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Causas y objetivos de la evolución por selección natural y artificial El proceso de selección artificial consiste en elegir de la población los mejores individuos portadores de las características que quieren seleccionas para obtener su descendencia y volver a repetir el proceso. Podríamos hacer lo mismo con el tamaño de las flores de una planta, o con el tamaño de alguna estructura de interés en un animal doméstico. El ser humano determina arbitrariamente el conjunto de caracteres que serán seleccionados. La selección en la naturaleza, mejora el diseño de los organismos para que cada uno mejore el número de descendientes posibles. La evolución como origen de la biodiversidad del planeta La evolución ha traído como consecuencia la aprobación de nuevas especies y otras han desaparecido a lo largo del planeta; hoy en día se pueden apreciar a lo largo de los ecosistemas una gran diversidad de organismos de distintas especies, algunas están en peligro de extinción. Para preservar las especies existentes es necesario actuar a favor del planeta, cuidando el medio ambiente. http://biologiabiotecnologia3evolucion4.blogspot.mx/p/evolucion- por-seleccion-natural-y.html .4 Causas y objetivos de la evolución por selección natural y artificial Ahora que ya conocemos acerca de los factores que favorecen la evolución, veamos cómo se explica en la actualidad la formación de nuevas especies.

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Causas y objetivos de la evolución por selección natural y artificial

El proceso de selección artificial consiste en elegir de la población los mejores individuos portadores de las características que quieren seleccionas para obtener su descendencia y volver a repetir el proceso. Podríamos hacer lo mismo con el tamaño de las flores de una planta, o con el tamaño de alguna estructura de interés en un animal doméstico.

El ser humano determina arbitrariamente el conjunto de caracteres que serán seleccionados. La selección en la naturaleza, mejora el diseño de los organismos para que cada uno mejore el número de descendientes posibles.

La evolución como origen de la biodiversidad del planeta

La evolución ha traído como consecuencia la aprobación de nuevas especies y otras han desaparecido a lo largo del planeta; hoy en día se pueden apreciar a lo largo de los ecosistemas una gran diversidad de organismos de distintas especies, algunas están en peligro de extinción.

Para preservar las especies existentes es necesario actuar a favor del planeta, cuidando el medio ambiente.

http://biologiabiotecnologia3evolucion4.blogspot.mx/p/evolucion-por-seleccion-natural-y.html

.4 Causas y objetivos de la evolución por selección natural y artificial

Ahora que ya conocemos acerca de los factores que favorecen la evolución, veamos cómo se explica en la actualidad la formación de nuevas especies.

Selección natural es el proceso que regula la composición de la población, al favorecer a los organismos con variaciones que propicien su mejor adaptación a una determinado ambiente, haciendo que sobrevivan, se reproduzcan y hereden estas variaciones a sus descendientes, por lo que la evolución se mueve en el sentido de producir organismos adaptados a su ambiente que tengan mayores posibilidades desupervivencia.

La selección Artificial se utiliza para tener beneficios en la ganadería, vegetales, esto seria utilizar la técnica para crear razas de animales o vegetales con una finalidad determinada, por ejemplo, la crianza de perros como seria la cruza dew Bull terrier se obtuvo de la cruza del bulldogs y el terrier

Al método que inventó el ser humano para poder influir en la evolución de una especie. Consiste en una alteración de los genes para que la reproducción de determinados animales y/o vegetales sirva de punto de partida para la aparición de ejemplares que poseen las características deseadas por el hombre.

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Ahora definiremos el concepto de especie: es un grupos de organismos con las mismas características morfológicos y fisiológicas comunes que habitan un lugar determinado, que se cruzan entre si y tiene descendencia fértil. Ejemplo si cruzamos una burra con un caballo se tendrá una mula, ciertamente es un organismo, pero no podrá procrear, por lo tanto no puede definirse como especie.

Una de las características más importantes de una especie es que mantiene un Aislamiento reproductivo es decir, que en condiciones naturales los organismos de especies distintitas no se cruzan y de esta manera se aseguran de mantener sus características hereditarias su Poza genética, sin las intromisión de genes extraños.

Cada especie tiene una forma de aislamiento reproductivo por ejemplo en las aves en su danza y a la hembra solo aceptara al macho que sepa el baile, también los mecanismos de aislamiento reproductivo que impiden que se crucen organismos de especies diferentes se clasifican en precigóticos: se impide el apareamiento. El Postcigótico que en el caso de que haya habido apareamiento que se desarrolló una cría sana.

A continuación se presenta un cuadro donde se observa los mecanismos de aislamiento reproductivo precigotico y postcigotico

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Otra forma de aislamiento reproductivos es la Especiación y se define como un proceso que a partir de una especie se producen dos o más especies nuevas, o bien cuando a través del paso del tiempo una especie se transforma en otra con características físicas y genéticas diferentes a la original. Las formas de especiación se da por los siguientes mecanismos.

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Especiación simpátrica no requiere una distancia geográfica a gran escala para reducir el flujo génico entre partes de la población

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La especiación alopátrica

Es, simplemente, un nombre moderno para la especiación por aislamiento geográfico que vimos anteriormente. En este tipo de especiación algo extrínseco al organismo impide que dos o más grupos se apareen entre sí con regularidad y, finalmente, lleva a la especiación del linaje. El aislamiento puede producirse debido a una gran distancia o a una barrera física, como un desierto o un río.

Teoría del equilibrio puntuado

En 1972, los paleontólogos Niles Eldredge y Stephen Jay Gould formularon la teoría del Equilibrio Puntuado (Punctuated Equilbrium), afirman que el proceso evolutivo, sostiene que las especies se mantienen en un estado de estasis, con nulos o mínimos cambios durante largos períodos de tiempo, para sufrir en determinados momentos una «explosión evolutiva» durante la que se producen grandes cambios en cortos periodos de tiempo.

Además, estos cambios no producirían una especiación «lineal» como propone la teoría sintética, sino un tipo de «evolución en mosaico» o ramificada donde los rápidos cambios morfológicos originarían varias especies distintas partiendo de la forma original.

Según la teoría del Equilibrio Puntuado, una especie permanecería invariable durante la inmensa mayoría de su existencia, incluso aunque el hábitat cambie. Para explicar este fenómeno, Eldredge (1995) introduce el concepto de «seguimiento del hábitat: ante un cambio ambiental, la especie persigue su hábitat original en lugar de adaptarse a nuevas condiciones mediante selección natural.

La especiación se produciría por el aislamiento reproductivo de una pequeña sub-población, cuyo limitado tamaño produce una relativa inestabilidad evolutiva, anulando las condiciones que mantienen la estasis y sufriendo una tasa de cambio muy rápido durante el tiempo necesario para que se restablezcan estas condiciones de estasis.

Esto produciría una radiación evolutiva a partir de la pequeña población que originará multitud de formas nuevas, mientras el «grueso» de la especie se mantiene estática hasta su extinción. De esta forma, el Equilibrio Puntuado entiende la especiación como un caso especial de especiación alopátrica, con un período que puede ser tan corto, geológicamente hablando, como 5.000 a 50.000 años (Eldredge, 1995) hasta cientos de miles o pocos millones de años (Gould, 1995).

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Por lo tanto ahora estamos en la posibilidad de realizar las diferencias entre la teoría sintética de la evolución y la teoría del equilibrio puntuado.

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INTRODUCCIÓN

EL ORIGEN DE LAS TEORÍAS DE LA EVOLUCIÓN

Hasta el siglo XVIII, los naturalistas creían que las características de los seres vivos habían permanecido invariables desde el principio de los tiempos.

En esa época, el naturalista francés Cuvier elaboró la teoría del catastrofismo, según la cual, a lo largo de la historia de la tierra, sucedieron numerosas catástrofes que acabaron con la flora y fauna del planeta y dieron lugar a la aparición de animales y plantas diferentes. De este modo, Cuvier explicaba la existencia de organismos que se habían extinguido y que se conocían solamente por sus fósiles.

Fue en el siglo XIX cuando se pusieron en cuestión esas creencias y se elaboraron las teorías de la evolución. Según estas teorías, las características de los seres vivos cambian a lo largo del tiempo. Ésta sería la causa de la gran diversidad de la flora y fauna de la tierra y de las adaptaciones de los seres vivos al medio que los rodea.

Las dos teorías más importantes sobre la evolución son las de Lamarck y las de Darwin. Actualmente, la teoría más aceptada es la de Darwin, si bien los descubrimientos posteriores han aportado más información y permiten comprender mejor el mecanismo de la evolución.

LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES

ORIGEN DE LA VIDA

Según el criterio evolucionista, la vida debió iniciarse en las aguas primitivas hace más de 3.000 millones de años, en un medio abundante en metano, hidrógeno, amoníaco y agua, y con descargas eléctricas frecuentes, gracias a las cuales se pudieron formar los compuestos orgánicos base de la materia viva, fenómenos que se han repetido experimentalmente en los últimos

tiempos. Durante millones de años, las reacciones continuaron hasta producir sustancias capaces de autoduplicarse (ácidos desoxirribonucleicos), y cuando esas sustancias “aprendieron” a elaborar, seleccionar e incorporar proteínas, fue cuando pudo iniciarse la formación de los organismos vivos más sencillos. Es claro que la disponibilidad de tiempo fue enorme y que se debieron producir incontables reacciones ineficaces, hasta que les llegó el turno a las reacciones “adecuadas y fructíferas”.

TEORÍA DE LAMARCK

Lamarck (1744-1829) fue un prestigioso naturalista francés. Fue uno de los primeros científicos que aceptaron la evolución y que empezó a formular teorías sobre los mecanismos por los cuales los organismos van transformándose. Basó su teoría básicamente en los siguientes principios:

La existencia, en los organismos, de un impulso interno hacia la perfección.

La capacidad de los organismos para adaptarse a las circunstancias (el clima...)

La generación espontánea, es decir, que en un determinado medio pueden formarse organismos.

La herencia de los caracteres adquiridos.

La función crea el órgano, es decir, las adaptaciones surgen en los seres vivos como respuesta a las necesidades que les impone el medio ambiente.

La teoría de Lamarck está prácticamente desechada en la actualidad ya que se ha comprobado que los caracteres adquiridos durante la vida de los individuos no se trasmiten a su descendencia, y que la función no crea al órgano.

EVOLUCIÓN SEGÚN DARWIN Y WALLACE

La teoría de la evolución por selección natural fue sugerida por dos científicos independientes el uno del otro. Cuando Charles Darwin escribió el origen de las especies a mediados del siglo XIX, sus ideas crearon una gran polémica. Simultáneamente, Alfred Wallace, otro gran naturalista inglés, anunciaba también una teoría de la evolución con ideas muy parecidas a las de Darwin. La teoría de la evolución por selección natural se basaba en las siguientes ideas:

Los organismos producen mucha descendencia.

En cada generación hay mucha variedad en los caracteres que presenta la descendencia.

Algunas variaciones son heredables.

El ambiente condiciona las posibilidades de supervivencia (y por tanto las de dejar descendencia) de los organismos.

Para explicar que haya organismos que mueren y otros que sobreviven, se habla de la supervivencia del más apto. En realidad, la aptitud de un organismo dependerá de la adecuación de sus caracteres biológicos en el ambiente en el que vive. Si los organismos más aptos sobreviven y lo que les hace más aptos es heredable, está claro que este carácter puede pasar a la descendencia.

LA TEORÍA NEODARVINISTA

La teoría neodarvinista surgió hace unos 50 años e intenta explicar cómo se producen los cambios en la descendencia y cómo se transmiten de generación en generación. Según el neodarvinismo, la variedad en la descendencia se explica así:

Los cambios de caracteres en un individuo se producen por modificaciones de su ADN. Estas alteraciones del ADN reciben el nombre de mutaciones.

Las mutaciones se producen siempre al azar.

Como el ADN contiene la información genética, estos cambios producidos al azar se transmiten hereditariamente.

Las mutaciones pueden ser favorables, desfavorables o indiferentes.

Favorables: los individuos que la poseen están mejor adaptados al medio y, por la selección natural, tienden a consolidarse en perjuicio de los que no poseen tal mutación.

Indiferentes: las mutaciones indiferentes hacen que cambien algunos caracteres de los individuos, pero no favorecen ni perjudican su adaptación al medio.

Desfavorables: perjudican al individuo que las posean y puede incluso provocar su muerte.

PRUEBAS DE LA EVOLUCIÓN

La mayor parte de las especies actuales no vivían en el pasado, y es probable que el número de especies existentes en el planeta haya sido muy diferente en las diferentes eras geológicas. Estas son las pruebas de la evolución de las especies:

Los fósiles (pruebas paleontológicas)

La anatomía (pruebas anatómicas)

La distribución de los organismos (pruebas biogeográficas)

El desarrollo embrionario ( pruebas embriológicas)

Composición de los seres vivos (pruebas bioquímicas)

EL ORIGEN DEL HOMBRE

Los humanos pertenecemos al orden de los primates (formado actualmente por unas 160 especies), que se originó hace unos 70 millones de años.

Los primates tenemos un conjunto de caracteres comunes:

Pulgar oponible

Gran desarrollo del cerebro

Reducción de los órganos olfativos

Perfeccionamiento de los órganos de la visión

Hembras con dos mamas

Podemos dividir los antropoides en dos grupos:

Los platirrinos o simios de América.

Los catarrinos o los simios del antiguo continente.

Los hominoideos

El ser humano pertenece ala familia de los homínidos, de los cuales constituimos la única especie en la actualidad.

FAMILIA

GENERO

ESPECIE

HOMINIDOS (HOMINIDAE)

AUSTRALOPITHECUS

Australopithecus ramidus

Australopithecus afarensis

Australopithecus africanus

Australopithecus robustus

Australopithecus boisei

HOMO

Homo habilis

Homo erectus

Homo sapiens

Los primeros homínidos, los australopitecinos, se formaron en África. Recientemente se han encontrado fósiles (solo los dientes) del australopiteco más antiguo: el ramidus.

El género homo se originó en África y presentaba un aumento de la capacidad craneal. Los fósiles encontrados de la especie homo habilis, con una antigüedad de 2 a 1,5 millones de años, tenían capacidades craneales que iban desde los 650 hasta los 750 cm3. El Homo erectus vivió en África, Europa y Asia durante un período que duró de 1,6 millones de años hasta unos 200.000 años atrás.

Actualmente se han encontrado bastantes indicios que la especie humana, homo sapiens, se originó en África hace 100.000-200.000 años, probablemente entre poblaciones de homo erectus.

Se supone que desde África colonizaron el Oriente Medio, desde donde se fue extendiendo hacia Asia y Europa. Algunas poblaciones humanas que vivieron en Europa y al Sur-Oeste de Asia hace entre 75.000-35.000 años tenían 3 características distintivas: se les llama Homo sapiens Neanderthalensis (hombre de Neandertal) y tenían una gran capacidad cerebral de 1.550 a 1.700 cm3. Entre los investigadores, hay controversia sobre si eran dos especies diferentes (hombre Neandertal o Sapiens Sapiens) o si eran dos grupos no aislados reproductivamente y, por lo tanto, pertenecientes a la misma especie. Lo cierto es que los Neandertales desaparecieron hace unos 35.000 años.

http://html.rincondelvago.com/el-origen-de-las-teorias-sobre-la-evolucion.html

Fue un científico británico que sentó las bases de la moderna teoría evolutiva, al plantear el concepto de que todas las formas de vida se han desarrollado a través de un lento proceso de

selección natural. Su trabajo tuvo una influencia decisiva sobre las diferentes disciplinas científicas, y sobre el pensamiento moderno en general. Nacido en Shrewsbury, Shropshire, el 12 de febrero de 1809, Darwin fue el quinto hijo de una acomodada y sofisticada familia inglesa. Su abuelo materno fue el próspero empresario de porcelanas Josiah Wedgwood; su abuelo paterno fue el famoso médico del siglo XVIII Erasmus Darwin. Tras terminar sus estudios en la Shrewsbury School en 1825, Darwin estudió medicina en la Universidad de Edimburgo. En 1827 abandonó la carrera e ingresó en la Universidad de Cambridge con el fin de convertirse en ministro de la Iglesia de Inglaterra. Allí conoció a dos influyentes personalidades: el geólogo Adam Sedgwick y el naturalista John Stevens Henslow. Este último no sólo ayudó a Darwin a ganar confianza en sí mismo, sino que también inculcó a su alumno la necesidad de ser meticuloso y esmerado en la observación de los fenómenos naturales y la recolección de especímenes. Tras graduarse en Cambridge en 1831, el joven Darwin se enroló a los 22 años en el barco de reconocimiento HMS Beagle como naturalista sin paga, gracias en gran medida a la recomendación de Henslow, para emprender una expedición científica alrededor del mundo.

Su trabajo como naturalista a bordo del Beagle le dió la oportunidad de observar variadas formaciones geológicas en distintos continentes e islas a lo largo del viaje, así como una amplia variedad de fósiles y organismos vivos. En sus observaciones geológicas, Darwin se mostró muy sorprendido por el efecto de las fuerzas naturales en la configuración de la superficie terrestre.

En aquella época, la mayoría de los geólogos defendían la teoría catastrofista, que mantenía que la Tierra era el resultado de una sucesión de creaciones de la vida animal y vegetal, y que cada una de ellas había sido destruida por una catástrofe repentina, por ejemplo una convulsión de la corteza terrestre (véase Geología: Siglos XVIII y XIX). Según esta teoría, el cataclismo más reciente, el diluvio universal, había acabado con todas las formas de vida no incluidas en el arca de Noé. Las demás sólo existían en forma de fósiles. En opinión de los catastrofistas, cada especie había sido creada individualmente y era inmutable, es decir, no sufría ningún cambio con el paso del tiempo. Este punto de vista (aunque no la inmutabilidad de las especies) había sido cuestionado por el geólogo inglés sir Charles Lyell en su obra en dos volúmenes Principios de Geología (1830-1833). Lyell sostenía que la superficie terrestre está sometida a un cambio constante como resultado de fuerzas naturales que actúan de modo uniforme durante largos periodos de tiempo.

A bordo del Beagle, Darwin descubrió que muchas de sus observaciones encajaban en la teoría uniformista de Lyell. No obstante, durante su viaje por Sudamérica, también observó gran diversidad de plantas, animales y fósiles, y recogió gran número de muestras que estudió a su regreso a Inglaterra. En las islas Galápagos, situadas frente a la costa de Ecuador, observó especies estrechamente emparentadas pero que diferían en su estructura y en sus hábitos alimenticios, y concluyó que estas especies no habían aparecido en ese lugar sino que habían migrado a las Galápagos procedentes del continente. Darwin no se dio cuenta en ese momento que los pinzones de las diferentes islas del archipiélago pertenecían a especies distintas. Más tarde, ya en Inglaterra, llegaría a la conclusión de que, cuando los pinzones llegaron al archipiélago desde el continente encontraron gran variedad de alimento, y al no tener competidores y estar aislados geográficamente, sufrieron una rápida adaptación a los distintos ambientes; con lo cual aparecieron nuevas especies que descendían todas ellas de un antepasado común.

Tras su regreso a Inglaterra en 1836, Darwin comenzó a recopilar sus ideas acerca del cambio de las especies en sus Cuadernos sobre la transmutación de las especies. La explicación de la evolución de los organismos le surgió tras la lectura del libro Ensayo sobre el principio de población (1798) del economista británico Thomas Robert Malthus, que explicaba cómo se mantenía el equilibrio en las poblaciones humanas. Malthus sostenía que ningún aumento en la disponibilidad de alimentos básicos para la supervivencia del ser humano podría compensar el ritmo de crecimiento de la población. Este, por consiguiente, sólo podía verse frenado por limitaciones naturales, como las hambrunas o las enfermedades, o por acciones humanas como la guerra.

Darwin aplicó de inmediato el razonamiento de Malthus a los animales y las plantas, y en 1838, había elaborado ya un bosquejo de la teoría de la evolución a través de la selección natural. Durante los siguientes veinte años trabajó sobre esta teoría y otros proyectos de historia natural. Darwin disfrutaba de independencia económica y nunca tuvo necesidad de ganarse la vida. En 1839 se casó con su prima, Emma Wedgwood, y poco después se instalaron en la pequeña propiedad de Down House, en Kent. Allí tuvieron diez hijos, tres de los cuales murieron durante la infancia.

Darwin hizo pública su teoría por primera vez en 1858, al mismo tiempo que lo hacía Alfred Russel Wallace, un joven naturalista que había desarrollado independientemente la teoría de la selección

natural. La teoría completa de Darwin fue publicada en 1859 como El origen de las especies por medio de la selección natural. Este libro, del que se ha dicho que “conmocionó al mundo”, se agotó el primer día de su publicación y se tuvieron que hacer seis ediciones sucesivas.

En esencia, la teoría de la evolución por selección natural sostiene que, a causa del problema de la disponibilidad de alimentos descrito por Malthus, los jóvenes miembros de las distintas especies compiten intensamente por su supervivencia. Los que sobreviven, que darán lugar a la siguiente generación, tienden a incorporar variaciones naturales favorables (por leve que pueda ser la ventaja que éstas otorguen), al proceso de selección natural, y estas variaciones se transmitiran a través de la herencia. En consecuencia, cada generación mejorará en términos adaptativos con respecto a las anteriores, y este proceso gradual y continuo es la causa de la evolución de las especies. La selección natural es sólo parte del amplio esquema conceptual de Darwin. Introdujo también el concepto de que todos los organismos emparentados descienden de antecesores comunes. Además ofreció un respaldo adicional al antiguo concepto de que la propia Tierra no es estática sino que está evolucionando.

Las reacciones ante El Origen de las especies fueron inmediatas. Algunos biólogos adujeron que Darwin no podía probar su hipótesis. Otros criticaron su concepto de variación, sosteniendo que ni podía explicar el origen de las variaciones ni cómo se transmitían a las sucesivas generaciones. Esta objeción en concreto no encontró respuesta hasta el nacimiento de la genética moderna a comienzos del siglo veinte . Fueron muchos los científicos que siguieron expresando sus dudas durante los ochenta años siguientes. Sin embargo, los ataques a las ideas de Darwin que encontraron mayor eco no provenían de sus contrincantes científicos, sino de sus oponentes religiosos. La idea de que los seres vivos habían evolucionado por procesos naturales negaba la creación divina del hombre y parecía colocarlo al mismo nivel que los animales. Ambas ideas representaban una grave amenaza para la teología ortodoxa.

Darwin pasó el resto de su vida ampliando diferentes aspectos de los problemas planteados en El Origen de las especies. Sus últimos libros, entre los que se encuentran La variación de los animales y plantas bajo la acción de la domesticación (1868), La descendencia humana y la selección sexual (1871), y Expresión de las emociones en el hombre y los animales (1872) eran exposiciones detalladas sobre temas que sólo disfrutaban de un espacio limitado en El origen de las especies. La importancia de su trabajo fue ampliamente reconocida por sus coetáneos. Darwin fue elegido

miembro de la Sociedad Real (1839) y de la Academia Francesa de las Ciencias (1878). Tras su muerte en Down, el 19 de abril de 1882 se le rindió el honor de ser enterrado en la abadía de Westminster.

El Darwinismo

Es importante tener en cuenta dos aspectos muy distintos de la aportación de Darwin. Él recogió un gran número de pruebas que demostraban que la evolución había tenido lugar y elaboró la única teoría conocida sobre los mecanismos de la evolución de las especies. Estos descubrimientos también fueron realizados por Wallace de forma independiente. El nombre de Darwin se superpone en el recuerdo al de Wallace debido al gran acúmulo de evidencias que Darwin expuso con gran claridad y fuerza en el texto de El origen de las especies.

Darwin conocía algunas pruebas fósiles y las utilizó para demostrar el hecho de la evolución, aún cuando los geólogos de su época no fueron capaces de adjudicar fechas exactas a dichos fósiles. En 1862, el eminente físico lord Kelvin inquietó a Darwin al demostrar en su calidad de autoridad, y hoy sabemos que se equivocó, que el Sol, y por tanto la Tierra, no podía tener una antigüedad superior a 24 millones de años. Aunque esta estimación era mucho más acertada que la fecha de 4004 a.C. que en aquel entonces apoyaba la Iglesia para la creación, no concedía el tiempo suficiente que necesitaba la evolución que Darwin proponía. Kelvin utilizó esta estimación y su inmenso prestigio científico como herramientas en contra de la teoría de la evolución. Su error estaba basado en la presunción de que el Sol liberaba calor mediante combustión, en lugar de por fusión nuclear, algo difícil de saber en aquella época.

Además de los fósiles, Darwin utilizó otra prueba menos directa, aunque en muchos sentidos más convincente, para demostrar el hecho de que la evolución había tenido lugar. Las modificaciones que habían sufrido los animales y plantas domesticados eran una prueba persuasiva de que las variaciones evolutivas eran posibles, y de la eficacia del equivalente artificial del mecanismo de evolución propuesto por Darwin, la selección natural. Por ejemplo, la existencia de razas locales aisladas tiene una explicación fácil en la teoría de la evolución; la teoría de la creación sólo podría

explicarlas si se asumen numerosos “focos de creación” esparcidos por toda la superficie terrestre. La clasificación jerárquica en la que se distribuyen de forma natural los animales y las plantas sugiere un árbol familiar: la teoría de la creación tiene que establecer suposiciones complejas y artificiales acerca de los temas y variaciones que cruzaban la mente del creador. Darwin también utilizó como prueba de esta teoría el hecho de que algunos órganos observados en adultos y embriones parecían ser vestigios. De acuerdo con las teorías de la evolución, estos órganos, como los diminutos huesos de miembros ocultos de las ballenas, son un remanente de los miembros o patas que utilizaban para caminar sus antecesores terrestres. Su explicación plantea problemas a la teoría de la creación. Por lo general, la prueba de que el proceso de la evolución ha existido consiste en un gran número de observaciones detalladas que, en conjunto, adquieren sentido si asumimos la teoría de la evolución, pero que sólo podrían ser explicadas por la teoría de la creación si suponemos que el creador lo disponía cuidadosamente para confundirnos. Las pruebas moleculares modernas han contribuido a demostrar la teoría de la evolución más allá de las ideas más extravagantes de Darwin, y el proceso de la evolución tiene tantas garantías de seguridad como cualquier ciencia.

Refiriéndonos de nuevo a la evolución, la teoría que Darwin y Wallace propusieron de su mecanismo, la selección natural, tiene menos garantías. Ésta sugiere la supervivencia no aleatoria de variaciones de las características hereditarias originadas al azar. Otros británicos victorianos, como Patrick Matthew y Edward Blyth, habían propuesto con anterioridad algo parecido, aunque en apariencia lo consideraron sólo como una fuerza negativa. Parece que Darwin y Wallace fueron los primeros que se dieron cuenta de todo su potencial como una fuerza positiva para dirigir la evolución de todo ser vivo. Evolucionistas anteriores como el abuelo de Darwin, Erasmus, se habían inclinado hacia una teoría alternativa del mecanismo de la evolución, asociada en la actualidad por lo general al nombre de Lamarck. Esta enunciaba que las mejoras adquiridas durante la vida de un organismo, como el crecimiento de los órganos con el uso y su atrofia con el desuso, eran hereditarias. Esta teoría de la herencia de las características adquiridas tiene un atractivo emotivo (por ejemplo, para George Bernard Shaw en su prólogo a Volviendo a Matusalén), aunque la evidencia no la apoya, ni es teóricamente convincente. Incluso si la información genética pudiera de alguna manera viajar `hacia atrás' desde los cuerpos celulares al material hereditario, es casi inconcebible que el desarrollo embrionario pudiera invertirse de forma que las mejoras adquiridas durante la vida de un animal se codificaran de nuevo en sus genes. Inconcebible o no, la evidencia está en su contra. En la época de Darwin existían más dudas acerca de esta cuestión y, de hecho, el propio Darwin consideró una versión personalizada del Lamarckismo, en aquellos momentos en que su teoría de la selección natural se enfrentaba a dificultades.

Aquella dificultad surgió de las ideas que existían en aquella época sobre la naturaleza de la herencia. En el siglo XIX se asumía casi de forma universal que la herencia era un proceso combinado. En esta teoría, los descendientes no sólo tienen un carácter y apariencia intermedia, producto de la combinación de la de sus padres, sino que los factores hereditarios que transmiten a su propia descendencia son así mismo combinaciones intermedias debido a que se produce una inextricable fusión. Se puede demostrar que si la herencia es de tipo combinada es casi imposible que la selección natural darwiniana actúe, ya que la variación disponible se divide a la mitad en cada generación. Esto se expuso en 1867 y preocupó a Darwin lo suficiente como para conducirlo hacia el Lamarckismo. Este concepto pudo haber contribuido también al hecho aislado de que el darwinismo fuera relegado temporalmente a principios del siglo XX. La solución al problema que tanto inquietó a Darwin descansa en la teoría de la herencia particular desarrollada por Johann Mendel y publicada en 1865, pero que desafortunadamente no fue leída por Darwin, ni prácticamente por nadie, hasta después de su muerte.

El Neodarwinismo

Los estudios de Mendel, retomados a finales del siglo, demostraron lo que Darwin insinuó vagamente en cierta época, que la herencia es particular, no combinada. Sean o no los descendientes, formas intermedias entre sus dos padres, ellos heredan y transmiten partículas hereditarias separadas; que hoy en día denominamos genes. Un individuo hereda o no un gen específico de uno de sus padres. Esto mismo puede aplicarse a los padres, por tanto un individuo puede también heredar o no un gen específico de uno de sus abuelos. Cada uno de sus genes procede de uno de sus abuelos y, antes de ello, de uno particular de sus bisabuelos. Este argumento puede ser aplicado repetidamente a un número indefinido de generaciones. Los genes únicos y separados se distribuyen de forma independiente a través de las generaciones como en las cartas en una baraja, en lugar de combinarse como los ingredientes de un puré. Esto marca la diferencia de la plausibilidad matemática de la teoría de la selección natural. Si la herencia es particular, la selección natural puede actuar. Como establecieron por primera vez el matemático británico G. H. Hardy y el científico alemán W. Weinberg, no existe una tendencia propia de los genes a desaparecer del “conjunto” de genes. Si lo hacen será debido a procesos fortuitos, o a la selección natural —porque algo relativo a dichos genes influye en la probabilidad de que los individuos que los posean sobrevivan y se reproduzcan. La versión moderna del darwinismo, denominada neodarwinismo, está basada en esta idea. Esta fue elaborada entre los años 1920 y 1930 por los genetistas R. A. Fisher, J. B. S. Haldane y Sewall Wright, y consolidada con

posterioridad en la década de los años cuarenta en la síntesis conocida como Neodarwinismo. La revolución reciente experimentada por la biología molecular iniciada en la década de los años cincuenta, ha reforzado y confirmado, más que modificado, la teoría de los años 1930 y 1940. La teoría genética moderna de la selección natural puede resumirse en lo siguiente: los genes de una población de animales o plantas que se entrecruzan sexualmente constituyen un “conjunto” de genes. Los genes compiten en este “conjunto” de la misma manera que las moléculas primitivas que se reproducían lo hacían en el “caldo” primitivo. En la práctica, la vida de los genes del “conjunto” de genes transcurre o asentándose en cuerpos individuales que ellos ayudan a construir, o transmitiéndose de un cuerpo a otro a través del espermatozoide o del óvulo en el proceso de la reproducción sexual. Ésta mantiene los genes mezclados y el hábitat a largo plazo de los genes es el “conjunto” genético. Cualquier gen que se origina en él es resultado de una mutación u error aleatorio en el proceso de copia de los genes. Una vez que se ha producido una mutación nueva, ésta puede extenderse a través del “conjunto” genético por medio de la mezcla sexual. La mutación es el origen último de la variación genética. La reproducción sexual y la recombinación genética debida al cruzamiento, muestran que la variación genética se distribuye con rapidez y se recombina en el “conjunto” genético. Es probable que de cualquier gen de un “conjunto” genético existan varias copias que procedan de la misma mutación, o de mutaciones paralelas independientes. Por consiguiente, se puede decir que cada gen tiene una frecuencia en el “conjunto” de genes. Mientras que algunos genes, como el del albinismo, son genes raros en él, otros son habituales.

Impacto social de la teoría de Darwin

El sociólogo Herbert Spencer, formuló la teoría de que los grupos sociales humanos pueden clasificarse según su capacidad diferencial para dominar la naturaleza y el resto de los grupos humanos. Desde este punto de vista, las personas que alcanzan riqueza y poder son consideradas las más aptas, mientras que las clases socioeconómicas más bajas las menos capacitadas. Los seguidores de esta teoría afirman que el progreso humano depende de la competitividad. Esta teoría fue utilizada por algunos como base filosófica para el imperialismo, el racismo y el capitalismo a ultranza. Hoy en día, sin embargo, tanto los sociobiólogos como los ecólogos evolutivos tratan de explicar los cambios sociales y culturales en términos evolutivos; entre el determinismo genético de los primeros y el positivismo, más acorde con el trabajo de Darwin, de los segundos.

Wallace, Alfred Russell (1823-1913)

Naturalista británico conocido por el desarrollo de una teoría de la evolución basada en la selección natural. Nació en la ciudad de Monmouth (hoy Gwent) y fue contemporáneo del naturalista Charles Darwin. En 1848 realizó una expedición al río Amazonas con el también naturalista de origen británico Henry Walter Bates y, desde 1854 hasta 1862, dirigió la investigación en las islas de Malasia. Durante esta última expedición observó las diferencias zoológicas fundamentales entre las especies de animales de Asia y las de Australia y estableció la línea divisoria zoológica (conocida como línea de Wallace) entre las islas malayas de Borneo y Célebes.

Durante la investigación Wallace formuló su teoría de la selección natural. Cuando en 1858 comunicó sus ideas a Darwin, se dio la sorprendente coincidencia de que este último tenía manuscrita su propia teoría de la evolución, similar a la del primero. En julio de ese mismo año se divulgaron unos extractos de los manuscritos de ambos científicos en una publicación conjunta, en la que la contribución de Wallace se titulaba: "Sobre la tendencia de las diversidades a alejarse indefinidamente del tipo original". Su obra incluye El archipiélago Malayo (1869), Contribuciones a la teoría de la selección natural (1870), La distribución geográfica de los animales (1876) y El lugar del hombre en el Universo (1903).

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