Aprender a convivir

11
Aprender a convivir Gerardo Ramirez; Edgar Baez; Kennya Bohon Resumen Aprender a convivir, ¿tarea de la escuela? Siendo la escuela uno de los mejores espacios de socialización se le ha delegado y demandado esta ardua encomienda por parte de la sociedad moderna. La convivencia es un comportamiento social que debe ser enseñado, aunque este forme parte de nuestra naturaleza humana. Es un aprendizaje que debe ser promovido y reforzado por la escuela, implementando estrategias educativas enfocadas en el crecimiento y desarrollo del alumno; así como la del docente. El objetivo de la convivencia es formar valores y consolidar al ser humano; siendo la escuela uno de los mejores espacios, aunque no el único, de socialización, respondiendo a la demanda de la sociedad actual. Palabras clave Valores, estrategias educativas, convivencia, socialización, aprendizaje El objetivo es ampliar el panorama de a quien o quienes le corresponde la tarea de enseñar a convivir. Las instituciones educativas juegan un papel importante en tan dura tarea, pero todo tiene un inicio y en la vida de los jóvenes aprendices está en su casa y principalmente su familia nuclear sin importar como está esté conformada. Aprender a aprender Hoy en día, la educación ya no puede estar dirigida únicamente a la transmisión de conocimientos y de información sino que debe ir encaminada a desarrollar la capacidad de producirlos y utilizarlos; esto debido a la velocidad con que se produce el conocimiento y el enorme volumen de información. Pero entonces, si el objetivo principal ahora es desarrollar capacidades, entonces se tiene que la función de los docentes es enseñar como un

description

¿Tarea de la escuela?

Transcript of Aprender a convivir

Page 1: Aprender a convivir

Aprender a convivirGerardo Ramirez; Edgar Baez;

Kennya Bohon

ResumenAprender a convivir, ¿tarea de

la escuela? Siendo la escuela uno de los mejores espacios de socialización se le ha delegado y demandado esta ardua encomienda por parte de la sociedad moderna. La convivencia es un comportamiento social que debe ser enseñado, aunque este forme parte de nuestra naturaleza humana. Es un aprendizaje que debe ser promovido y reforzado por la escuela, implementando estrategias educativas enfocadas en el crecimiento y desarrollo del alumno; así como la del docente. El objetivo de la convivencia es formar valores y consolidar al ser humano; siendo la escuela uno de los mejores espacios, aunque no el único, de socialización, respondiendo a la demanda de la sociedad actual.

Palabras clave

Valores, estrategias educativas, convivencia, socialización, aprendizaje

El objetivo es ampliar el panorama de a quien o quienes le corresponde la tarea de enseñar a convivir. Las instituciones educativas juegan un papel importante en tan dura tarea, pero todo tiene un inicio y en la vida de los jóvenes aprendices está en su casa y principalmente su familia nuclear sin importar como está esté conformada.

Aprender a aprenderHoy en día, la educación ya

no puede estar dirigida únicamente a la transmisión de conocimientos y de información sino que debe ir encaminada a desarrollar la capacidad de producirlos y utilizarlos; esto debido a la velocidad con que se produce el conocimiento y el enorme volumen de información. Pero entonces, si el objetivo principal ahora es desarrollar capacidades, entonces se tiene que la función de los docentes es enseñar como un oficio en sí mismo el aprender.

En el proceso clásico de aprendizaje de determinados oficios, el procedimiento utilizado por el maestro es visible y observable. El maestro muestra cómo se hacen las cosas. En el aprendizaje escolar estos procedimientos están ocultos y el maestro debe ser capaz de exteriorizar un proceso mental generalmente implícito. La tarea principal del docente consiste, desde este enfoque, en lograr que los alumnos construyan un modelo de procesos necesarios para cumplir con cualquier tarea, exteriorizando lo que habitualmente se lleva implícito o se logra de manera mecánica.

Sin embargo, desde el momento que la tarea de enseñar no se reduce a transmitir conocimientos e informaciones, la dicotomía entre la enseñanza y el trabajo científico tiende a reducirse. Este enfoque implica, obviamente, un esfuerzo mucho mayor en el proceso de aprendizaje, tanto por parte del profesor como de los alumnos y abre una serie muy importante de problemas para la formación inicial

Page 2: Aprender a convivir

de los profesores, sus modalidades de trabajo pedagógico, sus criterios de evaluación y los materiales didácticos.

Aprender a aprender también modifica la estructura institucional de los sistemas educativos, a partir del momento en el cual se deja de concebir la educación como una etapa de la vida y se acepta que se debe aprender a lo largo de toda la vida, la estructura de los sistemas educativos está sometida a nuevas exigencias. La educación permanente, la articulación estrecha entre educación y trabajo, los mecanismos de acreditación de saberes para la reconversión permanente, son algunos de los nuevos problemas y desafíos que la educación debe enfrentar en términos institucionales.

La convivenciaEn razón de lo anterior, se

tiene que la familia juega un papel vital en la primera etapa de aprendizaje, pues es el primer acercamiento que tiene un individuo con la sociedad y con la convivencia con otros individuos. Es en el hogar, donde se deben sentar las bases para entender la libertad individual sin invadir la libertad y derechos del otro, y la conciencia de que existe el derecho a discrepar pero aceptando la razón dialéctica como válida por la comunidad.

En familia, se debe encaminar la formación del individuo en valores y saberes universales, que se podrían considerar como básicos para una vida digna de paz, libertad, igualdad, justicia y solidaridad, y unos principios democráticos de una vida en común como la

responsabilidad, tolerancia, diálogo, honestidad y civismo. Es decir, educación básica para aprender a ser autónomos pero a la vez para saber vivir juntos, educar en la igualdad y en el reconocimiento del otro y de sus diferencias, educar para la autonomía y para la responsabilidad con los que nos rodean.

Ahora bien, al haber quedado clara la labor de la familia y del docente, es importante identificar cuáles son las competencias específicas necesarias para el aprendizaje de la convivencia, tales como: 1) Saber participar, 2) Saber cooperar 3) Ser responsables 4) Ser tolerantes 5) Disponer de habilidades sociales 6) Ser solidarios y 7) Aprender a gestionar pacíficamente los conflictos interpersonales.

Todo ciudadano de una sociedad democrática debe saber participar, por lo que es importante promover tanto en el hogar como en la escuela, prácticas en las que el individuo se sienta partícipe e integrante de una “microsociedad”. Es, decir, para aprender a vivir en sociedad primero hay que desarrollar el sentimiento de pertenencia a la misma, para así después poder participar de ella, siendo desde este enfoque educativo de competencias básicas que tenemos un cambio importante en el papel que el alumno se desempeña, ya que como afirman X. Martín y J. M. Puig (2007, p. 91): (aprender a vivir de forma democrática solo se puede conseguir viviendo democráticamente). La participación es la pieza clave para la

Page 3: Aprender a convivir

construcción de la convivencia: participación en el hogar, en las aulas, en los consejos vecinales, en los consejos escolares, en la gestión de conflictos, en el club social, en los partidos políticos, en los grupos religiosos, etcétera. Por lo que sin duda, el desarrollo de competencias de convivencia debe superar el contexto del salón de clases y, consecuentemente, es necesaria la implicación de los diversos agentes sociales, pues la formación integral de las personas nunca puede ser el resultado exclusivo de la enseñanza en las escuelas.

Desde el momento en que se utilizan técnicas de aprendizaje cooperativo, los alumnos practican conductas sociales y aprenden a ver situaciones desde otras perspectivas diferentes a las suyas, fomentándose de esta manera la comunicación, de ahí su importancia, pues es por medio del diálogo que se logra el consenso. La cooperación es algo que se trabaja, pero a la vez es algo que se nos da naturalmente al sentirnos parte de un grupo, realizando actividades que han de alcanzar un objetivo común, lo cual incrementa la interdependencia entre los miembros del grupo, facilita el diálogo, induce sentimientos de confianza mutua, incrementa la responsabilidad, suscita ayudas recíprocas y solidaridad entre compañeros, elementos básicos todos ellos en la formación ciudadana.

La responsabilidad, es un valor muy importante, por ello se destaca en todos los programas de convivencia. Para fomentarla, es recomendable que el docente permita que los estudiantes

participen en la toma de decisiones, dándoles la oportunidad de asumir el resultado de sus acciones, reforzando de esta manera el sentimiento de ser parte de un grupo, en el cual sus decisiones no solo le afectan como individuo si no a todos los que le rodean.

De igual forma, la tolerancia es un aspecto central de la convivencia, toda vez que trata de enseñar a convivir con los demás independientemente de las diferencias; las cuales bajo ningún concepto, deben convertirse en desigualdades. La educación es el recurso por excelencia para la consecución de este objetivo, erradica la intolerancia, el racismo y la justificación de la violencia contra las minorías. Como docentes, al fomentar la tolerancia, se debe promover otro valor primordial, el de la igualdad, lo cual no se opone a la diferencia, sino que la incluye. Es recomendable que para adquirir esta competencia el docente promueva entre su alumnado el debate y la discusión de ideas para favorecer la capacidad de entender al otro y el respeto a las diferentes ideas.

Ahora bien, no solo se pretende fomentar las competencias sociales por medio de actividades llevadas a cabo en clase, sino que también ha sido diseñado para poderse aplicar en la familia siguiendo un mismo esquema de contenidos que en la escuela, lo cual favorece evidentemente su aprendizaje.

La adquisición de ciertas habilidades, proporciona a los alumnos capacidad para enfrentarse a los conflictos cotidianos sin comportamientos violentos. Por lo

Page 4: Aprender a convivir

tanto promover la competencia social en niños y adolescentes a través de la adquisición de las habilidades necesarias para interactuar con otras personas en el contexto social cotidiano: habilidades básicas de interacción social, de fomento de la amistad, conversacionales, relacionadas con los sentimientos, emociones y opiniones, de solución de problemas interpersonales y, en definitiva, para mejorar las relaciones con los demás son de suma importancia pero se requiere a los miembros de la familia se involucren en esta tarea. Es decir, no solo se pretende fomentar las competencias sociales por medio de actividades llevadas a cabo en clase, sino también para aplicarse en la familia siguiendo un mismo esquema de contenidos que en la escuela, lo cual favorece evidentemente su aprendizaje.

Ahora bien, la interacción con los miembros de un grupo fomenta el desarrollo de la comprensión y solidaridad ante los problemas y necesidades de los demás, aspecto muy vinculado a la propia esencia sociable del ser humano, es una competencia fundamental para el aprendizaje de la convivencia en una sociedad democrática, tener la capacidad de ponerse en los zapatos del otro. Tanto la escuela como la familia deben favorecer el aprendizaje y aplicación de la conducta pro-social, transfiriendo los valores de lo individual a lo colectivo. El valor de la solidaridad es considerado de una manera explícita en algunos proyectos, donde se pretende que los alumnos mejoren el nivel de amistad y solidaridad a

través de la participación en el trabajo.

Sin embargo, no se debe perder de vista que el conflicto es algo natural, positivo o negativo, en las relaciones humanas, dependiendo de su gestión, si el conflicto se gestiona de forma pacífica y democrática llega a convertirse en un recurso de aprendizaje. La estrategia de gestión del conflicto es la mediación que supone un pequeño empujón hacia la cohesión social, puesto que, al incluir a los distintos participantes en un conflicto, promueve la comprensión.

Consecuentemente, construir una escuela transmisora de valores humanos y sociales significa conformar una sociedad en la que convive una ciudadanía tolerante, solidaria, responsable y dispuesta al diálogo. En definitiva, se trata de crear una escuela democrática para tener como resultado una sociedad democrática; aprender a vivir en la escuela, a interiorizar los hábitos que el futuro ciudadano deberá desarrollar, se presenta como uno de los objetivos más importantes del presente educativo. Ahora bien, es necesario resaltar que la educación en valores precisa que el trabajo docente se desarrolle mediante unas relaciones de colaboración que impliquen a todos, siendo parte vital la familia, y que conduzcan a un compromiso de la comunidad educativa con los objetivos consensuados de la institución.

La participación la consideramos como una competencia básica para construir convivencia. Se trata de un derecho y un deber que posibilita convertir

Page 5: Aprender a convivir

los centros en auténticas comunidades educativas en las que profesorado, alumnado, familias y personal no docente se consideren protagonistas y responsables del logro de unos objetivos comunes. Tenemos que en algunos centros educativos se enfatiza la constitución de nuevos organismos, como son los equipos de mediación, formados por miembros de la comunidad educativa que colaboran en la gestión democrática de los conflictos surgidos, fomentando al mismo tiempo la participación de las personas que entran en conflicto, ya que al optar por esta estrategia, adquieren el compromiso de dialogar, escuchar, de expresar sentimientos y en definitiva, de participar en sus propios conflictos.

Ya se ha visto la parte más positiva de la tarea de aprender a aprender, sin embargo, existen aspectos surgidos de la globalización que resultan preocupantes, y que afectan el proceso de aprendizaje, siendo estos: 1) la desespiritualización y pérdida de valores de los pueblos, 2) la despolitización de la sociedad y 3) la obstrucción de la posibilidad de pensar de otro modo diferente al nuestro. En ese sentido, aprender a convivir depende de nuestra capacidad de pensar de manera conjunta. Los hay que prefieren confiar sólo en la fe y otros sólo confían en la razón. El punto central radica en el hecho de que debemos reconocer que la libertad es el fundamento de la existencia. No hay que creer que hacer todo lo que se quiera, sea lo que sea, es la libertad por el contrario, la función del saber y del conocimiento nos ayuda a

tener un comportamiento que nos conduce con responsabilidad y plenitud. También es imperante reconocer que es necesario no confundir las diferentes dimensiones de la vida, la privada y la pública, la espiritual y la temporal, la específica y la general, hay que distinguirlas y saber vivirlas Sin embargo, también debemos comprender que no hay que oponerlas, hasta llegar a desequilibrar la vida.

En ese sentido, primeramente se tiene el orden espiritual, la armonía, la coherencia, entre las creencias y la vida, las relaciones abiertas al tiempo y al espacio, al más allá del mundo, a lo invisible, al misterio de la vida, parece que se alejan cada día un poco más. La distinción entre los diferentes sectores de la vida, temporal/espiritual, público/privado, naturaleza/cultura es un paso obligado, una oportunidad real para liberarse, una forma de conducta compatible con los valores espirituales verdaderos; para acceder al progreso y al universal moderno. Sin embargo, la separación radical, la ruptura definitiva, la marginación de los valores religiosos, la oposición entre la lógica de la razón y el sentido espiritual pueden crear un desequilibrio fundamental en el ser humano, que conduce a la pérdida de la espiritualidad, a la deshumanización, a la desorientación, a la dificultad de enfrentarnos a las tensiones, de dominar la relación con uno mismo, con el otro, con el mundo. Los tiempos modernos nos obligan a repasar los vínculos entre las dimensiones de lo que conocemos

Page 6: Aprender a convivir

en esta vida y lo que esperamos después de la misma.

Ahora bien, en el ámbito político moderno y globalizado, surge el problema de percibir todo como una masa productiva, sometida a los únicos intereses de los que poseen el capital. Los individuos pierden interés por los aspectos políticos de su comunidad pues sienten que la historiase repite, nada cambia, y el poder como el dinero se mantiene en manos de unos cuantos. Este riesgo de despolitización de la vida vuelve a poner sobre la mesa la posibilidad de hacer historia, de ser un pueblo responsable en el sentido noble de la palabra, es decir, capaz de decidir, de resistir en nombre de la libertad, de tener sus razones y de tener razón, de dar fuerza y realidad a un proyecto de sociedad escogido después de un debate. La globalización que despolitiza, que impone la ley del más fuerte y niega las responsabilidades obligando a revisar nuestros saberes, nuestros conocimientos y nuestras referencias. Múltiples interferencias perturban el aprendizaje de la convivencia; debemos neutralizarlas y superarlas.

Por último, en el campo del saber y del conocimiento, surge el problema de la posibilidad de pensar y de pensar de otra forma diversa a la propia. De hecho, hoy en día, la posibilidad de pensar libremente ya está reducida a lo que esta de moda o a lo que sea “aceptable” en cierto grupo social, pero la globalización, que se define por su carácter tecnicista, antirreligioso y capitalista, intenta dominar todos los aspectos de la vida mediante la explotación de

los resultados de las ciencias exactas, consideradas las únicas que son pertinentes para la lógica del desarrollo; sin embargo, aprender a convivir debe empezar por el inter-conocimiento. El individuo moderno ya no sabe como fundamentar la validez de sus actos y de sus proyectos; tampoco sabe actuar ante los acontecimientos, hacerse entender, decidir su futuro, verificar lo que es bueno y útil para él y para su sociedad, por ello es tarea del docente fomentar en los alumnos el autoconocimiento saber por qué y para qué están ahí, hacia donde van y cuáles son sus metas a corto, mediano y largo plazo.

En conclusión, resulta oportuno indicar que tanto la familia como el docente y el salón de clases juegan un papel igual de importante en la etapa de aprendizaje del individuo, ya que una parte no es más o menos relevante que la otra, si no que por el contrario, como hemos visto, es necesario el trabajo en equipo, que exista una meta en común para lograr que el alumno se vuelva una persona capaz de vivir en el mundo moderno, contando con las herramientas para desarrollarse óptimamente en cada ámbito de su vida, personal, espiritual, artístico, político, profesional y laboral. En ese sentido, se debe tener en cuenta que aún no es demasiado tarde para estar a la altura de la exigencia, para pensar y aprender a convivir. Es obligación de todos la orientación; pues no pertenece a ninguna geografía, a ninguna ideología, a ninguna frontera en lo particular sino que es una voluntad serena, fuerza insuperable, la apertura al otro y a todo lo que nos rodea lo que puede

Page 7: Aprender a convivir

hacer de nosotros personas altamente capacitadas para vivir la vida, siendo nuestros hábitos buenos o malos los que puedan crear la mejor versión de nosotros mismos o destruirnos por completo.

Bibliografía

García, L., López, R., (Convivir en la escuela. Una propuesta para su aprendizaje por competencias) Universidad de Valencia. Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, Valencia, España.

Cherif, M. (Aprender a convivir) Lección inaugural del curso 2006-2007 de la UOC, Octubre 2006, No. 3, www.uoc.edu/uocpapers Tedesco J., (Los pilares de la educación del futuro) 2003. En: Debates de educación (2003.Barcelona) ponencia en línea.

Pearson W. (La aventura de aprender) ediciones Gernika. Segunda edición. México.

Imbernon, F., Bartolome, L., Flecha, R., Sacristan, J., Groux, H. Macedo, D., Mclaren P., Popkewitz T.S., Rigal L., Tortajada I., (La educación en el siglo XXI. Los retos del futuro inmediato) editorial Grao. España.