Autonomía: dos concepciones éticas · juego es la decisión sobre el bien y el mal. El hombre...

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Autonomía: dos concepciones éticas Julio DE LA VI±GÁ-VlxzAs RAMiREZ Autonomía significa capacidad de otorgarse la ley a uno mismo; aten- diendo a su etimología (de “autós” —uno mismo— y “nomos”, ley), consiste en tener la ley en uno mismo, o, más precisamente aún, ser uno mismo su ley. En el discurso ético, el término aparece con Kant, pero la noción y la proble- mática que se quieren significar con él es mucho más antigua. Ya aparece nada menos que en los capítulos segundo y tercero del Génesis. En ellos se narra que en el paraíso la primera pareja humana recibió un mandato de Dios “Puedes comer de todos los árboles del jardín; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás en modo alguno, porque el día en que comieres, ciertamente morirás” 1. Pero sufrieron una tentación, con el argumento de que “l)ios sabe que en el momento en que comáis se abrirán vuestros ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal’~2, y cayeron en ella. Prescindiendo del decorado, no es dificil entender que lo que aquí está en juego es la decisión sobre el bien y el mal. El hombre reclama para sí el esta- blecer --según su ciencia, eso sí— qué está bien y qué está mal, lo que en el relato se había reservado Dios para mismo. Quiere por tanto ser cl origen de la ley por la que debe regir sus actos: en una palabra, quiere ser autóno- mo. Como puede verse tanto por el tiempo en que se escribió el relato como 1 Gen2. 16-17. 2 (ien 3, 5, RevktnL 14/oí-nfia. 3’érxca. vn!. Xiii (?~iN atan. 23, Vg~ i95-2i2. 5erv&~o de kkiie ‘¡úne~, Umvei*ídrni Complutense MSLJItI

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Autonomía: dosconcepcioneséticas

Julio DE LA VI±GÁ-VlxzAsRAMiREZ

Autonomía significa capacidadde otorgarsela ley a uno mismo; aten-diendoa suetimología(de “autós”—uno mismo—y “nomos”, ley), consisteentenerla ley en uno mismo,o, másprecisamenteaún, seruno mismo su ley.En el discursoético, el términoaparececon Kant,perolanocióny laproble-mática que se quierensignificar con él es muchomás antigua.Ya aparecenadamenosque en los capítulossegundoy tercerodel Génesis.En ellossenarraqueen el paraísolaprimeraparejahumanarecibió un mandatode Dios“Puedescomerdetodoslosárbolesdeljardín;masdel árbol de lacienciadelbieny del mal no comerásen modo alguno,porqueel día en quecomieres,ciertamentemorirás”1. Perosufrieronunatentación,conel argumentode que“l)ios sabequeen el momentoenquecomáisse abriránvuestrosojos y seréiscomo dioses, conocedoresdel bien y del mal’~2, y cayeron en ella.

Prescindiendodel decorado,no es dificil entenderque lo queaquí está enjuego es la decisiónsobreel bien y el mal. El hombrereclamaparasí el esta-blecer --segúnsu ciencia,esosí— qué estábien y qué está mal, lo queen elrelato se habíareservadoDios paraSí mismo. Quierepor tanto sercl origende la ley por laque deberegir sus actos:en una palabra,quiere serautóno-mo.Comopuedeversetanto por el tiempo en que se escribióel relato como

1 Gen2.16-17.2 (ien 3, 5,

RevktnL 14/oí-nfia. 3’érxca.vn!. Xiii (?~iN atan. 23,Vg~ i95-2i2. 5erv&~o de kkiie ‘¡úne~,Umvei*ídrni Complutense MSLJItI

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másaúnpor el tiempo alquese refiere,lacuestiónes vieja. Y es crucial.Nose trata de tal o cual obligaciónmoral, sino del origen mismo de la obliga-ción.

La réplica de Kant

Kant abordala cuestiónen suobra Fundamentaciónde la metafisicadelas costumbres,publicadaen 1785.Tienela clarividenciade comprenderqueaquí radicael fundamentomismode la ética. Parapoderafirmar la existen-cia misma de una ciencia sobreel “deber ser”, debeexistir un “deber ser”,unas pautasde comportamientoobligatorias: debehabernormas.¿Pero dedóndeproceden?Y aquí,la reflexióninicial de Kant difiere del planteamien-to del texto del Génesiscitadoen terminología,perono en contenido:o pro-cededel hombremismo, o procede“de fuera”, “de otro” —incluido “el Otro”,Dios—: o autonomia,o heteronomia.Eligió la primera

Planteadala disyuntivaen términosabsolutos,sostenerla autonomíasig-nificabaprescindirde Dios en laética. Suscontemporáneosde Kónigsbergasí lo entendieron,y se empezóadifundir la acusaciónde ateísmocontraelfilósofo. Él, sin embargo,eraun ferviente luterano,y quisorechazarla acu-sación,a la vez que buscabaencontrarcomo fueraun lugar dondecupieraDios dentro de su sistema.Lo encontrócomo “postulado” de la llamada“razón práctica”, y se apresuróa publicar una versión ampliada de laFundamentaciónqueincluyeraestehallazgo:la crítica de la razónpráctica,

quevio la luz en 1788. Dios aparecía,perosupapelen la éticaerade garan-te, no de fundamento.La autonomíaseguíaincólume.Y la razónde ello eraqueKant laveíacomounaexigenciaimprescindiblede la dignidad del hom-bre. “La autonomía—escribe--es,así pues,el fundamentode la dignidaddela naturalezahumanay de todanaturalezaracional”3.

La noción de dignidad y su importanciaen la antropologíaes algo queKant heredade la Ilustración. Pero,como es habitual en él, no se limita arecogerun concepto,sino quetambiénperfila su contenido.Y define la dig-nidad (Wúrde) como aquello que tieneun valor (Wert) intrínsecoy por ello

3 “Autonomie íst also der Orund der Wñrde der menseblichenund jederverníinftigenNatur”: Grundlegung zur Metaphysik der Sitien (Fundamentación de la metqfisica de las cas-tunl,res), Zweiter Abschnitt (sección2’), 436, 7, ed bílingúealemán-casteltanoa cargodcJ.C. MARDOMINGO, Ed. Ariel (Barcelona1996).

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incondicionado,frentealo quetiene un valorextrínseco—y, porestemotivo,relativo—, queen vez de dignidadtieneprecio. Lo digno vale por sí mismo,nuncaen relacióncon algoajeno.Y la personahumana,por serlo,es digna.No soncomparablesambosvalores,ni sepuedensituaren el mismo plano.Yasí --escribe—,“en toda la creación,todo lo que se quiere o sobrelo que setiene algún poderpuedeemplearsesolamentecomomedio; sólo el hombre,y conél todacriaturaracional,esfin ensí mismo”. La frasequesiguees muysignificativa, puesenlazadignidady autonomía:“Y así él es el sujeto de laley moral, quees santa,en virtud de laautonomíadesu libertad”4.ParaKant,condicionarel comportamientohumanoa cualquierfactor de la naturaleza,del modo quesea,suponeun atentadoaunadignidadquepordefinicióndebeserincondicionada.De ahí quela autonomíaseaunaexigenciaineludible dela moral.

El mismo Kant explicasu postura.“El hombreconsideradocomo parte

del sistemadc la naturalezaes un serde unaimportanciamediocre,tiene unvalorvulgar quecompartecon losotros animalesqueproduceel sol. Por otraparte, en la medidaen que se elevapor encimade ellos graciasa la inteli-genciaquele permiteproponersefines, adquiereun valor intrínsecode utili-

dad,que haceque desdeestepunto dc vistaseprefiera un hombrea otro; osea,queenlas relacionesde loshombresconsideradosdesdeelpuntode vistaanimal o como cosas,hay un precioanálogoal de unamercancía,peroporello inferior al valor del mediode cambiogeneral,eldinero,cuyo precio espor estarazónconsideradoeminente.Pero,consideradocomopersona,o seacomosujetode unarazón moral práctica,el hombreestámásalláde todopre-cio; ya que,bajo este punto de vista, no puedeser consideradocomomedioparalos fines de otro, ni siquieraparasuspropios fines,sino como un fin ensí mismo, puesposeeuna dignidad (un valor interior absoluto),por el queimponeun respetode supersonaa todaslas demáscriaturasracionales,y quelepermitemnedirsey estimarseen pie de igualdadcon cualquierade ellas”5.No puededejarde notarsequeestetexto, típicamentekantiano,seencuadra

en un contextodel dualismopropiode la tradición cartesiana.En Descartesse separan,en el hombre,la res extensade la res cogitans.y comola mismaterminologíaescogidaindica, se tratade unadistinciónde res et res: son dos

4 Crittk der praktischen Vernunji (Cúfica de la razón práctica), KónigslichePreussircheAkademiederWissenchaften(KPAW) (Bertin t963),tV, 156.

Kletaphysik der Sitien (Metafísica de las costumbres), KPAW, t. IX, II, 96-97.

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“cosas”distintas.En la éticakantianahaymaticespropios6,peroes indiscu-tible quelo quetienevalordepersonaes sólolo humanoseparadodel mundovisible. Y es lo único que tiene propiamenteuna dignidad; todo lo demástiene un precio.

Hay otropunto de graninterésen el texto citado.ParaKant, la “naturale-za” —llámese“naturaleza”,“lo natural”, “la creación”,”el mundo”, etc— esprecisamenteel mundo impersonal.No incluye lo personal.Y, como se des-prendede suspalabras,no tieneunadignidad.Quedapor lo tanto fuerade laesferaética propiamentedicha. Conceptoscomo “ley natural” tienenparaKant cabidadentrode lascienciasnaturales,perono de laética7.Así sepuedeentenderelpapelesencialquetienela nociónde autonomíadentrode susis-tema: se tratade unaautonomíaconrespectoa lanaturaleza.Laética, paraelfilósofo de Kónigsberg,exige que, en nombrede la dignidad de la personahumana,ésta no sujeteen última instancia su conductaa la naturaleza,sinoque obreconautonomíade ella.

En buscade un “término medio”

Es bastanteevidentequeen el sistemaético de Kantno tienecabidaDiosni comoprincipio ni comofin. Y ello es así apesarde la introducciónde Diosen laCrítica de la razónpráctica como“postulado”quegarantizala recom-pensadel obrar recto,y apesarde incluir aquí y allá palabrascomo “crea-

ción”, “santo”o “sagrado”.Estostérminosestánintroducidosdesdefueradelsistema,y Dios estámetido“con calzador” en éste: se abreun huecoparaElen unaposiciónmarginaly frágil dentrodel sistemaético. El mismoKant,enla Crítica dela razónpráctica, seencargadedisiparlas dudasal respecto.Lo

quepodríamosdenominar“teonomia”,queenlaéticakantianaconsistiríaen“deducir la moralidadde unavoluntaddivinaabsolutamenteperfecta?’,debeexeluirse,“no sólo porqueno tenemos,apesarde todo, la intuición de la per-fección de Dios, y que no podemosderivarla de nuestrosconceptos,de los

6 El principal es que la autoconcíencíaqueidentifíca al “yo” no consisteen percibirsecomo pensante—el cogito cartesiano—,sino precisamentecomo sujeto de una concienciamoral.

7 Refuerzaestaconsideraciónunanoción tomadadel áreade la “razón pura”: queelmundovisiblepertenecea la esferade lo “fenoménico”,dondeno sealcanzaaconocerlarea-lidad esencialde las cosas,mientrasque“lo personal”pertenecea lo “nouméníco”, puescorrespondea unaintuición inequívoca.

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queel principal es el delamoralidad,sinoporque,si no procedemosdel azar(parano exponernosalmayor círculoviciosoquese produciríaen efectoconesta explicación), el único conceptoque nos queda de la voluntad divina--despojadade los atributosdel amor,de lagloriay del dominio—, ligadoa lastremendasrepresentacionesdel podery de la cólera,estableceríanecesaria-mentelos fundamentosde un sistemade moral queseríajusto lo contrariodela moralidad”. La conclusión de todo esto es expuestacon claridad:

“Conclusión. La religión, como cienciade los deberesparacon Dios, estásituadamásalláde los límitesde lapura filosofia moral”8.

Poco importa aquíqueKant hubierasido un convencidocreyentecristia-no, ni intentaraveriguarhastaquépunto verdaderamentelo era. Lo que nosimporta no es la personade lmmanuel Kant, sino su sistema.Tampocoesrelevanteel queacotarael campode su discursoal terrenode la puraespe-culación filosófica, al discursopuramenteracional al margendel credoreli-

gioso, ya que lo que interesaaquí es si sobre el resultadode esediscursopuedeconstruirseuna morai. Puedeciertamenteobjetarseque su visión noestálibre de influenciasreligiosas,yaquela imagende Dios quepresentaesla del puritanismoprotestante,muy lejosde la del catolicismo.Pero no dejade seruna objecióna un aspectomás bien secundario.Lo verdaderamenteimportantees que, paraKant, la “teonomía”es en todocasoheteronomía.y,por ello, rechazable.Másaún,es la heteronomíamásradical, la que no dejaresquicioalgunoparala autonomía.Poresoafirmaqueel sistemaaquedaríalugar sería“justo lo contrariode la moralidad”.

Además,el dejarun espacioparaunamoral religiosao unareligión nor-mativa“más allá” de la éticaracionalno pasade serunabuenaintención.Nose tratatan sólo de que Kant no señaledónderadicaen el hombreesaacep-tación de la ley divina --en la razón, parecequeno es posible—, dejandoelasuntoen unaindeterminadaoscuridad.Lo queocurre es quesí se analizasupensamientose concluyequeesa ley divina no tiene cabida. Y es que unacosaes trascendery otra contradecirPorque,enel sistemakantiano,admitirla obedienciaa una ley divina tiene un precio: la dignidadhumana.No haypor tanto trascendencia:hay incompatibilidad.Si se aceptalaéticakantiana,no quedamásremedioquedar la razóna Nictzschecuandodice queel cris-tianismoes unamoralde esclavos.

8 (‘it., o. i80~l8l. Parecebastanteclaroquela propuestaétícamásgenuinade Kant eslacontenidaen la Mewfi.s-icade las costumbres.Textosposteriorescomoésteson aáadídosquesalenal pasode objecionesy problemassuscitados.

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En otro orden de cosas,hayotro importantereparoal sistemaético kan-tiano que merecela penadestacar,porquese repite en los sistemasmoralesderivadosdeél, y es su radicalindividualismo.Ya ensuépocase reprochóaKant queno habíamanerade encajarel imperativoéticode lapersonaconelde las demáspersonas.En el aspectoestudiadoaquí,estoes másclarotoda-vía: ¿cómose puedecompaginarla completaautonomíamoral con lade losdemás?Un primer intentode soluciónes sustraerel Derechode la esferadela moral. Kant, y despuésmuchos otros que le siguieron, lo hizo. Pero elresultadono es muyprometedor.Por unaparte,porquela normajurídicasinapoyomoral se convierteen arbitrariedaddel poder.Además,su pretensióndenormatividadquitaríaentodocasoladignidadalapersona.Y desdeluego,no sólo los kantianospensaríanqueefectivamentequita la dignidadal serhumanosi el Derechose reducea la voluntadnormativadel másfuerte.

De todasformas, desdeunaperspectivatanto racional como cristianatampocoes admisibleel otro extremoquerepresentala quepodríamosdeno-minar “teonomíaabsoluta”. Supondríanegaral hombretoda capacidaddeautorregulación,o declararlainmoral. Le quedaríaasí el papelde mero eje-cutor, sinquepudieradecirsequesóloseríaasí desdeelpunto de vistamoral.La ética9 abarcatodala conductahumanaen lo quetienede específicamen-te humana,y decirque moralmentedebelimitarse a ejecutarinstruccionessignificaque, aunquetengaunanaturalcapacidadde iniciativa,no debeejer-cerla. Si, a diferenciade Kant, se sostieneque la éticapersigueel bien delhombre,superfecciónmáximapormediodel obrar,resultaríaquela capaci-dadde obrarinteligentementequele concedesu naturalezaestaríacercenadapor la prohibiciónétieadeejercerla,y conellael fin mismodel hombreesta-ría, al menosenparte,truncado.A la vez, y por ello mismo, habríaunadiso-nanciafundamentalentre la antropologíay la ¿tica,con lo que ésta veríaseriamentecomprometidosu fundamentomismo.

Estasobjecionesno podrianobviarsecon [a distinciónentreautonomíaen un sentidomás amplio o más estricto.O sea,entreautonomíaentendidacomoámbitode actuación,y autonomíaentendidacomoautonormatividad.No tienesentidoafirmarel primersentidoy negara la vezel segundo.Si hayun legítimoámbito de actuación,ésteincluye necesariamenteel que su titu-larpuedamarcarsepautasde actuación,con lo que,lo pretendao no,creaunanormatividad.Lo contraríosupondríapensarque la libertad debeutilizarsesiguiendola espontaneidadaisladadel sujeto en cadaacto: lo contrariode

Los términos“mora!” y “ética” seutilizan aqui indistintamente.

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actuarracionalmente.La mismaracionalidadhumanaexige que ámbito deactuaciónracionaly normatividadseannocionescorrelativas.

En resumidascuentas,tambiéndesdeunaperspectivano kantiana,desdela que podríamosdenominarantropologíatradicional cristiana,habríaquevolver a dar la razóna Nietzschesi adoptamosunateonomíaabsoluta.Y es

que,pordefinición, un esclavoes quien se limita por sistemaaejecutarins-trucciones;voluntariamentequizás,perosin quesu racionalidadpropia tengaun papelquejugar en ello. De ahí que unareligiosidadentendidacomo laaplicaciónen cadamomentode unareglamentaciónqueespecifícaquése hade haceren concreto,es empobrecedorade la persona,independientementede quelo especificadoseamáso menosacertado.Sepodría decirconrazonquerestaríadignidad alhombre.

En todo caso,el cristianismocatólico,cuandoes genuino,no es así ni enla teoríani en la práctica.Anterior inclusoal texto citado anteriormente,elmismo Génesisafirmatres vecesen el capítulo 1 que,cuandoDios creó alhombre, le dio el mundo por dominioltí. Aquí se aludecon claridada unámbito de autonomía,y la misma idea se repetiráa lo largo de los librossagrados.En el NuevoTestamentola idea reaparececon un nuevo relieve.

CuandoJesucristodicea susdiscípulos“ya no os llamo siervos,puesel sier-vo no sabequéhacesu señor;yo os he llamadoamigos,porqueos manifesté

todaslas cosasqueoí de mi padre”11, hayun indudablesaltocualitativoconclarasrepercusionesenel tema aquíestudiado.El Antiguo Testamentoesta-ba muy centradoen laobedienciaa las leyespromulgadaspor Dios, muchasde ellasmuy pormenorizadas.En la nuevaley seofrececompartirlos planes

de Dios, lo quepostulaindudablementeun mayor despegode la letra recibi-da en supuestaen práctica--SanPablo no se cansade repetirlo—, con unanueva libertad,másamplia,y portanto un superiorámbitode autonomíaper-sonal.Quizásdondemás seponedemanifiestoesen laparábolade lostalen-tos12. Hay un don inicial, y un mandatoque resumelo que debehacerseentoda unavida: “negociad”. Es dificil concebir un mandatomásgenérico,yunamayorautonomíamanteniendounadependencia.

Hay queconcluir asíque,en términosde autonomía,no sirve ni un siste-ma basadoen lacompletaautonomía,ni unoquecontempleunatotal hetero-

<>CñX Gen1,26: “dominad”; 28: “sometedla tierra”, “dominad”.in 15, 15.

12 Mt 25, 14-30.

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nomía.La libertad humanareclamaun ámbito de autonomía;su condicióncreatural implica una dependencia,y por tanto una heteronomía.Se hacenecesariobuscarunaexplicaciónque combineambosaspectos,y queresulteequilibraday coherente.Y aquíradicael núcleo de la cuestión:enhallar noya la medidadeuna y otra, sino, sobretodo, el criterioque permitaestable-ceresamedida.O sea,establecerun sistemaético quecombineautonomíayheteronomíade formaquearmonice----y armonizaresalgo másqueadmitir—en el hombrelibertady dependencia.

Como respuestaa la cuestiónhan surgido principalmentedos sistemas,que se denominanautonomíateánomauno, y teonomíaparticipada el otro.

El primerose sitúaenel sistemaconceptualkantiano; el segundo,en la tra-dición tomista. El debatemoral actual secentraen la confrontaciónde estasdos teoriasy susdesarrollos.La IglesiaCatólicahadictaminadoa favor delsegundoen la recienteencíclica 14’ritatis splendor;másprecisamente,habría

quedecirqueha rechazadode planoelprimero, mientrasquehadeclaradoalsegundoplenamentecompatibleconsu doctrinamoral. Estatoma de posturano hacerradoel debatesobrela cuestión,sino másbienal contrario,ha pro-vocadounaintensificacióndel mismo.

Antes de examinarambossistemas,convieneaclararunacuestiónpreli-minar: ¿hablamosde filosofia o de teología?La respuestaes quede ambas.El núcleode lacuestiónes filosófico; la teologíalo asumey lo enriquececonaportacionesque en cierto modo lo completan,ya que, incorporandoele-mentoscomo la caídaoriginal y la gracia, permitenestudiarel problemadesdelo que podríamosllamar unaantropologíatotal. Esto, apartede apor-tacionesde otro tipo queincorporala teología,inclinaa afrontarel estudioenperspectivateológica.Otrarazónparaello es que,de hecho,el debatehasidoy siguesiendoentreteólogos,y en susescritosse encuentranlas máselabo-radasposturassobreel tema.

La herencia¡netodológica cartesiana

Lo másconocidode RenéDescarteses el célebrecogito,con el que daun giro subjetivistaa la filosofia. Pero su mayor influenciano viene de ahi:viene del método.Dehecho,es muchomásconocidoe influyentesu peque-ño Discurw del métodoque susvoluminosasMeditacionesinetafisicas. Eltema tratadoaquí no es una excepción.A la hora de dilucidar el ámbito de

autonomíaquecorrespondeal hombre, la soluciónpropuestapor los defen-

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soresde la autonomiateánornaviene muy determinadapor la metodologíacartesiana.

Descartesresumiósu métodoen sus regulw, las cuatroreglas.Nos inte-resanaquí sobretodo las dos primeras.En la primera se propone “no com-prenderen misjuicios nadamásquelo quese presentasetan claray distinta-mentea mi espíritu queno tuvieseningunaocasiónparadudarde ello”. Lasegundaconsisteen “dividir cadaunade las dificultadesquevoy a examinar

en tantaspartes como sea posible y necesariopara resolverlasmejor”.Pretendeasí abordarel objeto de suestudiodescomponiéndoloen partesquesean,entreotrascosas,distintasentresí. Seacual seael resultadode razonarde estemodo,unacosaes cierta: la realidadva a servistacomounaadiciónde elementosque son entresí parles extrapaí-íít~, dandolugar a un mundocuasigeométricoen el que toda distinción seráconsideradacomoentredos“cosas”queno puedencompartirnadamásqueun ordeno unacontigúidad.El másclaroejemploesel hombremismo:habidacuentade quesepuededis-tinguir en él almay cuerpo.Descarteslos contemplarácomo “la cosapen-sante” y “la cosaextensa”.Kant no comparteestaantropología,perosu ana-lítica utiliza la metodologíacartesiana.

Traslademosestasreglasde pensamientoa la noción de autonomíay teo-nomía.A la horade establecerel papelde autonomíay teonomia—o. sí se

quiere,deobedienciay libertad---, el resultadoseráquecadauna tieneámbi-

tos distintos y separados.O sea,que, dentro del comportamientohumano,unasáreasestánreguladasporla ley divina,y otrasdistintasdejadasa laauto-nomia humana.Como señalaun destacadoautor de estacorriente,en morall)ios y el hombreno puedenversecomo “concurrentesquecompitenen elmismoplano” 3. Puestosa establecercadauno de losdos ámbitos, la distin-

ción de “planos” no esdifícil de encontrar:la relacióncon Dios es lo teóno-mo,y la relaciónconel mundolo autónomo.Se obtieneasí en el primercasocl plano---o nivel-- trascendental,y en el segundoel mundano,o, por señalar-lo conterminologíakantiana,el plano o nivel categorial.

La visión generala que da lugar así la autonomíateónomaes la de unDios creadordel quedependefundamentalmenteel hombre,y frente al quetieneque responderorientandosu existenciahacia Él. Dios creóun mttndoparael hombre,dándoseloparaque organiceen él su vida autónomamente,como correspondea su condición de criaturaracional. La teonomía,comodependenciafundamentalde Dios, es el fundamentomismode laautonomía,

‘31< BOCKIIi, Fundameníalmoral Késel-Verlag(Municb 1977).p. 65.

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por seréstaun don de Dios. “La autonomíase refiere,por tanto,a aquellafundamentalposibilidad, dadaal hombrepor Dios creadory salvador, asícomo ala tareadel hombrede buscary encontrarparatodassusaccionesun

comportamientoquecorrespondaa suserespiritualy corporal”l4.La depen-denciadeDios reclamaunarespuestaqueconsisteenla llamada“opción fun-damental”,en lacualel hombreacepta,si laopciónes la moralmentecorrec-ta, sucondicióncriaturaly laorientaciónde su vidaaDios. Estaopcióninfor-ma la conductaenteradel hombre;y esaconductatiene relevanciamoral entanto queestáinformaday por tantorefleja la opciónfundamentaladoptada.La moralidadtiene así comocriterio “el acto originario e inteligible de lavoluntadcomotal (la opción fundamental)y su necesariacorporalizaciónatravésde la naturalezade los actoshumanos”15.Pero en la concreciónde laconductaconcreta—la “corporalización” mencionada—no hayotras normasquelas quela razónseda a sí misma:hay autonomía.En palabrasde uno delos defensoresde estateoría,“nos correspondea nosotros,imágenesde Diosy partícipesde la providenciadivina, empeñarnossin descansoen adivinar

quédebehumanamentehacerseen estemundo”’6. El resultadoesalgo pare-cido a la ética formal de Kant, en el sentidode quehay unaobligaciónfin-

damentaleincondicionada—el “imperativo categórico”—,perosólo “formal”y no “material”: informatoda la conducta,perono señalaconcretamentequédebehacerse,ya quelanormativaconcretadebesurgir sólo de la razón delsujeto—que por esoes autónoma—.La diferenciacon Kantes queel impera-tivo categóricose refiere a Dios: dondeKant decía“obra siemprepor deber”,los defensoresde la autonomíateónomadicen “obra siemprecaraa Dios”.Por lo demás,dondeKant decía“trata siemprea las personascomo fin y no

comomedios”,aquíse dice lo mismocon unatenuereferenciaa Dios aiiadi-da: “el hombre, en cuanto persona(imagende Dios), poseeuna dignidadespecífica,es un valory un fin autónomo,y por esodebeseramadoy respe-tadocomovalorautónomo,es decir,por sí mismo”17.

Paraacabarde perfilareste sistema,convienedeciralgunacosa,en unamoral que pretende ser teológica, sobre el valor de las fuentes de la

Revelación,enparticularla Biblia. En estecontexto,¿dóndecaben,porejem-

i4 J.FUSCI-I, Responsahilitá persona/e e norma mora/e, EDB (Bolonia 1978), pÓS.

‘~ E BOCKLE, oc., p. 12l.6 J. FUSCH, Essere del Signore, Pontificia UníversitáGregoriana(Roma l981), p. 159.IB. SCHDLLER,Diefiegrúndungsitt/icher Urteile, PatmnosVerlag (Dússeldorf1973),

p. 15.

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pío, los Diez Mandamientos’?Prescinciendodel empleode métodosexegéti-cos“desmitificadores”y secularizantes,la respuestaseresumediciendoque,paraestosautores,la valoraciónconcretade conductasquese encuentraenlaSagradaEscrituradebesertomadano comounanormaen sentidoestricto,

sino másbiencomounaorientación.En muchoscasostendránun valorrela-tivo, entreotros motivos por estarligadasa un momentocultural concreto.Pero,dondeno fueraasí,setrataríade lo queordinariamente----en la mayoríade los casos—lleva consigocl preceptofundamentaldel amor—a Dios y alprójimo—, perono de algoqueno pudieraadmitirexcepcionessi la situaciónconcretaasí lo reclamara.

Respuestade la J4witatissplendor

La encíclicano abordamarginalmentelacuestiónde laautonomíamoral.Esuno de suspuntoscentrales.Acusarecibode queestamosanteuno de lostemasnuclearesdel debatemoral en filosofia y —lo que sin duda algunaleinteresamas- - teología. “La exigenciade autonomiaque se da en nuestrosdíasno ha dejadode ejercersu influenciainclusoen cl ámbitode la teologíamoral católica.En efecto,si bienésta nuncahaqueridocontraponerla liber-tad humanaa la ley divina, ni ha puestoen duda la existenciade un funda-mentoreligiosoúltimo de las nonnasmorales,ha sido llevada,no obstante,aun profundoreplanteamientode la razón y de la fe en la fijación de las nor-mas moralesque se refieren a específicoscomportamientos«intramunda-nos», es decir, con respectoa sí mismos,a los demásy al mundo de lascosas”lS.

Desdeel momentoen queperfila los rasgosprincipalesde la “autonomíateónoma”,cl textopontificio rechazacategóricamenteestateoría.Un primerargumentoresultasencillo de entendery de comprobar:en sus conclusionesal menos,estasteoríascontradicenlaenseñanzadel Magisterioeclesiásticoyde la tradición viva de la IglesiaCatólica. Lo sorprendenteaquíes la preten-sión, porpartede autoresque defiendenesa ética, de elaborarconella unamoral católicai9.Sin embargo,analizaresteaspectode la cuestiónnosaleja-

8 Péritati,s splendor (enadelante,VS), 35.9 Es el Cas<, de los anteriormentecitados.Por supuestoquehay otros autoresno católi-

cos, perono cabedudade quesepuedeninstalarmáscómodamenteen un contextoprotes-tante.

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ría del tematratado,puestiene como trasfondouna seriede concepcionesteológicasajenas,no yaa laautonomía,sino a la mismamoral: hay unaseriede discrepanciasennocionestan básicascomo la naturalezade la Iglesia, la

Revelacióncristianae inclusola fe misma,queacercanpeligrosamentea losdefensoresde la autonomíateónomaal campoprotestante.De hecho,el pen-

samientoen el quese basan—el de Kant— nacióen la confluenciadel racio-nalismoilustradoconelpietismoluterano,y, aunquetengaalgunasdificulta-despara hacersecompatiblecon la doctrina luterana,encajamucho mejorcon ella que con la doctrinacatólica.Y, entrelas influenciasprocedentesdeLutero, conviene destacaruna: la desconfianzaen la razón humanapara

alcanzarla realidadmismade las cosas.Reenérdeseque,con Kant, alcanzafenómenos,pareceres;la cosaen sí (“no1~meno”)se le escapa.

Esésteúltimo un aspectodesumaimportancia.Y es‘ano de losaspectosde fondo por los que la encíclicarechazala autonomíateónoma: la separa-

ción de dignidady verdad;o, si seprefiere así,entrelibertad—todos la vencomocorrelatode la dignidad--y verdad.“La obedienciaaDios —señala—noes, como algunosdefienden,unaheteronomía,como si la vida moral estu-vtesesometidaa la voluntad deunaomnipotenciaabsoluta,externaal hom-bre y contrariaa laafirmaciónde su libertad”20. La dignidadvienedadaporunavoluntadcapazdeautodeterminarse,perotambiénpor un entendimientocapazde encontrarla verdad,Restarestoúltimo suponerestardignidad alhombre.Y, si el serhumanorecibede Dios la libertadfundantede la morali-dad, tambiénrecibede Dios la verdadfundamentalsobreél mismo.Y así “Lalibertaddelhombre,modeladasobrelade Dios, no sólo no desapareceporsuobedienciaa la ley divina, sino quesolamentemedianteestaobedienciaper-maneceenla verdady respondea la dignidaddel bombre”2l.

El hombredescubreprogresivamentela naturaleza—incluida la propia---,peroevidentementeno la crea. Comodecíanlos existencialistas,está“pues-to ahí”, enel mundo.En nuestrosdiasel ecologismohapuestoel grito en elcielo contra la pretensiónde sustituir la naturalezapor la fábrica, porqueelresultadoes destructivo.Defender,en lo intramundano,unaautonomíaabso-luta quepostulauna“razón creadora”,es hacerlo mismoen la moral. Llevarhastaese punto la creatívidad,desvinculándolaasí de la naturaleza,suponerenunciara verun sentidoen lo naturaldado,e intentarfabricarlo. Si la razón

es, en sentidoestricto,creadora,cabeconcluirqueno ve un sentidoen su pro-

20 VS, 41.2i VS, 42.

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pio sery en su relaciónconlos seresquele rodean-en el mundo-—,y poresose ve obligado a crearlo.Y, a falta de un entendimientoquedisciernael sen-tido, tiene que crearlo con la voluntad. En el entornokantianola normaesexpresiónde una voluntad,no de una sabiduría.De todo estose acabacon-cluyendoquelo queofrecees unalibertadamplísima,perociega,queno sabedónde ir pero tiene que proponersequerer ir a algún sitio. Y Dios, como

garantedeesteplanteamiento,daríaunaimagencuriosa:la de Quiencreaalhombreparadejarloa su arbitrio en un mundosinsentido.Parecemásla ima-gende un Dios quejuegaconel hombre,quela de un Dios queamaal hom-bre. Como señalaun autor, “de un Dios así apenaspodría decirsecon res-pectodel hombre:«Y vio Dios queerabueno»:más bien tendríaquedecir-

se: «Y dijo Dios: vamosaver cómoresulta»”22.Así, cabereplantearsesi la dignidadhumanasólo resideen haberrecibi-

do el don de la libertad. En tanto queoriginariamente—antesde hacernada--es criaturadotadade unadignidad,no es difícil entenderquemayores la dig-nidadcuantomásse recibe. Paralos pensadoresdel áreakantiana,ese massólo es concebidocomomayor libertad,peroel hombrequesalede ahí resul-ta desequilibrado:demasiadalibertadparademasiadopocosentido:y menossentidooriginario,cuandoen buenaparteal menoshay quecrearlo.La solu-ción hay queencontrarlaen buscaresadignidadtanto en la libertad comoenlasabiduría.De estemodose puedeconcluirque“la grandezade la autono-mía humanaresideprecisamenteen la inmanenciade lasabiduríade Diosenel conocimientomoral humano,y no en la independenciay en lapropia com-petencia«creadora»de esteúltimo”23.

En otro orden de cosas,puedeformularseotra objeción.Cuandoconsi-deramosun espaciointramundanode completaautonomíadel hombre.¿quéentendemospor “hombre”’?. ¿el individuo o la sociedad?Los sistemaséticosderivadosde Kant apuntanclaramenteal individuo, titular de la dignidad.l’ero entoncesnos encontramosconunatupidared de normasen lasociedad,que,en conformidadcon el sistema,sólo podríacalificarse de heteronomia(“polinomía” en estecaso),con la consiguientemermade dignidad. Si seadoptaunanocióngenéricadehombre,lo quetenemoscomoresultadoesquela personasingularquedaa mercedde un poder autónomo,quepor definí-ción es absolutoe incondicionado.ostentadoporla autoridadsocial.Y suce-

22 Nl. RL-IONI{E¡MER, Autonomja ‘— teonomía moral, en(‘o,nentarios a la ktritatís sp/en-dar. I3AC, pag. 560.

23 lbidem.

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de así algoque,por desgracia,no sólo ha ocurridoen el papel: que elafánporescaparalpoderde Dios acabaponiendoal hombrebajoel poderde dés-potassin principios. “El totalitarismonacede la negaciónde la verdadensentidoobjetivo. Si no existeuna verdadtrascendente,sometidoa la cual elhombrelogra suplenaidentidad,tampocoexisteningúnprincipio seguroquegaranticelasrelacionesjustasentreloshombres:los interesesde clase,grupoo Nación, los enfrentaninevitablementeunosa otros.Si no se reconoceunaverdadtrascendente,triunfa la fuerza del poder,y cadauno tiendea utilizarhastael extremolos mediosde quedisponeparaimponersu propio interésola propia opinión, sin respetarlos derechosde los demás...La raíz del totali-tarismo modernose encuentra,por tanto,en la negaciónde la dignidadtras-cendentede la personahumana,imagenvisible de Dios invisible y, por esto,sujetonaturalpor sí mismade derechosquenadiepuedeviolar: ni el indivi-duo, ni el grupo,ni laclasesocial,ni la Nacióno el Estado”24.

Participaro repartir

La alternativaa la autonomíateónomase ha denominadopor susdefen-sores“teonomíaparticipada”.La terminologíase ha elegidocomo réplicaalaprimera,peroen rigor podíahabersellamadoconmáspropiedad“autono-mía participada”,o, mejor aún, “nomía participada”. En cualquiercaso, elelementoimportantees el coincidenteen las tres denominaciones:“partici-pada”. Hablarde participación,así comode lanocióncorrelativade analogía,requiereciertaprecisión,porquese tratade un lenguajequeha sido tomadodel mundocuantitativoy matemático,paratrasladarloa la esferadelo espi-ritual, dondeno haycantidadni rigen las leyesmatemáticas.

En cambio,paraDescartes,y todala filosofia racionalistaqueen mayoro menormedidale siguió -en estepunto se puedeincluir a Kant—, el únicométodoválido erael matemático,lo cual quieredecirquetoda la realidadseestudiabacomo si pudierareducirseen último extremoa cantidady exten-sion. Dentro de estecontexto,participarsignifica llevarseunaparte,que sesustraedel todo y de los demásposiblesposeedores.Cuandose hablaaquídeparticipar,nadiepuedequedarseconel todo: se tomaunapartede algo quese reparte.Y estoes lo quea fin de cuentassucedeconla autonomíaencua-dradadentrodel sistemakantiano.Se creaunadialécticaautonomía-hetero-

24 VS 99, tomado de la encíclicaCentesimus annus 44.

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nomíaqueequivale a un repartode competencias.“El modelofuncionadelmismo modo que en el casode la trasferenciade competenciasde puestossuperioresa subordinados,segúnel esquemade «independencia»y «eman-cipación»”25:laautonomíasetoma en el mismosentidoqueelpolítico-legis-lativo, adoptandouna configuración que resulta familiar en paisescomoEspaña,estructuradocomo“Estadode las autonomías

Pasemosahoraaconsiderarla participaciónde un bien espiritualcon elejemplo másfácil: el conocimiento,La sabiduría.Cuandose hacea alguienpartícipede conocimientos,es evidentequeel maestrono los pierde; y, porel contrario, el maestroes mejor maestroy muestrauna mayor sabiduriacuantomás y mejoresdiscípuloses capazde hacenNo hay dialécticamaes-tro-discípulo,ni disputapor parcelasde sabiduría,sino unacorrelaciónen lacual la mayorsabiduríadel maestroposibilitaunamayorrecepcióndel disci-pulo. Aquí “participar” no es llevarseunaparte,es recibirparcialmente.Y elhombre,comocriatura, recibede Dios el entendimientomismo. Comotam-bién recibe la libertad, y con ella la autonomía.Las recibesegúnsu capaci-dad,lo que equivalea decirsegúnsu naturaleza.La norma de conducta--laley--- no vieneprimariamentecomounaimposiciónexterna,desdefuera,sinoa través de su propio entendimiento,desdedentro. O mejor, dicho, desdefueray desdedentro a la vez, porque“lo de dentro” es unaparticipaciónde“lo de fúcra”. El hombrelleva la ley moral en sunaturaleza—y con la eleva-ción de la gracia,en la naturalezaelevada—,y en la medidaen que emplearectamentesu inteligenciay su libre voluntad en seguirlos imperativosde sunaturalezarecibida, librándoseasí de otras influenciasinternasy externas,maspuedehablarsede unarazónautónoma.“Habríapor tanto quedeciraqui,paradójicamentey a pesarde la resistenciade los términos,que cuantomásel hombrese sometea la heteronomiadivina, másautónomose vuelve. Yaquecuantomássigueel hombreel sentidonaturalde laverdady elbien quele llevan haciaDios, y más se abrea Dios, mejor se realizaa sí mismoy sehace,por la sabiduríay el amor,capazde sersupropio legisladory suprovi-dencia, así comode ejercersusresponsabilidadesen relacióncon los demáshombres”26.

Explicar detalladamenteen qué consistela participacióna que aquí sehacereferenciaalargariamuchoestaexposición,y nos trasladaríafuerade su

2< Nl. RHONHEIMER. cxc., p. S60.29 5 PINCKAERS, Autonomnie et hémárc,no,nie en morale sebo 5 Thomas cl ‘Aquin, en

AA.VV.. Autonomw: dimensions éthiques de la liberté. Univ. dc Friburgo, p. 107.

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marco,el ético, ya que supondríaunaincursiónen la metafísica.Hay querecordarque no se sitúa enuna tradición comola cartesianaque, por méto-do, descomponeen partes elementalesparaanalizarcadauna de ellas porseparado.La teonomíaparticipadase sitúa, por el contrario,dentro de unaantropologíaintegradorae integrada.Su metodologíano es de análisisyseparación,sino de síntesisy armonía.Lo cual quieredecirquelo quesepar-ticipa de Dios, es,en última instancia,en el orden natural,el serenterodelhombre;si integramosuna segundaparticipaciónque es la gracia,tenemoscomo resultadoala naturalezaelevadaen la personaelevada:en todo caso,al hombrecompleto.La autonomíaes una facetamásde esaparticipación,queremite a la de su inteligenciay voluntad. y éstaa su vez al espíritu,quese fundamentaen ladeun ser(serelevado,en lagracia),queenglobaalhom-bre entero.Queda,desdeluego, fuerade dudas,la centralidadde estanociónde participaciónen la moral de la teonomíaparticipada,y en laantropologíaque la sustenta.

Lasrazonesde la encíclica

Anteriormentese analizabanlasrazonesdel rechazo,porpartede la encí-clica Veritatissp/endor,de la llamadaautonomíateónoma.Con respectoa sualternativa,la teonomíaparticipada,el tono esmuydistinto: “Algunos hablanjustamentedeteonomía,o de teonomíaparticipada,porquepor la libre obe-dienciadel hombrea la ley de Dios la razóny lavoluntadhumanaparticipande la sabiduríay de la providenciade Dios”27. Hay, por unaparte,un ciertodistanciamiento(“algunoshablan..»)que pareceindicar que no se quiereadoptarcomodoctrinade la Iglesiaunateoríaantropológica.Pero,por otraparte,la sentenciaes claramenteaprobatoria(“hablanjustamente...”) En undocumentoque desciendea aspectosde la moral fundamentalno abordadoscontantodetalle anteriormente,puedeparecer,y desdeluegoasí ha parecidoa másde uno, queinvadeel terrenode una discusiónde escuelaparaponer-se de unaparte; o sea,por resumirloen unapalabra,extralimitándose.

La encíclica,en primer lugar, dejapocasdudassobrela afirmacióndeunaautonomíahumana.Citandoun texto del concilioVaticanoII, afirmaque“quiso Dios «dejaral hombreen manosde su propioalbedrío»demodo quebusquesincoaccionesa su Creadory, adhiriéndosea Él, lleguelibrementea

27 VS 41.

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.4atonn,ma: das concepcvones encas 2 1 1

la plenay feliz perfección”28.Aclara asimismoque“no sólo el mundo,sinotambiénel hombremismoha sido confiadoa su propio cuidadoy responsa-bilidad”29. Estoindica “la maravillosaprofundidadde la participaciónen lasoberaníadivina, a la queel hombreha sido llamado; indicanquela sobera-nía del hombrese extiende,en cierto modo,sobreel hombremismo”30. Lacuestióncrucialconsisteen configuraresaautonomíade forma quese armo-nice no ya sólo con la doctrina moral revelada,sino con lo que podríamosdenominarla “antropologíacristiana”:el sermismodel hombretal como loconocemospor la razóny la Palabrade Dios. Y en estesentidose proporcio-na el criterio clave: “La justaautonomíade la razónprácticasignificaqueelhombreposeeen si mismo lapropia ley, recibidadel Creador.Sin embargo,la autonomíade la razón no puede significar la creación,por partede lamismarazón,de los valoresy de las normasmorales.Si estaautonomíanega-ra la participación de la razón práctica en la sabiduría del Creador yLegisladordivino, o biensugirieraunalibertadcreadorade las normasmora-les segúnlas contingenciashistóricaso las diversassociedadesy culturas,talautonomíacontradiríala ensefianzade la Iglesia sobre la verdaddel hom-bre”31.

Es importantenotar, en el texto quese acabade citar, que la razónaquealudees la razónpráctica:la quese refiereal actoconcreto,alo quese hadehacer“aquíy ahora”.Una“participación”queconsistaen un repartode com-petencias,sólo puedeconsiderarque, dentrode esascompetencias,la razónprácticaes totalmenteindependienteparaelegir el criteriode actuación,aun-que quedeespacioparaunasubordinaciónde la razón en generala una ins-tancia superiorO sea,que, aun salvandouna referenciade la actuaciónaDios, la acción concretaque se escogeno tienerelación conesa referencia.Por eso, la “autonomíateónoma”deja fuerade la participacióndivina preci-samentea la razónprácticaen cuestiones“intramundanas”.Aunquesc acep-te la existenciade unaley moral comoreferencia,quedaa un juicio prácticoindependientede ella la decisiónde hacerexcepcionesen lapráctica.O sea,que, dentrode eseámbito—quemáso menosviene a coincidir con los sieteúltimos mandamientosdel Decálogo—, la concienciapodría decidir por símismasin necesidadintrínsecade atenersea la ley moral recibida. En ese“espacioautónomo”, seríaen última instancia La conciencia,al decidir sin

28 V5 38: la citacorrespondea la ennst. Gaudiuom d spcS, 17.29 V~ 39.~OVS 38.‘ VS 40.

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instanciaalgunasuperioren las accionesconcretas,la quecreaasí la norma.Y por esecamino se concluyeque la accióncreala norma,el acto estápri-meroy la normavienedespuésa partir de él. Estoes, sencillamente,y aun-que se restrinja a ámbitoslimitados --de hecho no son muy limitados—, lamoral al revés.

Una moral creadapor la acción abandonaríael campode la éticaparapasassi de ello se quierehacerciencia,al de lasociología.Ya no es lo quesedebehacer, sino simplementelo que se hace.Este es el resultadode unamanerade entenderla autonomíaconun métodoquelaéticano puedeacep-tar sin acabarnegándosea sí misma.Porque,al final, losespaciosde libertadsustraídosa una ley superior recibida en nombrede la autonomía,no danlugaraunamoraldistinta, sino a la supresiónde la moral en esosespacios.Y, si comosucedecon frecuenciaen laHistoria de las ideas,haydefensoresde la “autonomíateónoma”queno quierenllegara esaconclusión,vendránotros que,partiendode los anteriores,llegarán.

Sin pretenderespecularcon los motivosquepuedenllevar aunosu otrosa defenderunau otra postura,desdeel punto devistade lavalidezde loscon-ceptosempleados,hay queconcluir quela nociónde autonomíaextraídadeun sistemakantianoes inadecuadaparala ética. Es la dicotomíarígida entreautonomíay heteronomíalo que no se adaptaa la relaciónentre Dios y elhombre.Obliga,en última instancia,a elegir entreprescindirde la libertadoconstituirseen dios delapropia existencia.Y unaparcelacióndela cuestión—“esto paramí, estoparaDios”—, sólo trasladaelplanteamientoa un ámbitosectorial, en el que, sí se 0pta por una solución salomónica—repatir—, serompe la unidaddel hombreen algo tan personaly decisivocomo la con-ducta.Poresoes tandecisivaaquíla introducciónde un conceptode partici-paciónquepermitaromper,no la existenciahumana,sino la rigidez dcl plan-teamientoheredadode Kant. Se explica así por quéla Verilatis splendorsehayapronunciadoa favor de un sistemade pensamientodistintoqueincluye-raunanociónde participaciónquepermitaarticularalgoqueestáen la entra-ñade la doctrinadela IglesiaCatólica:queel hombrevieneal mundoporunacto creadorque lehacepartícipedel serdivino, y estállamado a compartirla mismavida divina. La dignidadhumanano consisteen poderafirmarseasí mismo conindependenciade Dios, sino en compartirconÉl. Y “el aspec-to mássublimede la dignidadhumanaconsisteen la vocacióndelhombreala comunióncon Dios”32.

32 Vaticano[1,const,Caudium et spes, t9.