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    1PUERTO REAL (Cdiz)

    LIBRO II BERNARDO GAVIO RUEDA

    Ms de Bernardo Gavio Rueda(II)

    Juan J. Zaldvar Ortega

    Un Matador de TorosSeptuagenario

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    Por esta calle Hidalgo, en la ciudad de Zacatecas (Mxico), que

    conduce a la Plaza de Toros San Pedro, pasearon los diestros

    espaoles Bernardo Gavio Rueda, en 1866; Manuel Rodrguez

    (Manolete), en 1945, y los Reyes de Espaa, en 1994.

    (Imagen cortesa de Erik Schnabel).

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    BERNARDO GAVIO RUEDALIBRO II

    Dedicacin:

    A D. Jos Barroso, en testimonio de

    agradecimiento a su original

    invitacin, nica en su gnero en la

    historia de las relaciones humanas;

    que slo ser olvidada cuando se

    inaugure la estatua de Bernardo

    Gavio Rueda.

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    LIBRO II BERNARDO GAVIO RUEDA

    C O N T E N I D O

    Prlogo ............................................................ 7Introduccin ................................................... 9

    CAPTULO IAos 1812, 31 y 35 ............................. 15

    CAPTULO IIMxico: Tierra de Volcanes ................. 23

    Ambiente general y taurino ................. 24Ao de 183:Llegada a Cuba ................................... 30

    Ao de 1835:Llegada a la Ciudad de Mxico ........... 33

    CAPTULO III

    Recapitulando ..................................... 43

    CAPTULO IVSus excursiones taurinas en Mxico ... 47

    CAPTULO VLos toros que lidi ............................... 63

    BIBLIOGRAFA .............................................. 71

    Pginas

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    P R L O G O

    s a todas luces una interesante curiosidad antropolgica compararlas vidas paralelas -copiando el ttulo de la clebre obra de Plutarco( Plotarkhos, Beocia (Queronea), hoy desaparecida,actual Grecia, (50-120 d,C., historiador, bigrafo y ensayista griego-de nuestro clebre matador Bernardo Gavio Rueda y la de este autor,pues ambos -partiendo de que nacimos el mismo da y mes (20-08),

    que no el ao (1812 y 1933), en Puerto Real-, llevamos a cabo hechos realmenteparalelos en el mundo de la tauromaquia mexicana, con slo 121 aos de diferencia:

    Gavio implant all las nuevas tcnicas tauromquicas usadas en Espaa, y Zaldvarlos conocimientos zooctcnicos ms actualizados. Recorrimos en la inmensidad deMxico los mismos lugares, sufrimos las mismas y duras dificultades de adaptacin,que no fueron pocas; nos comunicamos espiritualmente en mltiples ocasiones, ycada uno en nuestra poca, tan lejos de Espaa, nos acordamos casi constantementede Puerto Real, para al final, por nuestro humanismo, tica profesional y entrega,ser queridos y considerados como mexicanos; y, nos preguntamos muchas veces :Cmo ser la vida en Puerto Real? Quines regirn sus destinos sociales,econmicos y polticos?

    Tras hacerme stas preguntas he recordado cmo los hombres contamosdesde hace un milln y medio de aos, concretamente desde que comenzaron adesarrollar los esbozos de las primeras culturas, con los homnidos de Olduvai (*) -segn puede leerse en la Difusin del gnero humano. En: La Historia en su lugar(T. I, p.28, Planeta, 2002)-, con toda una serie de recursos de gran valor paraenriquecer el conocimiento sobre quienes nos rodean, destacando entre todos porsu efectividad el dicho de: Si quieres saber, no preguntes. A Bernardo,desgraciadamente, una cornada mortal le impidi volver a pisar su tierra natal ysaber cmo era la vida aqu. Pero este autor, s. Decimos esto porque hace das,despus de cuarenta aos, casi me doy de bruces con un viejo amigo al que en suda conoc por la firmeza de su concepciones polticas, totalmente enfrentadas conlas mas, pero que siempre fueron aceptadas por su profunda lealtad, esa que seha extinguido y que l mantiene con todo su fresco vigor zurdo.

    Despus de tantos aos, no slo el destino me otorgaba haberle vuelto aver, es que sin preguntarle, pese que quera saber sobre la vida de los protagonistasde la vida social, econmica, cultural y poltica de mi pueblo natal: Puerto Real -

    (*) Olduvai fue uno de los primeros sitios en ser excavados y est dentro de lo quees el gran Valle del Rift, una gran depresin que comprende unos 2.900 Km2. Las

    excavaciones se realizaron en la llamada fosa o garganta de Olduvai (259?S,3521?E) y los restos se han fechado entre 1,8 y 1 milln de aos, constituyendo

    uno de los yacimientos palentolgicos ms importantes en el Este de frica.

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    porque yo s soy de ah-, durante los pasados 30 aos -la mayor parte pasados en latierra adoptiva del septuagenario matador-, D. Miguel Marrroqun, sin prcticamentepreguntarle, me rese, a modo de un largo serial taurino, toda la lista de esosprotagonistas y los curiosos detalles de los ms importantes personajes que condujeronlos destinos de mi siempre recordada Villa. Alance comentarios -ms que stosfueron lanzas- de una increble dimensin, de corrupciones y abusos, con pelos yseales. Una macabra exposicin de hechos todos crebles, que gracias a l, mepusieron al da sin preguntar, ms de lo que quera saber Cunto hubiera dado D.Bernardo porque alguien le hubiese contado lo mismo de lo que ocurri a lo largo delos 50 aos largos que vivi en el pas de los aztecas!

    Mi interlocutor se interes despus -sin ser l de Puerto Real y s su distinguidaesposa- por saber ms de las muchas noticias que le estaban llegado sobre el grandiestro Gavio. El tiempo iba pasando y cuando le dije el nombre de la persona quequera hiciese el presente Prlogo, casi dio un grito, diciendo: Ni se te ocurra, amigoZaldvar, que ese personaje enturbie la labor que estis haciendo en honor del torero,

    hacindole protagonista de una historia tan emotiva, sin el menor merecimiento.Volvi a despacharse a su gusto. Pero la verdad es, le dije, que no es para tanto,amigo Miguel, y menos en estos tiempos en que se han perdido todos los valoresticos y morales, a favor de la maldad y la mentira -las que contienen los motivos desus propios tormentos-, en una sociedad que vive exclusivamente para consumir,para tener cada da mayores comodidades y la nevera llena; con todo lo cual, a unagran mayora de espaoles se les han dormido las tres facultades del alma: memoria,entendimiento y voluntad.

    La memoria la alimentan refrescando los odios del pasado y alejando de ellael recordar las grandezas de nuestra rica historia y los personajes que la engran-decieron -porque si cosa deseable es tener una buena ascendencia, la gloria pertenecea nuestros antepasados; el entendimientolo estn convirtiendo en una vaso para

    llenar, cuando es una maravillosa lmpara para encender ideas que nos libren de laincultura reinante; la voluntadse ha puesto al servicio de las ambiciones, privando alas almas del Sol y de la Luz y del Gozo de la porcin de vida y tiempo por las quenacemos al mundo; que en suma han convertido a nuestra sociedad en una especiede ejrcito de ciervos sumisos dirigidos por un frgil len iluminado, que ser siempremucho ms temible que un ejrcito de leones mandados por un ciervo.

    Y en medio de ese panorama, en que los tiburones salen de las madriguerasy los conejos de los arrecifes, un grupo de aficionados a la Fiesta Brava, de PuertoReal, al que se estn uniendo cada da ms paisanos, est protagonizando un hechotan histrico como admirable: rescatar la historia de la villa, en beneficio del hermosoedificio cultural de la Tauromaquia, con el recuerdo de sus hijos que la engrandecieron,comenzando por Bernardo Gavio Rueda, al que el insigne escultor D. Jess Cuevas

    Arana le ha modelado una original estatua. Los miembros de la Tertulia taurina Cambiode Tercio, de Puerto Real, han cimentado los pilares de esta hazaa cultural yhumana que alimentar el noble orgullo de todos los puertorrealeos.

    El Autor

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    uando el (20-08-1826) Bernardo GavioRueda cumpli los catorce aos de edad,ya tena en su mente la idea muy clara deque pronto le llegara la oportunidad deabandonar el Seminario Diocesano deSevilla, para iniciar su gran aventura oce-

    nica. Sus educadores estaban muy satisfechos de cmo aprovechaba el tiempo y de suaficin a permanecer cuantas horas libres tena para consultar libros histricos y geogrficos.No imaginaron que el joven Bernardo estaba estudiando las rutas ocenicas que debacruzar. En uno de los libros sigui la historia, entre otras, del hombre que hizo brillar su luzen el Mar de la Oscuridad: el Ocano Atlntico. Todo comenzaba al pie de los orgullososacantilados del cabo Borjador, al sur de las islas Canarias, donde las masas de agua del

    Atlntico hierven y rompen en furia constante, donde los bancos de sardinas refulgen,brillan en la vorgine -en el horizonte prximo-, prestando a la superficie de las aguas DEL

    Atlntico el aspecto de metal fundido. Es all, desde hace incontables millones de aos,donde las aguas del ocano se precipitan en barrancos ocultos, de increbles profundidadesy estallan cual campo de giseres en columnas verticales cargadas de espuma. Segn losantiguos navegantes, ah estaban las puertas del infierno.

    Aquellas lecturas fascinaban a Gavio, y, cuando en las vacaciones del verano de1828, con los recursos econmicos que haba reunido las aportaciones pecuniarias de su

    pariente Juan Len (Leoncillo), con quien se haba confabulado, fueron esenciales-sali deSevilla, mientras sus maestros pensaban que haba ido a visitar a los pocos familiares quenadie saba dnde vivan. Cuando logr pagar el pasaje y se embarc, tan pronto vio alejarsela costa gaditana, la alegra que senta se mermaba pensando en cuanto haba ledo, quefrente a l, apareca el Mar de la Oscuridad este temor estuvo latente durante muchossiglos-, en que los navegantes estaban convencidos de que aquellas aguas estaban pobladaspor monstruos y espritus de marinos que naufragaron: era el final del mundo. El gigantescoremolino, que ruge impetuoso a lo largo de 245 kilmetros de abrupta costa, suscit en laimaginacin de la gente marinera espeluznantes leyendas que, desde el ao 400 a. de J.C, hasta el siglo XV, detuvieron tambin la exploracin detallada de la costa occidentalafricana. Las Columnas de Hrcules, que como ya sabemos enmarcan el estrecho deGibraltar, sealaban el lmite occidental del Mediterrneo, ms all del cual los aventureros

    avanzaban con temor indecible: de Cdiz a Borjador haba 1.000 aos de distancia.

    Bernardo Gavio llevaba consigo unos apuntes resumidos de sus lecturas en labiblioteca del Seminario. En una de las pginas manuscritas por l ley que en 1434, unnavegante portugus llamado Gileannes, que se mofaba de este estado de creencias y delterror de los expedicionarios, se propuso averiguar qu suceda ms all de Borjador.

    Aseguraba que aquel espectculo dantesco, que durante tanto tiempo haba aterrorizado a

    Imagen n 1. BernardoGavio Rueda

    Introduccin

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    los marineros, no era ms que el mar eternamente embravecido que chocaba contra losacantilados. No explic, puesto que aun no se saba, que incrementaba el caos la marejadadescendiendo del Norte, al entrar en colisin con las corrientes de los vientos clidos de latierra firme y desrtica africana.

    Gileannes atemper los temores de su tripulacin con la razn y el sentido comn.Como hizo Cristbal Coln. Puso rumbo al borde del mundo hasta entonces conocido por elOeste, del llamado non plus ultra. No tard mucho tiempo en que la marinera y nuestropaisano comenzaran a no dar crdito a sus ojos, pues en slo 24 horas, tiempo relativamentemuy breve para las singladuras martimas de entonces, dejaron atrs la hasta entoncessiniestra barrera de Borjador y entraron en aguas tranquilas, sin que apareciera un solomonstruo. Disipados los temores el capitn orden virar ciento ochenta grados y se dirigieronhacia el Este, siendo nuevamente recompensados con la visin de una nueva e inexploradacosta africana que se extenda ante ellos. Mientras tanto, Bernardo el Andaluz, como leiniciaron llamando en el mismo barco, comenz a sentirse cada da ms satisfecho de ladecisin tomada (1), que comparta con otros jvenes la aventura americana, todos los

    cuales, para mejor identificarse, agregaban al nombre el lugar de su procedencia, que a lolargo de la vida en Amrica sera el primer apellido, como incontable paisanos.

    Hasta entonces Europa haba tardado 1.000 aos en reconocer los 1.500 kilmetrosde costa africana desde las Columnas de Hrcules hasta Borjador. La osada penetracin deGileannes en el temido Mar de la Oscuridad o de las Tinieblas, rompiendo los lmites delmundo conocido hacia el Oeste, inaugur una poca de grandes descubrimientos, y enmenos de 70 aos aparecieron en los mapas, por ejemplo, los restantes 16.000 kilmetrosde la fachada occidental africana, ya recorrida por los audaces y valerosos fenicios ycartagineses, que cruzaron los trpicos de Capricornio y Cncer, casi dos mil aos antes.Cuando el joven Gavio se pregunt: Qu extensin tendr esta primera ruta ocenicaque he empezado a surcar? Y en un de sus apuntes geogrficos, no pudo leer: La extensin

    del ocano Atlntico es de 82.441.000 kilmetros cuadrados y entre Cdiz y La Habanadeber cruzar unos 7.500 kilmetros; la del Pacfico de 179.680.000 kilmetros cuadrados;y la del ndico de 73.443.000 kilmetros cuadrados.

    (1) Pero en el fondo de su espritu, la aparente alegra de su rostro, encubra el recuerdopermanente de su primer amor, que comenz a sentir cuando contaba slo seis aos de

    edad. l la haba bautizado con el nombre potico de Lirima, que dej escrito en ellegendario Pino Gordo de Las Canteras y, segn le cont a su ntimo amigo Rodrguez

    (el Mulato), recibi de ella aos despus una regaada -pues alguien le dijo que sunombre estaba grabado en el venerable rbol-, ya que Gavio, antes de embarcarse paraMxico (1835), tras dos aos en Montevideo y cuatro en Cuba, volvi a Puerto Real unos

    das y al verla casada con un marino -los prncipes azules para las gaditanas, que sehacen con los aos viejos insoportables cuando se quedan sin el mar y no saben andar

    por la tierra firme- y con hijos, se limit a saludarla, cogindo fuertemente sus manos ydicindole adis para siempre. Este comentario convierte de plano a Bernardo Gavio en

    un personaje con ricos perfiles novelescos.

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    En la mente del puertorrealeo, libre de nubarrones por la firmeza de la determinacintomada, no qued marginado el recuerdo de la gran odisea que tres siglos antes realizCristbal Coln con su tripulacin. Llevaba ya varios das sobre el barco y le disgustabapensar en la hbil falsificacin con la que algunos historiadores quisieron ensombrecer la

    grandeza del descubridor, que fue uno ms de los numerosos fraudes histricos que hanpretendido restar mrito a la epopeya del verdadero descubridor de Amrica. La figuraheroica de Coln sali triunfante y contina agrandndose con el transcurso de los siglos.Escrita est esa gran aventura humana en su Diario.

    Un diario que comienza narrando cmo al desaparecer por la popa la isla de Hierro,la ms occidental del archipilago de las Canarias, los tripulantes de la pequea nao sesantiguaron piadosamente... Bernardo tambin lo hizo cuando zarp su barco de Cdiz.Era el (06-09-1492). Ante ellos el Atlntico, el vasto y proceloso mar desconocido. Pero laobstinacin sin lmite y la pericia de un hbil navegante, que hasta venci a su tripulacinamotinada, le condujeron a su meta soada; pero, en lugar de encontrar tesoros en lassiete Mil Isla, lleg a las puertas del continente Americano. El sueo de Gavio no era

    encontrar islas mgicas, simplemente torear, pero estaba ilusionado en ser el primero enver aves marinas que le marcaran la proximidad de tierra firme.

    Y as, nuestro biografiado, el hoy legendario diestro de Puerto Real, Bernardo GavioRueda, se embarc en el Puerto de Cdiz, con destino a Las Amricas, cuando contabaunos dieciocho aos de edad, y tras realizar largas rutas ocenicas, lleg primero a Cuba(2), para pasar seguidamente a Uruguay, toreando dos temporadas en la Plaza de Toros deMontevideo, la de 1829 y 1830, actuando como banderillero y algunas veces comoestoqueador, regresando a La Habana en 1831, donde hizo cuatro campaas aceptables,unido a los diestros Jos Daz (Mosquita) y Manuel Bravo, espaol el primero y mexicano elsegundo. No le gustaba el ambiente disipado y libertino de los isleos y a principios de 1835lleg a Mxico. Haba cruzado tres rutas martimas, una de ellas de ms de 5 mil millas

    marinas. Pronto comenz a sorprenderle la cantidad de apellidos espaoles con los que seencontr: Aguilar -ste sera su mdico particular-, Barroso, Candn, Garca, Gonzlez,Lpez, Medina, Prez, etc.

    (2)Bernardo Gavio Rueda se qued impactado desde que, tras una larga travesa,procedente del Puerto de Cdiz, lleg a la hermosa ciudad de Montevideo, en la queactu como banderillero y media espada slo dos temporadas, debido a las razonesque explicamos debidamente; despus pas a Cuba, en cuyas plazas de toros actu

    como matador cuatro aos, hasta que en 1835 march a Mxico. La Habana deaquellos aos era realmente pintoresca. Pero en sus ltimos aos sinti una especialinclinacin por la ciudad mexicana de Texcoco; le encantaba su paz y en su plaza de

    toros actu ms de un centenar de veces, logrando en ella grandes triunfos y la

    muerte. En la actualidad es un municipio que se encuentra conectado al DistritoFederal por una carretera de 16 kilmetros de autopista, y dos carreteras pblicas de42 kilmetros de longitud, una conecta la carretera Mxico-Los Reyes y la otra por

    Indios Verdes-Lechera. Texcoco se dedica principalmente a la produccinagropecuaria, al vidrio soplado, floricultura, fruticultura y artesana en barro. Laindustria es chica y familiar en su mayora, sin embargo debido a la creciente

    demanda se estn estableciendo nuevas empresas nacionales e internacionales.

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    Imagen n 2. En semejante ambiente se viva en cualquiera de las ciudades de todas lasnaciones o colonias Hispanoamericanas aos despus de que se independizaron. Desdeprincipios del siglo XVII en estas amplias explanadas, la mayora de las veces en su centro,hacan una profunda perforacin en la piedra hasta conformar un pozo y a su alrededor unamplio bebedero para el ganado, como se observa en la margen izquierda, y en el todoslos vecinos se abastecan de agua. En parte de su circunferencia exterior, mediante unosescalones, los ciudadanos podan alcanzar el brocal y sacar agua. En los aledaos deestas plazas se construyeron las ms diversas iglesias y catedrales, todas levantadas bajola direccin de arquitectos espaoles, y fueron utilizadas tambien como Plazas de Armas o-Plaza Mayor-, a la vez que se empleaban para instalar plazas de toros de madera.

    En el Bosquejo Histrico de Zacatecas, de Elias Amador, y en la pgina 279 delTomo I, puede leerse: ... Ordense por auto del Cabildo, el ao 1593, que para celebrardebidamente la fiesta de la Virgen -que primero se llam de los Remedios-, Patrona de laCiudad, el 8 de septiembre -de dicho ao-, se hicieran cuantas demostraciones de pblico

    jbilo pudiera imaginarse. Con este motivo se previno que hubiera corridas de toros... Yagrega el historiador zacatecano: ... las primeras que de tan brbaro espectculo, severificaron en esta Ciudad, afirmacin que no es cierta, ya que en 1559 se corran toros en

    Zacatecas. Se improvisaron, ruedos de tablones y con carretas, en los que se dice seobligaba a trabajar gratutamente a los indgenas... lo cual no es muy seguro, ya que desdeprincipios del sigloXVII, el Visitador de la Corona, don Gaspar de la Fuente, haba prohibidoque las autoridades locales obligasen a los indgenas a dichos trabajos; y, porque paraesas chambas, ayer, hoy y siempre, se apuntaran los aficionados sin exigir ms quetorear. Esa Plaza de Armas tena ese aspecto cuando Bernardo Gavio Rueda estuvotoreando en aquella ciudad a mediados del siglo XIX.

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    LIBRO II BERNARDO GAVIO RUEDA

    Muchos lectores de la primera entrega se han preguntado el por qu Gavio sloestuvo dos aos en Montevideo (Uruguay) ? La respuesta aflora al considerar la trayectoriavital de otro singular diestro: Manuel Domnguez (Desperdicios) -ste apodo naci el daque Pedro Romero le vio torear y dijo: Este muchacho no tiene desperdicios-, matador de

    toros sevillano, nacido en Gelves el (27-02-1816). Su vida mereca un bigrafo que se dedicaraslo al especto taurino, sino a los muy pintorescos y divertidos que en ella se descubren yque hacen el diestro sujeto privilegiado de una biografa tan intensa y rica en sucesos, comodramtica y movidsima imposible de exponer en toda su extensin.

    Su estancia en la ciudad de Montevideo reflejar claramente al lector la situacinsocial, poltica y econmica que no pudo soportar Bernardo Gavio en aquel pas. Al igualque ste, Manuel Domnguez volvi a Espaa y retorn a Amrica. Por una serie de motivos,su situacin se hizo crtica en Sevilla, por ms que l fuera ajeno a la desgracia ocurrida.

    Aprovechose entonces la circunstancia de la fragata Eolodeba zarpar en breve paraMontevideo llevando a bordo una cuadrilla de toreros, y el picador Fabre, con la mayorreserva y no sin algn riesgo, logr poner a bordo a Domnguez, as como tambin al autordel homicidio, que partieron para Amrica sin haber sido molestados. Tal fue ligeramente

    expuesto el hecho fatal que determin el alejamiento de Domnguez por espacio de diecisisaos.

    Y as dej relatada su larga estancia en Amrica, el propio Manuel: Estuve enMontevideo diecisiete aos; ejercit por muchos aos el empleo de capataz y enlazador delos saladeros, tanto en Buenos Aires como en Montevideo; pas malos ratos con los gauchosde estos dos puntos; estuve al servicio del general Rosas, en Buenos Aires y del mismo enla batalla de Casero, en Bueno Aires, y pudimos escaparnos unos cuantos por ser casi denoche cuando nos cogieron y no tener tiempo de fusilar o degollas a todos los prisioneros.Escapados que fuimos en la noche, pudimos incorporarnos con la gente del comandanteManuel Troncoso, donde estuve hasta que dieron caurtel a todos.

    Volviendo a su partida desde Espaa, dir que en la citada fragata Eolo hizoDomnguez la travesa con su cuadrilla, compuesta por los picadores Luis Luque y Carlos

    Puerto y los peones Torrecilla, Botija y Carnero. Tuveron cuarenta y siete das de navegacin,siendo recibidos a su llegada con gran beneplcito por todas las clases de la poblacin.Quince corridas llevaban toreadas de las veinticuatro que figuraban en los contratos, cuandoa los cuatro meses de estancia en montevideo estall la guerra civil entre los aspirantes a lapresidencia de la Repblica, Rivero y Oribe.

    Los espaoles all residentes, faltos de proteccin consular, fueron enrolados enlas tropas, y por ello Domnguez y sus compaeros tuvieron que hacer la guerra, que termincon la intervencin de las tropas argentinas enviadas por su presidente, el tirano Rosas, afavor de Oribe. A esta campaa se refiere el episodio de su prisin.En 1840, con motivo dela coronacin de don Pedro II como emperador del Brasil, se organizaron brillantes fiestasen Ro de Janeiro, y all fue Manuel Domnguez acompaado de su cuadrilla hispano-americana, consiguiendo dar cuatro lucidas corridas con gran aplauso y complacencia de

    aquelloa corte, que no fue avara en obsequios y agasajos para los toreros.Haba conocido Domnguez al tirano Rosas en Montevideo, y se lisonje de quetrasladndose a Buenos Aires consegira de l autorizacin para organizar festejos taurinos.Con esa idea fija, desde Ro de Janeiro se embarac para la capital de Argentina, pasandouna cruel travesa que estuo a punto de dar fin a todas sus ilusiones. Las que haba puestoen tal proyecto se disiparon bien pronto. Ni el estado social del pas, ni la voluntad de Rosaseran propicios para el proyecto, y hubo de desistir de l, y, lo que fue peor, de encontrarse en

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    Buenos Aires sin recursos, extranjero y expuesto, muy especialmente en los bajos estratossociales que tuvo que enfrentar, al insulto y a las agresiones de una plebe desbordada conla complacencia del dictador y un odio aun no extinguido a cuanto recordara la recientesacudida dominacin espaola. Este periodo de su vida fue el ms dramtico y colmado deaventura de toda su la existencia de Domnguez, que nos resume Velzquez y Snchez,que por su amistad con el diestro, es informador ms que autorizado:

    Avezado a fiar en su propias fuerzas, y haciendo frente a todo gnero de obstculos,Manuel aprendi a montar, echar el lazo y acosar reses como los guajiros, y forzado por lanecesidad en pueblo semisalvaje, sostuvo peleas con los perdonavidas de aquellas tierreas,hasta merecer la denominacin de seor Manuel el Bravo, que si constitua para unos ttulode respeto, era para otros un motivo de jactanciosa provocacin... Sirvi de mayoral denegrada en vastos ingenios, teniendo que regir cuadrillas de siervos africanos, no tan sumisosque dejen de conspirar contra el hombre que los manda y que los castiga; entraba de capatazen los saladeros de la Francesa, Seis valientes y Cambaceri, habiendo de regir con suimperiosa voluntad a centenares de insurgentes y desalmados subalternos, que no reconocanms fueron que el de la fuerza moral y fsica.

    Aceptaba el mando de una partida rural contra los indios, persiguindolos hasta ensus guaridas de Chapaleof y en las asperezas de Sierra Ventana, y ya con algunos fondosy harto de correras y temeridades que parecan retos a la muerte, se estableci en Bueno

    Aires, interesndose en el acarreo del muelle con sus carros, y en trfico y especulaciones,que habran producido un caudal en otro pas menos afligido por la guerras intestinas ycuantas plagas estirilizan el trabajo en las sociedades condenadas al castigo de un anrquicodesorden.

    En 1852, cado el dictador Rosas, Manuel embarc en la fragataAmalia, llegando alpuerto de Cdiz el 30 de mayo de dicho ao, a los cuarenta y dos das de su salida deMontevideo. Al llegar seguidamente a Sevilla se encontr como forastero en su propia patria.Ya no se le recordaba y tena que invocar memorias de personas y sucesos para que los quefueron sus amigos le reconocieran. Poca cosa le debieron ser tales inconvenientes para l

    que haba vencido muchas veces la misma muerte.Lleg a Sevilla con el firme propsito de volver a su vieja profesin taurina, y cediendo

    a recuerdos de camaradera infantil, fue a visitar a Francisco Arjona Herrera (Cchares), enel apogeo de su fama, a su huerta de Villaln. ste le recibi con frialdad, y en un arranquede sinceridad ante sus proyectos, lleg a aconsejarle que toreara por los pueblos,lo quehiri sobremanera el amor propio de Domnguez, que se propuso escalar el puesto quecrea corresponderle en el escalafn taurino sin deber ayuda alguna a los anteriormenteencumbrados. Asociado al espada Antonio Conde, tore el mismo otoo de 1852 en la plazade Sevilla. Haba evolucionado el toreo durante los diecisis aos de su ausencia, mercedespecialmente a las innovaciones y maneras de Montes y Cchares. El toreo parado y secode Domnguez, y especialmente su valor para recibir los toros, impresionaron al pblico, noacostumbrado a tan austero estilo, y pronto tuvo partidarios y se discuti con calor su manera

    de torear, parangonndola con las alegras, recortes y zarandajas de la escuela de Cchares.Fueron aquellos aos, hasta 1857, en que sufri la gravsima cornada en El Puertode Santa Mara, los ms brillantes de su actuacin taurina.La singularidad de su vida, divulgadaentre los pblicos y adornadas con mil ancdotas de bravuras y de riesgos, era un alicientems para su popularidad. Con lo anteriormente citado podrn los lectores hacerse una ideaclara de las razones por las que Bernardo Gavio volvi a Cuba. De todas formas, tampocola vida en Mxico era de dulces aquellos aos.

    .

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    LIBRO II BERNARDO GAVIO RUEDA

    l (20-08-1812) naci en Puerto Real (Cdiz), el despus legendario ynovelesco diestro Bernardo Gavio Rueda -por lo que en el 2012 se cumplirel II centenario de su nacimiento y ya para entonces, al alcalde jabonero,seor Barroso habr inaugurado su busto-, tambin vieron la primera luz,entre otros, personajes cuyas vidas corrieron paralelas a la de el Coloso delos ruedos mexicanos:

    *Abadie, arquitecto francs, nacido en Pars (1812-1884), vivi dos aos menosque Bernardo Gabio. Sus primeros estudios los hizo en Angulema y Burdeos, y los completen la Escuela de Bellas Artes de Pars. Dedic un estudio especial a la arquitectura medieval,y a l se debe la restauracin de un gran nmero de edificios religiosos de los Departamentosde: Charenta, Gironda y Dordoa, asi como la construccin de otros civiles y religiosos. Enel Concurso para erigir una iglesia al Sagrado Corazn, en Montmartre (Pars), fue aprobadosu proyecto, en 1874. Perteneca a la Comisin de Monumentos Histricos del 1871 y a la

    Academia de Bellas Artes desde 1875.*Vicente Arbiol, pintor espaol, nacido en Madrid (1812-1876). Entre sus obras se

    cuentan: Escena chinesca, Retrato del rey don Juan y La muerte de Moiss, que

    posee el Museo del Prado de Madrid.*Abd-al-Hamid Bey (1812-1867), viajero francs, cuyo verdadero nombre era Du

    Couret. Recorri Egipto, siguiendo el curso del Nilo, penetr en Abisinia, y a su regreso aEgipto por la costa occidental del Mar Rojo abraz el Islamismo. Fue en peregrinacin a laMeca, y despus de atravesar la Arabia, pas a Persia, siendo all encarcelado porconsiderarlo como espa. Alcanzada la libertad a fuerza de dinero y despus de haberpasado grandes peligros, volvi a Francia en 1847, donde public la relacin de sus viajes.

    *Brbara Herbella Lamadrid, actriz espaola, nacida en Sevilla y muerta en Madrid(1812-1893).Dise a conocer en Andaluca y en 1832 pesentse en Madrid, donde cosechgrandes triunfos. De gran ductilidad y expresin, fue la creadora del tipo de la reina Isabelen Mara Estuardoy logr xitos resonantes en Don Alfonso el Casto y Doa Mencia, deHartzenbrush, y en varias obras de Zorrilla, cuyo Don Juan Tenorioestren.

    *Mara, duquesa de Galliera, dama genovesa (1812-1888), casada con el opulentofinanciero Rafael Ferrari y famosa por sus considerables fundaciones benficas en su ciudadnatal y en Francia, donde residi casi toda su vida.

    *Jos Muoz y Domnguez, picador de toros, nacido en Sevilla el (02-02-1812). Sufamilia tena gran tradicin campera. Su padre fue conocedor en la ganadera de don JustoHernndez, y su abuelo en la del marqus de Esquivel. Precisamente su abuelo le llevconsigo, emplendole como mozo de campo en las faenas de esa ganadera. Decidido a

    CAPTULO I Aos 1812, 31 y 35:

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    BERNARDO GAVIO RUEDA LIBRO II

    consagrarse al oficio de picador, se present en Jerez de la Frontera (Cdiz) en 1841,siendo muy bien acogido su trabajo, y figurando a las rdenes de Paquiro...

    *Isaac Nez de Arenas, jurisconsulto y escritor espaol, nacido en Huete (1812-1869). Fue catedrtico de la universidad Central y auditor de Guerra en las capitanas

    generales de Aragn y Navarra, interviniendo en la formacin de la Ley Orgnica deTribunales, sobre la cual escribi: Justicia militar: bases y motivos en que funda la reformadel Tratado de Justicia... Es autor de una Gramtica general, de 1847; de Elementosfilosficos de Literatura; y de estudios y ediciones del teatro de Ruiz de Alarcn.

    *Teodoro Ranera, banderillero de toros zaargozano, naci el ao de referencia yque, como muchos otros, aspir a ser estoqueador. El mismo ao y un mes antes queGabio actuara en la ciudad de Mxico, el (18-03-1838) trabaj como tal en Madrid en unanovillada. Como andaba pobre de facultades, renunci a ver hecho realidades sus sueosy se dedic a banderillear, con cuyo arte tampoco luca mucho. Por su fsico, cmicamentegracioso, sufri muchas humillaciones, siendo objeto de una de ellas por parte de Francisco

    Arjona Herrera (Cchares). Toreaba ste en la plaza de Madrid y haba dado cuenta de untoro de un infernal golletazo. Cometiendo una pequea canallada, pero eso al fin, quiso que

    el pblico le pusiera buena cara a costa de Teodoro, cuya figura haca de rer por s sola alos espectadores, que clav un buen par al cuarteo. Ccharesle felicit con irona, y parahacer resaltar la ridcula figura de aqul, traste con su ayuda un toro; el banderillero pusootro buen par, y recibi nuevas felicitaciones burlonas de Curro. No se dio por aludido elpobre hombre y aguant las chanzas con serenidad. Por la noche se hallaba el gran toreroen una taberna, entr en ella el desgarbado banderillero y lo llam a la calle con sumorespeto por el nombre de maestro; salieron ambos; el discpulo lanz un tremendobastonazo, hizo pedazos el calas a cuya sombra estaba Cchares, y ste huy sorprendidoy temeroso de ms golpes en lo que quedaba del sombrero, que no era otra cosa que lacabeza. Fue la faena ms bril lante realizada por Teodoro Ranera en toda su vida de torero.

    Tambin naci el mismo ao Francisco Tapia, picador de toros, natural de Tarifa(Cdiz). Comenz a trabajar en 1830 y tres aos despus form en la cuadrilla de Francisco

    Montes (Paquiro) desde el ao 1833 al 1840. Hizo su presentacin en Madrid el (19-05-1834). Fue en su trabajo duro, inteligente y decidido, mereciendo que se le calificara comoun varilarguero excelente.

    *Joseph-Louis Trimolet, pintor y grabador francs, nacido en Pars. Entre las obrasque ilustr se citan: Voyage en Orient, de Lamartine; Les franais peints par eux-mmesyotras; entre sus cuadros; Los Hermanos de la Caridad, y de sus aguafuertes se puedemencionar el Segundo aniversario de la revolucin de Julio, grabado de un dibujo originalsuyo.

    Sucesos diversos y hechos taurinos:

    *La invasin francesa el (01-02-1810 y 27-08-1812), tuvo mltiples consecuencias

    negativas y algunas positivas. Junto al expolio de obras de artes y la destruccin de edificiosreligiosos ocupados por las tropas francesas, debemos recordar los proyectos de mejorasurbanas, casi todos realizados muchos aos despus de abandonar la ciudad los invasores.Fueron los casos de las plazas de Santa Cruz, de la Magdalena, de la Encarnacin y Nueva,frutos de los derribos de los conventos existentes en las citadas zonas urbanas.

    *Ao en que Fernando VII dej de regir los destinos de la Nueva Espaa, perodoque se inici, en 1521, con Carlos V; lleg a Espaa lord Wellington; comenz la campaa

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    LIBRO II BERNARDO GAVIO RUEDA

    de Napolen en Rusia; se firm el tratado de Bucarest entre Rusia y Turqua; tuvo lugar laproclamacin de la Constitucin revolucionaria de Cdiz, etc.

    *Comenz a funcionar el Observatorio astronmico de la isla de San Fernando(Cdiz), construido de 1793-1798.

    *Luis de Beethoven, el ao 1812, compuso la msica de escena para la obra ReyEsteban, Ruinas de Atenas, de Kotzebue fue estrenada en la ciudad de Pest. Viaj aTeplitz y se encontr con Goethe.

    *El general espaol Francisco Javier Abada, nacido en Valencia (1774-1860).Fue Jefe de Estado Mayor del ejrcito de la Mancha durante la ocupacin francesa.Desempe el Ministerio de la Guerra, durante la Regencia de Cdiz, y en 1812 qued alfrente del ejrcito de Galicia. Ascendi a Tte. General a la vuelta de Fernando VII.

    *Cabe destacar que en todo el Medioda francs, en que, impotentes para prohibirlas corridas, las autoridades se dedicaron a reglamentarlas, de garantizar la seguridad delpblico en las plazas y en las calles. La reglamentacin de las condiciones en que elespectculo taurino deba ser organizado, lo cual represent un importante paso para lahistoria de su evolucin. Ya en 1812, tras el decreto de Mchin de (03-06-1802), estaban

    prohibidas las corridas en das laborables; el ruedo debe ser rigurosamente cerrado conbarreras y gradas; ninguna corrida podr comenzar sin inspeccin de las condiciones deseguridad de los lugares por tcnicos competentes; el acceso al ruedo era prohibidodurante la corrida a las mujeres, a los nios menores de doce aos y a los hombresborrachos; las corridas debern efectuarse siempre bajo la presidencia de la autoridad.

    Las cuerdas que retienen a los toros sern igualmente reconocidas para ver suestado de bondad; en caso de resultar un hombre herido, ser suspendida la corrida, queno podr reanudarse antes de que el herido haya recibido los cuidados necesarios; durantela travesa de las calles de la villa, los toros sern ensogados, y, finalmente, si sucedealgn incidente por causa de omisin de estas precauciones, la Polica y las autoridadessern solidariamente responsables, las corridas prohibidas durante seis meses en la villay, en caso de reincidencia, durante un ao. Semejantes decretos, sinceramente prudentes,

    debieron aceptarse por los prefectos, de los Departamentos franceses, puesto quedesde entonces las corridas se prodigaron muy notoriamente por todas las ciudades yvillas, incluyendo la de Nimes, donde hasta entonces las prohibiciones haban sidorespectadas ms que en ningn otro sitio.

    Pero el (01-05-1833) una corrida de ocho toros se vio entristecida por una cornadainfringida a un lidiador, Paulet Barthlemy, que muri en la plaza. El prefecto se aprovechde ello para prohibir las corridas en la Plaza de Toros de Nimes durante cinco aos. El (01-05-1838), al terminarse la prohibicin, el prefecto no la levant. Las protestas surgieron yse amplificaron hasta tal punto que las autoridades tuvieron que ceder. Las corridas sereanudaron, pero el (04-08-1839) los organizadores tuvieron la idea de aadir a la corridade escarapela el combate a la moda espaola de tres toros. Las autoridades rehusaronla aprobacin, y los espectadores prevenidos en el ltimo momento- se entregaron a una

    violenta manifestacin, en el curso de la cual fue destruida una parte del material.

    *La hoy popular salsa ketchup de tomate estadounidense naci como una salsade anchoas saladas en el siglo XVII en el Reino Unido, y hacia 1812 apareci la primerareceta de este producto. Se llamaba garum, como una de las salsas hechas con sobrasde pescados inventadas por los romanos. El ketchup, katchup o capsup como seconoce ya en el siglo XVIII- toma su nombre de la salsa de soja y pescado kepac ikan,

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    BERNARDO GAVIO RUEDA LIBRO II

    originaria de Indonesia, afirma Mark Kurlanski. Se convirti en una salsa de tomate antesde 1782, ao a partir del cual de hablar en Amrica de ketchup de tomate.

    *Don Diego Alvear Ponce de Len, marino espaol, nacido en Montilla, Crdoba(1749-1830), fue promovido en 1812 a brigadier. Escribi un interesante Diario, en cinco

    tomos, fruto de sus expediciones cientficas, con mapas, planos, tablas y curiossimos. Fueel que sali de Montevideo al frente de una divisin compuesta de las fragatas Medea,Clara, Mercedes y Fama, con rico cargamento de oro y otros objetos preciosos,representando un capital de 6.000.000, la mitad propiedad de particulares. No obstanteencontrarse Espaa en plena paz con Inglaterra, fueron atacados los espaoles por buquesingleses, y Alvear tuvo que rendirse, no sin haber antes volado la fragata Mercedes, en1804, perdiendo a su esposa, siete hijos y un sobrino que iban con l en dicha embarcacin,y quedando l prisionero. Al recobrar la libertad regres a Espaa.

    *Las Cortes de Cdiz excluyeron de la sucesin (31-05-1812) al trono de los infantesFrancisco de Paula y Mara Luisa, hermanos del Rey Fernando VII, por ser supuestos hijosde Godoy y la Reina.

    *La precursora francesa y contrapartida moderna del FBI, llamada Suret, fue

    fundada en 1812 por un hombre que haba sido el enemigo pblico nmero uno en lacoleccin de bribones de Pars, Eugne Francois Vidocq, ladrn y prfugo, que burl a lapolica francesa durante aos. Pero luego se convirti en espa de la polica, se uni a lafuerza pblica como detective, y utiliz su conocimiento del bajo mundo para estableceruna nueva organizacin en la lucha contra el crimen: la Suret.

    *Tuvo lugar la clebre Batalla de Arapiles, o de Salamanca, el (22-07-1812),siendo la victoria ms celebrada de Wellington. En plena Guerra de la Independencia tuvolugar la batalla citada: Tropas hispano-anglo-lusas, comandadas por el general Wellintong,derrotaron a las francesas. Dicha batalla carece de la fama y de la grandeza de Waterloo,pero tcnicamente fue muy superior. En ella, por primera vez, el ejrcito aliado atac encampo abierto y las tropas francesas fueron derrotadas. La Asociacin Histrico Culturalde Salamanca 1812 ha hecho una web sobre ella (www.losarapiles.com).

    *Taurinamente hablando, en 1812 se presentaron oficialmente como ganaderosde reses bravas en la Plaza de Toros de Madrid, los siguientes: Don Juan Antonio Lpez, latarde del 31 de agosto; don Eugenio Colmenarejo, el 28 de septiembre; y don RodrigoGodoy el 5 de octubre.

    *Comenz a rejonear Alonso Alarcn (el Pocho), pues as aparece su nombre en laliquidacin efectuada al diestro con fecha (30-09-1812), en la que hay una nota manuscrita,con fecha 24 del mismo mes, que dice: Que el Pocho ponga rejones vestido a la antiguaespaola, prueba de que no le deba serle ajena tal habilidad. Fue primero fue banderillero(1775-1789), seguidamente puntillero (1790-1803), despus matador de toros y tambinrejoneador, de 1812 a 1817, sin interrupcin. Parece ser que residi en Madrid desde losprincipios de su carrera taurina. En 1775 comenz a actuar como banderillero con Pepe-Hillo, apareciendo en Madrid en 1786, y sin interrupcin los aos siguientes, hasta 1804.

    En 1786 tore en los Sanfermines de Pamplona, y en su nmina hay anotado el siguientejuicio: Es poca cosa. Volvi en 1789 y volvi el secretario a marginar: Es mediano. Sele dio, sin embargo, un toro por haberle muerto con destreza y dos onzas de plus porhaberle matado un toro el caballo en el que le banderilleara, no muy lucidamente por cierto.

    Entre los matadores, que trabajaban ese ao debemos citar a Francisco Herrera IRodrguez (Curro Guilln) cuyo nombre aparece en un documento de la poca, en el quese dice que una de las causas que exhiban los lidiadores para pedir aumento de precio por

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    LIBRO II BERNARDO GAVIO RUEDA

    sus actuaciones era la de que Curro Guilln ganaba 4.000 reales por corrida y JernimoJos Cndido 3.000. Fue un torero de los ms capacitados de todos los tiempos. De unasfacultades fsicas admirables y un conocimiento extenssimo de la lidia y del toro, adquiridodesde su niez en el campo y los cosos, saba dar a cada bicho los lances precisos para su

    lucimiento y resultado prctico. Sin los caracteres de innovacin de Jernimo Jos Cndido,tena el toreo de Curro Guilln algo de nico de cada poca. Se deca que toda clase desuerte y recursos los posea. Indistintamente mataba al volapi o recibiendo, porque subuena estatura le permita dominar ambas suertes.

    Con todo, el no ser muy ligero de pies le hacia recibir a todos los toros que sevenan, y por ello era muy sobrio en el trasteo de muleta, para no agotarlos y lograr que alfinal se le arrancaran. Algunos autores recogieron la noticia circulada por Andaluca de queen una ocasin, con motivo de una apuesta, sali Curro al campo con el deseo de dominara un toro picado, al que no haba medio de conducir a su ganadera. Haba el toro ocasionadomuchas desgracias y segua ocasionndolas con caballos y mayorales. Llegse a l Herreray con la capa extendida se acerc al bicho. Con magnficas vernicas y navarras y cambiosprecisos y rpidos cans de tal modo al resabiado cornpeto que antes de un cuarto de

    hora haba cado rendido. Sentse entonces el torero sobre el anca de la res, sac la navajay cort la cola y alguna otra parte del animal para ensearlo como testimonio de su valor alos que le hicieron la apuesta.

    Este y otros muchos lances circularon como sucedidos ciertos durante su vida ydespus de su trgica muerte, y ello, unido a su forma de descabellar toros sin haberlosestoqueados y a otras formas de su lidia, temerarias y peculiares nicamente de los toreroscon facultades, elevaron su fama hasta lmites no alcanzados entonces por nadie. CurroGuilln, creemos, no aport nada nuevo, ninguna concepcin suya, al toreo; desarrollbien, perfectamente, muchas de ellas, especialmente la del toreo rondeo, pese a sunacimiento. Si ello no le da valor de genio taurino, s le concede el mrito del ms completotorero de aquel tiempo, que anim y levant a la aficin en momentos de decaimiento.

    Igualmente toreaban en Espaa, en 1812, Manuel Alonso (el Castellano), nacido

    en Zamora hacia el ao 1770, comenz a lidiar como matador de toros en la plaza deMadrid, el citado ao. El conde de la Estrella, en su famosa Memoria Idea sobre elestablecimiento de la Escuela Taurina en Sevilla, que lleva fecha del (26-02-1830), nos diceque rara era la funcin de las ltimas en que sali el Castellano que no se lastimara lamano, echando no poca sangre, por lo blando de su cutis, obligndole esta circunstancia aabandonar la profesin prematuramente en contra de sus deseos.

    *Lorenzo Baden, padre la zaga de los Baden toreros, fue el que dos aos anteslleg tarde desde Sevilla para torear en Madrid, y por conducto del general gobernador enla Corte, por Jos I, recibi el Corregidor una justificacin del general Jorge, gobernador de

    Andaluca, en la que informa que puede asegurar que la tardanza no proviene de faltasuya, sino de la dificultad de las escoltas, que no las hay diarias; Manuel Baden, JosBejarano (el Sejudo).

    *Francisco Bentez Sayol (Panadero), matador, nacido en El Puerto de Santa Mara(Cdiz) el (12-12-1791), estaba banderilleando en 1812 en Portugal, con Curro Herrera.*Jernimo Jos Cndido (1763-1839) -volvi a actuar en Madrid en 1812,

    afirmndose su crdito y granjendose amistades y simpatas que le auguraron el supremorango entre las figuras taurinas, pero en septiembre de aquel ao sufri un ataque dereuma en las piernas que le oblig, por consejo mdico, a regresar a Andaluca y procurarsu restablecimiento.

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    BERNARDO GAVIO RUEDA LIBRO II

    *Jos Cantoral, banderillero y matador, en las famosas corridas llamadas en Limade la Concordia, por estar organizadas por el Regimiento con ese nombre. Era peruano,y su nombre figura en carteles de 1812 a 1815.

    *Jernimo Cruz (Barquero), matador natural de la Isla de San Fernando (Cdiz),

    donde debi nacer hacia 1790, y que actu en varias plazas de Andaluca, y en la de Madrid.Sin embargo, era mucho ms conocido en Amrica, y especialmente en Mxico, donde fijsu residencia y trabaj con xito, alternando con cuantos diestros espaoles frecuentaroneste pas. En la llamada Rea, de Mazatln (Sinaloa, Mxico), sufri tan grave cogida el da(02-04-1822, que falleci el (08-04-1822). Fue, pues, el primer matador gaditano muerto enMxico, siendo el segundo Bernardo Gavio, nacido en Puerto Real. Barquero debi llegara Mxico hacia el ao 1812, fecha en que naca Gavio.

    *Lorenzo Pizi, de raza negra, que tore desde 1800 hasta 1820 y figur en la cuadrillade diestros del pas que actuaron en las clebres corridas de la Concordia, de 1812 a 1815.Fue el ms notable de sus paisanos como lidiador de a pie. En las corridas de recepcin delvirrey Pezuela recibi una cornada grave, segn nos informa en tradicionalista peruano donRicardo Palma.

    *Cecilio Ramrez, matador de toros peruano no figura su nombre en el Tomo IIIdel Cosso-, que ya en 1796 era considerado como el toreador del pas, cuyo nombreaparece en carteles de la Plaza de Toros del Acho en 1803 y sigue en los carteles hasta1823. En Per, pese a que la primera decena del siglo XIX, ofreca claras seales de prximatormenta independentista, la Fiesta Brava sigui su curso con caractersticas idnticas a lospasados decenios del siglo anterior.

    *Pedro Villanueva, matador de toros peruano, que junto con Cecilio Ramrez, tambinpaisano suyo, dur veintitrs aos en la profesin (1801-1823) y disfrutando del crdito desu pblico en todas las plazas de toros del pas de los Incas. Figur en las cuadrillas peruanasde las corridas de la Concordia de 1812 a 1815. Su arte debi ser escaso, como el de todosaquellos primeros lidiadores incas que se lanzaron a estoquear toros a la espaola, esdecir, a pie y con espada y muleta. De ellos dice con gracia don Ricardo Palma en una de

    sus Tradiciones peruanas:Estos matadores eran eclcticos, pues as se cean a la escuela de Ronda, comoa las de la escuela sevillana. Estoqueaban a la criolla, es decir, como el diablo queraayudarlos. Para ellos, cerviguillo o rabo, todo era toro. Don Miguel Segura, discreto sainetistalimeo, da de este diestro cmica y curiosa referencia en su comedia El sargento Canuto.Los historiadores del toreo peruano, al llegar este tiempo comenzaron a dar noticiacircunstancia de matadores de toros del pas y algunos espaoles que figuraban en loscarteles. Ello demostraba que cada vez adquira mayor importancia el arte y la tcnicataurinos, imitndose cuantos progresos se iban logrando en Espaa, por las corridasevolucionaron en idntico paralelismo, aunque como ha pasado siempre, con ligera lentitudque en la metrpoli.

    Entre los picadores debemos citar los siguientes:

    *Juan-Anastasio Lpez, nacido probablemente Sevilla, en 1755 y muerto en la citadaciudad el (05-12-1822). Segn dice un antiguo autor -escribe Snchez de Neira-, era naturalde Guadajocillo, pueblo que, cual le ocurre al citado tratadista, no sabemos dnde seencuentra, aunque suponemos sea algn derivado y, por lo tanto, ribereo del ro Guadajoz,que corre por la provincia de Crdoba. De ser cordobs, se tratara del ms antiguo de

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    LIBRO II BERNARDO GAVIO RUEDA

    aquella provincia andaluza del que se tengan noticias. Este varilarguero, perteneci a lacuadrilla de Jos Delgado (Pepe-Hillo), e intent hacerle el quite con su caballo para libraral clebre diestro de las astas de Barbudoque le caus la muerte en la vieja plaza de laVilla y Corte la tarde del (11-05-1801). Aparece Juan Lpez en carteles de Madrid los aos

    179l, 92, 96, hasta 1803, sin interrupcin, y tambin en 1814 y 16.*Antonio Herrera y Cano, nacido en Sevilla el (12-08-1782) y fallecido el (16-06-

    1819), trabaj en la cuadrilla de Jos Romero, desde 1805 a 1813. Recomendado a JosRomero por su maestro y paisano Juan de Dios Ximenez, con aqul empez a trabajar enplazas andaluzas. Suprimidas las corridas por Carlos IV, se dedic a mayoral de la ganaderaal servicio del marqus de Tous. Tore en Madrid en 1812. A partir del 1814, trabaj agregadoa las cuadrillas de Manuel Alonso (el Castellano) y Francisco Herrera Guilln, en la plaza detoros de Madrid, en 1815, 16 y 18. El (14-06-1819) se celebr en Madrid una corrida detoros en la que actuaron Jernimo Jos Cndido, Francisco Herrera Guilln y Jos AntonioBadn. Al picar Antonio Herrera al primer toro, de nombre Labrador, de la corrida celebradadurante la maana, de don Diego Muoz y Pereira, de Ciudad Real (antes de don VicenteJos Vzquez), fue derribado y acometido por el animal, que lo corne largamente, a pesar

    de los capotes que lo llamaban insistentemente y de los golpes de garrocha que Guillnprocuraba darle. Cebado en jinete y caballo, no atenda otra cosa, y en uno de los derrotesenganch a Herrera con el cuerno izquierdo, lo arranc de la silla y lo puso ms en peligrotodava. El banderillero Mariano Martnez cole con arrojo y destreza al bicho, que por finabandon sus presas atrado por las llamadas de los lidiadores. Retiraron conmocionado yherido a la enfermera a Herrera, y all, en vista de la gravedad de su estado, se le trasladal hospital, donde muri a las 10 de la maana del (16-06-1819). Antonio Herrera y Canofue uno de los picadores ms grandes de principios del siglo XIX, valiente y lleno deconocimientos y habilidades. Se lleg a afirmar errneamente que muri desnucado en unacada de un modo repentino.

    *Francisco Osuna, picador nacido en Andaluca, cuyo nombre aparece en un cartelde la Real Maestranza de Caballera de Sevilla correspondiente a la corrida del da (12-02-

    1804) y que debi seguir trabajando como tal en distintas plazas de su regin natal, agregadoa la cuadrilla del matador Agustn Aroca, hasta que en la temporada de 1816 se present enla plaza de la Corte. El (08-07-1816) sufri un tremendo porrazo, con conmocin cerebral,peligrosa por esencia, segn el correspondiente parte facultativo, y cuyo suceso debiocurrir en la plaza de la capital espaola. Su trabajo mereci siempre la aprobacin de losaficionados.

    Entre los banderilleros figuran:

    *Antonio Argelles, banderillero de toros madrileo, nacido hacia el ao 1788 yque trabaj como tal entre los aos 1808 a 1818. En 1810 se dirigi al Ayuntamiento deMadrid solicitando salir de sobresaliente, peticin que se acept. En 1812 hizo su

    presentacin en la plaza de Madrid como banderillero, y sigui toreando sin interrupcinhasta el ao 1818 inclusive.*Manuel Baden, banderillero de toros, hijo de Lorenzo, que tore como tal en Madrid

    los aos 1802, 1812 y 1814, hacindolo los restantes aos, de 1803 a 1811 y 1813, sinduda en plazas de Andaluca. En la segunda corrida en la que trabaj, tal vez como matadorde toros, en la temporada de 1814, en la plaza de Madrid, fue cogido certeramente, muriendoa consecuencia de las cornadas sufridas.

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    BERNARDO GAVIO RUEDA LIBRO II

    *Juan Bejarano, banderillero cordobs, que actuaba a principios del siglo XIX (1810-1825). Era hijo del tambin torero Rafael Bejarano I. En 1812 banderilleaba en las corridascelebradas en su ciudad natal, figurando en 1816 en la cuadrilla de Francisco Gonzlez(Panchn).

    Entre los puntilleros:

    *Jos Beque, puntillero de raza negra, que actuaba con la cuadrilla de lidiadoresperuanos en las corridas de la Concordia, los aos de 1812 a 1815. Pendenciero y borracho,las ms de las veces que actuaba haba que sacarle de la crcel, que era su ms habitualresidencia.

    Imagen n 3. Cuantos ms aos tenan los toros ms serenidad y confianza lespresentaban todos los matadores. Entonces eran corridas de toros, hoy son de novillos

    y los malos estoqueadores de hoy cobran por corridas ms que aquellos portemporada... y el fichaje de un futbolista galctico, ms que un torero en toda su vida,

    jugndosela valientemente y haciendo arte. Qu nos est pasando?

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    LIBRO II BERNARDO GAVIO RUEDA

    Mxico: Tierra de Volcanes.

    o podra decir el autor las veces que ley la obra de Scharlmann con esesugestivo nombre: Mxico: Tierra de Volcanes. Muchas, y cada vezdescubra cosas y realidades nuevas, muchas de ellas mgicas, sobre elpas de los aztecas, hasta el punto de que terminaba convencido de que nodeba ningn espaol quedarse sin conocer Mxico, ni ningn mexicano

    hacer lo mismo con Espaa. No recomendaremos nunca, y menos ennuestros das, pasear por las calles, ni de da y menos durante la noche, de la tan infernalcomo atractiva ciudad de Mxico, no.

    Pero en la poca que Bernardo vivi en ella era realmente encantadora. Sin embargo,s lo haremos de visitar los hermosos Estados mexicanos. En todos ellos se respira algoencantador, una gente extremadamente hospitalaria y amigable. Nuestro Monarca JuanCarlos I y Doa Sofa, recordarn siempre la recepcin que le hicieron cuando en abril de1996 visitaron la ciudad de Zacatecas, con motivo de celebrarse el 450 aniversario de lafundacin de la ciudad, mientras se celebraba el I Congreso Internacional de la LenguaEspaola, que los Reyes inauguraron.

    Sin embargo, las ciudades y pueblos de sus Estados dejan siempre una huella

    permanente en quienes los visitan y cautivaron al diestro de Puerto Real. En todas partes,menos en la urbe ms poblada del mundo la ciudad de Mxico, D. F., y el Estado de Mxicojuntos suman ya la mitad de la poblacin espaola-, se respiran libertades y oportunidadessin fin para prosperar... para quienes quieran progresar; pero tambin hay centenares demiles de hectreas donde se asientan comunidades que prefieren seguir sus antiguascostumbres, vivir en paz, y quedarse libres del consumismo asfixiante que carcome a laraza blanca. As que Mxico seguir siendo siempre tierra de promisin y si no que lepregunten a tantos artistas espaoles, encabezados por Roco Durcal y Rafael. Sin embargo,tanta grandeza est sujeta muchas veces a serias dificultades. No se regala gratuitamente.Hay que ganrsela a fuerza de grandes sacrificios, de una permanente entrega. Y los peligrosson a veces tan inesperados como traumatizantes y hasta mortales.

    Los diestros del toreo con verdadera vocacin son gente muy capaces para venceresos grandes sacrificios mediante una invencible superacin. Para Bernardo Gavio Ruedano fue fcil llegar a un pas tan lejano y lograr triunfar. Tenemos larga experiencia personalde ello. Si lo hizo fue porque tena unas fibras corporales y anmicas poco comunes, con lasque conquist a todos los aficionados y hasta las autoridades del pas, en las que hay queincluir al clebre presidente Benito Jurez, Benemrito de Las Amricas, que cuando sedispuso a decretar la prohibicin de la corridas de toros, al ocupar en 1867 la presidencia

    CAPTULO II

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    BERNARDO GAVIO RUEDA LIBRO II

    del pas, era tal la amistad que tena con Bernardo Gavio, que se limit a prohibirlassolamente en la ciudad de Mxico, D. F., pues entonces no exista el colindante Estado deMxico, dejndole en libertad para toreara en todas las plazas de toros de los Estados dela Repblica Hasta ese punto lleg a tener voz y voto el puertorrealeo

    Semejante privilegio no era un fruto gratuito. Bernardo Gavio se haba ganadoantes el respecto de todas las autoridades mexicanas exponiendo su propia vida en defensade las sucesivas reformar que se promulgaron en Mxico. Semejante conducta cvica yvaliente le granje la simpata de todos, aficionados o no, y las autoridades de la ciudad deMxico y de todos los Estados de la Repblica le profesaron una gran admiracin y respeto:Don Bernardo era el rey, un ejemplo permanente de lo que debieron ser todos losespaoles en Amrica. Los conquist con el difcil arte de una educacin natural refinaday del valor puro del hombre ibrico. Y que este legendario personaje naciera en Puerto Realdebe pasar del olvido a engrandecer la memoria histrica de una ciudad, -junto a otrosmuchos preclaros hijos olvidados- en la que, adems, se hospedaron los Reyes Catlicos,que llegaron en 1492 para la botadura de una de las tres carabelas colombinas.

    Ambiente general y taurino de Mxico.

    Preparemos al lector para comprender cmo estaba la Fiesta Brava en Mxicoantes de llegar all Bernardo Gavio Rueda. Para ello, hagamos antes una breve resea, deque la primera corrida de toros que se efectu en Mxico fue el da de San Juan, exactamenteel (24-06-1526), en que la Ciudad entera arda en festejos de todo linaje, segn cuenta elcronista soldado Bernal Daz del Castillo. Tal vez la fecha marque una diferencia, con lasque tenemos de las primeras corridas en Espaa, pero cobran una importancia

    inconmensurable tratndose de la primera corrida de toros en territorio azteca. Dejando aun lado los anteriores datos, es a la regin de Tlaltenango, en el Estado mexicano deZacatecas, tierra brava y escenario de los grandes enfrentamientos, de los soldadosespaoles, primero entre las temibles tribus caxcanas y despus a lo largo de la Revolucin,que le dieron a Mxico libertad, pujanza y prosperidad, la que tiene el alto honor de ser lacuna del toro bravo en Mxico.

    Durante los siglos XVI, XVII y parte del XVIII, la mayora de los cosos, aunque seconstruyeron de manera provisional, se levantaron en plazas y plazuelas de la ciudad deMxico, para dar corridas celebrando faustos acontecimientos, efectundose temporadasms o menos largas. Aquellos circos, realmente improvisados, al igual que se hacan en lamayora de las ciudades y villas de Espaa, nunca tuvieron en los siglos sealados carcterpermanente, sino que, terminados los festejos anunciados, se desmantelaban, como sehaca tambin en El Puerto de Santa Mara (Cdiz), para volverlos a erigir en otra ocasino al ao siguiente, sin que muchas veces se supiese el sitio en que nuevamente seemplazara.

    Y ahora vamos a conocer el ambiente taurino, poltico y social reinante en Mxicoal menos cuatro aos antes (1831-1834) de que llegara a tierras aztecas el hasta hoy poco

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    ponderado, por no decir desconocido de sus paisanos de Puerto Real, el gran diestro BernardoGavio Rueda. En Mxico, pese a ley prohibitoria de corridas de toros, por ejemplo, dictadapor el Congreso del Estado de Zacatecas (3)(Mxico), que fue aprobada el (05-09-1831),sta no pudo algunas veces sostenerse ante la fuerza de los intereses empresariales, de

    los ganaderos y hasta del que oponan las propias autoridades. La realidad es que losaficionados mexicanos se tomaron siempre a broma las prohibiciones de esta naturaleza.Las autoridades las prohiban en la ciudad y a unos kilmetros de cualquiera de ella,aprovechando la placita de tienta de un rancho bravo, ellas mismas se iban con sus amigosy la lite de los aficionados locales a ver la lidia y muerte de varios astados. La carne sevenda con toda normalidad en los mercados al da siguiente

    La fuerza de los intereses empresariales, como qued citado, de los ganaderos yhasta del que oponan una parte de las propias autoridades, lograron vencer el da (20-05-1833) la prohibicin de las corridas de toros y as se fueron sucediendo las derogaciones,como la fecha sealada, segn lo cita Cuauthmoc Esparza Snchez, 8 (Op. Cit. Pp. 52-53).

    Tambin en 1833, siguiendo el orden cronolgico, a las muchas razones y causaspor las que se prohibieron las corridas de toros, adems de las puramente econmicas,utilitarias y por defensa humanitaria de los animales solamente los humanos pueden sersometidos a sucesivas inquisiciones-, hubo que aadir entonces la epidemia de clera asitica

    la importaron a Mxico las poblaciones de chinos que fueron autorizadas a establecerse enel pas-, como la viruela que llevaron los conquistadores espaoles-, por lo que quedaronprohibidas las aglomeraciones y, por lo tanto, todos los espectculos pblicos. Sin embargo,concretndonos al Estado de Zacatecas, dichas prohibiciones, hasta bien entrado el sigloXIX, fueron exclusivamente de carcter religioso. Pero podemos asegurar que exista eltrasfondo de un claro antiespaolismo que no se ha logrado an borrar en algunosindividuos, y no precisamente por parte de los nativos.

    (3)Ya en la Ciudad de Zacatecas (Mxico) apareci el (10-02-1826) un decreto concarcter provisional que prohiba la fiesta de toros, segn Cuauthmoc Esparza Snchez(Op. Cit. Pgina 53); prohibiciones o censuras que se cebaron sobre nuestra Fiesta de

    las Fiestas desde la ms lejana antigedad, alimentadas casi siempre por ideasreligiosas, sostenidas nada menos que por los Padres de la Iglesia e incluso por clebresfilsofos y pensadores, encabezados en el sigloXVIel de la fundacin de la Ciudad-, porfray Juan de Torquemada, religioso franciscano e historiador espaol del fines de la citadacenturia y principios de la siguiente, provincial de su Orden que fue en la Nueva Espaa.Cuatro siglos despus la Fiesta Brava es atacada por ignorantes y hurfanos polticos del

    Comunismo ateo. Cosas de la vida y de los tiempos. El (29-02-1828), en unaAsamblea Municipal, celebrada en la Ciudad colonial de Zacatecas (Mxico), se discutisobre el mismo tema de las prohibiciones taurinas, llegando los regidores a la conclusin

    de que siendo las corridas de toros y las danzas de moros y cristianos La Morisma, quecomenz siendo danzas-, un recuerdo del antiguo monrquico gobierno, se prohibieran enlo sucesivo de forma terminante. nicamente deben permitirse las danzas de plumas

    que segn usaban nuestros indgenas. Tras largas y acaloradas discusiones en elCongreso del Estado, la Ley prohibitoria fue aprobada el (05-09-1831). (Borrador de

    actas de Cabildo, n 28, del (29-02-1828). Hoja nmero 14, del Archivo HistricoMunicipal de Zacatecas).

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    Paralelamente, por enfocar el tema con mayor perspectiva americana, en cartelesde la Plaza de Toros del Acho, en la ciudad de Lima (Per), apareci por primera vez, enla temporada peruana de 1831 el diestro Juan Garca (Piruano), que lleg a ser el msnotable de aqul decenio en Per. Segn copia Calmell de un revistero de aquella poca,

    Juan Garca, nuestro antiguo espada, el que sabe recibir al toro sentado en una silla en lapuerta del toril y darle muerte a la pasada con una lanzada-, bien merece que los empresariosle costeen mejores vestidos que los que lleva. La suerte que elogia y el comentario sobreel vestido del diestro dejan al descubierto que el carcter de la fiesta taurina se alejaba cadavez ms del tono y estilo de las corridas espaolas. Acaso fuera tal y como la reprodujeraGoya del navarro Martn Barciztegui (Martincho), en la Plaza de Toros de Zaragoza, sibien usaba como engao el sombrero. Moratn lo haba registrado en su Cartaal PrncipePignatelli:

    Se ha visto varias veces un hombre sentado en una silla matar a un toro. Enlas que en la poca de Juan Garca ha llegado a la perfeccin tcnica y suntuaria en que lasita Francisco Montes. Por lo dicho, debemos recapitular en el hecho de que la primera

    poca casi los tres decenios- de la Intendencia, al menos en Per, fue de claro retrocesoen el arte taurino, si bien la podemos considerar como antesala de su posterior brillantedesarrollo, pues se agot la sabia que le infundi el fausto y la tradicin taurina de lossucesivos virreyes, en tanto que los grmenes propiamente autctonos que esos aostrataron de beneficiarse fueron contrarios al verdadero desarrollo del toreo que hubiesetenido de haber continuado aquellos treinta aos separados del toreo de la metrpoli. Delos toreros peruanos que aparecieron en esos tres decenios figuran Juan Jos Boza, quese sostuvo con aplausos catorce aos; Juan de la Rosa Torres y Lucas Rivas, que torearonalgunos menos aos. (Vase 1859).

    en 1832 se levant en la plazoleta de la Alameda (ciudad de Zacatecas), unaplaza de toros de madera que dur ofreciendo festejos hasta el ao 1840, estaba tan

    prxima la Capilla de La Concepcin, que uno de los extremos de aquella apenas distaba20 varas de la puerta principal del templo y otro, quedando obstruido el paso por la zonaNorte, hasta el punto que le priv de toda comunicacin y hubo de suspenderse el culto quese tributaba a aquella Divina Seora, en su misma casa y se traslad el culto a la Capillade Nuestra Seora de La Soledad (Observador Zacatecano. Peridico Oficial delDepartamento de Zacatecas. Ao 1845. Tomo I, pgina 489. Nmero 114. Del (12-06-1845).

    Ya no caben conjeturas de ningn tipo sobre la procedencia social humildsima delos toreadores de banda y ventureros- tanto en Espaa como en Mxico y en las restantesnaciones hispano americanas, desde el siglo XVI y XVII, de tal suerte que del siglo XVIIItenemos noticias ciertas de que el diestro de a pie proceda de las clases ms bajas y del

    vivir ms desgarrado, e imprimi personalidad a sus maneras el contacto con el ambientedespiadado y violento de los mataderos de Sevilla y Crdoba, entre muchos otros,verdaderas escuelas taurinas, la misma Escuela de Tauromaquia, fundada por FernandoVII, tuvo su sede en el Matadero sevillano-, de cuya vida Cervantes nos dej retrato ycensura indeleble en su Coloquio de los perros. Ya en pleno siglo XIX un torero de trgicamemoria, Jos Rodrguez (Pepete), deca con cordobesa rudeza a un amigo: Cmoquiere ost que seamos nosotros los criaos en los mataderos? All no jai poltica argunaen

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    comparsa compuesta por indios, turcos, romanos y espaoles vestidos a la antigua y seguidosde 24 caballeros perfectamente enjaezados, guiados del diestro por los palafreneros delRey.

    Empezada la funcin hicieron los caballeros la bonita suerte de romper rejoncillosen la que todos cayeron a excepcin del valiente D. Ignacio Artaiz, que era defendido pornada menos que por Francisco Montes, de ah que se retirara sin caer y sin haber perdidosu primer caballo y despus de haber matado el sexto toro de un certero rejonazo. El ltimotoro se lidi y mat ya de noche estando la plaza iluminada con 700 hachas de cera que seencendieron a una seal a un mismo tiempo en todos los balcones. Hay que reflexionarsobre el volumen de mano de obra que participaba en estas funciones de toros. La Villacelebr la fiesta al siguiente da y en ella rejonearon tres caballeros, entre los cuales un talQuintano fue el ms valiente y atrevido.

    En Mxico, durante el ao 1833, como qued sealado, se plante de nuevo laconveniencia del decreto que prohiba las corridas de toros, y el 24 de mayo de ese ao

    intervino a favor de la supresin el gran poeta Jos Mara de Heredia, refugiado en Mxicoy diputado de aquellas Cortes. Ya haba censurado en verso la fiesta brava, y aunqueaprovech argumentos de Jovellanos contra los toros, tal vez semejante repulsa llevaba eltinte de ser aprovechada con fines polticos, el de combatir una costumbre espaola.Combatiendo el dictamen de la Comisin, que equiparaba las corridas de toros a los pugilatosde boxeo, sostuvo con evidente gracia, que cuando no eran un simulacro, como nunca loson los toros, en Inglaterra intervena la polica para separar a los contendientes. Resumique la diversin taurina no slo no era til, honesta y humana, sino que era perjudicial,sanguinaria y atroz. No haban pasado dos decenios cuando volvieron a autorizarse lascorridas y hasta fueron organizadas por los mismos organismos administrativos del GobiernoIndependiente.

    El mismo ao 1833 se reinaugur la Plaza de Toros de San Pablo y por el viajerofrancs Mathieu de Fosey, que recorri Mxico entre 1831 y 1834, tenemos noticias de talsolemnidad en su libro, Viaje a Mxico, por el que sabemos que presidi el festejo inauguralel presidente de la Repblica, don Antonio Lpez de Santa Anna. En el pasello desfilaronlos diestros de don en dos precedidos de cuatro locos, especie de payasos insulsos. Vistieronlos toreadores como Fgaro, con calzones y almilla de raso de color, medias de seda blancay garbn; el verdadero vestido andaluz, a la vez lucido y cmodo para los lidiadores, cuyosmovimientos en nada estorba. La celebracin de esta corrida, solemnizada con la presenciadel primer magistrado del pas, indica que haba cedido la campaa contra tal fiesta espaolaque haba motivado la prohibicin.

    Esa temporada de 1833 en que Bernardo Gavio Rueda estaba toreando en las

    plazas cubanas, ya senta la ilusin de residir en Mxico, en Espaa se inauguraba la plazade toros de Tortosa y con ese motivo se celebraron una serie de corridas de toros, actuandoen una de ellas como lidiador el diestro Julin Roca. Tambin don Ignacio Artaiz, caballerorejoneador en plaza actu en las funciones reales celebradas en 1833, uno de los msafortunados rejoneando. Mereci los honores de caballero y una pensin de la Casa Real,debiendo permanecer rejoneando casi medio siglo, es decir, hasta 1858. Muri el (28-09-1868). Le dedic una composicin laudatoria don Ignacio Garca Ontiveros.

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    A un ao de que Gavio llegara a Mxico, es decir, en 1834, en la ciudad valencianade Bocairente tiene una Plaza de Toros situada en las afueras de la poblacin, en el lugarconocido por la Serreta de la Pea, que se edific el citado ao, en una cantera de piedrade sillera, abrindola a fuerza de pico y pala. Por esta razn, a diferencia de otras plazas

    que tienen escaleras para subir a las localidades, en sta las hay para descender a ellas; elpiso del redondel est a unos metros ms bajo que el de la entrada al circo taurino. Es deforma ovalada, circundada por una valla de madera, y tiene una cabida de 4.000 espectadores.Hay en ella un corral para el ganado bravo, un corredor que se utiliza como caballeriza y unaenfermera con dos camas.

    Ao de 1831: Llegada a Cuba de Bernardo Gavio. Hechos o sucesos taurinos acaecidos.

    l Alcalde de mi ciudad natal, Sr. Barroso -el nico jabonero de Espaa contal cargo- fue pieza clave en la presentacin, en el recinto de la Feria, delprimer opsculo sobre Bernardo Gavio -nacido de esa energa positiva quetransmite como nadie Juan Manuel Garca Candn, con el acompaamientopictrico de Luis Prez y de mis lindos hermanos adoptivos Concha y JuanMedina (el Picasso)-... y lo ms importante, fue aceptado bien por el autor,

    hasta hablando de Cuba. Las lneas que siguen las escribo para l en prueba de gratitudpor su grata acogida y a la espera de volvernos a ver para la presentacin de este segundolibro ante el Monumento a Gavio, porque l sabe cumplir su palabra.

    En 1569 se celebr en la Plaza de Toros de madera de la ciudad de La Habana(Cuba) la primera corrida de toros en honor de San Cristbal; ms de un siglo despus, en

    1682, se prohibi lidiar toros los das festivos. Se tiene noticias, adems, de que en 1747 secelebr una corrida en la ciudad de Matanzas y otra en La Habana en 1759 para festejar la

    jura de Carlos III al trono de Espaa. Segn don Jos Mara de la Torres en su HabanaAntigua y Moderna, en La Habana existieron varias plazas de toros. La primera la construyen 1781 don Mariano de Bosque, en el sitio conocido despus por el Basurero, entre lasCalzadas del Monte y del Arsenal; la segunda, construida en 1796, estaba al fondo de unaposada, en la esquina de la calle guila. La tercera plaza, que dur de 1825 a 1836, estuvoubicada en el Campo de Marte, frente al caf Marte y Belona, toreando en ella Gabio unasdecenas de festejos, logrando sonados xitos.

    La cuarta plaza tuvo tambin un buen perodo de duracin, pues de 1842 a 1855funcion en la Plaza Mayor del pueblo de Regla (4); la quinta se fabric en 1853, en la calleBelascoan, entre las calles Virtudes y Concordia, junto a la Casa de Beneficencia. El cronista

    Samuel Hazard, en su libro: Cuba with pen and pnsil, publicado en Londres en 1871,

    (4) Con relacin a la citada Plaza de Toros cubana levantada en la localidad de Regla, enlas Efemrides Reglanas, tomadas del archivo de don Jos Rafael Garrucho y publicadas

    en la Historia de Regla, de Francisco M. Duque, aparece como fecha en que elAyuntamiento de La Habana concedi permiso para la construccin de dicho coso la del

    (04-09-1835).

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    Ao de 1835: Llegada Mxico de Bernardo Gavio. Hechos o sucesos taurinos acaecidos en 1835.

    n 1835 nacieron, entre otros muchos personajes: Lyman Abbott (1835-1922),telogo, socilogo y literato ingls; Cristbal Teodoro Aby (1835-1885),antroplogo y anatomista alemn; Antonio Box (Antoneja), chulo de plazaque, lleg a alcanzar una gran popularidad, misma que gozaba en Madrid en1880. Desempeo su trabajo en la plaza de Madrid, en las mojigangas denovillos y su misin consista en aleccionar a los aficionados inexpertos que

    tomaban parte en las comparsas, meterlos en los cestos de mimbre centro de los cualeshaba de picar o banderillear, y dirigirlos en otros aspectos de lidia en broma, falleciendohacia 1885, un ao antes que Bernardo Gavio.

    *Francisco Carrasco Tornel, banderillero nacido en Cartagena el (04-10-1835),falleci el (02-09-1866), es decir, unos das antes de inaugurarse la plaza de toros SanPedro, en la ciudad de Zacatecas, se celebr en Nimes (Francia) una corrida de toros delpas, y habiendo cado enfermo el novillero Gregorio Lpez Caldern fue sustituido pornuestro Francisco Carrasco. Al salir el cuarto toro quiso ejecutar la suerte del aro de papel,consistente en meter el aro en el cuello del cornpeto, dando un pase como de pecho, quehaba llevado a efecto con gran lucimiento en varias plazas; invit al toro y fue cogido,resultando con una cornada tan grave en el pecho, que a los pocos momentos abandonabala vida.Disfrutaba de una gran agilidad para los regates y saltos gimnsticos que cultivabanaquellos toreadores de entonces.Tuvo la suerte de asistir a la valerosa accin de SalvadorSnchez Povedano (Frascuelo), que mat de una estocada el sexto toro, el cual, rompiendola puerta del chiquero, haba invadido la plaza provocando serios peligros, cuando estoqueaba

    el jugado en quinto lugar.*Manuel Carrin (el Coracero), matador de toros, natural de Andaluca,

    probablemente de Sevilla, hacia el ao 1835 y que tore en la segunda mitad del siglo XIXy falleci el (13-02-1883), haciendo la travesa de Buenos Aires a Espaa a bordo del buqueLa Santsima Trinidad. Trabaj en Amrica del Sur, donde gust mucho su labor; pero suignorancia del arte no le llev muy lejos, faltndole reflexin y ganas de superarse, ya quel, como tanto otros principiantes y novilleros e incluso matadores -de los que conoci esteautor muchos en Zacatecas (Mxico)- se crea que lo tena hecho todo. Un peridico deSevilla dijo de l: Todos los que en Sevilla son aficionados a los toros de cartel y a lasnovilladas haban conocido al espada Carrin, el que sin andarse en dibujos ni monerasdaba cuenta de un bicho al segundo o tercer pase, cuando ms, en cuya faena casi siempresala airoso, por ms que el arte taurino quedase poco bril lante.

    *Ramn Fernndez (el Esterero), picador de toros, nacido en Madrid el ao 1835 yvctima de una tsis farngea, falleci en su ciudad natal el (30-04-1877). A juzgar por lacalidad de los jefes y espectculos en los que actu y la frecuencia con que lo hizo, elEsterero debi ser un muy buen picador, que contaba entre la aficin madrilea con grandessimpatizantes, correspondiendo as a sus mritos. Su primer oficio, como seala su apodo,fue el de esterero, que abandon para dedicarse a los toros. Despus de haber toreadocomo tal desde el ao 1855, en Madrid y provincia en novilladas, los aos 1857 a 1860,

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    BERNARDO GAVIO RUEDA LIBRO II

    altern en tanda en la Corte con Francisco Caldern Daz, el (30-11-1860). Despus vuelvea verse su nombre en carteles de Madrid de 1861 a 1876. Los primeros de estos ltimosaos estuvo a las rdenes de Francisco Arjona Herrera (Cchares), figurando despus enbuena cuadrillas.

    *Marcelo de Spnola y Maestre, prelado espaol, nacido en San Fernando (Cdiz) ymuerto en Sevilla (1835-1906). Primognito de los marqueses de Spnola, renunci almarquesado para abrazar el estado religioso, y en 1869 obtuvo el cargo de cannigopenitenciario de la Catedral de Sevilla. A propuesta de S. S. Len XIII fue elevado alarzobispado en 1881 como obispo titular de Milo y auxiliar del cardenal arzobispo de Sevilla;en 1884 ocup la sede episcopal de Coria, luego la de Mlaga, donde permaneci hasta1895, y por ltimo, la sede de Sevilla, en el desempeo de cuyo cargo recibi el capelocardenalicio, en 1905.

    *Joaqun del Ro y Roldn, matador de novillos, nacido hacia 1835, hermano deAntonio del Ro. Fue decidido con el estoque, pero no alcanz altura en el toreo. El (29-06-1863) tore en la plaza de Segovia y sufri una cornada en la ingle. Aun no restablecido delpercance, sali de caza en los bosques prximos a El Escorial con un amigo. En un desmonte

    o raya cortafuego muy frecuentes en aquellos parajes, prob Joaqun su agilidad, subi unrepecho de una arrancada. Su compaero, menos gil, necesit la ayuda de Joaqun, quele tendi una faja o correa; al otro, que imprudentemente llevaba la escopeta mirando con elao hacia el frente, se le dispar en el esfuerzo, hiriendo en el costado derecho al modestotorero, que expir en el acto. Contaba entonces veintiocho aos de edad.

    Entre los que fallecieron ese ao figuran:

    *Manuel Ferreira Hernndez (el Portugus), banderillero de novillos, nacido enSanta Curz de Tenerife en 1817. El ao 1835 recibi una cornada que le ocasion la muerte.

    *Pedro Gonzlez de Mendoza, poeta espaol, abuelo del clebre marqus deSantillana, nacido en Guadalajara y muerto en la batalla de Aljubarrota, el (14-08-1385).

    Fue mayordomo de Juan I de Castilla; fund varios mayorazgos, entre ellos los de Buitragoe Hita. Una extendida leyenda afirma que muri por haber dado su caballo al rey en plenabatalla. En el Cancionero de Baena hay cuatro composiciones suyas. El marqus de Santillanacita asimismo como suyas las canciones: Pero te sirvo sin arte yA las riberas del ro, ademsde algunas dialogadas en gallego.

    *Louis-Lopold Robert. Pintor suizo, nacido en La Chauxdes-Fondes, y muerto enVenecia (1794-1835). Formse en Pars. Despus de sus andanzas italianas concibi laejecucin de cuadros grandes, mismos que no realiz totalmente, evocativos de lasestaciones en determinados paisajes: primavera napolitana, estilo romano, otoo toscano einvierno vneto. Cuando volva a Pars, de paso por Florencia enamorse locamente de laprincesa Carlota Bonaparte, hasta el trmino de suicidarse.

    *La madre del matador Julin Casas (el Salamanquino), falleci en 1835, del clera

    morbo, que asol con gran rigor algunas zonas de Castilla la Vieja. Su hijo naci en Bjar(Salamanca) el (16-02-1818). Hijo de familia acomodada, militar su padre e hija de fabricantessu madre, el porvenir de Julin no pareca mostrarse en modo alguno propicio al toreo.Retirado su padre, fijaron su residencia en Salamanca, disponindose Casas a estudiar lacarrera de Humanidades. Muri poco despus su padre, y como goz Julin de la msamplia libertad, empez a frecuentar el trato con torerillos que recorran los tentaderos delas cercana de la ciudad.

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    35PUERTO REAL (Cdiz)

    LIBRO II BERNARDO GAVIO RUEDA

    *El Rey Fernando VII, que tambin fue ganadero. La ganadera Toros de El Toreodivisa: Azul y Roja; seal: Punta de espada en ambas, finca: Las Salinas de Hortales (ElBosque, Cdiz)-, es de don Salvador Domecq y Dez, tiene por procedencia la de don JuanPedro Domecq y Nez de Villavicencio y de antigedad el (27-05-1970). Sus antecedenteshistricos arrancan en la ganadera formada a mediados del siglo XVIII por don GregorioVzquez. En 1780, tras su muerte, se hizo cargo de la vacada su hijo don Vicente JosVzquez que, eliminando todo lo anterior la form con reses del marqus de Casa Ulloa,Juan Jos Bcquer, Cabrera y Vistahermosa. A la muerte de don Vicente, en 1830, por elrey Don Fernando VII. A su muerte, en 1835, la Reina Gobernadora la vendi a los duquesde Osuna y de Veragua XIII, quedando como nico propietario, en 1849, el duque de Veraguay a la muerte de ste, en 1866, la hered su hijo don Cristbal Coln de la Cerda (duque deVeragua XIV). En 1910 pas a su hijo don Cristbal Coln de la Cerda y Aguilera (duque deVeragua XV), y ste la venda en 1927 a don Manuel Martn Alonso.

    En 1930 la adquiri don Juan Pedro Domecq y Nez de Villavicencio que laincrement con dos lotes de eralas y cuatro sementales del conde de la Corte. A la muertede ste en 1937, la heredaron sus hijos los Hermanos Domecq y Dez, que eliminaron casi

    en su totalidad el origen Veragua aumentndola con reses de la ganadera de don RamnMora-Figueroa y se aadieron ms vacas y sementales del conde de la Corte. A su vez, sevendi todo lo puro de Veragua y la mayor parte del cruce Veragua-Conde de la Corte, delque slo quedaron algunas vacas excepcionales. En 1939 se adquirieron ms hembras del,conde de la Corte. En 1968 la forma don Salvador Domecq y Dez, al separarse de sushermanos, llevndose la tercera parte que le correspondi por herencia. En 1970, donSalvador Domecq y Dez, cambi el hierro por el que utiliza actualmente (2003),mantenindose intacta en sus orgenes.

    Hechos Taurinos:

    Haca un ao que fue inaugurada la plaza de la Barceloneta con las corridas de los

    das (26, 27 y 28-07-1834), se dieron esa temporada cinco festejos ms, con xito creciente.En la verificada el (25-07-1835), en la que tomaron parte los espadas Manuel Romero y elnoble Rafael Prez de Guzmn, se produjo una alteracin del orden pblico que tuvo funestasconsecuencias, y fue que, con el pretexto de que eran mansos los toros de Zalduendo quese lidiaron, el pblico, indignado, hizo grandes destrozos en la plaza, sac a la calle arastras al ltimo astado de la corrida, unironse a los revoltosos otros elementos extraosy, dueas las turbas de la poblacin, asaltaron los conventos de frailes y dieron muerte amuchos de stos. La musa popular dedic el cantar siguiente a tan luctuosa jornada:

    El da en Sant Jaume / de lny trenta cinc, / va haber hi bullanga / dintare delturn. / Van surtir sis toros, / Que van ser dolents./ Aix va ser causa / De crema elsconvents.

    Fundndose la autoridad en que aquellos trgicos sucesos se haban iniciado en laplaza de toros, decret la clausura de sta, y cerrada estuvo la Barceloneta por espacio dequince aos, pues no se celebr corrida alguna hasta el (29-07-1850), en cuya fecha severific la reapertura para que alternaran los diestros Jos Redondo (Chiclanero) y JulinCasas (el Salamanquino), que dieron muertes a varias reses de casta aragonesa y navarra.Desde entonces sigui funcionando sin interrupcin hasta que en Barcelona se construyeronotras plazas, pues aunque en las nuevas y en la vieja se celebraron algunos aos

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    BERNARDO GAVIO RUEDA LIBRO II

    espectculos simultneamente, en esta de la Barceloneta fue con intermitencias hasta el(23-09-1923), en cuya fecha se dio el ltimo espectculo, consistente en una novillada conseis toros de Hidalgo, en la que un tal Faroles rejone los dos primeros, y luego dieronmuerte a los cuatro restantes, en lidia ordinaria, Isidoro Tod (Alcalareo II) y Ramiro Anll

    (Nacional chico). La Berceloneta, que tena una cabida para 12.000 espectadores, semantena todava en pie en la dcada de 1940 y despus pas el inmueble a propiedad delBanco Urquijo, a sabiendas de que realizando en ella algunas mejoras, podra continuardando funciones.

    En la tercera plaza construida en La Habana tore decenas de veces Bernado GavioRueda. El coso funcion de 1825 a 1836, y estaba ubicado en el Campo de Marte, frente alcaf Marte y Belona. La cuarta plaza tuvo tambin un buen perodo de duracin, pues de1842 a 1855 funcion en la Plaza Mayor del pueblo de Regla; la quinta se fabric en 1853,en la calle Belascoan, entre las calles Virtudes y Concordia, junto a la Casa de Beneficencia.El cronista Samuel Hazard, en su libro: Cuba with pen and pnsil, publicado en Londres en1871, ofrece una descripcin de la corrida que presenci el (29-04-1866), en la que actu el

    matados espaol Jos Ponce. Con relacin a la citada tercera Plaza de Toros cubana -yafue sealado- levantada en la localidad de Regla, en las Efemrides Reglanas, tomadas delarchivo de don Jos Rafael Garrucho y publicadas en la Historia de Regla, de Francisco M.Duque, aparece como fecha en que el Ayuntamiento de La Habana concedi permiso parala construccin de dicho coso la del (04-09-1835). La sexta Plaza de Toros cubana seinaugur -curiosamente tres meses despus que la San Pedro de Zacatecas-, el (24-12-1866), construida de madera, estando ubicada detrs de la iglesia de la poblacin de Regla,actuando en ella la cuadrilla de la que era primer espada Juan Jimnez Reina, plaza de laque se sabe que en noviembre de 1887 se present una c