Boletín Campaña Mujer Sindicalizate

8
Boletín

description

 

Transcript of Boletín Campaña Mujer Sindicalizate

Page 1: Boletín Campaña Mujer Sindicalizate

Boletín

Page 2: Boletín Campaña Mujer Sindicalizate

mujer sindicalízate

Como agrupación de trabajado-res y trabajadoras Alternativa

Obrera en conjunto con la agru-pación de Mujeres y Diversidad Sexual, Pan Y Rosas Teresa Flores, queremos dar inicio a nuestra cam-paña Mujer, Sindicalízate como una medida que contribuya a que los amplios sectores de mujeres trabajadoras demos un salto a través de nuestras organizaciones sindicales para conquistar plenos derechos.

¿Por qué una campaña específica dirigida a las mujeres?

Desde hace ya unos cuantos años, las mujeres hemos pasado al cen-tro del debate de la política nacio-nal. Hoy no sólo hoy está en juego el derecho a decidir de las millones de mujeres de este país con la dis-cusión sobre el aborto, sino que también nuestros derechos labo-rales pasan a la palestra con la Re-forma Laboral a través de la cuota de obligatoriedad de participación femenina en los procesos de nego-ciación colectiva.

Es innegable que esta es una medi-da que sin duda posibilitará nuestra inserción en el mundo sindical, sin embargo, nos antepone un enorme desafío de autorganización para poder hacer valer esta cuota de participación de manera efectiva, en otras palabras, el desafío consis-

te en llevar la voz de las necesida-des de las mujeres a través de esta cuota de participación levantando comisiones de mujeres, una herra-mienta que nos permita recoger las demandas tanto de las mujeres sin-dicalizadas como no sindicalizadas y defenderlas ante la patronal.

Consideramos imprescindible pro-mover la sindicalización femenina tanto por nuestras demandas y de-rechos específicos que no son res-petados en numerosos lugares de trabajo, como por las bajas cifras (sólo alrededor de un 7% de las tra-bajadoras está sindicalizada) que dan cuenta de que para la mujer existen dobles y triples obstáculos para poder organizarse y luchar.

La realidad laboral y social de las mujeres las ubica en los sectores más precarizados, lo que incide directamente en sus posibilidades de ingresar a un trabajo en los que exista un piso mínimo para sindica-lizarse y luchar.

¿Cuáles son los obstáculos de las mujeres para incorporarse activamente a los sindicatos y los problemas que aquejan a las tra-bajadoras? Algunas cifras nos re-tratan la realidad:

• “Chile presenta una de las meno-res tasas de participación laboral femenina en el mundo, la que llega a un 43,5% (Encuesta Casen 2011), en América Latina llega a un 52,8%

(Cepal, 2011), y en los Países de la OCDE asciende a un 63,8% (OCDE, 2011).

• La tasa de participación femenina está correlacionada con la pobreza, por cuanto en los menores deciles de ingreso las mujeres alcanzan una menor participación en el mer-cado laboral.

• Los niveles crecientes de femi-nización de la pobreza se explican a partir del hecho de poder o no poder conseguir un trabajo estable y formal: del total de las mujeres trabajadoras tan sólo lo consigue el 16%, en relación al 27% de los hombres. Si bien el empleo feme-nino ha crecido, esto ha sido a tra-vés de trabajos por cuenta propia, de jornada parcial y de baja califi-cación.

• Existe un brecha salarial del 26,3% entre hombres y mujeres que des-empeñan una misma función en un mismo cargo. (CASEN 2011 MDS).

• Los hogares con jefatura femeni-na en Chile subieron de un 33% en 2009 a un 39% en 2011. De éstos, el 55% se encuentra en situación de extrema pobreza. (CASEN 2011 MDS).

• Un 36% de las mujeres que hoy están inactivas declaran que lo es-tán por razones familiares perma-nentes, lo que corresponde a más de 1.347.000 mujeres. (Encuesta

comienza la campaña: mujer

sindicalízate!!!

2

Page 3: Boletín Campaña Mujer Sindicalizate

mujer sindicalízate 3

Nacional de Empleo, INE Julio-Sep-tiembre 2013) Estas razones son el cuidado de los hijos, los que-haceres del hogar, el cuidado del enfermo y del adulto mayor de la familia, las mismas razones por las cuales las mujeres que sí están tra-bajando NO se sindicalizan: falta de tiempo y sobrecarga de trabajo y labores domésticas.

Estos datos de reflejan sólo una parte de un fenómeno amplio de creciente precarización y flexibilización laboral como fruto de las políticas neo-liberales instaladas en Chile, políticas que han sido sostenidas por la Casta Penta Soquimich durante más de 20 años, y que hoy pretenden apa-lear levantando una Refor-ma Laboral que está sien-do discutida en las alturas del parlamento y que no resuelve el problema del trabajo precario, o la necesidad de la negociación co-lectiva por rama como plataforma para garantizar el cumplimiento de todos los derechos específicos de las mujeres especialmente en las ramas feminizadas de la eco-nomía y el mundo del trabajo.

Las mujeres hemos comenzado a ponernos de pie

Por otra parte, actualmente, den-tro del ritmo sostenidamente cre-ciente de huelgas legales y paros ilegales de la clase trabajadora en

su conjunto, las mujeres han soste-nido una participación no menor, principalmente en los servicios, un lento pero persistente despertar del sector de la industria (princi-palmente la alimenticia), la salud pública y la notable Rebelión de Las Bases, movimiento del profe-sorado, ampliamente feminizado, con nuevas demandas y en abierta oposición a las dirigencias buro-cráticas de Gajardo, el PC y toda la Nueva Mayoría.

Este panorama que comienza a asomarse presiona al gobierno a pensar soluciones a la aquejante realidad de las mujeres y poder responder a una recuperada subje-tividad que comienza a extenderse: la huelga como método de presión y de lucha, a su vez, le antepone al movimiento obrero y sindical la tarea urgente de integrar a las mu-jeres a las organizaciones sindica-les a través de políticas activas que contribuyan a generar espacios propios y una especial importancia a sus demandas específicas, somos la mitad de la clase trabajadora y estamos doblemente postergadas y doblemente explotadas, si no es

la propia clase trabajadora la que genere respuestas satisfactorias a nuestras demandas, al gobierno de las castas y las boletas “ideo-lógicamente falsas”, se les hará más llano el camino para ofrecer migajas por derechos y restarle al movimiento de trabajadoras y tra-bajadores la mitad de su potencial y su fuerza, sólo desde la lucha unificada de la clase trabajadora se podrá dar una respuesta a la creciente feminización de la

pobreza y acabar de raíz con la brutal diferencia que existe

entre el nivel de vida de un puñado, de una casta de políticos y empresarios que controlan el Estado, con los Penta y los So-quimich, mientras mi-llones de hogares dirigi-

dos por una mujer están en la extrema pobreza.

Es por todo esto que extende-mos el llamado a sumarse a la cam-paña “Mujer, Sindicalízate” y con-tribuir de conjunto a la lucha por levantar un Nuevo Código Laboral hecho por y para los y las trabaja-doras, sin que la casta de políticos corruptos pongan límites a nues-tras exigencias mientras ellos ro-ban y se financian a destajo a costa de los bolsillos de la clase patronal y en perjuicio de nuestras vidas y nuestros derechos.

Page 4: Boletín Campaña Mujer Sindicalizate

mujer sindicalízate

17 de mayo de 2015

Liz Klement.

Sra. Rosa.

Como bien hemos señalado, las mujeres aumentamos las cifras del trabajo precario en Chile, aun así, con el peso de la inestabilidad laboral y la amenaza constante de parte de los empresarios, un gran número de mujeres no sólo se ha integrado, sino que se ha puesto a la cabeza de la organización de sus pares. Desde la Campaña Mujer, Sindicalízate, entrevistamos a una trabajadora de aseo y ornato externalizada de la Municipalidad de Recoleta, la que ha tomado en sus manos la misión de organizar a sus colegas, en su gran mayoría hombres de más de 60 años, y defenderse del abuso diario que la clase empresarial ejerce contra los sectores más golpeados y desprotegido, como los son los trabajadores que ya han superado su edad de jubilación y que aún deben trabajar a causa de las pensiones miserables de las AFP’s .

LID: ¿Dónde trabaja usted señora Rosa?

SR: yo trabajo en una empresa de Paisajismo De Recoleta.

LID: ¿Qué hace ahí?

SR: soy asesora de las plazas. Limpio plazas. Las riego, las cuido, etc.

LID: ¿Qué edad tiene la gente que trabaja ahí?

SR: Mayoría adultos mayores. De 60 años para arriba. Somos pocos lo

que tenemos menos de 60 años.

LID: ¿Por qué se le ocurrió inscribirse y venir a la Escuela sindical?

SR: Por aprender un poco más. Por aprender, pues es bien poco lo que sé en cuanto al sindicalismo. Y por defender a estos viejos, porque la empresa en la que trabajo pasa a llevar a los trabajadores, es muy explotadora con los pobres viejitos. El viejo no reclama. El viejito aguanta, que le descuenten días, que lo manden a hacer cosas que no lo corresponde. Entonces son muy explotadores, sobre todo esta empresa. Hemos trabajado con otras, pero esta es peor.

LID: ¿Usted está sindicalizada?

SR: No. No es sindicato lo que yo tengo. Es Comité Paritario. Pero ahora lo anularon. Porque no está legalizado. Yo soy la presidenta del

entrevistas a trabajadora “placera” de recoleta. ¡las mujeres adelante!

Comité. Lo anularon porque no lo legalizaron en la Inspección del trabajo. Y yo hace como cinco meses atrás, ya había ido a la Inspección del Trabajo, y ellos se quedaron callados. Y ahora, como se termina la licitación, dijeron que el Comité no estaba legalizado.

LID: ¿Usted cree que, a pesar de que en su empresa no existe un sindicato, hay que sindicalizarse?

SR: Demás que sí. Porque hay muchas falencias en las empresas. Mucho abuso con los trabajadores de las plazas. Y en general también con todos. Yo ahora estoy amenazada, de que me van a echar. Soy la primera en la lista. En la empresa ya me amenazaron ya. Tercera vez ya que me amenazan, Un trabajador escuchó, y el jefe del sector de Recoleta, dijo que la Señora Rosa es la primera en irse despedida. Por

4

Page 5: Boletín Campaña Mujer Sindicalizate

mujer sindicalízate 5

“revolucionaria”.

LID: ¿Y por qué la catalogan de revolucionaria?

SR: Porque yo muevo a los viejitos. Porque estoy organizando, viendo, porque no puede ser que vayamos a salir con el puro sueldo y nada más. Después de haberles trabajado dos años a la empresa, puesto que se acabó la licitación ahora a fin de mes. Se acaba el trabajo, y no se sabe si la empresa sigue o si llega otra. Pero si esta empresa sigue, yo ya estoy advertida que me van a echar.

LID: ¿Usted cree que habiendo sindicato hubiese ocurrido de otra manera?

SR: Si, porque si hubiese sindicato habría una instancia donde se resguardaran mínimamente este tipo de cosas. Pero yo no tengo donde resguardarme, a quién preguntarle, más bien dicho, ando buscando alguien que me ayude, que me asesore. Pero me ha sido difícil encontrar, como que nadie quiere meterse. Ahora estoy esperando una reunión con unos de la unión comunal, pero la inspección también me dijo algunos pasos que debía seguir y eso pienso hacer.

LID: ¿Son más mujeres u hombres los que trabajan con usted?

SR: Son más hombres. Ayer teníamos una reunión y al final de cuentas no vino nadie porque todos tienen miedo de que los echen. Porque, como son adulto mayor, cuesta encontrar trabajo, con esa plata se salvan aparte de la pensión miserable que tienen, si por eso trabajan.

LID: ¿Y usted qué opina de que la mujer se sindicalice y participe activamente de las organizaciones, de los sindicatos, para que se instalen

sus temas y se protejan sus derechos?

SR: Estoy muy de acuerdo en eso, siempre he estado de acuerdo, hay mucha discriminación. Aparte yo creo que la mujer es más aperrada que los hombres.

LID: ¿Usted siente que hay mucha discriminación?

SR: ¡Sí! En la mayoría de las partes donde yo he trabajado hay discriminación contra la mujer, por los hijos, por ser mujer, porque hacen trabajo doméstico, por todo eso. En la empresa donde yo trabajo si, nosotras no tenemos ni voz, ni voto en la empresa, nosotras no podemos opinar, ni hablar de nada, ni siquiera sugerir, porque el jefe que tenemos es un déspota de primera, sobre todo con las mujeres.

LID: ¿Usted ha sentido discriminación y machismo hacia usted y su trabajo?

SR: Si ahora y siempre como le digo, yo trabajé en el Hospital de Carabineros haciendo aseo, y éramos lo últimos, ni nos miraban, era como que no existíamos, hasta los técnicos, los auxiliares, todos eran miradores en menos, como que fuéramos lo peor, casi como si no les permitieran hablarnos. Fui muy bien catalogada por mi pega, pero tenían eso.

LID: ¿mirarlas en menos Por ser mujeres?

SR: Si, éramos el perraje, nadie nos dirigía la palabra, así como invisibles, eso que nosotros les trabajábamos, les sacábamos la mugre que ellos producían, trabajábamos para la institución, pero eran muy machistas, muy machistas.

LID: Claro, más con la edad que probablemente les costaría aún más encontrar otro trabajo.

SR: Si, y lo que tengo yo, que me lo dijeron en una actividad el fin de semana, donde se inauguraba la sede vecinal, donde soy presidenta, que el alcalde me dijo que tengo arrastre con la gente.

LID: ¿Y usted no le comento sobre este problema con la empresa esta, de que se termina la licitación y todo lo que implica para los viejitos que trabajan ahí?

SR: Es que él decide, quien se queda y quien se va.

LID: ¿y usted no le planteó esa contradicción que se daba, con todo este problema?

SR: Si, ahora en estos días voy a averiguar dónde anda para ir, y buscarlo, para que me de cinco minutos, y que me dé respuestas por eso que está pasando con la empresa. Que dicen que despedirán once viejos porque no servimos.

LID: Eso dicen ellos, porque por lo que me cuenta, es claramente una práctica anti organización de los trabajadores.

SR: Exacto, pero si esta empresa sigue y yo logro seguir trabajando, lo primero que hago, es formar un sindicato, apenas firme de nuevo contrato, ¡téngalo por seguro!

Page 6: Boletín Campaña Mujer Sindicalizate

mujer sindicalízate

A pocos días de la conmemoración del día del trabajador donde vimos que

desde la dirigencia de la CUT con Barba-ra Figueroa (PC) dejó de manera explícita la invitación a que los y las trabajadoras sigamos confiando en los parlamentarios que se han visto involucrados en los casos de corrupción de Penta y el gobierno.

La actual dirigencia de la CUT a la cabe-za con Barbara Figueroa, militante del Partido Comunista, solo ha contribuido a generar un clima de vocería de Gobier-no de la Nueva Mayoría y un puente de conciliación entre los interés del empre-sariado y parlamentarios, mientras nos preguntamos ¿de los intereses de los y las trabajadoras quien se hace cargo, quien protege, quien resguarda? la res-puesta es clara, solo nosotros los y las trabajadoras podemos protegernos, en este sentido ¿debemos restarnos de re-cuperar nuestros sindicatos y e spacios de organización ? ¿Tenemos que dejar la CUT en manos de burócratas que actúan como verdaderos voceros del gobierno de Bachelet?

Recuperar los sindicatos desde la base, hoy para las agrupaciones que levantan la campaña Mujer, Sindicalízate es una cuestión central a conquistar, una lucha cotidiana que se debe irrigar por todos los espacios laborales, para contribuir así, a terminar con las prácticas de dirigen-tes que no nos representan y sus políti-cas que lo único que fortalecen son privi-legios para algunos, mientras para otros, la gran mayoría de los y las trabajadoras, generan malestar, desconfianza y decep-ción a la hora de organizarse. Aun cuan-do los obstáculos de la cotidianidad nos empujen a no poder organizarnos, pues nuestras complejidades como mujeres y trabajadoras son enormes, cada vez so-mos más mujeres que entramos al mundo

laboral y por ende es más urgente que conquistemos espacios propios dentro de nuestras organizaciones sindicales ; para esto es necesario desplazar a aquellas dirigencias que sólo favorecen a los privi-legiados, categoría que las mujeres jamás alcanzamos, ya que es bien sabido que para los empresarios somos un beneficio como mano de obra barata, a la vez que somos un dolor de cabeza por nuestra condición de madres y cuidadoras.

Recuperar los sindicatos desde la base para las mujeres trabajadoras también significa, levantar demandas y exigencias que hoy están invisibilizadas muchas ve-

ces en los sindicatos; esto ocurre no por-que no se quieran levantar, sino porque el modelo patriarcal también permea a quienes hoy dirigen los sindicatos y las conductas y situaciones machistas están naturalizadas en nuestra sociedad. Es por esto que la necesidad de levantar exigen-cias y demandas como lo son; las salas cunas en nuestros espacios laborales, un igual salario ante un igual trabajo , no más discriminación de género ni brechas sala-riales, acabar con el subcontrato, etc., son fundamentales. En este sentido creemos que no es suficiente el aumento de la sin-dicalización si sólo unos pocos siguen de-cidiendo por nosotras, sin nosotras.

Dudas y preguntas se abren por decenas, ¿Por qué abrir una campaña que invite a la sindicalización de las mujeres trabaja-doras? ¿Por qué recuperar los sindica-

tos desde la base? Si todos sabemos que hoy la tasa de sindicalización en nuestro país es enormemente baja, y solo el 12,7 % de las mujeres que trabaja esta sindi-calizada (algunas cifras estiman que sólo el 7% lo está), mientras el porcentaje de hombres sindicalizados no supera el 14,6 %; sin embargo, durante los últimos años ha ido aumentando de manera lenta pero sostenida en el tiempo la salida de diferentes sectores de trabajadores y trabajadoras a la conquista de sus derechos: huelgas, paros y cortes de ruta han sido las manifestaciones concretas de los métodos de organización y lucha que como clase trabajadora tenemos, estas experiencias en su gran mayoría repletas de la participación de mujeres algo nos dice. La salida de las trabajado-ras de Integra, de Carozzi, de los super-mercados Lider, Jumbo y “La Rebelión de las bases” del sector del profesorado el año que paso -con una alta presencia de mujeres- nos habla de un nuevo des-pertar de las mujeres también, de un cuestionamiento impregnado en el aire a los métodos burocráticos de decisión y la necesidad mayor de conquistar cada una de nuestras demandas por nuestros propios métodos históricos que sobrepa-san, sin duda, la contención por parte de empresarios y el reformismo.

Es por esto que desde la campaña Mu-jer sindicalízate se invita abiertamente a las mujeres trabajadoras a ser parte de esta instancia, a construir un red a nivel nacional que busque retomar y recuperar los sindicatos desde las base, porque sabemos también que son las propias mujeres quienes daremos apertura a la conquista a nuestros dere-chos y a los organismos que como clase trabajadora queremos dotar de políticas que nos representen como trabajadoras y como mujeres.

¡A RECUPERAR LOS SINDICATOS! ¡MUJERES DE PIE!

6

Page 7: Boletín Campaña Mujer Sindicalizate

mujer sindicalízate

Según la última encuesta Casen del año 2013, se ha señalado

que la brecha salarial aumento a un promedio de 125 mil pesos. Este aumento encuentra su causal directa en la diferencia con la que aumentaron los salarios divididos por género, de este modo se percibe que el salario promedio de los hombres en este país aumentó de de $ 400. 967 a $469.107, mientras que las mujeres pasaron de $300.692 a $344.021.

La llamada brecha salarial es una de las discriminaciones laborales más antiguas que existe, atribuida a nuestra condición de mujer y al conflicto que nos genera la doble jornada laboral que cumplimos en el trabajo y la casa, la clase empresarial se ha visto muy favorecida abaratando el costo de nuestra mano de obra.

La antigua consigna de a igual trabajo, igual salario hoy adquiere múltiples formas, ya que la problemática se ha complejizado a medida que la economía ha ido adquiriendo nuevas características al son de la globalización y el brusco ingreso del neoliberalismo sobre todo en países latinoamericanos en los que los actuales sistemas económicos fueron instaurados a punta de fusil a través de las Dictaduras.

Hoy no sólo es la discriminación directa que se percibe cuando en una empresa por el mismo trabajo , en el mismo puesto y con las mismas responsabilidades a la mujer se le paga menos, sino que se ha desarrollado la llamada “segmentación horizontal” que consiste en que las mujeres actualmente se están concentrando en los sectores de la economía con remuneraciones más bajas y con menos niveles de estabilidad; en

Chile, tal como lo indica la Encuesta Laboral Encla, 2008, y tal como ocurre en otras partes, las asalariadas del sector privado están fuertemente ubicadas en tres ramas de actividad: Servicios Sociales y de Salud (64,4%), Enseñanza (63%) e Intermediación Financiera (64,4%).

Si bien en los años sesentas las mujeres ganábamos la mitad de lo que ganaba un hombre, hoy esta realidad se consolida, y a pesar de haber avanzado en términos cuantitativos (las cifras de la brecha salarial se han acortado) en términos cualitativos nos acercamos a un punto de inflexión, pues la diferencia entre el número de mujeres que ha ingresado al mundo del trabajo es inmensamente superior al de los años sesenta: la entrada masiva de las mujeres al mundo laboral coincide con la extensión a nivel planetario del trabajo flexibilizado y precario.

Puede señalarse también que la variante de género se hace más evidente a medida que aumentan los niveles de ingreso, en los quintiles más alto la diferencia se hace más patente. Por otra parte, la brecha salarial varía significativamente entre las distintas ramas de producción “siendo más amplia (28.5%) en el sector de Servicios Comunales y Sociales, rama de alto empleo y donde existe una importante participación de mujeres. Sigue el sector de Electricidad, Gas y Agua (27,2%), que tiene muy bajo empleo; y, en tercer lugar, el Comercio (24,7%), que concentra también una alta proporción de mujeres” (Estudio del Sernam, año 2008)

Los pilares culturales que posibilitan esta discriminación salarial guardan relación con la manera en que la sociedad le atribuye a mujeres y a hombres labores pre-determinadas según su sexo o género y les asigna a cada labor un valor social distinto, esta asignación de valor no tiene otra

EL PROBLEMA DE LA BRECHA

SALARIAL

7

Page 8: Boletín Campaña Mujer Sindicalizate

explicación que la subordinación de lo considerado “femenino” bajo lo considerado “masculino”. Esta amarga tradición es más antigua de lo que podemos imaginar, pues, siguiendo el análisis de los precursores del pensamiento marxista, se origina hace miles de años con el surgimiento de la llamada sociedad patriarcal, una derrota histórica del sexo femenino en el desarrollo económico de las sociedades, cuando estas pasaban de ser comunitarias y de producir y distribuir a todos por igual a ser sociedades basadas en la “propiedad privada”, coincidiendo así el surgimiento de la explotación de unos seres humanos sobre otros con la dominación de los hombres sobre las mujeres; no profundizaremos más en esto, pues es harina de otro costal para efectos de esta nota, pero dejamos abiertas las inquietudes al respecto.

Actualidad.

La ley 20.348.

Actualmente el código laboral considera la llamada Ley 20348, una ley relativamente reciente, si bien esta ley habla del derecho de la mujer a no ser discriminada salarialmente, siguiendo los preceptos emanados de la OIT, o también sobre los mecanismos de acción y los plazos del empleador para hacerse cargo tanto en el conducto de tutela laboral como ante los Tribunales de Justicia, tiene la gran falencia de contemplar solo la discriminación salarial sobre un MISMO trabajo (una interpretación del parlamento chileno al estilo Penta-Soquimich) lo que dejó absolutamente fuera cualquier discusión sobre lo que más arriba describíamos como segmentación horizontal o discriminación horizontal, que es la médula del trabajo precario en Chile, y, por ende, uno de los pilares intocables que la Dictadura dejó en materia laboral.

Como bien hemos visto, una ley no otorga un derecho y escasamente puede garantizarlo hasta el final, pues aún con la Ley la brecha ha aumentado en un 25% respecto del año 2011 y las mujeres seguimos engrosando las filas del trabajo precario.

Por esto mismo es que desde Alternativa Obrera estamos impulsando la campaña que inspira el presente boletín, apara no sólo profundizar sobre los problemas que nos aquejan, sino que plantear una perspectiva sobre cómo acabar con ellos.

¡Mujer trabajadora, Sindicalízate!

¡A acabar con la brecha salarial y el trabajo precario!

NÚMERO 1,

MAYO DE

2015