Artículo para Suma Sarnaqaña. FLorit_Piedracueva

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Extranjerización de la tierra al norte del Río negro. Lic. Paula Florit. ([email protected]) Lic. Maximiliano Piedracueva.([email protected]) I. Introducción. El presente artículo surge a partir del trabajo “Extranjerización de la tierra: una caracterización” desarrollado entre 2010-2011 1 en los departamentos ubicados al norte del Río Negro. El objetivo de este trabajo consiste en caracterizar el fenómeno de la extranjerización de la tierra. En los últimos años el Uruguay ha observado un rápido proceso de adquisición de tierras que recorre el eje extranjerización- concentración. Si bien desde algunas organizaciones sociales y en parte desde el sector político, se ha logrado colocar el fenómeno en la agenda pública, los intentos de cuantificar el fenómeno en el Uruguay se encuentran con dificultades de acceso a la información, puesto que las mediciones oficiales, como el Censo General Agropecuario, respetan el derecho de anonimato de las empresas rotuladas como Sociedades Anónimas (S.A.) 2 Los antecedentes del estudio de la extranjerización en el país cuentan con estimaciones basadas en información Censal, pero sobre todo se han basado en informaciones no oficiales publicadas o divulgadas por la prensa o por empresas transnacionales. En este contexto las estimaciones fluyen entre un 3 y un 25%. 3 En este artículo se presenta una aproximación al fenómeno de la extranjerización al norte del país, zona geográfica caracterizada por ser la de mayor número de transacciones compra-venta en el período iniciado en 2003. El Censo General Agropecuario 2011 libera sus primeros datos con un 1% de predios extranjeros y con un 14% de predios que no son personas físicas. Estos últimos manejan un 43% de la tierra mientras que en el año 2000 manejaban un 1%. 4 1 Proyecto de investigación financiado por la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la UdelaR. Este artículo tiene como base el trabajo presentado en el XXVIII Congreso ALAS, Recife, Brasil, en los días 6-11 de setiembre de 2011. 2 Entendemos que la medición del fenómeno hace parte de la política pública de tierras en el país. El Estado, al no medir el nivel de extranjerización, no cuenta con elementos ciertos que permitan tomar medidas. A su vez la información sobre este fenómeno debe ser de acceso público y por tanto la forma actual de relevarla a través del Censo no cumple con ese requisito. 3 Ver Piñeiro 2011; Vasallo 2010; Oyhantçabal; Narbondo; 2008. 4 Dentro de la categoría “no aplicable” del Censo se encuentran las Sociedades Comerciales privadas como también las dependencias del Estado como por ejemplo el Instituto Nacional de Colonización.

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Extranjerización de la tierra al norte del Río negro.Lic. Paula Florit. ([email protected])

Lic. Maximiliano Piedracueva.([email protected])

I. Introducción. El presente artículo surge a partir del trabajo “Extranjerización de la tierra: una

caracterización” desarrollado entre 2010-20111 en los departamentos ubicados al norte del Río Negro. El objetivo de este trabajo consiste en caracterizar el fenómeno de la extranjerización de la tierra. En los últimos años el Uruguay ha observado un rápido proceso de adquisición de tierras que recorre el eje extranjerización-concentración. Si bien desde algunas organizaciones sociales y en parte desde el sector político, se ha logrado colocar el fenómeno en la agenda pública, los intentos de cuantificar el fenómeno en el Uruguay se encuentran con dificultades de acceso a la información, puesto que las mediciones oficiales, como el Censo General Agropecuario, respetan el derecho de anonimato de las empresas rotuladas como Sociedades Anónimas (S.A.)2

Los antecedentes del estudio de la extranjerización en el país cuentan con estimaciones basadas en información Censal, pero sobre todo se han basado en informaciones no oficiales publicadas o divulgadas por la prensa o por empresas transnacionales. En este contexto las estimaciones fluyen entre un 3 y un 25%.3 En este artículo se presenta una aproximación al fenómeno de la extranjerización al norte del país, zona geográfica caracterizada por ser la de mayor número de transacciones compra-venta en el período iniciado en 2003. El Censo General Agropecuario 2011 libera sus primeros datos con un 1% de predios extranjeros y con un 14% de predios que no son personas físicas. Estos últimos manejan un 43% de la tierra mientras que en el año 2000 manejaban un 1%.4

II. Un modelo.El fenómeno de la extranjerización de la tierra sólo puede comprenderse con una

mirada más amplia que abarque la transnacionalización de capitales. El proceso comenzado en la década del `70, a partir de la crisis petrolera, ha marcado un punto de inflexión en las relaciones entre países desarrollados y subdesarrollados. El crecimiento de los países pertenecientes a la Organización de los países exportadores de petróleo (OPEP), significó una expansión de la economía mundial donde los límites nacionales fueron superados. En consecuencia los capitales de los países enriquecidos y desarrollados comenzaron a buscar nuevos espacios en los cuales reproducirse; uno de esos espacios es Latinoamérica.

La expansión de la economía mundial requirió la instauración de un mercado globalizado de capitales y con ello la institucionalización de una economía mundo basada en los capitales financieros. La llegada de capitales a los países subdesarrollados se materializó a través de préstamos bajo el supuesto de que potenciarían el desarrollo y a través de privatización de servicios hasta entonces públicos. En concreto lo que sucedió fue el incremento de la deuda externa de los países periféricos en niveles inconmensurables. Luego de la “crisis” del modelo neoliberal, los países periféricos no lograron escapar a su condición de dependientes. En la actualidad y bajo el rótulo de post-consenso de Washington o bajo el rótulo de neo-1 Proyecto de investigación financiado por la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la UdelaR. Este artículo tiene como base el trabajo presentado en el XXVIII Congreso ALAS, Recife, Brasil, en los días 6-11 de setiembre de 2011.2 Entendemos que la medición del fenómeno hace parte de la política pública de tierras en el país. El Estado, al no medir el nivel de extranjerización, no cuenta con elementos ciertos que permitan tomar medidas. A su vez la información sobre este fenómeno debe ser de acceso público y por tanto la forma actual de relevarla a través del Censo no cumple con ese requisito. 3 Ver Piñeiro 2011; Vasallo 2010; Oyhantçabal; Narbondo; 2008. 4 Dentro de la categoría “no aplicable” del Censo se encuentran las Sociedades Comerciales privadas como también las dependencias del Estado como por ejemplo el Instituto Nacional de Colonización.

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estructuralismo5, los países periféricos han reconvertido sus deudas bajo un nuevo nombre: la inversión extranjera directa. En el caso uruguayo la deuda se ha reconvertido en “soberana” lo que implica que los acreedores no son las instituciones financieras internacionales sino que el Estado uruguayo la gestiona,6 no obstante, la “soberanía” de la deuda implica acuerdos entre el país acreedor, el país deudor, y empresas del país acreedor. De este modo es que la soberanía de la deuda se ha transformado en inversión extranjera.7

Bajo la condición de país deudor, y al mismo tiempo dependiente, el Uruguay basa su modelo de crecimiento en el ahorro externo; esto es que el crecimiento de la economía uruguaya depende de los excedentes generados por el mercado internacional, principalmente por las empresas transnacionales. En este esquema el motor de la economía uruguaya se basa en la llegada de capitales extranjeros en diversos sectores de la economía así como también de los préstamos para “el desarrollo” de distintas entidades financieras. En este contexto es que debe pensarse la extranjerización de la tierra, de la industria, de los servicios, de la soberanía.

III. Un recurso.El debate estructuralista y neoclásico puede guiar la discusión sobre el tipo de recurso

que es la tierra ¿es una mercancía como otras o es un recurso específico? En este escrito se entiende que la tierra no es una mercancía más y que por lo tanto su dominio por parte de operadores privados foráneos no es un hecho a obviar. Si bien la extranjerización de la tierra se encuadra en el contexto de transnacionalización de los capitales, cuenta con algunas especificidades que merecen su atención: la tierra produce alimentos. La expansión agrícola fundamentada en la necesidad de producir alimentos y muchas veces sostenida en la producción de combustibles, ha repercutido en la estructura social agraria y en los modelos de producción de muchos países latinoamericanos.

Para el caso uruguayo, el modelo de producción agropecuario se ha visto transformado en las últimas décadas como respuesta a coyunturas internacionales que solicitan y habilitan nuevos modos de producción con fines y objetivos globales que muchas veces pueden ir en detrimento de las expectativas locales. En este sentido, la matriz clásica del Uruguay se ha visto irrumpida por nuevas estrategias provistas por la agriculturización del agro, nuevas demandas externas de productos específicos con requerimientos especiales de calidad y producción8. Ello ha provocado una reorganización productiva y social del agro y del sector empresarial uruguayo que ha incorporado nuevos rubros productivos ( principalmente soja y forestación) con requerimientos, en cuanto a tecnología muy distintos a la clásica producción ganadera y a la forma en que la agricultura venía desarrollándose.

La actual matriz productiva agrícola demanda nuevos factores: innovación, establece nuevos modos de propiedad y uso de la tierra, nuevas estructuras de empleo, nuevas modalidades de trabajo, distinto capital humano, nuevas herramientas financieras, nuevas reglamentaciones jurídicas, nueva infraestructura, y con ello, genera inevitablemente una nueva cultura de trabajo, con nuevas expectativas individuales y colectivas, acuerdos y desacuerdos sobre el modo de producción. Junto con ello el recurso tierra se encuentra en la actualidad bajo una 5 Por Neo estructuralismo se hace referencia a la propuesta de Sunkel en referencia a los procesos de desarrollo en América Latina. Esta propuesta se nutre de algunos conceptos cepalinos teñidos con estrategias neoliberales; si bien es un tipo ideal y no se ajusta a la realidad, se entiende que el modelo uruguayo cuenta con una impronta de este tipo. 6 La concepción de deuda “soberana” alude al hecho de que el país ha avanzado en el dominio de su deuda al desvincularla de Instituciones financieras internacionales para comercializarla a nivel de empresarios privados. En suma actuó una conversión de deuda. (Verger, 2003).7 Para un desarrollo de este concepto puede verse Verger, 2003. 8 Se hace referencia al mercado privatizador de la genética el cual demanda productos en base a productos patentados, y a su vez, exige determinadas prácticas productivas intensivas a modo de dar respuesta a la demanda internacional.

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extrema competencia intrasectorial en la cual los nuevos rubros van desplazando a la producción tradicional y a sus productores. 9

Los gráficos 1 y 2 muestran, para el año 2009, dos particularidades del modelo del agronegocio uruguayo; por una parte el incremento de la forestación y su modalidad de compra, y en segundo lugar el incremento de la agricultura y su modalidad de arrendamiento.10

Gráfico 1.

En términos generales durante el período 2000-2009 en los departamentos al Norte del Río Negro se tranzaron alrededor de 2.000.000 de hás siendo sus compradores extranjeros o Grupos o Sociedades no identificadas, de las cuales prácticamente un millón se encuentran en los departamentos de Paysandú y Río Negro. Si bien en los departamentos en cuestión predomina la actividad ganadera, existe una tendencia de transformación productiva principalmente en el litoral del país. En el gráfico 2 se puede apreciar que los suelos preferidos para la producción de granos fueron los de Paysandú en los que se arrendaron prácticamente 29.000 hectáreas con destino a la agricultura de secano y con destino agrícola ganadero.

Gráfico 2.

Como puede deducirse de los anteriores apartados, el desafío de la medición de la extranjerización de la tierra radica en: (a) las dificultades propias de las encuestas o censos en

9 Puede verse Vasallo, 2010; Florit, Piedracueva; 2011. 10 La asociación no es directa, y de hecho la forestación se ha colocado en el litoral del país; no obstante por el tipo de suelos y por la citada competencia intrasectorial, el cultivo de soja es característico del litoral mientras que la forestación se ha comenzado a desplazar hacia el norte y noreste del país.

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el medio rural, y (b) la existencia de una alto porcentaje de las transacciones realizadas en el último período que se presentan en forma de sociedades anónimas o de grupos no identificables por su nacionalidad. En este sentido, existe un elemento legal de protección 11

que obstaculiza el acceso a la información y que se mantiene en vigencia en el censo 2011. Desde ese enclave de desconocimiento el presente proyecto se orientó a buscar caracterizar las producciones de capitales extranjeros en el norte. Como lo muestra la Tabla 1 la encuesta realizada a predios del norte del país permitió identificar la existencia de entre un 8,4% y un 11,2% (α = 0,05) de los predios en propiedad de capitales extranjeros.

Tabla. 1Extranjerización en propiedad al norte del Río Negro.

Este porcentaje resulta significativamente diferente a los valores conocidos en el censo 2011, y contempla la existencia de predios comprados a nombres de titulares de capital extranjero inscriptos a través de sociedades anónimas u otros no identificables. Las características concentradoras del modelo extranjerizador obligan a señalar que si bien se realiza una estimación de los predios puntuales en manos de capitales extranjeros –identificación de gran relevancia para el análisis-, los mismos pertenecen a un número menor de empresas, ya que las mismas empresas trasnacionales realizan compras de múltiples predios en diferentes locaciones.12

Gráfico 3.Comparación en la concentración de la tierra por predio en propiedad entre extranjeros y

nacionales al norte del país.

Retomando un análisis conjunto de los predios en propiedad de capital extranjero, más allá de la forma de titulación, se puede reforzar la idea de que es un modelo concentrador al contraponer el número promedio de hectáreas de sus predios (905 há promedio por predio) 11 Actualmente se ha dispuesto que la nómina de acciones sea al portador, pero esa información solamente será manejada por el Banco Central del Uruguay; incluso la DGI solamente podrá acceder a la información en casos concretos y bajo permiso del ente. 12 En consonancia con esta perspectiva concentradora, la tabla evidencia que el porcentaje de tierra en propiedad supera ampliamente el porcentaje de predios, denostando la compra de predios de gran envergadura o la fusión de predios más pequeños a manos del capital extranjero, de modo que el alcance de este se ubica entre un 6% y un 23% de las hectáreas del norte del país. Si bien el tamaño de la muestra resigna a un intervalo de confianza amplio, se evidencia que el 6% identificado por Piñeiro (2010) aparece como el menor valor posible para las hectáreas en propiedad directa (únicamente compra).

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frente al promedio de hectáreas de los predios nacionales (595 há). No obstante, si se consideran la cantidad promedio de há por empresas extranjeras –con la desigualdad interna que sabemos existe- las mismas incrementan ampliamente su há promedio hasta alcanzar una media de 1488 há por empresa extranjera. Por último, cabe señalar que la distribución de hectáreas tanto entre los nacionales como entre los extranjeros no sigue una distribución normal, por lo que el promedio aparece como una primera ilustración algo desfigurada de la real distribución de la tierra, en particular para el caso nacional que se asienta como muestra el Gráfico 3 sobre una amplia base de pequeños predios inferiores a las 50 há.

Tabla 2.Radicación en predios extranjeros.

IV. Un final.Se ha intentado mostrar en este artículo que el Uruguay se encuentra promoviendo un

modelo de desarrollo basado en la generación de crecimiento económico con base en el ahorro externo. Dentro de ese contexto, como país dependiente, es anfitrión de inversiones en uno de sus recursos claves: la tierra. La instauración del agronegocio en el país se ha materializado en la transformación del paisaje rural, de las culturas de trabajo, de la organización de las explotaciones; y sobre todo, ha implicado una fuerte presión sobre la pequeña producción de tipo familiar. (Florit, Piedracueva; 2011) De cara al desarrollo rural resulta imprescindible concentrar esfuerzos en la comprensión de estos fenómenos y sus impactos sobre la población rural. En el presente artículo se ha tratado de caracterizar el fenómeno dentro de un contexto específico: la transnacionalización de los capitales.13 Por ese motivo se ha dejado de lado la discusión y reflexión teórica dejando que el/la lector/a pueda referirse a la diversa bibliografía que aborda la temática. En este proyecto se partió del supuesto de que Uruguay ha tomado conciente o inconcientemente una vía de crecimiento y que la misma no implica un desarrollo equitativo en los espacios rurales. Se considera en consecuencia que existen dos cuestiones centrales a destacar: una es la definición nacional en torno a qué hacer o qué lugar le cabe a la producción familiar en la estructura agraria, y la otra es qué límites o alcances considera el país que debe tener este modelo, que como se ha visto, ya está instalado en el Uruguay pero tiene potencial para continuar desarrollándose.

Se ha mostrado que el modelo político que dirige el Uruguay Productivo es altamente dependiente del ahorro externo (inversiones, préstamos, subsidios) y que por la misma razón las prácticas productivas en el Uruguay se ajustan a la demanda internacional de bienes y por lo tanto de factores. El acceso a la tierra, sus nuevos usos y sus nuevos destinos refieren a demandas globales de determinados productos agrícolas con destinos industriales. En un marco de crisis alimentaria global el Uruguay Productivo, en tanto modelo político, dista de otros slogans como Uruguay Natural o Uruguay Social. El modelo extranjerizador no es amigable con el medio ambiente, no es responsable con los recursos naturales, no es

13 Debe señalarse aquí que la transnacionalización de los capitales agroindustriales debe pensarse en el marco del agronegocio. Esto es que la tierra es un recurso extranjerizado al igual que la industria, que la maquinaria agrícola, que los insumos, que parte de la mano de obra, etc.

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equitativo y no persigue la justicia social. El Instituto Uruguay XXI en su sección forestal 2011 anuncia con grandeza que aún queda un 80% de predios declarados de prioridad forestal a merced de nuevos inversores, los acuerdos marco con organismos internacionales, el logro de nuevos préstamos y de subsidios se presentan a la población como excelentes logros de la clase política; este modelo de desarrollo refuerza la dependencia del Uruguay, y en un marco de globalización financiera y productiva, refuerza la dependencia de los dependientes14

Como se anotó anteriormente el Censo 2011 da cuenta de que el nivel de extranjerización ha disminuido de un 3,1% en el año 2000 a un 1,7% en el 2011; no obstante el número de explotaciones registradas como personas jurídicas ha aumentado de un 0,9% a un 14,5%, y junto con ello ha aumentado el número de hectáreas que manejan de un 1% a un 43,1% de la superficie de uso agropecuario. Más allá de esto la relación “Persona Jurídica-Empresa Extranjera”15 no puede hacerse directamente, principalmente por la falta de información que proporciona el Censo Agropecuario, más no es de extrañar que exista un fuerte vínculo entre las decisiones políticas que favorecen a las empresas extranjeras y el citado crecimiento.

Ante este contexto la alarma social en el Uruguay ha sido tenue, tanto desde la academia como desde sectores de la sociedad civil organizada. En los últimos años se dio una creciente alarma sobre la extranjerización de la tierra la cual hoy ha desparecido. A excepción del movimiento No a la Extranjerización de la Tierra, de los movimientos en contra de la Mega Minería, y de organizaciones como Guayubirá, Redes, entre otras, el Uruguay observa tranquilo un modelo extractivista, irregular pero legítimo y legal. Publicaciones como la que en este momento usted se encuentra leyendo que a su vez se enmarcan en agrupaciones y movimientos, son elementos centrales que hacen a la generación de consciencia crítica: el esperma de la resistencia y la única posibilidad de cambio social.

V. Bibliografía referida. DIEA, “Presentación de datos preliminares del Censo 2011.” Diciembre de 2012Florit, P; Piedracueva, M. 2011. “Tierra y territorios rurales. Presión de compra en el Uruguay.” CIEA. Oyhantçabal, G; Narbondo, I. 2008. Radiografía del agronegocio sojero. Descripción de los principales actores y los impactos socio-económicos en Uruguay. Redes. Montevideo. REDES et al; 2008; Soberanía de los pueblos o intereses empresariales. Los mecanismos de arreglos de diferencias Inversor-Estado y sus impactos sobre los derechos y el medioambiente. Zonalibre, Montevideo.Piñeiro, D. 2010, “Concentración y extranjerización de la tierra en el Uruguay” en Las agriculturas familiares del MERCOSUR, Trayectorias, Amenazas y desafíos. CICCUS. Argentina

14 EL Uruguay se ha apropiado en los últimos años de inversiones extranjeras que antes llegaban a otros países latinoamericanos; esta acción implica a su vez que a modo de ser competitivos los otros países comiencen a rever sus políticas comerciales. De hecho esa es la historia del Uruguay. 15 Por ejemplo dentro de Personas Jurídicas y dependencias del Estado se encuentra el Instituto Nacional de Colonización que en 2011 declaraba administrar 240.500 hectáreas.