«ASEGÚRATE DE QUE LA LUZ QUE CREESTENER NO SEA OSCURIDAD»

¿En que regiones del planeta es prácticamente imposible ver la cara de una mujer? ¿Qué religión practican? ¿De dónde sacan todas esas ideas?

¿Cómo se llaman esos hombres que visten todo de rojo y que tienen rasurada la cabeza? ¿Quién les enseña sus normas de conducta?

¿Con qué nombre se conoce a las personas que se bañan al menos una vez al año en el río Ganguees para limpiarse de sus pecados? ¿Quién les ordena realizar estos ritos?

Los seres humanos tienen convicciones que les sirven de guía en su diario caminar. Hemos conversado de personas cuya religión es el Islam, y para quienes la luz que alumbra su camino es el libro conocido como el Corán. También se ha hecho referencia a los budistas, que tienen como escritura sagrada que ilumina su caminar, una colección de libros conocida como Tripitaka, o algunas veces como Sutra. Y por último dijimos que los hinduistas tienen como textos sagrados una colección de escritos llamados Los Veda.

Si usted no es parte de los grupos religiosos antes mencionados, es con toda seguridad un cristiano. Usted cree que la religión que practica es la verdadera, que las oraciones que hace son las que Dios acepta, que los lugares donde adora son los ordenados por Dios, que la enseñanza de cada domingo es la que manda Jesús, que los líderes que tiene los instituyó el Señor; de esto y otras cosas más usted está convencido y orienta su vida por tales razones.

Amigo, lo que usted está haciendo es admirable y digno de todo elogio. Con toda seguridad debe seguir haciendo lo que hace, a menos claro, que se de cuenta de que Dios desea algo más de lo que usted ya le está dando.

Considere las palabras que, el Señor Jesús, le dirigió a una multitud que aseguraban tenían la verdadera forma de adorar a Dios. Jesús les dijo a sus compatriotas judíos, estudiosos de la Ley de Dios, lo siguiente:

“Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad” Lc.11.35 NVI

“Ten cuidado de que la luz que hay en ti no resulte oscuridad” Lc.11.35 DHH

Usted debe asegurarse de que sus prácticas son las que Dios le manda a cumplir, también tiene que examinarse para saber si está en la creencia correcta o está siguiendo por un camino que aunque parece derecho, le llevará finalmente a la muerte.

Para asegurarse de que sus convicciones, por las que dirige su vida, son las correctas, comience por leer la Santa Biblia; busque lo que la Palabra de Dios dice sobre las cosas que usted cree y practica, pregúntese ¿qué dice Dios en su Palabra sobre mis creencias y mi conducta? O también ¿aprueba Dios lo que yo hago y dejo de hacer? Espere unos segundos antes de seguir adelante con el mensaje

Amigo, asegúrese de que sus creencias y prácticas son las que la Biblia ordena. Si sus creencias y prácticas son contrarias a lo que la Biblia dice, entonces cambie de actitud; crea lo que la Biblia dice que hay que creer y haga lo que la Biblia manda a hacer.

Quizás son pocas las cosas que con la lectura de la Biblia usted tendrá que cambiar, o talvez son muchas, no lo sabemos. Pero en estos minutos le propongo examinar solo un concepto a la luz de la Palabra de Dios. Probaremos si este concepto es verdadera luz o si es oscuridad.

“Todos somos cristianos” ¿Qué dice usted? ¿Todos somos cristianos?...Bueno, sin ir a la Biblia podemos reconocer que este concepto es equivocado, pues ya nos dimos cuenta que existen personas que son musulmanas, budistas, e hinduistas.

“Todos somos hijos de Dios” ¿Qué dice usted? ¿Todas las personas son hijas de Dios?...

Nosotros podemos razonar y argumentar mucho sobre el hecho de que si todos los seres humanos son o no son hijos e hijas de Dios. Pero es mejor reconocer que en este camino oscuro

Lámpara es a mis pies tu palabra,Y lumbrera a mi camino. Sal.119.105

¿Qué dice la Biblia? Según la Biblia, ¿Quiénes son hijos e hijas de Dios?

En Juan 1.12 _pida que alguien lea_ se dice que son los que reciben a Jesús, lo que creen en él, quienes tienen derecho a ser

llamados hijos e hijas de Dios. Observe que no es solo para los que creen en Jesús, sino para los que le reciben. Es necesario creer en Jesús, pero también hay que recibirle.

Si usted cree que todas las personas son hijos e hijas de Dios, entonces su luz es oscuridad.

Si usted cree en Jesús y piensa que por eso ya es un hijo o hija de Dios, entonces la Biblia le dice que su luz es oscuridad.

A usted que cree en Cristo, la Biblia le dice »recibe a Cristo. Invite a Jesús a entrar en su corazón, ya no viva en tinieblas ni oscuridad, deje que la luz, la luz que es Jesús, inunde su ser, todo su ser. Dígale a Jesús » Ven a mi corazón o Cristo ven, pues en él hay lugar para ti.

Oscar P. MendozaTemplo Metropolitano Alianza