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    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

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    Sergio Roncallo DowArte y tecnologa: los retos ticos y polticos del arte transgnico

    Revista Colombiana de Biotica, vol. 4, nm. 1, enero-junio, 2009, pp. 129-152,

    Universidad El Bosque

    Colombia

    Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Revista Colombiana de Biotica,

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    Universidad El Bosque Revista Colombiana de Biotica. Vol. 4 N 1 - Junio 2009

    REVISTA COLOMBIANADE BIOTICA VOL. 4 N 1 - JUNIO 2009 129-152

    Arte y tecnologa: los retosticos y polticos del arte

    transgnico1

    Art and technology: the ethical andpolitical challenges of transgenic art

    Sergio Roncallo Dow2

    Ha llegado a ser evidenteque nada referente al arte es evidente:

    ni l mismo, ni su relacin con la totalidad,ni siquiera su derecho a la existencia

    T. Adorno.

    No hay arte transgnico sin un compromiso firme y la aceptacin de laresponsabilidad por la nueva forma de vida as creada.

    E. Kac

    Resumen

    El propsito de este artculo es poner sobre la mesa los problemas ticos ypolticos a los que nos enfrentamos en el momento de pensar el arte transg-

    1 Trabajo de investigacin el cual forma parte de una investigacin ms amplia sobre Filosofa

    de la Tecnologa. Entregado en 12/02/2009 y aprobado el 28/05/2009.2 Filsofo, Universidad de los Andes. Maestra en Comunicacin de la Universidad Javeriana.Adelanta estudios de Doctorado en Filosofa en la Pontificia Universidad Javeriana. Ha sidoprofesor e investigador en las Universidades Javeriana, Los Andes y El Bosque. [email protected], [email protected]

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    nico. El texto consta de tres partes que buscan dar al lector, en primer lugar,las herramientas conceptuales necesarias para pensar el arte transgnicoinserto dentro del panorama de la esttica contempornea; con este fin sepresentan dos obras de Eduardo Kac, principal exponente del movimiento:Gnesis y GFP Bunny. Posteriormente, acudiendo a algunas ideas de JacquesRancire, se propone una lectura tico-poltica del arte transgnico y se abreun camino de discusin para pensar el rol de la biotica en un mundo en elque la manipulacin gentica y el upgrade de los cuerpos es una realidad.

    Palabras clave: arte transgnico, Gnesis, GFP Bunny, tica, poltica, estticacontempornea, biotica.

    Abstract

    The purpose of this article is to discuss the ethical and political problemsfacing us at the time of thinking about transgenic art. The text is articulatedin three parts that seek to give readers, in the first place, the conceptualtools necessary to think of transgenic art inserted within the panorama ofcontemporary aesthetics, in order to fullfill this purpose the text presentstwo works by Eduardo Kac, leading exponent of the movement: Genesisand GFP Bunny. Later, visiting some ideas of Jacques Rancire, proposes anethical-political reading of transgenic art and opens a path of discussion tothink the role of bioethics in a world where genetic manipulation and theupgrade of the bodies is a reality.

    Key words: transgenic art, Genesis, GFP Bunny, ethics, politics, contemporaryaesthetics, bioethics.

    1. Algunas anotaciones iniciales: neobarroco,exceso y monstruosidad

    Hoy por hoy resulta cada vez ms complejo intentar hablar de arte. Nosolamente por la gran cantidad de discursos que desde el siglo XVIII,con el nacimiento de la idea misma de la esttica, se han venido tejiendosino porque parecera, cada vez ms, que comprender el arte es una tareapoco menos que quimrica. Basta con recorrer una exposicin o fijar la

    mirada en cualquiera de las propuestas hechas por los artistas jvenesde post-vanguardia para evidenciar la complejidad, fragmentacin yvolatilidad del arte contemporneo.

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    En efecto, hace un poco ms de veinte aos (un perodo que podra serconsiderado largo en una poca vertiginosa y acelerada como la nuestra)el italiano Omar Calabrese public un libro en el que pretenda encontrarel sentido del gusto de nuestro tiempo y trataba de explicar, de algnmodo, los criterios sobre los que funcionaba o podra llegar a funcionarel arte contemporneo. Dio a nuestra poca un nombre bastante enig-mtico: la era neobarroca. A partir de all, Calabrese resalt dentro de lasmanifestaciones estticas contemporneas elementos que resultan, a sumodo de ver, nuevos y que marcaran una distancia respecto de otraspocas. No emprender aqu, por supuesto, un anlisis exhaustivo de lapropuesta de Calabrese pues ello desborda mis intenciones; me detendr

    brevemente en dos ideas desarrolladas por l a propsito de este gustoneobarroco que, sostiene, define nuestra poca: exceso y monstruosidad.Veamos en qu consisten3.

    En primer trmino, resulta evidente que hay una tendencia fuerte en elarte contemporneo a buscar el exceso, lo excntrico, a tender hacia ellmite. La armona, la mesura y proporcin de las que hablara Arist-teles4 parecen haber dado paso a un nuevo tipo de formas que buscanlo excesivo, lo monumental tanto cualitativa como cuantitativamente.Segn Calabrese, el gusto neobarroco se caracteriza por este tender allmite y dicha propensin re-configura la visibilidad de lo esttico. Esteexceso est all buscando el escndalo, etimolgicamente piedra detropiezo, del griego , es decir, algo que amenaza con hacercaer algo ms durante su recorrido normal5. Este tender hacia del excesotiene una significacin desafiante, que est all en abierta oposicin a lopre-establecido. Por medio del lmite lo esttico se libera de las atadurasde lo socialmente correcto y hace del arte el lugar de convergencia de unsinfn de desocultamientos.

    La segunda idea que retomo de Calabrese tiene que ver con la monstruo-sidad como categora para pensar el arte contemporneo. El monstruoes un exceso de tipo formal, una (re?) presentacin que se aleja de los

    3 Reitero que aqu mi pretensin no es otra que dar algunas indicaciones sobre algunas ideas de Calabrese.Remito al lector al texto completo que es, por dems, magnfico.

    4 Al respecto: Metafsica (1078a 30-b5) y Potica (1450b 34 y ss.).5 Calabrese, O. La Era Neobarroca. Madrid. Ed. Ctedra. 1987. p. 76.

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    supuestos de mmesis y de proporcin clsicos para dar paso a una nuevaforma de mostrar. Hay monstruos en el sentido tradicional y cotidianodel trmino es decir aquellos entes que causan espanto. Tal es el casode pelculas como Alien (1979) de Ridley Scott, donde las creaciones/deformaciones de Giger toman vida, La Cosa (1982) de John Carpen-ter6 o, ms recientemente, el extrao y ambiguo superhroe de Spawn(1997) de Mark A.Z. Dipp. Aqu el monstruo hace parte del mostrar,es el protagonista de una obra que adquiere sentido en la medida en quese aleja de la tranquilidad conceptual que ofrece la mmesis y que, desdela trasgresin del ordo naturae y el ingreso al mbito de la desmesura,adquiere sentido. El monstruo es un exceso pues se sale de los lmites

    de lo normal, va ms all, es la objetivacin de lo inexistente.

    Aunque los ejemplos que he recogido hace apenas un momento estnligados a monstruos de corte cinematogrfico que recogen lo que po-dramos considerar el sentido tradicional de la idea, tambin es ciertoque permiten abrir el camino para pensar la irrupcin de lo trasgresor yla ruptura del ordo naturae en el arte contemporneo. Este punto, unidoa la idea del exceso mencionada lneas arriba, nos da algunos elementospara pensar en una de las ms complejas y problemticas formas del artecontemporneo: el arte transgnico.

    2. El arte transgnico

    transgnico, ca.

    1. adj. Biol. Dicho de un organismo vivo: Que ha sido modificado mediantela adicin de genes exgenos para lograr nuevas propiedades.

    Los artistas ahora pueden no slo combinar genesde especies diferentes, sino tambin escribir fcilmente una secuencia de ADN

    en susprocesadores de texto, enviarla por correo electrnico a un centro de sintetizacincomercial y, en menos de una semana, recibir un tubo de ensayo con millones

    de molculas de ADN con la secuencia prevista.E. Kac

    6 Ejemplos tomados de Calabrese, dem, pp. 110 y ss.

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    Abrir la posibilidad de pensar en algo como el arte transgnico sugiere,de entrada, una serie de mutaciones culturales producidas por el impactode la tecnologa en nuestra vida. En efecto, la biologa, sugiere el artistabrasileo Eduardo Kac en 2008, ha dejado de ser una ciencia de la vidapara convertirse en una ciencia de la informacin. Esto lo ha tambinsealado Donna Haraway, quien sugiere cmo la biologa ha pasadode ser una ciencia centrada en el organismo, entendido en trminosfuncionalistas, a una que estudia mquinas tecnolgicas automatizadas,entendidas en trminos de sistemas cibernticos7. Esta afirmacin, pro-blemtica inicialmente, podra comprenderse, por ejemplo, a la luz de laaparicin de ciertas herramientas como el software RaSmol,

    un programa de grficos moleculares que permite la visualiza-cin de cualquier tipo de estructura molecular definida (comosuperficie, no como nudo o enlace). [] Es un programa de granversatilidad que permite no slo obtener diferentes modelos derepresentacin de una molcula, sino que tambin permite colo-rear, resaltar y seleccionar tomos y/o regiones particulares, porlo que facilita el aprendizaje de los fenmenos estructurales y desu relacin con la actividad biolgica8.

    Esta morfosis de la biologa y el consecuente desplazamiento de sucampo de accin obliga, necesariamente, a re-pensar conceptos como el

    de vida, naturaleza y artificio, tradicionalmente ligados a dominios se-mnticos bien establecidos y moldeados dentro de una serie slidamentedelimitada por ciertos juegos de lenguaje. Despus de todo, siguiendoa Wittgenstein, imaginar un lenguaje es imaginar una forma de viday, en ese sentido la re-pensar la idea misma de la biologa supone unafractura del cdigo dominante y de los roles y competencias asignadospor los juegos de lenguaje dominantes.

    As las cosas, el acercamiento al arte transgnico supone la fractura deun cierto cdigo dominante que da por sentada una serie de significadosa propsito de lo que significan la obra de arte y el artista, a propsito

    7 Haraway, D. Ciencia, cyborgs y mujeres. Madrid. Ed. Ctedra. 1995. p. 73.8 En lnea: http://www.accefyn.org.co/rasmol/informacion.html#queson El texto entre parntesis es del

    autor.

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    de lo que significa el acto poitico mismo. El trmino como tal ha sidoacuado por Kac de la siguiente manera:

    Propongo que el arte transgnico sea una nueva forma de artebasada en el uso de las tcnicas de ingeniera gentica para trans-ferir genes sintticos a un organismo o material gentico natural deuna especie a otra, a fin de crear organismos vivientes singulares.La gentica molecular permite al artista construir el genoma de laplanta y del animal para crear nuevas formas de vida9.

    Hay entonces una particular confluencia entre arte y tecnologa que nodeja de ser inquietante. De algn modo, los discursos atinentes al arte,

    sus relaciones con la tcnica y posteriormente con la tecnologa no sonen absoluto una novedad ni pueden circunscribirse a un cierto tipo depensamiento de corte esencialmente posmoderno. Con todo, el problemaque abre la propuesta de Kac resulta, hasta cierto punto, ms complejoque los tradicionales dilemas que haba planteado el binomio arte-tec-nologa. Baste aqu pensar, por ejemplo, en las palabras de Baudelaire,quien, indignado, afirmaba (a propsito de la fotografa):

    Como la industria fotogrfica era el refugio de todos los pintoresfracasados, demasiado mal dotados y demasiado perezosos paraterminar sus estudios, este entusiasmo universal no slo estabamarcado por la ceguera y la imbecilidad, sino que presentabatambin el aire de una venganza [...] estoy convencido de que losprogresos mal aplicados de la fotografa han contribuido mucho,al igual que todos los procesos puramente materiales, al empobre-cimiento del genio artstico francs, ya bastante raro10.

    Es claro que la problemtica inicial que poda encontrarse en la apasiona-da crtica de Baudelaire, tena que ver con el estatus mismo del arte y conel fuerte debate a propsito de lo conveniente que resultara la inclusinde dispositivos mecnicos dentro del proceso creativo. Ahora bien, es

    9 Sigo la paginacin de la siguiente edicin: Kac, E. Telepresence & Bio Art. Ann Harbor, ,University of

    Michigan Press. 2008. p. 236. Empero, sigo la traduccin del artculo El Arte Transgnico incluido enel texto anterior disponible en lnea en: http://www.uoc.edu/artnodes/espai/esp/art/kak1101/kak1101.html

    10 BAUDELAIRE, Ch. Saln de 1859. Citado por Aumont, J. La esttica hoy. Madrid. Ed. Ctedra. 2001.p. 274.

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    posible (muy posible, de hecho) que este tipo de preguntas a propsitodel estatus del arte hayan ido perdiendo su relevancia inicial toda vezque hoy por hoy resulta complejo poner en duda las posibilidades delas poticas tecnolgicas. As, el problema que abre Kac ya no tiene quever con esto: lo que se pone ahora sobre la mesa es el hecho mismo deque, hasta en las ms osadas vanguardias (haciendo excepcin del bodyart, quizs) sus creaciones constituan artificialidades inertes. Desde unapintura rupestre hasta una video escultura de Paik, se trataba de crea-ciones artificiales, inorgnicas, en las que jams intervena un ser vivo,excepcin hecha, claro est, del artista. Qu pasa cuando esto cambia?Qu pasa cuando son seres vivos los que resultan intervenidos por el

    artista-creador-reconstructor?

    Un punto de partida para intentar comprender el arte transgnico tieneque ver con la necesidad de emborronar y dis-torsionar los pre-juiciosque existen entorno a la idea de arte y de artista.

    En primer trmino, las obras de arte que se proponen aqu no constitu-yen artificialidades inertes, se trata de seres vivos, creados o ideados porel artista quien abandona su condicin de demiurgo para convertirseen creador. En efecto, la propuesta del arte transgnico se apoya esen-cialmente en la manipulacin de las bases nitrogenadas presentes en el

    ADN y que constituyen el alfabeto gentico: Guanina, Adenina, Citosinay Timina (G, A, C, T). Ahora bien, como lo indica Tomasula, toda for-ma de vida, desde un pichn, una vaca, un tomate o un humano11 estcompuesta por este alfabeto gentico de cuatro letras, lo que nos lleva apensar, inicialmente, como la manipulacin gentica de una especie tieneconsecuencias directas sobre todas las otras. Cada vez es ms comn orconversaciones entre cientficos genetistas, filsofos o bioeticistas en lasque el tpico tiene que ver con la manipulacin gentica. Pero Qu pasacuando el discurso se desplaza hacia el arte y cuando el artista empiezaa re-armar el alfabeto gentico con fines estticos?

    Analicemos brevemente dos trabajos de Eduardo Kac que darn algunas

    luces al respecto. El primero de ellos es Gnesis, una instalacin interactiva

    11 Tomasula, S Genetic Art and the Aesthethics of Biology En: Leonardo. Vol. 35. No. 2 pp. 137-144. MITPress. 2002. p. 140.

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    12 Que el hombre tenga dominio sobre los peces del mar, sobre los pjaros del aire y sobre todo ser vivienteen esta tierra.

    13 Recordemos, se trata de los cuatro constituyentes fundamentales del cido desoxirribonucleico o ADN.

    de 1999 en la que Kac, a partir de un fragmento del Gnesis, intent crearuna nueva piedra Rosetta. Dividida en tres fases bsicas, de las cuales solome detendr aqu en la primera, la obra de Kac parte de la frase:

    Let man have dominion over the fish of the sea, and over the fowl ofthe air, and over every living thing that moves upon the earth12.

    A partir de esta frase Kac utiliz un doble proceso de re-codificacin,primero en clave Morse:

    .-.. . - -- .- -. .... .- ...- . -.. --- -- .. -. .. --- -. --- ...- . .-. - .... . ..-. .. ... ....

    --- ..-. - .... . ... . .- --..-- .- -. -.. --- ...- . .-. - .... . ..-. --- .-- .-.. --- ..-. - ..... .- .. .-. --..-- .- -. -.. --- ...- . .-. . ...- . .-. -.-- .-.. .. ...- .. -. --. - .... .. -. --.- .... .- - -- --- ...- . ... ..- .--. --- -. - .... . . .- .-. - ....

    Y, a partir de esto ltimo, se propone una ulterior codificacin que sigue elalfabeto gentico (Guanina, Adenina, Citosina y Timina (G, A, C, T)):

    CTCCGCGTATTGCTGTCACCCCGCTGCCCTGATCCGTTTGTTGCCGTCGCCGTTTGTCA

    TTTGCCCTGCGCTCATGCCCCGCACCTCGCCGCCCGCCCATTCCTCATGCCCCGCACC

    CGCGCTACTGCTCCATTTGCCCCTGCGCTCATGCCCCGCACCTCGTTTGCTTGCTCCAT

    TTGCCTCATGCCCGCACTGCCGCTCACTGTCGTCCATTTGCCCTGCGCTCACGCCCTGC

    GCTCGTCTTACTCCGCCGCCCTGCCGTCGTTCATGCCCGCCGTCGTTCATGCCCCGCTC

    TATTGTTTGCCCTGCGCCCACCTGCTTCGTTGTCATGCCCCGCACGCTGCTCGTGCCCC

    El cdigo de conversin es el siguiente:

    1) Guin: T2) Punto: C3) Espacio entre palabras: A4) Espacio entre letras: G

    Despus de la operacin de codificacin y re-codificacin se obtiene unacadena nica de AGCTs13 que no existe en la naturaleza, es artificial yconstituye lo que Kac ha llamado gen artstico o gen de artista.

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    La exhibicin permite que los participantes tanto locales comoremotos (Web) monitoreen la evolucin del trabajo. La muestraconsiste en una placa Petri con la bacteria (Esterichia Coli, en lasque el gen, transformado en plsmido es introducido), una cmaramicrovideo flexible, una caja de luz ultra violeta, y un microscopioiluminador. Este armado se conecta a un proyector de video y auna red de dos computadoras. Una computadora trabaja comoun servidor de la Web (transmitiendo imagen y audio en vivo) yresponde a los pedidos remotos de activar la luz ultra violeta.[]La proyeccin local de video muestra una imagen aumentada dela divisin bacterial y de la interaccin vista a travs de la cmarade microvideo. Participantes remotos a travs de la Web interfie-

    ren con el proceso encendiendo la luz ultra violeta. La protenafluorescente en la bacteria responde a la luz ultra violeta emitiendouna luz visible (ciano y amarilla). El impacto de energa de la luzultra violeta sobre la bacteria es tal que interrumpe la secuenciadel ADN en el plsmido acelerando el ritmo de la mutacin. Lasparedes de la izquierda y de la derecha contienen textos ampliadosaplicados directamente sobre las paredes: la frase extrada del Librodel Gnesis (a la izquierda) y el gen Gnesis (a la derecha)14.

    La instalacin supone entonces una participacin activa por parte delespectador pues, dentro de la lgica propuesta por Kac, la mutacin cro-mtica de las bacterias poda darse a travs de la intervencin del hombre,

    simplemente haciendo clic. Gnesis pone en evidencia las posibilidadespoiticas de la tecnologa y evidencia el cambio en el estatuto de las cien-cias biolgicas que, como sugiere Arlindo Machado, prometen

    para dentro de un tiempo, que la vida podr programarse en sunivel ms fundamental, el nivel de los genes que transmiten lasinformaciones sobre la vida. La totalidad de las artes, hasta ahora,se limitaron a una manipulacin ms o menos sofisticada de lamateria inanimada, efmera y entrpica. La fabulosa y aterradoranovedad es que, a partir de ahora, ser posible elaborar informa-cin, imprimirla en la materia viva y hacer que esta informacinse multiplique y se preserve ad infinitum, por lo menos mientras

    pudiera existir vida en el planeta. Y ms: dentro de poco tiempo

    14 KAC, E. Telepresence & Bio Art. Ann Harbor .University of Michigan Press. 2008. p. 251. Cursivas delautor.

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    ser posible no slo mimetizar las formas de vida conocidas, sinotambin crear formas alternativas de vida, con sistemas nerviososde otra naturaleza, inclusive con procesos mentales diferentes delos que conocemos15.

    Al final de la exhibicin de Gnesis en Linz (Austria), Kac invirti elproceso y recodific al ingls la cadena de AGCTs obtenida despus dela manipulacin de los usuarios-espectadores-partcipes. El resultadofue la frase

    Let ann have dominion over the fish of the sea and over the fowl of theair and over every living thing that ioves ua eon the earth

    que fue interpretada como una respuestade la naturaleza contra el dominio delhombre: por ejemplo, la palabra manse converta en aan con connotacionesfemeninas. Las posibilidades interpreta-tivas eran bastante amplias y constituanel fulcro conceptual de la obra que Kacresumi en la mxima: las fronteras en-tre la vida basada en carbono y los datosdigitales se estn volviendo tan frgiles

    como las membranas de las clulas16.

    Una segunda obra de Kac que ha resul-tado mucho ms polmica que Gnesis es GFP Bunny (Conejita PVF) del2000. Se trat del primer mamfero manipulado genticamente con finesartsticos y que gener un profundo debate entorno a los alcances de lasobras de arte y al rol de los artistas. El concepto fundamental de la obraconsista en la creacin de un animal transgnico, una conejita, mediantela manipulacin gentica insertando un gen fluorescente extrado de lamedusaAequoria Victoria del nordeste del Pacfico: Se extraen vulosfecundados de una hembra y (B) el ADN que lleva el gen GFP se inyecta

    15 MACHADO, A. Por un arte transgnico. En: la Ferla, J (Org.) De la pantalla al arte transgnico. BuenosAires: Libros del Rojas. 2000. p. 253.

    16 Kac, op. cit. p. 254.

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    en el proncleo masculino. (C) A continuacin, se implantan los vulosen una madre portadora. (D) Algunos de los cachorros expresan el genGFP (ver figura)17.

    Alba, la conejita, es albina y no es verde todo el tiempo, solamente fluo-rece cuando es iluminada con un tipo determinado de luz. El proyectoque se concret con la creacin de Alba ya haba tenido un antecedenteconceptual propuesto por el mismo Kac con su obra GFP K9 (Canino PVF)que, si bien nunca vio luz, propona la creacin de un canino transgnicofluorescente a partir de vulos fecundados de Xoloitzcuintli, una particu-lar raza de perros calvos mexicanos. La Conejita PVF, que vio la luz el 29

    de abril de 200018

    , era una obra estructurada en tres momentos centralesque iban ligados a 1) la creacin de la conejita fluorescente 2) el debateentorno a la Conejita y 3) la integracin de Alba al entorno social.

    17 Grfico tomado de Kac, op. cit. p. 238.18 En Jouy-en-Josas, Francia, con la ayuda de los cientficos Louis Bec, Louis-Marie Houdebine y Patrick

    Prunnet. Alba deba hacer sido mostrada al pblico en el programa Artransgnique del festival AvignonNumrique, en junio de 2000, pero su exhibicin fue prohibida por la direccin del instituto de inves-tigacin donde la coneja fue modificada. De igual modo su obra Gnesis cont con la asesora del Dr.Charles Strom, Director de Gentica Mdica en el Illinois Masonic Medical Center de Chicago, quienhizo el asesoramiento en gentica.Sea este el momento para aclarar que a diferencia de muchos artistas que actualmente intentan pro-mover un intercambio de experiencias entre arte y ciencia, Kac no utiliza los conceptos cientficos slocomo referencias, citas o pretextos, a ttulo de inspiracin o metfora de su trabajo artstico, sino, porel contrario, como el fundamento ms profundo de su creacin. Esto implica para Kac enfrentar muy

    seriamente todos los detalles de la dmarche cientfica y buscar la comprensin ms profunda posibledel rea del conocimiento en la que est actuando, como tambin, por otra parte, no endosar ningunavisin determinista de la gentica, basada en la idea delirante de que el gen encierra el secreto ltimode la vida. Su meta siempre es la dimensin simblica de la gentica y no simplemente su dimensinoperacional, Machado, op. cit. p. 257. As mismo, afirma Kac que El empleo de la protena verdefluorescente en un perro es absolutamente inofensivo, ya que la GFP es independiente de las especiesy no requiere ninguna protena o substrato adicionales para la emisin de la luz verde. La GFP se haexpresado con xito en varios organismos husped, como la E. Coli o la levadura, y en clulas de ma-mferos, insectos, peces y plantas. Kac, op. cit. p. 237.Sustentando su afirmacin, provee la siguiente bibliografa:NIEDZ, R.; RANDALL, P.; SUSSMAN, M.R. y SATTERLEE, J.S. Green fluorescent protein: an in vivoreporter of plant gene expression. En: Plant Cell Reports, nm. 14, 1995. p. 403-406. AMSTERDAM,

    A.; LIN, S.y HOPKINS, N. The Aequorea victoria green fluorescent protein can be used as a reporter inlive zebrafish embryos. En: Devel. Biol., nm. 171, 1995. p. 123-129. PINES, J. GFP in mammaliancells. En: Trends Genet., nm. 11, 1995. p. 326-327. HOLDEN, C. Jellyfish light up mice. En: Science,nm. 277, 1997, 4 de julio p. 41. IKAWA, M.; YAMADA, S.; NAKANISHI, T.; OKABE, M. Green miceand their potential usage in biological research. En: FEBS Letters, vol. 430, nm. 1-2, 1998. p. 83.CORMACK, B. P.; BERTRAM, C.; EGERBOM, M.; GOLD, N. A.; FALKOW, S. y BROWN, A. J. Yeast-enhanced green fluorescent protein (yEGFP): a reporter of gene expression in Candida albicans. En:Microbiology, nm. 143, 1997. p. 303-311. YEH, E.; GUSTAFSON, K. y BOULIANNE, G. L. Greenfluorescent protein as a vital marker and reporter of gene expression in Drosophila. En: Proc. Natl.

    Acad. Sci. USA, nm. 92, 1995. p. 7036-7040.

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    Precisamente en el tercer punto estribaba el momento central de estetrabajo de Kac, cuya recepcin gener profundas resistencias toda vezque pona sobre la mesa los aspectos atinentes a la creacin de animalescon fines estticos. La posibilidad de crear y manipular vida (GFP Bunny,Gnesis), se converta entonces en el principal reto que deba afrontar elarte transgnico; sin embargo, la intencin del artista no era, de entrada,ajena a estos interrogantes. Refirindose a Alba, pero en una afirmacinque podra hacerse extensiva a todo el arte transgnico, Kac sostena:

    Como artista transgnico, no estoy interesado en la creacin deobjetos genticos, sino en la invencin de sujetos sociales transg-nicos. Lo que es importante es el proceso completamente integradode creacin de la conejita, trayndola a la sociedad, proveyndolade un ambiente amoroso, cuidadoso y esmerado, en el cual ellapueda crecer segura y sana. Este proceso integrado es importanteporque pone a la ingeniera gentica en un contexto social en elcual la relacin entre las esferas pblica y privada es negociada[] La palabra esttica, en el contexto del arte transgni-co, debe ser entendida como aquella que significa creacin,socializacin, e integracin domstica en un solo proceso. Elasunto no es hacer que la conejita resuelva requisitos o caprichosespecficos, sino gozar de su compaa como individuo (todoslos conejos son diferentes), siendo apreciada por sus virtudesintrnsecas, en interaccin dialgica19.

    Por supuesto, la propuesta de Kac abre toda una serie de interrogantesque desbordan, de entrada, la simple reflexin esttica. Si bien su obrapuede enmarcarse al menos tentativamente dentro del llamado arte con-ceptual, resulta polticamente ms interesante pensarla desde las ideasde Calabrese propuestas ms arriba. En efecto, Kac se presenta como unexcntrico creador de monstruos: seres vivos (en este caso particular)que transgreden el ordo naturae y que constituyen un exceso de tipoconceptual y formal. El problema del escndalo est aqu presente deigual modo (como lo mostrar ms adelante) y es una de las piedrasangulares dentro de la reflexin tico-poltica que ha abierto este tipo

    de propuestas estticas.

    19 Kac, op. cit. p. 271. Negrillas del autor.

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    Sobre las posibilidades del arte transgnico se han tendido varias posicio-nes que se mueven a lo largo de caminos diversos. De un lado, una buenaparte de la crtica se niega a aceptar el arte transgnico como arte: hay unadiscusin que nos devuelve hacia un terreno que se crea ya arado y quetiene que ver con el estatus mismo del arte, sus espacios, competencias ydiscursos. De otro lado se ha abierto -a propsito del arte transgnico- unareflexin de corte estrictamente tico (y tambin poltico) y que tiene quever con la manipulacin gentica y la creacin de formas de vida artificiales.Sobre este punto, mucho ms problemtico, quisiera detenerme.

    3. tica y poltica en el arte transgnicoLas preocupaciones ticas son de capital importancia en cualquier obra artstica y

    se hacen ms cruciales que nunca en el contexto del arte biolgico. Desde la perspectiva

    de la comunicacin entre las especies, el arte transgnico reclama una relacin dialgica

    entre el artista, la criatura/obra de arte y aquellos que entran en contacto con ella.

    E. Kac

    Biotech is Godzilla

    Sepultura

    Qu es realmente lo que genera la polmica a propsito del arte trans-gnico?

    Una primera respuesta que podra aventurarse aqu tendra que ver conuna fuerte cimentacin de la tica en meros consensos que imposibilitanla posibilidad de abrir nuevos intersticios de reflexin dentro de lo social.En efecto, la manipulacin gentica no ha nacido con el arte transgniconi es este su nico mbito. Tomasula seala cmo ligando la naturalezacon el gusto y la funcionalidad el hombre ha creado 66 tipos de conejos,136 tipos de perros y 40 tipos de gatos. De igual modo, para nadie per-manece oculto el uso que hacen de manipulacin gentica las grandescorporaciones con fines esencialmente lucrativos.

    Hasta un cierto punto, el problema de los organismos transgnicos estfuertemente asociado a las criaturas diseadas en un laboratorio y a una

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    suerte de proyecto fustico en el que el hombre entrara a jugar un pa-pel semejante al de Dios. De hecho, una buena porcin de las posturasticas que reprueban trabajos estticos como el de Kac se escudan enactitudes de tipo abiertamente reaccionario sustentadas, muchas veces,en dogmas de corte religioso. En este sentido, la discusin es usualmentepoco refinada en la medida en que los argumentos que se esgrimen encontra del arte transgnico suelen ser argumentos de autoridad que, porlo general, desembocan en falacias ad hominem. Valdra la pena recuperar,entonces, la pregunta que hacamos apenas hace un momento y que,de algn modo, permitira refinar la reflexin a propsito del fenmenotransgnico dentro del arte.

    Quisiera entonces recurrir a un concepto que ha sido acuado por JacquesRancire en los aos noventa y que permite comprender un poco mejorlo que trato de explicar: la particin de lo sensible (partage du sensible). Eltrmino, sin duda poco conocido an dentro del mbito de la filosofa,resulta interesante para comprender el modo en el que espacios, tiem-pos, roles y competencias aparecen ntidamente delimitados en nuestroentorno.

    En efecto, los roles de los individuos parecen cada vez mejor definidos envirtud de la posicin que ocupan en el entramado social: a un individuoXcorresponde un rol Yen un espacio Z. Hay una especie de cartografamuy bien delineada del deber serde la vida y una serie de reglas, tcitas ono, que se cumplen en virtud de un orden bien establecido. Intentandomostrar este punto, Rancire recurre a la idea de particin de lo sensiblecon el fin de mostrar la escisin entre dos formas diversas de comunidada las que da el nombre de polica ypoltica.Aunque los vocablos policay poltica comparten su raz etimolgica, en castellano el uso comntiende a escindirlas de manera radical en tanto designan en el uso coti-diano dos unidades semnticas diversas. Sin embargo, una aproximacinun tanto ms fina a la idea misma de lapolica permite comprender unpoco mejor la biparticin propuesta por Rancire.

    Apelando al lexicgrafo, es posible distinguir una acepcin particulardel vocablopolica: buen orden que se observa y guarda en las ciudadesy repblicas, cumplindose las leyes u ordenanzas establecidas para su

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    mejor gobierno20. En este sentido, la idea de Rancire apunta muchoms a los modos de administracin de un determinando entramado so-cial que al sentido coercitivo con el que suele emplearse el vocablo. Elpunto central estriba entonces en el hecho mismo de que la idea de lapoltica se ha visto desdibujada en virtud de lo que podra llamarse unaopacidad semntica que la disuelve en mltiples y complejos mecanismosde regulacin y mantenimiento.

    La polica se presenta aqu como un tipo de particin de lo sensible queinstaura y regula los espacios del ser, del decir y del hacer. Desde la pers-pectiva administrativa la polica establece un determinado orden de lo

    visible, lo decible y lo efectuable que, recuperando las ideas de Aristteles,regula el persistente contrapunto entre discurso y ruido21. Cabe abrirentonces una pregunta fundamental: Qu es entonces la poltica?

    Propongo reservar el nombre de poltica a una actividad bien de-terminada y antagnica de la primera (la polica): la que rompe con

    20 El DRAE presenta cinco diversas acepciones en la entrada polica. He enunciado la segunda pues, con-sidero, es la que mejor permite explicar el sentido que Rancire da al vocablo aunque, ya lo veremos, latercera entrada tambin resulta til desde la perspectiva de la poltica esttica. (Del lat. polita, y estedel gr. ).1. f. Cuerpo encargado de velar por el mantenimiento del orden pblico y la seguridad de los ciudadanos,a las rdenes de las autoridades polticas.ORTOGR. Escr. con may. inicial.

    2. f. Buen orden que se observa y guarda en las ciudades y repblicas, cumplindose las leyes u orde-nanzas establecidas para su mejor gobierno.3. f. Limpieza, aseo.4. f. desus. Cortesa, buena crianza y urbanidad en el trato y costumbres.5. com. Cada uno de los miembros del cuerpo encargado de velar por el mantenimiento del ordenpblico.

    21 Rancire retoma un clebre pasaje de la Poltica en el que se establece la distincin entre y para evidenciar la particularidad del hombre como ser social (utilizo la traduccin inglesa de la Poltica,pues, considero, es mucho ms clara que la castellana):And why man is a political animal in a greater measure than any bee or any gregarious animal is clear.For nature, as we declare, does nothing without purpose; and man alone of the animals possessesspeech. The mere voice, it is true, can indicate pain and pleasure, and therefore is possessed by theother animals as well (for their nature has been developed so far as to have sensations of what is painfuland pleasant and to indicate those sensations to one another), but speech is designed to indicate theadvantageous and the harmful, and therefore also the right and the wrong; for it is the special propertyof man in distinction from the other animals that he alone has perception of good and bad and rightand wrong and the other moral qualities, and it is partnership in these things that makes a household

    and a city-state (1253a).En este pasaje Aristteles da como caracterstica fundamental del ser-poltico del hombre su que,no puede olvidarse, en griego designa tanto la razn como la palabra. En este sentido el hombre sedistancia de los dems animales que tendran solo , la capacidad, mucho ms simple, de emitirsonidos. Sobre esta estela se sita Rancire al proponer la separacin entre discurso y ruido.

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    la configuracin sensible donde se definen las partes y sus parteso su ausencia por un supuesto que por definicin no tiene lugaren ella: la de una parte de los que no tienen parte. Esta rupturase manifiesta por una serie de actos que vuelven a representar elespacio donde se definan las partes, sus partes y las ausencias departes. La actividad poltica es la que desplaza a un cuerpo del lugarque le estaba asignado o cambia el destino de un lugar; hace verlo que no tena razn para ser visto, hace escuchar como discursolo que no era escuchado ms que como ruido22.

    La piedra angular de esta argumentacin a propsito de la polica tieneque ver, entonces, con la imposibilidad de pensar en procesos hetero-

    gneos dentro del sensorium comn, toda vez que estos ya estn previa-mente gestionados y, al determinar lgicas de corte binario, establecenuna particin de lo comn que se apoya sobre la idea de lo que Ranciredenomina consenso. Permtaseme aclarar aqu que esta idea de consensono apunta directamente a lo que indicara el vocablo latino consensus,su raz etimolgica. Ms que a un acuerdo o a una armona de intereses,Rancire propone lo que llama una comunidad del sentir, aquella enla que incluso los datos a partir de los cuales se deciden acuerdos ydesacuerdos se consideran objetivos e incuestionables. Acuerdos y des-acuerdos (que) significan entonces elecciones entre distintas maneras degestionar las posibilidades ofrecidas por este estado de los lugares, que

    se impone de forma parecida a todos23

    .

    En este escenario se articula, en gran parte, la situacin del arte trans-gnico que se presenta como un ruido que altera el discurso controladoy regulado de la particin policiva de lo sensible. En otras palabras, lafractura de los cdigos dominantes y el emborronamiento de lo que hellamado las cartografas del deber sersupone considerar el arte transgnicocomo ajeno a cualquier tipo de orden instituido y, por supuesto, llevaa pensar en los argumentos dogmticos y poco rigurosos esgrimidospor muchos de sus crticos. He ah los aspectos propiamente polticosdel arte, que poco o nada tienen que ver con el hecho mismo de que el

    22 Rancire, J. El desacuerdo. Poltica y filosofa. Buenos Aires, Ed. Nueva Visin. 1996. p.45. Texto entreparntesis del autor.

    23 Rancire, J. Sobre polticas estticas. Barcelona. Museo dArt Contemporani de Barcelona y Servei dePublicacions de la UAB. 2005. p. 58.

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    arte re-presente la poltica o no: en medio de un panorama puramenteconsensual, en el que la posibilidad de disentir es considerada una tras-gresin el arte ha sido llamado a abrir esos nuevos espacios de disenso,a plantear la posibilidad de una re-particin de lo sensible.

    Un ejemplo interesante para pensar este punto es el trabajo de un artistacomo Marc Quinn quien en 1991 present su trabajo Self, una esculturade su propia cabeza hecha con nueve litros de su sangre congelada ymantenida bajo refrigeracin; cada cinco aos Quinn crea un nuevo Selfcon sangre fresca. Igualmente interesantes resultan los trabajos de JanaSterbak quien dibuja con una pluma cargada con sangre VIH positivo y

    anticoagulantes, el Thanatron de Jack Kevorkian, mquina que permitaa los pacientes suicidarse bajo su supervisin o sus pinturas sobre elHolocausto hechas con su propia sangre. Ciertamente en estos casosno estaramos hablando propiamente de arte transgnico, se tratarade bio-arte, una categora cercana que nos permite seguir pensando elproblema central.

    El uso que Quinn o Sterback hacen de la sangre es trasgresor en la medi-da en que sugiere nuevos juegos de lenguaje que fracturan el cdigodominante. El discurso de la aberracin o de la marginacin tiene quedar lugar a nuevas lgicas del hacer y del pensar que restituyan un di-logo en el que sea posible salir de un escenario consensual e ingresar auno disensual. Desde esta mirada, la idea del escndalo es cada vez msinteresante en la medida en que se entienda como piedra de tropiezo ocomo trampa puesta al enemigo; la posibilidad de escandalizar no tieneque ver, entonces, con el capricho de la excentricidad o con la pose, mu-chas veces vaca, de la dificultad formal; tiene que ver con la posibilidadde abrir espacios de disenso que permitan pensar, de nuevo, en unare-particin de lo sensible. Precisamente sobre la nocin de consensoRancire muestra como el problema, la a-politicidad tiene que ver conun sistema de opiniones bien cimentado, en ltimas, es consenso es unmodo de produccin de realidad:

    El consenso es una distribucin de las competencias, de los es-pacios especializados y de los pblicos dirigidos. Pero es tambin,de una manera complementaria, un determinado modo de pro-duccin de la realidad comn. [] Para el consenso las cosas no

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    son lo que son. Desde su punto de vista, el desacuerdo tiene quever nicamente con las ideas, intereses, sentimientos y valores atravs de los cuales las aprehendemos. Se puede discutir sobre todoesto pero no sobre los datos mismos, a no ser que borremos la lneaque separa realidad y ficcin. Frente a esta lgica el problemano consiste en denunciar la informacin oficial, el papel de losmedios, etc. El problema consiste en crear formas de intervencinque no se limiten a suministrar otros datos, sino que cuestionenesta distribucin de lo dado y sus interpretaciones, de lo real ylo ficticio24.

    Es este un punto que resulta crucial para entender el porqu de la im-

    portancia del arte transgnico dentro del panorama de la esttica con-tempornea. En efecto, mientras la mayor parte de las posvanguardiashaban cado en una suerte de ejercicio de deja vu de lo ya realizado porlas vanguardias de la primera mitad de siglo, dando como resultado unarte consensual -muchas veces distante, otras esttico- el arte transgnicologra, y creo que esta es su funcin principal, crear desacuerdo en mediode una poca abiertamente despolitizada. De ah, el matiz abiertamentetico de las crticas que se hacen a esta forma de arte. Sin embargo, habraque entender cul es la idea de la tica que vemos aqu. Como ya lo haindicado J.C. Lvque a propsito del trabajo de Rancire:

    la postpoltica contempornea se distingue por su tonalidadpropiamente tica: haber elegido la poltica pura como mbito dereflexin lleva consigo, por una parte, el final de toda poltica enel sentido propio del anlisis de Rancire, o sea como irrupcinde los que no cuentan nada; por la otra, el melodrama humanitario,que excluye cualquier posibilidad para los excluidos de tener con-ciencia de su exclusin y de reivindicar su participacinpoltica enla sociedad. La tica sustituye a la poltica y tiende a caracterizarla ideologa dominante con una mezcla de democracia formal yhumanitarismo que bloquea, de hecho, toda posibilidad de ac-cin poltica []. Otro aspecto de la dominacin de la tica encuanto prctica humanitaria es la sumisin a la lgica econmicadel mercado global; la democracia formal impide toda nueva sub-

    jetivacin, a travs de sus prcticas de gestin, de la governance.

    24 dem, p. 77.

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    Eliminando as toda posibilidad de desacuerdo, se produce unacuerdo artificial que oculta el potencial del conflicto propio de lasociedad contempornea. La sociedad del consenso es entoncesuna sociedad donde el conflicto queda oculto, y la participacinpoltica un acto puramente formal, una gestin de los votos y delas plazas que tiene muy poco que ver con la poltica en cuantoespacio de afirmacin de nuevas subjetividades25.

    Qu es lo que sucede entonces aqu?

    Nos encontramos ante un panorama del consenso en el que un llamadocomo el del arte transgnico es considerado simplemente ruido pues

    convoca a una necesaria re-particin de lo sensible. El rol del artistaparece dis-locarse y abre el espacio a nuevos escenarios de reflexin queobligan a pensar nuestra relacin con el mundo, con nosotros mismosy con el otro. La realidad que muestra el arte transgnico tiene que vercon el hecho mismo de que hoy por hoy es posible manipular el mate-rial gentico directamente: es posible integrar ADN extrao con muchaprecisin en nuevos genomas y los artistas pueden crear o encargar suspropios genes (caso Gnesis) o sus propios mamferos (caso GFP Bunny).

    Y el problema aqu no tiene que ver con si tal accin es buena o mala;creo que la pregunta clave no es si Kac y sus discpulos juegan a ser dio-ses. Lo que realmente habra que preguntar es qu nos obliga a pensar

    la posibilidad real de la manipulacin gentica. La posibilidad de crearquimeras o monstruos es, de hecho, una realidad.

    Quizs aqu hace eco la irona de Haraway26 quien, a propsito del rolde la biotica en el mundo contemporneo, se pregunta: Por qu esaburrida la biotica?

    25 Lvque, J-C. Esttica y poltica en Jacques Rancire En: Escritura e imagen, nmero 1. Madrid. 2005.pp. 179-197, p. 184.

    26 Cabe aclarar aqu que la postura de Haraway no debe tomarse como una afirmacin que constituya unreferente para englobar la amplia reflexin biotica que se abre hoy por hoy. Se trata de una posicin

    que pretende evidenciar ciertas falencias propias de cierta biotica puramente deontolgica que, porsupuesto, no puede ser tomada como el paradigma exclusivo de la biotica actual. De ah que resulteclave mantener siempre dentro del horizonte de comprensin la escisin latente o explcita que se abreentre biotica y biomoral. Sobre este ltimo punto en particular vase Hottois, G. Qu es la biotica?Bogot. Universidad El Bosque. 2007.

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    En gran parte contesta- porque se trata de un discurso regulatorio,consensual, que usualmente tiene que ver con no hacer algo, con unanecesidad de prohibir, limitar, vigilar, estar atento contra las amenazan-tes tecnoviolaciones; con una necesidad de limpiar despus de que laaccin (trasgresora) ha tenido lugar o simplemente prevenirla, evitar-la27. Parecera que una buena parte de la biotica sigue enclavada en undualismo, un tanto maniqueo, que habra que repensar: de un lado, lasociedad, del otro todos los monstruos vivientes y por venir, productode la tecnociencia.

    En este sentido, el llamado tiene que ver con la necesidad de un abordaje

    no maniqueo de los principios de la biotica y con una no polarizacinde la reflexin en categoras de corte moral como bueno o malo. En efecto,somos hijos de una tradicin que desde Aristteles nos ha hecho pensarsobre lgicas binarias (principios del tercero excluido, identidad y nocontradiccin) y que, hoy revela, como lo ha anotado Sloterdijk,

    la incapacidad absoluta para describir en trminos ontolgica-mente adecuados fenmenos culturales tales como herramientas,signos, obras de arte, mquinas, leyes, usos y costumbres, libros,y todo otro tipo de artefactos, por la simple razn de que la di-ferenciacin fundamental de cuerpo y alma, espritu y materia,sujeto y objeto, libertad y mecanismo, no puede ya habrselas con

    entidades de este tipo: son por su propia constitucin hbridoscon una componente? espiritual y otra material, y todo intentode decir lo que son autnticamente? en el marco de una lgicabivalente y una ontologa monovalente conduce inevitablementea la reduccin sin esperanza y a la abreviatura28.

    Hoy que trasegamos en medio de una sociedad de la tecnociencia, quizsde esa moda tcnica a la que con cierto sarcasmo se refiere Hottois29, esnecesario sentar nuestras brjulas de pensamiento en lgicas no binarias

    27 Haraway, D. When species meet. Minneapolis, University of Minnesota Press. 2008. p. 136. Traduccin

    del autor.28 Sloterdijk, P. El hombre operable. Notas sobre el estado tico de la tecnologa gnica En: Revista

    Observaciones Filosficas. Mayo 2006. En lnea: http://www.observacionesfilosoficas.net/download/hom-breoperable.pdf. recuperado el 10 de junio de 2008.

    29 CF. Hottois, G. El paradigma biotico. Ed. Anthropos. Barcelona. 1991.

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    y no maniqueas. Esta es precisamente la tarea de una biotica que seacapaz de pensar nuestro presente y que sea capaz de, al menos, astillarlos discursos de poder contra los que ha pretendido erigirse desde losaos setenta; quiz sea hora de reevaluar la excesiva deontologa presenteel la biotica.

    El llamado no es, entonces, a elaborar un discurso apologtico que hagadel trabajo de los artistas transgnicos el punto ms alto de nuestra cul-tura tecnocientfica, eso tambin sera un despropsito. De lo que se trataaqu es de poder pensar desde nuevos puntos de referencia una realidadefectiva, ciertas posibilidades cientficas que se objetivan s en Alba, pero

    tambin en miles de genes creados en laboratorios con fines no necesaria-mente cientficos. La tarea est en poder leer entre las lneas de los trabajosde Kac, Quinn, Sterbak, y dems e intentar descifrar los retos ticos ypolticos que se plantean, por supuesto, abandonando el esencialismopolicivo con el que han sido abordadas en ltimos tiempos tanto la ticacomo la poltica. La insercin en ciertos espacios abiertos por el arte, es-pacios de visibilidad pblica, de organismos genticamente manipuladostiene que, necesariamente, abrir un debate de corte poltico y refinar laargumentacin a propsito de las posibilidades de la transgenia.

    Un ltimo ejemplo de las posibilidades del arte transgnico es ubicableen dos obras que, a diferencia de Kac, no utilizaron ningn tipo de ma-nipulacin gentica; sin embargo sta constituy su fulcro principal.

    En 1998, cerca de Pasadena, California, abri sus puertas una boutiquecon un muy particular nombre: Gene Genies Worldwide30. El peculiaralmacn tena muy claro lo que ofreca a sus compradores: la llave almximo y ms sofisticado campo de juego (playground) para el consu-midor de la revolucin biotcnica. All se vendan toda serie de rasgosgenticos nuevos, para los usuarios que quisieran modificar su fenotipoy su personalidad. En ltimas, esta boutique permita a sus compradorespersonalizar(se) (customize) a travs de la inclusin de genes humanos yno humanos, tanto as, que uno de los artculos ms apetecidos por los

    30 Sigo de manera no textual la descripcin sucinta de la obra que hace Andrews, L. Art as a Public PolicyMedium En: Kac, E. (Ed.) Signs of Life. Bio Art and Beyond. Cambridge. MIT Press. 2007.

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    compradores era el gen de supervivencia propio de las cucarachas. El tipode recepcin sorprendi a los propietarios del almacn, toda vez, queninguno de los productos estaba inmediatamente disponible, se podahacer algo as como una pre-orden. La boutique y todo el discurso quela acompaaba eran una obra creada por los artistas Karl Mihail y TranKim-Trang quines buscaban poner sobre la mesa el espinoso y eludidotema de la manipulacin gentica de nuestros propios cuerpos.

    No deja de ser interesante pensar como una obra tipo GFP Bunny generaun profundo rechazo en nuestra sociedad, pero ante la apertura de unaboutique como Gene Genies Worldwide la posibilidad del propio upgrade

    no se hace esperar. En el momento en el que el genoma humano sea losuficientemente conocido como para ser manipulado qu pasar cuandopodamos decidir a propsito de ciertas caractersticas fsicas? En el mo-mento en el que la modificacin corporal abandone el mundo anlogo delos tatuajes y lospiercings para desplazarse hacia el mbito de lo digital enel multiverso de las ciencias de la informacin, en un mundo que adorala belleza Quin quisiera entonces no ser bello pudiendo elegir serlo?

    No se trata, insisto, de pensar en trminos de crueldad con la pequeaAlba, sino de poner sobre la mesa el problema poltico en trminos realesy de buscar ciertos dilogos an no explorados como el que existe entremanipulacin gentica y consumo cotidiano. El artista canadiense AdamBrandejs abri otro interesante espacio de dilogo al proponer sus Genpets(2005). A travs de un sitio web (www.genpets.com) se ofreca lo queparecan ser una especie de seres con rasgos oscilantes entre humanoy animal que no son juguetes o robots, respiran. Usamos un procesollamado Zygote Micro Injection, que es un mtodo para combinar

    ADN o mezclar protenas de diferentes especies31. La pgina ofreceun interesante catlogo que permite al consumidor elegir el carcter32,

    31 http://www.genpets.com/meet.php32 En http://www.genpets.com/features_cc.php puede encontrase este particular catlogo:

    Genpet Rojo - Atltico y enrgico

    Genpet Naranja - Aventurero, confidente y curiosoGenpet Amarillo - Juguetn y divertidoGenpet Verde - Colaborador, armonioso y pacficoGenpet Azul - Comunicativo y serenoGenpet Violeta - Imaginativo y espiritual

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    ARTEYTECNOLOGA: LOSRETOSTICOSYPOLTICOSDELARTETRANSGNICO

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    Universidad El Bosque Revista Colombiana de Biotica. Vol. 4 N 1 - Junio 2009

    la apariencia e incluso el tiempo de vida de su Genpet. El proyecto deBrandejs fue bastante exitoso y en poco tiempo la pgina se convirtien una de las ms visitadas de la red. De nuevo, era el arte quien ponasobre la mesa el problema de la manipulacin gentica y lo sacaba de losescenarios ocultos de los laboratorios y por fuera del hermtico dominiode los expertos.

    Los monstruos son una realidad, hoy por hoy, nosotros mismos somosmonstruosos y quizs ese sea el futuro: un eterno upgrade y la posibilidadde hibridarnos con plantas y animales. Es necesario afrontar esta nuevarealidad tecno cientfica y abrir los escenarios de debate que, por supues-

    to, tienen que estar tambin por fuera de las aulas, es ah donde est lapotencia poltica del arte y sus posibilidades de crear el tan necesariodisenso; es este un llamado a la (bio)tica y a la filosofa que necesitamosen el siglo XXI, pero tambin un reconocimiento a una empresa que,hasta ahora, slo el arte ha sido capaz de emprender.

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