BOLETÍN DE

DUDAS RESUELTAS

Boletín 12

[2 de mayo 2018]

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ÍNDICE

Utilidad del boletín 3

Sobre expresar el amor 4

Sobre por qué quiero más a los míos 6

Sobre el vínculo con los padres 13

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Utilidad del boletín

Cada semana, enviamos un boletín de dudas resuelto con las preguntas que llegan a info@universidaddevida.online o mediante el formulario de la página web. Todos los boletines se cuelgan en el “Área del Alumnado” de www.universidaddevida.online junto con el resumen y la grabación de la sesión. Así todo está siempre disponible y agrupado en un único sitio.

En todas las preguntas, se eliminan los datos personales con el objetivo de mantener el anonimato. Las preguntas siempre deben hacer referencia al contenido del curso. No es necesario leerlas todas, solo aquellas que despierten tu interés. Por eso, en el índice escribimos la idea principal de cada pregunta.

Si recibimos varios mails de una misma duda, sólo ponemos uno, pero de manera que conteste a todas las personas que tenían esa dificultad. Además, es útil para las personas que no la habían planteado.

Os rogamos que planteéis dudas sobre el tema y no uséis este espacio para consultas personales: no es un lugar de terapia, ni un consultorio personal.

Por otra parte, si deseáis tratar algún tema concreto en Universidad de Vida, también podéis hacernos llegar vuestra propuesta, ¿de acuerdo?

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Sobre expresar el amor

Muy buenas tardes. ¡Muy buenas! Quería compartir con vosotros mis pajas mentales. Ahí van.... Marchando una de pajas, jajaja.. Si solo podemos amar cuando estamos conectados con mi esencia, con nuestra capacitar de amar y el Amor que Es se expresa a través nuestro? Exacto, pero en tanto que existen distintos grados de conexión con la esencia, también podría decirse que existen grados de participación del Amor que ya Es. O, en otras palabras, nuestra capacidad de amar suele estar distorsionada por causa de una especie de ‘eclipse’ de la concien-cia. Lo que eclipsa la conciencia y no nos permite participar plenamente de ese Sol-Amor es la identificación con nuestro ego.

Entonces solo puedo expresar amor en esos momentos que estoy conec-tada?. A más conexión, más capacidad de amar, exacto. Pero nuestra experien-cia no está tan polarizada. Es difícil que alguien viva el No-Amor abso-luto, así como es difícil que alguien viva el Amor en su máxima expre-sión. Todos estamos en algún punto de una escalera que va de la oscuri-dad máxima a la máxima claridad. En función del punto en el que este-mos, participaremos de un grado de oscuridad y de un grado de luz. Cuánta más conciencia, más grado de conexión con el Amor que Es (y menos capas de sombras que se interponen entre esa Luz-Amor y los centros de nuestra máquina).

Independientemente de la realidad, persona, situación que esté viviendo en este momento? En cierto modo, sí. No es tan importante la realidad que tenemos en-frente como la relación que tenemos con ella en cada momento. Es decir,

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que algunas veces podemos tener enfrente a alguien con quien compar-timos la vida y que está en nuestra lista de las personas a las que deci-mos que ‘amamos’, y no obstante en ese momento sentir enojo o desilu-sión hacia él/ella. Y, en otra ocasión podemos estar viviendo una situa-ción cotidiana por la que habitualmente pasamos sin darle demasiado valor, y justo en ese momento sentir profundo agradecimiento y amor por lo que está sucediendo.

. A no ser que en este momento este realizando alguna actividad O ejer-cicio para conectarme.

Los ejercicios de conexión no te aseguran que sientas amor en el mo-mento del ejercicio. Dichos ejercicios no están pensados para que puedas experimentar amor sino para que te vivas desde tu centro de forma repe-tida. Es decir, están pensados para que despiertes tu conciencia aletar-gada y puedas subir peldaños de tu escalera interior hecha de niveles de conciencia. Pero puede ser que te estés autoobservando y no experimen-tes amor por lo que observas. El Amor es más una consecuencia de establecer mi centro de gravedad en ese espacio interior inmutable, al que ahora estamos aprendiendo a volver una y otra vez con la ayuda del trabajo interior. Por eso, el es-fuerzo en el trabajo interior debe ir orientado a “tomar conciencia de” más que a “vivir la experiencia del amor”. Explicado con una metáfora: Esfuérzate en acumular pepitas de oro (momentos de conciencia) y la ri-queza vendrá sola (la experiencia de la plenitud y el amor). No busques la riqueza, busca las pepitas…

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Sobre por qué quiero más a los míos

Buenas tardes. Sigo con nos pajas mentales. Adelante. Por qué quiero más a los "míos"?. Porque me valoran, porque ellos també me quieren. Me dan la razón, porque ellos me aportan algo que creo que me falta, están cuando los necesito.... Exacto. De algún modo refuerzan nuestro ‘yo’. Todos tenemos una ‘zona de egoísmo’ donde metemos a todas las personas, circunstancias, obje-tos, etc. que, de algún modo, refuerzan la identidad con la que nos iden-tificamos. Los “míos” alimentan a nuestro personaje, que de ningún modo quiere “morirse de hambre”.

Porque son los míos y los tengo que cuidar, son mi familia, mis amigos.... forman parte de mi realidad. Fíjate en la expresión: “los tengo que cuidar”. Lo interesante aquí es pre-guntarse por la naturaleza de esta auto-imposición. Tengo que cuidarlos, ¿porque me siento mal cuando no lo hago? ¿porque tengo miedo de per-derlos, aunque no tenga muchas ganas de hacerlo? ¿porque es lo que ha-cen las ‘buenas’ personas y yo necesito sentirme ‘buena’ persona? Etc.

El trabajo interior te desnuda ante ti mismo, y te das cuenta de que, en realidad, estás viviendo la vida de tu personaje y que la mayoría de cosas las haces porque te mueven sus deseos, expectativas, miedos, envidias y demás. Una vida inventada, aunque suene muy duro. No obstante, darse cuenta de ello ya es empezar a despertar del sueño… Estamos en Universidad de Vida y no vamos a faltar a la verdad por miedo a herir a alguien, ¿no es cierto? ¿Queremos la verdad o queremos oír lo que nos gustaría oír? De hecho, a quien le sabe mal oír estas cosas es a nuestro personaje, que ha cristalizado en nosotros en forma de una imagen del ‘yo’ con la que nos identificamos. Entonces, cuando descubri-mos que la imagen que nos hemos creado de nosotros mismos no coin-cide con la realidad, nuestro ‘yo’ se siente desvalorizado y frágil, y sufre.

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Pero también hay personas que forman parte de mi realidad y me Cuesta más quererlos. Sí claro, suelen coincidir con aquellas personas que, en lugar de reforzar nuestro ‘yo’, de algún modo lo cuestionan y lo debilitan. O simplemente, no se ha creado un vínculo que sea valioso para nosotros. Ahora bien, esto no significa que a medida que nos vaciamos de capas de ego y accedemos a una experiencia del amor más profunda, se genere el mismo tipo de vínculo con todas las personas del mundo. Claro que no. Que a un nivel esencial me sienta más unido a todo el mundo y empiece a sentir una conexión especial incluso con personas a las que no conozco, con las que me siento cada vez más hermanado/a, en el sentido más sutil y profundo del término, no significa que a un nivel existencial no se ge-neren distintos tipos de vínculos con los demás. Por supuesto que el vínculo que he podido crear con mi pareja poseerá sus particularidades, igual que los vínculos que genere con mis padres, con mis hijos, con mis amigos o con mis compañeros de trabajo, poseerán las suyas. Hilos de distintos colores, en función de la historia de la relación, la afinidad entre los distintos centros del ser humano, etc. Por ejemplo, la afinidad sexual que se genera con mi pareja no está presente en el vínculo que tengo con mis amigos, o la confianza que tengo con ellos no está presente en el vínculo que se ha generado con la persona que me vende el pan todas las mañanas.

Es un intercambio de cromos. Tú me quieres y yo te quiero. Sí, a menudo confundimos el amor auténtico con un intercambio. Eso su-cede porque todavía no poseemos un punto de referencia claro de lo que significa amar de verdad. Hemos ‘normalizado’ este intercambio en la so-ciedad y además lo llamamos ‘amor’. Entonces es normal que cuando al-guien hable de un amor más profundo nos cueste entenderlo, ya que uti-lizamos una misma palabra para significar dos cosas distintas.

Pero no te quiero sino que "té quiero a ti". Como posesión, para que tú me quieras, en Caso contrario pasas al bando de los indeseables . Exacto. Te ‘quiero’ para mí. Fíjate que el amor que abunda en nuestro mundo es sospechosamente dual. Se transforma rápidamente en ‘odio’ cuando nos tocan el ‘yo’. “¡Te quiero tanto!” (léase entre líneas, te quiero mientras me aportes cariño, escucha, atención, respeto, etc. El día que

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dejes de dármelo ya no podré quererte). Es decir, que queremos en tanto recibimos algo a cambio. Por lo tanto, estamos muy lejos del amor real, el que “da sin esperar nada a cambio”, como el Sol, que da luz porque Es luz, y no puede elegir no darlo ni a quien darlo.

A los que creo que quiero más también soy más condescendiente, me Fijo más en los aspectos positivos que en los negativos, cosa que no ocu-rre con los indeseables, que solo me Fijo en los negativos ( jejejejeje que son los que me dan la razón y me refuerza lo malos que son.). Buena observación. Cuando hablamos de las personas que están fuera de nuestra zona de egoísmo (a los que llamas “los indeseables”, jeje), lo hacemos a menudo de forma despectiva, dando poco valor a lo que ha-cen o dicen. En cambio, cuando hablamos de “los nuestros”, lo hacemos positiva y parcialmente, como se dice vulgarmente “barriendo para casa”.

En fin, ahí lo dejo. Perdonad por la calidad del redactado. Escribo desde el móvil y a veces al corrector me juega Malas pasadas Tranquilo/a, se te ha entendido perfectamente. Buen puente y muchas gracias por vuestras Grandes y estimulantes cla-ses. Son geniales.

Muchas gracias a ti por tu participación.

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¡Hola! Comentario al ejercicio 2: ¡Allá vamos! ¿Porque no amamos a todos por igual? No me lo había planteado antes, ahora se me ocurre que puede ser por las creencias culturales? (La mente pequeña) Nos dicen a quién tenemos que amar y como. Interesante reflexión. La influencia de la cultura condiciona nuestro flujo de ‘amor condicionado’. El amor incondicional, por otro lado, no en-tiende de condiciones. No puede dar a unos sí y a otros no. Si, por ejemplo, he nacido en una cultura que acusa y persigue a las per-sonas racistas, a las que se etiqueta de ‘malas’, desde este ‘amor’ intere-sado de quita y pon me costará quererlas. Las asociaré a la maldad y, en tanto asocie la maldad a algo indeseable, inadecuado y, lo más impor-tante, como algo que no tiene nada que ver conmigo, me convertiré en juez de estas personas, a las que señalaré con un dedo acusador como seres indignos de recibir cualquier muestra de cariño y amor.

Ante estas personas racistas, aparecerá mi versión más justiciera dis-puesta a darles una lección por ser ‘diferentes’ a lo que mandan los cáno-nes de ‘buena persona’. Y mira por donde estaremos más cerca que nunca del racismo que tanto criticamos y que tanto nos repugna…

Y de ahí también la culpabilidad por sentir que no amas como se debería a quien se debe amar (la madre, por ejemplo) ¡Exacto! Toneladas de sufrimiento en forma de culpa por no poder sentir “el amor que debería sentir” por tal o cual persona, porque lo ‘normal’, lo ‘adecuado’ y lo ‘deseable’ es que tú quieras mucho a tu madre. Enton-ces, si no puedo quererla, por el motivo que sea, me siento mal conmigo mismo porque me siento ‘mala persona’ y la culpa empieza a fustigarme. Esto sí es una paja mental, jajaja. En lugar de darnos cuenta simplemente que, ahora mismo, no siento amor por mi madre. Y no pasa nada. Bueno, de hecho, desde esta nueva concepción del amor, es discutible que ahora amemos de verdad a nuestra pareja, a nuestros hijos, etc. Por lo tanto, en el ejemplo de la madre, no significaría que la quisiera menos que,

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pongamos, a mi pareja con la que sí quiero estar. De hecho, muy proba-blemente no ame de verdad a ninguno de los dos. ¿Cómo iba a hacerlo si ni tan siquiera me amo a mí mismo?

¿Duro? No hombre no, todo lo contrario: ¡Ilusionante! Pensad que si de verdad no conocemos todavía lo que es el amor, eso significa que lo que nos queda por descubrir y vivenciar, en la medida en que nos vamos re-conectando a nuestra esencialidad es algo maravilloso. En otras culturas se ama la naturaleza como un hermano, a otras perso-nas de la sociedad como a una persona de la misma familia.... Sí, pero que eso no nos confunda. Una cosa es el amor ‘heredado’ cultu-ralmente por la naturaleza y otra cosa muy distinta es el auténtico amor hacia ella proveniente de una experiencia de unión real con el ‘animus’ que palpita en todo lo que existe.

El foco del amor queda distorsionado por las pantallas y filtros que le pone el pensamiento. ¡Sí! Nuestro Thamsanqa’s interior interpreta las cosas y las emociones se acaban convirtiendo en ‘senti-mientos’, meros ecos del pensamiento que nada tienen que ver con lo Real.

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¡Hola! A la pregunta ¿por qué quiero más a los míos que a otros? yo diría que es porque hablamos de apego y no de amor. Totalmente de acuerdo. El apego nace del miedo a perder aquello que re-fuerza mi yo. Por lo tanto, tengo miedo de perder a todas aquellas perso-nas que, de un modo u otro, sostienen mi actual estructura psicológica, que como en el cuento de los tres cerditos, a menudo es muy frágil.

De los míos espero una correspondencia, un "pago" a mi cariño, sea por vía del agradecimiento, sea por comprobar que nuestras acciones tienen un efecto positivo en esas personas, etc.

Cierto. Por eso, cuando no recibo este ‘pago’, aparece el miedo a dejar de recibirlo y con él la decepción, la frustración y el resentimiento para con ellos, por no haberme dado lo que tanto necesito.

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Hola Sergi, encontré muy interesante y acertado el tema del Amor cons-ciente.

¡Gracias por tu feed-back!

En cuanto al tema que planteas de porqué queremos más a unas perso-nas que a otras, creo que tiene relación directa con el punto en que te si-túas. Si estas apegado a las circunstancias, entonces estas en la dualidad y para ti hay "buenos y malos". Pero si estas situado en tu centro y dejas que la energía del amor te inunde, entonces no tienes elección porque ves a los demás como Uno, es decir como a ti mismo.

Cierto. Cuando te vives desde tu centro, no tienes elección, esa es la clave. Igual que no la tienes cuando te vives como personaje. Como per-sonaje, piensas, sientes y haces desde el personaje y no tienes elección. Y cuando te vives desde tu centro, piensas, sientes y haces desde tu cen-tro, y tampoco tienes elección. Por eso la clave de todo sigue siendo el trabajo interior, que te invita a que te ‘pongas’ una y otra vez en tu cen-tro, para que la sensación de ‘Yo’ se vaya desplazando del personaje a la esencia. A medida que esto sucede, de modo gradual, sentimos que va-mos soltando una carga muy pesada, como si algo se ‘abriera’ en noso-tros paulatinamente. Esa ‘abertura’ tiene que ver con el mayor flujo de amor/presencia que pasa a través nuestro. Ahí está nuestra principal li-bertad: en decidir poner los mejores condicionantes para que se pueda dar esta abertura.

Yo estoy vinculado a la ecología y para mi este enfoque de energía-amor, fue toda una revelación, pues lo contemplo todo como una misma cosa inter-relacionada. Sí. El amor y la energía son dos aspectos complementarios de lo Superior. Atributos de Una misma cosa, como lo son la Presencia, la Observación, la Unidad, la Belleza, etc.

Gracias ¡A ti!

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Sobre los vínculos con los padres

Hola buenísimas tardes. Mi cuestión se refiere a los vínculos con mi padre y mi madre y es la si-guiente:

Adelante.

Soy hija única. Nacida en una familia disfuncional, con padre alcohólico y madre code-pendiente y con diversas heridas de abandono y superviviente de abusos de varios tipos. Entiendo.

Toda mi vida he mantenido con ellos este tipo de vínculo con mis padres disfuncional, muy tóxico, generador en mi de mucha culpa por no cum-plir con sus expectativas y muy codependiente, entre otras historias.

Desde hace unos años, a partir del inicio de mi camino de trabajo interior y espiritual he ido tomando progresiva consciencia de este tipo de vínculo, el cual estoy sanando en mí.

Me alegra mucho oír eso.

Y a medida que avanzó en consciencia y deshaciendo por mi parte este vínculo tóxico me ocurre que no siento ningún vínculo de amor como hija hacia ellos. Y tampoco ‘debes’ sentirlo, en el sentido de ‘obligación’. Fíjate que aquí estás hablando de ‘vínculo’ muy claramente. Uno puede sentir amor sin que haya vínculo de ningún tipo. Y si, por el momento no siento ese amor, tampoco pasa nada, porque el amor no es fruto de ningún tipo de esfuerzo sino de aumentar la capacidad de ver y, por tanto, de compren-der. A mayor comprensión (de mí mismo, de los demás, de mi relación con los demás y con las circunstancias, etc.), más se expresa el amor a través mío. Cada vez que me comunico con ellos por teléfono, sufro un chantaje emocional y reproches por no visitarles.

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Sí. Muchas personas se sienten tan vacías y frágiles que necesitan la pre-sencia de los demás, sentirse queridos, convencerse que su vida ha sido valiosa para mucha gente, etc. Solamente siento mucho agradecimiento por que ellos han servido bioló-gicamente para darme el regalo de la Vida y también siento mucha com-pasión por verlos inmersos en su disfuncionalidad y sufrimiento.

¡Vaya! Es maravilloso lo que nos cuentas. La compasión y el agradeci-miento son aspectos/formas del amor auténtico. En concreto, la compa-sión es el amor “que mira para abajo”, hacia el sufriente sin identificarse con su sufrimiento, sino tan solo comprendiéndolo y acogiéndolo. Y el agradecimiento es como un rayo del Sol: va de dentro hacia afuera. Un ‘gracias’ por darme la vida, sin esperar nada más. Tan solo gracias. Mara-villoso.

Los amo como seres humanos, como almas encarnadas en la tierra que cumplen su rol, pero no como hija. Los amas a nivel esencial pero a nivel existencial no se ha generado un vínculo óptimo para que fluya ese amor que ya sientes a un nivel más su-til por ellos. ¿Podríais explicarme la repercusión que tiene esto en la evolución de los tres estadios del amor explicados en la sesión? Tu mismo/a lo has explicado con mucha claridad. Estás inmerso/a en un proceso de autoconocimiento que te está llevando, gradualmente, a co-nocerte y a aceptarte por lo que eres. En este proceso, seguro que te es-tás viendo a ti mismo/a “de cuerpo entero”, con tus debilidades, tus po-tencialidades y capacidades, tu humanidad, tu reactividad, tu egoísmo, etc. Estás descubriendo tu “Máquina de dar coca-colas”, esa que cuando le echan una moneda tan solo puede dar coca-colas. Estás compren-diendo que tu mecanicidad te impide actuar distinto a cómo lo haces, y eso te lleva, progresivamente a comprender y aceptar las “máquinas de coca-colas” de los demás. Y en este punto es cuando empiezas a darte cuenta que tus padres no podían actuar distinto a cómo lo hicieron. Me-nudo descubriento, ¿no? Toda una vida convenciéndonos que podían ha-berlo hecho mejor, podrían haberme querido más, etc. Pues ahora des-cubro que no: que ni podían haberlo hecho mejor ni podían haberme querido más. No podían haberlo hecho porque no poseían suficiente comprensión ni suficiente amor.

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Hasta ahí las dos primeras fases: una, me conozco, me comprendo y me acepto y dos, en la medida en que lo hago, conozco, comprendo y acepto a los demás. La fase número tres tiene que ver con el amor esencial que ya estás empezando a sentir por ellos. En esta fase se ama todo como a uno mismo porque empezamos a estar en contacto con nuestra esencia, que es Una con todo. ¿Los amo, no los amo? ¡No sé cómo relacionarme con ellos! A mi entender, los empiezas a amar a nivel esencial pero no se ha gene-rado ningún vínculo a nivel existencial. Las relaciones se dan en el nivel existencial. Por eso sientes que tu relación con ellos está en un punto muerto. Habías creado un vínculo tóxico con ellos durante muchos años y ahora, gracias a tu crecimiento interior, lo has dejado caer, y ha que-dado un vacío en ese aspecto. Ahora, a partir del amor a nivel esencial que sientes por ellos puedes construir un nuevo vínculo con ellos. ¿No es fantástico? Algo nuevo nacerá entre vosotros, de hecho ya se está ges-tando en tu interior…

Respecto a la pregunta de porqué amamos más (por ejemplo) a nuestra pareja que al butanero. No siento que esto suceda exactamente así. Yo amo igual a ambos y sin ningún motivo o causa, pero el butanero viene, hacemos el intercambio del butano por el dinero, intercambiamos una par de frases y se va, hasta el próximo mes. Exacto. Lo amas a nivel esencial pero a nivel existencial has creado un vínculo de utilidad en el que no intervienen ni el centro emocional, ni el centro sexual. En cambio mi pareja (y mis amigos, conocidos, etc), a causa de compartir más tiempo de mi experiencia de vida, puedo crear vínculos más fuertes y estables, eso lleva a que yo mediante la relación más continua tenga la gran oportunidad de aprender a desplegar mi capacidad de compren-sión, amor, etc. Sí, y ahí intervienen las afinidades entre los distintos centros de la má-quina. De ahí nacen los vínculos mas ‘fuertes’ con ellos.

Pero el amor es el misma en todos los casos. El butanero me da una oportunidad de cinco minutos cada mes, mis amigos el rato que quede con ellos cada tanto y mi pareja más continuamente.

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Permíteme la frivolidad: ¡Ou Yeah! Te estoy muy agradecido por tu testi-monio. Pienso que nos has dado a todos una imagen viva capaz de dar forma a la parte más conceptual del tema, permitiéndonos a todos com-prenderlo un poco mejor. Gracias de corazón. ¡Un abrazo amoroso! Otro para ti.