Borrado de Murales

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1 El borrado de murales por parte de una gestión municipal en Lima; Los límites de una visión señorial de la cultura 1 La acción, hasta donde se compromete a establecer y preservar los cuerpos políticos, crea la condición para el recuerdo, esto es, para la historia. Hannah Arendt Y la operación cultural debe enjuiciarse de acuerdo con las intenciones que exterioriza y por la forma en que estructura sus mensajes. Umberto Eco La propuesta que aquí presento, consiste en analizar un caso, en el cual la participación ciudadana vía redes sociales, generó una respuesta comprometida por parte de un ministerio público, ante una coyuntura política particular. Me refiero al tema de borrado de murales que tuvo lugar el mes de marzo del presente año, por parte del alcalde de Lima, L. Castañeda Lossio, quien se arrogó tal potestad por su consabida rivalidad política con la anterior alcaldesa, quien había generado políticas públicas de muralización en zonas del centro histórico, bajo un espíritu político inclusivo. Como es conocido, se utilizó pintura de color amarillo para cubrir los murales, siendo el color de la agrupación política de Castañeda; este desenfado contra las minorías a las cuales también representa, constituyó un claro gesto de desdén político, que luego de la repulsa mediática, hubo de costarle una caída de su popularidad en 11 puntos en marzo del mismo año 2 . La experiencia que paso a relatar, comenzó con la necesidad de pronunciarme contra el gesto de Castañeda mediante una carta pública, esta fue realizada de manera muy sucinta mediante el servidor de AVAAZ una ONG que contribuye a la difusión de causas sociales en el mundo. 1 Curso: Problemas de Filosofía Práctica. Maestría de filosofía con mención en Ética y Política. Trabajo final presentado por Vania Portugal Larco. Profesor: Victor Casallo 2 Según encuesta realizada por GfK por encargo del diario La República

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los límites de una visiónseñorial de la cultura en la construcción del espacio público

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    El borrado de murales por parte de una gestin municipal en Lima; Los lmites de una visin

    seorial de la cultura1

    La accin, hasta donde se compromete a establecer y preservar los cuerpos polticos, crea la condicin para

    el recuerdo, esto es, para la historia.

    Hannah Arendt

    Y la operacin cultural debe enjuiciarse de acuerdo con las intenciones que exterioriza y por la forma en que

    estructura sus mensajes.

    Umberto Eco

    La propuesta que aqu presento, consiste en analizar un caso, en el cual la participacin ciudadana

    va redes sociales, gener una respuesta comprometida por parte de un ministerio pblico, ante

    una coyuntura poltica particular. Me refiero al tema de borrado de murales que tuvo lugar el mes

    de marzo del presente ao, por parte del alcalde de Lima, L. Castaeda Lossio, quien se arrog tal

    potestad por su consabida rivalidad poltica con la anterior alcaldesa, quien haba generado

    polticas pblicas de muralizacin en zonas del centro histrico, bajo un espritu poltico inclusivo.

    Como es conocido, se utiliz pintura de color amarillo para cubrir los murales, siendo el color de la

    agrupacin poltica de Castaeda; este desenfado contra las minoras a las cuales tambin

    representa, constituy un claro gesto de desdn poltico, que luego de la repulsa meditica, hubo

    de costarle una cada de su popularidad en 11 puntos en marzo del mismo ao2.

    La experiencia que paso a relatar, comenz con la necesidad de pronunciarme contra el gesto de

    Castaeda mediante una carta pblica, esta fue realizada de manera muy sucinta mediante el

    servidor de AVAAZ una ONG que contribuye a la difusin de causas sociales en el mundo.

    1 Curso: Problemas de Filosofa Prctica. Maestra de filosofa con mencin en tica y Poltica. Trabajo final

    presentado por Vania Portugal Larco. Profesor: Victor Casallo

    2 Segn encuesta realizada por GfK por encargo del diario La Repblica

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    El actual alcalde de Lima viene cubriendo con la pintura del color de su agrupacin poltica, todos los

    murales artsticos de la ciudad. Este gesto atenta contra nuestra libertad de expresin, nuestro acervo

    cultural, y nuestra identidad ciudadana. Solicitamos la inclusin de los murales dentro de la categora de

    Patrimonio cultural de la ciudad, puesto que est demostrada su contribucin a la belleza y al carcter de

    la misma. Asimismo demandamos el registro legal de los murales y un programa municipal que promueva

    el trabajo de los artistas locales.

    En cuestin de una semana, este comunicado ya contaba con 15,315 firmas. En vista de lo

    anterior, y luego de conversarlo con algunas amigas, convocamos a un plantn en el Ministerio de

    Cultura, que tendra lugar el vienes 20 de marzo a partir de la una p.m. Ciertamente, llegaron al

    plantn nicamente algunas amigas, y dos desconocidos: un chico y una chica, ambos eran gente

    de medios audiovisuales, adems una reportera de Per 21. En total, no llegbamos a ser diez

    personas. Sin embargo, el da anterior la ministra haba hecho muy desafortunadas declaraciones

    a la prensa, en las que con un tpico desdn contra el arte popular al cul denomin arte

    marginal, afirm que reaccionar por los mismos resultaba exagerado, pues no eran, ni de lejos la

    capilla Sixtina.

    Esas desacertadas declaraciones, alinearon polticamente al ministerio de Cultura con el propio

    Castaeda, de modo que la entrega de las 15,315 firmas impresas, el mismo da del plantn,

    deban convertirse en algo digno de foro pblico. Mientras la jerarqua del Ministerio, esperaba un

    plantn multitudinario, tal parece que buena parte de la misma, estaba en desacuerdo con el

    gesto pblico de la ministra, de modo que aparentemente hubo presin al interior, para que nos

    recibieran en una audiencia como representantes de la ciudadana. Eso fue lo que ocurri a

    continuacin: los dos amables chicos de audiovisuales, la reportera de Per 21 y yo, fuimos

    conducidos al despacho del vice ministro, donde sostuvimos una larga reunin con l, con el

    secretario general y con la jefa de Industrias Culturales. El resultado: nos seran concedidos dos de

    nuestros reclamos. El primero, un comunicado del MINCUL contra el gesto de Castaeda con

    respecto al borrado de murales. El otro, mucho ms importante, un proyecto de ley a nivel

    nacional, para evitar que algo semejante pudiera llegar a repetirse, y adems, para usar el mural

    como medio de revalorizacin de zonas en abandono y expresin de identidad ciudadana.

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    Un mes despus, fuimos convocados para una reunin con las personas del departamento de

    Industrias Culturales, designadas para la planificacin y ejecucin de ese proyecto, y quedamos

    sorprendidos de los alcances de una comunicacin que fue capaz de canalizar el rechazo de un

    significativo sector de la ciudadana ante el gesto agresivo y unilateral del alcalde.

    Si bien el tema se convirti en asunto de inters para la prensa durante el mes de marzo, y en las

    redes sociales fue pasto de debate efmero en el curso del mismo mes, durante el mes de abril, fue

    capaz de concitar el inters para el anlisis de los conceptos implicados, en el mbito acadmico.

    Hubo un conversatorio convocado por el departamento de la maestra de Historia del Arte de la

    PUCP, de carcter abierto a quien quisiera participar en el mismo. Yo me enter por una nota

    pequea en el diario PUBLIMETRO, en el cual se invitaba a quienes quisieran a inscribir su

    participacin en el mismo. En la mesa estaran la directora de la maestra, as como tambin el

    graffittero conocido como Psimo. Me inscrib el mismo da y asist en calidad de oyente. El

    discurso de Psimo incidi en la cualidad efmera del gnero graffitti, definido como un arte

    tpicamente contracultural o de protesta. El artista pinta asumiendo que su trabajo, en buena

    cuenta ser prontamente borrado. Sobre este borrado, tendr un nuevo motivo para recrearse. Es

    una condicin del mismo el que as sea. Ciertamente, los murales hechos con tcnicas semejantes

    al graffitti, predominando el modo grfico por excelencia y no la minuciosa, lenta y muy costosa

    tcnica del fresco, comparacin poco afortunada que hiciera la ministra para descalificar la calidad

    del resultado y aminorar el alcance del gesto del borrado del alcalde, fueron realizados en el

    contexto de un festival convocado por la alcaldesa anterior, llamado Latidoamericano. Este marco

    fue provisto y patentado por una autoridad poltica que sin embargo, posibilit su realizacin bajo

    un espritu claramente inclusivo, y trajo implcita la apropiacin del espacio pblico por una

    expresin de arte joven que quedara revistiendo los muros del casco urbano ms emblemtico

    de la ciudad, renovando la vitalidad del centro histrico que paradjicamente fue construido bajo

    una esttica afrancesada, decimonnica, y que en Lima tuvo en el siglo XX nuevos bros burgueses

    con el Oncenio de Legua. La ciudad seorial que tuvo en esa rea su arquitectura palaciega,

    monumental y residencial, se convirti tras el fenmeno de migracin interna, que tuvo su cnit

    en los aos cincuenta y se consolid por causa de la violencia terrorista durante los aos ochenta

    en el interior del pas (principalmente en la sierra sur), ha adoptado un nuevo semblante.

    La gestin del alcalde Alberto Andrade puso en valor la belleza del casco urbano, incluyendo

    iluminacin apropiada y esmero en el cuidado de reas pblicas (Plazas y nuevas alamedas), en

    cuanto a limpieza, jardinera, ornato y reubicacin de ambulantes en nuevos centros comerciales,

    que en los aos noventa, permiti una nueva apropiacin del espacio por parte de la ciudadana.

    Si bien todava no est resuelto el problema del transporte pblico, debido al incremento

    exponencial del parque automotor y la enorme informalidad de la oferta en el transporte pblico,

    el centro histrico tiene una movida cultural caracterizada por espacios independientes creados

    y visitados sobre todo por gente joven (Jirn Quilca es tan solo un ejemplo que concentra tabernas

    y libreras de libros usados, as como graffittis muy queridos).

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    La intencin de una gestin que pretenda incluir en dicho espacio a una masa urbana constituida

    mayoritariamente por gente joven (nuestra poblacin ms representativa en nmero), tendra que

    partir de la intuicin de integrar lo que se ha venido desarrollando de manera espontnea, que es

    la apropiacin ciudadana del centro histrico como espacio comunitario donde arte y cultura

    tienen un lugar central o muy relevante.

    El gesto del borrado de dichos murales, se ampar en un discurso patrimonial que es el que ha

    dado origen a la protesta: conservadurismo sin miras de integracin social, es reificado como un

    gesto patriarcal con miras cortas, personalismo y espritu tecnocrtico. La falta de conciencia del

    espacio pblico como eje articulador de la vida poltica y por tanto, cultural de la ciudadana,

    contradice el foco de pulsin vital y urbano actual, que demanda ser acogido bajo reglas que no

    sean las del espacio privado o el mero afn de lucro de los centros comerciales.3

    La muralizacin en este sentido, tiene adems el potencial de poner en valor zonas en abandono.

    Esto se ha comprobado en otros lugares del Per, como el Callao, con sus murales emblemticos

    de conos de la salsa tales como Hctor Lavoe, y en la ciudad de Tarapoto, en la provincia de San

    Martn, donde se ha muralizado incluyendo entre los motivos al loco de la plaza.

    La estampa costumbrista se recrea en el gnero mural urbano, y da cuenta de la capacidad de

    integrar en la prctica la presencia de algo comn a todos los actores. En ese sentido genera

    pertenencia, y pone en valor el acervo cultural y la identidad de un pueblo.

    Cabe la pregunta que se plantea Umberto Eco en el libro Apocalpticos e Integrados:

    La industria cultural, como veremos, surge con Guttemberg y con la invencin de la imprenta de

    tipos mviles, o incluso antes. El mundo del Superhombre es, pues, tambin el mundo de los

    hombres de hoy. Estn stos inexorablemente condenados a transformarse en supermen y, por

    consiguiente, en superdotados, o podrn hallar en este mundo las lneas maestras de un nuevo

    dilogo civilizado?Es este mundo solo para el bermensch, o puede ser tambin un mundo para el

    hombre? (ECO, U. 1985)

    Se introduce en una posible respuesta en cuanto al tema en cuestin, la necesidad de un set

    urbano que permita lo poltico, como espacio plural y mundano en el cual quepa la accin, nica

    condicin de la emergencia de lo nuevo4. Recuperar la plaza como espacio pblico resulta de

    orden primordial en nuestro momento, teniendo en cuenta el apetito voraz con el cual se han

    emplazado sucedneos de la socializacin como centros comerciales o Mallsi. Eco responde de

    este modo a su pregunta:

    3 KLEIN; Naomi, No Logo, el poder de las marcas (Paids, 2002)

    4 ARENDT, H. La Condicin Humana (Paids, 2014)

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    Creemos que si debemos trabajar en y por un mundo construido a la medida humana, esta

    medida se encontrar, no adaptando al hombre a estas condiciones de hecho, sino a partir de

    estas condiciones de hecho. 5

    Una visin de la cultura en la gestin municipal, que no fuere capaz de incluir las nuevas

    condiciones de hecho (el universo de las comunicaciones de masa) como plataforma objetiva para

    un dilogo posible entre pares, no slo no es til sino que se convierte en un completo

    despropsito, puesto que trasunta patrones subalternizadores en el espacio pblico, que la ciudad

    actual no sostiene en su propia diversidad. Cabe ac cerrar esta reflexin con una iluminadora cita

    de Marx, en el libro Apocalpticos e integrados: Si el hombre es formado por las circunstancias, las

    circunstancias deben volverse humanas.

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    5 ECO, U. Apocalpticos e integrados (Lumen, 1985)

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    No es la Capilla Sixtina, es arte de la calle, marginal, de protesta. No es Patrimonio Cultural de la

    Nacin, afirm Diana lvarez Caldern a la prensa, que le consult sobre el tema de los murales.

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    Si su concepto de cultura es tan inocuo y lamentable, aquello es su problema. El problema de los

    limeos (y de los peruanos) es que no podemos tener, a la cabeza de un ministerio, su mirada

    seorial, decimonnica y pattica de Cultura. Usted fue designada en el cargo porque: nuestros

    dirigentes polticos poseen un hbrido conceptual sobre ello (mediocre, banal, arcaico),

    estrechamente acomodado a la posicin que usted detenta en la sociedad limea (seorial,

    aristocrtica en descenso e, igualmente, mediocre).El hambre y la miseria juntos, pero en un

    contexto en el que hay recursos Lamentable. No ser yo, seora lvarez-Caldern (o habr

    que doctorarla?), quien le proporcione otros conceptos de cultura. Por lo pronto, slo me permito

    decirle que la cultura atraviesa, en el pasado y en el presente, los elementos ms sutiles de la

    sociedad. Es a causa de una cultura retrgrada, patriarcal, jerrquica (y de un mamarracho

    occidentaloide) que la tenemos como ministra. Es tambin por una cultura patriarcal, machista,

    misgina, que miles de peruanas mueren por abortos mal practicados. Qu tiene que ver una cosa

    con la otra? Mucho! Son sombras ideolgicas aquellas que no nos permiten admitir causas

    sociales vlidas (y en la agenda), como la interrupcin voluntaria del embarazo o la unin civil

    entre parejas del mismo sexo. El oscurantismo reinante impide que articulemos nuestras mltiples

    luchas. Sin embargo, en la consciencia de quienes no nos agachamos frente a la prepotencia e

    ignorancia, queda una certeza: no se come de cultura, pero sin cultura no se vive; sin humanismo

    amplio y consecuente, nuestras batallas no tienen mrito.

    Extrado del muro de Facebook de Mirko Solari Pita (Marzo, 2015)

    LA PALABRA DEL MURO

    La primera imagen era simple: sobre un muro pintado de amarillo, una inscripcin deca lo

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    siguiente: El arte no se borra. Se trataba de una de las primeras manifestaciones de resistencia a

    la condenable accin de la Municipalidad de Lima, dirigida por Luis Castaeda Lossio, de enterrar

    bajo una capa de pintura amarilla el trabajo de decenas de artistas visuales en el Centro Histrico

    de la ciudad. Tambin de resistencia a los trminos y al tono matonesco con que anunci la

    medida a los medios de comunicacin. El atropello, claro, reproduca de modo involuntario la

    lgica que, en trminos generales, ha venido aplicando su gestin contra la administracin de

    Susana Villarn: intentar desaparecerla bajo una capa de pintura. Si Castaeda lleg tan lejos esta

    vez o ms bien, si fue tan increblemente burdo se debe a la psima lectura que ha hecho de

    su alta aprobacin en las encuestas (similar a la que en su momento hizo Alberto Fujimori de sus

    altos niveles de popularidad y que tambin le otorg una falsa ilusin de impunidad) y al desdn

    que ha mostrado por la cultura. Esta vez se equivoc. El sector cultural puede ser el taln de

    Aquiles de su gestin. El arte siempre ha sido el reducto que mejor resiste la prepotencia y el

    autoritarismo.

    El arte no se borra. Los hechos recientes, que han llamado a la indignacin de artistas,

    intelectuales y activistas culturales, son lapidarios. El rostro verdadero del actual alcalde tiene la

    forma de un paredn amarillo que no dice nada: ninguna idea, ni propuesta, ni plan. La gruesa

    capa de pintura no solo ha desaparecido los trabajos visuales de ms de 50 artistas en el Cercado:

    tambin desactiv el Festival de Artes Escnicas (FAEL) por considerarlo elitista y borr hace

    unos das la cuenta de Facebook Lima Cultura MML, que era seguida por 114 mil personas

    interesadas en ver y consumir la oferta cultural de la Municipalidad. Su gestin tambin acaba de

    perjudicar gravemente al Museo de Arte de Lima al instalar en el Parque de la Exposicin la nueva

    versin del festival Mistura.

    S. Es verdad que el rechazo del sector cultural no es registrado por las encuestas, que favorecen

    ampliamente al alcalde, pero es innegable que se trata de un grupo con una capacidad enorme

    para revelar su improvisacin y mediocridad. Cmo as el alcalde que supuestamente nos quera

    proteger de la cultura elitista comete el ms bestial atropello contra el arte visual urbano, de

    origen claramente popular? Cmo as realiza una accin que ningn otro centro histrico del

    mundo, bajo observacin atenta de la Unesco, se permite hacer? Cmo as se explica que, de

    manera abrupta, decida patrocinar el Art Lima, una feria de arte que no es precisamente

    popular? El gesto consecuente de artistas como Alfredo Mrquez, Ramiro Llona, Eduardo

    Tokeshi o Claudia Coca, que junto a otros artistas y a galeras como Revlver y Gonzlez y Gonzlez

    se retiraron del evento, forzndolo a desligarse de la Municipalidad (y con ello, hay que decirlo, a

    perder toda su credibilidad), han terminado por desenmascarar a Castaeda. Lo han convertido en

    un apestado cultural.

    La resistencia despert. La torpeza del alcalde ha hecho que, paradjicamente, el tema cultural

    aparezca en la agenda nacional, gane portadas en diarios y espacios en la televisin y que se

    discuta como nunca antes. Muchos artistas han anunciado ya que no participarn de ninguna

    accin cultural de la gestin Castaeda y una serie de vecinos han donado sus fachadas para que

    los muralistas pinten sobre ellas con la libertad que la Municipalidad les arrebat. El gran error del

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    alcalde ha sido provocar y subestimar al sector ms creativo de la sociedad. El que ms capacidad

    tiene para llenar de propuestas, ideas y acciones esa pared amarilla. Y esto recin ha empezado.

    Extrado del muro de Jeremas Gamboa, y publicado en su columna del diario El Comercio. (Marzo

    2015). Las negritas son mas.

    Lima, julio de 2015

    Bibliografa

    ECO, Umberto. Apocalpticos e integrados (Barcelona: Lumen, 1985)

    ARENDT, Hannah. La Condicin Humana (Madrid: Paids, 2014)

    Diario La Repblica:

    http://archivo.larepublica.pe/13-03-2015/susana-villaran-preferimos-tener-muros-sucios-o-arte

    i No es casual que el ms cercano a mi casa ostente el nombre de Plaza San Miguel.