Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

26
Arquitectura Bizantina En el 330, el emperador Constantino mueve la capital del Imperio Romano a Bizancio. Para el 395, divide el Imperio entre sus dos hijos: en Oriente (capital Constantinopla) y Occidente (capital Roma). Tuvo su apogeo en la época del emperador Justiniano (527-565). El imperio bizantino heredero de: cultura griega, administración romana, religión cristiana, territorio del Imperio Romano de Oriente. Vinculación política/ religión: cesaropapismo. Arte áulico: refinado, suntuoso y propagandista del poder. Creación de modelos iconográficos de amplia difusión por manuscritos. Combina lo mejor de Oriente y Occidente: de los romanos el ladrillo y el hormigón, del Oriente la utilización de la cúpula. Influencias en el arte posterior: Arquitectura islámica, Arte románico, Arte gótico. Su arquitectura presenta las siguientes características: En cuanto a los materiales, utilizan sillares bien labrados; ladrillos, especialmente empleados en cubiertas y exteriores: desnudos o con algún adorno; mármol en zonas interiores: columnas, jambas, dinteles, frisos. Las columnas se presentan con fuste cilíndrico con ligero éntasis central y sin aristas; los capiteles son corintios, compuestos (con acanto y volutas) y aparece el capitel Teodosio. Los muros son dinámicos, hay una relación equilibrada ente vanos y masa en la que se prefieren los arcos de medio punto. Los muros exteriores son austeros, con pocos adornos y reflejan la estructura interna. Se utilizaban cubiertas de mampostería como las bóvedas de arista y la cúpula, que dan paso a la creación de la pechina cuyo origen es en Gerasa (Jordania) s. II. Las pechinas son cada uno de los triángulos curvilíneos que unen arcos con la cúpula, la transición de forma cuadrada a circular. Los arcos se apoyan en columnas aisladas y aparece el cimacio que los sostiene, como parte del capitel Teodosio. El cimacio es una pieza troncopiramidal decorada con diversos motivos y símbolos cristianos en la que se apoyan los arcos. Las ventanas se sitúan en muros de cerramiento, no estructurales. Utilizan nervios (en vez de casetones) para aumentar la resistencia de la cúpula. En la parte superior se reduce el canto de la cúpula, mantiene perfil rebajado. Las cúpulas se construían con materiales ligeros: ladrillos, piedra pómez, vasijas cerámicas. Los elementos estructurales son grandes y pesados, construidos en piedra, que contrastan con la ligereza y elegancia de los elementos secundarios, usualmente en mármol. La finalidad de esta arquitectura es mantener unido el Imperio Romano y homenajear a sus emperadores.

Transcript of Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

Page 1: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

Arquitectura BizantinaEn el 330, el emperador Constantino mueve la capital del Imperio Romano a Bizancio. Para el 395, divide el Imperio entre sus dos hijos: en Oriente (capital Constantinopla) y Occidente (capital Roma). Tuvo su apogeo en la época del emperador Justiniano (527-565). El imperio bizantino heredero de: cultura griega, administración romana, religión cristiana, territorio del Imperio Romano de Oriente. Vinculación política/ religión: cesaropapismo. Arte áulico: refinado, suntuoso y propagandista del poder. Creación de modelos iconográficos de amplia difusión por manuscritos. Combina lo mejor de Oriente y Occidente: de los romanos el ladrillo y el hormigón, del Oriente la utilización de la cúpula. Influencias en el arte posterior: Arquitectura islámica, Arte románico, Arte gótico.Su arquitectura presenta las siguientes características:En cuanto a los materiales, utilizan sillares bien labrados; ladrillos, especialmente empleados en cubiertas y exteriores: desnudos o con algún adorno; mármol en zonas interiores: columnas, jambas, dinteles, frisos.Las columnas se presentan con fuste cilíndrico con ligero éntasis central y sin aristas; los capiteles son corintios, compuestos (con acanto y volutas) y aparece el capitel Teodosio.Los muros son dinámicos, hay una relación equilibrada ente vanos y masa en la que se prefieren los arcos de medio punto. Los muros exteriores son austeros, con pocos adornos y reflejan la estructura interna.Se utilizaban cubiertas de mampostería como las bóvedas de arista y la cúpula, que dan paso a la creación de la pechina cuyo origen es en Gerasa (Jordania) s. II. Las pechinas son cada uno de los triángulos curvilíneos que unen arcos con la cúpula, la transición de forma cuadrada a circular.Los arcos se apoyan en columnas aisladas y aparece el cimacio que los sostiene, como parte del capitel Teodosio. El cimacio es una pieza troncopiramidal decorada con diversos motivos y símbolos cristianos en la que se apoyan los arcos.Las ventanas se sitúan en muros de cerramiento, no estructurales.Utilizan nervios (en vez de casetones) para aumentar la resistencia de la cúpula. En la parte superior se reduce el canto de la cúpula, mantiene perfil rebajado. Las cúpulas se construían con materiales ligeros: ladrillos, piedra pómez, vasijas cerámicas.Los elementos estructurales son grandes y pesados, construidos en piedra, que contrastan con la ligereza y elegancia de los elementos secundarios, usualmente en mármol.La finalidad de esta arquitectura es mantener unido el Imperio Romano y homenajear a sus emperadores.

Arquitectura PaleocristianaEl Imperio romano entró en decadencia con la llegada del cristianismo. En un principio los cristianos eran perseguidos, utilizaron la simbología para reconocerse. Antes del Edicto de Milán, que permitía la tolerancia al cristianismo, se reunían en las catacumbas. Después utilizaron la basílica, de origen romano. La finalidad de esta arquitectura era religiosa, para la reunión cristiana.Las catacumbas están formadas por galerías subterráneas, que parecen verdaderos laberintos y que en conjunto alcanzan a medir muchos kilómetros. Era tarea exclusiva de los "fossores" (excavadores). Los lucernarios eran conductos de ventilación e iluminación. Los diferentes tipos de enterramientos que se encontraban en las catacumbas:

Page 2: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

Lóculos: de diferentes dimensiones, capaces de albergar un solo cadáver, aunque no era raro que contuviesen dos o más.Sarcófago: sepulcro de piedra o de mármol, ordinariamente adornado con esculturas en relieve o con inscripciones. Cubículo: (el término significa "cuartos de dormir") eran pequeñas piezas, verdaderas tumbas de familia, con capacidad para varios lóculos. Arcosolio: tumba típica de los siglos III y IV, es un nicho mucho más grande con un arco encima. La lápida de mármol se ponía horizontalmente. Generalmente el arcosolio servía de tumba a toda una familia. Similar al cubículo, pero con un arco sobrepuesto.Cripta: espacio o pieza más grande. Tumbas de mártires se transformaron en criptas, es decir, en pequeñas iglesias subterráneas, embellecidas con pinturas, mosaicos y otros tipos de decoración. Algunos ejemplos de las catacumbas: San Calixto, Priscila, San Sebastián.Por otro lado, las basílicas son construcciones de forma rectangular que están divididas en naves, separadas entre sí por filas de columnas que sostienen una techumbre de dos aguas. Conformada por: presbiterio, naves, nártex, atrio. Su excesiva ornamentación interior contrasta con el sobrio exterior.Ejemplos: Primitiva basílica de San Pedro, Roma 326-330 d.C.; Basílica de Santa Sabina (Roma, siglo V, aprox. 432-442) que mantiene todavía su tipología; Mausoleo de Santa Constanza (S.IV, 350 d.C.) para la hija del emperador Constantino; Mausoleo de Gala Placidia (hija del emperador Teodosio I), Ravena (425-430 s.V). Los dos últimos de planta centralizada.

HISTORIA DE LA ARQUITECTURA(ENCARTA)

Arquitectura, arte o la ciencia de proyectar y construir edificios perdurables. Sigue determinadas reglas, con objeto de crear obras adecuadas a su propósito, agradables a la vista y capaces de provocar un placer estético. El tratadista romano Vitrubio fijó en el siglo I a.C. las tres condiciones básicas de la arquitectura: Firmitas, utilitas, venustas (resistencia, funcionalidad y belleza). La arquitectura se ha materializado según diferentes estilos a lo largo de la historia: gótico, barroco y neoclásico, entre otros. También se puede clasificar de acuerdo a un estilo más o menos homogéneo, asociado a una cultura o periodo histórico determinado: arquitectura griega, romana, egipcia. El estilo arquitectónico refleja unos determinados valores o necesidades sociales, independientemente de la obra que se construya (casas, fábricas, hoteles, aeropuertos o iglesias). En cualquier caso, la arquitectura no depende sólo del gusto o de los cánones estéticos, sino que tiene en cuenta una serie de cuestiones prácticas, estrechamente relacionadas entre sí: la elección de los materiales y su puesta en obra, la disposición estructural de las cargas y el precepto fundamental del uso al que esté destinado el edificio.

La arquitectura vernácula, de la que no trata este artículo, se caracteriza por no seguir ningún estilo específico, ni estar proyectada por un especialista, sino que se construye directamente por los artesanos y normalmente utiliza los materiales disponibles en la zona.

Page 3: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

Materiales de construcción

Construcción

Cuando los materiales se disponen en vertical y todas las cargas trabajan a compresión, la estructura es bastante estable, como en el caso de los muros. El mayor problema aparece al cubrir un espacio creado entre dos muros. Las dos soluciones básicas son el sistema adintelado (compuesto por columnas, pilares y dinteles o vigas) y el sistema abovedado (a base de pilares, muros, arcos y bóvedas o sus derivadas, las cúpulas). En el sistema adintelado, los dinteles o las vigas se colocan en horizontal, apoyados sobre pilares y columnas; a su vez, encima de las vigas descansan otras estructuras (cubiertas y forjados, entre otras) que reciben al tejado o sirven de base para el suelo del piso siguiente. En el sistema abovedado, por el contrario, los elementos estructurales son curvos en lugar de rectos. El muro se abre mediante arcadas, formadas por hileras de arcos sobre pilares o columnas; para la cubierta se emplea la bóveda de cañón, que se genera por la proyección horizontal de un arco; y si es necesario cubrir grandes espacios de simetría central se utiliza la cúpula semiesférica o de media naranja, creada a partir de la rotación de un arco sobre su centro.

El sistema adintelado se puede llevar a cabo con numerosos materiales, pero las piezas horizontales han de trabajar a flexión, es decir, deben absorber esfuerzos de compresión en la parte superior y de tracción en la inferior. Las vigas, por tanto, suelen ser de madera, hierro u hormigón armado. Los materiales pétreos (naturales o artificiales) son poco apropiados, puesto que resisten mal las tensiones de tracción; para utilizarlos como elementos horizontales han de tener un canto y un peso mucho mayores. En los arcos y bóvedas, sin embargo, todos los elementos trabajan a compresión, de modo que siguiendo este sistema se pueden cubrir grandes espacios con piedra, ladrillo, argamasa u hormigón. Las bóvedas, en cualquier caso, generan una serie de tensiones laterales que deben ser contrarrestadas con estribos o contrafuertes.

Otros elementos importantes en los sistemas de cubiertas son las estructuras (de madera u otros materiales), que sirven para salvar mayores luces estructurales con un peso mucho menor que el de una viga convencional. Las estructuras pueden ser de madera (llamadas también cuchillos), o de acero (en forma de perfiles abiertos o tubos), que se conocen con el nombre de cerchas. Pueden tomar cualquier forma, ya que se basan en la subdivisión de la estructura en triángulos. Esta figura elemental, compuesta por la unión de tres segmentos unidos por sus extremos, puede extenderse hasta el infinito por el principio de la triangulación. Para fabricarla, basta con atar mediante una viga riostra otras dos vigas dispuestas en ángulo. Cada uno de estos triángulos está sometido a sus propios esfuerzos de tracción y compresión. En el siglo XVIII, los matemáticos aprendieron a aplicar sus conocimientos al estudio de las estructuras, haciendo posible calcular las tensiones exactas que se producen en cualquier situación. Así se inició el desarrollo de las armaduras espaciales, que pueden ser simples cerchas planas o complejos entramados reticulares tridimensionales.

Durante el siglo XIX, la ingeniería acomete una gran cantidad de obras de gran tamaño, como puentes, diques y túneles. Para ello se hace imprescindible un avance científico en la

Page 4: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

edificación, como el cálculo de estructuras o la resistencia de materiales. En la actualidad se pueden cubrir espacios mediante estructuras colgantes que trabajan a tracción (al contrario de las bóvedas, donde todos los elementos trabajan a compresión), o con estructuras neumáticas, cuyas superficies se sustentan por medio de aire a presión. Los cálculos se hacen particularmente complejos cuando se trata de estructuras elevadas, debido a que la presión del viento o el riesgo de movimientos sísmicos pasan a ser factores más importantes que la propia gravedad.

La arquitectura también debe ocuparse del equipamiento interno de los edificios y sus instalaciones. En las últimas décadas se han inventado complejos sistemas de acondicionamiento, instalaciones eléctricas y sanitarias, prevención de incendios, iluminación artificial, elementos de circulación (como pasillos, escaleras mecánicas o ascensores hidráulicos). Desde hace poco tiempo se puede utilizar la informática para controlar todos estos sistemas, dando lugar a lo que se conoce como edificio inteligente. Todo esto ha supuesto un incremento de las expectativas de bienestar, pero también de los costes de la construcción.

A través de la historia se reconocen una serie de leitmotiv que han generado diferentes tipologías constructivas. Así, las obras más conmovedoras de la arquitectura —templos, iglesias, catedrales y mezquitas— nacen de motivaciones religiosas, y sirven para crear un lugar propicio al diálogo con Dios, o bien para adoctrinar a los fieles, o para que éstos celebren sus rituales sagrados. Otro de los móviles ha sido el sentimiento de seguridad: las estructuras más duraderas se construían como elementos defensivos, como las murallas o los castillos.

Uno de los motivos que más ha impulsado a la arquitectura a lo largo de la historia ha sido el deseo de ostentación: edificios que sean el orgullo de un pueblo, que reflejen el estatus personal o colectivo, o palacios para reyes y emperadores, construidos como símbolos de su poder. En general, las clases privilegiadas siempre han sido mecenas de arquitectos, artistas o artesanos, y sus encargos se han convertido, a veces, en el mejor legado artístico de su época. En la actualidad, su labor la desempeñan las grandes multinacionales, los gobiernos y las universidades, que llevan a cabo su función de una forma menos personalista.

La complejidad de la vida moderna ha provocado la proliferación de tipologías constructivas. En nuestros días, la arquitectura occidental está especialmente dedicada al diseño de viviendas colectivas, edificios de oficinas, centros comerciales, supermercados, escuelas, universidades, hospitales, aeropuertos, hoteles y complejos turísticos. En cualquier caso, el proyecto de un edificio nunca se realiza de forma aislada, sino prestando especial atención a sus interacciones con el entorno. Tanto los arquitectos como sus clientes están concienciados de este problema y se sirven del urbanismo para evitar impactos negativos sobre las zonas antiguas de las ciudades.

Historia de la arquitectura

Los orígenes de la arquitectura se pierden junto con los del ser humano y sólo se conocen por las escasas huellas que resisten el paso del tiempo. Sin embargo, es indudable que en la prehistoria el hombre empleó las artes constructivas no sólo con fines funcionales, sino

Page 5: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

también simbólicos. Prueba de ello son los numerosos restos de monumentos funerarios, cavernas artificiales o recintos conmemorativos. Utilizando de nuevo el paralelismo con la historia de la humanidad, se podría considerar que la historia de la arquitectura se remonta a los restos conservados del lenguaje arquitectónico, es decir, compositivo. Así, se puede datar su inicio asociado al desarrollo de las primeras ciudades mesopotámicas.

Para comprender mejor el curso histórico de la arquitectura se ha dividido su estudio en tres grandes áreas cuya evolución ha sido relativamente independiente. Se trata de la arquitectura oriental, la americana prehispánica y la occidental. Al margen de este estudio se queda la arquitectura vernácula, que a menudo ha sido una fuente donde ha bebido la arquitectura culta, pero cuyo desarrollo histórico es bastante restringido.

Arquitectura oriental

El concepto de arquitectura oriental es confuso y típicamente occidental. Sin embargo, resulta bastante apropiado para englobar la arquitectura de una enorme zona geográfica que comprende la India, Indochina, Indonesia, China y Japón. Durante mucho tiempo, las religiones y culturas de esta parte del mundo se interrelacionan fuertemente, y con ellas van evolucionando las arquitecturas que les son propias. Este periodo concluye con la colonización occidental (incluso en Japón, donde la colonización fue tan sólo cultural), coincidiendo con la Revolución Industrial.

India y el Sureste asiático

El material constructivo típico de la arquitectura primitiva de la India es la piedra, labrada profusamente de acuerdo con la imaginería tradicional hindú. Esta característica, unida a la ausencia casi total de espacios estructurados, lleva a considerar estas obras como piezas escultóricas antes que arquitectónicas.

India

El monumento más emblemático de la arquitectura india es la stupa. Se trata de un gran edificio de tradición budista, en forma de túmulo semiesférico. La más célebre es la de Sanchi, cerca de Bhopal (en la parte central de la India), cuya construcción se llevó a cabo entre los siglos III a.C. y I d.C.

Durante el periodo primitivo, la construcción de templos y monasterios se limitaba a la excavación de santuarios en el interior de los acantilados. Las cuevas de Ellora y Ajanta (al noroeste de Bombay) son una serie de cavernas artificiales talladas en la roca durante siglos. Al evolucionar la construcción de templos, la excavación se sustituyó por otros métodos más convencionales de construcción pétrea. Sin embargo, continuó el predominio de las masas escultóricas frente a los espacios arquitectónicos.

Los templos hindúes se encuentran por toda la India, especialmente en el sur y el este, donde el poder de los caudillos mogoles fue menor. El jainismo es un culto aún bastante

Page 6: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

extendido y tiene su propia tradición en la construcción de templos, que sigue en vigor. VéaseArte y arquitectura de la India.

Sureste asiático

En esta zona el templo budista se llama wat. El más conocido es el de Angkor Wat, en el centro de Camboya, construido a principios del siglo XII (época en la que ya reinaba la actual dinastía Khmer). Se trata de un conjunto arquitectónico de piedra tallada con profusión, que alcanza una altura de 61 m y cuyo acceso está precedido por un puente ceremonial de 183 m que cruza el foso circundante.

Las tradiciones arquitectónicas budistas, que a menudo tienen origen en China, son muy evidentes en Myanmar (antes Birmania), Tailandia, Malasia, Java y Sri Lanka (antes Ceilán). Los templos y santuarios del palacio real de Bangkok tienen menos de doscientos años, lo que testifica la vitalidad cultural de esta arquitectura hace poco más de un siglo.

China y Japón

Entre las culturas japonesa y china se aprecian elementos comunes; sin embargo, sus características generales son bastante diferentes. Concretamente la arquitectura de China es muy diferente de la de Japón, tanto en la forma como en el espíritu que la alimenta.

Arquitectura de China

 

La inmutable estructura jerárquica de la familia extensa, sacralizada en toda China, y su espíritu de veneración hacia los antepasados, se refleja en la forma estricta de la casa familiar. Ésta se construye sobre una planta rectangular, con una disposición axial siguiendo un eje norte-sur. La entrada se efectúa a través de un patio tapiado situado en el extremo sur, mientras que los elementos de vivienda se disponen simétricamente a ambos lados del eje. Esta estructura se repite en numerosas tipologías residenciales de mayor envergadura, como monasterios, mansiones, palacios e incluso ciudades enteras.

La ciudad de Pekín se expandió durante siglos bajo el dominio de diferentes dinastías. Su trazado lo componen dos rectángulos contiguos: la ciudad interior y la nueva ciudad exterior, cada una de ellas con una extensión de varios kilómetros cuadrados. Dentro de la ciudad interior se halla la ciudad imperial, que a su vez contiene a la Ciudad Prohibida, antigua residencia de la corte imperial. Todas las partes de la ciudad están ordenadas simétricamente a lo largo de una avenida que sigue la dirección norte-sur. Es la apoteosis, a gran escala, de la casa familiar china.

Los materiales constructivos más utilizados en China y Japón son la piedra, el ladrillo, la madera y los elementos cerámicos. Las formas características de la arquitectura de ambos imperios provienen de las estructuras de madera. En China, los pilares sostienen una techumbre de madera, una especie de pirámide invertida formada por capas de vigas

Page 7: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

(tirantes) arriostradas por correas y pilares intermedios. Éstos, a su vez, sujetan las correas y cabios sobre los que descansa la pesada cubierta de tejas. Los aleros se extienden en voladizo más allá de las líneas de columnas, sobre unas complicadas ménsulas. El arquetipo resultante es un edificio de planta rectangular, normalmente de una sola altura, rematado por una empinada cubierta. VéaseArte y arquitectura de China.

Arquitectura japonesa

 

La evolución de la casa japonesa es muy distinta de la china. Mientras la última se ocupaba de expresar el orden social, la casa del Japón se empeñó en crear un diálogo poético con la naturaleza, estableciendo relaciones diversas con la tierra, el agua, las piedras o los árboles. Esta convivencia es evidente en el palacio de Katsura (primera mitad del siglo XVII), proyectado y construido por un maestro de la ceremonia del té. Los edificios que lo componen parecen desperdigados de forma aleatoria, pero en realidad siguen una cuidadosa secuencia de vistas e integración en el paisaje.

Japón perfeccionó sus estructuras de madera desde la antigüedad. El santuario de Ise, situado en la costa, al suroeste de Tokio, se erigió en el siglo V o VI, y se reconstruye meticulosamente cada 20 años. El edificio principal está situado en el interior de un recinto rectangular que acoge las estancias auxiliares. Se puede decir que es una joya construida en madera, elevada sobre postes hincados en el suelo, y coronada por una gran techumbre de paja. La estructura de la cubierta carece de tirantes y correas, de modo que el caballete descansa sobre una viga o cumbrera que a su vez sostienen dos enormes pilares situados en el centro de los hastiales. Los cabios se ensamblan por encima de la cumbrera, de tal modo que no producen esfuerzos hacia el exterior. Este monumento, pequeño pero de elegantes proporciones, es un excelente ejemplo de la sutileza del arte japonés. VéaseArte y arquitectura de Japón.

Arquitectura precolombina

 

El 12 de octubre de 1492 Cristóbal Colón pisaba las tierras de América y se iniciaba así una política de conquistas que destruyó gran cantidad de culturas autóctonas. Todas estas culturas —colonizadas por España, Portugal e Inglaterra, principalmente— se conocen con el nombre de precolombinas, y se puede decir que desaparecieron casi totalmente bajo el poder de los imperios europeos. Las dos grandes áreas donde se desarrollaron las culturas más fértiles de América fueron Mesoamérica —México, Honduras, Guatemala, Belice y El Salvador— y el centro de los Andes —Perú, Bolivia y Ecuador. Por otra parte, las tribus nómadas del norte de América no llegaron a realizar construcciones permanentes, aunque algunas civilizaciones más cercanas a los focos culturales mesoamericanos, como los indios mokis o pueblo de Sonora, Arizona y Nuevo México, construyeron con piedra y adobe. Estos pueblos indígenas americanos iniciaron su declive hacia el año 1300 pero aún se conservan restos de sus arquitecturas rupestres y de algunos poblados.

Page 8: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

Arquitectura mesoamericana

 

 

Las dos tipologías más relevantes de la arquitectura desarrollada por las distintas civilizaciones mesoamericanas fueron la pirámide y el juego de pelota. La pirámide americana es diferente de la egipcia no sólo por su forma —escalonada y truncada en su parte superior—, sino también por su función, que es la de acoger un santuario o templo en la meseta más elevada. Una práctica habitual era levantar las pirámides por capas, de forma que se construía un edificio nuevo rodeando al antiguo cada 52 años, que era el ciclo establecido para la renovación del mundo. El juego de pelota, que no era un deporte sino un espectáculo ritual, solía estar relacionado con las pirámides y consistía en un espacio amurallado de planta en doble T.

La cultura maya se extendía desde la península de Yucatán hasta Belice, Honduras y Guatemala, y su periodo de mayor esplendor tuvo lugar entre los siglos IV y XI. Una de las primeras grandes ciudades mayas es la de Tikal (Guatemala), de la que se conserva un enorme recinto sagrado (siglos III-VIII) con numerosas pirámides. Sobre las plataformas de estas pirámides se elevan los templos o santuarios, con un espacio interior cubierto por una falsa bóveda típica de la arquitectura de esta civilización. Otro de los centros florecientes en la época clásica fue Copán (Honduras), un centro de estudios astronómicos donde se conserva la monumental Escalera de los jeroglíficos (siglos VII-VIII), así como uno de los juegos de pelota más hermosos de la civilización maya. El Palenque (llamado así por los españoles por ser un recinto amurallado) fue el centro de esta cultura en México y su edificio más emblemático es el templo de las Inscripciones (siglos VII-VIII), situado sobre una pirámide que, en este caso, contiene una cámara sepulcral. Ya en el primer milenio de la era cristiana, el guerrero Kukulcán fundó la ciudad de Chichén Itzá sobre la llanura de Yucatán. La arquitectura de esta ciudad tiene una enorme influencia de la zona que está al norte de la capital mexicana, como muestran el templo de los Guerreros (siglos XI-XII) y la pirámide del Castillo (siglos XI-XII), que siguen los modelos toltecas de la ciudad de Tula. Otros edificios emblemáticos de Chichén Itzá son el Caracol (un observatorio astronómico al que se accede a través de una escalera de caracol) y el famoso Juego de Pelota, flanqueado por unos muros monumentales que están ricamente esculpidos. También en la península de Yucatán se encuentra Uxmal, cuyo hermoso palacio del Gobernador (siglos X-XI), erigido sobre una meseta artificial, muestra la maestría compositiva que se alcanzó en la etapa final del arte clásico maya. VéaseArte y arquitectura mayas.

La llamada cultura de La Venta (800-400 a.C.), probablemente relacionada con el pueblo olmeca, parece haber sido una de las primeras y también la más influyente de todo el continente americano. Su efecto se aprecia en las edificaciones de Monte Albán (siglos VI-IX), una acrópolis zapoteca sobre la ciudad de Oaxaca, o en el palacio de las Columnas (siglo XV) de Mitla, también en Oaxaca, con sus espectaculares muros recubiertos de mosaicos. Otra de las civilizaciones mesoamericanas interesantes es la de El Tajín, que ha legado su Gran Pirámide (siglo VII) de nichos tallados sobre las paredes verticales. Sin embargo, la gran cultura clásica del centro de México fue Teotihuacán, situada sobre la

Page 9: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

llanura noroeste de México-Tenochitlán. Su obra más fabulosa es la gran pirámide del Sol (siglo II a.C.), un edificio de 72 m de altura y 240 metros cuadrados de extensión, cuyo conjunto completan la pirámide de la Luna y un área en terraplenes conocida como La Ciudadela. Hacia el siglo IX, la cultura teotihuacana sucumbió al empuje del pueblo tolteca que introdujo el culto a la serpiente emplumada Quetzalcóatl, una imagen que representan a menudo en los bajorrelieves de sus templos. La capital tolteca era Tula, donde se conserva la pirámide del templo de la Estrella de la Mañana (c. 900), construida en cinco niveles de 2 m de altura. Un centro que ejemplifica la transición de la época clásica a la tolteca es Xochicalco (casa de las flores), en el actual estado de Morelos, México; su magnífico templo de Quetzalcóatl está adornado con bajorrelieves y glifos. Por su parte, Tula fue destruida en el siglo XII por los chichimecas, que heredaron las tradiciones artísticas teotihuacanas y toltecas, y construyeron la pirámide de Tenayuca (siglos XIV-XV) en cinco capas superpuestas correspondientes a los ciclos de 52 años. La arquitectura de los chichimecas puede dar una idea de la que produjeron los aztecas, que fundaron la Gran Tenochitlán en 1325. En las excavaciones del templo Mayor, en pleno centro de la ciudad de México, se ha descubierto una interesante infraestructura que permitió levantar el centro ceremonial y político más importante de Mesoamérica en medio de un lago. VéaseArte y arquitectura de Teotihuacán; Arte olmeca.

Arquitectura centroandina

 

A mediados del siglo XIV el Imperio inca consiguió dominar al resto de las culturas andinas, entre las que destacaron las de Chavín, Mochica, Paracas, Nazca, Chimú, Huari y Tiahuanaco.

Entre las mejores obras realizadas por culturas preincaicas destacan el templo escalonado de Chavín de Huantar, donde se aprecian afinidades con la cultura de La Venta, en México; la Huaca del Sol en Moche, una pirámide escalonada de ladrillos secados al sol; la Puerta del Sol (c. 500) en Tiahuanaco, una puerta monolítica situada en un lugar sagrado similar al de Chavín de Huantar; la Huaca del Dragón (siglos XIV-XV) en Chan Chan (capital chimú cercana a la actual Trujillo), construida en adobe como la mayoría de la arquitectura de la zona costera, y las chulpas, unas pequeñas torres funerarias de base circular que aparecen en la cuenca del lago Titicaca.

Los incas se establecieron en Cuzco hacia el año 1200 y desde allí comenzaron su expansión comenzando por los quechuas. Su arquitectura enlaza con las tradiciones de Chavín y Tiahuanaco, como muestran las construcciones halladas en la fortaleza de Machu Picchu, situada a una altura de 2.400 m bajo las faldas del Urubamba. Una de las características más originales de la primitiva arquitectura inca es el ensamblaje a hueso de piedras ciclópeas, especialmente para la erección de murallas como en Sacsayhuamán (siglo XIII), la fortaleza de Cuzco o en los seis monolitos graníticos que cierran el templo de los Muertos de Ollantaytambo (c. 1400), sobre el valle del Urubamba. La evolución del Imperio supuso el perfeccionamiento en el tallado de la piedra, como se aprecia en las construcciones del Monte Dorado o Choquequilla (siglo XV), en el valle cercano a Cuzco de Huaracondo. VéaseArte y arquitectura precolombinas; Arte inca.

Page 10: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

Arquitectura occidental

 

La cultura que hoy conocemos como occidental tuvo su origen en una serie de pueblos de la zona oriental del mar Mediterráneo, que, con el devenir de la historia, fueron ampliando su influencia hasta abarcar toda la costa de este mar. Más tarde fueron los grandes imperios, como el romano o el macedónico, los encargados de extender su dominio por el mundo conocido. La invasión de los pueblos bárbaros no hizo sino afianzar la cultura heredada, que a partir de entonces se conoce como clásica, y se convierte en un canon o modelo a seguir. Los imperios coloniales han ido imponiendo sus criterios al resto de los pueblos hasta nuestros días; en la actualidad, la cultura occidental se extiende por todo el planeta, aunque en cada zona haya un cierto grado de mestizaje con las culturas autóctonas.

En la evolución del mundo occidental hay una gran cantidad de caminos paralelos en distintas zonas geográficas. Durante la edad media, tres imperios desarrollan simultáneamente lo que podríamos conocer como cultura clásica: el bizantino en el Mediterráneo oriental, el islámico (con diferentes centros de poder en Asia, África y el sur de Europa) y el carolingio en el centro de Europa. Por otra parte, dos de las religiones más extendidas del mundo comparten su pertenencia a esta cultura genérica: el cristianismo y el islam. Ambas tienen un origen común en la religión judía y comparten la necesidad de apostolado, lo cual ha favorecido su expansión colonial.

Mesopotamia

Esta región, que coincide en su mayor parte con el actual Irak, estaba comprendida entre los ríos Tigris y Éufrates. La ciudad asiria de Jorsabad, construida con ladrillos y adobe durante el reinado de Sargón II (722-705 a.C.), se descubrió en 1842, y gracias a las excavaciones realizadas desde entonces se conoce la mayor parte de su planta. Este descubrimiento supuso una base sólida para el estudio de la arquitectura de Mesopotamia porque las antiguas ciudades de Babilonia y Ur no se excavaron hasta finales del siglo XIX.

En la antigua arquitectura persa se observa la influencia de los griegos, con quienes los persas mantuvieron una serie de enfrentamientos (las Guerras Médicas) en el siglo V a.C. De esta época se ha conservado el gran recinto real de Persépolis (518-460 a.C.), construido por Darío el Grande, y un gran número de tumbas excavadas en la roca, todas al norte de Shiraz, en el actual Irán.

Egipto

 

La cultura urbana también fue próspera desde los primeros tiempos del antiguo Egipto. La estabilidad política de este gran Estado se instauró por medio de una oligarquía defensora de las tradiciones. Sólo así, en un sistema político donde el poder se concentraba en torno al faraón y sus sumos sacerdotes, y en una región rica en materiales pétreos (granito, piedras

Page 11: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

areniscas y calizas), pudo llevarse a cabo la construcción de los monumentos más impresionantes del mundo antiguo.

La obsesión de los gobernantes egipcios era edificar su propia tumba, más espléndida que la de su predecesor. Antes de la IV Dinastía (que comienza c. 2680 a.C.), los enterramientos de los reyes de Egipto se distinguían por medio de una mastaba, una construcción maciza de ladrillo, de planta rectangular con los muros en talud. Ésta evolucionó hacia la pirámide escalonada y más tarde hasta la definitiva pirámide de caras planas. Las pirámides mayores y mejor conservadas están en el conjunto de Gizeh, cerca de El Cairo; entre ellas destacan la de Keops (construida c. 2570 a.C.) y la de Kefrén (c. 2530 a.C.). Estos inmensos monumentos son la muestra del enorme poder que los faraones ejercían sobre sus súbditos, así como de la fascinación de los arquitectos egipcios por las formas geométricas. Por otra parte, el mismo gusto por la perfección de la forma abstracta reaparece frecuentemente a través de la historia.

Los egipcios edificaron templos no como lugar de oración, sino para exhibir los ritos que cumplían los que ocupaban el poder y excluir al resto de los mortales. Para ello construyeron los templos dentro de recintos amurallados, con grandes vestíbulos repletos de columnas (salas hipóstilas) que convierten el espacio exterior en interior, dado que a cierta distancia sólo se puede ver una masa cerrada de piedra. Una sucesión lineal de espacios conducía hasta los recintos más sagrados. Así nació el concepto de eje, que en los templos egipcios se extendía hacia el exterior a través de avenidas de esfinges, dispuestas para acrecentar el espectáculo procesional de los participantes. En estas construcciones se inicia el empleo monumental del sistema adintelado, con gruesas columnas muy próximas entre sí, sosteniendo pesados dinteles.

Los templos mejor conocidos de Egipto están en la zona del Nilo medio, cerca de la antigua capital, Tebas. Aquí se encuentran los templos de Luxor, Karnak y Dayr al-Bahari (siglos XV-XII a.C.), y Edfú (siglo III a.C.). VéaseArte y arquitectura de Egipto; Templo.

Arquitectura creto-micénica

La arquitectura que se desarrolló en el territorio continental de la antigua Grecia y en las islas del mar Egeo pertenece a una serie de culturas griegas, que precedieron a la llegada (c. 1000 a.C.) de los pueblos jónicos y dóricos. La cultura minoica floreció en la isla de Creta (entre los años 3000-1200 a.C.); su principal legado es el palacio laberíntico de Minos en Cnosos, cerca de la actual Iraklion. En el Peloponeso, cerca de Argos, están los palacios-fortaleza de Micenas y Tirinto, y en Asia Menor la ciudad de Troya —excavada en su totalidad por el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann en el último cuarto del siglo XIX. Micenas y Tirinto se consideran dos importantes muestras de la civilización aquea, referente de los poemas épicos de Homero, La Odisea y La Iliada. VéaseCivilización del Egeo.

Arquitectura griega

 

Page 12: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

La tipología del templo griego se compone de un santuario y el perímetro de columnas que lo rodean y articulan el espacio exterior. En este sentido es el modelo opuesto del templo egipcio, cuyas columnas están dispuestas dentro de un recinto amurallado. La originalidad de esta tipología reside en que, quizás por primera vez en la historia, se da prioridad al aspecto externo de un edificio que contiene un espacio sagrado. La arquitectura griega no abruma al observador con una excesiva monumentalidad y rara vez está dispuesta simétricamente a lo largo de un eje, sino que busca las relaciones espaciales sutiles, desde diferentes puntos de vista. Los templos griegos, que siguen aproximadamente el mismo plan, tienen tamaños muy diversos: desde el pequeño templo de Atenea Niké (427-424 a.C.) en la Acrópolis de Atenas, de aproximadamente 6 × 9 m, hasta el gigantesco templo de Zeus u Olimpeión (c. 500 a.C.) en Agrigento (Magna Grecia, actual Sicilia), que ocupa más de una hectárea.

El modelo primitivo de templo se fue modificando a lo largo de los siglos. La preocupación por el aspecto exterior y sus relaciones con el espacio circundante llevó a los arquitectos griegos a una carrera hacia la perfección. Fruto de este empeño son los órdenes arquitectónicos, que consisten en una serie de reglas sobre la proporción y la articulación de las partes del edificio, especialmente de las columnas. Hoy día se siguen llamando de igual forma, e incluso se siguen utilizando como modelos canónicos. En ellos se regula la disposición del estilobato o plinto, la basa, el fuste, capitel, arquitrabe, friso, cornisa y frontón, cada uno de los cuales ejerce o simboliza alguna función estructural.

Órdenes griegos

Dos de los tres órdenes griegos se extendieron más o menos simultáneamente. El orden dórico era predominante en el Ática y en la Magna Grecia. Es el más sobrio de todos los órdenes clásicos, pues sus columnas carecen de basa, y todos sus elementos decorativos representan alguna función estructural. Una de las obras maestras de la arquitectura de todos los tiempos está compuesta según el orden dórico; se trata del Partenón (448-432 a.C.), situado en la parte central de la Acrópolis de Atenas.

El orden jónico se originó en las ciudades del mar Egeo y Asia Menor, más influidas por el arte egipcio y oriental. La columna jónica se caracteriza porque el capitel está adornado por dos volutas en sus extremos, el fuste es más estilizado y con estrías más suaves que las del orden dórico, y se apoya sobre una basa compuesta por partes cóncavas y convexas. Se han conservado pocos ejemplos de la época arcaica, pero entre ellos destacan el Erecteion (comenzado en el año 421 a.C.) y los Propileos (comenzados en el 437 a.C.), ambos en la Acrópolis de Atenas.

El orden corintio es un invento ateniense, probablemente del siglo V a.C., pero su uso se generalizó más tarde. Su característica fundamental son los capiteles decorados con hojas de acanto; además, su fuste es aún más delgado que el jónico. Tiene la ventaja frente a éste de no tener ninguna dirección principal, lo cual facilita su disposición en las esquinas.

El final de las Guerras Médicas (466 a.C.) supuso la reconstrucción de numerosas ciudades griegas que habían sido arrasadas por los persas. Se abría así la posibilidad de investigar nuevas formas de planeamiento urbanístico, una nueva ciencia cuya figura principal es

Page 13: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

Hipodamo de Mileto, autor de los nuevos planos de Mileto (Asia Menor) y El Pireo (el puerto de Atenas), entre otras ciudades. Su principal aporte es el trazado en parrilla, también llamado hipodámico en su honor; igualmente, se le atribuye la idea de que el plano de la ciudad ha de simbolizar el orden social, con un centro representativo donde situar los edificios más señalados, en relación con los espacios públicos abiertos. El ágora griega (plaza pública, o lugar de reunión de los ciudadanos) podía incluir un templo, una especie de ayuntamiento o cámara de representantes (bouleuterion), un teatro, gimnasios y otros edificios de carácter público; en ocasiones quedaba contenida en un recinto de columnas. En la arquitectura doméstica, el megaron micénico (una especie de vestíbulo central) evolucionó hasta convertirse en una casa familiar donde las habitaciones tenían su acceso a través de un pequeño patio llamado atrio. Esta disposición se extendió por Italia, España y el norte de África, donde derivó hacia distintas tipologías de vivienda mediterránea. VéaseArte y arquitectura de Grecia; Vivienda (arquitectura).

Arquitectura romana

 

La arquitectura romana tomó el relevo de la griega, pero sus resultados fueron muy distintos. En primer lugar, contrariamente al débil concepto de nación que generaban las alianzas entre ciudades-estado griegas, Roma llegó a ser un imperio poderoso y bien organizado, que colonizó con su política, su lengua y su arte todo el mundo mediterráneo, llegando por el noroeste hasta las islas Británicas y por el sureste hasta la península de Arabia. Los romanos llevaron a cabo grandes obras de ingeniería como calzadas, canales, puentes y acueductos. Sus avances en el arte de la edificación fueron incontables y en sus obras utilizaron toda clase de materiales constructivos como ladrillos, argamasa, piedra, mármoles y mosaicos.

El uso del arco y la bóveda introdujo en el vocabulario clásico las formas curvilíneas; los muros curvos producían un espacio semicircular, llamado exedra o ábside, ideal para concluir un eje. Los elementos cilíndricos y esféricos llegaron a ser característicos de la arquitectura romana, adecuados para cubrir los inmensos espacios propios de la escala imperial.

La cúpula

La bóveda de cañón presenta una sección semicircular y se caracteriza porque sólo puede cubrir una luz limitada, debido a los enormes empujes laterales que ejerce. Para solucionar esto, los romanos inventaron dos sistemas alternativos; el primero es la cúpula, que se puede considerar como una bóveda de desarrollo circular, mucho más estable que las bóvedas de cañón, pero también limitada por los empujes laterales que ejerce sobre la estructura portante y por su propio peso, que tiende a romperla por la parte central, en la zona conocida como los riñones. A pesar de ello, los romanos consiguieron construir cúpulas enormes, como la del Panteón de Roma, un edificio de planta circular construido en la época del emperador Adriano, en cuyo interior se puede inscribir una esfera de 43 m. Su arquitecto, Apolodoro de Damasco, cubrió el espacio con una enorme cúpula masiva compuesta por anillos de materiales más ligeros a medida que se asciende, y abrió en el

Page 14: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

centro un óculo de 9 m de diámetro que desempeña la función de anillo de compresión. Esta gigantesca estructura se apoya sobre un muro perimetral de 6 m de ancho, horadado de tal forma que la estructura portante la componen realmente ocho enormes machones. En cualquier caso, el mayor problema de las cúpulas es que contienen un espacio único y no se pueden combinar fácilmente entre sí para cubrir un espacio articulado.

La bóveda de arista

La segunda gran invención romana es la bóveda de arista, formada por la intersección de dos bóvedas de cañón idénticas. Las líneas que configuran esta intersección son dos medias elipses, que unen los vértices opuestos del cuadrado de la planta. Gracias a las direcciones ortogonales de curvatura se produce un efecto estructural, basado en que cada una de las bóvedas de cañón contrarresta el empuje de la otra. Además, la bóveda de arista presenta otras ventajas, como es que se puede apoyar sobre cuatro pilares (dispuestos de tal forma que absorban los empujes de la bóveda, que les llegan a 45º), dejando cuatro caras libres para emplazar vanos o para seguir añadiendo espacios abovedados.

En las grandes termas y basílicas romanas, estas últimas dedicadas a la administración de justicia, la sucesión de crujías cuadradas cubiertas por bóvedas de aristas proporcionaba enormes salas, iluminadas por claraboyas situadas en lo alto de los muros laterales, bajo las bóvedas.

Nuevas tipologías arquitectónicas

Los romanos también inventaron nuevas tipologías arquitectónicas, entre las que destacan el arco triunfal, el anfiteatro y el circo. Además, continuaron la evolución de los modelos tradicionales griegos como el estadio, el templo o el teatro. En cuanto a la vivienda, desarrollaron tres modalidades: la insulae o casa de vecinos, propia de las grandes ciudades como Roma (que llegó a tener una población de 1,5 millones de habitantes), la domus o vivienda unifamiliar y la villa o casa de campo de las clases más acomodadas. La casa romana es una transformación de la griega y su característica fundamental es que se cierra totalmente al exterior para abrirse a un atrio descubierto, en torno al cual se organizan las habitaciones. Un gran número de excelentes ejemplos de casas y villas romanas se han conservado en Pompeya y Herculano, las dos grandes ciudades que quedaron sepultadas por la erupción del Vesubio en el año 79 de nuestra era.

El gusto romano por los grandes planes urbanísticos se pone de manifiesto en la ciudad de Roma, donde cada emperador enriquecía o construía un nuevo foro con su basílica, templo y demás elementos. El foro, cuyos ejemplos arcaicos se limitaban a una sucesión caótica de edificios y monumentos, llegó a alcanzar un orden y una complejidad únicos en el foro de Trajano, dispuesto a lo largo de un eje que incluso contenía, adosado a uno de sus laterales, el mercado de la ciudad. Uno de los complejos palaciegos más impresionantes es el de Villa Adriana en Tívoli (entre los años 118-134 a.C.), que se extiende a lo largo de un enorme territorio jalonado por estadios, teatros, termas, ninfeos, peristilos y estanques.

Los órdenes griegos (dórico, jónico y corintio) fueron utilizados por los romanos, que además añadieron otros dos: el toscano, de aspecto más austero que el dórico por la

Page 15: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

ausencia de estrías en sus columnas; y el compuesto, cuyos capiteles se caracterizan por mezclar las hojas de acanto con los adornos de volutas en sus extremos. Los romanos usaron los órdenes con más frivolidad que los griegos, a menudo como pura decoración para los interiores, y olvidando el sentido y la sutileza del sistema adintelado. Pero también completaron la sintaxis de los órdenes, utilizando columnas adosadas a los muros, combinándolas con arcos y pilastras, entre otros ejemplos. Una de las combinaciones más características es la del Coliseo de Roma, donde se fijaron para la posteridad las reglas de uso de columnas, pilastras, arcos y dinteles conjuntamente.

Arquitectura paleocristiana

 

En el año 313 el emperador romano Constantino I el Grande promulga el Edicto de Milán, por el cual se establece en todo el Imperio la libertad religiosa y se inicia un proceso que culminará con la declaración del cristianismo como religión oficial. Hasta este momento, el Imperio romano había reprimido, en ocasiones con gran dureza, esta religión de origen oriental que rechazaba el culto al emperador y a los dioses clásicos, y se iba extendiendo paulatinamente por todos los rincones del mundo romanizado.

La arquitectura cristiana de los primeros tiempos se limita a las viviendas privadas de grandes dimensiones que acogían las reuniones de los fieles, casi siempre escondidas de la mirada pública, como la que se ha descubierto en Dura-Europos (siglo III), que ya presenta una serie de espacios jerarquizados de acuerdo con su uso ceremonial. Sin embargo, este tipo de arquitectura no podía satisfacer las necesidades simbólicas de la Iglesia, que a partir del Edicto de Milán sale de las sombras y adopta en sus templos una tipología romana: la basílica. Este edificio se compone de un número impar de naves longitudinales (3 o 5), separadas por filas de columnas, y la nave central es notablemente más ancha y alta. La diferencia de alturas entre las crujías permite abrir ventanas en la parte superior de los muros, llamadas claraboyas. Al final de la nave se dispone el altar, rodeado de un gran ábside o exedra (también heredado del modelo romano), en donde el sacerdote oficia la ceremonia. Una de las pocas características que difieren del modelo romano es la sustitución de la bóveda (que no se volvió a emplear hasta aproximadamente el año 1000) por una cubierta de madera a dos aguas, más ligera y por tanto con menores exigencias estructurales. El espacio de la basílica resultaba perfecto por su carácter direccional, jerárquico y claramente articulado, con la ventaja adicional de no haber sido utilizado por ningún otro culto religioso. En Roma aún se conservan algunas de estas iglesias que evocan el espíritu de la arquitectura paleocristiana: son las de Santa María la Mayor (422-430), de tres naves separadas por columnas jónicas que sostienen un arquitrabe recto, y Santa Sabina (422-432), cuyas columnas corintias sostienen una sucesión de arcos de medio punto peraltados.

Arquitectura bizantina

 

 

Page 16: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

En el año 330 el emperador Constantino I el Grande funda la ciudad de Constantinopla (actual Estambul), donde traslada la corte imperial, iniciando así una ruptura en el seno del Imperio romano. A la muerte del emperador Teodosio —que en el año 391 había declarado al cristianismo religión oficial—, el Imperio se divide definitivamente en dos partes, el Imperio de Occidente y el Imperio de Oriente, que será conocido como Bizancio.

La arquitectura bizantina tomó como modelo la iglesia de planta central (o cruz griega), en la cual el espacio se organiza en torno a una cúpula central. Uno de los grandes avances de la composición espacial bizantina consistió en cubrir mediante una cúpula semiesférica (o de media naranja) un espacio de planta cuadrada, consiguiendo así la posibilidad de articular una sucesión de crujías cubiertas con cúpulas. Para ello se intercalan entre los apoyos y la cubierta cuatro triángulos curvos llamados pechinas; estas pechinas parten de los vértices de cuadrado y se unen en la parte superior formando un anillo sobre el que descansa la cúpula. Geométricamente se pueden definir como fragmentos triangulares de una esfera de diámetro igual a la diagonal del cuadrado de la planta y que pasa por los cuatro vértices de éste. Entre los ejemplos más notables de cúpulas sobre pechinas destaca la de la basílica de Santa Sofía en Constantinopla (532-537), construida durante el mandato del emperador Justiniano I. En este periodo se construyeron los ejemplos más relevantes de arquitectura bizantina, tanto en Constantinopla como en la ciudad italiana de Ravena, que después de pertenecer a los ostrogodos fue reconquistada por Bizancio. La iglesia de San Sergio y San Baco (527) en Constantinopla y la de San Vital (526-547) en Ravena reproducen el mismo modelo de planta octogonal cubierta por una cúpula y rodeada por una nave circundante. Entretanto, otras dos importantes iglesias de Ravena, San Apolinar Nuevo (c. 520) y San Apolinar in Classe (c. 530-549) mantienen la tipología basilical de origen paleocristiano.

La iglesia de Santa Sofía (o de la Santa Sabiduría), concebida por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, consta de una gran cúpula central que se extiende por el eje longitudinal siguiendo las dos exedras de los ábsides, cada una de ellas abierta a otras tres exedras menores. De este modo se consigue que los empujes de la bóveda se trasmitan, en dirección longitudinal, a las bóvedas de horno que cubren las exedras, hasta llegar debilitados a los contrafuertes exteriores. El conjunto configura un espacio oval de 31 por 80 m, en el que la cubierta central se impone sobre el resto de superficies esféricas, y al que llega luz difusa a través de un anillo de pequeños orificios situados en la base de la cúpula.

El arte figurativo bizantino desarrolló un estilo característico; su aplicación a la arquitectura se concreta en los mosaicos, grandes composiciones murales ejecutadas a partir de pequeñas piezas de mármol de colores o pasta vidriada (llamadas teselas). Ésta es una técnica heredada directamente de los mosaicos romanos, con la peculiaridad de que en Roma se utilizaba únicamente en espacios domésticos.

Las iglesias bizantinas siguieron posteriormente el modelo de Santa Sofía a pequeña escala, con una cúpula central que descarga sobre ábsides y otras superficies abovedadas dispuestas a su alrededor. Estas iglesias proliferaron a lo largo del vasto Imperio bizantino —Grecia, los Balcanes, Asia Menor y parte del norte de África y de Italia—, e influyeron en numerosos proyectos del mundo cristiano occidental. Los modelos más tardíos tienden a minimizar el modelo original, con cúpulas cada vez menores que enfatizan el espacio

Page 17: Arquitectura Bizantina y Pa Leo Cristian A

vertical. En la catedral de San Basilio en Moscú (1500-1560), así como en otras iglesias ortodoxas rusas, la cúpula bizantina se convierte en una cúpula bulbiforme, una forma decorativa que por otra parte no se manifiesta en el espacio interior. VéaseArte y arquitectura bizantinas.