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atentaba contra la nación. En este contexto histórico se publica en 1910 el texto Nuestra Patria. Geografía e/emenfaZ de kz RgpwWzca Mcwcawz, de Gildardo F. Avilés. La Geografía nacional se convirtió en el escenario obligado para explicar la Historia patria, esta última "... vino a ser [como antaño] el eje del programa educativo, el cual transmitió la idea de una conciencia nacional asentada en un pasado compartido por los diversos componentes de la población". 8 Por otra parte, en cuanto a la enseñanza media o preparatoria, como es bien sabido, quedó estructurada en 1867 con la creación de la Escuela Nacional Preparatoria, en calidad de estudios intermedios tenían un doble objetivo: la preparación propedéutica para poder ingresar al nivel superior y como educación general terminal. Con ella la Geografía se vio especialmente favorecida por la posición que Barreda le asignó dentro de su esquema lógico de la enseñanza de las ciencias. La situó como materia intermedia otorgándole la calidad de ciencia natural, pero como el mismo Barreda lo señaló, siempre después de la cosmografía, pues las nociones básicas como polo, meridiano, eran conocimientos previos para poder comprender a la Geogra- fía, aunque antes o paralela a la Historia porque así el tratamiento de ambas era más accesible. En el primer plan aparece como Geografía física y política especialmente de México ( año), posteriormente en el plan de estudios de 1896 quedó dividida en dos cursos: Geografía física precedida de nociones de geología (5 o semestre) y Geografía política (8° semestre); en 1897 9 permaneció (en el 5 o semestre) la Geografía general, sin las nociones de geología, y la parte política, descriptiva pasó del 8 o al 6 o semestre, específicamente como Geografía americana y patria. Esta última ley se dio igual importancia al estudio de la materia de Geografía con respecto a la Historia, la cual desde la fundación de la escuela se venía impartiendo en dos cursos como general y patria. 299 INEGI. México en su unidad y diversidad territorial. 2006

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atentaba contra la nación. En este contexto histórico se publica en 1910 el texto Nuestra Patria.

Geografía e/emenfaZ de kz RgpwWzca Mcwcawz, de Gildardo F. Avilés. La Geografía nacional se

convirtió en el escenario obligado para explicar la Historia patria, esta última "... vino a ser

[como antaño] el eje del programa educativo, el cual transmitió la idea de una conciencia

nacional asentada en un pasado compartido por los diversos componentes de la población".8

Por otra parte, en cuanto a la enseñanza media o preparatoria, como es bien sabido, quedó

estructurada en 1867 con la creación de la Escuela Nacional Preparatoria, en calidad de estudios

intermedios tenían un doble objetivo: la preparación propedéutica para poder ingresar al nivel

superior y como educación general terminal. Con ella la Geografía se vio especialmente

favorecida por la posición que Barreda le asignó dentro de su esquema lógico de la enseñanza

de las ciencias. La situó como materia intermedia otorgándole la calidad de ciencia natural,

pero como el mismo Barreda lo señaló, siempre después de la cosmografía, pues las nociones

básicas como polo, meridiano, eran conocimientos previos para poder comprender a la Geogra-

fía, aunque antes o paralela a la Historia porque así el tratamiento de ambas era más accesible.

En el primer plan aparece como Geografía física y política especialmente de México ( 3° año),

posteriormente en el plan de estudios de 1896 quedó dividida en dos cursos: Geografía física

precedida de nociones de geología (5o semestre) y Geografía política (8° semestre); en 1897 9

permaneció (en el 5o semestre) la Geografía general, sin las nociones de geología, y la parte

política, descriptiva pasó del 8o al 6o semestre, específicamente como Geografía americana y

patria. Esta última ley se dio igual importancia al estudio de la materia de Geografía con

respecto a la Historia, la cual desde la fundación de la escuela se venía impartiendo en dos

cursos como general y patria.

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El plan de 1897 y los programas de las materias estuvieron vigentes hasta 1901, año en que se

decreta uno nuevo,10 en él la Geografía quedó situada novedosamente como elementos de

meteorología, y Geografía general y climatología (4o año) y como Geografía americana y

patria (5o año). Dos años más tarde, el 15 de diciembre de 1903, los cursos volvían a quedar

integrados como general y americana y patria (4o y 5o año respectivamente). Y en 1907 un

nuevo plan redujo los estudios preparatorios de seis a cinco años, por consiguiente,

disminuyeron el número de materias. La Geografía fue una de las materias que se vio

afectada, quedó contemplada en un solo curso como Geografía general en el cuarto año.

Enrique Schulz 11 anota que en la práctica y por disposición del entonces director de la

escuela, Porfirio Parra, la materia se dividió en dos, una parte de Geografía física y la otra de

Geografía económica y social, impartiéndose ambas de manera simultánea. En el caso de

otras materias, como la Historia, sí permaneció oficialmente dividida en dos.

El siguiente párrafo escrito por Justo Sierra nos ilustra las razones por las que en éste plan la

Geografía quedó contemplada como materia científica, con sus dos grandes ramas (física y

humana), eliminándose la Geografía patria, cosa que no ocurrió con la Historia. "La

Geografía y la Historia [de gran valor educativo] no solo porque preparan admirablemente al

estudio de la sociología, la primera estudiando el medio físico y social en el que se

desenvuelven las especies humanas y poniendo de relieve las condiciones externas del

progreso y el resultado de los esfuerzos hechos por el hombre para modificar esas

condiciones y esos esfuerzos de acción y reacción perpetua dentro del drama eterno de la

civilización; la Geografía y la Historia, conocimientos que participan de caracteres científicos

concretos, la una, y literarios, la otra..." 12

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Con la aplicación del método positivista en los estudios preparatorios se tuvo que redefinir el

objeto y contenidos de la Geografía, a través del análisis de la relación y la causa de los

fenómenos se define a la Geografía como una ciencia puente", así lo refirió Miguel Schulz en

la propuesta de programa para el curso de 1895: "... la Geografía abarcará en lo posible, los

dos puntos de vista más generales... en su relación con las ciencias físicas y naturales y en su

enlace con las sociales y económicas..." ^

La nueva enseñanza, preparatoria, dejó a un lado la simple descripción y la localización de

hechos y fenómenos geográficos que prevalecía en la enseñanza elemental introduciendo la

Geografía como ciencia moderna; esta Geografía que nace en la segunda mitad del siglo XIX se

desarrollara bajo la influencia primeramente del positivismo y posteriormente del historicismo,

reduce v define su objeto de estudio en dos grandes temáticas, que Horacio Capel (1981)

nombra como los dos problemas-clave de la Geografía", 1) el estudio de la diferenciación del

espacio en la superficie terrestre y 2) el estudio de la relación hombre-medio. Cabe señalar, que

por la relevancia que tuvo desde su fundación la Escuela Nacional Preparatoria, proyectó esta

Geografía moderna más allá de sus aulas y fue adoptada por otras escuelas que ofrecían

estudios preparatorios, en las escuelas especiales, normales y superiores.

En cuanto a los textos, se han podido localizar sólo cinco autores que escribieron adoptando

el nuevo enfoque de la materia, ellos son: Luis Pérez Milicua, Nicanor Muñoz, Antonio

García Cubas, Miguel Schulz y Eduardo Noriega. Los dos primeros editaron en provincia y

no encontramos referencia de ellos en otros textos, lo que nos lleva a pensar que se emplearon

en las escuelas locales y no tuvieron mayor difusión. Las obras de los otros tres autores se

difundieron por todo el país, para ellos la Geografía es una ciencia, de la localización y

distribución de los fenómenos en la superficie terrestre, de las relaciones entre el hombre y el

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medio y de la organización del espacio, introduciendo así las nuevas ideas geográficas que se

venían desarrollando en Europa en esa época.

Antonio García Cubas 14, ingeniero de formación publicó en calidad de textos los siguientes

títulos: Owrso EZenzefzW & Geogra/za LWrersaí aparecido en 1869, (10* edición en 1914); Cwrso

Geográfico y Topográ/zco, edición oficial (s/a); A fías Mefódzco pora Za enseñanza de Za Geogra/za de

Za Repzíf7Zzca Me%zca»a, (1874); AfZas de Geogra/za Unzz^rsaZ, (1879); AfZas peqweño de A meneo,

(1906); EZemenfos de Geogra/za de Za RepzíbZzca Mexicana, (1901); y Geogra/za e Hzsfona deZ DzsfnZo

Federal, (1892). Se emplearon principalmente en el nivel superior, en el Colegio Militar y en la

Escuela Normal de Profesoras.

En su curso elemental, García Cubas inicia con la geometría que junto con algunas nociones

de física, las consideraba indispensables para "...comprender las teorías que son del dominio

de la Geografía..." i5; pretendiendo darle a la Geografía un carácter científico. Si bien, enmarca

el desarrollo de los contenidos dentro de los cánones de la filosofía positivistas, conserva

rasgos característicos de la Geografía ilustrada, por el número de páginas, mayor, que le

concede a la Geografía matemática, en el tratamiento sumamente descriptivo que hace de los

contenidos económicos y al poner a la naturaleza como el telón de fondo de los hechos

históricos.

Miguel Schulz Coronado 16 escultor de profesión dedicó su vida a la docencia, autor del texto

Apwfzfes para eZ cwrso de Geogra/za ezz Za EscweZa NaczoziaZ Preparatoria (1892). Este texto, premiado

en la Exposición Universal Colombina que se realizó en Chicago en 1893, fue libro obligado

de consulta para los alumnos de la Escuela y, en 1899, por decreto pasó a ser obligatorio para

el curso, y se hicieron siete ediciones También se llegó emplear en otros centros de enseñanza

preparatoria, e incluso en la Escuela Normal de Profesores.

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Miguel Schulz como profesor destacado en el ambiente científico fue defensor de las ideas

positivistas de la ciencia, con relación a la Geografía, a su objeto de estudio, escribe "...es el

estudio de la superficie terrestre en su estado actual, tanto en sí misma, físicamente

considerada, como en los cambios que sobre ella ha realizado la presencia del hombre." 17

Admite la idea de cambio y evolución característico del positivismo y toma como base las

condiciones físicas para la indagación existente entre la causa y el efecto percibido.18 Parte de

la idea de que el medio geográfico, si bien es la base, no es condicionante del desarrollo de los

grupos humanos, este es obra de la organización de la sociedad y de la Historia, el hombre es,

para él, un factor importante en la transformación del medio, para alcanzar el progreso. Su

idea de que el hombre es un agente activo y, por lo tanto, no se encuentra dominado por la

naturaleza, lo sitúa en la corriente historiéis ta de la Geografía con el paradigma posibilista o

regional; esto se hace patente en su libro no sólo por sus posturas posibilistas, sino además,

porque maneja el concepto de región y recurre a señalar la singularidad (o individualidad) de

las regiones o países que describe que, como se conoce, es uno de los objetivos característicos

de los estudios regionales. En la edición de 1905, Schulz emplea el concepto "género de vida"

(o estilo de vida) acuñado precisamente por Vidal de la Blache.

El último autor mencionado, Eduardo Noriega ^ poeta y dramaturgo, también se dedicó a la

docencia y escribió varias obras destinadas a los alumnos de la Escuela Especial de Comercio

y Administración; el Curso de Geografía (1895), como complemento de éste publica la Geografía

de kz RgpwWzoz Mezzhma (1898). Alrededor de esos años publica, además, dos atlas: AfLzs

escokzr. Geogro/zzz de kz RgpwWzca Mexicano y ef At&zs miMZ&fimz de kz RepwWzca Mexicana, de ellos

se hicieron numerosas ediciones que se prolongaron hasta la segunda década del siglo XX.

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Las obras de Eduardo Noriega se difundieron por toda la República, en algunos estados

fueron adaptados como material de apoyo para la enseñanza.

Revisando sus textos encontramos que el autor no profundiza en el carácter científico de la

Geografía física sobre la base positivista, de manera sencilla expone los temas, no así los

contenidos de la Geografía humana, a los que le dedica un mayor espacio en sus obras. En esta

última, sus ideas están orientadas de acuerdo con las concepciones de la Geografía positivista y

evolucionista-darwiniana de su época, particularmente de la escuela alemana, con su gran

exponente el geógrafo Friedrich Ratzel,#, al que cita. Mantiene una posición determinista,%

sitúa al medio natural como la base y condicionante del desarrollo de los grupos humanos y

sustenta la evolución de la razas humanas a partir de la influencia del medio físico.

Conclusiones

El tema que se ha presentado es demasiado amplio, por tanto no queda agotado, sin

embargo, quisiera retomar algunos aspectos. Como producto de las leyes y decretos

educativos están los textos, en ellos podemos ver que el discurso nacionalista estuvo

integrado parcialmente. Sin embargo, sería inexacto decir que la Geografía escolar no tuvo

una función ideológica porque no fomentó el nacionalismo; dicha función está presente en el

hecho de que se privilegió la parte descriptiva de la Geografía, como conocimiento general

básico del entorno y del mundo, divulgo una cultura universalista. Es evidente que la

Geografía en la enseñanza de elemental conservo su carácter descriptivo, de la óptica

ilustrada, paralelamente, apareció en la enseñanza media una Geografía que privilegio el

valor científico de la disciplina, mostrando su valor pragmático, como conocimiento básico,

útil para el reconocimiento del territorio nacional. Un punto en común entre los dos tipos de

textos, es que ambos, difundieron la imagen de un México único, singular, en el contexto

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mundial. Un extenso territorio rico en recursos naturales, pero pobre en población, éste

último elemento básico para alcanzar el anhelado progreso porfiriano, por lo que los textos

de enseñanza media se sumaron a la difusión de la cultura liberal universalista donde los

grupos indígenas no tenían cabida. Sería interesante analizar los discursos del actual

gobierno para percatarse que estos dan vigencia a la Geografía escolar decimonónica,

difunden un nacionalismo falsamente fundamentado, enfocado exclusivamente a la defensa

de la soberanía, no así a la apropiación del territorio que es sin duda uno de los elementos

claves para conformar un proyecto de nación verdadero, en donde deben de tener cabida los

diversos grupos étnicos que le dan existencia al propio territorio.

Notas

I Sobre esta afirmación puede consultarse: Sandner, Gerhard. "In search of identity: German nationalism and geography, 1871-1919 en David

1 looson (edit.) (1994) Geography and national identity. Oxford UK. & Cambridge USA. The Institute of British Geographers.

2 Dublán, Manuel y José Ma. Lozano. La legislación Mexicana o Colección completa de las disposiciones legislativas expedidas desde la

Independencia de la República Mexicana. México, Imp. del Comercio. Vol. VI, págs. 351-354.

3 Guadalupe Monroy. "Instrucción pública", en Daniel Cosío Villegas (1974) Historia Moderna de México, 2a ed„ México, Hermes. Vol. III. pág.

678.

4 Estos rudimentarios librillos se diferenciaban de los libros de texto, no sólo por su diseño y número de páginas, sino también porque tenían una

corta tirada y su distribución, venta y empleo, se reducía, en su mayoría, a la escuela donde el profesor impartía la clase.

5 Dublán, Manuel y José Ma. Lozano. Op. cit., vol. VIII, p. 145-146.

6 Bazant, Mílada (1993) Historia de la educación durante el porfiriato, El Colegio de México, México. Op. cit. Pág. 65

7 Dublán, Manuel y José Ma. Lozano. Op. cit, vol. XXVI. págs. 496-504.

8 Florescano, Enrique.. "Los mitos de identidad colectiva y la reconstrucción del pasado" en Carmagnani, Marcello, Alicia Hernández Chávez y

Ruggiero Romano, (coord.) (1999) Para una Historia de América II. Los Nudos (1), El Colegio de México, Fideicomiso Historia de las

Améncas/ Fondo de Cultura Económica, México. Op. cit., pág. 113.

9 Dublán, Manuel y José Ma. Lozano. Op. cit., vol.XXVII, págs. 367-371.

10 Dublán, Manuel y José Ma. Lozano. Op. cit., vol. XXXIII xxxiii, 2a. parte, págs. 357-360.

II Schulz, Enrique E. Op. cit., pág. IX.

12 Bazant, Mílada. (1985). Debates pedagógicos durante el porfiriato. Antología, SEP/Ed. El Caballito, México Op. cit., pág. 3.

13 Archivo histórico del CESU Caja 7, exp. 88.

14Antonio García Cubas (1832-1912), nació en la ciudad de México el 24 de julio de 1832; huérfano a corta edad, se empleó en la Dirección General

de Industria (1850) a la vez que realizaba sus estudios en el Colegio de San Gregorio. Inició sus estudios superiores en la Academia de Bellas Artes

de San Carlos y terminó en 1865 en la Escuela de Ingenieros. Desde 1853, y por espacio de varias décadas, trabajó en los Ministerios de Hacienda y

Crédito Público y de Fomento, donde dirigió y formó innumerables cartas geográficas de la República Mexicana, consideradas como las más

exactas de su época y en las cuales colaboró en el trazo de caminos, a la par sistematizó un gran número de trabajos estadísticos del país. Miembro

de diversas sociedades científicas, tanto nacionales como extranjeras. Por sus trabajos y aportaciones recibió cerca de veinte medallas y

aproximadamente los mismos diplomas, en México y en el extranjero. Dentro de sus obras destacan el Atlas Geográfico Histórico de la República

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Mexicana en 32 cartas (1856); La Carta General de la República con una memoria descriptiva (1863), considerada por muchos como la mejor del

siglo; Cuadro Geográfico Estadístico Descriptivo e Histórico de los Estados Unidos Mexicanos, 5 tomos (1885), obra que servía de texto al Atlas

Pintoresco e histórico de los Estados Unidos Mexicanos, fue traducida al francés y al inglés; Diccionario Geográfico Histórico y Biográfico de los

Estados Unidos Mexicanos, 5 tomos (1888-91); Compendio de la Historia de México y sus Civilizaciones. Historia de México Antiguo (1906); y El

Libro de mis Recuerdos, entre otras.

15 García Cubas, Antonio (1901), pág. 101.

16 Nació en la ciudad de México el 11 de octubre de 1851, cursó los estudios primarios en una escuela particular dirigida por el profesor Joaquín

Noreña; en 1868 inició los estudios preparatorios en la recién inaugurada Escuela Nacional Preparatoria. Ingresó por poco tiempo a la carrera de

arquitectura en la Escuela Nacional de Bellas Artes, la que dejó para estudiar la de escultor en la Academia de San Carlos, concluyendo los estudios

hacia los años de 1876-1877.Aun cuando algunas de sus obras fueron expuestas en el Museo y Biblioteca Nacional, dejó las artes para dedicarse a la

enseñanza elemental. Ocupó por varios años, de 1880 a 1885, el puesto de subdirector de la escuela privada "Institución Katthain", donde impartió

diversos cursos como el de matemáticas, dibujo, contabilidad, ciencias naturales, Geografía e Historia Su labor como profesor y las innovaciones

que introdujo en esta institución, como fue la apertura de la educación de párvulos y las "lecciones de cosas", trascendieron a los circuios

pedagógicos de su época, por lo que muy pronto lo llamaron a colaborar en la enseñanza oficial, ingresando a la Escuela Nacional Preparatoria y

en la que por su sobresaliente participación fue nombrado, en dos ocasiones, director interino, la primera de agosto de 1904 a febrero de 1905 y la

segunda de agosto a septiembre de 1915. Su actividad profesional no se limitó a la docencia, también se desarrolló alrededor de los pedagogos en

las dependencias oficiales, participó en diversas comisiones especiales, en la creación de las Escuelas Normales de Profesores (1887) y de Profesoras

(1890), en la fundación de la Escuela de Altos Estudios y la Universidad; Por algunos meses ocupó el cargo de rector interino (1916-1917) de la

Universidad e inmediatamente pasó a la dirección de la Escuela de Altos Estudios (1917-1919). Dictó la cátedra de Geografíal en la Escuela

Nacional Preparatoria durante 36 años (1882 1918.1), y por espacio de 18 años (1887-1905) estuvo al frente de los cursos de Geografía en la Escuela

Normal de Profesores, en esta última también impartió las materias de cosmografía, Historia general y patria; y en la Escuela de Altos Estudios y la

Universidad Nacional de México tuvo a su cargo, entre otras cátedras, la de Geografía general y la de fisiografía.

17 Schulz, Miguel. Apuntes para el curso de Geografía en la Escuela Nacional Preparatoria. 3á ed. México. 1898, pág. 3.

18 Schulz, Miguel. Op. cit. pág. 3.

19 Eduardo Noriega nace en 1853 en la ciudad de México y a la edad de 15 años ingresa como estudiante a la Escuela Nacional Preparatoria; de ahí

pasa a la Escuela de Medicina en la que cursa sólo el primer año de la carrera, dedicándose después, por espacio de dos décadas, a las letras. Más

que como poeta se dio a conocer como dramaturgo, no sólo en los círculos literarios sino también en la "Alta sociedad refinada" de su época fue

criticada por algunos sectores de la sociedad, porque se salía de los cánones morales de su época. De manera circunstancial, llega a la docencia;

ingresa en 1892 a la Escuela Nacional de Comercio, por oposición, como profesor adjunto de Historia del comercio y de Geografía comercial, años

más tarde, en 1896, es nombrado profesor de Historia de México! y, por último, ayudante de profesor de Geografía general y especial de comercio,

en 1900.1 El gran interés de Eduardo Noriega por la Geografía lo motivó a ingresar como miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y

Estadística, donde colaboró activamente en las diversas secciones permanentes de la Sociedad, especialmente en la de Geografía y publicó varios

artículos en el Boletín. Su destacada participó lo llevo a ocupar, por varios años, el cargo de subsecretario en la primera década del siglo

20 Friederich Ratzel. (1844-1904), geógrafo alemán. Realizó estudios universitarios en ciencias naturales, por un tiempo se dedicó al periodismo

(1872-1875), lo que le permitió recorrer Europa, Estados Unidos, Cuba y México. En 1883 fue nombrado profesor de Geografía en la Universidad de

Liepzig y posteriormente en Munich. Es considerado el padre de la Geografía política moderna, sus postulados vinculados al determinismo

geográfico se encuentran en su obra magna Anthropogéographie (2 vol. 1882-1891), entre otras obras destacan también, las Razas Humanas (1885-

1888) y Geografía y Política (1887). Cabe señalar que actualmente, algunos estudiosos de Ratzel, han tratado de desentrañar las interpretaciones

que se han hecho de sus ideas, de ese determinismo de carácter geográfico-ideológico.

21 Determinismo. Término que imperó en el ambiente científico y filosófico del siglo xvi al xix, define la necesaria relación de todos los fenómenos,

a partir del fenómeno de causalidad. Durante el siglo xix, éste adquiere un significado geográfico, Cari Ritter en su obra Geografía general

comparada intenta demostrar la influencia de la naturaleza sobre el desarrollo de la civilización; sin embargo, es Ratzel quien influido por las ideas

ambientalistas de Darwin y Haeckel va a trabajar más esta idea.

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La Geografía Escolar en los Congresos de Instrucción Pública del Porfiriato

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AwfÓMOMKz CAnpmgo.

En México, un antecedente probablemente tomado en cuenta para la realización de los

congresos de instrucción pública de 1889 y 1890 fueron las ventajas observadas en España

mediante la Ley de Instrucción Pública promulgada por el ministro Claudio Moyano en 1857,

la cual reguló los diferentes niveles de la enseñanza, mediante un marco legal que con

algunos cambios se perfiló durante un siglo en ese país. Particularmente en la enseñanza de

la Geografía cumplió funciones muy diversas; en la primaria y secundaria tuvo un papel

cultural encaminado al orden social establecido y a la unidad de la nación española, en tanto

que en la enseñanza universitaria tuvo una presencia discontinua en las facultades de

Ciencias y de Filosofía y Letras. (Capel, 1985: 5)

La instrucción pública con grados escolares y programas bien definidos fueron problemas no

resueltos en México entre 1821 y 1889, por lo que el gobierno de Porfirio Díaz propuso la

realización de dos congresos con representantes de todos los estados y territorios para

impulsar la creación de un sistema educativo nacional.

Para ello se elaboraron cuestionarios de cada nivel educativo. A manera de ejemplo se

incluyen algunas preguntas fundamentales sobre algunos de estos niveles.

Primaria Elemental: ¿Es posible y conveniente uniformar en toda la República la enseñanza?;

¿Cuál debe ser el programa de enseñanza?; ¿Qué materias necesitan texto y qué condiciones

deben reunir los que se adopten?; ¿Qué métodos, procedimientos y sistemas deben

emplearse?.

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Instrucción Preparatoria; ¿Debe ser uniforme en toda la República?; ¿Cuántos años debe

durar la instrucción?; ¿Debe ser uniforme para todas las carreras o debe haber un programa

especial para cada una de ellas?.

Instrucción profesional; ¿Debe ser gratuita y uniforme?. (Secretaría de Estado y del Despacho

de Justicia e Instrucción Pública.- Sección Segunda, 1889)

El interés por documentar y analizar los debates de dichos congresos radica en el

desconocimiento generalizado de sus relatarías, así como en la importancia que para la

Geografía y su enseñanza tuvieron sus resolutivos en la instrucción de párvulos, primarias

elementales y superiores, preparatorias y normales, perfilando así en todo el país una visión

de la Geografía a partir de los intelectuales del porfiriato y de los profesionales de la

disciplina como Alberto Correa, Miguel E. Schulz y Antonio García Cubas.

Primer Congreso Nacional de Instrucción Pública, 1889 -1890

Escuelas de párvulos

En estas escuelas de párvulos se estableció el primer antecedente de los jardines de niños

donde ya se proponía incorporar las primeras nociones geográficas en los niños con edades

entre cuatro y seis años como instrucción previa a la elemental, contando con la presencia de

conceptos geográficos en las dos secciones, en la primera; algunas nociones ligerísimas sobre

Geografía local, como el nombre de la casa, de la sociedad en que vive, etc... En la segunda

sección, compuesta de niños más grandes, estos mismos cursos pero ampliándolos más,

haciendo que los ejercicios fuesen de mayor importancia y durante más tiempo. (Informes y

Resoluciones del Primer Congreso Nacional de Instrucción Pública, 1889: 305).

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Escuelas de Instrucción Primaria Elemental

Algunas de las intervenciones de los congresistas sobre la enseñanza de la Geografía en estas

escuelas fueron las siguientes:

• El Lic. Ramón Manterola, representante de Tlaxcala: "La Comisión, después de estudiar

mucho este punto, dio una solución favorable pero; yo creo que algo le falta, que es necesario

especificar, que el niño aprenda, primero, nociones de Geografía patria y después nociones

de Geografía general. La razón es muy clara: el niño está en la obligación de conocer antes

de todo su país. La escuela primaria es, y debe considerarse así, el templo en que no hay más

diosa, más ser superior, que la patria, y el hombre honrado. Así es que el estudio sobre la

patria quedaría incompleto, si no hacemos mención de la Geografía del país. Respecto de los

estudios sobre Geografía general debían ser tan limitados, que cuando tratemos de los

métodos de la distribución de estas materias, tendré que exponer algunas de mis humildes

ideas." (Debates del Primer Congreso Nacional de Instrucción Pública, 1889:134).

• El Sr. Miguel F. Martínez, representante de Nuevo León: "Por igual motivo constan en

nuestro programa, también separadamente la Geografía y la Historia nacional; y no

decimos Geografía nacional, sino simplemente Geografía, para que se pueda comprender

en esta asignatura, no sólo el estudio del país, sino también, y aunque sea muy

superficialmente, algunas nociones de la configuración general de la tierra y de sus

principales divisiones políticas, así como conocimientos indispensables para la

comprensión de los fenómenos astronómicos más comunes." (Debates del Primer

Congreso Nacional de Instrucción Pública, 1889: 253).

• El Dr. Luis E. Ruiz, representante del Estado de México: "En cuanto á la Geografía; la

comisión cree que se debe seguir el principio de partir de lo conocido á lo desconocido. Por

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consiguiente, propone una marcha sintética: esta marcha sintética es la que hoy se sigue en

este ramo de enseñanza; es decir, el niño debe conocer primero el salón de la escuela, la calle

en que se encuentra ésta, la población: luego ir aumentando estos conocimientos hasta

abarcar todo el municipio, el cantón, Distrito ó Partido, el Estado, la República, etc., etc.

La cosmografía me parece muy difícil que pueda enseñarse á niños de seis á siete años, y si

es cierto que no podemos prescindir de los movimientos, de la forma, etc., de la tierra, creo

que debe dejarse esta materia para cuando los alumnos sean más grandes, á fin de que no

se reduzca esta enseñanza á meras palabras, sino á verdaderos conocimientos positivos de

las cosas". (Debates del Primer Congreso de Instrucción Pública, 1889: 357-358).

• El Lic. Ramón Manterola; "Para esta pretensión, me fundo en que la Historia, es respecto

de la inteligencia del niño, la ciencia correlativa de la Geografía; pues así como ésta se

parte de lo conocido, en el espacio que es la escuela, para llegar á lo desconocido que son

las demás nociones, así en la Historia se debe partir de los hechos de actualidad que

puede comprender el niño para llegar á los remotos". (Debates del Primer Congreso

Nacional de Instrucción Pública, 1889: 360).

Al término de los debates, en lo que se refiere al contenido de enseñanza de la Geografía, se

avalaron las siguientes propuestas:

En el segundo año escolar: "Geografía.- La Orientación, Explicación de los Principales

Términos de la Geografía física: montaña, río, lago, mar, istmo, cabo, etc., sirviendo de base

las observaciones que hagan los niños en sus excursiones al campo. Geografía local, la

escuela, la calle, la población.- Dibujar el plano del salón de la escuela.- Clase alternada.

En el tercer año escolar: Geografía.- El Municipio, Cantón o Distrito y Entidad federativa en

que se encuentra la escuela respectiva. Introducción al dibujo cartográfico, manera de

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representar una montaña, un río, lago, pueblo, ciudad, ferrocarril, etc. Estudio del plano de

la localidad y mapas del Cantón y Estado. Dibujo de los dos últimos por los alumnos.-

Ligerísimo estudio en la esfera acerca de la forma y extensión de la tierra; distribución de las

aguas y continentes.- Clase alternada.

En el cuarto año escolar: Geografía.- Nociones sobre la Geografía física y política de la

República Mexicana.- Aspecto general de los continentes y sus grandes divisiones políticas.-

Los movimientos de rotación y traslación de la tierra y sus efectos principales: día y noche,

las estaciones, los eclipses. Principales círculos de la esfera, latitud y longitud.- Clase

alternada." (Informes y Resoluciones del Primer Congreso Nacional de Instrucción Pública,

1889: 564 - 566).

Las clases alternadas serían lunes, miércoles y viernes, variando entre 25 minutos en segundo

año, 30 minutos en tercer año y 40 minutos en cuarto año, con una jornada de cinco horas en

segundo año, cinco horas 30 minutos en tercer año y seis horas en cuarto año, con una

semana escolar de cinco días y un año escolar de diez meses.

Los resolutivos más importantes sobre el método, la secuencia y los contenidos geográficos

fueron:

• Evitar la memorización de nombres geográficos a cambio de hacer énfasis en situaciones

geográficas.

• Separar o unir a la Geografía con la historia, pero no con la instrucción cívica.

• Utilizar en su enseñanza el método analítico-sintético: partir de lo conocido a lo

desconocido, de lo cercano a lo remoto, de las partes al todo.

• Utilizar el sistema cíclico para dar continuidad al tratamiento de los temas, yendo de lo

fácil a lo complejo, de lo superficial a lo profundo, de lo reducido a lo amplio.

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• Enseñar primero Geografía patria y después Geografía general.

• No incluir la enseñanza de la cosmografía por las dificultades en el entendimiento de los

niños

Escuelas de Instrucción Primaria Superior

Algunas de las participaciones de los congresistas en tomo a la enseñanza de la Geografía en

estas escuelas fueron las siguientes:

• El Prof. Alberto Correa, representante de Tabasco: "Esta bien que la Geografía empiece

por el estudio del Municipio y del Estado. Esto es lo que la pedagogía moderna aconseja;

pero cuando hay que continuar este estudio en la instrucción primaria superior, no creo

ya absolutamente necesario que debamos seguir siempre de lo más fácil á lo más difícil,

como se hace en la instrucción primaria elemental, sino que ya, en la instrucción primaria

superior, debemos empezar por enseñar todo el globo, para venir á las partes; no seguir

aquel sistema, puesto que no es el indicado para la instrucción primaria superior. De

manera, que si en la enseñanza superior repetimos el estudio de la Geografía, y si

volvemos á ocupamos del Municipio, del Estado, de toda la Nación, con mayor

abundancia de detalles, entremos, entonces, en ciertos por menores basados sobre cosas,

que sí habrían sido incomprensibles en la instrucción primaria elemental y que son

oportunas en esta instrucción superior, como por ejemplo, sobre cuestiones de comercio,

vías de comunicación, geología, climatología, etc., que se relacionan íntimamente con la

física y química; lo cual es un estudio más adecuado á este grado de instrucción".

(Debates del Primer Congreso Nacional de Instrucción Pública, 1889: 379)

• El Dr. Luis E. Ruiz: "Respecto de la Geografía, agradezco al Sr. Correa la interpretación que

hace de nuestro pensamiento aun cuando la redacción que propone sea mala, pero no puedo

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aceptar lo que el voto particular dice y lo que el Sr. Correa indica, es decir, que pongamos

Geografía astronómica, esto no es absolutamente aceptable. La única razón que podría

poner el Sr. Correa ya nos la había dado el Sr. Martínez, y era la referente á la conveniencia

de tener nociones cosmográficas, limitándonos á dar de cosmografía las nociones que se

refieren á la posición del sol, y esto está bien; pero si vamos á dar el conocimiento, aun

cuando sea en general, de la organización del sistema planetario, entonces eso nunca puede

ser geográfico." (Debates del Primer Congreso Nacional de Instrucción Pública, 1889: 535).

Después de discutir las diferentes propuestas, las resoluciones que se tomaron sobre las

escuelas de instrucción primaria superior, con relación a la Geografía fueron:

En el primer año; Geografía.- Nociones de Geografía física y política de la República

Mexicana. - Elementos de lo general en su aspecto físico y político.- Ligeras nociones sobre

nuestro sistema planetario.- (clase terciada). (Informes y Resoluciones del Primer Congreso

Nacional de Instrucción Pública, 1889: 572)

En el segundo año; Geografía - Extensión de las nociones de Geografía física y política

general.- Problemas geográficos de situación y horas.- (tres veces por semana). (Informes v

Resoluciones del Primer Congreso Nacional de Instrucción Pública, 1889: 573).

El Segundo Congreso Nacional de Instrucción Pública; 1890 - 1891

Escuelas de Instrucción Primaria Elemental

Los debates y resoluciones sobre la instrucción primaria elemental se centraron en los textos

que debían utilizarse en los diferentes ramos de enseñanza, en los materiales escolares para el

salón de clases y para cada niño y en los procedimientos para la enseñanza.

Las resoluciones del segundo congreso de instrucción pública con relación a la enseñanza

elemental obligatoria, que se relacionan con la Geografía fueron editar textos y materiales

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para su enseñanza, así como emplear el procedimiento de enseñanza que recomendaba

Enrique C. Rébsamen. Algunos de los más importantes fueron:

• Libros de texto adecuados al programa vigente de cada materia.

• Libros de lectura que pueden referirse a otras asignaturas en forma amena y adecuados a

los niños.

• Libro de Geografía de la entidad federativa a que pertenezca la escuela, en el tercer año.

• Libro teórico-práctico de Geografía en cuarto año.

• Material de Geografía en el salón de clases; pizarrón, regla, compás, escuadras, mapa del

estado y de la República, mapa del cantón o distrito, esfera terrestre, carta de la

República fraccionada por estados, territorios y Distrito Federal, colección de mapas

generales de Geografía física, mapa mundi y un telurio.

» Material de Geografía que debe poseer cada alumno; "mapita" natural del estado en el

tercer y cuarto año, atlas universal geográfico con un mapa especial de la República,

compás, escuadra, transportador y regla.

• Los procedimientos para la enseñanza deberán partir de la intuición en sus cinco formas;

presentación del objeto in natura, uso de modelos, aparatos científicos u objetos de bulto

o en relieve, uso de estampas, dibujos e imágenes proyectadas por aparatos ópticos, uso

del diagrama y descripción viva y animada.

Escuelas de Instrucción Primaria Superior

Los acuerdos del segundo congreso nacional de instrucción pública en la enseñanza primaria

superior fueron sobre los métodos y procedimientos susceptibles de utilizarse en la

enseñanza en general, y que eran de observancia para la Geografía, entre otros:

• El sistema de organización de la enseñanza sería el modo simultáneo, eliminando o

limitando al máximo los sistemas mixtos utilizados por las escuelas lancasterianas.

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♦ Se procuraría ejercitar a los niños en la observación, experimentación y clasificación,

señalando prácticamente los principios a que deberían sujetarse esas operaciones.

♦ Los trabajos que se harían para ejercitar la deducción se establecerían con raciocinios

derivados de principios sencillos, y graduados de modo que fuesen fácilmente

comprendidos por los alumnos evitando en lo posible la forma silogística.

♦ En la marcha de la enseñanza se cuidaría siempre de que: a las reglas precedieran las

operaciones; a la definición el conocimiento de las cosas o fenómenos; a la generalización

y la abstracción el estudio de los casos particulares que conducen a ellas; y a las ideas, los

signos empleados para representarlas.

♦ Se preferirían en todo caso los procedimientos de enseñanza que colocan al niño en

condiciones de llegar por si mismo a la adquisición de los conocimientos que se trata de

inculcarle, dándoles el carácter de investigaciones hechas por el educando,

♦ En todo procedimiento se atendería al grado de desenvolvimiento de las facultades del

niño, a la naturaleza del asunto que se estudiara y al fin que se propusiera la enseñanza,

se prohibirían los procedimientos puramente mecánicos, si no fuesen acompañados de

las explicaciones convenientes.

♦ Las nociones teóricas que se dieran a los alumnos serían concisas, claras y no contendrían

términos que no les fuesen explicados.

Escuelas de Instrucción Preparatoria

Algunas participaciones sobre los contenidos geográficos en la escuela preparatoria fueron

las siguientes:

♦ El Lic. Adolfo Cisneros Cámara, representante de Yucatán: "El dictamen usa de la

palabra Cosmografía. No me opongo á este término, pero prefiero emplear el de

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Astronomía, para comprender no solamente la Astronomía descriptiva, sino también

aquellas nociones de la Matemática que puedan entender los alumnos; y coloco la

Astronomía después de la Física y Química, porque aun cuando no ignoro que hay

quienes admiten que la Astronomía es una ciencia fundamental, prácticamente he visto

que algunas nociones astronómicas, y sobre todo, ciertos cálculos no son bien entendidos

de los alumnos por falta de conocimientos físicos y químicos." (Debates del Segundo

Congreso Nacional de Instrucción Pública, 1890: 310).

♦ El Lic. Adolfo Cisneros Cámara: "Comienzo confesando que el Sr. Dr. Parra ha logrado

convencerme en la cuestión de los elementos de Astronomía matemática que incluyo en

mi programa. En efecto, estos elementos serían tan reducidos en la Escuela Preparatoria,

es tan corto el número de alumnos que puede aprovecharlos, que no tengo inconveniente

de suprimirlos. Dejo, por consiguiente, la asignatura con el nombre de Astronomía

descriptiva, ó si lo prefieren las comisiones, Cosmografía". (Debates del Segundo

Congreso Nacional de Instrucción Pública, 1890: 360).

Las resoluciones sobre la presencia de la Geografía en el plan de estudios de la escuela

preparatoria fueron las siguientes:

♦ En tercer año, se incluyó un curso de Cosmografía anual con tres horas por semana.

♦ En cuarto año, se incluyó un curso de Física del globo y Geografía general con tres horas

por semana.

♦ En quinto año, se incluyó un curso de Geografía Patria con tres horas por semana.

♦ En primero, segundo y sexto año, no se incluyó ningún curso de Geografía.

(Resoluciones del Segundo Congreso Nacional de Instrucción Pública, 1891:117-118).

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Las resoluciones, sin embargo no coinciden, con la propuesta aprobada en los debates el día

9 de febrero de 1891, que consignaba para el cuarto año; "Academias Prácticas de Física y de

Meteorología", la cual no aparece en las resoluciones del congreso, y "Física del globo"

apareció como "Física del globo y Geografía general". (Debates Segundo Congreso de

Instrucción Pública 1891: 369-370).

Al margen de estas diferencias sobre los contenidos de enseñanza de la Geografía, en el

discurso de clausura del Segundo Congreso destacaban contrariamente las palabras del Lic.

Justo Sierra para definir la participación de la Geografía y la Historia en el plan de estudios

de la instrucción preparatoria:

"La Geografía y la Historia, no sólo porque preparan admirablemente al estudio de la

Sociología, la primera estudiando el medio físico y social en que se desenvuelven las

especies humanas y poniendo de relieve las condiciones externas del progreso y el

resultado de los esfuerzos hechos por el hombre para modificar esas condiciones, y la

segunda porque muestra esas condiciones y esos esfuerzos en acción y reacción perpetua

dentro del drama eterno de la civilización; la Geografía y la Historia, conocimientos que

participan de caracteres científicos, concretos la una y literarios la otra, sirven, en el plan

aceptado por el Congreso, de sistema intermediario entre el programa técnico y el literario,

sistema que es indicio de perfección en los organismos y en los grupos humanos".

(Informes y resoluciones del Segundo Congreso Nacional de Instrucción Pública, 1891: 65)

Esta referencia fuera del contexto de los debates del congreso, ya formaba parte de la

condición excepcional de la Geografía en el conjunto de las ciencias, aceptada por el

positivismo de la época como ciencia natural y entendida desde el humanismo de Justo

Sierra como disciplina social.

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Escuelas Normales

En el plan de estudios mínimum obligatorio, propuesto por la comisión en el primer congreso

se incluían cuatro cursos de Geografía, en forma similar a los cursos de la escuela

preparatoria: Geografía Descriptiva de México en primer año; Geografía Descriptiva

Universal en segundo año; Geografía Física, incluyendo nociones de Climatología y

Meteorología en tercer año; y Geografía Matemática. (Cosmografía) en cuarto año.

No obstante, en el plan de estudios presentado como aprobado en las resoluciones del

segundo congreso se incluyó solamente el curso de Geografía y cosmografía.

Conclusiones

Los debates de los congresos de instrucción pública del porfiriato no son del dominio

público, se localizaron en la Hemeroteca Nacional y tienen relevancia por sus múltiples

posibilidades de análisis y estudio, en particular para la Geografía constituyen un aporte de

fuentes primarias sobre las ideas geográficas de la época.

Durante los congresos Justo Sierra, Enrique C. Rébsamen y Carlos A. Carrillo lograron

reconocimiento por sus aportes a la instrucción pública, otros perfilaron una Geografía

escolar descriptiva que hasta la fecha se enseña en México. Entre ellos Alberto Correa en la

primaria elemental y superior, y Antonio García Cubas y Miguel Schulz en la preparatoria y

normal.

Con los congresos de instrucción pública se definió el papel de la Geografía escolar; en la

educación de párvulos se orientó al reconocimiento del espacio más inmediato del alumno;

en la escuela primaria elemental se orientó a dar al alumno los conocimientos de su entorno

local, estatal, nacional y mundial; en la escuela primaria superior, a la inversa, se partió del

mundo para estudiarlo en forma pormenorizada en cada uno de sus elementos constitutivos;

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en preparatoria se impuso la tendencia descriptiva de la Geografía asociada a otras

disciplinas que se abordaron como parte de la misma ciencia; y en la escuela normal su

definición apareció emparentada con los criterios, propuestas y resoluciones que se

impusieron en la escuela preparatoria.

Las resoluciones nos permiten afirmar que la aplicación de los métodos de enseñanza de la

Geografía eran afines al método científico que se recomendaba desde la filosofía positivista,

desplazando y rechazando los métodos mixtos utilizados por la escuela Lancasteriana entre

1822 y 1880 en México.

Adquirieron relevancia; la observación, la experimentación y la clasificación; el método

deductivo; el estudio de lo concreto a lo abstracto, de lo empírico a lo teórico, de lo particular

a lo general y de la representación a la abstracción.

Bibliografía

Capel H. (1985) "Geografía para todos; La Geografía en la enseñanza española durante la segunda

mitad del siglo XIX" Colección Realidad Geográfica, Barcelona España.

Díaz J. (1875) " La Instrucción pública en México, estado que guardan la instrucción primaria, la

secundaria y la profesional en la República", Edición Facsimilar, Miguel Ángel Porrúa, 1993.

Hermida A. (1975) "Primer Congreso Nacional de Instrucción, 1889-1890", Compilación, SEP, ediciones

El Caballito, México.

Hermida A. (1975) "Segundo Congreso Nacional de Instrucción, 1890-1891", Compilación SEP,

ediciones El Caballito, México.

Primer Congreso Nacional de Instrucción Pública. (1889-1890) Debates, Imprenta del Partido Liberal,

México.

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México.

Segundo Congreso Nacional de Instrucción Pública. (1891) Informes y Resoluciones, Imprenta de

Francisco Díaz de León, México

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El espacio urbano y la montaña en la Nueva España del siglo XVI

Federico Fernandez OWsffieb

A&rcefo Ramírez Rwzz

ÍMSfifwfo de Geógrafo, U.N.A.M. y

U»mers:dad AwfÓMom# de. Morefos

Durante el siglo XVI, se fundaron o refundaron cientos de asentamientos en la Nueva España

siguiendo en apariencia las concepciones urbanísticas europeas generadas en la Edad Media

y el Renacimiento. Sin embargo, dichos asentamientos guardaron diversos aspectos

organizativos de la concepción mesoamericana. Para el análisis geográfico, destaca entre ellos

la noción de que todo poblado está asociado indefectiblemente a una montaña y a una fuente

de agua, es decir, a un aZfepeff (en lengua náhuatl). De hecho, los cronistas de Indias redujeron

frecuentemente este vocablo indígena al concepto europeo de "ciudad", sin reparar

necesariamente en las acepciones que tenía dentro de la cosmovisión mesoamericana.

En el presente artículo, analizaremos los conceptos europeos de "ciudad" y de "montaña" en

el siglo XVI y los compararemos con el concepto de "a/fepefZ" mesoamericano en el mismo

periodo histórico, es decir, en el momento en el que ambas concepciones intervienen para

crear una nueva espacialidad entonces inédita en la historia de la Geografía urbana. La

importancia de este estudio reside en que mostraremos cómo se materializa el mestizaje en el

espacio urbano tras aislar sus elementos en una y otra concepciones. Cabe decir que este

avance constituye el planteamiento central de un proyecto más amplio que los autores y otros

ocho especialistas desarrollan actualmente.

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El concepto de ciudad en la tradición occidental

Los conocimientos urbanísticos con los que arriban a Mesoamérica los conquistadores y

evangelizadores europeos, están sustentados en una tradición que se gesta a lo largo de la

Edad Media y que desemboca en las formas urbanas que se empiezan a concebir en el

Renacimiento. En el siglo VII, Isidoro de Sevilla (1994), define a la ciudad de la siguiente

manera:

"ciudad (civitas) es una muchedumbre de personas unidas por vínculos de sociedad, y

recibe este nombre por sus ciudadanos (cives), es decir, por los habitantes mismos de la

urbe. Con el nombre de urbe (urbs) se designa la fábrica material de la ciudad, en tanto

que civitas hace referencia, no a sus piedras, sino a sus habitantes".

Como se ve, la tradición medieval sigue conservando la idea romana de que la ciudad está

definida por sus habitantes y no por sus construcciones. La ciudad es pues, una relación de

obligaciones y deberes entre los ciudadanos; dicho de otro modo, su esencia es una

institución, no un objeto material.

Durante el Renacimiento, esta noción se refuerza. La ciudad aparece en los tratados como el

conjunto de los ciudadanos definidos por el derecho romano. Desde luego que esta

ciudadanía requiere de un espacio material y de una serie de edificios especializados para

realizar sus funciones así como de un asentamiento donde vivir protegida y libre de

amenazas externas. Al objeto material lo llamaron, como en la Edad Media, "urbe". Dainville

(1964).

La urbe renacentista poseía en realidad los mismos elementos de la urbe medieval: se

caracterizaba por un conjunto de construcciones que no seguían ningún orden geométrico y

cuyos callejones eran sinuosos y estrechos. Con frecuencia el conjunto urbano estaba

amurallado y en su interior se ubicaba una iglesia o una catedral de culto cristiano además de

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lina plaza para el mercado y una o varias casas donde residían los poderes políticos. La

diferencia entre la Edad Media y el Renacimiento en términos de urbanismo era que en la

segunda época surgen decenas de proyectos de transformación urbana y de ciudades ideales

que, no obstante, casi nunca llegan a materializarse. Estos proyectos utópicos criticaban la

forma urbana medieval, su irregularidad, su falta de geometría, su suciedad y su poca

funcionalidad. Proponían en cambio el trazo de nuevas calles rectilíneas y el cambio del

perímetro urbano para hacer que formara un cuadrado perfecto, un rectángulo, un círculo o

una estrella bien calculada y proporcionada.

La razón por la que estos proyectos casi nunca se realizaron fue la falta de un poder central

que dispusiera del control político y militar para someter vastos territorios y disponer de su

ordenamiento rural y urbano. Dicho de otro modo, el poder en Europa se hallaba

pulverizado en reinos, ducados, marquesados, principados, obispados, parroquias y demás

entidades poseedoras de porciones muy limitadas de tierra; en estas condiciones no era

viable ejecutar un proyecto urbanístico de las dimensiones deseadas. A ello hay que sumar

que tampoco había una concentración económica lo suficientemente fuerte para incentivar a

los pobladores a realizar obras de esa magnitud. Sin plata, sin grandes extensiones de tierra y

sin un poder central fuerte, las ciudades medievales no pudieron ser transformadas ni

tampoco fue factible la fundación de nuevas urbes en terrenos deshabitados.

El campo fértil que los europeos necesitaban para construir ciudades más geométricas y

ordenadas, apareció ante su vista en el momento en que sus naves llegaron a América. Los

inmensos paisajes que se revelaron delante de ellos tenían las características con las que

habían soñado: por un lado había una territorialidad prácticamente ilimitada para fundar

nuevos asentamientos y por el otro, las urbes mesoamericanas ya existentes tenían con

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frecuencia la geometría regular que ellos aspiraban a realizar. Quizá el mejor ejemplo de esto

último sea Tenochtitlan, capital imperial cuyo centro ceremonial estaba enmarcado en un

cuadrado regular en el que convergían los ejes de las calzadas de Ixtapalapa, Tacuba y

Tepeyac.

Entre las oleadas de conquistadores que llegaron a América, figuraban varios geómetras y

agrimensores que tuvieron como primera tarea diseñar las ciudades en las que vivirían los

nuevos colonos y los indios sometidos por las armas. Para esta tarea aplicaron sus

conocimientos culturales, es decir, su experiencia medieval renacentista. Por un lado tenían

que construir ciudades militarmente seguras como en la Edad Media, y por el otro se hallaron

ante la posibilidad de aplicar sus conocimientos renacentistas de geometría como no habían

podido hacerlo en Europa. Ante ellos se abrieron dos posibilidades: fundar nuevos poblados

en tierras inhabitadas o refundar ciudades europeas sobre los antiguos asentamientos

mesoamericanos. Ambas posibilidades fueron intentadas. De algún modo, el urbanismo de la

Nueva España es el resultado de esta doble fórmula.

En el México central y meridional, la mayor parte de los asentamientos decididos por los

españoles obedeció a la segunda posibilidad. Refundar pueblos sobre los antiguos sitios

implicaba aprovechar la estructura organizativa de los indios para establecer las instituciones

españolas tales como la encomienda, el corregimiento y el repartimiento. Con ello, los

conquistadores que habían vencido a los naturales se servirían de la existencia de una

jerarquía para organizar la mano de obra necesaria para construir las nuevas urbes. Del

mismo modo, los españoles se asegurarían de que el tributo fuera entregado a ellos como

antaño había sido entregado a otros vencedores. En este sentido, cabe destacar que los

europeos supieron aprovechar la importancia jerárquica e incluso sagrada de los lugares y

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asentamientos indígenas. Estos asentamientos, sin embargo, no correspondían enteramente al

concepto medieval renacentista de ciudad ni a su manifestación material llamada urbe. Los

indígenas de lengua náhuatl se referían a dichos asentamientos con el término de "altepetl".

Los elementos del altepetl

Como señalamos, la palabra proviene de los términos atl (agua) y tepetl (montaña) y puede

traducirse literalmente como "agua-montaña", o bien, como "cerro lleno de agua" según fue

traducida al castellano por los cronistas del siglo XVI. Sin embargo, fue más común que se

tomara como sinónimo de "pueblo o ciudad". Pero más allá de la definición etimológica, para

Lockhart (1999), el altepetl constituye un "estado étnico", una unidad territorial y política en

la que estaba basada toda la estructura indígena en la región del México central (Figura 1).

Tomando en cuenta los diversos estudios que se han realizado sobre esta forma

mesoamericana de asentamiento espacial y de organización política, consideramos que los

principales elementos constitutivos de un altepetl son: una población, un tía toan i, uno o varios

ca/pw/fgofZ, un monte sagrado asociado al abastecimiento de agua (affepeff propiamente dicho),

un territorio dividido en calpolli y sujeto a una rotación, un templo, un tianquis, cierta

soberanía y un tlacuilo. Veamos cada uno de ellos en su contexto previo a la conquista:

a. Población: ésta podía ser numerosa o no, y estar asentada de manera más o menos

concentrada o más o menos dispersa. Podía o no ser pluricultural. Estaba dividida

socialmente en macehualtin y pipiltin, algo así como en plebeyos y nobles respectivamente.

b. Tlatoani: se trata de un gran Señor, de una autoridad superior que representa la

soberanía y dirige a su pueblo de manera vitalicia. Tiene atribuciones políticas, religiosas,

militares y judiciales. Es miembro de la nobleza y, como tal pertenece a un linaje.

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Dios tutelar: es un dios étnico que, si bien forma parte del panteón general, es reconocido

como protector particular del altepetl. Lopez Austin (1984) señala que, una vez fundado el

asentamiento, el dios protector iba a habitar un monte próximo, el monte sagrado.

Monte sagrado: la predilección constante de un monte considerado como sagrado, es un

elemento clave de la noción de altepetl. Como hemos señalado, se trata del origen del

agua que permite vivir a los pobladores. También es la fuente primordial de

mantenimiento, es decir, es la proveedora de todos los bienes de consumo, de frutos,

semillas, animales de caza y de los espíritus de quienes nacerán. Es la fuente de la vida.

Según García Zambrano (1992), la fundación de todo pueblo implica la previa

sacralización de un monte cercano. Un altepetl es inimaginable sin su montaña.

Territorio: García Zambrano (1992) ha mostrado como el territorio era fijado desde el

momento de la fundación del asentamiento por medio de zacates anudados que

marcaban los límites precisos reconocidos por la población. Para Lockhart (1999) el

territorio del altepetl es "comparable en tamaño a las viejas ciudades-estado

mediterráneas".

División en calpolli: el altepetl típico está dividido en cuatro calpolli que simbolizan cada

uno de los cuatro rumbos del universo. Sin embargo, puede estar formado por otro

número par de calpolli que hace referencia a la dualidad mítica, o bien puede componerse

de siete calpolli que evocan las siete cuevas del origen legendario. Su posición geográfica

al interior del altepetl suele ser altamente simbólica. Del mismo modo que cada altepetl,

cada ca/poM reproduce la estructura del cosmos a un nivel micro: cuenta con un territorio

establecido, con un dirigente, un linaje o varios, un oficio predominante y un dios tutelar

particular o WpwZkoff.

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g. Sistema de rotación entre esos calpolli: la vinculación más clara entre los calpolli que

constituyen un al tepe ti, es el sistema de rotación que conjuga espacio y tiempo. Se refiere

al orden en el que estas unidades vecinales participan de sus obligaciones o sus derechos

al interior del sistema. El calpolli más antiguo, o bien, el más importante, puede estar en

primer turno para recibir un favor de los demás o para participar en un trabajo colectivo.

El ejemplo más evidente sería la alternancia en la titularidad del tlatoani: el calpolli 1

coloca a su tlatoani primero, el 2 lo hace en segundo lugar, el 3 en tercero y así

sucesivamente hasta cumplirse un ciclo tras el cual tocará de nuevo el turno al calpolli 1

para decidir quién gobierna el al tepe ti Lockhart (1999).

h. Templo: en Mesoamérica, el templo fue reiteradamente construido en forma de pirámide

o levantado encima de ella. Estaba consagrado a una deidad precisa o a varias y en

particular al dios tutelar de todo el asentamiento. La pirámide evoca la montaña sagrada,

es decir, el monte del que la población se abastece, pero también hace referencia a la

montaña del origen mítico y a las cuevas de las que salieron los antepasados.

i. Tianquis: se trata de un mercado que se establece, de preferencia semanalmente, y en el

que los miembros del al tepe ti en cuestión y tal vez de otros altepetl, acuden a realizar sus

intercambios comerciales. Es un punto que sirve de núcleo a las regiones cuyos

productos se muestran en él.

j. Cierta soberanía: el altepetl gozaba de una autonomía relativa respecto de los demás

altepetl aunque podía ser tributario de alguno de ellos que lo hubiera derrotado en

guerra.

k. Tlacuilo: se trata de una especie de escribano, de dibujante, de relator. A él se debe la

elaboración de los códices.

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Los elementos de los pueblos novohispanos para indios

Los pueblos fundados para congregar a los indios en el siglo XVI a iniciativa de los españoles,

o bien redundados sobre el mismo sitio que tenían en la época prehispánica, conservan con

frecuencia muchos de los elementos del al tepe ti en su estado casi original, o acaso en una

forma mestiza que no choca en apariencia con las concepciones culturales mesoamericanas.

Estos asentamientos novohispanos están constituidos de:

a. Población: como en el caso del mundo prehispánico, la población puede ser o no,

pluricultural. De hecho, europeos y diversas nacionalidades mesoamericanas suelen

coexistir en un mismo asentamiento. La diferencia mayor es quizá el patrón de

asentamientos mismo, es decir, la concentración de la población al interior o en torno a

una traza geométrica sobre el terreno.

b. Cacique: así llamado por los españoles que tomaron el término de las Antillas, el cacique

es un "Señor" casi siempre perteneciente a un linaje local que puede ser nombrado

Gobernador y que queda fácilmente identificado por los habitantes de origen indígena

como tlatoani.

c. Santo patrono: aunque se trata de advocaciones cristianas (San Juan, Santa María,

Santiago, etc.) no puede dejar de ser asociado al dios tutelar de los pueblos

mesoamericanos. En ocasiones, la época del año en que se conmemoraba al dios tutelar

indígena, servía a los evangelizadores para determinar cuál era el santo cristiano del

calendario que sería aceptado sin mucha oposición por parte de los indios cristianizados.

d. ¿Un monte sagrado?: la existencia o no del monte sagrado en la percepción de la

población, es fundamental para nuestro estudio. Está claro que en muchos de los casos, el

monte sagrado existía a un lado del emplazamiento indígena sobre el que los españoles

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trazaron los pueblos nuevos. La Iglesia construida en la nueva traza compartió entonces

la sacralidad del asentamiento con la montaña. Algunas veces los evangelizadores

descubrieron el carácter sagrado del monte (en especial de algún altar, pirámide o

petroglifo situado en sus cuevas) y lo condenaron como idolatría obligando a la

población a desistirse de peregrinar al cerro; hubo destrucción y fuertes castigos. Otras

veces sustituyeron las imágenes paganas por imágenes cristianas sin castigar la visita de

la población a la montaña. En ocasiones, el carácter oculto de la sacralidad del monte

coexistió con la veneración de Cristo en la Iglesia del pueblo.

e. Un territorio que incluye una traza: en apariencia, este territorio está ahora dado por la

traza geométrica elaborada sobre el terreno y probablemente por los campos circundantes

en donde los pobladores cultivan o trabajan. El centro geométrico de esta territorialidad y

de esta traza, nos dice Kubler (1984) puede ser una plaza cuadrada o rectangular. Los

límites territoriales del al tepe ti parecen ahora más precisos que en tiempos prehispánicos

pues con frecuencia serán convertidos en los límites de una encomienda, de un

corregimiento, de una parroquia o de otra división territorial española.

f. Una división en barrios: tan pronto como los indígenas de una o de diversas

nacionalidades eran congregados en un nuevo poblado, se reagrupaban según su

costumbre en unidades similares al calpolli llamadas por los españoles "barrios" (y más

tarde "cuarteles"). Como en el caso de los calpolli, estos nuevos barrios se adjudicaban la

advocación de algún santo patrono de igual manera en que antaño habían adorado a un

calpulteotl. Otras veces la estructura de los al tepe ti ni siquiera era destruida por los

conquistadores sino que pasaba a formar parte de la estructura española útil para

controlar el tributo, el trabajo comunal y el proceso de evangelización.

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g. Un sistema de rotación entre esos barrios: con frecuencia, el sistema de rotación

mesoamericano se repetía en los poblados de indios. Las procesiones, la custodia de las

imágenes, la organización de la fiesta, el nombramiento del gobernador local, la

recolección del tributo y otras funciones que por turnos eran encargadas a los barrios,

obedecían a una rigurosa rotación.

h. Una iglesia: constituye el símbolo principal de la sacralidad durante la evangelización.

Se ubica en el centro del asentamiento o al menos cercano a la traza del mismo. En el caso

de las órdenes mendicantes, se edificaron unidades monacales fortificadas que

contemplaban, además de una iglesia, un claustro para residencia de los frailes y un atrio

en el que podía haber capillas para favorecer la tarea de evangelización. No es extraño

encontrar que dichos templos cristianos se realizaron encima de las pirámides existentes,

es decir, encima de los templos mesoamericanos.

i. Un mercado central: equivale sin conflicto al tianquis. Se verificaba preferentemente en la

plaza central de la traza. Durante el período colonial, los conflictos entre las autoridades

virreinales y los pueblos de indios derivaron de la periodicidad del tianquis -cada 7, en

vez de cada 5 días- y de su sede, aunque en general siguió asentado en lo que los

españoles llamaron "pueblo cabecera".

j. Cierta soberanía: la soberanía de los pueblos de indios en el siglo XVI depende en parte

de la organización territorial y administrativa de la Nueva España, es decir, de las

decisiones de los españoles. Sin embargo, la presencia de un cacique fuerte pudo

coadyuvar a la permanencia de muchas de las estructuras materiales y culturales

mesoamericanas. Cuando este cacique se hacía respetar o bien era reconocido por los

españoles, el grado de autonomía podía ser mayor.

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k. Un escribano: en los pueblos de indios de la época colonial, el escribano es un ti acuño,

poseedor de la habilidad y la técnica antiguas para dibujar códices. Para nuestro estudio,

la figura de este tlacuilo novohispano reviste especial interés por ser el autor de muchos

de los mapas del siglo XVI.

Como se ve, salvo en el inciso "d" (monte sagrado) que presentamos entre signos de

interrogación, parece haber siempre una equivalencia entre los elementos materiales del

al tepe ti y los del pueblo de indios: ambos tienen un territorio determinado, un templo

sagrado, un mercado central y una división en barrios. También es asombroso el asimilismo

entre el santo patrón y el dios tutelar reconocido por cada barrio y la dinámica de la rotación

entre esos barrios. De esto último nos habla el trayecto seguido por las procesiones cristianas

que reproducen una similar práctica mesoamericana en la que incluso los peregrinos llegaban

hasta la montaña sagrada. En ambas concepciones, el asentamiento es la materialización de

una institución. Para la visión mesoamericana, el al tepe ti es una unidad similar a la civitas

europea en tanto que ambas son instituciones en las que el orden político y territorial está

bien estipulado. Ambas g¡ozan de autonomía y del liderazgo de una cabeza visible. Tal parece

entonces que la única discrepancia es la existencia de un cerro sagrado en la concepción

mesoamericana y su ausencia en el asentamiento novohispano. Conviene pues dilucidar el

asunto de esta montaña o "depósito de agua", como lo llama López Austin (1984).

La montaña en la tradición occidental

La imagen del monte sagrado en la tradición occidental está documentada ampliamente en la

Biblia refiriéndose fundamentalmente al "monte del templo" de Salomón, en Jerusalén, y al

monte Sinaí, en donde el patriarca Moisés recibe las tablas de la ley. Sobre un monte, se dice

en el Exodo, Dios revela precisamente la manera en la que se deben construir los

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asentamientos. Del mismo modo, en el Nuevo Testamento, Mateo dice que "no puede

ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte". Estos relatos bíblicos forman sin duda

parte de la cultura cristiana de los conquistadores españoles.

Mircea Eliade (1996) va más allá de la importancia bíblica. Para él, la montaña es un

arquetipo de la sacralidad y una conjunción del cielo y de la tierra, la posibilidad de una

irrupción de lo profano ascendiendo hacia lo sagrado y de lo sagrado descendiendo hacia lo

profano. Como características de la montaña destacan su altura y su carácter central. A este

respecto, Chevalier y Gheerbrant (1994) dicen:

"Es el encuentro del cielo y la tierra, morada de los dioses y término de la ascensión

humana. Vista desde arriba, aparece como la punta de una vertical y por lo tanto es

centro del mundo; vista desde abajo, desde el horizonte, la montaña aparece como la

línea de una vertical que es el eje del mundo [Axis mundi], pero también una escalera,

una pendiente a subir [...]. Todos los países, todos los pueblos y la mayoría de las

ciudades, tienen así su montaña sagrada".

Si la montaña también goza de un carácter sagrado en la religiosidad de los conquistadores,

cabe preguntarse por qué este elemento del imaginario urbano mesoamericano será excluido

de la definición novohispana de ciudad. La respuesta se descubre al estudiar las prácticas

religiosas de los indios después de la conquista. Los evangelizadores se sienten horrorizados

al ver la calidad sagrada de la montaña por encima de la calidad sagrada de la iglesia

cristiana que, a su vez, es evocación de la montaña bíblica que los españoles ubican en

Palestina. El siglo XVI es un tiempo en el que la religiosidad indígena se ve obligada a

emigrar hacia los bosques de la sierra para ocultarse en cuevas consideradas como sagradas.

Esto despierta desconfianza e indignación entre los evangelizadores como Fray Bernardino

de Sahagún quien prefiere dar la espalda a la sacralidad del monte. En su "Confutación" a la

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existencia de las deidades de los nahuas expuesta en su Historia general de las cosas de la Nueva

Esparza, Sahagún (1999) termina diciendo:

"Otro desatino mayor que todos los ya dichos os dejaron vuestros antepasados: que los

montes sobre los que se armaban los nublados, como son el Volcán [Popocatepetl] y la

Sierra Nevada [Iztaccíhuatl], y el otro volcán de cabe Tecamachalco, y la Sierra de

Tlaxcala, y la Sierra de Toluca y otros semejantes, los tenían por dioses e iban cada año

a ofrecer sacrificios sobre ellos a los dioses del agua, y esto aún no ha cesado, que este

año pasado de 1569, yendo acaso unos religiosos a ver las fuentes que están sobre la

Sierra de Toluca, hallaron en una de las fuentes un sacrificio u ofrenda muy reciente, de

cinco o seis días antes hecho, que según daba a entender el sacrificio fue enviado de

más de quince pueblos; y en todas estas sierras dichas hallarían cada año ofrendas

nuevas, si las visitasen por el mes de mayo".

En efecto, los ritos sagrados de tradición mesoamericana que tienen como manifestación

incorporar a la montaña en la concepción urbana, serán perseguidos como idolatrías. Los

montes adquieren entonces una connotación demoniaca y pierden, al menos en la visión

oficial, su carácter sagrado. La concepción urbana que asocia a la traza con el monte y que le

permite llamarse al tepe ti, será combatida por los evangelizadores en aras de la civilización.

No obstante, los ritos seguirán teniendo lugar durante toda la colonia. Aun en nuestros días

somos testigos de procesiones católicas que se desplazan hacia las cuevas de la montaña

sagrada vecina a una ciudad. Coixtlahuaca, Oaxaca, Tlayacapan, Tepoztlán y San Andrés de

la Cal, Morelos, son sólo ejemplos.

Conclusión

La comparación entre los elementos reconocibles en la Geografía urbana de los asentamientos

mesoamericano y novohispano, arroja la conclusión de que sólo la montaña sagrada

constituye una diferencia sustancial entre ellos. Esto quiere decir que tanto para los pueblos

prehispánicos como para los españoles, la urbe funcionaba gracias a la existencia de un

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territorio que contenía tanto la parte urbanizada como la parte agrícola, un templo en donde

estaba depositada la fe religiosa, un mercado central en donde se verificaban los intercambios

comerciales y una división administrativa en barrios o calpolli que se turnaban las tareas y

beneficios comunitarios, además de otras instituciones de gobierno.

Tal parece que, en términos urbanísticos, no hubo una confrontación mayor, pues ambas

culturas se sentían reconocidas en el espacio que habían creado originalmente o que había

sido refundado en el siglo XVI. Incluso la advocación del templo ubicado en la zona

urbanizada era compatible entre ambas culturas en la medida en que los indios eran

evangelizados o al menos hacían pensar a los españoles que habían aceptado la conversión.

El estudio del casco urbano revela por consiguiente una serie de asombrosas coincidencias

que empalman sin mayor conflicto.

La incompatibilidad se ubica acaso afuera del casco urbano en donde la montaña sigue

presente a lo largo del siglo XVI en la mentalidad de tradición prehispánica. Al darse cuenta

de ello, muchos frailes decidieron simplemente sustituir los altares y ofrendas dedicadas a las

deidades mesoamericanas por cruces e iconos cristianos. El resultado fue la reafirmación de

la noción de al tepe ti, es decir, de la asociación entre el asentamiento y la montaña con toda su

connotación sagrada. García Zambrano (1992) presenta incluso evidencias de que los mismos

evangelizadores buscaron los parajes montañosos para congregar a los indios y fundar

pueblos nuevos asociados a montañas en los que la población autóctona se sentía a sus

anchas. En este último caso estamos ante la sorprendente existencia de al tepe ti fundados por

españoles.

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Figura 1: Mapa de 1595 de Chiapulco, Tehuacán, Puebla. A la derecha se aprecia la iglesia,

icono que representa asimismo la traza del pueblo refundado. En el centro aparece la

montaña coronada con una cruz y en la parte baja el río. En este caso, el mestizaje

producido acepta la coexistencia del monte sagrado y los símbolos cristianos. Se trata

pues de un altepetl que trasciende más allá de la conquista. Archivo General de la

Nación. Tierras vol.2682, exp.16, f. 4bis.

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Organización socioeconómica del Real de Minas de Pachuca en el siglo XVI

Marfm Te/fez Vargas

Facultad de Filosofía y Letras, UN AM

El siglo XVI fue un periodo de profundos cambios en el territorio de nuestro país. El poder

político de México Tenochtitlán sucumbió ante un poder militar superior. La gran mayoría de

los indios quedaron en condiciones parecidas a la esclavitud; su religión fue destruida; su

riqueza material pasó a poder de los conquistadores. En pocas palabras, la organización

social y económica prehispánica fue sustituida por otra, más violenta y efectiva, que

respondía a las ambiciones de riqueza inmediata de los españoles.

Éstos, para conseguir su objetivo, primero se apoderaron de las joyas pertenecientes a los

pueblos indígenas. Posteriormente, se dedicaron a localizar y explotar, de manera intensiva,

los yacimientos de oro y plata hasta entonces conocidos. De esta manera, las primeras

expediciones, que partieron desde el centro, se dirigieron hacia el valle de Oaxaca y hacia el

actual estado de Guerrero (Sánchez, 1990).

Este desplazamiento por diferentes rumbos también tenía el propósito de imponer la religión

cristiana a los indígenas mediante diversas ordenes como los franciscanos, agustinos y

dominicos, quienes llegaron a la Nueva España entre 1524 y 1533. Otros evangelizadores

fueron los sacerdotes representantes del clero secular (Ricard, 1986).

Después de conquistar a los pueblos de la región nororiental de la cuenca de México,

conocida como Teotlalpan, fue organizada la jurisdicción de Pachuca la cual se extendía

desde la vertiente nororiental de la sierra del mismo nombre, hasta la orilla del lago de

Zumpango (Figura 1); las poblaciones que la constituían fueron encomendadas

principalmente a españoles que participaron en la guerra de conquista (Gerhard, 1986).

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