Bbltk-m.a.o. E-012 Nº014 Valorando Los Avistamientos La Entidad de Los Testigos - Vicufo2
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.*).n
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-_
.2.:,
t puede hablarse de
un
.-
,-;@5* .
elemento
central
indiscu-
,,{ffi i'll.:t::9::1,'::g:'9:
i?.'ih]%::#ii
t::.
observaciones
_de
....@ffi.
Identificados,
si
haY
un
,i *,,.ffi;,r..,
hecho en este extraño
ga-
:ir.,;i limatí
no se interponían
presumiblemente
claraciones, el caso en con.¡'unto
era
do auténtico.
Con
el
paso
del tiempo el enfoqu
testigos
se
modificó.
Ya no
se
trata
mente
de
indagar
en
la
estabilidad
ellos,
sino
sobre
todo se
procura
sus
patrones culturales,
analiza
punto
sus consideraciones
apriorís
cala
de valores, su entorno,
podía
embellecer
la observación.
Salvo
e
misántropo
o
el autista,
nadie
e
mente refractario
a la satisfacción
produce saltar
a la
fama, de1
mismo
sólo un
enfoque
excesivamente
s
psicología
es
capaz
de creer que
.normal,
en
todos 1os
planos de
mental y
emocional:.aiguien
ajeno
mo,
a la especulación,
al
miedo
y
a
Sóio las
IBM
serían
testigos
"perfe
observación de un OVNI.
Cuando los primeros
ufólogos
se
ron en
psicólogos
apresurados
de
de
OVNIS,
buscaron en ellos la
"n
tal
y como
la vox
populi
entendía e
psicológico. La profundización en
sobre
el fenómeno
-y
sobre
todo
estas lidgs de auténticbs psicólogo
el
abandono de tan
peregrinas
ses
sitoriales, alentando
por
el
contrar
por ciertos aspectos no
estudiados
to de los testigos.
La
distorsión de
los
casos
Como decimos, uno
de
estos obje
.ción
fue la distorsión
que
un
caso
desde el momento en que sucede h
mento
en
que
queda plasmado en
con
el testigo. Gráficamente
podría
sentarlo
de
la
siguiente forma:
La
.aparición
incid.e sobre.la
per
testigo que, por
principio,
la recog
nada.
Esto sucede
por
ejemplo con
dad
humana
para
ver
colores
infra
ra
percibir
sonidos ultrasónicos. T
que tener en cuenta posibles
inc
,,,"-:.;-
-..,
t.,,.'
.
.',.
Iimatías que
escaPe a
toda
tii:l{:;.'i¿,ir;:lt::,.i
especulación, éste
es
el
sr-
i:*:.yͧ':,,:|;:*"':;:lil suiente:
en todas
las
lati-
tll
Vr
Como
sabemos,
etidencias
fotográficas
indiscutibles
no hay
muchas.
Es dificil
que
aparezcan,
al
re'uelar'
las
películas, imágenes claras
de los
OYN1S.
Pero, en
ocasiott.es,
el
prodigio
se
logra en
forma
de
docwmentos
irrefutables,
como
éste,
obtenído en
Brasil.
_.1 "'.r_'
-
"
"
"
.
tudes
gentes de
las más
'"é
{-*,1{§t::i'"1."
diversas
condiciones
afir-
t;|,4;'r;i'':;§;
1,ll
l:i"
i
m
an
hab e
r
p re s
enciado
no.
Estas personas,
sepa-
radas
entre sí
en la mayoría de
los
casos
por
barreras
casi
infranqueabies
de orden
social
y
cultural,
coinciden sin embargo en las descrip-
ciones
generaies
sobre
tales observaciones
y
en
su modo de producirse.
Y es que
los
testigos,
si
dejamos por ahora a
un
lado el
tema
de
1as
huellas
y
las
tazas
físi-
cas,
son
el
principal
eslabón
que
nos
^cerca
a
la
realidad prodigiosa
de los fenómenos aé-
reos. Los
dossiers recogidos hasta
la
fecha
so-
bre
estos avistamientos se basan centralmente
en declaraciones de testigos. Son los testigos
quienes
encierran
en sí, como
un
secreto,
la
autenticidad de
los OVNIS;
son
los testigos
qulenes
nos
ponen
en contacto,
como
nuevos
demiurgos,
con
esa realidad
fantástica. A par-
tir
de ellos, de
sus
informes
y
relatos,
pode-
mos vislumbrar
el
fenomenal
rompecabezas.
Psicología
y cultura de los
testigos
Justo
es, pues, que el tema
de
1os
testigos me-
rezca
análisis
y reflexión. Pero
sobre ellos
no
se ha
escrito
suficientemente.
En los
primeros tiempos
de
la investigación
sobre
OVNIS
los testigos despertaban un
inte-
rés, para los investigadores,
eminentemente
psicológico.
Se procuraba,
de
modo bastante
impaciente,
averiguar
si
padecían alguna enfer-
medad
mental, si ansiaban
la
fama
o
si necesi-
taban
dinero.
Si
la salud,
el dinero
y
la
fama
"w
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MASAS
LUMINOSAS
f\
oN frecuencia
los
avista-
\-¡
mientos
se rcducen ¿
la
con-
tcmplacion
de
m¿sas luminos¿s.
que
se
desplazan
y
cambian
de
forma
y
densidad durante un
pe-
ríodo
de tiempo
variable.
En
cs-
tos
casos aunque
existan docu-
mentos
gráiicos,
¿qué
pueden re
latar los
testigos? Sólo el
desbor
damiento
de
la
imaginación
puc-
de
ter
en
esas masas
naves
extfa-
terrestres.
La realidad
se limita a
lo
que se
puede
observar:
algo
di-
iícil
de
definir,
que
muy
bien po-
dría
limitarse a
la
manifestación
de
un
fenómeno
natural,
aunque
desconocido.
En esta
secr,rcncxa
aparece
la
imagen
,i"
un,
masa
luminosa.
Les
fotografías
fueron
obtenidas
'desde
la
cáPsula
esPacial
Géminis
11.
La
masa cambiaba
de
Jorma
e inclwso
de
tamaño,
sin llegar
a
perder
circunstanciales,
como
el
empiazamiento del
testigo, ios efectos del
estado de ánimo, ei
can-
sancio
o el sueño,
e
incluso las
deficiencias
ocuiares v
auditivas.
Seguidam'ent
e
esta d,parición percibida
pasa por
el
tamíz del
bagaje
cultural
y
mental del testi-
go,
constituido por
sus creencias, tabúes
y
há-
bitos
de
razonamiento. Por
ejemplo, un testi-
go
de
la selva africana
tiende
a equiparar
lo
observado
con
elementos extraídos de su hábi-
tat
naturai, mientras
que
un testigo
de
un país
desarrollado lo
compara con símbolos
de
su
universo
técnico. Un testigo
determinado pue-
de
liamar
"palos"
a lo
que
e¡¡s
U¿rn¿¡i¿
«patas
articuladas».
Alguien
puede hacer
comparacio-
nes
con la
alfarería
rudimentaria
(oparecía una
vasija de barro")
y alguien
con la
aeronáutica
más vanguardista ("parecía
una
cápsula
Apo-
1o").
También,
según
las especiales
estructuras
mentales de
cada
cual
(sin que
en
ello
haya
na-
da de patoiógico)
un testigo
puede
fijarse
más
en el conjwnto de la aparición, mientras que
a
otro le
puede
llamar
más
la
atención algunas
partes
aisladas del
mismo.
El
mecanismo
de la
transmisión
A
continuación \a
aparición
interiorizada
sufre
un
nuevo proceso
en
el que también
queda
modificada.
Nos referimos
a todas las condi-
cionantes de
tipo comunicativo
por
la
que se
transmite
el
testimonio. Desde
Ia
ausencia
de
un vocabulario apropiado
por
parte del testigo
hasta
la recogida
del informe
por
uno u otro
medio
de
comunicación.
No es
lo mismo
una
declaración
de.
una
persona acostumbrada
a
maneiar
expresiones
más o menos
científicas,
más
o
menos
cuitas,
que
la
de una persona re-
ducida por
su situación
cuitural a
un
vocabu-
iario
simple
y
escaso. Del
mismo modo no
es
tampoco
lo
mismo
que
su
declaración sea re-
cogida en
cinta
magnetofónica
y
publicada
tal
cual con cierta
seriedad
que
si
es anotada
por
un
divulgador
sensacionalista y
publicada
in-
completamente
buscando
sólo algunos aspec-
tos de la misma (por
ejemplo las
partes
más
"misreriosas,
y
usubyugantes»
del
informe).
La
contemplación
de
todo
este proceso
por
el
que
la
aparición
llega a
sernos conocida nos
lleva
necesariamente
a
dos consideraciones
im-
portantes:
por un lado no
podemos considerar
que lo que leemos
o
conocemos
de
un OVNI
es
exactamente
el registro objetivo
de
ese OV-
NI; por otro
lado
apreciamos
a
simple vista
que la
parte fundamental
de
las
"distorsiones"
qrr.
rrf.. la información sobre
OVNIS se debe
a
los
testigos
(sin
que
esto
suponga menoscabo
de su
honestidad). El
proceso
humano
de
per-
cibir
y
referir
no es un
mecanismo frío. La
di-
La relación
testigo-aparición
Pero
los estudios
sobre
el problema
tigos de los
casos de OVNIS tamp
detenido
en
estas
consideraciones.
cluso,
algunos
autores
se
han
pre
establecer
las relaciones
que
pudi
entre el
OVNI y ei testigo desde
origen
intencionado. Analizan la
de
que el fenómeno
OVNI elija
de
do
al testigo
Esto nos introduce
en el espinos
las polémicas sobre la
intencional
OVNIS en
los
avistamientos. Para
tores
-entre
ellos el doctor
J.
Alle
las apariciones
aéreas rehuirían el
c
los humanos.
Cuando
una observac
duce,
esto sucedería
a
pesar
de
los
OVNi.
Estas estructuras celestes
mente
«sorprendidas>>
en
sus
evol
bre nuestro mundo.
Hynek
se ba
opinión en
aquellos casos
de
OV
<<naves»
y
"humanoides"
se diero
cuando
alguien se acercó
a
eilos,
extraño incidente
que
referimos
ción, según
la
versión
de
Jacques
Loa
enanos
cavadores
,.El
17 de agosto
de 1962 un busca
mantes
llamado
Rivalino
da
Silva
d
cios que
había
visto,
al
anochecer,
traños enanos cavando un
hoyo
cer
sa, en
Duas
Pontes
(Brasil).
Huyer
su proximidad
y, poco
después, v
un obieto
que
había
estado
oculto
pesura. Tenía
forma
de
sombrero
deado por
un
halo
rojizo."
Lo insólito
del
caso no reside
tan
huida
de los
seres,
sino
en sus
se
seguimos
refiriendo
según el mism
dor
francés:
"Dos
días después,
Raimundo,
hijo
no,
fue despertado
por un ruido
vio
una
«sombra
rara>>
en la hab
pequeña
y no
tenía forma human
unas voces
que decían:
"Este
parece
añadiendo
luego que
lo
matarían
permaneció
despierta
ei
resto de
"Al
día
siguiente
Raimundo
dec
policía
que,
mientras
trabal'aba
en
vio
dos objetos esféricos
inmóviles
tros
de
altura
y a poca distancia
Uno
de
ellos
era
negro
y
llevaba
al
a
una antena
y a
:una
pequeña
cola
negro
y blanco.
Los
dos lanzaban l
mitentes
por
una
abertura. El pad
chacho,
Rivalino, le
ordenó que
mientras
é1
se acercaba a los
objeto
Cuando Rivalino se
encontraba a
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Los
secretos
del fenómeno
Las
consideraciones
que formulan
investiga-
dores
como Hynek
a
partir de esre
tipo
de
in-
cidentes
pueden resumirse
del siguienie
modo:
"Los
OVNIS
vienen
a nuesrro
planeta,
proce-
dentes
de una remora
estrella,
i
explorai
e
in-
vestigar
y
evitan
ser descubiertos..,
Algunos
autores.
incluso.
han querido
ver
en
la
eirr¿ña
desaparición
de
Rivalino
da
Silva una
prueba
más
del drástico
secreto en que el
factoi
agen-
te
de1 fenómeno
quiere
mánrenerse
(Rii,ali-
no
habría
visto algo
que no
debía
ser
presen-
ciado).
Sin
embargo, 1a
existencia
real
de una raza
su-
perior
tripulante
de
los
fenómenos
aéreos
no
concordaría
con
un
modo
de actuar
tan
ohu-
mano'..
Dejando
aparte
que
la
explicación
del
incidente
de
Duas
Pontes
según
este
prisma
recuerda
a
las mejores
páginas de
las
novelas
negras
(la
persecución
de 1os
otestigos
ocuia-
res»),
debemos
tener
en cuenta
que la
propia
exploración
manual
.in
siru,
er
un patió.r-de
comportamiento
ciertamente
contemporáneo,
que .probablemente
ni
siquiera se
practique
por
la
humanidad
en un futuro
próximo
dén-
tro
de
las
investigaciones
espaciales
(y
nos
remitimos
a las
recientes
investigaciones
so-
bre
sistemas
automáticos
de
iecogida
de
muestras).
Frente
a
la
posición
de
Hynek
-el
ndon't
dis-
turb"
de los
extraterrestres-
se alza
el
enfo-
que
de otros
especialistas,
como
ei doctor
J.
Vallée,
que mantienen
que
el fenómeno
OV¡{I
odesea,
ser
observado
por
los
tesrigos.
que
la
"niebla"
tenía un olor
acre.
Cuando
se
disolvió,
todo había desaparecido,
incluido
Ri-
valino
da
Silva. La
encuesta
policiaca,
que fue
dirigida
por el
teniente Lisboa,
no dio
ñingún
resultado. Muchos
habitantes de Ia comarca
la
abandonaron
aterrorizados.,
Unos
misteriosos
visitantes
vestidos
de
azul
En
apoyo
de
1a
opinión de
Vallée
vienen
esos
informes
sobre
naves
luminosas
en
e1 cielo
nocturno,
sobre sonidos
estridentes
que
lla-
man
la
atención
del testigo,
sobre
seres
que li-
teralmente
se
colocan
delante
de
los ojos
de
las
personas.
Al atardecer
de un
día no determinado
de sep-
tiembre
de
1,971,,
Juan
Rodríguez Domínguez,
guarda
nocturno
del
cortijo
olos
Lunarejos,
(Aznalcóllar,
Sevilla),
se
preparaba para pasar
la
noche al raso
cuando
vio
cómo aterrlzaba
Sociología
de
los
testigos
Pese
a la importancia
del tema, los análisis
es-
zo
artesiano,
pero
cinco
o
seis de
e1los se
que-
daron
cerca
áel testigo
haciéndole
.señ¿ies,
con
una
potente linterna.
Juan
se
ocultó
tras
una
choza
para intentar
despistarlos,
pero
cada
vez
que asomaba
7a
cabeza
recibía
un molesto
rayo
de luz
en los
ojos.
Por
fin,
optó por
po-
ner
pies en
polvorosa,
siendo perseguido
du-
rante
un
buen
trecho del
camino por
dos
de
aquellos
humanoides.
Este suceso,
investigado
por
Osuna,
Darnaude
y Laffitte,
no
parece
avalar
la timidez
y la mi-
santropía
de
1os
OVNIS,
sino
todo
io
conrra-
rio.
No
parece aquí
que
los
humanoides
de-
seasen
«no
ser vrstos»
por
el
guarda.
Si cabe,
pues,
[a
posibilidad
de
que aurores
co-
mo
Vallée
t.ngrn razón,.i
poi algún
motivo
que
podemos
arisbar los
OVNIS tienden
a
presentarse
ndeliberadamente»
delanre
de
la
colectividad
humana,
tenemos
que reconocer
que
el factor
«testigos»
aparece revalorizado.
Nos
encontraríamos
ante una
.elección,
no
casual
de
las personas
que ven
los
fenómenos
aéreos
(lo
cual
enfraría
en reiación
con
el tema
de
los
testigos
de varios
casos
distintos
y de
las
personas
que nunca
presencian
nada).
Conviene,
en todo
caso, analizar
a estos
testi-
gos en
relación
ai dossier
de los
OVNIS,
pero
no
como involuntarios
espectadores
de
lo in-
sólito,
sino
como
eslabones
de un
juego
mu-
cho
más
compiejo
y
rrascendenre.
Esta pieza
se
des
parecer,
del
OVN
sobreoolo
San
Jos
A
las pruebas
t'oto
habrra que
anadi
materiales que se
lwgar del a¡-tistam
pruebas
materiales
opinión de los
tes
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LOS TESTIMONIOS
EXTRAORDINARIOS
E
t
facii establecer. de ¿cuerdo
l]
.on
lo\
si\tem¿5
moderno.
de las estadísticas, relaciones de
testigos según su cualidad
v
can-
tidad,
e
incluso teniendo en cucn-
ra también su grado de prepara-
.ion
tecnica y su cxpcriencia
en
ar-istamiento de OVNIS. Pero a
esa
clasificación
escapan,
sin
du-
da. 1os testigos que además
mar-r-
trenen contactos
con
los
seres que
1legan de1
espacio. Estos
casos es-
capan
a
toda
interpretación
v
re-
sultan
difícilmente
creíbles. Por
poner
un ejemplo podemos refe
rirnos
a Ho¡vard
Menger,
uno
de
1os
"contactados>>
con
encuentros
n-rás sensacionales.
En la
fotografía,
H
oaard
M
enscr
dDdrcLl
#
lUnto
A Su eSPosA.
Esta escena
no
rcndría
nada de pdrticuLdr
si no
fuera
porque
eLla es aenusina.
Menper ha
Dro\ortionado
--i-.¡-.,
_,
a la
uJologta
documentos espectacu
lares.
cilj)a
dutenticidad
les
cierto-
se discute;
entre
ellos oarias
fotografías
de
naaes, obtenidas en 1956.
1os testigos
de
los
OVNIS?
¿Qué
edad
suelen
ten
er
?
Dado que ia casuística general
sobre OVNIS
es extensísima
y
dado que a menudo
se
halla
jalonada
de informes confusos
sobre fenóme-
nos naturales mal explicados
(las
"luces
en
el
cielo"), los
investigadores
han
preferido
cen-
trarse en
los testimonios
que
no
admiten
prác-
ticamente
duda:
los aterrizajes.
Oleada
de
apariciones en 1
El
jefe
de
Policía de la provinc
(Argentina), el coronei
Guille
guet,
ha sido de las primeras
a
han reconocido
habérselas visto
tos
No
Identificados.
Durante
apariciones que
sacudió
su
juris
lio
de
1978,
no tuvo reparo
a
que sus
agentes habían sido
incl
tales
hechos:
El 12 de ese
mes, en
la
sección
cía,
se recibió la
notificación
de
enviada
una
ambulancia para at
tigo
de
un
OVNI
en
"El
Ramb
na
en
cuestión
era
Felipe
Oroz
do ferroviario,
quien
tras
encon
con una nave desconocida,
hab
crisis nerviosa. El
comisario
Fé
maceda se trasladó al lugar de1
encontrando a Orozco bajo lo
.shock,.
Mientras levantaba atestado de
misario
Balmaceda observó un
rojo
que desprendía una luz bia
tensidad
y
que alumbraba
los
rección al oeste. El
OVNI
se de
cuando para rehacer su march
ción distinta,
ejercicio que
rep
menos un
cuarto de
hora.
Además del comisario
y
de
Oro
fue visto por un
trabajador
de
Santa Ana, Lorenzo
Correa,
y
milia.
Cuando se encontraban
v
sión, la emisión pareció súbitam
efl vez dei programa habitual
pantalla una
imagen similar
a
u
go. Por mucho
que
la
familia C
de canal, aquel
objeto
seguía o
ceptor. Entonces
empezó
a
oí
un motor, por
lo que salieron
pudieron ver un objeto brillan
una
luz
cegadora.
Pero
tampoco
los
Correa
cierra
los
testigos
del incidente
de
un
tal
Zosso
y
un
nutrido
grup
la
comarca declararon tambi
aquello.
El primero lo describe
za de
un
patrullero
policial".
El
coronel Guillermo
Juan
Vog
blicamente, entre otras cosas:
"Es
indudable
que
los
habitan
demás personas
que
accidentai
Unos
datos
reYeladores
Así
e1
profesor
Oscar
Adolfo
Uriondo,
anali-
zando
a
los
testigos
en
estos
casos de
objetos
cercanos aI
suelo,
estableció
1a
siguiente tabla:
Aterrizajes sin humanoides
Aterrizajes con
humanoides
F{umanoides sin ionexión con
un
OVNI
nContactos,
Podemos
observar que,
mientras
que en
el
ca-
so
de los aterrizajes
sin
presencia
de
entidades
humanoides
el
número
de testigos
es
práctica-
mente aleatorio,
en los
incidentes de
<<contac-
to»
se
tiende al testigo único. Prácticamente
un
89 por
100 de estos
«encuentros
cercanos
en la tercera fase, acaecen a una persona soli-
taria.
Humanoides
y
testigos
Por
su parte
Jader
Pereira,
en
un
trabajo
reali-
zado hace
ya
algunos años,
establecía
sobre
333 casos de humanoides
la
siguiente reparti-
ción del
número
de
testigos:
140
casos con 1 testigo
38
casos
con
2
testigos
19
casos
con
3 testigos
8 casos
con
4
testigos
8 casos
con
5 testigos
2
casos con
6
testigos
2
casos
con
9
testigos
9
casos con
.algunos"
(indeterminado)
testi-
gos)
4 casos
con
«una
muchedumbre"
(sic)
¿Nos
es lícito extraer
conclusiones sobre estos
datos?
Parece
ser que el
fenómeno
tiende
a
presentarse
a
personas
aisladas,
que
se encuen-
tran solas por una u
otra
razón.
Además, si examinados 1a
estadística de
Uriondo,
ordenada de menor
a mayor
«espec-
tacularidad" (desde
el
"simple,
aterrizaje de
una estructura
desconocida hasta
el
ocontac-
to»,.pasando
por
los
casos de h_umanoides) ad-
vertlmos
que
cuanto mas
extrano e tmportante
es un suceso,
más tiende
a
ocurrirle
a un testi-
go
solitario.
Veámoslo
con
algunos
ejemplos:
I
testigo
43%
61,2
o/o
63,8
"/"
88,8
%
3
Irv¡ lflÁ Irn-nl
tLa
¿Vv *5
7/26/2019 Bbltk-m.a.o. E-012 Nº014 Valorando Los Avistamientos La Entidad de Los Testigos - Vicufo2
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ban
por
la
zona
estuvieron
ante
la
presencia
de
un
fenómeno extraño que
no
es común
ni
ha-
bitual.
"
minem.os.
esta
reiación con
la
solitaria
expe-
riencia
de un
ocontaclo»:
Un
gigante de
tres
metros...
Pasamos
seguidamente a
un
incidente más
es-
pectacular
-donde
se registra
la
presencia
de
humanoides-
en
el
que paradójicamente
el
número de
testigos
decrece:
Miguel Angel
Ruiz Sampeiro,
trabajador
en
la
factoría FEMSA
de Treto, llegó
en
la madru-
gada
del 3
de
juiio
de
1976
con
su coche a la
plaza
princtpal del pueblo
de
Escalante
(San-
tander). Como
todos
los
días,
se
disponía
a
re-
coger
a
dos compañeros
de
trabajo
y
así diri-
girse
juntos
a la
fábrica.
En aquella
ocasión
uno
de ellos
había parrido
ya
en
su
propio
coche,
por lo
que sólo recogió
a
Margarita
Cagigas Lusares. Tanto
ésta como
Miguel Angel
tenían
28 años.
La
visión
del
humanoide
se
produjo
cuando
el
propietario
del
coche
ya
estaba a
punto de
poner
en
mar-
cha el motor
y
la
muchacha disponiéndose
a
entrar.
Lo describen
del modo siguiente:
alumbrado
por
las farolas,
un
gigante
se
halla-
ba en las
inmediaciones
de una
de las
casas,
llegando
con
Ia cabeza
a úna ventána
que dista
del suelo
unos tres metros. Primero
de perfil
y
luego
de
espaldas
a
los
testigos,
.y
con un ca-
mlnar
<<como
a cámara lgng¿"
(lo
comparan
también
con el andar
"de
los
astronautas
en
la
luna")
que tenía la particularidad
de su
gran
zancada
(cerca de
dos metros
abarcados
en un
paso)
y
de
que
no parecía
tocar el suelo,
el
humanoide
se dirigió
a
un
recodo
distante, Io
bordeó
y
desapareció
de la vista
de
los dos
rra-
bajadores.
Tocado
con
un sombrero
cónico
La
cabeza
tenía
encima
una
suerte
de
"som-
brero, circular y cónico. La cara
parecía
ocul-
ta
por un
pequeño
velo o
tela negra.
El
cuerpo
tenía una túnica también oscura
que
le llegaba
hasta
los muslos. Las piernas
eran
muy
blan-
cas,
largas y
bien
proporcionadas,
del
mismo
color
que
una
parte del cuello
en
forma
de
pi-
co que fue vista
durante unos instantes,
Los
brazos no fueron
vistos.
Nada
más
desaparecer
el insólito
humanoide,
los
testigos
partieron
a toda velocidad hacia la
factoría, donde
pronto
se
corrió la
noticia,
acompañada
de
jocosos
comentarios. Los
re-
dactores de
oLa
Gaceta del Norte,
que
se
per-
sonaron
en
Escalante publicaron
que
se había
tenido
conocimiento
de un
caso
de
arcrrizaje
en
un barrio
de Escalante unas fechas antes de
Ia aparición humanoide: Ramona
Sampeiro
había
visto
a
finales
de
junio
una
gran
luz roja
Declaración
de
un
testigo en
Málaga
EI
caso de
Cerrado
de
Calderón
(urbanización
cercana
a
la
ciudad de
Málaga), investigado
por Ignacio
Darnaude,
es
prácticamente des-
conocido
hasta la fecha.
Lo polémico del
asunto
radica
en
que
se
hace alusión ai contro-
vertido
tema
de
UMMO. Pero no
hay
.con-
tacto»
sin polémica
y
sin incertidumbre
sobre
su
posible
autenticidad. Transcribimos
a con-
tinuación
las
partes más
importantes
de
la
de-
claración
dei
testigo, manteniendo
-por
su
propio
deseo-
silencio
sobre su
identidad"
"Eran
las
7,30
de
la tarde del
día
i2
de abril
de
1.974
cuando
subía
como una tarde más en mi
pequeño
.Seiscientosn
a
ese
mirador
natural
en
1o
alto
de Cerrado
de Calderón"
Yo
iba so-
lo. Aparqué
mi
coche
y
me puse
a contemplar
Málaga.
Después. de
pasar
no
más de dos
mi-
nutos,
oigo
a
mis
espaldas
un
extraño
"bip-
bip".
Antes
de mirar, supuse
que
se
trataba
de
una de
esas máquinas
que trabajan
por los
a1-
rededores
aplanando
la tierra;
sin embargo,
me di
cuenta de
que era demasiado
tarde.
Vuelvo
\a
cabeza y veo una
bola en
forma
de
platiilo
de unos
diez metros
de
circunferencia
por
cinco
o
seis.
de ahura..El
.bip-.bip"
iba
en
aumento,
mt
corazón laúa
rápidamente
y por unos
momentos creí
que
me faltaba la
respiración.
El
platillo
despedía un
color
inten-
so
anaranjado
y
parecía
que
giraba
sobre
sí
mismo.
Siguió
bajando hasta situarse
a un
metro aproximadamente
del suelo, entonces
su
color
anaranjado
se
hizo
más renue y
el
"bip-
bip- fue
disminuyendo.
Decido
bajarme del
coche
y
acercarme.
Observo que el
platillo
no
tiene
ni puertas ni
toberas,
ni
ventanas,
ni
an-
tenas.
De
repente,
veo
que salen unas peque-
ñas
escaleras
mecánicas de
la
parte
rnedia
del
objeto
y
que éstas
yan
a dar al suelo. En
su
primer
peidaño hay
un
hombre inmóvil
que
me
mira
y
que va
bajanclo
al
mismo
tiempo
que
las escaleras.
Entonces
sentí miedo,
aun-
que
inmediatamente
este individuo me
hace
un
saludo
extraño.
Entonces
me
sentí más tran-
quilo.
I-In
mensaie
de bondad
uEI
fue
ei
primero
en hablar: me dijo que las
pruebas
nucleares deben
terminaÍ,
ya
que
po-
nen en peligro
no
sólo
ia vida
de
la Tierra,
sino también el
propio
universo; también me
dijo
que
era
del planeta
UMMO y
me
habló
brevemente de las
expioraciones de los
ummi-
tas en la
Tierra.
Mi primera
entrevista
no duró
más
de tres
minutos
.
Una
vez terminada,
me
La
complejidad
del
de
los
aVNIS
se d
ante
fotagrafías
como
la
que
reprod
caFtáda
por
-§ZgSJ
En. ella,
ante su
na¡te recién
se
pdseá.
un
aisitant
La imagen
parece
s
pero
los ufólogos
cr
se niegan
a
adntitir
Una
prueba
del
camportamiento
inte
fenómeno
es
la reco
sobre un
plano del
los
desplazamientos
los
testigos,
Existe e
coherencia
en
los m
lo
cwal
es
significati
§¿*
lñLirsit¡aisñ.
--
7/26/2019 Bbltk-m.a.o. E-012 Nº014 Valorando Los Avistamientos La Entidad de Los Testigos - Vicufo2
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Los
OVNIS
-ya
sean
lwces en
la noche
u objetos no
identificados
dwrante
el
día-
no
son
fenómenos
naturales:
maniobran,
aterrizan y
sc
cotnPortdn
en todo momento
dr'
una
manera inteligentt.
Seguimos,
sin embargo.
si,r
saber
qué
son.
¿Es
significativo
el nivel
cultural?
¿Y
qué
podemos
decir
del
nivel
culrural
de los
testigos
de los
OVNIS?
Si establecemos
un
ba-
remo
a
partrr de
sus
profesiones,
encontramos
en
los
aterrizajes
ibéricos
-seqún
Ballester-
que
el mayor
número
de testigos
se
compone
de
mannos
y
pescadores,
Iuego
les
siguen
los
trabajadores
industriales
y loi
guardiri
y
p.r-
sonal
militar.
Mucho
mái
escaio
-y
pói
o.-
den
decreciente-
¿parecen
como
r.rtiso,
lo,
hombres
de negocios.
los
conductor.r,io,
,.-
tistas,
ios
trabajadores
del
campo,
los
estu-
diantes universitarios
y
los rituládos
superio-
res
y
por
último
los'anal{abetos.
Respecto
a los
restigos
de
casos
de
humanoi-
des.
la
situación
es
Ia
siguiente
-según
el
es-
tudio
de
Pereira:
toria.
Los
hombres
del
campo
sue
más
horas
al aire
libre
que los
que
des
otros
oficios.
En las
réstantes-ocupac
exiguo
de la muestra
impide
obteñer
siones
fiables.
La
oleada española
de 1974
Lo
que
acabamos
de decir se refiere
a
rrizajes.
¿Se
produce esto
también
en
de
OVNIS en
general?
Tomemos
com
plo próximo
a
nosotros
el
estudio
que
tán
Rodrígu
ez y
Barbero
realizó
sobre
da
de 1974
en España.
En él aproxima
un
35 por 100
de los testigos
eran
per
un
nivel
cultural medio,
un 26 por
10
irn nivel
bajo,
un 20 por
1OO
un nivel
10
por 100
un nivel
muy bajo
y
un
6
un
nivel
cultural
muy
aho. Prácticame
era
un reflejo
exacto
de
la
situación
cu
la
sociedad
española.
Destaca
iguaimente
la extremada
simi
tre los resuitados
de las
estadísticas
edad
de
los
testigos de
OVNIS
de un
nado
país
y
las
pirámides
de poblac
ese mismo
territorio,
1o que
parece ind
la
edad
no influye
en ia
posibilidad
de
tagonista
de un
observación.
¿Qué
hicieron
los testigos
antes
de
la
observación?
Citaremos,
para
cerrar
este apartado,
lo
tados de
los
estudios sol¡re-ias
activic
los
testigos
momentos
antes
de l¡
obse
Este
punto
ha
interesado
particr-rlar
numerosos
inr..estigadorrs,
dado
que
casi
totaiidacl
de
los
c¡.sc',:,-
la apaiició
OVNI
es
un hccho
repen:rno,
ni,
an
que
acontrce
cn
m¡,dio
de
ia rutina
d
Ias
gentes.
No
se
ha
irccho
h¿lsta la
fecha
un
esrud
pleto
de
lr,,r
conrporrarnie;rtos
rle
las
p
instantes
;rrltcs
dc la apariciin
cle
ur
Cuanclo esto
s('ha intentaCo,
la
ausenc
criterio
sociolóeico
a1
clasificar
los cla
que
las
conclusiones
no
apunren
hacia
sitio
(por
ejemplo
la anoración
"a bord
barco,
es
anodina,
pues
cambia
su
mente ci
comportamiento
de
un
pas
un
buqr-le
que el
de un
pescador
en s
lo mismo
succde
con
IJ coordenada
ciendo
en
carretera"
que significa
cos
rentes
en
el caso de
un viajero
dominic
el
de
un
camionero)
Si siguiéramos
1a
distinción
rrad
trabajofocio
y pretendiéramos
incluir
los
datos
de
los
doscienros
arerrizajes
estudiados
objetivamente
hasra la fec
dríamos
los
siguientes
resuitados:
la
puerta,
en el
interior
del
platillo,
un extraño
panel
de
mandos,
como
ios
de
un avión,
y
una
silla
giratoria
ciavada
en
el
piso,
muy
paiecida
a.las
que
hay
en
aigunos
ba.es.
Después
de
diez
o
quince
segu.rdor
el
piatilio
coÁetzó
a
grrar
sobre
sí
mismo
a
más velocidad.
El
"bip-
bip"
era
enronces
muy
intenso
al iqual
qr.
iu
color
anaranjado.
Ascendió
vertica]menle.
Su
velocidad
era increíble.
Después
de unos
se-
gundos,
el
objeto
ha
desáparecido
de
mi
vlsta.
>>
I
a relación
.especracularidad
del
caso/número
de
testrgos"
(rnversamente
proporcional),
que
hemos
ilustrado
con
estos
é;.*plor,
.ro'.,
u.
patró-n
absoluto.
Hay,
pero
son
ios
menos,
ca-
sos
altamente
signifióativos
que
han
acaeciío
a
?,
vanos
testrgos
slmuitáneos,
como
las
primeras
experiencias
en
Ia
planicie
de
Marcahuasi
(pe-
rú)
acaecidas
ai
aichi{amoso
Brupo..tl,R't
,..
Granjeros
y
labradores
Obreros
industriales
Policías
y
agenres
de
rráfico
Comerciantes.....
Ingenieros
y
médicos
Funcionarios.......
Amas
de casa
Estudiantes
Militares
38
15
13
1,2
12
9
9
9
7
7
4
3
2
.
10.
Conductores
Fe_rroviarios,
maestros
e
indígenas.
Pilotos
de
aviación,
eclesiáiticos,
mineros
y
cazadores
Enfermeras
y locutores
de
radio
.
Carpinteros,
mecánicos,
proyectis-
tas,
pintor:es,
panaderos,
electricis-
tas.
músict.rs.
"
jockey
s
-,
joyeros,
er-elcald,.s.
ex-dipurados
u
máremá
ticos
.
......
7/26/2019 Bbltk-m.a.o. E-012 Nº014 Valorando Los Avistamientos La Entidad de Los Testigos - Vicufo2
http://slidepdf.com/reader/full/bbltk-mao-e-012-no014-valorando-los-avistamientos-la-entidad-de-los-testigos 9/12
Número
de
casos en que
los
testigos
se
ban
en
momentos
de
ocio:
115 (57,5
por
La
distribución
por tareas o situaciones
Trabaiando
E;;^á;;g.i*l*
y
t"."'iri.' .. .. . . ..
Viajando
(por
razones
laborales)
Milit¿res
y
policías
en servicio
Yendo
ai trabajo
Cuidando
gana.lo
Marinos en sus
emt,¿rcaciones
Miedo o huida
Hostilidad
Intento
de acerca-
miento,
interés
22
casos
22
casos
70
casos
59
casos
3
casos
27 casos
Ejemplos
significativos
Pongamos
algunos
ejemplos de
estos
tres tipos
de reacciones,
prestando atención a1
tipo
de
apariciones
que
provocan
una
u
otra ilctitud.
Comencemos
por
un
caso
que provocó
un
miedo
indescriptible
en
sus infortunados
testi-
gos.
El incidente
del
"robot
negro»,
como
io
bautizó
Jean-Claude
Bourret,
periodista
rle
"France-lnter»,
en
1971, fue
difundido
por
1a
radiodifusión
francesa
según
las pr,rpias decJa-
raciones
de los testisos: una rnujer
profesora
de lengua
francesa
v su
marido,
profesor
de
música.
Ambos estaban de va.caciones en
el
sr,r
de
Francia.
Merece
la
pena
transcribir
sus
pro-
pias
expresiones. Ella declaró:
"Lo
que vimos pasó
en
Saint-Jean-du-Gard el
miércoles 9
de agosto
de
1972, hacia las dos
y
media
de ia
madrugada.
Volvimos
mr"ry tarde
aquella noche
y
nos quedamos
en
casa
de
unos
amigos,
una vivienda
que
tiene
un
jardín
ele-
vado. Este
jardín
se
encuentra
sc¡bre
ia carrete-
ra
de Nimes,
a la
salida
de Saint-Jean-clr.r-
Gard.
Estábamos
sobre una
cle
las
colinas
que
bordean el val1e. Yo
salí al exterior hacia las
dos
y
media
porque
oía el
barullo
de
la
verbe-
na de
Saint-Jean-du-Gard.
Sobre
1a ciudad se
distinguía
una
luminosidad
bastante
fuerte,
producida
por las luces de ia fiesta. Pero, en
nuestra
zona,
e1
cielo
perrnaneció
<¡scuro.
Un OVNI en el parking
Tomaba
el
fresco cuando
mi
mirada se
vi,-r
atraída por
una especie de bola blanca, de las
dimensiones de
un
"Isseta
lliat"
(coche
en for-
rna
de
huevo,
como
e1 antiguo
"gogomóvii").
Aquelio
me
intrigó:
era
extremadamente
bri-
llante.
Yo
no podía entender cómo ese
coche
brillaba tanto.
si
todo
estaba en
sombras
r.
no
había
cerca una sola
luz.
El
.coche
eétab"
aparcado
cn
un pequeño
parking
reservado a
ios
dueños
de
las
cuatro o cinco casitas de
la
coiina.
Estaba
mirando
ese
vehículo
fosfores-
cente intentando
comprender
1a
causa
de su
luminosidad...
cuanclc¡ oí
que alguien
camina-
halla-
1
00).
sería:
52
16
15
7
(
4
4
1
115
67
13
10
5
5
.)
2
2
1
1
Casos de
humanoides
(en
todo
el mundo)
Casos de
*errizeie
(En España)
Reacciones
de
los
testigos
Aviadores
en
vuelo
En
momentos
de
ocio
Viajando
En
una
casa . .
Paseandt¡
Cazando
En
el campo
Jugando
En
la
plava
Esperando
el
Pescando
Haciendo submarinismo
¿utobús
l,Íisteriosa:
luces
,'le
p
qu.e
se
des¡tlazalL
e7?
nocturt.os
I
que
deja
frecuenternente
u:tas
qu(
mdvL,t't
iu\
lYn.\
§o, los
O1'V1q.
)e:
soporta d, esto\
.f'enírn
ala:en:er¡(nlr.
,,'f
,,
lt
l,()s
testifionies.
en ?
titttc)t tn :.,lo' r, l.t
La
ast:asa
c,tlidntl,
a,
debitlo
d
fa
dist¡n¡t"t
ofrecen
las
lt,,,tr..,gr,f'í.a
O\
\
/\
tt,,
¡,c..,.i:,.
exL-epctailes
€,it).i1ei
cc¡nclusrc¡nes
Llarrts
ll
It,tt,t¡i
.1
Olr.lS
i.ti
l.l,
i.njorrrLe,Tr
io:;
[,:stig
completLtr
t'l
:ry.ttiilica
.tttsttltnieiltot,
cun
el
exdgeraci¿)n
\,
¡listorr
hecho
l.Let'a t'cttt si.gr;.
Esta
tabla parece
indicar que
las observ¿ciones
de fenómenos
aéreos
se produ.en
preferente-
mente
cuando sus
testigos
no están
absorbidos
por
una
tarea
labora1.
De todos
rnodos
nues-
tros
datos son por
fuerza aproximativos,
pues
resulta
francamente
difícil
establecer
cuándo
un
testigo
se
halla
trabajando
o
no
(Pues
es
imposible
tener
en
cuenta todas
las
pausas,
descansos,
«¡g5pi¡65»,
etc.).
Pero
en
todo caso
estos
resuitados
derr-ruestran
que las
visiones de
OVNIS
no se producen
en
absoluto
durante
comportamientos
inusuales
de
1os.
testigos,
sino todo
1o
contrario.
Estas
apariciones
«se
entrometen»
en la cotidianei-
dad de
las
personas.
La reacción
ante
lo insólito
Acabamos de
ver las actividades
de
1c¡s testigos
inmedi¿ttatnente
antes
de la observación
de un
OVNI.
¿Cómo
se
moCifican
estos
comporta-
mientos
durdnte l:r aparición?
¿Córno
réaccio-
nan ante
el singular
estímulo del
aterrizaje
de
una
estructura
desconocida?
Para arrojar
luz sobre
estas preguntas
expon-
dremos
simultáneamente
los
resultados
de
Pe-
reira sobre
1a
casuística
mundial
de
humanoi-
des y
nuestras
propias
indagaciones
sobre
1a
muestra
de
aterrizajes
ibéricos compilada
por
Ballester.
Debiendo
ciasificar
de
algún
modo
estas
reac-
ciones,
hemos
creído
válido agruparlas
en fun-
ción
a la
dicotomía behaviorística
atracción7
,*-.r¡
-¡V':¡r.jU"t
7/26/2019 Bbltk-m.a.o. E-012 Nº014 Valorando Los Avistamientos La Entidad de Los Testigos - Vicufo2
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forma
estaba vuelta
hacia
mí.
No quiero decir
<<un
ser
me
miraba"
porque, por el momento,
no sentí esa impresión. Aquella
forma medía
cerca de
un metro
veinte. Era
completamente
negra. Su
forma
era
ia
de
un
paralelepípedo
ytuve
de
pronto
la
idea de
que
estaba
hecha
de
madera. El
paralelepípedo estaba coronado
por
una forma
ovoide
en
lugar
de
cabeza.
Dos
círculos
blancos, de
unos cinco
centímetros
de
diámetro,
se destacaban solos en
esa
masa ne-
gra,
precisamente
a 1a altura
de
1os
ojos.
Aque-
llo
estaba
vuelto
hacia
mí, inmóvil.
No
veía
ni
los
pies
ni
las piernas
(o
mejor dicho,
lo que
:otilizara
para
caminar)
porque las
altas hierbas
los
ocultaban.
Un
miedo
incontenible
No
olvidaré
jamás
la impresión que me pro-
dujo
esa
cosa:
un
miedo
demenciai, increíble,
antinatural.
Aquello no
podía proceder de
mí;'
era
emitido por
la
aparición, como si
quisiese
ponerme fuera de
combate.
Nunca
sentí
eso
antes.
Tuve ese miedo durante el tiempo
que
duró mi visión. La na¡traleza
parecía
muerta,
como
paralizada, alrededor de aquella
«cosa>).
Daba la impresión de que
ese
ser
ejercía un
poder
extraordinario
sobre
todo
lo que
le ro-
deaba,
fueran
seres vivos o
plantas.
Rápida-
mente,
me metí dentro
a buscar a
Michel, mi
marido.
Hasta el momento
no
había
estableci-
do
relación entre
ese ser y
la forma
redonda
fosforescente
del parking. AI
día siguiente, co-
mencé a
entender
que había una
ligazón
entre
los
dos.
Después
de esta corta pero impresio-
nante visión, nos dormimos.
Al
día
siguiente
preguntamos a
los
vecinos del lugar
si
habían
visto
aigo fuera
de 1o
corriente. La incompren-
sión fue
total.
Só1o
una
señora reflexionó,
di-
ciéndonos:
uCaramba,
es
verdad, hacia
1as dos
oí
caminar
por
el
jardín".
Su
casa
estaba cerca
de Ia nuestra. Pero
esta persona
no
hizo
caso
y
volvió
a
dormirse."
Por
su parte,
e1 marido
confirmó
e1
estado
de
pánico en que dijo haberse
encontrado
su
mujer, con las siguientes
palabras:
oYo
estaba echado.
De
repente vi a mi mujer
aparecer
diciéndome: "Acabo de ver
aigo
es-
pantoso,
horrible,.
No entendí lo
que decía
haber visto,
pero comprendí
que acababa
de
presenciar algó
fuera
de
lo corriente.
¿Que
por qué no salí
al
exterior? Bueno, ella
tenía \a cara literalmente deformada por ei
miedo.
No
tuve
valor.
Cerré
por
dentro. Nos
quedamos
esperando
y
escuchando."
de
la noche,
cuando
una
luz roia
des
cielo.
Aquei objeto
giraba sobre sí
inició el
descenso
tras unos
tejados.
Mientras sus
compañeros
huían, Fide
c6 a
..la
ls7»,
que
se había estaciona
solar
próximo.
Era
un
artefacto de
c
bles dimensiones,
redondo y
con un
encima, apoyado
en
e1
suelo
por
cua
Al aproximarse,
el
testigo
vio
a tres
cuya
talla rondaba
1os
dos
metros
vestidos
con
unos
monos blancos,
c
rones y
cremalleras.
Las cabezas
estaban
al
descubierto
y
ban unos
ojillos
oblícuos.
Sus
boca
ñas, siempre
estaban
cerradas, inclu
blar. Lleiaban
el
pelo
muy corto
;.
blanco.
Dirigiéndose
al chaval, y con
voz g
exhortaron
a que
no
tuviera miedo
preguntaron sobre unas piantas
qu
cerca
de
donde
se
encontraban. Se
t
patatas,
y
Fidel
les explicó
que
ser
comer. Al
cabo de
unos
minutos,
1os
traron
en
ei aparato
por
unas puertas
ras
y
e1 ingenio despegó
lanzando de
mlnosos.
Por otro
lado
se supo que
varios ve
puebio, entre
los
que
se encontraba
dres
del
muchacho, vieron una
lum
roja
sobre
los
tejados mientras
se pr
encuentro.
{Jn contactado
que ha
entrado
también
en
la historia
de
la
ufología,
Adamsley.
Sus
testimonios.y
documentos
son Lmpreslondntes.
Este
personaje
fue
siempre
un
tema
de
polémica;
pero
paulatinamente
ailmentd
sw
credibilidad.
Cuando los supuestcts OYNIS
se acercd.n
no eligen la calidad
t
cantidad
de los testigos
de su
tproximación. ELlo da
Lugar
a
testimonios
dignos de
poco
c¡édito.
Sólo
en
contadas
ocasiones
los
espectadores
del
fenómeno
son personas con
conocimiento
s
suficiente s
para
poder r-,alorar los hechos.
(En
l.z.lotografía,
el
capitán
Chiles
t el
copiloto
Whittcd. testiBos
de excepción
en
uno
de
los
ct so s
profundamente,
J7
rírni t,
Tres
humanoides
en Matapozuelos
Muy diferente
a esta terrible experiencia
de1
sur
de
Francia
es
el
incidente de
Matapozuelos
Ahora
fue el
testigo
el
agresor
Y por
úitimo no nos resistimos a re
de
los
pocos
incidentes
registrados e
do en los
que
ei
testigo
intentó
ag
aparición.
Pertenece a
esa
tercera
ca
comportamientos
que
hemos
den
reacciones de hostilidad.
Bennie
Smith
era
un
comerciante
de
don, en
Capetown
(Sudáfrica),
que
en diciembre de 1971, la
granja
de
B
unos catorce
kilómetros
de
Fort B
Míster
Smith,
que
gozaba de una fa
ceiente
tirador, estab.a
pasando unas
cacrones en su
propledad
durante
lo
días de
junio
(mitad del
invierno
en
de
1972.
Hacia las ocho de la maña
de
junio
un trabajador de
color
llam
de
Klerk
(.,boe.,
significa
en a
.granjero"),
que inspeccionaba
una
cibió un
susto de muerte al ver
lo
qu
como
<<una
cosa
feísima>> entre unos
les.
El
trabajador
corrió
a
la casa,
contó
10
sucedido a
Smith.
Siendo
explícito, refirió con posterioridad
q
contraba
a punto
de
hacer
un
fueg
vio
"humo
que venía de
los árboles
do
que
se trataba de un
intruso,
dio
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permanecía
todavía allí.
rral,
con un
raro brillo
luego
verde
y
más
tarde
Su
forma
era ov¿lada.
Estaba
en
un
mato-
rojizo
que
se
tornó
amarillo
blanquecino.
Smith
disparó
su
rifle
Dejándose
de
ceremonias,
Smith
ordenó
a su
trabajador
que
permaneciese a1lí
para
que
vigi-
iara
al
OVNI, mientras
él
volvía
a
la
casa
a
buscar
su
rifle
0-303
y
a telefonear
a
la
policía
de
Fort Beaufort.
Cuando regresó
al^lugar,
míster
Smith abrió fuego contra
el objeto,
que
siguió
moviéndose lentamente
y
cambiando
de
co1or.
Mientras
tanto el
comandante
de policia
§7.
O. van Rensburg
y
el
sargento P.
C.
Kit-
ching llegaban a aquel
sirio.
Sumándose
a
1a
actividad
de Smith hicieron
también
varios
disparos
contra
ei
artefacto.
En
total se calculó
que
se dispararon
unas
quince
balas, ningunas de
las
cuales, según re-
za
1a investigación
llevada
a
cabo para aclarar
estos
hechos,
«pareció
haber
causado
efecto
en
el objeto".
De todos modos,
Bennie
Smith
dijo
que el octavo
disparo 1rlro fl¿¡6e
«por-
que
se oyó
como
un
ruido".
Por otro
lado,
e1 objeto mostraba
una suerte
de
punto luminoso
o
.estrella,
(según
los tes-
tigos) en
su
parte
superior.
A esi
elemenro
apuntó
el belicoso Smith,
quien
-alboro-
ado- declaró:
"Cuando
el OVNI se mar-
chaba,
se
ladeó y yo tiré
a
la
"estrella,.
Ten-
go
muy
buena
puntería ,v
e1
objeto
cambió
súbitamente
de
color
una vez
que
1a estrella
fue tocada.
Se
volvió
oscuro,
de
aspecto metá-
lico.
De acuerdo
con
una
posterior
declaración,
la
"estrella"
cambió
de
posición
en relacrón
con
el resto
de1
objeto,
después
que
la
alcanzó el
tlro.
Io
del
"Natal
Mercury"
titulado
"¡OVNI:
vete
a
volar
a otra
parte »
en el que
se
decía:
"¿No
es
increíble
que
dos
policías
y
un
granjero
puedan
hacer
tiro
al
,blanco
sobre
lo
que pu-
diera haber
sido
una
nave espacial
de
un
pla-
neta
amigo?
Suponemos,
sin
embargo,
Que
los
buenos
hombres
de Fort
Beaufort
eitabin
só1o
comportándose
de acuerdo
ai modo de vida
de
Sudáfrica:
Nosotros
tiramos a
matar sobre lcr
que no
podemos comprender,.
("Natal
Mer-
cury..
2816172).
Una misión
de reconocimiento
fue
enviada a
la
granja
al
mando
del
brigadier
A. Vosloo,
encontrando
huellas
circulares
en el
lugar
don-
de
se estacionó
e1
OVNI.
Con
posterioridad
al incidente,
y
cuando
aquello
dejó
de ser noricia,
míster
Smith
decla-
ró
que dos
días
después
del encuentro recibió
una
llamada
desde
América
en
la
que
se le
hi-
cieron
«cuatro
preguntas
importantísimaso
que le hicieron
comprender
la
gravedad de 1o
ocurrido,
negándose
a revelar
la
naturaleza
de
esas
preguntas. También
dijo a los
periodistas
que había vueito
a
escuchar
el
zumbido del
OVNI
algunas noches.
"Era
terrorífi6s»,
s€D-
tenc1().
El
intempestivo
Bennie
Smith tuvo, a
luzgar
por
otros informes
de .listinras
partes de1
mundo,
una
suerte
e xcelente.
Contrastando
con
la
impunidad
con
que
se
acercó
al
OVNI
para
acribillarlo
a
bocajarro, descuella
e1
dos-
sier
del fallecirniento
en
Anolaima
(Colombia)
de Ascasio
Bermúclez.
Este
hombre
se acercó
excesivamente
a
un
objeto luminoso
el
+
de
julio
de
1969,
también
con
intenciones
hosti-
Ies..Poco
despues
moría
-según
el informe
medico-
de
gastroenteritis,
enfermedad
que
puede
ser
producida
(entre
otras
causas)
por
una
exposición
a los
rayos
gamma.
Más
allá
del registro
visual
Hablar
de
los
testigos
de
OVNIS
supone
para
el
gran
público
trátar
de las gentes
que
-rct1
objetos
inexplicables
en el
cielo.
Sin embargo
las
sens¿ciones
capradas
por los
testigos
ño
siempre
son
exclusivamenre
visuales.
El hom-
bre
posee
un
buen
número
de
elementos con
Ios
que
percibe
1a
realidad
y
prácticamente 1a
totalidad
de
ellos han
aprehendido
a
los
OV-
NIS.
Puede
ser
bueno,
a
ia vista
de tanra
expli-
cación
fácil
por
«espejismo»
o
nefecro
óptico",
pasar revista
a los
casos en
que los testigos
han
sido
algo
más
que
simples observadoies.
La captación
auditiva
de los fenómenos
aéreos
es,.con
la
visual, la
más frecuente.
Hemos
pa-
sado
ya
revista
a
casos
en
los
que
el OVNI
emitía
a1gún
ruido
o
sonido.
En
este rnismo
campo
estarían las
ovoces,
de los humanoides.
La percepción
auditiva
de1
OVNI no esrá libre
los
O\¡N1S soTt ttii
impru'i'iblt.
R.¿r'.¿ :,
posible
foto¿r.tttt-.
mtjores
conditi,'¡t,:
.
eLementos
técnicr¡s
tt,
perfcctot.
¿O
c;
,¡,,-
iuegan
con
lu; i,,'.,
«Vete
a
volar
a otra
parte»
Envalentonado
por
la
presencia
de 1a
policía,
míster
Smith entró
en el matorral
para efectuar
unos
cuantos
disparos a
quemarropa sobre el
ingenio.
Entonces
aquello.
empezó
a
zLtrnbar
como
una máquina
y partió
hacia
una
zona
in-
hóspita
conocida
como Ford)¡ce
Bush. Desde
que
el obrero
1o vio
por primera
vez hasta
que
se esfumó,
el
OVNI había
permanecido allí
unas
cuatro
horas
y media.
El eco de1 hecho
sacudió toda
Sudáfrica. Los
principales rotativos
del Estado
no
tardaron
en darle la importancia
de
los titulares
de pri-
mera
página:
"Un
policía
y un
granjero dispa-
ran
a
un
platillo
volanteo
("The
Cape
Times"),
"Bennie
hizo huir con
el
rabo
entre
las
piernas
a la bola
de
fuego" ("Natal
Mercury"),
ofJ¡
objeto volador
es
tiroteado»
("Johannesburg
7/26/2019 Bbltk-m.a.o. E-012 Nº014 Valorando Los Avistamientos La Entidad de Los Testigos - Vicufo2
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{}*r§§§*§§
RONALD
WESTRUM
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prob¿Lrillii¡d Je
.ii.
tc:tiso¡
Jc
(;\
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qric
aque
-
Los
sonidos
de los
OVNIS
,
Córrro son
estos §()nidos
r'scuchados
dur¿nte
ia,
..rbre
,..'".ion,:s
.1c
()\/NlS?
Pese
¡ su
cxtre-
in¿ heteroqeneirl
rrcl.
i1l
qu
nos ir-rvcsti
gadores
co-
mo
Claude
Poircr
h¡n hechii
un intento
de
clasificacicin
v h¿ur
est¿blecrclo
que,
de1 aproxi-
rnadamente
35 por
100
dc
obse rvaciones
acompañadas
dc soniclo
(lLrc
se han cornputado
en ioi
archivos
qencrirles
solrre
el fcnómeno'
un¿ tercere
pártc
l¿
constittl\'en
iniorn-res
so-
bre
"silbidos-
(soniclos
¡guclos
no
interrumPi-
dos), otra
tercer¿
p¿rrtc
nlidos
.le c¿rrácter
r-io-
lento
(«estruendos..
scgún
Ptlher)
r' una últi-
ma
sección
de
-sonitltts
t'liversos" donde
esta-
ríar-r desde
los
.rulc'los
t1.- nt.iqurn:r
de coser'
hasta los
"sonrdos
nrLrslc.rle
s,
pasan,-1o
por
los
"pitidos
intern.ritcntes.,.
por
cit¡r
¡lgunas
de
).rr
descrip.ion(\
nt.l\
II'rrIl(tl1(\.
(reneralmente
estr)s
sonitlos
suclen
Proceder
cle
1a
aparición,
pero
a
vcces sirnplen-rcnte
llc-
nan el lugar,
sin
quc
cl
tcstiso
puec'la
c'lecir
ho-
nestamertte
de
dtindc
sursían.
Lstct sucedió,
por eiemplo,
en
el encLlerltr()
c()tl
un humanoi-
Ce
del
religioso
n()rtearntrrc:1no
Anthc¡nV
de
l'olo. suficientementt:
rlilt¡,r,rii.l,.r
cn
l¡r literatu-
|a
especializada:
El mensaje
hablado
..El
18 de
j'.rlio
c'lc 1967
cn
llo¡rtlrrr¿n
iOhio,.
cI
reverendo
Ar,thonr.
.]c Polo
ttre tlcspcrt,rdo
prrr
uo
rtlido nlu\
tu,.rtc
1'.ri,.
i,i,, .tl .lc
].t nrr"r-
.sica de tondo
de
una
pe
líctrlt
tle ciencia-
ficción de
1as
que emite
lit
tclevisictn.
[.e pare-
ció que
alguien
1e
order.raba
quc rlcscendiese
a
Ia
¡,lanta
baja. Así
1o hizo v
mira) al exterior:
llli, entre
su casa
v la de
al lado,
vio una
figura
vcstida
con
iln
traje
It min.rso.
[)e
Polo
s¿liii
cle su
casa.
Ei estrépito
corrlenz-ó
clc
nuevo
r'
cnronces
recibió
este
mer-rsaie:
.No
tienes
n¿-
da
quc
terner. Yo
no
te
haré
tl:iño
v
seí
qttc
tu
no;le
lo
harás a
mí". l)e
I't¡lo
sc
acercó
al
deseonocido.
\,'ohió
a
escucharse
1e ntúsicrt
es-
truendosa
\- entonces captó
un
terccr
tnerts:rie:
.Pciigro,
c{ebo
irme". De
Polo
vitt
una
luz,
o
¡r.rás bicn
un resplandor,
en
cl
cielo. Cuando
bajo
l,r
r-ista
el extraño
personaie
sc
l'rabía
t'les-
r'¿rnee iilo.
"
Hast¿r
el
presente
sólo
conoccmos
tttt
c¿tso
cn
quc
el sentido
dei gusto
ha1'a
partici¡r¡c'lo
.en
.ina
ol,servación
O\rNI
(dejandc, cle lado
los
cludosos
informes
sobre
humat-roiclcs
quc
han
,-,frccido
alirnentos).
El inciclente
fue
estuc]iado
por
cl clorrtor
FranEois Louange,
a
quicn
deia-
rnos l,r
prrlabra:
fotografiar
nidos c'le
águilas
cule
que
qtneralmente
se oían graznid
de pr,>,,to
hubo
silencio.
El testi
cntre
unos
sctos,
montando
su
prcntlido
por
reflejos
en el
viso
ilrec'lc.lor p".,,
nc',
notó nada
ano
ces o1,ir
un
lcve
silbido
(un sonid
senta corno
.lrussss,)
quc desapa
nrente
;
lr-rcgo
volviír a
enfocar.
A
rato sintio
cierta
c-les¿rzón,
con
un
de tener tlicntes metáltcos,
t'
los pe
ca se
lc
eriT-¿lron.
Le parecía que
1
reloj
cstaban c¿licntes.
Se
volr-ió
metros
r.io
un objeto
más
o m
con
antenas
Pequeñas,
\- c-los
Pers
tura
no
rnenor de
un
metro
noY
con
traj.'s
azr,rl;rclos.
Una
estaba
bre
un
tul¡o
hunc'lic-lo
en cl
suelo,
;.il:
caix
con
unr
esfera
que p
El portador
del tLrbo
se
puso
de
p
tos a1 testico,
Quicn
se
levantó
\'s
poco.
sintienclo
¡1
h¿rcerlo cierto
do
1a
voz, lcs
preguntó
si ne.ces
Pero
oVo su
ProPl¿1
\'oz
.distor
que
le
asusto
Lln
pt)co..
-
El relato
dc
Lor-range
sir¡ue dici
humanoicles
acab;rron
por
introd
¿rtef¿cto.
quc
ricspcgci.
[:l testig
cámara,
pcro
las plac,rs
se
r-ela
metilico cn
la boca
le sigLrici dura
sin
tener
e-rplicacitir-r
par¡ el
mi
Con
el inveitigador
c'lc
este caso
en
lo
importantc
dc una investiga
nuciosa
de esta
peculi,rr
caracter
\¡a,
pero
-larnentablententc-
el
tó
ser persona
poco
arnig,r
c1c ai
rlencla.
Los
OVNIS
también
huelen
Sobre
las
in-rpresioncs
olf¿rtivas d
de
los OVNIS
se conoce
b,rsta
bien
nutrido
erupo
de infonles
en todo
e1 mundo
nos
hablar.r
dc
gradables.
asociados
a. estas. ap
comparacrón más
usual, cstadístic
del
"o1or
a azufre,
(en
algunos
ca
noides se ha
reportado también
dulz-ón").
Estas impresioncs
n
producen, pero cuando
acontcccn
características
muy sin'rilares.
El
frc,.
merece
dos
coment.rrios:
Por
un
lado
ciertos
tenorncnos
de tipo eléctrico
puec'len
senerar
gún
ciertos
especialistas.
Pero dc
do
una
estructura
artificial que
en los aires
v
afectase
eléctricam
torno
podríá producir
esta
mism
srca.
Por
otro
lado el olor
a azufre
c
ción
occidental, el olor
del
"dcm
El
testigo
sintió
un
extraño
sabor
rnetálico
*La
exp.'riencia
tuvo
lugar en
Jaraba
(Zarag<t-
z¿).
cn el
"Camino
de
la
Hoz
Seca"
a
mcdia-
