Breve Historia de la Catedral de Mazatlan Sinaloa

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Breve Historia de la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción Mazatlán, Sinaloa, México. http://www.mazatlan.gob.mx/modules.php?name=News&file=print&sid=131

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Breve Historiade la

Catedral B asílica de la Inmaculada

ConcepciónMazatlán, Sinaloa, México.

http://www.mazatlan.gob.mx/modules.php?name=News&file=print&sid=131

" Cat e dr al Basílica de l a Inm acu la da Co nc e pci ón"Mazatlán, Sinaloa, México.

En todas las ciudades antiguas de nuestro País, se consideraba a las Catedrales el edificio más importante, ya que representaba no sólo el poder eclesiástico sino que también se mostraban como un símbolo del poderío social y económico de la comunidad.

Los primeros pasos que se dieron para la construcción de esta majestuosa Catedral, fueron en el año de 1855 a iniciativa del Obispo Pedro Loza y Pardavé y transcurrirían varias décadas, para que se pudiera terminar. En el año de 1875, gracias a los esfuerzos y tesón del Padre Miguel Lacarra, los trabajos de construcción se

acelerarón y es por esa decidida intervención que el cuerpo principal del edificio se termina a principios de 1880.

La construcción de esta Catedral, fue posible, por las cuantiosas contribuciones económicas que otorgaron los principales comerciantes e industriales católicos de la ciudad. Uno de los principales benefactores en esta etapa,

fue Don Pedro Echeguren y de la Quintana natural de la ciudad de San Sebastián, España. Quien era uno de los hombres más ricos de la región, dueño de las poderosas minas de "Guadalupe de los Reyes",

de la fábrica de Hilados y Tejidos, la Abastecedora de agua e innumerables fincas y terrenos urbanos.Se cuenta que su extrema e inusitada bondad, se debió a la solemne palabra de caballero que él había otorgado

al Padre Lacarra de terminar con su vida pecaminosa (Vivía en amasiato con Doña. Concepción Moreno) casándose en la Catedral una vez que ya estuviera terminada.

Esta imponente Catedral, fue diseñada y construida por el maestro de albañilería Don Estanislao León, quien murió en las etapas finales de la construcción.

Participaron también el maestro de carpintería Don Santiago León y el maestro de herrería Don Isaac León

Las espléndidas torres, se empezaron a levantar en el año de 1893, la primera de ellas se concluyó en Abril 6 de 1894 la otra, pocos meses después. Estas torres, originalmente fueron diseñadas por el

eminente constructor Natividad González, pero debido a un áspero desacuerdo sobre ciertos asuntos técnicos con el párroco Padre Joaquin García, no llego a terminarlas.

Un atrio enrejado circunda tres de los lados de la Catedral y ahí se encuentran ubicados tres magníficos e imponentes monumentos.

En dos de ellos se representa a Cristo como Rey

y en el restante se muestra al indio Juan Diego, mostrándole al Obispo Fray Juan de Zumárraga

el ayate con la aparición milagrosa de Nuestra Señora de Guadalupe.

En su fachada principal, se encuentra un acogedor pórtico (lo que es algo inusual de encontrar en las grandes Catedrales Mexicanas),

del que sobresalen tres arcos aristados que le dan una elegancia muy especial. En sus paredes laterales y del pórtico se pueden admirar cuatro grandes esculturas

que representan a los Evangelistas, Mateo, Marcos, Lucas y Juan.

Al traspasar su gran portón de entrada

en su egregio interior se encuentran tres naves, que tienen un estilo definitivamente que es una sublime mezcla de la arquitectura Gótica, Barroca y Neoclásica.

En la parte posterior del altar principal abrigada por una cúpula de mármol, se encuentra una espléndida escultura de

La Inm a cu la d a Con c epci ón

En la parte frontal del altar de blanquísimo mármol está plasmada una bellísima representación escultórica de

la Ultima Cena de Nuestro Señor Jesucristo.

y un majestuoso mural que representa la Santísima Trinidadrodeada de ángeles y otras figuras celestiales.

Si observamos detenidamente veremos que adentro de los triángulos curvilíneos que forman los arcos con el anillo de la cúpula, se pueden admirar las regias figuras de los Doctores de la Iglesia,

los Santos Bernardo y Ambrosio

y de los Profetas del antiguo testamento, Zacarías y Moisés.

En el altar principal de refinado estilo Gótico, se encuentran un conjunto de bellísimas estatuas de Santos y Ángeles de mármol de Carrara, definitivamente de manufactura Italiana.

Acompañadas por las imágenes de Santa Ana y San Joaquín, las que en conjunto, están consideradas por los expertos

en verdaderas e insustituibles joyas de arte.

La Catedral en su conjunto es una construcción que reúne características que la hacen ser majestuosa, su diseño arquitectónico y sus detalles

ornamentales, son únicos y de una calidad indiscutible,

solo basta mirar las catorce esculturas de origen Europeo

(probablemente Italianas) colocadas en las paredes laterales

y que representan el Vía Crucis de Nuestro Señor

o extasiarnos con las exquisitas imágenes de San Juan Bosco, San Judas Tadeo,

Nuestra Señora de Fátima, Santa Eduviges,

Nuestra Señora de los Rayos, Nuestra Señora

del Sagrado Corazón del Niño Jesús, Santa Marta,

Jesús el Nazareno, Santo Domingo,

Cristo Rey, la Dolorosa Virgen María

y el domo encristalado con el Santo Entierro de Jesús.

Aunque su diseño arquitectónico es Ecléctico, su interior y exterior, es una bien lograda combinación entre Morisco y Gótico, muy parecido al estilo arquitectónico que se utilizo en las Catedrales de Burdeos, Toledo,

Sigüenza y en la Mezquita de Córdoba.

Ambas torres y su cúpula exterior, están recubiertas por azulejos de color amarillo de manufactura Europea.

La Catedral, tiene cuatro altares laterales, dos de ellos a los lados del altar principal

y los dos restantes a los costados de la entrada principal,

sus diseños son Neoclásicos y están consagrados en honor a.

Nuestra Señora del Santo Rosario,

El Sagrado Corazón de Jesús,

Nuestro Señor San José

y

Nuestra Señora de Guadalupe.

Dignos de elogiar son los frescos de escenas religiosas que se encuentran a los lados de los altares principales y laterales, que aunque son muy recientes (1942) son de magnifica estética y ejecución.

Sus hermosos balaustres de caoba que rodean toda la parte superior del techo abovedado

su hermoso púlpito

y confesionarios de techo de petatillo de cedro americano son unas joyas de diseño y obra artesanal muy bien logradas.

No podemos dejar de elogiar su enorme candil central,

y los candiles laterales colocados a lo largo de los pasillos adornados profusamente de finísimos cristales cortados franceses, instalados en el año de 1950.

las crónicas nos señalan que el altar mayor

se debe a la bondad de los señores.

Manuel Herrerías

y esposa

Pablo Hidalgo y

esposa

Antonio de la Peña y su hija Romana,

Agustín José Elizondo Y

esposa

Esas mismas crónicas nos dicen que en el altar del Sagrado Corazón, participaron entusiastamente los señores.

Baldomero Herrerías y Juan Gavica

y que en el altar de San José los matrimonios de José H. Rico y su esposa Dolores Moreno

Guillermo Haas y su esposa la distinguida Doña. Josefa Canalizo.

Finalmente las crónicas terminan relatando que en el altar de Nuestra Señora de Guadalupe participaron muy activamente los señores:

José Somellera y su esposa Matilde Lejarza,así como el Presidente de la Minera del Pánuco

Genaro García y su fina esposa Doña Domitila Casal.

En este ultimo altar, se encuentra la tumba del primer Obispo que tuvo la diócesis de Mazatlán, el Excelentísimo Don Miguel García Franco.

qepd.

.

Las oficinas de la sacristía y de las autoridades eclesiásticas,

se sitúan en la parte posterior de Catedral; en el segundo piso

que esta ubicado arriba de la sacristía, ahí en la sala de espera del Señor Obispo

se pueden admirar cuatro excelentes pinturas al Oleo

de los Padres:

Miguel Lacarra José Ruiz Rueda

y las de los Obispos

Agustín Aguirre Ramos Miguel García Franco. Obispo de Culiacán primer Obispo de Mazatlán

Sin embargo la joya de Catedral es su grandioso órgano construido en París por el fabricante Aristide Cavaillie-Coll (1811-1899) y aunque en los archivos de la Catedral no se señala en que fecha se

adquirió este maravilloso instrumento musical, información periodística de la época nos indica que el día 7 de Mayo de 1889 el órgano fue tocado por primera vez, deleitando a la sociedad católica del puerto.

La Asociación de Ex Alumnos del I.C.O. A.C. y su Comité de Restauración

del Órgano de Catedral Invitan a sus Compañeros Miembros

y al público en general aparticipar activamente en el Rescate y

restauración de Catedral y su Joya Dormida

Que Es Tuya, Es Mía, de Todos…

El 7 de Mayo de año de 1889el Monumental Órgano “Cavaille Coll”

de la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción

de Mazatlán Sinaloa, a las 6 de la mañana dejo oír sus robustas

y armoniosas voces que sorprendieron agradablemente no solo a los que ahí estaban,

sino a los que se encontraban a varias cuadras a la redonda,

según datos testimoniales del semanario La Gacetilla, de aquel entonces.

El Valioso Instrumento Musical es considerado Una Joya Histórica que no tiene precio dado que se considera única en su género,

he aquí la importancia del rescate, restauración y mantenimiento

de la que hemos llamado “La Joya Dormida de Catedral”

que cumplió ya 119 años de edad.

L'ORGUE DE L’ÉGLISE DE LA MADELEINECavaillé-Coll (1874)

así va a quedar después de la restauración

M I G U E L B E R N A L J I M É N E Z UN ENCUENTRO CON EL MAESTRO Por: Leopoldo Sánchez Zúber Fue en 1943. Yo tenía 18 años y aún vivía en mi patria chica: Mazatlán. Desde niño había sentido atracción por la música, no tanto debido a los breves compases de alguna aria de ópera que habría escuchado, sino a las obras de Chopin que mi hermana Yolanda interpretaba estupendamente, y a las sonatas de Mozart que salían por las ventanas con rejas de fierro y persianas de madera, del único foco de cultura, de arte, de sabiduría, de bondad y buen gusto que había en el puerto por aquellas fechas y no ha habido otro igual: la casa de Margarita Ramírez Urquijo, cariñosamente llamada La Nana Ramírez (en Mazatlán todo mundo es "el" o "la"). Ese año, a pesar del superficial espíritu religioso de nuestra gente, había gran excitación por el próximo congreso eucarístico que culminaría con la entronización de la Purísima Concepción como Reina del Puerto y de los Mares.Después de vagar por las playas entré a la ciudad, y al pasar por la iglesia escuché un majestuoso sonido como el rugir de un monstruoso príncipe encantado: el gran órgano tubular, que después de años era desencantado por el talento y las expertas manos de un músico excepcional: Miguel Bernal Jiménez. Junto con el órgano se oían frescas las voces de un espléndido coro de niños que suplían los cascados intentos con que una anciana mazatleca solía armonizar las misas dominicales, y que una infortunada mañana, en el esfuerzo de alcanzar un do de pecho, voló fuera del coro su dentadura postiza.Esta vez era diferente. Entré al templo y me entregué a escuchar. La música me produjo una emoción que no me había producido el coro de Los Cosacos del Don que meses antes se había presentado allí mismo. Lleno de curiosidad detuve a una mujer que pasaba junto a mí y le pregunté quiénes eran aquellos músicos. Me contestó que el organista era un famoso maestro de Morelia, y el coro, los Niños Cantores de allá mismo. Ensayaban el himno a la Virgen recién compuesto por el maestro Bernal Jiménez. Al término del ensayo me acerqué a la puerta que conducía al coro para ver a los músicos cuando bajaran, sólo verlos a distancia con la timidez, con el temor, que me producía reconocerme en tan desproporcionada relación con ellos. Caminé hacia el maestro sin poder hablar, y pronto él me notó.-"Hola –me dijo amable- ¿te gustó el concierto?"Titubeando, pero decidido a que mi relación con él no quedara allí, y temeroso de que fuera a escapárseme aquella presa salida de un mundo que yo imaginaba sólo dentro de mis discos, contesté:-Sí, me gustó mucho –e impulsivamente agregué- Lo invito a cenar a mi casa.El maestro me miró sorprendido.En aquél tiempo, en Mazatlán, una invitación sin justificación no era extraordinaria. Muchos turistas cenaron en mi casa después de un par de horas de conocerlos. Eran tiempos de mayor espontaneidad.Como el maestro no respondía, volví a la carga:-¿Dónde está hospedado, maestro? Yo puedo pasar por usted a la hora que me diga.-Estoy con mi esposa y mis dos hijos –respondió sin rechazar la invitación.-Entonces será mejor que mañana a medio día coman los cuatro en mi casa.Otro hubiera desconfiado de que un muchacho aborigen, quizá mezcla de yaqui y mayo, lo invitara a comer quién sabe qué platillos en quién sabe qué lugar con quién sabe cuales otros comensales. Pero no fue así. La desconfianza no iba con la segura actitud que el maestro Bernal mostraba con quien necesitara de él o simplemente deseara acercársele.-Y tus padres... ¿estarán de acuerdo? –me preguntó aceptando implícitamente.Yo le aseguré que sí, y lo dije con tal aplomo, que al siguiente día, a la una de la tarde, recogía al maestro, a su esposa María Cristina Macouzet y a sus dos pequeños hijos para llevarlos a mi casa.

Sin conocer ni importarle el tamaño intelectual y artístico del invitado, mi madre estaba lista con un sabroso menú. En ese momento tampoco yo sabía que mi invitado era el músico más grande de nuestra patria. Para mí sólo era un organista que me había impresionado mucho.Después de las presentaciones y bienvenidas, el maestro Bernal se detuvo ante una pancarta que mi padre había traído a casa días antes, que mostraba una barra de plata con una franja horizontal en su parte media dividida en tres campos con los colores de nuestra bandera y con las palabras ACCION y NACIONAL. Las letras eran mayúsculas y de color azul, y estaban en los extremos superior izquierdo e inferior derecho respectivamente. Eso fue suficiente para que entre ellos se iniciara un recíproco interés. Durante la Revolución la familia de mi padre había sido víctima de un bestial saqueo, mi madre había sufrido el asesinato de su padre, y en 1929 ambos habían sentido las masacres con que Plutarco Elías Calles y sus huestes acribillaban en Culiacán al pueblo que pretendía llevar a José Vasconcelos a la presidencia. Así que la reciente formación de un partido con signos de eficacia política y administrativa así como de honradez, ofrecía esperanzas, o al menos la ilusión, de que podía volver la cordura al país.Ya que mi padre y el maestro Bernal coincidían en su enfoque político, ambos sintieran que pisaban terreno seguro. El resto de la tarde, además de plática hubo música viva: mi hermana tocó al piano un movimiento del primer concierto de Beethoven, y el maestro tocó varios villancicos que nos enseñó a cantar mientras él los tocaba al piano. Esa tarde descubrimos algunos méritos del maestro, de hecho una porción menor, muy menor: nos enteramos de que era el autor del hermoso himno a la Virgen Reina del Puerto y de los Mares que la tarde anterior había yo escuchado en catedral; de que componía obras para el órgano –nunca imaginamos qué cantidad y de qué calidad-, y de que tenía particular devoción por los villancicos. El único villancico que recuerdo de aquella ocasión es el titulado "Por el Valle de Rosas", pues nos había gustado mucho y lo repetimos varias veces.Ya para despedirnos, mi padre le ofreció al maestro el silencio y la paz de una quinta que tenía junto al mar, por el Paseo Clausen, donde había un quiosco en el que el maestro podría escribir su música o sus libros. Y aceptó.Los siguientes dos o tres días, el maestro se refugiaba por la mañana en casa de La Nana Ramírez a platicar en un nivel cultural que yo no alcanzaba, y a usar sus pianos para verificar una obra grande que estaba componiendo (se me ocurre que quizás era el Cuarteto Virreinal). Por la tarde yo lo recogía para llevarlo a la quinta de mi padre. Allí lo dejaba unas tres horas concentrado ante un paisaje que empezaba con un mar bravo, sonoro y rebelde, y se seguía plácido hasta las remotas Tres Islas, junto a las cuales se ocultaba el sol lanzando al último momento un rayo de luz verde, y un par de minutos después, las nubes, "arrebatadas en rojos torbellinos", se encendían en monumental incendio.Sólo mucho después me enteré de que Miguel Bernal Jiménez había fundado el coro de los Niños Cantores de Morelia, tan bueno o mejor que los Niños Cantores de Viena, y de que era autor de una amplísima producción musical, de la que sólo mencionaré algunas de sus cumbres, como la majestuosa Sonata de Navidad, el "Álbum Catedral", que el reconocido compositor y musicólogo Tarsicio Herrera Zapién encuentra equivalente al "Álbum para la Juventud" de Schumann, del que el mismo Schumann confesó haber recibido más satisfacciones que de sus obras grandes. Y hablando de la grandeza de sus obras menores, mencionaré que Plácido Domingo cantó por toda Europa el villancico "Por el Valle de Rosas", y volvió a cantarlo en Viena en su concierto navideño anual de 1996; además, su Aleluya en Sol fue cantado por un conjunto de 200 voces en un festival de coros. Aunque el catálogo de Bernal Jiménez es extensísimo, su música es en gran parte religiosa. Curiosamente, nunca he encontrado alguna referencia al hermoso himno que le compuso a la Virgen de Mazatlán. Entre sus grandes obras no religiosas se cuenta una ópera cuyo tema es la epopeya de Vasco de Quiroga con los indios de Michoacán. Sin embargo, ya que la promoción de la música culta depende de nuestra burocracia –en ese tiempo no sólo fundamentalista del laicismo sino frontal enemiga del catolicismo-, con un tema que reconocía la labor humanitaria de un franciscano, y compuesta por un autor de conocida fe católica y afiliado al Partido Acción Nacional, se prohibió la presentación de la ópera en el Palacio de Bellas Artes, con el pretexto de que despertaría el fanatismo religioso, lo cual –se dijo- era "contrario a la Constitución mexicana". No obstante, se presentó muy exitosamente en el Teatro Arbeu durante poco menos de un mes con escenografía de Alejandro Rangel Hidalgo, y en todas las presentaciones hubo lleno total. De allí pasó a España, donde fue aclamada por el público y por la crítica.Además de su música, Bernal Jiménez compitió contra el autocrático partido en el poder para un puesto de elección popular, escribió 173 artículos y 11 libros sobre armonía, composición musical y otras disciplinas, que se han utilizado como textos en escuelas mexicanas y del extranjero. Yo mismo estudié armonía en su texto.Yo, en lo particular, guardo un bello recuerdo del maestro Bernal, de la grandeza de su música, de su mirada dulce y profunda, de su plática generosa, de su imponente presencia. Y hasta hace poco guardaba los originales de unos de sus villancicos que él mismo me regaló.

El hacer esta presentación

no sólo obedece a nuestros sentimientos católicos,

sino también,

a la obligación que todo mazatleco debe contraer

para rescatar, preservar y difundir

la historia de nuestras raíces.

La canción “Mi Gusto Es” era la preferida de mi hijo Carlitos

esta presentación fue hechaen Mazatlán,Sinaloa,México, el 2 de junio 2008

por

Gustavo Gama [email protected]

corregida y aumentadajunio 5 de 2008

Aquel que yo quise, con el que contábamos las estrellas, ¡se fue!Pero no está muerto y no está muerto porque no está olvidado.

La música de fondo en esta diapositiva es una magnifica interpretación de

La Orquest a S inf ónica S inaloa de las Art es

y e l Coro Ánge la Peralt adirigida por el Maestro

Enrique Patrón De Rueda