ARTROSIS RODILLA

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PREVENCION Si bien es cierto que algunos factores, como la edad y el terreno genético, no se pueden modificar, hay otros en los que sí podemos influir para retrasar la aparición de una artrosis y frenar su evolución. Para prevenir la artrosis y sus complicaciones, hay que luchar esencialmente contra los principales factores de riesgo, que son el sobrepeso, los traumatismos articulares, los micro- traumatismos repetidos y algunas anomalías de la estática de los miembros inferiores. Vínculo entre las anomalías de los miembros inferiores y la artrosis Algunas anomalías de los miembros inferiores pueden favorecer la aparición de una artrosis. Por ejemplo, la displasia congénita de la cadera es un factor de riesgo conocido de artrosis de la cadera. A nivel de la rodilla, algunos estudios han demostrado que existen con mayor frecuencia rodillas en forma de "X" (deformación en valgus) en los pacientes artrósicos que en los pacientes normales. Sin embargo, no sabemos si la gonartrosis (o artrosis de la rodilla) es la causa o la consecuencia de la rodilla en "X". Por el contrario, sabemos que estas anomalías favorecen la progresión de la artrosis. ¿Cómo corregir estas anomalías? Si presenta una anomalía articular y padece una artrosis asociada a signos radiológicos, aunque sean mínimos, puede plantearse, eventualmente, una intervención quirúrgica. La más frecuente es la osteotomía. Se practica en caso de artrosis femoro-tibial cuando existe una deformación de la rodilla en genu varum (piernas "arqueadas"). Puede aliviarle durante varios años y retrasar o evitar la implantación de una prótesis. ¿Qué actividades hay que evitar? Un traumatismo de escasa importancia, pero repetido regularmente, puede favorecer la aparición de una artrosis y su

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PREVENCION

Si bien es cierto que algunos factores, como la edad y el terreno genético, no se pueden modificar, hay otros en los que sí podemos influir para retrasar la aparición de una artrosis y frenar su evolución.

Para prevenir la artrosis y sus complicaciones, hay que luchar esencialmente contra los principales factores de riesgo, que son el sobrepeso, los traumatismos articulares, los micro-traumatismos repetidos y algunas anomalías de la estática de los miembros inferiores.

Vínculo entre las anomalías de los miembros inferiores y la artrosis

Algunas anomalías de los miembros inferiores pueden favorecer la aparición de una artrosis. Por ejemplo, la displasia congénita de la cadera es un factor de riesgo conocido de artrosis de la cadera. A nivel de la rodilla, algunos estudios han demostrado que existen con mayor frecuencia rodillas en forma de "X" (deformación en valgus) en los pacientes artrósicos que en los pacientes normales. Sin embargo, no sabemos si la gonartrosis (o artrosis de la rodilla) es la causa o la consecuencia de la rodilla en "X". Por el contrario, sabemos que estas anomalías favorecen la progresión de la artrosis.

¿Cómo corregir estas anomalías?

Si presenta una anomalía articular y padece una artrosis asociada a signos radiológicos, aunque sean mínimos, puede plantearse, eventualmente, una intervención quirúrgica.La más frecuente es la osteotomía. Se practica en caso de artrosis femoro-tibial cuando existe una deformación de la rodilla en genu varum (piernas "arqueadas"). Puede aliviarle durante varios años y retrasar o evitar la implantación de una prótesis.

¿Qué actividades hay que evitar?

Un traumatismo de escasa importancia, pero repetido regularmente, puede favorecer la aparición de una artrosis y su agravación. Así pues, el hecho de llevar cargas pesadas, trabajar en cuclillas o de rodillas, o incluso la utilización de herramientas como martillos neumáticos o buriladores con frecuencia, favorece la aparición de artrosis en las rodillas.

De igual forma, algunos deportistas de alto nivel que solicitan mucho sus articulaciones desarrollan más fácilmente una artrosis.

¿Por qué hay que tratar rápida y eficazmente cualquier traumatismo articular?

Un traumatismo articular grave, es decir, directamente responsable de una lesión del cartílago, puede favorecer la aparición ulterior de una artrosis. Éste es el caso, por ejemplo, del clásico "traumatismo del salpicadero" cuando se producen accidentes de coche, que puede ser responsable de:

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una lesión cartilaginosa de la rótula; una fractura de la extremidad superior de la tibia, en ocasiones origen de una

artrosis de la rodilla; una fractura de la extremidad inferior de los huesos de la pierna, que puede

provocar una artrosis secundaria del tobillo.

Aunque la radiografía de la fractura ósea resulta impresionante muy a menudo, generalmente el hueso cicatriza completamente, al contrario que el cartílago.

De la misma forma, un traumatismo severo que origina una lesión cercana al cartílago puede favorecer la aparición ulterior de una artrosis. Éste es el caso, especialmente, de un esguince grave de la rodilla (que afecte a los ligamentos cruzados).

¿Permite, la pérdida de peso, limitar el riesgo de artrosis?

SÍ, en lo que se refiere a la rodilla.

No tiene artrosis, pero sí algunos kilos de más, tiene un riesgo mayor de desarrollar más tarde una artrosis de la rodilla;

si pierde los kilos de más, aunque sólo sea parcialmente, reducirá dicho riesgo; si padece una artrosis de la rodilla, y tiene kilos de más, su enfermedad

progresará más rápido que si su peso fuese normal; si tiene una artrosis de rodilla y kilos de más, conseguirá reducir el riesgo de

agravación de su artrosis y disminuirá los dolores perdiendo peso.

La obesidad aumenta las cargas mecánicas en la articulación. Puede evaluarse mediante el índice de masa corporal (IMC).

¿Indicado realizar un tratamiento hormonal?

La artrosis de la rodilla aparece más frecuentemente en las mujeres tras la menopausia que en los hombres.Factores relacionados: el descenso de las hormonas estrogénicas, que aceleraría la degradación del cartílago.

El tratamiento hormonal sustitutivo recetado, si no hay contra-indicaciones, para prevenir la osteoporosis, también podría contribuir a prevenir la aparición de una artrosis: Al parecer, la artrosis de cadera se observa menos en las mujeres que hayan recibido, o que reciban, un tratamiento hormonal sustitutivo. En caso de artrosis instalada, no existe ningún argumento científico para pensar que tales tratamientos puedan tener ningún efecto sobre su evolución.

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TRATAMIENTO ARTROSIS DE LA RODILLA

La artrosis es una patología que actualmente no tiene cura; pero hay un amplio rango de medicamentos que se pueden utilizar para que el dolor y la inflamación remitan. Algunos medicamentos, como paracetamol o ibuprofeno, pueden ser adquiridos sin receta, pero es aconsejable seguir siempre la indicación médica.

Antiinflamatorios y analgésicos

Algunos pacientes aprecian una gran mejoría utilizando únicamente los antiinflamatorios y analgésicos más habituales. En algunos casos, para los ataques de especial intensidad, el médico puede recomendar otros antiinflamatorios más potentes o su utilización conjunta con otros analgésicos algo más fuertes, como codeína o tramadol, que son opiáceos menores. Estos deben utilizarse siempre bajo control médico ya que, aunque a las dosis habituales es poco probable, pueden producir tolerancia (dejan de hacer efecto y es necesario aumentar la dosis para obtener los mismos resultados) y adicción.

Algunos pacientes con artrosis muy avanzada requerirán opiáceos mayores (morfina, fentanilo) para aliviar el dolor. Estos medicamentos se dispensan estrictamente bajo receta médica.

Existen, además, unos antiinflamatorios bastante específicos para las alteraciones reumatológicas, los ICOX-2, como el celecoxib, que inhiben una enzima vital para la formación de prostaglandinas, las moléculas relacionadas con el dolor y la inflamación, sin presentar los efectos adversos a nivel de la pared del estómago.

Corticoides

Se pueden tomar por vía oral, en forma de cremas, o incluso inyectados en la articulación, para disminuir la inflamación y, con ella, el dolor (muy útiles en ataques agudos, antes de iniciar un tratamiento de mantenimiento);la capsaicina en pomada, que disminuye la cantidad de transmisores que conducen la sensación dolorosa por los nervios; o las inyecciones de ácido hialurónico, que tiene una consistencia y composición similar al líquido sinovial de la articulación, facilitando que el cartílago esté nutrido y reduciendo, en la medida de lo posible, las manifestaciones derivadas de la degeneración. Estas inyecciones se aplican una vez a la semana durante varias semanas, con lo que el efecto tarda más en aparecer.

En algunos casos puede ser necesario llegar a la cirugía para conseguir que la articulación no siga degenerándose.

Existen otro tipo de mecanismos o recomendaciones muy efectivas para tratar de paliar el dolor o evolución de la artorosis:

DIETA: muchos tipos de artrosis se pueden mejorar evitando el sobrepeso, para no sobrecargar la articulación (muy importante en rodillas).

EJERCICIO AEROBICO (natación, pasear...): puede mejorar la funcionalidad de la articulación y evitar que los músculos relacionados se atrofien por disminución de su uso. Debe evitarse permanecer mucho tiempo caminando o de pie. Es más conveniente dar varios paseos cortos que uno largo. Si una pierna es más larga que la otra, suele ser útil la corrección mediante el uso de alzas adecuadas en el calzado.

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ORTOPEDIA: ciertas férulas que pueden contribuir a aliviar la carga que soporta la articulación, pero deben complementarse con ejercicios específicos para favorecer el movimiento de la articulación y fortalecer los músculos; así como con la aplicación de calor o frío para relajar y tonificar la zona.

CALOR LOCAL: puede calmar el dolor, aplicado en forma de baño o con una manta eléctrica.

FRIO: bueno para reducir la inflamación y tonificar la zona.

SUPLEMENTOS NUTRITIVOS: precursores del cartílago y pueden favorecer la mejoría o retrasar la aparición de la artrosis (sulfato de glucosamina y el condroitin sulfato).