Bourdieu, Pierre y Loïc Wacquant - Una invitación a la sociología reflexiva.doc

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    los Estados Unidos)1. Su uvvre2 cuasi-enciclopdica lanza un desafo mltiple a lasdivisiones y modos de pensar la ciencia social actualmente aceptados, en virtud de su totaldesdn por las fronteras disciplinarias, el espectro de dominios de indagacin especializadainusualmente amplio (desde el estudio de los campesinos, el arte, el empleo, la escolaridad,la ley, la ciencia y la literatura hasta el anlisis del parentesco, las clases, la religin, la

    poltica, los deportes, el lenguaje, la vivienda, los intelectuales y el Estado) y su capacidadde combinar distintos estilos sociolgicos, de la meticulosa descripcin etnogrfica y losmodelos estadsticos al argumento meta-terico o filosfico. No obstante, y con mayor profundidad, el carcter perturbador de la empresa de Bourdieureside en su tentativa de superar algunas antinomias profundamente asentadas en la cienciasocial, entre ellas el antagonismo, en apariencia irresoluble, entre modos de conocimientosubjetivistas y objetivistas, la separacin del anlisis de lo simblico del de lo material y elsostenido divorcio entre investigacin y teora (Bourdieu 1973c, 1977a, 1990a). Talesfuerzo llev a Bourdieu a echar por la borda otras dos dicotomas que hace pocoreclamaran el centro de la escena en el foro terico: las de estructura y delegacin, por una

    parte, y micro y macro-anlisis, por otra, al poner a punto un conjunto de mecanismosconceptuales y metodolgicos capaces de disolver tales distinciones3. Desentendindose delos caprichos de la moda intelectual, ha sostenido tenazmente la posibilidad de una economa poltica unificada de las prcticas, y del poder simblico en particular, que combineefectivamente abordajes fenomenolgicos y estructurales en el marco de un modo deinvestigacin social integrado y epistemolgicamente coherente, de aplicacin universal: una

    1 Para una amplia muestra de las recientes discusiones acerca de la sociologa de Bourdieu, vase el apndice 3.Es posible encontrar libros expositivos o crticos dedicados a su obra en francs (Snyders 1976, Accardo 1983,Collectif 'Rvoltes Logiques' 1984, Caill 1987 y Ansart 1990, entre otros), alemn (Eder 1989, Bonn 1990,Gebauer y Wulff, en prensa), espaol (Snchez de Horcajo 1979), japons (Yamamoto 1988), sueco (Broady1990), e ingls (Harker, Mahary Wilkes 1990; Robbins 1991; Calhoun, LiPumay Postone 1992; variosvolmenes ms en ingls se encuentran en preparacin). En los ltimos dos aos se realizaron conferenciasinterdisciplinarias sobre su obra en Estados Unidos, Japn, Mxico y Alemania. Broady y Pearson 1989 ofreceuna evidencia bibliomtrica del creciente lectorado de Bourdieu en Estados Unidos, que muestra una pronunciada inflexin hacia fines de los aos ochenta. Acerca del impacto de Bourdieu en las diferentesdisciplinas, vase Ringer 1991, Rbrious 1988 y Chartier 1988b en materia de historia intelectual, social ycultural respectivamente; Hanks 1990, Woolard 1985 y Corson 1991 en lingstica antropolgica; Ortner 1984y Rosaldo 1989 en antropologa; Bon y Schemeil 1980 y Dobry 1986 en ciencia poltica; Schatzki 1987,Derrida 1990 y Dreyfus 1991 en filosofa; Gamboni 1983a y 1989, Shusterman 1989 y Brger 1990 en esttica;Terdiman 1985 y Viala 1988 en historia literaria.2 Bourdieu es autor de unos 25 libros y aproximadamente 260 artculos (sin incluir traducciones y coleccionesen una docena de lenguas extranjeras que van desde el hngaro, el rabe y el japons hasta el finlands, elholands y el croata). La bibliografa al final de este libro contiene una seleccin de sus publicaciones

    principales con especial nfasis en aquellas accesibles en ingls.3 Vase Giddens 1984, Alexander 1988, Sztompka 1991: pp. 5-27, Sewell 1992, y Brubaker y Wacquant en preparacin, sobre el problema de estructura/delegacin, y Collins 1981b y 1987, y Alexander y otros 1987sobre el rompecabezas micro-macro. Por razones que se tornarn ms claras luego, es errneo incluir aBourdieu entre aquellos que proponen la "teora de la estructuracin", como lo hacen Mnch (1989: p. 101) yWiley (1990: p. 393). La teora de la estructuracin, como lo subraya su progenitor (Giddens 1990a: p. 310), serefiere de manera central a cuestiones de ontologa social y conceptualizacin. El mpetu detrs de losmovimientos tericos de Bourdieu ha sido siempre un deseo de luchar a brazo partido con los nuevos objetosempricos, y ha mostrado escaso inters por refinar un esquema conceptual. Por otra parte, la teora de la prctica de Bourdieu antecede a la teora de la estructuracin de Giddens cuanto menos por una dcada, y searraiga en un conjunto diferente de cuestiones filosficas (aunque recientemente Giddens [1996a] se hayafijado en la oposicin entre objetivismo y subjetivismo que conforma el epicentro del proyecto de Bourdieu).Por una exposicin condensada de la dialctica delhabitusy el campo, o posicin y disposiciones, mediante lacual Bourdieu busca borrar los dilemas micro/macro y mediacin/estructura, vase Bourdieu 1980d y 1981c,Karp 1986: pp. 132-34, Miller y Branson 1987, Coenen 1989, Harker y otros 1990, y Sewell 1992 discutenalgunas de las diferencias y similitudes entre Giddens y Bourdieu.

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    Antropologa en el sentido kantiano del trmino, pero que se distingue ampliamente por abarcar de manera explcita tambin las actividades del analista que enuncia descripcionestericas de las prcticas de los otros (Bourdieu 1982a y 1988a).Sin embargo, este trabajo tan universal y sistemtico tanto en su alcance como en sus propsitos ha sido tpicamente incorporado y comprendido "de a pedacitos". La advertenciade Garnham y Williams (1980: p. 209) de que la "absorcin fragmentaria y parcial de lo quees un cuerpo terico rico y unificado y un trabajo emprico asociado sobre un espectro decampos... puede llevar al peligro de malinterpretar gravemente la teora" result ser clarividente. Si bien un nmero selecto de sus conceptos (tales como el de capital cultural)ha sido utilizado extensa y muchas veces fructferamente por cientficos socialesestadounidenses que trabajan en reas especficas de investigacin o teorizacin4, la obra deBourdieu en conjunto es an ampliamente malentendida, y su economa general y su lgicainterna siguen resultando esquivas. La confusa variedad de interpretaciones, crticasmutuamente excluyentes y reacciones contradictorias que ha suscitado dan testimonio deello, as como la fragmentacin y el cercenamiento que han acompaado su importacin

    transatlntica.De este modo, para simplificarlo groseramente, hasta el momento la asimilacin de losescritos de Bourdieu en el mundo angloparlante ha tenido lugar alrededor de tres nodos, cadauno de ellos anclado en uno de sus libros fundamentales5. Los especialistas en educacin serenen en torno a La reproduccin, los antroplogos prestan atencin a las etnografas deArgelia y la exposicin de la teora delhabitusy el capital simblico contenida enOutline of a Theory of Practice, y los socilogos de la cultura, la esttica y las clases se aferran a Ladistincin(Bourdieu y Passeron 1979; Bourdieu 1977a, 1984a). Cada grupo de intrpretesignora a los otros, de manera tal que muy pocos han discernido las conexiones orgnicas,tericas y sustanciales que vinculan el amplio espectro de indagaciones de Bourdieu en estosy otros dominios. Como resultado, a pesar de la reciente oleada de traducciones y bibliografa secundaria que ha brotado alrededor de sus escritos, Bourdieu sigue teniendoalgo de enigma intelectual.A modo de prolegmeno al cuerpo central del libro, entonces, me propongo esbozar agruesas pinceladas los postulados y propsitos centrales que otorgan su unidad integral eimpulso al emprendimiento de Bourdieu. Para anticipar: basado en una ontologa social nocartesiana que rechaza la divisin entre objeto y sujeto, intencin y causa, materialidad yrepresentacin simblica, Bourdieu busca superar la reduccin de la sociologa ya sea a unafsica objetivista de las estructuras materiales o a una fenomenologa constructivista de lasformas cognitivas, mediante un estructuralismo gentico capaz de incluir a ambas. Lo hace por medio del desarrollo sistemtico no tanto de una teora stricto sensucomo de unmtodo

    sociolgico que consiste, bsicamente, en una forma de plantear los problemas, un conjunto parsimonioso de herramientas conceptuales y procedimientos para construir objetos ytransferir conocimiento recogido en un rea de indagacin a otra6. "No importa cun4 Entre los usuarios ms prominentes de la nocin de "capital cultural" en Estados Unidos y Gran Bretaa, se puede mencionar a Alvin Gouldner (1979), Randall Collins (1979 y 1987), Cookson y Persell (1985a), IvanSzelenyi (1988, y tambin Martin y Szelenyi 1987), Paul DiMaggio (1982), Mike Featherstone (1987a y b) yJohn Urry (1990). Para ejemplos ms recientes, vanse Eyerman, Svensson y Soderqvist 1987, Lareau 1987,Laamb 1989, Farkas y otros 1990, Katsilis y Rubinson 1990, Beisel 1990 y DiMaggio 1991a; conslteseLamont y Lareau 1988 para un bosquejo parcial.5 Un bosquejo ms detallado y matizado puede encontrarse en " Bourdieu in America: Notes on theTransatlantic Importation of Social Theory" (Wacquant 1992).6

    "La sociologa es el arte de pensar cosas fenomnicamente diferentes como similares en su estructura yfuncionamiento, y de transferir aquello que se ha establecido acerca de un objeto construido, digamos el camporeligioso, a toda una serie de objetos nuevos, el campo artstico o el poltico y as sucesivamente" (Bourdieu

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    importante sea, el objeto especfico de [esta o aquella] investigacin, de hecho cuenta menos[...] que el mtodo que le ha sido aplicado y que podra ser aplicado a una infinidad deobjetos diferentes" (Bourdieu y de Saint Martin 1982: p. 50)7 porque se inscribe en lasestructuras de un habitus cientfico perdurable, susceptible de ser transpuesto8.Cabe hacer dos advertencias. La primera, que existe cierta contradiccin, una fuertetensin al menos, entre la obra de Bourdieu y el modo fotogrfico de exposicin recinadoptado. La primera est siempre en progreso: Pierre Bourdieu est revisando yrevisitando interminablemente el mismo nudo gordiano de preguntas, objetos y lugares, amedida que su modo recurrente y espiralado de pensar se despliega a lo largo del tiempo y atravs del espacio analtico9. La tcnica de exposicin lineal utilizada en lo que sigue, por su parte, tiende a congelar estos movimientos, sincronizando artificialmente formulacionesque corresponden a diferentes estadios de su desarrollo intelectual y por tanto evidenciangrados variables de elaboracin terica. Si bien la intencin principal y las lneas de fuga del pensamiento de Bourdieu estuvieron firmemente trazadas ya a mediados de los sesenta, anhoy se producen cambios, giros y rupturas significativos en su obra que sern glosados aqu,

    en detrimento de la dinmica interna de su estructura terica10

    .La segunda, que sugerir contrastes, paralelos o afinidades entre Bourdieu y las posiciones preponderantes en el campo de la ciencia social britnica y estadounidense puede estimular sin querer la misma clase de lecturas apresuradas y reduccionistas que amenudo han estropeado su importacin (vase .Wacquant 1992). La dialctica defamiliarizacin y extraamiento implicada en la traduccin de productos intelectuales atravs de las fronteras de los campos nacionales tiene sus riesgos. Existe una lnea muydelgada entre la asimilacin forzada y las homologas iluminadoras, un comercio sensibleentre claridad y accesibilidad, por un lado, y fidelidad y exactitud en la forma, el contenidoy la genealoga, por otro. Como regla, he favorecido lo primero en desmedro de loltimo, confiando en que el lector tendr en mente que la significacin de Bourdieu yace enel movimientoreal de su prctica cientfica, ms que en la descripcin sincrnica de unexgeta, por muy conocedor y habilidoso que sea.

    1. Ms all de la antinomia entre fsica social y fenomenologa social

    1982a: pp. 40-41).7 Mary Douglas (1981: p. 163) considera que "el gran inters de Bourdieu yace en su mtodo". El slidoanlisis de la obra de Bourdieu por Broady (1990) arriba a la conclusin de que no ofrece una teora general dela sociedad pero podra en cambio construirse en principio como una teora de la formacin del conocimientosociolgico que sera anloga, en el espacio de las ciencias sociales, a la tradicin de la epistemologa histrica(asociada a los nombres de Bachelard, Canguilhem y Cavaills) en la filosofa y la historia de las cienciasnaturales y matemticas.8 Como lo seala Roger Brubaker (1989a: p. 23): Uno puede leer ms provechosamente a Bourdieu tratandolos conceptos, proposiciones y teoras expuestos en su obra no, en primera instancia, como portadores de propiedades lgicas y objetos de operaciones lgicas, sino como sealadores de hbitos o conjuntos de hbitosintelectuales particulares. Cuanto ms general o abstracto es el concepto o proposicin, ms importante esleerlo con esta disposicin.9 Harker y otros 1990 y Vervaeck 1989 ponen de relieve el modo en que el pensamiento de Bourdieu progresaen forma de espiral.10 Por ejemplo, dentro del mismo marco relacional amplio, anclado en la distincin pivote realizada en 1966entre condicin de clase y posicin de clase (Bourdieu 1966), uno puede detectar una notable evolucindesde las ms tempranas a las ms tardas concepciones de clase como construccin histrica arraigada en elespacio social (Bourdieu 1984a, 1985a, 1985b, 1987b, 1991d; vase Eder 1989 para una discusin de estosaspectos). A menudo, alteraciones insignificantes o aparentemente decorativas en el vocabulario (de inters aillusio , de clase dominante a campo del poder, de capital cultural a capital informacional, o, ms recientemente,de habitus aconatus ) sealan importantes refinamientos y cambios analticos.

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    La tarea de la sociologa, segn Pierre Bourdieu (1989a: p. 7), es descubrir las estructurasms profundamente enterradas de los diversos mundos sociales que constituyen el universosocial, as como los 'mecanismos' que tienden a asegurar su reproduccin o sutransformacin. Este universo tiene la peculiaridad de que sus estructuras llevan, por decirlo as, una doble vida11. Son dos veces existentes: en la objetividad del primer

    orden constituida por ladistribucinde recursosmaterialesy medios de apropiacin de bienesy valores socialmente escasos (especies del capital, en el lenguaje tcnico de Bourdieu), comoas tambin en la objetividad del segundo orden, bajo la forma de sistemas declasificacin,esquemas mentales y corporales que funcionan a manera de patrones simblicos para lasactividades prcticas conducta, pensamientos, sentimientos y juicios de los agentessociales. Los hechos sociales son adems objeto de conocimiento dentro de la realidad mismadado que los seres humanos tornan significativo el mundo que los conforma12.Una ciencia de la sociedad as entendida como un "sistema" bidimensional "de relaciones de poder y relaciones de significado entre grupos y clases"13 debe necesariamente efectuar unadoble lectura. O, para ser ms preciso, debe elaborar un conjunto de lentes analticos de doble

    enfoque que capitalice las virtudes epistmicas de cada lectura al tiempo que evada los vicios delas dos.La primera lectura trata la sociedad a la manera deuna fsica social:como una estructuraobjetiva, captada desde afuera, cuyas articulaciones pueden ser materialmente observadas,mensuradas y cartografiadas independientemente de las representaciones que se haganaquellos que en ella viven. La fuerza de este punto de vista objetivista o "estructuralista"(cuyo eptome es El suicidiode Durkheim y cuyos ejemplos en Francia, cuando Bourdieuesboza las propuestas centrales de su teora, son la lingstica saussureana, el estructuralismode Lvi-Strauss y, de manera secundaria, el marxismo althusseriano) reside en socavar la"ilusin de la transparencia del mundo social14. Romper con las percepciones del sentidocomn le permite descubrir las "relaciones determinadas" en las que hombres y mujeresentran necesariamente para "producir su existencia social" (Marx). Gracias a lasherramientas de la estadstica, la descripcin etnogrfica o el modelado formal, el observador externo puede decodificar la "partitura musical no escrita segn la cual se organizan lasacciones de los agentes, cada una de las cuales cree que est improvisando su propia meloda"(Bourdieu 1980b: p. 89) y averiguar las regularidades objetivas a las que obedecen.El principal peligro del punto de vista objetivista es que, a falta de un principio de generacinde dichas regularidades, tiende a deslizarse del modelo a la realidad, a reificar las estructuras que

    11 La nocin de la "doble objetividad" de la sociedad ha sido elaborada de la manera ms completa en Bourdieu1990a (captulo 9, "La objetividad de lo subjetivo"), 1984a (conclusin) y 1978d.12 La ciencia social no puede "tratar los hechos sociales como cosas, segn el precepto durkheimiano, sindejar escapar as lo que deben al hecho de ser objetos de conocimiento (aunque se trate de un noreconocimiento) en la objetividad misma de la existencia social" (Bourdieu 1990a: p. 135 [en espaol, p. 227];vase adems Bourdieu 1989e y 1987b).13 sta es la definicin de "formacin social" dada en 1970 por Bourdieu y Passeron (1977: p. 5, la traduccines ma) en La reproduccin.14 Bourdieu, Chamboredon y Passeron (1973: pp. 329-34 [en espaol: pp. 205-216]) muestran que, ms all delas diferencias que separan a sus teoras del sistema social, Marx, Durkheim y Weber convergen en sus teorasdel conocimiento sociolgico. En particular, todos estn de acuerdo en el principio de no conciencia que postula contra la ilusin de transparencia a la que todos los miembros de la sociedad estnespontneamente inclinados- que la vida social se explica por causas irreductibles a las ideas e intencionesindividuales. Si la sociologa como ciencia objetiva es posible, explica Bourdieu, es porque los sujetos noestn en posesin de la totalidad del significado de sus comportamientos como un dato inmediato de laconciencia y sus acciones abarcan siempre ms significado de lo que saben o se proponen (Bourdieu y otros,1965: p. 18, la traduccin es ma).

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    construye tratndolas como entidades autnomas dotadas de la habilidad de "actuar" a la manerade agentes histricos. Incapaz de captar la prctica si no es negativamente, como la meraejecucindel modelo construido por el analista, el objetivismo termina por proyectar en lasmentes de los agentes una visin (acadmica) de su prctica que, paradjicamente, slo pudodescubrir dejando metdicamente de lado la experiencia que los agentes tienen de ella15.

    Destruye de este modo la parte de la realidad que proclama captar en el mismo movimientomediante el cual la captura. Llevado hasta su lmite, el objetivismo no puede producir sino unsujeto sustituto y retratar a los individuos o grupos como soportes pasivos de fuerzas quemecnicamente operan segn su lgica independiente.Salvo que caiga en tal reduccionismo, una ciencia materialista de la sociedad debe reconocer que la conciencia y las interpretaciones de los agentes son un componente esencial de larealidad del mundo social. Sin duda la sociedad tiene una estructura objetiva, pero no esmenos cierto que tambin se compone, de modo decisivo, de representacin y voluntadsegn la famosa expresin de Schopenhauer ( Dastellung und Will). Es importante que losindividuos tengan un conocimiento prctico del mundo e inviertan este conocimiento

    prctico en su actividad habitual. A diferencia de las ciencias naturales, una antropologatotal no puede limitarse a la construccin de relaciones objetivas porque la experiencia de lossignificados es parte integrante del significado total de la experiencia (Bourdieu y otros1965: p. 20)16.El punto de vista subjetivista o constructivista" (expresado de forma hiperblica por Sartreen El ser y la naday mejor representado hoy da por la etnometodologa en su variantecultural, as como en ciertas ramificaciones de la teora de la eleccin racional) se interesa por esta objetividad de segundo orden. En contraste con el objetivismo estructuralista,asevera que la realidad social es una realizacin aleatoriamente desarrollada" por actoressociales competentes que construyen continuamente su mundo social mediante lasingeniosas prcticas organizadas de la vida de todos los das (Garfinkel 1967: p. 11). Atravs de la lente de esta fenomenologa social , la sociedad aparece como el productoemergente de las decisiones, acciones y cogniciones de individuos conscientes y alerta, aquienes el mundo se les presenta como inmediatamente familiar y significativo. Su valor reside en reconocer el papel que el conocimiento mundano, la significacin subjetiva y lacompetencia prctica juegan en la produccin continua de la sociedad; otorga mayor importancia al agenciamiento y al sistema socialmente aprobado de tipificaciones yrelevancias por medio del cual las personas dotan al mundo en que viven de sentido(Schutz 1970).Pero una fenomenologa no reconstruida de la vida social adolece, de acuerdo con Bourdieu,cuanto menos de dos defectos. Primero, concibe a las estructuras sociales como la mera

    agregacin de estrategias y actos de clasificacin individuales17

    , tornando imposible dar cuenta de su resistencia as como de las configuraciones emergentes y objetivas que estas15 La "falacia acadmica" que yace en el ncleo de la epistemologa del estructuralismo se discute en Bourdieu1990a: pp. 30-41 [en espaol, pp. 55-73], 1990e, y ms abajo, en la parte 2, seccin 116 Dicho de otro modo: "El conocimiento del mundo social debe tener en cuenta un conocimiento prctico deese mundo que le preexiste y al que no debe dejar de incluir en su objeto a pesar de que, en un primer momen-to, debe constituirse contra las representaciones parciales e interesadas que proporciona ese conocimiento prctico" (Bourdieu 1984a: p. 467 [en espaol: p.478]).17 Berger y Luckmann (1966: p. 48), de manera tpica, definen la estructura social como "la suma total detipificaciones [socialmente aprobadas] y de los patrones recurrentes de interaccin establecidos a travs deellas". Blumer (1969) defiende una concepcin emparentada con su definicin de la sociedad como"interaccin simblica", como lo hace Garfinkel cuando asevera que "las configuraciones sociales organizadasconsisten en diversos mtodos para asegurar la responsabilidad de las modalidades de un arreglo organizacionalcomo un emprendimiento concertado" (1967: p. 33, la traduccin es ma).

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    estrategias perpetan o desafan. Esta especie de marginalismo social tampoco puedeexplicar por qu y de acuerdo con qu principios se produce el trabajo de la produccinsocial de realidad en s. Si es bueno recordar, contra ciertas visiones mecanicistas de laaccin, que los agentes sociales construyen realidad .social, individualmente y tambincolectivamente, debemos tener cuidado de no olvidar, como a menudo lo hacen los

    interaccionistas y los etnometodologistas, que ellos no han construido las categoras que ponen en funcionamiento en este trabajo de construccin" (Bourdieu 1989a: p. 47).Una ciencia total de la sociedad debe desembarazarse tanto del estructuralismo mecnico que pone a los agentes "de vacaciones" como del individualismo teleolgico que slo reconoce ala gente en la forma trunca de un adicto cultural sper-socializado18 o en la guisa de lasreencarnaciones ms o menos sofisticadas delhomo conomicus. Objetivismo ysubjetivismo, mecanicismo y finalismo, necesidad estructural y agenciamiento individualson falsas antinomias. Cada trmino de estas oposiciones refuerza al otro, y todos ellos seconfabulan para ofuscar la verdad antropolgica de la prctica humana19. Para trascender estas dualidades, Bourdieu convierte lo que funciona como la hiptesis de mundo (Pepper

    1942) de paradigmas aparentemente antagnicos enmomentosde una forma de anlisisdestinada a recapturar la realidad intrnsecamente doble del mundo social. La praxeologasocial20 resultante entrelaza un abordaje estructuralista y otro constructivista21. Primero,dejamos de lado las representaciones mundanas para construir las estructuras objetivas(espacios de posiciones), la distribucin de recursos socialmente eficientes que definen lastensiones externas que se apoyan en las interacciones y representaciones. Segundo,reintroducimos la experiencia inmediata y vivida de los agentes con el fin de explicar lascategoras de percepcin y apreciacin (disposiciones) que estructuran su accin desde elinterior. Es preciso enfatizar que, si bien los dos momentos de anlisis son igualmentenecesarios, no son iguales: se le asigna a la ruptura objetivista una prioridad epistemolgicasobre la comprensin subjetivista. La aplicacin del primer principio del mtodo

    18 Para combinar dos conocidas expresiones de Dennis Wrong (1961) y de Harold Garfinkel (1967).19 En antropologa, estas oposiciones cristalizaron en los polarizados antagonismos de los sesenta y setentaentre la antropologa simblica (Geertz, Schneider, Vctor Turner, Sahlins) y el estructuralismo lvi-straussiano(Leach, Needham, Mary Douglas), por una parte, y la ecologa cultural (Vayda, Rappoport, Mrvin Haris) y losabordajes poltico-econmico y estructural marxistas (Eric Wolf, Maurice Bloch, Meillassoux, Godelier,Jonathan Friedman, June Nash), por otra. La recapitulacin de los "acrimoniosos debates" de los aos sesentaentre los antroplogos realizada por Sherry Ortner (1984) pone de manifiesto llamativas similitudes con los queregularmente oponen a los defensores de los sesgos objetivista y subjetivista en sociologa (por ejemplo, lostericos de los medios de comunicacin de masas y los interaccionistas simblicos, o los ecologistas humanosy los que abogan por la deconstruccin posmodernista en la teora urbana): "Mientras que los ecologistasculturales consideraban a los antroplogos simblicos unos mentalistas de ideas imprecisas, involucrados enarrebatos anticientficos e inverifcables de interpretacin subjetiva, los antroplogos simblicos considerabanque la ecologa cultural estaba embarcada en un cientismo insensato y estril, contando las caloras y midiendoel volumen de lluvias, e ignorando voluntariamente la verdad que presuntamente la antropologa habaestablecido por aquel entonces: que la cultura mediatiza todo comportamiento humano. La lucha maniqueaentre 'materialismo' e 'idealismo', abordaje 'duro' y abordaje 'blando', 'mica' interpretativa y 'tica' explicatoria,dominaba el campo" (vase la contestacin de Bourdieu [1987e] al artculo de Ortner que presentaba una"teora de la prctica" vagamente definida como la superacin de esta oposicin).20 Vase el nmero especial de Anthropologische Verkennungensobre la obra de Bourdieu como una praxeologa (Coenen 1989, Mortier 1989, Verberen 1989, Vervaeck 1989).21 Al requerrsele que calificara su trabajo (en el contexto de una conferencia en la Universidad de California-San Diego en 1986), Bourdieu (1989e: p. 14) eligi el trmino "constructivismo estructuralista", queinmediatamente se sigue de la designacin opuesta de "estructuralismo constructivista" para recalcar laarticulacin dialctica de los dos momentos (objetivista y subjetivista) de su teora. Ansart (1990) identificaeste aspecto mediante el apelativo de "estructuralismo gentico", como lo hacen Harker, Mahar y Wilkies(1990: p. 3) con el de "estructuralismo generativo".

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    sociolgico de Durkheim, el rechazo sistemtico de preconceptos22, debe venir antes delanlisis de la aprehensin prctica del mundo desde el punto de vista subjetivo. Pues los puntos de vista de los agentes variarn sistemticamente segn el punto que ocupen en elespacio social objetivo (Bourdieu 1984a, 1989e)23.

    2. Las luchas de clasificacin y la dialctica de las estructuras sociales ymentales

    Una autntica ciencia de la prctica humana no puede contentarse meramente consobreimprimir una fenomenologa sobre una topologa social. Tambin debe dilucidar losesquemas perceptuales y valorativos que los agentes invierten en sus vidas todos los das.De dnde vienen estos esquemas (definiciones de situacin, tipificaciones, procedimientosinterpretativos) y cmo se relacionan con las estructuras externas de la sociedad? Aqu esdonde encontramos la segunda hiptesis fundamental de la sociologa de Bourdieu (1989a: p. 7):

    Existe una correspondencia entre las estructuras sociales y las estructuras mentales,entre las divisiones objetivas del mundo social particularmente en dominantes ydominados en los diversos campos y los principios de visin y divisin que losagentes les aplican.

    Se trata, por supuesto, de una reformulacin y generalizacin de la idea seminal propuesta en1903 por Durkheim y Mauss (1963) en su clsico estudio, Algunas formas primitivas declasificacin. En ese ensayo, el padre del Anne soologiquey su sobrino sostenan que lossistemas cognitivos que operan en las sociedades primitivas se derivan de su sistema social:las categoras de comprensin son representaciones colectivas y los esquemas mentalessubyacentes estn modelados a partir de la estructura social del grupo. Bourdieu extiende latesis durkheimiana del "sociocentrismo" de los sistemas de pensamiento en cuatrodirecciones. Primero, sostiene que la correspondencia entre estructuras cognitivas y socialesobservada en las comunidades tradicionales tambin prevalece en las sociedades avanzadas,donde la homologa es producida en su mayor parte por el funcionamiento de los sistemasescolares (Bourdieu 1967a)24. Segundo, all donde en el anlisis de Durkheim y Mauss falta22 En Las reglas del mtodo sociolgico, Durkheim (1966: p. 32), recordmoslo, postul que "el socilogo debe[...], ya sea en el momento de la determinacin de sus objetivos de investigacin o en el curso de sudemostracin, repudiar de manera absoluta el uso de conceptos que se originen fuera de la ciencia por necesidades totalmente acientficas. Debe emanciparse de las ideas falaces que dominan la mente del profano;debe librarse, de una vez y para siempre, del yugo de estas categoras empricas, que por efecto de un hbitomuy prolongado se han vuelto tirnicas".23 As, aunque la visin de la sociedad que sostiene Bourdieu pueda parecer cercana en ocasiones a la de laetnometodologa o la antropologa cognitiva tal como las practican Sturtevant o Goodenough (vase el anlisisde las "Formas de clasificacin acadmica" elaborado en La noblesse d'tal ), se distingue de ellas en que basalos contenidos diferenciales y los usos de las taxonomas sociales en la objetividad de las estructurasmateriales. No obstante, esta brecha entre Bourdieu y la etnometodologa ha sido estrechada por AaronCicourel (1990) quien, en su reciente trabajo sobre el proceso de comunicacin, toma en cuenta la distribucindesigual subyacente del capital cultural. Para un interesante intento de unir a Garfinkel y Bourdieu, laetnometodologa y la teora delhabitus, vase el estudio de Alain Coulon (1991) sobre las "prcticas deafiliacin" de los estudiantes universitarios.24 Para ser justo, Durkheim y Mauss, en su anlisis del pensamiento chino (proseguido luego por MarcelGranet) y en la seccin final de su ensayo sugieren que la sociognesis de las ideas opera en formaciones msavanzadas que las sociedades tribales de Australia y el continente norteamericano. Pero no aplicaron su audaztesis a su propia sociedad, esto es, en particular a su propio pensamiento. Como seala Bourdieu (1982a: pp.19-11): el autor de las Formas primitivas de clasificacin nunca concibi la historia social del sistemaescolar que propuso en La evolucin del pensamiento pedaggico como la sociologa gentica de lascategoras de la comprensin profesional para la cual proporcion, sin embargo, todas las herramientas

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    un slido mecanismo causal que explique la determinacin social de las clasificaciones(Needham 1963: p.XXIV), Bourdieu propone considerar que las divisiones sociales y losesquemas mentales son estructuralmente homlogos por estar genticamente ligados: lossegundos no son otra cosa que la encarnacin de las primeras. La exposicin acumulativa aciertas condiciones sociales induce en los individuos un conjunto de disposiciones duraderas

    y transportables que internalizan las necesidades del entorno social existente, inscribiendodentro del organismo la inercia y las tensiones de la realidad externa. Si las estructuras de laobjetividad de segundo orden (habitus) son la versin encarnada de las estructuras de laobjetividad de primer orden, entonces el anlisis de las estructuras objetivas acarrealgicamente el anlisis de las disposiciones subjetivas, destruyendo de esa manera la falsaantinomia comnmente establecida entre la sociologa y la psicologa social" (Bourdieu y deSaint Martin 1982: p. 47)25. Una adecuada ciencia de la sociedad debe abarcar tanto lasregularidades objetivas como los procesos de internalizacin de la objetividad por los cualesse constituyen los principios transindividuales e inconscientes de (di) visin que los agentescomprometen en su prctica.

    Tercero, y ms importante, Bourdieu sostiene que la correspondencia entre las estructurassociales y mentales cumple funciones polticas cruciales. Los sistemas simblicos no sonsimplemente instrumentos de conocimiento, son tambininstrumentos de dominacin(ideologas en el lxico de Marx y teodiceas en el de Weber). Como operadores deintegracin cognitiva promueven, por su misma lgica, la integracin social de un ordenarbitrario: La conservacin del orden social [es reforzada de manera decisiva por] (...) laorquestacin de categoras de percepcin del mundo social que, ajustadas a las divisiones delorden establecido (y, con ello, a los intereses de quienes lo dominan) y comunes a todos losespritus estructurados conforme a dichas estructuras, se imponen con todas las aparienciasde la necesidad objetiva (Bourdieu 1984a: p. 471 [en espaol: p. 482]; vase tambin197lb). Los esquemas clasificatorios socialmente constituidos por medio de los cuales

    construimos activamente la sociedad tienden a representar las estructuras de las que surgencomo naturales y necesarias, y no como la decantacin histricamente contingente de undeterminado balance de poder entre clases, grupos "tnicos" o gneros26.Pero si aceptamos que los sistemas sociales son productos sociales que contribuyen a hacer el mundo, que no slo reflejan las relaciones sociales sino que ayudan aconstituirlas,entonces, dentro de ciertos lmites, es posible transformar al mundo transformando surepresentacin (Bourdieu 1980g, 1981a).Se sigue y ste es el cuarto punto en que Bourdieu se aparta de la problemticadurkheimiana que los sistemas de clasificacin constituyenun asunto en juego en lasnecesarias.En otra parte, Bourdieu (1967a) escribe: El sistema social es uno de los lugares donde, en sociedadesdiferenciadas, los sistemas de pensamiento, que son el equivalente aparentemente ms sofisticado de lasformas primitivas de clasificacin, son producidos. sta es la explicacin racional detrs del inters deBourdieu en la educacin: sus estudios del sistema escolar son captulos de una sociologa del poder simblicodefinido como el poder de imponer e inculcar sistemas de clasificacin que sustancian la naturalizacin deestructuras de dominacin (vase especialmente Bourdieu 1989a, y Bourdieu yPasseron 1979: libro 1).25 Para Cornell (1983: 153), Bourdieu abre el camino de una "psicologa social realista".26 Como lo plantea Bourdieu (1987g: pp. 234-35) en su anlisis de la ley: "Los esquemas de percepcin yapreciacin que estn en la raz de nuestra construccin del mundo social son producidos por una labor histrica colectiva pero sobre la base de las estructuras mismas de ese mundo: como estructuras estructuradas,histricamente construidas, nuestras categoras de pensamiento contribuyen a producir el mundo, pero slodentro de los lmites de su correspondencia con estructuras pre-existentes" (traduccin modificada). En otra parte: los sistemas de clasificacin "son menos unos instrumentos de conocimiento que unos instrumentos de poder, subordinados a unas funciones sociales y orientados, de forma ms o menos abierta, hacia la satisfaccinde los intereses de un grupo" (Bourdieu 1984a: p. 477 [en espaol: p. 487]).

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    luchasque oponen a individuos o grupos en las interacciones rutinarias de la vida diaria ascomo en las contiendas solitarias y colectivas que tienen lugar en los campos de la poltica yde la produccin cultural. En una sociedad dividida en clases, las taxonomas sociales (talescomo la ocupacin o la escala salarial) que organizan la representacin de los grupos sonproducidas en todo momento por, y estn en juego en, las relaciones de poder entre las

    clases (Bourdieu y Boltanski 1981: p. 149, traduccin modificada).As Bourdieu complementa el anlisis estructural de Durkheim con una sociologa gentica y polticade la formacin, seleccin e imposicin de los sistemas de clasificacin. Lasestructuras sociales y cognitivas estn vinculadas recurrente y estructuralmente, y lacorrespondencia que prevalece entre ellas proporciona uno de los pilares ms slidos de ladominacin social. Las clases y otros colectivos sociales antagnicos estn continuamentecomprometidos en una lucha por imponer la definicin de mundo que resulta mscongruente con sus intereses particulares. La sociologa del conocimiento o de las formasculturales es en s misma una sociologa poltica, esto es, una sociologa del poder simblico.De hecho, toda la obra de Bourdieu puede interpretarse como una antropologa materialista

    de la contribucin especfica que diversas formas de violencia simblica hacen a lareproduccin y transformacin de las estructuras de dominacin.

    3. Relacionalismo metodolgicoContra todas las formas del monismo metodolgico que conlleva aseverar la prioridadontolgica de la estructura o el agente, del sistema o el actor, de lo colectivo o lo individual,Bourdieu afirma la primaca de las relaciones. Desde su perspectiva, tales alternativasreflejan la percepcin de la realidad social sostenida por el sentido comn, de la cual lasociologa debe desembarazarse. Esta percepcin se asienta en el lenguaje mismo queutilizamos, el cual es ms adecuado para expresar cosas que relaciones, estados que procesos (Bourdieu 1982a: p. 35). Norbert Elias (1978a: p. 113), otro resuelto defensor dela concepcin relacional de lo social, insiste en que el lenguaje habitual nos lleva a hacer distinciones conceptuales entre el actor y su actividad, entre las estructuras y los procesos oentre objetos y relaciones que en efecto nos impiden captar la lgica del entretejido social27. Esta propensin lingstica a favorecer la sustancia a expensas de las relaciones se vereforzada en tanto los socilogos siempre compiten con otros especialistas en larepresentacin del mundo social, especialmente con los polticos y los expertos de losmedios de comunicacin, que tienen intereses creados en esa manera de pensar propia delsentido comn. La oposicin entre individuo y sociedad (y su traduccin en la antinomiaentre individualismo metodolgico y estructuralismo) es una de esas proposicionesendxicas que acosan a la sociologa al verse continuamente reactivadas por oposiciones polticas y sociales (Bourdieu 1989f). La ciencia social necesita no elegir entre ambos polos,ya que la sustancia de la realidad social de la accin no menos que de la estructura, y de suinterseccin como historia yace en las relaciones.Bourdieu rechaza de este modo tanto el individualismo metodolgico como el holismo, ascomo tambin su falsa superacin en el situacionismo metodolgico28. La perspectivarelacional que conforma el ncleo de su perspectiva sociolgica no es nueva. Forma parte de27 La reduccin de proceso caracterstica de las lenguas europeas (de acuerdo con Benjamn Lee Whorf) y elrefuerzo que recibe de las filosofas positivistas de la ciencia explican por qu siempre nos sentimos impelidosa hacer insensatas distinciones conceptuales, como el individuo y la sociedad, que hacen parecer que elindividuo y la sociedad fueran dos cosas separadas, como las mesas y las sillas, o las ollas y las cacerolas(Elias 1978a: p. 113; tambin 1987, parte 1). La raz comn del nfasis de Bourdieu y de Elias en el lenguajehabitual como un obstculo para el pensar sociolgico parece ser Cassirer, especialmente su anlisis de Lainfluencia del lenguaje en el desarrollo del pensamiento cientfico (Cassirer 1936).

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    una amplia tradicin estructuralista polifiltica y polimrfica, que conoci su apogeodurante los aos de posguerra en las obras de Piaget, Jakobson, Lvi-Strauss y Braudel, yque puede rastrearse remontndose a Durkheim y a Marx (Merton 1975: p. 32)29. Tal vez suexpresin ms clara y sucinta se deba a Karl Marx, cuando escribe en Die Grundisse(1971: p. 77): La sociedad no consiste en individuos; ella expresa la suma de las conexiones y

    relaciones en que los individuos se encuentran30

    . Lo que es especial acerca de Bourdieu esel celo y la inexorabilidad con que despliega esta concepcin, como lo evidencia el hecho deque sus dos conceptos clave dehabitus y campo designen haces de relaciones. Un campo esun conjunto de relaciones objetivas e histricas entre posiciones ancladas en ciertas formasde poder (o capital), mientras que el habitus consiste en un conjunto de relaciones histricasdepositadas dentro de los cuerpos de los individuos bajo la forma de esquemas mentales ycorporales de percepcin, apreciacin y accin.En comn con Philip Abrams, Michael Mann y Charles Tilly, Bourdieu hace estallar lavacua nocin de "sociedad" y la reemplaza con las de campo y espacio social. Para l, unasociedad diferenciada no es una totalidad sin fisuras integrada por funciones sistmicas, una

    cultura comn, conflictos que la surcan o una autoridad que la abarca, sino un conjunto deesferas relativamente autnomas de juego que no pueden sumergirse bajo una lgicasocietaria general, ya sea la del capitalismo, la modernidad o la posmodernidad. En granmedida como los Lebensordnungende Weber, los rdenes vitales econmico, poltico,esttico e intelectual en los que la vida social se divide bajo el capitalismo moderno (Gerth yMills 1946: pp. 331-59), cada campo prescribe sus valores particulares y posee sus propios principios reguladores.Estos principios delimitan un espacio socialmente estructurado en el que los agentes luchan,segn la posicin que ocupan en ese espacio, ya sea para cambiar o para preservar susfronteras y su forma. Dos propiedades son centrales a esta sucinta definicin. Primero, uncampo es un sistema modelizado de fuerzas objetivas (muy a la manera de un campomagntico), unaconfiguracin relacional dotada de una gravedad especficaque se imponesobre todos los objetos y agentes que se hallan en l. A la manera de un prisma, refracta lasfuerzas .externas de acuerdo con su estructura interna:

    Los efectos engendrados dentro de los campos no son ni la suma puramente aditiva deacciones anrquicas, ni el resultado integrado de un plan concertado. [...] Es laestructura de un juego, y no un simple efecto de laagregacinmecnica, lo que seencuentra en la base de la trascendencia, revelada por casos de inversin de intenciones,del efecto objetivo y colectivo de acciones acumuladas31.

    28 El individualismo metodolgico (un trmino acuado por el economista Joseph Schumpeter) sostiene que losfenmenos sociales son explicables en principio en trminos de las metas, creencias y acciones de losindividuos. El holismo, en contraste, sostiene que los sistemas sociales tienen propiedades emergentes que no pueden derivarse de las propiedades de las partes que los componen y que la explicacin social debe comenzar desde el nivel sistmico. El situacionismo metodolgico toma las propiedades emergentes de la interaccinsituada como su unidad de anlisis nuclear (Knorr-Cetina 1981: pp. 7-15).29 Bourdieu (1990a: p. 4 [en espaol, p. 17]; vase tambin 1968b) atribuye al estructuralismo el mrito de"introducir en las ciencias sociales elmtodo estructural o, ms simplemente, el modo de pensamientorelacional que, en ruptura con el modo de pensamiento sustancialista, lleva a caracterizar todo elemento por lasrelaciones que lo unen a los otros en un sistema del que obtiene su sentido y su funcin".30 Bertell Ollman (1976: p. 14) ha mostrado que "la relacin es el mnimo irreductible para todas las unidadesen la concepcin de Marx de la realidad. ste es realmente el meollo de nuestra dificultad para comprender elmarxismo, cuyo asunto no es simplemente la sociedad sino la sociedad concebida 'relacionalmente'". Elfilsofo japons W. Hiromatsu ha hecho una lectura sistemtica y francamente cassireriana de Marx que pone

    esto de relieve (vase el dilogo entre Bourdieu, Hiromatsu e Imamura [1991]). Para una muestra de latradicin estructuralista que va de Marx a Lvi-Strauss, vase DeGeorge y DeGeorge 1972.31 Bourdieu (1987g: p. 248, traduccin modificada). As lo que Samuelson llama "efectos de composicin" y

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    Un campo es unespacio de conflicto y competenciala analoga aqu es con un campo de batalla en el cual los participantes rivalizan por el monopolio sobre el tipo de capital quesea eficaz en l la autoridad cultural en el campo artstico, cientfica en el campocientfico, sacerdotal en el campo religioso y as sucesivamente y el poder de decretar la jerarqua y las "tasas de conversin" entre todas las formas de autoridad del campo de

    poder 32

    . En el curso de estas luchas, la forma misma y las divisiones del campo devienenuna cuestin central, porque alterar la distribucin y el peso relativo de las formas de capitalequivale a modificar la estructura del campo. Esto da a cualquier campo un dinamismohistrico y una maleabilidad que eluden el inflexible determinismo del estructuralismoclsico. Por ejemplo, en su estudio sobre la implementacin local de la poltica habitacionaldel Estado francs durante los aos setenta, Bourdieu (1990b: p. 90) muestra que incluso eljuego burocrtico, esto es, la lgica organizacional aparentemente inflexible de las burocracias pblicas, admiten un grado considerable de incertidumbre e interaccinestratgica. Cualquier campo, insiste, se presenta como una estructura de probabilidades de premios, ganancias, beneficios o sanciones pero siempre implica cierta medida deindeterminacin. [...] Incluso en el universo por excelencia de las reglas y las regulaciones, jugar con las reglas es parte integrante de la reglas del juego.Entonces por qu la vida social es tan regular y tan predecible? Si las estructuras internasno fuerzan la accin mecnicamente, qu les proporciona su patrn? El concepto dehabitus provee parte de la respuesta. El habitus es unmecanismo estructuranteque operadesde el interior de los agentes, sin ser estrictamente individual ni en s mismo enteramentedeterminante de la conducta. El habitus es, en palabras de Bourdieu (1977a: pp. 72, 95), el principio generador de estrategias que permite a los agentes habrselas con situacionesimprevistas y continuamente cambiantes [...] un sistema de disposiciones duraderas ytrasladables que, integrando experiencias pasadas, funciona en todo momento como unamatriz de percepciones, apreciaciones y acciones y hace posible la realizacin de tareas

    infinitamente diversificadas33

    . Como resultado de la internalizacin de estructuras externas,el habitus reacciona a las demandas del campo de una manera aproximadamente coherente ysistemtica. Como lo colectivo individualizado en su encarnacin o individuo biolgicocolectivizado por la socializacin, el habitus es afn a la intencin en accin de Searle(1983: especialmente el captulo 3)34 o la estructura profunda de Chomsky, con la salvedadde ser en vez de una invariante antropolgica, una matriz generadora histricamenteconstituida, institucionalmente fundada y por ende socialmente variable (vase Bourdieu1987d). Es un operador de racionalidad, pero de una racionalidad prctica inmanente de un

    Boudon "efectos contra-intuitivos" (dos nombres para designar las consecuencias inesperadas de la accin) sonde hecho efectos estructurados de los camposcuya lgica especfica puede y debe ser empricamentedescubierta en cada caso. Para una demostracin de cmo la configuracin del campo determina los efectosltimos de las fuerzas externas o los cambios (en particular los cambios morfolgicos), vase Bourdieu 1987i,1988a, 1987f, Bourdieu y de Saint Martin 1982 sobre el campo artstico, el campo universitario, el campo delas escuelas de lite y el campo religioso respectivamente. Vanse Vala 1985, Fabiani 1989 y Charle 1990 para ilustraciones histricas adicionales.32 Ntese que el campo del poder (vase Bourdieu 1989a, Bourdieu y Wacquant 1991) no est en el mismonivel que otros campos (el literario, econmico, cientfico, el de la burocracia del Estado, etc.) desde elmomento en que en parte los abarca. Debera pensrselo ms bien como una especie de "meta-campo" con unacantidad de propiedades emergentes y especficas.33 El habitus "expresa en primer lugar elresultado de una accin organizadora, con un significado cercano alde palabras tales como estructura; designa tambin unamanera de ser , un estado habitual (especialmente delcuerpo) y, en particular, unadisposicin, tendencia, propensino inclinacin" (Bourdieu 1977a: p. 214).34

    Mortier (1989) interpreta la obra de Bourdieu como una re-definicin de la problemtica estructuralista enuna forma centrada en la accin, que conduce a una praxeologa formal que generaliza la teora de los actos dehabla para abarcar la conducta ritual.

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    sistema histrico de relaciones sociales y, por tanto, trascendente al individuo. Lasestrategias que maneja son sistmicas, y sin embargoad hoc , en tanto se disparaban por el encuentro con un campo particular. El habitus es creativo, inventivo, pero dentro de loslmites de sus estructuras, que son la sedimentacin encarnada de las estructuras sociales quelo produjeron.

    De manera que ambos conceptos, el de habitus y el de campo, son relacinales en el sentidoadicional de que funcionan enteramente slo uno en relacin con el otro. Un campo no esuna simple estructura muerta, un conjunto de lugares vacos, como en el marxismoalthusseriano, sino unespacio de juegoque existe como tal slo en la medida en que entrenen l jugadores que crean en los premios que ofrecen y luchen activamente por ellos. Unaadecuada teora del campo, por lo tanto, requiere de una teora de los agentes sociales:

    Hay accin, e historia, y conservacin o transformacin de estructuras solamente porquehay agentes, pero agentes que son actuantes y eficaces solamente porque no se reducen alo que comnmente se coloca bajo la nocin de individuo, y que, como organismossocializados, estn dotados de un conjunto de disposiciones que implican tanto la

    propensin como la habilidad para entrar en un juego y jugarlo. (Bourdieu 1989a: p. 59)Recprocamente, la teora del habitas est incompleta sin una nocin de estructura que hagalugar a la improvisacin organizada de los agentes. Para entender en qu consiste este "artesocial" (Mauss) de la improvisacin, necesitamos retornar a la ontologa social de Bourdieu.

    4. La imprecisa lgica del sentido prcticoLa filosofa social de Bourdieu es monista en tanto se rehsa a establecer demarcaciones precisas entre lo externo y lo interno, lo consciente y lo inconsciente, lo corpreo y lodiscursivo. Busca captar la intencionalidad sin intencin, el conocimiento sin propsito

    cognitivo, el dominio pre-reflexivo e infra-consciente que de su mundo social adquieren losagentes mediante una inmersin duradera en l (es por eso que los deportes revisten tantointers terico para Bourdieu; vase por ejemplo, 1988f) y que define apropiadamente la prctica social humana. Al abrevar de manera selectiva en la fenomenologa de Husserl,Heidegger y Merleau-Ponty, as como en la filosofa tarda de Wittgenstein, Bourdieurechaza las dualidades entre cuerpo y espritu, entendimiento y sensibilidad, sujeto yobjeto, en-s y para-s de la ontologa social cartesiana para retornar a lo social, aquellocon lo que estamos en contacto por el mero hecho de existir y que llevamosinseparablemente con nosotros antes de cualquier objetivacin" (Merleau-Ponty 1962: p.362). En particular, trabaja sobre la idea de Maurice Merleau-Ponty de una intrnsecacorporeidad del contacto preobjetivo entre sujeto y mundopara restaurar al cuerpo como el

    origen de la intencionalidad prctica, como la fuente del significado intersubjetivo basado enel nivel preobjetivo de la experiencia. La suya es una sociologa estructural que incorporauna fenomenologa de la unidad ante-predicativa del mundo y de nuestra vida (Merleau-Ponty 1962: p. 61)35 al tratar al cuerpo socializado no como un objeto, sino como el

    35 El cuerpo est en el mundo social pero el mundo social est en el cuerpo (Bourdieu 1982a: p. 38).Comprese con Merleau-Ponty (1962: p. 401): Adentro y afuera son completamente inseparables. El mundoest completamente adentro y yo estoy completamente afuera de m mismo. Desde esta perspectiva, el proyecto de Bourdieu, no obstante, es el opuesto exacto del de la sociologa interpretativa tal como la defineRicoeur (1977: p. 158): La tarea de la sociologa interpretativa es fundar... la objetividad en el sustrato preobjetivo de la experiencia intersubjetiva y mostrar cmo la autonoma de los objetos con los cuales trata lasociologa procede de esta esfera preobjetiva. Para Bourdieu, la sociologa debe incluir la fenomenologa nohacindola a un lado, sino fundando la intersubjetividad en estructuras histricas objetivas por medio delanlisis de la constitucin de habitus. Al insistir con las citas de Merleau-Ponty para ilustrar la lgica delsentido prctico, lo que quiero es sugerir que Bourdieu es su heredero sociolgico, si bien uno que innova por

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    depositario de una capacidad de comprender generadora y creativa, como el portador de unaforma de conocimiento kintico (Jackson 1983) dotado de potencia estructurante.La relacin entre el agente social y el mundo no es la que hay entre un sujeto (o unaconciencia) y un objeto, sino una relacin de complicidad ontolgica o posesinmutua como recientemente enunciara Bourdieu (1989a: p. 10) entre el habitus, como principio socialmente constituido de percepcin y apreciacin, y el mundo que lo determina.El sentido prctico opera como el nivel preobjetivo nottico; expresa esa sensibilidadsocial que nos gua antes de que postulemos objetos como tales36. Vuelve significativo almundo anticipando espontneamente sus tendencias inmanentes, a la manera del jugador de pelota dotado de una gran visin de campo que, sorprendido en el calor de la accin,intuye instantneamente los movimientos de sus oponentes y compaeros de equipo, acta yreacciona de manera inspirada sin el beneficio de la retrospeccin y de la raznespeculativa. El ejemplo de Merleau-Ponty (1963: pp. 168-69) del jugador de ftbol mereceser extensamente citado aqu porque expresa muy claramente esta cohesin sin conceptoque gua nuestro feliz encuentro con el mundo cada vez que el habitus se corresponda con el

    campo en el cual nos desenvolvemos.Para el jugador en accin el campo de ftbol no es un objeto, esto es, el trmino idealque puede dar lugar a una indefinida multiplicidad de perspectivas y permanecer idntico bajo sus aparentes transformaciones. Est saturado de lneas de fuerza (laslneas del rea; sas que demarcan el rea de penal) y est articulado en sectores(por ejemplo, las aperturas entre los adversarios) que reclaman un cierto modo deaccin y que inician y guan la accin como si el jugador fuese inconsciente de ello. Elcampo mismo no le es dado, sino que se presenta como el trmino inmanente de susintenciones prcticas; el jugador deviene uno con l y siente la direccin del gol por ejemplo, de manera tan inmediata como los planos vertical y horizontal de su propiocuerpo. No basta decir que la conciencia habita el medio ambiente. En este punto laconciencia no es otra cosa que la dialctica del medio y la accin. Cada maniobraemprendida por el jugador modifica el carcter del campo y establece nuevas lneas defuerza en las que la accin a su vez se despliega y es realizada, alterando otra vez elcampo fenomnico37.

    Este sentido prctico preconoce; lee en el estado presente los posibles estados futuros delos que el campo est cargado. Pues en el habitus el pasado, el presente y el futuro seintersectan e invaden uno a otro. El habitus puede ser entendido como un conjunto desituaciones virtuales sedimentadas (Mallin 1979: p. 12) albergadas dentro del cuerpo a laespera de ser reactivadas38. Pero la cita anterior es de inters tambin porque resalta doscaminos que a veces son incompatibles tanto con el espritu como con la letra de la obra del fenomenlogo. En particular, Bourdieu va ms all de la comprensin subjetivista del sentido prctico para investigar la gnesissocial de sus estructuras objetivas y condiciones de operacin.36 En tanto que familiaridad fundamental, no reflexiva de una persona con el mundo, el hbito es una precondicin para la determinacin intencional de objetos diferenciados de conocimiento... Ni las respuestas programadas ni los comportamientos rutinizados: el hbito es la sensibilidad encarnada a un mundo sensible, ya este respecto proporciona un campo de posibilidades de comportamiento en la experiencia (Ostrow 1990: p.30).37 Tambin se podra ilustrar esta inmediata co-presencia y entendimiento mutuo del cuerpo y la palabra con elfamoso ejemplo del martillo que da Heidegger enSer y tiempo: el uso idneo de un martillo presupone ms ymenos que la comprensin consciente de su instrumentalidad; implica una maestra de su funcin especfica sinconocimiento temtico de su estructura. Las indagaciones etnometodolgicas de Sudnow (1978) en la lgicade la improvisacin de jazz, el anlisis de Lord (1960) del entrenamiento del guslar (bardo yugoslavo) en lasartes de la improvisacin potica, la antropologa de Lave (1989) sobre los usos de las matemticas en la vida

    de todos los das y la etnografa de Wacquant (1989a: pp. 47-62) de la adquisicin de la tcnica del boxeo proporcionan ilustraciones empricas de dicha maestra prctica.38 Los hbitos son nuestra injerencia en un campo de tiempo; a travs de su funcionamiento hay una

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    diferencias crticas entre la praxeologa de Bourdieu y la teora del comportamiento deMerleau-Ponty. En esta ltima, no hay ningn momento objetivo, y el campo de ftbolsigue siendo una forma puramente fenomnica, comprendida estrictamente desde el punto devista del agente actuante39. Esto tiene por consecuencia el bloquear la investigacin de larelacin de dos vas entre la comprensin subjetivista del jugador y la configuracin y reglas

    subyacentes, objetivas, del juego jugado. Una vez ms, como ocurra con el objetivismodurkheimiano, la filosofa de Merleau-Ponty adolece de una incapacidad de construir unvnculo analtico slido entre las estructuras interna y externa, aqu entre el sentido del juegodel jugador y la constelacin real del campo. Adems, en el ftbol los coercitivos mandatosdel rbitro no son objeto de contienda, ni tampoco son los lmites de la cancha el sujeto decontencin entre equipos (o entre jugadores y espectadores que podran entrar en el juego).En resumen, Merleau-Ponty guarda silencio sobre la doble gnesis social de las estructurassubjetiva y objetiva del juego.Es importante enfatizar, finalmente, que las lneas de accin engendradas por el habitus notienen, y de hecho no pueden tener, la clara regularidad de conducta deducida de un

    principio normativo o judicial. Esto es porque "el habitus tiene parte ligada con loimpreciso y con lo vag o. Espontaneidad [generadora] que se afirma en la confrontacinimprovisada con situaciones sin cesar renovadas, obedece a unalgica prctica, la de loimpreciso, la del ms o menos, que define la relacin habitual con el mundo. Enconsecuencia, deberamos abstenernos de explorar las producciones del habitus en busca dems lgica de la que realmente contienen: la lgica de la prctica es ser lgica hasta el punto donde ser lgico cesara de ser prctico (Bourdieu, 1987a: p. 96 [en espaol: pp. 84 y86)40. La dificultad peculiar de la sociologa, entonces, es producir una ciencia precisa a partir de una realidad imprecisa, difusa y embrollada. Para ello es mejor que sus conceptossean polimorfos, flexibles y adaptables, en lugar de definidos, calibrados y de rgidaaplicacin41.

    Los conceptos de habitus y campo le permiten a Bourdieu , abandonar los falsos problemasde la espontaneidad personal y la compulsin social, libertad y necesidad, eleccin yobligacin, y dar un paso al costado desde las alternativas comunes de individuo yestructura, micro (Blumer, Coleman) y macro-anlisis (Blau, Skocpol)42 a las que fuerza unaontologa social polarizada, dualista: Uno no tiene que elegir entre estructura y agentes,entre el campo, que hace al significado y valor de las propiedades objetivadas en las cosas oencarnadas en las personas, y los agentes, que juegan con sus propiedades en el espacio de juego as definido (Bourdieu 1989a: p. 448), o entre las posiciones dentro de un espacio derecursos y las urgencias, motivos e intenciones socializadas de sus ocupantes.

    concrecin del pasado, el presente y el futuro (Kestenbaum 1977: p. 91).39 Aqu es preciso ser cuidadoso para no confundir la nocin de campo de Merleau-Ponty, que simplementerefiere a una cancha de ftbol (terrain en francs) y carece de estatus terico, con el concepto de Bourdieu(champ).40 Vase El diablo de la analoga (Bourdieu 1990b: pp. 200-70) para una apasionada argumentacin en contrade la persecucin de coherencia antropolgica all donde no existe. Como lo ha sealado Don Levine (1985: p.17), el tolerar la ambigedad puede ser productivo si no se lo toma como justificacin de un pensar chapucerosino como invitacin a tratar responsablemente asuntos de gran complejidad.41 A aquellos que se quejan de que sus conceptos son borrosos (por ejemplo Joppke [1986: p. 61], quienconsidera que el habitus es un monstruo conceptual a menudo aplicado de una manera borrosa y metafrica),Bourdieu podra responderles con Wittgenstein (1980: p. 653) que si un concepto depende de un patrn de la

    vida, entonces debe haber una cierta indefinicin en l.42 La diada conceptual de habitus y campo sugiere adems una posible salida de las recurrentes aporas ydebilidades estructurales de la "teora de roles" (Wacquant 1990b).

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    As como se aparta del debate entre micro-racionalidad y macro-funcionalismo, Bourdieurechaza la alternancia de sumisin y resistencia en la que tradicionalmente se ha enmarcadola cuestin de las culturas dominadas y que, a sus ojos, impide comprender adecuadamente prcticas y situaciones que a menudo se definen por su naturaleza intrnsecamente doble,sesgada. Si para resistir no se dispone de otro medio que hacer propios y proclamar en voz

    alta propiedades que caracterizan a uno como dominado (de acuerdo con el paradigmablack is beautiful,lo negro es hermoso), a la manera de los hijos de los proletarios inglesesorgullosos de excluirse a s mismos de la escuela en nombre del ideal de masculinidadsustentado por su cultura de clase (Willis 1977), es ello resistencia? El esfuerzo, por otrolado, de borrar todo aquello que pudiera delatar los propios orgenes o entrampar al agenteen su posicin social (un acento, la complexin fsica, las relaciones de parentesco) deberaser considerado sumisin? Desde la perspectiva de Bourdieu, se trata de una contradiccinirresoluble inscripta en la lgica misma de la dominacin simblica. La resistencia puedeser alienante y la sumisin puede ser liberadora. Tal es la paradoja de los dominados, y nose sale de ella (Bourdieu, 1987a: p. 184 [en espaol: pp. 156-57]).

    Pero Bourdieu no se limita a sealar la colaboracin de los dominados en su propiaexclusin y subordinacin. Explica adems esta connivencia de un modo que evita el psicologismo ingenuo o el esencialismo de la servidumbre voluntaria de La Botie. Lasolucin al enigma es dada por un anlisis de la gnesis histrica de las disposiciones queaprisionan a los dominados porque, siendo homologas a las estructuras objetivas delmundo del que han surgido, exponen las bases de la inequidad literalmente invisibles en suarbitrariedad.

    Si es adecuado recordar que los dominados siempre contribuyen a su propiadominacin, es necesario que se nos recuerde de inmediato quelas disposiciones quelos inclinan a esta complicidad son tambin el efecto, encarnado, de la dominacin.(Bourdieu 1989a: p. 12, la traduccin y el destacado son mos).

    As, la sumisin de los trabajadores, las mujeres, las minoras y los universitarios suele noser una concesin deliberada o consciente a la fuerza bruta de los directores, los hombres, los blancos y los profesores; reside, ms bien, en la inconsciente adecuacin entre su habitus y elcampo en que operan. El cuerpo socializado lo lleva profundamente enraizado. En realidad,expresa la somatizacin de las relaciones sociales de dominacin (Bourdieu 1990i).Debera quedar claro a estas alturas que aquellos que comprenden la economa de la prcticade Bourdieu como una teora generalizada del determinismo econmico (e.g. Jenkins 1982,Honneth 1986, Caill 1987a, Mler 1989, Gartman 1991) o, peor an, como una variante dela teora de la eleccin racional43, son vctimas de una doble malinterpretacin de susociologa. En primer lugar, inyectan dentro del concepto de estrategia las ideas deintencionalidad y objetivo consciente, transformando una accincongruente con, y potencialmenteactuada por , ciertos intereses en una conducta racionalmente organizada ydeliberadamente dirigida hacia metas claramente percibidas44. En segundo trmino,43 La diferencia entre Bourdieu y esta ltima no es si los agentes tienen posibilidad de eleccin, como sesostiene a veces en interpretaciones vulgares que hacen de su perspectiva una forma mecnica deestructuralismo, como deplora Van Parijs (1981), postulante del marxismo analtico. Bourdieu no niega quelos agentes afronten elecciones, ejerzan la iniciativa y tomen decisiones. Lo que discute es que lo hagan demanera consciente, sistemtica e intencional (en suma,intelectualista), como postulan los tericos de laeleccin racional. El insiste por el contrario en que la toma de decisin deliberada o que sigue una reglanunca es ms que un expediente provisional que apunta a cubrir completamente la falta de fuego del habitus(Bourdieu 1972: p. 205).44

    As, para Lash y Urry (1987: p. 293): El argumento central de Bourdieu es que no consumimos productossino smbolos con laintencinde establecer distinciones (el subrayado es mo; vase tambin Elster 1984a).Zuckerman (1988: p. 519) lee de manera similar la sociologa de la ciencia de Bourdieu como un anlisis del

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    restringen la nocin histricamente variable de inters, entendida como la inquietud quedespiertan determinados juegos sociales y el deseo de participar en ellos inquietud y deseosocialmente constituidos, a una propensin invariable en pro de la ganancia econmica omaterial45. Esta doble reduccin, intencionalista en un caso, utilitaria en la otra, esconde elmovimiento analtico paradjico que Bourdieu lleva a cabo por medio de la trada conceptual

    de habitus, capital y campo, que consiste enexpandir la esfera de inters al mismo tiempoque se reduce la de utilidad y conciencia.Bourdieu sostiene enfticamente que su economa de la prctica no es intencionalista niutilitaria. Como se ha sealado ms arriba, l se opone de manera acrrima al finalismo delas filosofas de la conciencia que sitan el origen primero de la accin en las eleccionesvoluntaristas de los individuos. Por estrategia no se refiere a la bsqueda intencional o premeditada de metas calculadas (como lo hace Coleman [1986]), sino al despliegue activode lneas de accin objetivamente orientadas que obedecen a regularidades y conforman patrones coherentes y socialmente inteligibles, aun cuando no siguen reglas conscientes oapuntan a las metas premeditadas determinadas por un estratega46. Con el concepto de

    inters una nocin que en los ltimos tiempos ha ido reemplazando de manera creciente por la deillusioy, ms recientemente an, por la delibido Bourdieu busca dos cosas. En primer lugar, romper con la visin "encantada" de la accin social que se adhiere a lafrontera artificial entre el comportamiento instrumental y el comportamiento expresivo onormativo y se rehsa a reconocer las diversas formas de ventaja escondida, inmaterial, quegua a los agentes que parecen "desinteresados". En segundo lugar, quiere expresar la ideade que la gente es motivada, forzada, arrancada de un estado de in-diferencia y movida por los estmulos de ciertos campos, y no de otros. Pues cada campo llena la botella vaca delinters con un vino diferente. Un acadmico de clase media que nunca estuvo en ungimnasio de los suburbios ni asisti a combates en un modesto club difcilmente pueda, a primera vista, captar el inters pugilstico (libido pugilstica) que lleva a los jovencitos sub-

    proletarios a valorar e ingresar voluntariamente en la autodestructiva ocupacin del boxeo.Recprocamente, un desertor de la escuela media de los suburbios no puede comprender qumotiva el inters del intelectual en los crpticos debates acerca de la teora social, o su pasin por las ltimas innovaciones del arte conceptual, porque no ha sido socializado para darlesvalor. La gente est "pre-ocupada" por ciertos resultados futuros inscriptos en el presenteque slo reconocen en la medida en que sushabitus los sensibilizan y movilizan para percibirlos y perseguirlos. Y estos resultados pueden ser completamente "desinteresados" enel sentido comn del trmino, como fcilmente puede verse en los campos de la produccincultural, este "mundo econmico al revs" (Bourdieu 1983d, 1985d) donde las acciones queapuntan al provecho material son sistemticamente devaluadas y sancionadas negativamente.En otras palabras,

    inters propio y el clculorespecto de cmo sobrevivir mejor a la competencia por los recursos y lasrecompensas (el subrayado es mo).45 Un ejemplo de esta reduccin utilitarista: de acuerdo con la interpretacin de Ory y Sirinelli (1986: p. 229)del Homo academicus, Bourdieu concluye que las estrategias de carrera y, en forma ms amplia, los interesesextra-ticos predominan sobre las explicaciones cientficas y morales, dentro de un universo de conflictosallanados por mltiples intercambios de favores y copiosas redes de dominacin. Otra ilustracin es lareduccin de Wippler (1990) del capital cultural encarnado en una clase especial de capital humano a laBecker, que en efecto destruye la lgica de la arquitectura terica de Bourdieu.46 Para una ilustracin emprica, vase el anlisis de Bourdieu (1979d) de las estrategias de honor. Laconcepcin de estrategia sin estratega no es distinta de la de Foucault (vase Dreyfus y Rabinow 1983: p.187), excepto que esta ltima carece del concepto disposicional de habitus para vincular las estructurasobjetivas trasmitidas por la historia a las prcticas histricas de los agentes y, por tanto, de un mecanismo paradar cuenta del modelado social y el significado objetivo de las estrategias.

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    Romper con el economicismo para describir el universo de las economas posibles,significa escapar a la alternativa del inters puramente material, estrictamenteeconmico, y eldesinters, y proporcionarse el medio para satisfacer el principio derazn suficiente que quiere que no haya accin sin razn de ser, es decir, sin inters o, sise prefiere, sin inversin-inmersin[investissement ] en un juego y en un conjunto deasuntos en juego[enjeu], illusio, commitment . (Bourdieu 1990a: p. 290, traduccinmodificada [en espaol, p. 88, que tambin hemos modificado ligeramente, (T.)]).

    5. Contra el teoricismo y el metodologismo: la ciencia socialtotal

    De esta concepcin relacional y anti-cartesiana de su objeto de estudio, se sigue que lasociologa debe ser unaciencia total . Debe construir hechos sociales totales (Mauss)47 que preserven la unidad fundamental de la prctica humana a travs de cisuras mutiladoras de lasdisciplinas, los dominios empricos y las tcnicas de observacin y anlisis. sta es la raznque subyace a la oposicin de Bourdieu contra la especializacin cientfica prematura y laminuciosa divisin del trabajo que conlleva: el habitus dota a la prctica de unasistematicidad y una conectividad que atraviesa esas divisiones; congruentemente lasestructuras sociales se perpetan o transformanindivisas, en todas sus dimensionessimultneamente. Esto se ve mejor cuando se estudian las estrategias de reproduccin oconversin que los grupos desarrollan para mantener o mejorar su posicin en una estructurade clase en evolucin (Bourdieu y Boltanski 1977; Bourdieu 1974a, 1978b y 1984a: pp. 99-168 [en espaol pp. 117-181]). Estas estrategias forman un sistema sui generis que no puedeser captado como tal a menos que uno conecte metdicamente distintos reinos de la vidasocial que normalmente son tratados por ciencias separadas y con metodologa dispares. Enel caso de la clase dominante examinada en La noblesse d'tat (The StateNobility, Bourdieu1989a: pp. 373-420), involucran la fertilidad, la educacin, la profilaxis, la inversineconmica y la transmisin patrimonial, estrategias de inversin social (de las cuales lasestrategias matrimoniales son un elemento pivote) y, por ltimo, estrategias de sociodiceaque buscan legitimar su dominacin y la forma de capital que le da basamento. Aunque noson el producto de una intencin estratgica deliberada (menos aun, de una conspiracincolectiva), estas estrategias se apoyan en relaciones objetivas de sucesin temporal,interdependencia inter-generacional y solidaridad funcional tales que slo una totalizacindel conocimiento puede elucidar su coherencia interna y sus articulaciones externas. Tan pronto como reconocemos la unidad subyacente en las estrategias sociales y lascomprendemos como una totalidad dinmica, podemos discernir

    () cuan artificiales pueden ser las acostumbradas oposiciones entre teora e

    investigacin, mtodos cuantitativos y cualitativos, registro estadstico y observacinetnogrfica, y entre la captacin de estructuras y la construccin de individuos. Estasalternativas no tienen otra funcin que proporcionar una justificacin para las vacuas yresonantes abstracciones del teoricismo y para las observaciones falsamente rigurosasdel positivismo, o, como las divisiones entre economistas, antroplogos, historiadores ysocilogos, para legitimar los lmites decompetencia: vale decir que funcionan a lamanera de unacensura social , responsable de prohibirnos captar una verdad que reside

    47 Hechos sociales totales son hechos que ponen en movimiento en algunos casos la totalidad de la sociedady sus instituciones... y en otros un nmero muy amplio de instituciones pertenecientes a los rdenes jurdico,religioso, econmico, esttico y morfolgico (Mauss 1950c: pp. 274-75).

    Este concepto es til en cuanto a sugerir la necesidad de desprenderse de aproximaciones observacionalesestrecha y rgidamente compartimenta-das, pero puede tornarse peligroso cuando provoca una especie deholismo incoherente que disimula la falta de una rigurosa construccin del objeto.

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    precisamente en lasrelaciones entre los dominios de prctica as arbitrariamenteseparados. (Bourdieu y de Saint Martin 1978: p. 7.)

    A la luz de esta concepcin, no es difcil ver por qu Bourdieu desacredita las dos formasopuestas, aunque complementarias, de involucin que corrientemente asedian a la cienciasocial: metodologismo y teoricismo. El metodologismo puede definirse como lainclinacin a separar la reflexin sobre los mtodos de su uso real en el trabajo cientfico y acultivar el mtodo por el mtodo mismo. Bourdieu ve en la metodologa, concebida comouna especialidad distinta separada del decurso cotidiano de la investigacin, una forma deacademicismoque, al abstraer falsamente (ab-trahere significa separar) el mtodo delobjeto, reduce el problema de la construccin terica del segundo a la manipulacin tcnicade indicadores y observaciones empricos. Olvidando que la metodologa no es el preceptor ni el tutor del cientfico sino siempre su alumno (Schutz 1970: p. 315), este fetichismometodolgico est condenado a erigir objetos pre- construidos en ropaje cientfico y corre elriesgo de inducir miopa cientfica: El refinamiento de las tcnicas de comprobacin y de prueba puede, si no se acompaa de una redoblada vigilancia terica, conducir a ver cadavez mejor en cada vez menos cosas (Bourdieu y otros 1973: p. 88 [en espaol: p. 90])48. Dehecho, puede volverse arte por el arte o, peor, imperialismo metodolgico, esto es, ladefinicin forzada de objetos mediante las tcnicas existentes de anlisis y los conjuntos dedatos a mano (e.g. Rossi 1989). La metodologa conduce entonces a una teora implcita delo social que hace actuar a los investigadores como el borracho nocturno evocado por Kaplan(1964) que, habiendo perdido las llaves de su casa, insiste en buscarlas bajo el poste dealumbrado ms cercano porque all es donde hay ms luz. No es la sofisticacin tcnica delas herramientas metodolgicas lo que Bourdieu critica, sino su insensato refinamientodestinado alienar el vaco creado por la ausencia total de visin terica49.Los orgenes de la posicin de Bourdieu frente a la metodologa yacen en su entrenamiento prctico inicial como antroplogo-socilogo. Muy temprano en su carrera, desarroll unafamiliaridad simultnea e ntima con los mtodos de la etnografa y anlisis estadstico. Sus primeras experiencias de campo como antroplogo autodidacta y su colaboracin conestadsticos del INSEE en Argelia durante los aos 1958-62 (y ms tarde con estadsticosmatemticos de la escuela francesa de anlisis de datos) se combinaron para producir en lun desagrado innato por el monismo o absolutismo metodolgico. De este modo declara suabsoluto rechazo por el rechazo sectario de este mtodo o aquel (Bourdieu 1989a: p. 10)50. Ello lo convenci tambin de que la organizacin prctica y la realizacin de una recoleccinde datos o, para ser exactos, una produccin de datos estn tan ntimamente ligados a laconstruccin terica del objeto que no pueden reducirse a tareas tcnicas dejadas en manos

    48 Bourdieu se hace eco de una advertencia expresada por Mills (1959: pp. 71-72) unos treinta aos atrs:Aquellos que han sido alcanzados por la inhibicin metodolgica a menudo rehsan decir nada sobre lasociedad moderna a menos que haya pasado por el molinillo fino del Ritual Estadstico.49 No obstante obvias diferencias en el vocabulario y el tono, hay numerosas afinidades entre la posicin deBourdieu y la crtica del metodologismo hecha puertas adentro por Stanley Lieberson (1984) en Making It Count .50 Bourdieu (1989a: p. 10) contina: Las tcnicas ms elementales de la sociologa de la ciencia bastaran paraestablecer que las acusaciones que ciertos etnometodlogos lanzan contra los socilogos, pura y simplementeidentificadas con una manera sin duda, dominante en elestablishment estadounidense de concebir la cienciasocial, deben su potencial movilizador al hecho de que permiten a muchos socilogos convertir en rechazoselectivos ciertas deficiencias de entrenamiento. Probablemente revele que el desprecio de muchos metodlogos por cualquier cosa que se aparte ligeramente de los estrechos cnones que ellos han erigido como medidaabsoluta de rigor a menudo sirve para enmascarar el rutinizado lugar comn de una prctica carente deimaginacin y privada casi siempre de lo que sin duda constituye la verdadera precondicin del verdaderorigor: la crtica reflexiva de las tcnicas y procedimientos de investigacin.

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    de subordinados de alquiler, burocracias de supervisin o asistentes de investigacin51. La jerarqua convencional de las tareas que componen el trfico de los cientficos sociales no essino una jerarqua social arraigada esencialmente en una serie de oposiciones homologas ymutuamente reforzadas entre alto y bajo, mente y cuerpo, labor intelectual y fsica, elcientfico que crea y el tcnico que aplica procedimientos de rutina. Esta jerarqua est

    desprovista de justificacin epistemolgica y por lo tanto debe ser abandonada.Ahora bien, el politesmo metodolgico que Bourdieu predica y practica no significa quecualquier cosa funciona, como en el anarquismo epistemolgico (o dadasmo) de unFeyerabend, sino ms bien que, como nos lo ense hace mucho Auguste Comte52, la batera de mtodos utilizados debe corresponder al problema que se tiene entre manos y sedebe reflexionar constantemente sobre ellosin actu, en el mismsimo acto por el cual se losdespliega para resolver cuestiones particulares. La consecuencia del ataque de Bourdieu a lametodologa es clara: uno no puede disociar la construccin del objeto del instrumentalempleado para ella ni de la crtica de ambos.De igual modo que el mtodo, la teora concebida de manera apropiada no debera estar separada del trabajo de investigacin que la alimenta y que aqulla gua y estructuracontinuamente. As como rehabilita la dimensin prctica de la prctica como objeto deconocimiento, Bourdieu querra recobrar el lado prctico de la teora como una actividad productora de conocimiento. Sus escritos testimonian ampliamente el hecho de que l no eshostil al trabajo terico. A lo que se opone es al trabajo terico por el trabajo terico, o a lainstitucinde la teora como un dominio discursivo separado, cerrado en s mismo yautorreferencial; eso que Kenneth Burke (1989: p. 282) cataloga como logologa, es decir,palabras acerca de palabras. Bourdieu no tiene tiempo para esa clase deteorizacinconspicua, libre de toda conexin con las obligaciones y realidades prcticas del trabajoemprico, y demuestra escasa simpata por la "descomposicin de conceptos y su perpetuoreordenamiento" (Mills 1959: p. 23) que define gran parte de la teora moderna, por nohablar de la meta-teora53. Su propia relacin con los conceptos es pragmtica: los trata51 Como a menudo es el caso en los proyectos de investigacin de gran escala en Estados Unidos, donde losestudiantes graduados pueden llegar a ser los nicos en tener algn contacto directo con el objeto deinvestigacin de los profesores para los que trabajan. Por contraste, hoy por hoy, Bourdieu conduce personalmente gran parte de la observacin de campo, entrevistas y anlisis tcnico que interviene en susescritos. El relato de la organizacin e implementacin del sondeo masivo (mediante observaciones,entrevistas en profundidad, etnografa, recoleccin de archivo) de las escuelas de lite que l y suscolaboradores llevaron adelante en los aos sesenta y ochenta (Bourdieu 1989a: pp. 331-51) da una buena ideade la traduccin prctica del principio de vigilancia metodolgica de Bourdieu. Para un estudio emprico muyinteresante de las enormes discrepancias, creadas por la distancia social entre metodlogos (cuantitativos) yentrevistadores, entre lo que el primero cree que se hace en una observacin y lo que el segundo realmente haceen el campo en el ms importante instituto de observacin de Francia, vase Peneff 1988; vase Merlli 1983 para otra ilustracin. En Francia, Jean-Michel Chapoulie, Dominique Merlli, Laurent Thvenot y AlainDesrosires han analizado crticamente la produccin de estadsticas burocrticas desde un punto de vistainfluido por Bourdieu.52 El mtodo, escribe Comte en el primer volumen de suCurso de filosofa positiva(cita que abre El oficiode socilogode Bourdieu), no es susceptible de ser estudiado separadamente de las investigaciones en que selo emplea; o, por lo menos, sera ste un estudio muerto, incapaz de fecundar el espritu que a l se consagre.Todo lo que pueda decirse de real, cuando se lo encara abstractamente, se reduce a generalidades tan vagas queno podran tener influencia alguna sobre el rgimen intelectual. sta es tambin una de las enseanzas de lahistoria de la ciencia mdica de Georges Canguilhem, que ejerci un importante impacto formativo en laepistemologa de Bourdieu. En Estados Unidos, Abraham Kaplan (1964: p. 12) ha defendido una posicin afn,enfatizando la distincin entre lgica reconstruida y lgica en accin: El poder normativo de la lgica[reconstruida] no necesariamente mejora la lgica en accin, en primer lugar porque la lgica reconstruida

    pone el foco en lo que el cientficono hace a expensas de lo que realmente hace; en segundo lugar porquetiende a idealizar, en lugar de describir, la prctica cientfica.53 El esfuerzo de Ritzer (1990a) por codificar y solidificar la meta-teora (como el logro de una comprensin

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    como cajas de herramientas (Wittgenstein) destinadas a ayudarlo a resolver problemas.Pero su pragmatismo no abre las puertas a un eclecticismo conceptual rampante (como en lateorizacin analtica defendida por Jonathan Turner [1987]), pues est anclado en, ydisciplinado por, el conjunto limitado de postulados e intereses tericos concretos delineadosms arriba.

    Pierre Bourdieu tal vez parecer a muchos excesivamente duro en su crtica de lo que ldenomina la teora teoricista (vase ms abajo, en la parte 2, seccin 5). Ello es en parteuna reaccin a un ambiente intelectual cercano que tradicionalmente ha premiado la periciafilosfica y terica al mismo tiempo que alimentaba una fuerte resistencia al empirismo(aunque la oposicin entre una Europa teoricista y un Estados Unidos empirista de hoyen da debe ms a una combinacin de estereotipo acadmico y residuo cultural que a unacomparacin fundada). En los Estados Unidos, donde el positivismo instrumental haregido virtualmente sin oposicin desde los aos cuarenta (Bryant 1985) y donde lainteraccin entre sociologa y filosofa en el mejor de los casos ha sido frgil, los tericos pueden cumplir una funcin ms positiva forzando el campo para reconocer su polo

    reprimido. No obstante, en aos recientes, el renacer y desarrollo autnomo de la teora(Giddens y Turner 1987; Alexander 1988: especialmente pp. 89-93; Ritzer 1990b) haaumentado la brecha entre los pensadores puros y aquellos a los que a menudo se aludemordazmente como los masticadores de nmeros54. Como lo seala Sica (1989: p. 227):Las dos culturas se encuentran bien atrincheradas y parece improbable que ninguna de lasdos vaya a ceder terreno, a pesar de la ritualizada esperanza de una investigacintericamente fundada que es inculcada en el doctorado y contina hasta la tumba55.Segn Bourdieu, las flaquezas de la teora social contempornea no se originan en lo queJeffrey Alexander diagnostica como la incapacidad de alcanzar una generalidad presuposicional y una multidimensionalidad, sino en una divisin social del trabajocientfico que divide, reifica y compartimenta los momentos del proceso de construccin delobjeto sociolgico en especialidades separadas, premiando de esa manera la audacia sinrigor de la filosofa social y el rigor sin imaginacin del positivismo hper-empirista.Aunque probablemente apoyara en principio su intencin declarada, Bourdieu cree que lateora social tiene muy poco que esperar de las aventuras en la lgica terica que no estn

    ms profunda de la teora, la creacin de nueva teora o el desarrollo de perspectivas tericas abarcadoras)conduce a un completo y deliberado aislamiento del mundo real y de los problemas de la investigacin. Laconcepcin de la relacin entre teora e investigacin de Bourdieu difiere igualmente de la de Giddens (1990a: pp. 310-11; vase tambin 1989), quien insiste en la autonoma relativa de la teora respecto de lainvestigacin y defiende el valor del trabajo conceptual y ontolgico per se. Alexander (1987a, 1990) ofreceotra enrgica defensa de la centralidad del discurso terico generalizado.54 Hoy, la profesin sociolgica se presenta tan organizada en Estados nidos que para ser reconocido como unterico parece casi obligatoriono llevar adelante ningn tipo de investigacin emprica y concentrarseexclusivamente en escribir tratados terminolgicos recnditos sobre los conceptos y otras teoras. Stinchcombe(1986: pp. 44-45) ha expresado despiadadamente el vnculo entre el nivel de abstraccin del discurso, o sulejana de las vulgaridades del mundo real, y la reputacin profesional (o profesoral) de los tericos: son lasteoras que