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Revista Estudos Feministas ISSN: 0104-026X [email protected] Universidade Federal de Santa Catarina Brasil Jones, Daniel Eduardo Bajo presión: primera relación sexual de adolescentes de Trelew (Argentina) Revista Estudos Feministas, vol. 18, núm. 2, mayo-agosto, 2010, pp. 339-358 Universidade Federal de Santa Catarina Santa Catarina, Brasil Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=38116094004 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Revista Estudos Feministas

ISSN: 0104-026X

[email protected]

Universidade Federal de Santa Catarina

Brasil

Jones, Daniel Eduardo

Bajo presión: primera relación sexual de adolescentes de Trelew (Argentina)

Revista Estudos Feministas, vol. 18, núm. 2, mayo-agosto, 2010, pp. 339-358

Universidade Federal de Santa Catarina

Santa Catarina, Brasil

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=38116094004

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Estudos Feministas, Florianópolis, 18(2): 352, maio-agosto/2010 339

Bajo presión: primera relaciónBajo presión: primera relaciónBajo presión: primera relaciónBajo presión: primera relaciónBajo presión: primera relaciónsexual de adolescentes de Tsexual de adolescentes de Tsexual de adolescentes de Tsexual de adolescentes de Tsexual de adolescentes de Trelewrelewrelewrelewrelew

(Argentina)(Argentina)(Argentina)(Argentina)(Argentina)

ResumenResumenResumenResumenResumen: El artículo analiza las expectativas y experiencias relativas a la primera relaciónsexual de adolescentes, a partir de entrevistas semiestructuradas individuales a 22 varones y 22mujeres, de entre 15 y 19 años de edad, pertenecientes a estratos socioeconómicos medios yresidentes en Trelew, una ciudad de 100 mil habitantes en la Patagonia argentina. Se centra enlos papeles esperados y las vivencias de presiones para la iniciación sexual. Los papelesesperados para varones y mujeres reflejan expectativas de género asimétricas y pueden favoreceracciones coercitivas por parte de parejas y amistades. Estas coerciones pueden ser interpretadasa partir del tipo de vínculo con la persona con que debutan sexualmente y la influencia de lasredes de pares en tanto público interesado en dicho evento. El análisis de los testimonios tienea la teoría de los guiones sexuales como marco de referencia, y considera las dimensiones degénero y edad de las y los entrevistados.Palabras clavePalabras clavePalabras clavePalabras clavePalabras clave: sexualidad; adolescentes; primera relación sexual; presión.

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Daniel Eduardo JonesConsejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Argentina

(CONICET)

La primera relación sexual es un acontecimiento signi-ficativo para las mujeres y los varones adolescentes, que loesperan, viven y recuerdan con intensidad. “Los significadosque se le atribuyen y las maneras en que tal evento tienelugar en una cultura determinada son una expresión deltipo de valores y creencias asignadas a la sexualidad poresa sociedad”.1

Este artículo analiza las expectativas y experienciasrelativas a la primera relación sexual de adolescentes, apartir de entrevistas semiestructuradas individuales a 22varones y 22 mujeres, de 15 a 19 años, de estratossocioeconómicos medios y residentes en Trelew, una ciudadde 100 mil habitantes en la Patagonia argentina, hechasen 2003 y 2005.2 La investigación que lo sustenta suponeun aporte al campo de estudios sobre sexualidad deadolescentes en varios sentidos. Metodológicamente, por

1 Ana AMUCHÁSTEGUI, 1996, p.138.2 Este artículo forma parte de mitesis doctoral Sexualidad y adoles-centes. Prácticas y significadosrelativos a la sexualidad deadolescentes residentes en Trelew(Chubut), realizada con una becadel Consejo Nacional de Investiga-ciones Científicas y Técnicas de laArgentina y con apoyo del CentroLatinoamericano de Sexualidad yDerechos Humanos, defendida enseptiembre de 2008 en la Facultadde Ciencias Sociales de la Universi-dad de Buenos Aires.

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tratarse de un trabajo cualitativo, un enfoque crecientementeadoptado en este campo, frente a la tendencia cuantitativahegemónica, al menos, hasta comienzos de 2000.3 En cuantoal sujeto de estudio, por focalizar en varones y mujeres deestratos medios, cuando la amplia mayoría de lasinvestigaciones sobre sexualidad de adolescentes enAmérica latina se ha centrado en las mujeres de los estratosmás pobres de la población.4

Este artículo se concentra en los relatos de un varón yde una mujer presionados (por sus pares y por su pareja,respectivamente) para iniciarse sexualmente, puescondensan de manera paradigmática dinámicas y normassexuales y de género que operan en la “primera vez”.5 Así,por un lado, contribuye mediante una indagación empíricaal debate mayor sobre los límites y las relaciones entre lascategorías de género y sexualidad.6 Y, por el otro, abordados fenómenos poco explorados en los estudios sobresexualidad, según revisiones recientes: la coerción en lasrelaciones sexuales entre adolescentes y la vivencia devarones que se iniciaron sexualmente sin desearlo.7

Con “primera relación sexual” las mujeres y losvarones heterosexuales entrevistados se refieren al que espara alguien su primer encuentro sexual en el que se produceuna penetración vaginal entre un varón y una mujer.8 Estaconcepción coloca al coito vaginal como la práctica quedefine a una relación sexual heterosexual como tal, enconsonancia con lo que registra la bibliografíaespecializada.9 Gran parte de los estudios sobre sexualidadse centra en la primera relación sexual, considerándola unmomento decisivo en la vida de las personas como rito depasaje hacia la adultez o inicio de su biografía sexual,desde perspectivas antropológicas y demográficas.10 Aquíanalizo la primera relación sexual de las mujeres y los varonesadolescentes como un acontecimiento guionado a nivelcultural, interpersonal e intrapsíquico, siguiendo la analogíadramatúrgica de la teoría de los guiones.11 Esto significaque existen razones socialmente aceptables para tener ono relaciones sexuales, así como papeles esperados parala iniciación sexual. En la puesta en escena de esta primeravez influyen tanto los públicos interesados en dichoacontecimiento como el tipo de vínculo entre susprotagonistas. Mi objetivo es analizar estos elementos queconforman (en el doble sentido de moldear y ser parte de)los guiones de estos y estas adolescentes relativos a laprimera relación sexual. Estas dimensiones varían en dossentidos. Por un lado, entre varones y mujeres, porque losguiones sexuales se construyen a partir de ciertasexpectativas y relaciones de género que, a su vez, ellosmismos pueden reforzar. Por otro lado, según la clase de

3 Mónica GOGNA, 2005, p. 34.4 Edith PANTELIDES y HernánMANZELLI, 2003, p. 74.5 Para referirme a la primera rela-ción sexual con coito vaginal entreun varón y una mujer uso las expre-siones “primera vez” (la más frecu-ente entre adolescentes), “inicia-ción sexual” (la más recurrente enla bibliografía) y “debut sexual”.6 Gayle RUBIN, 1989 y 1996; RichardPARKER, 1991; Sonia CORRÊA,1996; y Judith BUTLER, 2001 y 2006.7 GOGNA, 2005, p. 41; y MANZELLIy PANTELIDES, 2007, p. 147.8 Este encuentro puede ser la pri-mera relación sexual para uno,una o ambos participantes. Noabordo las relaciones sexuales delos dos únicos varones gays entre-vistados, porque difieren notable-mente de las de los entrevistadosheterosexuales en las dimensionesaquí analizadas. Ninguna entrevis-tada declara haber tenido suprimera relación sexual con unamujer.9 Edward LAUMANN, JohnGAGNON, Robert MICHAEL y StuartMICHAELS, 1994, p. 321; MichelBOZON, 1998, p. 234; Maria LuizaHEILBORN, 1999, p. 43 y 51; MichelBOZON y Osmo KONTULA, 2003,p. 39; Itzel SOSA, 2004, p. 137 y209; y Jaime BARRIENTOS y JimenaSILVA, 2006, p. 136.10 AMUCHÁSTEGUI, 1998, p. 116;Norma FULLER, 2001, p. 211;BOZON, 1998, p. 234; ElinaHAAVIO-MANILA, Osmo KONTULA yAnna ROTKIRCH, 2002; RosaGELDSTEIN y Marta SCHUFER, 2002,p. 6; Mara VIVEROS, 2002a; yBARRIENTOS y SILVA, 2006, p. 152.11 John GAGNON y William SIMON,2005. Si bien la analogía drama-túrgica y los términos del teatrohan sido esenciales en el discursosociológico desde los años treinta(el mundo entendido como esce-nario y los sujetos como actoresque cumplen papeles), desde lossetenta dicha analogía se aplicasistemáticamente y de un modoconstructivo (es decir, ya no en elsentido peyorativo de “fingir” conque se usaba otrora) (CliffordGEERTZ, 1994, p. 40). Ésta es laetapa en que surge la teoría delos guiones sexuales.

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vínculo con la persona con que se inician sexualmente,dándose las principales diferencias entre el noviazgo y lasrestantes relaciones.

En el primer apartado describo los tipos de vínculoscon sus parejas de iniciación y reconstruyo a partir de sustestimonios los papeles esperados para varones y mujeresen la primera relación sexual. Luego analizo los relatos deEugenia y el Chueco sobre su primera vez, quienes cuentancómo fueron presionados por una pareja (en el primer caso)o por sus pares (en el segundo) para tener relacionessexuales. Sus experiencias reflejan muy ricamente lasexpectativas, sentimientos y presiones puestas en juego enla primera vez, y permiten dar cuenta de la importancia deltipo de vínculo con la persona con que se inician y de lasredes de pares en tanto público interesado en dicho evento.Finalmente, presento qué sucede con el resto de las y losentrevistados en cuanto a las presiones en su debut sexual ysistematizo algunos aportes sobre las relaciones entresexualidad y género que se desprenden del análisis previo.

Tipos de vínculos y papeles esperadosTipos de vínculos y papeles esperadosTipos de vínculos y papeles esperadosTipos de vínculos y papeles esperadosTipos de vínculos y papeles esperados

El noviazgo y la transa son dos tipos de vínculossociosexuales que actúan como marcos posibles y frecuentesde la primera relación sexual de adolescentes, articulandode diferentes maneras dimensiones sociales, temporales,afectivas y sexuales.

Para estas y estos adolescentes el noviazgo por logeneral implica un compromiso afectivo con la pareja(quererla y/o estar enamorado de ella) y un pacto tácito opresunción de monogamia, exclusividad sexual y fidelidadmutua. Aunque su duración es muy variable, el noviazgosupone una expectativa de continuidad de la relación. Esel vínculo sociosexual entre adolescentes que goza de mayorreconocimiento de los adultos, como ilustra la prescripciónparental a las chicas de que en caso de tener relacionessexuales sea con un novio. En comparación con los otrosvínculos en la adolescencia, el noviazgo supone una mayorpublicidad de la pareja y cierta aprobación familiar y socialde la relación.12 También cuenta con legitimidad ante lospares como marco de interacción sexual, sobre todo paralas mujeres.

Otro tipo de vínculo son las transas. El término provienedel verbo transar, que en este contexto refiere a besarse yacariciarse con una persona con distintos grados deintensidad. La transa es un vínculo que implica unainteracción predominantemente sexual (desde besarsehasta tener relaciones sexuales), que no exige monogamiani exclusividad: una persona puede tener más de una transa

12 Varios de los rasgos que las y losentrevistados asignan al noviazgoson registrados por otros estudiossobre adolescentes en Américalatina. Por ejemplo, aún hoy enBrasil “un noviazgo implica unarelación de exclusividad entre doscompañeros y es objeto decomunicación para amigos yfamiliares” (HEILBORN, 2006, p.35). El equivalente al noviazgoentre adolescentes en Chilesupone la expectativa decontinuidad: “Para ellos elenamoramiento tiene sentido decontinuidad, aunque pueda durardos semanas” (José OLAVARRÍA,2002). En Perú, “la relación deenamorados está caracterizadapor el sentimiento de amor y unamayor ‘estabilidad’ en el tiempo.[…] Las y los adolescentes valoranpositivamente la relación deenamorados porque le asignancualidades tales como el respetomutuo y el amor, además de laaceptación social, que nocuestiona este tipo de relación”(Tanya CASTILLO, 2003, p. 62-65).Entre adolescentes de la ciudadde Buenos Aires, “el noviazgosignifica un vínculo formal frentea otros integrantes del mediosocial, como el grupo de amigosy, luego, la familia. Comprendeun compromiso afectivo queimplica una serie de obligacionesdeterminadas por reglas explícitaso implícitas frente a la otrapersona, acerca de lo que sedebe y lo que no está permitidohacer. […] Muchas veces incluyeactividad sexual genital, o laposibilidad de la misma” (AlejandroVILLA, 2007, p. 107).

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simultáneamente sin que esto suponga la posibilidad deromper estas relaciones. Por lo general la transa conlleva unbajo compromiso afectivo mutuo (por definición, menor queun noviazgo), aunque eventualmente se pueden tener senti-mientos amorosos por la otra persona. Las transas difícilmentese dan a conocer a padres y madres, por el bajo compromisoafectivo entre los participantes y la ausencia de una pers-pectiva de continuidad. Esto torna al vínculo menos legítimoante los adultos y la o el adolescente suele mantener discre-ción al respecto.

Partiendo de sus testimonios, reconstruí analíticamen-te los papeles esperados para varones y mujeres en suprimera relación sexual, que reflejan expectativas yprescripciones de género tradicionales.13

Son papeles coherentes en sí y opuestos ycomplementarios entre sí, en cuanto a la iniciativa y ladisponibilidad sexual que corresponden al varón, y lacapacidad de rechazar o consentir las propuestas y laselectividad que corresponden a la mujer. Son coherentesen sí porque las dos expectativas relativas a cada papel searticulan estrechamente. La iniciativa del varón es esperablepor su supuesta disponibilidad sexual permanente y, a suvez, le permite ponerla en práctica, es decir, buscar yaprovechar posibilidades de relaciones sexuales. En el casode la mujer, puede ser selectiva en cuanto a su compañerode iniciación porque cuenta con la capacidad de rechazarlas propuestas de relaciones sexuales o aceptarlas cuandose sienta segura. Por otra parte, estos papeles son opuestosentre sí: mientras que una mujer debería tener su primera vezcon alguien “especial” y de quien estuviese enamorada,por la prescripción de selectividad, el varón tendría queaprovechar todas las oportunidades de relaciones sexuales,lo que puede implicar no ser demasiado selectivo en cuantoa su pareja de iniciación. Por último, son complementariosporque si las mujeres precisan ser selectivas en cuanto alcompañero y conservan la decisión final de tener o norelaciones sexuales es, en gran medida, porque los varones

CUADRO 1CUADRO 1CUADRO 1CUADRO 1CUADRO 1 – PAPELES ESPERADOS EN LA PRIMERA RELACIÓN SEXUAL

Capacidad de echazaroaceptar (propuestas)

Iniciativa

Disponibilidadpermanente

Selectividad (delcompañero)

Expectativas /Prescripciones

Varón Mujer

13 Con la idea de tradicional de-signo a una concepción jerárqui-ca y asimétrica de las relacionesde género, así como a nocionesde sexualidad y normatividadespara la actividad sexual rígidamen-te diferenciadas para varones ymujeres, que en América latinaabrevan del catolicismo, el discur-so patriarcal y el machismo.

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siempre estarían con ganas de tener relaciones y tomaríanla iniciativa, ya sea mediante avances corporales en unrecorrido erótico y/o a través de una propuesta verbal. Bajoeste razonamiento la mujer debería ser selectiva y ejercer sucapacidad de rechazo porque no le faltarían ofertasmasculinas. Esta perfecta complementariedad entre ambospapeles de género nos recuerda que en todo momento operala presunción de heterosexualidad de y entre las y losadolescentes, no por silenciosa menos efectiva en suinstitucionalización:

La institución de una heterosexualidad obligatoria ynaturalizada requiere y reglamenta al género comouna relación binaria en que el término masculino sediferencia del femenino, y esta diferenciación se lograpor medio de las prácticas del deseo heterosexual.14

Como apunta la teoría queer, el género no se puedereducir a la heterosexualidad jerárquica y su binariedad nose puede dar por un hecho fuera del marco heterosexual,15

de ahí que los papeles de género coherentes en sí y opuestosy complementarios entre sí que delinean las y los adoles-centes en sus testimonios sobre el debut sexual presupongan(y refuercen) la heterosexualidad. A su vez, estos papelesesperados para varones y mujeres en su primera relaciónsexual reflejan expectativas de género asimétricas que, comoanalizo a continuación, pueden favorecer interaccionescoercitivas.

Bajo presiónBajo presiónBajo presiónBajo presiónBajo presión

Dos adolescentes cuentan en las entrevistas cómofueron presionados para tener relaciones sexuales, vivenciassobre las que comparten una evaluación negativa. Eugeniaes una mujer de 17 años, que está concluyendo la escuelasecundaria y vive con sus padres. Ella relata una experienciade iniciación sexual, cuatro años atrás, fallida en variossentidos:

Eugenia: […] Entre estos hicos había uno del queestaba súper enamorada. Y bueno, nos fuimos unDía de la Primavera a Playa Unión. […]Entrevistadora: Sabés que quería que me contarasqué te pasó a vos con este chico, porque se nosparó la grabación… y lo que me estaba contandoEugenia era que tuvo una historia donde el chicocon el que estaba… ¿cómo era?Eugenia: Yo tenía 13 años y el chico me apurabamucho. Una noche nos fuimos y no pudimos [hacerlo]porque yo era virgen.Entrevistadora: Claro, lo que nos contaba es queella tuvo una experiencia con este chico, que él era

14 BUTLER, 2001, p. 56.

15 BUTLER, 2006, p. 32.

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un año más grande pero tenía mucha másexperiencia que ella. ¿Y entonces qué pasó?Eugenia: Él le dijo a todo el mundo que habíamostenido relaciones sexuales. Y no le importó contarlea todo el mundo. Y sí, le dijo a todo el mundo quehabíamos tenido relaciones. [...]Entrevistadora: ¿Y qué recuerdos tenés de la primeravez?Eugenia: No, la primera vez en serio fue cuandotenía 15 años, con el chico que era mi novio.

Eugenia relata cómo a los 13 años fue presionadapara tener relaciones sexuales por un adolescente con másexperiencia sexual, del que estaba enamorada y con quientenía un vínculo de transa.16 De esta situación quiero analizarla presión que recibe, la influencia del tipo de vínculo consu compañero y las versiones contradictorias sobre si tuvierono no relaciones sexuales. En primer lugar, Eugenia identificauna presión al señalar que este joven la “apuraba” mucho,es decir, que los avances en la interacción sexual iban másrápido de lo que ella deseaba, lo que implica que ésta noera totalmente consensuada. Con “apurar” Eugeniatambién referiría a la insistencia verbal de su compañeropara tener relaciones, una práctica que puede ser un modode coerción sexual, es decir, un intento de forzarla aparticipar en una conducta sexual contra su voluntad.17

Como registra una investigación sobre mujeres adolescentesdel Área Metropolitana de Buenos Aires:

La mayoría de las entrevistadas es capaz de describirsituaciones que constituyen coerción, [como] insistiren el tema de las relaciones sexuales. […] No por serverbal la insistencia es menos sentida como coercitivaya que se apoya, según las adolescentes, en el hechode que las mujeres son vulnerables cuando estánenamoradas de un hombre.18

Esta idea subyace a la aclaración de Eugenia deque estaba muy enamorada de ese chico, que secomplementa con su observación de que él tenía muchamás experiencia sexual, pues ambas circunstanciassuponen una asimetría desfavorable para ella.19 Si a primeravista puede parecer poca la evidencia para afirmar quehubo coerción, cabe apuntar que la permanencia de ciertosguiones sexuales tradicionales dificulta reconocersituaciones coercitivas, tanto para quien las analiza comopara sus protagonistas. Me refiero a guiones que establecen“que las mujeres deben adoptar como mínimo un papelpasivo e idealmente presentar resistencia a los avancesmasculinos, [y que] el rol de los varones implica lainsistencia”.20 La posible insistencia verbal del compañerode Eugenia es una respuesta acorde a la prescripción de

16 Cuando Eugenia cuenta esteincidente se había acabado lacinta de grabación, por lo que laentrevistadora intenta dar pie paraque repita la historia y, simultánea-mente, reconstruye ella lo dicho(hablando ante el grabador yescribiendo lo que recordaba alfinalizar la entrevista). Según lareconstrucción, Eugenia estabaenamorada de un chico quetenía más experiencia sexual queella y que no era su novio. Por lainteracción que describe sepuede clasificar a este vínculocomo una transa. Que Eugeniano utilice dicha palabra parareferirse a él, aunque su relatopermite pensar que se trata deeste tipo de vínculo, ilustra lodesvalorizado de la transa comopareja de iniciación sexual parauna mujer. Más allá del uso espe-cífico sobre cuestiones sexuales,este término remite a ilegalidad yclandestinidad: por ejemplo, unatransa es un acto de corrupción yel transa es un vendedor dedrogas, entre otras acepcionesfrecuentes en este contexto.17 Adopto una definición decoerción sexual que incluye a lainsistencia verbal: “Coerciónsexual es el acto de forzar (ointentar forzar) a otro individuo porla violencia, las amenazas, lainsistencia verbal, el engaño, lasexpectativas culturales o lascircunstancias económicas, aparticipar en una conducta sexualcontra su voluntad” (HEISE et al.,1995, citado en Edith PANTELIDESy Rosa GELDSTEIN, 1999, p. 46).18 PANTELIDES y GELDSTEIN, 1999,p. 52.19 El mismo estudio sobre mujeresadolescentes indica que “entre losfactores que hacen a las que seiniciaron más jóvenes más vulne-rables a la coerción estaría su faltade experiencia [sexual]” (PANTELIDESy GELDSTEIN, 1999, p. 51).20 PANTELIDES, 1996, p. 248.

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iniciativa sexual masculina y, por ende, este joven (a quienno entrevisté) tal vez no la consideró un modo de presión,como sugiere un estudio sobre varones adolescentes delÁrea Metropolitana de Buenos Aires:

Ninguno de los entrevistados identificaba que lainsistencia verbal fuera una forma de presión. Era comoel punto de partida necesario e inevitable por el quetenían que pasar si querían tener relaciones sexuales.Esta presión era concebida como un “juego” dentrode la seducción entre varones y mujeres. Se daba porsentado que el varón debía convencer a la mujerpara que accediera a tener relaciones sexuales. […][Entre] las líneas argumentales por la cuales justificanesta “pequeña” presión predomina la idea de que lainiciativa sexual debe ser tomada por el varón.21

Ante esta expectativa, acelerar los ritmos del recorridosexual con su compañera y/o insistir verbalmente para tenerrelaciones puede no ser visto por los varones como presión,aunque así sea sentido por las mujeres que lo viven, unconflicto de percepciones señalado por otros trabajos. SegúnHernán Manzelli, para los varones son confusos los límitesentre el juego de insistencia y la coerción, y “cuando secompara sus conductas concretas de presión con lo querelatan adolescentes mujeres,22 lo que allí es reconocidocomo presión, aquí no es concebido como tal”.23 En estalínea, Edith Pantelides concluye:

Los límites entre insistencia y coerción, frente a unanegativa femenina que podría ser “protocolar” (dadalas exigencias sociales a las que las mujeres debenacomodarse), son difíciles de establecer desdeafuera. Incluso puede no ser clara para losparticipantes de la relación dado que la presión porparte del varón también es “esperable” socialmente.24

El tipo de vínculo de Eugenia con su compañeroayuda a entender tanto la dinámica de la situación relatadacomo la aclaración de que estaba enamorada. En unatransa, la interacción es predominantemente sexual, lo quetorna esperable el interés y la insistencia de su compañeropor tener relaciones sexuales. En comparación con unnoviazgo, hay menor compromiso afectivo y no existe unhorizonte de continuidad de la relación. Por ende, son bajoslos costos de presionar a una transa para tener relaciones: sirechaza los avances y/o se enoja, a lo sumo no seguirá unvínculo que, en principio, no implica profundos sentimientosmutuos, ni una historia conjunta previa, ni demasiadasposibilidades a futuro. Sin embargo, Eugenia destaca queestaba enamorada de ese chico como una forma dejustificar la tentativa de iniciación sexual fallida con alguien

21 MANZELLI, 2005, p. 127-128.

22 PANTELIDES y GELDSTEIN, 1999.23 MANZELLI, 2005, p. 137.

24 PANTELIDES, 1996, p. 248.

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que no era un novio, dejando en claro así que el amor fue elcriterio de elección de su compañero. Según ella, el intentode tener relaciones sexuales no se concreta al no lograrse lapenetración porque era virgen.

Finalmente, si bien Eugenia considera que no tuvieronrelaciones, su compañero hace público que sí las tuvieron.Estas versiones contradictorias son posibles porque lamayoría de los encuentros que pueden incluir relacionessexuales, como éste, ocurre fuera de la vista de los noparticipantes directos, por lo que las audiencias estánlimitadas al testimonio de los protagonistas para saber quésucedió.25 El relato de Eugenia refleja que el primer coitovaginal es la práctica que define la primera vez de alguien,como lo consideran el resto de las y los entrevistadosheterosexuales. A pesar de este consenso, no es casual quese produzcan versiones opuestas entre ella y su compañero,ya que cada una ofrece ventajas para quien la sostiene.Con su versión de que no tuvieron relaciones porque no seconcretó la penetración, Eugenia evita recordar y presentara su primera vez como una experiencia negativa y social-mente desvalorizada, por haber sido en un vínculo pocolegítimo para la iniciación sexual de una mujer, bajo presióny con un compañero que demostró ser inadecuado, porhaberla “apurado” y luego hacer público que habían tenidorelaciones. Eugenia reconoce una falla en su selectividadpercibida a posteriori (como Chuby, una entrevistada de 16años que se arrepiente de haber tenido su primera relaciónsexual con un novio que luego la abandonó), pero no unafalta de selectividad, pues dicha experiencia fue con unchico del que “estaba enamorada”. Con su versión de losucedido, Eugenia reserva su “primera vez en serio” parauna relación sexual con un novio, lo que vuelve a su inicia-ción más legítima ante sus redes sociales. Por eso le molestóque al chico con quien tuvo esa experiencia “no le importócontarle a todo el mundo… que habíamos tenido relacio-nes”, algo que afectaría su reputación ante pares: si Eugenialo hizo en esa ocasión, su iniciación sexual no se enmarcaen un compromiso afectivo, ni un vínculo con horizonte decontinuidad. La versión de su compañero de que sí tuvieronrelaciones, en cambio, lo deja a él bien posicionado antesus pares: gana experiencia sexual, un capital valoradoentre los varones como fuente de prestigio, y evita que circuleel rumor sobre un mal desempeño sexual, por no haberpodido concretar la penetración y desperdiciar así una opor-tunidad de tener relaciones. El hecho de que el compañerode Eugenia haga público que tuvieron relaciones sexuales(haya ocurrido o no) puede interpretarse en relación al tipode vínculo entre ambos. Al ser una transa no existe uncompromiso mutuo que implique tácitamente cierta discre-

25 LAUMANN y GAGNON, 1995, p.196.

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ción sobre la actividad sexual de la pareja, por ejemplo,para preservar la reputación de la mujer, por eso a él no leimportó contarle a otros adolescentes que habían tenidorelaciones.

Estas mismas redes de pares están interesadas en eldebut del Chueco, un varón de 17 años, que está terminandola escuela secundaria y vive con su padre. El Chueco tieneun mal recuerdo de su primera relación sexual, un año atrás,por cómo fue presionado para hacerlo:

Entrevistador: Y hablando de relaciones sexuales,¿qué opinás de tenerlas a esta edad?El Chueco: Es una cosa nueva, muy diferente, porquevos pensás una cosa y después cuando te encontrás...no es tan lindo, tan importante como vos te loimaginás.Entrevistador: ¿A vos te pasó eso?El Chueco: Sí, yo esperaba otra cosa. Capaz que laprimera vez, con esa mina [chica], no fue la mejor...[…] Fue más por el tema de que te joden los chicosdel barrio. Te joden: “Ahí va el boludo, el virgen”, todasesas boludeces. […] Te molesta. Ya llega un puntoque te molesta mucho. Es como algo que lo tengas[que hacer] para sentirte más varón o algo así. [...]Entrevistador: Y si tuvieras que decir qué recuerdo tequeda de esa primera vez, ¿cómo fue?El Chueco: Pienso que para mí no fue bueno. Porquepara mí fue todo a presión, no fue algo que yo sentía.Entrevistador: ¿Y cómo fue? ¿Te la presentaron?El Chueco: Ella me conocía. Me jodía y yo no le dabamucha bola. Siempre me decía si quería salir conella, que yo era re importante para ella, cosas así.Entrevistador: ¿Era del barrio la piba?El Chueco: No, no es de acá de Trelew. Tiene la abuelaallá en mi barrio, y siempre iba.Entrevistador: ¿Y cómo fue que tuviste relaciones? ¿Lasituación cómo fue?El Chueco: Estábamos en el boliche [discoteca].Primero tuvimos una fiesta, más tarde ahí en el bolicheestuvimos hablando y jodiendo, y después fuimos a lacasa de un amigo en mi barrio. Y ahí fue, ahí pasó.Entrevistador: ¿Y no estaban los viejos [padres] de esteamigo?El Chueco: No, no estaban. Porque él vive con la vieja[madre] y la vieja estaba trabajando. Y ellos sequedaban abajo. Veníamos tres nomás, y se quedaronlos dos abajo, jodiendo.Entrevistador: ¿Y vos subiste con la piba?El Chueco: Sí. Para mí fue algo... a mí no me gustó.Creo que fue muy rápido todo y fue algo que no lodisfruté, no sentí nada. Aparte, si lo hacés mástranquilo, mucho mejor.

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De la experiencia del Chueco me interesan trescuestiones estrechamente vinculadas: las presiones públicaspara que se inicie sexualmente, la vigilancia de los amigosdurante el encuentro sexual y la distancia entre sus expec-tativas y lo que sucedió en su primera vez. En primer lugar, elChueco describe cómo antes de debutar sexualmente lomolestaban otros varones jóvenes de su barrio, tratándolopúblicamente de “virgen” y “boludo”. La asociación deambos términos refleja cómo un varón que no ha tenidorelaciones sexuales para los 15 años sufre una desvalori-zación de sus pares. Aunque ningún otro entrevistado relatauna experiencia personal como la del Chueco, el Negro, unadolescente de 15 años, refiere a estas presiones sobre suscompañeros:

No creo que sea bueno que alguien tenga relacionessexuales porque ejercen una presión contra él: “Tenésque tener [relaciones] porque tenés no sé cuántosaños”. […] Sé de algunos pibes que los compañeroslos presionaban así. Se lo decían como joda a esaspersonas, pero era presión, no era que se sentíanpreparados o algo así, era porque los otros les decían.

Bajo un tono de cargada, opera una presión públicapara que los varones debuten sexualmente, que el Chuecoconsidera una exigencia de sus pares para que reafirme sumasculinidad: “Es como algo que lo tengas [que hacer]para sentirte más varón”. La misma dinámica se da entrejóvenes del norte de Chile, donde “la presión social induceel inicio, castigando la virginidad masculina con la burla.Por ende, el acto sexual no es tanto una forma de expresar elerotismo, sino un modo de probar la hombría”.26 El requeri-miento de tener relaciones sexuales “para sentirte más varón”indica que a esta dinámica subyace la prescripción deheterosexualidad asociada a la masculinidad hegemóni-ca27 y al papel esperado para estos varones: se suponedeterminado deseo “natural” (por las mujeres) y se incita unejercicio de la sexualidad consecuente con él (disponibi-lidad e iniciativa sexual con ellas).28 Como observa unestudio sobre el debut sexual de adolescentes del surestede México, “la presión social [de los pares] va de la manocon el imperativo heterosexual gravitando en torno a laimagen femenina como objeto de deseo y pruebaconfirmatoria de la virilidad”.29 El Chueco responde a laspresiones explícitas y prescripciones tácitas teniendo suprimera relación sexual a los 16 años. Así, simultáneamente,reafirma su masculinidad y heterosexualidad ante los pares,y deja de transgredir el calendario para la iniciación sexualde un varón, que entre estos adolescentes marca los 15años como edad deseable para el debut.

26 BARRIENTOS y SILVA, 2006, p.157.

27 “La masculinidad hegemónicano es un tipo de carácter fijo, elmismo siempre y en todas partes.Es, más bien, la masculinidad queocupa la posición hegemónica enun modelo dado de relaciones degénero, una posición siempredisputable” (Robert CONNELL,1997, p. 39).28 La iniciación sexual con unamujer no es la única práctica deestos varones que corrobora yconstruye su heterosexualidad: losinsultos en público a varones ho-mosexuales se orientan en el mis-mo sentido (Daniel JONES, 2008).29 Ramfis AYÚS y Esperanza TUÑÓN,2007, p. 320.

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Pero la presión no sólo se da a través de comentariospúblicos. También es muy palpable en las circunstanciasque rodean a la primera vez del Chueco, a través de lavigilancia del encuentro por parte de sus amigos. Antes ydurante el evento, “la presencia o ausencia de alters, suscaracterísticas sociales, el tipo de lazos entre los actores yotras variables contextuales de tiempo y lugar, tanto comolas características de las audiencias, determinan de maneraconjunta si una actividad sexual ocurrirá y cuál”.30 El Chuecoconoció a una chica en el barrio y una noche participan deuna fiesta junto a otros adolescentes. Salen a la discoteca yluego él, ella y dos amigos van a la casa de uno de éstos enel mismo barrio. Mientras que el Chueco tiene relacionessexuales en la planta alta de la casa, los dos amigos sequedan abajo, en principio, no haciendo nada en particular.Esta situación casi lleva a la literalidad la metáforadramatúrgica y su noción de audiencias interesadas en losencuentros sexuales: una parte del potencial público(compuesto por las redes de adolescentes) se torna un públicomuy real que acompaña a los protagonistas desde lospreparativos de la obra hasta subir a escena y que esperaa que concluya la función. Como los amigos del Chueco nopueden estar en el cuarto mientras que tienen lugar lasrelaciones sexuales, han vigilado desde abajo y serángarantes de lo sucedido ante los pares. Su debut sexual es“bajo el cuidadoso y persistente escrutinio de otros varones,[…] demuestra hombría para la aprobación de otroshombres”,31 guardando un notable parecido con lasiniciaciones con trabajadoras sexuales:

En aquellos hombres que tuvieron su iniciación conuna trabajadora del sexo, […] la presión del grupojugó un papel considerable en esta práctica, en elsentido de que parecía estar dirigida a la confirmaciónde la identidad masculina y a la regulación de lasprácticas sexuales del joven. […] Entre quienes vivieronsu iniciación en esta forma, la experiencia parecióproducir una gran incomodidad, aun cuando laconfirmación de la identidad de género que sepretendía fuese lograda.32

En esta línea, Norma Fuller sostiene que acudir a unatrabajadora sexual en la sociedad peruana era el ritualinformal a través del cual los varones demostraban frente asus pares que eran sexualmente activos: “Se trata de unaprueba pública en la que lo decisivo no es que se realice elacto sexual sino que los padrinos refrenden y confirmen queha ocurrido”.33 En la situación vivida por el Chueco, sus dosamigos actúan como los padrinos que acreditarán públi-camente que debutó, pues, ante “el deseo de responder alas demandas sociales de mostrarse hombre, la garantía

30 LAUMANN y GAGNON, 1995, p.195.

31 Michael KIMMEL, 1997, p. 54.

32 AMUCHÁSTEGUI, 2001, p. 371.

33 FULLER, 2001, p. 211-213.

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del nuevo estatus es provista por el reconocimiento de lospares”.34 Así, la experiencia del Chueco reactualiza el ritode iniciación con una trabajadora sexual, en la medida enque se lleva adelante en una situación colectiva respon-diendo a las expectativas de otros varones más que satisfa-ciendo un deseo personal.35

Por último, el propio Chueco subraya la distanciaentre sus expectativas y cómo vivió la primera relación sexual.Mientras que esperaba algo más lindo e importante, señalaque no lo disfrutó y no sintió nada porque fue todo muyrápido y no estaba tranquilo. En consonancia con los recuer-dos sobre la iniciación sexual de jóvenes adultos brasileros,36

el Chueco da un lugar central en su evaluación al tiempodel acto y a sus sensaciones. Las presiones y presencia depares no resultan menores en su intranquilidad y en ladinámica del encuentro sexual, pues, en gran medida, elChueco lo tiene pensando en estas audiencias. Además, eltipo de vínculo con su compañera puede haber influido enel encuentro y en su apreciación posterior, ya que “la eva-luación de la primera experiencia sexual está muy ligada ala persona con la cual se tuvo y al vínculo afectivo que losunía”.37 El Chueco da a entender que no le atraía esa “mina”,al mencionar que antes no le prestaba atención a suspropuestas, y no manifiesta sentimientos amorosos por ella.38

Expectativas y coercionesExpectativas y coercionesExpectativas y coercionesExpectativas y coercionesExpectativas y coerciones

¿Qué iluminan estas experiencias de Eugenia y elChueco sobre las relaciones entre sexualidad y género?¿Qué sucede con el resto de las y los adolescentesentrevistados? A excepción de Eugenia, ninguna otra mujerseñala haber sido presionada por su pareja ni por sus parespara iniciarse sexualmente.39 En la situación de coerciónque ella relata, la insistencia verbal del compañero paratener relaciones sexuales y el acelerar los tiempos de laprogresión sexual pueden interpretarse como respuestasacordes a la expectativa de iniciativa masculina que registréa lo largo del estudio. En este sentido, si “la coerción sexualen una relación heterosexual es una de las manifestacionesmás claras de la asimetría de género”,40 cabe pensar quelos papeles de género esperados para la primera relaciónsexual refuerzan dicha asimetría. La experiencia de Eugeniarefleja una versión más cruda de cómo operan lasexpectativas asociadas a estos papeles e indica quepueden llevar a interacciones sexualmente coercitivas:

El imperativo social de que los varones son losresponsables de tomar la iniciativa sexual, sumado auna concepción esencialista de la sexualidad, colocaa estos adolescentes en un marco de acción en el

34 HEILBORN, 1999, p. 45.

35 AMUCHÁSTEGUI, 2001, p. 371.

36 HEILBORN, 1999, p. 44.

37 VIVEROS, 2002a.

38 Si bien el término “mina” parareferir a una mujer posee diversasconnotaciones en Argentina, eluso del Chueco parece reforzar laidea de que no tenía ningunarelación afectiva con su compañe-ra sexual. Como sugiere un estudiosobre jóvenes varones chilenos,para aquellos “que aluden a lasmujeres con quienes se iniciaronsin un calificativo especial queindique algún tipo de vínculo conellas, […] éstas sólo han sido unmedio o un ‘objeto’ para iniciarse,[…] predominando expresionesque apuntan a ese carácter de‘mujer-objeto’ como la ‘mina’. […]Esta forma de denominar a la mujercon quien se ha tenido el primerencuentro sexual revela […] queno existe un vínculo afectivo conella” (BARRIENTOS y SILVA, 2006, p.156).39 Los sentimientos amorosos porsu compañero – en su ampliamayoría novios – y la confianzaen él son las razones que dan lasotras entrevistadas para haberdebutado sexualmente.40 PANTELIDES y GELDSTEIN, 1999,p. 46.

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que se hace difuso el límite entre el juego deseducción y el directo avasallamiento de los derechossexuales de la otra persona.41

Así las cosas, los varones pueden no interpretar ciertasprácticas como coerciones a sus compañeras, aunque seanvividas de esta forma por las mujeres que las sufren (porejemplo, la insistencia verbal). El resguardo que supone lacapacidad atribuida a las mujeres de rechazar laspropuestas masculinas muestra sus límites en circunstanciascomo la vivida por Eugenia, donde es dudoso que se respetesu voluntad.

La experiencia del Chueco sugiere varias reflexionessobre las coerciones recibidas por los varones. Al señalarque la presión de los pares fue lo que lo llevó a iniciarsesexualmente, pone en duda la voluntad constante de tenerrelaciones que se atribuye a los varones. Su situación indicaque “los hombres no siempre toman la iniciativa, que notodos se conforman a los estereotipos masculinos dominantesy que algunos pueden ser – o sentirse – presionados paratener relaciones sexuales que no desean”.42 Esta experienciaejemplifica los riesgos para aquellos que superan la edaddeseable de iniciación sexual: las presiones de sus paresno hubiesen sido necesarias si para los 15 años el Chuecoya hubiera debutado. Además, ilustra los mecanismosorientados a que cumpla con el papel esperado para unvarón: las burlas, incitación y vigilancia de otros varonesapuntan a que tenga relaciones sexuales, aprovechandouna oportunidad que, dicho sea, ellos mismos le facilitan.Lo vivido por el Chueco muestra que las presiones parainiciarse sexualmente continúan siendo un instrumento eficazde producción y control de la identidad de género y lasexualidad masculina. Ante ciertas demandas sociales, lasmanifestaciones de actividad sexual y particularmente laprimera relación sexual con una mujer reafirmarían sentidosde masculinidad y corroborarían la heterosexualidad frentea los pares.43 Como sólo el Chueco menciona la presión delos pares como causa de su primera relación sexual44 yninguno dice haber sido presionado por su pareja, cabepreguntarse si el resto de los varones no fueron presionados,si no percibieron algunas prácticas como presión o siomitieron intencionalmente mencionarlas. A la luz de sustestimonios y otros estudios, creo que difícilmente haya unasola respuesta. Por un lado, aunque continúa existiendo ciertapresión a los varones por parte de sus pares para debutarmás temprano de lo que quisieran o para mantenerrelaciones sexuales sin desearlo,45 entre los jóvenes de lasnuevas generaciones hay un creciente respeto a laindividualidad y una mayor conciencia del derecho a la

41 MANZELLI, 2005, p. 141.

42 GELDSTEIN y SCHUFER, 2002, p.25.

43 HEILBORN, 1999, p. 45; CarlosCÁCERES, 2000, p. 79;AMUCHÁSTEGUI, 2001, p. 375;Gabriela RODRÍGUEZ, 2001, p. 54;GELDSTEIN y SCHUFER, 2002, p.6; VIVEROS, 2002a; BOZON, 2004,p. 28-30; SOSA, 2004, p. 222-223;y Ivonne SZASZ, 2004, p. 72.44 Las razones de los otros varonesentrevistados varían según el tipode vínculo con su compañera:cuando la primera vez es con unatransa prevalecen las motivacio-nes eróticas como la excitación yla curiosidad, ya que este vínculosupone una interacción predomi-nantemente sexual y escasocompromiso afectivo; en cambio,quienes tienen su primera relaciónsexual con una novia mencionanal amor como principal motivo delencuentro.45 Graciela INFESTA DOMÍNGUEZ,1996.

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autonomía.46 Por otro lado, muchos adolescentes noreconocen la insistencia del grupo de pares para que seinicien sexualmente como una coerción,47 al estarcondicionados por el papel esperado para un varón en laactividad sexual. En esta línea, aunque ningún varónmenciona presiones de su pareja para iniciarse sexualmente,parece difícil que en caso de que hubiese existido algunapresión (por ejemplo, mediante insistencia verbal) hubierasido percibida o reportada como tal. El hecho de que unadolescente no interprete determinadas prácticas comomodos de presión se vincula a la concepción de que unvarón no puede negarse a tener relaciones sexuales nidesperdiciar oportunidades de hacerlo.

ConclusionesConclusionesConclusionesConclusionesConclusiones

En este artículo analicé expectativas y experienciasrelativas a la primera relación sexual a partir de unainvestigación sobre varones y mujeres adolescentesresidentes en Trelew, una ciudad de la Patagonia argentina.Me concentré en los papeles esperados y las vivencias depresiones para la iniciación sexual, dando cuenta de laimportancia del tipo de vínculo con la persona con quedebutan y la influencia de las redes de pares en tantopúblico interesado en dicho evento.

Los papeles esperados para varones y mujeres en suprimera relación sexual reflejan expectativas de géneroasimétricas y pueden favorecer interacciones coercitivas.La disponibilidad permanente y la iniciativa masculinasuponen a un varón sexualmente activo guiado por impulsosintrínsecos a su naturaleza, noción muy extendida enAmérica latina.48 En cambio, a la selectividad y la capaci-dad de rechazar o aceptar las propuestas que definen alpapel femenino subyace una concepción de la mujer comoincapaz de expresar su deseo sexual, por timidez o temor aldesprestigio social, y que puede controlar su deseo porquees más moderado que el masculino.49 Bajo estas expec-tativas, la única actividad de la mujer sería escoger correc-tamente al compañero sexual entre las proposicionesrecibidas. Estos papeles refuerzan relaciones asimétricas ypueden conducir a interacciones sexuales coercitivas, comoilustra la situación vivida por Eugenia: lo que ella identificacomo una presión de su compañero para tener relacionessexuales, él puede considerarlo parte de su responsabilidadde llevar la iniciativa e interpretar la resistencia de Eugeniacomo esperable dentro del juego de seducción. Dichospapeles también permiten entender la presión recibida porel Chueco para iniciarse sexualmente, ya que las burlas,incitación y vigilancia de sus pares apuntan a que tenga

46 CÁCERES, 2000, p. 40.

47 MANZELLI, 2005, p. 139.

48 VILLA, 1996; AMUCHÁSTEGUI,1998; FULLER, 2001; VIVEROS,2002b; Tania SALEM, 2004; y MariaLuiza HEILBORN, Cristiane CABRALy Michel BOZON, 2006.

49 CASTILLO, 2003; BOZON, 2004;y HEILBORN, 2006.

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relaciones, cumpliendo así con la prescripción de disponi-bilidad sexual permanente y reafirmando su masculinidad.

Sin embargo, así como los papeles esperados parala primera relación sexual reflejan prescripciones de génerotradicionales, también registré disidencias frente a éstos. ElChueco, al explicar que se inició por la presión de los pares,cuestiona la supuesta voluntad constante de los varones detener relaciones sexuales: su debut no está motivado por undeseo natural, sino por un grupo de amigos que lo incita yvigila. En cuanto a la iniciativa para tener su primera relaciónsexual, algunas y algunos adolescentes la tomaron de ma-nera conjunta con su pareja, lo que disuelve una separaciónclara entre iniciativa masculina y consentimiento femeninoy denota cierta adhesión a un modelo más igualitario deinteracción sexual. Estas y otras experiencias identificadasen el estudio,50 que van en un sentido contrario a las expec-tativas tradicionales, suponen una modernización parcialde sus guiones relativos a la primera relación sexual. Conmodernización me refiero a un proceso orientado hacia lasecularización de los valores sexuales, la flexibilización delas normas de género, una mayor igualdad en las relacionessociales e interacciones sexuales, cierta individualizaciónde los comportamientos y una creciente reflexividad delagente. Se trata de un proceso fragmentario y por momentoscontradictorio pues, como sugiere esta investigación,coexisten valores y experiencias tradicionales y modernasen las y los adolescentes. Señalar que la modernización desus guiones sexuales es parcial implica subrayar lapermanencia de relaciones de género asimétricas queinforman ciertas prácticas de estos varones y mujeres.

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[Recebido em março de 2009 e aceito para publicação em agosto de 2009]

DANIEL EDUARDO JONES

358 Estudos Feministas, Florianópolis, 18(2): 339-358, maio-agosto/2010

Under PUnder PUnder PUnder PUnder Pressure: Fressure: Fressure: Fressure: Fressure: First Sexual Rirst Sexual Rirst Sexual Rirst Sexual Rirst Sexual Relation of Telation of Telation of Telation of Telation of Teenagers from Teenagers from Teenagers from Teenagers from Teenagers from Trelew (Arrelew (Arrelew (Arrelew (Arrelew (Argentina)gentina)gentina)gentina)gentina)Abstract: Abstract: Abstract: Abstract: Abstract: The article analyses the expectations and experiences related to the first sexualrelation of teenagers. The research is based on individual semi-structured interviews with 22 menand 22 women aged from 15 to 19 , belonging to the middle class layer from Trelew, a city of100,000 inhabitants in the Argentinean Patagonia. The article focuses on the expected roles andexperiences of pressure for sexual initiation. Desired roles for girls and boys regarding their firstsexual relation reflect asymmetric gender expectations and can lead to coercive actions ofpartners and friends. These coercions can be interpreted considering the relations with thesexual partner and the influence of teenagers’ networks as a public interested in the first sexualrelation. The testimonies are analyzed within a sexual scripting theory, and considering genderand age of the interviewed actors.Key WKey WKey WKey WKey Wordsordsordsordsords: Sexuality; Teenagers; First Sexual Relation; Pressure.