Arqueoastronomía Una Nueva Perspectiva

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Arqueoastronomía: Una nueva perspectiva en la investigación arqueológica Archaeoastronomy: A new perspective in the archaeological research Mª Luisa CERDEÑO SERRANO*, Gracia RODRÍGUEZ CADEROT** * Departamento de Prehistoria. Facultad de Geografía e Historia. Universidad Complutense de Madrid. [email protected] ** Sección Departamental de Astronomía y Geodesia. Facultad de Matemáticas. Universidad Complutense de Madrid. [email protected] Recibido: 25-07-2009 Aceptado: 31-07-2009 RESUMEN Se justifica el interés de la publicación del presente volumen monográfico por la necesidad de precisar y difundir el papel que la arqueoastronomía puede jugar en el marco de la investigación arqueológica espa- ñola. Se comenta el debate teórico y metodológico actualmente planteado en torno a esta disciplina y se sugiere su inclusión en el marco general de la Arqueometría. PALABRAS CLAVE: Arqueoastronomía. Astronomía Cultural. Arqueometría. Arqueología española. ABSTRACT The interest and opportunity of this publication is justified by the need to specify and divulge the role that archaeoastronomy can play in the context of Spanish archaeological research. The theoretical and method- ological debate about this discipline is discussed and its inclusion in the general framework of archaeo- metry is argued for. KEY WORDS: Archaeoastronomy. Cultural Astronomy. Archaeometry. Spanish archaeology. SUMARIO 1. Presentación. 2. La arqueoastronomía española en el marco europeo. 3. ¿Donde situar la arqueoastronomía? La arqueometría como posible marco de referencia. Complutum, 2009, Vol. 20 Núm. 2: 11-21 ISSN: 1131-6993 11

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  • Arqueoastronoma: Una nueva perspectivaen la investigacin arqueolgica

    Archaeoastronomy:A new perspective in the archaeological research

    M Luisa CERDEO SERRANO*, Gracia RODRGUEZ CADEROT**

    * Departamento de Prehistoria. Facultad de Geografa e Historia. Universidad Complutense de [email protected]

    ** Seccin Departamental de Astronoma y Geodesia. Facultad de Matemticas. UniversidadComplutense de Madrid. [email protected]

    Recibido: 25-07-2009Aceptado: 31-07-2009

    RESUMEN

    Se justifica el inters de la publicacin del presente volumen monogrfico por la necesidad de precisar ydifundir el papel que la arqueoastronoma puede jugar en el marco de la investigacin arqueolgica espa-ola. Se comenta el debate terico y metodolgico actualmente planteado en torno a esta disciplina y sesugiere su inclusin en el marco general de la Arqueometra.

    PALABRAS CLAVE: Arqueoastronoma. Astronoma Cultural. Arqueometra. Arqueologa espaola.

    ABSTRACT

    The interest and opportunity of this publication is justified by the need to specify and divulge the role thatarchaeoastronomy can play in the context of Spanish archaeological research. The theoretical and method-ological debate about this discipline is discussed and its inclusion in the general framework of archaeo-metry is argued for.

    KEY WORDS: Archaeoastronomy. Cultural Astronomy. Archaeometry. Spanish archaeology.

    SUMARIO 1. Presentacin. 2. La arqueoastronoma espaola en el marco europeo. 3. Donde situar laarqueoastronoma? La arqueometra como posible marco de referencia.

    Complutum, 2009, Vol. 20 Nm. 2: 11-21 ISSN: 1131-699311

  • 1. Presentacin

    La declaracin del ao 2009 como Ao Interna-cional de la Astronoma por parte de la UNESCOy de la IAU (International Astronomical Union),ratificada por la ONU el 19 de diciembre de 2007,est impulsando la realizacin de muchas activida-des relacionadas con este campo cientfico, siendosu objetivo principal motivar y hacer reflexionar alos ciudadanos de todo el mundo sobre el lugar queocupamos en el universo. Por eso se ha hecho coin-cidir con la conmemoracin de la primera vez queGalileo Galilei observ el cielo con un telescopio,hace ahora 400 aos, descubriendo los satlites deJpiter y logrando una visin de los astros, la Lunay los planetas, como no se haba tenido hasta entonces.

    Todos estos hechos brindan la oportunidad devolver tambin la vista hacia el pasado e intentarcomprender la importancia y especial significadoque las distintas sociedades antiguas concedieron alos fenmenos celestes observables y que, sin duda,pasaron a formar parte de su imaginario colectivo.Por ello nos pareci una idea acertada la publica-cin de un dossier sobre arqueoastronoma que pu-diera mostrar la presencia real que esta disciplinaest teniendo en el marco acadmico espaol, don-de ya muchos investigadores trabajan en esta lnea.Cremos que era un buen momento para reunir enun mismo volumen trabajos que se estn realizan-do por colegas espaoles y tambin europeos, ob-teniendo con ello una panormica general tantodesde la reflexin terica como de las aplicacionesconcretas y asimismo evaluar sus posibilidades deexpansin en un futuro prximo.

    El presente volumen podemos considerarlo encierta manera el resultado del mismo inters quenos movi, hace ya dos aos, a organizar un semi-nario sobre el tema en el seno de los Cursos de Ve-rano de El Escorial que anualmente celebra la Uni-versidad Complutense de Madrid y en el que parti-ciparon algunos de los colaboradores de este libro,siendo ahora la ocasin de recuperar los plantea-mientos all presentados, ampliados con nuevasperspectivas y con la contribucin de nuevos auto-res. El Encuentro, titulado Arqueoastronomia: unainvestigacin multidisciplinar, se celebr durantelos das 11 al 13 de julio de 2007 en la sede de losCursos de Verano de El Escorial, bajo la direccinde las profesoras firmantes de este trabajo.

    Nos pareca necesaria entonces la reunin de as-trnomos y arquelogos interesados en esta disci-

    plina, en un foro reducido y cercano, para inter-cambiar puntos de vista y analizar las razones quela alejaban de la perspectiva arqueolgica. Hacapoco tiempo de nuestro primer acercamiento a estalnea de investigacin y habamos comprobado quehaba sido definida y desarrollada por astrofsicos,mientras que en el mbito de la arqueologa espa-ola tena muy poca repercusin, pues bien se laignoraba o se acceda a ella de forma muy minori-taria. Ello nos pareca una paradoja puesto que, endefinitiva, la arqueoastronoma no es una rama dela Astronoma, sino de la arqueologa y slo se jus-tifica si puede proporcionar respuestas a interrogan-tes planteados desde la arqueologa o la antropolo-ga (ver, por ejemplo, los trabajos de Iwaniszewski,Pasztor, Belmonte o Esteban en este volumen).

    Por todo ello, pensamos que la revista Complutumpoda ser el marco adecuado para proyectar haciael entorno arqueolgico sus posibilidades de estu-dio ya que sin duda ofrece nuevos cauces y pers-pectivas interpretativas. Nos preocupa especial-mente su desarrollo en Espaa por ser el mbito enel que realizamos nuestras investigaciones, aunqueno podemos obviar el marco europeo como refe-rente directo puesto que fue en algunos pases denuestro entorno donde, hace ya ms de un siglo,surgi el inters por analizar la relacin que lassociedades antiguas haban mantenido con el cos-mos, aunque pasaron dcadas hasta que se empeza desarrollar como una autntica disciplina cient-fica.

    Esta es razn por la que la mayor parte de losautores que intervienen en este volumen son espa-oles a los que consideramos buenos representan-tes del camino por el que se estn desarrollando lostrabajos arqueoastronmicos en nuestro pas y en-tre ellos se encuentran investigadores procedentestanto del campo de la astronoma, como de la ar-queologa. Por su parte, los trabajos europeos estnrepresentados por cuatro autores, procedentes tam-bin de los dos campos cientficos, cuyo rigor y re-levancia estn sobradamente demostradas.

    Los trabajos presentados podran ordenarse endiferentes epgrafes segn su contenido, pues cu-bren distintas facetas de los estudios que en la ac-tualidad se estn realizando en Espaa y en otrospuntos de Europa. El primer lugar creemos que de-be ocuparlo el apartado dedicado a la reflexin delos conceptos tericos pues una de las grandes pre-ocupaciones actuales gira en torno a la redefinicinde la propia disciplina y a los fundamentos sobre

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  • los que debe apoyarse si pretende ocupar un lugardestacado en el mbito cientfico.

    En este sentido, creemos que el trabajo del pro-fesor Iwaniszewski, arquelogo y antroplogo conamplios conocimientos de astronoma y al quepuede considerarse un referente, tanto en Europacomo en Latinoamrica, constituye una buena in-troduccin ya que en l realiza una profunda revi-sin crtica del momento actual de los estudiosarqueoastronmicos haciendo un repaso de lasperspectivas desde las que se acomete esta investi-gacin y marcando las pautas tericas necesariaspara elaborar una disciplina verdaderamente cien-tfica y til. El autor una vez ms en la convenien-cia de adoptar la Astronoma Cultural como el nue-vo campo analtico que englobara a todos los de-ms (arqueoastronoma, etnoastronoma, etc.) y quepuede generar un marco epistemolgico y metodo-lgico para una investigacin capaz de satisfacerlas demandas formuladas desde la Arqueologa y laAntropologa.

    El artculo conjunto del profesor Garca Quinte-la, historiador de la Antigedad y arquelogo, y delastrofsico C. Gonzlez contiene tambin una pro-funda reflexin terica que demuestra la evidenteconexin entre la arqueoastronoma y las diferen-tes perspectivas de la arqueologa del espacio o delpaisaje, ahondando en los fundamentos y metodo-logas que sustentan ambas disciplinas y abogandoporque la observacin del paisaje trascienda la tra-dicional lnea del horizonte terrestre. Tambin aler-tan sobre el creciente uso de tecnologas analticaspara reproducir los modelos celestes, que no debenhacer olvidar que el fin ltimo de estos estudios estratar de comprender mejor el comportamiento y lasformas de pensamiento de las sociedades del pa-sado.

    En esta lnea de anlisis general incluimos lostrabajos Belmonte y de Esteban, ambos astrofsicosdel Instituto Astrofsico de Canarias. J.A. Belmon-te, a quin hay que considerar el autntico pioneroe introductor de los estudios arqueoastronmicosen Espaa, hace un repaso historiogrfico de losmismos analizando los pasos seguidos y lamentan-do el dao que causan a su credibilidad la prolife-racin de pseudocientficos que se apropian de tr-minos y conceptos cientficos para sus disparata-das interpretaciones. Por su parte, C. Esteban plas-ma la realidad investigadora que se vive en nuestropas, haciendo hincapi en los problemas con quese encuentran los investigadores interesados por

    esta nueva lnea de trabajo ya que no acaba de serreconocida plenamente por los profesionales de laastronoma, para los que la arqueologa resulta algolejana, ni tampoco por muchos arquelogos que si-guen recelando de la utilidad de estos estudios, altiempo que se lamenta de la escasa presencia en ladocencia universitaria.

    E. Paztor es una reputada arqueloga especiali-zada en el tema que en esta ocasin expone su pun-to de vista crtico sobre la arqueoastronoma que seha venido desarrollando en Europa, revisando al-gunas de las interpretaciones ms emblemticas.Considera que la arqueoastronoma es una sub-dis-ciplina de la arqueologa y por ello las precisionesde los arquelogos pueden mejorar y completar elpunto de vista de los astrnomos.

    Un segundo bloque de trabajos podra englobarseen un epgrafe de trabajos especficos pues se tratade aplicaciones prcticas centradas en diferentesmomentos histricos, sobre los que se argumentaslidamente la probable conexin entre determina-dos comportamientos y actitudes de grupos del pa-sado con diferentes fenmenos celestes. El profe-sor de prehistoria y arqueologa J.L. Escacena pre-senta un slido trabajo sobre los mitos religiosos ylos cultos que rodearon la figura del dios fenicioMelqart, llegando a la conclusin de que la hipte-sis astronmica es la ms plausible para explicar-los; asimismo confirma la importancia que tuvie-ron las experiencias astronmicas de los fenicios ala hora de su expansin por el Mediterrneo y c-mo esos conocimientos marcaron el mapa de la co-lonizacin. Su profundo conocimiento del tema,tanto de la literatura sagrada oriental como del re-gistro arqueolgico, aleja cualquier atisbo de espe-culacin en el tratamiento de esta nueva lnea inter-pretativa.

    El equipo formado por la arqueloga I. Baque-dano y el gelogo C. Martn Escorza, pionero enlas observaciones topoastronmicas de los pueblosperromanos meseteos, presenta su ltimo trabajosobre las posibles orientaciones astronmicas delos tmulos de algunas necrpolis de la Edad delHierro peninsular y proponen que fue el planetaVenus el objeto de atencin de sus constructores,argumentando su hiptesis tanto con los datos ar-queolgicos obtenidos en los yacimientos de refe-rencia, como en la tradicin escrita conocida denumerosas pueblos antiguos.

    El trabajo de M. Prez, doctor en ingeniera geo-dsica, es un resumen de su recin presentada tesis

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  • doctoral y en l estudia las posibles orientacionestopoastronmicas de elementos funerarios y/o reli-giosos en los dos castros ms importantes de lastierras vettonas. Es importante esta contribucin porla precisin metodolgica utilizada en la determina-cin de las orientaciones de los elementos en estu-dio, que garantiza el rigor en la toma de datos, im-prescindible para sustentar las hiptesis sobre lasrelaciones no casuales con efemrides astronmicas.

    En este grupo de trabajos no poda faltar la pre-sencia del profesor emrito de astronoma M. Hos-kin, puesto que ocupa desde hace mucho tiempo unlugar preferente en la arqueoastronoma britnicay, como consecuencia, en la europea debido tanto asus numerosas publicaciones, como al impulso ensu difusin a travs de la revista Archaeostronomy,adems de la vinculacin directa que este investi-gador ha mantenido con nuestro pas. Ahora pre-senta una breve muestra de sus ltimos trabajosque durante aos ha centrado principalmente en elmundo megaltico, incluidos la mayora de los dl-menes espaoles.

    La aportacin individual del astrofsico C. Gon-zalez insiste en la necesidad de descartar la subje-tividad que a veces preside la propia toma de datosy su posterior tratamiento, proponiendo para ello laaplicacin de un riguroso mtodo estadstico, eneste caso ejemplificado en el estudio de los mega-litos occidentales. Por su parte, el trabajo firmadopor J. Mejuto, fsico y arquelogo, y por el mate-mtico C. Rodrguez trata igualmente de propor-cionar una metodologa correcta a la hora de aco-meter las observaciones topoastronmicas, centra-das en este caso en una necrpolis prehistrica dela cultura Kerma de Nubia, excavada y estudiadapor un equipo de investigacin espaol.

    El inters de los estudios arqueoastronmicosfuera del mbito acadmico debe ser tenido encuenta por los investigadores que deberan ser losencargados o, al menos, los supervisores de su di-fusin y divulgacin. Por ello nos parece interesan-te la presentacin del profesor Burillo y sus cola-boradoras por ser un ejemplo de cmo se puede ha-cer asequible, con rigurosos conceptos pedaggi-cos, esta faceta cultural de observacin del cieloque practicaron todas las sociedades de una u otramanera.

    Situamos al final, a modo de eplogo, la proyec-cin que la astronoma antigua est teniendo en elmarco de las instituciones europeas reflejada en eltrabajo presentado por la astrnoma Magda Sta-

    vinschi, que desde hace aos dedica gran parte desu investigacin a los temas arqueoastronmicos.Esta investigadora est jugando recientemente unimportante papel en las instituciones internaciona-les y en el presente artculo insiste en la relevanciaque desde organismos como la UNESCO se estdando al Patrimonio Astronmico, subrayando queel cielo es y fue un referente universal y patrimo-nio comn de todas las sociedades presentes y pa-sadas. Explica las actuaciones que se estn llevan-do a cabo para crear una base de datos con todos loslugares estudiados desde un punto de vista arqueo-astronmico con la finalidad de identificarlos, es-tudiarlos y protegerlos. Precisamente, uno de losproyectos pilares del ao Internacional de la Astro-noma es el denominado Astronoma, Patrimoniode la Humanidad con el que se pretende preservarla astronoma como una herencia natural y culturalque es preciso primero conocer.

    2. La arqueoastronoma espaolaen el marco europeo

    Tras la lectura de todos los trabajos presentados,creemos que pueden percibirse bien las posibilida-des interpretativas que esta disciplina ofrece, perotambin las dificultades que pueden surgir en el ca-mino puesto que es una lnea de investigacin en laque coinciden otras disciplinas cientficas ya con-solidadas.

    En el caso de Espaa, no ha surgido an el deba-te pues la arqueoastronoma es una disciplina quetiene un corto recorrido y aunque en los ltimosaos los trabajos han aumentado extraordinaria-mente, la diferencia es grande si la comparamoscon otros lugares de Europa donde su prctica esya casi centenaria. Pero el objetivo de estas breveslneas no es realizar un recorrido historiogrficodetallado, puesto que ya lo hicimos en otra ocasin(Cerdeo et alii 2006) y porque tambin se realizaacertadamente en varios trabajos de este mismovolumen, sino resumir su breve trayectoria y verlos aspectos ms interesantes para comprenderla situacin actual. El panorama que contempla-mos es bastante esperanzador, pero ser nece-sario que su prctica sea ms amplia para ir asen-tando slidas bases conceptuales y metodolgi-cas, ya que existen diferentes criterios incluso a lahora de establecer la propia denominacin de ladisciplina.

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  • Si revisamos su desarrollo en Europa, est claroque fue en Inglaterra donde surgi muy pronto elinters por estudiar la relacin que las antiguas so-ciedades haban mantenido con el cosmos, pues losprimeros trabajos sobre posibles orientaciones in-tencionadas de monumentos prehistricos se re-montan al siglo XVIII. Sin embargo hubo de llegara la dcada de los aos 30 del pasado siglo paraque adquiriera un tratamiento de verdadera disci-plina cientfica (por ejemplo, Thom 1954) al irsedesprendiendo de eruditos, aficionados y de la grancarga mstica que se haba impreso a las observa-ciones hasta entonces realizadas en yacimientosemblemticos.

    Quizs se pueda considerar una fecha decisivael ao 1979, momento en que apareci la revista Ar-chaeoastronomy, fundada por el profesor MichaelHoskin como suplemento especializado del Jour-nal for the History of Astronomy que haba inicia-do su andadura nueve aos antes. Por eso llamnuestra atencin que fuera solamente dos aos des-pus de la publicacin del primer volumen cuandoalgunos autores ya se estaban autoanalizando (He-ggie 1981), teniendo en cuenta que este tipo de re-visiones y reflexiones sobre la evolucin de la pro-pia ciencia suelen hacerse tras una mayor trayecto-ria en el tiempo.

    En cualquier caso, con la publicacin de esta re-vista quedaba definitivamente establecido el nom-bre de la disciplina a travs de la cual se intentabaaveriguar el papel que jug el cielo en las manifes-taciones culturales de los grupos de pocas pasa-das. Pero la arqueoastronoma present desde elprincipio algunos desajustes debido seguramente aque en su propia denominacin coinciden dos cien-cias bien diferentes y, como seala Iwaniszewski,los discursos de los investigadores implicados co-rran por caminos paralelos difciles de converger(Iwaniszewski 2003). Los pioneros de estos estu-dios procedan mayoritariamente del campo de lafsica o de la ingeniera, su objetivo era realizarmediciones de los monumentos arqueolgicos alos que consideraban contenedores de datos y, apartir de ellos, crear leyes de aplicacin general,aunque faltase una mayor atencin a la verdaderasignificacin cultural de aquello que se estaba ana-lizando.

    A lo largo de las ltimas dcadas del pasado siglose produjo su verdadera expansin en Europa y seampli enormemente el campo de trabajo fuera delrea britnica y fuera del contexto megaltico. Se

    observ un cambio cuantitativo y tambin cualita-tivo ya que los astrnomos empezaron a mostrarmayor inters por los aspectos arqueolgicos tra-tando de contextualizar su objeto de inters pero, apesar de que los planteamientos fueron variando, lanecesaria colaboracin entre astrofsicos y arque-logos no acababa de resultar fecunda.

    Su desarrollo recibi un importante estimulo en1992 con la fundacin por parte del profesor C.Jaschek de la SEAC (Socit Europenne pourlAstronomie dans la Culture, o en su traduccininglesa European Society for Astronomy in Cultu-re) que desde entonces se ha convertido en el esca-parate de la investigacin europea en este campoya que sus reuniones anuales convocan un gran n-mero de participantes cuyas aportaciones se publi-can regularmente.

    Conviene subrayar que el propio nombre de estasociedad ofrece ya un marco de referencia ms am-plio que trasciende la arqueoastronoma, como in-sisten algunos autores desde hace tiempo (Iwanis-zewski 1994) y queda bien plasmado en la defini-cin de esta institucin, que subraya en su trabajoM. Stavinschi es una asociacin profesional decientficos que trabajan en el campo de la Astro-noma Cultural o de la Astronoma antropolgica,incluyendo las ramas interdisciplinares de la Ar-queoastronoma y de la Etnoastronoma, aunquetambin son aceptados los investigadores que tra-bajan en campos prximos como la Historia de laAstronoma, Mitologa, Arqueologa Espacial oCosmologa.

    Con estas referencias europeas, algunos cientfi-cos espaoles del Instituto Astrofsico de Canariasencabezados por J.A. Belmonte iniciaron en sucentro esta nueva lnea de trabajo1 que, hasta hacepoco ms de diez aos, se encontraba en una faseincipiente pues eran contados los estudiosos intere-sados en ella. La creacin de la mencionada socie-dad europea, a cuyas sesiones empezaron a acudiralgunos compatriotas (por ejemplo, Belmonte etalii 1993, 2000), unido al inters mostrado por al-gunos investigadores europeos hacia nuestro paspara ampliar el territorio de sus estudios (por ejem-plo, Hoskin 1985, 1990), contribuyeron a la incor-poracin definitiva de algunos investigadores es-paoles a este nuevo campo (por ejemplo, Hoskinet alii 1998). Desde entonces, el inters ha idoaumentando progresivamente aunque, hasta hacebien poco, su reflejo en el campo cientfico de laarqueologa segua siendo mnimo como se puede

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  • observar en el anlisis de las publicaciones cient-ficas que hicimos hace unos aos (Cerdeo et alii2006) y que se explica por la orientacin excesiva-mente cientifista y la ausencia de valoraciones es-trictamente culturales.

    Independientemente de la perspectiva con que seacometan estos estudios, o quizs precisamente poreso, otra de las preocupaciones compartidas pormuchos de nosotros es la escasa presencia que laarqueoastronoma o la astronoma cultural sigueteniendo en la universidad espaola, siendo muypocos los centros docentes en los que est incorpo-rada, aunque sea de manera marginal, en sus planesde estudio.

    En algunas facultades de Fsicas y Matemticasse la menciona en las introducciones de los progra-mas de Astronoma o bien en los dedicados a laHistoria de la Astronoma que suelen remontarse alas primeras sociedades estatales, sobre las que yahay textos escritos, pero no suelen ocuparse de lassociedades grafas; una de las primeras en incor-porarla fue la Facultad de Fsicas de la Universidadde La Laguna, en colaboracin con investigadoresdel Instituto Astrofsico de Canarias.

    En las facultades de letras (Geografa e Historia,Humanidades, etc.) su presencia es casi inexisten-te demostrando que el mundo arqueolgico, salvoexcepciones, permanece al margen. Podemos men-cionar como pionera a la Universidad de Salaman-ca donde la profesora Lpez Plaza incluye algunostemas arqueoastronmicos en su asignatura de doc-torado, desde que en los aos 90 del pasado siglocolaborase con especialistas de la talla de Jascheko Hoskin. Igualmente se incorpora esta materia enalgunos cursos del profesor Escacena en la Univer-sidad de Sevilla. Las firmantes de este artculoofertan un curso desde la facultad de Fsicas de laUniversidad Complutense, dentro de un Master enGeofsica y Meteorologa, que incluye estostemas y asimismo lo ofertaban desde la facultad deGeografa e Historia, dentro del Doctorado del De-partamento de Prehistoria, de donde desaparece-r el prximo curso por mor de la inevitable refor-ma de los planes de estudio. Como bien sealaEsteban en su trabajo, mientras la disciplina noest claramente definida y no tenga su reflejo enlas aulas, pocos sern los estudiantes que se in-teresen por ella y, como consecuencia, ser difcilque ample su desarrollo y sus perspectivas inves-tigadoras.

    3. Donde situar la arqueoastronoma?La arqueometra como posible marcode referencia

    Los puntos de partida de la arqueoastronoma hansido diversos y son ampliamente comentados a lolargo del volumen, por lo que slo subrayamos queciertamente existen diferencias de enfoque entre losestudiosos del tema. Los astrnomos son los queprimero han definido esta nueva disciplina y partenen definitiva de su propia ciencia, la astronoma,que tiene unos fundamentos muy claros y slidos;es una ciencia muy antigua, con unos objetivos yuna metodologa muy bien definida: estudia el cos-mos, los movimientos de los planetas y las leyesfsicas por las que se rige el Universo.

    El problema es que la astronoma moderna esuna ciencia producto de la mentalidad de nuestrasociedad occidental y utiliza los principios analti-cos/lgicos por los que nosotros nos regimos, porlo que inevitablemente fragmenta el conocimientoy separa conceptos como naturaleza y cultura. Y conesta perspectiva se ha acercado a la arqueoastrono-ma que, vista slo desde este ngulo, resulta in-completa. Por ello, el punto de vista de los arque-logos no debera estar ausente, puesto que no setrata solamente de observar eventos celestes, dedescubrir orientaciones o de tomar medidas de mo-numentos antiguos, sino de aproximarnos a la visinque de todo ello tenan los grupos humanos que losconstruyeron. Recordemos que los pueblos arcai-cos, sobre todo los que no conocan la escritura, te-nan una mentalidad distinta a la nuestra y diferen-tes procesos ideolgicos y simblicos; no fraccio-naban tanto su pensamiento a la hora de observarlos fenmenos que les rodeaban, eran ms globali-zadores (ver por ejemplo Hernando 2002; Rivera2005: 84) y ello significa que todas las facetas desu mundo estaban imbricadas entre si: naturaleza,ideologa, religin, economa, estructura social, etc.,sacralizando todo lo que no podan controlar, entrelo que estara el cielo y todos los fenmenos que enl ocurren o que de l proceden.

    A pesar de todo ello, creemos que desde la ar-queologa espaola las actitudes respecto a la ar-queoastronoma han estado menos claras. Casi na-die pensaba en ella como una va ms de la arqueo-loga cognitiva, en que poda ser un camino deaproximacin al mundo del pensamiento de las so-ciedades arcaicas, es decir, a los aspectos menos

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  • tangibles de la actividad social y, quizs por las di-ficultades de comprobar los aspectos ideolgicos deaquellos grupos, mostraba clara desconfianza anteuna disciplina que muchos an consideran especu-lativa. Realmente ha sido ignorada por gran parte delos arquelogos y ejemplo claro lo constitua hastahace bien poco la propia Arqueologa Espacial en laque, como ya hemos dicho otras veces, el gran ol-vidado era precisamente el espacio celeste (ver, porejemplo, la serie Arqueologa Espacial, del Semina-rio de Arqueologa y Etnografa Turolense); afortu-nadamente esta visin est siendo subsanada ybuena prueba de ello es el trabajo que aqu presen-tan M. Garca Quintela y C. Gonzlez. Otro ejem-plo arqueolgico llamativo es el del megalitismo,pues muy pocos especialistas en este fenmenocultural han prestado atencin a las bien medidasorientaciones de los monumentos que sin duda pue-den reflejar determinados ritos, mitos o sealizacio-nes intencionadas, pero que mantenan cierta leja-na con los planteamientos socioculturales.

    El cambio de perspectiva parece que est contri-buyendo a que remita la desconfianza de los ar-quelogos y estamos asistiendo en los ltimos me-ses, esperemos que no de manera pendular, a uninters especial por la visin que los pueblos anti-guos pudieran tener del cielo. Por poner un ejem-plo cercano, llam nuestra atencin que en el ltimoSimposio sobre Celtberos, celebrado en noviembrede 2008 (Burillo e.p.), se presentaran varios traba-jos que ofrecan interpretaciones de tipo astral (cos-mologas, calendarios) para muchos elementosarqueolgicos, aceptando que esta nueva visinpuede abrir novedosas perspectivas a la hora de in-terpretar aspectos ideolgicos, simblicos o reli-giosos. En dichas comunicaciones se abord eltema desde diferentes ngulos, centrndose princi-palmente en las observaciones del horizonte topo-astronmico desde el enclave de nuestro inters ar-queolgico, el reflejo en la iconografa de motivosastrales, el estudio de la posible pervivencia ances-tral en actuales fiestas populares coincidentes coneventos calendricos o las nuevas interpretacionesde los calendarios celtas.

    Si realmente comienzan a generalizarse en nues-tro pas los estudios arqueoastronmicos, tanto des-de el campo de la astronoma como desde la ar-queologa, debera prestarse desde el principio unaespecial atencin a dos aspectos fundamentales: 1)El rigor en los mtodos y tcnicas empleados en latoma de datos y 2) Las cuestiones que ocupan el ac-

    tual debate conceptual para as partir de una baserealmente slida.

    3.1. El rigor de los mtodos

    Para obtener resultados rigurosos en el campo dela arqueoastronoma se necesita contemplar diver-sos aspectos. El primero de ellos es conocer condetalle los eventos celestes recurrentes, la posiciny movimientos de estrellas y planetas que podanser contemplados en la poca en que centramosnuestros estudios, del mismo modo que el propiohorizonte topogrfico en relacin con ellos. Porotro lado, es necesario tambin calcular la posicinde los enclaves, las orientaciones de monumentos,tumbas, etc. con la mayor precisin posible paraque los datos de campo sean de absoluta fiabilidad,dado que despus van a ser usados para fundamen-tar hiptesis sobre las relaciones no casuales quelas antiguas sociedades tuvieron con la bvedaceleste y los fenmenos que en ella se producen,as como con el paisaje circundante.

    Comenzando por la necesidad de conocer y re-producir el cielo en la poca de estudio, lo funda-mental es poseer un buen software que lo permita.Ello no es problema porque existen paquetes infor-mticos que realizan esta tarea de una manera rpi-da y fcil (por ejemplo Alcyone Ephemeris, MICA,TheSky, Starry Nihgt). Existen algoritmos para cal-cular la posicin del eje de rotacin con respecto alas estrellas en distintas pocas. Como es bien sabi-do, el eje de rotacin de la Tierra realiza un movi-miento circular alrededor del eje perpendicular alplano de su rbita, la eclptica, con un perodo deaproximadamente 26000 aos, el movimiento deprecesin. Debido a ello la posicin de este ejecambia segn la poca y por tanto esto determina lavisin de la bveda celeste. Adems esta variacinafecta al ngulo que forma el ecuador terrestre conla eclptica, que determina la declinacin del Sol,es decir su altura sobre el ecuador. Esta declinacinva a ser un dato importante a la hora de calcular lasdirecciones del horizonte por donde tienen lugarlos ortos y ocasos del Sol en fechas sealadas, equi-noccios, solsticios, pasos del Sol por el cenit, etc.

    De igual manera que debemos conocer de unmodo fiable las posiciones de los astros y sus mo-vimientos peridicos, es importante prestar aten-cin al horizonte topogrfico de los lugares elegi-dos pues no siempre una orientacin intencionadatiene que estar determinada por un evento astron-

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  • mico. Muchas veces el paisaje circundante tiene unespecial significado por s mismo sin que este rela-cionado con los movimientos peridicos de losastros, aunque en muchas ocasiones se combinenambos factores. El hecho de que se hayan orienta-do construcciones hacia accidentes geogrficos (ci-mas de montaas, relieves especiales), proporcionainformacin sobre la relacin que aquellas socie-dades tenan con su entorno geogrfico.

    En el caso de que se necesite saber la orientacinde algn yacimiento, monumento o cualquier ele-mento arqueolgico, debemos recordar que orientarsignifica determinar el acimut de una cierta direc-cin, es decir el ngulo que esta direccin formacon la direccin norte-sur, medido desde el norte yen direccin creciente hacia el este. Como normal-mente no conocemos la direccin norte-sur es ne-cesario utilizar diversos mtodos para obtener elacimut de la direccin.

    Para este fin la Geodesia, la Topografa y la As-tronoma proporcionan diversas tcnicas y meto-dologas con diferentes rdenes de precisin. Hayque hacer notar un factor importante en estos tra-bajos de campo, el estado de conservacin de losrestos, lo que hace que sea necesario un estudio pre-vio para elegir las tcnicas ms apropiadas, inclu-so desde el punto de vista econmico o de duracinde los trabajos. Al planificar un trabajo de camposera necesario realizar las siguientes etapas: a) ana-lizar las diferentes instrumentaciones y tcnicas decampo geodsicas, topogrficas y astronmicasexistentes para llevar a cabo el trabajo atendiendoal estado de preservacin de los restos arqueolgi-cos; b) examinar las metodologas y estrategias detoma de datos, teniendo en cuenta los diferentes r-denes de precisin; c) hacer un estudio comparati-vo de las diversas tcnicas en relacin con el tiem-po y el presupuesto econmico disponible; y d) de-cidir la tcnica y el mtodo ms apropiados paradeterminar las orientaciones atendiendo a las limi-taciones anteriormente mencionadas.

    El mtodo ms simple sera utilizar una brjula,pero puede suponer un problema importante puesla brjula seala el norte magntico, que no coinci-de con el norte geogrfico y la diferencia puede serrealmente apreciable. Por ello, es necesario cono-cer en el lugar de observacin la declinacin mag-ntica, es decir el ngulo que forman las direccio-nes al norte geogrfico y al norte magntico. Estadeclinacin magntica presenta variaciones segnel lugar de la tierra, y an en un mismo lugar tiene

    variaciones seculares, con irregularidades anualesy mensuales y variaciones diarias que dependen dela estacin y de la hora del da. En este tipo de me-didas, aunque se realicen con gran cuidado, loserrores pueden llegar a ser de 1 como mximo(Domnguez 1997). Si se requiere ms precisin enla toma de datos es necesario acudir a los mtodostradicionales de la astronoma y la geodesia pararealizar las medidas y los clculos posteriores.

    Existen muchos mtodos, perfectamente descri-tos (Domnguez 1997; Wolf y Ghilani 2002), pararealizar estos trabajos. Queremos comentar slo dosde ellos, estableciendo una comparacin entre am-bos, comentando su viabilidad, coste e instrumen-tacin necesaria de cada uno de ellos. Estos mto-dos han sido escogidos porque usan equipos quehoy en da estn al alcance de cualquier grupo de in-vestigacin, sin ser excesivamente sofisticados nicostosos. El mtodo A consiste en la determinacindel acimut de una direccin mediante el clculo delacimut del Sol combinando tcnicas astronmicasy geodsicas, mientras el mtodo B determina el aci-mut de una direccin conocidas las coordenadas geo-grficas de los extremos determinadas por GPS.

    Mtodo A. Se utiliza un teodolito de precisin alsegundo. Estacionado el teodolito en uno de lospuntos extremos de la orientacin o lnea cuyo aci-mut queremos determinar se elige una referenciaque sea fija, distante y fcil de hacer puntera aella. Determinamos su acimut haciendo medidas alSol y midiendo el ngulo horizontal entre ste y lareferencia. De esta manera determinamos la direc-cin norte-sur, es decir, la meridiana. Despus, mi-diendo el ngulo horizontal entre la referencia y lalnea se obtiene finalmente el acimut de sta. Es ne-cesario realizar registros precisos del tiempo y apli-car las correcciones propias de estos mtodos.

    Adems es preciso conocer la declinacin delSol y las coordenadas geogrficas del punto dondese estaciona el teodolito. Lo primero se obtiene apartir de los diversos paquetes de software astron-mico existentes. Lo segundo se puede lograr conun GPS. La precisin obtenida con este mtodo esalta pero la reduccin de las observaciones es unproceso largo y necesita de muchos parmetroscomo ya se ha indicado (Rodrguez-Caderot et alii2007; Cerdeo et alii 2002).

    Mtodo B. La introduccin de los receptores GPSha supuesto un gran avance en la toma de datos encampo (Amado Reino 1999; Rodrguez-Caderot etalii 2007). Haciendo uso de los diversos mtodos

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  • de trabajo con GPS se puede obtener el acimut deuna direccin de una forma rpida y precisa. Paraello se obtienen las coordenadas geogrficas de losextremos de la direccin. Una vez conocidas lascoordenadas de los extremos de la direccin pode-mos obtener el acimut y corrigindolo por la curva-tura terrestre y de la convergencia de meridianosobtenemos el acimut (Wolf y Ghilani 2002), anlo-go al obtenido con el mtodo A.

    Para obtener las coordenadas de los puntos extre-mos se puede utilizar el mtodo esttico rpido, enel cual un receptor se estaciona en un punto decoordenadas conocidas, el resto de receptores seposicionan en los extremos de las direcciones cuyoacimut queremos determinar y se realizan sesionesde observacin de unos quince minutos. El proce-sado de los datos se puede llevar a cabo con el soft-ware proporcionado por el fabricante del receptory se realiza de forma rpida.

    Otro mtodo consiste en utilizar la tcnica demedicin cinemtica en tiempo real (RTK, Real Ti-me Kinematic). El mtodo de trabajo es simple yaque no se necesita conocer de antemano las coor-denadas geogrficas de ningn punto. Se estacionael receptor o receptores GPS en los puntos de inte-rs y en sesiones de observacin de unos pocosminutos se obtienen las coordenadas en tiemporeal con errores de centmetros.

    El mtodo B es mucho ms rpido de llevar aca-bo, y el trabajo de campo es ms fcil ya que hayque registrar menos datos y tener en cuenta menoserrores instrumentales que en el mtodo A. La pre-cisin en el mtodo B depender fundamentalmen-te de la calidad de los equipos GPS empleados,siendo aconsejable que sean receptores bifrecuen-cia ya que minimizan los errores debidos a la trans-misin de la seal. En el caso de utilizar receptoresbifrecuencia y redes RTK para transmitir correc-ciones en tiempo real, la precisin en la determina-cin de las coordenadas geogrficas de los puntoses menor que el centmetro.

    3.2. Las cuestiones toricas

    Respecto al punto de partida terico y concep-tual ya comentado, creemos que est suficientemen-te centrado por varios de los autores que participanen este volumen y a sus trabajos remitimos, subra-yando el inters de sus reflexiones.

    Nosotras compartimos la idea de que la Astrono-ma Cultural puede ser el marco adecuado en el que

    incluir todos los estudios que contribuyen a conocerla percepcin que las sociedades antiguas tenan delcielo y sus fenmenos. La arqueoastronoma, concebi-da como un campo analtico, estara incluida en ella.

    Y desde esta perspectiva, nuestra propuesta, queya apuntbamos en el mencionado curso de El Es-corial, es que la arqueoastronoma, tal y como seconcibe mayoritariamente, podra ocupar un lugardentro de la arqueometra, que puede definirse co-mo el campo interdisciplinar entre las CC Natu-rales y las CC Humanas, que tiene como objetivosdesarrollar tcnicas y mtodos especializados pa-ra poderlos aplicar a obtener informacin sobreaspectos culturales, histricos o medioambientalesdel pasado (Maniatis 2002: 64).

    Quedara incluida al modo en que lo estn la ar-queobotnica o la arqueozoologa y, como ms ade-lante dicen Garca Quintela y Gonzalez, el arque-logo debera plantearse interrogantes arqueoastro-nmicos de la misma manera que se plantea pre-guntas osteolgicas o paleoambientales. Si consi-deramos que la arqueoastronoma es una analticao una metodologa de trabajo encargada de que latoma de datos topoastronmicos sea impecable, eneste sentido sera semejante, desde el punto de vistadel arquelogo, a la arqueometalurga o la arqueo-botnica, es decir, una disciplina ms bajo el para-guas de la emergente arqueometra, mbito plena-mente aceptado ante la inevitable tecnificacinde la arqueologa moderna. Son tantas las cienciasy las tcnicas que pueden aportar informacin so-bre los vestigios del pasado que se han creadoautnticas subdisciplinas de la arqueologa que seagrupan en este campo de referencia comn.

    Y este campo arqueomtrico tiene planteadoslos mismos problemas de fondo que cada una delas sub-disciplinas que en l se engloban, similaresa los de la arqueoastronoma y que se subrayan am-pliamente en este libro. Percibimos que en muchasocasiones hay un cierto divorcio o alejamiento en-tre cada una de ellas y la arqueologa, qu actanaisladas entre s de manera independiente e inclusoa veces de espaldas a los verdaderos objetivos paralos que fueron creadas, es decir, para solucionarproblemas o dar respuestas a las preguntas que losarquelogos y los antroplogos formulan sobre lassociedades del pasado. Como ya alertan muchosautores, realizar ms analticas no sirve especial-mente para mucho si no se incluyen en un plantea-miento social e histrico, dado que la arqueologaes una ciencia social que estudia a los sujetos hu-

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    manos y su comportamiento (Castro et alii 2004).En el caso de nuestro pas, la arqueometra tiene

    su fiel relejo en los peridicos congresos que se ce-lebran cada dos aos. Algunos problemas de losque adolece este campo de actuacin ya han sidoapuntados en varias ocasiones (Garca Heras 2003;Montero et alii 2007), pero ahora nos interesa su-brayar dos aspectos. Uno de ellos, para no apartar-nos de nuestro tema de estudio, es que en los ochocongresos nacionales de arqueometra ya convoca-dos no aparece ningn trabajo sobre arqueoastro-noma, prueba de su ausencia casi absoluta de nues-tro campo arqueolgico (ver por ejemplo Rovira etalii 2008). En segundo lugar, que tampoco apareceplanteado el debate de fondo o la reflexin sobre elpunto en que se encuentran estos estudios en gene-ral. En este sentido nos parece de gran inters eltrabajo de M.S. Tite (2002: 34) cuyo simple ttuloya es revelador Archaeometry: if it is not Archaeo-

    logy, then it is nothing al insistir en la misma ideaplanteada aos antes por R. Jones (1982). Esteaxioma podra aplicarse a cada una de las sub-dis-ciplinas existentes y tambin al caso que ahora nosocupa diciendo que si la arqueoastronoma no esarqueologa, entonces no es nada.

    Sin olvidar este principio fundamental, creemosque la arqueoastronoma puede tener un interesan-te futuro como fuente de informacin sobre los as-pectos menos materiales de los grupos humanosantiguos; para ello todos los investigadores impli-cados deberamos buscar un punto claro de enten-dimiento y, sobre todo, un objetivo comn. Aunqueya parece un tpico muchas veces repetido, la ar-queoastronoma debe ser un campo interdisciplinarya que en el mundo actual el trabajo en equipo seha revelado casi siempre como la forma ms eficazde acometer cualquier investigacin.

    NOTA

    1. Ver amplia bibliografa en www.iac.es/project/arqueoastronomia.

    Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto I+D: HAR 2008-04118/HIST (Segeda y Celtiberia Septentrional:investigacin cientfica, desarrollo rural sostenible y nuevas tecnologas)

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