Boletín Nº 15, "HABLA, TU SIERVO OYE"

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LO IMPORTANTE puerta de la salvación. Volvamos al origen, a cuando comenzó todo, recordémoslo una y otra vez, sin cansarnos. Recuperemos el primer amor, ese que no tiene nada que ver con las formas. Si hubo un día en que reconocimos nuestros pecados delante del Señor, si consideramos nuestra condición indigna delante de él, Santo y Justo, si nos arrepentimos de corazón creyendo que Jesucristo perdona, entonces debemos retomar ese momento y traerlo al presente. La sangre de Cristo no solo fue eficaz para perdonar nuestros pecados pasados, sino que sigue siéndolo para limpiarnos de toda maldad. Hemos sido salvos del poder del pecado en nosotros, el acta que nos era contraria ha sido clavada en la cruz, pero debemos reconocer que el mal que no queremos hacer, hacemos. La santificación no es un acto automático o forzado, sino que depende del reconocimiento diario de nuestra condición ante el trono de Dios. ¿Cuándo fue la última vez, hermano/na, que pidió perdón por sus ofensas, por sus malos pensamientos, por su mala actuación? ¿Cuándo fue la última vez que dijo: he hecho mal, me arrepiento y por lo tanto pido perdón a Dios y al ofendido? Por otro lado, tristemente la Biblia ha encontrado sustituto en nuestros hogares, en nuestras vidas. Las muchas horas de trabajo están quitando tiempo al creyente en su comunión por medio de la Palabra. Porque sea lícito no quiere decir que sea lo mejor. El ocio y el entretenimiento con la familia está siendo prioritario, ya que no puedo estar con ellos durante la semana, aprovecho los fines de semana, las tardes de los domingos o los días de vacaciones. Qué decir de las horas frente al televisor, no hay peor forma de perder el tiempo, algo que no se recobra jamás. ¿Y en la congregación? ¿qué lugar ocupa la palabra de Dios? ¿Recibe usted enseñanzas ceñidas a las Escrituras, aunque estas digan verdades que hieren? ¿Los hermanos que le instruyen dan más Son muchos los creyentes que estando sumergidos en la "rutina cristiana" descuidan cuatro de las cosas más importantes: El arrepentimiento de sus pecados presentes, la sujeción a la Palabra de Dios, el uso constante de la oración y la dependencia absoluta del Espíritu. Sí, puede ocurrir. Hombres y mujeres en la obra, pero muy lejos de estas columnas básicas para la vida en comunión. Debido a este descuido, olvido o como le queramos llamar, nos encontramos con ancianos que no pastorean, sino que imponen; o predicadores que después de su tan admirado sermón, van directo a la TV para conocer el resultado del partido de futbol o la carrera de fórmula uno. También nos topamos con hermanas que ayudan a las mujeres a conocer las Escrituras, pero ellas mismas chismorrean, critican y no saben perdonar al ofensor. ¿Cómo podemos entender esto? Todo esto ocurre cuando nuestros ojos están puestos en el objetivo equivocado. Muchas veces damos más importancia a la forma y no al fondo, por ejemplo: cuando prestamos más atención a un ministerio público, a una "posición" en la congregación, cuando el número de miembros cobra más valor que las necesidades que padecen, cuando hay que cubrir con urgencia algún servicio y el factor "amiguismo" me lleva a tomar decisiones equivocadas. Si estoy interesado más bien en que me tomen en cuenta, en la cantidad de veces que intervengo, si me esfuerzo en que mis pensamientos personales o puntos de vista sean reconocidos y seguidos, entonces, estoy actuando de forma incorrecta, lo que me lleva a pecar contra Dios. Ésta actuación trae consecuencias terribles, mi comunión con Dios está interrumpida, creo estar actuando bajo la dirección del Espíritu cuando es más bien lo contrario, él está contristado o apagado. Si esa relación vertical es inexistente, inmediatamente la horizontal se afecta, la que tiene que ver con los hermanos y con el prójimo, porque no solo soy de tropiezo para aquel que es del Señor, sino también para los que le buscan y por nuestro testimonio reprochable se alejan de la Nº 15 HABLA, TU SIERVO OYE “Pues tus palabras son mis delicias” Marzo 2016 prioridad a los métodos de enseñanzas que a la propia palabra? ¿Sus argumentos tienen como fundamento lo dicho por Dios? ¿Os exhortan en toda sabiduría, es decir, en el temor a Jehová? ¿Sabe lo que esto significa? ¿Cuándo ha sido la última vez que se ha sentido reprendido/a por la Palabra? ¿Cuál ha sido el consejo de parte de Dios que ha aplicado en los últimos días? Con leer o memorizar no basta. La oración. Todos los días nos comunicamos con alguien, ya sea personalmente, por teléfono, correo, whatsApp y todos estos medios sociales, inclusive algunos han retomado el habito de escribir cartas. Sin embargo, nuestra comunicación con Dios deja mucho que desear. Es como un pariente lejano del que pensamos: no necesito mostrar que le quiero, él lo sabe. Cada día la forma de comunicarnos es más breve, usamos los emoticonos, todo tipo de símbolos o acortamos las palabras cuando escribimos, es una especia de obsesión. Nos conformamos con las frases prefabricadas de las tarjetas de cumpleaños o Christmas; parece que hablar, abrirnos, agradecer con nuestras palabras y de corazón es una pérdida de tiempo. Por lo tanto, no es extraño actuar de la misma manera con Dios. Como él sabe todas las cosas ¿para qué decírselo?, como él está en todo lugar ¿para qué dedicar un espacio en la intimidad con el Señor?, como él hace salir su sol sobre malos y buenos ¿para qué darle las gracias?, como voy el domingo para la "iglesia" ¿para qué orar en casa?. La palabra de Dios y la oración son llenura para el alma. El Espíritu de Dios ha venido con poder a morar en nosotros, a movernos y guiarnos hacia el crecimiento espiritual, para hacernos conforme a la imagen diseñada por el alfarero divino y ser usados como instrumentos de bendición para otros. Todo el trabajo del Espíritu es en favor nuestro, y sin embargo, es la persona de Dios más desconocida e ignorada en la vida del creyente. Llamamos al Señor: ¡Señor! y no hacemos lo que él dice. Decimos que le amamos pero

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LO IMPORTANTE

puerta de la salvación.Volvamos al origen, a cuando comenzó todo, recordémoslo una y o t r a v e z , s i n c a n s a r n o s . Recuperemos el primer amor, ese que no tiene nada que ver con las formas. Si hubo un día en que reconocimos nuestros pecados delante del Señor, si consideramos nuestra condición indigna delante de é l , San to y Jus to , s i nos arrepentimos de corazón creyendo que Jesucristo perdona, entonces debemos retomar ese momento y traerlo al presente. La sangre de Cristo no solo fue eficaz para perdonar nuest ros pecados pasados, sino que sigue siéndolo para limpiarnos de toda maldad. Hemos sido salvos del poder del pecado en nosotros, el acta que nos era contraria ha sido clavada en la cruz, pero debemos reconocer que el mal que no queremos hacer, hacemos. La santificación no es un acto automático o forzado, sino que depende del reconocimiento diario de nuestra condición ante el trono de Dios. ¿Cuándo fue la última vez, hermano/na, que pidió perdón por sus ofensas, por sus malos pensamientos, por su mala actuación? ¿Cuándo fue la última vez que dijo: he hecho mal, me arrepiento y por lo tanto pido perdón a Dios y al ofendido?Por otro lado, tristemente la Biblia ha encontrado sustituto en nuestros hogares, en nuestras vidas. Las muchas horas de trabajo están quitando tiempo al creyente en su comunión por medio de la Palabra. Porque sea lícito no quiere decir que sea lo mejor. El ocio y el entretenimiento con la familia está siendo prioritario, ya que no puedo estar con ellos durante la semana, aprovecho los fines de semana, las tardes de los domingos o los días de vacaciones. Qué decir de las horas frente al televisor, no hay peor forma de perder el tiempo, algo que no se r e c o b r a j a m á s . ¿ Y e n l a congregación? ¿qué lugar ocupa la palabra de Dios? ¿Recibe usted enseñanzas ceñ idas a l as Escrituras, aunque estas digan verdades que hieren? ¿Los hermanos que le instruyen dan más

Son muchos los creyentes que estando sumergidos en la "rutina cristiana" descuidan cuatro de las c o s a s m á s i m p o r t a n t e s : E l arrepentimiento de sus pecados presentes, la sujeción a la Palabra de Dios, el uso constante de la oración y la dependencia absoluta del Espíritu.Sí, puede ocurrir. Hombres y mujeres en la obra, pero muy lejos de estas columnas básicas para la vida en comunión. Debido a este descuido, olvido o como le queramos llamar, nos encontramos con ancianos que no pastorean, sino que imponen; o predicadores que después de su tan admirado sermón, van directo a la TV para conocer el resultado del partido de futbol o la carrera de fórmula uno. También nos topamos con hermanas que ayudan a las mujeres a conocer las Escrituras, pero ellas mismas chismorrean, critican y no saben perdonar al ofensor. ¿Cómo podemos entender esto? Todo esto ocurre cuando nuestros ojos están puestos en el objetivo equivocado. M u c h a s v e c e s d a m o s m á s importancia a la forma y no al fondo, por ejemplo: cuando prestamos más atención a un ministerio público, a una "posición" en la congregación, cuando el número de miembros cobra más valor que las necesidades que padecen, cuando hay que cubrir con urgencia algún servicio y el factor "amiguismo" me lleva a tomar decisiones equivocadas. Si estoy interesado más bien en que me tomen en cuenta, en la cantidad de veces que intervengo, si me esfuerzo en que mis pensamientos personales o puntos de vista sean reconocidos y seguidos, entonces, estoy actuando de forma incorrecta, lo que me lleva a pecar contra Dios. Ésta actuación trae consecuencias terribles, mi comunión con Dios está interrumpida, creo estar actuando bajo la dirección del Espíritu cuando es más bien lo contrario, él está contristado o apagado. Si esa relación vertical es inexistente, inmediatamente la horizontal se afecta, la que tiene que ver con los hermanos y con el prójimo, porque no solo soy de tropiezo para aquel que es del Señor, sino también para los que le buscan y por nuestro testimonio reprochable se alejan de la

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HABLA, TU SIERVO OYE“Pues tus palabras son mis delicias”

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pr ior idad a los métodos de enseñanzas que a la propia palabra? ¿Sus argumentos tienen como fundamento lo dicho por Dios? ¿Os exhortan en toda sabiduría, es decir, en el temor a Jehová? ¿Sabe lo que esto significa? ¿Cuándo ha sido la última vez que se ha sentido reprendido/a por la Palabra? ¿Cuál ha sido el consejo de parte de Dios que ha aplicado en los últimos días? Con leer o memorizar no basta.La oración. Todos los días nos comunicamos con alguien, ya sea personalmente, por teléfono, correo, whatsApp y todos estos medios sociales, inclusive algunos han retomado el habito de escribir cartas. Sin embargo, nuestra comunicación con Dios deja mucho que desear. Es como un pariente lejano del que pensamos: no necesito mostrar que le quiero, él lo sabe. Cada día la forma de comunicarnos es más b reve , usamos l os emoticonos, todo tipo de símbolos o acortamos las palabras cuando escribimos, es una especia de obsesión. Nos conformamos con las frases prefabricadas de las tarjetas de cumpleaños o Christmas; parece que hablar, abrirnos, agradecer con nuestras palabras y de corazón es una pérdida de tiempo. Por lo tanto, no es extraño actuar de la misma manera con Dios. Como él sabe todas las cosas ¿para qué decírselo?, como él está en todo lugar ¿para qué dedicar un espacio en la intimidad con el Señor?, como él hace salir su sol sobre malos y buenos ¿para qué darle las gracias?, como voy el domingo para la "iglesia" ¿para qué orar en casa?.La palabra de Dios y la oración son llenura para el alma.El Espíritu de Dios ha venido con poder a morar en nosotros, a movernos y guiarnos hacia el crecimiento espiritual, para hacernos conforme a la imagen diseñada por el alfarero divino y ser usados como instrumentos de bendición para otros. Todo el trabajo del Espíritu es en favor nuestro, y sin embargo, es la persona de Dios más desconocida e ignorada en la vida del creyente. Llamamos al Señor: ¡Señor! y no hacemos lo que él dice. Decimos que le amamos pero

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HABLA, TU SIERVO OYE“Pues tus palabras son mis delicias”

sobrenatural concediéndole un hijo, iba a obrar en la vida de Samuel para c u i d a r l e p e s e a c u a l q u i e r c i r c u n s t a n c i a . A n a e s t a b a convencida que ¡nada hay imposible para Dios! pues inspirada por el Espíritu de Dios dice en su cántico “...No hay refugio como el Dios nuestro… Él lo sabe todo… Porque de Jehová son las columnas de la tierra, y él afirmo sobre ellas al mundo. El guarda los pies de sus santos…” ¡Qué hermoso! (1S. 2:2, 3, 8,9). Sin duda Dios tiene preparado un plan perfecto para cumplir su voluntad y que sin merecer nada nos hace partícipes. Por nuestra parte está el sometemos bajo su Autoridad y Señorío. Samuel sirvió a Dios fielmente aún en medio de las dificultades. Fue juez en Israel, ungió al primer rey de Israel, Saúl y siendo éste desechado por Dios como resultado de su desobediencia, ungió a David, que era conforme al corazón de Dios y con quién Dios hizo pacto incondicional: de su descendencia nacería uno que se sentaría en su trono cuyo reinado no tendría fin, refiriéndose a la persona del Señor Jesucristo y cuyo cumplimiento será en su segunda venida (2S.cap 7). A Samuel nadie tuvo de qué acusarle (1S. 12:3-5), Dios le guardó para que no siguiera los mismos pasos de estos hombres malvados y llevó a cabo el plan que había preparado para su vida.En estos días aprendía que somos expertos en cambiar el orden de las cosas y en vez de dejar que sea Jesucristo el Señor en nuestras vidas, somos nosotros los que d e c i d i m o s , d e t e r m i n a m o s , resolvemos y decretamos qué hacer con nuestra vida y luego le pedimos a Dios que nos bendiga, olvidándonos que hemos sido libertados del pecado para ser hechos siervos de Dios (Rom. 6:22). Jesucristo es el Señor y nosotros sus siervos para hacer Su voluntad, con amor y gratitud en repuesta a su gran amor para con nosotros y porque Él es digno.“Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros” (1S. 12:24).

somos capaces de guardar rencor por años o de ignorar a nuestros hermanos. Deseamos que el Señor venga pronto para librarnos del presente siglo malo, pero no pensamos en las almas perdidas para anunciarles el evangelio ahora que podemos. Somos incapaces de d e s p e g a r n o s d e n u e s t r a s comodidades si lo que nos espera es la pobreza y la persecución.La mujer que vertió ese perfume de alto precio a los pies del Señor es un ejemplo de la simplicidad pero también de la verdad de un corazón rendido a Cristo. Ella no tuvo que hacer una gran presentación, ni siquiera tuvo que decirle nada al Señor. No pensó hacer una gran donación, ni esperó encontrarse con el Señor a la puerta del templo. No recitó hermosas palabras, ni hizo ceremonia mientras ungía sus pies. Ella humilló su corazón, desnudó lo que había en él. Se inclinó reconociendo su bajeza, quizá su pecado, y a la vez la grandeza del que estaba delante, su Señor y Salvador. Siempre será recordada, dijo Jesús, por su sencillez. Hermano/na, el trabajo para el Señor sin estas cuatro columnas es vano, es incompleto, inclusive al revés. Él nos está llamando a volver al principio. Está clamando a voces a que nos despojemos del "Yo", ese gran enemigo. Despojarnos también de la rutina cristiana, por ser rutina, "Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios." (Salmo 51: 16,17).Recordemos cuáles son las columnas que mantienen viva la relación espiritual entre el pecador arrepentido y el Dios de amor. Si él es tu Salvador, perdonó tus pecados pasados y puede hacer lo mismo con los presentes. Si él es el Señor y tú el siervo, entonces él manda y tú obedeces. Si estás cerca, en su presencia, la oración es activa, hablamos con él y él responde. Si somos salvos, el Espíritu habita en nosotros, no como un turista o un campista, sino como Dios mismo, queriendo transformar nuestro ser de día en día.

ANA RUIZ

En el primer libro de Samuel (cap. 1-3) nos encontramos con varias escenas, en está ocasión quiero destacar dos de ellas y sus consecuencias.Tenemos por un lado a Ofni y Finees, hijos de Elí, sacerdotes de Dios en Silo. Eran hombres impíos (1S.2:12) que menospreciaban las ofrendas que el pueblo traía para ofrecer como sacrificio a Dios. Habían pervertido el lugar de adoración, así que, el que subía para adorar presenciaba el mal testimonio de estos hombres, pues se acostaban con las mujeres que velaban a la entrada del tabernáculo y tomaban cuanto querían de la ofrenda para saciar sus apetitos carnales, sin ningún respeto a Dios, “Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los Jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová” (1S. 2:17). La otra escena, al mismo tiempo, es la de una mujer piadosa, Ana, la cual era estéril. Ella pide un hijo a Dios con la promesa de dedicarlo a él todos los días de su vida. La petición es concedida, en los planes de Dios estaba el nacimiento de este niño cuyo nombre fue Samuel y luego de ser destetado, lo llevó su madre al tabernáculo de Dios, dejándolo al “cuidado de Elí”. Éste sacerdote fue un mal ejemplo como padre, pues no reprendió a sus hijos ni les estorbó en su pecado, deshonrando así el nombre Dios (1S.2:22-24, 2:30). Elí y sus hijos eran los intercesores del pueblo, los que tenían que enseñar la palabra de Dios y dar ejemplo en conducta y acciones a los demás, era la voluntad del Señor para sus vidas, pero resolvieron no tomarlo en cuenta y desobedecieron. Como consecuencia, el Señor determinó juicio para la casa de Elí (1S.2:27-34), la cual se cumplió más adelante en el reinado de Salomón, hijo de David (1R. 2:26-27). Ante esta situación, ¿cómo pudo Ana dejar a su h i jo en manos de hombres malvados? Bueno, su confianza e s t a b a p u e s t a e n e l D i o s Todopoderoso al que nada le toma por sorpresa porque todo está bajo su c o n t r o l . E l l a m i s m a h a b í a experimentado su poder (1S. 1:11,20), puesto que de la misma manera que el Señor obró de manera

CONTRASTE

DIANA ZAMBRANO

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reacción del rey Josías al escuchar las palabras del libro, fue de humillación, habiendo reconocido que la ira de Dios contra ellos era por causa de la desobediencia de sus padres, “…no escuchando las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito” (2 Reyes 22:13). Así que, la decisión del rey fue de reunir en la casa de Jehová a todos los varones de Judá, a todos los moradores de Jerusalén, a todos los sacerdotes y profetas y a todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande, y leyó las palabras del libro de la ley, escuchando todo lo que decía. No había excusa, los mandamientos de Dios fueron escuchados por todos, sin excepción. Ninguno podría decir que no sabía lo que Dios estaba demandando de su pueblo.Reconocer los mandamientos de Dios: “Reconocer es admitir y manifestar que es cierto lo que otra persona dice o que está de acuerdo con ello.”Las palabras que Josías había leído eran claras y desafiantes, habían desechado a Dios hasta ese momento, por lo que, habiendo entendido su pecado, se humillaron, reconociendo que todo aquello era cierto, arrepintiéndose de su mal camino y volviendo a Dios, por tanto hicieron pacto delante de Jehová, de que irían en pos de Él y que guardarían sus mandamientos, sus testimonios, sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras del pacto que

estaban escritas en aquel libro (2 Reyes 23:3). Cuán necesario es reconocer la autoridad del que habla, quedando comple tamente a l descubierto por Su palabra.Obedecer los mandamientos de Dios: “Obedecer es respetar, acatar y cumplir la voluntad de la autoridad o de quien manda.”El último eslabón que hay que unir para completar esta cadena, es la obediencia, acatar y cumplir la autoridad del que habla. Josías lo había aceptado y se puso manos a la obra, rasgando sus vestidos en señal de humillación, pero acto seguido poniendo en práctica aquello que había escuchando reconociendo la autoridad de quien lo decía. Así que, todos los presentes en aquel día, después de aceptar la palabra de Dios escrita en aquel libro, decidieron obedecer confirmando el pacto que se estaba sellando en aquel momento. Todo aquello redundó en un avivamiento en el pueblo, el rey mandó a quitar todos aquellos utensilios que habían sido puestos al servicio de la idolatría y los quemó fuera de Jerusalén. De forma sucesiva todo lo que Josías hizo, fue quitar, derribar, quebrar y matar todo aquello que había tomado el lugar del único Dios verdadero, aprobando el pueblo todo aquello. Son los pasos para un avivamiento espiritual. Esta vida en el Espíritu no consiste en cantar más y mejor, o en dar palmas y elevarlas al cielo. Consiste en hacer todo cuanto el Espíritu señala, en el tiempo y según

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz” Hebreos 4:12La Palabra de Dios en los tiempos del rey Josías, brillaba por su ausencia, ya que el libro de la ley de Moisés estaba perdido. El rey decide poner o rden en l a casa de D ios comenzando con el arreglo de las grietas; entonces aparece el libro y es leído ante el rey, el cual se humilla y rasga sus vestidos, llevándolo a la reflexión para convocar a todo el pueblo y así volver al Dios vivo y verdadero, haciendo pacto de obedecer todas las palabras escritas en el libro. Así que, en estas cortas líneas pensaremos en tres verbos relacionados con la Palabra de Dios:1-Escuchar los mandamientos de Dios (2 Reyes 23:1,2)2- Reconocer los mandamientos de Dios (2 Reyes 23:3)3-Obedecer los mandamientos de Dios (2 Reyes 23:3-20)Escuchar los mandamientos de Dios: “Escuchar hace referencia a la acción de poner atención en algo que es captado por el sentido auditivo”P r imeramen te Jos ías hab ía escuchado la lectura del libro de la ley de Jehová por boca del escriba Safán, habiéndolo este recibido del sumo sacerdote Hilcías que halló el libro en la casa de Jehová. Aquí vemos que el libro de la ley no tenía importancia para los que antes habían gobernado, ya que el hecho de encontrarlo, es que estaba en el olvido y tal vez perdido. Lo importante es que ahora estaba presente nuevamente la Palabra de Dios. La

PALABRA DE DIOS

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HABLA, TU SIERVO OYE“Pues tus palabras son mis delicias”

HISTORIAS DE ANI

PARA... ...SERVIR... ... A DIOS.¡LIBRE!

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HABLA, TU SIERVO OYE“Pues tus palabras son mis delicias”

la forma perfecta de su sabiduría. Antes de emprender cualquier labor en la obra de Dios o continuar con el trabajo para Cristo, escuchemos su palabra para verificar que lo que estamos haciendo fue primero aprobado por Él. Lo que hay que reconocer es que lo que Dios dice es lo mejor, sin añadir, sin quitar, sin mal interpretar. Muchas veces la palabra dice exactamente lo que dice, y no más. Obedecer es la única forma de honrarle y ser agradable ante su santa persona.

os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.”1 Pedro 1:3-9.

Cuando encontramos en la Biblia pasajes como estos es de gran regocijo para todo aquel que lo lee, podemos gozarnos de la misericordia del Señor para con toda la humanidad. Me encanta cuando dice que nos hace renacer para una esperanza viva, por la resurrección de su Hijo. Renacer es nacer de nuevo, pasar de muerte a vida, pasar de las tinieblas a la luz admirable de Cristo, quien nos rescata de la esclavitud del pecado, de la carne y de este mundo gobernado por Satanás. No hay mayor regocijo que éste: saber que no merecemos nada y Dios lo ha dado todo por nosotros. En estas líneas encontramos consuelo, esperanza, y promesas que sabemos se cumplirán en el tiempo perfecto de Dios. Es de gran consuelo ver cómo Dios diseñó un plan perfecto y completo para todo aquel que en él cree. Vemos en él perfección por medio de su Hijo Jesucristo, el único que pudo andar sobre esta tierra sin contaminarse. Fue Santo en toda su forma de vivir aquí, fue tentado y venció la tentación, fue humillado, perseguido, despreciado, traicionado, aún así se sometió en todo momento al Padre, para cumplir su voluntad. Gracias a ello tenemos esa esperanza de vida de eterna, única y exclusivamente por los méritos de Jesús. Éste plan está perfectamente diseñado desde antes de la fundación del mundo, no hay en él improvisaciones, ni cambios, todo lo ha ido ejecutando en su tiempo, en ese orden perfecto de Dios y está al alcance de todo aquel que quiera ser redimido de sus pecados. La Salvación de Dios es completa porque no escatimó ni a su propio Hijo con tal de darnos oportunidad de vida eterna. Completa porque él promete estar con nosotros desde ahora y para siempre. Él preparó una h e r e n c i a i n c o r r u p t i b l e , incontaminada e inmarcesible, reservada en el cielo para nosotros, una vida eterna donde no habrá

llanto, ni dolor, ni clamor donde estaremos gozosos dándole gloria.No hay amor más grande que este. Dios nos prueba a cada uno y dice que es necesario ser afligidos en diversas pruebas, pero todo con un propósito. Somos guardados por el poder de Dios y sabemos que es un poder que no tiene límite. Ahora quiero que cada uno reflexione, seamos sinceros y preguntémonos a nosotros mismos si después de ver, de experimentar el amor de Dios, su grac ia y misericordia, ¿Estoy respondiendo a esa maravillosa obra de Dios? ¿Cómo me estoy conduciendo en su casa? ¿Qué tan implicada y comprometida estoy en su obra? ¿Estoy siendo responsable? ¿Dios lo da todo por mí y yo lo doy todo por él? ¿Estoy dispuesta a ser instrumento útil en sus manos? Dios nos llama a vivir en santidad, ser consagrados a su obra. ¿Es esto una realidad en mi vida o estoy tan afanado/a, ocupado/a, enredado/a, distraído/a, perezoso/a, que no tengo tiempo de mirar alrededor y ser capaz de reconocer la necesidad urgente que hay de llevar el evangelio de Dios a otra almas?No permitamos que por nuestra i r responsabi l idad e inept i tud privemos a otros de gozar de esas marav i l l osas p romesas que encontramos en Dios. Jesucristo se manifestará en su segunda venida para recoger a su iglesia, esto es una realidad, y todos aquellos que hemos creído en él y su obra tenemos la garantía de que estaremos para siempre con él. Como dice el mismo versículo: obteniendo el fin de vuestra fe que es la salvación de vuestra alma. Mas todo aquel que aún no lo ha reconocido como único y suficiente Salvador, tendrá que dar cuentas delante de Dios por todos sus actos, sus pecados y todo esto para condenación de su alma. No cabe duda que Dios es real, su plan es perfecto, completo y verdadero, está al alcance de todo aquel que cree y hace su voluntad. El infierno también es real, es el destino de todo aquel que rehúsa creer. Dos realidades, una decisión y solo la debes tomar tú.

Si quieres sabes más: www.hablatusiervooye.blogspot.com

DOS REALIDADES,

UNA DECISIÓN

“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muer tos, para una herenc ia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis,

ALEXA CASTRO

JOAB CERVINI