BANDIDAS (WT)Relatos reales de vida de mujeres desconocidas que se han dedicado al delito.

SINOPSIS

Se trata de relatos de vida de mujeres desconocidas que se han dedicado al delito. Todas aceptaron hablar con Nahuel Gallo:a, ar<fice de estos retratos. Estafadoras, motochorras, narcotraficantes, mecheras… Mujeres del hampa reúnen sus vidas en estas historias con la épica del peligro y el dolor de cada día.

Son historias de “bandidas”, ellas Ienen en apariencia una vida normal; son mamás, van a ver los parIdos de futbol de sus hijos o los de hockey de sus hijas, son buenas vecinas y colaboradoras en sus barrios, van a la pluqueria y compran su ropa en el Shopping, pero Ienen otra vida…la de Bandidas…a diferencia de otro Ipo de ladronas…ellas lo eligen, y no pueden vivir sin esa otra parte de sus vidas.

SOBRE EL AUTOR

En 2015 publicó su primer libro, La conexión Bogotá, que fue finalista del premio Rodolfo Walsh en el marco de la Semana Negra de Gijón, en España. La invesIgación inspiró la serie Los Internacionales, de próximo estreno, al igual que su obra de teatro El falso operaIvo.“Nahuel Gallo:a es el mejor cronista de policiales de la ArgenIna por una razón ineludible: se mete en el corazón del delito. Brindando una descripción minuciosa y apasionante de los detalles de un robo o una operación de narcotráfico, sino a los ínImos móviles que llevan a alguien a decidirse a vivir al margen de la ley.”

PERSONAJES

1-Gorda Kika (hoy /ene 63 años). “La Internacional”. Es cordobesa y se crió en la cárcel “El buen pastor”, mientras su mamá cumplía una pena por robo. Su papá también estaba detenido. Más tarde vivió en disIntos hogares de la capital cordobesa. A los 10 se mudó con su mamá a un convenIllo de Rosario. Con ella, trabajaba en casas de familia. Con su <a, salía a robar ropa en comercios del centro. Era mechera y dormía en una pieza del mismo convenIllo.

A los 14, ya en Córdoba, se hizo punguista. Con los años, recorrió el país. Pungueó en Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Mendoza, entre tantos desInos. Todo cambiaría al enterarse, por un salteño que se dedicaba a hacer el cuento del <o, que en Europa se ganaba muchísimo más. Kika se compró un pasaje y se instaló en Roma. Durante años robó y conoció cárceles de Inglaterra, Holanda, Italia, España y Dinamarca. También los lujos: vivió en los mejores hoteles del conInente. Tuvo dos parejas y cinco hijos. Algunos se quedaron con ella y otros con su mamá, en Córdoba. También viajó a Asia: estuvo en varias ciudades de China y Japón, haciendo lo mismo. Con sus boInes, compraba casas en Córdoba y ayudaba a sus vecinos en cada fin de año, que era la época en la que regresaba. Hacia fines de la década del 80 se cambió de rubro.

Dejó los robos para dedicarse al narcotráfico, enviando cocaína desde Sudamérica al viejo conInente. Cerró negocios con familiares de Pablo Escobar y con La Gomorra, la mafia de Nápoles. Ese delito le dio muchas saIsfacciones en lo económico. Pero también muchos años de cárcel. Cumplió una condena de 9 años y otra de 7, en Córdoba. Envejeció en la cárcel y le tocó comparIr pabellón con dos de sus hijas. La Policía mató a dos de sus hijos, mientras robaban un banco en Rosario. Hay nietos que también ya cumplieron penas insItutos de menores y cárceles. Su úlIma condena fue a los 70 años. La detuvieron con un kilo de cocaína en la terminal de micros de Córdoba. El desIno era La Rioja. Ahora vive, o algo así, de la jubilación mínima. Alquila una casa con la familia de su hija. Cada tanto los viejos ladrones cordobeses se acercan y le regalan plata. Los domingos va a la iglesia evangélica.

2-“La Norita” (/ene 40 años). “La motochorra”. Nora es del Oeste del Conurbano Bonaerense. Recuerda que su abuelita le regaló su primera Barbie. De chiquiIta le gustaba ir a la casa de su abuela. Ella tenía muchos amigos que se pasaban el día tomando cerveza, y la mandaban a Nora a comprar. A cambio, la dejaban quedarse con las monedas. Todo lo que pasaba en esa casa le generaba curiosidad. A veces la abuela le decía que se iba a trabajar; volvía a las pocas horas y juntas se iban de paseo. Ahí, Nora podía elegir lo que no podía comprarle su mamá. Con el Iempo se enteraría que su abuela era mechera.

Su carrera delicIva comenzaría a los 13 años, cuando su mamá se enamoró y dejó a sus hijos solos. Nora, con un cortafierros en la mochila, viajaba en colecIvo hasta Marcos Paz. Se bajaba, buscaba alguna moto y frenaba. Junto a un compañero, cortaban la cadena y se volvían andando. Más adelante empezó a hacer de campana en las puertas de las casas a las que entraban sus amigos a robar. Ellos le regalaron medio kilo de marihuana en su fiesta de 15. A los 17 quedó embarazada y se dedicó a vender bolsitas de cocaína. Fue mamá y consiguió trabajo como playera de estación de servicio. Ese sería el primer y úlImo trabajo legal.

A los 22 se sumó a la banda de salideras bancarias de su <o, y las cosas cambiaron. Conoció el progreso: empezó a poder regalarle ropita linda a su hija, y a sacarla al shopping; se compró un auIto, más adelante una casa en el Oeste y se fue dando lujos. Se hizo una lipo, se operó los seños, iba a la peluquería una vez por semana, contrataba a una niñera para que cuidara a su hija mientras ella robaba y a una mujer que la ayudaba con la limpieza.

En pareja con un integrante de la banda, compraron una Hilux (que renovaban año a año) y una casona en Capital Federal. Diciembre, enero y febrero lo pasaban en Mar del Plata, donde “hacían temporada”. Robaban de día y disfrutaban de la playa por las tardes. Se llevaron a la empleada domésIca y a su hijo.

Fue detenida a los 31 años. Pasó siete años en disIntas unidades bonaerenses, como la de Batán, Los Hornos y Florencia Varela. En la cárcel quedó embarazada y fue mamá de un varón. Salió en 2015. Después de dos años de vender en ferias del Conurbano y facturarle al Estado (trabajaba en el Patronato de Liberados), volvió a las salideras, siempre de “sacadora”. Es decir, la persona que se encarga de elegir a la vícIma adentro del banco.

3-“Clarita de Los Gardelitos” (/ene 38 años). “La punguista”.

Clara es de familia de delincuentes con ramificaciones en Tucumán y Buenos Aires. A sus seis años, papá y mamá la invitaban a pasear en el auto cada fin de semana. Así le decían y ella entendía a qué se referían. Iban de Moreno hasta San Isidro, Tigre y otros barrios de la zona norte. Mamá caminaba con Clara de la mano y tocaba Imbres. Si no atendía nadie, papá barreteaba la puerta. Clara recuerda que, de verlos revisando la habitación matrimonial, ella los imitaba yendo a la de los niños. Buscaba juguetes y úIles y se los llevaba. A los 8 o 9 la salida era con mamá, porque papá ya estaba preso. Subían a los colecIvos y veía cómo mamá me<a su mano en carteras ajenas. El primer problema surgió cuando detuvieron a su mamá. Clara tenía 13 años, y tuvo que hacerse cargo de la casa y de sus hermanitos. Comenzó vendiendo las cosas de valor, y cocinaba la mercadería que su mamá tenía para abrir un almacén.

Cuando todo se terminó, Clara dice que salió a hacer lo que había aprendido de su mamá: robar en los colecIvos. A los 14 conoció un insItuto de menores. A los 15 se mudó a un hotel de ConsItución y quedó embarazada. En el verano de sus 18 viajó a Mar del Plata. Llevó a sus hermanos a conocer la playa. De noche, robaba a los espectadores de los teatros del centro. Hoy Iene 8 hijos. Tres varones están presos. Una mujer también. Clara pagó condenas en la cárcel de Ezeiza y Magdalena. Robó hasta en Sudáfrica y Brasil. Viajó a punguear a los mundiales, y ahora se prepara para viajar al de Rusia. A hacer lo mismo, claro.

4-Jus/na (41 años)

“La mechera”. JusIna se encuentra en su casa, cumpliendo una condena domiciliaria. Tiene la pulsera conectada al Sistema Penitenciario Bonaerense. En su casa, cuida a su hija más chica y hace cursos de cocina y depilación. También aprende a bailar salsa, con una profesora. Hasta sus 19 años su vida fue muy normal. Dice que lo más loco que había visto pasaba en la esquina de su casa de Floresta. Ahí, una facción de la hinchada de All Boys se juntaba a tomar y fumar marihuana. Todo cambió cuando conoció a su primer novio, que tenía entradas a insItutos de menores y más adelante se converIría en un ladrón de bancos. A los 20 años quedó embarazada. Tuvo una hija y su marido fue detenido. Sin dinero, dice que fue a la casa de una pareja de Fuerte Apache, amiga de su marido. Ellos eran mecheros y ella les compraba ropa. Pero esa vez fue para pedirles que la sumaran a la banda. Así empezó.

Llegó a robar en Galerías Pacífico y todos los lugares a los que solo acceden “las mecheras de alta gama”, como se les dice en el rubro. Recaudaba 10 mil pesos semanales. De día robaba con un equipo y de tarde con otro. Alcanzó a ponerse un kiosco y a comprarse una casita. Sola. Su marido ya había muerto. Además, mantenía a sus dos hijas, a las que enviaba a un colegio privado y las llevaba a hacer acIvidades al club, como cualquier otra mamá. Cumplió dos condenas. Estuvo en las cárceles de Ezeiza y 47 de San Mar<n. Nunca estuvo más de cinco meses. Antes de su primer ingreso a un penal, tenía 12 causas.

Hace 4 años conoció a un hombre que se encontraba detenido. Comenzó a visitarlo y al salir, se mudaron juntos. Él se dedicó a robar bancos y blindados, y le pidió que dejara de robar. Así, por primera vez, JusIna se alejó de los robos. Estaba tan enamorada que lo aceptó. Dice que fue una linda época: todos los fines de semana alquilaban quintas para disfrutar en familia. Tuvieron una hija más. Hasta que la dejó. De la depresión, JusIna estuvo cerca de los 40 kilos. Se pasó casi tres meses sin querer salir de su casa. Cuando estuvo un poco mejor, volvió a las andanzas. Otra vez a los locales más exclusivos de los shoppings. Hasta que la volvieron a detener. Pasó cuatro meses y le dieron la domiciliaria. Ahora dice que quiere cumplir la condena y ponerse una peluquería. Lo primero que hará cuando le saquen la pulsera, dice, es llevar a su hija chiquita a Mundo Marino.

5-“La Turca” (32 años) “La escruchante”.

Es de Saavedra y como mucho de los ladrones de esa zona de la ciudad, eligió los “escruches”. Es decir, entrar a las casas cuando sus dueños no están. En especial, los viernes y sábados. Hace algunos años, creyendo que en cualquier momento podría volver a la cárcel de Ezeiza, se mudó a Barcelona, donde reside. Y sigue dedicándose a lo mismo.

6-“La Bebota” (27 años). “La cañera”. “Con la pinta que Iene, ¿quién se va a imaginar que es ladrona…?”, eso comentó un reconocido periodista de televisión sobre “La Bebota”, mientras pasaba una filmación de ella en acción. Entraba a los locales de celulares de la mano de un hombre y se hacía pasar por clienta. Hasta que sacaba su pistola y exigía la recaudación y me<a decenas de equipos en una bolsa de consorcio.

Nació y se crió en Colegiales. Estudió Educación Física y trabajaba de promotora y personal trainer. También robaba y disfrutaba sus boInes en los boliches de música electrónica de Costanera. Las buenas épocas durarían poco. Fue detenida en 2015, tras Irotearse con la PFA. Venían de un raid delicIvo. En el Iroteo fue herido de bala un niño de 5 años. Le dieron 25 años de prisión. Está en la cárcel de Ezeiza.

7-Sandra (50 años).

“La transa”. Su historia es a<pica. Se crió en una casa de familia de Parque Patricios. A los 37 años, ya adicta a la cocaína, comenzó a vender para poder consumir graIs. Dice que mantenía una clientela selecta. Varios de sus clientes eran del ambiente del rock. Fue detenida a los pocos años.

En la cárcel de Ezeiza empezó a cursar Sociología, para que la condena se le pase más rápido. Fueron dos años en prisión. Por no ser del ambiente, la pasó muy mal. Sus compañeras le hacían la vida imposible. Su hermana tenía que llevar a la cárcel Inturas y cremas para que no le pegaran. Salió y siguió estudiando. Se recibió. Hoy vuelve a la cárcel para dictar un taller sobre Género. Vive de la comida: se hizo una clientela y vende viandas. También administra un centro cultural y milita en un parIdo de izquierda.

8-“Andy” (50 años). “La presa vieja”.

Andrea cumplió ocho años de prisión en la Unidad 5 de Rosario, su ciudad natal. Su especialización son los robos a mano armada. Ya sea a comercios o a vendedores de droga o en salideras bancarias. Es hija de un policía y dice que su primer robo fue a su segundo marido, quien se dedicaba al narcotráfico. Lo descubrió con su mejor amiga y se le llevó kilos droga y dinero. A parIr de allí, su vida cambiaría para siempre. Su primer marido es médico. Tiene un hijo preso. Andy también se ganó la vida haciéndole custodia a las travesIs y prosItutas del centro de la ciudad. Fue cobradora de bandas narco. Después de su úlIma condena abrió un local de ropa que la alejó de la delincuencia.

9-Miriam. “La secuestradora”. Pagó años de cárcel en Ezeiza por un secuestro. Antes se había dedicado a robar autos y comercios, siempre a mano armada. Es de Chacarita: allí se crió y se hizo ladrona, como su hermana. Ahora vive en el Conurbano. Hace poco Iempo se internó por su adicción al paco. Acaba de salir y se dedica a hacer entraderas. Su compañero es su marido.

10- “La narco”. Judith es misionera. Ahora mismo se encuentra en su casa, con prisión domiciliaria. Vive en un pueblo y acaba de salir de una cárcel de su provincia. Antes estuvo en Ezeiza. El delito es siempre el mismo: el tráfico de marihuana. Compra kilos, en canAdad, en Paraguay y cruza la frontera y los entrega, a un precio mucho mayor, en Córdoba, Rosario, Neuquén y Buenos Aires. En 2010 la detuvieron con 3 mil kilos de marihuana. Comenzó en el delito por su marido, que había arrancado con el contrabando de cigarrillos. Hasta que conoció el negocio de la marihuana. Después de su primera condena decidió separarse de su marido, en lo delincuencial. Él siguió con el tráfico de marihuana y ella se dedicó a vender cocaína. A parAr de allí, el dinero comenzó a rendirle mucho más. Y pudo inverArlo: compró terrenos, se construyó una casa hermosa (es la única con cocina eléctrica y pileta y parque, donde juegan los amiguitos de sus nietos) y montó algunos comercios. Ahora quiere ponerse una distribuidora de gaseosas y dejar la mala vida. Está ahorrando con lo que le dejan los negocios de la droga que hace en su casa, con la prisión domiciliaria.

GRACIAS.