ATENEA PROTECTORA DE LA CIUDAD N° 8

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Xalapa recibe a la Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad ¿A quién seguir? ¿Con quién hablar? María Teresa Medina de la Sota Riva La organización en la revolución de independencia La conspiración descubierta y el papel de doña Josefa Ortiz de Domínguez Número 8

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Xalapa recibe a la Caravana por

la Paz con Justicia y Dignidad

¿A quién seguir? ¿Con quién hablar?

María Teresa Medina de la Sota Riva

La organización en la revolución de independencia

La conspiración descubierta y el papel de doña Josefa Ortiz de Domínguez

Número 8

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En Atenea Protectora de la Ciudad trabajamos un grupo de

jóvenes ciudadanos deseosos de expresarnos abiertamente,

haciendo uso de nuestros recursos y de nuestra genuina libertad

para hacerlo.

EQUIPO DE TRABAJO

Alejandro D. Flores Fernández

Dirección

Justo Guido Felad

Redacción

Elasar Dupuy Hernández

Diseño gráfico

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Opiniones, comentarios y colaboraciones escribenos a:

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Imagen de la portada y contraportada Fragmento de Alegoría del escudo nacional de Jesus Corral, 1844 / Fragmento del códi-ce Borbónico Fotografía e imágenes de artículos Alejandro D. Flores e Internet Xalapa de Enríquez, Veracruz, México a 20 de septiembre de 2011 Número 8

Atenea Protectora de la Ciudad es

una revista mensual política y cultural

dedicada a fomentar el conocimiento y

la crítica, así como la democracia y los

mejores valores dentro de la sociedad.

No tiene fines de lucro.

Xalapa recibe a la Caravana por la Paz con Justicia y

Dignidad

Por: Alejandro D. Flores Fernández

¿A quién seguir? ¿Con quién hablar?

Por: Justo Guido Felad

La organización en la revolución de independencia

Por: Alejandro D. Flores Fernández

María Teresa Medina de la Sota Riva

La conspiración descubierta y el papel de doña Josefa Ortiz

de Domínguez

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Xalapa recibe a la Caravana por

la Paz con Justicia y Dignidad Por: Alejandro D. Flores Fernández

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ste domingo 18 la CPJD arribó a Xalapa. Antes de que llega-

ra estaban esperándola ciudadanos xalapeños lo cuales em-

pezaron a llegar desde las tres de la tarde, algunos de ellos lleva-

ban pancartas con las fotos de algunas personas desaparecidas o

asesinadas. La caravana llegó cerca de las siete treinta cuando no

había luz diurna y el cielo estaba púrpura.

La gente se reunió en la plaza Lerdo a pesar de que el pasado 16 de

septiembre en la colonia 12 de diciembre frente a la secundaria Jaime

Torres Bodet hubo un enfrentamiento donde se dice que tres sicarios,

aparentemente zetas murieron y de que en el Foviste el ejercito

se dio al encuentro con un convoy por lo que en esa zona hubo

otro enfrentamiento. En ambos casos hubo uso de fuego pesado

y granadas, un marino murió.

En un voto de confianza los asistentes expusieron sus casos, no

permitieron que todos lo hicieran por cuestiones de tiempo pero

los que sí lo hicieron lograron tocar a los asistentes. Ciertamente

como dicen algunos colegas parece que la caravana encabezada por

Javier Sicilia ofrece catarsis, pero eso es elemental para darnos cuenta

de lo que está pasando en Veracruz y en todo México, es un paso

previo a toda acción. Para algunos debe ser como un diagnóstico

antes de formular la solución o la medicina si se quiere decir así.

Por otro lado, esa expresión de esperanza y la fraternidad expre-

sada y demostrada la noche del domingo fue brillante, dio luz y

fuerza a aquellos que han perdido a un familiar o a un amigo en

la impunidad que ha tomado fuerza al estar envuelta en la llama-

da “guerra contra el narcotráfico”. Esa entrega de esperanza se mate-

rializó en cada intervención cuando todos casi a una voz le decían a

cada víctima que concluía su exposición “¡No estás solo!”

Llegó la caravana, y ahora ¿qué? Esa es una pregunta válida pa-

ra todo aquel que se la formuló, es una pregunta importante

pues requiere de una respuesta que involucre todo lo que a lo

largo del camino la caravana ha expuesto; requiere de poseer en

su esencia la esperanza de toda la gente que se acercó a ella; de-

be ser una

respuesta

que posea ante

todo una formu-

lación de

solución

válida para

todos.

E

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Estos son algunos de los documentos entregados por la gente durante el evento

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¿A quién seguir?

¿Con quién hablar? Por: justo Guido Felad

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a superada la cifra de 50000 muertos, con un Estado el cual ha

perdido su influencia en muchos territorios, con una impunidad a

la alza, gracias a la cual empresarios y políticos no sufren el peso

de la ley pero sí aquellos que para sobrevivir venden unos gramos de

cocaína, para aquellos que para comer roban en los centros comercia-

les, una prenda o un kilo de camarón.

No habiendo límite para la decepción y la verdad oculta, en es-

tos días gracias a las declaraciones del sobrino del Mayo Zambada en

E.U. sabemos que la DEA ha pactado con el Cartel de Sinaloa lo que

explica en gran medida el que el gobierno se empeñe en detener y eli-

minar a capos de otras organizaciones delictivas y haya, como dijera

Edgardo Buscaglia, un sesgo en el ataque al cartel de Sinaloa. En este

asunto rememoramos lo del caso de Rápido y Furioso; el gobierno de

México no sabía de tal operativo que introdujo al territorio nacional

armas de fuego para seguirles la pista, en el caso del pacto de la DEA

con el Chapo Guzmán en un primer escenario, en el que el gobierno

federal no sabe sobre dicho pacto es grave, pero en un segundo escena-

rio sería más grave que el gobierno supiera sobre tal pacto y con la or-

den de los americanos estuviera solapando los negocios del cartel de

Sinaloa.

Hoy estamos ante un escenario caótico, en el que en muchos ca-

sos no sabemos quiénes son nuestros amigos y quienes nuestros ene-

migos. No sabemos que hay detrás de cada decisión del gobierno, ya

sea estatal o federal, ya no se diga de los municipales.

Ahora, qué decir de los que con movilizaciones y actos nos con-

vocan para detener esta tragedia nacional. Sin medir las consecuencias

besan y abrazan a políticos, permiten catarsis grupales e individuales

pero ciertamente están muy lejos de darnos soluciones, en un empeño

por intentar confundirse con uno mesiánico y cristiano proceder, no

toman medidas que detengan todo este sistema de cosas que para mu-

chos han significado vivir la tragedia, de enfrentarse al horror de per-

der a un ser amado.

Qué pensar sobre nuestro gobierno, el cual a vista de noticieros

internacionales y algunos nacionales, muestran que ha traicionado a su

ciudadanía, a la mayoría la ha dejado en un estado de indefensión, per-

mite la arbitrariedad a empresarios ya sea cuando emplean a la gente o

cuando prestan un servicio. ¿Cuántos empresarios han caído por lava-

do de dinero o por negarle a la gente prestaciones de ley? Qué decir de

los políticos de todos los niveles que cuando entran en funciones aca-

rrean a los aliados de campaña dejando atrás formación y experiencia,

sosteniendo a gente ineficiente en cargos públicos; otros que descara-

damente o de manera oculta, como ¿sucedió? en Xalapa, se imponen

sueldos enormes.

Y

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¿A quién seguir? A nuestra conciencia y a nuestra buena volun-

tad, quizá actuando individualmente, todos juntos podamos hacer algo

para el bien de la nación. ¿Con quién hablar? Con todos y con nadie,

con todos porque con nuestros actos mostramos a cualquiera que exis-

te la buena voluntad y el bien hacer, y con nadie porque todo puede

mal interpretarse, las palabras nos acercarán en muchos casos a nue-

vos enemigos, sobre todo si esas palabras muestran la inconformidad

a la que hemos llegado. Y hay que tener cuidado, porque, muchos les

conviene que las cosas estén como están, porque están ciegos, o

quizás ven pero no gustan de un posible cambio, sin duda ven a corto

plazo los males que hoy en día se magnifican porque hay un beneficio

inmediato para ellos pero males enormes para nosotros los de a pie,

para nosotros los justos que pagamos por los pecadores.

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La organización en la

revolución de independencia Breve narración hecha para Actitud Cívica Republicana como parte de la

celebración del 201 aniversario del inicio de la independencia de México.

Por: Alejandro D. Flores Fernández

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stas palabras son para honrar a aquellos héroes que lucharon en

la revolución de Independencia que iniciara precisamente el 15

de septiembre de 1810. Pero, no seguiremos las líneas repetidas

por mucho tiempo, sino que ante todas las cosas expondremos su lado

humano y una pequeña parte de su visión de las cosas, para reflexio-

nar sobre lo que somos y lo que deseamos ser, cómo estamos y cómo

deseamos estar.

En primer lugar recordemos que sin las fuerzas indígenas los

criollos no habrían logrado ningún triunfo, aunque desde el principio

se sabía que ellos, los indígenas, no serían los principales beneficia-

rios de tal lucha. Mucha sangre corrió y la mayoría de ella era de los

indios que, siguiendo a los líderes insurgentes, perdieron lo único que

tenían, que era su vida. Así lo dijo Castillo Ledón “la independencia

la promovieron los criollos y mestizos y aún algunos españoles,

Hidalgo y todos los jefes pertenecían a las dos primeras, la guerra no

se declaró precisamente para vengar agravios de los indios, pero sí

arrastró a éstos”1. En otra ocasión Los Guadalupes, que era una socie-

dad secreta que se puso al servicio de la insurgencia, dicen a Morelos

en una carta: los indios “no ven más que lo presente sin reflexionar el

futuro y viven conformes con su abatimiento, con que los dejen vivir

en los vicios á que cada cual es inclinado” más adelante dicen: “esta

clase de gente se dirige según conviene y algún partido se podrá sacar

de ella”2. El mismo Morelos dice: “Corre en voces que por Zacatlán

y Chignahuapan le hemos dado un par de golpes a los mexicanos”3. Debemos entonces tener en claro que los indios fueron protagonistas

de la revolución, aunque menospreciados, además pareciera a veces

que sólo fueron dos mujeres las que participaron activamente en la

revolución, Leona Vicario y Josefa Ortiz de Domínguez, y es bien sa-

bido y documentado que a lo largo de la lucha de independencia mu-

chas mujeres fueron condenadas por participar en ella o simplemente

por expresar su apoyo a la misma, también hubo mujeres que tuvieron

éxito en convencer a tropas realistas a cambiarse de mando motivo

por el cual fueron condenadas a muerte o a reclusión perpetua 4. Habría que preguntarse quienes fueron los verdaderos héroes

de la independencia, también si es correcto llamar a Hidalgo padre de

la patria a pesar de que él mismo no sabía que al final de la revuelta

nacería una nueva nación llamada México 5; cuando él llamó mal go-

bierno se refería al virreinal el cual daba indicios de traicionar al rey

para rendirse a los franceses, tema que también seguía Ignacio Allen-

de, pues se dice que él fue quien planeó la revuelta y Miguel Hidalgo

fue como el vocero de la lucha.

La revolución no le hizo justicia a los indios, inclusive la escla-

vitud, que tanto sufrían ellos, fue abolida hasta 1829 durante el man-

E

Indio repartidor de carnes

en la Nueva España

Negro e india

Europa sostenida por África

y América

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dato del presidente José María de Bocanegra, años después del fin de

la lucha; por otro lado, cuando finalizó la revolución de independen-

cia la nación cayó en manos de Iturbide, que no era representante de

los ideales de los revolucionarios mucho menos de todos los que

habitaban la Nueva España, quien, además, desde el inicio estaba de

parte del Virrey y combatió en contra de José María Morelos y de Vi-

cente Guerrero; cuando Iturbide vio que los insurgentes ganarían, en

un acto muy inteligente traicionó su causa e invitó a Guerrero a decla-

rar la Independencia de México en una reunión que se conoce como

El Abrazo de Acatempan. En 1821 ambos firmaron el Plan de Iguala

y el día 27 de septiembre, de ese mismo año, el Ejército Trigarante

entró triunfante en la ciudad de México, con lo que declaró la consu-

mación de la Independencia. Después Iturbide sería Emperador de

México.

Al principio la revolución tuvo una dificultad oculta que gra-

cias al aviso de Josefa Ortiz de Domínguez, fue descubierta a tiempo

y se adelantó la revolución, pero sucedieron algunos hechos que pro-

vocaron, si no la anulación de la revolución, si la caída de los princi-

pales actores de ella. Qué habrá pasado para que los verdaderos ini-

ciadores no gozaran del triunfo revolucionario, ciertamente fue que

ellos mismos no se organizaron debidamente pues el conocimiento

militar de Allende en cierto momento se separo de la capacidad de

convocatoria de Miguel Hidalgo. Recordamos a un Ignacio Allende

que ante un Miguel Hidalgo que tomaba decisiones que afectaban la

campaña revolucionaria, que permitía saqueos y asesinatos los cuales

incluso ordenaba y dirigía, quiso envenenarlo, asunto que no llegó a

consumase, sin embargo eso demuestra que entre ellos hubo des-

acuerdos que determinaron el destino de la revolución y el de ellos 6. Cuando pensamos en Morelos sabemos que la suya fue una de

las mejores campañas revolucionarias la cual decayó al ser derrotado

Mariano Matamoros en Puruaran, el cual era uno de sus mejores auxi-

liares. Así Morelos se concentra en la campaña militar permitiendo al

joven e inexperto congreso dirigir el aspecto político así como la

campaña revolucionaria el cual tomó decisiones que muchos califican

de incompetentes. Cinco meses después Hermenegildo Galeana mue-

re en combate y al saberlo Morelos se dice que exclamo “¡Se acaba-

ron mis brazos!... ¡ya no soy nada! Pero la perdida de organización y

comunicación no se consumó allí sino que el mismo congreso ordenó

a Morelos cumplir con un proyecto en el que el congreso, ante la per-

secución realista, buscaba estar seguro en Tehuacan donde esperaban

recibir ayuda de los Estados Unidos. Morelos obedeció pero a pesar

de su astucia para penetrar territorios peligrosos fue capturado, sin

embargo logró poner a salvo al congreso que él mismo formó 7.

Indio

Rancheros ricos

Mestiza

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A los héroes de la independencia les costó muy caro la desorga-

nización, ya que organizarse implica tener buena comunicación y ob-

jetivos así como métodos compartidos con todos los involucrados en

un proyecto. El estar debidamente organizados es fundamental para

toda acción y es indispensable en toda lucha, pues cuando se hacen

cosas importantes un grupo le da fuerza a tal acción y el estar bien or-

ganizados ayuda a llegar al fin esperado, pues la organización bien

realizada permite que a lo largo del camino nadie vea por fines distin-

tos ni guste de caminos diferentes, para llegar al mismo fin.

Actualmente estar organizados es requerido para cualquier fin

ya que la fuerza individual pocas veces surte efecto. Por ello debemos

recordar las lecciones de los que vivieron antes de nosotros, conside-

rar sus logros y sus errores.

Debemos rendirles tributo a los héroes de la independencia por-

que gracias a ellos tenemos una nación independiente de España, pero

no hay que olvidar que en todo momento fueron humanos como noso-

tros y cometieron errores, eso no los degrada sino que les hace justi-

cia a ellos mismos y a la historia nacional; tomar en cuenta las accio-

nes cometidas por ellos y los resultados que han influido a lo largo de

estos dos siglos de independencia nacional, nos deben hacer reflexio-

nar sobre lo que nos hace falta todavía construir para tener una nación

justa, lo que se resume en un Estado eficaz.

1 Manuel Ferrer Muñoz, Las comunidades indígenas de la Nueva España y el

movimiento insurgente (1810-1817). En Anuario de Estudios Americanos. Ins-

tituto de Investigaciones Jurídicas, Universidad Nacional Autónoma de México.

México D.F. Pp. 520-521

2 Ibídem. P. 533

3 Ibídem. P. 535

4 Robinson, Barry Matthew. La reclusión de mujeres rebeldes: el recogimiento

en la guerra de independencia mexicana, 1810-1819. En Fronteras de la Histo-

ria, vol. 15, núm. 2, 2010. Pp. 225-244. Instituto Colombiano de Antropología e

Historia, Bogotá Colombia. P. 237.

5 Hidalgo sí ideó la construcción de un gobierno rebelde en la que él sería como

un primer mandatario, además de que se hizo llamar su alteza serenísima. Esta es

otra muestra de la presencia de una descoordinación de ideales y métodos entre el

Padre Hidalgo y los otros revolucionarios.

6 El grito que sacudió a México. Documental de Discovery Channel. 2010.

7 Toro, Alfonso. Compendio de Historia de México, la revolución de inde-

pendencia y México independiente. Editorial Patria S. A. México D.F. 1997.

Pp. 179-191.

Indios de Huachinango Pue-

bla.

Mujeres de X´oyep, Chiapas.

Selección de la foto de Pedro

Valtierra

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María Teresa Medina de la Sota

Riva

ació en Xalapa, no se sabe exactamente el año pero quizá fue dos o tres décadas antes del

inicio de la revolución de independencia. Tenía un buen nivel social y se casó con el coro-

nel Manuel de la Sota Riva cuando ella era joven.

Hacia 1812 brinda su apoyo a una Junta de Insurgentes sosteniéndola de manera económica.

Tras ser descubierta dicha junta, algunos de sus miembros escapan a Naolinco, es allí donde

vuelven a organizarse adquiriendo en nombre de Junta Gubernativa Americana. A diferencia de

otras mujeres que no ostentaban su nivel ni sus amistades, no es condenada a muerte pero se le

envía a la ciudad de México a vivir su condena.

N

*Imagen de internet

*Roberto Peredo. María Teresa Medina de la Sota Riva. En Personajes de Veracruz. 1998. IVEA. Pp. 27-30.

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La conspiración

descubierta y el papel

de doña Josefa Ortiz de

Domínguez

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n septiembre de 1810, los trabajos de los conspiradores estaban tan adelantados que se

acordó que el movimiento revolucionario estallaría el 2 de octubre. Ya para entonces los

conspiradores estaban denunciados ya que el gobierno tenía espías que concurrían a las juntas.

La situación del Corregidor don Miguel Domínguez se hacía más difícil pues el partido

español sospechaba su conveniencia con los rebeldes y por tanto era vigilado. Decidió catear

la casa de comercio de don Epigmenio González, donde se aseguraba había armas ocultas. An-

tes de ello, habló con su esposa doña Josefa Ortiz sobre el asunto, pero temeroso de que come-

tiera una imprudencia la dejo encerrada con llave en su habitación.

Eran las 11 de la noche cuando el Corregidor fue a catear la casa de González acompa-

ñado de un escribano español y de

veinte soldados. Como el cateo lo iba

a efectuar sólo por formula y para cu-

brir el expediente el Corregidor prac-

ticaba la diligencia con precipitación

y ya iba a darla por terminada para

retirarse cuando el escribano descu-

brió algunas armas y pertrechos, lo

que hizo necesario aprehender a los

hermanos González así como de su servidumbre.

Entretanto doña Josefa procuraba anhelosamente comunicarse con alguien que pudiera

darle aviso a los principales conjurados. Debajo de su recámara estaba la habitación del alcai-

de de la cárcel, Ignacio Pérez quien también estaba de parte de la independencia. La corregido-

ra y él tenían convenio de antemano, comunicarse cuando algo inusitado ocurriera por medio

de tres golpes dados en el techo del cuarto del alcaide. Doña Josefa hizo la señal convenida y

debido a que la puerta de su aposento estaba cerrada a través de la cerradura le dijo a Pérez lo

que pasaba, ordenándole que fuera de inmediato a comunicárselo a Allende.

No conforme con avisarle a Allende, apenas

amaneció, exhortó al capitán Arias que era uno de

los conspiradores para que apresurara la revolu-

ción; pero este traidor no sólo denunció a sus com-

pañeros sino que se puso de acuerdo con el partido

español, para que éste aprehendiera al corregidor.

No habiendo encontrado el alcaide Pérez a

Allende en San Miguel se puso al habla con Alda-

ma y juntos marcharon a Dolores a donde llegaron

a las dos de la mañana. Llamaron a la casa cural y

salió Allende a recibirlos, los hizo pasar a la reca-

mara del cura donde todos discutieron lo que deb-

ían hacer asunto que concluyo en esa parte con las palabras de Hidalgo “¡Caballeros somos

perdidos! ¡No hay más recurso que ir a coger gachupines!”.

Toro, Alfonso. Compendio de Historia de México, la revolución de independencia y México independiente. Editorial Patria S.

A. México D.F. 1997. Pp. 63-66.

E

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Imágenes: Firmas de Hidalgo, Allende y Rayón

Vista de Guanajuato. Litografía de Nebel

El Despertador Americano. Periódico insurgente

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