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UNIDAD O96 D.F. NORTE
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EENN LLAA EEDDUUCCAACCIIÓÓNN PPRREEEESSCCOOLLAARR
TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE
MAESTRA EN EDUCACIÓN BÁSICA
ESPECIALIDAD EN CONSTRUCCIÓN DE HABILIDADES DE PENSAMIENTO
P R E S E N T A
MMAARRTTHHAA EELLVVIIRRAA AAGGUUIIRRRREE RROODDRRÍÍGGUUEEZZ
ASESORA
DRA. MARIANA DEL ROCÍO AGUILAR BOBADILLA
COMITÉ LECTOR
DR. JUAN BELLO DOMÍNGUEZ MTRA. MAIRA MARTHA SOSA BARRALES
DR. ENRIQUE FARFÁN MEJÍA DR. MIGUEL ÁNGEL OLIVO PÉREZ
MÉXICO, D. F. / 2014
3
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
6
CAPÍTULO 1. COMPRENSIÓN DE LA DIVERSIDAD Y LA
INCLUSIÓN
13
1.1 Cultura… diálogo, interpretación y significado 14
1.2 ¿Qué es la diversidad y cómo se manifiesta? 17
1.3 La diversidad en el proceso de globalización 21
1.4 Relevancia de la inclusión en la atención a la diversidad 24
1.5 La inclusión en el contexto escolar 27
1.6 Un recorrido por algunos estudios sobre la diversidad y la inclusión; exploraciones y hallazgos
29
CAPÍTULO 2. CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO DE LA EDUCACIÓN
EN MÉXICO
45
2.1 La diversidad y la inclusión en el panorama político nacional e internacional
46
2.2 Valoración de la diversidad en el marco legal y político de la educación en México
50
2.3 Precedentes de la Reforma Integral de la Educación Básica
(RIEB)2004
55
2.4 Implementación de la Reforma Integral de la Educación Básica 2004
57
2.4.1 Obligatoriedad de la Educación Preescolar
en la RIEB
59
2.4.2 El enfoque de competencias en la RIEB 64
2.4.3 Actualización de la práctica docente 67
2.5 Diversidad e inclusión en la Reforma Integral de la Educación Básica 2004
68
4
CAPÍTULO 3. LA DIVERSIDAD Y LA INCLUSIÓN EDUCATIVA
EN PREESCOLAR. ACEPTACIÓN Y RECONOCIMIENTO
73
3.1 El espacio educativo un punto de encuentro de la diversidad en una comunidad al oriente del Estado de México.
75
3.2 La diversidad y la inclusión educativa en Preescolar vistas a través de un estudio de caso
78
3.3 La diversidad y la inclusión. Desconcierto en su conceptualización.
80
3.4 Técnicas de investigación y el proceso de participación
83
3.4.1 La atención a la diversidad en función del análisis de la práctica docente
85
3.4.2 Categorías de análisis 88
3.5 Retos, sentimientos y perspectivas ante la obligatoriedad del nivel preescolar.
90
3.6 La inclusión educativa de la diversidad: un reto de superación para el docente de Preescolar.
117
3.7 La diversidad y la inclusión educativa en el nivel preescolar. Principios de transformación.
129
CONCLUSIONES 136
ANEXOS
Anexo 1 145
Anexo 2 146
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 147
REFERENCIAS ELECTRÓNICAS 153
5
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 1. Ámbitos, espacios y factores de exclusión
25
Tabla 2. Atención a la diversidad desde la programación del aula
39
Tabla 3. Características de la población docente seleccionada para el estudio de caso
91
ÍNDICE DE CUADROS
Cuadro 1. Educación y diversidad cultural
47
Cuadro 2. Campaña regional “Diversidad es oportunidad”
48
Cuadro 3. Relevancia del factor social en los Programas de Educación Preescolar
62
Cuadro 4. Proceso de la investigación
82
Cuadro 5. La diversidad en el espacio educativo del nivel Preescolar
95
Cuadro 6. La inclusión educativa en la práctica docente
97
Cuadro 7. Las políticas educativas en relación con los cambios políticos, económicos y sociales
99
Cuadro 8. Reconocimiento del nivel preescolar y la articulación de la Educación Básica
101
Cuadro 9. La experiencia profesional ante los retos y perspectivas
103
Cuadro 10. La comprensión del enfoque de competencias y el Programa de Educación Preescolar 2004
105
Cuadro 11. La propuesta curricular en el impulso del proceso enseñanza– aprendizaje de los estudiantes, de acuerdo con el Programa de Educación Preescolar 2004
106
Cuadro 12. El enfoque de competencias en la transformación de las técnicas de enseñanza
108
Cuadro 13. Influencia de los factores (político, social y cultural) en el contexto educativo
110
Cuadro 14. Situaciones adversas en el proceso enseñanza–aprendizaje de los estudiantes en relación con el contexto
112
Cuadro 15. Particularidades y necesidades de aprendizaje de los estudiantes en la planeación didáctica
114
Cuadro 16. Comprensión de situaciones cotidianas y atención a la diversidad e inclusión
116
6
INTRODUCCIÓN La utopía no puede morir […] Si se secan los manantiales utópicos, la vida de los seres humanos se transformaría en un desierto, donde solo florecerían el conformismo, la apatía, la trivialidad y el oportunismo: la deshumanización humana.
Miguel López Melero.
La ética y la cultura de la diversidad en la escuela inclusiva
En el constante desafío con el mundo, los individuos que por circunstancias
adversas se ven inmersos en la dinámica del fenómeno migratorio deben –primero
que nada– enfrentarse a la modificación de sus propias costumbres y a la
transformación de su pensamiento; si bien en un sentido positivo todo ello deviene
un encuentro multicultural cuyos efectos dan por resultado, por ejemplo, la
conjugación de las múltiples particularidades y singularidades de la población
vistas como características indiscutibles de nuestro país. Tal integración favorece,
pues, el proceso histórico de transformación social y cultural. De esta manera los
movimientos migratorios pueden también ser vistos como la casi natural búsqueda
de mejores condiciones de vida que redundan en la anhelada inclusión de ciertos
individuos a una nueva sociedad, si bien esta siempre se verá regida por una
cultura dominante en relación con un tiempo y un espacio determinado.
En este significativo y permanente encuentro multicultural, propio de la
reconfiguración social, el concepto de diversidad cultural día tras día cobra mayor
importancia, aunque su reconocimiento surge en medio de una lucha decidida por
erradicar la desigualdad en cuanto a los derechos de que debe gozar cada
individuo, lo cual implica también una constante pugna por la aceptación y respeto
a las diferencias que distinguen la identidad en el origen. Además de esto se
busca igualmente brindar oportunidades equivalentes para la participación dentro
de una nación justa y democrática. Ante estas complejas circunstancias, México
7
vive aún la necesidad de aplicar estrategias que favorezcan tanto el devenir de las
costumbres y el mantenimiento de los valores propios como el respeto a las
distintas maneras de pensar al enfrentar la realidad; es decir, existe todavía la
necesidad de tomar conciencia de lo afortunado que resulta el pertenecer a una
sociedad donde impera la interculturalidad.
Así, no resulta ajeno reseñar que las relaciones surgidas a partir del encuentro
multicultural, por desgracia, y más a menudo de lo que desearíamos, se ven
ensombrecidas por diversos aspectos que dificultan la convivencia; estos,
principalmente, la falta de diálogo o el necesario intercambio de experiencias entre
las diferentes culturas. Esta interpretación y comprensión dentro de la
transformación cultural, en estrecha relación con el contexto, ha sido analizada
ante todo desde la perspectiva antropológica, misma que si bien orientó hacia
múltiples maneras la reflexión sobre la diversidad y la inclusión, asimismo ha
creado confusión y conflicto, y no ha permitido otorgar una atención adecuada a
las permanentes necesidades de reconstrucción social.
Particularmente, en el Estado de México (ámbito que más conozco y en el que he
desarrollado mi práctica profesional), la multiculturalidad es una condición que
motiva continuamente a la construcción de una sociedad cada vez más diversa;
las características geográficas de la entidad han propiciado que lo largo de los
años se haya constituido como un lugar de paso y asentamiento de individuos o
inclusive de grupos migrantes, algunos de los cuales logran encontrar espacio y
cobijo dentro de la sociedad originaria, aunque es claro que las relaciones
humanas que provocan estas inserciones deriva en necesidades económicas,
sociales y culturales que deben ser atendidas para promover una inclusión
adecuada.
Y si bien, como es natural, en este estado de la República son muchos los
momentos y espacios en los que se manifiesta la diversidad, el presente estudio
8
dirige su interés hacia el contexto educativo del nivel preescolar y de la Educación
Básica en México, espacios privilegiados donde la pluralidad de los estudiantes se
manifiesta cotidianamente, pero donde así también se acentúan sus
contradicciones y menesteres, sin que se descarte la posibilidad de que algunos
individuos sufran vulnerabilidad por razones de exclusión, más allá de la que
pudiera involucrar la mera falta de atención o aprecio. Ante la problemática
resultante, arriesgamos la premisa de que atender la condición multicultural en el
aula representa un desafío enorme para las y los docentes, sobre todo al
momento de propiciar aprendizajes que den respuestas a las necesidades de cada
estudiante.
Insistimos en partir de una comprensión precisa de los conceptos diversidad e
inclusión, pues son categoría que nos enfrentan tanto a diferentes dimensiones
como a diferentes realidades que deben ser diferenciadas. De esta manera, en el
Capítulo I del presente trabajo, presentamos un análisis teórico acerca de la
diversidad, el cual incluye el abordar algunos aspectos un tanto abandonados,
pero que permiten entender las particularidades que la configuran y las
implicaciones de la cultura en todo ello. De igual forma, y a modo de introducción,
intentamos aclarar ciertas confusiones que existen en torno al concepto de
inclusión, pero ante todo destacamos la necesidad de que se le vincule
socialmente con las nociones de participación y desarrollo, lógicamente sin dejar
de lado el efecto que debe producir en el sistema educativo.
Por supuesto la revisión documental que se ha realizado respalda la importancia
que debe darse a la atención a la diversidad y a la inclusión, sobre todo en el
mundo actual, donde tanto a nivel global como en el ámbito nacional se mantiene
una intensa lucha por evitar la desigualdad mediante la implementación de
acciones que contribuyan a cuidar, preservar y defender conceptos como
diferencia, identidad y origen multicultural. Prestamos, por tanto, especial atención
a la influencia del proceso de globalización, visto este como un sistema político,
9
económico y social, no exento de debates y controversias en relación con sus
fines, pues –como es sabido– para algunos este proceso es causa de dominio,
crisis y rezago para las sociedades débiles, las cuales quedan a expensas de las
que poseen economías fuertes y grandes avances científicos y tecnológicos; no
obstante, para ciertos teóricos la globalización también puede ser vista como
impulso para el renacimiento de la identidad cultural y su emancipación.
En cuanto al análisis del panorama global relacionado con la atención a la
diversidad y la inclusión educativa, en el Capítulo 2 destacamos en primer término
las propuestas de organismos internacionales tales como la Organización de las
Naciones Unidad para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Fondo
Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF),
entre muchos otros. Tales plataformas llevan a reconocer a la educación como
uno de los factores clave en el proceso de desarrollo mundial, y en ellas gran
énfasis se coloca sobre el respeto a las diferencias, el fortalecimiento del origen y
la atención a las necesidades de la población derivadas de la modernidad.
Al respecto, revisamos también las políticas públicas de nuestro país que se
relacionan directamente con el sistema educativo, la mayoría de las cuales en
consonancia con el Artículo Tercero Constitucional propugnan por el desarrollo
armónico del ser humano, se orientan por el progreso científico y luchan contra la
ignorancia y sus efectos. Por otra parte, observamos que las principales
necesidades educativas de la población, incluidas las de la población vulnerable,
han quedado contempladas en la Ley General de Educación, misma que en varios
de sus artículos aboga por el reconocimiento de la diversidad y resalta la
importancia de la inclusión y la integración de los estudiantes de cualquier nivel
educativo, sin importar las diferencias culturales, sociales o de capacidad física e
intelectual, condiciones estas últimas que asimismo han incidido en la
reestructuración de la política educativa más reciente.
10
El correspondiente análisis en este sentido, nos llevó a explorar a fondo la
Reforma Integral de la Educación Básica 2004 (RIEB), política emprendida por
Administración Pública Federal 2000–2006, y que ha sido retomada por la
Administración actual para darle continuidad en el Plan Nacional de Desarrollo
(2013–2018). A nuestro parecer, este ha sido un acontecimiento trascendente ya
que evitó la interrupción de un proceso donde la reestructura del currículum
educativo promueve con mayor énfasis el reconocimiento de la diversidad cultural
de nuestro país para favorecer la inclusión en los tres niveles de educación básica
(preescolar, primaria y secundaria).
En el mismo sentido, la incorporación del nivel preescolar a la estructura de la
educación obligatoria en México, a partir de 2004, adquirió un peso específico
durante la gradual implementación de la RIEB, y constituyó un hecho notable a la
vez que controversial, dada la falta de planeación y recursos, misma que se sumó
al incremento de años en la formación básica de los estudiantes. Esta situación
lleva a reflexionar en cuanto al diseño de las políticas educativas actuales, pues,
en su configuración, más que primar la importancia y ventajas de la educación
desde los primeros años de vida en los individuos, o los fundamentos del
desarrollo cognitivo propios de la etapa por la que transitan niños y niñas del nivel
preescolar, pareciera responderse primordialmente a intereses o urgencias
coyunturales de los partidos o sectores políticos.
Pese a las anteriores y otras muchas incidencias, en el año 2009, luego de la
respectiva aplicación de la fase piloto en algunas escuelas de primaria, se llega a
la fase final del largo proceso de implementación de la RIEB, el cual dio paso a la
pretendida articulación curricular entre los tres niveles de educación, mediante la
cual se pretende dejar atrás algunos vacíos metodológicos que se observaban en
los planes y programas. De manera específica, el Programa de Educación
Preescolar (PEP) 2004 sufre la reformulación de algunos aspectos, a fin de
propiciar una congruente articulación curricular entre los distintos niveles de la
11
Educación Básica; al día de hoy se le conoce como el Programa de Estudios
2011, Guía para la Educadora, Educación Básica Preescolar; en el cual se
establece el propósito de fortalecer el desarrollo de las habilidades cognitivas y
sociales de los estudiantes, mediante el enfoque de competencias para la vida,
toda vez que estas últimas permiten a los alumnos enfrentar las demandas y retos
que les impone una sociedad en constante cambio.
No obstante, a diez años de implementación de la RIEB resulta pertinente
preguntarnos si esta reforma realmente fue pensada para lograr el fortalecimiento
de la sociedad o en qué grado ha resuelto la problemática de desigualdad y falta
de oportunidades, es decir, ¿en verdad la realidad que los estudiantes viven en las
escuelas es un reflejo de los preceptos que la inclusión propone?
Por otra parte, nuestra investigación de campo nos llevó a observar que el largo
proceso de implementación de la Reforma y las dificultades en cuanto a la
comprensión del enfoque propuesto, junto con la respectiva transformación de las
técnicas de enseñanza, han conflictuado a buena parte de las educadoras,
particularmente a las de la zona escolar de Ayotla, municipio de Ixtapaluca, al
oriente del Estado de México, donde se aplicó el estudio. En específico, y en
cuanto a la planeación didáctica, estas docentes reportan serias dificultades para
rescatar y considerar las características individuales y colectivas de los
estudiantes del nivel preescolar, circunstancia que incide en la función educativa.
Por lo anterior, consideramos que una de las aportaciones de nuestro trabajo
consiste en desvelar qué factores generan la problemática que inhibe la adecuada
atención a la diversidad en el aula. El mencionado estudio se desarrolló mediante
la coordinación de diferentes actividades y con base en un estudio de caso, lo cual
implicó investigación interpretativa; sus resultados, junto con los hallazgos,
favorecidos a partir de la técnica cualitativa, se describen dentro del Capítulo 3.
12
Al respecto, la observación previa del objeto de estudio (como primera actividad)
permitió que se lograra captar la realidad cotidiana de los estudiantes y las
docentes en su diaria interacción. La segunda parte del estudio se consolidó
mediante la aplicación de entrevistas a una muestra representativa de la población
docente de la zona escolar seleccionada.
La información obtenida permitió conocer, lo mismo los sentimientos y la reflexión
de las educadoras frente a la responsabilidad que asumen en el desarrollo de su
función, que su situación anímica ante la falta de valoración del trabajo realizado.
Por otro lado, el análisis de los datos y la interpretación de la información
aportaron los aspectos necesarios para la validación de los supuestos planteados
al inicio de la investigación, mismos que cuestionaban aspectos como el grado de
resistencia ante las exigencias de la Reforma Educativa, y la dificultad en cuanto a
la apreciación en la diversidad y el proceso de comprensión del enfoque propuesto
por la RIEB, todo ello visto, a partir de la relación entre trayectoria laboral dentro de
los Servicios Educativos Integrados al Estado de México (SEIEM), la disposición
para la actualización y el propio perfil académico.
Adelantamos que nuestra investigación nos llevó a la conclusión principal de que
solo si se toman en cuenta todas estas condiciones se vuelve viable la proyección
de acciones hacia la intervención educativa, la cual deberá estar estructurada
tomando en cuenta las necesidades de fortalecimiento y transformación práctica y
las técnicas de enseñanza. Al respecto, han sido las mismas docentes quienes
han señalado los espacios débiles en relación con la más amplia argumentación
teórica que requiere la función educativa, y demandan, por tanto, su atención a fin
de considerar su impacto en el desarrollo pleno de los estudiantes del nivel
preescolar.
13
Capítulo 1. Comprensión de la diversidad y la
inclusión
La comprensión del origen cultural y social, así como de la capacidad del otro, ha
sido un desafío permanente para las sociedades que orientan su visión hacia la
superación de los retos inclusivos que justifican el respeto a la diferencia. Esto
porque, además, cada sistema de gobierno debe sopesar los derechos y las
ventajas que se compromete a ofrecer a su población, las más de las veces
mediante acuerdos de equivalencia social, los cuales implican el reconocimiento
de las costumbres y las distintas maneras de pensar de los individuos o de los
grupos de individuos que buscan reacomodo en la cada vez más complicada
dinámica social, tal y como resulta la que actualmente enfrentamos, inmersa en
una tarea de incesante cambio.
En particular, la convivencia entre la gran cantidad de culturas dentro del territorio
mexicano, su diálogo e intercambio de experiencias, se ha consolidado como una
de las características más enriquecedoras de nuestro país, si bien esta condición,
en lo general, no ha sido contemplada conscientemente como parte de la pauta de
nuestro proceso histórico de transformación. Ante ello, en el cotidiano encuentro
multicultural es necesario destacar que el reconocimiento de la diversidad inicia en
medio de una lucha decidida por erradicar la desigualdad que provoca la falta de
respeto a la diferencia, o bien en el momento en que se logra la aceptación de tal
diferencia hacia el seno de una sociedad distinta, en la cual, será necesario
mantener vivos los valores adquiridos en el grupo de origen, pues únicamente este
proceso integral es el que permite fortalecer la identidad en la cultura y lograr así
la participación en el desarrollo de la sociedad.
Ubicándonos ya en el ámbito pedagógico, que por supuesto resulta el de nuestro
principal interés, es necesario destacar que en nuestro país la condición
14
multicultural de la población impacta inevitablemente dentro del espacio escolar,
dado que las relaciones originadas en un grupo donde prevalece la diferencia
surgen necesidades de aprendizaje específicas. Al respecto, lo primero que se
observa es que los estudiantes sujetos del proceso de necesaria inclusión
frecuentemente observan graves dificultades, toda vez que el docente o la
escuela, no consideran suficientemente la interacción que debe establecerse entre
el origen, la particularidad y el espacio de convivencia. Tal situación es la que nos
motiva a conocer los factores que inhiben la atención adecuada de la realidad
escolar y social cotidiana, partiendo de su estudio en una zona escolar ubicada al
oriente del Estado de México (Ayotla, municipio de Ixtapaluca).
Este estudio se abordó desde la perspectiva antropológica, social y cultural, a fin
de intentar una interpretación y comprensión de la realidad de este entorno,
tomando en cuenta los factores tiempo y espacio, y siempre en estrecha relación
con el contexto. Las perspectivas aquí enunciadas son las que obligan a una
primera reflexión sobre conceptos como cultura, diversidad e inclusión social y
educativa, los cuales han sido entendidos de múltiples maneras, propiciando
incluso situaciones de confusión y conflicto dentro de los diferentes ámbitos en los
que se desenvuelven los individuos. Intentaremos, por tanto, en primer término,
proponer una interpretación conceptual apropiada, a fin de que sirva de base para
promover la necesaria atención a la diversidad, en particular en cuanto al ámbito
educativo, intentando con ello revalorar su importancia en la permanente
reconstrucción social. Confiamos en que este propósito contribuirá asimismo a
concretar la inclusión social y educativa en todos los entornos que le son
pertinentes.
1.1 Cultura… diálogo, interpretación y significado
El concepto de diversidad está estrechamente relacionado con los planteamientos
sobre cultura, el origen de la identidad y la transformación. Y aunque la cultura
15
puede conceptualizarse desde distintos puntos de vista, los más de ellos tienden a
hablar de una asociación de los individuos a partir de una interpretación abstracta,
si bien volcada a manifestarse mediante las más disímbolas conductas durante
situaciones de la realidad que les rodea.
De esta manera, en su plano más concreto, la cultura se observa en la necesaria
relación, comunicación y convivencia entre los seres humanos, y es creadora de
vínculos sociales en los que se comparten el conocimiento y la interpretación de
las condiciones que tienen lugar en un determinado contexto. No obstante, tal
asociación conlleva siempre un factor de diferencia, pues las características de
unión entre los propios individuos o un grupo y otro dependen de su historia, sus
valores y su manera de interpretar al mundo.
Para Talcott Parsons (citado por Geertz, 1973), la cultura es un sistema de
símbolos en virtud de los cuales el hombre da significación a su propia
experiencia, pero insiste en que, más precisamente, constituye un sistema de
símbolos compartidos, convencionales y, por cierto, aprendidos que suministran a los
seres humanos un marco significativo dentro del cual pueden orientarse en sus relaciones
recíprocas, en su relación con el mundo que los rodea y en su relación consigo mismos
(Geertz, 1973, p. 215).
Por su parte el propio Clifford Geertz busca la explicación de las expresiones
sociales explorando los significados que concretan la subjetividad y favorecen la
convivencia, pues es a partir de ello que se posibilita la comunicación.
Juan J. Velasco y Sonia Vences (2010) asimismo coinciden en que la realidad
puede ser interpretada y compartida, y que para ello toma vital importancia la
comunicación mediante el lenguaje y otro tipo de símbolos aprendidos y
socializados entre los miembros de una comunidad que comparten un mismo
contexto. Así pues, la vida del hombre transcurre entre símbolos y significados que
16
buscan ser reconocidos y valorados en los espacios de encuentro cultural, los
cuales se enriquecen constantemente debido a los desplazamientos humanos
cada vez más frecuentes.
En cuanto a la necesidad del reconocimiento cultural, García (2011), nos recuerda
que este derecho (individual y colectivo) ya ha sido ponderado por la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en su
definición de cultura, donde incluso se le amplía hacia la búsqueda de áreas
proactivas en las cuales se incorporan aspectos del sentimiento y emoción de los
seres humanos, toda vez que todas ellas contribuyen al desarrollo y mejora de la
sociedad.
De esta manera, el organismo internacional interpreta a la cultura como: el
conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos
que caracterizan a una sociedad o grupo social, y que abarcan, además de las
artes y las letras, los modos de vida, la manera como interactúan, los sistemas de
valores, las tradiciones y las creencias.1
Como se habrá observado, varios autores explican cómo ciertos aspectos van
creando las redes articuladas necesarias para la construcción de la identidad de
un pueblo y el sentido de pertenencia del individuo, si bien la dinámica social es
siempre susceptible a la configuración de una nueva cultura, cuya identidad lucha
por conservar los rasgos que le dan significado a su origen, y es este dinámico e
inagotable proceso el que marca la pauta para la construcción de la diversidad
cultural, la cual, a su vez, es producto del encuentro y conjugación de los atributos
particulares en interacción.
1 Esta definición se ha venido manejando desde las conclusiones de la Conferencia Mundial sobre
las Políticas Culturales (MONDIACULT, México, 1982). Véase, entre otros muchos documentos: UNESCO, Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural: una visión, una plataforma conceptual, un semillero de ideas, un paradigma nuevo, Documento preparado para la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, Johannesburgo, 26 de agosto–4 de septiembre 2002.
17
Sirva lo anterior para dejar en claro que, para abordar la cultura en general o una
cultura en particular siempre será necesario observar la coexistencia, la
delimitación de los espacios y las características específicas que otorgan
particularidad al origen; lo cual no implica dejar de lado, el que ciertamente las
condiciones descritas en esta conceptualización se confrontan con la realidad que
enfrentan los individuos en relación con los cambios requeridos por la sociedad
bajo la influencia de factores económicos y políticos.
1.2 ¿Qué es la diversidad y cómo se manifiesta?
En la perspectiva del estudio antropológico, la diversidad constituye un fenómeno
social de trayectoria antigua; se observa desde el origen de la humanidad como
resultado de la constante actividad migratoria de poblaciones o grupos de
individuos, en condición de incidencia permanente, que asumen la tarea de la
reconfiguración simbólica en un tiempo y espacio distinto; es decir, provoca el
encuentro de diferentes culturas en puntos estratégicos que quizá ofrecieron la
satisfacción a ciertas necesidades, que los lugares de origen por situaciones
adversas negaron. Así pues, la conformación de la diversidad según lo plantea
Héctor Díaz–Polanco (2006) es un hecho evidente durante la convivencia e
interacción de sistemas culturales distintos con pensamientos, costumbres y
experiencias propias que simultáneamente luchan por lograr la inclusión y
conservar su autonomía.
Tal planteamiento aborda la comprensión de la diferencia dentro de los planos
cultural, social y colectivo, si bien esta comprensión necesita también, rescatar la
importancia de las características de la individualidad, es decir aquellas que
integran la condición humana, tanto en singularidad de la especie como las que a
la vez permiten acentuar la particularidad de cada individuo.
18
La diversidad es un concepto muy amplio, tan grande y variado como la naturaleza misma. Es posible definirla como la característica que está presente en el universo, donde cada ser es diferente en su estructura fisiológica, biológica y psicológica con relación a su contexto físico, social, cultural e histórico. Estos aspectos que singularizan a cada individuo o grupo se manifiestan en la interrelación con los otros donde las diferencias y semejanzas salen a relucir, se imponen o se complementan. (Fontana, 2009, p. 32)
Así pues, ya en el entramado de las relaciones humanas desarrolladas (es decir,
en el entorno de una sociedad), la percepción de la diversidad debe destacarse en
un marco de sensibilidad, en el cual la condición humana no se pierda frente al
universo de los factores de influencia política, económica y social, e intentando
que, por el contrario, estos últimos factores promuevan el constante desarrollo de
la convivencia, la tolerancia y el respeto a las diferencias.
En cuanto a la idea de conservar y perpetuar el origen, Manuel Area (2005),
observa que es posible la coexistencia de grupos sociales y las distintas prácticas
culturales desde un enfoque multicultural; ello, sobre todo, en entornos donde se
demanda el reconocimiento y respeto al origen, al uso de la lengua, al
pensamiento y conocimiento de cada grupo. Lo anterior sucede así porque al
plantear y definirse explícitamente la diversidad, las referencias exponen
características del concepto de cultura; es decir, cada grupo práctica y aprende
sus valores, creencias y conocimientos, y los transmite de una generación a otra,
las más de las veces sin considerar en sus planteamientos la posible modificación
resultado de la aceptación y la tolerancia.
De esta manera, la multiculturalidad reconoce la diferencia y las particularidades
de cada cultura, sin embargo (y como todos lo sabemos) en diferentes momentos
se han desatado reacciones ya sea de rechazo por parte de algún grupo
dominante o bien de resistencia por parte de grupos minoritarios que sienten la
amenaza de perder su identidad y acomodo, ante la falta de claridad de los
derechos que les pertenecen como integrantes de una comunidad política y
19
socialmente activa. Ante estas eventuales contradicciones es que surge el
multiculturalismo como una corriente de pensamiento que pretende reivindicar una
deuda histórica, ante todo con las culturas minoritarias que a lo largo de los siglos
han sido borradas del mapa político y social (Salcedo, 2001, citado por Flores,
Espejel y Hernández, 2008), y la necesidad de su reivindicación sigue siendo
consecuencia de una igualdad que no contempla la diferencia y generaliza la
norma.
Ante las progresistas exigencias de transformación mundial, México ha querido
participar en este sentido, consecuentemente, la fragilidad de su economía y la
falta de habilidad en la administración de sus recursos, al parecer, solamente le
permiten ir a la zaga de los procesos internacionales, sin que por otra parte se
logren avances decididos en cuanto a la erradicación de la segregación social
(ello, a su vez, en beneficio de solamente unos cuantos); por tal motivo la
sociedad mexicana necesita aún intensificar sus esfuerzos por valorar la fuerza de
la interculturalidad, así como el respeto a la diferencia y la exigencia hacia la
participación, todo en busca de un más sano y positivo desarrollo.
El mismo Manuel Area indica que la diversidad se sitúa en un proceso de
aceptación e inclusión en el sistema social, político e ideológico de una sociedad
predominante, en el cual el principio de la interculturalidad abre nuevas
expectativas en cuanto a las relaciones establecidas entre grupos culturales
diferentes, y a los intercambios y modificaciones en las costumbres propias; mas
todo ello es resultado del contacto, el diálogo y la convivencia.
De esta manera la interculturalidad impulsa el reconocimiento y la aceptación de los valores; la interculturalidad es respeto y aceptación, semánticamente, el concepto se debe entender desde su prefijo “inter”, lo que marca un deseo de “ir hacia”, una búsqueda de conexión y relación, una reciprocidad de perspectivas” (Velasco y Vences, 2010, p.43).
20
Al respecto, la literatura revisada sobre el tema considera al encuentro
multicultural como un factor social importante cuya naturaleza es conducir a la
construcción de una manera diferente de ver el mundo; ello porque la
interculturalidad compromete a la sociedad a rodearse de acuerdos que lleven a
matizar la identidad en el origen, sin descartar que al mismo tiempo permita
descubrir y entender la dificultad que irónicamente enfrentan los individuos al tratar
de conservar aspectos de la cultura propia ante la premisa del intercambio y
convivencia en un contexto extraño.
En el plano educativo, la percepción de la diversidad se ha ampliado al considerar
también las características propias de jóvenes y niños, o las asociadas a la
discapacidad física, emocional, sensorial o intelectual, conocidas como
necesidades educativas especiales o barreras de aprendizaje, mismas que
requieren –además de atención y recursos específicos– la adaptación de la
educación al individuo. Sirva de paso lo anterior para señalar que todos tenemos
necesidades educativas, expresadas en diferencias en cuanto a ritmos, estilos,
actitud o motivación, todas ellas con marcada dependencia al contexto como
medio de aprendizaje.
Otro segmento de la diversidad lo integran aquellos individuos portadores de
enfermedades susceptibles de provocarles exclusión o vulnerabilidad, y asimismo
se consideran el género y la diversidad sexual, en condiciones que requieren
atención y cuidado para alcanzar un desarrollo pleno. Por otra parte, un factor de
la diversidad difícilmente reconocida es la que forman los migrantes nacionales o
extranjeros que carecen de documentos o que viven marginalmente debido a
circunstancias jurídicas, pues a todos ellos se le dificulta aún más el acceso a los
beneficios económicos, políticos y sociales en una sociedad.
De esta manera, la extensa dimensión de la diversidad que hasta aquí hemos
considerado confirma el que en efecto nos enfrentarnos a un concepto amplio,
21
variado y complejo, que corre aparejado con la necesidad de promover un
movimiento de inclusión, el cual ciertamente ha merecido concebirse como parte
de las políticas de Estado. La premisa sigue siendo, entonces, generar acciones
destinadas a favorecer ambientes interculturales como factor de intercambio y
crecimiento social, pero con la convicción de que los grupos involucrados
conserven los rasgos distintivos de su cultura de origen, muchos de los cuales
pueden ser integrados como aspectos convenientes para así fortalecer la
consolidación social.
1.3 La diversidad en el proceso de globalización
El interés por el reconocimiento a la diversidad se ha incrementado a raíz de la
influencia de procesos estratégicos como la globalización, el cual terminó por
consolidarse a finales del siglo XX, primordialmente como un producto del sistema
económico capitalista, propio de las grandes potencias.
La globalización es un proceso complejo y contradictorio que acentúa las redes de interdependencia a escala planetaria, produciendo fenómenos de integración, aproximación y conciliación, así como de hegemonía y dominio. Si bien este "proceso infinito de contradicciones dinámicas" está en el corazón de la cultura moderna, es posible suponer que las prácticas están en el centro de la globalización. (Melo, 2002,2 citado en Manríquez y Castro, 2007, p. 220).
De esta manera, en lo general se coincide en señalar que los aspectos
determinantes del proceso de globalización son indicadores del interés de los
países desarrollados por consolidar su dominio mediante la homogeneización de
las sociedades en naciones pobres y subdesarrolladas; Fernando Salmerón
(2011) precisa que ello ocurre mediante la generación de hábitos de consumo y
hasta hábitos de vida, parecidos entre sí, los cuales son promovidos por empresas
2 Melo, Alexandre. 2002. Globalizaçao Cultural. Lisboa: Quimera Editores.
22
mercantiles (transnacionales) que emplean idénticas estrategias de comunicación
en todo el mundo.
Como ya se ha dicho, aunque nuestro país se ha involucrado indefectiblemente en
este proceso, su fragilidad económica y política es un factor que lo confina al
atraso y obstaculiza el progreso comercial, científico y tecnológico; además, la
influencia y dominación de países poderosos, en la práctica, niegan el acceso a la
competitividad. Por otra parte, acuerdos internacionales, lo mismo que el desdén
de los legisladores o de ciertas dependencias o funcionaros, limitan el margen de
participación en proyectos de Estado a la mayoría de la población mexicana y se
descartan propuestas valiosas de los ciudadanos comunes, las cuales –debido a
su interacción con las problemáticas reales– podrían satisfacer con oportunidad
las necesidades de una sociedad cada vez más diversa.
No obstante, hay que hacer notar que la conceptualización del proceso de
globalización se proyecta desde perspectivas distintas, contradictorias y hasta
controversiales.
Así por ejemplo, Zygmunt Bauman (1999) indica que las consecuencias del
deterioro de la calidad de vida en un mundo globalizado (no solo en México, sino
en la mayoría de países latinoamericanos o del tercer mundo), se manifiestan
mediante mayor pobreza, desigualdad, desempleo y xenofobia, son provocadas
por la aceleración de la economía de los países poderosos que no dan pauta para
que los países pobres ingresen a la modernidad.
Observa, además, que el proceso de globalización antes que homogenizar aleja e
inhibe las relaciones personales, puesto que su principal interés está puesto en
satisfacer el intercambio comercial o académico, mediante redes informáticas y
evade así, el desplazamiento de los individuos y los confina a permanecer en un
mismo espacio, lo cual frena la facultad de la interacción; es decir, ahora la
23
“fraternidad” del ser humano se materializa solo mediante mecanismos
tecnológicos que sumergen al individuo en la resignación o lo desalientan en
cuanto a una real propuesta de intercambio y convivencia.
Sin embargo, desde una postura opuesta, Díaz–Polanco (2006) plantea prestar
atención a las acciones positivas del actual proceso, el cual, por ejemplo, permite
valorar las diferentes maneras de ver el mundo y la manera de enfrentarlo,
priorizando el modo de comunicarse y ofreciendo una más democrática
oportunidad de participar, todo lo cual habrá de permitir el renacimiento de la
identidad en cada cultura, dotándola de fortaleza y carácter, atributos admirables,
por cierto, en los distintos grupos sociales que conforman a la población mexicana.
Ante este distinto panorama, es posible pensar que la reflexión anterior constituya
solamente una suerte de utopía romántica, pero no lo resulta tanto si apreciamos
que a pesar de las influencias económicas y políticas que hostigan a la sociedad
mexicana (y sus muy diversos estratos, etnias y hasta grupos marginales) se ha
logrado conservar una organización y una estructura propia, la cual hasta el
momento ha “sobrevivido” o funcionado de acuerdo con el tiempo y espacio, y
pese a (o gracias a) su cotidiana y agitada convivencia .
Esta persistente y constatable realidad es la que nos lleva a suscribir las palabras
de Miguel López Melero (2006) en cuanto a los factores positivos de la
globalización y la conceptuación del pensamiento de reconstrucción social y el
reconocimiento de la identidad como herramientas de defensa, dado que, como
nos lo reitera: la utopía unida a la idea de la construcción de un mundo mejor, de
una sociedad mejor y de los cambios y transformaciones necesarias para
conseguirlo, siempre expresa un ideal de cambio hacia algo nuevo y mejor (p. 16).
Y, al respecto, nos atrevemos a proponer: ¿dónde más lo podremos configurar si
no es en lo más próximo a nosotros?
24
1.4 Relevancia de la inclusión en la atención a la diversidad
Prestar atención a la diversidad en una sociedada como la nuestra nos conduce a
observar con detenimiento y cuidado los propósitos del movimiento de inclusión,
los cuales se expresan en el documento Declaración Mundial sobre Educación
para Todos. La Satisfacción de las Necesidades Básicas de Aprendizaje (ONU,
1990).
En él, como es de suponerse, se reitera que la educación es uno de los derechos
humanos universales y la plataforma propuesta cuenta con el respaldo de
organismos como el Banco Mundial, la UNESCO y el Fondo Internacional de
Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), entre otros.
Se declara –desde entonces– que la inclusión social debe promoverse a partir de
acciones y estrategias con un planteamiento multidimensional que permita
prevenir riesgos y vulnerabilidad, especialmente en favor de aquellos grupos o
individuos excluidos o marginados, o en riesgo de pasar a serlo. De esta manera,
las medidas propuestas inevitablemente voltean la mirada hacia la exclusión que
se manifiesta inclusive en situaciones más allá de la pobreza, tales como la falta
de oportunidades para la participación o la falta de bienes básicos o redes de
bienestar social (Blanco, 2006).
En la Tabla 1 de este trabajo puede observarse de manera mucho más gráfica el
vínculo estrecho que existe entre los ámbitos, los espacios y los factores, que
recientes investigaciones exponen como consecuencias de la exclusión social; de
esta manera se entiende cómo el desequilibrio o desatención de algunos de esos
ámbitos o espacios provoca la interrupción del desarrollo humano en sus planos
contextual y situacional. Por lo demás, estableciendo las correspondientes
relaciones causa–efecto es posible determinar cuando las acciones previstas para
la participación, la equidad y la contribución del individuo se ven coartadas.
25
Tabla 1. Ámbitos, espacios y factores de exclusión
ÁMBITO ESPACIO FACTOR DE EXCLUSIÓN
ECONÓMICO Renta
Pobreza económica
Dificultades financieras en el hogar
Dependencia de la protección social
Sin protección social
LABORAL
Acceso al mercado laboral
Desempleo
Subempleo
Imposibilitación
Condiciones laborales Precariedad
EDUCATIVO Acceso al sistema educativo
Desescolarización
Inaccesibilidad a la educación obligatoria
FORMATIVO Capital formativo
Analfabetismo
Niveles formativos bajos
Fracaso escolar
Abandono del sistema educativo
Barrera lingüística
SOCIOSANITARIO Morbilidad
Enfermedades que provocan exclusión social
Enfermedades que sufren los colectivos excluidos
VIVIENDA
Accesibilidad Acceso en precariedad
Inaccesibilidad
Condiciones de la vivienda
Malas condiciones de la vivienda
Malas condiciones de habitabilidad
RELACIONAL
Redes familiares Escasez o debilidad de las redes familiares
Deterioro de las redes familiares
Redes sociales Escasez o debilidad de redes sociales
POLÍTICO
Ciudadanía/Participación
Inaccesibilidad a la ciudadanía
Acceso restringido a la ciudadanía
Privación de derecho por proceso penal
No participación política y social
Físico
Deterioro de edificios, viviendas y servicios
Deterioro del espacio público
Deficiencias en la movilidad
CONTEXTO ESPACIAL
Sociocultural
Estigmatización del territorio
Inseguridad ciudadana
Descohesión social
Ausencia de equipamientos urbanos
Económico Marginación económica
Fuente: Instituto de Gobierno y Políticas Públicas/Universidad Autónoma de Barcelona. Un paso más hacia la inclusión social. 2003, citado por Andrés R. Azuero. “Capital social e inclusión social: algunos elementos para la política social en Colombia”. Cuadernos de Administración
(Universidad del Valle Colombia), núm. 41, enero–junio, 2009, pp. 151–168.
http://www.redalyc.org/redalyc/pdf/2250/225014901011.pdf. Consultado: 22 de febrero de 2012.
26
De esta manera, en el momento actual la exclusión social puede ser observada
como una consecuencia extrema de la globalización, cuyo impacto incide en el
debilitamiento de la estructura política y económica, la falta de empleo y bajos
recursos, y afecta de manera significativa las relaciones familiares y sociales,
agravándose todo ello en comunidades cuya característica primordial sea la
diversidad.
Tal es el caso del espacio geográfico en donde se llevó a cabo el presente estudio
(Ixtapaluca, Estado de México), un municipio conurbado de la Zona Metropolitana
de la Ciudad de México, donde domina la inmigración y donde evidentemente
proliferan populosos asentamientos que radican ahí en busca de mejores
condiciones de vida; no obstante, sus habitantes cotidianamente viven
circunstancias que implican vulnerabilidad y riesgo (sobre todo para la población
recientemente acogida), las cuales implican afectación al ámbito económico, pero
asimismo en el entorno social y en cuanto a su debilitamiento cultural.
Constituye, por tanto, un sitio en el que la atención a la diversidad es importante, y
donde resulta necesaria la oportuna identificación de los factores que causan la
exclusión a fin de implementar acciones que promuevan la inclusión social;
soluciones que deben involucrar a la propia sociedad y al Estado, aun cuando este
último se ha visto imposibilitado de encontrar soluciones viables que eviten y
prevengan las ya citadas situaciones de exclusión.
Ante entornos con problemáticas similares, López Melero (2006, p. 10) propone
otorgar derechos a los nuevos integrantes de una sociedad cuya cultura habrá que
conocer y así acceder a los beneficios pero también a las obligaciones, que se
convertirán en principios fundamentales para conservar la identidad y el origen, en
convivencia con la cultura mayoritaria en la que se ven inmersos.
27
1.5 La inclusión en el contexto escolar
Los principios de justicia, desarrollo, respeto a la diferencia y equidad entre los
individuos buscan fortalecer y consolidar el movimiento de inclusión social. Al
transferirse a la cotidianeidad del contexto escolar, estos intentan igualmente
erradicar la desigualdad, la exclusión o el rezago. De esta manera, la inclusión es
un factor prioritario que ha sido contemplado en la actual Política Educativa que se
promueve en nuestro país mediante la Reforma Integral de la Educación Básica
(RIEB). Tal categoría se involucra tanto en el proceso formativo del estudiante
como en todo el espacio escolar, mismo que adquiere el propósito primordial de
brindar atención a las necesidades de aprendizaje de los alumnos, tomando en
cuenta el factor de la diversidad y mediante estrategias de participación equitativa
e igualdad de oportunidades.
Al decir de Booth, Ainscow, Black–Hawkins, Vaughan y Shaw (2000, p. 9) el uso
del término inclusión o educación inclusiva es reciente en América Latina. La
expresión ha traído cierta confusión, pues en algunos lugares se toma como
sinónimo de integración, en tanto que para el sistema educativo la educación
inclusiva hace referencia a la atención de las necesidades de aprendizaje
asociadas con alguna discapacidad. Esto último a partir de la Conferencia Mundial
sobre Necesidades Educativas Especiales. Acceso y calidad (UNESCO, 1994), en la
que se reafirmó el compromiso de promover la educación para todos, en
consideración de los sectores más vulnerables de la sociedad.3
3 En la citada conferencia se convino que el elemento esencial del concepto de educación inclusiva
guardaba relación con los cambios sistemáticos en la escuela y en el distrito escolar y con el planeamiento de la enseñanza a nivel del gobierno local y central. La inserción en el plan general, por el contrario, se refería a individuos o grupos pequeños dentro del sistema actual, sin que se dedujera necesariamente que había que cambiar el sistema para posibilitar la inclusión de otros niños.
28
Pero la dimensión de la inclusión educativa es más amplia. Refiere al hecho de
que los estudiantes obtengan el beneficio de aprender y de que sean satisfechas
sus necesidades de acuerdo con la particularidad de su persona. La inclusión
educativa también favorece el trabajo entre docentes; con la búsqueda de apoyos
alternos, y en sí misma impulsa a desarrollar el trabajo colaborativo en la
comunidad escolar (Stainback, S. y Stainback, W, 2007). Pese a lo anterior, la
propuesta de inclusión en el contexto educativo mexicano, hasta ahora se ha visto
reducida, ante la falta de herramientas teóricas y metodológicas, que orienten la
organización e intervención docente dentro de un marco multidisciplinario.
Por otra parte, según Pere Pujolás (2009), la inclusión educativa contempla que lo
más normal es que entre los individuos existan diferencias, y que estas generen
aprendizajes de acuerdo con las experiencias vividas fuera de la escuela, por lo
que compartirlas en un espacio educativo promueve relaciones y experiencias,
mediante las cuales se vuelve más significativa la integración de nuevos
elementos a un conocimiento.
Pero como ya se ha dicho, la inclusión en el contexto escolar invita también a
dirigir la mirada hacia la transformación de las técnicas de enseñanza, ya que
estas constituyen un factor fundamental dentro de un proceso de compromiso y
responsabilidad profesional. Aún más, es el peso específico de esta categoría lo
que ha posibilitado que a escala mundial se brinde cada vez más atención a la
diversidad, mediante la cual (al decir de la ya citada Declaración Mundial sobre
Educación para Todos) se promueven condiciones que favorecen la aceptación de
las diferencias individuales, la convivencia, el respeto y la oportunidad de
participación, todo con miras a conformar una sociedad más justa y democrática,
que conserve la sensibilidad humana, y en la que la educación opere como un
principio de reconciliación (López Melero, 2006).
29
Los objetivos de la Declaración promueven así también, la satisfacción de las
necesidades de aprendizaje con la intención de eliminar las barreras que limitan el
acceso a una educación de calidad. Por otra parte, se reitera que todos tenemos
necesidades educativas, mas casi ninguno las mismas, por lo tanto se requiere de
una permanente intervención pedagógica de acuerdo con la demanda de
recursos, tiempos, motivaciones e intereses (Blanco, 2007).
Lo anterior no descarta que la atención tanto a la diversidad como a la inclusión en
el espacio educativo puedan ser además contempladas desde la perspectiva de la
otredad sociocultural, la cual se enmarca dentro de los planteamiento de Díaz–
Polanco (2006), quien abandera la no discriminación ante la procedencia de etnias
o culturas o minorías lingüísticas, o bien por vivir en contextos de pobreza, ser
niños y niñas de familias migrantes o sin acta de nacimiento, o inclusive ante
circunstancias como pertenecer a la diversidad asociada a la discapacidad (física
o intelectual), ser portadores de alguna enfermedad que suscite discriminación o
estar afectados emocionalmente por conflictos disfuncionales propios de la
dinámica familiar.
1.6 Un recorrido por algunos estudios sobre la diversidad y la inclusión; exploraciones y hallazgos
Avanzada la primera década del siglo XXI, parece haber llegado ya el tiempo de
encontrar elementos que conduzcan hacia el conocimiento de las principales
estrategias o propuestas que desde la política educativa vigente se hayan
ensayado para la atención de la diversidad en el contexto educativo,
particularmente dentro del nivel preescolar, si bien ante todo resulta de nuestro
interés conocer los resultados alcanzados en cuanto a las demandas de atención
a comunidades que comportan particularidades regionales y sociales, temas que
son la base para el desarrollo del presente estudio.
30
En el ámbito escolar, la atención a la diversidad y a la inclusión educativa
generalmente se ha centrado alrededor de dos problemáticas. La primera tiene
que ver con la atención los grupos indígenas, pues dentro de una sociedad
predominante mestiza en algunos individuos o sectores sigue dominando la idea
de que tales grupos “carecen de cultura”, o bien persiste la falsa idea de que es
necesario que abandonen o transformen sus costumbres para lograr su
integración a la dinámica de la sociedad que los acoge. La segunda se orienta
hacia atender las necesidades educativas especiales, asociadas a alguna
situación de discapacidad, ya que para lograr una adecuada atención educativa
para estos estudiantes es necesario un tratamiento individual; no obstante, en este
ámbito se ha intentado incidir mayormente mediante la adecuación curricular de
los programas de educación especial que en cuanto al desarrollo general de los
principios de la inclusión educativa.
Los estudios más progresistas sobre el tema por supuesto se centran en
recomendar estrategias de promoción del respeto a la cultura, el origen y las
relaciones que florecen en la convivencia diaria al interior de las aulas, para evitar
así la exclusión y pérdida de la identidad. Al respecto, es un hecho que en México,
el sector educativo ha sido un espacio que por su trascendencia y función ha
contribuido a cuidar y a promover acciones que brinden una adecuada atención a
las necesidades de aprendizaje de los estudiantes con alguna condición especial.
Así, se ha venido avanzando en cuanto a que desde la propia planeación se
considere la capacidad de ritmos o estilos de aprendizaje, al tiempo que se tomen
en cuenta las características multiculturales de cada región o comunidad. Estos
son, en efecto, algunos de los principales planteamientos que destacan en el
currículo renovado, es decir que desde la propia programación y planeación, y en
consonancia además con la propia legislación educativa, se ha tratado de
sensibilizar a docentes, padres de familia y autoridades para avanzar hacia una
mejor interacción social, siempre en beneficio de un mejor proceso de enseñanza–
aprendizaje y el desarrollo armónico e integral de los estudiantes.
31
Es de esta manera, como el trabajo realizado por diversos especialistas expresa la
necesidad de reconocer y rescatar el valor de la pluralidad cultural de los grupos
humanos, en particular los que conforman nuestra nación mexicana, en principio
atendiendo al ejercicio de sus derechos. No obstante, la mayor parte de los
proyectos de investigación que focalizan el estudio dentro de la dimensión
educativa, lo hacen principalmente en cuanto a los niveles de primaria y
secundaria, y en muy escasa medida para el nivel preescolar. Por lo demás,
muchos de estos proyectos, sus avances y/o sus resultados, consultados para el
presente estudio, aparecen en publicaciones y revistas arbitradas, o bien derivan
de ponencias y conferencias respaldadas por organismos de probado prestigio.
Al respecto, conviene reseñar que en muchos trabajos revisados se omite la
metodología utilizada para el desarrollo de la investigación, y que en aquellos que
sí se indica predomina la metodología cualitativa, la cual refiere en su más amplio
sentido a la comprensión de la realidad, la cual vincula la interrelación de múltiples
realidades mediante la descripción, el diálogo y la conducta que puede ser
observada por los propios actores y el investigador (Pérez Serrano, 2004). Entre
los más destacados mencionaremos los siguientes:
De la Educación indígena a la educación intercultural bilingüe. La comunidad
p’urhepecha, Michoacán, México, realizado por Sonia García (2004), en el cual, en
cuanto a la atención a la diversidad, la investigadora plantea el trabajo intenso que
implica el cuidado y conservación de la identidad cultural y lingüística de la región.
Revisa los primeros proyectos educativos dirigidos a esta comunidad indígena y
analiza los planteamientos insertos en los nuevos programas para los tres niveles
de educación básica. Se nos recuerda así que en estos se promueve de manera
importante la participación de toda la comunidad, incluidos padres de familia y
maestros, principalmente encaminándose hacia la búsqueda de alternativas de
desarrollo profesional, por supuesto con la finalidad de alcanzar el fortalecimiento
32
de la educación intercultural, entendida esta como un espacio donde el respeto, el
reconocimiento y la oportunidad reduzcan la deserción y el rezago educativo.
Por su parte en su artículo “El docente de primaria indígena frente a la diversidad
sociocultural y lingüística en el aula”, José Bastiani (2007) aborda la interacción
del docente con la realidad del espacio educativo en el estado de Chiapas, al
tiempo que presenta su propia experiencia al respecto y refiere la necesidad de
asumir el compromiso y brindar en todo momento atención a la diversidad cultural;
lo anterior, toda vez que:
El trabajo del profesor en el aula y de los actores educativos constituye un trabajo capital en consecución de una buena educación en y para la diversidad sociocultural; si no se hace este trabajo de manera corresponsable se estará posponiendo la interculturalidad como sistema pedagógico y filosófico en la construcción de una relación educativa y social justa entre los pueblos originarios y el Estado mexicano (p. 370).
La investigación de Bastiani resalta asimismo la riqueza que ofrece la
comunicación entre los estudiantes y cómo esta contribuye a conservar la lengua
materna también dentro del ámbito educativo. Por lo demás, destaca el papel de
las relaciones de igualdad sociocultural y el derecho de las comunidades a
participar en las políticas de Estado, esto último a fin de suprimir la tradición
hegemónica que prevalece en la sociedad mexicana, y siempre en el afán de
evitar el rezago educativo, la deserción escolar y la exclusión.
De estas ideas es posible desprender que la atención de la diversidad cultural en
un aula de preescolar implica observar a detalle tanto las manifestaciones de las
necesidades de aprendizaje como las diferencias específicas de los estudiantes,
sin descartar que existen aspectos que a veces pasan inadvertidos o se dejan al
sentido común de la educadora, tales como sus propias actitudes, y mensajes
emitidos mediante su lenguaje corporal, durante el desarrollo de su dinámica en el
aula. Al respecto, en su trabajo Creencias, práctica docente y propuestas para la
33
atención de la diversidad cultural: el caso de una docente costarricense y tres
infantes nicaragüenses, Luisa Susana Ruiz (2010) establece que:
El planeamiento de trabajo diario se ejecuta con criterios pedagógicos de una atención a la diversidad sumida en el principio o ilusión del “trato igualitario”, como la alternativa más viable que utiliza la docente para abordar el tema de la diversidad cultural en el aula [pero…] los materiales y rutinas de trabajo diario no facilitan el intercambio cultural (p. 171).
Esta misma autora pone, pues, el acento en la falta de elementos didácticos en la
planeación de actividades, lo que impide el logro de ambientes de aprendizaje
atractivos e interesantes, pues los existentes únicamente generan inseguridad y
desconfianza. El trabajo de Ruiz aborda, por tanto, situaciones similares a las que
motivaron el emprender el presente trabajo de tesis, y los datos que proporciona
en su investigación evidencian la falta de comprensión de las docentes en cuanto
a los conceptos que nos ocupan; por supuesto ante la dificultad que representa,
por ejemplo, denotar el significado de expresiones tales como atención a la
diversidad para fortalecer la inclusión educativa, considerando los factores éticos,
filosóficos, sociales contenidos en la función docente en congruencia con la
identidad profesional.
Mas en la batalla por avanzar positivamente en todos los sentidos, gratificante
resulta hacer notar que actualmente están en marcha muy diversos proyectos
educativos planteados e impulsados por especialistas de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM),
mismos que pretenden correr en consonancia con los propósitos de la RIEB. En
todos ellos, por tanto, se plantea contribuir con el desarrollo de las habilidades
orientadas al impulso del conocimiento científico en los estudiantes de Educación
Básica, pero se toma también como referente el contexto de la localidad, ya que
con ello se promueve el interés por aprender de los estudiantes y se favorece e
incrementan los conocimientos que poseen, es decir, se logra la resignificación y
34
la utilidad de un conocimiento, a partir del enriquecimiento del procedimiento
tradicional o empírico. Así Alejandra García (2011), investigadora de la UAM,
mediante su trabajo Diálogo de saberes en la educación básica: posibilidades para
una educación científica intercultural. Educación científica en contextos
multiculturales, ha puesto en marcha un estudio en el nivel secundaria, cuyas
características dan muestra de la viabilidad en una comunidad de Tlapa, Guerrero.
Al respecto, otros especialistas consideran que estos planteamientos podrían ser
factibles de aplicarse en los niveles educativos de primaria y preescolar, por
supuesto adaptándolos a la etapa de desarrollo y características que presentan
niños y niñas que cursan estos niveles.
Los proyectos presentados dentro del marco de la RIEB, pretenden contribuir con el
impulso de la enseñanza de las ciencias en la educación básica, en consideración
de lo que ya se hace –o falta por hacer–. Al respecto, se sustenta que todos y
cada uno de los estudiantes pueden tener acceso al campo científico, toda vez
que el estudio de este es parte del diario acontecer, si bien su impulso dentro de la
clase queda como un compromiso más del docente (Padilla, 2011).
La revisión de algunas tesis en la Biblioteca de la Universidad Pedagógica
Nacional (UPN), en cuanto a la atención a la diversidad cultural y las capacidades
diferentes (físicas, motrices e intelectuales), muestra igualmente propuestas y
conclusiones positivas, de acuerdo con los fines de la inclusión, ya que en ellas se
revela que tales condiciones o limitaciones físicas no son un obstáculo
determinante para lograr aprendizajes; se propone, por tanto, reconocer que
solamente hay procesos diferentes sobre los cuales es necesario conocer,
reflexionar y trabajar en consecuencia.
35
Abundando sobre lo expuesto, es posible afirmar que aún con sus fallas y su
desarrollo incipiente, en el momento actual, la inclusión educativa ha abierto la
posibilidad de cambiar la percepción social que se tiene respecto de los grupos
minoritarios y vulnerables (tales como indígenas, personas con alguna
discapacidad motriz o intelectual, por diferencias de género, preferencia sexual o
situación de calle, entre otras), y todos ellos son atendidos de alguna manera
mediante el Modelo de Atención de los Servicios de Educación Especial (MASEE
2013).4 A partir de él se les asume como parte de la diversidad y se determinan
sus propósitos de inclusión, los cuales buscan asimismo brindarles viables
oportunidades de crecimiento y desarrollo.
En este contexto, y como lo evidencia el trabajo de Haydee B. Torres (2001),
Libros de texto gratuitos en braille y en tinta como elementos de integración
educativa, el papel de la escuela es también ofrecer a los alumnos con ciertas
especificidades, atención y oportunidad equivalentes a los de una mayoría llamada
“regular”.
En este estudio sobre atención a alumnos con discapacidad visual, como principal
estrategia se parte de que el docente deje atrás prejuicios y suposiciones sobre la
capacidad y el desarrollo de aprendizaje del estudiante dentro de un grupo regular,
lo cual permite a los niños con barreras entablar relación con los otros estudiantes,
de lo cual deviene un ambiente de confianza y seguridad.
En su trabajo Análisis de las actitudes de los niños regulares a nivel primaria ante
la integración educativa de niños con necesidades de educación especial,
4 El MASEE está fundamentado en tres planteamientos sustantivos que cobran relevancia en su
razón de ser, su quehacer institucional y la organización y funcionamiento de sus servicios. El primer planteamiento se inscribe en los principios de la educación inclusiva; el segundo, está conformado por el Acuerdo Secretarial 592, en el cual se establece la Articulación de la Educación Básica en el marco de la RIEB. El tercero se sitúa en la transformación de la gestión escolar en concordancia con el Modelo de Gestión Educativa Estratégica.
36
Alejandra Aguirre y Cindy Cervantes (2001) concluyen que es importante conocer
el sentir de los estudiantes a quienes se les denomina “regulares” ante la
perspectiva de la escuela inclusiva, y por otra parte indican que aunque se han
creado ya espacios de convivencia y aceptación de las diferencias (incluidas las
necesidades educativas especiales), mucho queda por hacer, por ejemplo, para
tomar en cuenta la diferencia de edades o el desfase de grado en relación con la
capacidad intelectual del estudiante con barreras o meramente capacidades
diferentes.
Por otra parte, tras realizar observaciones en niños preescolares con
hiperactividad, Tania Anaya (2001) considera imprescindible incluir el juego en el
diseño de estrategias de aprendizaje, toda vez que es innegable la utilidad de esta
actividad como promotora de la convivencia y la socialización durante esta etapa
que transitan los niños menores de seis años.
Tales estrategias, y otros recursos para la atención de estudiantes que adolezcan
de situaciones que les impidan adaptarse al grupo, habrán de redundar tanto en
satisfacción de la demanda del proceso de aprendizaje como en la eliminación de
factores de rechazo y exclusión, los cuales –por lo demás– podrían influir durante
toda la trayectoria académica e incluso la calidad de vida de los estudiantes.
Con las observaciones anteriores se pretende destacar que la particularidad y
diferencia en cada uno de los estudiantes, demanda que el docente, ante todo el
de preescolar, haga uso de la creatividad y de los múltiples recursos que le
ofrecen hoy todos los medios de comunicación para promover el desarrollo de
competencias afectivas y sociales, en función de la inclusión y la atención a la
diversidad concentrada en las aulas.
37
Esto último asimismo lo ilustra la ponencia El teatro como estrategia
psicopedagógica para favorecer la inclusión de niños preescolares, presentada por
Melody Araceli Guillén (2009), donde demuestra el incremento del grado de
participación cuando la estrategia es diseñada con la finalidad de lograr de un
desarrollo cognitivo y social de calidad.
De esta manera, en el ámbito educativo el término estrategia, abandona el campo
semántico vinculado con la guerra, y pasa a definirse como la acción pedagógica
desarrollada por el profesor cuando es hábil y diestro en la conducción de un
proceso que genera conocimiento (Sánchez,1993).
Para Edgar Morín (2008) la estrategia pedagógica necesariamente es un proceso
que crea una incertidumbre que permite plantear objetivos, los cuales a su vez
propician reunir información para verificar las acciones iniciales a fin de, en su
caso, modificarlas. Es por ello que la diversidad y la inclusión educativa como
objetivos propuestos dentro del Programa de Educación Preescolar en el marco
de la RIEB, deben verse a la luz de generar las estrategias y acciones
encaminadas a comprender las situaciones de aprendizaje que genera el
encuentro multicultural en el aula.
Ante este primordial reto, resulta fundamental que el equipo de profesionales
implicados en el proceso de enseñanza profundicen en el conocimiento del
currículo educativo, a fin de que ello impacte en el centro de trabajo (es decir en
toda la comunidad escolar), en distintas etapas y de manera secuencial: primero
hacia el colectivo docente, y posteriormente en el propio contexto áulico, siempre
en atención de la diversidad y –en consecuencia– atendiendo a la individualidad y
las particularidades de los estudiantes. Pues como nos dictan Pilar Arnaiz y Carlos
Garrido (1999):
38
La adecuación tiene una doble vertiente: una, la creación de condiciones idóneas que hagan posible el desarrollo de diferentes programas en el aula, inclusive aquellas que precisan los alumnos con necesidades educativas especiales; y por otro lado al garantizar el hecho que los sujetos que requieran una adaptación del currículum no sean ajenos al grupo de aprendizaje sino parte esencial del mismo de manera que participen activamente en las actividades comunes y en su dinámica general (p. 107).
Por supuesto, el conocimiento curricular tanto en su horizontalidad y su
verticalidad como en su transversalidad es lo que permite realizar adecuaciones,
modificaciones y ajustes que promuevan un trabajo colaborativo e
interdisciplinario, el cual, de ser necesario, incluya la participación de especialistas
que brinden asistencia médica o rehabilitación.
Al respecto, y siguiendo a Arnaiz y Garrido (1999), reproducimos en la Tabla 2, los
indicadores sugeridos que pueden ayudar al docente a mejorar su práctica,
destacan aquí los aspectos de la planeación didáctica que habrán de permitir
alcanzar a cubrir los retos y propósitos de la educación inclusiva en atención de la
diversidad en el aula.
39
Tabla 2. Atención a la diversidad desde la programación del aula.
INDICADORES PARA ADECUAR LA PROGRAMACIÓN DEL AULA A LA DIVERSIDAD
EN LOS OBJETIVOS Y CONTENIDOS
Concretar los objetivos y contenidos para el ciclo de acuerdo con la diversidad de los alumnos en el aula.
Introducir objetivos y contenidos para los alumnos con necesidades educativas especiales.
Dar prioridad a los objetivos y contenidos en función de la diversidad de capacidades, intereses y motivaciones de los estudiantes.
Modificar la secuencia de objetivos y contenidos a fin de conseguir el mayor grado de significación de la enseñanza.
EN LAS ACTIVIDADES DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE
Diseñar actividades que tengan diferentes grados de realización.
Diseñar actividades diversas para trabajar con un mismo contenido.
Proponer actividades que permitan diferentes posibilidades de ejecución.
Proponer actividades que se lleven a cabo con diferentes tipos de agrupamientos (grupo grande, grupo pequeño e individual).
Planificar actividades de libre ejecución por parte de los estudiantes, según sus intereses.
Planificar actividades que tengan aplicación en la vida cotidiana.
EN LA METODOLOGÍA
Priorizar métodos que favorezcan la expresión directa, la reflexión y la comunicación.
Adecuar el lenguaje según el nivel de comprensión de los alumnos.
Seleccionar técnicas y estrategias metodológicas que, siendo útiles para todos los alumnos, lo sean también para los que presentan necesidades educativas especiales (técnicas de demostración y modelado, técnicas de trabajo cooperativo o enseñanza tutorada).
Dar prioridad a técnicas y estrategias que favorezcan la experiencia y la reflexión (aprendizaje por descubrimiento).
Favorecer el tratamiento globalizado o interdisciplinario de los contenidos de aprendizaje.
Partir de centros de interés sobre los que se globalice el tratamiento de los contenidos.
EN LA EVALUACIÓN
Realizar una evaluación inicial ante un nuevo proceso enseñanza–aprendizaje.
Introducir la evaluación del contexto aula.
Utilizar procedimientos e instrumentos de evaluación variados y diversos (cuestionarios, entrevistas, observación sistemática, pruebas objetivas, etcétera).
Proporcionar los materiales necesarios para la realización de las actividades de evaluación en función de las características del estudiante.
Fuente: Arnaiz, P. y Garrido C. F. (1999), Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado. España: Universidad de Zaragoza, núm. 36, pp. 107–121.
40
Observamos entonces que la mayoría de las investigaciones proponen
considerar, además de los factores didácticos, los aspectos relacionados con las
necesidades educativas que requieren de atención especializada, a fin de
favorecer el desarrollo del estudiante, y que este mismo desarrollo se lleve a
cabo de manera conjunta y mediante una coordinación multidisciplinaria. Lo
anterior, toda vez que el movimiento de inclusión educativa aspira de manera
inequívoca a promover la igualdad de oportunidades en el aula (Mutaner, 1999);
no obstante, resulta interesante cuestionarnos si los docentes se encuentran en
disposición de incrementar sus conocimientos y adquirir los necesarios, para la
atención de la diversidad cultural y de capacidad e incluirlos en la programación de
sus actividades.
No sobra entonces reiterar que en observación a las necesidades educativas en
una nación tan diversa como la nuestra, el sistema educativo considera ya dentro
de los principios pedagógicos del Plan de Estudios 2011, el favorecer la inclusión
para atender la diversidad, en virtud de que ello permitirá reducir la desigualdad y
ampliar las oportunidades (SEP, 2011a, p. 39). Y asimismo en congruencia con las
necesidades de aprendizaje, a lo largo del proceso de la RIEB, las expectativas del
currículo educativo para el nivel preescolar se han reconfigurado con el fin de
subsanar vacíos y para adecuarlas a las necesidades detectadas entre la
población que le concierne.
Fundamento de ello es el Programa de Estudio 2011. Guía para la Educadora.
Educación Básica Preescolar, documento que promueve en mayor medida la
atención a la diversidad cultural y orienta de forma más concreta a las educadoras
para que adquieran una visión con mayor amplitud en torno a la inclusión
educativa. Para el efecto, propone también más apertura para el diseño de
situaciones de aprendizaje que contribuyan a enriquecer el proceso educativo;
esto último toda vez que:
41
Es necesario que las educadoras identifiquen las barreras que pueden interferir en el aprendizaje de sus alumnos y empleen estrategias diferenciadas para promover y ampliar, en la escuela y las aulas, oportunidades de aprendizaje, accesibilidad, participación, autonomía y confianza para combatir y erradicar actitudes de discriminación. (SEP, PE 2011, p. 23).
Por todo lo hasta aquí expuesto es que la visión de nuestro objeto de estudio
pretende incidir en el compromiso del docente y su función, a fin de que el
desarrollo de su labor permita igualmente enfrentar los desafíos y cambios de la
sociedad actual, inmersa en un mundo globalizado, misma que debe incorporar el
respeto a la diferencia y a la individualidad. Respaldamos además que tales
propósitos deben ampararse en trabajos científicos multidisciplinarios, con la
intención de potencializar en los alumnos el desarrollo de sus habilidades y
competencias para saber conocer, saber hacer y saber ser, necesarias para
enfrentar los retos impuestos por la sociedad del siglo XXI.
Entrando en materia, reiteramos que las acciones en la planificación didáctica
cotidiana en la educación preescolar requieren ser diseñadas a partir del
reconocimiento de la diversidad en el aula y la influencia social y contextual de la
comunidad, para así lograr estimular la construcción de las habilidades de
pensamiento,5 acción que debe propiciarse inclusive desde el periodo que abarca
la primera infancia, la cual se contempla desde el nacimiento. Al respecto,
recordemos que la primera infancia constituye una de las etapas más importantes
del ser humano, y que, según estudios realizados por especialistas en
neurociencia, la mayor parte del progreso neuronal que posibilita la inteligencia se
origina antes de que el niño cumpla los siete años, pues en este lapso se produce
5 Guevara, G. (2000). Las habilidades de pensamiento son un tipo especial de procesos mentales
que permiten el manejo de información. Toda habilidad de pensamiento se define como un producto expresado mediante un conjunto de conductas que revela que la gente piensa. La habilidad de pensamiento entendida como producto es inobservable. Cfr. Competencias para el desarrollo de las habilidades de pensamiento Draft 1, Habilidades básicas [Paráfrasis], (Manuscrito no publicado). México: Universidad Veracruzana/Facultad de Filosofía, p. 24. Disponible en
http://www.uv.mx/dgda/afbg/estudiantes/documents/C2.pdf. Consultado: 23 de octubre del 2011.
42
el mayor desarrollo de las células cerebrales y la correspondiente estructuración
de sus conexiones nerviosas, si bien existen factores que pueden inhibir o
estimular tal evolución, la cual depende en gran medida de la interacción con el
medio ambiente, la nutrición y la salud general del organismo (Escobar, 2006).
Por supuesto, nuestra propuesta se orienta a favorecer el progreso de estas
habilidades, siempre en consideración de la diversidad del grupo preescolar, y
bajo los planteamientos del campo formativo de “Exploración y conocimiento del
mundo”, en los aspectos natural y social que plantea el Programa de Estudio
2011. Guía para la Educadora. 6
En este documento, el marco descriptivo brinda los argumentos suficientes y
básicos en relación con el desarrollo progresivo en la capacidad de razonamiento
de los niños y niñas menores de seis años para entender a su manera la realidad
del mundo en que viven, y así darle sentido, tanto mediante la elaboración de
categorías y conceptos (SEP, PE 2011, p. 60) como mediante actividades que
motiven la investigación y la búsqueda de soluciones a problemas cotidianos. Se
promueve para ello el desarrollo de capacidades para cuestionar, reflexionar,
observar, analizar, comparar, relacionar, clasificar y llegar a conclusiones, en
proyección e impacto de aprendizajes significativos, los cuales deben contribuir a
que los alumnos logren modificar sus conocimientos y adquieran gradualmente la
capacidad de aprender a aprender.7
Esta competencia de aprender a aprender, se desprende del aprender a conocer,
cuyo propósito central es que el estudiante aprenda “para la vida” y “a lo largo de
6 En adelante incidentalmente abreviado como PE 2011. 7 En cuanto al aprender a aprender se nos reitera que en las sociedades actuales los cambios suceden muy rápidamente y se mueven con mucho dinamismo; el proceso de adquisición del conocimiento no concluye nunca y puede nutrirse de todo tipo de experiencias. Por tanto, la educación debe sentar las bases que permitan seguir aprendiendo durante toda la vida, y este es
uno de los paradigmas educativos que los docentes del siglo XXI deben tener presentes (SEP, 2009,
p.12).
43
la vida”, a partir del ejercicio de la memoria, la atención, la imaginación y el
pensamiento. Constituye, por tanto, uno de los cuatro paradigmas educativos del
siglo XXI señalados por Jacques Delors (UNESCO, 1996, p. 92) y que fue adoptado
como un argumento sustancial en el proyecto de la RIEB.
En la misma línea y unida a la anterior, la competencia de aprender a hacer,
refiere al desempeño y la movilización de conocimientos; en tanto que el aprender
a ser se relaciona con el desarrollo de la personalidad, es decir con la capacidad
de obrar con creciente autonomía en juicio y responsabilidad. Asimismo en la línea
de la investigación que más nos ocupa y nos preocupa, agreguemos como
sustancial el aprender a convivir, lo cual permitirá orientar el desarrollo del alumno
hacia la convivencia y el aprecio por la pluralidad y la diversidad; por lo demás,
característica primordiales de nuestro país, como hemos venido insistiendo.
No omitimos recalcar que, en el mismo sentido, a partir del año 2009, la UNESCO
ha añadido el aprender a transformarse a uno mismo y a la sociedad, como el
quinto pilar para la educación del siglo XXI. Esto último en atención a las
necesidades de una sociedad en constante cambio, y cuyas exigencias enfrentan
al individuo a desafíos de adaptación a estilos de vida responsables y solidarios
(ONU, 2009).
No obstante, ante la abrumadora responsabilidad que implica todo lo anterior, y
secundando José G. Sacristán (2005, p. 101), vale la pena recordar que no es
necesario mantener al individuo inmerso en un proceso de ejercitación, pues al
enfrentarnos al mundo experimentamos sensaciones que expresamos de
diferentes maneras y nos permiten comprender la realidad intelectualmente.
Por lo demás, si bien el aprender a aprender, advierte de manera importante
respecto a la claridad que el docente debe tener en cuanto a los fines de las
actividades propuestas, no debe descuidarse la observación de las necesidades
44
de aprendizaje en los estudiantes, pues de ello depende en gran medida el
desarrollo de las habilidades necesarias para continuar en el proceso de seguir
aprendiendo, y posteriormente renovar lo aprendido; pero durante la intervención,
los aprendizajes habrán de favorecer todo ello mediante la generación de
ambientes que interesen y motiven al estudiante sin confinarse a una área
específica (Sacristán, 2005, p. 108).
45
Capítulo 2. Contexto sociopolítico de la educación en México
En nuestro país, el tema de la diversidad cultural y la inclusión educativa ha
desencadenado interés creciente particularmente en las últimas décadas y sobre
todo, a partir de que el gobierno mexicano se ha vinculado con organismos
internacionales que promueven la implementación de políticas y programas cuyo
propósito es poner fin a los totalitarismos y brindar educación a toda la población
mexicana (Limón, 2006, p.36–38), lo cual resulta de particular relevancia, dadas
las diferencias de origen y procedencia de la población o las características de
ubicación geográfica de las comunidades y su respectiva situación económica,
entre otras.
Para el desarrollo del presente capítulo se analizaron los principales aspectos del
marco legal y normativo de la política educativa mexicana vigente, en particular en
cuanto a argumentos y propuestas que enfatizan el reconocimiento de la
diversidad y la inclusión en la educación. Se destacan así, de manera especial, los
retos que el Estado enfrenta para concretar estas acciones, en espera de alcanzar
algún día la realidad de los principios proclamados.
En relación con esto último, y en búsqueda de una ruta analítica, arriesgamos las
siguientes preguntas: ¿Cuál es en realidad el propósito de una reforma
educativa?, ¿qué factores obstaculizan el desarrollo de la interculturalidad en el
jardín de niños?, ¿por qué existe aún la necesidad de transformar la práctica
docente?
46
2.1. La diversidad y la inclusión en el panorama político nacional e internacional En aras de ofrecer oportunidad de crecimiento social, cultural y educativo a la
población mundial, organismos internacionales se han dado a la tarea de crear
estrategias y campañas orientadas a promover el desarrollo y la calidad de vida.
Las propuestas emitidas por los organismos internacionales, como la Organización
de las Naciones Unidas, para la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Fondo de
Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) o el Banco Mundial (BM) se encaminan
especialmente a tratar de eliminar la pobreza, erradicar la desigualdad y fortalecer
el reconocimiento y respeto a la diversidad cultural en el mundo.
Como se observa, un interés primordial lo constituyen los derechos humanos en
defensa de la libertad, el respeto, la justicia y la dignidad de las personas; es decir,
que existe toda una corriente de pensamiento, acompañada de políticas de
fomento económico y cultural, encaminadas a reconocer la diversidad como medio
de fortalecimiento valoral de una sociedad.
Ante esta perspectiva, al igual que muchos otros países, el nuestro ha decidido
participar ante todo en los proyectos propuestos por la UNESCO. Los compromisos
adquiridos evidencian el interés de colaborar con el desarrollo de sociedades en
favor del reconocimiento de la diversidad, cuyas orientaciones pueden ser
observados en el Cuadro 1, en el cual se destaca el papel de la educación como
un factor de intercambio, entendimiento y comprensión que fortalece el
movimiento de inclusión.
47
Cuadro 1. Educación y diversidad cultural
UNESCO
La misión de la UNESCO consiste en contribuir a la consolidación
de la paz, el desarrollo sustentable y el diálogo intercultural mediante la educación, las ciencias, la cultura, la comunicación y la información, además promueve acciones para la erradicar la pobreza.
A las políticas públicas, particularmente en educación, les corresponde transformar la diversidad cultural en un factor de entendimiento y no de exclusión social. Estas conceptualizaciones dan a la diversidad cultural una connotación ética y pueden convertirla en fuente de pluralismo cultural o de discriminación.
La diversidad, a su vez, puede convertirse en fuente de
intercambio, de innovación y de creatividad humana. Para ello se hace indispensable favorecerla –primordialmente a través de la educación–.
Fuente: Elaboración propia, con información obtenida en http://www.UNESCO.org/new/es/UNESCO/about–us/who–we–are/introducing–UNESCO. Consultado: 9 de noviembre de 2011.
De lo anterior se desprende que el respeto a las diferencias y la aceptación a las
distintas maneras de pensar son elementos necesarios para el fortalecimiento de
la diversidad; razón por la cual la Declaración Universal de la UNESCO sobre la
Diversidad Cultural (2001) insiste en ponderar a la educación como un espacio
privilegiado para brindar oportunidades de encuentro, diálogo e intercambio.
Por su parte, algunas estrategias promovidas por la UNICEF (véase Cuadro 2)
dirigen la mirada hacia la población infantil, sector predominante en el ámbito
educativo, y para el cual es necesario aún garantizar la protección de sus
derechos, principalmente en aquellas regiones donde todavía existen señales de
discriminación o tienden a acentuarse, generalmente sobre ciertos grupos
minoritarios.
48
Cuadro 2. Campaña Regional "Diversidad es oportunidad"
UNICEF
En América Latina y el Caribe contribuye a la difusión de campañas en las que se destaca el reconocimiento de la diversidad cultural, cuyos objetivos son:
Promover el reconocimiento y el cumplimiento de los derechos de niños, niñas y adolescentes (indígenas y afrodescendientes), para contribuir a sociedades más inclusivas y respetuosas de la diversidad.
Lograr que los habitantes de América Latina reconozcan
y valoren la diversidad cultural como un elemento que enriquece a los individuos y sociedades, para promover el cumplimiento de los derechos de la infancia y reducir la discriminación.
Fomentar la participación de grupos organizados de la
sociedad civil, y de las niñas, niños y adolescentes de poblaciones excluidas de la región, en los procesos de comunicación, a fin de incidir en las políticas y programas de los países latinoamericanos.
Fuente: Elaboración propia, con información proporcionada en http://www.dynonline.net/es/interior/signosvitales/2009–04/campania–regional–de–UNICEF.html. Consultado: 9 de noviembre de 2011.
De esta manera, los organismos antes mencionados, a partir de la apreciación de
las necesidades particulares, insisten en promover los propósitos de equidad y
desarrollo para la población mundial, privilegiando siempre la importancia de la
educación como elemento fundamental para el desarrollo y la mejora del nivel de
vida de las sociedades, sin dejar de lado el reconocimiento de la diversidad. Así
esta categoría resulta condición y argumento sustancial en la Declaración Mundial
sobre la Educación para Todos (UNESCO 1990), mediante la cual se concretaron
convenios y compromisos entre los países participantes –uno de ellos México–,
para formular estrategias en la impartición de la educación básica a la población,
con el fin de alcanzar la cobertura total para el año 2015.
49
Asimismo durante la correspondiente conferencia se estimó acentuar la atención a
las necesidades de las poblaciones indígenas y de los grupos minoritarios
enmarcados en ambientes de vulnerabilidad.
Estos acuerdos promueven también a la educación como un factor esencial para
erradicar la discriminación, y de manera especial protegen a mujeres y niñas, dado
que siguen siendo uno de los grupos mayormente vulnerables (recuérdese que
incluso en el pasado reciente en algunos lugares, estas no tenía acceso a la
educación formal). En el mismo sentido proponen la atención a otros grupos
minoritarios como los migrantes, los niños en situación de calle y las personas con
alguna discapacidad, si bien bajo la premisa de que no solo con el hecho de recibir
educación formal se habrá de reducir la brecha de marginación en la que aún se
encuentran.
En una fecha más reciente, Dakar fungió como sede del Foro Mundial sobre
Educación (UNESCO, 2000). En este encuentro, además de llevarse a cabo la
evaluación del avance de las estrategias planteadas para alcanzar las metas
educativas, se acordó la posibilidad de intervención y cooperación para el cuidado
de la calidad de la educación y el reconocimiento de la gran diversidad que
caracteriza a los pueblos latinoamericanos en particular.
Para el presente estudio, consideramos importantes también los fundamentos de
la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y
las Formas Conexas de Intolerancia (ONU, 2001), en la cual se enunció a la
diversidad cultural como un valioso elemento para el adelanto y bienestar de la
humanidad en general y que debe valorarse disfrutarse, aceptarse auténticamente
y adoptarse como una característica permanente que enriquece nuestras
sociedades. Tal planteamiento, busca impulsar la aceptación y la tolerancia ante la
diferencia cultural, incluida la de género, a partir del respeto a los derechos
humanos, principal guía para alcanzar el camino hacia un mundo mejor.
50
En la diversidad de una sociedad, las personas con necesidades educativas
especiales no solamente demandan su integración al grupo, sino una presencia
activa con oportunidad de participación; tal circunstancia se reconoce en la
Conferencia Mundial sobre Necesidades Educativas Especiales, que tuvo lugar en
Salamanca, España (UNESCO, 1994). En ella, se remarcó el derecho a la
integración e inclusión de todos los individuos a la sociedad, con respeto a sus
propios ritmos, estilos y capacidades para el aprendizaje.
En apoyo a una más clara abstracción del concepto, Rosa Blanco (2007) declara
que a la diversidad no solamente hay que entenderla en el plano cultural –que
suele ser lo más frecuente– sino también en relación con el contexto y las
diferencias individuales en cuanto a motivación e intereses, en el caso de la
escuela, por parte de los estudiantes. De esta manera, en nuestro país, dentro del
sistema educativo, y en apoyo a la función del docente, es necesario incorporar
acciones que mantengan esta lucha incesante por el reconocimiento de la
diversidad y la aceptación de cada uno de los individuos con sus características; lo
anterior, partiendo de que solo si se comprenden las necesidades individuales y
colectivas se alcanza el valor de la convivencia plena.
2.2. Valoración de la diversidad en el marco legal y político de la educación en México
Sin duda desde el propio marco de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos de 1917 –y aún antes, según lo dictan varios de nuestros documentos
fundacionales como Nación–, la educación es un asunto prioritario. Y aunque no
ha estado ajeno a ciertas incidencias en cuanto a su transformación, el Artículo 3°
continúa iluminando y determinando la ruta por la que ha de discurrir la orientación
de la política educativa nacional, primordialmente al proclamar que la impartición
de la educación básica (es decir en los niveles de preescolar, primaria y
51
secundaria), en su carácter obligatorio gratuito y laico, es responsabilidad del
Estado.
En este artículo constitucional se subrayan además las cualidades que habrán de
adquirir los mexicanos durante su paso por la educación básica; es decir, al
cumplir una trayectoria académico–formativa que habrá de potenciar el desarrollo
de todas sus facultades como ser humano. Estas incluyen el enaltecer la
sensibilidad en el aprecio del esfuerzo de los demás, y hacer valer los derechos
que les corresponden como mexicanos y como miembros de una sociedad, a la
vez que se fomenta el amor a la patria mediante el reconocimiento de la identidad
nacional.
Por lo demás, con base en las necesidades de un mundo globalizado y con la
intención de fortalecer el sistema educativo en nuestro país, recientemente se
formalizó una reforma más al Artículo 3°, cuyas nuevas disposiciones expresan el
compromiso del Estado mexicano para garantizar la calidad en la educación
obligatoria, otorgando los recursos necesarios para alcanzar el logro de los
aprendizajes. En el mismo sentido se propone contribuir al fortalecimiento del
aprecio y respeto por la diversidad cultural y la dignidad de la persona.
Conforme a lo anterior, en la estructura de la Ley General de Educación (LGE),
publicada desde 1993, y en sus subsecuentes reformas, se respalda el mandato
constitucional para brindar atención a la diversidad de la población, al tiempo que
se le relaciona con las características colectivas y particulares naturales de
nuestro país. Los principales artículos de esta Ley que promueven acciones que
favorecen la inclusión al interior del espacio educativo son los siguientes:
El Artículo 2º, el cual aborda el derecho de los individuos a recibir
educación como medio de fortalecimiento de la cultura para el desarrollo de
la sociedad.
52
Los artículos 32° al 35°, en los cuales se plantea la equidad en la educación
y se establece que el Estado propugnará por alcanzar el logro de una
igualdad en oportunidades, acceso y permanencia en los servicios
educativos. Se precisa además que estas medidas estarán dirigidas, de
manera preferente, a los grupos y regiones con mayor rezago educativo o
que enfrenten situaciones económicas o sociales de desventaja.
El Artículo 41°, el cual se refiere a las necesidades educativas especiales y
hace mención específica a la inclusión y la equidad para aquellas personas
con discapacidad permanente o transitoria, o bien con aptitudes
sobresalientes. Contempla además su incorporación a planteles regulares
junto con la preparación de materiales, métodos y técnicas necesarios para
la satisfacción de sus aprendizajes y su autonomía.
En cuanto a todo lo anterior, es importante destacar que, a lo largo del tiempo, la
mirada del Estado hacia las necesidades específicas y las características de la
población, en materia política y educativa, en concordancia con las propuestas de
organismos internacionales, ha considerado eliminar la homogeneización y la
normalización, valorando en cambio la diversidad cultural, social y las capacidades
particulares de los estudiantes, a fin de favorecer prácticas inclusivas y no
excluyentes.
De esta manera, así también desde el Artículo Segundo Constitucional se
garantizan los derechos de los pueblos indígenas, dentro y fuera de sus
comunidades, y se promueve su autonomía para decidir sus formas internas de
convivencia y organización, conservar y enriquecer sus lenguas, conocimientos y
todos los elementos que constituyan su cultura e identidad, entre otros aspectos
que destacan la importancia de supervivencia en el país.
En consecuencia, las nuevas políticas culturales y educativas resultantes sientan
sus bases reconociendo las características multiculturales de nuestro país, y es
53
justamente a partir de este interés por conservar el origen, que se demanda mayor
atención a la diversidad.
En atención al citado Artículo 2º constitucional, y en cuanto a aspectos de
inclusión y diversidad, en la Ley General de Educación destacan los siguientes
artículos:
El Artículo 7º, el cual ordena: “fortalecer la conciencia de la nacionalidad y de la
soberanía, el aprecio por la historia, los símbolos patrios y las instituciones
nacionales, así como la valoración de las tradiciones y particularidades culturales
de las diversas regiones del país”; “promover mediante la enseñanza el
conocimiento de la pluralidad lingüística de la Nación y el respeto a los
derechos lingüísticos de los pueblos indígenas”; acceso a la educación
obligatoria en la propia lengua indígena y en español; “promover el valor de
la justicia, el cumplimiento de la Ley en la igualdad de los individuos ante
esta, propiciar la cultura de la legalidad, de la paz y la no violencia en
cualquier tipo de sus manifestaciones, así como el conocimiento de los
Derechos Humanos y el respeto a los mismos”; todo ello sin descuidar el
impartir educación integral y científica, y que promueva la democracia como
sistema de convivencia dentro de la sociedad mexicana… Y, por último,
El Artículo 38°, el cual demanda que en la educación básica se realicen las
acciones y transformaciones requeridas para responder a las
características lingüísticas y culturales de cada uno de los diversos grupos
indígenas del país, así como de la población rural dispersa y grupos
migratorios.
Como se observa, la política educativa trata de orientarse a evitar la
discriminación, la segregación y la marginación son el intento de transformación
del paradigma positivista arraigado durante mucho tiempo dentro del sistema
educativo, mediante el cual se buscaba la homogeneidad de la cultura, y que al
54
mismo tiempo ignoraba y devaluaba las características de los grupos minoritarios,
ya que solo tomaba en cuenta los rasgos de una cultura dominante.
Mas aun, cuando las intenciones de la política educativa actual han sido
retomadas en los objetivos de las Administraciones Públicas más recientes, en el
Plan Nacional de Desarrollo 2007–2012, periodo en el que se fincó la Reforma
Integral de la Educación Básica, se presentó ante todo un panorama de
preparación para el trabajo, vinculado con referentes a la cobertura de la
educación básica, situación que deja entrever un sustrato de ideología neoliberal
que persigue que la población con menores posibilidades (culturales sociales y
principalmente económicas) no logre una formación académica superior sino que
adquiera solamente habilidades para un desempeño laboral de tipo operativo.
Por otra parte, en un entorno más cercano, en el Plan Nacional de Desarrollo
2013–2018, el acento se coloca en promover avances de un sistema educativo
que responda tanto a los requerimientos de la sociedad como a los acuerdos y
demandas del entorno internacional. Para ello –y como ya se ha dicho– las
principales estrategias contemplan la transformación del sistema para alcanzar la
calidad educativa con enfoques centrados en el aprendizaje para la vida y a lo
largo de toda la vida del estudiante, y retoma así también los rubros de cobertura,
equidad, eficacia, eficiencia y pertinencia, mismos que pretenden aumentar el nivel
de competitividad y atender las exigencias para la inserción en el campo laboral;
todo ello con el propósito de mejorar las condiciones de vida en la población.
Pese a lo anterior, un análisis de la realidad inmediata arroja que el trabajo
realizado por el Estado, en torno a problemáticas que tienen que ver con la calidad
educativa, las diferencias entre los individuos o las características multiculturales
de la Nación, ha sido insuficiente, toda vez que aún persisten situaciones de
desigualdad, exclusión y discriminación, particularmente para con aquellos
sectores vulnerables de la sociedad, como particularmente sucede con grupos
55
indígenas, personas con discapacidad, niños y mujeres, etc. Para todos ellos
existen programas que pretenden mejorar su atención y procurar su incorporación
efectiva en la sociedad y alcanzar con ello mayor equidad, pero los resultados
tangibles distan aún de concretarse.
2.3. Precedentes de la Reforma Integral de la Educación
Básica 2004 (RIEB)
La última década del siglo XX, vio surgir movimientos de reforma en los sistemas
educativos de la mayoría de los países de América Latina, los más de ellos en el
marco de complicados procesos, producto de la influencia político–económica de
instancias internacionales, principalmente de los Estados Unidos de América. En
lo local, y respondiendo a los interés oligárquicos, se imponen también
expectativas de modernización y renovación de la estructura en los sistemas
educativos, si bien ante todo mediante la lógica de la libre competencia económica
(López Guerra, 2006). Así pues, más allá de los eternos y muy loables
planteamientos ideológicos, estos son los principales impulsos que obligan al
gobierno mexicano a participar en la reestructura del sistema educativo de nuestro
país, al tiempo que se integra a acuerdos tales como los emanados del Programa
de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe (PREAL),
mismos que, citados por Marcela Gajardo (1999), principalmente buscan:
Impulsar la descentralización de la gestión, la educación con equidad, y promover la calidad educativa, el perfeccionamiento docente y el financiamiento compartido por diversos actores sociales; la desconcentración de la gestión educativa hacia las municipalidades y la vinculación del sector empresarial con el sector social, los gobiernos locales y los padres de familia (pp. 7–8).
Al respecto, puede entenderse que acciones efectuadas por el Gobierno mexicano
como la descentralización de los servicios educativos correspondientes a cada
Estado, obedecieron a agilizar los trámites administrativos que a nivel nacional
56
retrasaban procesos y gestiones, y esta ha sido entonces una estrategia efectiva
en cuanto a su compromiso de estar atento al desarrollo, la calidad y la cobertura
educativa; sin embargo, habría que cuestionarse el porqué de la intervención del
sector empresarial, o bien (dicho de otra manera) ¿después del periodo de
implementación de la Reforma Educativa en México, cuál ha sido la real influencia
del sector empresarial y cómo ha mejorado ello la calidad educativa?
Por otra parte, Margarita Zorrilla y Bonifacio Barba (2008) cuestionan ciertas
acciones desprendidas del Acuerdo Nacional para la Modernización de la
Educación Básica (ANMEB), al cual:
… se le conoce como el “acuerdo de las tres erres”, ya que estableció tres grandes líneas de política con el propósito de impulsar una educación básica para todos, de calidad y con equidad. Las líneas fueron: reorganización del sistema educativo nacional; reformulación de contenidos y materiales educativos; y revaloración de la función magisterial (p. 8).
Respondiendo a estas recomendaciones es que la reestructuración y
descentralización de la educación básica (en su transferencia a los gobiernos
estatales) busca obtener mejores resultados en la rendición de cuentas de los
ámbitos pedagógicos y de gestión que padecen ciertas limitaciones y
restricciones; en cuanto a ello, aun y cuando la Federación se reserva importantes
facultades normativas, de financiamiento, evaluación y administración del
personal, las acciones se realizan en el marco de la puesta en marcha del
ANMEB,1993.
Fue durante el proceso de este acuerdo de modernización que se impulsó la
Reforma Educativa de 1993, una de las más importantes en la historia del sistema
educativo mexicano, inmersa en la dinámica de actividad política y económica de
los últimos cinco periodos presidenciales, entre los cuales destaca el 1988–1994,
a cargo de Carlos Salinas de Gortari. Desde aquel momento, la educación en
nuestro país vive una realidad difícil, desprendida de las contradicciones que
57
provocan las reformas neoliberales y la influencia del fenómeno de la
globalización, sobre todo cuando los efectos sociales resultantes de abordar
dinámicas como la constante reconstrucción cultural se enfrentan a una tendencia
del crecimiento acelerado de la matrícula escolar, situaciones que en algunos
casos desencadenaron y/o agravaron conflictos de violencia, exclusión y
marginación social.
2.4. Implementación de la Reforma Integral de la Educación Básica 2004
Los cambios políticos, sociales y económicos mundiales de la primera década del
siglo XXI, mismos que se reflejan significativamente en la sociedad mexicana, han
impuesto su exigencia en cuanto a la transformación del sistema educativo. La
respuesta institucional a todo ello ha venido a ser la implementación de la Reforma
Integral de la Educación Básica 2004 (RIEB), una de cuyas propuestas
sustanciales, a partir del año 2002, derivó en ampliar a doce años la Educación
Básica. Es decir, establece la obligatoriedad de los tres grados de Preescolar a la
educación obligatoria (Primaria y Secundaria) que ya venía impartiendo el Estado.
En la tarea de satisfacer las necesidades en la transformación social, la RIEB
retoma aspectos fundamentales de los compromisos aceptados por México en la
Conferencia Mundial sobre Educación para Todos (UNESCO, 1990). Así, por
ejemplo, busca fortalecer el vínculo entre la educación básica y las necesidades
de aprendizaje del ser humano, para lograr la efectiva relación y desarrollo que le
permitan sobrevivir en una sociedad sujeta al avance y evolución. De esta manera
la perspectiva social en cuanto a la Educación Básica podría sostenerse bajo el
siguiente argumento:
La educación básica se aborda desde una visión ampliada que se inicia con el nacimiento y dura toda la vida, no se limita a un periodo especifico ni a un determinado número de años, y tiene múltiples satisfactores (no solo del
58
sistema formal); abarca a todos (niños, jóvenes y adultos) y surge precisamente de un reconocimiento a la incapacidad mostrada por la educación formal para dar respuesta a las necesidades de una educación básica y de aprendizajes efectivos y significativos. (Torres, 1992, citada por Barrón, 2009, p. 33).
Tal propuesta se desprende además de entender que en el proceso de
aprendizaje del ser humano se busca ante todo la satisfacción a las necesidades
de conocimiento; por tanto, en este proceso el aprendizaje y el conocimiento se
encuentran sometidos (las más de las veces de manera inconsciente) a la
movilidad de las condiciones del entorno; se suscribe así que en los cambios y las
transformaciones que sufre la sociedad vienen implicadas la modificación de los
conocimientos adquiridos y la necesidad de incrementarlos.
Y es ante este panorama –vinculado con la transformación social, económica y
política del país– que el Estado intenta responder, en principio atendiendo a los
retos la educación básica formal, propósito en el que –al decir de los especialistas
y de la misma sociedad– había sido difícil avanzar principalmente por la falta de
estrategias que comprometieran a los estudiantes a construir su propio
conocimiento, es decir al poner en juego el aprender a aprender, a partir de
experiencias y aprendizajes adquiridos en diferentes contextos.
Por otra parte, el impacto del proceso de globalización en la educación, impone su
presencia al demandar como principal divisa elevar la calidad educativa. Ante ello
la RIEB plantea estrategias tales como reconocer las necesidades de aprendizaje
del mundo contemporáneo; imponer la rendición de cuentas para la mejora
continua e incrementar la cobertura nacional, así como disminuir el rezago
educativo (el cual México ha padecido a lo largo de décadas), ello para –de esta
manera– tratar de hacer llegar la educación, el desarrollo y la inclusión a las
comunidades más alejadas o en rezago, si bien con respeto a sus características
culturales y de organización.
59
La crítica a este modelo que privilegia la calidad educativa, parte de investigadores
como Susana López y Marcelo Flores (2006), quienes lo revelan como sustentado
bajo el paradigma de la Gestión de la Calidad Total (GCT), mismo que remite al
ámbito empresarial donde la idea de mejora del servicio se da mediante el impacto
a los centros públicos; situación esta que viene a relacionarse de forma importante
con la estructura política del periodo de gobierno en el que fue implementada la
RIEB. En ese sentido, las acciones para la articulación curricular de la Educación
Básica se argumentan en el objetivo 9, del Plan Nacional Desarrollo 2007–2012, el
cual expone que: una educación de calidad significa atender e impulsar el
desarrollo de las capacidades y habilidades individuales […] que aseguren una
convivencia social solidaria y prepara para la competitividad y las exigencias del
mundo del trabajo.
Ante lo cual, todo docente partidario de la escuela humanista se atreve
ingenuamente a preguntar: ¿qué tan sano o meramente pertinente resulta
preparar ya a los estudiantes de educación básica en la competitividad y las
exigencias del mundo del trabajo?, o ¿Acaso ya no se considera necesaria la
mera preparación profesional para la mayoría de la sociedad mexicana? Quizá la
respuesta a ello sea la atención que el gobierno brinda a privilegiar la oferta
laboral, demanda urgente de los países que rigen la economía mundial.
2.4.1. Obligatoriedad de la Educación Preescolar en la RIEB
El reconocimiento de la Educación Preescolar, como parte del sistema de
Educación Básica y obligatoria, fue establecido en el decreto de reforma de los
artículos 3º y 31° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el
cual fue publicado en el Diario Oficial el 12 de noviembre del 2002. Si bien tal
obligatoriedad comienza a concretarse solo a partir de la implementación de la
Reforma Integral de la Educación Básica, en el año 2004. La disposición desató
en su momento polémica y discusión, pues gran parte de la sociedad mexicana
60
aún no apreciaba la importancia de este nivel, en cuanto a su función pedagógica
y socializadora en favor de la población infantil menor de seis años. Al respecto,
Edith Barrera (2005) señala:
La educación preescolar es donde se desarrollan habilidades cognoscitivas, psicomotoras y socioafectivas a través de experiencias de socialización pedagógica y recreativas que repercutan en el futuro [...] la modificación a la educación preescolar pretende desarrollar en los niños competencias que les serán útiles a lo largo de la vida y en el transcurso de su formación (p. 8).
A su vez, Mirna G. Fiol (1995) comenta que al nivel preescolar (jardín de niños),
dentro del contexto del sistema educativo nacional, solamente se le ha visto como
una etapa de preparación, previa al ingreso a primaria, pues durante décadas solo
esta fue considerada como la educación formal o con mayor solidez, por ser el
único nivel obligatorio; ello hasta 1993. Así pues, la obligatoriedad del nivel
preescolar durante el largo proceso de reforma ha sostenido, además, una lucha
intensa por alcanzar su aceptación, y sobre todo para que se conciba como un
periodo de aprendizaje válido y trascendente, sustentado en la transformación de
las técnicas de enseñanza y la tarea educativa por parte de las (y los) docentes,
sin dejar de lado que esta se constituye en una etapa que indefectiblemente habrá
de moldear la personalidad de los niños y futuros adultos.
De este modo, con la obligatoriedad del nivel preescolar, la actual política
educativa asume su reconocimiento como primer nivel en la Educación Básica y
se muestra de acuerdo con la indiscutible función que al jardín de niños le
corresponde, toda vez que, como afirman Lucía Rivera y Marcelino Guerra (2005):
El nivel no había sido una prioridad de la política educativa, ni tampoco un tema de interés significativo para especialistas y centros de investigación independientes de la Secretaría de Educación Pública; y ha sido un asunto político relevante debido a que fue el Congreso de la Unión quien tomó la iniciativa para emprender una reforma en este ámbito educativo (p. 505).
61
Y más allá de que la obligatoriedad del nivel en su momento (como ya dijimos)
haya sido el resultado de acciones inmediatistas por parte de los partidos políticos,
antes y ahora como planteamiento notable en la política educativa nacional
mantiene el desafío de brindar atención a su población menor de seis años,
asimismo siempre con la intención de reducir la desigualdad en cuanto a
oportunidades y eliminar las diferencias producto de determinadas condiciones
económicas, sociales y culturales.
Es posible afirmar que la oferta pedagógica ofrecida por los jardines de niños en
México –y sus efectos institucionales, sociales, económicos y culturales– se
anteponen al proceso de la Reforma, pues ya por ejemplo María Bertely (1995),
había observado los efectos en el desarrollo de las habilidades y destrezas en los
niños que asisten y las dificultades que enfrentan los menores cuando no acuden
al preescolar; al tiempo que ponderaba la propuesta pedagógica del nivel, prevista
en términos culturales; ello, toda vez que en la convivencia, participación y
comunicación multicultural los estudiantes dan muestra de sus particularidades en
tanto empiezan a conocer los aspectos de una cultura mayoritaria. Por lo tanto, los
contenidos de los programas de educación preescolar, desde hace ya mucho
tiempo, han tomado como factor de desarrollo el reconocimiento de la diversidad
cultural, en el marco del fortalecimiento de la identidad nacional.
A continuación, en el Cuadro 3 se reseñan –de manera por demás general–
algunos de los objetivos, propósitos y contenidos planteados por los programas
recientes, en los cuales el trabajo pedagógico ya observa el reconocimiento social
y cultural con gran interés.
62
Cuadro 3. Relevancia del factor social en los Programas de Educación Preescolar
Programa
Propósito del Programa de Educación Preescolar
Aspectos que desarrolla en cuanto al reconocimiento
de la diversidad
Programa de Educación Preescolar
1981
Como objetivo general plantea favorecer el desarrollo integral del niño, tomando como fundamento las características de esta edad, en las áreas de desarrollo afectivo–social, cognoscitiva y psicomotora.
En cada una de las 10 unidades temáticas se desglosan diferentes situaciones en correspondencia con el núcleo organizador “El niño y su entorno”, considerando como tal todos aquellos aspectos del mundo sociocultural y natural que rodean al niño.
Programa de Educación Preescolar
1992
Sitúa al niño como centro del proceso educativo, por ello en la fundamentación del programa adquiere un peso determinante la dinámica del desarrollo infantil, en sus dimensiones física, afectiva, intelectual y social.
El niño se relaciona con su entorno natural y social desde una perspectiva totalizadora, en la cual la realidad se presenta de manera global. Otro elemento importante es que se considera que el trabajo escolar debe preparar al niño para una participación democrática y cooperativa.
Programa de Educación Preescolar
2004
Reconoce que los niños poseen una gran cantidad de capacidades susceptibles de desarrollarse desde esta etapa de intenso aprendizaje y desarrollo. Asimismo tiene en cuenta que de las experiencias en las que los alumnos participen dependerán aprendizajes fundamentales para su vida futura.
Propicia la participación en experiencias educativas que permitan a los infantes desarrollar de manera prioritaria sus competencias afectivas, sociales y cognitivas.
Fuente: Elaboración propia, con base en información de la Secretaría de Educación del Gobierno de Jalisco: Preescolar.
http://portalsej.jalisco.gob.mx/educacion–preescolar/?q=node/79. Consultado: 6 de agosto de
2011.
Rivera y Guerra (2005) destacan la obligatoriedad del nivel preescolar como factor
de proyección y reconocimiento de la actividad profesional de las educadoras, y
respaldan la consolidación de esta etapa como parte del proceso formativo en la
educación básica. En tanto que autoras como Fiol (1995) no dejan de criticar los
63
prejuicios que la apreciación tradicional conserva en cuanto a la función educativa
del jardín de niños.
La vida de un jardín de niños se enmarca en una actividad lúdica no comprendida como expresión, como medio de aprendizaje, de socialización de creación. Por otra parte se le ubica en un campo profesional femenino por origen y tradición en el que se le matiza el matriarcado y subyace una cultura de reconocimiento social de la educadora más como una madre sustituta que como profesional de la educación (p. 29).
En ese sentido, la obligatoriedad del nivel preescolar constituye una ruptura con
esos esquemas caducos, en tanto que impone desafíos trascendentes y enormes
exigencias; quizá por ello –así sea en su primera etapa– es que los propósitos de
la RIEB se obstaculizan continuamente y sus resultados no se observan palpables,
aun y cuando ya han pasado los plazos establecidos para la incorporación gradual
de los tres ciclos como obligatorios.
Por otra parte, la cobertura total no ha podido ser alcanzada; los principales fallos,
al decir del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (2010), son
consecuencia de la omisión de un buen diagnóstico, el cual hubiera permitido
descubrir la situación real en la que se encontraba la educación preescolar en el
momento de proponer la Reforma Educativa.
Los estudios realizados por este organismo destacan también la falta de
presupuesto destinado a mejorar la infraestructura y condiciones en las que se
imparte la educación a los estudiantes del nivel, y asimismo señalan como factor
de obstáculo la desigualdad social y económica que padecen la mayor parte de los
mexicanos. Dictaminan –por tanto– como insuficientes los logros de la RIEB, sobre
todo en lo tocante a propiciar criterios de equidad, pues al no alcanzarse una
cobertura sustancial se perpetúa la falta de oportunidades y persiste el
confinamiento de la sociedad más vulnerable en el rezago educativo.
64
2.4.2. El enfoque de competencias en la RIEB
Para comenzar este análisis, conviene recordar que Preescolar fue el nivel donde
se puso en marcha la RIEB, a partir de su implementación en el año 2004. En
Secundaria se programó a partir del 2006 y en Primaria a partir del 2009, esto
porque para este otro nivel fue necesaria una profunda revisión de los programas,
pues además de observar sus necesidades inherentes, el reto mayor consistía en
lograr una eficiente articulación entre los tres tramos de formación; esto es que,
aun en su largo trayecto, hubiera una conexión entre el último grado de preescolar
y el primero de secundaria (SEP, 2008). Por lo demás, la valoración y actualización
de planes y programas en todos los niveles se emprendió con el propósito de
favorecer el desarrollo en los estudiantes de acuerdo con el enfoque de
competencias para la vida, el cual, según críticos como Ángel Díaz Barriga (2011):
… ofrece virtudes al trabajo educativo, busca enfrentar problemas viejos que no han sido resueltos, pero en general no tiene conciencia de ello; desea mostrar que es una alternativa nueva en la educación cuando en el fondo su mérito es reivindicar aquello que la historia de la educación no ha resuelto pero que ha intentado de múltiples formas atender (p. 6).
Así, tal enfoque por competencias se mantiene en un proceso lento de aceptación,
cuando no rodeado de incertidumbre entre los colectivos docentes de los
diferentes niveles de educación básica, pues se carece de la claridad sobre el
concepto, materiales, metodologías y/o ejemplos y prácticas probadas, y sus
resultados no alcanzan a ser perceptibles en el momento de llevarse a la práctica.
El enfoque de competencias hizo entonces su aparición sin ningún arraigo en el
contexto educativo mexicano, en tanto que en otros países su fundamento
obedecía al terreno laboral. Es por ello que el propio Díaz Barriga (2011, p. 7),
considera importante revisar la escuela o corriente de pensamiento de la que
procede tal enfoque, y su inserción dentro del actual currículo educativo de
65
nuestro país, a fin de evitar caer en situaciones erróneas que lleven por ejemplo a
llamar competencia a cualquier acción realizada dentro del espacio educativo.
Pese a ello, la propuesta del enfoque en la RIEB se promueve como un factor
globalizado, preciso e innovador para la formación individual y social del ser
humano, al cual se le ve inmerso en un proceso dinámico (no necesariamente en
su significado de competitivo). Se termina, pues, por definir como competencia a:
la capacidad de responder a diferentes situaciones […] e implica un saber hacer
(habilidades), con saber (conocimiento), así como la valoración de las
consecuencias de ese hacer (valores y actitudes), (SEP, PE 2011).
La competencia entonces –se insiste– debe ser la respuesta del individuo frente a
una realidad que implica acciones, relacionadas con la demanda de la situación o
los conflictos, con el fin de resolverlos, para lo cual exige hacer uso de los
conocimientos y experiencias adquiridos durante la vida escolar o familiar, en el
contexto más próximo; en consecuencia, en las acciones resultantes queda
expuesto implícitamente el conjunto valoral del origen cultural, el cual se vincula
con la aceptación de normas establecidas por la sociedad en la que el ser humano
se encuentra inmerso.
En cuanto a su flanco utilitario, habría que aducir que el enfoque de competencias
centra su atención en el desarrollo de los procesos cognitivos, los cuales llevan a
la construcción de las habilidades de pensamiento y desarrollan la capacidad
creativa para la solución de problemas, mismas que favorecen las capacidades de
aprendizaje permanente, la investigación y la innovación, logrando que los
estudiantes analicen, argumenten y obtengan conclusiones por sí mismos (SEP, PE
2011).
Así, de acuerdo con este enfoque, en la medida de una comprensión orientada al
desarrollo de aprendizajes, en la comunidad educativa (dónde todos aprenden y
66
nadie tiene un conocimiento acabado), la enseñanza debe promoverse en un
ambiente holístico. Tal es la concepción que permite nombrar a esta propuesta de
reforma como integral; en consecuencia, el currículo se plantea con miras a
alcanzar ese perfil de egreso al concluir la educación básica: se dota al alumno de
competencias para la vida, en las cuales –de manera importante– va implícito el
fortalecimiento de la capacidad de convivencia, en tanto elemento central de la
educación.
En apoyo a esta tendencia, Rosa María Torres (citada por Barrón, 2009, p. 33),
critica la enseñanza escolar centrada en la impartición de asignaturas, pues en
ella se descuida el desarrollo de las capacidades y habilidades cognoscitivas del
individuo. En el enfoque propuesto por la RIEB, por el contrario, se busca el
desarrollo cognitivo de los estudiantes, mediante estrategias que impacten en
todos los ámbitos del desarrollo humano.
La propuesta del enfoque, en relación con el nivel preescolar, resulta congruente
al promover –asimismo entre los menores de seis años– actividades que
favorezcan el desarrollo de sus capacidades de razonamiento, autoaprendizaje,
pensamiento autónomo, pensamiento crítico, solución de problemas y creatividad;
en suma para que incorporen las dinámicas de aprender a aprender, aprender a
aplicar lo aprendido y aprender el conocimiento científico; es decir el desarrollo
general de sus habilidades de pensamiento; aspectos todos planteados
actualmente por la Reforma Educativa, y los cuales acertadamente rescata esta
misma autora.
De esta manera –y por supuesto tomando en cuenta los pros y contras hasta aquí
expuestos– el presente estudio centra su interés en promover y desarrollar las
nociones de inclusión y diversidad en los estudiantes del primer nivel de
Educación Básica. Al respecto, retomamos la propuesta del enfoque de
competencias contenido en el Programa de Estudio 2011. Guía para la
67
Educadora. Educación Básica Preescolar y lo dispuesto en el campo formativo de
“Exploración y conocimiento del mundo”, lo cual se logrará a través de estrategias
diseñadas por el docente, tomando en cuenta las características y las necesidades
de aprendizaje de los estudiantes, y generando la posibilidad de que estos
adquieran la autonomía necesaria que les permita encontrar la explicación y
solución a situaciones problemáticas que enfrenten. Para esto deberán partir de la
formulación de hipótesis que puedan ser confrontadas y que les resulten lógicas
de acuerdo con su edad y estilo y ritmo de aprendizaje. Todo lo anterior implica el
diseño de estrategias reales, es decir, significativas, para evitar caer nuevamente
en la actividad memorística y repetitiva de la escuela tradicional.
2.4.3. Actualización de la práctica docente
La profesión docente se ha convertido en un ejercicio complejo, y nadie cuestiona
su relevante contribución en la formación de seres humanos y la sociedad que
aspiramos; por lo tanto, los programas replanteados a partir de la implementación
de la RIEB, exigen al docente conocerlos, analizarlos y en consecuencia diseñar
estrategias para que sus estudiantes aprendan de manera autónoma y desarrollen
las habilidades necesarias para superar retos y enfrentarse a la resolución de
problemas, a partir de relacionarlos con su vida cotidiana.
La actual reforma educativa requiere de una constante actualización, pero ante
todo de una verdadera trasformación de la práctica docente, la cual, según
Bartomeu, González, Juárez F., Juárez S. y Santiago (1998), consiste en arribar a
una manera de concebir la educación pensante y actuante, y no olvidar los
aprendizajes obtenidos durante una formación profesional, sino utilizarlos de
manera emprendedora y crítica, a fin de que el conocimiento facilite la innovación
escolar en acompañamiento de los estudiantes; e implica asimismo abandonar las
prácticas viciadas que inhiben los procesos innovadores, observar las
necesidades de acuerdo con la época que toca vivir y, por último, sostener la
68
innovación de las técnicas de enseñanza en beneficio de las necesidades de
aprendizaje y el conocimiento de los estudiantes.
A su vez, Cecilia Fierro (2010) indica que la permanente actualización docente,
habrá de proporcionar a la práctica recursos para la creación de ambientes de
aprendizaje agradables, interesantes y novedosos, que promuevan el intercambio
de experiencias y afecto, y al respecto destaca que las emociones juegan un papel
sustancial en el reconocimiento y respeto a las diferencias culturales, sociales,
lingüísticas, económicas y de capacidad. Se garantiza con ello que existan
oportunidades de participación dentro de la muy competida sociedad actual. Así
pues, la transformación del docente se percibe hoy en día como uno de los retos
más trascendentes de la educación en México.
2. 5 Diversidad e inclusión en la Reforma Integral de la Educación Básica 2004
La comprensión y la valoración de las diferencias en una sociedad multicultural
como la nuestra deberían convertirse en fundamentos trascendentes que permitan
promover la convivencia y las relaciones humanas ante el permanente encuentro
con la diversidad. Aristegui, Bazán, Leiva, López, Muñoz y Ruz (2005) reiteran que
tales fundamentos, por supuesto, son contrarios a la marginación, a la
segregación, a la intolerancia y a la discriminación. No obstante, advierten,
llevarlos a la práctica bajo la influencia de factores políticos, económicos y sociales
con intereses particulares e independientes, niegan (paradójicamente) la
posibilidad de asumirlos con responsabilidad y compromiso, pues la diversidad
debe observarse como una consecuencia natural del proceso de crecimiento
social, en el que además domine la intención de alcanzar la impartición de una
vida justa y democrática.
69
En nuestro país, sin duda, aún es larga la brecha que habrá que seguir para lograr
metas como la inclusión social, el respeto a la diversidad, la igualdad de
oportunidades y de participación o el reconocimiento a las aportaciones de lo
individual y lo colectivo sin importar su procedencia cultural.
Lo anterior porque los factores que obstaculizan tales conquistas son asimismo
numerosos y multifactoriales. Es por ello que los sectores participantes en la
organización del país contemplan el propósito de atender las necesidades de
nuestra sociedad mexicana (por lo demás cada vez más rica en diversidad), a
través de diversas estrategias de inclusión, si bien hasta el momento estas no han
sido del todo efectivas. Mas como ya lo hemos afirmado, el sistema educativo
mexicano no es ajeno a las transformaciones y a las exigencias de la influencia
mundial, la cual demanda, ante todo, atender a las necesidades educativas en la
población marginada o vulnerable. Tales circunstancias obligan igualmente a
afrontar –así sea de manera parcial o emergente– los nuevos desafíos, mediante
políticas como las que se proponen en la RIEB, las cuales, entre otras múltiples
intenciones, tratan de rescatar de manera importante el reconocimiento al
pluralismo de la sociedad mexicana.
Giovanni Sartori, citado por Marcelo Flores et al. (2008, p. 371), considera que: el
pluralismo en una sociedad, pugna por un mundo variado y múltiple y no por uno
monocromático; y le da cupo a todos: minorías, grupos étnicos y culturales, lo cual
nos da una dimensión de las dificultades que aún persisten para superar la falta de
respeto a las diferencias en nuestro país; y en particular nos recuerda la deuda
moral que la sociedad mantiene ante la falta de aprecio a la diversidad o la
participación multicultural para impulsar el crecimiento y el desarrollo nacional de
acuerdo con las exigencias del mundo globalizado.
Así pues, como respuesta a estas exigencias de modernidad y desarrollo, dentro
de una sociedad cada vez más diversa, e inmersa en el proceso de globalización,
70
el sistema educativo en México consideró necesaria su transformación. Por ello es
que a partir de la RIEB se promueve una actualización curricular que reestructura el
modelo o enfoque educativo, lo mismo en cuanto a sus programas que en cuanto
a la articulación de los tres niveles obligatorios que actualmente integran la
Educación Básica. Por lo demás, y pese a sus insuficiencias de arranque, la actual
reforma se aprecia como la más importante, desde el anterior Acuerdo Nacional
para la Modernización de la Educación Básica de 1993.
Esta reciente renovación del currículo promueve la adaptación de propósitos, con
el necesario énfasis en tomar en cuenta las necesidades multiculturales y las
particularidades regionales, ya que además los planes y programas, si bien de
carácter nacional, se consideran flexibles a fin de que cumplan con su propósito
de brindar atención a la diversidad en el reconocimiento de las diferencias
culturales e individuales y el respeto al pensamiento, la ideología y las formas de
vida propias.
Por otra parte, se demuestra un destacado esfuerzo por favorecer la inclusión
educativa, por ejemplo al procurar que todos los estudiantes tengan oportunidad
de participación y al brindarles los apoyos necesarios para su progreso académico
y social en un marco de calidad y equidad, en todas las aulas y planteles
escolares del país (SEP, 2010, p. 15).
Pero es en este último sentido donde ha radicado una mayor dificultad, pues no se
ha garantizado la función educativa de los docentes, ya que por parte de estos
existen resistencias u obstáculos para asumir los compromisos requeridos por la
dinámica propuesta en la actual reforma. En principio, porque se presenta un
desafío en cuanto a la interpretación de la realidad ligada a la incertidumbre, lo
cual se considerada como un hecho natural de la condición humana (Morín, 2008);
y, posteriormente, porque dentro del proceso de cambio, promovido por el enfoque
de competencias, este ha sido percibido solo como un hecho que obedece a una
71
política educativa, con una perspectiva inmediatista y no como respuesta a una
necesidad pedagógica. Desde esa perspectiva, y únicamente superada la etapa
de apropiación y ejercitación del modelo, habrá que esperar resultados
únicamente de mediano alcance.
Por otra parte, Díaz Barriga (2006, p. 12), reitera que el enfoque debe todavía ser
analizado en función de sus bondades y beneficios para el desarrollo profesional
del docente y la propia práctica educativa, y para que redunde en la satisfacción
de las necesidades de aprendizaje de los estudiantes.
Como ya se dijo, la RIEB proyecta la articulación curricular en los tres niveles y un
perfil de egreso de la educación básica, con base en el argumento de cinco
competencias para la vida, y en cuanto a la promoción de la inclusión y la
educación intercultural en el país, destaca de manera importante la práctica de la
convivencia, a la cual Aristegui et al. (2005) consideran:
… un fin formativo, en cuanto posibilita la construcción de personas críticas, creativas, reflexivas y situadas capaces de contribuir con el desafío de transformación de la sociedad (dimensión valórica). Y como un fin pedagógico en cuanto despliega en los niños y jóvenes una capacidad de pensamiento autónomo que se hace cargo de las complejidades, conflictos y contradicciones de la experiencia educativa (p. 147).
En el perfil de egreso de la Educación Básica, por tanto, se ha pensado en el
fortalecimiento de las relaciones humanas en un marco de respeto, justicia y
democracia para el reconocimiento y supervivencia de la cultura, la lengua propia
y el conocimiento de todos y cada uno, fortaleciendo con ello la destreza y la
capacidad de los estudiantes para aprender a aprender de manera autónoma
durante toda la vida, así como para desarrollar habilidades de pensamiento que
los acercarán cada vez más al conocimiento científico y tecnológico; todas ellas
necesidades inaplazables para el avance de la nación mexicana.
72
Pero tal perfil requiere asimismo (y de manera importante) brindar atención a los
estudiantes en un plano individual; lo cual los lleve a reflexionar sobre el manejo
de sus emociones, al tiempo que promueva la iniciativa y la autonomía en virtud
de planear, organizar y proyectar desafíos y retos a superar, a corto, mediano y
largo plazo (SEP, 2008).
Por otra parte, el fortalecimiento de todas estas competencias implica mantener
latente el compromiso y la responsabilidad por parte del docente, quien habrá de
generar elementos básicos para promover un ambiente en el que prime también el
reconocimiento de la diversidad de los estudiantes en cuanto a su origen cultural y
lingüístico, su contexto, y/o sus necesidades educativas especiales, incluidas, en
su caso, las asociadas con la discapacidad (física o intelectual).
73
Capítulo 3. La diversidad y la inclusión educativa en Preescolar. Aceptación y reconocimiento
La diversidad cultural no debe considerarse como pretexto para la estigmatización de las personas ni para la legitimación de las desigualdades y la exclusión social.
Manuel Area Moreira
En cualquier país o entidad poblacional, los cambios en la sociedad originaria se
asocian en buena medida con el impacto que provocan los movimientos
migratorios. Una consecuencia natural de ello es la formación de asentamientos
humanos en los cuales la conjugación cultural surge de manera espontánea.
No obstante, como ya lo hemos explicado, la transformación social en México se
ve inmersa en procesos político–económicos como la globalización, lo cual genera
necesidades de atención y de oportunidades cada vez más urgentes, y
compromete al Estado a abandonar las meras formalidades del discurso y a
atender verdaderamente las demandas de la población dentro de los renglones
económico, político, y educativo, principalmente; ello así también en estrecha
relación con la temática general que nos ocupa: la inclusión, lo cual equivale a
disminución de la desigualdad.
En el sistema educativo de nuestro país, igualmente, todas estas circunstancias
entroncan con el reconocimiento de la diversidad y el respeto hacia esta, condición
que ha sido contemplada en el planteamiento curricular de la Reforma Integral de
la Educación Básica (RIEB) 2004, la cual propone diversos contenidos y estrategias
para brindar mayor atención a las necesidades educativas de los estudiantes, en
consideración de sus características y particularidades dentro del aula.
74
Al respecto, Blanco (2006) indica que la atención a la diversidad ha de ser una
responsabilidad de la educación común y del sistema educativo en su conjunto;
además, tal atención debe perseguir el propósito de proporcionar aprendizajes
básicos que aseguren oportunidades de participación y respondan a las
necesidades de la población. Es por ello que la RIEB se ha visto como una
alternativa generadora del cambio educativo que se precisa para la satisfacción de
los desafíos que enfrenta la sociedad mexicana del siglo XXI.
La estructura de la RIEB, entre otros principios, demanda –por tanto– otorgar la
debida atención a los estudiantes de Educación Básica, de acuerdo con las
necesidades y características de cada nivel, y de cada uno de ellos en cuanto
grupo social o individuos. No obstante, la implementación de la reforma, en el
contexto del nivel preescolar, ha generado dificultades en algunas docentes para
la comprensión del enfoque propuesto por la Política Educativa, aun y cuando
existen documentos como el Programa de Educación Preescolar 2004 y
actualmente el Programa de Estudio 2011. Guía para la Educadora. Educación
Básica Preescolar, que incorporan la fundamentación, presuntamente necesaria, y
cuando –por supuesto– se han impartido capacitaciones; pero inclusive luego de
un largo proceso, la realidad es que la implementación todavía origina
problemáticas de atención en las aulas.
En cuanto al tema que específicamente nos ocupa, la persistencia de esta
dificultad para favorecer la convivencia de la diversidad, en un ambiente de
reconocimiento cultural, social y de desarrollo de capacidades, que brinde además
la oportunidad de un desarrollo integral, de participación y aprendizaje equivalente
en los estudiantes, fue lo que constituyó la motivación inicial para el desarrollo del
presente trabajo. Respecto de este último, agotada la fase de aproximación,
pasaremos a exponer con más detalle cómo se vive la problemática en el contexto
educativo del nivel preescolar.
75
3. 1. El espacio educativo un punto de encuentro de la diversidad, en una comunidad al oriente del Estado de México
El municipio de Ixtapaluca se encuentra enclavado en la zona oriente del Estado
de México. Su extensión territorial concentra gran número de comunidades, entre
ellas Ayotla, sitio seleccionado para el desarrollo de la presente investigación. El
nombre de esta localidad proviene del náhuatl; se compone de ayotl, “tortuga” y
tla, sufijo que expresa “abundancia”; es decir, significa: “donde hay muchas
tortugas”.
Mapa 1. Ubicación geográfica del Estado de México
Fuente: Portal: Cuéntame, información para niños y no tan niños. México: INEGI. http://cuentame.inegi.org.mx. Consultado: 15 de marzo de 2011.
76
Ante todo en las décadas recientes, Ayotla ha sufrido una total transformación;
dejó de ser una pequeña comunidad apacible y provinciana, y se ha convertido
prácticamente en un apéndice más del monstruo urbano, pues en sus
inmediaciones no se aprecia dónde termina el Distrito Federal y dónde comienza
el Estado de México.
La diversidad cultural en el municipio se manifiesta de manera importante, pues es
un lugar donde grupos étnicos migrantes mayas, mazahuas, otomíes y zapotecas
establecieron su residencia desde hace décadas. Tal encuentro multicultural se
hace evidente en muchos puntos de reunión: la plaza, las escuelas, los comercios,
etc. Recientes investigaciones han detectado también la gran diversidad lingüística
que existe en el lugar, si bien subsiste aun la lengua náhuatl.
Esta gran diversidad cultural, social y económica se traslada por supuesto a los
espacios educativos, donde conviven niños de varias partes de la República (los
más del propio Estado de México o del Distrito Federal), aunque una buena parte
provienen especialmente de Puebla, Oaxaca y Veracruz. Por supuesto estos
pertenecen a familias que se acercaron hacia la capital del país, generalmente en
búsqueda de “la vida buena”, como la llamarían algunos autores.
La mayoría de los pobladores originarios de la región viven en amplias casas
propias, construidas en una sola planta, aunque también existen construcciones
de varios niveles en terrenos de grandes dimensiones; incluso algunos de estos
pueden contar con espacios destinados a áreas verdes (es decir cuentan con
jardines). Contrariamente, los pobladores acogidos suelen habitar en cuartos
rentados, mismos que por lo general resultan reducidos, carentes de servicios o
en malas condiciones y sin mantenimiento.
En Ayotla se pueden encontrar escuelas de educación básica de administración
estatal y federal, aunque también existen varias escuelas privadas. Las escuelas
77
secundarias, primarias y preescolares oficiales se encuentran en diferentes puntos
de la comunidad. La zona escolar en que se realizó el estudio pertenece a los
Servicios Educativos Integrados al Estado México (SEIEM) y concentra siete
jardines de niños.
La gran diversidad de la región resalta en la comunidad educativa atendida. Esta
se conforma por niños y niñas ayotlenses, pero también por numerosos pequeños
que han llegado de otros lugares y cuyas familias se han establecido de manera
temporal o en a otros definitivamente. Dentro de los propios jardines de niños, la
población se ha transformado de manera significativa y muestra un crecimiento
considerable.
Los datos necesarios para el conocimiento de las condiciones de vida de este
sector de la población del Estado de México han sido proporcionados por los
propios padres de familia, mediante entrevistas realizadas al inicio del ciclo
escolar. En ellas refieren que la formación académica de los padres de familia en
un alto porcentaje alcanza solo la educación básica (aunque hay varios que no la
concluyeron). La principal fuente de ingresos lo constituyen ramos como el
comercio informal, la construcción y la mano de obra en fábricas, por lo general
con baja remuneración económica. La población con preparación profesional es
del todo minoritaria, y son quienes perciben mejores ingresos económicos, sus
fuentes de trabajo se ubican en el Distrito Federal o en el centro del Municipio.
En el momento actual, Ayotla no ha quedado al margen de la situación que aqueja
al resto del país, pues se han desencadenado graves problemáticas de
inseguridad, desempleo y falta de oportunidades, atribuibles a diversas
circunstancias. La multiculturalidad8 a la que hemos aludido se refleja también en
8 Nota: La descripción del contexto escolar es de elaboración propia, realizada mediante observaciones, a fin de estructurar el presente capítulo.
78
el origen del personal docente que atiende los planteles. Las educadoras
provienen de los estados de Zacatecas, Aguascalientes, Chihuahua, Morelos,
Guerrero, Tlaxcala y el Distrito Federal. Algunos han establecido su domicilio en
las cercanías de Ayotla y los que viven en las entidades más cercanas viajan
diariamente.
Esta gran diversidad en la población escolar, y que es distintiva de la zona
conurbada del Valle de México, fue la que nos motivo a seleccionarla, a fin de
observar cómo se aplican en ella la nuevas estrategias que recomienda la RIEB y
promover entre el personal docente la reflexión en cuanto a su práctica. Es decir
que nos interesaba saber de qué manera esta comunidad educativa enfrenta el
reto de atender las necesidades de aprendizaje y otorgar un servicio educativo en
el que los niños y las niñas de la comunidad alcancen un desarrollo pleno de
habilidades y capacidades, las cuales les permitan concluir una educación básica
que les garantice la oportunidad de superar situaciones adversas de la realidad en
las que les ha tocado vivir.
3.2. La diversidad y la inclusión educativa en Preescolar, vistas a través de un estudio de caso
A partir del presente estudio de caso, expondremos ahora la problemática que
enfrentan algunas educadoras para la construcción de estrategias didácticas que
logren atender la diversidad, a fin que los educandos puedan considerarse como
partícipes de la inclusión educativa en un aula de preescolar.
Para ello se consideró importante, en primer término, observar la dificultad que
para las docentes representa el reconocer y comprender los aspectos que se
involucran con el concepto de diversidad. Al abordar el tema, en lo general las
entrevistadas tienden a vincularlo con cuestiones de discapacidad y refieren que la
atención se orienta casi siempre hacia la inevitable intervención del apoyo
79
psicopedagógico por parte de especialistas. Por otra parte, ya en cuanto su
práctica pedagógica cotidiana, se hace evidente que no se considera que tal vez el
origen de las situaciones que interrumpen la fluidez de la dinámica en el aula son
producto de las necesidades de aprendizaje –en relación con las diferencias y
particularidades de los estudiantes–, y con ello se inhibe el interés por aprender y
redunda en la persistencia de la fragmentación grupal.
Al respecto, entonces, vale la pena insistir en que las necesidades educativas de
una sociedad tan diversa como la nuestra, siempre en constante cambio, pero
sobre todo en el momento actual, comprometen con mayor urgencia al nivel
preescolar a alcanzar con eficiencia y calidad sus metas, sobre todo a partir de la
obligatoriedad y el implícito reconocimiento a su importancia, que le han sido
otorgados dentro de la Educación Básica de nuestro país.
En ese ánimo es que en el diseño de nuestra investigación nos planteamos como
pregunta guía y contextualizadora:
¿Por qué el estudio y conocimiento del Programa de Educación Preescolar no ha
alcanzado los propósitos de satisfacer el desarrollo de competencias en los
alumnos, considerando la diversidad del grupo?
Al respecto, recuperamos que ni el largo proceso de implementación de la
Reforma o el constante estudio del PEP, han conseguido en algunos casos, el
propósito de encontrar elementos que favorezcan la comprensión de la diferencia
en el grupo, para –en consecuencia– reflexionar en la atención de sus
necesidades particulares o individuales. Lo anterior impide que ello se contemple a
conciencia en la planeación, o bien que no se atienda procedentemente, o “en el
mejor de los casos” que solo se le trate de manera intuitiva o parcial y
fragmentariamente.
80
Durante el desarrollo del estudio, algunas educadoras reconocieron la dificultad
que para ellas implica brindar adecuada atención a la diversidad que convive
diariamente en el espacio educativo, situación que obstaculiza la inclusión plena
de algunos estudiantes y en ocasiones pasa por alto el reconocimiento y respeto a
las diferencias de la población en el contexto donde llevan a cabo el desarrollo de
su práctica.
En este sentido se consideraron también tres supuestos a confirmar durante el
seguimiento de la investigación:
Existe falta de comprensión hacia el enfoque de competencias, así como
falta de aceptación para con la propuesta curricular.
En algunas educadoras de la zona escolar analizada subsiste la resistencia
hacia la transformación de las técnicas de enseñanza, por lo que el
desarrollo de los estudiantes lleva un proceso más lento y afecta su
potencialidad desde el primer nivel de la Educación Básica.
Existen problemas de apreciación en las educadoras para observar la
diversidad cultural y de capacidad de los estudiantes preescolares, a fin de
considerarlas en las prioridades de la planeación didáctica y promover la
inclusión educativa en un ambiente intercultural.
3.3. La diversidad y la inclusión. Desconcierto en su conceptualización
Las dificultades para brindar atención a la diversidad y a la inclusión dentro del
contexto escolar se observan en el presente trabajo desde la perspectiva de la
metodología cualitativa, la cual, según Gloria Pérez Serrano (2004), permite el
acercamiento, conocimiento y la comprensión de la realidad de una situación
social.
81
Por otra parte, al decir de María Teresa Anguera (1995) esta metodología implica
la recopilación de información basada en datos categóricos, los cuales, cumplidas
las fases lógicas de acopio y validación, en consecuencia pueden ser sometidos a
una nueva categorización y puestos en triangulación con la consulta de literatura
teórica, todo lo cual sustenta los hallazgos de la investigación.
De esta manera, construido en los capítulos anteriores, el marco teórico que
aborda el esclarecimiento de los conceptos diversidad e inclusión educativa, y
elaborado un marco contextual del lugar en el que se desarrolló el estudio (sin
olvidar la consideración de las políticas que se involucran dentro del sistema
educativo en nuestro país y las propuestas de organismos nacionales e
internacionales que tienen como fin contrarrestar la desigualdad), intentamos dar
cuenta de la realidad y las circunstancias que obstaculizan o inhiben la
satisfacción de las necesidades de aprendizaje en los estudiantes, o explicar por
qué estas no son favorecidas en medio de un ambiente intercultural y de respeto.
Asimismo, aplicando el correspondiente estudio de caso, intentamos cumplir con
los planteamientos de la investigación interpretativa, la cual, al decir de Gutiérrez,
Pozo y Fernández (2002), se interesa por explicar, describir caracterizar e interpretar
los fenómenos sociales y los significados individuales en la profundidad y
complejidad que los identifica:
El estudio de caso interpretativo no responde a una estructura lineal y estándar, sus características justifican su pertinencia, proporciona suficiente información (datos cualitativos) a partir de conversaciones, narraciones, entrevistas grabadas, fotografías etc., las cuales de manera concreta y sus argumentos pueden ser rescatados por el investigador de acuerdo con la interacción con el contexto. [Por otra parte…] provee el mejor retrato de situaciones y acontecimientos, facilita la comunicación con los participantes y favorece el intercambio de puntos de vista, aunque es importante destacar que no existen reglas fijas para el análisis de los datos, cada investigador avanza y resuelve sus problemas con mayor o menor éxito, pero sin muchas fuentes donde consultar y aclarar sus dudas (p. 541).
82
De esta manera, la interacción con la realidad y sus actores cotidianos nos ha
permitido una mejor comprensión de lo que significa la diversidad y en torno a
cuáles son los aspectos necesarios para su atención con la finalidad de alcanzar
la inclusión educativa de los estudiantes de preescolar, problemática que en
particular cotidianamente enfrentan algunas educadoras en una zona escolar en el
oriente del Estado de México.
El Cuadro 4 presenta la estructura del proceso que ha llevado el presente estudio.
Cuadro 4. Proceso de la investigación
Fuente: Elaboración propia, con base en la información y recopilación de argumentos teóricos
que sustentan el trabajo de investigación realizado.
Nuestro estudio de caso profundizó en la observación del desempeño de la
función docente de las educadoras participantes, al tiempo que descubrió una
relativa resistencia para la actualización profesional de la práctica docente, tal
83
negativa se finca en factores que obstaculizan el diseño y la construcción de
situaciones didácticas, todo lo cual no favorece (o favorece solo parcialmente) la
atención de la diversidad y la inclusión. De esta manera, no hay clara conciencia
del reconocimiento de las diferencias personales o de su respeto, aceptación
tolerancia, o manejo, situaciones –por lo demás– susceptibles de un tratamiento
único y diferente (Pérez Serrano, 2004).
3.4. Técnicas de investigación y el proceso de participación
La recolección de la información se dio a partir de la observación y la entrevista,
técnicas más usuales en la investigación interpretativa, y que llevan a obtener los
elementos necesarios para comprender los aspectos de la problemática advertida.
En principio, la observación directa nos permitió el suministro de información
complementaria a las otras formas de recogida de datos, en tanto que el diseño de
la entrevista intentó cumplir con los requisitos de ser flexible, dinámica, no
directiva, no estructurada, no estandarizada y abierta; por otra parte, durante el
encuentro cara a cara, con los entrevistados se centró hacia al conocimiento y/o
comprensión de hechos, acontecimientos, experiencias, situaciones, etc.,
respetando además las propias palabras de los participantes. Lo anterior, porque
las entrevistas en la metodología cualitativa siguen el modelo de una conversación
entre iguales y no de un intercambio formal de preguntas y respuestas (Anguera,
1981).
Escogimos tales procedimientos así también, porque, al decir de Cecilia Fierro,
Bertha Fortoul y Lesvia Rosas (1999), la observación y la entrevista son elementos
que permiten conocer la realidad en una lógica de experiencia o reflexión dentro
situaciones diversas, las cuales requieren de análisis y compresión. De esta
manera, la conjunción entre las técnicas de investigación descritas, permitió, por
una parte, captar la acción de las educadoras participantes dentro del contexto en
84
el que desarrollan sus actividades cotidianas, en tanto que el intercambio verbal
giró en torno al conocimiento de lo que ellas creen y saben respecto a las
necesidades de atención que requiere la diversidad de la población del jardín de
niños, todo lo cual nos permitió, posteriormente, formular interpretaciones sobre
los datos recopilados y encaminarlos a tratar de comprobar los supuestos ya
enunciados.
Luego de la selección de los instrumentos, para la recolección de la información se
procedió a solicitar la autorización que permitiera entrar a los centros de trabajo de
la zona escolar en estudio, la cual fue otorgada de manera informal, si bien de
manera oral y directa, por parte del supervisor de la zona escolar.
El paso siguiente fue notificar a las educadoras participantes, de los diferentes
centros de trabajo, el propósito de la investigación y solicitarles su participación
para la aplicación de la entrevista. Es importante mencionar que hubo educadoras
que se negaron a participar, sin proporcionar mayores argumentos al respecto (y
sin que ello implicara tampoco reclamo alguno).
De esta manera, la realidad a la que se enfrentan cotidianamente algunas
educadoras de una zona escolar, en el oriente en el Estado de México, junto con
la dificultad que representa la construcción de situaciones didácticas, que brinden
atención a la diversidad concentrada en el aula preescolar, fueron los factores
precisos para emprender el presente trabajo de investigación. Los datos
medulares se recopilaron mediante la observación in situ y la aplicación de la
entrevista semiestructurada (Moreno, 2000, p. 14), a una muestra aleatoria,
conformada por el 23.3% del total de la población docente de la zona escolar
seleccionada.
La aplicación de la entrevista se llevó a cabo mediante dos dinámicas diferentes:
una de tipo focal, con la participación de cuatro docentes, la cual promovió el
85
intercambio, la discusión y la reflexión de los distintos puntos de vista de las
participantes, y asimismo permitió obtener datos interesantes respecto a la
problemática planteada y su atención. En tanto que la otra dinámica consistió en
entrevistas individuales, las cuales también arrojaron datos que lograron descubrir
la realidad cotidiana de las profesoras. Cabe destacar que durante la aplicación
del instrumento de investigación en ambas modalidades la contribución fue
exitosa, y el espacio hizo posible un momento de reflexión en relación con el
quehacer de las educadoras.
3.4.1 La atención a la diversidad en función del análisis de la práctica docente
El presente estudio de caso aborda como dimensión primordial el reconocimiento
de la diversidad de la población escolar y sus implicaciones en el contexto
educativo del nivel preescolar. Pretende dar a conocer algunos factores que
inciden en la tarea de proporcionar atención a los estudiantes del nivel, de acuerdo
con sus características y particularidades. Así, a partir de los supuestos
planteados se desprendió el análisis de la práctica educativa, siempre bajo la
perspectiva de los factores social, didáctico e institucional; todo ello en un
esquema de reflexión, dónde destaca la importancia de la actividad docente y su
impacto e influencia hacía todos los sectores de la sociedad.
La organización del guion de entrevista (Anexo 1) se formuló con base en los
aspectos de tres de las seis dimensiones que analizan la práctica docente,
presentadas por Fierro, Fortoul y Rosas (1999); estas son las dimensiones
institucional, social y didáctica, pues desde el punto de vista de quien esto escribe
existe correspondencia y complementación entre estas, e inclusive son suficientes
para abordar las que por el momento no fueron consideradas (la personal, la
interpersonal y la valoral). Al respecto, reseñamos la caracterización de las
dimensiones seleccionadas.
86
– Dimensión institucional. Suscribe de manera implícita gran influencia
entre la persona del profesor y el desarrollo de su práctica, ya que la
interacción y el intercambio en un centro escolar configuran una nueva
cultura que finca sus bases en los requerimientos de la institución. Por lo
demás, siempre está determinada por el Sistema Educativo, y asimismo
influenciada por aspectos contextuales de lugar, tiempo y espacio.
– Dimensión social. Constituye otra reflexión sobre la función docente que
toma en consideración –ante todo– las expectativas de los estudiantes y
padres de familia, y que trae como resultado el fortalecimiento de la
identidad (propia y de sus alumnos o alumnas). En contraparte implica el
reconocimiento de las diferencias y el otorgar oportunidades de
participación dentro del ámbito educativo con el fin de que los estudiantes
adquieran las habilidades necesarias para incluirse en una sociedad en
constante cambio.
– Dimensión didáctica. Implica la oportunidad que cada maestro tienen para
analizar la forma en como se acerca al conocimiento para transformarlo en
materia de enseñanza en el salón de clases. Constituye un gran reto para el
profesor en lo referente a las exigencias de aprendizaje de los estudiantes,
en el marco de los constantes cambios sociales que genera la modernidad.
Esta dimensión, contemplada ya en las nuevas políticas educativas, implica
estar en capacidad de lograr en los estudiantes la construcción de un
aprendizaje autónomo y crítico, formulado a partir de actividades
propuestas por el docente en un ambiente de seguridad y confianza, en el
cual la diversidad sea un factor de enriquecimiento cultural mutuo.
De esta manera, la atención e inclusión educativa, requerida por los estudiantes
menores de seis años, de acuerdo con su diversidad de origen, procedencia social
y capacidades individuales, se abordó, como ya comentamos, bajo los
87
planteamientos de las dimensiones del análisis de la Práctica Docente (Fierro et
al., 1999), pues en ellas observamos que existe cierta relación con el enfoque de
competencias propuesto por la RIEB, el cual, orienta hacia la transformación
educativa requerida por nuestra sociedad actual.
De igual forma, sondeamos el peso de las características de la población
mexicana y las demandas de aprendizaje de los estudiantes, al tiempo que
exploramos el estado del respeto hacia la diferencia, y si en el aula escolar se
considera la funcionalidad de la transversalidad en los contenidos y la
participación multidisciplinaria para el desarrollo del trabajo pedagógico, esto
último a fin de que se concrete la construcción de conocimientos a partir de la
convivencia con las innovaciones científicas y tecnológicas que forman parte del
ambiente, el tiempo y el espacio de la sociedad.
Al respecto se debe insistir en que la realidad de la actividad docente en el aula es
digna de tomarse en cuenta porque amplía la visión de los propósitos de la
educación y hace significativa la trayectoria recorrida por cada dimensión durante
el proceso enseñanza aprendizaje. Estas condiciones convergen en el más
importante punto de encuentro de nuestro interés: la reflexión del docente ante la
demanda de atención y satisfacción de las necesidades de aprendizaje en los
estudiantes de acuerdo con las características de cada uno y el respeto hacia
estas.
Con base en lo anterior, los cuestionamientos del guion de entrevista permitieron
contextualizar la función de las educadoras, promovieron el diálogo e interacción
con ellas, y posibilitaron el que estas expresaran los alcances de su experiencia y
trayectoria profesional, en un ambiente de confianza y libertad de opinión,
situación que el sistema ocasionalmente propicia, pues proporciona solo espacios
limitados para estos ejercicios, debido a la excesiva carga de trabajo que implica
la actividad escolar cotidiana.
88
3.4.2. Categorías de análisis
La dificultad de algunas educadoras para promover la atención de la diversidad y
lograr la inclusión educativa en el nivel preescolar (planteamiento de origen del
presente estudio); así como la deficiente interpretación de la realidad en el
contexto preescolar (los supuestos); y la estrecha relación de lo anterior con las
dimensiones de análisis de la práctica docente, al conjuntarse, permitieron la
estructuración apriorística de categorías e indicadores para la exploración del
objeto de estudio. Tal construcción fue realizada antes de la aplicación del
instrumento de investigación, siguiendo la recomendación de Francisco Cisterna
(2005, p. 64), con el fin de lograr la sistematización de la información obtenida y la
relación del análisis de los datos con la teoría existente.
Para tal efecto, las categorías de análisis necesarias en la presente investigación
vienen a ser las siguientes:
Política educativa. Es vista como un proceso de cambio. Sus planteamientos
consideran la transformación de los programas educativos. Requiere de la
innovación en las técnicas de enseñanza de los docentes, quienes se ven
obligados a dirigir su mirada hacia la modernidad, la cual implica las
necesidades contemporáneas de aprendizaje de los estudiantes.
Desarrollo de competencias. Modelo curricular propuesto por la actual
política educativa. Durante su aparición e implementación en el contexto
escolar causó incertidumbre entre los docentes y en algunos casos ha
necesitado de un largo proceso para su comprensión.
Transformación de la práctica. En el marco del enfoque, replantea la
función del docente respecto de las técnicas de enseñanza utilizadas y
89
requiere de la innovación en el diseño de situaciones de aprendizaje que
incluyan actividades que promuevan el desarrollo de las habilidades de
pensamiento.
Planeación didáctica. Se considera una guía en cuanto a los propósitos, la
realización y la evaluación del trabajo docente. Para que sea eficaz es
necesario que observe la realidad del entorno educativo, y posibilite llevar a
cabo las acciones precisas, si bien en un marco de flexibilidad (Pérez
Rivera, 1976, p. 106).
Conocimiento científico. Su acercamiento y desarrollo, desde el nivel
preescolar sitúa en el campo formativo de “Exploración y conocimiento del
mundo”, en los aspectos “Mundo natural” y “Cultura y vida social” (PEP, p.
11). Se plantea también como una estrategia de intervención que
contribuye a alcanzar los desafíos de la inclusión educativa, debido a que
es un proceso de aprendizaje en el cual el estudiante tiene la oportunidad
de incrementar sus conocimientos mediante la investigación, la exploración
y la interacción con lo que le rodea, formulando hipótesis que, al
comprobarlas, podrá replantear o confirmar lo establecido. Incluye para ello
el análisis y la reflexión, procedimientos que –a su vez– le permitirán
desarrollar un pensamiento crítico, factor esencial en la toma de decisiones.
Se ve determinado en la práctica educativa por factores políticos, sociales y
culturales, analizados como sistemas de influencia en los procesos
mundiales.
Inclusión educativa. Movimiento de participación y oportunidad de
desarrollo, que toma como punto de partida el respeto a las características
particulares que constituyen la diferencia entre los miembros de una
comunidad escolar. Ha de tomar en cuenta:
90
- La importancia de los factores social, cultural y de capacidad de los
estudiantes en la dinámica del aula, en la cual se acepte el encuentro de
la diversidad y la abierta expresión, en interés de un desarrollo integral.
- La comunidad educativa y sus expectativas, previstas dentro de la
perspectiva de participación y compromiso de todos los que la integran.
Cada una de estas categorías se vincula estrechamente con la función educativa,
inmersa en un proceso de transformación, el cual debe retomar la necesidad de
mantener viva la diversidad de la sociedad mexicana (como ya se ha señalado,
inmersa en las exigencias de la modernidad y tampoco ajena a la confrontación de
los individuos en relación con los procesos económicos, políticos y sociales que
impactan a todas las sociedades en el mundo).
3.5. Retos, sentimientos y perspectivas ante la obligatoriedad del nivel preescolar
A partir de aquí pasamos a la etapa del análisis, la abstracción y la interpretación
de la información; incluso, en lo posible, intentando descifrar la subjetividad de las
respuestas obtenidas durante la aplicación de las entrevistas. En lo general,
adelantamos que los testimonios consiguieron llevar la participación de las
docentes hacia la reflexión y reforzaron su interés por continuar buscando
herramientas que les faciliten la comprensión de la diversidad, o sobre cómo
detectar las capacidades específicas o individuales de los estudiantes, a fin de
atenderlas convenientemente.
Durante las entrevistas, las educadoras manifestaron las circunstancias que les
producen falta de motivación para la transformación de sus técnicas de
enseñanza y externaron sus sentimientos y emociones, sobre todo en cuanto a
que no se valore el trabajo que realizan.
91
Estas manifestaciones reflejan su perspectiva ante la consolidación y
reconocimiento del nivel preescolar y su obligatoriedad en la actual estructura de
la Educación Básica, proceso que les presenta mayores retos y exigencias, y en
el cual se han visto inmersas sin que se les dotase de información suficiente,
capacitación gradual y efectiva, o bien (oportunamente) de las respectivas
herramientas teoricas; ante lo cual aprecian mayores dificultades que en otras
reformas vividas, todo ello incluso sin tomar en cuenta la influencia de factores
adversos que rodean a la función educativa en el nivel.
En cuanto a ello, la información contenida en la Tabla 3 permite conocer los
aspectos significativos que dan cuenta del perfil profesional de las entrevistadas, y
de los factores de influencia para su práctica actual o su disposición al cambio,
entre otros, su formación de procedencia, años en el servicio activo y perspectivas
de actualización.
Tabla 3. Características de la población docente seleccionada para el estudio de caso
Sujeto Sexo Cargo Años de servicio en
SEIEM
Preparación
académica
Participa en Carrera
Magisterial
A* F DFG DE 2 A 10 LT NO
B* F DFG DE 2 A 10 LT NO
C F DFG MÁS DE 30 NB SÍ 1A
D* F DFG DE 11 A 20 NB SÍ 1B
E F DFG DE 21 A 30 NB SÍ 1D
F F DFG DE 11 A 20 NB NO
G* F DFG DE 11 A 20 LT NO
Fuente: Elaboración propia con base en el información recabada en el trabajo de campo. Código: (LT) Licenciatura con título, (NB) Normal básica, (DFG) Docente frente a grupo, * Grupo focal
La información revela que en la zona donde se desarrolló el presente estudio se
mantiene la preeminencia de las mujeres en el desempeño del trabajo educativo
del nivel preescolar, lo cual confirma la percepción tradicional de la figura
femenina en la atención del grupo de estudiantes menores de seis años.
92
Asimismo se observa la participación activa de educadoras con más de treinta
años de servicio en los SEIEM; estas, con tan larga trayectoria, argumentan que su
permanencia se debe a motivos personales (generalmente de índole económica);
simultáneamente, se logró detectar un sector cuya práctica data de hace más de
veinte años, y que en algunos casos se encuentran ya pensando en su jubilación;
al respecto aducen que ello se debe a las exigencias que impone la actual
Reforma.
El segmento predominante es aquel cuya labor educativa abarca más de diez
años de servicio, en tanto que el fragmento más reducido lo componen quienes
llevan diez años o menos; esto último, además, revela la escasa incorporación de
nuevos docentes al sistema.
En cuanto a la preparación académica, más de la mitad de las docentes en la
zona realizó estudios de Normal básica; el otro sector contempla ya estudios de
licenciatura en Educación Preescolar, en cumplimiento de los actuales
requerimientos del Sistema, el cual considera tal perfil para el docente frente a
grupo. Destaca el que, hasta el momento, ninguna docente ha realizado estudios
de especialización o posgrado.
De esta manera, podemos interpretar que la trayectoria laboral y el perfil
académico se observan como factores de influencia en la actitud de estas
docentes, respecto a la transformación de la práctica. Así, durante las entrevistas
se logró percibir que las egresadas de Normal básica y con mayor trayectoria en
el servicio educativo fueron quienes manifestaron más resistencia al cambio, ello
porque en sus respuestas continuamente destacaron su arraigo hacia la práctica
tradicional y la dificultad que implica la transformación.
Sirva lo anterior para comentar que el reclamo de la sociedad por contar con
profesores mejor preparados y constantemente actualizados, y las propias
93
exigencias derivadas de la Reforma Integral de la Educación Básica, fueron
elementos de indagación respecto al interés que despierta en las educadoras la
adquisición de nuevos elementos teóricos y metodológicos que fortalezcan el
trabajo pedagógico. Para ello se tomó como indicador la participación en el
Programa de Carrera Magisterial (PCM), el cual obedece a cumplir con las
disposiciones de la estructura Institucional que ofrece atractivos intereses de
desarrollo personal y profesional, inmersos en la mejora de la percepción
económica, dentro del Sistema Educativo Nacional.
Al respecto, las docentes que han alcanzado el nivel A, son educadoras con
antigüedad entre los diez y hasta treinta años de servicio, y se han mantenido
este nivel por largo tiempo, sin lograr ascender al siguiente. Expresan
conformidad, desaliento y escasa disposición para la actualización; ya no
consideran importante la participación en el programa para la promoción y
ascenso, pues su interés radica más en su próxima jubilación.
Quienes han llegado a los niveles B y D son educadoras cuya antigüedad es
mayor a los diez años de servicio, y reconocen que para obtener esos niveles en
el programa es necesario ser persistente y mantener el interés en la actualización;
sin embargo, amparan el cumplimiento de su función en la propuesta educativa
solo desde la perspectiva institucional, es decir, no procuran una actualización
alterna o independiente al Programa de Carrera Magisterial o a los cursos
propuestos por los SEIEM.
La situación atrae la atención de manera importante, ya que las docentes que han
logrado algún nivel en Carrera Magisterial, son quienes cuentan con mayor
antigüedad en el servicio; por el contrario, quienes poseen menos de diez años de
antigüedad, y que por lo demás ya han ingresado al sistema educativo con el
perfil académico de licenciatura, expresan que han intentado ingresar al
Programa, algunas año tras año, pero el fracaso ha sido constante. Opinan que
94
cada vez es mayor la dificultad para ser aceptadas y con el cambio actual de los
lineamientos la posibilidad de ingreso se vuelve cada vez más lejana. Ante estas
circunstancias, se observa en ellas falta de motivación y desaliento, más allá de
que el principal incentivo de las educadoras para ingresar a este programa, es el
adquirir un mejor ingreso económico. Ante tal panorama resulta imposible intentar
una valoración de las repercusiones que sobre la temática principal que
analizamos adquiere el ingreso de las docentes al citado programa.
La información recabada, en cuanto a las características generales de las
participantes en el estudio, tuvo gran relevancia en el desarrollo de las
entrevistas, pues nos permitió conocer a cada una de acuerdo con su formación,
su trayectoria laboral y el interés hacia la transformación.
Contrastemos ahora la interpretación de los hallazgos que resultaron de
cuestionar a las entrevistadas acerca de las categorías de análisis propuestas.
En cuanto a ello, se observará que la comprensión sobre el concepto de
diversidad que cada docente ha alcanzado tiene relación únicamente con la
información obtenida durante los cursos de actualización, o el proceso durante el
cual tuvieron que haber estudiado el Programa de Educación Preescolar 2004 (o
actualmente el 2011).
95
Al respecto, en el Cuadro 5 se rescata la información proporcionada durante las
entrevistas.
Cuadro 5. La diversidad en el espacio educativo del nivel preescolar
DIMENSIÓN
CATEGORÍA
INDICADOR
EXPRESIONES
S O C I A L
Comprensión
de la diversidad
Aceptación y
tolerancia
Sujeto E: [Diversidad es…] El hecho de que todos somos diferentes [en cuanto a] capacidades, costumbres e historia de vida. Estamos mal acostumbrados a decir que hay una regularidad.
Sujeto F: […] Tener atención para todos y hacer actividades en donde todos estén integrados y estemos atendiendo sus necesidades.
Sujeto C: […] Hay diferentes formas de ser, y es de acuerdo con la influencia de la familia como (se) los encausa.
(Grupo Focal)
(Sujeto D) Respetar los puntos de vista de todos los demás y tomar lo que a ti te pueda ayudar, y tolerar.
(Sujeto G) Son cosas diferentes donde hay que tener claro que somos únicos.
(Sujeto A) Que todos aceptemos a todos no solo en cuanto a características físicas o en la manera de pensar.
(Sujeto B) También en la aceptación de que nos equivocamos; por lo tanto, esta situación nos promueve a la aceptación de todo ser humano.
Fuente: Elaboración propia con base en la información y los datos obtenidos mediante la aplicación de los instrumentos de investigación.
Como se observa, en la dinámica individual algunas docentes, como la sujeto E,
en sus respuestas expresa claridad y afinidad en cuanto al impacto que causa
dicha condición en el aula; por lo demás, integra a la noción de diversidad
características y atributos que hacen diferentes a cada ser humano.
96
Por su parte, la sujeto F, contempla a la diversidad solo en relación con las
necesidades de aprendizaje relacionadas con actividades de la jornada de trabajo
en las cuales todos deben participar. Asimismo la sujeto C, aprecia a la diversidad
solo como producto de la formación y crianza del estudiante dentro de la dinámica
familiar.
Durante la entrevista con el grupo focal se provocó una discusión interesante que
permitió que las participantes analizaran algunas situaciones que les han dejado
experiencias y en las que claramente observan la incidencia de la problemática; el
resultado fue, que casi todas limitan la atención de la docente solo en algunos
aspectos de la diversidad, no obstante que para la sujeto D existe la idea de la
diferencia y la relaciona de manera importante con la formación valoral del
individuo, o de igual manera para las sujetos G, A y B, la idea implica a la unicidad
del ser humano que redunda en la aceptación.
Notamos entonces que admitir las diferencias de los estudiantes en el aula, cada
vez tiene mayor efecto en las educadoras, y que el espacio de la entrevista
propició reflexión e interés en ellas por retomar los planteamientos de la RIEB en
torno a alcanzar el logro educativo, buscando al mismo tiempo la equidad y la
oportunidad para la participación.
97
El concepto de inclusión educativa asimismo fue contrastado en relación con la
dimensión social, y las principales respuestas se concentran en el Cuadro 6.
Cuadro 6. La inclusión educativa en la práctica docente
DIMENSIÓN
CATEGORÍA
INDICADOR
EXPRESIONES
S O C I A L
Inclusión educativa
Carácter de la diferencia en el espacio
del aula
(Sujeto E) No estoy de acuerdo en que se maneje la inclusión en relación con la discapacidad. Es importante que participen y se integren a todas las actividades con sus propias capacidades.
(Sujeto F) Todos los niños deben estar dentro de todas las actividades. No se puede hacer a un lado a ninguno de los niños, y si no pueden [con alguna actividad] yo debo ayudarlos.
(Sujeto A) La diferencia la hace uno como docente y como ser humano.
(Sujeto D) Que se respete cómo son. No te afecta, y si te afecta busca una solución.
(Sujeto G y B) Tenemos vocación y el valor para atender. A todos los vas a aceptar.
(Sujeto C)… [Relaciona a la inclusión solo con actividades de enseñanza; presenta confusión…].
Fuente: Elaboración propia con base en la información y los datos obtenidos mediante la aplicación de los instrumentos de investigación.
En esta dimensión, que implica mantenerse atentos a las expectativas de
aprendizaje en los estudiantes (formuladas por ellos mismos y por los padres de
familia), asimismo en las ideas expuestas se perciben vacíos en relación con el
término inclusión educativa y la relación que esta categoría guarda con la
diversidad de los estudiantes, pues su trascendencia se frena en aspectos
específicos.
98
De esta manera, las educadoras entrevistadas, durante el desarrollo de su función
aprecian la inclusión educativa únicamente encaminada hacia la formación valoral
en los estudiantes, en condiciones que abordan las necesidades de aprendizaje
en estudiantes cuyas características evidencian rasgos de origen, discapacidad o
hasta aptitudes sobresalientes, la apreciación responde así, a la observación que
hace Blanco (2006, p. 4): existe cierta confusión en el concepto de inclusión o
educación inclusiva, se está asimilando con el movimiento de integración cuando
se trata de enfoques con visión y foco distintos.
Por otra parte, para algunas de las entrevistadas la inclusión se observa solo en
las actividades propuestas para el desarrollo del trabajo (durante la jornada diaria),
es decir se considera únicamente en relación con los contenidos temáticos en las
situaciones de aprendizaje. De lo anterior se desprende la necesidad de aclarar y
precisar los principios por los que lucha el movimiento de inclusión, cuya meta es
favorecer el respeto, la aceptación y la tolerancia, y tener claro cuál es su impacto
en el contexto escolar.
99
La percepción en cuanto a las políticas educativas se concentran en el Cuadro 7.
Cuadro 7. Las políticas educativas en relación con los cambios económicos y sociales
DIMENSIÓN
CATEGORIA
INDICADOR
EXPRESIONES
I
N S T I T U C I O N A L
Política educativa
Las reformas educati–
vas
(Sujeto: E) “Son necesarias e importantes porque tienen que responder al nuevo milenio”.
(Sujetos: C, F) “No podemos estancarnos para que los alumnos no pierdan el interés en ir a la escuela”.
(S. Gpo. Focal) “Sí, por la necesidad de la sociedad y las nuevas generaciones, el mundo global tiene que haber cambios. Son difíciles porque te piden que lo des todo”.
(S. Gpo. Focal) “Los cambios deben ser reales”.
(S. Gpo. Focal) “Esta reforma no fue hecha para México, un país muy diverso, solo se puede aplicar en algunos contextos en los que tienen recursos”.
Fuente: Elaboración propia con base en la información y los datos obtenidos mediante la
aplicación de los instrumentos de investigación.
Durante la entrevista se prestó especial atención a que las educadoras
reflexionaran respecto a las implicaciones del sistema educativo en relación con la
transformación de la sociedad, y el papel que para ello juegan las reformas
educativas propuestas por el Estado, las cuales conducen a la necesidad de
actualizar la profesión.
Como resultado, la opinión de las educadoras se divide respecto a la
implementación de estas reformas. Algunas refieren a que en nuestro país se
padecen carencias y que por sus características no son viables. Sin embargo,
para otras docentes, en particular la RIEB es un logro que alcanza el Sistema
Educativo.
100
Así pues, aprecian que la dimensión Institucional responde a las necesidades
derivadas de dar continuidad a los cambios en la sociedad, y por lo tanto
consideran que el planteamiento de las políticas educativas debe responder a la
realidad del siglo XXI.
Sabiéndose inmersas en el proceso de globalización, las docentes consideran
necesaria la actualización profesional continua, y toman en cuenta la importancia
de las políticas educativas y reformas, pero manifiestan con gran seguridad que
estas –en especial la actual– no está diseñada para nuestro país, pues responde
a un modelo desarrollado para naciones con mayores recursos económicos. De
esta manera, sale a la luz la condición multicultural de nuestro país y las
circunstancias en su diversidad que son relacionadas con problemáticas sociales
como la desigualdad y la pobreza.
101
El siguiente ítem llevó a reflexionar sobre cómo los factores políticos y sociales
que mantienen a la sociedad en una dinámica de constante cambio obligan a los
individuos a superar nuevos retos, y sobre cómo el Sistema Educativo de nuestro
país, observó necesario enfrentar todo ello a través de la RIEB, con el impulso al
reconocimiento de los tres niveles de educación, y la articulación entre estos. Las
principales ideas al respecto se resumen en el Cuadro 8.
Cuadro 8. Reconocimiento del nivel preescolar y la articulación de la Educación Básica
DIMENSIÓN
CATEGORÍA
INDICADOR
EXPRESIONES
I N S T I T U C I O N A L
Política educativa
La articulación
de los tres niveles
de educación
(Sujeto E) Algo muy importante, y es que los niveles estaban desvinculados. [La reforma] llegó tarde o no se llevaba a la práctica; ahora sí va a haber esa vinculación.
(Sujeto F) Quizá haya existido desde siempre, como si nos dieran las cosas de a poquito; ahora somos importantes.
(Gpo. Focal) Al inicio, frustrante, incongruente en el seguimiento; [finalmente] se hace el trabajo y se trunca.
(Sujeto C) La implementación del
PEP ha sido precipitada.
Fuente: Elaboración propia con base en la información y los datos obtenidos mediante la aplicación de los instrumentos de investigación.
Como se observa, las educadoras entrevistadas aprecian la ampliación de la
Educación Básica a doce años, y la correspondiente obligatoriedad del nivel
preescolar, como un gran acontecimiento, pues con ello considernan que se
otorga importancia y reconocimiento a su trabajo educativo
102
No obstante, en relación con el proceso que llevó la implementación de la RIEB, la
entrevista rescata los sentimientos que causó en las educadoras el
enfrentamiento con aquella, para la cual, en su opinión, fueron insuficientes los
elementos teóricos y metodológicos que se les proporcionaron por parte de las
instancias correspondientes. Concluyen además que la incorporación del PEP
2004 fue precipitada e incongruente, pues no hubo tiempo de asimilar los
contenidos y hacer significativa la apropiación de estos.
Ante la vinculación entre los tres niveles de Educación Básica suponen que el
nivel preescolar será más perceptible y con ello habrá de obtener mayor atención,
con lo cual esperan que los recursos e información alcancen mayor fluidez, como
sucede en los otros niveles.
En concordancia con esto también admiten que existe la necesidad de la
transformación de la función docente, amparada en la implementación de la
presente Reforma y orientada hacia la satisfacción de las necesidades de
aprendizaje de los estudiantes con relación a las exigencias del mundo actual.
103
A continuación, en el Cuadro 9 se describen las expresiones y actitudes que las
docentes guardan en relación con su experiencia profesional y sus retos y
perspectivas en el futuro inmediato.
Cuadro 9. La experiencia profesional ante los retos y perspectivas
DIMENSIÓN
CATEGORÍA
INDICADOR
EXPRESIONES
I N S T I T U C I O N A L
Política educativa
La experiencia profesional
(Sujeto E) Cuando estamos formadas con un esquema como el mío hay una corriente que te jala y es tu formación; aunque estudies y te actualices hay cierta resistencia; es lógico que nos rebasen los estudiantes.
(Sujeto F) Es difícil tienes que ser autodidacta. Necesitas dedicarle mucho tiempo. Es un reto; tienes que dar más.
(Gpo. Focal) Muchos cambios y nuevos retos para promover conocimientos novedosos a los alumnos.
(Sujeto C) Me cuesta trabajo evaluar el trabajo por competencias. ¿Y el trabajo que hice dónde quedó? No hay seguimiento. Se concluye (desde fuera) que la maestra de preescolar no sabe nada.
Fuente: Elaboración propia con base en la información y los datos obtenidos mediante la aplicación de los instrumentos de investigación.
.
Al respecto, los datos reflejan discreta resistencia ante los retos impuestos por los
cambios en cuanto a las necesidades de aprendizaje de los estudiantes. Además
existe agobio y cierta dificultad para mantenerse atentas a los requerimientos
suscritos en la dimensión institucional, debido a la gran inversión de tiempo y
esfuerzo que esta demanda.
Asimismo las educadoras consideran que el trabajo que realizan en el jardín de
niños no tiene un seguimiento y se pierde en el siguiente nivel educativo
(Primaria). Y, por otra parte, aun con la experiencia profesional que adquirieron
durante el proceso de implementación de la RIEB, persisten en ellas sentimientos
104
que redundan en la falta de valoración de su función educativa y de sus propias
capacidades.
Finalmente, reconocen que su resistencia hacia la transformación de la práctica
está justificada dado que han invertido largo tiempo y esfuerzo para formarse en el
esquema previo. Así la idea y defensa del arraigo de una formación tradicional es
una circunstancia que siempre ejercerá presión hacia conservar las prácticas
acostumbradas.
Pese a ello, y aún reconociendo que la RIEB implica muchos retos, las docentes
están de acuerdo con enfrentarlos. Y aunque algunas proponen abordar el trabajo
con actividades novedosas e interesantes que promuevan los aprendizajes de los
estudiantes, tales condiciones despiertan inconformidad en otras, debido a que
dicha transformación y experimentación requiere de gran inversión de tiempo para
adquirir nuevos aprendizajes e incorporarlos al trabajo pedagógico.
105
El estudio consideró enfrentar la comprensión y el sentir de las docentes de este
nivel ante uno de los planteamientos nodales de la RIEB: la propuesta curricular
basada en el enfoque por competencias. Los hallazgos correspondientes se
muestran en el Cuadro 10.
Cuadro 10. La comprensión del enfoque de competencias y el Programa de Educación Preescolar 2004
DIMENSIÓN
CATEGORÍA
INDICADOR
EXPRESIONES
I N S T I T U C I O N A L
El currículum
Claridad de la
propuesta
(Sujeto E) A lo mejor al principio no [había claridad] porque todo era nuevo hasta el mismo término. Cuando lo pones en práctica te apropias de él de una forma que se va modificando. Había que vivirlo con nuestros niños, de inicio no fue claro pero cuando lo vas asimilando...
(Sujeto F y C) [Lo aplico] según yo lo leo y entiendo; pero las autoridades me confunden. No se tenía claridad en qué era una competencia; en colectivo se está logrando. Ha influido que los jefes de enseñanza no tenían dominio en este enfoque.
(Gpo. Focal) Apenas lo estamos entendiendo. Al inicio era confuso. Conforme a las herramientas y la información obtenidas se ha aclarado. Había diferentes opiniones, según como cada quien la recibía.
Fuente: Elaboración propia con base en la información y los datos obtenidos mediante
la aplicación de los instrumentos de investigación.
Como es evidente, el sentir generalizado es que la RIEB se puso en marcha a partir
de un proceso confuso y problemático, y a la precipitación se aunó la falta de
herramientas didácticas para su comprensión. La mayoría de las docentes
reconocen que han afrontado y de alguna manera superado el proceso solo con el
paso del tiempo y el análisis mesurado y paulatinamente lo han podido concretar
en la práctica. Aceptan finalmente que se enfrentaron y experimentaron con
106
elementos desconocidos, pero necesarios en el desarrollo de la función educativa,
formulados desde la perspectiva de la dimensión institucional.
Al decir de las educadoras, las dificultades propias del nuevo modelo curricular, y
el proceso de apropiación durante su puesta en práctica, se agravaron ante la falta
de preparación y dominio del enfoque por parte de todas las áreas encargadas de
impartir capacitación a las docentes frente a grupo. La experiencia vivida durante
el proceso expresa la confusión continua producto de la falta de herramientas
teóricas y metodológicas requeridas por la propuesta, si bien algunos puntos se
han precisado gradualmente mediante la adquisición de los recursos necesarios.
Los avances y resultados a partir de la aplicación del nuevo enfoque es una de las
preocupaciones que se resumen en el Cuadro 11.
Cuadro 11. La propuesta curricular en el impulso del proceso enseñanza aprendizaje de los estudiantes de acuerdo con el PEP 2004
DIMENSIÓN
CATEGORÍA
INDICADOR
EXPRESIONES
I N S T I T U C I O N A L
El currículum
Proceso enseñanza aprendizaje
(Sujeto E) “¿Cómo voy a dosificar esa actividad, si mis niños ya logran eso?, ¿cómo tengo que elevar el nivel de competencia?”.
(Gpo. focal) “Hay necesidad de graduar las competencias del PEP
2004, porque es muy abierto”.
(Sujeto: C y F) “Tenemos muy
arraigados los programas
anteriores, somos
tradicionalistas”.
Fuente: Elaboración propia con base en la información y los datos obtenidos mediante la aplicación de los instrumentos de investigación.
107
Ante las respuestas es evidente que el enfoque de competencias enfrentó a las
educadoras a la incertidumbre, pese a los argumentos institucionales que
conceden a la función docente la posibilidad o hasta el compromiso de ajustarse a
tiempos, lugares y espacios. Y más allá de ello (o antes que todo ello), aflora
siempre la preocupación de las educadoras por observar, por ellas mismas, el
desarrollo del proceso enseñanza aprendizaje entre sus estudiantes. De esta
manera, el compromiso implícito en los planteamientos del enfoque propuesto por
la RIEB fue advertido por todas las docentes, incluso desde el inicio de la Reforma,
y llevó a confrontar el arraigo para con sus prácticas con la expectativa de
transformar sus técnicas de enseñanza.
En cuanto a la flexibilidad otorgada por el PEP 2004, las docentes opinaron que es
necesaria la graduación de las competencias para que el programa no resulte tan
abierto y el enfoque tenga mayor claridad. Y reiteran la falta de comprensión en
relación con el desarrollo de competencias, ya que todavía se enfrentan a la
problemática de cómo se debe elevar el nivel de competencia en las actividades
propuestas, cuando la observación sobre sus estudiantes justifica haber alcanzado
cierto dominio.
Mas, aunque el enfoque de competencias ha sido difícil de entender, y pese a los
conflictos reseñados, se considera que este sí provoca un cambio significativo, y
existe el propósito de responder de la mejor manera a las disposiciones que
rodean la dimensión didáctica, es decir, el análisis y transformación de su práctica
docente.
108
Particularmente lo que se indagó respecto a de qué manera la aplicación del
enfoque ha provocado cambios en la práctica docente de las entrevistadas se
resume en el Cuadro 12.
Cuadro 12. El enfoque de competencias en la transformación
de las técnicas de enseñanza
DIMENSIÓN
CATEGORÍA
INDICADOR
EXPRESIONES
D I D Á C T I C A
Transfor– mación de la práctica
Influencia
del enfoque
(Sujeto: E) “[Antes] sí pensaba en actividades, pero no pensaba en lo que ya saben [los alumnos] y en la complejidad que debe implicar el desarrollo cognitivo del estudiante”.
(Gpo. Focal) “Ha sido difícil entender el enfoque desde el mismo concepto de competencias. Tenemos que ser autodidactas”.
(Sujeto: F) “Sí ha cambiado mi práctica. Me ha costado un poco de trabajo. He tratado de dejar los conductismos. Tengo más libertad”.
(Sujeto: C) “[Influye] en la planeación y en la importancia de realizar un diagnóstico para desarrollar el trabajo con base en las necesidades del grupo”.
Fuente: Elaboración propia con base en la información y los datos obtenidos mediante
la aplicación de los instrumentos de investigación.
En torno a este tema se observa que aunque no están salvadas las
contradicciones, pues por momentos las educadoras expresan la dificultad de
eliminar el tradicionalismo de su práctica educativa, en lo general manifiestan
encontrarse convencidas de la influencia del enfoque, el cual les ha generado la
necesidad de emprender el estudio autónomo e independiente de la asesoría
técnico–pedagógica, para la comprensión de dicho enfoque, esto debido a la falta
de claridad y la interpretación que cada persona tiene del mismo.
109
Por otra parte valoran la libertad que el enfoque genera para el cambio en cuanto
a las técnicas de enseñanza, dado que se tratan de evitar las rutinas y
conductismos.
Ante los argumentos impuestos desde la dimensión didáctica, las entrevistadas
subrayan de manera importante la flexibilidad del programa como factor que
permite reflexionar y tomar como referencia de aprendizaje los conocimientos que
han sido adquiridos por los niños, dentro y fuera del ámbito escolar, como parte de
la cultura en la que se encuentran inmersos.
Del mismo modo, un elemento que se rescata para el desarrollo de la planeación a
corto, mediano y largo plazo, es la fase de diagnóstico propuesta por el PEP, factor
que las educadoras consideran medular dentro del proceso de transformación de
la práctica docente, ya que brinda certeza y seguridad a la planeación del trabajo
pedagógico.
No obstante, tal detección de las necesidades de aprendizaje y el rescate de los
conocimientos previos de los estudiantes, aún no alcanza el peso requerido para
fortalecer la educación inclusiva en el espacio preescolar.
En el Cuadro 13, que se presenta a continuación, se aprecia el sentir de las
entrevistadas ante la influencia de los factores social, cultural y político en el
contexto educativo del nivel preescolar.
110
Cuadro 13. La influencia de los factores político, social y cultural en el contexto educativo
DIMENSIÓN
CATEGORÍA
INDICADOR
EXPRESIONES
D I D Á C T I C A
Contexto educativo
Influencia de los factores
social, político y cultural
(Sujeto C) “Estos factores sí pueden influir, pero no los veo específicamente, aunque lo político es determinante. Pero necesitamos empezar a investigar respecto a los requisitos porque de otra manera no funciona”.
(Sujeto E) “Sí influyen, y mucho, pero no me gusta participar, y creo que lo hago, pero de mal modo, forzada, porque lo tengo que acatar. Lo cultural lo puedes dirigir en la planeación”.
(Sujeto F) “No existe respeto por la política, pues el gobierno implementa programas momentáneos que interrumpen las actividades. En lo social y cultural existen muchas carencias que la escuela no puede solventar y los niños dejan de asistir.
(Gpo. Focal) “Existe gran diversidad en nuestro país y el programa no está diseñado para cubrir las exigencias de la sociedad. Por lo tanto, nosotros los maestros no podemos remediar lo que las políticas no contemplan en el momento de ser aplicadas”.
Fuente: Elaboración propia con base en la información y los datos obtenidos mediante
la aplicación de los instrumentos de investigación.
Notamos aquí, cómo las educadoras mantienen una actitud renuente a
involucrarse en el conocimiento y participación del aspecto político que
111
indefectiblemente permea la educación de nuestro país, y ello es una situación
que genera conflicto y desacuerdos. Respecto a los planteamientos que son
emitidos desde el Estado, se tiene en cuenta que si bien son cuestionables deben
ser acatados; pero ello, finalmente, de manera “forzada”. Algunas identifican el
aspecto político con programas gubernamentales relativamente repentinos, los
cuales vienen a interrumpir las actividades de un trabajo previamente planeado, lo
cual se considera como una falta de respeto a la labor educativa de las docentes.
En las respuestas nuevamente aflora el tópico de la gran diversidad de nuestro
país, junto con la seguridad de que existe incongruencia entre las políticas
educativas que conlleva la Reforma y sus nuevos programas de estudio. Por tal
motivo, las docentes consideran que en el entorno inmediato o incluso en el país
no existe equidad o igualdad deliberada, pero sí falta de recursos que otorguen
solución a las problemáticas sociales que diariamente se viven.
Por otra parte, consideran que el aspecto cultural resulta de alguna manera
moldeable y están convencidas de que puede ser abordado y dirigido dentro de la
planeación.
112
Indagamos finalmente acerca de la percepción de los aspectos cultural, social,
político y económico, en el proceso enseñanza aprendizaje y resumimos las
respuestas en el Cuadro 14.
Cuadro 14. Situaciones adversas en el proceso enseñanza–aprendizaje de los
estudiantes, en relación con el contexto
DIMENSIÓN
CATEGORÍA
INDICADOR
EXPRESIONES
D I D Á C T I C A
Planeación didáctica
Dinámica del
aula
(Sujetos E y C) “Son muy comunes en Ayotla. La influencia de las familias extensas repercute en la crianza de los menores. Se generan situaciones especiales”.
(Gpo. Focal) “En la actualidad se observa más la problemática de familias disfuncionales (madres solteras y jóvenes). Destaca de manera importante la influencia de la religión en las familias”.
(Sujeto F) “Existen problemáticas de adicciones en los padres de familia. Deben ser tomadas en cuenta por su efecto en las conductas y emociones de los niños”.
Fuente: Elaboración propia con base en la información y los datos obtenidos mediante
la aplicación de los instrumentos de investigación.
La interpretación de resultados nos dice que las docentes observan solo algunos
factores contextuales que inciden generalmente en el aula. Un aspecto importante
es la influencia de la familia extensa como una característica natural en la
comunidad, asimismo hablan del peso de la religión, sin especificar si ello resulta
positivo o negativo y en relación con qué contenidos del programa, pero las
educadoras consideran que tanto la familia, como las creencias religiosas,
repercuten de manera importante en la crianza y educación de los niños y niñas.
113
Por otra parte, una situación a la que el país entero y las sociedades actuales
enfrentan, y a la cual, la comunidad no se mantiene ajena, es el incremento de las
adicciones. Estas preocupan a las docentes, pues consideran que la conducta de
los padres adictos implica dificultades en el desarrollo social y emocional de los
estudiantes.
No obstante, la encuesta nacional de adicciones en el periodo 2008–2011,
confirma que en la población de la región, dentro del rango de edades entre los 12
y 65 años, no existe incremento significativo del consumo de drogas. Se señala
que la droga de mayor consumo es la mariguana, y mayormente entre los
individuos del sexo masculino. Por otra parte, el alcoholismo no parece ser
considerado como una adicción; aun así, los casos detectados dentro del contexto
educativo en estudio son suficientes para que las docentes consideren que es un
factor preocupante que incide en el desarrollo de los estudiantes.
Otra situación inquietante es la falta de recursos económicos que, las más de las
veces, empujan a la familia hacia la disfuncionalidad. Así, independientemente de
las madres solteras (o propiamente abandonadas, si se quiere rehuir el
eufemismo), existe un aumento considerable de madres de familia que se ven en
la necesidad de integrarse al mercado laboral; pero estos problemas de pareja por
lo general dan pretexto a la evasiva de los padres para deslindarse de la
responsabilidad de cuidar el desarrollo y educación de sus pequeños; tales
responsabilidades, en el mejor de los casos, las asumen los abuelos.
114
En cuanto a la dificultad para atender las necesidades de aprendizaje de los
estudiantes, y tomarlas en cuenta para la planeación didáctica, las respuestas se
concentran en el Cuadro 15.
Cuadro 15. Particularidad de las necesidades de aprendizaje de los estudiantes en
la planeación didáctica
DIMENSIÓN
CATEGORÍA
INDICADOR
EXPRESIONES
D I D Á C T I C A
Planeación didáctica
Dinámica del
aula
(Sujeto C y F) “Pienso que si existe dificultad para incluir las situaciones en la planeación porque sin querer me centro solo en una y pierdo el control del grupo”.
(Sujeto E ) “Implica dificultad porque hay situaciones que solo intuyes y la falta de apertura y responsabilidad de los padres no te ayuda”.
(Gpo. Focal) “Es fundamental tomarlas en cuenta para poder atender a la diversidad y fortalecer el desarrollo de competencias”.
Fuente: Elaboración propia con base en la información y los datos obtenidos mediante
la aplicación de los instrumentos de investigación.
Destaca aquí el que las docentes logran captar algunas características de la
comunidad educativa y la fusión de estas con la cultura del estudiante, o bien
algunas determinantes que el contexto impone, así como las derivadas de
conflictos de la dinámica familiar; no obstante, se les atiende solo parcialmente o
de manera intuitiva, cuando no se les rehúye manifestando la imposibilidad de
solución o la mera carencia de elementos para enfrentarlas.
Las educadoras entrevistadas subrayan las problemáticas derivadas de la
dinámica familiar y las conciben como situaciones que obstaculizan la interacción
de los estudiantes dentro del grupo; pero las más de las veces tal realidad
115
solamente es intuida por la docente en la convivencia diaria, y mencionan que no
existe apertura de los padres de familia o no cuentan con el apoyo necesario para
buscar soluciones.
Luego entonces, las docentes se muestran convencidas de la importancia de
considerar en la planeación didáctica (y en su fortalecimiento continuo) el
desarrollo de competencias de los estudiantes, de acuerdo con las necesidades
de aprendizaje de todos y cada uno dentro de un grupo, y entienden que debe
innovar brindando atención a la diversidad que diariamente se encuentra en el
espacio educativo; no obstante, abiertamente algunas reconocen no saber cómo
hacerlo. Manifiestan que para la planeación didáctica deben considerar las
situaciones que alteran la dinámica del aula y deben partir de la observación de
las necesidades de aprendizaje especialmente de los estudiantes cuyas
características requieren de mayor acompañamiento, mas, al respecto, se
muestran preocupadas pues generalmente centran su atención en un solo
estudiante y lamentan después perder el control de grupo.
Llegamos por último al meollo de este trabajo, a fin de explorar si las docentes
abordan de manera congruente su tarea pedagógica, y los argumentos de la
dimensión didáctica al abordar el campo formativo de “Exploración y conocimiento
del mundo”, abarcando además los aspectos que lo conforman: “Cultura y vida
social” y “El mundo natural”. Esto con la finalidad de favorecer el desarrollo de las
habilidades de pensamiento en los estudiantes, a partir de impulsar aprendizajes y
conocimientos relacionados con las ciencias. Lo más destacable se resume en el
Cuadro 16.
116
Cuadro 16. La comprensión de situaciones cotidianas y la atención a la diversidad e inclusión
DIMENSIÓN
CATEGORÍA
INDICADOR
EXPRESIONES
D I D Á C T I C A
Planeación didáctica
Desarrollo de las habilidades
de pensamiento
(Sujeto C y F) “Sabemos que las actividades relacionadas con los descubrimientos les gustan a los estudiantes y les llaman la atención, pero nos limitamos pues siento temor y carezco del manejo de las actividades y no sé cómo explicarlas”.
(Sujeto E) “Implica mucho
pensamiento creativo, sin embargo considero que estamos en un proceso y nos hemos atrevido a hacer algo; aunque te limitas en especial por la actitud de los padres”.
(Gpo. Focal) “Aunque en algún tiempo nos limitamos, el PEP
2004 nos ha brindado libertad, pues permite utilizar infinidad de recursos. Abordar el tema de las ciencias contribuye al desarrollo de las habilidades de pensamiento en los estudiantes”.
Fuente: Elaboración propia con base en la información y los datos obtenidos mediante
la aplicación de los instrumentos de investigación.
Como se observa, en relación con el trabajo pedagógico, dentro del campo
formativo “Exploración y conocimiento del mundo”, las docentes solo advierten su
implicación con el desarrollo del pensamiento científico de los estudiantes
menores de seis años. Consideran que es necesario el uso continuo del
pensamiento creativo para abordar situaciones de aprendizaje, mediante
actividades en las que se incluyan las ciencias, si bien opinan que en la
experiencia personal siguen en el proceso de preparación de su función para
afrontar las exigencias de dichas actividades.
117
Las entrevistadas consideraron importante aprovechar el gusto de los niños por
este campo, y valoran lo significativo y trascendente que podrían ser los
aprendizajes, pero su práctica parece siempre implicar limitantes pues manifiestan
temor respecto a cómo manejar y explicar las propuestas. No obstante el
Programa de Educación Preescolar 2004, y actualmente el 2011, ha contribuido
en gran parte a aclarar algunas dudas respecto de cómo abordar el desarrollo del
conocimiento científico en el nivel. Por lo demás, solo una respuesta refiere a la
trascendencia del campo formativo, específicamente para promover el desarrollo
de las habilidades de pensamiento.
La situación más destacable que la entrevista rescató es que las docentes no
desdoblan el campo formativo “Exploración y conocimiento del mundo”, en sus dos
aspectos: “Mundo natural” y “Cultura y vida social”, por más que la redacción del
cuestionario y el sentido general la entrevista intentaba orillar hacia ello. Esto
implica que las nociones o conceptos de “situación cotidiana”, “cultura y vida
social”, para ellas, parecen quedar totalmente disociados de lo natural y lo
científico que sí suele llamar la atención tanto de alumnos como de los docentes,
al tiempo que al estudiar al Mundo, y no necesariamente al “Mundo natural”, las
nociones de diversidad e inclusión se mantienen ausentes.
3.6 La inclusión educativa de la diversidad: un reto de superación
para el docente de Preescolar
Como ya hemos expuesto, desde las palabras preliminares en este trabajo, la
atención a la diversidad de la población escolar y su inclusión en el espacio
educativo adquiere cada día mayor interés, y sin duda se ha visto favorecida por la
propuesta curricular de la Reforma Integral de la Educación Básica 2004. Lo
anterior, porque los planteamientos de la RIEB pretenden promover el desarrollo
118
del trabajo pedagógico dentro de un ambiente intercultural, donde el respeto, la
tolerancia y las oportunidades de participación se manifiesten sin reservas al
interior de las aulas. No obstante, y como lo ha demostrado nuestro estudio de
caso, las intenciones proyectadas (tanto para que se asimilen estos conceptos y
planteamientos, como su desarrollo mediante la función docente a partir de
atender las necesidades de aprendizaje de los alumnos con las que se vinculan)
siguen sin alcanzar la solidez necesaria, incluso después del largo y controvertido
proceso de implementación de esta reforma.
En el nivel preescolar, tal situación repercute de manera importante en el
desarrollo de la función docente y por consecuencia, en la planeación didáctica, al
evadir por la falta de elementos definidos, la visión del encuentro de la diferencia y
la particularidad de los estudiantes en el aula.
Decidimos, pues, realizar la observación de toda esta problemática, en la zona
escolar seleccionada (al oriente del Estado de México), debido a que este lugar,
acoge grupos de inmigrantes de diferentes regiones del país y en ocasiones,
también de extranjeros. De esta manera, por múltiples razones, o en
consecuencia, día tras día la población se diversifica significativamente, y –aunado
a ello– se acentúan de manera importante las necesidades de aceptación y
respeto o la falta de oportunidades para la participación, no solo en el espacio
educativo, sino en todos los sectores que conforman la sociedad de este lugar.
Como ya se adelantó, el estudio tomó como base aspectos de la práctica docente
que manejan Fierro, Fortoul y Rosas (1999), primordialmente las dimensiones
social, institucional y didáctica, en relación con los propósitos e imperativos que
propone la RIEB en el nivel preescolar. A su vez, la información recabada durante
la aplicación de los instrumentos de investigación, nos permitió validar y
complementar la mayoría de los supuestos planteados, además de observar in situ
la práctica docente de los sujetos seleccionados.
119
Mas, pasando a la valoración de esos mismos resultados, conviene decir ahora
que dejando de lado la también comprensible parte emotiva manifestada por las
educadoras, y más allá del desconcierto ante el inicio de la RIEB, y aún
concediendo que su proceso e implementación estuvieron afectados por
numerosas fallas, el hecho abrumador que se rescata es la falta de comprensión
del concepto de diversidad en el aula.
Al respecto, podemos mencionar que la escasa información y capacitación sobre
la RIEB, adquirida por las docentes ha sido una falla importante para alcanzar la
trascendencia necesaria, pero quizá no podamos afirmar lo mismo sobre los
planteamientos y argumentaciones teóricas que constan en los documentos, las
cuales, desde el discurso parecen ser impecables. Empero el hecho fáctico es el
real enfrentamiento entre teoría y práctica, o de vivencia de la realidad escolar
desde un escritorio versus la realidad cotidiana de la escuela y el aula; todo ello ha
desembocado en el conflicto de definir o comprender los planteamientos de
manera particular, personal o autónoma. Así sucede con el concepto de
diversidad, al cual –aún hoy en día– cada docente lo sigue formulando o
reformulando de acuerdo con su formación, o bien según la propia concepción que
tienen de la enseñanza, su experiencia frente al currículum o la cotidiana
interacción con sus estudiantes.
Esta suele ser una definición que, las más de las veces, lleva a vincular a esta
categoría dentro del ámbito valoral, y en relación con el respeto, la aceptación, la
tolerancia y la participación, o a asociarla con otras circunstancias que la limitan,
pero tal interpretación que enraíza con la dimensión social, nunca llega a
trabajarse desde la perspectiva de la dimensión y la función docente (es decir,
aquella que lleve en principio detectar la diversidad para utilizarla como riqueza o
piso firme para la propia planeación pedagógica), y desde la cual puedan
generarse, cotidianamente y a cada momento, toda una serie de aprendizajes y
120
actividades, horizontales y transversales que redunden en el desarrollo de nuevos
conocimientos o incluso en la confirmación de los aprendizajes de partida.
El estudio, advirtió, por tanto, que existe todavía un sesgo importante en la
comprensión real de la diversidad, pues algunas docentes aprecian su dimensión
solamente en cuanto a las necesidades de aprendizaje asociadas con la
discapacidad, para lo cual la atención requiere de apoyos alternos con
especialistas; o asimismo solo la asumen ante situaciones con estudiantes en
cuyo origen y cultura se acentúa la diferencia. En el “mejor” de los casos, en
ocasiones intentan adaptar la planeación para atender alguna de esta
contingencias, pero tales circunstancias conducen a la pérdida del control en el
grupo, o bien a alterar la dinámica del trabajo diario; si no es que esto mismo, a la
vez, conduce a entornos de segregación y señalamiento.
Es así como la óptica que prevalece en algunas educadoras respecto a la
diversidad en el aula reduce significativamente el planteamiento del concepto de
Fontana (2009), quien destaca: el reconocimiento de los aspectos que singularizan
a cada individuo o grupo, se manifiestan en su interrelación con los otros, donde
las diferencias y semejanzas salen a relucir y estas se imponen o se
complementan; y si bien tales aspectos juegan un papel importante en la inevitable
convivencia dentro del grupo, es indiscutible admitir que existe todavía en las
docentes participantes en el estudio de caso, fragilidad en cuanto a la apreciación
de la diversidad. Ante ello, se insiste una vez más, en la importancia de aprender a
considerar la particularidad de las necesidades de aprendizaje de los estudiantes
para utilizarlas como prioridades en la planeación didáctica.
Por otra parte, la diversidad dentro del espacio escolar vinculada con la influencia
de los factores económicos, políticos y religiosos es la que más preocupa o
provoca discusión y polémica entre las docentes. No obstante, ante tales
problemáticas terminan por externar, nuevamente, su recurrente actitud evasiva,
121
pues una vez más se sabe que algo existe, pero no se sabe cómo solucionarlo, o
mínimamente cómo aprovechar el que justamente eso que constituye también
factor de diversidad contribuya a la detección de las necesidades de aprendizaje
de los estudiantes del nivel preescolar, y todo ello se convierta en componente o
motor de aprendizajes.
Por ejemplo, ante la irrupción del factor religioso dentro del salón de clases, este
se considera un factor negativo, pero no se tiene claro si porque contraviene lo
científico, o porque presupondría roces o enfrentamientos dentro de algunas
familias o porque confronta las creencias de las propias educadoras, toda vez que,
como afirma Margarita Arroyo (1995, p. 81), la vida en el aula aborda la
trascendencia de los intereses individuales y la significación colectiva que nos
habla del niño como sujeto de la sociedad y cultura, donde el peso de la religión la
política y la economía ponen en juego gran cantidad de prejuicios por parte de los
docentes.
Así la actividad educativa requiere que el docente, sin prejuicios, ponga al alumno
en contacto con argumentos concretos a fin de cumplir los fines educativos,
siempre con respeto y tolerancia incluso ante aquellos factores que implican
conflicto en la sociedad. El aspecto religioso, entonces, acaparó fuertemente la
atención y evidenció la necesidad de transformación, a la vez que hizo patente la
preocupación de las entrevistadas ante la falta de habilidad o conocimientos para
manejarlo dentro del ámbito educativo. Lo anterior, no obstante que algunos
planteamientos institucionales dejan muy en claro la postura y actitud que de la
propia escuela y la comunidad se espera:
Es necesario que las educadoras desarrollen empatía hacia las formas culturales presentes en sus alumnos, que con frecuencia son distintas de las suyas. A partir de dicha empatía puede incorporar a las actividades de aprendizaje elementos de la realidad cotidiana y de las expresiones de la cultura que les son familiares a los alumnos, ya que
122
al hacerlo favorece su inclusión al proceso escolar y la valoración de los
rasgos de su cultura. (SEP, PE, 2011, pp.22–23)
De esta manera, la latente resistencia expuesta por las docentes hacia la
integración de los factores de influencia antes mencionados, reveló desconfianza
en cuanto al ejercicio de su práctica, siempre evocando la premura de la
implementación de la RIEB y falta de argumentos teórico–metodológicos para llevar
a cabo el trabajo pedagógico en el nivel preescolar bajo la propuesta del enfoque
de competencias, desconocido en nuestro país en el inicio de la Reforma.
La implementación de la RIEB, considerada además por las educadoras, como una
más de las cambiantes y radicales decisiones en la Política Educativa mexicana,
no impide sin embargo que ellas, en lo general, asuman la responsabilidad, los
compromisos, los retos y las decisiones implicadas en el desarrollo de la
comunidad estudiantil dentro del aula. Al respecto es necesario dejar en claro que
el éxito de esta reforma requiere de acciones conjuntas y permanentes entre el
docente y las autoridades encargadas de su implementación, además de apoyo y
congruencia con la realidad de todas y cada una las comunidades escolares, a fin
de abandonar las meras ambigüedades del discurso.
La situación expuesta se corrobora, un tanto, con los argumentos desprendidos de
estudios realizados por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación
(2010),9 los cuales afirman que la implementación de la RIEB en el nivel preescolar
se llevó a cabo sin un diagnóstico preciso sobre las condiciones en que se
ofrecían los servicios educativos y las implicaciones que acarreaba esta política en
ese momento y a futuro.
9 Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (2010). La educación preescolar en México.
Condiciones para la enseñanza y el aprendizaje. México: Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.
123
La discusión que alude a la falta de valoración hacia el trabajo realizado en el
contexto educativo de Preescolar, es recurrente y en ella se exponen
constantemente los sentimientos de las docentes, situación que señalan Rivera y
Guerra (2005, p. 505), pues, el nivel no había sido una prioridad para los
gobiernos ni tampoco un tema de interés para especialistas e investigadores; no
obstante, las entrevistadas vislumbran que con la RIEB se inicia una paulatina
transformación en la percepción tradicional que la sociedad mexicana mantiene
acerca del nivel, a fin de que se le reconozca como base inicial de la formación
académica del individuo. Ello toda vez que el jardín de niños después del ámbito
familiar, es el segundo espacio de socialización en la vida de los individuos de
nuestro tiempo, y tiene como finalidad desarrollar sus competencias afectivas,
sociales y cognitivas, además de contribuir a la articulación de la Educación
Básica (INMUJERES, 2005).
Por otra parte, ante el reconocimiento del nivel preescolar dentro de la Educación
Básica y obligatoria en México, en su momento las docentes expresaron un
compromiso renovado ante las exigencias de actualización y la transformación de
la práctica en el desarrollo de la función educativa, ello aun y cuando el proceso
de comprensión del enfoque de competencias planteado desde el PEP 2004, las
enfrentó a grandes inconsistencias. Pero el interés por la transformación mantiene
expectativas de superación, si bien la observación y datos rescatados por nuestro
estudio destacan que factores como la libertad y flexibilidad que otorga el
Programa para el desarrollo del trabajo en el aula, las han llevado a formular
diferentes interpretaciones, mismas que en algunos casos las enfrentan a
problemáticas y confusiones. No obstante se mantiene en ellas el interés de
continuar con el estudio, conocimiento y aplicación del Plan de Estudios 2011,
aunque tengan que hacerlo también de manera autónoma.
Al respecto, un efecto que ha provocado el libre estudio durante el proceso de
apropiación de la RIEB es que algunas de las participantes se consideran
124
autodidactas y asumen tener ya el suficiente conocimiento en cuanto a la
argumentación del programa; por ello rechazan la idea de retomar los
planteamientos teóricos ausentes y/o necesarios para elevar el nivel de
comprensión del enfoque y alcanzar el propósito de llevar a cabo la mejora en la
calidad educativa en su nivel.
Pese a lo anterior, y como parte de las contradicciones detectadas, también se
hallan evidencias de apertura y actitud positiva entre las educadoras
entrevistadas, pues así como se lograron captar los cambios y resultados del
proceso, también aceptan que prevalecen dificultades para la comprensión del
enfoque o que existen vacíos que impactan en el desarrollo de su práctica.
La reflexión a que este hecho nos lleva es que la reforma en Preescolar, en su
largo proceso de implementación no se ha consolidado respecto a la comprensión
del enfoque, y por lo tanto resulta fundamental cuestionarse qué tan necesaria
sigue siendo tal comprensión para responder a las necesidades de aprendizaje en
las aulas y desarrollar las competencias de los estudiantes. En consecuencia, es
importante no abandonar la intervención de la parte institucional, a fin de que
observaciones como las que hace Díaz Barriga (2011, p. 18) no se conviertan en
un hecho cotidiano: la falta de claridad de los rasgos centrales que subyacen en el
trabajo por competencias, lleva a los docentes a llamar trabajo por competencia a
la realización de cualquier acción, sin realizar necesariamente la previa
modificación de su práctica educativa.
En cuanto a la aceptación del cambio en la práctica docente, para detectar y
atender las necesidades de aprendizaje de los estudiantes, conforme a la actual
transformación de la sociedad y el desarrollo tecnológico, las entrevistadas
expresaron aceptación, pero tal aprobación no es contundente ni congruente;
especialmente en las educadoras que revelaron mantener inevitablemente el
arraigo hacia su formación profesional, es decir que se consideran
125
“tradicionalistas”, y admiten que este factor ejerce fuerza y resistencia para que
intenten modificar sus técnicas de enseñanza. Es importante destacar, que este
término (tradicionalista) las educadoras lo utilizan como un argumento válido, o
hasta como un mecanismo de defensa o justificación ante las dificultades que
enfrentan en el desarrollo de su función.
Ante ello, solicitan orientación para el diseño de propuestas didácticas, pero su
interés se centra solamente en el apoyo técnico. En contraparte, con la presunta
“seguridad” que les aporta el argumento del estudio autónomo del programa,
cierran la posibilidad de fortalecer su práctica con bases teóricas. Todo esto en
sentido contrario de lo que señalan especialistas como M. Fernández (2004): en la
enseñanza/educación, no hay cosa más práctica que una buena teoría; la teoría
sin práctica es estéril y la práctica sin conceptos teóricos prácticos es ciega (p.
92). Al respecto, suscribimos que el buen desempeño en la actividad educativa
requiere del estrecho vínculo entre la teoría y la práctica.
Es importante hacer mención que las educadoras reconocen la necesidad de
trabajar por la transformación de la práctica, y las entrevistas demostraron que es
posible generar reflexiones que permitan retomar el análisis de los marcos
descriptivos de las bases para el trabajo en preescolar (antes principios
pedagógicos) a partir de los argumentos teóricos, contenidos en el Programa de
Estudio 2011. Guía para la Educadora, así como los planteamientos de la
dimensión didáctica necesarios para la construcción y reconstrucción de los
aprendizajes adquiridos.
El espacio de las entrevistas, además, permitió el intercambio de ideas y
perspectivas ante la exigencia de transformación, y los sentimientos que imperan
en cuanto a lograr el pleno reconocimiento del nivel preescolar como parte de la
Educación Básica en México, dando cauce a lo que en su momento expresara M.
Fiol (1995), es decir, que en este nivel sea “reconocido el trabajo realizado por la
126
educadora como profesional de la educación y dejar atrás la habitual idea de verla
como madre sustituta. Se contempla, por tanto, la evolución de la percepción
social respecto del jardín de niños, misma que deja atrás la concepción de aquella
institución para niños pequeños con actividad lúdica, más no comprendida como
medio de aprendizaje, de socialización y creación” (p. 30).10 Las expectativas
refuerzan entonces que es ineludible la transformación de las técnicas de
enseñanza con base en la actualización y apropiación de elementos de disciplinas
alternas que contribuyan a enriquecer la práctica de cada docente.
En cuanto a los retos que implica la dimensión social, las docentes son capaces
de ubicar situaciones que irrumpen en la dinámica del aula, y las relacionan con la
descripción del contexto y las características de la población, en donde buscan las
causas de los conflictos generados en el grupo. Observan así, con preocupación,
por un lado, afectaciones emocionales en los estudiantes, ante la disfuncionalidad
en sus familias, y por otro el descuido de los pequeños que se origina por la
incorporación de las mujeres al mercado laboral, o debido a problemáticas de
diversa índole como abandono o adicciones (generalmente por parte de los
hombres), ante ello, como ya se ha dicho, en el mejor de los casos otros familiares
solamente cumplen con satisfacer las necesidades básicas de los menores.
Detectan, por tanto, la influencia de la familia extensa que en este contexto
prevalece, y cómo esto adquiere un papel importante en la educación de los niños,
situación que ya había sido observada por Bertely (1995, p. 55), quién considera
que ello obstaculiza la función social del jardín de niños, ya que entre otras cosas
provoca ausentismo; además contribuye a la disminución de la relación de los
padres con la docente, y al no existir comunicación ni apoyo cada día son más las
necesidades de atención para los educandos en esa situación.
10 Fiol Higuera Mirna Guadalupe (1995), Evaluación de la práctica docente en educación preescolar: otra perspectiva, en La atención del niño preescolar entre la política y la complejidad de la práctica, Antología. Fundación SNTE para la Cultura del Maestro Mexicano A.C.
127
Así, estas problemáticas, reflejo de la realidad del contexto y de la tensión social
que se padece en este lugar y que evidentemente provocan consecuencias en el
espacio educativo, llevan a que el significado de diversidad se desvirtúe y se
centre la atención solo en problemáticas sociales resultado de la falta de
oportunidad que generalmente enfrentan aquellos individuos desplazados de su
lugar de origen. Tal problema estructural ya ha sido observado por M. R. Aguilar
(2010, p. 81), quien indica que la respuesta ofrecida por el Estado para la atención
a la diversidad se focaliza generalmente en programas compensatorios de reforma
cultural orientados hacia la cohesión social,11 los cuales pretenden solamente
hacer frente a la pobreza y a la desigualdad.
En cuanto al tema que principalmente nos ocupa, es de notar que las docentes
manifiestan también confusión en cuanto al concepto de inclusión y su dinámica
de atención. Así, esta se toma como sinónimo de integración y se asocia casi
exclusivamente con las situaciones derivadas de la discapacidad, confusión que
ya advierte Blanco (2006), al señalar que: se está asimilando el movimiento de
inclusión con el de integración, cuando se trata de dos enfoques con una visión y
foco distintos (p. 5).
En cuanto a contar con elementos informativos de primera mano, las educadoras
asimismo acusan trato diferenciado entre el preescolar y los otros niveles de la
Educación Básica (Primaria y Secundaria), pues hace falta que la información
llegue oportunamente para el nivel, pues cuando se proporciona es “de a poquito”.
Esta se hace llegar a los centros de trabajo, mediante diversas instancias que van
deteriorando la autenticidad e importancia de elementos sustanciales que deben
impactar en el proceso de enseñanza y de atención a las necesidades de los
11 Aguilar, M. R. (2010). La interculturalidad en la educación: entre la construcción social y la política pública, en Bello, Juan y Velázquez, Elisa (Comp.) La educación intercultural en el contexto de la diversidad y la inclusión. México: Castellanos Editores. Colección: Multiculturalidad–Interculturalidad.
128
estudiantes. Siguen, por tanto, protestando por la falta de valoración para el nivel,
pues, según ellas solo cuentan con información de segunda y tercera mano,
reducida y fragmentada
Concluimos esta parte reseñando que nuestro estudio de caso logró percibir la
reflexión constante que las docentes realizan en torno a su práctica pedagógica
diaria; no obstante, al respecto se sigue notando cierta preferencia por un sistema
tradicionalista, ya que el enfoque de competencias y sus supuestos
metodológicos les causan angustia e inseguridad. Al parecer concuerdan con el
reto de perfilar su función educativa hacia una educación inclusiva, pero aún falta
consolidar también la comprensión de los alcances que ello conlleva e implica, y
sobre todo todavía requieren incrementar sus habilidades para diseñar materiales
y estrategias de aprendizaje que les faciliten este trayecto.
Es decir que concuerdan en lo general con los principios enunciados por los
documentos que respaldan a la RIEB, entre otros el de propiciar el mejoramiento
de la calidad de vida de todos los miembros de una sociedad diversificada,
exaltando el derecho a la diferencia y rechazando cualquier acto excluyente o
discriminatorio (CONAFE, 2010, p.13), pero se ignora cómo esto efectivamente
puede cumplirse, y sobre todo no puede explicarse, bien a bien, cómo la práctica
docente desde el nivel preescolar incide cotidianamente en ello, o cómo fomenta
el desarrollo social ante las necesidades de aprendizaje que imperan en el mundo
moderno, y ya no se diga cómo la realidad cotidiana de la escuela se vincula con
las implicaciones del proceso de globalización dentro de los factores político y
económico que determinan la vida tanto escolar como extraescolar.
129
3.7 La diversidad y la inclusión educativa en el nivel preescolar. Principios de transformación
El análisis de los datos referentes a la problemática que se genera en algunas
educadoras para comprender y brindar atención a la diversidad de los estudiantes
dentro del aula y promover la inclusión educativa en el nivel preescolar nos
proporcionó suficiente información para reflexionar en cuanto a la fragilidad de la
función docente ante la Reforma Integral de la Educación Básica. Al respecto, al
menos en la zona seleccionada para su estudio, se cumple solo parcialmente el
punto de partida en cuanto a detectar las necesidades de aprendizaje de los
estudiantes, en relación con las características e individualidad de cada uno, y el
impacto que todo ello genera en el contexto. Esto justamente en una comunidad
en la que por la conformación pluricultural de su población tal diagnóstico resulta
imprescindible.
Pese a lo anterior, los hallazgos abrieron la posibilidad de identificar algunos
elementos ausentes en la intervención educativa por parte de algunas
participantes en el estudio. De esta manera, a partir de nuestra investigación
encontramos que las educadoras advierten la necesidad de contar con propuestas
pedagógicas, orientadas a la transformación de la práctica y las técnicas de
enseñanza, bajo el enfoque de una visión prospectiva, que vislumbre las
demandas de aprendizaje en los estudiantes, inmersos en una sociedad en
constante cambio, y que tal transformación cobra sentido dentro del proceso de la
RIEB. Además, las profesoras, en lo general, concuerdan en asumir el Compromiso
Social prioritario por la Calidad de la Educación, asentado en el Plan de Estudios
2011 (SEP 2011, p 19); esto último, en vista de las exigencias de modernidad
enmarcadas por el proceso de globalización y su impacto en los ámbitos
económico, político y social de nuestro país y del mundo entero.
Partiendo de ello es que nuestro estudio intentó contribuir a la reflexión sobre la
práctica como propuesta viable para la transformación de la función docente, lo
130
cual implica, actualmente, que la participación activa de las educadoras pueda
provocar reacciones y proyecciones en los sectores político, social y económico de
nuestro país.
No obstante, esas acciones deben ser opuestas a la actitud pasiva o incluso
negativa sostenida y reconocida por algunas participantes en el estudio, sobre
todo ahora que se ha reconocido al nivel preescolar como parte de la Educación
Básica y obligatoria en México.
Por tanto, el compromiso de las educadoras por transformar su práctica educativa
ya no puede seguirse evadiendo y debe asumir las implicaciones contenidas en el
cambio, toda vez que ello en principio consolidará la percepción social sobre el
nivel de estudios en el que laboran, otorgando además la requerida importancia y
valoración al trabajo pedagógico que se realiza al interior de los jardines de niños;
lo anterior, en función de que en efecto este nivel se convierta en liberador de
potencialidades y formador de una autentica educación integral, como parte el
Sistema Educativo Nacional. No se debe olvidar, entonces, que la actual política
educativa concibe que la educación preescolar debe ser asimismo otorgadora de
herramientas conceptuales y aprendizajes básicos (Fiol 1995, p 30), lo cual la
sitúa a la par de los demás niveles de la Educación Básica en cuanto a su
importancia dentro de la formación de los estudiantes mexicanos.
Esta transformación de la práctica requiere que la actitud de las educadoras
permita integrar las perspectivas de la investigación educativa, justamente para
evitar la caída del proceso de aprendizaje de los estudiantes en el panorama del
mero sentido común; esto ante la falta de interés, motivación y resistencia que
conservan algunas docentes al respecto, lo cual implica de facto un rechazo a la
permanente actualización. De esta manera, y como indica María Paz Sandín
(2003, p. 23): dichas resistencias pueden ser producidas a partir de la
incertidumbre que produce todo cambio, a la hora de asumir cualquier tipo de
131
actividad que suponga una sobrecarga del trabajo habitual; sin embargo, son
factores que repercuten significativamente en la labor educativa y se muestran
incongruentes con la realidad del contexto, el espacio y el tiempo que les ha
tocado vivir a los estudiantes del siglo XXI.
Nuestro estudio pretende, por tanto, promover la constante reflexión ante la
fragilidad de la práctica y el sometimiento al tradicionalismo que mantiene a
algunas docentes en una zona de confort, y provocar –por el contrario– interés por
realizar procesos de análisis de la realidad, los cuales delimiten y objetiven el
problema o situación que deba abordarse a través de la intervención. En ese
sentido, la misma Sandín (2003, p. 22) propone que tal investigación habrá de ser
sustentada por evidencias teóricas, orientadas a la elaboración de esquemas
conceptuales cada vez más precisos, los cuales en la cotidianeidad de la práctica
han sido abandonados y hacen caer a la diversidad en la vulnerabilidad de la
apatía, así como en la exclusión y la indiferencia dentro del contexto educativo en
preescolar.
En cuanto a los puntos medulares de la RIEB, observamos que aun en la
actualidad las docentes buscan consolidar la comprensión del enfoque de
competencias, si bien es importante destacar que esta apreciación conceptual
también ha llevado un proceso de cambio. Pero tal situación evidencia la falta de
una base teórica solida, que permita la visión de los elementos que constituyen tal
enfoque y que orienten a concretar sus propósitos pedagógicos, y –
específicamente– en cuanto al tema que mayormente nos interesa: que contribuya
a la atención de la diversidad de los estudiantes en el aula.
Al respecto persiste la necesidad de construir los argumentos que aseguren
asimilar la propuesta pedagógica del enfoque, pues, como A. Díaz- Barriga (2011)
lo propone, es necesario dejar atrás:
132
La falta de claridad de un proyecto curricular, que demanda laborar bajo el modelo de competencias y llamar trabajo por competencia a la realización de cualquier acción, sin identificar la relación que existe entre saberes y resolución de problemas, y sin percibir la importancia de trabajar a partir de la construcción de un problema con elementos de la realidad, no solo los que se obtienen en los medios de comunicación, sino los que ofrece la investigación científica (p. 18).
El cambio verdadero requiere entonces de la apertura de espacios de discusión y
retroalimentación paralelos a la formación continua ofrecida por los SEIEM, mismos
que podrían ser incluidos durante los Consejos Técnicos Consultivos o mediante
asesorías permanentes a cargo de profesores cuya función se orienta a
proporcionar Apoyo Técnico Pedagógico.
La real transformación de la práctica docente implica entonces la conveniente
evolución de la formación inicial, según lo entiende Philippe Perrenoud (2001), lo
cual descarta la idea de un arraigo tradicionalista que ejerce fuerza para frenar el
cambio y, de manera discreta, revela constantemente la resistencia al desarrollo
de la formación profesional. No obstante esta evolución debe ser deseada y
fomentada por parte de varios agentes y colectivos. Ante ello se debe tomar
conciencia de que hoy en día, los cambios que originan las nuevas políticas
educativas en el país no solo proponen, sino que obligan, a la reflexión de la
práctica y la actualización profesional continua en los docentes. Si bien todas las
acciones deben ser finalmente encaminadas a atender las necesidades de
aprendizaje de los estudiantes, y adecuadas el contexto, tiempo y espacio de una
sociedad, la cual, como cualquiera otra, está situada en una constante movilidad
económica, política y social.
En relación con esa perspectiva de incesante transformación social en México, y
toda vez que el gobierno se ha comprometido a dar cabida y a atender en
diferentes espacios a quienes se han visto obligados a buscar mejores
133
condiciones de sobrevivencia, haciéndose participes de la gran actividad
migratoria que acentúa cada vez más nuestra diversidad cultural, social o de
capacidades, es necesario que se generen estrategias de reconocimiento e
incorporación. Al respecto, López Melero (2006) expresa que el reconocimiento de
la diversidad supone un cambio profundo entre los contextos (familia, escuela y
sociedad) tanto en las competencias cognitivas y culturales como en los derechos
y deberes que como ciudadanía les corresponde (p.10); por tanto, el cambio que
aspira al despertar de la sociedad y su crecimiento no debe detenerse nunca,
mucho menos cuando –como en el momento actual– la voz de la diversidad
empieza a ser escuchada. Tal reclamo de atención requiere participación activa y
es responsabilidad de todos, mas principalmente de los docentes, mantenerse en
la búsqueda constante de nuevas oportunidades.
En concordancia con este panorama, al menos dentro del discurso del sistema
educativo, la diversidad ya es reconocida como una característica indiscutible de
nuestra sociedad y se contempla de manera especial dentro de la propuesta
curricular de la RIEB; no obstante, debe avanzarse para ciertamente comprender
que el encuentro de las diferentes maneras de pensar y de ver el mundo en el
aula, genera también necesidades específicas para algunos educandos, y que
todo ello es terreno fértil para que todos los estudiantes emprendan o desarrollen
conocimientos y actitudes positivas en pro del enriquecimiento individual y
colectivo. Un enriquecimiento que además debe apreciarse como vinculado
también con la influencia y requerimientos que impactan dentro del intercambio
económico, político o de cualquiera otra índole en su contexto más próximo.
No debe haber cabida entonces a escudarse en que solo se posee escasa o
ambigua información respecto a la conceptualización contenida en el programa, ni
mucho menos esgrimir confusión ante conceptos y categoría tan trascendentes
como la apreciación de la diversidad y la inclusión educativa, toda vez que
justamente su falta de comprensión, además de generar conflictos (las más de las
134
veces innecesarios), frena la adecuada atención de los estudiantes y su desarrollo
cognoscitivo, además de que imposibilita el deseable ambiente de intercambio,
respeto y reconocimiento que debe imperar en las aulas.
Por otra parte, si el proceso de transformación se interrumpe continuamente, ello
generará mayor inseguridad para las docentes; por ello, se estima que la
reorientación en cuanto a la configuración estructural de la diversidad, amén de
ser elaborada individualmente, debe concluir en la apropiación y práctica del
movimiento de inclusión, aludido por Blanco (2007), para observarlo más allá de la
mera integración.
En suma, que la inclusión de la diversidad en el grupo requiere favorecer
cotidianamente (e inclusive a cada momento), entre los estudiantes, el intercambio
de experiencias, a partir de estrategias que incluyan actividades de interés común,
como el descubrimiento de su entorno natural y social, mediante la indagación, la
observación o la expresión –es decir, las que propone el campo formativo de
“Exploración y conocimiento del mundo” dentro del PE–, en enriquecedora
complementariedad, misma que, además, no se limita a ese campo formativo sino
que puede y debe extenderse transversalmente en apoyo al estudio de todos los
otros campos formativos y en concreto a la cotidiana vida del aula y del espacio
escolar todo como institución.
Al respecto, la falta de argumentos teóricos y prácticos para la intervención por
parte de los docentes, no debe ser aducida ni admitida como limitante. Por lo
demás y dadas las circunstancias del nivel, todo apunta a que tal enfoque pueda
ser incluido con todas ventajas con mayor frecuencia en la planeación didáctica, a
fin de diseñar actividades que contribuyan al proceso de aprendizaje de los
estudiantes, mediante el impulso del interés común, y a través de situaciones que
pueden ser relacionadas con la realidad.
135
Dicho todo lo anterior, solo nos queda esperar a que los retos que representa el
proceso de enseñanza aprendizaje en los estudiantes del nivel, obedezca también
al cambio de actitud de las educadoras y al efecto del análisis de los aspectos
específicos en el enfoque de la RIEB, que nuestra reflexión haya provocado. En
todo caso, los replanteamientos necesarios y su evolución exigen asimismo la
transformación de la práctica, cuyo impacto habrá de involucrar las dimensiones
institucional, didáctica y social, tal y como lo plantean Fierro et al. (1999). Mismas
que son las dimensiones que orientaron el desarrollo del estudio de caso que
emprendimos y que aquí hemos expuesto, todo con el afán de brindar mejor
atención a la diversidad de los estudiantes de Preescolar y favorecer en lo posible
sus oportunidades de participación y desarrollo.
Esperamos igualmente que las proyecciones de este estudio apoyen las
necesidades de algunas educadoras, a fin de que dejen atrás los vacíos de su
actualización, y aprovechen las ventajas que para la actualización permanente
ofrecen las políticas educativas actuales, todo en beneficio de su práctica docente
y la formación de los estudiantes mexicanos a su cargo.
136
Conclusiones
La multiculturalidad en la sociedad mexicana se incrementa día con día como
resultado del desplazamiento de individuos de su lugar de origen hacia otras
zonas donde establecen nuevas agrupaciones. Estos desplazamientos
generalmente buscan mejorar las condiciones de vida y conllevan un reclamo de
oportunidades para la participación equivalente, con el fin de subsistir dentro de la
débil y quebrantada situación social, política y económica que padece nuestro
país.
La constante actividad migratoria que se observa en todo el territorio nacional,
resalta de manera significativa en el Estado de México, quizá por su cercanía con
la capital de la Republica, donde se conforma la zona conurbada del Valle de
México, o tal vez –en los tiempos recientes– por ser paso obligado hacia el norte
del país. Los efectos más notorios del encuentro multicultural son que dentro del
espacio educativo algunos estudiantes se descubren en un estado de
vulnerabilidad, debido no solo a la dificultad que representa su atención en una
sociedad tan compleja como la nuestra, sino también en cuanto a la aceptación y
reconocimiento de los derechos que les corresponden pese a comenzar a habitar
en un entorno extraño.
En particular, a partir de la última década del siglo XX, las distintas
Administraciones Públicas Federales han visto la educación como una prioridad, y
han puesto en marcha reformas y estrategias que pretenden guardar consonancia
tanto con las añejas demandas y rezagos de la sociedad como con los avances de
las áreas con mayor adelanto en el mundo. Los cambios promovidos a veces
afortunadamente, y a veces inevitablemente, se vinculan con acuerdos,
declaraciones y proyectos emprendidos por organismo internacionales y las
naciones con alto nivel de desarrollo científico y tecnológico, si bien todo ello con
los contradictorios matices que implica el proceso de globalización.
137
Pese a que el proceso de globalización para algunos especialistas tiende a
perpetuar la ventaja de los países adelantados sobre los países pobres, lo cual
implica sometimiento y dependencia económica; al mismo tiempo existen
opiniones que consideran a la globalización, como un factor fundamental para el
renacimiento de la identidad y el origen, inclusive dentro de las sociedades que
tienden a generalizarse y se olvidan de las particularidades de sectores
poblacionales cuya participación logra dinamizar la vida pública y política, tal y
como sucede en nuestro país.
El último intento del Estado mexicano por subsanar las necesidades de la
población mexicana en materia de educación, ha sido la Reforma Integral de la
Educación Básica 2004, en la cual uno de los aspectos positivos más destacados
es el afán de inclusión y la promoción del respeto por la diversidad, esta última
una característica invaluable y definitoria de nuestro país. Tales estrategias se han
visto favorecidas, al ser consideradas dentro de los propósitos del currículum
educativo, y obligan a brindar atención de calidad a la población mexicana menor
de quince años, así como a los grupos marginados, en rezago o
permanentemente vulnerables, de acuerdo con los planteamientos de iniciativas
encabezadas por organismos internacionales como la UNESCO, las cuales buscan
satisfacer las necesidades de educación para toda la población mundial.
El presente estudio observó la situación en la que se encuentra el reconocimiento
a la diversidad y la inclusión en el espacio educativo del nivel preescolar,
resultando que no se han visto del todo transformadas ante la implementación de
la RIEB. El problema de base radica en la falta de comprensión de estos conceptos
entre algunas docentes, aunado al desconocimiento o la subjetividad para analizar
las condiciones del entorno y por supuesto la falta de herramientas para vincular
tal complejidad con las dimensiones referentes de la práctica pedagógica, las
cuales asimismo exigen ser procedentemente identificadas y modificadas.
138
El informe hace evidente la ambigüedad que existe en cuanto a la apreciación de
la diversidad, y la confusión y falta de comprensión respecto a las acciones y
estrategias que el movimiento de inclusión demanda. Tales condiciones,
evidencian la necesidad de seguir impulsando los postulados de la RIEB, incluidos
los que promueven la constante actualización de los docentes, siempre con el
favorable propósito de alcanzar la transformación de la práctica docente y las
técnicas de enseñanza.
La aclaración de los aspectos que rodean la conceptualización de la diversidad y
la inclusión constituye un factor fundamental para entender las diferencias y las
particularidades de los individuos (por supuesto partiendo de la promoción de la
tolerancia y el reconocimiento del otro), ya que son principios que llevan a plantear
en la educación la atención diferenciada, la cual debe rescatar y respetar las
características socioculturales de los estudiantes, además de considerar las
necesidades de aprendizaje en la planeación didáctica con base en los ritmos y
estilos de cada uno, condiciones que rescatan la dimensión y la amplitud del
concepto de diversidad, expuesto por Fontana (2009).
En correspondencia con la implementación de la RIEB, un acontecimiento
fundamental lo constituyó la declaración de la obligatoriedad del Preescolar, como
el primer nivel de la Educación Básica. El hecho suscitó polémica y controversia,
pues incluso al decir de organismo tan serios como el INEE (2010) hubo falta de
planeación y premura para designar como obligatorios los tres grados de este
nivel. Ello porque el país no contaba aún con las condiciones económicas, ni la
infraestructura necesaria para brindar atención adecuada a la población menor de
seis años. Por otra parte –según la opinión del mismo organismo– se detectaba
falta de preparación en las docentes para llevar a cabo los propósitos de la
educación básica en concordancia con el nuevo currículum propuesto. Con todo,
el hecho vino a ser un acto de justicia para con la labor que históricamente ha
desempeñado este nivel, y un impulso para la extensión de sus contribuciones
139
para la formación de los menores, aun en contextos socioeconómicos
desfavorables.
La falta de recursos, por tanto, no ha sido un obstáculo para proseguir la marcha
hacia la consolidación del nivel preescolar como parte de la Educación Básica, si
bien ha implicado un cambio obligado de la imagen del jardín de niños, pues ahora
ya no se limita a ser solo un espacio de juego y preparación para la educación
formal, sino que es parte fundamental de ella.
Nuestro estudio consideró necesario destacar el trabajo que se realiza en el nivel
preescolar, a fin de advertir cómo desde hace ya varias décadas su interés se
dirige al desarrollo de las habilidades cognitivas y sociales de los estudiantes
menores de seis años. Al respecto, intentamos impactar en la reflexión del
pequeño segmento participante, pero con ello igualmente contribuir a impulsar la
valoración del trabajo pedagógico, subrayando, al respecto, que la mejora de la
práctica docente debe servir primordialmente para contribuir al proceso formativo
de los estudiantes, en relación con el momento, el tiempo y el espacio en que les
ha tocado vivir, a la vez, que es posible orientar las situaciones de aprendizaje
hacia un enfoque inclusivo en favor de la multiculturalidad y la atención de las
necesidades de los propios alumnos.
Las propuestas de la RIEB, en el momento su implementación eran de cierto modo
desconocidas para la mayoría de las docentes, tanto en el nivel Preescolar como
en los otros niveles de la Educación Básica (Primaria y Secundaria). El cambio
más radical fue la irrupción del enfoque de competencias, el cual desencadenó
múltiples dificultades para su comprensión, y si bien poco a poco se ha ido
descifrando, la problemática para su aceptación (y dominio) persisten aun en la
función educativa.
140
Nuestro estudio de caso, motivó a las participantes a reflexionar en torno a su
práctica docente y la necesidad de transformar su función educativa. Si bien de
paso compartieron experiencias y sentimientos, o hasta su inconformidad ante las
oscilaciones e incongruencias de la política educativa, e inclusive, en casos
extremos, su –según ellas– “justificada” resistencia al cambio. Con todo, la
discusión en colectivo, cuando fue factible, promovió en ellas, la apertura y
disposición a considerar urgente el cambio. Al respecto, y toda vez que la parte
institucional lo promueve constantemente, pero de manera limitada o focalizada,
haciendo uso de medios alternos o independientes al sistema. Se desprende de
ello, en otras palabras, que el perfil profesional actual implica buscar la
profesionalización de la función en instancias como la Universidad Pedagógica o
sus equivalentes, con el propósito de adquirir las habilidades necesarias
desarrollarlas y aplicarlas dentro del espacio educativo.
Así, la transformación de la práctica es vista como una prioridad a partir de la
Reforma, pero llevarla a la realidad en el entorno educativo implica retos
importantes, enormes esfuerzos y por supuesto dudas y temores, amén de que
muchas veces ocasiona frustración dados los casi insalvables filtros que
actualmente existen para incorporarse al Programa de Carrera Magisterial. Dado
este difícil panorama, asimismo una propuesta lógica que puede derivarse es que
las autoridades correspondientes implementen capacitación y seguimiento
permanente, así como técnicas y estrategias con elementos que garanticen
avances, a fin de que se consolide tanto el cambio propuesto como la evolución de
la percepción social que existe acerca del nivel preescolar y, en consecuencia, se
valore el profesionalismo de la intervención del docente.
Por otra parte, el exhorto principal de nuestro estudio radica en promover el
desarrollo del campo formativo de “Exploración y conocimiento del mundo”, pues
resulta el espacio más cercano hacia la viabilidad para alcanzar el propósito de
inclusión educativa entre los estudiantes del nivel preescolar.
141
Consideramos a este campo fundamental ya que podría ser el espacio idóneo
para propiciar la integración de los estudiantes de acuerdo con sus propias
características culturales, sociales o particulares capacidades; al mismo tiempo,
mediante él se busca favorecer la inclusión, la autoestima, las similares
oportunidad la participación, el crecimiento y el avance, desde la propia dinámica
cotidiana del aula. Lo anterior, por supuesto, en relación con los planteamientos
del programa, ya que va ligado con la construcción e incremento de conocimientos
(habilidades cognitivas), al poner en juego la observación, la formulación de
preguntas, la resolución de problemas y la elaboración de explicaciones
inferencias y argumentos que llevan a alcanzar (verdaderamente) la comprensión
del mundo que les rodea (SEP, PE 2011, p. 60). En otras palabras, este es un
campo formativo que puede impactar en el desarrollo de las habilidades de
pensamiento y mediante la transversalidad impulsar el desarrollo de las
competencias en todos y cada uno de los demás campos que propone el
Programa de Estudio 2011. Guía para la Educadora. Educación Básica
Preescolar.
Al respecto, a fin de hacer válidos los propósitos de inclusión en cuanto a
cualquiera de las condiciones que atañen a la diversidad, y dado que la formación
de los estudiantes del nivel preescolar es al mismo tiempo influenciada por la
familia, el contexto y la escuela, nuestro estudio rescata la importancia de que esta
última procure aprovechar los recursos que brindan las experiencias vividas (los
conocimientos previos), lo mismo que el beneficio de la curiosidad espontánea y
sin límites, característica de niños y niñas en esta etapa de su vida.
El desarrollo del campo formativo “Exploración y conocimiento del mundo” se
reconoció con gran descuido, en primer término porque no se desdobla en sus dos
aspectos centrales: “Mundo natural” y “Cultura y vida social”, pues se observó que
existe dificultad para entenderlos como complementarios; por lo demás, las
mismas educadoras reconocen su problemática para abordar el conocimiento
142
científico en su adecuación al nivel, tal y como lo proponen los estándares
curriculares en el primer periodo escolar. Lamentablemente un recurso alterno que
en ocasiones se emplea viene a ser la evasión.
No obstante, y pese a las contradicciones, inconsistencias o hasta incongruencias,
halladas entre las docentes sujetos de estudio, consideramos valioso que
hayamos podido reconocer la actitud que estas muestran para, aun con sus
limitantes, seguir involucradas en la RIEB y no rehuir a su compromiso institucional;
en contraparte ellas aducen casi como un logro la libertad que les otorga el
programa y se precian de ejercer una relativa autonomía en cuanto al estudio de
los contenidos del Programa y su aplicación. Sin embargo, asumieron la
necesidad de fortalecer congruentemente sus conocimientos y que tal estudio y
crítica al programa, se acompañe de la argumentación teórica, válida y suficiente,
ya que ese sería el único camino que asegure la transformación de su función
educativa. En suma que se acepta descartar la mera recomendación técnica que
confina a la práctica docente al abismo del sentido común, para retomar lógica y
congruentemente los planteamientos del programa también dentro de un análisis
teórico.
Por otra parte, la implementación de la RIEB debe ser reconocida como una
reformulación curricular a largo plazo, no solo por los graduales periodos en los
que hubo de irse aplicando en cada nivel educativo, sino por la trascendencia que
habrá de revelar en los campos social, económico y cultural de la población
mexicana; es decir que tendremos que mantenernos atentos al desempeño de las
generaciones de estudiantes formadas bajo los planteamientos de esta reforma,
aún en curso.
Luego entonces, a pesar de la realidad vivida dentro del contexto educativo, un
tanto ensombrecida a causa de la lentitud que lleva a superar los desafíos
impuestos por la RIEB, consideramos que se avanza en la finalidad de subsanar
143
paulatinamente, el largo trecho que aún le resta a nuestro país para disminuir la
desigualdad y el rezago, y asimismo mejorar la calidad educativa, a fin de
alcanzar el perfil de egreso que promueve el desarrollo de las competencias para
la vida en los estudiantes de Educación Básica.
Por lo demás, y pese a sus deficiencias de arranque y lo que le falta por recorrer,
es necesario reconocer que la Reforma Integral de la Educación Básica, ha tenido
gran repercusión en el ámbito del Sistema Educativo Nacional, toda vez que logró
movilizar la función educativa y, hasta el momento actual, continúa intentando
vencer progresivamente las resistencias de algunos docentes. Por otra parte, ha
despertado en muchos el interés por vincular la realidad de nuestra sociedad con
las necesidades de aprendizaje dentro del contexto educativo; todo ello al margen
de la influencia de intereses ajenos a la educación, factores y obstáculos que
inhiben el avance y cuyos argumentos expresan una solución fuera del alcance del
docente.
145
Anexo 1. Estructura del guion de entrevista
¿Consideras que son necesarias las reformas educativas? ¿Por qué?
¿Cómo o cuál ha sido tu experiencia profesional durante el proceso de
implementación de la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB)?
¿El enfoque de competencias del Programa de Educación Preescolar 2004,
ha tenido claridad en cuanto a los requerimientos de desarrollo en el proceso
de enseñanza aprendizaje de los estudiantes de este nivel?
¿Dicho enfoque ha influido para la transformación de tu práctica? ¿Cómo o de
qué manera?
¿Cómo defines el concepto de diversidad?
¿Cómo percibes la inclusión educativa en el desarrollo de tu práctica?
Dado que el contexto educativo de la zona escolar en la que nos
encontramos muestra necesidades de aprendizaje diversas, ¿puedes
mencionar algunas que hayas observado?
¿Has observado qué influencia tienen los factores social, cultural y de
capacidad de los estudiantes en la dinámica de las actividades durante la
jornada de trabajo?
¿Es importante para ti realizar estas observaciones? ¿Por qué?
¿Qué tan complicado resulta atender estos aspectos de acuerdo con la
situación planeada?
¿En el nivel preescolar, en el campo formativo de “Exploración y conocimiento
del mundo” es frecuente impulsar el conocimiento científico en los estudiantes
recurriendo a situaciones reales, o consideras que nos limitamos frente a
ello?, ¿por qué?
Promover la ciencia proporciona aprendizajes significativos al estudiante.
Como parte de tu planeación, ¿consideras que existe en estos aprendizajes
una lógica a las preguntas y respuestas planteadas a los estudiantes de
acuerdo con sus necesidades?
Fuente: Elaboración propia con base en las observaciones realizadas en la planeación del trabajo de investigación.
146
Anexo 2. Sistematización de la entrevista en función de las dimensiones: social, institucional y pedagógica
DIMENSIONES
CATEGORÍAS
INDICADORES
PREGUNTA DE LA ENTREVISTA
S O C I A L
Diversidad Inclusión educativa
¿Cómo defines el concepto de diversidad?
¿Cómo percibes la inclusión educativa en el desarrollo de tu práctica?
I N S T I T U C I O N A L
Reforma de la Educación Básica
Reformas Educativas Proceso de implementación Experiencia profesional
¿Consideras necesarias las reformas educativas?
¿Cómo o cuál ha sido tu experiencia profesional durante el proceso de implementación de la Reforma Integral de la
Educación Básica (RIEB)?
Enfoque de competencias
Claridad del enfoque Enseñanza–aprendizaje
¿El enfoque de competencias del Programa de Educación Preescolar 2004, ha tenido claridad en cuanto a los requerimientos de desarrollo en el proceso de enseñanza aprendizaje de los estudiantes del nivel?
P E D A G Ó G I C A
Transformación de la práctica
* Influencia del enfoque
¿Dicho enfoque ha influido para la transformación de tu práctica?, ¿cómo o de qué manera?
Importancia de los factores social, cultural, político
Contexto educativo
¿Cómo influyen en tu práctica los factores social, político y cultural?
¿Es perceptible la influencia de estos factores en la dinámica del aula durante el desarrollo de las actividades de la jornada de trabajo?
Planeación didáctica
Dinámica del aula y las situaciones adversas
La zona escolar en la que nos encontramos muestra necesidades de aprendizaje diversas, ¿puedes mencionar algunas que hayas observado?
¿Las tomas en cuenta para fortalecer la planeación didáctica?
Impacto del campo formativo “Exploración y conocimiento del mundo” en el desarrollo de las habilidades de pensamiento.
¿En el nivel preescolar, en el campo formativo de “Exploración y conocimiento del mundo” es frecuente impulsar el conocimiento científico en los estudiantes recurriendo a situaciones reales, o consideras que nos limitamos frente a ello?, ¿por qué?
Promover la ciencia proporciona aprendizajes significativos al estudiante. Como parte de tu planeación, ¿consideras que existe en estos aprendizajes una lógica a las preguntas y respuestas planteadas a los estudiantes de acuerdo con sus necesidades?
Fuente: Elaboración propia, con base en los planteamientos de Cecilia Fierro, Bertha Fortoul y Lesvia Rosas (1999) en Transformando la práctica docente. Una propuesta basada en la investigación–acción.
147
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