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Autor: Michel, Marcos Año: 1993. Facultad de Ciencias Sociales Carrera de Arqueología Universidad Mayor de San Andrés Título: Prospección Arqueológica de San Ignacio de Moxos. Provincia Moxos, Departamento de Beni, Bolivia Libro: Publicación Digital Saberes Bolivianos 2011 www.saberesbolivianos.com

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Autor: Michel, Marcos

Año: 1993. Facultad de Ciencias Sociales Carrera de Arqueología Universidad Mayor de San Andrés

Título: Prospección Arqueológica de San Ignacio de Moxos. Provincia Moxos, Departamento de Beni, Bolivia

Libro: Publicación Digital Saberes Bolivianos 2011

www.saberesbolivianos.com

Prospección Arqueológica de San Ignacio de Moxos.

Provincia Moxos, Departamento de Beni, Bolivia.

Tesis para optar al grado de licenciatura en arqueología presentada por:

Marcos Rodolfo Michel López.

Tutor:

Dr. Juan Albarracin Jordan.

Facultad de Ciencias Sociales

Carrera de Arqueología

Universidad Mayor de San Andrés

La Paz. Bolivia

1993

Agradecimientos:

Mis sinceros agradecimientos a todas las personas que directa o indirectamente colaboraron con

esta investigación:

Al Dr. Juan Albarracin Jordan por ser un tutor paciente y que mostró su continuo apoyo. Al Dr.

Clark L. Erickson por sus valiosos consejos, envíos bibliográficos y seguimiento en la labor de

campo. A los colegas y amigos de las carreras de Antropología – Arqueología de la Universidad

Mayor de San Andrés, en especial al Lic. Jaime Fernández por la comprensión y la ayuda que

brindó hacia los nuevos profesionales arqueólogos.

Un particular reconocimiento a los Drs. William M. Denevan y Betty J. Meggers por sus

sabios consejos y aliento. También a los Drs. Anna Roosevelt, Jeffrey Parsons, Gregory Knapp,

Kent Mathewson y al Mst. Martín Guiesso por haberse interesado en mi trabajo y haberme

mantenido al tanto sobre la arqueología amazónica y de camellones. A los antropólogos Lic.

Guillermo Rioja de Conservación Internacional y Gonzalo Oviedo por su sincera amistad y

colaboración.

De igual manera al compañero René Vargas Fernández de la UMSA, con quien

anduvimos durante las difíciles jornadas de prospección en septiembre de 1991, a la comunidad

de Totaizal por su hospitalidad y comprensión durante la construcción de los primeros

camellones experimentales del Beni, especialmente a Artemio Vásquez, Celso Parada y Marcial

Nalema.

A los amigos Kenny Roberts y Cherry Wilson que aportaron para la continuidad del

proyecto cuando este estaba naciendo.

A la familia Justiniano; Fidel, Ronald y Raúl dueños de las estancias La Víbora y La

Viborilla por su apoyo y amistad durante nuestra estadía en el Beni y a los estancieros Sres.

Dorila Diez (Estancia La Estrella), Ángel Suarez (Estancia La Media Vuelta), Emilio Arias

(Estancia La Lágrima), Hugo Ribero (Estancia Mausa) que autorizaron nuestro trabajo en sus

estancias, y a todos los amigos de San Ignacio que gentilmente nos alentaron.

A la CEPIB (Central de Pueblos Indígenas del Beni), que dio el visto bueno para la

ejecución del trabajo de campo.

A todos los miembros de la Parroquia de San Ignacio de Moxos, en particular al padre

Enrique Jordá que nos prestó su tiempo y estuvo siempre dispuesto a escucharnos.

A los amigos ecuatorianos de la ESPOL (Escuela Politécnica del Litoral) de la carrera de

Arqueología, Guayaquil, por la camaradería y amistad demostradas, en particular a Irina

Xomchuk docente, las arqueólogas Yashila Vera Guayasamín, Amelia Sánchez, Maritza Freire y

a todos los estudiantes. En Cuenca al director del Museo Arqueológico de Ingapirca Raul Marca,

Judith Pesantes de la sección cultural del Banco central y a la arqueóloga Rita Diaz de Quito por

la valiosa información compartida.

A Sabina Stab, Julio Arce, Calogero Santoro, Maria Helena Angulo, Wilma Winkler, los

amigos del MUSEF y en fin a todos quienes confiaron en el éxito del proyecto.

INDICE

I. Introducción 1

II.

Región de estudio

7

II.1. San Ignacio de Moxos – Morfología del Área de Estudio 12

II.1.1. Bosques 14

II.1.2. Pampa 15

II.1.3. Zonas anegadizas

II.1.4. Drenaje

II.1.5. Lagunas

II.1.6. Rasgos arqueológicos

II.1.7. Agricultura y Obras Civiles

III.

Justificación

IV.

Objetivos Generales

IV.1. Objetivos Específicos

V.

Antecedentes

V.1. Etnohistoria

V.1.1. Situación actual de los archivos en el Departamento de Beni

V.1.2. Documentación etnohistórica del momento de la llegada de los españoles a Moxos

V.1.3. Relación de las entradas de los españoles en los primeros cien años de contacto

V.1.3.1. Antecedentes

V.1.3.2. Primeros Intentos de Exploración

V.1.3.3. Ingresos desde el Alto Perú

V.1.3.4. Ingresos por Santa Cruz

V.1.4. Primera llegada de los españoles y sucesivas visitas

V.1.4.1. Expedición de Conquista

V.1.4.2. Conquista jesuítica y creación de la misiones

V.1.5. Llegada a Moxos de Gonzalo Soliz de Holguin y sus hombres, primeras descripciones

V.1.5.1. Introducción

V.1.5.2. Ingreso a la región

V.1.5.3. Arribo a los poblados y descripciones

V.1.5.4. Terraplenes, canales y camellones

V.1.5.5. Conclusiones

V.2. Arqueología

V.3. Campos elevados

V.3.1. Introducción

V.3.2. Estudios sobre campos elevados

V.3.3. Antigüedad y desarrollo de América

V.3.4. Antigüedad y desarrollo de Bolivia

V.3.5. Camellones experimentales en Sudamérica

V.3.6. Camellones experimentales en Perú y Bolivia

V.3.7. Camellones y sociedad

VI.

Marco Teórico

VII.

Problemática

VIII.

Hipótesis

IX.

Metodología y Técnicas

IX.1. Análisis de fotografías aéreas

IX.2. Prospección

IX.3. Excavación

IX.4. Análisis de Laboratorio

X.

Descripción de los sitios arqueológicos y las estructuras agrícolas de San Ignacio de Moxos

X.1. Sistemas de camellones y terraplenes de la Estancia “La Víbora”

X.1.1. Sitio La Víbora

X.1.2. Conjunto de camellones “a”

X.1.3. Conjunto de camellones “b” y “c”

X.1.4. “Isla grande A”

X.2. Diques de represamiento y otras estructuras de las Estancias “La Víbora” y “La Viborilla”

X.2.1. Conjunto de camellones “d” y “e”

X.2.2. Conjunto de camellones “f”

X.3. Estructuras artificiales de la Estancia “La Viborilla”

X.4. Estructuras artificiales de la Estancia “La Media Vuelta”

X.5. Estructuras artificiales de la Estancia “La Estrella”

X.6. Estructuras artificiales de la Estancia “La Lágrima”

X.7. Estructuras artificiales de la Estancia “Mausa”

X.7.1. Isla Mausa

X.7.2. Terraplenes y canales de la Estancia “Mausa” y arroyo “Comoivaca”

X.7.3. Otros terraplenes

X.8. Estructuras artificiales de la “Estancia del Sr. Sabala”

X.9. Sitio Laguna Isireri

XI.

Análisis de resultados

XI.1. Cerámica

XI.2. Asentamientos Humanos y Obras Artificiales de Tierra

XI.2.1. Canales Perpendiculares a un lecho de arroyo que inundan sectores de camellones

XI.2.2. Sistemas de terraplenes, canales y camellones en relación a los cursos de arroyos y

lagunas

XI.2.2.1. Terraplenes y canales bordeando un arroyo

XI.2.2.2. Sistema de represamiento intermeándrico simple

XI.2.2.3. Terraplenes, canales y camellones asociados a meandros de arroyos

XI.2.2.4. Sistemas de represamiento de agua mediante terraplenes a un lado del

meandro

XI.2.3. Sistemas de represamiento de agua permanente

XI.2.3.1. Sistemas de canalización y retención de agua de los afluentes de la laguna

Isireri

XI.2.3.2 Sistemas de almacenamiento de agua en la Estancia “La Víbora”

XI.2.4 Sistema de diques de represamiento de agua a gran escala

XII.

Conclusiones Generales

Segundo Cuerpo

ANEXOS

1. Descripción de Cerámica

2. Descripción de pozo de sondeo

3. Registro de terraplenes

4. Registro de material arqueológico

5. Registro fotográfico

6. Mapas y Croquis

7. Fotografías

8. Bibliografía

I. Introducción.

El proyecto de Prospección Arqueológica de San Ignacio de Moxos es una síntesis del

trabajo realizado en el Departamento de Beni durante varias jornadas de campo y gabinete.

Dicho proyecto estuvo orientado a llamar la atención sobre las impresionantes obras

prehispánicas artificiales de tierra y su significado cultural en el tiempo, considerando los

escasos trabajos hechos en la zona. Para lograr esta meta fue fundamental un análisis detallado

de características clave, no tomadas en cuenta en anteriores estudios: la ecología del área

mediante una revisión fotointerpretativa que describe los sectores de bosque, pampa, curichis o

depresiones y todo lo que caracteriza una zona de inundación y sequía anuales extremas. Los

mapas del trabajo permitieron comparar el patrón actual de habitat frente al arqueológico, con

notables diferencias en el tipo de asentamiento y en la forma de acceso a los recursos naturales.

Ya en el estudio de las fotografías aéreas nos llamo la atención como las peculiaridades

ambientales de las llanuras fueron aprovechadas, desde tiempos tempranos, para el desarrollo de

una sofisticada y compleja agricultura de campos elevados y terraplenes de represamiento de

agua. Extensas superficies se transformaron mediante el desvío de los arroyos y la

implementación de canales; fueron también construidos sistemas canalizados de drenaje, diques

de represamiento de agua mediante terraplenes, represas de almacenamiento de líquido

excavadas en el terreno, campos elevados y otros a grandes escalas. Este avance tecnológico fue

logrado a la vez que el desarrollo de grandes poblaciones se iba organizando mediante la

implementación de la agricultura. Sistemas de organización social y subsistencia que recién

están siendo inferidos y formaron parte de esta compleja formación socieconómica aun

desconocida.

Debido a las carencias metodológicas de investigaciones pasadas, la prospección de San

Ignacio de Moxos tuvo como objetivo el análisis contextual de los restos arqueológicos, tanto de

habitat como agrícolas. Esta estrategia fue definida con la intención de lograr una interpretación

cabal del patrón de asentamiento y la funcionalidad de las estructuras agrícolas en relación a los

sitios de habitación registrados durante la prospección. Dicha relación permitió establecer una

comparación general con las otras áreas similares conocidas en Sud América.

La investigación realizada también consideró a nivel de antecedentes el estado actual de

los archivos etnohistóricos del Beni y la importancia de conservar la escasa documentación

bibliográfica existente. Un análisis etnohistórico de la documentación sobre los primeros cien

años de la llegada de los españoles a Moxos permitió cuestionar profundamente una “visión

oficial” del hombre de las tierras bajas llamado “salvaje”, creado por las crónicas jesuíticas, que

influenció en las descripciones de viajeros y cronistas de los siglos pasados. Por el contrario las

primeras referencias de los Toros o Moxeños, hechas por españoles, nos hablan de grandes

poblados, terraplenes y abundante agricultura correspondientes a un alto grado de desarrollo. Los

antecedentes arqueológicos del área en general son mínimos, ya que, en comparación con otro

tipo de información, las investigaciones se concentraron en su mayoría en los alrededores de

Trinidad. Esta falencia fue compensada en la tesis mediante una revisión comparativa de la

arqueología de camellones o campos elevados en Sud América en relación al Beni, que permitió

ubicar el desarrollo de la agricultura de camellones en un medio similar a otros del continente.

El marco teórico planteado muestra en forma crítica las diferentes tendencias teóricas

desarrolladas en la arqueología amazónica y su influencia en el pensamiento actual. Se menciona

la teoría de las “Culturas de Floresta Tropical” desarrollada por Donald Lathrap para la

amazonia, considerada de suma importancia para el entendimiento de los procesos sociales que

se habían dado en Moxos, y se plantea un esquema nuevo de interpretación. La problemática de

estudio es amplia; los cuestionamientos sobre el pasado cultural de Moxos abarcan preguntas

sobre el origen de los pobladores de Moxos, el desarrollo de su agricultura, el tipo de sociedades

desarrolladas y otros. En este sentido las hipótesis plantean la posibilidad de un poblamiento

temprano de la región por grupos cazadores recolectores (que todavía no ha sido detectado en el

registro arqueológico en la región de Beni). Un largo y continuo desarrollo de la agricultura,

ligado al crecimiento de aldeas en una fase formativa. En esta fase también se habría iniciado la

agricultura de camellones con el consiguiente crecimiento poblacional – económico, y

gradualmente el dominio de técnicas hidráulicas en la agricultura.

El auge y el dominio de las técnicas agrícolas en Moxos fueron seguidos por una

desarticulación cultural generalizada debido a la influencia de la llegada de los españoles.

Dentro de la hipótesis se plantea también que la etnia Moxeña y los grupos Arawac de la

región son el producto de una serie de migraciones del norte de Sud América.

Para la contrastación de las hipótesis se han utilizado diferentes fuentes de información

que incluyen datos etnohistóricos, estudios de fotointerpretación, e interpretaciones de trabajo de

campo y laboratorio. La prospección intensiva del área de estudio (80 Km² entre las lagunas

Isireri, Mausa y la población de San Ignacio), reporta datos de suma importancia, como ser

varios sitios arqueológicos ubicados dentro de los espacios habitables de altura, 45 terraplenes

artificiales con longitudes entre 10 m. y 4 Km. de largo y canales que varían desde zanjas de 1

m. de ancho hasta arroyos canalizados de causes de más de 10 m. de ancho. Los datos

proporcionados por el trabajo de campo permitieron a la vez entender las características

tecnológicas de los camellones como adaptaciones especializadas a microregiones, con una

amplia variedad en sus formas y tipos, su reutilización en períodos de cientos de años y otras

características.

Por otra parte, el análisis de cerámica de la prospección logró reconocer influencias

continuas de oleadas migracionales Arawac llegadas a las llanuras del Beni desde los actuales

territorios de Venezuela y Colombia, las que jugaron un rol fundamental en el desarrollo de las

culturas regionales de Moxos desde épocas tempranas, con la posible influencia en la agricultura

y formación de aldeas.

Las conclusiones finales brindan un panorama general sobre el desarrollo de las

sociedades prehispánicas de Moxos desde sus tiempos más remotos hasta la llegada de los

españoles, tomando e cuenta toda la información rescatada y la formulación de nuevas hipótesis

alternas.

En tal sentido, el proyecto efectuado se justifica en la medida en que nos permite

investigar y reconocer un rico y complejo pasado beniano, el mismo que contrasta con las

condiciones actuales en que viven los indígenas Moxeños. Las sociedades complejas de Moxos

tuvieron poblados extensos y autosuficientes con características particulares que aun

desconocemos. La documentación y reintroducción de la tecnología de camellones del oriente

boliviano permitirá en el futuro un mejoramiento en la dieta del campesino, así como una mayor

producción, considerando que los primeros resultados experimentales de campos elevados han

tenido resultados positivos.

La tesis aquí presentada será asimismo, útil en la medida en que sirva a la comunidad

beniana a identificarse con un largo proceso histórico, fundado en un pasado prehispánico

considerado de los más ricos de América y el mundo, del cual podremos rescatar tecnologías y

formas de aprovechamiento de la naturaleza para la vida actual.

II. Región de Estudio.

Los llanos de Moxos, una región situada en la porción central anualmente inundable del

departamento de Beni, presenta características fisiográficas particulares que la diferencian de

otras. Se encuentra formada por amplios pastizales (50%) (Lehm 1991:2). Está rodeada y

presenta irrupciones de la “Hyalea Amazónica” en forma de un cordón que la envuelve por el

norte a la altura de Guayanamerin, al este por el Brasil, y parcialmente al oeste y sur,

confundiéndose con los Yungas de La Paz y Cochabamba (Dougherty y Calandra 1984 –

1985:40), (Mapa II).

Durante la época de lluvias, entre noviembre y marzo aproximadamente, se producen

inundaciones por los desbordes de los ríos que acumulan las aguas de las precipitaciones

pluviales de la Cordillera de los Andes. Las crecidas pueden durar de pocas semanas a varios

meses, dependiendo de la cantidad de agua acumulada (Denevan 1980:29).

Las llanuras tienen una altura promedio de 1,70 m.s.n.m.; su superficie está formada de

suelos muy pobres, (ácidos a muy ácidos), de textura compacta y de drenaje imperfecto. En

general, la región presenta la forma de una “bandeja sedimentaria” compuesta por una depresión

existente entre las estribaciones de los Andes y el Escudo Brasilero, la que declina de sur a norte.

La profundidad de la sedimentación moderna varía de 5.500 m. hacia la base de los andes y 300

m. hacia el oriente del río Mamoré (Plafker 1962; FAO 1979; Dougherty y Calandra 1984;

Beck 1984).

Varios ríos afluentes del Amazonas se canalizan en los llanos. Los principales de oeste a

este son el Beni, el Maniqui, el Mamoré y el Itenez o Guaporé. Los ríos que nacen en la

cordillera oriental presentan una serie de ondulaciones y recovecos en su recorrido por los

llanos, formando meandros y “cuernos de buey”. Estos ríos son de “aguas claras o blancas” y de

“aguas negras”, de acuerdo a la cantidad de oxígeno y de sedimentos que contienen (Miranda et

al. 1989:80).

Existen lagunas de forma rectangular y de diversos tamaños con un máximo de 520 Km²

y una profundidad no mayor a 3 m, orientadas de noreste a sudeste. Su posible origen y forma

fue descrito como “progresivas fallas en los bloques de cimiento o de la compactación

diferenciada de depósitos no consolidados encima de los bloques de cimiento” (Plafker

1964:503, tomado de Denevan 1980), aunque algunas pudieron ser acondicionadas para la

inundación de campos elevados o el represamiento de agua mediante el uso de canales y

terraplenes adyacentes (Denevan 1980:24).

La temperatura media anual es de 25º C, y la media máxima rebasa los 35º C. Diciembre

y febrero son los meses más calurosos del año. El ingreso de frentes fríos de dirección sureste

(“surazos”), comúnmente entre mayo y agosto, producen el descenso de temperatura en forma

violenta hasta los 10º C, y en casos extremos a 5º C (Plan de Manejo EBB 1991:285).

Las mayores concentraciones vegetales y animales en biodiversidad se encuentran en los

bosques, que dependen de la profundidad fisiológica de los suelos. La fauna transita entre las

islas y los bosques ribereños cruzando las pampas (Lehm 1991:6) y está compuesta

principalmente por especies comunes en el Beni y otras que han logrado escapar de la caza

humana o se mantienen alejadas de esta. Entre las más importantes podemos citar a las familias

de primates como el manechi, (Alouatta), y variedades de Cebus, especies continuamente

cazadas como pecarí (Tayasu, Pecari y Jacu) y tatus de distintas especies (Daysipus); otros como

las capibaras (Hidrochaeris Hidrochaeris) se mantienen en grandes poblaciones debido a que no

existe la costumbre de comer su carne. Las variedades de aves son inmensas y se encuentran en

las principales fuentes de agua; entre estas son características el bato (Jabiru Mycteria), la garza

(Ixobrichus Exilis Erithromelas), la pava (Penelope Jacquau), el búho, (Bubo Virginanus

Nacuruta), y el Martín Pescador (Cereyle I. India). Algunas, como la paraba (Ara Araruna) y la

cotorra (Ara Wedellii) se encuentran en peligro de extinción debido a su uso como mascotas.

Entre los reptiles son comunes los lagartos y caimanes de diversas especies. Por el valor de sus

cueros y el apreciado sabor de su carne también están desapareciendo. Entre las víboras

venenosas se pueden reconocer variedades de coral (Coralina), cascabeles (Crotalus) pucara

(Bothrops) y otras no venenosas como la sicurí (Boa Constrictor).

Las poblaciones vegetales de bosque están conformadas por palmeras como el motacú

(Sinagrus Botriyophora) y la chonta (Asthrocarium) que resaltan por su abundancia en la región

e incluso parecen ser resabios de cultivos del pasado, dada su importancia como materia prima.

Otras especies son palmeras como la Scheelea Princeps y las variedades de bibosi (Ficus),

maderas preciosas en desaparición como la mara y el Palo Maria (Zeitum López 1991). En las

pampas se observa la predominancia de una gran variedad de gramíneas como el sujo y la

llamada cola de siervo (Andropogon), pasto cañuela, (Hymenachne) arrocillo (Leercia),

pequeños árboles como el perotó (Bombacaceae Pseudobombax), chaaco (Dillieniaceae

Curatella Amer.) y arbustos espinosos como el cicine (Annonaceae Annona). Los sectores

sujetos a continua inundación presentan vegetación acuática como el tarope (Ponteder

Pontederia Subovata), patujú de curichi (Marantaceae Thalia Geniculata) y otras (Beck 1984;

SI/MAB/BIOLAT 1990).

En la actualidad la zona esta poblada principalmente por el grupo étnico Moxeño que

pese a haber sufrido un proceso largo de aculturación, continúa viviendo en algunas de las zonas

más inundadizas que ocupan gran parte de su territorio original (IMPRODES/MACA 1990).

II.1 San Ignacio de Moxos – Morfología del área de estudio.

La población de San Ignacio de Moxos se encuentra a 70km al oeste de la ciudad de

Trinidad. Es la capital de la Provincia Moxos del departamento del Beni. El área de estudio se

definió a partir de la población de San Ignacio dentro de los denominados “Llanos Centrales”

(Dougherty y Calandra 1984 – 1985: 40 – 43).

Los criterios utilizados para la elección del perímetro de acción fueron las características

ecológicas, arqueológicas, vías de acceso y otros favorables para la prospección arqueológica

(Michel 1991:34). Considerando las limitaciones de la escasez de mapas, cartas y otro material

de referencia sobre el área de estudio, se elaboraron cartas arqueológicas y ecológicas en base a

fotografías aéreas de escala 1:10.000 que permitieron identificar los rasgos de nuestro interés y

que se contrastaron mediante el trabajo de campo.

Para la descripción morfológica del área de estudio se elaboró el mapa general de

referencia en base a las fotos aéreas del “Proyecto JICA” (1978), mediante un análisis

estereoscópico (Mapa II.1). El área fue delimitada en un perímetro de 88 Km² que fueron

prospectados en su totalidad. Presentamos en esta tesis los rasgos arqueológicos más llamativos

que se encuentran entre las lagunas Isireri y Mausa en una extensión de 55 Km².

La descripción morfológica que viene a continuación fue realizada para configurar una

representación a grandes rasgos de la ecología del lugar. El área de estudio comprende

principalmente la cuenca de las lagunas Isireri y Mausa, espacios de bosque de galería e islas de

bosque relacionados a los arroyos de la cuenca del Mamoré.

II.1.1 Bosques (Mapa II.1).

Los bosques de San Ignacio están formados por concentraciones de árboles altos y

pueden presentar en su interior y en los alrededores vegetación arbustiva. Generalmente en

época seca (septiembre – octubre) en la superficie se forma un colchón de hojarasca de hasta 20

cm. Los bosques ribereños o de arroyos tienen una clara elevación de sus riberas en relación a

las pampas y debido a que están cerca del agua poseen una rica fauna. Las densidades de bosque

varían y también su tamaño, en cursos de agua de caudal amplio, como el arroyo Matiré o el

Huírico, los bosques se alejan a más de un kilómetro del curso del agua. En otros con menor

caudal como el arroyo Comoivaca, Maturavaca, Mausa y Matiquirire (Mapa II.1.4), aparecen

agrupaciones boscosas por sectores aledaños al cause que no llegan a más de 300 m del lecho.

En estos la elevación de la ribera en relación a la pampa no es tan notable. La formación de los

conglomerados boscosos tiene su origen en la acumulación de sedimentos ricos en nutrientes en

las orillas de los ríos y arroyos.

Una delgada faja boscosa rodea la laguna Isireri y se ensancha en su sector noreste a casi

un kilómetro. Parece ser que esta delgada faja se formo a partir de una leve acumulación de

tierra creada por el oleaje de la laguna, como parte de la geología sedimentaria del lugar. La faja

soporta poblaciones de árboles medianos. No sucede lo mismo con la laguna Mausa que no tiene

arboledas en su margen debido a una mayor fluctuación de subidas y bajadas de agua que

impiden el crecimiento de los árboles.

Las islas de bosque o manchas boscosas que aparecen en plena pampa son elevaciones de

terreno con vegetación de árboles altos y arbustos. Algunas islas de bosque se encuentran en las

márgenes de meandros de río abandonados. Estas poseen riqueza de fauna en mamíferos y aves.

Por lo general la inundación no llega al bosque y las estancias se construyen en las alturas, tanto

en ribera como en islas. La mayoría de los sitios arqueológicos de hábitat prehispánico también

se encuentran en bosque. En total las zonas boscosas del área de estudio cubren un 40% del

terreno.

II.1.2 Pampa (Mapa II.1).

Las pampas están sujetas a la inundación anual. A diferencia de los bosques, que se

encuentran en sectores altos y de mayor permeabilidad, tienen vegetación de pastizales

compuestos por diferentes especies de gramíneas asentadas en suelos impermeables. Las

planicies inundables del área se encuentran entre el arroyo Matiré y el arroyo Matiquirire,

alrededor de las lagunas y en menor porcentaje al medio de los bosques (Mapa II.1).

En algunos sectores los llanos de menos altura se encuentran inundados durante y

después de la época de lluvias. Estos presentan depresiones llamadas localmente curichis, bajios,

patujusal, los que retienen agua la mayor parte del año y poseen vegetación acuática. Los

pastizales de menor altura se encuentran en las estancias, donde se ha afectado la vegetación por

la quema o siembra de especies cultivadas para el ganado. Por lo común los pastizales son de

tamaño mediano (30 cm) y altos cerca de las fuentes o cuerpos de agua (más de un metro).

Las pampas tienen suelos arcillosos y pesados que impiden la penetración del agua en el

suelo. Por esta razón predominan los pastos en la superficie, aunque existen algunas partes

cubiertas de árboles dispersos llamados tajibales (Beck 1984: 332 – 341). En su mayoría los

pastizales son usados para el pastoreo de ganado. Las pampas cubren un 15 % el área de estudio.

II.1.3 Zonas anegadizas (Mapa II.1).

Las zonas anegadizas se caracterizan por la presencia de especies vegetales adaptadas a

condiciones fluctuantes de humedad a sequía y permanencia continua en el agua (acuáticas).

Estas zonas son depresiones en las que se retiene el agua de las inundaciones y lluvias, variando

la cantidad de retención de acuerdo a la depresión del terreno. Existen curichis, yomomos y

bajíos que permanecen inundados la mayor parte del año.

Los terrenos que acumulan mayor cantidad de agua de los desbordes de la inundación

después de la lluvia son los alrededores de lagunas y las pampas aledañas a los bosques de

galería.

II.1.4 Drenaje (Mapa II.1 – II.1.4 y II.1.6).

El sistema de drenaje está conformado por varios arroyos que forman parte de la cuenca

del Mamoré y otros que desembocan en las lagunas Isireri y Mausa. Los más importantes son el

río Huírico, que pasa como a un Km. al sur de la población de San Ignacio. Su curso describe

meandros poco pronunciados y tiene varios cauces abandonados en sus riberas; su dirección es

de suroeste a noreste.

El arroyo Matiquirire bordea el bosque al noreste de la carretera a Cochabamba, encima

la división del camino de San Ignacio a La Paz y Cochabamba. Por sus características de

alineamiento y por los terraplenes que lo bordean representa un cauce artificial antiguo; se trata

de una serie de terraplenes y canales orientados de suroeste a noreste que fueron descritos por

Erickson (1979), este sistema de canalización desemboca en la laguna Isireri.

De forma curiosa, y a la vez interesante, un arroyo recibe tres nombres. Se trata del

arroyo inicialmente llamado Comoivaca, el mismo que pasa más al este del arroyo Matiquirire y

tiene meandros pronunciados. Está rodeado de pampas inundables, continuando hacia el noreste,

al lado de la laguna Mausa, cruza la carretera para luego bifurcarse en otro arroyo llamado

Mausa. En su recorrido presenta una serie de canales transversales relacionados con camellones

que salen de sus meandros (Mapa II.1.4).

El arroyo Mausa se sitúa entre las lagunas Mausa e Isireri y cumple la función de canal

de unión. Por su forma lineal en “v” invertida y algunos terraplenes que van paralelos a su curso,

se trata de una construcción artificial.

El arroyo Maturavaca nace en vértice de la “v” formada por el arroyo Mausa y tiene una

orientación lineal de 200 m hacia el oeste, donde hace un codo hacia el norte. Los arroyos Mausa

y Maturavaca están asociados a los mayores conjuntos de canales, terraplenes y camellones del

área. Sus formas rectilíneas, angulares estás relacionadas con estos (Mapa X.2 y X.3).

El arroyo Matiré pasa al este de la laguna Mausa con una orientación de sur a norte,

delineando una serie de meandros pronunciados. Existen grandes terraplenes en sus riberas

(Mapa II.1.4). El mayor cauce de agua es el del arroyo Matiré de más de 15 m de ancho. Los

demás no llegan a 10 m y algunos son casi intermitentes, en parte. El arroyo Maturavaca solo

tiene agua en la época de lluvias.

II.1.5. Lagunas (Mapa II.1 y II.1.4).

Como la mayoría de las lagunas del departamento de Beni, tanto la laguna Mausa como

la laguna Isireri tienen forma rectangular y orientación de noreste a sureste, su formación

geológica responde a fallas en los bloques de cimiento que se reflejan en la compactación

diferenciada de depósitos no consolidados (Plafker 1963). Las lagunas retienen las aguas de

varios arroyos y por lo general tienen una salida de rebalse o desagüe, en el caso de la laguna

Mausa es el arroyo del mismo nombre y en la Isireri un arroyo grande que sale al este de esta.

Durante la época de lluvias y por efectos de la acumulación del agua en las lagunas, estas se

desbordan. Laguna Isireri presenta un amplio sector de rebalse en su parte suroeste y laguna

Mausa en sus alrededores, más que todo al sureste.

II.1.6 Rasgos Arqueológicos (Mapas II.1.6 y II.1).

Los sitios arqueológicos se encuentran en las estancias, sectores altos de ribera o islas de

bosque, donde el hombre actual se asienta para evitar los problemas de la inundación y donde la

cerámica prehispánica aparece por la erosión del terreno descubierto en los patios, chacos, zonas

de pastoreo de dichos lugares o en los cortes de camino que atraviesan las islas de bosque.

La mayoría de los terraplenes artificiales fueron identificados mediante el estudio

estereoscópico de fotos aéreas, aunque otros solamente se reconocieron en terreno, debido a su

erosión y la densa cobertura vegetal que tenían. La mayoría se ubica preferentemente en los

sectores de pampa, lugar donde resaltan por la cobertura de árboles en relación al pastizal. Por lo

general unen islas de bosque o estas con sectores de bosque ribereño.

Algunos conjuntos de camellones, siempre asociados a terraplenes, se verificaron

también mediante las fotografías aéreas por su buen estado de conservación. Otros se

reconocieron en la prospección entre los pastizales, ya muy erosionados o cubiertos de pastos

altos e incluso debajo de bosque.

II.1.7 Agricultura y Obras Civiles (Mapas II.1 y II.1.6).

A manera de contrastación de la descripción ecológica y arqueológica podemos apreciar

las actuales formas de agricultura y obras civiles, centralizadas en relación a la población de San

Ignacio de Moxos (Mapa II.1.6) en contraste al patrón disperso de los sectores de hábitat

agrícolas del pasado.

Como se puede ver en el mapa citado los campos de cultivo, actualmente usados en su

mayoría, son producto del chaqueo (tala, roza y quema) y se encuentran en la parte boscosa de

las estancias. Se concentran en las orillas de los arroyos, cerca de los principales caminos y

rodeando la población de San Ignacio. La diferencia de ubicación entre los cultivos modernos y

prehispánicos es clara, los terraplenes y camellones se encuentran en su mayoría en las pampas

inundables, aprovechadas en el pasado para la agricultura (Mapa II.1.6).

Entre las obras civiles (Mapa II.1), en primer lugar se observa la población de San

Ignacio que cubre aproximadamente 3 Km², luego las carreteras que integran la población. Los

caminos en general están construidos como terraplenes altos y anchos que resisten la inundación.

El camino Trinidad - San Borja pasa por San Ignacio y continua con dirección sureste hacia el

cruce de caminos, a unos 4,5 Km. del pueblo, lugar en que se bifurca; una vía se dirige en línea

recta hacia Cochabamba y la otra al noreste hacia el arroyo Matiré. Este ramal, al pasar entre las

lagunas Mausa e Isireri, dividió un amplio sector de terraplenes y camellones.

III. Justificación.

La investigación llevada a cabo pretende ser un aporte al conocimiento arqueológico y

ecológico del área de estudio. Por este motivo el trabajo descriptivo del medio ambiente de San

Ignacio como dato primario puede ser la base para un estudio más detallado y especializado

sobre los recursos naturales e hídricos de la región. Ello unido a una detallada revisión

etnohistórica permitirá pensar de una nueva forma el fenómeno hombre – naturaleza y las

transformaciones que trajo consigo en el tiempo, revalorizando tecnologías que en el pasado

fueron productivas, sanas y no produjeron la destrucción de la naturaleza.

El registro de dichas tecnologías prehispánicas, dentro de su contexto arqueológico y

tratando de indagar las posibles formas de explotación y aprovechamiento del espacio en el

tiempo pasado, es importante en el presente como una posibilidad para el desarrollo de políticas

sobre planificación y uso adecuado de las pampas inundables. Estos programas deben

contemplar la reactivación de camellones y sistemas de control de agua antiguos, o la

construcción de nuevos con fines comunitarios. El nuevo esquema aquí planteado contempla la

investigación tanto de los sectores arqueológicos habitacionales como de los sectores

agriculturales, ampliando las posibilidades de indagación del fenómeno de poblamiento y

vivencia del pasado en los Llanos de Moxos.

A partir de esta investigación se pretende cambiar el enfoque clásico sobre las sociedades

prehispánicas de las regiones orientales amazónicas vistas como “tribus salvajes”, dándole

mayor importancia a la forma en que el hombre supo utilizar y aprovechar en forma ventajosa lo

que aparentemente se consideraban como condiciones desfavorables para la vida, la inundación

y sequía extremas que anualmente se viven en los llanos. Mediante esta síntesis es posible tener

una idea básica sobre la historia cultural prehispánica del área en base a nuevos datos y también

se puede ubicar en el tiempo – espacio el desarrollo prehispánico de la región, comparándolo con

otras zonas similares en el continente.

IV. Objetivos Generales.

1. Realizar un estudio contextual de los restos arqueológicos del área de San Ignacio de

Moxos.

2. Proponer una cronología relativa para el área de estudio mediante el análisis

comparativo de artefactos y construcciones de tierra.

3. Efectuar un análisis detallado de la etnohistoria de los Llanos de Moxos,

considerando las notables diferencias entre el patrón de asentamiento arqueológico

mostrado por el registro arqueológico y las descripciones de las poblaciones

jesuíticas.

4. Indagar sobre el proceso de desarrollo de las técnicas para el aprovechamiento de los

recursos naturales en un medio ambiente peculiar.

IV.1 Objetivos Específicos.

1. Determinar el patrón de asentamiento prehispánico.

2. Estudio general de artefactos arqueológicos y comparación con regiones aledañas

3. Análisis comparativo de sociedades ligadas a la agricultura de camellones con la

cultura de los Llanos de Moxos.

V. Antecedentes.

En forma global la documentación muestra la poca información existente en los archivos

nacionales sobre los territorios del oriente del país, existiendo, por otro lado, diferencias

etnohistóricas entre los poblados Moxeños descritos por las primeras incursiones de los

españoles y las poblaciones reducidas por los jesuitas. Los antecedentes arqueológicos para los

llanos centrales de Moxos todavía son escasos, la comparación con estudios hechos sobre

sociedades que utilizaron camellones en el pasado, permiten tener una visión comparativa en

regiones similares como los llanos aluviales de Sinú en Colombia, las llanuras aluviales de la

cuenca de Guayas y otras. Dichas sociedades poco conocidas y recientemente investigadas son

analizadas en relación a las ultimas investigaciones que se efectúan en Bolivia.

V.1 Etnohistoria.

El interés principal en este resumen es efectuar un repaso de las fuentes documentales

tempranas de la región de los Llanos de Moxos desde los primeros años de conquista, con la

finalidad de enfrentar los datos etnohistóricos con la información arqueológica. Para lograr este

cometido, primeramente se presenta un panorama general sobre la situación de la documentación

etnohistórica y colonial del departamento del Beni y un análisis crítico sobre la documentación

etnohistórica disponible en archivos nacionales y extranjeros. Posteriormente se presenta una

relación cronológica de los hechos más importantes en la conquista de las tierras orientales del

país a manera de referencia, en la que se incluye pequeños resúmenes críticos.

El documento central de este análisis es la relación del ingreso del español Gonzalo Soliz

de Holguin a la tierra de los Llanos de Moxos. Dicho documento se considera de suma

importancia y es tratado en detalle, tomando en cuenta que puede ser la única descripción que

habla en forma casi precisa de lo que actualmente conocemos como estructuras arqueológicas:

lomas, terraplenes, canales, campos de cultivo y otros que fueron prácticamente olvidados en las

crónicas jesuíticas.

Las conclusiones apuntan a reflexionar sobre la validez de la imagen que construyeron

los jesuitas de los “indios salvajes” (Altamirano 1979), de las tierras bajas y también a mostrar la

relación de los datos obtenidos en la revisión etnohistórica con los datos arqueológicos.

V.1.1 Situación actual de los archivos en el departamento de Beni.

Con base en la experiencia y el análisis de los trabajos de archivistas que estudiaron las

fuentes escritas en este departamento, se conoce que la documentación colonial en su mayoría se

ha perdido. El material a estado desapareciendo debido a una falta de conciencia archivística, las

condiciones climáticas y plagas que afectan a los papeles, razones por las que hoy en día la

información rescatable de la época colonial en diferentes regiones de tierras bajas del continente

es mínima, en relación a la rica documentación obtenida para la zona de altiplanos y valles del

país (Erickson com. personal, agosto de 1992). De acuerdo al Censo Nacional de Archivos

(1984), efectuado por encargo de la OEA (Organización de Estados Americanos), el CIDA

(Centro Interamericano de Desarrollo de Archivos) y el IBC (Instituto Boliviano de Cultura) en

distintos departamentos del país, con la finalidad de efectuar un registro detallado de la cantidad

y estado de conservación de los documentos de los archivos, el Beni presenta características

particulares para el mantenimiento de sus archivos respecto a otras ciudades, debido a las cuales

el material existente es escaso. Las principales falencias se resumen en tres puntos:

1.- La pérdida casi absoluta de documentación colonial.

2.- La permanente desaparición de las fuentes documentales correspondientes a la

administración republicana del siglo XIX.

3.- El peligro potencial de efectos similares que amenazan a la documentación que se ha ido

produciendo a lo largo del presente siglo (sintetizado en Oporto 1990: 39).

En el caso de la documentación colonial, de acuerdo a los resultados del censo, se afirma

que después de indagar en la búsqueda de información en las instituciones creadas, paralelas a la

fundación del departamento, los resultados obtenidos fueron “escalofriantes”; solamente se

encontraron 12 cm lineales de documentación correspondiente a escrituras publicas de 1712 y un

expediente de 1700 (Oporto de 1990: 40 – 44).

De momento la situación general debido a la perdida de documentación es alarmante. Los

problemas más significativos pueden resumirse de la siguiente manera:

1. Excesiva temperatura ambiente.

2. Excesiva humedad ambiente.

3. Carencia de equipos adecuados.

4. Inexistencia de recursos humanos adecuados.

Con las siguientes consecuencias:

a) Polución incontrolada.

b) Destrucción a causa de los insectos.

c) Destrucción por fuego.

d) Ratas y murciélagos.

e) Hongos.

f) Destrucción a causa del agente humano.

g) Aparición de los “depósitos” (depósitos carentes de ventilación, temperatura ambiente

pésima y otros).

h) Falta de incentivos (sintetizado en Oporto 1990:39 – 50).

La falta de condiciones para la sobrevivencia del material etnohistórico del Beni hace difícil

el estudio retrospectivo de los asentamientos moxeños del tiempo de la conquista española;

afortunadamente algunas instituciones benianas como CIDDEBENI (Centro de Investigación y

Documentación para el Desarrollo del Beni) están trabajando para el rescate y la conservación de

todo tipo de documentación. En otros repositorios del continente y Europa existen las relaciones

de los españoles y jesuitas sobre los primeros momentos del ingreso y colonización de la región

oriental del país. La orden jesuita destruyó sus archivos locales tras ser expulsados en 1767

(Barnadas 1985; D'Orbigny 1992).

V.1.2 Documentación etnohistórica del momento de la llegada de los españoles a Moxos.

Para el análisis de la documentación etnohistórica de la región de Moxos notamos dos

momentos significativos: El primero presenta a la sociedad moxeña anterior a la llegada de los

españoles con una forma de vida particular, reflejada en el tipo de asentamiento humano,

conformado por aldeas dispersas pero comunicadas mediante terraplenes y canales. Estos

conglomerados humanos estaban habitando los sectores no inundables en las márgenes de los

ríos y en las islas de bosque, con un gran dominio de dichos espacios circundantes de pampa

para la extracción de recursos y la explotación, mediante el uso de las tecnologías de cultivo en

las planicies. La tecnología de camellones sustentaba densas poblaciones (Denevan 1980). El

sistema se desarrolló en base a una compleja organización social, la misma que fue debilitada

por una baja poblacional debida a diferentes causas anteriores a la llegada de los españoles, en

particular epidemias como podemos ver en la siguiente relación.

“Los pueblos aunque no los habemos andado todos por relación cierta; así de los Padres que

los años pasados estuvieron en esta misión, como de los mismos indios de la Provincia, nos

parece que son muchos más de 70; y aunque los años pasados pasaban de 80; dos pestes que

padecieron estos indios les obligó a muchos a que se uniesen unos con otros, por la poca

gente que quedaba en algunos pueblos (Marban 1676: 132)”.

Orellana relata la misma problemática en forma más detallada para tiempos posteriores en

los que los misioneros trataron de colaborar a los indígenas enfermos.

“En la peste de viruelas que padecieron ahora siete años, no fueron muchos los que

murieron, por el continuo, cuidado y caridad de los Padres, siendo así que en otras ocasiones

que les ha dado este achaque, desoló, como ellos dicen y confiesan, muchos pueblos, tantos

que de alguno sólo ha quedado el nombre; otros tan cortos, que preguntándoles cómo eran

tan pocos, en comparación a otros pueblos, rresponden que mayores eran los suyos, pero los

consumieron las viruelas. Y a fé hemos allado muy diminuto el número de las almas,

rrespecto de las que numeró el padre Julián de Aller en esta provincia, porque á su salida, ó

á la determinación de echarle los yndios, siguieron inmediatamente las viruelas y pocos

meses antes de salir el padre Julián dice que habían ya muerto mil almas y no sabemos las

que hubo demás después de su salida, en que prosiguió la peste (Orellana 1687: 23)”.

El segundo episodio esta descrito por las crónicas y se inicia con la llegada de los españoles

a la región, quienes inicialmente describen grandes poblados distanciados unos de otros y

comunicados mediante “calzadas” que concuerdan con el patrón de asentamiento identificado

por la arqueología. En este momento las agrupaciones humanas sufrirían un cambio brusco

debido a la intervención de los hispanos en las comunidades moxeñas, y más que todo por el

trabajo intensivo de los jesuitas que centralizarían los poblados. Es muy curioso que a partir de

la época jesuítica los misioneros no mencionaran más la cuestión de los terraplenes y los campos

de cultivo de los Moxos, aunque es posible que ello se deba a la obligación de estos de destruir

los restos que quedaban de la cultura indígena después de las pestes para instaurar un nuevo

orden. Este trabajo estuvo basado en un proceso de imposición ideológica de la religión, y

algunos de sus fundamentos tienen trascendencia hasta nuestros días. El hecho es de

considerable importancia tomando en cuenta que los jesuitas solamente estuvieron en la región

un lapso corto de cien años.

Acudimos a la opinión de Roosevelt (1992: 58) quien mediante un estudio general de las

sociedades amazónicas prehispánicas del continente Sud Americano, anteriores y posteriores a la

conquista, visualiza que las culturas posteriores a la conquista difieren mucho de las

prehispánicas, y plantea que para su conocimiento se deben crear los “lazos teórico – empíricos”

entre la arqueología, etnohistoria y etnografía. En uno o dos siglos, variando por regiones la

intensidad de los contactos indígenas y españoles, los grandes cacicazgos desaparecieron de las

regiones de várzea y llanuras inundables donde se habían desarrollado en la cuenca amazónica,

siendo los indígenas desplazados por los conquistadores que ocuparon las mejores tierras. Las

poblaciones etnográficas representan en este sentido a agrupaciones humanas transformadas para

la subsistencia en regiones interfluviales, a las que debían adaptarse (Larthrap 1970; Rosevelt

1992).

En territorio boliviano de las llanuras inundables este proceso tuvo características

peculiares, creando condiciones especiales en las transformaciones sociales que produjeron las

reducciones. Para tener una imagen clara del fenómeno de cambio drástico del patrón de

asentamiento y la forma de vida en Moxos desde el auge de esta cultura hasta la llegada de los

españoles, en comparación con el trabajo de los jesuitas en la creación de las primeras

reducciones, recurrimos al análisis de la diferencia del patrón de asentamiento encontrado por

los españoles en los primeros años de su llegada y la diferencia con la forma de hábitat impuesta

por los jesuitas durante el proceso reduccional. Este cambio es de suma importancia en el

entendimiento y la lectura de las crónicas y descripciones coloniales.

Los españoles vieron difícil la tarea de doblegar a los pueblos de las tierras de llanura y

encargaron este trabajo a los jesuitas, el proceso reduccional fue llevado a cabo mediante una

tarea dura y agobiadora de los religiosos que eran resistidos por los indígenas en su intento,

como podemos ver en esta cita:

“Pensaban que juntarlos á la doctrina era disponerlos para entregarlos en siendo tiempo al

español, que el tratar de reducirlos á mayores pueblos era juntar la presa para que con la

esparción no se les desperdiciase (Orellana 1687: 3)”.

Más adelante y en forma detallada Orellana explica como algunas comunidades estaban tan

aferradas a su terruño, como que este era considerado un lugar sagrado:

“Con que, si se trataba de juntarlos á mayores pueblos, se había de hacer la guerra con cada

uno de porsí; y así había que pelear con una hidra de tantas cabezas, cuantos eran los indios,

y no en punto de poca dificultad, porque cada uno vive tan enamorado de su querencia como

pudieran estarlo las musas de su ameno Parnaso. A esto anidaba una falsa creencia acerca de

la creación del primer hombre, que endian que el origen de sus antepasados y suyo era en la

cercanía de su habitación, hora en una laguna de donde sacó Dios antiguamente los primeros

hombres de donde descendían los de aquel pueblo, ó ya en tal monte o pampa donde crió los

de otros... Con esta persuasión miraban aquellos puestos, como sagrados con un nativo amor

que dificultaba mucho el asunto de arrancarlos de ellos (Orellana 1687: 7)”.

Las descripciones de los jesuitas están influenciadas por la fuerte ideología de su tiempo que

propugna la extirpación de idolatrías y la imposición de un nuevo régimen en el proceso de

evangelización de los “bárbaros”, en el que los indígenas son siervos de Dios o, en caso

contrario, siervos del demonio (Altamirano 1979).

Se debe repensar las sociedades amazónicas anteriores a la conquista como mundos

diferentes a los que nos describen las relaciones clásicas de los religiosos que trataron de

imponer un mundo normado y ordenado desde el punto de vista de la política expansionista de la

iglesia y el estado español. Existe la obligación de revisar las síntesis etnológicas que han

descrito a estos pueblos, basadas en las crónicas de los jesuitas. Varios asentamientos autónomos

con amplio conocimiento y manejo de técnicas agrícolas sofisticadas difieren mucho de una

reducción homogeneizada dentro de un patrón de vida impuesto. Pero aún así la antropología ha

interpretado a las culturas derivadas de las reducciones como “grupos étnicos”, lo cual se puede

apreciar en las distintas síntesis etnográficas elaboradas para la región noreste de Bolivia

(Dorbigny 1835; Metraux 1942; Nordeskiold 1924; Steward 1959).

Las reducciones nuclearon a varias poblaciones de diferentes lenguas, e incluso costumbres

en una sola población y en una lengua común, la Moxa (Altamirano 1979 b: 214). En dichas

misiones se habría de impartir una economía artesanal y comunitaria, centralizada por el poder

de la iglesia, donde se prohibió en forma estricta el culto a los dioses y las costumbres indígenas

en general. Esto produjo grandes transformaciones en las agrupaciones sociales originarias. En la

siguiente cita se refleja parte de este proceso:

“Hízose general visita, en que se les pidieron á los hechiseros algunas alahas consagradas al

demonio, de que se hicieron publicas hogueras; quitaronsé en los más pueblos los bebederos

públicos, y de ellos muchas calaveras humanas de los que habían muerto en sus guerras y

allí se consagraba al dios, presidente de ellos (Orellana 1687: 14)”.

Los problemas generales de interpretación que aquí se señalan se ven reflejados también en

cálculos poblacionales tempranos efectuados para la Amazonia, ya que se tomaron como

correctos los estimados generales de los jesuitas, quienes nunca llegaron a tener datos cercanos a

la realidad. Las razones de ello fueron que los indígenas tenían ya sus poblaciones mermadas en

el momento de la visita jesuítica, y los indígenas de las nuevas misiones continuamente

escapaban o no se adaptaban a vivir en ellas permanentemente. Los estimados demográficos se

hicieron en base a las agrupaciones reducidas o vistas en las aldeas; de esta manera podemos

hacer referencia a alguna de estas apreciaciones inexactas, como la del padre Marban, quien

indica:

“No son todos iguales en el número de gente, unos tienen más y otros menos, unos tienen

20, y otros 30, otros 50 y 60, otros 100, algunos aunque pocos pasan de 200 almas que

tienen con que nos parece que habrá en toda la Provincia hasta 6.000 almas (Marban 1676:

132)”.

El mismo padre nos muestra su confusión en un párrafo posterior al anterior en el mismo

documento:

“De muchas de estas naciones dicen estos indios que son muy grandes y que tienen muchas

gente; pero es de advertir que estos indios no saben contar más que los dedos de las manos y

en pasando de ahí dicen que son muchísimos y que no se pueden contar, con que no se

puede saber qué número de gente puede haber en esas naciones (Marban 1676: 140)”.

Varios cronistas dudan claramente en el conteo de gente de las misiones, siendo así que los

censos se verificaron posteriormente. Algunas de las incoherencias en las que incurrieron los

jesuitas, están claramente anotadas en la obra de Orellana, constando que el estimado que se

presenta en la siguiente cita fue hecho once años después del cálculo de Marban:

“...siendo el de los indios de sola esta nación bien corto: llegaba apenas á cuatromil almas el

que tenia esta provincia de los Mojos; y estos estaban divididos en más de cincuenta

pueblos, independientes unos de otros, por no haber una cabeza universal á quien se

sugetasen, ni particular la tenía cada pueblo, porque cada año rreconocen un Cacique

(Orellana 1687: 7)”.

Otra cita posterior que solamente contabiliza a la gente de las reducciones, nueve años

después de la anterior, aumenta a doce mil el número de “fieles convertidos a la Santa Fé”.

“...como los rreligiosos de la Compañía de Jesús de esta provincia tienen á su cargo la

missión de los yndios Mojos infieles, que tocan á la jurisdicción de Santa Cruz de la Sierra,

en que tienen conbertidos á nuestra Santa Fee Cathólica mucho número de yndios y

agregados á ocho pueblos numerosos, en que han erigido ya ocho iglesias, y oí se cuentan

más de doze mil yndios que se están instruyendo para rrecibir el santo baptismo (Carta de la

Audiencia de La Plata 1969:29)”.

Por lo indicado, al igual que Denevan (1976), discrepo con los postulados clásicos para los

cálculos poblacionales de la Amazonia delineados por Steward y Farom, (1959) y aunque

coincido con una población de aproximadamente 100.000 habitantes en las llanuras, en el año de

1690, tratando de redondear las cifras de los religiosos y con un promedio de despoblamiento de

3.5 a 1 en los primeros cien años del primer contacto con los españoles, (lo que daría una

población aproximada de 350.000 habitantes en 1590) considero que estas cifras pueden

ampliarse de acuerdo a nuevos descubrimientos arqueológicos, de los que falta rescatar datos

demográficos. Las disminuciones poblacionales por viruelas y otras enfermedades fueron

registradas en los años 1667, 1670 y 1690, con graves consecuencias en cuanto a la pérdida de

vidas (Denevan 1976: 10 – 12).

V.1.3 Relación de las entradas de los españoles en los primeros cien años de contacto.

V.1.3.1 Antecedentes.

De acuerdo a las relaciones etnohistóricas fueron varios los contactos de los Moxos tanto

con las poblaciones que les rodeaban así también con los Incas. En el primer caso los contactos

eran continuos y tenían diferentes características, podían ser amistosos, de intercambio o de

enemistad como con los Cañacure. Han sido descritas las relaciones entre Moxeños y

Chiriguanos para el intercambio de productos y la obtención de recursos que no se encontraban

en su territorio (Orellana 1867: 2).

Por otro lado existen informaciones etnohistóricas acerca de las relaciones que

mantuvieron los Incas con los Moxos; en estas, el imperio andino trató de conquistar las tierras

bajas tropezando con problemas como las altas temperaturas, la humedad, los insectos, las

fiebres, entre otros, que impedían dominar tierras distintas y desconocidas por los Incas. Más

tarde los españoles chocarían con los mismos problemas. Después de descartar la posibilidad de

una conquista guerrera, los Incas utilizaron otras estrategias, como describen los quipucamayos

del Virrey Vaca de Castro (1544) al hablar de la forma en que Pachacutec atrajo con dádivas y

halagos las provincias de los Chunchus, Mojos y Andes. Sarmiento de Gamboa (1572) basado

también en información de quipocamayos atribuye con mayor seguridad a Tupac Inca Yupanqui

la primera incursión de relacionamiento con los Moxos y la fundación de dos fortalezas en el

Beni y al sur del Guaporé (Levillier 1976: 90).

Posteriormente, Manco Inca, sobrino de Huayna Capac, llegaría a obtener la llamada

“simbiosis Incas – Moxos” según testimonio del padre Diego Felipe de Alcaya:

“...el Inga del Cuzco envió á su sobrino Mango Ynga, segundo de este nombre, á la

conquista de los Chunchos, gente caribe que tiene ocupadas todas las faldas del Cuzco,

Chuquiago y Cochabamba. El qual entro con ocho mil yndios de armas, llevando consigo

á vn hijo suyo; y con prospero sucesso llegó á los llanos de essa cordillera, que viene á

ser toda vna con la Sancta Cruz de la Sierra, aunque hay mucha tierra y grandes rrios que

vaxan de estas cordilleras, y muchos pantanos y anegadicos. El qual también lleva título

de Rey de las provincias que conquistasse; y no quisso quedar ni hacer hasiento tan cerca

del Ynca del Cuzco, porque no le quitase lo que ganasse, como hico a los Reyes de

Vmaguaca, Chile y al del Quitto, después que tenían quieta y sugeta la gente, antes con

esfuerco varonil determinó con su gente pasar todas las dificultades que podían haver de

en alejarse de su tío, y pasando muy grandes azperecas y peligros por la gran corriente de

los rríos yntratables que ay de arrebatada corriente y hondura añadiéndose á ésto la gente

de naturales que cada dia le salían puesta en arma a defender su tierra; facilitava estos

inconvenientes con dádivas de medias lunas de plata para que se pusiesen en la cabeca, y

otras cosas de estima, con que los naturales de estos llanos les yban sirviendo, dándole

canoas para navegar por los rríos caudalosos, que son muchos y grandes, y le trayan sus

hijas para que le sirviesen, y les daban todo el vastimiento necesario de mayz, yucas y

maní á éste Capitán”.

Mas adelante añade:

“Y subió, después de haber pasado toda su gente, la cordillera, que tiene poco menos de

legua pensando que como tenía la subida tenía la vaxada. Y puesto en lo alto se sabe que

es de toda en igual alteca, de estremado temple, la más es rrasa; ay muchas yslas en estos

llanos, de árboles frutales; ay morales y rrobredales, arboleda de España; muchos arroyos

de alegres aguas. Donde alló ynnumerables probincias de diferentes naciones, gente

limpia, que tienen sus ciudades cercadas de unos iguerones que dan igos blancos, y los

caminos anchos de á quince pies de ancho, gente bestida de algodón y labradora; sin

ninguna dificultad ni tomar armas, rrecibieron á este dichoso Rey y lo rreconocieron por

Señor hasta oy (Alcaya 1622: 133 – 134)”.

Esta relación y otras noticias anteriores fueron las fuentes en las que los españoles se

informaron a fin de realizar sus primeros ingresos a la tierra llamada “Paititi”, “El Imperio de

Enin”, “Candiré”, “El Dorado”, etc., de la que existía una serie de leyendas de abundancia y oro

por parte de los Incas, “La tierra del paraíso” de los Guaraníes, que movieron a varios

expedicionarios a ingresar hacia el este del Cuzco y norte del Paraguay, objetivo primario

después de la conquista del Perú.

V.1.3.2 Primeros intentos de exploración.

A continuación se efectúa una revisión de las primeras entradas de exploración hacia los

llanos en búsqueda del Paitití, realizadas desde dos puntos de importancia para el

aprovisionamiento y preparación de las expediciones.

V.1.3.3 Ingresos desde el Alto Perú.

Una de las primeras entradas desde el Alto Perú a Moxos fue la Expedición de Candia,

(1539) ordenada por Pizarro, llegó a Opatari (treinta leguas al este de Cuzco). Posteriormente

ocurrió la entrada de Pedro de Anzures por Camata, el mismo que llegó a Moxos, aunque su

gente pereció por la falta de alimentos. En 1561 se proyectó la entrada de Gomez de Tordoya por

el río Tono, la que no se llegó a realizar. A fines del mismo año Juan Nieto fracasa en su

tentativa de ingreso al enfrentarse con los Chunchos, llegó hasta Apolobamba. Para 1561 se

efectúa la entrada de Juan Nieto por Camata, llega hasta Apolobamba y regresa después de que

es atacado por los Chunchos. Según Antón de Gasca, este ingresa a Moxos en 1562 con poca

gente y sin ningún fruto a su regreso, lo sigue 1563 Diego de Alemán (1563) por Cochabamba,

quien llega hasta Pauma pueblo de los Pomay.

En el año de 1565 continua la expedición de Lujan ingresando por Cochabamba, donde

muere asesinado en el intento por los indígenas junto a sus compañeros. El siguiente año

continua la labor conquistadora Juan Álvarez Maldonado penetrando hasta los pueblos de

Opatari y Toromonas, pero no logra sostener la expedición hasta el final.

Una última expedición en 1569, de Cuellar y Ortega, fue suspendida por la Real

Audiencia de Charcas por no haber pedido autorización (Datos consignados en Finot 1978: Capt.

X).

V.1.3.4 Ingresos por Santa Cruz.

En 1543 Alvar Núñez Cabeza de Vaca intenta penetrar a Moxos y fracasa. El mismo año

Hernando de Rivera ingresa a la región pantanosa de Xarayos y regresa de esta contando la que

seria la leyenda de las Amazonas, además escucha noticias de grandes reinos que poseen oro

plata e indios blancos. Para 1548 se produce la expedición del gobernador Domingo Martínez de

Irala hasta la tierra de los indios Tomacocies (Noreste de Santa Cruz). Una segunda expedición

de Irala (1553) logró pasar hacia el norte de Chiquitos pero no llega a la tierra de los Moxos.

En 1558 se envía una expedición encargada de fundar la población de los Jarayes, de la

que Ñuflo de Chávez se desviaría para la búsqueda de Moxos, en esta también se funda Santa

Cruz de la Sierra. El año de 1561 nuevamente se interna Chávez y fracasa.

Por Real Cédula la conquista de la región de Moxos queda reservada a los Gobernadores

de Santa Cruz el año de 1573 (Datos consignados en Finot 1978: Capt. VII).

Como se aprecia en las diferentes relaciones de ingreso a las regiones Llanas, tanto por

Santa Cruz como desde el Alto Perú, pese al interés desenfrenado de los conquistadores de

vencer las adversidades climáticas, de desconocimiento de la región, ataques de los indígenas y

otros, los problemas son grandes y en el intento varias vidas son sacrificadas. Pero es más fuerte

el espíritu de la ambición que lleva a los hispanos a realizar una serie de expediciones de

avanzada en las que se logra entablar amistad con algunas etnias y se llega a la guerra con otras,

algunas poblaciones son fundadas como puntos de avanzada y cada vez se está más cerca de los

Moxo.

V.1.4 Primera llegada de los españoles y sucesivas visitas.

Entre 1580 y 1583 Lorenzo Suarez de Figueroa gobernador de Santa Cruz conduce una

expedición que pasa por la región de Chiquitos y llega hasta los poblados de los indios

Tapacuras Timbú (Esta en duda su paso por Moxos).

En el año 1595 Suarez de Figueroa manda una expedición a mando de Juan Torrez

Palomino, en la que está incluido el padre Jerónimo Andión, perece ser que esta fue la primera

que llegó a Moxos según documento escrito del padre Pedro Samaniego en una relación

acompañada de dos cartas del padre Andión. En 1597 la corona española emite una Real Cédula

que reserva a los jesuitas el derecho la fundación y evangelización de Moxos y Chiquitos, pese a

ello entre 1597 y 1629 algunos españoles se aventuran ingresando a la región Miguel de Urrea y

Bernardo Reus, muriendo en el intento. Como describen las crónicas en 1601, una expedición

baja el río Grande desde Santa Cruz, a mando de Juan de Mendoza Mate de Luna Gobernador de

Santa Cruz y fracasan debido al cansancio de la gente.

“El año de seiscientos uno El Gobernador Don Juan de Mendoza Mate de Luna, trayendo

desde españa esta noticia, entró a ella con ciento veinte hombres, con gasto de más de

cuareinta mil pesos de las Cajas Reales, y tampoco acertaron, porque, estando de cerca el

fin de su deseo se le reveló la gente y se lo desbarató todo (Caballero 1622: 171)”.

A partir de las expediciones de Lorenzo Suarez de Figueroa, las incursiones a Moxos

adquieren mayor responsabilidad. Se logra un contacto amistoso con los Tapacura, quienes

darían luego su pueblo como base de la expansión hispana hacia las tierras bajas. También en

este periodo la expedición dirigida por Torrez Palomino, en la que viaja el padre Gerónimo

Andión, llega supuestamente a Moxos, aunque las relaciones de ello son pocas. Una Real Cédula

dicta la orden de la fundación por parte de los jesuitas de Moxos y Chiquitos, determinando su

ingreso a la zona.

Aunque ya se conocía la región, la expedición del Gobernador Juan de Mendoza Mate de

Luna fracasa en el intento de llegar a Moxos mediante el curso del río Grande, ya que sus

hombres se revelan.

V.1.4.1 Expediciones de conquista.

En el año 1617 Gonzalo de Solís Holguín gobernador cruceño llega desde la región de

Chiquitos hasta las poblaciones Tapacuras y Toros.

“El año de 1617 salió el Gobernador Goncalo de Solís Holguín de la ciudad de San

Francisco, provincia de los Chiquitos, con muy poca gente, que tengo por cierto que no

pasaron de sesenta y cinco soldados; y yo fui con ellos hasta los primeros yndios que

llaman Tapacuras... (Villarnao 1622: 152)”.

Para el año de 1624 Gonzalo Solis de Holguín emprende una segunda expedición que

exploró la región sureste de Moxos y el Alto Mamoré, a su llegada muere.

El padre Bolívar desaparece en una región montañosa cercana a Moxos en 1631 y entre

este año y 1667 los vecinos de Santa Cruz de la Sierra realizan una serie de incursiones a tierras

de los Moxos en busca de esclavos de esa etnia, a la vez que comerciantes Moxeños viajan hasta

Santa Cruz para traficar algodón e indios a cambio de utensilios metálicos. La primera relación

directa, base de las relaciones posteriores entre españoles e indígenas, se da en 1667 cuando los

Moxeños piden ayuda a los hispanos en su guerra contra los Cañacure. Como dijo Orellana, los

Moxeños se valieron de la amistad que tenían con los españoles para atacar a los Cañacures

(Orellana 1687: 2). Existe una relación de lo sucedido en la jornada de este viaje escrita por el

padre H. Julián de Soto.

Las expediciones de conquista se inician con la llegada de Gonzalo Solis de Holguín a

Moxos, quien con pocos hombres hace un recorrido inicial de las tierras orientales, conoce a los

Torococis o Toros que eran de la etnia Moxa y efectúa las primeras descripciones de los

asentamientos humanos, campos de cultivo, terraplenes y otros de la región junto a sus

acompañantes. Por otra parte la entrada del padre Bolívar es uno de los últimos fracasos

registrados después de la llegada del grupo de Solis de Holguín.

Entre los años 1631 y 1667 serán comunes las expediciones de comerciantes cruceños en

búsqueda de esclavos Moxos y textiles, las mismas que perjudicaron a los conquistadores en su

afán de lograr la amistad con los indígenas. La guerra que los Moxeños tenían con los Cañacures

fue el medio de lograr la amistad de los hispanos cuando los indígenas les pidieron ayuda para

vencerlos. En esta oportunidad los jesuitas comienzan su trabajo con la entrada del padre Soto.

V.1.4.2 Conquista jesuítica y creación de las misiones.

Entre 1668 y 1669 el padre Soto prepara una expedición de dos años en la que participan

el padre José Bermudo y Julian Aller, los mismos que tratan de infundir confianza en los

indígenas fracasando en el intento; existe una relación de estos hechos del padre Julian de Aller

(Lima 1668).

En 1674 se produce un ingreso corto del padre Joseph del Castillo, quien regresa a

mediados de 1675, su objetivo era el de estudiar las costumbres y lenguas (Orellana 1687: 5). El

siguiente año ingresa Joseph del Castillo acompañado de los padres Pedro Marban y Cipriano

Barace; se quedan muchos años y fundan las primeras misiones.

En 1678 se produjo la entrada del padre Juan de Soto, hecha a petición del padre Rector

de Santa Cruz, fue realizada junto a los hermanos José Bermudo y Julian de Aller, el último

intentó estudiar la lengua de los moxeños.

En el transcurso de los años 1679 – 1681, los visitadores Sotelo y Lituria elaboran un

informe positivo sobre las misiones a crearse, de esta manera se llega al momento de continuas

fundaciones de las misiones en el orden correlativo presentado a continuación.

1682 Fundación de la primera reducción de Loreto.

1687 Fundación de Trinidad.

1689 Fundación de San Ignacio.

1691 San Francisco Xavier.

---- San José.

---- San Francisco de Borja.

1694 Desposorios de Na. Sra.

1696 San Miguel.

1697 San Pedro.

1698 San Luis.

1703 San Pablo.

1705 Santa Rosa.

1708 Concepción.

1709 Exaltación

---- San Joaquín.

1710 Tres Santos Reyes.

S. Juan Bautista.

1717 San Martín.

1719 Santa Ana.

1720 Santa Maria Magdalena.

1723 Desposorio de Na. Sra.

1725 San Miguel.

1730 Patrocinio de Nuestra Señora.

1737 Informe del Gobernador Argomosa declarando el bienestar de las misiones que

alcanzaban una población de 35.000 indios.

---- San Lorenzo.

1740 San Nicolás.

1743 Santa Rosa.

1744 San Simón.

- 1767 Decreto de expulsión de los Jesuitas.

- 1701 Vocabulario de la lengua Moja del Padre Marban.

En síntesis, comienza la labor paciente y ardua de los jesuitas. Esta se caracteriza en su

fase inicial por una serie de intentos destinados a lograr la descripción general de la región, la

ejecución de varias técnicas especiales para con los indígenas como otorgación de regalos, el

aprendizaje de la lengua y las costumbres, destinadas a lograr la confianza de estos para poder

ganar un espacio de evangelización.

A partir de 1682 comienza la continua creación de reducciones misionales en trabajo

infatigable. Una primera etapa se inicia sobre el eje del Mamoré y las pampas de Occidente

(1682 – 1700). En una segunda etapa ocurre una expansión hacia las pampas y la región de

Baures (1700 – 1720) y en una última se consolida la penetración en Baures y se pone un hito de

contacto con Santa Cruz (1720 – 1750) (Barnadas 1985: XLIV). La transformación inicial del

tipo de asentamiento humano en los llanos fue efectuada por los religiosos de la Compañía de

Jesús hasta un poco antes de su expulsión, por el poco número de hombres con que contaban y

las condiciones adversas en las que vivían esta labor puede considerarse colosal.

En 1767 los jesuitas son expulsados de Moxos y un nuevo régimen administrativo en este

territorio será impuesto.

V.1.5 Llegada a Moxos de Gonzalo Soliz de Holguín y sus hombres, primeras

descripciones.

V.1.5.1 Introducción.

Para analizar el momento de la llegada de los españoles a los llanos de Moxos pasamos a

revisar los informes que dieran los expedicionarios del Gobernador Gonzalo Solís de Holguín

sobre su ingreso a la región, en 1617, y que se encuentran sintetizados en una serie de relaciones

de estos viajeros. Los informes fueron presentados por Don Juan de Lizarazu, Presidente de la

Real Audiencia de Charcas en 1622 al Virrey Fernando Ruiz de Contrera, por motivo de pedir

autorización para nuevos viajes de conquista. Este documento es de suma importancia al tratarse

de la única crónica temprana que habla sobre los asentamientos humanos y el tipo de agricultura

que se habría dado en Moxos, de terraplenes y canales, de los que posteriormente en forma

misteriosa no dicen prácticamente nada los jesuitas.

La veracidad de este documento fue cuestionada por el Gobernador de Santa Cruz, Nuño

de la Cueva, quien desconfió de las descripciones de los expedicionarios de Holguín. Finot en su

obra sobre la “Historia de la Conquista del Oriente Boliviano” también menciona haber

encontrado una relación en la que el Capitán Diego Hernández Bejarano desmiente las versiones

de la entrada de 1617, que habrían sido formuladas para obtener la gobernación de Santa Cruz.

Aunque existen criticas a este texto en el sentido de que se agrandaron las cifras de los

descubrimientos en las descripciones con la finalidad de buscar los beneficios de la conquista,

muchos de los datos sobre tipo de habitat, terraplenes y canales, que contiene son similares a las

características de los sitios prehispánicos de la llanura, registrados por la arqueología moderna.

Queda por indagar porqué, si este documento era falso, Holguín fue nombrado Gobernador de

Santa Cruz un año después de la denuncia de Nuño de la Cueva (Para más detalles ver Finot

1979: 275 – 277).

El documento al que hacemos referencia consta de varios informes destinados a contar la

entrada de los españoles a la región de los Torococis o Toros, en la que varios españoles

describen por vez primera las poblaciones de las tierras llanas en forma amplia. Las relaciones

de la entrada fueron redactadas por soldados españoles y un padre jesuita, quienes rindieron un

informe detallado de lo sucedido en la jornada por considerar el descubrimiento de los Toros

como la puerta del gran reino de Moxos y el más grande realizado en esa región hasta ese

momento.

La relación, en forma general, muestra la entrada del Gobernador Gonzalo Soliz de

Holguín y cuarenta hombres a la tierra de los Moxos en los primeros días de Junio de 1617.

Estos viajaron desde Santa Cruz de la Sierra por tierra y navegaron más de treinta leguas hasta la

población de los indígenas Tapacuras que eran amigos de los españoles. Desde este lugar y

después de algunos enfrentamientos los españoles llegaron a la tierra de los Torococis, Toros o

Moxos, logrando una hazaña en la que muchos hombres habrían perdido la vida. Aunque existen

otras relaciones de anteriores entradas se considera esta la más completa.

V.1.5.2 Ingreso a la región.

Comenzando con el análisis del documento revisamos los datos a partir de la llegada de

los españoles a la tierra de los Tapacuras y sus incursiones a las tierras llanas para apreciar la

forma como se llevaba a cabo la conquista y las reacciones de los indígenas. Varias fuentes

muestran como las poblaciones indígenas rechazaban a los españoles violentamente o huían, a

excepción de los Tapacuras que eran amigos de estos, ya desde la entrada de Palomino hacia

1595.

De acuerdo a la descripción de la entrada por parte del padre Jerónimo de Villarnao,

aunque este no acompañó la expedición, una vez que se quedó con los indígenas Tapacuras los

españoles continuaron su entrada en las “montañas”, donde sufrieron un enfrentamiento:

“...y los alló que estavan en vna gran fiesta, veviendo, y comiendo vn indio que habian

muertto de sus enemigos. Llamólos de paz por medio de vn yndio dellos mesmos, que

fué presso, y le emviaron que llamasse á su Cacique, pero ellos tomaron las armas, y así

los españoles los comencaron a arcabusear... (Villarnao 1622: 152)”.

Otras relaciones de los enviados a la zona son más completas y aclaran mejor la figura.

De acuerdo a la relación de Lorenzo de Caballero, a los ocho días de llegados al pueblo de los

Tapacuras, un cacique trajo un manojo de siete estólicas diciendo que los indígenas que las

usaban dieron con ellos y les atacaron matando a cinco. Por esta razón pidieron ayuda a los

españoles, quienes reunidos en Consejo de Capitanes por el padre Villarnao determinaron ir a la

región. Esta es la versión de Caballero:

“Otro día despachó cinquenta yndios que abriesen el camino. Al segundo día marchó el

Campo, y al tercero después de haver salido dieron de madrugada el asalto quarenta

soldados sobre vn pueblo de los yndios Serranos, que así los llamamos por estar poblados

al pie de vnos cerros, y por estar borrachos tan valientes no se quisieron dar, y así se

perdieron muchos (Caballero 1622: 175)”.

Una vez llegados a las tierras llamadas por los españoles “de los Serranos”, pasado el

enfrentamiento con los indígenas, los españoles confirmaron la existencia de zonas pobladas en

la región serrana y de tierras bajas. Los enfrentamientos habían sido producidos como una

venganza del pueblo Tapacura contra los Serranos hecha junto a los españoles. Según Caballero,

en el enfrentamiento con los Serranos, solamente se capturó una mujer y también después de

unos días se recogió un indio herido del enfrentamiento:

“...no se pudo coxer más que una yndia, que el Governador la volvió á emviar para que

llamase y truxese a los yndios de paz. Y estando esperando la rrespuesta, a los tres ó

quatro días allaron los soldados a vn yndio herido, y le truxeron a questas donde el

Gobernador; y ablándole en diferentes lenguas, respondió en la general que se abla en

esta Governación. Y le preguntaron si en aquella montaña havia muchos yndios; dijo que

sí havía y los nombres de todas las provincias y que todos eran amigos, sino hera vna

provincia yndios llamados Torococíes, que estavan en la pampa y rraso..., porque él no

podía guiar, que tenia la pierna quebrada de vn valaco (Caballero 1622: 175)”.

En este relato aparece la primera referencia a los Torococis o un pueblo de las llanuras

que llamó de inmediato la atención de los españoles.

En su informe el Capitán Francisco Sánchez Gregorio afirma que los indios Serranos

apresados después del enfrentamiento fueron llevados a una casa en la que murieron quemados,

razón por la que los españoles no pudieron tomar en ese momento un rehén como guía, de esta

forma recogieron un indígena herido que quedó de la batalla y lo usaron en la empresa de

conocer nuevos territorios:

“en pocos días de camino dieron en los yndios, que se defendieron valientemente,

hiriendo siete soldados y matando dos yndios amigos; los enemigos se habían recoxido á

vna casa, de donde hazían todo el daño sin podello rremediar, y ansí les pegaron fuego, y

ellos se dexaron quemar sin querer salir de della. Quedaron con esto sin enemigos y sin

guia para saver lo de adelante; corriendo la tierra, y allaron vn yndio con un arcabucaco

en vna pierna, que le havia hecho pedacos la rodilla. Este dio noticias de los Toros y de la

provincia de Mapana... (Sánchez Gregorio 1622: 194)”.

Esta relación muestra la forma avasalladora de la conquista española volviéndose a

mencionar el nombre de los Toros (Torococis) y los Mapana.

El Sargento Mayor Bartolomé de Heredia en forma astuta describe solamente la parte

buena del encuentro y nos habla de todo el episodio en forma sintética:

“..., dimos en vna provincia, llamados Serranos; los quales, rresistiéndosenos, quedó vn

yndio herido en la rodilla, de vn valaco; llevámosle á nuestro Real para curarle, y

enseñarle las cosas de nuestra Santa Fee para bauticalle, y yo, el dicho Bartolomé de

Heredia, cuydé siempre de su cura y rregalo, duró once ó doce días, en los quales se le

enseñó muy bien las cossas de nuestra Santa Fee, y le bauticé por no haver sacerdote. Y

deste yndio tomamos rracón de la tierra adenttro, y esto con buenos indios que

llevavamos que savían su lengua y nos dijo que estava muy ceca de ay vna provincia,

llamada Torocosis, enemigos suyos, y que antes havían sido amigos... (Heredia 1622:

164)”.

Aunque la relación del Sargento Heredia peca de mentir al indicar que este había obrado

de sacerdote para bautizar al prisionero herido, ya que como es sabido en la base del

campamento en la tierra de los Tapacuras los españoles tenían al padre Villarnao, la relación en

general trata de justificar y legalizar los hechos ocurridos. Por otro lado, se confirman otros

datos repetidos en todas las descripciones. Las relaciones nos hablan de la forma en que el

Sargento Bartolomé Heredia y 30 hombres fueron enviados por Solis de Holguín, encargado de

la expedición, para verificar la existencia de poblaciones en las tierras bajas:

“Y yendo siguiendo mi camino, subimos á vn cerro alto, de donde divisamos la dicha

provincia de los Toros, que casi estava al pie de la sierra donde suvimos y desde lo alto

descubrimos grandíssimos rrasos y llanadas y humaredas; y bolviéndome al Real, a

donde avía dejado al dicho Gobernador, le hice esta rrelación. Y luego marchamos en

orden azta los dichos rrasos de los Toros (Heredia 1622: 165)”.

Según el Capitán Francisco Sánchez Gregorio se tomo una indígena de guía para llegar a

tierra de los Torococies, que tuvo perdido al grupo durante cinco o seis días en que regresaron al

campamento. Posteriormente el gobernador dio la orden de divisar el terreno desde una montaña,

a la que subió el Capitán Antonio de Sanabria, verificando la cercanía de las tierras llanas

(Sánchez 1622: 167). Lorenzo de Caballero nos da más detalles del hecho:

“Al momento subieron cinco ó seys, y el vno de ellos fui yo; y estando ya en lo alto,

vimos pueblos y palicadas, que estarían dos leguas de allí, poco más o menos y con lo

que se vió volvimos al Real disparando los arcabuzes de contento y pidiendo albiricias al

Gobernador de lo que se vió (Caballero 1622: 175 – 176)”.

Como afirma Juan de Limpias los españoles salieron muy contentos en demanda de las

tierras de los Toros pero nuevamente tuvieron enfrentamientos:

“...llegamos á los serranos, y allí nos dieron noticias de los Toros; en cuya demanda

fuimos muy contentos á ella, que llegamos luego el segundo día, donde allamos la

bienvenida, que fué rrecibirnos de guerra tirándonos muchas estólicas, que es la arma

ofensiva que ellos vsan, y adargas con que se defienden; y saliendo á ellos nos mataron

vn hombre y hirieron cinco o seys yndios; y haviéndoles muerto a ellos los españoles

catorce ó quince yndios con la gente de á caballo y arcabuces, se rretiraron luego, y assí

nos dieron lugar para alojarnos con seguridad, para adelante proseguir en nuestro yntento

con sus mismos pueblos. (Limpias 1622: 167)”.

En este choque también se tomaron prisioneros y resulta curioso cuando los españoles

ven un símbolo que llaman una cruz y que los indígenas veneran, además reciben la información

de que existen más poblados hacia el norte que se señalan y son llamados Yaya:

“Y contentos todos, y deseosos de vernos ya en los rrasos, emfadados de las montañas,

partimos otro día para la provincia de los Torococíes. Y con haver tantas dificultades y

estorvos y dificultades del demonio porque no se llegase al principio y puerta de la

noticia rrica, donde tanta ynfinidad de almas le están suxetas, rrompiendo por todo, con

el favor divino llegamos al primer pueblo, donde allamos poca rresistencia por no haber

en él más de diez o doce indios; indias sí había muchas y el pueblo era grande, en el cual

se prendieron tres yndios; y el vno dava voces, diciendo que no le atasen, llamando á

voces al Yaya, y apuntava hazia el Norte, también se allí vna cruz y mostrándosela al

Governador se levantó vna yndia y la tomó de las manos del soldado y con mucha

modestia la yncó en la casa; también vimos muchas figuras de peces de madera y pájaros

pintados y molían el maíz con vatanes al vso del Pirú (Caballero 1622: 176)”.

Al interrogar los españoles sobre el origen de esta cruz los indígenas apresados cuentan:

“Ychuri y otros indios declararon que aquella cruz fue traida de Yaya, del norte donde

habia otras provincias, de la tierra de los Moxos que en lengua del Perú significaba

“gente nueva” (Holguín 1622: 148).

La información es repetida por Bartolomé Heredia.

“Y coxiendo allí algunas piecas, las recojimos á una cassa grande, a donde ellos solían

vever, y allí allamos vna cruz de media vara, y por señas les preguntamos qué era

aquello; y rrespondiendo ellos también por señas, dixeron que era yaya, señalando hacia

el Norte; y después que perdieron el miedo señalavan que la tierra adentro havía mucha

gente, ... (Heredia 1622: 165)”.

En su incursión a territorio de los Torococis, Toros o Moxos, los españoles sufrieron

enfrentamientos con las poblaciones locales; primero con los “Serranos” por ganarse la voluntad

de los Tapacuras que les habían recibido en sus pueblos y luego con grupos de las poblaciones

de Toros. En el primer enfrentamiento llegan al extremo de quemar a los serranos que lucharon a

muerte en defensa de su territorio. Los hispanos únicamente pudieron rescatar un indígena

serrano que había caído herido y fue usado como guía días después. Las aldeas de las tierras

bajas son avizoradas desde una loma después de una ardua búsqueda y a la llegada a estas ocurre

el segundo enfrentamiento en el que pierden la vida indígenas y conquistadores. Los españoles

hacen un alto en el que interrogan a los prisioneros de la batalla y siguen adelante con noticias de

tierras nuevas hacia el norte. Las noticias sobre la primera aldea a la que arriban son mínimas. Se

resalta el arte de la reproducción artesanal de animales de la naturaleza.

V.1.5.3 Arribo a los poblados y descripciones.

Después de ocho días de abrirse paso a machete por la selva, arribó el Capitán Diego

Hernández de Bejarano con una escuadra de soldados a su destino, exclamando luego a Holguín:

“¡Otra Nueva Estrenadura Sr. Gobernador!; preguntándole que habían visto dijeron que

una chacra, que tenia más de quinientos percheles de maiz, que son sus graneros...

(Jiménez 1622: 158)”.

Al parecer, según este relato, lo primero que llamó la atención de los españoles fueron los

extensos campos agrícolas. Se había descubierto la provincia de los Torococis y se le puso el

nombre de San Bartolomé de la Nueva Estremadura por haber sido descubierta el día de San

Bartolomé (Holguín 1622: 148 – 149). A la llegada de los españoles a las aldeas, los indígenas

huyeron dejando todo despoblado y se ocultaron. Dos caciques salieron a entablar

conversaciones sin acompañamiento alguno; luego trajeron cincuenta indias y algunos indios

(Jiménez 1622: 158).

Posteriormente encontramos las descripciones, en algunos casos detalladas, de las aldeas

de los Toros. Resaltan por su tamaño, la cantidad de gente y otras características peculiares de

sus habitantes, como su limpieza, considerada excesiva por los españoles.

“...y dentro de legua y media, poco más ó menos, dimos con el primer pueblo que tenía

doscientas y ochenta cassas de vivienda, sin otras vasa que les sirven de cosinas, y casas

para beber, porque estos indios son muy aseados y limpios, aunque hombres y mugeres

andan todos desnudos (Heredia 1622: 165)”.

El anterior informe de Bartolomé de Heredia describe una aldea grande de doscientos

ochenta casas y advierte otras estructuras que son los bebederos y las cocinas, aunque no da

indicios sobre su disposición nos muestra en forma general un patrón de asentamiento de aldea,

continuando con su relato habla de una nutrida población del lugar.

“No entramos más de vna legua por esta tierra, y vimos al parecer más de tres mil yndios;

llegamos á vna laguna grande, que será mayor de toda la Aquiaca, con sus rancherías,

con vna peña en medio muy grande (Heredia 1622: 165)”.

La descripción de “rancherias” o sectores habitados alrededor de una gran laguna

también es de importancia para considerar la relación de los recursos acuáticos con los

asentamientos prehispánicos de llanura, en los que se practicaba una economía combinada de

caza, pesca y recolecta (Denevan 1979: 8 – 9). La cifra de 3.000 indios puede ser exagerada,

pero en todo caso los hispanos no podían ejecutar un censo en esta primera incursión en la que

tuvieron que enfrentarse a los dueños del lugar. Sus cálculos fueron hechos a grandes rasgos.

Entrando en más detalle con la descripción de las aldeas descubiertas, Caballero muestra una

serie de cinco o seis aldeas dispersas, ocupando las márgenes de una laguna en menos de una

legua de distancia.

“...; vimos en menos de una legua cinco o seys pueblos a la orilla de vna laguna grande

que tenia; en medio vna piedra quadrada, que parecía ser hecha á mano. Allí se alojó el

Campo frontero de dos pueblos que estavan de la otra parte de la laguna,...(Caballero

1622: 167 –177)”.

El patrón disperso de asentamiento resalta claramente en estas relaciones debido a que las

poblaciones se ubicaban principalmente en diferentes sectores de altura para evitar los efectos de

las inundaciones anuales y para aprovechar el arrastre de nutrientes de sedimentos a las orillas de

otras fuentes acuáticas como ríos, arroyos, y otros, en las que también vivían. La gente se

asentaba en las orillas de los ríos o en los meandros abandonados donde se forman lagunas;

aprovechando la tierra fértil del lugar se usaban las várzeas para cultivar las tierras y

posiblemente se practicaba la agricultura de camellones en las tierra llanas inundables, que

garantizaba una producción agrícola considerable, similar a la descrita por los exploradores:

“...porque se hallaron muchos viejos y gran suma de criaturas, sus chácaras en montaña

clara muy bien rrozadas, con cunas de piedras, que no alcancan cossa de los españoles ni

havían tenido noticias de dellos; gocan de gran fuerca de pescado, mayz y maní y otras

legumbres; parece cossa yncreyble, conforme á las chácaras, que en ellos se diese tal

fuerca de vastimentos (Holguín 1622: 149)”.

Las sociedades a las que arribaron los españoles mostraban a la vez una serie de

características de desarrollo tecnológico como el uso de batanes de piedra en un sector donde

quizás se obtenía la piedra por intercambio con los indígenas de las tierra altas, desarrollo

artesanal en la elaboración de arte plumario y, en lo social, un sistema de organización con

Caciques mayores y menores (Ibid.) Varios de estos y otros elementos son descritos con

asombro por los españoles:

“A legua y media que anduvieron, dieron con la provincia de los Toros, es gentte

desnuda, aunque tienen algodón, y las mujeres ylan muy bien, sigún pareció, porque

allaron algunos tipaycillos en que cargan a sus hijos, de rrico hilo y bien texido, es gente

muy limpia, y que en su cassas no tienen más de las amacas en que duermen; tienen sus

cocinas aparte, y sus bodegas donde hacen la chicha; tienen sus vevedores, donde se

juntan a sus borracheras; es gentte muy labradora, y se hallaron grandíssimas chacaras de

maíz y de otras cossas de legumbres; vieron siete pueblos, el mayor de trescientas y

cinquenta cassas, cinquenta cosinas y veynte vevederos; es gentte hávil, porque todos los

páxaros, animales y peces que alcancan á conocer, los hacen con mucho primor; tienen

grandes crías de patos; no tienen gallinas ni otro animal doméstico, ponen encima de sus

casa y pircas, cruzes, y preguntándoles quien les dió aquellas cruces, responden que el

Yaya (Sánchez 1622: 195)”.

En la relación del Capitán Sánchez advertimos un poco de la riqueza artesanal en la

producción algodonera de los pueblos de Moxos que sería de fama en la colonia. La producción

de chicha era otra característica fundamental de las culturas de tierras bajas y el asombro por la

extensión de las chacras de maíz y su productividad era grande. Es de notar como el autor habla

de varias poblaciones, la mayor de un tamaño tan grande que contrasta con otras descripciones.

Llama también la atención la crías de patos como animales domésticos. Aunque los españoles no

pudieron adentrarse en la región y verificar la existencia de otros poblados mayores o menores,

sí pudieron anoticiarse de su existencia.

“Dixeron que en aquella provincia tenían quarenta y quatro pueblos, los de adelante

mayores de los que vimos, que el primero sería de setecientos yndios y otro barriozuelo

cerca dél de hasta cien yndios; los demás de á trescientos unos con otros (Holguín: 149)”.

En su ingreso a la tierra de los Toros los españoles encuentran al paso una serie de

poblaciones asentadas en patrón disperso. En particular, muestran la disposición de seis aldeas a

Comentario [W1]: Falta citar el año

la orilla de una gran laguna, separadas una legua entre una y otra; también describen asombrados

la producción agrícola de estos pueblos. Los detalles respecto al tamaño de las aldeas, la alta

productividad de los campos de cultivo, ligada a una economía de pesca, se relacionan con el

alto grado de adaptación al medio y aprovechamiento de los recursos naturales de lechos de ríos,

lagunas, arroyos y fuentes de agua. También se puede ver como complemento una alta

tecnología artesanal en tejidos, arte plumario, entre otros.

V.1.5.4 Terraplenes, canales y camellones.

A continuación se presentan las descripciones de los terraplenes, en los que los españoles

ven avenidas y posteriormente llegan a inferir otras funciones de uso. En el caso presentado a

continuación esta vía de comunicación es descrita como una camino que se mantenía limpio y en

uso en ese momento.

“Y pasamos adelante y dimos en otro pueblo que estava vna legua, y entramos; y eran los

caminos tan derechos, que casi eran más ancha que vna calle, por muy ancha que fuesse;

y estavan estos caminos tan varridos y tan limpios, que cierto tuvimos que ver, que fue

cossa que jamás havíamos visto (Sotelo Pernia 1622: 200)”.

En la relación de Lorenzo de Caballero se advierte la primera insinuación de que estas

calzadas (posiblemente terraplenes), también servían para la división de sectores poblados y

extensas zonas de cultivo de maíz:

“Otro días marchó el Campo hacia el Norte por un camino ancho, dexando á un lado y a

otro muchas casas y percheles de mayz, que por ser tantas no tuve curiosidad de contarlas

(Caballero 1622: 176) “.

La relación de Juan de Limpias amplia el panorama y nos permite ver en forma general la

relación entre poblados, campos de cultivo y terraplenes:

“Y el siguiente día salimos veynte hombres, por horden del dicho Governador, á correr la

tierra y a descubrir los pueblos, que allamos once, y el principal tenia quatrocientas casas

y noventa cosinillas y nueve vevederos y donde se juntan á sus vorracherías; el segundo

pueblos tenía sesenta cassas o sesenta y seys y treynta y tres cosinas y cinco bevederos

grandes; los demás pueblos de a treynta y de á veynte y de quince y de diez algunos

dellos. Avía grandíssima cantidad de mayz, yuca, frisoles, maní, capallos y muchas otras

legumbres de la tierra, en cantidad tanto, que, entrando por vna calle ó calcada que ellos

tenían para división de las sementeras, que cavían tres hombres de á cavallo por ellas, el

Cappitán Diego Hernández Vexarano, visto tan gran número de percheles de mayz y

demás legumbres a mí y a otro soldado nos ordenó los contásemos, y en la cera que a mí

me qupó conté más de setecientos percheles, al parecer de a veynte y de a treynta anegas

de comida en cada perchel, cosa que nos dexó admirados, y el otro soldado contaría más

de quatrocientos percheles en comunidad, que así labran la tierra y no de por ssí. Con que

se echa de ver que tiene aquella provincia que vimos más de tresmil yndios (Limpias

1622: 170)”.

El tamaño del poblado que describe Juan de Limpias es impresionante si se considera que

en cada casa de aldea vivían de dos a tres familias promedio, de acuerdo a los cálculos

demográficos de la amazonía. Adicionalmente las diferencias de tamaño entre las poblaciones

sugerida al nombrarse la relación numérica de bebedores por poblado proporciona el indicio de

que los sectores altos factibles de ser habitables variaban de tamaño. La cantidad y variedad de

la producción de los campos de cultivo es expresada en datos contables y resalta en la relación la

función atribuida a los terraplenes, (calcadas) como divisiones de las parcelas de cultivo. La

siguiente relación de Lorenzo de Caballero es más clara en aspectos puntuales.

“Digo que el sitio donde los indios están, son vnas lomas tendidas que corren hacia el

Nortte y Poniente libres de rriego con que el ybierno rigurosso suele fetilicar sus guertas;

y agradeciendo estas vistosas y alegres lomas la compañía que los naturales les hacen, les

dan en paga, sacadas de sus entrañas para su sustento, tanta arboleda frutífera de

diferentes géneros, que son la almendra, el paqui, la ambayoa, el oque, el totay, palma

rreal, el quimocore y papas silvestres que con sólo esto pudiera sustentar la vida humana,

aunque no hubiera otra cossa, y porque estas provechosas plantas no se marchiten,

ayudándose unas a otras en el yvierno, toman agua, y vierten vnos arroyuelos con que las

alimentan, y entrando el verano buelven las aguas á rendir vasallaxe á la laguna,

dexando las canales secas y como los naturales están prósperos de pan, carne y pescado y

otras muchas legumbres, no hacen caso dello, y así vienen a gocarlo tantos géneros de

aves y animales como son el ciervo, el venado, conejos de Castilla, quirquinchos, el peji,

coromexí y motacanes, tortugas y javalíes (Caballero 1622: 179)”.

La descripción de los poblados en lomas es clara. La orientación que indica Caballero

(“hacia el Norte y Poniente”) es la dirección general en que se encontrarían los poblados

ubicados en las orillas de los ríos, siguiendo su curso, donde se practicaba una rica y variada

agricultura, que según la misma descripción se habría hecho también en lomas: “sacadas desde

sus entrañas para su sustento”, al lado de las que habitarían los lugareños a manera de compañía

siendo premiados con abundantes frutos. En este caso la relación estaría mencionando a los

camellones de cultivo.

La frase referida a que los indígenas: “Toman agua y vierten unos arroyuelos”, con que

alimentarían el riego de las plantas, quedando estos “canales” secos en la época de invierno,

muestra que los españoles vieron los complejos sistemas de canalización de agua y su uso en la

agricultura hidráulica de los llanos de Moxos.

Los terraplenes sobre los que viajaron los españoles fueron vistos como caminos

derechos y “más anchos que una calle”, y se encontraron en buenas condiciones de

mantenimiento, barridos y limpios. Aparte de hablar de la función de caminos de estos también

se menciona que servían para la división de sectores poblados y de áreas de cultivo.

Dichas construcciones artificiales de tierra se ubicaban en los llanos o pampas, sirviendo

de límite para extensos cultivos de maíz y otros, de los que se obtuvieron datos de producción

altos.

La población de 400 casas a la que se refiere Juan de Limpias sería la más grande vista

por los españoles. Mientras este dato no sea contrastado mediante información arqueológica de

habitats prehispánicos, se duda su veracidad. Caballero nos habla de “lomas” de poblados y de

cultivo, tratándose quizás de la única referencia de camellones, o elevaciones en las que se

practicaba una agricultura intensiva (en lomas) y al lado de las que debían vivir cuidando sus

cultivos.

V.1.5.5 Conclusiones.

Las conclusiones de este capítulo se resume a los siguientes puntos:

� La documentación etnohistórica del Departamento del Beni se encuentra en pésimas

condiciones de conservación y el material correspondiente a épocas posteriores a la

colonia esta en peligro de destrucción debido a problemas de medio ambiente, la falta de

material de conservación y personal especializado para su cuidado.

� La documentación etnohistórica de la época de la conquista del oriente boliviano se

encuentra en diferentes archivos del extranjero, aunque existen algunas reimpresiones en

el país.

� Dos realidades diferentes se vislumbran entre las sociedad Moxeña anterior a la llegada

de los españoles y posterior a esta, las mismas que se ven reflejadas en el patrón de

asentamiento arqueológico y en las crónicas hispanas tempranas. Las relaciones

etnohistóricas y la etnografía, hechas con material posterior al siglo XVII, distorsionan la

realidad antigua de la región, al referirse a las relaciones de los jesuitas como parámetros

descriptivos de la étnias.

� Las reducciones jesuitas transformaron completamente la forma de vida y creencias de

las aldeas de las llanuras que vivían en un patrón disperso al nuclearlas en misiones,

donde se confundieron tradiciones, costumbres, lengua, religiones y se fundieron en una

sola.

� Los criterios usados para los cálculos demográficos de las llanuras de Moxos en el

momento de la llegada de los españoles, en base a las crónicas jesuíticas, deben ser

revisados en función de los nuevos datos que aporte la arqueología.

� Los españoles fueron impulsados a la conquista de Moxos por las leyendas de

abundancia de oro y riquezas de la población mítica de “El Dorado”, “Paititi”, “Candiru”,

y de los pueblos Inca y Guarani.

� Se registraron varios ingresos a las tierras bajas de los españoles desde el siglo XVI, que

resultaban sumamente arriesgados por las condiciones en que se realizaban, lo climático,

el desconocimiento del terreno y los continuos ataques de las tribus.

� Después de la primera llegada hispana a Moxos, aproximadamente entre 1580 y 1583

realizada por Figueroa, se efectuaron varias expediciones exploratorias que fracasaron.

La entrada de Gonzalo Soliz de Holguín en 1617 marca el inicio de la conquista de las

tierras llanas, que se ve consolidada por una serie de entradas posteriores.

� La conquista jesuítica de Moxos fue facilitada por la ayuda que los españoles prestaron a

ese etnia en su lucha contra los Cañacures, época en la que ingresó el primer jesuita

(padre Soto). Posteriormente el trabajo paciente y programado de los padres Castillo,

Marban, Barace y otros logra la buena fe de los indígenas y con el estudio de la lengua-

costumbres de la región se comienza la evangelización.

� El proceso de transformación en la implantación de un nuevo orden misional se inicia en

1682 con la fundación de Loreto y culmina en 1767 después de la fundación de más de

25 reducciones con la expulsión de los jesuitas, una nueva forma de habitat, costumbres y

creencias fueron asimiladas por los pueblos de las llanuras.

� La expedición de Gonzalo Soliz de Holguín es un antecedente de suma importancia para

indagar en la forma de vida de los Moxeños para un tiempo anterior a las

transformaciones que ejecutaron los jesuitas.

� La expedición de Gonzalo Soliz de Holguín y sus hombres muestra la forma avasalladora

y abusiva como los españoles ingresaban en sus conquistas enfrentándose a las tribus.

� La expedición de Holguín muestra grandes poblaciones de llanura viviendo en sectores

de altura en patrón disperso, aprovechando al máximo los recursos acuáticos de riberas,

lagunas, arroyos y de sectores de pampas inundables mediante la implementación de

terraplenes, canales y posiblemente camellones, que luego los jesuitas no hacen

referencia.

� Los datos que se presentan en la revisión de las crónicas permiten contrastar el patrón de

asentamiento inferido de las relaciones de los conquistadores con los nuevos datos

obtenidos por la información de las últimas prospecciones arqueológicas de a región.

V.2 Arqueología.

Aunque la arqueología de la región de los Llanos de Moxos tiene una larga tradición,

iniciada con los trabajos de Nordenskiold a comienzos de siglo, la mayoría de las

investigaciones estuvieron orientadas al estudio de las “lomas”, sitios habitacionales de desechos

y/o construidos artificialmente (investigaciones resumidas en Erickson et al 1991: 12).

En el caso de la región de San Ignacio de Moxos los aportes han sido mínimos, ya que las

excavaciones arqueológicas se concentraron en las regiones aledañas a la ciudad de Trinidad,

donde Victor Bustos y la Misión Argentina (a la cabeza de Dougherty y Calandra), efectuaron la

mayoría de sus investigaciones entre 1976 y 1985. Aunque dichos trabajos han aportado

seriaciones cerámicas, fechas radiocarbónicas y algunas comparaciones generales, estas resultan

complejas ante la parvedad de los datos obtenidos de los pozos de sondeo practicados en las

lomas, los cuales fueron acompañados de pocas prospecciones y análisis de cerámica de

superficie (Bustos 1976 – 1978; Dougherty y Calandra 1981 – 1982: 44).

Por otro lado reconocemos la labor pionera comenzada en el campo de la geografía por

William M. Denevan, quien identificó una serie de construcciones artificiales distribuidas en las

regiones inundables de los llanos de Moxos en el Dpto. de Beni (Denevan 1966). A partir de

ello, realizó una revisión minuciosa sobre la etnohistoria de la región y el análisis de fotografías

aéreas de campos elevados de cultivo ligados a lomas de habitat, determinando su ubicación,

extensión y características de dimensión. La propuesta original de Denevan cubre un amplio

espacio de investigación que es continuado en los últimos años (Denevan 1962 – 1964, 1980;

Erickson y Faldín 1978; Erickson 1980).

El pueblo colonial de San Ignacio de Moxos fue fundado por el Padre Jesuita Antonio de

Orellana en 1689, (Barnadas 1989: XLIII) son escasas las referencias al estado en que se

encontraron los grupos indígenas del lugar antes de la fundación de la misión. Aunque la zona es

conocida por sus característicos terraplenes, los primeros antecedentes sobre estos rasgos en San

Ignacio fueron hechos en forma somera por Erland Nordenskiold en 1916, quien observó de

paso las construcciones artificiales al oeste de San Ignacio (Tomado de: Dougherty y Calandra

1984: 19; Denevan 1991).

Metraux tomó los datos de Nordenskiold a partir de sus escritos ya que no visitó la zona,

solamente planteó la duda de si los terraplenes habrían sido construidos por los Chimanes o

algún otro antecesor (Metraux citado en Denevan 1991: 234).

Denevan detectó en base a fotografías aéreas en forma macro una serie de camellones,

lomas habitacionales, islas artificiales, zanjas de agua, canales y terraplenes en una superficie de

3.800 Km² al suroeste de San Ignacio (Denevan 1980: 53, 115, 120, 124, 131).

El primer intento de estudio arqueológico para la región de los llanos centrales fue

formulado a partir de la finalización de la construcción de la carretera Trinidad – San Borja, con

el objetivo de prospectar la nueva vía aprovechando los cortes y las fotografías aéreas del

camino (Bustos y Faldín 1978).

Bustos (1978) presentó una monografía sobre la arqueología de los Llanos de Moxos

después de sus campañas de excavación en los alrededores de Trinidad. En esta se observa un

mapa arqueológico de terraplenes y campos de cultivo en el margen este del Matiré y perfiles

estratigráficos de excavaciones de la Misión Argentina en los sitios “La Emboscada” y “la

Víbora”, situados cerca del pueblo de San Ignacio. (Bustos 1978c, Figs. Nº 3 y 4).

En 1978 Faldín y Erickson ejecutaron el primer reconocimiento arqueológico entre

Trinidad y San Borja, siguiendo el curso de la carretera que une estas poblaciones. La mayoría

de los sitios se descubrieron en sectores cortados por el camino, en San Ignacio se efectuaron

incursiones a pie en forma radial a partir del pueblo (Erickson y Faldín 1978).

Los sitios encontrados se caracterizaron por tener una separación de entre 2 y 3 km entre

San Ignacio y el río Matos. El tamaño de dispersión del material cultural variaba entre 300 y 400

m. Según los autores no se hallaron calzadas ni canales que conecten islas entre sí, en un trabajo

posterior Erickson indica que la cerámica del lugar en general representa características de

conjuntos “multicomponentes”, de larga duración (Erickson 1980: 735). Respecto a los

terraplenes, el cálculo hecho por Denevan de aproximadamente 10.000 km lineales de

terraplenes en la región de San Ignacio resulta bajo para Erickson, quien considera que en estas

aproximaciones no ingresarían los terraplenes cubiertos por el monte que son invisibles en las

fotos aéreas. En cuanto a su distribución, “Generalmente las calzadas atraviesan la pampa baja

entre zonas elevadas del monte; van paralelas a las orillas de los ríos o arroyos, frecuentemente

atravesando los meandros ribereños (point bar formations) o se extienden desde los lagos,

especialmente la laguna Iserere y la laguna Mausa” (Erickson 1980: 736).

Se presentó diferentes hipótesis sobre las posibles funciones de los terraplenes y zanjas, a

parte de la ya mencionada por Denevan (1980: 131) de caminos y vías acuáticas de

comunicación, se propuso funciones de compuertas de agua, (control de corriente), para conectar

la pampa con riberas a manera de diques (Erickson 1980: 738).

Durante la prospección efectuada entre septiembre y octubre de 1991 se registraron y

verificaron más de 10 sitios habitacionales y 45 terraplenes con campos de camellones, que es la

relación que presentaremos en los capítulos IX-X.

En la segunda temporada de campo del proyecto Arqueológico del Beni, que dirige el Dr.

Clark Erickson (1992), se efectuó una prospección general al suroeste de San Ignacio de Moxos

entre las estancias Santa Fe, La Envidia y la Laguna San Vicente en la que se registró una serie

de estructuras artificiales agrícolas y sitios de hábitat en un área mayor a 150 Hs. También se

hizo un pequeño ensayo de levantamiento topográfico en uno de los sistemas de represamiento

de agua de la Estancia “La Viborilla” (Erickson et al. 1992).

V.3 Campos elevados.

V.3.1 Introducción.

En síntesis recurrimos a algunos trabajos sobre estructuras agrícolas de ampos elevados

construidos a gran escala por diferentes sociedades prehispánicas del continente, con la finalidad

de ampliar las posibilidades de interpretación de este fenómeno en los llanos de Moxos y

comparar algunas de sus características.

Los camellones son conocidos universalmente como “campos elevados”, aunque también

reciben los denominativos “Waru Waru” en Perú (Erickson 1986) y “Suka Khollus” (Rivera

1988), en el Altiplano boliviano; en el departamento de Beni se los identifica indistintamente

con el nombre de “terraplenes” o “sartenejales” en algunas regiones. Los camellones se

construyeron en zonas inundables mediante la excavación de varias zanjas lineales,

generalmente paralelas, agrupando la tierra excavada a los lados, creando así superficies

cultivables, de diferentes medidas.

Descubiertos y difundidos en la década de los sesenta en Sudamérica no fueron

investigados con anterioridad ya que son mínimas las menciones que se hacen de ellos en las

épocas colonial y republicana. Como en la mayoría de las zonas del continente que poseen

campos elevados, existe también un falta de tradiciones o costumbres que liguen a los campos

prehispánicos de camellones del Beni con las poblaciones indígenas que actualmente habitan en

los sectores cubiertos con estos rasgos.

Hoy en día las regiones inundables en Bolivia son utilizadas para la ganadería en época

seca y en mínima escala para la agricultura en época húmeda. Es el caso de las llanuras benianas

en las que los cultivos se realizan en bosques de galería e islas de bosque mediante chaqueo

(tala, roza y quema), produciendo con la quema de esta vegetación humaredas que llegan a

cubrir el altiplano, con el grabe peligro de la desertificación de la capa boscosa que difícilmente

puede recuperarse. En el altiplano boliviano-peruano las tierras inundables han sido consideradas

marginales, las siembras se efectúan en las laderas de los cerros, y cualquier otro tipo de

agricultura foránea implica el uso de químicos, arado mecánico y poca mano de obra, vinculados

al fracaso de la “revolución verde” que intentó implementar a gran escala el monocultivo de

especies mejoradas (Erickson 1986).

El uso de los camellones en el altiplano fue comunal; la construcción de estos puede

hacerse en grupo o por familias. Las superficies de los campos elevados habilitan el terreno

principalmente para cultivos como: la papa, oca, quinua e isañu (en la actualidad se experimenta

también con cultivos no tradicionales).

Los canales de los camellones con un determinado nivel de agua proporcionan calor

durante las noches y, en épocas de helada, refractan la energía solar acumulada en el día;

también sirven como repositorios de agua para la época seca y brindan el medio ambiente

adecuado para la práctica de piscicultura. En el fondo de los canales por proceso de

sedimentación se acumulan nutrientes, producto de la descomposición de aportes de la vida

acuática generada (reptiles, insectos, aves y plantas). Durante la época seca se extrae el lodo de

los canales y se coloca en la parte superior de los campos elevados, siendo este un abono

nutriente que puede usarse cíclicamente en diferentes temporadas, como posiblemente se hizo

durante cientos de años. Los camellones en el altiplano demuestran, en estos días, ser una

alternativa viable y sana para el hombre y la ecología. La no utilización de químicos que puedan

crear resistencia a las plagas, el uso de nutrientes vegetales en vez de abonos artificiales, la

creación de microclimas que resisten las heladas, la construcción y uso comunal de campos

elevados, estimulan a los campesino a retomar esta técnica ancestral (Erickson 1990).

A continuación se revisa en forma global las investigaciones arqueológicas efectuadas

con esta tecnología prehispánica en diferentes regiones de América, además se brinda

información sobre su antigüedad y desarrollo. La última parte de este capítulo revela las

tendencias teórico-prácticas desarrolladas en los últimos años para la interpretación de los

camellones en relación a las sociedades que los construyeron.

V.3.2 Estudios sobre campos elevados.

Los “campos elevados” han sido hasta el momento estudiados en varias regiones del

continente y también en el Viejo Mundo. Los trabajos pineros y la incansable labor de

investigadores como William Denevan en la temática, han logrado un amplio marco teórico-

práctico (Denevan 1970 – 1972).

Los campos elevados, se definen como “Una forma de agricultura intensiva de tierras

húmedas en plataformas construidas artificialmente localizadas en áreas de inundación

permanente o temporal” (Darch 1983, tomado de Giesso 1991, traducción del autor).

Las zonas temporalmente inundadas pueden ser llanuras, riveras, cuencas de ríos, y en

general planicies que poseen sedimentos de arrastre aluvial y han sido definidas como “Áreas

transicionales entre sistemas acuáticos y terrestres donde el nivel del agua está usualmente cerca

de la superficie o la tierra está cubierta de una delgada capa de agua...Generalmente estas tierras

están caracterizadas por inundaciones de larga o corta duración, (temporales) o una combinación

de ambas” (Denevan y Turner 1985: 12, traducción del autor). Su distribución y características

fueron descritas por Denevan, quien además las relacionó con las obras artificiales ligadas a ellas

(Denevan 1970; 1980: 9 – 18). Existen diferentes sistemas agrícolas conocidos para las tierras

bajas de Sudamérica, incluida la tradicional técnica del chaqueo (tala, roza y quema), los huertos

de cultivo o jardines, elevaciones de cultivo, terrazas, agricultura de playas, sistemas de

irrigación, canales y zanjas de drenaje y campos elevados (Denevan 1982). Estas técnicas son

una muestra del nivel de eficiencia alcanzado en la explotación de los recursos naturales por los

grupos indígenas. Aunque la documentación etnográfica muestra en la práctica algunas de dichas

técnicas en el presente, el registro arqueológico difícilmente puede evidenciarlas para el pasado,

si no se trata de rasgos que sobre salen en la superficie, como las elevaciones de los camellones

o las excavaciones de zanjas de cultivo que dejan huellas en las tierras llanas.

Los estudios hechos sobre la técnica de cultivo en camellones prehispánicos en su

mayoría han sido interdisciplinarios, siendo liderizados por antropólogos, arqueólogos de

orientación ecologista-cultural y geógrafos de la corriente de estudio en morfología del paisaje,

de la escuela geográfica de Berkeley (Denevan y Turner 1985: 11).

Para la relación que viene a continuación se repasarán algunos de estos significativos

estudios sobre la agricultura de campos elevados y drenados.

México y Belice. En las tierras altas de México se conocen las chinampas, jardines de

cultivo construidos en áreas rectangulares elevadas encima del nivel del agua en lagos poco

profundos (Denevan 1970), se encuentran diseminadas en el valle de México. El estudio

arqueológico de este particular sistema ha reportado datos importantes sobre las funciones y

utilidades que tuvieron las chinampas en la formación del imperio Azteca, aparte de los datos

sobre patrón de asentamiento, población y fechados radiocarbónicos que permiten saber su

antigüedad (Parsons 1985 – 1991). Ligadas a la tradición Azteca su uso ha sido continuo desde

antes de la llegada de los españoles. La aplicación práctica de las chinampas en diferentes

regiones se ha implementado y estudiado ampliamente (Gómez et al. 1983).

Algunos grupos de chinampas abandonadas se parecen notablemente en el tamaño y en la

forma a los camellones de Sudamérica, además las chinampas en uso aportan datos para el

estudio de los camellones prehispánicos (Denevan 1970).

En la península de Yucatán en la región de La Candelaria, Siemens (1969) reportó una

serie de rasgos lineales de camellones que luego fueron estudiados mediante fotografías aéreas.

En Belice se encontró sistemas de agricultura intensiva en el valle de río Hondo, que fueron el

“factor primario” para la génesis urbana de la cultura Maya (Mathewson 1977). Otras regiones

como Quintana Roo también presenta sus huellas.

Ecuador. Talvez una de las regiones que ha recibido mayor atención es la cuenca del río

Guayas en Ecuador, donde Parsons (1965, 1973) descubrió una serie de camellones descritos y

ubicados. Posteriormente se detectaron nuevos conjuntos y se efectuaron análisis generales sobre

la cronología de los campos de cultivo (Parsons y Shlemon 1982). La universidad de Wisconsin

llevó a cabo un proyecto de larga duración en la región, del que se obtuvo la ubicación,

descripción, excavación, fechados radiocarbónicos, e interpretaciones generales sobre los

conjuntos de camellones (Denevan y Mathewson 1983; Denevan, Mathewson y Whiten 1985).

Se formularon propuestas metodológicas para el estudio de camellones a nivel taxonómico y

formogenético (Mathewson 1985), y se presentaron cálculos sobre labor invertida en la

construcción de camellones (Mathewson 1987). El centro de estudios antropológicos de la

ESPOL efectuó investigaciones para la rehabilitación de campos prehispánicos de cultivo a nivel

antropológico y mediante una granja experimental (Alvarez 1984, 1987).

En los valles cercanos a Quito, Ryder (1969) identificó campos de camellones que fueron

descritos y estudiados en relación a los datos etnohistóricos y ecológicos (Knapp 1981) tomando

en cuenta su origen, morfología, posibles funciones, más cálculos de inversión de trabajo en su

construcción (Knapp 1988, Knapp y Ryder 1983). Por otro lado, se han sintetizado en obras

generales las características de la historia de la investigación y datos generales sobre los

camellones del Ecuador (Gonrad y López 1983, Knapp 1988).

Venezuela. En Venezuela los llanos del Orinoco presentan campos elevados

identificados y descritos en años recientes y de los que se han encontrado mayores vestigios

(Denevan y Zucchi 1978, Zucchi 1985). Se verificó su uso como un medio de subsistencia

indígena y para el manejo de las aguas mediante campos elevados y terraplenes. No se deben

olvidar las importantes investigaciones etnográficas relacionadas al análisis de los campos

zanjados de los indígenas Karinya en los pantanos del Orinoco, que aportan información

significativa para el conocimiento de esta técnica (Denevan y Bergman 1975), y las diferentes

estrategias de subsistencia de estas sociedades tradicionales frente al embate de la civilización

(Denevan y Schwering 1978).

Colombia. En Colombia los restos de campos elevados de la región de las llanuras

aluviales de San Jorge fueron mencionados por Reichel Dolmatoff en 1953. Posteriores estudios

detallaron características de patrón de asentamientos habitacional en relación a las

construcciones agrícolas, tipos de campos elevados, drenados y sus funciones (Plazas y Falcheti

s/f.).

En la sabana de Bogota, Parsons y Bowen (1966) registraron una serie de rasgos lineales

de camellones mediante fotografías aéreas, los que se encontraban en pésimo estado de

conservación en el terreno (Parsons 1973). También en la serranía de Calima se estudiaron

campos elevados relacionados con terraplenes, en los que se efectuaron excavaciones

arqueológicas, análisis de suelos, palinología y relaciones sobre la ecología del pasado (Warwik

et al. 1987, 1988).

Surinam. Versteg (1983) efectuó un trabajo arqueológico detallado sobre la arqueología

de los montículos artificiales cercanos a Caroni en la costa de Surinam. Este incluye un análisis

sobre la morfología de los campos elevados, arqueología, paleolimnología y fechados

radiocarbónicos, así como apreciaciones generales sobre estas obras.

Perú. Se han estudiado campos elevados en el valle bajo del río Casma (Denevan 1982:

195).

Perú y Bolivia. Entre Perú y Bolivia, en la cuenca del lago Titicaca, se tiene una de las

más amplias extensiones de camellones; se calculan 82.000 has, mayores a las estimaciones de

32.320 Has. de la llanura aluvial de San Jorge en Colombia (Smith et al. 1981). Aunque los

campos elevados de esta región fueron mencionados por Uhle (1923), los tipos y sus funciones

fueron analizados en forma general por Smith et al. (1981) y en detalle por Erickson (1986) y

Kolata (1989). Los tipos principales son: damero abierto, patrón irregular represado, patrón

fluvial, patrones lineales y patrón escalera, y responden a características medioambientales

específicas, en diferentes regiones de la cuenca del lago. Las funciones que cumplieron los

camellones en el lago fueron inferidas a partir de investigaciones de Chinampas y de los campos

elevados que están en uso en el Viejo Mundo, Africa, Oceanía, Nueva Guinea y principalmente a

partir de las experimentaciones de Erickson y Garaycochea en la pampa de Huatta, Puno, donde

se logró las modificaciones microclimáticas que permiten elevar la temperatura encima de los

camellones, (protegiendo a los cultivos de las heladas y extendiendo la estación de crecimiento)

la utilidad de los canales para conservar la humedad y para irrigar los campos en periodos secos;

y la formación de nutrientes vegetales en los sedimentos de los canales (Erickson 1986 a, 1986

b; Garaycochea 1986). Existen también relaciones completas sobre la arqueología, sociedades

prehispánicas, organización social, agricultura intensiva y medio ambiente de la cuenca del lago

(Erickson 1990, 1992 a; Kolata 1991, Graffam 1992).

Beni. Las primeras noticias sobre campos elevados de cultivo en América fueron hechas

a comienzos de siglo por investigadores como Nordenskiold o Uhle, la iniciativa que dio lugar a

una corriente de estudios de este tópico se inició en el Departamento de Beni en los llanos de

Moxos, Bolivia, en 1961 a consecuencia de la identificación (mediante fotografías aéreas de

prospecciones petrolíferas) de series en largas y pequeñas zanjas paralelas que podían haber sido

hechas por el hombre (Denevan 1970: 2) las mismas que luego fueron descritas tipológicamente

como campos de cultivo por regiones (Denevan 1963, Plafker 1963). Mayores investigaciones

aportaron nuevas ideas sobre problemas que se plantearon al verificarse su artificialidad, como

se: la apreciación del número de camellones, su distribución, situación ecológica, funciones y

asociación con otras obras construidas de tierra (mounds, terraplenes, etc.) y la relación con las

culturas que habitan la región. De esta forma se logró el trabajo más completo sobre las culturas

Moxeñas de las llanuras inundables: “Geografía Cultural Aborigen de los llanos de Moxos”

(Denevan 1980), magnífica síntesis que incluye el posible uso de los camellones en relación al

medio ambiente y un alto grado de desarrollo de la cultura Moxa. En esta obra Denevan

identificó y clasificó a los camellones del Beni en campos elevados, campos de camellones

campos loma y campos parrilla, calculó una superficie aproximada de 2.630 Has. de tierras

trabajadas, reconociendo que “no sería excesivo pensar en centenares de miles de campos

drenados”, que ocuparían más de 25.000 Has. y más de 50.000 incluyendo surcos (Denevan

1980).

Aunque los campos elevados de cultivo del Beni fueron luego mencionados por los

arqueólogos, estos rasgos agrícolas no recibieron la merecida atención como un sistema que

refleja la forma de organización social y grado de desarrollo de los pueblos prehispánicos, se

utilizaron junto a las lomas de habitat para una campaña sensacionalista que trató de llamar la

atención sobre la abundante arqueología regional con más de 20.000 sitios arqueológicos

(Bustos 1976 – 1978). Por otra parte, se ligaron a los sitios de vivienda prehispánica en

relaciones generales que no describían los conjuntos (Dougherty y Calandra 1981 – 1984).

Los trabajos desarrollados por Erickson a partir de una prospección inicia entre las

poblaciones de Trinidad y San Borja (Erickson y Faldin 1978), dejaron ver una serie de sistemas

agrícolas sofisticados de terraplenes y camellones que funcionaban a gran escala en relación a

contextos de sectores elevados para vivienda en el pasado (Erickson 1980), Esta tarea es

continuada en la década de los 90 mediante prospecciones arqueológicas a nivel regional para

identificar las características agrícolas y de habitat, mediante excavaciones, toma de muestras de

tierra y C-14, estudios de la vegetación actual y del pasado, los mismos que se han llevado a

cabo en la región de “El Villar”, cerca de las Estación Biológica del Beni (Erickson et al. 1991)

y en la “Estancia Santa Fe”, al sur de San Ignacio de Moxos (Erickson et al. 1992 – 1993).

Dichas prospecciones están de construcciones experimentales pioneras de campos elevados de

cultivo, como las de la Estación Biológica del Beni, de las que se extrajeron cálculos sobre su

construcción y una evaluación del rendimiento (Erickson et al. 1992; Michel 1990). El éxito

alcanzado permitió ampliar la media hectárea experimental que se había construido y en 1990, y

en la actualidad dos tesis de licenciatura en agronomía están siendo ejecutadas por estudiantes de

la Univ. Técnica del Beni para efectuar una comparación y evaluación sistemática del

rendimiento entre cultivos tradicionales, introducidos y camellones (Arce 1993).

Las experiencias preliminares permitieron también formular propuestas sobre las

formaciones sociales complejas que se desarrollaron en el pasado (Erickson 1992 b) y la

metodología del estudio de camellones en las tierras bajas de Bolivia (Erickson 1993).

Viejo Mundo. Dentro de la relación presentada incluimos este resumen sobre las

investigaciones realizadas en el Viejo Mundo. A lo largo de las llanuras inundables del viejo

continente se han registrado camellones al oeste de África, también en el sudeste de Asia y en

Melanesia. Estos presentan una enorme diversidad de formas y una amplia dispersión. Se trata

de mounds, campos elevados, plataformas de un nivel y de dos, y jardines flotantes (Denevan y

Turner 1974: 24-25).

Muchas de las características descritas de los camellones en uso en el viejo mundo sirven

para la inferencia de cómo se usaron en el pasado en Sud América, como ser capacidad de

retención de agua, drenaje, creación de abono orgánico en los canales y alta producción debida a

los suelos sueltos. Factores que proveen condiciones favorables para el crecimiento de cereales,

tubérculos y cosechas dobles para su almacenamiento en regiones inundables.

El tamaño y las altas densidades poblacionales asociadas a los campos de camellones del

Viejo Mundo permiten ver que responden al crecimiento y presión demográfica de sociedades

grandes y complejas como las inferidas paras las épocas prehispánicas de Sud América. En

general los camellones del Viejo Mundo se parecen mucho a los restos encontrados en Sud

América en patrón, aunque estos son un poco más largos (Denevan y Turner 1974: 25-33).

V.3.3 Antigüedad y desarrollo de los camellones en América

Los datos de antigüedad obtenidos para los camellones en Sud América todavía son

escasos. En base a las fechas radiocarbónicas se sugiere que corresponden a un largo período

entre aproximadamente 300 a.C. (Denevan y Turner 1985).

México. Turner (1983) analizó en detalle la cronología de estas obras agrícolas en

América Central; los datos más antiguos provienen de varios camellones del norte de Belice y la

cuenca de México con fechas radiocarbónicas tempranas entre el 300 y el 200 a.C., hasta 900 a

1000 d.C. Luego de esta época los camellones de las tierras bajas fueron abandonados,

contrariamente al fenómeno de las tierras altas, donde continuaron en uso (Denevan y Turner

1985).

Ecuador. De acuerdo a muestras de “paleosols” o suelos antiguos, también llamados

“bulk soils”, se obtuvieron fechas de C-14 que registran el tiempo promedio de residencia de

acumulación de materia orgánica, con resultados impresionantes del 2005 al 590 a.C., para

muestras de los camellones de Durán, en la cuenca de Guayas. Estas fechas, sin embargo, deben

ser contrastadas, ya que la contaminación de raíces podría haberlas alterado. En el 2500 a. C., la

cultura formativa de Valdivia estaba en su etapa tardía (Parsons y Schlemon 1982). Dos

montículos asociados a campos elevados en Samborondón aportaron fechas promedio entre 600

a 700 d.C., reforzadas por material cerámico correspondiente a la fase Milagro Quevedo (500 –

1500 d.C.), obtenido de los camellones (Denevan et al. 1985). Para las tierras altas de Ecuador,

Knapp indica la fecha de 1250 d.C. obtenida de restos de muestras de carbón de las rampas de

tolas o montículos artificiales de la cuenca de San Pablo en Ecuador. En base a los estudios de

Athens (1980), Knapp (1988) correlaciona este periodo con la construcción de los campos

elevados que se encuentran asociados a las tolas.

Venezuela. En la región de Barinas se propuso la antigüedad de 1000 d.C. para campos

elevados de los que se obtuvo cerámica de filiación Arauquinoide (Zucchi y Denevan 1978).

Colombia. Se han propuesto fechas que van del 1200 a 1250 d.C. para la región de San

Jorge en Colombia según Parsons, (1978), aunque no existen fechados radiocarbónicos que

apoyen dicha aseveración. Trabajos más completos como los de Plazas y Falchetti (1981)

presentan fechados que van del 100 al 700 d.C. (Denevan y Turner 1985).

En la región de Calima se han obtenido fechas de considerable antigüedad, 800 a.C.

(Bray et al. 1988).

Surinam. Una antigüedad promedio entre 700 a 1000 d.C. fue asignada a los camellones

de Caroni en Surinam, de acuerdo a Boomert (1976). Hallazgos de cerámica, correspondiente a

la cerámica de la loma Hertenrits, rescatada de los campos de cultivo reafirman esta apreciación

(Versteeg 1983).

Aunque la mayoría de las fechas obtenidas mediante las dataciones absolutas y relativas

para los períodos de utilización de los camellones son tardías en el continente Americano (entre

700 a 1200 d.C.), la falta de excavaciones permite pensar en fechas más antiguas que serán

conocidas en el futuro. El problema es que esta información podría encontrarse dentro de

camellones enterrados por sedimentos (Guiesso 1989). Otro aspecto de importancia es la

continuidad del uso de los camellones en las épocas prehispánicas, que implica una

especialización y desarrollo en la técnica hasta un período tardío. Su uso es continuo solamente

en las tierras altas de México. Como veremos a continuación en Bolivia se obtuvieron diferentes

fechados radiocarbónicos tanto para los camellones del altiplano coma para los de las tierras

bajas.

V.3.4 Antigüedad y desarrollo en Bolivia.

Altiplano.

Todavía son pocos los datos de la antigüedad de los camellones. Las primeras fechas de

algunos estudios se remontan al período Formativo. A manera de comparación se tomarán

algunos datos proporcionados por Erickson para el altiplano puneño de la región circumlacustre.

En la región de Huatta se obtuvo una cronología absoluta que oscila entre el 1000 a.C. y

el 400 d.C., más la fecha del 1000 d.C. Estas dataciones están relacionadas a contextos de

excavación de las culturas de Qaluyo, Pucara y de los Señoríos Aymaras, tomadas de dos

montículos (“mounds”) habitacionales asociados a campos elevados. Seis muestras de cerámica

extraídas de camellones y canales fueron fechadas por el método de termoluminiscencia,

correlacionándose con los resultados obtenidos de las excavaciones de los mounds (Erickson

1990: 12). 1

Para Erickson, el crecimiento de Pucara y Tiwanaku estaría relacionado con la

construcción y el cultivo de camellones. Una vez que la primera cultura del Formativo abandonó

los campos elevados, la segunda tomó la técnica e incrementó este tipo de cultivos,

desarrollando un gran imperio. Las fechas radiocarbónicas obtenidas para los campos elevados

del lado boliviano en Pampa Koani, correspondientes a los camellones de Tiwanaku, se vinculan

a las épocas IV y V (667 – 1050 d.C.) de esta cultura, con las posibilidad aun no comprobada de

su uso en la época III (299 d.C.), (Ponce 1972; Kolata 1989: 173). Aunque posteriormente

Kolata propone un posible origen de los cultivos en camellones a la cultura de Chiripa, debido al

1 Aunque es y será muy difícil encontrar las fechas absolutas para la antigüedad de los camellones, porque son en si mismos contextos disturbados (removidos), el intento de Erickson parece ser el adecuado combinando las fechas de C-14 con las de la cerámica mediante la termoluminiscencia, ya que la fecha de la cerámica no será alterada aunque la tierra del camellón sea removida.

hallazgo de restos cerámicos en la excavación de algunos camellones, estas no son evidencias

suficientes para datar las construcciones agrícolas (Kolata 1991; Rivera 1989).

Erickson había argumentado etnohistóricamente la posibilidad de que grupos uru-

puquina hablantes habrían poblado la cuenca del lago en épocas tempranas (3000 a.C.),

desarrollando a nivel comunal la agricultura de camellones. Aspecto en el que también se apoya

Bouysse Cassagne, arguyendo la transmisión de esta técnica agrícola de la cultura Puquina

hablante, que habría migrado desde tierras orientales al Altiplano2

Para Torero, el análisis lingüístico de la región del lago debe situarse en el período

neolítico en el que se produce una diferenciación y expansión de los lenguajes proto Uruquilla y

proto Puquina, aspecto que no aclara el problema de la procedencia de dichas lenguas, aunque

para este autor el Uruquilla se encontraba en el altiplano en sus formas ancestrales desde

milenios atrás (Torero 1992). De acuerdo al fechamiento glotocronológico en los tiempos de las

culturas formativas de Qaluyo, Chiripa y Wankarani y posteriormente Tiwanaku, el lenguaje

comienza a dialectizarse y a expandirse con el dominio imperial de estas culturas, es decir, que

el Uruquilla se habrías difundido hacia pueblos marginales como los Urus u otros. El estudio

lingüístico de las similitudes del lenguaje Arawac con el Puquina y el Uru permite a Torero

pensar que estas pueden deberse más al azar o a intercambios lingüísticos y préstamos (Torero

1992: 176 – 177). En síntesis, todavía no sabemos cual fue el grado de relación e intercambio

cultural entre las tierras bajas y altas en tiempos anteriores al Formativo y las relaciones

lingüísticas que existieron.

2 Comunicación personal. En el: “II Congreso Internacional de Etnohistoria” Coroico. 21de Julio a 2 de agosto de 1991.

La construcción y uso intensivo de los camellones por la cultura Tiwanaku en los

períodos IV y V habría proporcionado las bases para el desarrollo de dicha formación estatal,

cuya producción principal era la agricultura intensiva mediante acueductos, canales y regulación

de aguas subterráneas; todo articulado a los sistemas de campos elevados y un desarrollo social

jerárquico a nivel estatal (Kolata 1991: 99).

El uso limitado de camellones por los Señoríos Aymaras (950 – 1350 d.C.) hasta la

dominación Inca en Huatta, (1450 d.C.), fue continuo según Erickson (1990). En la parte

boliviana Albarracín Jordán y Mathews (1990: 146 – 147; Graffan 1992) obtuvieron similares

datos para el período que denominan Pacajes Temprano, (1100 – 1470 d.C.), siendo estos

utilizados por entidades sociales menores y a menor escala después de la caída de Tiwanaku.

La práctica de la agricultura en campos elevados y su abandono por diferentes culturas en

diferentes tiempos estaría relacionada con factores medio ambientales de acuerdo a algunos

autores (Ortloff y Kolata 1993), y problemas sociales de acuerdo a otros (Erickson 1990;

Graffam 1992).

Beni.

La mayoría de los trabajos sobre camellones y construcciones artificiales de tierra hasta

la década del 80 han enfatizado las descripciones basadas en estudios de fotografías aéreas e

interpretaciones de ellas (Bustos 1976 – 1978; Dougherty y Calandra 1984: 172 – 1820;

Denevan 1963 – 1980; Pinto Parada 1987).

Existe una relación en base a los trabajos citados que puede acercarse más a la

interpretación del proceso de desarrollo de la agricultura de campos elevados en la región del

Mamoré. Guiesso (1989) reconoce una cronología comparativa tratando de relacionar las

construcciones artificiales de lomas en relación a los camellones, para la región de los llanos

centrales de Moxos identifica dos sitios con una secuencia ocupacional larga; Loma Kiusiu (550

– 1200 d.C.), de la que sugiere, en base a los datos de excavación, una masiva remoción de

sedimentos, y Loma Mary con una secuencia de 245 a 1310 d.C. En ambas existe una

interrupción en el 590 y 980 d.C. La misma que se interpreta como una fase de aumento de tierra

en la construcción de la loma en forma deliberada, que podría ser directamente relacionada con

la construcción de camellones (Guiesso 1989: 5). Las ocupaciones iniciales anteriores a las

construcciones artificiales (200 – 300 d.C.), muestran pequeños lentes de ceniza, basura y tiestos

cubiertos por sedimentos estériles que hoy en día estarían por debajo del nivel de inundación.

Existiría una diferenciación con el sector este del Mamoré donde se detectó un incremento en el

movimiento de la tierra en la construcción de lomas muy altas como la de Casarabe (16 m) en la

que se evidenció 32 ocupaciones sucesivas entre el 200 a 1200 d.C. La construcción de los

“mounds” se habría llevado a cabo entre el 600 y 900 d.C., en Loma Mary, y 1000 al 1100 d.C.

en la Loma Alta de Casarabe.

Aunque los indicios de cultivo del maíz se presentan en huellas de marcas de maíz en los

tiestos de cerámica datada al 300 d.C., fecha que podrías estas ligada al cultivo de camellones,

Guiesso no afirma una mayor antigüedad y sitúa cronológicamente a esta técnica agrícola entre

el 500 y 1000 d.C., arguyendo que campos elevados de mayor antigüedad pueden estar cubiertos

por sedimentos. Como conclusión se sugiere que la técnica de campos elevados pudo ser el

producto de un proceso de desarrollo aislado en respuesta a situaciones como la presión

demográfica (Guiesso 1989: 14 – 15).

Los trabajos enfocados al conocimiento específico de la arqueología de camellones en el

Beni se iniciaron en julio de 1990 mediante prospecciones regionales y excavaciones, ejecutadas

por el “Proyecto Arqueológico Integral Beni” que dirige el Dr. Clark Erickson de la Universidad

de Pennsylvania EE.UU., en co-auspicio del Instituto Nacional de Arqueología de Bolivia

(Erickson et al. 1991 – 1993). Por primera vez se aplicaron trabajos metodológicos intensivos en

el estudio de camellones con resultados sorprendentes. Las excavaciones efectuadas en el sitio

“El Villar”, a 50 km al oeste de San Borja, arrojaron resultados preliminares muy interesantes.

Se colectaron muestras de carbón, tierra y polen de 5 trincheras excavadas en camellones. El

análisis general de la correlación de estratos y fechas radiocarbónicas fue realizado por Erickson

(1991 a). Las fechas radiocarbónicas se presentaron con una desviación Standard de 1 a 2 sigma

y en general tienen una alta posibilidad de ser correctas, ya que poseen consistencia y se

relacionan en secuencia correcta con la estratigrafía de las trincheras (Erickson 1991 a).

Describiremos la excavación de las trincheras 2, 3 y 4, que cortan en forma transversal

dos camellones y un canal intermedio en un sistema agrícola de la Estancia “El Villar”. El

primer estrato fue identificado como un piso de vivienda, ocupación “E”, de duración larga o de

varias ocupaciones cortas similares a las descritas en los estratos inferiores de las lomas

excavadas por la Misión Argentina en el margen este del Mamoré (concentraciones de cerámica,

basura, lentes de ceniza, que hoy en día estarían por debajo del nivel de inundación). La parte

inferior del estrato tiene una fecha de aproximadamente 840 a.C. y la superior de 120 a.C.,

tratándose de la ocupación más antigua detectada en los llanos centrales hasta el momento, los

camellones y canales corresponden a un periodo posterior de ocupación humana. Iniciándose la

construcción de camellones hacia el 120 a.C., su uso habría sido continuo durante cientos de

años. Las excavaciones realizadas mostraron que los campos elevados fueron utilizados durante

aproximadamente 800 años; los estratos A, B, C, D representan una serie de acumulación de

tierra de los canales en la loma de los camellones en diferentes épocas correlativas (Erickson et

al. 1991, Fig. 15 – 16). El relleno del canal muestra también una historia larga de sedimentación

y erosión en la que existen varias épocas y rapidez en la sedimentación. Creándose estratos

distintos. Después de su abandono los canales se llenaron de sedimentos (Erickson et al. 1991).

Los camellones prehispánicos del Dpto. del Beni tienen una antigüedad notable en relación a

otros conjuntos del continente. Los campos elevados es Sudamérica presentan fechados

radiocarbónicos promediados entre el 500 y el 1000 d.C., y los camellones del lado boliviano de

la cuenca del lago Titicaca de 699 a 1200 d.C., aspecto que incide en las inferencias acerca de su

origen (Michel 1992 a). Durante la época seca, entre los meses de septiembre a octubre de 1991,

se efectuaron labores de prospección arqueológica en la región de San Ignacio de Moxos en los

llanos centrales del Beni, entre las lagunas Isirere y Mausa dentro del “Proyecto de Prospección

Arqueológica de San Ignacio de Moxos” que es motivo de esta tesis. En esta ocasión se

registraron sistemas complejos de cultivo, entre ellos grandes diques de contención de agua con

camellones al interior, conformados por terraplenes que se cruzan entre sí, una especie de

“Qocha” de represamiento y drenaje de agua casi similar a los sistema descritos por Flores

Ochoa y Washington Rosas (1986), y otros que implicarían el desvío del curso de las aguas de

los ríos para la inundación de campos de camellones.

Sistemas similares en el grado de sofisticación y ampliamente distribuidos al suroeste de

la población de San Ignacio de Moxos fueron registrados durante la campaña de campo de 1992

del “Proyecto Arqueológico Integral del Beni” dirigido por Erickson. En el área comprendida

entre el río Apere, Laguna San Vicente y la comunidad de San Miguel, donde se reconocieron

obras artificiales en una extensión de 156 hectáreas, parte de las cuales se encuentran cubiertas

por enormes sectores de bosque o han sido destruidas por distintos factores. La explicación para

la formación y desarrollo de esta tecnología sofisticada esta ligada a un crecimiento poblacional

y al desarrollo de la organización social. Las construcciones monumentales están consideradas

como un rasgo primordial de las sociedades complejas, de las que todavía se deben investigar

sus características, ya que estas no han sido claramente definidas (Erickson 1992 b). Mayores

indagaciones deberán efectuarse en relación a la antigüedad y contexto cultural de la técnica

agrícola de los campos elevados. La antigüedad del sistema de cultivo de los Llanos de Moxos

deben llamar la atención de los investigadores en el sentido de buscar las mayores posibilidades

de interpretar en forma cabal un proceso de desarrollo cultural aun desconocido (Michel 1992 a).

V.3.5 Camellones experimentales en Sudamérica.

Los primeros campos de cultivo experimentales de camellones fueron reconstruidos en la

zona baja de Belice (cultura Maya) por Puleston (1976), siendo esta experiencia una de las más

complejas en cuanto a cálculos de construcción, trabajo invertido y resultados preliminares de

producción para tierras bajas (Puleston citado en Erickson 1986). Aunque en México el uso de

chinampas es común, se proyectó la implementación de parcelas experimentales e incluso

grandes extensiones fueron transformadas mecánicamente en Balacan, El Espino-Cardenas de

Tabasco, Nacajuca cerca de Villahermosa, la Laguna de Tecomulco en el Estado de Hidalgo y

en la Laguna de la Mancha en Veracruz (Gomez Pompa et al. 1982).

En los llanos de Orinoco, Zucchi (1975) realizó algunas experiencias. Tambien en

Illinois, EE.UU., Riley y Friemuth (1979), construyeron áreas experimentales con la intención

de proponer y comprobar hipótesis acerca del drenaje de aire frío de la parte alta de los

camellones a los canales. Estas experiencias no obtuvieron la información adecuada para medir

las transformaciones climáticas que producen los camellones (Bibliografía e información

resumida en Erickson 1986 a). Un proyecto interdisciplinario de “re-siembra de camellones” fue

ejecutado en la cuenca de Guayas en Ecuador con la participación de varios especialistas. En el

mismo se puntualizó la investigación de las formas de tenencia de la tierra, rescate de la

“memoria histórica campesina”, y se efectuó la experimentación de campos elevados durante

dos temporadas de cultivo. Se usaron semillas mejoradas de plantas tradicionales y el cuidado de

crecimiento se realizó mediante un control restringido de químicos para combatir las plagas. Los

resultados de estas experiencias demostraron la eficiencia en el uso de esta tecnología agrícola,

aunque lamentablemente por razones desconocidas no fue difundida. (Alvarez 1985, 1987).

V.3.6 Camellones experimentales en Perú y Bolivia.

Altiplano.

En la cuenca del lago Titicaca, Erickson en 1981 (1983) efectuó las primeras

experimentaciones de campos elevados de cultivo, continuadas en una serie de experiencias

controladas (Erickson 1982 – 1992, Garaycochea 1986 – 1987). Los primeros camellones fueron

construidos sobre restos de antiguos campos prehispánicos en una superficie de 168 m², en de

Machachi y 54,45 m² en Candile, con la utilización de herramientas nativas como chakitaklla y

la rawkana en un tiempo de cinco días entre dos familias. El promedio de producción de los

campos sembrados de papa fue de 16,879 Kg/Ha (8 – 10 Tn/Ha), superior a los promedios

generales de producción de este vegetal en Puno, (en 1969 fue de 3050 Kg/Ha año) lo que llamó

la atención de los campesinos de la región y de las instituciones de desarrollo que ahora

intervienen en trabajos de construcción y rehabilitación de camellones (Erickson 1990). Los

experimentos también probaron la eficacia de esta técnica para mantener el calor solar durante la

noche mediante los canales de agua, que irradian una onda larga de radiación – de calor

(temperaturas registradas mediante medidas de termómetros electrónicos) y durante una fuerte

helada que afectó a los campos a los camellones; a estos en menor medida (Erickson 1986 a).

Estudios de los suelos de las pampas inundables de Huatta determinaron altos valores de

macronutrientes en nitrógeno, nitrato, fósforo y potasio en las muestras de tierra de los canales

prehispánicos, demostrando la fertilidad de estos lodos orgánicos después de siglos de su

abandono en contradicción con la creencia de la pobreza de los suelos de pampa (Erickson 1986

a, Garaycochea 1986). Los cálculos de labor invertida en la construcción de la obra variaron de

acuerdo a distintos factores como la dureza del suelo, pero alcanzaron un promedio final de

4,695m³ persona/día, superior a los estimados generales de 2,6m³ (Denevan 1982). En el lado

boliviano del lago, Kolata (1991) confirmó experimentalmente algunos de los resultados

obtenidos por Erickson y superó los promedios de producción en la zona de Pampa Kohani

(1987 – 1988). Fueron construidas 2,5 Has de camellones con la participación de comunidades

aymaras. Se probaron tres parcelas experimentales de cultivo en las regiones de Pampa Kohani y

Tihuanaku para comparar los resultados de cultivo en diferentes condiciones: La primera parcela

de camellones (132.42m²) fue cultivada sin químicos fertilizantes-plaguicidas y mediante el uso

del lodo orgánico de los canales para el abonado. La segunda parcela (90,05m²) fue tratada

mediante la forma tradicional de cultivo, con un poco de fertilizantes y plaguicidas para el

control del crecimiento de las plantas, la tercera (138,40m²) se cultivó mediante la forma

tradicional, pero utilizando intensivamente fertilizantes y pesticidas (Kolata 1991: 105 -106).

Los resultados obtenidos fueron en general los siguientes: Una fuerte helada de febrero de 1987

afectó el altiplano boliviano, con una pérdida de la producción de papa cercana al cien por ciento

de la producción en la parcela experimental condicionada a la forma tradicional de cultivo, en

cambio el promedio de plantas afectadas por la helada en los campos de camellones fue

solamente del 10.41 por ciento, la producción de papa en los camellones fue también notable ya

que duplico la de la parcela tratada con químicos y multiplicó por siete la producción de los

campos usados en el modo tradicional (Kolata 1991: 106).

Los resultados obtenidos por Erickson y Garaycochea en la producción de papa de los

camellones variaron en el tiempo durante los tres años de experimentación, (entre 8.3 a 13.0

Kg/Ha) y aunque los exitosos resultados son parecidos al promedio de rendimiento obtenido por

Kolata en el lado boliviano (21 T/Ha), resultan inferiores. Esta diferencia es atribuida por Kolata

a la mayor altura en que se encuentra la pampa de Huatta en relación a la de Kohani, lo que la

pondría en mayor riesgo frente a las heladas, bajando sus rendimientos de producción agrícola.

Mayores investigaciones llevadas a cabo por la fundación Wiñaymarka determinaron promedios

de producción de entre 6 y 9 Tn/Ha en el altiplano boliviano (Comunicación de Osterman 1993).

Dichas investigaciones demuestran la variabilidad de los resultados de las cosechas de

camellones debido a diferentes factores como los tipos de suelos, salinidad, clima, entre otros.

En la parte boliviana del lago Titicaca se han seguido haciendo trabajos de construcción y

rehabilitación de campos elevados de cultivo a cargo del proyecto Wila Jauría (1990 – 1991) y la

fundación Wiñay Marca, (1991 – 1993) que continúan bajo el lineamiento de investigación que

propone Kolata. Durante la temporada agrícola 1990 – 1991 se ampliaron los campos

experimentales en 40 Has. en las localidades de Kohani Pampa, Tiwanaku, Copacabana,

Batallas, Viacha, Pucarani y Satatora. De igual manera se incrementó el número de variedades

de papa sembrada (considerando este tubérculo como el más importante en la alimentación de

los aymaras). Se introdujeron experimentales plantaciones de cebada, habas, quinua y hortalizas

con el objetivo de mejorar la dieta alimenticia de los campesinos (Ramirez 1991 inédito s/p). los

resultados mostrados por las diferentes parcelas experimentales fueron considerados exitosos en

general, pero no se debe olvidar que presentaron diferentes resultados por parcela debido a

diferentes factores como ser tipos de suelos, tierras salinas, mantenimiento de los campos por los

campesinos, e influencia microclimática por regiones. El trabajo citado describe también la

incidencia de plagas y agentes patógenos. En la campaña agrícola llevada a cabo entre 1991 –

1992 por la fundación Wiñay Marca se ampliaron 30 Has de camellones en las mismas

regiones. Los resultados obtenidos fueron muy bajos, ya que el rendimiento de producción

descendió debido a una fuerte helada, la producción más alta registraba 16 Kg/Ha de papa en la

comunidad de Kusijata, esta contrastaba notablemente con los demás cultivos que mostraron

indicies de producción inferiores a 0,80 Kg/Ha (Wiñaymarka 1993, inédito).

Los trabajos de Kolata y las instituciones encargadas de los camellones en el altiplano

boliviano no presentan cálculos sobre inversión de trabajo en la construcción y mantenimiento

de los camellones, lo que nos impide hacer comparaciones de este tipo en relación a otras áreas.

Aunque las actividades descritas nos permiten vislumbrar las posibilidades favorables del

cultivo de camellones en el altiplano, se deben efectuar mayores experimentaciones regionales

con la finalidad de verificar las reales posibilidades del sistema bajo distintas condiciones,

(aspecto que fue aprendido por los pobladores prehispánicos en cientos de años de

experimentación) antes de cubrir indiscriminadamente las regiones aledañas al lago con

camellones.

Beni.

La construcción de camellones experimentales en el Beni fue realizada como parte del

“Proyecto Arqueológico Integral del Beni”, con el objetivo de efectuar investigaciones

multidisciplinarias y trabajos de arqueología aplicada que beneficien a las poblaciones locales.

Más de media hectárea de campos elevados fue construida en base a patrones obtenidos de la

prospección y excavación arqueológica llevada a cabo en los llanos centrales de Moxos

(Erickson et al. 1991). Los trabajos de construcción se efectuaron en una pampa inundable,

situada como a 200m de la base operacional de la Estación Biológica del Beni. Las herramientas

de metal utilizadas fueron picos, palas, lampas y azadones, contando con la participación de la

comunidad de Totaizal. La obra se ejecutó en un total de 77 Ha con la participación de 32

jornaleros/día. En total se logró la remoción de 1062.3m³ de tierra de los canales en 15 días, a

razón de 2, 64m³ de tierra hombre/día (Michel 1990).

La siembra del campo experimental se efectuó en marzo de 1991, un poco después de la

época más lluviosa, (Estevez 1991). La cosecha se la realizó en junio del mismo año con la

perdida de algunos cultivos como algodón, palta, soya y otros afectados por las fuertes lluvias.

Otras plantas que fueron comidas por animales pequeños como el caso de los camellones

experimentales de la cuenca del Guayas (Alvarez 1987). Los resultados de la cosecha obtenida

pueden considerarse de éxito, aunque la siembra se atrasó y la cosecha fue precedida por fuertes

lluvias. En el caso de las variedades de maíz cubano y maíz duro se produjo un rendimiento

mayor a 1900 Kg/Ha, superior al promedio general de producción anual de este vegetal en el

departamento de Beni: 1830 Kg/Ha y similar a la producción de las chinampas mexicanas

(Proyecto MACA/FAO/PNUD 1991, Erickson 1992 b). El interés de las instituciones benianas e

internacionales en la agroarqueología aplicada permite y permitirá en el futuro mayores

investigaciones de evaluación para la expansión de la técnica a mayores regiones. En la

actualidad se están desarrollando dos tesis de licenciatura en agronomía en la Universidad

Técnica del Beni, apoyadas por la Estación Biológica del Beni (EBB) y la Liga para la Defensa

del Medio Ambiente (LIDEMA). Una está referida a la evaluación de rendimiento de cultivos de

joco, frejol, camote y yuca en cuarta hectárea de camellones construidos de distintas medidas de

ancho, tratándose de indagar sobre la efectividad de la técnica (Arce 1993). La otra tesis esta

enfocada en la reutilización de cuarta hectárea de los campos experimentales construidos en

1990 para el cultivo de plantas introducidas y tradicionales y la comparación de los resultados de

producción con los de parcelas comúnmente cultivadas por chaqueo en la región (Román 1993).

En 1993 prácticas adicionales serán implementadas en base a los resultados experimentales en

las comunidades Moxeñas aledañas a San Ignacio de Moxos, mediante el apoyo de PRODEMO

(Pro Desarrollo de Moxos) e instituciones internacionales (Erickson et al. 1992).

FALTAN LAS PÁGINAS 135 Y 136.

Lugar mediante cálculos, a una base de datos experimental muy importante. Como ejemplo

podemos citar los cálculos de construcción de obras artificiales que nos permiten vislumbrar

cuantas personas construyeron camellones y el tiempo – energía requeridos para ello en el

altiplano. La construcción de campos elevados reporta una elevada inversión de trabajo, al igual

que su uso o reutilización y las aproximaciones experimentales logradas permiten ver que ello

puede ser hecho por pocas personas y en poco tiempo, dependiendo de factores particulares a

nivel regional, lo que implicaría que no se necesitan miles de personas para la implementación y

uso de camellones (Erickson 1986 a: 66 – 77).

En el Altiplano puneño, en las cercanías del lago Titicaca, se descubrió que el

movimiento en metros cúbicos de tierra por hombre en un día para la edificación de estas obras

era de 5,6m³ en una jornada de trabajo de 5 horas aproximadamente, resultado superior a los

cálculos que había elaborado Denevan en base a datos empíricos de 2,6m³ de tierra movida en un

día por un hombre, lo que significa que en su uso y mantenimiento fueron más bien comunales y

permanentes (Erickson 1986 a 1986 b).

En todo caso este resultado y los cálculos de producción en camellones experimentales

no puede ser generalizado, ya que algunos factores como la dureza del suelo, condiciones de

medio ambiente, el fuerte calor en las sabanas en el Beni y el hecho de que estos resultados

correspondan a camellones reconstruidos influyen en las cifras y aproximaciones. Algunas

referencias experimentales en diferentes regiones permitirán medir las diferencias de los

resultados de inversión de trabajo e incluso la influencia del tipo de herramienta usado en la

construcción y mantención de los camellones en diferentes ecozonas. Mayores investigaciones

arqueológicas podrán determinar los contextos, edades y el desarrollo de los camellones

prehispánicos de Sudamérica.

Para la región oriental del país, algunos autores como Denevan piensan que los

agricultores de campos elevados de las sabanas fueron capaces de utilizar los camellones, pero

“no como los eficientes y sofisticados estados de los Andes y México”, sino más bien

construidos y manejados en pequeña escala por familias y comunidades, bajo un control político

central (Denevan 1970: 653); siendo esta una teoría respetable podemos pensar también que los

niveles de complejidad alcanzados en las sociedades Moxeñas todavía son desconocidos. Las

posturas que ligan este tipo de desarrollos de obras hidráulicas con burocracias centralizadas “a

la Wittfogel” pueden ser calificadas como prematuras en el sentido señalado por Erickson (1992

b), quien propone al igual que Denevan, su uso y mantenimiento por grupos sociales a pequeña

escala. Los excedentes habrían sostenido grandes poblaciones estratificadas de alto desarrollo

artesanal, alcanzando proporciones urbanas, similares a las sociedades etnográficas de Nueva

Guinea organizadas heterojerárquicamente [mediante jerarquías heterogéneas] (Erickson 1992

b).

Dada la antigüedad de la técnica podemos pensar que su desarrollo se remonta a épocas

del Formativo en las que posiblemente experimentó en pequeña escala. Quizás por ello resulte

mecánico ligar la agricultura intensiva de campos elevados con el aumento de la población.

VI. Marco teórico.

Dentro de los esquemas de la antropología clásica las poblaciones originarias del oriente

Sudamericano han sido clasificadas de acuerdo al grado de organización y estratificación social

en relación con el potencial ambiental, la efectiva producción de alimentos y la densidad de

población. La clasificación tradicional efectuada por Steward y Farom (1946 – 1959) es la

siguiente:

(1) Cacicazgos teocráticos y militaristas.

(2) Agricultores de aldea de monte tropical.

(3) Cazadores recolectores nómadas.

Fueron varias las interrogantes que surgieron del esquema. Los cacicazgos podrían ser

cuestionados como unidad tipológica dada su variedad que oscila entre grandes reinos, como el

Chibcha, y pequeños grupos como los Xaray, compuestos por cuatro aldeas unidas por solo jefe.

Alguna “aldea de monte tropical” contaba con una cultura material sofisticada, mientras que

otras eran semi-sedimentarias con más de mil habitantes cada una y tenían especialistas técnicos

y agricultores permanentes (Denevan 1980: 81). El alto grado de desarrollo alcanzado por estos

grupos se habría dado únicamente mediante la influencia tardía en el periodo Formativo de las

tierras altas hacia los trópicos (Steward y Farom 1959), sin considerar la posibilidad de un

crecimiento propio (Roosevelt 1980: 12). Esta idea fue desarrollada por Meggers (1979), quien

identificó una serie de oleadas migracionales de la amazonia en sus excavaciones arqueológicas,

que fueron explicadas por cambios climáticos extremos de épocas secas y húmedas del pasado.

Migraciones desde los Andes habrían sido parte del desarrollo prehispánico regional en la

formación de los grandes reinos de las tierras bajas como el de la Isla de Marajó (Meggers 1978,

1982, 1983, 1992 a, 1992 b; Meggers et al. 1988).

Carneiro (1970) rechazó la posición de Meggers, fundada en la creencia del impedimento

para el crecimiento poblacional de las poblaciones amazónicas debido a limitaciones ecológicas,

como la falta de recursos energéticos de alimentación, entre otros, y planteó que los reinos

fueron el producto de una alta presión demográfica originada en una producción agrícola

excedentaria en la región de llanuras aluviales, y en continuas guerras para el control de dichos

recursos. Gross (1973) acorde con el anterior planteamiento postuló que la subsistencia en la

amazonia nunca fue limitada, sugiriendo que las poblaciones más avanzadas y populosas

crecieron gracias a la riqueza de los recursos agrícolas de caza – pesca – recolección en las

riberas, y más que todo en las regiones aluviales. Un aporte significativo para entender como

estas poblaciones se fortificaron y expandieron en la región tropical del continente es la

utilización del maíz en su dieta alimenticia desde tiempos tempranos (Roosevelt 1980, 1992 b;

Van Der Merwe et al. 1981).

La región de los Llanos de Moxos corresponde a uno de los espacios vitales de mayor

desarrollo cultural dentro de la Amazonia, siendo las llanuras aluviales, regiones que sostuvieron

poblaciones densas. Dichas poblaciones fueron extinguidas o alteradas en su mayoría por los

conquistadores europeos en los siglos XVI y XVII y de ellas conocemos muy poco en cuento a

su desarrollo y los sistemas de organización que las sustentaron (Denevan 1980; Myers 1992;

Roosevelt 1987: 153).

Lathrap definió las culturas de “Floresta tropical” de las regiones aluviales como

“Poblaciones estables que vivían de la agricultura de raíces y tenían una máxima explotación de

los recursos ribereños de lagos y costas. La caza y la pesca era secundaria en su economía”

(Lathrap 1970: 47 traducción del autor); Creyó que el origen de la mayoría de las plantas era

básico en un sistema de agricultura y en el caso de la Cultura de Floresta Tropical estaba

directamente relacionado con una serie de tubérculos importantes como la Yuca amarga y dulce,

Walusa, y otros como la piña, melocotón, maní y maíz. El postulado respecto a estos vegetales

se relacionaría con la amplia dispersión que las poblaciones orientales experimentaron con su

potencial de cultívenos, desarrollando el “Sistema de Agricultura Tropical” (Lathrap 1970: Capt.

V). El origen de la “Cultura de Floresta Tropical” podría situarse en cualquiera de las extensas

áreas fluviales de río de la amazonia y norte de Sudamérica y propuso el Amazonas Central

como punto de origen (Lathrap 1970: Capt. IV). Logró relacionar el desarrollo y los

movimientos de las Culturas de Floresta Tropical uniendo los datos lingüísticos y léxico-

estadísticos de la época con las tradiciones arqueológicas que había detectado. De esta forma a

partir de sus excavaciones en el Alto Ucayali y observaciones de otros contextos de Sudamérica,

definió un esquema de migración y poblamiento de la Amazonia que sería corroborado por

algunos datos etnográficos (Lathrap 1970: Capt. IV-VI). Las posibles migraciones definidas por

Lathrap están relacionadas a la observancia de las culturas aluviales en distintos puntos de

Sudamérica. Estas representan olas migracionales de diferentes períodos de tiempo.

La propuesta de Lathrap fue cuestionada por Meggers y Evans, quienes también

construyeron un modelo procesual de explicación acerca de las migraciones en la Amazonia,

basados en sus excavaciones en Marajó y otros sitios. Mediante un estudio interdisciplinario,

etnohistórico, comparativo arqueológico y fechados radiocarbónicos indagaron sobre los

movimientos Guaraníes y sobre el posible lugar de origen de los troncos lingüísticos Arawac y

Tupí Guaraní. Las principales distribuciones de las familias de lenguas estarían en

correspondencia con los patrones de refugio (para los momentos de cambios climáticos

extremos) de las especies observadas por los biólogos (Meggers et al. 1988: 83 – 84).

La mayor discusión sobre el planteamiento de Lathrap surge a partir de los tipos

cerámicos y la correlación de estos con las migraciones en la amazonia, determinadas

lingüísticamente. Aunque se habían reconocido originalmente dos horizontes arqueológicos, la

cerámica incisa-modelada y la policroma, estos no podrían ser vinculados a los grupos Arawac y

Tupí Guaraní hablantes, ya que Meggers y Evans indicaban “La imposibilidad de presumir una

correspondencia entre tradiciones arqueológicas y familias lingüísticas” (Meggers y Evans 1982:

16). La relación entre los hablantes Arawac y una tradición arqueológica no habrías sido

establecida. Los investigadores concluyeron que la cerámica hachurada-zonada, así como la

policroma, tendría su origen en los Andes (Meggers y Evans 1982: 24).

Aunque no se han aclarado las correlaciones cerámica-lingüísticas, la expansión de la

cerámica hachurada zonada e incisa punteada es evidente en el Depto. De Beni en Bolivia y es

más probable que esté relacionada con los Arawac hablantes. Oleadas posteriores trajeron la

decoración policroma. Roosevelt retoma en base a los trabajos de Lathrap, los estilos inciso-

punteado y policromo como una corriente de comunicación e interrelación estilística que va más

allá del Pleistoceno tardío y se originó en el Amazonas central (Lathrap 1970; Roosevelt 1987:

155, 1992 a, 1992 b). Podemos añadir que los análisis lingüísticos deberán considerar en el

futuro las diversas situaciones de intenso contacto, multilingüístico y otras características de

continuo relacionamiento para las culturas comprendidas en la región, entre el extremo oeste de

la amazonia hacia el norte. La región central y oeste del Brasil puede considerarse apropiada

para el desarrollo y la expansión de un pueblo, una lengua y una cultura, susceptibles de ser

identificadas arqueológicamente (Urban 1992).

La escasa información arqueológica de la amazonia en general y los nuevos resultados de

investigación han producido publicaciones que muestran entre los que defienden el llamado

“determinismo ambientalista” de la corriente desarrollada por Meggers, y otros que en

contraposición postulan la existencia de grandes reinos y poblaciones urbanas para tiempos

prehispánicos (Meggers 1992 a, 1992 b; Roosevelt 1992 a, 1992 b). En todo caso deberá

reconocerse que el proceso de formación social de las culturas orientales fue complejo y variado

de acuerdo a las diferentes regiones, la implementación de proyectos arqueológicos que pongan

en práctica la utilización de técnicas modernas para la indagación del pasado será de gran

utilidad en la aclaración de un fenómeno aún desconocido.

La región de los Llanos de Moxos de acuerdo a su extensa posición geográfica, entre el

pié de monte andino y el escudo brasileño habría brindado todas las posibilidades para ser

habitada desde tiempos remotos, debido a la riqueza en fauna de sus llanuras y bosques, y peces

de los ríos que descienden desde la cordillera de los Andes. El poblamiento de las sabanas

aluviales de Moxos debió darse por oleadas migracionales que llegaron del norte del continente

en varias ocasiones, para aprovechar las buenas condiciones de subsistencia que ofrecían dichas

tierras. En primera instancia podríamos indicar que aunque no existen todavía en Moxos

evidencias de ocupaciones tempranas de cazadores, recolectores reflejadas por artefactos líticos

(como puntas de flecha, raederas y otros), como los que se han descrito para otras regiones de

llanura y pié de monte de Sudamérica (Barse 1990; Miller 1990; Roosevelt 1992 b), es muy

posible que en lugares similares o en la región del Escudo Brasilero se presenten estos

yacimientos, lo que demostraría la existencia de pequeñas aldeas de cazadores-recolectores

desde tiempos tempranos. Para tiempos posteriores existen evidencias de migraciones llegadas

desde el norte del continente en oleadas pequeñas de poblaciones que se asentaron en las

márgenes de los principales ríos de los llanos, posiblemente buscando recursos de caza-pesca-

recolección y sectores aluviales para el cultivo de la yuca y el maíz, que conformaban la base de

su dieta. Es el caso del sitio arqueológico detectado en la región de Bajo Maniqui con cerámica

que muestra influencia de fases tempranas como Ronquin y la cueva del Orinoco (Michel y

Lemus 1992), y otros con influencias culturales de la misma región pero de épocas posteriores.

Existen descripciones sobre las relaciones “Barrancoide” (Portugal 1978, Lathrap 1970),

“Valencioide” (Portugal 1978) y otras como la que existiría con la fase Comoruco del Orinoco

Medio; con la región de los ríos Beni y Alto Beni, que podrían haber implicado la transmisión de

cultivo de la yuca y el maíz. Los asentamientos de pequeñas aldeas Formativas descritos por

Pereira y Brockington (1993) para le región del Chapare en el pié de monte del Dpto. de

Cochabamba, con cerámica incisa, también muestran influencias migracionales desde el norte

del continente (Ecuador, Rondonia y posiblemente la fase Corozal del Orinoco). Son una

evidencia de que este tipo de movimientos fueron variados y a grandes distancias (Ver Capítulo.

“Cerámica”).

Las primeras migraciones y sus características todavía no son conocidas dentro del

registro arqueológico, sino como hallazgos cerámicos aislados. Existe la posibilidad de que el

estudio de dichos sitios aporte datos significativos sobre el carácter de las poblaciones

emigrantes, el tiempo de su estadía en cada región, sus características culturales y de

asentamiento, si es que trajeron consigo la domesticación de las plantas, su posible relación con

fases cerámicas del área y de los actuales poblados indígenas de Bolivia. Los restos de aldeas

formativas de los llanos de Moxos son similares a los sitios del Medio Orinoco (Roosevelt 1992

b), los mismos que están compuestos de deposiciones de sedimentos culturales y arenas en los

bordes de los ríos; fueron pequeñas aldeas con poblaciones que se desarrollaron lentamente,

especializadas en una economía de caza-pesca, complementada por la recolección. Este periodo,

que abarca aproximadamente los primeros 9000 años a.C., sirvió también para la

experimentación el la domesticación de algunos cultígenos como el maní en las llanuras

Moxeñas (David Williams com. Personal 1990) y raíces como la yuca, de importancia

fundamental para el complemento de su dieta (Lathrap 1970). Los poblados de ribera, con las

características descritas, mantuvieron poblaciones pequeñas, dispersas en espacios distantes en

las riberas de las principales llanuras aluviales de la Amazonia, manteniendo contactos a larga

distancia mediante viajes por río.

El conocimiento de la agricultura determinó el incremento poblacional y algunos

cambios en las características de asentamiento. Los poblados, al requerir de mayores recursos

para la manutención de sus aldeas, se expandieron en las regiones aluviales que eran de su

preferencia (Cerneiro 1970; Lathrap 1970). Este tipo de movimiento habrían sido fundamentales

en la formación de sociedades complejas en las actuales llanuras benianas. La agricultura de

yuca y luego maíz fue imprescindible para la sedentarización y crecimiento de las aldeas en

Moxos y en todas las regiones aluviales. Es muy posible que el desarrollo del sistema de

camellones en las planicies inundables del Beni haya estado relacionada con la implementación

de cultivos de raíces como la yuca en primera instancia, complemento de las dietas de caza-

recolección y luego el cultivo extensivo del maíz. Este último producto fue de suma importancia

en el sustento de las aldeas y en su crecimiento por que posee los nutrientes suficientes para una

alimentación completa. Como lo atestiguan las primeras crónicas de los españoles, también fue

la base alimenticia de los grandes poblados que luego se desarrollaron. El crecimiento de la

agricultura de camellones, hasta niveles tecnológicos elevados, fue el producto de una adecuada

implementación de extensiva de cultivos a las necesidades de crecimiento poblacional. De esta

forma, el desarrollo de conocimientos de agricultura e hidráulica, produjo a través del tiempo los

extensos y sofisticados complejos agrícolas prehispánicos de terraplenes, canales y camellones

construidos a grandes escalas.

El sistema comunal de aldea fue desarrollado para el mantenimiento de los extensos

campos de cultivo, en la medida en que el mantenimiento y cuidado de los cultivos correspondía

a toda la población. Una clase dirigente debió, en este caso, ocuparse regionalmente de la

organización del trabajo para áreas donde en la actualidad se encuentran las mayores

concentraciones de estructuras artificiales. El carácter de esta clase social y su diferenciación,

con el resto de los pobladores aún son desconocidos, pero posiblemente estuvo constituida por

especialistas y religiosos que influyeron notablemente en la masa, para su movilización y

trabajo.

También es desconocido el tipo de relaciones que existía entre los conglomerados

poblacionales-agrícolas que estaban separados unos de otros en distancias menores a 7 km,

algunos podrían haberse comunicado mediante terraplenes, canales y ríos. Posiblemente

formaron alianzas a niveles mayores para la organización de la construcción de campos agrícolas

o para situaciones de emergencia como la guerra. La artesanía fue ampliamente desarrollada

como parte de la formación de una sociedad compleja con excedentes de producción

significativos. El tallado de madera, la manufactura, y el arte en general llegaron a altos niveles

de expresión como se observa en las descripciones etnohistóricas y etnográficas (Metraux 1942).

El comercio fue desarrollado a nivel de la cuenca del Amazonas, en una extensa red

natural de navegación de los ríos (Myers 1983), medio que era del dominio de los Moxeños.

También se produjo el intercambio de productos exóticos con las tierras altas (Bustos 1978 b).

La distorsión de las crónicas jesuíticas y otros trabajos influenciados por estas no nos permiten

conocer a cabalidad cual fue el panorama real del sistema de organización social en los llanos.

Es por esta razón que el registro arqueológico se convierte en una de las mejores herramientas

para interpretar el fenómeno de la formación de sociedades complejas en Moxos.

Aunque son mínimas las menciones acerca de las primeras aldeas dispersas que se

asentaron en el área, la información acumulada en los últimos años permite ver algunas

características de asentamientos prehispánicos.

Un modelo de poblamiento para la región de San Ignacio de Moxos podría ser pensado

por áreas, en las que se ocuparon completamente las zonas de altura; bosques de ribera, islas y

temporalmente las llanuras desde tiempos tempranos de cazadores-recolectores. Los camellones

se ensayaron luego como una alternativa para el cultivo de la yuca como complemento de la

dieta primaria.

En los tiempos en que se había comenzado las técnicas de represamiento de agua, y con

ello el cultivo el cultivo extensivo de plantas de mayor nutriente como el maíz, se ejecuto el

alejamiento de los bosques de ribera donde se cazaba y pescaba principalmente, para el

aprovechamiento de los sectores de pampa mediante la agricultura. Poblando los espacios altos

la gente debía controlar los extensos campos de cultivo que se encontraban a su alrededor, en las

zonas planas e inundables, mediante la participación en trabajo comunitario. Este tipo de labor se

desarrolló al nivel de ser programado desde la construcción, siembra, mantenimiento y cosecha

por una clase especialista y directriz. La clase dirigente dominó el arte de efectuar grandes

movimientos de tierra, mediante la inversión del trabajo comunal para la construcción de los

enormes terraplenes, canales y desvío de arroyos.

No resulta asombroso pensar en niveles primarios de urbanismo en los llanos

prehispánicos de Moxos, para la época de mayor desarrollo de esta cultura (Erickson 1992 b). El

uso intensivo de los recursos (y una adecuada planificación del crecimiento de los poblados en

los sectores de altura), habría determinado la aparición de una especie de grandes ciudadelas en

las orillas de los ríos y en las islas de bosque, distanciadas por espacios cortos de 5 a 7 km. En

este caso la relación ciudad-campo y el desarrollo de la misma no existiría o estaría desarrollada

de forma diferente a la conocida, mediante la explotación intensiva de espacios “clave” de

recursos ligados a los grandes poblados semi urbanos. Las zonas de ocupación reunían las

condiciones hábitat permanente en las partes altas, donde se concentraban los asentamientos en

forma dispersa y luego continua debido al crecimiento poblacional. Existen también evidencias

para asentamientos humanos en la pampa en épocas tempranas (Erickson et al. 1991).

VII. Problemática.

Como se ha podido advertir la problemática de estudio para la región de los llanos de

Moxos es amplia en relación a la arqueología amazónica y debido a las pocas investigaciones

que se han realizado. Aunque existen varios problemas para el análisis de dicha problemática,

para este trabajo consideramos los siguientes.

Una de las preocupaciones actuales es la de buscar una relación entre las estructuras

agrícolas y de terraplenes arqueológicos con los sitios habitacionales o las llamadas “lomas” con

la finalidad de determinar las características de sus uso a nivel regional y su conexión con otras

áreas. Respecto a la cronología de los conjuntos todavía no se han diseñado cuadros diacrónicos

culturales completos por regiones, a excepción de los trabajos en las lomas aledañas a la ciudad

de Trinidad (Dougherty y Calandra 1981 – 1982). Por ello es difícil efectuar generalizaciones o

relaciones entre los diferentes contextos, cada una presenta características propias y los sitios son

multicomponentes.

Son mayores las dudas sobre las sociedades que habitaron los llanos en tiempos

anteriores a la conquista: ¿De dónde vinieron?, ¿Cómo se organizaron?, ¿Cuáles eran?.

A nivel etnográfico todavía no se ha intentado hacer una correlación entre las

características prehispánicas y las poblaciones indígenas actuales, aunque algunos autores

señalan a los grupos Arawac como los constructores de las obras artificiales de tierra

(Nordenskiold 1913).

En resumen podemos decir que se desconocen la mayoría de las características

prehispánicas de poblamiento y cultura de la región, debido a la escasez de trabajos

arqueológicos.

VIII. Hipótesis.

En base al análisis de la problemática arqueológica de la región y del área propongo las

siguientes hipótesis:

1. La región de los llanos de Moxos, debió ser un lugar ideal para el asentamiento

humano desde tiempos tan antiguos como el de cazadores-recolectores de los Andes,

por su abundancia de fuentes de agua (arroyos, ríos, lagunas), así como por la

variabilidad y cantidad de flora y fauna, recursos de caza, pesca y recolección

(Denevan 1980: 39). Los sectores altos de selva fueron habitados sin temor a las

inundaciones, igual que los bosques de galería aledaños a los ríos, mediante

migraciones desde el norte de Sudamérica (periodo inicial de ocupación aprox. 9.000

a 6.000 a.C.).

2. Una segunda fase de antigüedad temprana comenzó con la adaptación poblacional a

sectores no inundables para ser habitados mediante la acumulación de tierra.

Probablemente, en esta fase también se desarrolló la agricultura de campos drenados

y el control de las aguas mediante diques artificiales. Todo ello basado en una

organización social comunal y con un jefe o cacique y una economía agrícola (fase

arcaica-formativa, aprox. 6.000 a 2.000 a.C.).

3. En una tercera fase los sistemas tecnológicos de movimientos de tierra se habrían

perfeccionado debido a presiones demográficas en su más alto nivel, lográndose la

producción agrícola extensiva de yuca y maíz, aumento de la población y una

organización social compleja liderizada por una clase gobernante de especialistas y

sacerdotes (Fase clímax, aprox. 1.000 a.C. a 1.100 d.C.).

4. En la cuarta fase, una serie de factores (condiciones climáticas o guerras)

influenciaron en la desintegración cultural. En esta se produciría la llegada de los

españoles, quienes encontraron poblaciones mermadas por la enfermedades que les

antecedieron (Denevan 1980: 184). Organizados en cacicazgos, los Moxeños tenían

altas poblaciones que fueron descritas por algunos cronistas. Es posible que en

momento del contacto todavía se mantenían algunas técnicas agrícolas de

subsistencia, pero para ello los indígenas vivían separados, y al obligar los Jesuitas a

la reducción o nucleamiento en pueblos la gente abandonó los campos de cultivo

(Castillo 1986) (Fase final, aprox. 1.100 a 1700 d.C.).

5. Las culturas de los llanos de Moxos tienen una fuerte influencia de varias oleadas

migratorias Arawac desde el norte de Sudamérica. El origen de la etnia moxeña

puede estar ligado a los constructores de las estructuras hidráulicas del Beni

prehispánico, debido a que este fue el grupo social mejor organizado y con mayor

población que vieron los españoles a su llegada.

IX. Metodología y Técnicas.

La metodología de trabajo usada en esta tesis comprendió el estudio analítico de los

antecedentes bibliográficos y para el trabajo de campo varias técnicas probadas en anteriores

trabajos en continuo uso de la inducción-deducción. La fase de prospección fue llevada a cabo

entre el 1 de septiembre y el 15 de octubre de 1991, efectuándose el reconocimiento de

diferentes sitios arqueológicos y estructuras agrícolas en un área de 55 km², comprendidos entre

las Estancias “La Víbora” y “Estancia del Sr. Sabala” (Mapa IX). El recorrido de superficie

cumplió con el principal objetivo de verificar y documentar la existencia de restos artificiales y

su entorno ecológico.

La metodología de campo comprendió técnicas como el estudio de fotografías áreas,

reconocimiento en terreno de las estructuras artificiales y los sitios arqueológicos, en base a

diferentes experiencias de campo en la región y haciendo énfasis en las particularidades del

medio. Varias técnicas arqueológicas fueron utilizadas tanto pata la verificación de los sitios de

asentamiento prehispánico de vivienda como agrícolas, las mismas que han sido desarrolladas en

el curso de estos años en el estudio de los sitios arqueológicos con camellones (Kolata et al.

1989, Erickson 1986 a, 1986 b; 1993; Erickson et al. 1991, 1992). Para un análisis comparativo

se recurrió al estudio de los resultados de las investigaciones de arqueología aplicada llevada a

cabo en diferentes regiones del continente americano y en el Beni (ver antecedentes).

IX.1. Análisis de fotografías aéreas.

Las fotografías aéreas han jugado un papel muy importante en el estudio de las

características arqueológicas del Beni, desde los primeros descubrimientos de la época de los

sesenta, debido a la escasez de mapas o cartas geográficas de las regiones tropicales del país y de

otros (Erickson 1993: 11).

De acuerdo a los estudios aerofotográficos, siempre se consideró la región comprendida entre

San Ignacio y San Borja como rica en camellones y terraplenes (Denevan 1966; Dougherty y

Calandra 1984; Erickson et al. 1991, 1992)

En la parte inicial del trabajo se llevó una detallada recopilación de la escasa información

cartográfica y de fotografías aéreas de la zona, que derivó en el mapa general del área de estudio.

Las fotografías aéreas fueron obtenidas del Instituto Geográfico Militar, del Servicio

Nacional de Aerofotogrametría y del Servicio Nacional de Caminos, todas de gran utilidad

debido a la inexistencia de mapas de la región.

La fotografía aérea de San Ignacio de Moxos, escala 1:40.000, obtenida del I.G.M., sirvió

como marco general de referencia, pero no en el reconocimiento de detalles de nuestro interés

(fot. 9293. Fab. 1974) De mayor utilidad fueron las fotografías del Servicio Nacional de

Aerofogrametría de la F.A.B. en particular la serie del proyecto “Trinidad – San Borja 1985”, de

la que se extrajeron las fajas fotográficas 9-10-11 de escala 1:40.000 para cubrir el área de

estudio. La calidad de los colores y su alta definición justificaron la elección. A partir de este

material se elaboró el mapa general del área, en base al estudio estereoscópico efectuado en el

Departamento de Cartografía del Instituto de Ecología de la U.M.S.A.

Fueron también de suma importancia las fotografías ampliadas del “Estudio de

mejoramiento de la carretera Trinidad-San Borja. Fase II (JICA 1990) de donde se extrajeron las

ampliaciones fotográficas escala 1: 20.000 del sector de prospección (plantas aerofot. 67-85). A

partir del material obtenido se elaboraron croquis de referencia y fotocopias del material

necesario para el trabajo de campo. La principal fotografía, ampliada a una escala de 1:10.000,

fue recortada en láminas portátiles de 50 x 50cm que se plastificaron para evitar los daños por el

calor y la humedad en el campo.

Los sitios y rasgos arqueológicos fueron registrados en las copias de las fotografías

aéreas y en los croquis, marcándose su ubicación. La información obtenida de esta manera

facilitó la labor de interpretación de los conjuntos arqueológicos a nivel regional.

IX.2. Prospección.

La prospección realizada se efectuó con pocos recursos, pero los resultados obtenidos son

importantes considerando las limitaciones de visibilidad debido a la densidad de la cobertura

vegetal. El equipo de prospección estuvo conformado por mi persona, un ayudante de campo

conocedor de la región y una persona del lugar.

Los recorridos en las pampas se hicieron en grupo, siguiendo líneas paralelas y barriendo

espacios de 20m entre persona y persona. La prospección se la realizó preferentemente a partir

de sectores accesibles como caminos, senderos, desmontes, etc., que permitían mayores

posibilidades de observación. En particular, las zonas de pampas u desmontes fueron cubiertos

intensivamente.

En el caso de sectores boscosos o llenos de arbustos, donde resultaba muy difícil

caminar, se ejecutaron una serie de incursiones radiales, tratando de detectar construcciones

artificiales de tierra o cerámica. Esta forma de caminata en los bosques dio muy buenos

resultados, concertados en el hallazgo de varios camellones y terraplenes al interior de cuerpos

boscosos. Las referencias de ubicación se determinaron con brújula y con la ayuda de puntos

identificables en las fotografías aéreas. Los sitios arqueológicos, que no son afectados por las

inundaciones, por lo general las concentraciones de cerámica de superficie fueron mínimas

(máximo 20 tiestos por sitio).

Para facilitar el trabajo de registro y de inventario se diseñaron fichas guía para la

descripción de terraplenes, que permiten anotar detalles referentes a la identificación, ubicación,

medidas y entorno natural de estas construcciones artificiales. La ficha fue diseñada en base a la

“célula de registro de caminos y obras viales de Ravines (1987: 69-71), y se adaptó para mostrar

los atributos generales de los terraplenes del Beni (Ver anexo 3).

También se usaron formularios de registro para el material arqueológico y las fotografías,

diseñadas a partir de experiencias anteriores, por la facilidad que presentan para el trabajo en

condiciones climáticas difíciles. Se llevó adjunto un diario y libreta de campo (Anexos 4-5).

La mayoría de los sitios se encontraron en sectores de altura, en islas de bosque de ribera,

donde pudieron ser identificados en sectores despejados de vegetación de las estancias, en los

chacos o áreas de cultivo y en los cortes de los islas de bosque por la carretera.

IX.3. Excavación.

Con la finalidad de determinar las características de la sedimentación cultural de los

asentamientos habitacionales, se efectuó un pequeño pozo de sondeo (1 x1m) en la Estancia “La

Media Vuelta”, verificando la existencia de la estratificación cultural continua de 40cm de

profundidad por debajo de nivel de humus (0-20). No se llego a determinar pisos ocupacionales

(Anexo 2).

IX.4. Análisis de laboratorio.

Tanto el material de superficie como el de excavación fue registrado y dibujado con la

finalidad de obtener una relación general descriptiva de la cerámica de superficie y de

excavación (Anexos 1-2).

De igual manera todos los croquis y planos fueron procesados a partir de fotografías

aéreas para lograr los gráficos de referencia de cada sector de estudio (Anexos 3-4).

Las limitaciones encontradas en el reconocimiento arqueológico de los llanos fueron

varias.

1. Las densas poblaciones de vegetación boscosa y arbustiva impiden el recorrido

general del área.

2. Las subidas y bajadas de las aguas en las épocas de lluvia-sequías desgastan

continuamente las construcciones prehispánicas de tierra.

3. El paso de ganado erosiona las estructuras arqueológicas.

4. El extremo calor de la época.

Pese a ello el trabajo pudo ser realizado gracias a la colaboración de la población de San Ignacio

de Moxos, estancieros y encargados de estancias que apoyaron el desarrollo de esta tesis.

X. Descripción de los istios arqueológicos y estructuras agrícolas de San Ignacio de Moxos.

A continuación presentamos una relación descriptiva de los conjuntos arqueológicos

estudiados de acuerdo al orden del recorrido de campo (Mapa X).

X.1. Sistemas de camellones y terraplenes de la Estancia “La Vívora”.

La estancia “La Víbora” se encuentra a 11 km al oeste de San Ignacio de Moxos; ocupa

el territorio comprendido entre el arroyo Matire al oeste y la laguna Mausa hacia el sureste. Su

límite al norte es la carretera San Ignacio-San Borja que es su principal vía de acceso, al sur

limita con la estancia “La Media Vuelta” (Mapa X).

Originalmente “La Víbora” ocupaba un amplio espacio entre las lagunas Isireri y Mausa,

tras la construcción de la carretera San Ignacio-San Borja la vía caminera dividió en dos partes la

estancia, “La Víbora” al oeste y “La Viborilla” al este.

El lugar fue visitado con anterioridad por los investigadores Víctor Bustos S. (1978 d),

Erickson y Faldón (1978), Dougherty y Calandra (1978), quienes efectuaron descripciones muy

generales del área. Aunque la misión argentina excavó un pozo de sondeo en la estancia, no

existen informaciones de ello.

Durante el mes de septiembre de 1990 el equipo de investigación del Proyecto de

Prospección Arqueológica de San Ignacio de Moxos efectuó un reconocimiento arqueológico de

la estancia gracias a la autorización de los propietarios estancieros Fidel y Ronald Justiniano.

X.1.0. Sitio “La Víbora”.

El sitio arqueológico que llamó la atención de los arqueólogos fue el denominado “La

Víbora”, aunque no existen descripciones sobre sus características. Se trata de una elevación en

la margen este del arroyo Matire, donde actualmente se encuentra la casa de estancia. Debido a

la limpieza de vegetación y la erosión de lluvia, se observó cerámica en la superficie del terreno

(Mapa X.1.)

Si bien la concentración de tiestos es alta en la casa de estancia, en otros sectores como el

chaco de plátanos cerca del arroyo y en una elevación cercana a este se encontraron algunos

fragmentos. De igual forma, en el corte de la carretera que pasa como a 200m de la estancia, se

recogieron tiestos que aumentan en cantidad según uno se acerca al arroyo Matire y continúan al

pasar el terraplén de puente.

Llama la atención en el sector el actual chaco de plátanos una elevación en forma de

montículo con un largo de 20m un ancho de 5m y 3m de altura; podría tratarse de una

construcción artificial (Mapa X.1.)

Varios terraplenes aparecen entre el bosque de ribera del arroyo Matire y la denominada

Isla Grande “A” de la Estancia (terraplenes 1-1’-2-3-4-5-6-7) algunos están erosionados y

cortados por caminos de ganado en sus extremos, o por la construcción de la carretera. Fueron

parte de un enorme sistema de retención de agua, del que todavía podemos observar algunos

conjuntos de camellones bien conservados (Fotos 1-2-3-13).

X1.1. Conjunto de camellones “A”.

Este pequeño conjunto de camellones se encuentra entre una altura del bosque de ribera

de la Estancia “La Víbora” y el terraplén 1 en plena pampa, al este de ambos (croquis X.1.1.). Se

trata de una serie de ocho camellones paralelos, perpendiculares al terraplén 1 (los tres primeros

están unidos a este). El ancho de los camellones es de 2.50m con un largo que varía de 5 a 20,

los canales tienen de 1.50 a 2m de ancho. La superficie del terreno muestra bastante erosión y la

altura de un lomo de camellón es de 20cm. Una especie de canal pasa como a 20m al norte de la

estructura tiene un ancho de 2m y más de 30m de largo.

X.1.2. Conjunto de camellones “b” y “c”.

El conjunto de camellones “b” se encuentra entre los terraplenes 2 y 6 y la Isla Grande

“A” (Croquis X.1.2.)

Se trata de una serie paralela de camellones que sale de la Isla Grande “A” orientados de

norte a sur en relación al terraplén 6, tienen un solo alineamiento hasta el sector en que bordean

un curichi (superficie inundada la mayor parte del año) en forma radial, el sistema tenía la

finalidad de drenar agua a la parte central del curichi para lograr el represamiento de esta en la

época de lluvias. Las dimensiones de los camellones varían de 3m de ancho en el sector de Isla

Grande “A” hasta 2m cerca del curichi los canales alcanzan un promedio de 1m de ancho.

El conjunto de camellones “c” se localiza entre los terraplenes 6 y 7, y esta parcialmente

cubierto por la “Isla Grande A” en su sector este (croquis X.1.2). Siguiendo en línea recta al

alineamiento inicial de los camellones “b”, los camellones “c” continúan perpendicularmente al

terraplén 7 en una dirección casi de este a oeste. Treinta camellones se encuentran cubiertos de

bosque, los demás se dirigen hacia el arroyo Matire, desapareciendo completamente como a

200m del bosque del Matire, posiblemente por la destrucción que causó el camino de ganado que

atraviesa el lugar. Las medidas de los camellones varían en su ancho de …a 3m, con canales de

1m y largo de menos de 100m. (Foto 2).

X.1.3 Isla Grande “A”.

Rodeada por planicies inundables y campos de cultivo prehispánicos se encuentra Isla

grande “A”. Este gran cuerpo boscoso fue cortado por la carretera San Ignacio-San Borja y

dividido en dos porciones la mayor se encuentra al interior de la Estancia “La Víbora” (croquis

X.1.2. y mapa X.2).

La Isla se sitúa como a 500m al este de la Estancia “La Víbora” se trata de una elevación

de terreno cubierta de árboles altos y arbustos en su alrededor, tiene un ancho aproximado de

1000m y un largo de 1200m con una altura de un metro. La situación de esta isla es estratégica

en relación a los camellones “b” y “c” al oeste y los extensos campos de cultivo en el este.

En el corte de la carretera también se detectaron algunos fragmentos de cerámica. Por los

factores descritos, “Isla Grande A” parece ser un importante sector ocupado antiguamente por

poblaciones prehispánicas.

X.2. Diques de represamiento de agua y otras estructuras de las estancias “La Víbora” y

“La Viborilla”.

Dos tipos de construcciones hidráulicas resaltan en este sector, una serie de terraplenes

que se cruzan formando triángulos a manera de diques de represamiento de agua en el sector

comprendido entre la laguna Mausa y arroyo Maturavaca, actualmente cortado en dos partes por

la carretera San Borja –Trinidad (Mapa X.2) y otro diferente conformado por dos grandes

terraplenes y camellones paralelos a estos (23-25) entre el arroyo Maturavaca y la laguna Isireri

(Mapa X.3).

La función principal de dichas estructuras fue la de represamiento y control de las aguas

de inundación mediante el uso coordinado de terraplenes y canales, aunque la mayoría de los

diques de represamiento deberían presentar camellones en su interior se han conservado algunos

lugares con sus huellas.

X.2.1. Campo de camellones “d” y “e”.

El campo de camellones d-e está situado al borde de la Isla Grande “A” y entre los

terraplenes 8, 9, 18 y 20 (Mapa X.2.).

Dos terraplenes (17-19) salen perpendiculares al terraplén 18 y se cortan a una distancia

de 200m sin una aparente relación con el contexto.

Los camellones “d” son una serie lineal de 6 terraplenes orientados de noreste a sudeste,

tiene un ancho promedio de 2.60m con canales de 3.30m, su largo en el sector de “La Víbora” es

de 200m, aparecen como una continuación después del corte del camino moderno en la Estancia

La Viborilla.

Los camellones “e” se encuentran 10m al este del conjunto de camellones “d”, tienen una

orientación general noreste-suroeste y presentan una forma completamente diferente los antes

descritos. Están alineados en camellones de 2m de ancho con canales también de 2m, separados

en forma de cuadrículas por canales más anchos de 2.30m cada 10m que dan una forma de

cuadrículas o rejillas al conjunto visto en las fotografías aéreas (Foto 3y 4).

Entre los terraplenes 8-18-20 y la carretera San Ignacio-San Borja se observa en la

fotografía aérea (JICA 1985 Nº 6834), varios camellones lineales, la destrucción evidenciada en

el sitio a sido una de las mayores y es muy difícil reconocerlos.

Por el contrario al este del terraplén 20 y perpendicular a este se encuentra una serie de

camellones muy bien conservados, orientados hacia el arroyo Maturavaca con una onda de canal

a canal de 10m (Erickson et al. 1991: 33).

Llama la atención las dos pequeñas islas de bosque unidas por el terraplén 20. Se trata de

acumulaciones artificiales de tierra de una altura de hasta 1m con vegetación arbórea y arbustiva

en la parte superior y un diámetro de 10m.

X.2.2. Camellones “f”.

Los campos de camellones “f” se encuentran entre los terraplenes 8’-9’ y el arroyo

Maturavaca, su estado de conservación en algunos sectores es regular y debido a la vegetación

alta de pastos es difícil reconocerlos como un conjunto, su ancho es de 4m y tienen canales de

2m (Mapa X.2.).

X.3. Estructuras artificiales de la Estancia “La Viborilla”.

La Estancia “La Viborilla” se encuentra a 9km de la población de San Ignacio, los

propietarios (familia Justiniano), colaboraron con nuestro trabajo en el lugar.

Entre el arroyo Mayuravaca y la laguna Isireri existe una estructura prehispánica

diseñada para la agricultura diferente a las anteriores descritas. Se trata de una serie de

camellones alineados en forma paralela a dos grandes terraplenes (23 y 25), presentan un margen

de un terraplén guía a un lado (Mapa X.3.).

Los terraplenes 23 y 25 son parte de la más grande construcción de terraplenes de la

región prospectada, se trata de una especie de vía caminera en forma de “Y” orientada de sureste

noroeste, pasa a un lado de la laguna Isireri en su sector oeste (Mapa II.1.6). Nace en el arroyo

Matiquirire, cerca de su incursión en la laguna Mausam como un solo terraplén y continúa en

línea recta hasta cerca de la Isla Mausa donde se bifurca cruzándola, continúa atravesando las

pampas de la estancia “La Viborilla” (terraplenes 23 y 25) y yendo aún más allá hasta los

bosques de la estancia “La Lágrima” (más de 4 km entre el punto inicial y final).

De acuerdo a las fotografías aéreas y el recorrido de la región se pudo conocer algunos

sectores, donde algunos camellones fueron conservados de los posibles factores de destrucción.

Los lugares que muestran una conservación de regular a pésima se encuentran hacia el

noreste del terraplén 25, casi al lado del desborde de la laguna Isireri.

Los camellones del lugar presentan un patrón común que aparentemente cubría toda la

zona de pampas de la estancia, el continuo rebalse de la laguna Isireri que en este sector alcanza

la mayor dimensión en relación a otras orillas, el pastoreo del ganado y el chaqueo han afectado

seriamente la conservación de esta enorme obra de construcción y miles de montículos de los

campos elevados han desaparecido. Las dimensiones de los camellones sugeridas por las huellas

y algunos restos serían de 2m de ancho con canales de poco más de un metro, el largo varía y es

difícil determinarlo en las actuales condiciones (Foto Nº 5).

X.4. Estancia “La Media Vuelta”.

“La Media Vuelta” es una estancia situada a 2km al suroeste de la estancia “La Víbora”.

Su ubicación esta relacionada con un meandro del arroyo Matire, lugar en el que se limpió de

vegetación un espacio de bosque de ribera habitable.

La propiedad pertenece a la familia Suárez, quien facilitó nuestra estadía en la región

además de prestarnos un guía.

La estancia esta emplazada sobre una altura extensa aledaña al Matire y en su superficie

se pudo verificar una gran cantidad de cerámica. Otros sectores despejados como los chacos de

plátanos también presentan restos. La altura de la ribera en que se encuentra la estancia

disminuye según se avanza hacia el sureste donde se nivela con terreno llano, casi a partir del

terraplén 30 (Mapa X.4.).

La porción habitable en tiempos prehispánicos y en la actualidad fue la ribera, aunque es

muy difícil determinar la extensión original del sitio arqueológico debido a la abundancia de

vegetación arbórea. Se efectuó un pozo de sondeo como a 70m de la casa de Estancia y se pudo

reconocer una sedimentación cultural profunda (Anexo 2).

Varios terraplenes ordenados y dispuestos en formas geométricas y restos apenas

identificables de camellones forman parte del contexto, estos se encuentran alineados en relación

al terraplén 31 (Foto Nº 6).

Los camellones tienen un ancho aproximado de 2m con canales de uno, en la actualidad

su superficie sirve para el pastoreo de ganado.

X.5. Estructuras artificiales del Estancia “La Estrella”.

Estancia “La Estrella” se encuentra como a 11km al este de la población de San Ignacio

de Moxos, con acceso a partir de la carretera San Ignacio-San Borja (Mapa X.5).

La estancia presenta restos de un amplio sistema agrícola que esta relacionado con uno de

los meandros del Matire, dicho sistema esta formado por un terraplén que une los meandros del

Matire (Terraplén 15) y vario terraplenes – canales relacionados con éste, entre los que se

encuentran conjuntos de camellones limitados al este por un largo y grande terraplén (13).

Entre los terraplenes 12, 13 y 14 se encuentra una serie de camellones alineados en

relación al terraplén 14. Se observan nueve camellones en regular estado de conservación con

canales de 3.20m y camellones de 4m de ancho, su largo es 100m, casi desaparecen hacia el

suroeste para después de un espacio de 50m reaparecer con la misma orientación en un sector de

bosque recientemente chaqueado. Dichos camellones fueron cubiertos por bosque y se

descubrieron en una reciente quema. Debido a la sedimentación de hojarasca en su superficie en

muchos años, sus dimensiones han aumentado. Las medidas de los canales son de 4.80m de

ancho, terraplenes de 4.60m de ancho, poseen una altura de 2m y su largo de 110m; el extremo

noreste del conjunto continúa cubierto de bosque.

X.6. Estructuras artificiales de la Estancia “La Lágrima”.

La Estancia “La Lágrima” se encuentra a 1.5km al noroeste de “La Víbora”, su dueño es

el Sr. Emilio Arias, quien permitió gentilmente nuestro trabajo en el lugar (Mapa X.6).

Parte del camino de ingreso a la estancia es el terraplén 1’ descrito anteriormente (Mapa

X.1) el mismo que comienza en “La Víbora” y continúa cruzando un bosque del Matire y una

pampa en una distancia total de 1.500m (Foto Nº 8).

Casi al extremo del bosque ribereño del Matire se encuentra la Estancia “La Lágrima”, en

esta se pueden reconocer dos terraplenes: El terraplén Nº 32 atraviesa una pampa uniendo dos

extremos de bosque (en su extremo suroeste se construyó la casa de estancia). A 100m de la

estancia y perpendicular al terraplén 32 se encuentra el terraplén 33 que continúa hacia el bosque

aledaño (Foto Nº 9). Existen posibilidades de que esta estructura haya sido usada junto a

camellones debido a que esta es una de las pocas áreas despejadas de la estancia, pero desde

hace muchos años es usada para el pastoreo del ganado. No se encontraron rastros de cerámica.

X.7. Estructuras artificiales de la Estancia “Mausa”.

La Estancia “Mausa” se encuentra a 7.5km de la población de San Ignacio de Moxos.

Tiene una pequeña casa de estancia que originalmente se había ubicado en la Isla Mausa, cerca

de la carretera, fue cambiada a su posición actual por ser más práctica para la atención del

ganado (Mapa X.7). Gracias a la autorización del propietario, Sr. Hugo Ribero, pudimos hacer el

reconocimiento arqueológico de ella.

La Estancia tiene una de las mayores extensiones de terreno y sus límites en general son

el arroyo Mausa y la laguna Isisreri al oeste, la carretera San Ignacio – Cochabamba al este-

suroeste, la “Estancia del Español” al sur y la estancia del Sr. Sabala al noreste. Dentro de la

estancia se registraron los siguientes rasgos arqueológicos.

X.7.1. Isla Mausa.

La isla de bosque Mausa se encuentra a 9.5km al suroeste de la población de San Ignacio.

La isla es un enorme cuerpo boscoso de 1.200m de ancho por 1km de largo; está delineada por el

arroyo Mausa en su extremo oeste y cubre a los terraplenes 23 y 25 en su porción noreste, hacia

el sur un meandro abandonado del Comoivaca bordea un amplio sector de ella.

Tras el corte del camino construido entre Trinidad y San Borja, Erickson y Faldín

identificaron en la isla algunos sectores con fragmentos de cerámica (1978: 6).

Al igual que dichos autores se verificaron concentraciones de tiestos de cerámica cerca

del arroyo Mausa y la antigua casa de estancia. El recorrido y reconocimiento arqueológico al

interior de la isla se imposibilitó debido a la excesiva vegetación arbustiva que impidió nuestro

desplazamiento.

Por su ubicación estratégica entre los campos de camellones de las Estancias “La

Víbora”, “La Viborilla” y el arroyo “Comoivaca” la isla representa un lugar importante para la

ocupación humana desde tiempos prehispánicos.

X.7.2. Terraplenes y canales de la Estancia Mausa y el arroyo Comoivaca (Mapa X.7).

Cerca de la actual estancia Mausa, y como a 100m al oeste de esta, pasa un terraplén (34)

con dirección sureste noreste, se inicia al filo de la carretera y continúa haciendo una pequeña

curva hacia la laguna Isireri en una distancia de más de 1km, está casi destruido por el rebalse de

la laguna.

La estancia se encuentra en una isla de terreno elevado, aunque no se verificaron restos

de cerámica en ella, presenta un terraplén en el extremo (35) que se une al terraplén 34, de 100m

de largo.

En la pampa al este de la carretera San Ignacio-San Borja y al sur de la laguna Mausa se

identificaron mayores construcciones relacionadas al arroyo Comoivaca. En un meandro de

dicho arroyo, aledaño a la carretera se registraron dos canales cruzados en forma de X, (Canales

1 y 2) fácilmente distinguibles en el terreno por su alineación y buen estado de conservación. El

canal 2 parece continuar al terraplén 34 detrás de la carretera. En la fotografía aérea ampliada

aparecen relacionados a campos de camellones lineales. Debido a la proximidad del lugar al

rebalse de la laguna Mausa, la superficie del terreno se encuentra completamente erosionada.

En la actualidad el lugar es usado como vía de acceso para el ingreso del ganado a laguna

Mausa. Un terraplén apenas distinguible entre la vegetación de pastos, (36) cruza oblicuo al sur

de la laguna con una longitud de 900m, parece estar relacionado a los canales 1 y 2.

Otra posible forma de aprovechamiento de las pampas aledañas al arroyo Comoivaca

parece ser una especie de canal recto, que sale de la parte superior de los meandros del arroyo

Comoivaca hacia la pampa (canales 3 – 4 y 5).

El canal 3 se encuentra en el margen oeste del arroyo Comoivaca. Se observan en la

fotografía aérea una serie de camellones lineales perpendiculares a dicho canal.

En el margen este del arroyo se encuentran los canales 4 y 5 que salen del extremo

superior de un meandro e inundan la pampa aledaña, el canal 5 está ubicado en contra de la

corriente del Comoivaca y el 4 en posición contraria. Los canales tienen un ancho de 10m cada

uno.

Dos terraplenes están relacionados con el canal 4, el terraplén 37 que sale casi del arroyo

Comoivaca entre los canales 4 y 5, hacia el noreste hasta la carretera (1.300m) y el terraplén 38

que une los extremos del meandro contiguo.

El terraplén 37 puede ser observable en una buena distancia, incluso dentro del sector de

“curichi” en el que ingresa, pero de todas formas ha sido afectado seriamente por el agua.

X.7.3. Otros terraplenes.

Varios terraplenes se encuentran delimitando en línea recta el curso del arroyo

Matiquirire, su construcción significo el encauzamiento en línea recta de dicho arroyo,

bordeando el bosque de las estancias del Español y Mausa (Fig. II.1.6). Dentro de la literatura

arqueológica fueron descritos y mencionados por Erickson (1980).

El terraplén Nº 40, fue mencionado por Erickson y Faldín y fue encontrado dentro del

sitio denominado: “cruz de caminos” (Erickson y Faldín 1978: 6) (Mapa X.7). Este se encuentra

en la confluencia de las carreteras San Ignacio-San Borja y San Ignacio – Cochabamba, a 5.6km

de San Ignacio, se trata de restos de una ocupación de hábitat al interior del bosque relacionado a

un terraplén de 5m de ancho y 1m de altura que se pierde dentro del bosque. Continuando por la

carretera a Cochabamba, a 3km del sitio “cruz de caminos” y siguiendo una antigua ruta de

desvío, se detectó un terraplén (39) en pleno bosque, correspondiente al sector denominado

“Estancia del Español”. Fue descubierto gracias a la limpieza efectuada en el lugar para el

establecimiento de una estancia, tiene una altura de 3m y un ancho de 6, está orientado 125º al

sureste, no se encontraron otros asociados.

X.8. Estructuras artificiales de la Estancia del “Sr. Sabala”.

La estancia del “Sr. Sabala” se encuentra a 3km de la población de San Ignacio, yendo a

San Borja, es una pequeña estancia cubierta por bosques y extensas pampas que rodean la laguna

Isireri. Varios terraplenes salen de la parte boscosa de la estancia con diferentes direcciones

(Mapa X.8).

Uno que se inicia casi al lado de la casa de estancia y se dirige a la carretera (44). Otros

terraplenes (42 – 43) también parecen tener un origen común en el bosque, se dirigen hacia las

pampas de la laguna Isireri al norte.

Como a 200m al este de la casa de estancia pasa un gran canal, (6) que sale del bosque a

la altura de la carretera hacia la laguna Isireri, casi en su extremo terminal se cruza con el

terraplén Nº 41que bordea en una línea el limite de bosque actualmente chaqueado. Entre la

intersección del canal y el terraplén se observan restos (en mal estado de conservación) de

camellones lineales orientados en forma paralela al canal. Tienen una dimensión aproximada de

2m de ancho con canales de 1m, su largo (100m) está limitado por el terraplén 41 y al otro

extremo por el bosque que los cubre (Mapa X.8).

Aunque no se registraron restos de cerámica en el lugar, varios montículos circulares de

tamaño pequeño con un radio de 5m se observan cerca de la estancia y entre los terraplenes 42 –

43.

En la estancia situada al frente de la descrita y en un sector recientemente chaqueado se

observa una loma de 10m de diámetro y una altura de 5m, no se pudo realizar el reconocimiento

del lugar por falta de autorización.

X.9. Sitio Laguna Isireri.

Este asentamiento prehispánico se encontró en plena orilla de la laguna Isireri, en el

sector portuario de la playa. Se trata de una alta concentración de desechos de cerámica, con una

extensión de 20 x 20m que ocupa las orillas de la laguna y la playa. En la actualidad el sitio se

puede observar por la erosión de la orilla de la laguna causada por el oleaje (Fig. II.1).

XI. Análisis de los resultados.

XI.1 Cerámica.

La cerámica superficial recolectada en la región de San Ignacio de Moxos no fue

abundante debido a la dificultad de rescatarla en los sectores erosionados de las estancias, donde

por lo general se encuadra en mal estado de conservación o esta destruida por la humedad

(Anexo 4). Se pudieron recoger algunos ejemplares muy desgastados en los que no se

reconocieron huellas de pintura, y otros que a continuación describimos en rasgos generales.

La cerámica de San Ignacio se caracteriza por tener una cocción de oxidación a baja

temperatura, antiplástico de tiesto molido y en pocas ocasiones arena. Las formas difieren entre

ollas, cuencos, jarras, tinajas con acanalado en su interior y platos de base plana (tortilleros). El

acabado de las piezas es alisado aunque existen algunas terminadas por pulido y bruñido, la

decoración por lo general es incisa precocción y de línea fina. Existen tiestos con canales

profundos en la cara externa por debajo del labio, en la parte superior del labio o en pleno cuerpo

(Fot. Nº 18).

Las ollas son de paredes gruesas y su acabado es sencillo mediante alisado tosco, su

diámetro por lo general rebasa los 20cm, aunque las hay de diferentes tamaños (Anexo 1. Fig.

1b. – 2 – 3).

También existen pequeños cuencos de paredes evertidas, delgadas y finas, con bases

planas o de pedestal logradas mediante el aditamento de un rollo de arcilla en forma de anillo.

Aunque el diámetro de estas no puede ser determinado posiblemente rebasó los 10cm. Las

formas varían de acuerdo a la proyección de la pared. El antiplástico usado en estas es arena

(Anexo 2. Figs. 1 – 2 – 3 a.).

Las jarras encontradas en superficie son de paredes delgadas finas, de tamaño pequeño

(20cm de altura como máximo). Es preponderante una forma globular de bordes evertidos que

posee base pedestal, su antiplástico es de tiesto molido. Un ejemplar similar fue colectado

durante la excavación del pozo de sondeo en estancia “La Media Vuelta” (Anexo 1. Fig. 4 a. b.

c; Anexo 2. fig. 3 b.).

Varios fragmentos gruesos de tinajas fueron recogidos en algunas estancias, su cocción

se caracteriza por tener una coloración naranja clara en la superficie y negra al interior. Se trata

de tinajones grandes de 48 50cm de diámetro, que presentan acanaladuras profundas en forma de

rectángulos en toda la cara interna, (“ralladores” según Dougherty y Calandra 1982-1983) a

excepción de la parte del borde, dichos canales pueden tener una orientación lineal recta u

oblicua. Algunos de estos ejemplares presentan decoración de incisión acanalada en la base de la

cara externa del labio, (Anexo 1. Fig. 5 y 6). Se registró también una forma de tinaja de pared

gruesa y evertida sin canales, la misma que posee un labio grueso en forma de coma (Anexo 1.

Fig. 7).

Varios platos de base plana y paredes rectas fueron identificados, su pésimo estado de

conservación no permitió reconocerlos en su integridad. Por sus características son similares a

los conocidos en la amazonia para el procesado de tortillas de yuca, se encontró uno con engobe

gris en la cara interna y decoraciones geométricas incisas en la cara externa del cuerpo, (Anexo

1. Fig.1 a) el antiplástico que presentan es tiesto molido.

Otras formas conocidas como manos de ralladores son comunes en distintos tamaños

(Fot. Nº 19), al igual que usos de tejido (Fot. Nº 20) y otros aún desconocidos (Fot. Nº 21-22).

La cerámica anteriormente descrita coincide con la que fue analizada en forma preliminar

por Erickson y Faldín en la región central de Moxos, (Trinidad – San Borja 1978) en las

siguientes características: la decoración es incisa y precocción con gran variedad en las técnicas

de ejecución y formas, que pueden ser líneas finas decorativas o líneas gruesas de los

“ralladores” o tinajones. Es común la incisión acompañada de punteado. El antiplástico para la

mayoría de las formas es de tiesto molido. Las variedades funcionales identificadas en dicho

trabajo son “cántaros”, (cuencos) pequeños con diferentes tipos de perfiles para sus bordes de

bases circulares, ollas de cuello largo evertido, jarras, bases planas y redondas, bases de pedestal

(Erickson y Faldín 1978: 13-15).

Por lo general el tipo descrito se ha relacionado a influencias tecnológicas en la cerámica

de corrientes migracionales del norte del continente (Colombia y Venezuela) hacia las llanuras

por los principales cursos de los ríos. Nuevas investigaciones han detectado fuertes lazos de

influencia barrancoide temprana, en regiones cercanas e influyentes en el desarrollo cultural de

los llanos de Moxos en diferentes ecozonas.

El sitio denominado “Complejo Maniqui”, a 25 km al este de la población de San Borja,

sobre el curso bajo del río Maniqui, presenta cuencos de distintos tamaños con diámetros

superiores a los 40cm, el acabado es por alisado y la decoración es modelada e incisa zoomorfa

en la cara interior de los labios, presenta aplicaciones de nódulos de arcilla. El antiplástico usado

es arena (Michel y Lemuz 1992: 58-63). Las formas y decoración presentes en este complejo

presentan similitudes notables con las fases la gruta y Ronquin (2.600 a 600 a.C.) de la región

Parmana en el Orinoco, principalmente por la decoración incisa geométrica lineal y curvilínea de

canal profundo, acompañada de incisiones de nódulos y por las características decoraciones

zoomorfas (Roosevelt 1980 Capt. V. Fig. 49-55). Las analogías descritas en relación al estilo

barrancoide fueron reconocidas inicialmente por Lathrap (1970), quien incluyó dentro de la

tradición barrancoide clásica a la cerámica de los sitios Chimay de alto Beni y del estrato

inferior de loma Velarde al sur de Trinidad (Nordenskiold 1913, 1924). El criterio utilizado para

ello fue el de la similitud cerámica de las formas y su decoración modelada entre el 600 y 800

d.C. siendo en ese momento los complejos más tempranos de tierras bajas de Bolivia (Lathrap

1970: 123-124). Otros autores efectuaron comparaciones similares (Willey 1958 en Denevan

1980). La cerámica de la “cultura Beni” definida mediante algunos ejemplares de las regiones de

Rurrenabaque, San Buenaventura y Laguna Honda, mostraría un “débil influjo del estilo

barrancoide” por sus características de modelaje, pastillaje e incisión, según Portugal (1980:

121-122). Algunos motivos decorativos de dicha cerámica coinciden con los de la fase Corozal

(700-1.000 A.D.) de Parmana en el Orinoco (Roosevelt 1980. Figs. 56-58), aunque las

similitudes con dicha fase son mayores en relación a los estilos incisos de Seguencas y Valle

Ibirza (1.100 a 600 a.C.) en el pie de monte del Chapare en Cochabamba (Pereira y Brockington

1993).

La corriente migracional más tardía registrada en la zona es la llamada “valenciode”,

originada en la región del lago Valencia en Venezuela identificada y descrita por Portugal (1980:

121-122) en los sitios Caranavi, Sapecho e Inicua, donde se registraron vasijas globulares con

bases rectas salientes o entrantes, cuellos altos o bajos, representaciones humanas frecuentes en

vasijas o figurinas antropomorfas con ojos “grano de café” y “cabezas ensanchadas en sentido

horizontal” (Portugal 1980: 69). Esta corriente esta fechada para el 1.050 d.C., o época de

expansión de la cultura Valencia (Meggers y Evans 1971: 56). También podemos mencionar que

dicha cerámica tiene similitudes notables con la fase Comoruco del Orinoco, fechada entre el

1.100 y 1.500 A.D. (Roosevelt 1980: Fig. 64-65).

Los estilos alfareros de la zona de San Ignacio de Moxos y de las llanuras centrales se

caracterizan por sus incisiones y en menor escala por la decoración modelada.

En base a la síntesis de los estudios cerámicos de Denevan (1966) y Lathrap (1970),

Erickson platea similitudes del material de los llanos de Moxos con la serie “Barrancoide” del

río Orinoco, “Tutishcainyo”, “Shakimú” y “Hupa Iya” del río Ucayalí en las contrafuertes

orientales del Perú, “Mabaruma” de Guyana y los periodos tardíos cerca del Napo. Reconoce

también la dificultad que implica establecer secuencias bien definidas en base a colecciones de

superficie por la diversidad de técnicas de construcción, formas y decorado de los conjuntos

cerámicos definidos como “multicomponente” (Erickson 1980: 743-744).

Por otro lado la región aledaña a Trinidad, de acuerdo a las secuencias arqueológicas

elaboradas por la Misión Argentina, presenta algunos problemas para las correlaciones

estilísticas con los llanos centrales. Una de las similitudes posibles es la que podría vincular a

Casarabe (ca. 1.400 a 755 BP.) con el Velarde Inferior, considerando al primer estilo como una

tradición cultural extendida con características como: patas toscas de vasijas regulares, cerámica

con decoración lineal blanca sobre roja, estilo lineal negativo y protoralladores (Dougherty y

Calandra 1982-1983: 44-45). Tradiciones tardías como el “inciso complicado”, “rojo sobre

blanco” con motivos geométricos complicados, fueron reconocidos para la región central del

Beni, posiblemente ligadas a tradiciones como la Cumancaya y fases tardías del Guaporé y Santa

Cruz (Ibíd.) La fase Mamoré muestra similitudes con Masicito, sitio estudiado por Nordenskiold

(1913), pero se encuentra generalmente asociada a cerámica polícroma que anularía este nexo.

Algo similar sucede con el estilo Hernmark con el que apenas se identificaron débiles relaciones.

Para Dougherty y Calandra son varios los factores que producen esta complejidad: desarrollo,

desplazamiento, coexistencia o distanciamiento de una gran variedad de estilos algunos

contemporáneos entre si, e incluso la presencia de casos “notables” de localismo como las fases

San Juan y Chaco Salvatierra con el mismo número de similitudes y disimilitudes en la tradición

incisa. A ello se añade la compleja situación étnica de área, debido a las distintas tecnologías

usadas por los grupos étnicos y a diversas fronteras etnohistóricas que producen un panorama

confuso para la arqueología (Dogherty y Calandra 1982-1983).

En síntesis podríamos indicar que la cerámica de la región central de los Llanos de

Moxos muestra un origen y relación de largo desarrollo influenciado principalmente por oleadas

migracionales Arawac desde del norte del continente, las que llegaron a la región por los

principales ríos navegables como el Beni y el Maniquí.

En la región de Bajo Maniqui, el llamado Complejo Maniqui esta vinculado a los estilos

Ronquin y La Gruta del Orinoco, fechados entre el 2.600 y 600 a.C.

Una influencia barrancoide posterior fue reconocida por Lathrap, debido a los vínculos

estilísticos de Chimay y Velarde Inferior con dicho estilo. A la vez estos sitios estarían ligados

con la fase Casarabe (1.600 – 1.400 B.P.) del sur de Trinidad, y con la fase Corazal de la región

de Parmana en Colombia, fechada aproximadamente entre el 700 y 1.000 d.C.

Como se indicó anteriormente, la última oleada migratoria del norte del continente se

vincularía a una influencia denominada “Valencioide” (cultura Valencia de Venezuela”,

detectada por Portugal (1978) en la región de Alto Beni. La mima se encuentra relacionada con

la fase Comoruco del Orinoco, fechada entre el 1.150 y 1.500 d.C.

Otras variantes identificadas en las regiones aledañas a Trinidad son difíciles de

relacionar debido a su variabilidad y su característica multicomponenete.

XI.2 Asentamientos humano y obras de tierra.

Los sitios de hábitat prehispánicos de San Ignacio se encontraron en sectores altos de

bosque, se trata de elevaciones de tierra aledañas a los cursos de arroyos e islas de bosque,

siempre cercanos a fuentes de agua (Mapas II.1).

La extensión de los sitios es muy difícil de determinar por la cantidad de vegetación

espesa que crece encima y cubre los restos cerámicos.

Los sitios de hábitat prehispánico se encuentran en directa relación con los campos de

cultivo de camellones y las fuentes de agua, arroyos y lagunas, variando de sentamientos

nucleados en islas de bosque a agrupaciones poblacionales asentadas a los largo de las riberas de

arroyos. El patrón que presentan es “lineal intermitente” (de acuerdo al espaciamiento de las

aldeas en las riberas) o “lineal continuo” (de acuerdo a la continuidad en el espacio ocupado por

los poblados), similar al descrito para las regiones bajas de los ríos San Jorge y Sinu en las

llanuras aluviales de Colombia, donde se estudiaron plataformas de tierra intermitentes y

continuas a lo largo de los meandros de los ríos (Plazas y Falcheti 1990: 163-164): No se puede

descartar la posibilidad de asentamientos humanos en las sabanas, como lo evidenció el trabajo

de excavación en la “Isla El Villar” cerca de San Borja (Erickson et al. 1991: 40). Por la

extensión de las construcciones artificiales de tierra asociadas a los sitios de hábitat, podemos

inferir que las poblaciones de la cuenca de las lagunas Mausa e Isireri evolucionaron dentro del

patrón habitacional descrito, fueron grandes aldeas que ocuparon la mayoría de los sectores de

altura, aprovechando las planicies inundables para la agricultura de campos elevados (Mapa

II.1.6).

Los sistemas agrícolas documentados durante la prospección muestran diferencias en sus

dimensiones y características microecológicas que veremos a continuación en la siguiente

propuesta de clasificación.

XI.2.1. Canales perpendiculares a un lecho de arroyo que inundan sectores de camellones.

En el curso del arroyo Comoivaca se identificó una serie de canales rectos que salen de

los extremos de los meandros (Mapa X.7, canales 1, 2, 3, 4, 5).

El canal 3 se encuentra asociado a camellones perpendiculares, como posiblemente

ocurrió con el canal 5, en el que los camellones fueron destruidos por el pastoreo intensivo. Este

sistema representa la forma más simple de drenaje y aprovechamiento de agua y podría

corresponder a una fase formativa de poblamiento, no se encontraron asociaciones con material

arqueológico.

XI.2.2. Sistemas de terraplenes, canales y camellones en relación a los cursos de arroyos y

lagunas.

En este caso se conocen los siguientes tipos:

XI.2.2.1. Terraplenes y canales bordeando un arroyo.

Se trata de extensos terraplenes claramente reconocidos mediante fotografías aéreas. Esta

obra artificial encauzó el curso del arroyo Matiquirire en línea recta y bordeando los bosques de

las estancias Mausa y del Español, para desembocar en la laguna Isireri (Erickson 1980; Mapas

X.7 y II.1.6). Posiblemente esta canalización temporalmente con los grandes movimientos de las

estancias La Víbora y La Viborilla por sus características constructivas, además por su cercanía

al sitio “Cruce de caminos” y a los terraplenes 39-40 puede vincularse contextualmente.

XI.2.2.2 Sistema de represamiento intermeándrico simple.

En el arroyo Comoivaca se encuentra este sistema conformado por los terraplenes 36-37

que cubren amplios espacios entre los extremos de los meandros y los canales 1, 2 y 4 asociados,

con el objetivo de drenar y distribuir agua en los sectores intermeándricos donde se encontraban

camellones. En la actualidad los restos de campos elevados están completamente destruidos por

el pastoreo de ganado y solamente se reconocen en fotografías aéreas. El conjunto está

relacionado mediante un terraplén (34), con una pequeña isla de bosque (mediante el terraplén

35), con el terraplén 23 o 25 y con la laguna Isireri. Otro terraplén rectilíneo (37) sale del arroyo

Comoivaca, al lado del canal 4, con dirección noreste hacia el bosque de la estancia Mausa (Fig.

II.1.6 y X.7).

XI.2.2.3. Terraplenes, canales y camellones asociados meandros de arroyos.

Son camellones enmarcados mediante terraplenes al interior de un meandro (Mapa X.4),

como los camellones de la estancia La Media Vuelta entre el terraplén 27 y los terraplenes 28 y

29. Tienen como límite, entre el arroyo Matire y la pampa, el terraplén 30. Están directamente

relacionados al sector de hábitat prehispánico en las orillas del arroyo Matire.

Este sistema es similar al descrito por Plazas y Falcheti (1990:164) para las llanuras

inundables del Zenu en Colombia, donde aparecen plataformas habitacionales en meandros

separados por canales cortos de 50 a100m de largo, perpendiculares al curso de los “caños”.

Mediante estos evacuaban las aguas de los meandros amplios hacia áreas bajas en el centro. El

sistema hidráulico de la estancia la Media Vuelta pudo servir también para la acumulación de

agua en la época seca, represándola ente sus terraplenes.

XI.2.2.4. Sistema de represamiento de agua mediante terraplenes a un lado del meandro.

Este sistema se encuentra aledaño a un meandro del arroyo Matire en la estancia La

Estrella (Mapa X.5). En este sector se registró una gran estructura agrícola prehispánica

compuesta por dos terraplenes marginales. El terraplén 15 une los extremos de un extenso

meandro del Matire, y el terraplén, y el terraplén 13 parece ser más bien una vía comunicacional

de gran extensión, pasa a un lado del conjunto. La estructura está formada por varios terraplenes

(12, 15 y 16) que enmarcan en forma de cuadro un conjunto de camellones y por encima de este

los terraplenes 12, 13 y 14 que encierran otro conjunto de mayores proporciones. Un canal

amplio construido en línea paralela al terraplén 15 (canal 7) posiblemente cumplió la función de

obtener agua del arroyo Matire en época seca.

XI.2.3. Sistemas de represamiento de agua permanente.

XI.2.3.1. Sistema de canalización y retención de agua de los afluentes de la laguna Isisreri.

Este sistema ubicado en la Estancia del Sr. Sabala (Mapa X.8) se caracteriza por un canal

central (canal 6) para la conducción de agua extraída de una fuente cercana, el arroyo Huirico. El

canal llega en línea recta hacia un terraplén dispuestos en forma oblicua (41) y otros en posición

paralela (42 – 43) en relación a este. Los terraplenes poseen camellones en su interior. Esta

estructura ocupa el espacio de pampas entre el bosque del arroyo Huirico y la laguna Isireri, se

encuentra muy erosionada por el ganado.

XI.2.3.2 Sistema de almacenamiento de agua en la Estancia “La Víbora”.

Se trata de una serie de varios terraplenes alineados en forma radial en relación a un

sector central excavado para la retención de agua, rodeado de terraplenes (1 – 2 – 6) en forma de

dique (conjunto de camellones “b”; Fig. X.1.2). esta forma de agricultura se parece, aunque en

forma tosca, a las cochas descritas para el altiplano en la cuenca del lago Titicaca por Flores

Ochoa (1986) y Washington Rosas (1986), por la disposición de sus componentes (Terraplenes

radiales que confluyen en una depresión circular). El sistema probablemente servia para el

aprovisionamiento de agua a nivel domestico, riego de los camellones y/o abrevadero de

animales domésticos, salvajes. La diferencia se encuentra en que la estructura de La Víbora está

rodeada de grandes terraplenes que también permitieron el represamiento de agua en la época de

lluvias.

También existe un pequeño terraplén (5), que partiendo perpendicularmente hacia la

pampa entre los terraplenes 2 y 3 (Mapa X.1.2) llega a una pequeña fosa artificial para la

retención de agua. En el sector de la tierra acumulada por su excavación se ha formado una isla

de bosque.

Ambas construcciones fueron una forma de acumulación de agua para la época seca,

asociadas a los sitios de hábitat La Víbora e Isla Grande “a”, unida a ellos por varios terraplenes

(2-3-4-6-7). Entre los terraplenes grandes se construyeron camellones. Los terraplenes también

servían para acumular el agua de las inundaciones a manera de diques, no se encontraron canales

que unan el sector agrícola con una fuente de agua cercana como el arroyo Matire, de donde se

podría haber traído agua (conjuntos “a”, “b” y “c”, Mapa X.1).

El conjunto de camellones “a” (Mapa X.1.1), asociado al terraplén 1 y a la estancia La

Víbora, está en orientación contraria al sistema agrícola anteriormente descrito, por está razón

puede ser explicado como un pequeño sistema ensayado después de la construcción y uso del

descrito, o como una estructura mayor destruida por el ganado.

XI.2.4 Sistema de diques de represamiento a gran escala.

Se trata del sistema de mayor complejidad registrado durante nuestra prospección entre

las estancias La Víbora y Viborilla (Mapas X.2, X.3).

Para su construcción se efectuaron grandes transformaciones del paisaje natural mediante

extensos movimientos de tierra que comprendieron:

- La canalización del arroyo Mausa uniendo las lagunas Mausa e Isireri, con una salida

canalizada perpendicular en medio de este, el arroyo Maturavaca (Mapa II.1.4). Ambas

construcciones estuvieron ligadas a los terraplenes y camellones hechos con

posterioridad en el lugar.

- Ubicación de terraplenes largos en forma cruzada entre los arroyos Mausa y Maturavaca,

la isla de bosque grande “a” y otras islas, los que poseen camellones en su interior. El

sistema daba la posibilidad de comunicarse mediante los terraplenes y canales entre los

sectores elevados y más que todo el control del agua acumulada entre los terraplenes,

como grandes diques (Fig. X.2).

Entre las estancia La Lágrima, La Víbora y Mausa se construyó un sistema similar pero a

mayor escala. Un enorme terraplén en forma de “Y” fue construido, su base (terraplén 23 U 25,

Mapa II.1.6) nace en la parte boscosa de la estancia Mausa y se bifurca en la isla Mausa

(terraplenes 23-25, Mapa X.3) prolongándose hasta la estancia La Lágrima, cruzando los arroyos

Mausa y Maturavaca. Está enorme estructura que rebasa los 4km de largo presenta en los

espacios intermedios de los terraplenes 23 y 25 varios restos de camellones paralelos y alineados

perpendicularmente a los terraplenes 22 y 24, que son sus márgenes de límite. La relación del

sistema es directa con los arroyos artificiales Mausa, Maturavaca y la laguna Isireri. Las

mencionadas fuentes de agua cumplieron la función de retención de agua y toma de esta en

época seca.

Como se ha podido apreciar, la variabilidad y riqueza de formas de los sistemas agrícolas

prehispánicos de camellones descritos para la región de San Ignacio de Moxos es amplia. Este

logro solo puede ser alcanzado mediante el conocimiento y dominio de diferentes microregiones

de llanura. Las características de los conjuntos agrícolas son peculiares y se diferencia

notablemente de los sistemas prehispánicos descritos para Sudamérica y el Viejo Mundo. Estas

diferencias se encuentran principalmente en las estructuras desarrolladas para el represamiento

de agua a gran escala mediante terraplenes; dicha forma de agricultura fue pocas veces registrada

en América y está considerada como la más compleja y sofisticada (Denevan 1970; Erickson

1992 b). Otras formas de agricultura en campos elevados han sido analizadas para los llanos

centrales por Denevan (1980), y aunque los diques de represamiento mediante terraplenes

todavía no son muy conocidos, parecen característicos de las zonas que poseen abundantes

recursos de agua para la época de lluvias (arroyos, ríos, lagunas). Su topografía en de mayor

depresión y son estas las que sufren más daños de inundación en la actualidad. La población de

San Ignacio de Moxos, en pleno centro de la pampa de Moxos, queda completamente rodeada de

agua en la época de lluvias y solo se puede acceder a esta mediante embarcación desde Trinidad.

El drenaje constante y fluido del agua en el área permitió el desarrollo del sistema de

represas, para mantener un determinado nivel de agua entre los terraplenes que hacían de diques.

De esta forma se protegían los camellones construidos entre los terraplenes del exceso de

líquido, en la época de lluvias y de la escasez de agua en la época seca. Toda la infraestructura

de camellones, terraplenes con canales, su relación con las fuentes cercanas de agua y en general

el declive mínimo del terreno, permitieron el control de las aguas para la agricultura a gran

escala que pudo sostener a grandes poblaciones.

Aunque resulta difícil, de momento, datar las construcciones artificiales de tierra

descritas por la falta de evidencias superficiales, en el futuro las excavaciones arqueológicas y su

datación absolutas permitirán ubicarlas en un marco temporal. A manera de sugerencia se

postula la siguiente cronología relativa.

El primer sistema de drenaje que posiblemente se utilizó en Moxos, fue el de Canales

Perpendiculares al lecho de un arroyo que inunda sectores de camellones (XI. 2.1). Este sirvió

para la toma de agua mediante un canal desde un arroyo, hasta sectores de pampa donde se

construyeron camellones. Por la disposición de los campos de cultivo se puede ver que también

se usó la estructura para el drenaje de agua hacia la pampa. La forma simple en que fueron

construidos y utilizados, da lugar a pensar que este sistema correspondió a las primeras formas

de uso de camellones, sin terraplenes (época que podrían haber sido usados para el cultivo de

yuca, 2.600 a 800 a.C.?).

Las demás estructuras construidas presentan siempre terraplenes, canales y camellones

en relación a fuentes de agua (Sistema XI.2.2), la más simple de estas es el denominado sistema

de represamiento intermeándrico simple (XI.2.2.2). Está forma de agricultura implicó mayores

movimientos de tierra para la construcción de terraplenes y canales entre los meandros del

arroyo Comoivaca con la finalidad de retener agua en el sector en la época seca (época 500

d.C.?).

Los terraplenes, canales y camellones asociados a un meandro de arroyo (XI.2.2.3),

forman una represa de forma geométrica (rectangular), construida a lado de un sitio habitacional

de ribera. La estructura presenta un canal profundo entre dos terraplenes para el drenaje de agua

y tiene mayor intencionalidad en el control y manejo de las aguas que otras. Aunque es parecida

a los grandes diques de represamiento de agua, su tamaño es menor (época 700 d.C.?).

Un sistema aún más trabajado que el anterior es el de represamiento de agua mediante

terraplenes a un lado de un meandro (XI.2.2.4) en el que se construyeron grandes cuadrángulos

de terraplenes, con camellones en su interior. Estos diques de contención, muestran una

conexión con el arroyo Matire mediante un canal y terraplén, que posiblemente fueron usados

para extracción de agua o su evacuación por exceso. Por su tamaño y diseño requirieron de

mayor planificación y mano de obra para su construcción (época 1.000 d.C.).

Los sistemas de almacenamiento de agua permanente (XI.2.3), se construyeron por

excavación de sectores en forma de “Qocha” y de fosa como en la estancia La Víbora (XI.2.3.2).

También pudieron ser adaptaciones a la naturaleza del lugar por la depresión del terreno, como

las canalizaciones y camellones, asociados a un terreno pantanoso aledaño a la laguna Isereri en

la estancia del Sr. Sabala (XI.2.3.1) (época 1.000 a 1.100 d.C.?).

Los sistemas de diques de represamiento de agua a gran escala son las obras de mayor

tamaño construidas en los llanos (XI.2.4). Posiblemente, son producto del trabajo de una gran

comunidad o varias, que se unieron para la edificación de terraplenes cruzados o transversales al

curso de los arroyos artificiales Mausa y Maturavaca, entre las lagunas Mausa e Isireri (Mapas

X.2 y X.3). En el interior de los terraplenes, los camellones cubrían casi toda la superficie,

actualmente erosionada por el pastoreo de ganado vacuno y el desgaste que causa la subida y

bajada de las aguas de la laguna Isireri. El esfuerzo que supone el movimiento de tierra

efectuado, el cultivo y mantención de los campos elevados, muestra la existencia de grandes

poblaciones locales que debían atender continuamente sus camellones. Este tipo de agricultura

pudo ser implementada para el cultivo de maíz a gran escala.

Por otra parte la estructura de terraplenes y canales bordeando un arroyo, entre las

estancias del Español y Mausa (XI.2.2.1), por su carácter monumental y forma de construcción

podría estar ligada cronológicamente a los sistemas de diques de represamiento de agua a gran

escala, parecidos en su construcción (1.200-1.300 d.C.?).

Aunque de momento la cronología planteada es tentativa, se debe tener especial cuidado,

ya que representa una visión diacrónica del posible desarrollo de la técnica agrícola de

camellones y no esta sustentada con fechados absolutos. Es posible que las diferencias mostradas

en los conjuntos puedan estar relacionadas a adaptaciones a condiciones microecológicas

particulares y no a una relación de desarrollo temporal, o que los camellones que vemos en la

superficie sean la parte superior de otros que están debajo de estos. De todas maneras la

diacronización realizada muestra las características generales y de desarrollo de la técnica.

XII. Conclusiones generales.

Como conclusiones generales de esta tesis podemos sintetizar las siguientes.

- El estudio etnohistórico de las culturas prehispánicas de las tierras bajas de Moxos se ve

dificultado debido a la falta de documentación temprana sobre el momento de la legada

de los españoles. Información de épocas posteriores presenta una visión distorsionada

creada por los Jesuitas. Esta “visión oficial” se impuso dando lugar a la calificación de

salvajes, bárbaros y otros despectivos para estos pueblos que debían ser “civilizados”.

Las escasas crónicas tempranas de los españoles y la información arqueológica a

permitido verificar la existencia de grandes poblados que desarrollaron una agricultura

sofisticada de campos elevados y terraplenes y sociedades complejas.

- Los campos elevados son una tecnología creada por las culturas del pasado para llanuras

estacionalmente inundadas, y existen en diferentes regiones de América y el Viejo

Mundo. En el transcurso de las tres últimas décadas se han estudiado y definido las

características de dicha tecnología en la región de Sudamérica, en base a amplias

investigaciones sobre la temática llevadas a cabo en países como Venezuela, Colombia,

Ecuador y Bolivia.

- La arqueología experimental nos permite un acercamiento a la indagación de cómo se

construyeron los campos elevados, su mantenimiento, funcionamiento y las variables de

su cultivo en diferentes condiciones. Estas experiencias son todavía más valiosas si son

comparadas de acuerdo a diferentes regiones en que las condiciones del terreno y clima

varían.

- Los diferentes trabajos sobre la arqueología de camellones nos permiten conocer

características fundamentales sobre su uso en diferentes regiones de Sudamérica desde

tiempo temprano y cómo estos se fueron complejizando de acuerdo al crecimiento de las

sociedades que las construyeron.

Aunque no existen evidencias líticas de la presencia de cazadores, recolectores en la

región de los llanos, por los restos de restos de puntas de flecha y otros artefactos líticos

encontrados en el Pié de Monte Andino y en el Escudo Brasilero, podemos inferir la

migración de oleadas tempranas de estos grupos hacia las llanuras inundables del actual

Beni. Considerando la riqueza de recursos de caza-pesca que presenta esta región de

inundaciones permanentes, estos desplazamientos fueron factibles. Para la detección de

los restos dejados por dichos grupos nómadas se deberían usar en el futuro técnicas de

análisis por flotación y otras, como el análisis de suelos por flotación, que permita

reconocer los asentamientos temporales, aunque las huellas de los materiales orgánicos

usados para los artefactos se hayan desintegrado. Para tiempos posteriores los principales

ríos que bañan las llanuras inundables de Moxos presentan restos cerámicos y de

sedimentos de poblaciones, relacionadas a tradiciones cerámicas venidas desde el norte

del continente americano. Estas son la tradición La Gruta, Ronquin, Barrancoide,

Comoruco, Corozal del Orinoco y Valencioide de la región de lago Valencia,

representan a diferentes oleadas migratorias que poblaron las márgenes de los ríos desde

tiempos tempranos (aprox. 2.600 a.C.). Posiblemente en este periodo o en una época

anterior se transmitió el conocimiento de la agricultura, en particular de la yuca como

alimento complementario a una dieta de caza, pesca y recolección.

Las continuas migraciones llegadas a la región de los llanos del Beni influenciaron

notablemente en la formación de las complejas sociedades Moxeñas, estas traían consigo

todas sus tradiciones y características principales.

El patrón de asentamiento de los primeros poblados en las riberas de los ríos se

caracterizó por tener pequeñas aldeas separadas, las que subsistían en base a una

economía de caza, pesca y recolección, la agricultura de la yuca habría complementado

su dieta alimenticia.

Para el momento en que se había desarrollado el cultivo del maíz, la tecnología de los

camellones se expandió en todo el territorio inundable de Moxos, dando las bases

alimenticias para el crecimiento de las aldeas en poblados sedentarios mayores

concentrados en los espacio de pampa ideales para el desarrollo de la agricultura de

llanuras inundables.

- La variedad y especialización de los sistemas agrícolas de Moxos es el producto de un

desarrollo logrado en cientos de años de experimentación. La organización social a nivel

aldeano se desarrolló dando lugar al surgimiento de una clase sacerdotal y de

especialistas que controlaron la construcción y mantención de los campos elevados. Las

características de la complejidad social de Moxos son desconocidas, por esta razón le

toca a la arqueología desentrañarlas, ya que los datos etnohistóricos y etnográficos

obscurecen el panorama del pasado.

- La caída de la cultura prehispánica de Moxos a la llegada de los españoles fue

evidenciada por los reportes sobre las mermas poblacionales en los poblados que eran

descubiertos; a ello se sumó el afán reduccional de los jesuitas que concentró a los

pueblos dispersos en reducciones. Los núcleos poblacionales jesuíticos responden a una

lógica diferente a la del aprovechamiento y explotación de los recursos de los Moxeños,

quienes vivían separados para el control y aprovechamiento de la agricultura en las

pampas de camellones.

- Los camellones de la región de los llanos de Moxos representan el más alto grado de

conocimiento de campos elevados de América y el mundo. La técnica de represamiento

de agua mediante terraplenes es la más compleja y fue ampliamente practicada por las

culturas prehispánicas de Moxos.

- Las particularidades que presentan los diferentes tipos de camellones por microregiones

en el Beni nos muestran un alto grado de adaptación a condiciones particulares, las que

deberán ser estudiadas en el futuro, antes de generalizar el uso de la técnica.

- Los magníficos resultados experimentales logrados en el altiplano y en las tierras bajas

mediante la reutilización de campos elevados (en la actualidad son desconocidos por los

pobladores), nos permiten pensar que mediante mayores pruebas en el futuro se podrá

implementar el uso de los camellones a mayor escala, lo que redundará en beneficio de

los pobladores.

Prospección Arqueológica de San Ignacio de Moxos. Prov. Moxos, Departamento de Beni. Bolivia.

SEGUNDO CUERPO: ANEXOS

Tesis para optar al grado de licenciatura en arqueología presentada por: Marcos Rodolfo Michel López.

Tutor: Dr. Juan Albarracín Jordan

Facultad de Ciencias Sociales, Carrera de Arqueología. Universidad Mayor de San Andrés.

1993

ANEXOS 1. Descripción de cerámica 2. Descripción de pozo de sondeo 3. Registro de terraplenes 4. Registro de Material arqueológico 5. Registro fotográfico 6. Mapas y croquis 7. Fotografías 8. Bibliografía

INDICE DE MAPAS Y CROQUIS II. Región de estudio II.1 Mapa general de San Ignacio de Moxos. II.1.4 Mapa Hidrológico II.1.6 Mapa Terraplenes X Mapa de referencia sectores con mayor concentración de estructuras X.1 Estancia “La Víbora” X.1.1 Estancia “La Víbora” camellones “a” (Croquis) X.1.2 Estancia “La Víbora” camellones “b-c” (Croquis) X.2 Estancia “La Víbora” y “La Viborilla” X.3 Estancia “La Viborilla” X.4 Estancia “La Media Vuelta” X.5 Estancia “La Estrella” X.6 Estancia “La Lágrima” X.7 Estancia “Mausa” X.8 Estancia del Sr. Sabala

INDICE FOTOGRAFIAS Nro.1 Terraplén 2 Estancia “La Víbora” Nro.2 Camellones “c” al interior de bosque grande “a”, Estancia “La Víbora” Nro.3 Sector de represamiento de agua en la Estancia “La Víbora” Nro.4 Camellones “e” en la Estancia “La Víbora” Nro.5 Ibid. Nro.6 Camellones en la Estancia “La Viborilla” detectados por la coloración

del pastizal en franjas

Nro.7 Terraplenes Nro. 27 Estancia “La Media Vuelta” Nro.8 Terraplenes Nro. 28 y Nro. 29 Estancia “La Media Vuelta” Nro.9 Terraplén Nro. 14 utilizado de camino de ingreso a Estancia “La

Estrella”

Nro.10 Terraplén Nro. 10 en Estancia “La Estrella” Nro.11 Terraplén Nro. 1 Estancia “La Lágrima”, utilizado de camino de

ingreso a las “La Lágrima” y “La Víbora”

Nro.12 Terraplén Nro. 33 Estancia “La Lágrima” Nro.13 Estancia “La Víbora”, sitio arqueológico reconocido por la cerámica

que se encuentra en su superficie erosionada

Nro.14 Isla grande “a”, sitio arqueológico reconocido por el corte efectuado en la construcción de la carretera San Ignacio – San Borja, en el lugar se presentan restos de cerámica

Nro.15 Arroyo Mausa en época seca Nro.16 Laguna Mausa en época seca Nro.17 Destrucción de los restos de camellones por el paso del ganado,

Estancia “La Media Vuelta”

Nro.18 Fragmento de labio de vasija con decoración incisa encontrado en el sitio “Laguna Isireri”

Nro.19 Mano de rallador proveniente de la Estancia “La estrella”, pos sus huellas de desgaste debió ser reutilizado varias veces

Nro.20 Peso de huso para hilado del sitio “Laguna Isereri” Nro.21 Extraño recipiente pequeño de base plana, paredes evertidas, interior

cóncavo de forma ovalada termina en una acanaladura, fue recuperado de la Estancia “La Estrella” (Visto de perfil)

Nro.22 Ibid. Visto de arriba

ANEXO 1

DESCRIPCIÓN CERÁMICA DE SUPERFICIE

P.A.S.I.M. 91

Descripción de la Cerámica Fig. 1a Fragmento encontrado en el camino San Ignacio – San Borja, a la altura del puente terraplenado del Arroyo Matire. Corresponde a una forma de palto de base plana y bordes evertidos, el fragmento tiene color beige en la cara interior (engobe) y plomizo en la externa, la cocción es homogénea y presenta una coloración grisácea, el antiplástico es de cerámica molida. El diámetro de la boca es de 24 cm. La cara externa del cuerpo esta decorada con líneas incisas en formas geométricas. Superficie alisada. Fig. 1b. Fragmento procedente del mismo lugar que el anterior, parece corresponder a un cuenco. El perfil del borde es casi rectangular y presenta una decoración acanalada en la cara externa, la superficie es de color naranja, el antiplástico es tiesto molido. El diámetro de la boca es de 36 cm. Fig. 2. Fragmento de cerámica procedente del corte de la carretera a la altura de la “Isla de bosque grande A”, sugiere la forma de una pequeña olla de bordes evertidos y gruesos. El interior del tiesto es de color naranja claro y el exterior es gris, la superficie esta muy erosionada, pero es posible sugerir un diámetro de 12 cm para la boca. Superficie alisada. Fig. 3. Borde procedente de la Isla Mausa en el corte de camino. Fragmento de olla, es grueso esta reforzado en el borde en forma tosca, presenta incisiones alternas en la parte superior. El diámetro de la boca es de 42 cm. La parte exterior e interior es alisada y de color claro naranja, la parte externa presenta coloración gris obscura, el antiplástico usado es de tiesto molido. Fig. 4a y b. Descripción de fragmentos de una pequeña jarra procedentes de la Estancia “La Media Vuelta”.

Tanto las partes de la base como del borde corresponden a una pequeña jarra globular de bordes evertidos. El diámetro de la boca es de 6 cm. El exterior de los tiestos es de color naranja claro y el interior tiene coloraciones en gris, la superficie esta erosionada. El antiplástico corresponde a tiesto molido. La base fue construida a partir del aditamento de un rollo de arcilla en forma de anillo, lográndose la forma de un pedestal. Fig. c. Reconstrucción ideal de la forma original en base a los restos encontrados. Tamaño natural. Fig.5

Fragmento de tinaja grande correspondiente a la casa de la Estancia “La Víbora”, tiene paredes gruesas evertidas, la pasta en general es de color naranja claro, su superficie se encuentra erosionada, el antiplástico es tiesto molido. El diámetro de la boca es de 50cm. La cara externa presenta como decoración una línea acanalada cerca del borde, es incisa, la parte interna presenta una serie de acanaladuras que dividen en porciones rectangulares la superficie por debajo del borde, a su vez una serie de líneas finas e incisa subdividen los rectángulos en cuadrículas. Fig. 6.

Fragmento de tinaja grande obtenido de la superficie de la casa de hacienda en la “Estancia La Media Vuelta”. Presenta paredes gruesas evertidas, la pasta es de color naranja claro y en general la pieza esta erosionada, el antiplástico es tiesto molido. El diámetro de la boca es 49cm. La cara externa no presenta decoración, la interna está cuadriculada en sentido diagonal al borde mediante incisiones acanaladas que forman rectángulos. Fig. 7.

Fragmento de tinaja grande, procedente de la “Estancia La Media Vuelta”, el borde es evertido y grueso y el diámetro de la boca es 48cm. La superficie es de color naranja claro y la pasta es gruesa, pesada y de color negro, el antiplástico es tiesto molido.

ANEXO 2

DESCRIPCIÓN DE POZO DE SONDEO Y CERÁMICA DE EXCAVACIÓN

ESTANCIA LA MEDIA VUELTA Descripción de pozo de sondeo.

Estancia “La Media Vuelta” La estancia Media Vuelta esta situada a un lado del arroyo Matire y en la superficie despejada de la casa de estancia se encuentra cerámica en abundancia, un pozo de sondeo fue excavado en un sector de poca distubación con la finalidad de verificar la sedimentación natural y cultural del sitio arqueológico, considerando su ubicación cerca del arroyo Matire. Cuadrícuala 1x1m efectuada entre el 6 y 9 de octubre de 1990. El pozo de sondeo se ubicó a 70m al norte de la casa de estancia y cerca del camino de ingreso (Mapa X.4 ). La excavación se realizó con la ayuda de un pico, una pala y un azadón, la primera capa de humus que no tenía restos de cerámica fue excavada con pico, los demás estratos en que se identificaron evidencias culturales fueron cuidadosamente excavados con espátula. Al desconocer las características de los estratos de lugar se recurrió a niveles arbitrarios de 5cm para la profundización del pozo. Resultados Se identificaron claramente tres estratos; el primero (A) de una profundidad de entre 18 t 20cm (Niveles 1-2-3 y 4) compuestos de tierra orgánica color café oscuro, con abundancia de raíces y gusanos, la textura de este suelo es compacta y dura.

El segundo estrato (B) está compuesto por una tierra arcillosa de color café claro, presenta más cerámica en los niveles 4, 6 y 7, las cantidades de otros niveles son inferiores y los tiestos que se encuentran a partir de una profundidad de –60cm (nivel 12) estaban tan humedecidos que se desintegraron al contacto de las manos. Los niveles 8 y 10 no tenían restos de fragmentos y el nivel 9 (-45cm) solo tenía tres. Como a –60cm se encontró un lente de ceniza en la esquina sur del pozo. Aunque la continuidad de la cerámica esta verificada en diferentes estratos, no se registraron pisos ocupacionales claramente definidos, quizás también por tratarse de un sitio aledaño a la ribera del río que posiblemente fue rebalsado y movido en algunas épocas de extrema inundación. El estrato estéril se verificó a –70cm de profundidad y se probó mediante corte excavatorio de 60x60 hasta llegar a la profundidad de 1m. Fig. 1

Fragmento de base rescatado del pozo de sondeo efectuado en la estancia “La Media Vuelta” (Nivel 4, 15-20cm). La superficie está claramente erosionada pero se puede distinguir su forma en general, el tiesto de color naranja claro, el antiplástico posiblemente arena. Fig. 2 Fragmento de borde obtenido del nivel 5, (20-25cm) su superficie esta completamente erosionada, el color de tiesto es naranja claro. En forma corresponde a una vasija abierta de paredes delgadas y finas, tiene un diámetro aproximado de 22cm. El antiplástico usado es arena. Fig. 3a.

Fragmento de base procedente del pozo de sondeo efectuado en la Estancia “La Media Vuelta”, corresponde al nivel 7 (30 – 35cm). Tiene una coloración general en gris oscuro, la base en forma circular de pedestal no es aditamento sino que está modelada como una saliente. Su antiplástico es de tiesto molido. Fig. 3b. Fragmento de pequeña jarra, proviene del pozo de sondeo efectuado en la Estancia “La Media Vuelta”, nivel 7, borde evertido. El diámetro de la boca no fue determinado. La superficie esta erosionada y tiene una coloración naranja claro, aparentemente el antiplástico es de arena.

ANEXO 3

DESCRIPCIÓN DE TERRAPLENES

REFERENCIAS PARA LA LECTURA DE LAS FICHAS DESCRIPTIVAS DE TERRAPLENES

Las fichas han sido elaboradas como indicadores de contextos arqueológicos, ya que los terraplenes están relacionados generalmente en esta región con islas de bosque y campos de cultivo, son muy pocos los casos en que aparecen aislados. Algunos detalles toman mayor importancia en los datos del registro, cuando los

terraplenes descritos forman parte de estructuras de manejo de agua a gran escala. Todos los datos vertidos en la ficha han sido tomados en el campo, donde se efectuó una

verificación mediante fotografías aéreas en la mayoría de los casos sobre su existencia, ubicación, orientación, etc.

La longitud de los terraplenes fue determinada en la mayor parte de los terraplenes

mediante fotografías aéreas, dadas las difíciles condiciones para su medición en el campo y la falta de equipo. Tanto el ancho del terraplén como el de los canales y las alturas se registraron “in situ”.

Las descripciones de medio ambiente y contextos asociados son de gran importancia para

el entendimiento del terraplén y su posible función.

Descripción de Terraplenes

Fecha: 12-IX-91 Invest: MML/RV

1. Número : 1 2. Sector : (1). Al norte de la Laguna Mausa y al sur del Arroyo Matire. 3. Tramo : Estancia “La Víbora” – camino a San Ignacio (a 11km a l oeste de San Ignacio). 4. Ubicación : Estancia “La Víbora”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén ancho. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana. b) Rumbos : 25º Nor Este. c) Distancia : Estancia “La Víbora” - carretera 220m (medidos a escala). d) Alturas : 40cm., el sector utilizado como camino presenta mucha erosión. (el

terraplén se usa como camino se acceso a la Est. “La Víbora”). e) Naturaleza del terreno : Pampa de pastoreo para ganado vacuno. f) Tipo de Vegetación : Pastos de tamaño medio, gramíneas y arbustos. g) Geología : Sedimentos de arena y arcilla. h) Uso de la tierra : Pastoreo.

8. Características. a) Longitud : 220m b) Ancho : 7.70m c) Cunetas-canales : Sector E; 15cm de profundidad. 1.70m de ancho. Sector W; 25 de

prof. 1.80m de ancho. d) Pendientes : El sector del terraplén que ingreso al bosque es más alto.

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector de terraplén que ingresa al bosque y camellones asociados al terraplén, (“a”) en el mismo sector.

10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén Nº 2 que se intersecta con el Nº 1, casi al llegar a la

carretera; camellones “a” asociados al terraplén Nº 1. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834, mapa Nº 1. 13. Fotografías.

Rollo Nº 1 Slides b/n Rollo Nº 2 Slides b/n Foto Nº 21 " Foto Nº 1 "

22 " 20 "

Conservación Regular.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 25-IX-91 Invest: MML

1. Número : 1’ 2. Sector : Estancia “La Lágrima”. 3. Tramo : Carretera San Ignacio – San Borja, bosque del arroyo Matire. 4. Ubicación : Sector Sur oeste de la estancia. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana, bosque. b) Rumbos : 25º Nor Este. c) Distancia : Entre la carretera a San Ignacio y el bosque 440m., continua 500m

después de cruzar un sector de bosque y pampa. d) Alturas : 40cm. e) Naturaleza del terreno : Pampa sin uso. f) Tipo de Vegetación : Arbustiva y de pastos altos. g) Geología : Sedimentación de arcilla. h) Uso de la tierra : Abandonado.

8. Características. a) Longitud : 1.220m b) Ancho : 7m c) Cunetas-canales : Canales de 1.80m de ancho a cada lado. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector usado como camino al ingreso de la estancia. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 1 hacia el sur, camino de ingreso a la estancia “La

Víbora”. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : -.- 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 28 "

Conservación Regular.

Descripción de Terraplenes

Fecha: 25-IX-91 Invest: MML/RV

1. Número : 2 2. Sector : (1). Al norte de la Laguna Mausa y al sur del Arroyo Matire. 3. Tramo : Intersección con terraplén 1 a la entrada de la Est. Víbora-bosque. 4. Ubicación : Estancia “La Víbora”, al Sur Este. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén alto. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana y bosque (sectores cubiertos de arbusto antes de llegar a bosque grande “a”).

b) Rumbos : 125º Sur Este. c) Distancia : Terraplén Nº 1-Bosque grande “a”. 900m (medidos a escala). d) Alturas : 1m los sectores altos y 80cm los bajos. e) Naturaleza del terreno : Pampa llana (inundable al Sur). f) Tipo de Vegetación : Vegetación de pastizales y arbustos cerca del bosque. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 900m b) Ancho : 5.30m c) Cunetas-canales : Canal sector n; prof. 15cm. 2m de ancho; sector S; prof. 25cm. 3m

de ancho. d) Pendientes : Existe una leve pendiente desde el sector de bosque a la Estancia “La

Víbora”. 9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector Nor Este, donde el terraplén ingresa al monte. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén Nº1 que se intersecta al Nor Este con el Nº2; terraplenes

3 y 4 pasan paralelos al Nor Este del T. 2 y sistema de “Cocha” al SE. Del terraplén. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834, mapa Nº1. 13. Fotografías.

Rollo Nº 2 Slides b/n Foto Nº 2 "

Conservación Regular.

Descripción de Terraplenes

Fecha: 13-IX-91 Invest: MML/RV

1. Número : 3 2. Sector : (1). Al norte de la Laguna Mausa y al sur del Arroyo Matire. 3. Tramo : En medio de la pampa, entre el bosque grande “a” y la carretera. 4. Ubicación : Estancia “La Víbora” sector Nor Este. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén ancho. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana. b) Rumbos : 340º Nor Este. c) Distancia : 200m del terraplén en medio de la pampa. d) Alturas : 60cm. e) Naturaleza del terreno : Pampa llana. f) Tipo de Vegetación : Pastos y arbustos principalmente. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 210m b) Ancho : 6m c) Cunetas-canales : Sector E: 2m de ancho; Sector W: 2m de ancho. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector central del terraplén. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén Nº2 paralelo al terraplén Nº3 como a 100m al Oeste. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834, mapa Nº1. 13. Fotografías.

Rollo Nº 2 Slides b/n Foto Nº 6 "

4

Conservación Regular-mala.

Cortado en los extremos.

Descripción de Terraplenes

Fecha: 13-IX-91 Invest: MML/RV

1. Número : 4 2. Sector : (1). Al norte de la Laguna Mausa y al sur del Arroyo Matire. 3. Tramo : En medio de la pampa, entre el bosque grande “a” y la carretera. 4. Ubicación : Estancia “La Víbora” sector Nor Este. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén ancho. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana. b) Rumbos : 340º Nor Este. c) Distancia : 200m del terraplén en medio de la pampa. d) Alturas : 50cm. e) Naturaleza del terreno : Pampa llana. f) Tipo de Vegetación : Pastos y arbustos principalmente. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 200m b) Ancho : 4.70m c) Cunetas-canales : Sector E: 2.30m de ancho; Sector W: 1.90m de ancho. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector central. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén Nº3 que pasa paralelo como a 10m al Oeste. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834, mapa Nº1. 13. Fotografías.

Rollo Nº 2 Slides b/n Foto Nº 5 "

4

Conservación Regular-mala.

Cortado en los extremos.

Descripción de Terraplenes

Fecha: 13-IX-91 Invest: MML/RV

1. Número : 5 2. Sector : (1). Al norte de la Laguna Mausa y al sur del Arroyo Matire. 3. Tramo : Terraplén 2 - curichi. 4. Ubicación : Estancia “La Víbora” entre los terraplenes 2-3. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén ancho. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana. b) Rumbos : 90º Nor Este. c) Distancia : 20m desde el terraplén 2 hasta el curichi. d) Alturas : 40cm. e) Naturaleza del terreno : Pampa llana. f) Tipo de Vegetación : Pastos y arbustos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 20m b) Ancho : 6.40m c) Cunetas-canales : Sector Nº 2: 10m de ancho; Sector S: 2.34m de ancho. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector que sale del terraplén 2. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén Nº2 al Oeste y terraplén Nº3 al Este. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834, mapa Nº1. 13. Fotografías.

Rollo Nº 2 Slides b/n Foto Nº 7 "

4

Conservación Buena.

Descripción de Terraplenes

Fecha: 13-IX-91 Invest: MML/RV

1. Número : 6 2. Sector : (1). Al norte de la Laguna Mausa y al sur del Arroyo Matire. 3. Tramo : Bosque grande “a”-Estancia “La Víbora”. 4. Ubicación : Estancia “La Víbora”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén ancho. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana. b) Rumbos : 110º Nor Este. c) Distancia : 400m desde el bosque “a”, casi hasta el potero de la estancia “La Víbora”. d) Alturas : 30cm, está muy erosionada porque se usa como camino de herradura. e) Naturaleza del terreno : Pampa llana. Inundable. f) Tipo de Vegetación : árboles, pastos y arbustos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 400m b) Ancho : 4.78m c) Cunetas-canales : Solamente un canal al Este de 1.83m de ancho. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector central. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Sector de camellones en forma de “cocha” (b), camellones “o” e

isla grande “a”. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834, mapa Nº1. 13. Fotografías.

Rollo Nº 2 Slides b/n Foto Nº 12 "

13 " 14 " 15 " 16 "

Conservación Mala.

Descripción de Terraplenes

Fecha: 13-IX-91 Invest: MML/RV

1. Número : 7 2. Sector : (1). Al norte de la Laguna Isireri y al sur del Arroyo Matire. 3. Tramo : Isla grande “a” bosque del A. Matire al Oeste. 4. Ubicación : Estancia “La Víbora”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén alto. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana. b) Rumbos : 100º Nor Este. c) Distancia : 300m de bosque a bosque. d) Alturas : 85cm. e) Naturaleza del terreno : Pampa arbustiva. f) Tipo de Vegetación : arbustos espinosos y pastos altos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 300m b) Ancho : 5.58m c) Cunetas-canales : Sur: 2.44m de ancho; norte: 2.28m de ancho. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector central. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Camellones “c” y camellones al interior del bosque y camellones

de estructura en forma de “Cocha”. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834, mapa Nº1. 13. Fotografías.

Rollo Nº 2 Slides b/n Foto Nº 14 "

Conservación

Descripción de Terraplenes

Fecha: 14-IX-91 Invest: MML/RV

1. Número : 8 2. Sector : (II). Al este de la isla grande A al Oeste del Arroyo Mausa. 3. Tramo : Carretera San Ignacio-San Borja (el terraplén atraviesa la carretera como a

9.5km. de S. Ignacio) hasta la laguna Mausa. 4. Ubicación : Estancia “La Víbora”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén alto y ancho. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana. Inundable. b) Rumbos : 25º Nor Este. c) Distancia : 620m desde la carretera hasta la laguna Mausa. d) Alturas : 1cm. e) Naturaleza del terreno : Pampa llana inundable. f) Tipo de Vegetación : pastos altos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 620m b) Ancho : 6.20m c) Cunetas-canales : Canal Este: 35m de ancho. Profund. 65cm en época seca. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Entre el cruce del terraplén 9 la carretera. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Camellones “e” al Oeste del terraplén, terraplén 9 que intersecta al

8 delimitando el espacio de los camellones “e” y terraplén Nº 10 que forma un triangulo junto al terraplén 8 y al 9.

12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834, mapa Nº1. 13. Fotografías.

Rollo Nº 2 Slides b/n Foto Nº 25 "

Conservación

Buena.

Descripción de Terraplenes

Fecha: 22-IX-91 Invest: MML

1. Número : 8’ 2. Sector : (II’). Al este de la Estancia “La Lágrima” – Oeste del Arroyo Mausa. 3. Tramo : Carretera San Ignacio – San Borja (9.5km al W. Del pueblo de San Ignacio),

hasta una isla cerca del arroyo Maturavaca. 4. Ubicación : Estancia “La Viborilla”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén alto y ancho. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana. b) Rumbos : 25º Nor Este. c) Distancia : 200m desde la carretera hasta la isla de bosque. d) Alturas : 1cm. e) Naturaleza del terreno : Llanura pampa semi inundable. f) Tipo de Vegetación : pastos altos - arbustos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 200m b) Ancho : 3.50m c) Cunetas-canales : Sector Este 2.5m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector central. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Camellones al E. y al W., arroyo Maturavaca, isla de bosque unida

a terraplén 20. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834, mapa Nº1. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 20 "

Conservación

Regular.

Descripción de Terraplenes

Fecha: 14-IX-91 Invest: MML/RV

1. Número : 9 2. Sector : (II). Al Este de la isla grande A y al Oeste del Arroyo Mausa. 3. Tramo : Se inicia junto al terraplén 10 y continua al Este cruzando el terraplén 8. 4. Ubicación : Estancia “La Víbora”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén medio. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana. Inundable. b) Rumbos : 80º Nor Este. c) Distancia : 230m desde el terraplén Nº 10 hasta la carretera. d) Alturas : 80cm. e) Naturaleza del terreno : Pampa llana inundable. (En esta época con agua). f) Tipo de Vegetación : Arbustos altos y pastos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 230m. b) Ancho : 3.93m c) Cunetas-canales : Sector norte: 3.40m de ancho Sur: 3.03m de ancho. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Extremo este. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : El sector Norte esta cubierto por el complejo de camellones “e”, al

Sur forma un dique junto a los terraplenes 10 y 8, de forma triangular. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834, mapa Nº2. 13. Fotografías.

Rollo Nº 2 Slides b/n Foto Nº 26 "

Rollo Nº 3 " Foto Nº 11 "

12 "

Conservación Regular-mala.

Descripción de Terraplenes

Fecha: 22-IX-91 Invest: MML

1. Número : 9’ 2. Sector : Al Este de la Estancia “La Lágrima” – Oeste del Arroyo Mausa. 3. Tramo : Carretera S. Ignacio – S. Borja – Arroyo Maturavaca. 4. Ubicación : Estancia “La Viborilla”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén ancho - alto. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana. Inundable. b) Rumbos : 90º Nor Este. c) Distancia : 320m desde la carretera hasta el arroyo. d) Alturas : 1cm. e) Naturaleza del terreno : Pampa llana inundable. f) Tipo de Vegetación : Pastos altos – arbustos, pocos árboles. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 320m. b) Ancho : 4.00m c) Cunetas-canales : -.- d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : sector central. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Camellones al este y al oeste, arroyo Maturavaca al este y al norte. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834, mapa Nº2. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 22 "

Conservación

Regular.

Descripción de Terraplenes

Fecha: 14-IX-91 Invest: MML

1. Número : 10 2. Sector : (II). Al Este de la isla grande A y al Oeste del Arroyo Mausa. 3. Tramo : Se inicia junto al terraplén 9 en un extremo del bosque grande A y continua

crauzando el terraplén 8 al Este hasta el bosque del A. Mausa. 4. Ubicación : Estancia “La Víbora”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén medio. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana. Inundable. b) Rumbos : 330º Nor Este. c) Distancia : 420m de bosque a bosque. d) Alturas : 70cm. e) Naturaleza del terreno : Pampa inundable. – curichi en esta época. f) Tipo de Vegetación : Pastos altos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería - pastoreo

8. Características. a) Longitud : 420m. b) Ancho : 3.75m c) Cunetas-canales : Sector Este: 3.80m de ancho; Oeste: 41.0m de ancho. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector central. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 9 en el inicio del terraplén 10 en el sector Oeste y

terraplén 8 que cruza casi por el medio de terraplén 10. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834, mapa Nº2. 13. Fotografías.

Rollo Nº 2 Slides b/n Foto Nº 27 "

Conservación Regular-mala.

Descripción de Terraplenes

Fecha: 14-IX-91 Invest: MML/RV

1. Número : 10’ 2. Sector : Interior del triángulo formado por los terraplenes 8-9-10. 3. Tramo : Sale del terraplén 10, separado a 60m de este. 4. Ubicación : Paralelo al terraplén 10, separado a 60m de este. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén pequeño. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa Llana. Inundable. b) Rumbos : 320º Nor Este. c) Distancia : 30m desde el terraplén 8 al interior del triángulo de terraplenes y 20 al

otro extremo. d) Alturas : 50cm. e) Naturaleza del terreno : Terreno llano inundable. f) Tipo de Vegetación : Pastos altos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería - pastoreo.

8. Características. a) Longitud : 50m. b) Ancho : 3.00m c) Cunetas-canales : -.- d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplenes 8-9-10. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 13 "

Conservación

Mala.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 15-IX-91 Invest: MML/RV

1. Número : 11 2. Sector : Sur Este de la Estancia “La Estrella”. 3. Tramo : Sale del bosque y llega a una serie de islas de bosque. 4. Ubicación : A un kilómetro al Sur Este de “La Estrella”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén alto-ancho. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector llano inundable cercano al lecho del Matire. b) Rumbos : 65º Nor Este. c) Distancia : 100km 1000m desde el bosque hasta una isla y 100 a otra. d) Alturas : 60cm. e) Naturaleza del terreno : Pampa llana. f) Tipo de Vegetación : Pastos altos y arbustos espinosos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Sin uso.

8. Características. a) Longitud : 1.100km. b) Ancho : 4.50m c) Cunetas-canales : N – 2.14m S. en mal estado. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : -.- 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834 y 6839. 13. Fotografías.

Rollo Nº 2 Slides b/n Foto Nº 31 "

32 "

Conservación Buena.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 20-IX-91 Invest: MML

1. Número : 12 2. Sector : Este de la Estancia “La Estrella” 3. Tramo : Chaco de platanos – bosque – carretera. 4. Ubicación : Estancia “La Estrella”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén alto y ancho. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector llano aledaño al arroyo Matire. b) Rumbos : 245º Nor Este. c) Distancia : 110m del bosque a la carretera. d) Alturas : 70cm. e) Naturaleza del terreno : Sector llano aledaño al meandro del Matire. f) Tipo de Vegetación : Pastos bajos y altos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 110m. b) Ancho : 5.00m c) Cunetas-canales : N: 2.50 S: 2.30 d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Sectores de camellones “g” al Norte y Sur, terraplenes 12’ y 12’’

y terraplén 16’. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834 y 6839. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 8 “

Conservación

Se usa como camino de ingreso.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 20-IX-91 Invest: MML

1. Número : 12 y 12’ 2. Sector : Sur Este de la Estancia “La Estrella”. 3. Tramo : Parten de la unión de los terraplenes 12 y 16 y salen 5m paralelos al terraplén

12. 4. Ubicación : Estancia “La Estrella”, camino de ingreso. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplenes pequeños. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector llano. b) Rumbos : 245º Sud Oeste. c) Distancia : 5m. d) Alturas : 50cm. e) Naturaleza del terreno : Llanura de río inundable. f) Tipo de Vegetación : Pastos altos y bajos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 5m. b) Ancho : 2.30m c) Cunetas-canales : Canales de 1m a cada lado. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplenes 12 y 16, campos de camellones. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6839. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 9 "

Conservación

Regular.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 20-IX-91 Invest: MML

1. Número : 13 2. Sector : Estancia “La Estrella” – “El Carmen”. 3. Tramo : Estancia “La Media Vuelta” – “El Carmen”.. 4. Ubicación : Pasa a 500m al este de la estancia “La Estrella”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplenes grande. 7. Descripción :

a) Topografía : En este sector esta cubierto de bosque. b) Rumbos : c) Distancia : Aprox. 5km. de la estancia “La Media Vuelta” a “El Carmen”. d) Alturas : e) Naturaleza del terreno : f) Tipo de Vegetación : Bosque alto. g) Geología : h) Uso de la tierra :

8. Características. a) Longitud : b) Ancho : c) Cunetas-canales : d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Camellones “g”. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834 y 6839. 13. Fotografías.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 20-IX-91 Invest: MML

1. Número : 14 2. Sector : Estancia “La Estrella”. 3. Tramo : Carretera terraplén 12. 4. Ubicación : Estancia “La Estrella”, camino de ingreso. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén ancho y alto. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno llano adyacente a meandro del Matire. b) Rumbos : 145º Sud Este. c) Distancia : 120m hasta el terrplén Nº 12, desde la carretera. d) Alturas : 80cm. e) Naturaleza del terreno : Terreno llano inundable. f) Tipo de Vegetación : Pastos de ganadería. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería - carretera.

8. Características. a) Longitud : 120m. b) Ancho : 7.00m c) Cunetas-canales : E. 4m O. 3m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Camellones “g”. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6839 y 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 10 "

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 20-IX-91 Invest: MML

1. Número : 15 2. Sector : Estancia “La Estrella”. 3. Tramo : Chaco de la estancia-carretera-meandro Matire. 4. Ubicación : Pasa como a 100m al oeste de la estancia. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén ancho y alto. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector llano inundable, entre meandros. b) Rumbos : 165º Sud Este. c) Distancia : 400m de meandro a meandro. d) Alturas : 70cm. e) Naturaleza del terreno : Terreno llano inundable. f) Tipo de Vegetación : Pastos altos y bajos, arbustos sobre el terraplén. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 400m. b) Ancho : 6.00m c) Cunetas-canales : N. 3m S. 2.30m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 16. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6839 y 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 5 "

6 "

Conservación Buena.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 20-IX-91 Invest: MML

1. Número : 16 2. Sector : Estancia “La Estrella”. 3. Tramo : Sale del terraplén 15 y continua al Nor oeste hacia la carretera. 4. Ubicación : 25m al norte de la Estancia “La Estrella”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén ancho y alto. 7. Descripción :

a) Topografía : Pampa inundable. b) Rumbos : 135º Sur Este. c) Distancia : 125m desde el terraplén 15 hasta la carretera. d) Alturas : 70cm. e) Naturaleza del terreno : Terreno llano inundable cercano al Matire. f) Tipo de Vegetación : Pastos altos y bajos, arbustos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 125m. b) Ancho : 5.00m c) Cunetas-canales : S. 2.50m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 15. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6839 y 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 6 "

7 "

Conservación Buena.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 21-IX-91 Invest: MML

1. Número : 17 2. Sector : Estancia “La Viborilla”. 3. Tramo : Cañada – Terraplén Nº 18. 4. Ubicación : 1km al Sur Oeste de la estancia “La Viborilla”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén medio. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno llano inundable. b) Rumbos : 155º Sur Este. c) Distancia : Aproximadamente 300m desde la cañada hasta el terraplén 18. d) Alturas : 40cm. e) Naturaleza del terreno : Llano inundable cercano a una cañada y al A. Maturavaca. f) Tipo de Vegetación : Pastos altos y arbustos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 100m. b) Ancho : 3.00m c) Cunetas-canales : E. 2.00m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 18 - 19. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 17 "

Conservación

Mala.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 22-IX-91 Invest: MML

1. Número : 18 2. Sector : Estancia “La Viborilla”. 3. Tramo : Isla de bosque grande “a” – isla pequeña “a”. 4. Ubicación : 1km al Sur Oeste de la estancia “La Viborilla”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén ancho y alto. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno llano inundable. b) Rumbos : 65º Sur Este. c) Distancia : 300m desde la carretera hasta la isla pequeña a. d) Alturas : 1.10m. e) Naturaleza del terreno : Sector llano inundable cercano al Maturavaca. f) Tipo de Vegetación : Arbustos y árboles altos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 300m. b) Ancho : 5.00m c) Cunetas-canales : W. 3m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 17 – 19; isla pequeña a. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 18 "

Conservación

Buena.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 22-IX-91 Invest: MML

1. Número : 19 2. Sector : Estancia “La Viborilla”. 3. Tramo : Cañada – terraplén 18 paralelo al terraplén 17. 4. Ubicación : 1km al Sur Oeste de la estancia “La Viborilla. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén medio. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno llano. b) Rumbos : 157º Sur Este. c) Distancia : 100m desde una cañada hasta el terraplén 18. d) Alturas : 40cm. e) Naturaleza del terreno : Sector llano inundable cercano al Maturavaca. f) Tipo de Vegetación : Pastos altos y bajos, arbustos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 100m. b) Ancho : 3.00m c) Cunetas-canales : d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplenes 17 y 18. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 17 "

Conservación

Mala.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 22-IX-91 Invest: MML

1. Número : 20 2. Sector : Estancia “La Viborilla”. 3. Tramo : Isla pequeña a – isla pequeña b. 4. Ubicación : 900m al Sur Oeste de la estancia “La Viborilla”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno llano adyacente a lecho de arroyo Maturavaca. b) Rumbos : 25º Nor Oeste. c) Distancia : 100m desde la isla pequeña a hasta la b. d) Alturas : 1m. e) Naturaleza del terreno : Terreno inundable cercano al arroyo Maturavaca. f) Tipo de Vegetación : Pastos altos, arbustos y árboles. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 100m. b) Ancho : 4.00m c) Cunetas-canales : N. 3m S. 2.80m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Islas pequeñas a y b. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 19 "

Conservación

Buena.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 23-IX-91 Invest: MML

1. Número : 21 2. Sector : Estancia “La Viborilla”. 3. Tramo : Arroyo Mausa – Terraplén 22. 4. Ubicación : 600m al Sur Oeste de la estancia “La Viborilla”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén ancho y alto. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno adyacente al lecho del arroyo Maturavaca. b) Rumbos : 160º Sur Este. c) Distancia : 100m desde el arroyo Mausa siguiendo el borde del arroyo Maturavaca. d) Alturas : 1m. e) Naturaleza del terreno : Terreno elevado de lecho de arroyo. f) Tipo de Vegetación : Boscosa árboles y arbustos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 100m. b) Ancho : 6.50m c) Cunetas-canales : d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Arroyo Maturavaca al lado Sur y terraplén 22 al Oeste. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº "

"

Conservación Regular.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 23-IX-91 Invest: MML

1. Número : 22 2. Sector : Estancia “La Viborilla”. 3. Tramo : Terraplén 21 – 23 hasta terraplén 25. 4. Ubicación : Pasa como a 30m al este de la estancia “La Viborilla”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno llano inundable. b) Rumbos : 225º Sur Oeste. c) Distancia : Terraplén 21 a terraplén 23 400m. Terraplén 23 – 25 350m.. d) Alturas : 1m. e) Naturaleza del terreno : Terreno llano inundable aledaño al arroyo Mausa. f) Tipo de Vegetación : Arbustos altos, árboles y pasto raso. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería - Agricultura.

8. Características. a) Longitud : 750m. b) Ancho : 5.50m c) Cunetas-canales : E. 2m W. 2.m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplenes 21 – 23 – 25 Arroyos Maturavaca y Mausa. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 24 "

25 "

Conservación Regular.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 23-IX-91 Invest: MML

1. Número : 23 2. Sector : Estancia “La Viborilla”. 3. Tramo : A. Mausa Terraplén 22 – 24 – continúa cruzando el arroyo Maturavaca. 4. Ubicación : Pasa a 200m al sur oeste de la estancia “La Viborilla”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén pequeño. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno llano cóncavo con agua en época seca. b) Rumbos : 44º Nor Este. c) Distancia : Terraplén 22 – Arroyo mausa 20m; Terraplén 22 – 24 410m; Terraplén 22

A. Maturavaca 230m; A. Maturavaca al oeste 300m. d) Alturas : 30cm. e) Naturaleza del terreno : Terreno llano cóncavo de mayor inundación. f) Tipo de Vegetación : Pastos de curichi. g) Geología : Sedimentación de arcillas y sedimentos. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 1000m. b) Ancho : 2.00m aprox. c) Cunetas-canales : Existe mucho sedimento en esta región. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplenes 22 – 24 – Arroyos Mausa y Maturavaca. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 27 "

Conservación

Mala.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 2-X-91 Invest: MML

1. Número : 23’ 2. Sector : Nor este de la Estancia Mausa. 3. Tramo : Isla de Bosque Mausa, terraplén 25 (unión). 4. Ubicación : Se encuentra al sur este d el terraplén 25. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno bajo. b) Rumbos : 45º Nor Este. c) Distancia : 500m entre el bosque y la unión con el terraplén 25. d) Alturas : 1m. e) Naturaleza del terreno : Terreno bajo inundable. f) Tipo de Vegetación : Pastos altos, patujú en los curichales. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería. (Antiguo portero).

8. Características. a) Longitud : 500m. b) Ancho : 6.00m c) Cunetas-canales : SW. 6m NE. 6m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 25, Isla Mausa. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 18 "

20 "

Conservación Regular.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 23-IX-91 Invest: MML

1. Número : 24 2. Sector : Estancia “La Viborilla”. 3. Tramo : Terraplén 23 a terraplén 25. 4. Ubicación : 300m al Nor Oeste de la estancia “La Viborilla”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén medio (grande destruido). 7. Descripción :

a) Topografía : Sector llano inundable por desborde de la laguna Isireri. b) Rumbos : 20º Nor Este. c) Distancia : 520m de terraplén 23 a 25. d) Alturas : 40cm. e) Naturaleza del terreno : Terreno de curichal bajo. f) Tipo de Vegetación : Pastos altos, arbustos y árboles. g) Geología : Sedimentación de arcillas y sedimentos. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 520m. b) Ancho : 3.50m c) Cunetas-canales : N. 1.50m S. 1m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 25 - 23. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 28 "

20 "

Conservación Regular.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 23-IX-91 Invest: MML

1. Número : 25 2. Sector : Estancia “La Viborilla”. 3. Tramo : Arroyo Mausa-Arroyo Maturavaca 1320m; A. Maturavaca-Bosque Oeste 520m. 4. Ubicación : Pasa a 100m al Nor Este de la estancia “La Viborilla”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén ancho y alto. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno llano adyacente a laguna Isireri. b) Rumbos : 10º Nor Oeste. c) Distancia : A. Mausa – A. Maturavaca 1320m desvio 1º al oeste desde el A.

Maturavaca hasta el bosque 520m. d) Alturas : 40cm. e) Naturaleza del terreno : Terreno inundable en su mayor parte por desborde de la

laguna Isireri. f) Tipo de Vegetación : De pampa algunos árboles sobre el terraplén y de curichi. g) Geología : Sedimentos y arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería en época seca.

8. Características. a) Longitud : En la estancia la Viborilla 1840m. b) Ancho : 5.00m c) Cunetas-canales : W. 4m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplenes 23 – 24. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 33 "

Conservación

Mala.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 2-X-91 Invest: MML

1. Número : 25’ 2. Sector : Estancia “Mausa”. 3. Tramo : Isla Mausa, unión terraplén 23. 4. Ubicación : Nor Este de la “Estancia Mausa”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector llano cercano a una depreciación de la laguna. b) Rumbos : 14º Nor Oeste. c) Distancia : 600m desde el bosque hasta la unión con el terraplén 23 d) Alturas : 1m. e) Naturaleza del terreno : Terreno bajo inundable. f) Tipo de Vegetación : Pastos altos, patajú en curichales. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería. (potrero abandonado).

8. Características. a) Longitud : 600m. b) Ancho : 7.00m c) Cunetas-canales : SW. 6m NE. 6m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplenes 23 y sector de unión. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 16 "

17 "

Conservación Buena.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 23-IX-91 Invest: MML

1. Número : 26 2. Sector : Estancia “La Viborilla”. 3. Tramo : 4. Ubicación : 100m al este de la estancia La Viborilla. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén ancho y alto. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno elevado de la rivera del A. Mausa. b) Rumbos : 40º Nor Este. c) Distancia : 100m siguiendo el A. Mausa hasta el terraplén 25 y otros 110m

continuando después. d) Alturas : 1m. e) Naturaleza del terreno : Terreno elevado de rivera. f) Tipo de Vegetación : Bosque de galería. g) Geología : Sedimentos de arroyo. h) Uso de la tierra :

8. Características. a) Longitud : 200m. b) Ancho : 4.00m c) Cunetas-canales : d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 25. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 31 "

Conservación

Mala.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 24-IX-91 Invest: MML

1. Número : 27 2. Sector : Estancia “La Media Vuelta”. 3. Tramo : Orillas del Matire, curichi de desborde de la laguna Mausa. 4. Ubicación : Sur Oeste de la estancia “La Media Vuelta”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector de bosque de galería. b) Rumbos : 170º Sur Este. c) Distancia : 500m desde el arroyo hasta el sector inundable. d) Alturas : 2m. e) Naturaleza del terreno : Llano con elevación en el sector de bosque. f) Tipo de Vegetación : Pasto alto de chaqueo y bosque. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 300m. b) Ancho : 6.00m c) Cunetas-canales : Este: 3m. Oeste: 4m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector de chaqueo cerca de la estancia. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 31. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6835. 13. Fotografías.

Rollo Nº 3 Slides b/n Foto Nº 36 "

Conservación

Buena.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 24-IX-91 Invest: MML

1. Número : 28 2. Sector : Nor este de la Estancia “La Media Vuelta”. 3. Tramo : Arroyo Matire, cruzando chacos hasta desborde de la laguna Mausa. 4. Ubicación : 100m al nor este de la estancia. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector de bosque de galería, de mayor altura que la pampa y llano en la pampa.

b) Rumbos : 150º Sur Este. c) Distancia : 700m desde el Matire hasta el sector de bosque. d) Alturas : 3m. e) Naturaleza del terreno : Chaco – bosque de galería y pampas. f) Tipo de Vegetación : Varios. g) Geología : Sedimentos orgánicos y arcillas. h) Uso de la tierra : Agricultura.

8. Características. a) Longitud : 800m. b) Ancho : 6.00m c) Cunetas-canales : Una hacia el nor este: 3m de ancho y 1m de profundidad. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector de chaqueo cercano a la estancia. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplenes 29-30. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6835. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 2 "

3 "

Conservación Buena.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 24-IX-91 Invest: MML

1. Número : 29 2. Sector : Nor este de la Estancia “La Media Vuelta”. 3. Tramo : Arroyo Matire, cruzando chacos, pampas desborde de la laguna Mausa. 4. Ubicación : 109m al nor este de la estancia (paralelo al terraplén 28). 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Chaco en bosque-bosque de galería y pampa. b) Rumbos : 150º Sur Este. c) Distancia : 700m desde el arroyo hasta el bosque cercano al curichi. d) Alturas : 3m. e) Naturaleza del terreno : Bosque de galería – curichis. f) Tipo de Vegetación : Bosque y pastizales. g) Geología : Sedimentos orgánicos y arcillas. h) Uso de la tierra : Agricultura.

8. Características. a) Longitud : 700m. b) Ancho : 6.00m c) Cunetas-canales : Entre los terraplenes 28-29, canal 3m de ancho y 1m de

profundidad. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Chaco cercano a la estancia. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 28. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834 - 6835. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 1 "

3 "

Conservación Buena.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 24-IX-91 Invest: MML

1. Número : 30 2. Sector : Sur este de la Estancia “La Media Vuelta”. 3. Tramo : Desde el terraplén 28 hasta el 27. 4. Ubicación : 30m al sur este de la estancia. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector llano donde comienzan las pampas. b) Rumbos : 240º Sur Oeste. c) Distancia : 200m de terraplén a terraplén. d) Alturas : 1m. e) Naturaleza del terreno : Terreno de pampa. f) Tipo de Vegetación : Pasto de chaqueo y rasante. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 200m. b) Ancho : 6.00m c) Cunetas-canales : -.- d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Se efectuó un recorrido por todo el terraplén. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Camellones terraplén 31, terraplenes 27-28. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6835. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 4 "

Conservación

Mala.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 24-IX-91 Invest: MML

1. Número : 31 2. Sector : Sur este de la Estancia “La Media Vuelta”. 3. Tramo : Estancia “La Media Vuelta” – terraplén 30. 4. Ubicación : Entre la estancia y el terraplén 30. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector llano en declive hacia las pampas. b) Rumbos : 150º Sur Este. c) Distancia : Cubre 200m de la estancia al terraplén. d) Alturas : 60cm. e) Naturaleza del terreno : Llano erosionado. f) Tipo de Vegetación : Pastos y arbustos pequeños. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 200m. b) Ancho : 5.00m c) Cunetas-canales : Nor este: 1m; Sur oeste 2m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Se recorrió todo el terraplén. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Camellones y terraplén 30. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6835. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 6 "

7 "

Conservación Mala.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 25-IX-91 Invest: MML

1. Número : 32 2. Sector : Atravesando la Estancia “La Lágrima”. 3. Tramo : De bosque a bosque atravesando una gran planicie de pampa. 4. Ubicación : En plena estancia. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector llano con elevación en los bosques. b) Rumbos : 245º Sur Oeste. c) Distancia : 520m entre bosque y bosque. d) Alturas : 40cm. e) Naturaleza del terreno : Terreno de pampa. f) Tipo de Vegetación : Pastos rasos y arbustos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería y hábitat humano.

8. Características. a) Longitud : 520m. b) Ancho : 6.00m c) Cunetas-canales : Ambos canales miden 1m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Entre la estancia y el camino de acceso. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 33. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6835 y 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 9 "

Conservación

Mala.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 25-IX-91 Invest: MML

1. Número : 33 2. Sector : Sur Oeste de la Estancia “La Lágrima”. 3. Tramo : Terraplén 22 - bosque hacia el sur este. 4. Ubicación : Estancia “La Lágrima” sector de ingreso. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno llano. b) Rumbos : 180º Sur. c) Distancia : Más de 20m desde el terraplén 32 hasta el bosque. d) Alturas : 50cm. e) Naturaleza del terreno : Terreno llano - boscoso. f) Tipo de Vegetación : Pastos, rasos y bosque. g) Geología : Sedimentación de arcilla y orgánicos. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 25m. b) Ancho : 7.00m c) Cunetas-canales : Nor este 1m. Sur este 1m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector al camino de ingreso. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 32. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6835 y 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 10 "

Conservación

Buena a regular.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 2-X-91 Invest: MML

1. Número : 34 2. Sector : Oeste de la Estancia “Mausa”. 3. Tramo : Posiblemente desde el arroyo Comoivaca hasta la laguna Isireri. 4. Ubicación : 100m al Nor este de la estancia. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector llano. b) Rumbos : 70º Nor Este. c) Distancia : Más de 1500m desde la estancia Mausa hasta la laguna Isireri. d) Alturas : 70cm. e) Naturaleza del terreno : Sector de pampas llanas. f) Tipo de Vegetación : Pasto, arbustos espinosos y árboles. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 1700m. b) Ancho : 57.00m c) Cunetas-canales : Nor este 31m. Sur este 31m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector descubierto cerca de la estancia. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 35. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6929. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 21 "

Conservación

Regular a mala.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 2-X-91 Invest: MML

1. Número : 35 2. Sector : Nor Oeste de la Estancia “Mausa”. 3. Tramo : Estancia Mausa – Terraplén 34. 4. Ubicación : Sale de una esquina posterior de la estancia en línea recta al terraplén 34. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén mediano. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno llano. b) Rumbos : 305º Nor Oeste. c) Distancia : 100m de la estancia al terraplén 34. d) Alturas : 40cm. e) Naturaleza del terreno : Sector de arbustos espinosos, llano. f) Tipo de Vegetación : Sector de arbustos espinosos. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 100m. b) Ancho : 2.50m c) Cunetas-canales : -.- d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector cercano a la estancia se recorrió todo el terraplén. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplén 35 y canales 1-2. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6829 y 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 22 "

Conservación

Regular.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 3-X-91 Invest: MML

1. Número : 36 2. Sector : Sur Este de la Estancia “Mausa”. 3. Tramo : Cubre un espacio lineal entre el meandro del Comoivaca y la carretera. 4. Ubicación : Orillas inundables del arroyo Mausa. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén mediano. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector llano con declive hacia la laguna. b) Rumbos : 7º Norte. c) Distancia : 1400m. d) Alturas : 25cm. e) Naturaleza del terreno : Llano. f) Tipo de Vegetación : Pastizales de tamaño medio y alto. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 1400m. b) Ancho : 3.00m c) Cunetas-canales : Oeste 2m. Este 1m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados :-.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Canales 1-2 y 3. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 26 "

Conservación

Mala.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 3-X-91 Invest: MML

1. Número : 37 2. Sector : Sur Este de la Estancia “Mausa”. 3. Tramo : Sale del meandro del Comoivaca y continua hasta la carretera. 4. Ubicación : En un amplio curichi al sur oeste del arroyo Comoivaca. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén mediano. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno llano, elevado en el sector del arroyo. b) Rumbos : 85º SE. c) Distancia : 1300m. d) Alturas : 50cm. e) Naturaleza del terreno : Bosque y terreno llano inundable. f) Tipo de Vegetación : De bosque y curichal. g) Geología : Sedimentación de arcillas. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 1300m. b) Ancho : 3.00m c) Cunetas-canales : -.- d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados :-.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Canales 4 y 5. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 31 "

Conservación Regular a mala.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 3-X-91 Invest: MML

1. Número : 38 2. Sector : Sur de la Estancia “Mausa”. 3. Tramo : Uno de los extremos del meandro del arroyo Comoivaca cercano a la carretera. 4. Ubicación : 200m al Sur este de la estancia “Mausa”. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno elevado en relación a la ribera del Comoivaca. b) Rumbos : 20º NE. c) Distancia : 700m. d) Alturas : 40cm. e) Naturaleza del terreno : Terreno elevado con arboledas. f) Tipo de Vegetación : Árboles espinosos y pastos altos. g) Geología : Sedimentación de arcilla y orgánicos. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 700m. b) Ancho : 4.00m c) Cunetas-canales : Este 3m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados :-.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Canal 4. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6834. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 32 "

Conservación

Regular.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 5-X-91 Invest: MML

1. Número : 39 2. Sector : Estancia del Español. 3. Tramo : ? (Desconocido). 4. Ubicación : Se encuentra a un lado del viejo camino a San Borja, en el bosque. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno con montículos. b) Rumbos : 125º SE. c) Distancia : Desconocida. d) Alturas : 3m. e) Naturaleza del terreno : Bosque alto. f) Tipo de Vegetación : Árboles altos. g) Geología : Sedimentación orgánica. h) Uso de la tierra : Estancia.

8. Características. a) Longitud : Desconocida. b) Ancho : 6.00m c) Cunetas-canales : Este 2.50m. Oeste 2.50m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados :-.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6830. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 33 "

Conservación

Buena.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 5-X-91 Invest: MML

1. Número : 40 2. Sector : Cruce de caminos de San Ignacio a Cochabamba y a La Paz. 3. Tramo : ? (Desconocido). 4. Ubicación : A un lado de la carretera, como a 100m del cruce (al Sur este). 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector de bosque alto. b) Rumbos : 30º NE. c) Distancia : Desconocida. d) Alturas : 2m. e) Naturaleza del terreno : Boscoso. f) Tipo de Vegetación : Árboles altos. g) Geología : Sedimentos orgánicos. h) Uso de la tierra : Abandonada.

8. Características. a) Longitud : b) Ancho : 4.00m c) Cunetas-canales : d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6830. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 35 "

Conservación

Regular.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 6-X-91 Invest: MML

1. Número : 41 2. Sector : Nor Oeste de la Estancia del Sr. Sabala. 3. Tramo : Bordea el extremo de bosque de la estancia hacia la laguna Isireri. 4. Ubicación : Extremo Nor Oeste de la estancia. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector de división entre bosque y curichales. b) Rumbos : 35º NE. c) Distancia : No determinada. d) Alturas : 1.50m. e) Naturaleza del terreno : Pampas inundables. f) Tipo de Vegetación : Pastizales y árboles sobre el terraplén. g) Geología : Sedimentos orgánicos. h) Uso de la tierra : Ganadería - Agricultura.

8. Características. a) Longitud : Indeterminada. b) Ancho : 6.00m c) Cunetas-canales : Norte 6m. Sur 5m. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : Sector chaqueado o aledaño a la laguna. 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Canal 6 y campo de camellones. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6828. 13. Fotografías.

Rollo Nº 4 Slides b/n Foto Nº 38 "

39 " 40 "

Conservación

Buena.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 6-X-91 Invest: MML

1. Número : 42 2. Sector : Planicie inundable cercana al curichi de la laguna Isireri. 3. Tramo : Desconocido. 4. Ubicación : Sector Norte de la estancia. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Terreno llano, con declive hacia la laguna. b) Rumbos : 355º NW. c) Distancia : 150m en medio de la pampa. d) Alturas : 60cm. e) Naturaleza del terreno : Pampa seca en esta época. f) Tipo de Vegetación : Pasto raso de chaqueo. g) Geología : Formación de humus. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : b) Ancho : 1.50m c) Cunetas-canales : Canales de 3m a cada lado. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplenes 41 y 43. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6828. 13. Fotografías.

Rollo Nº 5 Slides b/n Foto Nº 7 "

Conservación

Buena.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 6-X-91 Invest: MML

1. Número : 43 2. Sector : Nor Este de la Estancia del Sr. Sabala. 3. Tramo : Estancia sector de curichis hacia el nor este. 4. Ubicación : Pasa sobre la estancia y continua hacia el curichi en medio de la pampa. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Sale de un sector alto de bosque y continua en llano. b) Rumbos : 30º NE. c) Distancia : 200m.. d) Alturas : 40cm. e) Naturaleza del terreno : Llano con montículos. f) Tipo de Vegetación : Pasto raso y árboles dispersos. g) Geología : Pequeña capa de humus. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : b) Ancho : 7.00m c) Cunetas-canales : d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.- 11. Contextos asociados : Terraplenes 42. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6828. 13. Fotografías.

Rollo Nº 5 Slides b/n

Foto Nº 43 "

Conservación Regular.

Descripción de caminos y obras viales

Fecha: 6-X-91 Invest: MML

1. Número : 44 2. Sector : Sur Este de la Estancia del Sr. Sabala. 3. Tramo : Une dos sectores de bosque cruzando muy cerca de la estancia. 4. Ubicación : Pasa a 50m de la estancia cruzando el camino de ingreso. 5. Filiación : Prob. Moxeña. 6. Tipo : Terraplén grande. 7. Descripción :

a) Topografía : Sector llano. b) Rumbos : 90º NS. c) Distancia : 190m desde el bosque hasta casi la carretera. d) Alturas : 40cm. e) Naturaleza del terreno : Sector de desmonte. f) Tipo de Vegetación : Pasto bajo con árboles. g) Geología : Capa de humus. h) Uso de la tierra : Ganadería.

8. Características. a) Longitud : 150m b) Ancho : 6.00m c) Cunetas-canales : Canales de 1m a cada lado. d) Pendientes : -.-

9. Sitios y rasgos seleccionados : -.- 10. Implicaciones temporales-culturales : -.-

11. Contextos asociados : Terraplenes 43. 12. Fot. aérea, mapas-croquis : Nº 6828. 13. Fotografías.

Rollo Nº 5 Slides b/n Foto Nº 9 "

Conservación

Regular.

ANEXO 4

REGISTRO DE MATERIAL

Registro de Material Arqueológico

Nº Nombre del Sitio-topónimo

Nº Bolsas Contenido Nivel

1 Est. “La Víbora” 1 Cerámica Superficie

2 Corte del camino. Sector A. Materire

1 Cerámica Superficie

3 Isla Grande “A” 1 Cerámica Superficie

4 Est. “Media Vuelta” 1 Cerámica Concha

Superficie

-50 cm

4.1 Est. “Media Vuelta” 1 Cerámica Excavación

-20 –70cm

5 Est. “Mausa” 1 Cerámica Superficie

6 Laguna Isireri 1 Cerámica -60 cm

7 Terraplén Laguna Isireri

1 Cerámica Superficie

Cam. “G” Chaco de las Est. “La Estrella”

1 Cerámica -80 cm

Ent. Est. “Asunta” 1 Cerámica -60 cm

Hacha de piedra

Sin procedencia

1 Lítico Superficie

ANEXO 5

FOTOGRAFÍAS

Registro Fotográfico

Prospección Arqueológica de San Ignacio de Moxos

Moxos. Sept-Oct de 1991 (Slides)

Rollo Nº 1

1) Vista sobre la forma de pasar los rasgos arqueológicos de la fotografía aérea al papel celofán.

2) Ibíd. (Agosto de 1991). 3) Detalle de sectores de camellones y terraplenes calcados en celofán. 4) Ibid. 5) Detalle de fotografía aérea ampliada, (6834) sector de la Estancia “La Media Vuelta” y

“La Estrella” (Agosto de 1991). 6) Detalle de fotografía aérea ampliada, (6834) terraplenes de las estancias “La Víbora” y

“La Lágrima” (Agosto de 1991). 7) San Ignacio de Moxos, alojamiento en la Sub Central de Cabildos (Casa de las Abadesas)

(9-IX-91). 8) Ingreso de terraplén Nº 1 al bosque, vista S. (12-IX-91). 9) Ibíd. 10) Terraplén Nº 1 vista al camino carretero San Ignacio – San Borja (12-IX-91).

Registro Fotográfico

Prospección Arqueológica de San Ignacio de Moxos

Moxos. Sept-Oct de 1991 (Slides)

Rollo Nº 2

1) Camellones “a” y terraplén Nº 1 vista W (12 -X-91) 2) Terraplén Nº 2 con su canal, vista SW (12 -X-91) 3) Atardecer con humo de chaqueo, Est. “La Víbora” (13-XI-91) 4) Terraplenes 3 y 4 vista SW (13-XI-91) 5) Terraplén 4 vista SW (13-XI-91) 6) Terraplén 3 vista SW (13-XI-91) 7) Terraplén 5 vista SW (13-XI-91) 8) Terraplenes en el bosque, vista S (13-XI-91). 9) Ibíd. 10) Terraplenes en el bosque vistos de perfil (13-XI-91). 11) Cocha, vista S. (13-XI-91) 12) Cocha, vista S. (13-XI-91) 13) Canales, vista S. (13-XI-91) 14) Terraplén 7, vista E (13-XI-91) 15) Camellones de cocha, vista S (13-XI-91) 16) Cocha vista Gral. S. (13-XI-91) 17) Vivienda en la Estancia “La Víbora” (14-XI-91) 18) Detalle del campamento (14-XI-91) 19) Camellones “d”, vista E (14-XI-91) 20) Camellones “e”, vista S (14-XI-91) 21) René Vargas en camellones “e” (14-XI-91) 22) Marcos Michel en camellones “e” (14-XI-91) 23) Camellones “e”, vista S (14-XI-91) 24) Camellones “e” vista S (14-XI-91) 25) Terraplén Nº 8 (14-XI-91) 26) Terraplén Nº 9, vista W (14-XI-91) 27) Unión terraplenes 10 y 8, vista S (14-XI-91) 28) Laguna Mausa (14-XI-91) 29) En el bosque, estancia “La Víbora” (15-XI-91)

30) En el bosque, estancia “La Víbora” (15-XI-91) 31) Intersección del terraplén 11 con isla de bosque (15-XI-91) 32) Pampa atravesada por el terraplén 11 (15-XI-91) 33) Sector alto de la Estancia “La Víbora” (15-XI-91) 34) Estancia “La Víbora” (15-XI-91) 35) Camellones a la entrada de la Estancia “La Estrella” (15-XI-91) 36) Camellones, sector de chaco de la estancia “La Estrella” vista SW (15-XI-91) 37) Ibíd. 38) Camellones, vista de perfil (15-XI-91).

Registro Fotográfico

Prospección Arqueológica de San Ignacio de Moxos

Moxos. Sept-Oct de 1991 (Slides)

Rollo Nº 3

1) Camellones grandes, vista SW, “La Estrella” (16-IX-91) 2) Camellones grandes, vista SW, “La Estrella” (16-IX-91) 3) Sitio Nº 2, vista W (2-IX-91) 4) Canal artificial, Estancia “La Víbora”, vista SE (16-IX-91) 5) Terraplén Nº 15, vista SE (20-IX-91) 6) Unión terraplenes Nos. 16 y 16’, vista SE (20-IX-91) 7) Terraplén 16 vista SE (20-IX-91) 8) Terraplén 12 (20-IX-91) 9) Terraplenes Nos. 12 y 12’ (20-IX-91) 10) Terraplén Nº 14 , vista S (20-IX-91) 11) Dique formado por los terraplenes 8-9, vista S (21-IX-91) 12) Dique formado por los terraplenes 8-9-10, vista S (21-IX-91) 13) Terraplén Nº 10, vista W (21-IX-91) 14) Terraplén Nº 10, vista E (21-IX-91) 15) Arroyo Mausa, vista S (21-IX-91) 16) Terraplén Nº 17, vista SE (21-IX-91). Entrada a “La Víbora” extremo W. 17) Terraplén 19, vista SE (21-IX-91) 18) Terraplén 18, vista SW (21-IX-91) 19) Terraplén 20, vista E (21-IX-91) 20) Terraplén 8’, vista SW hacia la isla (21-IX-91) 21) Pampa entre los terraplenes 8’ y 9’, vista SE (21-IX-91) 22) Terraplén 9’, vista E (21-IX-91) 23) Unión entre los terraplenes 21-22, vista W (23-IX-91) 24) Terraplén 22, vista NW (23-IX-91) 25) Terraplén 22, detalle NW (23-IX-91) 26) Terraplén 21, detalle SE (no salió) 27) Terraplén 23, vista S (23-IX-91)

28) Terraplén 24, vista S (23-IX-91) 29) Terraplén y camellones “n” (23-IX-91). Est. “La Viborilla” 30) Detalle camellones-terraplenes (23-IX-91) 31) Terraplén 26, vista W (23-IX-91) 32) Terraplén 26’, vista W (23-IX-91) 33) Terraplén 25, vista SE (31-IX-91) 34) Camellones (23-IX-91). Est. La Viborilla 35) Canal Seco del A. Maturavaca (24-IX-91) 36) Terraplén 27, vista SE 37) Pozo de excavación de los peones, est. “La Media Vuelta” (24-IX-91) 38) Ibíd. Detalle (24-IX-91) 39) Est. “La Media Vuelta” (24-IX-91) 40) Ibíd.

Registro Fotográfico

Prospección Arqueológica de San Ignacio de Moxos

Moxos. Sept-Oct de 1991 (Slides)

Rollo Nº 4

1) Terraplén Nº 29 visto el terraplén 28 (25-IX-91) 2) Terraplén Nº 28, fotografía desde el canal, vista SE (25-IX-91) 3) Terraplenes 28-29, fotografiados desde el canal, vista SE (25-IX-91) 4) Terraplén 30, vista N (25-IX-91) 5) Continuación del terraplén 27 en el monte, vista S (25-IX-91) 6) Terraplén 31, vista NW (25-IX-91) 7) Ganado pisando sector de camellones, “Media Vuelta” (25-IX-91) 8) Terraplén Nº 1, vista SW (25-IX-91) 9) Terraplén Nº 32, vista SW (25-IX-91) 10) Terraplén Nº 33, vista SW (25-IX-91) 11) Sitio Nº3, Isla Grande “A” (25-IX-91) 12) Sitio Nº 5, estancia Mausa (25-IX-91) 13) Laguna Mausa, vista E (25-IX-91) 14) Curichi de laguna Mausa, vista E (25-IX-91) 15) Estancia “La víbora”, sector del letrero (26-IX-91) 16) Terraplén 25, sector N (2-X-91) 17) Terraplén 25, sector S (2-X-91) 18) Terraplén 23, (2-X-91) 19) Pajonal. 20) Terraplén 23 unión con 25 (2-X-91) 21) Terraplén 34 (2-X-91) 22) Terraplén 35, vista NW (2-X-91) 23) Arroyo Comoivaca, vista SE (3-X-91)

24) Canal 1, vista SE (3-X-91) 25) Canal 2, vista SW (3-X-91) 26) Terraplén 35, vista NW (3-X-91) 27) Pampa, vista W (3-X-91) 28) Terraplén 36, vista NE (3-X-91) 29) Canal 4, vista S (3-X-91) 30) Canal 5, vista S (3-X-91) 31) Terraplén 37, vista SE (3-X-91) 32) Terraplén 38, vista NE (3-X-91) 33) Terraplén 39, vista SE (5-X-91) 34) Antiguo cruce de caminos, vista SE (5-X-91) 35) Terraplén 40, vista E (5-X-91) 36) Sitio “circunvalación”, vista SW (6-X-91) 37) Ibíd., parte alta 38) Terraplén 41, vista SW (6-X-91) 39) Camellón vista W – terraplén 41 (6-X-91) 40) Ibíd.

Registro Fotográfico

Prospección Arqueológica de San Ignacio de Moxos

Moxos. Sept-Oct de 1991 (Slides)

Rollo Nº 5

1) Canal Grande, vista N (6-X-91) 2) Ibíd. 3) Sector a, vista W (chaqueo-terraplén) (6-X-91) 4) Sector b, vista W (terraplén-pampa) (6-X-91) 5) Sector b, vista W (pampa) (6-X-91) 6) Sector c, vista W (chaqueo-terraplén 41) (6-X-91) 7) Terraplén 42, vista N (6-X-91) 8) Terraplén 43, vista N (6-X-91) 9) Terraplén 44, vista W, estancia de Don Manuel Sabala (6-X-91) 10) Estancia del Sr. Tito Abularach, vista S (6-X-91) 11) Est. “La Media Vuelta”, ubicación de la cuadrilla de excavación (7-X-91) 12) Cuadrilla de excavación, nivel de superficie (7-X-91) 13) Esquina SE, lente de ceniza (7-X-91) 14) Ibíd. 15) Excavando (8-X-91) 16) Nivel estéril (9-X-91) 17) Ibíd. 18) Perfil SW de excavación (9-X-91) 19) Ibíd.

20) Pampa entre laguna Isireri y bosque (10-X-91) 21) Sitio entre laguna Isireri y bosque (10-X-91) 22) Sitio terraplén de Laguna Isireri (7) vista W (10-X-91) 23) Fot. Aérea bajo de A. Maturavaca (11-X-91) 24) Fot. Aérea sector bajo A. Maturavaca, terraplén (11-X-91) 25) Fot. Aérea, estancia “La Víbora” (cocha) (11-X-91) 26) Est. “La Víbora”, fot. aérea sector SW (11-X-91) 27) Est. “La Víbora” fot. aérea gral. (11-X-91) 28) Fot. aérea est. “La Media Vuelta” (11-X-91) 29) Fot. estancia “La Media Vuelta”, sector S (11-X-91) 30) Est. “La Media Vuelta”, fot. aérea (11-X-91) 31) Sector Alto A. Matire (11-X-91) 32) –38) Fotos sector S.A. Matire (11-X-91)

ANEXO 6

MAPAS Y CROQUIS

ANEXO 7

FOTOGRAFIAS

ANEXO 8

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