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    Estudios Demogrficos y Urbanos

    ISSN: 0186-7210

    [email protected]

    El Colegio de Mxico, A.C.

    Mxico

    Bayn, Mara Cristina

    Desigualdad y procesos de exclusin social. Concentracin socioespacial de desventajas en el Gran

    Buenos Aires y la Ciudad de Mxico

    Estudios Demogrficos y Urbanos, vol. 23, nm. 1, enero-abril, 2008, pp. 123-150

    El Colegio de Mxico, A.C.

    Distrito Federal, Mxico

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31223105

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    http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31223105http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=31223105http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=312&numero=10642http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31223105http://www.redalyc.org/revista.oa?id=312http://www.redalyc.org/http://www.redalyc.org/revista.oa?id=312http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31223105http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=312&numero=10642http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=31223105http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31223105http://www.redalyc.org/revista.oa?id=312
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    ESTUDIOS DEMOGRFICOS Y URBANOS,VOL. 23, NM. 1 (67), 2008, 123-150

    Desigualdad y procesos de exclusin social.Concentracin socioespacial de desventajas en el GranBuenos Aires y la Ciudad de Mxico

    Mara Cristina Bayn*

    El deterioro y la disminucin de las oportunidades de empleo para los sectores ms des -

    favorecidos y la profundizacin de la inequidad en el acceso y la calidad de los servicios

    de salud y educacin han ido acompaados de un proceso de crecimiento y agudizacin de

    la concentracin espacial de la pobreza. En este artculo se exploran estos procesos y las

    especificidades que asumen en las localidades ms pobres de dos reas metropolitanas

    latinoamericanas: Florencio Varela en el Gran Buenos Aires y Chimalhuacn en la Zona

    Metropolitana de la Ciudad de Mxico. Pobreza, bajos niveles educativos, precariedadlaboral, desempleo y desproteccin, inadecuada provisin de infraestructura y acceso a

    servicios, son las principales dimensiones que se analizan y se destaca el carcter acu-

    mulativo y concentrado de estas desventajas. Se hace hincapi en que la retroalimentacin

    y el reforzamiento mutuo de dichas dimensiones contribuyen a consolidar los procesos de

    quiebre social y a perpetuar las situaciones de privacin.

    Palabras clave: concentracin de desventajas, desigualdad, frag-mentacin, procesos de exclusin social, Gran Buenos Aires, Ciudadde Mxico.

    Fecha de recepcin: 30 de octubre de 2006.Fecha de aceptacin: 5 de diciembre de 2007.

    Inequality and Processes of Social Exclusion. Socio-Spatial Concentra-

    tion of Disadvantages in Greater Buenos Aires and Mexico City

    The deterioration and reduction of employment opportunities for the most disadvantaged

    sectors and the exacerbation of the unequal access to and quality of health and educa-

    tion services have been accompanied by a process of growth and the exacerbation of the

    spatial concentration of poverty. This article explores these processes and the specificities

    of the poorest localities in two Latin American metropolitan areas: Florencio Varela in

    Greater Buenos Aires and Chimalhuacn in the Mexico City Metropolitan Area. Pov-

    erty, poor education levels, job precariousness, unemployment and lack of protection,

    inadequate provision of infrastructure and access to services are the main aspects ana-

    lyzed; the article also highlights the cumulative, concentrated nature of these disadvan-

    tages. Emphasis is placed on the fact that the feedback and mutual reinforcement of

    * Instituto de Investigaciones Sociales, Universidad Nacional Autnoma de Mxico.Correo electrnico: [email protected].

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    these dimensions helps consolidate the process of social collapse while perpetuating situ-

    ations of deprivation.

    Key words: concentration of disadvantages, inequality, fragmenta-tion, social exclusion processes, Greater Buenos Aires, Mexico City.

    Introduccin

    Los profundos cambios socioeconmicos que experimentaron las so-ciedades latinoamericanas en las ltimas dcadas marcaron el agota-miento del modelo de desarrollo hasta entonces vigente. Esto acarreuna fuerte erosin de los pilares que alimentaban las expectativas de

    mejoramiento futuro para amplios sectores sociales y afect con par-ticular crudeza a los sectores ms desfavorecidos. A la par de nuevospatrones de insercin en la economa global, la relacin de los hogarescon el mercado de trabajo, el Estado y el espacio urbano experimentprofundas transformaciones. El mercado de trabajo no slo fue per-diendo de manera progresiva su potencial integrador y de movilidadsocial, sino que para vastos y crecientes sectores sociales constituy unode los principales mecanismos generadores de vulnerabilidad y exclu-sin social.

    Paralelamente al deterioro del mercado de trabajo, el abandonode los objetivos de universalidad en la provisin de servicios socialesexacerb las desigualdades resultantes del funcionamiento del merca-do. La profundizacin de la inequidad en el acceso y la creciente di-ferenciacin de la calidad de los servicios de salud y educacin contri-buyeron a ahondar de manera dramtica las distancias sociales entrelos sectores ms y menos favorecidos. La creciente polarizacin socialfue adquiriendo su expresin espacial en procesos de segregacinresidencial que redisearon y complicaron la geografa social de lasciudades latinoamericanas.

    La conjuncin de estos procesos contribuy a consolidar una es-tructura social no slo altamente desigual, sino cada vez ms rgida,promoviendo de manera simultnea la reproduccin intergeneracionalde la pobreza y la riqueza.

    Las menores y peores oportunidades de empleo para los secto-res ms desfavorecidos fueron acompaadas por un proceso de creci-miento de la concentracin espacial de pobreza. Es precisamente elcarcter acumulativo de las situaciones de desventaja relacionadas con

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    la precariedad ocupacional y con otras dimensiones de la vida econ-mica y social (familia, ingresos, condiciones de vida, redes sociales,etc.) y su concentracin espacial lo que hace a ciertos grupos msvulnerables a experimentar procesos de exclusin social.

    La extensin y profundidad del deterioro social que se experimen-t en las ltimas dcadas y sus efectos disruptivos sobre el tejido socialadquirieron perfiles diferenciados de acuerdo con las trayectoriasnacionales en trminos de integracin social, tradiciones laborales,desigualdad, provisin de bienestar, extensin y calidad de los derechosde ciudadana (Bayn, 2006). Es decir, los puntos de partida no fueronlos mismos en los diversos contextos, por lo que los procesos y fen-menos similares pueden expresar rupturas en algunos casos y conti-nuidades y profundizacin de tendencias previas en otros. En este

    sentido las experiencias de Argentina y Mxico son particularmenterelevantes e ilustrativas para analizar las especificidades de tales pro-cesos en contextos diferenciados.1

    En este artculo se explora de qu manera y en qu medida loscambios en la estructura social resultantes de la conjuncin de los pro-cesos mencionados adquieren su expresin espacial y cules son losefectos de dicha reconfiguracin en los sectores ms pobres. Se argu-menta que la profundizacin de las desigualdades, junto con la cre-ciente acumulacin y concentracin espacial de desventajas en reashomogneamente pobres, obstaculiza fuertemente las posibilidadesque tienen los pobres urbanos para superar situaciones de privacin.

    La pobreza, los bajos niveles educativos, la precariedad laboral, eldesempleo y la desproteccin, la inadecuada provisin de infraestruc-tura y de acceso a los servicios, la erosin de las redes sociales y el ca-rcter acumulativo y concentrado de estas desventajas son las princi-pales dimensiones que se analizan. Dicho anlisis se centra en ciertoscontextos urbanos que responden a diversas trayectorias nacionales(Argentina y Mxico), y se destacan las particularidades que asumen

    1Ambos pases presentaban notables diferencias respecto a sus condiciones inicia-les a comienzos de los noventa en trminos de desigualdad y pobreza, en la importanciade las clases medias en su estructura social, sus tradiciones laborales y niveles de protec-cin social, mecanismos de ajuste del mercado de trabajo y modos de insercin en laeconoma internacional. Sin embargo, como resultado del profundo y extendido dete-rioro del empleo, de los niveles inditos de pobreza y desigualdad alcanzados en Argen-tina en los noventa y su agudizacin resultante de la crisis de 2001 y de la persistencia

    y profundizacin de una estructura social altamente segmentada e inequitativa en Mxi-co, ambas sociedades presentan hoy mayores similitudes que a inicios de la dcada entrminos de inequidad distributiva (idem).

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    en las localidades ms pobres de sus principales reas metropolitanas:la de Florencio Varela en el Gran Buenos Aires (GBA) y Chimalhuacnen la Zona Metropolitana de la Ciudad Mxico (ZMCM).2Mediante lacombinacin de varias fuentes de datos se pretende dar cuenta decmo diversas dimensiones, su retroalimentacin y reforzamientomutuo, contribuyen a consolidar procesos de quiebre social y situacio-nes de privacin persistente en espacios con alta concentracin dedesventajas.

    Desigualdad y distancias sociales: expresiones y caractersticas

    La distribucin de la poblacin en el espacio, el nivel de concentracin

    de determinados grupos en ciertas reas de la ciudad, y el grado dehomogeneidad social de stas nos remiten no slo a los procesos de di-ferenciacin, sino tambin a las expresiones que asume la desigualdad,y tal vez a procesos de exclusin (Sarav, 2006).

    Aunque con expresiones e intensidades propias en cada contexto,el nuevo escenario evidencia, con ms fuerza que nunca, la constituciny cristalizacin de mbitos diferenciados y homogneos de sociabilidaddonde los puntos de encuentro entre diversos sectores sociales soncada vez ms escasos. El progresivo debilitamiento de espacios pluri-clasistas (particularmente donde stos tuvieron una presencia impor-tante), como las escuelas y los hospitales, el transporte y las plazas, entanto que fuentes de altruismo, solidaridad y actitudes de aversin a ladesigualdad, provoca importantes consecuencias sobre la integracinsocial (Kaztman, 2001).

    Si los ricos van a escuelas de ricos, la clase media va a escuelas declase media y los pobres van a escuelas de pobres, las contribucionesdel sistema educativo para promover la integracin social y evitar lamarginalidad son escasas, pese a sus esfuerzos por ampliar el acceso ala educacin de los sectores de menores recursos. Tanto la segregacinresidencial como la segmentacin de los servicios reducen los espaciosde encuentro socialmente heterogneos y con ello debilita la baseestructural que sustenta la capacidad de empata y obligacin moral yaumentan los niveles de tolerancia a la desigualdad (idem).

    2Este trabajo se inscribe en un proyecto de investigacin ms amplio actualmenteen curso que analiza desde una perspectiva comparada y multidimensional las formasque asume la precariedad social en el nuevo escenario econmico de Mxico y Argen-tina, bsicamente a partir de la dcada de los noventa.

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    En efecto, el funcionamiento de las instituciones sociales, econ-micas y polticas, facilita o coarta las oportunidades de una experienciasocial compartida, clave en toda prctica de ciudadana. Los nivelessimilares de desigualdad en la distribucin del ingreso pueden tenerdiferentes implicaciones en trminos de exclusin social, dependiendodel grado en que las oportunidades de hacer y obtener cosas reflejenlos niveles de ingreso (Barry, 1998). As, cuando la provisin de servi-cios pblicos (salud, educacin, transporte) es de calidad uniforme ysuficientemente alta para que los utilice la amplia mayora de la pobla-cin, el ingreso individual resulta menos relevante, por lo que lasclases medias y altas tienen pocos incentivos para desertar del mbitopblico, lo que las hace menos tolerantes a la desigualdad.

    La problemtica no se limita a la distribucin de oportunidades y

    al debate acerca de las fuentes generadoras de desigualdad, sino queincluye la calidad de dichas oportunidades, las formas que adquierenlas relaciones entre los individuos y las que se dan entre stos y lasinstituciones. No es slo una cuestin de oportunidades y resultados,sino de los procesos que conducen a la desigualdad de oportunidadesy resultados (Burchardt, 2006). La igualdad de la oferta, como obser-va Dubet (2005), es una condicin elemental de la igualdad de opor-tunidades; de lo contrario se transforma a los recorridos en destinos.

    En Amrica Latina, donde los niveles de desigualdad y de tole-rancia a sta son dramticos, los procesos de exclusin social se ex-presan precisamente en los trminos de la incorporacinde vastos sectoressociales, en sus patrones de integracin (Faria, 1995), que dan lugara una inclusin desfavorable(Sen, 2000), a una ciudadana desegundaclase(Roberts, 2004). Las desventajas no derivan de estar afuera, sinoprecisamente de la segmentacin producida por las instituciones delEstado, de una inclusin diferenciada en el sistema social. Como afir-ma Auyero (2001), en el contexto latinoamericano el Estado se ubicacomo elemento central en la cadena causal que explica la perpetuaciny la agudizacin de la privacin material y de la marginacin econ-mica y cultural. En este contexto el espaciose constituye en un compo-nente clave de los procesos de destitucin social, y nos remite a laconcentracin geogrfica de la pobreza, o en otros trminos, a explo-rar cmo se acumulan las desventajas en bolsones de intensa privacin(Lupton y Power, 2002).

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    La geografa de la pobreza: concentracin espacial de desventajas

    y procesos de exclusin social

    Diversos estudios coinciden en destacar los obstculos crecientes yacumulativos que enfrentan los residentes de reas de pobreza homo-gnea para superar situaciones de desventaja. Llaman la atencinacerca de los diversos procesos que contribuyen a alimentar y retroa-limentar el entrampamiento en situaciones de privacin social enun contexto en que la polarizacin intraurbana ha experimentado unmarcado incremento al exacerbarse los contrastes entre las reas mspobres y las ms prsperas dentro de las ciudades.

    Massey (1996) destaca la emergencia de una nueva estructurageogrfica de la desigualdad caracterizada por una intensificacin

    espacial sin precedentes tanto del privilegio como de la pobreza, par-ticularmente en las grandes reas urbanas, donde las divisiones declase no slo crecen sino que se hacen ms rgidas en la medida enque las ampla y refuerza un poderoso proceso de concentracin geo-grfica. La concentracin de la pobreza se explica por la confluenciade diversos procesos que renen a los pobres en el espacio y bloqueansu movilidad socioeconmica y residencial.3

    En su anlisis sobre las formas que adquiere la marginalidad urba-na en el nuevo milenio, Wacquant (1999) destaca que la pobreza dejade constituir un problema residual o cclico, remediable mediante laexpansin del mercado. En contraste, se transforma de manera crecien-te en un problema persistente y de largo plazo desconectado de lastendencias macroeconmicas y concentrado en ciertas reas relegadasdonde el aislamiento social y la alienacin se retroalimentan mutua-mente a medida que se profundiza el abismo entre sus habitantes y elresto de la sociedad. As, mientras que antao el crecimiento econmi-co y la expansin correlativa del sector asalariado representaban la curauniversal contra la pobreza, hoy, en un contexto de profundo deterio-ro e inestabilidad laboral son parte de la enfermedad (idem).

    Pobres que viven e interactan con otros pobres en reas pobre-mente equipadas, donde y para quienes las posibilidades de accedera oportunidades que permitan superar no simplemente mitigar las

    3Massey (1996) destaca entre los procesos que bloquean la movilidad social laemergencia de una estructura econmica caracterizada por el estancamiento de losingresos medios, una creciente desigualdad, y una notable rigidez de la estructura social.Coarta la movilidad espacial una marcada segregacin de clase que en algunos lugaresresulta exacerbada por una deliberada exclusin racial y tnica (idem).

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    situaciones de desventaja son escasas, remotas o inexistentes. No esslo que las reas ms desfavorables tiendan a ser pobladas por lossectores con mayores desventajas, sino que, como advierte Power(2000), los barrios pobres tienden a agruparse y conforman ampliosclusters de pobreza, franjas urbanas enteras dominadas por problemas deexclusin. En estos espacios urbanos las desventajas asociadas a situa-ciones de privacin bajos niveles educativos, precariedad laboral,desempleo, deficientes condiciones de vivienda e infraestructura, etc.estn ms concentradas y son ms extensivas, por lo que las oportuni-dades de escapar de ellas disminuyen. En este contexto los enclaves depobreza urbana estn dejando de ser lugaresen que se reproducen lossegmentos inferiores del mercado de trabajo, lugares transitorios enel ms o menos real, ms o menos generalizado proceso de movilidad

    ascendente de las clases trabajadoras para convertirse en espaciosdesupervivencia (Auyero, 2001). El progresivo aislamiento social de lospobres urbanos que lejos de ser un dato, particularmente en lasciudades latinoamericanas, constituye un problema de investigacinrepresenta, como asegura Kaztman (2001), un fuerte obstculo parala acumulacin de los activos necesarios para superar situaciones deprivacin, lo que hace que la pobreza urbana socialmente aisladaconstituya un caso paradigmtico de la exclusin social.

    Cuanto mayor sea el tamao de las reas homogneas en pobreza,los problemas urbanos y sociales para sus residentes se agravarn. Lostiempos de viaje crecen, puesto que es preciso recorrer largas distanciaspara encontrar algo que no sea viviendas pobres, trtese de lugares detrabajo o viviendas de otros grupos sociales, con servicios y equipamien-tos de mayor calidad. En lo social, esta segregacin de gran escala es-timula sentimientos de exclusin y desarraigo territorial que agudizanel problema de la desintegracin social y aumentan su malignidad, conlo que se intensifican las consecuencias perjudiciales de la segregacinespacial para los pobres (Sabattini et al., 2001).

    En los contextos de pobreza homognea se agrega a tales desven-tajas el problema de vacuidad o inefectividad de las redes existentes.Si bien las fuentes de capital social (amigos, vecinos, familiares) nodesaparecen, las redes sociales, dada su composicin, pueden no re-sultar tiles para proveer los recursos que se necesitan o buscan (talescomo las oportunidades de empleo). En los espacios signados por laconcentracin de la pobreza, el desempleo y el empleo precario, loscontactos y las redes disponibles se vuelven poco efectivos y as contri-buyen al entrampamiento en circuitos empobrecedores. Adems de

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    lidiar con los problemas relacionados con la insuficiencia de ingresos,de manera creciente los pobres deben enfrentar los efectos sociales deun ambiente en el cual la mayora de sus vecinos son tambin pobres(Massey, 1996).

    Las transformaciones en la experiencia cotidiana de la vida en lacomunidad no slo se asocian a los procesos de creciente aislamientoy al debilitamiento de las redes sociales, tambin a una reconfiguracindel espacio pblico comunitario. Hoy da la vida en muchos enclavesde pobreza estructural est permeada por nuevos rasgos ausentes enel pasado, al menos en la magnitud actual: la mayor presencia de laviolencia y la inseguridad, y el consumo de drogas entre los jvenes(Sarav, 2004; Arriagada y Rodrguez, 2003; Wacquant, 1999; Auyero,2001; Sabattini et al., 2001). Estos aspectos, muy relacionados entre s,

    slo pueden entenderse en el contexto de la concentracin de desven-tajas estructurales que caracteriza a estos espacios.As, a la par de la concentracin espacial de la pobreza se agudizan

    las dinmicas ms adversas de la segregacin, que expresan, consolidany refuerzan las distancias sociales, reducen los mbitos de interaccinde los miembros de diferentes grupos socioeconmicos y erosionan lavida comunitaria. En diversas ciudades latinoamericanas, como Mon-tevideo, Buenos Aires, Santiago de Chile y la Ciudad de Mxico, se hanresaltado estos procesos de debilitamiento del espacio comunitario enenclaves de pobreza estructural (Kaztman, 2001; Sarav, 2004; Sabatti-ni et al., 2001; Hiernaux, 1999).

    Sin embargo, a fin de evitar explicaciones mecnicas o generaliza-ciones simplistas acerca de la forma que asumen las relaciones entrela pobreza, la desigualdad y el espacio urbano, es preciso destacar doselementos importantes. Primero, el panorama de la segregacin en lasciudades latinoamericanas presenta importantes claroscuros: mientraslas reas de concentracin de las elites se caracterizan por una notablediversidad social (baja segregacin), en los espacios donde se concen-tran los amplios estratos de pobreza informal se observa una granhomogeneidad social (alta segregacin) (Sabattini et al., 2001; Rodr-guez, 2001). El segundo elemento se refiere a las especificidades queestos procesos asumen en los diferentes contextos, lo que plantea lanecesidad de emprender abordajes complejos que hagan posible darcuenta de los procesos que alimentan las continuidades, rupturas yparticularidades de la pobreza urbana en Amrica Latina, donde ladimensin espacial adquiere particular relevancia.

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    El Gran Buenos Aires: desigualdad, fragmentacin social y espacio urbano

    Las transformaciones macroestructurales que se experimentaron enArgentina durante los aos noventa tuvieron su expresin en unaprofunda modificacin del espacio urbano.4El paralelismo entre losprocesos de cambio socioeconmico y de cambio espacial fue particu-larmente evidente en el Gran Buenos Aires, rea metropolitana de laciudad capital del pas, en la cual, segn datos censales de 2001, residen11 460 575 habitantes, casi una tercera parte de su poblacin total.

    Los patrones de urbanizacin, al igual que las prcticas de distri-bucin territorial de los distintos sectores sociales que comenzaron adesarrollarse a partir de los noventa, se tradujeron en un profundoquiebre respecto a las pautas precedentes y acarrearon tambin la

    gestacin de una nueva configuracin urbana. La polarizacin socioeco-nmica, particularmente en trminos de ingresos, se tradujo en unaprofunda reconfiguracin espacial que dio lugar a dos procesos simul-tneos: por un lado un proceso de suburbanizacin protagonizado porlos sectores de altos ingresos, y por el otro, un proceso de consolidaciny homogeneizacin de las reas de pobreza. En este ltimo aspecto seconcentra el presente anlisis.5

    Durante los ltimos quince aos se ha observado un claro despla-zamiento residencial de los sectores de altos ingresos desde las zonascentrales (particularmente la Ciudad de Buenos Aires) hacia nuevasreas residenciales perifricas que se ubican en el primero y segundo

    4El mercado de trabajo experiment niveles de desempleo y precariedad previa-mente desconocidos; la pobreza se extendi aceleradamente hasta alcanzar grados sin

    precedentes en la historia reciente del pas, y el dramtico incremento de la desigualdadconvirti al pas de la extensa clase media en una tpica sociedad dual con un profun-do vaco entre ricos y pobres. Entre 1980 y 2001 el desempleo en el Gran Buenos Airescreci ms de ocho veces, pues pas de 2.3 a 19.0%; los hogares con ingresos inferioresa la lnea de pobreza pasaron de 6.1 al 25.5%, y el ndice de Gini se increment de 0.385a 0.516 en slo dos dcadas (INDEC, EPH, varios aos).

    5El Gran Buenos Aires es un aglomerado urbano sin lmites de continuidad inte-grado por la Ciudad de Buenos Aires (capital del pas) y 24 partidos de la Provincia deBuenos Aires. Estos partidos conforman el Conurbano Bonaerense, el cual puede a su

    vez subdividirse conforme a dos criterios distintos. Una primera clasificacin se basa enla ubicacin geogrfica de los partidos respecto a la Ciudad de Buenos Aires. Se distin-gue as entre la primera corona o cordn, integrada por los partidos que limitan con laCiudad de Buenos Aires, y los que se encuentran ms all de este primer anillo querodea a la capital, que forman el segundo cordn. El segundo criterio se basa en unconjunto de indicadores socioeconmicos con que se agrupa a dichos partidos en cua-tro categoras: C.B.1, C.B.2, C.B.3 y C.B.4. Mientras la primera de estas clasificacionesfacilita una mejor contextualizacin del nuevo proceso de suburbanizacin, la segundacontribuye al anlisis del proceso de consolidacin y homogeneizacin de la pobreza.

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    cordones del Conurbano, en un proceso que diversos estudios handefinido como de suburbanizacin de las elites.6Se trata de urbanizacio-nes cerradas, destinadas a sectores de altos ingresos, que se establecenen reas intersticiales de los partidos del primero y segundo anillo.Como observa Torres (2001: 14), esta nueva vecindad territorial dra-matiz los contrastes socioespaciales e impuso la lgica de la fragmen-tacin urbana. En forma simultnea a este proceso se produjo otroigualmente vertiginoso de homogeneizacin y consolidacin de reasde pobreza. El segundo cordn, con excepcin de las nuevas islas deexclusividad, se ha consolidado como una regin homogneamentepobre, y con una pobreza ms intensa.

    Al endurecimiento de las viejas oposiciones (centro-periferia,norte-sur, primera corona-segunda corona), como lo muestran los

    indicadores de ingreso, salud y mortalidad infantil, se superpusieronnuevas fronteras ligadas a la difusin de la pobreza y a la pauperiza-cin de amplios segmentos sociales, procesos que evolucionaron pa-ralelamente al retiro del Estado: privatizacin de los grandes serviciosurbanos (agua, gas, luz, metro, trenes suburbanos), deterioro de laescuela pblica, de los servicios de salud y de los mecanismos de pro-teccin social (Prvt Schapira, 2002). Hoy el Conurbano es un espa-cio de profundas contradicciones que conjuga una serie de imgenesconstruidas conforme al modelo sustitutivo de importaciones y depleno empleo, con una ms actual de desempleo, segregacin urbana,vulnerabilidad social y violencia que los sectores ms perjudicados hansignificado culturalmente de manera muy diversa a partir de nuevasformas de organizacin social y poltica (lvarez, 2005).

    Si bien desde principios de los noventa la pobreza haba alcanzadoniveles histricos en el Gran Buenos Aires, en la grfica 1 se adviertenlas fuertes disparidades en el interior de este gran conglomerado ur-bano. En el C.B.4, que aglutina a 10 de los 24 partidos del Conurbano,7 de cada 10 habitantes vivan en hogares pobres en el ao 2002. Jun-to a la extensin de la pobreza, en varios espacios y sectores sociales seobserva un fenmeno cualitativamente nuevo: la conformacin dezonas de absoluta pobreza, donde prcticamente slo viven pobres. Lapobreza, sin embargo, no es la nica caracterstica de estas reas. Otrasdesventajas, particularmente asociadas a una precaria insercin en elmercado de trabajo y a los bajos niveles educativos, alcanzan niveles

    6Este proceso fue relativamente tardo en Buenos Aires si se le compara con los fe-nmenos del mismo tipo que se presentaron en otras metrpolis norteamericanas y lati-noamericanas, donde adquirieron relevancia a partir de los aos noventa (Torres, 2001).

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    NOTA:C.B.1:SanIsidroyVicenteLpez;C.B.2:GeneralSanMartn,TresdeFebrero,Morn,Hurlingham,Ituzaingo,AvellanedayLa

    Matanza1;C.B.3:Lans,Quilmes,Lomasde

    Zamora,BerazateguiyAlmiranteBrown;C.B.4:Moreno,JosC.Paz,MalvinasArgentinas,

    Merlo,Tigre,FlorenciaVarela,EstebanEcheve

    rra,EzeizayLaMatanza2.

    FUENTE:EncuestaPermanentedeHogares(EPH),INDEC,ondasdeoctubre(exceptoma

    yo2002).

    GRFICA1

    EvolucindelaincidenciadelapobrezaporreasdelGranBuenosAires

    (porcentajesdepersonasenhogarespobres)

    0.0

    10.0

    20.0

    30.0

    40.0

    50.0

    60.0

    70.0

    80.0

    1991

    1992

    1993

    1

    994

    1995

    1996

    1997

    1998

    1999

    2000

    2001

    2002

    Bs.

    As.

    CB

    1

    CB

    2

    CB

    3

    CB

    4

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    dramticos. El desempleo afecta a 1 de cada 4 miembros de la pobla-cin. Entre los ocupados, 1 de cada 4 est subempleado, 3 de cada 5asalariados no cuentan con beneficios sociales, y casi 3 de cada 5 habi-tantes en edad de trabajar sean o no desempleados buscan activa-mente un empleo (cuadro 1).

    Respecto al nivel educativo, al finalizar la dcada pasada aproxi-madamente 8 de cada 10 miembros de la PEAen el C.B.4 no habanlogrado completar el nivel secundario, equivalente a 12 aos de edu-cacin formal, considerado el capital educativo bsico necesario paraaspirar a obtener un trabajo que les permitir superar los umbralesde la pobreza (CEPAL, 2004). Este dato es particularmente relevante sitenemos en cuenta que en el nuevo escenario laboral la educacinsecundaria se ha constituido en una verdadera barrera de entrada para

    acceder a un empleo protegido y estable, aunque dista de ser unacondicin suficiente.Esto significa que para casi 80% de los trabajadores del C.B.4 el

    acceso a los cada vez ms escasos buenos empleos con ciertas con-diciones mnimas de calidad se ha vuelto no slo una posibilidadremota, sino prcticamente inalcanzable con los actuales patrones defuncionamiento del mercado de trabajo. En sntesis, en esta zona delConurbano bonaerense 7 de cada 10 habitantes son pobres, en 1 decada 5 hogares su jefe est desempleado, ms de la mitad de los miem-bros de la poblacin activa busca un empleo, y cerca de 80% de elloscuenta con menos de 12 aos de educacin formal. Esta concentracinde desventajas es particularmente intensa en algunos partidos de lazona, como es el caso de Florencio Varela, que se analiza a continua-cin.

    Florencio Varela: pobreza, desempleo y segregacin

    Con una poblacin de 350 000 habitantes y un territorio de 206 km 2,40% del cual es rural, Florencio Varela se encuentra ubicado en elsegundo cordn, 24 km al sur de la Ciudad de Buenos Aires. Formaparte del C.B.4 y sus indicadores en el transcurso de las ltimas dcadaslo ubican entre las reas ms deprimidas y pobres del Conurbano. Esla que ha experimentado el ms acelerado crecimiento demogrficoen las ltimas tres dcadas. Entre 1970 y 2001 la poblacin creci msde tres veces como resultado de la disponibilidad de terrenos, de loteoseconmicos, y de las ocupaciones de tierras que protagonizaron losmigrantes internos recin llegados y los desplazados de las villas mise-

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    ria erradicadas de la Ciudad de Buenos Aires durante la ltima dicta-dura militar.7

    Ante la ausencia de oportunidades de empleo en el mbito local,la mayora de sus habitantes tendi a trabajar en localidades vecinas oen la Ciudad de Buenos Aires. En el contexto de un mercado de tra-bajo dinmico, y con servicios pblicos subsidiados, su ubicacin

    7Mientras el ritmo de crecimiento se desaceler en todo el Conurbano, en Floren-cio Varela la desaceleracin fue ms lenta, por lo que el crecimiento que experimenten el ltimo periodo intercensal fue an muy intenso. Entre 1970 y 1980 la tasa de in-cremento medio anual por mil habitantes fue de 24.3 en el Conurbano y de 57.9 enFlorencio Varela; entre 1980 y 1990 de 14.5 y 37.2; y entre 1991 y 2001 de 8.2 y 29.9respectivamente.

    CUADRO 1Indicadores seleccionados de participacin laboral por reas del Gran

    Buenos Aires (porcentajes, 1991 y 2002)

    Cd. Bs. As. C.B.1 C.B.2 C.B.3 C.B.4

    Desocupacin

    1991 4.3 3.5 4.9 5.9 6.4

    2002 13.5 19.5 18.7 21.9 22.4

    Desocupacin en jefes de hogar

    1991 2.0 3.7 2.5 3.5 3.6

    2002 - 12.7 15.3 18.1 18.9

    Subocupacin horaria

    1991 n.d. n.d. n.d. n.d. n.d.

    2002 14.2 14.0 16.7 26.1 26.0Demandantes de empleo

    1991 - 13.0 18.1 18.6 17.0

    2002 - 41.7 44.5 49.3 56.7

    Asalariados sin jubilacin

    1991 - 22.8 33.7 34.7 41.8

    2002 - 32.5 46.1 46.5 56.6

    PEAcon secundaria inc. o menos

    1991 - 41.7 65.7 72.3 81.6

    1998 - 45.1 57.2 68.2 77.1

    NOTA: C.B.1: San Isidro y Vicente Lpez; C.B.2: General San Martn, Tres de Fe-brero, Morn, Hurlingham, Ituzaingo, Avellaneda y La Matanza 1; C.B.3: Lans, Quilmes,Lomas de Zamora, Berazategui y Almirante Brown; C.B.4: Moreno, Jos C. Paz, Malvinas

    Argentinas, Merlo, Tigre, Florencia Varela, Esteban Echeverra, Ezeiza y La Matanza 2.

    FUENTE: EPH, ondas de octubre (excepto mayo 2002).

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    geogrfica no slo no representaba una desventaja para obtener em-pleos, sino que abra la oportunidad de acceder a viviendas. Sin em-bargo las transformaciones que ocurrieron en los noventa y la crisis de2001 alteraron radicalmente la estructura de oportunidades, y su ubi-cacin, junto con muchas otras desventajas, condujo a un progresivoaislamiento. La escasez de oportunidades locales se vio agudizada porla imposibilidad de afrontar los costos que conlleva la bsqueda deempleo en la Ciudad de Buenos Aires.8La zona fue cayendo de mane-ra creciente no slo en la concentracin de pobreza, sino en la com-binacin depobreza y desempleo.

    La tasa de desempleo abierto en Florencio Varela creci a un ritmolevemente superior al del conjunto del Conurbano, una de las zonasdel pas ms castigadas por la destruccin de puestos de trabajo en los

    noventa, y lleg a niveles verdaderamente alarmantes: entre un tercioy la mitad de la PEAen este municipio estaba desocupada en 2001 segndatos censales (cuadro 2). Estas proporciones dramticas las corrobo-ran otras fuentes: segn datos de 2002, sobre una PEAde aproximada-mente 153 000 personas, en Florencio Varela estaban desempleadasalrededor de 34 000 y 40 000 eran beneficiarias de planes nacionalesy provinciales de empleo; nuevamente estamos hablando de la mitadde la poblacin activa.9

    Finalmente, algunas caractersticas sociodemogrficas y de condi-ciones de vida confirman la alta concentracin de desventajas en estalocalidad: cerca de la mitad de los hogares habita en viviendas consi-deradas deficitarias por el tipo de materiales empleados en su cons-truccin, 9% de los hogares sufre de hacinamiento crtico, 2 de cada3 habitantes son nios menores de 14 aos, y ms de 82% de la pobla-cin mayor de 15 aos cuenta con menos de 12 aos de educacin.

    8La poltica de transporte pblico tuvo fuertes efectos en la produccin de des-igualdades econmicas y territoriales al agudizar las dinmicas excluyentes de los pro-cesos de reestructuracin econmica. Junto a la privatizacin de los servicios ferroviarios

    y de la red de subterrneos y a la desregulacin del sistema de autotransporte metropo-litano llevadas a cabo entre 1994 y 1995, las tarifas de todos los medios de transportepblico ascendieron considerablemente: entre 1991 y 1998 la tarifa media de autotrans-porte de jurisdiccin nacional aument 242%, la del subterrneo 61%, y la del ferroca-rril 32% (Gutirrez, 2000). En el actual escenario las nuevas formas de suburbanizacinno se desarrollan dentro del permetro de influencia de la extensa red de de ferrocarri-les suburbanos de Buenos Aires, sino fuera de l. En los ejes de influencia de las nuevasautopistas ya no son protagonistas los trabajadores urbanos, sino los grupos de ms altosingresos (Torres, 2001).

    9Informacin proveniente del Idel (Instituto para el Desarrollo Local), Munici-palidad de Florencio Varela .

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    Los datos muestran que en estos nuevos enclaves de pobreza seconcentran y acumulan las desventajas estructurales: pobreza, deficien-cia educativa, desempleo, precariedad laboral, desproteccin, hacina-miento, inadecuadas condiciones de vivienda, etc. En dicho contextolas oportunidades de sus residentes de escapar de los circuitos em-pobrecedores son ciertamente reducidas.

    La Zona Metropolitana de la Ciudad de Mxico: heterogeneidad,segregacin y pobreza

    Las continuidades y rupturas que experimenta la divisin social delespacio en la Ciudad de Mxico (Duhau, 2003) difcilmente puedenser entendidas sin tener en cuenta que la alta incidencia de la pobrezay las abismales desigualdades que hoy caracterizan a la estructura socialmexicana son rasgos persistentes y de larga data.10

    10La extensin de la cobertura de servicios bsicos como la educacin y la atencinde la salud fue acompaada por menores niveles de calidad (en comparacin con lospases del cono sur) y grandes disparidades regionales en su provisin, tanto en trminos

    CUADRO 2Caractersticas laborales y de condiciones de vida, Conurbano Bonaerense y

    Florencio Varela, 2001 (porcentajes)

    Conurbano Florencio Varela

    Desempleo* 36.4 43.9

    Poblacin sin cobertura de salud 52.0 65.3

    Poblacin con secundaria incompleta o menos 69.0 82.6

    Poblacin 0-14 aos 28.0 34.1

    Poblacin con NBI 17.6 30.4

    Hogares en viviendas deficitarias 22.5 44.8

    Hogares con hacinamiento crtico 4.5 8.8

    *Las tasas de desempleo obtenidas a partir de los datos censales como las que se

    reportan en este cuadro son significativamente ms altas que las que se obtienen apartir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Un estudio metodolgico efectua-do por INDEC(2003) seala que dichas diferencias se centran en la captacin de lacondicin de actividad de las personas de ambos sexos de 14 aos y ms, y que se debenfundamentalmente a la escasa sensibilidad del censo para captar como ocupados a losque se desempean en empleos precarios e inestables, particularmente en pocas decrisis econmica como la que acompa la medicin censal.

    FUENTE: Censo Nacional de Poblacin, Hogares y Vivienda, 2001.

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    De acuerdo con los datos del censo de 2000 la poblacin de la ZMCMasciende a 17 884 829 habitantes, representa 18.3% de la poblacinnacional e incluye 51 localidades (16 delegaciones del DFy 35 munici-pios conurbados) que ocupan 0.25% de la superficie del pas.11

    Si bien algunos indicadores socioeconmicos ubican a esta reaen una posicin privilegiada dentro del pas no as en el mundo,aqu se pretende destacar la profunda heterogeneidad propia de dichoespacio urbano, con especial atencin en el proceso de consolidacinde reas homogneamente pobres. Un reciente informe de la OECD(2004) sobre la ZMCMadvierte que es particularmente preocupante latendencia a la concentracin espacial de los sectores ms desfavoreci-dos en reas que ofrecen oportunidades reducidas o de muy baja cali-dad para acceder a los servicios educativos, de salud, transporte, vivien-

    da, etc., lo que genera una creciente polarizacin de la ciudad entrminos de niveles de ingresos y acceso a servicios. No se trata simple-mente de un centro rico en trminos de niveles de ingreso e infraes-tructura, y una periferia pobre, sino de una marcada diferenciacinentre las localidades accesibles y seguras, donde habitan bsicamentelos sectores de clases media alta y alta, y localidades pobres que fre-cuentemente estn contiguas a las anteriores (idem).

    La creciente complejidad y desigualdad de la estructura urbanade la Ciudad de Mxico (Rubalcava y Schteingart, 2000; Duhau, 2003;Panreiter, 2002 y 2005) es particularmente evidente en algunas reasde la ciudad donde distintos sectores sociales coexisten en espacios

    cuantitativos como cualitativos. La segmentacin de los servicios sociales fue ms pro-

    funda, no slo por la menor cobertura de los servicios bsicos, sino por la mayor exten-sin del sector informal. Junto a los menores niveles de asalarizacin, los ingresos ybeneficios vinculados al empleo formal no fueron tan significativos como en los pasesde desarrollo temprano (Bayn, 2006). A pesar de que se redujo la desigualdad en ladistribucin del ingreso entre 1963 y 1984, la inequidad en la distribucin de los bene-ficios del crecimiento persisti aun en los aos dorados, y al finalizar el periodo el 20%ms rico perciba ms de 50% del ingreso disponible, y casi 6 de cada 10 mexicanosseguan viviendo en condiciones de pobreza (Moreno Brid y Ros, 2004). Una visin dela dcada de los noventa en su conjunto muestra la transferencia de ingresos de loshogares ms pobres a los ms ricos, en tanto que la posicin relativa de los hogares coningresos intermedios no experiment variaciones notables. A partir de la entrada en elTLCAN, y como producto de la crisis de 1995 y sus secuelas, no slo se redujo el dinamis-mo del crecimiento del poder adquisitivo de los mexicanos, sino que slo favoreci a10%, los ms ricos, a costa del deterioro de las percepciones reales del resto de los ho-gares, especialmente del 30% ms pobre de la poblacin. As, hacia el ao 2000 ladesigualdad era semejante a la de los aos sesenta (Hernndez Laos, 2003).

    11Esta definicin de la ZMCMse basa en el Marco Geoestadstico del XIICensoGeneral de Poblacin y Vivienda 2000.

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    cercanos y muchas veces adyacentes, pero fuertemente contrastantes.Si bien los sectores de mayores ingresos se concentran en pocas colo-nias, aunque distribuidas en diversas delegaciones del centro, noroes-te, oeste, suroeste y sur de la ciudad, no forman un cinturn cerrado:estn rodeadas por otras de clase media y baja, de ah que las distanciasespaciales entre ricos y pobres sean en muchas ocasiones mnimas.12La ciudad no es dual, sino fragmentada, ya que los rincones ricos estnrodeados por barrios pobres y el centro y la periferia se reproducenen una proximidad espacial inmediata (Fischer et al., 2003). Esta proxi-midad espacial, sin embargo, no debe confundirse con una mayormezcla o interaccin de distintas clases sociales: las diferencias socia-les y la desigualdad en el acceso a oportunidades (laborales, educativas,de atencin de la salud, vivienda, etc.) son cada vez mayores, y la cons-

    truccin de barrios cerrados indica que cada vez se levantan ms ba-rreras entre esos grupos de poblacin.Si bien en un rea metropolitana con alta incidencia de la pobreza

    como la Ciudad de Mxico,13los pobres se distribuyen en toda la ciudad,los grupos ms desfavorecidos en trminos de empleo, ingresos y nive-les educativos no slo tienden a concentrarse en las zonas con mayoresdesventajas en cuanto a infraestructura y oportunidades laborales, sinoque esas reas han experimentado el mayor crecimiento poblacionalen las ltimas dos dcadas. Es decir, las reas de concentracin de lapobreza no slo perviven, sino que crecen y se hacen ms densas.

    La migracin intrametropolitana de los sectores de bajos ingresosdesde el Distrito Federal hacia los municipios conurbados del Estadode Mxico muestra una tendencia ascendente, por lo que el proceso dehomogeneizacin de la pobreza en esta franja de la ciudad continuaragudizndose.14

    Extensas zonas de barrios de clases bajas, que concentran alrededorde 40% de la poblacin de la ZMCM,se encuentran en el oriente, desdeTecmac y Ecatepec en el noreste, pasando por Chimalhuacn, Neza-

    12En el oeste (Naucalpan, Huixquilucan, lvaro Obregn, Cuajimalpa), junto alos barrios pobres han ido surgiendo zonas residenciales para la clase alta (generalmen-te como barrios cerrados) y tambin modernos complejos de oficinas. En el centro dela ciudad, por ejemplo en Miguel Hidalgo y Cuauhtmoc, o en Coyoacn al sur, colindanlas zonas residenciales de diferentes grupos sociales (Parneiter, 2005).

    13Segn datos de Boltvinik (2002), de acuerdo con el MMIP(mtodo de medicinintegrada de la pobreza) la poblacin pobre (pobres extremos y moderados) en la ZMCMcreci de 53.8% en 1984 a 61.3% en 2000.

    14Se prev que el componente de la ZMCMque no corresponde al Distrito Federalincrementar su participacin en la poblacin regional de 51.9% en 2000 a 55.3% en2010 y 56.2% en 2020 (OECD, 2004).

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    hualcyotl e Iztapalapa al oeste del centro, hasta La Paz, Ixtapaluca,Tlhuac y Chalco en el sureste de la ciudad. En el oriente de la ciudadprcticamente no habitan las clases altas o medias. En las zonas dondese concentran las AGEB(rea geoestadstica bsica) ms pobres muyexcepcionalmente aparecen estratos que no sean bajos o muy bajos.15

    Dentro de esta extensa rea la mayor concentracin de pobrezase encuentra en las jurisdicciones perifricas de desarrollo informal(Duhau, 2003): Coyotepec, Teoloyucan, Acolman, Chimalhuacn, LaPaz, Chalco, Chicoloapan, Valle de Chalco y Milpa Alta, que casi en sutotalidad (con excepcin de Milpa Alta) pertenecen al Estado deMxico. En efecto, 75% de lasAGEBde la ZMCMcon mayores carenciasse encuentra en el Estado de Mxico (OECD, 2004: 54). Son precisa-mente estas localidades en cuyo proceso de urbanizacin han predo-

    minado las modalidades informales de acceso al suelo en generalsalitroso, de escasa permeabilidad, propenso a las inundaciones y debaja resistencia, las que han alcanzado mayores tasas de crecimientodemogrfico en el periodo reciente.

    La supresin progresiva de los subsidios y las polticas de libremercado que se han aplicado desde los ochenta (que ciertamentetambin han afectado al mercado inmobiliario), junto con una polti-ca de depresin salarial, han ido empujando a los sectores ms pobreshacia la periferia, donde hay mayor disponibilidad de viviendas baratas,sobre todo en el marco de fraccionamientos ilegales asentados en te-rrenos de propiedad ejidal (Hiernaux, 1999). No se trata de un des-plazamiento forzado de los pobres, sino de estrategias de mercadocuyos efectos son tan extremos como las expulsiones (idem).

    En efecto, ante el retiro del Estado la provisin de vivienda y ser-vicios se vuelve ms dependiente de los ingresos de la poblacin, y lasdesigualdades se exacerban. En este sentido Nivn (2005) sostiene quese han construido espacios de segregacin social, tanto de altos comode bajos ingresos, como consecuencia del debilitamiento de la gestinpblica y del paulatino avance de la privatizacin. Mientras que lossectores de altos ingresos procuran construir sociedades homogneaspor donde no pueda filtrarse la desigualdad, los sectores ms pobresse ven arrojados a ambientes ecolgicos hostiles en donde el grupo se

    15Segn datos censales de 1990, en las tres delegaciones correspondientes al es-trato alto (Miguel Hidalgo, Benito Juarez y Cuauhtmoc) 36.4% de la poblacin per-teneca a las unidades de estrato alto de las AGEBy 63.1% estaba ubicada en los estratosmedios. En cambio, en los nueve municipios y una delegacin clasificados como muybajos, 79.4% de la poblacin se encontraba en las AGEBcorrespondientes al estratomuy bajo y 18% al estrato bajo (Rubalcava y Schteingart, 2000: 294).

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    da a la tarea de crear condiciones de habitabilidad, con lo cual se abrenespacios para una participacin con diversos grados de verticalidad(idem).

    A estas desventajas se suman las escasas oportunidades laboraleslocales: son los residentes de estas ciudades dormitorio quienes debenrecorrer distancias ms largas para trasladarse a su trabajo. Mientrasque para el conjunto de las jurisdicciones metropolitanas 76.6% de lapoblacin ocupada trabaja en la jurisdiccin en que reside o en algunaadyacente a la misma, en la periferia popular de desarrollo informaldicha proporcin se reduce a 66.7% (Duhau, 2003). Los habitantes deestas reas no slo recorren cotidianamente largas distancias paratrasladarse a sus trabajos, sino que sus niveles de ingreso revelan la altaprecariedad de su insercin laboral. Segn datos de 2000, en el estra-

    to de ingresos ms bajos (hasta 3 salarios mnimos) se ubicaba 42.9%de los hogares de la zona metropolitana, pero la participacin de esteestrato oscila desde 28.8% en las jurisdicciones centrales, a ms deldoble, 61.3%, en las perifricas de desarrollo informal (idem).

    En contraste con lo que ocurre en el Gran Buenos Aires, dondela fragmentacin urbana emerge como una expresin del deterioroy la polarizacin social que se han experimentado en las ltimas dosdcadas, en la Ciudad de Mxico, junto a la creciente complejidad desu estructura urbana, las tendencias recientes muestran continuidadesy la intensificacin de pautas ya existentes. Duhau (2003) sugiere quems que una nueva geografa urbana, en el actual escenario se presen-ta una acentuacin de los rasgos de una geografa urbana preexisten-te, puesto que la produccin de espacios habitacionales suburbanos,la polarizacin social, la segregacin residencial y la fragmentacinde la estructura urbana no pueden ser consideradas novedades queemergieron en los ltimos aos. Fischer et al. (2003) observan doselementos importantes al respecto. En primer lugar, la segregacinresidencial de la Ciudad de Mxico nunca ha sido tan pronunciadacomo la de otras ciudades latinoamericanas. Segundo, si bien destacala creciente importancia de la segregacin a pequea escala, la formadominante contina siendo la segregacin a gran escala, determinadafundamentalmente por factores socioeconmicos.

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    Chimalhuacn: crecimiento y consolidacinde reas homogneamente pobres

    Chimalhuacn es el municipio de la ZMCMen donde se observa unamayor concentracin de desventajas, y es tambin uno de los ms pobresdel Estado de Mxico. Con una superficie de 57.8 km2y una poblacincercana a 500 000 habitantes, es una de las localidades metropolitanasque han experimentado mayor crecimiento poblacional en los ltimosaos. En el periodo 1995-2000 la tasa de crecimiento poblacional deesta delegacin fue 5.1%, tres veces mayor que la de la ZMCM(1.6%) yel doble que la del Estado de Mxico (2.6 por ciento).

    El factor de atraccin poblacional, como vimos en la seccin pre-via, no es ciertamente el mercado de trabajo local, sino la posibilidad

    de acceder a una vivienda propia, dada la disponibilidad de lotes amenores precios, generalmente ocupados en asentamientos informa-les mediante la autoconstruccin de viviendas. El acceso a estos lotes,as como la provisin de servicios pblicos como agua, luz, pavimen-tacin, etc., suelen estar ligados a ciertas prcticas clientelares y a loscacicazgos polticos que tienen el control de la zona.

    En el cuadro 3 se advierte la altsima concentracin de desventajasen esta localidad en relacin con la ZMCMen su conjunto, y se observanlas abismales brechas en trminos de empleo, educacin, ingresos,vivienda, etc., que separan a sus habitantes de quienes residen en lasreas privilegiadas de la ciudad, como la delegacin Benito Jurez, quecon Miguel Hidalgo y Cuauhtmoc forma el ncleo de la ciudadglobal dentro de la Ciudad de Mxico (Parnreiter, 2002). Se trata delcontraste entre lo que Hiernaux (1999) denomina una ciudad decalidad (con condiciones de vida equivalentes o superiores a las de lospases desarrollados) y la ciudad sin cualidades, la sociedad informa-lizada.

    Como en el caso de Florencio Varela, la magnitud de las privacionesen Chimalhuacn es alarmante: ms de la mitad de sus pobladores sonindigentes (o pobres alimentarios, segn datos de la propia Sedesol);la relacin de nios por mujer casi duplica las cifras de la zona metro-politana; la poblacin menor de 14 aos alcanza 36.4%; 7 de cada 10habitantes no tienen acceso a los servicios de salud que provee el siste-ma de seguridad social; casi 9 de cada 10 mayores de 18 aos carecende educacin media superior (menos de 12 aos de educacin); slo2.1% de las viviendas dispone de computadora; y 32% no cuenta condrenaje conectado a la red pblica. Entre la poblacin ocupada ms de

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    CUADRO 3Caractersticas seleccionadas de la poblacin de la ZMCM,

    la delegacin Benito Jurez y el municipio de Chimalhuacn, 2000

    Chimal-

    ZMCM Benito Jurez huacn

    PoblacinPoblacin total 17 844 829 360 478 490 772Poblacin de 0-14 aos (%) 28.3 17.7 36.4Poblacin de 65 aos y ms (%) 4.5 10.5 1.9Poblacin de 15-64 (%) 64.0 69.3 57.6Relacin nios-mujer 28.9 (DF) 18.7 44.8

    SaludPoblacin no derechohabiente

    a servicios de salud (%) 51.8 41.9 71.1

    EducacinPoblacin de 18 aos y ms con

    educacin media superior (%) 22.8 26.7 13.5Grado promedio de escolaridad

    (poblacin 15 aos o ms) (%) 9.61 (DF) 12.09 7.1 8.03 (Edo. Mx)Trabajo e ingresosPoblacin desocupada (%) 1.7 1.6 1.7Poblacin ocupada por cuenta

    propia (%) 20.3 17.8 23.0Poblacin que trabaj ms

    de 48 horas semanales (%) 37.9 32.0 49.8Poblacin que trabaj menos

    de 32 horas semanales (%) 15.3 17.4 13.9Poblacin ocupada con 2 salarios

    mnimos mensuales o menos (%) 48.5 21.6 54.1Poblacin ocupada con ms

    de 5 salarios mnimos (%) 15.0 41.6 4.3

    ViviendaViviendas con techos de materiales

    precarios (%) 15.7 2.1 41.8Viviendas con drenaje conectado

    a la red pblica (%) 90.2 99.2 68.5Viviendas que disponen de telfono (%) 56.9 88.2 20.2Viviendas que disponen

    de computadora (%) 17.0 41.7 2.1

    Indigencia (pobreza alimentaria)* 5.7 (DF) 0.71 53.4 24.9% (Edo. Mx)

    * .

    FUENTE: Elaboracin propia con base en datos del Scince por colonias (Sistemapara la Consulta de Informacin Censal), 2000, INEGI.

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    la mitad gana menos de dos salarios mnimos (aproximadamente 200dlares), slo 4.3% recibe ms de cinco salarios mnimos, y 5 de cada10 trabajan ms de 48 horas semanales (cuadro 3).

    Al observar los procesos de migracin intrametropolitana percibi-mos que estas desventajas se refuerzan y potencian. Arriagada y Rodr-guez (2003) destacan la alta correlacin entre la selectividad educati-va de los flujos migratorios intrametropolitanos y su destino, lo quetiende a profundizar la segregacin residencial socioeconmica. Ladiferencia entre la escolaridad de los inmigrantes y la de los emigran-tes intrametropolitanos en la ZMCMmuestra que aumentan las comunasperdedoras netas de recursos humanos. En general las localidades conmayores niveles educativos como las delegaciones Benito Jurez,Coyoacn y Miguel Hidalgo tienden a registrar mayores ganancias de

    capital humano por migracin. En las comunas ms pobres y de me-nores niveles educativos se observa una tendencia opuesta (vase elcuadro 4). As por ejemplo, quienes migran hacia los municipios mspobres (como Chimalhuacn) desde los municipios vecinos (Iztapala-pa, Nezahualcyotl, La Paz, Iztacalco) cuentan con menos aos pro-medio de educacin que los no migrantes, mientras los que emigrande Chimalhuacn son precisamente quienes poseen en promediomayores niveles educativos (idem).

    Como lo muestra el anlisis de esta localidad, los flujos migratorios,a la par de los factores de privacin material antes mencionados, con-tribuyen a consolidar reas homogneamente pobres donde lasdesventajas se acumulan y concentran, con lo que evidencian el rolclave que desempea la dimensin socioterritorial en los procesos deexclusin social.

    Conclusiones

    Si bien las dos localidades que hemos analizado muestran claramentela concentracin de desventajas propias de estos espacios de pobrezahomognea (en trminos de ingreso, vivienda, educacin, precariedadlaboral, etc.), hay algunos contrastes que merecen resaltarse, y quepodran estar indicando diferentes implicaciones en cuanto al aisla-miento de los pobres urbanos.

    Como expone Prvt Schapira (2001), si bien los procesos relacio-nados con la globalizacin complican la estructura socioespacial delas ciudades, esto no explica todo: no borra las viejas historias, y se

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    CUADRO4

    Mediadeescolaridaddenomigrantes,in

    migrantesyemigrantesintrametropolitanosenlaslocalidadesdemayorymenor

    escolaridadpromediodelaZMCM,poblac

    inde20a45aos;2000

    Diferencia

    Diferencia

    escolaridad

    Diferencia

    escolaridad

    Escolaridad

    Escolaridad

    inmigrantes

    escolaridad

    nomigrantes

    Localidades

    inmigrantes

    em

    igrantes

    yemigrante

    s

    inmigrantes

    yemigrantes

    conmayorpromedio

    intrametro-

    intrametro-

    Escolaridad

    intrametro-

    intrametropolitanos

    intrametro-

    deescolaridad

    politanos

    politanos

    noinmigrantes

    politanos

    ynomigrantes

    politanos

    BenitoJurez

    13.7

    12.6

    13.6

    1.17

    0.14

    1.0

    Coyoacn

    13.7

    12.2

    11.5

    0.95

    1.61

    0.7

    MiguelHidalgo

    12.2

    11.9

    11.2

    0.27

    0.98

    0.7

    Localidadescon

    menorpromedio

    deescolaridad

    Tizayuca

    7.6

    9.3

    8.4

    -1.76

    -0.55

    -1.2

    Chimalhuacn

    7.5

    8.0

    7.4

    -0.47

    0.13

    -0.6

    ValledeChalco

    Solidaridad

    8.3

    7.8

    7.1

    0.52

    1.24

    -0.7

    FUENTE:ArriagadayRodriguez(2003,cu

    adros10ay10b).

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    146 ESTUDIOS DEMOGRFICOS Y URBANOS

    incorpora a procesos endgenos agudizando o activando viejas divisio-nes. Este elemento adquiere particular relevancia para el tema que nosocupa, y reafirma un argumento clave en este texto: la necesidad deexplorar las continuidades y rupturas de la pobreza estructural en elnuevo escenario, donde las trayectorias nacionales tienen una impor-tancia fundamental junto a las realidades locales.

    Un elemento de particular relevancia al respecto es la presencia eincidencia del desempleo en estas reas, ligado a las formas que asumela relacin entre el desempleo, la precariedad laboral y la pobreza enlos respectivos contextos nacionales, donde el ajuste del mercado detrabajo ha seguido caminos sumadamente contrastantes.16

    En el Gran Buenos Aires, y particularmente en Florencio Varela, lacombinacin de la pobreza y el desempleo limita fuertemente las posi-

    bilidades de movimiento o salida de la localidad y genera situacionesde progresivo aislamiento. As, al problema de los trabajos precarios(inestables, bajos salarios, desprotegidos, etc.) se suma el de la falta detrabajo. No es slo un problema de ingresos insuficientes, sino de au-sencia de ingresos ante la alternancia de empleos precarios y de recu-rrentes periodos de desempleo. Tal alternancia, como ya dijimos, haconstituido un verdadero punto de ruptura para los residentes de estosenclaves de pobreza.

    En contraste, en el caso de Chimalhuacn en la Zona Metropoli-tana de la Ciudad de Mxico la alta concentracin y homogeneidadde la pobreza no se asocia con una fuerte presencia del desempleo.Aqu los pobres activos trabajan largas jornadas y recorren grandesdistancias durante varias horas para llegar a sus empleos, en generalprecarios, desprotegidos y muy mal remunerados. Esta realidad dacuenta de los circuitos de empleo informales y de baja calidad en quese inserta la mayor parte de los trabajadores residentes en la zona. Enotros trminos, en los contextos donde los problemas de empleo sonde larga data, la economa informal y los lazos de solidaridad primariapueden ser un sostn y una forma de integrarse a la sociedad, aunquea la sociedad subalterna(Estivill, 2003). Estas reas tienden a presentarciertas caractersticas que algunos autores asocian a la creciente ma-lignidad de la segregacin en reas de pobreza homognea: desercin

    16 Si bien en Argentina los niveles de pobreza en la poblacin total superaron a losde Mxico en 2002, la incidencia de la pobreza entre los ocupados fue similar en ambospases, lo que estara indicando una ms fuerte asociacin entre el empleo y la pobrezaen Mxico, y una mayor incidencia del desempleo en los sectores de menores ingresos en

    Argentina. Para un anlisis ms detallado vase Bayn (2006).

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    o retraso escolar, embarazo adolescente, violencia, actividades delicti-vas, inseguridad, consumo de drogas y alcohol, etctera.

    Sin embargo, como manifiestan Arriagada y Rodrguez (2003), elespacio residencial no es el nico en donde interactan los individuoso grupos sociales, y en Chimalhuacn es probable que muchos de susresidentes, dados los largos tiempos de traslado a sus trabajos, pasenla mayor parte del da fuera de su localidad. En trminos generales noparece tratarse de un aislamiento en cuanto a falta de encuentros ycomunicacin entre los miembros de un grupo en particular, sinofundamentalmente entre grupos. El aislamiento social puede expre-sarse mejor como la construccin de muros entre sectores sociales, esdecir, la coexistencia de grupos diferentes pero sin interaccin (Sara-v, 2006). Es necesario profundizar el trabajo cualitativo al respecto a

    fin de explorar las dimensiones subjetivas de estos procesos y las formasque stos adquieren en contextos especficos. La privacin persistentey el aislamiento social no necesariamente coinciden, y sus implicacio-nes en las realidades de la pobreza pueden ser diferentes.

    Si bien los diversos contextos imprimen su sello particular a estasrealidades, pretendemos resaltar que la concentracin espacial dedesventajas no constituye un fenmeno coyuntural. Los bajos niveleseducativos y las restricciones que imponen las redes sociales, indepen-dientemente de los niveles de desempleo y de la intensidad del creci-miento econmico, bloquean el acceso de los habitantes de estas zonasa los puestos de trabajo que les permitiran superar los umbrales depobreza. El empleo no slo es un bien cada vez ms escaso, sino de muybaja calidad. El acceso a mejores oportunidades ocupacionales estfuertemente determinado por la posesin de habilidades y destrezascognitivas, a las cuales amplios sectores tienen bloqueado el acceso.

    En este escenario emergen, se consolidan y profundizan patronesde integracin y pertenencia social altamente segmentados y polariza-dos. La multiplicacin de situaciones de desventaja difcilmente puedeabordarse desde perspectivas y polticas que reducen lo social a lossectores de extrema pobreza, y que profundizan el dualismo y la seg-mentacin social. Las polticas pblicas no pueden seguir esquivandoel problema de la desigualdad y sus implicaciones en trminos deciudadana. Esto plantea la necesidad de repensar y redisear talespolticas desde una perspectiva integral e incluyente orientada a redu-cir las desigualdades permanentes y autorreproductivas, tanto pormedio del fortalecimiento de la ciudadana como de la asistencia a losgrupos social y econmicamente ms vulnerables.

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