Arqueologia de la_sierra_de_ancash_propu

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ARQUEOLOGIA DE LA SIERRA DE ANCASH BEBEL IBARRA ASENCIOS EDITOR LIMA - PERÚ 2004 PROPUESTAS Y PERSPECTIVAS AUMENTADA Y CORREGIDA SEGUNDA EDICION INSTITUTO CULTURAL RVNA

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ARQUEOLOGIA DELA SIERRA DE

ANCASH

BEBEL IBARRA ASENCIOSEDITOR

LIMA - PERÚ2004

PROPUESTAS Y PERSPECTIVASAUMENTADA Y CORREGIDA

SEGUNDA EDICION

INSTITUTO CULTURAL RVNA

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ARQUEOLOGÍA DE LA SIERRA DE ANCASH:PROPUESTAS Y PERSPECTIVAS

EditorBebel Ibarra AsenciosCorrecionesVirginia Benavides AvendañoDiseño de PortadaBebel Ibarra Asencios

Hecho el depósito legal 1501012003-4918Ley 26905 - Biblioteca Nacional del PerúISBN 9972 - 9694 - 1 - X

Copyright © 2004 Instituto Cultural Rvna. Los Ruiseñores 1007. Lima 36. Perú.Telf: 3760702; Correo Electronico: [email protected]

Impreso en el PerúPrimera Edición 2003Segunda Edición 2004

La portada muestra la laguna de ruirucocha en el distrito de Huachis, un ceramiodel Intermedio Temprano de una colección particular en Chacas

y las chullpas de Marcajirca en el distrito de Cajay

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A mis padres Ricardo y Clorindapor su apoyo en todos

estos años

Al emprendedor pueblo huarino

A mis hermanas Aliz y Jubitzapor su ayuda en mis años

en la universidad

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AGRADECIMIENTOS

Mi agradecimiento a la Municipalidad Provincial de Huari, a los alcaldes: FlorencioAlvarez Márquez, Edwards Vizcarra Zorrilla y Cesar Asencios Villavicencio,quienes apoyaron y apoyan mis investigaciones en esta provincia, de igual formaal Prof. Franco Solis Benites.

A los compañeros Santiago Rivas Panduro, Mario Advíncula y Alvaro Ruiz yMaria Ycela Leyva por sus comentarios a Severine Meunier, Lilyan Soto, HelgaEgarter y Fabio Nascimbeni por su apoyo.

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PROLOGO

INTRODUCCIÓN

CAMBIOS ESTILÍSTICOS Y DESARROLLO CULTURAL EN HUARICOTO:SIERRA NOR-CENTRAL DEL PERÚ

Richard L. BurgerUniversidad de Yale ............................................................................................................... 17

ARQUEOLOGÍA AL NORTE DEL CALLEJÓN DE HUAYLAS:LA GALGADA, TUMSHUKAIKO Y PASHASH

Alberto Bueno MendozaUniversidad Nacional Mayor de San Marcos ................................................................... 51

TEORÍA Y MÉTODOS EN CHAVÍN DE HUÁNTAR

Roberto Bustamante VentoUniversidad Nacional Mayor de San Marcos ....................................................................83

HUARÁS Y RECUAY EN LA SECUENCIA CULTURAL DEL CALLEJÓN DE CONCHUCOS:VALLE DEL MOSNA

Hernán Amat OlazábalUniversidad Nacional Mayor de San Marcos .................................................................. 97

IDENTIFICANDO EL ÁREA DE DOMINIO RECUAY: UN EXTENDIDO INVENTARIO

CERÁMICO PARA LA IDENTIFICACIÓN DE ASENTAMIENTOS RECUAY

Steven A. WegnerInstituto Cultural Ancashwain ......................................................................................... 121

EVIDENCIAS RADIOCARBÓNICAS PARA EL ESTUDIO DE LAS

TRANSFORMACIONES CULTURALES EN RECUAY

George F. LauUniversidad de East Anglia – Norwich ........................................................................... 135

CONTENIDO

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TRANSFORMACIONES CULTURALES DURANTE EL INTERMEDIO TEMPRANO EN EL VALLE DE

CHACAS: HACIA EL DESARROLLO DE ASENTAMIENTOS COMPLEJOS EN UNA REGIÓN DE LA SIERRA

NOR-CENTRAL DEL PERÚ.Carolina OrsiniUniversidad de Bologna ................................................................................................... 161

WAULLAC Y EL INTERMEDIO TEMPRANO EN EL CALLEJÓN DE HUAYLAS

Lilyan Soto VerdeUniversidad Nacional Mayor de San Marcos ................................................................ 175

HONCO PAMPA: ARQUITECTURA DE ÉLITE DEL HORIZONTE MEDIO EN EL CALLEJÓN DE

HUAYLAS

Hartmut TschaunerUniversidad de Harvard .................................................................................................. 193

PATRONES DE ASENTAMIENTO Y CAMBIOS EN LAS ESTRATEGIAS DE OCUPACIÓN

EN LA CUENCA SUR DEL RÍO YANAMAYO. CALLEJÓN DE CONCHUCOS

Alexander Herrera WassilowskyUniversidad de Cambridge ............................................................................................... 221

ARQUEOLOGÍA DEL VALLE DEL PUCHCA: ECONOMÍA, COSMOVISIÓN Y SECUENCIA ESTILÍSTICA

Bebel Ibarra AsenciosInstituto Cultural Rvna ..................................................................................................... 251

SITIOS ARQUEOLÓGICOS EN LOS DISTRITOS DE CHAVÍN, HUÁNTAR Y SAN MARCOS

Wilhelm DiesslSociedad Austriaca de Investigaciones sobre América Latina ........................................ 331

EXPLORACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA CUENCA ALTA DEL RÍO SANTA

Angélica AlcaldeUniversidad Nacional Mayor de San Marcos ................................................................ 371

ANTIGUAS OCUPACIONES HUMANAS EN CUSPÓN: PROVINCIA DE BOLOGNESI

Arturo Ruiz Estrada .............. ........................................................................................ 405Universidad Nacional Mayor de San Marcos

CERRO CASTILLO: UN ASENTAMIENTO DEL INTERMEDIO TARDÍO EN HUARI

Noemí Ortiz Castillo ....................................................................................................... 417Universidad Nacional Mayor de San Marcos

SISTEMA VIAL Y ASENTAMIENTOS INCA EN LA PROVINCIA DE HUARI

Eberth Serrudo TorobeoUniversidad Nacional Mayor de San Marcos ................................................................ 429

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PUEBLO VIEJO: UN CENTRO ADMINISTRATIVO INCA EN EL CALLEJÓN DE HUAYLAS

Henry Tantaleán y Carmen Pérez MaestroUniv. Autónoma de Barcelona – Univ. Complutense ................................................... 445

ESPACIO GEOGRÁFICO Y ORGANIZACIÓN DE LOS GRUPOS ÉTNICOS EN EL

CALLEJÓN DE CONCHUCOS: SIGLOS XVI – XVII.Miguel León GómezUniversidad de Columbia ................................................................................................. 457

EL SITIO DE RAPAYÁN Y SU DIVERSIDAD ARQUITECTÓNICA DURANTE LOS PERIODOS TARDÍOS

Alexis Mantha y Hernando MalcaUniversidad de Montréal - Universidad Nacional de Trujillo ........................................467

BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................................... 489

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El patrimonio Cultural del Perú es igualado solo por pocos países y losantiguos restos de la sierra de Ancash están entre los más impresionantes.Esto fue notado ya en el siglo XIX cuando viajeros como AntonioRaimondi, Charles Wiener y Ernest Middendorf cruzaron valles ymontañas visitando Chavín de Huántar y otros importantes sitios. Laimportancia de la prehistoria de Ancash fue confirmada por losresultados de las exploraciones y excavaciones de Tello en 1919, y luegodesarrollada por él a lo largo de las tres décadas siguientes, en proyectostales como Exploraciones en la cuenca del río Puchka en el Alto Marañónen 1934, Exploraciones y excavaciones en el Callejón de Huaylas en 1939.Es asombroso que después de casi un siglo, la arqueología de la sierra deAncash permanece en un estado relativamente poco desarrollado.

Su lento progreso o desarrollo se ha debido en parte por el tradicionalénfasis en la arqueología de la costa peruana. Esta inclinación establecidapor Max Uhle y seguida pro las siguientes generaciones de arqueólogosvenidos de Lima, Trujillo, Berkeley, Cambrigde y otros lugares; reflejode la orientación costeña en el Perú Contemporáneo es el incrementodel poder político y económico que es concentrado en la capital y en lasgrandes ciudades costeras. Después de la muerte de Tello las dificultadesprácticas para llevar a cabo proyectos en la sierra han tenido un fuerteimpacto en el desarrollo de estos. No obstante esos obstáculos empezarona ser superados durante los 60’ y 70’ en la sierra de Ancash por lasinvestigaciones de Amat, Vescelius, Lynch entre otros.Desafortunadamente esta tendencia fue interrumpida por la inestabilidadpolítica y enfrentamientos civiles de la década del 80 e inicios de los 90’.

PROLOGO

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Solo con la restauración de la paz en el interior el país las investigacionesse han incrementado gradualmente y la última década ha sido buenapara el desarrollo de nuevos proyectos, tanto por veteranos y jóvenesarqueólogos de campo.

La presente publicación bajo la edición de Bebel Ibarra, ahora ya en unasegunda edición, representa un importante paso para el desarrollo deun nuevo entendimiento arqueológico de la prehistoria de Ancash. Unpunto importante de esta publicación es de brindarnos de una maneraconjunta los trabajos de varias generaciones de arqueólogos tantoperuanos como extranjeros. Esto incluye las contribuciones de profesorespioneros como Hernán Amat, Arturo Ruiz y Alberto Bueno, quienesestuvieron conduciendo investigaciones ya en las décadas de los 60’ y70’. Hay también trabajos como los de Steven Wegner, que se realizarona finales de los 70’ pero que no fueron publicados por la interrupción delas investigaciones debido a la inestabilidad política de la época. Lo másexcitante es: todos los artículos publicados por jóvenes investigadores,quienes llevaron a cabo investigaciones a lo largo de la última década.Estas investigaciones formaron parte de trabajos de tesis, informes derecursos culturales o de proyectos del gobierno. Es notable que muchasde las recientes investigaciones están relacionados con la carrera dearqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Amplias regiones han sido cubiertas en esta publicación, los trabajos deBueno, Soto, Burger, Tantalean y Pérez, Alcalde y Tschauner tratan sobreel Callejón de Huaylas, mientras que Amat, Ibarra, Diessl, Ortiz y Serrudose concentran en la cuenca del Mosna-Pushca. Herrera discute sobre lacuenca del Yanamayo, y Ruiz sobre las partes altas del valle del ríoPativilca. El rango de tiempo abarcado en esta publicación es excepcional,Bueno trata sobre el Precerámico, Burger y Diessl se centran en elFormativo (Período Inicial y Horizonte Temprano), y muchos artículosincluyendo Orsini y Amat están focalizados en el Período IntermedioTemprano - Cultura Recuay (Amat, Orsini y Soto). La publicacióntambién contiene trabajos sobre el poco conocido Horizonte Medio (Lauy Tschauner), el Período Intermedio Tardío (Ortiz) y el Horizonte Tardío(Serrudo, Tantalean y Pérez y León).

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La diversidad y el rango de los artículos del mismo modo se extienden alas fuentes de la evidencia. Las Técnicas de campo utilizadas varíandesde prospecciones, como las empleadas por Herrera e Ibarra, hastalas excavaciones intensivas, como las de Bueno y Lau. El trabajo de MiguelLeón de gran interés para los arqueólogos está basado en datosprovenientes en mayor parte de documentos históricos.

La diversidad de trabajos hacen posible tener una amplia compresiónde la visión de la arqueología de la sierra de Ancash. La historiaprehispánica revela ser una hazaña cultural, cambios radicales en laeconomía y organización política y cambios en las relaciones con suvecinos de la región. Ibarra y sus colegas están poniendo las bases parainvestigaciones futuras en esta zona aún desconocida. A juzgar por estevolumen el nuevo milenio promete ser la edad de oro de la arqueologíaen la sierra de Ancash.

Richard L. BurgerYale University

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INTRODUCCION

A partir de la última década la región de Ancash a sido objeto de numerosasinvestigaciones arqueológicas, que aún continúan; la gran cantidad de sitiosregistrados hasta la fecha, afirman que este territorio es una de las regionesmás densas en cuanto a sitios arqueológicos, sitios que se extienden por lasdiversas épocas o períodos del desarrollo prehispánico.

La primera edición de este libro fue un gran aporte para la arqueologíaperuana, razón por la cual, en esta oportunidad hacemos llegar al lectoresta segunda edición ampliada y corregida, esperando seguir avanzandohacia nuestro propósito de ampliar el conocimiento de nuestro pasado, conel cual lograremos el desarrollo de nuestra identidad y la protección delpatrimonio cultural.

Es a partir del siglo XIX que se señala la importancia de la región de Ancash,acrecentándose los trabajos científicos en los años posteriores (siglo XX ylos del presente siglo), surgiendo más preguntas que respuestas sobreaspectos que en algún momento se daban por resueltos tácitamente.

Iniciamos con el período precerámico donde los trabajos de Grieder y Buenoen el sitio de La Galgada, aportaron valiosos datos sobre la tradiciónreligiosa de fogones con ventilación, los cuales se halla además en otrossitios, como Huaricoto, Kotosh y Piruro, siendo una incógnita aún el ordendel desplazamiento de esta tradición, por un lado (Bueno en este volumenpp 67) señala que a esta tradición se inicia en La Galgada y luego se desplazahacia otros lugares, cuyos fechados son casi contemporáneos, teniéndoselas fechas Tx – 2463: 2,260 +/- 187 20 a.C. para La Galgada (Bueno 1981: 53)y la fecha GaK-766b 1950 +/- 100 para Kotosh (Onuki 1994: 74), mientrasque para Piruro se tiene un fechado de 2500 a.C. sin identificación (Bonnieret al 1985: 100). Si tenemos en cuenta que todos los fechados están sincalibrar, deja un margen muy estrecho para asumir desplazamientos, enespecial en épocas tan tempranas. Como resultado los problemas de fechadosse convertirán en un tema de debate en los próximos años, con los nuevosmétodos de calibración de los mismos.

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12 Introducción

Los trabajos que actualmente lleva a cabo Bueno en el monumental sitio deTunshucaiko, cuya cronología se remontaría entre los 2550 – 1600 a.C.esperamos puedan dar a conocer las similitudes entre este sitio y La Galgadapara esta época. Esperaremos hallar un pozo con fogón central enTunshucaiko o simplemente las huellas de incineraciones de ofrendas?; talcomo sucedió para Huricoto, donde la tradición religiosa no se interrumpiódurante unos 2000 años, inclusive en la época Chavín (Burger en este volumenpp. 49). En el trabajo de Burger vemos que la cerámica aparece en la sierrade Ancash hacia los 1800 a.C. con el estilo Toril, fragmentos de este estilohan sido reportados en la región de Conchucos en el sitio de Huarijircan enHuari (Amat 1974: 89, 124).

En el Formativo Medio u Horizonte Temprano, período que corresponde aChavín, las secuencias estilísticas obtenidas (Burger 1998, Lumbreras 1989,1993), provienen del Templo de Chavín y sus alrededores, nuestrasprospecciones en las micro cuencas del Huaritambo, Rurichinchay, y Pushka,revelan la casi total ausencia de material netamente Chavín, lo quesignificaría que correlacionar secuencias en una misma mircroregión no esposible. Ya que la secuencia estilística que se maneja, se cumple sólo paraChavín y sus alrededores, pues 10 Km fuera de esa área el panorama esdiferente, es necesario trabajos de secuencia estilística correlacionadas confechados radiocarbónicos para poder establecer secuencias a nivel regionalo micro regional. Más aún con los problemas de cronología que presenta eltemplo de Chavín de Huántar, Rick manifiesta no existir evidencia confiablepara esta cronología (1998:208). En resumen ¿podremos considerar lasecuencia estilística cerámica de Chavín de Huántar como un reflejo en lacuenca del Pushka?.

Las investigaciones sobre el Intermedio Temprano, caracterizado por lapresencia de la Cultura Recuay, ha sido abordado en los últimos años (Lau2000, 2001, Orsini 2001, Gero 1999), llegando a desarrollarse temas sobreiconografía, cosmovisión, manejo de espacios, entre otros. Acerca de lacronología Wegner manifiesta que hay dificultad de inferir diferenciastemporales dentro del estilo Recuay, dado que no existen mayores datosacerca de la procedencia de los contextos funerarios y de excavacionesllevadas a cabo en basurales o sitios de habitación. La mayor parte de laspiezas cerámicas expuestos en los diversos museos provienen de contextosfunerarios, sean excavados como es el caso de Pashash (Grieder 1978) osimplemente reunidas por los pobladores de contextos desconocidos(Wegner 2001: 11).

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13Introducción

En este período numerosos asentamientos han sido registrados tanto parael Callejón de Huaylas (Lau, Alcalde, Soto y Wegner en este volumen) comopara la región de Conchucos (Amat, Orsini, Herrera, Diessl e Ibarra en estevolumen), notándose en el Callejón de Huaylas la existencia deasentamientos fortificados, además de armas líticas (Lau en este volumenpp. 138). Para la región de Conchucos, específicamente en el valle de Chacas,Orisni (en este volumen pp.167), reporta la presencia de asentamientosfortificados en las punas; Herrera (en este volumen pp. 237-238), reportaasentamientos de puna, al parecer no fortificados. Para la cuenca del Pushcalos asentamientos ocupan las laderas, no habiéndose encontrado sitiosfortificados para este período (Ibarra en este volumen pp. 268-271).

Amat menciona la presencia de un sitio fortificado llamado Upayacu muycerca a San Marcos (Amat 1974: 231), pero luego señala el mismo sitio, comoun adoratorio, sin mencionar las características de fortaleza (Amat 1976:198). Nuestra visita al lugar, nos lleva a confirmar que dicho se trataría deun «Adoratorio». Como conclusión vemos que en la región de Conchucos,sólo los asentamientos de puna en la zona de Chacas son fortificados, siendoChacas una de las zona de transito entre Conchucos y Huaylas. Se desconocelas características de los asentamientos para la zona de Pashash.

Un aspecto interesante ha surgido a partir de la Mesa Redonda deArqueología de la Sierra de Ancash (realizada en Cambrigde en 2003) es elestudio de las estructuras funerarias, y una clasificación consensuada de lasmismas. Al margen de la clasificación, lo notable es que desde el IntermedioTemprano al Horizonte Medio, el patrón de soterrados o tumbassemisubterráneas, varia hacia chullpas, desconociendo las características delas tumbas en el Horizonte Temprano, aunque se ha ubicado una tumbaque correspondería a este período, (Herrera, comunicación personal 2003)la cual consiste es una cista de planta rectangular a ovoidal (Herrera, Laney Advincula 2002), y en La Galgada, (Grieder, 1997:112) señala la existenciade tumbas en el montículo norte para el período precerámico.

Por otro lado, la cerámica es un indicador para determinar la extensión deRecuay, la cerámica Recuay se caracteriza por poseer pasta caolinita, condecoración en pintura negativa, cuyos diseños (como los señala Wegnerpp.127 – 133) son mayormente geométricos (rombos, líneas, ondas) y motivosestilizados (Amat pp. 118). Sin embargo, vemos que la cerámica que procedede la parte más oriental del área de Conchucos, (es decir cerca al río Marañón)es diferente, a pesar de la pasta de caolín (Herrera comunicación personal2003, Ibarra ms). Alcalde ( en este volumen pp. 400), plantea la hipótesisacerca de la difusión de la cerámica Recuay, proponiendo que ésta sedifundió desde Pallasca hacia el Callejón de Huaylas al sur, apoyando la

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14Introducción

propuesta anteriormente planteada por Bueno (1989:42). Examinando losfechados existentes para ambos extremos, tenemos en Pashash el fechadoTx-1332, 1610+/- 1700 [243 – 638 d.C. sigma 1] y para Chinchawas el fechadoAA32365, 1710+/-50 [256 – 408 d. C. Sigma 1], lo cual nos indica que dichossitios son contemporáneos; la cerámica Kayán está asociada a la cerámicade estilo Recuay (Lau 2001: 23), mientras que en Pashash corresponde a lasub-fase Quimit de Recuay. Por lo tanto la no es posible que ésta se halladesplazado de norte a sur.

Un período muy discutible es el Horizonte Medio y la Expansión Wari, araíz de la publicación del Coloquio Wari – Tiwanaku (Lima 2002), vemos queel estado de las investigaciones apuntan a reducir cada vez más el área deinfluencia Wari, y afirmar la existencia de Estados independientes. Un sitioasignado a este período es Honcopampa, ubicado en el Callejón de Huaylas,estudiado por Vescelius y Amat en la década de los 60 (Buse 1965),posteriormente excavado por Isbell (1989, 1991) y Tschauner (en estevolumen pp. 193-220). Al respecto, Isbell sostenía que las formas de patiosconcentrados y estructuras en forma de «D» era suficiente indicador comoafiliarlo a Wari, mientras que Tschauner en un análisis de la mampostería, yde las formas arquitectónicas existentes en el sitio, llega a concluir queHoncopampa tiene más diferencias que similitudes con Wari, por ello planteaque este centro sería la sede de un señorío local durante el Horizonte Medioy comienzos del Intermedio Tardío.

En las excavaciones de Isbell (1991) se revela la presencia de cerámica Recuayhecha de caolinita, lo cual nos sugeriría la antigüedad del sitio. Por otrolado Tschauner (en este volumen pp. 218) señala que un rasgo significativode Honcopampa es la presencia de chullpas, las cuales no existen reportesde su presencia en la región de Ayacucho. Lau (2002: 279-304) señala que lapresencia de chullpas, durante el Horizonte Medio en el Callejón de Huaylas,es una demostración del poder de los señores locales frente a la influenciaWari, poder que se va traducido en la representación en algo tan importantecomo el culto a los ancestros -como una manera de inmortalizarlos-.

En la cuenca del Pushka, los asentamientos exclusivamente del HorizonteMedio no han sido identificados, igual sucede en la cuenca del Yanamayo(Herrera en este volumen); nuestras excavaciones en el sitio de Chuspijirka,revelan estructuras en forma de «D» cuya forma es el resultado deampliaciones y adhesión de muros, esperamos en los próximos años contarcon más información.

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15Introducción

Bebel Ibarra AsenciosLima, Octubre 2004

El estudio de los períodos tardíos, es poco realizado y difundido, a pesarde la gran cantidad de asentamientos, debido a un problema, sucede que lacerámica (elemento que nos permite hacer asociaciones cronológicas) es muyescaso, pues la mayoría son fragmentos «toscos» con escasa decoración,sumado a que las características de los asentamientos son muy similares loque dificulta hacer asociaciones entre estos con determinados grupos étnicos.El trabajo de León Gómez es pionero pues aporta importantes datos sobrelos grupos étnicos a finales del siglo XVI, en base a documentos históricos;que nos ayudan a tener un punto de apoyo para la diferenciaciónarqueológica de los distintos grupos étnicos.

Participantes en la Mesa Redonda de Arqueología de la Sierra de Ancash llevada a cabo el 10 dediciembre del 2003 en Cambrigde - Inglaterra. De izquierda a derecha Whilhem Diessl,Kevin Lane, Nathaniel Van Valkenburg, George Lau, Gabriel Ramón, Alexander Herrera,Carolina Orsini, Claudia Grimaldo y Bebel Ibarra.

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INTRODUCCIÓN

Huaricoto uno de los centros ceremoniales más antiguos de Sudamérica, tiene lamás grande historia documentada de cultos religiosos. Este pequeño montículoartificial está ubicado sobre una pendiente profunda de la Cordillera Blanca, en elcentro del Callejón de Huaylas, uno de los valles más grandes y productivos de lasierra del Perú; el Callejón de Huaylas es conocido por tener rol económico y políticoimportante en el Perú prehispánico. Huaricoto (2750 m.s.n.m.) tiene un clima heladodurante todo el año y las cumbres glaciares proveen agua para la irrigación de lastierras aledañas durante casi todo el año. Las zonas fértiles son usadas para elcultivo de maíz y otros granos de la zona quechua (Pulgar Vidal n.d). Lasexcavaciones realizadas en Huaricoto entre 1978 y 1980 descubrieron una serie de13 construcciones superpuestas hechas para la incineración de ofrendas bajo latierra, estos rasgos se mantuvieron entre los 2200 a. C. y 200 a. C. Otros centrosreligiosos con rasgos arquitectónicos similares también han sido descubiertos enlos andes occidentales (La Galgada),hacia el oriente (Kotosh) y en los vallesinterandinos (Huaricoto y Huacaloma) (Fig. 1). Es así que un extenso sistema religiosose inicia en el Período Precerámico Tardío y ahora conocido como la tradición religiosaKotosh (Burger y Salazar Burger 1980).

Las creencias y rituales asociados con esta tradición son pobrementecomprendidos o entendidos, pero un rasgo que se repite es la inusual limpieza delas áreas ceremoniales, quizá como una expresión de la pureza que el lugarrepresentó. No sólo los pisos y las edificaciones estaban limpias, sino también laarcilla y los depósitos de piedras usadas para enterrar las ofrendas religiosasestaban libres de desechos. Cualquiera que sean los conceptos específicosimplicados, esta situación particular de depósito constituyó el mayor obstáculopara la formulación de una secuencia cultural en Huaricoto (Burger y SalazarBurger, l985). Sólo durante la fase final fue posible que aisláramos y excaváramosmuestras estratificadas de desechos contemporáneos a la arquitectura religiosa.

CAMBIOS ESTILÍSTICOS Y DESARROLLOCULTURAL EN HUARICOTO

Sierra Nor-central del Perú

RICHARD L. BURGERUniversidad de Yale

[email protected]

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Este artículo presenta el análisis de las colecciones Huaricoto, depositadasen el Museo Regional de Huaraz, y considera sus implicancias para la PrehistoriaPeruana temprana.

El Templo Huaricoto fue utilizado en el momento en que la civilizaciónperuana apareció en la costa del Pacífico y en Chavín de Huántar. Esto podría serinterpretado como el proceso cambiante de una organización social, económica yreligiosa en el Callejón de Huaylas, localizado entre ambas (costa y Chavín deHuántar), pudiendo ser crítica para entender la relación entre las civilizacionestempranas de la costa y de la sierra. La secuencia de Huaricoto es la primera en serdelineada para el Callejón de Huaylas y como tal, también proporciona la primeraimagen de la dinámica interna de esta transformación crítica.

La primera secuencia de cerámica de Huaricoto se compone de dos estilosdel Período Inicial, Toril y Huaricoto, seguido por tres estilos del HorizonteTemprano, Capilla Temprano, Capilla Tardío y Huarás (Fig. 2). El estilo Huarás yotros estilos post-Chavín del Callejón de Huaylas han sido descritos en anterioresinvestigaciones (Bennett 1944).

Julio C. Tello (1960: 27,36) recuperó materiales de Chavín en el sitio dePomakayan en Huaraz, pero nunca publicó esos resultados. Wendell Bennett(1944) excavó varios sitios en el Callejón de Huaylas en 1938, pero nunca encontróocupaciones Chavín o pre-Chavín. Gary Vescelius y Hernán Amat fueron losprimeros arqueólogos en descubrir depósitos de cerámicas que datan del períodoInicial Temprano en el Callejón de Huaylas. Asociados al Proyecto Cornell Vicos,ellos iniciaron su investigación en la región de Marcará en 1961 y en sus

inspecciones ubicaron un número desitios tempranos, incluyendoHuaricoto. En Huaricoto, en el corralusado para los toros antes de lacorrida anual (el Toril), unaexcavación reveló 7 m. de materialesculturales, incluyendo un estilo delPeríodo Inicial Temprano que ellosdenominaron Toril. Desafortuna-damente sus descubrimientos sólofueron publicados de forma abre-viada (Buse, 1965: 328-333, Lanning,1967: 92-93, Patterson, 1971: 37-40).Sin embargo, Vescelius y Amatproveyeron información que facilitónuestras excavaciones. En recono-cimiento a su trabajo, sus términos«Toril» y «Capilla» han sidomantenidos, aunque la presentesecuencia está basada únicamente enel análisis de las colecciones denuestras excavaciones de 1978 a 1980.

Lima

Cuzco

Iquitos

Cajamarca

Arequipa

Huaca Loma

La GalgadaHUARICOTO

Chavín de HuántarKotosh

BRASIL

BOLIVIA

COLOMBIA

ECUADOR

OCEAN

O PACIFICO

Fig. 1 Centros Religiosos en los Andes del Perú

Cambios estilísticos y desarrollo cultural en Huaricoto

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ESTILO TORIL

La cerámica del estilo Toril estaba aislada a sólo unos cuantos metros de dondeVescelius y Amat habían recuperado materiales similares. (H. Amat comunicaciónpersonal). Esta es una de las partes más profundas del lugar y los materialesculturales en esta fosa o trinchera alcanzaron una profundidad de 6 m. La cerámicade estilo Toril estaba absolutamente ausente en la superficie y otras excavaciones.Los materiales de la fase Toril estaban sobrepuestos a una plataforma Pre-CerámicaTardía y a artefactos de la fase Chaukayán. Las capas de roca conteniendo lascerámicas distintivas del estilo Huaricoto estaban tendidas sobre los materialesestilo Toril. Los materiales orgánicos no carbonizados estaban asociados con la

Fig. 2 Cronología de las ocupaciones y estilos cerámicos tempranos en Huaricoto y otros sitiosde los andes peruanos

Cronología Cronología C14 Chavín deRelativa sin corregir Huántar

Kotos hHuarás Huarás Sajara -

Horizonte 200 a.C. PatacTemprano Late

Capilla KotoshChavín

600 a.C. Early Capilla

Urabarriu

1000 a.C. KotoshKotosh

Período 1400 a.C.Inic ial

KotoshW airajirca

1800 a.C.

Período KotoshPrecerámico Mito

Tardío 2200 a.C.

Toril

Chaucayán

Huaricoto Kotosh

Janabarriu

Chakinani

Huaricoto

Richard L. Burger

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cerámica Toril y no con los fechados radiocarbónicos para hacer esto más útil.Sobre la base de su posición estratigráfica y las comparaciones con otras secuenciasconocidas, la fase Toril puede ser tentativamente asignada al Período InicialTemprano (1800 a 1400 a.C.) La siguiente descripción está basada en una muestrade 1133 fragmentos de los cuales sólo 60 son bordes. La cerámica Toril fue hechapobremente, rara vez decorada y en pocas formas.

Formas

Los fragmentos de los bordes recuperados son específicamente de ollas sin cuello(i.e. vasijas globulares con lados convexos y un borde recto) que probablementesirvieron para cocinar y como tazones de poca profundidad. No hay evidencia dejarras, botellas o platos planos. El 82% de los bordes pertenecen a ollas sin cuello,probablemente fue la forma dominante usada en el lugar. Ollas sin cuello fueronproducidas: una pequeña con una entrada cuyo diámetro era de 11 a 15 cm. y otramediana con un entrada cuyo diámetro era de 18 a 23 cm. Cuatro ejemplares deollas sin cuello aparecen en la colección del estilo Toril.

Ollas sin CuelloOlla sin Cuello 1 (Fig. 3) .- Tiene una inflexión o dobladura distintiva debajo delborde. Su forma recuerda a una botella trunca en forma de calabaza, las paredesson delgadas, el grosor del cuerpo está entre 3 a 5 mm. y el borde promedia 3 mm.Las vasijas son uniformemente pequeñas, con un diámetro de entrada de sólo 13cm. (extensión 11 a 14 cm.).

El exterior fue pulido por un material metálico sin purificar que conteníaazufre o por pequeñas capas de barniz, dejando una superficie ligeramente irregularcon huellas débilmente visibles. Una delgada franja roja era aplicada en algunasvasijas antes de ser quemadas, pero el color de la superficie de éstas y otros vasijasmuestran una considerable variación causada por desiguales condiciones delquemado u cocción. Son algo comunes sombras (del fuego) especialmente cerca alborde. La oxidación era el modo de cocción dominante y consecuentemente, lamayoría de fragmentos eran rojos o anaranjados. Estas inclusiones (no plásticas)en el cuerpo son grandes, incluyendo granos medianos (0.25 a 0.5 mm.) y gruesosgranos minerales (0.5 a 1mm.). Algunas de estas inclusiones son cuarzos o cristalesde roca, que tenían una inversión de 573º C de temperatura. Durante la cocción, loscambios de volumen de las inclusiones de cuarzos fueron bien marcadas en lafabricación de vasijas delgadas y producían grietas radiales y un menor descascarode la superficie (Rye, 1981: 107, 114). El interior estaba terminado con un pulidodesigual.

Olla sin Cuello 2 (Fig. 4).- Tiene hombros altos y el borde siempre delgado. Elexterior de estas vasijas es generalmente de un color gris muy oscuro por lareducción y tiznado. La superficie externa usualmente era pulida terminando enmate compacto y las marcas estaban en el lado izquierdo de la superficie desigual.El interior por ser la mayor parte era limpiado para crear una superficie lisa, aunque

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algunos estaban incompletamente pulidas. Los fragmento de la Olla sin Cuello 2despliega el mismo efecto de cocción descrito para las Ollas sin Cuello 1. Estasvasijas eran algo delgadas, con el borde principal de 4.5 mm. y el cuerpo de 4.6 mm.de grosor. Algunos de los bordes reparados eran lo suficientemente grandes comopara determinar su diámetro: tres fragmentos produjeron medidas de 13 cm. y dosde 23 cm.

La Olla sin Cuello 3 (Fig. 5).- Tiene hombros medianos, sin inflexión debajo delborde. El acabado de estas vasijas varía de las dos formas arriba descritas. Elexterior era rojo y oxidado a pesar de tener nubes de fuego y tiznado, la coloraciónroja usualmente es visible. La superficie es pulida a un mate final y no termina enmarcas de despliegues o grietas en forma de estrellas. El interior que correspondeal 42% de la muestra, es raspado y áspero, mientras que el resto estáincompletamente pulido o ligeramente liso. Los dos tamaños de estas ollas varíandesde 12 a 15 cm. y de 18 a 22 cm. de diámetro. Los bordes promedian 5.4 mm. deespesor, a menudo 1 mm. más que en el resto de las vasijas.

Olla sin Cuello 4 (Fig. 6).- Tiene hombros pequeños y un borde decorado. Ladecoración es reconocida por la forma alta y, algunas veces por los cortes pocoprofundos en el borde plano hechos cuando la vasija estaba en estado cuero. Unborde áspero irregular fue hecho cuando la arcilla estaba casi seca. El tratamientode la superficie varía considerablemente. En los dos vasijas el borde era adornadoen un estado seco y el rasgado exterior era áspero, picado y ligeramente desigual.Otras vasijas están desigualmente pulidas o de un liso limpio. Muchas muestranhuellas de franjas rojas, frecuentemente borradas por una reducción de un últimominuto, formas de nubes quemadas o tiznado. El interior de muchas de estas vasijases rasgada y áspera, ambas superficies, interior y exterior son mate. A pesar de lapequeña muestra, hay evidencia de una pequeño vasija de 14 cm. y otra de untamaño más grande promediando de 19 a 21 cm. El grosor de los bordes mide 5.8mm. La ausencia de grietas en forma de estrellas es probablemente debido almoderado espesor de estas vasijas.

Tazones

El Tazón 1 (Fig. 8) .- Es una vasija de poca profundidad con paredes delicadamenteconvexas, con un ángulo no muy claro y un fondo ligeramente cóncavo que recuerdaa las calabazas. Todas las muestras tienen bordes directos y labios planos. Sólouno de los tazones tiene un mate al exterior; la excepcional pieza fue pulida y teníaun ligero lustre con marcas de un acabado altamente visible. El tratamiento delinterior es similar al exterior, pero ligeramente más áspero, en las tres vasijas lasuperficie interior pudo haber sido rasgada antes de ser frotada ligeramente. Losdos fragmentos del tazón con bordes lo suficientemente grandes como paradeterminar el tamaño muestran 15 cm. de diámetro. El grosor promedio de éstos esde 4 a 6 mm. en el borde y 5 mm. en el cuerpo.

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Tazón 2 (Fig. 7).- Es un vasija poco profunda con paredes rectas convergiendo (odirigiéndose a un mismo punto) en un ángulo agudo (55 a 65º). El exterior espulido o liso con una superficie mate y el interior siempre era tratado con uncuidado ligeramente menor que el exterior. Por ejemplo, el interior de las piezascon exterior liso eran simplemente rasgadas y ligeramente ásperas. No es posibledistinguir si el tratamiento interior de los tazones estilo Toril y las ollas sin cuellosuponen diferentes funciones. Los fragmentos de los bordes del Tazón 2 y losángulos básicos son extremadamente raros. Un fragmento de borde indica undiámetro de 15 cm. y un fragmento sugería la existencia de alguna pieza másgrande quizá de 22 cm. Estos tazones eran de 4.5 a 6 mm. de grosor, con un bordepromedio de 4.5 mm.

Fig. 3 Olla sin cuello 1; Fig. 4 Olla sin cuello 2; Fig. 5 Olla sin cuello 2; Fig. 6 Olla sin cuello4; Fig. 7 Tazón 1; Fig. 8 Tazón 2; Fig. 9 Aplicaciones incisas.

ESTILO TORIL

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Decoración

La decoración es rara en la fase Toril sólo el 0.3% de la muestra. En todo caso, ladecoración parece haber sido aplicada en la mitad o en el exterior inferior de lasOlla sin Cuello 1 y 2; tres fragmentos muestran una banda aplicada con cortesprofundos hechos mientras la arcilla aún estaba húmeda (Fig. 9). Otro fragmentotiene un corte y dos puntuaciones profundas hechos con un fino punzón (1 mm) enzonas. Un fragmento de la fase Toril muestra dos líneas paralelas cortadas dentrode la superficie exterior y hechas antes que la vasija sea cocida. No es posible deter-minar si estas marcas fueron parte de un patrón de decoración intencional o si fueronel resultado de un daño o una modificación casual post-productiva.

ESTILO HUARICOTO

La cerámica de la fase Huaricoto fue hallada en varios lugares. Uno fue relativa-mente importante porque define la cronología relativa a causa del enorme tamañode las muestras (2132 fragmentos) y su ambiguo contexto estratigráfico entre ellecho más bajo, conteniendo fragmento Toril y los lechos superiores asociados conel estilo Capilla Tardío.

La colección de cerámica del estilo Huaricoto se asemeja a la del estilo Toril,en su ordenamiento, lo limitado de sus formas y la continuada predominancia deollas sin cuello y tazones con bordes simples. Por otro lado las técnicas decorativasson más amplias, (1.1% en Huaricoto y sólo 0.3% en el estilo Toril). Las clarasdificultades técnicas de la producción de cerámica en la colección Toril aparente-mente habían sido resueltas en la fase Huaricoto. La forma de nubes quemadas noes frecuente y las rajaduras en forma de estrellas están totalmente ausentes. Lacerámica del estilo Huaricoto es más elaborada y comparable en calidad con otrosestilos alfareros del Período Inicial Tardío en los Andes Peruanos.

Forma: Ollas sin Cuello

Las ollas sin cuello son la forma más popular en el estilo Huaricoto, incluyendo el49% de una de las muestras. Las ollas sin cuello de la fase Huaricoto son general-mente mejor acabadas y más frecuentes que el estilo Toril.

Olla sin Cuello 1.- Son sustancialmente menos populares en la fase Huaricoto yéstos constituyen el 0.4% de los fragmentos de los bordes. Las descripciones demuchas de estas piezas corresponden a la fase precedente, a excepción de unfragmento que presenta un modo diferente de modificación del borde (Fig. 10). Estapieza única, tiene un labio grueso de 7mm. y el grosor del cuerpo de 5mm. dimensio-nes significativamente más grandes que aquellos fragmentos de las Olla sin Cuello1 de la fase Toril. Sin embargo, el diámetro de la entrada es de 14 cm. y el matequemado y nublado rojizo de la superficie de esta pieza no se diferencia de losvasijas del estilo precedente.

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La Olla sin Cuello 4 y 3.- Tienen lados bajos y relativamente verticales bien ordena-das para la decoración. El ángulo de la pared se ubica de 45 a 70 º. Estas formasdifieren de su antecesora; Olla sin Cuello 3 es más grande, gruesa, mejor acabada,frecuentemente adornada con gracia e incorporando nuevos maneras en la modifi-cación de sus bordes. El diámetro de la boca de las Olla sin Cuello 4 promedia entre20 a 30 cm. y el grosor de las paredes de 5 a 9 mm. El exterior de éstas generalmentees pulido con una superficie lisa regular y un bajo lustre o mate final. Las líneashorizontales pulidas usualmente son visibles y la cubierta a menudo es incomple-ta. Las franjas rojas han sido aplicadas al exterior en un 88% de la muestra, peroocasionalmente estaban limitadas por una franja alrededor de la boca (Fig. 11a). Elinterior de las vasijas no están cuidadosamente acabadas y tienen una superficieirregular áspera con finas estrías o ranuras producto de un frotado final o raspadu-ras.

Una pequeña proporción de las Ollas sin Cuello 4 están decoradas. El modomás común de decoración es una banda sombreada debajo del borde y sobre el asa.Esta banda generalmente está ubicada de 8 a 13 mm. debajo de la boca y formadapor dos incisiones paralelas construyendo un campo horizontal llenado con inci-siones oblicuas paralelas (Fig. 11b). Las bandas no están estandarizadas en anchoo composición. La orientación y espacio del sombreado varía. Las líneas sombreadaspueden ir de izquierda a derecha o viceversa, y sus direcciones oblicuas se ubicande 20 a 70º o de 110 a 160º. Las líneas anchas eran grabadas cuando la vasija estabaen estado cuero. En algunas bandas, las secciones sombreadas y las sombras traza-das se alternan. Algunos vasijas parecen haber sido decoradas con bandas exclusiva-mente llenadas con sombras trazadas (Fig. 11c).

Frecuentemente, las incisiones sobre las ollas sin cuello oscuras estaban cu-biertas por un pigmento rojo post-cocción (Fig. 11d). Alternativamente, los vasijaseran rojas, luego que las bandas habían sido incisas, pero las áreas sombreadaseran dejadas sin pintar, de modo que luego de la cocción, el tostado y el oxidado elcolor natural de la banda contrastaba con la superficie roja sobre y bajo ésta (e.g. Fig.11b). La banda decorada a menudo era dejada sin pulir, por medio de esto, creabanun contraste de textura con las zonas cercanas. Una pieza de Olla sin Cuello 4presentan una banda cubierta con pequeñas incisiones verticales en forma crecien-te, probablemente hecha con la uña del dedo, antes de ser sombreada. En otra mues-tra, las sombras que cruzan cubre el hombro superior y el lado del hombro decorado(Fig. 11f).

La puntuación también decora el exterior de las Olla sin Cuello 4. En elúltimo de los casos, la superficie parece estar cubierta con pequeñas puntuaciones.En otras muestras las puntuaciones están limitadas sin complicadas zonas corta-das (Fig. 11d, 11g, 11h).

La Olla sin Cuello 5.- Es la forma más común de los vasijas en el estiloHuaricoto, comparativamente no es refinada, sin decoración y con un borde grueso(Fig. 12). Los de las paredes más altas forman un ángulo de 30 a 45º. El exterior de estasvasijas es generalmente liso con un mate final y puede tener una cubierta roja. Lasvasijas son de color gris a marrón, que dependieron de las condiciones de cocción. Elinterior es áspero y usualmente muestra evidencias de raspaduras o rasguños. El

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borde promedia de 7 a 10 mm. de grosor y las paredes 2 a 3 mm. más delgadas. Eldiámetro de la boca se ubica de 16 a 33 cm. (moda 20 cm.). Nueve formas de bordepueden ser documentadas.

Tazones

Los tazones son comunes en el estilo Huaricoto, comprendiendo el 51% de losfragmentos de borde. Cuatro formas de tazones son nuevas en este estilo, con variasvariantes y varios tipos de decoración en el exterior.

Tazón 2 .- Son populares en el estilo Toril, pero raros en el estilo Huaricoto. Losfragmentos recuperados se parecen a aquellos de la fase más temprana por sutamaño (16, 20, 24 cm.); grosor (cuerpo, 4 a 6 mm. y borde de 5 a 6 mm.) y acabado;una diferencia es el uso del rojo en una de las vasijas.

Tazón 3.- Tiene los lados claramente verticales, los ángulos de sus paredes son de100 a 120º, la mayoría de ellas con un promedio de 100 a 110º. Las paredes sonrectas o claramente cóncavas, distinguiéndose de los fragmentos utilitarios el Ta-zón 3 es más hondo que el Tazón 1 y 2. Dos ejemplares de esta forma, tienen unaporción de la base intacta y en ambos casos los puntos finales son distintos; en unlado donde el fondo es reconstruible, éste es casi plano (Fig.13). El promedio de losTazones 3 fluctúa de 16 a 25 cm., con un medio de 22 cm. Tres fueron pulidos en elexterior y se les dio un bajo lustre, pero restos de líneas pulidas permanecen comofinas estrías. El interior está también cuidadosamente acabado y usualmente tieneuna superficie lisa y bajo lustre comparable al exterior. Los vasijas eran tiznadas degris oscuro a negro o pintadas de rojo.

La superficie externa de estos tazones era un lado popular para la decoraciónen el estilo Huaricoto. Un rasgo decorativo común es una sola línea grabada bajo elborde; una incisión análoga frecuentemente rodea la base. En algunos casos, el rojo erausado selectivamente para pintar zonas definidas por incisión (Fig. 13a), mientras queen otros, pigmentos rojos post-cocción cubren las incisiones en los exteriores (Fig. 13b,c). Las incisiones generalmente eran hechas en arcilla estado cuero, pero en algunoscasos, la arcilla era secada lo suficiente para ser desmenuzada a lo largo de todas laslíneas grabadas. Algunos Tazones 3 estaban divididos dentro de una serie paralelosrectangulares llenados con líneas verticales paralelas muy espaciadas (Fig. 13b), olíneas horizontales paralelas estrechamente espaciadas. Los paneles con diferentestécnicas decorativas frecuentemente alternan. Otros están decorados con repetitivosdiseños geométricos, tales como modelos de escalones (Fig. 13a, c) Las puntuaciones,ya sean solas o en combinación con elementos más lineales, fueron encontrados envarios fragmentos de bordes y cuerpo (Fig. 13c).

Tazón 4.- Es de forma simple de poca profundidad y lados convexos. El ángulobásico no es evidente y éste probablemente tuvo un contorno simple, con un fondopoco profundo. Dos tamaños de Tazón 4 parecen haber sido producidas, uno deellos de 16 a 19 cm. y el otro de 23 a 29 cm. Las paredes tienen un promedio de 5 a

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7 mm. y usualmente un espesor adicional de 2 a 3 mm. en el borde. La mayoría de lasmuestras han sido dejadas con un endeble pigmento rojo y pulidos a un bajo lustreo un mate final tanto en el interior como el exterior. Sobre los fragmentos decoradosuna línea horizontal divide el lado sin decoraciones bajo el borde del lado que estádecorado hasta la mitad. Cortes verticales dividen los paneles llenados con pun-tuaciones o incisiones (cortes) horizontales (Fig. 14b). Un Tazón en miniatura esuna pequeña versión inusual del Tazón 4. representado por un solo fragmento, elcual tiene 4 mm. de espesor y 5.5 cm. de diámetro. El natural color oscuro de susuperficie es pulido a un mediano lustre.

Fig. 10 Olla sin cuello 1, único fragmento; Fig. 11 a, b, c. Olla sin cuello 4

ESTILO HUARICOTO

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Fig. 11d,e,f y g. Olla sin cuello 4; Fig. 11h Olla sin cuello 4;Fig. 12 Olla sin cuello 5, sin decoración.

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Tazón 5.- Es poco profundo con lados convexos o encurvados. Éstos son versionesmás finas de las Ollas sin Cuello 4; pero son menos limitados y su interior estácuidadosamente acabado, de una manera comparable a las otras formas de Tazóndel estilo Huaricoto. Su tamaño va de 11 a 22 cm. con una moda de 16 cm. el interiory el exterior, son comúnmente pulidos a un bajo lustre con una superficie igual ollana. Estos vasijas a menudo fueron decorados con bandas paralelas rodeando lavasija (Fig. 15a, b). En otros casos, estos lados son adornados con triángulos pen-dientes o hemisferios llenados con puntuaciones (Fig. 15c).

Tazón 6.- Es un raro tazón limitado con lados rectos o ligeramente convexos y unángulo de la pared de aproximadamente 130º. Dos fragmentos con diámetrosreconstruibles midieron 18 cm. y 23 cm., una pared de 4 a 6 mm. de grosor eincrementándose de 8 a 9 mm. en el borde. Un fragmento es oscuro y tiznado, mien-tras otros dos son rojos. Los tres fragmentos de nuestra muestra están pulidos a un bajolustre, y dos de ellos tienen decoraciones incisas en el exterior (Fig. 16).

Decoración

AplicadoUn variado número de técnicas decorativas han sido aplicadas durante la faseHuaricoto, la decoración dominante de la fase Toril, aparece sólo en dos fragmento, elmás pequeño tiene una aplicación de 11 mm. de espesor sobre el cuerpo de una olla sincuello. El adorno mide 19 mm. de diámetro y ha sido cortada en 4 pequeñas incisionesparalelas en su lado más alto. El segundo ejemplo de aplicación grabada está agrega-do a una vasija probablemente una olla, para formar algo así como una capa de protec-ción extendiéndose a 17 mm. de la vasija ( Fig.17a). Esta proyección mide 8 cm. delongitud y un promedio de casi 1 cm. de espesor. Ésta pudo haber servido como unaasa lateral. El lado más alto del aplicado fue cortado con siete líneas diagonalesparalelas, mientras la arcilla aún estaba húmeda. Las incisiones eran bordeadas porpequeños montículos de arcilla y cubiertos con un pigmento blanco (post-cocción).

PintadoEl uso pintura post-cocción fue una introducción tecnológica significante en elestilo Huaricoto. Un solo fragmento de Tazón 4 está decorado con líneas verticalescubiertas con pintura post-cocción rojo, amarillo y blanco. Este uso de pigmentospost-cocción contrasta excepcionalmente, comúnmente se uso un solo color, elrojo, que era aplicado para incrementar la visibilidad de las incisiones. Lospigmentos post-cocción solo eran encontrados sin incisiones y puntuaciones enoscuro, aunque numerosas muestras de incisión y puntuación mostraban algunaevidencia de pintura post-cocción.

La pintura permaneció limitada a los tonos rojos usados previamente en elestilo Toril, pero el franjeado fue manipulado en un primer momento para servirpara decoraciones más complicadas, tales como algunas zonas selectivamentecoloreadas para el contraste. En un número de casos el pigmento rojo se esparcedentro de la zona sin franjas, reflejando una falta de control o cuidado (Fig. 17b).

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Fig. 13a y b Tazón 3 Fig. 13c Tazón 3; Fig. 14 Tazón 4; Fig. 15 a Tazón 5.

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IncisoEn el estilo Huaricoto, la decoración incisa es extensa y variada. Las incisiones sonusadas para formar simples diseños geométricos, para separar y delinear zonasdecorativas, para dar textura a las zonas, sombrear y representar motivos curvilíneoscomplejos. Nuestro conocimiento del tema es particularmente pobre o escaso, debi-do a las limitaciones de nuestra colección de fragmentos.

Puntuación o PunteadoLa puntuación es uno de las nuevas maneras más significativas de decoración. Esposible distinguir varios tipos de puntuación que caracterizan a la fase Huaricoto:circular(17c), ovoide (Fig. 14b), irregular (13c), rasguños (17d), y en forma de gotaso lágrimas (17e). Cada uno de éstas aparecen en variados tamaños y contextos. Lomás distintivo son las irregulares puntuaciones que tiene desiguales picos o pun-tas recortadas en los bordes, quizá como resultado del estado seco de la arcilla,cuando éste era impreso, o la forma irregular de la herramienta empleada parahacer las puntuaciones. La variedad en el tamaño y forma de las puntuacionestiene una analogía en la falta de estandarización de las otras técnicas decorativas,como la incisión. Aunque muchas incisiones eran hechas en el estado cuero de laarcilla, ejemplos de incisiones sobre arcilla húmeda y seca son numerosos, así comouna pieza con incisiones hechas post-cocción.

VariacionesTres técnicas decorativas aparecen sobre únicos fragmentos. Estas piezas puedenhaber sido importadas a Huaricoto desde las áreas con otras tradiciones tecnológi-cas. Un pequeño fragmento de una vasija tiene bandas de grafito pintadas en fran-jas rojas; la superficie de ésta es más llana que los otros fragmentos Huaricoto y suinterior es más áspero e irregular. Inusuales inclusiones toscas y blancas puedenser vistas en la pasta. Otro fragmento también de franjas rojas limitando la vasija,tiene bordes dentados de un 1.5 mm. de espesor. Es más suave (2/3 sobre la escalaMoh) y completamente más oxidado que lo normal. Un inusual tercer fragmentoprobablemente una botella tiene un motivo curvilíneos grabado tipo Chavín, llena-do con pintura rojo post-cocción (Fig. 19). Es conocido como exótico reducido por elfuego, la abundancia de finas inclusiones de mica y el muy regular pulido dondelas marcas han sido borradas.

ESTILO CAPILLA TEMPRANO

Está debidamente ubicado dentro de la secuencia de Huaricoto, sin embargo sobreuna antigua terraza se hallaron fragmentos que difieren a los estilos del PeríodoInicial y Capilla Tardío hasta ahora descubiertos. Estos materiales están mezcladoscon algunos fragmentos Huaraz; fragmentos intrusivos tardíos pudieron ser colo-cados sobre una base tipológica, dejando una indicación preliminar de ésta distin-tiva colección. Con seriaciones y datos cruzados de sitios contemporáneos estosmateriales pudieron ser colocados cronológicamente entre las colecciones Huaricoto

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y Capilla Tardía y tentativamente se les fecho a los inicios del Horizonte Temprano.La siguiente descripción no intenta definir el estilo a causa de los problemas y elpequeño tamaño de la muestra, pero se definen algunos de sus rasgos distintivosdel estilo.

Formas: Ollas sin Cuello

Se asemejan a las del estilo Huaricoto, pero una distintiva modificación en el bordede las Ollas sin Cuello 5 fue introducida, un rollo de arcilla fue agregado al interiordel borde engrosándolo y dejando el labio redondeado, el cual no cubría entera-mente la unión del rollo con el cuerpo de la vasija (Fig. 20). Esta forma fue popularen la fase Urabarriu de Chavín de Huántar (Burger, 1984: Fig. 64). Un pedazo dearcilla del cuerpo de una de estas ollas exhibe impresiones puras en el interior, unatécnica que en Chavín de Huantar fue principalmente usada en la producción de lasollas sin cuello durante el Período Inicial Tardío (Burger, 1984: 71-73)

TazonesLos tazones con decoración exterior, son particularmente comunes en el estiloCapilla Temprano. La forma más común es el Tazón 3, una vasija con orificio cercade las paredes verticales (Fig. 21a –d). El grado de profundidad es más marcada eneste estilo que en el estilo Huaricoto, con una aparente preferencia por los bordesgruesos y labios planos. El cambio de decoración de estos tazones es más notableque la modificación de sus formas. Primero la incisión horizontal bajo el borde esomitido y la decoración se extiende y algunas veces aún cubre las zonas adyacentesal borde (Fig. 21a, b). Segundo, motivos curvilíneos cortados o grabados aparecenen los tazones que fueron hechos mientras la arcilla estaba en estado cuero. Elfondo algunas veces es texturado con estampado de rocas o puntuaciones. El colorde estos tazones es gris oscuro o rojo y la calidad del pulido es superior a la colec-ción Huaricoto.

JarrasLas jarra y botellas son dos nuevas clases de vasijas que aparecen en Huaricotodurante la primera época del estilo Capilla Temprano. La Jarra 1 es la única formade jarra documentada para este estilo, tiene un cuello corto cóncavo y un borde conun ángulo de 110 a 120º (Fig. 23a, b). El diámetro de la boca de estas vasijas promediade 5 a 8 cm. pero el cuello se estrecha a 4 cm. de diámetro cerca del cuerpo. El cuerpode estas jarras tienen 3 a 4 mm. de espesor y con un adicional de 2 a 3 mm. en elborde. El tratamiento de la superficie está entre el fino tratamiento de los tazones ybotellas y el tratamiento menos cuidadoso de las ollas sin cuello. La superficieusualmente era pulida a un bajo lustre o a un mate, con algunas huellas de marcaspulidas. Un fragmento (Fig. 23a) tiene una línea cortada o incisa rodeando el ladosuperior de la asa pero decoración adicional no es visible.Botellas

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Dos fragmentos son las únicas evidencias indiscutibles de la presencia de botellasen este estilo. Estas piezas probablemente derivan de botellas de un solo cuello yaque fragmentos estribos no fueron recuperados en el estrato de Capilla Temprano.Los diámetros del borde de las botellas son de 3 y 5 cm. Ambas piezas pertenecen ala forma de Botella 1 que tienen un cuello cóncavo cerca al borde (Fig. 22). Estáncuidadosamente pulidas en el exterior a uno a bajo lustre y otro a mediano lustre. Elinterior es delgado y áspero bajo el borde.

ESTILO CAPILLA TEMPRANO

Fig. 20 Olla sin cuello 5; Fig. 21a - c Tazón 3; Fig. 22 Botella 1; Fig. 23a -b. Jarra 1.

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ESTILO CAPILLA TARDÍO

Grandes cantidades de cerámica Capilla Tardío fueron recuperadas debajo de losestratos con cerámica estilo Huarás y sobre los estratos de la cerámica de estiloHuaricoto (7182 fragmentos) e incluye una variedad de formas y decoraciones pro-venientes de contextos no disturbados. De los 7182 fragmentos, 3.1% (225) sonbordes y 2.6% (176) están decorados. La cerámica Capilla Tardío es típica del estilodel Horizonte Temprano Medio, incorporando rasgos de la cerámica Janabarriu deChavín de Huantar. Los fechados radiocarbónicos de muestras provenientes deestratos con materiales de Capilla Tardío son entre 590 +/- 130, 380 +/- 80, 360 +/- 100 a.C.

Formas: Ollas sin Cuello

Continuaron siendo una forma popular de vasija, constituyendo el 26.7% de losbordes y éstas fueron todavía la principal vasija producida en Huaricoto. El decli-nante porcentaje de las ollas sin cuello esta en función del incremento de tazones yjarras. La Olla sin Cuello 5 permaneció como la forma más común haciendo el 81%de los bordes de las ollas sin cuello (Fig. 24 – 25). Muchos de los bordes de las Ollassin Cuello 5 son pequeños promediando de 8 a 16 cm. de diámetro de entrada(moda 14 cm.). el espesor del cuerpo es de 3 a 10 mm. muchas muestras son de 4 a 7mm. y el grosor de los labios varía de 6 a 16 mm., muchos caen dentro del rango de7 a 11 mm. Muchas de estas vasijas no presentan franjas, aunque el 17% tienefranjas exteriores pintadas de rojo, el exterior era acabado con cuidado y muchassuperficies son lisas y regulares, pero sólo una muestra tiene un mediano lustre ysólo el 24.3% tiene un bajo lustre y el resto tiene una superficie mate. El interior delas ollas sin cuello usualmente eran dejadas ligeramente irregulares y ásperas, peroun tercio de ellas presentan huellas de haber sido pulidas con un suave materialflexible.

En el estilo Capilla Tardío la única decoración comúnmente aplicada a lasOlla son Cuello 5 fueron los patrones bruñidos (Fig. 25). Con líneas selectivamentepulidas en zonas era posible crear un diseño reflexivo que contrastaba con el acaba-do mate final sobre la mayor parte de la superficie. Dos fragmentos de bordes clara-mente exponen patrones bruñidos y una examinación del resto de los cuerpos nosindica que esta forma de decoración fue más común de lo que indica el número debordes. Las ollas sin cuello usualmente están rotas justo bajo el grueso borde, sobreel asa de modo que el fragmento provee evidencia únicamente sobre el lado más altode decoración. Este lado usualmente era dejado sin decoración, con el patrón bruñi-do concentrado sobre el cuerpo. Es difícil determinar cual de los 63 fragmentos queexhiben patrones bruñidos o pulidos son de ollas sin cuello o de cuerpos de jarras.

Ollas sin Cuello 3.- Fueron identificados seis fragmentos, cuatro pertenecen a pe-queñas vasijas (10 a 13 cm.) y dos a vasijas grandes (diámetro de la entrada, 18 a 20cm.). Cuatro de ellas han sido pulidas a un bajo lustre y uno de las vasijas másgrande fue decorada con un círculo grabado y puntos, probablemente una hilera de

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repetidos «círculos-puntos» alrededor del borde (Fig. 24). Sólo dos fragmentos delcuerpo tienen similar estampado o elementos circulares incisos y estos puedenvenir de los cuerpos de las botellas; de modo que las Olla sin Cuello 3 parece seruna excepción en la práctica de Capilla Tardío ya sea dejado el exterior sin decoraro quizá decorándolo con patrones bruñidos.

Olla sin Cuello 6.- Es una forma aparentemente introducida durante los tiempos deCapilla Tardío tiene una banda en relieve y labios redondeados(Fig. 26). Los cincobordes recuperados parecen haber sido de vasijas grandes. Dos fragmentos debordes indican que la vasija tuvo entre 20 y 21 cm. de diámetro, dos de los fragmen-tos parecen provenir de vasijas significativamente más grandes. El grosor del bordecon la banda, promedia de 11 a 18 mm. (moda 14.6 mm.) y es 5 mm. más grueso queel cuerpo. El exterior de estas vasijas es similar a muchos de las Olla sin Cuello 5(lisa, pulida y mate).

ESTILO CAPILLA TARDÍO

Fig. 24 Olla sin cuello 5; Fig. 25 Olla sin cuello 5 con patrones bruñidos; Fig. 26 Olla sincuello 6; Fig. 27 Olla sin cuello 7; Fig.2 8 Olla sin cuello 8.

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Olla sin Cuello 7.- Es otra introducción en el estilo Capilla Tardío, es grueso en elinterior y achaflanado para formar una zona plana bajo la entrada o boca (Fig. 27).El borde es engrosado y el labio redondeado. El diámetro promedia de 10 a 14 cm.y el borde tiene un promedio de 8 mm. de grosor. Tres de los cinco fragmentos sonrojos, una proporción un poco más alta que las Olla sin Cuello 5 y 6, la superficiees tratada del mismo modo que las otras ollas sin cuello.

Ollas sin Cuello 8.- Es la tercera forma innovada en el estilo Capilla Tardío, tieneun borde ligeramente engrosado y redondeado al exterior y un labio fuertementedoblado (Fig. 28). Cuatro fragmentos fueron identificados pero sólo el diámetro deuno de ellos pudo ser reconstruido (11 cm.). El cuerpo tiene 6 mm. de grosor,incrementándose de 8 a 10 mm. en el borde. El exterior de estos fragmentos espulido a mate o con un bajo lustre, pero ninguno es decorado de alguna forma.

JarrasSon más populares en el estilo Capilla Tardío que en otros estilos más tempranos,constituyendo el 10.2% de la muestra. Todas, a excepción de un borde, tienen undiámetro de entrada de entre 8 y 16 cm. (moda 14 cm.). La mayoría de los vasijas nopresentan franjas, aunque no es rara una débil franja roja en el exterior (26.1%). Elexterior es pulido con una superficie lisa, sólo el 34.8% tienen un bajo lustre. Elinterior de los cuellos de las jarras usualmente eran tratados del mismo modo que elexterior, pero el interior de los cuerpos eran restregados. Desgraciadamente, frag-mentos de bordes de jarras no incluyen más que una pequeña porción del cuerpo,y consecuentemente, la posibilidad de que éste fuera decorado no puede ser esta-blecido. La decoración del cuello de las jarras o la parte superior del cuerpo no esevidente.Jarra 2.- Tiene un cuello corto con lados fuertemente cóncavos y una boca ancha(Fig. 29). De las formas diagnosticas de este estilo, ésta guarda un parecido a laforma de la jarra de la fase precedente. El borde es engrosado de 5 a 7 mm. mientrasel cuerpo de las jarras se ubica de 3 a 5 mm. Los labios están redondeados y elcuello varía de 13 a 19 cm. de alto.

Jarra 3.- Tiene un cuello de altura media, recto o cóncavo, lados convergentes y unaentrada ancha (Fig. 30). Un punto claro está en la unión del cuello con el cuerpo, elcuello más corto tiene 33 cm. y el más alto está sobre los 42 cm.

Jarra 4.- Tiene un cuello con lados cóncavos y bordes no marcados (Fig. 31). Elúnico cuello completo reconstruible de los fragmentos es de 41 cm. de alto, perootros tres bordes sugieren alturas sobre los 30 cm. El cuello de la Jarra 4 es conocidopor ser similar en tamaño al cuello de la Jarra 3, la ausencia de bordes que inclu-yan la parte superior del cuerpo, es señal de fragilidad en la unión con éste.

Jarra 5.- Tiene un cuello alto con lados verticales rectos (Fig. 32). En tres ejemplareslos bordes son rectos y los labios redondeados. Dos cuellos reconstruibles tienen51 mm. de altura.

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Asas o MangosCuatro asas fueron recuperadas de los niveles de Capilla Tardío, ellas aparente-mente estaban ausentes en los estilos más tempranos. Evidentemente las asas esta-ban unidas a los lados de las ollas o jarras. El exterior está pulido a un mate final,con remiendos ocasionales de bajo lustre, el lado inferior de las asas son ásperas ydesiguales. Las asas promedian de 27 a 36 mm. de ancho; El grosor varía de 7 a 14mm. Tres tipos de asas fueron identificados: Asa Strap 1, lenticular en sección cru-zada (Fig. 33); Asa Strap 2, irregular en sección cruzada, con un exterior llano a pocadistancia y un lado bajo desigualmente curveado (Fig. 34) y Asa Strap 3, en forma deoblea en sección cruzada y un exterior ligeramente cóncavo (Fig. 35).

BotellasLas botellas fueron un importante componente de la colección Capilla Tardía, aúncuando sólo el 3.1% (siete) de los bordes pertenezcan a picos de botellas, éstaspiezas fueron cuidadosamente pulidas o en algunos casos, tenían alto lustre.También fueron recuperados 21 fragmentos de estribos: muchos de los picos deCapilla Tardío parecen proceder de botellas de asa estribo. El número de fragmentosde cuerpo decorados, con un buen pulido y cuidadosamente acabado en el exteriorimplica que el cuerpo de las botellas fue decorado densamente, usando una granvariedad de técnicas.

Botella 2.- Tiene un pico con lados rectos verticales y un pequeño borde engrosadocon los labios planos (Fig. 36). El diámetro de la boca de un ejemplar es de 3.5 cm.Las paredes tienen un grosor de 4 mm. incrementándose en 3 mm. en la entrada. Lasuperficie ha sido pulida a un mediano lustre y la calidad del acabado implica laaplicación de una franja sin pigmento anterior al lustre o bruñido. El oscuro colorgris-marrón puede ser el resultado del tiznado o reducción de la superficie.

Botella 3.- Tiene un pico a manera de barril con una pared convexa con un picoancho levantado y labios planos (Fig. 37). El ancho medio de los bordes es de 12.5mm., muchas veces tan largo como los otros picos levantados. El espesor de lapared del pico mide de 5 a 6 mm. El color de los restos de la botella es marrón muyoscuro. Ninguno de los restos parece haber sido cocido en una atmósfera oxidantey también pudieron haber sido tiznados o reducidos superficialmente al final de lacocción. El diámetro de la boca de estas botellas mide 3.5 cm.

Botella 4.- Tiene un pico con paredes verticales rectas y un borde pequeño redon-deado y con labios biselados (Fig. 38) El único ejemplar tiene un diámetro de 3.5 cm.y el grosor de la pared es de 3 a 4 mm. En muchos fragmentos de la botella, lasuperficie es muy regular y era pulida a un mediano lustre. Su color marrón rojizoresultó de la oxidación durante la cocción.

Botella 5.- Tiene paredes rectas visibles divergentes terminado en un borde concurva chaflanado con labios biselados (Fig. 39). Dos fragmentos de esta forma tie-nen una boca cuyo diámetro es de sólo 2.5 cm. y las paredes de 3 a 3.5 mm. de grosor

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se adelgaza alrededor de 2 mm. cerca de la entrada. Ambas piezas están pulidas aun mediano lustre. Un fragmento de 4 cm. probablemente representa la altura totaldel pico. Uno de éstos es rojo oxidado y el otro es un gris muy oscuro.

La forma de los cuerpos de botellas del estilo Capilla Tardío es desconocida,probablemente muchos tuvieron cuerpos con paredes convexas simples y base ofondo plano. Esta fue la forma dominante del cuerpo para todo el Perú durante elHorizonte Temprano (Proulx 1973: Lam. 1d). Sin embargo existe un fragmento quepertenece al cuerpo de una botella decorada de contornos compuestos (Fig. 40).

TazonesLos tazones constituyen el 32% de los bordes y junto con las botellas, fueron lasvasijas más frecuentemente decoradas. Se distingue en los bordes que al menos un14% de los tazones tienen decoración exterior. Los análisis de los tazones de Capi-lla Tardío están incompletos y lo que sigue son observaciones. Los tazones fueronfinamente acabados, siendo usualmente pulidos a un mediano o bajo lustre; tam-bién fueron recuperados tazones ocasionalmente con alto lustre o mate final. Lashuellas de pulido raramente son visibles en estas piezas. El rojo y sin pigmento,fueron algunas veces usados para crear una superficie plana. Tazón 3 es popularen el estilo Capilla Tardío, como había sido en los dos estilos previos y, muchasnuevas variantes de bordes fueron introducidos (Fig. 41a, b). Una variante ocurriócon tazones de franjas rojas y en los dos casos bandas blancas fueron pintadas enel exterior (Fig. 41b). Esta es la primera evidencia de pintado con franjas blancas enHuaricoto y un posible antecedente a los tazones más tardíos del estilo Huarás.

Tazón 4.- También permanece popular, pero es decorado con nuevas formas, talescomo círculos estampados (Fig. 41c).

Tazón 5.- Son raros en nuestra muestra de Capilla Tardío.

Tazón 6.- Son relativamente comunes, poco profundos y grandes, cuyo diámetro deentrada promedia de 18 a 30 cm. (Fig. 42). Como en los estilos precedentes, estaforma de vasijas frecuentemente presenta franjas rojas.

Tazón 7.- Es al parecer una nueva forma de tazón que habría sido introducida enel estilo Capilla Tardío: tazón con paredes rectas convergentes (Fig. 43).

Cerámica MisceláneaVarias clases de artefactos cerámicos, además de vasijas aparecen en la coleccióndel estilo Capilla Tardío. Pedestales para sostener platos aparecen en las primerasépocas, dos fragmentos de la unión de la base del pedestal con el plato son laevidencia para la utilización de esta forma (Fig. 44). En ambos casos, parecenhaber tenido de 9 a 10 cm. de diámetro. La pared del plato es delgada (4 a 5.5 mm.)y convexa, pero ni su forma ni su tamaño pueden ser determinados. La superficiesuperior del plato y el exterior del pedestal son lisas y pulidas a un mate final,

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mientras que el lado inferior e interior del pedestal son irregulares y ásperos,terminados con raspaduras y frotaciones ligeras.

Soportes sólidos también fueron recuperados en los contextos de CapillaTardío (Fig. 45 a – c). La altura promedio de los soportes es de 20 a 30 mm. y sonásperamente circulares en sección cruzada (Fig. 45b). La pieza más ancha estápegada o unida a la vasija con arcilla; las que usualmente estaban rotas en estepunto (Fig. 45c). El ancho de los soportes en esta unión varía de 12 a 17 mm. Losextremos están gastados por el uso. La superficie de estas piezas usualmente está

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Fig. 40 Fragmento decorado de una botella; Fig. 41a y b Tazón 3; Fig. 41c Tazón 4

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sin pulir y es mate. Las superficies del cuerpo atada a un soporte son irregulares yásperas (Fig. 45a), lo cual es sorprendente desde que en las colecciones más antiguasde Perú, los soportes sólidos están asociados con tazones trípodes (e.g. Isbell, 1977:Fig. 31).

Asas tubulares han sido identificadas en la colección del estilo Capilla Tardío,pero su empleo original es desconocido (Fig. 46). Éstas se asemejan a los tuboscerámicos (Fig. 47) en producción y acabado, pero están fuertemente curveadosantes que rectos. En sección cruzada, los dos ejemplares son ligeramente ovoides,uno de 7x12 mm. y el otro, 15x17 mm.

Los tubos cerámicos están entre los más comunes (11 en esta muestra) de losartículos cerámicos enigmáticos (Fig. 47). Los tubos son cilíndricos con paredesrectas cuyo espesor promedia entre 2 a 3.5 mm. El diámetro es constante en cadatubo y varía entre 7 y 14 mm. Los tubos fueron formados por el enrollamiento deuna piedra alisada o losa alrededor de un objeto cilíndrico, uniendo la losa a lagrieta y, removiendo el material desde el interior. Este proceso deja un interior conestrías verticales. Una pieza inusual está pulida con un bajo lustre. Los tubos noestán enfranjados y su color es marrón rojizo o gris oscuro, dependiendo de lascondiciones de la cocción. Desde que los tubos fueron recuperados, su longitudoriginal no puede ser determinada. El fragmento más largo mide 2.6 cm., peroambos extremos están rotos.

Otros dos artefactos cilíndricos cerámicos huecos se asemejan a pequeñostubos (Fig. 48). Ambos tubos están pulidos con un bajo lustre y sus paredes midende 4 a 5 mm. de espesor. El diámetro de uno de ellos es de 2.5 cm. y del otro 2.7 cm.el fragmento más largo – roto en ambos lados – tiene 7.3 cm. de longitud. Estaspiezas son más largas y finas en el acabado de la superficie, y su función podría nohaber estado relacionada a los tubos pequeños. Una posible función es que fueranporciones de cerámica modelada en forma de trompeta, similar a aquellos usadosen sitios tempranos de la sierra sur (Kidder, 1943: Plato 5). Instrumentos de viento,incluyendo trompetas de cerámica o trompetas hechas de madera son descritas orepresentadas en esculturas de piedra de el Horizonte Temprano en el área deChavín de Huantar (Burger, 1983: Fig. 19a, Lumbreras, 1977: Fig. 22-24), aunquemuestras de estos instrumentos no han sido reportados en este sitio.

Antaras o silbatos también fueron recuperados (Fig. 49). Los cuales consis-ten de tubos cerámicos encajados en dos losas delgadas de arcilla. Los tubos fueronhechos de un molde, el interior es pulido y no marcado y las paredes pueden sermuy delgadas (1 a 2 mm.). Los tubos cónicos son de 12 mm. en el tope del instru-mento, 8 mm. en su sección media 5 a 7 mm. en su fondo. Eran colocadas vertical-mente a intervalos de 2 a 4 mm. Los delicados tubos sin una cubierta de arcillaforman un instrumento de 3 cm. de espesor. Su exterior luego fue pulido a un bajolustre y la pieza era cocida en una atmósfera oxidante seguida por un tiznadosuperficial.Decoración

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IncisoLa incisión es una de las técnicas decorativas más comunes en el estilo CapillaTardío, comprendiendo el 28.3% de los fragmentos decorados. Incisiones anchas (2mm. de ancho) fueron hechas en el exterior de las vasijas cuando la arcilla estaba enestado cuero y luego éste era pulido a un bajo o mediano lustre. El 84% de losfragmentos incisos provienen de vasijas cerradas, probablemente botellas, con pa-redes de 3 a 6 mm. de grosor y el resto proviene de tazones decorados en el exterior.Muchos de los fragmentos están incisos con una sola línea recta o dos líneas para-lelas, algunos fragmentos tienen incisiones rectas que las intersectan; algunas ve-ces en ángulo recto. Un raro fragmento está inciso con sombras cruzadas y tienenincisiones curvilíneas. Otro fragmentos inciso pertenece una vasija con franjas ro-jas, sin embargo la mayoría están sin franjas. Algunas de las incisiones en el matefinal están lustrosas; además de tener incisiones altamente luminosas.

Las incisiones post-cocción se estima en 7.8% de los fragmentos decoradosdel estilo Capilla Tardío. Estas incisiones finas (0.5 a 1 mm.) e irregulares separanla superficie oscura para mostrar la pasta más luminosa y parcialmente oxidada,revelando un contraste en colores que aumenta la visibilidad del diseño. Todos losfragmentos con incisiones post-cocción son de vasijas cerradas, pero no necesaria-mente botellas. El grosor es de 4.5 a 8 mm. y la falta de finura de un número defragmentos sugiere que muchos provienen de cuerpos de jarras u ollas. Muchosfragmentos tienen incisiones rectas, sólo uno tiene una incisión curvilínea y otrotiene un complejo diseño de sombras entrecruzadas.

Uno de los rasgos de la colección de Capilla Tardío es la decoración decírculos repetidos, incisos y estampados; 4.8% de los fragmentos decorados produ-cen alguna variante del diseño de círculos, los cuales tiene un diámetro de 8 a 17mm. y fueron incisos en el exterior de los tazones (Fig. 41c) y en el cuerpo debotellas. Círculos concéntricos y círculos con puntos centrales decoraron ollas, bo-tellas y tazones (Fig. 24, 40 y 50a, b).

Textura de la Superficie

Muchas de las variedades de tipos de textura de superficie son encontradas enpequeñas cantidades en la colección Capilla Tardía. Por ejemplo, el estampado conpiedra aparece en dos fragmentos que aparentemente serían cuerpos de botellas(Fig. 50c). El estampado con piedra es cuidadosamente hecho en líneas paralelas de10 a 17 mm. de ancho.

Impresiones en zonas (marcado con fajas coloreadas y concéntricas) denta-das y estampadas con piedra fueron identificadas en cuatro fragmentos, todos ellosal parecer cuerpos de botellas.

La puntuaciones o puntos son raros en la zona de textura en el estilo deCapilla Tardío, pero filas de grandes puntos circulares decoraron el exterior deTazones bellamente pulidos (Fig. 41a). Un fragmento inusual de una vasija grandecerrada tiene una zona con franjas rojas llenada con largos bosquejos incisos a lolargo de una zona oscura. Un fragmento similar se yuxtapone en una zona oscura

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de textura mate con bosquejos y una zona lustrosa sin decorar. Muchos otros frag-mentos tienen grandes bosquejos colocados casi de extremo a extremo (Fig. 50 d – f).En un caso, hay un círculo con pequeños puntos en la zona decorada (Fig. 50d).

Cuatro fragmentos de cuerpo fueron encontrados combinando una técnicaen el que el instrumento multidentado textura la superficie con líneas rectas parale-las, las incisiones paralelas están separadas por 1 ó 2 mm.

Dos fragmentos pertenecen a tazones y dos a cuerpos de jarras u ollas. Alfinal de la mitad de estos vasijas, una zona rastrillada contrasta con una superficieadyacente sin decoración. Los cuatro fragmentos tienen un mate final en el exterior,donde el rastrilleo era aplicado; uno de los vasijas cerradas con rastrilleo ha tenidofranjas rojas.

Adornos aplicados: pequeños retazos de arcilla suplementaria agregadospara crear irregularidades en la superficie externa fueron encontrados en fragmen-tos de cuerpos de botellas. Dos despliegues irregulares formando adornos sobreuna superficie lisa son puntiagudos. Los adornos de estos fragmentos son de 15mm. y 2.5 mm. de espesor y a 3 a 4.5 mm. en las paredes de los cuerpos de botellas.Uno de estos fragmentos tiene franjas rojas, el mate en las partes decoradas contras-ta con el mediano lustre de la superficie adyacente sin decoración. El tercer frag-mento tiene filas de adornos grandes rectangulares, los cuales están impresos conuna sola puntuación larga. Los adornos son de 4.5 mm. de grosor con un pequeñoespacio entre ellos.

Bandas

Las bandas aplicadas aparecen en cinco fragmentos. En dos cuerpos de botellasestán decorados con bandas aplicadas curvilíneas una de ellas tiene 11 mm. anchoy 5 mm. grosor y la otra 18 mm. de ancho y 12 mm. de grosor . Las superficies estánpulidas a un mediano lustre. Los otros tres fragmentos parecen ser más de tazonesque de botellas. El exterior es mate, mientras que el interior tiene un bajo lustre omate final.

Una de las decoraciones más distintivas del estilo Capilla Tardío es la apli-cación de pequeñas bandas ovoides en el exterior de las botellas oscuras (Fig. 50 g).Cinco muestras fueron recuperadas. El espesor de la pared de las vasijas se ubicaentre 3 a 4 mm. pero con las bandas aplicadas el espesor se incrementa de 5 a 5.5mm. Los fragmentos están pulidos a un bajo lustre, las marcas de pulido son visi-bles. Estas aplicaciones tienen una ancho máximo de 11 a 13 mm. y los extremosterminan en punta. Ninguna de las bandas están completas, aunque dos de losfragmentos más grandes tienen 23 mm. y 25 mm. de longitud, sugiere que la longi-tud total de la banda ovoide completa era aproximadamente de 50 cm., si se asumeque las bandas han sido simétricas. Una hilera de pequeños puntos (hechos coninstrumento hueco) ligeramente irregulares y ásperos de 3 mm. de diámetro, deco-ran el punto alto de estas bandas.

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Patrón BruñidoConstituye el 39% de la decoración encontrada en la colección de Capilla Tardía yvirtualmente todo esto ocurre en vasijas cerradas. Los fragmento de cuerpos conpatrones bruñidos están frotados ligeramente o rasgados en el interior, con unancho de 3 a 8 mm. El bruñido es lodoso y sus bordes son desiguales. En algunosfragmentos pequeños es algo difícil de distinguir entre cubierta en pulido y elbruñido. El ancho de las líneas del Patrón Bruñido promedia de 1 a 3 mm. Muchosde los fragmentos tienen líneas rectas paralelas, dos fragmentos tienen un patróncruzado de hileras y otro par tienen líneas rectas intersectantes.

PintadoLa aplicación de franjas blancas es introducida al inicio del estilo Capilla Tardío.Un fragmento exótico, proviene de un vasija cerrada con franjas blancas, dejandouna línea sin franjas de 1.5 mm. de ancho. Dos Tazones 3 tenían un elementopositivo pintado con una pintura blanca post-cocción sobre un fondo oscuro o enfranjas rojas. En un tazón, una banda blanca encierra la zona sub-borde (Fig. 41b) yen otro, una banda más ancha (8 mm.) desciende a través del lado del tazón.

SECUENCIA HUARICOTO EN LA HISTORIA DE LA CULTURA ANDINA

Los cuatro estilos cerámicos descritos para Huaricoto se extienden entre el PeríodoInicial y el Horizonte Temprano (1800 a 200 a.C.). Este período de tiempo es funda-mental para el estudio de la emergencia de la complejidad social en los AndesCentrales (Fig. 2). Los estilos de alfarería tienen un papel importante en el estudiode las sociedades tempranas, tanto como indicadores cronológicos y como indiciosde una interacción cultural. En general, las fluctuaciones del estilo cerámico res-ponden a los patrones cambiantes de la intensidad de la interacción y másespecíficamente, ellos expresan la naturaleza, tanto como la intensidad de contactocon grupos adyacentes y distantes. Desde que algunas secuencias han sido defini-das para este período, cada secuencia nueva ofrece la oportunidad de aclarar yrefinar las anteriores. A continuación se discute algunas de las implicancias de lasecuencia de Huaricoto para la historia central de la cultura andina.

Estilo Toril

Pertenece al Período Inicial Temprano, un tiempo en el cual los estudiosos distin-guen entre dos tradiciones cerámicas mayores en el Perú: una indígena para elbosque tropical y otro nativa para los Andes Centrales (Lanning, 1967: 85-87,Lathrap, 1971: 93-94). La primera está caracterizada por vasijas vivamente carenadascon bordes básicos y decoración en zona (sombreada incrustada). La segunda estátipificada por ollas sin cuello y tazones convexos con diseños incisos. La coleccióndel estilo Toril de Huaricoto accede sin ambigüedades dentro de la tradición de losAndes Centrales.

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El estilo Toril es muy similar a las colecciones tempranas conocidas en lacosta peruana, en forma y método de producción. Es similar a las pequeñas ollassin cuello y tazones con lados convexos que caracterizan el estilo Guañape tem-prano de la costa norte; a la cerámica de la Fase 1 de Las Haldas en la costa nor-central; a los niveles más bajos de la alfarería de Ancón y Villa Chira en la costacentral; y Erizo y Hacha en la costa sur. Las ollas sin cuello con una ligera inflexióno doblez en el contorno superior (e.g. Fig. 3) son probablemente la forma más distin-tiva de las limitadas formas que existen en estos lugares. Las vasijas eran excepcio-nalmente delgadas, desigualmente acabadas y quemadas pobremente bajo condi-ciones controladas. Otra forma de vasijas son las botellas y su decoración es extre-madamente rara (Fung, 1972: 66-69; Lanning 1967; Patterson 1985; Patterson yMoseley 1968: 119-122; Strong y Evans, 1952). Mucha de la alfarería tempranas deotras cuencas interandinas de la sierra del norte y centro se asemejan a estos estiloscosteños (Grossman, 1972: 127-130; Kaulicke, 1981: 374-383; Morales 1977: 35;Terada, 1979; Terada y Onuki, 1982).

Los rasgos que estos estilos del Período Inicial que tienen en común songeneralmente las diferencias naturales y regionales entre ellos, tales como, las pe-queñas botellas de doble pico encontradas en el sur, a diferencia de las botellas deun solo cuellos encontradas en el norte. También hay importantes variaciones, talescomo el uso de pintura negra en Ancón, mientras que los grupos vecinos de Chillóny Rímac usaron alfarería con decoraciones incisas. Esto no es sorprendente, ya quelas bandas o cintas aplicadas grabadas en Huaricoto tienen una contraparte noexacta con el estilo contemporáneo de La Pampa (Terada, 1979). Más distante, áspe-ras analogías pueden ser encontradas en la colección Guañape Temprano del valleVirú (Strong y Evans, 1952: 277-282).

Algunas similitudes entre las colecciones del Período Inicial Temprano pue-den ser explicadas por la carencia de una avanzada tecnología cerámica, combina-das con el deseo de imitar las vasijas en forma de calabaza, con la cual inicialmentela alfarería estaba compitiendo (Marcus, 1983). Desde esta perspectiva, estos diver-sos estilos cerámicos pueden ser observados como representantes de un pequeñopeldaño en el temprano desarrollo de la alfarería peruana. Por otro lado, lainteracción social y económica entre regiones adyacentes en la costa y en la sierra,probablemente también jugaron un papel en la generación de este patrón estilístico.En el altar o capilla de Huaricoto, por ejemplo, ofrendas de moluscos del Pacíficoson comunes durante ambos períodos: Precerámico Tardío y el Período Inicial Tem-prano. Las fuertes similitudes entre el estilo Toril y otras colecciones contemporá-neas probablemente reflejan el compartido legado cultural del Precerámico Tardío,así como el continuo contacto entre la costa y la sierra.

Estilo Huaricoto

Este estilo difiere de otras colecciones del Período Inicial Tardío en muchos aspec-tos. Ya que el Período Inicial Tardío estaba caracterizado por culturas locales depequeña escala que usaron material cultural para reforzar su sentido de identidad

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local y que ampliaría la unidad cultural. El estilo Huaricoto provee (más que sopor-tar una hipótesis) una generalizada dirección hacia la heterogeneidad culturalincrementada en el Período Inicial Tardío.

Los materiales de la fase Urabarriu de Chavín de Huántar (a 30 Km.) separecen a aquellos del estilo Huaricoto en un número de formas (Burger, 1984: 37-80) incluyendo la presencia de ollas sin cuello monocromas y formas de tazones, untratamiento similar de la superficie (sobre todo franjas rojas o mate o bajo lustre) ylos campos seleccionados para la decoración exterior (incluyendo la zona bajo elborde). Ambos estilos incorporan simples diseños geométricos incisos, tales comotriángulos pendientes, puntuaciones zonales y pintura roja post-cocción (Cf. Fig.11d Burger, 1984: Fig. 66). Por otro lado vasijas enteras Urabarriu (tazas, botellas yjarras) son omitidas en el estilo Huaricoto. Además dos rasgos fundamentales de ladecoración del estilo Huaricoto (bandas ensombrecidas, contrastes bícromos) estánausentes de la colección de alfarería contemporánea de Chavín de Huantar y mu-chas técnicas decorativas comunes Urabarriu (combinado, estampado con piedra,estampado con piedra dentado, bandas grabadas aplicadas) están ausentes en elestilo Huaricoto.

La Pintura post-cocción y bandas oscuras del estilo Huaricoto son similaresa Kotosh, localizado a 170 Km. al sur. Sin embargo, en los tazones y ollas sin cuelloHuaricoto, estas bandas no forman motivos complejos, como en Kotosh. Ademásesta forma decorativa no es contemporánea en los dos sitios. El pintado post-coc-ción y las bandas ensombrecidas parecen haberse originado en las tierras bajastropicales y éstas habrían sido incorporadas al estilo Waira-Jirca de Kotosh (Izumiy Sono, 1963: Tablas 9,10 ) y aparentemente habría perdido su popularidad enKotosh durante el Período Inicial Tardío cuando ésta era imitada por los alfarerosdel Callejón de Huaylas (Lathrap, 1971: Fig. 8) Quizá la tardía llegada de estastécnicas decorativas resulta de la imitación de los estilos de alfarería de otros gru-pos tempranos más cercanos a los valles interandinos del este, más que a lainteracción con sociedades forestales tropicales.

El uso de franjas rojas resaltado por incisiones, es otro sello del estiloHuaricoto y tiene paralelos con la alfarería del Período Inicial Tardío de Ancón yCurayacu (Lanning, 1967; Matos, 1968). Sin embargo, en la costa central la bandao motivo definido por incisiones son usualmente muy iluminados por la franjapigmentada. En Huaricoto la banda o motivo es frecuentemente dejado sin franjaspara contrastar con todas las franjas rojas del resto de la vasija. El viaje a pie deHuaricoto a Las Haldas y La Pampa toma al menos cuatro días, de modo que, laausencia de similitudes es significante entre el estilo Huaricoto y Las Haldas 2 ó 3,los estilos Yesopampa o La Pampa (Fung, 1972: 74-96, Terada 1979) y posiblementea la contemporánea fase Colpa de Huamachuco (Thatcher 1979).

Los fragmentos exóticos no son abundantes en el Período Inicial Tardío y elintercambio de alfarería es menos evidente que en Pacopampa o Chavín de Huántar.Es evidente la ausencia de fragmentos Huaricoto en los prestigiosos estilosCupisnique, Kotosh, Pacopampa o Bagua, de donde se han rescatado los más gran-des centros públicos de este período (Burger, 1984: 75-80; Lumbreras, 1973; Rosas yShady, 1970 y 1974; Shady y Rosas, 1980).

Richard L. Burger

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Estilo Capilla Tardío

El estilo Capilla Tardío aún no está bien definido al grado necesario para lascomparaciones productivas, pero provee una rica base para la discusión o debate.Ésta es claramente un estilo del Horizonte Temprano Medio y muestra una fuertesemejanza con el estilo cerámico Janabarriu de Chavín de Huántar, tanto en formasy modos de decoración. El uso de botellas pico-estribo, con picos reforzados (Fig.35-37), tazones con bordes sutilmente achaflanados (Fig. 40) y jarras (Fig. 30-31)pueden ser interpretados como aspectos de esta influencia, así como también lashileras de círculos, los círculos con pequeños puntos y círculos concéntricos. Lasnuevas formas y técnicas decorativas estaban presentes con anterioridad en Chavínde Huantar y en otras partes siendo intrusiva la aparición en Huaricoto.

La intrusión de estos rasgos estilísticos han sido notados por toda la costa,sierra norte y centro del Perú, esto produce un horizonte cerámico que en algunoscasos es paralela a la expansión iconográfica clásica Chavín (Burger, 1984: 42-45;Willey, 1951). Las nuevas formas en el estilo Capilla Tardío pueden ser entendidascomo una función del ensanchamiento de la interacción de la esfera Chavín y elcreciente poder y prestigio de Chavín de Huántar que estaba expandiéndose haciauna forma asentamiento proto-urbano de 42 ha. (Burger, 1984: 234-250). Asimismo,la adopción de estas nuevas formas puede señalar un ensanchamiento de la iden-tidad social y la creciente interdependencia entre los grupos vecinos que compar-tían este estilo.

INTERCAMBIO A LARGA DISTANCIA

La economía más conspicua resulta de la incorporación de Huaricoto dentro de laesfera Chavín, estando la participación de Huaricoto en un trabajo más extenso yactivo de intercambio a larga distancia. Esta nueva situación está manifestada porla aparición de los primeros artefactos de obsidiana en Huaricoto. Todos los frag-mentos de obsidiana con asociaciones seguras vienen de los contextos de CapillaTardío. En 1981 dos piezas sin modificar fueron analizados por traza de elementosen el Laboratorio Lawrence Berkeley, para determinar su origen geológico. El aná-lisis fue hecho en colaboración con Frank Asaro y Helen Michel utilizando procedi-mientos de fluorescencia de rayos X descritos en Burger y Asaro (1979: 288-289).Los resultados indican que las dos muestras provienen Quispisisa en Huancavelica,aproximadamente a 500 Km. al sur, localizado cerca al límite sur de la influenciaChavín, también fue el principal proveedor de obsidiana en Chavín de Huántar,Pacopampa y una multitud de pequeños sitios contemporáneos (Burger, 1980;Burger y Asaro, 1979: 305-306; Burger, et al. 1984).

La expansión de la iconografía Chavín fue el resultado de una larga difusiónde los elementos religiosos y el ornato arquitectónico Chavín. Esto es, en un sentido,la expresión material de una expansiva ideología, cuyo creador es probablementeChavín de Huántar. Un ejemplo concreto en Huaricoto del componente religiosodel Horizonte Chavín es el fragmento de hueso finamente tallado que representa

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una Gran Imagen la del Lanzón; principal divinidad supernatural de Chavín deHuántar, que fue descubierto en el extremo de un lindero sagrado donde eran que-madas las ofrendas hechas durante el Horizonte Temprano, siguiendo las tradicio-nes locales de dos milenios (Burger y Salazar Burger, 1980: 31). Similarmente, unode los edificios cubría un fogón ceremonial en Capilla Tardío incorporando blo-ques de piedra cortados y adornados que recuerda los trabajos en los centros de lasserranías Chavín.

El sincretismo religioso aparente en capilla Huaricoto es una buena muestradel complejo desenvolvimiento de la tradición local, influencia externa es continua-da in situ, innovando durante el Horizonte Temprano Medio. La cerámica de Capi-lla Tardía expresa la supervivencia de la identidad cultural local dentro del másamplio contexto del Horizonte Chavín por la presencia de formas puramente loca-les, como Botellas 5 u Ollas sin Cuello 6 y muchas de las formas más populares dedecoración, tales como, el patrón bruñido, cortas bandas ovoides punteadas, cortasincisiones contiguas y pintura blanca que son desconocidas en la colecciónJanabarriu de Chavín, excepto como raras importaciones (Burger, 1984: 107-158,166).

La recuperación de fragmentos de antaras o silbatos en los contextos deCapilla Tardío de Huaricoto también es relevante en este sentido. Estos instrumen-tos fueron producidos por moldajes de franjas, una especial técnica cerámica nousada en otras vasijas (Menzel, et al. 1964) y separando de la evidencia arqueológi-ca y etnohistórica, estos instrumentos fueron usados principalmente en contextospúblicos, principalmente en festividades religiosas. Similares instrumentos hansido recuperados en sitios del Horizonte Temprano como Nepeña (Proulx, 1973) yCasma (T. Pozorski y S. Pozorski en comunicación personal), pero no Chavín deHuántar.

CONCLUSIONES

Toda esta observación de materiales y artefactos documenta algunas de las formasen que Huaricoto era afectado por los cambios comunes del temprano desarrollocultural peruano. Su alfarería registró el impacto de fuerzas internas y externas ylos variados estilos descritos son testimonios del dinamismo de la cultura local. Enalgunos casos, este cuadro provee una contraparte paradójica para la imagen con-servadora de Huaricoto derivada de un estudio de su arquitectura religiosa (Burgery Salazar Burger, 1980) Por 2000 años, grupos del centro del Callejón de Huaylasvienen a Huaricoto para construir modestas cámaras rituales, para conducir cere-monias que incluían la incineración de ofrendas y esparciendo las conchas delPacífico y cristales para luego para edificar estructuras ceremoniales sobre lechosculturalmente estériles de arcilla, abono o piedra. Esta remarcable continuidad reli-giosa, sin embargo, no implica una sociedad estancada, es meramente uno de losmuchos casos en que las ceremonias cambian más lentamente que otros aspectos deuna cultura.La eficaz evidencia sugiere que las mayores transformaciones socioculturales sedieron a través del uso de las capillas Huaricoto. Quizá la naturaleza de estos

Richard L. Burger

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cambios pueden ser estudiados mejor en sitios de viviendas, enfocados en la pro-ducción de la casa y el nivel de comunidad y consumo, pero sitios así no han sidolocalizados. Los materiales de Huaricoto hacen ver algunas luces de estos cambios,especialmente para el intercambio y los cambios de interacción. Burger y SalazarBurger sugieren que la dirección general en Huaricoto hacia las cámaras ritualesmás grandes y los trabajos públicos más ambiciosos en la capilla (e.g. terrazas,paredes del recinto) pueden ser el resultado del crecimiento de la población local.

Los restos de fauna rescatados en Huaricoto, también proveen evidencia delcambio cultural (a pesar de lo pequeña de la muestra), más que las casas, los contex-tos en que los huesos fueron encontrados. El modelo más fuerte para la emergenciaes una reorientación gradual de estrategias de cacerías dominadas por grandesungulados (animales con casco o pezuña). Hacia estrategias de cacería decamélidos. Durante la Fase Chaukayan, los restos de venados son dos veces máscomunes que los restos de camélidos y los cérvidos continúan dominando la colec-ción de fauna durante la subsiguiente Fase Toril. Fragmentos de astas indican queel guemal, pudu y venado de cola blanca fueron cazados. Durante la fase Huaricoto,los venados aún excedían en número a los camélidos y esto es, hasta las fasesCapilla Temprano y Capilla Tardío en que los camélidos definitivamente despla-zan a los cérvidos. Estos huesos de camélidos del Horizonte Temprano son proba-blemente de llamas más que de camélidos salvajes, guanaco o vicuña. En resumen,el análisis de la fauna en Huaricoto, como los estudios de los restos de fauna enKotosh y Chavín de Huántar (Miller 1984, Wing 1972) indican que cambios mayo-res en el consumo de alimento se debió a la ubicación de asentamientos en losvalles interandinos que ocurrieron entre 2200 a.C. y 200 a. C. Esto implica modifi-caciones en las relaciones sociales de producción comprometida en la cacería oreunión de ganado en hatos o rebaños y reforzar la visión que una profunda trans-formación cultural ocurrió en el Callejón de Huaylas mientras que la CapillaHuaricoto florecía.

Traducción: Aliz Ibarra AsenciosTitulo Original en Ingles:PREHISTORIC STYLISTIC CHANGES AND CULTURAL DEVELOMENT AT HUARICOTO, PERU.En: National Geographic Reserch 1(4) : 505 – 534. 1985* Publicado con autorización del Dr. Richard Burger

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INTRODUCCIÓN

Al norte del Callejón de Huaylas, provincia de Pallasca y departamento de Ancash,encontramos un territorio interandino desértico, seco y de pronunciados plieguesorogénicos. El río Chiquikara (llamado Tablachaca en las cartas del IGN), halabrado el cauce más profundo de esa región septentrional del Perú, pues su lechobajo está a sólo 1100 m.sn.m. promedio, siendo de mayor profundidad, que aquelpróximo hacia el sur conocido como Cañón del Pato cursado por el río Santa.

El Cañón del río Chuquikara sirve de frontera geopolítica entre las provinciasde Pallasca (Ancash) y Santiago de Chuco y Huamachuco (la Libertad). La bandade Pallasca es su margen izquierda mientras que Huamachuco y Santiago de Chucoconstituyen la ribera derecha. En ambas márgenes hemos estudiado los sitiosarqueológicos precerámicos de La Galgada, Vizcacha Alta, Quebrada Morín, CerroCapitán Sánchez, etc, así como otros diversos yacimientos, como cerámicapertenecientes a distintos períodos culturales de la región.

En las laderas de la margen izquierda de la cuenca del río Chuquicara, entre1971 a 1974, investigamos el gran sitio arqueológico de Pashash, en las afueras dela ciudad de Cabana. Todas las prospecciones y excavaciones arqueológicasestuvieron ejecutadas por los arqueólogos Terence Grieder (Universidad de Texas)y Alberto Bueno Mendoza (Instituto Nacional de Cultura/ Universidad NacionalMayor de San Marcos), quienes entre 1976 y 1982, también descubrieron einvestigaron los sitios precerámicos del Complejo Galgada, ubicados al fondo delcañón.

Entre los años 1985 a 1990, el autor exploró algunos lugares de la Provinciade Huaylas; entre los sitios que llamaron su atención estuvieron Inkawain yTumshukaiko, en la margen derecha del río Santa, y en el pueblo de Huaylas,margen izquierda alta del mismo río, prospectamos el gran montículo arqueológicode Chupakoto. Desde el año 1999 al presente estamos excavando y estudiando elgran sitio de Tumshukaiko, Caraz – Ancash.

DESARROLLO ARQUEOLÓGICO AL NORTEDEL CALLEJÓN DE HUAYLAS

La Galgada, Tumshukaiko y Pashash

ALBERTO BUENO MENDOZAUniversidad Nacional Mayor de San Marcos

[email protected]

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GEOMORFOLOGÍA Y GEOGRAFÍA DE LA CUENCA DE LOS RÍOS SANTA YCHUQUIKARA

La Cordillera Blanca es la de mayor prominencia en los Andes Peruanos y forma ladivisoria continental de las aguas que drenan al Océano Atlántico y Pacífico, res-pectivamente. Está constituida por rocas sedimentarias del Mesozoico y Cenozoicofuertemente plegadas y con falladuras extensamente cubiertas por rocas volcánicasdel Terciario y Cuaternario.

En realidad, la elevación de los Andes es resultado de tres fenómenosgeológicos: movimientos de trasgresiones oceánicas, fuertes eventos eruptivos yprocesos de plegamientos y elevaciones de orden tectónicos. A un primerplegamiento (Plegamiento Peruano), siguió otro no menos importante y un tercerfenómeno (Plegamiento Andino), que elevaron los andes en los últimos setentamillones de años, hundieron la faja costera, se hicieron más pronunciadas laspendientes por mayor desgaste, las quebradas se profundizaron, etc., resultandoasí los actuales valles transversales que llegan al litoral Pacífico, y hacia Oriente,las quebradas montuosas que drenan al Bosque Húmedo Tropical de la Amazonía.

La cordillera de la Era Terciaria tenía una altura promedio de 2000 a 2500m.s.n.m. y estaba constituida no sólo por las antiguas capas plegadas sino tambiénpor moles de roca riolita/andesitas y granodioritas, cretácicas, plutónica. A causade intensos procesos de denudación, la cordillera de mediados del terciario erabaja; pero a partir del período Miocénico, volvió la actividad volcánica asociada alos consiguientes efectos tectónicos, propiciando nuevas elevaciones y rellenandodepresiones y quebradas interandinas hasta alcanzar pisos altos. Los geólogosconocen como Fases Quechua I, II y III a esta serie de fenómenos de plegamiento ycompresiones.

En los albores del Plioceno (últimos quince millones de años) y durante todoeste período, se produjo el último gran plegamiento y fallamiento compresivo delos andes, originando el relieve orogénico subandino montañoso de la CordilleraOriental al este de la Cordillera Blanca, y definitivamente, la morfología de lagradiente occidental llamada Cordillera Negra en nuestros días (Fase Tardiandina).Los recientes cinco millones de años, muy lluviosos, terminaron por esculpir lageomorfología andina. Respecto a la Cordillera Blanca, los ciclos orogénicosrecientes de los período mayores de intrusión y procesos de deformación externa,ocasionaron ondulaciones y esculpidos erosivos del relieve granodiorítico de altascumbres y originaron la posición oblicua de las laderas conformada por plutonesmenores de diorita, tonalita, andesita, stocks de cuarcita dacítica, etc., al mismotiempo que los factores de compresión elevaban el espinazo andino.

En el Reciente se transita del Plioceno al Pleistoceno, donde ocurren losmovimientos plio-cuaternarios con colevantamiento epirogénico del macizo andinoa sus alturas actuales. Mientras el hemisferio sur del planeta pasa por procesosgeoclimáticos de fuertísimos y densos períodos pluviales, al mismo tiempo, elhemisferio norte se encuentra azotado por fenómenos de fuertes enfriamientos yconsiguientes glaciaciones. En el hemisferio sur y especialmente en los Andes

Arqueología al norte del Callejón de Huaylas

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Centrales -donde está nuestro país-, sólo ocurrieron glaciaciones de altitud, debidoa la latitud tropical y ecuatorial del territorio.

Las glaciaciones de altitud en los Andes Centrales son glaciaciones plio-cuaternarias y cuaternarias de los andes sudamericanos, y es un fenómeno queocurrió también en otros territorios del sub-continente (Andes Septentrionales yAndes Meridionales). En nuestro país los hielos han erosionado profundamente elrelieve de la cordillera, abriendo los típicos valles transversales en forma de «V» o«U»; al mismo tiempo, han rellenado el socavacimiento fluvial de las cárcavas,cañones y hoyadas para convertirlos en valles interandinos. Alternativamente, enla Cordillera Blanca el agua de los deshielos ha erosionado las rocas, modificadola topografía de los geosinclinales y sinclinales y rellenado los fondos de las molesrocosas para quedar como pampas, altipampas, planicies, intramontanas o valleshondos. Este es el caso de altas quebradas como Pachacoto, las pampas de Katak,altipampas como Conococha, llanuras altas intramontanas como Tuctubamba ovalles encajonados como el llamado Callejón de Huaylas. Además, la acumulaciónde morrenas al pie de los casquetes glaciales o en las quebradas morrénicas hadeterminado el cierre de muchos pasajes de piemonte, con la consiguiente detenciónde las corrientes acuíferas de superficie o subterráneas, resultando la formación delagos y lagunas similares al paisaje observado en Llanganuco, paso obligado alabra y comienzos altos de Yanama hacia el declive oriental de la cordillera.

Conococha es una altipampa intramontana (4100 m.s.n.m.) de colmatajeserosivos, que por sus características morfo-genéticas se le denomina territorio depuna con cobertura herbácea e ichupaja.

El flanco occidental de la Cordillera Negra en Ancash es abrupta hastaaltitudes entre 3800 a 4000 m.s.n.m. promedio, disectada por cantidad de quebradasde las más variadas dimensiones, originando paisajes cambiantes y escabrosos.Los ríos de esta vertiente drenan por quebradas profundas, las que en algunossectores son moderadamente tendidas y con gruesas acumulaciones de laderascolmatadas en suaves ondulamientos permitiendo realizar agricultura, aunquepor otros largos tramos exponen vertientes ásperas y rocosas o farallones rocososemergentes que terminan en vértices apuntados de fuerte denudación (Fig. 1). Engeneral, las acumulaciones en talud son proclives a deslizamientos, derrumbes,desplomes, etc., debido a que las quebradas son encajonamientos cortados poreventos aluvionales y en sectores altos aparecen zanjados en roca maciza de clivajesplano-verticales.

La Cordillera Blanca en Ancash (8°30´ y 10°00´ Latitud Sur y los 77°55´ a los77°05´ Longitud Oeste) también es Cordillera Occidental en general, plegada porla Cordillera Negra a partir de Carhuaz. Se trata de una alta formación orogénicaandina con sus elevadas cimas cubiertas de casquetes de hielo y nieve, laderaserosionadas por escorrentías frígidas y rocas afiladas por fuerte denudacióncausada por los agentes erosivos, en cuyo piedemonte presenta altiplanicies dediversas dimensiones conformadas por material morrénico, muchas de las cualesalbergan vasos acuíferos de colores cambiantes(según la mineralizaciónpredominante en las respectivas zonas intramontanas). Un caso típico es la planicie

Alberto Bueno Mendoza

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Fig. 1 Departamento de Ancash y la ubicación de sus principales ríos y cañones (DibujoAlberto Bueno Mendoza. 1999)

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intramontana de piemonte que contiene a las lagunas gemelas de Orconcocha yChinancocha (conocidas como Llanganuco). Otro caso, es la altipampaintramontana de Conococha, cuyo escenario telúrico también pertenece a laCordillera Blanca. Este es el territorio donde nace el río Santa, el cual cursa trayectode sur a norte, cortando con sus aguas de origen glacial, el fondo tectónico bajo delvalle morrénico longitudinal llamado «Callejón de Huaylas» (180 kilómetros deextensión), paralelo a las Cordilleras Blanca y Negra (ver mapa de las CordilleraBlanca y Negra del Callejón de Huaylas por Felipe Díaz Bustos). Este río con suaveinclinación de su lecho, ha labrado su cauce profundizándolo a partir de Recuay,y prácticamente, dividiendo a ambas formaciones orogénicas de tal manera que laCordillera Blanca conforma su margen derecha, mientras la Cordillera Negra seubica hacia la margen izquierda. Al norte de Caraz atraviesa el Cañón del Pato yHuallanca.

La Cordillera Blanca y sus numerosos nevados constituyen una formaciónorogénica glacial tropical de aproximadamente mil kilómetros cuadrados (segúnel geólogo austríaco Hans Kinzl), que recorre, más o menos de sur a norte, losdepartamentos de Lima, Pasco, Ancash y Huánuco, en su borde occidental. Ungran número de cumbres localizadas en esta cordillera sobrepasa los 6000 metrosde altitud.

Esta cordillera carece de glaciares y sólo en determinados tiempos conestadíos de fuerte friaje, sus moles rocosas más altas (sector septentrional de éstas)se cubren de escarcha y nieve (entre Nepeña-Cañón del Pato y Huaylas). En laCordillera Negra se encuentran los pasos intercuencas hacia la costa y litoral delPacífico ancashino:- Paso Recuay-Aija-Huarmey : 4543 m.s.n.m.- Paso Callán-Cerro Hualloc-Yaután (Casma): 4100 m.s.n.m.- Paso Pamparomás-Nepeña: 4700 m.s.n.m.- Paso de Rumicocha : 4600 m.s.n.m.- Paso del Cañón del Pato (hacia Chuquikara) : 2100 - 1000 m.s.n.m. El río Chuquikara o río negro tiene un recorrido noreste-suroeste, por uncañón perpendicular profundo (1100 m.s.n.m. en el anexo Galgada) y vierte susaguas al Santa por su margen derecha, a la altura del pequeño Anexo de Chuquikara,donde encontramos el puente Bayly sobre el Santa para cruzar a la estrecha gargantarocosa del Cañón del río Chuquikara. El Cañón del río Chuquikara (más profundoque el Cañon del Pato) separa las provincias de Pallasca ( la más septentrional delDepartamento de Ancash) de las Provincias de Huamachuco y Santiago de Chucodel Departamento de La libertad, en la frontera norte de Ancash.

Este territorio árido y seco fue, sin embargo, de singular importancia arqueoló-gica por el surgimiento de sitios ocupacionales tempranos considerados como áreaoriginal de los comienzos de la cultura compleja en el Perú. La localidad de La Galgadase encuentra en este Cañón y los sitios tempranos pre-cerámicos están ubicados en lamargen derecha (Santiago de Chuco) y margen izquierda (Distrito de Tauca, Pallasca).La fuente de vida es el río negro - por sus aguas permanentes todo el año- que tambiénha labrado el cañón profundo por el cual discurre a su colector mayor, el Santa.

Alberto Bueno Mendoza

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Ya hemos dicho que la Cordillera Negra está plegada a la Cordillera Blancay que el río Santa la ha cortado, encajonando y profundizando su lecho. DesdeHuaraz, el río está pegado a la Cordillera Negra, dejando amplias terrazasmorrénicas en su margen derecha donde están las tierras de cultivo, se han asenta-do los mayores sitios arqueológicos y construido las ciudades contemporáneas. Altranscurrir de sur a norte, el río Santa ha ido cortando el plegamiento de la Cordille-ra Negra por los lugares longitudinales más bajos del valle. Así es como debe haberalcanzado a embalsarse durante mucho tiempo ante la muralla que significaba elmacizo al norte de lo que hoy es Caraz. Las aguas embalsadas constituyeron unagran laguna extendida desde Yuracoto, donde llegaba el antiguo lecho del río Llullán,directo curso por el fondo de la quebrada Parón-Huandoy. En uno de los varioseructos tectónicos y/o aluviones plio-cuaternarios, se rellenó el abanico deyectivodel lado derecho de tal quebrada, orientándose el río a formar un nuevo lechofluvial tirado al lado izquierdo, donde lo encontramos ahora.

En el caso del embalse plio-cuaternario, al aumentar el vaso acuífero logróalcanzar el nivel de una cárcava o gigantesca rajadura sur-norte entre las moles,más o menos a la altura del área de Colcas, por donde desciende el río Yuraqmayu alSanta y éste transcurre muy encajonado. El agua del embalse empezó a filtrarse porla cárcava, alcanzando velocidad y caída al filtrarse, para socavar, horadar, denu-dar y erosionar a las moles rocosas sedimentarias laterales, abriéndose un lechoencajonado y cuya fuerza de las aguas terminaron por desembalsar la laguna,desaguándola por el trayecto que ahora conocemos como Cañón del Pato. En ver-dad, las cordilleras Blanca y Negra no «se juntan», no «se unen», porque no sonformas vivas. Son formaciones orogénicas plegadas por procesos geológicos acti-vos de emplazamiento y compresión y después, por fenómenos de flexión y flexuraconformaron la unidad litológica fundamental. Esto lo notamos hoy en el Cañóndel Pato, partido en dos por la acción de las aguas: empuje, erosión y transportefluvial, que ha dejado dos perfiles laterales en «V» muy cerrada. Cuando el ríoSanta sale del Cañón del Pato hacia el anexo de Chuquikara, en las formacioneslaterales bajas notamos terrazas combadas, cortes en pisos geológicos conglomera-dos sobre los que hay colinas bajas de tierra sedimentada; es decir, depósitos fluvio-morrénicos acumulados por los procesos glaciales y fluviales plio-cuaternarios.Por otro lado, las evidencias del embalse descrito para el área sur del Cañón, loconstituyen las capas de arcilla fina (3 a 4 metros de espesor) que existen en elsubsuelo de Yuracoto, ahora explotadas como canteras sedimentadas de arcillapara fabricar tejas de uso arquitectónico actual en el Callejón.

El Cañón del Pato es una cárcava de verticales paredes rocosas sedimentariasaltísimas, carentes de vegetación. Partiendo de Caraz hacia Huallanca se pasan 36túneles en un recorrido de 25 kilómetros. En este pueblo y derredores interandinosse encuentra la Hidroeléctrica del Cañón del Pato que surte de fluido eléctrico a laregión.

De la Cordillera Blanca discurren al río Santa numerosos ríos y escorrentíaspermanentes, producto de los deshielos que llenan lagunas de piemonte y lascuales desaguan por las gradientes respectivas a su colector mayor en el fondo del

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valle. Por esto el río Santa (anteriormente a la llegada de los españoles era llamadoMayao), es de aguas permanentes y recorre una cuenca de 336 kilómetros hasta sudesembocadura al mar, al norte de Chimbote, por el valle del Santa. Estudiando lasrocas aluvionales de la quebrada Ranrahirca y aquellas que se observan en laquebrada Parón-Huandoy, se reconocen rocas metamórficas, igneas ysedimentarias. Los depósitos deyectivo-aluvionales entre estas quebradas, estánconstituidos por rocas fracturadas o rodadas de granodioritas, areniscas, cuarcitas,pizarras, esquistos pizarrosos y matrices areno-arcillosas sueltas. Tales materialesgeológicos son observados conformando colinas de suave talud fuertementemodeladas y cortas planicies cultivadas descendentes al fondo del Callejón. Lossuelos son en su mayoría morrenosos litosólicos superficiales, ligeramente alcalinos.

En general, las áreas andinas presentan sólo dos estaciones diferenciadas alo largo del año: meses lluviosos (diciembre a abril) y meses secos (mayo a octubre),pero en los nichos ecológicos y zonas de vida determinados se presentanmicroclimas constituyentes de verdaderas microrregiones y ecosistémicas, dondelas coberturas vegetales son densas (fondo de quebradas, alrededores de lagunasy planicies cortas de piemonte) y la fauna y avifauna autóctona todavía seconservan. En el valle o Callejón de Huaylas la cobertura vegetal nativa se intercalacon la de procedencia europea.

El Territorio de la Cuenca del río Chuquikara

Al Norte del Cañón del Pato, provincia de Pallasca, encontramos un territoriointerandino desértico, seco y de pronunciados pliegues orogénicos. El ríoChuquikara ha labrado el cauce más hondo de esta región septentrional del Perú,pues su lecho bajo está a sólo 1100 m.s.n.m., siendo de mayor profundidad queaquel cañón próximo hacia el sur, conocido como Cañón del Pato, irrigado por elrío Santa, cuenca colectora mayor de la región. El cañón del río Chuquikara sirve de lindero entre las provincias de Pallasca(Ancash) y Santiago de Chuco y Huamachuco (La Libertad). La banda de Pallascaes su margen izquierda y Santiago de Chuco es la ribera derecha. El áreaarqueológica se ubica hacia los 8°28´30´´ Latitud Sur y 78°09´00´´ Longitud Oeste.En ambas márgenes hemos detectado y estudiado numerosos sitios arqueológicosprecerámicos, así como otros diversos yacimientos con cerámica, pertenecientes adistintos períodos culturales( cronológicamente posteriores) de la región. Las prospecciones y excavaciones arqueológicas en los sitios arqueológicosdel Cañón fueron realizadas entre los años 1971-1984 por los arqueólogos TerenceGrieder (Universidad de Texas) y Alberto Bueno Mendoza (Instituto Nacional deCultura y Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Las excavacionesarqueológicas en el sitio de La Galgada fueron ejecutadas entre los años 1978-1984. Se trabaja en este Cañón desde 1976 hasta la actualidad, comprobándosecontinuidad ocupacional social hasta nuestros días.

Alberto Bueno Mendoza

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El Territorio de la Cuenca del río Llullán

En el Callejón de Huaylas iniciamos prospecciones y reconocimientosarqueológicos a partir del año 1975 para conocer el potencial de sitios (Fig. 2),iniciar la toma de datos para hacer un mapa arqueológico de la región, entre ellosdel distrito de Caraz, y en general, de la margen derecha del río Santa y las márgenesderecha e izquierda del río Llullán (el cual vierte por la quebrada de Parón, al pie nortedel nevado Huandoy). En mayo de 1999, llegamos a la Municipalidad Provincial deHuaylas - el historiador caracino Augusto Alva Herrera y el suscrito- interesados enrealizar el Proyecto de Investigaciones y Excavaciones Arqueológicas en Tumshukaiko,Caraz-- Ancash, obteniéndose los permisos del Instituto Nacional de Cultura paratrabajar en el sitio, cuyos estudios prosiguen hasta el presente.

La gran laguna de Parón (4250 m.s.n.m.) es la más grande de la región, puestiene 3.5 kilómetros de largo por 70 metros de profundidad y un ancho cuyoscontornos irregulares miden 700 metros promedio. Se encuentra a 32 kilómetros alnoreste de Caraz. Situándonos un poco al norte, en la quebrada alta de Tayapampa,podemos divisar al bello nevado Alpamayo (5947 m.s.n.m.). Esta laguna se encuentrarodeada de los grandes nevados Huandoy (6342 m.s.n.m.), Pishqu (5850 m.s.n.m.),Chakraraju (6108 m.s.n.m.), Pirámide de Garcilazo (5885 m.s.n.m.), Artesonrahu (6025m.s.n.m.), Caraz (6020 m.s.n.m.) y Agujapunta (5888 m.s.n.m.).

Las aguas que vierten por el río Llullán provienen de las escorrentías yfiltraciones del sistema nevado-laguna, las que recorren la quebrada alta y suspendientes hacia abajo, por el fondo de la quebrada, hasta constituirse en un afluentedel río Santa por su margen derecha, al pie oeste de la ciudad de Caraz. El gran sitioarqueológico de Tumshukaiko se encuentra entre las márgenes derecha de los ríosSanta y Llullán, un kilómetro al norte de la ciudad de Caraz.

El Territorio de la Cuenca del río Cabana

El Dr. Terence Grieder de la Universidad de Texas venía explorando el territorioaltoandino de Cabana desde el año 1969, con miras a realizar un Proyecto deInvestigaciones Arqueológicas en la región, provincia de Pallasca, departamentode Ancash. En el año 1971 trabajó con el arqueólogo peruano Hermilio Rosas LaNoire en el gran sitio arqueológico de Pashash, distrito de Cabana. El año 1973, fuíinvitado a participar en el Proyecto Pashash como arqueólogo asociado.

El sitio de Pashash se encuentra emplazado en una ladera altoandina* y seencuentra a 1.5 kilómetros al suroeste de la ciudad de Cabana, perteneciente a lavertiente occidental de los andes del norte: 8°28´30´´ Latitud Sur y 78°09´01´´ y a3,225 m.s.n.m. El río Cabana vierte hacia el lado sur del cerro donde se emplaza elsitio arqueológico de Pashash y es afluente por la margen izquierda del ríoChuquikara, en el fondo del cañón.

El paisaje altoandino quechua de la región de Cabana es montuoso. Susquebradas y sus cerros, colinas y laderas están cubiertas de vegetación arbustivaque se presenta hasta muy cerca de sus cumbres. En general, el paisaje de Cabana esde serena y límpida belleza, caracterizándose por el verdor de su comarca.

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Sin embargo, las márgenes del cañón del río Chuquikara (llamado tambiénTablachaca en las cartas del IGN), presentan una fisiografía desértica y sus terrazasde piemonte son cortas y estrechas, como ya se describió, en cuyo fondo se encuentrael lecho del río de aguas negras. El panorama que observamos desde Quiroz hastaCholoque muestra cerros de rocas sedimentarias y colinas de tierras negras, cerrosde tierra grisáceos y laderas multicolores: rojas, verduscas, grises, rojo-amarillentas,etc., entremezcladas a vetas carbonosas antracíticas de aspecto negro-azulado. Enlas quebradas laterales, por donde baja un aguajal, riachuelo o río, se observanralos montes ribereños, entre los que podemos encontrar sauces, molles, pastos,maguey, etc. En el lecho del río Chuquikara (1100 m.s.n.m.), que sirve de lindero alas provincias de Pallasca (Ancash) con respecto a la de Santiago de Chuco (LaLibertad), también existe un ralo monte ribereño conformado por las especies citadas,a las que se agregan chillcos, pájaro bobo, huarangos, juncos, totoras y otras especiesendémicas.

En la margen izquierda alta del cañón, zona quechua de Cabana y susalrededores, se encuentran las antiguas tierras más productivas de la cuenca. En laantigüedad constituyeron las áreas de cultivo agrícola, que fue la base alimenticiade la cultura Pashash, cuyos sitios arqueológicos se encuentran prácticamente entodos los nichos ecológicos de la provincia. Los antiguos no sólo aprovecharon lastierras de cultivo sino también los pastos de los sectores altos (hasta los 4000 m.s.n.m)del área de Cungush y laderas del cerro Mashgonga, donde pastaban camélidosandinos criados por la gente Pashash. Esto último se evidencia al haber sidorepresentados figurativamente en su bella cerámica arqueológica de pasta caolín.Estas altipampas se prolongan hasta la zona de Tres Acequias y los sectores dePusacocha, con sus ocho lagunas, de las cuales nace el río Guandococha, en cuyamargen izquierda se encuentra el pueblo de Guandoval. La ciudad de Cabana sesitúa a 3350 m.s.n.m. y hasta el presente, las tierras de sus alrededores constituyenel área de mayor productividad agropecuaria para la vida actual de la ciudad.

Hacia el norte se sitúan las tierras altas de Pallasca, pueblo. Una combinaciónde quebradas, cerros y colinas semi-desérticas, presentan el panorama ecológicoentre los territorios de Cabana y Pallasca. Pallasca, pueblo es tierra más alta queCabana, sin embargo, la gente antigua ocupó sus diversos espacios, incluidas lasladeras altas de sus cerros, como es el caso del Cerro Chonta, el cual presenta unsitio arqueológico tipo pueblo, cuyas dimensiones se calculan en un kilómetrocuadrado de extensión.

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LA GALGADA: GRAN SITIO PRECERÁMICO

El sitio arqueológico lleva el nombre de la mina de antracita local y lo conforman elMontículo Norte con pozo frontal y el Montículo Sur, además de una treintena dehabitáculos asociados en sus alrededores. Se le asocian unas rocas con petroglifosque muestran iconografía idéntica a la de las telas pintadas precerámicas recupera-das. En La Galgada, nuestras excavaciones arqueológicas revelaron arquitecturatemprana precerámica fechada por radiocarbono entre 3000 a 2000 a.C. Los testi-monios descubiertos son recintos curvados y cuadrados, muros internos ornamen-tados con nichitos trapezoides, presentando al nivel de piso, banqueta corrida en labase de sus paramentos internos delimitantes y un pequeño patio cuadrado conhorno céntrico, alimentado por aire que entra a través de un ducto de ventilación(Fig. 3). Esta arquitectura ocurre en el Montículo Norte (3200-2400 a.C.) y en elMontículo Sur, de menor tamaño (2400-2150 a.C.).

El sitio está formado por dos montículos arqueológicos precerámicos muy im-portantes:

- El Montículo Norte (3200-2700 a.C.): Fase Chuquicara A. (2700-2400 a.C.): Fase Chuquicara B.- El Montículo Sur (2400-2150 a.C.): Fase Pedregal.- Arquitectura «U» superpuesta (2150-1600 a.C.): Fase Agro-Alfarera Inicial.

Los exámenes de superficie y las excavaciones demuestran que el MontículoNorte es un edificio de planta cuadrangular, con esquinas curvadas (Foto 1), elevaciónmaciza y compacta, terminal alto a 16 m. sobre el nivel del suelo y acaba rematado enuna morfología arquitectónica «U» abierta al noroeste, presentando perfiles laterales yperfil frontal escalonado. Es un tipo de pirámide truncada con perfiles escalonadoslaterales en talud.

Así, los trabajos revelaron que el Montículo Norte es una pirámide truncadacon perfiles externos de cinco escalonados, en cuyo interior existen galerías de cortotrayecto (1.00 x 5.00 m.) y recintos curvados con nichitos trapezoides, banquetasadosadas a los paramentos internos de los recintos y pequeños patios a desnivel,llevando un horno centralizado con ducto o no de ventilación (Fig. 4). Estos recintosexcavados han sido fechados por radiocarbono, cuyos resultados calibrados pordendrocronología, respaldan un tiempo entre 3200 a.C. - 2700 a.C. y 2700 a.C. -2400 a.C. Los recintos del Montículo Norte funcionaron activamente en ese tiempoy constituyen morfologías internas de estas pirámides con pozo frontal, que des-pliegan planta en cuadro con esquinas curvadas (Foto 2).

Numerosos recintos conforman «pisos constructivos» superpuestos en ver-ticalidad. Estos son integrantes del montículo norte, en medio de gruesos rellenoscon piedras y ripio. Se calculan cuatro niveles de pisos constructivos precerámicosen éste, de los cuáles, conocemos el tercer y cuarto nivel. Los otros dos nivelesinteriores permanecen desconocidos hasta el presente.

El Montículo Sur fue excavado en 1978 (2400 a.C.-2150 a.C.). Aquí, predomi-na la planta arquitectónica cuadrada de esquinas rectilineales. También presenta

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nichitos trapezoides en el tercio superior de los muros internos(en número de tres),banqueta corrida en la parte baja de los paramentos interiores y un pequeño patioa desnivel con horno centralizado para el fuego, alimentado por ducto de ventila-ción (Foto 3).

El Montículo Sur es una edificación ejecutada a base de cuatro muroscurvados envolventes, al parecer con cierto escalonamiento al exterior. Al interiorde los muros envolventes, separados por rellenos delgados, se construyeron losrecintos en medio de similares rellenos, lo cual denota una arquitectura de rápidoscambios.

En la exhumación de las tumbas precerámicas hemos registrado notablestextiles pre-telar pintados, representando diseños figurativos de aves, avesentrabadas, ave-serpiente, el felino-serpiente, la serpiente bicéfala, serpiente, elhombre con serpientes, serpiente-ave entrabada, peces y motivos geométricos (trián-gulos, círculos, aspas, bandas escaleradas interlocking, etc.), plasmados en coloresnegro sobre rojo, rojo sobre blanco y negro sobre amarillo, rojo sobre amarillo ymarrón sobre blanco. Lo figurativo-geométrico se asocia al tratamiento técnico-li-neal de los motivos. Muchos ejemplares textiles precerámicos conservan bien suscolores y las técnicas pre-telar son variadas: torzal, trenzado, anillado, entrelazado,entrabado, etc., que posibilitaron hacer hilos, telas llanas (sobre las que se pintó),cobijas, bolsas y túnicas de vestir. La gente usó collares, pendientes, orejeras, pren-dedores de hueso y prendedores con incrustaciones de piedra semipreciosa, con-cha adherida con lágrima de huarango rojo, lentejuelas de concha marina, etc.

Asociados a los templos descubrimos rocas con petroglifos, cuyos diseñosconcuerdan con las figuraciones identificadas en los textiles precerámicos recupe-rados de las tumbas excavadas en el Montículo Sur. Tales representacionespetroglíficas son serpientes sonrientes, aves y figuraciones geométricas, las queestán directamente en relación estilística con los petroglifos del gran sitio LosCóndores, ubicado en la Quebrada Morín de la margen derecha del río Chuquikara.En este sitio también con graficaciones de serpientes sonrientes, aves (representaciónde tres grandes cóndores), felinos, peces, el hombre, mono, estrellas, etc. (ver Cuadro 1)

De lo expuesto se concluye que en La Galgada se asiste a una tradiciónarquitectónica precerámica de larga duración en el tiempo (3000-2000 a.C.). A losrecintos curvados originarios con nichitos, patio a desnivel y horno inscrito conventilador, les sucede una morfología cuadrada/rectangular de similar concep-ción interna, los que al ser abandonados como núcleos de interés fueron converti-dos en tumbas con falsa bóveda, de morfología abotellada, a las que se tenía accesopor galerías de corto trayecto (3 a 5 m. en promedio), modificando los conceptosoriginarios por medio de adiciones constructivas, rellenos, superposición de pisosy nuevos recintos. La relación tipológica de reminiscencia ancestral puede probar-se por la evidente imbricación arquitectónica de los elementos formales que acusanpatrón de continuidad estructural entre las fases, planteándose que los cambiosarquitectónicos fueron mínimos ya que las morfologías definidas se repiten en dife-rentes sectores y niveles hasta la introducción de alfarería en el sitio (1850 a.C.), afines de la fase Pedregal.

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Fig. 3 Montículos norte y sur de La Galgada

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Fig. 4. Isometría de los Montículos norte y sur de La Galgada

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Foto 1. Esquina alta suroeste precerámica externa del Montículo Norte (3000-2700 a.C.); destacala cenefa de nichitos remetidos ornamentando la esquina curvada de la fase Chuquikara A. La

Galgada.

Foto 2. Recinto precerámico curvado en la parte alta interna de la esquina noreste delMontículo Norte (3200 a.C.); la fecha procede del procesado del carbón vegetal

recuperado del horno con ducto de ventilación a la vista. La Galgada.

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66 Arqueología al norte del Callejón de Huaylas

Foto 3. Recinto cuadrado con esquinas rectilineales del Montículo Sur (2200 a.C.) con elpequeño patio a la vista, rodeado por la banqueta corrida, en cuyo centro está el horno y suducto de ventilación orientado abajo del vano; ver la pintura blanca en la esquina del lado

derecho del recinto. La Galgada.

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Así, en La Galgada, los edificios en estudio plantean un uso múltiple relacio-nado a cada etapa de modificación o adiciones arquitectónicas, puesto que cadarecinto permite y favorece alcanzar la impasibilidad mística. El estudio del compor-tamiento ceremonial y simbólico de la gente precerámica del sitio, en relacióncontrastante con otras formaciones sociales coetáneas, debe explicar las sucesivasmodificaciones y/o adiciones físicas, evaluando incluso la categoría simbólica decada recinto. Por tanto, la arquitectura en rápidos cambios se puede explicar anali-zando los procesos de diferenciación socio-culturales orientados a las innovacio-nes y transformaciones físicas de los templos.

El análisis de la interpretación general permite inferir una organización so-cial basada en la familia nucleada, de cuyo seno emerge la conducción elitista. Lostemplos funcionaron como atractivos gregarios, sede de eventos especializados,cuyas actividades ceremoniales (complicado ritual mortuorio, etc.), permitieron di-ferenciarse al conductor social temprano por su dedicación a comprender e inter-pretar los fenómenos naturales, observar los astros, ciertos ciclos biológicos senci-llos y determinar sobre aspectos del colectivo dentro de sus parámetros culturales.

Se considera que La Galgada y, en general otros sitios de la cuenca del ríoChuquikara, aparecen primordialmente con la arquitectura basada en recintoscon nichitos y hornos con ventilador y luego esta morfología se desplaza a Kotosh,Chupán (Huánuco) y Piruru (Huamalíes) y otros sitios, durante los movimientosmigratorios regionales tempranos para alcanzar las tierras tropicales, desde don-de se agenciaban chonta, tinturas, fibras, corteza, etc. registradas durante nuestrasexcavaciones. Los hallazgos de astas de cérvidos, huesos de camélidos y valvas demoluscos marinos, son indicativos de cacería en las altipampas de la región yactividades migratorias restringidas hacia el mar. Más tarde, durante el tiempopost-Chavín de Pashash, se seguiría este mismo camino y se repetiría las mismasprácticas ancestrales remanentes de la región.

Por la costa de Ancash, la forma arquitectónica en planta cuadrada conesquinas curvadas al exterior e interior se difundió desde La Galgada, alcanzandogran expresión en Cerro Sechín y Moxeque: en Sechín todo el plan del edificiocentral muestra la planta cuadrada con esquinas curvadas, (caso del Recinto delos Felinos) y su cerco externo construido a base de piedras grabadas representan-do motivos figurativos antropomorfos. (ver Cuadro 2)

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SECUENCIA ARQUEOLÓGICA EN EL RÍO CHUQUIKARA

SECUENCIA ARQUEOLÓGICA EN EL RÍO CHUQUIKARA

TIEMPO

ASENTAMIENTOS Y

ESTILOS DE PALLASCA

CULTURA

1533 d.C.

1470 d.C.

Pampas Limoncito Mashgonga Cerro Chonta II

Centros administrativos Tawantinsuyu. Asentamientos Tawantinsuyu con casas y depósitos, tumbas cuadradas y circulares con cresterías asociadas a cerámica Cusco Policromo.

1440 d.C. 1200 d.C.

1200 d.C.

Cerro Ake Cerro Guasochugo Pirichugo Cerro Chonta I

Pueblos en cumbres de los cerros. Cerámica gris incidida. Cerámica pasta rojo claro. Cerámica rojo pulido.

800 d.C. 700 d.C.

Ventanillas Pashash Transicional

Cerámica rojo claro. Deposición de muertos en “ventanillas” abiertas en los acantilados del río Chuquikara.

500 d.C.

100 d.C.

Pashash Negativo Pashash Positivo / Negativo Pashash Blanco / Rojo Fase Cerritos

Escultura lítica monumental. Cerámica con decoración en Negativo y Positivo / Negativo. “Caserones”: Arquitectura funeraria. Montículos sobre colinas: cerámica B/R.

1600 a.C.

2200 a.C.

2200 a.C. 2400 a.C.

Sitio Melonplaya (río Santa) La Galgada III (F. Pedregal) Quebrada Morín Montículo Sur Cerro Pajillas

Gran galería soterrada con piedras talladas. Precerámico último e introducción cerámica. Sitio Los Cóndores: Petroglifos figurativos. Textiles pintados: serpiente sonriente, etc. Tumbas abotelladas y rectangulares. Montículos piramidales de perfiles externos escalonados asociados con pozos a nivel.

2700 a.C.

3200 a.C.

La Galgada II: Pirámide Norte Fase Chuquikara B La Galgada I: Pirámide Norte Fase Chuquikara A

Cámaras funerarias rectangulares. Recintos planta cuadrada y esquinas curvadas. Recintos con pequeño patio y horno con ventilador. Arquitectura en planta cuadrada y esquinas curvadas.

Cuadro 1

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69Alberto Bueno Mendoza

TUMSHUKAIKO: GRAN SITIO PRECERÁMICO TARDÍO

UbicaciónEste sitio pertenece al barrio Nueva Victoria, Sector Cruz Viva, distrito de Caraz,Provincia de Huaylas, Departamento de Ancash (Región Chavín). Está situado a9°02’40" de Latitud Sur y a 77°48’28" de Longitud Oeste, siendo su altitud de 2295m.s.n.m. Está orientado desde el este (Quebrada Parón-Huandoy) al oeste (río Santa– Cordillera Negra). El río Santa se encuentra a un kilómetro en línea recta dedistancia respecto al emplazamiento del sitio y hacia el sur desciende el río Llullán,a unos 200 metros de distancia (Fig. 5).

AntecedentesAntonio Raimondi (1873); Julio C. Tello 1919 [1960]; Alonso Paredes (1920); ClideValladolid Huamán (no se ubica ningún informe); Lorenzo Samaniego Román (1991);Oscar Maguiña Valverde, Mariano Araya Araya y Víctor Echegaray León (1993);intervención del Museo Regional de Huaraz (1998-1999); Alberto Bueno Mendoza(1999-2000): Informe presentado al INC en Junio del 2000 y publicados dos artícu-los (Rev. Espacio, N°47: 2000 y Actas y Trabajos del XII Congreso del Hombre y laCultura Andina: 2001).

LA GALGADA ESQUEMA DE SU DESPLAZAMIENTO ESPACIAL(Cuadro 2)

LA GALGADA

Vizcacha AltaAl este de la Galgada

Caral II /ChupacigarroSupe - Lima

Chupan I (La Galgada /ChavínDos de Mayo, Huánuco

PiruroHuamalies - Huánuco

KotoshHuánuco

TumshukaikoNorte de Caraz

Huariqoto TempranoMarcará - Ancash

Huaynuna TempranoCasma

Huaca Loma TempranoCajamarca

SechínAlto/Moxeque/Cº SechínCasma - Ancash

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Estado de ConservaciónEl sitio está invadido por ocupantes precarios, los que están siendo erradicados pocoa poco por acción combinada del Instituto Nacional de Cultura de Huaraz, la Munici-palidad Provincial de Huaylas y el decidido apoyo del Proyecto Tumshukaiko. Endistintos tiempos, el sitio ha sufrido huaqueos, depredaciones y destrucciones quefueron detalladamente informados en 1999 al Instituto Nacional de Cultura.

Descripción del SitioEs un montículo gigante de 300 x 200 x 50 metros de altura, emplazado a un kilóme-tro al norte de la ciudad de Caraz. El Edificio principal está rodeado de tres montí-culos pequeños dispersos: dos hacia el rumbo este y otro ubicado en dirección sur,todos entre chacras de cultivo. Se trata de una pirámide con cuatro plataformas:una basal inferior hacia el oeste (Plataforma Tumshukaiko I); dos en el frente norte(Plataformas Tumshukaiko II y Tumshukaiko III) y otra hacia el centro-sur alto(Plataforma Tumshukaiko IV). (ver Fig. 6)

Presenta además, unas 96 pequeñas edificaciones (casas arqueológicas) ensuperficie. Estas se hallan asociadas a cerámica intermedio temprana, pero denueva tipología superpuestas a las construcciones precedentes.

Tumshukaiko precerámico es un enorme montículo arqueológico construidoa base de piedras cortadas y labradas de morfología triangular para asentarlas conbarro, mostrando aparejo regular al exterior y la parte alargada hacia adentro derellenos construidos.

Su patrón de asiento físico es por pares: un montículo grande y otro de meno-res dimensiones de próxima vecindad emplazado hacia el rumbo este, cubierto decasas actuales. Encontramos otros montículos más pequeños al lado sur, descono-ciéndose su naturaleza al estar rodeados de vegetación arbórea y arbustiva. Entreellos existen numerosos testimonios arqueológicos a investigar y rescatar.

Tumshukaiko es un sitio arqueológico precerámico tardío gigante de recien-te descubrimiento para la Arqueología Peruana. Las excavaciones arqueológicasque estamos conduciendo, permiten distinguir dos capas superpuestas de un me-tro cada una, integrantes del estrato cultural con cerámica Huaylas y otras Interme-dio Temprano (300 a.C. - 300 d.C.). Hasta los dos metros de profundidad es elestrato cerámico. (ver Cuadro 3)

Desde este nivel hacia abajo se excava descendiendo cuatro metros en laCuadrícula F5N del frente norte. En este descenso, descubrimos dos grandes murosconstruidos a base de piedras labradas triangulares, con esquinas en morfologíacurvadas básicamente precerámicas (2500 a.C. – 1600 a.C.). Los grandes muros conesquinas curvadas, cada uno con su pestaña de retiro, están separados por unrelleno tosco (2.40 m. promedio) a base de piedras con diferentes pesos y unidas conbarro. Desde tal profundidad comienza hacia abajo el estrato precerámico (Foto 4).

Como detalle arquitectónico, el muro derecho este presenta por su exterior,dos triángulos escalonados exentos (Foto 5) bajo una cornisa (2 m. de largo). En lasección inferior llevan una pestaña de retiro curvada, de forma análoga al segundomuro, igualmente precerámico.

Arqueología al norte del Callejón de Huaylas

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Fig. 5 Mapa de Ubicación de Tumshukaiko

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Se realizó el descubrimiento de una piedra tallada representando una cabeza ycara humana plasmada de perfil (Cuadrícula F5N), cuyos rasgos incisos recuerdanexperimentación de técnica transitiva al estilo de Cerro Sechín, valle de Casma, costade Ancash. Esta piedra se excavó asociada directamente a los muros con esquinascurvadas precerámicos, bajo el relleno de grava y canto rodados provenientes de laquebrada Parón-Huandoy. Este estrato inferior, aun no terminado de excavar pero demayor espesor, corresponde a Tumshukaiko III pre-Chavín y cuya cronología relativa,por cruzamiento de evidencias, estaría contextualizado al precerámico tardío (2200a.C.). El Precerámico Último (2000–1800 a.C.) de Tumshukaiko está representado porla Plataforma IV (Foto 6).

La escultura lítica Tumshukaiko (piedras labradas triangulares como materialde construcción) es una piedra tallada representando cabeza humana con cara deperfil, la cual ha sido ilustrada en el primer informe presentado al INC. Cabezas cla-vas, etc., apoyan la cronología temprana del sitio. Una placa lítica grabada en técnicaincisa encontrada en años anteriores, se corresponde con otra de motivo análogodescubierta por Pozorski y Pozorski (1986) en el Complejo Pampa de Llamas, Valle deCasma.

Arqueología al norte del Callejón de Huaylas

Foto 4. Excavaciones arqueológi-cas en la Cuadrícula F5N del

frente norte, Plataforma III (2200a.C.) Precerámico Tardío. En

primer plano la pestaña de retiro.El jalón muestra la verticalidaddel muro roto y el arqueólogoFrancisco Medina trabaja en el

relleno de conglomeradoprocedente de la Quebrada

Parón-Huandoy. Tumshukaiko.

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Fig. 6 Croquis de Tumshukaiko donde se aprecian las diversas plataformas.

Alberto Bueno Mendoza

Foto 5. Descubrimiento de dos triángulos escalonados exentos en la Cuadrícula F5N deTumshukaiko, debajo de una cornisa del frente norte; Plataforma III,

Precerámico Tardío (2200 a.C.).

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KOTOSH

Kotosh - Chavín Cerámica Chavín 1000 a.C. Kotosh - Kotosh Cerámica antecedente de Chavín 1400 a.C.

Kotosh - Wairajirca Cerámica Incial 1800 a.C. Kotosh - Nichitos Precerámico último en planta cuadrada 2000 a.C.

Kotosh - Mito Arquitectura en planta cuadrada y escultura de los brazos cruzados

2200 a.C.

LA GALGADA - TUMSHUKAIKO

Plataforma IV Precerámico Último 2000-1800 a.C. Plataforma III Precerámico Tardío 2200 a.C. Plataforma II Transición todavía sin datos 2200 a.C. Plataforma I Fase Precerámica Temprana 2500 a.C.

LA GALGADA - CARAL

Fase Pedregal Caral II 2200 a.C. Fase Chuquikara B Caral I 2600 a.C.

Aspero II: Huaca de Los Idolos 2700 a.C. Fase Chuquikara A Aspero I: Bajo Huaca de Los Idolos 3000 a.C.

LA GALGADA

Fase Agroalfarera Incial Arquitectura "U" Superpuesta 2150-1600 a.C. Fase Pedregal Montículo Sur 2400-2150 a.C.

Fase Chuquicara B Montículo Norte 2700-2400 a.C. Fase Chuquicara A Montículo Norte 3200- 2700 a.C.

LA GALGADA: DATOS CRONOLÓGICOS COMPARADOS(Cuadro 3)

Arqueología al norte del Callejón de Huaylas

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Tumshukaiko es un sitio con arquitectura formativa temprana contextualizado en-tre La Galgada y Chavín. La diferencia es que en Tumshukaiko las edificacionesson enormes, pero lo similar de la morfología arquitectónica reproducida con pie-dras labradas triangulares para conformar las esquinas curvadas y pestañas deretiro monumentales, son prueba de continuidad cronológica y cultural de la arqui-tectura precerámica precedente en La Galgada (Cañón del río Chuquikara), situadaal norte del Cañón del Pato. La arquitectura precerámica tardía de Tumshukaiko sepresenta como una continuidad de elaboración monumental tardía con respecto asus antecedentes cronológicos en La Galgada.

El estrato arqueológico precerámico Tumshukaiko fue enterrado por nuevosocupantes del sitio, es decir, por gente que tenían el uso de cerámica marrón denso(300 a.C.- 300 d.C.) y pertenecían al Intermedio Temprano, llamado Cultura Huaylas.Esta ocupación presenta cerámica arqueológica recuperada en las dos capas condos metros de espesor que cubren a la arquitectura precerámica Tumshukaiko sub-yacente, en asociación a los pisos de habitaciones construidas con piedras de cam-

Alberto Bueno Mendoza

Foto 6. Excavacionesprecedentes a nuestros

trabajos dejaron al descu-bierto los muros líticos quese ilustran en esta foto; setrata de la Plataforma IVescalonada precerámicaúltima (2000-1800 a.C.).

Apreciar las ménsulaslíticas ornamentales

alineadas como terminal desu muro inferior.

Tumshukaiko.

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76 Arqueología al norte del Callejón de Huaylas

Cuadro 4

CUPISNIQUE CHUPÁN II CHAVIN

HUACA LOMA SUPERCOMPLEJOSECHIN ALTO/ MOXEQUE

CERRO SECHIN

HUARIQOTO I CHUPAQOTO II

HUAYNUNA

TUMSHUKAIKO IICHUPAN IPEÑICO

ALDAS I KOTOSHMITO

PIRURO

CHUPAQOTO I

CARAL CHUÁCIGARRO

VIZCACHA ALTA

TUMSHUKAIKO I

LA GALGADA

ASPERO

LA GALGADA: SECUENCIA DE TIEMPOY DESARRROLO ESPACIAL COMPARADO

??

CARALCHUPACIGARRO

LA GALGADA

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po canteadas, que en número de 96 hemos identificado en la superficie. Lacapa superficial (capa 1 de arriba - abajo), presenta cerámica Rojo/Blanco,Pashash, etc.

A la actualidad estamos evaluando la dispersión territorial de los sitiosformativos tempranos de nuestro país, tales como La Galgada-Kotosh, La Galgada-Tumshukaiko, Caral, La Galgada-Caral, Piruru-Kotosh, Chupacigarro Grande yChupacigarro Chico, Huaynuná Temprano, los interpréstamos Pacopampa/Kunturwasi, Huarikoto Temprano y el Complejo Aldas en relación con elsupercomplejo Sechín Alto/Moxeke/Cerro Sechín (2000-1000 a.C.), precedentesdirectos del estilo arquitectónico Chavín. En cambio, los complejos cerámicos Kotosh-Kotosh/Cotosh Chavín y Chavín, requieren de un tratamiento nor-nororientaltipológico/estilístico para conocer sus modos de configuración y desplazamientosterritoriales. (ver Cuadro 4)

PASHASH: GRAN SITIO ARQUEOLÓGICO DE CABANA.

Nuestras prospecciones arqueológicas en la provincia de Pallasca realizadas entrelos años 1973 y 1975, nos permitieron hacer un mapa arqueológico de la regiónCabana-Guandoval-Cungush-Mashgonga y territorios próximos. Nuestrasexcavaciones ejecutadas en Pashash, permitieron obtener información amplia ydatos relativos a la arquitectura, su cerámica, urbanismo de altura, extraordinariotrabajos de los metales, fina escultura lítica y una variada iconografía figurativa ygeométrica del mayor nivel artístico.

La arquitectura Pashash representativa está constituida por edificios de plan-ta rectangular y elevación volumétrica llamados «Caserones» en la región (Foto 7),construidos a base de piedras canteadas y alisadas grandes, medianas y pequeñas,asentadas con barro; una serie de «pachillas» completan el aparejo irregular de lasestructuras, cuyas dimensiones son realmente monumentales. Estos edificios po-seen cámaras internas con un sólo acceso en el frente norte y, a los lados, presentaductos para ventilación, tal como comprobó el autor en 1973 al descubrir una deestas aberturas en el paramento sur del Caserón B con esquinas rectilineales. Casasen planta cuadrada, rectangular y ovaladas se distribuyen en los flancos este, nortey suroeste del cerro «La Capilla», cuya cumbre se modificó para construir unaedificación casi redondeada adaptada a los contornos topográficos, exhibiendo ensu interior los basamentos de cuartos con portadas a base de piedras talladas-pulidas, conteniendo profusas ofrendas culturales enterradas bajo sus pisos.

Los Caserones (uno se encuentra destruido y dos se conservan hasta la fe-cha), son considerados en los estudios arqueológicos como arquitectura ceremonialfuneraria. La arquitectura sencilla para vida diaria (casas) y la arquitectura ritualcultista (Cerro La Capilla), configuran un asentamiento en tránsito al urbanismocomplejo, adaptado a los desniveles topográficos propios de la suave ladera en quese encuentra construido.

La cerámica presenta gran variedad de formas: hay tipos figurativos y no

Alberto Bueno Mendoza

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figurativos. Ambos están pintados en dos técnicas: negativo y positivo. Esto quieredecir que los motivos pictóricos de los ceramios están ejecutados paralelamente abase de pintura en negativo -que deja como fondo el color original de la pasta,delineados los motivos en negro positivo- y pintado positivo a pincel sobre pastacrema.

Las formas figurativas Pashash más frecuentes son: felinos escultóricos conpedestal y vertedera campaniforme; felino-serpientes escultóricos con vertedera cam-paniforme; serpientes escultóricas con cuerpo enroscado, vertederas tubular y cam-paniforme, cabezas con orejas felínicas y cara sonriente; figuras humanas de perso-najes regios presentando aditamentos que señalan su prestigio y alto status (Foto8). Numerosos objetos alfareros figurativos pequeños se han recuperado al mismotiempo que los de tamaño normal.

Los ceramios Pashash no figurativos incluyen copas con pedestal campanifor-me, copas triangulares con pedestal campaniforme, ánforas de gálibo peraltiformecon tapas, tazas, tazones, cuencos con mango, ánforas campaniformes de base anular,jarras y objetos misceláneos. La vajilla cotidiana es de pasta roja simple sin pintura o

Arqueología al norte del Callejón de Huaylas

Foto 7. Esquina norte delCaserón B, parcialmente

cubierta de vegetación. Laesquina rectilineal está

conformada por piedraslabradas. Funcionaroncomo Mausoleos concámaras funerariasinteriores. Pashash.

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79Alberto Bueno Mendoza

con pintura roja positiva sobre pasta sencilla. También hay tazas con pedestal campa-niforme y cuencos de base ovoide en color negro reducido (Fig. 7).

El arte lítico es extraordinario y muy fino: copas con pedestal campaniformeen granito verdoso, pizarra y pórfidos; copas con pedestal campaniforme ejecuta-dos en técnica excisa y que presentan cuatro figuras simétricamente distribuidas ensu contorno exterior: dos hombres Pashash opuestos tratados de frente y con losbrazos haciendo señales significativas, y de la misma manera, dos felinos talladosde perfil con sus fauces abiertas mostrando colmillos rectos; otros numerosos per-sonajes Pashash son representados en el fino arte lítico. Los ejemplares más repre-sentativos tienen incrustaciones de ónix verde o turquesa para dar vida a los ojos;esculturas de yupana; placas líticas grabadas figurativamente con motivos queaparecen en la alfarería; cabezas-clavas antropomorfas, zoomorfas, ornitomorfas,etc.; figuraciones líticas de animales domésticos, molederas, piruros finísimos enlapislázuli, cuarzo, etc. Este arte trasunta una de las más altas tecnologías de la finatalla lítica andina.

Otro notable rubro artístico de Pashash es la fina metalistería altamente técnica(vaciados en matriz), que incluye sonajas con vástagos en espiral, vástagos con estríasen torzal, curvados, rectos y con decoración troquelada; sus cabezas son exteriormentefigurativas con flecaduras terminales; alambres, bolas, clavos, esteques, anillos, tubos,agujas, etc., completan la muestra registrada durante las excavaciones. Los objetosreseñados son de cobre, cobre bañados en oro, etc. (Foto 9 ).

Foto 8. Fragmentos de ceramio estilo Pashash; en la sección inferior notamos unadecoración encadenada de «pupilas» en técnica negativa, mientras que los ojos,

orejeras y tocado de la cabeza están plasmados con pintura positiva.

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Arqueología al norte del Callejón de Huaylas

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El análisis del conjunto de los materiales estudiados es evidencia de quetratamos con una formación social estratificada, distinguiéndose señores, shamanes,dignatarios militares, guerreros (Fig. 8) y gente sencilla. Es incuestionable el énfasisseñorial y guerrero en correlación con algún tipo de ceremonias y culto vinculadosa tales estamentos. Fuerzas importantes de su mentalidad estuvieron basadas en elafán reiterativo del motivo felino, la serpiente y las aves (alliguangas, cóndores,lechuzas, cushipas [palomas de monte], etc.).

En conclusión, el arte precerámico de La Galgada es la matriz y fundamentode la posterior evolución, configuración y desarrollo de la cultura Pashash, cuyaseparación cronológica no desarraigó la continuidad representativa iconográficade ambas vigorosas expresiones en la región, sólo diferenciadas en el tiempo, laforma y el estilo artístico.

* Somos deudores del Ing. Augusto Cardich, por la creación (1964) del término «altoandino», para su usoen la Arqueología de Sudamérica.

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82 Arqueología al norte del Callejón de Huaylas

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INTRODUCCIÓN

El tema de los orígenes ha tenido gran recurrencia dentro de la historia de laarqueología. Podríamos decir que desde que la arqueología comenzó ha definirsecomo ciencia (a comienzos del siglo XIX), la preocupación por los inicios -de lahumanidad, de la civilización, de las naciones- ha generado hartas publicaciones,comentarios, conferencias, investigaciones y simposios. Y detrás de estaspreocupaciones han existido distintos intereses políticos, económicos, individuales.El objetivo del presente artículo es realizar una relectura a esta temática,adentrándonos en la narrativa y los objetivos de los autores, tomando como puntonodal el sitio de Chavín de Huántar y los discursos y ejes que han atravesado suinterpretación, afectando el propio desarrollo de la disciplina arqueológica en elPerú.

A fines del siglo XVIII y comienzos del siguiente, el interés de los científicospor naturalizar los conceptos y la observación de la naturaleza los llevó a unaconfrontación con la iglesia y el clero, sobre todo en aquellos países donde eldesarrollo industrial era más fuerte (Inglaterra y Francia). Los antiguos gobernantesjustamente legitimaron su poder basándose en interpretaciones e ideologíasfundamentadas en el cristianismo; los nuevos líderes debían probar que talesdiscursos no tenían un sustento empírico. El debate acerca de los orígenes delhombre tal vez haya alcanzado un punto crítico con los trabajos y estudios deDarwin; por supuesto que tales teorías deberían tener los suficientes datos que lasapoyen. Fue en Inglaterra donde comenzaron a aparecer libros acerca de los tiemposprehistóricos (según Bruce Trigger, investigador canadiense, el libro en arqueologíamás influyente del siglo pasado fue Prehistoric Times, as Illustrated by Ancient Remains,and the Manners and Costums of Modern Savages de John Lubbock, 1965). El discursoeuropeo del progreso como condición natural del ser humano encontró respaldoen dichos estudios.

TEORÍA Y MÉTODOS EN CHAVÍN DE HUÁNTAR

ROBERTO BUSTAMANTE VENTOUniversidad Nacional Mayor de San Marcos

[email protected]

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Pareciera que el consenso que existió a finales del siglo pasado cambió laperspectiva del tema del origen. Una vez comprobado para la mayoría deespecialistas que el origen del hombre era natural y no divino, las miradas secentraron en aquellos aspectos, conceptos y valores sobre los cuales las nacioneseuropeas creían haber construido sus naciones. La narrativa del origen se centróen la civilización.1

El término civilización tiene su origen en la palabra latina civis, que significaciudadano, miembro de la civitas, que quiere decir estado, gobierno2. Se contraponey sucede, tal como lo plantearon Engels, Gordon Childe, Lumbreras, entre otrosautores, al Salvajismo y a la Barbarie, es decir, a las condiciones sociales donde noexisten estado o gobierno o donde no existe la sociedad urbana.

Aquí empieza nuestro dilema. En principio, el estudio del origen de lascivilizaciones buscó legitimar el llamado progreso que estaba imponiendo Europay Norteamérica en el mundo, a fines del siglo pasado. Podemos dar fe de ello, ytomar como ejemplo los estudios de Max Uhle, quien planteó que el desarrolloexistente en los Andes Centrales debió difundirse en algún momento desde Europa,a través de Asia, Mesoamérica, hasta llegar a costas peruanas. Tello, con el respaldode Leguía y su proyecto nacional, desarrolló una propuesta nacionalista según lacual la cuna de la civilización se ubicaba en territorio peruano. Similar situaciónocurrió en China, donde investigadores de la región demostraron que los orígenesde la civilización china se encontraban en su propio territorio y no en Europacomo se había pensado.

Tal vez uno de los autores dentro de la arqueología más citados acerca delos orígenes de la civilización es Vere Gordon Childe (1892 - 1957). Desarrolló susteorías de progreso sobre la base del funcionalismo inglés y al marxismo, a travésde Engels. Si bien no se adscribió al evolucionismo unilineal que imponía Stalin yla Unión Soviética, introdujo el concepto de revolución social para explicar laaparición de las ciudades (revolución urbana). Sin embargo, en sus escritosmantiene la propuesta adoptada por Engels en su libro «Origen de la Familia, laPropiedad Privada y el Estado», donde la sucesión se da a través del Salvajismo, laBarbarie y la Civilización. Luis G. Lumbreras inicialmente utilizó dichos conceptospara explicar el desarrollo de la sociedad peruana, aunque luego ha adoptado unaposición más abierta y tomando como referencia la condición del ser humano.

La problemática del origen de la civilización (de las ciudades y/o del estado),ha adquirido en el Perú dos posiciones divergentes. La primera asume que lasparticularidades andinas son tan diferentes a las europeas, por lo que las categoríasde ciudades, civilización y estado (que como hemos visto tienen un mismo origen)son insuficientes o erróneas. Una segunda perspectiva plantea que dichosconceptos son lo suficientemente elaborados como para aplicarlos en el área andinacentral. Sin embargo, ninguno de los dos puntos de vista ha colaborado con unacomprensión del desarrollo social en los andes, ya que la primera solamente lo haevitado, mientras que la segunda se ha limitado a una problemática de especialistasy prestigio, similar al caso del origen natural del ser humano en nuestros días.

La premisa que se maneja con respecto al origen de la civilización es lasiguiente: La civilización sucede a la barbarie; el ciudadano al bárbaro. En los

Teoría y Métodos en Chavín de Huántar

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textos, en la narrativa arqueológica encontramos los términos de focos, de cunasde civilización; se piensa que debe existir un inicio, el adán y eva de las ciudades ode los estados. Con esa misma lógica podríamos encontrar muchos bárbaros ysalvajes en nuestros días: en las áreas rurales, en los bosques amazónicos. Losexcluidos y marginados se encuentran atrasados con respecto a dichos focos (sonsalvajes o bárbaros, dejo el concepto al lector), y por lo tanto deben ser civilizados,vivir bajo el estado. De alguna manera, los estudios de los orígenes están legitimandomás a aquellos que ostentan el poder que a los marginados por el sistema, por lotanto no ayudan a encontrar soluciones o nuevas perspectivas a la problemáticasocial, y sí al cientificismo y a que la condición social imperante se reproduzca.Los estudios de los orígenes de la civilización en nuestros días está legitimando,de una manera u otra, la llamada globalización y el desarrollo del denominadoprogreso urbano- occidental.

Haciendo una revisión de los discursos de la arqueología creados parainterpretar el desarrollo de las sociedades en el Perú prehispánico, observamosque Chavín ha servido como uno de los ejes principales en torno al cual giraban losdebates. Chavín es un punto clave para la comprensión de los orígenes de laCivilización Andina.

Chavín de Huántar es el sitio - tipo de una cultura definida a partir de unestilo artístico representado por un conjunto de esculturas y lápidas gravadas delsiglo pasado encontradas en este lugar.

Por su antigüedad, sus características espectaculares y la amplia dispersiónde algunos de sus componentes, Chavín ha adquirido renombre en la arqueologíaandina. En torno a él se han elaborado las más diversas propuestas sobre susignificado e importancia en el proceso de organización de las sociedades complejasde los Andes (Lumbreras, 1993).

Consideramos que los discursos científicos están determinados, en últimainstancia, -no necesariamente dominados- por su contexto social. Los científicos tratande que sus ideas sean aceptadas para legitimar los intereses de clase que representan.Si son aceptadas (en el ámbito de la sociedad en general), serán principalmente, porquerepresentan los intereses de la clase que controla el poder político-económico. Estecorpus de ideas lograra homogeneizar a la sociedad (agrupando a distintos sectoressociales), formando lo que se denomina un bloque histórico.

Son por estas consideraciones, que para el presente trabajo, aparte de revisarconcienzudamente los distintos artículos científicos presentados por losarqueólogos, han sido muy útiles el libro «Historia del Pensamiento Arqueológicode Bruce Trigger» (1992) y el artículo «La Economía Política y el Discurso llamadoArqueología Peruana» de Thomas C. Patterson (1998). Ambos ayudarán a entenderel contexto social en donde se forman estos discursos.

Sobre Chavín de Huántar han escrito cronistas del siglo XVI como PedroCieza de León (1550), Santo Toribio de Mogrovejo (1593), Antonio Vasquez Espinoza(1616). Viajeros estudiosos como Charles Wiener (1883), Ernest Middendorf (1886).Son especialmente notables las anotaciones de Middendorf, quien estableció lacoherencia cultural existente entre este monumento y otros que él observó en la

Roberto Bustamante Vento

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costa de Ancash, proponiendo que todos ellos debían considerarse parte de unamisma formación preincaica de carácter regional (Lumbreras 1993).

Pero es desde 1919 que se inician las investigaciones arqueológicas en elsitio por Julio C. Tello bajo el auspicio de la Universidad Nacional Mayor de SanMarcos. Tello trabaja en el sitio en distintas épocas. Entre sus últimos trabajosestán los que realiza junto con Wendell C. Bennett (1944). Luego vendrían lasinvestigaciones de Rowe (1962, 1970, 1973), Lumbreras y un equipo deinvestigadores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1970a,1970b,1993; Lumbreras y Amat, 1965-66), Burger (1989, 1992, 1993, 1995) yúltimamente John Rick (1998).

ARQUEOLOGÍA, NACIONALISMOS Y CHAVÍN DE HUÁNTAR

Julio C. Tello se gradúa de médico en el año de 1912, viaja becado a Harvard aseguir cursos de antropología, con profesores como Franz Boas y Alex Hrdlika(Kauffmann, 1997). La situación política que el Perú vivía estaba afectada por lacrisis económica que existía como consecuencia de la Guerra con Chile (Reaño,1990). Era la época del final del primer gobierno de Leguía (1908-1912) y el gobiernode Billinghurst (1912-1914), el cual represento el despertar provinciano y el odiodel civilismo de clara tendencia centralista y limeña (Reaño, 1990).

En la Universidad de Harvard enseñaban los catedráticos Franz Boas yAlex Hrdlicka. El primero fue fundador e impulsor de la corriente de la arqueologíaHistórico-Cultural en Norte América, mientras que el segundo era ya un reconocidoAntropólogo Físico dedicado a estudiar todos los esqueletos que se decíapertenecían al Primer Hombre, demostrando que ninguno de ellos podría datarsecon seguridad antes de la era posglacial (Trigger, 1992). Es necesario señalar laimportancia de estos maestros de Tello en su posterior comprensión de la culturade los Andes Centrales ya que de allí provendrá parte de su marco teórico. Los dospilares de la explicación son la difusión y la innovación y los materiales culturaleseran respuestas de estos dos fenómenos. La formación de Tello en este contexto ysu posterior formación como museólogo en Europa (en Gran Bretaña y Berlín), lepermitió comprender como la arqueología podía contribuir a un desarrollo de una«Conciencia Nacional». Según Trigger, el enfoque Histórico-Cultural puede serutilizado para reforzar el orgullo y la moral de las naciones y los grupos étnicos.Con frecuencia lo aplican con este fin los pueblos que se sienten frustrados,amenazados o privados de sus derechos colectivos por naciones más poderosas olos países que necesitan una mayor unidad nacional para contrarrestar divisionesinternas serias (Trigger, 1992:167). El clima político que se vivía en Gran Bretaña yBerlín a comienzos de la Primera Guerra Mundial condicionaba la creación degrandes museos en sus capitales, museos con material cultural de todo el mundoque, sin embargo, ponían énfasis en los logros culturales de sus naciones a travésde la historia.

Teoría y Métodos en Chavín de Huántar

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Las explicaciones anteriores a Tello acerca del surgimiento de la Alta CulturaPeruana decían que esta tuvo necesariamente un origen externo, con seguridadcentroamericano, ya que la denominada civilización Tiahuanaco presentaba undesarrollo demasiado avanzado para que pueda haber surgido de los pescadoresprimitivos de la costa (Ravines, 1970, citando a Wiesse, 1913). Hule, iniciador dela arqueología en el Perú, fue el que dio estas propuestas. Él era difusionista yevolucionista, consideraba a los pescadores de Ancón primitivos en relación conla cultura Chancay. Quería establecer secuencias culturales regionales vinculadaspor los horizontes o estilos artísticos generalizados. Poseía un supuestometodológico positivista que se basaba en el método inductivo y cuyo empirismolo llevó a explicar el origen de la civilización andina como producto de la difusióncultural desde mesoamérica y que habría llegado allí desde China. (Patterson,1998).

En este tiempo existía un fuerte problema social que consistía en laexplotación de los indígenas campesinos de la sierra en beneficio del desarrollo dela Costa. Tello se enmarcaba dentro de la corriente del Indigenismo, corriente queutilizaba su benefactor el presidente Leguía para sus fines políticos.

Tello al regresar de su viaje por Norteamérica encuentra esta situación ydecide a tratar de explicar mediante la Arqueología Histórica-Cultural y susexperiencias el desarrollo de la Alta Cultura. Consideraba, a diferencia de Hule,que la cultura era una tradición orgánica (como una criatura viva), que sedesarrollaba y se transformaba en el tiempo. Le daba importancia a la culturapopular.

Si bien es cierto que Tello fue formado dentro de la corriente historica culturalpartiendo de un supuesto metodológico positivista, su positivismo era muy propiode la medicina pues manejaba un método hipotético deductivo. Lo primero quehizo antes de realizar la investigación empírica concreta, fue elaborar una hipótesisglobal sobre como entender el proceso andino. Basándose en el proceso de desarrolloagrícola, que era la base de la civilización andina; planteó la progresivaacumulación de experiencia y conocimientos, pasando desde la selva hasta lazona en donde era necesaria la agricultura de riego. Por eso es que Tello se va abuscar directamente a Ancash y encuentra Chavín. Antes de conocer Chavín ya élsabía que tenía que encontrar algo como eso (Lumbreras, 1994: 19).

En síntesis, Tello planteó y demostró que la civilización andina tuvo undesarrollo autóctono, y que se originó en el área del Alto Marañón (Tello, 1943,1960). Esta cultura, a la que denominó Chavín debido al sitio de Chavín de Huántar,cubría el vacío que habría observado antes Uhle y Wiesse. Encontró que en diversascolecciones privadas habían materiales que correspondían a esta cultura y que enel material encontrado por Uhle mismo en Ancón se hallaban estos materialesChavín (Tello, 1943).

Tello explicó que la Cultura Chavín tenía su centro en el sitio Chavín deHuántar, a partir del cual se difundió hacia todo el área andina. También explicóque por la abundancia de elementos amazónicos dentro de la iconografía y ladomesticación de plantas originarias de la selva (como la achira, la yuca, etc.), lacultura Chavín tuvo su origen en la Amazonía, desde donde posiblemente migraron

Roberto Bustamante Vento

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hacia el Callejón de Conchucos (Tello, 1960). La cultura Chavín, con su foco Chavínde Huántar, abarcaba una región desde el sur de Ecuador hasta Ocucaje, Ica., y porel oriente, hasta la cuenca del Marañón.

Los rasgos significativos que encontró fueron:Los edificios de piedra: Siguiendo el modelo de Chavín de Huántar, están los deSechín Alto, Moxeque, etc.Obras escultóricas: Obras en alto y bajo relieve. Estatuas de piedra adornandotemplos.Cerámica: Recipientes monocromos, negros, grises y rojos. Cuellos tubulares ygruesos, ornamentadas con líneas incisas.Representaciones de seres demoníacos: Dragones de cuerpos alargados, monstruosfelinoides, monstruos ornitomorfos, monstruos ictiomorfos, felinos humanizados.

Los materiales que Tello rescató de sus excavaciones fueron llevados a Limapara ser expuestos en el Gran Museo Nacional de Antropología y Arqueología,ubicado en la capital peruana, de modo análogo a Gran Bretaña y Berlín. Lanecesidad de exponer los logros de la civilización andina a la comunidad se hizorealidad. No era sólo tener colecciones o depósitos sinó, el demostrar algo: la riquezadel indígena peruano, ya que, como señalaremos, esto tenía como objetivo realzarla moral y el orgullo de una población que se veía despojada de sus derechoscolectivos por una clase aristocrática blanca que gobernaba el Perú.

LAS ESCUELAS NORTEAMERICANAS Y CHAVÍN DE HUÁNTAR

La influencia de la Universidad de California (UCLA) sobre la Arqueología Peruanaes enorme. Strong y Kroeber (alumnos de Uhle, y formados con los materiales queel arqueólogo alemán extrajo del Perú), tenían como principal interés establecergrandes secuencias estratigráficas y estilísticas. Una vez aceptadas las evidenciasde Tello con respecto al origen autóctono de la Cultura Peruana, las miradas secentraron en la obtención de cronologías culturales cada vez más sólidas ycompletas. En cierta manera, podemos observar correspondencia y continuidadentre los trabajos de Bennett (1944; Bennett y Bird, 1948), Rowe (1962,1968,1973) yúltimamente Burger (1989,1992, 1993). Hay una serie de conceptos compartidospor todos estos autores. Representan la corriente más conservadora de laarqueología con caracteres netamente descriptivos. Sus alumnos son formados omejor dicho siguen los postulados y conceptos de estilo, tipo, fase, tradición, etc.

A finales de la década del veinte, el discurso de la arqueología peruana sefragmentó. Por un lado Kroeber y Strong mantenían la estructura tempo-espacialde Uhle. Por otro lado, Tello continuaba investigando y desarrollando susplanteamientos. Es en 1937 que hay un acercamiento entre estos grupos, a raíz delapoyo que brindara Rockefeller (quien era encargado de viabilizar la política del«Buen Vecino» de la administración Roosevelt) a Tello, para que continuara susestudios. Se funda el Instituto de Investigación Andina. Tello (desde 1919 hasta1940) y Wendell C. Bennett en 1939 realizan excavaciones en Chavín de Huántar.Ambos concordaban en que Chavín era el periodo pamperuano más antiguo.

Teoría y Métodos en Chavín de Huántar

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Ni Tello ni Bennett lograron definir la cerámica asociada a los monumentoschavinenses de manera fehaciente, de modo que el marco de referencia para eldebate era muy débil.

Bennett junto a Kroeber, tratan de unir las conclusiones de Tello con laestructura tiempo-espacial de Uhle. Esto era muy difícil ya que había diferencias,reflejo de dos conceptualizaciones distintas. Era necesario, a la altura del nuevoconocimiento, nuevos conceptos que suplantasen los del discurso original.

Es Gordon Willey a mediados de la década del ‘40, quien ofrece una síntesisdialéctica. Distinguió dos conceptos: Tradición y Horizonte, examinando la relaciónentre ellos. La vinculación de estos dos conceptos le permitió tratar al Perú comouna zona cultural unificada, donde los eventos culturales eran locales y seinterrelacionaban desde por lo menos dos mil años atrás.

Después de la Segunda Guerra Mundial, surgió una fuerte preocupaciónpor el crecimiento y desarrollo de los países. En el Perú, Odria produce laintegración a la economía hemisférica estadounidense. En el terreno de laarqueología empieza un nuevo discurso, iniciado por Rafael Larco Hoyle. En estetiempo se adopta una perspectiva teórica cultural-evolucionista. Se hablaba deldesarrollo económico social, el cual se daba en una sucesión de etapas, dentro deun desarrollo lineal. Desde los centros avanzados se derivaban elementos modernosa las regiones atrasadas, provistas de elementos tradicionales. Se poseía unaconcepción de la historia muy elaborada, había un desarrollo desde los cazadoresrecolectores hasta la civilización moderna. Willey y Corbet, señalaban que en laetapa formativa se dio un aumento de la producción de alimentos y una difusión yasimilación de las artesanías. Chavín era un fenómeno de las fases iniciales de laetapa formativa. Propagó su religión a distintas aldeas, que eran agrupacionesregionales autónomas.

Bennett desarrolló la idea de la Área Co-tradicional Andina con rasgosculturales que se mantenían a través del tiempo y el espacio (Bennett, 1948).

Uno de los primeros trabajos de la UCLA fue el que elaboró Willey (1951).Este autor intenta aclarar lo que la cultura Chavín representa dentro del esquemacronológico del desarrollo de la Cultura Andina, es decir, en términos de duración,extensión, foco de difusión y elementos estilísticos, o en otras palabras, la definiciónde Tradición Cultural o Estilo Chavín. Willey analiza los planteamientos que utilizóTello para definir la cultura Chavín y llega a la conclusión que muchos de loselementos culturales que formaban parte del llamado estilo Chavín, no eran talesen realidad. El panorama de Chavín quedó reducido a un área menor que la queTello propuso; la concepción misma de Chavín de Huántar como foco de difusiónquedo en duda ya que se planteo que el origen de este horizonte estilístico estaríaposiblemente en el valle de Nepeña.

Se definió el estilo Chavín como aquel que compartía similitudes en:Tecnología del tallado y representaciones del felino.

Configuración peculiar de las representaciones expresadas en las formascurvilíneas, las cabezas masivas, las pequeñas cabezas intrincadamente dispuestas,las garras curvas, etc.

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Desde un punto de vista netamente estilístico, se puso también en duda elorigen amazónico de la Cultura Chavín, por falta de datos. Lo que quedaba enclaro era que Chavín de Huántar representaba de todos los sitios, el sitio donde sepodía observar mejor estas características estilísticas.

A fines de los ‘50 y comienzos de los ‘60, en el gobierno de Manuel Prado,hay un auge de los movimientos campesinos, dado el poco interes en invertir en laagricultura, iniciandose un proceso de industrialización promovido por el FMI.En los Estados Unidos existían grupos de capitalistas conservadores nacionalistasque promovían la no intervención y el aislacionismo. A esta línea política estaríaemparentado John H. Rowe. (Patterson 1998).

Rowe criticaba el modelo de desarrollo lineal de los evolucionistas-culturales.Estos no relacionaban la economía con la política, mediante la tecnología inferíanformas de organización social y separaban el estudio de los procesos culturales alde la historia.

Rowe se proponía explicar el detalle histórico de las secuencias culturales.Señalaba que el motor de cambio en la sociedad era el prestigio y el poder políticoy no la tecnología, y que en la sociedad andina había un desarrollo autónomo. Alcriticar la metodología tipológica, señalaba que había que buscar temas temporalessignificativos. Rowe veia a la Historia como una narración donde había que buscarfechas relativas, mediante las cuales se pudiera explicar una secuencia de eventos.Mediante los cambios en la alfarería, los cuales mostraban un cambio político,construyo un sistema cronológico.

La más sólida secuencia cronológica producida por esta corriente fue lapresentada por Rowe (1962) y actualmente utilizada en la educación primaria ysecundaria del Perú. El esquema de Horizontes e Intermedios.

Dos son los trabajos que definen Chavín de Huántar y el debate que semostrará a continuación. Ambos son trabajos de Rowe publicados en 1962 (Rowe,1962, 1973). En ambos, se define primero a Chavín como un Horizonte Cultural uHorizonte Temprano, entre los periodos Inicial e Intermedio Temprano. Siguiendola escuela de Uhle, la UCLA se dedicó a estudiar las distintas secuencias culturalesen el Perú, esta vez ayudados por la técnica del Carbono 14. El segundo artículo,hace un análisis del estilo Chavín y establece una correlación entre las diversasfases de construcción del Templo Chavín de Huántar con el material culturalasociado, en este caso, a las esculturas de piedra. Establece 4 fases denominadasAB, C, D y EF. Las cuales las correlaciona con la Fase Ocucaje 1 al 8. La fase ABcorresponde a la Gran Imagen o Lanzón ubicado en el Templo Viejo. La fase Ccorresponde al denominado Obelisco de Tello. La fase D es la piedra angular delanálisis y es contemporánea con las fases 4 y 5 del estilo Paracas, así como con laPortada Negra y Blanca del Templo Nuevo. La fase EF corresponde a la PiedraRaimondi. Se define que aquellos elementos humanizados (la serpiente, el felino,etc.) no son sino metáforas o kennings utilizados por la gente Chavín para expresaruna idea.

El trabajo de Rowe sentó las bases para el trabajo que posteriormente realizaraLathrap (1970a,1970b), que retomando las ideas de Tello acerca del origenamazónico de Chavín, analizó y correlacionó las fases que él obtuvo del AltoAmazonas con el origen de Chavín. Finalmente señaló, sobre la base del trabajo de

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Rowe (1973), que los diversos elementos que aparecen en el arte Chavín sonselváticos, y si no se puede señalar este origen es porque debió existir una fuerterelación entre grupos de la floresta tropical y Chavín de Huántar.

Según Lathrap (1970a), la influencia de la selva se dio en tiempos del PeriodoInicial, mientras que una influencia opuesta ocurrió durante el HorizonteTemprano, sobre todo en el estilo Shakimu temprano.

Lathrap desarrolló la idea de la migración de la población selváticaplanteada por Tello. Postuló que las poblaciones selváticas (de las cuencas delAmazonas y el Orinoco) se vieron forzadas a emigrar hacia los Andes Centralesdebido a la explosión demográfica (Lathrap, 1970).

Hay que observar que mientras estos trabajos de la UCLA se realizaban, laUniversidad Nacional Mayor de San Marcos realizaba investigaciones sobreChavín de Huántar, en las Galerías de las Ofrendas en el Templo Viejo.

El último trabajo de la UCLA en Chavín de Huántar realizado por RichardBurger (1989,1992,1993, 1995), tomando como base a Rowe, tuvo por objetivoestablecer una secuencia para Chavín de Huántar, y definirla como Tradición enbase a los datos obtenidos desde los trabajos de Rowe. El desconstruccionismo esla corriente que trata de examinar críticamente la estructura lógica y el significadode conceptos para ver como se emplean en la formación de argumentos. El trabajode Burger es una continuidad del trabajo de su maestro, pues este se centróprincipalmente en las fases cerámicas de Chavín de Huántar, correlacionandoestas con sus respectivos fechados radiocarbónicos y definiendo la TradiciónReligiosa Chavín. Así, Burger analiza tres categorías: Chavín, Horizonte Temprano,que lo determina mediante fechados del C14, y los Estados Teocráticos (Patterson,1998)

LA ARQUEOLOGÍA SOCIAL PERUANA Y CHAVÍN DE HUÁNTAR

A fines de julio de 1966, Hernán Amat y Lumbreras inician el «Proyecto Chavín»en áreas y con procedimientos distintos. Amat condujo trabajos en torno al TemploMayor., Lumbreras examinó el atrio del Lanzón, un área de 40x40 m. En 1973 y1974, la Dra. Rosa Fung continuó las investigaciones en otros sectores. Finalmenteen los 80´s Federico Kauffman y Francisco Iriarte, hicieron trabajos en el sitio,incluyendo excavaciones en la plataforma norte del Viejo Templo (Sector D). Hastaahora no hay ningún informe.

La denominada «Arqueología Social» en el Perú, tuvo como principalimpulsor a Luis G. Lumbreras. Formado bajo las clases de Muelle, Valcárcel y lascorrientes de explicación norteamericanas. Reconociendo la incapacidad de laarqueología tradicional de realizar una aproximación crítica a la realidad, conocenlos trabajos de Gordon Childe y Mortimer Wheeler, con los cuales rompen con elempirismo y asumen un compromiso científico (Lumbreras, 1990). Esta arqueologíacombina las nociones de estilo, fase y cultura con el materialismo histórico. Elmarxismo de Lumbreras se nutre de dos vertientes, por un lado escritores marxistasde la Segunda Internacional, que señalaban la importancia de desarrollar las

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Fuerzas Productivas (Cunow, Childe, Emilio Choy); y por otro lado, el marxismoestructural francés (Althuser, Harnecker), que implementa categorías analíticasmarxistas como Modo de Producción a la arqueología.

Dentro de este contexto, sumado a la situación social y política deLatinoamérica en los sesenta y el auge de los movimientos populares -recordemosque él es uno de los intelectuales dominantes del gobierno populista de Velasco- seasume la convicción que la arqueología como ciencia social tiene como objetivo unanálisis materialista histórico de la realidad.

Bajo esa perspectiva, Chavín de Huántar presentaba un panorama bienamplio dado que, hasta mediados de los sesenta, las explicaciones que se dabanno salían más allá de difusiones y estilos.

Lumbreras creyó que podía entender un problema tan importante como laaparición del Estado en los Andes Centrales a través de Chavín de Huántar. Laimportancia del tema radica en que la aparición del Estado implicaba hablar delestablecimiento de relaciones de poder que se daban en sociedades divididas enclases. El uso del término «Formativo» por Lumbreras (1993) involucra hablar deun periodo durante el cual, la división de clases y su posterior consolidaciónmediante la aparición del Estado, ocurren.

Las excavaciones dirigidas por Lumbreras se realizan en la Galería deOfrendas, ubicada al norte de la Plaza Circular de Chavín de Huántar, asociada ala fase constructiva más antigua del Templo. La concepción de Chavín de Huántarcomo foco de difusión ya comenzaba a desaparecer, debido a los hallazgos dematerial pre-Chavin de las expediciones japonesas en el Alto Huallaga y a otraspartes del Perú. Se comenzó a manejar el supuesto que Chavín de Huántarrepresentaría un foco inverso, donde una serie de elementos culturales provenientesde otras partes de los Andes Centrales convergieron. Diversos componentes (elcomponente costeño, el componente norteño y antecedentes locales) se dieron enChavín de Huántar.

Lumbreras divide a Chavín de Huántar en tres fases con una transición: Lafase Rocas (la más antigua), la sub-fase transición, la fase Ofrendas y la fase Mosna.Sin embargo, el principal problema que se le presentó a Lumbreras fue que losfechados que obtuvo contradecían las fases propuestas, por lo que propusoinicialmente una inversión de fases. Sin embargo, finalmente le dio másimportancia a la secuencia estratigráfica obtenida en las excavaciones, aduciendoque sus muestras pudieron estar contaminadas (Lumbreras, 1993).

Este sería, posteriormente, una de las columnas que tendría el debate entreLumbreras y Burger (Burger, 1993). Este debate radica en que debe tener mayorimportancia la secuencia estratigráfica o la secuencia obtenida por fechadoradiocarbónico. Lumbreras señala que una práctica liberal del tomado de muestraspara análisis de Carbono 14 da como consecuencia el olvido de la verdaderaesencia de la arqueología.

El diverso material encontrado por Lumbreras y Amat (1969) sirvió paradefinir a Chavín como:

El punto de la Historia Andina donde un sector de la población, lossacerdotes especialistas, se apartó de la producción de bienes de consumo para

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constituirse en una clase social diferente a aquella formada por los productores delcampo. Nada de esto era producto de su voluntad y codicia; nació y creció comoparte de su propia práctica productiva y de las necesidades que ésta tenía parareproducirse y avanzar. Eso se llama Estado, institución que estará plenamenteconstituida cuando las leyes y consignas del poder sean obedecidas por las gentescrean o no en ellas.. Chavín estaba en el punto de partida3.

LA ESCUELA NORTEAMERICANA NUEVAMENTE

El avance desde Lumbreras con respecto al Formativo u Horizonte Temprano fuebastante grande (Morales,1993). Se pudo observar mejor el carácter de Chavín deHuántar, no tanto como foco de difusión, sino como Síntesis Cultural. La falta,quizá de experiencia práctica y metodología de Lumbreras lo llevó a cometer erroresde secuencias que luego corregiría. (Lumbreras, 1993).

Burger se dedico a excavar zonas que el asumía como de ocupacióndoméstica o de vivienda, principalmente en el pueblo actual y en Qotopukyo yRaku, al norte y al oeste del complejo de templos.

Burger comienza con un análisis del problema Chavín y sus mayoresdebilidades. Al encontrar contradicciones entre los trabajos del proyecto de laUNMSM en Chavín de Huántar, decide que es momento de redefinir a la tradiciónChavín tal como lo hizo Rowe veinte años atrás. Se puso en observación los fechadospara el sitio y el Horizonte, así como se puso en observación su área de influenciay su duración. Si bien es cierto que el debate entre Lumbreras y Burger fue ante todometodológico estaban, sin duda, en juego intereses políticos. Si partimos delprincipio que la metodología está en relación con el marco teórico, observamos quehay una competencia entre dos corrientes teóricas bastante opuestas.

Las excavaciones de Burger en el área, fueron en principio en poblacionesalrededor del sitio de Chavín de Huántar para, posteriormente, trabajar en sitiospertenecientes al Periodo Inicial siguiendo la cronología de Rowe (Burger, 1992).

Los postulados de Burger indican que el Horizonte Chavín u HorizonteTemprano existe, sin embargo, ocupa una porción bien pequeña de tiempo en lacronología de los Andes Centrales. Este autor plantea tres fases para Chavín, siendo laprimera parte del Periodo Incial (Urabarriu) y las dos últimas partes del HorizonteTemprano (Chakinani y Janabarriu). Recoge postulados planteados por Morales (1993)sobre la importancia del dios felino en la tradición Chavín así como conceptos deDualidad para explicar parte del arte Chavín (Burger, 1989).

Al comparar con otras «Colecciones»- particularmente el material de lagalería de las Ofrendas- Burger señala que no encaja bien en su secuencia. Elproblema central radica en resolver si se trata de un contexto sellado, una posicióndefendida por Lumbreras o no y distinguir la manufactura local o foránea de losnumerosos recipientes hallados (Kaulicke, 1998).

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El problema del aspecto local vs. el aspecto introducido revela el problemacrucial del que padece la cronología del formativo en general. No se puede fecharmaterial de Chavín por material exógeno, que comprobadamente existe, debido ala ausencia de secuencias confiables en las zonas de origen -sea esto en la costacentral o en la costa norte- ni en su orden secuencial obtenido por la cronologíarelativa ni por los fechados radiocarbónicos que tendrían que servir de marcoabsoluto. En el problema Burger - Lumbreras se ofrece, por un lado, una secuenciaun tanto impositiva debido a la forma de su presentación, basándose en materialpoco cuantioso de pocas piezas completas y, por el otro, uno de los conjuntos másimpresionantes de recipientes completos y decorados de todo el Período Formativo,interpretado cronológicamente de un modo bastante inconsistente desdesecuencias largas, invertidas, hasta, últimamente, un solo evento. Si bien lapropuesta de Burger parece más consistente, al igual que el material de Lumbreras,sólo muestra un segmento cuyo inicio y fin no está totalmente aclarado. De lamisma manera, la parte controlada quizá necesite más precisión para poder definiruna secuencia propia de Chavín a la exclusión de elementos exógenos (Kaulicke,1998).

El debate entre Burger y Lumbreras continúa. En la última publicación deLumbreras sobre sus excavaciones en la Galería de Ofrendas, se hace un análisisde las muestras que fueron sometidas a pruebas del carbono 14. Lumbreras concluyeque los fechados extraídos de Chavín de Huántar son irrelevantes por lascontradicciones que produce una misma muestra en dos pruebas distintas(Lumbreras, 1993).

Según Burger, la fase en Chavin que entraría en el Horizonte Temprano,serían las fases D y EF de Rowe (1973), entre el 500 y 300 a.C. Burger no duda queexisten elementos anteriores que influenciaron Chavín de Huántar, pero no invalidael hecho que el estilo Paracas Temprano pertenezca a dicho Horizonte. Reconoceque el horizonte está identificado por una serie de características como innovacionestecnológicas en metalurgia y textilería. Asimismo define el Horizonte Temprano oChavín como efímero donde se difunde una tradición religiosa.

Utiliza el modelo de Pachacámac y Pariacaca, para explicar el fenómenoChavín. Lo asocia a que esta tradición religiosa está implícita en la estructura de lasociedad andina. Estaba basado, en cambio, en el establecimiento de oráculossecundarios en áreas que diferían del centro del culto en afiliación étnica, lenguajey base económica. Pero se reconocía la autoridad y el pago de tributos al centroreligioso principal (Burger, 1989:558). Luego, Burger reconoce que durante elHorizonte Chavín ocurre una metamorfosis socioeconómica que corresponde auna transición entre sociedades teocráticas poco estratificadas del Periodo Inicialy las sociedades militaristas del Horizonte Temprano (500 a.C. - 300 a.C.) y delPeriodo Intermedio Temprano (Burger, 1989: 564).

Burger sostiene que Chavín tuvo un desarrollo relativamente tardío (enrelación a las evidencias costeñas) y por lo tanto breve, conviertiendose en centroproto-urbano en su fase final _a la cual debería limitarse el término «Horizontetemprano» mientras que todo lo anterior, incluyendo los vestigios presentes enChavín, pertenecería a un Pre - Chavín o Período Inicial.

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NO ES EL FINAL

En los últimos años John Rick y su equipo de la Universidad de Stanford hanvenido desarrollando trabajos de campo con el fin de estudiar las secuenciasconstructivas del templo de Chavín de Huántar.

Rick (1998), sugiere que la secuencia arquitectónica de edificios Chavinesdebe terminar antes del 400 a.C. Si se toman en cuenta los fechados de los alrededoresdel templo excavados por Burger, puede darse la sorpresa de que varias fechassuyas de asociación Chavín son posteriores a los 400 a.C. El problema básico de lainvestigación consiste en que no hay asociación entre estos fechados y laarquitectura central de Chavín, así como la relación con los estilos de cerámica. Eneste trabajo Rick comprueba, entre otras cosas, que el ala sur del Templo Viejo seríauna de las más antiguas construcciones. Esta sección sería más antigua que elTemplo Viejo y que la plaza circular. Y que el Templo Viejo sería, a su vez, másantiguo que la plaza circular4.

La presencia de la universidad de Stanford nos debería llevar a reflexionarsobre los propios caminos de la disciplina arqueológica, tanto a nivel mundialcomo en el Perú. Es interesante hacer notar que actualmente la Facultad deAntropología de la Universidad de Standford se encuentra dividida de acuerdo ala perspectiva temática: por un lado, la vieja escuela o los «duros» de las cienciashumanas (de donde proviene Rick), mientras que, del otro lado de la vereda, seubica la vieja heterodoxia (y hoy nueva ortodoxia): antropólogos de los estudiosculturales y arqueólogos postprocesuales (con mayor apoyo financiero). Esimportante hacer notar también que ambos equipos (tanto el «clásico» como elpostmoderno) realizan investigaciones y proyectos en sitios-tipo: mientras Rick ysus colaboradores trabajan en Chavín de Huántar, Ian Hoder (jefe del equipo dearqueólogos postprocesuales) se encuentra estudiando Cätal Hoyuc, una de lasciudades más antiguas del viejo continente. Así, los senderos que se bifurcaron (laarqueología postprocesual frente a la nueva arqueología) se encuentran en uncruce de caminos. Más de cien años de arqueología y la canción sigue sonandoigual: la búsqueda incesante del origen de la civilización. Notas:1 Por otro lado, el tema del origen del hombre adquirió un carácter de competencia ynacional - colonialismo. Las grandes potencias se dedicaron (¿lo siguen haciendo?) abuscar la evidencia más antigua del ser humano en territorios bajo su jurisdicción ydominio económico (especialmente Africa), con el fin de ganar determinado prestigiointernacional (en una carrera bastante similar a una disciplina olímpica). En Europa, porejemplo, los estudios acerca de la antigüedad del hombre adquieren rasgos más nacion

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alistas ya que el objetivo es buscar al primer europeo.2 Información obtenida del artículo Cultura y Civilización de Duccio Bonavía, Separatade la Revista Acta Herediana, Vol. 17, págs. 16-18, Octubre 1994 - Marzo 1995.3 Lumbreras, 1993: 370.4 No deberíamos olvidar el trabajo de Kauffmann (1995) en el sitio, presentando unconjunto de planos y cortes . Sin embargo, las nuevas tecnologías de registro han mejoradoharto desde entonces. El uso de estaciones totales, por otro lado, no debe soslayar lasinterpretaciones. El uso de tecnologías, por lo general está subordinado a la configuraciónde los objetivos y el objeto de estudio dentro de un paradigma científico.

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INTRODUCCIÓN

El presente artículo es un resumen de mi tesis de Bachiller « Ecosistema y SecuenciaCultural del Valle del Mosna, Ancash», donde trato de resaltar las característicasde Huarás y de la Cultura Recuay basándome en las exploraciones y excavacionesrealizadas entre 1966 y 1969. El material cerámico en su mayoría proviene deexcavaciones estratigráficas realizadas en el sitio de Chavín de Huántar yHuarijircan, de igual manera hago una comparación sincrónica con las culturascoetaneas en el resto del Perú.

MARCO GEOGRÁFICO

El valle del Mosna, llamado Pushca por algunos autores, se halla en el flancooriental del Departamento de Ancash, en las provincias de Huari y AntonioRaymondi. Está enmarcado por la Cordillera Blanca al oeste y la Cordillera Orientalal este, corre de sur a norte, paralelo al Callejón de Huaylas. Se sitúa entre los 10°00’ y 9° 15’ de Latitud Sur y a 77° 10’ de Longitud Oeste. Sus nacientes parten dedos ramales. El primero se inicia en los flancos orientales de los glaciares de Raria(5590 m.s.n.m.) y Pongos (5711 m.s.n.m.), cuyos deshielos se desprenden por laquebrada de Pongos; el otro ramal, parte al pie del nevado Yanashallash (5780m.s.n.m.) y Kanrash (5560 m.s.n.m.) y las aguas discurren por el desfiladero deYanacarco, punto de confluencia con el primer ramal. El valle cubre una distanciade 90 Km hasta su desembocadura en el río Marañón, frente a la población deArancay y Huacaybamba. En su trayecto recibe numerosos tributarios de caudalpermanente como el río Tambillos, Challhuayacu, Huachecza, San Marcos,Huaritambo, Palca y otros temporarios (Amat, 1971: 37). El valle es de clima seco ytemplado con un régimen de precipitaciones pluviales veraniegas y sequía en elresto de las estaciones y ofrece una marcada diferenciación edáfica, presentando

HUARÁS Y RECUAY EN LA SECUENCIA CULTURAL DEL CALLEJÓN DE CONCHUCOS

Valle del Mosna

HERNÁN AMAT OLAZÁBALUniversidad Nacional Mayor de San Marcos

[email protected]

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depresiones profundas y estrechas, generalmente arcillosas y pedregosas y terrenosen pendientes escarpadas constituidas por capas de areniscas metamórficas ymetalíficas, con notorias vetas de cuarcita aurífera del período Sílúrico. Cerca delMarañón se observan manchas de terreno crétaceo con equinodermos fósiles quecubren grandes extensiones de arenisca, conjuntamente con calcáreos azulejoscon grandes y escasa amonitas de formación Jurásica, y cerca de Chavín y Huari seobservan conglomerados porifíricos y vetas de granodiorita. Todo esto correspondeal piso medio. El Piso inferior está formado por arenisca roja, pizarra talcosa y gris.El Piso superior está formado por enormes rocas eruptivas, especialmente granitoy diorita, y rocas sedimentarias tales como arenisca verdosa y mantos de carbónde piedra.

SECUENCIA CULTURAL Y SUS RELACIONES CON LAS ZONAS DE VIDA

En varias etapas de reconocimiento del valle y áreas adyacentes, hemos ubicado106 sitios arqueológicos, distribuidos en los 4 pisos ecológicos: Ceja de Selva yQuebrada Alta (1800 – 2400 m.s.n.m.), Valle Alto (2800 – 3700 m.s.n.m.), LaPrecordillera y Pequeñas Altiplanicies (3700 – 4200 m.s.n.m.), Cordillera (4200 –6768 m.s.n.m.) (Amat, 1970; 1972). En el Cuadro 1, se ve la preferencia de la ocupaciónhumana por los distintos pisos ecológicos, desde el Precerámico Tardío (6000 –4000 a.C.) hasta la invasión hispánica en los siglos XVI y XVII. La mayorconcentración de asentamientos culturales se encuentran en el Valle Alto, un áreade gran población humana hasta la actualidad, por sus condiciones climáticasfavorables, tierras agrícola adecuadas para el desarrollo de varios cultivos, régimende precipitación periódicos y un incipiente sistema de riego controlado, en sectorescolindantes con centro urbanos. La mayor cantidad de sitios sin alfarería se hallaubicado en la Precordillera y Cordillera donde también se concentran los sitios delperíodo precerámico. Son lugares propicios para las actividades de caza por ser elhábitat de cérvidos y camélidos.

De los siete sitios precerámicos ubicados en cuevas a altitudes entre los3800 y 4350 m.s.n.m. Yurajamachay (Ms 60) y Kanrash I y II (Ms 37 y Ms 38) son losmás importantes. Sus restos corresponden a la cultura de Lascas y Puntas Foliáceasde cazadores superiores tardíos integrantes del Complejo Lauricochense. El períodocerámico inicial llamado arcaico por algunos especialistas, se halla representadopor un sitio de significación apreciable. El período Formativo Inferior y Medio,cuenta con 36 yacimientos que corresponden a centros ceremoniales de tipo Chavín,depósitos de basura y escasas muestras de asentamientos habitacional aldeano.Incluimos en el Formativo Superior, al Horizonte Estilístico Blanco sobre Rojo. Enla sierra de Ancash se le conoce como el estilo Huarás Blanco sobre Rojo (Bennett,1944; Willey, 1948: 11) y se encuentra en 37 sitios. Es casi una constante, por lomenos en Ancash, la superposición de restos Huarás Blanco sobre Rojo enyacimientos Chavín. El comercio intensivo practicado en el Formativo Medio parecehaberse restringido algo en el Período Huarás. Distinguimos dos fases: en la FaseI se advierte la presencia o prestación de elementos decorativos y morfológicos de

Huarás y Recuay en la secuencia cultural del Callejón de Conchucos

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Ceja de Selva ValleQda. Baja A lto

1550 Colonial Colonial 1 1 2

1470 Inca Inca 8 1 9

Reinos y Alto Marañón 8

Confederaciones Pincos 21 5 34

800 Huari Huari 2 2

500 Vd.C. Desarrollo IVa.C. Regional III 9 46 3 58

III

200 Blanco IISuperior sobre 4 33 37

Rojo IMosna

800 Medio RajuOfrendas 3 32 1 36

III1500 Inferior II

IArcaico

1800 Inicial Huantar

3000 Precerámico Kanrash2 5 7

6000 Lítico Yurajmachay

TOTAL 25 144 12 5

1 1

Tota l

1200

PISOS ECOLÓGICOCrono logía Períodos Cutluras

Pre Cordillera Cordillera

Rec

uay

Hua

rás

Roc

asCha

vín

la alfarería Salinar de la costa, con acentuado ingredientes escultóricos (LarcoHoyle, 1944: 12 – 13). En la Fase II, se nota una unidad morfológica y decorativa enla alfarería que se halla distribuida en extensiones territoriales más amplias, depreferencia en el Valle Alto.

El mayor número de asentamientos localizados – 58 unidades – pertenece ala cultura Recuay del período Desarrollo Regional. Sus numerosos restos incluyencentros habitacionales (Huaritambo Ms- 23, Chavín Ms-1, Huaman Tana Ms-26);cementerios y mausoleos (Pogoq Ms-2, Olayan II Ms-13, Tinyansh Ma-8, CauchoMs-4, Caonin Ms-24); y edificios públicos y ceremoniales (Opayacu Ms-18, y CaoninMs-24). La arquitectura doméstica, de mampostería sencilla y planificaciónirregular, contrasta con grandes edificios funerarios y diversos tipos deenterramientos, seguramente producto de un complicado ritual funerario.Destaca la extraordinaria diversidad de formas y un amplio vocabulario de motivosdecorativos en su fina alfarería con el empleo de la técnica de pintura negativa.Con el desarrollo de la metalurgia, el comercio se hace más extenso, existiendoevidencias de intercambios intensos con la costa, la selva y otras áreas alejadas dela sierra. En tumbas Recuay se encuentran objetos asociados con alfarería Mochica

Cuadro 1. Distribución tempo/espacial de los sitios arqueológicos del valle del Mosna. Muchosde ellos con dos o más ocupaciones, por lo que resulta aparentemente mayor el número de sitios

Hernán Amat Olazábal

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Fig. 1 Sitios arqueológicos en el departamento de Ancash

Huarás y Recuay en la secuencia cultural del Callejón de Conchucos

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II y Cajamarca III. Los abundantes restos óseos de la fauna selvática, como el Sajino(Pecari tajacu) y de la Huangana (Tayassu pecari), indican que fueron empleadospara cubrir gran parte de la dieta alimenticia combinada con la carne de camélidos,cérvidos y roedores (Cavea porsellus). Son frecuentes los hallazgos de Strombus ySpondilus, que utilizaron para prácticas funerarias. El afianzamiento en el pisoecológico del valle alto permitió a los Recuay dominar y controlar la Precordilleracomo centros de pastoreo y los pisos bajos para el aprovisionamiento de productosde clima cálido. El control vertical y el comercio extensivo fueron característicos enel período Desarrollo Regional. A diferencia del Callejón de Huaylas, en dondeexiste varios centros administrativos y restos funerarios del Imperio Wari(Honcopampa, Saguam Puncu, Willca Wain, etc.), en el Mosna la influencia Wariparece no ser muy ostensible. Se han recuperado restos de vasos del estilo Viñaque,en dos sitios solamente. Localizamos 24 asentamientos del Período de Reinos yConfederaciones. Ellos eligieron preferentemente las partes más elevadas del ValleAlto, donde predominan los sitios arquitectónicos del tipo de aldeas aglutinadas.Parece haber sido un patrón generalizado durante este período la edificación de«ciudades» en laderas escarpadas y cumbres pronunciadas de los cerros con finesestrictamente defensivos.

Los restos del período Inca se encuentran en 8 sitios. Huarayoc (Ms –14)constituye un sitio estratégico que debió servir para el control de extensas áreas depastoreo y cultivo de tubérculos. Existen amplios recintos con vestigios de estiércolde llama y se hallan en las inmediaciones abundantes pastizales. Es el único sitioconocido hasta ahora en el piso de Precordillera. Ushnu (Ms- 25), otro yacimientode importancia presenta evidencias de haber sido un asentamiento destinado paraconcentración de productos alimenticios (Fig. 1).

FORMATIVO SUPERIOR: HUARÁS BLANCO SOBRE ROJO(300 A.C. – 130 D.C.)

Hacia el siglo III a.C. se inicia el proceso de regionalización de las culturas. En elvalle del Mosna existen varios establecimientos de este período llamado HuarásBlanco sobre-Rojo, caracterizado por el empleo de la técnica de pintura blancasobre un denso englobe rojo en la alfarería.

El surgimiento de los Huarás significó una cierta reducción del movimientocomercial. Muchos productos preciados y necesarios para las prácticas ceremonialesdejaron de interesar y los objetos suntuarios usados por los sacerdotes ya no tuvierondemanda. Los Huarás implantaron un nuevo sistema religioso de tipo local. Laimplementación de este nuevo sistema permite que cesen las peregrinaciones degran volumen y con ello se presenta la dimensión panandina. Al desaparecer elcentralismo gubernamental del sacerdocio, la organización política se desintegracasi totalmente y surgen una serie de gobiernos locales, pero identificados bajo unmismo patrón estilístico y de asentamiento de carácter regional.

Bennett (1944; 1950; 1960 y 1963) lo llamó Período Experimental. En efecto,las características más resaltantes indican justamente la experimentación de

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nuevas técnicas y nuevos sistemas de control que se observan claramente en laconstrucción de grandes canales de irrigación. Se edifican en la cumbre de loscerros ciclópeas murallas con fines defensivos. Se innova la técnica de la cocciónde alfares utilizando hornos abiertos para la oxidación completa y se obtiene unacerámica más dura de color rojo ladrillo y mucho más delgada en relación con losestilos precedentes.

El patrón de poblamiento se caracteriza por el agrupamiento de unidadeshabitacionales concentrados de planta cuadrangular y mampostería cuadrangular.Son muy escasos los edificios públicos, en cambio, los conglomerados y viviendasse edificaron preferentemente en recintos abiertos, que en el Formativo Medioestuvieron destinados para oficios religiosos. Señalamos la casi constantelubicación de establecimientos Huarás encima de yacimientos Chavín. Laarquitectura funeraria era de constitución simple. Los cadáveres se inhumabancon ajuares sencillos en cámaras de corte penta o hexagonal, construidas de lajasangostas y cubierta con una tapa de piedra.

La litoescultura Huarás es una de las características más significativas deeste período. En el área de nuestras investigaciones ubicamos pocos ejemplaresque se hallan en colecciones privadas. El material empleado es generalmente ladiorita. En cuanto a la técnica, el escultor demuestra un dominio en el labrado ytallado de la piedra, logrando imágenes antropomorfas en bajo relieve,asimétricamente diseñadas en las que contrastan la mayor proporción de la cabezay reducción del tronco y las extremidades. El estilo Huarás está constituido por

Fig. 2 Formas de las cerámica Huarás

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una diversidad de formas cuyo motivo central gira sobre el diseño de un personajecon las extremidades flexionadas y los genitales situados en medio. El rostroachatado muestra una expresión serena, la nariz afecta la forma trapezoidal ymodifica la distancia de los ojos representados por círculos y boca pequeña conmentón prominente.

Richard Schaedel ha publicado (1948a; 1948b y 1948c) sendos trabajosorientados a dilucidar la problemática estilística y cronológica de las esculturaslíticas de Ancash. Al definir el estilo Huarás, Schaedel reconoció 8 grupos, loscuales se sintetizan en 3 tipos representativos. El tipo A, presenta pies cruzados ygenitales; el tipo B, pies dirigidos hacia el interior y el personaje provisto de escudosy el tipo C, pies proyectados hacia el exterior, ornamentado con escudos, turbantesy cabezas trofeo. Las variantes de las posturas se presentan en los tres tipos: otrascaracterísticas en la ejecución del tallado es el tratamiento sólo de la parte frontal,pues la posterior no muestra decoración o trazo alguno.

Las esculturas de piedra de la zona de Chacas, y las de Pallascacorresponden a modalidades locales y cronológicamente deben ser coetáneas conlas litoesculturas de las primeras fases del período Recuay.

Cerámica

Definimos dos fases bien diferenciadas. La fase Huarás I, se caracteriza por elempleo generalizado de pintura que se limita al blanco o blanco cremoso aplicadocon pincel sobre superficies pulidas y engobadas con tinte rojo. Los diseñospintados se reducen a motivos geométricos simples, triángulos entrelazadosdelimitados por bandas paralelas y paneles reticulados o punteados. No existenrepresentaciones de motivos figurados. Las formas predominantes son dos: cuencoso tazones de base plana o ligeramente convexa, con lados oblicuos y bordes enpunta y cántaros de cuerpo globular y gollete tubular o ensanchado en el que serepresentan rasgos antropomorfos. La dureza media es de 4.5, textura fina, cuyovalor es de 0.1 lo que representa que el alfar es muy fino. Antiplásticos cuarcíticosde densidad media y dispersión uniforme. El color físico de la arcilla según la tablade Munsell es de 5YR6/3; el color físico del engobe rojo, lOR4/3 y el color físico de lapintura blanca, 2,5Y8/0, blanco cremoso, 1OYR8/4. Los materiales recogidos en variossitios del valle del Mosna atestiguan que hubo, especialmente en la fase I, estrechoscontactos con el estilo Salinar de la costa norte.

La fase Huarás II se distingue por su forma escultórica, propiamentecorresponde a una etapa transicional a la primera fase del estilo Recuay. Aparecenuna gran variedad de modelos de vasijas (Fig. 2). La técnica de la cocción, acabadoy ornamentación pictórica es similar a la fase anterior. Igualmente, los valorescromáticos, dureza y textura de los ceramios no han variado ostensiblemente conrelación a la fase I.

El estilo Huarás, descrito primero por Bennett (1944), corresponde a unamodalidad local que se circunscribe a la zona de Ancash, sin embargo, integra el

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horizonte estilístico Blanco sobre Rojo, propuesto por Willey (1945, 1948). Bennett(1944, Fig. 12–13) encontró en contextos estratigráficos y en tumbas de Willkahuainnumerosas muestras que él agrupó para definir el estilo Huarás. Posteriormente,Vescelius (Ms.n.d.), con la asistencia del autor, realiza un detenido análisis de laalfarería proveniente de varios sitios del Callejón de Huaylas y la subdivide en 18tipos, los cuales corresponden a dos fases, que abarcan un corto lapso de tiempo.Los rasgos más característicos tienen estrecha relación con el estilo Tejar de lasierra del Ecuador. (Evans, comunicación personal, 1968). Tuvimos la oportunidadde revisar la alfarería de Tejar que nos induce a suponer que hubo una ampliadifusión por las vertientes serranas y cuyo origen genético se hallaría en la regiónseptentrional andina.

El estilo Salinar estudiado por Larco Hoyle (1944: 5), presenta varias formasde vasijas, muchas de ellas mantienen la tradición morfológica de Chavín ycomparten con Huarás la técnica de la pintura a pincel blanco-sobre-rojo. Strong yEvans (1952: 210 – 211, Fig. 55-56) en la secuencia estratigráfica del valle de Virú,definen el estilo Puerto Moorín por su decoración típica dentro del Horizonte Blancosobre Rojo. Cabe señalar que en Puerto Moorín predominan las formas de vasijasglobulares y es notoria la ausencia del cuenco de paredes oblicuas tan característicasde la cultura Huarás.

En la costra central el estilo Baños de Boza corresponde al Horizonte B/R,formado principalmente por cántaros mamiformes y cuencos con bordesacampanados que se asemejan a los de Huarás. San Blas, es otro estilo relacionadocon Huarás y su área de dispersión se extiende por la región del Huallaga, confuertes ingredientes locales, llegando hasta Junín.

Contamos con un fechado absoluto para la cultura Huarás de 150 a.C. (2100+- 100; Gif. 1097).

DESARROLLO REGIONAL: CULTURA RECUAY (159 A.C. - 800 D.C.)

El marco geográfico donde se desarrolló la cultura Recuay se circunscribe alDepartamento de Ancash y su dispersión máxima se encuentra por el norte en elvalle de Virú y Huamachuco en La Libertad; por el sur, hasta el valle de Pativilca y,por el oriente, su influencia llega al Alto Marañón.

No obstante su enorme riqueza y variados elementos culturales, la culturaRecuay no ha sido estudiada en forma detallada. Los trabajos más completos sehallan inéditos.

Los especialistas tratan en forma escueta sobre sus rasgos característicosempleando una variada nomenclatura que induce a inevitables confusiones. Laproliferación de nombres que designan a la cultura Recuay parece seguir en aumento,pese a que el término Recuay es el más conocido en la literatura arqueológica. Tello(1921), utilizó en sus primeros trabajos la denominación Recuay, posteriormenteusó indistintamente los nombres de Huaylas Yunga, Huaylas o Santa (Tello 1929;1956: 314, Fig. 147 –150). Rebeca Carrión describe las típicas «pacchas» de esteestilo como cerámica Huaylas (1955: 67, Lám. XV – XVII, Fig. 1). Kauffmann propuso

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alguna vez el término Copa en una mesa Redonda realizada en Lima cuyosresultados se dieron a conocer en el primer Boletín de la Sociedad para laAntropología Peruana – 1953, Kauffmann (1966: 75) expresa que «el nombre quese le da actualmente es Copa, por ser este sitio, cerca de la ciudad de Marcará...,donde se ha encontrado el estilo en forma elocuente». Significa este argumento,que las extraordinarias muestras precedentes de otros sitios del Callejón de Huaylas(Cátac-Recuay) y del Mosna, no son estilísticamente elocuentes.

Larco Hoyle, manifiesta que en un principio fue él quien cambió el nombrede Recuay por el de Callejón de Huaylas, arguyendo simplistamente que «en elmismo Recuay no se encontraban los restos de tal cultura», con posibledesconocimiento que los primeros ejemplares conocidos en el siglo pasado (1878)provenían de los cementerios de Cátac, en Recuay. El mismo Larco, poco después,propone el cambio de todas las denominaciones anteriores por el de Santa, en vistade los descubrimientos hechos por él en 1960, que contribuyeron a que postule elorigen costeño de la cerámica originalmente llamada Recuay (Larco Hoyle,1960:238; 1962; 1966: 106).

El nombre Recuay que determina a un estilo peculiar de cerámica caolín, detendencia escultórica y decoración en «negativo» fue usado en el siglo pasado,primero por el coleccionista José Mariano Macedo, quien al ofrecer en venta unanumerosa muestra a don Albin Kohn de Polonia, define categóricamente el estiloRecuay en los términos siguientes: «En esta colección, la sección de Recuay, queconsta de 160 objetos... tiene un sello especial sobre el resto de la colección... Laarcilla es blanca de un grano muy fino...» «Es tan marcada esta sección enfatizadaque viendo ... un huaco Recuay, no puede confundirse con huacos de otrasprocedencias; lo que a mi modo de ver existió en Recuay una civilizaciónenteramente aislada del resto» (Macedo, 1881, 1945: 113).

Por esa misma época los ceramios Recuay de la colección Macedo causaronadmiración en Lima. En un periódico de entonces, se dice al respecto, que destacanpor «la finura y la sonoridad, la armonía de los dibujos y el colorido vivo del rojo yel negro sobre fondo blanco». Para no abundar en mayores datos que confirmen elempleo propio del término Recuay, anotamos que Wiener (1880) denominó Recuaya todos los objetos de alfarería con decoración negativa de Ancash.

Economía y Sociedad

Después del período Huarás que significó en cierto modo, un disloque de la tradiciónChavín, la economía y la sociedad Recuay se afianzan más aún con el dominio delas técnicas agrícolas. Con un sistema de riego planificado se logró mayorproducción de los cultivos de maíz, papa, quinua y frijoles. El cultivo de estasespecies, sin embargo, estuvo combinado con los viejos usos de la caza y recolección.Paralelamente, se incrementa la crianza de camélidos (la llama y la alpaca) queamplió enormemente la riqueza de la dieta alimenticia y, al mismo tiempo, seaprovechó su lana y la tracción para el traslado de productos.

Los testimonios arqueológicos revelan que lograron el control vertical devarios nichos ecológicos. Los valles de la costa proporcionaban productos de la

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zona. El control ecológico de la ceja de selva, permitió el aprovisionamiento deproductos como la coca, yuca, etc. y la caza de animales como el sajino y lahuangana. La explotación en tres áreas diferentes (medios costeños, selvático yserrano) permitió un gran incremento de la población, al mismo tiempo, losestablecimientos de aldeas se multiplicaron y muchas de ellas se convirtieron encentros poblados de apreciables dimensiones, como son los sitios de Caunín,Upayaco del Mosna y Tinyash del Marañón, con amplios cementerios en susinmediaciones.

Asimismo, se intensifica el comercio exterior y se establece estrechos contactoscon la zona de Cajamarca y los valles de Chao y Virú, a juzgar por los hallazgos decerámica pertenecientes a las fases II y III de Moche y III de Cajamarca. Estoscontactos se traducen además en una serie de préstamos de elementos estilísticos.Tuvimos, recientemente, la oportunidad de observar en Trujillo un ceramio conalfar, motivos y técnicas decorativas de tipo Recuay y morfológicamente,correspondía a la fase III de Moche.

Los diseños de la cerámica sugieren que hubo varios grupos de especialistas:artesanos, pastores, guerreros, sacerdotes, músicos, médicos, servidores de diversosoficios, esclavos o prisioneros sometidos a estados punitivos. Es frecuente larepresentación de un personaje ricamente ataviado que recibe ofrendas denumerosas mujeres. Los grupos de especialistas a tiempo completo, implican eneste período, una definida estratificación de clases.La elite gobernante combina, a menudo, las atribuciones de la investidura política,religiosa y militar. Los jefes ocupan posiciones prominentes al dirigir las ceremonias,se les destaca en cubiertas especiales que les protegen del sol y llevados en literaslujosas.

Patrón de Poblamiento

Los 58 sitios localizados en los pisos ecológicos del Mosna atestiguan unamodalidad constructiva de identidad básica en cada uno de ellos. La mayordensidad de asentamientos se halla en el Valle Alto. Los elementos arquitectónicosgenerales, tomando como sitio tipo a Upayaco, muestran como una instalación deltipo de aldea aglutinada, provista de fortificaciones, con un difícil acceso dondefue aprovechando la propia naturaleza del terreno. Este sitio pudo albergar unaconsiderable población, a juzgar por la existencia de numerosas unidadesdomésticas que antiguamente debió ser mayor, pues existen señales de variossectores destruidos. De hecho, no hubo una idea preconcebida de planteamientourbanístico. Las habitaciones de planta irregular se hallan frente a patios. Las víasde desplazamiento principales dentro del conglomerado se reducen a pequeñascallejuelas diseminadas irregularmente.

Respecto a otros elementos arquitectónicos propios del sistema de aldeas -tales como plazoletas o lugares destinados a cementerios y basurales- verificamosque el primero de estos elementos, plazoletas o recintos abiertos, detectables porlos espacios vacíos, se hallan ubicados fuera del conglomerado habitacional. El

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sitio de Upayaco que describimos como modelo de asentamiento en el valle Alto,tuvo un emplazamiento sumamente estratégico, donde se concentraba parte de losproductos obtenidos en la puna o Precordillera y los productos exóticos de ceja deSelva para ser intercambiados o comercializados.

Respecto a los elementos restantes, los cementerios y los basurales, merecenun detenido análisis. Ambos, en el ámbito del Mosna han sido descritos ya en larelación al campo habitacional.

TumbasLa asistencia a los muertos en el período Recuay adquirió una significaciónprofunda. Los muertos eran sepultados en tumbas pequeñas o en grandesmausoleos edificados con gran despliegue de energía humana.

Las moradas subterráneas se han confundido a menudo como habitaciones.Las cámaras de este tipo que localizamos en Pogog y Olayán I y II, son muy similaresa las existentes en el Callejón de Huaylas, descritos por Bennett (1944: 67 – 68), SorianoInfante (1939) y Mejía (1941 y 1948). Consisten en galerías largas y angostas revestidascon lajas de piedra y la entrada por uno de los lados. Otras tienen una cámara centralrodeada por varias celdas pequeñas y equidistantes y con nichos ubicados a mediaaltura para el depósito de ofrendas, generalmente ceramios. Esta últimas estánconstruidas con piedras pequeñas y contrastadas con grandes bloques cuidadosamentealineados, formando aparejos sólidos, en muchos casos enlucidos y pintados. Otraspresentan una arquitectura monumental, tienen dos cámaras subterráneas, convestíbulos en la parte superior combinados con recámaras en la base. Los tipos anotadoscorresponden a la fase clásica de Recuay.

En el conglomerado habitacional de Chavín se hallaron tumbas de plantacuadrangular en los que se enterraban varios cadáveres y que, posiblemente seconvirtieron en su habitáculo permanente. Esta costumbre ha estado generalizadaen el período Recuay donde, probablemente, los difuntos se convirtieron en losdioses domésticos.

Otro tipo de enterramiento que corresponde a las fases tempranas, consisteen la inhumación directa de párvulos y adultos dispuestos en posicióngenupectoral, en tumbas de forma cilíndrica delimitados con piedras distribuidasen hilados compactos. Esta práctica de la funeraria Recuay se encuentrageneralmente encima de edificios religiosos, comúnmente llamados «huacas». Elyacimiento representativo de este tipo es Caunin, cerca de Huantar. Fuera del áreaque estudiamos existen otros tipos de enterramientos, como las cajas o cilindroscavados en bloques monolíticos hallados en Pasacancha y Copa (Tello, 1929),Raimondi (1943).

Los techos de las viviendas y mausoleos presentan una estructura especialen su técnica constructiva. Emplearon la falsa bóveda formada por hiladassuperpuestas que se proyectan hacia el interior y en sentido ascendente.

En síntesis, el patrón de asentamiento tiene un denominador común quevaría en detalle, caracterizado por ser una instalación que utiliza la piedra y elmortero, emplazado sobre parajes donde prevalece el factor estratégico. Losasentamientos se localizan en lugares elevados, fácilmente defendibles, queseguramente imponía la dinámica geopolítica de la época. En tanto que los terrenos

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aptos para la agricultura se encontraban en los sitios próximos a los cursos ofuentes de agua, en zonas bajas o en conos de deyección favorables para laexplotación agrícola.

Otro factor que explicaría los asentamientos en la Precordillera y en la Cejade Selva, que guardan una pequeña desimilitud con el patrón básico, se debería ala ubicación en diferentes «ambientes ecológicos». Los aportes económicos dePrecordillera y Cordillera se enfatizaron sobre el pastoreo, la obtención de la lanay la recolección de la sal. Los de la ceja de selva, como ya anotamos, al controlvertical de productos propios del nicho ecológico.

Metalurgia

El descubrimiento de las propiedades del cobre durante el desarrollo de la culturaRecuay tuvo implicancias revolucionarias. Para llegar a ese nivel se aplicó losprincipios de la «metalurgia inteligente». Es decir, la reducción a partir del mineral,el manejo de su maleabilidad, fusibilidad y sus posibilidades de aleación, produjocambios trascendentales en el sistema de vida. Los orfebres explotaron al máximolas propiedades del cobre para la fabricación de herramientas que se utilizaron enla agricultura, objetos suntuarios y de uso especializado, que sirvieron de vehículospara establecer contactos con otros pueblos. La maleabilidad del cobre fueaprovechada para lograr aleaciones de cobre y plata; cobre y oro y plata y oro, éstaúltima ya descubierta en el período precedente. Los orfebres de Recuay produjeronpreferentemente diademas de oro y cobre con la técnica del martillado y el calado.

Escultura

Uno de los elementos, diagnóstico de la cultura Recuay, son los monolitos bi ytridimensionales que representan personajes sentados y dinteles ornamentadoscon el típico «gato montés» o pumas de perfil (Fig. 3). Tello (1923 y 1929), Schaedel(1948 a-b-c), Mejía Xesspe (1941) y Bennett (1944) describieron los elementosestilísticos de los principales ejemplares del arte lítico de Recuay. Bennett, haseparado en cuatro grandes grupos (A,B,C,D) señalando que el grupo B estaríaasociado al estilo Recuay. Consideramos que la separación hecha por Bennett(1944: 104) incluye estilos Recuay y Huarás en un mismo grupo y no indicadiacronismo alguno.

Schaedel (1948b: 69) establece una secuencia sobre la base de un detalladoanálisis tipológico, que en cierto modo, ha logrado asociar con los tipos de alfareríaRecuay. Este autor define el estilo Aija y lo asocia a la fase clásica de Recuay(1948c:48), distingue en el estilo Aija dos tipos: tipo guerrero, el más común y eltipo mujer, ricamente ornamentada. La técnica empleada es el tallado en relieve.Los motivos esculpidos cubren toda la estatua. El estilo Aija se distingue por elempleo de un reducido repertorio de motivos. La cabeza abarca dos tercios de laestatua. El tipo guerrero se caracteriza por el escudo y por las cabezas trofeoadornados en la espalda y los costados, tratado con la técnica incisa.

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El tipo Huantar tiene una amplia difusión en la región de Ancash y ha sidodescrita por Wiener (1880), Antúnez de Mayolo (1941) y Schaedel (1948b y 1948c).Se caracteriza por el tratamiento tosco del material, las representaciones máscomunes afectan formas humanas en bajo relieve, los detalles de las extremidadesy la cara presentan rasgos poco expresivos y las dimensiones de los bloques dearenisca no exceden de los 40 cm. Consideramos que el tipo Huantar, llamado porSchaedel «diminutivo» y del grupo Huarás, debe estar asociado a las últimas fasesde la escala diacrónica de Recuay. Las muestras más representativas del Mosnaproceden, precisamente de la zona de Huantar. Como caso excepcional, el ejemplarpublicado por Antúnez (1941: Fig. 15) mide 255 cm. de altura y se encuentra en lasruinas de Tinyash, posiblemente representó a una divinidad.

Por último, las cabezas clavas de corte cuadrangular con expresionesfelínicas corresponden a dos períodos bien definidos. Los naturalistas al estiloRecuay y los estilizados se asocian al estilo Wari del Callejón de Huaylas.

Cerámica

Es el elemento cultural más conocido de Recuay. Se hicieron varios intentos declasificación. Entre los primeros citaremos a Kroeber (1926: 36; 1953: 69), quienpropuso un estilo, Recuay A, que incluye las vasijas decoradas con pintura negativay figuras modeladas y el Recuay B, con mayor énfasis en la pintura positiva eimágenes modeladas. Tello (1929:87) divide la cerámica en dos grupos, el primeroincluye vasija sin decoración agrupadas en 4 categorías de formas y, el segundo,caracterizado por el empleo de pintura positiva y negativa. Posteriormente, Bennett(1939: 73; 1944: 99 – 103, Fig. 32; 1963: 107) en sus excavaciones en el Callejón deHuaylas dice haber confirmado la proposición de Kroeber, y atendiendo a la granvariedad de formas, divide en variedades en A hasta Q sin orientarse a formularun cuadro cronológico.

El problema de la clasificación tipológica y seriación, para una diacronizaciónde la alfarería Recuay, es mucho más complejo de lo que al principio uno puedeimaginar. La abrumadora variedad de formas y los múltiples motivos decorativos,que van desde un sencillo geometrismo hasta una decoración convencionalelaboradísima, en la que aparecen escenas rituales y representaciones de lasdeidades y la fauna del pueblo recuay, complica una clasificación por lacombinación de diseños pintados y representaciones escultóricas; además, en laamplia gama de motivos pintados se mezclan dos técnicas decorativas: la técnicanegativa y la técnica positiva, usando además hornos abiertos y cerrados para lacocción del alfar. En efecto, la clasificación de acuerdo con los motivos decorativosrequieren un examen detenido, pues en cierto modo, cada ceramio presenta supropia individualidad y la gran variedad de motivos dificulta la clasificación.

Las principales categorías morfológicas se presentan en casi todas las cincofases que definiremos. Se reducen a cuencos abiertos (Fig. 4) y escudillas con basepedestal, vasijas de cuerpo globular y oblongo; cuerpos simples, abocinados y dedoble cuerpo con o sin asa, cántaros de cuerpo globular y cuello corto o de labios

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divergentes (Fig. 5), vasos de paredes curveadas con pedestal y en forma de cáliz,cuencos trípodes, recipientes con vertederos, cuencos cerrados con mangos cónicos(Fig. 6) y cántaros anulares (Fig. 7). Ceramios escultóricos con representaciones depersonajes, fauna y modelos arquitectónicos (Fig. 8). Ceramios con golletes y asassimples o múltiples en estribo, cántaros escultóricos de doble cuerpo.

Al examinar la producción alfarera de Recuay, los rasgos característicosatestiguan una franca ruptura con la tradición del Formativo Medio centroandino.Se introducen nuevas técnicas en la manufactura de la cerámica; técnicamente, laproducción de cerámicas de color blanco (caolín) y el empleo de la decoraciónnegativa, implican tradiciones muy diferentes de las que comparte la alfarería delcolor del propio material. En cambio, las culturas coetáneas o sincrónicas a Recuayconservan, en mayor o en menor grado, los rasgos estilísticos del Formativo, porejemplo, Moche o Nasca.

La técnica de decoración negativa se logra gracias al empleo de la materiaresinosa o «resist». Se trazan los diseños correspondientes al ceramio modeladocon una sustancia resinosa o resistente al tinte, tal como una cera, la materia viscosade una cactácea o en último caso una tira de arcilla., luego, se sumerge el ceramioal tinte, cuando se remueve o se somete al fuego la sustancia resinosa, se volatilizay aparecen los diseños en el color natural de la arcilla base, es decir, en negativo,rodeado en calidad de fondo por las zonas coloreadas.

La diacronización que proponemos en 5 fases de la alfarería Recuay se basaen consideraciones estratigráficas, excavaciones en cementerios, análisis deespecimenes y tomando dos extremos temporales conocidos: Huarás como el mástemprano y Wari como el más reciente. Cabe señalar que la generalizaciones que seformulan están sujetas a modificaciones o posibles desdoblamientos de fases ointerpretaciones diferentes.Fase I

La definición de esta fase se ha hecho basándose en especimenes existentes en elcolegio Julio C. Tello en Chingas, provincia de Antonio Raymondi, fragmentosprocedentes de nuestras excavaciones y a dos ceramios con registro de procedencia

Fig. 4 Bordes de Cuencos Recuay

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Fig.

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Fig. 6 Formas de las vasijas Recuay

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Fig.

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Fig. 8 Formas de vasijas Recuay (Escultóricos)

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que se exhiben en el Museo Regional de Huaraz. Las formas se reducen a dos:cántaros de cuerpo globular, gollete corto, asa puente que une a figuras modeladasy cuencos de base plana o la insinuación de una base anular. La decoración pintadacon motivos geométricos sobre engobe rojo, mantiene los rasgos característicos delestilo Huarás Blanco sobre Rojo. En tanto que la morfología, los rasgosantropológicos con el típico turbante, corresponde al estilo Recuay, que en fasesulteriores serán tratados con más delicadeza y realismo. Los motivos con pinturanegativa en los ceramios con cuerpo globular son ausentes, mientras que en loscuencos se aprecian manchas circulares pequeñas.

Fase II

Ha sido definía sobre la base del análisis de numerosos lotes de especimenesexistentes en el Museo de Arqueología y Etnología de San Marcos, Museo Nacionalde Antropología y Arqueología, colecciones privadas, ceramios existentes en elMuseo Regional de Huaraz y los materiales recogidos en nuestras investigacionesen el Callejón de Huaylas y en el Mosna.

Se continúa con el uso de la arcilla roja sometida a hornos abiertos y atemperaturas altas y la pasta caolín parece que se introduce a finales de esta fase.La técnica de la decoración negativa tiende a popularizarse y proliferan las formade las vasijas. Los diseños son ejecutados en unidades compactas delimitandozonas donde se usan motivos sencillos con predominancia de diseños geométricos.El pigmento es de color negro o marrón, en varios casos se aprecia que la materiaresinosa no ha sido del todo volatilizada. Es poco frecuente la utilización decolorantes rojos o amarillos encima de los motivos en negativo. Entre los motivosescultóricos son comunes la representación de un ave identificada como el «paujil»que en la fase III se representaría con frecuencia. Son igualmente escasos lasreproducciones estilizadas de felinos. El patrón elegido parece coincidir con losrasgos del «gato montés».

La cerámica de uso doméstico puede distribuirse en una extensa variedadde tipos según las dos clases de alfar, cocción de la pasta y el antiplástico aplicadaa la arcilla roja. Los tipos aislados son: marrón, rojo engobado, crema pulido ymate restregado, el grosor de los especimenes varía de 2.5 a 3.5 mm. dureza de lapasta roja + 4, dureza de la pasta de caolín –3.

Fase III

Constituye la etapa clásica de la alfarería Recuay, llamada tricolor negativo, y lasmás difundida y caracterizada por el empleo de la pasta de caolinita. Los motivosdecorativos se hacen más recargados. Las representaciones estilizadas de felinos,serpientes, aves, combinados con diseños escultóricos geométricos en los quedestaca la greca escalonada ofrecen bellas composiciones. Es de interés enfatizarque el motivo felino es representado en múltiples formas convencionalizadas y en

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ninguna se ajusta a la tradición del Formativo. Tello (1923), describió más de 14formas representativas, siendo la más común el felino con apéndices cefálicoscirculares o con volutas entrelazadas (Fig. 9). Se puede apreciar que las «garras»del felino tienen la misma configuración que la del ave. Otro de los rasgos quedefinen a esta fase es la utilización de pintura roja o amarilla, con variación detonos, en espacios no coloreados o para contrastar los motivos en negativo. Laamplia variedad incluye desde el simple cuenco hasta representacionesescultóricas complejas. En la fase III se establecen contactos con la costa norte y lasierra de Cajamarca. Es frecuente hallar asociados ceramios Moche o Cajamarca IIIcon restos de ajuar funerario Recuay. La cerámica utilitaria es abundante y detextura tosca con temperante granulado.

Fase IV

Se han definido igualmente basándose en colecciones de Museos y muestrasobtenidas en el curso de nuestras investigaciones. Los rasgos característicosincluyen la supervivencia de formas estilísticas con pintura negativa,indistintamente usadas en pasta de caolín y arcilla roja, sometidos a hornos detemperatura alta. Tecnológicamente, se disminuye la manufactura de los ceramiosy se difunde como estilo dominante la modalidad de la pintura positiva, con unaenorme variedad de tipos. Se emplean varios tonos de pintura roja sobre pastanatural o engobe crema diluido. Hace su aparición la pintura negra o marrón sobresuperficies deficientemente engobadas con rojo; como elemento ilustrativo, losmotivos se reducen y disminuye la técnica de su ejecución. Las figuras geométricasforman líneas onduladas o rectas, dispuestas en bandas de grosor variable. Sonfrecuentes las líneas radiales negras sobre fondo crema que delimitan en espacioscuadrangulares. En el borde de los platos o cuencos se pintan líneas diagonales,líneas en espiral o circulares, etc. Las representaciones escultóricas, por lo generalen pasta roja, son de baja calidad. A juzgar por las representaciones de modelos defauna selvática (sajino, mono, etc.) se deduce que en la Fase IV, los Recuayincursionaron en pisos ecológicos de la ceja de selva y amplían su difusión haciavalles de la costa.

Fase V

Aún constituye un problema. Sin embargo, es posible que con más datos sesubdivida en dos fases. Pero estamos seguros que varios ceramios analizadosmantienen elementos Recuay en cuanto a la tradición de la técnica negativa, formasy pinturas positivas y solo se diferencien por el tratamiento en hornos de atmósferareductora. Existe otro grupo que presenta el impacto de la influencia Wari y setraduce en forma de vasos de paredes altas. Hace falta un estudio complementarioen la Fase V para aislar las categorías funcionales.

Hernán Amat Olazábal

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Fig. 9 Diseños que corresponden a la fase Recuay III (el más común es el felino con apéndicescefálicos circulares o con volutas entrelazadas)

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Correlaciones Sincrónicas

La pintura negativa y la tendencia escultórica de la cerámica de factura liviana, seconsideran como los elementos diagnósticos de Recuay. Bennett (1939: 72-73), ensus estudios preliminares de la arqueología de la costa norte, encuentra una seriede relaciones entre el estilo gallinazo A y B con la cerámica Recuay, especialmenteen el empleo de la técnica negativa. Posteriormente, en un trabajo más completosobre la cultura Gallinazo del valle de Virú (1950: 115-118, Fig. 25, lám. 8), establecetres fases de Gallinazo. En la fase II, encuentra rasgos morfológicos que guardangran afinidad con el estilo Chavín, hecho que no ocurre con la cultura Recuay. EnGallinazo III, advierte cambios básicos con la influencia Mochica en el aspectoarquitectónico y la manifiesta influencia de Recuay, representada en la construcciónde tumbas cuadrangulares de piedra, trompetas tubulares de arcilla, motivoselaborados de felino Recuay, figuras modeladas y ceramios de tricolor negativomanufacturados en centros Recuay.

Las afirmaciones de Bennett, basadas en excavaciones efectuadas en el vallede Virú, desvirtúan la creencia errónea de algunos investigadores, en el sentido deque a partir de las influencias de los Gallinazo se originó la forma estilística de laalfarería Recuay. Esta posición fue sostenida por Larco Hoyle ( 1960: 238; 1970:270 – 274), quien postuló que la cultura Virú (comúnmente llamada Gallinazo),influyó poderosamente en la formación de la cultura Recuay. Su fundamentoesencial estriba en hallazgos de ceramios Virú asociados «en una misma tumba»con vasos caolín correspondiente a la cultura del Callejón. Afirma luego «esevidente que las raíces de la cultura del Callejón (entiéndase Recuay) no seencuentran en el Callejón de Huaylas, sino en las culturas que hemos hallado enla costa peruana, especialmente en la cultura Virú» (Larco, 1962). En su forzadatesis sostiene que la cultura Recuay se desarrolló en la costa, concretamente en elvalle del Santa, y si se encuentran sus restos en el Callejón de Huaylas se debe aque los Mochicas en su afán de conquista invadieron el valle del Santa hasta llegaral callejón de Huaylas, lugar más apacible, en donde podían librarse del invasorMochica. Larco ha ignorado por completo que la cultura Recuay no sólo se hadesarrollado en el Callejón de Huaylas, donde se construyó uno de los principalesasentamientos, sinó que también los Recuay tuvieron otros grandes centrosadministrativos, como son los de Pashash en Pallasca, Tinyash en la cuenca delMarañón, Pasacancha en Pomabamba, Upayacu en el Mosna y numerososasentamientos en el Callejón de Conchucos, ampliamente descritos por EudoxioOrtega (1956) y en la Cordillera Negra estudiados por Mejía (1941). Los recuay seestablecieron también en el valle de Nepeña. Proulx (1968: 33, Lám. 4), hallóevidencias de establecimientos Recuay de la fase IV, caracterizados por el empleode la pintura positiva.

Además, Clothier (1943) encontró en el valle del Santa varias muestrascorrespondientes a la fase III y Cornelius Roosevelet (1971), describe las murallasdefensivas en el Santa Bajo construidas por los Recuay con fines defensivos. En unreconocimiento en el Santa, realizado en abril de 1964, por Gary Vescelius, H.Rosas, J. Cáceres y el autor encontramos varios cementerios Recuay de la fase III,

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canales de irrigación y restos de arquitectura de carácter militar, edificados con elfin de controlar el valle para la explotación agrícola. En cambio, los Mochicas alparecer incursionaron en el Santa en etapas tardías, a juzgar por los ceramios de lafase IV y V extraídos de cementerios cercanos a Recuay.

Finalmente, proponemos que las vinculaciones genéticas de Recuay debenser estudiadas en una dimensión más amplia. La tradición del tratamiento de lapintura negativa y algunos elementos morfológicos básicos de Recuay, seencuentran en los andes septentrionales. En efecto, existen grandes semejanzascon el estilo Tuncahuan de la sierra central del Ecuador, cuyo desarrollo se iniciahacia los 400 a.C. y se interrumpe en el siglo V d.C. con el advenimiento de lasculturas Puruhua y Cañari. Collier y Murra, en el reconocimiento arqueológico dela sierra central del Ecuador, estudiaron la alfarería de Cerro Narrío y Tuncahuán,señalandonos los rasgos característicos de este último: la aplicación de pinturanegativa en la cerámica y agregados de tintes rojos o amarillentos, motivosdecorativos, grecas escalonadas, círculos, espirales, bandas paralelas pintadassobre escudillas, vasos con pedestal, cuencos de doble cuerpo, etc. (Collier y Murra,1943: 63 – 64, Lám. 38 - 41). Todos ellos guardan estrechas afinidades con lacerámica Recuay. Por otro lado, si bien es cierto que la técnica negativa tieneapreciable distribución en la costa del Perú - en Paracas, por ejemplo-, ulteriormentehace su aparición en la fase V del estilo Lima mediante representaciones de cabezastriangulares. Lo mismo ocurre en la tabla de Lurín (J. Ramos de Cox, comunicaciónpersonal, 1971). Ciertos motivos son similares pero su aplicación es de diferentetécnica. Asimismo, el tipo Caramelo Negativo de Strong y Evans (1952: 309, Fig. 61)de Virú, contemporáneo con Gallinazo se ajusta en algo al patrón estilístico Recuay.Sostenemos que la técnica de la pintura negativa fue introducida del áreaecuatoriana, pues allá tiene una larga tradición y se manifiesta en varias culturas.Igualmente, las formas básicas de Recuay se encuentran en culturas más tempranas,como Chorrera del Período Formativo de los Andes Septentrionales.

AgradecimientosQuiero agradecer a los obreros anónimos que me ayudaron a buscar al hombre andinodebajo de la tierra, a la corporación del Santa, a Bebel Ibarra, quien realizó la selecciónde los textos, y a Araceli Espinoza quien dibujó los bordes de cerámica.

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INTRODUCCIÓN

La definición del estilo Recuay de la antigua cerámica peruana, se ha basado pormucho tiempo en las vasijas funerarias ornamentales, elaboradas de arcilla caolíny bastante decorada con modelado y con diseños pintados en rojo y negro negativo.Está ha sido inadecuada para la identificación de las áreas de asentamientosRecuay. La falta de una definición más amplia también ha llevado a una confusiónde terminología relativa a las variantes de recuay. Excavaciones llevadas a caboentre 1979 y 1980 cerca de Huaráz han proveído mucha información acerca de lavariedad de las pastas, acabados de superficie, formas de las vasijas y técnicasdecorativas de la cerámica utilitaria recuay, la cual extiende y esclarece la definiciónestilística, la misma que tiene mayor utilidad para la identificación de otrosasentamientos Recuay.

En vista de la escasez de estudios científicos publicados pertinentes a lacultura Recuay y de la confusión general reinante, debido a la falta de comparaciónprecisa entre los hallazgos dispersos de cerámica recuay, la primera parte deltexto son algunos comentarios para esclarecer nuestras ideas acerca del estilocerámico y seguidamente, describiré brevemente un conjunto de cerámica utilitariarecuay recuperada del sitio Balcón de Judas, cerca de la ciudad de Huaraz, en elCallejón de Huaylas, Ancash, Perú (Fig.1).

Las definiciones prevalecientes del estilo cerámico recuay están basadasprincipalmente en porciones de muestras pequeñas y altamente especializadas decerca de 1000 vasijas completas de museos y colecciones privadas (comunicaciónpersonal de Raphael X. Reichert, 1978), la mayoría de las cuales, si no todas,provienen de entierros, y tienen poca información de procedencia. Gran parte delas vasijas están elaboradas de una arcilla blanca de caolín y llevan una decoraciónaplicada sobre un engobe rojo y una técnica decorativa distintiva en negro negativo,hecho que produce una notable composición de colores rojo y negro sobre blanco.En esta muestra hay una gran variedad de formas. Reichert (1977: 97-190) en su

IDENTIFICANDO EL ÁREA DE DOMINIORECUAY

Un Extendido inventario cerámicopara la identificación de los

asentamientos Recuay*

STEVEN A. WEGNERInstituto Ancashwaín

[email protected]

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elaboración del corpus disponible de vasijas recuay en museos y coleccionesprivadas en Europa, Estado Unidos, Perú y Argentina, distinguió más de 20categorías de formas diferentes. Las formas de botellas cerradas son bastantecomunes, y por lo general presentan un caño vertedero cilíndrico horizontal enadición al orificio vertical sobre la parte superior de la vasija. Otro rasgo común enlas botellas y jarras grandes, es un borde en forma de disco o ligeramenteacampanado. Mucho de los ejemplares exhiben figuras humanas y animalesmodelados bastante elaboradas; algunos otros, presentan escenas complejas conmuchos individuos, o edificios con sus ocupantes. Los pequeños tazoneshemisféricos y algunas tazas y jarras tienen una base de pedestal o anillada. Otrorasgo importante es la intricada decoración pintada consistente principalmentede criaturas sobrenaturales y motivos geométricos.

Sin embargo, aún no hay indicios de diferenciación temporal al interior delestilo. Se estima que haya durado al menos 400 años (del 200 al 600 d.C), a juzgarpor los fechados radiocarbónicos disponibles de 329+170 d.C. del trabajo deVescelius en la provincia de Carhuaz (Buse, 1965:330) y, de Pashash, variosfechados en un rango del 340+170 d.C. al 570+100 d. C. y un octavo de 840 + 270 d.C. (Grieder, 1978: 191- 193). Las divisiones estilísticas más tempranas fueron lasdistinciones de Recuay A y B sugeridas por Kroeber (1926: 36; 1930:130-137) y lasdistinciones esencialmente «fitomórficas» y Recuay de Tello (1929:85-98, figs. 47-59; 1930:284-289, figs. 17-20). Estas divisiones no han sido totalmente evaluadasempleando evidencia comparativa o asociativa, pero actualmente no parecencorroboradas (Reichert, 1977: 29-30).

Basado en los resultados de un programa extensivo de prospección yexcavaciones conducido entre 1961 y 1964 en la provincia de Carhuaz encolaboración con Hernán Amat, Gary Vescelius desarrolló una secuenciaarqueológica que contiene un período Huaylas Medio y otro Huaylas Tardío, amboscaracterizados por cerámicas que consideró Recuay en estilo (Lanning, 1965:140).Lamentablemente, sólo un corto resumen de esta importante investigación ha sidopublicado (Lanning, 1965: 140; Buse, 1965: 317-333). La base evidencial para lasecuencia de cinco fases de Amat para el estilo recuay en el valle del Mosna (AmatOlazábal ms: 237-245; 1976: 534-535; Lynch, 1977:284) aún no está disponible. Lasecuencia de tres fases propuesta por Grieder para el material cerámico de estilorecuay de Pashash (Grieder, 1978: 63-70, figs. 32, 34-36) debe ser correlacionadacon una alfarería recuay. Una evaluación crítica de estas secuencias esnecesariamente requerida.

Sin mejores datos acerca de la procedencia de los contextos funerarios y deexcavaciones cuidadosas llevadas a cabo en basurales y sitios de habitación nodisturbados, será muy difícil o imposible discernir diferencias cronológicas alinterior del estilo recuay, para evaluar las variaciones regionales en el estilo encualquier punto de su historia, y para diferenciar entre variaciones temporales yregionales. Tal vez el problema más grande de todos los concernientes a la muestraactual es que ésta está compuesta, en gran parte, de cerámica de tumbas que hasido altamente seleccionada por su atractivo estético por los huaqueros originales,quienes las adquirieron. Una pregunta importante es: ¿podemos esperar hallareste tipo de cerámica en los asentamientos Recuay?

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Fig. 1 Mapa de ubicación del sitio arqueológico de Balcón de Judas

Steven Wegner

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LAS INVESTIGACIONES SOBRE RECUAY

Para incrementar nuestro entendimiento de los Recuay, es importante primeroesclarecer el origen del nombre. En el espacio de cerca de cuatro años, empezandoen 1874, Agustín Icaza abrió un gran número de grandes tumbas subterráneas ensus propiedades, en el entonces distrito de Recuay (Macedo: 1881: vii; Hamy,1882:70). Él ciertamente poseía los terrenos que contenían tales tumbas cerca de laestancia de Rapish, la cual fue rebautizada y actualmente es el moderno pobladode Cátac, localizado en el extremos sur del Callejón de Huaylas, en la provincia deRecuay. Icaza recuperó por lo menos 160 vasijas finas de cerámica (Paz Soldán,1945:113), las cuales vendió al conocido doctor, José Mariano Macedo. Comoresultado de la guerra Perú y Chile y la amenaza de la invasión chilena sobre Lima,Macedo vendió su colección invalorable de más de 2000 artefactos antiguos y losllevó a Europa (Paz Soldán, 1945: 18-19). En 1881, mientras se exhibía la colecciónen París, él publicó un catálogo describiendo los especimenes. Aquí, formalmente,da el nombre de Recuay a un grupo de 152 vasijas distintivas elaboradas de unafina arcilla blanca y que presentaban una decoración pintada en rojo y negro(Macedo, 1881: 2-14). El nombre proviene del distrito en el cual las piezas de Macedofueron halladas (talvez Icaza no le había proporcionado mayor informaciónespecífica acerca de su procedencia). La colección de vasijas recuay y otrosespecímenes fue adquirida por el museo Fur Volkerkunde en Berlín y hasta hoyreside allí.

Estudios científicos de la cultura Recuay se iniciaron en 1919 cuando JulioC. Tello visitó Cátac para investigar la reputada fuente de las piezas de Macedo,durante la Primera Expedición Arqueológica de la Universidad Mayor de SanMarcos al Departamento de Ancash. En esta visita y en otras posteriores, Telloexaminó un total de 148 tumbas subterráneas revestidas y techadas por lajas depiedra en el área de Cátac (Tello, 1929: 41; 1930:271). Probablemente todas estastumbas habrían sido abiertas y saqueadas previamente, dado que Tello no hallóninguna huella de cerámica Recuay. La remoción de la cerámica funeraria de estastumbas fue aparentemente hecha de modo que no quedó nada de aquellas ofrendasfunerarias. En 1921 Tello adquirió una colección de cerámica de Tomás Dextre deCopa Grande, cerca de Carhuaz, en el Callejón de Huaylas. Esta cerámica tambiénprovenía de tumbas subterráneas, principalmente halladas en Tullo cerca deMarcará, e incluía muchas vasijas toscas, y también otras finísimas, similares a losespecimenes de Macedo (Tello, 1929: 85-91, figs. 49-53; 1930: 284-289, figs. 17-20;1940: 664; 1942: 76). Aunque Tello nunca publicó, y puede no haberlos conocido,ningún dato sobre las asociaciones precisas de estas vasijas, implícitamente sostuvoalgún tipo de relación entre estos dos tipos de cerámica (Tello, 1929: 85-86; 1930:284, 288). Mientras se puede sostener que hay alguna similitud de forma entreciertas vasijas de estas dos variedades, careceremos de la información asociativaque nos permitirá juzgar si la variación en pasta, tratamiento de superficie y formase deba a diferencias en la calidad de fabricación o el uso, status o diferenciastemporales.

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La siguiente investigación dentro del área de distribución geográfica delestilo Recuay fue llevada a cabo por Wendell C. Bennett en 1938 (Bennett, 1944). Él,como Tello, no halló evidencias de cerámica Recuay de caolín en el área de Cátac(Ibid. 64-70). Sin embargo, cerca de Huaraz, excavó en dos áreas que proporcionarontal tipo de cerámica. Una de éstas fue Shankaiyan que proveyó de muchosfragmentos erosionados de cerámica y algunas vasijas completas procedentes depequeñas galerías subterráneas, revestidas y techadas con piedras(Ibid. 54-59,figs. 17-18). En la otra área, cerca de Ichik Wilkawain, Bennett excavó nueve tumbassubterráneas grandes, revestidas con lajas grandes, algunas de las cuales conteníanfragmentos de cerámica recuay (Ibid. 42-50, fig. 15). Una de estas galerías estabasuperpuesta por una estructura que contenía cerámica de «influencia Tiahuanaco»(léase de «influencia Wari»), la cual proveyó la primera evidencia estratigráficaconfiable para la posición cronológica relativa del estilo Recuay (Ibid. 48-50, 93,109).

Por alguna razón inexplicable, Bennett falló en reconocer la similitud deestas cerámicas recuay de otras cerámicas de caolín que recuperó en el sitio de SanJerónimo, cerca de Huaraz (Bennett, 1944: 59-60) y en Chavín, al este del Callejónde Huaylas, en niveles que se superponían a aquellos que contenían cerámica deestilo Chavín (Ibid. 90-92). Este error es significativo porque, en efecto, puede haberempañado información que habría servido para identificar las áreas de losasentamientos Recuay. Específicamente, el error ocurrió cuando él identificó unacantidad de tiestos de pasta de caolín pintados en positivo procedentes de lasuperficie de un sitio localizado en una colina que él llamó San Jerónimo. Sin citarningún material comparativo, Bennett describió esta cerámica de caolín como unespecial estilo Inca (Ibid. 13, 59-60, fig. 31F, I, J, L-O). También consideró comoIncas un número de tiestos de caolín procedentes de varios pozos de sondeo (Ch-2, 3, 4, 11, 16) en Chavín (Ibid: 90-92, fig. 31 A-E, G, H, K) y probablemente un tazóníntegro de base con pedestal que excavó en el pozo Ch-5 de un entierro en unestrato post-Chavín en la parte superior del templo principal de Chavín y que élrefirió como «estilo Tardío» (Ibid: 77, 92, fig. 310).

Trabajos posteriores en Chavín llevados a cabo por Hernán Amat y LuisLumbreras, entre 1966 y 1972, han verificado ampliamente la ocurrencia de lacerámica de caolín pintada en positivo estratigráficamente sobre la cerámica Blancosobre Rojo (Huaraz o Huarás), la cual a su vez se superpone a la cerámica tardía deChavín (Lumbreras, 1974: 39-40; 1977: 7-9; Amat Olazábal ms: 87-93, 106, 110). Eltrabajo de Richard y Lucy Burger en Huaricoto, localizado en Marcará, en la partemedia del Callejón de Huaylas, ha corroborado este ordenamiento estilístico(comunicación personal de Richard L. Burger, 1978). Además, las investigacionesinéditas llevadas a cabo entre 1961 y 1964 por Gary Vescelius y Hernán Amat en laprovincia de Carhuaz, aparentemente aislaron las cerámicas de caolín entre elestilo más temprano del Blanco sobre Rojo y los subsiguientes de influencia Wari(Lanning, 1965: 140).

Mientras que algunos datos se hallan escasamente difundidos entre lacomunidad arqueológica en general, de todas maneras proveen de informaciónnecesaria para ubicar el estilo Recuay, entre los 200 a 600 d.C., e indican que esprobablemente el único estilo alfarero local de la sierra de Ancash que utilizó

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caolín. Ejemplos raros tenemos en la cerámica importada de caolín del estiloCajamarca cursivo (o Marañón) que se presentan en contextos de influencia Wari(Bennett, 1944: 30, 34 [del sitio 7H-1], 41, fig. 13D-E [del sitio 9H-2]; Lanning, 1965:140), pero este estilo es fácilmente distinguible por la forma y los diseños del estilorecuay. También, no se ha reportado hasta ahora cerámica Inca de caolín procedentedel Callejón de Huaylas y ninguna cerámica Inca conocida se parece remotamenteal anómalo estilo San Jerónimo de Bennett.

Es aparente que esta cerámica tiene que ser de estilo Recuay. Es cerámica depasta de caolín pintado en positivo que no es hallada en el estilo Cajamarca cursivo,presenta un pequeño tazón de base anillada que ha sido hallado en contextosfunerarios recuay, y algunos de los diseños geométricos pueden ser ligados adiseños pintados en las más fina cerámica Recuay (por ejemplo círculos con puntocentral, rombos concéntricos en series, una estilizada criatura serpentiforme conuna cabeza triangular).

CONSIDERACIONES SOBRE EL TERMINO RECUAY

Antes de proceder con la descripción de mi trabajo en el sitio que Bennett denominóSan Jerónimo, me gustaría comentar algo acerca de la confusión terminológicaactualmente hallada en la literatura arqueológica concerniente a Recuay o a laprobable cerámica Recuay. Dado que ni Tello ni Bennett recuperaron cerámicaRecuay en la provincia de Recuay (la reputada fuente de las vasijas de Macedo),varios estudiosos propusieron cambios en el nombre del estilo. «Callejón deHuaylas» fue una vez empleado por Tello (1929: 85) y posteriormente, fue utilizadocomo un nombre alternativo que supuestamente reflejaría mejor la distribución deesta cerámica (Larco Hoyle, 1945: 1; 1960: 235; [1962]: [3]; 1966: 104, 138). Otrotérmino es «Copa», originalmente propuesto por el Padre Augusto Soriano Infante(Sociedad para la Antropología Peruana, 1953: 16) y está aún en uso (KauffmanDoig, 1980: 139), el cual designa el área aproximada de la fuente de los materialesde Dextre descritos por Tello. Quienes han trabajado en Chavín han empleado eltérmino «Huaylas» o «Huaylas- Marañón» (Tello, 1960: 13-16, figs. 1-3, pp. 349-352, especialmente figs. 174-175 y lam. LII) o «callejón» o «Marías» (Lumbreras,1974: 47-49; 1977: 7,9) para referirse al material caolín y otras cerámica parecida amateriales procedentes del Callejón de Huaylas. «Callejón» también ha sidoempleado para referirse a la cerámica de caolín de engobe blanco (white-slipped)en el valle de Virú (Ford y Willey 1949: 50, 76; Strong y Evans 1952: 347-351).Rafael Larco Hoyle (1960: 238: [1962]: [24]; 1966: 104-107, 138) propuso un cambiomás drástico del nombre por el de «Santa», luego que él hallara este estilo alfareroen sitios de la sección costera del valle del Santa, donde él pensaba se habíaoriginado la cultura. Cerámicas en el valle de Casma designados como Santa oHuaylas Yunga (Tello, 1956: 47, 314, figs. 21, 135, 147-150) no están íntimamenterelacionadas con el estilo Recuay y fueron consideradas dentro del HorizonteMedio (p. 47). Cátac ha sido levemente considerado como una probable alternativa(Sociedad para la Antropología Peruana, 1953: 16; Lumbreras, 1974: 49). Finalmente,

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los espectaculares hallazgos de cerámica hechos en Pashash, en el norte de Ancash,entre 1969 y 1973, por Terence Grieder y Alberto Bueno han dado motivo para elempleo de Pashash como un substituto para Recuay (Bueno Mendoza, 1980: 9,11).

A pesar de esta gran gama de alternativas, yo mantendré el nombre Recuaydebido a su largo precedente como nombre del estilo ya que he recuperado estacerámica en sitios de Cátac (Roko Ama, PAn11-C) y cerca de Recuay (Pueblo ViejoAlto, Pan11-H; Gekosh, Pan11-F), que corrobora la identificación de la fuente delmaterial de Macedo. Además, parece haber suficiente similitud de las formas delas vasijas y diseños pintados entre los conjuntos de cerámica de pasta de caolíndel Callejón de Huaylas, el valle bajo del Santa, Pashash y Chavín paraconsiderarlos como variantes regionales del estilo Recuay.

EXCAVACIONES EN BALCÓN DE JUDAS

El objetivo principal de las excavaciones entre 1979 y 1980 en Balcón de Judas fueel de recuperar una muestra no disturbada de desechos de habitación recuay.Balcón de Judas (Pan 5 –5) es el verdadero nombre local del sitio llamado porBennett, San Jerónimo, posterior a la capilla del mismo nombre. El sitio es unacolina rocosa localizada en la margen oeste del río Santa, directamente frente aHuaraz. La colina domina esta parte angosta del valle, donde el río es atravesadopor un puente que forma parte de la carretera que parte de Huaraz, tramonta laCordillera Negra y baja a Casma, en la costa.

Mientras se encontró abundantes fragmentos de tazones recuay de pasta decaolín en la colección superficial y en ciertas excavaciones, también hubo evidenciassignificativas de ocupación humana en el sitio, desde alguna época en elPrecerámico hasta el Período Inca. Parece probable que Balcón de Judas fue unpunto estratégico para observar y controlar este paso importante del río en la rutaHuaráz - Casma y que mucha gente reconoció este hecho.

A pesar de los problemas presentados debido a la poca profundidad deldepósito y la mezcla ocasionada por habitantes post-recuay, erosión y cultivosmodernos en el sitio, un basural recuay no disturbado finalmente fue hallado en1980. El análisis preliminar de varios miles de fragmentos de cerámica indica unaabundancia de vasijas de pasta distinta al caolín, en este contexto de basuraldenso que también contiene muchos huesos de camélidos y varios artefactos líticoscon huellas de golpe desgastados. Esta cerámica tosca de pasta distinta al caolínestá representada por grandes jarras con collar y tazones hemisféricos, platos,coladores con aberturas triangulares, cucharas y posiblemente, otras formas. Hayalgunos pequeños tazones hemisféricos cuidadosamente bruñidos de cocciónreductora y oxidante, con líneas incisas que contornean una banda exterior dezonas triangulares conteniendo puntuaciones grandes. Esta cerámica nunca hasido asociada con el estilo Recuay.

Son abundantes en el basural las vasijas de caolín de paredes delgadas,principalmente pequeños tazones hemisféricos, de 15-20 cm. de diámetro, quepudieron haber tenido bases anilladas. Estas vasijas, por lo común presentan una

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banda exterior con decoración pintada justo debajo del borde. Los colores empleadosson predominantemente el negro- púrpura, rojo, o combinación de negro y rojo, yunos pocos presentan engobe naranja con diseños en negro, negro y blanco, negroy ante, o en negro, blanco y ante (Fotos 1-2). Los principales diseños son geométricosy combinan líneas horizontales, verticales y diagonales (que pueden formar patronesde zig-zags, diamantes concéntricos y rectangulares concéntricos) (Fotos 3-5), ycírculos u óvalos con un punto central (Foto 6). Con mayor variedad en lasrepresentaciones es un diseño de una criatura serpentiforme estilizada de doscabezas, las mismas que son triangulares y que, además, presenta dos ojoscuadrados con pupilas y un hocico largo (Foto 7). Este es frecuentemente unelemento secundario de diseño sobre la típica cerámica funeraria. Un diseño aúnmás importante es un arco en el borde con pendiente, con rizos en sus dos lados yen la parte inferior (Foto 8).

También hay bastante cerámica de caolín no pintada, algunas de las cualesestán decoradas con incisiones y punteados (Foto 9). En adiciones a los tazoneshemisféricos, hay pequeñas jarras, tazas de paredes verticales, la forma de«canchero», tazones con asa, y cucharas. Las cucharas más finas presentan lacabeza de un ave modelada en la parte terminal del mango y pueden tambiénllevar diseños geométricos simples y pintados. Al final del inventario de cerámicatenemos unos pocos tubos fabricados por la técnica de slip casting para la elaboraciónde antaras, el resultado de una tecnología especializada solamente descartapreviamente para el final del Horizonte temprano y el Intermedio Tardío en lascostas central y sur del Perú (Dawson, 1964).Aunque el análisis descriptivo sólo ha sido realizado parcialmente, este conjuntocerámico de Balcón de Judas ya provee de mucha información. Aún no hay unclaro indicio de cual es la extensión de la historia de Recuay representada por esos

Foto 1. Copas o tazas; pintura bicolor en negro y rojo

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Foto 2. Tazones hemisféricos; diversos diseños pintados.

Foto 3. Tazones hemisféricos; decoración pintada de líneas horizontales

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Foto 4. Tazones hemisféricos; decoración pintada líneas verticales y rectángulos

Foto 5. Tazones hemisféricos; decoración pintada de rombos y líneas diagonales

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Foto 6. Tazones hemisféricos; decoración pintada de círculos u óvalos con un punto central.

Foto 7. Tazones hemisféricos; decoración pintada representado una serpiente bicéfala estilizada.

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Foto 8. Tazones hemisféricos; decoración pintada de crecientes con crespos

Foto 9. Tazones hemisféricos; decoración incisa y punteada

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materiales, ni si este puede ser engranado con otras secuencias recuay. Sin embargo,la descripción de esta cerámica utilitaria es un paso fundamental quenecesariamente precederá todo estudio regional más amplio del patrón deasentamiento, la red de subsistencia y los contactos interregionales e intercambiode la gente Recuay. La utilidad de esta muestra para identificar otros asentamientosRecuay, a partir de los restos cerámicos de superficie, es obvio. El gran sitio deGekosh (Pan11-F) cerca de Ticapampa en el sur del Callejón de Huaylas, esjustamente, un ejemplo de un sitio identificado de esta manera.

RELACIONES DE LA CERÁMICA RECUAY CON OTRAS ÁREAS

Las comparaciones preliminares de cerámica con otras áreas fuera del Callejón deHuaylas indican contactos recuay hacia el este del Marañón en el sitio de Tinyash(Amat ms: 27,230; 1976:535; observaciones hechas por el autor en 1977) y unapresencia sustancial Recuay en las partes altas de ciertos valles costeños deldepartamento de Ancash y más hacia el norte. Especialmente importantes son losvalles de Huarmey (por ejemplo, sitios en la región de Aija), Nepeña (Proulx,1973:32-38, fig. 5, 6 a-b, lam, 3-4; Gambini Escudero, 1975:119-123) y Santa (Clothier, 1943;Larco, 1962; Wilson ms: 8) y menos importantes son las áreas de Casma (Tello,1960: 256, 263,268, lam. XXX b-c), Virú (Bennett, 1939: 27,34, 72-73; 1950 28-29,118; Larco Hoyle, 1945: 1, 11, 13, 23; 1960: 235-236; 1962 3-4, 9, 12; Strong y Evans,1952: 242-243, 347-351; Ford y Willey, 1949: 65, 76, fig. 9 ) y Moche (en Cruz BlancaComunicación personal con Jhon Topic, 1980), también hay una definitiva similituden la forma y en los diseños pintados entre los tazones de caolín de Balcón deJudas y aquellos de la fase Cajamarca II (Reichlen y Reinchlen, 1949: 158-160 fig. 6)o la recientemente definida fase Cajamarca Temprano III (comunicación personalde Ryozo Matsumoto, 1980), que precede el desarrollo del estilo Cajamarca cursivosignificativamente, Cajamarca II también presenta grandes platos coladores ycucharas que no son de caolín (Reichlen y Reichlen, 1949: 160).

CONCLUSIONES

Aunque la definición del estilo puede ser ahora algo más clara, la sustancial tareade descubrir dónde y cómo la gente Recuay vivió, requerirá aún de una mayorcantidad de trabajo arqueológico. Mi prospección en la mitad sur del Callejón deHuaylas y mis excavaciones en un sitio cerca de Huaraz son pequeños pasos enesta dirección. Habiendo decidido que el estilo San Jerónimo de Bennett era realmenteRecuay y no Inca, en 1978 realicé un reconocimiento limitado en la región entreCarhuaz y Cátac, además del área de Aija en la Cordillera Negra, específicamentebuscando concentraciones de materiales de superficie de la simple cerámica decaolín pintada en positivo, como las halladas por Bennett, u otra cosa que podríarelacionarse con el estilo Recuay.

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En cinco sitios cerca de Huaraz (Balcón de Judas, PAn5-5; Oshku, Pan5-D;Quechcap, Pan5-E; Marcun, Pan5-F; Cruz Jirca, Pan5-G), tres en la provincia deRecuay (Roko Ama, Pan11-C; Gekosh, Pan11-F; Pueblo Viejo Alto, Pan 11-H), y tresen la provincia de Aija (Marcacoto, Pan1-1; Chuchunpunta, Pan1-2; Shinincoto,Pan1-7), se hallaron algunos tiestos de caolín sobre la superficie. Significativamente,ninguno de ellos era del estilo Cajamarca cursivo ni presentaban el modeladocuidadoso y la pintura en blanco y negro negativo, a excepción de una parte de untazón encontrado en Roko Amá, el gran cementerio Recuay en Cátac.

Las finas vasijas de caolín, generalmente ilustradas en publicaciones acercade la cerámica Recuay, no se encontraron en las colecciones de superficie. Pareceque las vasijas cuidadosamente moldeadas y pintadas fueron empleadasprimariamente para actividades relativas a la muerte y el enterramiento deindividuos tan solo de alto status. Para conocer una respuesta provisional a lapregunta planteada antes en este documento, se puede sostener que la típicacerámica Recuay es hallada solamente en tumbas y no puede ser empleada comoelemento distintivo para localizar áreas de tumbas o de asentamientos debido a suausencia en los desechos de superficie.

La cerámica utilitaria es, por lo general, muy distintiva en forma, decoracióny pasta de aquellas piezas finas que sirvieron como ofrendas funerarias, como loindica el conjunto de Balcón de Judas. Es la cerámica utilitaria la que es abundanteen los desechos de habitación y la que ocurre frecuentemente en las colecciones desuperficies.

De Balcón de Judas, entonces parece partir muchos caminos a seguir enfuturas investigaciones.

AgradecimientosEl autor quiere manifestar su gratitud por la subvención de los gastos para sus viajes alPerú en 1977 y 1978 proporcionados por la Fundación Tinker por medio del Centro paraEstudios Latinoamericanos de la Universidad de California en Berkeley. ElFinanciamiento para el trabajo de campo en 1979 y 1980 provino de una beca Fulbright-Hays, administrada por el Instituto de Educación Internacional y la Comisión Fulbrightpara el Intercambio Educativo entre los Estados Unidos y el Perú.

Notas(*) Esta es una versión revisada el 5 de junio de 1981 de mi ponencia «Identifying Recuaydom: Anexpanded ceramic inventory for identifying recuay settlement sites». Presentado en la 4ta. reuniónanual de la Sociedad para la Arqueología Americana (SAA), llevada a cabo del 30 de abril al 2 demayo de 1981 en San Diego, California. EE.UU., y traducida por Manuel Perales M. con revisionesfinales del autor para esta edición.Todos los fragmentos de cerámica caolín del estilo Recuay son de la coleción superficial de Balcón deJudas (PAn5-5), Los Olivos, Huaraz. Ancash, recogida en 1979 y 1980 y depositada en el MuseoArqueológico de Ancash en Huaraz.

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EVIDENCIAS RADIOCARBÓNICAS PARA LASTRANSFORMACIONES CULTURALES

RECUAY

GEORGE F. LAUUniversidad de East Anglia

[email protected]

INTRODUCCIÓN

Desde los principios de la arqueología científica en el Perú, la cultura Recuay hasido uno de los desarrollos más conocidos en la arqueología peruana (Tello, 1929,1940; Bennett, 1944). A pesar de su identificación temprana, se conoce muy pocosobre el carácter socio-económico de Recuay y su posición cronológica en laprehistoria de los Andes Centrales. Problemas políticos y económicos, a fines delsiglo XX, y la tendencia general hacia estudios arqueológicos costeños contribuyerona limitar el conocimiento diacrónico de la cultura Recuay.

El presente trabajo detalla las evidencias disponibles para caracterizar lastransformaciones cronológicas en la tradición cultural Recuay.1 Se presentan losdatos culturales y radiocarbónicos para entender los componentes de la secuenciaRecuay como parte de patrones generales en la prehistoria andina, es decir, durantelos períodos Intermedio Temprano (o Desarrollos Regionales) y Horizonte Medio,asociado con la expansión de la influencia Wari (Lumbreras, 1974 y 1999; Rowe yMenzel, 1967).

CULTURA Y SOCIEDAD RECUAY

La cultura Recuay se desarrolló durante el Período Intermedio Temprano (200a.C.– 700 d.C.) en el departamento de Ancash2. Ancash presenta una diversidadde zonas ecológicas: el litoral Pacífico, valles costeños, la sierra andina y la zonaoriente de ceja de selva (Fig. 1). Las poblaciones Recuay utilizaron patronestradicionales para fines económicos en estas zonas de producción, como agricultura(Tello, 1929), ganadería (Lau, 2001a), y comercio interregional (por ejemplo, Gero,1992; Grieder, 1978; Smith, 1978).

Se identifica la cultura Recuay por su estilo artístico que surgió después dela época Chavín. A pesar de su desarrollo en la misma región, la cerámica ylitoescultura, Recuay no tiene vinculaciones claras con la civilización Chavín.

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La iconografía, con temas humanos y ancestros importantes, parece ser biendiferente, en comparación al énfasis y composición de las imagenes de mito ytransformación supernatural evidente en el arte Chavín. Además, hubo distintasinnovaciones tecnologicas y elaboración de la alfarería Recuay. Se incluyen el usode kaolinita en engobes y arcilla cruda, pintura polícroma y negativa, formas enefigie y representaciones de modelos arquitectónicos (Grieder, 1978; Reichert, 1977;Smith, 1978). Wegner (1981) documentó evidencias de basurales Recuay,incluyendo kaolinita y fragmentos de alfarería tosca.

Los Recuay también son famosos por su litoescultura (Tello, 1929; Bennett,1944; Schaedel, 1948; 1952). En los ejemplares, se manifiestan representaciones defiguras importantes e imagenes de su propia cosmología y religión. En muchoscasos, los Recuay utilizaron los monolitos para adornar sus construccionesceremoniales. Estos monolitos estaban asociados con prácticas funerarias y cultosa los ancestros (Tello, 1929; Lau, 2000, 2001a).

La cultura Recuay mantuvo conexiones culturales con sociedades coetáneas,como los Mochica (Bankmann, 1979; Bruñís, 1976; Reichert, 1982), Salinar yGallinazo (Bennett, 1950; Fogel, 1993; Larco, 1945, 1948); Cajamarca (Julien, 1988;Matsumoto, 1988); Lima (Makowski y Rucabado, 2000; Patterson, 1966) y con gruposen el oriente (Church, 1996; Kauffmann Doig, s.f.). En tiempos más tardíos, hubointeracción cultural con el Estado Wari (Lau, 2001a; Schaedel, 1952, 1993). Laposición geográfica de Recuay entre varios grupos y regiones andinas en la zonanorperuana facilitó intercambios estilísticos importantes.

Es probable que las relaciones culturales tuvieran dimensiones socio-económicas, especifícamente el comercio entre las zonas interandinas. Para losRecuay, conchas marinas, cerámica fina, y productos como algodón, sal, ají, y cocafueron, probablemente, extraidos de la costa. De la zona oriente, podemos anticiparel intercambio de plumas, pieles (especialmente de jaguares) y otros objetos preciososextraordinarios. El tráfico incluyó mercancias serranas como metales y productosagrícolas como la papa, oca, olluco y/o camélidos (vivos o en forma de ch’arki).Tambien se trafico textiles y lana o fibra de camélidos, que también fueron productosimportantes de las comunidades pastoriles (Lau, 2001a: 416-417). Muchos sitiosRecuay se ubican en rutas de comercio, frecuentemente como fortalezas en lascimas de los cerros o centros económicos regionales en los valles – por ejemplo, enel Callejón de Huaylas y las faldas occidentales de los Andes (Grieder, 1978; Proulx,1982; Smith, 1978). Aldeas, como Chinchawas, se ubican en zonas intermedias,del tipo «ecotone», para el cultivo en las alturas y también para la ganadería decamélidos (Lau, 2001a).

Como en otras culturas del Intermedio Temprano, la guerra es un temaimportante en la comprensión de la cultura Recuay (Lumbreras, 1974: 112-116).Guerreros, armas, y cabezas trofeos son motivos comunes en el arte recuay,especialmente en litoescultura (Lau, 2000; Makowski y Rucabado, 2000; Tello,1929: 75-80; Schaedel, 1948: Figs. 56-57). Algunas escenas pintadas en vasijaspueden representar conflictos entre guerreros Mochica y Recuay (identificado porSteven Wegner, en Proulx, 1982: 90). Además, los sitios arqueológicos Recuayfrecuentemente se caracterizan por su ubicación estratégica, acceso restringido, y

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Fig. 1. Chinchawas y los sitios arqueológicos de Callejón de Huaylas y Conchucos.

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fortificaciones, tal como se han representado en vasijas (por ejemplo, Lumbreras,1978: 113). Investigaciones arqueológicas en las fortalezas han recuperadoevidencia de armas, como mazas, piedras redondas para hondas, lanzas, y estólicas(Antúnez, 1941; Lau, 2001a; Tello, 1929). Tal como en la cultura Mochica y Nasca,el surgimiento de la iconografía de temas guerreros en el arte Recuay aparentementerefleja maneras para distinguir o mostrar nuevas relaciones sociales y representarel poder político y prestigio de líderes.

A mediados del Período Intermedio Temprano, parece que hubo un númerode facciones políticas Recuay, probablemente organizadas, como los curacazgos oseñorios de los tiempos etnohistóricos. No se sabe definitivamente si huboorganización bien centralizada y estratificada, como algunos arqueólogos hanpropuesto (Smith, 1978; Shimada, 1994: 86, 258). No obstante, se puede definir,por lo menos, una serie de sociedades complejas bien adaptadas a las zonasinterandinas que se caracterizan por atributos similares en cultura, iconografía ypatrones de vida – como prácticas funerarias, comercio, y sistemas de asentamiento.

Al igual que los Mochica y Nasca, la cultura Recuay forma parte de losDesarrollos Regionales que se dieron durante el Período Intermedio Temprano.Sin embargo, a diferencia de sus culturas coetáneas, falta mucha evidencia en lareconstrucción diacrónica de los Recuay– es decir, datos que necesitamos paradefinir mejor la emergencia y carácter de grupos recuay. El presente trabajo abordael problema fundamental: no se puede entender la prehistoria Recuay sin mejorarla reconstrucción de las transformaciones culturales y sus relaciones cronológicascon otras culturas; Por ello,queremos mostrar un amplio y preciso panorama de laépoca post-Formativa en el Perú.

ESTILO Y CRONOLOGÍA POST-CHAVÍN EN ELCALLEJÓN DE HUAYLAS

Utilizamos datos disponibles para detallar una cronología absoluta post-Chavínde la sierra del departamento de Ancash. Está basada en las asociacionesestilísticas de contextos arqueológicos (Cuadro 1 y 2). Todos los fechadosradiocarbónicos se reportarán en años A.P. (antes del presente), calibradas a rangos2-sigma a.C. o d.C. (utilizando Calibre versión 4.3, Stuiver y Pearson,1993 y/o losrangos mencionados en Zió³kowski, et al. 1994).3

En algunas partes del presente trabajo nos referiremos a la «tradición»cultural Recuay como un término general para describir cuatro componentesdistintos en la evolución de Recuay, es decir: fases de Huarás, Recuay, RecuayTardío e influencia Wari Temprano. Estimamos que la tradición duróaproximadamente del 1 al 800 d.C. Estudios sistemáticos con énfasis a sub-fases yvariación de culturas regionales deben mejorar la reconstrucción presente.

Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay

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Estilo Huarás (200 a.C. – 250 d.C.)

Desde el planteamiento original de Bennett (1944), la cultura Huarás y su posicióntemporal ha sido problemática. La mayoría de los arqueólogos están de acuerdoque la cerámica de tipo Huarás (o Huaraz) blanco-sobre-rojo ocurre antes demateriales Recuay (Bennett,1944; Grieder, 1978; Lumbreras, 1970, 1974) o formaparte temprana de una secuencia general recuay, cuyo inicio empezó a fines delHorizonte Temprano (Lanning, 1965; Gambini, 1984).

Se considera Huarás como componente temprano de la tradición Recuay através de su cultura. Las preferencias de alfareros Huarás por cuencos abiertos yjarras pequeñas, engobes de color rojo, y decoración en líneas verticales yhorizontales (en los exteriores de bordes) se mantienen en el período Recuay. Otroselementos culturales, como prácticas funerarias, iconografía en litoescultura, ymampostería, también muestran afinidades con Recuay (Bennett, 1944: 36 -50;Lanning, 1965:140; Lumbreras, 1970: 69-74).

En Chavín de Huántar, Huaricoto, y posiblemente en Pashash, se hanencontrado materiales Recuay estratigráficamente sobre alfarería blanco-sobre-rojo (Burger, 1985: 125; Grieder, 1978: 63-65; Lumbreras, 1970). Otros estudioshacen más clara la distribución y contextos de uso de la cerámica Huarás (Gero,1992; Isbell, 1989, 1991; Lynch, 1980; Ponte, 1999). Los datos de excavacióncomprueban la hipótesis de Bennett (1944: 109) que el período Huarás debe serconsiderado hacia los finales Chavín y los inicios de las fases de cerámica kaolinitaRecuay. No se puede detallar precisamente los cambios culturales entre Huarás-Recuay, pero es evidente que la transición se caracteriza por elementos decontinuidad (Gero, 1992, 2001b; Lanning, 1965; Lumbreras, 1970).

Hay diez fechados radiocarbónicos encontrados con asociaciones decerámica blanco-sobre-rojo. Investigaciones en Chavín de Huántar reportarontres fechados: 2640 ± 70 A.P. (HAR-1104, 919-562 a.C.); 2480 ± 70 A.P. (HAR-1109, 801-398 a.C.); 2100 ± 100 B.P. (Gif-1079, 390 a.C.- 123 d.C.) (Amat, 1976b;Lumbreras, 1989). Las excavaciones en el sitio de Cueva Guitarrero encontraronuna muestra, 2315 ± 125 A.P. (SI-1504, 790 – 52 a.C.) (Lynch, 1980: 43). Unfechado del sitio de Chunta Ranra Punta, por la Mina Pierina, demuestra 2230± 55 A.P. (AA32484, 399 – 124 a.C.) (Ponte, 1999: 106). Gero (1992: 17) analizósiete fechados de Queyash Alto, los dos más tempranos asociados a cerámicaHuarás son de 2220 ± 150 A.P. (Beta-31354, 763 a.C. – 79 d.C.) y 2140 ± 90 A.P.(Beta-31357, 396 a.C. – 54 d.C.).4 Hay dos fechados de Pashash: 1640 ± 80 A.P.(Tx-944, 237 – 601 d.C.) y 1610 ± 170 A.P. (Tx-1332, 34 – 768 d.C.) (Grieder,1978). Finalmente, las excavaciones en La Pampa recuperaron una muestra enla estructura circular, referido como la «RCC», con un fechado de 640 ± 50 A.P.(TK-173, 1279-1410 d.C.) – asociado con un estilo blanco-sobre-rojo (Terada,1979: 178).

En base de estas fechas absolutas, la cerámica con decoración blanco-sobre-rojo parece tener una larga duración de fabricación y uso. Sin embargo,es evidente que la cultura Huarás tiene sus inicios a finales del HorizonteTemprano.

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Estilo Recuay ( 250 – 650 d.C.)

La evidencia radiocarbónica define la duración del estilo Recuay entre 250 a 650d.C. La mayoría de los estudios recuay se han especializado en el valle interandinodel Río Santa, es decir, el Callejón de Huaylas, ubicado entre las Cordilleras Negray Blanca (Fig. 1). Centros importantes de grupos Recuay surgieron en: Aija y Kataken el sur del Callejón de Huaylas (Bennett,1944; Tello, 1929, 1940), Huaraz y Carazhasta Cabana (Pashash) en el norte (Grieder, 1978; Smith, 1978).

Ocupación intensa también ocurrió en las faldas occidentales de la CordilleraNegra, en particular en los valles altos de Santa (Grieder, 1978; Larco, 1962; Wilson,1988), Nepeña (Gambini, 1984; Proulx, 1982), y en menor nivel, Casma (Lau, 2001a;Mejía, 1941) y Huarmey (Tello, 1929; Wegner, 1981). Por tal razón, algunosconsideran que Recuay tuvo sus orígenes en la costa (Gambini, 1984: 130-133;Larco, 1962: 15). La influencia Recuay también es fuerte en los valles tributariosdel Marañon, al este de la Cordillera Blanca, conocido como el Callejón deConchucos. Tello (1929, 1960), Bennett (1944), Lumbreras (1970) y Burger (1982,1984) recuperaron materiales Recuay en el sitio de Chavín de Huántar y suscercanías. También, restos de tumbas y patrones de asentamiento manifiestanocupaciones intensivas en los Conchucos por comunidades Recuay (Espejo, 1957;Amat, 1976b; Herrera, 1999; Wegner, 2001).

Se define la cerámica Recuay «clásica» por un repertorio de atributosdiagnósticos: de pasta fina y delgada, el uso de arcilla blanca (kaolinita), pinturabi-croma y tri-croma, decoración negativa, diseños escultóricos, formas distintas yun grupo de motivos característicos (Eisleb, 1987; Grieder, 1978; Makowski yRucabado, 2001; Reichert, 1977; Smith, 1978). Seriaciones estilísticas han sidopresentadas, pero todavía no hay consenso sobre su validez a causa de la falta dedocumentación, control estratigráfico y fechados radiocarbónicos (Amat, 1976b:534; Bennett, 1944: 99-104; Gambini, 1984: 144-147; Kroeber, 1944: 93-96; Tello,1929: 85-98).

Nuestro trabajo está basado en determinaciones radiocarbónicas conasociaciones claras a la cerámica del estilo Recuay. Los contextos arqueológicosde Pashash, ubicado en Cabana (Pallasca), ofrecen la mejor colección de fechados,asociados con cerámica fina y otras ofrendas en tumbas muy elaboradas del mundoconocido Recuay. Grieder (1978) define tres sub-fases del período Recuay: Quimít,Yaiá y Huacohú. Fechados para el período general Recuay incluyen: 1400 ± 60A.P. (Tx-1329, 541 – 765 d.C.), 1500 ± 90 A.P. (Tx-940, 386 – 685 d.C.), y 1580 ± 70A.P. (Tx-942, 263 – 639 d.C.). Dos fechados ayudan a definir la fase Yaiá [1590 ± 60A.P. (Tx-1824, 264 – 616 d.C.) y 1380 ± 100 A.P. (Tx-943, 435 – 886 d.C.)] y la faseHuacohú [1490 ± 70 A.P. (Tx-941, 420 – 664 d.C.) y 1110 ± 270 A.P. (Tx-1331, 412 –1401 d.C.)]. A través de estas muestras, se puede estimar que la ocupación principalrepresentada en la cronología absoluta de Pashash ocurrió entre los años 350 a650 d.C.

Fechados también se reportaron para las investigaciones en la regiónCarhuaz-Marcara del Callejón de Huaylas, hechas por Gary Vescelius y HernánAmat en los sesenta, pero sin llegar a publicar los contextos y asociaciones

Evidencias radiocarbónicas para las transformaciones culturales Recuay

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culturales completamente (Buse, 1965; Ravines, 1982; Ziólkowski, et al. 1994). Noobstante, cabe mencionar la existencia de dos fechados con rangos razonablespara el período Recuay: 1541 ± 125 B.P. (I-1353, 240 – 758 d.C.) y 1621 ± 145 A.P. (I-1359, 81 – 676 d.C.).

La zona de Huaraz, ubicada entre la confluencia de los ríos Santa y Quillcay,constituyó otro centro importante para desarrollos Recuay (Bennett, 1944; Schaedel,1948, 1952). Investigaciones en el sitio de Balcón de Judas recuperaron cantidadesde alfarería de kaolinita del estilo Recuay, con pintura monocroma y polícroma enlíneas sobre los bordes exteriores (Wegner, 1981). Desgraciadamente, fechasabsolutas todavía no existen para los contextos arqueológicos. Eisleb (1987)describió alfarería similar de la Colección Macedo (Museum Für Völkerkunde,Berlin), una colección de materiales extraidos de las tumbas de Roko Amá en Katak.El término «Recuay» deriva de los materiales de este cementerio y su ubicacióncerca al pueblo de Recuay en el Callejón de Huaylas (Bennett, 1944: 64).

En los niveles más bajos del sitio Chinchawas, ubicado al oeste de Huaraz,se encontró cerámica muy similar a los materiales de Katak y Balcón de Judas (Lau,2001a). La cerámica llamada «Kayán», pertenece a una ocupación local recuay(Fig. 2). Existe un sólo fechado para esta fase: 1710 ± 50 A.P. (AA32365, 229-429d.C.). Toda la evidencia radiocarbónica indica que la cerámica «clásica» Recuaysólo fue fabricada durante un período relativamente breve, entre los años 250 a600/650 d.C, aproximadamente.

Estilo Recuay Tardío (600 – 700 d.C.)

A fines del siglo VI d.C, la cerámica kaolinita y de pasta fina desapareció dandolugar a la proliferación de una alfarería más rústica. Se caracteriza por su pocacalidad y decoración local. Se conoce como «Chinchawasi 1 Ware A» (Fig. 3, 4, 5)en el sitio de Chinchawas (Lau, 2001a: 187-196). En Pashash, un estilo asociado,llamado «Usú», se manifiesta en la secuencia local (Grieder, 1978: 70). En la zonade la Mina Pierina, existen algunos ejemplos en las fases Cotojirca III y IV (Ponte,1999: Figs. 55, 61). Ejemplos de vasijas asociados al estilo Recuay Tardío ocurrenen Chacas; en la zona de Conchucos (Wegner, 2000: 16) y quizás en Katak (Eisleb,1987: figs. 23, 38, 92). También tiene semejanzas en la cerámica de estilo «Callejón»identificada en el valle del río Mosna (Lumbreras, 1970: 67).

Basándonos en comparaciones estilísticas, los cambios culturalesmanifiestan la disolución gradual de la alfarería fina recuay «clásica». La alfareríade Recuay Tardío utiliza pastas más toscas, de color beige o rojizo y manifiesta ladesaparición general de la kaolinita. El uso de decoración escultórica y pintura ennegativo no es tan común como antes. La decoración pintada no es tan fina: laslíneas son más anchas, con menos detalle y frecuentemente, se usa sólo el colorrojo. Normalmente, los alfareros pintaban en los exteriores de cuencos y jarras.Los diseños comunes son variaciones del repertorio Recuay: meandroshorizontales, líneas paralelas verticales u horizontales y motivos básicos

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geométricos (rectángulos, triángulos, y círculos). En suma, se puede considerarestos rasgos como componentes tardíos de la tradición Recuay.

En base a la evidencia radiocarbónica, la alfarería Recuay Tardío fue usadahasta el inicio del siglo VIII d.C. La fase Chinchawasi 1 tiene tres fechados: 1395± 45 D.P. (AA32369, 598 – 689 d.C.), 1375 ± 45 A.P. (AA32371, 602 – 763 d.C.) y1305 ± 45 A.P. (AA32368, 652–801 d.C.). También, se puede considerarprovisionalmente dos fechados del sitio de Queyash Alto, asociados con materialesdenominados «post-Recuay»: 1350 ± 80 A.P. (Beta-30112, 543 – 879 d.C.) y 1360 ±90 A.P. (Beta-31353, 537 – 886 d.C.).5

Estilos de Influencia Wari Temprano (700 – 850 d.C.)

Durante el desarrollo final de Recuay, influencias culturales extranjeras se hicieronpresentes, en particular de la zona de la Sierra Central de Ayacucho. Se inicia lainfluencia Wari en el Callejón de Huaylas, como parte de la fase «Early Honco» (oHonco Temprano) llamado por Vescelius (Lanning, 1965: 140; Buse, 1965: 327).Isbell (1991) describe tres fechados en niveles asociados con materiales Wari: 1380± 70 A.P. (n/a 3, 541 – 777 d.C.), 1280 ± 70 A.P. (n/a 5, 642 – 937 d.C.), y 1240 ± 90

Fig. 5 Cerámica Chinchawasi 1

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A.P. (n/a 1, 642 – 993 d.C.). También, en Honcopampa, Isbell (1989: 112; 1991: 34)menciona una muestra asociada con la construcción de edad Wari (grupo-patioAC-5) en una trinchera con contenido de cerámica del tipo «Recuay» y «Huarás»:1330 ± 100 B.P. (n/a 2, 539 – 943 d.C.).6 Las fechas indican que la irrupción Wariocurrió a inicios del siglo VIII d.C. y estimuló varios proyectos arquitectónicos en elCallejón de Huaylas, mejor conocidos como estructuras en forma «D» y los recintostipo «patio-groups» (Isbell, 1989; 1991). Lamentablemente, todavía no existe unadescripción comprensiva de la cerámica de Honcopampa para hacercomparaciones cronológicas.

Transformaciones culturales existen para la transición entre las fases deChinchawasi 1 a Chinchawasi 2 (Lau, 2001a). Patrones en arquitectura,implementos líticos y objetos de comercio de larga distancia indicantransformaciones culturales importantes pero, la cerámica decorada local, ofrecela mejor evidencia. Básicamente, la manera principal de fabricación y decoraciónsigue siendo la pintura roja oscura sobre engobe de color crema o beige. Sin embargo,hay nuevos patrones en la popularidad de formas de vasijas. También, la cerámicase caracteriza por una pasta de un rojo intenso (color ladrillo), decayendo totalmentela preferencia (o acceso ) a arcillas finas y blanquecinas, tipificada por la kaolinita.Los alfareros de esta época prefirieron pintar los diseños en el interior de los cuencos(en la anterior , prefirieron pintar en los bordes externos). Patrones en diseñospintados existen, con énfasis en la doble cara con dientes (interior), presencia dediamantes interpuestos y la desaparición de motivos anteriores (Fig. 6, 7 y 8).

Fig. 6 Cerámica Chinchawasi 2

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Finalmente, la alfarería local tipo blanco-sobre-rojo (llamado Chinchawasi 1 WareB) pasó de moda.

En Chinchawasi y otros sitios del Callejón de Huaylas, la alfarería localpredomina sobre la cerámica exótica con mayor frecuencia que en las fasesanteriores. Materiales importados incluyen Chakipampa B y los estilos Cajamarca(Bennett, 1944: figs. 9,10,13; Lanning, 1965: 140; Lau, 2001a; Menzel, 1964), MocheTardío y otros estilos de la Costa Norte (Lau, 2001a; Ponte, 1999) y cerámica dekaolinita no-Recuay (Lau, 2001a) – típicamente de contextos funerarios (Lau, 2001a:283-334). La frecuencia de cerámica importada indica interacción importante delarga distancia, probablemente facilitada por la expansión temprana y organizacióneconómica de Wari (ver Castillo, 1993, 2001; Menzel, 1964; Shimada, 1994).

Existen tres fechados para la fase Chinchawasi 2: 1290 ± 45 A.P. (AA32367,657 – 863 d.C.), 1255 ± 45 A.P. (AA32366, 663 – 890 d.C.), y 1180 ± 45 A.P. (AA32372,694 – 980 d.C.). Al parecer, los fechados de Honcopampa son ubicados,básicamente, dentro el rango del siglo VIII d.C. Ponte (1999) muestra un fechadodel sitio de Ancosh Punta, asociado a Ancosh/Cotojirca IV, del período de influenciaWari (AA32481, 686-981 d.C.). Una muestra de Queyash Alto, de asociación «post-Recuay», puede pertenecer al período de influencia Wari Temprano: 1210 ± 80 A.P(Beta-30115, 659 – 998 d.C.).

Estilos de Influencia Wari Tardío ( 850 – 950 d.C.)

Se caracterizan por la desaparición completa de los atributos Recuay en laproducción de alfarería local en Ancash. En cambio, se ve la emergencia de cerámicanueva con semejanza a los estilos seculares de derivación Wari (Lumbreras, 1974;Menzel, 1964).

En las cabeceras de Casma, a mediados del siglo IX d.C., la fase Chinchawasi2 fue reemplazada por una cultura asociada con la cerámica «Warmi» (Lau, 2001a).La cerámica Warmi utiliza una pasta roja o naranja, ocasionalmente con engobedel mismo color. El tratamiento decorativo no es tan elaborado como antes,frecuentemente se encuentran líneas o estriaciones de fabricación sin pulir. Losalfareros pintaban principalmente en el interior de los cuencos, con colores negroy purpura. Los principales diseños son tipo «lattice», «wing» (o «ala»), bandas,meandros y arcos agrupados. La decoración plástica se usa más frecuente, enforma de puntuaciones e incisiones lineales agrupadas en las asas y/o cuellos dejarras/cántaros (Fig. 9, 10 y 11). Adornos de apliqué con incisiones también sehicieron más populares que antes. Poseen semejanzas con esta fase algunas piezasde la fase Cotojirca IV de la zona Pierina (Ponte, 1999: fig. 24). Parece que la faseWarmi tiene mejor relación con la fase «Late Honco», descrito por Vescelius parala zona Carhuaz-Marcará en el Callejón de Huaylas (Lanning, 1965: 140).

La posición temporal de Warmi y otros estilos emparentados de finales delHorizonte Medio, está asociada a tumbas o mausoleos, es decir chullpas (Bennett,1944: Fig. 4; Lau, 2001a). Artefactos exóticos recuperados en excavaciones enchullpas pertenecen a estilos de derivación Wari no temprano, como Viñaque (Tello,

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1929: 27; Terada, 1979: plate 73b; Isbell, 1991: 34); Middle Cajamarca (Matsumoto,1988; Terada, 1979: plate 73a), y Nievería (Lau, 2001a: 289-290). Es muy interesantenotar la frecuencia de cerámica tipo estampado (Lanning, 1965; Lau, 2001a),probablemente de producción costeña, como de Supe, Huarmey (Thompson, 1966),Casma (Collier, 1962), y los valles al norte, como Santa (Wilson, 1988), Virú (Collier1955), Moche y Chicama (Larco, 1948).

Las determinaciones radiocarbónicas de los niveles Warmi en Chinchawasidatan de la segunda mitad del siglo IX d.C. (Lau, 2001a: 263-264). Los fechados,recuperados en excavaciones de diversos pozos de prueba son: 1170 ± 55 A.P.(AA32373, 692 – 994 d.C.), 1160 ± 45 A.P. (AA32374, 730 – 985 d.C.), y 1150 ± 50A.P. (AA32370, 731 – 998 d.C.). Hay fechados de ocupación tardía en Yarcok,Pierina (AA32490, 1125 ± 50 A.P., 778 – 1018 d.C.) y en Queyash Alto (Beta-30114,1160 ± 80 A.P., 679 – 1022 d.C.) que tienen rangos similares a las fechas deChinchawas (Gero, 1992; Ponte, 1999).7 Ver nota 4. Este grupo de fechados indicaque el período de influencia Wari Tardío surgió y terminó rápidamente.

Estilo Aquillpo (d.C. 950 – Inka)

En el Callejón de Huaylas proliferó una cultura después de la expansión Wari,denominada «Aquillpo» o «Akilpo», llamado así por la Quebrada Aquillpo en laCordillera Blanca (Vescelius, en Lanning ,1965). La cerámica del estilo Aquillpo seconoce en muchos sitios arqueológicos de los andes nor-centrales, como la zona dePierina (Ponte, 1999), Honcopampa (Isbell, 1989, 1991), Balcón de Judas (Wegner,1981), y Pójoc (Burger, 1982). En Chinchawas, identificamos una manifestaciónlocal llamada estilo «Chakwas» (Lau, 2001b: Fig. 7).

La alfarería Chakwas tiene elementos comunes: pasta tosca de color ladrilloy rojo, tratamiento superficial mínimo y decoración plástica. Puntuaciones,incisiones, y adiciones en apliqué son comunes en los exteriores y bordes decuencos, así como en asas y bordes de jarras/cántaros. Ocasionalmente, se agreganlíneas y putuaciones. Si bien es cierto que el uso de la pintura se reduce en laalfarería Chakwas, algunos ejemplares tienen color oscuro con diseños geométricosal interior de los cuencos abiertos (Fig.12,13). Basándose en asociaciones,semejanzas estilísticas y la superposición estratigráfica, se interpreta que lasmanifestaciones del estilo Chakwas surgieron después de la influencia Wari ypertenecen básicamente al Período Intermedio Tardío.

No hay fechados en contextos de ocupación residencial Chakwas o Aquillpo.Estudios en sitios de la Mina Pierina han producido algunas determinaciones quetienen rangos tardíos, sugeriendo una ocupación pre-Inka entre los 1200 – 1450d.C. (Ponte, 1999). Es notable ciertos fechados en contextos funerarios en el Callejónde Huaylas (por ejemplo, AA32376 y AA32377) que, a pesar de las asociacionesculturales (Recuay Tardío e Influencia Wari), pertenecen a la fase Aquillpo. Esprobable que las fechas representen episodios de reutilización de las tumbas paranuevos entierros durante la época Pre-Inka en la sierra de Ancash.

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También notamos que existe un sólo fechado, para el período de influenciaInka en el Callejón de Huaylas; que pertenece a la fase Caserones de La Pampa: 500± 70 A.P. (TK-193, 1302 – 1609 d.C.) (Terada, 1979).

CONCLUSIONES

El presente trabajo reconstruye una secuencia cultural y absoluta para la culturaRecuay y sus transformaciones basándonos en la evidencia cultural y fechadosradiocarbónicos. Además señalamos algunos problemas importantes que quedanen la arqueología norperuana.

En primer lugar, todavía es muy difícil comprender el componente tempranode la tradición Recuay, es decir, la fase Huarás, a través de los datos disponibles.Los fechados de contextos con cerámica blanco-sobre-rojo tienen bastantevariabilidad en el tiempo. Sorprendentemente, parece que las fechas de su usocomenzaron temprano y quizás terminó tarde en la secuencia. Se debe tener unamejor definición de la cerámica Huarás. En el sitio de Chinchawas, se encontróuna cerámica estilísticamente de la tradición «blanco-sobre-rojo» (Lau, 2001a: Fig.7.7; Lau, 2001b: Fig. 4n-p), pero no es del tipo Huarás, sensu (Bennett, 1944). Por

Fig. 12 Cerámica Chakwas

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Fig. 13 Cerámica Chakwas

sus asociaciones definidas en la fase Chinchawasi 1 (y por fechas), es claro queeste tipo de cerámica – es decir, de una alfarería no-Huarás que utiliza pinturablanca sobre una pasta roja – fue fabricada hasta los fines del período Recuay.

En segundo lugar, se aprecia una interrupción de ocupación entre los años100 a.C. hasta 200 d.C., que se manifiesta por los contextos fechados. Este períodoes normalmente interpretado como la fase Huarás pero, es notable que todavía losdiez fechados de asociación cerámica Huarás no lo cubran. No se sabe si lainterrupción deriva a causa de la muestra de estudio o refleja una ausencia culturalde ocupación despúes de la influencia Chavín.

La evidencia presente sugiere que la manufactura de cerámica Recuay,definida por la combinación de atributos «clásicos» (como kaolinita, pinturanegativa, diseños y formas particulares, etc.), tuvo un período de popularidadbreve. No se puede decir definitivamente, pero es posible que el uso de Recuayclásico fue limitado a unos cuatro siglos. Es necesario tener mejores contextosarqueológicos para identificar subfases de la cultura Recuay provenientes deexcavaciones estratigráficas en basurales y contextos residenciales y no sólo decontextos funerarios.

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La secuencia absoluta que ahora tenemos para Recuay Tardío tiene relacionesimportantes con los nuevos estudios cronológicos de Moche y Wari (Cuadro 3). Enbase a la nueva evidencia es muy probable que la ocupación Moche IV duró hastalos 700 d.C. en los valles de Moche y Chicama (Chapdelaine, 1998; Russell et al.1998). Esta observación estaría de acuerdo con la mayoría de los fechados deMoche V en el octavo siglo a.C. (Shimada, 1994).

La aparición de la influencia Wari en Moche V y Chinchawasi 2, evidenciadopor los fechados radiocarbónicos, sugiere que el Horizonte Medio en la costa nortey la sierra de Ancash se inició aproximadamente en el año 700 d.C., como es el casode la cultura Moche (Castillo, 2001) y, en Chinchawasi, los vestigios finales de latradición Recuay aparecen cerca del año 800 d.C. (Lau, 2001a). Al parecer, hubouna época transicional cuando grupos Recuay y Wari estuvieron en interacción,como se nota en mezclas estilísticas en litoescultura y cerámica (Grieder, 1978;Lau, 2001a; Schaedel, 1952; Wegner, 2001). Aparentemente, la influencia Wariocurrió más temprano en la zona de Huamachuco, si nos basamos en las muestrasradiocarbónicas tomadas por John y Theresa Topic (J. Topic y T. Topic 1983; T.Topic y J. Topic 1984).

No obstante, es claro que los cambios culturales de este período no ocurrieronaislados, a pesar de varias expresiones locales y regionales de influencia Wari. Esnecesario desarrollar hipótesis para explicar la presencia de Wari y lastransformaciones culturales fundamentales en muchas zonas del norte del Perú.Al parecer la interacción, comercio regional, la variabilidad en autonomía local, ytrayectorias diacrónicas simultáneas serán útiles para dar luz al fenómeno complejode Wari en la zona norperuana (Castillo, 2001; Lumbreras, 1999; Schreiber, 1992;Shady, 1988; Shimada, 1994; Topic, 1991).

Una cronología cultural es básica para la comparación temporal dedesarrollos regionales coetáneos. Este trabajo está enfocado en las transformacionesculturales en Ancash, después de la desintegración de la civilización Chavín. Sinduda, las observaciones del presente trabajo son preliminares e investigacionesarqueológicas en el futuro deben mejorar el carácter y cronología de la prehistoriade la Sierra Norte de Ancash.

(Notas)1 Agradecimientos: Quisiera agradecer al Instituto Nacional de Cultura de Lima y Huaraz por lasupervisión y ayuda logística durante las investigaciones de campo, bajo Resolución DirectoralNacional 419-96/INC. A los Arqueólogos Victor Ponte y Joan Gero que me hicieron disponiblesdatos todavía inéditos. Quisiera agradecer también a Richard Burger, Steven Wegner, y BebelIbarra por la ayuda en la realización de este trabajo. Partes de este artículo están basados en elmanuscrito inédito por el autor, titulado «A Review of Recuay Chronology».2 En el presente artículo, me refiero a fechas en escala calibrada a.C. (antes de Cristo) o d.C.(despúes de Cristo).3 Para la presente contribución, he re-analizado las fechas de Chinchawas, usando Calib. versión 4.3.Las fechas mencionadas en Lau (2001) usaron Calib. versión 3.0.3 (Stuiver y Pearson, 1993).4 Informacion no publicada, por Joan Gero, Febrero 2001. Dos fechados son mencionados en Gero(1992).5 Ver nota 4.6 No hay números de identificación de laboratorio para las muestras de Honcopampa (Isbell, 1989,1991).

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Sitio y referencia No. de Laboratorio

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1-sigma 2-sigma Asociación cultural Contexto (material)

HUARÁSChavín de Huántar (Lumbreras 1989) HAR-1104 2640±70 832-791 A.C. 919-562 A.C. Huarás Carbón Vegetal, entierro 7Chavín de Huántar (Lumbreras 1989) HAR-1109 2480±70 787-409 A.C. 801-398 A.C. Huarás Carbón vegetal, basura del período HuarásGuitarrero Cave (Lynch 1980) Si-1504 2315±125 517-204 A.C. 790-52 A.C. Huarás-Recuay Unidad 47, fogón (madera)

Chunta Ranra Punta (Ponte 1999) AA32484 2230±55 386-201 A.C. 399-124 A.C. Cotojirca II Locus 137 (carbón vegetal)Queyash Alto (Gero 1992) Beta-31354 2220±150 403-54 A.C. 763 A.C.-D.C.79 Huarás Nivel blanco sobre rojo (carbón vegteal)Queyash Alto (n/a) Beta-31357 2140±90 357-46 A.C. 396 A.C.-D.C.54 Huarás Nivel blanco sobre rojo (carbón vegteal)

Chavín de Huántar (Amat 1976) Gif-1079 2100±100 350 A.C.-D.C.16 390 A.C.-D.C.123 Huarás Sector NE de atrio del templo viejo, nivel 5 (carbón)Pashash (Grieder 1978) Tx-944 1640±80 D.C. 263-534 D.C. 237-601 Quinú Relleno/nivel Quinú -Corte 4 Nivel 4 (carbón vegetal)Pashash (Grieder 1978) Tx-1332 1610±170 D.C. 243-638 D.C. 34-768 Quinú Relleno/piedra, C9, N4, Blanco/rojo (carbón vegetal)La Pampa (Terada 1979) TK-173 640±50 D.C. 1293-1396 D.C. 1279-1410 white-on-red Estructura RCC , sobre pico (carbón vegetal)

RECUAYChinchawas (Lau 2001) AA32365 1710±50 D.C. 256-408 D.C. 229-429 Kayán Àrea quemada, OP9 .Niv. J, Terr. 1 (carbón vegetal)

Pashash (Grieder 1978) Tx-1824 1590±60 D.C. 411-540 D.C. 264-616 Recuay-Yaiá Relleno/entierro capilla, Cte 12 Niv 4 (carbón vegetal)Pashash (Grieder 1978) Tx-942 1580±70 D.C. 411-559 D.C. 263-639 Recuay Aluvial, Corte 3, Nivel 2 (carbón vegetal)Pashash (Grieder 1978) Tx-940 1500±90 D.C. 433-647 D.C. 386-685 Recuay Aluvial/superficie, Corte 3 Nivel 2(carbón vegetal)Pashash (Grieder 1978) Tx-941 1490±70 D.C. 475-643 D.C. 420-664 Huacohú Viga quemada, Corte 4 Nivel 2 (carbón vegetal)

Pashash (Grieder 1978) Tx-1329 1400±60 D.C. 604-669 D.C. 541-765 mid-Recuay (Yaiá) Relleno/entierro, Corte 12, Nivel. 6 (carbón vegetal)Pashash (Grieder 1978) Tx-943 1380±100 D.C. 600-764 D.C. 435-886 Yaiá Relleno/estruturas, Corte 3, nivel 4(carbón vegetal)Pashash (Grieder 1978) Tx-1331 1110±270 D.C. 658-1216 D.C. 412-1401 Huacohú Relleno piso/casa, Corte 9, nivel 3 (carbón vegetal)

RECUAY TARDÍOChinchawas (Lau 2001) AA32369 1395±45 D.C. 622-664 D.C. 598-689 Chinchawasi 1 Mitad de la base, OP19 Nivel L (madera/hueso)Chinchawas (Lau 2001) AA32371 1375±45 D.C. 642-677 D.C. 602-763 Chinchawasi 1 Bajo batan - OP49 Nivel (carbón vegetal)

Queyash Alto (n/a) Beta-31353 1360±90 D.C. 618-768 D.C. 537-886 Post-Recuay Asociación Post-Recuay (carbón vegetal)Queyash Alto (n/a) Beta-30112 1350±80 D.C. 640-768 D.C. 543-879 Post-Recuay Asociación Post-Recuay (carbón vegetal)Chinchawas (Lau 2001) AA32368 1305±45 D.C. 663-773 D.C. 652-801 Chinchawasi 1 Piso con desechos, OP31 Nivel H (carbón vegetal)

Chinchawas (Lau 2001) AA32376 675±50 D.C.1283-1386 D.C. 1263-1400 Chinchawasi 1 Tumba ST-3, OP65 Nivel B (carbón vegetal)

INFLUENCIA WARI TEMPRANOHoncopampa (Isbell 1989) n/a 3 1380±70 D.C. 618-687 D.C. 541-777 Late E.I.P./MH1 Patio-group AC-8, Exc.2, Fogón (carbón vegetal)

Honcopampa (Isbell 1989) n/a 2 1330±100 D.C. 640-778 D.C. 539-943 Huarás-bearing Patio-group AC-5, Exc. 1, Nivel. 11 (carbón vegetal)Chinchawas (Lau 2001) AA32367 1290±45 D.C. 668-776 D.C. 657-863 Chinchawasi 2 Depósito de desechos, OP4 Nivel G (carbón vegetal)Honcopampa (Isbell 1989) n/a 5 1280±70 D.C. 663-804 D.C. 642-937 Middle Horizon 1-2 Patio-group AC-2, Exc.4, piso roto (carbón vegetal)

Chinchawas (Lau 2001) AA32366 1255±45 D.C. 688-804 D.C. 663-890 Chinchawasi 2 Desecho/relleno, OP21 Nivel I (carbón vegetal)Honcopampa (Isbell 1989) n/a 1 1240±90 D.C. 673-892 D.C. 642-993 Middle Horizon 2 Patio-group AC-5, Exc.1, piso SO (carbón vegetal)Queyash Alto (n/a) Beta-30115 1210±80 D.C. 690-942 D.C. 659-998 Post-Recuay Asociación Post-Recuay (carbón vegetal)

Ancosh Punta (Ponte 1999) AA32481 1195±55 D.C. 734-937 D.C. 686-981 Cotojirca IV Locus 599 (carbón vegetal)Chinchawas (Lau 2001) AA32372 1180±45 D.C. 778-940 D.C. 694-980 Chinchawasi 2 Depósito de desechos, OP26G (carbón vegetal)

INFLUENCIA WARI TARDÍOChinchawas (Lau 2001) AA32373 1170±55 D.C. 778-960 D.C. 692-994 Warmi Desecho sobre el piso, OP36G (carbón vegetal)Chinchawas (Lau 2001) AA32374 1160±45 D.C. 781-961 D.C. 730-985 Warmi Desecho quemado, piso, OP43I (carbón vegetal)Queyash Alto (n/a) Beta-30114 1160±80 D.C. 776-982 D.C. 679-1022 Post-Recuay Asociación Post-Recuay (carbón vegetal)

Chinchawas (Lau 2001) AA32370 1150±50 D.C. 782-977 D.C. 731-998 Warmi Hoyo quemado, OP20 Nivel F (carbón vegetal)Yarcok (Ponte 1999) AA32490 1125±50 D.C. 886-983 D.C. 778-1018 Cotojirca IV Chullpa Tumba 11, Capa 2 (hueso humano)Chinchawas (Lau 2001) AA32377 655±50 D.C. 1288-1392 D.C. 1276-1405 Warmi Chullpa CT-2, OP57 Nivel A (hueso humano)

AQUILLPO N/A

INKALa Pampa (Terada 1979) TK-193 500±70 D.C. 1334-1445 D.C. 1302-1609 (Late) Caserones Contenido de una vasija bajo el piso (carbón vegetal)

COLONIALPashash (Grieder 1978) Tx-1330 420±80 D.C. 1425-1622 D.C. 1331-1649 Colonial Base de la pared, corte 7, nivel 4 (carbón vegetal)

FECHADOS ADICIONALESUrpaycoto (Ponte 1999) AA32492 3060±50 1405-1224 A.C. 1430-1131 A.C. Ancosh Locus 3924 (cerámica)Quitapampa C (Ponte 1999) AA32488 2305±55 401-262 A.C. 478-262 A.C. Cotojirca III Estructura circular quemada (carbón vegetal)Llacamá (Ponte 1999) AA32489 1300±55 D.C. 662-776 D.C. 644-880 - Sedimentos de ceniza (carbón vegetal)Maquellouán (Ponte 1999) AA32480 660±40 D.C. 1280-1390 D.C. 1275-1395 - Locus 443 (carbón vegetal)

Hornojirca C (Ponte 1999) AA32491 615±50 D.C. 1298-1402 D.C. 1284-1421 Cotojirca IV Tumba subterránea (hueso humano)Llacamá (Ponte 1999) AA32485 535±70 D.C. 1325-1438 D.C. 1296-1476 - Capa 1, Sector IV (carbón vegetal)Carhuac Punta (Ponte 1999) AA32482 535±50 D.C. 1330-1433 D.C. 1303-1444 Cotojirca IV Locus 641 (carbón vegetal)

Amá (Ponte 1999) AA32486 520±55 D.C. 1333-1438 D.C. 1304-1453 Cotojirca III Estructura funeraria A, con cobre (carbón vegetal)Auquish Corral (Ponte 1999) AA32483 250±50 D.C. 1637-1796 D.C. 1494-1947 Cotojirca IV Fogón en patio (carbón vegetal)Marcará area (Ziółkowski, et al. 1994) I-1352 2086±225 393 A.C.-D.C.131 777 A.C.-D.C.419 White-on-red Carbón vegetal/hueso

Cuadro 1. Lista de Fechados radiocarbónicos post-chavín

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«Nosotros, no podemos simplemente dibujar un mapa de estructuras y edificios y esperar que sus relaciones espaciales simultaneasnos informen sobre el pasado de la gente»

(Thomas, 1993).

INTRODUCCIÓN

Durante los últimos años, los arqueólogos se han ocupado cada vez más de larelación hombre/paisaje que existió en la antigüedad. La evolución de lasproblemáticas relacionadas a esta rama de la investigación arqueológica se havisto influenciada por el enfoque de la geografía humanístico-fenomenológica y dela antropología del paisaje. De hecho, si la arqueología del paisaje se puedeconsiderar en este sentido una real investigación histórica sobre el territorio, talhistoria no puede ser sólo el reflejo de una determinada actitud cultural o religiosa,sino también económica y social del hombre antiguo. El estudio de estatransformación nos proporciona una importante información sobre quién la haproducido.

El presente articulo se enfocará en las transformaciones del paisajearqueológico, cultural, social y económico del valle de Chacas en la sierra nor-central del Perú, durante el Período Intermedio Temprano (200 - 600 d. C.). Dicholapso temporal corresponde quizás a la fase más interesante en las transformacionesde los patrones de asentamiento y en la explotación del territorio de la zona.Asímismo, intentamos sugerir posibles caminos de investigación que han idosurgiendo a lo largo de los últimos tres años de reflexiones y estudios sobre laarqueología de esta zona. Dicho estudio se ha realizado en el marco del Proyectoarqueológico1-topográfico «Valle de Chacas».

TRANSFORMACIONES CULTURALESDURANTE EL INTERMEDIO TEMPRANO EN EL

VALLE DE CHACASHacia el desarrollo de asentamientos complejos

en un área de la sierra nor-central del Perú

CAROLINA ORSINIUniversidad de Bologna

[email protected]

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Fig. 1. Ubicación de la provincia de Asunción en el Departamento de Ancash. Redibujado deInstituto Geográfico Nacional por C. Orsini.

Transformaciones culturales durante el Intermedio Temprano en el valle de Chacas

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163

ÁREA DE ESTUDIO

El valle de Chacas es un valle de origen glaciar situado en la Sierra nor-centralperuana, ubicado en la vertiente oriental de la Cordillera Blanca, en el Callejón deConchucos- Provincia de Asunción (Fig. 1).

El valle es rico en sitios arqueológicos pertenecientes a varios períodos: lavariedad y la cantidad de tipologías de estructuras antiguas encontradas (más de100 sitios registrados durante la prospección realizada por una expediciónperuano-alemana en 1996- Herrera, 1999), hacen del valle un lugar propicio parael estudio de los cambios en los patrones de asentamiento en los Andes centro-septentrionales del Perú.

Actualmente, gracias a un trabajo de prospección y excavaciones llevadas acabo en asentamientos con características similares en la parte sur del valle deChacas (Fig. 2), hemos podido sintetizar algunos patrones repetitivos en laestructura de estos asentamientos, que nos pueden proporcionar datosprovisionales acerca de una filiación cultural y relación entre ellos.

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN TOPOGRÁFICA

El primer paso para cumplir con las finalidades de este estudio, ha sido completarla cartografía arqueológica de la mayoría de los asentamientos que podían constituiruna base interesante para la investigación. Para el trabajo topográfico ha sidonecesario crear un sistema de referencias cartográficas detalladas para el área deChacas donde se puedan localizar los estudios arqueológicos pasados y venideros.

En lo referente al sistema de investigación topográfica, ha sido escogido elmétodo GPS por su capacidad de trazar y reconstruir las estructuras de los sitios através de una recopilación rápida de un elevado número de puntos, como losvértices de las estructuras, la posición y orientación de las paredes y, en general, laubicación de los sitios. La precisión y rapidez del método GPS es un elementocrucial, si se considera la dificultad logística de trabajar en el área andina. Además,los datos adquiridos vía GPS también son útiles para la descripción morfológicade los sitios mediante la generación de un Modelo de Elevación Digital. Larepresentación tridimensional de los sitios, de una precisión sorprendentementealta (aproximadamente 1 centímetro), es muy útil en la interpretación de lasrelaciones entre los elementos socioeconómicos y naturales del territorio (un ejemplolo tenemos en la Fig. 3). Por último, el método GPS permite resolver problemas deemplazamiento absoluto. La investigación topográfica a través del GPS proporcionauna documentación completa de los sitios arqueológicos en lo que se refiere a lacaracterización morfológica, la descripción de los asentamientos y la representaciónde los detalles, elementos cruciales para entender cómo los sitios fueron planeadosy construidos (Capra et. al. 2002, ms. a).

Carolina Orsini

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Transformaciones culturales durante el Intermedio Temprano en el valle de Chacas

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TRANSFORMACIONES Y CAMBIOS EN LOS CONJUNTOSARQUEOLÓGICOS DEL VALLE DE CHACAS.

El valle de Chacas fue habitado probablemente a partir del Período Inicial, Final oFormativo – es decir, aproximadamente entre 800 y 200 años antes de Cristo-. Lossitios de esta época están ubicados en la zona más baja del valle (zona quechua,2500-3000 m.s.n.m.) (Herrera, 1999; Wegner, 2001). Se trata de grandes centrosconformados por montículos de estructura piramidal basándose en plataformasartificiales sobrepuestas. En importantes complejos como el Pirushtu de Chacas(CVP 15) (Fig. 4), el Pirushtu de Huallin (CVP 8) y Gatinjirca (CVP 28) se harecuperado cerámica (Fig. 5) con formas comparable con la fase Chavín Janabarriu(en particular, las ollas sin cuello marrón mate decoradas ocasionalmente condibujos incisos, cf. Burger, 1998 lám. 311-313, Grieder, 1978 lám. 34 a-e) aunque lastipologías de pasta y de acabado resultan ser una producción local con un patróndistinto. Dichos sitios revistieron posiblemente un papel de considerableimportancia si se considera que fueron frecuentados también en períodos sucesivos.En lo que concierne a los dos Pirushtus, parece improbable que la ocupaciónposterior haya sido del tipo habitacional (hasta ahora no se ha encontradoestructuras arquitectónicas, pero no se puede descartar la hipótesis de unaocupación intrusiva). Es posible que fueran frecuentados como lugares deperegrinaje y de ofrendas (una discusión más detallada de este argumento seencuentra en Orsini, ms. b.); sabemos además que el Pirushtu de Chacas fue utilizadocomo lugar de entierros en cámaras subterráneas durante el Período IntermedioTemprano.

El período siguiente, caracterizado en el Callejón de Huaylas por la presenciadel estilo cerámico «Huarás blanco sobre rojo» (Bennett, 1944; Ravines, 1994),hasta ahora no es bien documentado en el valle. El estilo cerámico Huarás seafirma entre el 200 a.C. hasta el 200 d.C.. En el valle de Chacas durante la temporadade excavaciones 2002, ha sido encontrada cerámica Huarás por debajo de estratosde ocupación asociables al Período Intermedio Temprano e, incluso de períodosposteriores, en asentamientos complejos situados en crestas rocosas de cerros (porejemplo, en Jatungaga Pirusthu, CVP 25, situado a los 3800 m.s.n.m.). Como hemosdicho, es posible que los mismos asentamientos del período precedente sigan siendofrecuentados, en particular Gatinjirca, pero resulta aún difícil una asociación entrecerámica y patrones arquitectónicos. Un posible marcador arquitectónico de lasetapas de ocupación Huarás es la presencia de estructuras enterradas a manera de«cajas» con paredes empedradas (véase Bennett, 1944, por el Callejón de Huaylas),que sirvieron posiblemente de entierros. La cerámica asociada a este tipo deestructuras encontradas en varios asentamientos complejos en áreas elevadas delvalle corresponden, en la mayoría de los casos, a una pasta fina rojiza o roja oscura.Las formas características que hemos registrado son cuencos de base llana o semi-llana con dibujos geométricos de color claro que se desarrollan a partir de la franjamediano inferior hasta los labios (Fig. 6, cf. Bennett, 1944 Fig. 12, y posiblementecon la cerámica «Kayán ware B» descrita por Lau, 2001a).Como hemos dicho, en el valle de Chacas estos entierros han sido observados envarios sitios de las ecozonas suni-puna (entre los 3600 y los 4000 m.s.n.m., en

Carolina Orsini

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Transformaciones culturales durante el Intermedio Temprano en el valle de Chacas

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167

particular, en los sitios de Mashinka (CVP 11), Jatungaga Pirushtu (CVP 25) yPirushtus de Huayá (CVP 12) presentando, probablemente, arquitectura posterior,como señalaremos más adelante).

Las evidencias arqueológicas más importantes del valle de Chacas aparecena partir del Período Intermedio Temprano (200 - 600 d. C.), cuando se observa laproliferación de los asentamientos complejos con función mixta en una zonaecológica alrededor de los 3800 m.s.n.m. asociados a evidencias cerámicas ylitoesculturas de estilo recuay (entre otros un monolito grabado procedente delsitio de Cruzjirca -CVP 29- y una maqueta en piedra procedente de Chagastunán -CVP 13). La variedad y cantidad de las muestras cerámicas para este período esmuy amplia y merece un estudio aparte. Gracias a los primeros indicios queprovienen de las excavaciones en el valle de Chacas y de recientes trabajosarqueológicos en el Callejón de Huaylas (Lau, 2001a; Gero, 1992 y 2001b), sabemosque puede existir una continuidad y una superposición entre los asentamientosdel Período Intermedio Temprano con aquellos asociados a evidencias cerámicasde estilo Huarás.

El patrón de asentamiento más importante de este período es la construcciónde sitios en la puna con fortificaciones (Foto 1), ubicados en crestas rocosas decerros que constituían lugares ideales para el control económico y político delterritorio: ubicados en áreas de transito entre los pisos quechu-suni y puna del valle,los sitios fueron emplazados en posición ideal para el control de los territoriosagrícolas más fértiles (las terrazas agrícolas, que normalmente están dispuestas

Foto 1. Sitio arqueológico de Riway (CVP 1). Túmulos y zona residencial. Foto A. Capra.

Carolina Orsini

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168

debajo de los asentamientos) y de las zonas de puna probablemente explotadascomo áreas de caza y de ganadería. Los asentamientos se ubicaban además enáreas cruciales para el control de las quebradas de acceso al valle (el mayor controlse ejercía hacia las quebradas de la parte sur del valle que constituían las vías decomunicación hacia la zona de Huari y el Callejón de Huaylas) y de la cuencaformada por el río principal, el Chucpín. No es raro que desde un solo sitio sellegue a ver hasta tres o cuatro diferentes quebradas.

Los sitios se caracterizan por la presencia de montículos a base de muros decontención que rodean pequeñas crestas o cimas de cerros, comunicadas porescaleras (Fotos 1, 2, 3). Asentamientos comparables se encuentran en diferentesáreas cercanas de la sierra nor-central peruana, como en el Callejón de Huaylas(Queyash Alto estudiado por Joan Gero, 1992: 16-17): «Queyash Alto se sitúa en lacresta alargada de un cerro... Dos montículos de tierra marcan los extremos oriental yoccidental del sitio... La primera ocupación del sitio, y de hecho la planificación del sitioentero, se remontan a la época Huarás o al Período Intermedio Temprano (200 a.C.- d.C.600)»; en el valle del rió Puchca (Ibarra, 1997, 1999); asimismo, en varios sitiosinvestigados por Donald Proulx en el valle del Nepeña (Proulx, 1982).

Los asentamientos del valle de Chacas que corresponden in toto o en parte aestas características son marcados en el mapa de la Fig. 2 como CVP 1, 2, 7, 9, 13,16, 17, 19, 21, 22, 23, 25, 28, 29, 32, 33, 36.

El elemento más novedoso, a nuestro parecer, en dichos asentamientos es lapresencia de una organización espacial multi-funcional, o sea áreas asociadas adiferentes actividades. Dicha organización puede ser, de alguna manera, el reflejode cambios más profundos que abarcan la vida social, económica y religiosa de losantiguos habitantes del valle. Lamentablemente, los indicadores que hemosutilizados para la interpretación de las diferentes áreas funcionales dentro de losasentamientos, no son unívocos o claramente identificables en las evidenciasarqueológicas. Los asentamientos investigados presentan una complejaestratificación horizontal y vertical de las fases de ocupación, donde a menudo esdifícil distinguir las diferentes fases de desarrollo de los asentamientos. Aun contodas las precauciones necesarias es posible, según creemos, notar una tendenciarepetitiva en la división de los espacios y en la estructuración del retículo urbano.

Estos asentamientos se desarrollan aprovechando la dorma natural del cerro,englobando rocas naturales transformámdolas en arquitectura (por ejemplo,rodeándola o acabándola con un muro) y, en parte, modelando el cerro con andenessostenidos por muros de contención (Foto 2). La mayoría de los asentamientospresentan áreas con restos de actividad domestica en asociación a núcleos deviviendas formados por pequeñas habitaciones (cuya arquitectura es difícil fecharlapor el momento) y áreas más aisladas, a menudo más altas y con un patrón deacceso restringido, donde diferentes indicadores arquitectónicos (inclusive posiblesrestos de altar en dos sitios- Huacramarca, CVP 2 y Jatungaga Pirushtu, CVP 25) yde la cerámica favorecen una interpretación no utilitaria, por lo menos en suexplotación originaria. Un estudio aparte merecería la arquitectura en forma decorrales circulares mencionada por Tello (1929) y presente en varios de los sitiosapenas descrito. La estudiosa Joan Gero en su trabajo de excavación en Queyash

Transformaciones culturales durante el Intermedio Temprano en el valle de Chacas

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Foto 2. Sitio arqueológico de Rayán Pampa (CVP 21). Túmulos y andenes de cultivo. Foto C.Orsini

Foto 3. Sitio arqueológico de Macuash (CVP 22). Túmulos y andenes de cultivo. Foto C.Orsini

Carolina Orsini

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Transformaciones culturales durante el Intermedio Temprano en el valle de Chacas

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Fig. 5. Ejemplos de ollas sin cuello procedentes de los sitios Pirushtu de Chacas (CVP15) –a-y Gatinjirca (CVP 28) - b-. Dibujos C. Orsini y A. Rodríguez.

Fig. 6. Ejemplos de cuencos fino en pasta rojiza procedentes de los sitios (a) JatungagaPirushtu (CVP 25) y (b) Mamapampa (CVP 33). Dibujos C. Orsini

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Alto, ha interpretado estas partes del retículo urbano como lugares dedicados aacoger la preparación de las comidas y de las bebidas destinadas a ceremoniaspúblicas de redistribución, que se celebraban probablemente en estas zonas (Gero,1999, 2001b).

En relación geográfica y posiblemente simbólica con estas zonas se hanencontrados las áreas funerarias de los sitios donde conviven, en la mayoría de loscasos, diferentes patrones arquitectónicos que atestiguan la larga ocupación deestos sitios. Aparentemente las estructuras funerarias del período más antiguosson la cámara hipogeas semi-hipogeas. Los entierros en chulpas pueden serinterpretadas como posteriores a la fase final del Período Intermedio Temprano,mientras que las inhumaciones simples en abrigos rocosos naturales tapados o nopor muros, a menudo situadas en las pendientes de los cerros sobre los que surgenlos asentamientos, se han encontrados asociadas a cerámica del Período IntermedioTardío (Aquilpo). Se trata de una cerámica tosca, monocroma y que lleva a menudouna decoración incisa en formas de círculos o aplicaciones. La pasta, en particularde las formas que hemos podido reconocer como ollas y botellas con asashorizontales a sección aplastada, son de color oscuro (marrón/rojizo hasta marrónmate) (cf. Orsini, ms.a inv. n° 293).

INTERPRETACIONES PRELIMINARES: ALGUNAS REFLEXIONES SOBRELOS CAMBIOS CULTURALES EN EL VALLE DE CHACAS

A partir de los datos expuestos en esta breve reseña, resulta evidente que dado elestado actual de los estudios, no es posible determinar la secuencia cronológica deocupación de los asentamientos del valle de Chacas. Podemos sólo suponer que,después de una fase inicial de ocupación de las áreas quechua del valle, los primerosasentamientos complejos empiezan a florecer en una zona ecológica más elevada.Estos sitios pueden tener una instalación urbanística que data desde el PeríodoHuarás o Intermedio Temprano y, en algunos casos, son habitados hasta el PeríodoIntermedio Tardío. Quizá la explotación de dicha área más elevada se podríarelacionar con un nuevo clima político, económico y cultural. Aparentemente losasentamientos en las crestas de cerros hospedaron sociedades restringidas, perointercomunicadas, quizá encabezadas por jefes político-religiosos. Esto parececonfirmarse con la introducción de nuevos temas expresivos en la cerámica. Es así,que se ve una personalización de los temas figurativos y comienzan a serrepresentados los jefes religiosos y guerreros en escenas de vida cotidiana y ritual.Joan Gero, a propósito de la iconografía de la cerámica Recuay, señala el carácterindividualista que atañe a las nuevas figuras de poder de los grupos étnicosdominantes: «mientras el proceso de consolidación del poder se estabaintensificando y estaba asumiendo una nueva forma en cada generación del PIT,los jefes de los linajes, los señores locales, o las autoridades étnicas que estabanrevistiendo estas posiciones eran figuras probablemente familiares a la población comoparientes, vecinos o conocidos»(Joan Gero, 2001b: 28).

Transformaciones culturales durante el Intermedio Temprano en el valle de Chacas

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La presencia de una arquitectura funeraria compleja podría, en este sentido,proporcionar datos significativos, con el objetivo de perpetuar en la memoria visualel culto personal, quizá de los fundadores del asentamiento o del grupo étnicodominante (Isbell, 1997 y Kaulicke, 2000). Probablemente en la zona de Chacas losgrupos dominantes ligaban su autoridad al control de una economía de baseagropecuaria. El control de los rebaños de camélidos y de los cultivos en la vida delvalle de Chacas durante los inicios del Período Intermedio Temprano y en épocasposteriores, junto a una serie de cambios culturales y sociales y probablemente, aun clima de inestabilidad política (como parece atestiguar la difusión de unaiconografía guerrera en la cerámica y la presencia de estructuras defensivas en losasentamientos), tienen su contrapartida en la creación de nuevos espaciosfuncionales. La ubicación de los asentamientos de este Período en un nuevo espaciofuncional que permite el control de una área más amplia de territorio pudo tener, almismo tiempo, nuevas exigencias rituales de una recien surgida elite.

AgradecimientosQuiero dar las gracias en principio, al Centro Runa, por haberme invitado a escribireste artículo y, en particular a Bebel Ibarra, que me ha asistido con generosidad yprofesionalidad a lo largo de todo el proceso de publicación. Mi gratitud a LauraLaurencich Minelli, por haberme dado la posibilidad de conocer el valle de Chacasy de trabajar en esta área y al Padre Ugo de Censi y a toda la Operación MatoGrosso que vienen apoyando este proyecto desde 1996. Agradezco su colaboracióna todo el personal del Departamento de Ingeniería DISTART de la Universidad deBolonia, especialmente a Alessandro Capra (director de los trabajos topográficos),Francesco Mancini, Elisabetta Pareschi y Stefano Gandolfi.

Este trabajo no se habría podido realizar sin la valiosa ayuda del arqueólogoAurelio Rodríguez, quien realizó parte de la topografía de Huacramarca y de Riwayy algunos estudios acerca de la cerámica. Los arqueólogos Joan Gero y Bebel Ibarraproporcionaron importantes datos, incluso manuscritos inéditos, que utilicé eneste trabajo.

Notas1 El proyecto se desarrolla en el marco de las investigaciones de mi tesis doctoral enla Universidad de Bologna (Italia). Los trabajos han sido realizados con lacoordinación de Laura Laurencich de la misma Universidad.

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WAULLAC Y EL INTERMEDIO TEMPRANO ENEL CALLEJÓN DE HUAYLAS

LILYAN SOTO VERDEUniversidad Nacional Mayor de San Marcos

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INTRODUCCIÓN

El presente artículo es el resultado de una investigación llevada a cabo en 1997,como parte del curso de Taller de Investigación correspondiente al último añouniversitario en la carrera profesional de Arqueología. Se escogió el tema delIntermedio Temprano en la sierra de Ancash por ser escasamente estudiado, adiferencia del Formativo u Horizonte Temprano, temas de mayor interés en lasinvestigaciones.

Tomando como referente el trabajo en el sitio de Waullac, se sugiere que lossitios del Intermedio Temprano deben ser estudiados como parte integrante de unconjunto de asentamientos, correspondientes a una cultura de nivel regional. Porello, como punto de partida nos centraremos en presentar los antecedentes detodos los sitios cercanos a la zona, en especial los pertenecientes al Callejón deHuaylas. Hacemos énfasis en la cerámica del Horizonte Medio porque es unmaterial que debe ser debidamente estudiado, puesto que ayudará a entender sucorrelación. A nuestro parecer, hay algunas fallas en la interpretación de datos delHorizonte Medio: De un lado se generaliza toda la arquitectura como pertenecientea este período (p.e. Honcopampa, Waullac, Wilcawaín); de otro lado, los autoresque incluyen la arquitectura a este período lo entienden como Imperio Wari(Lumbreras,1980).

Si bien este trabajo no aporta pruebas definitivas para determinar la filiacióncultural de este asentamiento, señala algunos caminos a seguir en la investigaciónarqueológica en esta región del Perú.

MARCO GEOGRÁFICO DEL CALLEJÓN DE HUAYLAS

El territorio del departamento de Ancash se extiende desde el Océano Pacífico,entre el río Fortaleza por el sur y el río Santa por el norte; hasta la cuenca del ríoMarañón en su sector alto por el lado noreste, y el río Chuquicara o Tablachaca porel noroeste.

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En dicho departamento, la cordillera occidental de los Andes se divide en dosramales, denominados Cordillera Blanca y Cordillera Negra. La Cordillera Blanca secaracteriza por los cerros de gran elevación y por la existencia de numerosas cumbres,nevados y glaciares que ascienden arriba de 6000 m.s.n.m. siguiendo una direcciónparalela a la cordillera Negra. Encierra entre sus cumbres innumerables lagunas, ensu mayoría de origen glaciar. Las lagunas que se encuentran en la Cordillera Blancadominan una amplia área, haciendo incrementar el volumen de los riachuelos y ríosque se encuentran en su zona de influencia.

La Cordillera Negra nace en las inmediaciones de la laguna de Conococha,como la Cordillera blanca, y sigue en dirección sur-norte para luego tomar rumboeste, en el sector denominado «Cañón del Pato», donde es cortado por el río Santa.Este río (cuyo origen le adeuda a la laguna de Conococha, a 4,014 m.s.n.m.) se abrepaso entre ambas cordilleras, discurriendo sus aguas hasta al mar, al norte delpuerto de Chimbote, luego de recorrer una distancia de 350 km. Durante la mayorparte de su recorrido no presta ningún beneficio a la agricultura, debido a que sulecho se encuentra profundo y encajonado.

El accidente geográfico de mayor categoría que se presenta en la zona loconstituyen los imponentes nevados de la Cordillera Blanca, como son: Huascarán(de 6768 m.s.n.m., el más elevado del Perú), Huandoy, Hualcán, Churup, Copa,Santa Cruz, Champará y Alpamayo, los cuales dan origen a lagunas, riachuelos yríos que existen en sus cercanías. La Cordillera Blanca y la Cordillera Negra formanun gran valle de aproximadamente 110 kilómetros de largo, denominado Callejónde Huaylas.

El clima es seco y frío en las punas, mientras que en la parte baja es moderadoo casi templado. La temperatura media es de 22° C.; su humedad relativa es de65%; la precipitación media anual registrada alcanza los 295.8 mm. Para el norte(Yungay) y Sur (Recuay) del Callejón de Huaylas, la precipitación media anual esde 730 mm. (ONERN, 1975). Las lluvias son de carácter estacional, es decir sedistribuyen muy irregularmente a lo largo del año, produciéndose generalmentede Diciembre a Marzo. Los vientos son generalmente suaves, eventualmente eninvierno y primavera, con una velocidad promedio de 16 kph; su direcciónpredominante se orienta siguiendo el rumbo sur, aunque con menor frecuencia, ytambién ocurren de noreste a suroeste.

En cuanto a su geología, cabe mencionar que las formaciones líticas quecrean el paisaje accidentado, están representadas principalmente por rocasmetamórficas e ígneas, y en menor proporción por rocas de origen sedimentario. Elmaterial lítico de naturaleza metamórfica está constituido por cuarcitas de maticespardos y blanquecinos. Las rocas ígneas intrusivas, de origen volcánico, estánrepresentados por la andesita, con inclusiones de carbonatos secundarios. Existendepósitos de origen Fluvio Glacial, a base de materiales o acumulaciones de arena,arcilla y grava con fragmentos rocosos de forma angulosa y subangulosa,alcanzando su desarrollo máximo en el flanco occidental de la Cordillera Blanca.

La vegetación es de naturaleza arbustiva y subarbustiva. Está representadapor varias especies de familias diversas, destacando entre ellas: el Huarango, laRetama, el Aliso, el Carrizo, la Tara, el Molle, el Capuli y el Sauce.

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ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

Dada la escasez de estudios realizados sobre este sitio, es necesario hacer unrecuento de las investigaciones realizadas sobre sitios cercanos al área de estudiopara un mejor entendimiento de la naturaleza del asentamiento.

El primer trabajo arqueológico documentado lo hizo Tello, quien en el pueblode Aija, en las vertientes occidentales de la Cordillera Negra, descubrió esculturaslíticas de hombres guerreros, mujeres, animales y seres míticos. También visitósitios antiguos en Catac, Huaraz y Copa, donde halló en las colecciones particularesdiversos ejemplos de una cerámica de arcilla blanca, fina y modelada. De lacomparación entre los motivos de las esculturas y los cerámicos, concluyó quepertenecían a la misma cultura. Al sitio de Waullac, Tello lo denomina Quillcay,nombre de la quebrada en que se halla este sitio arqueológico. Además mencionaque el adoratorio de Illawain, situado a corta distancia del pueblo de Aija, consisteen una especie de dolmen formado por grandes piedras verticales que sostienenotras transversales, y se encuentran adornados con estatuas de piedra querepresentan a hombres y mujeres. Quilkay y Wilkawaín son construccionesigualmente importantes correspondientes a este tipo (Tello, 1929: 44). Wilkawaínpresenta actualmente una escultura en su frontis Este, en la que aparece un personajecon el mentón pronunciado, las piernas cruzadas y brazos sosteniendo lo que, alparecer, sería una maza, características propias de Recuay.

Mejía Xesspe también realiza reconocimientos en la Cordillera Negra,registrando los sitios de Walum y Chinchaywasi. Sobre Walum, describe que losvestigios hallados son de chullpas con tapas de grandes lajas y muros de piedra amedio derruir. También este estudioso da cuenta de la existencia de fragmentos deesculturas líticas entre los escombros de los edificios, y extensos basurales concerámica Recuay utilitaria (Mejía, 1940:20). Sobre Chinchaywasi, menciona queexiste una gran cantidad de monolitos que yacen entre los escombros de lasestructuras. En el lado sur del sitio existe más de diez chullpas rectangularesconstruidas a base de pachilla y con techo plano, inclinado o a dos aguas. Junto aellas se encuentran monolitos escultóricos y lajas con grabados simbólicos. En elinterior de las chullpas existen restos de esqueletos humanos y fragmentos decerámica ordinaria tipo Recuay (Ibid: 23).

Investigaciones llevadas a cabo en este sitio por George Lau, de launiversidad de Yale, revelan que tuvo tres momentos de ocupación: el primerocorrespondería a Recuay; el segundo, al período medio o cultura Wari; y el tercermomento, Akilpo, pertenece al Intermedio tardío (Lau: ms).

Bennett excavó en Wilcawaín, donde encontró una galería con cerámicatípica Recuay, estratigráficamente debajo de un lugar habitacional conteniendomateriales del período medio. Esto lo llevó a declarar que el período Recuay precedea la influencia del período Tiahuanaco Medio, notando el contraste en los estilos ymás marcada la separación (Bennett, 1967). Es importante añadir que Bennett noencontró asociaciones directas entre las construcciones y los otros restos materiales,proponiendo por ello que las edificaciones eran «Tiahuanaco» (en ese entonces elfenómeno Wari aún no era conocido). Por su relación con otras construcciones

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creemos que su posición era correcta, aunque cabe la posibilidad, como sugiereMartha Anders, que los edificios ya existían a la llegada de los Wari y que más bienfueron reocupados por éstos (Bonavia,1991: 383)

El padre Soriano, quién se dedicó a visitar sitios antiguos en el Callejón deHuaylas, también habla de Wilkawaín y asocia este tipo de construcción con otrasde la sierra de Ancash: Chinchayhuasi (Pira), Illawaín( Aija), Pichikjayanani(Catac), Teckosh (Ticapampa), Ucanan, Jancu, Honkopampa y Waullac (Huaraz)a las cuales la relaciona con fragmentos de vasijas fitomorfas, zoomorfas yantropomorfas que fusionan el tipo Huaylas con el Tiahuanaco, las cuales fueronconstatadas también en las tumbas excavadas por la misión Bennett (Soriano, 1941).

Gary Vescelius sostiene que Honcopampa es un sitio Tiwanacoide, encuyo basural del sector residencial aparece alfarería Blanco Sobre Rojo, lo que esprueba fehaciente, por lo menos hasta donde llegó la excavación, que es un sitioposterior a Huaricoto. (Buse, 1965). Vescelius, a través de una publicación deLanning en 1964 ,hace la siguiente mención: «El complejo Honcocoto pertenece alHorizonte Medio (Wari) y está asociado con varios cambios mayores en el desarrollo cultural.Las tumbas en chullpas reemplazaron a las galerías y cistas. El Honco temprano se caracterizapor influencias fuertes de varias partes del Perú, pero especialmente de Wari en la sierrasur. Cerámica Chaquipampa B, Nievería y Marañón (Cajamarca), aparece en las chullpas.Un inmenso centro administrativo y de almacenaje fue construido en este tiempo,indudablemente bajo el símbolo del dominio Wari. Este centro fue ocupado a lo largo delperíodo Honco Medio, durante la continuación del dominio Wari, evidenciada por laaparición del estilo cerámico Viñaque; mientras que afinidades con la costa son sugeridaspor la popularización de la cerámica impuesta. El Honco Tardío señala el colapso delImperio Wari y es más notable por el gran énfasis en la cerámica del tipo Supe dominante»(Lumbreras, 1980: 406)

Honcopampa también ha sido estudiada intensamente por Willian Isbell,quien menciona que,a excepción de un pequeño puñado de fragmentos delIntermedio Temprano, toda la cerámica de Honcopampa data del Horizonte Medio,los cuales están asociados a edificios en forma de D y chullpas alguna de lascuales de 3 pisos y varios recintos tipo mausoleos. El tipo de estructura que no sehalla en Huari son las chullpas, donde un posible fragmento Recuay fue halladoen el interior de una de ellas. Agrega además que las construcciones de piedras ypachilla son característicos del período Intermedio temprano en Pashash,Huamachuco y Cajamarca. Es entonces que Honcopampa fue un centro con lascaracterísticas de Huari; pero el enigma de los asentamientos y organizaciónpolítica del Intermedio Temprano del callejón de Huaylas está por resolver. (Isbell,1991: 26-36)

Zaky realiza estudios en Katyama, distrito de Santa Cruz ,provincia deHuaylas, donde describe un mausoleo: «es una estructura de tres pisos construidaen el eje norte sur; la mampostería se compone de piedras de dimensiones distintas,con un acceso de 80 x 70 cm; el techo es de lajas grandes; en el exterior de los muroseste y oeste existen hoyos que recuerdan los cuatro detalles arquitectónicos tipomascar, son de 45 cm. de diámetro y un metro de profundidad.» Muestra unaescultura lítica representando la cabeza de un animal. Los edificios de la zona de

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Wilkawain tiene gran parecido con el que describimos. Los restos de Katyama, secomponen de cerámica sencilla y decorados con círculos. Con respecto a sucronología no hay muchos elementos diagnósticos, pero considerando lassemejanzas Wilkawaín muestra rasgos Tiwanacoides, por la decoración zoomórficade la piedra de mausoleo. Los monumentos aledaños al sitio se ubicaría n en elperíodo Intermedio Temprano y parte del Horizonte Medio. (Zaky, 1980: 614).

Alberto Bueno, basado en rasgos arquitectónicos, propone para el sitio deWilcawaín que las construcciones que se ornamentan con escultura exenta (Chavín)derivan en monumentos regionales como Pumacayan (que expone esculturasexentas) y quizá Incawain (Caraz), y se prolongan hasta las estructuras intermedio-tempranas de Wilkawaín y Honcopampa (Bueno, 1988a). Al respecto Bennett nosindica: «...en Wilkawain un templo de tres pisos, alguna vez estuvo ornamentado con unacornisa sobresaliente y una hilera de cabezas de puma talladas en piedra» (Benentt,1949).

Lumbreras hace una definición de la arquitectura Recuay mencionandoque se le asignan a esta cultura: a) Una arquitectura compuesta de dos cuartosparalelos en forma de galerías, con techos de lajas grandes sobre las que hay unrelleno de tierra, y conectados interiormente, uno de ellos con salida al exterior. b)El otro es similar al anterior pero con cuatro cuartos. c) El último consiste en unagaleríä subterránea de un cuarto que tiene hasta tres subdivisiones, de formaalargada y que se comunica al exterior por un hueco a manera de tragaluz. Estetipo es muy parecido a las tumbas encontradas en la sierra de Recuay en forma degalerías subterráneas (Lumbreras, 1980: 104). No señala los sitios que presentanesta arquitectura; en cambio, al sostener la existencia del Imperio Wari menciona«... igualmente conquistadas las tierra de Recuay, en el mismo Callejón de Huaylas losWari, construyeron sus centros ceremoniales en Honcopampa, cerca de la quebrada deAkilpo y en Wilkawaín, sosteniéndose en que la cerámica Wari, es más antigua entre losexpandidos y mayoritaria en Ancash» (Lumbreras,1980: 399). Asimismo señala queen Carhuaz se encontró unas tumbas, que además de tener cerámica Wari antiguatenían también cerámica Mochica-Wari, que es una modalidad muy fina que surgióen Moche, la cual es rara en términos cuantitativos y cualitativos. Al margen que esmuy escasa, aparecen allí dibujos mochenses policromados al estilo Wari. Sobreesto cabe mencionar, que en colecciones particulares de Caraz hemos observadoceramios Moche encontradas en chullpas que existen en el distrito de Santa Cruz,en las laderas de la Cordillera Blanca. Sobre el mismo problema Thatcher dice: «...que los Wari casi llegaron tan tempranoa Huamachuco como al Callejón de Huaylas. Parece que la cerámica, durante esta faseHuamachuco estuvo en una cercana comunicación con la cuenca de Cajamarca,al norte. Elestilo cursivo de las vasijas finas con pedestal es un rasgo distintivo a la fase Huamachucoy es idéntico al cursivo clásico del Cajamarca III, identificado por los Reichlen. Al respecto,Vescelius informa que en los tiempo medio y tardío Huaylas (Recuay), aparecen variosnuevos rasgos en el Callejón de Huaylas: cerámica Caolín ,base apedestelada y trípodes.Estos rasgos son característicos del Cajamarca III y la fase Huamachuco». (Lumbreras,1980: 401)

Smith es de la opinión que durante la fase clásica de Recuay aparece lainfluencia Wari que se manifiesta en la cerámica con la policromía e,inmediatamentedespués, ésta se amplía y se desarrollan dos tradiciones: una en el norte, típicamente

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Cajamarca; y otra en el sur, que es Wari; de modo que Recuay como entidad culturalse desintegra. Además agrega este investigador, que con la llegada de Waridesaparece la tradición pastoril en el ámbito del Callejón de Huaylas, para darpaso a un incremento agrícola. Esta pues es una época de grandes cambios endicha área. Cambios que comienzan a producirse en la segunda mitad de la época1 y que llevan a modificaciones importantes. Por ejemplo, la construcción de«Chullpas» como monumento funerario que reemplaza a las galerías de Recuay, yla edificación de grandes centros administrativos -uno de ellos debió serHoncopampa, localizada cerca de la quebrada de Akilpo en el distrito de Marcará(Bonavia, 1991: 381).

Steven Wegner refiere que después del apogeo de la cultura regional vinogente del imperio Wari de Ayacucho (600-1000 d.C.) quienes tuvieron influenciaen los grupos locales respecto a su arquitectura, alfarería e ideología. Por ejemplo,construyeron mausoleos para el entierro de difuntos, como Wilkawain y Waillac(1996: 3). Wegner hace además un revisión crítica de los trabajos realizados en elCallejón de Huaylas y el uso de la cerámica de caolín para la filiación de un sitiocomo Recuay, manifestando que,sin mejores datos acerca de la procedencia decerámica de contextos funerarios y de excavaciones llevadas a cabo en basurales ysitios de habitación no disturbados, será muy difícil o imposible discernirdiferencias cronológicas al interior del estilo Recuay, para evaluar las variacionesregionales en el estilo en cualquier punto de su historia y para diferenciar entrevariaciones temporales y regionales.Señala además que el problema más grandeque se tiene sobre Recuay es la muestra actual, la que en gran parte está compuestapor cerámica de tumbas saqueadas,surgiendo la pregunta acerca de la posibilidadde hallar este tipo de cerámica en los asentamientos Recuay (1981).

Por otro lado, Joan Gero realiza investigaciones en Carhuaz, en el sitio deQuellash, catalogándolo como un sitio Huarás Blanco sobre Rojo, por la apariciónde gran cantidad de cerámica de este tipo en el sitio. A su vez, manifiesta que laaparición de la cerámica Recuay representa un cambió importante en elasentamiento (Gero ,1990: 52-56)

EL SITIO ARQUEOLÓGICO DE WAULLAC

Se halla localizado en la margen izquierda del río Paria, muy próximo a suconfluencia con el río Auqui, el cual da origen al río Quillay afluente del río Santa,en el paraje conocido como Antaoko, distrito de Independencia, provincia deHuaraz, departamento de Ancash (Fig. 1).

Waullac se halla en la ladera de un cerro, formado por depósitos FluvioGlaciales, constituidos por arenas, arcillas, limos gravas y piedras angulares.Asimismo, en las orillas del río existen enormes rocas graneodoritas, comoafloramientos de pizarra cerca del sitio. Ecológicamente Waullac pertenece a laformación Bosque Húmedo Montano Bajo, existiendo gran cantidad de vegetaciónque, en su mayoría, es de tipo arbórea como el Aliso (Alnus jorullensis), Tara

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Fig. 1 Mapa de Ubicación de Waullac

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(Caesalpina tinctoria), Molle (Schinus molle), Sauce (Salix humbltiana) y elEucalipto. La mayoría de las tierras se hallan cubierta por Kiculla (Pennisetumclandestum), que es una es gramínea a manera de «gras».

El sitio está conformado por 10 estructuras, las cuales se encuentran dispersasen forma ordenada. Se observa un camino en la parte baja de la ladera que viene dela orilla del río, el cual da de frente a una de las estructuras. Las estructuras son deforma simple, existiendo muros de contención en la parte baja y se hallan sobreuna especie de basamento, hecho de piedra de río. El sitio tiene una orientaciónsur-norte y la mayoría de las estructuras se hallan concentradas en la parte oeste(Fig. 2). Podemos observar evidencias de etapas constructivas hacia el lado oeste, comotambién algunas depresiones cercadas por pircas moderna de 10 m. de diámetroaproximadamente. Se observa un dintel esculpido y piedras talladas esparcidasde forma paralepípeda hacia el lado oeste. La mayor parte de las estructuras son deplanta rectangular, con techos de grandes lajas cubiertos de tierra; algunos de ellospresentan recintos adosados a manera de nichos.

Descripción de las Estructuras

Para poder hacer la descripción de las estructuras las hemos numerado de lasiguiente manera:

Estructura 1.- Se halla al extremo este del sitio. Se encuentra sobre un basamento depiedra de un metro de altura (Foto 1). Presenta un acceso con gradas de 1.30 x 1m.con una orientación sur, y dos ventanas (una al lado este y la otra al oeste). Losmuros son de piedra, unidas con pachilla -que se observa más en la parte superiorde los muros- y argamasa de barro.. El acceso presenta un dintel trabajado: en lasjambas se puede ver una piedra pulida trabajada. Su techo está construido porgrandes lajas y, hacia la parte exterior, presenta una especie de cornisa. Su interiortiene un ancho de 3.50 m. y un largo de 1.50 m. y la altura es de 1.75 m. El aparejode las paredes es regular. A su izquierda se observa dos recintos pequeños adosados:el primero tiene un acceso de 1.10 m. x 0.70 m. y 2.80 m. de profundidad y el otro esun poco más grande, posee un acceso de 1.30 x 0.95 m. Su techo es a base de lajasmedianas entramadas. Presenta una especie de banquetas en su interior y la alturadel interior es de 1.76 m. (Fig. 3).

Estructura 2.- Se halla al oeste de la estructura 1. Está formada por un recintoprincipal y 3 nichos adosados a la izquierda y otro a la derecha. Su acceso estáorientado hacia el sur y mide 1 x 1.76 m., presentando gradas. El interior mide 1.95x 2.80 m. y un altura de 2.89 m. Presenta dos ventanas, una al este y la otra al oeste.La estructura se halla sobre un basamento de 0.90 m. de alto. Los recintos de laizquierda tienen una profundidad de 3.80 m., 2.10 m. y 1.70 m. respectivamente, ysus accesos tienen 0.60 m. de altura. La técnica de construcción es la misma que enlos muros; en el techo se puede ver una especie de falsa bóveda. El recinto de laderecha tiene una profundidad de 3.20 m. y una alto de 0.90 m. No se observa

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material reutilizado, pero si se ve huellas de restauración en el acceso y el techo. Ala derecha del recinto principal existen restos de una estructura, de la cual sólo seve el basamento y restos de un muro en su lado oeste. La restauración realizada ala estructura ha alterado el modelo original, ampliando el acceso y elevando eltecho (Fig. 4).

Estructura 3.- Sólo se aprecian muros destruidos que en la actualidad no tienen másde un metro de elevación. Es de planta rectangular, de 5 x 2.10 m. y su acceso seorienta hacia el oeste. La técnica constructiva es más rústica: el aparejo es irregulary las piedras son más pequeñas.

Estructura 4.- Se halla en un lugar donde se concentra el mayor número de estructuras(en el extremo oeste). Presenta un acceso de 1.20 m. x 0.90 m. y tiene una orientaciónsur. Presenta gradas de piedras labradas; además, su acceso está conformado portres inmensas piedras: dos son jambas y una dintel. La estructura se halla sobre unbasamento de 1 m. de altura como promedio, el mismo que está formado por enormesrocas de granito, ubicadas principalmente en las esquinas. Presenta además unaventana en el lado este de 1.10 x 0.65 m. En su parte frontal se aprecia una pequeñaventana de 0.25 x 0.25 m. El techo, que presenta una especie de cornisa, está formadopor tres enormes lajas de piedra, las cuales se soportan sobre mensulassobresalientes de las paredes. A este recinto llega directamente un camino deherradura, que al parecer es de origen prehispánico por los muro de contenciónque se hallan en la parte baja. Las huellas de material reutilizado son sólo lasgradas de piedra labrada de forma parelepípeda (Foto 2). No presenta signos derestauración. Al parecer es una de las estructuras más importantes, ya que se hallarodeada por una serie de estructuras ya destruidas y el camino da directamente asu frontis. A un costado del basamento, en el lado oeste se observa un dintelesculpido, del tipo Recuay (Fig. 5).

Estructura 5.- Está conformada por dos recintos de forma ortogonal, cuyos accesostienen una orientación este (hacia el centro de todo ese sector). Sus medidas enpromedio de ancho son de 0.85 y 0.90 m. La técnica constructiva es más rústica, elaparejo es más irregular y con poca argamasa que le da una apariencia de habersido sólo mampuestos. La altura actual es de un metro, aproximadamente.

Estructura 6.- Es de forma cuadrangular y su acceso o ventana no se puede distinguirpor el estado de conservación. Tiene una orientación este (al centro del sector). Esla estructura que presenta mayor cantidad de material reutilizado, como son piedraslabradas de granito de forma paralepípeda en la base y en otra parte. En estaestructura el uso de lajas pequeñas es bien marcada. Esta se halla adosada a unaespecie de plataforma , ya que al frente de ella existe unas gradas que bajan, peroque se encuentra tapada y de la que no se puede observar su continuidad. Nopresenta huellas de haber sido restaurada.

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Fig. 5. Vista frontal y perfil este de la estructura nro. 4

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Fig. 6. Fragmentos de cerámicas provenientes de Waullac

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Fig. 7. Fragmentos de cerámicas provenientes de Waullac

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Estructura 7.- Es de forma rectangular, con un acceso de orientación este (ala centrodel sector). Está muy destruida, la técnica constructiva es de pircado a base depiedras de río. Se puede observar restos de mensulas de piedras muy gruesas, loque sugiere que pudo haber sido techado con lajas grandes.

Estructura 8.- Está muy destruida, su forma es ortogonal y su acceso esta orientadohacia el este. Es la única cuyo acceso no da hacia el sector central.

Estructura 9.- Esta estructura se halla en la parte media del sitio y sólo se tienenrestos de muros. Por consiguiente, su forma no se puede determinar. La técnicaconstructiva es la misma que las estructuras techadas, es decir, a base de grandespiedras de río.

Estructura 10.- En la actualidad ésta se halla cultivada y cercada por espinas. Losmuros parecen haber sido alterados para darle apariencia de cerco para chacra. Esde forma ovalada y a desnivel. En el lado norte se aprecia un acceso que tiene unaorientación este y los muros son de piedras grandes unidas con argamasa.Además de la estructuras, existe una gradería que se halla en el camino frente a losrecintos, la cual está trabajada en piedra. En la actualidad, ese camino sale enmedio de la chacra. A esto se añade que, en el sector central, se puede apreciar en elpiso piedras tiradas, labradas de forma paralepípeda.

En resumen, el sitio de Waullac presenta una arquitectura estándar, enespecial cuando se trata de las estructuras techadas, todas con grandes lajas. Losrecintos que poseen material reutilizado se hallan en le sector este, donde se hallaconcentrado el mayor número de estructuras, lo cual indica que fue el área másimportante del sitio. La existencia de piedras talladas de forma paralepípeda,indicaque fueron reutilizadas y no han sido trabajadas en el sitio sinó que fueron traídas,al parecer, de Pumacayan. Todas las estructuras techadas tiene orientación sur ocon vista al río. La plataforma que se halla en la parte central, y sobre la cual sehalla la estructura 4 y adosada la número 6, parece ser más antigua, lo cual nos

Fig. 8 Ceramios recuay con representaciones arquitectónicas (Tomado de Rebeca Carrión1955)

Waullac y el Intermedio Temprano en el Callejón de Huaylas

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Foto 1. Estructura número 2 del sitio de Waullac (Foto Bebel Ibarra)

Foto 2. Estructura número 4 del sitio de Waullac (Foto Bebel Ibarra)

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indicaría que esta estructura fue adosada y es la que presenta la mayor cantidad depiedras trabajadas (reutilizadas).

El material cerámico encontrado en superficie guarda ciertas similitudes conlos estilos Wari y Cajamarca III. Sin embargo, por el reducido número de fragmentos,no haremos comparaciones ni descripciones más detalladas (Fig. 6 y 7).

CONCLUSIONES

El sitio de Waullac, como parte de un conjunto de asentamientos en el Callejón deHuaylas, definitivamente estuvo integrado a otros asentamientos contemporáneos.Su ubicación dentro de la topografía de la zona (en una quebrada y cerca al río) es iguala la de Wilkawaín y Honcopampa. Si bien la arquitectura de Waullac es diferente a lade Honcopampa y Willcawain, en cuanto a forma, se puede notar que algunas de losrecintos de Ichic Wilkawaín son similares a los de Waullac. Pero su técnica constructivatiene gran parecido a la de Honcopampa. Cabe mencionar que en la parte alta de laquebrada, a unos 3 Km. al este Waullac, existen estructuras con la misma técnicaconstructiva y que corresponden a chullpas, con una división e intercomunicados,uno de ellos con acceso al exterior, tal como las describe Lumbreras (1980). Estaschullpas se hallan a unos 50 m. del río, al igual que Waullac. Las cornizas o aleros, quese ven en las estructuras techadas de Waullac, también se ven en Wilkawaín, no así enHoncopampa. Estos aleros se pueden ver en los ejemplares de cerámica que representanarquitectura (Fig. 8). La ausencia de esculturas líticas podría deberse al proceso de extirpación deidolatrías. Incluso aquellas que fueron halladas por Tello y Soriano estabanenterradas. Este tal vez sea el problema de relacionar la escultura a la arquitectura.Hay que tener en cuenta que Wilkawaín posee una escultura en su frontis este, yademás una serie de hoyos para poder colocar más esculturas clavas. No haydatos sobre la existencia de este tipo de esculturas en Honcopampa, pero sí setiene datos de Katyama (Caraz), donde la arquitectura es similar a la de Wilkawaíny Honcopampa. La arquitectura Recuay se ha definido como típicamente funeraria, nopudiéndose definir una arquitectura pública o domestica, y no pudiéndose explicarla presencia de esculturas líticas como elementos de ornamentación. La cerámica Recuay que ilustra la arquitectura no es tomada en cuenta: lospersonajes que aparecen en la cerámica serían los monolitos en forma de guerrerosque existen en toda la región y en especial en el Museo Regional.

No se tiene conocimiento de un sitio que presente arquitectura con materialreutilizado de piedra labrada de forma paralepípeda, pero ello tampoco significaque no pueda existir como rasgo característico.

Waullac y el Intermedio Temprano en el Callejón de Huaylas

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INTRODUCCIÓN

Mencionado por primera vez hace casi ya un siglo (Sievers, 1914: 100, Abb. 30) ydescrito en más detalle en los años treinta (Kinzl, 1935: 267–268; cf. Tello, 1960:24),Honco Pampa ha recibido considerable atención verbal pero poca investigaciónarqueológica debidamente publicada. El sitio está ubicado a 3500 m.s.n.m. en eldistrito de San Miguel de Aco, provincia de Carhuás en los terrenos de la comunidadcampesina de Atoqpampa (Fig.1). Su parte principal ocupa la falda sur de unamorrena glacial llamada Purush Monte (o Honcocoto [Buse 1965: 321]), de unos75 m de altura y aproximadamente un kilómetro de largo. La morrena domina unapampa pantanosa hacia el sur y desde su cima y empinada falda norte la QuebradaHonda, una de las principales rutas de comunicación entre el Callejón de Huaylasy el vecino Callejón de Conchucos (Fig. 2). Al pie de Purush Monte se encuentra unconjunto de nueve chullpas conocido como Ama Punku (o Chapa Corral [Buse,1965: 324–327]) y en su extremo este otra chullpa aislada, Chucaro Ama, de tamañoconsiderable (foto en Lumbreras 1969: 259). Hacia el sur, la pampa está delimitadapor otra morrena llamada Tayapachan. Pequeñas chullpas aisladas se encuentranesparcidas por las faldas de ambas morrenas.

En 1961, Gary Vescelius y Hernán Amat realizaron cinco semanas de trabajode campo en Honco Pampa y sus alrededores, levantando un plano completo(inédito) y excavando en ocho unidades arquitectónicas. Aunque los únicosinformes que se llegaron a publicar sobre estos trabajos son breves resúmenes desegunda mano (Buse, 1965: 317–327; Lanning, 1965), el hallazgo de cerámica defiliación Wari y la arquitectura octogonal dieron origen a la hipótesis de que HoncoPampa era un gran centro administrativo del Estado Wari en el Callejón de Huaylas,ampliamente difundida por el influyente libro de texto de Lumbreras (Lanning,1965: 140; Lumbreras, 1969: 261–262; 1974: 171).

HONCO PAMPA: ARQUITECTURA DE ÉLITE DELHORIZONTE MEDIO EN EL CALLEJÓN DE

HUAYLAS1

HARTMUT TSCHAUNERUniversidad de Harvard

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Fig 1. Ubicación de Honco Pampa en el Departamento de Ancash, Provincia de Carhuás,Distrito de San Miguel de Aco

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El trabajo de campo llevado a cabo en 1987 bajo la dirección de William H.Isbell (1989) se propuso poner a prueba esta hipótesis. La temporada se dedicó a lalimpieza de cabeceras de muros y al levantamiento de unas tres de las 6 ya estimadas(Buse, 1965: 322) para el sector Purush Monte. También se hicieron recoleccionesde superficie, pero probablemente debido a los trabajos previos de Vescelius en elsitio, los artefactos eran sumamente escasos. Además, se excavaron cuatro pozosde cateo en los complejos AC–1, AC–2, AC–5 y AC–9 (Fig. 3).En las líneas que siguen, después de una breve discusión acerca de la cronologíadel sitio, haré uso de las evidencias recuperadas en 1987 para analizar laarquitectura de Honco Pampa, interpretando los complejos octogonales comoresidencias palaciegas de élite. Posteriormente, compararé la arquitectura de HoncoPampa con la de otros sitios locales del Callejón de Huaylas y con los estilosarquitectónicos de Wari y de Huamachuco. Concluyo que de manera similar alcaso de Huamachuco, la arquitectura del Callejón de Huaylas podría haber jugadoun papel en la génesis del estilo arquitectónico Wari, contribuyendo a éste con unaserie de elementos formales. Sin embargo, la configuración global de los elementos,la inferida función de los complejos y las profundas raíces de la arquitectura deHonco Pampa en la tradición de la sierra norte sugieren que el sitio fue la sede deun señorío local del Callejón de Huaylas durante el Horizonte Medio y el comienzodel Intermedio Tardío.

CRONOLOGÍA

Basándose en sus hallazgos cerámicos y un par de fechados radiocarbónicos,Vescelius (resumido por Lanning [1965: 140]) esboza una historia de ocupación deHonco Pampa que abarca todo el Horizonte Medio y parte del Intermedio Tardío.En las chullpas (¿de Ama Punku?) Vescelius encontró cerámica «Wari ceremonial»(Buse, 1965: 324–325) identificada por Menzel como perteneciente al estilo Viñaque(H. Amat, comunicación personal). En la cerámica de su fase «Early Honco» en laque ubica la construcción de Honco Pampa, Vescelius observa influencias de losestilos Chakipampa B, Nievería y «Marañón» (Geometric-on-Light) del HorizonteMedio 1B. Las siguientes fases «Middle Honco» y «Late Honco» del Horizonte Mediotardío están definidas por cerámica estampada similar a la contemporánea delvalle de Supe. La última fase de ocupación, denominada Akillpo, ocurre en elIntermedio Tardío y se caracteriza por la presencia de cerámica relacionada con elestilo Casma de la costa.

Los hallazgos cerámicos de la temporada de 1987 eran escasos y pobres,probablemente debido a las recolecciones previas de Vescelius en el sitio. Los pocosfragmentos identificables muestran relaciones con los estilos Recuay, Atarco,Viñaque (?), con los estilos impresos del Horizonte Medio 3/4 en la costa y el estiloCasma del Intermedio Tardío de la costa. Es decir, indican un período de ocupaciónsimilar al sugerido por Vescelius entre finales del Intermedio Temprano y comienzosdel Intermedio Tardío. Las medias sin calibrar de los cinco fechadosradiocarbónicos provenientes de cateos excavados en 1987 en los complejos AC–2,

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AC–5 y AC–9 (dibujos de perfiles y plantas en Tschauner, 1988: Abb. 165–168)apenas cubren un siglo entre 1380 y 1280 d.C. (Tabla 1). Las dos muestras del cateoen AC–5 que vienen de estratos superpuestos arrojaron fechados una secuenciaestratigráficamente correcta. La muestra AC–5 (1) proviene de una capa de cenizaencima del piso del complejo, la muestra AC–5 (2) de una capa de barro mezcladocon piedras grandes depositada debajo del piso y de los cimientos de AC–5. Aunquehay una diferencia de 90 años entre sus medias, las fechas en sí son prácticamenteindistinguibles a un nivel de 95% de confianza debido a los considerables erroresestadísticos asociados a estos fechados. Asumiendo que el piso sella los contextossubyacentes, la fecha de construcción de AC–5 caería entre los dos fechados. Lamuestra de la galería oeste de AC–9 viene del más antiguo de tres pisos el cual seencontraba a la altura de los cimientos del complejo. De esta manera, el fechado

Fig. 2 Plano general de Honco Pampa, mostrando la ubicación de los sectores del sitio

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Fig. 3 Plano del sector Purush Monte en la falda sur de la morrena de Honco Pampa.

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proporciona un terminus post quem para los pisos subsiguientes y probablementepara la construcción del complejo. La muestra de AC–2 no tiene asociaciónestratigráfica segura con los fragmentos de piso y cimientos hallados en el cateo.

Todas las muestras de 1987 vienen de estratos cerca de los cimientos de loscomplejos y fechan la construcción de la arquitectura ortogonal de Purush Monteentre 650 y 780 d. C. (calibrando a un 95% de confianza) o 660 y 770 d. C. (a un 68%de confianza). Estos fechados son claramente más tempranos que los de Vescelius,que calibrados de la misma manera ocurren entre 890–1220 d. C. y 900–1160 d. C.,respectivamente (Fig. 4). Si juntamos ambos juegos de fechados (como lo haceWilliams [2001: 81, Fig. 11, Table 2]) resultarían dos lapsos, dependiendo del nivelde confianza asociado, uno entre 680 y 890 d. C. (95%) y el otro entre 690 y 860 d. C.(68%), pero este agrupamiento sólo produce un índice de acuerdo del 18,1% queestá debajo del valor equivalente al 95% de confianza (26.7%). Los fechados de1987, en cambio, producen un índice del 124.7% que cómodamente alcanza un95% de confianza.

El error estadístico asociado con estos fechados es demasiado grande comopara permitir distinguir las varias épocas del Horizonte Medio. Sin embargo, losfechados de la temporada de 1987, que probablemente se asocian con la construccióninicial de los complejos ortogonales de Purush Monte, tienden a ubicarse al comienzo,mientras que los de Vescelius ocurren en la segunda mitad o incluso después delHorizonte Medio. Por consiguiente, el intervalo cubierto por los fechadosradiocarbónicos no contradice el esbozo histórico de Vescelius resumido arriba. Alparecer Honco Pampa se fundó a finales del Intermedio Temprano o comienzos delHorizonte Medio y siguió ocupado continuamente durante todo el Horizonte Mediohasta comienzos del Intermedio Tardío. En el presente contexto cabe resaltar que durantetodo este tiempo no hay evidencia de cambios drásticos de formas arquitectónicas oestilos de mampostería. Un estilo característico y homogéneo de mampostería une atodos los tipos de estructuras, tanto octogonales como chullpas. Más aún, Vesceliusencontró cerámica de las épocas 1B y 2 del Horizonte Medio en las chullpas, sugiriendoque éstas estaban en uso al menos durante toda la duración de la postulada presenciaWari.

LA ARQUITECTURA DE HONCO PAMPA

Formas arquitectónicas

Tres tipos principales de estructuras se pueden distinguir en Honco Pampa. Isbell(1989) sumariamente describe sus patrones arquitectónicos y descripciones másdetalladas se encuentran en Tschauner (1988). El primer tipo es la estructura conplanta en forma de «D». Dos de estas estructuras se encuentran al pie de PurushMonte (AC–13 y AC–14; Fig. 2, 3). Éstas no tienen subdivisiones internas y parecenhaber sido una especie de torres de una altura considerable en proporción a sudiámetro. Con sus 5 m de altura, el muro perimetral de AC–13 es el más alto en todo

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Fig. 4 Fechados radiocarbónicos (a) de la temporada de 1987 y (b) concordancia de losfechados de la temporada de 1987 y de Vescelius (Buse 1965:327; Ravines 1982:178).

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Honco Pampa. En su parte superior, este muro está ligeramente inclinado hacia elcentro de la estructura tal como se encontraría en la base de una cúpula. AC–13tiene un acceso al centro del lado recto de la «D» y otro más pequeño en la parteconvexa. AC–14 no dispone de puertas en los muros conservados. En su interiortiene cuatro nichos grandes simétricamente dispuestos.

El segundo tipo de estructura son las chullpas. Se han reconocido entre 15 y16 chullpas en Ama Punku y en los otros sectores de Honco Pampa. Éstas sonedificios cerrados de varios pisos y diferentes tamaños de 2 a 17 m de largo. Alinterior pueden tener hasta 24 pequeñas cámaras simétricamente dispuestas (Fig.5).Las puertas comúnmente miden menos de 1 m de alto y tienen dinteles y canillerasmonolíticas. Grandes lajas de granodiorita forman los techos. A pesar de que todasestas estructuras estaban huaqueadas, en varias de ellas —grandes y pequeñas—todavía se encontraron restos óseos humanos. Si bien esta observación sugiere uncarácter funerario para todas las chullpas, el gran rango de variación en tamaño ypatrones de división interna exige la distinción de varias clases de monumentosfunerarios con importantes implicaciones para la organización social de sususuarios.

El tercer y más importante tipo arquitectónico —en cuanto a número deestructuras y área construida— es el complejo amurallado rectangular con patiocentral. Estos complejos se encuentran en terrazas artificiales en la falda de PurushMonte (Fig. 3). El modelo ideal de este tipo es un recinto amuralladoaproximadamente cuadrado en cuyo centro se encuentra un patio abierto tambiénaproximadamente cuadrado que ocupa la mayor parte del área del complejo. A lolargo de tres o cuatro lados del patio hay estructuras alargadas techadas (o«galerías») subdivididas por muros perpendiculares adosados en cuartos máspequeños. Cada uno de estos cuartos tiene su propio acceso desde el patio (Fig. 6),existiendo típicamente tres puertas en cada lado del patio (Tabla 2). Al menos ensu actual estado de conservación, la mayoría de los cuartos no parecen comunicarseentre sí. La distribución de cuartos es aproximadamente simétrica al eje centraleste–oeste del complejo que pasa por su entrada principal y es paralelo a la faldade la morrena. La entrada principal a cada complejo se encuentra en el puntomedio del lado este y es a través de un estrecho callejón amurallado perpendiculara la galería frontal que se llega directamente al patio central. Este callejón suele serel único acceso al complejo desde el exterior. Si hay otro acceso éste es pequeño einconspicuo (Fig. 6). Mientras las galerías laterales y la frontal tienen un anchomás o menos estandarizado de 2.5 a 3 m, la galería opuesta a la entrada principaldel complejo es más ancha (hasta 4.7 m.). Esta última posee una puerta amplia ensu punto central, la cual está alineada con el callejón de acceso y da entrada a uncuarto de tamaño excepcional. Las paredes del patio se distinguen de las de lasgalerías por un mayor número de muros ornamentados (cf. siguiente acápite),especialmente en la pared frente a la entrada principal. Todas las puertas tienendinteles monolíticos, pero el de la puerta opuesta al callejón de acceso es la másgrande del complejo, seguido por el de la entrada principal (al lado del patio). Lasmedidas exteriores de los complejos varían entre 20 y 35 m. Cada complejo formauna unidad autónoma que se encuentra en su propia terraza. Incluso en el caso de

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Fig. 5 Planos de tres chullpas del sector Ama Punku (Chapa Corral).

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Fig. 6 Patrones de comunicación de complejos arquitectónicos de Purush Monte

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complejos adyacentes cuyos muros se tocan, éstos preservan su independencia yaque no comparten ningún muro y no están intercomunicados. Tampoco siguen unsolo patrón de orientación; en cambio, cada complejo y su terraza se adaptan a lascondiciones del terreno en que se ubican. Sólo se encontró un par de cornisas enunos cuartos (AC–18) que no siguen el modelo del complejo rectangular. En loscomplejos con patio central no hay evidencia de más de una planta. Tanto losmuros perimetrales del complejo como los del patio y los muros perpendicularesde la entrada principal suelen estar amarrados entre sí, de tal forma que todo elarmazón del complejo representa un solo evento constructivo.

Los rasgos de los complejos individuales (AC–1 a AC–9 y AC–11) coincidenen mayor o menor grado con este modelo ideal (Tabla 2 – 3). La desviación mássignificativa la presenta la gran unidad continua formada por los complejos AC–6 a AC–9 en la parte superior de la falda, los cuales comparten un largo muroperimetral y están comunicados entre ellos. AC–5 es el único que reúne todos losrasgos enumerados. Al mismo tiempo, AC–5 es la estructura más grande de HoncoPampa y la calidad de su mampostería sólo es superada por la de algunos muros deAC–2. En muchos aspectos, este último es un complejo modelo, pero su galería másgrande no está frente a la entrada principal sino en el lado norte del complejo. AC–11en la parte alta de la falda es otro complejo que reúne todos los rasgos característicosmenos la galería norte, pero ésta posiblemente esté cubierta por un derrumbe.

La cuarta y última categoría arquitectónica es heterogénea y reúne una seriede estructuras excepcionales. Estas incluyen un grupo de cuartos individualescon esquinas redondeadas y nichos (AC–18), una terraza (AC–10) adosada a AC–11 y AC–9 que tiene construcciones abiertas con nichos y una serie de unidadespoco entendidas y relativamente sencillas (AC–15, 16 y 17) que, aparte de suscontornos octogonales, comparten pocos rasgos con los complejos que tienen patiocentral.

Aunque cada sector del sitio está dominado por un tipo de estructura, nohay una estricta separación espacial de los tipos, en particular de los complejosortogonales y las chullpas. No sólo se encuentra el grupo de chullpas de Ama Punkupróximo a la arquitectura octogonal, sino también hay chullpas esparcidas por lafalda de Purush Monte y por todo el resto del sitio.

Estilos de mampostería y su distribución espacial

Muchas paredes de Honco Pampa se caracterizan por una impresionantemampostería ornamental conformada por grandes bloques de granodiorita. Conla excepción de un pequeño número de muros posiblemente posteriores al gruesode las estructuras (Tipo 3), la mayoria de los muros comparten una serie de rasgosque dan unidad estilística a la mampostería.

Los muros están construidos de piedras selectas sin tallar. Se han empleadodos tipos de roca: bloques de granodiorita gris clara, que tienden a ser redondeadosy relativamente grandes, y piedras más chicas y angulosas de pizarra negra. Encada pared se observan al menos dos clases de tamaño claramente diferenciados.

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Las piedras chicas o pachillas, típicamente son chatas y rellenan los espaciosentre los bloques mayores. Según el arquitecto H. S. Loten (1987a: 5) las pachillassirven para evitar la necesidad de un encaje perfecto de los bloques grandes y deesta manera facilitan la mampostería a gran escala. La dimensión horizontal delos bloques mayores tiende a ser mayor a la vertical. Excepto con los bloques másgrandes, comúnmente no se hizo un esfuerzo de orientar la cara plana del bloquecon la pared del muro. Como todavía se puede observar, en algunos casos se alcanzóuna pared más o menos lisa rellenando los espacios entre bloques con pachillas yentre las pachillas con mortero. Las piedras no están puestas en hileras sinó quelos bloques y zonas de pachillas entre los bloques forman patrones de tablero deajedrez en las paredes. Estos patrones no parecen haber estado cubiertos porenlucido. En ninguna pared se observaron restos de enlucido (cf. la mamposteríasimilar de las chullpas de Corongo [Terada, 1979: Pls. 41, 42]). Como los murosmismos, las puertas (dinteles y canilleras) se construyeron a base de grandesbloques monolíticos. El dintel más grande es un solo bloque de 4.32 m de largo.Técnicamente, la mayoría de los muros consiste en dos paredes de piedras semientrelazadas con un delgado núcleo de escombros y mortero al medio. Algunosson macizos de piedra. Las piedras están puestas en lechos de mortero de barro devariable grosor. Los espesores de muros varían entre 0.65 y 1.00 m. En ningún casose observaron secciones horizontales o verticales a modo de episodios que sugierantareas de construcción. Sólo se encontraron dos cornisas aisladas en AC–1 y AC–18, pero están a una altura sorprendentemente baja en relación al piso y carecen dedispositivos homólogos al lado opuesto del cuarto. Por ende, en ningún complejohay evidencias de un segundo piso. Los nichos y «ventanas» que atraviesan todoel espesor del muro son más comunes sin que se presente un patrón consistente ensu distribución.Esta descripción abarca los tipos 1 y 2 de muros que son la mayoría de los muros deHonco Pampa. El denominado Tipo 3 se distingue fundamentalmente de los demáspor la ausencia de pachillas y la pobre calidad de confección (ejemplos enTschauner, 1988: Abb. 61, 64, 67, 144). Este es el tipo menos frecuente y susrepresentantes se encuentran en ubicaciones (por ejemplo, bloqueando un acceso)que sugieren adiciones posteriores al plano original de los complejos. Ningúnmuro del Tipo 3 está amarrado con uno de los otros dos tipos.

Según el arqueólogo local Julio Lingán (comunicación personal, Agosto de1987) los Tipos 1 y 2 tendrían un significado cronológico (Fig. 7).2 Lingán fecha elTipo 1 al Intermedio Temprano y lo asocia con la cultura Recuay, mientras el Tipo2 o «Wari Expansivo» dataría del Horizonte Medio.

El Tipo 1 (ejemplos en Tschauner, 1988: Abb. 91, 101, 114, 117, 151–154) secaracteriza por bloques grandes, una gran regularidad en la disposición de losmismos y el uso de dos materiales de colores contrastantes (granodiorita gris claray pizarra gris oscura). La diferencia de tamaño entre los bloques y las pachillas estal que los bloques claramente dominan la vista de la pared y las pachillas seperciben en función de los bloques. En este tipo, la distancia entre bloques es másgrande que en paredes del Tipo 2. De manera similar a los bloques, las pachillasestán puestas horizontal y ordenadamente. Especialmente características son las

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Fig. 7. Tipología de muros de Honco Pampa. Todos los ejemplos a la misma escala

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Fig.

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pachillas nítidamente apiladas entre bloques. Este juego con el tamaño y los coloresde las piedras crea un efecto visual que genera campos de contornos irregulares, endonde los bloques ofrecen áreas de tranquilidad visual mientras que las pachillasemergen como zonas de movimiento creado por el juego entre luz y sombra. En sudefinición ideal, por ende, estas paredes pueden considerarse como ornamentalesy a veces pueden causar una sensación similar a la de «op-art.»

El Tipo 1, por su parte, se puede dividir en tres sub-tipos. El 1.1 reúne paredesque presentan hileras de monolitos grandes espaciados (Tschauner, 1988: Abb. 74,86, 106, 128, 155–158). El grupo 1.2 comprende paredes que incorporan grandeswankas (bloques parados más altos que anchos) a distancias regulares (Tschauner,1988: Abb. 132). Finalmente, el grupo 1.3 se caracteriza por bloques inmensosmucho más largos que altos y un empleo casi exclusivo de bloques con pocaspachillas (Tschauner, 1988: Abb. 110, 126–128, 155, 159).

El Tipo 2 (ejemplos en Tschauner, 1988: Abb. 54, 129, 160–161) se distinguepor un pachillado continuo y sin patrón con un mayor uso de cantos rodados queen las paredes del Tipo 1. En promedio, los bloques son de menor tamaño que losdel Tipo 1 y de formas aproximadamente cuadradas. Al mismo tiempo, son másnumerosos y su distribución es más densa que en el Tipo 1. La diferencia de tamañoentre bloques y pachillas es menos categórica y a veces la distinción entre los doses arbitraria. La disposición de las pachillas es irregular. No se presenta el contrastevisual entre áreas de tranquilidad y de movimiento aunque, como en el Tipo 1, seemplearon rocas de dos colores contrastantes. Las paredes parecen másdesordenadas y vertiginosas en vez de ornamentales.

Todas las paredes suficientemente preservadas (n = 170) fueron clasificadassegún este esquema. La distribución de los tipos muestra claramente que laclasificación no refleja una dimensión cronológica. Sólo cinco de los 19 grupos demuros amarrados comprenden paredes de un solo tipo. De los 40 amarres de muros,en 16 casos (40%) los muros pertenecen a diferentes tipos, mientras que de los 56adosamientos, 37 casos (66%) presentan muros de varios tipos. Aunque estadiferencia es estadísticamente significativa (c2 = 6.414, p = 0.011; pFisher’s Exact = 0.010),el número de amarres entre muros de diferentes tipos es demasiado alto como paraapoyar la hipótesis cronológica. Es más, hay 16 muros cuyas dos caras se asignarona diferentes tipos.

Las paredes exteriores de las chullpas pertenecen comúnmente al Tipo 1 ,pero el número de ejemplos clasificados es pequeño. Sin embargo, es preciso resaltarque no existe ninguna diferencia fundamental entre la mampostería de las chullpasy de los complejos ortogonales de Purush Monte.

Si bien las diferencias entre los muros no son cronológicas, su distribuciónespacial muestra patrones definitivos (Tabla 4). Los sub-tipos 1.1–1.3 aparecenmás frecuentemente en los patios. El 85% de las paredes de estos tipos se encuentraen patios (el 92% si sólo consideramos patios y galerías). En marcado contraste, un79ª 84% de las paredes del Tipo 2 se encuentran en galerías y el 67% de las paredesde galerías, pero sólo el 18% de las paredes de patios pertenecen al Tipo 2. Laubicación preferencial de los sub-tipos 1.1–1.3 en los patios es estadísticamentesignificativa si contrastamos su distribución en conjunto con la de los otros tipos

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Fig. 9 Mampostería de sitios con arquitectura Wari.

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(Tabla 5). En 5 de 7 casos la pared de patio opuesta al acceso principal pertenece algrupo 1.1–1.3, las dos excepciones al Tipo 1 genérico. Es decir, la pared de patiofrente al acceso principal es la ubicación preferida del tipo más elaborado en loscomplejos de Purush Monte. La gran mayoría de los muros ornamentados (1.1–1.3) se encuentra en los patios, al igual que el Tipo 1 genérico, y en las paredesexteriores de complejos. El Tipo 2 se encuentra en las galerías.

En resumen, cabe enfatizar una vez más que la distribución de los tipos demampostería no está correlacionada con los tipos de estructuras — en particular,no hay una diferencia sistemática entre la mampostería de las chullpas y de loscomplejos ortogonales — sinó, únicamente, en su ubicación dentro de loscomplejos ortogonales.

INTERPRETACIÓN: COMPLEJOS PALACIEGOS DE ÉLITE

La característica sobresaliente de los complejos ortogonales de Purush Monte es sumarcado eje transversal que pasa sobre la entrada principal, ubicada en el puntomedio del muro este, y la puerta especial ubicada en el medio de la galería oeste.Este eje está definido en el este por el elaborado corredor de acceso cuya puertahacia el patio luce el segundo dintel más grande y, en el oeste, por la paredornamental más elaborada, la galería más ancha y el dintel más grande encima deuna puerta ancha opuesta a la entrada principal del complejo. Esta puerta anchadaba acceso a un cuarto que, juzgando por su tamaño y ubicación, fue el másimportante en las galerías del complejo. El eje señala la ruta de acceso y fuerza lavista del observador que ingresa al complejo hacia el mencionado cuarto.

El paso por portales es un tema principal en el diseño de estos complejos. Elúnico acceso a estas estructuras cerradas, sin ventanas, es a través de un corredorangosto y bajo — una especie de túnel — y los grandes dinteles monolíticosacentúan las puertas y los alineamientos entre ellas. Al salir del túnel de acceso, elvisitante se enfrenta con un amplio patio abierto y paredes ornamentalessumamente elaboradas. El contraste entre el túnel angosto y oscuro y el patio abierto,por un lado, y la mampostería sencilla al exterior y las paredes ornamentales en elpatio al interior, por otro, maximizaba el impacto visual en el visitante. Este diseñoy el hecho de que el patio ocupa la mayor parte del área construida apuntan haciala recepción de visitas «oficiales» como una de las principales funciones de loscomplejos ortogonales.

Al mismo tiempo, y asumiendo— como sugieren algunos fogonesencontrados en los cateos excavados — que los cuartos de las galerías eran decarácter residencial, la alta proporción de espacio abierto de los complejos, suconsiderable tamaño y acceso controlado y la refinada calidad de mampostería desus muros, nos lleva a pensar que se trata de residencias de élite (cf. Buse, 1965:324). Además, el patrón de comunicación interna que conecta casi todos los cuartosde las galerías exclusivamente a través del patio central (Fig. 6), le da al complejouna estrecha unidad espacial y, por implicación, funcional. No se trata deaglomeraciones de «apartamentos» independientes sinó de complejos concebidos

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como unidades desde el comienzo que, como se recordará, evidentemente fueronconstruidos en un solo evento ya que todos los muros del armazón suelen estaramarrados.

A la luz del eje palmario que enfatiza el único y principal acceso hacia elcuarto especial de la galería oeste es concebible que este haya servido como unaespecie de sala de audiencia, lo que daría un carácter palaciego a los complejos.Sin embargo, el termino «palacios» con que designa Buse (1965: 324) a estoscomplejos no es del todo apropiado, pues no se trata de una estructura única sinode una forma arquitectónica recursiva en el asentamiento. Resulta muy probableque estos eran complejos residenciales de élite que cumplían ciertas funcionespalaciegas.

De la división interna de los complejos podemos inferir que los residentesde cada complejo estaban relacionados entre ellos, aunque no necesariamente enforma de «ayllu,» como propone Buse (1965: 323). La naturaleza de la arquitectura—es decir, su calidad y el consumo conspicuo del espacio y de los recursos (cf. McGuirey Schiffer, 1983: 282–283; Schiffer, 1992: 26)— sugiere que sus residentes eranexclusivamente grupos de élite, no «ayllus» enteros (en un sentido muy genérico,cf. Isbell, 1997). Esta caracterización como arquitectura de élite también abarca alos complejos de la parte alta de Purush Monte, aunque allí varios complejos (AC–6 a AC–9) forman un conjunto con un muro perimetral compartido y comunicacióninterna entre complejos. Aparte de esta desviación, indudablemente importante, seacercan bastante al modelo ideal del complejo ortogonal descrito arriba.

La única posible traza de residencias de menor status en Purush Monte sonlos pocos restos arquitectónicos que no siguen el patrón de los complejosortogonales (en particular, los cuartos de AC–18). Buse (1965: 324) habla de«arquitectura pobre y desordenada» sin precisar a qué estructuras o sectores serefiere. Las estructuras no ortogonales carecen de la mampostería ornamental y delos elementos palaciegos descritos para los complejos ortogonales, pero lo único«desordenado» es la falta de un plano ortogonal. En realidad estas estructuras secaracterizan por su mampostería con esquinas redondeadas y nichos bienejecutados. Además cubrirían un área muy pequeña para un sector residencial debajo estatus. Resulta muy probable, entonces, que se trata de áreas de funcionesespeciales desconocidas.

Las chullpas de Honco Pampa varían considerablemente en tamaño yprominencia de ubicación. Las más grandes y visibles son las del conjunto deAma Punku para los que el término «mausoleos» (Buse, 1965: 324–327) pareceperfectamente aplicable. Su arquitectura no es menos impresionante que la de loscomplejos ortogonales y emplea la misma mampostería y dinteles monolíticosmacizos. Muy probablemente se trata de las estructuras funerarias de la éliteresidente en los complejos ortogonales de Purush Monte. La complicada divisióninterna y el patrón de comunicación entre las cámaras que forman bloques sinconexión entre ellos, da lugar a especulaciones sobre la organización social de estagente (cf. Buse, 1965: 327).

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LA ARQUITECTURA DE HONCO PAMPA EN EL CONTEXTO DEL CALLEJÓNDE HUAYLAS

Para entender el papel de Honco Pampa en el contexto regional del HorizonteMedio en el Callejón de Huaylas, debemos preguntarnos sí se trata de unasentamiento único o especial en cuanto a ubicación, tamaño, formasarquitectónicas y estilos de mampostería. Es lamentable que el trabajo de Kinzl(1935), que sigue siendo la exploración más completa del área, por más pioneroque haya sido en su época, no sustituye una prospección sistemática del Callejónde Huaylas y sólo nos permite comparaciones aisladas con otros sitios del Callejón.Además, ni para estos pocos sitios disponemos de fechados independientes de laarquitectura local con lo que la lógica de comparaciones arquitectónicas se vuelveun círculo vicioso.

El elemento local por excelencia en la arquitectura de Honco Pampa son laschullpas, ya que tienen numerosos homólogos en el Callejón de Huaylas, peroninguno en el estilo arquitectónico Wari. Kinzl (1935: 293–294) observa una unidadarquitectónica en las chullpas del Callejón de Huaylas que las distingue claramentede las del Alto Marañón. Las chullpas grandes de Ama Punku (Fig. 5) compartenmuchos rasgos con las de Willkawain e Ichik Willkawain, los edificios mejorconocidos de este tipo en el Callejón. Estas son comparables en tamaño (Willkawain10.7 x 15.6 m. , Ichik Willkawain 7.2 x 16 m [Bennett, 1944: 17] vs. MCS1 12,18 x16.00 m. y MCS2 10.4 x 13.2 m.). Todas tienen de 2 a 3 pisos que no se comunicaninternamente mediante escaleras sino que cada uno tiene un acceso propio. Laschullpas están divididas en múltiples cámaras internas cuya distribución essimétrica al eje lateral (excepto dos puertas en el segundo piso de Willkawain) ycuya forma o es aproximadamente cuadrada o alargada paralela al eje lateral de laestructura. Todas están erigidas en plataformas artificiales y cercadas por muros(para Willkawain: Bennett, 1944:14). La mampostería es del Tipo 1 (en ocasiones1.1) definido arriba para Honco Pampa (Fig. 7), los materiales de construcción songranodiorita y pizarra y encima de las puertas y ventanas hay dinteles macizos degranodiorita.

Por otro lado, el arreglo en «U» de las chullpas de Ama Punku no se repite enel conjunto de Ichik Willkawain; Willkawain parece una sola chullpa aislada. EnWillkawain, todas las cámaras de un mismo piso se comunican entre ellas mientrasque en Ama Punku las cámaras se agrupan en bloques, cada uno de los cuales,tiene su propio acceso desde afuera sin que haya puertas entre los bloques. Sinembargo, dado que la gran chullpa de Ichik Willkawain también tiene varios accesosdesde afuera y no todas las chullpas de Ama Punku tienen la agrupación de cámarasen bloques, la distribución de cuartos no constituye una diferencia sistemáticaentre Ama Punku y Willkawain. Alrededor de las chullpas de Willkawain y deIchik Willkawain hay una especie de banqueta. En Willkawain, la banqueta nortetiene tres nichos en forma de «T». Según Bennett (1944: 14), la banqueta enWillkawain es una adición posterior. La chullpa de Willkawain tiene un respiraderoatravesando todos los pisos, cornisas, además de nichos, dos ventanas en elsegundo piso y una hilera de cabezas clavas (¿de puma? [Bennett, 1944: 17]). No

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obstante estas diferencias en detalles, las chullpas de Ama Punku y de (Ichik)Willkawain pertenecen al mismo tipo de estructura definido por su tamaño, suubicación en terrazas, la división interna y mampostería. Además la existencia dechullpas pequeñas en ambos sitios asociadas con las grandes, descritas en detalle,constituye un paralelo estructural entre los sitios.

Según las descripciones de Kinzl (1935: 276), existen por lo menos otros dosedificios muy similares en el Callejón de Huaylas: Kate-Ama en la Quebrada SantaCruz y otra chullpa grande en Antapampa, en la boca de la Quebrada Rajururi alpie del nevado Huandoy. El edificio de Antapampa mide 14 x 8 m o 18 m (segúnKinzl y Schneider [1950: 44]) y tiene dos pisos, seis cámaras en el primer piso conun solo acceso desde el exterior y varios nichos al interior. Está cercado por unmuro de piedra que dista entre 5 y 8 m de la chullpa (Kinzl, 1935: 273–274). Kate-Ama también tiene dos pisos, con dos cámaras en la planta baja y varias en elprimer piso y un acceso desde el oeste. Cada esquina exterior del edificio estabaadornada con una cabeza clava (puma) de granodiorita (Kinzl, 1935: 276). Enambas chullpas, Kinzl encontró abundantes restos humanos. La chullpa deAntapampa no es un edificio aislado. Asociada con ella se encuentra una granestructura rectangular con numerosos cuartos pequeños, una estructura circularal centro y una mampostería muy elaborada (Kinzl, 1935: 272 y una foto de pobrecalidad delante de la p. 321). El mismo Kinzl compara esta asociación de estructurascon la de los sectores de Honco Pampa. De manera similar, directamente al sur deKate-Ama hay una estructura rectangular y unas chullpas (Kinzl, 1935: 276).

En suma, a lo largo del Callejón de Huaylas existen por lo menos cuatrocomplejos de chullpas grandes del mismo tipo que las de Ama Punku. De los cuatro,un mínimo de tres está asociado con sectores de arquitectura ortogonal,presumiblemente residencial. Como en Honco Pampa, ésta se caracteriza por elmismo estilo de mampostería que las chullpas.Numerosas chullpas pequeñas en todo el Callejón de Huaylas presentanmampostería del Tipo 1 definido para Honco Pampa. Como ejemplo mencionamosa dos sitios que según Steven Wegner (comunicación personal) datan del HorizonteMedio: Waullaq en las afueras de Huaraz (Fig. 8) y Nuevo Tambo, ubicado a 4200 m.en la Quebrada Quilcayhuanca (Kinzl, 1935: 266; Tschauner, 1988: Abb. 184). Lau(2001: Figs. 6.3, 6.4, 6.6) ilustra ejemplos de Chinchawas cerca de Huaraz.

Los complejos ortogonales de Honco Pampa se pueden comparar con laarquitectura de, al menos un sitio en el Callejón de Huaylas, el llamado «Palaciodel Inca» de Pariamarka, ubicado cerca de la entrada al Cañón del Pato a3250 m.s.n.m. y asociado a una morrena terraceada con ocupación prehispánica(Kinzl, 1935: 276; Williams León y Pineda, 1985: 60). Para Kinzl (1935: 275), estecomplejo rectangular con plaza central de 40 x 90 m. o 120 x 80 m. (Williams Leóny Pineda 1985:60) es el edificio prehispánico más importante del Callejón deHuaylas. La plaza central está cercada por «galerías» angostas subdivididas pormuros transversales. No todas estas subdivisiones ocupan todo el ancho de lagalería ni colindan con otros cuartos, de manera que hay «cuartos flotantes.» Ladivisión de las galerías es asimétrica. La galería norte tiene un angosto pasadizo deacceso y, al parecer, también los había en los tres lados restantes. Kinzl (1935: 275)

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describe la plaza central como vacía. Las «30 casuchas» al interior que mencionaRaimondi (1873: 85) probablemente se refieren a los cuartos en las galerías. No puderecoger datos primarios sobre la mampostería de Pariamarka, pero Kinzl (1935: 275)describe muros construidos de bloques grandes y redondeados con pocas pachillas(al respecto, comparable al Tipo 1.3 de Honco Pampa).

El patrón formal del «palacio» de Pariamarka está íntimamente relacionadocon el de los complejos de Purush Monte. Como en éstos, en Pariamarka no hayevidencias de múltiples pisos. Kinzl habla de muros de unos dos metros de altura,igual que en Honco Pampa. En contraste con Purush Monte, el «palacio» es laúnica estructura de este tipo en Pariamarka, mientras que la arquitectura del sectorresidencial (?) asociado es de otra naturaleza. Además, el «palacio» essustancialmente más grande que los recintos de Purush Monte aunque, comoasentamiento, Honco Pampa es el más grande de los dos. La división interna de lasgalerías de Pariamarka difiere de la de los complejos de Purush Monte porque noes simétrica y porque varios cuartos «flotan» en las galerías, sin tener cuartosinmediatamente colindantes. Además, las galerías de Pariamarka son más anchasque las de Honco Pampa y no hay una cuyo ancho supere al de las demás. Tampocoel (los) pasadizo(s) externo(s) de Pariamarka tiene(n) paralelo en Honco Pampa.Finalmente, el «palacio» no tiene su propio sector de chullpas inmediatamenteasociadas. La ubicación del sitio en la falda y al pie de una morrena es comparablea la de Honco Pampa, pero en Pariamarka la arquitectura ortogonal se encuentraal pie, en terreno plano, mientras que, en Honco Pampa se halla en pendiente sobrela falda de la morrena.

Aunque faltan casos comparativos bien estudiados y fechados, el estilo demampostería de Honco Pampa se repite una y otra vez en asentamientosprehispánicos del Callejón. La única ancla relativamente bien fechada son losllamados «soterrados de Katak» cuya mampostería evidentemente corresponde alTipo 1 de Honco Pampa (Bennett, 1944: Plate 5A). Esta se asocian con el estilocerámico Recuay, definido en gran parte en base a la Colección Macedo provenientede Katak. Además, un muro de Pashash se parece a los de Honco Pampa (Grieder,1978: Fig. 9), aunque es más refinado con bloques de caras talladas y acomodadosen hileras. También existen ciertas semejanzas entre la mampostería más fina deHonco Pampa y la del Atrio del Lanzón en Chavín de Huantar (Fig. 8) que sugierenuna considerable profundidad cronológica de este estilo en el Callejón de Huaylasy la sierra norte adyacente. Su ubicación espacial y profundidad cronológica indicanque este estilo es local y nativo de esta zona.En lo que se refiere a la forma arquitectónica, las grandes chullpas de Ama Punku serelacionan con varias estructuras similares en el Callejón de Huaylas cuyapresencia recursiva también apoya la idea de una tradición local. Posiblemente, laasociación de chullpa(s) grande(s) con chullpas pequeñas y tal vez con un sectorresidencial, forme un patrón estructural de asentamientos del Callejón de Huaylasdel cual Honco Pampa formaría parte. El único caso comparativo para los complejosortogonales con patio central es el «palacio» de Pariamarka. Sin embargo, a nivelde asentamiento los dos sitios se distinguen claramente ya que el «palacio» es demucho mayor tamaño que los complejos de Honco Pampa y es único dentro delasentamiento.

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LA ARQUITECTURA DE HONCO PAMPA Y EL ESTILO ARQUITECTÓNICOWARI DEL HORIZONTE MEDIO

Las estructuras en forma de «D» y los complejos ortogonales con patio central sonlos dos elementos de la arquitectura de Honco Pampa que invitan a comparacionescon el estilo arquitectónico Wari del Horizonte Medio. La amplia distribución deeste estilo, compartido por un escaso número de centros grandes entre Moqueguay Cajamarca, es la evidencia clave en la que se basa la hipótesis de un imperio Waridurante la primera mitad del Horizonte Medio (Isbell y McEwan, 1991; Schreiber,1978; 1992). Con estos argumentos, Honco Pampa juega el papel de centroadministrativo Wari del Callejón de Huaylas (Isbell, 1989; 1991).

Otros ejemplos de estructuras en forma de «D» se conocen de los sectores deVegachayuq Moqo (González Carré y Bragayrac Dávila, 1986: 9, 13) y Cheqo Wasi(Benavides Calle, 1984: mapa 2, Láms. III, VI; Isbell, 1984: Fig. 2) en Wari y de CerroBaúl (Williams, 2001: Fig. 5), todas dentro de áreas amuralladas. Paulsen (1974;1983; Strong, 1957) e Isbell (1987; 1988) interpretaron la presencia de talesestructuras en contextos Nasca 7–9 como un indicio de una temprana colonizaciónserrana. El estudio de Schreiber (1989: 71) sobre patrones de asentamiento en elValle Grande, puso en duda esta conexión con Ayacucho mostrando que lasestructuras redondas de piedra eran la forma de arquitectura residencial más comúnen el Valle Grande medio durante el Intermedio Temprano. Sin embargo, lasestructuras nasqueñas son verdaderamente circulares mientras que la planta deaquellas de Wari, Cerro Baúl y Honco Pampa tiene forma de «D.» Además, estasestructuras no necesariamente pertenecen a una fase temprana en el desarrollo dela arquitectura Wari: fechados radiocarbónicos sitúan la de Cerro Baúl entre 770 y1000 d. C. (95% de confianza) y sugieren que se encontraba en uso durante lasegunda etapa constructiva del sitio (Williams, 2001:72).

Isbell (1977: 46–50; cf. Willey 1953: 267, 350, 384, 412–415) identificó losgrandes complejos ortogonales como formas características de la arquitectura Wari.Su diseño es estrictamente ortogonal (Williams León, 1980:507, 510; Williams Leóny Pineda, 1985: 58) y su subdivisión interna sigue un pequeño canon deconfiguraciones estructurales bien definidas (Anders, 1986:207; McEwan, 1984:74–75, Figs. 3–6; 1991). Éstas incluyen el patio central rectangular con un mínimode dos «galerías» laterales angostas y techadas de varios pisos, a veces divididaspor muros longitudinales, casi siempre por muros cortos transversales. En lasesquinas, los muros de las galerías chocan en un patrón que Schreiber (1978: 43–55) ha bautizado como el «arreglo serial» o un muro diagonal que separa las dosgalerías. Este «elemento básico de construcción» (basic building block [Spickard,1983: 140]) de la arquitectura Wari se repite una y otra vez como módulo predefinidoy estandarizado—que resulta en una especie de celdas (Brewster-Wray, 1983: 122;Spickard, 1983: 140) y en la subdivisión reticular de grandes complejos amuralladosrectangulares. Mientras los muros perimetrales de los complejos suelen estaramarrados (Schreiber, 1978: 138; Spickard, 1983: 139; McEwan, 1979: 50; pero cf.Anders [1986: 190] para Azángaro), los de las subdivisiones comúnmente se adosantanto entre ellos como al muro perimetral, así que el arreglo de las subdivisiones

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puede modificarse en cualquier momento sin afectar la estática del complejo entero.La falta de espacios entre las «celdas» internas (que comparten muros circundantes)enfatiza los espacios interiores, inhibiendo cualquier vista horizontal y ladimensión vertical de las estructuras que ya era prominente por sus múltiplespisos y muros casi perfectamente rectos (Spickard, 1985: 78). El arreglo de «celdas»suele ser sumamente complejo y el acceso severamente restringido (Anders,1986:211; McEwan, 1979:50; 1984: 191; 1991; Spickard, 1983: 140; 1985: 79).

Esta arquitectura estrictamente ortogonal no se adapta de ninguna maneraal relieve del terreno. Como Spickard (1985: 77) observa en Pikillaqta, su arquitecturaparece el producto de una planificación bidimensional, forzada sobre un terrenomuy ondulado con enormes esfuerzos en la nivelación del mismo (Sanders, 1973:384). El hecho de que Wari mismo no siga este patrón sugiere a algunos autores(Moseley, 1983: 224–225; Williams León y Pineda, 1985: 55, 61) que el modelo delos grandes complejos fue Tiwanaku cuya arquitectura se basa en el concepto deconstrucción en terreno plano.

La definición del estilo arquitectónico Wari no está completa sin unareferencia a las técnicas y detalles constructivos. Éstos incluyen hileras de cornisasque soportaban segundos pisos, sistemas de canalización subterráneos y banquetasalrededor de los patios (Schreiber, 1978: 136). Los espesores de muros caen en unmínimo de dos clases por complejo (Schreiber, 1978: 148; Spickard, 1983: 140). Ylos complejos muestran un estilo homogéneo de mampostería (Anders, 1986: 153–154; Benavides Calle, 1984: 44–47; Isbell, 1977: 35; McCown, 1945: 267; McEwan,1984: 138–141; 1991; Schreiber, 1978: 26, 28, 32; Topic 1991; Topic y Topic 1983: 8–9). La mayoría de los muros consiste en dos paredes con un núcleo de escombros ymortero: los de Jargampata carecen del núcleo, los de Azángaro son macizos (paraalgunos ejemplos, véase Fig. 9). Las piedras son de tamaño modesto y estandarizado,alrededor de 30 cm ,de formas chatas y alargadas y puestas sin orientaciónpreferencial en gruesos lechos de mortero. Muchos muros en Wari, Pikillaqta yViraqochapampa se construyeron en secciones verticales y/u horizontales (cf. unejemplo de Pikillaqta en la Fig. 9). En Wari mismo además, se encontró otro tipo demuros sobre la base de bloques finamente labrados (Bennett, 1953: Pl. 1; GonzálezCarré, 1981: 93, 95; Isbell, 1984: 114–116; 1986: 195–196).Comparando con la arquitectura de Honco Pampa, a primera vista las dosestructuras en «D» (AC–14 y AC–14) son idénticas en planta a las de Wari y CerroBaúl. Sin embargo, desconocemos casi por completo la tercera dimensión de estasconstrucciones. Hay indicios de que AC–13 fue una especie de torre. AC–14 tienecuatro grandes nichos internos que no poseen homólogo en las estructuras redondasde Wari y Cerro Baúl. El edificio de Vegachayoq Moqo tiene nichos, pero sonpequeños y se encuentran a lo largo de todo el muro interior (González Carré yBragayrac Dávila, 1986: 9). Mientras AC–13 y AC–14 no tienen subdivisiones, laestructura redonda de Cheqo Wasi tiene 5 cámaras semisubterráneas en su interior.Además, AC–13 y AC–14 constan de un muro simple y la estructura de CheqoWasi de un muro triple escalonado. El acceso a AC–13 es desde el sur, el de lasestructuras de Wari desde el norte y el de la de Cerro Baúl desde el NW, aunque

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todas estas puertas se encuentran en el muro recto de la «D». AC–13 es la única deestas estructuras que tiene un acceso adicional en la parte curva del muro. Encambio, AC–14 no tiene ningún acceso en los muros preservados. Finalmente, lasparedes de la estructura de Vegachayoq Moqo estaban enlucidas mientras que enAC–13 y AC–14 no hay rastro de enlucido, y tanto en Wari como en Cerro Baúl lasestructuras redondas están integradas en complejos amurallados, lo cual no serepite en Honco Pampa. Por lo tanto, las semejanzas entre AC–13 y AC–14 de HoncoPampa y las estructuras en «D» de Wari y Cerro Baúl son menos tajantes de lo queparecen a primera vista. Ciertos rasgos (altura, subdivisiones internas, puerta elevada)indican funciones posiblemente muy diferentes a pesar de las semejanzas formales enplanta.

Aunque el complejo rectangular con patio central y «galerías» periféricas esel elemento básico tanto de la arquitectura Wari como de la de Honco Pampa,ocupa posiciones diferentes en la estructura conceptual de las dos arquitecturas.En Honco Pampa, los complejos evidentemente se concibieron como unidadesindependientes, mientras en la arquitectura Wari forman «celdas» repetitivas alinterior de complejos enormes. Por eso, la arquitectura de Honco Pampa no da laimpresión de construcciones prefabricadas o estandarizadas (impresión que síimparten los grandes complejos War). Cada complejo de Honco Pampa tiene sucarácter individual, no hay una orientación común, tamaños estandarizados omuros compartidos. Incluso AC–6/7/8/9, los que forman un complejo mayor,tienen las formas más variadas y menos uniformes de todos los complejos del sitiolas cuales están, en marcado contraste con los grandes complejos Wari, plenamenteadaptadas al relieve del terreno. Además, los complejos de Honco Pampa no tienensegundos pisos y sus patrones y formas de acceso son muy diversos: con énfasisen el patio y el eje entre acceso principal y acceso central a la «galería» opuesta, unpatrón que no se encuentra en los complejos Wari. Evidentemente, la mamposteríade Honco Pampa con sus raíces locales es completamente diferente de la de los centrosWari que se caracterizan por un estilo homogéneo de mampostería. En suma, lospuntos de comparación entre la arquitectura Wari y la de Honco Pampa se limitan aunos elementos formales compartidos, mientras las características estructurales delarreglo de esos elementos y el carácter resultante de un complejo entero difieren muchoentre las dos tradiciones.Más que relacionarse directamente con la arquitectura de Wari, Honco Pampa serelaciona con la arquitectura de la vecina región de Huamachuco a la que recientesinvestigaciones atribuyen un papel importante en la génesis del estilo arquitectónicoWari, que coexistió con el estilo local y cuyos cánones aún no eran rígidos enHuamachuco (Topic, 1986: 65; 1991: 151–152, 159, 161–163; Topic y Topic, 1983:25; 1986: 44; 1987:3–4; cf. Thatcher, 1972: 87–88; Schreiber, 1978: 173, 233). Enparticular, las «galerías» de varios pisos tienen antecedentes en los «niched halls»de Huamachuco. También hay complejos rectangulares con patio central como elSitio 47 en Marca Huamachuco (Topic y Topic, 1987: Fig. 12). Este es un complejoindividual como los de Honco Pampa, con un arreglo serial de las «galerías» y uncorredor de acceso similar a los de Honco Pampa. Los cateos excavados en estecomplejo arrojaron mayores cantidades de cerámica Recuay (Topic y Topic,

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1987:18). La Galería B de Mc Cown (1945: Fig. 8) en Marca Huamachuco, tambiénconsiste de «galerías» alrededor de un patio, aunque no forman un complejocerrado. Más lejanamente relacionados están los «fuertes» redondos a ovalados(planos en Loten, 1987a) de Marca Huamachuco.

Tentativamente podemos trazar una línea desde formas arquitectónicas dela tradición de Huamachuco a la de Honco Pampa y de ahí a la arquitectura Wari.Huamachuco tiene los elementos individuales como galerías periféricas alrededorde patios sin que formen complejos cerrados. En Honco Pampa, estos elementos sejuntan para formar complejos cerrados individuales. Finalmente en Wari, loscomplejos se combinan como celdas repetidas en inmensas estructurasamuralladas. El último paso de este continuo netamente formal resulta en un cambiodrástico en el carácter y, por inferencia, la función de la arquitectura, el cual serefleja en diferentes detalles arquitectónicos y la calidad de construcción.Las semejanzas arquitectónicas entre Honco Pampa y Huamachuco no se limitanal ámbito formal. El estilo de mampostería de Huamachuco también está relacionadocon el de Honco Pampa (Loten, 1987b: Fig. 3; 1987a: Fig. 9a, b; McCown, 1945: Pls.10f, 11a, e; Tello, 1929: Figs. 10, 11; Topic y Topic, 1986:16). En Huamachucopredominan los muros consistentes de dos paredes con delgados núcleos deescombros. Los bloques están puestos horizontalmente (la dimensión horizontales por lo menos dos veces la vertical) y cada uno está rodeado por 2 a 5 hileras depachillas. Los bloques son más angulosos que en Honco Pampa, pero esta diferenciaprobablemente se debe a la materia prima: arenisca en Huamachuco, granodioritaen Honco Pampa, ambas sin labrar. Muy característico de la arquitectura deHuamachuco es el llamado «long and short work» que consiste en bloqueshorizontales alternados con otros, puestos en sentido vertical en las esquinas deestructuras. Algunas esquinas de este tipo también se observan en Honco Pampa.Igual que en este sitio, los muros de Huamachuco no tienen rastros de enlucido.Esta mampostería está estrechamente relacionada al Tipo1 de Honco Pampa,posiblemente ejecutada un poco más cuidadosamente. Además, en Huamachucose han encontrado cabezas clavas como en varias chullpas grandes del Callejón deHuaylas (McCown, 1945: 214, Pl. 16b–d).

CONCLUSIÓN

El grado de semejanza que existe entre Honco Pampa y los otros propuestos centrosadministrativos Wari es mucho menor que el que se observa al contrastar todos loscentros administrativos Wari entre sí. El hecho de que existan semejanzas formalesentre algunos elementos individuales de la arquitectura de Honco Pampa y del estiloarquitectónico asociado con Wari (por ejemplo, un plano ortogonal con patio central y«galerías» perimetrales), no debe hacernos olvidar de los diferentes papeles que estoselementos juegan en las dos arquitecturas (cf. Czwarno, 1989). A un nivel estructural,las semejanzas formales entre elementos parecen más bien superficiales pues laarquitectura de Honco Pampa no comparte la esencia del estilo arquitectónico Wari.Las diferencias estructurales resultan ser de carácter muy distinto al de la arquitectura

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de Honco Pampa y sugieren diferentes funciones para los complejos ortogonales enambas arquitecturas. Además, los complejos ortogonales de Honco Pampa estánasociados y comparten el mismo estilo de mampostería que el de las chullpas, las quesin duda no forman parte de los cánones arquitectónicos Wari.

A pesar del insuficiente estado de la investigación arqueológica en el Callejónde Huaylas, encontramos casos comparativos locales para los principales rasgos de laarquitectura de Honco Pampa, como las chullpas grandes y pequeñas, la yuxtaposiciónde un sector de chullpas grandes con un sector residencial ortogonal y un estilo comúnde mampostería. También existen representaciones tridimensionales modeladas encerámica de estilo Recuay que muestran estructuras parecidas a los complejosortogonales de Honco Pampa (cf. Tschauner, 1988: Abb. 170). Es notable que Kinzl(1935: 292), en el trabajo que sigue siendo la exploración regional más intensa delCallejón de Huaylas, no describa Honco Pampa como un sitio único sino como partede una serie de sitios de altura que siguen el mismo modelo estructural, se asocian conchullpas y emplean el mismo estilo de mampostería que las chullpas que tiene profundasraíces locales.

A la luz de las estrechas relaciones entre la arquitectura de Honco Pampa y lade Huamachuco, Honco Pampa forma parte de una tradición más ampliamentedefinida de arquitectura de la sierra norte. Dadas las raíces locales de su estiloarquitectónico y el carácter palaciego de sus complejos ortogonales, proponemos queHonco Pampa fue la sede de un señorío local del Horizonte Medio y comienzos delIntermedio Tardío en el Callejón de Huaylas que, como Huamachuco, interactuó conWari, pero no necesariamente formó parte de su dominio territorial. Esta interpretaciónde la evidencia de Honco Pampa concibe los mismos procesos planteados por Lau(2001a) para el Horizonte Medio en Chinchawas cerca de Huaraz. Según Lau (2001a:28–30, 436–439), la arquitectura monumental y funeraria es uno de los medios de lacultura material utilizados por lideres locales para visualizar y escenificar su autoridad.Las chullpas y el culto a los ancestros que se infiere de su uso cobraron especialimportancia durante el período de influencia Wari porque la intensa interaccióninterregional creó la necesidad de reclamar y demostrar los nexos del grupo local consu territorio. En Honco Pampa, como en Chinchawas, las poblaciones del Callejón deHuaylas adoptaron ciertas ideas ayacuchanas, pero hicieron uso de tradicionesestilísticas y tecnológicas locales para expresarlas en su cultura material.

Notas1 Este artículo es un resumen de mi tesis de maestría presentada en 1988 (Tschauner 1988),elaborado a pedido del editor de este volumen. He hecho un esfuerzo de actualizar el argumentoy la bibliografía, pero hay que tener en mente que se trata de un trabajo realizado hace más de10 años. Agradezco a William H. Isbell por haberme invitado a participar en su proyecto en1987 e iniciado al estudio del Horizonte Medio y por el permiso de publicar los resultados demis esfuerzos realizados en el marco de su proyecto.2 La terminología de los tipos se ha sistematizado en comparación con la usada en Tschauner

(1988). Los tipos 1.1 a 1.3 equivalen al 3a–c y el 3 al 4 de 1988

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Fechado calibrado1σ 2σ

Complejo B. P. A. D. Conf.[%] A. D. Conf.

[%]AC–2 1280±70 660–810 66.0 640–900 94.1

840–860 2.2 920–940 2.2AC–5 (1) 1240±90 680–890 68.2 650–990 95.4AC–5 (2) 1330±100 600–810 65.9 530–970 95.4

840–860 2.3AC–9 1380±70 600–720 62.5 530–820 95.4

740–770 5.7

Tabla 1. Fechados radiocarbónicos de Honco Pampa.

Norte Este Sur OesteAC–1 1 2–3? 2? 1?AC–2 3 2? 2 2AC–3 0 (1) 3 3 2 (3)AC–4 0 0 (3) 2 3AC–5 3 0 (2) 3 2 (3)AC–6 1? 2 ? ?AC–7 2 ? 1? ?AC–8 ? 2 3 ?AC–9 ? ? 3 1AC–11 ? 2 3 1?

Tabla 2. Número de puertas entre patio central y galerías encomplejos de Purush Monte. Entre paréntesis números se-gún planos de Vescelius y Amat.

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A B C D E F GAC–1 no no sí no no no noAC–2 no (sí) sí no (no) sí noAC–3 sí sí no sí sí sí síAC–4 sí (sí) (no) sí sí sí síAC–5 sí sí sí sí sí sí síAC–6 (sí) (no) sí (no) (no) (no) (no)AC–7 (no) (no) (no) (no) (no) (no) (no)AC–8 (no) (no) (no) (no) (no) (no) (no)AC–9 sí sí (no) no sí sí síAC–11 sí sí (no) sí sí sí sí

Clave:A Acceso principal desde el Este.B Acceso principal en forma de corredor.C Galerías en los cuatros lados.D Una galería más ancha frente al acceso principal.E Dintel más grande encima de la puerta frente al acceso principal.F Segundo dintel más grande encima del acceso principal.G Muro del Tipo 3 en el lado del patio frente al acceso principal.(sí)/(no) Posiblemente presente/no presente.

Tabla 3. Propiedades selectas de unidades arquitectónicas de Purush Monte.

Pared Ubicación UbicaciónTipo Exterior Galerías Patios Galerías Patios

1 8 17 21 46 17 21 381.1-1.3 1 1 11 13 1 11 12

2 3 37 7 47 37 7 4412 55 39 106 55 39 94

χ2 = 31.24 p = 0.0000 χ2 = 27.58 p = 0.0000Cramer’s V = 0.38 (un valor esp. < 5) Cramer’s V = 0.54

Tabla 4. Distribución de tipos de paredes en los complejos de Purush Monte.

Pared Ubicación UbicaciónTipo Galerías Patios Patios Otros

1.1-1.3 1 11 12 11 2 13Otros 54 28 82 28 65 93

55 39 94 39 67 106

χ2 = 14.27 p = 0.0002 χ2 = 14.57 p = 0.0001Cramer’s V = 0.39 Cramer’s V = 0.37

Tabla 5. Distribución de paredes del tipo 1.1 en los complejos de Pu-rush Monte.

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INTRODUCCIÓN

Exploraciones arqueológicas en la cuenca sur del río Yanamayo, parte central delconjunto de tres valles de la cuenca oeste del río Marañón, más conocido comoCallejón o Región de los Conchucos, fueron llevadas a cabo dentro del marco delProyecto de Exploración Arqueológica Conchucos (PEAC) entre 1996 y 1997.Siguiendo el ímpetu explorador de Tello, estas investigaciones tuvieron como metauna aproximación macroscópica a la historia prehispánica de la zona enfocandola evolución de los patrones de asentamiento a nivel regional.

El patrón de asentamiento actual en una de las regiones más pobres de lasierra peruana contrasta marcadamente con la distribución de los asentamientosarqueológicos correspondientes a las diferentes sociedades indígenas que seestablecieron en la zona. La situación actual se halla caracterizada por un alarmantenivel de erosión de suelos y el recurrente fracaso de iniciativas dirigidas hacia unaelevación de la producción agrícola. Por lo contrario, es frecuente observar vestigiosde agricultura intensiva pre-colonial. La marginalidad económica actual de lazona de estudio contrasta igualmente con la evidente importancia supraregionalde extensos yacimientos arqueológicos como Cashajirca (SL-1) o Ingaragá (Y-5).Partimos de la convicción que el estudio de las respuestas culturales pretéritas alos retos planteados por una geografía diversa y agreste, permitirá poner los retosdel presente dentro de un contexto histórico que facilitará su mejor comprensión.

El presente análisis de la variación y la variabilidad de la ubicación deasentamientos prehispánicos tiene como trasfondo nuestros conocimientos acercade la organización socioeconómica en los Andes en el XVI y en la actualidad. Estospermitirán estudiar los posibles vínculos entre la ubicación de los asentamientos ylas estrategias de subsistencia indígenas. La descripción de los cambios registradosen los patrones de asentamiento, desde una perspectiva diacrónica, nos llevará areconstruir, seguidamente, el proceso de desarrollo socioeconómico subyacente.

PATRONES DE ASENTAMIENTO Y CAMBIOSEN LAS ESTRATEGIAS DE OCUPACION EN LA

CUENCA SUR DEL RIO YANAMAYOCallejón de Conchucos1

ALEXANDER HERRERA WASSILOWSKYUniversidad de Cambridge

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En la conclusión nos abocaremos a la discusión de posibles variables causales yexplicativas para el desarrollo económico observado, intentando elucidar, de estemodo, las estrategias de asentamiento prehispánicas en la sierra norcentral delPerú.

TIPOS DE ORGANIZACIÓN SOCIOECONÓMICA EN LOS ANDESSUDAMERICANOS

La diferenciación de tipos de organización socioeconómica andina surge deldesarrollo del concepto de complementariedad ecológica, el cual debe mucho a losplanteamientos originales de Murra (Masuda, et al. 1985). Este concepto se basafundamentalmente en un postulado quasi axiomático en estudios Andinoscontemporáneos: Para las sociedades agrícolas andinas el acceso a productosprocedentes de zonas de producción ubicadas a diferentes alturas y con unadistancia variable entre sí es necesario para practicar un comportamiento deconsumo considerado culturalmente adecuado (Salomon, 1985, 1986b).

Al momento de la invasión europea las sociedades andinas practicabandos modalidades principales de organización socioeconómica denominadasmacro- y microvertical. Estas modalidades no presentan una distribución geográficauniforme; las evidencias etnohistóricas revelan mas bien una clara dicotomíaregional.

En los Andes Tropicales del centro y sur del Perú actual predominaban losmecanismos de organización socioeconómica redistributiva de largo alcance, detipo macrovertical o archipiélago (Murra, 1975). Se trata de una estrategiasocioeconómica adaptada a las exigencias de la complementariedad ecológicapara la apropiación de los recursos de subsistencia. Un archipiélago vertical, comosabemos, comprende un centro con mayor densidad poblacional, sede principaldel poder político y económico, y enclaves o asentamientos periféricos conocupación permanente o estacional ubicados a distancias variables.Otro mecanismo, en cambio, se desprende de documentos del siglo XVI acerca delos Andes Ecuatoriales del Norte. Ahí las sociedades indígenas practicanmecanismos de organización socioeconómica de menor amplitud espacial, es decirmicroverticales (v. abajo), complementados por una variada gama de mecanismosde intercambio y comercio a larga distancia. En el área que hoy corresponde a lasrepúblicas de Colombia, Ecuador y probablemente también el norte del Perú, lasrepuestas al llamado «problema vertical» descritas en los documentos etnohistóricospresentan significativas diferencias cualitativas. Udo Oberem contrapuso al modelode la macroverticalidad surandina a aquél de la microverticalidad:«Microverticalidad quiere decir que los habitantes de un pueblo tenían campos situados endiferentes pisos ecológicos alcanzables en un mismo día con la posibilidad de regresar allugar de residencia por la noche.» (Oberem, 1976: 54).

Más allá y por encima de este modelo de apropiación de recursos desubsistencia a pequeña escala una serie de mecanismos sociales facilitan sistemasde intercambio a larga distancia; a saber: exogamia intracomunal, arreglos

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extraterritoriales de partición de cosechas, colonias multiétnicas, alianzas militares,entre otros (Salomon, 1986a: 43-44).

Al norte de la sierra ecuatorial estudiada por Oberem, los Muisca de laSabana de Bogotá practicaban un tipo de organización socioeconómica intermedioentre los modelos expuestos por Murra y Oberem. Pese a que las enclaves periféricasMuisca se hallaban a dos y tres días de camino del asentamiento central, este tipose acerca más al modelo presentado por Oberem. Los enclaves presentan unaocupación estacional y la producción es suplementada por una extensa red derelaciones de intercambio (Kurella, 1993: 39, 63 -70).

No cabe duda que el alcance de los sistemas de organizaciónsocioeconómica se basa en la capacidad de control supraregional. Esta a su vez,depende fundamentalmente del poderío político de los respectivos grupos.Ciertamente, el control sobre zonas de producción depende en última instancia delcontrol de poblaciones mediante relaciones políticas y / o de parentesco(Lehmann, 1982).

Las diferencias entre modalidades con mayor o menor grado decentralización y la gama de prácticas de acceso directo o indirecto permiten unamejor apreciación de la variabilidad de estrategias socioeconómicas en la sierranorte - centro- y surandinas. Las implicancias sociopolíticas de estas diferencias,la gran variabilidad y el dinamismo del modelo de la verticalidad, así como losmecanismos complementarios de acceso a recursos no locales representan un retopara la arqueología andina, particularmente en lo que respecta a los desarrolloshistóricos de las formas de organización socioeconómica andinas en diferentesregiones.

Una revisión de trabajos y observaciones etnográficas no sólo revela unatercera modalidad de acceso a recursos no-locales en los Andes: la especializaciónde la producción, ya se esta agrícola, pecuaria o artesanal, ligada a la participaciónactiva en circuitos de mercado (Brush, 1977: 14). Esto, naturalmente, implicadesplazamientos regulares de los actores hacia los lugares en que se celebranmercados.

La etnografía también demuestra que la importancia relativa de los diferentesmecanismos de apropiación de recursos depende en buena medida de lascaracterísticas ecológicas particulares de cada región. La ecología del mediodetermina la distribución de las zonas de producción, es decir, de zonas ecológicasculturalizadas por la acción humana con características propias (Mayer, 1996). Entérminos generales: a mayor distancia entre las principales zonas de producciónla fuerza de atracción de mecanismos de control vertical decrece.

Así, las tres modalidades de organización socioeconómica predominantesen el área andina entre el siglo XVI y el presente son las estrategias de utilizaciónde recursos especializada, macro - y microvertical. Las dos estrategias de índolevertical buscan diversificar la producción en ecozonas complementarias. Secaracterizan por la ubicación de los asentamientos en la franja de transición entrelas principales zonas de producción, es decir, en el ecotono. Por el contrario, lospatrones de asentamiento de comunidades que persiguen estrategiasespecializadas, es decir aquellas circunscritas a una o dos zonas de producción, se

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caracterizan por la ubicación de los mayores centros poblados en la misma zonade producción principal. Estas estrategias se ven reflejadas en patrones deasentamiento específicos, identificables en el registro arqueológico como acciónhumana plasmada en el paisaje.

A continuación describimos la zona de estudio así como los patrones deasentamiento identificados a raíz de nuestras exploraciones en la cuenca sur delrío Yanamayo. Seguidamente ofrecemos una discusión de los cambios en lasestrategias de aprovechamiento económico que los pobladores indígenas del altoMarañón siguieron al elegir el emplazamiento de sus asentamientos.

LA ZONA DE TRABAJO

El carácter transicional de su geografía convierte a la sierra norcentral del Perú enuna región de especial interés para los estudios andinos. La zona enmarcada porla Meseta de Junín al sur y el fin de la cubierta glaciar de la Cordillera Blanca alnorte -es decir, la porción interandina del valle del río Santa o Callejón de Huaylasy la parte de la cuenca izquierda del Marañón conformada por los valles Pukcha,Yanamayo y Rupac o región de los Conchucos- se halla dentro de la faja detransición entre los Andes Ecuatoriales del Norte - los Andes de Páramo descritospor Weberbauer (1911) - y los Andes Tropicales o de Puna del Sur. Tanto Carl Troll(1931) como Olivier Dollfuss (1981, 1992) han hecho hincapié en las diferencias enel desarrollo sociocultural paralelo que se dio en estas macroregionesfitogeográficas. Sin embargo, las investigaciones arqueológicas en esta zona detransición son escasas.

La zona de estudio, de aproximadamente 30km², se halla al centro delconjunto de valles que conforman la región de los Conchucos, al este de la CordilleraBlanca (Fig.1). La cuenca del río Yanamayo, afluente principal del Marañón porsu margen izquierda comprende dos valles principales: el Pomabamba al Norte yel Ashnocancha al sur. Este último se halla enmarcado por la Cordillera Blanca aloeste y la altura de Huachucocha, al este y sureste, la separa del valle del Pukcha.Hacia el este numerosas quebradas pequeñas discurren irregularmente por entreel macizo montañoso que separa los valles de los ríos Ashnocancha y Marañón.Los tres valles que componen la mitad sur de la cuenca: Chucpin / Chacapata alsuroeste (Prov. de Asunción), Yurma al noroeste (Prov. de Yungay) y Ashnocanchaal este (Prov. de San Luis) conforman una unidad geográfica en tanto presentanáreas cultivables continuas, es decir, conforman un bolsón agrícola.

En su conjunto la zona de estudio presenta un fuerte declive de norte a sury de oeste a este. El curso del Yanamayo y el Pomabamba es fuertemente encañonadoy entre sus afluentes predominan los valles en «V» de amplia sección transversal.Cejas montañosas menores, más o menos rocosas y empinadas, separan los vallesy hondonadas de los pequeños tributarios. Tal como anotara ya Hans Kinzl en latercera década del siglo XX, buena parte de los sitios arqueológicos de la región seubican a lo largo de estas cejas rocosas y remanentes morrénicos (Kinzl, 1935).

Las cortas distancias entre las diferentes franjas altitudinales, posibles

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Fig. 1. El área del presente estudio comprende la cuenca sur del rio Yanamayo, parte centralde la Región de los Conchucos (Prov. de Asunción, Fitzcarrald y Yungay; Dept. de Ancash).

Las principales zonas de producción se hallan resaltadas (Yunga <2500m; Kichwa 2500-3500m; Suni 3500-4200m; Puna 4200-4800m.)

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gracias a las fuertes pendientes, conllevan un escalonamiento comprimido de pisosecológicos. Actualmente las actividades productivas agropastoriles,complementarias en el sentido de Murra, se practican principalmente a nivelfamiliar aprovechando ecozonas adyacentes. Predominen modalidades deutilización de recursos de tipo microvertical.

Siguiendo los criterios expuestos por Dollfuss (1981: 37 - 52) y considerandoel concepto de zonas de producción de Brush (1977; cf. Mayer, 1996), en este trabajose diferencian cuatro principales zonas de producción. La zona de Puna representalas áreas de pastoreo (4200 - 4800 m) ya que el elevado número de heladas nocturnasimposibilita todo cultivo. Se halla actualmente subexplotada, tanto sobre las faldasde la Cordillera Blanca como en el macizo este. Para la producción de tubérculos yraíces, granos de altura y leguminosas la zona Suni es de especial importancia(3500 - 4200 m), mientras la zona Kichwa (2500 - 3500 m) representa la principalzona de producción de Maíz y Frutales. Hoy las estrategias de producción actualesa lo largo del valle del Yanamayo se centran en las zonas Kichwa y Suni. En lasreducidas extensiones cultivables en el Temple o Yunga, por debajo de los 2500,predomina el cultivo -con riego- de Yuca, Camote, Algodón, Frutas, Caña de Azúcar,Ají y -hasta pocas décadas- coca.

La estructuración macroregional naturalmente representa tan solo unagruesa síntesis de las variables biológicas relevantes -temperatura, humedad einsolación- en cada área específica. La intervención humana determina a nivellocal los límites altitudinales de las zonas de producción. Los valores utilizadosasumen una maximización de la extensión de las zonas de producción hacia unlímite superior económicamente viable2, a la vez que ilustran la representacióncartográfica de las estrategias de ocupación.

EL PROYECTO DE EXPLORACIÓN ARQUEOLÓGICA CONCHUCOS (PEAC)

Los objetivos principales de la investigación arqueológica de campo, realizadaentre 1996 y 1997 fueron tres: documentar una muestra de sitios en una zonarepresentativa para la sierra norcentral del Perú -explorada brevemente por laexpedición arqueológica al río Marañón de la Universidad Nacional Mayor deSan Marcos en 1919 (Tello 1923, 1929, 1930, 1960); registrar la variabilidad de lossitios arqueológicos de la zona y obtener datos para el ordenamiento cronológicode la muestra.

A partir de las localidades de San Luis, Chacas, Pumayucay, Yauya yYanama (Fig. 1) se realizaron caminatas de reconocimientos de uno a cuatro díasde duración en equipos de dos a tres arqueólogos. En total se recorrieron yregistraron sistemáticamente 108 sitios arqueológicos. La selección de fragmentosde cerámica diagnóstica hallados en la superficie ha permitido fechar la ocupaciónde poco más del 60% de los sitios de la muestra.

La interpretación de su distribución se realiza en dos etapas; el panoramade los tipos de sitios hallados da paso a la reconstrucción de la evolución de lospatrones de asentamiento3. Un asentamiento es como un lugar de residencia

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sedentaria con recintos habitacionales. Esta definición es independiente de laubicación, tamaño, forma o número de estructuras y la presencia o ausencia demuros perimétricos, zanjas u otros posibles indicios de funcionalidadespecializada.

La identificación de asentamientos presupone la identificación de rasgosdiagnósticos. Una precondición necesaria para la construcción de viviendas es ladisponibilidad de superficies razonablemente planas. Estas son muy escasas en lazona de nuestro interés, tanto que toda planicie de más de media hectárea recibe elcalificativo de «pampa». La gran mayoría de sitios y el 100% de los asentamientosubicados se hallan sobre superficies artificialmente niveladas, generalmenteaterrazadas con muros de contención de factura variable. Aparte de los recintos yestructuras domésticas también hallamos evidencias de ocupación sedentaria enel material arqueológico: instrumentos de molienda (batanes y manos), tejido (husosy ruecas de mano o piruros), labranza (azadones, porras) y otras herramientas, odesechos de su refacción o producción, así como restos de basura doméstica ycerámica utilitaria. La conjugación de varios indicadores, es pues la que permitirárealizar la identificación preliminar, pues permanecerá hipotética hasta queexcavaciones arqueológicas faciliten datos más precisos.

El primer paso de diferenciación formal de los asentamientos identificadosse basa en su tamaño y ubicación. La ubicación determina en gran medida lamorfología del sitio, pues ésta lleva marcada la huella de la agreste topografía delmedio. La adecuación de la arquitectura al relieve natural determina una granvariabilidad, lo que dificulta una generalización de la arquitectura indígenaserrana. Por su ubicación relativa diferenciamos tres grandes grupos: asentamientosde cima, de ladera y de orilla de río o laguna4. Asimismo diferenciamos tres clasesde sitio según su tamaño.

Los sitios de cima se caracterizan por la presencia de alargadas terrazasedificadas sobre cejas rocosas y la modificación artificial de las cimas, a modo deplataformas, de uno o más promontorios prominentes. Consideramos sugerente laposibilidad que esta apropiación del paisaje esté relacionada con la organizaciónpolítica regional. En los sitios de cima la arquitectura se adapta a la topografía; nohemos hallado afloración rocosa alguna en los sitios investigados, con evidenciasinequívocas de haber sido aprovechada para la extracción de material constructivoo para facilitar la nivelación de superficies. Aparte de representar un ahorro demano de obra la adecuación de planos arquitectónicos al relieve natural sugiereun cierto respeto frente a las afloraciones de la roca madre. La importancia dealgunas de estas grandes rocas o huancas naturales se halla resaltada por muroscircundantes de poca elevación, a modo de pedestales o plataformas, tal comosucede, por ejemplo, en Gotushjirka (SN-6). Una forma particular de asentamientode cima es el bloque constructivo piramidal con relleno intencional - generalmentede rocas - sobre pequeñas colinas o laderas de suave pendiente. El cerro circular o“Pirushtu” de Chacas (Ch-10) es un ejemplo temprano típico.

Los asentamientos sobre ladera se hallan sobre terrazas irregularesedificadas en laderas de pendiente variable y tienden a ser pequeños. Es fácilconfundirlos con las laderas aterrazadas ubicadas inmediatamente al pie de

Alexander Herrera

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228

muchos asentamientos de altura.Los sitios a orillas de ríos y de lagunas presentan particularidades que

llaman la atención. Por un lado tenemos sitios ubicados sobre torrentosos ríos enlos áridos fondos del valle del bajo Yanamayo. Uno de ellos, Yangón (SN-5) sehalla asociado a una fuente de agua salada y a un complejo sistema hidráulico5.Por otro lado, el sitio de Vicroncocha (Y-16), a orillas de la laguna represada delmismo nombre, es un sitio complejo de larga ocupación, asociado sin duda a estenúcleo de infraestructura hidráulica.

Un segundo criterio de diferenciación formal es la segregación -arbitraria-en tres clases de sitios de acuerdo a su tamaño. Cabe anotar que los sitios de lazona son por lo general pequeños. Hemos separado sitios pequeños (menos de0.5Ha), medianos (0.5 - 1Ha) y grandes (más de 1Ha). Pese a las recurrentesocupaciones múltiples que limitan la precisión de esta variable, veremos que existeuna correlación positiva entre la ubicación de los sitios y su tamaño.

PATRONES Y ESTRATEGIAS DE ASENTAMIENTO PREHISTÓRICOS ENLA CUENCA SUR DEL RÍO YANAMAYO

Todo trabajo arqueológico regional depende en gran medida del fechado de laocupación de los sitios estudiados. A falta de excavaciones su datación se realizómediante la analogía estilística con arquitectura y cerámica estudiada conanterioridad. Sin embargo, son pocos los sitios de la sierra norcentral del Perú enlas que se hallan firmes asociaciones entre arquitectura y cerámica que permitandeterminar por analogía la edad de otros sitios, a saber: Chavín de Huántar, Pashash,Copa Grande y Copa Chica, La Pampa así como las galerías subterráneas excavadaspor Wendell Clark Bennett (1944). Mientras éstas asociaciones ofrecen importantespautas, aún no son suficientes para establecer una columna cronológica sólidabasada solamente en la arquitectura.

En la región de los Conchucos hemos podido identificar en la arquitecturaun posible indicador cronológico: la recurrente superposición de muros con diferentetipo de mampostería. En Riway A (SL-14), por ejemplo, observamos que muros demampostería ornamentada, caracterizada por la disposición regular de grandesbloques en muros de pachilla, se hallan superpuestos por muros de mamposteríairregular hechos con piedra mediana canteada, argamasa de barro y que presentanhornacinas rectangulares pequeñas. Estos muros pertenecen a recintos quereestructuran la organización espacial original del conjunto (Fig. 2, Foto 1). Laestructura circular con patio central y recintos alargados a lo largo del contornorealizada con la mampostería ornamentada se ve modificada por la erección derecintos rectangulares en la plaza circular. La disposición de éstos no solo recortael área de la plaza, sino que restringe el acceso hacia la parte superior del sitio.

En Marcahuamachuco muros de mampostería ornamentada similares datande después del siglo VI d.C. (Topic y Topic, 1983-1985: 19ss.). Es probable que losmuros de mampostería ornamentada de Riway B también correspondan a laocupación local del Horizonte Medio. Como demuestra el trabajo de Tschauner (en

Patrones de asentamientos y estrategias de ocupación en el Callejón de Conchucos

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229Alexander Herrera

Fig. 2 Croquis de Riway B (SL-14, valle de Chunya; consolidado con SL-13 en la Fig. 7). Eladosamiento de muros rectos de mampostería burda a los muros ornamentados que conforman el

perímetro de la plaza sugiere una reorganización estructural del área abierta de este asentamiento dealtura, posiblemente durante la segunda mitad del Horizonte Medio o inicios del Intermedio Tardío

(Redibujado de Laurencich et al (2001: Fig. 1) y datos de campo del autor.

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230 Patrones de asentamientos y estrategias de ocupación en el Callejón de Conchucos

este volumen) estudios detallados de la arquitectura y técnicas de mamposteríason fundamentales para comprender las secuencias arquitectónicas y la filiacióncultural de diferentes sitios6.

Para determinar la edad de los períodos de ocupación de los sitiosinvestigados en la cuenca sur del río Yanamayo fue necesario recurrirprincipalmente al análisis de la cerámica recolectada en superficie. Para la dataciónrelativa se utilizaron los resultados publicados de excavaciones estratigráficasrealizadas en la sierra del departamento de Ancash: Chavín de Huántar, WamanWain y Pójoc en el valle del Pukcha, Willkawaín, Huaricoto, Pashash y La Pampaen el Callejón de Huaylas. Sin embargo, dada la escasez de material comparativopara períodos posteriores al Período Intermedio Temprano fue necesario recurrir ala seriación de cerámica de superficie proveniente de 56 sitios de la región deHuamachuco realizada por John P. Thatcher (1972, 1972-74, 1977, 1979).

Gracias al análisis del material diagnóstico recuperado en superficie fueposible estimar los períodos de ocupación de 67 de los 108 sitios arqueológicosregistrados durante el PEAC. A partir de la reconstrucción de los patrones deasentamiento, según la periodificación estándar para el área andina, se procederáa dirimir las estrategias de asentamiento subyacentes.El Horizonte Temprano

Tres de los diez asentamientos del Horizonte Temprano presentan una ocupaciónprevia (Fig 3). Chenchá (Ya-6), Pirushtu de Chacas (Ch-10) y Tukush (SL-19), este

Foto 1. Detalle de la superposición de muros en la plaza sur de Riway B (SL-14; vista hacia el suroeste)

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231

último mencionado ya por Tello (1960), presentan ocupación del Período Inicial.Llama la atención que estos sitios se hallan en la mitad oeste de la cuenca. Duranteel Horizonte Temprano también apreciamos una mayor densidad de sitios en estesector.

Si observamos la ubicación altitudinal de estos sitios (Fig. 4) notamos quetodos se ubican entre los 3100 y los 3500m. Hay una clara tendencia hacia laocupación de zonas bajas, donde los asentamientos se hallan alrededor depequeños montículos, quizás piramidales, cerca al piso del valle (Pirushtu deChacas (Ch-10), Pirushtu de Huallin (Ch-15), Chakabamba (Ch-21) o a medialadera (Cerro Cocha (SL-11). También hallamos sitios sobre prominentes elevacionescomo el imponente Gatinjirca (Ch-16) por encima de Pampash, Chacas, Tukush(SL-19) en San Luis, Mayucapilla (P-7) en Pumayucay y Achucay (Ya-5) y Chenchá(Ya-6) cerca a Yanama. Dos de los sitios de mayor volumen constructivo, Pirushtude Chacas (Foto 2) y Chakabamba (Foto 3), dominan la confluencia de dos ríos, aligual que el pequeño Pirushtu de Huallin. Es muy sugerente que en estos tres casospor lo menos uno de los valles conduce a abras o pasos sobre la Cordillera Blanca7

En términos económicos el patrón de asentamiento del Horizonte Tempranoindica una utilización primaria de la ecozona Kichwa. De esta observación sedesprende la necesidad de la interacción entre asentamientos ubicados endiferentes alturas para la apropiación de los recursos de ecozonas complementarias.Pirushtu de Huallin (Ch-15), sitio ubicado en la transición Kichwa-Suni, se halla apocas horas de camino tanto de Chakabamba (Ch-21) como de Pirushtu de Chacas(Ch-10). Concluimos que el sitio menor ubicado en el ecotono representa un posiblesatélite, Esta situación es inversa a aquella observada en el valle del Pukcha (Burger1982).

Si tomamos en cuenta la calidad de los suelos en las inmediaciones deestos sitios, notamos que la mayoría de los sitios más grandes se hallan cerca aamplias extensiones de suelos de alta calidad en la ecozona Kichwa. A excepciónde Gatinjirca (Ch-16), ubicado sobre una prominente y perpendicular mole rocosa,los asentamientos mayores de la cuenca no presentan una ubicación ecotonal. Sinembargo, cuatro sitios de este período: Pirushtu de Huallin (Ch-15), Gatinjirca (Ch-16), Tukush (SL-19) y el Pirushtu de Ishanka (SL-17), si presentan una ubicaciónecotonal entre las ecozonas Suni y Kichwa. Desde estos asentamientos la labranzade tierras ubicadas en dos ecozonas complementarias puede realizarse sin lanecesidad de recorrer grandes distancias. Una producción de subsistenciabásicamente autárquica es factible dentro de un área restringida. Dado que no sehallaron asentamientos pequeños en ecozonas complementarias en lasinmediaciones de estos sitios consideramosque sus habitantes practicaban unaestrategia microvertical de aprovechamiento de recursos.

En resumen, el patrón de asentamiento temprano de la sierra norcentral secaracteriza por dos tipos de asentamiento: montículos artificiales y asentamientossobre cejas montañosas aterrazadas, de altura moderada. Hay una clara tendenciahacia la ocupación de lomas o cejas a media altura del valle, preferentemente en lazona Kichwa. Los sitios mayores se hallan cerca a grandes extensiones de tierrasagrícolas de alta calidad. alta calidad. Las pirámides y plataformas artificiales

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232

Fig. 3 Ubicación de asentamientos del Horizonte Temprano (c. 900 - 200 a.C.) identificadosen la zona de estudio; los rombos vacios indican asentamientos con ocupación previa

(Período Inicial c. 1800 - 900 a.C.)

Patrones de asentamientos y estrategias de ocupación en el Callejón de Conchucos

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233Alexander Herrera

Foto 2. Pirushtu de Chacas (Ch-10; confluencia de los ríos Arma y Chacapata; vista hacia elNoreste): Plataforma monumental piramidal (Período Inicial, Horizonte Temprano, PeríodoIntermedio Temprano) en la ecozona Kichwa. En segundo plano Wawanjirca (Ch-6), sitio de

altura de inicios del Período Intermedio Tardío.

Foto 3. Chakabamba (Ch-21; confluencia de la quebrada Juitush y el río Chacapata):Plataforma monumental (Horizonte Temprano, Horizonte Medio) en la ecozona Kichwa.

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234

emplazadas en áreas mas bien planas -incluyendo Chavín de Huántar- pertenecena este grupo. A excepción de Gatinjirca (Ch-16) los sitios de ubicación ecotonalson más pequeños que los de fondo de valle. Simultáneamente, se aprecia unasituación estratégica con respecto a rutas de tránsito.

Dos estrategias de asentamiento de tipo microvertical se desprenden deestas observaciones: Por un lado estrategias de orientación vertical con centrosubicados en el ecotono, y por el otro grandes centros en la zona Kichwa conasentamientos periféricos menores ubicados a poca distancia.

Patrones de asentamientos y estrategias de ocupación en el Callejón de Conchucos

P-7

Ya-8Ya-5

Ch-21

Ch-16Ch-15

Ya-6SL-11

Ch-10SL-19

2000

2500

3000

3500

4000

0 2 4 6 8 10 12

Sitios arqueológicos

Elev

ació

n (m

.s.n

.m.)

Fig. 4. Asentamientos con ocupación durante el Período Inicial (c.1800-900AC) y elHorizonte Temprano (c.900-200AC) identificados en la cuenca sur del río

Yanamayo; leyendas en cursiva indican sitios con ocupaciónen ambos períodos

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235Alexander Herrera

El Período Intermedio Temprano

Entre los 22 asentamientos establecidos durante el Intermedio Tempranoencontramos varios de los más extensos hallados en la zona, entre ellos Cashajirca(SL-11) cerca de San Luis, Pirurujirca (P-11) en las inmediaciones de Pumayucay eIngaragá (Y-5) y Marcajirca (SN-1) a lados opuestos de la quebrada Maribamba enYauya. Ocho del total de 30 asentamientos presentan ocupación previa.

Los sitios de este período (Fig. 5) se diferencian en dos grupos morfológicos.Predominan sitios sobre cimas rocosas con aterrazamiento de las laderas superioresy plataformas sobre las cimas. Los muros de contención presentan bases de grandesrocas de forma regular dispuestas con la cara plana hacia afuera. El relleno de lasplataformas se compone de rocas medianas. En Maria Huayta (P-10) se observarondos recintos con muros de grandes lajas que, por la cerámica en superficie, parecencorresponder a este período. El segundo grupo de sitios se caracteriza porasentamientos sobre laderas de pendiente variable. Son características lasestructuras circulares de tipo kancha con recintos organizados entorno a un patiocentral cuadrangular o circular.

El tamaño de los asentamientos de altura varia mucho: Cerro Matías (SL-4) o Cerro Chiripi (SLB-4) son sitios muy pequeños mientras Cashajirca (SL-1) oPirurujirca (P-11) tienen decenas de hectáreas de extensión. En los grandesasentamientos con ocupación anterior como Pirushtu de Chacas (Ch-10), Waytajirca(Ya-8) o Gatinjirca (Ch-16) parece darse una reorganización y desplazamiento delárea principal de asentamiento.

Al observar el emplazamiento de los asentamientos mayores a lo largo dela cuenca, su distribución regular resulta evidente. Esta regularidad contrasta consu ubicación altitudinal (Fig. 6), la cual permite reconocer tres grupos. Del primergrupo, conformado por grandes centros ubicados en la zona Kichwa, la mitadpresenta una ocupación previa. El segundo grupo lo conforman tres grandes sitiosen la transición Kichwa-Suni (Ya-9; Ya-10; P-11). El tercer grupo se compone dedos grandes sitios mencionados anteriormente: Marcajirca (SN-1) e Ingaragá (Y-5)se ubican en la ecozona Suni.

Sitios pequeños y medianos se encuentran exclusivamente en las partesbajas, en la zona Kichwa. Comparando el patrón de asentamiento con el del períodoanterior, la mayoría de asentamientos se halla por debajo de los 3500m y es notoriauna tendencia hacia la ocupación de zonas más elevadas. El número deasentamientos se triplica, por lo que es razonable pensar en un incrementopoblacional. También llama la atención la ubicación de la mayoría de asentamientosen la mitad este de la cuenca. Mientras sólo una parte de los asentamientos mayoresse ubican sobre el ecotono todos los sitios del Horizonte Temprano establecidos enla transición Suni-Kichwa presentan una ocupación continua.

De lo expuesto se desprenden tres estrategias de asentamiento y utilizaciónde recursos complementarios, de tipo microvertical. Primeramente tenemos, en lamitad sur de la cuenca, el patrón identificado previamente en el HorizonteTemprano con concentración poblacional en la zona Kichwa (SL-1; Ch-10, P-6 yprobablemente P-1) con pequeños asentamientos satélite (SL-4, SLB-4, P-7) en elecotono superior.

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236 Patrones de asentamientos y estrategias de ocupación en el Callejón de Conchucos

Fig. 5 Ubicación de los asentamientos del Período Intermedio Temprano(c.200 a.C. - 600 d.C.) identificados en la zona de estudio.

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237

Seguidamente tenemos, en la mitad norte de la cuenca, un incrementopaulatino en el tamaño de los sitios con los centros mayores ubicados en latransición Kichwa - Suni (P-11, Ya-10/11) y sitios periféricos en las ecozonasadyacentes (P-10, Ya-5 y -probablemente- P-9). A diferencia de este patrón deasentamiento, que también representan una continuación del patrón deasentamiento del Horizonte Temprano, en la parte noreste de la cuenca surge, en elPeríodo Intermedio Temprano, una tercera modalidad de organizaciónsocioeconómica.

Marcajirca e Ingaragá son los únicos dos centros mayores ubicados en lazona Suni. Su importancia es evidente no sólo por su gran extensión y la elaboraciónde las ocupaciones posteriores sino también por su ubicación sobre espolonesrocosos muy prominentes y - en el caso de Ingaragá - por la presencia de arte lítico.Campanayoq (Y-12) es también un importante centro del Período IntermedioTemprano. Este sitio se halla ubicado en la zona Kichwa al pie de Ingaragá, ydestaca no sólo por su gran extensión sino por la presencia de arte lítico. El patrónde asentamiento en la zona de Yauya se caracteriza, entonces, por dos grandescentros ubicados en las ecozonas Kichwa y Suni. Su ubicación complementariasugiere una especialización interdependiente de la producción agro-pastoril.

De ser correcta esta hipótesis otro gran centro podría hallarse al pie deMarcajirca, quizás en las inmediaciones -aún no prospectadas- de la haciendaMaribamba. También es posible que este caso atípico corresponda a factoresparticulares de índole macroregional, vinculados a esta localidad. Cabe recordarque el camino Inka desciende por la quebrada Maribamba antes de cruzar el ríoYanamayo y es posible que un cruce sobre el Yanamayo halla existido cerca a estelugar en el Intermedio Temprano.

Resumiendo, puede anotarse para el Período Intermedio Temprano una

Alexander Herrera

SL-19

Ch-10

Ya-6

SL-11

Ch-15Ch-16

Ch-21 Ya-5 Ya-8 P-7

2000

2500

3000

3500

4000

0 2 4 6 8 10 12

Sitios arqueológicos

Elev

ació

n (m

.s.n

.m.)

Fig. 6. Asentamientos con ocupación durante el Período Intermedio Temprano (c.200AC-600DC) identificados en la cuenca sur del río Yanamayo

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238

marcada continuidad del patrón de asentamiento anterior con un mayor énfasisen la ocupación de la transición Kichwa-Suni. Igualmente, se constata unincremento poblacional y una mayor importancia de la ocupación sobreprominentes cejas rocosas. Las estrategias de asentamiento utilizadas, fueron tres,todas de poca amplitud: la primera centrada en el fondo de valle, en la zona Kichwa;la segunda con centros en el ecotono Kichwa-Suni; y la tercera -quizás atípica- concentros interdependiente ubicados plenamente en las ecozonas Kichwa y Suni.Sugerimos que los cambio observados responden a una diversificación de laproducción agrícola de subsistencia en el entorno de los grandes centros, con unabase económica similar a la del Horizonte Temprano.

Los datos obtenidos en la cuenca sur del Yanamayo no sustentan lahipótesis de Joan Gero según la cual en la transición entre el Horizonte Tempranoy el Período Intermedio Temprano se daría un gran cambio social, visible en elcambio de centros ceremoniales complejos ubicados en fondo de valle haciaasentamientos de altura de menor elaboración (Gero, 1991). En el Período IntermedioTemprano no solamente tenemos sitios muy grandes y complejos, sino que ya en elHorizonte Temprano existen sitios de altura menores y por lo menos un sitio degrandes dimensiones. Más allá de esto, es imposible descartar una funciónceremonial-religiosa para los sitios de cima, aunque los indicios se limiten, enCashajirca (SL-1) a la presencia de mampostería elaborada, escultura lítica,materiales exóticos (crisocola y obsidiana) y galerías subterráneas.

El Horizonte Medio

Al menos la mitad de los 26 asentamientos del Horizonte Medio presentanocupación anterior (SL-1, Ya-8, Ya-9, Ya-11, Ya-18, P-1, P-6, P-7, P-11, Y-5, Y-7, Y-11, Y-12 y SN-1) y tres de ellos (Ya-8, P-7 y Ch-21) se remontan al HorizonteTemprano. Una marcada continuidad es reconocible a primera vista (Fig. 7). Talcomo sucede en el valle alto del Mantaro (Parsons y Matos, 1978; Earle, D‘Altroy yLeblanc, 1978) no es posible identificar influencia Wari en la región de Conchucos.En la cuenca sur del Yanamayo no se ha identificado cerámica ni arquitecturaindicativos de una presencia Wari, situación similar a aquella de en el valle delPukcha (Ibarra: en este volumen).

El fechado de los sitios de este período se basa en la seriación de cerámicade Huamachuco realizada por John Thatcher, así como en las excavaciones ydataciones absolutas relacionadas con el estilo «post-Recuay» Usú del sitio dePashash (Grieder, 1978). Se han hallado asimismo fragmentos del «estilodesconocido» del Horizonte Medio que Burger (1982) identificara en el valle delPukcha.

A base de una muestra de fragmentos se ha definido tentativamente el grupoestilístico Gotush, un posible estilo regional de este período. Por el momento haydos formas de vasijas atribuibles a este grupo estilístico: cuencos semiesféricos ycántaros globulares de cuello corto y fuertemente evertido. Las vasijas se hallandecoradas con motivos monócromos ejecutados con líneas marrones y rojas y

Patrones de asentamientos y estrategias de ocupación en el Callejón de Conchucos

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239Alexander Herrera

Fig. 7. Ubicación de los asentamientos del Horizonte Medio (c.600-1000DC) identificados enla zona de estudio. El sitio Ya-9 (Kollok) se halla sobre la confluencia de las quebradas

Vaquería y Huaripampa.

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240

punteado. Se trata de motivos geométricos, frecuentemente entrelazados, ejecutadostanto en el interior como al exterior de los cuencos. La distribución de los elementosde relleno y la variación entre los motivos pintados en ambas superficies de loscuencos producen contrastes marcados. La cerámica del grupo Gotush guardagran similitud con aquella del estilo Usú de Pashash, así como con cerámica delHorizonte Medio de Chota (Shady y Rosas, 1980:36). Elementos decorativossimilares se encuentran también en sitios del Callejón de Huaylas (Lau 2002, eneste volumen y com. pers.) y en la sierra central.

En lo que respecta a la arquitectura, las diferencias morfológicas entre lossitios del Horizonte Medio ubicados sobre crestas rocosas y laderas se asemejan aaquellas discutidas ya para el Período Intermedio Temprano. Sin embargo, enChagastanán (Ch-9), Cashapatac (Ch-20) y Riway-A (SL-13) las laderas y crestasson más escarpadas y se hallan a mayor altura. En el Horizonte Medio se produceun leve pero notorio desplazamiento del rango de altitudinal de los asentamientosprincipales (Fig. 8). De los once centros que no presentan una ocupación previa,nueve se hallan por encima de los 3500 m. Catorce de los dieciséis sitiosabandonados se hallan por debajo de los 3500 m. de altura.

A excepción de Mayucapilla (P-7) los sitios del Horizonte Temprano nopresentan evidencia de ocupación durante el Horizonte Medio. Concluimos que laconcomitante estrategia de asentamiento centrada en la zona Kichwa, más bienespecializada y dependiente del intercambio con sitios más altos, es abandonadadurante el Intermedio Temprano, extinguiéndose a fines del Horizonte Medio.

La segunda estrategia de asentamiento practicada durante el HorizonteMedio también es de tipo microvertical. Aunque la mayoría de asentamientosmayores ubicados en la transición Kichwa-Suni presentan una ocupación previa,cabe resaltar la buena conservación de dos asentamientos periféricosespecializados: Yangón (SN-5) como sitio de producción de sal (Foto 4) y Ultupampa

Patrones de asentamientos y estrategias de ocupación en el Callejón de Conchucos

Y-4

SN-6

SN-5

Y-2SLB-5

Ya-6Ya-4

SL-22

SL-17

SL-13

Ch-21

Ch20

Ch-9

Ch-4

2000

2500

3000

3500

4000

0 2 4 6 8 10 12 14 16

Sitios arqueológicos

Elev

ació

n (m

.s.n

.m.)

Fig. 8. Asentamientos con ocupación durante el Horizonte Medio (c.600-1000DC)identificados en la cuenca sur del río Yanamayo

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241Alexander Herrera

Foto 4. La sal de Yangón (SN-5; valle del Yanamayo) continúa siendo aprovechada a pequeñaescala en la actualidad. Excavaciones posteriores al PEAC indican que su uso intensivo se

remonta al Período Intermedio Temprano.

(SL-6), un pequeño sitio con corrales ligado al manejo de ganado. Estos sitiosponen en evidencia la existencia de estrategias, plenamente desarrolladas, de tipomicrovertical o de «archipiélago comprimido».

El tercer tipo de estrategia de asentamiento se ve reflejado en la continuidadde ocupación en las ecozonas Suni en Ingaragá (Y-5) y Kichwa en Campanayoq(Y-12), sitios mencionados anteriormente.

Más allá de las tres estrategias de asentamiento identificadas en el patrónde asentamiento del Período Intermedio Temprano, en el Horizonte Medio se perfilauna cuarta estrategia centrada en la explotación de las zonas altas, notablementelas partes más altas de la región Suni. La ubicación de Riway A y B (SL-13 y SL-14)y de Chagastanán (Ch-9), por ejemplo, sugiere una mayor explotación agrícola dela zona Suni, así como de los pastizales de Puna. Como ejemplos podemos recordarlos corrales de piedra de Ultupampa, mencionados líneas arriba. Asimismo, hayindicios de una intensificación de la producción agrícola en las zonas de altura.Esta intensificación se ve reflejada en la gran cantidad de colcas de piedra que sedistribuyen a lo largo de grandes extensiones de tierras cultivables, por ejemplo enlas laderas cercanas a Riway A y B. Los ordenados montículos de piedra, de hasta3m de diámetro y 2m de altura, son el producto de una limpieza de campos decultivo realizada -y quizás incluso organizada- a gran escala.

Resumiendo, las tres estrategias de asentamiento anteriores sufren unaprofunda reestructuración durante el Horizonte Medio. El foco de ocupación setraslada por encima de los 3500 m, con grandes asentamientos hasta cerca de los

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242

4000 m. La diversificación de la producción, reflejada en la distribución altitudinalde los asentamientos, y la concomitante intensificación del uso de las zonas másaltas es un proceso que se intensificará durante el Período Intermedio Tardío,acompañado de una concentración de la población en centros mayores.

El Período Intermedio Tardío

A excepción de los sitios de filiación Inka por el momento no es posible diferenciarsitios del Período Intermedio Tardío y del Horizonte Tardío que no presenten rasgosInka. Por lo tanto, los sitios de filiación local, es decir no Inka, de ambos períodosse considerarán conjuntamente. Como veremos, pese a ser parcialmente contemporáneosla estrategia de asentamiento Inka es muy diferente y merece trato aparte.

En primer lugar es notorio el menor número de sitios. De los diecinueveasentamientos de este período identificados en el área de estudio, siete presentanuna ocupación previa. Solamente tres se remontan al Período Intermedio Temprano(Fig. 9). La mayoría la conforman nuevos asentamientos en escarpadas cimasrocosas de gran altura (Foto 5 y Foto 2).

La diferenciación morfológica de los asentamientos comprende, al igualque en el Horizonte Medio, grandes asentamientos de altura y pequeñosasentamientos de ladera (Ch-20, Ch-4 y probablemente Ch-1, SL-5, SL-9, SL-10). Essugerente que los sitios más altos del Período Intermedio Tardío son a la vez losmás grandes.

La mayor importancia económica de las zonas de producción más elevadasse refleja en los patrones de asentamiento del Horizonte Medio y del PeríodoIntermedio Tardío en particular. En el Período Intermedio Tardío predominan losgrandes sitios de altura - patrón de asentamiento descrito también para regionesaledañas (p.ej. Hastings 1985, 1987). La estrategia de asentamiento subyacente secentra ya no en el ecotono Kichwa-Suni (Fig. 10), sino en la transición Suni-Puna(aprox. 4200 m.). La continua ocupación de los sitios del Horizonte Medio y deasentamientos medianos en el ecotono Kichwa-Suni se explicaría por la necesidadde usufructuar las zonas ecológicas complementarias más bajas. Esta continuidades de esperarse, sobre todo cerca a grandes extensiones de tierras de cultivo de altacalidad. La diferencia fundamental con respecto a los períodos anteriores al sigloXII es la falta de sitios mayores en la zona Kichwa.

A diferencia del valle del Mantaro (Hastorf, 1993) los asentamientos pequeñosen los Conchucos indican que no hubo en esta región sociedades con un nivel decentralización comparable a la de los asentamientos Wanka de la sierra central, locual concuerda con la falta de evidencias para sistemas de tipo archipiélago. Elpatrón de asentamiento del Período Intermedio Tardío recuerda más bien aquel delos Tarama y Chinchaycocha en la vertiente oriental de los Andes Centrales descritopor Charles Hastings (1985).

Aunque no hay evidencias de una jerarquía de asentamientos definida, laexistencia de asentamientos muy extensos en zonas poco propicias para laagricultura, como Ch-14 por ejemplo8, dejan abierta la posibilidad de que sociedades

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243Alexander Herrera

Fig. 9. Ubicación de los asentamientos del Período Intermedio Tardío y del Horizonte Tardío(c.1000-1532DC) identificados en la zona de estudio.

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locales del Período Intermedio Tardío hayan estado en capacidad de controlarislas o enclaves apartadas en ecozonas complementarias.

La Presencia Inka

Los cinco sitios con ocupación Inka (Hu-1, SLB-10, SLB-11, Y-5 (sectores A y B) y Y-179) se hallan a lo largo del camino Inka principal10. El Qhapaqñan discurre de sura norte por la parte más alta de la cadena montañosa que delimita la cuenca delYanamayo hacia el este. Conjuntamente con los cinco sitios directamente asociadosconforman la más clara expresión de la presencia Inka en la región, presenciaimperceptible en la mitad oeste de la cuenca11.

Al igual que buena parte de los asentamientos locales del Período IntermedioTardío, tres de los asentamientos Inka han sido erigidos sobre superficiespreviamente desocupadas. Se trata de tres tambos Cuchicorral o Cuchitambo -sobre el límite norte de la vecina cuenca del Puchka-, Pallahuachanán (SLB-11) eIngaragá (Y-5, sectores A y B). Asimismo hallamos un pequeño Chaskiwasiasociado al camino (SLB-10) así como de un sitio con infraestructura agrícola(Waricanga). La ubicación de estos sitios por encima de los 3950 m.s.n.m, sugiereuna marcada preferencia por asentamientos de gran altura. Sin embargo, laexistencia de dos sitios cerca al fondo de valle, un pequeño sitio aparentemente

Patrones de asentamientos y estrategias de ocupación en el Callejón de Conchucos

Foto 5. Sitios de nucleo habitacional denso con rasgos defensivos ubicados sobre el ecotonoSuni-Puna (4000 m.) vistos desde Quishuar (Ya-21): Saguan Punku (Ya-14) y Huallan (Ya-

10) presentan y Pueblo Viejo (n.v.); margen sur del río Yurma.Presentan ocupación del Intermedio Tardío; en Quishuar se detectó arquitectura mortuoria y

pública (¿ceremonial?) del Horizonte Medio. Vista hacia el Este (Distrito de Yanama, Provincia de Yungay)

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asociado al puente colgante sobre el Yanamayo y el deteriorado Tambo Real deHuancabamba, más bien indican que la varible principal es el curso del camino en sí.

La ubicación de los sitios Inka presenta una singular regularidad en tantose hallan mayormente en zonas alejadas de buenas tierras de cultivo y de losasentamientos locales. Las excepciones son también interesantes. El Tambo Realde Huancabamba, único sitio Inka en el que se hallan sillares de acabadoalmohadillado, se encuentra en las tierras cultivadas por los vecinos del pueblo deRayán, en la cabecera de la quebrada Maribamba. Por otro lado, los sectores A y Bde Ingaragá forman parte de un extenso sitio local con ocupación contínua desdeel Período Intermedio Temprano.

Estos indicadores arqueológicos de una economía a gran escala contrastancon el patrón de asentamiento local que evidencia a su vez una organizaciónsocioeconómica diferente. La estrategia de asentamiento Inka sugiere un mayorinterés por el control de la infraestructura vial que por el control de la población ode los recursos locales. Esto concordaría con la inexistencia de una presencia Inkaen la mitad oeste de la cuenca. También podría explicar la presencia del grancomplejo hidráulico de Vicroncocha, hoy destruido. La represa, deaproximadamente 3000 m² de extensión, formaba la pieza central del sistema deirrigación de la vertiente oeste del valle de Maribamba. Los excedentes de laproducción de esta zona podrían fácilmente haber llenado los depósitos yalimentado a la población de los asentamientos asociados al Qhapaqñan. Sinembargo, para sustentar esta hipótesis, la cual derivamos de la informaciónetnohistórica, será necesario estudiar con detenimiento sitios como Ingaragá, enlos cuales hallamos dos tipos de ocupación del Horizonte Tardío (local e Inka) eintentar entender la relación entre ambas poblaciones. En este contexto laorganización de la producción especializada de sal en Yangón (SN-5) es departicular interés. La sal es un producto de intercambio por excelencia. El nivel decontrol Inka sobre este recurso clave puede ayudarnos a comprender el carácter dela relación entre los grupos locales y el estado, así como el nivel de control delestado sobre la producción de recursos de importancia regional.

A MODO DE CONCLUSIÓN

Los cambios en los patrones de asentamiento prehistóricos en la cuenca sur del ríoYanamayo se han delineado aquí a partir de la perspectiva de la producciónagrícola. Se identificaron cuatro modalidades de organización socioeconómica detipo microvertical notándose en diferentes períodos la práctica simultánea dealgunas. También se esboza la importancia relativa de cada estrategia entre elHorizonte Temprano y el Horizonte Tardío, aproximadamente entre 1000 a.C. y1532 d.C. Para concluir, deseo incidir en algunos puntos sobresalientes de la historiade la ocupación de la cuenca sur del río Yanamayo.

Los primeros agricultores sedentarios de la zona prefirieron asentarse enlas cercanías de suelos de alta calidad en la cálida zona Kichwa. En el HorizonteTemprano se encuentran asimismo asentamientos más pequeños en ecozonas más

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246 Patrones de asentamientos y estrategias de ocupación en el Callejón de Conchucos

elevadas. Sugerimos que se hallaban vinculados a los centros de las partes bajasmediante su producción complementaria. Conjuntamente con la aparición decentros mayores en la transición Kichwa-Suni, esto indica que estrategias deocupación de tipo microvertical ya se hallaban plenamente desarrolladas en elprimer milenio a.C.

Parece haber una correlación positiva entre la extensión de los sitios y lasáreas cultivables a su alrededor. Asimismo, la ubicación de los centros mayorescerca a la confluencia de ríos se halla ligada a rutas de tránsito interregionales.Suelos, clima y rutas de tránsito serían entonces tres de los factores económicosdeterminantes para la ubicación de los sitios tempranos.

Durante el Período Intermedio Temprano la ubicación de sitios mayorescerca al ecotono Kichwa-Suni, paralelamente a la continua ocupación deasentamientos anteriores, indica un mayor énfasis en estrategias microverticales.La concomitante diversificación de la producción agrícola se encuentra ligada aun incremento poblacional, evidenciado en el incremento de la cantidad de sitios.Sin embargo, la alta frecuencia de asentamientos menores en las partes bajas sugiereque la base económica continuó siendo el cultivo en la ecozona Kichwa. Resultaatípica la ubicación de dos grandes asentamientos en la zona Suni, al noreste de lazona de estudio. Dado que esta zona no presenta factores climáticos o suelosparticularmente fértiles, el patrón no se explica fácilmente desde el punto de vistade la producción agrícola, aunque podría responder a un tipo de estrategia deasentamiento especializada. Nuestra hipótesis alternativa, de corte geopolítico,considera que un importante cruce sobre el río Yanamayo existía en las

Y-5A/BCh-14

Ch-19

SL-15

Ya-2

Ya-12SLB-12

SLB-9

SLB-13Hu-1

SLB-10 SLB-11

2000

2500

3000

3500

4000

0 2 4 6 8 10 12 14

Sitios arqueológicos

Elev

ació

n ( m

.s.n

.m.)

Fig. 10. Asentamientos con ocupación durante el Período Intermedio Tardío (c.1000-1476DC)y el Horizonte Tardío (c.1476-1532DC) identificados en la cuenca sur del río Yanamayo;

leyendas en cursivas indican sitios con rasgos arquitectónicos de filiación Inka; los sectores C,D y E de Y-5 presentan ocupación durante el Intermedio Tardío.

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inmediaciones de la desembocadura de la quebrada Maribamba muchos siglosantes de la construcción del puente colgante Inka.

El patrón de asentamiento del Horizonte Medio es muy semejante a aquéldel Intermedio Temprano. Corresponde a un grupo de estrategias de asentamientoque aprovechan todos los pisos altitudinales pero que en su conjunto ponen mayorénfasis en las zonas de producción más elevadas. Durante esta época hallamos lasprimeras evidencias de pastoreo intensivo y de la habilitación de áreas de cultivoen la ecozona Suni. La ubicación de los asentamientos mayores en el ecotonoKichwa-Suni y la ocupación de pequeños asentamientos especializados comoYangón o Ultupampa ejemplifican la estrategia microvertical característica de esteperíodo.

En el Período Intermedio Tardío ocurre una concentración de la poblaciónen asentamientos, con frecuencia fortificados, ubicados por encima de la fronteraagrícola actual. El patrón de asentamiento representa un rompimiento deldesarrollo previo y es en cierta medida una inversión del patrón del HorizonteTemprano: la diversificación e intensificación de la producción en las ecozonasSuni y Puna contrasta con una aparente ocupación tenue y dispersa en la ecozonaKichwa.

Finalmente, la presencia Inka en la región se halla restringe a lasinmediaciones del Qhapaqñan12. Sus asentamientos, alejados de principales zonasde producción agrícola y de la mayoría de asentamientos locales reflejan unaorganización económica más amplia y una preocupación por el control yadministración del camino. La ubicación de dos sitios -no estudiados en detalle-sugiere asimismo una producción agrícola en ecozonas complementarias,incluyendo la intensificación de la producción mediante la construcción deinfraestructura de riego.

En la zona de transición entre los Andes Tropicales del sur y los AndesEcuatoriales del norte no hay indicios arqueológicos para la existencia deestrategias de ocupación de tipo macrovertical o archipiélago. El único posibleejemplo de una estrategia de tipo especializada son los sitios de altura cercanos ala ciudad de Yauya. Mientras este caso -singular en cuanto el escalonamiento delas zonas de producción no apoya la existencia de sistemas de este tipo- requieremayor atención, cabe preguntarse acerca del desarrollo histórico y la distribuciónde las estrategias de asentamiento especializadas. Nos referimos concretamente asu relación con el desmembramiento de territorios étnicos durante el períodocolonial.

Los patrones de asentamiento de la cuenca sur del río Yanamayo se asemejan ala situación documentada en el Siglo XVI en los Andes Ecuatoriales, por lo menoshasta el Período Intermedio Tardío. Esta observación sugiere la existencia demecanismos desligados del «control vertical» para acceder a recursos foráneos y seránecesario desarrollar y aplicar metodologías y técnicas adecuadas para diferenciar enel registro arqueológico las modalidades de intercambio y comercio practicadas.

La relación entre el desarrollo de las modalidades de organizaciónsocioeconómica y la paleogeografía del medio, especialmente la historia de lavegetación y del paisaje, se halla íntimamente ligada a la conceptualización del

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mismo. El ser humano prehistórico ha dejado huellas indelebles en el paisaje. Lasiniciativas agrícolas han transformado un paisaje predominantemente boscoso(Tosi, 1960) en un paisaje cultural caracterizado por pequeñas parcelas de labranzacon terrazas de cultivo, canales de riego y caseríos dispersos. Es imperativo estudiarel proceso de cambios antropógenos no sólo para entender mejor el marco geográficoen el que se desarrollaron estas culturas, sino también para poder ofrecer pautaspara la planificación del desarrollo rural actual.

Por el momento no podemos descartar cambios climáticos como posiblesfactores importantes para explicar los cambios observados en los patrones deasentamiento. Hay fuertes indicios que apoyan este tipo de hipótesis, al menospara la transición entre el Horizonte Medio y el Período Intermedio Tardío (Seltzery Hastorf, 1990). No obstante se requieren más estudios como los que se vienenrealizando en la sierra del Ecuador y la sierra sur del Perú (Hooghiemstra et. al.1997, Chepstow-Lucy et. al. 1997, 1998) antes de entender bien el desarrollo delclima y la vegetación local de la zona de transición entre los Andes Tropicales yEcuatoriales. Concordamos con Seltzer y Hastorf (1990) en que la importancia decambios climáticos radica en su potencial para agudizar los conflictos socialespreexistentes precipitando quizás decisiones políticas como el abandono de unasentamiento o el establecimiento otro en un nuevo lugar. Las implicanciassociopolíticas e ideológicas de los cambios en las estrategias de ocupaciónidentificadas en la cuenca sur del Yanamayo, así como los vínculos con regionesvecinas son materia de investigaciones en curso.

Agradecimientos

El trabajo de campo en la cuenca sur del Yanamayo (temporada 1996) se realizó ainstancia de Luis Lumbreras y fue posible gracias a una beca de estudios Nafögotorgada por el gobierno de la República Federal de Alemania. No se hubierapodido llevar a cabo sin el esforzado apoyo de los arqueólogos Julio Colque Tula(UNMSM) y Carmen Pérez Maestro (U. Complutense). Mi sincero agradecimientoa mi profesor Jürgen Golte y a Peter Kaulicke por su apoyo, sus críticas ycomentarios. Gracias también a las instituciones que tan gentilmente apoyaronnuestra labor, en especial la Municipalidad Provincial de San Luis, las parroquiasde Chacas, Yanama, Pumayucay, Yauya y Sapchá, el Centro Don Bosco de SanLuis y el Museo Regional de Huarás. A todos los habitantes del Callejón deConchucos les quedo agradecidos por la hospitalidad y el calor humano que nosbrindaron. Finalmente, agradezco las sugerencias de mis amigos Mario Advínculay Kevin Lane y a los colegas del Instituto Cultural Rvna por permitir unapublicación adecuada de este trabajo. Los errores y omisiones que restan en él son,por supuesto, de mi exclusiva responsabilidad.

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Notas

1 El presente trabajo es la versión completa y corregida del borrador obtenido y publicadosin conocimiento ni la aprobación del autor por el comité editorial del tomo II de lasActas del XII Congreso Peruano del Hombre y la Cultura Andina realizado en Huamanga,Ayacucho en Octubre de 1999.2 Es posible que en algunas zonas no se de una maximización de la producción agrícolaen desmedro de la producción pecuaria, sino al revez (agradezco a Kevin Lane por estecomentario).3 Lo desconocido de la arquitectura prehispánica de la zona y la conservación de rasgosarquitectónicos en superficie dificulta aún la identificación certera de funcionalidadespecífica más allá de la segregación de sitios funerarios y asentamientos.4 En la cuenca sur del Yanamayo no hallamos sitio arqueológico alguno ubicado en laparte baja de una hondonada. La preferencia por el emplazamiento de asentamientos encimas resulta una efectiva adaptación al medio puesto que no compromete las reducidasextensiones de tierras cultivables, se ve menos amenazada por deslizamientos yderrumbes, permite un amplio control visual del entorno y evita la necesidad demigraciones estaciónales por motivos de salud.5 Posteriormente a este trabajo hemos descubierto en Yangón (SN-5) un sectoradministrativo (cf. nota 9).6 La muestra de cerámica recolectada durante el reconocimiento efectuado en Riway A-o Pinchay-Riway – por el equipo liderado por Minelli y publicada por Rodríguez(2000), incluye tres fragmentos de cuencos de caolinita que bien podrían datar del PeríodoIntermedio Temprano. Sin embargo, la mayor parte del material publicado, así como lamuestra recolectada por nosotros, sugiere que la época de ocupación principal del sitioes posterior – llegando incluso al Intermedio Tardío.7 Portachuelo de Honda (4750 m. y Punta Olímpica (4890 m.); posteriormente al PEAC seha identificado ocupaciones tempranas en Kollok (Ya-9, Fig. 5), sobre el camino alPortachuelo de Llanganuco (4850 m.) y Punta Unión (4750 m.8 El sitio de Huacramarca viene siendo estudiado por C. Orsini.9 Aunque fue reconocido brevemente en 1996, su registró se realizó recién en 1999.10 Los sitios Hu-1, SLB-10 y SLB-11 no aparecen en la Fig. 9; ver Carta Nacional hoja 19iy Herrera: en prensa)11 Nuestro estudio de la presencia Inka en el alto Marañón se halla en prensa en: Boletínde Arqueología PUCP 7 (Herrera: en prensa).12 Ver nota anterior

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INTRODUCCIÓN

El presente articulo tiene como finalidad reconstruir los cambios Socio-Políticos ycambios en el aprovechamiento de los recursos económicos que ocurrieron desdeel Horizonte Temprano hasta el Horizonte Tardío en el valle del río Puchca.Agregamos a ello, nuestro intento en desarrollar una cronología para la región, laque a su vez incluye una mirada al funcionamiento de los antiguos yacimientos ensu entorno geográfico. Para ello, abordamos el estudio de los rasgos culturalesprehispánicos existentes en la zona, como son el emplazamiento de los yacimientosarqueológicos, la morfología arquitectónica y el material cerámico.De otro lado, intentaremos observar la evolución de la cosmovisión andina en lorelacionado al uso de lugares sagrados, hasta su posible continuidad en laactualidad, partiendo desde nuestras fuentes arqueológicas pero sin dejar de ladolas fuentes etnográficas que darán crédito a la propuesta.

Los trabajos arqueológicos, desde 1997 hasta la fecha, fueron posibles graciasal auspicio de la Municipalidad Provincial de Huari, quienes vienen mostrandoun interés creciente por la difusión, investigación, conservación y protección delPatrimonio Arqueológico y en cuyas actividades, a su vez, hemos contado con laactiva participación de la población local.

El ÁREA DE ESTUDIO

El valle del Puchca se halla localizada en la margen oriental de la Cordillera Blanca, enel territorio de la provincia de Huari. Está conformada por 3 grandes ríos: el Mosna, elHuaritambo y el Puchca, formándose este último de la unión de los dos anteriores. Elterritorio se encuentra directamente al este de la línea divisoria de las cuencashidrográficas continentales. La línea divisoria está formada por la Cordillera Blanca,la sierra más alta de los Andes Peruanos. Al oeste de la línea divisora encontramos lacuenca del río Santa, que vierte sus aguas al Océano Pacífico. (Fig. 1)

ARQUEOLOGÍA DEL VALLE DEL PUCHCAEconomía, Cosmovisión

y Secuencia Estilística

BEBEL R. IBARRA ASENCIOSInstituto Cultural Rvna

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El territorio está conformado por cinco cadenas de cerros, de altitudes quesobrepasan los 4500 m.s.n.m., y compuestas por roca de naturaleza tectónicaformada por sedimentos mesozoicos, como caliza gris oscura, arenisca, pizarraarcillosa y pizarra caliza, pero también, por rocas intrusivas volcánicas (queperforaron los sedimentos en el terciario superior) como son las andesitas blancas.Esta cadena de cerros se halla cruzada longitudinalmente por los ríos Huaritambo,Mosna y Puchca (ONERN, 1975)

La confluencia de los ríos Mosna y Huaritambo forma el río Puchca. El ríoMosna capta sus aguas de sus depositarias del sur y del oeste, quebradas de caudalconstante aun en temporada árida, favorecidas por los glaciares de la CordilleraBlanca que la alimentan. Del lado de San Marcos vienen solamente dos quebradascaudalosas: el Carash y la Challhua Yacu. El río Huaritambo nace en la laguna deHuatchucocha, a 4050 m.s.n.m. y recibe sus aguas de riachuelos formados por losdeshielos, como son el Puruhuay y el Acopalca, además de varias lagunas comolas de Reparín y Puruhuay, entre otras. (Fig. 2)

Fig. 1 Mapa de ubicación de la provincia de Huari y el valle del Puchca

Arqueología del valle del Puchca: Economía, Cosmovisión y Secuencia Estilística

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Por la gran diferencia altitudinal que presenta, existen numerosos microclimas yun gran número de biotipos diferenciales. El territorio alcanza la alta cordillera,con un clima helado hasta la zona subtropical del valle del río Marañón. Laconexión de estas zonas forma el valle del río Puchca.

La vegetación es muy variada, debido a que el territorio abarca diversospisos de vegetación, y comprende, según la clasificación tomada de Amat (1971:36-56) los siguientes: (1) Formación de Arbustos dispersos y Gramíneas, que abarcade los 2700 a 3200 m.s.n.m. Presenta plantas de clima templado y de hábitatmoderadamente húmedo. (2) Monte Rígido. Las comunidades de vegetacióncorrespondiente a este piso aparecen a los 3000 m.s.n.m. y ascienden hasta 800metros por encima de su cota. En esta formación predomina la vegetación arbustiva,caracterizada por la rigidez de sus hojas, especialmente por cubrirse de resina. (3)Estepa de Gramíneas. A este piso se le designa comúnmente con el nombre dePuna o Territorio Alto Andino, está comprendido entre los 3800 m. y los 4650m.s.n.m., altitudes donde ya no es posible practicar la siembra agrícola. En estepiso predominan los pajonales, como el «ichu» (Stipa ichu y Festuca dolichophylla),gramínea de hojas duras y punzantes.

Generalizando, puede señalarse que las principales precipitaciones pluvialesfluctúan entre 690 y 1154 mm. Son de carácter estacional, es decir, que existe unaépoca o estación marcada en la cual se presentan con mayor frecuencia e intensidad,ocurriendo ésta generalmente entre los meses de noviembre a abril. Las lluvias sepresentan por lo común acompañadas de vientos y en forma líquida o sólida(ONERN, 1975: 2).

El cuadro climático varía principalmente de acuerdo a los diferentes pisos oniveles altitudinales presentes en el área estudiada, existiendo tipos climáticosmuy definidos y característicos. Por ejemplo, en la estación meteorológica dePiscobamba se ha registrado una temperatura media anual de 12.1° C. basada enobservaciones de más o menos 7 años.

En un clima frío, como en los Andes, la temperatura es el factor limitanteprincipal para la vida vegetal. Los límites de las zonas como quechua, suni, puna,janca son definidos por los isotermos. En la mayor parte del territorio observado, latemperatura mínima llega a cero y a menos cero grados. La zona libre de heladas sereduce a los fondos de los valles que tienen una altura debajo de 3200 m. (ONERN,1975).

ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

Son escasos los estudios arqueológicos realizados en el Valle del Puchca. Noobstante todos estos trabajos previos son valiosos para nuestro propósito, comolos que a continuación pasaremos a describir:

Los trabajos arqueológicos son iniciados por Julio C. Tello, quien dio elverdadero valor científico a Chavín de Huántar cuando visitó la región en 1919como parte de su exploración al Marañón, en donde además reconoció otros sitioscomo Pogoc, Katalloc, Rawa, Witpum, Ranramarca, Pinkuyolloc, Chacuamarca,

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Fig. 2 Mapa con los principales pueblos, caseríos y ríos del valle del Puchca

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Chavín de Huántar

Huántar

Río

Mos

na

San Marcos

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PROYECTOIN VEN TA RIO D E LOS

SIT IOS A RQ UEOLOGICOSD E LA PROVIN CIA D E H U A RI

MAPA POLITICO DE HUARI

Bebel Ibarra Asencios

Chaná

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Río Push

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Rahuapampa

HUARI

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Río Huaritam

boMasin

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Anyanga, Onga y Huarijircan, en los distritos de Chavín, Huántar, San Marcos yHuari, reportando sitios relacionados con Chavín y Huaylas (hoy Recuay) yhaciendo una recolección de cerámica muy importante (Tello, 1960). No obstantela escasa referencia descriptiva sobre estos sitios(pues sólo se cuenta con pequeñasdescripciones o únicamente están señalados en mapas), la importancia de estainvestigación radica en que nos señala las zonas donde existen restosprehispánicos.

El arqueólogo norteamericano Wendell Bennett excavó en Chavín de Huántary Willcawaín (Callejón de Huaylas). En este último lugar encontró una galeríacon cerámica típica recuay, estratigráficamente debajo de un área habitacionalconteniendo materiales del período medio. Esta información le permitió determinarque el período Recuay precede a la influencia del período Tiahuanaco Medio,haciendo el contraste en los estilos y mostrando una marcada separación (Bennett,1967). Es importante añadir que Bennett propuso que las edificaciones eran«Tiahuanaco» (en ese entonces, el fenómeno Wari aún no era conocido), no obstanteno haber encontrado asociaciones directas entre las construcciones y demás restosmateriales. De su propuesta de secuencia cronológica: Chavín, Blanco sobre Rojo,Recuay, «Middle Period», Tiahuanaco e Inka (Bennett, 1944: 109), al menos lostres primeros períodos permanecen aún vigentes.

Gary Vescelius por su parte, realizó excavaciones en Honcopampa dondeseñala a través de una publicación de Buse (1965), que este asentamiento presentaun cierto trazo urbanístico, el mismo que está compuesto por recintos de plantacuadrangular (sector residencial) y otro sector con muros circulares muy altos(sector vecinal).

Cerca a este asentamiento está el sector de los mausoleos, no sólo porqueadvierte un tipo de arquitectura sepulcral, sino por la abundancia de huesoshumanos y fragmentos de cerámica no utilitaria, del tipo Wari ceremonial fina queaparece en mínima cantidad en el sector residencial. Este sector está formado porseis mausoleos, de tres pisos, con recintos de planta cuadrangular. Alrededor deeste grupo central se esparcen otras chullpas menores, de escasa figuración en elconjunto, pero importantes por responder al mismo patrón y además, porproporcionar fragmentos de vasos ceremoniales Wari, evidenciando asícorresponder a la misma época.

Honcopampa posee fechados radiocarbonicos que lo sitúan entre 959, 994 y1054 d.C. respectivamente, propios del Horizonte Medio (Wari Tardío)extendiéndose hasta el Intermedio Tardío. Se sostiene que Honcopampa es unsitio Tiwanacoide. Por lo menos, hasta donde llegó la excavación, se prueba que elsitio es posterior a Huaricoto. Argumento refrendado por la alfarería Blanco SobreRojo, encontrada en el basural más grande del sector residencial.

Vescelius, a través de una publicación de Lanning de 1965, hace la siguientemención: «El complejo Honcocoto, pertenece al Horizonte Medio (Wari) y está asociadocon varios cambios mayores en el desarrollo cultural. Las tumbas en chullpas reemplazarona las galerías y cistas. El Honco Temprano se caracteriza por fuertes influencias, de variaspartes del Perú, pero especialmente de Wari en la sierra sur. Cerámica Chaquipampa B,Nievería y Marañón (Cajamarca), aparecen en las chullpas. Un inmenso centro

Bebel Ibarra Asencios

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administrativo y de almacenaje fue construido en este tiempo indudablemente bajo el símbolodel dominio Wari. Este centro fue ocupado a lo largo del período Honco Medio, durante lacontinuación del dominio Wari es evidenciada por la aparición del estilo cerámico Viñaque,mientras que afinidades con la costa son sugeridas por la popularización de la cerámicaimpuesta. El Honco Tardío señala el colapso del imperio Wari y es más notable por el granénfasis en la cerámica del tipo Supe dominante» (citado por Lumbreras, 1980: 406).

Honcopampa también ha sido estudiado intensamente por William Isbell,quien menciona que, a excepción de un pequeño puñado de fragmentos delIntermedio Temprano, toda la cerámica de Honcopampa data del Horizonte Medio,los cuales están asociadas a edificios en forma de D, a varios recintos tipo mausoleosy a chullpas, algunas consistentes en 3 pisos. Las chullpas son un tipo de estructuraque no se halla en Wari. Al interior de una de éstas fue encontrado un posiblefragmento recuay. Agrega además, que las construcciones de piedras y pachillason características del período Intermedio Temprano en Pashash, Huamachuco yCajamarca. En consecuencia, se postula que Honcopampa fue un centro con lascaracterísticas de Wari, pero el enigma de los asentamientos y organización políticadel Intermedio Temprano del Callejón de Huaylas aún está por resolverse (Isbell,1991: 26-36).

Julio Espejo Núñez es uno de los pocos arqueólogos que ha trabajado en ellado Oriental de la Cordillera Blanca. Realizó exploraciones en los distritos deChavín, San Marcos y Huántar, registrando una gran cantidad de sitios, entreChavinoides e Inca. Los sitios del Intermedio Temprano (caracterizado por sersoterrado) los denomina Huaylas, al igual que Tello. Él encontró en numerosossoterrados ceramios hechos de caolín (Espejo: 1956, 1959). Este trabajo tambiénmuestra variadas descripciones, pero estuvo orientado más a caracterizar lacerámica posterior a Chavín, es decir, Huaylas (hoy Recuay), por tal razón se damayor énfasis a las descripciones de arquitectura de tumbas o soterrados.Hernán Amat Olazábal en sus exploraciones recorrió gran parte de la provincia,describiendo numerosos sitios que comprenden los distritos de Chavín, Huántar,San Marcos, Rapayán y Huacchis. Los dos últimos forman parte de la margenizquierda del río Marañón (Amat, 1971). La cerámica de estas zonas le sirvió parahacer una importante comparación con las de otros lugares como Toril, en elCallejón de Huaylas, y Cotosh, en el valle del Huallaga. A la vez, realiza unaidentificación cronológica correlacionando el material cerámico y las característicasarquitectónicas de varios sitios; características estas últimas que nos servirán comoreferente para fechar los sitios arqueológicos que estamos estudiando.

Sobre el período lítico, Amat menciona que existen evidencias en las cuevasde Kanrash y Yurajmachay, en Chavín. Kanrash está ubicada en la falda nororientaldel nevado homónimo. Su industria lítica guarda estrecho parentesco con la deQuisquipuncu y también está relacionada con el Horizonte III y II de Lauricocha(Amat, 1976b: 534-544). Yurajmachay se ubica próximo a Kanrash. En el interiorde esta cueva, Amat encontró puntas foliáceas, raspadores, raederas e instrumentosde hueso, asociados a restos óseos de camélidos y cérvidos hallados a 30 cm. deprofundidad. Allí también existen pinturas rupestres.

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Terence Grieder realiza excavaciones en el sitio de Pashash. Basándose enel material cerámico y fechados radiocarbónicos logra establecer la siguienteperiodificación: Quinu ( ¿ - 310 d.C.), Recuay (310 – 600 d.C.) y Usu (600 – 700d.C.). A su vez, divide el período Recuay en tres estilos: Quimit (310 – 400 d.C.),Yaia (400 – 500 d.C.) y Huacochu (500 – 600 d.C.). Asimismo, da cuenta de laexistencia de alfarería importada en el sitio, del estilo Chavín, Kotosh y Moche yademás, señala que existe similitud entre la cerámica de Pashash y la cerámica delIntermedio Temprano del Callejón de Huaylas, entre el distrito de Huamachuco ylos valles costeros (Grieder, 1978: 59 – 102).

Kazuo Terada, en los trabajos de la Misión Arqueológica Japonesa, realizaexcavaciones en el sitio de La Pampa, provincia de Corongo, al sur del departamentode Ancash. Allí llegaron a establecer basándose en fechados radiocarbónicos yfragmentos de cerámica cuatro períodos: 1) el período Yesopampa (1400 – 970a.C.), con una arquitectura basada en plataformas y cuya cerámica guardarelaciones con las fases Pacopampa (Cajamarca) y Kotosh (Huánuco); 2) La Pampa(670 – 540), de correspondencia con el Horizonte Temprano, con claras relacionescon Chavín, y punto de llegada de la cultura Chavín, desde el Callejón de Huaylascon dirección a Cajamarca; 3) Tornapampa (1310 d.C.), ubicado cronológicamenteentre el Horizonte Temprano e Inca. Es muy difícil establecer relaciones con lasculturas del Período Intermedio Temprano (Recuay, Moche, Cajamarca ), delHorizonte Medio (Wari) y el Período Intermedio Tardío (Chimú, etc.). Tornapampano tiene vinculaciones con estas culturas, por eso se puede pensar que es local; 4)Caserones (1450), de influencia Inca (Terada, 1980).

Steven Wegner hace una revisión crítica de los trabajos realizados en elCallejón de Huaylas y el uso de la cerámica de caolín para la filiación de un sitiocomo Recuay. Manifiesta que sin mejores datos acerca de la procedencia de cerámicade contextos funerarios y de excavaciones llevadas a cabo en basurales y sitios dehabitación no disturbados, será muy difícil o imposible discernir diferenciascronológicas al interior del estilo recuay. Señala además que el problema másgrande que se tiene sobre Recuay es la muestra actual, que en gran parte estácompuesta por cerámica de tumbas saqueadas (Wegner, 1981). Plantea ademásque la cultura Recuay se extendió por el norte hasta la provincia de Pallasca, por eleste, hasta el río Marañón y, por el oeste, en toda la Cordillera Negra y los vallescosteños de Huarmey, Casma, Nepeña y Santa (Wegner, 1982: 4-7). Refiere quedespués del apogeo de la cultura regional (Recuay) vino gente del Imperio Wari deAyacucho (600-1000 d.C.), quienes influyeron sobre los grupos locales en suarquitectura, alfarería e ideología y construyeron mausoleos como Wilkawain yWaullac para el entierro de difuntos (Wegner, 1996: 3).

Joan Gero realiza investigaciones en el sitio de Quellash, en Carhuaz, y locataloga como un sitio Huarás Blanco sobre Rojo, por el hallazgo de una grancantidad de cerámica de este tipo. También manifiesta que la aparición de lacerámica recuay representa un cambió importante en las nuevas formas de entierroy producción de arte, transformaciones que se ven a nivel de los ayllus, a iniciosdel Intermedio Temprano (Gero, 2001a: 19).

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Por otro lado, son importantes los trabajos de Richard Burger, especialmenteen los sitios de Pogoq y Wamawain, cerca del distrito de Chavín. De este trabajo, lapublicación de dibujos de fragmentos de cerámica recuperadas dentro de uncontexto estratigráfico (Burger, 1982), nos ha servido como muestra comparativapara el análisis de nuestros materiales.

George Lau realizó excavaciones en el sitio de Chinchawas en la CordilleraNegra, donde logra establecer cuatro fases: 1) la Fase Kayan, hecha de caolín y quetiene similitud con la cerámica recuay; 2) la Fase Chinchawasi, vinculada tambiéncon la cerámica recuay, pero elaborada con una pasta beige, similar al caolín.Ocurre en la época tardía del Intermedio Temprano o antes de la Influencia Waridel Horizonte Medio, hacia los 800 d.C.; 3) La Fase Warmi, asociada a la épocatardía del Horizonte Medio. La cerámica es de manufactura local pero bajo lainfluencia Wari; y 4) La Fase Chakwas, que correspondería al Intermedio Tardío,tiene similitud con el estilo Akilpo del Callejón de Huaylas. Lau no encontróevidencia de influencia Inca en el sitio (Lau, 2001b: 22 – 24).

Alexander Herrera realiza prospección arqueológica en la cuenca sur delrío Yanamayo, donde establece una secuencia ocupacional sobre la base de análisiscerámico y de arquitectura. Allí identifica 108 sitios, cuyas ocupaciones van desdeel Horizonte Temprano hasta el Horizonte Tardío (Inca). Menciona que losasentamientos del Horizonte Temprano ocuparon mayormente la zona quechua(donde los suelos son altamente productivos) y se caracterizan por pequeñosmontículos cerca al piso del valle. Durante el Intermedio Temprano losasentamientos se distribuyen en la zona quechua y suni; predominan los sitiossobres cumbres rocosas, con aterrazamiento artificial de las laderas. Otro grupoestá caracterizado por asentamientos sobre laderas de pendientes variables. Parael Horizonte Medio los asentamientos guardan casi la misma distribución que lasdel Intermedio Temprano, es decir, sobre cumbres rocosas y laderas de cerros,existiendo algunos asentamientos a mayor altitud. Durante el Intermedio Tardíola mayoría de asentamientos se hallan en escarpadas cimas rocosas de gran altura,a diferencia de una minoría, que ocupan las zonas de ladera. La ocupación Inca seconcentra más en las estructuras próximas al Qapacñan o camino real (Herrera,2001: 54 – 82).

El valle de Chacas ha sido objeto de investigación por un equipo dearqueólogos de la Universidad de Bologna. Ellos han localizado asentamientos,especialmente de tipo ceremoniales, correspondientes al Intermedio Temprano(Recuay) y localizados en la zona de Puna, a altitudes que van desde los 4100hasta los 4800 m.s.n.m. La presencia de esculturas de estilo chavín permiten conocerque el valle estuvo ocupado por lo menos desde el año 900 a.C. La cerámica másantigua pertenece al estilo Huarás blanco sobre rojo, muy difundido en la sierra deAncash. Sin embargo, asentamientos Huarás no han sido identificados por ellos(Capra, A; S, Gandolfi; L. Laurenchi; et. al: ms).

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SECTORIZACIÓN DEL VALLE DEL RÍO PUCHCA

Las categorías de valle bajo, medio y alto son difíciles y hasta imposibles de aplicaren los valles andinos, debido a sus grandes diferencias morfológicas. Por ello, lapresente sectorización obedece más a criterios de ubicación que a factoresecológicos, y es como sigue:

Fondo de Valle: Son los lugares que se hallan próximos a los cauces de los ríos,independientemente de la altitud. Así, tenemos fondos de valles localizados a3900 m.s.n.m. (Huamparán - Ayash), pero también a 2300 m.s.n.m. (Huaytuna –San Marcos); algunos son muy estrechos (Pomachaca) y otros muy amplios (Colcas– Huamparán).

Laderas: Son las partes medias de los cerros localizados entre el fondo del valle ylas cumbres de los cerros. En ellas se diferencian: i) las explanadas, áreas dondeactualmente están asentados los pueblos de Huántar, Huari, Huacachi, etc.; ii) lascrestas, de eje perpendicular a los ríos, generalmente conformado por afloramientosrocosos; y iii) las cimas de cerros (ubicados en las partes medias).

Cima de Montaña: Son los lugares más altos de toda la cadena de montañasexistente en el valle del Puchca, con altitudes que van desde los 3800 m.s.n.m.(Marcajirca) a 4400 m.s.n.m. (Pinkush). El paisaje es de puna, donde predomina elichu y la shogta y, en algunos sitios, se observan bosques de quenuales.

Lagunas: Son los depósitos naturales de agua proveniente de los deshielos y susáreas de suelo adyacentes a éstas. El valle del Puchca tiene numerosas lagunas y asu vez existen algunos sitios cercanos a estas. (Fig. 3)

TIPOLOGÍA DE LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS

Esta tipología la desarrollamos tomando en cuenta las característicasarquitectónicas, morfología y el tamaño de los sitios arqueológicos, así como tambiénaspectos estructurales y funcionales de los mismos. En algunos casos, para sudenominación, hemos usado nombres quechuas:

1.- Abrigos RocososCovacha natural no muy profunda (de hasta 8 m.), en las que hay evidencias deocupaciones humanas usadas como refugio para su protección.

2.- CementeriosSon lugares usados para fines funerarios, sean bajo la superficie, en cuevas o enladeras de los cerros.

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3.- Arte RupestreSon lugares donde existe evidencia de pinturas rupestres y de petroglifos, sindistinción de técnica de ejecución. Están localizados en farallones o en cuevas.

4.- Estructuras AgrícolasSon modificaciones del terreno logradas por medios artificiales técnicos, con elobjeto de mejorar el rendimiento agrícola (andenes).

5.- CorralesÁreas donde se realizaron actividades de pastoreo y donde existe evidencia deestructuras para su control.

6.- MontículosPromontorio natural o artificial que presenta algún tipo de ocupación arqueológicao trabajo arquitectónico residual, como plataformas superpuestas.

7.- MarcaÁrea donde se concentra un gran número de estructuras, en razón de un espaciocomún y unidas por una serie de callejuelas. Los lugares que ocupan generalmenteno son de difícil acceso.

8.- Marcas DefensivasSon Marcas que muestran ciertos elementos obstructivos que dificultan su acceso,como pueden ser murallas, pendientes escarpadas o zanjas, las cuales nonecesariamente están adosadas a las estructuras, sino que pueden hallarse adistancias regulares. Estas ocupan grandes extensiones de terrenos, cuya áreapuede ir más allá de las 15 hectáreas.

9.- TambosEstructuras Incas de control administrativo. En el interior de ella se almacenabanropa, armas y víveres, como también se alojaban el Inca y sus tropas. Se ubicangeneralmente muy próximos al Camino Real Inca y presentan dimensionesvariadas..

10.- Estructura Ceremonial.Edificación, de ubicación central o aislada, cuya magnitud la hace marcadamentediferenciada al resto de estructuras menores. Sus características arquitectónicasespeciales indican una función religiosa, astronómica o comunitaria. Mayormenteson circulares y ocupan la parte alta de un sitio. Cabe aclarar que existen Marcasque cuentan con este tipo de estructuras, pero que no están consideradas comotales.

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Fig. 4 Mapa de localización de todos los sitios arqueológicos de la provincia de Huari,reconocidos por el autor hasta el 2001

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PATRONES DE ASENTAMIENTO EN EL VALLE DEL RÍO PUCHCA

Nuestro estudio de patrón de asentamientos, comprende un análisis de 86 sitiosarqueológicos distribuidos en las micro cuencas del Mosna, Huaritambo y Puchca(Fig. 4), los mismos que serán ubicados de acuerdo a sus correspondientes períodosculturales.

El Horizonte Temprano

La distribución de los asentamientos en este período muestra una ocupación delos fondos de valles (Pirurojirca, Yamllipitec, Chuncanacush I y II) y las laderas,tanto en explanadas (Huarijircán, Onga, Pirurolloc, Mashuanco, Reparín y Caonín),crestas (Ranramarca, Pirushto, Matibamba), como cima de cerros (Llapajmarca yPan de Azúcar).

Los tipos de sitios corresponden en su mayoría a Montículos, construidosa base de plataformas superpuestas con grandes muros de contención, cuya partealta es de forma circular (Foto 1). Otro tipo de montículo es aquél constituido nopor plataformas sino por un gran muro de contención de 3 a 4 m. de alto, que formauna gran estructura de forma circular a ovalada. Las piedras y dimensiones deestos muros son más pequeñas que los muros de los montículos a base deplataformas y generalmente se hallan asociados a otro tipo de estructuras comorestos de muros y algunos patios. Sólo hemos registrado dos sitios que pertenecena este tipo: Pirurojrca y Pirushtu.

Dos Marca fueron identificadas, aunque en la actualidad la superficiemuestra estructuras muy destruidas, por Tello (1960) como sitios chavín. En unade ellas (Yurayacu) se encontró el famoso Mortero Pennsylvania.

Hemos identificado una marca defensiva y presumimos que la configuraciónarquitectónica actual corresponde al Intermedio Tardío, pero los materialesrecuperados muestran una relación con la cerámica temprana identificada para lazona. Este sitio se encuentra localizada en la cumbre de montaña, sobre el poblado deOcococha.

También identificamos tres estructuras ceremoniales: uno en Huántar(Pirurolloc), y otras dos en el distrito de Huamparán (Chuncayajirca I y II). Laprimera se localiza en la ladera y las otras en el fondo de valle. Están conformadaspor una gran estructura circular (muy perfecta) de aproximadamente 1.5 m. de altoy la técnica constructiva es muy similar a los montículos sin plataformas. Hastaahora este sitio es bien atípico en el valle del Puchca.

Igualmente se registró un cementerio, en cuya área se recuperó cerámica decaolín e identificó cerámica de estilo chavín.

Un abrigo rocoso con materiales chavín fue identificado (Ushcomachay).Este sitio también fue registrado por Tello (1960). (Foto 2)

Al parecer la ocupación de los fondos de valle permitió estar cerca a losterrenos más fértiles. La existencia de un gran montículo (Yamllipitec), único en elfondo de valle, parece haber sido de suma importancia, debido a que muestra

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Foto 1 Montículo arqueológico de Reparin – Cajay (Horizonte Temprano)

Foto 2 Sitio arqueológico de Ushcumachay – Uco (Horizonte Temprano)

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materiales de todos los Períodos (desde Horizonte Temprano hasta Inca); lo que ademásestaría indicando que otros centros, aunque de menor importancia perocontemporáneos a Chavín de Huántar, habrían estado funcionando como parte de unsistema religioso local.

La existencia de otros tres montículos como Huarijircan (río Mosna), Yamllipitec(río Huaritambo) y Pirurojirca (río Puchca) estaría cubriendo toda el valle del río Puchca(Fig. 5). Esto prueba que, por lo menos un centro principal existió por cada río de lacuenca. Los materiales arqueológicos recuperados en Pirurojirca, revelan la existenciade, por lo menos, un estilo nuevo de cerámica correspondiente al Horizonte Temprano.

La existencia de un asentamiento en la orilla de la laguna de Reparín, estaríamarcando el inicio del culto a los apus. Las lagunas dentro de la cosmovisión andinaaún se mantienen, tanto así que en la actualidad se realizan una serie de rituales opagos en donde se invoca a que los apus sean benignos. La existencia de huancas en Ongay Reparín, también señalaría la importancia religiosa de los montículos (Foto 3).

Los petroglifos de Caullumachay (ubicado en el fondo del valle), cuentan conrepresentaciones de monos y figuras que parecen corresponder a la iconografía chavín,lo que estaría mostrando que el valle del Puchca fue una ruta de transito entre la sierra

y la selva (Ibarra, 2002). (Fig. 6)En resumen, de acuerdo anuestros datos, el uso de losfondos de valles y laderas semanifiesta en igual proporción(ver Cuadro 1). Existenasentamientos de igual morfo-logía en ambas zonas. Algunosde ellos, de gran tamaño, habríansido asentamientos principalesque cohesionaban a losasentamientos de ladera. Esto seve reflejado (además del tamaño),por la continua reocupación quetuvieron hasta la época Inca.Asentamientos en cumbres (dosidentificados por encima de los3600 m. de altitud) contribuiríana apoyar el planteamiento deBurger (1982) sobre la existenciade asen-tamientos satélitesalrededor de uno principal.

Intermedio Temprano

Foto 3 Huanca, en el sitio de Onga– Huántar (Horizonte Temprano)

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Fig. 5 Mapa de ubicación y de los tipos de sitios arqueológicos durante el Horizonte Temprano

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Fig. 6 Representaciones de monos en los Petroglifos de Caullumachay – Yunguilla

Nro Código Nombre Tipo Posición Reocupaciones1 28 Uc - 1 Ushcumachay Abrigo Rocoso Ladera HT- In.Te- HM- In.Ta2 39 Hc - 7 Llapajmarca Marca Defensiva Cumbre HT- In.Te- HM- In.Ta3 40 Po - 1 Caullumachay Arte Rupestre Fondo de Valle4 42 Po - 3 Purunmarca Marca Fonde de Valle HT.HM, In.Ta5 46 Po - 7 Pirurojirca Montículo Fondo de Valle Ocupación Unica6 52 Ms - 3 Matibamba Montículo Fondo de Valle7 55 Hs - 1 Pan de Azucar Montículo Cumbre HT - In.Te- HM - In.Ta8 75 Hi - 6 Yamllipitec Montículo Fondo de Valle HT-In.Te-HM-In.Ta-Inca9 76 Hi - 7 Cashapallan Montículo Fondo de Valle HT - In.Te - HM - In.Ta10 80 Hi - 11 Mashuanco Cementerio Ladera HT - In.Te - HM11 87 Ht - 1 Onga Montículo Ladera12 88 Ht - 2 Huarijircan Montículo Ladera HT - In.Te - HM - In.Ta13 89 Ht - 3 Pirurolloc Est. Ceremonial Ladera14 91 Ht - 5 Caunín Montículo Ladera HT - In.Te - HM - In.Ta15 92 Ht - 6 Rucu Cruz Montículo Ladera16 100 Sm - 1 Runtu Marca Ladera17 101 Sm - 2 Yuracyacu Marca Fondo de Valle18 102 Cv - 1 Waman Wain Montículo Ladera19 103 Cv - 2 Pogoq Montículo Ladera20 104 Cv - 3 Templo Chavín Centro Ceremonial Fondo de Valle21 106 Cy - 7 Reparin Montículo Laguna22 107 Cy - 8 Pirushto Montículo Ladera23 111 Hi - 20 Chuncayajirca ll Est. Ceremonial Fondo de Valle HT - In.Te - In.Ta24 112 Hi - 19 Chuncayajirca l Est. Ceremonial Fondo de Valle HT - In.Te - In.Ta

Laguna : 1 Abrigo Rocoso: 1

Est. Ceremonial: 3Marcas Defensivas: 1 Arte Rupestre: 1

Centro Ceremonial: 1Cementerio: 1

Marca: 2

Montículos: 13

Distribución y Tipos de Sitios Durante el Horizonte Temprano

Ladera: 11Cumbre: 2Fondo de Valle : 10

Cuadro1

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Durante este período se desarrolló la cultura Recuay. La caracterización de sucerámica nos sirvió para realizar la datación de los sitios.La distribución de los asentamientos muestra un uso preferencial de las laderas delos cerros, donde las explanadas y las crestas de los cerros fueron las partes conocupación de mayor densidad. (Fig. 7)

Todos los montículos en los fondos de los valles son reocupados. Estoindicaría que la importancia religiosa de éstos no disminuyó después de ladesintegración de Chavín y que tal vez se mantuvo durante los primeros tiemposdel Intermedio Temprano.

En las crestas de los cerros, los tipos de sitios predominantes son tambiénmontículos (con o sin plataformas), pero la técnica de construcción varia respectoa la del período anterior. Es introducido el uso de la «pachilla» como elementoconstructivo; los montículos terminan en plataformas circulares, con o sin muro deretención. Son frecuentes las estructuras cuadrangulares sobre las plataformasbajas, las mismas que se extienden desde la cresta hasta las partes bajas de loscerros (Foto 4). Los elementos obstructivos están ausentes.

Llama la atención una serie de estructuras circulares que se asemejan a loscorrales descritos por Tello (1929), los cuales están dispuestos a plenitud en lacresta, extendiéndose hasta el fondo de los valles. En Romerojirca contabilizamos12 de estas estructuras circulares. Su técnica de construcción resulta de lacombinación de grandes piedras, a manera «columnas», con piedras medianascubriendo los espacios entre cada «columna». Las estructuras tienen en promedioun diámetro de 15 m. y una altura de 1.80 m. La parte central e interna es a desnively, en algunos casos, parece haber evidencia de piso. (Foto 5)

Los afloramientos rocosos sobre los que se ubica el sitio de Romerojircafueron usados como canteras para la construcción de las estructuras. Los sitiosque ocupa la explanada de las laderas son mucho más grandes (Caonín) y losmontículos y las marcas se encuentran asociados a cementerios; aparecenasentamientos monumentales como Gantujirca, con muros que superan los 9 m. dealtura (Foto 6). En la zona de Huamparán, en el fondo del valle (zona de cultivos), laexistencia de tumbas muestra que los entierros estarían relacionadossimbólicamente a la protección de las chacras, es decir, se estaría ante una especiede «huancas de Chacras», ya que éstas ocuparían terrenos valiosos para laagricultura , si vemos esto desde la perspectiva agrícola. Así, su ubicación tendríaconnotaciones agrícolas. Al mismo tiempo, plataformas del Horizonte Tempranocomo de Chuncayajirca I, II, también ubicadas en el fondo del valle, nos muestranque el sistema religioso de culto al agua o la tierra sufre una transformación dehuancas (de piedras paradas) a «tumbas con huancas», de tal suerte que sus muertosse convierte en guardianes y protectores de sus tierras.

El patrón de tumbas observado en la zona de Huamparán (Ushnujirca yOgupampa), muestra un diseño funcional y preconcebido. Estos conjuntos detumbas constan de 10 galerías independientes, donde las deposiciones debieronser hechas no al mismo tiempo sino progresivamente. El diseño original fue para10 individuos, talvez todos pertenecientes a la misma familia o ayllu (Fig. 8).Existe otros tipos de tumbas en la sierra de Ancash (ver Amat, 1974; Lau, 2000;

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Fig. 7 Mapa de ubicación y de los tipos de sitios arqueológicos durante el Intermedio Temprano

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Foto 5 Corral Ceremonial de Romerojirca – Huari (Intermedio Temprano)

Tello, 1929). En una de las Tumbas de Huamparán (Ushnujirca) se encontró unceramio de caolín con pintura negativa, con la representación de la Muca (Foto 7),figura estilizada ampliamente difundida en la iconografía recuay (Gambini, 1988;Amat, 1976a y Laurencich y Wegner, 2001). Esta representación correspondería ala fase Recuay III, propuesta por Amat (1974).

Los Recuay poseían una estructura o lugar ceremonial donde los pobladoresde las marcas se congregaban; de otro lado, la distribución de los sitios muestrauna tendencia a ocupar zonas especializadas para ciertos cultivos.

Durante este período sólo se aprecia el incremento de un asentamiento (25)respecto al período anterior (24). Aquello estaría indicando que la población semantenía constante, numéricamente hablando o que de haber existido cambios,éstos debieron haber sido lentos. En consecuencia, la desintegración de Chavínparece reflejar que no afectó significativamente sobre estos pueblos, y que además,éstos habrían tenido marcada independencia frente a Chavín. Podríamos suponer,en relación a la elevada importancia de Chavín, que la atención a sus centroscercanos fue mínima (decimos cercanos a los ubicados en el mismo valle), enrazón a que las esculturas de tipo chavín y recuay son inexistentes (sólo algunosmonolitos han sido identificados en Huántar).

Comparando con el Callejón de Huaylas, donde los asentamientos marcanun profundo cambio del Horizonte Temprano al Intermedio Temprano (Recuay)(Gero, 1991), en esta región el proceso se percibe de manera diferente: no se presentanasentamientos de carácter defensivo; las tradiciones locales anteriores (p.e. lareocupación de los montículos) estarían dando señales de la inde-pendencia de losasentamientos del Horizonte Temprano frente a Chavín de Huántar. Las construcciones

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recuay en la plaza circular,serían una «subversión» a loque signi-ficaría Chavín(poder y represión), mas no alos asentamientos«cercanos» del mismoperíodo; es por ello quemuchos mon-tículos, alparecer de carác-terceremonial, son reo-cupadosrespetando su funcionalidad,es decir, como lugaressagrados.La aparición de un sitiomonumental como Gantu-jirca, es muy posible que sehaya dado a finales delIntermedio Temprano, por lapresencia de cerámicaforánea correspondiente alHorizonte Medio (Fig. 31g).En cuanto a la tipología desitios y número deasentamientos, éstos varíanpoco (ver Cuadro 2)

Horizonte Medio

En el valle del Puchca hastaahora no han sidoidentificados sitios

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Fig. 8 Vista de planta de las tumbas de Ushnujirca – Huari (Intermedio Temprano)

Foto 7 Ceramio escultórico de estilo Recuay proveniente deUshnujirca – Huari (Intermedio Temprano)

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únicamente con ocupación de este período. Todos presentan reocupaciones deperíodos anteriores (ver Cuadro 3). Así, tenemos que los sitios del HorizonteTemprano como los montículos Cashapallan y Yamllipitec, en el fondo de los valles;Pan de Azúcar, en las cumbres de montañas; y Huarijircan, en las laderas, continúansiendo usados, probablemente debido a su importancia por su carácter religioso.

El sitio monumental de Gantujirca presenta materiales que tienen relacionescon Cajamarca, pero las transformaciones del asentamiento no se han podidoreconocer por las limitaciones propias de nuestra investigación: reconocimientode superficie, con escaso material reportado en este sitio, cubierto en gran parte devegetación.

En las laderas, los asentamientos del Intermedio Temprano como Chullín II yCaonín, también continúan siendo utilizados. Estos se caracterizan por poseerestructuras ceremoniales (plataformas circulares).

Los sitios de Trancajirca y Gantu poseen características particulares. Seobserva estructuras cuadrangulares, grandes espacios abiertos y patios de esquinascurvas; en general, una disposición ordenada de las estructuras. Si bien no se hahecho un levantamiento topográfico, nuestra observación nos hace recordar a las

Nro Código Nombre Tipo Posición Reocupaciones1 28 Uc - 1 Ushcumachay Abrigo Rocoso Ladera HT- In.Te- HM - In.Ta2 39 Hc - 7 Llapajmarca Marca Defensiva Cumbre HT- In.Te- HM - In.Ta3 43 Po - 4 Cashajirca Montículo Cumbre In.Te- HM- In.Ta.4 47 Po - 8 Ponto Viejo Marca Ladera5 50 Ms - 1 Trancajirca Marca Ladera In.Te- HM - In.Ta - Inca6 51 Ms - 2 Gantu Marca Ladera HT- In.Te - HM - In.Ta7 55 Hs - 1 Pan de Azucar Montículo Cumbre HT - In.Te- HM - In.Ta8 74 Hi -5 Romerojirca Montículo Ladera9 75 Hi - 6 Yamllipitec Montículo Fondo de Valle HT-In.Te-HM-In.Ta-Inca10 76 Hi - 7 Cashapallan Montículo Fondo de Valle HT - In.Te - HM - In.Ta11 78 Hi - 9 Chullín l Montículo Ladera In.Te - In.Ta12 80 Hi - 11 Mashuanco Cementerio Ladera HT - In.Te - HM 13 81 Hi - 12 Gantujirca Montículo Cumbre In.Te - In.Ta14 83 Hi - 13 Canec Montículo Ladera15 84 Hi - 14 Yacya Montículo Ladera16 88 Ht - 2 Huarijircan Montículo Ladera HT - In.Te - HM - In.Ta17 90 Ht - 4 Chuncanacush Montículo Ladera In.Te- HM - In.Ta 18 91 Ht - 5 Caunín Montículo Ladera HT - In.Te - HM - In.Ta19 93 Ht - 7 Ranramarca Marca Ladera20 105 Hi - 18 Chullín ll Montículo Ladera In.Te- HM - In.Ta 21 108 Hi - 23 Ushnujirca Cementerio Fondo de Valle22 109 Hi - 21 Huamparán Marca Fondo de Valle23 110 Hi - 22 Ogupampa Cementerio Ladera24 111 Hi - 20 Chuncayajirca ll Est. Ceremonial Fondo de Valle HT - In.Te - In.Ta25 112 Hi - 19 Chuncayajirca l Est. Ceremonial Fondo de Valle HT - In.Te

Distribución y Tipos de SitiosDurante el Intermedio Temprano

Ladera: 15Cumbre: 4Fondo de Valle : 6 Abrigo Rocos: 1

Est. Ceremonial: 2Marcas Defensivas: 1 Cementerio: 3Marca: 5

Montículos: 13 Cuadro 2

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descripciones de los centros administrativos Wari en el Callejón de Huaylas (Isbell,1989; Buse, 1965).

La agricultura y crianza de animales debieron intensificarse, lo cual permitióampliar las relaciones de comercio e intercambio con los grandes centrosadministrativos contemporáneos que existieron en el Callejón de Huaylas. Laidentificación de estos sitios se hizo en base a la cerámica, la cual presentasimilitudes con los materiales de otros sitios de la sierra nor-peruana (Chinchawasy Huamachuco). Amat (comunicación personal 2002) menciona que se hallócerámica de estilo Viñaque en el templo de Chavín de Huántar.

La densidad de sitios se reduce considerablemente respecto al períodoanterior. El tamaño de la muestra cerámica también es reducida y la local, fina outilitaria, es aún desconocida, pero esperamos que las investigaciones en Chacasy San Luis ayuden a definirla. (Fig. 9)

Si tomamos en cuenta que el tránsito del Horizonte Temprano al IntermedioTemprano (Chavín a Recuay) no fue muy brusco, a excepción de lo observado en elTemplo de Chavín de Huántar con las construcciones en la Plaza Circular,suponemos que la transición del Intermedio Temprano a Horizonte Medio fuetambién muy calmada. No se observa, como en el Callejón de Huaylas, grandesasentamientos, representados en Honcopampa o Willcawain. En comparacióncon la situación de la cuenca sur de Yanamayo (Herrera, 2001), los asentamientosde altura en el valle del Puchca son reocupados, pero no aumentan en númerocomo sucede en el Yanamayo. Un cambio profundo se daría en la transición de esteperíodo al siguiente.

Nro Código Nombre Tipo Posición Reocupaciones1 28 Uc - 1 Ushcumachay Abrigo Rocoso Ladera HT- In.Te- HM- In.Ta2 39 Hc - 7 Llapajmarca Marca Defensiva Cumbre HT- In.Te- HM- In.Ta3 42 Po - 3 Purunmarca Marca Fonde de Valle HT.HM, In.Ta4 43 Po - 4 Cashajirca Montículo Cumbre In.Te- HM- In.Ta.5 50 Ms - 1 Trancajirca Marca Ladera In.Te- HM - In.Ta - Inca6 51 Ms - 2 Gantu Marca Ladera HT- In.Te - HM - In.Ta7 55 Hs - 1 Pan de Azucar Montículo Cumbre HT - In.Te- HM - In.Ta8 75 Hi - 6 Yamllipitec Montículo Fondo de Valle HT-In.Te-HM-In.Ta-Inca9 76 Hi - 7 Cashapallan Montículo Fondo de Valle HT - In.Te - HM - In.Ta10 80 Hi - 11 Mashuanco Cementerio Ladera HT - In.Te - HM 11 81 Hi - 12 Gantujirca Montículo Cumbre In. Te - HM - In.Ta12 88 Ht - 2 Huarijircan Montículo Ladera HT - In.Te - HM - In.Ta13 90 Ht - 4 Chuncanacush Montículo Ladera In.Te- HM - In.Ta 14 91 Ht - 5 Caunín Montículo Ladera HT - In.Te - HM - In.Ta15 105 Hi - 18 Chullín ll Montículo Ladera In.Te- HM - In.Ta 16 111 Hi - 20 Chuncayajirca ll Est. Ceremonial Fondo de Valle HT - In.Te - In.Ta

Est. Ceremonial: 1Marcas Defensivas: 1

Abrigo Rocoso: 1Cementerio: 1

Marca: 3

Montículos: 9

Distribución y Tipos de Sitios Durante el Horizonte Medio

Ladera: 8Cumbre: 4Fondo de Valle : 4 Cuadro 3

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Fig. 9 Mapa de ubicación y de los tipos de sitios arqueológicosdurante el Horizonte Medio

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Intermedio Tardío

Estos sitios se caracterizan principalmente por ocupar las cimas de las montañasarriba de los 3800 m.s.n.m. La mayoría de ellos son de grandes extensiones,llegando algunas a medir varios kilómetros (p.e. Misiónjirca) (Fig. 10).

Las marcas defensivas, que corresponden la mayoría de los sitios presentanuna gran cantidad de estructuras que en su mayoría son circulares, construidassobre terrazas y dispuestas en forma ordenada como en Pinkush (Fig. 11),Misiónjirca y Pinkuyolloc (Foto 8), o sin presentar ordenamiento alguno como enMarcajirca (Fig. 12). El terreno que ocupan es generalmente rocoso, con pendientesmuy pronunciadas; en algunos casos presentan una serie de murallas que bordeala totalidad del sitio, o sólo parte de él, por lo general hacia el sector de menorpendiente. Estas murallas pueden alcanzar una altura de 4 m. También presentanzanjas junto a las murallas, de 2.5 m. de ancho y 2 m. de profundidad, en promedio(Foto 9).

El interior de las marcas defensivas es recorrido por una serie de callejuelasestrechas, pero siempre existiendo un recorrido o vía principal. Estas callejuelasestán delimitadas por los muros de las viviendas, lo que evidencia un diseñopreconcebido de la distribución de los sitios (al menos en lo que corresponde altránsito). La mayoría de las estructuras están construidas con piedras medianascanteadas, extraídas de los cerros cercanos o de los afloramientos rocosos sobre la quese erigen los sitios. Esto se pudo observar en Marcajirca, como en otros sitios.

Gran cantidad de los asentamientos poseen un sector residencial y otroceremonial. En el primero se pueden observar viviendas, pero también restos deenterramientos, sean en chullpas (Fotos 10 y 11) o bajo las rocas (Fig. 13) (verIbarra, 2001). El sector ceremonial está compuesto por plataformas circularesdispuestas a distancias regulares, situadas mayormente en las partes más elevadasdel asentamiento como es el caso de Marcajirca (Fig. 14), Pinkuyolloc, Pinkush,Misiónjirca, Ñawpamarca y Yanagaga, entre otros.

Las marcas defensivas están dispuestas en todos los puntos principales, esdecir al inicio de cada quebrada o «tinki» (encuentro de los ríos) desde donde sedomina los valles y cuyas edificaciones se avistan unas a otras, lo que sugiere queexistió algún tipo de comunicación.

De otro lado, tenemos los corrales, dispuestos en todas las partes altas.Pueden estar asociadas a cerros (Fig. 15) o en las explanadas de las cumbres demontañas (Fig. 16). Estos corrales están construidos con piedras medianas ygrandes; estas últimas se hallan enterradas en el piso a manera de «columnas»,mientras que las piedras medianas se acomodan entre el espacio dejado por laspiedras grandes.

Los corrales de Wiñaj están asociados a un cerro que presenta una estructuracircular en su cumbre. Sólo uno de ellos tiene una extensión aproximada de 300metros de lado (Foto 12), hecho que nos hace suponer que en estos sitios serealizaron las actividades de chaco. Los corrales pequeños cercanos alanteriormente descrito, podrían haber servido para separar a las hembras preñadas,como a los animales pequeños y grandes.

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Fig. 10 Mapa de ubicación y de los tipos de sitios arqueológicosdurante el Intermedio Tardío

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Estructuras ceremonialesse han localizadoaisladamente en las partesaltas, como es el caso deJato Viejo y Charac. Ambasocupan la cima de unaformación rocosa muyalta, unos 60 m. deelevación, a manera detorre. Estas estructuras soncirculares y se disponenbajo la forma de muros decontención, no existiendomuro perimétrico adi-cional que los delimite.

Las estructuras fune-rarias en los principalessitios identificados corres-ponden a chullpas (Mar-cajirca, Tupucjirca, Lla-pajmarca y Misión Jirca),siendo el sitio de Marca-jirca el que ofrece el mayornumero de ellas (Fig. 17).En sitios tan grandes comoPinkush no existen estetipo de estructuras fune-rarias ni de ningún otrotipo (al menos hasta ahorano las hemos iden-tificado), lo que llama la

atención sobre las costumbres mortuorias de sus habitantes.Las estructuras residenciales son en su mayoría de forma circular, con

diámetros que oscilan entre 4 a 5m. Los techos debieron haber sido cónicos yrecubiertos con paja. Los espacios abiertos ocupan las partes centrales, pero enalgunos casos, como en el de Marcajirca, una chullpa se erige a un lado a manerade estructura principal.

Las murallas en los sitios generalmente cubren toda la extensión delasentamiento, es decir, los sectores residenciales y ceremoniales se hallan dentrode sus muros; lo que no sucede con las fuentes de agua que generalmente se hallanfueras de las murallas; contexto que hace suponer que allí primó el factor seguridadantes que al de comodidad y debió haber existido fuerte pugna entre los gruposétnicos locales.

Algunos sitios se hallan asociados a una gran cantidad de estructurasagrícolas (andenes). Este es el caso de Marcajirca, asociada a los andenes de

Foto 8 Corrales del sitio arqueológico de Pikuyolloc –Huántar (Intermedio Tardío)

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Fig. 11 Estructuras circulares sobre plataformas en el sitio arqueológico de Pinkush I – Huari (Intermedio Tardío)

Fig. 13 Estructuras Funerarias, localizadas bajo grandes rocas enMarcajirca . Cajay (Intermedio Tardío)

Arqueología del valle del Puchca: Economía, Cosmovisión y Secuencia Estilística

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Fig.

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Foto 9 Murallas y zanja en el sitio arqueológico de Misiónjirca – Huacachi (IntermedioTardío)

Foto 10 Chullpas de Marcajirca - Cajay (Intermedio Tardío)

Arqueología del valle del Puchca: Economía, Cosmovisión y Secuencia Estilística

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Foto 11 Chullpa de Gantu – Masin (Intermedio Tardío)

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Fig.

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Fig. 15 Corrales dispuestos en todas las partes altas, asociadas a cerros

Foto 12 Corrales de Wiñaj – Huachis, cuya cima corresponde a unsitio ceremonial (Intermedio Tardío)

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Fig. 16 Corrales, dispuestos en las explanadas de las cumbres de montañas

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10 3 m.2

Fig. 17 Estructuras Funerarias tipo Chullpa en Marcajirca – Cajay (Intermedio Tardío)

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Distribución y Tipos de Sitios Durante el Intermedio Tardío

Nro Código Nombre Tipo Posición Reocupaciones1 28 Uc - 1 Ushcumachay Abrigo Rocoso Ladera HT- In.Te- HM- In.Ta2 29 Uc - 2 San Cristóbal Marca Defensiva Cumbre 3 30 Uc - 3 Plazapampa Est. Ceremonial Ladera 4 32 Uc - 5 Rucutorre Marca Defensiva Cumbre In.Ta- Inca5 33 Hc - 1 Misiónjirca Marca Defensiva Cumbre 6 34 Hc - 2 Apu Pinkush Est. Agrícolas Cumbre 7 35 Hc - 3 Gepara Marca Cumbre 8 38 Hc - 6 Ñawpamarca Marca Ladera 9 39 Hc - 7 Llapajmarca Marca Defensiva Cumbre HT- In.Te- HM- In.Ta

10 42 Po - 3 Purunmarca Marca Fonde de Valle HT.HM, In.Ta11 43 Po - 4 Cashajirca Montículo Cumbre In.Te- HM- In.Ta.12 44 Po - 5 Osharagra Marca Ladera 13 45 Po - 6 Marca Marca Marca Defensiva Cumbre 14 48 Po - 9 Conin Cementerio Laguna 15 49 Cy - 4 Marcajirca Marca Defensiva Cumbre In.Ta. - Inka16 50 Ms - 1 Trancajirca Marca Ladera In.Te- HM - In.Ta - Inca17 51 Ms - 2 Gantu Marca Ladera HT- In.Te - HM - In.Ta18 55 Hs - 1 Pan de Azucar Montículo Cumbre HT - In.Te- HM - In.Ta19 56 Hs - 2 Ñawpamarca Marca Defensiva Cumbre In.Ta - Inca20 57 Hs - 3 Jato Viejo Est. Ceremonial Cumbre 21 58 Hs - 4 Wiñaj Corral/Est. Cerem. Cumbre 22 66 Cy - 3 Guiesgupitec Est. Agrìcola Ladera 23 70 Hi - 1 Pinkush l Marca Defensiva Cumbre 24 71 Hi - 2 Pinkush II Marca Defensiva Cumbre 25 72 Hi -3 Pinkush III Marca Defensiva Cumbre 26 73 Hi - 4 Pinkush IV Corrales Cumbre 27 75 Hi - 6 Yamllipitec Montículo Fondo de Valle HT-In.Te-HM-In.Ta-Inca28 76 Hi - 7 Cashapallan Montículo Fondo de Valle HT - In.Te - HM - In.Ta29 77 Hi - 8 Torregaga Marca Defensiva Cumbre 30 78 Hi - 9 Chullín l Montículo Ladera In.Te - In.Ta31 79 Hi - 10 Jitarpunta Marca Ladera 32 81 Hi - 12 Gantujirca Montículo Cumbre In.Te - In.Ta33 82 Hi - 13 Yanagaga Marca Defensiva Cumbre 34 85 Hi - 16 Tupucjirca Cementerio Cumbre 35 86 Hi - 17 Huaypan Marca Defensiva Cumbre 36 88 Ht - 2 Huarijircan Montículo Ladera HT - In.Te - HM - In.Ta37 90 Ht - 4 Chuncanacush Montículo Ladera In.Te- HM - In.Ta38 91 Ht - 5 Caunín Montículo Ladera HT - In.Te - HM - In.Ta39 94 Ht - 8 Pinkuyolloc Marca Defensiva Cumbre 40 97 Ch - 1 Chonta Marca Defensiva Cumbre 41 105 Hi - 18 Chullín ll Montículo Ladera In.Te- HM - In.Ta42 111 Hi - 20 Chuncayajirca ll Est. Ceremonial Fondo de Valle HT - In.Te - In.Ta43 113 Hi - 21 Llamacorral Corral Laguna HT - In.Te - In.Ta

Ladera: 13 Marca: 7 Est. Ceremonial: 3Cumbre: 24 Marcas Defensivas: 15 Est. Agrícolas: 2Fondo de Valle : 4 Montículos: 10 Abrigo Rocoso: 1Laguna : 2 Corrales: 3 Cementerio: 2 Cuadro 4

Arqueología del valle del Puchca: Economía, Cosmovisión y Secuencia Estilística

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Guiesguipitac; Misiónjirca asociada a Apu Pinkush; Ñawpamarca a Wiñaj, etc.En el caso de Marcajirca las estructuras agrícolas se encuentras por sobre los 3.800m.s.n.m., es decir por encima del sitio.

En relación con el período anterior el cambio es muy notable. El número deasentamientos aumenta a 44; 24 de ellos situadas en las cumbres de las montañas;13 Marcas Defensivas son construidas para este período, lo que significa que ocurrióun incremento poblacional. Muchas de estas Marcas son de gran tamaño:Misiónjirca tiene un largo de aproximadamente 3 km y los sitios de Pinkush yYanagaga poseen varias decenas de hectáreas de extensión.Corrales asociados a lagunas nos hace pensar que el culto a las lagunas (entendidascomo huancas) está más difundido. Los montículos en los fondos de valle continúansiendo reocupados, aunque al parecer sólo como lugares sagrados o morada desus ancestros, ya que estructuras tardías no son reconocibles en ellos.

Sólo tres corrales muestran asociación con los sitios de este período. De losseis corrales registrados sólo estos tres se pudo fechar por asociación a sitios tardíos.El aislamiento de los otros tres corrales nos dificulta precisar su cronología, pero alparecer también parecen corresponder al intermedio tardío.Para este período encontramos buen número de tipos de sitios, nueve en total, delos 11 propuestos por nosotros en este trabajo. (ver Cuadro 4)

Horizonte Tardío o Inca

En este período existe un uso indistinto del terreno. La mayor parte de los sitios sehallan próximos al Qapacñan o Camino Real, el cual atraviesa zonas a más de4000 m.s.n.m. como en Ayash, representado por el sitio de San Cristóbal de Tambo,pero también por altitudes de 2350 m.s.n.m. como en Pomachaca, donde se avistansitios de control y un puente (ver Serrudo en este volumen).

La mayoría de las estructuras reconocidas se hallan próximas al camino ypertenecerían al aparato estatal del Estado Inca, es decir estaríamos ante sitios deadministración y control a los pueblos dominados (Fig. 18).

Ñawpamarca en Huachis, sitio de reocupación Inca, ha podido seridentificado por la influencia en los patrones de arquitectura, como es la existenciade kallancas, estructuras rectangulares que dan a un espacio común o cancha.

Estructuras agrícolas se hallan asociadas a tambos, como es el caso deUshnutambo donde existe una gran cantidad de andenes que cubren un área devarios Km, ascendiendo casi desde la orilla del río (2300 m.s.n.m.) hasta los 3300m.s.n.m. En el sitio de Huaritambo, el área de los andenes es mucho menor, pero enla actualidad se encuentran reutilizados. Huaritambo debió ser un sitio muyimportante. En la actualidad se pueden encontrar 23 colcas en buen estado deconservación (Foto 13), además de plazas y canchas y una «escultura» de piedradenominada sillón del Inca.

El sitio de Yamllipitec también muestra evidencias de una reocupación Incay su larga ocupación podría decirnos mucho sobre su importancia ceremonial oreligiosa .

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De los sitios Incas registrados, siete ocupan laderas, cuatro se asientan enlas cumbres, dos en fondo de valle, y sólo tres Marcas Defensivas presentanreocupaciones (ver Cuadro 5).

Distribución y Tipos de Sitios Durante el Horizonte Tardío (Inca)

Nro Código Nombre Tipo Posición Reocupaciones1 27 Pa - 1 Paucas Tambo/camino Ladera 2 30 Uc - 3 Plazapampa Est. Ceremonial Ladera 3 32 Uc - 5 Rucutorre Marca Defensiva Cumbre In.Ta- Inca4 49 Cy - 4 Marcajirca Marca Defensiva Cumbre In.Ta. - Inca5 56 Hs - 2 Ñawpamarca Marca Defensiva Cumbre In.Ta - Inca6 59 Hs - 5 Tambillo Tambo Fondo de Valle 7 60 Hs - 6 San Cristóbal de Tambo Tambo Cumbre 8 61 Hs - 7 Soledad de Tambo Tambo Ladera 9 62 Hs - 8 Ushnutambo Tambo Ladera

10 63 Hs - 9 Cuchitambo Tambo Ladera 11 64 Cy - 1 Huaritambo Tambo Ladera 12 66 Cy - 3 Guiesguiptec Est. Agrícolas Ladera 13 75 Hi - 6 Yamllipitec Montículo Fondo de Valle HT-In.Te-HM-In.Ta-Inca

Ladera: 7 Tambos: 7 Est. Ceremonial: 1Cumbre: 4 Marcas Defensivas: 3 Est. Agricolas: 1Fondo de Valle: 2 Montículos: 1

Cuadro 5

Foto 13 Colcas de Huaritambo – Cajay (Horizonte Tardío – Inca )

Arqueología del valle del Puchca: Economía, Cosmovisión y Secuencia Estilística

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Fig. 18 Mapa de ubicación y de los tipos de sitios arqueológicos durante el Horizonte Tardío o Inca

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CAMBIOS EN EL APROVECHAMIENTO DE RECURSOS Y ECONOMÍA

Desde los primeros hallazgos de plantas con evidencias de cultivos en Guitarrero(Lynch, 1980), el hombre diversificó el aprovechamiento de los recursos de los distintospisos ecológicos, mejorando las especies cultivadas y la crianza de animales.

Durante el Horizonte Temprano, un preferente uso del fondo de los valles esevidente (aunque no en su totalidad, en relación a las laderas). Tierras ricas ennutrientes por el proceso de erosión causado por las lluvias permitió acceder arecursos propios del piso quechua (representado por la papá, maíz, fréjol ycalabazas), la cual también se diversificó con la proveniencia de productos de laspartes altas, donde existían asentamientos intermedios que posiblemente sirvieronpara abastecer a los centros del fondo de valles, cuya morfología arquitectónicaseñala un uso ceremonial muy difundido.

El intercambio con las zonas de la selva se evidencia en el sitio deCaullumachay, por las representaciones de petroglifos de estilo chavín y figurasde monos de cola larga (véase Fig. 6) y por su ubicación en una zona de conexióncon la selva del Huallaga (Monzón – Tingo María), desde donde, en la actualidad,los campesinos van a traer coca (Ibarra, 1999; 2002).

Al parecer el aumento de la población a finales del Horizonte Temprano nofue muy fuerte. Si bien los asentamientos (Recuay) no varían mucho en número, síse observan algunos cambios. Los montículos recuay presentan estructurasdomésticas en sus plataformas, cosa que no presentan los montículos del IntermedioTemprano; ocupan las laderas de los cerros; las partes bajas y medias son usadaspara la agricultura; además se hallan próximos a fuentes de agua, lo cual les dacierta independencia de funcionamiento.

Los Camélidos fueron domesticados hacia los 4000 a.C. (Lavallée, Julien,Wheler: 1995: 66). Su aprovechamiento se ve en Chavín de Huántar (Burger, 1998;Lumbreras 1993), lo cual señala la importancia de éstos en la economía de lapoblación durante el Horizonte Temprano. Las representaciones de camélidos enlos petroglifos de Caullumachay (Fig. 19), zona de tránsito entre la sierra y la selvadurante el Intermedio Temprano, nos señalan que su aprovechamiento seincrementa; prueba de ello son las representaciones simbólicas en la alfarería (Eisleb,1987; Laurencich y Wegner, 2001). La existencia de estructuras circulares o«corrales» habrían servido como lugares de guarda de estos animales, previamenteseleccionados para un uso ritual, pues los camélidos tienen por hábitat natural lapuna, donde el consumo del ichu y shojta favorecen su desarrollo. Criarlos encautiverio supondría una alimentación con pastos suaves (podría ser los restos delas plantas de los maíces) lo cual traería problemas en su organismo, pues susdientes crecen muy rápido y dañan sus encías si no consumen pastos duros; además,el cautiverio acarrearía enfermedades, especialmente del tipo micóticas (hongos).Estos animales libres en su habitat natural de puna tienen por característicaparticular defecar en un solo sitio, lo cual no permite la dispersión de las

Arqueología del valle del Puchca: Economía, Cosmovisión y Secuencia Estilística

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enfermedades. Los camélidos en la puna logran localizar áreas de tierras arcillosassaladas con las que balancean su dieta, cosa que en cautiverio sería imposible delograr.

La existencia de sitios recuay en zonas de puna (Romerojirca), dondepredomina el ichu y la shojta, habría supuesto el control de una amplia cantidadde terrenos que habrían favorecido a la crianza de camélidos, pues éstos precisande grandes extensiones de terrenos para alimentarse. La crianza de camélidos, enespecial la llama, permitió asegurar medios de transporte para el intercambio conotras regiones como el Callejón de Huaylas y la Selva de Huánuco.

Las grandes extensiones de terrenos en el piso quechua aseguraban unaproducción de maíz, en donde una élite recuay controlaba los recursos, de loscuales destinaban gran parte para las festividades (culto a los muertos,matrimonios, fiestas del agua y ritos sagrados). Las visitas del siglo XVII señalanque en las numerosas fiestas se sacrificaban cuyes y camélidos y se bebían grandescantidades de chicha. Por ello, la necesidad de acceder a otras especies (habas,arveja, oca, olluco, mashua, quinua, etc.) habría surgido en este periodo, comoconsecuencia del gran desvío de la producción clásica del maíz y papa a lasactividades rituales (hoy en día, los gastos que realizan los funcionarios en lasfiestas patronales es muy grande, cuyas cosechas no pueden cubrirlas por sí solas.Además los funcionarios dedican todo sus actividades del año sólo para los díasde fiesta). La elaboración de la chicha estaría también indicando un saltotecnológico en el procesamiento de alimentos, a través de la elaboración de la jora.

Fig. 19 Representaciones de Camélidos en los petroglifos de Caullumachay – Yunguilla

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Aunque se observa una disminución en el número de asentamientos,pensamos que la economía durante el Horizonte Medio se habría mantenido igualque durante en el período anterior.

Ya en el Intermedio Tardío, la localización de los asentamientos en cumbresde montañas, lejos de las aguas y los terrenos de cultivo, habrían sido motivadapor situaciones de conflicto.

La mayoría de los asentamientos tardíos están asociados a zonas dondepredomina un determinado tipo de cultivo. Por eso postulamos que, además de losfactores de seguridad, estos sitios fueron emplazados en zonas donde se les permitíaobtener productos que no existían en las otras márgenes.Las condiciones ecológicas no sólo están limitadas a pisos ecológicos, ni a factoresclimáticos, sino también a la calidad de suelo adecuado para una determinadaespecie de planta. Independientemente de los factores anteriormente mencionados,esto constituiría una variante del control vertical propuesto por Murra (1975).

Así, en la zona de Huachis, el sitio de Ñawpamarca se halla asociado a unazona donde la producción de olluco y oca de muy buena calidad; el sitio deYanagaga (en Yacya) está asociado a una zona de cultivos de quinua y kiwicha; elsitio de Marcajirca, a una zona de alta producción de calabazas; el sitio de Pinkush,a zonas donde se producen tarwi; el sitio de Misiónjirca, a una zona de producciónde olluco y oca. (Fig. 20). Para estos cultivos lo determinante no es la altitud , sinoel tipo de suelo, ya que todas las zonas mencionadas se hallan entre el rango de los3600 a 4400 m.s.n.m., situación que debió ser observada por los antiguos pobladores,pues, una economía basada sólo en papa y maíz no es viable en las zonas entre los3200 a 3600 m.s.n.m. La existencia de cultivos triples (maíz – fréjol – calabaza) esuna muestra del dominio de la agricultura: el maíz sirve como soporte del fréjol yéste a su vez le da estabilidad frente a los fuertes vientos, además que ayuda a fijarnutrientes al suelo. Por su lado, la calabaza ocupa las partes bajas del maíz y susgrandes hojas permiten mantener la humedad después de las lluvias, humedadque es aprovechada por el maíz; éste a su vez con su tamaño le da protección frentea los rayos solares (pues sus hojas son muy delgadas y se secan rápido). Es curiosoque todas estas plantas se siembran y se cosechan al mismo tiempo. Es así, que eltriple cultivo fue el predominante en las zonas quechua y parte de suni.

También el cuy debió jugar un papel importante en la economía andina y enlas actividades religiosas, no obstante que los restos de estos animales enexcavaciones son difíciles de encontrar por el tamaño diminuto de sus huesos.Habría que tener en cuenta que las cosechas producen un gran excedenteconformado por la «panca» (planta de maíz seco). Si bien la panca no es propiciapara el consumo de camélidos, sí sirven para alimento de cuyes. Datos etnográficosactuales en la zona de nuestro estudio nos dan cuenta de ello: en la época deescasez, los campesinos dan de comer panca a sus cuyes, planta que es almacenadaen árboles llamados «panqueros».

Los grandes corrales existentes en la zona de Wiñaj, Illauro y Pinkush habríanservido más para actividades de esquila y de control. Los primeros datos de lacolonia mencionan un obraje en Santo Domingo de Huari, el cual se especializabaen tejidos y fue uno de los más grandes e importantes en la zona de Conchucos(León, 1995).

Arqueología del valle del Puchca: Economía, Cosmovisión y Secuencia Estilística

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Fig. 20 Mapa de distribución de los cultivos y los sitios arqueológicos en elvalle del Puchca durante el Intermedio Tardío

Tarwi

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Lentejas

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PROYECTOIN VEN TA RIO D E LOS

SIT IOS A RQU EOLOGICOSD E LA PROVIN CIA D E H UA RI

Distribución de Cultivos

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Calabaza Olluco

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SECUENCIA ESTILÍSTICA

Nuestro análisis estuvo principalmente orientado a recuperar la cronología de lazona mediante asociaciones con cerámica de contextos estratigráficos. Para elloanalizamos una muestra de 506 fragmentos provenientes de recolección superficial,que involucran 22 sitios del valle del río Puchca. Si bien identificamos 84 sitios entodo el valle, sólo pudimos recolectar muestras cerámicas en 22 de ellos, porsituaciones que tienen que ver con las condiciones de los sitios. Los otros 62 sitiosfueron fechados indirectamente, siguiendo como criterio sus analogíasarquitectónicas.

La agrupación de los tipos se realizó combinando ciertos rasgos de lasmuestras. En este caso aplicamos el criterios de pastas, decoración y forma, y todaséstas en su conjunto, fueron comparadas con ejemplares provenientes deexcavaciones estratigráficas realizadas en Chavín de Huántar (Lumbreras, 1993;Burger, 1998), en Pogoc (Burger, 1982), en Huaricoto (Burger, 1985a), enHuamachuco (Thatcher, 1974; 1977 y 1979), en Chinchawas (Lau, 2001a ; 2001b),en la cuenca del Yanamayo. (Herrera, 1997 ms), y en el valle del Mosna (Amat,1974 y 1976a ).

Cerámica del Horizonte Temprano

Se ha podido identificar tres tipos. No nos referiremos a fases, ya que el tamaño dela muestra es pequeña, pero consideramos que es un inicio para tener una idea delas secuencias estilísticas en la región.

Tipo PontoLleva el Nombre del distrito donde se ubica el sitio de Pirurojirca. Todos losfragmentos provienen de este sitio, y es el único en todo nuestro estudio que muestrauna sola ocupación, muy temprana.

PastaDe textura fina a media. Presenta un alisado fino en la superficie y algunos, unengobe rojo. El color de superficie varía entre naranja, rojo y gris. Las inclusionesson principalmente feldespatos, con una frecuencia de composición del 20%.Predomina la cerámica cocida en atmósfera oxidante.

FormasPredominan las ollas sin cuello de labios planos con bisel (Fig. 21 a - j), ollas decuello corto de labios circulares simples (Fig. 22 a - c), ollas con labios engrosadosal exterior y redondeados (Fig. 22 d - f) y ollas de cuello muy corto con labioscirculares muy gruesos (Fig. 22 g -h).

En menor frecuencia, aparecen los cuencos de paredes convexas con labiosplanos y biselados hacia el interior, con pintura roja (Fig. 23 a - f); dos jarras debordes evertidos y una olla de cuello corto expandido. El grosor de las vasijasvaría de 04 – 10 mm.

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Fig. 23 Cuencos de paredes convexas con labios planos y biselados hacia el interior, conpintura roja. Tipo Pontó (Horizonte Temprano)

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DecoraciónPrincipalmente se decoraba con bandas pintadas de color rojo o marrón en loslabios de las vasijas, tanto de ollas como de cuencos. (Fig. 21 a – g; Fig. 22 c; Fig. 23b – f).

Relaciones SincrónicasEste tipo guarda relaciones con la Cerámica Urabarriu (Burger, 1998: Fig. 55 – 59)y Chakinani (Burger, 1998: Fig. 145 – 148); con la cerámica Huaricoto (Burger,1985a: Fig. 14 a); con la cerámica Rocas (Amat, 1976a: Fig.12); y, con la cerámicaofrendas (Ibid: Fig. 14).

Tipo CashapallanLleva el nombre del sitio de Cashapallan, ubicado en la quebrada de Huaritambo,muy cerca al poblado de Colcas. Correspondería al Período Horizonte TempranoMedio.

PastaDe textura media. Su acabado varía entre un alisado fino a tosco. Las inclusionesson mica, cuarzo, feldespatos y restos de rocas. El color varía entre rojo a marrón.

FormaCuencos de paredes cóncavas con labios redondeados (Fig. 24: a - d), cuencos deparedes rectas con labios biselados (Fig. 25 a - d), ollas sin cuello de labiosredondeados (Fig. 26 a ), ollas sin cuello de labio ligeramente engrosado al interior( Fig. 26 b), jarras de bordes expandidos y labios redondeados (Fig. 26 c - d),cántaros de bordes rectos y labios redondeados (Fig. 26 e - g). Las paredes de lasvasijas varían entre 3 a 10 mm.

DecoraciónIncisa, basada en círculos concéntricos alrededor de la boca, delimitada por unalínea incisa (Fig. 24 a; 27 a); incisiones finas sobre pasta fresca, cuyos diseños nopudimos determinar (Fig.27 b); círculos pequeños a manera de piel de ganso (Fig.27 c) ; fragmento con pintura negra mate.

Relaciones SincrónicasEste tipo presenta relación con la cerámica Late Capilla (Burger, 1985a: Fig. 24) deHuaricoto, con la Cerámica Janabarriu y Chakinani (Burger, 1998: Fig. 145, 146,148, 179, 234; 1982: Fig. 34), con la cerámica Ofrendas (Lumbreras, 1993: Lam. 7) deChavín de Huántar; y, con la Cerámica Colpa (Thatcher, 1979: Lam. 23, Fig. 21) deHuamachuco.

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Fig. 24 Cuencos de paredes cóncavas con labios redondeados.Tipo Cashapallan (Horizonte Temprano)

Fig. 27 Cerámica con decoración incisa. Tipo Cashapallan(Horizonte Temprano)

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Fig. 25 Cuencos de paredes rectas con labios biselados.Tipo Cashapallan (Horizonte Temprano)

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Fig. 26 (a) Ollas sin cuello de labios redondeados; (b) ollas sin cuello de labio ligeramenteengrosado al interior, (c - d), jarras de bordes expandidos y labios redondeados, (e – g)

cántaros de bordes rectos y labios redondeados. Tipo Cashapallan

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Tipo LlapajmarcaNombre del sitio ubicado en el distrito de Huacachi, una villa defensiva ocupadahasta el Intermedio Tardío.PastaTextura media. Superficie alisada. El color de superficie varia entre naranja claro ygris. Las inclusiones son principalmente micas (en grandes cantidades), feldespatos,cuarzo y fragmentos de roca molida. La frecuencia de esta pasta es de 20%. Lasinclusiones se observan en la superficie.

FormasJarras de cuellos evertidos, de labio adelgazado (Fig. 28 a) y de labio redondeados(Fig. 28 b); ollas sin cuello, de labio adelgazado (Fig. 28 c); ollas de cuello al parecercarenado (Fig. 28 d). El grosor de las vasijas varía entre 3 – 10 mm.

DecoraciónCírculos incisos concéntricos alrededor del cuello (Fig. 28 d).

Relaciones SincrónicasEsta cerámica muestra relaciones con la cerámica Urabarriu (Burger, 1998: Fig. 64),con la cerámica Late Capilla (Burger, 1985a: 521, Fig. 27) y con la cerámica Pogoc(Burger, 1982: Fig. 56 – 57). Sobre esto último hay una discusión, ya que Burger locoloca como una cerámica tardía, pero sus fragmentos provienen de una recolecciónde superficie; aunque las características de la pasta de esa olla sin cuello sonexactamente iguales a nuestro fragmento.

Fig. 28 (a) Jarras de cuellosevertidos, de labio adelgaza-do, (b) y de labio redondea-dos, (c) ollas sin cuellos, de

labio adelgazado, (d) ollas decuello al parecer carenado.

Tipo Llapajmarca(Horizonte Temprano)

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Cerámica del Intermedio Temprano

Corresponde a la cerámica recuay. Los tipos descritos podrían tener unaconnotación cronológica dentro de la secuencia recuay, pero dado el estado de lasinvestigaciones, preferimos sólo mencionarlos como tipo. Investigacionesposteriores nos ayudarán a definir una secuencia más precisa, tomando en cuentala cerámica utilitaria.

Tipo Pintado FinoEs la cerámica hecha de caolín y con pintura negativa, lo que se conoce comoRecuay Clásico.

PastaDe textura fina y pulida. Con engobe crema y ocasionalmente rojo. El color de lasuperficie es rojo y crema; no se aprecian inclusiones. El pulido es interno y externo.

FormasPredominan los cuencos de paredes delgadas 4-6 mm. y cóncavas, con labiosredondeados (Fig. 29: a -d). También hay cuencos de paredes rectas y labiosadelgazados (Fig. 30 a - g) y jarras de cuello evertido (Fig.29 e).

DecoraciónOndas de color marrón oscuro cerca de la boca (Fig. 29 a - b); bandas marronesparalelas en la boca de los cuencos (Fig. 30 a, c - e); puntuaciones de color blanco(Fig. 31 c), al igual que pintura en zonas (Fig. 30 b, f, g; Fig. 31 a, b, d, e). Se apreciaun fragmento con diseño zoomorfo (Fig. 31 g).

Relaciones SincrónicasEsta cerámica guarda relación con la Cerámica Kayan y Chinchawasi I (Lau, 2001a:Fig. 562; 2001b: Fig. 3, 4) de Chinchawas en la Cordillera Negra; con la cerámicarecuay, fase Yaia (Grieder, 1978: Fig. 36) de Pashash; con la cerámica recuay(Amat, 1976a: Fig. 21) del valle del Mosna; y, con la cerámica recuay (Bennett, 1944:Fig. 13 d –e) de Willcawaín.

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Fig. 29 (a - d) Cuencos de paredes delgadas 4-6 mm., cóncavas, con labios redondeados, (e)jarras de cuello evertido. Tipo Pintado Fino (Intermedio Temprano)

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Fig. 30 (a – g) cuencos de paredes rectas y labios adelgazados.Tipo Pintado Fino (Intermedio Temprano)

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Fig. 31 Cerámica decorada. Tipo Pintado Fino, (g) Tipo Llano Crema(Intermedio Temprano)

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Tipo Llano Naranja

PastaEs de textura media a fina, con un alisado fino a pulido. El color de superficie variaentre naranja claro a naranja oscuro y marrón claro. Las inclusiones comprendenmica, feldespatos y roca molida. La frecuencia de este tipo es de 10%. Las vasijasno presentan un pulido al interior.

FormasComprenden jarras de bordes evertidos con labios redondeados (Fig. 32 a - d),ollas de cuello corto con bordes evertidos y labios adelgazados ( 32 e - g) y uncuenco (Fig. 32 h).

DecoraciónPrincipalmente se muestra en pinturas en la boca, tanto al interior y al exterior (Fig.32 c, 32 e, 32 g).

Relaciones SincrónicasTiene similitud con la cerámica recuay, fase Huacohu (Grieder, 1978: Fig. 38o) dePashash, y con la cerámica utilitaria Recuay (Amat, 1976 a: Fig. 21).

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Fig. 32 (a – d) Jarras de bordes evertidos con labios redondeados, (e – g) Ollas de cuello corto con bordes evertidos y labios adelgazados, (h) Cuenco.

Tipo Llano Naranja (Intermedio Temprano)

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Tipo Llano Crema

PastaDe textura fina, con un alisado fino a pulido. El color de superficie va de naranjaclaro a crema. Las inclusiones comprenden principalmente cuarzo. La frecuenciade este tipo es del 5%. Al parecer, se usó alguna sustancia cremosa similar alcaolín. La cocción es en atmósfera oxidante.

FormasComprenden jarras de bordes muy expandidos con labios redondeados (Fig. 33 a- c) y jarras de bordes evertidos (Fig. 33 c - d).

DecoraciónPintura marrón oscura, con diseños circulares y en puntos (Fig. 31 f).

Relaciones SincrónicasGuarda relación con la cerámica Chinchawasi I (Lau, 2001b: Fig. 5, comunicaciónpersonal 2002) de Chinchawas de la Cordillera Negra, y con la cerámica utilitariarecuay (Amat, 1976a: Fig. 21).

Fig. 33 (a – c) Jarras de bordes muy expandidos con labios redondeados, (d – e) jarras debordes evertidos. Tipo Llano Crema (Intermedio Temprano)

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Cerámica del Horizonte Medio

Fue identificada teniendo en cuenta los materiales de Chinchawa y deHuamachuco. Las variantes locales aún no son conocidas, pero se espera cubrirese vacío hasta tener datos de excavaciones.

Tipo Caonín ICorresponde al nombre del sitio de Caonín, en el distrito de Huántar, de donde serecuperó gran cantidad de estos fragmentos.

PastaDe una textura fina a media. La superficie presenta un acabado pulido. El color desuperficie varia entre rojo, naranja oscuro, marrón y crema. Las inclusionescomprenden cuarzo, mica y roca molida. La frecuencia es del 5%. La cocción esoxidante. Las inclusiones son pequeñas y muy dispersas.

FormasComprenden «vasos», vasijas de paredes rectas y de diámetro de 10 a 12 cm., delabios redondeados y adelgazados (Fig.34 a -c); cuencos de paredes convexas yrectas, con labios adelgazados (Fig. 35 a - k); jarras de cuellos rectos y ollas.

DecoraciónComprenden líneas de colormarrón oscuro (Fig. 36 d, f, h,j), círculos (Fig. 36 e), líneasblancas (Fig. 36 h), pinturaroja en zonas (Fig. 36 a -c) ylíneas rojas y blancas (Fig. 36i). También hay franjasmarrones en los labios de loscuencos (Fig. 35 b, e) y líneasblancas verticales (Fig. 35 c,f, i).

Relaciones SincrónicasPresenta similitud con laCerámica Chinchawasi II(Lau, 2001a: Fig. 564; 2001b:Fig. 5; comunicaciónpersonal 2002) de laCordillera Negra; con la fasePurpacala (Thatcher, 1972-74: Lam. 23, Fig. 24); y la faseAmaru (Ibid: Lam. 39, Fig. 61– 62) de Huamachuco.

Fig. 34 «vasos», vasijas de paredes rectas y de diámetrode 10 a 12 cm., de labios son redondeados y

adelgazados. Tipo Caonín I (Horizonte Medio)

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Tipo Caonín IIVariante del tipo anterior.

PastaDe textura fina. La superficie presenta un acabado alisado fino con engobe rojo.Algunos fragmentos presentan un color naranja. Las inclusiones comprendencuarzo, mica y roca molida. La frecuencia es del 10%. La cocción es oxidantecompleta.

FormasComprenden Jarras grandes (18 cm. de diámetro) de bordes expandidos, con labiosque van de adelgazado a redondeado; cuencos (Fig. 37 a -e), ollas y cántaros.

DecoraciónLíneas blancas sobre fondo naranja (Fig. 38 a), líneas verticales marrones (38 b - f),líneas rojas (Fig. 38 g) y pintura roja en la boca de jarras y cuencos (Fig. 37 a, b).

Relaciones SincrónicasGuarda relaciones con la cerámica Warmi (Lau, 2001b: Fig. 6, comunicación personal2002).

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Fig. 37 Jarras grandes (18 cm. de diámetro) de bordes expandidos con labios que van deadelgazado a redondeado; cuencos. Tipo Caonín II (Horizonte Medio)

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Fig. 38 (a) Decoraciones líneas blancas sobre fondo naranja, (b – f) líneas verticales marrones(g) líneas rojas. Tipo Caonín II (Horizonte Medio)

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Cerámica del Intermedio Tardío

Sobre este Período existe poco material comparativo (en lo que se refriere a diseñosprincipalmente). Se ha aislados los siguientes tipos:

Tipo Alisado Tosco

PastaDe textura media a gruesa. Presenta un alisado tosco, con un engobe naranja acrema. Las inclusiones llevan micas, cuarzo y roca molida. La cocción es oxidante(mala). La frecuencia es del 20%. El alisado tosco permite ver las inclusiones en lasuperficie.

FormasComprenden jarras de bordes evertidos y labios circulares; ollas de cuellos cortosde labios redondeados; jarras de cuellos ligeramente expandidos, de labiosredondeados; ollas de cuellos casi rectos; cuencos de paredes rectas y cuencos deparedes convexas. El grosor varía de 04 – 13 mm.

DecoraciónComprenden incisiones en pasta seca, en forma de ondas pequeñas (Fig. 39 a),ondas incisas con puntos incisos (Fig. 39 b), bandas aplicadas con círculosestampados (Fig. 39 c) y bandas aplicadas «aserradas» (Fig. 39 d).

Relaciones SincrónicasGuarda relaciones con la Cerámica Charwas (Lau, 2001b: Fig. 7, comunicaciónpersonal 2002), con la cerámica Pogoc (Burger, 1982: Fig. 12, 24, 54, 58) y con lacerámica de la cuenca del Yanamayo (Herrera, 1997: Fig. 4).

Tipo Negro Grafito

PastaDe textura gruesa. Presenta un acabado tosco. El color de la superficie es naranja;el núcleo es de color negro. Las inclusiones comprenden roca molida y grancantidad de grafito. La frecuencia es del 10%. Al rayar sobre la superficie deja unamarca negra constante. Debido al alisado tosco se puede observar las inclusionesen la superficie.

FormasComprenden Jarras, con un diámetro que va de 7 a 20 cm. de labios redondeados,y cuencos de paredes rectas y labio plano.

DecoraciónComprende bandas aplicadas con círculos impresos (Fig. 39 e, f).

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Relaciones SincrónicasGuarda relaciones con la cerámica Pogoc (Burger, 1982: Fig. 9, 24).

Tipo Llano Blanco

PastaDe textura media a gruesa, con un acabado alisado. El color de la superficie esnaranja. Las inclusiones comprenden unos gránulos de color blanco (posiblementecuarzo lechoso) y es muy tosca al tacto. Se puede ver las inclusiones en la superficie.

FormasUn cántaro de borde recto y una olla..

DecoraciónAplicaciones en forma de volutas con incisiones alargadas y circulares sobre pastafresca (Fig. 39 g).

Relaciones SincrónicasAl igual que el Tipo Negro Grafito, guarda relación con la cerámica Pogoc (Burger,1982: Fig. 14).

Tipo Alisado Fino

PastaDe textura media a fina; presenta un alisado fino. El color de la superficie va denaranja a marrón. Las inclusiones, de pasta muy compacta, comprenden cuarzo yroca molida; las inclusiones muy separadas van en un rango del 5%. Algunosfragmentos incluyen engobe rojo.

FormasComprenden jarras de borde expandido, jarras de cuello evertido, jarras con uncuello recto y expandido, y ollas con asas circulares.

DecoraciónAlgunos fragmentos presentan pintura negra y roja.

Relaciones SincrónicasNo hay datos.

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Cerámica de Horizonte Tardío o Inca

Sólo tenemos dos fragmentos de pasta naranja, textura fina a media, con un acabadosuperficial alisado y cocido en atmósfera oxidante. La decoración comprende líneasdelgadas marrones en el cuerpo (Fig. 40).

Fig. 40 Cerámica decorada de estilo Inka

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Marrón oscuro

Rojo Naranja Marrón claro

Crema Sin Pigmentos

CLAVE DE COLORES

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PAISAJE Y COSMOVISIÓN EN EL VALLE DEL RÍO PUCHCA

Es indudable que las sociedades pre-hispánicas tuvieron una cosmovisión muy ligadaal entorno que las rodeaba, y del cual aprovechaban sus productos. Observar talesexpresiones y delimitarlas en un espacio de tiempo es muy difícil (digamos Horizontese Intermedios), pues muchas de las expresiones religiosas ligadas al mundosobrenatural y simbólico de los antiguos pobladores del valle del Puchca fuerontransformándose, continuando aún en la actualidad. Ahora intentaremos esbozaruna aproximación de la evolución de la cosmovisión andina en esta región.

Durante el Horizonte Temprano, los sitios con montículos fueron los másimportantes y numerosos. En dos de ellos se observan la presencia de huancas sobreuna de sus plataformas. Si consideramos a la huanca como el héroe fundador vivoe histórico, que se desdobla mediante la muerte en una representación lítica comosigno de posesión; y de otro lado, al estar enterrada asegura la fecundidad delsuelo (González, 1989: 26), podríamos asumir que la existencia de estas huancasse remontaría al Horizonte Temprano. La principal escultura de Chavín deHuántar, clavada en el centro mismo del Templo Viejo, se asemeja a una huanca. Enel sitio de Reparín, junto a la laguna del mismo nombre existe una huanca (Foto 1).Esto nos daría una señal sobre el culto a las lagunas. En algunos escritos del sigloXVII, Hernández Príncipe [1923] recoge la siguiente versión «estos pobladores y loscarneros de la tierra desta población y la otra fingen procedieron de la laguna de Querocochapor la cual adoraban en su reconocimiento» (Duviols, 1986: 488). Rebeca Carrión (1955:29) manifiesta que se hacían romerías a las lagunas, puquios y manantialesconsiderados como sagrados, porque ellas eran origen o nacimiento del aguadestinada a la irrigación y fertilización del suelo. Tales lugares eran residencia deseres míticos que custodiaban y distribuían el agua y eran la meta de largosperegrinajes realizados periódicamente por grupos de personas que desempeñabanalguna función importante en los ritos religiosos. Además de eso, tradiciones oraleslocales manifiestan, que una vez al año se hacen pagos a las lagunas para que losanimales aumenten y se mantengan sanos. Los pagos consisten en coca y azúcar,pero no es raro que también hayan podido ser animales. Llamacorral (un sitio delIntermedio Tardío) situado en la orilla de la laguna de Puruhuay, habría servidocomo un depósito de animales destinados para el sacrificio en pago a la laguna.También la creencia popular señala que el pago a las lagunas da protección a losanimales frente al ataque de los zorros. Una informante nos refirió que «cuando sehace el pago a las lagunas así nomás el zorro no se acerca a las ovejas, cuando no se haceestos animales «roban» las ovejas hasta de las narices de los pastores» .

De lo expuesto podemos inferir que la antigüedad de las huacas y el culto alas lagunas se remonta hasta por lo menos el Horizonte Temprano (Chavín), dondela ubicación de asentamientos a orillas de las lagunas, mostrarían también laimportancia que iría adquiriendo la «seguridad» de los animales (camélidos), cuyasrepresentaciones se observan ya en los petroglifos de Caullumachay (Fig. 19);importancia económica que durante el Intermedio Temprano (Recuay) seincrementaría, y del cual se tiene mejores evidencias.

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Durante la época Recuay la representación de camélidos es más evidente (Eisleb,1987; Laurencich y Wegner, 2001), lo cual indica la intensificación de su uso. Tello(1929) refiere la existencia de numerosos corrales en las punas como testimoniodel desarrollo de la ganadería. Pero también existen otros corrales, patios o plazascercadas de diferentes tamaños, cercanos a los adoratorios o cerros nevados. RebecaCarrión (1955), al describir las pacchas Huaylas, menciona que frecuentemente sehalla un Dios en la cima de un adoratorio de estructura circular, de dos o másplataformas superpuestas, rodeados de mujeres ofrendantes o de seres y animales.Esto lo infiere de la observación de las características morfológicas de la cerámicaHuaylas (sic). Hernández Príncipe (1923) refiere: «... tenía esta huaca aras de piedradonde la incineraban los hechiceros Villcahuasi quiere desir casa de adoración es un corralque esta dentro de los muros deste pueblo donde por sus ayllos acudian al ministerios deesta adoración había ventanillas y apartadizos piedras de batan, donde molían las conchasque llamaban mullu sustento de las huacas corralillos para criar cuyes para los sacrificios»(Duviols, 1986: 468). En el sitio de Romerojirca la existencia de varios de estoscorrales que se extienden a través de toda la cresta recuerda mucho a estasdescripciones (Foto 4 y 5. Si bien tenemos otros corrales, de los cuales sólo trespudieron ser fechados por asociación con sitios tardíos, debemos indicar que existendiferencias arquitectónicas entre los «corrales» de Romerojirca con los de Pinkushy Wiñaj. Los dos últimos son mucho menos elaborados que el primero. Wiñaj poseegrandes corrales cuadrados. De esto inferimos que efectivamente los «corrales» recuaytuvieron una función ritual, y que allí se «criaban» los animales para destinarlos asacrificios, con fines agrarios o de reciprocidad hacia la tierra (de donde el hombretoma prestado de la naturaleza algunas plantas y animales para criarlos en sus chacrasy su compromiso es criarlos bien, pues sino el mismo hombre está en peligro dedesaparecer). El cultivo y «creación» de nuevas formas de vida es una manera en laque la comunidad humana se enriquece y retribuye con la naturaleza. Si se cancela lareciprocidad se cancela la vida. Así, el hombre andino tiene un compromiso con lanaturaleza, crea nuevas especies (entendámoslo como domesticación de camélidos) yal hacerse éstas más necesarias, deben ser devueltas a la tierra a través de su sacrifico.

Este conjunto de sacrificios como parte de las creencias mágico–religiosas,simboliza la solidaridad colectiva del grupo social, dirigida por una élite, que eneste caso sería la élite recuay, y quienes serían los encargados de llevar a cabo lasceremonias y sacrificios, así como de controlar la producción para realizar conéxito estas celebraciones.

Las celebraciones están también ligadas a un desarrollo económico, yaseñalado líneas arriba. Gran parte de la producción era desviada para «gastosrituales», en donde básicamente se consumía chicha, tal como lo manifiesta Gero(2001a: 16). Al respecto, Orsini (2001: 74) señala que muchas vasijas representanescenas rituales donde los personajes llevan en la mano cuencos posiblementellenos de chicha. La chicha representa un salto tecnológico, pues supone lapreparación de la jora, bajo un complicado proceso (seleccionar los maíces,desgranar la mazorca, luego sumergirlos en agua, envolverlos y pisarlos, yfinalmente secarlos) y en breve tiempo (una semana).

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Como resumen, durante el Intermedio Temprano se incrementa el control delos camélidos y la producción de maíz. Los sacrificios son una forma dereciprocidad con la tierra y una clase dominante, muy posible del tipo sacerdotal yno guerrera, presidía las ceremonias y administraba la producción.

Sin duda, las celebraciones y las fiestas continuaron durante el IntermedioTardío, tal vez bajo otras condiciones políticas de gobierno. Para esa época elterritorio peruano estaba ya dividido en muchas etnias y la zona de Conchucos noera la excepción.

Los asentamientos del Intermedio Tardío muestran sectores diferenciadosentre residencial y ceremonial. Generalmente, el sector ceremonial está compuestopor una o varias plataformas (Fig. 14). Estalisnao de la Vega Bazán [1957],hacia1657, anotó sobre Conchucos lo siguiente: «Huari no comía pero exigía que le hiciesessacrificios en las casas en las chacras, y especialmente sobre unos altares situados arriba delos pueblos, ante un asiento de piedra..» (Duviols, 1973: 156). Así, los «corralessagrados» del Intermedio Temprano son desplazados. Esto significaría la irrupciónde un nuevo orden político o la desmembración de uno más antiguo, dondeestructuras ceremoniales están bajo un nuevo patrón de asentamiento, que permitióseguir manteniendo lugares destinados para las ceremonias religiosas. Laadoración por los mallquis está también presente (a quienes se les adoraba comosus progenitores y cuyos huesos tenían mucha veneración). A estos mallquiscontinuamente se les ofrecían sacrificios como corderos, chicha, coca y maíz.

Al parecer las actividades religiosas con respecto al Intermedio Tempranovan en aumento, pues datos etnohistóricos se refieren a fiestas menores para losídolos y mallquis. Si tomamos en cuenta la existencia de varias etnias (5) en lazona de Conchucos frente a una sola unidad política recuay, las celebraciones ysacrificios habrían de haberse incrementado. En un documento de la Vista deJesuitas [1617] se menciona: «Tiene esta secta e idolatría sus fiestas mayores y menores, instituidasen reverencia y culto de los dichos ídolos.... entre años hacían otras tres ó cuatro fiestas, con otras muchasceremonias: cuando limpiaban las acequias y al principio del invierno, pidiendo a los ídolos lluvias; yal principio de la sementera, la primera chacrilla se sembraba en nombre del ídolo.... hacían otra fiestamensual, cada mes dos veces, una en la luna nueva y otra en el menguante, en las cuales solo lossacerdotes ministros de idolatría ofrescían sacrificios a los ídolos... en algunas provincias ofrecían cadasemana chicha y coca a los dichos ídolos los ministros de la idolatría... otra fiesta cada año, en la cualdaban gracias a los ídolos de haberles dado una buena sementera y cosecha, y en ésta las principalesfiguras eran los parianes, que son indios que por selección habían puesto ese año como guardas de lassementeras... demás de las fiestas referidas, cada indio ofrescía sacrificios y ofrendas al ídolo penate quetenía en su casa..» (Duviols, 1986: 446).

Otra festividad era la del maíz, realizada cada año. Las chacras eran dealguna forma propiedad de las Huacas. Hernández Príncipe [1923] refiere: «dejolos mallquies aras que se quemaron fuera de los referidos y los hechiceros de nuevo que sehallaban dueños de sus tierras en sus depósitos el adorar la tierra las acequias. Todos cuantosembraban alquilaban las tierras a las huacas o les arrendaban las huacas a ellos, por mejordecir para un carnero para el sacrificio..» (Duviols, 1986: 475).

La existencia de numerosas huacas y, por consiguiente fiestas, sacrificios ycelebraciones, también se ve reflejado en el número de asentamientos durante el

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Intermedio Tardío, en que las estructuras ceremoniales son componentes de losasentamientos. Tal número de fiestas, cuyas ofrendas eran principalmente animales(cuyes y camélidos) y chicha, supone un manejo de otros cultivos como la tarwi,quinua, oca, olluco, mashua, etc., que permitieron balancear o complementar elgran gasto que significaban tantas fiestas. Los asentamientos localizados próximoa las zonas de producción de estos cultivos apoyarían nuestra hipótesis que losasentamientos están asociados a determinados tipo de cultivos. Tal asociacióntambién significó un proceso de «federalización» de las etnias, como una manerade lograr una seguridad alimentaria, donde los jefes de las etnias llegarían aacuerdos de intercambio de ciertos productos que no producían en su zona. Perode acuerdo a nuestros estudios (Fig. 20), las habas se encuentran en territorioPinco. Así, estas relaciones de complementariedad alimentaria, permitieron ypermiten soportar el gasto de las fiestas. Los tributos que hacían los indígenas alos encomenderos en los primeros años de la colonia (1559), seguían siendo,principalmente, maíz y papas (León, 1995: 152) Esto significaría, que los «dioses»locales habrían sido reemplazados por «divinidades» cristianas, significando ungasto ceremonial igual.

Pero, al parecer, no sólo las fiestas y ceremonias religiosas formaban partede la cosmovisión andina, sino que el paisaje también jugó un papel importante.En la actualidad diversos cerros o jircas tiene nombres que se suponen son de losantepasados, y sobre éstos existen estructuras ceremoniales. En el valle del Puchca,en el distrito de Cajay, existe un cerro al que los pobladores llaman Llamog. Creemosestar aquí ante la transformación de una huanca en un cerro, vale decir, ante unahuanca gigante. Estas huancas-cerros son muy difundidas en los andes peruanos.Rodríguez Príncipe (1923) menciona la existencia en el pueblo de Marca, Callejónde Huaylas, de una huaca llamada Llamog. Al respecto nos dice: «... a un cuarto delegua desta población muy antigua donde en un adoratorio rodeado de cantería y en mediohecho un caracol estaba su respetada y principal Huanca llamada Llamoq que era unapiedra a modo de una calavera tan pesada como fiera que mirarla ponia horror estabarodeada de muchos sacrificios adorábanla con airjuas y trompetas estos llactas y era huacae la madre del cacique y los deste ayllo dijeron proceder de esta huaca...» (Duviols 1986:470).

En la Relación de los Primeros Religiosos Agustinos se menciona que enHuamachuco se veneraba piedras redondas o munigundo, también a las peñasmuy grandes a las que se les denominaba Yamguaca y Yamoguanca (Cárdenas,1969: 79). La existencia de varios Llamoq en la sierra de Ancash, talvez sea larepresentación de una huanca conquistadora, que irrumpió en la zona de Conchucosproveniente del Callejón de Huaylas o viceversa.Otro dato sobre las huancas–cerros lo señala Cristóbal del Albornoz, donde se refierea Ancovilca, la huaca principal de los indios de Huanuco y Pincos, la cual es unapiedra que está en un cerro pequeño junto al pueblo de Pincos (León: 1995: 207). Delo expuesto podemos resumir que los cerros también formaban parte de lacosmovisión andina y el paisaje no sólo era entendido como un elemento topográficosino también espiritual que, con la creación de la agricultura y su importancia,deviene en una transformación de la naturaleza. En el paisaje natural aparece un

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paisaje cultural, un paisaje que tiene características impresas por la gente. Pero elespacio donde se da y logra esta relación (hombre–paisaje) es la chacra, que formaparte interactuante con el paisaje natural que la rodea, en la que a su vez, laactividad agrícola transforma la sociedad misma exigiendo un mayor grado deorganización. Es así, que el territorio para la agricultura deviene en un espacioproductivo y a la vez sagrado.

Pero el paisaje no sólo cumplía una función sagrada sino también limítrofeo de frontera. Esto puede deducirse de la forma cómo los ayllus durante el sigloXVII distribuyeron sus tierras. Un manuscrito en la Municipalidad de Huachishace la siguiente mención: « los poseedores recibieron la dimensión de sus tierras con suslímites siguientes: por el norte con la Cruz de Pan de Azúcar y continuación de la Cruz deHuayllash, por el sur con la Cruz de Chococoto, por el este las lomas Ñawpamarca, y por eloeste todos los cerros de Potrero, por Yanamachay y de Castillo (ms. 1708). De los sitiosmencionados, dos (Pan de Azúcar y Ñawpamarca) son sitios arqueológicos,Yanamachay presenta evidencias de pinturas rupestres muy deterioradas y nodescartamos que los otros restantes también correspondan a sitios arqueológicos.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES PRELIMINARES

El valle del Puchca muestra una ocupación muy antigua que va desde el periodolítico. Las evidencias en la cueva de Kanrash muestran que las puntas líticas tienensemejanzas con el Horizonte II y III de Lauricocha (Amat, 1976b: 534 –544). Ennuestro trabajo varias cuevas no han podido ser fechadas, como es el caso deHuarmiraga e Iglesiamachay, ambas localizadas sobre los 4000 m.s.n.m.Durante el Horizonte Temprano, el sitio de Chavín de Huántar tuvo muchaimportancia a nivel pan andino, pero los centros menores al parecer, tuvieronmucha independencia respecto a lo que significaba Chavín. Tal independencia sehace evidente en asentamientos anteriores y contemporáneos a Chavín de Huántar,donde el patrón arquitectónico no fue replicado por todos los centros ceremonialesdel Horizonte Temprano, como es el caso de Huaricoto que, a pesar de su cercaníacon Chavín, continúo siendo el foco de construcciones con un estilo tradicionallocal. Es probable que un sinnúmero de centros tuvieron esta misma continuidad(Burger, 1993: 38). Los sitios de este período registrados por nosotros no presentanesculturas de estilo chavín. Quizá sólo los asentamientos cercanos a Chavín deHuántar como Pogoc y Waman Waín tuvieron relaciones fuertes con el Templo deChavín, como lo propone Burger (1982). La existencia de arquitectura«monumental» evidenciada por los montículos, tres de ellos presentes en las microcuencas del Mosna (Huarijircán), Huaritambo (Yamllipitec) y Puchca (Pirurojirca),estaría significando una independencia frente a lo que significaba Chavín. Debidoa la importancia de Chavín a nivel pan regional, podríamos pensar que dichaimportancia lo mantenía ocupado como para «atender» a los sitios muy próximosa él.

Los montículos del Horizonte Temprano continúan reocupándose, tanto enel valle del Puchca como en el Callejón de Huaylas tal es el caso de Pumacayán

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(Loli, 1959: 121). Los montículos son continuamente ocupados, talvez porque sonconsiderados como lugar de los antecesores por la existencia de las huancas.

Al igual que en la cuenca del Yanamayo (Herrera, 2001), los montículos sonlas evidencia arqueológicas más tempranas. Pero a diferencia de este valle, sitioscomo Reparín en el valle de Puchca, no sólo estuvieron condicionados porlimitaciones ecológicas, sino que el aspecto de la cosmovisión influyó para que seestablezcan los sitios junto a las lagunas, vale decir, como una forma de asegurarel abastecimiento de agua, pero también como lugar sagrado (al margen de que lamisma arquitectura señala una función ceremonial).

La cerámica evidencia que, por lo menos, hay un estilo de cerámica de carácterlocal que es contemporáneo a Chavín. Nos referimos al tipo Pontó (Fig. 21, 22, 23).Esta cerámica, en general, presenta pocas asociaciones en cuanto a la decoración.Las franjas rojas alrededor de la boca son ausentes en las colecciones de Chavín,mientras que las formas sí son reconocidas en Chavín de Huántar.

El predominio de cuencos señala que en los Montículos se realizabanactividades rituales, por ser formas diseñadas para bebidas, como la chicha.

En La Pampa, los montículos a base de plataformas han sido fechados hacialos 1400 a 970 a.C. Las estructuras excavadas sobre las plataformas no fueronusadas como vivienda, ya que se halló pocos artefactos de uso doméstico. Más bienparece probable que estas estructuras fueron usadas por algunos grupos especialescomo los sacerdotes (Terada et. al. 1978: 56)

La transición de Chavín a Recuay no muestra un incremento en el númerode asentamientos. Muchos montículos continúan siendo reocupados, y a la par,van surgiendo otros con una técnica de construcción diferente. El uso de la pachillaes introducido. Sobre las plataformas se construyen habitaciones. De otro lado, seobserva que los «corrales» se encuentran asociados a los sitios

Los sitios no presentan elementos obstructivos (murallas), es decir, no sonfortificados como si sucede en el Callejón de Huaylas (p.e. Lau, 2000: 182), debidotalvez a que los cambios no fueron muy bruscos (tal como lo refiere Gero [1991:138], al decir que el cambio en la localización de asentamientos e innovacionesestilísticas se da por el surgimiento de un grupo que trata de «comprar» mano deobra). Sin embargo, el tipo de administración no es sugerida. El numero deasentamientos y la variabilidad de esto nos indican que los cambios en ambasregiones fueron diferentes. Son abundantes las esculturas de guerreros en el Callejónde Huaylas, mientras que en el valle del Puchca son muy escasas.

El patrón de asentamientos revela un uso preferencial por las laderas. Taldesplazamiento sería para dejar libre las tierras de los fondos de valles yaprovecharlos para la agricultura, y de otro lado, para tener acceso a productos dela zona suni y puna. Si bien todos los montículos del fondo del valle sonreocupados, las tumbas construidas en esta zona servirían para que los muertoscuiden de las chacras. Se trata de tumbas de un diseño preconcebido y construidaspara albergar a varios individuos. El patrón recuay en general no difiere muchodel patrón del período anterior. Los sitios tienen autosuficiencia, evidenciado porlas estructuras ceremoniales que cada uno muestra, y estarían constituidos enlugares de concentración donde la gente de las Marcas se reunían para realizar

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actividades rituales. Los «corrales» existentes en Romerojirca apoyarían estáhipótesis. Los sitios poseerían estructuras rituales que no presentan litoesculturacomo si sucede en Chinchawas (Lau, 2001b).

Si bien es cierto que los montículos muestran un patrón constituido porplataformas, y sobre ellas habitaciones, nos inclinamos a apoyar lo expuesto porGero (1990), en el sentido que esta naturaleza repetitiva en la arquitectura podríarevelar los orígenes de la administración burocrática en el Callejón de Huaylas.Pero esto no significaría que una administración anterior no existiera. 11 de los 24sitios presentan reocupación anterior, lo cual nos indica que, si bien el tipo dearquitectura sufre una variante (los montículos del Horizonte Temprano no presentanconstrucciones en sus plataformas), su importancia aún permanece vigente.

La cerámica recuay es muy variada, siendo los cuencos decorados (Fig. 29,30) los predominantes. Por su delicada elaboración habrían servido paraactividades rituales y como parte de las ofrendas a los muertos. El número de jarrasexistentes es una respuesta de adaptación ante los sitos alejados o a relativadistancia de las fuentes de agua, es decir, sirvieron para almacenar líquidos comola chicha y el agua.

Los camélidos adquieren una mayor importancia en la economía recuaycomo animales de carga para intercambio con las regiones de la selva, como lomuestran las representaciones de éstos en los petroglifos de Caullumachay (Fig.19), y también para las actividades rituales relacionado con la agricultura, comoanimales destinados para el sacrificio.

Los nuevos tipos de tumbas muestran un cambio en el comportamiento enla sociedad recuay respecto al período anterior. Esto no sólo sucede en el valle delPuchca, sino también en el Callejón de Huaylas (Lau, 2000; 2001a y Gero, 2001a;y b).

Estudios sobre los asentamientos en el Horizonte Medio para la zona deConchucos son escasos. La evidencia cerámica no está definida. Amat(comunicación personal, 2002), señala la existencia de fragmentos de tipo Viñaqueen el templo de Chavín. Wegner (2001), en un estudio de la colección de la cerámicade Chacas, refiere que en esa colección no existen vasijas de los estilos Wari, esdecir Chakipampa, Robles Moqo y Viñaque, pero que sí hay algunas vasijas quepueden pertenecer a un estilo local influido por la ideología e iconografía Wari.Una situación diferente se ve en el Callejón de Huaylas. Excavaciones en el sitio deChinchawas realizadas por George Lau (2001b), reportan cerámica importadaWari, Huamanga y Viñaque. En el sitio de Honcopampa, Isbell (1989) tambiénreporta cerámica importada Wari. En el valledel Yanamayo, Herrera (2001) hace notar que es muy difícil identificar la influenciaWari en la zona de los Conchucos. La mayoría de los sitios registrados por éltomaron como referencia la cerámica excavada por Thatcher , en Huamachuco.

En el valle del Puchca se observa una reducción en el número deasentamientos (asumimos esto debido al tamaño de nuestra muestra, por lo queinvestigaciones más intensivas permitirán tener un panorama más claro). Sinembargo, la reocupación de todos los asentamientos recuay muestra que las

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estrategias de ocupación siguen siendo las mismas, al igual como sucede en lacuenca del Yanamayo (Herrera, 2001).

Es en el Intermedio Tardío donde existe un marcado contraste con los períodosanteriores. Asentamientos en las cumbres con elementos obstructivos (murallas yzanjas) son respuestas a un ambiente de tensión. Clima que no motivó un cambiosignificativo sobre su cosmovisión y ceremonias. Los asentamientos, esta vez enlas cumbres, poseen estructuras circulares para los rituales, al igual que susantecesoras del Horizonte Temprano, Intermedio Temprano y muy posible delHorizonte Medio.

La cerámica muestra un incremento notable en la producción de jarras,debido a que las actividades rituales aumentaron, en consecuencia, elalmacenamiento de chicha también se incrementó; todo esto, sumado al alejamientode las fuentes de agua, lo cual significó un traslado de este liquido desde lugaresmucho más distantes.

Los afloramientos rocosos sobre los que se hallaban los sitios son usadoscomo canteras mientras que para la cuenca del Yanamayo, Herrera (2001) señalaque existía un respeto a los cerros, razón por la cual no se extraían rocas de allí.Pero el uso de los cerros como canteras ya se ve en el Intermedio Temprano, talcomo sucede en el sitio de Romerojirca.

El número de chullpas intactas llama la atención en el valle del Mosna, ladosur del valle del Puchca. Diessl (comunicación personal, 2002) menciona que enesa zona no hay tal cantidad como se ve en el lado norte.

Si durante la extirpación de idolatrías se destruían huacas y se quemaban«momias» que existían en diversos entierros (Duviols, 1986), cabría preguntarse¿por qué en el sitio de Marcajirca todas las chullpas presentan restos óseos? (Ibarra,2001), ¿qué pasó con Marcajirca?, ¿ será que en Huari la extirpación de idolatríasfue muy débil?, ¿ los pobladores se convirtieron rápidamente al cristianismoabandonando todas su costumbres andinas?, ¿Marcajirca fue cubierto rápidamentepor la vegetación que impidió su ubicación por los extirpadores?

La ubicación de los dos grupos étnicos en zonas de cultivos especializadoshabría significado que los lazos de intercambio fueron muy fuertes. La diferenciamínima entre ellos sugiere un ancestro común, tal como lo evidencia la existenciade dos huacas – cerros la de Llamog en territorio Huari, y la de Falso Llamog enterritorio Pinco.

Los Pinco controlaban las plantas de oca, y olluco, mientras que los Huari eltarwi, la quinua y mashua. Sobre el control de las tierras cálidas (en el Puchca yMosna) no tenemos todavía datos suficientes de cómo fue ocupada, y tampocotenemos muchos sitios registrados, a excepción del sitio de Purunmarca, cuyaocupación data del Horizonte Temprano. Suponemos que la no-existencia deasentamientos en estas zonas (entre los 2500 a 2000 m.s.n.m.) se debería al hechode ser una zona endémica, con peligro de enfermedades como el paludismo.

Para terminar con este artículo, la ocupación Inca muestra un uso indistintode los pisos ecológicos. Existen sitios en todos los sectores del valle, que tienen unafunción de control y administración, atribuido por el Estado Inca. El Camino Realque viene de Huánucopampa y va hacia Huamachuco es la evidencia más palpable,

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existiendo aún serie de tambos asociados en toda la provincia. Pocos sitiospresentan ocupaciones anteriores (ver cuadro 1). Lo que llama la atención es que elmontículo de Yamllipitec, ocupado desde el Horizonte Temprano, reveló cerámicade este período. Finalmente, este sitio será el foco de nuestras futuras investigacionespara dilucidar la historia prehispánica de esta parte del Perú.

AgradecimientosDeseo expresar mi agradecimiento a todo el pueblo de Huari, quien a través de laMunicipalidad de Huari viene apoyando mis investigaciones desde 1997. En formamuy especial al alcalde Edwards Vizacarra, al ex – alcalde Florencio Álvarez y alProfesor Franco Solís.Al compañero Fernando Gutiérrez Honores, quien me acompañó en la temporadade 1997 y 1999; a Jorge Champi Farfán, quien nos acompañó en 1999, y quienademás es autor de varios de los dibujos de arquitectura y cerámica que aparecenen esta publicación. A Santiago Rivas, por las correciones del texto.A los compañeros Rolando Mallaupoma, Nilton Ríos, Araceli Espinoza, HelbertAsencios, Maria Ysela Leiva, Leonel Hurtado y Enrique Bellido por su ayuda enlos dibujos de cerámica.Al Dr. Hernán Amat, por sus cometarios y críticas sobre mi investigación; al Ing.Andrés Toro por los datos sobre el comportamiento de los camélidos; al profesorCarlos Farfán, por sus comentarios de cómo abordar el estudio de la cosmovisión;a la Lic. Lilyan Soto por su apoyo en los trabajos de campo de 1999.A los colegas George Lau, Steven Wegner, Carolina Orsini, Alexander Herrera yWhilhem Diessl, por su comentarios y notas sobre la arqueología de la zona.

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SITIOS ARQUEOLÓGICOS EN LOS DISTRITOSDE CHAVÍN, HUÁNTAR Y SAN MARCOS

Tipología y Zonificación

WILHELM DIESSLSociedad Austriaca de Investigaciones sobre América Latina

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INTRODUCCIÓN

El presente artículo tiene como finalidad mostrar los resultados preliminares deuna Prospección Arqueológica, cuyo objetivo fue determinar la localización desitios arqueológicos y de dibujar planos de restos arquitectónicos. Tomando encuenta varias recomendaciones de expertos, el trabajo fue ampliado con ladescripción de objetos arqueológicos (de colecciones privadas, etc.) así como conlos aspectos ecológicos. Para realizar mi trabajo hice una evaluación de la literaturaarqueológica existente, revisión de fotos aéreas, información de gente del lugar yen especial recorridos sobre el terreno. El trabajo de campo tuvo lugar entre 1988 y1995. Una parte del proyecto -uno de cuatro etapas- fue financiado por el Fondo deInvestigaciones Científicas de Austria y las otras etapas por quien escribe. Unapoyo muy importante fue el de la parroquia de Chavín y del padre FranzWindischhofer. El Instituto Geográfico de la Universidad de Innsbruck (Austria)ha contribuido con informaciones valiosas.

Todos los dibujos y planos han sido hechos por el autor. No se han numeradolos sitios arqueológicos dado que algunos de éstos son muy extensos y es difícilsaber si pertenecen a uno solo o a otro. En cuanto a los nombres geográficos, es unproblema difícil de resolver, para lo cual se debería llegar a acuerdos denomenclatura. El informe definitivo sobre el proyecto tendrá 600 paginas e incluyeaproximadamente 400 figuras.

UBICACIÓN Y LÍMITES

El área estudiada comprende tres distritos: Chavín, Huántar y San Marcos, queconforman la parte sur de la provincia de Huari en la zona de Conchucos. Loslímites de esta provincia son «hidrográficos», es decir los ríos, quebradas o cuencashidrográficas. Se encuentra al este de la Cordillera Blanca y pertenece a la cuencadel río Marañón - Amazonas.

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Se puede asumir que en esta área vivían las personas que construyeron y manteníanel Templo de Chavín de Huántar. El presente trabajo también tiene la intención deaveriguar la extensión de la zona habitable. No se incluye una descripción delTemplo de Chavín de Huántar, el cual será tratado sólo en forma marginal (Fig. 1).

AMBIENTE DEL ÁREA DE ESTUDIO

El eje del área está formado por el valle del río Mosna, que corre en dirección sur-norte, paralelo a la cresta principal de la Cordillera Blanca. El acceso al valle desdela costa del Pacifico es difícil, hay que cruzar zonas que superan los 4000 m. dealtitud. En 1939 se inauguró una carretera transandina y el túnel de Cahuish: coneste evento por primera vez fue posible llegar a Chavín en automóvil (antes losviajeros tenían que hacerlo a pie o con caballos).

El punto más alto de la provincia es el nevado Huantsan (6400 m.s.n.m.),una montaña sagrada para los habitantes prehispánicos. El punto más bajo está a2750 m.s.n.m. (al norte del distrito de Huántar). La mayor parte del área tiene unaaltura que supera los 4000 m. de altitud, es puna fría y no es apta para la agricultura.También en los valles hay un clima frío, donde a alturas de más de 3300 m. seregistran temperaturas bajo cero. Apenas el 6 % del área es cultivable y facilita laexistencia de 20,000 personas en la actualidad.

IMPORTANCIA DE LA ZONA

No hace falta hablar sobre la importancia de Chavín de Huántar, ya que existeabundante literatura sobre el tema. El Templo ha sido declarado PatrimonioCultural de la Humanidad por la UNESCO. Muy pocos estudios han sido realizadosen las faldas y en los alrededores del templo. Sobre todo faltan excavacionesestratigráficas. Asimismo, pocos estudios han sido publicados hasta el presente,entre ellos los de Julio Espejo (1956) en Gotush; Richard Burger (1982 y 1984a) enPojoc, Waman Wain y el Pueblo de Chavín; Hernán Amat (1976) en Canrash,Yurac Machay, Huántar y al Oeste del Templo de Chavín.Otras excavaciones fueron hechas hace décadas, pero nunca publicadas: JorgeMuelle, Gary Vescelius, Rosa Fung Pineda.

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DESARROLLO ARQUEOLÓGICO

Los conocimientos actuales todavía no son suficientes para describir unacontinuidad del desarrollo histórico, solamente se iluminan puntos de un amplioespectro.

Período Precerámico Tardío

Vestigios de esta cultura se encuentran en varios sitios de los Andes Centrales:Kotosh y Piruro (Huánuco), La Galgada, Huariacoto (Ancash). Es posible quetambién en el valle del Mosna existiera una población humana de esta época, perohasta la fecha no se ha comprobado con seguridad.

Período Inicial

De este período proceden las construcciones gigantescas de Casma y Nepeña en lacosta de Ancash. Es posible, asimismo, que Huarijircán en Huántar, una pirámideescalonada ya muy erosionada, pertenezca a esta época.

Richard Burger (1992) opina que el origen de la cultura Chavín está en elPeríodo Inicial y que el Templo Viejo de Chavín es la última obra de este período. Esposible que las estructuras megalíticas al norte del pueblo de Chavín de Huántar,también sean restos de esta cultura. Burger (1984a) los atribuye a su estilo cerámicoUrabarriu (Chavín Temprano).

Horizonte Temprano (Formativo) Cultura Chavín

Sobre este tema ya se ha discutido bastante y es difícil agregar algo nuevo. Siguesiendo muy discutida la cuestión de donde vino la influencia que llevó a un elevadodesarrollo a esta cultura, que produjo tantas obras de arte y edificios monumentales.Al parecer, debe haber florecido entre 1200 y 300 a.C. Algunos autores, comoBurger (1984a y 1992), suponen que la cultura se mantuvo hasta los 200 a.C. El findel Templo de Chavín puede haber sido causado por una catástrofe natural, comoun terremoto o un huayco.

Se conoce una docena de sitios de la cultura Chavín en los alrededores deltemplo, pero al parecer ninguno tuvo la importancia como el de Chavín de Huántar.Una investigación más profunda y extensa deberá producir más resultados yhabrá que tener en cuenta que los sitios formativos en las faldas bajas o en el fondode los valles están cubiertos por más de un metro de tierra, que es causado por lamovilidad del suelo y por factores climáticos.

Intermedio Temprano Inicial: Huáras

La primera cultura asociada al Intermedio Temprano en esta región es Huáras, queposee cerámica decorada con líneas blancas sobre un fondo rojo (Huáras-Blanco-sobre-Rojo). Restos de esta cerámica fueron hallados en los alrededores de Chavín.

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Intermedio Temprano: Recuay (o Callejón)

Esta cultura que se desarrolló durante medio milenio, tuvo una gran importanciaen el valle del Mosna y en Conchucos. Sus restos se encuentran en una amplia áreade la Cordillera Blanca.

En Chavín, la gente «Recuay» ocupó el terreno del templo. Sobre la PlazaCircular del Templo Antiguo construyeron pequeñas casas con las piedras deltemplo. La enorme cantidad de fragmentos de cerámica que se encontró en estaárea todavía no está estudiada. De los Recuay proceden muchas de las chullpas ytumbas subterráneas en los distritos Chavín y Huántar y también las esculturasantropomorfas de Huántar.

Horizonte Medio-Wari

Esta cultura pan-peruana tiene su origen en el sur del Perú, se llama también«Wari» por el sitio muy conocido cerca de Ayacucho. En nuestra región estadenominación puede causar cierta confusión. Sin duda, la cultura se ha extendidohasta el valle del Mosna y su influencia se observa en la cerámica.

Intermedio Tardío

Después de la caída del «Imperio» Wari, en el Perú se formaron centenares decuracazgos locales. A esta época, que duró más de 300 años, pertenece una grancantidad de sitios arqueológicos en Conchucos, cuyos restos se conservan hastanuestros días. Debió de haber existido un período altitermal, entre 1100 y 1250 a.C.cuyo clima favoreció la subsistencia de pueblos en alturas mayores de 4000 m.como Pikutu, Pomajircan, Pinculluyoc, etc.

Horizonte Tardío - INKA

La ocupación de Conchucos por el ejercito Inka tuvo lugar bajo el gobierno del InkaPachacútec. Su segunda campaña al Chinchaysuyu fue comandada por CápacYupanqui, el hermano del Inka, y tuvo lugar aproximadamente en 1465. Aparte deunos fragmentos de cerámica en Pojoc, huellas de la cultura Inka son raras enChavín. Construcciones que se pueden atribuir al inkanato se encuentran en elpueblo de Huaracayoc. En el norte de Conchucos abundan construcciones inkaicasimportantes. El Qapacñan o Camino Real, que conecta Huánuco con las ciudadesdel norte de Conchucos y Cajamarca, pasa detrás de las montañas, al este deldistrito de San Marcos (Fig. 2).

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Fig. 2 Sitios arqueológicos en el valle del río Mosna

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TIPOS DE SITIOS ARQUEOLÓGICOS

AsentamientosRestos de asentamientos antiguos son muy escasos en el fondo de los valles,porque los pocos sitios favorables fueron reutilizados: como en el caso de Chavínde Huántar, durante 3000 años. En las alturas donde el ambiente es poco favorablepara la agricultura, hay restos de pueblos antiguos bien conservados. Las plantasde las casas pueden ser circulares o rectangulares. En algunos casos los pueblosson fortificados y cercados con muros.

Cerros EscalonadosCumbres de cerros, tanto en regiones bajas como en las altas punas, fueron cercadaspor muros concéntricos que, a veces, les dan un aspecto de pirámides escalonadas.Algunas de éstas presentan restos de estructuras (casas) en los «escalones».

Plataformas en las cumbresLas cimas de altas montañas de más de 4000 m. de altitud, fueron aplanadas ycercadas con un muro de contención. No tuvieron una función agrícola por lo quedebe tratarse de sitios para el culto a las «jircas». A veces se encuentran entierrosen los cumbres. Por primera vez este tipo de sitios en los alrededores de Chavín fueinvestigado por Johan Reinhard (1987, comunicación personal 2002).

Corrales y AndenesLos corrales son grandes estructuras circulares o rectangulares cercados con murosrústicos. Son de tamaño variable, a veces aglomerados como panales. Si seencuentran en la puna tenían la función de cercar manadas de llamas y en zonasmás bajas servían (o sirven todavía) para cercar plantaciones y protegerlas contraanimales.

Los Andenes son terrazas en las faldas de los cerros para uso agrícola, facilitanel riego y disminuyen la erosión del suelo.

Estructuras MegalíticasPara la construcción del Templo de Chavín de Huántar fueron utilizadas piedrasmuy grandes, algunas de varias toneladas. Pero también los elementos típicos delas culturas megalíticas del Viejo Mundo tienen sus equivalentes. He preferidohacer uso de sus nombres célticos, mencionados en la literatura europea:

Menhires: Piedras paradas con una altura de 2 a 5 m. Se supone que se tratade marcas de fronteras o sitios de culto. En los andes son llamadas Huancas.

Dolmen ( «Mesa de piedra»): Son tumbas tapadas con una piedra grande. Aveces son cubiertas con un montículo de piedras pequeñas y tierra (igual como enEuropa).

Cromlech: Círculo de piedras paradas. No se puede confundir con un corral,porque entre las piedras hay regular distancia y no tienen paredes cerrándolas.

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Muros de Cantos RodadosBien conocido es el muro de grandes cantos rodados en la calle Tupac Amaru enChavín. Burger (1984 a) lo ha descrito como muro norte. A poca distancia, en lacalle J.C. Tello, hay restos de otro muro que fue construido de piedras con un pesode hasta 10 toneladas.

TumbasPocas tumbas han sobrevivido a las destrucciones de las últimas décadas, seobserva una gran variedad de tipos. Aquí algunas muestras:- Cajas o cestas pequeñas revestidas con piedras cubiertas con una laja.- Chullpas del tipo «torre» con planta circular o rectangular; casi ningún ejemplarse ha mantenido intacto.- Tumbas megalíticas, debajo de bloques naturales (de 10 o 20 toneladas), que nofueron movidas de su sitio. Se cavaron cuevas que fueron revestidas con piedraspequeñas y cerradas con un muro.- Tumbas subterráneas o semisubterráneas, con cámaras circulares u ovaladas, ocon una arquitectura compleja de varias cámaras rectangulares.- Tumbas de roca, utilizando cuevas, nichos o abrigos naturales donde las paredesrocosas fueron cerradas por un muro.

Obras HidráulicasAntiguos canales de riego, canales subterráneos de desagüe y represas con diques.Pinturas RupestresHay varios sitios con pinturas rupestres (muy primitivas, de color rojo). Dos sitiosfueron estudiados por el autor ( Yurac Machay y Uchuhuayta).

Edificios ColonialesRuinas de iglesias o altares de madera también son interesantes. Existe unadocumentación de los altares barrocos de Huari que fueron destruidos hace 20años.

LAS ZONAS ARQUEOLÓGICAS

Para facilitar la descripción de los sitios se buscó una manera de dividir el área enzonas naturales como: fondos de valles, pendientes, lomas, cerros, cumbres demontañas. Aunque en algunos casos las fronteras son algo arbitrarias y forzadas.Las zonas son numeradas, por ejemplo, en Huántar HU 1, HU 2, etc. Los sitios noson numerados, lo cual será un tema para futuros investigadores.

Las zonas de los distritos que aparecen en blanco en los mapas no sonhabitables y suponemos con pocas excepciones que no deben existir sitiosarqueológicos.

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Las Zonas Arqueológicas del Distrito Huántar (Fig. 3)

Zona HU 1 Valle del río RurichinchayLa zona comprende un valle estrecho con poca población reciente. Se observanrestos de andenes y chacras amuralladas.

Zona HU 2 Cerro San Ramón Entre el río Rurichinchay y el río Rurec corre una loma alta en dirección oeste-este.En las alturas de este cerro se encuentran numerosos restos de asentamientos,andenes y cerros escalonados. Un gran centro se encontró en la cuenca al sur delcerro Hueglla.

Zona HU 3 Valle del río RurecLa parte baja del valle tiene hoy una población densa (por ejemplo, el puebloAnyanga) probablemente similar a las épocas históricas y prehistóricas. Hay pocasinformaciones acerca de sitios arqueológicos, los cuales deben estar debajo de loscaseríos recientes.

Zona HU 4 Orilla del río MosnaSolamente la parte norte tiene un suelo cultivable. No se conoce sitios arqueológicos,pero cerca del caserío Succha aparecieron hallazgos formativos (mortero en formade felino).

Zona HU 5 Terraza de Huántar (3300 m.s.n.m.)La terraza forma el centro del actual distrito y, a juzgar por los numerosos hallazgosde superficie, ruinas y cementerios de varias épocas, un asentamiento prehistóricodebe estar debajo del pueblo actual. La estructura más impresionante es Huarijircán,una pirámide escalonada muy erosionada.

Zona HU 6 Pendiente al oeste de HuántarMuros, andenes, tumbas y otros restos indican que la ladera fue poblada hasta ellímite de la puna . El sitio más alto es San Pablo, donde hay restos de andenes ymuros megalíticos.

Zona HU 7 Alturas al oeste de HuántarEn la puna a una altura de más de 4000 m. se encuentran restos de poblacionesrelativamente grandes como Pinculluyoc (4330 m.), Añasuxinan (4300 m.) yHuanchac (4480 m.). Deben pertenecer a una época con un clima más favorableque en la actualidad (Intermedio Tardío).Zona HU 8 Loma de PariacEn la loma larga que baja desde Pinculluyoc hasta el lecho del río Mosna, hay unacadena de poblaciones antiguas. Los sitios Caunin y Pariac Punta produjeronmuchos objetos interesantes como cerámica y esculturas de piedra, pertenecientesa la cultura recuay.

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Zona HU 9 Valle del río CarhuascanchaLa parte baja del valle es muy poblada y existen también varios sitios arqueológicos:por lo menos un sitio – Yuracyacu - pertenece a la época Formativa u HorizonteTemprano. Ninguno de éstos ha sido estudiado por arqueólogos. Un objeto de estesitio alcanzó fama internacional: el «mortero de Pennsilvania». Durante laconstrucción de un camino hace pocos años varias chullpas fueron destruidas

Las Zonas Arqueológicas del Distrito San Marcos (Fig. 4)

Zona SM 1 Valle del río Mosna al norte de San MarcosComprende un fondo de valle muy estrecho, poco poblado y el punto más bajo deldistrito (2750 m.s.n.m.). En las faldas del lado sur existen antiguos andenes ypequeños restos de estructuras. Shikip es probablemente un sitio Formativo deimportancia.

Zona SM 2 San Marcos (Pueblo) y valle de la quebrada CarashLa quebrada Carash tiene un sistema fluvial muy extenso que nace en las altaspunas y donde las partes bajas son muy pobladas. Por lo menos, un sitio es Formativo(Runtu). Hay varias estructuras del tipo «hilltop». En las cabeceras del río a másde 4000 m.s.n.m. existen asentamientos. En la desembocadura de la quebrada alrío Mosna se encuentra la capital distrital San Marcos.La cuenca del río Carash se divide en los siguientes subzonas:SM 2.1 El Pueblo de San Marcos.SM 2.2 Valle de la quebrada Carash, pendiente derecha.SM 2.3 Valle de la quebrada Carash, pendiente izquierda.SM 2.4 Valle de la quebrada Pampa Moruna y sus cabeceras.

Zona SM 3 Pendientes de MillhuishEn las faldas suaves hay agricultura intensa y es una zona muy poblada(posiblemente también lo fue en la antigüedad). El sitio más conocido es WamanWaín en el lado sur.

Zona SM 4 Cerro HuagagEs una montaña sagrada, cuyo terreno es rocoso con más de 4000 m. de altitud.Zona de cementerios y santuarios; sin vestigios de población.

Zona SM 5 Pendientes al frente de Chavín (Gaucho)Terreno similar a SM 3: muchos andenes antiguos, restos de poblaciones, sitiosFormativos. Estructuras de tipo «hilltop».(Piruru)

Zona SM 6 Valle de la quebrada ChallhuayacuSistema fluvial muy extenso con valles estrechos. En las alturas hay varios sitiosarqueológicos interesantes, por ejemplo Pikutu.

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Fig. 3 Zonas arqueológicas deldistrito de Huántar

Fig. 4 Zonas arqueológicas deldistrito de San Marcos

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SM 6.1 Pendientes bajas de la orilla izquierda.SM 6.2 Pendientes de la orilla derecha (no investigados).SM 6.3 Cerro Pikutu y Huántar Pampa.SM 6.4 Alturas del Este.

Zona SM 7 Valle del río Mosna desde la Quebrada Challhuayacu hasta el estrecho deConín.Sitios arqueológicos en la parte baja (fondo del valle) y en pendientes altas (YuracMachay). Hay tumbas megalíticas y pinturas rupestres.

Zona SM 8 Quebrada Caracho, Laguna KanrashCuenca de una laguna grande a una altura de más de 4300 m. La vegetaciónpermite el pastoreo. Existen campamentos de cazadores de la época lítica.

Zona SM 9 AyashPertenece a la cuenca del río Colca. Valles altos (más de 3900 m) con vegetación dePuna. Actualmente poblado por pastores de ovejas. Por esa zona pasa el CaminoReal de los Inkas. El pueblo Ayash fue un tambo importante.

Zonas Arqueológicas del Distrito Chavín (Fig. 5)

Zona CH 1 Pendiente al oeste del valle del río MosnaLa pendiente se extiende desde la frontera sur del distrito Huántar hasta el ríoWacheksa. Es una zona con agricultura intensa de muchos pueblos recientes yantiguos. Se divide en 3 subzonas:CH 1.1 Norte (Rahua)CH 1.2 Centro (Katayoc)CH 1.3 Sur (Shallapa)

Zona CH 2 Alturas Witpun, MullujirkanSe extiende al oeste y encima de la zona CH 1. Son lomas cuyas cumbres superanlos 4000 m. de altitud. El clima es frío la vegetación corresponde al tipo de puna.Hay varios sitios arqueológicos en las cumbres de los cerros: estructuras «hilltop»(Witpun), santuarios (cerros Caquipunta), entierros.

Zona CH 3 Pueblo Chavín y la Pampa de Chavín.En la única llanura del distrito, al margen oeste del río Mosna, en el extremo sur dela Pampa se extiende el moderno pueblo San Pedro de Chavín (3000 – 3150 m.s.n.m.),que está habitado continuamente por lo menos desde 3000 años.

Zona CH 4 Valle del río WacheksaEsta zona presenta un sistema fluvial muy complejo con valles profundos, lomas,cerros y glaciares de la Cordillera Blanca. Además de numerosos sitios arqueológicoshasta una altura de 4700 m. que pertenecen a varios períodos. Para facilitar ladescripción se subdivide la zona en los sectores siguientes:

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CH 4.1 Falda Norte del valle de la Q. Wacheksa hasta Chacpar.CH 4.2 Valle de la Quebrada Chacpar.CH 4.3 Cerro Huellac.CH 4.4 Valle de la Quebrada Jato.CH 4.5 Jato, Cerro Mullupunta.CH 4.6 Valle de la Quebrada Shongo.CH 4.7 Falda Sur del valle de la Q. Wacheksa, Lanchán.

Zona CH 5 Pendiente izquierda del valle del río Mosna.Desde el «Castillo» hasta Machac. En el punto más norte de esta zona se encuentrael famoso Templo de Chavín («Castillo»). Al sur del templo, en las faldas bajas delcomplejo del cerro Waychao, hay varios pueblos modernos, superpuestos a pueblosantiguos (por ejemplo, Ultapuquio, Tanin) y zonas de agricultura intensa.

Zona CH 6 Alturas del cerro WaychaoEn las crestas y puntas de este macizo hay restos de un pueblo, corrales ysantuarios. Estructuras «hilltop» se encuentran en alturas desde 3900 hasta 4500m. con vegetación de puna.

Zona CH 7 Machac , valle Pucavado (o Tambillo) y valle HuallpishPendiente izquierda del valle del río Mosna desde Machac hasta el pueblo Rollo yel valle de la quebrada Pucavado. Hay restos (muy destruidos) de pueblos antiguosy en el alto valle Pucavado (en la puna) conjuntos de corrales. Por este valle sube lacarretera moderna hasta el túnel de Cahuish.

Zona CH 8 Cerro HuaracayocEn la margen alta de la zona de agricultura se encuentra un asentamiento connumerosas casas. (Casas Grandes: Jatun Wasi), donde los accesos trapezoidalesindican una influencia Inka.

Zona CH 9 Valle del río RangracanchaValle estrecho, rocoso con partes pantanosas, poco poblado; restos de un puebloen un valle alto a 4100 m.s.n.m.

Zona CH 10 Valle alto del río MosnaDesde el Tingo Rangracancha hacia el sur, este valle está atravesado por unaimportante vía de transito (camino de herradura) hacia Huánuco. Conecta el valledel río Mosna con el Camino Real inkaico.

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DESCRIPCIÓN DE SITIOS SELECCIONADOS

Distrito de HuántarLa pendiente que sube desde la orilla del río Mosna (a 2800 m.s.n.m.) hasta laaltura de Piculluyoc (4300 m.), hace un escalón formando una terraza, a 3300m.s.n.m., donde se asienta el pueblo de Huántar, que conserva su forma actualdesde la época colonial temprana. Entonces tenía más importancia que los pueblosvecinos San Marcos y Chavín y una historia de quizás tres milenios. Excavacionesen los patios y jardines de las casas tendrán que probar esta presunción. Su entornoinmediato está cercado por sitios arqueológicos: al norte, la estructuraimpresionante de Huarijircán («pirámide escalonada»), la plataforma de Piruruyoc,el montículo escalonado de Onga., al este, los cementerios en el área del colegio ydel campo de fútbol, al oeste, las ruinas de Huaman Tanan y Jerusalén (Fig. 6).

Fig. 5 Zonas arqueológicas deldistrito de Chavín

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Fig. 6 Plano del pueblo de Huántar (1989) elaborado en base a los planos de las tuberías deagua potable, fotos aéreas de 1962 e investigaciones del autor. Las zonas reticuladas señalan

sitios arqueológicos: 1. Iglesia, 2. Cancha de Fútbol, 3. Campo deportivo escolar, 4. Chacraparroquial, 5. Huarijircan, 6. Pirurolloc, 7. Jerusalén, 8. Waman Tanan.

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HuarijircánEn el lado norte del pueblo de Huántar se encuentra una pirámide que se componede, por lo menos, tres plataformas superpuestas. Se supone que originalmente esteedificio fue construido sobre una colina natural y que nunca tuvo contornosrectangulares. La forma irregular de la plataforma baja se debe al derrumbe dellado norte de la pirámide.

Con cierta seguridad se puede decir que el Huarijircán es una estructuracuya ocupación se remonta al Período Inicial o Formativo. Amat (1976) realizó unaexcavación en la esquina noroeste para observar la estratigrafía, donde encontrónumerosos fragmentos de cerámica relacionadas al estilo Toril (de Vescelius) quetiene una antigüedad de 1800 a.C. Amat (Ibid.) llama a esta primera fase de lacerámica Huántar-Kotosh. A esta época pertenecen también objetos líticos.

Huarijircán fue re-utilizado a partir del Intermedio Temprano paranumerosos entierros. En la superficie actual se encuentran fragmentos de cerámicay puntas de flecha hechas de pizarra pulida que llegaron a la superficie por acciónde los huaqueros (Fig. 7).

PinculluyocEs el asentamiento más grande de las alturas (4300 m.), localizado encima delpoblado de Huántar. Se puede observar dos sectores: la parte alta (hanan) es uncerro escalonado, mientras que la parte baja (hurin) se extiende al pie de éste, estandocompuesto por viviendas.

El cerro escalonado tiene una plataforma en la cumbre que no muestra restosde estructuras. Hacia el este presenta una pared rocosa casi vertical hacia el oestey norte la falda del cerro está escalonada con andenes, sobre éstas se encuentranlos restos de aproximadamente 25 estructuras ligeramente circulares.El sector más bajo (hurin) se extiende al este del cerro sobre una loma llana y en lafalda de una depresión que no tiene salida. Las casas de hurin son rectangulares,algunos muros presentan hasta 1.5 m. de alto, existen alrededor de 80 estructurasde diferentes tamaños. En la parte norte hay una plaza rectangular que no es planasino inclinada hacia el oeste. Al norte del sitio, en el centro del valle, se encuentranvarios corrales circulares, construidos con Huancas grandes (Fig. 8).AñasuxinanA 1.8 Km. al norte de Pinculluyoc (a 4300 m.sn.m.) se halla un asentamiento sobreuna loma, con unas 30 estructuras rectangulares y pocas circulares. Este sitio tieneuna forma alargada de 130 por 45 m. y está cercado con un muro de más de 1.5 mde ancho (Fig. 9).

CaunínDesde la cumbre de Pinculluyoc (a 4300 m.s.n.m) baja en dirección oeste-este unaloma de 6 Km. de largo que llega hasta el río Mosna (2850 m.s.n.m). En esta lomahay una serie de sitios arqueológicos, el más alto es de Ranra Marca, bajando de

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Fig. 7 Reconstrucción del sitio arqueológico de Huarijircan

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Fig. 8 Reconstrucción arquitectónica de Pinkulluyocen

base a una foto aérea de 1962

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éste, en dirección este se llega al sitio de Caunin. Hacia los 3600 m.s.n.m. la lomaforma una planicie de planta triangular, donde se encuentran dos montículos, unogrande (aprox. 20 m. de diámetro y una altura de 8 m.) y otro más pequeño, que alparecer formaron un centro ceremonial. Posiblemente son estructuras con un núcleonatural que fue revestido con escalones de piedra y tierra, para formar una especiede pirámide escalonada. Hallazgos de entierros con cerámica provocaron unafuerte huaquería que terminó en la destrucción de gran parte de estas pirámides.En los alrededores se encuentran restos de estructuras rectangulares de pirca.Según informaciones de los pobladores de Huántar, en Caunín se encontraroncerámicas de alta calidad, de estilo Recuay.PariacSe localiza en un área llamada Pariac Punta a 3500 m.s.n.m. por donde cruza unviejo sendero que lleva de Huántar, pasando por Acopara, hasta Chavín. Al estedel área se levanta una colina sobre la cual se encuentra el sitio de Pariac-Ushnu,conformada por algunas estructuras construidas alrededor de una plataforma de2 m. de altura. Sólo la parte central está conservada, los patios y estructuras hansido dañadas por los agricultores y una huaquería intensa. En la superficie todavíase encuentra morteros, batanes y fragmentos de cerámica. En las tumbas seencontraron herramientas de piedra (hachas y cabezas de porras) y figuras de

Fig. 10 Esculturas de piedra provenientes de Pariac (Huántar)

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piedra de una altura de 15 a 50 cm. (Fig. 10), una yupana de piedra. Parte de estematerial se guarda en el pequeño museo del colegio.

Distrito San Marcos

Al igual que en Huántar, en los alrededores de San Marcos existe gran cantidad desitios. De la existencia de un pueblo antiguo, las únicas pruebas son unos pocostiestos de cerámica que se encontraron en un jardín. Su posición de «guardia» en lapuerta del valle de la quebrada Carash hace suponer que en la antigüedad huboun asentamiento importante en el mismo lugar.

PomajirkanPomajirkan ocupa una loma larga que divide la cuenca de la quebrada Carash dela quebrada Parayoc.

A unos 3 Km. de San Marcos, a 4140 m.sn.m., la loma forma una cumbre,sobre la cual se encuentra una estructura parecida a un castillo («hill top fortress»),que se adapta al terreno, con una planta romboidal y muestra varios niveles.En la parte más alta se encuentran dos plataformas elevadas. La plataforma este esmás alta. En su superficie hay muros circulares construidos cuidadosamente conpiedras canteadas, además de dos compartimentos circulares, uno rectangular ydos pequeñas cistas de 0.5 m de diámetro (podrían tratarse de chullpas). Un hueco deun metro de profundidad cavado por huaqueros, muestra que la plataforma fueconstruida de piedras sueltas y barro, es decir, no fue un cerro natural.

La estructura central está cercada por 3 muros de contención y fortificación.En la segunda terraza hay restos de 7 estructuras (Fig. 11).

Waman WaínWaman Wain, ocupa una larga loma que baja formando escalones hasta el ríoMosna, a 3500 m.s.n.m. Forma dos cumbres que la gente del lugar llaman MuchínGrande y Muchín Chico. Al norte y al sur de estas cumbres hay terrenos llanos ycultivados.

El sitio fue descrito por primera vez por Julio Espejo (1956), quien visitó elsitio con Marino González. En 1941 describió:«...sobre uno de estos promontorios se levantan los vestigios arqueológicos de WamanWaín, en una extensión aproximada de 600 m de este a oeste. En toda el área se sucedensuperestructuras de plataformas y andenes de contención, cuyos restos son aún visibles oidentificables no obstante la vil explotación de los buscadores de tapados y de lospropietarios de terrenos de cultivo, que en su afán de extender sus dominios destruyenprogresivamente los muros antiguos.».

En 1974 Burger (1984 a) hizo 3 excavaciones que comprobaron la presenciade un asentamiento y un santuario de la época Formativa. Se conoce tambiénrelieves de piedra grabadas de estilo «Chavín».

Cuando el autor visitó al sitio en 1988 encontró muchos de los andenes ytodas las chullpas descritas por Espejo (1956) destruidas.

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Cerro PikutuOcupa la cima del cerro que parece cerrar el valle y se levanta exactamente al surdel Templo de Chavín de Huántar, a una distancia de 4 Km. Es probable que estaposición tenía una importancia en tiempos antiguos, sea estratégica, ceremonial oastronómica.

La cúspide del cerro tiene dos cumbres. La más baja, en el norte, presentarestos de estructuras circulares y corrales. Las estructuras no muestran unadistribución ordenada, sólo desde aquí se ve el templo de Chavín. Al sur, sobre lacumbre del Pikutu (4150 m.), se construyó una edificación con aspecto de fortaleza(«hilltop fortress»), varios muros concéntricos encierran la plataforma de la cumbre.

Esta plataforma tiene contornos redondos, no forma un círculo perfecto. Eldiámetro exterior es de 12 a 13 m. Las estructuras sobre ésta fueron destruidas porlos huaqueros del pueblo de Mosna, aproximadamente en el año 1980. J. Espejo(1956) observó el sitio intacto y nos dice:«...existen cistas, como depósitos subterráneos para recoger y conservar agua (?). Las paredesde las referidas cistas están revestidas con piedras pequeñas y mezcla de barro, de consistenciadura.....descubrí cuatro cistas (pozos) distribuidas simétricamente. Existen huellas de otrascistas en los contornos. Esta distribución de cistas recuerda claramente a la gran colmena decistas en las ruinas de Xikamarca (Cajamarquilla) y de Waikán (Pariachi) en el valle deLima.En las cistas de Pikuto encontré un canalito de comunicación. Esto hace pensar en laposibilidad de que las referidas cistas están conectadas por medio de acueductos».

En el centro de la plataforma central se encuentra todavía (1988) un pozoovalado (0.5 por 1 m.), revestido con piedras canteadas. La profundidad no sepuede medir sin remover el relleno de piedras sueltas. Don Marino González,quien acompañó a Espejo en su corta visita de Pikutu comentó al autor que laplataforma fue cubierta por una densa vegetación de ichu que cubrió cuatro muroscirculares muy bajos, de cada uno de estos círculos se proyecta un pequeño canalrevestido con piedras hacia el pozo central.

En la tercera plataforma (contando desde arriba) se encuentran los restos deunas 50 estructuras circulares que antiguamente tenían un techo cónico de maderay paja (Fig. 12).

Yurac MachaySubiendo del pueblo San Pedro se llega en 2.5 horas a un muro gigante de piedrablanca, que la gente llama Yurac Machay (cueva blanca). Es una formación geológicamuy impresionante que inspiró la fantasía de la gente desde tiempos antiguos ysin duda se trató de un lugar donde se celebraron cultos religiosos. El macizo deYurac Machay consiste en piedra volcánica de color blanco que se distingue de lossedimentos oscuros del ambiente; no existe una cueva, la pared forma un abrigoque protege gran parte de su base.

Este abrigo cubre tres «plazas» semicirculares, que posiblemente fueronsitios para un culto. La plaza más alta se encuentra a 4220 m, está cercada por unadoble hilera de lajas y tiene un ancho máximo aproximado de 10 m. En su centro seencuentra una huanca de 5 m. de altura que tiene la forma de un puño con el dedoíndice extendido hacia arriba, no muestra huellas de trabajo. La pared de la huanca,

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que mira hacia la roca, tenía pinturas rupestres de color rojo. Se encuentran muyerosionadas y no es posible reconocer el motivo. (Se dice que a veces se abre unapuerta detrás de la huanca, que conduce al palacio del diablo).

La próximo plaza, que se encuentra más abajo, no tiene un cerco de piedras.En la pared del abrigo hay un grupo de pinturas rupestres. La figura más clara esuna «rosa» de 34 por 37 cm. que fue dañada intencionalmente con golpes de unapiedra, las otras figuras se han desmoronados y no son entendibles.La tercera plaza semicircular (de 5 por 15 m.) es mucho más pequeña que la plazade la huanca, tiene una cerca de piedras. Sobre la roca hay tres grupos de pinturasrupestres: el primero presenta pequeñas figuras humanas (guerreros), a tres metrossobre el piso, el segundo grupo son figuras no muy claras y a sólo 80 cm. del piso.En el tercer grupo se reconoce una máscara de 30 cm. de ancho, aunque muydañada por el desprendimiento de la superficie de la roca: se distinguen los ojos, lanariz, la boca grande y cuernos (del diablo?) (Fig. 13).

Distrito de Chavín

Muros MegalíticosLa hilera de cantos rodados en la calle Túpac Amaru, en el norte de Urabarriu deChavín, ha llamado la atención de varios arqueólogos. Por lo visto, se trata derestos de muros arcaicos. Richard Burger (1984a) considera al muro como límitenorte del pueblo y lo atribuye contemporáneo a la fase cerámica Urabarriu (800 a.C.)

Observaciones en el sitio e informaciones de varias personas de Chavínprodujeron un resultado inesperado: este muro forma el límite sur de un grancomplejo rectangular, cuya mayor parte fue destruida en la segunda mitad delsiglo XX. Por su forma «arcaica» se puede asumir que el complejo tiene una edadmayor al Templo de Chavín de Huántar.

La extensión original del complejo en dirección sur-norte debe haber sido de300 metros. La orientación de los muros es de norte-sur o este-oeste (transversal) yson paralelos a las calles del pueblo moderno (Fig. 14). Se puede encontrar todavíarestos de estos muros en la calle Túpac Amaru donde hileras de piedras se hanconservado hasta hoy: el lado sur de un muro tiene un ancho de 7 m. con unadirección este-oeste; del lado norte se han conservado sólo algunas partes.Perpendicular al muro de Tupac Amaru (Fig. 15), corre otro de piedras gigantesque limita con el jirón J.C. Tello (Fig. 16). Algunas de estas piedras tienen un pesomayor a 10 toneladas .

El material de construcción de los muros son cantos rodados de 20 cm.hasta 3 m. y en su mayoría es roca volcánica blanca (andesita). El autor levantó unplano detallado de los restos del muro en 1988 para el Instituto Regional de Culturade Huaraz.

Canales de MachcasEl pueblo Machcas se encuentra a 2 Km. al norte del Pampa de Chavín de Huántar,donde termina la llanura. La margen izquierda del río Mosna tiene aquí una altura

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Fig. 13 Pinturas rupestres de Yuraj machay

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Fig. 14 Plano de ubicación de los muros megalíticos al norte del pueblo de Chavín

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Fig. 15 Reconstrucción del muro megalítico en el Jr. Tupac Amaru (Chavín)

Fig. 16 Muros megalíticos en elJr. Julio C. Tello (Chavín)

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de 10 m. y más, donde se observa las bocas de canales de desagüe, semejantes a loscanales del Templo de Chavín.

El canal situado más al norte fue estudiado por Burger (1984 a). Lo llamamosaquí Canal R1. Tiene 75 cm. de ancho y 85 a 95 cm. de altura. Las paredes estánconstruidas con piedras canteadas, (preferentemente rectangulares) y conpachillas. Vigas de piedra de 1.1 a 1.4 m. de largo de forma irregular, forman eltecho. El piso está pavimentado con lajas delgadas, el cual se encuentra 2.8 m.debajo de la superficie actual (Fig. 17).

Burger (1982) realizó una excavación en el barro endurecido del piso, dondeencontró fragmentos de cerámica del estilo Urabarriu. Pocos metros al sur delcanal R1, este autor observó las bocas de dos canales de sección pequeña(aproximadamente 20 cm de ancho) a los cuales llamó R2 y R3.

Los canales del tipo arriba descritos deben tener una conexión con un edificioformativo, el cual existe según rumores de la gente de Chavín. Un informantecontó al autor que cuando araron la chacra, al oeste del canal, encontraron murosde piedras grandes, pero las taparon «para que los arqueólogos no las vieran».

La estructura del canal M1 es muy diferente a la del canal R. En el primertramo (los 7 m. desde la entrada) las paredes cambian de curso frecuentemente.Están construidas con cantos rodados de tamaños muy variables y formasirregulares. Las vigas del techo son de piedras canteadas, colocadas a distanciasde 20 a 30 cm. y el espacio entre ellas es cerrado por piedras de forma irregular. Elpiso del canal no está expuesto. A 4 m. de la entrada actual, el techo forma unabóveda. La dirección del canal es la siguiente: en el primer tramo corre casi paraleloa la orilla del río y a 7 m. de la entrada cambia de dirección y también sumanufactura. Las paredes son paralelas (55 cm.) y construidas con más cuidado,las vigas del techo están más juntas y el piso se encuentra 4.5 m. debajo de lasuperficie actual (Fig. 18).

Ichic HuegcháEn una pendiente al oeste de la pampa de Chavín, cerca de Machcas, hay pedregalesy otros terrenos no cultivables. En el lugar denominado Ichic Huegchá hay ungrupo de cinco chullpas en forma de «casitas» con planta rectangular, cuatrotodavía están en buen estado y se puede estudiar su arquitectura (Fig. 19).

PojocRivero y Tschudi dicen en su capitulo sobre Chavín ( el libro fue publicado en elaño 1851 en Viena ) :

« A distancia de un cuarto de legua al Este del pueblo y en la cumbre del cerrollamado POSOC, ...... hay otro castillo arruinado que en su exterior no presenta sinoescombros, pero aseguran que en lo interior se encuentran salones y un socavón que comunicahasta el castillo mencionado arriba (Chavín). Se asegura que un Español sacó un tesoro conel que se fue a la capital, y antes de morir en el hospital de Lima entregó un itinerario que hacorrido por muchos manos. (el mismo cuento se conoce en Huántar. Nota del autor).

Julio Espejo Núñez (1956) visitó el sitio por primera vez en 1941 e hizo unarecolección de cerámica y material osteológico de la superficie, no realizó

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Fig. 17 Canal R1 de Machcas

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Fig. 18 Canal M1 de Machcas

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excavaciones. Sobre las estructuras realiza descripciones (pero ningún plano).Estas se refieren a chullpas y casas: sobre un promontorio rocoso se encuentra unanecrópolis con chullpas y otros tipos de tumbas, en una loma hay un asentamientocon numerosas casa rectangulares y en la pendiente hacia el oeste, se observanandenes.

Richard Burger (1982) realizó tres excavaciones que comprobaron unaocupación formativa del sitio. Cuando el autor visitó al sitio en 1988, encontró elpueblo y la necrópolis casi totalmente destruidos (Fig. 20, 21).

Cerro HuellacLos valles de la quebrada Chacpar y del río Wacheksa abarcan una extensa cordilleraque va de sur a norte, en la parte sur del mapa de IGN es denominada «cerro Huellac».

A 3900 m.s.n.m. se halla una planicie sobre la cual se observa un conjunto deestructuras y una plataforma circular de 20 m. de diámetro. No se conoce estructurassimilares en la región. Parece tener una función funeraria. Más arriba, en direcciónnorte se halla una ladera rocosa donde se encuentra una cámara funeraria muy bienconservada a la que llamo «Chullpa Chacpar I», donde una pequeña cueva naturalfue cerrada y muestra una fachada trapezoidal (Fig. 22).

Más arriba de este sector hay andenes derrumbados y restos de muros, así comouna cámara funeraria a la que llamo «chullpa Chacpar II». Tiene una fachada pococomún con dos pilares a ambos lados de la entrada (Fig. 23).Por encima de esta chullpa se encuentra un cerro rocoso (4080 m.) y sobre éste sedispuso muros y plataformas a manera de fortaleza. Los lugareños llaman estesitio «Chacpar Picuti».

Fig. 19 Chullpas de Ichic Huegchá

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Al este de Picuti se extiende una hondonada suave, cuya ladera oeste subehasta una loma sobre la cual hay una construcción compuesta por terrazas ypequeñas casas en ruinas, llamada «Torrepunta» (4100 m.), a pesar de que ningunade estas construcciones puede ser caracterizada como una torre.

Más al norte, se llega a un corral ovalado de 80 m. de diámetro y macizosmuros, en su interior hay restos apenas perceptibles, que hacen pensar en unasentamiento fortificado.

LanchanEn la pendiente Sur del valle del río Wacheksa se encuentran muchos sitiosarqueológicos interesantes. Mencionaremos sólo el sitio Pucagaga cerca del puebloLanchan. Consiste en dos componentes: la pucara y la colina funeraria.PucaraUbicado a una altura de 3950 m. sobre la roca fueron labrados espacios planos envarios niveles dentro de un rectángulo de 40 m. de largo y cerrados por murallas depirca. Dentro del recinto amurallado hay restos de estructuras rectangulares. Unaestructura tiene en su pared interior numerosos nichos. Las piedras de los murosde las estructuras están colocadas en estilo «mosaico», similar al que se observa enedificios recuay (Fig. 24).

Colina funeraria.A unos 20 m de la entrada a la «fortaleza» se encuentra una colina que contienevarias tumbas. Por un acceso pequeño de 0.4 x 0.4 m. se puede ingresar a un pasillode 3 m. de largo y luego a una cámara de 2 m. de diámetro y 1.35 m. de alto. Estacámara tiene una planta poligonal y está techada con dos lajas grandes, la laja

Fig. 20 Pojoc (Chavín). Promontorio visto desde el oeste (1988)

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Fig. 21 Pojoc (Chavín) según foto aérea de 1962- IGM

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Fig. 22 Chullpa de Chacpar

Fig. 23 Chullpa de Chacpar

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Fig. 24 Reconstrucción isométrica de Pucagaga

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mayor es de aproximadamente 2 toneladas. La pared está construida de grandesbloques parados, los espacios intermedios están cuidadosamente llenados conpequeñas piedras rectangulares, y en ella hay 6 nichos pequeños. Las piedrassueltas en el suelo pueden haber formado parte de la separación de compartimentosradiales (Fig. 25).

Cerro WaychaoEl cerro forma un macizo rodeado por valles de 1000 a 1500 m. de profundidad: alnorte, la quebrada Shongo y Wacheksa., al este, el río Mosna., al sur, la quebradaHuallpish., al oeste, el macizo se conecta a través de la loma del Purway con laCordillera Blanca. De la cima más altas del Waychao hasta la línea divisoria de

Fig. 25 Cortes de las tumbas subterráneas de Pucagaga

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Fig. 26 Pueblo de Waychao Punta

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aguas hay una distancia de seis a siete kilómetros. La cima noreste del macizoforma el cono de eyección del río Wacheksa, donde se encuentra el Templo deChavín de Huántar.

La parte alta tiene forma semicircular con varias cúspides (Fig. 27), formandohacia el sureste un declive a manera de «anfiteatro» gigante. Los sitiosarqueológicos se encuentran a alturas mayores de 4200 m.La zona arqueológica del cerro Waychao se subdivide en tres Grupos:- Corrales y casas, en la pendiente norte hacia el río Wacheksa.- Pueblo Waychao Punta y las construcciones en la cresta (hasta 4500 m).- Corrales y casas en el pendiente sur.

El «Pueblo Waychao Punta» se extiende en las faldas de un promontorioentre los 4350 a 4380 m.s.n.m. El asentamiento está conformado por unas 40 casascon muros muy macizos de más de 1 m. de altura (Fig. 26). En la cresta delpromontorio se encuentran «casas» redondas de 3 a 4 m de diámetro. En el puntomás alto de la cresta (4510 m.) se encuentra una especie de «patio hundido» de 6 m.de diámetro, podría ser un reservorio para recolectar el agua de las lluvias. JohanReinhard (1987) opina que se trata de un santuario para venerar a los dioses de lasmontañas.

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RECONOCIMIENTO ARQUEOLÓGICO EN LACUENCA ALTA DEL RÍO SANTA

Conococha - Caraz

ANGÉLICA ALCALDE MILLAUniversidad Nacional Mayor de San Marcos

[email protected]

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo es el resultado de un reconocimiento arqueológico llevado acabo en la Cuenca Alta del Río Santa: Conococha-Caraz, entre junio y septiembrede 1988.

Abordaremos principalmente, el estudio de la cerámica del Intermedio Temprano,aquella que es comúnmente conocida y aceptada como cerámica «Recuay», es decir,aquella de pasta crema (caolín) con pinturas en colores rojo y negro sobre crema, entécnicas positiva y negativa y de decoración con figura modeladas y diseños pintadosde felinos, aves y serpientes. La cual no sería original del Callejón de Huaylas y notendría además, un sitio específico en esta zona.

Proponemos que esta cerámica proviene de Pallasca, como producto de sudesplazamiento hacia el centro y sur y, en consecuencia, la gente del períodoIntermedio Temprano del Callejón de Huaylas habría recepcionado la cerámicacaolín y su lenguaje artístico. La cerámica local de los grupos culturales de laprovincia de Recuay y aquellas de Huaraz, Carhuaz, Yungay y Caraz serían tiposalfareros sencillos en pasta marrón clara y rojo claro. En algunos casos, presentanun fondo rojo y decoración geométrica en color negro, blanco, rojo. Poseen formasvariadas en tamaños pequeños, medianos y grandes que estarían asociadas a laescultura en roca traquita gris o negra, proveniente de canteras de la CordilleraNegra.

MEDIO AMBIENTE NATURAL

El río Santa tiene su origen en la Laguna de Aguashcocha, a más de 4000 m.s.n.m.en un ecosistema de puna frígida, al sur del Callejón de Huaylas. Desde este puntose desplaza por unos 230 km. atravesando la sierra andina antes de cambiar rumbo,siguiendo el lecho y la orientación de las montañas hacia el noroeste para formarel angosto paso que se conoce como el Cañón del Pato.

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El principal rasgo o característica geológica y fisiográfica del sector serranoes el valle estrecho y largo del Callejón mismo, que comienza aproximadamente enCatac y se extiende por una distancia de casi 100 km. hasta Caraz, ubicado a 2285m.s.n.m. Entre Catac y Caraz, el Callejón de Huaylas es flanqueado al este por laalta Cordillera Blanca cubierta de nieve, que captura la mayor parte de lasprecipitaciones venidas del oriente y de las llanuras amazónicas. Por el oeste, estádelimitando por la Cordillera Negra que es más baja y sin nieve.

El río Santa desciende en una gradiente relativamente discreta de 1% através del Callejón, flanqueado por extensos poblados modernos, sistemas agrícolasy cultivos sostenidos mediante lluvias y/o riego. La concentración de pueblos ydel área de subsistencia de este sector está localizado, principalmente, en la zonaecológica quechua, entre elevaciones de 2300 y 4000 m.s.n.m. Todo este sectorserrano del Santa -incluyendo los puntos más altos en la punta y los puntos másbajos en el Callejón- constituyen una gran cuenca para el río que se extiende por unárea de casi 10200 km2 (ONERN, 1975).

En contraste con otros ríos en esta parte Norte, que penetran solamentepocas distancias hacia la Sierra (ejem. Moche, Virú y Chao) o tienen sus cabecerasen las altas laderas secas de la Cordillera Negra (ejm. Nepeña y Casma), este río seextiende ampliamente hacia la Cordillera de los Andes.

SITIOS ARQUEOLOGICOS RECONOCIDOS

Durante la ejecución del proyecto «Reconocimiento Arqueológico de la CuencaAlta del río Santa: Conococha - Caraz» (PRAS), se ubicaron y estudiaron un totalde 41 sitios arqueológicos ubicados en las 5 provincias que conforman esta cuencaconocida como Callejón de Huaylas. (Cuadro 1)

A continuación, se describirán las características de ubicación, asignacióncronológica relativa, arquitectura, material asociado, posible función y relacionescon otros sitios. Por razones de espacio, sólo mencionaremos los mas importantes,pues el numero de sitios registrados es de 41, desde la provincia de Recuay hastala provincia de Huaylas (Fig. 1).

Inkawain

Es un sitio ubicado en la margen derecha del Río Santa a 2294 m.s.n.m., en eldistrito de Yuraqoto, Campiña de Yanahuara, 3.5 kms. al norte de la ciudad deCaraz; se encuentra asentado sobre un terreno plano muy cerca de la carreterarodeado de campos de cultivo y de viviendas modernas.

Inkawain presenta una arquitectura volumétrica de forma cúbica en su base(planta cuadrangular) y que disminuye en su extremo superior. Asimismo seobserva en sus lados Sur y Este una plataforma construida con piedra adosada aledificio. Informantes de la zona se refieren a una galería subterránea en el lado surde la plataforma. Actualmente ésta no es observable ya que ha sido cubierta. las

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Fig. 1 Mapa de Ubicación de los sitios arqueológicos registrados

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dimensiones de Inkawain son: la cara oeste del edificio (que se encuentraconservado) mide 30 m. de largo por 20 m. de alto y la plataforma en su lado estetiene 13 m. de ancho por 35 m. (Fig. 2) de largo. A 20 metros, al norte de la plataforma,destaca un espacio de 31 m. por 29 m. delimitada por bloques de piedras paradascanteadas de un promedio de 1 metro de altura por 60 cm. de ancho. Esta estructurase encuentra en medio de un gran campo de cultivo moderno (Fig. 3).

Las estructuras aún observables en el montículo están constituidas por murosbajos de 50 cm. y 1.10 m. de altura ubicados en la plataforma -al parecer se trataríande los muros de contención vertical de ésta que sostendría un relleno de barro ypiedras. Se observan 2 secciones en el edificio, oeste y norte, en regular estado deconservación. Asimismo, es notoria la disminución de aproximadamente 15 cm.en el perfil del montículo.

Los materiales constructivos consisten en bloques de roca canteada en lasección de la plataforma, y roca labrada en el montículo. Dada la destrucción de laparte superior del edificio, se puede observar su relleno consistente de rocasmedianas sin labrar .

La técnica constructiva consiste en el uso de grandes bloques de roca labrada,tanto rectangulares como cuadrangulares, dispuestos en hileras de maneraseparada por espacios de 30 a 40 cm. éstas muestran las caras hacia el exterior; enlos intersticios se colocaron rocas pequeñas labradas de manera horizontal unidascon un mortero de barro y piedras menudas.

La cerámica de superficie es abundante en Inkawain y se identificaroncuencos y ollas de varios tamaños. Abunda la pasta de color naranja de temperantegranuloso (grano grueso) compuesto de: piedrecillas, granos de cuarzo y uncomponente blanco no identificado. Los elementos decorativos están presentes yse muestran en alto relieve, en forma de línea curva sobre un fragmento de bordecuenco.Además, presenta pintura en ambas superficies (interna y externa) de colorblanco y líneas rojas; el color rojo se manifiesta también en diseños de cruces,líneas diagonales y bandas.

DiscusiónDe acuerdo a los datos recuperados, el sitio de Inkawain muestra una arquitecturatemprana, compuesta por pirámide con plataforma, de planta cuadrangular. Estetipo de arquitectura temprana se caracteriza en la Sierra por plataformas piramidalesy uso de grandes piedras canteadas. Posiblemente este sitio contenga ocupacionesposteriores, según lo revela la alfarería recuperada en la superficie perteneciente alperiodo Intermedio Temprano. El arqueólogo Alberto Bueno considera a Inkawaincomo un ejemplo de monumento no Chavín con grandes litos tallados paraconstrucción (Bueno, 1989: 39). Alrededor de todos los sitios de estas característicasse agrupan las viviendas. Estas podrían hallarse dispersas o agrupadas en losalrededores o en los cerros inmediatos. Estas edificaciones constituyen un productode la labor colectiva y revelan, además, la existencia de un sistema jerárquico cuyonivel mas elevado estaría adquiriendo mayor capacidad de dirección y de mandoentre la población.Shallacoto

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Fig. 2 Inkawain. Planta de edificio de base cúbica y perfil de disminución

Fig. 3 Inkawain. Planta de espacio cercado por grandes piedras

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Fig. 4 Cerámica de recolección de superficie proveniente de Inkawain

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Es un sitio arqueológico ubicado en la margen derecha del Río Santa a 2293 m.s.n.m.,en el distrito de Yuraqoto, 3 km. al norte de la ciudad de Caraz y a 1 km. al sur oestede Inkawain.

El sitio se compone de un montículo piramidal de 12 m de altura.En el surpresenta una plataforma adosada al edificio de 10 x 15 m. Los muros muestranesquinas rectas ubicadas en la parte superior, de no más de 1 mt, de altura; una deellas (lado N) fue hecha de piedras toscas sin labrar, de tamaño mediano, asentadasuna sobre otra. La siguiente sección (lado W) muestra una técnica constructivamás elaborada que recuerda un poco a Inkawain: hileras de bloques líticos grandes,intercalados con rocas pequeñas dispuestas de modo horizontal.

DiscusiónShanllacoto, al igual que Inkawain, es una estructura piramidal con plataformaque comparte rasgos de arquitectura temprana. La presencia de pasta caolín en elsitio revela, por otra parte, una ocupación durante el Intermedio Temprano.

El hallazgo de fragmentos de cerámica utilitaria indicarían una funcióntemporal distinta a la ceremonial y/o social que,generalmente, se le asigna a estetipo de edificios (una de tipo doméstico o como vivienda).

Tumshucaico o Tumshucoto

Este sitio arqueológico está ubicado en la margen derecha del Río Santa, a 2293m.s.n.m., en el barrio de Cruz Viva, a 2 Kms. al norte de la ciudad de Caraz.

Se trata de un edificio de planta ovalada, según observación de la foto aérea(proyecto Nº 230-978 del 2-6-70); tiene aproximadamente 250 m. de ancho (eje NE-Sur), 300 m. de largo (eje SE-NW) y 25 m. de altura; posee muros exteriores curvadosconstruidos con piedra labradas. La destrucción debido a las excavacionesclandestinas, han dejado al descubierto la existencia de rellenos compactos debarro y piedras utilizadas para cubrir los muros, producto de construcciones enetapas anteriores. Estos muros, de igual modo, tienen esquinas curvas y distintastécnicas constructivas, que se detallarán más adelante. En el lado este del montículoy al centro, destaca una escalinata de bloques piedra labrada de forma rectangularde 40 cm. de largo, 25 cm. de ancho y 20 cm. de alto y son visibles solo 9 peldaños.La parte superior presenta evidencias de recintos cuadrangulares: secciones demuros bajos, esquinas rectas ubicadas cerca del borde del montículo, mientras queel espacio consiste en una gran hondonada. En la parte opuesta a la escalinata(lado oeste) no se observa ningún muro, solo una gran concentración de piedrascanteadas.

En el lado norte del edificio, a 70 cm. del paramento sobre el suelo que lesirve de base, se distingue la abertura de una galería subterránea, hoy inaccesible.Informantes de la zona manifiestan que hace algunos años atrás, esta galería seencontraba abierta y era muy larga y a medida que se avanzaba se hacía másestrecha. Antes del sismo de 1970 tenía una entrada estrecha que conducía a unpasadizo con paredes y bóvedas de grandes piedras labradas, de forma rectangular

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y simétricamente colocadas y tenía una longitud aproximada de 50 m. Otrosaseguran que alrededor del montículo habían esculturas representando cabezashumanas (quizás existía alguna relación entre 2 cabezas clavas con figura humanaque se encuentran empotradas en el frontis de una vivienda deshabitada en el Jr.San Martín en la ciudad de Caraz). También se obtuvo información de principiosde siglo, sobre el retiro de piedras de grandes dimensiones, siendo la más grande ylabrada de 3.97 m. por 68 cm. de ancho y 38 cm. de grosor y tenía esculpida en bajorelieve una cara que,actualmente, se encuentra en la Plaza de Armas de Caraz alpie del templo (Alba Herrera, 1989). Efectivamente, en los alrededores del sitio,cerca de la pista afirmada e incluso formando parte de construcciones actuales, sehallan estas piedra labradas rectangulares.

La técnica constructiva del paramento externo, producto de la últimaocupación cultural de Tumshucayco, consiste de hileras de roca labrada rectangularde 30 cm. de alto por 50 cm. de largo en promedio. En los intersticios se hallandispuestos rocas canteadas de tamaño pequeño, en forma tanto horizontal comovertical; en la esquina externa NE del edificio, se puede distinguir que este parámetrotuvo,por lo menos, 2 niveles de construcción (perfil escalonado)y la disminuciónque define a estos niveles es de 50 cm. Este rasgo es observable debido a que en estelugar la zona descubierta es más profunda. El muro anterior a este último, tambiéncurvo, contiene hileras de roca labrada de aspecto un tanto almohadillado de 30cm. de alto por 40 cm. de largo en promedio: aquí el contenido de piedras pequeñasen los intersticios es mucho más abundante que en el muro más tardío y ademáspresenta gran cantidad de barro. La esquina NW parte superior revela la presenciade 2 niveles con 40 cm. de disminución. Poco se puede decir acerca de lasconstrucciones anteriores, resultando muy probable que éstas se encuentrencubiertas. El elemento decorativo en el paramento exterior consiste de una hileravisible en la esquina SE de piedras labradas que sobresalen 20 cm. fuera delparámetro, dejando un espacio entre una y otra.

DiscusiónClide Valladolid (1996), señala que el edificio presenta patrón en U y su construcciónno pertenece a la época del Tahuantinsuyo, como era la opinión generalizada, sinó demayor antigüedad, antes de la cultura Huaylas (200-700 d.C.).

La morfología arquitectónica de Tumshucayco: edificio de cuerposescalonados hacia el interior con esquinas curvadas, recuerda mucho a La Galgada(Pallasca, Ancash) Montículos Norte y Sur (3200 a 1700 a.C.), la planta cuadradacon esquinas curvadas al exterior e interior alcanza gran expresión en Cerro Sechíny Moxeque: en Sechín todo el plano del edificio central despliega la planta cuadradacon esquinas curvadas, tanto el recinto de los felinos como su cerco externo a basede piedras grabadas, en Moxeque se expone la morfología en U como remate altocon esquinas curvadas externas. En Sechín Alto, asimismo, se desarrollan variedadde morfologías arquitectónicas en U (Bueno,1989: 31-45).

Esta breve exposición permite concluir que este patrón de arquitectura seestaría difundiendo inicialmente desde La Galgada hacia Cerro Sechín y Moxequepara continuar su proceso de difusión cruzando la Cordillera Blanca e instalarse

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entre los ríos Mosna y Wacheqsa, alcanzando su máxima expresión y despliegueen Chavín de Huántar. En todo este proceso Tumshucayco vendría a construir unsitio ubicado tentativamente en el Periodo Inicial y que constituyó un fundamentoimportante de las manifestaciones Chavín y Recuay (o Huaylas). Asimismo, suubicación en el extremo norte del Callejón de Huaylas puede considerarse estratégica.Esta área constituiría un camino natural desde la costa hacia las tierras altas pordonde se extendió el patrón morfológico descrito líneas arriba.

El desarrollo de la arquitectura monumental expuesto permite demostrarque la región norte del departamento de Ancash ofrecía los recursos y mediosnecesarios para la formación y desarrollo de sociedades complejas pre-cerámicase iniciales.

San Juan

Este sitio arqueológico se ubica en la cumbre del cerro San Juan de Vista Bella a2,600 m.s.n.m. en el extremo Este de la ciudad de Caraz. Al pie, por el flanco nortedel cerro, discurre el Río Llullán.

San Juan está conformado por un montículo en el lado oeste y al otro extremo(este) se ubican secciones de muros bajos que forman terrazas y concentraciones derecintos cuadrangulares muy destruidos, construidos con piedras canteadasasentadas con barro; lamentablemente, todo este conjunto está muy destruido,incluso existen evidencias de que toda esta zona fue quemada.

La única sección del montículo que ha quedado visible sobresale por elfrontis de la edificación moderna. Esta pequeña sección permite observar queoriginalmente fue una estructura volumétrica con perfiles en disminución y queuno de los materiales de construcción empleados fue el barro. Este lado del montículotiene 11 m. de largo y al frente está concentrada la cerámica arqueológica y basuramoderna junto con evidencias de quema. El análisis de la colección de cerámicarevela la presencia de ceramios sencillos.

Queushu

Es un sitio arqueológico ubicado en el margen derecha del Río Santa-CordilleraBlanca, en las tierras pertenecientes al poblado de Huarca, provincia de Yungay yse encuentra aproximadamente a 11 km. de la unidad de Yungay, a una altura de3469 m.s.n.m.

El sitio se emplaza sobre un terreno ligeramente inclinado, al NE se observaparte del Nevado Huandoy y formaciones rocosas propias de la Cordillera Blanca.Al pie de éstas, se ha formado una laguna temporal que sirve de hábitat paraespecies como patos silvestres. La zona, si bien es cierto se encuentra deshabitaday no está rodeada de campos de cultivo, ha sido violentamente depredada el añopasado, destruyendo gran parte de los edificios arqueológicos. Para una mejordescripción se puede dividir todo el conjunto en 2 sectores: este y oeste.

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Sobre un promontorio natural, al extremo este, muy cerca de la laguna,destaca un edificio que por sus grandes dimensiones y ubicaciones podríacalificarse como principal. Tiene planta rectangular de 14.20 m. de largo 6.80 deancho y 3.50 m. de altura máxima (Fig. 5). Está rodeada por un cerco ovalado queconserva su muros hasta una altura de 50 cm por 45 cm de ancho. Al extremo NW,fuera del cerco, se ubica un recinto de 2 m. de largo por 1.70 m. de ancho, y 1.40 dealtura; el acceso está orientado al oeste. Está estructura, además del cerco, cumpliríanfunciones de defensa y control dadas sus características implícitas. Ambas estánconstruidas con piedras canteadas dispuestas de modo vertical unidas con morterode barro y piedras pequeñas.

Al frente de este edificio y cruzando el camino, se encuentra el extenso SectorOeste de la zona arqueológica que, a simple vista, llama la atención por laabundante cantidad de grandes rocas o peñas. En este sector se han identificado 2tipos de arquitectura:1) Edificios de planta cuadrangularLa descripción del primer tipo se va a basar en el edificio mejor conservado quemide 2.20 m. de altura en su punto mas elevado; su planta cuadrangular es de 7,

Fig. 5 Queushu. Planta superior e interna de gran edificio sector Y. Ancho del muro externo 1m.

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por 7 m.; el espesor de los muros externos es de 60 cm. promedio. El acceso habríasido por el lado este. El interior, semisubterráneo, está formado por 3 espacios deforma rectangular de 1.60 de altura comunicados mediante dos pasadizos de 90cm. de ancho 70 cm. de alto y 40 cm. de largo (Fig. 6).

La técnica constructiva consiste en el uso de piedras grandes, medianas ypequeñas mostrando las caras planas al exterior; las piedras de tamaño pequeñofueron colocadas en forma horizontal, con el fin de rellenar espacios. Asimismo, seobservó el uso de barro como argamasa, siendo este más abundante por encima delas cubiertas. Las piedras que conforman los accesos, tanto externo como internos,son labradas y los techos están conformados por grandes lajas, ordenado en formaparalela.

2) Construcciones en el subsuelo de rocas o peñas.El segundo tipo tiene que ver con las rocas o peñas descritas línea arriba y seencuentran una muy cerca de otra. Para su elaboración se excavó parte del suelopor debajo de las peñas. Los lados o paredes resultantes fueron contenidos conpiedras canteadas asentadas con abundante barro mezclado con piedrasmenudas.Muchas veces estos muros sobresalen el exterior. El espacio internogeneralmente es irregular.

DiscusiónPor la observación de la arquitectura, sus características y estudios bibliográficos,Queushu habría sido un sitio de función funeraria y de vivienda. Sin embargo,

Fig. 6 Queushu. Planta superior e interna de edificio sector W.

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llama la atención no haber encontrado restos óseos o es que ese material tambiénfue burlado. Acerca del edificio principal se puede proponer que fue un granmausoleo de algún de personaje importante.

La cerámica blanca y la roja estarían indicando una ocupación durante elIntermedio Temprano. Por otra parte ,la fragmentería utilitaria encontrada revelaríavida doméstica en el sitio.

Shashipunta

Es un sitio arqueológico ubicado en la margen izquierda del río Santa en plenaCordillera Negra, a 4200 m.s.n.m. y en la cumbre del cerro Chapapunta, pertenecientea la provincia de Yungay.

La cumbre de Chapapunta consiste de 2 promontorios: el lado norte, que esmás alto respecto al lado sur,pero sobre ambos se ubican las construcciones cuyoselementos más notorios lo constituyen murallas que circundan las cumbres; lacumbre norte está rodeada de 3 murallas, éstas son bajas y de roca canteada con lascaras planas al exterior.

Dada la presencia de estos elementos arquitectónicos y la ubicación enpartes altas, desde donde se tiene una excelente visión de una parte de la zonanorte del Callejón de Huaylas y de toda la parte superior de la Cordillera Negra, esque se puede proponer que Shashipunta es un sitio fortificado que desempeñófunciones de control y/o defensa de territorios.

DiscusiónLa falta de investigaciones en el Callejón de Huaylas dificulta el entendimiento delproblema acerca del carácter y naturaleza de la sociedad «Recuay» y más aún ladistribución territorial de su estilo. Estudiando la presencia de un sitio comoShashipunta, desde el punto de vista de sus rasgos arquitectónico y su ubicaciónestratégica en un punto de la Cordillera Negra(que hacia el Oeste desciende alvalle de Nepeña), es que se podría comprender un poco el desplazamiento de lasociedad «Recuay». Así, tenemos que en la parte del valle de Nepeña, muy cerca alrío Salitre, existen varias fortificaciones, muchas de ellas construidas en el HorizonteTemprano y reocupadas durante el periodo Intermedio Temprano. Estos sitiosincluyen las fortalezas gemelas PV 31-162 y -163 así como PV 31-50, - 60, -157 E y- 254 con cerámica «Recuay» asociada (Proulx, 1982: 87-88). Para Donald Proulx,la cultura Recuay extendió su influencia sobre la parte alta del valle de Nepeña. Loque no puede determinarse es sí está involucrada un subsecuente control políticoy lo único que se propone ahora, junto con los datos arriba reseñados, es lareafirmación de esta posible ruta de penetración: cerro Chapapunta (Yungay)-Valle de Nepeña.

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Willkawaín

Es un extenso sitio arqueológico ubicado en la margen derecha del río Santa,provincia de Huaraz, estancia de Paria; se eleva a 3300 m.s.n.m. aproximadamentea 7. 5 km. al noroeste de la ciudad de Huaraz.

Existen algunos antecedentes para este sitio, siendo el más significativo losestudios de Wendell C. Bennett quien excavó Willkawain en 1938 (Bennett,1944),descubriendo varias estructuras a las que denominó templos, casa subterráneas,tumbas y galerías subterráneas, siendo las más importantes las consideradas como«Templos» Willkawain (Sitio 6H) Ichik Willkawain (Sitio 7H)

Esta división es sólo con fines descriptivos, aunque estos sitios debieronhaber conformado una unidad en algún momento.

Willkawain es un edificio de piedra de 3 niveles o plantas de 9.25 metros entotal, se sostiene sobre una plataforma en parte natural y en parte artificial de 54 x35 m. el edificio tiene 10.7 x 15.6 m. El edificio central está rodeado por una terrazade 2 metros de alto. En su lado norte tiene 3 nichos de planta en T, cuyas entradastienen en promedio 1.15 m. de ancho, 9 m. de alto, el nicho tiene 0.75 m., deprofundidad y 2.11 m. de ancho.

Cada piso del edificio central tiene 7 recintos, cuya disposición en cada pisoes idéntica, la única variación son las entradas. La entrada al primer piso seencuentra en el lado oeste, al segundo piso se entra por el sur y al piso superior porel este. No se observa ninguna comunicación entre piso y piso dentro del edificio.Existen elementos arquitectónicos como ductos de ventilación estrechos y ventanasentre los recintos pero solo en 2 lugares del piso superior. El primer y segundo pisotiene 2 m. de altura. Grandes lajas forman el techado o cubierta de cada recinto quea su vez funcionan como el piso del siguiente nivel. La cubierta del tercer piso esdiferente, aquí la pared central interna se eleva a 2.95 m. mientras que las paredesexternas de los recintos tiene solo 2.08 m. de alto. Grandes lajas de piedra se inclinandesde la pared central hacia las exteriores formando una cubierta a 2 aguas. Porfuera se amontonaron barro y piedras encima del techo en forma de cúspide, dandouna apariencia de cúpula o bóveda.

Las paredes o muros internos y externos del edificio están construidosmediante hileras horizontales de grandes piedras canteadas, alternadas con hilerasde piedras pequeñas. Del mismo modo, se utilizan piedras de tamaño pequeñopara rellenar todas las grietas entre las piedras grandes. En algunas zonas seobserva el barro. Se mantienen las caras planas al exterior.

El filo del techo o cubierta está formando por una de serie de piedrasaplanadas que se proyectan al exterior; por debajo, el alero ha formado un nichoinsertado de 45 cm. de profundidad que rodea al edificio. Debajo de este nicho seencuentran, regularmente espaciados, unos agujeros de los cuales se dice que seextrajeron cabezas clavas de felinos. Actualmente no se observa nada de esto, sinembargo, en uno de los lados se ha colocado arbitrariamente otras cabezas clavasde apariencia humana.

Ichik Willkawaín se encuentra a medio kilómetro al sur este de Willkawaíny consta de varios edificios, siendo el principal de construcción similar pero más

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pequeño y menos complejo. Es un edificio central de 3 niveles de 16 x 7.2 m. rodeadopor un terraza de 1.5 m. de alto, tiene un eje este-oeste; a su alrededor hay 10edificios pequeños, el más grande mide 9.15 m. y tiene 4 recintos internos.

El primer piso de Ichik Willkawaín tiene una entrada a través de una terrazaen el lado sur. El segundo piso se compone de 3 conjuntos de 2 recintos conectados,de 2.2 x 3.5 m. encontradas al lado norte y sur del edificio. Todas las entradas secomponen de dinteles de piedra. En general, la mampostería es la misma deWillkawaín, con hileras horizontales de roca canteada de tamaños grandes ypequeños. Las paredes internas presentan la misma disposición de piedras y seutilizó también el barro.

Bennett (1944) excavó en los alrededores de Willcawain, específicamente enlo que el denomina «Casas» (house types), tumbas alineadas (deep stoned-linedtombs), entierros en roca (stone box graves), entierros simples (unlined tombs),casas subterráneas (subterranean house sites) y galerías subterráneas(subterranean galleries), aislando aquí los siguiente tipos cerámicos en este orden:-Estilo Recuay (más temprano que el estilo Willkawain Tiahuanaco).-Estilo blanco sobre rojo.-Mezclas en casas subterráneas, con materiales que quizá no sean contemporáneos,pero que se pueden ubicar entre Recuay y Willkawain Tiahuanaco. Estos presentanligeras reminiscencias Recuay,la presencia del estilo blanco sobre rojo y la ausenciade influencias Tiahuanaco.-Estilo Willkawain Tiahuanaco que se asocia con los templos de tres niveles.

De esta manera, Willkawain contendría una secuencia ocupacional queordenada según los avances en arqueología, sería:

-Intermedio Temprano con los estilos Blanco sobre Rojo y «Recuay»-Horizonte Medio con el estilo Tiahuanaco

DiscusiónSobre la naturaleza y carácter de los edificios, Terence Grieder (1997: 107-

109) califica a Willkawain como prototipo de tumba perteneciente a lo que denominatipo masivo horizontal. Por otra parte, Alberto Bueno (1989:43) escribe queWillkawain es un sitio con grandes mausoleos que en su tiempo fue un sóloasentamiento; lo asocia con la presencia Tiawanaku en el Callejón de Huaylas(500-1.000 d.C.) y la arquitectura que presenta sería típica de la región.

El Willkawain que se observa en la actualidad ha sido restaurado en ladécada del 60 por el padre Augusto Soriano Infante, ya que según la lectura delinforme de Bennett, ésta presentaba derrumbes en muchos sectores. IchikWillkawain se encuentra ahora cercado con paredes construidas con un estilomuy semejante a la mampostería arqueología, esto resulta de muy mal gusto porquepuede confundir a los visitantes.

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Marcajirca

El cerro Marcajirca se encuentra en la margen derecha del Río Santa a 4.5 km. alnorte de la ciudad de Huaraz, se eleva a 3150 m.s.n.m. Pertenece al caserío deYactash.

El reconocimiento de este sitio arqueológico se inició ascendiendo por laladera oeste del cerro. Desde aquí ya se observa cierta cantidad de fragmentería. Lomás notorio fue la presencia de una corta sección de terrazas, cuyo muro decontención tenía 1.10 m. de alto y estaba compuesto de grandes rocas. La mayorconcentración de construcciones y sobretodo de cerámica, se encuentra en la partesuperior del cerro que es un terreno amplío y plano utilizado actualmente comocampo agrícola y zona de pastoreo. Por estos motivos Marcajirca se encuentrasumamente destruido.

Las construcciones o recintos que seguramente existían, fueron arrasadoscon el fin de ampliar la zona de cultivo:amontonamientos de piedra y murosdelimitantes actuales se observan en varias partes. En general, el sitio consiste dedos grandes espacios abiertos divididos por una sección donde se puede distinguirmuros bajos de piedra canteada y amontonamientos de este mismo tipo de piedras.Dificulta la observación la acumulación de plantas espinosas, arbustos y cactáceas.Al interior de los espacios abiertos se mantienen unas cortas secciones dealineamientos de piedras. Asimismo, en cada uno de los espacios y en el sectorcentral se encontraron tres batanes utilizados quizá para moler minerales ogranos.En uno de los patios, cerca a los recintos, se ubica una mano de moler.

Pongor (Paccha)

Es un sitio ubicado en la margen izquierda del río Santa a 3150 m.s.n.m. en elcentro poblado menor de Pongor, provincia de Huaraz.

Raimondi (1873: 40-41) describe que el sitio se ubica cerca de la HaciendaPongor de donde proceden muchas de las estatuas del Museo de Huaraz. Gónzales(1992: 157) manifiesta que es un lugar muy antiguo que ya conocieron los españolesy aparece en los croquis de la época.

El sitio es extenso y se encuentra destruido en un 80% y está rodeado decampos de cultivo, bosques y viviendas actuales, además, un camino de herraduraatraviesa su lado oeste. Informantes de la zona aseguran que durante su elaboraciónse encontraron algunos entierros. Es realmente poco lo que queda de la arquitectura,solamente se distinguen alineamientos de piedras formando algunas veces esquinasrectas; un muro largo bajo a un extremo (norte) de piedras canteadas y numerosasconcentraciones de piedras amontonadas canteadas y unas pocas labradas,formando a veces muros modernos que definen zonas agrícolas.

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Oshcosh

Se encuentra en la margen derecha del río Santa a 3150 m.s.n.m. en la estancia deCurhuas. Hacia el sur, el sitio se encuentra flanqueado por el río Casca, tributariodel Santa.

La colina Oshcosh se ubica frente a las Pampas de Caururu, dondeactualmente se pasta ganado vacuno. Una sección de las pampas ha sido convertidaen campo deportivo y el extremo este de Caururu es una zona pantanosa donde seobservan afloramientos naturales de agua.

Oshcosh es un montículo alargado orientado de norte a sur con 6 plataformasen disminución. En el flanco oeste (según informaciones orales), había una galeríasubterránea larga con losas que servían de cubierta.

Sobre este promontorio natural,las plataformas, cuyos muros de contenciónverticales fueron construidos con piedras canteadas sostenidos con una mezcla debarro piedrecillas, tienen una amplia extensión, tanto así que la gente actualmenteutiliza esta superficie para cultivar trigo. Gran parte de las terrazas han sidodestruida y las piedras producto de esta remoción conforman grandesamontonamientos: todo esto se ha hecho con el fin de ampliar la zona agrícola.

DiscusiónAlberto Bueno (1989: 41) asigna el sitio al Intermedio Tardío: «... por el mismo

tiempo creció un pueblo arqueológico grande en la colina Oshkosh, cuyo cimientosde casas, cercos y puquios se extienden hasta la pampa. Este que se sube aWillkawain. En Oshkosh Intermedio Tardío hemos encontrado fragmentería estiloAkilpu....»

Orojirca

Está ubicado en la margen izquierda del río Santa a 3500 m.s.n.m. en la estancia dePicup, provincia de Huaraz.

El sitio se asienta sobre una colina rodeada de extensos campos de cultivo.Bennett (1944: 13) reporta largas galerías subterráneas de piedra. El excavó pozosde prueba en varias partes de la colina, descubriendo solamente un entierro enroca de 35 x 30 cm. por lado y 70 cm. de profundidad, donde encontró huesos deadultos.

Orojirca en realidad es un sitio pequeño que consiste de una serie deconstrucciones subterráneas al parecer interconectadas (Fig. 7). Actualmente no sepuede observar el interior por estar cubiertos algunos accesos; sin embargo, sedistinguen algunos dinteles de grandes lajas de piedra labrada. El acceso 1 conducea un recinto subterráneo cuyas paredes de 40 cm. de alto fueron construidas conbloques pequeños de piedra de forma alargada, dispuestas en forma horizontalasentadas con barro.

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Waullac

Se ubica en la margen derecha del río Paria, muy próxima a la confluencia con elrío Auqi que da nacimiento al río Quillcay, afluente del Santa y ocupa la parte bajade una ladera al este del barrio de Nicrupampa, Huaraz. Específicamente se localizaen el paraje conocido como Antaoko.

Existen algunos antecedentes, producto de restauraciones y reconocimientospracticados. El padre Soriano Infante restauró este conjunto arqueológico y lorelacionó según el tipo de construcción con otros sitios de la sierra de Ancash:Chinchawas (Pira), Illawain (Aija), Gekosh (Ticapampa), Honkopampa (Carhuaz)y según la cerámica con Tiahuanaco (Soriano, 1941). Alberto Bueno también estudioel sitio y lo describió como un conjunto de bancales y terrazas para casasarqueológicas en extensión de un kilómetro. Señala además, que presentaandenerías agrícolas servidas por canales actualmente reutilizados y concluye enque Waullac es el sitio de Huaraz arqueológico Intermedio Tardío (Bueno, 1989:44). Finalmente, Clide Valladolid observa que la mampostería es básicamente depiedra, rústica y pachillada con mortero de barro, incluyendo además en susángulos grandes bloques canteados en las esquinas de los recinto, detalle muyespecial de la arquitectura Wari (González, 1992: 219).

Las 10 estructuras identificadas están dispuestas siguiendo un eje sur-norte,tres de ellas tienen un basamento cuadrangular de piedra de 1 metro de altura enpromedio que sostienen al recinto; los accesos están orientados hacia el sur ypresenta gradas. Otros elementos arquitectónicos importantes son las ventanastanto al este como al oeste, techos formados por grandes lajas de piedra superpuestasy soportados por ménsulas que sobresalen del parámetro externo.

Fig. 7 Orojirca. Planta de recintos interconcetados 1 y 2.

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Los muros están construidos con piedras unidas con argamasa de barro y«pachilla»; los accesos presentan dintel y jambas de piedra labrada. Estasedificaciones que se podrían calificar como más elaboradas, generalmente presentanotras estructuras adosadas un poco más pequeñas, con accesos de 1.10 m. yaltura de 1.70 m.; las cubiertas de éstos son de lajas medianas sobrepuestas,una de ellas contiene una banqueta en el interior.

Una de las estructuras más elaboradas (en el extremo oeste) presenta en unode sus costados una losa o laja esculpida con dos felinos con el cuerpo de perfil yla cara de frente y una figura humana central, que según la clasificación de Schaedelcorresponde al tipo II de las losas (puma slabs) que en su correlación de secuenciaslas atribuye a los comienzos del Intermedio Temprano estilo Huaraz (Schaedel,1948b: 73-78).

La cerámica asociada consiste en fragmentos de soportes tipo trípode deinterior tanto hueco como compacto de cuerpo redondo y ovalado; un fragmentode caolín con decoración pintada estilo Cajamarca III; fragmentos con decoraciónpintada del Horizonte Medio; fragmentos con rostros modelados (tipo Chimú);fragmento en pasta negra pulida con decoración incisa y finalmente fragmenteríaAkilpu. Esta descripción se basa en una muestra de tan solo 29 fragmentos, cuyoanálisis indica la existencia de una secuencia cronológica.

DiscusiónExiste una vinculación entre los sitios de Huaullac Willkawain y Honcopampadebido a similitudes en la arquitectura. La literatura arqueológica generalmentelos asigna cronológicamente al Horizonte Medio (Valladolid, 1996; Bennett,1944;Vescelius, en Buse,1965). Esto resulta criticable,pues las excavaciones de Bennetten Willkawin no muestran un registro estratigráfico ni un plano del lugar dondese hicieron los trabajos, solo menciona a las galerías. Igualmente, en el caso deVescelius no se sabe con certeza dónde excavó, su muestra de cerámica Wariproviene de tumbas hallando una mínima cantidad de éstas en el sector residencialy se desconoce también la procedencia de sus fechados radio carbónicos de 959,994 y 1,054 d.C. (Buse, 1965: 327) para Honkopampa. En ambos casos, losinvestigadores proponen la filiación cultural a partir de la cerámica producto de laúltima ocupación.

Para poder relacionar con certeza los tipos arquitectónicos con estilos decerámica, es necesario realizar excavaciones cuidadosas en estos sitios críticospues hasta entonces, todo quedará a nivel de hipótesis. Por ejemplo, Alberto Buenoen este sentido escribe: «La presencia de Tiwanaku en el Callejón de Huaylas (500-1000d.C.) coexistió con la fase Pashash-Recuay porque sus materiales se encuentran paralelos;en otros casos Pashash-Recuay cedió prerrogativas a Tiwanaku;por ello encontramosmateriales Tiwanaku regionalizados en Honcopampa y Willkawain por ejemplo, pero laarquitectura de estos sitios es típica de la región». (Bueno, 1989: 43).

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Waka Tzaka

Este no es precisamente un sitio arqueológico, sinó un pequeño puente sobre unaacequia de riego construido en base a losas esculpidas. Se encuentra en el caminoal centro poblado de Quenuayoc,provincia de Huaraz. El acceso es por el extremooeste de la ciudad, cruzando el puente de Cal y Canto.

Este puente está conformado por 5 losas paralelas al camino. Las 2 ubicadasen los extremos son las que presentan diseños, las del centro parecen volteadas, esdecir, los diseños podrían encontrarse debajo. Estos no se ha podido constatarporque la altura del puente no lo permite.

La primera es una losa que tiene 1.90 m. de largo y 55 cm. de ancho. Eldiseño consiste en un felino en alto relieve con el cuerpo de perfil y la cara de frente,no presenta cola ni espalda arqueada. Las uñas están claramente definidas y tieneuna línea incisa que define las muñecas. Los genitales están representados. Llamala atención el exagerado relieve de las cabezas que alcanza hasta 10 cm. por sobrela losa. Posiblemente hubo otro felino al costado. No se pueden observar los detallesde la cara, ya que esta parte ha sido extraída y solo se pueden notar las orejas deforma redondeada.

La siguiente losa tiene 2 representaciones de felinos. Las más notoria, muestrael cuerpo de perfil, espalda arqueada, y la cara de frente y la cola está enroscadahacia arriba, no se observan los detalles de la cara, solo las orejas de formaredondeada. El otro felino (mas deteriorado), se encuentra, por así decirlo, dándolela espalda al primero, su posición es enteramente de perfil, no se observa la cola y en laparte de la cara se distinguen líneas que definen los colmillos (Fig. 8).

DiscusiónNo se tiene una información precisa acerca de la procedencia de esta escultura; elsitio mas cercano a éste es Pongor y Orojirca. Bennett manifiesta que del primero seextrajeron muchas de las estatuas hoy en el Museo de Huaraz (Bennett, 1944: 13).

Según la clasificación de escultura lítica propuesta por Schaedel, los felinosde Waka Tzaka corresponderían al Tipo II que representa «al puma con el cuerpode perfil y la cara completa. Aparece solo, doble, o en combinación con una figurahumana central u otra criatura». Por otra parte, afirma que este tipo II pertenece alestilo que él denomina Huaraz. Sobre este tipo escribe que «.... los dientes varían deproyectantes o prominentes caninos a un doble de fila de dientes o sin dientes. Lacola está enroscada... lo más distintivo de los pumas Huaraz son los diseños comovolutas que delinean las garras y la demarcación de la muñeca mediante un surcoo línea incisa...» (Schaedel, 1948b: 73-74). Si bien es cierto muchos rasgos coinciden,hay muchos otros que indicarían la presencia de algunas variantes dentro delestilo.

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Antajirca

El cerro Antajirca está ubicado en la margen izquierda del río Santa,a 3100 m.s.n.m.Al pie se ubica la estancia de Quechcap, provincia de Huaraz. El cerro presentauna topografía plana en su parte superior, cubierta por numerosas arbustivas ycactáceas.

La concentración arquitectónica ocupa todo el tercio superior del cerro. Sereconocieron construcciones de planta rectangular construidas con piedrasgrandes, medianas y pequeñas; patios a cielo abierto rodeados de muros de 1 a 1.5m. de altura. El sitio, al parecer, tenía su propio camino arqueológico que articulabaa gran parte de las construcciones (este quizás terminaba en un espacio abiertodelimitado por un muro circular de piedras grandes y medianas). Al lado NW deeste espacio, se identificó otro espacio abierto rodeado por muros con esquinascurvas que tiene una dimensión de 10 m. x 12 m. En el centro de este espacio estáplantado un monolito de perfiles canteados y de morfología rectangular, el cual sealza 1.10 m. sobre el piso, su parte superior termina en una superficie plana de 60cm. x 30 cm.; su base es mas ancha que su parte terminal superior.

Los varios espacios abiertos pueden considerarse de funciones sociales y/o socio-políticas; pero el espacio abierto con el monolito canteado en el centro del

Fig. 8 Waka Tzaka. Escultura lítica

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mismo puede ser considerado en torno a relaciones de carácter ritual y/oceremonial.

En el lado norte de esta cumbre se encuentra una tumba saqueada de matrizinterna rectangular con esquinas rectas. El techo consiste de una serie de lajaslargas fuertemente asentadas con barro y piedras pequeñas y se levanta sobre elsuelo por mas o menos un metro de altura por 1.40 m. de largo y 80 cm. de ancho.Al lado sur, hay otra tumba muy destruida de tipo subterráneo con dos cuartos ynichos.

Hacia el oeste, hay un recinto construido con piedras formando unaplataforma rectangular de trayecto E-W, la parte central de este gran espacio abiertoes muy limpia y plana. Esta construcción reviste caracteres significativos pues seencuentra en un lugar prominente. Es probable que esté relacionado con actosceremoniales. Otro recinto de este tipo tiene planta ovalada definida por muroscurvados siguiendo la topografía natural de la colina, queda en pie 1.20 m. enpromedio del muro curvado; en el lado izquierdo del espacio abierto, ha quedadoplantado un bloque vertical canteado como muestra de que algunos sectores deeste muro estuvo construido con grandes bloques y piedras medianas. El espaciointerno es limpio y debe haber estado reservado para concentraciones sociales(Fig. 9).

Por los flancos N y NW, la ladera ha sido modificada por grandes tierrascuya elevación de muros a base de piedras del mismo cerro permitieron tenerespacios planos para diversos usos.

DiscusiónAntajirca, por sus características, revela una fuerte e importante presencia duranteel período Intermedio Temprano. Informantes que habitaron en la estancia hace yavarias décadas, brindan datos muy interesantes sobre la escultura lítica querevelarían la verdadera posición y ubicación de estos elementos. Los numerososespacios abiertos, los monolitos o huancas y la escultura lítica permite asignarle alsitio una función de tipo ceremonial y social, de toma de decisiones.Amajirca

Fig. 9 Antajirca. Planta de unidades constructivas

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Es un sitio arqueológico ubicado en la margen izquierda del Río Santa a 3400m.s.n.m. en la estancia de Santa Catalina, provincia de Huaraz. Amajirca seencuentra a 1 Km. y medio antes de la estancia; se trata de una ladera de pocapendiente sobre lo que se asienta un pequeño cementerio arqueológico.

En este cementerio se distinguieron hasta tres tumbas saqueadas. La primeraen ser estudiada está construida sobre la superficie y se encuentra muy destruida.Se ubica sobre un área ligeramente sobreelevada; la planta es de forma horizontaly asentadas con barro,la cubierta está compuesta de grandes lajas. En el exterior sehallan dispersos algunos restos óseos humanos y fragmentería cerámica que revelaformas de ollas pequeñas, con cuello corto y cuencos en pasta naranja de superficiesalisadas y pulidas. Asimismo, se encontró un fragmento de cuenco en pasta caolín.

La siguiente tumba, a pocos metros al este de la primera, es subterránea, deplanta cuadrangular, de 1.20 x 1.40 m. de lado y 80 cm. de altura (Fig. 10a). Lasparedes están conformadas de piedras canteadas grandes, asentadas en la parte inferiorentre éstas y se han dispuesto bloques de piedra ordenadas en forma horizontal,asentados con barro. La cubierta se compone de una sola gran laja.

La tumba número 3, muy cerca de la anterior, es también subterránea y deplanta irregular con esquinas tanto rectas como curvas (Fig. 10b). Tiene una alturade 45 cm. Las paredes están construidas en base a piedras canteadas dispuestasen forma vertical; la cubierta se compone de grandes lajas paralelas. La cerámicaasociada consiste de un fragmento delgado de botella (cuello) en pasta naranjaclaro y superficie externa alisada fina, sin mayor decoración; un fragmento enpasta color crema, muy delgado y otro en pasta naranja con decoración externa depintura negra formando unas líneas delgadas.

Estos entierros podrían asociarse al período Intermedio Temprano, dada latipología de las tumbas (especialmente la número 3 que tiene inclusive una cámara)y por la fragmentaría cerámica.

Fig. 10 Amajirca. Planta de tumba semitubterránea 2 y 3

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Oropunta

Es un sitio arqueológico ubicado en la margen izquierda del río Santa, a una alturade 4000 m.s.n.m. en la estancia de Santa Catalina, provincia de Huaraz. Oropuntase encuentra hacia el este del pueblo cruzando la quebrada Santa Catalina, en lacumbre de un cerro.

El sitio ha sufrido una gran alteración de su estructura original, debidoespecialmente a la extracción de las piedras constituyente del asentamiento con elfin de ampliar el área de muros originales que al parecer conformaban grandesrecintos. Lo que abunda por toda la superficie e incluso en las faldas del cerro apartir del tercio medio es la fragmentería cerámica (Fig. 11).

Roko Ama

Es un pequeño sitio arqueológico ubicado en la margen izquierda del rio Santa, enel poblado de Pampacancha, provincia de Recuay. Se eleva a 3700 m.s.n.m.

Roko Ama contiene pequeñas estructuras arquitectónicas construidas sobrela superficie, de las cuales, la mejor conservada se apoya sobre una gran roca ytiene 3.40 m. de largo y 1.45 m. de altura conservada. El espacio interno presentaplanta ovalada y el piso de tierra compacta. El frontis (este) y los muros internoscontienen piedras canteadas de tamaños variados unidas con abundante morterode barro y piedras pequeñas. Los muros externos forman esquinas rectas. El accesoes pequeño, tiene 40 cm. x 45 cm. de lado. La cubierta la conforma la misma roca. Alexterior de la estructura se observaron algunos huesos humanos. A unos pocosmetros al oeste, se ubica un pequeño promontorio rocoso como una piedra paradao huanca encima; a continuación, un poco mas al oeste, se localiza otra estructuramuy destruida apoyada sobre una roca y construida a un costado de unpromontorio rocoso mas grande que el anterior el cual tiene en su parte superioruna piedra parada o huanca. El recinto tiene planta circular, los muros se conservan

Fig. 11 Oropunta. Cerámica de superficie

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hasta en 1 m. de alto y están construidos en base a rocas canteadas de variadostamaños unidas con mortero de barro (Fig. 12). El resto de estructuras se encuentrandemasiado destruidas como para poder dar una descripción precisa de ellas.

Pueblo Viejo

Es un extenso sitio arqueológico ubicado en la margen derecha del río Santa, en elparaje del mismo nombre, a 1.5 km. de la ciudad de Recuay. Se asienta sobre unaterraza fluvial alta actualmente aprovechada como área de cultivo, a pesar de esto,el estado de conservación del sitio es bueno.Pueblo Viejo contiene varias edificaciones:- Una sección compuesta de dos muros de 1 m. de espesor en promedio, adosados, quecircundan la zona arqueológica por el lado oeste; están construidos en base a piedrascanteadas asentadas con barro. Se conservan hasta en 1.70 m. de altura.- Edificio conocido por los pobladores como «Castillo». Tiene 8.30 mt de alturatotal en promedio, 6.70 m. x 6.85 m. en los lados. Se trata de un edificio cúbicoasentado sobre un basamento de 2.10 m. de altura; presenta dos ligeros desnivelesde 9 y 17 cm. en promedio. En la parte superior se erigen 4 prolongaciones amanera de torres ubicadas en las 4 esquinas y tienen 1.80 m. de altura en promedioy 2.0 x 2.0 m. de lado como medidas promedio. La técnica constructiva generalconsiste en el uso de piedras canteadas de tamaño constante asentadas con barroy no necesariamente mantienen un orden. Todas muestran las caras planas alexterior .

Fig. 12 Roko Ama. Frontis de recinto con planta interior ovalada

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- Plataforma cuadrangular sobreelevada ubicada al NE del Edificio Cúbico, tiene13.40 x 18.60 m. por lado. El espacio interno es de tierra compacta, actualmentelleno de arbustos. El muro que la define tiene 1.25 m. de ancho y 65 cm de alto enpromedio. En su lado norte se distinguen dos prolongaciones que sobresalen delmuro corrido. Toda esta estructura esta construida con piedras canteadasasentadas con barro.- Gran recinto rectangular ubicado al este de la Plataforma y del Edificio Cúbico;esta orientado de E a W. El acceso se encuentra en el lado norte. Tiene 18.20 m. delargo por 8.90 m. de ancho; su altura se conserva hasta en 2.50 m. Las paredesnorte, sur y oeste exhiben nichos cuadrangulares de 30 por 35 cm. por lado y 20cm. de profundidad; todos ellos están ubicados en la parte media de las paredes.El lado Este se encuentra lamentablemente derruido.- Gran montículo construido en base a una plataforma alta sobre la que se asientaun edificio de planta rectangular y esquinas rectas; tiene 22 m. de ancho por 38 m.de largo y 2.80 m. de alto el acceso general esta orientado al SW y consiste de unalarga escalinata de piedra que en la parte superior se ensancha. Este montículo seubica al extremo norte del sitio; esta construido en base a piedras canteadasexhibiendo las caras lisas al exterior.

Igualmente muchas las estructuras arquitectónicas que hoy se encuentranmuy destruidas, revelaron fragmentos de cerámica (Fig. 13).

DiscusiónEste sitio arqueológico es mencionado por A. Bueno (1989: 44), quien manifiestaque entre 1460 a 1533 d. C. vivió bajo el dominio del Tahuantinsuyo; lo cual sepuede reafirmar mediante los hallazgos de su fragmentería. Sería importante poderdeterminar cuáles son las estructuras arquitectónicas asociadas a esta ocupación.Llama particularmente la atención el edificio conocido como «Castillo», ya quehasta el momento no se había reportado una edificación con tales característicasen el Callejón de Huaylas.

Pueblo Viejo contiene evidencias de ocupación correspondientes a losperiodos Intermedio Temprano, Intermedio Tardío y Horizonte Medio.

Roko Pata

Es un extenso sitio arqueológico ubicado en la margen derecha del río Santa en eldistrito de Catac, provincia de Recuay a una altura de 3800 m.s.n.m. Especialmente,Roko Pata se encuentra en la margen izquierda de la Quebrada Yacsha Huanca,por donde discurre un riachuelo tributario, el sitio se halla sobre la cumbre de uncerro donde se asiento el Cementerio del pueblo, en una zona boscosa.

Es aquí donde se encuentran los muy conocidos «soterrados de Katak»denominados así por Tello de donde Ignacio Icaza, extrajo la colección de objetosde cerámica de Recuay, hoy depositados en el Museum Für Völkerkunde (Berlín).Tello contó un total de 148 soterrados describiendo sus elementos y materialesconstructivos. El manifiesta que no logró determinar de un modo satisfactorio el

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objeto de estos edificios, aunque los pobladores de la zona afirman que ellos se hanextraído cadáveres y cerámica (Tello, 1929: 40-43).

Bennett se refiere a este sitio (Sitio 4k) como uno que contiene tumbas delTipo A y B, así como también numerosos sitios de vivienda. Del total de tumbasmedidas, 5 eran del tipo A y 2 del tipo C. Se observaron 2 chullpas o casas del TipoE (Bennett, 1944: 69). El tipo A consiste de una cámara central subterránea convarias otras cámaras conectadas a los lados; el tipo B es una galería subterráneasimple; el tipo C es una galería subterránea de 2 pisos; el tipo E son chullpas con 2o más cuartos pequeños (Bennett, 1944: 68).

El sitio consiste de numerosas construcciones subterráneas que podríancalificarse de grandes tumbas. Ciertamente, Wegner reafirma que de aquí seextrajeron alrededor de 160 ceramios finos de arcilla blanca y decoración pintadaen negro (Wegner, 1981: 3).

Estas construcciones se encuentran aglutinadas, una muy cerca de otra, selas identifica por que sobre el suelo se pueden observar las grandes lajas queconforman la cubierta de la cámara. Generalmente son tres. Las paredes internasde estas estructuradas son de piedra canteada de diversos tamaños; por lo generallas mas grandes, de forma cuadrangular, fueron colocadas en la base y entre éstaspequeñas lajas ordenadas en forma horizontal. Las habitaciones son en muchoscasos rectangulares de 1.20 m. de altura en promedio y contienen elementos comonichos y compartimentos pequeños también cuadrangulares. El suelo es de tierrasuelta no encontrándose evidencias de huesos o cerámica (Fig. 14).

La fragmentería encontrada revela formas de ollas pequeñas con asascintadas y cuencos de paredes divergentes confeccionados en pasta color naranja

Fig. 13 Pueblo Viejo. Cerámica de superficie

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Fig. 14 Roko Pata. Planta interior de recintos subterráneos

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con temperatura de piedras menudas y superficies alisadas. No se halló ningúnfragmento con decoración ni uno en pasta caolín. Sin embargo, Wegner reportaesta cerámica en Roko Pata, sitio codificado por él como (Wegner, 1981: 8).

TIPOS DE ESTRUCTURAS DURANTE EL INTERMEDIO TEMPRANO

Como producto de la evaluación de los datos sobre arquitectura, se distinguieron6 tipos de estructuras arquitectónicas para este período.

1) Poblados formados por numerosos recintos aglutinados de plantas cuadrangulary circulares con tumbas asociadas de 2 tipos:Pongor, Balcón de Judas, Cuchipatac, Amájirca, Eraq Huanca, Plazapampa (contumbas pequeñas subterráneas de un solo espacio); Marcunjirca, Antajirca,Oropunta, Gekosh (con tumbas subterráneas de varios cuartos comunicados entresí)

2) Cementerios formados por los siguientes tipos de tumbas:- Tumbas subterráneas pequeñas de un solo espacio. Amá- Tumbas subterráneas grandes con 2 o 3 cuartos con o sin nichos Amájirca, Gekosh, Rokopata.- Entierros en el subsuelo de peñas Queushu, Huantzupu- Tumbas (?) subterráneas pequeñas alineadas. Piquipunta- Tumbas pequeñas de planta circular Salinas, Plazapampa.

3) Montículos piramidales de gran tamaño con plataforma. Esta arquitectura poseecaracterísticas tempranas y tiene una ocupación durante el Intermedio Temprano. Inkawain, Shanllacoto

4) Montículos con plataformas Wansakay, Hoscos.

5) Edificio de esquinas curvas y escalinata de acceso: Tumshucayco

6) Gran complejo conformado por edificios masivos de esquinas en ángulo recto yperfiles en disminución, montículo con plataformas y escalinata de acceso, grandesrecintos rectangulares con nichos, plataformas sobre elevadas y muros delimitantes.El único sitio de este tipo es: Pueblo Viejo

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De lo anterior se desprende que los tipos 1 y 2 son los mas frecuentes. Se registraronmas sitios de los que no podemos precisar con algún sustento, una ocupaciónduran te el Intermedio Temprano; sin embargo, se describirán sus respectivos tiposarquitectónicos:

(1) Montículos: San Antonio Castillo Punta Montículo con construcciones menores alrededor: San Juan Montículo, Tradición Arquitectónica Mito Huaricoto

(2) Mausoleos Funerarios Willkawain Huaullac Sala Maché

(3) Sitio fortificados con murallas circundantes Shashipunta

(4) Entierros en roca Tucupachan

(5) Recintos pequeños sobre la superficie,posibles tumbas Roko Amá

La técnica constructiva empleada para todo tipo de edificaciones consisteen el uso de piedras canteadas de formas delgadas y alargadas, ordenadas en losmuros de forma horizontal. Este material y técnica se ve intercalado entre piedrasde mayor tamaño (caso de tumbas subterráneas), todas mostrando las caras planasal exterior. Para consolidar los muros se utilizó mortero de barro con piedraspequeñas.

CONCLUSIONES

Uno de los objetivos del Proyecto «Reconocimiento Arqueológico en la CuencaAlta del Río Santa: Conococha-Caraz» es el estudio de los sitios arqueológicospertenecientes al periodo Intermedio Temprano, conocido también con el nombrede Recuay y definido por sus asociación con un estilo cerámico caracterizado porceramios de paredes delgadas, confeccionados en pasta caolín y decorados conmotivos que pueden ser aplicados mediante técnicas en positivo o negativo. Losdiseños consisten de elementos geométricos pintados en rojo o negro sobre el fondoblanco, figuras míticas zoomorfas y antropomorfizadas; el modelado de figurashumanas y formas que incluyen cuencos con soporte pedestal y trípode, cuencosabiertos simples, jarras globulares u ovoides de borde plano en forma de disco,

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cuencos con mango, tazas, cucharas y vasijas efigie; con una arquitectura funerariaclasificada por Tello en: hoyos o pozos socavados en el terreno, con paredesrevestidas de piedra y con tapas de piedra no labradas, encontrada en Copa(Carhuaz) y cámaras subterráneas mas o menos amplias provistas de nichos oceldas, ejemplo: «Soterrados de Katak» (Tello, 1929: 37 -39). Lumbreras identificatres tipos de vivienda: «.... una compuesta de dos cuartos paralelos en forma degalería, con techo de lajas grandes sobre las que hay un relleno de tierra, yconectados internamente, uno de ellos con salida al exterior; el otro es similar alanterior, pero con cuatro cuartos y el tercero consiste en una casa subterránea deun cuarto que tiene hasta tres subdivisiones, son alargadas y se comunican alexterior por un hueco a manera de tragaluz (Lumbreras, 1980: 104); con unaescultura lítica que consiste de estatuas humanas divididas en 8 tipos que sedistinguen por la posición de las piernas (cruzadas), rodillas (levantadas); puedentener o no tocado en la cabeza, representación o no de genitales y presencia oausencia de porra y escudo; losas con felinos en relieve divididos en 5 estilosdefinidos por la posición del animal: cuerpo de perfil y cara de frente; combinacióncon figura o cara humana central; felino de doble cabeza unidos por los arcos de laespalda; rasgos como cola enroscada, los dientes pueden estar representados o no,garras en forma de volutas, representación o no de genitales (Schaedel, 1948b: 60-79).

Durante el trabajo de reconocimiento en el campo, si bien es cierto se hacomprobado y verificado en parte la presencia de estas manifestaciones, se puedeañadir que la cerámica de superficie más abundante encontrada en sitios asignadosal Intermedio Temprano corresponde a tipos confeccionados en pasta naranja dediversas tonalidades hasta llegar a un naranja pálido, cocción en atmósfera oxidantecon predominancia del uso de desgrasantes granulosos siendo las formas masrecurrentes los cuencos y ollas grandes de asas cintadas de superficies alisadasprincipalmente, y en menor proporción pulidas y pintadas de un color rojo oscuromuy característico y repetitivo. La frecuencia de fragmentos en pasta caolín es muybaja, en relación a los tipos ya descritos. Elementos como soportes tipo trípode ypedestal, mangos y fragmentos caolín con decoración pintada ocupan un segundolugar en la proporción. Estas diferencias en cuanto a las frecuencias, puedenreafirmarse mediante los hallazgos en el sitio Balcón de Judas excavado por StevenWegner en 1980 donde encontró varios miles de fragmentos cerámicos que marcabanuna abundancia de vasijas que no eran de caolín a las que el califica como cerámicautilitaria (Wegner, 1981: 9-10).

La hipótesis planteada inicialmente en este proyecto proponía que la muyconocida y aceptada cerámica de caolín (Recuay) se difundió desde Pallasca haciael Callejón de Huaylas, sin embargo, como producto de la evaluación de los datosde campo, se considera que se dispone de poca información como para confirmaresta hipótesis. Solo mediante excavaciones arqueológicas sistemáticas en diversossitios estratégicos del Callejón de Huaylas se podrán obtener resultadoscontundentes. La mayor o menor frecuencia de fragmentería hallada en superficieconstituye una información de tipo preliminar; además se debe tener muy en cuentael intenso huaqueo o excavaciones clandestinas que se practican hasta la

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actualidad: quienes se dedican a esta actividad son muy selectivos al momento deextraer las piezas, prefiriendo los ceramios de caolín con decoración elaborada; lossitios mas conocidos de donde se sabe se extrajo este tipo de alfarería son: Catac(Recuay), Copa Grande (Carhuaz), Tullo (Carhuaz), Queushu (Yungay), Jancu(Huaraz, mediante excavación), Balcón de Judas (Huaraz, mediante excavaciones)y Willkawain (Huaraz, mediante excavaciones). En consecuencia se puede pensarque esta consecutiva extracción ilícita ha sido una de las principales causas de lapoca proporción encontrada de esta cerámica.

Sin embargo, durante el trabajo de reconocimiento detectamos fragmenteríaen pasta caolín con o sin decoración en los siguientes sitios arqueológicos:Inkawaín, Shanllacoto, Queushu, Huantzupu, Piquipunta, Marcajirca, Hoscos,Oropunta, Salinas, Arnajirca y Plazapampa, Balcón de Judas, Marconjirca,Antajirca, Pueblo Viejo, Gekosh y Roko Pata (Wegner, 1981: 9-10).

Según los estudios bibliográficos sobre la arqueología del Callejón deHuaylas, se concluye que en esta área se desarrollo todo un proceso cultural quepuede rastrearse desde el período Precerámico Temprano con la conocida Cuevadel Guitarrero (Mancos-Yungay) donde la presencia del hombre en Ancash seremonta hasta los 10,800 años antes del presente, continuando hacia el PrecerámicoTardío con el importante sitio de Huaricoto (Marcará-Carhuaz) que evidencia unacompleja ideología religiosa entre los años 2,200 a 200 a.C. (Burger y Salazar-Burger ,1980: 26-32), Wegner (1981: 2.) reporta en el sitio Balcón de Judas (Huaraz)algunos fogones ceremoniales que asocia a la fase de Chaukayán del Pre-cerámicoTardío; asimismo se encuentran sitios con una arquitectura monumental, ejemplosInkawain (Caraz), Shanllacoto (Caraz), Tumshucayco (Caraz), Pumacayán(Huaraz). El proceso continua hasta el Tahuantinsuyo, cuya presencia se manifiestaprincipalmente en el sitio de Kanapun (Huaraz). Asimismo, se encontraronfragmentos Tahuantinsuyo polícromos en Pueblo Viejo (Recuay) y Oshcosh(Huaraz). Todos estos sitios y sus componentes son lo suficientementerepresentativos como para considerar al área del Callejón de Huaylas como unaque proporcionaba las condiciones necesarias para la formación y desarrollo dediversas sociedades en diferentes épocas, cada una con su respectiva culturamaterial.

Ahora bien se propone que el área de ocupación durante el IntermedioTemprano va (de norte a sur) desde Pallasca, el Callejón de Huaylas hasta Catacpasando por la provincia de Aija (no incluye toda el área de expansión, pero paranuestro fines basta) y que cada una de éstas en este periodo compartieron lasmismas expresiones culturales de alfarería y escultura lítica pero cada cual consus respectivas variantes, así, se tiene que para el sitio de Pashash en la provinciade Pallasca la cerámica presenta diversos tipos que incluyen ceramios de pastamarrón en formas de ollas sin cuello, cuencos con decoración de pintura roja comofondo e incisiones; alfarería fina en pasta crema o naranja pálido con formas decuencos grandes, cuencos con pedestal, efigies modeladas y decoración en fondorojo o naranja, rojo sobre crema; ceramios con decoración de negro sobre crema,formas de ollas con cuello acampanado y borde aplanado, cuencos y tazas simplesy con pedestal (Grieder, 1978: 63-70). Su escultura lítica en piedras talladas es muy

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fina, los motivos mas frecuentes son animales, aves, cabezas clavas zoomorfas yantropomorfas, placas líticas cuadradas y trabajadas en técnicas excisa y pulida;se representan también motivos geométricos.

Para el Callejón de Huaylas ya se ha descrito la cerámica (sencilla yelaborada), la escultura lítica (estatuas humanas y losas). Finalmente para Aija, enla Cordillera Negra; la información sobre cerámica es muy escasa, Wegner reportaalgunos fragmentos de caolín sobre la superficie en los sitios Marcacoto,Chuchunpunta y Shinincoto (Wegner, 1981: 8). Su escultura lítica está representadapor estatuas humanas del «tipo guerrero» y «tipo mujer» con piernas, brazos yotros detalles destacados en relieve; mandíbula prominente; portan, por lo general,maza, escudo y cabeza trofeo, aparecen sentados; hay un énfasis en la decoraciónde la cabeza (tocada); no representan nunca los genitales, la parte posterior de laestatua es muy decorada (cabellos, manta o placa); y losas con diseños en relievede felinos con cuerpo de perfil y cara de frente, apareciendo solos, dobles y encombinación con una figura central humana (Schaedel, 1948b: 66-74)

Estas 3 zonas compartieron un lenguaje artístico similar. Parece que lacerámica y sus tipos fue una manifestación recurrente, propagándose por el áreade ocupación propuesta líneas arriba (por lo menos hasta donde las investigacioneshan llegado), mientras que la escultura lítica revela diferencias locales.

Durante el trabajo de campo se reconocieron 5 sitios con alguna evidenciade escultura lítica; el sitio de Eraq Huanca compuesto de grandes piedras paradas,algunas de las cuales tenían diseños en relieve con motivos zoomorfos (felinos) yhumanos: mujer cargando niño y hombre tocando instrumento musical (informante:Sra. Mauricia Méndez). En la estancia de Chilca (donde se reconoció el sitio deAma) específicamente en la parte alta conocida como Tucuhuain se hallaronesculturas que fueron trasladadas por el padre Augusto Soriano Infante al Museode Huaraz. Asimismo, en el sitio de Rachtapunta se encontraron monolitos querepresentan a guerreros, de 1.20 m. de altura en regular estado de conservación.Posteriormente, éstos fueron trasladados al Colegio Primario Nº 86068 de laestancia. El sitio de Antajirca, según los datos obtenidos de varios informantes, alparecer conservaba in situ algunas losas con representaciones de felinos y unasformas no reportadas en la bibliografía: piedras paradas (huancas) con formahumana. Actualmente solo quedan losas cuadradas fragmentadas con diseños enalto relieve de felinos de perfil con los rasgos característicos de: cuerpo arqueado,cola enroscada hacia arriba y genitales. En Waullac existe una losa muy deterioradacon dos felinos laterales, cuerpo de perfil, cara de frente y figura humana central:sería de estilo Huaraz de acuerdo a la clasificación de Schaedel (1948b, p. 74):Recientemente, durante trabajos de limpieza del sitio, se puso al descubierto unapiedra trabajada conocida como Huanca y una cabeza clava de forma felínica concolmillos prominentes. Waka Tzaka, que no es precisamente un sitio arqueológico,sinó un lugar a donde se trasladaron algunas losas talladas, probablemente venidasdesde algún sitio cercano como Pongor, contiene 2 losas con representaciones enalto relieve de felinos con cuerpo de perfil y cara de frente, con algunasparticularidades como el exagerado relieve de la cabeza (en una de las losas) quesobresale 10 cm.; ausencia, en un caso, de cola; combinación en una misma losa de

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2 felinos; uno mirando de frente y el otro de perfil. Finalmente en Caraz, seencontraron, fuera de su contexto original, dos cabezas clavas de forma humanamuy realistas.

Estos sitios con escultura lítica ayudan a confirmar lo ya conocido y aidentificar algunas variantes más en cuanto a formas, como por ejemplo, lashuancas; variantes referentes a la posición y detalles de los felinos en las losas. Sise llegase a verificar la información sobre Eraq Huanca, se tendrían nuevos diseñosen relieve sobre los que no existen referencias escritas.

Analizando los sitios arqueológicos del Intermedio Temprano, desde el puntode vista de su emplazamiento en el territorio de acuerdo a las características físico-geográficas (Sistema de Asentamiento), se concluye que preferentemente la genteeligió ubicaciones en zonas altas, como por ejemplo cumbres de cerros generalmentede topografía plana. Ejemplos de estos sitios son: Piquipunta, Marcajirca,Cuchipatac, Balcón de Judas, Maranjirca, Antajirca, Amájirca, Eraq Huanca, SalaMaché, Amájirca, Oropunta, Gekosh, Roko Pata. Las colinas de los cerros de pocapendiente constituyeron también espacios utilizados para asentarse: ejemplos deello mencionamos a Orojica, Amá, Plazapampa, Roko Amá, Salinas. Hacia elinterior de las quebradas, se ubicaron los sitios:

Queushu, Willcawain, Oshcosh, Huaullac y Cuchipatac. El sitioarqueológico de Pueblo Viejo es el único ubicado en una terraza fluvial alta, detopografía plana. Por otra parte, los sitios con arquitectura monumental: Inkawain,Shanllacoto y Tumshucayco, están emplazados en lo que se conoce como piso devalle, al igual que el desfigurado sitio de Pumacayán.

Todos ellos están asentados en territorios adyacentes a fuentes de aguapermanente. La distancia al agua desde los sitios es, en realidad, muy corta. Si nose encuentran cerca a la fuente principal que es el río Santa,lo están a los ríostributarios que desembocan al Santa. Inclusive, hay sitios que se ubican cerca a laconfluencia (ver mapa de ubicación de sitios). Cabe destacar que Queushu, ubicadohacia el interior de la Quebrada Llanganuco, se encuentra relacionada a una lagunaque, por sus características, es de carácter temporal; quizá en tiempos prehispánicosfue permanente y proveyó de variados recursos a la población, tales como peces,aves (patos), totora, etc.

El sitio arqueológico Salinas presenta un rasgo característico: su posiciónprotegida de modo natural. Está ubicado en medio de 2 grandes afloramientosrocosos de forma alargada a manera de barreras de 300 metros de longitudaproximadamente. Es el único sitio reconocido de este tipo.La gran mayoría desitios se asientan sobre suelos productivos. La excepción la constituyen unos pocosasentamientos de carácter funerario.

Acerca del hallazgo de 4 puntas líticas, y desechos de talla, especialmenteen los sitios de Marcunjirca y Antajirca y en menor frecuencia en muchos otrossitios repartidos en el Callejón de Huaylas, surgen algunas interrogantes sobre sufiliación cronológica. En Balcón de Judas, Steven Wegner encontró algunas armasque asigna al período Precerámico, con una antigüedad entre 6000 y 2000 a.C. Sedesconoce su sustento para tal posición cronológica.

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Nº DE S ITIO NOMBRE DEL S ITIO DISTRITO, ES TANCIA PROVINCIA 1 In k a wa in Yu r a qoto Ca ra z 2 Sh a n lla coto Yu ra coto Ca ra z 3 Mis h iru m i Sh ocs h a Ca ra z 4 Tu m s h u ca yco Cru z Viva Ca ra z 5 Sa n An ton io S a n An ton io Ca ra z 6 Sa n J u a n Cer ro Sa n J u a n Ca ra z 7 Ma qu iyoc Ca rá z Ca ra z 8 Qu eu s h u Hu a r ca Yu n ga y 9 Wa n s a k a y (ca m p os a n to) Yu n ga y

1 0 Sh a s h ip u n ta Cer ro Ch a p a p u n ta Yu n ga y 1 1 Hu a n tzu p u Au qu ip a m p a Ca rh u á z 1 2 Hu a r icoto Ma r ca r a Ca rh u á z 1 3 Piqu ip a m pa Yu n ga r Ca rh u á z 1 4 Willk a wa in Pa r ia Hu a r á z 1 5 Ma rca jir ca Ya cta s h Hu a r á z 1 6 Pon gor Pon gor Hu a r á z 1 7 Os h cos h Cu r h u a s Hu a r á z 1 8 Orojir ca Picu p Hu a r á z 1 9 Ka n a p u n In d ep en d en cia Hu a r a z 2 0 Hu a u lla c An ta ok o Hu a r á z 2 1 Ba lcón d e J u d a s Ba lcón d e J u d a s Hu a r á z 2 2 Cu ch ip a ta c Coyllu r Hu a r á z 2 3 Ma rca pu n ta Ich oca Hu a r á z 2 4 Pu m a ca ya n La Soleda d Hu a r á z 2 5 Wa k a Tza k a Qu en u a yoc Hu a r á z 2 6 Ma rcu n jir ca Ka r a p u cr u Hu a r á z 2 7 An ta jir ca Qu ech ca p u Hu a r á z 2 8 Am a jir ca Qu ech ca p u b a jo Hu a r á z 2 9 Era q Hu a n ca Toclla Alto Hu a r á z 3 0 S a la Ma ch e Cru z p a m p a Hu a r á z 3 1 Am á Ch ilca Hu a r á z 3 2 Pla za p a m p a Sa n ta Ca ta lin a Hu a r á z 3 3 Am a jirk a Sa n ta Ca ta lin a Hu a r á z 3 4 Tu cu p a ch a n Sa n ta Ca ta lin a Hu a r á z 3 5 Or opu n ta Sa n ta Ca ta lin a Hu a r á z 3 6 Rok o Am a Pa m pa ca n ch a Recu a y 3 7 Pu eb lo Viejo Pu eb lo Viejo Recu a y 3 8 Gek os h Tica p a m p a Recu a y 3 9 Sa lin a s Tica p a m p a Recu a y 4 0 Ca s t illo p u n ta Ca ta c Recu a y 4 1 Rok o Pa ta Ca ta c Recu a y

Cuadro 1. Sitios arqueológicos reconocidos

Reconocimiento Arqueológico en la cuenca alta del río Santa

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INTRODUCCIÓN

Cuspón viene a ser una comunidad enclavada en la cuenca alta del valle dePativilca, que ocupa terrenos bastante abruptos desde tiempos antiguos, dondepese a lo agreste de su geografía conserva importantes restos arqueológicos todavíaestudiados. La necesidad de conocer sus más lejanos antecedentes históricos nosmotivó para efectuar una visita de reconocimiento, valiéndonos de informacionesde los propios habitantes de la comunidad. De esta manera recorrimos algunoslugares de su territorio e identificamos varios asentamientos arqueológicos queevidencian una larga permanencia del hombre andino en esa zona. La mayoría delos sitios muestran ser de tiempos prehispánicos y sólo en un caso observamos queestuvo vigente a partir de la presencia hispana en la zona.

Los restos explorados llaman la atención por lo peculiar de sus característicasarquitectónicas y por su importancia como documentos materiales únicos paraobtener los conocimientos adecuados sobre el desarrollo humano en dichacomunidad. En una información anterior tuvimos la oportunidad de dar a conocersobre la existencia de quipus vestigiales utilizados en las ceremonias de losenterramientos humanos actuales, como expresión de la continuidad tradicionalque todavía guardan sus habitantes (Ruiz, 1998).

Cuspón, en realidad, mantiene actualmente muchos de sus rasgostradicionales heredados de sus ancestros y tanto por la importancia de supatrimonio arqueológico como por las costumbres comunales aún vigentes, semerece poner atención a su desarrollo social e histórico para comprender suevolución en el contexto de los grupos sociales andinos que poblaron la cuenca delrío Pativilca

Varias informaciones sobre la zona indican la existencia de numerososrestos arqueológicos que comprenden la provicnia de Bolognesi e incluso semenciona a los que pertenecen específicamente a la comunidad de Cuspón. En

ANTIGUAS OCUPACIONESHUMANAS EN CUSPON

Provincia de Bolognesi

ARTURO RUIZ ESTRADAUniversidad Nacional Mayor de San Marcos

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ellas se ofrece la relación de los sitios donde aparecen restos antiguos, de modo quedicha información sirve como dato inicial para verificar su importancia yantigüedad (Reyes, 2002; Zubieta, 1996, 2002).

Nuestro propósito radica ahora en dar a conocer los vestigios identificadosa fin de que estos datos puedan servir a los futuros trabajos de investigación que serealicen en la zona. Añadimos algunos reflexiones sobre el poblamiento aborigencon la intención de aproximarnos al descubrimiento de la historia regional.

AREA DE ESTUDIO

La Comunidad de Cuspón se encuentra ubicada en el distrito de Chiquián,provincia de Bolognesi, departamento de Ancash. Viene a ser uno de lascomunidades del extremo sur de dicho departamento, situada en los contrafuertesandinos que descienden de la cordillera de Huayhuash, en la parte alta del ríoPativilca. Este río nace de los desagües del nevado de Tuco y discurre por unaprofunda quebrada en cuyas escarpadas laderas se distribuyen varios pueblosactuales, entre los cuales se encuentran los de Chiquián y Cuspón situados hacialas partes altas de su margen derecha. En este sector el río toma en nombre deAynin. Es entre esta cuenca y la margen izquierda del llamado río Tingo donde seubica Cuspón.

El área territorial de la comunidad abarca 65 km2 cuya ubicación geográficase halla entre los 10° 10’ 30’’ de latitud sur y 77° 10’ 10’’ de longitud oeste(Zubieta,1994) En ella predominan los terrenos agrestes de fuerte pendiente y, sinembargo, esta situación no constituyó un obstáculo para el asentamiento de grupossociales prehispánicos, tal como lo demuestra la identificación de varios centrosarqueológicos distribuidos en las franjas ecológicas de su territorio.

El núcleo central del pueblo se ubica en una ladera en declive que desciendeabruptamente hacia la cuenca río Negro cuyas aguas discurren al río Pativilca.Las casas modernas se distribuyen en forma dispersa a la vera del camino deherradura que va de Chiquián a Llaclla y entre terrenos de cultivo, de tal maneraque no muestra el ordenamiento colonial tradicional de otros asentamientos andinosdel Perú. Esta situación fue el resultado de su ocupación post colonial, por cuantosus ocupantes residieron primero en el pueblo hispano colonial de San Luis deMatara, el cual es definitivamente de fundación española y estaba situado a mayoraltura que el actual pueblo de Cuspón.

Actualmente los habitantes de la comunidad se dedican fundamentalmentea las tareas agrícolas y la explotación ganadera en pequeña escala. Cultivan elmaíz, la papa y otros tubérculos andinos, además de algunos granos queintrodujeron los españoles a partir del Siglo XVI como el trigo y la cebada. Pese a loagreste de su territorio, se aprecia que los saben utilizar para conservar losprincipales medios de subsistencia. Esta situación debió ocurrir también en tiemposantiguos y es por eso que aún se conservan numeroso testimonios arqueológicoscomo resultado de las posibilidades geográficas y climáticas que ofrecía el mediocomo atractivo de las antiguas ocupaciones humanas (Fig. 1).

Antiguas ocupaciones humanas en Cuspon, provincia de Bolognesi

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Fig. 1 Mapa de Ubicación del área de Cuspón

Arturo Ruiz Estrada

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EXPLORACIONES

Las exploraciones tuvieron su inicio en el mismo pueblo y su entorno inmediato,las mismas que, en un segundo momento, se ampliaron hacia las laderas y altascumbres que rodean al pueblo de Cuspón. Durante nuestro recorrido tuvimos lacompañía constante del magíster Filomeno Zubieta Núñez, quien por ser naturalde ese lugar nos brindó su apoyo para el cumplimiento de los objetivos de nuestravisita, justamente con el afán de comprender en mayor profundidad la historia desu comunidad.

En el núcleo de la misma población de Cuspón no hemos podido identificarhuellas de asentamientos antiguos. Es más bien en sus alrededores donde pudimoslocalizar, por lo menos, dos sitios con claras evidencias de ocupación arqueológica.Ellos son el sitio de Hualtuyoc y el de Incatanan. De otro lado, en las alturas deCuspón, especialmente en las cumbres del lado este identificamos variosasentamientos que de acuerdo a sus características arquitectónicas revelancorresponder a lugares con ocupación preincaica y uno de ellos de clara filiaciónhispana. Entre algunos de esos sitios tenemos a los de Piruro, Quishuarmarca,Huiquismarca, Jarpa y Matara.

El trabajo que efectuamos consistió solamente en recorrer a pie los sitiosidentificados donde anotamos los rasgos más saltantes de los restos observados ylos detalles del ambiente en el cual estaban emplazados. En ningún caso hicimosexcavaciones, tarea que evidentemente requiere un mayor tiempo de permanencia.Asimismo, evitamos recoger restos de cerámica de la superficie de cada sitio,actividad que es necesario efectuar en una próxima exploración para obtenermayores datos sobre la historia de ellos. Por esta razón la información que ofrecemosse basa fundamentalmente en la observación de los restos arquitectónicos y delambiente en el cual se encuentran..

Además, queremos puntualizar que la identificación realizada no abarcótodos los yacimientos de la zona si no sólo aquellos ubicados en lugares con mayoresfacilidades de acceso a partir de nuestra base de operaciones en pueblo de Cuspón.

RESTOS ARQUEOLÓGICOS DE LA PARTE BAJA

Se trata de restos que están ubicados a inmediaciones del pueblo de Cuspón y sonde fácil acceso, pudiéndose llegar a ellos mediante el camino que cruza la poblaciónen dirección sur. Uno de ellos se denomina Hualtuyoc y el otro Incatanan.

Hualtuyoc

Se trata de un montículo de forma piramidal no muy extenso construido a base demuros de contención, los cuales aparecen en buena parte cubiertos por unavegetación de arbustos que, al mismo tiempo, impide formarse una idea cabal delmonumento. Está localizado al lado sur-este del pueblo. En la cima del sitio se venrestos de una plataforma que contiene una estructura rectangular. Esa plataforma

Antiguas ocupaciones humanas en Cuspon, provincia de Bolognesi

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en su lado oeste alcanza 2.50 m. de altura en tanto que la estructura mide 2.30 m. deancho por 7.20 m. de largo. Los materiales utilizados para la construcción fueronla piedra y el barro. Los bloques de los paramentos han sido labrados toscamentey adoptan formas irregulares, pero muestran la faceta plana hacia el exterior. Afalta de otros restos, como la cerámica por ejemplo, que pudiera apoyarnos paraseñalar la antigüedad que tiene y la cultura a la cual pertenece, no podemos, porahora, ofrecer con seguridad la cronología que le corresponde. Pero, sin embargo,pensamos que se trata de un sitio importante por la morfología arquitectónica quepresenta la cual difiere del resto de monumentos reconocidos y por su ubicación,pues justamente se encuentra junto al pueblo de Cuspón, en la parte baja y no enlas altas cumbres que lo rodean, donde, por lo común se erigieron la mayoría depoblaciones prehispánicas de la región.

De acuerdo a lo expresado, podemos decir que estamos frente a unmonumento bastante antiguo, tal vez perteneciente a tiempos del Formativo Andinou Horizonte Temprano, si consideramos su composición arquitectónica y si tenemosen cuenta su ubicación en la cuenca alta del valle de Pativilca, ruta de comunicacióncon la cuenca del río Mosna donde se encuentra Chavín de Huantar. Pero tampocopodemos descartar, si es que cronológicamente correspondiese al HorizonteTemprano, su vinculación a muchos centros con restos de montículos piramidalesdel curso inferior del Pativilca. En todo caso, un examen del sitio, que impliqueexploraciones más detenidas con excavaciones en las estructuras, revelará laverdadera naturaleza y la antigüedad de Hualtuyoc.

Incatunan

Es también un asentamiento edificado en base a la utilización de materiales depiedra y barro, pero que muestra varias estructuras de planta rectangular enmedio de terrenos de cultivo. Y, aunque no pudimos observar el estilo de la cerámicade superficie, fue el nombre del sitio, la distribución de las estructuras y la forma dela planta de los edificios, lo que nos hace presumir que se trata de una ocupaciónde tiempos incaicos. Si esto es así, posiblemente fue un tambo o un discreto centroadministrativo en la ruta a la sierra del norte, en dirección a la localidad de Recuay,antes de llegar al tambo de Lampas. El sitio de Lampas se halla ubicado entre elvecino pueblo de Roca y el de Cuspón, en un lugar situado al sur de la propiaPampa de Lampas donde se encuentra la laguna de Conococha. El tambo de Lampastodavía conserva restos de estructuras rectangulares cuya factura arquitectónica,si bien rústica, revela la función y antigüedad que tiene. Incatanan se ubica al surde Cuspón, muy próximo al camino que desciende a Llaclla en cuyas inmediacionesestaba emplazado el antiguo tambo de Cussi. Esta información nos autoriza paraproponer que Incatanan era un establecimiento enlazado a los tambos que se habíanerigido a lo largo de la ruta del camino que usaron los incas en sus desplazamientosa lo largo de la cuenca del río Pativilca y se unía con la provincia de Cajatambo.Incatanan, en el idioma quechua local tiene la significación de «donde se asienta elInca», lo cual apoya, en cierta manera la función y la antigüedad que le asignamos.

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RESTOS ARQUEOLÓGICOS DE LA PARTE ALTA

Utilizando el camino que se dirige a Chiquián, nos encaminamos a las partes altasde Cuspón, zona donde logramos identificar varios establecimientos antiguos.Entre ellos podemos mencionar a Pumatian, Matara, Piruro, Quishuarmarca,Huiquismarca y Huishra.

Pumatian

Constituye un sitio con buena cantidad de andenerías bien conservadas ubicadoen una ladera al pie del farallón rocoso denominado Escalón, cerca del camino quese dirige de Cuspón hacia el pueblo de Chiquián, antes de la zona de Matara.

Matara

Se trata de un establecimiento cuyo trazo arquitectónico revela claramente su origencolonial hispano. Ocupa una pequeña llanura junto al camino que va de Cuspóna Chiquián. Una maraña vegetal de arbustos y espinos cubre la mayoría de lasedificaciones, pero se observa una gran plaza rectangular rodeada de típicos solareshispanos hechos de piedra, algunos de ellos con corrales adyacentes. A un costadohacia el lado norte de la plaza, puede distinguirse los restos de la iglesia en ungran espacio murado con un amplio atrio y su respectivo vano de acceso. Junto a laiglesia se encuentra la torre exenta de planta cuadrangular cuyos muros seconservan hasta unos 4.00 m. de altura y en el centro de la plaza se erige unapequeña estructura rectangular destinada a la peana. Los solares han sidolevantados a base de piedras unidas con barro y todavía algunos muros revelanvanos de acceso y paredes para soportar techos a dos aguas. Algunos paredesalcanzan una altura de 4.00 a 5.00 m. (Foto 1).

De acuerdo a la información de manuscritos de tiempos coloniales la iglesiade Matara se habría construido en el siglo XVII bajo la advocación de San Luis. Seignora los motivos por los que Matara fue abandonado, pero muchos pobladoresactuales de Cuspón, comentan que la urbe se destruyó a consecuencia de lamigración de sus ocupantes por haber sido atacados por una fuerte peste a la quedenominación Pisana María, la cual asoló el pueblo hasta dejarla sin un solohabitante.

Hasta el presente Matara viene a ser un excepcional resto arqueológico dela época colonial en la zona de Cuspón. Es indudable que su investigación darámuchas luces para conocer sobre el poblamiento hispano de la zona de Chiquián,pues al parecer Matara se habría erigido en un sitio donde no hubo un asentamientoprehispánico, pero si muy cercano a lugares con ocupación regional nativa.

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Guguecruz

Son restos de edificaciones construidas de piedra ubicadas al lado este del puebloantiguo de Matara, justo a poca distancia y a la altura del pueblo nuevo de Matara.Se observan estructuras rectangulares angostas techadas con grandes lajas depiedra, cuyo ancho no excede 1.50 m., unidas a estructuras circulares que no tienenmás de 5.0 m. de diámetro.

Cashash

Es otro conjunto arqueológico pequeño, cercano al antiguo pueblo colonial deMatara, ubicado hacia el lado sur. Se encuentra cubierto de malezas que no permitedistinguir la naturaleza de los vestigios, pero se nota claramente varios muros queintegran recintos rectangulares.

Piruro

Conocido también localmente con el nombre de Pirurocorral, situado sobre unfarallón rocoso denominado como Escalón al sur de Matara. Constituye unapequeña colina rodeada de murallas que vista desde lo alto aparece como una

Foto 1. Plaza Principal del pueblo colonial de Matara

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elevación provista de una serie de círculos distribuidos en forma concéntrica. Parasu construcción se utilizó la piedra rústica unida con barro, obtenidos de lasinmediaciones del sitio. Por la forma que presenta debió haber cumplido funcionesdestinadas a la defensa. De manera general la disposición de las murallas noshace recordar al sitio fortificado de Picuto, cerca de Chavín de Huantar, en la

cuenca del valle de Mosna. Aproximadamente son seis las murallas que sedistribuyen desde la base hasta la cima de la colina (Foto 2).

Huiquismarca

Se ubica en un alto cerro al este del pueblo de Cuspón donde se observa la presenciade grandes murallas que se escalonan hasta la cumbre. Conserva anchas murallasy parapetos. En la muralla más baja se distingue un vano con su dintel intacto y enla cumbre aparecen recintos rectangulares así como en algunos sectores entre lasmismas murallas. Hacia el lado sur del sitio no se observan muros sino un terrenopedregoso que prácticamente ofrece una defensa natural. La cumbre es alargadaque alcanza unos 300 m. o 400 m. pero tiene un ancho sumamente angosto de unos12 m. Las murallas fueron levantadas utilizando material de piedras toscas unidascon barro, las cuales fueron obtenidas en la misma zona. Para darle solidez a losmuros acondicionaron grandes bloques de piedra en la base y otros de menortamaño en los tramos superiores. Si bien se puede distinguir la naturaleza de lasedificaciones, gran parte de ellas se encuentran en mal estado de conservación. La

Foto 2. Sitio arqueolólogico de Piruro-corral rodeado de murallas de carácter defensivo

Antiguas ocupaciones humanas en Cuspon, provincia de Bolognesi

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De este lugar, se observa muy nítidamente la cuenca del río Pativilca o río Grandey las quebradas de Tingo, Raquia y Puscayan así como un amplio panorama queincluye los pueblos ubicados hacia ambas márgenes del rio Pataivilca hasta RajánViejo y las cumbres que dan paso al pueblos de Ocros.. Las características quepresenta sugiere habérsela destinado a cumplir funciones estratégicas de defensa.

Siguiendo la cumbre, pero a menor altura, se encuentra el sitio de Canlishpatadonde se aprecian también murallas y recintos rectangulares, que comprende unsector aledaño al de Huiquismarca.

Quishuarmarca

Constituye una ladera de fuerte pendiente en cuyo sector oeste se distribuyen variasedificaciones de planta rectangular erigidas sobre altas plataformas . El lado esteda a un profundo abismo que cae al río Pativilca. La existencia de muchosderrumbes impide apreciar sus características y el número de estructuras existentes,pero podemos decir que viene a ser un complejo no muy extenso. El material usadopara las construcciones es la piedra obtenida del propio cerro. De acuerdo a laforma agrupada de los vestigios podemos hablar de un asentamiento destinado ala vivienda, protegido por abismos y laderas muy abruptas. En el abismo del lado

Foto 3. Detalle de muralla en el sitio de Quishuarmarca

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oeste destaca una estructura tipo mausoleo con un pequeño vano de acceso, alparecer destinado a la conservación de los restos humanos (Foto 3).

Huishra

Este lugar se distingue por que aparte de la presencia de varias estructurasrectangulares en la parte central y baja del sitio, se aprecian numerosas andeneríaslevantadas con piedra y barro a lo largo de una ladera que de acuerdo a los sectoresque tiene recibe los nombres de Pumatian, Huishra y Quino.. Sus característicasrevelan la función eminentemente agrícola que tuvo de tal manera que entre losrestos identificados hasta el presente es el único con tales rasgos. Actualmente seencuentra abandonada y cubierta por arbustos e ichu por lo cual es aprovechadasolamente como pastizales para el ganado de los habitantes de Cuspón.

Otros Yacimientos

Aparte de los vestigios mencionados existen otros conjuntos localizados dentro dela jurisdicción de Cuspón, a los cuales no hemos llegado, como por ejemplo a lossitios de Puscanhuaro y Sapusapu , de los cuales hemos recibido únicamenteinformación verbal de los campesinos. Son lugares con restos de construccionescon claras huellas de ser de origen prehispánico, pero de ellos no se ha hechoestudio alguno.

IMPORTANCIA DEL PATRIMONIO CULTURAL DE CUSPON

De acuerdo a la información obtenida de la observación de los restos arqueológicosvisitados podemos afirmar que la zona de Cuspón conserva un importante acervomaterial dejado por los ancestros de los actuales habitantes de la comunidad. Supresencia confirma que antes de la ocupación española, el territorio de Cuspón, yahabía sido poblado por grupos sociales de origen andino, vinculados a lascomunidades prehispánicas altoandinas de Cajatambo, de los valles del Santa ydel Mosna, como también a las cuencas del mismo Pativilca, Fortaleza, Supe yHuaura, lugares donde se encuentran, de modo general, estructuras arquitectónicasde similares características, ubicadas en territorios que comprenden la zonaquechua hasta la zona de puna .

Existen en el área de Chiquián-Cuspón muchos otros lugares arqueológicosa los cuales no pudimos tener acceso, pero si tenemos en cuenta los sitios que aquímencionamos, nos permitimos opinar que a nivel de la provincia de Bolognesi,destaca Cuspón por exhibir una buena cantidad de restos que hablan de un densopoblamiento en tiempos antiguos el cual puede superara a la situación demográficaque se observa actualmente.

Si bien no se han identificado todavía testimonios de sociedades queprecedieron al período Intermedio Tardío, es posible que los territorios de Cuspon

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hayan sido el escenario de ocupaciones humanas bastante antiguas si tenemos encuenta su proximidad a las pampas de Lampas y los refugios de Lauricocha,lugares donde, hace algunos años, se han descubierto huellas materiales de gruposde cazadores y recolectores del período Arcaico. Es posible también que existanrestos vinculados a las sociedades posteriores a este período, esto es, del Formativoal Horizonte Medio, pero será sòlo la ejecución de nuevas investigaciones en lazona las que esclarecerán, mediante excavaciones in situ y exploraciones másamplias, la realidad de tales ocupaciones

En cambio, la naturaleza de los vestigios que hemos identificado en la zonade Cuspón nos hace pensar, para el caso de los asentamientos prehispánicos, quesus habitantes constituyeron comunidades sedentarias cuyo sustento estuvo ligadoa la explotación agrícola y ganadera. La presencia de las andenerías y los pastizalesindican tales actividades. Pero también el hecho de existir lugares como Piruro yQuishuarmarca nos revela la preocupación que tuvieron sus antiguos pobladorespara defender sus territorios, motivo por el cual ellos erigieron sitios amuralladosen las partes altas de la comarca bajo su control. Incluso el asentamiento deHuiquismarca, construido en una alta montaña, sugiere que su fundación obedecióa razones estratégicas de defensa. Todo ello indica, en resumen, que los gruposhumanos de Cuspón prehispánico debieron haber mantenido conflictos con otrosgrupos vecinos, habiéndose producido situaciones de tensión social endeterminado momento de su historia. Los sitios amurallados de Piruro yQuishuarmarca pueden tener relación, por la naturaleza de su configuraciónarquitectónica, con algunos restos, en cierta manera casi similares, de la zonacosteña como Chimu Capac (valle de Supe), Acaray y Cerro Colorado (Valle deHuaura), Ancón y el mismo sitio fortificado de Picuto del valle del Mosna. Estasituación nos lleva a opinar que fueron construidos muy probablemente en unaépoca en la cual se definieron los estados regionales antes de la conquista incaica.

Por esa razón, la ocupación humana más antigua de la comunidad estárepresentado por los asentamientos de Piruro, Quishuarmarca, Huiquismarca yHuishra para los cuales estimamos que estuvieron vigentes durante el períodoIntermedio Tardío entre los siglos X al XV después de Cristo. El sitio de Hualtuyocconstituye todavía un enigma pero bien puede corresponder a tiempos del HorizonteTemprano . Esta afirmación es totalmente hipotética, la cual será ratificada ocorregida cuando se haga en ella investigaciones de mayor alcance. El períodofinal de la evolución de las sociedades andinas en Cuspón está representado por elsitio arqueológico de Incatanan, cuya arquitectura responde a un tipo de instalaciónincaica, cuando el Imperio del Tahuantinsuyo avanzó desde el Cusco a la conquistade los territorios de la Sierra Norte del Perú. Los gobernantes quechuas habríansido los responsables de la instalación de un pequeño tambo o centro administrativoen Incatanan para controlar a los grupos nativos de Cuspón y a otros de la zona deChiquián, como una de las formas de la práctica de su política exterior con respectoa los pueblos sometidos a su dominio.

Algo que todavía no tenemos claro es la naturaleza y significado de lossitios de Geguecruz y Cashash, sobre los cuales se hace necesario emprender unamayor y más detenida exploración e investigación. No obstante ser construcciones

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de piedra, edificadas con materiales y técnica similar al resto de asentamientosnativos, es imposible por ahora ofrecer conclusiones sobre la función y antigüedadque tuvieron.

Para el caso de la ocupación española, tenemos la presencia de un buenejemplo que se evidencia en los restos arqueológicos de San Luis de Matara, cuyatraza urbana revela indiscutiblemente su carácter de enclave colonial. Como enotras regiones de los Andes, el poder hispano instaló pueblos construidos bajo loscánones arquitectónicos del siglo XVI, con la finalidad de concentrar a los ayllusnativos en reducciones que les permitían tener bajo su control la mano de obralocal y el abastecimiento para la supervivencia. Es a esta condición que respondióla fundación de Matara, la cual al parecer fue de duración efímera, porque cuandose produjo el despoblamiento de los ayllus nativos, ocurrió también su ruina, comoconsecuencia de la desarticulación de las vinculaciones económicas con dichosayllus. El estudio de sus instalaciones, hoy cubiertas por la maleza, mostrará sureal distribución arquitectónica y las funciones de una urbe hispana casi intactaen los Andes.

Los restos identificados, todavía no totalmente investigados, requieren deestudios más amplios, tarea que permitirá lograr conocimientos más certeros de lahistoria comunal. Dichos estudios son necesarios para posteriormente emprendertareas de conservación con el objetivo de mostrar al mundo los logros tecnológicosa los que llegaron los antiguos habitantes de Cuspón antes del arribo de losespañoles. E incluso el develamiento de la naturaleza e historia de tales monumentoscontribuirá al esclarecimiento del origen y desarrollo de las poblaciones humanasque habitaron Chiquián y toda la provincia de Bolognesi. La instalación de unMuseo en la comunidad servirá para explicar científicamente el proceso social yeconómico así como el rol que le tocó cumplir a Cuspón en el desarrollo de lacivilización andina.

Antiguas ocupaciones humanas en Cuspon, provincia de Bolognesi

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CERRO CASTILLOUn Asentamiento del Intermedio Tardío en la Provincia de Huari

NOEMÍ ORTIZ CASTILLOUniversidad Nacional Mayor de San Marcos

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INTRODUCCIÓN

El asentamiento de Cerro Castillo se encuentra ubicado dentro del anexo deParicancha, distrito de Uco, provincias de Huari, departamento de Ancash, a 4000m.s.n.m., en la margen derecha del río Puchca y margen izquierda del río Marañón.

El valle del Marañón presenta una marcada diferenciación edáfica,cambiando de clima en este descenso desde el frígido de la jalca, pasando por eltemplado de la quechua hasta el cálido de la yunga. (Fig. 1)

El Río Puchka nace del nevado de Tuko en la Cordillera Blanca. En su trayectorecibe pequeños afluentes, tales como el Chalwayaku, Yurasyaku, Huachecsa yotros de menor caudal, para luego desembocar en el río Marañón, a una altitudaproximada de 2000 m. Este río forma un estrecho valle, casi paralelo al Callejónde Huaylas. Entre ambos se levanta la Cordillera Blanca. El río Puchka es de cursoirregular muy tortuoso y ensordecedor por los frecuentes saltas y caídas que producea través de su estrecho cauce, debido al horizonte estrecho que hay en la región,tanto por la riqueza minera como por la agrícola. En las contrafuertes de amboslados del Puchka existen manifestaciones de explotación minera, como es el casode Antamina.

El valle del Puchka produce, entre otras cosas: alfalfa, maíz, trigo, papa yvariedades de frutas como las chirimoyas y las naranjas que son de excelentecalidad.

Las conclusiones que presentamos son de carácter preliminar debido a laslimitaciones de nuestra investigación, que, en un futuro, esperamos continuarla.

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Chavín de Huántar

Río

Mos

na

San Marcos

Huachis

HUARI

Cajay

Río H

uaritambo

Masin

Río Push

ca

Rahuapampa

Pontó

Uco

Chaná

Huacachi

PROYECTOIN VEN TA RIO D E LOS

SIT IOS A RQ UEOLOGICOSD E LA PROVIN CIA D E H U A RI

Mapa de Ubicación de Cerro Castillo

Cerro Castillo

Cerro Castillo: Un sitio del Intermedio Tardío en Huari

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ORGANIZACIÓN ESPACIAL INTERNA DELASENTAMIENTO CERRO CASTILLO

La denominación de un sector se da en el asentamiento de Cerro de Castillo por susdiferencias morfológicas y por su ubicación topográfica. Los accidentes en el relieveterritorial, como una planicie, pueden constituir un nuevo sector.

Estos habitantes asocian diferentes elementos arquitectónicos con áreasespecíficas del terreno. Es así que, Cerro Castillo presenta áreas diferenciadas quehan sido designadas como Sectores porque manifiestan características propias ensu distribución espacial:El Sector I: Está ubicado sobre una planicie. Es un área diferente a las demásporque presenta una distribución arquitectónica planificada a través de sus muros,plazas, habitaciones y plataformas.El Sector II o doméstico: Ubicado al sur del Sector I, en la ladera del Cerro, secaracteriza por presentar estructuras de forma circular, sin orden y aglutinadassobre terrazas artificiales construidas irregularmente.El Sector III o de las cuevas o de los abrigos rocosos en pendientes casi inaccesibles.El Sector IV corresponde a la parte inferior del conjunto y representa el sectoragrícola, protegido de los vientos.

Sector I

El Sector I corresponde a la estructura principal, por su conformación interna conun conjunto de unidades homogéneas y diferentes pero que, sin embargo, guardanuna estrecha relación entre ellas. Presenta una configuración interna con todassus partes interrelacionadas conformando un ente organizado, el cual no se observaen otras áreas (Fig. 2).Este sector fue denominado Estructura Principal por dos razones:1) porque es el centro alrededor del cual se asientan las terrazas de cultivo y lasestructuras circulares adyacentes en las laderas del cerro y,2) porque presenta la asociación de diferentes elementos arquitectónicos:plataformas, escalinatas, muros, estructuras cuadrangulares, columnas, que no sevuelven a repetir en el área de irradiación del asentamiento.

La estructura principal está conformada por una plataforma deaproximadamente 60 x 50 m. y una altura sobre el nivel del terreno en su parte máselevada de 3.30 m. que se yergue en forma natural, sobre un montículo. Sobre ésta sesitúa la plaza y las estructuras cuadrangulares en la parte superior. Asimismo, en laparte inferior de la plaza se encuentra una estructura cuadrangular con escalinataque daba acceso tanto a la plaza como a las terrazas de cultivo.

La Plaza, que se encuentra sobre la plataforma o el montículo de formaciónnatural, se halla en la parte inferior de las estructuras cuadrangulares y mideaproximadamente 40 x 50 m. Se encuentra levemente hundida unos 50 cm., bajo elnivel del piso de la plataforma. El piso de la plaza no presenta un tratamiento

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especial sobre la superficie (apisonado). Hay evidencias de huaqueo y de otrasactividades practicadas dentro del recinto de la plaza, pues se observanamontonamientos de rocas y de otros materiales constructivos.

La plaza presenta una configuración poligonal pero que, a simple vista, seasemeja a un recinto circular. En la parte inferior se encuentra una estructuracuadrangular hecha de lajas de roca esquisto y caliza. Una sección del muro estuvoderruida, razón por la cual fue reconstruida, perdiendo así sus elementoscaracterísticos. Alrededor de esta plaza se encuentran los canales subterráneos,cuyas dimensiones de la bocatoma varían de 30 cm. a 50 cm.

Estas estructuras subterráneas son pozos cavados que se interconectan unoscon otros, los cuales están revestidos internamente por lajas de piedras. Suprofundidad está a 30 cm. de la superficie del terreno.

Las Estructuras Cuadrangulares están compuestas por cuatro recintos ounidades, con un cuerpo central y dos laterales. El recinto principal se encuentramirando hacia el norte, en la parte superior de la plaza. Este recinto se compone detres salas que se interconectan entre sí mediante accesos:

El Primer Salón tiene una longitud de 13.5 m. x 1.65. Esta estructura tieneuna forma rectangular, presumiblemente tuvo dos plantas, ya que el techo delprimer piso aún se observa, aunque recubierto por la vegetación y restos de muroscaídos. Este techo estaba recubierto con lajas superpuestas y revestidas conargamasa de arcilla mezclada con cuarzo que recuerda a la técnica constructiva dela falsa bóveda. Los muros que la componen tienen una altura actual de 4 m. peroanteriormente, tendrían de 6 a 8 m. de altura. Son los muros mejor conservados ypresentan un espesor de 0.8 cm. Los muros laterales fueron fortificados conargamasa o morillo que enlazados por las vigas de las lajas pueden elevarse asuficiente altura para obtener máxima estabilidad y funcionalidad. La mamposteríaera ordinaria, con berrugadas y aparejada por hileras irregulares. Las esquinasmuestran el entramado de tipo blocar: ésta técnica consiste en que los aparejos seforman empleando lajas planas yuxtapuestas, cuyos espacios internos sonrellenados con piedras menudas dispuestas en hileras horizontales, lográndoseen algunos casos, tramas isodómicas.

El Segundo Salón tiene de dimensiones: 13.5 x 10.5 m. Es de formacuadrangular y tiene dos accesos, uno en la parte central y otro en el lado derecho.Tiene la particularidad de contar con dos columnas a cada lado del acceso principal(Foto 1). Estas columnas forman un solo bloque de material pétreo, tal vez se tratede roca caliza, tienen una altura de 3 m. y un grosor de 0.8 m. Ambas se encuentranseparadas entre sí por unos 5 m., no se pudo encontrar el dintel de estas columnas(Foto 2). Los muros que conforman este segundo salón son del mismo materialpétreo que las columnas y están cortados de un solo bloque, tienen una longitud de3.03 m. y un grosor de 0.6 m. Este es el salón o habitación más amplio del recintoprincipal. La presencia de estas columnas le da un carácter especial a este recinto.

El Tercer Salón desemboca en un amplio acceso enmarcado por dos colum-nas a cada lado. Está compuesta de dos habitaciones, una de forma cuadrangular,que tiene 7.70 x 6.45 m. y la otra habitación, es de forma rectangular, más angosta,con 1.30 m. de ancho y con acceso hacia la habitación más amplia. Este salón

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Foto 1. Vista Panorámica del Sector I de Cerro Castillo

Foto 2. Vista de las Columnas que se encuentran en la entrada del segundo salón en el sector I.

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presenta un acceso con escalera hacia el cuarto del salón o habitación. Probable-mente este sector fue ocupado por una elite administrativa y los salones de la es-tructura principal cumplieron una función religiosa debido a sus componentesconstructivos, al igual que los Salones ordenados unos tras otros y con accesos en lamisma dirección u orientación, presentando escaleras, columnas, para llegar, porúltimo, a una estructura rectangular que pudo servir de altar.

Sector II

El Sector II corresponde al área ubicada sobre una extensa ladera que se extiendehorizontalmente, localizada al sur-este y oeste de la estructura principal o Sector I.Presenta características en sus unidades arquitectónicas que lo hace diferente a losdemás espacios o sectores.

He definido a las áreas circulares como posibles recintos o zonashabitacionales y de almacenamiento porque su tecnología constructiva y morfologíadifiere notablemente de las estructuras cuadrangulares del sector I. Este sector estáubicado al sur de la estructura principal del sector I. Comprende una ladera extensade unos 200 m. de largo y unos 100 m. de ancho.

Las Estructuras Circulares son un componente de este sector, las cualesrepresentan el área residencial o doméstica. Se extienden a lo largo de las laderas,siendo notablemente uniformes en su construcción. Sus diámetros varían entre 4 y6 m (Fig. 3). Los muros son invariablemente de mampostería tipo pirka, a menudotienen una superficie regular y ocasionalmente tienen secciones toscamentealineadas. Los anchos de los muros están todos muy cerca de 0.6.m. Las habitacionesestán divididas mediante tabiques, presentando en su interior hornacinascuadrangulares hechas con bloques regulares y mejor seleccionados. Los techosfueron presumiblemente cónicos, de tipo choza, hechos de material perecedero.Estas casas circulares se encuentran usualmente en pares, una frente a otra, sobreuna terraza artificial, en un terreno irregular. Cada una pareciera formar una unidadde algún tipo. Los componentes de los muros están ceñidos por un tipo especial derocas talconadas y calizas que muestran prominencias por el desgaste de otras queson de esquistos; en cambio, los de argamasa empleada de arcilla y cal, le otorganun armazón muy sólido. En el interior de estas estructuras se encontró muy pocacantidad de fragmentos de cerámica con evidencias de hollín.

Las Terrazas Artificiales, son otros componente de este sector. Es el elementohorizontal de éste y se encuentran frente a los recintos circulares. Estas terrazasson artificiales e irregulares creando un patio delante de la casa. Estas terrazasformaban muros de circunvalación y perimetrales, demostrando tener una funcióndefinitoria del espacio. Este uso extensivo de muros de contención, sirve tanto desoporte a los cimientos de las casa como para producir espacios planos para otrosusos. La extensión de estas terrazas variaba entre 1 a 2 metros.

Las Estructuras circulares menores presentan diámetros entre 3 y 4 metros.Su reducido espacio no le permite ser un lugar propicio para servir de vivienda.Éstas, aisladas a un lado de las viviendas circulares orientadas hacia el oeste, han

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sido tradicionalmente interpretadas como edificios de almacenamiento o colcas(Morris, 1981). Dentro de este almacenamiento, en lo que respecta al Sector II, existenestas estructuras, la mayor parte edificadas en las faldas de los cerros. Estasestructuras están todas destruidas pudiéndose observar sólo las bases. La alfareríaencontrada en estos recintos es escasa, aunque se observó presencia de restosmalacológicos y tubérculos.

Sector III

Se ubica en la cima del cerro, en la cumbre de mayor altura, bordeando losprecipicios. Está conformado por grutas y abrigos rocosos que contenían entierroscolectivos, en pendientes casi inaccesibles. Los accesos a estas pequeñas cuevas yabrigos habían sido cerrados con muros de mampostería en algunos casos y, en lamayoría de ellos, por rocas de grandes dimensiones. Al interior de éstos se hallanrestos óseos, en desorden, y algunos restos de tejidos. La mayoría de los recintoshan sido huaqueados.

El diámetro de estos recintos varía entre 2 y 1.5 m. de profundidad al interiory una altura de 1.50 m. Debido a lo accidentado del terreno y a la peligrosapendiente, como a los fuertes vientos que soplan en dicha área (estaría a unos4.100 m.s.n.m.) no se pudo hacer una descripción muy detallada ni levantar unplano topográfico de estos recintos.Sector IV

Fig. 3 Vista de las estructuras circulares en el Sector III de Cerro Castillo

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Ubicado en la parte inferior y alrededor de la Estructura Principal, formando terrazasde cultivo. Tiene como elementos constitutivos acueductos subterráneos queaparecen alrededor del Sector Principal o Sector I, consistente en canales cavadosbajo la superficie, pero que estaban intercomunicados unos con otros. Estos canales,cuyas bocatomas están recubiertas por la maleza, están revestidos con lajas depiedra, constituyendo una técnica ingeniosa para su conservación, evitandoerosiones de las corrientes de agua y derrumbes.

Estos canales o acueductos vierten sus aguas a los puquios o manantialesque se encuentran en las depresiones de las altas mesetas como afloracioneslíquidas. Hoy en día, muchas de ellas están secas y no contienen agua pero, enépoca de lluvia (noviembre-abril) se surten de agua, pudiendo regar campos decultivo que, en la actualidad, existen dentro del asentamiento.

Estas pequeñas acequias probablemente se desprendieron de un canal principaly se hallan distribuidos alrededor de la plaza, en los contornos de las terrazas decultivo, permitiendo la circulación del agua de sur a norte y de este a oeste.

ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS

La función del Sector I o Estructura Principal fue de carácter administrativo-ceremonial debido a lo muy elaborado de sus estructuras, distribuidas sobre laplataforma natural. El conjunto se halla constituido por una gran plaza y unaestructura central, con dos cuerpos laterales, cuyos ambientes exteriores estáncircundados por huancas, especies de obeliscos de unos 3 metros de altura y, losambientes interiores, son habitaciones que se suceden contiguamente hasta llegara una estructura rectangular desde cuyo centro sale una escalera, infiriéndose laestructura como una especie de altar. Estos edificios elaborados presentan delantede su fachada espacios cuadrangulares, delimitados por muros, los cuales estabanligados a actividades ceremoniales (Bonnier, 1981; Flornoy, 1955, 1963).

La presencia de una plaza de forma irregular le da una connotaciónimponente. Esta explanada moldeada según la configuración del terreno, pudotener una función pública como punto de reunión de los habitantes del asentamientoo donde se celebraban las ceremonias, rituales. Su ubicación es estratégica, puesde ésta se domina toda la cadena de cerros que la rodea, así como a los pueblossituados sobre ellos. Los espacios cuadrangulares, que se hallan a ambos lados delrecinto principal, pudieron haber servido de vivienda a la elite del asentamiento.Las habitaciones de estas estructuras presentan hornacinas y están mejorelaboradas que las viviendas del sector II. La cerámica encontrada es de pasta másfina.

En el Sector II aparecen estructuras circulares situadas sobre las laderas.Otro elemento asociado a estas estructuras son las terrazas artificiales que servíancomo muro de contención a los muros de las viviendas, ubicados en la parte inferiory además, creaban un espacio plano delante de ellas (las que servían de patio ypasadizo por donde las personas se movilizaban). La funcionalidad de estasestructuras es variable de acuerdo a sus diámetros. Así, las estructuras que

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presentaban entre 6 y 7 m. de diámetro, las clasificamos como de uso habitacionalpor el espacio que presentaban las hornacinas o nichos sobre los muros, las lajassobresalientes al interior de los muros, los cuales servirían para colgar algunapieza. En estas estructuras hallamos fragmentos de cerámica, correspondiente aollas, las cuales estaban manchadas con hollín.

Las estructuras menores medían unos 3 metros de diámetro. Por lo reducidodel espacio no podría haber tenido una función de habitación pero, en su interior,encontramos restos de cerámica que corresponden a ollas y vasijas cerradas ymuestras de restos orgánicos, infiriéndose que estas cumplían una función dealmacenaje. Al hallarse cerca de las estructuras habitacionales pudo haber tenidouna función complementaria y, por tanto, ambas estructuras estaban relacionadasestrechamente.

Debido a su ambiente natural, diferente en la marcada diversidad ambientalque se observa en tan corto espacio, el asentamiento tendió a especializarse en laproducción de productos que se obtenían fácilmente en sus áreas cercanas. Esposible que el asentamiento de Cerro Castillo ocupó diferentes zonas ecológicas yaque, a media hora del asentamiento, a unos 3,500 m.s.n.m., se observan restos deestructuras con alfarería, pero de una dimensión menor y en forma de estructurascirculares, hechos de rocas esquisto.

En este asentamiento, debido a las evidencias arquitectónicas, alfareras ylas técnicas agrícolas, se observa una especialización de asentamiento, es decir, lapráctica de una actividad económica particular. Esta especialización se interpretacomo una respuesta a un ambiente natural diferente. La especialización económicaestá a menudo controlada por las autoridades gubernamentales. Por ello,funcionalmente, el asentamiento de Cerro Castillo, ya sea por el contenido deagrupaciones habitacionales (Sector II) o por las residencias administrativos-religiosas, se revela como una comunidad agropecuaria estable, cuya principalactividad fue la agricultura.

En cuanto al Sector IV o de terrazas, la mayor cantidad de tierras ha sidoexplotada y la extensión de la zona cultivada, más importante que en la actualidad.Estas terrazas de cultivo fueron construidas en lugares de pendientes muypronunciadas, aprovechando el máximo de terreno pero, actualmente, estánabandonadas y sirven para el pastoreo de animales. Estos trabajos fueroncompletados frecuentemente con la construcción de canales de riego que, además,servirían para llevar el agua a las aldeas (cabe señalar que no se encontró ningunareserva de agua cerca al asentamiento, pero se encontró afloración de manantiales).

En este asentamiento no se observó murallas, como se observa en otrosasentamientos cercanos (Rapayán), pero sí fortines, ubicados a ambos lados delasentamiento e instalados en las cimas (entre los 4,200 m.s.n.m. aprox.). Éstos, nosolo pudieron ser sitios de defensa: también pudieron haber tenido una función deobservatorios para vigilar el nivel de las aguas de la laguna, asegurando laprotección del ganado (además de las querellas que hacían a propósito de lospastizales). Por otra parte, este sistema de fortines estaba destinado para laprotección de grupos de migrantes en busca de un nuevo lugar para instalarse.Este peligro venía principalmente a través de las cimas.

Cerro Castillo: Un sitio del Intermedio Tardío en Huari

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CONCLUSIONES

El asentamiento de Cerro Castillo, ubicado en la cima del cerro del mismo nombre,al sur este de la desembocadura del río Puchka, en la sierra nor-central, durante elPeríodo Intermedio Tardío, tenía una organización espacial interna que secaracterizó por presentar dos áreas diferentes. Una de orden administrativo-religioso y la otra habitacional.

El sistema sociopolítico que predominó y que se vio reflejado en elasentamiento de Cerro Castillo, fue el perteneciente al rango social de Señorío, porestar circunscrito dentro de la etnia de los Pinku, que comprendía un extensoterritorio y que estaba controlado por una autoridad gubernamental centralizada.En cuanto al patrón de subsistencia, podemos afirmar que a través de laidentificación preliminar de los restos encontrados en la unidades habitacionalesy alrededor de ellas, se infiere que la papa fue uno de los alimentos básicos en ladieta. La presencia de huesos de camélidos sugiere también que estos fueron losanimales de mayor consumo.

El asentamiento de Cerro Castillo presenta una homogeneidad tecnológica,inherente al desarrollo de una sola cultura, la que se aprecia por la utilización deun mismo material constructivo (rocas esquisto) y un mismo patrón constructivo.Su función habitacional y de residencia administrativo-religiosa la revela comouna comunidad agropecuaria estable.

Los habitantes de Cerro Castillo utilizaron el área emplazados en lascumbres de las colinas, probablemente con fines defensivos y/o para aprovecharlas partes bajas en la agricultura. Sobre este piso ecológico encontraron el materialnecesario para sus construcciones y las características ambientales para sudesarrollo.

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INTRODUCCIÓN

Hacia el año 1460, el territorio Ancashino fue anexado al naciente Imperio delTawantinsuyo. Así, se construyen establecimientos diversos para la administra-ción de estos nuevos territorios, entre los que destacan los ubicados en la ruta delCamino Real de la Sierra o Qhapaq Ñan, el mismo que articulaba el Cusco conQuito (Fig. 1).

A lo largo de este camino se pueden encontrar diversos tipos de asentamientoscuya densidad y complejidad arquitectónica es variable. Si bien es cierto el recono-cimiento arqueológico se limita a lo que es la jurisdicción de Huari y másespecíficamente a los sitios Inca o con evidencia de ocupación Inca ubicados en elCamino Real, el presente trabajo trata de establecer una tipología de sitios definien-do áreas de actividad y patrones de asentamiento, base para futuras investigacio-nes al respecto (Foto 1 ).

Se hizo el reconocimiento y registro de sitios arqueológicos, identificándosemás de una docena de asentamientos prehispánicos asociados al Camino Inca condiferentes características morfofuncionales (Fig. 2). Así, tenemos sitios que ocupanvarias hectáreas de extensión y otros que apenas llegan a tener unos cuantos m2. loque, implícitamente, indicaría una variabilidad en sus funciones. El cronista GuamanPoma de Ayala en su «Nueva Coronica y buen Gobierno», así como también Vacade Castro en su «Ordenanza de Tambos», dan las primeras informaciones acercade la existencia de una diferenciación en los asentamientos Incas (Guamán Poma1980[1583], Vaca de Castro 1908[1543])

El siguiente trabajo es un segmento de la investigación que venimos reali-zando sobre el «Sistema Vial y Asentamientos Tawantinsuyo entre Huánuco Pampa yConchucos», un proyecto con un marco muestral más amplio y que esperamos con-cluir en un futuro próximo.

SISTEMA VIAL Y ASENTAMIENTOS INCA ENLA PROVINCIA DE HUARIUna Introducción a su estudio

EBERTH SERRUDO TOROBEOUniversidad Nacional Mayor de San Marcos

[email protected]

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0 500 km

Pucara de Chena

Ranchillos

Samaipata

ARGENTINA

La Paya

Chilecito

Pucara de Andagala

CHILE

Catarpe

Tilcara

Hatun Xauxa

Huaytara

PERÚCaxas

LimaPachacamac

Tambo Colorado

Chala

Paredones

Inkawasi

Paramonga

Chiquitoy Viejo

Huanuco Pampa

Pumpu

HuamachucoConchucos

Cajamarca

Tomebamba

Guaca

Tumbez

Quito

Ingapirca

ECUADOR

Inka llaqta

Hatun Colla

ArequipaChucuito

Vilcas Huaman

Cusco

Paria

Chuquiabo

Cochabamba

BOLIVIA

Taparaku

OCEANO PACÍFICO Vilcabamba

Piscobamba

Tambo del Collao

Soledad de TamboHuaritambo

Fig. 1 Sistema Vial Inca y el área de estudio

Sistema vial y asentamientos Incas en la provincia de Huari

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EL SISTEMA VIAL Y LOS ASENTAMIENTOS INCAS

La red de caminos Incas distribuidos a lo largo de todo el Tawantinsuyo fue admi-rada y descrita por los primeros cronistas españoles llegados a nuevo mundo:«…daré noticia del gran camino que los Ingas mandaron hazer por mitad dellos el qualaunque por muchos lugares está ya desbaratado y desecho da muestra de la grande cosa quefue, y del poder de los que lo mandaron hazer…» Pedro Cieza de León [1553] 1986:189«…mando hacer dos caminos por donde se fuese a todos los reinos y tierra que señoreaba, quecomenzaban desde cuasi la tierra de Pasto, arriba de la provincia de Quito, hasta Charcas,que al menos son ochocientas leguas y las provincias de Chile llegaba, que hay mil y tantasleguas largas, según todos nuestros españoles afirman y claman…» Bartolomé de lasCasas Cap. XIX [1555] 1948:100.

La política expansionista Inca comprendía la articulación de los nuevosterritorios mediante la construcción de caminos en la diversa geografía andina,uniendo las Llaqtas o centros administrativos, tambos, enclaves de producción,chasquihuasis, etc.

Cronistas como Pedro Cieza de León y Miguel de Estete entre otros, recorrie-ron este trecho de camino y describen, aunque escuetamente, algunos de losasentamientos que aquí veremos. Si bien es cierto solo mencionan los sitios demayor envergadura o importancia, no debemos dejar de lado sitios de menor exten-sión y complejidad arquitectónica.

Sobre la base del análisis del patrón de asentamiento establecimos la si-guiente tipología de sitios:

Tambos Reales

A lo largo del Camino Inca hemos encontrado una serie de asentamientos que sehan caracterizado por su complejidad en la distribución de espacios, aunque nollegan a tener la magnitud de los grandes centros administrativos provinciales -como Huanuco Pampa-, estos debieron cumplir funciones administrativas en undeterminado territorio.

La denominación de Tambo Real nos parece la más adecuada para describireste tipo de asentamientos pues la característica principal era la de albergar al gober-nante Inca y otros personajes pertenecientes a la elite Cusqueña cuando estos se en-contraban de transito por la región. Los Tambos Reales se distribuían a lo largo de lared vial Inca distanciados en promedio unos 20 a 25 Km uno del otro, es decir, elequivalente a una jornada de camino diario. La evidencia etnohistórica confirma laexistencia de asentamientos construidos para este fin: «…auía aposentos y depósitos,para quando los reyes caminauan poderse alojar. Porque fue costumbre suya, quando andauanpor alguna parte de este gran reyno yr con gran magestad, y seruirse con gran aparato a suvsanza y costumbre: afirman, que si no era quando conuenia a su servicio, no andauan mas dequatro leguas cada día…» (Pedro Cieza de León [1553] 1986: 238).«…por manera, que cuando el Rey Inga caminaba por el camino de la Sierra y llegaba a susAposentos Reales, se juntaban todos los señores de aquellas provincias a le servir…»

Eberth Serrudo Toroveo

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Huachis

RahuapampaMasin

Huantar

Cajay

Camino Inca

Huaritambo

Soledad de Tambo

Pomachaca

Ushnu Cruz

Huagancu

Tambillo

Huaga

Ahuac

Huari

Ayash

Cam

ino Inca

0 2 Km.

Rio H

uari

Cam

ino Inca

Rio Pu

ccha

Rio Rarichinchay

Rio Mosna

Sitio Arqueológico

Tramo de Camino Inca

Rios y Quebradas

Poblados Cercanos

268 000 276 000260 000

8952 000

8960 000

8968 000

LEYENDA

Fig. 2 Sitios arqueológicos Incas registrados en la provincia de Huari por el autor

Sistema vial y asentamientos Incas en la provincia de Huari

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(Bartolomé de las casas Cap. XX [1555] 1948:103).En el área de Huari hemos identificado dos sitios arqueológicos que respon-

derían a las características antes mencionadas, estos son «Soledad de Tambo» y«Huaritambo».

Soledad de Tambo (Pincos)Los cronistas españoles Miguel de Estete, Cieza de León y Antonio Vásquez deEspinosa nos relatan la existencia del sitio denominado Pincos, al Norte del Tambode Taparaku (Huanuco), siguiendo la traza del Camino Inca. Creemos que Pincoses Soledad de Tambo dadas las descripciones de su ubicación.

«…Adelante de esta provincia (Huari) esta la de Pincos: cerca de donde pasa vn río,(Puccha) en el qual están padrones para poner la puente que hazen para passar de vna partea otra (Pomachaca)…»( Pedro Cieza de León [1553] 1986: 240).

«…Dos leguas de Guare al sur se pasa por vna puente vn rapido, y caudaloso Río,que diuide la provincia de Guare de la de Pincos, junto a la puente ay vn obrage… del obragese sube vna gran cuesta hasta el tambo de Pincos…» (Antonio Vázquez de Espinosa[1617] 1969).

El sitio arqueológico se encuentra en la comunidad del mismo nombre. Setrata de uno de los asentamientos más grandes en la región, siendo lo más resaltantela construcción de un Ushnu de poco mas de 4 m. de alto. Consta de una solaplataforma de planta cuadrangular con un pozo de ofrendas en la parte superiorelaborada con bloques de piedra labradas, el mismo que, lastimosamente en nues-tra última visita, había sido saqueado por buscadores de tesoros. El acceso a laparte superior no pudo ser identificado debido a que en todo el contorno se hacultivado y removido la tierra cubriendo gran parte de la plataforma.

En los alrededores aún quedan restos de lo que fueron las Kanchas residen-ciales dentro del complejo. Incluso podemos observar remodelaciones y/o diversosmomentos constructivos en algunos de los edificios. Este sector se encuentra relati-vamente bien conservado y está parcialmente cubierto por vegetación. (Foto 2)

Un complejo sistema de almacenamiento es una de las características princi-pales de los Tambos (Hyslop, 1984). En Soledad de Tambo, las Colcas o depósitos seencontraban agrupados en un promontorio rocoso en la quebrada Huaganco acorta distancia del núcleo central (900 m). Estas son estructuras de planta rectangu-lar en numero aproximado de 12, dispuestas en una sola hilera ubicadas en la partemás alta del afloramiento. Uno de los recintos, ubicado al extremo Noroeste, es elúnico que presenta un acceso, pudiendo tratarse del control y administración de losproductos almacenados aquí.

Actualmente gran parte del sitio es utilizado como zona de cultivo, razón porla cual parte de sus estructuras están siendo desmanteladas para dar paso a laconstrucción de linderos de chacra.

En los alrededores observamos que algunos vecinos de la comunidad tienenbloques de piedra labrados que han sido removidos de su emplazamiento originaly que actualmente forman parte de los muros de sus viviendas.

Muchos tramos del Camino Inca han sido mutilados a causa de un malencaminado intento de limpieza y puesta en valor, primeramente por el Proyecto

Eberth Serrudo Toroveo

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Foto 1. Detalle de un alcantarillado en el Camino Inca

Foto 2. Restos de Kanchas en Soledad de Tambo Huachis

Sistema vial y asentamientos Incas en la provincia de Huari

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Caminos Rurales hacia el año 1999 y últimamente el Proyecto «A trabajar Rural»quienes han removido material y ensanchado el paso del camino sin ningún crite-rio técnico, siendo esto un atentado contra el patrimonio cultural refrendado por losgobiernos de turno

HuaritamboPor los restos arquitectónicos que hay en pie podemos inferir que este fue otroTambo Real dentro del esquema administrativo Inca. Hoy sólo quedan restos de loque fueron las Colcas o depósitos, que son de planta rectangular y se encuentran enla margen izquierda del río Huaritambo (Foto 3).

Al igual que los depósitos ubicados en Huaganco, éstas se encuentran ali-neadas pero se ubican en la ladera del cerro por encima de las estructurashabitacionales.Las estructuras administrativas del tambo prácticamente han sido arrasadas por lapoblación ubicada en esta zona. Entre las viviendas y los campos de cultivos sepueden observar aún los restos de muros y pequeños recintos de las que fueron lasKanchas. Cerca al cementerio, aún se puede distinguir una serie de terrazas queposiblemente fueron utilizadas para el cultivo de productos que luego serian alma-cenados en las Colcas.

Por la media ladera todavía queda evidencia de la traza del Camino Inca

Foto 3. Vista Parcial de las Colcas de Huaritambo

Eberth Serrudo Toroveo

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rumbo al Norte, el mismo que en la actualidad aún viene siendo utilizado como rutade transito con trechos relativamente bien conservados. Del mismo modo, aún sepueden observar los restos de lo que fueron una serie de terrazas de cultivo que loscampesinos del lugar todavía utilizan.

Tanto Soledad de Tambo como Huaritambo cumplieron funciones adminis-trativas en el ámbito regional, siendo enclaves intermedios entre los grandes cen-tros administrativos provinciales.

Tambillos

Este tipo de asentamientos es de menor jerarquía que los Tambos Reales, la distri-bución de espacios y estructuras no son tan complejas. A lo largo del camino segui-do hemos encontrado evidencia de dos asentamientos que pueden ser considera-dos como Tambillos.

Quenhuac JircaSitio arqueológico que tiene un patrón ortogonal en su construcción. Se ubica enuna plataforma natural por debajo de Linda cruce, siendo éste el sitio que se en-cuentra más alejado del camino Inca (300 m. Aprox.). No se encuentra material desuperficie, pero pensamos podría tratarse de un sitio con componentes Warireutilizado en tiempos Tardíos. Consta de tres hileras de 10 a 12 recintos de plantarectangular cada una, construida con piedras canteadas unidas con mortero de barro.En la actualidad sólo se puede observar los cimientos de los edificios debido a laconstante extracción del material constructivo hecha por los campesinos del lugar.

Es interesante ver que este patrón ortogonal es recurrente en el tramo deCamino Incaico al Norte de Huanuco Pampa, pues se repite en los sitios deHuaricash (Toro machay), Taparaku (en el Acllahuasi) y Tambo Corral, a cortadistancia de Ayash. Quizás todos ellos responden a una misma tradición cultural.

Es probable que el asentamiento tenga alguna ocupación anterior a la llega-da de los Incas (¿Wari?), pero esto es difícil de establecer debido a la pobre cantidadde material cerámico en superficie.Muy cerca del sitio, a unos 300 m. ladera arriba, se encuentran una serie de cons-trucciones con abundante material cerámico en superficie. Estas corresponderían auna ocupación del Intermedio Tardío, con una probable ocupación Inca identifica-ble sólo por algunas muestras de cerámica.Chasquihuasis

Este tipo de sitios han sido descritos por los primeros españoles llegados aestas tierras. Ellos describen viviendas en número de 1 a 3 que se encontrabanemplazadas a los lados de los caminos Incas y rutas principales:

«...Unas postas que ellos acostumbraban poner una legua de otra iba un indio co-rriendo esta legua y enviándole el otro que estaba aguardando le salía al encuentro... y de estamanera iba el mensaje desde Cusco a Quito en cinco días...» (Pedro Pizarro, 1978[1571]).

«… estaban estos chasquis puestos en cada topo, que es legua y media, en dos casillasdonde estaban cuatro indios. Estos se proveian y mudaban por meses de cada comarca …»(Joseph de Acosta, 1954[1590])

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«…que por los caminos dejase puestos posta de media a media legua a que ellosllaman chasquis…» (Sarmiento de Gamboa, 1943 [1572] Cap. 38:192).

«…mandó hacer en cada legua tres casillas o chozas junto al camino mil pasos la unade la otra …llamabase estos correos en su lengua chanquis, que quiere decir «el que toma»porque tomaba el mensaje el uno del otro…»( Bartolomé de las casas Cap. XX [1555]1948:105).

La distancia que separa una vivienda de otra es variable, dependiendo de laimportancia y lo agreste de la geografía. En las rutas principales debían tener ungran número de estructuras aisladas que cumplían esta función de chasquihuasis.Sin embargo, los sitios identificados como tales son escasos. Tenemos registradossólo cuatro posibles Chasquihuasis en este tramo, Linda Cruce, Ahuac Punta, Huagay Tambillo.

Pensamos que el número es muy inferior al estimado inicialmente, peroexiste la posibilidad de que la mayoría de estructuras hallan sido destruidas alencontrarse muy cerca de los centros poblados. Otra respuesta a la falta deChasquihuasis en este tramo del Camino Inca, es que en algunos de los centros demayor jerarquía se habría instalado también postas de Chasquis, no habiendo lanecesidad de construir otros más.

En esta área alto andina, se denomina Chuclla a unas pequeñas chozas ela-boradas sobre la base de un armazón de ramas y pequeños troncos cubiertos porichu, con espacio suficiente para albergar a una o dos personas, y estas mayormentese encuentran en las zonas de cultivo. Lo interesante es que este término es Aymaray también es utilizado para denominar a las Postas de Chasquis; es razonablepensar que algunos Chasquihuasis pudieron ser construidos de esta forma conmaterial orgánico, por ello, hoy en día, no quedan evidencias de ellas (Foto 4).

TaulliEn este sitio se encuentran los restos de una estructura de planta rectangular muydestruida pues se ha utilizado su entorno como tierra de cultivo. Al parecer era laúnica estructura en el lugar, aunque no descartamos que otras hallan sido destrui-das por la constante remoción de tierras.

AhuacEste sitio arqueológico consta de un par de recintos ubicados en el area de AhuacPunta, a corta distancia del poblado de San Cristóbal de Tambo y Taulli. Ambasestructuras se encuentran separadas por un muro medianero muy deteriorado. Elsitio se ubica en un lugar estratégico, desde donde se logra visualizar el siguienteChasquihuasi que es Huaga.

A pocos metros, en la cima de un peñón, encontramos restos de corrales ygran cantidad de fragmentos de cerámica, al parecer de manufactura local. No seencontró formas ni diseños propios de la alfarería Inca, por lo cual creemos que lacumbre del cerro tiene una ocupación anterior a la llegada de los Cusqueños.HuagaSe trata de una estructura de planta rectangular alargada del tipo Kallanka con unaplataforma a manera de bancal. Se encuentra ubicada al lado del camino en el area

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de similar nombre, lugar desde donde se tiene un amplio dominio visual del valledel Puccha (Foto 5).

El recinto principal presenta un acceso lateral que da hacia el camino, te-niendo una escalinata flanqueada por dos pequeños muros.

A los lados de la estructura rectangular se encuentran evidencias de acumula-ciones de piedras. Estas son las llamadas Apachetas o amontonamientos artificialesde piedras generalmente ubicadas en las bifurcaciones del camino y las partes másaltas de los cerros, una suerte de ofrendas de los caminantes que no sólo consistían enpiedras sino también bolos de coca, sandalias, granos de maíz, etc. (Fig. 3).

TambilloA corta distancia de Huaga (1200 m.), siguiendo la traza del Camino Inca hacia elrío Puccha, se encuentra el sitio de Tambillo. Presenta una estructura de plantarectangular de aproximadamente 14 x 7 m. y se ubica a corta distancia del Caminoprincipal. En uno de sus lados muestra 3 grandes accesos de forma trapezoidal, lasmismas que dan frente a un espacio abierto. Algo que llama la atención son susparamentos, estos se encuentran muy bien trabajados

Hacia el otro lado del camino existen cerca de una decena de estructuras deplanta circular de no más de 2 m. de diámetro, las cuales posiblemente funcionaroncomo depósitos o Colcas.

A Tambillo

A Ahuac Punta

Ν

Reconstruccion Isometrica de Huaga

Fig. 3 Reconstrucción isométrica del sito arqueológico de Huaga

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Controles

En esta categoría de asentamiento hemos incluido a sitios que, al parecer, hantenido la función de resguardo, supervisión y control del acceso a un Tambo Real,centro administrativo principal o como en este caso el control del flujo de transeún-tes en un puente.

PomachacaPuente sobre el río Puccha. Es mencionado en repetidas ocasiones en los primerosdocumentos de la colonia (Foto 6). «…Dos leguas de Guare al sur se pasa por vna puentevn rapido, y caudaloso Río, que diuide la prouincia de guare de la de Pincos…» (Vázquezde Espinosa, 1969[1617]).

Este fue uno de los más importantes de la zona pues era el límite de dosprovincias (Regal, 1972).

Foto 4 Chuclla ubicada en las alturas de Huari

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Sitios de Carácter Ceremonial

Dadas sus características especiales en arquitectura, hemos separado en sitios cere-moniales a Ayash y Ushnu Cruz, ambos de caracteres peculiares que se encuentranenlazados por el Sistema Vial.

AyashEste es un sitio de pequeñas dimensiones. Consta de una kancha construida conmuros de piedra canteada del tipo almohadillado y se ubica en el centro pobladodel mismo nombre, cerca al limite departamental con Huánuco.

La única construcción que hoy queda en pie es una estructura rectangularconstruida con bloques de andesita, teniendo intacto solo uno de sus lados, losdemás han sido nivelados para dar paso a una calle. En las viviendas aledañas se

Foto 5. Estructurasubicadas en el abra de

Huaga

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observan en sus cimientos bloques de piedra trabajados que corresponden a losrecintos destruidos. Hoy en día es una pena ver una estructura tan finamente traba-jada convertida en un depósito y letrina pública, lejos del esplendor que tuvo hacemás 500 años. Los arquitectos incas construyeron contados sitios con este tipo detrabajo en la piedra. Inka Hamash es una edificación que se encuentra a 4.2 Km. alsur de Ayash, siguiendo la traza del camino Inca y tiene similares características y,pensamos, seria un templo dada su ubicación estratégica (parte alta de una loma).

Una de las cosas que más nos ha llamado la atención son los restos de unpuente de piedra por el cual corre el camino Inca. Este se encuentra ubicado sobre laquebrada del mismo nombre que atraviesa el poblado de Ayash. No descartamos laposibilidad de que el sitio halla cumplido también con una función de control deltráfico de caminantes. El puente consta de dos estribos, uno a cada lado del río,construidos con piedras unidas con mortero de barro y que, en la parte superior,como paso se colocó 2 grandes bloques de piedra, uno de los cuales ha colapsado ycaído en el lecho del río años atrás.

En este sector el tramo de Camino Inca se presenta con peldaños de piedra ensu ruta hacia San Cristóbal de Tambo guardando un ancho promedio de 3.50 m. enmuy buen estado de conservación.

Ushnu CruzLlamado también Ushnu rampa. Consta de dos edificios de planta rectangulardispuestos uno frente al otro, separados por un espacio abierto o patio, ubicados enla parte alta de una secuencia de tres plataformas definidas por muros perimétricos.

Foto 6. Puente de Pomachaca

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Hacia la parte inferior se observan los restos de una serie de terrazas, hoy en díaabandonadas. La construcción de plataformas superpuestas nos sugiere la idea deuna construcción tipo Ushnu, con escalinatas de acceso y plataformas superpues-tas.

Este es un sitio atípico por el diseño de su construcción muestra en susparamentos remodelaciones e inclusive vanos clausurados, indicador de una largaocupación. No se encontró material cultural en superficie.

Otro sitio de similares características es el de Inka Hamash, cercano al limitedel departamento de Ancash. Se ubica por sobre los 4500 m. de altitud y presentados edificios con piedras labradas de estilo cusqueño.

Otros Asentamientos

Hemos registrado dos sitios con una pobre conservación, lo que nos hizo imposibleel incluirlos dentro de la tipología de Asentamientos aquí expuesta.

San Cristóbal de TamboSe ubica bajo el poblado del mismo nombre. Prácticamente el pueblo actual se en-cuentra encima de las construcciones Incas. Solo quedan restos de un corto murocurvo en el que se observa en la actualidad un nicho de forma ligeramentetrapezoidal. Es difícil el poder establecer funcione.

Qda. Ishpa RagraLo único que podemos observar es una plataforma o parte de un muro cubierto casicompletamente por la vegetación. Se encuentra al lado de la traza del Camino Inca.Gran parte de la destrucción del sitio se debió a la construcción de viviendas, hoyen día abandonadas.

Linda CruceSon una serie de terrazas de cultivo muy deterioradas por la erosión de la tierra y elfactor humano. No se pudo identificar estructuras habitacionales.

DISCUSIÓN

En el área de estudio se han desarrollado innumerables proyectos de investigaciónarqueológica. La mayoría de ellos se han centrado en la problemática del Formati-vo, dejándo en un segundo plano la incursión y conquista Inca de estos territorios.Nuestro trabajo pretende dar una primera aproximación al entendimiento del Ho-rizonte Tardío en la región, siendo la base de futuras investigaciones que contem-plen excavaciones arqueológicas.

La presencia de los Incas en esta región es plasmada en la serie deasentamientos aquí mencionados. Si bien hemos analizado los que se encuentranarticulados por este tramo del Camino Real, no debemos olvidar la presencia de

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otros asentamientos en el área del Callejón de Huaylas y los que se encuentran enlas provincias de Recuay, como son Pueblo Viejo (Sucurracoay), Huariraga,Pachacoto, Marca, Pariamarca, etc., la mayoría, mencionados y/o descritos porMiguel de Estete en su recorrido de Cajamarca hacia Pachacamac.

A pesar que las fuentes etnohistóricas demuestran una fuerte presencia Tar-día en el área, se sabe muy poco acerca de la ocupación Inca en la región deConchucos y el Callejón de Huaylas. Los restos arquitectónicos hallados dan claraevidencia de una administración directa del Estado. La presencia de asentamientoscomo Ayash y Soledad de Tambo, con un fino acabado en su arquitectura ademásde su articulación con el camino principal de la sierra, denotan la importancia quetuvieron dentro del esquema administrativo y político Inca.

El reconocimiento nos permitió identificar arquitectura y tipos cerámicosdistintos a los conocidos por los Incas. Posiblemente se trate de poblaciones localesque se ubicaban cerca de los sitios Ahuac Punta, San Cristóbal de Tambo,Quenhuacjirca y Linda Cruce. Pensamos que es probable la existencia de ocupacio-nes anteriores a la Inca, datando inclusive del Horizonte Medio, lo cual se podríacomprobar mediante excavaciones sistemáticas en dichos sitios.

Aunque Huaritambo fue el último asentamiento registrado, el Camino RealInca sigue hacia el Norte cruzando sitios como Cuchitambo, Pallahuachanan,Maraycalla, Huancabamba, Ingaraga, entre otros, para seguir hasta Quito.

Sitio Arqueológico Este Norte Altitud Categoría / Tipo

Ayash 0278172 8946328 3910 Ceremonial

Qda Ishpa Ragra 0277837 8948342 4056 ¿?

Linda Cruce 0276969 8949738 4183 Terrazas

San Cristóbal de Tambo 0276976 8949746 4203 ¿?

Quenhuacjirca 0277204 8950088 4249 Tambillo

Taulli 0275111 8950570 4094 Chaquihuasi

Ahuac Punta 0276395 8950794 4183 Chasquihuasi

Huaga 0272611 8952976 4486 Chasquihuasi

Tambillo 0271992 8953944 4169 Chasquihuasi

Huaganco 0269927 8956444 3706 Deposito

Soledad de Tambo/Pincos 0269515 8957260 3725 Tambo Real

Ushnu Rampa/Ushnu Cruz 0266699 8960640 3065 Ceremonial

Puente de Pomachaca 0264859 8961010 2795 Puente/Control

Huaritambo 0261500 8973510 3310 Tambo Real

Relación de sitios identificados en nuestro recorrido

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PUEBLO VIEJOUn Centro Admnistrativo Inca en

el Callejón de Huaylas

HENRY TANTALEÁN YCA RMEN PÉREZ MAESTRO

Universidad Autónoma de BarcelonaUniversidad Complutense de Madrid

[email protected]@hotmail.com

INTRODUCCIÓN

A lo largo de todo el territorio ocupado por el Imperio Inca y durante su breveduración (1450 d. C.-1532 d. C.), fueron construidos diversos asentamientos quereúnen características, formas y elementos arquitectónicos similares a los del CuscoImperial. Estos asentamientos Inca planificados (Hyslop, 1990) han sido objeto denumerosas investigaciones en las últimas décadas y, como resultado de ello,diferentes propuestas han sido esbozadas para explicar su existencia y justificacióndentro del sistema administrativo Inca.

Algunos de estos sitios investigados de manera intensiva y donde se hancomprobado muchas de las hipótesis planteadas son Huánucopampa (Morris yThompson, 1974), Pumpu (Matos, 1994), Xauxatambo (D’Altroy, 1981), etc. Talesasentamientos difieren entre sí en dimensiones y organización espacial perocomparten la función de «Centros Administrativos»que, por datos etnohistóricos,sabemos que funcionaban como «cabezas de provincia» (Cobo, 1953) las cualesadministraban un área determinada del Estado Inca. Dichos sitios, además decompartir las características arquitectónicas que se discutirán más adelante,estaban articulados entre sí mediante el Sistema Vial Incaico (Qapaqñan).

Pueblo Viejo, ubicado en la provincia y distrito de Recuay, es el sitioarqueológico que motiva el presente artículo. Creemos que este asentamiento fueuno de esos Centros Administrativos y que, consecuentemente, jugaría un roldeterminante en el sistema de afianzamiento, control y administración del EstadoInca, concretamente en el Callejón de Huaylas. Estos tuvieron como eje longitudinalel Camino Real de esta zona, del cual tenemos noticias en las primeras crónicas(Estete, 1533).

En este artículo trataremos de confirmar lo dicho con anterioridad acercadel sitio de Pueblo Viejo, partiendo del reconocimiento del patrón de arquitecturaInca, usando como base el modelo de Centro Administrativo utilizado por variosautores (Agurto Calvo, 1987; Kendall, 1976; Gasparini y Margolies, 1977; Morris,

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1972; Thompson, 1970, etc.). Pero nuestro estudio se ha realizado basándoseprincipalmente en el elaborado por John Hyslop (1990). Este investigador hareunido la mayor parte de las investigaciones arribas mencionadas y ha sido elque mejor las ha articulado dentro de un marco regional.

Nuestro trabajo ha consistido en una prospección sistemática de superficie,por lo que consideramos las conclusiones de esta breve investigación aquípresentado, como hipótesis que deberán ser contrastadas con trabajos de excavaciónarqueológica.

UBICACIÓN GEOGRÁFICA

El sitio de Pueblo Viejo se ubica a unos 5 Km al nor-este del actual pueblo deRecuay (Ancash), en el margen este del río Santa y sobre una explanada que seeleva unos 150 mts. sobre el nivel del río. Desde el sitio, por tanto, se contempla unamplio sector del valle. El área donde se ubica el asentamiento pertenece a la zonaecológica de Jalca, favorable para la agricultura y la ganadería, gracias a suscaracterísticas climáticas, edáficas y topográficas (3500 m.s.n.m.). Un aspectorelevante es la ubicación del sitio en el camino longitudinal del Callejón de Huaylasy otro perpendicular a este, que da acceso a la Puna que, según nuestrosinformantes, es usado actualmente por la gente de la localidad. Aimismo el iniciodel camino que va desde el Callejón de Huaylas hacia Chavín se encuentra a muypocos kilómetros al norte de Pueblo Viejo (Fig. 1).

DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ASENTAMIENTO

El sitio de Pueblo Viejo, creemos, habría sido emplazado en un área sin ocupaciónprevia y está organizado sobre la base de espacios muy grandes de plantatrapezoidal, semejantes a Plazas que, a su vez, están subdivididas por otrosedificios como Kanchas, Kallankas, etc. y áreas libres de construcciones (Fig. 2).

En este lugar se cuentan actualmente por lo menos cuatro Plazas biendefinidas de gran área. Al respecto de esta resolución en la organización delespacio, Hyslop dice: « los asentamientos planificados Inka son a menudo arregladosalrededor de una plaza central, frecuentemente define o repite mayores alineamientosarquitectónicos de edificios y componentes encontrados cercanos a ella.» (Hyslop, 1990).Esto sucede en Pueblo Viejo donde creemos que la Plaza principal del asentamientose ubicaria donde se encuentran las dos principales estructuras o edificios Incadistintivos: Las Kanchas y la Kallanka (Plaza 3). Asimismo, el camino Inka atraviesael asentamiento y accedería directamente a otras 2 plazas principales (Plazas 2 y 4),definiendo también los limites de la Plaza 1. Es probable que el camino sea anterioral asentamiento, pues este lo orienta longitudinalmente.

Cabe señalar que la orientación general del asentamiento tiene comoreferencia los puntos cardinales, variando en algunos casos, como máximo unos 5grados. Esta alineación estaría asociada con el culto religioso y la observación

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Fig. 1 Mapa de Ubicación del sitio arqueológico de Pueblo Viejo

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astrónomica, cuestiones estrechamente relacionadas, que no deseamos profundizaraquí. Sin embargo, asentamientos Inka que pueden graficar las mismas característicasson Huánucopampa, La Centinela (Chincha) y Lima La Vieja (Pisco).

Las Plazas se encuentran muy próximas formando un conjunto por laacumulación de las mismas. Pareciera, como decíamos arriba, que el asentamientoestá organizado sobre la base de la distribución espacial de las mismas.Describiremos las Plazas más importantes y mejor conservadas, dándole mayorrelevancia a sus estructuras arquitectónicas más significativas.

La Plaza 1 se encuentra en el extremo oeste del asentamiento y posee por lomenos dos espacios semejantes a kallankas, de uno de las cuales actualmente sólose conservan las bases de los muros. Al sur de estos recintos, habrían otrasinstalaciones asociadas a una posible función militar que nos hace suponer laexistencia de otras kallankas. Hacia el norte de esta Plaza se han apreciado corralesprehispánicos. La siguiente parte del sitio está separada de la Plaza 1 por elcamino real y, a la vez, camino principal del sitio. En este sector tenemos unasubdivisión en dos grandes espacios rectangulares: el primero, localizado hacia elnorte (Plaza 4) no contiene estructuras, aunque el muro norte presenta en suparamento interno hornacinas de forma trapezoidal. El segundo espacio, la Plazahacia el sur (Plaza 2), contiene dos estructuras muy singulares. La primera es unaestructura de dimensiones medianas de planta rectangular que, aunque ha sidodañada estructuralmente, se percibe su composición de plataformas superpuestasque, por su ubicación en el centro de una Plaza (aunque de pequeñas dimensiones),probablemente haya funcionado como ushnu. Preferimos reservarnos esta opiniónpara trabajos posteriores, aunque el daño causado a la estructura nos ha permitidoobservar una gran cantidad de fragmentos de cerámica decorada en estilo Inca,(fragmentos decorados con pintura roja, diseños geométricos y algunos bordes devasijas con labio expandido [aríbalos] elemento que avalaría nustro planteamiento.La segunda estructura (en el croquis denominado «edificio alto»), a la cual hemoshecho referencia al iniciar la descripción de esta plaza, se encuentra en la esquinasur-oeste, colindante con el camino principal (Foto1). Es una estructura compleja(edificio escalonado), resuelta a través de la superposición de bloques o «cuerpos»murarios de planta cuadrangular, los cuales decrecen en tamaño a medida que sevan superponiendo desde la base hasta alcanzar una altura de unos 6 metros en laactualidad, desconociendo como era su parte superior o que tipo de estructurasoportaba. La mampostería que muestran los muros no es del tipo Inca clásico y,por el contrario, parece haber sido de factura y técnica local. Esta mampostería esde tipo sedimentario (no del tipo sedimentario de los edificios Inca) y se consigue,intercalando en una hilada bloques líticos de forma cúbica y piedras planas demenor tamaño, las cuales se unen con argamasa de barro. El acceso a la estructuradebió haberse realizado desde el interior de la plaza. Esta estructura, al igual quela mayoría de las plazas, está orientada a los puntos cardinales.

La función del edificio no puede ser establecida aún. Pero por el análisis dela técnica empleada en su construcción, puede ser atribuible a la población local.Esta podría haber sido construida con el propósito de materializar la relación

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Fig.2 Plano general del Pueblo Viejo

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existente entre la sociedad local y la sociedad dominante. De este modo se trataríade articular de alguna forma a la sociedad local, la que interactuaba en el momentode la administración Inka, y manifestarlo materialmente en la construcción delsitio mismo. En muchas partes del Tahuantinsuyu se conocen casos semejantes. Porejemplo en Huánuco Pampa (Morris, 1981) la mayor parte del sitio tienemanufactura local, pero conserva las normas generales arquitectónicas Inca. Lointeresante es que en Pueblo Viejo, nos parece que ocurre un caso especial: unoedificio de gran volumen y características diferentes opaca de alguna forma demásestructuras de tipo Imperial, y se disponga en un sector tan importante del sitio.

En todo caso, planteamos que una de las funciones sería la de «puesto decontrol», ya que posee una posición ideal en el asentamiento y al lado del caminoprincipal, aunque sin descartar la de edificio con propósitos astronómicos. En lazona de Tantamayo, Huánuco, los denominados «edificios con pisos» (Bonnier,1981) recuerdan algo a la estructura mencionada con anterioridad, aunqueextrapolar esto sería precipitado. Sin embargo las crónicas que narran que, al igualque la zona del Callejón de Huaylas (Recuay), la región de Huánuco estaba bajo lamisma administración desde Huánuco Pampa, (Varón Gabai, 1980) . Esto podríaexplicar y justificar nuestra hipótesis de que se haya tomado la forma arquitectónicade esa zona. Sin embargo, nos vemos dificultados de desarrollar nuestra explicaciónpor la inexistencia del estudio de los asentamientos del Período Intermedio Tardíoen la zona del Callejón de Huaylas.

Continuando con la descripción del asentamiento, nos dirigiremos al oestede las dos plazas anteriores donde se siguió construyendo el asentamiento,modificando la topografía a través de la construcción de una terraza para nivelarel terreno, el cual describe una elevación a medida que se dirige hacia el Este.En esta primera gran terraza se localiza la Plaza 3 y probablemente la principal.Nuestra afirmación se justifica por encontrarse aquí dos de los edificios másrepresentativos dentro de la arquitectura Inca: la kallanka (en el extremo sur de laplaza) y sobretodo la kancha (en el extremo norte).

La kallanka tiene la forma característica rectangular alargada, con todo susaccesos de forma trapezoidal orientados hacia la plaza 3. Posee muros gruesos einsertos en su paramento interior, hornacinas trapezoidales. Por el alto grado deconservación de sus muros e incluso de sus hastíales se sabe que tuvo un techo «ados aguas». Según algunos investigadores (Agurto Calvo, 1987; Gasparini yMargolies, 1977), estos edificios sirvieron para habitaciones de gran número depersonas de manera temporal, tales como soldados. Esta función de edificio paraagrupamiento de cierta cantidad de personas sería compatible con su ubicacióncercana a la Kancha principal del asentamiento desde donde podrían ser fácilmentecontrolados y utilizados.

La kancha principal (Foto 2) se encuentra en el otro extremo de la gran plazay está compuesta por cuatro recintos de forma rectangular alargada que seorganizan alrededor de un patio interior. Los muros son muy gruesos y muestranuna mampostería del tipo poligonal-celular, aunque de factura más bien burda,habiendo sido unidos los bloques con argamasa de barro. Los accesos son altos yde forma trapezoidal, lo mismo que los nichos (Foto 3). Este edificio se encuentra en

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Foto 1. Esquina sur-oeste del edificio alto de Pueblo Viejo

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muy buen estado de conservación No obstante, cuando realizamos nuestraprospección, observamos que en un patio posterior del edificio se había removido latierra seguramente con fines de cultivo. Gracias a esto se reconoció gran cantidadde fragmentos cerámicos, algunos pertenecientes a aríbalos. La función original deesta kancha debió haber sido de vivienda de los miembros de la élite que dirigía ycontrolaba el asentamiento y la administración local, lo que es confirmado por lascaracterísticas del edificio en mención, es decir, por su cuidadosa repetición deelementos distintivos Inca: accesos y hornacinas de forma trapezoidales, muros debuena factura, presencia de cerámica con forma aribaloide, ubicación dentro delasentamiento, etc. Además, ha habido una reocupación de la kancha, posterior alfuncionamiento del asentamiento, o incluso durante su funcionamiento. En lamencionada reocupación, se subdividieron ambientes prehispánicos mediantemuros hechos con adobes de tamaño mediano que afectan la forma rectangular.Pensamos que fueron realizados en la temprana Colonia y que representarían laprimera fundación de Recuay utilizando la ciudad Inca, para reunir allí a lapoblación local (Foto 4).

Regresando nuevamente al Oeste del asentamiento, hacia el norte de la plaza(Plaza 4) y al oeste de la kancha principal, se encuentra una estructura arquitectónicaque ocupa la mayor parte de una prominencia natural de poca elevación, pero losuficiente para dominar el espacio llano que ocupa el asentamiento. Estaprominencia natural ha sido nivelada mediante terrazas, lo que le confiere unaspecto piramidal. A la parte superior se accede mediante una escalinata formadapor pasos hechos con piedras canteadas sobre la superficie preparada de la ladera

Foto 2. Kancha principal

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Foto 3. NichosTrapezoidales en las

estructuras

del cerro. Esta escalinata es de acceso restringido, la cual no se encuentra en laplaza sino en una calle perpendicular al camino principal. En la parte superiordel promontorio se encuentra un recinto de planta rectangular dentro del cual haydos subdivisiones menores, que ofrecen asimismo una idea de restricción al pasoy, consecuentemente, habría que pensar en su importancia por las actividadesreservadas que allí se llevarían a cabo. Esta estructura se encuentra muy destruiday el acceso que debió tener cierto arreglo, como vanos trapezoidales, no se conserva.Nos parece que este edificio debió tener una función relacionada al culto y/ocontrol del asentamiento. Decimos esto, por no presentar definitivamentecaracterísticas para ser un lugar de vivienda de manera permanente además de,estar ubicado en un sector privilegiado, dominando el paisaje y aprovechando latopografía natural en un sentido utilitario, integrándolo con la arquitecturacircundante. Nos inclinamos a designar a este edificio por comparación con otrosasentamientos Inka con el nombre de Templo del Sol.

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Finalmente, para acabar con esta sucinta descripción del sitio, agregaremosque en la parte superior de un cerro al Oeste del asentamiento de Pueblo Viejo,existen depósitos o Colcas (comunicación personal con el arqueólogo César Aguirre,1996), las cuales no hemos registrado por falta de tiempo en nuestra investigación.Dichas estructuras otorgarían al sitio una caracterización más típica Inca,concretamente referidas a la capacidad de aprovisionamiento y explotación deproductos, ejercida desde este Centro Administrativo revelando su principal funcióneconómica.

COMENTARIOS FINALES

El sitio arqueológico de Pueblo Viejo, uno de los principales en materia deconservación e importancia en la actualidad en el Callejón de Huaylas, encierrauna gran importancia para la arqueología Andina y en especial para la época Inca.Nuestro estudio, más que mostrar que tan imponente o suntuoso es, intentademostrar que este sitio poseyó muchas características que lo habrían ubicado enun lugar preponderante dentro de una política de administración directa de laspoblaciones locales. Sus grandes Plazas parecen haber servido para reunir a unagran cantidad de personas para que tributen o participen dentro de actos desecularización, a través de ceremonias organizadas y dirigidas por la élite que allíresidía (en la Kancha) o, practicando la redistribución de bienes de consumo con elobjetivo de recrear su poder.

Foto 4. Detalle de reocupaciones posteriores del sitio

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La ausencia en nuestro trabajo de la definición de una estructura de caráctercultista, conocida como Ushnu, ha sido uno de los elementos faltantes dentro delpatrón de Centro Administrativo Inca (aunque pensamos que hemos apostadobien al creer en el probable Ushnu de la Plaza 2), pero ciertamente, debemos tener encuenta la gran destrucción de estas estructuras por los extirpadores de idolatrías.Dentro de los documentos publicados por Pierre Duvois (1986) sobre lasextirpaciones de idolatrías, encontramos una visita realizada al pueblo de Recuayy, como hemos ya mencionado, es posible que éstas se halla realizado en el antiguoRecuay, es decir, Pueblo Viejo.

El empleo de las técnicas y algunas formas arquitectónicas desconocidaspara sitios Inca de esta importancia administrativa, nos permite hacer referencia aese tipo de relaciones ya antes observadas gracias al análisis de otros sitios Inka.En estos, algunas formas arquitectónicas diferentes a las Inca, respondían a laintegración y adopción de algunas partes de la cultura material de la sociedadabsorbida por el sistema estatal. Además, muchas estructuras fueron planificadasy dirigidas por los arquitectos Incas, pero llevadas a cabo con mano de obra local,como lo ocurrido en Huánuco Pampa.

No obstante, Pueblo Viejo dependería del Centro Administrativo de HuánucoPampa, sin que ello le reste su condición de Centro Administrativo para el controldirecto de la población y los recursos naturales en Recuay y parte del Callejón deHuaylas.

La presentación del sitio de Pueblo Viejo ha servido para demostrar una vezmás, la política de implantación de asentamientos planificados o CentrosAdministrativos por parte del Estado expansivo del Cuzco. De esta forma, dentrode esta política, insertamos en esta región un asentamiento más para así llenar elvacío que nosotros hemos percibido en la arqueología de la región nor-centralandina (la sierra de Ancash), en las épocas tardías, previas a la llegada de losespañoles. Las referencias etnohistóricas nos remiten a muchos sitios Incaarticulados a lo largo del Camino Real del Callejón de Huaylas, sobre todo por lasinformaciones de los primeros cronistas que atravesaron de norte a sur los Andescon destinos como Pachacámac (Hernando Pizarro en 1533) o Cuzco (FranciscoPizarro en el mismo año). Este último habría permanecido durante 5 días enPueblo Viejo (Recuay) (Busto, 1960). Así, este camino sería el más transitado en losprimeros recorridos de los españoles por los andes. Pero luego sería cambiado porel de las partes altas que corre paralelo al Este del anterior, menos dañino para losanimales de carga (caballos), ya que muchos de ellos perdían sus herrajes y sedañaban al subir los empedrados del camino del Callejón de Huaylas.

Para finalizar, el sitio arqueológico de Pueblo Viejo nos ofrece la oportunidadde reflexionar acerca de la manera como se construían los sitios administrativos. Enellos, no debemos esperar encontrar todas las formas ya reconocidas (siguiendomodelos o esquemas normativos), por el contrario, debemos empezar a trabajar ennuevas zonas que nos presenten un mayor universo de formas arquitectonicas y suvariabilidad en el espacio andino. Por otro lado apartir de estas construccionesnuestra labor sería entender las relaciones sociales y económicas entre las

Henry Tantaleán y Carmén Pérez M.

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sociedades dominantes y las sociedades dominadas, en nuestro caso los Incas y lapoblación local de la zona de Recuay.

El estudio al cual nos referimos deberá tener como parte principal: reconoceren cada situación los rasgos distintivos de la cultura material local, integrándolaen el panorama de los estudios durante la época de los Desarrollos RegionalesTardíos. En nuestro caso, este no existía y ha sido un gran percance para nuestraspesquisas por entender estas relaciones durante la época del Imperio Inca.

Con ello, queremos decir que debemos enfocar nuestra investigación desdeun punto de vista del proceso histórico-social y aunque el entendimiento de cómose da la conjugación de dos sociedades distintas es una empresa difícil, es vitalpara poder entender realmente nuestro pasado.

AGRADECIMIENTOSQueremos agradecer a nuestros amigos Jenny Alcántara y Félix Aretxaga, los cualesnos apoyaron física y moralmente para llevar adelante esta investigación,demostrando que su amistad no conoce límites.

Pueblo Viejo: Un centro administrativo Inca en el Callejón de Huaylas

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ESPACIO GEOGRÁFICO Y ORGANIZACIÓNSOCIAL DE LOS GRUPOS ÉTNICOS DEL

CALLEJÓN DE CONCHUCOSDurante los Siglos XVI y XVII

MIGUEL LEÓN GÓMEZUniversidad de Columbia

[email protected]

INTRODUCCIÓN

El presente artículo expone datos básicos acerca de las etnias del Callejón deConchucos durante los siglos XVI y XVII. Específicamente, describe el espaciogeográfico que habitaron los referidos grupos y seguidamente, ensaya algunashipótesis acerca de su organización social.

LAS FUENTES

La información manejada para la elaboración de este artículo y sobre la que sebasan todas nuestras hipótesis corresponden mayormente a manuscritos inéditos.

Los manuscritos son de tipo administrativo, eclesial y judicial. Losmanuscritos de tipo administrativo corresponden a informes de funcionariosespañoles sobre diversos aspectos de la administración colonial española de losrecursos indígenas. Aquí nos referimos principalmente a las visitas, las tasastributarias y los padrones. Los manuscritos eclesiales son fundamentalmente librosde bautizos del siglo XVII. En cuanto a los de tipo judicial utilizaremos los referidosa pleitos por tierras y autos sobre tributos. Los documentos mencionados provienende diversos archivos generales y locales, así como civiles y eclesiásticos.

Para el estudio del espacio geográfico y organización de las etnias en el Perúdurante los siglos XVI y XVII, así como de aspectos relacionados con estaproblemática, los historiadores y etnohistoriadores han preferido, por lo general,los documentos de tipo administrativo y judicial. Los trabajos de Murra,Rostworowski, Espinoza, Varón, Huertas, Remy (1991), Trelles, entre otros, handemostrado cuanto se puede avanzar en la comprensión de la organizaciónsocioeconómica andina.

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CONCEPTUALIZACIÓN

La noción clave en este artículo es la que se refiere a la unidad básica étnica. Parael Callejón de Conchucos la unidad étnica fue la pachaca. En los expedientes delsiglo XVI y XVII se le menciona también como ayllu1 o simplemente con el nombrede pueblo2. La pachaca 3era una agrupación de personas que en teoría debíaconstituirse de 100 familias.4 En el Callejón de Conchucos era muy relativo elnúmero de familias por pachaca como lo demuestra la visita de 1543 hecha porCristóbal Ponce de León.

Con la instalación del gobierno colonial se efectuaron grandes cambios enla organización social de los grupos étnicos del Callejón de Conchucos, además dehaberse producido un colapso demográfico. La pachaca continuó subsistiendopero seriamente trastocada. La mayor modificación de la estructura social de estosgrupos se realizó durante el gobierno del Virrey Toledo. Esta modificación significóel abandono de los asentamientos nativos y su reducción a pueblos fundados porespañoles. Las pachacas como unidad étnica, subsistieron como pequeñosasentamientos dependientes de un pueblo que podría ser la cabeza de unrepartimiento o simplemente de un pueblo de mediano rango.

Otro aspecto de la composición étnica se refiere a la voz parcialidad, querepresenta una mitad o una parte de un grupo étnico. La parcialidad, como lo haseñalado Rostworowski (1981) «indicaba las divisiones sociopolíticas de los variosayllus agrupados en bandos...»5. Una parcialidad (bando o parte) estaba conformadapor un número determinado de pachacas que variaba mucho de acuerdo a ciertogrupo étnico. Es interesante además indicar que la parcialidad, al menos en unsector de la zona estudiada, coincidía con el repartimiento español. Por ejemplo, laparcialidad Allaucahuari era el repartimiento del mismo nombre y es el mismocaso de Ichohuari, Ichopincos y Allaucapincos. Sin embargo, en Piscobamba ySiguas no hemos hallado esta identificación automática entre repartimiento yparcialidad, situación que merece un tratamiento más detallado.

Finalmente, acerca del concepto grupo étnico tenemos que, los intentos dedefinir lo que es un grupo étnico son todavía insuficientes. Rostworowski (1991),ha lanzado para la discusión una propuesta de definición. La referida investigadorase vale del concepto Macroetnia para definir la realidad en estudio. Considera queun curacazgo andino para constituirse en macroetnia debe poseer los siguienteselementos básicos: a) Unidad de origen y de creencias. b) Unidad de la lengua o dedialecto. c) Unidad de atuendo. d) Unidad sociopol1tica.

Además de las macroetnias, existían grupos de menor rango que la autorallama curacazgos menores. La investigadora estudia los tipos de obligaciones quedebían estos últimos con las macroetnias. Lo que trataremos en este artículo es decontraponer las definiciones provisionales de Rostworowski con la realidad delas etnias del Callejón de Conchucos.

Espacio Geográfico y Organización Social de los grupos étnicos del Callejón de Conchucos

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MAPA ÉTNICO DEL CALLEJÓN DE CONCHUCOS

Los grupos étnicos que habitaron lo que ahora es el Callejón de Conchucos entrelos siglos XVI y XVII fueron los siguientes: Conchucos, Siguas, Piscobamba, Huariy Pincos.

1. Espacio geográfico del grupo étnico ConchucosComprendió los territorios de las provincias actuales de Corongo y Pallasca, en eldepartamento de Ancash.

2. Espacio Geográfico del grupo étnico SiguasComprendió el territorio de lo que ocupa la actual provincia de Siguas.

3. Espacio Geográfico del grupo étnico PiscobambaEl territorio que ocupó esta etnia corresponde a las actuales provincias MariscalLuzuriaga y Pomabamba.

4. Espacio geográfico del grupo étnico HuariSu hábitat coincide con la provincia de Asunción, Fermín Fitzcarrald, AntonioRaimondi y parte de la provincia de Huari. Los documentos coloniales nos indicanque las poblaciones Huari ocuparon el territorio hasta el poblado Pomachaca.Asimismo, el río Puchca se presenta como límite natural entre este grupo y su vecinodenominado Pinco que habitaba el territorio del otro lado del río en mención. Lasfuentes son muy claras al precisar que los Huari estuvieron divididos a su vez en dosmitades, sayas o parcialidades llamadas Ichohuari e Allaucahuari.6

Ichohuari: Icho es izquierda en runashimi. Entonces, traduciendoliteralmente, la parte izquierda de Huari ocupaba las provincias de Asunción,Fermín Fitzcarrald y Antonio Raimondi.

Allaucahuari: Allauca significa en quechua derecha. La parte derecha parecepertenecer al territorio de la actual provincia de Huari.

5. Espacio geográfico del grupo étnico PincosLos expedientes y juicios del siglo XVI nos indican que su área territorial equivaleal territorio de los distritos Huántar, San Marcos, Chavín de Huántar, Uco, Huachis,Rahuapampa, Chana, Huacachi, Huacchis, Rapayan, Anra y Paucas en la provinciade Huari. Los Pincos al igual que los Huaris aparecen en los expedientes, divididosen dos mitades:7

Ichopincos: Se encuentran en la parte izquierda. Ocuparon los distritos deHuacachi, Huacchis, Rapayán, Paucas, Uco, Rahuapampa, Chana, Huacachi y Anra.

Allaucapincos: La parte derecha se estableció en los distritos de Huántar,Chavín de Huántar y San Marcos. Es importante indicar que algunas fuentesmencionan a Allaucapincos como Collanapincos. Collana en runashimi significael más principal. Probablemente haya tomado este nombre, porque en esta saya seencontraba la pachaca más importante y era el lugar donde residía el curacaprincipal del grupo étnico, como se ha demostrado para otros casos en el Perú.

Miguel León Gómez

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ORGANIZACIÓN SOCIAL

Los grupos étnicos del Callejón de Conchucos tenían como unidad básica deorganización a las pachacas.A continuación, consignamos el nombre de algunas de las pachacas que hemospodido recoger, con su correspondiente grupo étnico:

Ichopincos. Yanas, Paucas, Oco, Guachis, Aguan, Liban.8

Ichohuari. Chacas, Guacos, Guantar, Concha, Guamas, Jumbo, Macuas, Yamellín,Cullos, Mitimas. 9Allaucahuari. Curmo, AyasRagua, Canchas, Oñiz, Chunadon, Paria, Yaquya, Pam-pas, CasnaMitmas.10

Conchucos. Estaba compuesto de tres parcialidades. Nombre de la parcialidad/Nombre del Curaca/ N° de pueblos 1) Carapuray Pomacochachi (21 pueblos). 2)? Yanamango (26 pueblos). 3) ? Colcallax (31 pueblos). En total los «pueblos» oprobablemente pachacas fueron 72.11

Siguas. En los documentos consultados se mencionan como pueblos y no comopachacas.12 Ichoc Chaupis, Quilca, Chacas, Quipac, Ricari, Llagas, Cachus, Lagas,Yacas, Cosca.

La organización de los grupos étnicos del Callejón de Conchucos revelafacetas ya conocidas y también nuevas para los especialistas en la etnohistoriaandina. Por un lado, la unidad básica de la organización social étnica: la pachaca,queda demostrada como rasgo característico de los grupos de la Sierra Norte (léase Ancash, Cajamarca y parte de Huanuco). Cuestión que ha sido señalada yapor otros autores. De otro lado, consideramos que en la región existe una especie deequilibrio político entre los curacazgos, es decir, no existe una macroetniahegemónica, al modo señalado por Rostworowski (1991) para otras zonas delPerú. Todos los grupos étnicos mantienen una autonomía política que se traduceen una independencia de territorios, lengua, vestimenta, etc.

Espinoza Soriano (1974 a), ha indicado que el nombre colonial dado por losespañoles a la zona: Corregimiento de Conchucos, es una muestra de la supremacíadel curacazgo del mismo nombre. No podemos negar ni afirmar lo señalado porEspinoza. Tenemos muy pocas noticias de las relaciones interétnicas entre losgrupos étnicos del Callejón.

CAMBIOS Y CONTINUIDAD EN LA ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LOSGRUPOS ÉTNICOS DEL CALLEJÓN DE CONCHUCOS.

Como consecuencia de la implantación del sistema colonial la organizaciónsocial de los grupos étnicos sufrió diversos trastornos. Enumeremos los que hemospodido constatar:

1) Baja demográfica13: producida por las epidemias y por rebeliones contra laexplotación de los encomenderos. Hemos registrado dos grandes rebeliones en la

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zona. La primera se efectuó en 1539 y la lideró el grupo Conchucos y ha sidomencionada por otros autores tales como Álvarez Brun (1970) y Espinoza Soriano(1974 a). La segunda la llevaron a cabo los huari y pinco (se aliaron para este fin),un año después que los Conchucos14. Las dos fueron duramente repelidas yprovocaron una dura fractura demográfica al interior de los grupos étnicos.

2) La evangelización y la extirpación de la idolatría15: Primero por los dominicosluego por los agustinos y finalmente el clero secular establecieron doctrinas a lolargo del Callejón de Conchucos. El adoctrinamiento cristiano fue deficiente por lacomplicidad de los curas doctrineros en la explotación del indígena, especialmentedurante el siglo XVII. Consideramos que debido al alejamiento de los religiosos dela zona, la evangelización quedó bastante descuidada.

3) Las reducciones durante el gobierno del virrey Toledo: En su gobierno sefundaron pueblos donde se redujeron pachacas o ayllus. También los españolesfundaron pachacas que dependían de un pueblo. Veamos un ejemplo:

Anteriormente vimos como existió una pachaca que se llamaba Llamellín,en un documento de 1572. Muchos años después, en 1650, Llamellín aparece enlos documentos mencionados como un pueblo: «San Andrés de Llamellín» del quedependían 5 pachacas: Guacos, 142 hab.; Allaucapara, 120 hab. Ichopara, 134hab.; Pachaca de Paras y Cari, 43 hab. Como se puede observar la única pachacaantigua que sobrevivió a los cambios fue la de Guacos que aparece en la Relaciónde 1572, las otras desaparecieron y dieron origen a otras fundadas por los propiosespañoles. Lo más probable es que haya sucedido algo similar a los Lluchos deCajamarca que ha estudiado Espinoza Soriano (1974b), en donde los españolespor los cambios de población que realizaron reordenaron bajo criterios indígenas(léase sayas, huarangas y pachacas) al grupo étnico en proceso de reducción. Sepodría hablar entonces más que de una transformación de la organización social quede un reacomodamiento, en donde se utilizaron ciertos patrones andinos dentro de laestrategia general de colonización planteada por la administración española (reducción,recolección del tributo, evangelización, etc).

Otro aspecto notoriamente observado en el Callejón de Conchucos y quecausó una aceleración en los cambios producidos en la organización social fue elcomportamiento curacal16 donde se ve a los curacas concertando con susencomenderos para hacer ropa, implementar un obraje, explotar una mina, tratandode adueñarse de las tierras del inca y del sol17, entablando juicio a los funcionariosreales, etc. La actitud protagónica de los curacas a lo largo del Callejón de Conchucosjunto a los afanes empresariales de los encomenderos vecinos prominentes de laimportante ciudad de León de Huánuco18 hicieron de esta región en pocos añosuna zona de obrajes y estancias, es decir, un organizado centro fabril del Virreinato.Muchos curacas adoptaron la fe cristiana y las costumbres españolas rápidamente.

Los protocolos notariales de Huánuco son testimonios irrefutables delenriquecimiento encomendero. Conforme se avanzan en sus páginas nos vemosenvueltos en los avatares empresariales de los encomenderos de Conchucos,

Miguel León Gómez

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enviando ropa al Cuzco, Potosí e incluso a Chile. Sus cartas de pago, poderes,inventarios de mercancías, conciertos, etc. son un fiel reflejo de la incesante actividadde estos personajes que lograron acumular impresionantes riquezas y poder parasolventar la erección de suntuosos templos que todavía hoy adornan la ciudad deHuánuco. Era tan cerrado el circuito y la utilización de la mano de obra que la mitaa Colquepocro, poco menos que fracasó, por negarse los encomenderos ypropietarios en Conchucos a enviar mano de obra a Huaylas.19

Asimismo, cabe señalar que especialmente a partir de 1570 en adelante seproduce un aumento de los forasteros o de indígenas que huían a ciudades comoHuánuco, Lima o Trujillo a yanaconizarse o alquilarse. El mayor testimonio deesto lo hemos encontrado en los libros de protocolos de Huánuco en donde muchosHuaris, Pincos, Piscobambas y Conchucos llegan a esta ciudad y declaran suasiento.20

Sin embargo, los cambios no podían hacer tabula rassa de la relación queexistía entre recursos naturales y su explotación por el hombre en el Callejón deConchucos. Antes de la llegada de los españoles la zona fue organizada por elTahuantinsuyo sobre la base de la explotación de dos recursos: el recurso mineroy el textil. Los incas explotaron minas en diversos lugares del Callejón deConchucos. Tenemos noticias de mitmas en Huanuco, destacados especialmentepara trabajar minas de oro para el estado inca en zona huari.21

En cuanto a la actividad textil sabemos no es una actividad que empiece conel coloniaje. Los documentos más tempranos nos hablan de pircaycamayos, quieneseran un grupo de especialistas que se dedicaron, durante la dominación inca, a laconfección de ropa de cumbi en la que se usaba un colorante que se extraía de unaplanta llamada pircay, planta andina que servía y sirve para el teñido de la ropa encolor amarillo, verde, azul y carmesí.

En un juicio entablado entre el Visitador General Joan de Fuentes y losoficiales reales del repartimiento de Huari hay un testimonio excepcional alrespecto. Uno de los testigos en el juicio señala con respecto al pircay: «...lo tienenlos dichos yndios de sus cosechas y en su tierra y que desde el tiempo del ynga aye tienen en el dicho reparto en el asiento de husiacocha22 yndios pircacamayos quebenefician el dicho pircay y otros repartimientos comarcanos acuden por el dichopircay»23

De la lectura de este testimonio podemos inferir algunas ideas. En primerlugar, el pircay fue un recurso explotado a escala estatal que demandaba laexistencia de un grupo de especialistas. En segundo lugar, era a la vez un recursomultiétnico. En tercer lugar, aunque el documento no lo dice expresamente pero ala luz de los aportes de otras investigaciones, todos sabemos que el valor de laropa de cumbi iba más allá de su valor de uso; puesto que se constituía en unimportante objeto mágico religioso e indicaba un rango social determinado en lasociedad andina.

Los elementos utilizados por los pircacamayos para la confección de laropa de cumbi eran: el pircay, papas negras y el alumbre, sustancia que ayuda afijar los colores en la tela.

Ahora bien, es importante señalar que los huari compraban el pircay a un

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peso cada libra de manos de los grupos étnicos Conchucos y Huaylas.24 El alumbrey las papas negras las compraban a sus vecinos los pinco. El alumbre a un pesocada arroba y las papas negras a un peso y medio la arroba. Es difícil creer que loshuari hayan comprado con moneda el pircay, las papas negras y el alumbre. Lomás probable es que haya existido un trueque o rescate.25

Al instalarse el sistema colonial, los españoles observaron la calidad y laimportancia que revestía este tipo de ropa. De esa manera los funcionarios colonialespresionaron a los huari a realizar, conforme pasaban los años, más ropa de cumbiutilizando el pircay que sólo con «yerbas», es decir, en blanco y negro. El motivopor el que los burócratas españoles preferían la ropa de pircay lo aduce el curacaprincipal de los huari en una de sus declaraciones en el pleito en referencia:« que la dicha ropa no tenía tanto valor por ser los colores della de yerbas y que lahicieran de pircay para el carmesy y que así tendría más valor» (16) AGN. DI. C. 16.1572. f.9

La tradición de confeccionar ropa con el pircay ha sido perdida totalmentepor los pobladores actuales de Huari. Sin embargo, las papas negras todavía sonutilizadas por algunas comunidades indígenas para el teñido de la ropa, aunqueen muy pequeña escala y con tendencia a desaparecer.

De otro lado, hemos señalado la existencia de mitmas en la zona. Laspachacas de mitmas se presentan en todos los grupos étnicos del Callejón deConchucos. Las evidencias documentales muestran a mitmas cañares, condesuyos,quitos y huánucos26. Lo más probable es que hayan sido instalados allí por elEstado Inca para dedicarlos a la actividad minera, pues los recursos mineros soningentes en la zona.

Una vez traído abajo el Tahuantinsuyu los mitmas optaron por quedarse ensus enclaves, conservando su status y tierras. Es frecuente ver a estos naturales enlos expedientes del siglo XVII y XVIII, reclamando del Juez de Composición deTierras el reconocimiento de mitmas en sus títulos de propiedad.

Notas

1. Espinoza Soriano es uno de los que sostiene esta hipótesis: «...en la sierra norte al ayllu sele llamaba pachaca». 1981:119. Los otros trabajos de este autor en los que sostiene esta tesispueden verse en la bibliografía 1974;1977;1978.

2.En la visita a Conchucos en 1543 que ha sido publicada en dos oportunidades, EspinozaSoriano, 1974 y Cook, 1977, se puede observar que el Visitador llama a las pachacas comopueblos.

3 No hemos encontrado evidencias demostrativas de la existencia de huarangas. Creemosque esta ausencia de asentamientos relativamente grandes como las huarangas, eran bastantedifíciles de sostener por el predominio de una topografía bastante irregular en la zona quesólo permite la agrupación pequeña y diseminada de la población.

4 Para un tratamiento detallado del sistema decimal de organización social implantado

Miguel León Gómez

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por los incas se puede consultar Catherine Julien, «How Inca Decimal AdministrationWorked», Ethnohistory 35: 3 (Summer, 1988), pp.257-279.

5. Maria Rostworowski, 1981 «La voz parcialidad en su contexto en los siglos XVI yXVII»

6. Desde muy temprano -1540- tenemos referencias de esta división en el grupo étnicohuari. Ver Cédula de Encomienda de Francisco Pizarro a Juan Esteban Silvestre. AGI.Patronato. Ramo 1. Número 1. f.3. En ese documento se hace mención a la entrega de laotra mitad del grupo huari denominada Ichohuari a Bartolomé Tarazona por parte deCristóbal Vaca de Castro. Ver también AGI. Lima 122.

7. La parte de Ichopincos fue entregada a Garci Ortiz de Espinoza. Ver AGI. Lima 145 y elsector de Allaucapincos a Juan Espinoza Campoó. AGI. Patronato 110. Número 1. Ramo 6.

8. Archivo Departamental de Huánuco. Protocolo Notarial de Hernando de Cazalla.1566. ff.120-126; 138-140.

9. Biblioteca Nacional de Lima. Sección Manuscritos. B1113. Contrato de la escritura deconstrucción de un obraje en Colcabamba. 1572. f.6 y 6v.

10. Para la elaboración de esta lista nos hemos basado en dos documentos. El primero esun pleito entre el visitador y los oficiales encargados de recoger el dinero de Allaucahuari« Autos que de oficio siguió el Muy Magnífico Señor Don Juan de Fuentes, VisitadorGeneral por su Majestad de los Repartimientos sitos en términos de la ciudad de León deGuánuco contra Francisco de Valverde, Diego de Tarazona y Juan de Espinoza Campoó,oficiales reales que fueron del repartimiento de Allaucahuari, de la corona real sobredefraudaciones en la administración y cobranza de los tributos y otros cargos que decierta información resultaron contra ellos, y que fueron reforzados por don JuanCausahuanca, principal del dicho repartimiento de Allaucahuari». AGN. DerechoIndígena. Legajo 1. C.6. Año 1572. La lista fue completada por los documentos notarialesdel Archivo Departamental de Huánuco. Son escrituras notariales de los curacas deAllaucahuari. Protocolo notarial de Hernando de Cazalla. 1566. ff.332-336.

11. Estos datos se encuentran basados en la visita a Conchucos realizada por CristóbalPonce de León en 1543. Ver nota 2.

12. La lista de pachacas o ayllus la hemos elaborado a partir de un libro de bautizo de laParroquia de Siguas de los años 1630-1639 que se encuentran en el Archivo Parroquialde Siguas, provincia del departamento de Ancash. Un análisis más detallado de loslibros de bautizo de la Parroquia de Siguas nos dará aún mayores evidencias al respecto.

13. David Cook ha trabajado este tema con relación a Conchucos. El señala lo siguientepara esta región: «The rates of decline for this region are low» (Cook 1981:183). Es ciertolo que señala este autor puesto que a partir de 1575 no fue tan grave la despoblaciónindígena ya que la mita a Colquepocro no fue una gran presión para los conchucanos.Sin embargo, todas las fuentes nos indican que los curacazgos fueron duramentecastigados entre 1534 y 1560 en las rebeliones que propiciaron y, de otro lado,coaccionados participaron en las entradas y guerras civiles de los conquistadores.

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14. Tenemos algunos datos sobre esta rebelión gracias a la Información de Servicios deJuan Esteban Silvestre. AGI. Patronato Número 1. Ramo 1.

15. Con el objeto de desterrar los cultos indígenas, los frailes iniciaron un primer intentode reducción. Es decir arrasaban con las guacas, pacarinas, mallquis para quitar el apegoa sus pueblos y territorios originarios. Este doloroso proceso es narrado por Meléndez,cronista de la orden dominicana: «Llegaba a ellos ( se refiere a fray Pedro Cano) porveredas intrincadas, entre peñas y arrecifes, iba a pie en su busca sin más preuención,que su breviario en la manga, y su báculo en la mano y trepando por montes derribahuacas por tierra y en su lugar colocaba cruces y trayendo ídolos a las plazas de lospueblos principales lo quemaba públicamente, haciendo que los mismos indios queantes los adorauan truxesen sobre sus mismos hombros la leña para abrazarlos» Meléndez1681: Tomo 2, 6.1

16. Ver especialmente Karen Spalding, De Indio a Campesino. Lima: Instituto deEstudios Peruanos, 1974.

17 . Puede ver una escritura notarial que ilustra un pleito entre Domingo CondorHuayanay con don Carlos Matia sobre tierras del Sol. Archivo Departamental deHuánuco. Protocolo Notarial de Hernando de Cazalla. 28 de marzo de 1566.

18. Los encomenderos de Conchucos fueron en realidad auténticos personajes del primersiglo de la dominación colonial. Por ejemplo, el encomendero de Ichopincos era nadamenos que el hijo del licenciado Gaspar de Espinoza: el socio de Pizarro y Almagro enel contrato de Panamá. Francisco de Valverde dueño de un obraje en Huari fue el sobrinodel primer Obispo del Perú, fray Vicente de Valverde. El capitán Miguel de la Serna,encomendero de Piscobamba y Siguas, llegó a ser uno de los personajes con mayorpoder militar durante la rebelión de la Francisco Hernández Girón. El licenciado Diego Álvarez,encomendero de Ichohuari fue autor de una obra, lastimosamente perdida, y un eximiohombre de negocios que hizo la presencia Agustina en Huánuco y la construcción de sutemplo.

19.Autos y diligencias sobre los indios que faltaron de Piscobamba en la mita de septiembrey octubre de 1603. AGN. Residencias. Legajo 19. C.50. f.671-671v.

20. Transcribimos partes de una escritura de asiento: «En la ciudad de León de Guánucoen veinte y seis días del mes de mayo de mil e quinientos y noventa y nueve años anteel capitán garcía de paredes corregidor y justicia mayor en ella por el Rey Nuestro Señorpareció un indio que dixo llamarse joan paucar natural de pincos encomendado enpedro de Espinosa vecino desta ciudad y dixo que de su boluntad se asienta a servir ajuan de campos por tiempo y espacio de un año (...) para servir de yanacona (...) en todolo que mandare y por su servicio y trabajo le a de dar y pagar treinta pesos de a ochoreales y de comer y curallo estando enfermo...» Archivo Departamental de Huánuco.Protocolo Notarial de Francisco Cabello Mirabal. 26 de mayo de 1599.

21. Espinoza Soriano 1975:65.

22. Asiento de Husiacocha. En la carta nacional hemos encontrado un lugar cerca de San

Miguel León Gómez

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Luis de Huari, territorio Ichohuari, llamado Usiajgocha que según las referencias dealgunos parroquianos es una zona pantanosa. Carta Nacional de Huari. InstitutoGeográfico Nacional, 1986.

23. AGN. DI. C.16. Año 1572. f.94

24.. AGN. DI. C.16. 1572,f. 95-96

25. León Gómez, 1991.

26. Para el caso de Huari puede consultarse. Cedúla de Encomienda de Cristóbal Vaca deCastro a Juan Esteban Silvestre otorgándoles los mitmas quitos, condesuyos y cañares entierra de Guari. 13 de octubre de 1542. AGI. Número 1. Ramo 1. f.5.

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EL SITIO DE RAPAYÁN Y SU DIVERSIDADARQUITECTÓNICA DURANTE LOS

PERÍODOS TARDÍOS DE LAPREHISTORIA ANDINA

ALEXIS MANTHA1

Universidad de [email protected]

HERNANDO MALCAUniversidad Nacional de Trujillo

1 El trabajo de campo sirvió de base para mi tesis doctoral ante la Universidad de Montreal.

INTRODUCCION

El presente articulo es el resultado de los trabajos de campo llevados a cabo en elAlto Marañón en la zona de Rapayán en el Departamento de Ancash entre losaños 2001 y 2002. Trabajos que tuvieron como objetivos: Primero, determinar cuándoy quiénes vivieron en los sitios con arquitectura de superficie de esta región.Segundo, reconstruir en lo posible la organización social y política, así como lacosmovisión de los antiguos habitantes de la región. Para realizar estos objetivosrealizamos una prospección sistemática de la región cubriendo 320 km² en losalrededores del pueblo de Rapayán en la margen izquierda del río Marañón, (Fig. 1).

En esta oportunidad sólo nos ocuparemos del sitio de Rapayán, que constituyeunos de los sitios más impresionante de la región. En comparación a otros asentamientosde esta zona como los que se encuentran en los alrededores del pueblo de Tantamayo(Bonnier 1981; Bonnier y Rozenberg 1981, 1987: 4; Bonnier et al. 1983; Flornoy 1957) ylos que se hallan en ambas márgenes del Marañón al sur (Flornoy 1955-56; Grosboll1993, Matos 1972; Morris y Thompson 1985; Thompson 1977, 1983), Rapayán, consus 12 ha. de restos arquitectónicos y su gran diversidad de tipos de estructuras, fueuno de los sitios más prominente y complejo de la cuenca del Alto Marañón.

El sitio de Rapayán ha sido estudiado en el pasado por arqueólogos como Amat(1971, 1976, 1980), Ibarra (1999) y Thompson (1980). Si bien sus trabajos contribuyeronde manera substancial al conocimiento de Rapayán y de otros asentamientos de lazona, los datos arqueológicos presentados por ellos son globalmente escasos. En esteartículo, ampliaremos el trabajo empezado por ellos, presentando lo mássistemáticamente posible, la variabilidad de la arquitectura que se observa en lasuperficie de Rapayán.

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Fig. 1. Mapa de Ubicación de la región de Rapayán y el área prospectada

En este proceso, consideraremos interrogantes concernientes a la función de losdiferentes tipos de estructuras. Rapayán es un sitio del Intermedios Tardío, ypresenta además ocupaciones durante el Horizonte Tardío y en los primeros añosde la colonia. Esto fue posible determinar en base a la asociación de la arquitecturaexistente en la zona, pues en la región vecina de Tantamayo la cual presentamuchas similitudes arquitectónicas con Rapayán se obtuvieron fechasradiométricas tardías (Bonnier y Rozenberg 1981:15; Bonnier et al 1983: 107-108;Girault 1981: 112), además según un pequeño corte hecho por Amat (1971: 51; 1976:264-265), y según evidencias arquitectónicas y cerámicas (Mantha 2004: 225-237).

UBICACIÓN GEOGRÁFICA

Rapayán se ubica al este de la Cordillera Blanca en la vertiente oriental de losAndes a unos 180 Km. de Huaraz en el límite de los departamentos de Ancash yHuánuco en la margen izquierda del río Marañón (Fig. 1). El distrito de Rapayán(Ancash) comprende la sierra más oriental, hallándose solo a 130 Km. de la cuencaamazónica. El afluente principal en esta zona es el río Marañón, que corre del sural norte, es en gran parte responsable de la agreste topografía. A la altura deRapayán, los cerros, que sobrepasan los 4 000 m. declinan abruptamente paraterminar a las orillas del Marañón a 2 400 m. de altitud. Muchos pequeños ríos se

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originan de las numerosas lagunas existentes en la puna y que contribuyen aúnmás al contraste del relieve. Estos ríos, que se desembocan en el Marañón,esculpieron durante el paso del tiempo, espectaculares depresiones. La topografíade la zona de Rapayán, tallada al cuchillo, presenta en consecuencia variasprofundas quebradas al interior de las cuales los espacios planos son muy escasos.El sitio de Rapayán y su diversidad arquitectónica durante los períodos tardíos

EL SITIO DE RAPAYAN

Se localiza sobre una cresta que se levanta al oeste del pueblo a 3700 m. de altitudy termina a las orillas del Marañón a 2400 m. de altitud. Un profundo precipiciocaracteriza el lado sur de la cresta y una pendiente relativamente débil ocupa laladera norte. Los restos se extienden sobre más de 2 Km. en su eje oeste-este, pero enmuy pocas ocasiones sobrepasan los 200 metros en su eje norte-sur. Los vestigiosarquitectónicos cubren un área total de 12 hectáreas.

Rapayán puede ser dividido en cuatro áreas claramente identificables. Elárea I se ubica al este, aproximadamente a 200 m. sobre el río Marañón a 2 600 m.de altitud, mientras que la área IV, se sitúa al extremo oeste de la cresta a 3500 m. dealtitud. Las áreas II y III se localizan entre las áreas I y IV.

Los vestigios arquitectónicos de las cuatros áreas siguen invariablemente elmismo patrón de asentamiento, es decir, la disposición de las estructuras esprácticamente idéntica de una área a la otra. El área II, como las otras tres áreasempiezan al este, en la parte baja, donde existen una serie de terrazas vacías conexcepción de muros de contenciones. Después de estas terrazas, subiendo al oeste,aparecen varias pequeñas estructuras funerarias (chullpas) en forma aisladas quemarcan el inicio oriental de cada área. Más arriba, al oeste, se ubica la concentraciónmáxima de estructuras de cada área que incluye terrazas, muros de contenciones,viviendas, chullpas, depósitos y galerías. Finalmente, cada área termina, en suparte superior (oeste), con uno o dos edificios de varios pisos. Estos últimos sondirectamente o estrechamente asociados a una o varias murallas que bajan la crestade sur a norte. En suma, las cuatro áreas de Rapayán, a semejanza del área II,comprenden tres subdivisiones (Fig. 2). La primera, en la parte inferior, marca lafrontera oriental y se caracteriza por algunas chullpas aisladas. La segunda, en elcentro, reagrupa la densidad máxima de estructuras. La tercera, en la parte superior,delimita la frontera occidental y incluye los edificios de varios pisos y las murallas.

LA VARIABILIDAD ARQUITECTÓNICA DE LAS ESTRUCTURAS

Se pudieron identificar los siguientes tipos de estructuras: chullpas, viviendas,depósitos y galerías y finalmente los edificios de varios pisos y las murallas. Losdatos que presentamos provienen mayormente del área II, pero también incluyenvarias estructuras de las otras áreas.

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Fig. 2. Complejo Arqueológico Rapayán. Área 2

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Foto 1. Chullpa de tipo A, área II de Rapayán

Las estructuras funerarias (chullpas)

Varias estructuras de Rapayán contenían una gran cantidad de huesos humanosal interior. Lo que nos permite inferir su función funeraria (i.e. chullpa). Muchasestructuras similares no contenían restos humanos, pero por las similitudesmorfológicas, consideramos también que servían de chullpas. Este tipo de estructurafuneraria sobre el suelo ha sido observado en toda la sierra del Perú durante elIntermedio Tardío y el Horizonte Tardío (Ibarra 2001; Isbell 1997; Parsons, Hastingsy Matos 1997; Von Hagen y Guillén 1997) y descrito por varios cronistas españolesdurante la época colonial (ex: Cieza de León [1553] 1984; Cobo [1653] 1990; GuamanPoma [1615] 1936). En Rapayán, observamos tres tipos de chullpas que llamamostipos A, B, C y un tipo de «entierro» en abrigos rocosos.

Chullpa tipo ARepresentan el 99 % de las chullpas de Rapayán y se encuentran en las cuatroáreas en proporción relativamente equivalente (Foto 1). Algunas de ellas seencuentran aisladas en la parte oriental de cada área, otras son edificadas al interiorde los muros de contención de las terrazas de viviendas y varias han sidoconstruidas en la ladera del precipicio sur. La mayoría de ellas constituyen unidades

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Chullpa Tipo A

Largo Anchura Altura Largoentrada

Alturaentrada

Cantidad 16 16 16 16 16

Promedio 299 cm 195 cm 269 cm 49 cm 70 cm

Desviación-Estándar

64,4 cm 62,2 cm 49 cm 12,6 cm 19 cm

Coef. deVariación

22 % 32 % 18 % 26 % 21 %

Tabla 1. Medidas de una muestra de 16 chullpas de tipo A de Rapayán.

individuales pero subrayamos que algunas se encuentran agrupadas. Estosmonumentos funerarios tienen en común las siguientes características: 1) Presentanun plano rectangular cuando el terreno es plano, e irregular cuando la topografíaes accidentada; 2) Presentan dimensiones no muy grandes, 3) Los accesos son dedimensiones pequeñas (Tabla 1), mirando generalmente al norte, un hecho quecontrasta con las chullpas de muchas regiones de la sierra, en las que el acceso daal este (Espinoza Soriano 1975: 11; Isbell 1997: 152, 156); 4) El techo, de formaplana o ligeramente abombada, está hecho de largas lajas de piedra plana; 4)Presentan uno o dos niveles, y 5) Se caracterizan por la técnica de construcción queconsiste en superponer, con la ayuda de una fina capa de mortero, lajas de piedratallada y pulida. En comparación a otras estructuras donde el acabado de laspiedras es más tosco.

El área II (ver figura 2), contiene once chullpas de tipo A, de piso simple,formando la frontera oriental del sector. Además, un poco más arriba al oeste sepuede notar la presencia de tres chullpas tipo A asociadas con algunas casas. Almenos una docena de chullpas de tipo A no figuran en el plano por hallarse en laladera del precipicio sur. También hemos encontrado dos estructuras funerariasconstruidas al interior de los muros de contenciones de las terrazas habitacionales.En total, el sector II cuenta 26 chullpas, 14 con un solo piso y 12 con dos pisos.

Chullpa de tipo BSolo hay una de este tipo que se localiza en la frontera oriental del área I de Rapayán,se caracteriza por tener un techo a doble agua con largas lajas de piedrasobresalientes y un enlucido azul pálido hecho de arcilla mezclada con piedrascalcáreas (Foto 2).Esta chullpa presenta la misma técnica de construcción que laschullpas de tipo A, pero el acabado de las piedras es mucho más fino. Es muyinteresante subrayar que la iglesia y el campanario del pueblo actual de Rapayán,edificados alrededor de 1660 d.C. (Idelfonso Toledo 1999: 140) presentan el mismoenlucido que la chullpa tipo B. Si bien solo hay una de este tipo en Rapayán hemoshallado otras del mismo tipo durante nuestra prospección en otros sitios de laregión.

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Foto 2. Chullpa de tipo B, en el área I de Rapayán

Foto 3: Chullpa de tipo C, en el área IV de Rapayán

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Chullpa tipo CSolo hay un ejemplo de este tipo en el área IV, se halla pegada al lado interior de lamuralla del sector IV, esta chullpa presenta la particularidad de tener frisos encimade las dos entradas (Foto 3). Los motivos representan una serie de triánguloshorizontales de piedras. Esta chullpa de 4,86 m de largo, 2,06 m. de ancho y de 3,14m. de alto ha sido anteriormente ilustrada por Ibarra (1999: 5). Durante nuestraprospección, sólo encontramos otro ejemplo de este tipo de chullpa en el sitio deViro. Esta clase de chullpa es muy rara en la zona de Rapayán, pero se encuentraen gran cantidad más al norte en el valle del Uchucmarca en el departamento de laLibertad, corresponden al período Intermedio Tardío y Horizonte Tardío(Thompson 1973), en la zona del río Abiseo en el departamento de San Martín(Bonavia 1992; Lennon y al. 1989; Rojas Ponce 1967), y en Chachapoyas en eldepartamento de Amazonas (Reichlen 1949; Schjellerup 1992, 1997; Von Hagen yGuillén 1998).

Entierros en Abrigos rocososEs propia del área I, no hemos encontrado este tipo de acondicionamiento funerarioen ningún otro sitio durante nuestra prospección. Consiste en gruta o cueva dedifícil acceso en la cual se depositaban los cuerpos embalsamados de los ancestros(i.e. malquis). La ladera sur-este del área I presenta 4 abrigos rocosos, dentro de loscuales encontramos muchos huesos (óseos eliminar) humanos y varios fragmentosde cerámica.

LAS VIVIENDAS DE RAPAYAN

Su función es de espacios residenciales y domésticos, éstas fueron identificadaspor las similitudes en dimensión y forma a las estructuras reconocidas como tal enmuchas regiones de la sierra central (Bonnier 1981; Bonnier et al 1983; Bonnier yRozenberg 1981; Matos 1972, 1992, 1997; Parsons, Hastings y Matos 1997, 2000;Reichlen and Reichlen 1949; Thompson 1977, 1983). Excavaciones ejecutas en estetipo de estructura confirmaron su función residencial y domestica (Aldenderfer1993; Bonnier y Rozenberg 1978; Earle et al. 1987; Hastorf et. al. 1989; Lavallée yJulien 1973; Morris y Thompson 1985; Stanish 1992; Schjellerup 1997; Thompson1972). El buen estado de las estructuras nos permitió estudiar 141 viviendasprovenientes de las cuatro áreas. Nuestra muestra incluye la totalidad de lasviviendas de la área II (Fig. 2), que son 70 unidades, 24 de la área I, 19 de la área IIIy 26 de la área IV

Distribución Espacial de las ViviendasEn el área II (Fig. 2), las viviendas se encuentran densamente aglutinadas en lacresta. La cumbre, arrinconada entre el precipicio sur y la ladera norte, acogealrededor de 20 viviendas dispuestas en forma desordenada. Para compensar lafalta de espacio, los habitantes de Rapayán construyeron largas y estrechas terrazas

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Viviendas(muestra

total)

Largo Ancho Espesorpared

Ancho primerapuerta

Ancho segunda puerta

Cantidad 141 141 141 141 128

Promedio 6,27 m 5,15 m 46,3 cm 75,6 cm 65,3 cm

DesviaciónEstándar

1,49 m 1,10 m 7,9 cm 10,5 cm 16,2 cm

Coef. De variación

21,8 % 19,6 % 17,3 % 13,9 % 24,8 %

Tabla 2. Medidas del plano de las viviendas de las cuatro áreas de Rapayán

Fig. 3 Vivienda de una sola división interna sin patio

en la ladera norte y así poder construir sobre ellas otras viviendas. En muchoscasos, la pared posterior de las viviendas actúa también como muro de contenciónde la terraza superior. Resulta que las viviendas son literalmente construidas unasencima de otras. La maximización del espacio fue, sin duda, un elementodeterminante en la concepción del hábitat de los antiguos pobladores de Rapayán.Una gran promiscuidad y una falta de espacio representan las consecuencias deesta elección. Muchas viviendas no presentan ningún espacio fuera para la ejecuciónde ciertas actividades domesticas. Mencionamos además que al contrario de muchaszonas de la sierra central en donde las viviendas son dispuestas por gruposalrededor de un patio común (p.e. Bonnier y Rozenberg 1978; Hastorf et. al. 1989;Lavallée y Julien 1973; Parsons, Hasting y Matos 2000) las casas de Rapayán sonconcebidas de manera individual. Ellas siguen, sin embargo, una disposición linealsobre cada terraza.

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Fig. 4 Vivienda del área II con varias habitaciones.

Tabla 3. Medidas y porcentaje de ocupación de cada cuarto de las viviendas.

Viviendas Largocuarto principal

Área cuarto principal %

Largo2o (3o y 4o) cuarto

Área2o (3o y 4o)

cuarto %

Cantidad 131 131 131 131

Promedio 3,95 m 65% 2 m 35 %

DesviaciónEstándar

1,12 m 0,73 0,59 cm 6,7

Coef. De Variación 28,3 % 11 % 29,8 % 19,5 %

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Tabla 4. Distribución de las viviendas por áreas según la superficie cubierta en metros cuadrados.

0

10

20

30

40

50

60

70

m2

área I área II área III área IVsector

El plano de las viviendasSon relativamente homogéneos, por la naturaleza accidentada del terreno y delespacio disponible, casi todas las viviendas tienen forma cuadrangular y midenen promedio, 6,27 m de largo, 5,15 m. de ancho y las paredes tienen 46,3 cm deespesor (Tabla 2). La gran mayoría de las viviendas presentan una sola divisióninterna (2 habitaciones) y no tiene patio (Fig. 3).

Hemos encontrado diez viviendas que no tenían ninguna división interna. Salvoestas excepciones, todas tienen por lo menos una subdivisión. Algunas de lasviviendas del área II presentan tres (n = 5) y cuatro (n = 2) habitaciones (Fig. 4).Además de tener una división interna, tres viviendas de la área II, dos de la área IIIy dos de la área IV poseen un patio delantero individual delimitado por una paredde piedra que mide entre 0.5 y 1.10 m. de altura. 1,49 m 1,10 m 7,9 cm 10,5 cm 16,2 cm.

La primera habitación de las viviendas siempre es más amplia que la segunda(Tabla 3). y ocupa en promedio, el 65 % de la superficie mientras que la segunda,cubre el 35 % de las viviendas. Las viviendas con más de dos habitaciones siguenel mismo patrón.

Para determinar la dimensión total de las viviendas, hemos calculado lasuperficie total cubierta para cada una de ella en metros cuadrados. En promedio,las viviendas de Rapayán ocupan 33,26 m². La tabla 4 ilustra la distribución de lasviviendas por área según la superficie. Cinco viviendas parecen apartarse delpromedio según su amplitud, dos en la área II, dos en la área III y una en la área IV,éstas ocupan entre 55 y 61 m², es decir casi el doble de tamaño que las residencias

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Foto 4. Vista de los nichos funerarios en ambos lados del muro de subdivisión de unavivienda, del área II de Rapayán. Las piedras que la sellaban fueron arrancadas.

promedio de Rapayán. Estas viviendas podrían representar las residencias depersonajes importantes y de sus familiares y por lo tanto de la existencia de ciertasdesigualdades sociales en Rapayán

Las Paredes de las ViviendasEstán construidas con la misma técnica de construcción que las chullpas, la cualconsiste en superponer con la ayuda de una fina capa de mortero de barro, pequeñaslajas de piedra calcáreas bien talladas y pulidas; rellenando los espacios vacíoscon pachillas. Las paredes interiores siempre presentan un acabado muy fino,mientras que el exterior tiene un aspecto más tosco. Además, las paredes interiorespresentan varios pequeños nichos encajados. Su cantidad y su disposición, varíabastante de una viviendas a la otra, no parecen seguir un patrón preestablecido.Los vanos de accesos son de forma rectangular o ligeramente trapezoidal, alcanzanentre 1,52 (2ª puerta) y 1,69 m (1ª puerta) de altura. Su técnica de construcción esmuy particular y representa un elemento distintivo de la arquitectura de Rapayán.La cual consiste en alternar la superposición de piedras colocadas a la vertical y alhorizontal en ambas extremidades del bastidor. El espacio vacío dejado en el centrodel reborde estuvo luego rellenado de pachillasplanas.

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Foto 5. Vista de los nichos funerarios intactos del muro de subdivisión de una vivienda, área IV

Foto 6. Repisa ubicada en la esquina interior de una vivienda, área III de Rapayán.

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Fig 5. Muro del fondo en piñón de una vivienda, En el área IV de Rapayán.

El sitio de Rapayán y su diversidad arquitectónica durante los períodos tardíos

La morfología de las paredes que dividen las dos habitaciones de las viviendasrepresenta un atributo muy particular. Efectivamente este muro presenta dosespacios vacíos, uno a cada lado del acceso a la habitación posterior, los cualespueden ser encajados en la pared misma o elaborados por el añadido de unapequeña pared hacia el muro del fondo (Fig. 3 y 4). Estos espacios vacíos presentana veces varios niveles hechos de grandes lajas colocadas en forma horizontal queactúan como pisos (Foto 4). Las cavidades murales miden en promedio 100 cm. deancho (n = 43), 101 cm. de profundidad (n = 43) y 97 cm. de alto (n = 43). En lafachada que da al segundo cuarto, los espacios vacíos son totalmente sellados.Mientras que en la fachada que da a la sala principal, los orificios son cubiertospor una larga piedra plana. Esta última se encuentra coronada por una o variasventanas pequeñas que dan acceso al interior de la cavidad en su parte superior(Foto 5). Todas las viviendas que se hallan en la cresta y que están en buen estadoy presentan estas cavidades.

Las esquinas laterales de la fachada interior principal presentan repisasque dan una forma triangular (Fig. 3 y 4). Estas fueron construidas con la ayuda deuna larga laja plana encajada y sobre elevada en los muros. Esta laja permite juntarambas paredes de la esquina. Encima de esta laja, que constituye el piso de larepisa, los albañiles construyeron una pared hasta el techo de la casa. Así como lascavidades murales, las repisas presentan un espacio vacío al interior que seencuentra sellado por una larga y delgada piedra vertical coronada de una pequeñaventana (Foto 6). Todas las viviendas bien conservadas que se hallan en la crestapresentan estas repisas.

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Fig 6. Fachada principal en punta de una vivienda, área I de Rapayán.

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Los techos de las viviendasLas viviendas son relativamente homogéneas del punto de vista de los basamentosy de la técnica de construcción de las paredes, sin embargo presentan másvariabilidad en cuanto al estilo de los techos. Hemos observado tres tipos detechados: plano, en piñón y en punta. El primer tipo es el más común en las cuatroáreas, ya que el 75 % de las viviendas de nuestra muestra se caracterizan por un techoplano. La altura de las viviendas con este tipo tejado llega, en promedio, a 2,41 m.

El segundo tipo de techo es en piñón, representa el 15 % de las viviendas yesta presente en las cuatro áreas. En realidad, no es un verdadero techo en piñónporque, en lugar de tener dos muros opuestos en triangulo para soportar las laderasde un techo, solo la pared de atrás presenta esta forma. Resulta que la morfologíaen piñón del muro del fondo no servia de techo si no que para recibir una segundaplanta. (Fig. 5). Este nivel, cuyo piso era el techo plano de la habitación del fondo,solo ocupaba la superficie cubierta por la segunda habitación de las viviendas.Los ejemplares mejor conservados muestran que este nivel era una replica delsecundo cuarto de la primera planta de las viviendas, es decir que tenia un vano deacceso y una cavidad mural en ambos lados. El piñón de tales viviendas miden enpromedio 4,20 m de altura.

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El último tipo de techo, en punta, está presente en las cuatro áreas y representa el10 % de nuestra muestra de viviendas. En realidad, este tipo no es un techo sinoque una delgada «protuberancia» hecha de piedras superpuestas ubicada encimadel vano de acceso principal (Fig. 6). Se elevan hasta 2,50 m. Encima de la puerta ypresenta a veces algunos nichos. Al parecer, este «aditamento» solo tenían unafunción ornamental.

Consideraciones funcionales de las viviendasA la luz de la descripción de las viviendas de Rapayán, podemos hacer algunasinferencias sobre la función de las divisiones internas, las cavidades murales y lasrepisas. En lo que toca a las divisiones internas, pensamos que el cuarto principal,que cubre el 65 % de la vivienda servia de dormitorio y para realizar actividadesdomesticas. A pesar que encontramos algunos fragmentos de cerámica domesticay material lítico, no había ninguna huella superficial de basurero o combustión. Encuanto a la función de la segunda habitación, que ocupa solo el 35 % de la superficiede la vivienda, podrían haber servido como depósito o almacén. Para confirmarestas hipótesis, habrá que esperar la ejecución de excavaciones.

Referente a las cavidades murales no creemos que pudieran haber sidodepósitos pues se encuentran totalmente selladas con excepción de una pequeñaventana en la parte superior. A pesar que habría sido posible insertar alimentos alinterior, pues habrá sido imposible de sacarlos sin romper la pared. Para elucidarsu función, la obra del padre Bernabé Cobo, escrita alrededor de 1653 y consideradapor varios como la fuente más detallada y fiel de las religiones autóctonas (Isbell1997: 47; Rowe 1946: 194), se refiere al tema de la momificación de los ancestrosque: Los cuerpos embalsamados fueron muy venerados y los sacrificios fueronhechos a cada uno de ellos de acuerdo a sus recursos.... Algunos mantenían loscuerpos de sus parientes en sus propias casas .... (Cobo [1653] 1990 : 40 [Nuestraénfasis]).

Más allá en la misma obra, Cobo trata de la diversidad de las tumbas en el Perú ysubraya que: La mayoría de las tumbas fueron construidas en las afueras de lospueblos, algunas en los campos y otras sobre despoblados pastizales donde losanimales pasteaban, y en algunas provincias en sus propias casas.... (Cobo [1653]1990 : 247; [nuestra énfasis]).

Las observaciones de Cobo nos incitan a creer que las cavidades muralesefectivamente eran nichos funerarios, que tenían como función de recibir los cuerposmomificados de los ancestros de cada familia. La escuela primaria del pueblo deRapayán conserva todavía una colección de momias, las cuales según lospobladores, provienen de los sitios de Rapayán y Gantumarca. Además de presentarremodelaciones craneanas y de tener los pies y las manos amarrados, las momiasse encuentran en posición fetal, con las rodillas tocando al mentón. La dimensiónde las cavidades murales habrían permitido, sin duda, recibir una momia cadauna. La pequeña ventana coronando los nichos, habrá así facilitado la presentaciónde ofrendas a los difuntos, tales como hojas de coca, chicha y comida.

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Figura 7. Perfil ilustrando la técnica deconstrucción de una galería, área II deRapayán.

Alexis Mantha y Hernando Malca

El hecho que la mayoría de las lajas que sellaban las cavidades murales hayansido arrancadas con el fin evidente de acceder a su contenido apoyan aún más estahipótesis (Foto 4). Esto sugiere que los nichos funerarios contenían verdaderamenteobjetos que hayan podido llamar la atención de los extirpadores de idolatrías en laépoca colonial (Duviols 1971) y de los huaqueros (del pasado como del presente),como eran las momias, metales, tejidos y cerámica. Además, tuvimos la oportunidadde encontrar, en Huaraz, un video haciendo la promoción turística del Callejón deConchuco, incluyendo el pueblo de Rapayán. En este video, grabado alrededor de1990, con el fin de promocionar el sitio de Rapayán, un grupo de huaqueros sacande su nicho una momia por pedazos.

Las repisas ubicadas en las esquinas interiores de la fachada principal secaracterizan por una forma y técnica de construcción prácticamente idéntica a losnichos funerarios. Si la ecuación estipulando que similitudes morfológicas reflejansimilitudes funcionales, pues ya es muy probable que las repisas tenían tambiénuna función funeraria.

Los Depósitos y las galeríasLas cuatro áreas de Rapayán comprenden un sistema complejo de galeríasconstruidas sobre el suelo. Invertimos bastante tiempo para llegar a entender estesistema porque las galerías entrecortan las terrazas de viviendas y en muchostramos se entremezclan con los restos de casas. Para poder registrarlasadecuadamente utilizamos cordones de colores para seguir el camino de las galeríasen la área II. Este método nos permitió integrar varios segmentos de las galerías enel plano (Fig. 2).

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Las galerías corren de este a oeste y entrecortan las terrazas de viviendas de sur anorte. Para erigirlas, los antiguos habitantes de Rapayán construyeron una pareden el lado norte. Para unir la pared a los muros de contenciones con el fin de crearun pasadizo cerrado, los constructores pusieron encima largas lajas planas (Fig.7). Según nuestras observaciones, las galerías posen una entrada y una salidaúnica que se ubican cerca del edificio de varios pisos y al extremo oeste del área II.

El interior de las galerías es flanqueada por una serie de nichos dispuestosen los muros de contenciones. Contamos 38 de estos nichos que miden en promedio1.85 m. de largo, 1.47 m. de ancho y 1.15 m. de alto. Si tomamos en cuenta los tramosdestruidos, estos nichos debían enumerarse por centenares. Al principio, pensamosque estos nichos tenían una función funeraria. Esta hipótesis nos parece ahorapoca probable. Efectivamente, los nichos de las galerías tienen un aspecto muytosco. Al contrario de las chullpas y al de los nichos funerarios de las viviendas,las piedras utilizadas en su construcción no son talladas o pulidas. Este hecho nocorresponden a la imagen de un lugar de sepultura. Pensamos mas bien que losnichos asociados a las galerías tenían como función de almacenar los excedentesde las cosechas. La naturaleza hermética de las galerías habrá favorecido laprotección de los productos, por un lado contra la inclemencia del tiempo y porotro contra los asaltos de enemigos potenciales. Además, el acceso restringido asícomo el hecho de que las galerías conducen a los edificios de varios pisos habránfavorecido el control y la administración de los excedentes alimentarios por unaautoridad central.

Los Edificios de varios pisos y las murallasLos edificios de varios pisos y las murallas marcan la frontera occidental de lascuatro áreas de Rapayán. En el caso de la área II (Fig. 2), un impresionante edificiode 5 pisos y de 13 m. de alto, 8 m. de largo y 4,25 m. de ancho se ubica en el borde delprecipicio sur (Fig. 8; Tabla 5). Cada piso está hecho de largas lajas que unenambas paredes. Varias lajas parcialmente sobresalientes de las paredes interioresy ubicadas a intervalos regulares sirven de escalera y permiten acceder de un pisoa otro. El techo, hecho de lajas planas, es también accesible por este mismo sistema

Edificios devarios pisos

Largo Ancho Altura Cantidad depisos

Área

I

1 2,04 m 2,02 m 6,97 m 4

2 12,07 m ? 8,05 m 4

Área II

1 8 m 4,25 m 13 m 5

2 2,10 m 1,96 m 6,16 m 3

Área III 6,23 m 2,43 m ? ?

Área IV 5,45 m 2,64 m 9,78 m 4

Tabla 5. Tabla Medidas de los edificios de varios pisos por área.

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Fig. 8. Edificio de cinco pisos del sector II de Rapayán.

Alexis Mantha y Hernando Malca

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486 El sitio de Rapayán y su diversidad arquitectónica durante los períodos tardíos

de escaleras. El edificio da a una plaza de 17.5 m. de largo y de 15 m. de ancho y sus6 ventanas miran al este, es decir hacia la plaza y la zona de viviendas. La muralla,que baja de sur a norte mide 55.25 m. Entre 0.75 y 2,5 m. de espesor y llegando hasta6,50 m. de altura, se encuentra pegada al lado lateral del edificio de varios pisos.Un poco más abajo en la ladera norte, hay otro edificio de tres pisos de menordimensión (Tabla 5). Este marca el inicio de otra muralla que baja la laderarecorriendo 23.25 m.

¿Cuál habrá podido ser la función de los edificios de varios pisos? Losarqueólogos que han trabajado en Rapayán y en zonas vecinas como Tantamayopropusieron algunas hipótesis. Flornoy (1957) vacila entre una función de residenciade elite y de carácter público. Amat opta por una función de carácter publico (Amat1980). Thompson deja la interrogación abierta a saber si los edificios servían demonumentos funerarios, o almacenes o de residencias de élite (Thompson 1980:48, 1983: 122). Ibarra sostiene que tenían una función funeraria basándose sobre lapresencia de huesos en algunos de ellos y sobre el hecho que sus particularidadesmorfológicas rechazan las posibilidades que fueron almacenes o residencias (Ibarra1999). Bonnier y Rozenberg propusieron también que estas estructuras tenían unafunción funeraria dentro de las cuales fueron puestas las momias de los ancestrosfundadores (i.e. malquis) de los ayllus, pero son prudentes en cuanto a estahipótesis, sosteniendo que falta todavía hacer la prueba arqueológica y histórica(Bonnier 1981: 52; Bonnier y Rozenberg 1981: 18-20; Bonnier et. al. 1983: 106).

De nuestro lado, al igual que Ibarra (1999), Bonnier y Rozenberg (1981),pensamos que estas estructuras representaban edificios funerarios, o inmensaschullpas, que fueron utilizadas para exponer los malquis de los ancestrosfundadores de las comunidades. El argumento lo más persuasivo en cuanto a lafunción funeraria de estas construcciones proviene de una observación de Vásquezde Espinoza. Este autor, quien viajo por América Central y América del Sur en1620, revela mucha información sobre la geografía y los habitantes del NuevoMundo. Durante su paso en los alrededores de la ciudad colonial de Huánuco ydel centro Inca de Huánuco Pampa al sur de Rapayán (Fig. 1), menciona que:« …y a una legua hay muchos pueblos despoblados de los antiguos, y en ellos y enaquellos cerros muchas sepulturas de ellos a modo de torrecillas con las puertas alOriente, y en cada torrecilla en lo alto y bajo muchos indios muertos sentados,enteros e incorporados, por ser aquel sitio siempre frío y de vientos sutiles, que conhaber desde el tiempo de su gentilidad están de la suerte referida, parece que ayerse pusieron en aquellos sepulcros, que por haberlos visto lo escribo » (Vásquez deEspinosa [1628] 1992 : 660).

Además de esta cita por lo menos conclusiva, podemos subrayar variosargumentos arqueológicos en favor de la hipótesis funeraria de los edificios devarios pisos: 1) Están ubicados en la parte más alta de los sectores y beneficiadasen consecuencia de una excelente visibilidad; 2) En cada área, se encuentran frentea una plaza donde la población habría participado en ceremonias publicas yobservado a los malquis colocados en las ventanas de los edificios; 3) A pesar queno hemos encontrado restos humanos en las estructuras de Rapayán, tres edificiosidentificados durante nuestra prospección contenían restos de tejidos y de huesos;

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487Alexis Mantha y Hernando Malca

4) Representan las únicas estructuras, con las murallas, que presentan pictogramasen algunas piedras de construcciones (círculos concéntricos, siluetas humanas yanimales). Estos símbolos tenían verdaderamente una connotación religiosarelacionada al culto de los ancestros; 6) Los edificios de varios pisos manifiestanuna inversión en mano de obra ampliamente superior a cualquier otro tipo deestructura. Sus dimensiones monumentales reflejan ciertamente una capacidad demovilización mayor de individuos. Podemos así sugerir que los edificiosrepresentaban los lugares de sepulcros de los ancestros fundadores del ayllu y quesus descendientes directos, responsables de la construcción de estas estructuras,eran los curacas o caciques de la comunidad.

En cuanto a las murallas, en las cuatro áreas, bajan el declive relativamentedébil la ladera norte sobre una distancia variable. La más larga, en la área IV, seextiende sobre 200 m., aquellas del área II miden 75 m. y las de las áreas I y III nosobrepasan los 30 m. Las extremidades de las murallas, caracterizadas con piedrasperfectamente yuxtapuestas y pulidas, sugieren que no se proyectabananteriormente más a bajo en la ladera norte.

Una función defensiva parece la hipótesis más lógica para las murallas,especialmente cuándo tomamos en cuenta que tanto los grandes cronistas (ex:Cieza de León [1553] 1984; 233-234; Guaman Poma de Ayala [1615] 1936) que losarqueólogos (Bonnier 1981; D’Altroy 1992; Earle et. al. 1987; Hastorf et al. 1989;Parsons y Hastings 1988; Stanish 1992, Thompson 1973), atribuyen al IntermedioTardío un estado de conflicto generalizado y de guerra endémica en la sierra central.Estas murallas, sin embargo, ofrecían solo una protección parcial a los pobladoresde Rapayán porque no rodeaban las aldeas como se observa varias zonas de lasierra durante el Intermedio Tardío como, entre otros, en Tantamayo (Bonnier 1981:40, Bonnier et Rozenberg 1981:5; Flornoy 1957: 213) en la cuenca del Tarma-Chichaycocha y del Mantaro (Bonnier 1997: 33; D’Altroy 1987: 83; ) en la región deHuancavelica (Lavallée et Julien 1973: 41-42) y en la zona del lago Titicaca (Hyslop1977: 219; Stanish, de la Vega y Frye 1993: 84). En realidad, las murallas de Rapayáncubren solo la parte superior de cada área, dejando así abierta y sin protección laladera norte, precisamente en donde el sitio es lo más vulnerable.Proponemos así que además de marcar una frontera física entre las áreas, lasmurallas de Rapayán tenían una función esencialmente funeraria y religiosa.Efectivamente, en las áreas I, II y III, las murallas se encajan directamente en lostorreones. Varias cámaras abiertas ornan la parte superior de las murallas al puntode unión con los edificios. Estas cámaras pudieron servir para exponer los malquisdurante las ceremonias. En el área IV, la muralla se encuentra ligeramente retiradadel torreón. Sin embargo dos chullpas se hallan pegadas a la muralla, una de tipoA y otra de tipo C con frisos que mencionamos anteriormente. La relación funerariaentre los edificios y las murallas es aun más probable cuando tomamos en cuentaque representan las únicas estructuras que comportan piedras con inscripcionespictográficas.

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488 El sitio de Rapayán y su diversidad arquitectónica durante los períodos tardíos

Cuando se toma en cuenta una perspectiva regional, hay efectivamente evidenciasque indican que había un clima de inseguridad durante los periodos tardíos enRapayán, como la existencia de un sistema de fortines amurallados con parapetesen las cimas (Ibarra 1999, Mantha 2004). Así pensamos que los muros del propiositio de Rapayán, a pesar que no tenían una función propiamente defensiva,podrían también haber reflejado simbólicamente el poder militar. Si consideramosel hecho que las murallas se encuentran encajadas en los torreones donde residíanlos malquis principales de la comunidad, y que estos ancestros son frecuentementedescritos como héroe de guerra en los documentos históricos (Duviols 1979: 12;Isbell 1997: 84), es así posible que en virtud de su descendencia primordial, loscuracas hayan encarnado en sus propios cuerpos el poder militar.

CONCLUSIÓN

El objetivo del presente trabajo es presentar datos sobre la variabilidad de laarquitectura de superficie del sitio de Rapayán, uno de los asentamientos máscomplejo y extenso de la cuenca del Alto Marañón. Describimos chullpas, viviendas,galerías, almacenes, edificios de varios pisos y murallas. En cuanto a las funcionesde las diversas construcciones, la dimensión funeraria sobresale en Rapayán.Efectivamente, los diferentes ancestros de Rapayán fueron dispuestos a la vez enlas chullpas, las viviendas, los edificios de varios pisos y las murallas. Estos datossugieren que los pobladores de Rapayán eran profundamente religiosos. El sitiode Rapayán era en efecto concebido tanto para recibir los vivos como los muertos.La omnipresencia de los malquis en cada esquina de Rapayán, hasta a dentro decada casa, podría reflejar la necesitad de marcar y de legitimar la posesión territorialpor los habitantes. Si fuera cierto, pues esto podría significar, como lo sugiere otrasevidencias como la presencia de varios fortines amurallados en las cimas (Ibarra1999; Mantha 2004), que el territorio de Rapayán estaba en peligro y amenazado.

En este contexto de inseguridad, es probable que los individuos lo mascalificados para defender el territorio hayan gozado de una estima considerable.Los principales descendientes de los ancestros de la comunidad, es decir loscuracas, posiblemente derivaban su prestigio y su autoridad en gran parte por suscapacidades guerreras.

En fin, si nuestras interpretaciones derivadas de la descripción de laarquitectura de superficie del sitio de Rapayán son probables, deberán sercomprobabas con mas datos que solo las excavaciones pueden proveer. Seríaesencial, por ejemplo, determinar la cronología precisa del sitio. Si hay evidenciasindirectas que sugieren que la ocupación de superficie de Rapayán remontara alIntermedio Tardío hasta el principio de la época colonial, es imposible sin la ayudade fechas radiométrica o sin una cronología relativa basada en la estratigrafíacerámica, de determinar si las estructuras de superficie fueron erigidas mas o menosa la misma época y si las cuatro áreas de Rapayán fueron contemporáneas. Puesseria urgente resolver estos problemas por comprender mejor el desarrolloprehistórico tardío de esta región aislada de los andes centro-orientales.

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