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Universidad de Buenos Aires
Facultad de Ciencias Sociales
Carrera: Ciencias de la Comunicación
Materia: Tecnologías Educativas
Profesor Titular: Diego Levis
J.T.P: Sol Dieguez
Comisión N°:11
Alumnas:
Lucila Zambianchi-Natalia Seoane
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Presentación:En el siguiente trabajo pretendemos explorar cómo se configura la situación
educativa a un año de la implementación del programa “Conectar Igualdad”, iniciativa
llevada a cabo por el estado argentino desde abril de 2010. Indagaremos los
elementos que intervienen en su funcionamiento a partir del análisis de las entrevistas
presentadas en el libro “Educación y tecnologías. Las voces de los expertos”
compilado por las funcionarias Silvina Gvirtz, Gerente de Inclusión Digital Educativa y
Constanza Necuzzi, Gerente de Comunicación y Contenidos del programa Conectar
Igualdad de ANSES. La publicación fue entregada a los asistentes del “Congreso
Internacional de Inclusión Digital Educativa” realizado durante los primeros días del
mes de septiembre de 2011, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos
Aires.
Articulando los desarrollos del pedagogo brasilero Paulo Freire en la
conferencia “Elementos de la situación educativa” que forma parte del libro El Grito
Manso nos proponemos interrogar ¿Cuáles son los elementos que intervienen en el
escenario de la escuela actual? ¿Cuál es el objetivo de educar en nuestra sociedad?
¿Se pretende formar ciudadanos o trabajadores? ¿Cómo se presenta el pensamiento
crítico, la autonomía y la libertad? ¿Son compatibles estos valores en la escuela?
Paralelamente consideraremos ¿Cuál es el escenario que se construye en los
discursos?
Al realizar un esquema de los elementos presentes en la educación y pensarlos
en relación a la idea de educación para la libertad, los desarrollos de Freire permiten
abrir un camino de reflexión y generan una oportunidad de revisar conceptos,
problematizar los discursos de la publicación institucional y aproximarnos a la
concepción educativa que tiene el estado a partir de la cual configura esta política
pública, la cuál presta especial atención a:
-Promover la igualdad de oportunidades a todos los jóvenes del país
proporcionando un instrumento que permitirá achicar la brecha digital, además de
incorporar y comprometer a las familias para que participen activamente.
-Formar sujetos responsables, capaces de utilizar el conocimiento como
herramienta para comprender y transformar constructivamente su entorno social,
económico, ambiental y cultural y de situarse como participantes activos en un mundo
en permanente cambio.
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-Desarrollar las competencias necesarias para el manejo de los nuevos
lenguajes producidos por las tecnologías de la información y la comunicación.
• Recuperar y valorizar la escuela pública.
• Reducir las brechas digitales, educativas y sociales, contribuyendo a mejorar
los indicadores de desarrollo de nuestro país.
• Construir una política universal de inclusión digital de alcance federal,
incorporando equipamiento tecnológico y conectividad.
• Garantizar la inclusión social y el acceso de todos a los mejores recursos
tecnológicos y a la información.
• Impactar en la vida de las familias.
• Mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje a través de la modificación
de las formas de trabajo en el aula y en la escuela.
• Acercamiento a los intereses, necesidades y demandas de los alumnos.
• Mejorar la calidad educativa de la educación secundaria, incentivando los
procesos de transformación institucional, pedagógica y cultural necesarios para el
mayor aprovechamiento de las TIC en las escuelas.
• Mejorar las trayectorias educativas de alumnos y alumnas.
• Dotar a los alumnos de mayores posibilidades de inserción laboral.
• Producir un cambio en las formas de comprender y relacionarse con el
mundo.
• Promover el fortalecimiento de la formación de los docentes para el
aprovechamiento de las TIC en el aula.
Considerando los datos consultados en el “informe en tiempo real”
públicamente disponible y actualizados semanalmente en la página web del Programa
Conectar Igualdad, el estado argentino lleva entregadas 1.765.293 Net Books en todo
el país y en relación a la relevancia de tal distribución y a un año de este plan, las
voces académicas y pedagógicas inician la tarea de reflexionar y presentan el
escenario de la educación en relación a las nuevas tecnologías y los anteriores
objetivos que la política detalla.
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Es prácticamente innegable el impacto inicial del programa en cuanto a lo
cuantitativo, en este sentido, las entrevistas presentadas hacen especial hincapié y
retomaremos sus palabras como parte esencial del programa, sus discursos son
legitimantes del los objetivos del plan. Por eso nos parece interesante preguntarnos e
indagar acerca de la situación educativa que estos discursos proponen.
Una vez analizados los aspectos nodales arribaremos a plantearnos ¿El
escenario creado es liberador u opresor? ¿Existe en verdad un cambio de paradigma?
¿Es posible la transformación del escenario educativo a través de las nuevas
tecnologías? ¿Cómo es ese escenario?
Las entrevistas presentadas en el marco del “Congreso Internacional de
Inclusión Digital Educativa” abordan diferentes ejes que hacen a la reflexión sobre la
escuela en la actualidad. Los temas que permite abordar son: la configuración espacial
dentro del aula, la función docente, la concepción del estudiante, la inclusión de las
tecnologías en la escuela, el rol de la familia, y el estado. Quienes están pensando la
educación en este corpus de entrevistas son voces convocadas desde el Estado para
pensar estas problemáticas.
Los ejes de la situación educativa en el presente análisis serán:
Los actores sociales: el rol de los docentes, los estudiantes y la familia. La dimensión
temporal y espacial: la configuración de la escuela y el aula. Los contenidos
curriculares y la direccionalidad de la educación, las Tecnologías y las nuevas
prácticas y el rol del estado.
Consideraciones Metodológicas:Abordaremos cualitativamente el corpus de entrevistas desarrollando un
análisis descriptivo y crítico que nos lleve a realizar un acercamiento al conocimiento
de la realidad social a través del estudio de los discursos.
El proceso de categorización implicará:
I) la identificación y clasificación de temas en relación al marco teórico; y la síntesis y
agrupamiento de tales tópicos de análisis.
En principio, utilizaremos el criterio temático a fin de ordenar la información de
las entrevistas y de establecer un ordenamiento de los discursos para poder
abarcarlos de forma operativa. Considerando que pretendemos analizar los aspectos
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de las entrevistas que a nuestro criterio son relevantes para pensar la situación
educativa y que la misma esta compuesta por diferentes elementos postularemos
categorías abiertas ya que tales componentes de la situación educativa no son cien
por ciento enfocados desde una sola dimensión o categoría.
Por último, a fin de elaborar una aproximación al objeto de estudio a partir de
los aspectos o elementos presentes en las entrevistas que son significativos para un
análisis efectivo, determinaremos los ejes que los especialistas ponen en juego en la
construcción de su discurso y estableceremos relaciones los conceptos claves
provenientes del campo de la educción y las TIC a fin de aproximarnos a nuestra
problemática.
Marco Teórico:
Las categorías y la concepción de la educación planteada por Paulo Freire
recorrerán nuestro análisis. Según considera el autor, la situación educativa se
produce a partir del encuentro que se establece entre profesores y alumnos.
El primer elemento que considera el autor es el educador/a como sujeto
necesario de la situación educativa, el segundo elemento que interviene son los
educandos, los cuales tienen la tarea de aprender, el tercer elemento presente es el
espacio pedagógico, que es donde se produce el encuentro entre educadores y
educandos, según Freire este último condiciona la situación educativa, ya que las
condiciones materiales pueden ser o no pedagógicas, y plantea que existe una
estrecha relación entre las condiciones materiales y las condiciones mentales.
El tiempo pedagógico es otro de los elementos constitutivos de la situación
educativa. Freire se pregunta al servicio de quién o de qué está el tiempo pedagógico
y concluye definiendo que este se encuentra al servicio de la producción de saber. El
autor, va un poco más lejos cuando indaga al servicio que ideales y de qué intereses.
Paralelamente, determina el quinto elemento, los contenidos curriculares, o sea los
elementos que el profesor tiene el deber de enseñar y los alumnos el deber de
aprender, a los que Freire prefiere llamar “objetos cognoscibles”. Tales objetos son
percibidos mediante el ejercicio de la curiosidad y Freire plantea la necesidad de
preservar incentivar e integrar la curiosidad de los niños en el proceso.
Por último, considera que toda situación educativa tiene que ver con el espacio
que va más allá del aula, que se relaciona con formas de ver el mundo, ideas y utopías
y así arriba a la “direccionalidad de la educación”. La cual, no es dirigismo y explica
que puede envolver tanto una perspectiva democrática como una concepción
autoritaria. La direccionalidad es la “politicidad de la educación”, es la esencia de la
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práctica educativa. La cual es inherente a la práctica por eso el profesor debe tener
claras sus ideas y visiones del mundo, esta característica revela el hecho de que en la
educación estética y ética se relacionan estrechamente. La práctica educativa,
entonces, es propuesta como bella, moral, ética.
Estos son los componentes que nos proponemos pensar para analizar como se
configura hoy cada componente apoyándonos en textos específicos que nos ayuden a
pensar detalladamente cada uno.
Los componentes detallados estarán presentes en el desarrollo de nuestro
análisis y serán integrados a los aportes de otros autores que consideremos
pertinentes: Manuel Area Moreyra, Alejandra Bosco, David Bukingham, Inés Dusell,
Begoña Gross, Diego Levis, Ricardo Petrella y Héctor Schmucler, los cuales serán
utilizados a fin de analizar y pensar los contenidos, las prácticas alrededor de las
nuevas tecnologías, nos permitirán plantear la escuela como institución y sus posibles
transformaciones para poder conformar un nuevo paradigma pedagógico que
contemple el uso de las nuevas tecnologías y el aprendizaje colaborativo como nueva
situación pedagógica.
De dónde venimos: Algunas consideraciones sobre las perspectivas de cambio desde el estado:
Luego de un año de implementación del programa Conectar Igualdad,
aparecen en el escenario, plasmadas en una publicación institucional, las diferentes
reflexiones que realizan intelectuales y especialistas, quienes resaltan el papel activo
del Estado ya que el plan se focaliza en la inclusión social. Como explican Cristóbal
Cobo, Lino Barañao y Ricardo Foster, el estado nacional es el único capaz de
encauzar un programa que garantice el acceso, la movilidad social y generará como
un efecto de “derrame de conocimientos dentro de las familias y de otros espacios
sociales”. “Sólo en los países más democráticos se generan mecanismos de igualdad
y distribución equitativa de la riqueza material, cultural y simbólica” (Ricardo Forster,
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La educación nace en nuestro país a la luz de reorganización de los estados
naciones modernas como un sistema público, gratuito y obligatorio a todas las capas
sociales. La escuela es una institución histórica que se fue edificando a la luz de
procesos políticos y sociales, vale considerar que tal proceso no se produjo sin
tensiones, sino por el contrario, permanecieron confrontaciones y debates con la
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iglesia, la educación comunitaria de las organizaciones anarquistas y las escuelas
creadas por los inmigrantes. A partir de los años sesenta la corriente pedagógica de
Paulo Freire emerge renovando los cuestionamientos al modelo pedagógico y empieza
a pensarse otra opción de la educación: un modelo amplio referido a todos los
espacios sociales, la educación e considerada en múltiples prácticas.
Es pertinente para comenzar a aproximarnos a nuestro objeto considerar el
espíritu de homogeneizador tradicional y verticalista que envuelve el sistema
educativo. En las entrevistas de la publicación “Educación y tecnologías: las voces de
los expertos”, parten de las transformaciones de la educación pública a partir de la
implementación de las tecnologías en el aula como un elemento que permite igualar
condiciones materiales, sociales y simbólicas, retomaremos este aspecto en nuestro
análisis.
Hacia dónde vamos: La visión desde los funcionarios
La incorporación de computadoras en la enseñanza, se presentan como
respuesta a las presiones “que llevan a asimilar la actividad educativa a una actividad
productiva destinada a la formación de trabajadores”, (Levis, 2007: 2) Lino Barañao,
quien desempeña funciones desde 2007 como Ministro de Ciencia, Tecnología e
Innovación Productiva de la Nación, considera que es importante “generar contenidos
que permitan a los jóvenes programar sus propias netbooks, para que la máquina no
sea un simple medio, sino una herramienta que los ayude a incidir sobre su entorno”
(2011: 14). Vista de manera inocente, tales palabras podrían referirse a la “Concepción
tecno-lingüística” que esquematiza Levis, la cual tiene como finalidad que la escuela
enseñe los principios del lenguaje informático que regula el funcionamiento de las
computadoras. Sin embargo, Lino Barañao hace hincapié en la necesidad de
satisfacer una demanda del mercado laboral, ya que la incorporación de estos
contenidos posibilitaría “la atracción de los alumnos hacia las carreras de informática,
ya que en nuestro país durante los próximos años persistirá la demanda de técnicos y
profesionales de esas áreas” (2011: 14). Las acciones emprendidas desde el gobierno
se limitan así a equipar las escuelas y a enseñar a utilizar las computadoras y
determinadas aplicaciones ofimáticas. Considerando que la formación de un niño o un
joven en edad escolar, requiere ofrecerle herramientas que le permitan comprender su
realidad y a su vez implicaría estimular e incentivar su curiosidad, no vasta enseñarles
una especialidad, ya que de esta manera, sólo se convierten en “máquinas utilizables,
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pero no en individuos válidos.” (Levis, 2007: 1) La respuesta del ministro parece
acercarse a una fundamentación que considera a la educación en su dimensión
tecnico-operativa, y articula los intereses de su área del estado al proceso educativo,
dónde este último es el rehén del primero. Sin embargo, el profesor Ricardo Foster
considera que es fundamental “que el espíritu crítico atraviese el recorrido educativo
de los ciudadanos, y que éstos, en su trayectoria académica, no aspiren al mero
manejo de una herramienta sin ser portadores de una mirada crítica de la realidad que
los envuelve,” según considera Begoña Gross para posibilitar este cambio se debe
“adaptar la educación a las necesidades actuales, y, por tanto, se precisa un cambio
metodológico” (Gros, 2004).
Los asesores de los organismos públicos intervinientes en la implementación
defienden el programa mediante diferentes argumentos, el Presidente del Comité
Ejecutivo del Programa Conectar Igualdad, Diego Bossio dice “El objetivo principal del
programa es introducir y fomentar el uso de las nuevas tecnologías como herramientas
para la mejora educativa” (2011:9), este fragmento permite hablar del determinismo
tecnológico en la misma línea desarrollada por Buckingham y Shmucler, quienes
explican el mito por el cual se considera que las nuevas tecnologías brindarían,
gracias a sus capacidades intrínsecas, mejoras inigualables en las condiciones de
vida. Esta visión de las cosas plantea un reduccionismo que omite los
condicionamientos sociales y desemboca en interpretaciones fetichistas del cambio
tecnológico.
Según explica Diego Bossio, en el prólogo de la publicación analizada, las
netbooks en el aula permitirían “el desarrollo de proyectos colaborativos; las
innovaciones en las prácticas de enseñanza; la utilización de aplicativos para las
distintas disciplinas; y las producciones escritas y audiovisuales de los estudiantes”.
Sus palabras, despliegan las bondades de la incorporación de las máquinas, en sí
mismas radicaría el cambio. Sin embargo, siguiendo las consideraciones de Levis,
tales posibilidades deberían desarrollarse por el despliegue de estrategias
pedagógicas innovadoras, las cuales dependen de una eficiente y adecuada
capacitación docente. La ausencia de esos desarrollos, no hacen más que evidenciar
“la falta de auténtica voluntad política” (2007: 13) dónde las políticas educativas
equivocadas dificultan la apropiación real y social de las tecnologías.
Por su parte, el Gerente ejecutivo del programa Conectar Igualdad en la
ANSES e integrante el Consejo de Expertos en Gestión Pública de la Jefatura de
Gabinete de Ministros, Pablo Fontdevilla, considera que lo extraordinario del programa
radica en “distribuir tres millones de netbooks entre los estudiantes y profesores de las
escuelas secundarias públicas, de instituciones de educación especial, e institutos de
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formación docente; por la construcción de once mil redes escolares de Wi-fi capaz de
soportar los sistemas de seguridad; y por la conectividad a Internet” (2011: 50). Su
exposición podría agruparse en la misma línea argumental que Bossio, ya que a pesar
de no olvidar “la formación del cuerpo docente como mediador en el proceso de
enseñanza y aprendizaje” (2011: 50) se planifica la capacitación como un segundo
objetivo, a futuro. Fontdevilla, cuenta que cuando se lanzó Conectar Igualdad “ni
siquiera estaba disponible la matrícula escolar” (2011: 50) lo cual evidenciaría las
prioridades que podría tenerse desde el estado, cuando ni siquiera parte de un
diagnóstico claro de la situación.
Inés Dussel, otra de las especialistas entrevistadas, quién además de contar
con una amplia trayectoria en el campo educativo dirige la revista “El monitor de la
educación”, del Ministerio de Educación de la Nación, considera que la singularidad
del programa radica en la inversión que se realiza desde el estado argentino para
llevar adelante el programa. Dussel, menciona la poca confianza en la escuela pública
en décadas anteriores, la falta de incentivo en el cuerpo docente y considera que “el
programa trae una bocanada de aire fresco a la escuela”. Puede recordarse que ese
parecer, ya se sostenía en 1982 como recuerda Schmucler, cuando el estado
argentino incorpora masivamente la computadora en la enseñanza con la revolución
del Logo, recibido con entusiasmo en los círculos de educadores progresistas. Aquel
programa que trataba la computadora como tecnología educativa, se refería a la
"enseñanza por computadora", o "enseñanza por apoyo de la computadora'
(Schmucler, 1984: 20). Desde entonces, se puede analizar como la poca adecuación
de los equipos o de las aplicaciones disponibles a los fines de la educación, también
determinan el fracaso de la incorporación de las TIC en el aula.
Los actores sociales: Los educadores y los educandos:
Las consideraciones de las diferentes entrevistas en la publicación “Educación
y tecnologías: las voces de los expertos”, proponen ofrecer una lectura de conjunto de
algunos ejes de debate que atraviesan buena parte de las políticas educativas en
relación a la inclusión de las tecnologías: las demandas sobre nuevos perfiles
docentes, los saberes de los alumnos, los espacios y modalidades para su uso.
El primer elemento de la situación educativa que considera Freire es el
educador/a, como sujeto necesario de la situación educativa. El segundo elemento son
los educandos, que tienen la tarea de aprender. Los especialistas están pensando el
lugar de los docentes y los alumnos en el espacio de la escuela actual, donde a partir
de la incorporación de las tecnologías en el aula se genera un proceso de cambio en
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el que ambos deben adaptarse a nuevos escenarios modificando sus prácticas
habituales.
Como sostienen Bosco, Dusell y Levis entre otros, la introducción de las
tecnologías en el ámbito escolar implica la definición precisa de una formación docente
acorde. En este sentido varias de las entrevistas analizadas comparten esta
concepción. Sin embargo la capacitación es un proyecto a futuro, como cuenta Lino
Barañao “Tenemos proyectos para que destacados investigadores del Conicet
capaciten a los docentes de los institutos de formación, así como la idea de retomar
experiencias de actualización activa de la enseñanza de la ciencia”(2011: 13,14). El
programa equipa las escuelas, piensa en este sentido la inclusión social y luego su
función educativa, como expresa Constanza Necuzzi. Sin embargo, es importante
introducir por una parte, la crítica de Nicholas Burbules quien expresa que “la mera
introducción de tecnología en las aulas tiene un efecto mínimo si no se capacita a los
profesores” (2011: 26) Trayendo a cuenta a Dussel, que expresa la fuerte importancia
del uso pedagógico de las netbooks y en este sentido, considera que este desafío
debe estar bajo la tutoría del Ministerio de Educación, el cual debe actuar como
“responsable de darles un uso educativo a las computadoras; formando a los docentes
y dando recursos para organizar el trabajo en el aula” (2011: 40)
El ex Ministro de Educación de la Nación, Juan Carlos Tedesco, en “Las TIC en
la agenda de la política educativa”, hace mención a la heterogeneidad del cuerpo
docente, y para apoyar su propuesta cita el estudio realizado por la IIPE en el año
2000 respecto de como perciben los maestros las tecnologías. Enuncia que las
capacitaciones no pueden ser iguales para quienes perciben las TIC con apatía, que
para quienes les es indiferente o para los que las miran con entusiasmo.
Sin embargo, cabe aclarar que las capacitaciones formativas, desarrolladas en
el marco del plan uno a uno implementado, no ha partido de una evaluación acorde de
estas situaciones. Al respecto Cristóbal Cobo, comenta que “los docentes no siempre
tienen un capital cultural-digital, y el interés por incorporar las TICs en el aula” y que tal
interés no se genera por sí solo, de esa forma se evidencia que es necesario realizar
un diagnóstico acorde para abordar y planear estrategias adecuadas. El investigador
considera al respecto que hay que “darles más el micrófono a los usuarios, a los niños
y a los jóvenes, para estimular usos más creativos, y generar espacios donde ellos
puedan transferir conocimiento” (2011: 33). En este mismo plano, Nicholas Burbules
sostiene que “El docente sigue sabiendo cosas que los estudiantes no saben. Pero
ellos también tienen conocimientos que los docentes no poseen” y propone lo que
denomina como “partnership”, una metodología donde ambas partes realicen su
contribución en el proceso de aprendizaje.
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Mariana Maggio plantea que los docentes deben comprender cuales son las
implicancias de la incorporación de estas tecnologías en sus prácticas, no solo
utilizarlas, para poder ampliar las posibilidades cotidianamente y enfrentarse con que
sus problemas didácticos son más complejos que antes. Al respecto, Constanza
Necuzzi considera que deben adquirir herramientas técnicas y metodológicas para
atravesar los contenidos que ya están enseñando. Entiende que debe existir una
continuidad, ya que las irrupciones abruptas no sirven si generan cortes en la
experiencia, por eso el docente debe poder incorporar las tecnologías a sus prácticas
para que los estudiantes se apropien de ellas pedagógicamente. Según Mariana
Maggio la toma de conciencia de esa complejidad es lo que hace fundamental el rol
docente, ya que su autoridad o el lugar que ocupa dentro del aula no se pierde, solo se
transforma. Su rol no puede ser reemplazado por una computadora, esa idea crea el
mito de la suplantación. Mariana entiende que esa imagen de escisión genera una
brecha aún más amplia entre los conocimientos que brindan la escuela, y aquellos que
el estudiante aprende por otras vías.
Alejandra Bosco en “Profesores y estudiantes haciéndose competentes con las
TIC: una nueva visión global” expresa que se necesitan “nuevos entornos educativos
que fomenten el desarrollo de estudiantes activos y comprometidos, y de un
profesorado como mínimo más versátil”.(2007,4). El aspecto de la versatilidad docente
parece de suma importancia para que las nuevas tecnologías se incorporen en las
aulas y generen interés en los estudiantes sin abandonar el aprendizaje. Esa
versatilidad es entendida como capacidad de adaptación a la nueva situación, donde
los estudiantes trabajan conectados a informaciones que son ajenas a la situación
específicamente áulica.
Se trata de que el docente entienda la tecnología y no sea solo un usuario,
como plantea Alejandra Bosco, que se apropie de ella en función de sus intereses y
que los integre al aprendizaje. Define al docente como un profesional que analiza el
contexto y especifica cursos de acción para decidir cómo y con qué medios va a
enseñar. Explica que en este caso, entender la tecnología comprende decidir su uso
en función de situaciones particulares.
Necuzzi explica que el hecho de que los alumnos cuenten con más
herramientas tecnológicas que los docentes no coloca a éste en una situación de
inferioridad. El problema de la autoridad tiene que ver con otros aspectos, con la
relación que cada docente establece con sus alumnos, según la funcionaria esa
situación no va a cambiar por la inclusión de las computadoras sino que aquel que
mantenía una relación fluida la potenciará y aquel que mantenía una relación
conflictiva tal vez se sienta un poco disminuido.
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Nora Sabelli considera que las Tics permiten individualizar a los alumnos y el
docente, en este escenario, debe poder reconocer lo que cada alumno sabe, lo que
aprende fuera del aula, y guiarlo en su aprendizaje. Por este motivo plantea que la
autoridad del docente no reside en su capacidad de administrar información sino en
poder ver más allá de los temas específicos que se trabajan en cada momento.
Begoña Gross, señala que el rol del docente estaría comprometido con el cambio, de
pasar a ser “distribuidor de información” a ser “un sujeto creativo” que integre a los
alumnos en diversas actividades, que permita construir la comprensión personal a
nivel de los contenidos y que acompañe en el proceso de aprendizaje.
Según Maggio, los saberes de los estudiantes en materia de tecnología son
muy valiosos y el docente debe aprovecharlos para la enseñanza de los saberes
curriculares legitimados en la sociedad. “Se trata de aprovechar sus saberes
tecnológicos y de todas las posibilidades que se abren a través del acceso para que la
enseñanza explote en términos de fuerza y relevancia.”(2011, 93) Mariana Maggio
agrega que lo mejor que puede hacer el docente en este sentido, es construir un
puente con los conocimientos que traen los alumnos. Al respecto, Begoña Gros señala
que “Si los estudiantes tienen una mayor competencia técnica, porque no les damos la
oportunidad de que nos ayuden, faciliten tareas, orienten a estudiantes con menos
niveles de conocimiento.”
Alejandro Piscitelli, ex gerente general de Educ.ar, considera que el ingreso de
las netbooks no generará mayor interés en los alumnos por sí mismo ya que lo que
interesa es el cómo y el para qué se usan. Plantea que el punto fuerte es “rediseñar” el
papel del docente, pasar de un modelo docente-céntrico a uno alumno-céntrico con
entornos de aprendizaje personalizado. También considera que es necesario inundar
el aula de docentes para evitar la perspectiva única. Según Piscitelli, Internet ha
puesto en jaque la voz del experto al permitir el acceso a la información y la
generación de contenidos por parte de los usuarios. “Las nuevas tecnologías nos
brindan enormes posibilidades emancipadoras, y las nuevas generaciones son las
primeras en aprovecharlas, a través de la cultura del remixado, el reciclado, la copia, la
remediación, la estética relacional y la postproducción.” (2011, 114).
Sin embargo, vale la pena recordar las palabras de Bukinham, quien advierte
que las tecnologías llegan con potencialidades inherentes pero que es posible que
puedan modificarse e incluso utilizarse subversivamente. Pero la tecnología es
producto de determinaciones sociales y las formas que adopta depende de los
intereses de los actores e instituciones sociales, éstas desempeñan un papel
fundamental en su producción y determinación de dónde, cómo y quién ha de
utilizarla. En este sentido es que plantea que la escuela debe tener una perspectiva
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crítica al respecto de la tecnología y a su vez utilizarla creativamente. También hay
que poner en tela de juicio el uso de los medios como “material didáctico”
transparente, por eso Bunkinham plantea que la educación para los medios debe
ofrecer perspectivas críticas que permitan juzgar las formas en que los medios crean
significado, como representan al mundo, y como plasman ideología y valores
particulares. Aquellos elementos con los que se produce el “remixado” también deben
ser pensados como caminos previamente trazados, y por eso mismo ser observados y
criticados.
Por otro lado Piscitelli plantea que ya no puede haber un proceso de
trasmisión de conocimientos sino de transacción entre docentes y estudiantes. El
docente debe convertirse en un mediador entre el estudiante y la información
disponible, a su vez debe poder establecer vínculos emocionales con el estudiante
para que éste se interese en su propuesta. Piscitelli plantea que el ingreso de las
netbooks al aula relativiza la autoridad del docente y su capacidad de fijar los
contenidos, a la vez que pone a flote la necesidad de generar vínculos emocionales de
otra índole entre docentes y estudiantes. Nelson Pretto, también plantea que el
docente ya no es el que ofrece la información, pero que éste debe promover en sus
clases un análisis detenido del material disponible para que la enseñanza no se
convierta en mero consumo.
Según Bosco, en las circunstancias actuales, se debe pensar en un nuevo rol
para los profesores, los cuales lejos de ser meros “transmisores del conocimiento” se
transformen en “facilitadores de su construcción en un mundo donde éste muta
rápidamente y donde se hace imposible saberlo todo” (Bosco, 2007: 6) El docente,
dice Burbules es importante para ayudar al alumno a evaluar el resultados de sus
hallazgos pero “en definitiva, las decisiones las toman quienes aprenden”, parecería
que tales palabras entrañan y a la vez admiten que actualmente la formación de los
profesores esta basada en el total control de la situación de aprendizaje y enseñanza
(2011: 22).
El actual Ministro de educación, Alberto Sileoni, considera que el objetivo es
que los educadores dominen el uso de las computadoras y conserven su autoridad,
para ello solo deben explorar las posibilidades de la nueva herramienta. Tedesco
agrega que, además de dominar el instrumento, el docente debe llenarlo de sentido
para formar criterios de selección en el estudiante.
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Tiempo y espacio pedagógico.
El tercer elemento que plantea Freire en la situación educativa es el espacio
pedagógico, que es donde se produce el encuentro entre educadores y educandos. El
espacio pedagógico según Freire condiciona la situación educativa, ya que las
condiciones materiales pueden ser o no pedagógicas, y plantea que existe una
estrecha relación entre las condiciones materiales y las condiciones mentales.
Además, entendemos que reflexionar sobre el espacio comprende tener en cuenta no
solo sus condiciones materiales sino su configuración y su lugar en la sociedad.
El cuarto elemento de la situación educativa esbozado por Freire es el tiempo
pedagógico. Freire se pregunta al servicio de quién o de qué está el tiempo
pedagógico, concluye que está al servicio de la producción de saber, va un poco más
lejos y se pregunta al servicio de qué ideales, de qué intereses es que se produce
conjuntamente con los alumnos en el tiempo pedagógico. Entonces considera
fundamental la reflexión sobre el transcurrir de ese tiempo, sobre las modalidades de
su utilización y los fines.
Tanto la escuela como el aula son espacios de la situación educativa, y los
especialistas también reflexionaron acerca de cómo las nuevas tecnologías los
modifican y amplían a espacios nuevos. En este sentido Nicholas Burbules considera
que aunque la escuela sigue siendo el centro, ahora está conectada a otros ambientes
de aprendizaje y la tecnología es la que produce el puente que los conecta. Entonces
piensa que es necesario repasar el rol de la escuela en este nuevo panorama donde
ya no detenta el monopolio del aprendizaje, sino que ayuda a los estudiantes a
integrar los aprendizajes que suceden en otros ambientes.
Según Cristóbal Cobo, el uso de las computadoras está controlado dentro de la
escuela pero si esos espacios se abren ya no tendrá sentido delimitar horarios para
cada materia ya que se podrán combinar contenidos de todas las disciplinas, y la
infraestructura se volverá más liquida. “la escuela debe abrirse al mundo; a otros
espacios de aprendizaje permanente.” Quevedo por su parte considera que la escuela
se mantiene como el espacio donde se acredita el conocimiento, más allá de que los
medios de comunicación primen en la producción, circulación y consumo de la
información.
A su vez, Nelson Pretto cree que es necesario dotar a la escuela de una
infraestructura de producción para que los niños puedan producir y consumir, la
escuela debe ser un espacio vivo que estimule la comunicación y la producción de
contenidos locales. Ese saber debe poder dialogar con el conocimiento instituido para
reconstruirlo y alimentarlo. Mariona Grane plantea que “No necesitamos introducir las
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TICs en la escuela porque es “innovador”, sino porque es totalmente urgente que la
escuela esté ligada a la realidad, y la realidad hoy también está en Internet; estamos
nosotros en Internet, nosotros somos el medio.” (2011, 68)
En este sentido, Alberto Sileoni considera que la escuela, en su labor de
trasmitir valores y conocimientos, debe incorporar las tecnologías de la información y
comunicación para enseñar a leerlas y entender su lenguaje.
Por otro lado Innes Dussel piensa que algunas cuestiones del cambio deben
ser analizadas con cautela por ejemplo, el hecho de que las computadoras vienen
marcadas por el mundo del entretenimiento, las redes sociales y los consumos
culturales producidos por las industrias masivas; eso también ingresa al aula y genera
que la frontera entre los ámbitos escolares y no escolares sea más difusa. Innes
Dussel considera necesario reflexionar acerca del modo de habitar el lugar que
ocupamos teniendo en cuenta la nueva posibilidad de estar conectados a muchos
espacios al mismo tiempo.
Ricardo Forster entiende que la escuela se erige como un espacio donde
docentes y alumnos se mancomunan a recorrer distintos conocimientos durante horas,
desplegando lógicas de ocupar el tiempo y el espacio muy diferentes a la lógica virtual
o al flujo de información actual. La escuela debería encontrar un punto intermedio
entre la temporalidad propia y el efecto efímero de las nuevas tecnologías. En el
mismo sentido, el espacio que habilita la escuela genera un vínculo irremplazable que
no puede compensar la virtualidad, y es en la escuela donde deben trabajarse nuevas
formas de comunicación. Debe existir la mayor cantidad posible de combinación entre
espacios virtuales y presenciales, sin sobreestimar los espacios virtuales, ya que los
sujetos de acción existieron previamente a la tecnología.
Bukinham señala que no es realista pretender que las escuelas se vuelvan más
informales y parecidas a los ambientes extraescolares ya que la función social de la
escuela implica que inevitablemente debe distinguirse de los demás escenarios
cotidianos. A la escuela. Dice Bukinham, le corresponde acercarse de forma
estructurada y sistemática al aprendizaje, brindar a los estudiantes experiencias y
conocimientos que no pueden adquirir en otros espacios.
Espacio y tiempo áulico
Tener el compromiso de incentivar la curiosidad, respetar los saberes de los
otros, unir reflexión, intervención y acción en la praxis diaria, son las bases de la
corriente pedagógica que despliega Freire. El pedagogo brasileño propone el paso del
15
aula claustral a un aula sin muros, a un espacio abierto que permita incentivar a la
exploración y el descubrimiento.
Nicholas Burbules define dos tipos de aulas que se pueden generar a partir de
la inclusión de las nuevas tecnologías. Por un lado el modelo de una computadora por
alumno. Por otro lado, cuando la tecnología se utiliza como centro aglutinador de un
proceso colectivo de aprendizaje, de esta forma considera que las tecnologías
posibilitan el trabajo grupal colaborativo. En el mismo sentido, Nora Sabelli plantea que
la modificación del aula debe darse en favor de hacer hincapié en el trabajo grupal que
se ve favorecido por las nuevas pedagogías, no por las TICs en sí mismas. Esto
produce que el profesor ya no sea el foco de atención y que los estudiantes
interactúen compartiendo una mesa de trabajo y la reflexión alrededor de la resolución
de un conflicto. Esta modificación permite al docente identificar quienes necesitan más
su apoyo.
Esta idea de trabajo colaborativo requiere, según Nora Sabelli, la expansión de
los tiempo para trabajar los temas en profundidad, en mismo sentido Mariona Grane
considera que es imposible continuar con el esquema de una hora por materia ya que
eso impide el trabajo colaborativo y la continuidad de los proyectos.
Alejandra Bosco plantea que generalmente el tiempo y el espacio se
consideran lo mismo para todos sin importar cuál sea la actividad y que esta
organización del tiempo técnico-racional choca con una visión subjetiva o policrónica
afín a las propuestas de aprendizaje autónomo “donde el tiempo y espacio se
gestionan en función de lo que haya que hacer en ellos, y por lo tanto requiere de una
flexibilidad mayor por su gran sensibilidad a las necesidades de las tareas a realizar.”
(2007,18) Inés Dussel explica que la proliferación de máquinas en el aula supone la
redefinición del aula como espacio pedagógico. Dice que ya no se puede sostener la
enseñanza frontal, simultánea y homogénea en un aula con tecnologías que proponen
una fragmentación de la atención y recorridos individualizados según el usuario.
Según Alberto Sileoni el modelo 1 a 1 permite que el docente plantee una
consigna y que cada estudiante trabaje desde sus saberes, sus intereses y sus puntos
de vista, eso permite que trabajen desde la heterogeneidad que provoca el intercambio
de experiencias posibilitado por los diversos formatos de aprendizaje disponibles en la
escuela. La inclusión de las notebooks busca igualar las posibilidades de los chicos en
lo que respecta al desarrollo social y cultural, al a vez que abre espacios de
participación, intercambio e inclusión.
Mariona Grané considera que es necesario diseñar entornos para aprender que
contemplen espacio con recursos, conexiones con personas y herramientas que
ayuden a aprender más allá de las paredes de la institución. Henry Jenkins además
16
plantea que los docentes deben pensar el aula, no su aspecto físico, sino con el fin de
incluir a la comunidad donde viven los estudiantes. En este sentido es que habla de
“ecología del aprendizaje”: “un espacio más poroso en el que los estudiantes puedan
compartir experiencias por fuera del aula que sean significativas como parte de su
aprendizaje; donde puedan alcanzar los saberes que necesitan, incluso si se
extienden más allá de los recursos de una sola escuela; y donde alumnos y maestros
estén conectados a una comunidad más grande, incluso global, con la que comparten
los mismos intereses.” (2011, 80).
Familia, la configuración de un nuevo espacio.
En el marco de la nueva política educativa, el rol de la familia adquiere mucha
importancia ya que el objetivo principal de tal política es la inclusión social a través de
la distribución de equipos para que lleguen también a los demás integrantes del círculo
familiar. En tanto parte importante de la educación de los niños, la familia se integra
como un nuevo espacio educativo dónde docentes, alumnos y familia deben trabajar
en conjunto.
Como sugiere Manuel Área Moreyra, hay diferentes formas de llevar a cabo los
modelos uno a uno. En el caso particular de Conectar Igualdad, se consideró la
posibilidad de que el estudiante lleve su netbook a su casa. Tal posibilidad es valorada
positivamente por el autor quien explica que “es recomendable que los alumnos lleven
las computadoras a su hogar, ya que ello posibilita que estén en contacto permanente
con la tecnología y se impliquen en el aprendizaje con las TIC sin interrupciones entre
los tiempos escolares y los tiempos extraescolares” (Area Moreira, 2011: 7). En
general las entrevistas valoran esta particularidad del plan ya que posibilita la inserción
de nuevos actores sociales: la familia.
En particular Nicholas Burbules, quien Investiga y trabaja temáticas
relacionadas a la filosofía de la educación y la tecnología educativa, considera que si
no hubiera sido posible que las máquinas pudieran ser llevadas a los hogares, este
hubiera sido un obstáculo para el “aprendizaje ubicuo”, ya que considera que la
movilidad de los dispositivos es el beneficio que genera esta forma de aprender.
Cristobal Cobo, mira la inserción de las netbooks en las casas desde una perspectiva
social ya que genera una intervención más allá de las aulas. Esta decisión, según
Cobo “pone el acento en la potencialidad de las nuevas tecnologías para permitir
movilidad social y generar un derrame de conocimientos dentro de las familias y de
otros espacios sociales”. De esta manera pueden crearse nuevas situaciones
creadoras de saberes en términos explicitados por Freire el cual, envuelto en la
17
comprensión crítica del conocimiento, considera que este no debe encerrarse en las
paredes del aula.
Cristóbal Cobo advierte que el tema del aprendizaje en el entorno informal tiene
mayor importancia de la que se le ha dado y la familia es trascendental para generar
transferencias horizontales entre padres y chicos. En la misma línea, Ines Dussel
considera que el proceso de inclusión de las tecnologías tendrá un fuerte impacto en
las familias, en especial en aquellas que acceden por primera vez a una computadora,
y permitirá ampliar sus expectativas económicas, sociales y culturales. Mariona Grané
explica que “Los padres, en este sentido, deben compartir con sus hijos lo que saben
y, a la inversa, estar alertas, apoyar y orientar; guiar y, de nuevo, mediar.” (2011, 72)
Henry Jenkins entiende que una parte importante de la “ecología del
aprendizaje” es el rol de las familias ya que estas poseen conocimientos y tradiciones
locales que son vitales en la vida del niño, y esa es la base desde la cual el
aprendizaje debe crecer. Los padres deben ser integrados totalmente al proceso de
aprendizaje, los docentes deben poder identificar los saberes de los padres para poder
incorporarlos dentro del aula y compartirlos con otros jóvenes.
Mariana Maggio, al hablar de las familias en el proceso de inclusión de las
tecnologías, entiende que se debe trabajar en el desarrollo de usos críticos de éstas
en la familia ya que no es común que eso suceda. Además, surgen escenarios nuevos
más allá de la clase ya que los alumnos comparten sus tareas de formas inéditas a
partir de contar con la computadora. Estos escenarios deben ser comprendidos por
parte de los educadores y de los padres ya que son parte importante de la educación
expandida que provoca la nueva tecnología. Al respecto, Nelson Pretto plantea que
sería necesario generar “Una escuela de tiempo completo, con profesores
“residentes”, articulados intensamente con las familias, permitiría una mayor
asistencia. Más que eso, generaría una mayor integración de la comunidad escolar.
Por lo tanto, la escuela y la comunidad serían parte de ese mismo sistema, con vistas
a buscar la solución de sus problemas en lo colectivo.” (2011, 123)
Juana M. Sancho Gil cita una frase africana que dice “para educar a un niño
hace falta una tribu” y considera que la escuela no tiene en cuenta el entorno y se
cierra en sí misma, por eso es necesario que el chico se lleve la computadora a su
casa y que la escuela actúe como mediadora cultural. Alberto Sileoni recalca que en el
programa se tuvo en cuenta que la computadora llegaría al entorno de los chicos y se
diseñó una guía especial para los padres, y algunas herramientas para que puedan
acompañar a los hijos. El objetivo del adulto, concluye, es darle sentido a la nueva
tecnología para que realmente eleve la calidad educativa. La visión de Bernardo Sorj
es que en el caso de las familias con menor acceso a las tecnologías existe un
18
problema fundamental, se pierde el soporte material que permitía a los padres tener un
control sobre el trabajo de sus hijos.
Tedesco al respecto considera que existen diferentes tipos de familia y que en
algunas recibirán por primera vez la máquina a partir del plan conectar igualdad. En
estas familias puede jugar el papel de alfabetizar digitalmente a los adultos, pero
plantea que en sí mismas las tecnologías no van a producir transformaciones en los
vínculos familiares. Si la familia no se interesa, la computadora no generará de por si
más atención al niño, puede facilitar la comunicación entre la escuela y la familia, pero
tiene que ver con los vínculos familiares previos y no con una novedad que surge a
partir del ingreso de la computadora en el hogar.
Los contenidos curriculares, la direccionalidad de la educación:
Una parte esencial de la situación educativa son los contenidos curriculares, los
elementos que el profesor tiene la obligación de enseñar y los alumnos de aprender. A
estos contenidos curriculares Freire los llama objetos cognoscibles. Plantea que los
mismos son percibidos a partir del a curiosidad y por ese motivo es que se debe
preservar la curiosidad de los niños. Otra instancia de la situación educativa, que va
más allá de ella, es la direccionalidad de le educación, instancia que tiene que ver con
utopías y formas de ver el mundo. La direccionalidad explica la cualidad fundamental
de toda práctica educativa: su politicidad.
Los entrevistados también reflexionan sobre los contenidos curriculares y a su
vez, trataremos de rastrear cual es la direccionalidad de la educación desde la
perspectiva estatal según los testimonios y que otras perspectivas individuales
emergen en el proceso discursivo de reflexión.
Lino Barañao, Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la
Nación, sostiene que se deben generar contenidos que permitan a los jóvenes
programar sus propias netbooks para que estas sean una herramienta, y también es
una forma de que se interesen por las carreras informáticas ya que esta área
demandará muchos técnicos y profesionales en los próximos años. Además considera
que hay que popularizar el método científico a través del abordaje metódico de la
información, la escuela debería formar a los estudiantes con una cosmovisión
moderna del universo que los rodea. “Alfabetizar científicamente consistiría, en primer
lugar, en transmitir el método científico, al establecer una verdad científica y evaluar su
grado de validez a través de la experiencia.” (2011, 15). En este sentido es que
Riccardo Petrella advierte que una de las trampas de la educación es aquella que
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hace de la misma un instrumento al servicio de la formación del “recurso humano”,
considerado como una mercancía económica que debe estar disponible.
Lino Barañao, sostiene además que son honrosas las excepciones de
profesores que actualmente incentiven en las aulas la pasión por las ciencias “la
mayoría se limita a transmitir los conocimientos básicos, y presentan a la ciencia como
un conocimiento algo difícil de asimilar y con exámenes complicados de aprobar”.
(2011:13) La ausencia de áreas curriculares específicas y la falta de formación de los
docentes para el uso de los medios informáticos como recurso didáctico en las
disciplinas tradicionales favoreció que la introducción de las computadoras en las
prácticas educativas de las escuelas se hiciera casi exclusivamente a través de la
enseñanza y aprendizaje de aplicaciones informáticas de uso general. Concepción
restringida, limitadora y poco significativa, generalmente “para entusiasmar a los
chicos muchas veces se apela al PowerPoint, pero tal vez termina siendo muy liviano,
muy poco desafiante” como cuenta Dussel. (2011: 41)
Para Freire, la formación del espíritu crítico, al que también refiere Foster en la
entrevista, permitiría hacer hincapié en la capacidad interrogativa del alumno, de
manera que los estudiantes puedan aprender a dar significado a la información de que
disponen, de esta forma se configuraría “un tipo de aprendizaje activo, comprometido,
no directivo o no dirigido desde fuera, significativo y centrado en el estudiante” como
dice Alejandra Bosco (2007:4). Sin dudas solo la introducción de las computadoras no
suplirá el ordenamiento lineal de la transmisión. El docente, debe ayudar a desarrollar
estudiantes autónomos que sigan aprendiendo durante toda su vida utilizando otra
pedagogía y más tecnología. Bosco, también considera que la estructura escolar
misma debería flexibilizarse en todos sus niveles para darle más protagonismo y
libertad a los actores implicados: profesores, estudiantes y a sus familias, permitiendo
así una mayor comunicación, la cuál implicaría “liberar de la actual organización de
tiempo y espacio educativo” (Bosco, 2007: 6). Forster plantea que la alfabetización
digital debe ser acompañada por una alfabetización integral entendida como
formadora de ciudadanos con pensamiento crítico, capaces de debatir los modos y
fines de uso de las nuevas tecnologías. El espíritu crítico debe atravesar todo el
recorrido educativo para formar sujetos que no aspiren solo al manejo de una
herramienta. Considera que es responsabilidad del estado garantizar el acceso
igualitario a las tecnologías y crear un ámbito educativo que se centre en propiciar esa
mirada crítica sobre el mundo.
Mariona Grané considera que las políticas estatales hasta el momento han
actuado de en los diferentes países de forma similar, dotan de equipos a las escuelas,
a los alumnos, a los profesores, se digitalizan contenidos y se espera a que algo
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cambie. En cambio, plantea, debería replantearse el modelo educativo y luego decidir
sobre la aplicación o no de las TICs. Considera que el concepto de alfabetización
digital supera la habilidad de manejar un blog o un sistema, tiene implicancias de
comprensión de un lenguaje audiovisual abierto y compartido, y no es solo la
comprensión sino de construcción con ese lenguaje. Esta concepción es la que Levis
llama “tecno-lingüística”, que tiene en cuenta la dimensión lingüística de la informática
como técnica cultural. Es la alfabetización digital integra, enseña los principios del
lenguaje que regula el funcionamiento de las computadoras.
Innes Dussel considera que el estado es quien tiene que ayudar a darles un
uso educativo a las netbooks formando a los docentes y brindando recursos para
trabajar en el aula. También plantea que el debate más importante es el que gira
entorno a las concepciones de contenidos, conocimiento y cultura. En este sentido es
que considera que la escuela debe introducir conocimientos más complejos del
contexto, un lenguaje riguroso y argumentaciones complejas. Los medios y las redes
sociales manejan otra lógica, son más inmediatos, poco argumentados, poco
racionales y más efectista. Juana M. Sancho Gil considera que hay que poner el
énfasis en el tipo de alumnos y alumnas que se quiere formar, y esto tiene que ver con
un proyecto pedagógico y político de le escuela. Y dice al respecto “Yo quiero formar
un individuo que conozca el tiempo en el que vive, que se conozca a sí mismo, que
conozca y respete a los demás, y que utilice las diferentes herramientas de la
comunicación y la información.” (2011, 158)
Alberto Sileoni cuenta que desde el portal Educ.ar se desarrollaron más de
cinco mil objetos de aprendizaje y que se instalaron en los escritorios de las netbooks
contenidos específicos para alumnos, docentes y familia. También se digitalizaron
textos, se hizo edición de videos, materiales históricos y asegura que se están
desarrollando programas que potencian la producción e docentes y alumnos.
Palabras finales:
Podríamos considerar que se plantea un debate disciplinario entre
especialistas, académicos y funcionarios del programa a fin de construir un discurso
que legitime y de valor a la política propuesta. Se puede establecer, en el sentido que
hace Bourdieu, cómo desde el Estado se “describe” la política y a la vez se
“preinscribe” un discurso legitimante que pretendería ser único.
La acción es posible porque los especialistas de diferentes disciplinas
científicas que desarrollan su actividad profesional, “tienen un conocimiento (más o
menos adecuado) de ese mundo y que se puede obrar sobre el mundo social obrando
21
sobre su conocimiento de este mundo”. Estos discursos tienden a producir y a imponer
sus representaciones, de esta manera son capaces de obrar sobre este mundo
tratando sobre la representación que se hacen los agentes. O, más precisamente,
tienden a transformar el mundo social conforme a sus intereses.
La intención de crear un ámbito de intercambio entre especialistas de
diferentes disciplinas científicas, puede ser productiva si desarrolla un debate
profundo, sin embargo los planteos redundan en los aspectos materiales y positivos
pero no permiten acercarse a las cuestiones cruciales, como por ejemplo la injerencia
de las decisiones del mercado sobre el estado. Solo permite aproximarnos a algunas
críticas sencillas, y no consideraciones significativas. Es válido remarcar que “lo que le
hace falta a la escuela son las perspectivas pedagógicas y no las perspectivas
económicas, tecnológicas, políticas o propagandísticas. No necesitamos introducir las
TICs en la escuela porque es “innovador”, sino porque es totalmente urgente que la
escuela esté ligada a la realidad” Mariona Grané.
Consideramos que las palabras de los especialistas acercan a los lectores al
campo de la educación, hacia construcciones teóricas e históricas. Procura apelar a
un discurso académico y publicitario construyendo los destinatarios a los cuales se
dirige: directivos, docentes y miembros en general de la comunidad educativa, junto a
investigadores de los diversos campos vinculados a la educación y las nuevas
tecnologías.
Las palabras parecen demandar, tras la necesidad creada de que la escuela
dialogue con componentes y espacios extraescolares, que la formación académica,
práctica y pedagógica del docente se renueve. Sin embargo los discursos, no brindan
ni crean reflexiones para tomar parte del debate en sentido amplio.
La educación ha sido en el transcurso del siglo, y se puede esperar que
continúe siendo, un instrumento que ha tenido la sociedad moderna para luchar contra
las desigualdades, para hacer frente a la segregación y exclusión social, para
profundizar los valores democráticos, para impulsar el desarrollo económico y cultural
y para promover el desarrollo personal. La inserción de las tecnologías en la escuela
actual invita a la institución a reformularse en cuanto a los roles de los educadores,
educandos, invita a que se recree un nuevo espacio social como lugar en el cual
conversan generaciones de jóvenes que se atrevan a llevar a la escuela sus
verdaderas inquietudes y profesores que incentiven sus indagaciones.
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Entendemos que a un año de su inicio, quienes implementan el programa se
vieron en la necesidad de atender a aquellos objetivos que eran específicamente
educativos, por ejemplo:
• Mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje a través de la modificación
de las formas de trabajo en el aula y en la escuela.
• Acercamiento a los intereses, necesidades y demandas de los alumnos.
• Mejorar la calidad educativa de la educación secundaria, incentivando los
procesos de transformación institucional, pedagógica y cultural necesarios para el
mayor aprovechamiento de las TIC en las escuelas.
• Mejorar las trayectorias educativas de alumnos y alumnas.
• Dotar a los alumnos de mayores posibilidades de inserción laboral.
• Producir un cambio en las formas de comprender y relacionarse con el
mundo.
• Promover el fortalecimiento de la formación de los docentes para el
aprovechamiento de las TIC en el aula.
Más allá de la función de igualación social de esta política, existe un aspecto
que tiene que ver con cómo la escuela, docentes y estudiantes incorporan las TICs a
sus prácticas cotidianas, y este aspecto hasta entonces fue descuidado.
La primera etapa del programa obedeció a una concepción socio-educativa que
en términos de Levis es técnico-operativa es decir, propugna el uso de las TICS como
material didáctico, como herramienta para facilitar el aprendizaje y contempla solo el
uso operativo de equipos y aplicaciones. A su vez, Levis plantea que esta concepción
ha sido la preponderante, incluso en la Argentina, y al considerar a la computadora y a
Internet como herramientas para mejorar la educación no se presenta la necesidad de
transformar el modelo de escuela tradicional.
Pero esta perspectiva, que no fue explicita sino que se manifestó por la falta de
discursos y políticas para modificar la escuela, es revisada por los diferentes
entrevistados, quienes a través de su discurso construyen a los componentes de la
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situación educativa de tal forma que para ello sería necesario repensar toda la
escuela.
Freire plantea que enseñar no es la transferencia de contenidos, sino un
trabajo conjunto entre profesores y alumnos, y es responsabilidad del docente
proponer al alumno elaborar los medios para construir su comprensión del mundo y
del objeto de estudio. Los entrevistados argumentan en este sentido pero existe una
falencia al momento de pensar prácticas concretas. En este sentido, desde el Estado
tampoco existen políticas que acerquen a docentes y estudiantes a una concepción
diferente, transformadora, de la educación.
Consideramos que discursivamente piensa una escuela transformadora, pero
entendemos con Levis que “Sin saber lo que se busca es difícil implementar una
política. No basta con declaraciones y principios de intenciones. Diseñar un plan de
acción implica definir para qué (la finalidad y el sentido de la acción) y cómo (el modo
más apropiado) se intentará alcanzar el objetivo buscado.” Es en este sentido que
concebimos que lo que debe pensarse es una concepción socioeducativa clara, que
delimite las innovaciones dentro de la situación educativa y encuentre los modos de
llevarla adelante. Esto tal vez debería haber antecedido a la distribución masiva de
netbooks, por lo menos en lo que respecta a sus objetivos netamente pedagógicos.
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