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Arqueología y Prehistoria del Interior Peninsular 02 2015

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Arqueología y Prehistoria del

Interior Peninsular

02

2015

ARPI 02

Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular

Publicación Anual: 2015 ISSN: 2341-2496 Dirección: Primitiva Bueno Ramírez (UAH) Subdirección: Rosa Barroso (UAH) Consejo editorial: Manuel Alcaraz (Universidad de Alca-lá); José Mª Barco (Universidad de Alcalá); Cristina de Juana (Universidad de Alcalá); Mª Ángeles Lancharro (Universidad de Alcalá); Estibaliz Polo (Universidad de Alcalá); Antonio Vázquez (Universidad de Alcalá); Pie-dad Villanueva (Universidad de Alcalá). Comité Asesor: Rodrigo de Balbín (Prehistoria-UAH); Margarita Vallejo (Historia Antigua- UAH); Lauro Olmo (Arqueología- UAH); Leonor Rocha (Arqueología – Uni-versidade de Évora); Enrique Baquedano (MAR); Luc Laporte (Laboratoire d'Anthropologie, Université de Rennes); Laure Salanova (CNRS). Edición: Área de Prehistoria (UAH)

SUMARIO Editorial

04-13

Arqueologia Profissional versus Arqueologia de Investigação: a situação portuguesa.

Rocha, Leonor

14-31

A atividade arqueológica e a salvaguarda do patrimonio arqueológico em avaliação de impacte ambiental.

Branco, Gertrudes

32-50

Los espacios divulgativos del patrimonio arqueológico de la comunidad de Madrid: el Plan de yacimientos visitables.

Hernández Garcés, Carlos

51-67

Las Navas de Tolosa: Musealizando su campo de batalla.

Ramírez Galán, Mario

68-89

Regreso a la cueva de Los Casares (Guadalajara). Un nuevo proyecto de investigación para el yacimiento del Seno A.

Alcaraz-Castaño, Manuel; Weniger, Gerd-Christian; Alcolea, Javier; de Andrés- Herrero, María; Baena, Javier; de Balbín, Rodrigo; Bolin, Viviane; Cuartero, Felipe; Kehl, Martin; López, Adara; López-Sáez, Jose Antonio; Martínez-Mendizábal, Ignacio; Pablos, Adrián; Rodríguez-Antón, David; Torres, Concepción; Vizcaíno, Juan e Yravedra, José.

90-107

Manifestaciones gráficas en la Cueva-Sima del Castillejo del Bonete (Terrinches, Ciudad Real).

Polo Martín, Estíbaliz; Bueno Ramírez, Primitiva; Balbín Behrmann, Rodrigo; Benítez de Lugo Enrich, Luís y Palomares Zumajo, Norberto

108-132

Viviendas del Bronce Final e inicios de la Edad del Hierro en la Cuenca Superior del Tajo .

Coroba Peñalver, Juan Ramón

133-145

Paisaje visigodo en la cuenca alta del Manzanares (Sierra de Guadarrama): Análisis arqueopalinológico del yacimiento de Navalvillar (Colmenar Viejo, Madrid).

López Sáez, Jose Antonio; Pérez Díaz, Sebastián; Núñez de la Fuente, Sara; Alba Sánchez, Francisca; Serra González, Candela; Colmenarejo García, Fernando; Gómez Osuna, Rosario y Sabariego Ruiz, Silvia.

146-164

El Proyecto de investigación “ Los paisajes culturales de la ciudad de Toledo: Los Cigarrales”. Criterios de actuación y metodología de trabajo

Carrobles Santos, Jesús; Morín de Pablos, Jorge; Rodríguez Montero, Sagrario y Sánchez Ramos, Isabel M.

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 51

LAS NAVAS DE TOLOSA: MUSEALIZANDO

SU CAMPO DE BATALLA

Mario Ramírez Galán (1)

Resumen

Las Navas de Tolosa es una de las más importantes batallas de la historia de España, tanto desde el

punto de vista histórico como desde el patrimonial. La unión de ambos componentes hace que el campo de ba-

talla medieval sea un lugar idóneo para el desarrollo de labores museográficas, las cuales deben ser posteriores

al correspondiente trabajo de campo.

Por esta razón creemos que Las Navas de Tolosa puede ser el punto de partida para posteriores proyec-

tos de musealización de campos de batalla españoles, lo que supondría un acercamiento a aquellos países que

saben del valor de estos yacimientos arqueológicos.

Palabras clave: musealización, campos de batalla, arqueología, Navas de Tolosa

Abstract

Las Navas de Tolosa is one of the most important battles of Spain’s history, from both an historical and

heritage point of view. The combination of both components makes the medieval battlefield the best place for

the development of museographic works, which must be subsequent to field work.

For this reason we believe that Las Navas de Tolosa may be the starting point for future projects about

musealisation of Spanish battlefields, it would be an approach to those countries that know the value of these

archaeological sites.

Key words: musealization, battlefields, archaeology, Navas de Tolosa .

(1) [email protected]; Este trabajo es un extracto del TFM realizado en la UAH bajo la dirección de Dr. D. Pe-

dro José Jiménez Sanz

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 52

1.- INTRODUCCIÓN

La musealización de los campos de batalla

es una quimera en nuestro país, una utopía, ya que

hay factores que imposibilitan la introducción de

esta forma de gestión patrimonial dentro de la

mentalidad española. Todo ello sitúa a nuestro

país, siendo bastante condescendientes, en posi-

ciones secundarias dentro de la arqueología de

campos de batalla y de la musealización de esta

tipología de yacimientos.

En este campo de la arqueología hemos

decidido centrarnos en Estados Unidos, Francia y

Alemania, buscando países de distintas zonas que

trabajen el acondicionamiento de estos lugares

para la visita del público interesado en la historia

militar, sin olvidarnos de otros lugares como Ingla-

terra o Canadá donde la musealización de esta

tipología de yacimientos es de gran nivel, y conoci-

da a nivel mundial.

De los tres países mencionados, Estados

Unidos es el referente, gracias a la red de parques

nacionales (National Park Service: www.nps.gov)

con la que cuenta, dentro de la cual se incluyen una

gran cantidad de campos de batalla que fueron

adecuados para el acceso de turistas, como por

ejemplo: Chickamauga & Chattanooga, Fallen

Timbers Battlefield and Fort Miamis, Gettysburg,

Harpers Ferry, Palo Alto Battlefield, etc. (2)

(Quesada 2008: 33).

Los campos de batalla norteamericanos

que se encuentran en esta red pertenecen a distin-

tos conflictos de la historia estadounidense, como:

la Guerra de Secesión, la Guerra de la Independen-

cia o las Guerras Indias. (Serra y Fernández Cervan-

tes 2005: 465-466).

Como muy bien señalan Serra y Fernández

Cervantes (2005: 466) estos yacimientos: “…son

espacios protegidos, musealizados, accesibles y que

cuentan con múltiples centros de visitantes y centros

de interpretación e importantes infraestructuras”.

Estos parques presentan una gran riqueza,

en lo que a opciones museológicas se refiere,

debido a que cuenta con un amplio abanico de

medios, lo que amplía con creces el discurso de

estos lugares, tanto desde un punto de vista mu-

seográfico como desde un punto de vista histórico.

(Serra y Fernández Cervantes 2005: 466).

Cuando pensamos en yacimientos visita-

bles, la primera imagen que viene a la mente es la

de un centro de interpretación asociado a dicho

lugar, en el cual se da una explicación tanto del

yacimiento como del entorno, pero en el caso

americano vemos como van más allá, contando no

sólo con este tipo de espacios, sino también con

museos, casas museos, espacios históricos musea-

lizados, etc. Pero si por algo son conocidos los

norteamericanos es por sus grandes recreaciones

históricas, cuyo nacimiento se produjo en la

década de los sesenta del siglo pasado con el

centenario de la Guerra Civil Americana

(Cortadella 2011: 93), llegando a cifras enormes,

como ocurrió en 1998, cuando, tal y como señala J.

Cortadella (2011: 94), “…25.000 “soldados”

tomaron parte en una recreación de la Batalla de

Gettysburg (1863)”. Otros países deberían tomar

(2) http://www.nps.gov/findapark/index.htm

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 53

ejemplo de Estados Unidos en sus intentos de

recreaciones bélicas, las cuales dejan mucho que

desear en comparación con las estadounidenses.

(Serra y Fernández Cervantes 2005: 466).

Tal es su precisión a la hora de representar

el hecho histórico que, como indica F. Gracia

(2011: 23), “… films ambientados en la segunda

Guerra Mundial, como Savin private Ryan (1998) o

las series Band of Brothers (2001) y The Pacific

(2010) incorporan grupos de reconstrucción para

aprovechar sus conocimientos, en una clara

demostración de que la calidad en el trabajo

histórico no es un elemento superfluo sino un signo

de respeto hacia el público”.

El siguiente de los ejemplos que hemos

seleccionado ha sido Francia, el cual se destaca

por su gran trabajo de musealización para campos

de batalla pertenecientes a la I y a la II Guerra

Mundial. (Serra y Fernández Cervantes 2005: 466).

El país galo cuenta con un caso muy desta-

cable de campo de batalla de la Primera Guerra

Mundial, nos referimos al de Verdún, pudiendo

estar ante un ejemplo único, debido a que, como

muy bien dice Hernández Cardona (2011: 83), “…es

un caso singular ya que los límites de la batalla

están bien localizados y definen un auténtico parque

natural e histórico que tiene sus puntos de referencia

en el memorial de Douaumont, en los fuertes de

Douaumont y Vaux y en el Memorial de Fleury, que

fue el primer museo que, en los años sesenta, se

planteó con criterios críticos y civiles”.

A través de este autor podemos observar

como la naturaleza, o mejor dicho el paisaje, y la

historia van de la mano en cualquier propuesta

museográfica al aire libre, pero más si cabe en los

campos de batalla. Estos yacimientos son un buen

ejemplo del concepto paisaje cultural, debido a

que el propio entorno es el campo de batalla, por

eso la necesidad de combinación entre ambos, y

por supuesto su correcta conservación.

Para la Segunda Guerra Mundial tienen la

batalla de Normandía, hecho bélico por antono-

masia en la historia mundial, el cual está compu-

esto por una serie de museos y centros de inter-

pretación, que a su vez poseen un conjunto de

pequeños museos para complementar a los otros.

(Hernández Cardona 2011: 83). De todos ellos el

más destacado sea el Mémorial de Caen, en el que

destacamos la presencia de rutas o itinerarios por

aquellas playas donde las tropas aliadas realizaron

el célebre desembarco en el día D. (Serra y

Fernández Cervantes 2005: 467).

Este sistema compone un entramado

museográfico dedicado a Normandía, contando

también con búnkeres adecuados para la visita de

los turistas. (Hernández Cardona 2011: : 83).

En último lugar nos desplazamos a

Alemania, con la batalla de Kalkriese, uno de los

hitos dentro de la arqueología de campos de

batalla. En este lugar, según R. Zulauf y L.

Schweingruber (2008: 90), “…un nuevo tipo de

museo arqueológico nace del intenso juego de

conjunto entre el paisaje, la arquitectura, el arte y la

didáctica museística, que mediante talas extensas y

repoblaciones forestales ha creado una posible

imagen del paisaje histórico”.

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 54

El objetivo que buscaban los encargados

de la musealización es simple, poner al visitante en

la piel del ejército germano y del ejército romano,

usando para ello una serie de elementos.

Se buscó recrear el espacio primigenio, con

las talas anteriormente mencionadas, ya que en el

momento de crear el museo, y con él su discurso

museográfico, había un bosque cerrado. (Zulauf y

Schweingruber 2008: 99).

Dentro de esa búsqueda de recrear la

batalla tenemos la creación, o mejor dicho la

recreación, de la empalizada que sirvió de pro-

tección al ejército germano. Para dicha función

usaron barras de hierro que simulasen este

elemento, las cuales presentan una altura similar a

las que pudieron usar en el momento de la batalla.

(Zulauf y Schweingruber 2008: 100, 102 y 104). Es

una propuesta muy acertada, similar a lo que se

hizo en Cartagena con la muralla púnica.

Los técnicos han sabido usar este modo de

musealización de la empalizada de una forma muy

correcta, ya que contaban con el inconveniente de

no saber el trazado en algunos tramos. Ante esta

situación optaron por lo que nosotros vemos como

una acertada solución, la cual se basaba en situar

las barras metálicas más próximas entre ellas en

aquellos lugares donde se conocía el recorrido,

mientras que estaban más separadas en los puntos

donde se tenían dudas. (Zulauf y Schweingruber

2008: 104-105).

En todo enfrentamiento militar, el

movimiento de las tropas es uno de los componen-

tes más importantes, y por tanto para poder com-

prender el desarrollo de la batalla deben cono-

cerse los movimientos. Esta importancia fue

captada en la musealización de Kalkriese, ya que,

como apuntan R. Zulauf y L. Schweingruber (2008:

100 y 102), “…distintas señalizaciones en el suelo

indican a los adversarios o representan sus

movimientos in situ. Grandes planchas de acero

trazan, por un lado, la probable ruta de los romanos

entre la pendiente del bosque y el pantano. Una red

de estrechos senderos cubiertos por fragmentos

leñosos en el bosque simboliza las posibilidades y la

liberta de movimiento de los hombres de Arminio,

las líneas de ataque y de retirada al amparo del

bosque que les era familiar”.

La búsqueda de inmersión en la batalla la

reflejan muy bien estos dos autores cuando

explican que “…el visitante será capaz de cambiar

de bando, de punto de vista, físicamente, de forma

figurativa, quizás emocionalmente, de los romanos

a los germanos, de las víctimas a los ejecutores, del

antaño triunfador y ahora vencido, al colaborador

fiel que se convierte ahora en vencedor traidor, del

hoy al ayer, del que busca consternado al que busca

descanso.” (Zulauf y Schweingruber 2008: 105).

A lo largo de todas estas líneas queda

patente la importancia de los campos de batalla

desde un punto de vista museográfico, y el gran

abanico de posibilidades que nos brindan. Por

estos motivos proponemos la musealización de

una de las batallas más importantes dentro del

imaginario español, como es la batalla de Las

Navas de Tolosa del año 1212.

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2. LAS NAVAS DE TOLOSA Y SU CAMPO DE

BATALLA

Desde un punto de vista arqueológico, la

única referencia de trabajo de campo que hemos

podido constatar, relacionada con la batalla de las

Navas de Tolosa, ha sido la prospección arqueoló-

gica superficial que se llevó a cabo en 1999.

Dichos trabajos consistieron en la pros-

pección del área de la batalla y el análisis meta-

lográfico de algunos de los materiales. Esta labor

fue llevada a cabo por el Instituto Andaluz de Patri-

monio Histórico. Las áreas prospectadas y los

materiales localizados en cada una de ellas por los

arqueólogos fueron:

1.- Castro Ferral:

Es la zona con más riqueza en lo que a restos se

refiere; aparecieron herraduras, puntas de flecha y

un fragmento de cerámica almohade.

2.- Mesa del Rey:

Es donde más puntas de flecha y clavos de herra-

duras se localizaron. En la zona sur se concentran

más las puntas, pero en las áreas este y oeste se

dispersan. También se documentaron en las proxi-

midades de la población de Miranda del Rey, pero

en un número menor.

3.- Las Américas y los Olivares:

Estos dos espacios presentan las menores

acumulaciones de restos arqueológicos de todas

las áreas prospectadas.

4.- Las Viñas:

Es un caso similar al de Mesa del Rey, con gran

acumulación de puntas de flecha y clavos de

herraduras. (López Payer et al. 2002: 176).

Fig. 1.- MTN 1:50.000 de la zona del campo de batalla y sus alrededores (Extraído de http://www2.ign.es/iberpix/visoriberpix/visorign.html

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 56

2.1.- Tipologías de las puntas de flecha

La división de los tipos de flechas se hizo

mediante la realización de dos grupos:

Grupo 1.

Se encuentra subdivido en 1a y 1b. A la

primera de estas subdivisiones pertenecen las

flechas más comunes, que como bien opinan los

arqueólogos es un tipo “…de flecha un desarrollo

piramidal muy estilizada de sección cuadrangular

cuya punta prevalece sobre el enmangue o

espiga” (López Payer et al. 2002: 178).

Esta tipología de puntas, se documentaron

en las zonas de Mesa del Rey, las Viñas y Castro

Ferral.

Por su parte, las flechas del subgrupo 1b

son menos numerosas y de sección triangular.

Las características morfológicas de las pun-

tas de flecha del grupo 1, tenían una punta

bastante aguda, parecen indicar que se usarían

para atravesar las lorigas (López Payer et al. 2002:

178 y 181).

Fig. 3.- Flechas tipo 1a procedentes de Castro Ferral y Las

Viñas. (López Payer et al. 2002).

Fig. 2.- Zonas de prospección de la batalla de las Navas de Tolosa. «PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España»

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 57

Grupo 2

Tal y como explica M. G. López Payer

(2002: 178) este grupo se caracteriza por “…el

grosor del cuello con un gran desarrollo del mismo,

enmangue de sección circular y punta piramidal de

sección cuadrada. Dentro de este tipo hay diferen-

cias destacadas en cuanto al tamaño y a la

morfología.”

La finalidad este tipo de flechas era la de

atravesar los escudos, puesto que son de mayor

tamaño que las anteriores, 11 centímetros frente a

6. (López Payer et al. 2002: 178, 181).

Durante el siglo XIII el armamento de

cristianos y musulmanes era prácticamente idén-

tico, debido al contacto entre ambas culturas y al

avance armamentístico que se venía produciendo,

lo cual obligaba a los almohades a adoptar el

armamento cristiano o europeo.

Esto se observa en las conclusiones

obtenidas por los arqueólogos de las Navas, los

cuales piensan que las puntas de flecha de uno y

otro bando eran idénticas. A través del estudio del

campamento cristiano (Mesa del Rey) y del

supuesto campamento musulmán (Los Olivares)

plantearon la hipótesis de cuales serían musul-

manas y cuales cristianas. Las halladas en Mesa

del Rey serían de origen musulmán como conse-

cuencia del ataque de los almohades sobre los

cristianos el día anterior a la batalla, y lo contrario

ocurriría en Los Olivares, donde las flechas serían

de procedencia cristiana por la dirección que tomó

la batalla.( López Payer et al. 2002: 181)

Tras consultar las fuentes vimos como

historiadores y arqueólogos ubicaban el palenque

musulmán, situado en el denominado cerro de los

Olivares, en zonas distintas pero relativamente

próximas. Creemos que la opción más factible

para la instalación de este campamento sería la

que da M. Alvira (2000: 602-603), el cual lo ubica

en el área que los arqueólogos de 1999 denomi-

naron zona cuatro y que se llama Las Viñas.

Fig. 4.- Flechas tipo 1a procedentes de Mesa del Rey. ( López Payer et al. 2002).

Fig. 5.- Flechas tipo 2 procedentes de Castro Ferral. (López Payer et al. 2002)

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 58

Nuestro razonamiento se ha basado también en la

consulta de la cartografía de la zona. Vimos que en

la denominada zona cuatro el cerro presenta un

amesetamiento en la parte alta del mismo, siendo

un lugar más propicio para la colocación del

palenque. Por ese motivo decidimos elegir este

lugar como punto donde se levantó dicha cerca.

Además se le deben sumar que en la zona de Las

Viñas es una de las que más cantidad de restos

arqueológicos contiene, como por ejemplo puntas

de flecha.

Siguiendo esta línea interpretan los restos

de puntas halladas en Santa Elena como de ambos

ejércitos, habida cuenta que fue el camino de hui-

da de las tropas almohades y la vía de persecución

de los cristianos. (López Payer et al. 2002: 176 y

181).

Quizás la mejor opción para poder discernir

cuales son de origen árabe y cuáles de origen

cristiano fue el estudio metalográfico, porque

como explica M. G. López Payer (2002: 181) “…Las

muestras procedentes de Mesa del Rey y alrede-

dores presentan, en general, mayor contenido de

carbono y durezas más homogéneas, siempre dentro

de la dispersión propia de materiales tan antiguos.

Las muestras recogidas en Los Olivares tienen, en

general, menor contenido de carbono, las durezas y

microestructuras son menos homogéneas, aunque el

valor medio de dureza en la muestra estudiada es

ligeramente superior al de la Mesa del Rey” .

2.2. Restos materiales asociados al uso del

caballo

El caballo y la caballería eran funda-

mentales en la guerra medieval, y por lo tanto no

es inusual el hallazgo de restos materiales aso-

ciados a ellos en los campos de batalla de este

periodo. Los materiales que localizaron López

Payer y su equipo fueron herraduras y clavos

pertenecientes a estas. Dichos restos arqueoló-

gicos fueron hallados en Castro Ferral, los Olivares

y Las Viñas.

Fig. 6.- Clavos procedentes de Castro Ferral, Mesa del Rey y Los Olivares. (López Payer et al. 1999)

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 59

2.3. Castro Ferral

Es una pequeña fortificación de origen

almohade que controla el paso de La Losa. Como

muy bien describe López Payer (2002: 182) “…el

castillo consiste en un núcleo central de forma

rectangular con una torre semiderruida construida

en tabiyya, más un recinto exterior de unos 30

metros de ancho por 50 de longitud que según

Amador Ruibal pudo servir de albacar o corral de

ganado. El ancho de sus muros de tapial es bastante

grueso: 1.65 cm. De la presencia almohade hemos

encontrado vestigios en un trozo de cerámica con

motivos epigráficos.”

3. METODOLOGIA DE MUSEALIZACIÓN

Cuando hablamos de cómo acondicionar,

museográficamente hablando, esta tipología de

yacimientos hay que tener presente que, a pesar

de haber países con una larga tradición en este

campo, como Estados Unidos, no existe un refe-

rente, desde un punto de vista metodológico. Hay

una carencia de pautas establecidas para seguir

como modelo museográfico.

Bien es cierto que sí hay métodos y técni-

cas de musealización, pero no una relación entre

esos elementos y su aplicación específica a los

campos de batalla.

Por estos motivos iniciamos nuestro tra-

bajo en esta línea de investigación en el año 2011,

en la cual seguimos trabajando actualmente con

vistas a mejorar nuestra propuesta. El modelo que

establecimos ya fue expuesto con anterioridad

(Ramírez y Jiménez 2013), al cual hemos hecho

modificaciones y correcciones actualmente.

Fig. 7.- Herraduras musulmanas y placa (Castro Ferral). Herradura cristiana (Las Viñas). (López Payer et al. 2002).

Fig. 8.- Cerámica almohade procedente de Castro Ferral. (López Payer et . 2002).

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 60

Nuestro trabajo tomó como piedra angu-

lar el paisaje, el cual es uno de los elementos a

tener en cuenta cuando hablamos de yacimientos

arqueológicos, puesto que están íntimamente liga-

dos. Pero esta unión es mucho más grande con la

tipología de estos lugares que nosotros estudia-

mos, habida cuenta que el propio paisaje es el ya-

cimiento.

Para fijar una base sólida en nuestro mo-

delo, tomamos como referencia las pautas que

marcan varios investigadores en lo que al paisaje

se refiere.

Según A. Saco del Valle (2001: 8) y Wea-

ver y Opperman (2000: 142 en Dore 2001: 286) hay

una serie de elementos indispensables que deben

estar presentes: representatividad, delimitación,

identificación de los eventos específicos de la ba-

talla y ejes temáticos.

El primero de ellos hace referencia a la

importancia del paisaje como medio de expresión,

a través del cual podemos comprender las inter-

acciones habidas entre el ser humano y la natura-

leza.

En cuanto a la delimitación, compartimos

la idea de A. Saco (2001: 8) de que una delimita-

ción física del espacio no es más efectiva a la hora

de un mejor entendimiento, ya que estaríamos

aislando el yacimiento de todo el entorno, además

de crear impactos de tipo visual en él.

J. Carman (2005: 19) tiene una opinión

similar sobre los límites, según él: “… A site can

usually be marked in a physical manner, by placing

an object on or near it. As a bounded entity, it can be

fenced or edged around, or markers can be placed

around the edges to make them evident. A land-

scape, however, cannot be so marked. Any marking

is usually much more intangible and often conceptu-

al only, as in the designation of an area of land as in

some way special. This may be as an Area of Out-

standing Natural Beauty, a Heritage Coastline or

some other form of words to emphasize the distinc-

tive quality of the space, but without (necessarily)

supplying it with a physical boundary.”

El tercero de los elementos muestra de

una manera más clara la unión entre el paisaje y

los acontecimientos bélicos de la batalla en cues-

tión. Gracias a esta combinación aportamos al

visitante una información muy importante, ya que

estamos relacionando directamente el entorno

con lo que allí tuvo lugar.

En cuanto a los ejes temáticos, tal y como

señala A. Orejas (2001: 8), “… La información se

debe presentar, de manera que la selección de te-

mas propuestos permita al público articular la visita

correctamente.”

La correcta aplicación de estas cuatro

premisas permite llevar a cabo una adecuada mu-

sealización del paisaje, así como del propio campo

de batalla.

4. MUSEALIZACIÓN DEL CAMPO DE BATALLA

DE LAS NAVAS DE TOLOSA

En el caso de la batalla de Las Navas de

Tolosa, la delimitación del área destinada para la

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 61

musealización será que presentamos en la imagen

adjunta.

Los motivos de dicha selección fueron

tomados tras haber realizado el correspondiente

estudio histórico y arqueológico de la batalla.

Al igual que en otros casos, la acción del

hombre ha modificado parte del yacimiento

arqueológico. El principal problema es una

carretera, la cual atraviesa el lugar del enfren-

tamiento, concretamente la JV-5021, lo que nos

obliga a adaptar nuestro programa museográfico a

esta situación, buscando soluciones a dicho hándi-

cap, y poder solventarlo de cara a una correcta

adecuación desde un punto de vista museológico,

que es lo que estamos buscando con este ejemplo.

Sobre el campo de batalla aplicaremos los

métodos y técnicas que mejor se adapten a las

características del mismo, jugando con los rasgos

más destacables del lugar en nuestro beneficio, y

así obtener un mejor resultado de nuestra

propuesta.

La batalla de Las Navas de Tolosa cuenta

con un abanico mucho mayor de actividades y de

enfoques, habida cuenta el lugar en el que se

encuentra y los rasgos que lo definen. Por tanto, la

musealización de este lugar se compondrá de los

siguientes elementos:

Movimientos de los ejércitos

Puntos de observación

Puntos arqueológicos

Rutas alternativas

4.1. Movimiento de los ejércitos

La opción más factible para poder mostrar

el desplazamiento de las tropas de ambos bandos,

es el uso de los caminos y viales que discurren por

el Parque Natural de Despeñaperros, a través de

los cuales la gente que venga puede pasear por las

zonas de la batalla .

Como se observa en la imagen (Fig. 10)

contamos con una gran cantidad de sendas a

través de las cuales se puede recorrer el lugar.

Algunas de ellas son caminos forestales y otras

viales que salen de la carretera JV-5021 que se

dirigen hacia pequeñas edificaciones que se

encuentran en la zona.

Mediante la utilización de estas pistas se

puede realizar el recorrido de varias formas

principalmente:

A pie

En bicicleta

A caballo

En coche

Fig. 9.- Área delimitada para la musealización. «PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España»

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 62

Esta última opción sería posible única-

mente en las zonas asfaltadas, mientras que el

resto de opciones se pueden llevar a cabo sin

ningún tipo de complicación. Para aquellos que

deseen conocer el campo de batalla a caballo, a

pie o en bicicleta deberemos adecuar cada uno de

los caminos. Dicho acondicionamiento consistirá

en primer lugar, en hacer la superficie lo más lisa

posible y de esta manera que sea también accesi-

ble para todas las personas, y en segundo lugar, en

crear carriles en los viales que estaban destinados

para vehículos a motor, con la intención de evitar

peligros con los coches u otro tipo de vehículos.

Además, al inicio del recorrido se especi-

ficará mediante carteles explicativos las posibles

rutas que se pueden hacer junto con una breve

introducción de lo que podrán ver. Estos caminos

serán delimitados mediante postes para evitar

extraviarse y que nadie se pueda salir del camino.

A lo largo de los distintos itinerarios inter-

calaremos una serie de paneles explicativos con

información de las distintas fases de la batalla,

acompañada siempre con mapas de las mismas y

documentación gráfica relativa a ambos ejércitos.

En los paneles de las Navas de Tolosa, todos los

datos se presentarán también mediante lenguaje

braille junto con la opción de audioguías. Esta total

accesibilidad de los carteles será común a lo largo

de todo el recorrido.

El conjunto de viales se compondrá de dos

caminos principales y una serie de sendas secun-

darias que van a comunicar con los centrales.

Todos los carteles que instalemos llevarán mapas

de las distintas rutas del campo de batalla, aparte

de la correspondiente información específica para

cada área.

El primero de ellos es el que se iniciaría en

las inmediaciones del lugar donde se instaló el

palenque y llegará hasta el inicio de la carretera.

Contará con un cartel orientado hacia el cerro

donde se situó al-Nasir para controlar el transcurso

de la batalla. En él, se explicará en qué consistía

Fig. 10.- Viales o caminos del área de musealización. Imagen obtenida del http://sigpac.mapa.es/fega/visor/

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 63

esta modalidad de fortificación y con qué unidades

contaba el ejército del califa almohade para la

batalla de 1212. Para salvar la carretera se podría

idear un sistema de pasarelas que conectaran con

el segundo tramo principal del recorrido.

El segundo de los viales principales

comienza tras cruzar la JV-5021. El inicio estará

presidido por un cartel que sigue la misma

mecánica que hemos explicado en líneas ante-

riores, mientras que a lo largo del itinerario inter-

calaremos una serie de paneles con sus corres-

pondientes datos. Dichos datos estarán focaliza-

dos en la explicación de las distintas fases del

combate, puesto que recorren el centro de lo que

tuvo que ser el núcleo principal de la batalla.

Además, irán acompañados de datos específicos

de las maniobras de ambos bandos y las

intenciones del monarca y del califa.

El final de este vial se encuentra donde

parece ser que estuvo el campamento cristiano. En

él, seguiremos la misma metodología de explica-

ción que en el panel del palenque: explicación del

ejército cristiano y su composición, además de

mostrar cómo se instalaban los campamentos en

época medieval y que estructuras presentaban.

Si volvemos de nuevo a la imagen de los

caminos (Fig. 10), observamos como muchas sen-

das secundarias nacen de las principales. Gracias a

esto podemos establecer nuevos caminos con

explicaciones más concretas que las anteriores,

como por ejemplo el armamento. Además de ser

una forma de mostrar los distintos puntos de vista

que pueden tener los campos de batalla.

4.2. Puntos de observación

A lo largo del itinerario que hemos fijado

estableceremos cuatro puntos o puestos de obser-

vación, con el objetivo de dar a conocer al visitante

las distintas perspectivas que pudieron tener am-

bos bandos durante la batalla. Los métodos que se

usarán serán: sistemas de realidad aumentada o

prismáticos fijos. Teniendo en cuenta a todas

aquellas personas que presenten problemas

visuales, los miradores contarán con paneles en

braille que reconstruirán la imagen que se vería

desde el punto de observación.

La ubicación de los distintos miradores se

puede observar en la imagen que adjuntamos a

continuación, los cuales se encuentran situados en

punto estratégicos dentro del yacimiento.

Punto de observación 1.

El primero de estos miradores se instala

con la finalidad de que el propio visitante pueda te-

ner la misma visión que las tropas almohades, las

cuales se instalaron en las inmediaciones de la

zona.

Fig. 11.- Ubicación de los puntos de observación, elabo-ración propia. «PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España»

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 64

Puesto de observación 2.

Con este segundo mirador buscamos una

perspectiva más cercana a lo que verían las tropas

musulmanas y una perspectiva global del entorno.

Punto de observación 3.

El tercero de nuestros puntos de observa-

ción se ubica en la zona central de ambos itinera-

rios principales, ofreciendo una visión del espacio

central del campo de batalla y del paisaje en el que

se encuentra.

Punto de observación 4.

El último de los puestos se instala en la zo-

na donde se encontraba el campamento cristiano

para dar la perspectiva visual que tendrían los

reyes cristianos del campo de batalla.

4.3. Zonas de interés arqueológico

El campo de batalla de las Navas de Tolosa,

al contrario que otros de estos yacimientos, si

cuenta con estudios arqueológicos previos. En este

caso una prospección, realizada en el año 1999 por

M. G. López Payer y su equipo (1999).

Los datos aportados por dicha prospección

permiten que en nuestra propuesta museográfica

se puedan incluir las zonas en las cuales se traba-

jaron. Dichas áreas ya fueron explicadas en el apar-

tado correspondiente a la arqueología de la batalla

de las Navas de Tolosa.

De las cuatro zonas de prospección tres se

encuentran dentro del espacio que correspondería

con el campo de batalla, mientras que una de ellas

se encuentra fuera de dicha área. A pesar de no

situarse en el dentro de ese espacio, esa zona se

incluirá dentro del área a musealizar, y se conec-

tará mediante rutas alternativas, las cuales explica-

remos en el punto siguiente.

Cada uno de los puntos contará con un

sistema de paneles explicativos, siguiendo la mis-

Fig. 12.- Puesto de observación 1, elaboración propia. «PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España»

Fig. 13.- Puesto de observación 2, elaboración propia. «PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España»

Fig. 14 - Punto de observación 3, elaboración propia. «PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España»

Fig. 15.- Puesto de observación 4, elaboración propia. «PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España»

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 65

ma dinámica que en los anteriores en lo que a

accesibilidad se refiere, en los cuales se propor-

cionará información respecto a las actividades

arqueológicas que se llevaron a cabo en estos

espacios. Además de mostrar los restos materiales

que se localizaron y una breve explicación de los

mismos .

4.4. Rutas alternativas

Para establecer una ruta alternativa exami-

namos la cartografía del Parque Natural de Despe-

ñaperros, con el objetivo de buscar posibles cami-

nos o sendas que permitieran esta opción. Buscá-

bamos conectar el itinerario principal de la batalla

con otros restos arqueológicos de la zona, concre-

tamente con el castillo de Castro Ferral.

La conexión entre ambos viales se realiza

tomando una bifurcación del segundo tramo del

itinerario principal, concretamente la salida situa-

da a la derecha, que se conoce como Carril de

María Pía. Se mantiene la dirección hasta llegar a

un lugar denominado como Escombrera en la

cartografía. Una vez rodeado este lugar el camino

a seguir es en línea recta hasta encontrarse un giro

a la izquierda antes de llegar al Arroyo de la Huerta

de Quiñones. Cuando se tome esa salida el reco-

rrido es recto por el vial denominado Camino del

Puerto del Mulador, el cual llega hasta las ruinas

del castillo.

Este camino alternativo es una opción para

aquellos amantes del senderismo arqueológico. Es

un recorrido que pasa por el Parque Natural de

Fig. 17.- Áreas de interés arqueológico, elaboración propia. «PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España»

Fig. 16.- Ubicación de las zonas de interés arqueológico, elaboración propia. «LiDAR-PNOA cedido por © Instituto Geo-gráfico Nacional de España»

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular 02– 2015 66

Despeñaperros, que además da la opción de

contemplar la naturaleza en todo su esplendor.

El itinerario estará jalonado con paneles

explicativo de la flora y fauna de la zona, además

de mapas que indican en qué posición se encuentra

en ese momento para evitar que el visitante se

pueda extraviar. El firme del camino se deberá

hacer lo más transitable posible, tanto para

peatones como para bicicletas y caballos.

El final de la senda será el propio castillo, el

cual contará con el correspondiente sistema de

cartelería donde se explicarán las características

constructivas del mismo junto con datos de

carácter histórico. Este lugar permite al visitante

disfrutar de una vista fantástica de todo el Parque

Natural y de una perspectiva única del campo de

batalla desde una posición inmejorable.

5. CONCLUSIONES

A través de la línea de investigación en la

que trabajamos hemos podido comprobar como

los campos de batalla en España se encuentran

olvidados respecto a otros yacimientos.

Esta situación atiende a dos factores

principalmente: el primero de ellos es la visión

negativa que se tiene de estos lugares, además de

la carga política que añade a cualquier trabajo

relacionado con la historia militar, y el segundo son

las características propias de esta tipología de

yacimientos, convirtiéndolos en lugares que no

atraen a la gran inmensa mayoría de la comunidad

científica en nuestro país.

Los rasgos identitarios de los campos de

batalla, escasez de restos arqueológicos y gran

extensión, no deben verse como un problema, sino

como una ventaja, ya que el menor volumen de

materiales significa una reducción de costes a la

hora de conservarlos y mostrarlos al público. De

este modo, el presupuesto con el que se cuente

puede destinarse a otros fines museográficos, que

no podrían haber sido llevados a cabo si hubiera

necesaria la consolidación o restauración de los

restos.

En cuanto a lo que respecta a las mayores

dimensiones de este tipo de yacimiento, decir que

juega a nuestro favor porque, como ya indicamos,

el paisaje es el campo de batalla, permitiéndonos

aplicar la metodología que venimos elaborando en

los últimos años.

El modelo de musealización que nosotros

hemos elaborado, basándonos en investigadores

de prestigio que trabajan esta línea y en los

métodos y técnicas existentes, es aplicable a cual-

quier campo de batalla, sin importar el periodo de

la historia al que pertenezca. Esto es uno de los

puntos fuertes de nuestro trabajo, ya que la

universalidad de las metodologías es uno de los

objetivos a buscar en cualquier campo.

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