Aportes antropológicos sobre la construcción de las drogas.pdf

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25 Pensar el uso de sustancias psicoactivas desde una perspectiva antropológica implica aquí dirigir la mirada a los contextos o uni- versos en que se sitúan los individuos, más que a ellos mismos, intentando reivindicar el valor explicativo de los datos culturales. Se entiende entonces necesario que el consumo problemáti- co de sustancias psicoactivas, sea analizado como una construc- ción de sentido, en la que se involucran cuestiones sanitarias, legales, económicas y socioculturales. Es importante arribar a un concepto de uso problemático que trascendiendo cuestiones morales o éticas considere en las acciones e intervenciones al respecto, la semántica de la cultu- ra. Desde esta perspectiva se postula el consumo de ciertas sus- tancias como eje productor de sentidos. Revisando algunas ideas en torno a la temática de las drogas Las drogas desde la perspectiva antropológica no son un asunto exclusivo de las sociedades complejas. El consumo de drogas no es un maléfico invento de la modernidad sino que todos los pueblos y en todos los tiempos, por motivaciones rituales, mágicas, religiosas, recrea- tivas han consumido sustancias de origen vegetal que afinaban sus sentidos, que les conferían fuerza y resistencia, que adormecían sus facultades o los transportaban a Otra realidad. Aportes antropológicos sobre la construcción del tema “drogas” 1 Leticia Folgar 1. Se referirá con el término “drogas” a “Cualquier sustancia química de origen natural o sintético que puede ser usada con propósitos no médicos para alterar la percepción, el estado de ánimo u otros estados de conciencia” (Gossop1996). Se trata de sustancias psicoactivas que una vez que se introducen en el organismo actúan preponderantemente sobre el sistema nervioso central alterando los estados de ánimo y de conciencia. Se incluyen en este grupo tanto las drogas legales como las drogas ilegales.

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    Pensar el uso de sustancias psicoactivas desde una perspectivaantropolgica implica aqu dirigir la mirada a los contextos o uni-versos en que se sitan los individuos, ms que a ellos mismos,intentando reivindicar el valor explicativo de los datos culturales.

    Se entiende entonces necesario que el consumo problemti-co de sustancias psicoactivas, sea analizado como una construc-cin de sentido, en la que se involucran cuestiones sanitarias,legales, econmicas y socioculturales.

    Es importante arribar a un concepto de uso problemticoque trascendiendo cuestiones morales o ticas considere en lasacciones e intervenciones al respecto, la semntica de la cultu-ra. Desde esta perspectiva se postula el consumo de ciertas sus-tancias como eje productor de sentidos.

    Revisando algunas ideas en torno a la temtica de las drogas Las drogas desde la perspectiva antropolgica no son un asunto exclusivo de las

    sociedades complejas.El consumo de drogas no es un malfico invento de la modernidad sino que todos lospueblos y en todos los tiempos, por motivaciones rituales, mgicas, religiosas, recrea-tivas han consumido sustancias de origen vegetal que afinaban sus sentidos, que lesconferan fuerza y resistencia, que adormecan sus facultades o los transportaban aOtra realidad.

    Aportes antropolgicossobre la construccindel tema drogas1

    Leticia Folgar

    1. Se referir con el trmino drogas a Cualquier sustancia qumica de origen natural o sinttico que puede serusada con propsitos no mdicos para alterar la percepcin, el estado de nimo u otros estados de conciencia(Gossop1996). Se trata de sustancias psicoactivas que una vez que se introducen en el organismo actanpreponderantemente sobre el sistema nervioso central alterando los estados de nimo y de conciencia. Se incluyen eneste grupo tanto las drogas legales como las drogas ilegales.

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    Esta particularidad las converta en plantas mgicas, sagradas dignas de respeto yreverencia pues eran sin duda puentes entre los hombres y los grandes poderes sobre-humanos.

    Se han hallado restos de tales sustancias en tumbas del paleoltico medio europeo-la Amanita Muscaria era consumida por los Neanderthales- y las culturas posteriores,ya del Neoltico; pueblos con y sin escritura revelan su utilizacin por hechiceros yshamanes o por el colectivo humano en ceremonias de tipo catrtico.

    Estas drogas mgicas fueron conocidas muy tempranamente en Amrica. As en lacultura andina de Chavn de Huntar en Per, las hojas de coca desempeaban undefinido papel ritual casi mil aos antes de nuestra era.2

    Pensando en algunos ejemplos de sustancias psicoactivas utilizadas tradicional-mente por diferentes sistemas culturales podemos mencionar:

    Algunos consumos tradicionales.3

    NIOPO Efectos predominantemente AmazoniaAlucingenos

    AYAHUASCA (yaje) PerPEYOTL Mxico (Huicholes)COCA (khoka) Efectos predominantemente Area Andina Bolivia, Per,(cuca, koka, cochua) Dinamogenos y psicotonicos Colombia,YPADU (ypatu) Area AmaznicaILEX (caa) Cultura GuaraniticaHoja de Betel IndonesiaT Japn

    Es posible abordar de una manera objetiva la temtica delas drogas?

    Esto no aparecera viable si partimos de la idea de que han existido y existen conjuntosdiversos de representaciones simblicas con relacin al consumo de sustanciaspsicoactivas y formas diferentes de vivenciar el consumo, sin excluir a aquellos quenos interesamos en pensar y analizar esta temtica.

    Se entiende posible y deseable, sin embargo abordarla desde una perspectivaintegradora que considere la mayor cantidad de miradas y saberes. La pretensin noes llegar a establecer verdades absolutas sino dar cuenta de la complejidad de loculturalmente contingente.

    Los consumos de sustancias psicoactivas fuera de sus marcos culturales origina-rios no pierden toda contencin cultural.El traslado de una prctica cualquiera a un medio cultural diferente, no presupone

    la adopcin del universo de representaciones que mantena en su medio de origen,pero tampoco implica que stas pasen a existir en un vaco cultural. En nuevos con-textos y situaciones se crean en su entorno nuevas simbologas, representaciones.

    2. D.Vidart 1998.3. Cuadro elaborado a partir de D. Vidart:1991, L. Folgar: 2000 y JND: 2002.

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    No es lo mismo el cocasmo de los indgenas peruanos, bolivianos y colombianosdel cocainismo del hombre urbano de cualquiera de estas sociedades. As como tam-poco hablamos de lo mismo al referirnos el consumo de cocana en crculos deoutsiders a principios de SXX, que cuando nos referimos al consumo de cocana dejvenes ejecutivos del medio urbano actual (yuppies). Pero todos y cada uno de estosmarcos culturales otorgan sentidos.

    La construccin del consumo de sustancias psicoactivas como problema desde laperspectiva antropolgica se vincula no slo con la capacidad de un sistema decreencias de contener o no un consumo sino, por su capacidad para prever relacio-nes entre las personas y las sustancias en cuestin.No podemos tampoco desconocer que existen diferentes perspectivas desde las

    cuales se intentan definir los usos inapropiados de drogas:El consumo de sustancias que producen una intoxicacin en el organismo es desde

    el punto de vista mdico un consumo problemtico, el consumo de sustancias defini-das como ilegales es, desde el punto de vista del sistema legal tambin problemtico.Sin embargo, cada una de estas perspectivas por separado no permite abordar en todasu complejidad la cuestin.

    Es preciso considerar el uso problemtico, como un concepto al cual se arriba apartir de un diagnostico que remite:

    al individuo que consume ciertas sustancias, a la relacin de ese individuo con el medio socio/cultural, un medio que define

    usos apropiados/inapropiados. A los efectos de las sustancias, a la respuesta personal de los individuos a las

    sustancias y variables adicionales del entorno, la sociedad y la cultura.

    La construccin del consumo de ciertas sustancias psicoactivas como problemaest profundamente ligada al intercambio de significados culturales y sociales. No sevincula exclusivamente con la naturaleza de las sustancias en cuestin (sus efectos, supotencial adictgeno, su nivel de toxicidad) o con la respuesta personal de los indivi-duos a las sustancias sino que refiere adems a las formas de consumo, en el marco delas representaciones y valores que con relacin a las mismas propone cada sistemacultural.

    En esta lnea resulta bastante operativa la definicin que entiende por usos pro-blemticos ... a aquellos tipos de uso que, tanto desde el punto de vista mdico-toxicolgico como desde el punto de vista sociocultural son capaces de provocar da-os en al menos una de las siguientes cuatro reas vitales: 1) el rea de las relacionessociales primarias (familia, pareja, amigos) 2) el rea de las relaciones sociales secun-darias (trabajo, estudio) 3) el rea de la salud fsica y psquica, y 4) el rea de lasrelaciones con la ley.4

    Podramos afirmar entonces, que lo que define a las drogas como problema es unarelacin particular con cierto mundo de sentido, que opera como un marco cultural dereferencia (ver siguiente cuadro).

    4. Lapetina, A., 2002.

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    Usos segn contextos socioculturales.Uso no problemtico Uso problemticoSustancia legitimada dentro de un cierto Sustancia no legitimada dentro de unorden cultural de sentido. cierto orden cultural de sentido.5Lugar cultural legitimado Ausencia de legitimacin culturalConsumo con un objetivo claro desde el Consumo: no hay un objetivo claro desde elmodelo cultural vigente. modelo cultural vigente.Visin csmica que orienta determinados Se asigna un lugar cultural marginal a eseconsumos. consumo.Consumo vinculado a la bsqueda del Consumo como amenaza al orden eequilibrio entre el mundo de los hombres integracin socialy la naturalezaConsumo acotado espacial y temporalmente Sustancias no integradas a las prcticas(hay un momento y un lugar apropiados) tradicionales:Sustancias integradas a las practicas Transgresoras, hedonistas, evasivas,tradicionales: paliativas.Chamnicas, encantaciones, rituales, usomedicinal, festivos.Efectos: Efectos:asumidos con naturalidad ya que no son visualizados como un desequilibrio/vistos como desequilibrio sino integrando desviacin fuera de la lgica csmica.la lgica csmica Peso de las lgicas individuales.(lgica individual y social alineadas). (personalizacin de los consumos)Eficacia social e individual Eficacia individualControl comunitario: hay normas y La comunidad no percibe que puedaetiquetas sociales que protegen a los controlar la droga6 en tanto se defineindividuos de los excesos que debe defenderse de la misma.Tabes que actan profilcticamenteguiados por principios ordenadores delcosmos/mundo.

    Las relaciones que mantienen las culturas con las sustancias psicoactivas son di-versas y se ven sometidas a procesos de cambio en la dinmica cultural.

    Los consumos problemticos pueden desde esta perspectiva vincularse con:1. La modificacin de la relacin original de una cultura con cierta sustancia.

    En este punto podran incluirse como ejemplos:Cuando se establece la ilegalidad de cierta sustancia cuyo consumo estaba dentrode determinado marco cultural legalizado y legitimado, por ejemplo, como ocurrien la sociedad norteamericana con la Ley Seca, se instaura la discriminacin deaquellos que la usan retroalimentando el estigma de la exclusin social.Por otro lado, cuando se modifican en el correr del tiempo los mbitos que sevisualizan como vlidos para el consumo de ciertas sustancias en el imaginariocultural de referencia. Es el caso del barrio Misiones (Casavalle), donde el fen-meno de consumo de alcohol y otras sustancias por parte de los jvenes en el

    5. No podemos ubicarla fuera de un orden cultural de sentido ya que en la medida que existe o se conoce recibe uncierto lugar cultural (aunque sea el de lo extico, marginal, etc.).6. La sustancia en si adquiere poder, la sustancia como fetiche.

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    espacio publico (en los pasajes internos del complejo de viviendas) es visualizadocomo parte del problema de las drogas en tanto genera situaciones de violenciaque antes cuando los consumos eran mas privados no sucedan.

    2. El hecho de que se mantenga esa relacin pero se alteren otros factorescontextuales que generan nuevas asociaciones que pueden volverse proble-mticas.En este punto podemos mencionar ejemplos de cambios en la dieta.Entre los Wayana-Aparai7, en una sociedad donde es muy alto el consumo de bebi-das fermentadas a base de tubrculos, sobretodo de mandioca, las sucesivasmalarias (que actualmente los aquejan a partir del contacto bastante intenso conlos blancos) que debilitan progresivamente las funciones del hgado hacen que losindividuos tengan ms dificultades en absorber bebidas que forman parte de sudieta habitual. Como resultado muchos adultos comenzaron a presentar casos decirrosis heptica8 (sin ser necesariamente alcohlicos).

    3. La adopcin de un consumo sin dilogo con el sistema cultural local.Un ejemplo lo constituye el uso en poblaciones indgenas de remedios occidenta-les que acarrean daos graves.Aqu se puede mencionar como ejemplo el caso de agentes de salud que adminis-tran indiscriminadamente antibiticos u otros remedios paliativos con las mejoresintenciones pero sin dialogar con el sistema mdico/cultural local, generando deeste modo otras complicaciones.En este mismo grupo, Wayana-Aparai, se comprueba cmo el alto consumo depomadas como el Vick y el Naldecon, muy apreciados y solicitados por losWayana-Aparai e inicialmente utilizados como descongestivos de la nariz, al serconsumidos en gran escala actan sobre el sistema nervioso. En nios de menosde un ao puede llevar a una gran excitacin nerviosa, intoxicacin y en casosextremos ocasionar paro respiratorio.En adultos puede tener el efecto inverso y tambin ser txico. (Ibid. p. 49)Puede apreciarse en este ejemplo cmo una misma sustancia pierde su eficacia yllega a generar incluso daos al ser utilizada fuera del sistema gnoseolgico yteraputico que le da sentido.

    A partir de los elementos que se han venido desarrollando, se sostendr que:Los usuarios de drogas no conforman a priori un grupo poblacional con identi-

    dad propia, o una subcultura con una visin del mundo particular; sino que son lasformas especificas de consumo las que estructuran procesos de identidad y perte-nencia es decir, modos particulares de ser y de relacionarse con el mundo.

    A continuacin se considerarn algunos ejemplos que permiten apreciar cmo ellugar que ocupan las sustancias psicoactivas en diversos grupos de usuarios y en diferen-tes momentos ha variado y sigue variando. Mientras para algunos ha sido y es unsatisfactor privilegiado, como posibilidad de comunicarse con una realidadsupramundana, para otros ha sido y es una de las consecuencias de los procesos de exclu-sin social, el vehiculizador de actividades delictivas, una moda, respuesta adaptativa aciertos niveles de pobreza y guetizacin, y hasta una forma de resistencia cultural.

    7. Los Wayana Aparai pertenecen a la familia lingstica de los Caribe, ocupando un arrea de frontera entre Brasil,Surinam y la Guayana Francesa. En Brasil se ubican en la zona del extremo norte del Estado de Para y son unapoblacin de unos 360 indios en este territorio. En Surinam unos 250 y en la Guayana francesa 800.8. Cuadernos de Campo USP N4 1994 p. 48.

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    La percepcin de las drogas en nuestro medio:presencia y proximidad

    Si bien se entiende que hay complejos conjuntos de relaciones y significados asocia-dos al consumo a tener en cuenta, que requieren por su complejidad abordajes en pro-fundidad de tipo cualitativo; resulta interesante comenzar considerando los principalesresultados de una reciente investigacin de corte cuantitativo llevada a cabo por laJunta Nacional de Drogas (2002)9 .

    Sus objetivos principales fueron indagar en la poblacin general las percepcio-nes sociales de las drogas, su consumo y los efectos derivados del mismo. La mismase realiz a partir de una muestra de 1.204 personas, mayores de 12 aos, de ambossexos, residentes en localidades mayores de 10 mil habitantes en Uruguay.

    Esta investigacin pone en evidencia la presencia en el imaginario social de repre-sentaciones con relacin a la peligrosidad de las drogas que se originan fundamental-mente en ... una visin dramtica y estigmatizadora del consumidor, coexistiendo conuna idea de presencia y proximidad de las mismas como parte del cotidiano.10

    As, a partir de este trabajo de investigacin, vemos que los ejes que articulan ennuestro medio el imaginario social sobre las drogas y su consumo seran los siguientes:

    La droga como amenaza externa de carcter altamente destructivaNo se perciben los usos diferenciales y las diferentes consecuencias, dependiendo delconsumidor y de la droga que se trate.

    ... La marihuana con un 87% de casos y la cocana con un 83% son las drogasms mencionadas, luego las siguen los cidos (11%) y los pegamentos (9%). Apenasel 13% de los encuestados menciona el alcohol como una droga y slo el 11% mencio-na al cigarrillo.11

    9. Percepcin Social de las Drogas Informe de Investigacin, JND enero 2002. Se trata de un estudio de opinin yactitudes, mediante el mecanismo de encuesta, orientado a investigar, en el tema especfico de drogas: imagen y signi-ficacin, como as tambin diversos aspectos vinculados a las creencias y valores sobre las Drogas.10. Percepcin Social de las Drogas Informe de Investigacin, JND enero 2002.11. 2002:5.12. 2000:13

    Representacin de la peligrosidad de las drogas.12

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    Predomina una ... visin apocalptica es caracterstica de las drogas cuyo consu-mo est penado en la legislacin vigente. Sustancias tales como el tabaco o el alcoholque se consideran como problema de salud pblica por su alto nivel de consumo en elpas no son visualizadas tan dramticamente.13

    Posibilidades de recuperacin.14

    Qu posibilidades tienen las personasque consumen drogas de recuperarse? PorcentajeSin datos 4.0Ninguna 4.7Pocas 43.9Bastante 34.2Mucha 13.3Total 100

    El consumo de drogas como un asunto grave, preocupante y urgentede enfrentarLa visin dominante, altamente negativa de las drogas, no genera en el cuerpo socialactitudes pro-activas que generen una preocupacin manifiesta del tema.15 y 16

    Acuerdo que Las Drogas son el principal Mal de la sociedad moderna.17

    PorcentajeAcuerdo 56.7Desacuerdo 43.3TOTAL 100

    El problema de la droga como un problema estrictamente juvenilEl tercer elemento que emerge en el discurso dominante es el focalizar como nodocentral del consumo de drogas a los sectores juveniles (...) constituyndose el jovenen el consumidor por antonomasia.18

    13. 2000:514. 2002:815. 2002:1316. Tomado de Percepcin Social de las DrogasInforme de Investigacin, JND enero 2002:417. 2002:418. 2002.:13

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    Perfil del consumidor por edad.19

    Si tuviera que describir a una personaque consume drogas Qu edad tendra? PorcentajeSin datos 12.613 a 17 aos 25.818 a 24 36.925 a 35 18.935 a 45 1.7Adolescencia 3.3Es igual 0.7Total 100

    El consumidor de drogas como un sujeto daadoen sus mltiples facetasUn significativo 47% opina que s son personas proclives a cometer actos delictivos.Laausencia de apoyo familiar como la principal causa para el consumo de drogas y quelos consumidores deben ser tratados como personas enfermas que deben ser recupe-rados o directamente marginados de la sociedad (internacin o crcel) cierran estavisin mayoritaria estigmatizadora del consumidor. Lo mismo ocurre con la percep-cin de que un adicto a las drogas tiene pocas o ninguna posibilidad de recuperarse oque probablemente reincida.Este discurso tiende a generar la exclusin social de todos aquellos consumidores,llevndolos a la periferia del mapa social.20

    La coca y el mate: ejemplos de asignacin de sentidos con valorcultural localizadoEs interesante considerar que algunos factores culturales se ponen en juego determinan-do los efectos benficos de la coca dentro del mundo de sentido indgena. Luego se re-significan negativamente fuera de ese contexto, como se indica en el siguiente cuadro.

    1. Consumos de coca y cocanaConsumo de coca en el mundo Consumo de cocana segnindgena andino21 datos de nuestro pas22 Se mantiene la ligazn con el mundo natural Centrado en la bsqueda personal Visin holstica de la existencia Importancia del nosotros de la Individualismo: preeminencia de los

    convivencia intereses personales Mamita Cuca (coca) Pala, Merca

    - Dispensadora de energa fsica y anmica (coca qumicamente potenciada)- Salvadora de su identidad cultural - Dispensadora de energa y nimo- Permite conversar con los dioses y con - Permite rendir ms

    los ancestros Euforia, se despeja la mente- Uso socializante: afirmacin comunitaria - Consumo grupal y personal en

    mbitos privados

    19. 2002:720. 2002:621. Segn D. Vidart 199122. Segn datos de Investigacin de la JND, 2002.

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    Forma de consumo Forma de consumoMambeo (hoja mascada): Autoinyeccion o polvo aspiradoLa cocana se transforma en Ecognina(80% menos txica que la cocana)

    Hallpay ParrillaCoqueo comunitario ceremonial: Consumo grupal caracterizado porceremonial de confraternidad horizontal el excesoy democrtica23(no ms de 80g de hojas de coca)

    Coqueros Cocainmanosrelacin de adiccin con la sustancia relacin de adiccin con la sustanciaConsumo legitimado culturalmente Consumo no legitimado culturalmente

    Vinculado a presiones del medio social Efectos: Euforia individual experimentada por

    Estado colectivo del espritu24 el sujeto considerado como piezaaislada de un sistema socioculturallleno de significaciones inmediatas25

    2. Consumo del mate: resignificado como ritual de sociabilidadReferiremos finalmente al mate, una sustancia psicoactiva cuyo uso se encuentra am-pliamente legitimado y que se afirma hoy como una de las expresiones ms visibles denuestra identidad uruguaya.

    Esta costumbre heredada de los guaranes, posee una rica y compleja historia cul-tural, a la que nos remitiremos a travs de la reconstruccin que de la misma realizaDaniel Vidart26, autor uruguayo de varios estudios antropolgicos.

    El matesmo puede equipararse con el cocasmo -y no-cocainismo - de los indge-nas andinos y con el tesmo de los chinos y japoneses. Se trata en cualquiera de estoscasos de una droga que provoca evidente adiccin. Un matero de ley es, pues, unimpenitente drogadicto.27

    El mate se introdujo muy hondamente en el criollismo uruguayo, argentino, para-guayo y riograndense28, a lo largo del proceso de difusin entre los criollos, puedeapreciarse la resignificacion de prcticas, valores y rituales asociados a este consumo.

    La yerba mate29, es la hoja de un rbol y presenta propiedades dinamgenas ypsicotnicas; stas provienen de la matena, un alcaloide que se asemeja a la cafena.Esto la vuelve efectiva al igual que otros alcaloides para superar el cansancio, desni-mo y agotamiento tanto fsico como mental.

    En guaran recibe el nombre de ca.Los chamanes o pays guaranes empleaban el ca en condiciones de preparacin

    y concentracin (que desconocemos), para adivinar el futuro, afinar la clarividencia desus facultades y solucionar situaciones conflictivas del presente.

    23. (D.Vidart 1991:50)24. (op.cit)25. (op.cit: 85)26. (1998)27. (Vidart 1998:15)28. Segn D.Vidart en algn momento se mateaba tambin en Bolivia, Per y Chile pero esta costumbre ha cado allen el olvido desde hace casi dos siglos. Slo en el sur de Chile lo conservan los indios Mapuches y los isleos deChilo)29. La yerba mate pertenece al gnero Ilex, cuyas especies americanas comprenden ms de 250 representantes.

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    Los guaranes beban una extraa tisana, de spero y amargo sabor, cuyas excelen-cias eran reconocidas ampliamente por los indgenas. Dicha tisana llamada ca-I sepreparaba hirviendo precisamente el agua en un recipiente de barro cocido. El agua severta en una calabacita cuyo nombre era caaigu, en la que se depositaba la yerbapreviamente preparada y la infusin se beba mediante una caita rematada en su parteinferior por un minsculo filtro de fibras vegetales. Esta primitiva bombilla se denomi-naba tacuap.

    A veces se utilizaba el agua fra, otras se mascaban las hojas frescas y se utilizabanpara hacer emplastos.

    No slo eran los guaranes quienes lo utilizaban: hay testimonios de los cronistas yviajeros acerca de su consumo por parte de los Charras, Caingang y los Chamacocos.

    En el oriente ecuatoriano y en el nordeste de la regin selvtica peruana, crece unavariedad de ilex (spp) que los indgenas llamados chunchos por los incas utilizaron deun modo similar a como lo hacan los guaranes.

    Este Ilex dio origen a la guayusa una bebida estimulante consumida por los cerba-taneros jbaros del Ecuador, que la beban conjuntamente con sus perros antes de em-prender largas jornadas de cacera en la selva.

    La misma serva tambin para curar afecciones de los nios y ancianos y para quelos chamanes lograran clarividencia

    Del indgena, que la beba sin torrar, la yerba pas al espaol aquerenciado y luegoal criollo. Padeci tambin los avatares de una ideologa que de adversa se convirti enfavorable a partir del comercio colonial; ste transform a la yerba del demonio enel benfico t del Paraguay, luego de su cultivo en las Misiones jesuticas.

    En este punto debe aclararse que la tisana tradicional, bebida en la calabacita que enquechua se llamaba mati y en guaran caaigu, fue considerada por los iniciales repre-sentantes de la Iglesia espaola colonial como un invento del demonio, as se afirmabaque se consuma para or orculos falaces del padre de la mentira Satans.

    As el mate fue estigmatizado en las primeras pocas por la civilizacin europea; ycomo la gente criolla tom tal aficcin al mate, la Iglesia y las autoridades civiles sededicaron con especial celo a fulminar y denigrar este hbito Los ministros de diosexcomulgaban a los materos: la infusin infernal, decan alborotaba a la gente enmedio de los santos oficios de la misa y converta a sus adictos en lujuriosos pecado-res pues les soliviantaba el sexo.30 Sin embargo esta situacin cambiar cuando layerba de las Misiones comience a inundar el mercado, el cambio ser tal que circularpor estas tierras una versin alucinante: Santo Toms habra intervenido milagrosa-mente para cambiar el destino satnico del ca en una bendicin.

    Se dice que ste, llegado hasta Brasil predicando el Evangelio a la provincia deMbaracay, hall selvas dilatadas de esos rboles, cuyas hojas eran mortfero vene-no; pero tostadas por el santo perdieron en sus manos y en el fuego todo lo nocivo,quedando eficaz antdoto. Y por eso decan que los indios siempre tuestan la hierbapara usarla, porque lo ense el santo.31

    Una vez difundido el mate entre los criollos se fueron conformando nuevos ritua-les y ceremoniales en torno al mismo.32

    Tanto el cebar, recibir y devolver el mate supone un ceremonial:Quien lo bebe debe respetarlo, sorberlo totalmente, no andar removindole la

    bombilla, no obstruirlo con chupadas desparejas. Ha de aguardar su turno, decir cor-30. (1998:28)31. (1998:29)32. La difusin masiva de esta costumbre heredada de los indios guaranes se encuentra seguramente vinculada segnVidart (1998:20) con la mala alimentacin creciente de grandes sectores de nuestro pueblo. La energa deparada porel mate trata de sustituir la de la carne y otros alimentos vitamnicos, protenicos y mineralizadores.

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    tsmente gracias cuando no apetece ms, levantarse para devolverlo si lo sirve laduea de casa. Quien lo ceba ha de procurar que no se lave, darlo vuelta a tiempo y,sobre todo no romperle el copete. Si un mate se desparrama se arruina toda la cebadu-ra, su espumita tiene la virtud mgica del sabor.33

    Contina Vidart34, Si consideramos el cono sur Atlntico y a los uruguayos enparticular como materos consecuentes, podemos apreciar tambin los cambios. Hastahace pocos aos el mate que hoy ha ganado la calle, la oficina, el local de enseanzay la reunin poltica o sindical no sala de las ruedas domsticas.

    Hoy somos materos itinerantes. El mate que se serva en las horas rituales de lamaana recin nacida y de las tardecitas, se consume en la actualidad a toda hora.

    El mate se va haciendo cada vez menos un ritual mgico/teraputico como era parala poblacin indgena y se vuelve cada vez ms un ritual de sociabilidad, un ejercicioque rene:

    El mate cuando se bebe colectivamente, en grupo vence las tendencias individua-listas. El recin llegado es recibido con un mate, actitud que configura la aceptacinal grupo social; al que parte se los obsequia con el mate del estribo, as el grupodespide a uno de sus integrantes.35

    Este ritual de sociabilidad ampliamente difundido en nuestra sociedad puede serconsiderado hoy a la luz de nuevos cambios: el mate es consumido en forma indivi-dual, no siempre es compartido, se diversifican los tipos de yerba, se disean nuevosdispositivos para facilitar el consumo solitario de lo que inicialmente era un rito deencuentro con otros.

    En esta sinttica reconstruccin de su historia cultural podemos apreciar cmo sehan modificado en el tiempo las relaciones de los usuarios con la sustancia en cuestin,las representaciones y significados atribuidos a la misma, los patrones de consumo y elperfil de los consumidores (ver cuadro en la pgina 32).

    El consumo como intercambio de significados culturalesy socialesComo sntesis y conclusin, podemos decir que toda prctica de consumo de sustan-cias psicotrpicas se va a enmarcar en un sistema ideolgico/cultural, por lo tanto,remite a ciertas representaciones sociales ms all de que las mismas se encuentren ono, dentro de las expectativas inmediatas de los individuos.

    En nuestra sociedad, existen individuos que adquieren mayor visibilidad en tornoa sus consumos problemticos, como por ejemplo algunas subculturas juveniles, ogrupos marginales vinculados a las actividades delictivas. Es interesante considerarque estos consumos problemticos coexisten con:- consumos no problemticos de las mismas sustancias, que no por menos visibles

    son inexistentes,- consumos que pueden definirse tambin como problemticos pero que invisibilizan

    en la medida que ataen a poblaciones menos expuestas a la mirada y el controlpblico. Es el ejemplo de varios consumos adultos de sustancias tanto legales comoilegales, como el alcohol, la cocana, el consumo femenino de psicofrmacos enmbitos privados entre otros.

    33. (D.Vidart 1998:13)34. (op.cit.)35. (op.cit:15)

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    En ninguno de estos casos se trata de la ausencia de un marco cultural de referenciasino de una existencia no poblematizada e invisibilizada de ciertos consumos al inte-rior del modelo cultural vigente. Planteamos en estos casos la existencia de una mayortolerancia social y cultural.

    Resulta claro entonces que los diferentes contextos histrico-culturales definenaquello que se entiende por un uso apropiado o inapropiado de sustancias psicotrpicas.Es en este sentido que puede pensarse el consumo de ciertas sustancias -drogas lega-les e ilegales- como puerta de entrada para estilos de vida particulares y como unaforma de demarcar fronteras y jerarquas al interior de un determinado contexto socialde referencia.

    3. Historia cultural del mate36

    Momentos Sustancia Consumidores Formas MiradaPre-Conquista Caa/ Guaranes ca-I Infusin (agua ... infusin infernal

    yerba (Charras, caliente o fra) hojas que se consumamate Mapuches, masticadas, emplastos ... para or(Ilex) Caingang, Paye: adivinacin, orculos falaces

    Chunchos afinar clarividencia del padre de la-NE selva mentira: Satansperuana-) yerba del demonioJbaros Guayusa (bebida ... converta a sus(Ecuador) estimulante), cura de adictos en lujuriosos

    afecciones en nios pecadores pues lesy ancianos. soliviantaba el sexoChamanes: clarividencia

    Conquista Espaoles Mate, tisanas benfico t delaquerenciados Paraguay(MisionesJesuticas) Relatos:

    Santo Tomsmilagrosamentecambia el destino

    Epoca satnico del ca enColonial una bendicin

    MateConsumo de ruedas

    SXVIII y Criollos domsticas. Ritual deSXIX Horas rituales de la sociabilidad

    maana recin naciday tardecitas

    SXX Jvenes y Mate Ritual deAdultos Consumo itinerante sociabilidad,(generalizado a y a toda hora signo de resistencia37amplios sectores sea de identidadde poblacin ennuestro medio)

    36. Cuadro elaborado a partir de D.Vidart:199837. Durante la dictadura matear en pblico equivala a resistir.

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    Con relacin a este punto, es interesante considerar por ltimo el ejemplo del usode drogas en una localidad urbana guetizada: Misiones, en el barrio Casavalle, ciudadde Montevideo.38

    En este barrio, los usuarios problemticos de drogas, construyen a partir del consu-mo de sustancias ilegales una identidad negativa, pero que les permite ser. Desdeesta perspectiva la construccin de una identidad negativa implica que sea preferibledefinirse como delincuente, o drogadicto a no ser. Es decir que, lo que se definecomo apropiado en el barrio en cuestin, refuerza la exclusin y la marginacin.

    Sus consumos se vuelven problemticos, sin duda, en tanto adems de afectar se-riamente su salud, debilitan sus habilidades sociales y limitan cada vez ms los recur-sos disponibles dentro de la sociedad de referencia.

    A partir de los ejemplos antes mencionados ha podido apreciarse cmo el lugarque ocupan y los significados que adquieren ciertas sustancias varan en funcin de loscontextos socioculturales. Es del caso decir que en nuestra sociedad es preciso consi-derar las subculturas locales en referencia a las cuales podemos enmarcar ms precisa-mente las situaciones individuales. Es ese intercambio de significados culturales ysociales y no las sustancias en s las que determinan que el consumo de las mismas seaalgo deseable, aceptable o problemtico.

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    38. El caso del consumo de drogas en esta comunidad y su papel en la construccin identitaria de sus habitantes fueabordada en Uso de Drogas y Construccin de Identidades Folgar, L, 2000.

    Las ferias de Montevideo (Uruguay): formas y razones del intercambio Emilie Ros Neopentecostalismo: Dinheiro e magia Ari Pedro Oro