Arqueologia sabana de bogota

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“Patrimonio cultural: no dañar” Dinámicas y agentes en la relación patrimonio, cultura y sociedad. A propósito del arte rupestre de la Sabana de Bogotá Diego Martínez Celis [email protected] Resumen: Un letrero que reza: “Patrimonio cultural, no dañar” que aparece marcando un mural con pinturas rupestres precolombinas en Soacha, se presenta como abrebocas para motivar una aproximación a las complejas relaciones entre patrimonio, cultura y sociedad, que mediante la exposición de algunos casos, dan luces para identificar diversas dinámicas y agentes que confluyen en estos sitios y su repercusión en el estado actual del arte rupestre de la Sabana de Bogotá. Identificación que se propone como imprescindible al momento de promulgar o llevar a cabo políticas públicas tendientes a la preservación de este patrimonio.

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“Patrimonio cultural: no dañar” Dinámicas y agentes en la relación

patrimonio, cultura y sociedad. A propósito del arte rupestre de la Sabana de Bogotá

Diego Martínez Celis [email protected]

Resumen: Un letrero que reza: “Patrimonio cultural, no dañar” que aparece marcando un

mural con pinturas rupestres precolombinas en Soacha, se presenta como abrebocas para

motivar una aproximación a las complejas relaciones entre patrimonio, cultura y sociedad, que

mediante la exposición de algunos casos, dan luces para identificar diversas dinámicas y agentes

que confluyen en estos sitios y su repercusión en el estado actual del arte rupestre de la Sabana

de Bogotá. Identificación que se propone como imprescindible al momento de promulgar o llevar

a cabo políticas públicas tendientes a la preservación de este patrimonio.

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En el sur y el occidente de la Sabana de Bogotá se encuentran cientos de rocas signadas con

pinturas rupestres de origen precolombino, diseminadas en una franja que hace las veces de límite

natural entre el altiplano y la vertiente occidental de la cordillera oriental colombiana. De norte a

sur comprende los actuales municipios de Facatativá, Zipacón, Bojacá, Mosquera, Soacha, Sibaté

y las localidades de Ciudad Bolívar y Usme en el Distrito Capital de Bogotá.

Se trata de afloramientos de rocas areniscas, a manera de bloques erráticos, que presentan en su

mayoría pinturas en rojo ocre y en menor escala en naranja, amarillo, blanco y negro, que hacen

presencia en los cerros que circundan la Sabana y que se agrupan en conjuntos más o menos

diferenciados. Entre estos sobresalen las Piedras de Tunja en Facatativá, el grupo de La Chaguya

en Zipacón, las de Chivonegro en Bojacá, las Piedras de Usca en Mosquera, y los grupos de La

Poma, Tequendama, Terreros y San Mateo en Soacha. Todos estos sitios rupestres presentan

características físicas, tecnológicas e iconográficas similares que permiten abordarlos como un

mismo y amplio conjunto homogéneo, al parecer producto de una misma tradición cultural, aún

indefinida, pero de un evidente origen precolombino.

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Sabana de Bogotá. Localización de sitios con arte rupestre en sus costados sur y occidente y su relación

con los núcleos urbanos de la Ciudad-Región. Mapa base: Google, 2009

Pese a la gran cantidad de rocas identificadas, aun no existe un inventario que de cuenta de la real

cantidad y extensión de estos conjuntos en el paisaje de la Sabana. Paisaje que las acogió

indemnes durante cientos o quizás miles de años, pero que en las últimas décadas ha presentado

una acelerada transformación debido a la densificación de la población y al crecimiento de las

fronteras urbanas. Esto se ejemplifica en el concepto Bogotá-Ciudad Región que, más allá de ser

un modelo propuesto de ordenamiento territorial de carácter regional, es hoy día una realidad

funcional que está modificando de manera trascendental los entornos naturales o de otrora

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vocación rural de la Sabana, para insertarlos en las dinámicas de urbanización y productividad

que requiere el nuevo orden territorial de la capital y de los municipios de su zona directa de

influencia.

En medio de esta dinámica de transformación y expansión, los sitios con arte rupestre están

quedando expuestos a diversos agentes de alteración y problemáticas que ponen en riesgo su

conservación. Además de las condiciones naturales propias del intemperismo, el factor antrópico

es quizás el que mayor riesgo representa, esto evidenciado en diversas afectaciones como el

graffiti, explotación de la piedra como materia prima, excavaciones de guaquería, o

transformaciones de los entornos naturales que alteran o destruyen los contextos arqueológicos y

paisajísticos de los sitios.

Casos de estudio

Para ilustrar esta situación se exponen a continuación, en sentido suroriente-noroccidente,

algunas situaciones que se han venido identificado en los últimos meses en sitios rupestres de

esta región de la Sabana de Bogotá:

Cementerio indígena de Usme: En el cauce de una quebrada en inmediaciones del

recientemente descubierto sitio arqueológico (cementerio indígena) se encuentran rastros de

pintura rupestre indígena que se suman a los vestigios de enterramientos de grupos Herrera y

muisca. Estos son el blanco de una coyuntura especial en que ciertas comunidades, que se

autoreconocen como descendientes de los pueblos indígenas de la región y se declaran

“dolientes” (Boletín OPCA, 2009) reclaman por participación en la labores de manejo y puesta en

valor del lugar, no sólo por considerarlo patrimonio cultural sino por representar un “sitio

sagrado”. Igualmente un sector de la comunidad rural de la región ve en estos hallazgos una

oportunidad para contrarrestar la expansión urbana de la ciudad.

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Usme. Panorámica del sitio arqueológico.

D.M.C, 2008

Usme. Pintura

rupestre en

cercanías del

cementerio

indígena. D.M.C.

2008

Usme. Carlos Julio Navarrete líder campesino

afirma que ve este hallazgo arqueológico

como “algo caído del cielo” para detener la

expansión urbana.

Fuente:http://www.ciudadviva.gov.co/julio08/

periodico/3/index.php

Piedra del indio, Ciudad Bolívar: Una roca, que aparece con evidencias de haber sido

dinamitada en su parte superior, posee rastros de pintura rupestre precolombina. A pesar de

encontrarse en un afloramiento junto con decenas de otros grandes bloques erráticos, éste que es

el único signado también es el único que presenta evidencia de explotación, quizás debido a

prácticas de guaquería. El lugar se encuentra hoy en la zona límite de un polígono de explotación

minera y muy cerca de los cinturones de avance urbano de esta localidad de Bogotá. Un sector de

la comunidad ha manifestado su interés en resaltar su valor para sumarle elementos a una

estrategia de cambio de uso del suelo para proteger la zona como reserva medioambiental.

Ciudad Bolívar, Bogotá, D.C. Vista desde la Piedra del indio hacia el sector

urbanizado

de Ciudad Bolívar. D.M.C. 2009

Ciudad Bolívar, Bogotá,

D.C. Pintura Rupestre. D.M.C.

2009

Ciudad Bolívar, Bogotá, D.C. La única piedra de la zona que

presenta huellas de explotación por

dinamita es también la única que

posee pinturas rupestres. D.M.C.

2009

San Mateo, Soacha: Un celador, que cuida terrenos privados de una cantera en que se

encuentran varias rocas con pintura rupestre, se enfrenta ante el líder de un cabildo indígena

urbano (Cabildo Pijao Diosa Dulima de Soacha) que pretendía acceder a las piedras con la

intención de realizar un ritual de pagamento. Tras un enfrentamiento verbal en que se exige

abandonar el terreno por ser propiedad privada, los jóvenes que acompañan al indígena

argumentan al celador que ellos tienen derecho a estar ahí por que es un sitio de “patrimonio

cultural”, tal como se ve escrito –literalmente- en las piedras (ver foto anexa). El celador, que no

entiende bien de lo que le están hablando, se defiende con la amenaza de traer refuerzos y afirma

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que niega el acceso por que se ve obligado a cumplir las ordenes de su patrón. (Ver video

en:http://www.youtube.com/watch?v=mfvj928r3OU )

San Mateo, Soacha. Localización

de la pequeña área que a manera

de relicto natural aún conserva

algunas rocas con pintura rupestre.

Foto base, Google Earth, 2010

San Mateo, Soacha. Un mural con arte rupestre fue

marcado por un investigador con un

letrero que reza: “Patrimonio

cultural, no dañar” .

(Foto: Alvaro Botiva, 2007 )

San Mateo, Soacha. Lider de una comunidad que se

autoreconoce como indígena realiza un

ritual frente a una roca minutos antes

de ser abordado por el celador del

predio que le exige retirarse.

Fuente: http://www.youtube.com/watch

?v=mfvj928r3OU

Parque Ecológico La Poma: En estos predios se lleva a cabo el programa de reforestación Hojas

Verdes de la Cámara de Comercio de Bogotá, el cual consiste en la siembra de árboles a nombre

de seres queridos que han fallecido. En medio de este terreno se encuentran varios abrigos

rocosos con pintura precolombina. Hoy día el lugar es frecuentado por los deudos para hacer

visita y mantenimiento a los arbolitos, pero no sólo los riegan y podan sus hojas, sino que

también han empezado a decorarlos con diversos elementos alusivos a sus difuntos, en especial a

los infantes (muñecos de peluche, cintas de colores, juguetes), y están pintando de blanco los

muros de los abrigos rocosos a manera de lápidas (ver foto anexa). Además del tema

medioambiental no se ha manifestado un interés decidido por parte de quienes manejan el parque

por integrar las pinturas y abrigos rupestres a los contenidos pedagógicos y turísticos del parque

para de esta manera propiciar su valoración y su preservación, la cual además se esta viendo en

riesgo ante el aumento de grafitis sobre las paredes rocosas.

Page 7: Arqueologia sabana de bogota

Parque ecológico La Poma, Soacha. Vista panoramica de los abrigos rocosos.

D.M.C, 2010

Parque ecológico La

Poma, Soacha.

Algunas paredes de las

rocas del lugar han sido

pintadas de blanco por

los familiares de los

muertos a quienes se han

dedicado la siembra de

los árboles.

D.M.C, 2010

Parque ecológico La Poma,

Soacha. Diversos elementos decoran

un árbol dedicado a un niño

fallecido. D.M.C, 2010

Abrigos rocosos del Tequendama: Un grupo heterogéneo de personas, miembros de una

comunidad urbana autoreconocida como indígena (o en vías de reetnización) visitan los abrigos

con la intención de realizar un rito de apropiación del territorio ancestral. Se pintan sus rostros

con los mismos motivos gráficos de las pinturas rupestres del lugar. (Ver video

en: http://www.youtube.com/watch?v=JxWajrLUKhI&NR= )

Page 8: Arqueologia sabana de bogota

Abrigos rocosos del Tequendama, Soacha. Localizados

muy cerca al peaje de la vía a Girardot.

Abrigos rocosos del Tequendama,

Soacha.Comunidad “neo-muisca” reproduce en sus

rostros motivos rupestres de las rocas del lugar.

Fuente: http://www.youtube.com/watch?v=JxWajrLU

KhI&NR=

Piedras de Usca, Mosquera: La ampliación urbana de la sabana de Bogotá demanda materia

prima para la construcción. Una extensa área de terrenos de pobre vocación agrícola, pero con

rico historial de vestigios arqueológicos esta siendo explotada como cantera. En la vertiente sur

de la Laguna de La Herrera el antaño paisaje sub-xerofítico y lacustre es hoy día un parque

minero e industrial del que sólo sobrevive una pequeña lengua de terreno que a manera de isla

espacio-temporal y relicto natural, aun cobija varias rocas y abrigos con pintura rupestre indígena

(ver foto).

Page 9: Arqueologia sabana de bogota

Rocas de Usca, Mosquera. Localización de la

pequeña área rodeada de canteras que, a manera de

relicto natural, aún conserva algunas rocas con

pintura rupestre.

Foto base, Google Earth, 2010

Rocas de Usca, Mosquera. Vista

panorámica de la zona hacia el

humedal de La Herrera, hoy día

densamente transitado por

transporte pesado.

D.M.C, 2008

Rocas de Usca, Mosquera. Mural con pinturas

rupestres precolombinas.

D.M.C, 2008

Chivonegro, Bojacá: En medio de un paraje sub-xerofítico desolado se encuentran grandes

bloques y abrigos rocosos que han sido signados con pinturas rupestres precolombinas. Hoy día,

en los terrenos propiedad del municipio se están llevando a cabo adecuaciones para transformar

el sitio (que llaman Parque temático-arqueológico Piedras de Chivonegro) en un aula ambiental

gracias a un convenio con la CAR. A pesar de representar un sitio de interés cultural y turístico

(del que las recientes administraciones municipales han echado mano como símbolo de

identidad), no se contó con el permiso del ICANH para realizar las obras de adecuación del aula

(apertura de sendero y quiosco) como exigencia de los planes de manejo ambiental en terrenos

con potencial arqueológico; y sus pinturas rupestres están completamente abandonadas y siendo

presa del graffiti y de la realización de fogatas. Además del medioambiental no hay un interés

decidido por parte de quienes manejan el predio en integrar a un discurso pedagógico las pinturas

rupestres. Se tienen datos recientes de la realización de cultos esotéricos en que se utilizaron

restos humanos, además el lugar suele ser escenario de “paseos de olla” de fin de semana y de la

filmación de comerciales y series de televisión.

Bojacá. Vista panorámica del sector que se está adecuando para visitas,

como parte de un Aula Ambiental. D.M.C. 2010

Bojacá. Valla que promueve la visita al

“Parque Temático-arqueológico piedras de

Chivonegro”. D.M.C. 2008

Bojacá. Pintura rupestre.

D.M.C. 2010

La Chaguya, Zipacón: Un pequeño grupo de abrigos y pinturas rupestres se ha conservado a

pesar de las obras de ingeniería que representaron la construcción del ferrocarril a comienzos del

s. XX y de la carretera (década de 1950). En la actualidad algunos habitantes de la zona dan

Page 10: Arqueologia sabana de bogota

razón de tradiciones de sus mayores sobre la posible fórmula de preparación de los pigmentos y

quiénes fueron sus autores. Don Felipe Alarcón de 76 años habitante de toda la vida de la zona

declara con orgullo que “estas piedras son patrimonio nacional”(comunicación personal, 2010).

La Chaguya, Zipacón. Grupo de rocas con pinturas rupestres.

D.M.C., 2010.

La Chaguya, Zipacón.Habitante de la zona junto a una

piedra con arte rupestre.

D.M.C., 2010.

Parque arqueológico de Facatativá: Un grupo de personas liderados por Sigifredo Niño (Suaga

Gua), quien se declara chyquy de la Nación Muisca de Bacatá (un cabildo indígena no reconocido

legalmente como tal), realizan una ceremonia o “limpia de tabaco” frente a una roca con pinturas

rupestres por mandato de los “abuelos” o espíritus ancestrales utilizando tabaco y chicha (ver video

en http://www.youtube.com/watch?v=ZFA_lbY2zsA). Declaran que este lugar es como su “universidad”

pues lo consideran un lugar idóneo para adquirir conocimiento y para realizar ritos de paso o

consagración (Boletín OPCA, 2009). En algunos lugares del parque es posible encontrar rastros

de ofrendas y evidencias de cultos esotéricos. Un grupo denominado “La Hermandad de la mano

roja” realiza ceremonias especiales por medio del enterramiento de cristales de cuarzo (Grupo

Rahma, 2007). En una cueva del parque se observan ofrendas florales y rastros de velas y tabacos

a manera de altar. El lugar, además de ser frecuentado por turistas o estudiantes de colegios y

universidades, también es sitio de peregrinación de mamos de la Sierra Nevada de Santa Marta

quienes lo consideran un “sitio de poder”, especial para hacer pagamentos de “gobierno” (María

Paula Álvarez, comunicación personal, 2005).

Page 11: Arqueologia sabana de bogota

Facatativá. Lider

“neomuisca” realizando un ritual frente

a una roca con arte

rupestre. http://www.youtube.com/watch

?v=ZFA_lbY2zsA

Facatativá. Grupo de indígenas de

la Sierra Nevada de Santa Marta

realizan pagamento y mambean

sobre una de las rocas del parque.

Fuente: http://www.youtube.com/

watch?v=IQjscRuOqnY&feature=

related

Facatativá. Grupo de estudiantes

universitarios durante una visita

académica. D.M.C. 2009

Los anteriores ejemplos dejan entrever las múltiples situaciones a las que se están viendo

abocados los sitios rupestres de la región. Situaciones generadas por diversas dinámicas sociales,

económicas y culturales propias de un territorio en proceso de expansión urbana y dinamizadas

por diversos agentes, grupos o comunidades que con base en muy diversas percepciones se

relacionan con estos lugares que, de manera muchas veces desprevenida (o “automática”), se

suelen considerar como patrimonio cultural.

Dinámicas y agentes

Entre las dinámicas advertidas y agentes identificados que confluyen, afectan o influencian estos

sitios rupestres se pueden enumerar:

Resignificación y apropiación de los sitios rupestres (y del territorio que significan) como

lugares de identidad y reafirmación de pertenencia a comunidades específicas. Hay una

tendencia reciente de grupos urbanos que se están autoreconociendo como indígenas (p.e.La

Nación Muisca Chibcha de Bacatá o el Cabildo Pijao Diosa Dulima para los casos de los sitios

rupestres de Facatativá, Tequendama y Soacha), y que pretenden alcanzar el mismo estatus de

reconocimiento de otros grupos étnicos, con sus derechos y privilegios, amparados en la figura

constitucional que a partir de 1991 define a la Nación colombiana como pluricultural y

multiétnica; lo cual ha venido siendo interpretado o parece estar estimulando una suerte de

“invención de comunidades” (parafraseando a Hobsbawn, 1999) como estrategia para acceder, de

acuerdo a sus lineamientos filosóficos, al control “simbólico” de territorios. Aunque estas

Page 12: Arqueologia sabana de bogota

intenciones no siempre son del todo “espirituales”, toda vez que, además de prácticas esotéricas y

realización de rituales diversos en los sitios rupestres, también participan en la promoción de

paquetes turísticos para visitar estos lugares con diversos propósitos terapeútico-espirituales en lo

que se está denominando como Etno-turismo(1).

1. Mediante un folleto de la agencia de viajes Art Tournnel de Bogotá se promueven “recorridos espirituales chamánicos” a varios sitios rupestres con el fin

de “reencontrarse con la escencia amerindia, y reconciliar los espiritus del territorio.”

Villa de Leyva. En el sitio

arqueológico del Infiernito se

realiza una ceremonia esotérica de

sanación.

Fuente: http://www.youtube.com/wat

ch?

v=vQ0vRzcpMoo&feature=related

Facatativá. Vestigios de ofrendas

florales, tabaco y fragmentos de

ollas de barro en una cueva del

parque. D.M.C. 2009

Facatativá. Grupo de personas

realizando un ritual frente a una roca

con arte

rupestre.http://www.youtube.com/watc

h?v=ZFA_lbY2zsA

Las calidades de los motivos rupestres como símbolos identitarios no solo se evidencian en

los eventuales atuendos de estos grupos minoritarios (también denominados “neomuiscas”) sino

como parte de las estrategias de comunicación visual o tema principal o accesorio de algunos

monumentos públicos auspiciados por el sector oficial. En municipios como Soacha, Tenjo,

Sutatausa, Bojacá, Guasca o Sasaima se han utilizado estos diseños en apoyo a la divulgación de

actividades educativas y culturales, campañas de turismo o hacen parte de sus escudos y otros

símbolos oficiales (p.e. en Facactativá y El Colegio). Paradójicamente, los sitios rupestres de

donde han sido copiados estos diseños se encuentran hoy en grave peligro de desaparecer y

carentes de cualquier amparo oficial o privado, abandonados a su suerte o simplemente ignorados

por la gran mayoría de la población; la misma que sin embargo los reproduce o reconoce como

símbolos de su identidad.

Page 13: Arqueologia sabana de bogota

Tenjo. Monumento al arte rupestre del municipio

Sutatausa. Poste de luz pintado con

motivos del arte rupestre de la región

D.M.C. 2007

Sasaima. Pintura mural en el colegio

departamental alusiva al arte rupestre del

municipio y el departamento. Se titula “La

cara rupestre de Sasaima”. D.M.C. 2010

Guasca. Logotipo de la actual

administración municipal. Se resaltan

los petroglifos como atractivo

turísitico y símbolo de

identidad. Fuente:http://guasca-

cundinamarca.gov.co/index.shtml

Facatativá. Escudo del Municipio con

los abrigos rocosos del Parque

Arqueológico.

Bojacá. Símbolo de la Coodinación de

Cultura “Moxaca” de la Secretaría de

desarrollo social.

Page 14: Arqueologia sabana de bogota

Soacha. Pintura rupestre

precolombina. Piedra conocida como

“El Dios Sua”. A. Botiva,

2000.Resalte digital de pigmentos de

D.M.C., 2009

Soacha. Motivo del “El Dios Sua” en

una cenefa de madera en la Casa de

la Cultura en Soacha.

Soacha. Motivo del “El Dios

Sua” en una pintura de la Casa

de la Cultura en Soacha.

Los sitios rupestres como recurso de explotación minera. Las piedras pintadas de Soacha y

Mosquera afloran en medio o muy cerca de terrenos que, debido a su baja fertilidad y por

configurarse en pendientes, están siendo explotados como canteras. Se sabe de muchas rocas con

arte rupestre que han sido dinamitadas; sin embargo aún se conservan algunas como testigos

mudos de la transformación radical del paisaje producto de la extracción minera, cuyos

materiales son utilizados principalmente en la construcción, aunque a un nivel rural se explota o

explotaba la piedra también para postes de cercas, muros divisorios o marcadores de linderos

entre otros. Estos terrenos suelen estar delimitados por cercas y ser celosamente custodiados lo

que impide el acceso público al lugar. Un caso excepcional lo constituye una piedra en terrenos

de la cantera de la Hacienda El Vínculo donde se acondicionaron las piedras pintadas para su

visita y conocimiento público (ver foto).

Page 15: Arqueologia sabana de bogota

Soacha, piedra El Vínculo. A pesar de funcionar

una cantera en el lugar, la empresa extractora

realizó algunas adecuaciones para facilitar su

visita pública. Foto Álvaro Botiva, 2008

San Mateo, Soacha. Localización de la pequeña área que a

manera de relicto natural aún conserva algunas rocas con

pintura rupestre.

Foto base, Google Earth, 2010

La guaquería o búsqueda de tesoros. En todos los sitios rupestres de esta región se advierten

evidencias de excavación en los terrenos aledaños a las piedras o inclusive de explotación con

dinamita en sectores de ellas. Los casos de la Piedra del Indio en Ciudad Bolívar o algunas rocas

en Zipacón son un claro ejemplo de que esta explotación se hizo no con el propósito de extraer

materia prima sino con el de buscar el “tesoro” en su interior. Esta práctica mas que considerarse

“vandálica” es un síntoma de lo que culturalmente han significado estos lugares para un sector de

las comunidades rurales, esto es que persiste la creencia de que los sitios rupestres son indicación

de tesoros o guacas.

Page 16: Arqueologia sabana de bogota

Zipacón. Sitio rupestre con evidencia de haber sido “volada” y con profundas

excavaciones en su base. D.M.C, 2010

Objetos de investigación académica y científica. Si bien, muchos de estos sitios han sido

reportados en numerosos informes de investigación y trabajos académicos, no existe un

inventario oficial que de cuenta de la verdadera cantidad de sitios o rocas pintadas. Aunque la

investigación arqueológica ha sido desde donde más se ha abordado su estudio, a la fecha no se

ha realizado ningún proyecto donde el objetivo principal sea la contextualización del arte

rupestre. De esta manera el arte rupestre sigue siendo un elemento esquivo como objeto

arqueológico, que poco o nada ha aportado a la reconstrucción del pasado precolombino desde el

lenguaje de esta disciplina. Los investigadores han realizado excavaciones y documentado las

pinturas con diversos métodos, algunos de ellos invasivos como la aplicación de agua para el

resalte de los pigmentos o la numeración de las piedras con pinturas industriales.

Page 17: Arqueologia sabana de bogota

Facatativá.Diversas labores de campo y laboratorio en torno a la investigación del arte rupestre. D.M.C, 2005

Patrimonio cultural público vs. Propiedad privada. La mayoría de los sitios rupestres se

encuentran en terrenos de propiedad privada. Esto implica una dualidad en lo que respecta al

concepto que de patrimonio arqueológico se tiene en el país, el cual se considera inalienable,

imprescriptible e inembargable (artículo 63 Constitución Política de Colombia), es decir que de

alguna manera pertenece a toda la Nación en general y a nadie en particular, y del que se afirma

que todo colombiano tiene derecho a su conocimiento y disfrute; sin embargo este concepto se

hace inoperante ante la imposibilidad de acceder a una propiedad privada sin el debido

consentimiento de su propietario, el cual en muchos casos es reacio a permitir el acceso hasta la

piedra.

Page 18: Arqueologia sabana de bogota

Chía. La Piedra de Fusca se encuentra en actuales predios de una urbanizadora que impide el acceso público al lugar. D.M.C, 2006. Foto aérea

base Google Earth, 2006

Relictos naturales o baluartes de resistencia ecológica. Las rocas que poseen arte rupestre se

han conservado en el mismo lugar donde fueron signadas. A pesar de los drásticos cambios en el

paisaje (tala de bosques, adecuación para cultivos, obras de infraestructura e ingeniería y

urbanización), su pervivencia en el presente los erige como sitios que han conservado parte de su

configuración medioambiental “original”, es decir, que se pueden interpretan como relictos

naturales que hay que conservar y que incluso se pueden constituir en baluartes de resistencia

ecológica ante el avance de la expansión urbana de la región. Estos casos se evidencian en Usme,

Ciudad Bolívar, Mosquera, Soacha y Facatativá donde se pueden apreciar los cinturones urbanos

generando un cerco a estos sitios. En este sentido diversos sectores de la comunidad (vigias de

patrimonio, ONGs medioambientales, entidades territoriales o incluso los grupos “neomuiscas”),

llevan a cabo labores de concientización para que estos sitios se conserven.

Page 19: Arqueologia sabana de bogota

Soacha. Grupo de vigias del patrimonio y comunidad en general

participa en labores de limpieza del sitio rupestre de San Mateo.

Foto : Mileniya Hueva ,grupo de Vigias del Patromonio de Soacha

(Facebook),2010

Sitios considerados “Patrimonio Cultural”. Independiente de las múltiples consideraciones

académicas en torno a lo que significa o puede considerarse como Patrimonio Cultural, el

concepto, o por lo menos el término está siendo asociado de manera recurrente a los sitios

rupestres de la zona. Podría sorprender el hecho de que un campesino de un paraje rural en

Zipacón afirme que las piedras en su predio son “patrimonio de la nación”, o que las

comunidades “neomuiscas” consideren entre sus objetivos “visibilizar, resignificar, proteger,

restaurar, revitalizar nuestro patrimonio cultural, natural y territorial” (Boletín OPCA,2009).

“{…} los pictogramas para nosotros son ordenanzas, bibliotecas vivientes a la espera de ser

despertadas por su comunidad, por los sabedores de la nación. En eso estamos trabajando

nosotros y amerita que el Estado y las instituciones protectoras del patrimonio sean más

reflexivas y consecuentes con el cuidado de esos recursos que están allí y que son un patrimonio

de la humanidad”.(Rodrigo Niño en Boletín Opca, 2009)

Otra evidencia, paradójica por demás, son los letreros que un investigador (según Juan Carlos

Rodríguez, Comunicación personal, 2010) plasmó con pintura industrial junto a las mismas

pinturas rupestres precolombinas en Soacha y que reza: Patrimonio cultural: no dañar (ver foto

que encabeza este artículo).

Page 20: Arqueologia sabana de bogota

Facataivá. Un grupo de estudiantes universitarios visita el Parque

Arqueológico,cuyo arte rupestre está declarado como Bien de Interes Cultural y

Patrimonio arqueológico y cultural de la Nación. D.M.C , 2009

Podría considerarse que el discurso que históricamente ha venido manejando la oficialidad en

torno al patrimonio cultural, ha calado profundo en las comunidades hasta el punto de

considerarse que los sitios rupestres son en sí mismos y como un “hecho natural” objetos o

lugares de significación social y cultural que pueden ser legitimados bajo el membrete de

“patrimonio cultural”. O en otro modo, que son significativos no por sus cualidades intrínsecas

(estéticas, históricas, naturales o científicas) o por sus valores asociados (de uso, material,

simbólico, emotivo, social, etc.) sino por que existe una categoría oficial, legitimada por un orden

jurídico que los declara “patrimonio cultural”.

Desde este punto de vista, el discurso que ha configurado la historia oficial, y que ha echado

mano de situaciones, objetos o lugares (considerados “patrimonio cultural”) como instrumentos

para su legitimación y como estrategia de control social, está tomando un giro en el sentido de

que hoy día son diversas comunidades las que por medio del discurso patrimonial (auspiciado y

promovido desde la oficialidad) buscan reivindicar sus propias maneras de control territorial

mediante la apropiación (simbólica o de facto) de estos sitios rupestres, contradiciendo en

algunos casos las mismas políticas emanadas desde el poder hegemónico. Por ejemplo: la

resistencia a la expansión de zonas de explotación minera, la intención de promover versiones de

la historia alternativas a la historia oficial (resignificaciones del arte rupestre alternativas de las

versiones de la Academia) o la intención de utilizar estos sitios para su aprovechamiento turístico

o escenario de prácticas esotéricas (lo que por ejemplo en Facatativá esta generando disensiones

entre las comunidad), etc.

Page 21: Arqueologia sabana de bogota

La consideración de los sitios rupestres como patrimonio cultural, en el sentido oficial del

término, parte de la necesidad de conservar estos lugares como evidencia de una versión del

pasado que ha sido construida desde los intereses hegemónicos, ejemplificado en la configuración

de una nación mestiza (Therrien, s.f) cuyo pasado indígena ha sido visibilizado y revalorizado

gracias al descubrimiento de sus obras materiales (consideradas como verdaderos “reliquias” o

“monumentos”) y de los procesos inferidos del análisis de sus vestigios materiales (p.e. desde la

arqueología); pero al mismo tiempo invisibilizando la condición del indígena actual o las

versiones de comunidades que se reconocen como tales (independiente de su reconocimiento

legal).

A partir de la Constitución del 1991, lo pluri(multi)cultural y multi(pluri)étnico abrió las puertas

(¿o la caja de Pandora?) para la construcción de un país diverso, ya no homogeneizado bajo la

categoría de mestizo, sino como la suma de una gran variedad de procesos y grupos que

confluyen en un mismo territorio; esto implica que a mediano o largo plazo, el considerado

“patrimonio cultural” empiece también a ser tan diverso e insospechado que termine

“compitiendo” con lo ya establecido o poniendo “en riesgo” la conservación de sitios o

manifestaciones que desde lo hegemónico tenían algún sentido y significado, pero que a la luz de

las nuevas (o en vías de reivindicación) versiones y visiones se terminen abandonando o

destruyendo. Un ejemplo de esto lo constituye el caso de las pinturas republicanas del parque de

Facatativá que en su momento (incios del s. XX) fueron plasmadas para conmemorar y honrar a

cierto héroes (Santander) y personajes de la política (Uribe Uribe, Murillo Toro, etc) que

representaban el poder hegemónico de la época y que fueron pintadas sobre pinturas rupestres

precolombinas; sin embargo, a la luz de las nuevas resignificaciones de los sitios rupestres,

algunos sectores abogan por la eliminicación de dichos retratos con el fin de resaltar el valor de lo

indígena rupestre.

Page 22: Arqueologia sabana de bogota

Facatativá. Mural republicano pintado sobre pictografias

precolombinas.

D.M.C,2009

El verdadero reto aquí es propender por la participación abierta de las diversas comunidades o

versiones de la historia o la memoria que confluyen en estos sitios, pero mediando siempre para

que en los diversos procesos de apropiación no termine afectada la materialidad que les da

sentido, esto es las mismas pinturas, las rocas y su entorno y contexto paisajístico. Es aquí donde

se debe priorizar que la labor de la gestión patrimonial en torno a los sitios rupestres debe

encausarse hacia la conservación de los sitios, pero no como la simple y “automática” aplicación

de métodos y herramientas técnicas que eviten su deterioro, sino como objetivo que entre sus

estrategias metodológicas busque identificar las múltiples dinámicas sociales, económicas y

culturales y mediar entre los diversos agentes (individuos, grupos, comunidades o instituciones)

que confluyen en los sitios y que son en últimas los verdaderos responsables de su valoración y

protección, más allá de lo que el discurso académico u oficial o su aparato normativo pueda llegar

a formular.

Políticas culturales y arte rupestre en Colombia

Desde el ámbito legislativo se considera que el arte rupestre hace parte del Patrimonio Cultural de

la Nación en general y del Arqueológico en particular, puesto que son “vestigios de la actividad

humana”:

“El patrimonio arqueológico comprende aquellos vestigios producto de la actividad humana y

Page 23: Arqueologia sabana de bogota

aquellos restos orgánicos e inorgánicos que, mediante los métodos y técnicas propios de la

arqueología y otras ciencias afines, permiten reconstruir y dar a conocer los orígenes y las

trayectorias socioculturales pasadas y garantizan su conservación y restauración” (Ley 1185 de

2008, Artículo 6°)

De acuerdo a esta Ley la competencia sobre el patrimonio arqueológico recae en el Instituto

Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) y se destaca que su propiedad es exclusiva del

Estado de conformidad con los artículos 63 y 72 de la Constitución Política que consagra que los

bienes del patrimonio arqueológico pertenecen a la Nación y son inalienables, imprescriptibles e

inembargables.

Como parte de las políticas para el manejo y preservación del patrimonio cultural la Dirección de

Patrimonio del Ministerio de Cultura encausa su gestión a través de 4 líneas líneas de acción

(Ministerio de Cultura, 2010):

Conocimiento y valoración del patrimonio cultural (Programa de Inventario y Registro del

Patrimonio Cultural Colombiano y Programa de Declaratorias de Bienes de Interés Cultural),

Formación y divulgación de patrimonio cultural (Bitácora del Patrimonio Cultural y Natural,

Programa Vigias del Patrimonio, Escuelas -Taller de Oficios Tradicionales), conservación,

salvaguardia, protección, recuperación y sostenibilidad del patrimonio cultural (Intervención de

bienes de interés cultural, Campaña Nacional contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales, Plan

Nacional de Recuperación de Centros Históricos) y fortalecimiento institucional (articulación

territorial a partir de Secretarías de cultura departamentales, distritales y municipales, Consejos

departamentales y distritales de Patrimonio cultural, Nodos regionales del Programa Vigias del

Patrimonio y las Escuelas-Taller de Oficios Tradicionales).

A pesar de todo el marco normativo y estratégico emanado de las políticas culturales (Ministerio

de Cultura, 2010) que propenden por proteger, acrecentar y divulgar el patrimonio cultural de la

Nación (Castellanos, 2006), el arte rupestre sigue estando expuesto a las múltiples dinámicas y

agentes (como los arriba identificados) que como hechos o problemáticas reales desbordan la

injerencia de cualquier ley o política plasmada en el papel. Por tal razón se hace necesario

proponer vías de acción tendientes al reconocimiento y diagnóstico del estado actual de los sitios

rupestres y a la apropiación social de este patrimonio como principal estrategia para hacer posible

la interacción entre las múltiples versiones y visiones de entidades oficiales, comunidades

científicas (o académicas) y comunidades locales que como agentes sociales activos son quienes

le confieren valor y sentido actual a estas manifestaciones:

“[...] el efectivo rescate del patrimonio incluye su apropiación colectiva y democrática, o sea:

crear condiciones materiales y simbólicas para que todas las clases puedan compartirlo y

encontrarlo significativo. [De esta manera] convertir lo que es significativamente importante

para la comunidad en patrimonialmente relevante, consitituye una estrategia espontánea y eficaz

Page 24: Arqueologia sabana de bogota

de preservación” (García Canclini, 1999).

Con el propósito de facilitar el encuentro entre el Estado y las diversas comunidades para la

contrucción de un visión incluyente del Patrimonio cultural de la Nación, desde la politica

pública el Ministerio de Cultura (2010) se han propuesto tres campos de acción:

Participación (Conformación de grupos voluntarios, Creación de espacios de participación

comunitaria), Educación (Realización de jornadas comunitarias y/o pedagógicas, Formación o

capacitación en centros educativos, Producción de materiales pedagógicos), e Información

(Elaboración de materiales de divulgación, Elaboración de planes de sensibilización, protección y

salvaguarda).

En torno a estas políticas las comundades académicas (que generan discursos científicos) y

locales (tradición oral y saberes) pueden aportar los contenidos de sus múltiples versiones para

mediante estrategias educativas y de divulgación ir propiciando elementos de significación que

redunden en una valoración positiva y fomenten el sentido de apropiación de los sitios rupestres,

los cuales, dada su calidad de “cronotopos”(2)pueden aportar al conocimiento o construcción del

pasado (historias / memorias locales) y a la configuración o caracterización identitaria de

comunidades y territorialidades particulares.

2, Cronotopo, del griego: kronos = tiempo y topos =espacio, lugar. Tomado aquí como “poderosos comprimidos o síntesis espacio-temporales

que contribuyen a fortalecer determinadas territorialidades y memorias oficiales , pero también a la emergencia de contraespacios y memorias

disidentes” (Piazzini, 2008).

Zipacón. Niños de una escuela rural visitan un sitio con arte rupestre como parte de una experiencia de

transmisión de memoria con adultos mayores de la zona (Diego Martínez C. Maestría en Patrimonio Cultural y

Page 25: Arqueologia sabana de bogota

Territorio, Universidad Javeriana). Fotos: D.M.C. 2010 Ver video

en: http://www.youtube.com/watch?v=7oFaTWRUI1w

Consideraciones finales

Los sitios rupestres, por permanecer hoy día en sus lugares de inscripción original, se constituyen

en verdaderos hitos patrimoniales donde confluyen y se articulan memorias/historias,

lugares/territorios y comunidades con tan diversas visiones y versiones que van desde la

invisibilidad o no recocimiento hasta su exaltación como objeto arqueológico o lugar sagrado;

propiciando dinámicas particulares que hay que tener en cuenta por cuanto cada una de ellas

genera algún tipo de significación social. Por tal razón cualquier política de Estado tendiente a su

preservación debe ante todo tener en cuenta el contexto social en que se encuentran inscritos; no

como un mandato impositivo para “exigirle a la sociedad el respecto que merecen” (según lo

expresado por González, 2006 al refererise al patrimonio arqueológico), sino para identificar e

injerir en las dinámicas socio económicas y culturales e intermediar y negociar con los diversos

agentes y comunidades que confluyen en los territorios con miras a la preservación de estos

lugares. La simple y llana “imposición institucional u oficial” del cuidado y preservación de los

sitios rupestres a las comunidades que confluyen en ellos puede derivar en exabruptos tan

patéticos como el caso expuesto del letrero que reza“Patrimonio cultural… no dañar” impreso

en las mismas rocas y muy (demasiado) próximas a las pinturas rupestres precolombinas de San

Mateo en Soacha.

Las instituciones, los gobiernos y sus políticas culturales, las comunidades, o las múltiples

versiones y valoraciones en torno a los sitios rupestres, han pasado y se seguirán transformando y

adecuando a las especiales condiciones de cada tiempo, pero la materialidad de estos vestigios, –

que falsamente parecieran eternos como su soporte pétreo– resulta demasiado frágil ante las

amenazas físicas advertidas pero mucho más ante el verdadero riesgo sobre este patrimonio: la

indiferencia y su olvido. No el olvido de la memoria original de sus artífices (la cual no es

posible recuperar, por lo menos desde una perspectiva positivista) sino la memoria de las

múltiples versiones que ayer y hoy le han otorgado a los sitios rupestres verdadero significado y

sentido social y cultural.

—¿Preguntas, comentarios? escriba a: [email protected]

Cómo citar este artículo:

Martínez Celis, Diego. “Patrimonio cultural: no dañar” Dinámicas y agentes en la

Page 26: Arqueologia sabana de bogota

relación patrimonio, cultura y sociedad. A propósito del arte rupestre de la Sabana de Bogotá En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/pcys.html 2010

Referencias citadas

Art Tournnel. Etno Turismo. Recorridos Espirituales Chamánicos. Plegable (s.f.)

Castellanos, Gonzalo. Régimen Jurídico del Patrimonio arqueológico en Colombia. ICANH,

2003.

García Canclini, Nestor. Los usos sociales del patrimonio cultural. En Encarnación Aguilar

Criado, Patrimonio etnológico: nuevas perspectivas de estudio. Consejería de Cultura, Junta de

Andalucía, Sevilla, 1999.

González, Victor. El Manejo del patrimonio arqueológico en Colombia. En Anuario Turismo y

Sociedad. Universidad Externado de Colombia, 2006.

Grupo Rahma Chapinero I. Salida a las Piedras del Tunjo –Parque Arqueológico de

Facatativá - (manuscrito). 10 de Marzo de 2007.

Hobsbawn, Eric. Inventando traiciones. Traducción del inglés de Pablo Mendez Gallo en

Revista biTARTE no. 18. San Sebastián, agosto de 1999.

MINISTERIO DE CULTURA. Política para promover la apropiación social del patrimonio a

través de la participación comunitaria. En http://www.mincultura.gov.co/?idcategoria=23394.

Consultado en marzo de 2010.

MINISTERIO DE CULTURA. Política para el manejo y la conservación del patrimonio

cultural. En http://www.mincultura.gov.co/?idcategoria=23390 Consultado en marzo de 2010.

OPCA. Observatorio de Patrimonio Cultural y Arqueológico. La re-significación de lo muisca en

Bogotá. Boletín OPCA, No. 1 Universidad de Los Andes. Bogotá, mayo de 2009

Piazzini, Carlo Emilio. Cronotopos, memorias y lugares, una mirada desde los patrimonios. En

Geopolíticas,: espacios de poder y poder de los espacios. Ed. La Carreta - Universidad de

Antioquia, 2008.

Therrien, Monika. El Patrimonio Cultural Inmaterial en Colombia y los dilemas de las Políticas

Culturales. (s.f.).

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