Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

download Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

of 155

Transcript of Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    1/155

    Negros esclavos y libres en las ciudades

    hispanoamericanas

    *

    Carmen Bernand

    Fundacin Histrica Tavera2000

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    2/155

    2

    INTRODUCCIN

    CONDICIN, COLOR, HIBRIDEZ

    Los estudios sobre la economa esclavista de plantacin han dado de la esclavitud delos africanos en Amrica una imagen que tiende a imponerse como modelo general.Muchos son los trabajos que han profundizado las relaciones de dependencia en laszonas de explotacin agrcola en el Caribe, en el sur de los Estados Unidos o en elBrasil. De ah que la condicin de los esclavos adscriptos a las actividades azucareras ytabacaleras se haya hecho extensiva a otros medios sociales. Sin embargo, a pesartratarse de seres que carecen por definicin de libertad, los que viven en las ciudades deHispanoamrica, desde la Conquista hasta los primeros brotes independentistas, poseencaractersticas sociolgicas y culturales muy distintas a las de aquellos que trabajan en

    las plantaciones tropicales o en las minas de oro. Esta distincin entre la vida de lashaciendas y el entorno urbano tambin es vlida para las zonas azucareras, como lodemuestran los estudios sobre el Brasil y las Antillas francesas, as como para losEstados Unidos. All, y desde la independencia, la ciudad de Filadelfia desempe un

    papel muy activo tanto en la abolicin de la esclavitud como en el mejoramiento y laintegracin a la nacin americana de los hombres libres de color1.

    En Mxico, Lima, Quito, Bogot, Caracas, Cartagena y Buenos Aires, los esclavosconstituyeron entre el 10% y el 25 % de la poblacin. Sin embargo, esta herenciaafricana urbana ha sido minimizada u olvidada, a pesar de que contamos con estudios dereferencia, como los de James Lockhart, Frederick Bowser, Gonzalo Aguirre Beltrn,

    Colin A. Palmer, Lyman Johnson o Miguel Acosta Saignes, por citar slo los nombresms conocidos. Una de las razones, pero no la nica, reside en el temor, por parte de lasgrandes familias de la aristocracia latinoamericana, a que se rastreen unos orgenes queen muchos casos los vinculan con los antiguos esclavos.

    Por otra parte, la antropologa, centrada en lo rural y en lo indgena, tampoco hatenido en cuenta la dimensin urbana de una institucin que se inicia en el siglo XVI,

    pero cuyas races remontan a la Antigedad. El texto que presentamos intenta dar unavisin sinttica del problema y exponer las caractersticas de la presencia africana en lasciudades de Hispanoamrica.

    Cul tur as urbanas hi spanoamer icanas

    Hablar de esclavitud urbana, como institucin particular, distinta del sistema deexplotacin que se desarrolla en las plantaciones y en las minas, implica en primer lugardefinir el marco en el cual esas actividades se desarrollan. La urbanizacin deHispanoamrica es un fenmeno nico en la historia occidental. Desde los primerosdecenios de la Conquista, la ciudad domin el espacio territorial, inaugurando un rasgoque caracteriza hoy a todo el continente. La magnitud de las calles, el establecimiento

    1Gabriel Debien, 1177-1178. Sobre la importancia de Filadelfia como laboratorio experimental delmejoramiento de los esclavos liberados, ved el excelente libro de Gary Nash (1991).

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    3/155

    3

    de solares y parcelas cuadrangulares deslindadas sobre un territorio sin lmites, eltamao de la plaza mayor, centro geomtrico, funcional y simblico de la urbe, dieron alas ciudades americanas un aspecto muy diferente al de los centros europeos de racesmedievales. Ya a finales del siglo XVI, la ciudad, sede del virrey o del gobernador,aparece a ojos de los contemporneos, como un lugar populoso donde se concentrangentes venidas de la periferia. Esta visin se confirma durante el siglo XVIIy sobre todoen el XVIII, cuando el crecimiento demogrfico de la poblacin oblig a subdividir lossolares y las parcelas, creando as un tejido social denso.

    Naturalmente todas las ciudades coloniales no son comparables y cada una presentarasgos singulares en funcin de sus caractersticas histricas y geogrficas. Mxicocolonial prolonga Tenochtitlan. Tenemos por consiguiente una presencia indgenaimportante que influye en las caractersticas culturales y sociales de las colectividadesafroamericanas. Lima, por el contrario, es una ciudad nueva, fundada por Pizarro perorodeada de pueblos de indios organizados en comunidades y controlados por los

    encomenderos y sus descendientes. La traza cuadricular se impuso a todas las ciudadesfundadas posteriormente. Cartagena y La Habana fueron ciudades defensivas, cuyosbaluartes las protegieron de los asaltos de los corsarios. Buenos Aires tambin es unacreacin colonial pero carece de una poblacin aledaa indgena y agrcola, ya que losmalones que la amenazan constantemente estn compuestos por indios nmadas queno constituyen de ningn modo una mano de obra utilizable.

    Estas ciudades nuevas, sin tradicin medieval ni indgena, salvo en contados casosrepresentados principalmente por Mxico y Cuzco, estn construidas segn una trazacuadriculada, que divide el espacio en solares cuya jerarqua depende de la distancia quelos separa del centro, plaza en torno a la cual se yerguen los edificios oficiales, smbolo

    del poder. Se trata de capitales: las hay de gran magnitud, puesto que en ellas reside elvirrey, como Mxico y Lima (Buenos Aires lo ser en el ltimo tercio del siglo XVIII);otras, de dimensiones menores, son centros polticos, cuyos rganos son la Audiencia yla Gobernacin. La cuadrcula urbana facilita la circulacin del aire y de las personas,as como el control de la poblacin. Los esclavos residen generalmente -pero nonecesariamente- con los vecinos, y por consiguiente, lejos de estar relegados a un barrioespecfico, ocupan la totalidad del espacio urbano, tanto el privado de las casas como el

    pblico. En este entorno moderno se desarrolla la subcultura urbana de los negros ymulatos, que no implica la reproduccin de rasgos culturales africanos.

    La ciudad hispanoamericana es un lugar de sociabilidad y de representacin. En ellase yerguen los edificios que simbolizan el poder: catedral, palacio de Gobierno, sede dela Audiencia..., construcciones modernas porque nuevas e inspiradas en proyectos deurbanismo que combinan la esttica con la salubridad. Estas ciudades poseen unCabildo, pero ste no goza de una verdadera iniciativa municipal: el verdadero poderest en el ncleo administrativo que encarna el poder de la Corona. Pero, entre susfunciones, est fomentar las celebraciones religiosas. La amplitud de las calles y de las

    plazas, y la perspectiva abierta por la traza rectilnea, favorecen esos espectculos. Laimportancia de la funcin decorativa aparece en Hispanoamrica con el espritu de laContrarreforma y la influencia del barroco, estilo que produce la ilusin de la armona.

    De ah que las ciudades espaolas sean distintas a las que surgen en el mbito puritanoanglosajn. La sociedad barroca hispanoamericana acenta las diferencias entre las

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    4/155

    4

    distintas naciones, definidas segn el antiguo criterio de grupos de origen comn. Estadiversidad se exhibe en las fiestas religiosas y las conmemoraciones en honor alnacimiento de un infante: los desfiles, las procesiones y los cortejos de las distintasnaciones, cada una con sus emblemas y signos distintivos, constituyen un elementoindispensable. Ostentar las diferencias entre los estamentos es una manera de mostrar el

    poder central que los une segn el orden de la sociedad. El ceremonial barroco insiste enla integracin jerrquica de los distintos pueblos, de ah que la condicin servil forme

    parte del conjunto.

    Los negros participan plenamente de los eventos pblicos de la ciudad y, en esesentido, no estn marginados y no se puede hablar en este caso de una existenciacomparable a una muerte social2. La pintura de los siglos XVIIy XVIII, tanto europeacomo americana, nos brinda escenas personificadas por estos hombres de color queviven con los seores. Los pajes negros vestidos de raso y terciopelo de las Bodas deCana de Veronese, los criados de Velzquez, y, posteriormente, los cuadros de castas

    mexicanos o los retratos de personalidades oficiales acompaadas de sus lacayosmorenos insisten en la funcin esttica del esclavo. Esto no es simplemente unaidealizacin del artista, sino un aspecto esencial de los servidores de los grandesseores: el de servir de adorno. Por supuesto, la mayora de los negros urbanos nocomparte con los lacayos y otros criados elegantes esa dimensin ornamental, pero stanunca est totalmente ausente, como lo demuestra en el mbito urbano el xito de lasfiestas y msicas negras, que se prolonga hasta nuestros das.

    En la medida en que reconocemos el carcter peculiar de la esclavitud urbana,debemos esforzarnos en circunscribir el mbito en el que se desarrolla. Esta tarea no esfcil, porque si bien en la actualidad la separacin entre el campo y la ciudad nos parece

    una evidencia, en la poca colonial es difcil trazar en forma neta los lmites entre uno yotro mundo. Los arrabales, muladares, rancheras, zonas lindantes y fincas adyacentesforman parte de la ciudad y constituyen una zona fronteriza, una margen, donde elcampo y el casco urbano se entremezclan. Estos espacios marginales pueden invadir laszonas residenciales en determinadas circunstancias: as, despus del terremoto de Limade 1746, surgieron en todos los barrios rancheras para amparar a todos aquellos quehaban perdido sus escasos bienes durante la catstrofe. El caso de Buenos Aires, ciudadsituada a pocos kilmetros de una zona de frontera con las tribus indias, es significativode la compenetracin entre urbanidad y campo circundantes, donde vaqueros yhortelanos negros trabajan en las tierras de los amos. En muchos casos el esclavo semueve entre la hacienda y la casa del amo, y efecta tareas agrcolas pero tambinurbanas y domsticas.

    2Blackburn, 8-23, insiste en estas caractersticas de la sociedad barroca, basndose en los trabajos de

    Maravall. Esta expresin constituye la base del anlisis comparativo de Patterson. A pesar de la riqueza yel inters indudables de ese trabajo, lamentamos que el autor haya dejado prcticamente de lado laesclavitud en las ciudades hispanoamericanas.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    5/155

    5

    Las relaciones serviles

    Cules son las caractersticas de la esclavitud urbana? En primer lugar, laproximidad fsica del esclavo con la familia del amo. Por lo general vive aqul en lamisma casa, dispone del tercer patio -el del fondo- que es tambin el lugar de la

    intimidad, por ejemplo donde se encuentran las letrinas; est en contacto permanentecon la mujer y los hijos. A este rasgo domstico, que tambin se encuentra en el mundode las plantaciones, hay que agregar otro, fundamental. El esclavo urbano vive en unespacio de circulacin y de mediacin: la calle, los lugares pblicos, las tabernas, las

    pulperas, los mercados, las plazas de toro y los corrales constituyen su entorno exteriora la casa del amo. La frecuentacin de estos lugares lo pone al tanto de los cotilleos,chismes e informaciones de toda ndole. La calle, donde se mueve diariamente, le brindaun espacio de libertad y un cierto anonimato, limitado por la visibilidad del color. Comoen las ciudades europeas, las de Hispanoamrica tienen sus zonas de anonimato que seextienden con los aos y que, si bien alimentan los sentimientos de inseguridad y de

    soledad, otorgan a los individuos una libertad mayor, permitiendo que se diluyan losvnculos personales3.

    La esclavitud urbana en Hispanoamrica es el reflejo del modelo general que seimplanta en las Indias Occidentales a partir del siglo XVI y que favorece ladiversificacin de las tareas realizadas por los esclavos. Esta concepcin del trabajoservil tiene su origen en la tradicin peninsular y en la estructura del parentesco. Ellinaje, grupo jerarquizado de parentesco implica la cohabitacin en la casa seorial de

    personas dependientes, los criados. Desde el siglo XII, lo son todos aquellos que,como la denominacin lo indica, residen, han nacido eventualmente y comen en la casa

    seorial. Dentro de la categora de los criados, los de mayor prestigio son losmayordomos, los merinos y los halconeros. Pero tambin los hay cocineros, amos, amasde cra, etctera...

    Los esclavos entran tambin en esa categora4. Los criados forman parte del linaje ya la muerte del jefe de familia, reciben generalmente mandas. El dar de comer a unnmero importante de parientes y dependientes es una marca de prestigio social para el

    jefe del linaje, de ah que en torno a l graviten gentes de continuo: paniaguados yallegados, trminos cercanos a criados.

    Este rasgo se mantiene en Hispanoamrica, sobre todo en la primera poca de laConquista y en el mundo de los encomenderos. De ah que los criados y sirvientesnumerosos incrementen el prestigio de la casa que puede mantenerlos. En la segundamitad del siglo XVIII, encontramos todava la concepcin antigua que el esclavo forma

    parte de la familia: porque no es cierto, ni cuanto menos pblico el que en mi casa semaltrate a mi familia, declara un abogado de cancillera de Buenos Aires a quien se leachacaba una conducta violenta hacia una de sus esclavas5.

    3Maravall, 257-258.

    4Beceiro Pita y Crdoba de la Llave, 331 y ss; Gerbet, 311-344.

    5AGN-A, IX-35-5-3, Tribunales, Autos de Mara Bartola., 1776.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    6/155

    6

    Jos Luis Corts Lpez seala que una de las dificultades del estudio sobre laesclavitud en la Edad Media reside justamente en la confusin en los trminos desiervo y esclavo, que con frecuencia se utilizan como sinnimos. En general la

    palabra siervo se utiliza para los que desempean tareas domsticas e incluso los quetrabajan en el campo o en las dependencias del seor. Esta confusin entre esclavodomstico y criado aparece tambin en Amrica. Vicenta Corts Alonso, en su estudiosobre Juan de Castellanos, cita una serie de mandas de su testamento (hecho en Tunja),redactado a comienzos del siglo XVII: era mi criada, seala Castellanos al hablar de suesclava Catalina; naci en mi casa y se ha criado en ella.

    El estatus particular de los criados y esclavos domsticos se refleja en los primerosintentos de organizar la trata de negros en el Nuevo Mundo. La exclusividad que laCorona otorg al negrero Gouvenot, que obtuvo el privilegio de introducir en el Caribe,entre 1518 y 1527, 4.000 negros para suplir la mortandad de los indgenas, no fueobstculo para que se otorgaran numerosas mercedes a particulares, siempre y cuando

    los esclavos estuvieran destinados no a la venta sino al servicio personal6.En Espaa las ocupaciones ms corrientes de los esclavos urbanos fueron la

    domesticidad y en menor grado, el artesanado7. Los esclavos gozan de ciertas garantasjurdicas, pueden pedir cambiar de amo si ste los trata mal y, aunque no puedendesempear cargos de responsabilidad judicial, en 1482 una bula papal critica el hechode que, en la Inquisicin de Aragn, ha habido esclavos que han acusado a cristianos.En 1509, una provisin promulgada por la Suprema declar la legalidad del testimonio

    presentado por esclavos ante el Santo Oficio. La casi totalidad de las acusaciones deestos esclavos se refieren a prcticas moriscas.

    Esta participacin a los tribunales como testigos de cargo o de descargo, laencontramos tambin en Hispanoamrica, en una poca temprana. En Quito, en 1575,doa Isabel Atahualpa, hija del Inca, presenta unos autos para hacer valer sus privilegiosy en la lista de los testigos paresci joan vezino negro en su nombre8. Esto muestraque, en el siglo XVI, los criados y esclavos de color gozaban de ciertas prerrogativas.

    En muchos casos los criados espaoles sirven de intermediarios, cuando se trata deestablecer vnculos polticos o en actividades comerciales, costumbre que losconquistadores llevan a Amrica. Toda persona noble que contrata o entra en unagranjera lo hace por intermedio de sus criados. Los criados no son pecheros sinoescusados, porque viven con seor y estn unidos a l por vnculos afectivos9. A

    comienzos del siglo XVI, un tal Juan de Crdoba envi a su esclavo negro con dosmercaderes para vender su mercanca en La Hispaniola. Esta libertad de desplazamientode la que gozan ciertos esclavos domsticos puede sorprender, pero se trata de una pauta

    6Aguirre Beltrn (1972), 19.

    7Corts Lpez, Jos Luis (1986), 19-22. La situacin de los esclavos que trabajaban en las minas deplata de Guadalcanal era muy distinta de la de los criados y jornaleros sevillanos, como lo muestra A.Stella.

    8Corts Lpez (1989), 76-86. Autos de doa Isabel Atahualpa, 1572, in Oberem (1976), 69-70.

    9Gerbet, 315.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    7/155

    7

    relativamente corriente que existi tambin en las Antillas francesas, donde a fines delsiglo XVII, jvenes esclavos viajaban solos o en compaa de sus amos a Francia paraaprender un oficio10.

    En el inicio del trfico negrero, la Corona exigi que se llevaran a las Indias esclavos

    cristianos. Estos provenan en gran parte de ciudades de la Pennsula Ibrica. Desdefines del siglo XIV esclavos negros vivan en Sevilla, donde la mezcla racial eracorriente, concentrados mayormente en los barrios de san Bernardo y de Triana. Todoseran cristianos e hispanizados, y constituan la mayor comunidad esclava de Espaa;hacia 1565, se contaba un esclavo por cada catorce habitantes11. En 1510, Fernando deAragn consiente que sean exportados a La Hispaniola doscientos esclavos sevillanos.Si bien los haba marcados con hierro, stos representaban una minora. En Sevilla, losnegros gozaban de cierta libertad de movimientos y las autoridades municipales sequejan de que grupos de esclavos frecuentan da y noche las tabernas, donde seemborrachan y provocan desrdenes. Podan celebrar sus danzas y cada comunidad o

    nacin estaba presidida por un mayoral. Los negros tenan tambin una cofrada, deNuestra Seora de los ngeles. Trabajaban como cargadores, estibadores del puerto, enel empedrado de carreteras y caminos; otros eran obreros en las fbricas de jabn. Loshaba que ejercan el cargo de corchetes, es decir, ayudantes de alguaciles, funcinque ocuparn tambin en Amrica. Contrariamente a los moriscos, los negros y losmulatos sevillanos se convierten al cristianismo y se integran en la vida espaola12.

    En las ciudades de Hispanoamrica, los africanos no son los nicos criadosdomsticos. Si bien es cierto que la esclavitud de los indios fue prohibida a mediadosdel siglo XVI por las Leyes Nuevas, ciertas posiciones intermedias como las de losnaboras en las Antillas y Tierra Firme, los yanaconas o los peinadillos andinos,

    presentan caractersticas que los asemejan en cierto modo a los esclavos domsticos. Enel siglo XVIII, el desarrollo del concertaje en el mundo rural indgena constituye unamodalidad de la esclavitud por deudas. Tambin tenemos el caso de los esclavosintroducidos en la Nueva Espaa por el puerto de Acapulco, y provenientes de Asia.Estos chinos filipinos llegaron a ser muy numerosos en esa ciudad y ciertas familiasadineradas tenan hasta dieciocho. Nos faltan estudios comparativos de estos tipos deservidumbre.

    All donde la mano de obra indgena era relativamente abundante, los esclavosafricanos fueron en su mayora trabajadores urbanos. Por otra parte, conviene recordar

    que en la poca colonial, la libertad no es la anttesis de la esclavitud. Los negroshorros, si bien ya estn liberados de la servidumbre, gozan de un estatus ambiguo y serecomienda repetidas veces que se asienten con amos para no vagar13. El indio es

    10Ver al respecto el interesante artculo de Debien, op. cit.

    11Sobre los negros de Lisboa y el sistema de cofradas, Didier Lahon sostendr su tesis doctoral en1999.

    12Pike, 344-369.

    13 Aguirre Beltrn (1972), 280-281. Un ejemplo temprano de esta restriccin lo tenemos en lasordenanzas; dicen: que en tanto Su Ex. provea persona que entienda en asentar los negros horros y

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    8/155

    8

    libre hasta cierto punto puesto que est sometido al tributo. La mujer, aunque no sea niesclava ni indgena, goza de pocas libertades en el sentido moderno. La frontera entre

    privacin y goce de libertad es en muchos casos difcil de trazar14.

    Por otra parte, es imposible considerar la condicin de los esclavos africanos sin

    incluir en el anlisis sus descendientes libres. Como Orlando Patterson ha demostrado,el trfico de esclavos, la esclavitud como estado y la manumisin, son fases distintas deun mismo proceso15. En las ciudades, los manumisos constituyeron una poblacinimportante numricamente, ya que los esclavos tenan la posibilidad de rescatar su

    propia libertad, tratando libremente con sus amos las condiciones; stos podanigualmente dar libertad a sus esclavos, como consta en los testamentos, sin rendircuentas a las autoridades.

    La aplicacin de estos derechos tradicionales tuvo por consecuencia el aumentoconsiderable de negros horros. En muchos casos, esclavos y libres pertenecen a unamisma familia, de ah que la frontera legal, de suma importancia para el individuo, sea

    en la prctica menos marcada, como veremos por varios ejemplos. No olvidemos que elestatuto de los esclavos estaba regido por las Siete Partidas promulgadas por Alfonso elSabio, segn las cuales los esclavos eran seres humanos y no bienes muebles, segnconsta en el ttulo XXIII, que aclara que los seres humanos pueden ser libres, libertos (oahorrados) o siervos.

    El estudio de la esclavitud urbana es indisociable de un anlisis de la emergencia deltrabajo libre, modalidad que desde el siglo XVI la Corona se esforz en fomentar,combatiendo las formas arcaicas de movilizacin de la mano de obra, como laencomienda, y suprimiendo los servicios personales de los indios. En los primeros

    tiempos de la colonia, la disminucin demogrfica de los indgenas atrajo una masaimportante de africanos reducidos a esclavitud. Pero sta era susceptible demodificaciones, ya que la manumisin estaba admitida por la ley y por la costumbre. Alcomienzo, los negros libres y sus descendientes, excluidos de multitud de oficios por losestatutos selectivos de los gremios, compitieron difcilmente con los esclavos. No

    poseyendo ni tierras ni instrumentos de produccin, muchos de ellos fueronconsiderados como vagabundos, y al respecto la legislacin fue feroz, aunque muchasveces ineficaz, ya que el ocio era considerado como el vicio mayor. Cuando aument elnmero de esta mano de obra, el trabajo ejecutado por el esclavo se volvi demasiadocaro para competir con este proletariado. sa fue la evolucin del trabajo en Mxico. En

    ciudades perifricas como Buenos Aires, la culminacin del trfico de negros coincidicon la apertura del comercio y, apenas el sistema se haba extendido, ya se encontrabaen desfase con el progreso econmico16.

    A esta oposicin entre negro esclavo y negro libre, se suman las variantes originadasen el mestizaje, proceso que comienza en los primeros aos de la Conquista. Los

    mulatos y indios vagamundos con amos, ordeno y mando que los dichos asientos se hagan ante el dho.juez de naturales, in Sarabia Viejo, I, pg. 181.

    14Konetzke, Coleccin, II-1, 291.

    15Patterson, 295-296.

    16Aguirre, 48-49.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    9/155

    9

    documentos coloniales, cuando se refieren a todos aquellos que no pertenecen ni a larepblica de los indios ni a la de los espaoles y que por lo tanto plantean problemasadministrativos y fiscales, nombran sistemticamente a cuatro categoras: los negroslibres, los mestizos, los mulatos y los zambahigos (o zambos). Podemos aadir a estalista a los criollos. Todos ellos poseen estatus hbridos, cuyas implicaciones ideolgicasson de gran importancia para entender las estrategias intentadas por los esclavos parasalir de la condicin servil. A estas consideraciones se suman las contradiccionesfundamentales del sistema esclavista hispanoamericano, mencionadas anteriormente: lamanumisin permitida, el mestizaje, los costes cada vez ms elevados del esclavo y laemergencia de una categora social, la de las castas o grupos mestizados en diversosgrados, que constituyen una fuerza de trabajo libre mucho menos onerosa que la manode obra servil.

    Color, hibr idez

    Para entender la implicaciones polticas, ideolgicas y simblicas del sistemaestamental hispanoamericano es necesario evocar las nociones imperantes relativas a lanaturaleza humana, a las jerarquas sociales y a lo que hemos llamado los estatushbridos. En Hispanoamrica, la distincin entre las dos repblicas de indios y deespaoles, fundamentada jurdicamente por una serie de derechos y de deberesrespectivos, implic en principio la segregacin de ambos grupos, para proteger a lascomunidades de los abusos y de las enfermedades, permitiendo en cierto modo que losgrupos indgenas no desaparecieran, como haba ocurrido en las Antillas. Lasdiferencias entre ambas naciones -en el sentido renacentista del trmino- se fundan ensus naturalezas respectivas. Dependen stas del lugar de origen y de la familia a laque uno pertenece. Sin embargo esta tentativa de segregacin, justificada por lanecesidad de frenar los abusos cometidos hacia los indios, no pudo nunca ser llevada acabo, entre otras razones porque la escasa poblacin femenina de origen europeofavoreci las uniones mixtas, fueran o no voluntarias. En ciertas regiones, como en elParaguay por ejemplo, los mestizos constituyeron la mayora de la poblacin al cabo deuna generacin de contactos: los harnes de Domingo de Irala son clebres -el famosoParaso de Mahoma, como se llamaba a esta provincia- as como la extensin de lasrelaciones sexuales forzadas.

    Al ser traspuestos al Nuevo Mundo, los criterios clsicos de nacin y de naturaleza

    sufren una modificacin importante e introducen una contradiccin profunda entre laadscripcin a un grupo de filiacin y el enraizamiento en la tierra natal. En efecto, lasnuevas poblaciones que aparecen en Amrica a los pocos aos de la Conquistamanifiestan caractersticas vinculadas con la naturaleza y el clima del Nuevo Mundo,conforme a la correspondencia que se estableca corrientemente entre los grupos y losindividuos que lo componen y la tierra en donde moran. Cosmgrafos y cronistas de los

    primeros decenios de la Conquista coinciden en afirmar que la naturaleza del NuevoMundo es ms frtil que la de Europa, e incluso se la califica de viciosa, por sucapacidad ilimitada de reproducir las especies vegetales y animales que all se hantransplantado. Esta potencia gensica de la tierra se transmite igualmente a los pueblos

    que all habitan, y es curioso comprobar que Gregorio Garca, al referirse a los animalescimarrones que se han multiplicado extraordinariamente en el primer siglo de la

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    10/155

    10

    Conquista, hable de animales peregrinas, animales mestizas17. La libertad de la quegozan -y que es la condicin de su reproduccin- est expresada por la nocin deperegrino, anttesis de ciudadano. Lope de Aguirre, que no era mestizo pero sitraidor, rebelde hasta la muerte por Tu ingratitud, segn sus palabras, dirigidas aFelipe II, firma esa carta incendiaria bajo el seudnimo de el peregrino. Como en laEspaa del siglo XVI, en la que se acusaba a los moriscos de fomentar un complotdemogrfico contra los cristianos, las autoridades espaolas temen la multiplicacinvertiginosa de los mestizos americanos. De manera significativa, el licenciado LopeGarca de Castro, presidente de la Audiencia de Lima, alerta al Consejo de Indias sobreestas gentes que nacen cada hora18.

    Contrariamente al indio, al que se considera natural, es decir, vinculado a la tierradonde naci, lo cual le confiere su temperamento y su complexin, es decir, su carcter,su aspecto y su manera de ser, los frutos de uniones mixtas escapan a la separacin entrelas repblicas y se caracterizan por su ambigedad. Deben o no pagar tributo como los

    indios? En el curso de la poca colonial, esta cuestin fiscal nunca ser definitivamenteresuelta.

    Los mulatos y los zambos, pertenecen, como los mestizos y los criollos a lo quehemos llamado estatus hbridos. Este criterio es fundamental para distinguir a losindgenas de las otras poblaciones. Si bien el mestizo comparte con el mundo indgenauna naturaleza semejante, el hecho de que est eximido de la tributacin le confiereuna superioridad social. El mulato permanece marcado por su condicin, aun cuandosea liberto, a menos de tener una madre india, en cuyo caso el zambo goza de lacondicin materna. En los primeros decenios de la Conquista se trat de distinguir entrelos mulatos, a aquellos que tenan ascendencia espaola. Para ello se emple el trmino

    de morisco, que prevaleci sobre todo en la Nueva Espaa. Al acabar el siglo XVII,una real cdula mand borrar y olvidar el uso de esta voz, para no molestar a personasde calidad que eran tachadas de bajo origen19.

    El caso de los criollos es interesante porque ilustra claramente el problema de laidentidad y de la posibilidad de pasar de una a otra. Hasta 1560 este trmino designa alos negros que no han nacido en frica. Se habla por lo tanto de criollos de Sevilla, deLisboa, o de Sao Thom, porque esta isla es considerada como un enclave portugusque no pertenece ya a frica20. La superposicin de criollo y de mestizo,relativamente frecuente en los documentos coloniales, est presente todava en la

    Argentina del siglo XX. En ese pas, los llamados cabecitas negras -y que sedenominaban criollos- eran mestizos de distintos pueblos. Slo a partir de la segundamitad del siglo XVI, la voz se hace extensiva a los espaoles nacidos en el NuevoMundo.

    17Bernand & Gruzinski (1993), 190.

    18Carta del Licenciado Garca de Castro al Consejo de Indias (1567), in Levillier, III, p. 235.

    19 Konetzke, III-1, 1962: Real cdula al presidente de Guadalajara para que no se use de la voz

    morisco con los hijos de espaol y mulata, 1700, pg. 81-82.

    20Lockhart (1968), 175.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    11/155

    11

    Estos inspiraron, desde el comienzo, mucho recelo pues se pensaba que al contactode otro clima y de otra tierra, el espaol se mestizaba: Los espaoles que pasan aaquellas partes y estn en ellas mucho tiempo con la mutacin del cielo y deltemperamento de las regiones, an no dejan de recibir alguna diferencia en la color ycalidad de sus personas; pero los que nacen dellos, que se llaman criollos y en todo sontenidos y habidos por espaoles, conocidamente salen ya diferenciados en la color ytamao, porque todos son grandes y la color algo baja declinando a la disposicin de latierra; de donde se toma argumento que en muchos aos aunque los espaoles no sehubiesen mezclado con los naturales, volveran a ser como son ellos; y no solamente enlas calidades corporales se mudan, pero en las del nimo suelen seguir las del cuerpo ymudando l se alteran tambin21. Alianza sugerida no slo como posibilidad tericasino como fuerza poltica antiespaola, ya desde fines del siglo XVI, como lo ejemplificael caso de Hernandarias, gobernador del Ro de la Plata, puesto por los naturales deesta tierra, muy honrado caballero aunque criollo, porque no hay regla sin excepciny ac se tiene por cierta que de los criollos se puede fiar poco y de los mestizos,nada22.

    La desconfianza que inspiran los hbridos es compartida tambin por los indios. Elcronista indgena Guaman Poma de Ayala juzga con severidad a los negros ladinos, ocriollos, a los cuales les atribuye todos los vicios que engendra el conocimiento y lahabilidad: de bozal salen santos [...] los negros y negras criollos son bachilleres yrreboltosos, mentirosos, ladrones y rrobadores y salteadores, jugadores, borrachos,tauaqueros, tranposos de mal bevir23. Los hbridos no constituyen una nacin, en elsentido que se dio a esta nocin en la poca colonial, sino que forman un grupointermedio, abigarrado y plebeyo que se designa, a partir de mediados del siglo XVII

    como sociedad de castas. Esto nos lleva a tratar del problema del color comodiferencia y marca de un estatus social.

    La barrera del color

    El color negro da a los esclavos una visibilidad que no tienen los dems grupos, yconstituye una marca indeleble de la condicin servil. Desde los primeros tiempos de laConquista, los cronistas utilizan una serie de calificativos para describir el color y la tezde los indios del Nuevo Mundo. Pero los trminos utilizados son demasiado imprecisos

    para que puedan constituir una categora racial. Por ejemplo, en algunos casos, se dice

    que los espaoles son morenos, lo cual les permite pasar por indios en ciertascircunstancias24. Pero en otros casos, se describe a los mestizos y a los mulatos comomorenos. El trmino trigueo, segn los contextos, puede aludir a un color oscuroo, por lo contrario, a una tez clara. Pedro Pizarro escribe que la esposa del Inca Sayri

    21Lpez de Velasco, 19-20.

    22 BN (B.Aires), n 7326: Carta del Gobernador de Buenos Aires, don Diego Valds, 28 deseptiembre de 1599.

    23Guaman Poma de Ayala, 664.

    24 Como lo indica, entre otros, Bernal Daz del Castillo: dos soldados hechos indios [...] y como eranmorenos de suyo dijo que no parecan espaoles, in C. Bernand & Serge Gruzinski I, pg. 673.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    12/155

    12

    Tupac era blanca, triguea, y aclara que los Incas eran ms blancos que losespaoles. En cambio, el Inca Garcilaso de la Vega, al referirse a la misma princesa,comenta que sera an ms bella si no tuviera la tez tan triguea25. A mediados delsiglo XVII el color vario de los mestizos es, para Juan de Solrzano, la marca de lainfamia del nacimiento. Dicho color es transmitido por la madre junto con otrosvicios mamados en la leche.

    La proliferacin de los hbridos -las castas- con las connotaciones simblicas ynormativas que conllevan (ilegitimidad, deslealtad, vicio, lujuria, metforas animales)se refleja en un vocabulario que alude a una pigmentacin indeterminada, ni negra ni

    blanca, sino abigarrada, es decir de varios colores mal combinados, lo heterogneo,lo que es sin concierto. El color albarazado, por ejemplo -una de las categoras queaparecen en la nomenclatura complicada de las castas- es abigarrado, lo mismo que lobarcino, retoo de un albarazado y de una mulata, denominacin que se da a los

    perros y otros animales de pelo blanco y pardo y a veces rojizo. Es significativo que

    barcino designe tambin al poltico que con frecuencia cambia de partido. Tenemosnuevamente la idea de traicin, consustancial de los hbridos. El zambo, hijo de unnegro y de una india -de condicin libre- es tambin un mono de pelaje gris amarillento,de hocico negro y muy aplastadas y abiertas las narices. Lo abigarrado es sucio, comolo indica el adjetivo pardo, color obscuro con algo de amarillo y rojo, como el de lashojas secas, y que se aplica tambin a la voz de timbre poco claro. El color pardo delos vellones sirve para confeccionar paos ordinarios, sin tinte, con el que se visten losrsticos. Segn el mismo Covarrubias, pardo es el color de la tierra y de la piel deoso. Los mulatos pueden eventualmente distinguirse de los pardos, generalmente decondicin libre, a fines del siglo XVIII26. En 1647, Juan de Solrzano Pereira aclara, en

    su Poltica Indiana, que los hijos de negros y negras libres se llaman morenos opardos. El viajero francs Amde Frzier, que visita el Per en 1713, atestigua a sumodo de ese abigarramiento: de treinta rostros, apenas se hallan dos del mismo color.Del negro al blanco, del blanco al negro, los matices son infinitos, y para explicarlos,introduce un tercer color, el rojizo. Esta es quiz la primera referencia a la razacobriza27.

    Otros vocablos como comme cholo, chino, cambujo, chamiso, bazo, ocoyote, con los que se trata de indicar el grado de pigmentacin de las castas,

    pertenecen al registro de lo abigarrado pero tambin al reino animal. Este colorindeterminado sirve para calificar a los que tienen un origen vil, y que ya no son ninegros ni blancos, y por lo tanto ambiguos y peligrosos.

    25 Pedro Pizarro, p. 238; Garcilaso de la Vega, libro 8, cap. 11.

    26 Solrzano, op. cit., II -XXX-21 y 36.

    27Frzier, p. 93: Dieu a form parmi les enfants de notre pre commun de trois sortes de carnationsd'hommes, une blanche, une noire et une de couleur rougetre, qui tient au mlange de l'une et del'autre.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    13/155

    13

    Paradjicamente estos grupos abigarrados, que no pueden ser subdivididos encategoras cromticas objetivas, forman lo que se llaman castas de color28. Estacategora global rene a todos los frutos del mestizaje, de la cual las referencias antiguasal origen han desaparecido a favor de un nico criterio, el del color oscuro evidente dela chusma o de la plebe, desprovisto de races tnicas pero portador de una identidadcolectiva. A finales del siglo XVIII, la promulgacin de la real cdula de gracias al

    sacar, el 10 de febrero de 1795, permite, mediante un determinado pago, ladispensacin de la categora de pardo: esto favorece a numerosos descendientes denegros esclavos, sobre todo a aquellos que viven en las ciudades y que medran poradquirir el prestigio social. Los lmites entre las categoras sociales, por decreto yadquisicin, se atenuaban hasta el punto de confundir las razas y las clases que la real

    pragmtica de matrimonios de 1776 haba tratado de mantener. Pero a pesar de ello, losdescendientes mezclados de los esclavos negros conservaron la marca indeleble delcolor negro29.

    La condicin de los esclavos urbanos debe, por consiguiente, ser estudiada enfuncin de parmetros sociolgicos e ideolgicos: la valoracin de la ciudad respecto alcampo, las discriminaciones hacia la hibridez y la ilegitimidad, la oposicin entre loscriollos y los que vienen de fuera (espaoles, africanos), el prejuicio del color, ladescalificacin del trabajo manual. A lo largo del perodo colonial, la problemtica delconflicto, o en otros casos, del compromiso, entre la reivindicacin de una identidadtnica y la integracin, dentro de la jerarqua, a la sociedad global, como parte delpueblo, estructura las modalidades de la esclavitud urbana y las estrategias demanumisin.

    Nos quedan por definir los lmites cronolgicos y espaciales de este trabajo. Desde

    luego es imposible abarcar todos los casos y situaciones que se dieron en la principalesciudades de Hispanoamrica. Los datos son muy numerosos y estn desperdigados endiferentes documentos: testamentos, bandos, descripciones, visitas de ciudades,notaras, justicia. Si bien las fundaciones urbanas siguieron pautas similares en todo elcontinente, la diversificacin de estos centros se produjo rpidamente. Las grandescapitales hidalgas, donde el talante prdigo, la gala y la ostentacin fueron rasgosesenciales de la oligarqua, constituyeron un entorno social muy distinto del de losncleos ms pequeos, cuya mayor preocupacin fueron sus problemas municipales.Los puertos, dominados por los comerciantes, entre los cuales se distinguan losnegreros y los contrabandistas, desarrollaron formas de vida mercantiles. Ciudadesmineras como Potos conocieron una pujanza econmica una expansin del mercadoexcepcionales30. Nos limitaremos por consiguiente a sealar las principalescaractersticas de la esclavitud urbana y a sealar pistas de investigacin sobre estetema, de tan gran importancia.

    28 Muchedumbre que llaman del color (Plano geogrfico e hidrogrfico del distrito de la RealAudiencia de Quito [1766], in Relaciones Geogrficas de la Audiencia de Quito, T. II, 456-57.

    29King (1953b), 531: es as como define a las castas un texto de 1815 redactado en Caracas.

    30Sobre la tipologa de las ciudades latinoamericanas, ved J.L. Romero, principalmente pg. 70-98.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    14/155

    14

    El lmite cronolgico no resulta menos complejo y arbitrario. No slo porque lasrespectivas independencias de los pases de Hispanoamrica se escalonan hasta fines delsiglo XIX para Cuba, sino tambin porque en cada pas la abolicin efectiva de laesclavitud se realiza en perodos distintos. Por otra parte, debemos tener en cuenta quesi bien los rasgos de la esclavitud urbana se mantuvieron durante la poca colonial, laimportancia de la poblacin de color no fue la misma en todos los reinoshispanoamericanos. As por ejemplo, a fines del siglo XVIIIslo el 7% de la poblacinde la capital es de origen africano. Otrora ciudad marcada por la presencia negra, comolo sealaron en el transcurso del siglo XVIIThomas Gage y Gemello Careri, la capitalcuenta 7.000 mulatos y menos de 300 negros. Buenos Aires, en cambio, supera en lamisma poca la de los blancos y siguen arribando a su puerto navos negreros de frica.Ms an: en este puerto del Ro de la Plata circulan negros bozales prcticamentedesnudos a comienzos del siglo XIX31. En esa regin, el mayor nmero de esclavoscoincidi con la Ilustracin, que dict tambin normas para el buen tratamiento de estosnegros.

    Hemos preferido elegir como horizonte de este texto el perodo que va desde el sigloXVIhasta los primeros decenios del siglo XIX. En 1797, Gran Bretaa haba proclamadola abolicin de la trata; las Juntas hispanoamericanas adoptaron sucesivamente esta

    posicin: en 1810, Caracas y Mxico; en 1811, Chile; en 1812, Buenos Aires, y por fin,en 1817, Espaa y Gran Bretaa firmaron el acuerdo. Obviamente el fin del trficonegrero no pone un trmino a la esclavitud urbana, que se mantiene en Per hasta 1854,en ciudades como Buenos Aires hasta 1863 y en Cuba hasta 1886, pero constituye unhito fundamental y, en todo caso, inicia el ocaso de esa institucin.

    Nuestra exposicin de la esclavitud urbana se desarrolla a la vez cronolgica y

    temticamente. El primer captulo concierne esencialmente el siglo XVI, perodo en elcual se implanta el modelo de la esclavitud urbana, cuya estructura permanecer hasta laabolicin. Este modelo conlleva desde el inicio dos contradicciones profundas: la

    posibilidad jurdica de la manumisin, y el mestizaje como medio para salir de lacondicin. Estas contradicciones sern analizadas en los captulos ulteriores. Muchosesclavos urbanos de ese primer siglo de colonizacin son europeos y ladinos. Laimportacin masiva de africanos se sita entre 1595 y 1640, con 268.000 esclavos segnlas cifras que avanza Robin Blackburn. Este autor seala para Cuba, en 1610, que losesclavos constituan cerca de la mitad de la poblacin32.

    La importancia de la poca barroca en la construccin de las identidades urbanas y,en particular, en el de la gente de color, constituye el tema del segundo captulo33.

    En el tercer captulo trataremos de las modalidades concretas de la vida de losesclavos, utilizando principalmente documentacin del siglo XVIII, correspondiente a laciudad criolla. Las estrategias sociales de los jornaleros, las posibilidades deobtener ttulo de venta y de cambiar de amo, las reticencias de los amos a separarse de

    31AGN-A, IX-8-10-5, Bandos, 1804.

    32Blackburn, 140-142.

    33Utilizamos la expresin en el sentido que le da Jos Antonio Maravall.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    15/155

    15

    un criado eficaz, el papel desempeado por la familia o los parientes para liberar a unode sus miembros de la esclavitud, y la habilidad, por parte de los siervos, de utilizar lasleyes en beneficio propio, son temas fundamentales para la comprensin de laesclavitud urbana.

    En el captulo cuarto nos referiremos a las exclusiones legales y no siempre efectivasde la gente de color de los oficios y de las profesiones, as como de las posibilidades deascenso social que se abran a las castas a finales del siglo XVIII y a pesar de los

    prejuicios y de la discriminacin, aqunque se tratase del blanqueamiento mediante elpago de una suma de dinero y, sobre todo, por medio de la integracin en las miliciascoloniales. stas desempearon un papel importante no slo en la defensa del territoriocontra las invasiones extranjeras, sino tambin en las luchas por la independencia.

    Por ltimo, trataremos de la esclavitud urbana en la poca de su desintegracin, esdecir, en la primera mitad del siglo XIX.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    16/155

    16

    CAPTULO I

    IMPLANTACIN DE LA ESCLAVITUD URBANA

    Armas, caballos y negros fueron los bienes ms codiciados por los espaoles en losprimeros tiempos del descubrimiento, y esta triloga blica indica claramente loimportantes que fueron los esclavos como auxiliares de la Conquista. Le historia no haconservado, salvo excepcionalmente, los nombres de esos hombres de origen africanoque acompaaron a los conquistadores. Los primeros esclavos negros fueron trados deSevilla a La Espaola a comienzos del siglo XVI, por Nicols de Ovando, que obtuvoese privilegio para suplir la mortandad de lo indios de Santo Domingo. Poco despus

    pasaron a Cuba y a Tierra Firme. Seis hombres de color estuvieron junto a HernnCorts en la toma de Tenochtitlan. El conquistador tena a su servicio a un tal Juan, que

    llevaba su apellido, y a Juan Garrido que fue, segn su propia declaracin, el primeroque sembr trigo en Mxico. Se dijo tambin que otro negro, que iba con Pnfilo deNarvez, introdujo la viruela a Mxico34.

    En 1527, en los albores de la invasin del Per por las huestes de Francisco Pizarro,dos pasajeros de la nao de Bartolom Ruiz, Alonso de Molina y un negro,desembarcaron en Tumbes para tomar contacto con una poblacin que los recibi sinrecelo. El cronista Pedro Cieza de Len ha descrito, a partir del relato que le hicieron, elrecibimiento del negro, cuyo color caus entre los indios tal sorpresa, que lo lavaron ylo frotaron, para comprobar finalmente que se trataba de un tono de piel natural. Lamisma ancdota es consignada aos ms tarde durante la conquista del Arauco, de tal

    modo que no sabemos si aquella fue una reaccin espontnea de los indios o bien uncuento narrado a posteriori por los conquistadores. Despus de la toma de Cajamarca en1532 y de la captura de Atahualpa, Pizarro despach a tres hombres, acompaados deindios, para traer de la capital del Cuzco el rescate del Inca: fueron Martn Bueno, PedroMartn de Moguer y otro negro annimo. Los tres fueron transportados en hamacas,como convena a gente de alto rango. El conquistador de tez oscura descubri elmagnfico templo de Coricancha y las momias de los soberanos, veladas por unaextraa guardiana. Poco tiempo ms tarde, Pedro de Alvarado llev al Peru doscientosnegros para consolidar la pacificacin del territorio. Posteriormente, en el inicio de lasllamadas guerras de encomenderos, Diego de Almagro el Mozo libr batalla contra los

    pizarristas en Chupas con la ayuda de ms de mil negros; seiscientos se encontraronpoco despus en Aaquito, junto a Gonzalo Pizarro.

    En aquel campamento austral que era Buenos Aires en 1536, don Pedro de Mendozaintrodujo doscientos negros procedentes de Andaluca, muchos de los cuales debieron

    perecer en las refriegas con los indios. Pero ya un centenar haba entrado en el territoriocon Sebastin Gaboto. En 1538, un navo genovs encall en el Ro de la Plata y losespaoles hambrientos pudieron beneficiarse del vino, de las mercaderas y de dosesclavos que el capitn haba comprado clandestinamente en Cdiz, llamados Marciano

    34Aguirre Beltrn (1972), 19.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    17/155

    17

    y Vicencio, que desembarcaron en aquellos parajes como hombres libres. A miles deleguas de all, hacia el norte, Cabeza de Vaca y el moreno Estebanico fueron hechos

    prisioneros por los indios de la Florida y, despus de largas tribulaciones, pudieronregresar a Mxico gracias a las artes que ambos desplegaran como chamanes.

    Otros ejemplos, menos conocidos, atestiguan de la presencia de africanos en Amricadesde el inicio de la Conquista. Estos hombres procedan de ciudades importantes de laPennsula Ibrica, como Sevilla, Cdiz o Lisboa. Hablaban catellano, estabanespaolizados y conocan esas reglas de conducta que podemos calificar de urbanidad,aunque sta estuviese marcada por unos orgenes muy bajos, en ocasiones muy cercanosa los de muchos conquistadores y gente de mar. Estos negros fueron el doble subalternode los conquistadores, y tambin su brazo derecho. Acabadas las guerras, se hallaroninevitablemente al lado de los encomenderos, a quienes sirvieron como mayordomos,criados o personas de confianza.

    De hecho, estos negros ladinos e hispanizados permanecieron ligados a los espaoles

    y, a pesar de que la condicin de esclavo no poda equipararse a la de un hombre libre,ambos grupos se mantuvieron en cierto modo mancomunados frente a los indios. Enefecto, para impedir los abusos, las cdulas reales prohibieron a los espaoles y a susnegros residir en los pueblos indgenas. La reiteracin de esta orden indica que nunca secumpli totalmente. Rastrear la presencia de negros entre los indios constituye un temade inters que no podemos tratar aqu. Algunos trabajos contemporneos, realizadostanto en Mxico como en Colombia, muestran la presencia de una cultura indoafricanaque se manifiesta principalmente en las concepciones relativas a la muerte, a lasenfermedades y al infortunio35.

    Por otra parte, los indios principales y ladinos, sobre todo en los primeros tiempos dela Conquista, pudieron adquirir esclavos, como don Martn, el lenguaraz de Pizarro o elprncipe Melchor Carlos Inca. En el Per, el virrey Francisco de Toledo se esforz enimpedir que los caciques tuviesen esclavos negros o mulatos que hagan dao a losindios: tema, no sin razn, que los negros ladinos, concertados con los espaoles,viviesen a costa de las comunidades indgenas. Pero, a pesar del recelo que inspiraban,estas cohabitaciones podan encontrarse en ciertos barrios, como fue el caso de laantigua reduccin del Cercado, en Lima, habitada por indios evangelizados por laCompaa de Jess tan aespaolados que todos generalmente, hombres y mujeres,entienden y hablan nuestra lengua y en el tratamiento de sus personas y aderezo de sus

    casas parecen espaoles, y basta decir para prueba de esto, que entre todos ellos tienenms de 80 negros esclavos de que se sirven, que todos los dems indios del reino juntosno deben tener otros tantos36.

    Naturalmente, los negros libres podan a su vez adquirir esclavos, costumbre que semantuvo hasta el inicio del siglo XIX. Numerosos son los testamentos o las causas quemencionan esta relacin de subordinacin, aunque los datos estadsticos, porincompletos que sean, faltan. A ttulo ilustrativo, citemos un ejemplo interesante, el de

    35Aguirre Beltrn (1985); Losoncky (1997).

    36Sarabia Viejo, I, Instruccin para los visitadores (1573), p. 22; Bernab Cobo, Fundacin deLima in Obras Completas, t.II, p. 353.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    18/155

    18

    Beatriz Heras, morena libre de Lima, cuyo testamento es establecido en 1562. Estamujer, de vida relativamente desahogada y probablemente originaria de Sevilla, tenauna esclava de nacin maniconga a quien concedi carta de libertad37. Artesanosmulatos espaoles adquieren a su vez esclavos que sirven en los talleres: tal fue el casode Lorenzo de la Cruz, moreno horro de Lima, albail muy solicitado, o de FranciscoGamarra, libre tambin38. La esclavitud era una institucin corriente y todas las capasde la sociedad se beneficiaban de ella.

    Las ordenanzas de 1545 sobre negros estn destinadas a controlar no slo loselementos dscolos e insumisos -los cimarrones, los fugitivos- sino tambin a los amosabusivos, ya que la ley los obliga a alimentarlos y a vestirlos correctamente, y nocastigarlos sin que haya motivo suficiente. Estos principios no fueron siemprecumplidos, pero el esclavo tena derecho a invocarlos, si se estimaba agraviado.

    Hasta fines del siglo XVIel nmero de esclavos que llegan legalmente a Amrica esrelativamente limitado. Sin embargo el incremento de la trata negrera, a partir de la

    Unin de las Dos Coronas (Portugal y Espaa), y el desarrollo de una esclavitudmasiva, sobre todo en las minas y en las plantaciones, suscita una actitud un pocodiferente, y se recurre a justificaciones sofsticas para hacer aceptable una servidumbreque plantea obviamente un dilema moral. El licenciado Auncibay, que promueve laimportacin de negros para los yacimientos aurferos de Popayn, invoca la tirana y la

    barbarie en que los infelices africanos vivan en Guinea. No haba en realidad agravioen llevarles a tierra mejor, ms sana para ellos, abundante, alegre, para que mejor seconserven y vivan en polica y religin, de que conseguirn muchos bienes temporales,y lo que ms estimo, espirituales; que porque la nacin de los negros es muy capazdellos ser sumo beneficio si se les concediere e injuria denegndoselos. El licenciado

    reconoce no obstante que el nombre de siervo y esclavo ofende las orejas pas, peroesto ha cambiado en Hispanoamrica con beneficio de las Leyes de Partida y con laigualdad de la justicia castellana [...] de manera que ser esclavo es como ser hijo y comocompaero y familiar y se le hace sumo beneficio al que le da la ley tutor, amo y padrey seor, y ya no haba de ser favorable la libertad entre nosotros cuanto sta se ha vueltoen dao de los hombres que fueron esclavos que careciendo de amo y patrn mueren,viviendo con sumas necesidades, viniendo a suma miseria y pobreza mayor que latuvieran en la servidumbre si en ella se perseverara39.

    La impugnacin ms fuerte de la institucin surge de la Iglesia. El dominico

    Bartolom de Albornoz, profesor de la Universidad de Mxico, condena firmemente laesclavitud en su libro, Arte de los contratos, publicado en Valencia en 1573, obraprohibida por el Santo Oficio; otro religioso de la misma orden, fray Toms deMercado, denuncia en 1587 la crueldad del trfico, comercio que acarrea el estado de

    pecado mortal40. Pero estas voces no logran imponerse y desde la segunda mitad del

    37Documento publicado por Berta Ares Queija, pg. 55-59.

    38Emilio Harth Terre (1950), 22 y 29.

    39Discurso sobre los negros que se pretenden llevar a la gobernacin de Popayn, 1592, por el

    licenciado Francisco de Auncibay, inRelaciones Histrico-geogrficas,pg. 518-526.

    40Enriqueta Vila Vilar,Introduccin a Sandoval, pg. 22-23.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    19/155

    19

    siglo XVI, las bases de la esclavitud urbana ya estn consolidadas, as como el aumentoprogresivo de la poblacin de color.

    Ciudades incipientes, espacios marginales y esclavos

    Las caractersticas estructurales de esa forma de servidumbre que predomin en lasgrandes urbes de Hispanoamrica perdurarn hasta el siglo XIX, no slo en las grandescapitales coloniales como Lima, sino tambin en ciudades perifricas, como Caracas yBuenos Aires. Esto no significa que no haya variaciones segn las coyunturashistricas. En este captulo presentaremos la estructura de esta esclavitud urbana talcomo aparece en los primeros aos de la Conquista.

    Salvo Mxico Tenochtitlan, que contaba con une poblacin importante, las ciudadesfundadas por los espaoles tuvieron orgenes muy modestos y muchas de ellas

    permanecieron durante aos con rango de meras aldeas. Pero no es el tamao inicial lo

    que les confiere la calidad de ciudad, sino el proyecto urbanstico que las ha creado y lasinstituciones municipales de las que han sido dotadas. Estas ciudades, trazadas segn unordenamiento cuadricular novedoso, cumplan con requisitos geogrficos y climticosmuy modernos para esa poca. Los primeros fundadores residentes, dueos de solares yrepresentados en el cabildo, fueron llamados vecinos. Desde luego, su nmero noequivale al de la totalidad de sus habitantes, que se calcula sumndoles las mujeresincluidas en la unidad domstica, los nios, los criados y gente de servicio ms losentrantes y salientes, es decir, todos aquellos que se ocupaban en el trajn demercancas.

    Los lmites que separan la ciudad del campo, o de los trminos, son borrosos. Los

    huertos perifricos, los pastos, los terrenos llamados propios, son segn nuestroscriterios zonas rurales. Sin embargo forman parte de la ciudad y la prolongan: las callesde la traza se diluyen en senderos y veredas, y los esclavos de los vecinos circulan de unespacio a otro, puesto que sus dueos disponen de otros terrenos que el solar. Dentro delrea municipal est delimitado el ejido, espacio abierto utilizado colectivamente como

    pasto para los animales y tambin como zona de esparcimiento. Tambin estnintegrados en el municipio los terrenos usufructuados por el cabildo. Mas all de lastierras urbanas colindantes, se extiende la campia prxima, parcelada en estancias opagos, ncleos de los futuros suburbios, habitados por una poblacin que vive de laganadera y de la agricultura para un mercado urbano. Tenemos por consiguientediferentes crculos concntricos en torno a la plaza principal y a los edificios pblicosque simbolizan el poder, a travs de los cuales los individuos se mueven continuamente.Esto es sobre todo vlido para las clases subalternas, que son las que ocupan las calles.De ah que numerosas ordenanzas hayan intentado limitar los desplazamientos, sobretodo nocturnos, de la gente de color.

    El control de esos lugares pblicos que eran las pulperas result muy difcil, no sloporque iba contra los intereses de los pulperos y del comercio, sino porque los vecinosno se aventuraban en esos tugurios. En la ciudad de La Plata, en el Alto Per, habatabernas en todos los barrios y rancheras aledaas, frecuentadas por negros, horros,

    mulatos, indios y mestizos, sobre todo los domingos y fiestas de guardar. Inclusive

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    20/155

    20

    los negros vendan chicha de maz, bebida tpica de los indios41. En varias ocasiones,durante el siglo XVI, el marqus de Caete, luego el virrey Toledo, se esforzaron encontrolar la poblacin de negros libres de Lima y de todo el virreinato, pero no lograronasentarlos en forma duradera con amos. No slo en el Per sino tambin en la NuevaEspaa esta poblacin fue calificada de vagabunda, trmino inexacto pero que refleja lainestabilidad laboral de muchos de esos negros libres, reaccin lgica contra lastentativas infructuosas de controlarlos.

    La frontera entre la ciudad y el campo no es geogrfica sino poltica y administrativa.Por ejemplo, las orillas de los ros -el Rmac de Lima, el Ro de la Plata o el Paran-,donde se renen las lavanderas y los gaanes, pertenecen de hecho al espacio urbanoaunque queden en la periferia, as como los cerros que rodean la ciudad de Quito o deCaracas, con sus quebradas y laderas rebeldes a la urbanizacin racional. Losmataderos, los saladeros, las curtiembres, que despiden un olor desagradable, estnsituados en la periferia, como lo estn los hornos de ladrillo, los molinos y las

    panaderas, y constituyen tambin zonas marginales cuyo crecimiento no estaba previstopor las actas de fundacin. En la descripcin que hace de Lima, Bernab Cobo describela rpida evolucin de la ciudad fundada por Pizarro en 1535. Las primeras casas fueronde adobe y de techos de esteras. La distancia de una morada a la plaza principalindicaba el estatus del vecino: cuanto ms cerca se hallaba, ms importante era sudueo. Las cuadras que se edificaban cercbanlas de tapias y hacan en ellas huertas yrancheras de indios y de negros, de las cuales duraron algunas hasta nuestros tiempos, yson las que llambamos corrales de negros, en que, de treinta aos a esta parte que yoentr en esta ciudad, he visto edificar muchsimas casas, de manera que ya no quedacuadra entera dentro de la planta de la ciudad en que no haya edificios de espaoles42.

    La presencia de los negros en la ciudad evolucion con ella y, si en un primermomento los esclavos ocuparon los intersticios, posteriormente los que no permanecanen las moradas de los amos, es decir, los que haban obtenido la libertad, se instalabanen las franjas perifricas, en ese no man's land urbano situado entre el orden municipaly los espacios abiertos. Verdad es que este desorden no cae en lo principal de estaciudad, que es ms de un cuarto de legua en largo, sino en lo que no ha mucho tiempoeran arrabales donde no se pens llegaran jams las casas de vecinos; y a esa causa, porser ranchos viles de indios y gente de servicio los que se comenzaron a edificar en lostales sitios, no se tuvo al principio tanta cuenta43. En el arrabal de San Lzaro, cerca delos mataderos, del otro lado del Rimac, la Corona hizo edificar cuatro edificios paraalbergar a los esclavos trados de Cartagena, separndolos por sexo. Estos recintosformaron el corazn del distrito negro de Lima conocido bajo el nombre africano de ElMalambo44.

    41Ordenanzas para La Plata, 1573, in Sarabia Viejo I, pg. 416.

    42Cobo, Obras Completas, Fundacin, II, cap. IX, 305-3O6.

    43Cobo, op. cit., p. 308.

    44Bowser, pg. 66-67.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    21/155

    21

    En estas rancheras vivan negros libres y mulatos, mezclados con mestizos y conindios, que haban huido de sus comunidades respectivas y buscado refugio en laciudad. Los horros plantearon un problema poltico y administrativo desde el comienzode la colonizacin y fueron el resultado de la posibilidad relativamente fcil, sobre todo

    para los esclavos urbanos, de comprar la libertad o de ser manumitidos por sus amos.Los negros libres, cuyo nmero es ya importante en el siglo XVI, abrieron desde el iniciode la conquista una brecha en el sistema esclavista. Los hubo que llevaron una vidadesahogada, como Beatriz Heras, o que se dedicaron a prestamistas, e inclusive se dio elcaso de un negro libre encomendero en Chile o de otro que fue miembro del cabildo dePortoviejo45. Otros tuvieron una existencia ms humilde: voceros de la ciudad,verdugos, artesanos. Y tambin los hubo miserables y marginales. En los primeros aosde Santo Domingo, se dictaron las primeras ordenanzas de Hispanoamrica destinadas asujetar a la poblacin de color que haba adquirido la libertad, para sosiego de laciudad, despus del alzamiento de esclavos que tuvo lugar en 1522. Para evitar nuevosdisturbios, se consider necesario separar a los esclavos de los libres, a quienes se

    prohibi (sin gran resultado) poseer tabernas o tiendas, usar armas y vender otrosartculos que no fueran lea, agua y hierba. Tampoco podan acoger en sus casas aesclavos, despus del anochecer46. Sin embargo, en 1526 una orden del rey destinada ala Audiencia de Caracas, determina que, para evitar los alzamientos y para que seanimasen a trabajar y a servir a sus dueos con ms voluntad, dems de casallos seraque sirviendo cierto tiempo y dando cada uno a su dueo hasta veinte marcos de oro porlo menos y den de arriba lo que a vosotros pareciere, segn la calidad y condicin decada uno quedasen libres y tuviesen de ello certinidad. Hacia 1574 muchos negroshaban obtenido de ese modo la libertad, y una cdula real de 1574 ordena que comotales y porque asimesmo en sus naturalezas tenan costumbre de pagar a sus reyes ysennores, tributos y en mucha cantidad, con justo y derecho ttulo se les puede pedir quenos le paguen47.

    Por cierto que desde el comienzo de la poca colonial, las autoridades trataron decontrolar los desplazamientos de los horros, a pesar de que stos eran jurdicamentehombres libres. Se tema que si se les dejaba tener casa por s, encubriesen hurtos y,

    peor an, negros cautivos. Slo los oficiales podan instalarse libremente, pero sin podertampoco acoger en la casa o en la tienda a negros horros o esclavos, sobre todo despusdel anochecer48. Estas trabas, efectivas en las ciudades pequeas donde todos seconocan, fueron desapareciendo con la urbanizacin, y los grupos subalternos pudieron

    en varias ocasiones fundirse en el anonimato.Buenos Aires, cuya segunda fundacin tuvo lugar en 1580, cuando ya Lima se haba

    desarrollado considerablemente y Mxico se haba convertido en una de las grandescapitales del mundo, constituye un ejemplo un poco diferente. Esta aldea pobretona ysucia en sus comienzos, gracias a su situacin estratgica, se convirti en el puerto de

    45Lockhart, pg. 193.

    46Lucena Salmoral, pg. 43-44.

    47Acosta Saignes, pg. 315-316.

    48Instruccin para visitadores, ttulo XXII, in Sarabia Viejo, pg. 196-198.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    22/155

    22

    entrada clandestina de esclavos de Guinea y de mercancas, destinados mayormente alas minas peruanas. En 1608 el cabildo pidi permiso para introducir negros del Brasil ode Angola, en retorno de los frutos de la tierra, atento a la gran necesidad que las

    pestes y enfermedades han dexado a esta dicha ciudad. Estos esclavos eran necesariospara trabajar la tierra y hacer sementeras, as como para la edificacin de la ciudad y delos conventos e iglesias. Las licencias de importacin de piezas que pide el cabildoson modestas, menos de diez por vecino, para trabajar en las estancias, chcaras yedificios, pero difciles de obtener, y el gobernador Hernandarias impide que los vecinosse valgan de esclavos negros que traen los navos de arribada49. La carencia de mano deobra indgena en ese puerto y las reticencias de la Corona respecto a aumentar el trficoesclavista, explican el incremento del contrabando negrero.

    La dificultad de delimitar ambos mundos, el de la ciudad y el de las zonascolindantes, hace necesario introducir un matiz en la separacin tajante entre esclavosurbanos y fugitivos o cimarrones. En muchos casos, los focos rebeldes se hayan muy

    prximos a las ciudades y por consiguiente, entre ambos ncleos existe una red decomplicidades, denunciadas por cierto por las autoridades. El caso del palenque deHuaura, al norte de Lima, es significativo. En tiempos de Blasco Nuez de Vela, sealzaron unos doscientos negros en un caaveral situado a cuatro leguas de la ciudad deLima, en donde tenan muchas cotas, espadas y lanzas con otras armas ofensivas ydefensivas, los cuales tenan nombrado ya su rey y tenan entre s repartidas las mujeresde los ciudadanos, con ms los repartimientos de los indios de sus amos. Y como losnegros eran muchos y eran ayudados de los negros que estaban dentro de la ciudad, notenan ningn recelo ni miedo de nadie, especialmente que estaban muy fortificados conel caaveral, que era muy espeso y verde con una cinaga muy mala, que para haber de

    entrar en la isleta donde ellos estaban no haba sino un paso, y tuvieron entendido, queningunos espaoles de a caballo pudieran entrar adonde ellos estaban [...] Por lo cual,apendose todos entraron por el paso y pelearon con ellos valientemente y mataron allmuchos negros y a su rey con ellos, y los que quedaban los sacaron por otro paso quetenan a un llano raso, en donde los acabaron de vencer y matar, que ninguno dellos sequiso dar a prisin50. En otros casos los cimarrones actuaron de intermediarios entrelos vecinos y los contrabandistas, sobre todo en aquellas zonas tropicales visitadasregularmente por los corsarios holandeses, franceses e ingleses.

    Oficios y traji nes

    Toda fundacin requiere mano de obra, y por lo tanto, los esclavos negros sonconsiderados como indispensables en todas las ciudades, y no solamente en aquellas,como Buenos Aires, que no disponan de encomiendas importantes. En otras regionesque contaban con una poblacin indgena importante, a pesar de la baja demogrfica,como la Nueva Espaa o el Per, el tributo y las tareas obligatorias impuestos a lascomunidades produjo una movilizacin de mano de obra importante. Sin embargo, la

    prohibicin de los servicios personales de los indios, aunada al rechazo, por parte de los

    49Zavala (1977), 570.

    50Bowser, pg. 9-10.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    23/155

    23

    espaoles, a ejecutar tareas manuales consideradas como viles, cre entre los vecinosuna demanda muy fuerte de esclavos para suplir las necesidades domsticas y ejercer lasartes mecnicas. Esto explica que los dos grupos esclavistas ms importantes hayan sidolos encomenderos y los artesanos.

    El nmero de esclavos que posea una familia era un signo de prestigio. Losdignitarios eclesisticos y civiles iban siempre acompaados de un cortejo de lacayosarmados, no slo como proteccin sino tambin como ostentacin de rango. Losesclavos de un amo poderoso tuvieron por lo general una vida menos trabajosa, ya queeran muchos para repartirse las tareas y, tambin, un ajuar que no deparaba la riqueza dela casa. Las mujeres son amas de llaves, limpian, cocinan, y se asemejan a las criadas dela Pennsula Ibrica; los hombres trabajan en los huertos, cuidan a los animales, seocupan en el trajn domstico. Frecuentemente, el amo les otorgaba la libertad en sutestamento, o les legaba algn bien. Estos documentos reflejan muchas veces unarelacin afectiva entre el jefe de familia y sus servidores, sobre todo si stos haban

    nacido en la casa del amo. Efectivamente, se observan en los testamentos y en lasmandas actitudes diferentes si se trata de un sirviente nacido en la casa, y prximo alcriado medieval, o de un esclavo comprado. No obstante hay que guardarse de brindarde la esclavitud domstica una imagen idlica. Hubo amos generosos, pero otros no lofueron, y la condicin del esclavo-criado dependi siempre de esa arbitrariedad. Sincontar con que, dentro de la casa, el control era mayor y constante. De ah que losesclavos de la ciudad hayan preferido trabajar a jornal.

    La costumbre de alquilar los esclavos para ganar jornales, cuyo monto eracompartido en forma desigual entre el amo, que llevaba la mayor parte, y el esclavo, que

    poda as reunir un peculio que servira para comprar su libertad, est registrada desde

    los primeros aos de la Conquista. Como esta posibilidad debilitaba el sistemaesclavista, se intent restringirla desde el comienzo, como lo demuestran las ordenanzasde Santo Domingo de 1528 y algunas intervenciones, como la del arcediano BarcoCentenera, que sugera prohibir que los negros [de Lima] no vivan fuera de casa de susamos, que es un trato que llaman ganar [con el cual] andan los negros ganando un tantocada semana para el amo, y as jntanse muchos y andan bellacos, y son ms en nmeroque los espaoles51. Pero esta prctica se mantuvo durante toda la poca colonial y andurante los primeros aos de la repblica, entrado el siglo XIX52.

    El trabajo a jornal contentaba a todos: los amos podan en poco tiempo recuperar el

    coste del esclavo, y hubo desde el comienzo de la colonizacin personas cuyo nicosustento provena del dinero que ganaba el sirviente. Este fenmeno se acentu con eltiempo, a tal punto que se encuentran esclavos ms ricos que ciertos amos, quedependan exclusivamente para su subsistencia de lo que trajera el servidor -fenmenoque ya fue observado por Barco Centenera-. Desde el punto de vista del esclavo, elsistema del alquiler era ms ventajoso que el de la domesticidad. Supona mayorlibertad de movimiento y sobre todo la posibilidad de reunir dinero para redimirse;

    51BN (B.Aires), n 7325, 1597, fol. 10.

    52Citadas en Lucena Salmoral, pg. 32-33. Ved tambien, sobre la dinmica de la esclavitud urbana, elexelente estudio de Carlos Aguirre (1993).

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    24/155

    24

    poda tambin adquirir carta de alforra a plazos: es decir, por coartacin, modalidadbastante frecuente. La suma de dinero que deba el esclavo no dependa de la tarearealizada sino del precio que el amo haba pagado por l. As un esclavo caro debatrabajar ms que otro que hubiera costado menos. Esta obligacin cre durante toda lapoca colonial una tensin muy fuerte entre las exigencias exorbitantes de los dueos ylas capacidades reales de los jornaleros. Sin embargo, el trabajo a jornal signific paralos esclavos una libertad mayor de circulacin y tambin la posibilidad de podercomprar carta de libertad en un plazo relativamente breve. Los que as trabajabanestablecan contactos con familias de todo tipo y estaban al tanto de las novedadesacaecidas en la ciudad.

    Como las licencias para introducir esclavos eran distribuidas difcilmente, en pocotiempo el precio de un esclavo aument considerablemente. Tanto en los Andes comoen el Ro de la Plata, los precios ms altos fueron los alcanzados por las negras ladinas,que se destinaban al servicio domstico y a la cra de los nios. Para dar un ejemplo, en

    una carta de dote de 11 de octubre de 1605 procedente del Ro de la Plata, se mencionanlos precios de dos negras de Angola, ladinas de 24 aos cada una, estimadas en 450pesos por pieza. En comparacin, un negro de 14 aos y otro de la misma edad, ambosladinos, valen 300 pesos cada uno53. El precio inicial aumentaba en plusvala puestoque en muchos casos el amo educaba y enseaba un oficio a su sirviente. Pero esta reglaconllevaba una contradiccin, frecuentemente mencionada en las causas, entre, por unlado, el envejecimiento del esclavo y la usura del cuerpo y, por otro, la experienciaadquirida. El esclavo poda invocar, para disminuir el precio que le exigan para su

    propia libertad, los achaques de la vida y la disminucin de sus fuerzas, pero el amopoda hacer valer lo que haba invertido en su instruccin. Por consiguiente, el esclavo

    tena inters en desvalorizarse para atenuar la deuda. Esa autodenigracin constituyetambin un rasgo fundamental de la esclavitud.

    En muchos casos la explotacin del esclavo era evidente, sobre todo las mujeres, quetenan que traer jornal como fuera, de ah que muchas se prostituyeran para ganarlo. Elcronista indgena Guaman Poma de Ayala critic con vehemencia el envilecimiento delas mujeres jornaleras por culpa de sus amos. Pero tambin se dieron situaciones

    peculiares en las cuales el amo suscriba con el esclavo un falso contrato de servicio,que libraba al negro de la vigilancia y de la desconfianza que inspiraba un horro54. Lascartas de alquiler fueron contratos escritos entre el amo, el empleador y el esclavo, paraevitar los abusos o, por lo menos, para limitar su alcance. Sealemos la importancia deeste respaldo jurdico, que aunque haya sido subvertido por amos poco escrupulosos,implic una toma de conciencia, por parte del esclavo, de sus derechos, reaccin que sedesarroll sobre todo en la segunda mitad del siglo XVIII, como veremos, pero que tienesus races en una poca temprana.

    Los artesanos reclaman tambin negros hbiles, carpinteros, albailes, herreros,calafateros, techadores, zapateros o sastres. La construccin de edificios, el

    53Zavala (1977), 568-571.

    54Por ejemplo, Provisin contra los contratos simulados de servicio de negros y mulatos, 1577, inSarabia Viejo, II, pg.351-352.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    25/155

    25

    mantenimiento, la ampliacin de la planta urbana y eventualmente la reconstruccin,despus de los daos causados por terremotos, inundaciones u otros desastres, implicabala utilizacin de mano de obra numerosa que, en esta esfera, fue predominantementenegra, ya fuese esclava o libre. Todo artesano que dispona de un capital, compraba un

    par de esclavos a quienes formaba en las artes del oficio. James Lockhart seala que laetapa siguiente consista en desarrollar pequeas unidades de artesanos esclavos capacesde trabajar sin la supervisin de un espaol experto. Los dueos vendan a su vez estasunidades con las herramientas a gente adinerada que moraba en reas alejadas, como elAlto Per o Chile, o que organizaban nuevas entradas55.

    Desde el inicio de la colonizacin los gremios trataron de controlar el acceso a lamaestra impidiendo a las clases bajas (negros y castas). Esta discriminacin no fueefectiva en todas partes, como veremos ulteriormente, y durante todo el perodo colonialhasta la liberacin del mercado del trabajo, las corporaciones se esforzaron en favorecera los artesanos espaoles, cuando los haba, por lo menos en determinados oficios.

    Hacia 1576, los mulatos zambahigos, hijos de negro y de indias, de la ciudad de Quitoson libres de toda sujecin y servidumbre forzosa [...] sirven a soldada por concierto entodo gnro de servidumbre; muchos de ellos son oficiales de todos los oficios, cadauno como se inclina, y las mujeres de esta color hacen lo mismo en las cosas de su

    profesin56. En 1590 la ciudad de Lima permite a los zapateros remendones el serexaminados y el poseer tienda propia, pero el gremio de sastres del Cuzco excluye a loshombres de color57. Se encuentran negros en todos los oficios de confeccin y sobretodo en aquellos que son a la vez necesarios y considerados como viles, como loscurtidores y tintoreros. Por el contrario, los oficios ms prestigiosos como los herreros,o espaderos, son ejercidos por espaoles peninsulares. Las ordenanzas de batihojas de

    Mxico, de 1598, decretan que ninguno pueda ser examinado no siendo espaol detodos cuatro costados58.

    En otras esferas el trabajo de los negros urbanos resulta tambin fundamental. Losconventos y los monasterios emplean decenas de negros como sirvientes; en losedificios pblicos, los porteros, bedeles, barrenderos, cocineros, se encuentran tambinhombres de color. Pero stos sobresalen en el ramo del abastecimiento. El mercado defrutas de Lima y sus negras era un lugar de solaz para las clases altas 59. Los negrosestn en los saladeros, en los mataderos, en las carniceras. Aqu tambin la presenciaafricana inquieta, ya que muchos de estos negros horros, en contacto con regatones,engaan a los indios. Pero, como pasteleros, los morenos gozan de buena reputacin yson ellos los que preparan el hojaldre, la melcocha y el manjar blanco, ancestro deldulce de leche porteo.

    55Lockhart, pg. 183.

    56Relaciones histrico-geogrficas, I, 262-263.

    57Bowser, pg. 133-134.

    58Konetzke (1958), 0.

    59Bowser, pg. 108.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    26/155

    26

    I ntegracin en la jerarqua: cuerpos y almas

    Dos instituciones urbanas que conciernen la gestin de la enfermedad y delinfortunio integraron parte de esos esclavos y negros horros urbanos: los hospitales y lascofradas. Ya en el siglo XVI, hubo en Hispanoamrica hospitales especializados segn

    las dolencias -locura, sfilis- y la categora social de los que all acudan. En principio,los esclavos deban ser atendidos por sus amos. En Lima, hacia mediados del siglo XVI,cuando la poblacin de color era todava poco numerosa, el cabildo se encargaba decontratar a un mdico, medida desde luego insuficiente. Las condiciones catastrficasdel cruce del Atlntico suscitaron la necesidad de organizar una visita sanitaria de losque desembarcaban en la isla de San Juan de Ula (Veracruz), para detectar lasenfermedades contagiosas. Pero los factores protestaron por lo oneroso que resultabaese examen, declarando que el asiento era muy agraviado en esto por los muchosnegros que se traan60.

    Adnde iban los libres y los mulatos? Los mulatos de Mxico, en 1572, piden quese les construya un hospital con su cofrada. Esto indica ya el deseo de separarse de lamasa negra. Pero el virrey Manuel Enrquez ve con malos ojos esa propuesta y escribeal rey su opinin: Ni en estos ni en otros nunca querra ver juntas; desbaratar las hechastiene ms dificultad... bastan las que hay sin que se aumenten otras, que esta tierra esmuy nueva y no est an muy asentada. De all que prefiera que no se constituyan esascofradas y que haya un slo hospital para espaoles y negros que andemos todos a lasvueltas sin divisin, que pues la lengua despaoles mestizos y negros es toda una, dondehubiere sermn le oigan todos, y que los negros los curen sus amos, porque concualquier ocasin destas se juntan dos mil negros, y de ah arriba61. Su poltica es

    justamente la de evitar la formacin de grupos solidarios, pero, a fines del XVI, seconstruye en esa ciudad un hospital para negros, mulatos y mestizos libres.

    Hablando de Lima a fines del siglo XVI, Reginaldo de Lizrraga menciona laexistencia de cuatro hospitales: uno de espaoles llamado San Andrs. Aqu se curansolamente espaoles y negros de todas enfermedades, con mucho cuidado y regalo. Elsegundo, de indios, es el Santa Ana; el tercero, Espritu Santo, para marineros; el cuarto,San Diego, de convalecientes. Hay otro, San Lzaro, no slo para espaoles, sino paraindios y negros62.En los primeros decenios del siglo XVII, los hospitales limeos son yaocho. Bernab Cobo escribe que las piezas que sirven de enfermeras son seis grandessalas, sin otras dos medianas; la una para dar unciones y la otra para curar negros y

    mulatos horros, porque estn apartados de los espaoles [...] y para el servicio de lacasa tiene al presente el hopital 25 esclavos y esclavas. El de Santa Ana tambin tiene

    para el servicio de los enfermos hombres de vida penitente, sin los cuales tiene estehospital muchos esclavos, sirvientes y asalariados. El hospital de San Cosme y SanDamin, situado en la plazuela de la Inquisicin, est reservado para los pobres, y allrecogen y curan a todas las mujeres pobres de cualquiera enfermedad, as espaolas

    60Aguirre Beltrn (1972), 31-40

    61Carta del virrey don Martn Enrquez al rey don Felipe II, Mxico, 28 de abril de 1572, in Cartas...,

    pg. 280-289.

    62Lizrraga, XLVIII, p. 36.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    27/155

    27

    como mestizas, mulatas y negras horras, y hay recaudos de camas para cien enfermas.Pero las doncellas espaolas estn separadas de las otras mujeres63.

    Los hospitales no slo nos indican las distinciones entre las clases y los orgenes sinoque muestran la presencia de los negros esclavos en la ejecucin de todas las tareas

    relativas a la curacin de los enfermos, actividades consideradas como sucias opeligrosas. Tambin se encuentran negros en las boticas, para la confeccin yrecomendacin de remedios. En Lima, a comienzos de los aos 1570, el consejomunicipal prohibi estas ocupaciones, so pretexto que confundan las recetas y quesuministraban opio a los pacientes, pero los negros se mantuvieron en ese campo, comolo demuestran los inventarios de los boticarios, y tambin la reiteracin de ordenanzas

    para excluir a la gente de color del ejercicio de esta profesin64. Los negros fuerontambin utilizados en oficios considerados viles, como lo eran los de sepulturero y deverdugo.

    La atencin mdica no cubra las necesidades de la poblacin, que recurra para el

    tratamiento de las enfermedades o para el alivio del infortunio a especialistas informalespertenecientes a todos los estratos de la sociedad. Se buscaban curanderos dentro de losgrupos raciales diferentes al del paciente, y esa diversidad fortaleci las redesteraputicas hasta nuestros das: en el Ecuador, por ejemplo, un indgena de la sierraecuatoriana buscar de preferencia a un negro de la costa, un moreno, a un mestizo o aun blanco, un blanco, a un indio... El xito de las curaciones depende justamente de estacomplementariedad. En todo caso fue en torno de la afliccin que se tejieron vnculosentre los tres grupos en presencia, espaoles, indios y africanos. El cronista FernndezOviedo tuvo la ocasin de experimentar en carne propia las artes medicinales de losafricanos. Estando en una playa de Nicoya, se abri el pie con la arista de una roca, y la

    herida se le infect: Cre que de muerto o perder el pie y quedar muy cojo no podaescapar. Estando en este trabajo acordme que un criado mo y dos negros y ciertosindios mos llevaban un tocino o dos salados para el camino. Oviedo se hace aplicaresta carnaza sobre la herida, que cicatriza mal. Entonces una negra ma dijo que pueslos indios decan que aquel aceite de cacao era bueno para llagas y yo lo llevaba, que me

    pusiese dello [...]. El parescer de mis amigos era que me pusiese a discrecin demdicos y cirujanos [...]. Acord de no lo hacer65. Gracias a la curacin de la negra,inspirada a su vez por los indios, el pie de Oviedo sana completamente.

    Las causas de la Inquisicin traen numerosos casos de este modo de interrelacin

    entre las distintas categoras sociales. Sin abordar aqu el tema de este tribunal, que hasido objeto de numerosos trabajos, nos serviremos de algunos ejemplos significativosque tuvieron lugar en un entorno urbano y que muestran los lmites del idealsegregacionista de la administracin. En Lima, en 1547, es decir doce aos despus desu fundacin, un esclavo negro convenci a un hechicero indio para que lo ayudara amatar a su amo, un cirujano espaol que lo haba maltratado. El indio procedi a laconfeccin de unos hechizos y entreg al negro una pocin que deba matar al amo al

    63Cobo, pg. 443-448.

    64Bowser, 142 y 389.

    65Oviedo, libro 8, cap. XXX, p. 271.

    INICIO

    BUSCAR

  • 7/21/2019 Bernand, Negros Esclavos y Libres en Las Ciudades Hispanoamericanas

    28/155

    28

    cabo de tres meses. Y, efectivamente, el cirujano cay gravemente enfermo. Se ve queel negro, ensoberbecido, se jact y fue denunciado. Despus de una meticulosainvestigacin, se abri el proceso y en esa ocasin sali a relucir otra causa conexa consta en la cual estaba implicada doa Ins Yupanqui, que haba sido la concubina deFrancisco Pizarro y, luego, la esposa del conquistador Francisco de Ampuero, as comouna bruja india. Los tres conspiradores comprometidos en el escndalo de los hechizosfueron ajusticiados: al negro le dieron garrote vil despus de habrsele atormentado; encuanto a los dos indios, el brujo fue desollado vivo y la bruja fue quemada. Doa Insera un personaje demasiado encumbrado para que se la sometiera a la justicia y qued amerced de su esposo. En cuanto al cirujano espaol, recobr la salud66.

    En la Nueva Espaa, Solange Alberro ha puesto en evidencia un esquema muyfrecuente del funcionamiento de estas redes: la india es quien proporciona las sustancias-hierbas, pociones, piedras- y la espaola los recibe por medio de la negra o de lamulata. El campo marginal y clandestino de la magia es el que les permite a las castas la

    funcin social de intermediario, que habamos mencionado en la introduccin comotpica de los criados castellanos. Esta relacin triangular es mencionada ya en 1536,respecto a esclavas negras que vinculan al indio herborista con las mujeres demercaderes espaoles67. En Mxico la primera delacin contra un negro que participaen ceremonias curativas mayas es de 1582. De 1617 data la primera inculpacin contrauna mulata casada con un espaol pulpero de Tuxtla, y amancebada con un sacerdote aquien administra peyote, as como a su hermano, un bachiller68. Tenemos en estos casosuna red que une gente de distinta educacin y raza: cirujano, princesa incaica y mujer deconquistador, indios hechiceros, esclavo negro, o bien bachiller, sacerdote, pulpero,mulata, espaoles e indgenas representados por el peyote.

    Las cofradas fueron implantadas en Amrica en el siglo XVI. Cada una estabaprotegida por un santo patrn y sus miembros celebraban misas, se ayudabanmutuamente en caso de enfermedad y participaban en las procesiones y fiestasreligiosas. La primera cofrada de negros de Lima, consagrada al Santsimo Sacramento,fue fundada en los aos de 1540. Otras hermandades surgieron a medida que la

    poblacin negra aumentaba. A comienzos del siglo XVII, los jesuitas tenan una cofradade cien miembros negros, y dos los dominicos, una para los mulatos y otra para losnegros congos69. Reginaldo de Lizrraga, en su descripcin de Lima, dice que losnegros tienen sus cofradas y veinticuatros aparte. Es cosa de ver qu cirio s