Apra frente a siglo xxi ppt.

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Entre una visión modernizadora que se abría a una nueva forma de hacer política y una nueva cultura social y política –con la reafirmación ética de la política- que incluía nuevos actores económicos, sociales y políticos, incluía la nueva institucionalidad y reconocía y enfatizaba el rol del mercado y sus actores: los empresarios tradicionales y populares y se buscaba un equilibrio entre el rol del estado y el mercado frente a una visión pre moderna, que mantenía una concepción del desarrollo –de moda en América Latina- basado en el estado paternalista y redistribuidor donde subyacía una cultura política confrontacional y autoritaria sesgando a un segundo plano el papel del mercado y la iniciativa de los actores emprendedores e invocaba con un lenguaje socializante el “marxismo indoamericano” y el “socialismo”18.

No obstante es necesario precisar que el cooperativismo es una alternativa empresarial más y existen experiencias exitosas de gestión, pero la objeción va al planteamiento como la alternativa empresarial hegemónica. El aprismo tiene una vocación solidaria e impulsa también las distintas formas de organización basadas en la cooperación y asociatividad modernas que muchas veces complementan las empresas de iniciativa privada como se da muchas veces en la PYMES y MYPES donde se integra la dimensión individual, familiar y social contemporánea. Lo contrario sería caer en una propuesta liberal que absolutiza la empresa privada excluyendo otras formas empresariales.

El liberalismo se centra sólo en el individuo, el aprismo en el individuo como persona y su entorno familiar y social como un impulso creativo y liberador. En tanto, el marxismo sólo planteaba utopismos sociales que se difuminaron en la historia reclamándose paradójicamente “materialistas” y “dialécticos”. El aprismo zanjó con el liberalismo y el marxismo desde sus orígenes. Del liberalismo y el anarquismo asumió la libertad y la lucha contra toda opresión y del marxismo el reclamo de la justicia y redimensionó la propuesta democrática política liberal con una propuesta democrática social, económica y cultural, es decir una democracia integral o funcional. Así el Aprismo forjó una nueva propuesta identitaria moderna latinoamericana basado en la libertad, la justicia y una nueva democracia con una orientación humanista e integracionista.

2.2. La Sociedad Anómica inunda la Política: La Cultura de la Transgresión

Pero si bien, la crisis de dirección política nos remite a las élites dirigentes, también es importante señalar que orgánicamente se procesaban otros aspectos de la crisis en la sociedad misma que se va a proyectar y contaminar a la base social partidaria con el surgimiento de las tendencias anómicas24 (enfermas) en el tránsito de una sociedad tradicional a una sociedad capitalista en el contexto de la aceleración de la migraciones, el auge de las ciudades y la configuración de las nuevas urbes emergentes que construyen las economías informales -de base familiar y andino- y la “cultura chicha”. Es decir, el “otro Perú” se instala en las ciudades y desafía la institucionalidad y la legalidad formal. Existe una doble faceta: Económicamente van construyendo –con la cultura del trabajo- una economía paralela a la formalidad con una tendencia modernizadora, pero políticamente sus actores reproducen conductas premodernas paternalistas y autoritarias con tendencias a adherirse al caudillo de turno que le ofrece ventajas económicas y sociales. De esta manera generan una filosofía pragmática (de origen andino- campesino) de carácter clientelista y oportunista con los caudillos políticos y gobiernos de turno: Han sido: sanchezcerristas, odriístas, belaundistas, velasquistas, alanistas, fujimoristas, toledistas y ahora flamantes humalistas, con quienes han practicado la conducta bipolar andina de amor-odio.

En el contexto del influjo migratorio conquistador de la ciudades, se combinan, los resabios del comportamiento político de carácter paternalista y autoritario, que ha alimentado el asistencialismo y el clientelismo en la política del siglo XX y principios del XXI, pero a su vez -sobre la base de una cultura de la informalidad- subyace en una de sus dimensiones, la cultura de la transgresión25 de la formalidad y la ley que ha configurado socialmente la cultura del achoramiento popular, como respuesta al mundo criollo de la sociedad y la política.

Sin embargo, la cultura de la transgresión tiene hondas raíces histórico-culturales de resabios coloniales26, que involucran también al mundo criollo27 que al entrar en simbiosis con el andino emergente achorado resulta el “cholo acriollado” o el “cholo pendejo” 28, que se suma al “criollo vivo y pendejo” 29, involucrando a distintas esferas y estratos de la sociedad peruana configurando la anomia social 30.

La génesis de esa tendencia Anómica de la sociedad peruana tiene raíz feudal-colonial y prehispánica. Cuando la conquista y la colonia trataron de imponer un modelo de vida, normas culturales y religiosas al mundo andino, éste ejerce como estrategia de sobrevivencia una doble vida: su vida interior y la que muestra a los conquistadores acatando externamente sus normas. Y a su vez el comportamiento dual de los conquistadores y sus descendientes criollos con relación al rey y las jerarquías monárquicas que queda estampada en la famosa sentencia: “La ley se acata pero no se cumple”. Pero además, este desprecio por la ley se refuerza culturalmente con una tradición del autoritarismo incásico y el cacicazgo local –que va a marcar la forma de ejercer el poder y establecer relación entre dirigentes y dirigidos- tanto prehispánico como colonial, que hereda la república con la afirmación del caudillismo personalista anárquico y que se refleja en la frase: “República peruana, donde todo el mundo hace lo que le da la gana”. Y la expresión máxima de ese desprecio de la ley y la afirmación de la cultura de la transgresión es la falta de respeto a la “Ley de Leyes”: La constitución.

Al respecto señala José Pareja Paz-Soldán: ―…Nuestras Cartas Políticas fueron catecismos llenos de dogmas republicanos y promesas, pero sin creyentes ni adeptos convencidos. Toribio Pacheco, en sus certeros Comentarios Constitucionales, se formulaba la misma pregunta y decía: ―Forjamos una Constitución y no nos volvemos a acordar de ella; proclamamos los derechos y garantías que todo hombre debe gozar en una sociedad medianamente autorizada , y no lo respetamos en los otros ni exigimos de que ellos lo respeten en nuestra propia persona; establecemos autoridades y tampoco lo respetamos; nos burlamos de ellas, las desacreditamos y las derrocamos el día que se nos antoja. ¿Podrá corregir esos vicios morales una Constitución que para ser buena debe acomodarse a las costumbres, a los hábitos y al carácter de los pueblos que ha de regir? No es la ley la que hace variar de conducta a una nación entera. La educación de los individuos cuesta muchos años y muchos sacrificios; La de una nación es obra de muchos siglos.(1) .” José Pareja Paz-Soldán. “Derecho Constitucional Peruano”. Librería Studium. Lima, 1973. Quinta Edición. p.12. Subrayado nuestro.

Cabe señalar, que las organizaciones de fines del siglo XIX y principios del XX, tenían -en orden a la tradición republicana- un carácter caudillista y clientelista con comportamientos burocráticos y mercenarios; es decir, premodernos.31 Precisamente, para combatir ese orden tradicional, el PAP insurgió a la vida política nacional, impulsando una reforma social y ética en la tercera década del 30 del siglo XX, como una respuesta generacional contestataria y una organización política moderna con un liderazgo y núcleo dirigente ilustrado, ideología autónoma, programa político, organización nacional y un programa de gobierno alternativo, demandando una reforma ética nacional con una perspectiva revolucionaria. El PAP auroral tendía ha expresar a los trabajadores obreros, campesinos y los amplios sectores populares de su época y estructuraba sus bases partidarias en base a una organización y disciplina orientadas y motivadas por un mensaje de justicia y esperanza con una ideología renovadora y doctrina original, con orientación nacional, popular y dimensión continental encarnada en el APRA32.

El PAP difundía códigos de conducta y la educación política y la formación de los cuadros eran aspectos vitales de la dinámica partidaria, que construía una mística (convicción vital) –inspirada en la historia, la tradición y el ejemplo vivo de sus líderes- y una forma de religiosidad que modelaba un estilo de vida que se transmitía familiar y generacionalmente. El Partido tenía una unidad monolítica alrededor de Haya como líder político carismático y ético, que educaba cotidianamente en la política y la formación humana. En ese sentido, Haya de la Torre y el PAP marcaron una línea divisoria, (divisoria de aguas: “divortium aquarium”), con la manera de hacer política premoderna e impulsaron la modernización política, la lucha por la afirmación de la democracia y las libertades ciudadanas33 en su lucha contra el militarismo, clericalismo, la oligarquía, el gamonalismo y en general las taras feudo colonial-republicanos. Recién en la década de 1960, surgen los nuevos partidos políticos con influencia social – a excepción del PC moscovita de 1930, que muchas veces fue un instrumento de la oligarquía contra el PAP- inspirados en la doctrina del social-cristianismo como la Democracia Cristiana y el Partido Popular Cristiano, así como Acción Popular y algunos “partidos” de la nueva izquierda.

En la década de 1980, a la crisis de representación de los sectores populares por parte del sistema de partidos políticos, que ya no expresaban las nuevas tendencias modernizadoras de la sociedad, se va a impulsar la informalidad política con el surgimiento del “independientismo”34, que tenderá a expresar sectores sociales excluídos de la política tradicional y que va a configurar un proceso paradógico de involución pre moderna en la vida política con la generalización de la cultura de la transgresión, que va retroalimentar el caudillismo personalista , el clientelaje, el mercenarismo y va a separar progresivamente la ética de la política. Y va afirmarse la nueva ley: “Todo vale” para obtener, administrar y preservar el poder, que si se cumple y acata.

En esta circunstancia. -en el curso de este proceso involutivo- en el caso del PAP, desde la década de 1980, ante la falta de contrapesos institucionales con la “liquidación del andresismo”, después de la lucha interna por el poder post-Haya y avance de la cultura transgresional en la sociedad y el partido, se instala un modelo de dirección y gestión política de liderazgo carismático con una tendencia desviacionista al denominado cesarismo democrático35 de las sociedades tradicionales pre modernas, que plantea paradójicamente una innovación partidaria de apertura del Partido a la sociedad con un nuevo lenguaje político renovador hacia los amplios sectores populares y la ciudadanía: “abrir el PAP hacia afuera”, que va a redibujar la imagen sectaria del PAP y construir una imagen democratizante, aperturista y consensuadora en el escenario nacional, que va calar en amplios sectores populares y medios. Pero este nuevo estilo político se basaba en un modelo de dirección política voluntarista centrado en el líder carismático y una elite con una democracia interna plebiscitaria y sin intermediarios, que busca impulsar una “la revolución desde arriba”. Este modelo si bien logró proyectar la imagen y mensaje del Partido hacia nuevos actores y esferas sociales con una propuesta nacional y popular, que permitió llegar al primer gobierno del PAP36, por otro lado va a ir debilitando progresivamente la institucionalidad democrática partidaria y la cultura participativa y movilizadora de sus bases, donde la normatividad institucional: estatutos y reglamentos sólo son factores referenciales y modificables según la necesidad y voluntad política de la élite dirigente

En este modelo, la formación, educación política y los espacios de debate ideológico y político, pasan a segundo plano o son dejados de lado porque los dirigentes de la élite “iluminada”, tienen todas las respuestas -“ellos saben”- y dirigen, mientras que las bases –la militancia- sólo deben operar políticamente con una participación limitada. El rol del militante orgánico como organizador, articulador social y formador de opinión local y movilizador en su referente social local pasa a segundo plano y empieza a divorciarse cada vez más de los problemas y los nuevos actores sociales y culturales37, configurándose solamente como un agente político interno y operador electoral desideologizado y pragmático. La relación del líder carismático con las masas es directa y sin intermediarios. Se remplaza paulatinamente el partido de cuadros por el partido de masas electorales con el uso de nuevas estrategias comunicacionales a través de los recursos mediáticos externos y el marketing político, donde se privilegia la estrategia electoral antes que una reingeniería política interna y el desarrollo del capital humano institucional partidario para el presente y el futuro.

Al respecto: ―.. ¿Somos los apristas iguales? ¿Gozamos de los mismos derechos a ser elegidos, a conocer la información interna existente, participamos efectivamente en la toma de decisiones del partido? Si la respuesta es no, no somos un partido moderno. Dotar de computadoras, de Internet, academias, centros de proyección social, etcétera, no servirán de mucho sino se proporciona poder al militante, sino se empodera al militante. Empoderar al militante es darle capacidad de decisión en los temas que le corresponden, desde los locales hasta los nacionales, en las formas más convenientes, preservando la eficiencia y la eficacia que se exige en la política. ― Si el pueblo es el soberano, hay que educar al soberano‖, era una frase de Domingo Sarmiento que solía citar Haya de la Torre. El proceso de modernización del APRA debe tener como eje la ejercitación de los militantes en la toma y en la ejecución de decisiones políticas , y para ello si hay que proporcionarles los medios necesarios, la capacitación, la información, los métodos de uso de los instrumentos, sin hacer de éstos ―fetiches‖ todopoderosos..‖ Arturo Ojeda Salazar: “Renovación Aprista”. Propuestas para el Cambio. Prologo a la segunda edición. Modernidad y Modernización. Editorial Fabián Vallas, 3ra Edición. Lima, 2004. p.16.

En consecuencia, la verdadera naturaleza de la crisis del partido no sólo es de carácter político, sino también social, ético y cultural. Y se instala en el desencuentro del liderazgo, programa y organización del PAP con la nueva sociedad y cultura peruana y latinoamericana emergente, así como el progresivo abandono de la vinculación entre la política y la ética, especialmente de su élite dirigente en todos los niveles. Sin embargo tenemos que afirmar con Haya, que sigue vigente su ideología revolucionaria democrática, libertaria y humanista de justicia en libertad dentro de una perspectiva modernizadora en América Latina. Es decir, el PAP como instrumento político del APRA -en tanto Proyecto Modernizador de América Latina en el tránsito de la pre modernidad a la modernidad - que insurgió en el primer centenario contra la feudalidad colonial y el atraso con la “Generación del Centenario”, germen y matriz vital del Aprismo, requiere necesariamente una actualización programática y organizativa , renovación de liderazgos41, actualización doctrinaria y la recuperación de su ética vital, para cumplir su rol dentro del nuevo movimiento antimperialista e integracionista latinoamericano en el contexto de la globalización del siglo XXI, de cara al Bicentenario de la Independencia Nacional.

También un tema crucial en el continente latinoamericano son los recursos energéticos de las naciones para impulsar la modernización y la necesaria defensa y preservación de los recursos no renovables orientado hacia el logro de la autonomía, generación y seguridad energética del continente frente al panorama mundial de una potencial crisis energética. Finalmente la revolución científica y tecnológica en el siglo XXI plantea un desafío a la América Latina: el impulso de una educación e innovación científica y tecnológica para la construcción de la sociedad del conocimiento45 y la cultura de la libertad en América Latina en el contexto de la globalización universal.

Y cabe señalar la posición inicial de los EE.UU. frente a este grave problema: ―… En 1971, el presidente Nixon declaró en Detroit: ―No permitiremos que el problema del medio ambiente sea utilizado para destruir el sistema industrial que hizo la grandeza de nuestra nación‖. En otras palabras, esto significaba que el medio ambiente sería sacrificado a los beneficios de los empresarios. Desde entonces hasta ahora, la oposición entre el lucro privado y el interés público ha continuado agravándose hasta poner en riesgo el futuro mismo del mundo. En su prisa por ordeñar la tecnología y seguir acumulando ganancias, los empresarios no tienen ningún reparo en ensuciar nuestro suelo, nuestro cielo y nuestros mares. Insecticidas, herbicidas cada vez más potentes se filtran en nuestros alimentos. Retorcidos esqueletos de automóviles, latas de aluminio, frascos de vidrio y de plástico se amontonan a nuestro alrededor . Incluso empezamos a no saber qué hacer con los restos radiactivos y los desechos tóxicos. Estos efectos colaterales del poder tecnológico , no sólo puede contaminar los océanos, sino también destruir este planeta como sitio adecuado para vivir el hombre...”. En: José Barba Caballero. “Una Propuesta para el Siglo XXI”. El Lado Oscuro del Capitalismo. Lima, 1990. pp.125, 126.

―…Pero como señaló todo un anticapitalista como Karl Marx hace más de cien años, el mercado con todas sus imperfecciones sigue siendo superior a todas la demás formas de organizar la actividad económica; cosa que ha quedado ampliamente demostrada en los últimos cuarenta años: Lo que hace que el mercado sea superior es precisamente que organiza la actividad económica en torno de la información. Pero aunque la economía mundial seguirá siendo una economía de mercado y conservará las instituciones propias del mercado, su sustancia ha cambiado radicalmente. Si es aún ―capitalista‖, es el “capitalismo de la información‖ lo que la domina. Las industrias que han ocupado el centro de la economía en los últimos cuarenta años, tienen como negocio la producción y distribución del saber e información en lugar de la producción y distribución de las cosas. El verdadero producto de la industria farmacéutica es el saber; las píldoras y las pomadas no son más que la envoltura del saber (…) La formación del saber es ya la mayor inversión en cualquier país desarrollado. Con certeza, el retorno que un país o una empresa recibe del saber será cada vez un factor determinante de su competitividad. De forma creciente, la productividad del saber será decisiva en su éxito económico y social y en su rendimiento económico global. Y sabemos que hay tremendas diferencias en la productividad del saber; entre países, entre industrias, entre organizaciones individuales (…) El ejemplo instructivo es Japón. A Japón le ha ido especialmente bien en estos últimos cuarenta años tanto en la antigua fabricación como en nuevas industrias basadas en el saber. Sin embargo su

meteórico ascenso no se ha basado en la producción del saber. Tanto en tecnología como en gestión, la mayoría del saber japonés era producido en otro sitio, en su mayoría en Estados Unidos. En Japón ni siquiera se empezó a trabajar en serio en la construcción de una base de saber propio hasta finales de los setenta e, incluso ahora, en los noventa, cuando se ha convertido de largo en la segunda potencia económica mundial, sigue importando más saber del que exporta. Y además, los japoneses no importaban en realidad una gran cantidad de saber tecnológico (a diferencia del saber de gestión). Pero hacían que cualquier saber que adquirían fuera soberbiamente productivo…”. Peter F. Drucker. Op. Cit. El Saber: su economía, su productividad. pp. 181, 186,187.

Desde una perspectiva autocrítica y desde nuestro tiempo, debemos señalar que se tenía necesariamente que alentar el desarrollo económico de las clases medias 55y la formación de una clase burguesa nacional -en el sentido de la historia- e impulsar la revolución capitalista y técnica y un proceso de modernización desde el Estado Antimperialista (Estado de Defensa) de carácter defensivo, negociador, promotor, concertador y regulador, para desarrollar el mercado local, regional y nacional , basado no en un vasto sistema cooperativo sino en un vasto universo empresarial – tanto nacional como extranjero - que impulsaran el desarrollo tecnológico56 y sobre la base la empresa privada de un sistema de pequeños y medianos propietarios emprendedores con sentido nacional.

En suma, Haya plantea lúcida y revolucionariamente un gran impulso modernizador pero con instrumentos premodernos, influenciados por su tiempo. Esa ha sido nuestra gran contradicción del siglo XX. Contradicción que ha empezado recién ha resolverse parcialmente a partir del 2006 en un nuevo contexto capitalista globalizante.

En el contexto de los inicios de la era de la globalización, si tenemos que establecer una “divisoria de aguas” (divortium aquarium) en el impulso del desarrollo capitalista en el Perú centrado en la economía de mercado, tenemos que referirnos a la década clave de los 90, que coincide con el colapso de la URSS y el bloque socialista del “socialismo real”, la configuración de un mundo unipolar con la hegemonía de los EE.UU. y el G-7, Grupo de los 07 países capitalistas más desarrollados del planeta y el ascenso del neoliberalismo económico que a través del “Consenso de Washington” impulso en América Latina a través del FMI-BM-BID , políticas de ajuste, estabilización y un modelo de liberalización de la economía con un programa de reformas que promovía el equilibrio fiscal, la apertura económica, la reducción de aranceles y las privatizaciones , que tendían a “desmontar” el modelo de “sustitución de importaciones” basado en el mercantilismo empresarial , el estado empresario y el populismo61, que se había arraigado desde la década de los 70 a la luz de los

Globalización I

Según informe del BCR, la variación del porcentaje anual promedio del PBI de la Manufactura No Primaria fue entre 1991-1995 de 5.9% anual. En 1996 de 1.1%. Y entre el 2001-2005 fue de 5.3%. Finalmente entre el 2006-2010, el crecimiento fue de 7.9%. Por otro lado, el Ministerio de la Producción informó que en las tasas de crecimiento promedio anual de los sectores industriales entre 1990-2002, los sectores más dinámicos con el crecimiento más alto con una tasa promedio anual de 11% fueron: Productos alimenticios diversos, molinería de granos, otros productos químicos, industria básica de metales, imprenta, editoriales y conexos, alimentos balanceados, productos de tocador y limpieza, química básica, bebidas gaseosas, productos plásticos, envases de papel y cartón, cordelería, productos metálicos diversos, tejidos de punto y objetos de loza y porcelana.6

Pero el impulso significativo del crecimiento industrial se da en la articulación y la integración de la industria metal mecánica -que fabrica piezas, partes, equipos, maquinas para plantas y estructuras metálicas- con el auge del sector construcción , la modernización de las plantas pesqueras, la renovación de los ingenios azucareros, el impulso de la industria de la madera y la expansión de la minería, que han dado lugar al surgimiento de “clusters” especializados en la fabricación de partes y piezas en medianas empresas que subcontratan además a pequeñas empresas especializadas emergentes. Es el caso del cluster metalmecánico de Infantas en el distrito de Los Olivos, formado por pequeños empresarios metalmecánicos que fabrican moldes, matrices y aisladores de siliconas, entre otros, que son las expresiones del capitalismo popular.

Para el periodo 2006-2010 el MEF-PCM informa que: ―…La manufactura no primaria creció 7,9% en promedio durante el período 2006-2010, el mayor crecimiento promedio quinquenal desde la década de los setenta. Esta fuerte expansión se produjo a pesar de ser uno de los sectores más afectados por la crisis (se contrajo 8,5% en el 2009 principalmente como resultado de una fuerte desacumulación de inventarios debido a una menor demanda externa e interna). A pesar de la caída en el 2009, durante los últimos 5 años, el sector se vio favorecido por la mayor demanda interna y en menor medida por la demanda externa. De este modo, las ramas industriales que explicaron el crecimiento del sector fueron las ligadas al consumo masivo (alimentos y bebidas, madera y muebles, productos de tocador y limpieza), a la construcción (cemento, pinturas), insumos (papel y cartón, vidrio, envases) y productos metálicos (estructuras metálicas y envases) y materiales de transporte (ensamblaje de buses y repuestos para automóviles)…..‖.

En: Informe Preelectoral 2006-2011. MEF-PCM. Enero 2011.

Al respecto señala De Althaus: “…..Ángel Neyra explica que en Infantas, entre la avenida Naranjal y el cruce con Universitaria, hay más de 500 micro y pequeñas empresas industriales, de las cuales un 70 por ciento se dedica a la producción metalmecánica. Ese 70 por ciento facturó alrededor de 200 millones de soles el 2006, de los cuales un 5 por ciento responde a exportaciones directas y un 30 por ciento a exportaciones indirectas, como insumos de bienes exportados por otros. Pero, luego de eso, su crecimiento ha sido explosivo. El 2008, ese parque habría facturado cerca de 200 millones de dólares según se presidente, David Dionisio, pues ese año las actividades estaban creciendo en un 60 por ciento y 25 nuevas empresas habían ingresado al conglomerado de compañías industriales, principalmente del sector metalmecánica, con una inversión de aproximadamente 25 millones de dólares (Gestión, 25-08-08

). De ese total de empresas, cuarenta y cinco, muy vinculadas entre sí productivamente y ubicadas en diferentes fases de la cadena productiva, están asociadas a ATEM Perú, la Asociación de Talleres de Metal Mecánica de la urbanización Infantas en el Cono Norte, de la cual Neyra es fundador y que es un ejemplo de perseverancia por lograr niveles óptimos de competitividad. ATEM Perú se fundó en enero del 2001, y el 2006 las cuarenta y cinco empresas que la integran facturaron alrededor de 40 millones de soles y empezaron a exportar por valor de 2 millones de dólares. Para el 2007 el monto de exportaciones había saltado a 15 millones de dólares de exportación directa; y a 9 millones de exportación indirecta, a través de otras empresas. Según Neyra, estas cifras podrían incluso haberse duplicado si se contara con laboratorios de certificación de calidad y con abastecimiento fluido de materia prima. En realidad, lo que más ha crecido es la producción para el mercado nacional, en los rubros de distribución eléctrica, minería y construcción….” Jaime de Althaus G. Op. Cit. p.23.

Pero el proceso de reconversión de la estructura industrial ha llegado a abarcar también a la industria de alta tecnología con el surgimiento de la industria de las computadoras y el software y la venta se servicios informáticos, que ha puesto en valor el potencial, ingenio y la capacidad creativa del empresariado popular peruano en la fabricación de productos informáticos. Es el caso del clúster de Wilson en Lima donde existe una concentración territorial de proveedores de producción y ventas de productos y servicios informáticos.71

Al analizar las tendencias del crecimiento económico entre 1950-2010, se observa que entre las décadas del 50 y 60 –en plena de la expansión capitalista norteamericana post-segunda guerra mundial- y el auge del modelo primario exportador, el PBI creció 5.2 y 5.9 %. Y en la década de los 70 y 80 con la vigencia del modelo industrial “ensamblador” –sin dejar de ser primario exportador- el PBI decreció a 3.5% en la década de los 70 y se contrajo a -0.6% en la década de 1981-1990.

Al iniciarse las reformas liberales en la década de 1990, el PBI creció 4.2% y en la década de 2001-2010 creció a 5.7%, llegando a los niveles de crecimiento de la década de 1960. Pero obsérvese, que en ésta década, mientras que el PBI creció en 5.7%, la participación del capital creció 2.2%, mientras que el trabajo sólo 0.7%. Sin embargo, la productividad llegó a 2.8%, que no se había alcanzado jamás, ni en la década de 1960. En consecuencia el crecimiento de la economía se da centrado en la productividad y el capital, con menor participación del trabajo. El alto nivel de crecimiento de la productividad en la economía capitalista, cambia la naturaleza del crecimiento de los sectores de dicha economía y sienta las bases de un desarrollo autosostenido, pero con detrimento del trabajo, en el contexto de una economía exportadora –como veremos- en el marco de la economía-mundo de la globalización

Esta tendencia se confirma al hacer un análisis de la composición del crecimiento de los volúmenes de exportación por sector económico en

el último decenio tomando como año base el año 1994.

La exportaciones crecieron acumuladamente entre 2001-2010 en un 400.7% de 6,955 millones de dólares a 34,820 millones. Las

exportaciones tradicionales crecieron en un 469.6%, mientras que las exportaciones no tradicionales crecieron 252.9%. Los sectores más

dinámicos en las exportaciones tradicionales fueron: Petróleo y derivados y Gas Natural con 722.1% y la Minería con 556.7%. Le

siguen los agrícolas y pesqueros.

En el rubro de las exportaciones no tradicionales destacan los químicos con 454.5% y las agro-exportaciones con 409.8% en un promedio cercano al crecimiento de las exportaciones tradicionales.

Le sigue de cerca la exportación de los minerales no metálicos con 396.4% y los productos de metal mecánica con 301.6%. Le siguen los nuevos productos pesqueros (227.9%) y siderometalúrgico y

joyería (226.8%). Luego vienen los de madera, papel y su manufactura (178.4%) y finalmente los textiles (115.6%).

Si bien, analizando el volumen total de exportaciones por tipo de exportación, las exportaciones tradicionales corresponden al 2010 un total de 78.59% y las exportaciones no tradicionales un total de 20.71%, un quinto del total de exportaciones. Analizada en una perspectiva cualitativa, se percibe un dinamismo creciente y especialmente en los rubros de agro-exportación, metal mecánica y textilería73 con impacto directo en la agricultura moderna, la industria y el empleo, que va configurando un nuevo modelo exportador moderno hacia adentro. 74

Al analizar las importaciones del 2000-2010, se observa que el promedio de la variación porcentual acumulada en la década fue de 290.9%, donde resalta la importación de bienes de capital con 329.9%. Y dentro de los bienes de capital destaca los destinados a los materiales de construcción con 407.7% y para Equipos de Transporte con 441.5%.

Especial significado tienen los bienes de capital destinados para la industria con 287.5%, cerca al promedio general con un incremento de tres veces en una década. Cabe destacar también que la importación de insumos promedio fue de 287.7%, donde destaca los insumos destinados para la agricultura con 309.3% y luego para la industria con 291.8%. Frente a estas realidades estadísticas, se observa un crecimiento sostenido –producción y tecnología- de rubros de la industria75 y la agricultura, que demandan empleo y se articulan al desarrollo de otros sectores económicos, el mercado interno, como es el caso del crecimiento del comercio y la banca76, que se orienta hacia un desarrollo capitalista nacional de nuevo tipo y la emergencia de nuevos grupos empresariales y no podemos hablar entonces sólo de un modelo reprimarizador exportador.77

Sobre el crecimiento de la industria: ―…. El Perú no produce televisores, carros ni celulares como lo haría a través de una costosa política de industrialización dirigida sin garantía de sostenibilidad futura.

En cambio, ha venido generando industrias de soporte a sus sectores exportadores que crecen lentamente y siguen pequeñas frente a las industrias extractivas. Sin embargo, por crecer en un entorno desprotegido y en libre competencia son más competitivas que las pesadas industrias de antaño.

Los sectores exportadores pueden servir de palanca para diversos desarrollos. Como señala Cooper, el país tiene más capital por trabajador que el que tenía antes, por lo que es momento de acelerar para ganar competitividad.

Pero para aprovechar al carro que lleva más impulso deben hacerse carreteras –también ya ha habido importantes avances en infraestructura– y entrenar mecánicos (técnicos relacionados con el sector). Una educación pragmática alrededor de los sectores exportadores permitirá que se siga creciendo en los sectores no primarios y se mire hacia adentro.

“….Otros sectores productivos ya son competitivos y vienen ganando más presencia internacional. Así lo señala Claudia Cooper, para quien en el Perú todos los sectores están ganando productividad y el país ya exhibe sectores donde existe tecnología de punta más allá de la que emplea el sector minero. Así, el ramo financiero ya es un sector competitivo, si bien aún no exporta esos servicios. De manera parecida, los sectores de servicios y de comercio retail muestran altos niveles de competitividad en el mercado interno. Y a ellos podrán sumarse otros sectores a medida que siga la recapitalización del país. Recuérdese que recién en el 2006 volvió a tenerse el PBI por habitante de 1970. Y ya hoy en día, las empresas se han expandido; nótese, por ejemplo, la internacionalización de Hochschild Mining y más allá del sector minero, la llegada de Ferreyros a Centroamérica o el intento de Graña y Montero por ingresar a Chile, para no citar los conocidos casos de Aje o Belcorp….‖ Sandra Belaunde y Héctor Collantes Op-Cit. Subrayado nuestro.

La otra parte –para seguir con la analogía– tiene que ver con los pilotos: falta una estructura empresarial menos concentrada en pymes, ya que son las empresas medianas y grandes las que utilizan alta tecnología. Una mezcla de mecánicos y pilotos ya inició un silente crecimiento, ya que, de acuerdo con cifras de APOYO Consultoría, la mayor parte de los subsectores industriales han duplicado sus ventas en los últimos cinco años. Se proyecta que la manufactura no primaria crecerá 9% este año, casi el doble de lo que era en el 2000, lo cual es equivalente al 12% del PBI. El subsector con mayor crecimiento, la industria metalmecánica, representa el 12% de la manufactura no primaria y con unos US$2,700 millones es como 2% del PBI total. Este sector incide en la construcción inmobiliaria, retail, infraestructura e industrias extractivas, entre otros. A guisa de ejemplo, la Sociedad Industrial de Artículos de Metal calcula que la fabricación de productos relacionados con la construcción ha crecido 15% en el 2010 y crecería 26% este 2011. Y eso que la industria metalmecánica ha cambiado del modelo básico de fabricación de equipos de los noventa a uno de provisión de servicios, como montaje, mantenimiento y reparación. En: “ El supuesto modelo primario exportador.” Sandra Belaúnde y Héctor Collantes. Perú Económico. Com. Marzo, 2011.

Al respecto: “….Sucede que en la exportación de recursos naturales el Perú es competitivo, especialmente en la agroindustria y la minería. De hecho, el análisis de competitividad que hizo Michael Porter para el Perú destacó al sector de minerales por encima de los demás, con lo que muestra un país muy dependiente de sus commodities. Pero la minería no es al Perú lo que los hidrocarburos a Omán, Kuwait o Venezuela (puestos 1, 2 y 21, respectivamente). Es más, el puesto alcanzado por el Perú lo ubica justo por detrás de Irlanda y delante de Holanda. Ocurre que la minería, si bien importante en las exportaciones (ahora un 60% de éstas), no es tan determinante en otras cifras de la economía interna, pues representa sólo un 10% del PBI; la mayor parte del PBI se explica por el sector servicios.

Y la composición minera casi paritaria de metales básicos y preciosos entre las exportaciones ofrece una suerte de cobertura natural ante los vaivenes externos, ya que, a grandes rasgos, el oro tiende a subir cuando la economía está mal y el cobre cuando la economía va bien. Y en medio de noticias mixtas de la economía mundial, ambas cotizaciones crecen hoy. Por tanto, si lo que se quiere sugerir con la etiqueta de ―primario exportador‖ es una economía totalmente vulnerable a un único o unos pocos commodities, sin aporte de valor agregado y sin viabilidad futura, decir que el Perú está en esa categoría es una burda exageración: su dependencia de los recursos naturales no es mucho mayor que la de muchas economías modernas y sanas…” Sandra Belaunde y Héctor Collantes. Op. Cit. Subrayado nuestro.