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113 113 112 112 Con motivo de la celebración de la primera etapa del América al cuadrado (America2), un viaje de cuatro motos por el continente americano de norte a sur y viceversa, dividido en etapas y pilotadas por personas de diferentes nacionalidades, he podido realizar uno de los viajes más entretenidos de la parte noreste de Estados Unidos: atravesar los montes Apalaches. Atravesando los Apalaches ALICIA SORNOSA

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Con motivo de la celebración de la primera etapa del América al cuadrado (America2), un viaje de cuatro motos por el continente americano de norte a sur y viceversa, dividido en etapas y pilotadas por personas de diferentes nacionalidades, he podido realizar uno de los viajes más entretenidos de la parte noreste de Estados Unidos: atravesar los montes Apalaches.

Atravesando los Apalaches

ALICIA SORNOSA

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hoy se dispone de un maravilloso asfalto siempre con las dos líneas amarillas centrales recién pintadas e innumerables rin-cones, donde los radares de la policía esperan al más incauto; la velocidad media no debe superar las 45 millas por hora.En temporada alta, que es el verano, diferentes fotógrafos se apostan en las curvas más difíciles para dejar constancia digital de lo bien que uno se tumba o traza, fotos que se pueden bajar tras el pago de un módico precio. Hay varios lugares para descansar o simplemente dar la vuelta. Lo mejor de todo es hacerla de arriba abajo y después de abajo arriba.

El árbol de la vergüenzaComo curiosidades, puedes fotografiarte en el punto de salida al lado del dragón, realizado con piezas de motos, o en el Árbol de la Vergüenza, donde se exhibe más de una pieza golpeada por caídas u accidentes que han sucedido entre su giros.Una vez repasada esta Cola del Dragón y adquirida la típica pegatina que dice que superamos la prueba de pasar por allí, continuamos el camino hacia le norte y disfrutamos de otro de los tramos más espectaculares del los Apalaches: el Blue Ridge, que forma parte del Parque Nacional She-nandoah, otra carretera de curvas que, al unirse al SkyLand, forma un recorrido increíble por estas montañas. En este tiempo puedes observar cómo la fauna y flora despiertan, y

Esta cordillera, que pasa por tres estados (Carolina del Nor-te, Tenessee y Virginia), dispone de las mejores carreteras de curvas, con unos paisajes increíbles de bosques de roble americano, unas vistas de vértigo y, como todo en esta par-te del continente americano, centros de visitantes en cada parque nacional que atraviesa, con todo tipo de comodida-des para el turista.Dicen que la mejor época para visitar los Apalaches es el final de verano, cuando los tonos ocres de los millones de hojas a punto de caer forman un paisaje multicolor, que abarca todos los tonos entre verde y marrón que puedas imaginar. La ascensión de la cordillera comienza pasando las 318 curvas que suman la llamada Cola del Dragón, una carretera perfectamente asfaltada e inutilizada en los meses de invier-no que, eso sí, suma desde el año 2000 (cuando comienzan a contabilizarse las víctimas en este trazado) 24 accidentes mortales, una dura cifra para los amantes de las dos ruedas.Pero los números que nos interesan son los que hablan de diversión y libertad: trescientas diez y ocho curvas en 11 mi-llas (18 km), perfectamente asfaltadas para el disfrute total y el divertimento absoluto. Este fue hasta los años treinta un sendero que utilizaban los indios cherokee para proveerse de agua y caza (la vida salvaje es abundante) antes del crudo invierno. Con la llegada del automóvil en los años 30 comienza a asfaltarse y a día de

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puedes encontrarte con osos, flores silvestres y todo tipo de pequeños roedores. Además, en esta cordillera se encuen-tra el ser vivo vegetal más grande del mundo: un hongo que ocupa cientos de hectáreas.Para descansar hay centros de visitantes con hoteles, res-taurantes, alquiler de cabañas u hoteles; como todo en este país, está pensado para que las jornadas sean fáciles y diver-tidas. El senderismo y otro tipo de deportes de montaña son totalmente recomendables.El viaje de la primera etapa del America2 finalizó en Nueva York tras haber visitado una granja amish para entender de primera mano esta sociedad arcaica anclada en sus creen-cias, la capital estadounidense Washington y las cataratas del Niágara en la parte canadiense, con una entrada triunfal del equipo femenino que pilotó las cuatro motocicletas has-ta su destino sin ningún contratiempo.

1 El Árbol de la Vergüenza impone respeto. 2 Cruzar un poblado amish es una experiencia sorprendente; no por conocido su estilo de vida deja de ser cho-cante. 3 Blue Ridge, en Shenandoah: la carretera que cruza el parque también es de excepcional belleza. 4 El experimentadísimo viajero Gustavo Cuervo junto a Emilio Quesada, los organizadores del America2. 5 Las curvas de ‘Tail of the Dragon’ son espectaculares, pero entrañan sus peligros para la comunidad motera. 6 Las chicas del America2 pasearon sus R 1200 GS Adv por el interior de la Costa Este. 7 La mayor parte de los EE.UU. está repleta de Parques Nacionales en excepcional esta-do de conservación, pese que están plenamente orientados a un uso recreacional. 8 Posamos junto a la escultura de acero del mítico dragón. 9 El griz-zly es protagonista en buena parte de los parques.