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  • 8/19/2019 Articulo Imaginarios Arte y Salud

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    Nómadas (Col)

    ISSN: 0121-7550

    [email protected]

    Universidad Central

    Colombia

    Cáceres, Gigiola

    Imaginarios del cuerpo y lenguajes expertos. Aproximaciones a la imagen del cuerpo, entre el arte y la

    medicina

    Nómadas (Col), núm. 26, 2007, pp. 199-211

    Universidad Central

    Bogotá, Colombia

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105115241018

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    1NÓMADASCÁCERES, G.: IMAGINARIOS DEL CUERPO Y LENGUAJES EXPERTOS.

    Imaginarios del cuerpo y lenguajes expertos

     Aproximaciones a la imagendel cuerpo, entre el arte y la

    medicina

    Gigiola Cáceres*

    Este artículo presenta una indagación sobre la medicina moderna y su impacto en la construcción de representacnes corporales. Aquí, representarse a sí mismo pasa por la apropiación que cada sujeto hace de los discursos provenites de determinadas disciplinas científicas y/o sociales, así como de ciertas prácticas culturales, que aparentementeconectan con los sistemas de verdad. No obstante, las apropiaciones que hacen los sujetos mutan, deforman e hibridla noción de cuerpo, haciendo de la representación un espacio contra-discursivo, en donde se plantan críticas a

    normalizaciones del cuerpo.Palabras clave: cuerpo, imagen, discurso, arte, subjetividad, medicina, micro política.

    Este artigo apresenta uma indagação sobre a medicina moderna e seu impacto na construção de representações corpora Aqui, representar-se a si mesmo passa pela apropriação que cada sujeito faz dos discursos provenientes de determinadisciplinas científicas e/ou sociais, assim como de certas práticas culturais, com que aparentemente se conectem comsistemas de verdade. No entanto, as apropriações feitas pelos sujeitos mudam, deformam e hibridam a noção de cor

     fazendo da representação um espaço contra-discursivo, onde são abordadas críticas às normalizações do corpo.Palavras-chaves: Corpo, imagem, discurso, arte, subjetividade, medicina, micro política.

    This article presents an inquiry about modern medicine and its impact in the construction of body representatioHere, representing one self goes through the appropriation that each subject makes of the discourses that come frdetermined scientific and/or social disciplines, as well as from certain cultural practices that, apparently, are connecwith the systems of truth. Notwithstanding, the appropriations that subjects make, change, deform and hybridate

    notion of body, turning the representation into a counter-discursive space, where critics against the normalization of body are focused.

    Key words: Body, image, discourse, art, subjectivity, medicine, micropolitics.

    * El artículo es producto de la investigación “Imaginarios del cuerpo, lenguajes expecartografías del cuerpo entre el arte y la medicina” que se realizó con la financiacionPrograma Nacional de estímulos a la creación y la investigación del MinisterioCultura de Colombia.

    ** Artista plástica de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas y EspecialistaEstudios Culturales de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. [email protected]

    ORIGINAL RECIBIDO: 23-I-2007 – ACEPTADO: 09-II

    [email protected] • PÁGS.: 199-

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    NÓMADAS200  NO. 26. ABRIL 2007. U NIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

    Introducción

    Por debajo de la piel, hago un coágulo en mi cabeza,

     como una nube de melancolía; el calor es tan fuerteque la sangre se torna quemada, entonces, queda en mí 

    una nube corrosiva que no me deja ver la imagen de mi cuerpo.

    “Fragmentos para una anatomía imaginada”,catálogo de exposición.

    Al no poder explicar el mundo que se esconde pordebajo de la piel, nuestro lenguaje se rehace en unaretórica capaz de dibujar desde la particularidad másinconexa, imágenes provenientes de la extensa carto-grafía mental que existe sobre el cuerpo humano. El

    cuerpo que nos imaginamos, divaga entre pensamien-tos, palabras y representaciones, provenientes de undiscurso, que es, como indica Foucault, “tan realmen-te ingenuo, que parece situarse en el nivel más arcai-co de la racionalidad” (1985: 5). Como parte de ungran rompecabezas, nuestro cuerpo se construye comoobjeto de discursos.

    Hablamos aquí de la producción científica y aca-démica que desde la modernidad produce saberes so-bre el cuerpo, transmitidos a través de la educaciónque recibimos en nuestra cotidianidad. Ciertamente,

    las disciplinas sociales o las disciplinas científicas hangenerado reflexiones sobre el cuerpo, que sirven deapoyo para modelar las prácticas culturales sobre otrotipo de discursos como la higiene, la moda, la salud, laalimentación y la cultura física, entre otras (Pedraza,1999). No es difícil observar que las maneras de per-cibir y de pensar el cuerpo corresponden a una tradi-ción marcada por el poder: el de nombrar y clasificar.Para muchos de nosotros, observarse al espejo es unaexperiencia frecuente. Sin embargo, pocas veces nosdetenemos frente al espejo para observarnos comple-tamente desnudos. Si lo hacemos, es posible que sea

    para constatar una aparente normalidad o anormali-dad según lo aprendido culturalmente.

    Ahora bien, podría decirse que ese mirarnos al es-pejo puede ser una experiencia significativa, en don-de el cuerpo es sólo un duplicado de eso que se revelaseguidamente como imagen. Para hablar de la nociónde imagen corporal, es necesario analizar el papel quejuega la imagen en la contemporaneidad, cuando esclaro que ésta se ha abierto un campo significativo en

    el mundo del conocimiento, pues no existe un lugaren el pensamiento colectivo en donde las imágenesno estén remplazando los cuerpos que vemos, que

    imaginamos y que anhelamos1

    . La imagen toma mu-chas veces el lugar del discurso y se convierte ella mis-ma en un discurso. En los espacios cotidianos,advertimos casi siempre imágenes que en sí mismascontienen su propia discursividad. Por las calles y lu-gares de confluencia masiva, por ejemplo, son muchoslos casos en donde las imágenes del cuerpo son discur-sos de belleza, poder, salud. Pero si miramos desde ellado de nuestra subjetividad, ¿podría una imagen tra-ducir nuestra propia experiencia corporal, sin apelaral discurso experto y a los modelos del cuerpo promo-vidos en la cultura?

    Ciertamente, existen múltiples experiencias en lacotidianidad del cuerpo, acontecimientos corporales,que no pueden fijarse ni describirse utilizando los dis-positivos y lenguajes especializados: ¿acaso no hemosexperimentado que las palabras nos faltan o que noson equivalentes a lo que sentimos, cuando tratamosde contarle al médico nuestras experiencias corpora-les y más aún, cuando tratamos de comprender el len-guaje especializado que el médico utiliza para describirnuestra propia enfermedad? Y si fuera necesario usarla producción experta, los esquemas disciplinares y las

    construcciones culturales para dar cuenta del flujo depensamientos que rodea la experiencia de nuestrocuerpo ¿no estaríamos demarcando “los terrenos cor-porales de manera descarnada [...] pasan[do] por altoel cuerpo, o lo que es peor, [escribiendo] contra él”(Butler, 2002: 11)? ¿Es posible, entonces, construir unanoción de cuerpo por fuera de los esquemas y marcosde la representación científica, cuando advertimos quenunca habrá una significación lo suficientemente com-pleta, que ilustre la realidad que se esconde por deba-jo de la piel y en ella?

    Partiendo de estas inquietudes me propongo exa-minar algunas representaciones que –como figuras, imá-genes o ideas– emergen en nuestras narraciones,cuando tratamos de explicar, a través de un lenguajeordinario, nuestras experiencias de enfermedad, los iti-nerarios terapéuticos y los imaginarios del cuerpo, endonde cada individuo se define en relación con losmodelos estandarizados, pero también con la posibili-dad de imaginar y de pensar su cuerpo como diverso ydiferente.

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    Para analizar estos imaginarios abordaré en primerainstancia el análisis de algunos referentes visuales quecomo desde la Ilustración científica evidencian dife-

    rentes “miradas epistemológicas” para la comprensióndel cuerpo. Seguidamente, presentaré una reseña dela investigación realizada por Gloria Garay Ariza y Car-los Pinzón Oviedo, sobre salud y subjetividad urbana,con el fin de dar un ejemplo de la apropiación porparte de los individuos de estos discursos y prácticasculturales. Finalmente presentaré mi propia reflexiónen donde el cuerpo, como representación de nosotrosmismos, es producto de imaginarios, mutacionesdiscursivas y micro-políticas, que posiblemente pue-den generar desde lo estético algunas reflexiones sobrela experiencia de la representación del cuerpo huma-

    no en la contemporaneidad2.

    Imaginarios, discursos y hegemoníaen la representación del cuerpo

    Las imágenes, como el lenguaje, dominan nuestroconocimiento. La representación anatómica, primor-dial en los estudios de medicina, constituye hoy unaparte especial de la iconografía con la cual, a travésde la historia, hemos construido nuestra propia repre-sentación.

    Gracias al estudio de la anatomía, desde el Rena-cimiento, tenemos la posibilidad de construir unaimagen de nosotros mismos, basada en los marcosestandarizados y reproducidos por la objetividad cien-tífica. Nuestro cuerpo, como objeto de estudio, es almismo tiempo el reflejo del saber normativo de lamedicina, de sus supuestos, de sus aciertos y de susdiscursos, forjados todos estos a través de varios si-glos de observación. Recordemos que hasta el Rena-cimiento, el cuerpo como creación divina eraconsiderado sagrado y no podía estudiarse por den-

    tro. Al cambiar los tiempos, con Vesalius y LeonardoDa Vinci, entre otros científicos, la observación dela materia abierta se enmarcaba ya en la búsquedade una objetividad científica. Pero, ¿podía ser enton-ces el cuerpo abierto, el lugar donde reposaba la ver-dad sobre la corporalidad?

    En este punto, fuera de suponer una duda sobre ellugar de la materia en relación con la verdad, nos in-teresamos por el campo de la visión. La visión ha sido

    siempre la encargada de interpretar y reproducir significados del cuerpo en un momento histórico terminado. Así, si nuestra relación con lo que obs

    vamos siempre ha estado mediada por el poder demirada, es a través de la mirada que se revela una fma explícita y particular de hablar y de pensar el cupo en la cultura.

    La mirada ha sido por excelencia el dispositorganizador de la ciencia positivista. Nuestro omediador entre lo visto y lo vidente, aparece encentro de una serie de posturas de creencia visual. ejemplo de ello lo expone Thomas Laquear (199cuando muestra la dificultad que existe para leeinterpretar los textos antiguos, medievales y ren

    centistas sobre el cuerpo, con la óptica epistemológde la Ilustración. Según Laqueur, en estos textos cuerpos tienen características “insólitas, sorprendetes e improbables” para un lector moderno, sienquizás el caso más relevante para esta reflexión el “único sexo”.

    Los médicos del Renacimiento, a través de la prtica de la anatomía, entendieron que sólo podía extir un solo sexo. La observación de la materia abiey expuesta confirmaba que el cuerpo femenino era uversión del masculino, sólo que este último estaba d

    puesto al revés. Así mismo, en el siglo XVII nadie taba muy interesado en buscar pruebas de diferencias anatómicas y fisiológicas concretas enhombres y mujeres, hasta que tales diferencias, ensiglo XVIII, se hicieron políticamente importantecausa de las primeras revueltas feministas ilustradque abogaban, entre otros asuntos, por una autonmía corporal. De acuerdo con lo anterior, ahora npreguntamos: ¿qué vectores de poder enmarcabanemergencia y la creencia en ese tipo de realidadmédicas construidas a través de la visión y de su presentación?

    La anatomía renacentista legitimaba, al igual qhoy, los hechos y la verdad de los significados cotruidos culturalmente a través de lo visto y de la tramisión de ciertas ideas del cuerpo, sobre un dibujouna ilustración. La ciencia en este caso, se constitucomo una política de representación que a partir deanatomía y la medicina, nos dirá qué es un cuercómo esta constituido y cómo se representa, portanto, la ilustración científica y las estrategias de

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    presentación propias de las tecnologías médicas sonafectadas por la mirada y por los dispositivos subje-tivos que informan sobre la realidad. Podríamos así 

    pensar, dados los anteriores ejemplos, que la cienciaconstituye una política de la representación que, apartir de la anatomía y la medicina, instituye un sabersobre el cuerpo común al entendimiento de los inte-grantes de una sociedad, a través de la instauración designificaciones y representaciones homogéneas.

    Este tipo de reflexiones, también ha sido vital enel trabajo de varios teóricos contemporáneos. Para

     Judith Butler (2001 y 2002) existe un plano de la ex-periencia cultural que condiciona la realidad mate-rial. En su reflexión, Butler explica que si bien es cierto

    que existen aspectos de la corporalidad que se esca-pan a la materia, es la materia del cuerpo aquella quese vuelve importante para establecer lo que los cuer-pos son. En este sentido, cuando pensamos que la di-ferencia sexual es una cuestión de diferenciasmateriales, la materialidad está de algún modo mar-cada por las prácticas discursivas que en nuestra so-ciedad normativizan un ideal regulatorio en torno algénero y la sexualidad. La materialidad, en este senti-do, será consecuencia de la práctica reiterativa, me-diante la cual el discurso produce los efectos quenombra3. Por ejemplo, el discurso heterosexual regula

    la percepción en donde hombres y mujeres son identi-ficados claramente por sus características anatómicasy fisiológicas. El discurso determina a partir de las ca-tegorías pene/vagina otras características socio-cultu-rales esenciales, que diferencian las conductas, losmodos de ser, las maneras de actuar, las formas de ves-tir e inclusive las características psicológicas que de-terminan un estado emocional y/o psicológico en cadasujeto.

     No es extraño entonces, que en nuestro contextocirculen apreciaciones del tipo: “los hombres son más

    impacientes, insensibles e inconstantes y las mujeresson más sensibles, ordenadas, conservadoras y esta-bles”, categorías de clasificación que se asocian con lacarencia o posesión de útero y menstruación. Así mis-mo, el discurso heterosexual no incluye otro tipo deidentidades en donde los signos biológicos no corres-ponden con las identidades hegemónicas hombre =pene y mujer = vagina. Cualquier realidad que se ale-je de esta relación resulta ser parte de una anomalía,categorizada entre las anormalidades o las desviacio-

    nes propuestas por el discurso heterosexual, y que porlo tanto, corresponde a otra serie de discursos, comoel de la homosexualidad, la inmoralidad y los proble-

    mas adscritos a las patologías psicosociales. En estecaso, “lo que constituye el carácter fijo del cuerpo,sus contornos, sus movimientos, será plenamente ma-terial, pero la materialidad deberá concebirse como elefecto del poder, como el efecto más productivo delpoder” (Butler, 2002: 18).

    Como no se trata aquí de pensar la materialidaddel cuerpo como anterior al discurso, sino de pensarcómo nosotros relacionamos el conocimiento socialcon la experiencia del cuerpo en nuestra cotidianidad,es necesario llevar esta inquietud a nuestro contexto

    y momento particular, preguntándonos ¿bajo qué óp-tica epistemológica se nos ha enseñado a percibir nues-tro cuerpo? Esta pregunta nos sirve para ser conscientesde la relación que existe entre nuestro cuerpo y el sen-tido que le imputan al mismo las construcciones cul-turales. Como sujetos reflexivos, podríamos entoncescuestionar y analizar las políticas del cuerpo que ennuestra cultura nos definen a través del género, la sin-gularidad, los modelos de identidad y los protocolosque utilizamos para inscribirnos dentro de un contex-to social.

    La experiencia médica

    Partir de las experiencias que los médicos han podidohacer sobre mi cuerpo, es partir de mi cuerpo en medio

    del mundo y tal como éste es para otro.

     Jean Paul Sartre

    El discurso médico, como un lugar de reconocimien-to hegemónico situado entre las prácticas culturales deOccidente, produce desde la modernidad representa-ciones del cuerpo humano que circulan de manera

    estandarizada. Entre ellas podríamos vagamente pen-sar en las imágenes del cuerpo enfermo en oposición alas del cuerpo sano. Por ejemplo, los afiches en losconsultorios servirían para ilustrar modos y manerasde representar la corporalidad, pero los mismos tam-bién son útiles para regularizar nuestra percepción so-bre lo normal o lo anormal. Así mismo, en los figurinesque vemos en los consultorios de las clínicas, con loscuales se representan, por ejemplo, las etapas del cre-cimiento, podemos recordar los cánones de belleza,

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    2NÓMADASCÁCERES, G.: IMAGINARIOS DEL CUERPO Y LENGUAJES EXPERTOS.

       J   U   L   I   O

       C    É   S   A   R

       H   E   R   R   E   R   A ,   “   R  o  s   t  r  o  s

       d  e   l  r  e   t  o  r  n  o   ” ,   C   h  o  c   ó ,   2   0   0   2 .   E  x  p  o  s   i  c   i   ó  n  «   C  o   l  o  m   b

       i  a ,   i  m   á  g  e  n  e  s  y  r  e  a   l   i   d  a   d  e  s  » .

       F  u  n   d  a  c   i   ó  n   D  o  s   M  u  n   d  o  s .   O   A   C   N   U   D   H

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    NÓMADAS204  NO. 26. ABRIL 2007. U NIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

    salud y bienestar físico y psicológico, difundidos porlos dispositivos de normatividad social.

    Estas representaciones amparadas en la veracidadobjetiva de la ciencia, aseguran su legitimidad polí-tica e institucional dentro de un aparato estatal yreproducen, desde esa posición, algunas lógicas quepueden dominar sobre otras. Incluso un componen-te moral puede encontrarse allí. Como las represen-taciones de este tipo no son ajenas a las posibleslecturas que podemos hacer, es posible que aparez-can aspectos menos visibles, implícitos por debajodel mensaje explícito de las figuras. Así mismo, no esdifícil notar que los modelos de cuerpo representa-dos en las enciclopedias anatómicas son forjados a

    partir de la morfología del hombre blanco, occiden-tal y europeo, siendo estas representaciones clara-mente excluyentes.

    Hoy, la aproximación a un modelo de cuerpo sano,que al mismo tiempo debe ser bello, favorece el con-sumo y la comercialización de todo cuanto puede equi-pararse con otra clase de discursos como el bienestar,la belleza, el placer y el poder. La medicina, en estecaso, al homogeneizar el saber sobre el cuerpo, anulala identidad de los sujetos como seres diferentes y di-versos, no porque la medicina contamine con su saber

    la experiencia corporal, sino porque construye la no-ción del cuerpo a través de lo social. Justamente, ad-vertir tal relación me llevó a formular la pregunta queorientó el desarrollo de esta indagación: ¿quéimplicaciones tiene la relación de un modelo médicohegemónico, con la representación del cuerpo que cadaindividuo se hace desde su subjetividad?

    En un artículo publicado en 1999 por la Universi-dad Nacional de Colombia, con motivo de la compi-lación realizada sobre el coloquio “Cuerpo, diferenciasy desigualdades”, se presentó la investigación adelan-

    tada por Gloria Garay Ariza y Carlos Pinzón Oviedosobre salud y subjetividad urbana. Su trabajo haceparte de una serie de reflexiones que ponen sobre lamesa las alteridades que inscriben el cuerpo, la salud yla subjetividad, como campos cruzados por tensionespolíticas, económicas y sociales en tiempos de laglobalización. En esta investigación, los sujetos entre-vistados recrean, a través de sus narraciones, los juegosde verdad que les permiten hacer un reconocimientode sí mismos, en relación con los itinerarios de sus prác-

    ticas terapéuticas, los significados de su cuerpo vincu-lados con la enfermedad y el cuidado de la salud, losniveles de reconocimiento y apropiación de los dis-

    cursos médicos en su cotidianidad. A través de estasnarraciones, los investigadores identifican el manejode un discurso proveniente del paradigma médicomoderno y también de otro tipo de discursos prove-nientes de tradiciones médicas no occidentales4.

    En este marco interpretativo es posible reconocerla presencia de los discursos médicos en la realidad ycotidianidad de las personas entrevistadas (particular-mente usuarias de la salud en Bogotá), así como esposible observar las transacciones culturales que tie-nen que ver con movilidades de tipo mercantilista.

    Movilidades que desde la subjetividad de los indivi-duos, producen campos de acción relacionados con laresistencia al sistema médico hegemónico, ya que losusuarios de la salud tienen la libertad de acceder a losservicios terapéuticos que están por fuera del sistemade salud regulador5; la demanda de otro tipo de servi-cios relacionados con las prácticas terapéuticas alter-nativas se ha convertido en un mercado importante.La utilización de estas prácticas alternativas, por partede los usuarios, es cada vez más influyente en la cons-trucción de nuevos paradigmas de cuerpo, salud y sub-jetividad6.

    Esta realidad propia de un sincretismo o mestizajeentre los sistemas médicos y otros modos de conoci-miento y cura corporal, hace posible que en las narra-ciones que hace de su cuerpo una misma persona,pueda producirse un imaginario híbrido. Se trata aquí de un mestizaje cultural y por lo tanto hablamos de laconstrucción de nuevos significados culturales. Enefecto, en la narración que hacen los entrevistados desus experiencias terapéuticas, empiezan a ser impor-tantes las estrategias que utilizan para recrear yresignificar todo lo que concierne a la construcción

    de su propia subjetividad corporal. “La resignificaciónocurrida con la movilidad de las colectividades pro-ductoras de culturas médicas, ha generado ‘micro po-líticas’, en donde el sujeto apela a lugares de lamemoria, destinados a condensar la información de loque se es, y otros destinados a condensar la informa-ción de las imágenes de sí, para otros, y de los otros,sobre sí”. Es decir, para producir una representaciónde sí mismos, en relación con los juegos de verdad.(Garay y Pinzón, 1999: 66).

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    2NÓMADASCÁCERES, G.: IMAGINARIOS DEL CUERPO Y LENGUAJES EXPERTOS.

    La mirada como dispositivotransformador: la mutación deldiscurso

    La mutación del discurso  es un concepto que pode-mos tomar prestado de Foucault para adentrarnosen la manera como ha sido integrada y relaciona-da la mirada médica en las diferentes formas depercepción sobre el cuerpo y la enfermedad a travésde la historia de la medicina. Hacemos referencia,en este punto, a la dependencia entre la percep-ción subjetiva del médico y el paciente y el posi-tivismo científico. El discurso médico que, con eltiempo, va cambiando, aparece ligado a una estra-tegia de comprensión de la realidad, para entender

    los diferentes sistemas de visualización a partir dela representación.

    En este ámbito, nombrar lo visible ha sido una ta-rea particular de la ciencia para interpretar los signosque denotan la enfermedad. Según Foucault, en lapercepción hay lugares en donde las palabras y las cosasaún no están separadas, por lo tanto, recurrimos a losmecanismos retóricos del lenguaje poético, ya que esútil para describir los fenómenos adscritos a una situa-ción no definida.

    A través de la relación mirada-objeto-imagina-ción, se hace evidente la utilización de representa-ciones metafóricas y/o alegóricas cuando la imagende un síntoma hasta entonces no tiene un equivalen-te lingüístico que pueda definir lo que se está viendoo sintiendo. El sujeto recurre a la metáfora para defi-nir un estado corporal determinado, utilizando un len-guaje no especializado para ello. Las siguientesnarraciones, pueden ilustrar el uso de herramientasretóricas para definir o describir una experiencia deenfermedad:

    [...] se me durmió el hombro derecho, el brazo enteroestaba entumecido. El médico me hizo unas pruebas,y determinó que todo se trataba de un nervio pellizca-do. Me recetó analgésicos y me aconsejó no esforzar-me tanto en el gimnasio. La mañana siguiente, el ladoderecho de mi cuerpo estaba entumecido. Desde elcuello hasta los dedos de mis pies, no podía mover-me, pero todavía pensaba que se trataba sólo de unnervio pellizcado. Los paramédicos decidieron lle-varme al Hospital St. Luke’s, donde me sometieron a

    una prueba de tomografía computarizada (escánCAT), que detectó una mancha oscura en mi cere-bro, lo que significó la presencia o de un tumor o un

    coágulo de sangre. Me diagnosticaron un ataque ce-rebral (trombosis de seno sagital) (American HeartAssociation, 2006).

    Motivo de consulta: “punticos en la cara” dehace aproximadamente 6 meses y de manera progsiva, lesiones en la cara asintomáticas. Niega usocremas.

    Examen físico: en frente canchas anulares presta pápulas de más o menos 0,2 cm., blanquecinduras, de diferentes tamaños. Otras pápulas más

    queñas y comedones cerrados, cicatrices deprimidaritidas.

    Diagnóstico Principal: Quistes de Millium gran

    Diagnóstico relacionado:1: cicatrices2: comedones actinicos7

    Por otro lado, quisiera también señalar algunas mis propias narraciones, con la diferencia de que éshan sido intervenidas poéticamente, dentro del co

    texto particular de mi trabajo artístico:

    Dolor en el pecho:Ventilación con ocasionales ruidos transmitidos porsecreciones.Localización: porción ventral del cuerpo donde se cier-ne la soledad.Anorexia, diuresis, tiroides bien, normal senos.Dolor abdominal, ingesta de alimento y desencadenaestados de ansiedad.Va a psicología.

    Ojera:Mancha en torno de la base inferior del párpado.Paisaje lívido que va desde el alma hasta los ojos,Cansancio lento,Llanto viejo. (“Fragmentos para una anatomía imagi-nada”, Catálogo de exposición, 2001).

    Con los anteriores ejemplos, podemos observque cada sujeto posee su fábrica de pensamientos,decir, su fábrica de representaciones de todo lo q

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    NÓMADAS206  NO. 26. ABRIL 2007. U NIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA

    ve, siente e interpreta. Con ayuda del lenguaje, elcuerpo comienza a encontrar un espacio retórico designificación, en donde las palabras producen metá-

    foras, analogías, alegorías, asociaciones y compara-ciones para generar nuevas significaciones nopercibidas anteriormente.

    Por otro lado, la obra de Antonin Artaud planteaotro ejemplo, mucho más complejo, que se sitúa den-tro de una producción literaria particular. Artaud, ensu búsqueda lingüística, planteó nuevas formas deescribir y vivir la corporalidad haciendo que no sola-mente fuera viable la existencia de diferentes posibili-dades para el lenguaje, sino que el lenguaje tambiénpudiera convertirse en una experiencia corporal des-

    de lo poético. Se hace relevante en algunos casos, lanecesidad de acudir a un lenguaje que cambie el sen-tido lógico-discursivo de la palabra y lo reemplace porun lenguaje que aluda a la realidad afectiva del cuer-po. La experiencia del lenguaje en la obra de Artaudnació paradójicamente del dolor corporal ligado conun desarreglo muy temprano de su cuerpo. Finalmen-te, este dolor se unió a la pregunta por el lenguaje ysus propiedades en el mundo de la representación.La búsqueda del escritor francés fue incansable, de-dicándose a la investigación sobre un lenguaje impo-sible, un lenguaje que negara su propia esencia: la de

    representar.

    El cuerpo es una usina recalentada debajo de la piel,y por fuera,el enfermo resplandece,brilla,con todos sus poros,expandidos,semejantes a un paisajede Van Gogh al medio día. (Artaud, 1997: 181)

    Una sensación de ardor quemante en los miembros,

    músculos contraídos y candentes, la sensación de estarvidriado y frágil un miedo, una retracción ante el rui-do y el movimiento […] Un dolor paroxístico del crá-neo, una incisiva presión de los nervios, la nucaagarrada al sufrimiento, las sienes que se cristalizan ose marmorizan, una cabeza pateada por caballos. (Ibíd.:26 y 27).

    Las palabras de Artaud son imágenes sobre el cuer-po que permiten la relación de otros modos de exis-

    tencia altamente subjetivos, imágenes que tienensentido por su familiaridad con nuestra propia repre-sentación corporal. En este punto, me referiré es-

    pecíficamente a algunas entrevistas realizadas a misamigos y conocidos que complementan, de algunamanera, esta percepción8.

    Carolina Díaz, 29 años, Artista Plástica

    Gigiola: ¿Cuándo fue la última vez visitaste elmédico?

    Carolina: No recuerdo… el año pasado fui a unoftalmólogo.

    G: ¿Cuál fue la razón de tu visita al oftalmólogo?C: Hacer un nuevo examen para determinar las

    dioptrías de mis lentes, porque soy miope.G: ¿Qué es una dioptría?C: Es la medición de, digamos, ummmmmm, en

    términos de la “jerga”, tener la visión 20/20, estener una visión perfecta, entonces, cuando lavisión no es así y una dioptría es de 1.5 o 2.5,quiere decir que es como la cantidad… ¡de loque yo no veo! (risas) ¡Qué raro! ¿Cómo asíque yo no veo 1.5?

    Marcela Isaza, 27 años, Socióloga

    G: ¿Cuál fue tu última experiencia médica?M:Hace como un mes, 20 días y me tienen queoperar. Me tienen que quitar una catarata, unterigio.

    G: ¿Qué es un terigio?M:Es una telita superjarta, un acumulado de célu-

    las que me rasca, me pica, se me irrita el ojo.G: ¿Cómo te la imaginas?M:Como una carnosidad fea, me imagino un acu-

    mulado de células pero como no sé cómo sonlas células, como una masa jarta, carne blancarosada.

    G: ¿En este momento tienes algún tipo de trata-miento terapéutico alternativo?

    M:Sí, energético a través del reiki, y la danza siem-pre ha sido para mí una terapia muy energéti-ca. Siempre estoy tratando de nivelarmeenergéticamente con otras cosas, y otras con“goticas”, pero hace dos meses que ya no lasestoy tomando.

    G: Mentaliza tu imagen corporal. ¿Cómo es esaimagen?

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       P   A   U   L   S   M   I   T   H ,   “   V   i  v  a   E  s  p  a   ñ  a ,   b  a  r  r   i  o   d  e   i  n  v  a  s   i   ó  n   d  e   d  e  s  p   l  a  z  a   d  o  s   ” ,   Q  u   i   b   d   ó ,   2   0   0   3 .  «   C  o   l  o  m   b   i  a ,   i  m   á  g  e  n  e  s  y  r  e  a   l   i   d  a   d  e  s  » .

       F  u  n   d  a  c   i   ó  n   D  o  s   M  u  n   d  o  s .   O   A   C   N   U   D   H

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       J   E   S    Ú   S   A   B   A   D

       C   O   L   O   R   A   D   O .   E  x  p  o  s   i  c   i   ó  n  «   C  o   l  o  m   b   i  a ,   i  m   á  g  e  n  e  s  y  r  e  a   l   i   d  a   d  e  s  » .

       F  u  n   d  a  c   i   ó  n   D  o  s   M  u  n   d  o  s .   O   A   C   N   U   D   H

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    M: Me gusta, me parece bacano aunque estoy unpoco chueca, obvio, estoy rechueca porque ten-go un tobillo malo por un esguince de hace un

    mes y me molesta la rodilla. Me gusta muchomi imagen independientemente de… pues hayalgo que siempre me molestó hace un tiempocuando tenía 15 años, pues porque no tenía“puchas”, por ejemplo, y porque era muy fla-ca… pero nada pues, cuando empiezo a hacerdanza empecé a aceptar mi cuerpo, porque yoestaba supremamente gorda, me decíanmichelín, pero ya me aburrí y empecé a hacerdanza y acepté mi cuerpo, como era gordo, gor-do. En este momento rico tener lo que tengo yque no me falta una mano o un pie.

    En la narración que hacen los entrevistados de susexperiencias terapéuticas, son importantes las estrate-gias que utilizan para recrear y resignificar su propiasubjetividad corporal. Frases como: “tengo 1.5dioptrías”, “el estómago es como un tubo que uno tie-ne con una bolsa”, “tengo un seno mas grande que elotro”, ”tuve una fractura con desplazamiento” o “medesguincé la rodilla”, sólo por nombrar algunas de lasfrases más significativas, toman prestado del lenguajeexperto palabras o conceptos para definir una expe-riencia o representación corporal. Al mismo tiempo,

    incluyen asociaciones retóricas, para resolver la im-posibilidad de expresar con palabras lo que se quieredecir respecto a ciertos significados o nociones de cuer-po y enfermedad.

    Representarse a sí mismo, parece entonces, unproceso que pasa necesariamente por la apropiaciónque cada uno hace de los discursos provenientes dedeterminadas disciplinas científicas y/o sociales, así como de ciertas prácticas, en donde cada individuoproduce narraciones que le permiten recrear un ima-ginario personal para describir una determinada si-

    tuación de su cuerpo. Se trata de imágenes queaparentemente el individuo cree conectar con laobjetividad científica, pero que, al mismo tiempo,mutan, deforman e hibridan la noción de cuerpo yenfermedad que se produce a través de sus propiospensamientos. Esta apropiación aparece ligada fre-cuentemente a procesos de singularización, en don-de el sujeto utiliza otros dispositivos de interpretacióndiferentes a la razón, como la imaginación y la crea-ción poética-estética.

    Intuiciones finales: “El cuerpo, es que quiero decir”9

     Nos enseñan a oponer lo real a lo meramente imagido, como si lo real estuviera siempre al alcance de

    mano y lo imaginado, fuera de alcance en la lejanía. Eoposición es falsa. Si bien es cierto que los acontecimi

    tos están a nuestro alcance, la conexión interna de eacontecimientos (aquello a lo que nos referimos como

    realidad) es una construcción imaginar

     John Ber

    La imaginación es la única facultad del conomiento que puede crear ideas propias y relacionarlAl mismo tiempo, es la facultad que nos hace por u

    parte acceder a la asociación inventiva y, por otnos permite articular con ingenio los datos que la zón organiza. Las representaciones que hacemos nuestro cuerpo los no expertos, pueden trascendeser útiles como experiencia estética. Si bien los imanarios surgen a través de las imágenes mentales, ésmismas puedan ser tan reales como lo son aquelprovenientes de la objetividad.

    Como Artaud, muchos hemos construido imanarios mentales gracias a los estados producidos puna enfermedad determinada. Por ejemplo, en mi

    sis de pregrado en artes, realicé una reflexión que ptió del recuerdo de algunas de las enfermedades qtuve en mi niñez. Igualmente, otras personas crean imaginarios a partir de otro tipo de experiencias y cotextos, como la sexualidad, el trabajo, las creencespirituales, las ideologías políticas y las experiencestéticas. En este punto, la referencia a la obra del tista colombiano Luis Caballero se hace necesaria pilustrar una noción de cuerpo que nace en la exriencia estética de la práctica de la pintura y del dibjo y que, finalmente, genera una aproximacióncuerpo desde lo que el artista como sujeto quiere d

    cir. Así, más que resaltar al artista y su obra, me inresa resaltar a la persona, que como muchos nosotros, ha construido una noción de su propio cupo a partir de su singularidad y particularidad psicogica y emocional:

    El cuerpo es todo para mí –hasta un punto obsesivo yque lo veo y lo siento cargado de todo lo que para mí significa algo–. Sólo cuando dibujo un cuerpo me sien-to implicado yo mismo de manera casi carnal. Pinto

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    cuerpos para sentir mi propio cuerpo, y en el momentode pintarlo, todo se confunde y se mezcla. El cuerpoque veo me emociona, y la emoción esta en el dibujo,

    y el dibujo me la recuerda. El modelo renueva esaemoción, y con mi cuerpo siento el cuerpo que dibu-jo, y ese cuerpo puede llegar a ser yo mismo. Yo quesimplemente dibujo. El cuerpo, es lo que quiero decir.(Caballero, 1982).

    El artista nos habla aquí de una verdad del cuerpo,que sólo se puede dar a través de un proceso de re-flexión personal. Aunque su producción artística noha estado exenta de la incidencia de discursos relacio-nados con la homosexualidad y el deseo que no vaconforme con los modelos establecidos, la idea de

    verdad implícita en su propia narración puede darcuenta de una idea de cuerpo que se impone tanto yaún más que la realidad. Una noción de cuerpo quesupera la idea de estar sujeto a los esquemas predomi-nantes de una política corporal, prescrita por las nor-malizaciones y regularizaciones sociales.

    En oposición a esta noción, el discurso propio pro-nunciado desde la subjetividad del artista, rescata yda valor a los pensamientos que surgen cuando el su-jeto busca representaciones del cuerpo que no cono-ce o que no ha visto. Ciertamente, las expresiones de

    la plástica son posibilidades que buscan una defini-ción particular relacionada principalmente con el cuer-po imaginario –el que no se ha visto–, porque sólopertenece a las vivencias de un individuo determina-do que, como muchos, ha construido la imagen de sucuerpo a partir de varias significaciones y alusionesfragmentarias, que hablan de él pero que nunca lo hanllegado a definir en su totalidad.

    Pero, ¿qué queda de nuestro cuerpo, después de lainfluencia que en nosotros ejercen los discursos y lasrepresentaciones producidas por la objetividad cien-

    tífica, social y hasta plástica? y ¿qué hacer entonces,con este mundo de imágenes que se nos presentan yque regularizan de algún modo la percepción que te-nemos de nosotros mismos? Indudablemente, esta in-vestigación intenta movilizar un pensamiento reflexivo,que dé importancia a los devenires, la imaginación yla creación poética-estética, para construir nuevas no-ciones de cuerpo. De esta manera, es crucial para mitrabajo artístico crear imágenes que emerjan de las na-rraciones realizadas por los sujetos, para ilustrar la sin-

    gularidad y particularidad de sus experiencias y pensa-mientos. Por ejemplo, si uno de los entrevistados refirióque su estómago era como “una bolsa que uno debe

    tener con un tubo”, dicha frase me puede llevar a rea-lizar un trabajo visual, en donde el significado de estó-mago puede alterarse, trasladando el sentido quenormalmente conocemos.

    Así mismo, esta investigación proyecta su análisisfuturo hacia algunos espacios contra-discursivos, endonde se planteen críticas a las normalizaciones delcuerpo que le han sido útiles a las estrategias del con-sumo. En el arte, por ejemplo, es posible retomar laspropuestas críticas como las emprendidas por Orlan yCindy Sherman, señaladas al principio de este texto.

    En la publicidad encontramos campañas de marcascomerciales de productos de aseo y embellecimientopara el cuerpo, como Dove:  “La belleza real”, en don-de  se busca generar una conciencia sobre la belleza,presentando imágenes de cuerpos de mujeres nohegemónicos. En algunas vallas, se pueden observarmujeres gordas o con manchas, señoras de edad o imá-genes de adolescentes que no están regidas por losmodelos dominantes de belleza corporal.

    Finalmente, desde una visión transdisciplinar, seproyecta la socialización de esta reflexión, con dife-

    rentes grupos de profesionales y personas no expertas,con el objetivo de intercambiar pensamientos,devenires y ficciones sobre el cuerpo, la salud y la en-fermedad. Siguiendo a Régis Debray,  “empecemos esteviaje a los orígenes de la representación del cuerpo,con los medios de que disponemos: nuestros pobresojos, nuestras pobres palabras”. (Debray, 1994: 20).

    Citas

    1 Algunos investigadores, entre ellos los más cercanos a la antropo-logía médica, han explorado itinerarios terapéuticos que permi-ten divisar la importancia de las imágenes en la construcción de lasubjetividad del cuerpo. Un caso particular es evidenciado en eltrabajo de Gloria Garay Ariza y Carlos Pinzón Oviedo, Violencia,cuerpo y persona. “En la investigación, las imágenes que los suje-tos hacen de este mundo, derrumban la construcción historiográficade las imágenes, produciendo un descentramiento que llega in-cluso hasta el punto en donde las imágenes reemplazan completa-mente el lenguaje”. (Garay y Pinzón, 1999: 14).

    2 Trabajos pioneros en este tipo de análisis son los realizados porla artista francesa Orlan, quien por años se ha sometido a múl-

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    tiples operaciones quirúrgicas a fin de modelar su cuerpo, y enespecial su rostro, en relación con modelos artísticos occidenta-les. En una de sus más importantes intervenciones, “La Ré-Incarnation de Sainte-Orlan e Images, Nouvelles Images”

    (1993), se hace implantar en la frente dos piezas de silicona queusualmente se utilizan para realzar los pómulos. De esta manera,lo controversial de su trabajo radica en la idea de usar la medici-na estética como mecanismo de crítica contra las presiones so-ciales ejercidas sobre el cuerpo femenino y contra los estereoti-pos propios del canon de belleza occidental. Así mismo, la artis-ta norteamericana Cindy Sherman ha trabajado con ciertosmodelos femeninos y prototipos de belleza estandarizados, paradenunciar la ambivalencia sexual que reproducen los modelos yregularizaciones que hacen parte de la educación que recibimosdurante nuestro crecimiento.

    3 Butler ha desarrollado este tipo de postulados básicamente en dostextos: Cuerpos que no importan, sobre los limites materiales ydiscursivos del sexo, y El género en disputa: el feminismo y la subver-sión de la identidad.

    4 Los investigadores incluyen en el artículo algunas de las entre-vistas realizadas a mujeres que forman parte de un grupo quepromueve el desarrollo de la persona. La narración de sus expe-riencias ilustra algunos de los conceptos sobre el cuerpo y laenfermedad que las participantes ponen en juego. El materialfue recogido por la antropóloga Beatriz Sánchez en el curso de lainvestigación. (Garay y Pinzón, 1999: 55). Para comprender laproducción de sentidos o significados que suscita este material,los investigadores sugieren tener en cuenta las condicionessocioeconómicas y el contexto multiétnico y pluricultural querodea a las entrevistadas.

    5 Sistemas generales de seguridad social en salud como Sisbén, POSy EPS entre otros.

    6 Los investigadores mencionan algunas prácticas alternativas comola acupuntura, la moxibustión, la homeopatía, el yoga, el tai chi, el feng shui, el reiki, la fruto-terapia, las esencias florales y la terapianeural, entre otras. Así mismo, las diferencian de las estrategiasterapéuticas de los curanderos y chamanes locales y regionales, enlos que se reconoce el uso de plantas, bebedizos, rezos, tabaco etc.(Garay y Pinzón, 1999: 59).

    7 La consulta de este tipo de archivos fue posible gracias a la colabo-ración de la IPS Compensar, Bogotá. Las frases fueron tomadas dealgunos archivos médicos de la entidad, correspondientes a dife-rentes fechas ubicadas entre los años 2005 y 2006. Aproximada-mente fueron revisados unos 20 archivos médicos. Por otro lado,vale la pena anotar que en el protocolo de los archivos, la fraseque aparece entre comillas, corresponde a la versión del paciente,interpretada por el médico.

    8 Las entrevistas fueron realizadas sin ninguna pretensión

    etnográfica y/o antropológica que buscara generalizar la per-cepción que tiene un grupo de personas sobre su propio cuer-po. Ya que la narración nace en la subjetividad de cada quien,no hay clasificación alguna de estrato, edad y/o sexo, pues elinterés del trabajo es el de resaltar precisamente la particulari-dad de las narraciones. Fueron realizadas aproximadamentediez entrevistas.

    9 Luis Caballero, catálogo de la exposición en la Galerie AlbertLoeb, París, 1982.

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