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San Roque la artesana a flor de piel Un paseo por el barrio de las ventanas curiosas Diego Salazar: un oficio de ms de 40 aos de tradicin Mercado de San Roque entre la esperanza y la adversidaden esta edicin

San Roqueun lugar de mundos encontrados

Ao 01 - Edicin 01 - noviembre de 20111

CONTENIDO

Vecindad es un trmino que denota familiaridad. Por esta razn, tenemos el placer de presentar la primera edicin de la primera revista del barrio de San Roque enfocada al pblico externo, a los que no conocen San Roque. Este nmero invita a conocer el San Roque medular, esas historias y rostros ocultos que por el pasar de los aos, la capa ingrata del olvido se ha encargado de enterrar. En palabras de Manuel Espinoza Apolo San Roque es la historia secreta de la ciudad, por eso la informacin y acceso al barrio siempre ha sido un tema de restriccin y Vecindad quiere develar esta cortina con historias vivas, que denotan pasin por el terruo barrial, ese eque que ha caracterizado a este barrio desde sus inicios. Historias cotidianas con voces que se encargan de refrescar la bravura de la gente del barrio de las ventanas curiosas. Un paseo por la delirante calzada que invita al lector la recorrer de manera vvida las calles de este lugar de historia. Este nmero va dedicado a toda la colectividad de San Roque por permanecer siempre en pie de lucha y no claudicar jams. Que lo disfruten...

Un da en San Roque......................3

Mercado de San Roque.................6

Un barrio de artesanos.................9

Diego Salazar San Roque un barriode eque...12

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CRDITOS: DIRECCIN EDITORIAL Y CREATIVA: MARA PAULA MORENO E IVETTE AREA REDACCIN: IVETTE AREA Y MARA PAULA MORENO FOTOGRAFA: MARA PAULA MORENO

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on las nueve de la maana y el recorrido comienza a los pies de la empinada calle Rocafuerte. La escalada da inicio bajo un cielo gris que pinta de anhelos las caras de los transentes. El empezar es la parte ms difcil, porque existen puestos de ventas informales en ambos lados de la calle con un espacio mnimo entre cada uno de ellos. Hay que caminar lento para no perder ningn detalle.

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y adornando las aceras varias mujeres vendiendo maz, el cual limpian minuciosamente sin perder de vista su alrededor. A medida que se llega a la primera esquina es aconsejable cruzarse al lado derecho de la calle. En el costado de la calle antes del mercado San Francisco hay una pequea iglesia, la cual a los pies de su cruz de cemento que se eleva en los exteriores, presenta un surtido de desperdicios, que entre la lluvia de ayer y la humedad de hoy despide un olor que ahuyentara hasta al perro ms hambriento.

En menos de una cuadra hay un puesto de hierbas y esencias, uno de sacos, otro de delantales, una relojera, una carnicera

Al caminar por San Roque se puede observar el comercio informal en distintos puntos del barrio

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Regresando al lado izquierdo se ingresa al submundo del mercado San Francisco. La organizacin de sus pasillos permite un recorrido sin prdidas. El recibimiento, colores de juegos mezclados con olor a carne cruda. La parte central es monocromtica, entre el blanco de la losa y los tonos rojizos de a carne, cuadro que solo se ve adornado por la vestimenta de sus vendedores, casi todas mujeres. Al lado

elevadas pareciera no estar ah y ser un imaginario al que todos estn acostumbrados. Uno solo se detiene a ver cuando por la mente cruza la idea de cmo se vive en su interior. Este pensamiento se desvanece cuando el ruido de las voces y los pitos sealan al gigantesco mercado San Roque. Un poco ms abajo, a la izquierda hay una pequea peluquera que mantiene el decorado antiguo con dos desgastadas sillas que invitan a recordar otras pocas. Se sigue bajando y unas manos alzadas al cielo sostienen un cartel azul que dice Se retoca. Aqu se salvan las imgenes religiosas que han vivido el cambio del tiempo y los golpes de la vida. El camino concluye en la Plaza San Francisco donde una ola de palomas se eleva por encima de los admirados espectadores. La plaza se abre en todo su esplendor, la mirada se alza hacia atrs y uno se despide de San Roque con algo nuevo que contar.

derecho los colores toman vida entre frutas y vegetales que se abren como una cortina para revelar el empapelado de hierberas que cubre la pared del fondo. Desde el inicio hasta el final de la pared todo lo que se ven son puestos de hierberas, divididos por una fina barra adosada al puesto conjunto. Desde afuera parece papel tapiz. Se sigue cuesta arriba, ya son las 9:30 y la subida comienza a notarse en el des aceleramiento al caminar. En la punta del penal, donde la Bolvar intercepta a la Rocafuerte est el conocido seor de los trompos. A veces, como hoy, est afuera conversando con un vecino, lleva su clsico mandil gris de trabajo y una boina. En su mano un trompo gira y se vuelve el protagonista ocular de la esquina, todos quieren saber cmo realiza los trucos. La cuesta llega a su fin y nos recibe al lado derecho el penal, que con rejas tan

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l Mercado de San Roque es el corazn de un barrio forjado por el coraje de su insumisa vecindad. Este abasto es el lugar de convergencia de muchas voces naturales y extraas, que juntas conviven por un ente en comn: el comercio de todo tipo de artculos.

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porque si no les roban todo. Alvarado asegura que dentro del porcentaje de redadas en el Centro, la mayora se realizan en los alrededores del mercado. Sin embargo, los comerciantes cuentan otra realidad. El hedor a pescado golpea de un bofetn hasta el ms sensible olfato. Y es que la calle Loja y la Cumand los olores se confunden con las voces que gritan a voz en cuello venga, venga caserita qu le doy?. En la calle Loja el desorden impera. Los puestos de los vendedores informales se encuentran casi encima unos de otros lo que dificulta el paso de los peatones por el improvisado pasillo alfombrado de restos de brcolis, cebollas, hierbas e infinidad de vegetales que ya son parte de la calzada. Doa Vilma, comerciante del mercado desde hace cuarenta y cinco aos, asegura

Sobre este lugar, a lo largo de los aos, se ha tejido una gran tela araa de rumores sobre delincuencia que, aunada a la percepcin de inseguridad dentro del mismo, generan una bruma espesa de supuestos que afectan el desarrollo del comercio del mismo. Rodrigo Alvarado parecera un ciudadano corriente, pero es polica encubierto de la Polica Nacional. por esto ahora han optado por vivir en los puestos del mercado las fruteras, las pescaderas,

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San Roque es un mercado con una magia visual particular, los informales de la calle Loja en das de feria, pescaderas de la Calle Cumand

lugar de fealdad de pandemonio, propia de los sectores de la periferia. Sin embrago, San Roque posee un halo de misterio para quienes lo visitan por primera vez. Desmitificar San Roque es duro, incluso ara el ms avezado investigador, porque hay que mimetizarse con la dinmica popular, la esencia particular que tiene este abasto. Es un lugar de muchas sensaciones donde la diversidad de muchos mundos se condensa para enfrascarlos en una selva de olores que muchas veces aturden la mente y agudizan los sentidos.

que el mercado es un lugar seguro, si aqu dentro le roban todos nos unimos y buscamos a los guardias y nos movemos por el bien nuestro y del cliente, pero si le roban all afuera no podemos hacer nada, agrega. Los comerciantes del mercado, cuenta Vilma, son regulados por la ley, tienen RUC y uniforme, pero no logran cubrir el porcentaje de las ventas diarias. Son criterios diversificados los que definen al mercado de San Roque como un8

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Este es un barrio de artesanos en los que se hace muchas cosas diferentes, define Edwin Muoz a su barrio. Es sanroqueo de nacimiento y hace 35 aos se dedica a restaurar con infinita paciencia las figuras religiosas que muchos de sus clientes le traen da a da. El local huele a pintura y yeso, materiales imprescindibles al momento de proceder a arreglar el paal roto del Divino Nio Jess o el rostro despintado de San Agustn. La tradicin de restaurar figuras religiosas viene desde tiempos de la colonia, seala este artesano. Con las manos manchadas de pintura blanca, se dispone a pintar la tnica rosada que lleva una imagen. Lo realiza con precisin de artista. Muchas de las figuras que los clientes llevan a Edwin y Mara se tratan de verdaderas piezas de museo.Este Nio Jess tiene 200 aos y slo lo vamos a refaccionar las piezas que en realidad necesitan un cambio, agrega Mara. As lo realizan cada da, bajo la labor inconmensurable de la pasin por los detalles. Cada ojo de cristal, cada mano, cada pieza constituye para esta pareja, el sentido del diario vivir. Los oficios tradicionales del barrio de San Roque, son negocios que han prevalecido por dcadas. Las colaciones de La Cruz Verde son fiel ejemplo de esta tradicin. Sus ojos miran desde el zagun el pasar de los das en el barrio de San Roque. Su rostro surcado de arrugas se refleja sobre la paila de bronce en donde mece sin fin los azucarados confites. Las colaciones son un dulce creado a base de man y azcar. La qumica entre ambos se funde hasta crear unas bolas blancuzcas que se bambolean sin parar dentro de una paila de bronce. Desde mi abuela es este10

Las colaciones de la Cruz Verde son una tradicin de 96 aos. Luis Banda Ing. Burstil de profesin, posee verdadera pasin por este trabajo.

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an Roque es un semillero de tradiciones, pero slo algunas de ellas han logrado prevalecer a travs de los aos. Mi oficio es bastante intenso, porque Dios da la habilidad a cada persona, entonces para m no es nada difcil todo lo que s en madera, dice Jorge Rivadeneira El sol resplandece sobre la calzada de la calle Bolvar mientras ajetreados transentes apresuran los pasos para llegar los ms pronto posible a realizar las primeras compras de la maana. Es un da radiante y la Plaza de San Francisco brilla en todo su esplendor. As comienza una jornada de sbado por la maana en la mentada va que lleva el nombre del libertador de cinco naciones. Gente proveniente de todos los rincones de la ciudad acude a San Roque en busca de la artesana tradicional del Quito de antao.

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negocio. All, por 1915 la abuela de Banda inici con este negocio que tiene 96 aos de existencia y se ha convertido en una parada obligatoria para aquellos que visitan el barrio. Luis es un autntico sanroqueo, tengo 52 aos y nac aqu, en este barrio. Mi padre inclusive naci en este barrio, afirma. Jorge Rivadeneira es conocido como el macizo o el seor de los trompos. Su tienda es un abarrotado taller de juguetes de madera. Ubicado al final de la calle Rocafuerte, la seal de entrada al taller es un enorme trompo girando sin cesar. Hered el negocio de mi padre: haca puertas, ventanas, clsets. De ah me reduje a trabajos especiales no ms, tanto lo que sea en torno. Por ejemplo, para las gradas les hago

las columnas, barandas, pasamanos. Para escritorios hago soporta libros, papeleras, tambin les hago los pedestales de bandera Los ojos acuosos de Rivadeneira no se atreven a delatar ocho dcadas de vida, ms de la mitad de ellas dedicada al oficio de la ebanistera. Mi oficio es bastante intenso, porque Dios da la habilidad a cada persona, entonces para m no es nada difcil todo lo que s en madera. San Roque es amado por estos personajes que, a pesar del paso inexorable de los aos, an mantienen esa chispa de encanto por estos oficios de antao que an prevalecen en la tradicin colectiva y alimentan la historia de la ciudad.

Yo nac hace 48 aos donde ahora es el Hotel Sucre, al frente del hotel Casa Gangotena. Antes era una clnica, mis paps vivan en San Roque porque antes todo se desenvolva alrededor del Centro Histrico.Antes, todos vivan en el centro: mis padres, mis hermanos, todos. Ahora cada uno vive por su lado. Yo por San Roque siento un amor grande, porque aqu crec, me eduqu, crecieron mis padres, por eso. Estudi en la Escuela Repblica de Chile. Desde que nac, me cri en San Roque y me fui a vivir en la Imbabura, frente a San Carlos. De ah me pas a la Rocafuerte y Benalczar y de ah me fui para el sur, porque ah me compr mi departamento hace unos 25 aos. Cuando era chico y viva en la Bolvar, un da normal de escuela era estudiar desde las siete de la maana hasta la una de la tarde. Nosotros de chicos jugbamos las bolas, el ftbol en las canchas de San Roque, ah

frente al penal, ah era mi vida, de guambra.Tambin jugbamos a los trompos al frente de el seor que le decamos Macizo, el de los trompos.A veces nos fugbamos en recreo y nos bamos a jugar a las canchas del Central Tcnico o a las canchas del Colegio Juan Montalvo que era aqu en el Tejar y as, esa era mi vida de gumabra. Cuando sal de la escuela entr a trabajar en la farmacia Sucre y de ah entr a trabajar en el Colegio Meja de noche. De ah me pas al Colegio Amazonas donde estudi contabilidad. De ah me sal de la farmacia y entr al colegio Santa Marianita de Jess y de ah volv a mi puesto de peridicos que me dejaron mis padres. Este negocio es hereditario, lo hicieron mis abuelos, mis padres, mis hermanos mayores y yo. La venta de peridico no es para conseguir una mayor ganacia econmica, pero la mayor satisfaccin es conocer a mucha gente en el da a da.A m todo el mundo me conoce en el

centro, a veces me voy por la 24, por el mercado y me dicen Que fue don diego? y digo a veces y esta persona quin es? Un cliente Yo extrao bastante vivir en mi barrio, pero aqu tengo mi negocio. No compr aqu mi departamento porque sala caro. Por eso, con las facilidades que me dio el banco para pagar all. Me cas hace tres aos con una sanroquea de pura cepa. Es que ellas son las ms bonitas de quito Mi mujer trabaja en el Mercado de San Francisco vendiendo aguas medicinales. La gente que hemos migrado no nos hemos olvidado de San Roque, slo nos alejamos. En mi caso, cada cuatro aos, cuando hay elecciones, voto en mi escuelita la Repblica de Chile. Eso nunca puedo yo olvidar. Mis hermanos de han dicho cmbiate de domicilio electoral, ests viviendo en el sur. Les he dicho que no, porque es as la manera en que recuerdo el barrio en que nac.

La venta de peridicos es un negocio familiar desde hace ms de cuarenta aos.

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