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ARREGLOS Y COMPOSICIONES BASADOS EN LA REGIÓN CARIBE: EL SAXOFÓN COMO INSTRUMENTO CONECTOR
MANUELA HERNANDEZ AGAMEZ
ASESORES: HOLMAN ÁLVAREZ Y CÉSAR MEDINA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE ARTES ESTUDIOS MUSICALES
JAZZ Y MÚSICAS POPULARES 13 DE DICIEMBRE DE 2020 BOGOTA D.C, COLOMBIA
TABLA DE CONTENIDO INTRODUCCIÓN …………………………………………………………………………… 3
OBJETIVO GENERAL………………………………………………………………………
4 OBJETIVOS ESPECÍFICOS………………………………………………………………... 4 JUSTIFICACIÓN…………………………………………………………………………….. 5 ACERCAMIENTO A LA MÚSICA TRADICIONAL DE LA REGIÓN CARIBE…….. 6
LA REGIÓN CARIBE………………………………………………………………….7 LA REGIÓN CARIBE COMO PUNTO DE PARTIDA DEL JAZZ EN COLOMBIA. 8
REPERTORIO PARA EL CONCIERTO…………………………………………………..11
LAS PEPAS: BULLERENGUE……………………………………………………..11 CALAMAR: PORRO………………………………………………………………. 13 CARIÑO MIO: BALADA………………………………………………………….. 15 RUTH MARIA: TAMBORA……………………………………………………….. 15 IN WALKED BUD: CUMBIA……………………………………………………… 16 TRES CLARINETES: FANDANGO………………………………………………. 17
CONCLUSIONES…………………………………………………………………………… 19 BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………….. 21 ANEXOS………………………………………………………………………………………23
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INTRODUCCIÓN
A partir de la investigación realizada para la construcción de este trabajo y el proceso creativo
que he experimentado desde el reconocimiento de obras musicales tradicionales de la región
caribe de Colombia, que no conocía y fueron realizadas por mis bisabuelos, surge este
proyecto.
El proceso de creación parte desde la transcripción de obras inéditas. Los elementos
encontrados en la composición de estas piezas, fueron utilizados para producir arreglos y
composiciones, en las que se evidenciaron los conocimientos adquiridos durante la carrera de
estudios musicales con énfasis en saxofón jazz.
Se seleccionaron cuatro canciones del repertorio de mis familiares, se hicieron arreglos y
composiciones explorando la información aportada de los ritmos tradicionales que contienen
estas obras.
El propósito de este trabajo será rememorar estas composiciones y gracias a sus materiales
crear un producto artístico que integre elementos de música tradicional con las herramientas
aprendidas durante todo mi proceso académico.
Desde hace varios años existen múltiples referentes para el proceso creativo que fusiona la
música colombiana y el jazz, por lo cual la pretensión de este proyecto no es adueñarse del
crédito y el trabajo realizado previamente.
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OBJETIVO GENERAL
El objetivo general de este proyecto es crear una propuesta musical en la que el saxofón
cumpla un papel fundamental en la conexión entre los elementos de la música tradicional de la
región caribe y los conocimientos adquiridos en el énfasis de jazz, este vínculo se evidenciara
en la interpretación del instrumento y también en el resultado de los arreglos de las obras
seleccionadas para el concierto.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS 1. Traducir el lenguaje y características de las músicas tradicionales de la región Caribe
para emplearlo en la interpretación del instrumento, en los arreglos y composiciones.
2. Las obras seleccionadas y que se van a arreglar, son piezas que tienen letra, por lo tanto
el saxofón tendrá que adaptarse a esta función, esto será un gran reto para la
interpretación.
3. Desde el formato escogido (sexteto), se pretende lograr una conexión entre las músicas
tradicionales y el jazz.
4. Aportar nueva música al repertorio tradicional y al jazz colombiano.
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JUSTIFICACIÓN
Mi abuelo Santiago Agámez Iriarte, fue el percusionista de la orquesta de Lucho Bermúdez por
más de 30 años, en una ocasión me manifestó su preocupación por la inminente posibilidad de
que la música creada por sus padres, Ruth María Iriarte y Santiago Agámez, quedara en el
olvido. En este momento surge la idea de restaurar dichas composiciones con el objetivo de
generar un registro de estas obras.
Mis bisabuelos nacieron y vivieron gran parte de su vida en Calamar, departamento de Bolívar.
Allí entablaron amistad con el maestro Lucho Bermúdez (gran referente para nuestras músicas,
que logró crear una relación entre la música colombiana y el jazz); Ruth María y Santiago,
trabajaron creando obras que posteriormente fueron arregladas e interpretadas por la
reconocida orquesta de Bermúdez.
Ruth Maria Iriarte de Agámez fue cantante y compositora. Su trabajo más reconocido fue “Tan
bella y tan presumida”, canción que ha sido interpretada por varias agrupaciones como “Los
Hispanos”, “Hermanos Oropeza”, “Jaime Llano Gonzalez” y “Los melódicos”, entre otros. En
alguna ocasión, Ruth María participó en un concurso de canto organizado por radio RCA y
salió ganadora, el premio de este concurso consistía en realizar una grabación en un estudio
ubicado en México, pero lamentablemente en ese momento su esposo se opuso a este viaje, y
en el futuro a nuevas oportunidades que se presentaron, por tal motivo su carrera finalizó
prematuramente.
El deseo de aportar a nuestra cultura por parte de mis bisabuelos era evidente. Lastimosamente
muchas de sus composiciones no lograron ser grabadas, lo cual ha representado una pérdida de
material intelectual invaluable. Pese a ello, parte de este material, existe y se mantiene en la
memoria de mi abuelo y sus hermanas, quienes también han estado vinculadas con la música a
lo largo de su vida, permitiendo que, la oportunidad de ser transmitidas a generaciones
presentes y futuras se mantenga vigente. Fueron, mi abuelo y su hermana Rosario Agámez,
participes de este proyecto y ayudaron a reconstruir las piezas seleccionadas para este trabajo
por medio de notas de voz las cuales sirvieron como punto de partida para el desarrollo de este
proyecto.
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Gracias a la experiencia y los conocimientos adquiridos en el énfasis de jazz de la Universidad
Javeriana, se pretende crear una propuesta que enriquezca el desarrollo interpretativo del
saxofón dentro de las músicas tradicionales, además siempre he tenido el interés personal de
desarrollar un proyecto que integre la música tradicional con la que he crecido y siento gran
afecto con los componentes del jazz.
ACERCAMIENTO A LA MÚSICA TRADICIONAL DE LA REGIÓN CARIBE
La crianza en mi familia se ha dado bajo la influencia de costumbres y tradiciones de la región
Caribe. Esto contribuyó a la formación de nuestras preferencias sobre la gastronomía, el baile y
por supuesto nuestros gustos musicales. Era un hábito que los domingos se realizaran
actividades que llamaban “las culturales”. Allí todos los miembros de la familia participamos
tocando algún instrumento de percusión, cantando o bailando. Poco a poco estos acercamientos
fortalecieron mi interés por la región, su historia y sus costumbres; surge en este momento mi
inquietud por conocer la forma en que estas actividades determinarían mi percepción sobre el
mundo.
Con el transcurrir de los años he comprendido que la preservación de las costumbres, sus
tradiciones y la transmisión de la historia de las comunidades tradicionales en las periferias y
en particular en la región Caribe son el objetivo principal que se persigue con la difusión
cultural que mi familia intenta inculcar a las jóvenes generaciones. Este interés surge por la
posición que han ocupado esta población históricamente en nuestra sociedad, pues es
pertinente recordar que desde varios sectores, se ha invisibilizado el valor y el impacto que
desde siempre han tenido las comunidades de estas regiones en la construcción de la sociedad y
cultura colombiana actual, pese a estar atravesadas por el conflicto, la violencia, la
discriminación y el racismo.
El discurso musical, ha servido a las comunidades como una de las principales herramientas
para la resistencia y defensa de sus costumbres, así como para exhibir la necesidad de
conservación de sus raíces. A través de estas expresiones han logrado abrirse campo en la
sociedad y obtener reconocimiento en diversas esferas musicales nacionales e internacionales
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que han entendido el valor y la carga histórica que se transmiten con estas manifestaciones
culturales.
Me ha resultado particularmente intrigante el asombro que experimentan muchas personas
cuando tienen un acercamiento por primera vez con la sonoridad y energía que abarca la
música tradicional. Pues, desde mi participación en agrupaciones de música de gaita, he podido
experimentar las reacciones que tienen muchos al escuchar este instrumento y he descubierto
en sus expresiones, fascinación, curiosidad y alegría. Con este proyecto busco responder mis
constantes inquietudes sobre el origen y el misticismo del que gozan estas músicas, y la
capacidad que tienen para generar estas diversas sensaciones en las personas.
LA REGIÓN CARIBE
Para dar respuesta a mi inquietud expuesta de cuál es el misticismo del que gozan las
expresiones culturales de esta región, se tendrán en cuenta aspectos históricos y geográficos
que son fundamentales. La ubicación de este territorio es muy privilegiada ya que contiene los
puertos principales de comercio, esto hace que el intercambio cultural sea constante y diverso.
El caribe colombiano, se encuentra ubicado en el área septentrional de Suramérica, dentro de la
franja Ecuatorial. Jaime Abello Vives en su libro “Poblamiento y Ciudades del Caribe
colombiano” afirma que lo que permitió que la costa atlántica colombiana sea actualmente un
foco cultural es, además de su estratégica posición geográfica, la riqueza del ecosistema
caribeño ya que tiene áreas marinas, ribereñas, sabaneras, selváticas y esto fue una excusa para
reunirse en la cotidianidad alrededor del potencial ecológico costero (Abello, 2000:p pág 6).
Por los puertos entraba la cultura y eran la base para el capitalismo que sucedió al
descubrimiento, esto trajo fenómenos como la esclavitud, el mestizaje y el comercio. El
lingüista Jorge Nieves Oviedo denomina entonces al Caribe como “Lo multiétnico,
plurilingüistico y en consecuencia, culturalmente constituido por los entrecruzamientos de
culturas, razas y lenguas” (Oviedo, 1999: pág. 4).
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Desde la costa occidental africana vinieron con su cultura los dehomeyanos, yorubas y bantúes
(Valencia, 1991: pág. 152) . Esta cultura restafricana influyó notablemente en la formación de
nuestros ritmos negros como los son: el bullerengue, el fandango, el mapalé, entre otros.
Contrario al imaginario popular, lo más importante en la música africana es el canto y no la
percusión, el ritmo o los tambores. Otro de los elementos fundamentales es el alto nivel
participativo y comunitario del evento musical, que persiste hasta la actualidad cuando nos
reunimos en los carnavales, fiestas decembrinas o corralejas. Se manejaba un canto
responsorial, entre los esclavos que aún se oye en los bullerengues, chandés y tamboras.
(Sánchez, 2004: pág. 67).
Actualmente, bajo la influencia de la globalización, existe una tensión entre la preservación de
los géneros y la modernización. Cristina Gálvez busca un punto de equilibrio donde el
concepto de patrimonio es asimilado como una transformación de los aspectos más
convencionales de la vida cotidiana, “es una asombrosa síntesis de tradición y modernidad con
el deseo de apoyarse sobre algo auténtico que constituya una tradición propia y verdadera,
como una memoria activa y no una nostalgia pasiva”. (Galvez, 2003: pág. 12).
Este proyecto propone expandir el lenguaje de las músicas tradicionales por medio de mi
experiencia personal y los conocimientos que adquirí durante la carrera de estudios musicales.
Se propone que la tradición se adapte a lo moderno y lo moderno se alimente de la tradición de
una manera orgánica. Para lograr que nuestras expresiones culturales sean valoradas, es
importante, además de los conocimientos técnicos de la música, reconocer el fundamento de
las costumbres y tradiciones que nos caracterizan en nuestro territorio.
LA REGIÓN CARIBE COMO PUNTO DE PARTIDA PARA EL JAZZ EN
COLOMBIA
La historia del jazz está ligada desde su nacimiento a la interacción que se da entre varias
culturas. Es una música que surge de la conexión entre varias influencias musicales, de estilos
y géneros que coinciden en un espacio determinado gracias a la acción de desplazamientos, es
un híbrido.
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Gracias al encuentro de individuos de diversos lugares de África, Europa y América, se gestó
en la ciudad de Nueva Orleans un tipo de música diferente a todas las que habían existido
antes. El jazz se desarrolla tras un complejo fenómeno de mezclas culturales que fue
promovido por innumerables viajes y que desarrolló identidades musicales novedosas (Oliver,
2009). Gracias a los desplazamientos, el jazz se extendió rápidamente por el mundo y en cada
uno de los territorios a los que llegó, tomó una interpretación y sonoridad propia que se
alimentó de los sucesos de la región.
En Colombia, hasta que Bogotá no fue establecida como centro de las actividades comerciales,
políticas y sociales del país, Barranquilla y Cartagena, gracias a su carácter de puerto, son las
ciudades más receptivas a la influencia extranjera. Al igual que Nueva Orleans y Nueva York,
Barranquilla y Cartagena son zonas de contacto por excelencia, debido a la enorme movilidad
poblacional tanto de viajeros como de residentes.
Los comienzos del jazz en Colombia se da en los salones de baile de la alta sociedad costeña de
los años veinte. Allí la música de entretenimiento estaba a cargo de orquestas de jazz
estadounidense traídas desde Panamá, que a diferencia de las músicas populares locales,
entregaban a los burgueses de la época un entretenimiento más cercano a lo que estaba de
moda en Estados Unidos (Oliver 2009).
En las ciudades de la costa empezaron a ceder ante el fenómeno internacional del jazz y de la
música de las orquestas cubanas. Es en esta época en la que surgieron formatos de “bandas de
jazz”(“jazzbands”) las cuales comenzaron a incorporar porros basados en el patrón
instrumental y en los arreglos de las bandas sabaneras. Su repertorio incluía también
bambucos, pasillos, ritmos internacionales como rumbas y boleros cubanos, foxtrot, charleston
y valses. Una década después habían adoptado el formato orquestal big band. (Pardo, 2009:
pag. 337)
La población extranjera residente en esas ciudades, fue (como en la historia del jazz en otras
naciones caribeñas) determinante en la creación de los lugares que albergarían las primeras jazz
bands colombianas. Los clubes sociales (destinados para la alta sociedad costeña como el Club
Cartagena o el ABC en Barranquilla, y otros clubes fundados por inmigrantes alemanes y las
compañías estadounidenses radicadas en la capital de Bolívar) fueron los lugares donde
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orquestas como la Orquesta Jazz Band (dirigida por el panameño Jorge Price) o la Orquesta
Lorduy amenizaban las fiestas (Oliver 2009). La interpretación de jazz en clubes y salones de
baile respondía a un fenómeno particular: las clases altas de las ciudades costeñas preferían las
costumbres extranjeras y, en este caso, la música extranjera a las manifestaciones locales.
Hay que recordar que la alta sociedad tuvo el poder de definir las manifestaciones culturales
que se emitirían y, a pesar del prejuicio que se daba entre las clases acomodadas de estas
ciudades con respecto al jazz, dada su condición de música proveniente de las clases bajas de
Norteamérica, esta música novedosa fue acogida dentro de las estructuras de élite y sus centros
de reunión (los clubes) debido a su origen extranjero
Hubo una creciente popularización en los años 20 que duró hasta los años 50, de las orquestas
que interpretaban jazz, que además de animar las reuniones sociales de la costa atlántica,
viajarían tanto al interior del país como al extranjero. En 1929 Adolfo Mejía, antiguo integrante
de la Jazz Band Lorduy, viajó a los Estados Unidos, y al volver Colombia combinó el jazz
aprendido en Lorduy y en su viaje con ritmos colombianos de la Costa Caribe y del interior
(bambucos y pasillos). La obra de Mejía es un antecedente de la música de Pacho Galán y
Lucho Bermúdez, quienes son considerados como los ―gestores de la evolución de nuestra
música popular- ,ambos con clara influencia del jazz en sus composiciones y en el formato de
big band que sus orquestas seguían (Muñoz Vélez, 2007, p. 63).
Lucho Bermudez, Pacho Galan y otros artistas tuvieron que trasladarse al interior del país y
dejar la costa en busqueda de oportunidades laborales ya que en los años cuarenta en Medellín
y Bogotá se estaba gestando la naciente industria discográfica colombiana. Ambos
compositores desarrollaron su labor musical en los salones de baile de los clubes sociales y de
los hoteles prestigiosos. Lucho Bermúdez fue finalmente aceptado por las élites nacionales
primero en 1947, cuando fue contratado por el Hotel Granada de Bogotá para que, con su
banda, amenizara las reuniones sociales del hotel, y luego en 1948, cuando, radicado en
Medellín, grabó temas como “Salsipuedes” y “San Fernando”, que lo llevarían al éxito a nivel
nacional e internacional.
Mientras tanto, algunos músicos conocían el jazz y viajaban a los Estados Unidos y Europa
para expandir su conocimiento de la tradición jazzística Norteamericana. Pero no llegaban a
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Barranquilla o a Cartagena como las jazz bands, su destino principal era Bogotá, que ya se
proyectaba como la ciudad que albergaría el jazz en Colombia.
Bogotá atrajo a músicos de todo el país, gracias a que en la ciudad habían lugares para tocar, no
solo jazz sino diferentes géneros. También surgen los primeros festivales, y el nacimiento de
programas académicos con énfasis en jazz, estos acontecimientos hicieron que Bogotá se
situara como la impulsora de la escena del jazz en el país y así se conserva actualmente.
Gracias a la transformación que ha tenido el jazz en nuestro territorio, se han creado diversas
propuestas de lo que cada artista considera como jazz, puede ser visto como un estilo musical
en el que gracias a la tradición, se ha instaurado como un género con unas características
interpretativas específicas, también podemos entender el jazz como una manera expresiva o
política, como un proceso de creación y aprendizaje, e incluso como un estilo de vida.
Mi propuesta musical utiliza elementos característicos dentro del estilo del jazz como
herramientas para la creación de mis propias obras, elementos como rearmonización,
improvisación y articulación son fundamentales para crear el puente que conecta con nuestras
músicas tradicionales, y a su vez, las herramientas del jazz impulsan para crear un lenguaje
distinto dentro de nuestras músicas tradicionales.
REPERTORIO PARA EL CONCIERTO
Para el concierto se van a interpretar seis piezas. Se escogieron y arreglaron cuatro del
repertorio de mis bisabuelos, un standard de jazz y un fandango.
Las pepas: bullerengue para saxofón.
“Las pepas” es una canción en ritmo de bullerengue compuesta por mi bisabuela Ruth Maria
Iriarte, para celebrar por las cosechas que se daban durante semana santa. El bullerengue es un
género musical y danza de la Costa Caribe, ejecutado principalmente por los descendientes de
los cimarrones que habitaron San Basilio de Palenque, conocido como el “primer pueblo libre
de América Latina”. Es un ritmo variante de la cumbia, en el que las mujeres llevan el pulso
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con la palma de las manos. Difiere de la cumbia por la coreografía en la que el tamborero y la
bailadora que a su vez es la cantante, hacen durante toda la pieza un juego de coqueteo. Por
medio de este sonido de tambores y palmas también celebraban su libertad como esclavos.
Gráfico 1. Melodía original con letra.
En este arreglo se asigna la melodía principal al saxofón alto, que tendrá el reto de interpretar
el rol de la voz. La improvisación se construirá siguiendo el ritmo y los cambios que el tambor
alegre sugiere como se hace tradicionalmente en la danza del bullerengue. En la armonización,
se usaron las notas de la melodía principal como colores de los acordes y de esta manera se
logra una sonoridad que si bien es diferente, se mezcla con naturalidad con la melodía original.
Gráfico 2. Armonización de la melodía.
Para la interpretación de la melodía en el saxofón, se busca aproximarse a lo que una cantante
haría en un bullerengue. En este género, las cantantes generalmente expresan en las historias de
sus canciones un carácter de melancolía, para lograr esto en el saxofón, es fundamental la
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dirección dinámica de las frases y no utilizar un sonido pleno, por el contrario, debe ser un
sonido que tenga mucho aire, pues esto es lo que dará la intención que se busca.
La melodía al ser un canto responsorial, contiene dos frases que tendrán variaciones a medida
que se vayan repitiendo. Mi propuesta de articulación en el saxofón para acercarse a la
interpretación de la voz es la siguiente:
Gráfico 3. Articulación de la melodía para saxofón.
Calamar: porro para saxofón soprano y tenor.
“Calamar” es una canción en ritmo de porro palitiao con letra, inspirada en el pueblo en el que
nacieron mis bisabuelos Calamar - Bolívar al lado de el canal del Dique, lugar en el que se
encuentra la despensa agropecuaria de Cartagena y Barranquilla y tiene un gran potencial
marítimo y acuícola.
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Gráfico 4. Melodía original y letra.
El porro se conoce por ser uno de los aires más usados en la música de bandas (porro tapao,
porro palitiao y fandango), que se encuentran principalmente en la sabana de Córdoba. Es una
música bailable en formato de orquesta, interpretada y difundida, entre otros, por Lucho
Bermúdez y Pacho Galán, y que dio paso a futuras variaciones como el porro paisa y el chucu-
chucu. (Escobar, 2013).
En mi arreglo para dos saxofones, el soprano tiene la voz principal, y el tenor hace
contra-melodías de acompañamiento, el arreglo realizado para el saxofón tenor, está sugiriendo
un lenguaje moderno que da pequeños esbozos del bebop, con aproximaciones cromáticas y
articulaciones de las frases muy precisas.
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Gráfico 5. Articulaciones en la melodía.
Para la interpretación de la melodía en los dos saxofones, se proponen articulaciones similares
a las del be-bop, en donde las frases que terminan en corchea serán staccato y las “notas
fantasma” (encerradas en paréntesis) servirán para dar acento a los pulsos fuertes, también las
notas con valores más largos (blancas y redondas) tendrán un vibrato muy corto antes de que
finalice la duración total de la nota.
La improvisación es un reto en este género que tradicionalmente está en V - I, la interpretación
tiene que generar un interés para que no se vuelva monótono. En este género es importante la
claridad de las frases y la ubicación en el beat para generar una buena sensación con la base
rítmica ya que, contrario a los ritmos con subdivisión ternaria (por ejemplo la gaita corrida),
causan una sensación natural en la interpretación que va levemente detrás del beat, en este
caso, de los ritmos binarios, es importante ser conscientes de la ubicación del beat y conducir
un fraseo que vaya unido al pulso .
Cariño mío: balada.
“Cariño mío” es una canción escrita en ritmo de bolero. En mi arreglo decidí armonizar la
melodía principal semejante al estilo de balada jazz, además el formato escogido es en dúo
(piano-saxofón) idea tomada del saxofonista John Coltrane del que se estudió previamente
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particularidades de su interpretación en este formato para acercarse a este lenguaje y entender
cómo funcionan y se comunican los intérpretes en este formato.
Ruth María: tambora para saxofón alto y tenor.
“Ruth María” es una canción compuesta por Ruth María con motivo de la celebración de su
cumpleaños. El resultado creativo del arreglo de esta pieza fue una composición en ritmo de
tambora-tambora.
Gráfico 6. Módulo rítmico del ritmo de tambora.
Guillermo Carbó (1993) hizo un artículo para la revista Huellas y afirma que:
Además de ser el nombre de la música y la danza más representativas de algunos pueblos ribereños de la depresión momposina, es el nombre de uno de los muchos ritmos que acompañan sus cantos, al igual que el nombre de la agrupación instrumental que los interpreta, como también el nombre de uno de los instrumentos principales del conjunto. Su instrumentación de base es la siguiente: un cantador o una cantadora solista; un coro mixto que acompaña a la percusión con el batir de las palmas de las manos y de los llamados “gallitos” en la depresión momposina o “palmetas” en otras regiones, son hechas de unas tabletas finas de ceiba de aproximadamente un centímetro de grueso y en forma de raquetas de ping-pong; dos tambores membranófonos que, según parece, eran los únicos que conformaban originalmente la tambora. Primero, el currulao: tambor cónico de una sola membrana que se toca golpeándolo con las manos; se asemeja al alegre (o tambor mayor) utilizado en diversas regiones costeñas y el segundo membranófono e instrumento de donde muy posiblemente haya surgido el nombre de tambora, tambor cilíndrico con dos membranas que se toca con dos palos de madera dura golpeando generalmente una sola de las membranas y la madera al borde de ésta.
Para el desarrollo de mi composición conservé el ritmo tradicional en los tambores; además
tuve como referencia a la agrupación musical Shabaka and the Ancestors pues ellos integran en
su propuesta elementos tradicionales de la música Africana y el Jazz. El ingenio con el que los
saxofones desarrollan su interpretación logran una conexión muy original entre esas dos
culturas.
Una idea similar que propone Shabaka and the Ancestors en los saxofones, quise expresar en
mi composición, también en la parte de los solos que será un juego en el que no habrá un orden
establecido con anterioridad como pasa comúnmente, esta parte tendrá una frase con la que
cada solista iniciará en el momento y el orden que lo deseen, es decir será una “conversación”
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entre todos los integrantes y el que tomará la palabra será el solista que ejecute la frase
establecida primero.
La composición termina con un Soli de saxofones que tiene una propuesta rítmica y de
articulación que se asemeja al funk, con frases cortas que requieren gran exactitud y una
intención enérgica.
In a walked bud: Adaptación de standard de jazz en ritmo de cumbia.
“In Walked bud” es una composición del pianista Thelonious Monk. Esta adaptación la
aproxime al ritmo de cumbia. El objetivo es hacer el proceso de arreglar una melodía del
repertorio de jazz tradicional e incorporarla en un género colombiano, es decir, hacer el
proceso contrario de lo que se ha desarrollado durante todo el trabajo para así encontrar
elementos que enriquezcan el lenguaje de mi propuesta desde las herramientas del jazz
tradicional.
Para la interpretación de esta pieza, el bajo y el piano llevarán la melodía principal y los
saxofones desempeñarán una función de acompañamiento durante la parte A, en la B la
melodía está dividida en las dos secciones, el piano y el bajo hacen la primera parte y los
saxofones responden, durante los solos se mantendrá la forma A-A-B-A del tema original y los
saxofones tendrán un background en la B.
La intención en esta pieza será integrar de una manera natural estos dos géneros, aunque existe
una gran influencia teniendo en cuenta su tradición, la idea será que los músicos tengan libertad
en la interpretación, permitiendo salirse de las pautas que establece cada género y se logre una
propuesta diferente.
Tres Clarinetes: Propuesta de Fandango para quinteto de Jazz.
“Tres Clarinetes” es una composición en ritmo de fandango hecha por Pablo Flórez Camargo. En un artículo publicado por Miguel Angel Castilla Camargo (2006) para la revista Arcadia señala que:
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Flórez es un abuelo de piel trigueña, humor fino, verbo elocuente y verso a flor de piel. Tiene 79 años y vive en una modesta finca ficticia llamada “La flojera”. Es un poeta de pocas pretensiones materiales, puede ser considerado el Rey del Porro en Colombia: es el gran amenizador de las fiestas Cordobesas en las últimas décadas, un soñador y nostálgico que no concibe su existencia sin música.
En mi arreglo, quise adicionar al ritmo tradicional de fandango, la clave afro-cubana 6/8. Frank Malabe y Bob Weiner (1990) en el libro “Afro-Cuban Rhythms for Drumset” explican:
Some of the fundamental rhythms in West Africa are based on 6/8 feels. In Cuba, one popular 6/8 feel is know as bembe, originating from the word bembes, which are religious gatherings that include drumming, singing and dancing.
Con base a la información encontrada en el libro de Malabe y Weiner, incluí la siguiente clave para desarrollar el arreglo de Tres Clarinetes:
Gráfico 7. Módulo rítmico clave Afro-Cubana. En esta propuesta conservé la melodía original, la armonía expone una sonoridad diferente al tradicional I-V que se usa en el fandango. Se utilizaron los grados que dibuja la melodía como colores de los acordes y así se logró una armonía más “jazzística”. Los solos emplearán esta armonía mientras que la percusión estará haciendo el ritmo tradicional de fandango, alternando según la forma con la clave Afro-Cubana 6/8. Para la interpretación en este género en el que el tempo es rápido, se necesitará destreza técnica en el saxofón, claridad rítmica de las frases y articulaciones detalladas.
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CONCLUSIONES
El desarrollo de este proyecto de creación musical surge de la experiencia que he adquirido en el transcurso de mi carrera profesional y los acercamientos que he tenido en las más íntimas esferas de mi vida, con la región Caribe colombiana. Por ello, el objetivo principal se centró en posicionar al saxofón como un instrumento que tiene la capacidad de interconectar las características musicales con la expresiones de los ritmos tradicionales del caribe y el jazz. Para el desarrollo de este documento resultó necesario realizar un análisis del contexto histórico, cultural y musical de la región para estructurar de manera adecuada este documento y así poder exponer acertadamente la conexión que existe entre algunos ritmos de la música tradicional de la región Caribe y el jazz. Esta investigación contribuye a concluir que, tanto el jazz como algunas de las expresiones culturales del Caribe tiene origen en la necesidad humana de expresar su visión respecto al contexto social y político de la época en la que surgen respectivamente. Particularmente, encuentro que ambas cuentan con altos niveles de complejidad, diversidad y estructuras definidas que le otorgan a ambos géneros una dificultad musical equivalente. Los insuficientes acercamientos que hay desde la academia hacia los ritmos tradicionales generan que la sociedad en general tenga una percepción limitada sobre las expresiones culturales tradicionales y se perciben como carentes de rigor en sus prácticas. Sin embargo, es equivocado pensar que el jazz y los géneros musicales extranjeros son los merecedores únicos de estudios formales, pues es evidente que nuestras músicas cuentan con características relevantes para el desarrollo interpretativo, compositivo, investigativo, de improvisación y de enseñanza en las aulas mundiales. El estudio juicioso y la visibilización de estos ritmos generan un impacto enriquecedor para la formación musical y a su vez nos acercan a la cultura y las diversas expresiones sociales de las comunidades de estas regiones y representan un valioso aporte a la historia de la humanidad. Desde mi perspectiva considero que atravesamos un momento determinante para el avance de nuevos estudios en ritmos tradicionales. Recientemente comenzamos a experimentar acercamientos a las diversas expresiones culturales colombianas, que antes no eran relevantes en la capital del país, un lugar que antes percibiamos aislado e indiferente hacia las periferias y su valor cultural. Se evidencia que poco a poco se desarrollan un número cada vez más amplio de trabajos de investigación que incluyen entrevistas, artículos científicos, libros, documentos, y tesis de grado donde su objeto de estudio es el capital cultural nacional. Partiendo de esta premisa, es comprobable que en los últimos años han surgido agrupaciones musicales que fomentan y exploran las diversas facultades de los ritmos tradicionales, dándole a la escena musical bogotana un aire auténtico que contribuye a transformar la apreciación que tiene la sociedad respecto al arte que se produce históricamente en estas regiones por las comunidades.
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La interpretación que los individuos le dan a los géneros musicales está atravesada por distintas variables, que parten desde la experiencia personal, la educación o el contexto social. Por eso el jazz y los ritmos tradicionales de la región Caribe pueden ser entendidos de múltiples formas: como género musical, un instrumento que fomenta la expresión política o incluso un estilo de vida. Partiendo de esta premisa, este proyecto de creación musical integró características propias de cada uno de los géneros musicales que guiaron esta investigación. El jazz y los conocimientos que he adquirido en el transcurso de mis estudios, me permitieron hacer uso de facultades de interpretación, improvisación y técnica en el saxofón que enriquecieron la elaboración de las composiciones y arreglos aquí presentados, originarios de la tradición musical del Caribe colombiano.
La propuesta de interpretación en el saxofón que se aborda en este proyecto, es resultado del avance técnico y las facultades propias del estudio de la música. Estos procesos permiten que esta propuesta haga uso de herramientas como improvisación en armonías tradicionales y modernas, reinterpretación de melodías tradicionales que en su mayoría son vocales y algunas tuvieron que ser adornadas con articulaciones encontradas en el estudio de intérpretes de saxofón jazz. Con ello se pudo demostrar que los estilos musicales que aquí se exploraron comparten propiedades sonoras que facilitaron su integración y resultaron ser el insumo principal para la expansión del lenguaje musical, cooperando con la elaboración de contenido y transformación en la percepción de las músicas de nuestro país, en sectores de jazz y de músicas tradicionales simultáneamente.
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BIBLIOGRAFÍA
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ANEXOS PARTITURAS
ANEXO 1
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ANEXO 2
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ANEXO 3
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ANEXO 4
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ANEXO 5
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ANEXO 6
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