Béisbol cubano, lenguaje al bate Tres gigantes ... · cual tres villaclareños se encuen-tran como...

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3 Sábado, 9 de febrero de 2019 Por Liliet Barreto Hernández Fotos: Tomada de Internet Tengo la palabra Por Yinet Jiménez Hernández Ilustración: Martirena El show televisivo La Banda Gigante acapara la atención de los cubanos cada noche de domingo, especialmente en esta etapa en la cual tres villaclareños se encuen- tran como finalistas. Gerli Thondike Delgado es una de ellos. Joven de 20 años, graduada de nivel medio superior en percusión, y además domina el bongó. Ella asegura que entre sus preferencias musicales incluye el repertorio tradicional cubano, los toques afrocubanos y el son. «Espero que este programa me posibilite superarme en el instru- mento y también darme a conocer en el país». Confiesa ser una persona tími- da, pero compartir con jóvenes que persiguen similar objetivo le ha hecho ganar confianza. Extraña estar en su casa, sobre todo para poder cocinar y por su apego a la peluquería. En el próxi- mo programa se presentará en una noche de retos. Otra villaclareña que también deberá esforzarse en la siguiente presentación: Gloria Laura Rodrí- guez Pérez, graduada de la Escuela Nacional de Arte en la especialidad de flauta. Comenzó sus estudios en la Escuela Vocacional de Arte Olga Alonso, de Villa Clara. Gloria Laura actualmente tra- baja en la Camerata Cortés, di- rigida por José Luis (el Tosco). Entre sus mayores alegrías destaca haber obtenido el primer premio Jojazz en la categoría de banda de formato grande. Juan Miguel Sánchez Vidal, conocido como el Pequeño, culminó sus estudios de nivel medio supe- rior en guitarra y tres. En cuanto a su preparación antes de salir al escenario confiesa: «Mi ritual es la risa, disfruto el momento para hacer una buena presentación y sentirme bien, primero yo y luego el televidente». Respecto a sus proyectos ade- lanta: «Deseo estudiar en la Uni- versidad de las Artes, estoy abierto a cualquier propuesta de trabajo y, claro, hacer mis propias cosas, como retomar mi grupo Jazz Evo- lution». Tres gigantes villaclareños en La Banda Esta semana, con la Serie del Caribe 2019, la fiebre beisbolera volvió a romper los termómetros en Cuba. Incluso yo, que sé tanto de pelota como de astronomía, salí contagiada y resolví dedicarle al deporte nacional el tema de la semana. Algo nos queda claro: la vida cubana es un gran juego de pelota, como de las Grandes Ligas. Por eso, tal vez el argot beisbolero nos venga en sangre naturalmente, por supervivencia. Explico: si algún visitante «cae de fly» en casa, ¡a la hora de la comida!, se nos complica el inning en un abrir y cerrar de ojos, sobre todo por estos días en que el cubano promedio está «más atrás que el ampaya». Si, por casualidad, conocemos el nimio detalle de que el susodicho es «cuarto bate», la familia completa se «cuadra en home». ¿Qué estrategia seguir cuando, de un momento a otro, sin previo aviso, están las «bases llenas»? Siempre hay alguien que se empeña en «dar curvas»: «¿Más agua a la sopa? Ni pensarlo». Por su parte, es clásico que otro comensal «meta tremendas líneas» y esconda la comida en el refrige- rador: «Aquí estamos a dieta». Mientras el juego en la cocina se pone «al duro y sin guante», el autoinvitado continúa la cháchara porque confía en que esa noche tampoco se «irá en blanco». «Esta vez sí partió el bate», comenta ofendido el menor de los hermanos. «Tres días consecutivos cayendo del cielo. Si no es un récord, es un buen average», agrega. Julio, que está «arriba de la bola», se acomoda en el sofá para esperar que algún «bateador emergente» saque la cara por él. «Si la bola pica y se extiende, no habrá otro reme- dio que sumar un plato a la mesa», grita la cocinera de turno y vuelve a exponer los calderos. «No entiendo por qué nadie se atreve a cantarle out por regla». Sentencia que la culpa es de la Serie del Caribe, de los traguitos de alcohol y de los hombres, por convertir la casa en un estadio multitudinario. A pesar de «estar en tres y dos», las mujeres, rabiosas, aceptan a Julio y este gana una victoria ro- tunda. Sin embargo, ni él ni los culpables de la pifia probarán esta vez la panetela; como diría Mederos, mi vecino, imitando a un comentarista de la televisión nacional: «Y a esa… ¡olvídenla!». Seguramente, casi todos hemos usado alguna vez el argot «pelotero» para referirnos a situaciones de la vida cotidiana. Pero, ¿nos hemos puesto a pensar por qué es el béisbol y no otro deporte el que extra- pola mayor número de frases a la variante cubana del español? Si eso sucede, es porque constituye el más grande espectáculo sociocultural de esta isla; sintetiza nuestra identidad y cubanía. Y en tu barrio, centro laboral o educativo, ¿qué otros dicharachos del deporte nacional están de moda? En espera de respuestas, para alabar la lengua que hablamos los cubanos, nos despedimos. ¡Hasta aquí las clases! ¡Chirrín, chirrán! Béisbol cubano, lenguaje al bate Mucho había escuchado la his- toria de los ocho estudiantes de Medicina asesinados por las fuerzas españolas, pero nunca antes había vivido el drama de sus muertes de forma tan punzante y estremecedora. En su película Inocencia, Ale- jandro Gil lanza al espectador contra el horror de una injusticia a la que le pone rostros y emocio- nes, lo coloca en el centro de una batalla por la verdad, lo zarandea, lo conmueve. Sin duda, una de las principales virtudes del filme tiene que ver con el guion de Amílcar Salatti. Un guion sólido, con una rigurosa construcción de los personajes. Abundan matices en el trata- miento del hecho histórico, lo que denota que hubo una investigación seria, detallada. A esto le sumamos buenas actua- ciones. En la pantalla encontramos a jóvenes de su época, a seres de carne y hueso con los que, por momentos, hasta reímos; muchachos, casi ni- ños, que se hacían bromas entre sí y que luego se preguntaban por qué, por qué nos pasa esto. Hermosísima la interpretación de La Bayamesa, todos juntos, en la prisión, como si fuera nuestro Himno de Bayamo, nuestro grito de libertad. Excelente la fotografía de Ángel Alderete: elegante, ajustada a la época, poética. Impactante el momento del asesinato, cómo iban cayendo los cuerpos y cómo uno de ellos pre- firió morir de frente, con los ojos abiertos, demostrando la estirpe y el coraje de la sangre cubana que le pasaba por las venas. Inocencia es una película que paraliza a sus espectadores. Lleva el sello de la cubanía. Vuelve sobre uno de los pasajes más tristes de la historia patria. Inocencia es un filme que le debíamos a Cuba. Inocencia es un filme que golpea a sus espec- tadores, espectadores que salen rotos de él. Inocencia es un filme imprescindible para los jóvenes cubanos. Estremecedora inocencia Por Leslie Díaz Monserrat Foto: Tomada de Internet Un abrazo, amigos, recién comienza el mes del amor y la amistad, y el equipo de Juveniles les desea el mejor 14 de febrero del mundo. Aquí recibimos sus mensajes en [email protected] o a calle Céspedes # 5, Santa Clara, Villa Clara. Los queremos. Hola, mi nombre es Adrián, tengo 24 años, soy de Encrucijada y qui- siera mandarles un saludo muy especial a mi novia Yeiny, a mi familia y a mis amigos desde Camagüey. [email protected] Hola, me llamo Alejandro, tengo 26 años, soy de Santa Clara y deseo saludar al Vladi, casillero de la calle Toscano, y a Pepe el galletero. ale- [email protected] Me llamo Yaimara Nodarse, tengo 21 años, soy de Calabazar de Sagua y quisiera mandarles un saludo a todas mis amistades, y en especial a Ismary por su cumpleaños. Me gustaría hacer más amistades, este es mi correo: [email protected] Hola, Juveniles, he estado alejado, pues el teléfono tenía problemas, todo resuelto, pueden escribirme por aquí, me llamo Leandro, vivo en Zulueta y tengo 25 años. Este es mi correo: [email protected] Pensando en ti Gloria Laura Rodríguez Pérez. Gerli Thondike Delgado. Juan Miguel Sánchez Vidal.

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  • 3Sábado, 9 de febrero de 2019

    Por Liliet Barreto HernándezFotos: Tomada de Internet

    Tengo

    la palab

    ra Por Yinet Jiménez Hernández Ilustración: Martirena

    El show televisivo La Banda Gigante acapara la atención de los cubanos cada noche de domingo, especialmente en esta etapa en la cual tres villaclareños se encuen-tran como fi nalistas.

    Gerli Thondike Delgado es una de ellos. Joven de 20 años, graduada de nivel medio superior en percusión, y además domina el bongó. Ella asegura que entre sus preferencias musicales incluye el repertorio tradicional cubano, los toques afrocubanos y el son.

    «Espero que este programa me posibilite superarme en el instru-mento y también darme a conocer en el país».

    Confi esa ser una persona tími-da, pero compartir con jóvenes que persiguen similar objetivo le ha hecho ganar confi anza.

    Extraña estar en su casa, sobre todo para poder cocinar y por su apego a la peluquería. En el próxi-mo programa se presentará en una noche de retos.

    Otra villaclareña que también deberá esforzarse en la siguiente presentación: Gloria Laura Rodrí-guez Pérez, graduada de la Escuela Nacional de Arte en la especialidad de fl auta. Comenzó sus estudios en la Escuela Vocacional de Arte Olga Alonso, de Villa Clara.

    Gloria Laura actualmente tra-baja en la Camerata Cortés, di-rigida por José Luis (el Tosco). Entre sus mayores alegrías destaca haber obtenido el primer premio

    Jojazz en la categoría de banda de formato grande.

    Juan Miguel Sánchez Vidal, conocido como el Pequeño, culminó sus estudios de nivel medio supe-rior en guitarra y tres.

    En cuanto a su preparación antes de salir al escenario confi esa: «Mi ritual es la risa, disfruto el momento para hacer una buena presentación y sentirme bien, primero yo y luego el televidente».

    Respecto a sus proyectos ade-lanta: «Deseo estudiar en la Uni-versidad de las Artes, estoy abierto a cualquier propuesta de trabajo y, claro, hacer mis propias cosas, como retomar mi grupo Jazz Evo-lution».

    Tres gigantes villaclareños en La Banda

    Esta semana, con la Serie del Caribe 2019, la fi ebre beisbolera volvió a romper los termómetros en Cuba. Incluso yo, que sé tanto de pelota como de astronomía, salí contagiada y resolví dedicarle al deporte nacional el tema de la semana.

    Algo nos queda claro: la vida cubana es un gran juego de pelota, como de las Grandes Ligas. Por eso, tal vez el argot beisbolero nos venga en sangre naturalmente, por supervivencia. Explico: si algún visitante «cae de fl y» en casa, ¡a la hora de la comida!, se nos complica el inning en un abrir y cerrar de ojos, sobre todo por estos días en que el cubano promedio está «más atrás que el ampaya».

    Si, por casualidad, conocemos el nimio detalle de que el susodicho es «cuarto bate», la familia completa se «cuadra en home». ¿Qué estrategia seguir cuando, de un momento a otro, sin previo aviso, están las «bases llenas»? Siempre hay alguien que se empeña en «dar curvas»: «¿Más agua a la sopa? Ni pensarlo». Por su parte, es clásico que otro comensal «meta tremendas líneas» y esconda la comida en el refrige-rador: «Aquí estamos a dieta».

    Mientras el juego en la cocina se pone «al duro y sin guante», el autoinvitado continúa la cháchara porque confía en que esa noche tampoco se «irá en blanco». «Esta vez sí partió el bate», comenta ofendido el menor de los hermanos. «Tres días consecutivos cayendo del cielo. Si no es un récord, es un buen average», agrega. Julio, que está «arriba de la bola», se acomoda en el sofá para esperar que algún «bateador emergente» saque la cara por él.

    «Si la bola pica y se extiende, no habrá otro reme-dio que sumar un plato a la mesa», grita la cocinera de turno y vuelve a exponer los calderos. «No entiendo por qué nadie se atreve a cantarle out por regla». Sentencia que la culpa es de la Serie del Caribe, de los traguitos de alcohol y de los hombres, por convertir la casa en un estadio multitudinario.

    A pesar de «estar en tres y dos», las mujeres, rabiosas, aceptan a Julio y este gana una victoria ro-tunda. Sin embargo, ni él ni los culpables de la pifi a probarán esta vez la panetela; como diría Mederos,

    mi vecino, imitando a un comentarista de la televisión nacional: «Y a esa… ¡olvídenla!».

    Seguramente, casi todos hemos usado alguna vez el argot «pelotero» para referirnos a situaciones de la vida cotidiana. Pero, ¿nos hemos puesto a pensar por qué es el béisbol y no otro deporte el que extra-pola mayor número de frases a la variante cubana del español? Si eso sucede, es porque constituye el más grande espectáculo sociocultural de esta isla; sintetiza nuestra identidad y cubanía.

    Y en tu barrio, centro laboral o educativo, ¿qué otros dicharachos del deporte nacional están de moda? En espera de respuestas, para alabar la lengua que hablamos los cubanos, nos despedimos. ¡Hasta aquí las clases! ¡Chirrín, chirrán!

    Béisbol cubano, lenguaje al bate

    Mucho había escuchado la his-toria de los ocho estudiantes de Medicina asesinados por las fuerzas españolas, pero nunca antes había vivido el drama de sus muertes de forma tan punzante y estremecedora.

    En su película Inocencia, Ale-jandro Gil lanza al espectador contra el horror de una injusticia a la que le pone rostros y emocio-

    nes, lo coloca en el centro de una batalla por la verdad, lo zarandea, lo conmueve.

    Sin duda, una de las principales virtudes del filme tiene que ver con el guion de Amílcar Salatti. Un guion sólido, con una rigurosa construcción de los personajes. Abundan matices en el trata-miento del hecho histórico, lo que

    denota que hubo una investigación seria, detallada.

    A esto le sumamos buenas actua-ciones. En la pantalla encontramos a jóvenes de su época, a seres de carne y hueso con los que, por momentos, hasta reímos; muchachos, casi ni-ños, que se hacían bromas entre sí y que luego se preguntaban por qué, por qué nos pasa esto.

    Hermosísima la interpretación de La Bayamesa, todos juntos, en la prisión, como si fuera nuestro Himno de Bayamo, nuestro grito de libertad. Excelente la fotografía de Ángel Alderete: elegante, ajustada a la época, poética.

    Impactante el momento del asesinato, cómo iban cayendo los cuerpos y cómo uno de ellos pre-fi rió morir de frente, con los ojos abiertos, demostrando la estirpe y el coraje de la sangre cubana que le pasaba por las venas.

    Inocencia es una película que paraliza a sus espectadores. Lleva el sello de la cubanía. Vuelve sobre uno de los pasajes más tristes de la historia patria.

    Inocencia es un filme que le debíamos a Cuba. Inocencia es un fi lme que golpea a sus espec-tadores, espectadores que salen rotos de él. Inocencia es un fi lme imprescindible para los jóvenes cubanos.

    Estremecedora inocenciaPor Leslie Díaz Monserrat Foto: Tomada de Internet

    Un abrazo, amigos, recién comienza el mes del amor y la amistad, y el equipo de Juveniles les desea el mejor 14 de febrero del mundo. Aquí recibimos sus mensajes en [email protected] o a calle Céspedes # 5, Santa Clara, Villa Clara. Los queremos.

    Hola, mi nombre es Adrián, tengo 24 años, soy de Encrucijada y qui-siera mandarles un saludo muy especial a mi novia Yeiny, a mi familia y a mis amigos desde Camagüey. [email protected]

    Hola, me llamo Alejandro, tengo 26 años, soy de Santa Clara y deseo saludar al Vladi, casillero de la calle Toscano, y a Pepe el galletero. [email protected]

    Me llamo Yaimara Nodarse, tengo 21 años, soy de Calabazar de Sagua y quisiera mandarles un saludo a todas mis amistades, y en especial a Ismary por su cumpleaños. Me gustaría hacer más amistades, este es mi correo: [email protected]

    Hola, Juveniles, he estado alejado, pues el teléfono tenía problemas, todo resuelto, pueden escribirme por aquí, me llamo Leandro, vivo en Zulueta y tengo 25 años. Este es mi correo: [email protected]

    Pensando en ti

    Gloria Laura Rodríguez Pérez. Gerli Thondike Delgado.

    Juan Miguel Sánchez Vidal.

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