiones se produjeron grandescambios y nacieron pequeños estados.

Egipto no agotó todas sus posibilidadeseconómicas, puesto que se mantuvo replegadosobre sí mismo. Socialmente se debilitó por elexceso de impuestos que pesaban sobre la pro -ducción en beneficio del Estado y del culto reli-gioso. Económicamente estuvo frenado por elatesoramiento de metales preciosos en los tem -plos, lo cual impidió una circulación intensa dela riqueza. Egipto, muy consciente de su supe-rioridad, no consideró a ningún otro pueblocomo rival de su misma categoría contra quienluchar de igual a igual. Por esta razón sacósiempre fuerza de flaqueza y supo mantenerseen pie.

En el ámbito económico se produjeron en lasociedad dos cambios importantes: la formaciónde una economía basada en el comercio y en el

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BÁRBARA PASTOR


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La ciudad de Roma entre los siglos IX y IV a.C. Estos fueron losmodestos comienzos de la que sería cabeza del Imperio romano.

Al principio solo había unas pequeñas aglomeraciones de cabañas diseminadas por las siete colinas que dominan el Tíber: Palatino,

Capitolio, Quirinal, Esquilino, Viminal, Celio y Aventino. La ciudadnació de la unión de esos pueblos, y en ella las casas de piedra

sustituyeron poco a poco las cabañas. El Foro Romano, la plaza principal de la ciudad, se construyó en torno al 600 a.C.


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intercambio de productos por el mar, y unaconcepción de la sociedad en la que el hombreera parte del Estado.

Desde el siglo VII a.C. y de modo progre-sivo, Grecia se convirtió en el centro más pode-roso de occidente, desarrolló su comercio en im -portantes ciudades como Atenas y Corinto, yfundó colonias en el sur de Italia. Tras su victo-ria sobre el Imperio persa, Grecia se vio some-tida a conflictos internos que provocaron elinicio de su decadencia, pero las ciudades grie-gas de Italia habían prosperado casi tanto comola floreciente Cartago.

En el siglo V a.C., Roma afirmaba su podermilitar. A partir del siglo IV, Grecia prosigue sudecadencia, pues la hazaña de Alejandro Magnono significó la vuelta del centro político haciaoriente. Las grandes monarquías posteriores aAlejandro Magno ya no representaron un poderde expansión política capaz de impedir el des -plazamiento del poder y de la civilización haciaoccidente. El destino de la civilización medite-rránea se jugará, en definitiva, entre Roma yCartago. Gracias a la actividad comercial queGrecia desarrolló con una fuerza insuperable,todos los pueblos que bordeaban el Mediterrá-neo estuvieron relacionados entre sí. La Galia yEspaña, como consecuencia de las coloniasgriegas, entraron también en esta unidad medi-terránea.


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Breve historia de Roma - Monarquía y República

Esta escultura moderna que presenta a los dos niños con laloba se encuentra en la plaza Campdoglio, en Roma

El hecho de que Rómulo asesinase a su hermano Remo hizo creer a los romanos que el destino de Roma

estaba maldito desde sus orígenes.


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Fragmento del mosaico de la casa del Fauno de Pompeya.Representa a Alejandro Magno cargando contra el rey persa

Darío en la batalla de Isos. Alejandro, considerado el estratega más brillante de la historia, conquistó un inmenso

Imperio durante su breve reinado (356-323 a.C.): desdeGrecia por el Oeste hasta el norte de la India por el Este.

Museo de Nápoles.


Las grandes ciudades habían estado siempresituadas tierra adentro: eran ciudades continenta-les. Pero fueron siendo reemplazadas por ciuda-des erigidas en la costa; así, Memphis, Tebas,Babilonia y Nínive dieron paso al predominio deAtenas, Corinto, Alejandría y Antioquía.

El Mediterráneo se convirtió en el centro entorno al cual se organizó un sistema de comple-jas relaciones económicas y políticas Y hacia élconvergieron tres grandes rutas marítimas: la deIndia, la del Ponto, y la ruta atlántica, dominadaen principio por los fenicios. Pronto se planteóquién controlaría el floreciente intercambio demercancías a través del mar. En los siglos V yIV fueron indiscutiblemente las ciudades grie-gas las que dominaron la vida comercial y lavida política del mundo mediterráneo, mientrasque Roma luchaba por su independencia yganaba paso a paso el territorio italiano a lasciudades griegas y al reino etrusco

En el siglo III se produjo una transformación:ya no eran las ciudades quienes dominaban lavida política, sino los Estados. Las ciudades grie-gas estaban en decadencia y Cartago se encon-traba amenazada por quienes imponían sus leyesen el mar. Durante los siglos III y II la hegemoníamarítima se dividió entre Egipto y Roma.

Frente a la concepción del rey divinizado, lasciudades griegas situaron en el centro de su preo-cupación política al ciudadano. El poder político

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no tenía importancia sino en relación con elciudadano, quien le daba verdadero sentido. Lagrandeza de la ciudad no consistía en el poder delrey, sino en la excelencia de sus ciudadanos. Encuanto a Roma, basó su estructura de gobierno enun equilibrio de poderes, si bien recibió de Greciala concepción de una estructura individualista dela ciudad. El problema institucional planteado poreste individualismo y ese predominio del hombresobre el Estado fue resuelto, después de frustra-dos intentos en Egipto y en Grecia, por la pode-rosa Roma, con su eficaz organización social yfomento del respeto a los ciudadanos. Fueron, noen vano, los romanos los autores de la magistralcreación del Derecho romano, cuya perfecciónformal jamás ha sido igualada.

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LOS ORÍGENES

DE ROMA


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¿Debe Roma su origen a los hermanosRómulo y Remo? ¿Mató Rómulo asu hermano Remo por traspasar es -

te el límite de su territorio? ¿Hubo en la historiade Roma tantos dioses como cuenta la mitolo-gía?

Aceptarlo equivale a considerar también co -mo históricos otros mitos en la historia de laHumanidad, como por ejemplo la existencia delos Reyes Magos de Oriente, la matanza de losinocentes, la tentación de Eva, o la torre deBabel.

El ser humano se caracteriza, sobre todo,por el uso de la palabra y por su capacidad decrear historias fantásticas que aporten encanto ala vida terrenal, que por sí sola no siempre es

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encantadora. Por eso todas las civilizacionestienen sus mitos y sus leyendas. Roma, natural-mente, no iba a ser menos.

Aunque dudemos de la veracidad de la le -yenda que se atribuye a los gemelos Rómulo yRemo alimentados por una loba con instintomaternal, las artes plásticas han cumplido con lafunción que les corresponde: inmortalizar losmitos. Pintores y escultores de todos los tiemposhan representado a dos niños de corta edad ma -mando de las ubres de una inmensa loba. Estaes, queramos o no, la imagen más representativade los orígenes de Roma. Su representacióntransmite muy especialmente la exaltación delas cualidades de un buen romano: valentía ybra vura como la de los lobos, y de las lobas.

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La Loba Capitolina, según recientes estudios no es unaescultura etrusca como se creía, sino una pieza medieval delsiglo XIII elaborada en algún lugar entre Roma y Viterbo.


El poder de seducción que tienen los mitoses tal, que pasan desapercibidos errores cronoló-gicos de un tamaño descomunal. Por ejemplo,cuenta la leyenda que el héroe troyano Eneashuyó sano y salvo de Troya para ir en busca detierras fértiles y fundar una nueva ciudad. En elcamino se detuvo en Cartago, cuya reina, la be -lla Dido, se enamoró de él. Dido pidió a Eneasque se quedara con ella y se convirtiese en reyde Cartago. Pero Eneas no se dejó tentar por lahermosa Dido (no fue como el pobre Adán), ysiguió su camino en solitario. Desesperada deamor, Dido se suicidó.

Este episodio es uno de los más románticosde la historia universal. Músicos como Purcell lededicaron incluso una ópera, titulada Dido yEneas. Los llantos de la reina implorando la pie -dad de Eneas son de una tristeza sobrecogedora.Y los llantos acompañados con música de violi-nes, todavía más. Podríamos decir que la melo-día de Purcell nos llega al corazón más que losversos de Virgilio en su Eneida cuando des cribelos sentimientos de la reina en el mo mento desubir a la pira, con el fin de quemar su cuerpoque se transformará en cenizas por culpa de unamor no correspondido.

Lamentablemente, ni existió Eneas ni exis-tió Dido. Y mucho menos en la misma época. LaGuerra de Troya tuvo lugar en el año 1200 a.C.,y Cartago fue fundada cuatrocientos años más

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tarde. Es como si el rey Felipe II, de paso por elCasino de Mónaco, se enamorase de la prin cesaCarolina. No sabemos si Felipe II co noció eljuego ni el amor, pero da igual. El epi sodiojamás habría podido ocurrir, como tam poco elde Eneas y Dido.

Pero, precisamente, ahí está el encanto de lamitología y de las leyendas. Al no estar sujetos afechas ni a comprobaciones de archivo, gozande plena libertad. Su único objetivo es emocio-nar, seducir. Y todo ello lo consiguen sobrada-mente los huérfanos Rómulo y Remo, lo mismoque el suicidio de Lucrecia tras haber sidoviolada, o el valor de Mucio Escévola que dejóquemar su mano en el fuego para demostrar suamor a Roma, y otros tantos episodios con los

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Eneas narra a Dido las desgracias de la ciudad de Troya.Guérin, 1815. Museo del Louvre, París.


que muchos historiadores romanos adornabansus relatos.

Dicho esto, la mitología y la historia sedistinguen por algo fundamental: su veracidad.Por ello, nuestra historia de Roma debería titu-larse Historia humana de Roma, ya que unmargen de error es inherente a la condición hu -mana. La historia de Roma es veraz, como lofueron sus victorias y sus derrotas; pero interesamucho más la historia de quienes las protagoni-zaron Y en este asunto, es posible que la veraci-dad tenga que ver con la simpatía o antipatía dequienes escribieron sus vidas. No olvidemos quehoy conocemos la historia que fue escrita pormanos humanas. Y todo lo que es humano, esimperfecto

Por último, un dato importante. La historiala escribieron los hombres. En Roma, las muje-res se dedicaban a otros menesteres (y no, preci-samente, a seducir a príncipes troyanos...). Lahistoria de Roma está llena de historias humanascon sus pasiones y sus miserias. Hombres ymujeres que sienten, sufren, aman, seducen, en -gañan, conquistan... Ellos son los protagonistasde una ciudad que empezó siendo una aldea y secon virtió en el centro de poder más importantede occidente.

¿Cómo lo consiguió, si no sobresalió ni enla filosofía, ni en las matemáticas, ni en ningunade las ciencias? A Egipto y a Grecia pertenece

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la gloria de haber convertido la astrología enciencia universal, cuyo punto de referencia es -tuvo siempre en Babilonia. Grecia pudo presu-mir de haber inventado la democracia y elimi-nado la terrible ley del talión basada en lavenganza. Asimismo, le pertenece el esplendorde la arquitectura, que por primera vez enseñabaal mundo la belleza basada en el equilibrio deformas. La seducción del pensamiento que abrióel camino a nuevas escuelas de filosofía con -vierten a Grecia en el punto de referencia de lacultura occidental. Y Roma, ¿por qué se convir-tió Roma en el imperio que dominó el mundo?

En estas páginas vamos a ver cómo losromanos fueron expandiendo progresivamentesu territorio, hasta convertirse en dueños deOccidente

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HACQUARD, G, DAUTRY, J. Y MAISANI, O.Guide Romain Antique. Paris, 1952.

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