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    Fecha de recepcin: 17/11/08

    Fecha de aceptacin: 25/02/09

    LAS LEYES DEL SUELO. A PROPSIO DE LA PROPUESA DEMODIFICACIN Y ACUALIZACIN DEL PRM 1994 DE SANIAGO1

    Jons Figueroa Salas2

    1 Este texto es producto de una investigacin Dicyt Usach 2006 2008 cruzada con al anlisis de la propuesta de modificacin del PRMS 1994 del Minvu, pre-sentado a inicios del ao 2008.

    2 Arquitecto. Docente de la Escuela de Arquitectura, Universidad de Santiago. Correo electrnico:[email protected]

    Revista URBANO 19. Pgs. 28-42. Concepcin, Chile. Mayo 2009

    Te laws of the land. In relation to the proposal for modificationand actualization of the PRM-1994 for Santiago de Chile

    ABSTRACT.Te proposal for modification of the 1994 Metropolitan Plan forSantiago (PRMS) put forward by the Ministry of Housing and Urbanism(MINVU) at the beginning of 2008, allows us to reflect on the role ofthe land as a fundamental factor of urban activity and also as an elementthat remains as such through the whole process of property development,imposing its own rules.In addition, this planning process poses the necessity for identifying theessential precautions needed when proposing the classification of new ur-ban land and the demands that arise from the property development sector

    to announce every now and then the scarcity of land and the necessity ofhaving new urban land through administrative actions, but never throughurban conducts, as it should be.

    KEYWORDS: land, classification and qualification of land, urban aptitude,vacant land, metropolitan condition, territorial model.

    Las leyes del suelo. A propsito de la propuesta de modifica-cion y actualizacion del PRM-1994 de Santiago de Chile

    Abstract. La propuesta de modificacin del Plan Regulador Metropolitanode Santiago de 1994 (en adelante PRMS), formulada por el Ministerio deVivienda y Urbanismo (en adelante Minvu), en los primeros meses del ao2008, nos permite reflexionar acerca del papel que asume el suelo en cuantofactor fundamental de la actividad urbanstica y en tanto elemento quepermanece como tal a lo largo de todo proceso de produccin inmobiliaria,imponiendo sus propias leyes.

    Asimismo, esta reflexin nos plantea la necesidad de identificar los resguardosque es preciso tener presente a la hora de proponer la clasificacin de nuevo

    suelo urbano y las demandas que surgen de la institucionalidad inmobilia-ria para anunciar cada cierto tiempo las escasez de suelo y la necesidad dedisponer de nuevas incorporaciones a travs de la accin administrativa ynunca como debiese ser, mediante la modalidad urbanstica.

    Palabras claves: suelo, clasificacin y calificacin de suelo, aptitud urbana,suelo vacante, condicin metropolitana, modelo territorial.

    Sector oriente de la ciudad de Santiago, donde el suelo constituye un factor econmico fundamental de la actividad urbanstica y la produccion inmobiliaria.

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    El suelo

    El suelo es la materia fundamental del urbanismo y su pro-duccin urbana es su razn de ser y objeto principal. Siendoel soporte primordial de las actividades que se desarrollan enel territorio, sin suelo no hay ciudad. Sin suelo, el desarrollo

    urbano se transforma en una entelequia y la ciudad, en unaficcin. Y a pesa r de constituir el objeto primordial de la acti-vidad, nuestra legislacin urban stica apenas lo menciona, nollegando a explicitar su rgimen jurdico (razn fundamentalde una ley), ni siquiera su rgimen urbanstico (razn funda-mental de un cdigo de urbanismo).

    En la legislacin internacional comparada, laclasificacin, calificacin, modalidades de produccin,reproduccin, proteccin, recuperacin, intensidades,cesiones, rendimientos, aprovechamientos, etc. delsuelo ocupa buena parte del texto legal respectivo. Enel caso nuestro, la legislacin urbanstica se encaminaentre asuntos doctrinales y reglamentarios que podranestar en cualquier parte, pero nunca en una ley. Y sinembargo, olvida el verdadero objeto del urbanismo, elsuelo y los derechos y deberes que definen su funcinsocial. Olvido que vuelve a repetirse en el proyecto demodificacin de la Ley General de Urbanismo y Cons-truccin (LGUC), que se encuentra en la actua lidad enel Parlamento3.

    El inters de resituar el papel del suelo en la urbanstica,surge de la necesidad de modifica r los modos y las maneras deactuacin urbanstica mediante un esbozo que ponga por sobrelos instrumentos, las dimensiones fsicas y naturales sobre lascuales se acta cuando los valores del suelo, en este encuentro

    sobre el suelo, se dirige a esbozar una propuesta conceptua l queenriquezca el tratamiento nicamente productivo que tenemosde esta dimensin fundamental de las actividades humanas.Por lo general, el valor o los va lores, escasamente consideradospor la legislacin, por los instrumentos de ordenamiento ypor el propio mercado, exceden con largueza el uso pblicoy privado que hacemos del suelo, en tanto dimensin fsicay en cuanto dimensin cultural. Nuestro planteamiento sedirige a considerar otros valores que se agreguen al solo datodel valor productivo que atienden las transacciones comer-ciales y asuman junto a las funciones sociales de la vivienda,las otras funciones derivadas de los valores intrnsecos de losncleos habitados. Estos otros, son los valores estructurantesdel territorio, los valores ambientales, los valores patrimonia-les, y tambin paisajsticos, por qu no. Valores y funciones,funciones y valores que es menester considerar en un cdigourbanstico moderno y en los instrumentos de planeamientoque lo desarrollan.

    3 En la actualidad se encuentra en el Parlamento en fase de estudio, un proyecto de leysobre Planificacin Urbana, que busca adecuar la tcnica urbanstica a los cambiosformulados en los ltimos aos sobre el urbanismo por condiciones que se proponeaplicar la administracin ministerial.

    1. Primera ley: El suelo no slo es lo que aparenta, sino algo ms.

    1.1. El Valor Productivo del Suelo.Esta escasa consideracin que se tiene en trminos urbansticosse contradice con las menciones que del suelo hacen los desarro-lladores inmobiliarios, por ejemplo, cuando deben justificar las

    injustificables alzas del precio de la vivienda, por ejemplo. Estosoperadores sealan que la falta de suelo en el interior de la ciudadjustifica el alza desmesurada de los precios de la vivienda. Afirma-cin del todo falaz y carente de razn. Nuestra ciudad presenta enel arco suroccidental, extensos paos deteriorados que precisan dereurbanizacin, sin contar con el suelo y vivienda vacante interiorque a lo menos debe situarse alrededor del 10%. Un estudio rea-lizado durante el ao 2001, por la Escuela de Arquitectura Usachsealaba que en la almendra central de Santiago existan al meno24 hectreas disponibles entre suelo eriazo y suelo vacante (suelocon usos no idneos para las reas centrales, tales como playas deestacionamiento, terrenos e instalaciones vacas dejados por antiguousos industriales, vivienda vaca y en ruina, etc.).

    Al igual que la autoridad urbanstica, los desarrolladoreinmobiliarios carecen de datos que les lleve a comprobar que ala larga el costo del suelo de nueva planta, tal como lo proponenpolticas aplicadas durante los aos 70 del siglo XX y tal como losustenta la versin del urbanismo condicionado4, es mayor que ecosto del suelo consolidado. En el suelo consolidado, la infraestructura es un valor econmico asumido; en el suelo de nueva plantala infraestructura es un valor financiero que deben asumir tarde otemprano los consumidores, aunque sta no exista. Estas carencias yestos ripios, nos llevan a reflexionar sobre los otros valores del sueloque no estn presentes en la legislacin ni menos en las polticas einstrumentos urbansticos. La consideracin de estos otros valores

    podra llevarnos a corregir la distorsin que experimenta la solaconsideracin del suelo como una materia prima de la actividadfinanciera, de los desarrollos inmobiliarios y de la produccinagraria y minera.

    De acuerdo con los datos que transmiten los que tratan conlos precios del suelo y de la vivienda en Chile, en la ltima dcadalos precios de los productos inmobiliarios han subido en un 300 %Lo que para algunos podra ser demostrativos de los interesantesresultados de un pinge negocio y de la buena andanza de la economa nacional, para los consumidores del producto es una barrerainfranqueable que dificulta y enlentece el acceso a l bien de la casapropia. Para el Estado y sus organismos ejecutivos legislativos yjudiciales, debiera ser lo que es, especulacin inmobiliaria.

    4 El ao 1979, en plena dictadura militar, el Minvu promulga el Decreto N 420que define una Poltica de Suelo asentada principalmente en la liberacin del lmiturbano, fundndose en la premisa de que suelo no es un recurso escaso y que suliberacin tender a la reduccin del precio de la vivienda. Despus de un lustro deaplicacin, el ao 1985 se aplaza la vigencia de tal poltica despus de constatar suescasa incidencia en el mercado del suelo y los efectos perversos sobre las extensareas carentes de condiciones de urbanidad. La actual prctica de urbanismo condicionado, puesta en aplicacin en la ltima dcada, en donde todo el territorio esextensin susceptible de usos urbanos mediante el cumplimiento de un conjuntode condiciones, responde a la misma premisa al dejar en mano de agentes privadola clasificacin y la calificacin del suelo urbano.

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    A ello debemos agregar en este captulo acerca del va lorproductivo, las alzas artificiales que experimentan los productosinmobiliarios merced de los anuncios de inversin y de obrasque se aplican o ejecutan sobre determinados sectores de laciudad. Por ejemplo, la franja urbana afecta a la autopista depago Costanera Norte, ha experimentado un alza del 35% porsobre las alzas normales de los precios inmobiliarios. El anunciodel Portal Bicentenario que reconvierte los usos aeroportuariosde Los Cerrillos, ha significado que las casas y los terrenos serevaloricen en un 10%, an sin iniciar las obras ni tampocotener la certeza cundo comenzarn. Qu decir del alza arti-ficial que experimentan los precios de suelos agrcolas por el

    solo hecho de ser calificados urbanos por un plan regulador.Sera de gran inters saber cuntos y quines se benefician de laactividad urbanstica y cuntos son los miles de perjudicados porun mercado inmobiliario y fundiario carente de ordenamientoy control, que se beneficia sin razones de lo que debiera ser unasalvaguarda del bien comn.

    Es necesario sealar que en Espaa el valor precio sueloparticipa aproximadamente en un 17% del valor total de lavivienda; en Chile este monto se eleva a un 24%. En Espaa,el suelo de nueva planta es alrededor de un 15% ms baratoque el suelo consolidado; desconocemos este dato en Chile.

    En Espaa, el suelo de nueva planta se valoriza ms por susexpectativas financieras que por su condicin de materia primade la actividad constructiva; con la nueva planificacin que nospropone el proyecto de modificacin de la LGUC, en Chilecomenzar a serlo.

    1.2. El Valor Estructura nte del Suelo Juntos a los valores productivos y sus efectos perversos, yasea inmobiliarios y agrarios, debemos considerar los valoresestructurantes o vertebradores que presenta la ocupacin delsuelo. Construir cua lquier cosa en cualquier parte es del todo

    nocivo para el patrimonio del pas, para el clima y tambin parala seguridad nacional. Es necesario pensar que una ocupacinrazonable de nuestro territorio optimiza el recurso suelo deaptitud urbana y productiva -uno de los ms reducidosper capita del planeta- y nos resguarda de las amenazas ambientales y delos desastres naturales.

    Construir nuevas ciudades y ncleos residenciales res-pondiendo a las facilidades viales y ferroviarias, y tambin laaptitud urbana del suelo, optimiza los esfuerzos de la sociedadpara definir una estructura territorial razonable, equilibrandolas cargas con las capacidades de acogida de las piezas fun-

    / Asuntos Urbanos Nacionales

    En las zonas de nueva urbanizacin, se observan paos de suelo sujetos a explotaciones mineras, zonas inundables y cursos fluviales sin proteccin.

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    diarias. ambin protege el patrimonio natural, biolgico ypaisajstico del pas.

    Por el contrario, el descuartizamiento del territorio quenos sugieren los nuevos instrumentos propuestos por la modi-ficacin de la ley, a travs de planificacin condicionada, nosllevar a desaprovechar una nueva oportunidad para incorporar

    calidad y belleza en nuestro patrimonio natural y construido,sin tener por qu dejar de lado la proteccin de los valores pro-ductivos, e structurantes, ambientales, paisajsticos y culturalesdel territorio.

    En los ltimos aos, hemos asistido a un interesanterenacer de visiones territorialistas de parte de los organismoscon competencias especficas en tales materias. El problemasurge cuando estas visiones se formulan de modo unilateral,con escasa compatibilidad con otras actuaciones que convergenen una misma espacialidad. Si ninguna disciplina en particular,tiene instrumentos para operar sobre todo el territorio, tampocoel territorio puede ser reducido a una sola y particular visin,sea sta ambiental o urbanstica, dejando de lado otras facetaso dimensiones. En tanto visin mayor y expresin fsica yadministrativa de las polticas sectoriales, los instrumentosde ordenamiento territorial son los llamados a resolver lasincompatibilidades y ordenar los resultados obtenidos par-cialmente. Aunque se af irme lo contrario, en Chile carecemosde instrumentos que compatibilicen y coordinen las muchas ydiferentes actuaciones que se producen en el territorio. En talsentido, el plan de urbanismo y sus figuras de planeamientopormenorizado deben ser slo urbansticos y nada ms y dejarel ordenamiento del territorio para un documento directrizde la gran escala. Ello permitir que los usos urbanos seancompatibles y complementarios con los usos agrarios, mineros,

    productivos en general.Parte de los conflictos que se expresan en dificultades oen impedimentos para los sistemas productivos y sociales, porcitar algunos, tienen su origen en la ausencia de una estructu-ra territorial de escala provincial y comunal. La totalidad delas dimensiones administrativas del pas carece de una propiaarmadura o esqueleto bsico, en donde insertar el patrn deasentamientos urbanos y el sistema productivo. Esta falta deestructura deja en evidencia no pocas veces, la incompatibilidadque existe entre el territorio y los sistemas que operan sobre l,provocando conf lictos y deterioros.

    El exacerbado centralismo que exhibe la esca la nacional,se reproduce en los niveles regional, provincia l y comunal. Unasola gran ciudad para todo el pas; una sola gran ciudad paratoda la regin; una sola gran ciudad para toda la comuna. Estacuestin deteriora las capacidades de acogida del territorio, aveces por congestin de usos y otras, por la infrautilizacin desus recursos y potencialidades, tan nocivos unos como otros. Enestos casos, se echa en falta una directriz que ordene y jerarquicela intervencin de los diversos niveles y organismos pblicosque operan sobre el territorio.

    Es menester resaltar la utilidad instrumental y admi-nistrativa de tener una pre - visin superior que formule un

    proyecto territorial acorde con las caractersticas regionales ysus capacidades de acogida, en cuanto factores primordiales deproceso de desarrollo. A estas alturas, ya no podemos seguiinstalando cualquier cosa en cualquier parte. Por el contrariodisear el territorio debe ser la accin bsica para mejorar lacalidad de vida de la sociedad.

    1.3. El Valor climtico del SueloEl cambio de usos o reconversin del aeropuerto de Los Cerrilloa usos residenciales, a partir del ao 2001, nos permite intro-ducir nuevos conceptos cuando el valor del suelo, en cuanto leyque condiciona la ocupacin de ciertas piezas por usos urbanosest en contradiccin con el precio de mercado o con los usosms conveniente que le asigna la autoridad.

    A la propuesta que nos plantea el Minvu para construir15 mil viviendas en esta antigua infraestructura aeroportuariadebemos oponer los valores ambientales y climticos que pesey por su propia funcionalidad posee esta pieza territorial. Lagigantesca cua de suelo formada por las reas de proteccin ypor el cono de aproximacin area, constituye el nico corredode vientos de baja altura que ventila la ciudad. La proyeccin deeste corredor de vientos en el suelo urbano se sobrepone sobre ecorredor de grandes parques que a su vez, son las nicas reservanaturales de humedad que posee Santiago que inciden sobre latemperatura del suelo de la ciudad. Junto a ello, es necesarioabundar que el aeropuerto acta como una gran placa radianteque provoca por conveccin, la ascensin del aire. A partir deello, los valores ambientales son de mayor cuanta que los va loreproductivos urbanos que les asignar la autoridad a las cerca de250 hectreas del aeropuerto.

    Nadie duda que la vivienda econmica es uno de losdficits sociales que registra este pas, tal como lo es la cuestinambiental. Sin embargo, el df icit vivienda puede ser resuelto demodo alternativo mediante la regularizacin y salida al mercadoinmobiliario y fundiario de la s cerca de 6.000 hectreas vacadisponibles en el interior del rea metropolitana. En trminoms precisos y tal como sealamos anteriormente, en la almendra central def inida por el ro Mapocho, la Alameda y la avenidaNorte Sur, al mes de abril del 2001 existan 240 mil metroscuadrados de suelo vacante disponible, consistente en terrenoseriazos (20 mil metros cuadrados), y playas de estacionamientoedificios en estado de ruina y superficies liberadas por viejasactividades productivas. A ello debemos agregar que de acuerdocon datos proporcionados por las Estimaciones de Poblacin publicadas por el Instituto Nacional de Estadsticas, el territoriocomunal una central experimentar una regresin poblacionaque liberar cerca de 1000 viviendas que se sumaran a las 15mil viviendas vacas que presuntamente existen en las comunascentrales (la misma cantidad propuesta para construir sobre eviejo aeropuerto de Cerril los). Por el contrario, la reproduccinen otros lugares de los valores ambientales presentes en dichosector y sus reas de proteccin, es una labor titnica, por nodecir imposible.

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    Los antecedentes ambientales ydemogrficos citados sugieren que no esconveniente dejar de lado estos valoresconstituyentes de la estructura ambientalde una pieza significativa de la ciudad,anteponiendo las atendibles razones

    sociales y econmicas que arguye la auto-ridad para promover la urbanizacin delaeropuerto. La resolucin del problemade la vivienda depende entre otras, slode decisiones polticas. Sin embargo, lageneracin de atributos y valores am-bientales depende de un sinnmero defactores sobre los que el hombre por aho-ra no tiene dominio. La transformacindel aeropuerto en una pieza ambientaltambin constituye una buena ocasinpara que el Estado reintegre a la ciudadlos centenares de hectreas que ha idocercenando a los parques pblicos, paraalojar en ellos instalaciones militares,educacionales, residenciales, culturalesy deportivas.

    A mayor abundamiento, es nece-sario sealar un estudio recientementedivulgado por la Nasa que da a conocerlos resultados de una investigacin quecuantifica los efectos nocivos sobre elclima que tiene la urbanizacin de lossuelos agrcolas. Mientras tanto, la inerciaa la degradacin natural de los productos

    qumicos utilizados en la actividad agr-cola podra transformarse en una bombade tiempo sanitaria de complicada reso-lucin y con efectos desconocidos paralos habitantes urbanos de los suelos denueva planta.

    Consideramos que una ley mo-derna y clara de urbanismo cuyo objetofundamental de ordenamiento sea el sueloy la actividad que por ello surge, debeincorporar estos conceptos valorativoscon el fin de transformar la accin de losinstrumentos y de los operadores pblicosy privados, en un acto que resguarde el in-ters de todas las instancias que convergensobre este espacio, tanto de aquellos quetransforman el suelo en una transaccinproductiva como de aquellos otros intere-sados en el acceso a la vivienda propia, tanimportante como el acceso a la educacin,a la salud, a la al imentacin y a un medioambiente bello y sano.

    El estudio acerca de la aptitud urbana de un terreno o polgono residencial, necesa-rio para considerar su produccin urbana, debe tener presente como complementariedad,nunca como contradiccin, junto a los valores productivos que ya de por si los tiene conla participacin o no de los poderes pblicos- los otros valores raramente considerados,amn de los valores patrimoniales y paisajsticos cuyo tratamiento dejaremos para otraocasin. Con ello estaramos superando los mediocres resultados alcanzados por unurbanismo ms interesado en el cunto crecer que en el cmo crecer.

    2. Segunda ley: Los problemas del urbanismo son problemas de suelo

    2.1. La aptitud urbana del sueloCon el fin de corregir los viejos conflictos urbanos tales como segregacin social,carencia de infraestructura, deterioro barrial y problemas ambientales y en el nimo

    Fig. 1: Propuesta de modificacin actualizacindel PRMS 1994. Fuente: Minvu Seremi Regin

    Metropolitana, 2008

    Gris oscuro: Ciudad consolidada.Verde: reas verdes.Naranja: Usos urbanos propiamente tal.Amarillo: Zonas industriales en reconversin.Azul: Vialidad estructurante.Negro: Nuevas circunvalaciones y vialidad radial.

    / Asuntos Urbanos Nacionales

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    ciudad ocupa alrededor de 75 mil h., este suelo vacante de 6 mih. representa cerca del 8% de la superficie urbana total.

    Por su parte, la Cmara Chilena de la Construccin(CCHC), hace pblico durante el ao 2007, un estudio del Serexde la Facultad de Arquitectura de la PUCCH, en donde consignaque el ao 2006 el rea Metropolitana de Santiago contaba con

    2.850 h. de suelo disponible para usos residenciales.El suelo vacante o vaco es un problema que se encuentrapresente en todas las ciudades capitales de Amrica Latina. Deacuerdo con estudios realizados por el Lincoln Institute, durantela dcada de los aos 90 del siglo XX, la tierra vacante en estasciudades capitales, rondaba alrededor del 10 % de la superficieconsolidada total. Este suelo o tierra vacante es un remanente dedifcil produccin que permanece en dicho estado durante largotiempo a causa de problemas jurdicos y financieros, principalmentey por la incapacidad del rgimen legal respectivo para inducir a sudesarrollo urbanstico.

    Cuadro N 1. Suelo Vacante en la Ciudad de Santiago de Chile

    - Vivienda vacante. El conocimiento acabado acerca dela cantidad de vivienda vacante en las reas urbanas interiores deSantiago, es un tema de carece de estudio en profundidad, a causade las dificultades que presenta su registro y por estar vinculadoa problemas que discurren entre cuestiones legales y familiarespasando por asuntos relacionados con la posesin efectiva. Porello, por el momento slo nos podemos referir a aquellos datosprovenientes de documentos oficiales tales como los censos depoblacin y vivienda.

    Es as que el Censo del ao 2002 consigno en los datos referidos al captulo vivienda, que de un total de 1.264.856 unidadesla Provincia de Santiago registra 58.897 viviendas en condicinde desocupadas o vacantes. A nivel regional este dato sube a86.536 unidades, encontrndose 78.807 de stas situadas en lareas urbanas de la Regin Metropolitana. eniendo presente lasProyecciones de Poblacin consideradas por el INE para la mismaregin en el periodo 2008 a 2020, que proyectan un crecimientode 715.057 habitantes, la capacidad 86 mil viviendas vacantes conuna ocupacin promedio de tres habitantes por unidad, resuelvenlas demandas de vivienda de unas 260 mil personas. Es decir, se

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    de superar las limitaciones que registran los instrumentos deordenamiento urbano para alcanzar el cumplimiento de susdeterminaciones, tales como crecimiento sin calidad, falta deconsolidacin de centros perifricos, df icit de vialidad estruc-turante y reas verdes sin material izar, el Ministerio de Vivienday Urbanismo (Minvu), formula la propuesta de modificacin

    del Plan Regulador de Santiago de 1994 (PRMS-94).La propuesta de modif icacin se asienta en el incrementode 10.898 h. de nuevo suelo urbanizable, mediante la incor-poracin de 9.266 h. de suelo de uso agrcola y la reconversinde 1632 h. de suelo de uso industria l, actualmente vacantesituado en el interior del lmite urbano.

    Para el mbito acadmico, esta propuesta de modif icacinse presenta como una oportunidad para identificar operacionesprevias que es necesario ejecutar con preparar suelo que ha te-nido usos diversos a los que recibir a partir de la modificacindel instrumento de planeamiento, con el fin de superar las viejaslimitaciones del urbanismo metropolitano, independientementesi las mismas deben ser aplicadas desde las propias instancias de

    planeamiento o si deben obedecer a acciones paralelas.al como lo hemos sealado previamente, el suelo cons-

    tituye el principal recurso de la actividad urbanstica. El suelo,en cuanto soporte y en tanto sistema condiciona el carcter yla naturaleza del ncleo urbano resultante. En Chile, el sueloha estado presente en las grandes decisiones que como hitosmarcan la historia del urbanismo chileno. Sin embargo, rara vezha recibido el tratamiento jurdico y urbanstico acorde con laimportancia que asume durante el proceso de urbanizacin5.

    Estos hitos se han expresado como polticas pblicas ytambin como razones de modificacin y actuali zacin de losinstrumentos de ordenamiento urbano. al como es en el caso

    que analizamos de la propuesta de modif icacin del PRMS, endonde se hace caso omiso a los tratamientos requeridos paraadecuar los nuevos suelos a los usos urbanos, considerando quegran parte de las 10 mil hectreas incorporadas a usos urbanos,registran limitaciones relacionadas con los usos agrcolas, lasexplotaciones mineras y los desastres naturales. Estos factoresaconsejan el tratamiento de los nuevos suelos con el fin demejorar su actual aptitud urbana.

    A continuacin se deta llan a lgunos problemas, propuestasy programas que es necesario identificar, formular y aplicar conel objetivo de adecuar estos nuevos suelos a los usos urbanospropuestos por la modificacin del PRMS 94.

    2.2. Capacidad vacante- Suelo vacante. La memoria ejecutiva de la Propuesta de Mo-dificacin del PRMS-94 seala que en la actualidad en el cascoconsolidado del rea Metropolitana de Santiago normado ur-bansticamente por este instrumento, existen alrededor de 6.000h. de suelo disponible para usos urbanos. Si consideramos que la

    5 En la ley de urbanismo vigente al ao 2008, la palabra suelo no es mencionadams all de 14 ocasiones. Ninguna de estas menciones explicita los regmenes jurdicoy urbanstico del suelo.

    Sup. otal Aproximada Suelo Vacante en Ha

    Lincoln Minvu Cchc / Serex DatosInstitute Propios

    75.000 7.500 6.000 2.169 1.200100% 10,0% 8,0% 2,9% 1,6%

    Porcentajes Suelo Suelo para Registrohistricos normado vivienda en terreno

    Fuentes: Lincoln Institute, 1999. Cmara Chilena de la Construccin, 2007.Datos propios en proceso de recuento, 2008.

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    resuelve el alojamiento de cerca del 36% del crecimiento poblacionalhasta el ao 2020.

    Sectores afectados: zonas urbanas de la Regin Metropo-litana, en general. En particular, la reduccin poblacional atacaaquellas comunas situadas en el primer anillo metropolitano entorno a la comuna central. Esta reduccin poblacional repercute en

    una disminucin de las actividades residenciales y en el vaciamientode sus contenedores habitacionales.- Propuesta 1: Plan de recuperacin del suelo vacante .

    Por el monto de los datos disponibles sobre capacidad vacante y suparticipacin en la resolucin del problema de vivienda utilizadopara justificar la modificacin del PRMS mediante la incorporacinde nuevo suelo, es menester establecer un acuerdo entre los organis-mos pblicos competentes en el tema y las organizaciones gremialesvinculadas con el fin de promover un Plan de Recuperacin de sueloy vivienda vacante que incentive su entrada al mercado.

    Cuadro N 2. Vivienda Vacante o No Ocupada de la Regin

    Metropolitana (miles de unidades)

    Fuente: INE, Censo 2002

    2.3. Los riesgos naturales del suelo

    La ciudad de Santiago de Chile se instala sobre un valle de inun-dacin, formado a lo largo de miles de aos por el arrastre fluvial aveces violento y otras pausado de material rocoso y polvo desde lamontaa, construyendo esta dimensin geogrfica. Y esta condicininundable del valle que a todas luces constituye un hecho irrefutablepara el sentido comn, en escasas oportunidades es consideradocomo uno de los factores primordiales de las nuevas implantacionesurbanas por los documentos de ordenamiento urbansticos.

    - Suelo inundable. El registro de las inundaciones de aguaslluvias llevado a cabo entre los aos 1986 y 2006, sus efectos sobrela actividades sociales y econmicas en general, y los estragos sobrelas actividades productivas y el patrimonio natural y construido de

    la ciudad en particular, seala en primer lugar que Santiago de Chilese emplaza sobre un valle inundable. En segundo lugar, que a pesarde las obras de canalizacin que se han ejecutado en los ltimosaos por el Ministerio de Obras Pblicas, un particular rgimende lluvias de gran intensidad en breves perodos provocar que lasinundaciones y anegamientos de la ciudad persistan a pesar de lasmedidas y previsiones que se tomen para ello6.

    6 Estudios llevados a cabo el ao 2004 indican que por cada 60 litros deagua que se precipitan por metro2 de modo continuo sobre la ciudadde Santiago de Chile, se pierden aproximadamente alrededor de unos

    otal Casas Deptos. ViviendaNo Ocupada

    Pais 4.400 3.595 553 424Region Metropolitana 1.644 1.207 356 87Provincia Santiago 1.263 883 372 59Comuna Santiago 78 27 45 9

    Asimismo, este registro de las inundaciones de Santiago delos ltimos 20 aos, seala que estos desastres natura les se producenpor lo general, siempre en los mismos lugares, lugares que en otrotiempo tuvieron usos agrcolas y cuyas trazas agrarias tales comocanales, acequias y terrenos arables no han sido tratadas de modoprevio a la ocupacin de dichos predios por usos urbanos.

    Junto a los impactos directos de carcter meteorolgicosque se desencadenan sobre determinados sectores de la ciudad,tambin es menester considerar aquellos causados por el trasladode materiales de remocin provocados por las avenidas violentasde aguas lluvias, principalmente en las reas afectas a cursos flu-viales y canales de regado. Cuestin esta ltima se desencadenaen gran cuanta principalmente en la mitad norte de la comuna deQuilicura, cuyos terrenos han sido propuestos por el Minvu comosuelos urbanizable. A propsito, ver Fig. 2: Peligros de remocinde masa e inundaciones.

    - Suelo de usos agrcolas. Ms all de los propios efectossobre la economa agrcola que involucra la utilizacin para usosurbanos de suelos de gran calidad agropecuaria, es necesario tenerpresente los efectos que en el corto y mediano plazo tendrn losresiduos qumicos utilizados las actividades agrcolas, sobre la saludde los futuros habitantes de los sectores de nueva urbanizacin.

    El peligro de utilizar para usos urbanos los suelos agrcolas,no debiese tener un anlisis desde puntos de vista econmicos yagrcolas necesariamente, obviando aquellos efectos sobre la saludpblica provenientes de los residuos principalmente de origenfosforado, que repercutirn sobre la calidad de vida de futuroshabitantes.

    - Suelo sujeto a explotaciones mineras. Por las especialescaractersticas de los procesos tectnicos que participaron en laformacin fsica del valle en donde se emplaza la ciudad, Santiago

    es un inmenso depsito de ridos, de piedras y arenas. Al final desu explotacin, algunos de estos depsitos han sido tratados conve-nientemente, permitiendo el emplazamiento de usos urbanos.

    Los peligros surgen cuando los yacimientos de ridos o pozosareneros an en explotacin, se sitan en reas que la modificacindel PRMS considera como urbanizables. al es el caso de yacimien-tos localizados en la zona de Lonqun, en donde los yacimientosrespectivos profundidades de 10 a 20 metros.

    Sectores sujetos a inundaciones: Quilicura, Pudahuel yMaip.

    Sectores sujetos a residuos qumicos agrcolas: San Bernardo,La Pintana, La Granja y Puente Alto.

    Sectores sujetos a explotaciones mineras: Cerrillos, SanBernardo y Puente Alto. A propsito ver la Fig. 4: Yacimiento derocas y minerales industriales. Sernageomin.

    Propuesta 2: Plan de rehabilitacin de suelos. Con el fin dedisponer de suelo que al menos presente aptitudes urbanas mnimas,

    200 millones de dlares por sus efectos destructivos sobre el patrimonioconstruido y la infraestructura, y los efectos negativos sobre las actividadesproductivas (atrasos, inasistencia a los lugares de empleo, enfermedades,etc.). Al respecto, consultar Revista BI N 34 La red seca de inundacin:el desastre natural como acto creativo, pginas 26 28, 2004.

    / Asuntos Urbanos Nacionales

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    Fig. 2: Peligros de Remocin de Masas e Inundaciones de la Cuenca de SantiagoFuente: Sernageomin, Santiago, 2003.

    Gris: Zonas afectas a modificacin del

    PRMS - 1994Rojo: Remocin de masa de alto peligro,situadas en quebradas urbanas deMacul y San Ramn.

    Achurado: Remocin de masa de alto peligro,situadas en zonas urbanas de LaReina y uoa.

    Ocre: Deslizamientos lentos de alto peli-gro.

    Magenta: Acumulacin de aguas y subida denivel fretico de alto peligro.

    Rosado: Acumulacin de aguas y subida denivel fretico de moderado peligro

    Verde: Inundacin en reas urbana s ycalles.

    Fig. 3: Registro de inundaciones entre 1986 y2006Fuente: Jons Figueroa, 2008. Base planimtricade Google Flood

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    es necesario formular un plan que ordenelas operaciones requeridas para resolverlos problemas derivados de fenmenosnaturales y de las explotaciones agrcolas ymineras actualmente en vigencia.

    3. ercera ley: Se construye cualquiercosa en cualquier parte

    3.1. El suelo en la condicin metropoli-tana de la reginLa condicin metropolitana surge cuan-do el crecimiento de la ciudad modernacomienza a repercutir sobre su contextoregional, influyendo en la funcionali-dad de ncleos menores situados en sus

    proximidades y en la especializacin econmicas de los mismos. Pero, no es menoscierto que cuando la ciudad est formada por varios gobiernos locales se hace necesariola coordinacin en asuntos tales como los transportes y el acopio y tratamiento de labasura domiciliaria, por ejemplo, comienzan a ser temas que superan con largueza elpropio mbito local, extendindose por toda la conurbacin.

    Y la coordinacin entre entidades locales, entre ellas mismas y entre stas y los

    organismos territoriales de escala mayor, es la principal condicin metropolitana de laregin.A partir de ello, se crean las administraciones metropolitanas y los primeros

    instrumentos de ordenamiento territorial de esca la metropolitana que tienen, debiesentener, el objetivo de coordinar inversiones y actuaciones que repercuten ms all delterritorio local o comuna. En el caso particular de el PRMS 94, el instrumento deordenamiento tambin debiese amparar actuaciones de coordinacin con la escala ma-yor con el fin de que el desarrollo del ncleo principal, rea metropolitana de Santiago,repercuta positivamente sobre el desarrollo del sistema urbano regional. Por el contrario,se espera que el desarrollo que experimenta la ciudad mayor se proyecte estratgicamentecomo una operacin de equidad sobre su territorio regional de influencia.

    Fig. 3: Registro de inundaciones entre 1986 y2006Fuente: Jons Figueroa, 2008. Base planimtricade Google Flood

    Fig. 4: Yacimientos de rocas y minerales industriales de la XIII R.M. deSantiago. Fuente: Sernageomin, Santiago, 2004

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    Gris: Zonas afectadas por la Modi-ficacin del PRMS.

    Verde: Yacimiento ridos (crculo:magmtico; cuadrado: sedi-mentaria clstica; tringulo:volcnico).

    Ocre: Arcilla.Magenta: Pumacita.Morado: oba.

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    El fracaso de las administraciones e instrumentos de escalametropolitana en ciudades europeas, devino cuando surgieronconflictos entre los gobiernos locales de una tendencia polticay los gobiernos metropolitanos de otra bandera poltica. Losejemplos ms preclaros de este conflicto se expresan en el Ma-drid de los aos 80 (Comisin de Planeamiento y Coordinacin,

    Coplaco), y en el Londres de los aos 90 (Greater LondonCouncil, GLC).En el caso chileno, no existe un desarrollo conceptual ni

    menos poltico sobre la administracin metropolitana ni menossobre la administracin regional, ni en las instituciones ni en losinstrumentos de ordenamiento. Lo metropolitano siempre haestado confundido con las conurbaciones que se han producidopor el crecimiento explosivo de las ciudades principales de escalaregional, tales como Santiago, Valparaso y Concepcin.

    En trminos urbansticos, las contradicciones que se ob-servan en la materia suelo se hacen presentes cuando por un ladose ha venido ampliando el territorio afecto a normativa metropo-litana, desde la incorporacin en los aos 90 del siglo XX de laprovincia de Chacabuco vecina al rea metropolitana, ampliandoel territorio metropolitano original que originalmente abarcabaslo la provincia de Santiago y algunas comunas limtrofesanexadas a la conurbacin. Este proceso de ampliacin del reametropolitana finaliza el ao 2006 con la incorporacin de todoel territorio regional a la normativa de escala metropolitana.

    El urbanismo por condiciones (cumplimiento de determi-nados estndares rotacionales por parte del agente urbanizador),que comienzan a aplicar el MINVU desde medados los aos90, aconseja tal ampliacin, en donde el slo cumplimiento deun cierto condiciones asegura la urbanizacin del suelo, sea esteagrcola o ambientalmente protegido. Es lo que hemos dado en

    llamar la poltica de todo el territorio urbanizable, ya aplicadadurante el ltimo cuarto del siglo XX y que rpidamente fuemodificada a causa de la no consecucin del objetivo de disminuirel precio del suelo y de la vivienda.

    Sin embargo, la condicin metropolitana que se ha queridoaplicar mediante la ampliacin del territorio afecto a toda la reginy la aplicacin de un urbanismo basado en el cumplimiento dedeterminadas condiciones, se contradice con la actual propuestade modificacin del PRMS, que se sustenta en un urbanismopor zonificacin, de similares caractersticas a los crecimientosexperimentados por la ciudad desde los aos 50 del siglo XX enadelante. Es decir, extensin de la ciudad mediante la clasificacinde nuevo suelo urbanizable agregado a las periferias y mediantela tipologa de resoluciones urbanas de los suelos agrcolas delextrarradio rural de Santiago.

    Frente a las contradicciones que se observa entre la amplia-cin de la administracin urbanstica a todo el territorio regionalllevada a cabo por el Minvu durante los ltimos 10 aos, y laformulacin de instrumentos de ordenamiento que no consideranesta ampliacin tal como lo expresa la modificacin motivo deanlisis, se hace necesario disponer de instrumentos que a modode acciones de coherencia, consideren el crecimiento de la ciudadcomo una operacin de orden sistmico, que piense el desarrollo

    urbano como una oportunidad estratgica de ordenamiento desistema urbano regional, promoviendo operaciones de centralidaden aquellos ncleos regionales que presentan condiciones para elloy puedan actuar como ncleos atractores de crecimiento.

    3.2. El suelo y el modelo territorial- El modelo territorial propuesto. El Plan Microregional deSantiago (PMRS MOP 1960, IV-B o Microregin de Santia-go), constituye el referente administrativo y el marco regionadel Plan Intercomunal de Santiago (PRIS MOP 1960-1994)ambin es el documento que define las variables de poblacinlocalizacin y las relaciones sistmicas que se establecen a partirde ello, en el espacio regional.

    El debate que surge al alero de la formulacin del primerplan de urbanismo que se propone ordenar un crecimiento fsicoque se expande ms all de los mbitos municipales y departamentales, se encuentra lleno de ricas referencias que emparentanlos planteamientos tericos que antecedieron a la aprobacin ypromulgacin del PRIS, con aquellos que se debatan en la Europade pre y postguerra del siglo XX.

    Gran parte de estas referencias conocidas en el mbito locaa travs de documentos acadmicos y publicaciones tcnicas, con-sisten en planteamientos conceptuales e instrumentales que polas vicisitudes blicas europeas carecan de datos precisos acercade la medicin de sus resultados, al no haber sido ejecutados nsiquiera parcialmente. Antecedentes que hubiesen permitidomatizar en el plano local, unas ideas de ciudad y de regin quehasta ese momento tenan un fuerte sesgo terico.

    La propuesta de definir el modelo territorial basado enla identificacin de ncleos urbanos integrantes de un sistema

    de ciudades menores con roles claros en la economa regional yrelaciones de dependencia en diversos grados con la gran ciudadsegn su lejana a ella, intentaba una reorganizar la regin con eobjetivo de volcar los futuros crecimientos de la ciudad capital enella, a travs de la desconcentracin funcional y socioeconmicade Santiago, alejndose expresamente del modelo de desarrollodisperso que comenzaba a operar con altos costos sobre la matrizgeogrfica agrcola y la extensin de redes. Cabe destacar que loroles asignados miran particula rmente las potencialidades locales, incluyendo los signos de valor histrico y cultural, aunqueello se produca desde el nivel central de la administracin y sinparticipacin de las instituciones locales.

    El modelo territorial formulado originalmente por el PlanMicroregional de 1960, identifica as, las loca lidades integrantedel sistema urbano microregional a modo de ciudades satlitesEstos se organizan en funcin de tres anillos, situados en unradio de 15, 30 y 45 Km. en torno a la metrpolis. La funcinproductiva de naturaleza industrial define la primera coronaregional (situadas entre los 13 y 20 km del ncleo central; decarcter agrcola, las localidades situadas en la segunda coronasituada entre los 18 y 38 km; y polifuncional, aquellas que sesitan ms all del tercer anillo regional, entre los 38 y los 60 kmMs all de su grado de dependencia y de influencia, todas esta

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    localidades fueron consideradas inicialmente e indiferentementecomo ncleos satlites del ncleo mayor.

    - El modelo territorial resultante. Diversas limitaciones,tales como el abandono de parte de los organismos competentespara elaborar un plan de actuaciones que hubiese plasmado elmodelo propuesto y la falta de estrategias precisas en la materia,condicionan la concrecin de la organizacin espacial formuladapor el Plan Microregional. Antes del plan, estas loca lidades con-sideradas satlites exhiben un funcionamiento y una espacialidadpropia de pequeas localidades fuertemente relacionadas en sudesarrollo con las actividades productivas de su entorno rural. Esas que San Bernardo y Maip, como exponentes de estos satli-tes, registran un peso importante relacionado con lo ferroviarioy lo agrcola, por ejemplo. En el horizonte de los 20 y 30 aosde vigencia del Plan Intercomunal de Santiago de 1960, estas

    localidades satlites han sido anexionadas a l continuo urbano deescala metropolitana, como ciudades dormitorios que responden alas demandas oportunidades provenientes de la ciudad central.

    Las localidades satlites de la primera corona regionalfueron rpidamente anexadas al ncleo central por su propiocrecimiento. Anexin fsica que constituye la principal altera-cin que experimenta el PRIS y que es reforzada por las otrasanexiones que a partir de ello se producen de modo espontneo:anexin fsica, derivada de anteriores anexiones funcionales;y anexin administrativa hasta culminar el ao 1994 con laanexin urbanstica por la incorporacin de estas localidades alPlan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS 1994), queactualiza el original PRIS de 1960.

    Ms que resolver los temas relacionados con el ordena-miento de su propio desarrollo urbano, la incorporacin de las

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    Capacidad vacante. En el interior de la ciudad se registra una capacidad vacante producto de usos del suelo no idneos, tales como playas de estacionamiento yedificios con plantas superiores vacas o utilizadas para bodegaje.

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    provincias, algunas de ellas carentes de una propia estructura yde un propio armazn fsico, a esquemas urbanos que observanproblemas, dficits y oportunidades de orden y escala metropolita-na, no es la estrategia ms afortunada para resolver los problemasde dependencia y retraso que registra el sistema urbano regional.

    Antes bien, se desconoce el problema y se introducen otros, talescomo aparicin de modalidades de ocupacin y crecimientodemogrficos externos a la propia localidad provincial.

    Esta anexin fsica junto a otras anexiones de orden fun-cional, administrativo y urbanstico de las localidades situadas

    Rojo: rea urbana PRIS 1960.

    Negro: A. Ncleos anexados por el crecimiento urbano de Santiago: Maip, San Bernardo y Puente Alto.B. Ncleos urbanos con moderada dependencia funcional del centro metropolitano: Buin y Paine.C. Ncleos con baja relacin funcional con el centro metropolitano.: Curacav, Melipilla y iltil.

    Azul: D. Conurbacin diagonal espontnea con alta dependencia metropolitana: Peaflor y alagante.

    Fig. 5: Modelo territorial vigente de la Re

    gin Metropolitana dSantiagoFuente: Ministerio dFomento, 1960. Informacin actualizada in

    serta por JFS, 2007.

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    dentro del territorio que dibujaba el anillo de 15 km que, por suhistrica dependencia funcional, anterior a la propia formulacindel PRIS, son rpidamente anexadas por un crecimiento fsico quese desplaza utilizando la vialidad radial como principal vehculodel crecimiento, ha sido un fenmeno continuo en los ltimos 50aos, transformado los tres principales ncleos del primer anillo

    regional -Maip, San Bernardo y Puente Alto- en ncleos demayor importancia poblacional y econmica que un buen nmerode capitales regionales y provinciales, pasando de tener, al iniciodel perodo (1960) unos pocos miles de habitantes, a cientos demiles al final del mismo (ao 2000). Ver Fig. 5: Modelo territorialvigente de la Regin Metropolitana de Santiago.

    El modelo metropolitano surge como una respuesta a laincapacidad de los instrumentos de ordenamiento urbanstico pararesponder a las demandas crecientes de una ciudad que se extendams all de los dominios de las normas y las instituciones localespara ord3enar su desarrollo. No es una normativa cualquiera. Esteinstrumento de ordenamiento urbanstico determina totalmente lacalidad de vida los habitantes. Por lo mismo, es importante tomarseun tiempo y analizar la propuesta que se est presentando.

    - Propuesta 3: El modelo territorial requerido. De acuer-do con los datos consignados en los dos apartados anteriores, quetratan sobre la situacin actual, el modelo propuesto se planteacomo una respuesta a las limitaciones que presenta el modelo vigen-te, de neto carcter lineal y de dos dimensiones, cuya nica raznde desarrollo es continuar con el crecimiento por agregacin denuevos suelo urbanos tal como lo propone la presente modificacindel PRMS. El modelo metropolitano requerido surge como unarespuesta a la incapacidad de los instrumentos de ordenamientourbanstico para responder a las demandas crecientes de una ciu-dad que se extiende ms all del dominio de las normativas y las

    instituciones locales para ordenar su desarrollo.

    4. A modo de conclusin

    4.1. El programa suelo: ley o reglamento?La incorporacin de suelos de nueva planta en las reas suburbanas,junto a la conveniencia de aplicar acciones necesarias previas a laaplicacin de las determinaciones del plan, entendidas stas comoparte de la gestin urbanstica (preparar la aplicacin de un plano proyecto), no tendra sentido si no se dispone de un programasuelo. eniendo presente la gran escala territorial que abarca esteplan metropolitano de Santiago, extendido atravs de la va admi-nistrativa y la gran cantidad de temas que se asocian con el mismo,es de suma importancia disponer de un conjunto de directrices quedefinan modos de actuacin sobre las diversas unidades territorialesque integran la regin metropolitana, sean stas de naturaleza yfuncin productiva, urbana, natural, paisajstica, protegida, etc.

    Los problemas aqu expuestos acerca de las aptitudes urba-nas y las limitaciones que impone el propio suelo, sus conflictosy oportunidades, son asuntos que requieren de solucin de formaprevia a la aplicacin de las determinaciones contenidas en uninstrumento de ordenamiento urbanstico. A raz de ello, el Pro-

    grama Suelo aqu propuesto se nos presenta como una necesidadfrente a los problemas que se asocian a dicha dimensin y que asu vez, restan eficiencia a las determinaciones del ordenamientometropolitano.

    En primer lugar, este Programa Suelo busca modificar lasmodalidades de actuacin sobre el suelo, asignndole un propio

    programa al mismo de acuerdo a razones de orden espacial, climti-ca y estructural, entre otros aspectos a tener presente, evitando conello los despropsitos que se cometen cuando se instala cualquiercosa en cualquier parte: una urbanizacin de poblacin re escasosrecursos en lugares denominados El bajo y El Arenal, por ejemplo,desconociendo que son toponimias asociadas con los desastresnaturales provocados por las inundaciones de aguas lluvia.

    En las reas rurales propuestas por la modificacin de PRMScomo reas urbanizables, este Programa Suelo debiese determinarlas actuaciones necesarias y convenientes a ejecutar con el fin detraspasar los terrenos agrcolas bajo el cumplimiento de ciertosestndares de aptitud urbana, que corrijan de modo previo losconflictos que como los problemas aqu expuestos, se hacen pre-sentes como desastres sobre las zonas ya construidas. Asimismo,con ello se estara corrigiendo las distorsiones debidas a las altasplusvalas que se producen por la sola accin del plan y la ningunaparticipacin econmica de los propietarios con el fin de resolverel traspaso adecuado del suelo rural a suelo urbano.

    En las reas consolidadas, este programa suelo se abocaraa identificar el suelo y el parque inmobiliario vacante con el fin decorregir los conflictos que surgen por los efectos promovidos porel deterioro social y fsico que produce el estado de vacante o dis-ponible del patrimonio construido. ambin, la salida al mercadoinmobiliario del suelo y la vivienda vacante que ello promovera,mejorara el propio sentido y naturaleza de los planes reguladores,

    cuyo nico objetivo por ahora, es clasificar nuevo suelo urbano,dejando de lado otras actuaciones de mayor eficacia a la hora depensar en el desarrollo cualitativo y cuantitativo de la ciudad.

    Este programa suelo permitira una real evolucin de los ins-trumentos y de la propia calidad urbana, tantas veces reivindicaday pocas ocasiones obtenida, tal como lo seala la propia memoriade la modificacin del PRMS aqu comentada.

    4.2. Hacia un urbanismo preventivo y estratgicoA estas alturas, el urbanismo que debemos propugnar debe corre-gir los muchos conflictos que se generan por la falta de desarrolloreglamentario de nuestra legislacin urbanstica, por la falta dedesarrollo conceptual e instrumental de los planes de urbanismoy por la propia incapacidad del Estado que delega en los priva-dos asuntos propios del gobierno del territorio. El resultado deello se expresara como directrices, orientaciones, actuacionesparadigmticas, etc. que a modo de referencias, estructuren yencadenen las actuaciones de los privados en un proyecto deterritorio, democrticamente consensuado y pactado entre lasdiferentes instancias de la sociedad

    Como todo organismo natural, la ciudad crece, se trans-forma y desarrolla. Y tal como no se puede detener. Pero, esta

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    dinmica natural no puede traspasar los lmites que impone ladisponibilidad de los recursos naturales (agua, suelo de aptitudurbana, etc.), necesarios para que el crecimiento se lleve a cabo sinalterar los equilibrios de la naturaleza. Las ms de las veces, en lostemas urbansticos caminamos peligrosamente entre la legalidady la ilegalidad, entre lo conveniente y el desastre. Por ello, es ne-cesario modificar los modos y los estilos de desarrollo en materias

    relacionadas con la ciudad.Reconociendo la importancia que conlleva la actualizacinde un instrumento de ordenamiento urbanstico para ponerlo alservicio de las demandas sociales, y al alero de los intereses de lasociedad, el anlisis de los antecedentes de la propuesta de modi-ficacin del Plan Regulador Metropolitano (PRMS -1994), nosentrega las siguientes observaciones a la luz de las condicionantesimpuestas por la aptitud urbana del suelo:

    Disponibilidad de 6 mil hectreas an remanentes delPRMS 1994 y de sus posteriores modificaciones de 1996 y 2001,que han incorporado las provincias vecinas al ordenamiento

    urbanstico de escala metropolitana, podra recibir similares volmenes de poblacin a los presupuestados por esta propuesta dmodificacin (1,2 millones de habitantes);

    La propuesta de nuevos desarrollos, observa una contradiccin con anteriores operaciones urbansticas, en donde se hanincorporado las provincias vecinas a Santiago como mbitos dacogida de los crecimientos metropolitanos;

    La reconversin de suelo de usos industriales propuestopor esta modificacin, con el fin de disponer de suelo para usoresidenciales, se opone a criterios de generar desarrollos urbanocon centros de empleo cercanos a la residencia;

    Las zonas elegidas para recibir futuros desarrollos carecen dinfraestructura urbana que otorgue autonoma a los nuevos ncleohabitados. Por el contrario, la vialidad de sentido radial inf luye enla dependencia que experimentaran estos nuevos sectores de lcentralidad metropolitana;

    Las zonas elegidas para recibir los futuros crecimientoregistran una alta vulnerabilidad a los desastres naturales;

    Verticalizacin de la ciudad. La torre en altura para usos residenciales y de oficinas es la nica respuesta que ofrece la arquitectura a la renovacin de la ciudad.

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    La falta de un programa econmico que seale costos deobras de urbanizacin y plusvalas, debilita una programacin desuperficies de usos del suelo;

    No podemos seguir considerando el suelo como un simplesoporte fsico, desconociendo su participacin en la estructuradel territorio, sus condicionantes climticos y valores naturales.

    El modelo territorial resultante de la propuesta de modificacinobserva similares caractersticas a modelos vigentes a mediadosdel siglo XX, a saber:

    Alta dependencia de las reas perimetrales a los lugares cen-trales, a raz de la desnudez urbana que registran las primeras;

    Alto protagonismo de la vialidad regional en las relacionesentre sectores interiores, promoviendo una ciudad paraguas degeometra radial que genera dependencias y grandes tensiones enlos nodos de articulacin;

    Sectores intersticiales, entre la ciudad interior y la exterior,en creciente deterioro y vaciamiento poblacional;

    Usos residenciales como nicas tectnicas fundadoras denuevos desarrollos urbanos, dejando de lado otros usos de mayorpoder atractor;

    Nuevos desarrollos conectados o enchufados a zonas amedio hacer y carentes de consolidacin urbana;

    Desconsideracin de los lmites impuestos por los recursosnaturales disponibles para recibir nuevos desarrollos urbanos; y

    Carencia de instrumentos urbansticos que resuelvan desa-rrollos particulares de reas especiales.

    9. Se reconoce la postura de asignarle una significacin es-pecial y espacial a las reas verdes. Mas, no queda claro cul ser elmonto neto de las mismas al recibir usos viales y de equipamiento, ysi stas estratgicamente constituyen en operaciones estructurantesdel territorio.

    Durante el siglo XX, los instrumentos de ordenamientourbanstico se caracterizaron por dirigir sus contenidos casi enexclusividad a la generacin de nuevo suelo urbano, olvidando laadministracin y gestin de la ciudad consolidada. Por el contrario,con el fin de mejorar sus resultados, el urbanismo del siglo XXIdebe tener instalar por sobre sus contenidos normativos un sentidopreventivo y una direccin estratgica, que permita corregir losconflictos que a veces por excesos y otras veces por omisin, ha

    promovido sobre la ciudad consolidada.

    / Asuntos Urbanos Nacionales

    Cmara Chilena de la Construccin. Gerencia de Estudios, In-forme cnico: Disponibilidad de suelo urbano en la ciudad deSantiago, Santiago, 2007.

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