Boletín de los Esteros - Proyecto Iberá · 2 Publicación bimestral y gratuita editada por...

Boletín delos Esteros

Número 11, Diciembre de 2011

Noticias de la Reserva Naturaldel Iberá, Corrientes, Argentina

Editorial: Siete razones por lasque Corrientes merece tener enIberá el mayor Parque Nacionalde la Argentina ......................................... p.2

ConservaciónSe realizó con éxito latercera campaña de translocaciónde venados de las pampas haciael interior del Iberá................................. p.5Nacen dos nuevas críasde oso hormiguero en laReserva Natural Iberá ............................ p.6

InvestigaciónEl ciervo de los pantanos del Iberá:la más grande población del másgrande de nuestros ciervos .................. p.7

EcoturismoLa Ruta Escénica del Iberá .................... p.9

Historias del IberáSer biólogo de campo…...................... p.12

GeneralesIberá: Redimensionandolas amenazas ........................................... p.14

Publicación bimestral y gratuita editada por Conservation Land Trust con la colaboración de distintas ONG e instituciones que trabajan en la Reserva Natural del Iberá2

Boletín de los EsterosNoticias de la Reserva Natural del Iberá, Corrientes Número 10

Septiembre de 2011

Ante las diferentes versiones que se pueden escuchar acerca de nuestra oferta de donación de tierras, quisiera corregir algunos errores y aprovechar para compartir al-gunas ideas relacionadas.

En primer lugar, considero importante clarificar algu-nos datos concretos para evitar malos entendidos y polé-micas innecesarias.

En este sentido es fundamental aclarar de lo que esta-mos hablando con nuestra oferta de donación en lo que se refiere a superficie de tierras y la titularidad de éstas. La Reserva Natural Iberá cuenta con una superficie de 1.300.000 hectáreas, de las cuales 553.000 hectáreas son de dominio público y ya han sido declaradas como

Parque Provincial. De las 747,000 hectáreas privadas restantes, nuestra fundación posee 150,000, las cuales llevan siendo manejadas como campos de conservación desde hace varios años, para el beneficio de la fauna local y la creciente industria de ecoturística.

Con estos números en la mano, nuestra propuesta es simple: nos gustaría donar a la Nación las 150.000 hec-táreas de los campos de conservación de la Fundación CLT (no de Douglas Tompkins ya que las tierras no son de él), con la intención de que el gobierno correntino pueda hacer lo mismo con sus 553,000, para crear todos juntos el mayor parque nacional de la Argentina, el cual tendría una extensión aproximada de 700,000 ha (no el millón

EDITORIAL

Siete razones por las que Corrientes merece tener en Iberá el mayor Parque Nacional de la ArgentinaSofía Heinonen, Presidenta The Conservation Land Trust Argentina



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de hectáreas que varios medios correntinos citaron en sus notas). Esta propuesta no afectaría en medida alguna la tenencia y propiedad de los otros campos privados situa-dos dentro o fuera dentro de la reserva Iberá; ni afectar la producción ganadera, agrícola o forestal en otro campos de la cuenca, sólo implicaría aumentar significativamen-te el área de conservación bajo cuidado público en base a las tierras de CLT y las tierras de la provincia.

Quiero recalcar que, más allá de la voluntad mani-fiesta por parte de CLT de donar las tierras para este fin, la decisión final dependerá de las autoridades de Corrientes y Argentina. Nosotros somos simples ciudadanos hacien-do una propuesta a las autoridades correspondientes. Está en sus manos sopesar los hechos para decidir lo que sea mejor para la sociedad en general. En este sentido quiero tratar de exponer brevemente las razones por las cuales somos muchos los que consideramos que Corrientes me-rece tener en el Iberá el mayor parque nacional del país.

1. Iberá alberga recursos naturales y culturales únicos en la Argentina que merecen ser cuidados para benefi-cio de generaciones presentes y futuras.

Los humedales, pastizales y bosques del Iberá albergan más de 4000 especies de flora y fauna, lo que representa cerca del 30% de las especies silvestres de la Argentina. El Iberá alberga la mayor población de la Argentina (y la segunda del mundo) del amenazado ciervo de los panta-nos. También protege la mayor población a nivel mundial del bello y escaso yetapá de collar, además de acoger a otras aves globalmente amenazadas de pastizal y ser-vir como refugio para el raro aguará guazú y el lobito de río. Además, por su tamaño y calidad de hábitat, esta área de conservación representa una oportunidad única para reintroducir especies localmente extintas como el oso hormiguero, el tapir, el pecarí de collar, el venado de las pampas, el ocelote, el lobo gargantilla y el yaguareté.

Esta gran diversidad biológica, unida a la manse-dumbre de su fauna, hace de Iberá el mejor lugar de la Argentina para el avistamiento de vida silvestre.

Además de esto, en Iberá todavía se conservan usos y costumbres tradicionales que se han desarrollado du-rante siglos en concordancia con el paisaje de la región, las cuales no tienen contraparte en ningún otro lugar del país, como es el caso de los tradicionales arreos acuáti-cos de ganado.

Por todo esto, pensamos que este gran tesoro natural y cultural merece el máximo nivel de protección posible, para que pueda ser disfrutada por las generaciones actua-les y futuras de correntinos y argentinos.

2. Los Parques Nacionales representan una de las mejo-res tradiciones argentinas.

Poca gente sabe que Argentina, por delante de cualquier país europeo, fue el tercer país del mundo en crear un parque nacional. Esta noble tradición fue inaugurada en 1903 por el Dr. Francisco P. Moreno, quien donó tres le-guas cuadradas (7.000 ha) en la Patagonia argentina para

“mantener su fisionomía natural y que las obras que se realicen sólo sean aquellas que faciliten comodidades para la vida del visitante”, sentando así las bases del ac-tual Parque Nacional Nahuel Huapi.

Más recientemente, en Corrientes, y a unos pocos ki-lómetros del Iberá, el ciudadano danés Troels Pedersen donó su propiedad de 17,660 hectáreas para establecer en el año 2001 el Parque Nacional Mburucuyá.

Actualmente el país cuenta con 36 parques naciona-les que son cuidados y gestionados por la Administración de Parques Nacionales (APN), una institución con más de 70 años de experiencia en el manejo y conservación de la naturaleza.

3. Un parque nacional ayudaría a ubicar al Iberá como uno de los principales destinos turísticos del país.

En cualquier país del mundo, la calidad ambiental y es-cénica que garantiza la categoría de un Parque Nacional hace que los turistas elijan visitarlos sobre cualquier otro tipo de paisaje o reserva natural.

En la Argentina, tres de los cuatro destinos turísticos más visitados de todo el país, las cataratas del Iguazú, el lago Nahuel Huapi y su entorno de bosques y montañas andinos, y el glaciar Perito Moreno, están dentro de par-ques nacionales.

La figura de parque nacional implica un sello de cali-dad reconocida por turistas de todo el mundo.

4. Un parque nacional otorga la mayor garantía posible de conservación y cuidado a largo plazo.

En la Argentina, como en cualquier otro país, la catego-ría de Parque Nacional implica el máximo compromiso público para el cuidado de la Naturaleza. En el caso de daño o afectación a los recursos naturales dentro de un parque nacional, intervienen los foros federales y la corte suprema de la Nación. Esto hace que las presiones par-ticulares tanto de empresas, personas influyente o ciu-dadanos con intereses particulares no puedan vulnerar con facilidad las normas, y que las sentencias y multas se apliquen con el mayor rigor.



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Esto ha hecho que en la Argentina no se haya dado nin-gún caso de intento de desafección de un parque nacio-nal por parte de las autoridades nacionales o provinciales. En contraste con esto, hay numerosos precedentes de re-servas naturales provinciales que han visto su extensión o protección reducidas de manera explícita por los gobier-nos de las provincias.

5. Los parques nacionales están custodiados por todos los argentinos. En la Argentina existen 528 áreas protegidas de diferen-tes categorías, pero sólo 36 han merecido ser declara-das Parque Nacional. A pesar del interés creciente que despierta la ecología y las cuestiones ambientales, muy poca gente conoce y puede seguir de cerca lo que ocu-rre en cada una de las reservas provinciales existentes. Diariamente existen llamados de alerta para defender y salvar de nuevas amenazas algunos de estos reductos naturales, y la lista de preocupaciones y necesidades urgentes aumenta con la crisis ambiental.

Los parques nacionales son áreas reconocidas por todos los argentinos como prioritarias y, por lo tanto, generan una mayor respuesta de la ciudada-nía ante un riesgo inminente, evitando así la posibi-lidad de que los problemas urgente del país tapen los llamados de auxilio provenientes de estas áreas. 6. Un parque nacional no implica ningún costo a los correntinos, a la vez que reciben todos los beneficios.

La creación del futuro Parque Nacional Iberá no implica-ría ningún costo a los correntinos, ya que CLT donaría sus tierras de manera gratuita y la APN se encargaría de fi-nanciar su manejo con fondos provenientes de la Nación.

Al ser un ente autárquico, con un presupuesto propio, Parques Nacionales no corre peligro de recorte y reasig-nación de presupuesto para cubrir las necesidades de otras estructuras administrativas en el caso de una crisis financiera.

Al mismo tiempo, todos los beneficios del turismo y el cuidado ambiental asociados con el parque quedarían en manos de los vecinos de la zona. Igualmente, los pro-pietarios privados cuyas tierras colinden con el parque verían el valor de sus tierras aumentado, tal y como ha sucedido de manera notoria en los parques nacionales de Nahuel Huapi, Iguazú y los Glaciares.

7. Son mayoría los correntinos que apoyan la propuesta Los correntinos muestran un profundo apego, respeto y orgullo por su tierra, sus tradiciones y su Naturaleza. Dentro de este contexto, el Iberá representa un lugar es-pecial para los habitantes de esta provincia, los cuales quieren que sus hijos puedan disfrutar de la belleza de este lugar de las “Aguas Brillantes”.

Por esto, hemos encontrado una respuesta mayorita-riamente entusiasta de nuestros amigos y vecinos corren-tinos, aunque también algo sorprendida por el tamaño de la donación, ante la idea de que su provincia pueda contar dentro del Iberá con el mayor parque nacional del país.

Este entusiasmo se relaciona con los resultados pu-blicados por una investigadora de la UNNE en los que identificó un apoyo de más del 90% de los correntinos con respecto a la reintroducción del yaguareté en el Iberá. Aunque al principio nos sorprendieron estos datos, ahora entendemos que para los correntinos tanto la figura del Iberá como la del yaguareté, representan lo más profun-do y querido de su identidad nacional, lo que hace que quieran conservarlos como parte de su más preciado patrimonio.

Como resumen y conclusión, desde nuestra fundación confiamos en que esta propuesta acabe materializándo-se algún día. Pensamos que es algo demasiado bueno como para ser rechazado indefinidamente. Además, sabemos que el peso de la Historia juega a favor de la idea ya que este tipo de donaciones han acabado siendo aceptadas en prácticamente todos los lugares donde se han propuesto: ya pasó en Corrientes con la donación de Pedersen que significó la creación del parque nacio-nal Mburucuyá; en Santa Cruz donde las fundaciones Conservación Patagónica y Vida Silvestre Argentina do-naron tierras para la creación del actual Parque Nacional Monte León; en el vecino Chile; donde CLT donó más tierras para la creación del Parque Nacional Corcovado; y en cualquier región del globo donde se han dado estas propuestas filantrópicas.

Por todo esto, confiamos en que las autoridades co-rrentinas y argentinas acaben aceptando nuestra oferta. Hasta ese día seguiremos cuidando y restaurando nues-tros campos para beneficio de su fauna silvestre, sus sue-los y sus aguas. Y para que nuestros vecinos se beneficien cada vez más de los empleos y los ingresos asociados al turismo que viene cada vez más al Iberá para admirar sus tesoros naturales y culturales.



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Conservación

Se realizó con éxito la tercera campaña de translocaciónde venados de las pampas hacia el interior del Iberá

Entre el 26 y el 30 de septiembre técnicos de CLT apo-yados y supervisados por personal de la Dirección de Parques y Reservas de Corrientes realizaron la tercera campaña de translocación de venados al interior del Iberá. En cinco días se capturaron cinco ejemplares de la especie (4 hembras y un macho), los cuales fueron inmovilizados con dardos anestésicos y trasladados a la Reserva San Alonso en avión. Todos los animales procedieron de la reserva Guasutí Ñu (535 ha) la cual se encuentra situada en el interior de los bañados del Aguapey, justo al exterior de la Reserva Natural Iberá.

Una vez en San Alonso los venados fueron manteni-dos por 10 días en un corral de aclimatación hasta que pudieron ser liberados definitivamente. Actualmente, dos meses después de su traslado, todos los animales

se encuentren sanos y salvos en su nuevo hogar en las 10,000 ha de área de conservación estricta de la reserva.

Este nuevo grupo de animales se está mezclando con los ejemplares procedentes de capturas previas, junto con las cuatro crías nacidos de éstos, y todavía está por verse cual será el tamaño y composición final de los grupos establecidos. Con esta nueva adición de ejem-plares, la población restaurada en el sector central del Iberá consta de 13 ejemplares: 1 macho adulto, 3 machos juveniles, 8 hembras adultas y una juvenil. En los próxi-mos meses se espera poder realizar otra campaña similar de translocación que permita seguir reforzando demo-gráfica y genéticamente a la población reintroducida, la cual se está adaptando y prosperando en los pastizales naturales del interior de la Reserva Natural Iberá.

Hembra de venado de las pampas anestesiada y lista para ser trasladada por avión (Foto: Karina Spoering)

Pareja de venados trasladados al corral de aclimatación antes de su liberación definitiva



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Nacen dos nuevas crías de oso hormiguero enla Reserva Natural Iberá

Desde nuestro último boletín de septiembre de este año, la población reintroducida de osos hormigueros se ha visto incrementada con el nacimiento de dos nuevas crías nacidas en vida silvestre a partir de animales liberados por el Proyecto de Reintroducción del Oso Hormiguero.

La primera alegría sucedió a mediados de Septiem-bre cuando descubrimos que Bomba –una osa donada por la Estación Experimental Horco Molle en Tucumán-- tenía una cría recién nacida a su espalda. Más o menos por esas vimos que la cría de Tota nacida en febrero comenzaba a independizarse de su madre, lo cual nos extrañó porque pensábamos que era una edad muy tem-prana para ello. Pronto descubrimos la razón de este

fenómeno cuando, para nuestra sorpresa, vimos que la osa llevaba una nueva cría sobre su espalda. ¡Esto quería decir que una osa había tenido dos crías en el mismo año, algo que hasta ahora no pensábamos que fuera a pasar! Actualmente ambos animales siguen sanos y juntos, mientras que la primera cría se ha independizado totalmente de su madre.

Además de estos nacimientos en los últimos dos meses se han liberado tres nuevos ejemplares de oso hormiguero en el Iberá, dos machos y una hembra juve-niles. Con estas nuevas incorporaciones y con los datos que tenemos de osos marcados, fotografiados y avista-dos tenemos bastante certeza de que viven entre 19 y 21 ejemplares de la especie en la reserva natural.

Imagen de Bomba con su cría recién nacida en los pastizales naturales del Iberá(Foto: Ruben Diglio)



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Investigación

El ciervo de los pantanos del Iberá: la más grande poblacióndel más grande de nuestros ciervos

El ciervo de los pantanos es monumento natural corren-tino. Es el ciervo autóctono más grande de Sudamérica, y en los Esteros del Iberá vive y se protege a la mayor población de Argentina y la segunda mayor del planeta luego de la del Pantanal en Brasil.

En Argentina la especie está declarada en peligro y es vulnerable internacionalmente. Las principales amena-zas que pusieron en riesgo a los ciervos del Iberá fueron la caza furtiva y la posible competencia que podría sufrir el ciervo con el ganado doméstico y las enfermedades que el ganado podría transmitirle.

Pero… ¿Cuántos ciervos subsisten en el Iberá?

A mediados de los años ’70 el prestigioso investigador George Schaller del Centro de Biología de Campo y Con-servación de la Sociedad Zoológica de Nueva York, que en esos momentos estaba trabajando con el monitoreo de ciervos y jaguares en el Pantanal, recorrió unos 1000 km sobrevolando el Iberá y llegó a contabilizar menos de 20 ciervos y estimó que la población del Iberá apenas al-canzaba a unos “pocos cientos” de individuos, quedando asombrado al observar “tanta cantidad de hábitat para los ciervos y tan pocos animales”.

Quince años después, a principio de la década de los ’90, el Dr. Marcelo Beccaceci –actual Director de Parques y Reservas de la Provincia-- lideró una nueva evaluación sobre la situación de los ciervos en los esteros y estimó que la población total sumaba entre los 1000 y 1100 individuos, destacando que persistían fuertes amenazas sobre la especie en la región.

Posteriormente, entre los años 2000 y 2001, los biólo-gos Ariel Soria, Sofia Heinonen y Silvina Fabri de la Delegación Técnica Regional NEA de Parques Naciona-les, realizaron nuevos sobrevuelos para contabilizar los

Por Carlos De Angelo, Adrián Di Giacomo e Ignacio Jiménez Pérez



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ciervos del Iberá, y estimaron que en ese momento el total de ciervos para el área central de la cuenca podría llegar a los 2800 animales.

Estos últimos autores se mostraron cautos a la hora de manifestar que la población de ciervos podría estar en aumentando en relación a los estudios previos, ya que las amenazas encontradas por Schaller y Beccaceci seguían aún vigentes. De este modo, apuntan a que las diferencias numéricas se podrían deber a las distintas metodologías usadas para estimar el número de ciervos.

Desde el año 2006, con el apoyo de The Conserva-tion Land Trust, comenzamos a realizar censos aéreos para obtener datos actualizados sobre las poblaciones de grandes vertebrados de la cuenca de Iberá, entre los que se incluyen los ciervos de los pantanos. En total, entre el 2006 y 2011 hemos realizado nueve censos aéreos a lo largo de la Reserva Natural y sus alrededores, com-binando muestreos en faja fija y en transectos en línea que permiten estimar la cantidad de animales que no son detectados por los censistas.

Como resultado de estos relevamientos encontra-mos grandes variaciones en las densidades de ciervos en las diferentes regiones de la cuenca del Iberá, pero en promedio estimamos una densidad de 1 ciervo por cada 1,5 km2. Con esto valores la población de ciervos

del área central de la cuenca del Iberá (unas 777.000 ha) se encontraría entre los 4900 y los 5900 individuos.

Esta estimación resulta al menos cuatro veces mayor a la de principios de los ’90 y el doble de la estimada para el año 2000.

¿Esto podría deberse a un aumento en la población de ciervos o sólo a diferencias en las metodologías empleadas?

Al haber utilizado dos metodologías diferentes, podemos estar más seguros que nuestras estimaciones son con-fiables, y por otro lado también hemos evaluado cómo han cambiado las amenazas sobre la especie.

Desde los años ’80, a partir de la creación de la Reserva Natural Iberá la presión de cacería sobre los ciervos fue disminuyendo a medida que fueron au-mentando los esfuerzos de protección del área. A ello se debe agregar que existe menos gente viviendo en el Iberá, hecho que ha quedado registrado a través de los censos poblacionales y esto también ha implicado una disminución en amenazas para los ciervos, teniendo en cuenta que antiguamente muchos habitantes de los esteros se dedicaban a la cacería.

A finales de los ’90 se sumaron a las áreas fiscales

La figura muestra cómo fueron variando las estimaciones del tamaño de la población de ciervos del Iberá según los diferentes relevamientos realizados.

Para los relevamientos que realizamos nosotros entre el 2006 y 2011 se muestran los valores obtenidos con dos métodos diferentes (faja fija y transectas en líneas), ambos muy superiores a las estimaciones previas.



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las áreas de los propietarios privados (especialmente las 150,000 ha gestionadas como reservas naturales por CLT) que hacen que hoy sean más de 700.000 ha las destinadas a conservación.

A esto se suma que la ganadería, que fuera menciona-da como otra posible amenaza para los ciervos, también fue una actividad que se redujo entre los años ’70 y el 2000 en el Iberá. Y si bien esta actividad recuperó y so-brepasó sus valores históricos en la región en los últimos 10 años, por lo que la reducción de esta posible amenaza fue sólo transitoria, las mejoras en la sanidad ganadera a partir de los años ’80 y ‘90 redujeron la prevalencia de enfermedades en el ganado como la aftosa y la brucelosis, disminuyendo las posibilidades de contagio a los ciervos.

Nuestros resultados sugieren que la población de ciervos del Iberá aumentó significativamente en las últimas cuatro décadas; y la continuación de los moni-toreos y el estudio sobre este gran cérvido nos permitirá conocer más detalles y ampliar nuestro conocimiento sobre la abundancia y su estado de conservación en Argentina.

Carlos De Angelo es investigador del CONICET en el Instituto de Biología Subtropical- sede Iguazú de la Universidad Nacional de Misiones y miembro de la Asociación Civil Centro de Inves-tigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA).Adrián Di Giácomo es también investigador del CONICET en el Laboratorio de Ecología y Comportamiento Animal de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires.Ignacio Jiménez Pérez es coordinador de los programas de re-cuperación de fauna amenazada y monitoreo ecológico en el Proyecto Iberá para The Conservation Land Trust Argentina.

Principales referencias bibliográficas:Beccaceci, M. D. 1994. A census of marsh deer in Iberá Natural Reserve, its Argentine stronghold Oryx 28 (2):131-132.Schaller, G. B. 1976. Report on a wildlife survey in Northern Argentina and in the Emas National Park, Brazil. New York Zoological Society. New York, USA. pp 16.Soria, A., S. Heinonen Fortabat y S. Fabri. 2003. Estimación po-blacional de ciervo de los pantanos en los Esteros del Iberá, Cor-rientes, Argentina. En: Fauna del Iberá, editado por B. Álvarez. Universidad Nacional del Nordeste. Corrientes, Argentina. pp 349-355.

Ecoturismo

La Ruta Escénica del Iberá

El 2011 fue un excelente año para este proyecto. Se ha firmado un convenio con el Ministerio de Turismo de la Nación, se han incorporado nuevos municipios, y se ha inaugurado un camping y un nuevo acceso.

La Ruta Escénica del Iberá es un proyecto que busca impulsar las economías locales de los pueblos aledaños a la Reserva Natural del Iberá con una producción basada en el eco turismo. De esta manera CLT y los municipios vecinos se unieron para promover al Iberá como el mayor y más completo destino turístico del norte ar-gentino y desarrollar accesos públicos en cada municipio.

La idea de crear un gran parque, con más de 4000 variedades de plantas y animales y accesible a visitantes

Por Lic. Marisi Lopez, Coordinadora del Proyecto Ruta Escénica y Accesos Públicos de la Reserva Natural del Iberá

locales y extranjeros, deja como resultado el beneficio económico directo a los pueblos colindantes, que a su vez funcionan como efecto dominó distribuyendo esos ingresos en el resto de la provincia y la región.

El ejemplo de Carlos Pellegrini sirve de base para implementar un proceso similar en el resto de las lo-calidades, ya que la colonia viene trabajando en torno al ecoturismo hace más de 20 años, desde la creación de la Reserva, y demuestra claramente como una comunidad puede basar su desarrollo y progreso en una actividad productiva tan noble como el turismo, que entre otros beneficios, genera mano de obra local y valora las tradi-ciones y costumbres milenarias de los esteros y su gente.



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Firma de convenio entre municipios correntinos y el Ministerio de Turismo de la Nación

El Ministerio de Turismo de la Nación a través de su programa PROFODE (Programa de Fortalecimiento y Estímulo a Destinos Turísticos Emergentes) ha elegido la Ruta Escénica del Iberá para desarrollar la promoción turística y la infraestructura de servicios en los diferentes accesos a la Reserva.

Para esto, además de los cursos que ya se han empe-zando a dictar (cartelería, identidad) los municipios se preparan para trabajar en conjunto y pensar a lo grande. Aprovechando la fiesta de aniversario de la localidad de Santo Tomé, firmaron, junto al Ministro Meyer, un acuerdo de trabajo, donde el Iberá será el hilo conduc-tor y los accesos públicos el objetivo de cada municipio.

Ya son 13 pueblos

Santo Tomé, como localidad anfitriona, recibió al Minis-tro de Turismo de la Nación, Enrique Meyer y su equipo, autoridades del gobierno provincial, intendentes y direc-tores de turismo de las localidades de Carlos Pellegrini, Felipe Yofre, Chavarría, Concepción, San Miguel, Loreto, Villa Olivari, Ituzaingó, La Cruz, Corrientes capital, Mburucuyá y Palmar Grande.

La Reserva Cambyretá se ha convertido en el portal Norte a los Esteros del Iberá

Ingresando por Ruta Nacional Nº 12, a la altura de las localidades de Ituzaingó y Villa Olivari, se encuentra la seccional San Ignacio, punto de partida para recor-ridas por pastizales colmados de aves, montecitos de monos y ciervos curiosos, que llegan 5 km más adentro, al área reservada para el futuro camping. Carpinchos, yacarés, garzas y cientos de aves coloridas acompañan a los visitantes en sus 29 km de ingreso, pasando por espejos de agua y vastos pastizales. Gracias al trabajo de guardaparques de CLT y de la provincia de Corrientes, la zona está libre de cazadores furtivos y ofrece un entorno saludable y protegido para que los habitantes naturales puedan crecer y ser observados por turistas y fotógrafos.

En la fiesta de inauguración, donde no faltó asado y chamamé, estuvieron presentes autoridades del Minis-terio de Turismo de la Nación, de la Provincia de Cor-rientes, recibidos por su anfitrión, el Intendente Manolo Valdés, demás autoridades municipales y vecinos de la zona, que disfrutaron un día de campo en familia, ro-deados de la naturaleza más pura, recorriendo senderos, bailando y disfrutando los diversos shows, ofrecidos por el Ballet de Ituzaingó, y cuerpos de baile de otros pueblos cercanos.

Intendentes firmando el convenio con el Ministerio de Turismo de la Nación, encabezado por el Ministro Meyer

Cambyretá, Portal Norte a los Esteros del Iberá



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Camping San Nicolás

El pasado 4 de septiembre se celebró la inauguración del camping en el Parque San Nicolás, el Portal Oeste a los Esteros del Iberá. En compañía de los amigos de San Miguel, el intendente municipal José María “Cholo” de Jesús, autoridades provinciales y nacionales y muchos vecinos, festejamos que el Parque ha finalizado las obras del camping (con quinchos, fogones y baños de primer nivel) y 2 senderos peatonales además del vehicular que llega al Arroyo Carambola. Los invitados pudieron dis-frutar de un cálido día, como ya es costumbre en estas fiestas, con asado, música y una presentación espectacu-lar del ballet Pai Pajarito, que deleitó a todos e invitó a la pista a más de uno, que no pudo resistirse al ritmo del chamamé correntino.

El Sendero de la Cañada, como su nombre lo indica, atraviesa una cañadita con una pasarela sobre elevada desde donde apreciar carpinchos, yacarés y aves, y culmina en el Arroyo Carambola.

El Sendero Curupí invita a descubrir un paisaje dife-rente dentro de la Reserva, desde el cual puede recor-rerse a pie vastos pastizales hasta llegar a un bosque de curupíes, y encontrarse con árboles nativos que albergan aves como pájaros carpinteros y nidos de jabirúes. Si no están tímidos, los monos carayás y ciervos de los pantanos se acercan a curiosear a las visitas.

Imperdible es el paseo en canoa a botador, en el si-lencio del Arroyo Carambola, con la magia que envuelve su naturaleza, acompañados de un baqueano local que transmite la vida en los Esteros y esta técnica tan antigua y tradicional, que actualmente sólo puede apreciarse en pocos rincones de Corrientes.

Fiesta Inauguración Portal Norte a los Esteros del Iberá

Camping y paseo en canoa a botador en San Nicolás



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Historias del Iberá

Ser biólogo de campo…

“Ser biólogo de campo…” así comienza el documental que cuenta del regreso de la extinguida población de osos hormigueros a la Reserva Natural del Iberá, y en el que aparezco como uno de los personajes principales. Hace ya 4 años que los primeros animales fueron lib-erados y desde ese momento he sido el biólogo encar-gado del seguimiento en su nueva vida en los esteros. Mi trabajo consiste en tareas varias, que incluyen seguir a estos animales en su nueva vida en libertad, evaluar ciertas características de su comportamiento y, junto a veterinarios del proyecto, hacer recapturas periódicas para conocer su estado general.

Por Yamil Di Blanco

Los osos hormigueros son animales extraños, ca-rismáticos, solitarios, sin dientes, con una lengua muy larga para consumir su alimento predilecto: hormigas. Tienen una enorme cola con forma de bandera que usa como protección contra el frío, su olfato es fino, y su vista y oídos bastante pobres, pero cuando están alertas escuchan cada sonido fuera de lugar. Duermen sobre el suelo en bosques ricos en plantas espinosas, en sitios muy cerrados y usan como alarma el ruido que hace la hojarasca seca cuando alguien se acerca.

Las capturas para los controles periódicos, son siempre una aventura y cada oso muestra su person-alidad: los hay tímidos que esperan inmóviles, curiosos que se acercan, y los mas agresivos que hacen un gran despliegue de zarpazos al aire parándose en dos patas y gruñendo ferozmente.

Cuando fuimos por la “Formoseña” que necesitaba con urgencia un nuevo collar debido al gran tamaño que había desarrollado, nos tuvo tras ella 2 largos días. Hacía un calor abrasador y con Fede, el veterinario encargado de la anestesia, caminamos más de 3 horas hasta que la encontramos durmiendo en un bosque, pero el viento a su favor nos jugó una mala pasada y la Formoseña nos huele y se va. Luego de varios intentos fallidos, al final del segundo día nos acercamos muy lentamente, avan-zando solo cuando la osa bajaba la cabeza para dormir y aprovechando las ráfagas de viento que cubrían nuestros ruidos. Muy cerca, y casi sin espacio donde dirigir el dardo a través de la vegetación, los últimos tres pasos los hago sin ningún cuidado y la dardeo en su brazo izquierdo. La osa se levanta sorprendida y huye, pero un poco borracha por los efectos de la droga cae enseguida y podemos adecuar el collar y quedarnos tranquilos de que al menos por 6 meses no tendremos que volver a capturarla.

A Supay, un macho adulto de gran tamaño, lo pudimos dardear de la misma forma, pero huyó a través



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de un arroyo. Fede, preocupado, se lanza corriendo tras él, dejando en el camino la mochila y el equipo, y sin pensarlo se tiro al arroyo de agua helada. Quedó ara-ñando en el barro mientras Supay, que ya había atraves-ado el arroyo sin dificultades, cae dormido 100 metros más adelante. Y así, algo mojados, pudimos trabajar sin problemas.

Puyuska resultó ser una gran nadadora y explora-dora incansable. A cada rato había que salir a buscarla. Una vez, los guardaparques la encontraron nadando en la laguna Iberá. Otra, sorpresivamente, sin que siqui-era los perros se dieran cuenta, apareció en un terreno del pueblo detrás de una canchita de fútbol comiendo hormigas en medio de un bosquecito. Con una red im-provisada y tras una intensa persecución a través espinas de tala y yuquerí, la atrapamos y la llevamos a Rincón del Socorro.

Después decidió cruzar los esteros del Miriñay hasta la Estancia San Antonio. Todo el equipo, veterinario, biólogo, voluntarios y un avión fuimos tras ella. La es-cuchamos en un pequeño bosque y se movía rápidam-ente a través de la densa vegetación boscosa. Nos tomó 2 días poder dardearla y decidimos soltarla en los corrales grandes para persuadirla que permaneciera en al área y donde podría interactuar con otros osos.

Pero Puyuska nuevamente nos abandonó, la única osa que pudo escaparse de los corrales. Siempre es-taremos atentos a encontrarla, pero vaya a saber qué es lo que le estaba faltando que la mueve a tan intensa búsqueda.

Tota también resultó viajera. Más de un año después de haber perdido su rastro, una llamada de la zona de Cañada Marta, a unos 45 km, nos avisa que habían visto un oso hormiguero “todo cableado”.

Todo el equipo y el avión fuimos tras ella. Temía-mos que el trasmisor se haya quedado sin batería, pero para nuestra sorpresa una débil señal nos indica que andaba por la zona. La encontramos durmiendo y con el radiocollar casi destruido. El veterinario la dardeó sin complicaciones, y la transportamos en una red hasta la casa de unos asombrados pobladores que nos prestaron un carro para llevarla hasta la camioneta y poder re-liberarla en Rincón del Socorro.

Hoy Tota permanece afincada cerca de Carlos

Pellegrini. Se mueve entre los bosques y malezales, a escasos metros de la ruta 40, y para gran alegría de todos, este a año dio a luz 2 veces!! Una vez en marzo y reciente-mente, que la hemos vuelto a ver con una pequeña cría, la quinta nacida en el Iberá y el quinto oso hormiguero correntino de esta nueva población.

Estas anécdotas forman una pequeña parte del gran trabajo realizado gracias a mucha gente: las autoridades provinciales, el equipo de The Conservation Land Trust: los veterinarios Marcela Orozco, Javier Fernández, Gustavo Solís, Rut Pernigotti y Federico Pontón, los téc-nicos y biólogos Alicia Delgado, Karina Spørring, Pablo Díaz, Sebastián Cirignoli y su equipo, los numerosos asistentes de campo y las “cabezas” del proyecto: Doug y Kris Tompkins, Sofía Heinonen e Ignacio Jiménez.

Yamil Di Blanco, Lic. en Cs. BiológicasInstituto de Biología Subtropical (IBS), U. N. de Misiones.Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA),sede Iguazú.Estudiante Doctoral de la U. N. de Córdoba.Becario Doctoral de CONICET.



Septiembre de 2011

Para quienes con cierta ingenuidad visitan hoy los Esteros del Iberá, éste se les presenta a la vista como un territorio inmaculado al que el hombre pareciera no haber atropellado nunca en su afán de progreso y lucro económico. No es para menos, las evaluaciones en curso sugieren que muchas de sus especies animales, en el pasado afectadas en mayor o menor medida por la caza furtiva, hoy prosperan a sus anchas ante el éxito alcanzado en el control del furtivismo. La elocuencia de sus esteros colmados de carpinchos, ciervos y yacarés con sus cielos poblados de aves contrasta con un pasado de caza ilegal que los conservacionistas solemos consid-erar poco glorioso y un futuro que, ya sin furtivismo, pareciera presentarse promisorio.

Sin embargo, esta primera impresión puede estar lejos de ser cierta: La expansión industrial de las foresta-ciones y arroceras, y la consecuente canalización y pol-derización de sus esteros, de lo que tanto hemos hablado y no dejaremos de hablar, representan un riesgo a escala de paisaje que antes no existía además de que incor-poraron al problema de conservación una dimensión política antes desconocida.

A la luz de lo que hoy estas amenazas representan, la historia pasada parece un juego de niños, que como todo juego de niños los ambientalistas de entonces tomábamos con gran seriedad. Me refiero a la caza comercial de animales silvestres que azotó este eco-sistema durante décadas hasta la creación y efectiva

Tomás Waller, Director de Conservación, Fundación Biodiversidad, Argentina

Amenazas actuales (2008):Retroexcavadora y forestación en Galarza

Amenazas del pasado (1986):Osario en campamento de cazadores en San Miguel.

GeneralesIberá: Redimensionando las amenazas



Septiembre de 2011

implementación de la Reserva. Cabe recordar que el Iberá fue una de las principales fuentes de pieles y cueros que abasteció la industria marroquinera y peletera na-cional e internacional. A modo de ejemplo, en la década del ’80 se estimaba que este humedal aportaba cerca de 20.000 cueros de yacaré negro (Caiman yacare) ilegales al mercado mundial de pieles.

Por otra parte, en aquellos años el Iberá representaba para la economía tradicional una tierra inhóspita e im-productiva donde a lo sumo ésta podía desarrollarse en su periferia tomando la forma de una ganadería exten-siva. Sin embargo, nadie desconocía que los verdaderos habitantes de su interior, propietarios o no de peque-ñas chacras o simplemente “mariscadores” nómades en sus múltiples islas, recorrían este inmenso humedal en busca de sus frutos más auténticos: yacarés, carpinchos, lobitos de río, boas curiyú, frutos que –a pesar de tan intensa persecución- lograron persistir hasta nuestros días dada la vastedad, complejidad e inaccesibilidad de este singular territorio.

Hoy con nuevos paradigmas en el mundo de la con-servación, podemos afirmar que esos habitantes con sus economías rudimentarias y marginales, y señalados en su momento como los villanos de la película, rep-resentaban un estilo de vida y habían alcanzado con

ciertas excepciones un equilibrio dinámico entre lo que tomaban del ecosistema y lo que éste producía. Su economía aunque no exenta de impactos, no necesitaba

“modificar” drásticamente el Iberá para sacarle provecho. Esa economía se aproximaba a lo que hoy denominamos sustentable.

Los tiempos cambian y hoy el Iberá es un área pro-tegida, donde la economía formal ha hecho pie con otras actividades sostenibles e integradoras de su gente como el turismo. Aquellos habitantes “mariscadores” con sus canoas isleñas, sus ranchos, sus artes de caza, y su tradición hoy sólo subsisten de manera mítica, como aquellos viejos adversarios a los que nos une una misma nostalgia: la de un Iberá auténtico tanto en su paisaje como en sus problemas. Nostalgia porque aquellos prob-lemas de nuestra infancia ambientalista eran menores comparados con las verdaderas amenazas de estos tiempos, con su potencia catastrófica, donde el Iberá no vale como tal sino como superficie a plantar, drenar o sistematizar. Donde para satisfacer una economía in-dustrial ajena al lugar, sin disparar un sólo tiro, se pone en jaque la integridad de todo un territorio, su flora, su fauna, y el paisaje humano y natural donde todavía vagan sus mitos y leyendas.

Boletín de los Esteros - Proyecto Iberá · 2 Publicación bimestral y gratuita editada por...

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