Aproximaciòn al Saber (revisado)

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Tabla de contenido PREÁMBULO......................................................................................................................2 TEORÍA DE CAMPOS.........................................................................................................8 CAMPO M......................................................................................................................... 12 CAMPO LAMBDA.............................................................................................................. 15 APROXIMACIÓN AL SABER ...........................................................................................21 EL SABER FORMALIZADO ............................................................................................. 21 EL DISCURSO.................................................................................................................. 31 EL SABER EN LA ESCUELA............................................................................................ 40 1

Transcript of Aproximaciòn al Saber (revisado)

Tabla de contenido

1PREMBULO

7TEORA DE CAMPOS

11CAMPO M

14CAMPO LAMBDA

20APROXIMACIN AL SABER

20EL SABER FORMALIZADO

28EL DISCURSO

35EL SABER EN LA ESCUELA

PREMBULO

La experiencia es lo nico que trae consigo el conocimiento, y

cuanto ms tiempo ests en la tierra tanta ms experiencia has de adquirir.

Lyman Frank Baum

La anterior frase retomada del cuento El Mago de Oz, refiere a un fragmento donde el espantapjaros insiste al gran Oz -aun despus de que ste hubiera aceptado ser un gran farsante- que le diera un cerebro; puesto que era desdichado al sentirse ignorante e incapaz de pensar, Oz le responde de forma sensata no lo necesitas; da a da vas aprendiendo algo nuevo () La experiencia es lo nico que trae consigo el conocimiento y cuanto ms tiempo ests en la tierra tanta ms experiencia has de adquirir.

De dicha frase retomamos dos conceptos; experiencia y conocimiento (saber), con los que pretendemos caracterizar la experiencia, mirar el lugar que tiene en la constitucin del saber, as, como resaltar el papel de nuestra experiencia a travs de un trasegar formativo, -no cualquier experiencia-, la cual culmin en un grupo de investigacin adscrito a la Facultad de Educacin. Partiendo de lo anterior surge el presente documento tras la intencin de mostrar el carcter fundamental del Saber, su centralidad en la formacin, en la relacin que el sujeto establece con el mundo como en los enunciados que profiere.

Retomando la frase citada, y colocando la experiencia como fuente de conocimiento, se hace necesario definir lo que entendemos por experiencia, en tanto pueden encontrarse varias acepciones. Por ejemplo, en el diccionario de la Real academia, encontramos que experiencia, del latn experienta, se define como un hecho que implica sentir, conocer o presenciar algo, como una prctica prolongada que aporta conocimiento o habilidad prctica; como un conocimiento adquirido en ciertas circunstancias o situaciones. Desde su acepcin etimolgica: -Ex-peri-entia- El prefijo Ex, indica una separacin del interior; la raz peri, denota un arriesgar, intentar. Dicha acepcin convoca una exteriorizacin, -un salir de s-. De acuerdo a las acepciones enunciadas retomamos para la experiencia, como un hecho que se presenta y por tanto la respuesta a esto. Ahora bien, hablamos as, de distintos tipos de experiencia y por ende sta generara distintos tipos Conocimiento (saber).

A partir de las definiciones dadas, las posibilidades de experiencia a nombrar serian mltiples, para efectos del presente documento se plantean cuatro tipos, enunciados desde la lgica modal. Cada uno de los tipos de experiencia que se van a plantear, tienen dos modalidades en sus niveles: del orden de lo sensible y lo inteligible. Desde este lugar se discriminan cuatro experiencias, que engloban la totalidad de las que pudieran presentarse; estas a su vez responden a cuatro conceptos de la lgica enunciada: necesidad (proposiciones que tienen que ser verdaderas), imposibilidad (proposiciones que tienen que ser falsas), contingencia (proposiciones que no tengan que ser ni necesarias ni imposibles) y posibilidad (proposiciones que no sean imposibles).

El primer tipo de experiencia es la experiencia necesaria, entendida desde la lgica modal como aquella que no podra dejar de ser verdadera, independientemente de cmo estn las cosas, o independientemente de lo que resulte ser del mundo [HUGHES G. E. y CRESSWELL M. J. 1973. Pg. 31], est ligada a la razn y se piensa como una experiencia (indirecta y fecunda) [Bachelard 1948: 20] que en trminos de Bachelard contradice la experiencia comn al fundamentarse sobre el eje experiencia-razn como un esfuerzo de construccin que produce un saber dinmico, dialctico y que debe poseer razones mltiples; de esta manera, se reconoce todo aquello que se presenta y se valida como verdadero. Nos permitimos relacionar esta experiencia con una postura del sujeto determinada que por su estructura implica la apropiacin de una gramtica que trasciende los elementos externos y logra una comprensin lgica del dato. En pro de esa comprensin, se toma su tiempo, as conduce a nuevas experiencias llevndolo a reconocer errores y a rectificarlos, es por tanto una experiencia que conduce a un Saber abierto en la medida que matematiza la experiencia. El segundo tipo de experiencia es la experiencia contingente que es del orden del azar, por esta razn de lo que puede y no puede suceder. Por tanto no es completamente necesaria. Este tipo de experiencia pone en juego al sujeto con todo lo que pueda suceder, el sujeto queda expuesto a lo azaroso, se puede preparar para responder a determinadas cosas pero este tipo de experiencia le plantea nuevos sucesos que no caban dentro de las posibilidades, por lo cual, resulta por fuera de aquello que se plante, por esta razn se ubica del lado de lo que acontece.

El tercer tipo de experiencia es la experiencia de lo imposible, entendida como lmite de accin. Es el tipo de experiencia que se ve truncada por su no posibilidad. De esta manera, dejara de ser una experiencia en desarrollo para ser una del no ser.

El cuarto y ltimo tipo de experiencia, refiere a una experiencia posible, al moverse en las mltiples posibilidades que se pueden dar en determinadas circunstancias. Este tipo de experiencia puede retomar las otras y presentarse a travs de estas en tanto condicin de posibilidad, pues bien lo dice la lgica modal al exponer que incluye todas las proposiciones verdaderas (y a fortiori incluyen todas las proposiciones necesarias). Incluye todas menos las imposibles. [HUGHES G. E. y CRESSWELL M. J. 1973. Pg. 31]. La obtencin de este tipo de experiencia no est prevista, simplemente se da en un marco de posibilidades, puede ser espontanea o provocada, pero en esta ltima no se limita; por esto mismo, no hay certeza sobre esta experiencia.

Como se dijo hace unos prrafos, las experiencias anteriormente mencionadas se ubican en dos modalidades: Sensible e inteligible. La primera de las modalidades refiere a ese contacto que se tiene normalmente con el medio, con lo que ste presenta. Es del orden de lo sensible, lo inmediato, lo habitual, por lo tanto se ubica del lado de los estmulos, lo que hace de esta modalidad algo natural y concreto. Esta modalidad se logra, entre otras cosas, gracias a la observacin, pues se presenta fcil y transparente, aparentemente, de ah que se cree comprensible a simple vista.

La segunda modalidad, es del orden de lo inteligible, cualquiera de las experiencias desarrolladas pueden operar en esta modalidad, pues les atribuye un estatus de comprensin y aparente confrontacin con la realidad, en esta modalidad hay un vnculo simblico entre lo que se presenta en lo sensible y lo que el sujeto conoce sobre eso. Esta modalidad, permite la comprensin sobre el fenmeno o aquello que se presenta en tanto le permite al sujeto tomarse su tiempo, as conduce a nuevas experiencias llevndolo a reconocer errores y a rectificarlos, es por tanto la modalidad encargada de conducir a un saber abierto en la medida que matematiza la experiencia.

La experiencia entonces la retomamos como un punto de partida que nos ubica en un campo o que nos lleva a acercarnos a uno. Adems, le atribuimos a la experiencia dos dimensiones: una, que puede hacer que el sujeto responda a eso que se le presenta pero sin afectarlo (no lo traspasa), esta dimensin ser llamada dimensin tcita de la experiencia; la otra dimensin es aquella en la que el sujeto se ve afectado por eso que pasa, eso que se le presenta, esto en tanto el sujeto sufre alguna transformacin, esta dimensin ser denominada dimensin transformadora.

Bajo una premisa de relacin profunda de intercambio (desarrollada ms adelante) y en el marco de los desarrollos del grupo de investigacin, concebimos que la experiencia se dara a partir de un campo, que de una u otra forma imprime un sello en la misma, pues toda produccin est suscrita o se da dentro de un campo propio. Campo, que desde Bourdieu tiene tensiones -siendo estas de orden interno- y presiones, en tanto -exigencias externas-, logrando as, imprimir en la experiencia cierto tinte distintivo. Adems, se constituye como autnomo, regula sus producciones y dota de un habitus determinando a los sujetos que estn inmersos en l, otorgndoles una posicin en el mismo, sta ltima con arreglo al capital simblico posedo. De esta manera entendemos que la experiencia logra ser permeada por el campo en el que se encuentre operando el sujeto, lo puede obligar a salirse del mismo para operar en otros (en el caso de la presin), o lo mantiene inmerso bajo determinadas lgicas (en el caso de la tensin).En nuestro caso hablamos de una experiencia ubicada en el orden de lo contingente, teniendo en cuenta que sta no fue de ninguna manera una accin intencionada. Dicha accin estara ms del lado de lo planificable, de lo predecible o regulable, y esto, como bien se sabe en educacin es imposible, -aunque quiera presentrsele como propio de ella-. Lo anterior lo especificamos con el fin de caracterizar nuestra experiencia en el grupo de investigacin como del orden del acontecimiento; una vez entramos en el grupo hubo un cambio en la forma de operar de nosotras, el grupo se enunciaba desde un campo diferente y nos obligaba otro tipo de respuestas frente a lo que se nos presentaba.

As, esta experiencia contingente, con su dimensin transformadora la retomamos desde Larrosa, como un acontecimiento subjetivo; aquello que me pasa", en tanto efecto. No lo que pasa, sino "eso que me pasa" que me traspasa, me toca, me afecta. Concibindola entonces en un primer momento como algo exterior al sujeto, constituyndose este ltimo en el lugar de la experiencia. Podramos decir, por tanto, que sta experiencia no es esttica sino que implica un movimiento, y a la vez un sometimiento; dicho movimiento supone que ese encuentro implica una interioridad, en tanto surgen efectos en el sujeto, quien no sale intacto sino que es afectado y a la vez afecta, esto debido a la dimensin transformadora, propia de la experiencia.Desde el punto de vista anteriormente mencionado, la experiencia puede ser concebida como una relacin profunda de intercambio con aquello que nos sucede, tanto as, que nos forma (o nos de-forma o nos trans-forma), () es decir, hacemos la experiencia con base en esa relacin con el acontecimiento; en este sentido, Larrosa plantea que: Hacer una experiencia quiere decir, por tanto: dejarnos abordar en lo propio por lo que nos interpela, entrando y sometindonos a ello. Nosotros podemos ser as transformados por tales experiencias [Larrosa 1996,97]

As, caracterizamos nuestra experiencia en el grupo de investigacin como contingente y como un encuentro con el saber y el establecimiento de una relacin particular con el mismo, siendo adems un encuentro, de sometimiento a una gramtica, de exclusin, de trabajo, de guardar silencio. Un silencio, que en el encuentro con una tradicin empieza a contemplar lo inteligible en pro de la interpelacin de esa realidad que se presenta.En consecuencia, el recorrido por este nuevo camino implic despojarse de supuestos. Empezar a dejar en suspenso algunos presupuestos del sentido comn y una adhesin paradjica a un conjunto ms o menos radicalmente nuevo de presupuestos, y, de modo correlativo, el descubrimiento de apuestas y exigencias desconocidas e incomprendidas por la experiencia habitual [Bourdieu 1997:25]. Esta adopcin de nuevos presupuestos, nos llev a comprender la investigacin y el saber desde una posicin determinada, desde un campo, una estructura, donde esta ltima contiene los principios explicativos pero adems condiciona la experiencia del investigador al posicionarlo frente a un hecho y dotarlo de estrategias para abordarlo, siendo fundamental este dominio en la configuracin tanto del capital que se posee como del que se produce.

Fue adems una experiencia de confrontaciones, una invitacin a pensar y trabajar el objeto, a buscar y develar su naturaleza, a contemplarlo desde lo inteligible. No solo a observarlo desde su evidencia, desde lo sensible; ya que desde all fcilmente se puede quedar atrapado y ser seducido por los objetos socio mediticos propios de un campo, que han adquirido peso y evidencia al aparentemente remitirnos a la realidad, pero al ser atractivos ideolgicos carecen de una funcin analtica. Dicho enfrentamiento nos confronta al desestructurar el afn por la gua, por el paso a paso, por la receta, convocndonos al sometimiento de una gramtica que permita entrar en el juego, comprendiendo que una formacin no radica en transmitir informacin, sino que por el contrario su funcin es llevar a pensar el objeto, a conformarlo, a construirlo.

Dicha construccin del objeto, como menciona Charlot, implica para el investigador preguntarle a la pregunta que se le plantea, la de interrogar los trminos con la que sta haya sido formulada. [Charlot, 2008:25] Esto lleva a deconstruir y reconstruir el objeto, a darle forma. Esa condicin de reflexividad ante el objeto, ante la pregunta, ante el fenmeno, se constituye por tanto en una alerta ante el empirismo sin conceptos y al teoricismo sin datos siendo lo contrario a esto un equilibrio necesario, que permite en principio, partir de un dato retomado, conformar un objeto para describirlo y develarlo, no tal cual como se muestra, sino con arreglo a las lgicas con las que funciona. Se trata pues, de una experiencia y un conjunto de relaciones que otorgan una posicin especifica dentro de un campo.

Es as como para el presente documento retomamos del grupo de investigacin el desarrollo sobre la teora de campos, especficamente el campo M y el campo Lambda L, a manera de contextualizacin. Dando esto lugar a entender los proyectos de grado de los estudiantes corpus retomado por el grupo- como enunciados producidos dentro de un campo especifico, pero adems como producto de una formacin, entendiendo sta como pretensin especifica de la escuela propia de un campo- a travs de la cual se generan unas presiones y dinmicas particulares que deberan conducir la mirada hacia las relaciones que la escuela mantiene con el saber.Conforme con lo anterior y como inters particular para el presente documento, partimos de una inquietud por el Saber que es agenciado a travs de la formacin, ya que ste, al igual que todo enunciado es producto de un campo. De ah, la importancia de mirar a qu campo pertenece, qu estatuto tiene, qu pasa cundo es retomado por otros campos. As, a partir de una mirada retrospectiva y a travs del anlisis de los programas analticos, pretendemos dar cuenta de cmo es visto el saber que se agencia en cada uno de los espacios acadmicos que responden al ciclo de fundamentacin de la Lic. en Psicologa y Pedagoga, a qu campo pertenecera y si estara respondiendo a la tensin propia del campo.TEORA DE CAMPOS

El presente trabajo de investigacin se encuentra desde sus inicios enmarcado en el proceso de investigacin del grupo de la filosofa de la educacin. El cual lleva en desarrollo 2 aos, dentro de los cuales ha planteado determinadas posturas frente a la concepcin sobre investigacin, en inicio.

Algunas de las premisas del grupo fueron:

Investigacin es todo aquello que se quiera llamar como tal.

Se adopta de Platn la palabra eidos ubicados en un campo, para pensar el rgimen de la comprensin de la idea.

Para la matriz de campos se establecen una serie de trminos o conceptos que se teorizan a propsito de su pertinencia en el campo al que correspondan, lo cual determina una limitacin del lenguaje.

Luego de explcitos avances, se empez a establecer una teora de campos, con base en algunos referentes del autor francs Pierre Bourdieu junto a referentes como: Platn, Armando Sercovich, Roland Barthes, Paolo Virno, Carlos Marx, John Austin, Jrgen Habermas, entre otros. En esta teora de campos, se establecen cuatro lugares conformados por una serie de caractersticas que determinan cada uno de estos.

Reconociendo campo, desde los desarrollos del grupo de investigacin como los regmenes de uso y produccin de enunciados. [Bustamante, et. al., 2013:43] Lo que implica concebirlo como un un rgimen de produccin de sentidos, de interpretacin, un rgimen que legitima y deslegitima enunciados que entran en esa pugna y son, a su vez, objeto de pugna. [Bustamante, et. al., 2013:47], lo anterior nos especifica que cada uno de los campos desarrollados tendrn un enunciado propio y por tanto estarn sujetos a distintas pugnas, a excepcin de un campo.

Un aspecto constitutivo de los campos son dos movimientos: presin y tensin. Una externa, la otra interna. Consistiendo la primera en factores externos que demarcan los lmites de un campo, pretendiendo influir en el mismo; en el caso de la investigacin los agentes que la financian, entre otros agentes. En el caso que nos atae en este documento, el saber, quienes pretenden incluirlo en la escuela y sus fines polticos o transformativos, sus intencionalidades.

Por el contrario, la tensin es inherente al campo y viene direccionada por las relaciones que se dan entre los elementos del mismo, as como por los sujetos en pro de la legitimidad de su produccin, de ah que la tensin tenga fundamento en la razn. Entenderamos aqu la tensin a modo de control sobre lo que se produce y circula.

Para establecer toda la teora del grupo de investigacin se plante una matriz de campos, lugar donde se presentan de manera explcita los cuatro campos con sus respectivos constitutivos. En inicio cada campo tiene el mismo lugar de origen y final, lo que en la grfica se denomina como res, y se determina como el lugar de origen, porque todo campo parte de l, tomando lo que pueda haber all y pasndolo por cualquier otro campo o por el mismo que proviene.

En trminos constitutivos del campo, una vez este toma un referente de res pasa en primer lugar por lo que se denomin realizativo, que responde principalmente a eso que se hace con lo que viene de res, la manera de actuar sobre eso, del orden de lo que se realiza. Entendemos entonces que como hablantes, suponemos que hay uso constatativo, pero no tematizamos el hecho en muchos casos evidente de que el lenguaje no habla de cosas sino que las hace. En ese sentido, las realiza, de ah el concepto de realizativo que asumimos [Bustamante, et. al., 2013:56], es entonces el realizativo el encargado de orientar la produccin e interpretacin de enunciados en el sentido de realizar algo, con ayuda del lenguaje. Esto indica que a cada campo le corresponde un realizativo constitutivo que si bien puede dar lugar a otros, pero, que estaran subordinados al realizativo principal que se establece en la caracterizacin de cada uno de los campos.

Una vez se entiende el realizativo asumimos que por cada manera de realizar se encuentra una pragmtica, y es la forma precisa de cada campo de poner en relacin a los sujetos con la forma de operar del mismo de una manera especfica. De esta manera que [Bustamante, et. al., 2013:58]. Es as como la pragmtica en tanto particular permite que la pugna por el sentido sea de diferente orden en cada uno de los campos. Una vez definida la pragmtica, se plantea la Ejecucin como esa manera de especificar las relaciones en funcin de la pragmtica. Es as como se define como la manera en la que se usan los signos en la interaccin entre sujetos. Con los anteriores elementos constitutivos, determinamos el Objeto propio de cada campo, pues es por este que a los enunciados tomados de res se les atribuye una materialidad. Es as como se especifica an ms la manera de operar del campo, pues solo un objeto obedece a un campo. En el orden constitutivo del campo, El tratamiento del objeto se hace mediante un mecanismo que le es especfico, de cara al tipo de enunciado que se busca producir.

El siguiente elemento es el Mecanismo, que se encarga de definir la forma en la que se va a tratar o desarrollar el objeto, tambin es especfico conforme el campo en el que se ubique. Se considera entonces que es especfico en tanto se pone de cara al tipo de enunciado que se produce, que responde directamente a esa especificidad del objeto de la que hablamos anteriormente.

Una vez el mecanismo ha actuado sobre el objeto hablamos de una produccin de enunciados especfica conforme al campo. Es as como aparece el Enunciado como producto propio, es l quien porta los efectos del trabajo propio del campo y est producido para ser usado con el valor que el campo le atribuye en tanto baluarte del campo. Dicho enunciado, viene de una relacin directa de eso que se trata sobre el objeto, de tal manera es tambin especfico y nico en cada campo. Todo esto genera en la estructura un Efecto, que no es del orden de lo calculable y de alguna manera se consideran los sujetos que dan lugar como efecto para que el funcionamiento del campo tenga lugar.Finalmente hay dos elementos constitutivos que terminan de delimitar el campo, uno es el Juicio siendo ste el rgimen que puede recaer sobre los enunciados y que es emitido por cada campo, y no por entes externos, lo cual no implica que estos terminen hacindolo, pero sera otro asunto y no un juicio con arreglo a las lgicas de produccin. Por ende, dadas las caractersticas de cada campo, el juicio que recae sobre el enunciado apunta a asuntos distintos. El ltimo de los elementos es el Resto, ste depende del juicio y del proceso mismo, pues este ltimo no logra cubrir cabalmente el producto. Siempre queda un resto que puede ser nuevamente procesado por el campo.

Una vez establecidos los procedimientos constitutivos a manera general, especificamos los cuatro campos desarrollados en el grupo de investigacin campos M [cM] campo Lambda [c], campo sigma [c] y campo Pi [c] Los dos primeros M y denominados as por sus enunciados; mathemas y logos y los dos restantes y denominados as por su pragmatica semiotica y politica respectivamente como se puede ver en la grafica.

En el presente documento retomamos los campos M y , en tanto los consideramos pertinentes para el anlisis sobre el Saber, agenciado en los procesos de formacin no porque los dems campos estn desprovistos del mismo, simplemente por delimitar y por nuestra pretensin analtica.

CAMPO M

El campo M tiene una estructura determinada y unas reglas explicitas, de tal forma que su proceso interno corresponde al concepto de tensin esbozada en el apartado anterior. De ah, que dicho campo regule no solo su produccin sino la permanencia y de cierto modo la circulacin de sta, dicha regulacin se da con arreglo a una legitimacin que obedece a la dialctica propia del campo, por tanto ste no necesita aprobacin o elementos externos para su produccin. Para el campo M se determin la siguiente estructura.

Como se enunci en la matriz de campos, el proceso iniciara al retomar un enunciado de res, el cual circula por cada uno de los elementos del campo M, constituyendo un producto o enunciado, que para este campo, se trata de Mathemas. As, el enunciado retomado iniciara su proceso dentro del campo con el realizativo saber, entendindolo como una forma especfica de operar en arreglo a una teora determinada o constructo terico desde el cual se aborde. Esto, pone de presente que no se llega frente a dicho enunciado desarmado para simplemente contemplarlo y maravillarse, sino que por el contrario ste -ms all de ser interpelante- al pasar por el saber -es interpelado- es sometido a un proceso de abstraccin inicial para as desagregarlo, develarlo de tal manera, el realizativo saber opera sobre res, pero sin dar por hecho lo que de ah se toma [Bustamante, et. al., 2013:68].

El saber cmo realizativo implica entonces adoptar una perspectiva, una postura desde la cual se abordar el enunciado retomado, de tal forma que se tenga en cuenta su especificidad, su naturaleza. Pero adems indica una decisin, una eleccin, donde emerge de cierta manera el sujeto para posteriormente ser excluido y ajustarse a las expectativas del campo en tanto debe someterse en pro de una contemplacin y reaparicin posterior- se trata de una eleccin imaginaria [Bustamante, et. al., 2013:66]. Relacionada ms con la identificacin, con la subjetividad, es decir, no se elige espordicamente o por recomendacin u obligacin sino que las elecciones siempre estarn mediadas por un componente identitario.

Siguiendo la estructura del campo encontramos una gramtica a la que hay que someterse completamente [Bustamante, et. al., 2013:72]. Este sometimiento permite empezar a operar con la teora, en ese sentido no podramos presuponer empezar a trabajar desde tal o cual teora, desconociendo sus principios, sus fundamentos. Razn por la cual, las reglas deben ser apropiadas como acto de fe como una accin pasiva inicial; ya que sin esta condicin sera imposible producir algo dentro de este campo. Las reglas en mencin se consideran necesarias no solamente en el caso de operar con la teora sino en la intencin posterior de transformar la axiomtica si la lgica as lo exige- o trascender en la misma. De ah que la inmediatez sea contraria a los propsitos tanto de acceder a esta gramtica y dominarla, as como a producir y trascender en el campo. En ese sentido, es la gramtica la que va consolidando los enunciados producidos.

Apropiar las reglas y dominarlas, entonces da paso a la construccin, pero sta se encuentra mediada por la tensin constitutiva del campo, una pugna que en el campo M sera la ejecucin y correspondera a la dialctica. Por tal entendemos () el control epistmico que ejercen unos sobre otros los que configuran el campo en tanto personas que tambin han tomado una decisin, aceptan una axiomtica y manejan una gramtica [Bustamante, et. al., 2013:74]. No se trata entonces simplemente de un acuerdo, de una opinin, de retrica o de hablar desde el desconocimiento. Por el contrario, la dialctica es efecto del domino de la gramtica, en tanto implica un conocimiento profundo de lo que se habla, por ende, es un discurso basado en el saber, en la capacidad argumentativa que ste brinda, a razn de los posibles acuerdos o confrontaciones que se dan desde distintos argumentos expuestos entre pares.

En este proceso, llegamos al objeto propio del campo, que correspondera al objeto abstracto formal, esto implica que es un objeto construido de forma razonada, desd lo inteligible y no simplemente retomado y dado por hecho, como sucedera si se operara desde lo sensible. En s, es un recorte que se hace sobre res. Con el recorte se hace una descripcin, entendida como una construccin; de manera que lo que se espera de l es un efecto de inteligibilidad. [Bustamante, et. al., 2013:75] As, el objeto abstracto formal deviene de la confrontacin del enunciado retomado con el conjunto de elementos ya mencionados del campo, los cuales, realizan sobre ste una especie de decantacin, configurando as el objeto abstracto formal.

Dicho objeto es construido con propsito de describir, analizar, explicar y presentar el enunciado inicialmente retomado, en este punto, se dara paso a la formalizacin, concibindola como el mecanismo del campo. Siendo sta una codificacin por medio de la cual se evidencia la lgica del enunciado retomado, precisando su esencia. Es necesario mencionar, que sta carece de sentido; puesto que se trata ms de un sistema relacional que desentraa dicho enunciado, el cual se consolida en el Mathema, siendo ste el enunciado del campo el algoritmo. La unidad de conocimiento en tanto formalizada [Bustamante, et. al., 2013:76]. As, dicho Mathema vuelve a res para ser retomado por otros campos o para ser reciclado nuevamente por M.

Pero el proceso del campo no acaba aqu, sino que el mismo campo emite un juicio determinado sobre sus enunciados. Para el caso de M tenemos verdad, que recoge una gama de evaluaciones posibles a los enunciados, segn se trate de aseveraciones, predicciones o hiptesis, tipo de enunciados dominantes en el campo. [Bustamante, et. al., 2013:82] Este juicio obedecera por tanto a la legitimacin o validacin que se hace de los productos del campo y que no necesita de un juicio exterior, -aunque sean emitidos- en tanto dicho juicio correspondera con las lgicas del campo, con la gramtica.

El proceso hasta aqu descrito no comporta una totalidad, por el contrario presenta un lmite; puesto que esta produccin no es inmediata ni plena. Implica como todo conocimiento de lo real que "no todo es simbolizable. El algoritmo permite iluminar un campo hasta donde es posible extender la inteligibilidad; pero ese mismo gesto pone un lmite ms all del cual est lo imposible, entendido como algo que se puede circunscribir con los smbolos del mathema [Bustamante, et. al., 2013:82] Este resto es productivo en tanto se puede retomar para que pase nuevamente por el proceso del campo.

En este punto se hace importante mencionar, que si en inicio el sujeto es excluido como efecto del campo y propiamente de la gramtica con la cual funciona el mismo, dicho sujeto reaparecera una vez acabado el proceso, para satisfacerse as en la construccin inteligible.

Podemos observar en el caso del campo M que en el proceso sus elementos constitutivos estn intrnsecamente relacionados y gracias a sus interacciones y especificidad no permite la multiplicidad o eclecticismo frente a un enunciado. Ms bien, la tensin producida en el campo y ejercida a travs de la gramtica, la dialctica y el juicio, impiden una acumulacin de datos y una descripcin somera de stos, respondiendo con ello a un proceso riguroso que exige no solo la apropiacin de la gramtica sino adems el operar a partir de ella; de tal forma que permita transcender al anlisis racional de eso que se presenta. El proceso del campo en s mismo constituira el trabajo del cientfico, en s mismo el proceso de la ciencia, considerada por [Freud, 1856:169] como el nico camino, a nuestro juicio, que puede llevarnos al conocimiento de la realidad objetiva, exterior a nosotros. CAMPO LAMBDA

Reconocemos Lambda como aquel campo que designa aquellos circuitos discursivos que estn bajo la primaca de la poltica y, como efecto, se encuentran enmarcados en la pretensin del consenso, con su perenne llamado a establecer acuerdos. [Bustamante, et. al., 2013:84] De este modo, para el campo se determin la siguiente matriz:

Lamba luego de retomar de res los enunciados producidos por s mismo o por otros campos, empieza su proceso en la decisin en tanto realizativo, entendida como una determinacin o resolucin que se toma sobre una cosa, viene del latndeciso e indica un proceso de cambio de estado de un referente tomado. Es as como lo tomado de res empieza a operar en el campo lambda, partiendo de una necesidad de determinacin y casi que eleccin sobre lo que hay que hacer con eso que viene. Por ejemplo, un mathema, para ponerlo a jugar bajo las reglas de la eleccin. Si bien para determinar la funcin de eso trado, o la manera en la que se va disponer en el campo. La decisin no es ms que la razn de ser de La Poltica que a su vez asume un papel principal como pragmtica de Lambda, en tanto se reconoce como una prctica orientada a la toma de decisiones, con el fin de alcanzar determinados objetivos o bien de responder a unas necesidades sociales. Es entonces la poltica la forma de poner la decisin en juego; no en vano se establecen polticas de educacin que aparte de responder a determinadas demandas generadas por una presin social, casi que promueven una posible estandarizacin en estos mbitos que tiende a persuadir el error. Desde el momento que la poltica se sirve de las dems ciencias prcticas y legisla sobre lo que debe hacerse y lo que debe evitarse, el fin que le es propio abraza los de todas las otras ciencias, al punto de ser por excelencia el bien humano [Aristteles. tica Nicomaquea], sin indicar esto que la poltica es una ciencia, pues para efectos del campo y como ya se enunci anteriormente, la poltica aqu es entendida precisamente como la pragmtica del campo en mencin, es decir, la forma concisa de poner en relacin los sujetos con la mecnica de Lambda.

La poltica es entonces, la manera de relacionar los sujetos en este campo, lo que nos determina una de las caractersticas del mismo. La sencilla cuestin de funcionar bajo dinmicas de presin. Entendida como algo externo a Lambda, pues si bien, al interior circulan discursos y situaciones que operan bajo las reglas de juego que estn siendo descritas, estas son afectadas por aspectos externos, del orden de lo urgente, de all que la decisin sea el realizativo y la poltica la pragmtica. No hay ms pretensin del campo, que la resolucin de situaciones que de alguna manera atraviesan los lugares de enunciacin del campo y se considera pueden ser resueltas desde los mismos.

No es otro el origen de la necesidad de decisin, que no es en s misma racional o inteligible, pues como lo reconoce Rancire, la lucha poltica propiamente dicha no es un debate racional entre intereses mltiples, sino que apunta a lograr que la propia voz sea escuchada y reconocida como la voz de un asociado legtimo [Zizek, 2001. Pg. 202]. Esto es en tanto se piensa la poltica como un derecho a ser escuchados y reconocidos en el debate en pie de igualdad, que si bien reconoce la pluralidad o lo mltiple no desconoce la voz de la persona individual, slo que la rene en una mayora.

En trminos de poltica se determina el consenso como su modo de ejecucin en el campo, en tanto refiere a un acuerdo alcanzado por el consentimiento de varios miembros de un grupo o de manera ideal por la totalidad del mismo, procede del latnconsensus,y responde de manera directa a una toma de decisin por una cantidad de sujetos determinada, aunque su determinacin no siempre obliga la totalidad, s opera bajo la decisin de una mayora, no es un acuerdo general entonces, pero apunta de cierto modo a disminuir posibles afectaciones o contradicciones al momento de ejecutar las decisiones tomadas. Cada cual juzga acertadamente de lo que conoce, y de estas cosas es un buen juez. Pero as como cada asunto especial demanda una instruccin adecuada, juzgar en conjunto slo puede hacerlo quien posea una cultura general. [Aristteles. tica Nicomaquea]De esta manera, desde Habermas, el consenso se encuentra mediado de manera simblica por todo lo que promueve culturalmente una identidad colectiva. Dejando claro que esta identidad no desconoce un grado de racionalidad en el cual se encuentran lo sujetos gracias a procesos lingsticos, en tanto los sujetos estn en la capacidad de argumentar las razones de las decisiones tomadas. Esto tras una pretensin de validez, que en la teora de Habermas y para pertinencia del campo en descripcin, debe ser intersubjetivamente reconocida, por tanto susceptible de fundamentacin y de crtica; esto implica un grado de racionalidad comunicativa, lo cual potencia las posibilidades de coordinar las acciones sin recurrir a la coercin y de solventar consensualmente los conflictos de accin [Habermas, __ Pg. 33], esto obliga un conocimiento por parte de las personas que van a entrar a consensuar. No obstante el consenso del que se habla en lambda es del orden de la inclusin en la decisin y no obliga ese conocimiento del que habla Habermas. Lambda no reconoce el ideal de consenso en tanto proceso argumentado, sino se rige nicamente por la necesidad de decisin anteriormente nombrada.

El consenso llega a ser reconocido desde Habermas en ocasiones como injusto, por eso acepta que slo en una situacin ideal de comunicacin podran resultar equivalentes el consenso y la legitimidad. Pero llegar a esa situacin ideal requerira una educacin del mismo modo y un comportamiento ideal por parte de la mayora, pues esto da paso al dilogo en esencia y con pretensin de equidad entre los sujetos que se adjudican a un consenso.

Es necesario diferenciar el consenso que se establece en este campo y la legitimacin o validacin de la que se habla en M, pues si bien en este ltimo campo solo se hace tras la intencin de validar un saber formalizado. Por el contrario, en Lambda el consenso es con la intencin de instalar ese saber formalizado en trminos de una decisin sobre la manera en la que va a operar en el campo y la forma en la que puede llegar a ser permeado por situaciones externas pero que se permiten afectar lo propio.

El consenso demarca as una de las reglas de juego propias de este campo que refiere a un carcter flexible y masivo, en tanto se vuelve en demasa incluyente y hasta permisivo pues no tiene un lmite discursivo, sino por el contrario da lugar a la produccin de diferentes discursos enmarcados en lugares de enunciacin similares o en el mismo lugar.

Debemos entender entonces, que los objetos propios de Lambda, no son objetos por s solos, son objetos que se hacen existir a partir de la verosimilitud, que para la especificidad del campo, de manera general reciben el nombre de Fetiche; entendindolo como una trasposicin de una condicin espiritual a un objeto, es as como la realidad es aquello que se da por existente o se hace existir, entendiendo as desde Virno [2006]: El fetichismo consiste en asignar a una cosa cualquiera requisitos que pertenecen en forma exclusiva a la mente. Se establece desde el mismo autor como una caricatura de la reificacin, en tanto esta ltima pone en evidencia el aspecto cosal de la mente y en contraposicin el fetiche le asigna a una cosa cualquiera de manera arbitraria, requisitos que pertenecen a la mente. Si bien no se deslegitima, la reificacin implica unas categoras puestas en contexto o puestas a un objeto; lo que obliga a tener unos conocimientos previos sobre eso que se va a trabajar, es decir, tener la capacidad de traer lo conocido o lo sabido abstracto a espacios reales, y con esto ponerlos a prueba en la existencia; el fetiche por el contrario, vuelve abstracto e incluso misterioso el objeto sensible. El fetiche como objeto se asume como lo que se hace vlido hasta por la experiencia de las personas; es cuanto la realidad pueda permear lo teorizado. Nuevamente en trminos de Virno, El fetichismo hace pasar lo emprico por trascendental [Virno, 2006], con esto se entiende que se puede volver relevante un objeto sin categoras previas, de hecho, en ste campo, los fenmenos una vez vistos pasan por el proceso de enunciacin, no se llega obligatoriamente a ellos con un precepto. En este sentido, Es fetichista la inclinacin a tratar el fundamento trascendental de toda representacin como un objeto representado cualquiera; pero es reificante el intento de censar los fenmenos empricos en los que precisamente aquel fundamento se vuelve posible y manifiesto. [Virno, 2006]. Esto hace que el discurso del que ms adelante hablaremos, sea utilizado conforme necesidad del fenmeno reconocido. Es as como reconocemos que los objetos en Lambda son tomados desde el fenmeno y quien produce el discurso ve la necesidad y la posibilidad de enunciarlos. Entendiendo el Fetiche como objeto del campo, hablamos tambin de objetos socio-mediticos que desde Charlot remiten siempre a prcticas y situaciones, y se considera que deben dar cuenta de lo vivido y de la experiencia [Charlot, 1997, pg. 23]. Esto, en concordancia con lo dicho anteriormente desde Virno, pero extralimitndolo a temas escolares, tales como los que refiere Charlot, pues en su obra La relacin con el saber [1997], hace un hincapi en denominar dichos objetos en atractivos ideolgicos; esto en tanto la evidencia les da paso para imponerse como categoras inmediatas de la realidad social.

De esta manera, resulta recurrente en el campo en desarrollo, situaciones como la categorizacin en torno a la realidad, que siguiendo en la lnea de Charlot en tanto atractivos ideolgicos y retomando el informe de investigacin enunciado en el captulo anterior, son denominadas categoras inmediatas [Bustamante, et. al., 2013:83] de percepcin de la realidad social, las cuales contribuyen a otorgarle a estos objetos de discurso el peso que han adquirido y la sensacin de evidencia y certidumbre [Bustamante, et. al., 2013:83]Una vez se entienden los objetos del campo, y con esto el proceso de volver objeto el fenmeno, se asume que no es ms que un proceso de enunciacin. En este sentido, el mecanismo propio de Lambda lo asume la Retrica, entendida como la capacidad oral o escrita que se tiene desde el lenguaje para conmover, persuadir o deleitar al otro desde procesos discursivos con intenciones sobre un tema; para la especificidad de este campo se habla de retrica en trminos de persuasin ms all del mismo deleite, son procesos que pretenden convencer al sujeto de algo que se considera urgente o pertinente bajo cualquier premisa; as, la retrica denotara los procesos discursivos en tanto ya no buscan ser legitimados sino aceptados en trminos de funcionalidad que respondan a unas necesidades especficas.Sin lugar a dudas es la Retrica, uno de los aspectos ms importantes del campo Lambda en relacin con los otros, pues prcticamente centra la conformacin de los discursos en ella, pero si bien es el constitutivo de este producto discursivo, no exige que sea del orden de la formalizacin como si lo exige el campo M. Es la retrica, la encargada de dar lugar a la enunciacin de algo, sin tener un dominio de la gramtica sobre eso que se est enunciando; de hecho permite retomar trminos, discursos, teoras de M al acomodo y necesidad de quien las va a pasar por el consenso. Su aprobacin se vuelve entonces del orden de lo plausible. Situacin que denota una ms de las reglas de juego de Lambda, y es la necesidad que tienen los discursos producidos all de accionar y no de teorizar.

La retrica le brinda as el producto al campo, que en trminos estructurales lo asume el Logos, entendido como una actitud racional ante el mundo, traducindose en pensamiento, razn, habla, discurso, concepto, palabra o conocimiento, sin embargo, en Lambda se asume como un producto propio del orden de lo discursivo, la palabra misma, el discurso hecho o por hacerse; esto en tanto se valida el discurso como construccin que responde y habla del reconocimiento de una realidad o de una serie de situaciones que son puestas o transpuestas como objetos.

El efecto que produce el campo Lambda en el sujeto, es del orden de la insercin, esto en tanto el consenso busca incluir al mximo la mayor cantidad de gente en la toma de decisiones, no interesa la diferencia ms all de discursos como la alteridad, y es por esto que se busca casi un pensamiento unnime, y una serie de posturas que aprueben un mismo discurso. De esta manera se buscan juicios de rectitud en esos grupos de consenso, sin dejar de lado aquello que Habermas induce como lo inteligible en esos procesos de bsqueda de verdad.

De esta manera se entiende que el campo es caracterizado por determinadas reglas de juego que se diferencian de otros campos; sin jerarqua, este campo dar lugar ms adelante a un tipo de saber, denominado saber disciplinar que se abre espacio desde lo que en el presente apartado fue denominado como Logos y se desarrollar como Discurso, en tanto produccin del campo .

APROXIMACIN AL SABER Es tan cmodo, para la pereza intelectual,

refugiarse en el empirismo, llamar a un hecho un hecho,

y vedarse la investigacin de una ley!

Bachelard Pretender hablar de Saber nos sita en una postura que, aun a riesgo de parecer sesgados, delimita tanto la acepcin, como la caracterizacin que se realice del mismo. Aunque hoy en da de acuerdo con las modas intelectuales podemos encontrar innumerables acepciones, concepciones y desarrollos referentes al Saber que bien podramos situar en diferentes polos, para efectos de tal caracterizacin, retomamos aquellos que nos permiten especificar su estatuto en medio de una poca donde prima lo relativo, al colocar ciertas etiquetas a discursos y actividades tratando de otorgarles preponderancia, generando confusin, ambivalencia y hasta trivialidad entre stos. En ese afn se desdibuja la lnea entre el sentido comn y la ciencia, de ah que sea casi natural encontrar en diversos mbitos, mltiples trabajos con etiquetas que presumen de experticia, rigurosidad y hasta cientificidad. La pregunta es hasta dnde lo comn puede determinarse como un axioma o puede otorgrsele rigor o cientificidad?

Si bien, podramos vincular el Saber con el pensamiento y sus desarrollos, no podramos decir que todo desarrollo se consolida como Saber. Su constitucin, como veremos, responde a una lgica y pragmtica propia. Basados en esto, pretendemos contrastar el Saber a lo que actualmente se precia de serlo.

EL SABER FORMALIZADO

Reconocemos el campo M como productor de ciencia, entendiendo que sta es resultado de la investigacin y pervive gracias a ella, pero, no cualquier tipo de investigacin pues, dentro de este campo, investigar, () es sostener, a costa de s mismo, una postura contra la reificacin. [Bustamante, et al., 2013:68] es as como investigar no es fetichizar objetos proceso propio de otro campo- sino consiste en develarlos en su lgica, como vimos en el apartado anterior. Pues gracias a la lgica del campo, es como los productos van siendo consolidados. Si traemos a colacin la ciencia en este apartado es porque creemos que el campo M, como productor de la misma tiene una relacin intrnseca con lo que denominamos Saber formalizado.

De acuerdo con lo anterior, entendemos ciencia, desde su etimologa latina scientia, como conocimiento - no cualquier tipo de conocimiento- la cual, a su vez, viene del verbo scire, saber. Dicha etimologa nos sita aparentemente en una homologa entre ciencia, conocimiento y saber que ms adelante especificaremos. As, la Ciencia desde la filosofa antigua est ligada con un Saber verdadero y universal. Platn y Aristteles, por ejemplo hacan mencin a sta en trminos de Episteme como ese conocimiento inteligible, superior, que recurre a la razn y, por tanto, se encuentra ligado al mundo de las Ideas, cercano a un razonamiento lgico.Concibiendo la ciencia como un conjunto de conocimientos que buscan acercarse a lo real, referira a un rgimen de produccin, que promueve nuevos desarrollos cientficos. Lo mismo pasa con el saber en tanto realizativo dentro del campo M, en la medida en que puede ayudar a comportar un enunciado retomado de res, en un nuevo Saber. Referente a conocimiento, podramos aplicar el mismo principio, pero para no caer en lugares comunes propios de la poca no lo haremos, por el uso generalizado que se hace del concepto, puesto que puede ser aplicado indistintamente a lo ms cotidiano como a lo ms abstracto, cosa que tambin sucede con saber. De ah que hablemos, para el caso de la ciencia de un saber formalizado.

Curiosamente dicha aplicacin no puede hacerse con ciencia. Pensemos en el dicho popular eso no tiene ciencia queriendo decir que no implica mayor trabajo, es fcil, lo cual sita la ciencia en un estatuto diferente, que conlleva cierto nivel de dificultad, de razonamiento, de tiempo en la medida que busca develar un dato conformado con arreglo a las lgicas en las que opera segn la pragmtica propia de un campo, (gramtica en este caso) y precisamente esto acarrea dentro del proceso que se describi en el campo M, tomar el tiempo de pensar dicho dato bajo una rejilla gramatical.

El tiempo del que hablamos en la pragmtica del campo M, estara cercano a lo que determin Lacan en su escrito El tiempo lgico y el aserto de certidumbre anticipada [1971], donde muestra las modulaciones de tiempo en la solucin de un problema: el instante de la mirada, donde interviene el dato inicial; el tiempo de comprender, donde interviene el dato pero una vez configurado a modo de hiptesis en tanto muestra lo que se ignora, este tiempo no se caracteriza por su indeterminacin, sino que, por el contrario, presenta un lmite en s mismo. As El tiempo para comprender puede reducirse al instante de la mirada, pero esa mirada en su instante puede incluir todo el tiempo necesario para comprender [1971:195] siendo en s mismo, un tiempo de suspensin, de meditacin; por ultimo encontramos el momento de concluir, en el cual intervienen los dos anteriores. Entendiendo entonces, el tiempo de concluir como un juicio, como un movimiento de retroactividad, que oscilar entre el dato, la comprensin y su verificacin, esta ltima no desde la experiencia o comprobacin de la hiptesis, sino, con arreglo al proceso lgico, lo cual no deja de lado la verificacin desde la experiencia. Dicha retroactividad ratifica la conclusin dotando as de sentido el tiempo para comprender.

Desde la modulacin del tiempo planteada por Lacan y retomando la teora de campos, se entiende, como plantea Bachelard que el conocimiento de lo real es una luz que siempre proyecta alguna sombra. Jams es inmediata y plena. () Lo real no es jams lo que podra creerse, sino siempre lo que debera haberse pensado. [Bachelard, 1948:15] De ah que desde el campo M se hable de la construccin de un objeto a partir de lo que se retoma de res, pues no cree inocentemente en eso que entra al campo, sino que se trabaja sobre eso, con base a la razn, siendo sta fundamental en la ciencia, al implicar un alto nivel de elaboracin gracias a gramtica con la que opera el campo, siendo sta fundamental, tanto en el proceso, como en el resultado. Desde el campo M no podemos desconocer, entonces, como mencion Bourdieu que el principio generador del pensamiento cientfico es una gramtica [2001/2:12] en tanto esta ltima, comporta leyes generales que como se pudo ver en el proceso del campo - buscan los principios y relaciones de los objetos.

Esta caracterstica no slo le otorga un estatuto de objetividad, sino que adems la ubica dentro de una estructura lgica, racional, que por abstraccin logra develar la naturaleza del dato, naturaleza traducida a mathemas, susceptibles de ser contrastados, transformados y rebatidos. Esta ltima caracterstica aleja a la ciencia de la rigidez y el absolutismo en los que se le ha querido ubicar. Por el contrario, sus enunciados son verificables por medio de la argumentacin, sometidos a una confrontacin dialctica y a un juicio, que puede llegar a otorgarle un estatuto de verdad; pero ste ltimo no la sita como algo terminado, ya que la ciencia en s misma no se considera acabada, lo cual le confiere un carcter dinmico que permite su construccin y reconstruccin, reconstruccin que en la teora de campos se determin como el reciclaje que puede hacer el campo sobre sus propios productos.

Retomando as la lgica de produccin descrita en el campo M, cuyo enunciado es el mathema, entendemos ste en su acepcin etimolgica desde el griego (mthma), como cosa aprendida, leccin; conocimiento, ciencia. Lo retomamos para el presente apartado como ese conocimiento que responde a un proceso de construccin particular y que por ende comporta una especificidad que nos daremos a la tarea de caracterizar en el presente apartado, este conocimiento, mathema, corresponde a lo que denominaremos de aqu en adelante Saber formalizado.

Para efectos de lo anterior es necesario hacer ciertas claridades, pues dentro del campo M encontramos el saber como realizativo y el Saber formalizado (mathema), como enunciado. Si bien se entiende que el primero hace referencia, como se indic en su momento, a una disposicin, sta no se encuentra desprovista de cierto contenido terico que ya ha sido apropiado y por ende otorga una perspectiva que tiene un sesgo y que, de una u otra forma, direcciona la manera como se resuelve saber, como se opera frente a un enunciado retomado. El segundo refiere al producto en s mismo, a las lgicas en que ste ha sido construido, conformado.

Es as como en nuestra pretensin de caracterizar el Saber formalizado, retomamos la funcin del realizativo saber y el proceso que se da dentro del campo M, como el procedimiento de construccin del Saber formalizado. En ese sentido ste ltimo lo concebimos como un constructo de la produccin cientfica, en tanto conjunto de conocimientos sobre lo real, por ende como ya se mencion el enunciado del campo, los mathemas, seran la produccin de nuevos saberes, con lo cual queda por sentado que aquello que llamamos en rigor Saber formalizado, no emerge de la nada sino que es un producto, una construccin que implica trabajo. Nadie podra decir Eureka! en el sentido pleno de la palabra, sin haber atravesado un proceso de arduo y riguroso trabajo.

Podemos, entonces, caracterizar El Saber formalizado como inteligible en tanto contenido del pensamiento, contenido intelectual. Ligado a esta naturaleza, responde a conexiones y relaciones profundas que comportan una posibilidad de acceso a un dato, desconfiando de su apariencia. En consecuencia, el Saber formalizado est ligado a ese conocimiento racional y objetivo que no se limita a las apariencias o sensaciones sino que su soporte racional lo conduce a la consolidacin de teoras a razn de una serie de contrastes, de argumentos formalizados y con pretensiones universales.

Este proceso, le brinda al saber formalizado un estatuto que lo establece como tal y que lo sostiene una vez constituido, aportando elementos a la constitucin de nuevo Saber. La produccin de Saber formalizado por tanto, est ligada a la experiencia que bien podramos determinar como necesaria- propia de un campo, sobre la cual volveremos ms adelante, y que refiere, haciendo una parfrasis de los desarrollos de Charlot [1997] a una relacin particular, especfica, con el conocimiento, con el mundo, con los otros y consigo mismo. En ese sentido, el campo est constituido con los elementos y enunciados que de una u otra forma marcan la manera como se dan las diferentes relaciones.

As, el Saber formalizado, construido bajo unas formas especficas de relacin con el mundo que se sustentan en la abstraccin, no se autoriza a hablar desde la doxa, la opinin vulgar -como la retoma Platn- en tanto retoma un referente de forma ingenua, confiando en el cmulo de imgenes que sta presenta y las posibles interpretaciones que pueden salir de all. Platn ubica la doxa como un conocimiento inferior, que juzga sobre las apariencias, por ende lo contrapone al mundo de las Ideas, de la episteme, de la cual deviene la ciencia. De ah que una experiencia cientfica es, pues, una experiencia que contradice a la experiencia comn [Bachelard, 1948:13] en la cual a juicio del campo M se situara la doxa como opinin que no se interesa por los atributos, las particularidades, la razn, los fundamentos de aquello sobre lo que opina.

De acuerdo a lo anterior podramos situar la doxa desde la experiencia bsica, la cual, Bachelard ubica como obstculo epistemolgico al referir que La opinin piensa mal; no piensa; traduce necesidades en conocimientos. Necesidades que, como vimos, son propias de un campo y que hacen que pase un enunciado retomado por el realizativo decidir y no por el realizativo saber, perdiendo por un lado, la posibilidad de conformar un dato de tal forma que lleve a la construccin de un objeto inteligible, pero por otro lado, no podemos desconocer que el enunciado retomado en el paso por el realizativo decidir es dotado de nuevas caractersticas en pro de necesidades prcticas. De ah que desde un campo como Lambda el juicio emitido sobre el enunciado sea + o rectitud, pero para el caso especfico del campo M y su juicio, verdad, esta nueva adaptacin del enunciado en tanto la constitucin de saber formalizado sea necesario destruir tal la opinin.

Actualmente pareciera que la diferencia entre doxa y episteme pendiera de un hilo, fe de ello da la primaca que tiene la opinin en diferentes mbitos, sobre todo en aquellos que se precian de formar. Si bien, la doxa puede hacer uso de la retrica y pretender tener un referente u objeto con el cual trabaja rigurosamente debemos tener claro que ste siendo sensible o inteligible con el proceso de la retrica pasa a ser discursivizado aun sin ser realmente analizado. A partir de Platn podemos hacer mencin de la diferencia abismal entre doxa y episteme, pues la doxa podra de cierta forma fungir como conocimiento y aparentemente llegar a un consenso pero su fundamento cae al no tener un soporte racional.

As, la doxa al tomar los datos de forma ingenua, dndolos por hecho, desconoce que tal experiencia, independiente del tipo que sea, no est en verdad compuesta, a lo sumo est hecha con observaciones yuxtapuestas [Bachelard, 1948:14] y es precisamente cuando el objeto no est compuesto y se confa en aquello aparente, que se convertira, en palabras de Bachelard, en un obstculo epistemolgico, ratificando que la tarea de la ciencia es huir de la observacin dada desde circunstancias comunes y habituales, en tanto no realiza mayores cuestionamientos y sus desarrollos y explicaciones son superficiales. De ah que la experiencia, ya sea contingente, necesario o posible, si se ubica desde una modalidad sensible, ingenua no sea base de forma rigurosa del conocimiento cientfico y por ende de la constitucin y consolidacin de Saber formalizado. Aunque no se descarta que tal observacin pueda, a travs de cierto proceso, acercar al campo donde se produce ste.

Pero, aunque doxa y episteme presenten un abismo entre s, gracias a la lgica en la que funcionan, si asociamos la doxa con lo sensible, no podemos desconocer que muchos de los adelantos llevados a cabo desde la biologa, la fsica, entre otras ciencias, retoman soportes sensibles para sus desarrollos, siendo entonces lo sensible correlato de las ciencias. La diferencia radica fundamentalmente en que se retomen desde lgicas diferentes, as el campo M lo hace a partir de un soporte racional y no desde el sentido comn, en observaciones ingenuas; la diferencia radica entonces esencialmente en la posicin frente a lo que se retoma.

Estas circunstancias comunes, basadas muchas en el empirismo, parten de un agenciamiento bsico, de la experiencia, asentado en las observaciones primarias, en la inmediatez, en lo concreto, impidindose as el tiempo para moldear en la mente los objetos. Si bien algunos se postulan como acrrimos defensores de un abordaje bsico e inicial para la experiencia para desarrollar Saber, el problema de tal abordaje reside en quedarse anclado en ello; esto, traera a colacin que el proceso que se lleve a cabo con el referente retomado est determinado por una perspectiva, puesto que una cosa es retomar un referente sensible desde uno de los campos y graficarlo y otra muy diferente es retomarlo para develarlo. La diferencia entonces radica, como ya se mencion, en la posicin desde donde se aborde, puesto que al transitar por un campo, -el campo M en este caso- ste, en su naturaleza lo comporta, lo devela, desconfa de su apariencia alejndose, as, del registro sensible, del sentido comn.

Es necesario mencionar que el Saber formalizado, cmo plantea Bachelard, se construye en contra y a pesar del sentido comn. El Saber formalizado, por lo tanto, se ubica del lado de la razn en tanto solo ella sugiere, ms all de lo comn -inmediato y espacioso-, una construccin cientfica --indirecta y fecunda-. Es pues, el esfuerzo de racionalidad y de construccin el que debe atraer la atencin del epistemlogo. [Bachelard, 1948:20] De forma tal, que no se d a la descripcin de un objeto aparente sino que por el contrario, se enfoque en la construccin de objetos que le permitan develar la naturaleza de eso que observa y que se creera desde lo sensible, comprensible a simple vista.

Lo sensible, entendido como todo aquello que ancla el pensamiento en las primeras impresiones, gracias a su apariencia, multiplicidad y mutabilidad, produce un conocimiento, que no es real, ni veraz, en tanto, lo sensible constituira un problema que no se agota en s mismo. Discusiones sobre esto se han dado desde mltiples perspectivas, tratando de mostrar la problemtica, razn por la cual sorprende que actualmente se pretenda hacer una especie de hibridacin entre sentido comn (opinin) y ciencia, sin tener en cuenta que si la ciencia se hubiera quedado solamente con el soporte sensible, no habra desarrollos cientficos.

La construccin de Saber se cuida de esto y de las diferentes discusiones que se dan alrededor de las clasificaciones que se hacen sobre el mismo. Lyotard por ejemplo, habla de un saber narrativo en contraposicin a un saber cientfico, refiriendo el primero bsicamente a una construccin popular. Por esta razn, se acredita a s mismo por la pragmtica de su transmisin, sin recurrir a la argumentacin. Es entonces casi un acto de fe aprobado por un consenso de creyentes, propio de otro campo. Ante esto, actualmente nos interpela la abundancia de trminos como dilogos de saberes, interdiciplinariedad, saber prctico, entre muchos otros, que aluden ms bien a la forma de operar o de relacionarse con el Saber. Dichos trminos no dejan ver ms que una intencin por posicionar un saber que se contrapone a las construcciones occidentales, pero se debe tener en cuenta que lo que llamamos en rigor Saber clasifica estos saberes narrativos en otra mentalidad, un tanto ms recurrente a las figuras de fbulas, mitos y leyendas.

Otra de las clasificaciones que circula frecuentemente es la del saber prctico, que a nivel general, ostenta el valor de uso del saber, pretendiendo otorgar a la prctica misma una riqueza de la cual se deben sacar un cumulo de saberes. O bien, es la perspectiva que sita la teora como herramienta para operar sobre determinado contexto desde estas perspectivas, o bien, se llega a la prctica desprovisto de teora y presentando una fiel atencin a los hechos que all se presentan, para develarlos y comprenderlos, o bien se toma la teora como una receta aplicable.

Desde tales perspectivas, se cree que saber es desarrollar efectivamente una actividad, pero justo aqu, es necesario y pertinente retomar la diferencia que Charlot realiza entre aprendizaje y saber. Si bien el primero, da cuenta del dominio de una situacin no es del mismo orden y naturaleza del Saber formalizado. Por ende, No es el saber mismo el que es prctico, sino el uso que se hace de l, en una relacin prctica con el mundo. [Charlot, 1997:102] Este auge de denominar el Saber cmo prctico o la necesidad de aterrizar el Saber formalizado a la prctica, podramos ubicarlo como una necesidad que en s misma radicara en la opinin, en la medida que desconoce sus fundamentos de razn, pues sta Al designar a los objetos por su utilidad, () se prohbe el conocerlos. [Bachelard, 1948:16] En ese sentido, no desechamos que hay un tipo de conocimiento saber en las prcticas y estas deben ser aprendidas para ser dominadas. Pero aprender no significa en rigor Saber, la prctica s moviliza conocimiento y saber suponiendo as un aprender y dominio de cierta actividad. Pero, como se mencion, dicho aprender no es de la misma naturaleza, orden, ni lgica que el Saber formalizado.

Aqu abocaramos al trmino utilizado por Lyotard referente a la concepcin instrumental que se tiene del saber, al pensar en ste por su valor de utilidad; pero el saber en rigor, que planteamos en el presente documento y que fue producido en una relacin cientfica, con el mundo, no tendra ese carcter prctico que pretende otorgrsele. Por tanto, es debatible que se denomine Saber prctico al dominio de ciertas actividades, que si bien son de la prctica no comportan un tipo de saber formalizado. Como menciona Bachelard Nuestro espritu -dice Bergson- tiene una tendencia irresistible a considerar ms claras las ideas que le son tiles ms frecuentemente. [Bachelard, 1948:17] Esto no solo genera confusiones, sino que adems deja de lado, como se mencion, que el Saber formalizado en s mismo no es prctico, lo prctico es el uso que se hace de ste.

Para hablar de la relacin prctica en principio convendra abocar al carcter de universalidad, atemporalidad y aespacialidad que consolidan el Saber formalizado como un producto transmisible Dicha trasmisin es posible en tanto a travs del proceso y los elementos de constitucin y confrontacin colectiva entre paresel enunciado, traducido a mathemas, o Saber formalizado, se consolida como autnomo y por tanto contribuye con el aprendizaje de estructuras complejas [Bourdieu, 2001/2:76] Estructuras que pueden ser apropiadas -gracias a tal formalizacin- de forma acelerada, como enuncia el mismo autor, retomando su ejemplo, un matemtico puede tener veinte aos de matemtica en la cabeza porque la formalizacin permite adquirir automatismos lgicos, esto, gracias al lenguaje.

Es importante al hablar de Saber formalizado, dejar de lado las modas intelectuales, como se mencion en inicio, que anulan la tradicin del conocimiento y se erigen por el estudio de los fenmenos, remitindose o creyendo remitirse a la realidad directa con aquello susceptible de ser observado, reduciendo con esto el Saber formalizado a realidades inmediatas. Ante esto, Bachelard dice que no podemos hacer tabula rasa del pasado, de ah que todas aquellas exigencias que radican en la innovacin desprecian la tradicin, entendiendo sta como un constructo o camino que ha hecho la produccin de Saber formal. Pero en realidad, un (autntico) revolucionario en materia cientfica es alguien que tiene un gran dominio de la tradicin (y no alguien que hace tabla rasa del pasado o que, simplemente, lo ignora), [Bourdieu, 2000-1:37] siendo este dominio fundamental en la configuracin tanto del capital que se posee, como del que se produce y otorgando el mismo una posicin propia de un campo que se fundamenta en el Saber y se erige por lo inteligible.

En trminos de Bourdieu esta posicin y autoridad que otorga el Saber viene dada desde el capital cultural posedo, que en su acumulacin se transforma en capital simblico, todo esto dado en el marco del campo puesto que es la estructura de las relaciones constitutivas del espacio del campo lo que impone la forma que pueden adoptar las relaciones visibles de interaccin y el contenido mismo de la experiencia que los agentes pueden tener de l [Bourdieu, 2002:46] de ah, que si estructuralmente el Saber formalizado tiene un lugar, las relaciones dadas a partir de all, se fundamentarn sobre dicho Saber.

EL DISCURSO

Nada es ms propio del ser humano que los actos comunicativos, procesos que le son ms que inherentes, necesarios. No se reducen a palabras dichas verbalmente, trascienden la enunciacin en signos, smbolos, convenciones, gestos, escritos y dems. Es el origen y el fin de los diferentes lazos sociales, no hay lazo sin acto comunicativo, as sean de manera directa o indirecta, (una conversacin cualquiera cara a cara o un encuentro entre un autor y un lector por medio de un libro). Hablamos de actos comunicativos porque es la primaca del campo Lambda y del presente apartado, el Discurso.

Al hablar del Saber en el campo M, entendemos su especificidad de ah que como se mencion, al salir de su campo propio de produccin e ingresar a otro campo empiece a funcionar bajo otras lgicas propias de dicho campo. Siguiendo con la teora de campos planteada, entendemos el Discurso como aquello que puede suceder con el Saber cundo entra en el modo de operar del campo Lambda (), asumiendo que el Discurso no toma una sola figura, sino, como veremos ms adelante, adquiere la forma de donde emerge (atribuyendo un origen en los diferentes tipos de experiencia), dejando claro que un Discurso no nace por su propia cuenta, sino tiene origen en las relaciones comunicativas de los sujetos. El Discurso nace entonces de la relacin entre sujetos, de la relacin entre un sujeto y su realidad o de las diferentes situaciones que se presenten. De esta manera, el Saber que viene, opera bajo procesos diferentes a esos que hacan existir M. Es as como pueden suceder varias cosas con el Saber en trminos discursivos, oscilando entre dos extremos: por un lado puede perder o por completo su naturaleza de formalizacin, o por otro lado, puede mantener su rigor pasando por un proceso retrico. Para esto podemos imaginar una rectilnea donde se pueden ubicar los discursos producidos en lambda (a propsito del saber) de menor a mayor nivel de rigurosidad. Entender este proceso indica que el Saber formalizado siendo un producto que resulta de un realizativo como el saber pasa a atravesar Lambda bajo el realizativo decidir. El saber formalizado as pasa por res con un estatuto de verdad para volverse una cuestin del orden de la decisin. Hacindolo pasar por un consenso para volverse discurso que permita actuar con y sobre eso dicho y no darle una formacin aparentemente terica desde la necesidad.

El Saber formalizado al entrar en Lambda () como producto de M, empieza a funcionar bajo otras reglas de juego determinadas en este campo por la poltica, adquiriendo nuevas caractersticas; una de ellas es una transformacin en el vocabulario, pues aqu prevalece un criterio de necesidad, de ser entendido por ejemplo. Otra caracterstica que adquiere es la poblacin a la que ahora se ver enfrentado, en este campo se habla de una poblacin que funciona en trminos del consenso, luego, su manera de relacionarse con el discurso es de ese orden de la inclusin, diferente a la manera de relacionarse los sujetos con el saber en M, que es del orden de la dialctica, una vez pasa a lambda (), requiere una especializacin, desde un lugar de enunciacin, requiere de alguna manera de unos conocimientos previos para poder darle un lugar al discurso que est llegando, de esta manera es posible pensar en que algunas personas logren inscribirse en un discurso para as poder pasar a operar en el campo M a formalizar lo sabido o bien operar en cualquiera de los otros campos.

El Discurso demanda un tipo de conocimiento sobre el mismo (reglas del acto comunicativo o bien del discurso que est siendo enunciado, pero no a profundidad). El consenso debe establecerse desde unas reglas de juego claras, como la necesidad de insercin, el ideal de dejar la menor cantidad de voces fuera de la decisin, la posibilidad de ser todos escuchados y tenidos en cuenta; aunque como se dijo en el captulo anterior, no se obligue en ocasiones la argumentacin de cada postura. Sin embargo, una vez el saber pasa a situaciones de consenso y de poltica en tanto pragmtica, puede dejar de lado la formalizacin del mismo, pues prcticamente le da mayor validez y prioridad a situaciones del orden de la necesidad, entendida esta como aquello que se detecta o se determina en el campo como una necesidad, hablando en trminos de lambda, hablamos de necesidades percibidas, lo que emerge y se considera que debe ser atendido, son situaciones que en s mismas no figuran como argumento o la razn de ser del Saber.

No se trata de estigmatizar la necesidad, sino por el contrario, en una condicin de posibilidad para el discurso, la necesidad debera ser un agregado de lo que se pretende como saber en trminos de consenso como punto de partida. Es por esto, que se reconoce que el consenso, y la intencin de mantener en orden e incluidas las posturas de una mayora, se encargan de hacer del Saber formalizado eso que se somete a votacin, una validacin necesaria.

Un claro ejemplo del consenso es la situacin presentada en el ao 2006 frente a la discusin de si Plutn era o no un planeta. La UAI (Unin Astronmica Internacional) plante, desde sus premisas cientficas (M) una nueva definicin para establecer lo que sera considerado como un planeta, lo que acarre que Plutn perdiera su lugar de enunciacin como planeta y con esto, de paso se demostr que la ciencia aparentemente, no es esttica. Sin embargo, esta situacin al ser enunciada desde un campo formalizado como la astronoma, se somete a unas dinmicas fuera de M hacindose inmerso en por medio del consenso. Cientficamente estipulan que (M) lo que distingue el planeta del no planeta es que su movimiento no es vea obstaculizado por otros cuerpos, que limpie su camino, que lo controle. [Boletn Observatorio pedaggico de medios, N. 16. Pg. 17], fue precisamente esa definicin la que descart a Plutn como un planeta, pues aunque cumple con otra de las condiciones (ser redondo), no responde a la ltima definicin planteada por la UAI. La razn por la que esta situacin obliga a someter todo a consenso () el 24 de agosto de 2006 en Praga, es que a lo largo de los descubrimientos de los planetas, se han inscrito varios cientficos de diferentes pases a esa lista de descubridores; Plutn fue precisamente descubierto por un astrnomo estadounidense, astrnomo cuyas cenizas fueron enviadas a su planeta descubierto, luego, si Plutn deja de ser un planeta por un lado, no tendra sentido que llegaran las cenizas y por otro se perdera el lugar del cientfico estadounidense en la lista mencionada. Aunque hay razones cientficas, el sustento del consenso es del orden de la poltica.

Volviendo con nuestro asunto del saber formalizado, cuando ste ya est operando bajo las lgicas de Lambda, reconocemos que su lugar es del orden de lo discursivo por lo tanto de lo afn o lo emptico, en trminos de intereses, pues no es lo emptico lo que hace existir un discurso sino lo que lo hace prevalecer, como se dijo anteriormente. Hay diferentes formas del discurso, y puede perfectamente tocar extremos, desde partir de los datos ms bsicos de percepcin (del orden de lo sensible), hasta partir de los datos ms exactos del orden de la formalizacin. Sin embargo, para que ese Discurso tenga un lugar de prevalencia requiere del inters o la empata que genere en quienes lo reciben. Venimos de un Saber que se cuestiona por orgenes, razones, y temas del orden de lo epistmico, para llegar al Discurso que se somete a reglas externas, pensando para este caso en reglas de tiempo, de la decisin sobre lo que se pasa por ese discurso y lo que no, la poblacin a la que puede ir dirigido, el trato mismo que se le puede llegar a dar.

Se reconoce el Discurso como un proceso comunicativo, que se establece en la relacin social y por tanto se hace evidente su origen. El Discurso de esta manera se somete a unas reglas de comunicacin bsicas. Encontramos dos posturas para el Discurso pertinentes para el presente documento, por un lado est Paul Ricoeur (2001) quien considera el Discurso es como un acontecimiento del lenguaje confirindole realidad, por otro lado, desde el psicoanlisis se reconoce el discurso como una organizacin de la comunicacin principalmente del lenguaje, especfica de la relaciones del sujeto con los significantes y con el objeto que son determinantes para el sujeto y reglan las formas del lazo social [Chemama, 1997] De esta manera se condiciona la existencia del Discurso a procesos comunicativos y por ende a cuestiones sociales.

Es as como se reconoce que todo Discurso se dirige a otro a partir de cierto lugar. Es un proceso bsico de enunciacin que bien puede generarse a partir de procesos sociales y a su vez generar dichos procesos. Es resultado del lenguaje, por tanto hay tantos discursos como palabras dichas.

Encontramos entonces que El Discurso no es del orden de lo que el sujeto hace entrar por el estatuto de saber, sino por la decisin pero en un acto bsico de comunicacin. De esta manera, asumimos que el Discurso en trminos del Logos del que se habl en el captulo anterior, remite a una o varias realidades retomadas por quien conoce y quiere dar a conocer determinada situacin. As, se liga con esa retrica que condiciona la existencia de Lambda (), si bien se habla de sta como algo del orden de lo persuasivo, es justamente el Discurso el que responde a esas lgicas. En tanto persuasin, el Discurso obra de tal manera que el sujeto resulta inserto (como fue llamado el efecto en Lambda), se establece por tanto en una serie de hechos que logran algo en otros. En trminos de Van Dijk estos hechos estn conectados linealmente por relaciones condicionales mientras que sus participantes pueden ser vinculados por medio de la identidad [2007. Pg. 85] Esto implica por derecha que el Discurso sin proponrselo, responda a una serie de intereses de los sujetos, que es lo que en s mismo implica la insercin.

Sin embargo el Discurso no se limita a los intereses de los sujetos, pues juega en funcin de otra informacin. Si bien la estructura del Discurso mantiene un orden por s misma, requiere de informacin precedente y a su vez logra anteceder otros discursos. En trminos de Van Dijk se estructura la representacin del discurso no solo internamente sino externamente en relacin a mucha otra informacin [2007. Pg. 86], por un lado, el pensar en una estructura externa en esto que menciona Van Dijk nos hace pensar en la teora de campos de la que se habl unos captulos antes, pues debemos contemplar la idea de que los otros campos logran traer cosas a lambda, situacin que se vuelve constitutiva de esa estructura externa. De esta manera tenemos claro que Lambda si puede producir desde su campo, pero a la vez puede traer cosas de otros y modificarlas segn sus lgicas de enunciacin.

Lo anterior implica que el Discurso producido en lambda, tiene la capacidad de modificar informacin previa en los sujetos, eso que ms adelante reconoceremos como estado cognoscitivo, trmino desarrollado por Van Dijk. Aqu resulta evidente la posibilidad de dar lugar a nuevas situaciones sociales desde el Discurso o modificar unas ya existentes, esto afirma entonces la posibilidad de enunciar discursos nuevos o de modificar los que vienen de otros campos.

Esa informacin previa que puede modificar el discurso no es solo del orden del conocimiento, pues en trminos de Van Dijk el discurso no se limita al conocimiento de los sujetos, es as como plantea el estado cognoscitivo, en tanto lo que determina la informacin que el sujeto selecciona, acenta, ignora y transforma, conforme el campo desde donde est operando puede referir a sus deseos, necesidades, preferencias, valores y normas, haciendo prevalecer en este caso la interaccin entre los diferentes campos. De aqu asumimos que el Discurso no tiene un alcance que se limite a lo inteligible, pues si bien logra modificar estructuras cognitivas, tambin logra volver situaciones del conocimiento vnculos del orden de lo sensible. En cualquiera de los dos lugares de enunciacin (sensible e inteligible) el Discurso se obliga a ser coherente para lograr el vnculo, pues un lector / oyente solo podr entender un discurso cuando le asigna la necesaria coherencia. [Van Dijk, 2007. Pg. 83], esto en tanto se logra imprimir un sentido al Discurso y con ello el efecto del que se habl anteriormente en trminos del vnculo entre el sujeto y el Discurso mismo. Sin embargo, cuando Van Dijk nombra el hecho de asignar una coherencia, sin ser posiblemente su pretensin, deja de lado el hecho de una postura, (que conforme el marco terico en el que el presente trabajo se encuentra inscrito) adjudicada por el campo desde donde est siendo enunciada la coherencia. De esta manera, se piensa en varios lugares para la misma, puede ser dada desde M por el hecho mismo de representar una verdad, o en por significar o lograr un consenso y as podemos pensar en una diferencia para cada uno de los campos.

En trminos de la comprensin y el entendimiento del Discurso, asumimos que gracias a su origen comunicativo, solo suceden en un contexto determinado, dado nuevamente conforme las lgicas del campo, de esta manera, no hay entendimiento del Discurso fuera del acto comunicativo, pensando claro est este acto comunicativo desde cada uno de los campos, pues no podemos dejar de lado dicho proceso en las otras lgicas de funcionamiento, luego hay un acto comunicativo en este caso para la produccin de Discurso desde Lambda (), por esta razn es ideal y casi necesario el hecho de requerir informacin previa para comprender cualquiera de los discursos enunciados desde cualquier campo. Resulta necesario poder relacionar discursos entre s, claro est si el vnculo aparte de identificar a los sujetos consigue de igual manera, sin proponrselo, modificar o desequilibrar otros discursos.

Ahora bien, el Discurso se hace existir en el acto comunicativo porque se requiere de l, situacin que comprueba Van Dijk al decir que normalmente tenemos un fin o una tarea social pragmtica: a menudo leemos un discurso porque necesitamos alguna informacin; a lo mejor queremos usar esa informacin para otras tareas como la de dar respuestas, resolver problemas o producir otros discursos [2007. Pg. 87] De esta manera se reconoce la necesidad del Discurso, asumiendo con esto identificaciones y a la vez diferencias, que se vuelven constitutivas del mismo, el hecho de verse identificado con un discurso logra mantener su existencia, luego la diferencia, permite la confrontacin de ese discurso enunciado, de esta manera se reconoce que si no hay negacin de eso enunciado no hay campo, es precisamente esa negacin una de las principales tensiones presentes en las lgicas de un campo determinado, situacin que sera conocida como disenso, y no se puede hacer ajena a los procesos en los que opera el campo, de esta manera, el sujeto se halla inserto bien sea en la diferencia o en la similitud.

El Discurso se vuelve entonces una cuestin de afinidades y diferencias, lo que refiere a posturas. Estas dos situaciones que se vuelven determinantes en la existencia de este u otro discurso, pues si bien la afinidad y la identificacin dan vida a los discursos, las diferencias logran modificar los mismos y de alguna manera confrontarlos, situacin que Van Dijk, seala en tanto diferencias como posibilidad de la falta de comprensin del Discurso y conflictos, especialmente cuando los intereses, las actitudes y los valores subyacentes de los usuarios de una lengua sean diferentes [2007. Pg. 88], para esto podemos pensar en la lengua tambin como el cdigo propio de cada uno de los campos, esto se encuentra de igual manera ligado al hecho de que un Discurso pueda ser entendido de diferentes maneras, tambin conforme con los intereses y con la informacin previa de la que se habl anteriormente, de esta manera para un discurso operando en M requerimos un saber a profundidad y formalizado sobre una determinada frmula o un determinado teorema, ahora, si nos ubicamos en , se puede tener un conocimiento bsico sobre dicha frmula pero puedo requerir solo datos y la forma inicial de desarrollo de la frmula ms no el conocimiento completo de los desarrollos tericos de la misma.

Entendiendo el funcionamiento del Discurso, debemos retomar un aspecto ms de Lambda en trminos de su objeto. Los objetos socio mediticos. Reconociendo la necesidad social y comunicativa del Discurso, entendemos que los objetos socio mediticos operan bajo las mismas lgicas de la necesidad. Como se dijo en el captulo anterior, los objetos en mencin, se hacen existir de la realidad. Son pretensiones de teora sin obligatoriamente recurrir a una.

Es as como decimos que muchos discursos se producen de los objetos socio mediticos y viceversa, luego se hace evidente la posibilidad de reciclar los diferentes productos de los campos. Hay algo que decir sobre una situacin y se hace el Discurso, si es del orden de lo plausible o no, ya es propio del Discurso, no de otras situaciones. Puede depender de los trminos utilizados, de quien lo enuncia, del lugar desde donde se enuncia, o los destinatarios del discurso. De esta manera resulta comn ver que algunos discursos se constituyen porque es pertinente hablar de esto en este momento o de aquello antes de determinada situacin.

Un aspecto ms a resaltar del Discurso est en el orden del sentido comn, en tanto puede partir de l y requiere de l para de alguna manera ser legitimado por quienes lo oyen y lo aceptan. Mucho de ese sentido comn pone en juego los intereses y los conocimientos de los que se habl anteriormente. Bourdieu plantea el sentido comn en sus Meditaciones Pascalianas [Pars, 1997. Pg. 131] como:

Un fondo de evidencias compartidas por todos que garantiza, dentro de los lmites de un universo social, un consenso primordial sobre el sentido del mundo, un conjunto de lugares comunes (en sentido lato), tcitamente aceptadas, que posibilitan la confrontacin, el dilogo, la competencia, incluso el conflicto, y entre los cuales hay que reservar un lugar para los principios de clasificacin, tales como las grandes oposiciones que estructuran la percepcin del mundo.

De esta manera, reconocemos que muchos discursos se vuelven lugares comunes en los actos comunicativos. Luego no obliga el Saber, sino un conocimiento. Diferenciados en este caso por unas reglas de juego bsicas conocer no implica retomar el Saber .

El Discurso operando bajo unas reglas de juego, da lugar a enunciar los diferentes tipos de experiencia de los que se habl al inicio del presente trabajo. En tanto acto comunicativo no se puede reducir a ninguna experiencia, por lo contrario da lugar a varias a la vez. En inicio se habla de la experiencia contingente, aquella del orden del azar. Es la experiencia que lograra remitir a los discursos que parten de una aparente relacin directa que se tiene con el medio, aparente en tanto es considerada una mediacin simblica entre el sujeto y lo que cree que ve. El Discurso que surge de este tipo de experiencia es el que se ve atravesado por el acontecimiento, o bien parte de l, o permea otros discursos por el acontecimiento mismo, pocas veces da lugar a un enfrentamiento con posibles teoras, sustenta una aparente realidad y, por lo tanto, no va ms all de la confrontacin sino de lo que de una u otra manera se observ.

Esos discursos exclusivos del sentido comn, de lo evidente, son uno de las tantas situaciones que se presentan al momento de darle prioridad a una realidad distante de posibles teorizaciones o que no tienen pretensin alguna de teora, tal cual se presentan, son enunciados; esto en tanto este tipo de experiencia no tiene intencin alguna de teorizar o de aplicar alguna teora, llega con algo a la escena o al lugar donde tiene planeada determinada situacin, pero, se ve sometida a otras reglas que no estn en manos del sujeto.

Otro tipo de experiencia de la que se habl es la experiencia de la necesidad, caracterizada por contradecir la experiencia comn al hallar fundamento en el eje experiencia-razn, situacin que empieza a dotar de argumentos y una posible teorizacin a lo aparente y a otras construcciones de discurso.

Sin embargo, es clave para este apartado, pensar en una de las modalidades de experiencia enunciadas en el prembulo: la del orden de lo inteligible. Esto en tanto lo inteligible entrara a formar en rigor cualquiera de las experiencias y a dar un cuerpo de diferente lgica de la sensible a los discursos. De esta manera, el Discurso que se genera en esta modalidad de experiencia obliga una apropiacin de una axiomtica que no era necesaria en los anteriores discursos. Por lo tanto son discursos que antes de ser propiamente enunciados se toman el tiempo para formarse, argumentarse y as operar desde el rigor, situacin que dentro del campo se somete a un juicio de rectitud.

De esta manera, el discurso que es enunciado desde esta experiencia da lugar a la mediacin simblica entre el sujeto y la realidad, es una aparente relacin entre lo que se concibe como realidad pero que est vedada por la teora, an sin que esto sea reconocido pos el sujeto. Es aparente en tanto el sujeto cree que tiene una relacin directa con la realidad, pero el velo que est puesto entre estos dos puntos (Realidad y sujeto) es la teora.

Es entonces en este tipo de discurso donde se habla propiamente del saber formalizado del que se habl en el apartado anterior, viene a ser entonces un discurso que retoma la gramtica en la que fue producido en trminos de razn y argumentos. Retoma todos los anteriores discursos pero se da a la tarea de dar un sustento terico o bien de partir de esa teora para generar otros discursos, pues si bien ac ya no se habla de saber formalizado, se habla de una posible recontextualizacin dada a partir de los diferentes discursos, maneja diferentes niveles de formalizacin y tiene como resto la complejidad, de esta manera se entiende que la recontextualizacin se va alejando paulatinamente de la formalizacin. No necesariamente le quita la rigurosidad pero s se permite a s mismo hacer el canje del que se trat hace unos prrafos en trminos del vocabulario, pues entiende que ya no est operando bajo unas reglas formales como lo vena haciendo en M, sino ya est sometido a otros oyentes, a otras mecnicas. Quienes participan de este discurso se podrn dar a la tarea de volver a lo formalizado o de pasar a operar a otro de los campos.

Este discurso, (del orden de lo inteligible), juega en contraste con el Discurso del universitario del que habla Lacan en su seminario 17, en dicho discurso prevalece el saber asumindose como centro de lo que se dice, es el individuo quien se excluye de ese proceso pues una vez sepa lo que en la universidad se constituye como un sujeto, siendo esa bsqueda de sujeto lo que conlleva el saber. Luego no hay ms relacin que la del sujeto con el saber, a sabiendas que los sujetos estn en un campo. Discurso en un apartado posterior va a recibir el nombre de saber disciplinar, en tanto se va a situar en un contexto especfico, la escolaridad. Contexto que permite adjudicarle un carcter disciplinar en tanto presupone poner en juego cosas propias de un campo de formalizacin (M) en un contexto que se reconocer como una insercin entre campos.

Finalmente se habl de la experiencia posible, esta experiencia se encuentra abierta a cualquier posibilidad, dada en cualquier circunstancia. El Discurso que emerge de esta experiencia se permite retomar los discursos ya mencionados. Un Discurso del orden de lo posible nace de todo aquello que pueda se