Artefactos líticos prehispánicos

4
DOMINGO 13 DE JULIO DE 2003 NO. 93 Artefactos líticos prehispánicos Barbara Konieczna Entre los materiales arqueológicos que se encuentran durante las exca- vaciones, los artefactos de piedra ta- llada ocupan un lugar importante, por ser instrumentos cotidianos de tra- bajo usados por el hombre prehis- pánico. Al igual que los estudios de cerámica, estos utensilios pueden aportar una valiosa información so- bre la vida económica de los anti- guos pobladores. Para los investigadores del perio- do precerámico, la lítica es la princi- pal herramienta en la que se basan los datos sobre la presencia del hom- bre en América. De su estudio se derivan la mayoría de los conoci- mientos que tenemos sobre la vida de los primeros pobladores de este continente. No se puede excluir tam- poco la información que puede apor- tar este material para todo el perio- do prehispanico, ya que antes de la conquista española en México, la mayoría de las herramientas como hachas, flechas, navajas, cuchillos, punzones, etc. se hacían de piedra. Los primeros arqueólogos que tor- naron su interés hacía el hombre de la época del Pleistocéno en México fueron Bosch-Gimpera, Armillas, Aveleyra Arroyo de Anda, Martínez del Río, De Terra, entre otros. Bos- ch-Gimpera fue uno de los inicia- dores de los estudios sobre el po- blamiento de América, formulando la teoría sobre las culturas de lascas y nódulos, nomenclatura con la cual, definía a los restos materiales de los primeros hombres americanos. Los trabajos de estos investigadores y sus hallazgos, dieron pauta para que surgiera la preocupación por inves- tigar el período de la temprana ocu- pación humana en México, pero sin tener todavía establecida alguna me- todología específica de clasificación de los artefactos, mas que de una manera morfológica y funcional. En los últimos treinta años empezó entre los arqueólogos mexicanos una preocupación por estudiar de una ma- nera màs minuciosa y sistemática los artefactos de piedra tallada y no ne- cesariamente en referencia al período precerámico. Basta mencionar algu- nos de ellos como Lorenzo, Miram- bell, García-Cook, MacNeish (este último, aunque no mexicano, inició el estudio de los materiales líticos del Valle de Tehuacan que dio base para la tipología de las puntas de aquella región, marco de comparación para muchos estudios posteriores). Como el iniciador de esta vertien- te de estudio en la arqueología mexi- cana se puede considerar a José Luis Lorenzo, que de una manera siste- mática empezó a considerar a la pre- historia mexicana como una rama multidisciplinaria entre la arqueolo- gía, geología y las ciencias botáni- cas, dando bases para el estudio científico de la etapa precerámica en México. Siguiendo su «escuela», muchos arqueólogos empezaron a prestar más atención a los artefac- tos de piedra tallada, viendo que su análisis podìa aportar más informa- ción que se complementaría con la de la cerámica y la arquitectura. El desarrollo cultural prehispánico de México se divide comúnmente en dos grandes etapas: el Precerá- mico y las «Culturas cerámicas». El primero, llamado también la etapa lí- tica, es el único período de una tem- poralidad extensa, que abarca un lapso aproximado desde 45 000 años antes del presente hasta aprox. 2 500 años aC. Desgraciadamente, los conocimientos de esta etapa son bastante escasos, aunque con base a algunas evidencias se trató de es- bozar un panorama del desarrollo de la industria lítica, permitiendo subdividirlo en tres horizontes: ar- queolítico, cenolítico y protoneolíti- co (Lorenzo, 1967). Por lo que concierne a la «etapa ce- rámica» nos encontramos con una sub- división en preclásico, clásico y pos- clásico, períodos de duración de solo cientos de años y durante los cuales se observan grandes regionalismos culturales. Precisamente es en esta eta- pa que surge el auge de la industria lítica, fácilmente explicable desde el punto de vista del desarrollo so- cioeconómico de las comunidades prehispánicas, ya que las herramien- tas talladas en piedra son las únicas herramientas empleados hasta la épo- ca de la conquista. Esta situación convierte el material lítico en un com- plemento de información que sirve para la reconstrucción de la vida de los pue- blos prehispánicos. En el territorio de Morelos los es- Pasa a la página II Tallador

Transcript of Artefactos líticos prehispánicos

Page 1: Artefactos líticos prehispánicos

DOMINGO 13 DE JULIO DE 2003 NO. 93

Artefactos líticos prehispánicos◆ Barbara Konieczna ◆

Entre los materiales arqueológicosque se encuentran durante las exca-vaciones, los artefactos de piedra ta-llada ocupan un lugar importante, porser instrumentos cotidianos de tra-bajo usados por el hombre prehis-pánico. Al igual que los estudios decerámica, estos utensilios puedenaportar una valiosa información so-bre la vida económica de los anti-guos pobladores.

Para los investigadores del perio-do precerámico, la lítica es la princi-pal herramienta en la que se basanlos datos sobre la presencia del hom-bre en América. De su estudio sederivan la mayoría de los conoci-mientos que tenemos sobre la vidade los primeros pobladores de estecontinente. No se puede excluir tam-poco la información que puede apor-tar este material para todo el perio-do prehispanico, ya que antes de laconquista española en México, lamayoría de las herramientas comohachas, flechas, navajas, cuchillos,punzones, etc. se hacían de piedra.

Los primeros arqueólogos que tor-naron su interés hacía el hombre dela época del Pleistocéno en Méxicofueron Bosch-Gimpera, Armillas,Aveleyra Arroyo de Anda, Martínezdel Río, De Terra, entre otros. Bos-ch-Gimpera fue uno de los inicia-dores de los estudios sobre el po-blamiento de América, formulandola teoría sobre las culturas de lascasy nódulos, nomenclatura con la cual,definía a los restos materiales de losprimeros hombres americanos. Lostrabajos de estos investigadores ysus hallazgos, dieron pauta para quesurgiera la preocupación por inves-tigar el período de la temprana ocu-pación humana en México, pero sintener todavía establecida alguna me-todología específica de clasificaciónde los artefactos, mas que de unamanera morfológica y funcional.

En los últimos treinta años empezóentre los arqueólogos mexicanos unapreocupación por estudiar de una ma-nera màs minuciosa y sistemática losartefactos de piedra tallada y no ne-

cesariamente en referencia al períodoprecerámico. Basta mencionar algu-nos de ellos como Lorenzo, Miram-bell, García-Cook, MacNeish (esteúltimo, aunque no mexicano, inició elestudio de los materiales líticos del

Valle de Tehuacan que dio base parala tipología de las puntas de aquellaregión, marco de comparación paramuchos estudios posteriores).

Como el iniciador de esta vertien-te de estudio en la arqueología mexi-

cana se puede considerar a José LuisLorenzo, que de una manera siste-mática empezó a considerar a la pre-historia mexicana como una ramamultidisciplinaria entre la arqueolo-gía, geología y las ciencias botáni-cas, dando bases para el estudiocientífico de la etapa precerámica enMéxico. Siguiendo su «escuela»,muchos arqueólogos empezaron aprestar más atención a los artefac-tos de piedra tallada, viendo que suanálisis podìa aportar más informa-ción que se complementaría con lade la cerámica y la arquitectura.

El desarrollo cultural prehispánicode México se divide comúnmenteen dos grandes etapas: el Precerá-mico y las «Culturas cerámicas». Elprimero, llamado también la etapa lí-tica, es el único período de una tem-poralidad extensa, que abarca unlapso aproximado desde 45 000años antes del presente hasta aprox.2 500 años aC. Desgraciadamente,los conocimientos de esta etapa sonbastante escasos, aunque con basea algunas evidencias se trató de es-bozar un panorama del desarrollode la industria lítica, permitiendosubdividirlo en tres horizontes: ar-queolítico, cenolítico y protoneolíti-co (Lorenzo, 1967).

Por lo que concierne a la «etapa ce-rámica» nos encontramos con una sub-división en preclásico, clásico y pos-clásico, períodos de duración de solocientos de años y durante los cualesse observan grandes regionalismosculturales. Precisamente es en esta eta-pa que surge el auge de la industrialítica, fácilmente explicable desde elpunto de vista del desarrollo so-cioeconómico de las comunidadesprehispánicas, ya que las herramien-tas talladas en piedra son las únicasherramientas empleados hasta la épo-ca de la conquista. Esta situaciónconvierte el material lítico en un com-plemento de información que sirve parala reconstrucción de la vida de los pue-blos prehispánicos.

En el territorio de Morelos los es-Pasa a la página II

Tallador

Page 2: Artefactos líticos prehispánicos

DO

MIN

GO

13

DE

JULI

O D

E 20

03II

Artefactos...Viene de la página I

tudios líticos son escasos. Se men-ciona la presencia de los artefactosen la mayoría de los materiales pro-cedentes de los sitios excavados,pero su análisis màs minucioso, estápor hacerse.

El proceso que conduce a la elabo-ración de un útil de piedra es comple-jo, sobre todo, si se consideran losconocimientos que se requieren parallevarlo al cabo. A continuación se pre-sentara un breve análisis de algunos delos factores que juegan un papel im-portante en este trayecto.

El primer determinante en la crea-ción de cualquier artefacto, es la ne-cesidad. Esta, por su lado, se derivaentre otras cosas, del tipo de econo-mía de subsistencia (caza, agricultura,etc.), desempeño de distintas labores(desde las más complejas como lopueden ser obras de construcción,hasta los más sencillos trabajosdomésticos),o también, de la necesi-dad de una producción lítica con ex-cedentes, para poder comerciar.

Después de que se crea una nece-sidad, el principal papel lo comien-zan tener los conocimientos, sean in-dividuales o de todo un grupo hu-mano. Es intrínseca la relación queexiste entre varios aspectos del co-nocimiento y sus implicaciones en laproducción de los artefactos líticos.Al inicio del proceso de elaboraciónse requiere saber todos los aspec-tos sobre los recursos del materialrocoso, de su calidad y por consi-guiente, de las técnicas de talla quese podrán emplear.

Los recursos de la roca pueden serubicados en el lugar del asentamien-to, siendo fácilmente accesibles enla superficie. En ciertas circunstan-cias, pese a su inmediata presencia,se necesita de algún método de ex-tracción, que puede variar siendodesde muy sencillo, hasta muy com-plejo. En el caso de los recursosalóctonos (de fuera), se tiene quesaber sobre su precisa localización,

posibilidad de transporte y valorarla conveniencia de traer roca en bru-to o los artefactos ya elaborados .

Al conocer con que tipo de piedrase iba a trabajar, el hombre tenía queaplicar sus conocimientos de tallapara poder obtener las herramientasque deseaba. Con frecuencia el em-pleo de una tecnología de tallado setransfería de generación en genera-ción entre un grupo que convivía enel mismo territorio y se dedicaba alas mismas actividades. Pese a estaaparente uniformidad, el cambio delrecurso o cambio de la economía, im-plicaba la necesidad de tallar otro tipode artefactos y emplear unas tecnolo-gías adecuadas para la determinadasituación. Era importante saber el ta-maño de los nódulos que se podíanpreparar de la materia rocosa, la ho-mogeneidad de la concreción y suseventuales impurezas, su textura,elasticidad y manera de fracturarse.

En caso de contar con una piedraque cumple todos los requisitos parasu óptimo rendimiento y talla, en elmaterial arqueológico se encontra-ràn piezas cuyo tamaño puede va-riar desde muy grandes hasta los mi-crolitos; frecuentemente estarán he-chas sobre largas láminas, debido ala posibilidad de contar con los nú-cleos que se prepararon minuciosa-mente. El retoque se mostrará fino yel empleo de la técnica del despren-dimiento por medio de presión, va aser más preferida. Por supuesto,todo aquello dependerá también, delgrado de los conocimientos de lastécnicas de talla.

En el otro extremo, si la piedra pre-senta muchas impurezas, es pocoelástica y de fácil fractura, su cali-dad no es adecuada para la talla deartefactos. Debido a la necesidad,el uso de esta piedra causará que enel material arqueológico aparezcanfrecuentemente piezas a medio ta-llar, núcleos a medio explotar, pie-zas cortas y gruesas, la frecuenciade láminas va a ser mínima: en gene-ral, va a ser difícil programar la apa-riencia del artefacto que se desea-

ba obtener. Al igual que en la cir-cunstancia anterior, también aquímucho dependerá de los conoci-mientos de las técnicas de talla y dela habilidad del productor.

Algunas veces se trata de mejorarla calidad de la piedra mediante dis-tintos procedimientos, entre los cua-les el más frecuente es el calenta-miento por fuego, que aumenta laelasticidad de la roca.

Los lugares donde se hallaban losyacimientos de buena roca, se vol-vían centros de exportación, sea dela pura piedra, sea de los implemen-tos ya elaborados, convirtiéndose enpuntos claves en las rutas de comer-cio. Muchas veces, en las interpre-taciones de los materiales arqueoló-gicos hallados en las excavaciones,se pueden determinar los contactoscon diferentes culturas y regiones enbase a la distribución de cada tipode roca empleada en los utensilios.

Esa problemática se entrelaza conla del tipo de producción litica quepudo desarrollarse. Así tenemos va-rias opciones, dentro de las cualesdestacan las de un taller de produc-ción masiva de artefactos, lograndotener los excedentes; o un taller es-pecializado, o taller que aprovisio-naba las necesidades locales. Exis-tía, por otro lado, la producción quese limitaba a la elaboración indivi-dual de los artefactos según las ne-cesidades inmediatas y no a nivelde un taller.

La definición del lugar donde se de-sarrollaba la talla es importante, yaque de ello se derivará la informaciónsobre las circunstancias del tallado y,por consiguiente, se podrá saber acer-ca de la organización del trabajo asícomo sobre las relaciones de depen-dencia en el interior del grupo social.Las posibilidades de situaciones vandesde la que contempla que todo elproceso de elaboración de los arte-factos se efectuaba en el mismo sitioque el recurso, pasando por la que siallí se preparaban solamente los nó-dulos iniciales y el resto del tallado seefectuaba en la zona habitacional, o fi-

nalmente, la que indica que todo elproceso se desarrollaba en la zona ha-bitacional, transportando allí la piedra.

No hay que olvidarse que a ve-ces existen las preferencias del usode la piedra alóctona para hacer undeterminado tipo de artefactos, pesea que se cuente con los recursosnaturales propios. Esa última situa-ción se refleja de una manera des-concertante en el material arqueo-lógico y conduce a definir los facto-res económicos más diversificadosque rigen en una sociedad determi-nada. Como ejemplo, se puede citaraquí a los habitantes de Norte Amé-rica que elaboraban las puntas Clo-vis, que viajaban distancias mayoresa 300 km. para conseguir un sílexde cualidades impecables y de él ta-llar las famosas puntas.

Como ya se ha mencionado, antesde la conquista española en Méxi-co, la mayoría de las herramientascomo raspadores, raederas, puntasde lanza y flecha, hachas, cuchillos,etc. se hacían de piedra. El tipo deroca que se empleaba era muy va-riado, cotizándose mucho la obsidia-na de las zonas volcánicas. Se usa-ban además andesita, basalto y sílex(pedernal), entre las mas populares.Algunas piedras fueron mas codicia-das que otras, conforme a las pro-piedades y tipo de herramientas quese podían elaborar con ellas.

En general, la talla de los utensiliosrequería de mucha habilidad. Está cla-ro que debía haber personas que exprofeso se dedicaban a esta tarea. Lasherramientas se tallaban directamentede los nódulos de piedra o sobre frag-mentos que se sacaban de ellos, tenien-do en cuenta la forma final que iba atener el útil. Para dar el aspecto prima-rio, se empleaban diversas técnicas: segolpeaba directamente con otra roca ose usaba un intermediario que pudo serde hueso o madera. Hubo también lamanera de hacer presión con hueso omadera apoyándolos en la orilla y deesta manera se desprendía el fragmen-to. Al obtener la pieza, se le efectuaba

Pasa a la página II

Artefactos

Puntas

Page 3: Artefactos líticos prehispánicos

DO

MIN

GO

13

DE

JULI

O D

E 20

03III

Artefactos...Viene de la página III

◆ Margarita Avilés y Macrina Fuentes ◆

“GUANÁBANA”

Nombre científico:Annona muricata L.

Familia: Annonaceae

Árbol originario de América, cultiva-do en huertos familiares y jardines.También se conoce como zapote deviejas, anona y chirimoya.; es de usocomestible, insecticida y medicinal.

Los frutos, aromáticos, se comencrudos, en conservas, jaleas, merme-ladas, helados y bebidas. Popularmen-te, las hojas y semillas son de uso in-secticida, ya que contienen dos alca-loides llamados muricina y murinina;pulverizadas se utilizan para matar pio-jos, chinches, polillas y cucarachas.

Árbol perennifolio, mide hasta 9metros de altura, las hojas son alarga-das verdosas y pálidas. Las flores tie-nen pétalos carnosos de color amari-llo-verdosos, terminales o laterales.Los frutos llegan a pesar hasta un ki-logramo, son irregularmente cónicos yaromáticos, de color verde oscuro conespinas flexibles, la pulpa blanca es desabor ácido a dulce y con muchassemillas negras o amarillas.

En fuentes del siglo XVI se mencio-na solamente su uso comestible, porsu sabor dulce y saludable; en el Códi-ce Florentino de Fray Bernardino de Sa-hagún y en la “Historia Natural de Nue-va España”, del doctor Francisco Her-nández, se cita como “ilamatzápotl o fru-to de las viejas”, que algunos especialis-tas lo han identificado como A.muricata,pero es probable que sea otra especiedel mismo género, que actualmente seconoce como Ilama.

En el siglo XX, la Sociedad Mexi-cana de Historia Natural la reporta

como acaricida, Maximino Martínezcomo antídoto y la Sociedad Farma-céutica de México como antidiarréi-co, antiespasmódico, astringente, e in-secticida. Actualmente en la medicinatradicional mexicana se emplean en pro-blemas digestivos, respiratorios, gineco-lógicos y nerviosos. En Morelos se em-plean las hojas frescas en la aplicacióndel baño de temascal, en diarreas y do-lor de estómago, para después del par-to y en granos e hinchazones.

Científicamente se ha demostrado suactividad hipertensiva, relajante muscu-lar, y antimalarica. Sobre su efecto tóxi-co se ha encontrado que la infusión delas hojas ingerida por niños puede serhepatotóxica. Esta planta forma parte dela colección nacional de plantas medici-nales del Jardín Etnobotánico.

El Yauhtli

Archivo fotográfico Fuentes-Avilés

un tallado mas fino, llamado retoque,consiguiendo por este medio una piezacon las características deseadas paraun determinado uso de la herramienta.

Para poder definir en la actualidadla función de los implementos anti-guos, una de las técnicas consiste enel análisis de la profundidad y di-rección de las huellas de desgastebajo el microscopio; estas, varíansegún en lo que se utilizaba cadaherramienta. Así se puede detectarsi se empleaba para cortar materia-les blandos o duros, para raspar, paraperforar, etc. Muchas veces, en ladefinición de la función se recurre ala analogía con el uso de las herra-mientas de piedra que los pueblosprimitivos actuales les dan a sus uten-silios. Con frecuencia, el mismo útilpodía servir para distintas labores,o ser retallado nuevamente.

Aparte de los artefactos de piedratallada se hacían utensilios y objetosde piedra pulida. El proceso de elabo-ración de aquellos fue distinto al des-crito antes, por lo que los arqueólogosseparan estas categorías de útiles y losestudian bajo diferentes criterios.

A base de pulido se hacían por logeneral los utensilios de molienda (me-tates, molcajetes, manos). Hay tam-

bién hachas y cinceles que difieren delos elaborados con las técnica de ta-llado. De estos últimos, algunos deellos se elaboraban dándoles la formageneral por medio de tallado y luegose les pulía con algún abrasivo. Otros,se desbastaban desde el principio, has-ta lograr el aspecto deseado. Es im-portante en estos estudios el no con-fundir las herramientas que fueron he-chas por medio de tallado y que conel desgaste que el uso les dio, fuerontomando apariencia de pulidas. En es-tos casos, hay que buscar las huellasde talla que todavía se preservaron enalguna parte, sobre todo, en las zonasque no se sujetaba el útil o donde nofuera parte que trabajase.

La complejidad de la producción lí-tica que hemos visto, puede servir deargumento para afirmar los altos co-nocimientos que tenían los hombresprehistóricos de su medio ambiente yde sus recursos. Cada error pudo serfatal para la supervivencia de todo ungrupo. La organización social que tuvoque haber al interior de cada uno deellos, podía superar las adversidades.Como se puede apreciar, los tallereso las extensas rutas de comercio, im-plicaban una estadía mas larga en unsolo lugar. El mito de un permanentemovimiento de estas “bandas” y la per-secución de los animales, debe ser deuna vez por todas, descartado.

Illamatzápotl. Francisco Hernández,“Historia Natural de Nueva España”.

Page 4: Artefactos líticos prehispánicos

DO

MIN

GO

13

DE

JULI

O D

E 20

03IV

Consejo Editorial: Ricardo Melgar, Lizandra Patricia Salazar, Jesús Monjarás-Ruiz,Miguel Morayta y Barbara Konieczna

Coordinación: Patricia Suárez Ortega

Formación: Sandra S. Acevedo Martínez

[email protected] Jalisco No 4, Las Palmas Tels/fax. 3-18 39 08 y 318 39 16

“Invisibles y borrados”Desde el pasado 21 de junio y hastael 20 de julio, el pintor Armando Britopresenta su obra “Invisibles y Borra-dos” en el Museo Exconvento de Te-poztlán. Dicha exposición temporalconsta de 22 pinturas elaboradas conacrílico, crayón, tinta y carboncillo so-bre tela y madera.

La obra de Armando Brito nos remitea un mundo casi mitológico, poblado dealegría, sensualidad y naturaleza desbor-dante: conejos, cabras, caballos, loros,elefantes, pájaros, perros, en movimien-to constante, casi ingenuos, acompañana floreadas musas inspiradoras de músi-cos bohemios. Imágenes distorsionadas,plasmadas con finos trazos, cuya líneanos evoca vagamente a José Luis Cue-vas. Armando Brito nació en Cuerna-vaca, Morelos. Estudió “secundaria”en Tepoztlán, y muchos años despuésfue alumno en el taller libre de pinturay dibujo impartido gratuitamente en Te-poztlán por el maestro Roger VonGunten. En dicho poblado de More-los aún se conservan los usos y cos-tumbres como recurso para enfrentarun mundo globalizado.

El destacado pintor, Roger von Gün-ten, maestro de Brito, se refiere a laobra de su alumno en estos términos:

“En México el presente adquiere ungrosor temporal, un eje derivado deuna cultura milenaria; los artistas hansido y siguen siendo quienes registranen sus obras este fenómeno tan nota-ble. Claro que también existen losmeros productores de arte, los que seadaptan a las exigencias del mercado,pero siempre está el otro, el poeta, quecon su valor y pureza de corazón dafe del mundo.

Armando Brito, pintor poeta comoningún otro que yo conozca, ha sabi-do captar y transmitir en la superficiede sus dibujos y pinturas, la sensaciónde profundidad en el tiempo que pe-netra todo lo que se ve, oye y toca enMéxico, o por lo menos en aquellaspartes de México que aún no han sidoerosionadas por los valores de unasociedad globalmente computarizada.

Armando Brito nos ofrece, comoprodigio de su talento, su capacidadpara mirar y anotar con precisión loque acontece en el mundo que le ro-dea y acogerlo en su quehacer de ar-tista. No quiero analizar estética oestilísticamente su obra; tan solo quie-ro pararme frente a sus cuadros paraconocer algo que antes no conocía”.

Después de visitar la exposición deBrito, recrearnos en su obra y conocerlos elogiosos comentarios del maestroVon Günten, preguntamos a Armando:

¿Por qué “Invisibles y borrados’” “Los cuadros de esta muestra emer-gieron a partir de apuntes cotidianosque realicé en las calles de Cuernava-ca y Tepoztlán, intentando captar a laspersonas que vienen de los pueblos

que nos rodean y que aún llegan a ven-der sus gallinas y semillas a la ciudad.Cuando yo sacaba mi cuaderno y di-bujaba no había una intención preme-ditada; más bien me guiaba por unaintuición. Dibujar es como jugar a edu-car los ojos para observar, y dejar quela línea se pasee libremente entre loque se observa y el papel. Al terminarun cuaderno quedaban registrados losgestos de las personas y de los anima-les que paseaban desapercibidos.

El título de la exposición surgió cuan-do ya los cuadros estaban casi con-cluidos, y Santiago Escoto, amigo mío,me comentó que él creía que los azte-cas hicieron a sus dioses invisibles yque además los borraron para que elconquistador jamás pudiera profanar-los. Después de trabajar varias de mispinturas, me di cuenta que las imágenesque yo había captado en mis recorridosaparecían en la tela o en el papel, y quealgo tenían que ver con los aztecas o almenos con algunas de sus leyendas, aun-que transportados a otra época”.

¿Qué pintores han influido en tutrabajo?“Hay varios. Al leer los diarios de al-gunos pintores me sentí cercano a ellos(hablo de diarios y no de biografíasescritas por eruditos del arte, en don-de éstos muchas veces ponen más desu cosecha y el pintor casi se pierde).En el Museo de Arte Metropolitano,en Washington, pude apreciar una re-trospectiva de Gauguin; ahí aprendí loque es capaz de hacer un artista queno fue reconocido en su tiempo. Vimaderas, cajas talladas en bajorrelie-ve cuyos títulos me asombraban: “Sedamorosas y seréis felices”. Otros ar-tistas que me han cautivado son VanGogh, Picasso, Soutine, Phi Guston,Gorky, Matisse, Klee, Tamayo, VonGünten, Toledo, Nieto y reconocidoGarcía Ponce, entre muchos otros.

¿Dónde trabajas?“Pinto en mi casa, ahí improviso conuna silla cuyo respaldo me sirve decaballete. A un lado, sobre el piso,pongo los botes de pintura y los pin-celes, y empiezo a pintar desde la ma-ñana hasta la tarde. En la pared de micasa está recargada una tabla con unmontón de fotos pegadas. Algunas sontarjetas postales recibidas y otras sonimágenes que yo recorto del periódi-co porque me evocan el mundo exte-rior. Yo creo que el artista aún buscael asombro y el misterio; se vuelve untransgresor, sobre todo cuando huyedel escaparate mercantil que acaparay compra casi todo”.

¿Cómo fue tu adolescencia enTepoztlán, cuando estudiaste lasecundaria?“Me gustó mucho porque en la escue-la no había niños con apellido de abo-

lengo y sí con apellidos comunes. Loimportante era ser constantes en el estu-dio. Hacer mapas con carreteras y víasde tren y marítimas era lo que más dis-frutaba. Cuando no había clases nos íba-mos al campo y nos tirábamos en la hier-ba a ver el paisaje. En el bolsillo llevába-mos un puño de sal envuelto en papelestraza para comer los jitomates quecortábamos en los sembradíos”.

¿Recuerdas cuándo descubristeque querías pintar?

“A los 16 años vivía con una tía ysentí un impulso por pintar, fui con unrotulista y le pedí algunos sobrantes decolores de aceite y pinceles, luego auna carpintería y ahí un pedazo de tri-play. Volví a casa y pinté todo el día,acompañado por el olor del aguarrás,hasta que terminé lo que yo creí uncuadro. Un amigo mío aún conservaesta pintura. Creo que fue un buen in-tento, un ejercicio de acercamiento”.

¿Qué cuadros de los grandespintores te han emocionado?“Los comedores de papas, de Vin-cent Van Gogh, el tríptico Quiénessomos, de dónde venimos, a dóndevamos, de Paul Gauguin, y Las seño-ritas de Avignon de Picasso. De ar-tistas mexicanos hay varios: Paisajeserrano, de Tamayo; Mujer atacadapor los peces, de Toledo; Paisajetántrico, de Von Günten; el cuadro deun camello pintado por Nieto, entreotros. También me impactan los códi-ces y las esculturas prehispánicos.”

¿Cuándo sientes que un cuadroestá acabado?

“En lo personal, cuando empiezo uncuadro, ya sea sobre tela o papel, nun-ca me propongo terminarlo en un tiem-po determinado; me voy dejando lle-var por mi intuición y mis sensaciones,y a veces no sé si avanzo o retrocedo,ya que lo tomo como una aventura endonde se entra a otro tiempo y espa-cio, y en donde el acto de pintar, díacon día, es lo único que importa. Al finalde cierto tiempo uno ve que el cuadrova amarrando bien. Después de variaspinceladas y capas de color la superficieempieza a adquirir plenitud. En esemomento deja uno el cuadro...”

¿Por qué pintar temas que evo-can el mundo de los aztecas?

“Porque es una tristeza que los des-cendientes de las culturas prehispáni-cas, pertenecientes ahora a una cultu-ra globalizada, no comprendan, y aveces no acepten su pasado. Sin em-bargo ese mundo remoto sigue aflo-rando en muchos de nosotros, es comoun substrato inconsciente que nos nu-tre; se trata de un mundo legendarioque debemos continuar revelando: ma-gos, reinas y reyes y animales mágicosque alguna vez existieron en un Méxicoque aún no se borra, que resiste y queparece estar ahí, más vivo que nuncaaunqueinvisible para muchos.

No importa si los personajes de esemundo permanecen invisibles, a finalde cuentas lo que importa es que suleyenda permanece. Este trabajo estádedicado, modestamente, a nuestrosantepasados. Quizás inconscientemen-te mis pinturas son una muestra deadmiración por ellos.”

Entrevista de J. Jesús Bello Ocampo

Exposición de Armando Brito en el Museo Exconvento de Tepoztlán

Obra de Armando Brito