APLICACIÓN DE PROSPECCIÓN GEOELÉCTRICA SITIO ARQUEOLÓGICO SAN FÉLIX, SANTIAGO DEL ESTERO

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 39 Capítulo I ARQUEOLOGÍA DEL NOROESTE ARGENTINO

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En este trabajo se brindan los resultados obtenidos de la prospección geoeléctrica aplicada a la arqueología mediante calicatas eléctricas (C.E.). El procesamiento de los datos de campo determinó anomalías entre valores de resistividad aparente del subsuelo y elementos arqueológicos enterrados. Las tareas se realizaron en San Félix, sitio arqueológico del paleovalle del Río Dulce, en el Dpto. San Martín, Provincia de Santiago del Estero.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 39

Capítulo

IA R Q U E O L O G Í A D E LNOROESTE ARGENTINO

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APLICACIÓN DE PROSPECCIÓN GEOELÉCTRICASITIO ARQUEOLÓGICO SAN FÉLIX,

SANTIAGO DEL ESTERO

JUAN ALBERTO CASTELLANO1 y JOSÉ TOGO2

Resumen

En este trabajo se brindan los resultados obtenidos de la prospección geoeléctrica aplicada a la arqueo-logía mediante calicatas eléctricas (C.E.). El procesamiento de los datos de campo determinó anomalías entrevalores de resistividad aparente del subsuelo y elementos arqueológicos enterrados.

Las tareas se realizaron en San Félix, sitio arqueológico del paleovalle del Río Dulce, en el Dpto.San Martín, Provincia de Santiago del Estero.

Se seleccionó un montículo y se marcaron en el terreno perfiles transversales a él, en estosúltimos se efectuaron tres calicatas eléctricas con aperturas de electrodos diferentes. La superficieexplorada abarcó 600 m2 (30 m.X 20 m.).

Con los cálculos de los datos (Intensidad de corriente y Diferencia de potencial) de cada C.E. se deter-minaron valores de la resistividad aparente, que representados en perfiles eléctricos y planos (isoresistivos)permitieron identificar anomalías en el terreno. Con un sistema de referen cia relativo se localizaron los puntosdel subsuelo a excavar y así hallar los elementos arqueológicos enterrados en él.

La experiencia piloto puede aplicarse a otros sitios adonde los contrastes de la resistividad entre elsubsuelo y los objetos enterrados o acti vidades involucradas en ello, sean importantes. Similares resulta-dos hay en el mundo aunque en sitios diferentes y usando equipos de tecnologías más avanzadas.

Introducción

Este trabajo es parte del proyecto de investigación denominado: “Santiago del Estero: Patrimo-nio Cultural e Identidades.Una aproximación desde sus orígenes” cuyo director es el Lic. José Togo, yfinancia el CICyT -UNSE.

El sitio San Félix pertenece a un asentamiento agro alfarero, desarrollado entre los años 1350 y 1500D.C. Corresponde a una comunidad aborigen que arqueológicamente se identifica como Sunchituyoj y que laocupación fue muy extendida en la Llanura Chaco – Santiagueña. Estas sociedades tenían la característica deubicar sus viviendas sobre montículos naturales, mixtos o artificiales.

La actividad de prospección geoeléctrica realizada ha tenido entre sus objetivos detectar ele-mentos arqueológicos enterrados a poca profundidad del subsuelo (hasta +/-2 m). Se aplicó técnicas deCalicatas Eléctricas que al ser un procedimiento superficial, tiene la bondad de no modificar las condi-ciones del terreno investigado y ejecutadas en un sitio como el de las características dadas, es probabledeterminar la presencia de elementos arqueológicos enterrados, facilitando trabajos de excavación pos-terior.

La experiencia realizada en la localidad de San Félix (Ver Figura Nº 1) y los resultados obteni-dos (Ver Figura Nº 5) no registran antecedentes en nuestra Provincia y probablemente en el NoroesteArgentino, así tomaría trascendencia la actividad realizada al comprobarse la validez de la aplicación del méto-do de las C.E.. Para obtener los resultados esperados es necesario que se manifiesten contrastes importantes de

1 Cátedra de Geología P/ Ingenieros, Facultad de Ciencias Exactas y Tecnologías. UNSE. [email protected] Laboratorio de Antropología Facultad de Humanidades, Cs. Sociales y de la Salud. UNSE [email protected]

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los valores de la resistividad entre el sedimento del subsuelo y el objeto o elemento arqueológico enterrado enel mismo, en nuestro caso urnas funerarias y restos de esqueletos. Dicha propiedad es muy importante almomento de efectuar las excavaciones de búsqueda, ya que las mismas indicarían los posibles lugares donderealizarlas, de esta manera los sondeos serán precisos ocasionando menores esfuerzos y perturbaciones al sitioarqueológico explorado.

Antecedentes

Con este fin se consultaron trabajos de prospección geoeléctrica aplicados a exploraciones arqueoló-gicas los que muchos de ellos tienen diferencias sustanciales con el aquí realizado, aún en el conocimientoque la búsqueda pudo no ser exhaustiva, claramente se aprecia que los ámbitos o lugares explorados sondistintos particularmente al sitio prehispánico de nuestras características, ya que aquellos lugares, distan deser un reflejo de la realidad de la localidad de estudio (San Félix del Dpto. San Martín en la Provincia deSantiago del Estero). No obstante la bibliografía obtenida posee puntos de interés a nuestros por ejemplo enla metodología empleada y en los resultados.

Los estudios consultados 1, 2, 3, 4 están orientados a la búsqueda de restos de murallas o ruinasen rocas para construcción enterrados en un medio formado por materiales sueltos, que facilita inferirsu presencia por el contraste sensible de la resistividad aparente entre ambos medios (piedras y terrenossueltos). Otros factores relevantes y tan importante como el anterior es el tipo de construcción y lasdimensiones mayores de las mismas, que comparadas con las de nuestro sitio difieren por haber sidoconstruidas en adobe y de mucho menor tamaño.

La lectura de otros varios artículos 5 hacen referencia a resultados obtenidos partiendo del em-pleo de imágenes de satélites para identificación de patrones de antiguas áreas sembradas o desdefotografías aéreas para zonas urbanizadas por el hombre y hoy sepultadas. Se menciona la aplicacióndel método de prospección sísmica por reflexión con resultados interesantes para identificar por ejem-plo bóvedas de antiguas construcciones enterradas en terrenos arenosos. No obstante se desprende laimportancia que se asigna la aplicación en estudios de exploración arqueológica a los métodos eléctri-cos y particularmente electromagnéticos, como asimismo a la técnica de radar en donde se transcribenalgunos resultados de modo general.

Uno de los antecedentes 6 consultado, hace referencia a resultados logrados con un equipo demedición electromagnético en zonas áridas y semiáridas de Jordania, Golfo de Arabia y Medio Este deAustralia y en las conclusiones se expresa la satisfacción alcanzada empleando dicho instrumental y dela técnica aplicada a la exploración arqueológica.

Precisamente esta bibliografía resultó de interés particular para las tareas efectuadas en nuestrositio de exploración, porque las anomalías representadas en un plano por curvas isoconductoras (inver-sa de la resistividad) tienen similitud de forma y tamaño a las aquí obtenidas, ya que ese trabajo 6 hacealusión a enterramientos funerarios en el subsuelo, que fueron detectados a partir de las formas queadoptan dichas curvas, por los elementos arqueológicos presentes en él.Así esta referencia orientósignificativamente las actividades y la interpretación posterior de nuestros propios resultados.

Referencias bibliográficas de trabajos con características similares 7, 8, 9 al presente y queaportan información respecto a resultados de la aplicación a la arqueología de prospección geoeléctricase incluyen en este para conocimiento de esta actividad exploratoria relativamente nueva en nuestropaís.

Metodología

Las acciones emprendidas para lograr los objetivos propuestos,se los agrupó en las actividadessiguientes:

Trabajos de campo:Consistieron inicialmente en el reconocimiento y demarcación del área de estudio,la realización

de la prospección con calicatas eléctricas, (C.E.) y posteriormente con los resultados de la exploracióngeoeléctrica, las excavaciones tanto en la dirección de los perfiles marcados como en las inmediacionesde ellos.

El procedimiento con las C.E. consiste en generar y enviar corriente eléctrica continua al subsuelo,mediante un dispositivo de cuatros electrodos (Dos de corriente y dos de potencial) adecuadamente

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espaciados en una misma línea. Se registró la intensidad de corriente (m A = mili amperes) que circulóen el terreno y la diferencia de potencial (mV = milivoltios) debida a los sedimentos involucrados.Estas mediciones se repiten desplazando el dispositivo interelectródico por cada punto demarcado en elterreno formando las líneas de perfiles.

Con el fin de salvar posibles errores en las mediciones e interpretación de los datos obtenidos,dada por la posible influencia de los desniveles del relieve del sitio (1 m entre cresta y fondo de lalomada, de largo 25 m y ancho 15 m) los electrodos fueron alineados paralelamente a la línea divisoria,(perpendiculares a la línea de cada Perfil Eléctrico explorado) trabajando el conjunto en un mismonivel del terreno. De ese modo se ejecutaron 13 (Trece), C.E. con mediciones cada 2 m, (Paso) lasuperficie prospectada con las C.E. se la delimitó en el terreno, marcando dos (2) líneas (de 20 m c/u)paralelas y equidistantes, al eje longitudinal de la cresta de la loma seleccionada, y otras 5 (cinco)transversales. Estas con una longitud de 30 m c/u interceptan cada 5 m a las de 20 m. Así se formó uncuadrilátero de 600 m2 de superficie. Las 5 últimas líneas son las direcciones (E-O) por donde setrabajó con las C.E. y se las materializaron con estacas cada 2 m. Ellas fueron los centros del dispositivointerelectródico de aquellas (Ver la figura Nº 2).

Las C.E. permitieron obtener los datos necesarios para determinar la resistividad (1/conductividad)del subsuelo en los puntos marcados en el terreno y sobre la traza de los perfiles anteriores. La primeraC.E. se ejecutó en el Perfil Eléctrico N º 1, con un arreglo Trielectródico Directo 10, 11 y electrodo alinfinito, las aberturas son de A O = 2 m y MN = 1 m. En las restantes C.E. (Perfiles eléctricos Nos. 2,3, 4 y 5) se aplicó dispositivo Wenner 10,11,a =A M =M N =N B 0 (Ver la figura Nº 2).

En el Perfil Eléctrico Nº 2 se trabajó con aberturas de a ==0,5 m para la C.E.Nº 1; y de a =1 m. y a =2m. para las C.E. nos 2 y 3 respectivamente. En los restantes Perfiles Eléctricos (Nos. 3, 4, y 5) se desplegaronaperturas de a =1 m, a =2 m. y a =4 m. para las C.E. Nº 1, 2 y 3 correspondientes a cada uno de los perfilesrespectivamente (Ver la figura Nº 2).

Esas diferentes aberturas, permiten darle a la exploración una estimación de la profundidad deexploración, dada por la penetración de la corriente eléctrica enviada al terreno durante los trabajos conlas calicatas eléctricas. En principio cuanto mayor sea la separación de los electrodos de corriente, (Verfigura Nº 2) la distribución de los potenciales en la superficie, será más influenciados por lasheterogeneidades más profundas del terreno 10 y consecuentemente si la búsqueda está orientada aelementos arqueológicos enterrados cerca de la superficie, no serán percibidos. Para evitar esto se tratóde cubrir la exploración inicialmente con pequeñas aperturas interelectródicas y posteriormente am-pliarlas.

Tareas de gabinete:Se analizaron antecedentes bibliográficos generales y particulares relacionados con el trabajo, se

procesaron datos de campo, confeccionaron las planillas, perfiles eléctricos y planos de isoresistividad, seidentificaron las anomalías a partir de la interpretación de los valores de resistividad aparentes y se plani-ficó las excavaciones de acuerdo a la localización de las mismas en los Perfiles Eléctricos y Planos deIsoresistividad, finalmente se prepararon los informes técnicos respectivos.

Procesados los datos (Ver planilla Nº 1) mediante la aplicación de las fórmulas correspondientes alos dispositivos lineales de campo aplicados, Semi-Schlumberger y Wenner 10, 11, se obtuvieron losvalores de resistividad aparente 10,11 (r) del terreno estudiado.

Esos últimos datos colocados en un sistema coordenado (X Y) 12 de referencia, constituyen losPerfiles de Eléctricos donde se marcaron las distancias del terreno (X =m) y la resistividad aparente (Y=r ohm m) correspondiente de cada punto de medición para cada abertura. Esta representación muestralos valores de resistivi-dad aparente de cada centro del dispositivo, (Ver la figura Nº 2) permitiendoobservar comportamientos de dichos valores con respecto a los materiales del subsuelo y de los ele-mentos arqueológicos presentes en él, conforme al desplazamiento efectuado en la superficie con eldispositivo interelectródico aplicado.

Los mismos datos obtenidos pero organizados de otro modo permiten construir los Perfiles deisoresitividad. Así en un sistema referencial, se colocó en X=m, la separación entre puntos de medicióny en Y=m las aperturas interelectródica empleada (seudo profundidades) mientras que en Z=r laresistividad aparente de cada punto medido para esa apertura. Estos últimos valores interpolados deter-minaron con curvas isoresistivas, las anomalías de las mismas, causadas por los elementos arqueológi-cos presente en el subsuelo. Para ello se utilizó el mismo procedimiento de interpolación que en losplanos de isoresistividad. Esta forma de trabajo se aplicó en 4 (cuatro) perfiles, (Nº 2, 3, 4 y 5) y adonde

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se observa la distri-bución de las curvas según la abertura de electrodos utilizada. (Ver la figura Nº 3).Recordando que esta última determinará en principio, la profundidad alcanzada por la corriente en elsubsuelo acotando la profundidad de exploración 11.

Los planos de isoresistvidad (X Y=m Z =r) 12 son el resultado de aplicar el método geoestadísticoKrigging 13 mediante el software Surfer, 14 (V.7) cuyos valores de resistividad aparente obtenidos sonrepresentados con curvas de igual resistividad para cada apertura de electrodos. Se confeccionaron asítres (3) planos de isoresisti-vidad para: a =1 m (A 0=1,5 m), a =2 m (A O=3 m) (Ver la figura Nº 4) y a =4m (A O=6 m) en donde se observan las anomalías del subsuelo, dadas por los elementos arqueológicosenterrados en él.

Estos planos representan cortes horizontales del terreno y quedan reflejados en ellos la distribu-ción de la resistividad a una profundidad que depende de la penetración de la corriente en el subsuelo11 que son,conjuntamente con los perfiles de isoresistividad,adonde mejor se observan las anomalíasde los valores de resistividad aparente obtenidos y generadas por los elementos arqueológicos enterra-dos en el subsuelo investigado.

Resultados y discusión

Materiales del subsueloOtro resultado obtenido, está referido al sedimento del subsuelo, ya que en la superficie (hay

arenas finas o limos con escasa humedad) y en las tres curvas de resistividad aparente de las representa-ciones hechas en los perfiles eléctricos, tienen un acompañamiento similar, que con excepción de lassituaciones anómalas mencionadas en el punto anterior, nos está indicando que existen pocos cambios enla litología en la profundidad de investigación alcanzada (máximo 2 m). Lo que sí queda en evidenciasignificativamente y en las 3 (tres) curvas, es que hacia el Oeste de la loma estudiada, aumenta la resistividadporque el terreno se hace más arenoso (más resistivos) en esa dirección del montículo estudiado. Estoúltimo resultó de interés para este trabajo, ya que facilitó la aparición de los contrastes buscados (curvasisoanómalas) entre los mayores valores de resistividad del sedimento con los menores de los elementosenterrados relativamente húmedos (urnas de cerámicas y rellenas de limos húmedos) y también a que seael mismo tipo de terreno el involucrado conforme la orientación de los electrodos en el terreno (paralela aleje de la lomada).

Perfiles EléctricosLos valores de resistividad aparente se representaron en cinco (5) Perfiles Eléctricos: Nº 1, Nº 2,

Nº 3, Nº 4 y Nº 5 y en cada uno se transcribieron los valores a tres (3) C.E.Nº 1, 2 y 3. Cada curva indicala variación de la resistividad aparente conforme a las características del terreno y a la aberturainterelectródica utilizada (por principio del método geoeléctrico 10 al aumentar la distancia entre laapertura de electrodos de corriente mayor es la profundidad de investigación). A los fines del presentetrabajo se ejemplifican los resultados de dos (2) perfiles eléctricos.

� Perfil Eléctrico N º 2En este lo más significativo se observa en el punto N º 26 donde las tres (3) C.E. (Ver la figura

Nº 3) registran valores diferentes de resistividad aparente. Precisamente ello ocurre en el punto corres-pondiente al lugar que se hallaron restos de cerámica, y que reconstituidos pertenecían a una urnafuneraria. La profundidad del hallazgo fue a 0,40 m.

La “depresión” de la curva de resistividad de las C.E. Nº 1 y Nº 2 se manifiestan desde los puntos Nº4 al 16 y en menor intensidad en la C.E. N º 3. Esto coincide con la presencia en superficie de materialarcilloso color pardo-verdoso, que según desde la interpretación arqueológica constituiría una “torta” quehabría cubierto el techo de la “casa-rancho” de los aborígenes que habitaban el lugar. El espesor de esematerial es de 0,1 m a 0,30 m y evidentemente condicionó las mediciones realizadas posteriormente con lasmayores aperturas de electrodos entre dichos puntos.

� Perfil Eléctrico N º 4En el punto Nº 24 las tres (3) curvas dan el mismo valor de resistividad aparente,y luego se

diferencian nuevamente. Esta situación es de interés porque se extrajo una urna funeraria debajo de esepunto. Entre los centros Nº 18 y Nº 20 y a 0,5 m hacia el Norte del eje de este perfil, se extrajo otra urna

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funeraria y la curva correspondiente de la C.E. Nº 3 (a =4 m) produce los cruces C 6 y C 7 con lascurvas de las C.E. N º 1 y N º 2 respectivamente, dando valores de resistividad similares y luego sediferencian de ambas (Ver la figura Nº 3).

Perfiles de isoresistividadDe los cinco (5) perfiles se seleccionaron 4 (cuatro) de ellos por la mayor de cantidad de datos

disponibles en los mismos para su interpolación, con el fin de obtener las curvas de isoresistividad encada uno.

En la figura Nº 4 se ordenaron los cuatro perfiles de norte (Perfil Nº 2) al Sur (Perfil Nº 5) de lalomada estudiada.

De esos perfiles en tres (3) de ellos, (Nº 2, Nº 3 y Nº 4) se hallaron urnas funerarias, esto quedaclaramente identificadas por las formas cerradas de las curvas isoresis-tivas involucradas. En los perfi-les Nº 3 y Nº 4 las curvas se cierran alrededor de un valor de menor resistividad, coincidentemente enesos lugares con las urnas cerradas y enterradas en el subsuelo. El hecho de estar “tapada” su boca, leconfirió al sedimento y algunos restos óseos presentes adentro, propiedades más conductoras (menosresistivos) porque estaban más húmedos que los materiales de alrededor del elemento arqueológico.Esto se debe a que la urna de cerámica preservó la humedad de los materiales contenidos en ella,apreciado a simple vista por el color al momento de abrirla, los que una vez expuestos al intemperie sesecaron y se confundían con los sedimentos del subsuelo excavado.

En el Perfil Nº 2 que también presenta una anomalía cerrada coincidente con la presencia de unaurna enterrada en ese punto de medición, los valores de resistivi-dad menores no se manifiestan aden-tro de la envolvente de isoresistividad. Esto es atribuido a que dicha urna estaba rota en varios fragmen-tos relativamente dispersos entre sí, haciendo que la humedad no se preservara y consecuentemente lamenor resistividad no se evidenció en las curvas como fue en el caso anterior.

El Perfil Nº 5 se lo colocó a los fines de apreciar las diferencias entre las curvas isoresistivasresultantes sin la presencia de elementos enterrados. Así la distribución de las curvas aparece de unmodo gradual, dado por un cambio en las condiciones del sedimento (más arenoso hacia el oeste delomada).

De lo anteriormente expresado es evidente que si existe una perturbación del terreno provocadopor la presencia de objetos enterrados, dependerá entre otros factores de los contrastes de las propieda-des eléctricas entre el terreno y el elemento enterrado, del tamaño del objeto, y de la apertura de elec-trodos empleadas, porque con aperturas grandes se corre con el riesgo de que el objeto no sea detectado(Los potenciales medidos en superficie serán influenciados por las zonas más profundas, carentes delos elementos arqueológicos buscado, dado que no se los encontró a profundidades mayores de 1,7 m).

Planos de IsoresistividadPara los fines del presente trabajo se analiza un solo plano, con valores de resis-tividad de a=2

m. adonde se manifiestan en las formas correspondientes de las curvas a modo de envolventes o cerra-das alrededor de un punto (Ver la figura N º 5). Con líneas entrecortadas se marcó en el plano adonde seinfirió elementos enterrados en el subsuelo.

Las anomalías se presentan también como curvas concéntricas, ya sea aumentando o disminu-yendo hacia el centro de ellas los valores de la resistividad aparente. Mientras en su entorno las isolíneasmantienen una gradual distribución condicionada al tipo de terreno (Ver la figura N º 5).

Las trincheras que tienen como eje los perfiles eléctricos (Ver figura N º 5) permitieron hallar:dos (2) esqueletos humanos entre los puntos Nº 24 y Nº 26 del Perfil Eléctrico Nº 1.

Debajo del punto Nº 28 del Perfil Eléctrico Nº 2, elementos cerámicos correspondientes a unaurna funeraria completa.

Entre los puntos Nº 24 y Nº 26 del Perfil Eléctrico Nº 3, otra urna funeraria entera.Y debajo del punto Nº 26 en el Perfil Eléctrico Nº 4, una urna funeraria.En virtud de los anteriores resultados se continuó con las excavaciones individuales en lugares

aledaños a las trincheras, adonde se observaba una anomalía producto de enterramientos u otro tipo deactividad relacionadas con los aborígenes que habitaban el sitio de San Félix. Así los nuevos lugaresseleccionados (Ver la figura Nº 5) permitieron hallar:

1 (uno) urna funeraria y un esqueleto humano a 1,5 m al Norte del eje del Perfil Eléctrico Nº 1entre los puntos Nº 4 y Nº 6.

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Restos carbonosos indeterminables a 0,8 m al Sur de la trinchera correspondiente al Perfil Eléc-trico Nº 3 entre los puntos Nº 2 y Nº 4 del mismo. La profundidad era de 0,30 a 0,5 m.

Restos óseos indeterminables de animales al Norte del Perfil Eléctrico Nº4 entre los puntos demedición Nº 12 y Nº 14, y al Sur entre el Nº 4 y N º 6 respectivamente. La profundidad era variable de0,30 m a 0,60 m.

Una (1) urna funeraria entera, entre los puntos Nº 18 y Nº 2, 0,6 m al Norte del Perfil EléctricoNº 4.

Discusión

El sitio donde se trabajó, es una de las lomadas existentes que tiene un desnivel aproximado de1 m entre cresta y base y un ancho de 15 m, siendo relativamente simétricos sus flancos. Estas condicio-nes del relieve determinaron el despliegue del dispositivo de electrodos paralelo a la cresta en lospuntos de medición de cada perfil eléctrico transversal. La línea interelectródica con las aperturasconsignadas (a=0,5 m; 1 m, 2 m) fueron aproximadamente paralelas entre sí y ubicadas prácticamentea una misma altura relativa, de este modo los desniveles no incidieron, siendo poco significativos onulos en la interpretación de los datos definitivos. Se atribuyó cada valor de resistividad aparente obte-nido a una seudoprofundidad que dependió de las diferentes distancias entre electrodos utilizada y delas características geoeléctricas del terreno. Estas variaban desde el Este (menos resistivos) al Oeste(menos conductores) y la orientación de los electrodos de las C.E. fue N–S, la corriente en cada puntode medición circuló a una misma seudoprofundidad y dentro en un mismo tipo de sedimento, facilitan-do en consecuencia la detección de los elementos arqueológicos enterrados ya que son los que genera-ron las anomalías buscadas, en nuestro caso dados por los contrastes de los valores de la resistividadaparente. Dichos datos se manifestaron con las aperturas menores (a=0,5 1; 2 m) estimándose que laexploración geofísica alcanzó una profundidad <3 m, comprobada durante las excavaciones deexhumación que no superan 2 m de profundidad.

No obstante al hecho de la falta del levantamiento topográfico de la lomada explorada paravincular la seudo profundidad con la altimetría, se considera que tres condiciones contribuyeron para laobtención de los resultados del presente: a) la apertura pequeña entre electrodos (a=0,5; 1; 2 m) quefueron suficientes para detectar los elementos arqueológicos enterrados (hasta la profundidad de 1,8m); b)como consecuencia de lo anterior la seudoprofundidad de cada Perfil de Curvas Isoresistivas (Verla figura Nº 4) no este alejada de la real profundidad comprobada con las excavaciones en el terreno yc) la orientación de los electrodos (paralelo al eje de las lomadas) que permitió a la corriente circular encada punto de medición prácticamente en un sedimento homogéneo, con lo que las curvas isoanómalascerradas, representan tanto en los Perfiles de Curvas Isoresistivas (Ver la figura Nº 4) como en elCurvas de isoresistividad aparente, (Ver la figura Nº 5) claramente a los elementos arqueológicos ente-rrados en el subsuelo. Mientras que los diferentes sedimentos involucrados, sí se manifiestan en losPerfiles Eléctricos (Ver figura N º 3).

Otra variable importante que influyó son las dimensiones del sitio estudiado (20 m x 30 m) que al noser grande se logra una mayor densidad de datos, confiriendo seguridad a la interpretación tanto de la litologíapresente como de los objetos enterrado determinados por las anomalías identificadas. Es decir que las per-turbaciones fueron registradas porque fue apropiada la apertura utilizada entre electrodos de los dispositivosWenner o Semi-Schlumberger, de lo contrario (más pequeña o más grande) se corre el riesgo de que no seanpercibidas con los trabajos de C.E..

El método de las C.E. aplicado a estudios arqueológicos de condiciones parecidas al sitio aquíestudiado dará mejor resultados si la exploración está asociada o vinculada con otras actividades delhombre que hayan perturbado el terreno natural donde dejó o enterró al elemento arqueológico 15. Esdecir cuando el volumen del terreno removido durante la acción de sepul-tamiento ha sido grandemejorará la probabilidad de detectar objetos como las urnas o enterrato-rios por medio de este métodogeofísico. Si los objetos fueren pequeños pero numerosos también la perturbación del terreno puede sersignificativa y así podrá detectado. En nuestro caso al observar el tamaño de las anomalías de las curvasisoresisitivas (Ver la Figura N º 5) se aprecia claramente que son mayores que los objetos enterrados(urnas funerarias) y particularmente la situada en el extremo Oeste del Perfil Eléctrico Nº 2, coinciden-te con una urna rota en diversos fragmentos, la anomalía producida es similar en tamaño que las otrasenteras.

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Consecuentemente es factible detectar objetos en el terreno no solo por la existencia de ellos ensí, sino por todas las actividades que afectó al entorno de los elementos arqueológicos exhumados.

Conclusiones

Los antecedentes referidos a estudios de prospección geoeléctrica aplicados a situaciones parti-culares o similares a este proyecto son nulos o escasos. Por lo que esta actividad resulta nueva ennuestra Universidad y probablemente en el ámbito del Noroeste Argentino.

Las calicatas eléctricas ejecutadas han ratificado resultados satisfactorios para aplicarlas comométodo de prospección desde la superficie, para conocer cualitativamente las propiedades resistivas (1/conductividad), su variación lateral a una profundidad aproximadamente constante del terreno estudia-do y también ubicar enterramientos de elementos arqueológicos

El trabajo de campo con C.E. es muy laborioso máxime con equipos no adecuados a este tipo deexploración y requiere para la ubicación de los puntos de medición en el terreno de medicionesplanialtimétricas adecuadas.

La representación de las curvas de isoresitividad en el plano da un mayor sustento y se comple-mentan en consecuencia con las interpretaciones que se hace de modo individual de las C.E. ejecutadasen los respectivos Perfiles Eléctricos descriptos.

La interpolación por el método de Krigging, es el mejor método para estimar eliminando unaimportante carga subjetiva para la elaboración de las curvas isoresistivas como es este caso y aportandoun buen soporte cartográfico a este tipo de estudio.

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Cuaderno Nº 14.

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48 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

Sitios de EstudioÁrea de Trabajos

CiCyT - UNSE (1998 - 2000)Santiago del Estero: Patrimonio cultural e identidades

Una aproximación desde sus orígenesProspección geoeléctrica DirectorGeól. Juan A. Castellano Lic. José Togo

▼ Figura Nº 1

Ubicación General

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 49

▼ Figura Nº 2

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50 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

▼ Figura Nº 3

1000

100

10

Dispositivos Wenner

Re

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Ap

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hm

m.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 51

Perfiles de Curvas de isoresistivas. Dispositivo Wenner

Distancias horizontales (X=m) - Apertura interelectródica (Y=m)

Z = resistividad ohm m

▼ Figura Nº 4

Elemento arqueológico hallado: Urna funeraria

Curvas isoresistivas (ohm m)

Pseudo profundidades

San Félix. Perfil isoresistivo N° 5

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52 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

NORTE

Nº 1

Nº 2

Nº 3

Nº 4

Nº 530 28 26 24 22 20 18 16 14 12 10 8 6 42 0

Distancias entre C

alicatas Eléctricas (m

)

Hallazgo fuera de grilla

Per

fi les

Elé

ctric

os

Referencias: -------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Puntos de medición Distancias (m)

Restos de urnas funerarias,a 0,4/0,6 m de profundidad

Urnas funerarias entre0,6 m y 0,9 m de profundidad

Esqueletos humanos a 0,6 m.

Restos oseos indeterminadosa 0,35 m de profundidad

Anomalías indeterminadas

Curva isoresistivay su valor

Observaciones:Calicata Eléctrica Nº 1 DispositivoTrelectródico Directo SemischlumbergerAo l 3 mCalicatas Electricas Nº 2, 3, 4 y5Dispositivo Wnner, a = 2 m

CURVAS DE ISORESISTIVIDAD APARENTEASENTAMIENTO ABORIGEN PREHISPANICO

SAN FELIX SANTIAGO DEL ESTERO

▼ Figura Nº 5

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 53

EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS DEALTA MONTAÑA EN EL NEVADO DE

CHAÑI (5.896 m.) Y EL NEVADO DE ACAY (5.716 m.)PROVINCIA DE SALTA

MARÍA CONSTANZA CERUTI1

Introducción

Los nevados de Chañi (5.896 m.) y Acay (5.716 m.) pertenecen al sistema orográfico de laCordillera Oriental andina y se encuentran ubicados en el borde oriental de la Puna salteña. Las cum-bres de ambas montañas fueron elegidas como escenarios de adoratorios incaicos de altura.

En el caso del Chañi se erigió un extenso complejo ceremonial dotado de plataformas aterrazadassobre el filo que lleva a la cima, articuladas con refugios intermedios y con un tambo en la base de lamontaña. En el nevado de Acay fue aprovechada la extensa superficie de la cima para la construcciónde un santuario con dos plataformas sobreelevadas.

En 1901, Gustaf Von Rosen ascendió a la cumbre principal del Nevado de Chañi, refiriendo eldescubrimiento de “construcciones en forma de U” y de tiestos, tirantería de cardón y huesos en super-ficie. Cuatro años más tarde, el teniente Pérez extrajo de la cumbre del cerro el cadáver congelado de unniño de unos cinco años de edad, con ajuar textil, que fue oportunamente entregado al Museo Etnográficode Buenos Aires (Beorchia 1985) y posteriormente descripto por Delia Millán de Palavecino en 1966.Entre 1969 y 1971, Jorge Fernández asciende a la cumbre del Chañi en dos oportunidades, publicandofotografías de las ruinas cumbreras. Efectúa un croquis y algunos sondeos exploratorios en el tambo de“Jefatura de los Diablos”, ubicado a 5.000 m. sobre el nivel del mar, sobre la ladera occidental delnevado (Fernández 1975).

En los años 50, el andinista salteño José Fadel ascendió a la cima del nevado de Acay, refiriendoel hallazgo de un recinto en forma de “U” orientado al Este, y de una tibia, aparentemente humana(Fadel 1977).

Nevado de Chañi

El Nevado de Chañi se encuentra ubicado a 24º 03’ Latitud Sur y a 65º 44’ Longitud Oeste,aproximadamente a 25 km. al Sudsudeste de la localidad de El Moreno, en el límite entre el Departa-mento Manuel Belgrano (Provincia de Jujuy) y el Departamento Rosario de Lerma (Provincia de Sal-ta), República Argentina. El conjunto de ruinas incaicas del santuario de la cima, por su ubicación sobreel flanco sudoeste de la montaña, se encuentra comprendido dentro del territorio de la provincia deSalta; en tanto que el tambo de la base corresponde al territorio de la provincia de Jujuy.

1 Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Instituto de Investigaciones de Alta Montaña de la UniversidadCatólica de Salta. [email protected]

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54 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

Ubicado al Sudoeste de la Quebrada de Humahuaca, el Chañi es la máxima elevación de laregión, no existiendo otros cerros ni cumbres de altitudes comparables. Según la más reciente cartografíadel Instituto Geográfico Militar (carta topográfica “Salta”, Hoja 2566-II), alcanza una altitud de 5.896m.s.n.m.; aunque anteriormente solía sostenerse que su cumbre principal superaba los 6.000 m.s.n.m.

El Nevado de Chañi es un macizo de considerables dimensiones, y de gran visibilidad, ya sea quese lo contemple desde la Quebrada de Humahuaca, o desde la altiplanicie puneña. Su emplazamiento, enuna zona de transición entre ambos ecosistemas (quebrada y puna) determina la considerable variedadpaisajística existente entre las laderas oriental y occidental. La vertiente oriental del Chañi es extensa yabrupta, ofreciendo un desnivel de más de 4.000 m.; en tanto que las laderas occidentales presentan unapendiente mucho más suave y una topografía mucho menos accidentada, a la que se suma un desnivel detan sólo unos 2.000 m. aproximadamente.

A lo largo de la ruta de ascensión practicada por la ladera norte del filo occidental del Nevado deChañi existen numerosas localizaciones arqueológicas. En la cumbre principal y el filo rocoso que aella conduce, casi no existe solución de continuidad en el aprovechamiento ce-remonial del espacio através de la construcción de terrazas y plataformas con muros de contención. Sin embargo, con finesdescriptivos, se ha preferido diferenciar dentro de la totalidad del santuario de la cima, el sitio de lacumbre propiamente dicho (conjunto de plataformas A, con-junto de terrazas D y promontorio P) de lasrestantes localizaciones distribuidas a lo largo de la parte alta del filo.

Asimismo se han reconocido y relevado sitios de funcionalidad aparentemente logística, desti-nados a la provisión de albergue o refugio, tanto en los faldeos bajos de la ladera occidental (tambo dela base), como en las inmediaciones del abra que separa ambas vertientes (sitio del abra) y en la base delfilo cumbrero (sitio mirador). La ruta de ascensión seguida desde la base del Chañi por la vertienteNorte del filo occidental hasta el abra, para luego ascender por el filo cumbrero hasta la máxima altura,se encuentra recorrida por una senda despejada y por tramos amojonada con piedras blancas o puntia-gudas, junto a la cual se disponen todos los sitios ante-riormente mencionados.

Metodología y técnicas

En Octubre de 1996, la autora de este trabajo, acompañada de la andinista salteña, AdrianaEscobar, llevó a cabo una ascensión al Nevado del Chañi, destinada específicamente al relevamientoplanimétrico de las estructuras en la cumbre principal, y a la evaluación del estado de conservación delsitio. En Diciembre de 1997, la que suscribe efectuó una nueva campaña de ascensión al Nevado deChañi, en compañía del andinista salteño Rafael Monti, durante la cual se efectuaron recolecciones desuperficie en las plataformas del santuario de la cumbre. Posteriormente, durante una visita al MuseoEtnográfico de Buenos Aires, la autora constató el estado de deterioro en el que se encuentra actual-mente el cuerpo momificado del infante del Chañi extraído de su tumba en 1905, con cabeza y miem-bros seccionados del tronco y almacenado en una simple caja, expuesto a los cambios de temperatura yhumedad en el ambiente. Los resultados de las investigaciones de campo iniciales en el Chañi fueronmotivo de diversas publicaciones previas (Ceruti 1997a; 1997c; 1999 y 2001).

Entre los días 11 y 26 de Mayo del 2000 se llevó a cabo una campaña de investigación arqueoló-gica al santuario de la cima del Nevado de Chañi. La campaña contó con el apoyo del Ministerio deEducación de la Provincia de Salta y los municipios de la región. El Gobierno de Salta otorgó el permi-so correspondiente, por Resolución 086 de la Secretaria de Cultura de la provincia. Participaron de lostrabajos del campo el Dr. Johan Reinhard (Director), la Lic. Constanza Ceruti (Co-directora) y losseñores Arcadio Mamani, Ignacio Mamani y Edgar Mamani, con amplia experiencia como colaborado-res en excavaciones en los volcanes de la región de Arequipa, efectuadas bajo la dirección de JohanReinhard.

La totalidad de muestras e ítems arqueológicos recuperados del Nevado de Chañi se encuentrandepositados en el laboratorio que el Gobierno de la Provincia de Salta ha montado en la UniversidadCatólica de Salta.

La campaña arqueológica de excavaciones al santuario de la cima en el Nevado de Chañi sedesarrolló durante 15 días, con una estadía ininterrumpida de 10 días en la cumbre, en una cota altitudinalcercana a 6.000 m.s.n.m.. El trabajo de campo se llevó a cabo bajo condiciones ambientales extremas,con temperaturas que alcanzaban –30 Cº, atmósfera hipobárica e hipóxica y vientos casi permanentes

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 55

de casi 100 km. por hora. La metodología y las técnicas de prospección y excavación implementadas enel Chañi debieron adecuarse a los constreñimientos y limitaciones impuestos por el entorno adverso,los cuales limitaron considerablemente el desarrollo de la investigación.

Para la ubicación de los sitios y localizaciones se efectuaron lecturas con posicionador satelital(G.P.S.) y se obtuvo un registro fotográfico y fílmico del emplazamiento de los mismos. Las caracterís-ticas arquitectónicas y los hallazgos en superficie también fueron objeto de documentación mediantefotografía y video.

En el relevamiento planimétrico de la arquitectura en superficie, se hizo uso de la técnica debrújula y cinta métrica, que se adecua a los constreñimientos que el transporte en alta montaña imponeal volumen y peso del instrumental específico. En el relevamiento altimétrico de los sitios, se incorporóasimismo el nivel de hilo.

Las recolecciones de ítems en superficie fueron intensivas en el caso de la plataforma superior.En otras estructuras, estuvieron controladas por criterios de representatividad, eligiéndose sólo mues-tras pequeñas del material transportado (tiestos cerámicos, madera, material óseo, etc.). Los vestigiosfueron documentados en relación a las estructuras arquitectónicas vecinas, como paso previo a su recu-peración.

En las alturas del Nevado de Chañi, las condiciones del suelo para la excavación fueron extrema-damente difíciles, debido al congelamiento del relleno de las estructuras, el cual en su contacto con elhielo había adquirido la consistencia del cemento. La presencia de nieve cubriendo completamentealgunas terrazas también demoró el comienzo de las tareas de excavación, debido a que fue necesaria lalimpieza y acondicionamiento previo del terreno.

La plataforma superior del conjunto A, situada en la parte meridional de la cumbre, fue excavadacasi completamente, al igual que el recinto circular de piedras (estructura G) en el sitio conocido como“el mirador” o “el balcón”. En tanto que las terrazas en la parte opuesta de la cumbre (conjunto deestructuras D) y la plataforma en la base del filo cumbrero (estructura F) fueron objeto de sondeosparciales y de limpiezas de superficie. No se cuadriculó la totalidad de las áreas de excavación debidoa que los fuertes vientos y el congelamiento del terreno dificultaban el planteo de cuadrículas. Loshallazgos fueron sistemática y cuidadosamente mapeados, consignándose su orientación, profundidady distancia con respecto a un punto fijo o datum preestablecido. Una vez recuperados de su contextooriginal, los materiales fueron envueltos en papel aluminio y colocados en bolsas plásticas junto conuna ficha informativa. Se emplearon las técnicas e instrumentos característicos de la excavación tradi-cional (cucharín, pincel, palitas), a los que se añadió, al comienzo del trabajo, el empleo cuidadoso depico y pala, para acelerar la etapa de remoción del relleno con el que fueran cubiertas las ofrendas. Enalgunos casos, el congelamiento del suelo hizo necesario el empleo de agua caliente para la extracciónde ciertos hallazgos. Al finalizar la campaña, se procedió al rellenado de todos los pozos generados a lolargo de la excavación.

Santuario de la cumbre

Se encuentra ubicado en la cumbre principal, a casi 5.900 m.s.n.m. y a 24º03’751” Latitud Sur ya 65º44’741” Longitud Oeste. Está emplazado sobre un abrupto afloramiento de roca granítica, en elque el espacio más o menos plano sobre el que se disponen las estructuras mide aproximadamente 20m. de extensión.

El sitio de la cumbre está constituido por un conjunto de dos plataformas con muro de conten-ción (plataformas A superior e inferior) ubicadas sobre la vertiente meridional del filo, junto a uncírculo de piedras (círculo C). También forma parte del sitio de la cumbre un conjunto de tres terrazas(terrazas D superior, intermedia e inferior) que ocupan la abrupta vertiente norte. Sobre el promontoriode máxima altura se ubicó asimismo una localización de una ofrenda textil en un nicho natural en laroca (promontorio P).

En una roca grande vecina al punto de máxima altura se estableció un punto fijo o datum, enrelación al cual se relevaron planimetrica y altimetricamente las construcciones y localizaciones en elsitio de la cumbre. En consecuencia, se estableció que el extremo sudoriental de la plataforma A supe-rior se ubica a 16,05 m. de distancia del datum y a 240º, encontrándose a 3,4 m. por debajo del mismo.Por su parte, el círculo C se encuentra a 11,1 m. de distancia; a 220º de orientación y 1,7 m. por debajodel datum. El punto fijo definido para el conjunto de terrazas D se sitúa a 1,1 m. de distancia, a 360º ya 5 m. por debajo del datum general del sitio.

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56 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

Conjunto de plataformas A

La plataforma superior, con muro de contención y de planta subrectangular, se encuentra situadaa pocos metros de la cumbre principal del Chañi. El muro de contención, orientado en dirección Norte-Sur, a 160 grados de desviación con respecto al Norte, tiene una longitud total de unos 5 m.aproximadamente, siguiendo una planta recta durante 3,2 m. y luego curvándose 1,8 m. hacia el Oeste ensu extremo Norte. En su parte central, el muro se encuentra semi-derrumbado. Su extremo sudorientalforma un ángulo recto con un muro de 3 m., que la separa de la terraza inferior, ubicada algunos metrosmás abajo. El muro de contención alcanza una altura externa de 1,15 m., siendo la interna de 0,9 m., yel ancho de 0,8 m. aproximadamente. Tiene adosado en el exterior una banqueta de 0,55 m. de alto y 0,9m. de ancho. La plataforma se encuentra rellenada con sedimento arenoso, aparentemente de conside-rable potencial estrati-gráfico, y exhibe en superficie material cerámico, óseo y vegetal (leña, cardón).

La plataforma A superior fue objeto de extensa limpieza de superficie, con recolección de frag-mentos de cerámica de estilo incaico, material óseo y pedazos de madera, resultantes de eventos dehuaqueo pasados. El sector centro-oriental de la plataforma fue sondeado, abriendo una superficie deaproximadamente 1 m. por 1 m., a 2 m. de distancia y a 360º del ángulo orien-tal de la estructura.Como datum de la estructura se estableció la parte superior del extremo sudoriental del muro, ubicadaa 0,7 m. por encima del nivel de superficie. Pese a que la tarea de excavación se vio dificultada por elgrado de congelamiento del terreno, se avanzó hasta una profundidad máxima de 1,4 m. por debajo deldatum; es decir, 0,7 m. por debajo del nivel de superficie encontrado al momento de iniciar la investiga-ción. Se documentaron signos evidentes de perturbación y huaqueo en el relleno de la plataforma, delcual se recuperaron ínfimos fragmentos cerámicos, textiles y óseos. Durante el sondeo, se logró detec-tar el contorno de la estructura de cavado que formara originalmente las paredes de una tumba, cuyocontenido fuera saqueado dejando las fragmentarias evidencias arriba indicadas.

La plataforma inferior se ubica a 6,8 m. de distancia y a 350º de la plataforma superior, encon-trándose en un desnivel de unos 3 m. por debajo de aquella. El muro de contención, orientado a 270grados de desviación con respecto al Norte, tiene una longitud total de unos 4 m. aproximadamente,curvándose su planta ligeramente hacia afuera. Está formado por bloques de regular tamaño, que cabeinferir seleccionados en la misma cumbre. Alcanza una altura externa de 0,8 m., y se encuentra rellena-da con sedimento arenoso y cascajo hasta el tope de la altura del muro.

Dicha plataforma inferior permaneció cubierta de nieve durante la campaña de Mayo del 2000.En las prospecciones de Octubre de 1996, se observó en la superficie de dicha estructura, dispersión detiestos, material óseo, leña, y hasta pelo de camélido torzado; así como un gran tronco de madera duraincrustado en el permafrost.

Círculo C

El círculo C se encuentra situado al Este de la plataforma A superior y a pocos metros al Sur delpunto de máxima altura de la cumbre, sobre las rocas que conforman la cresta de la cima. Se trata de uncírculo de 2,20 m. de diámetro máximo y 1,70 m. de diámetro mínimo, formado por una sola fila ehilera de piedras grandes, algunas de las cuales forman parte del mismo afloramiento rocoso donde seencuentra emplazado. Se efectuó un sondeo de aproximadamente 1 m. por 1 m. en la parte central delcírculo. Como datum de la estructura se eligió un punto sobre la parte superior de uno de los bloquesrocosos que la conforman. El nivel de superficie se encontraba a 0,6 m. por debajo del datum, libre detodo vestigio cultural visible. Del primer estrato de relleno de cascajo fino, de aproximadamente 10 cm.de espesor, se recuperaron manojos de paja ichu. A mayor profundidad no se hallaron elementosartefactuales ni ecofactuales, tratándose de una matriz de grandes bloques de roca y arenilla correspon-diente a la roca madre de la montaña. El sondeo finalizó a una profundidad de 1,80 m. del datum; esdecir, a 1,20 m. por debajo del nivel de superficie.

Conjunto de terrazas D

La parte superior de la vertiente septentrional del Nevado de Chañi, por debajo de las rocas de lacumbre propiamente dicha, forma un pequeño anfiteatro de acarreo suelto, en el cual se han construido

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 57

terrazas con muros de contención. Dada la presencia de hielo cubriendo la totalidad del área, sólo sealcanzaron a visualizar tres terrazas, todas ellas situadas a más de cinco metros por debajo del datumdel sitio.

La terraza inferior mide 8,6 m. de longitud. Su muro de contención tiene 1,3 m. de alto y elrelleno de la estructura alcanza 2,07 m. de ancho. La terraza intermedia mide 8,1 m. de longitud y tieneun muro de contención de 1,2 m. de alto, alcanzando el relleno un ancho de 2,02 m. La terraza superiormide 8,2 m. de longitud; 1,3 m. de alto y 2 m. de espesor.

Se efectuó un sondeo de 1m. por 1 m. en el extremo oriental de la terraza intermedia y se realizólimpieza de superficie en un área de 2 m2. en el extremo oriental de la terraza superior. Se estableció undatum local en la parte superior de un bloque rocoso contiguo a las terrazas, cuya ubicación se documentódetalladamente con respecto al datum general del sitio (ver arriba).

En la terraza intermedia, el nivel de superficie se encontraba a 1,7 m. por debajo del datum localy a 1,8 m. de distancia del mismo, en dirección a 240º. El pozo de sondeo penetró hasta una profundi-dad de 35 cm. en el terreno congelado, de donde se recuperaron carbón, leña, fragmentos de cordel,cabellos y un fragmento óseo (humano) correspondiente a la epífisis de un hueso largo.

En la terraza superior, la remoción de la nieve y el hielo en superficie permitió recuperar unfragmento de textil rojizo – aparentemente perteneciente a una bolsa o chuspa– junto con un peine deespinas parcialmente destruido y carbonilla, a 0,58 m. debajo del datum local, a una distancia de 0,75m. en dirección a 330º.

Promontorio P

El promontorio P se encuentra situado en las inmediaciones del punto más alto de la cumbre delChañi, formando parte de la cresta rocosa sobre la cual se hallan enclavadas las cruces que señalan lacima. Se ubica más exactamente a 96 m. de distancia hacia el Este (a 90º) del datum general del sitio,encontrándose a mayor altura que este último.

En un nicho natural entre bloques grandes de roca, en superficie –parcialmente protegido de losagentes atmosféricos por la inclinación de la piedra– se identificaron los restos de un fogón y de unobjeto textil de trama suelta colocado ex-profeso en el lugar.

Sitios en el filo cumbrero

El filo cumbrero se encuentra jalonado por numerosas estructuras aterrazadas y plataformas, lascuales no lograron ser relevadas en su totalidad, debido a que la mayoría de ellas se encontraban cubier-tas de nieve durante la campaña de Mayo del 2000. De las inmediaciones de dichas construcciones serecuperaron muestras de leña y piezas óseas de camélidos durante las investigaciones efectuadas en1997. Las plataformas que se describen a continuación contribuyen a ejemplificar las características deeste tipo arquitectónico dominante en el santuario de altura del Nevado de Chañi:

Plataforma B

Se halla ubicada en la parte superior de la vertiente sudoeste del filo cumbrero, a escasos metrosdel sitio de la cima. Se sitúa a 5.907 m.s.n.m., a 24º03’780” Latitud Sur y a 65º44’778” Longitud Oeste.Se trata de una estructura aterrazada o plataforma con muro de contención, orientada al Norte, cuyolado mayor mide 4,8 m., y su base norte, 1,6 m. Se encuentra asociada con leña, material óseo y tiestos.

Plataforma E

Se encuentra ubicada en la parte baja de la vertiente sudoeste del filo cumbrero, a 5.779 m.s.n.m.,a 24º03’639” Latitud Sur y a 65º44’375” Longitud Oeste. Se trata de una estructura aterrazada o plata-forma con muro de contención, de planta claramente rectangular, y en superficie se encuentra asociadamadera de cardón quemada y material óseo. Mide 3,4 m. por 7,8 m. de superficie, y se orienta a 320grados de desviación con respecto al Norte. Su muro, de 0,7 m. de espesor, alcanza una altura de 1,5 m.,si se lo aprecia desde el exterior.

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58 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

Plataforma F

Se encuentra ubicada en la base de la vertiente sudoeste del filo cumbrero, a 5.813 m.s.n.m., a24º03’647” Latitud Sur y a 65º44’967 ” Longitud Oeste. Se trata de una estructura aterrazada o plata-forma con muro de contención, y en superficie se encuentra asociada leña y madera de cardón. Laterraza, de planta rectangular, tiene un lado mayor de 6.2 m., orientado a 150 grados de desviación conrespecto al Norte; y lados menores de 3,3 metros de longitud. Los muros miden 0,80 m. de ancha y sualtura alcanza 1,55 m. en el lado externo y hasta 0,9 m. en el lado interno. La superficie se encuentradividida internamente en dos sectores. Durante la campaña de Mayo del 2000 se efectuaron tareas delimpieza de superficie en esta estructura.

Sitio Mirador o Balcón

Se halla situado en la base del filo cumbrero, en una pequeña abra donde se produce unangostamiento que lo separa del angosto filo que asciende hacia la precumbre divisoria de anfiteatros.Está a 5.650 m.s.n.m., a 24º03’537” Latitud Sur y a 65º45’061” Longitud Oeste. El sitio consta de unrecinto de planta circular, detrás del cual existe un muro que delimita el espacio plano del balcónnatural. Dicho muro que rodea el espacio del balcón mide 3,2 m. de longitud, orientándose a 50º, paraluego curvarse en dirección norte-sur, por otros 4,2 metros de extensión. Tiene un ancho de 0,8 m. y unalto de 0,9 m.

Recinto G

Es un recinto de planta circular, de 3,4 m. de diámetro máximo y 2.5 m. de diámetro mínimo. Seorienta a 170 grados de desviación con respecto al Norte. El muro, de 0,6 m. de ancho, presenta unaaltura externa de alrededor de 0,9 m. que se reduce a 0,5 m. cuando es apreciada desde el interior de laestructura. Presenta un pequeño murito anexo de 1 m. de longitud que luego se curva en sentido norte-sur extendiéndose 1,5 m. más. En asociación con el recinto se observó leña y cerámica.

Se practicó un sondeo en el interior de la estructura G, en una superficie de aproximadamente 1m. por 1 m. El datum se estableció en la parte superior de una roca natural grande incorporada al murodel recinto. La superfice original se encontraba a 0,9 m. por debajo del punto fijo. A cinco cm. deprofundidad desde la superficie se detectó carbonilla. Los siguientes 10 cm.de la estratigrafía corres-pondían a suelo congelado o permafrost. A continuación se encontró un estrato natural de cascajo ybloques grandes de piedra, libre de todo vestigio cultural, que fue excavado 0,5 m. hasta alcanzar unaprofundidad total de 0,75 m.

Sitio del abra

Se halla situado sobre la suave pendiente de la vertiente occidental del filo que asciende hacia laprecumbre divisoria de anfiteatros, a menos de 1 km. de distancia del abra, a 5.448 m.s.n.m. Está a24º03’210” Latitud Sur y a 65º45’175” Longitud Oeste. Consta de dos estructuras contiguas de plantasemi-rectangular, en las que se observa leña, tiestos, carbón y fragmentos de botellas de vidrio, en bajadensidad.

Uno de los recintos, de planta rectangular, mide 6,2 m. de lado mayor, y 5,6 m. de base, encontrán-dose abierto hacia el Este y cerrado en su extremo Sur por un muro de 4,3 m. que se curva hacia el interior.Su lado mayor se encuentra orientado a 210 grados de desviación con respecto al Norte, y su base, a 290grados. Sus muros dobles, de 0,7 m. de ancho, alcanzan una altura de 1,1 m., si se mide desde el exterior,y de 0,9 m., contemplada desde el interior del recinto.

La otra estructura, contigua a la anterior, es también un recinto de planta rectangular, de 8,5 m.delado mayor, y 4,3 m. de base, abierto hacia el Este y cerrado en su extremo Sur por un muro segmentadode 2,7 m. y de 4,1 m., cuyos tramos se encuentran separados por un pequeño muro perpendicular de 1,8m. Dicho lado se encuentra orientado a 130 grados de desviación con respecto al Norte; en tanto que labase opuesta se orienta a 250 grados, y el lado mayor, a 210 grados. Los muros dobles, mejor conserva-dos que en el recinto contiguo, superan el metro de altura, y tienen un espesor de más de 0,7 m.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 59

Tambo de la base

Se halla emplazado en el fondo de la pequeña quebrada que divide al filo occidental del nevado,y que conduce asimismo al abra. Su ubicación es a 4.909 m.s.n.m. y a 24º02’334” Latitud Sur y a65º45’662” Longitud Oeste. Está formado por numerosas estructuras arquitectónicas, la mayoría par-cialmente reconstruidas, por haber sido empleadas como campamento minero décadas atrás. En lasprospecciones de 1996 y 1997 se detectaron tiestos cerámicos de estilos tardíos quebradeños, incaicosy puneños en superficie.

Discusión

Los resultados de las investigaciones realizadas permiten sostener que la localidad arqueológicadel Nevado de Chañi habría sido un complejo ceremonial de altura dotado de un sitio ritual en lacumbre y filo cumbrero occidental;un tambo en las faldas bajas del cerro, y estaciones o refugiosintermedios, junto al camino amojonado que conduce hacia la cima. Las evidencias arquitectónicas,cerámicas y textiles convergen a señalar la filiación incaica de dicho complejo ceremonial de altamontaña. La densidad del material hallado y la red relevada de sitios de funcionalidad logística (esta-ciones intermedias, campamento base), sumados al trazado de una senda que conduce a la cumbre,sugieren que durante la ocupación incaica, el Chañi habría funcionado como un centro de peregrinaje,al que confluirían reiteradamente, en fechas predeterminadas, peregrinos procedentes de zonas cerca-nas y alejadas.

La presencia de cerámica Pacajes en el tambo de la base del Chañi sugiere una posible participa-ción de mitimaes Pacajes en el complejo ceremonial incaico erigido en la montaña. La cerámica deestilo Pacajes ha sido hallada en diversos sitios incaicos en el noroeste argentino, pudiendo estar rela-cionada con el envío de mitimaes que los Incas habrían implementado debido a la resistencia de laspoblaciones indígenas en la región (DÁltroy et al. 2000: 21-22). El hecho de que la cerámica de estiloPacajes no aparezca en las estructuras ceremoniales en la cumbre puede interpretarse como indicadorde que la población Pacajes solamente habría participado en el peregrinaje de la Capacocha hasta eltambo de la base de la montaña, no habiendo quedado involucrada activamente en los rituales efectua-dos en la cima.

Los hallazgos revelan que las actividades rituales realizadas en este complejo ceremonial dealtura del Chañi habrían consistido en la ejecución de al menos un sacrificio humano y la depositaciónde cerámica y textiles en calidad de ofrendas u ajuares. La ausencia de estatuillas de oro y plata, típicasde las ofrendas en santuarios de altura, debe atribuirse con probabilidad al saqueo que acompañó aldesentierro del individuo y no a la omisión de las mismas en el contexto original de ofrenda. Conjunta osucesivamente, también se habrían realizado en la cima del Chañi actividades rituales complementariastales como el encendido de hogueras rituales, el transporte y depositación de paja ichu y el sacrificio dellamas.

Los sondeos han permitido establecer que el contexto original de enterramiento de la víctimasacrificial humana –presumiblemente la criatura momificada recuperada en 1905– habría sido la plata-forma superior A. El evento de huaqueo que la extrajera de su tumba –y posibles eventos de saqueoposteriores– habrían ocasionado la rotura y dispersión de objetos cerámicos y textiles, los cualesen el transcurso de nuestras investigaciones se encontraron en el relleno de la plataforma, en lasinmediaciones de la estructura, y transportados por rodamiento hacia las terrazas de la vertientenorte del santuario.

Las características del individuo seleccionado como ofrenda humana, así como las del ajuaracompañante, y la de las restantes evidencias artefactuales y ecofactuales son indicadores inequívocosde la realización de, al menos una ceremonia de Capacocha, en las alturas de este nevado. La víctimacuyo cuerpo se extrajera en 1905 habría sido un niño de unos seis años de edad (Inés Baffi, comunica-ción personal) cuyo sexo no ha podido ser determinado a través del examen bioantropológico. Noobstante, si los fragmentos cerámicos y textiles recuperados durante nuestras investigaciones corres-ponden al ajuar del individuo, cabe postular que se habría tratado de una niña.

En la base del filo cumbrero, a unos 5.650 m. de altitud se documentó un emplazamiento deexcelente campo visual, que ha sido denominado “el mirador”, y que probablemente funcionara comoestación o refugio en las inmediaciones del santuario de la cima. El sondeo en el recinto circular G, con

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60 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

la sola evidencia de carbonilla, permite descartar la hipótesis de que la estructura estuviese relacionadacon la depositación de ofrendas y contribuye a sustentar su rol como parapeto o estructura de protec-ción contra las inclemencias del ambiente. Más abajo en el abra, a 5.500 m. aproximadamente, serelevaron unas ruinas formadas por dos recintos contiguos, de planta semi-rectangular, en las que seobservaron leña, tiestos y carbón, y que debieron también haber cumplido funciones de estación inter-media, o de refugio para pernocte o protección en el frío de la alta montaña. En lo que respecta alcampamento base, las estimaciones de Jorge Fernández (1975) basadas en la cantidad de recintos exis-tentes asignan al tambo de Jefatura de los Diablos una capacidad de albergue de hasta 150 personassimultáneamente. En ausencia de basurales u otros indicios de ocupación permanente, se asume que laocupación del tambo y por ende del resto del complejo ceremonial del Chañi habría sido esporádica yse habría limitado a la realización de las actividades rituales en el santuario de la cima.

Nevado de Acay

El Nevado del Acay se encuentra ubicado a 24º23’ Latitud Sur y 66º10’ Longitud Oeste, aproxi-madamente a 25 km. al Sudeste de la localidad de San Antonio de los Cobres, en el Depar-tamento LosAndes, Provincia de Salta, República Argentina. Pertenece al Sistema Orográfico de la Cordillera OrientalAndina, ubicándose en el borde oriental de la Puna salteña, en las nacientes de la Quebrada del Toro ydel Valle Calchaquí. Su altitud es de 5.716 m.s.n.m. (según carta topográfica “San Antonio de losCobres” –Hoja 2566-I- del Instituto Geográfico Militar), lo que representa un desnivel de más de 1.700m. con respecto a los 4.000 m.s.n.m. del nivel de base de la altiplanicie puneña.

Se trata de un cerro formado por una cumbre principal y por dos cumbres secundarias denomi-nadas Blanca y Navaja, que rondan los 5.600 m. de altitud. La cima principal se eleva como un pequeñomorro sobre una precumbre llana y extensa. Es una superficie plana, de consi-derable extensión, for-mada por bloques rocosos de regular tamaño. El acceso a las cumbres es practicable sin dificultad porlos distintos filos, aún por aquellos que presentan acarreos en pendientes pronunciadas. Las laderas y lacima carecen de glaciares, y el cerro aparece frecuentemente cubierto de nieve temporaria durante laestación estival.

La cumbre principal del nevado de Acay, a 5.716 m. presenta un santuario dotado de plataformassobreelevadas, recintos circulares y estructuras abiertas. La cumbre secundaria denominada Blanca, con5.600 m., presenta una construcción semicircular abierta al Este. No se han documentado estaciones inter-medias ni sitios de funcionalidad logística en las laderas y faldas bajas del Acay.

Metodología y técnicas

En 1985, Johan Reinhard ascendió a la cima del nevado de Acay en compañía del escaladorLouis Glauser, con quién efectuó un croquis de las ruinas (Beorchia 1985). En Marzo de 1996, la autorade este trabajo, en compañía de dos montañistas locales, llevó a cabo una ascensión al Nevado del Acaydestinada específicamente al relevamiento planimétrico de las estructuras en la cumbre principal, y a laevaluación del estado de conservación del sitio. En Marzo de 1998, la autora efectuó una nueva campa-ña de ascensión al Nevado de Acay,con la colaboración de un andinista mendocino, durante la cual seprospectaron las cumbres secundarias denominadas Blanca y Navaja, de aproximadamente 5.600 m.s.n.m.Los resultados de las investigaciones de campo iniciales en el Acay fueron motivo de diversas publica-ciones efectuadas por la autora (Ceruti 1997b; 1997d; 1998 y 1999).

Entre los días 29 de Mayo y 5 de Junio del 2000 se realizó una campaña de investigación arqueo-lógica al santuario de la cima del Nevado de Acay, en el marco del proyecto de investigaciones arqueo-lógicas de altura en la provincia de Salta, dirigidas por Reinhard y Ceruti. El Gobierno de Salta otorgóel permiso correspondiente, por Resolución 086 de la Secretaria de Cultura de la provincia. Los traba-jos del campo fueron encabezados por la autora y contaron con la participación de señores ArcadioMamani, Ignacio Mamani y Edgar Mamani.

La campaña arqueológica al santuario de la cima en el Nevado de Acay se desarrolló durante 7días, con una estadía ininterrumpida de 6 días en la cumbre, en una cota altitudinal que superaba los5.700 m.s.n.m.. El trabajo de campo se llevó a cabo bajo condiciones ambientales extremas, con tempe-raturas que alcanzaban –30 Cº, atmósfera hipobárica e hipóxica y vientos casi permanentes de alrede-dor de 100 km. por hora. La metodología y las técnicas de prospección y excavación implementadas en

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 61

el Acay debieron adecuarse a los constreñimientos y limitaciones impuestos por el entorno adverso, loscuales limitaron considerablemente el desarrollo de la investigación.

Para la ubicación de los sitios se efectuaron lecturas con posicionador satelital (G.P.S.) y seobtuvieron registros fotográficos de los emplazamiento de las construcciones y de sus característicasarquitectónicas.

En el relevamiento planimétrico de la arquitectura en superficie, se hizo uso de la técnica de brúju-la y cinta métrica, que se adecua a los constreñimientos que el transporte en alta montaña impone alvolumen y peso del instrumental específico. Se identificaron procesos de alteración de sitios de origenantrópico reciente, concentrados en las dos plataformas de la cumbre, que fueran intensamente huaqueadascon anterioridad al desarrollo de nuestras investigaciones.

En las alturas del Nevado de Acay las condiciones del suelo para la excavación fueron extrema-damente difíciles, debido al congelamiento del relleno de las estructuras, el cual en su contacto con elhielo había adquirido la consistencia del cemento. La presencia de nieve cubriendo las estructurastambién demoró el comienzo de las tareas de excavación, debido a que fue necesaria la limpieza yacondicionamiento previo del terreno.

Un recinto circular y la plataforma B situada en la parte oriental de la cumbre fueron sondeadosen profundidad, en tanto que la plataforma A contigua, que presentaba mayores indicios de huaqueo,fue investigada expeditivamente. Las técnicas implementadas fueron semejantes a las arriba descriptasen referencia a las investigaciones en el nevado de Chañi.

Santuario en la cumbre principal

En el Nevado de Acay, las principales evidencias arqueológicas se encuentran localizadas sobrela planicie del morro cumbrero, a 5.716 m.s.n.m., siendo sus coordenadas de 24º25´04” Latitud Sur y66º09´64” Longitud Oeste. El santuario consta de un conjunto de estructuras sobre elevadas o platafor-mas localizadas en el punto más alto de la cumbre y de dos conjuntos subsidiarios de estructuras ubica-dos respectivamente a unos 10 m. al Noreste y a unos 30 m. al Noroeste del conjunto principal.

Conjunto de plataformas

El conjunto principal está formado por dos plataformas sobreelevadas construidas con bloquesrocosos procedentes de la misma cumbre. La plataforma A situada al Oeste, de planta rectangular, tieneuna longitud de 6,7 m., siendo su base mayor de 5,3 m., y su base menor de 4,6 m. Alcanza una alturamáxima de 1,3 m. Su eje mayor se orienta hacia el Este, a 85º de desviación con respecto al Norte; entanto que sus lados menores se encuentran orientados al Norte, estando la base menor desviada sólo 5ºen dirección Oeste. La estructura aparece afectada por intenso derrumbe y semidestruida por la acciónantrópica,presentando pozos de huaqueo en su parte superior. Dichos procesos post-depositacionales lerestan visibilidad a la construcción, la cual tiende a confundirse con el roquerío de la cumbre, pese a sugran tamaño y altura. En la parte más alta de la plataforma se ha plantado una cruz, con el nombre delcerro y su altitud, cuya base es utilizada para la depositación de testimonios de ascensiones. Sobredicha estructura, y en sus cercanías, se encontraron minúsculos fragmentos de leña.

La plataforma B, contigua a la primera, queda separada de la misma por un pequeño muro de 3m., y por derrumbe procedente de ambas, que dificulta su diferenciación. Tiene una planta más rectan-gular, de 6,6 m. de longitud por 4 m. de ancho, orientándose su eje mayor en dirección al Norte. Su basese prolonga hacia el Este, a 80º de desviación con respecto al Norte, en un muro de 3,6 m., que luego deformar un ángulo recto, continúa 6,8 m. más, en dirección paralela a la de los lados mayores de laplataforma.

Se efectuó un sondeo en el sector norte de la plataforma B, en una superficie de 1 m. por 1 m.Sobre una piedra parada cercana al extremo noreste de la plataforma se estableció el datum del sitio, delcual el borde del área excavada se encontraba a 1,5 m. de distancia en dirección al Sur (190º). El nivelde superficie se encontraba a 0,2 m. por debajo del datum. A 0,65 m. de profundidad con respecto aldatum (es decir, a 0,5 m. debajo de la superficie) se identificó un estrato de carbonilla, de aproximada-mente 20 cm. de espesor, por debajo del cual se detectó solamente matriz rocosa estéril hasta unaprofundidad de 1 m., en la cual se dio por finalizada la investigación. La excavación se desarrolló en sutotalidad en suelo rocoso congelado.

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62 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

La plataforma A se encontraba afectada por pozos de huaqueo de 2 m. de diámetro que sehundían 20 cm. por debajo del nivel de superficie, semi-cubiertos por derrumbe y evidenciando habersido originalmente más profundos. En la plataforma A también se llevó a cabo un sondeo en forma detrinchera en cruz, desde el muro norte hasta el centro de la plataforma –2,2 m. de longitud y 0,7 m. deancho–. Asimismo, la trinchera se bifurcó un metro hacia el interior del cuadrante noreste de la plata-forma. Alcanzando el sondeo en todos los casos una profundidad máxima de 0,5 m. por debajo del nivelde superficie, más allá de la cual el congelamiento del terreno y la matriz de rocas grandes y cascajoimpidió seguir avanzando con las excavaciones. No se recuperaron vestigios culturales del relleno deesta plataforma previamente perturbada.

En las cercanías de las plataformas sobreelevadas, así como en su parte superior, se encontraronescasos fragmentos de leña de pequeño tamaño, no detectándose otros ítems artefactuales ni ecofactualesen el sitio.

Conjunto de recintos circulares

El conjunto ubicado al Noreste, está constituido por dos recintos de muros bajos, de plantasemicircular y circular, orientados al Noreste. Uno de los recintos, ubicado a unos 10 m. al noreste de lasegunda plataforma, tiene un diámetro mayor de 3,5 m., por 3 m. de diámetro menor. Su diámetromayor se orienta a 120º de desviación con respecto al Norte, quedando la abertura del recinto orientadaen dirección Noreste. Los muros, construidos con bloques de la misma cumbre, alcanzan una altura de0,6 m., y un ancho máximo de 1,5 m., en razón del intenso derrumbe que los afectara. El otro recinto,ubicado a 15 m. de las plataformas, es una construcción de muros bajos, de planta circular, de 2,7 m. dediámetro, que se orienta en dirección Noreste, al igual que el recinto contiguo. También se asemeja a laestructura vecina, tanto en la altura de los muros, de 0,5 m.; como en el ancho de 0,7 m. alcanzado porlos mismos.

El recinto circular ubicado hacia el Norte fue sondeado en el centro de su superficie interna,dentro de un área de 1 m. por 1 m. aproximadamente. Como datum para la estructura se estableció unpunto fijo sobre el muro, localizado a 17 m. de distancia, a 30º y a 1 m. por debajo del datum general delsitio (ubicado junto a la plataforma B).

Una vez despejada la nieve del recinto, se constató que el nivel de superficie se encontraba a0,18 m. por debajo del datum local, constituido por cascajo de granulometría fina. A 0,21 m. de profun-didad (tan solo tres centímetros por debajo de la superficie) se detectó un estrato de carbonilla que seextendía quince centímetros hasta una profundidad de 0,36 m. Por debajo del nivel de fogón sólo seidentificaron grandes bloques de piedra y cascajo estéril. La excavación finalizó a una profundidadmáxima de 1,2 m.

Conjunto de estructuras abiertas

El tercer conjunto, situado a 32 m. al Noroeste (330º) de la segunda plataforma, está formado pordos recintos, de muros esquinados formando un ángulo, cuya abertura se orienta hacia el Norte. Una delas estructuras es una intersección de dos muros, uno de 3,7 m. de longitud, orientado a 90º de desviacióncon respecto al Norte y el otro de idéntica longitud, orientado perfectamente al Norte. La otra construc-ción, ubicada a 3,5 m. al Norte, y a 360º de la primera, es también de la intersección de dos muros. Uno deellos alcanza una longitud de 4,7 m., orientándose a 45º de desviación con respecto al Norte. El otro, de2,7 m. de largo, se orienta a 120º, quedando la abertura del ángulo por ellos formado, orientada hacia elNoreste. En ambas estructuras, los muros, construidos con rocas de la misma cumbre, alcanzan un anchode 0,7 m., extendiéndose el derrumbe, a ambos lados, hasta 2,2 m., lo que lleva a prever una altura originalmayor a los 0,65 m. que alcanzan actualmente.

Sitio en una cumbre secundaria

Las cumbres Blanca y Navaja del Acay se encuentran ubicadas al Este del nevado, siendo lacumbre “Blanca” la que se une a la cima principal, a través de un extenso filo, de más de un kilómetro

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 63

de longitud. La cumbre “Navaja” se halla desplazada hacia el Sur, existiendo un filo escarpado de unos500 m. de extensión y relativo desnivel, que la une con la primera cumbre secundaria. La cumbreBlanca es plana, de varias hectáreas de superficie, aunque al ser vista desde la base ostenta un perfilabrupto y amesetado. La cumbre Navaja es de menor extensión, y ofrece a la vista un aspecto subcónicoy empinado. No se encontraron vestigios prehispánicos en la cumbre Navaja.

El sitio de la cumbre Blanca se encuentra ubicado, según los datos obtenidos de la lectura deG.P.S., a 5.658 m.s.n.m. y a 24º25’054” Latitud Sur y 66º08’145” Longitud Oeste. Según lectura dealtímetro, se encuentra a tan sólo 5.320 m.s.n.m. La cumbre se extiende unos 250 m. en dirección Este-Oeste. En dirección Norte -Sur, alcanza una extensión de 150 metros.

El sitio está situado en el sector oriental de la cima, y consta de una estructura constituida por unrecinto semicircular, de planta semicircular, orientado al Este. El lado mayor mide 3,3 m. de longitud yse orienta al Norte. Los lados menores, que encierran el área semicircular en el interior, tienen longitu-des de 1,9 y 18 m. respectivamente, y se encuentran orientados al Este, a 90 y 95 grados con respecto alNorte. Los muros alcanzan una altura externa de 0,6 a 0,7 m. y una altura interna de 0,3 a 0,5 m. Elancho de los mismos, en los sectores mejor preservados, es de 0,4 a 0,5 m., siendo de hasta 1 metro enlas partes donde el derrumbe es más intenso. Están construidos con lajas de tamaño regular (0,5 por 1m.), apiladas y amontonadas en forma poco cuidadosa.

Discusión

El sitio ritual de altura en el Nevado del Acay constituye un ejemplo típico de santuario de alturaincaico en el que se ha aprovechado la cima de una montaña de considerable altitud, para la construc-ción de arquitectura ceremonial y la acumulación de leña. Quizás también se haya producido en tiem-pos de los Incas el entierro de ofrendas y hasta eventualmente de algún sacrificio humano, aunque laevidencia remanente sea demasiado precaria para poder realizar afirmaciones concluyentes al respecto.

El santuario de altura identificado en el Nevado del Acay se encuentra ubicado en la exten-sa yllana explanada que forma el morro cumbrero. El emplazamiento del sitio en una superficie amplia,sumado a la monumentalidad de la arquitectura sobreelevada de las plataformas cum-breras, sugiere unaplanificación previa del escenario ceremonial según criterios escenográficos.

En relación a la naturaleza de las actividades rituales realizadas, el registro actualmente recupe-rado en el sitio sólo informa acerca de la depositación y quema de leña. Tanto el recinto circular excavadocomo la plataforma B parecen haber sido involucrados en el encendido de hogueras rituales. Por otraparte, de comprobarse la existencia de la tibia humana referida por J. Fadel, podría plantearse la posiblerealización de un sacrificio humano en esta montaña. La virtual ausencia de otros ítems artefactuales yecofactuales en la superficie del sitio, como asimismo la depredación sufrida por las plataformas, impi-den la reconstrucción de otros aspectos de las ceremonias religiosas realizadas antiguamente en estacumbre. No existen referencias concretas acerca de la existencia de estatuillas, textiles ni cerámica, queson hallazgos frecuentes en otras localidades arqueológicas de altura. Sin embargo, no puede descartar-se la inicial existencia de este tipo de ofrendas, si se tienen en cuenta los reiterados eventos de saqueo alos que este santuario fuera sometido.

En el caso de las estructuras abiertas del conjunto noroeste, la altura de los muros, que se estimapodría haber sido mayor antes de su derrumbe; así como el tipo de planta abierta de los recintos,permiten hipotetizar su utilización en funciones de protección o resguardo contra el viento que sopla enhabitualmente en la cumbre.

Conclusiones

Las investigaciones arqueológicas en los nevados de Chañi y de Acay han permitido caracterizara dos notables ejemplos de santuarios de altura en montañas de la cordillera oriental andina, en el áreade transición entre el borde de la Puna y los valles y quebradas situados hacia el Este. Las característi-cas arquitectónicas de las plataformas y los rasgos estilísticos de los hallazgos artefactuales permitenadjudicar la construcción y utilización de ambos sitios ceremoniales durante el período de influenciaimperial Inca en el Noroeste argentino, que se estima en un lapso temporal comprendido entre 1.470 y1.532 d.c.

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64 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

Las plataformas tienen la capacidad de generar espacios segregados desnivelando artificialmentela superficie de la cumbre. La presencia de estas plataformas permite interpretar a los sitios ritualesincaicos en las cimas del Chañi y del Acay como “santuarios” en los que se habría diferenciadointencionalmente un espacio ‘sacro’ para la ejecución del culto y un espacio ‘profano’ para la asistenciaal mismo. El considerable requerimiento de mano de obra para la construcción de la arquitectura en lascumbres de los nevados de Chañi y Acay sugiere que las ceremonias habrían sido desarrolladas en unmarco de acentuada regulación estatal.

Los sondeos en el nevado de Chañi han permitido establecer que el contexto original de enterra-miento de una víctima sacrificial humana –presumiblemente la criatura momificada recuperada en1905– habría sido la plataforma superior A. El evento de huaqueo que la extrajera de su tumba –yposibles eventos de saqueo posteriores– habrían ocasionado la rotura y dispersión de objetos cerámicosy textiles, los cuales en el transcurso de nuestras investigaciones se encontraron en el relleno de laplataforma, en las inmediaciones de la estructura, y transportados por rodamiento hacia las terrazas dela vertiente norte del santuario.

En el caso de la cima del nevado de Acay, el intenso huaqueo de las plataformas sobre-elevadasno ha dejado evidencia que permita reconstruir las actividades ceremoniales allí realizadas, a excepciónde minúsculos fragmentos de hueso y leña que podrían apuntar al encendido ritual de hogueras.

El santuario en la cumbre del nevado de Chañi, a diferencia de aquel del Acay, habría estadoarticulado con una estación de refugio intermedia y con una extensa instalación en las faldas bajas de lavertiente occidental, que habría funcionado como campamento base.

El perfil etario de la momia del Chañi, así como el ajuar textil que la acompañaba y la evidenciacerámica procedente de la cima, indican que el sacrificio del infante debió haber tenido lugar en el marcode una ceremonia incaica de Capacocha. Aunque resulte más difícil de corroborar debido a la escasaevidencia dejada en el sitio por los huaqueros, también es altamente probable que las plataformassobreelevadas del nevado de Acay hayan sido escenarios del mismo tipo de ceremonias incaicas desacrificios y ofrendas.

Agradecimientos

Al Dr. Johan Reinhard, Director de las investigaciones arqueológicas de alta montaña en los nevados deQuehuar, Llullaillaco, Chañi y Acay, en las que la autora se desempeñó como codirectora. Al Consejo deExpediciones de la National Geographic Society por la financiación otorgada al Dr. Reinhard, que hizoposible las campañas de Mayo y Junio de 2000 a los nevados de Chañi y Acay. Al Consejo Nacional deInvestigaciones Científicas y Técnicas por la beca de posgrado que avala mis trabajos en arqueología dealta montaña. Al Dr. Juan Schobinger, supervisor de la autora ante el CONICET. A los Sres. Arcadio Mamani,Ignacio Mamani y Edgar Mamani por su arduo trabajo durante las campañas arqueológicas referidas enesta publicación. Al Gobierno de Salta por el otorgamiento de los permisos de investigación correspondien-tes. A la Universidad Católica de Salta por las facilidades provistas para el trabajo de gabinete.

Bibliografía

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Monografías. Instituto Interdisciplinario Tilcara. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.1997 Arqueología de Alta Montaña. 110 pp. Edición de la autora. Salta.1997 Sitios Rituales de Altura y Estrategias Sociales de Dominación:caso de estudio en el Nevado de Chañi (5.896 m., límiteprovincial Jujuy-Salta, Argentina). Revista de Estudios Sociales del N.O.A. Año 1 Nro 1: 127-154. Instituto InterdisciplinarioTilcara. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.1997 El Santuario de Altura del Nevado de Acay (5.716 m.s.n.m.; Dpto. Los Andes; Pcia.de Salta, Argentina). Trabajopresentado en el Simposio Ceremonialismo en los Andes del Sur del XIV Congreso Nacional de Arqueología chilena,Copiapó.1999 Prospecciones en Sitios de Alta Montaña en el Noroeste Andino Argentino: Informe Preliminar. Tawantinsuyu 5: 37-43.1998 Cumbres Sagradas del Noroeste Argentino: Avances en arqueología de alta montaña y etnoarqueología de san-tuarios de altura andinos. EUDEBA. Buenos Aires.2001 La Capacocha del Nevado de Chañi (5.896 m.; límite Salta-Jujuy, Argentina). Chungara 33 (2): 279-282.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 65

Figura 1

Plano parcial del santuario incaico en la cima del nevado de Chañi

NEVADO DE CHAÑI

Sitio: CumbreAltitud: 5.896 m.s.n.m.Latitud: 24º 03’ 751’’Longitud: 65º 03’ 741’’

Relevamiento arquitectónicoPlano: Constanza Ceruti

5 m.

5 m.

NEVADO DE CHAÑI

Sitio: MiradorAltitud: 5.650 m.s.n.m.Latitud: 24º 03’ 537’’Longitud: 65º 45’ 061’’

Relevamiento arquitectónicoPlano: Constanza Ceruti

Figura 2

Plano del mirador en las laderas altas del nevado de Chañi

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66 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

5 m.

NEVADO DE CHAÑI

Sitio: Refugio del AbraAltitud: 5.450 m.s.n.m.Latitud: 24º 03’ 210’’Longitud: 65º 45’ 175’’

Relevamiento arquitectónicoPlano: Constanza Ceruti

Figura 3

Plano del refugio intermedio en la vertiente occidental del nevado de Chañi

5 m.

NEVADO DE ACAY

Sitio: CumbreAltitud: 5.716 m.s.n.m.Latitud: 24º 25’ 04’’Longitud: 66º 09’ 64’’

Relevamiento arquitectónicoPlano: Constanza Ceruti

Figura 4

Plano del santuario incaico en la cima del nevado de Acay

5 m.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 67

▲Foto 1

Nevado de Chañi (5.896 m.)Límite interprovincialJujuy-Salta.

Foto 2

Plataforma incaicaa 5.900 metros

en la cima del nevadode Chañi.

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▲Foto 3

Tiestos y fragmento de madera de cardón en la superficie de unaplataforma, en la cumbre del nevado de Chañi.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 69

▲Foto 4

Nevado de Acay (5.716 m.) Provincia de Salta.

▲Foto 5

Plataforma incaica a 5.700 metros en la cumbre del nevado de Acay.

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EVIDENCIAS DE PRODUCCIÓN METALÚRGICA EN EL SITIOTOLOMBON EN LA PROVINCIA DE SALTA

MARÍA GABRIELA CHAPARRO1

Introducción

En esta oportunidad se presentan los primeros resultados de los análisis realizados sobre losmateriales hallados en el sitio Tolombón que podrían estar evidenciando procesos de producción meta-lúrgica. Este trabajo responde a un proyecto donde se intenta conocer la modalidad de las produccionesde bienes líticos y metálicos en momentos previos a la conquista inkaica. Esta es una de las líneas deinvestigación que se encuadran dentro del proyecto “La interacción regional durante la dominacióninka. Jefaturas e Imperio en el norte del valle de Yocavil (Cafayate, Salta)” dirigido por la Dra. VerónicaWilliams (Williams 2001).

El área de estudio incluye al sitio Tolombón y sus alrededores. Dicho sitio se ubica en el faldeonorte de la quebrada homónima transversal al valle de Yocavil en la provincia de Salta. Su ocupación esconsiderada perteneciente al período de Desarrollos Regionales (900 DC-1420 DC) hasta los momen-tos postconquista. Los fechados radiocarbónicos están en proceso.

El sitio comprende un complejo residencial ubicado en la ladera del cerro. En la parte más altase encuentra el fuerte, para llegar al mismo se deben escalar cuidadosamente los 300 m que lo separandel área habitacional, costeando varias estructuras de defensa. En el fondo de la quebrada se encuentranlos campos aterrazados de cultivo. En el cono de deyección se detectaron numerosas divisiones arqui-tectónicas definidas en función de los conjuntos de recintos y patios y por la delimitación de unidadesdiscretas.

Trabajo de campo

Durante el trabajo de campo del año 2001 entre otras tareas se excavaron algunos recintos pro-bablemente habitacionales del Faldeo Este y del Conoide. En dicho faldeo Este se ubica el recinto 6 dela división arquitectónica A, el mismo es de planta cuadrangular de 10 x 10 m. y está asociado a otrosrecintos adosados en niveles topográficos diferentes. Las paredes son de doble pirca y relleno central yalcanzan 1,70m. tanto de altura como de espesor máximo. No poseen revoque y en la base las lajas seencuentran colocadas en forma vertical continuando las hileras en forma horizontal. Las lajas son simi-lares a las que se encuentran en el cerro y muchas de ellas están cortadas. La secuencia de construcciónde los recintos es difícil de determinar.

Se excavaron 4,5 m. cuadrados en el ángulo noreste del recinto 6 divididos en once nivelesartificiales de 10 cm cada uno. Se recuperó un fragmento de cincel en metal corroído, escorias, carbón,ceniza, material lítico, cerámico, óseo y semillas. El sedimento se caracterizó por ser limoarenoso conalgo de pedregullo pequeño y algunas rocas grandes posiblemente del derrumbe de las paredes. No hayindicios del techo.

1 Proyecto Arqueológico Tolombón. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.Avda. del Valle 5737. Olavarría. B7400JNK. Buenos Aires. [email protected]

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Tampoco se observaron diferencias significativas en estratigrafía, no se hallaron estructuras nirasgos de ningún tipo, sólo el material ya comentado con múltiples carbones dispersos y algunas lentesde ceniza desde el nivel superficial hasta el nivel 11.

Análisis de materiales

Las etapas productivas en metalurgia incluyen el aprovisionamiento de minerales, el tratamientode la carga, la fundición, la manufactura y el uso de objetos terminados. Además de la producción deuna serie de insumos asociados como son los combustibles, los fundentes y los materiales refractarios,todos elementos necesarios para confeccionar objetos de metal (González 1992, Scattolin y Williams1992, Williams y Scattolin 1991). En función de este esquema se evaluarán los resultados de los análi-sis realizados.

El objeto metálico hallado es un cincel de 3,30 cm por 0,8 cm, al mismo se le realizaron tres (3)estudios puntuales por microsonda electrónica1 (equipo de energía dispersiva en rayos X y microscopio debarrido electrónica). Este estudio permite conocer cuantitativamente la composición química básica decada punto elegido en la muestra. Es por esto que en cada muestra el porcentaje, la presencia o ausencia decada compuesto puede variar (Williams y Scattolin 1991). Los elementos presentes en menos del 0,5% nopueden ser detectados por el EDAX (Tabla 1).

Los resultados permiten decir que el cincel está confeccionado sobre una aleación de cobre (69%)y estaño (20%). El bronce estañífero es una aleación utilizada tanto para objetos característicos del perío-do inkaico como de los momentos tardíos previos (Tarragó y González 1998: 190).

La presencia de un objeto de metal2 no es evidencia de la manufactura in situ del mismo. En unprimer momento el hallazgo de gran cantidad de escorias permitió hipotetizar acerca de la producciónlocal de bienes metálicos. Sin embargo los resultados de los análisis obligaron reconsiderar la hipótesisprevia.

Fundición

Retomando el proceso productivo metalúrgico, con respecto a la fundición por el momento, laúnica evidencia son las escorias ya que no se encontraron estructuras ni crisoles. La observación bajolupa binocular permiten caracterizarlas como vidriosas de color pardo-verdosas con gran cantidad deglóbulos de aire, livianas pero resistentes. Se presentan dispersas por toda el área de excavación yalcanzan aproximadamente 4000 cm3. (Tabla 2).

Otros de los análisis realizados que complementan los anteriores son los de Difracción por Rayos Xy de Infrarrojos que brindan la composición mineralógica de manera semicuantitativa3. Los resultados deestos estudios confirman la composición química elemental determinada por EDAX. Se realizaron variasmuestras en las que analizadas globalmente, se registra la presencia de cuarzos, feldespatos, illitas (mica) ycarbonatos, todos compuestos por sílice, aluminio, sodio, potasio, calcio y magnesio. Además, se detectó lapresencia de óxido de hierro (posiblemente Maghemita). El titanio y el azufre se pueden presentar pero enpoca cantidad por lo que no fueron detectados.

En la fundición, la escoria (alúmino-silicatos entre otros) suele arrastrar partes del metal buscado ymuchas veces la cantidad de ese metal en las mismas es alta (Shimada y Merkel 1991). En este caso, ni elcobre, ni la plata, ni el oro se presentan en las escorias analizadas. Ninguna de ellas poseen rastros de otrosmetales que no sea el hierro. Por lo que los elementos químicos hallados en las mismas no permiten vincu-larlas directamente con la producción metalúrgica (Gónzalez 1992). Aunque tampoco es definitivo, ya que laausencia en dos muestreos al azar no significan que estos metales puedan estar en otros puntos de la muestrano seleccionada para estudiar.

Por último todas las combustiones ya sean de producción de metal, de cerámica u otras puedenoriginar escorias compuestas por sílice, calcio, sodio, magnesio, potasio sin rastros de metales. Puedeque estas escorias sean producto de la combustión de otras tecnofacturas (Tarragó y Gónzalez 1995-1996).

Con respecto a las concreciones (2000 cm3) halladas en la misma excavación, se puede decir que sonsedimentos limoarenosos levemente compactados (desmigables) sin evidencia de termoalteración. Un estu-dio preliminar de su composición indica una alta presencia de carbonatos.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 73

La carga a fundir utilizada pudo ser carbonatos, óxidos o sulfuros. En los dos primeros com-puestos no se necesita procesamiento previo de la materia prima, en cambio para los sulfuros es nece-sario realizar una tostación previa a la fundición (Lechtman 1980: 306, Scattolin y Williams 1992: 76).Esto es importante mencionarlo ya que los estudios indican la presencia de azufre por lo menos en lasescorias aunque no en el cincel.

Con respecto al material elegido para actuar como fundente, este depende de la composición dela ganga asociada al metal ya sea sílice o hierro. En este caso en el recinto 6 se hallaron rocas de cuarzoblanco de tamaño mediano y pequeño que pueden estar relacionados a esta actividad ya que las mismascontienen sílice (Chaparro 2001).

Por otro lado la presencia de manchas rojas en los molinos hallados en la excavación puedenasociarse al procesamiento de rocas con alta cantidad de hierro que podría vincularse a la metalurgiaaunque también a la preparación de pigmentos para la manufactura de cerámica. Por el momento losresultados de los análisis por Infrarrojos sugieren la presencia de óxidos de hierro pero todavía se debenhacer otras pruebas para su identificación precisa. A su vez cabe recordar que la limonita (que poseehierro) se presenta en todo el sitio en forma de desechos de talla y de rocas que pudieron tambiénutilizarse como fundente (Chaparro op cit.).

Tratamiento de la cargaOtros elementos posiblemente vinculados a la producción metalúrgica, en este caso al trata-

miento de la carga a fundir son los implementos de molienda. En total se encontraron en el recinto 6,ocho (8) herramientas de moler. Los percutores o martillos, las manos y los yunques se confeccionaronsobre guijarros de diversos pesos y tamaños, sobre rocas que se encuentran naturalmente en los alrede-dores del sitio. Ellos son: dos (2) fragmentos de extremos de percutores (uno de ellos con manchasrojizas), dos (2) manos y una (1) mano-yunque. Con respecto a los molinos se identificaron dos (2)fragmentos sobre lajas también con manchas rojas que según los análisis preliminares, como ya secomentó, podría tratarse de óxidos de hierro (Chaparro 2001). Por último, cabe mencionar la presenciade una bola con marcas de picado y manchas de color verde sobre cuarzo lechoso, hallada en la estruc-tura 3, división arquitectónica G del conoide. La cantidad de sedimento verdoso es escasa para unaidentificación precisa (Chaparro 2000).

Aprovisionamiento de mineralesOtros de los minerales hallados en la excavación del recinto 6 (cuadrícula 3 nivel 5) fue identi-

ficado por análisis petrográfico como una arcosa con presencia de malaquita4. Cabe aclarar que lamalaquita es el mineral utilizado para confeccionar una cuenta de collar hallada en la cuadrícula 1 delmismo recinto.

Esto lleva a dirigir el interés sobre las fuentes potenciales de minerales cupríferos. Un datoimportante relacionable a esto es la presencia de minas de cobre a 20 Km cruzando el fondo del valle deSanta María, en el paraje Tres Morritos ubicado en el faldeo occidental de las Cumbres Calchaquíes(Mapa 1).

Según la hoja geológica 10e Cafayate esta fuente se presenta como nódulos de malaquita im-pregnados en sedimentos de tipo arenoso pertenecientes a la formación Tolombón. Son antiguos trozosde sulfuro de cobre que se acumularon en el período de formación de las areniscas (Galván 1981: 43).

Con respecto a la procedencia del estaño por el momento las minas conocidas son las ubicadasen Capillitas y la Alumbrera (Williams y Scattolin 1991) aunque no se descartan otras más cercanas aúnno identificadas.

Consideraciones finales

Retomando el tema de las escorias, la determinación de las mismas no permite que se las vinculedirectamente con la producción metalúrgica pero no se descarta esta posibilidad. Se debería realizaruna búsqueda más orientada hacia metales como el cobre a través de un rastreo previo de puntos metá-licos con microscopio y ampliar la cantidad de muestras para posteriormente identificarlas por análisisquímicos. Por otro lado se deberá intensificar la búsqueda de elementos como estructuras, hornos,crisoles, moldes, etc; que por otra vía permitan plantear fehacientemente la producción de metales.

Varios investigadores vinculan la instalación de talleres metalúrgicos a factores como la cerca-

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nía a fuentes de minerales metalíferos, al combustible especialmente, al algarrobo, a los cursos de aguapara el tratamiento de la carga a fundir y por último a los caminos que vincularían distintos sitios deactividades específicas como el aprovisionamiento y el procesamiento (González 1992, Shimada yMerkel 1991, Raffino et al. 1996, Scattolin y Williams 1992). En relación a esto, Tolombón esta insta-lado relativamente cerca de por lo menos una mina de cobre. Los algarrobales cubren desde el piedemontedel sitio hasta el centro del valle y el arroyo Tolombón recorre la quebrada y desemboca en el ríoYocavil. Todo esto estaría asegurando las condiciones ambientales necesarias para la instalación poten-cial de talleres metalúrgicos.

Las evidencias aún no permiten afirmar una producción local de metales aunque las condicionesbásicas materiales están presentes. Sin olvidar que dentro de esas condiciones se encuentra la másimportante, la mano de obra capacitada y especializada para llevar adelante dicha producción. Teórica-mente se supone que las elites dominantes controlaban la producción y distribución de bienes metálicosllevada a cabo por grupos de especialistas altamente capacitados pero por el momento no se puedeafirmar nada al respecto. Estos son los inicios de la investigación y se debe seguir trabajando en el sitioampliando las excavaciones y mediante prospecciones, dirigir la atención a las cercanías a los cursos deagua, especialmente, al río Yocavil y a las fuentes minerales.

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Notas

1. Los análisis de EDAX fueron realizados por el Lic. Mario Sánchez perteneciente al Centro de Investigaciones y Desarrollode Procesos Catalíticos (CINDECA) dependiente del CONICET y la Universidad Nacional de La Plata.

2. AMBROSETTI (1904: 289-290) registró la existencia de tres fragmentos de un disco de metal dispersos por el MuseoNacional de Buenos Aires, el Museo de Berlín y en su poder. La descripción es escueta, no se especifica sobre que metalestá confeccionado y solo comenta su proveniencia de Tolombón y los motivos estilísticos que posee.

3. Los difractogramas de Rayos X e Infrarrojos fueron realizados por la Dra. Araceli Lavat perteneciente al INMAT, departa-mento de Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de BuenosAires.

4. El estudio petrográfico fue realizado el Lic. Horacio Echeveste, geólogo perteneciente al Instituto de Recursos Minerales(INREMI) de la Universidad Nacional de La Plata.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 75

Tabla 1. Resultados del Equipo de Energía Dispersiva en Rayos X sobre Cinsel

Tabla 2.

Resultados del Edax sobrealgunas Escorias del sitio Tolombón Faldeo Este,División Arquitectónica A, recinto 6.

Procedencia: Cuadrícula 3, nivel 9 - Locus:

1 2/3 (T2A6.3.9)

Procedencia: Tolombón Faldeo Este, División Arquitectónica A,

recinto 6, cuadrícula 1, nivel 6 (T2A6.1.6)

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76 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

Procedencia: Cuadrícula 1, nivel 5.

(T2A6.1.5)

Tabla 2: Resultados del Edax sobre algunas Escorias del sitio Tolombón Faldeo Este,División Arquitectónica A, recinto 6.

Procedencia: Cuadrícula 1, nivel 6.

(T2A6.1.6)

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 77

▲Tomado de Carta Geológica-Económica10e.

Cafayate. Servicio Geológico Nacional. Secretaría de Minería. Ministerio de Economía.

Mapa 1

Ubicación del paraje Los Tres Morritos desde el sitio Tolombón

20 km.

Ubicación del sitio Tolombón

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ABRA DE LAGUNAS.UN ASENTAMIENTO TARDÍO EN LA PORCIÓN

NOROCCIDENTAL DE LA PUNA JUJEÑA

CARLOS DE FEO1, ANA MARÍA FERNÁNDEZ1 y MARÍA GABRIELA RAVIÑA1

Introducción

En este trabajo se presentan los primeros resultados de las investigaciones arqueológicas lleva-das a cabo en Abra de Lagunas, un asentamiento del Período Tardío del NOA localizado al occidente dela sierra de la Rinconada, aproximadamente a un kilómetro de la margen izquierda del río Urosmayo,afluente del San Juan Mayo o río Grande de San Juan. El sitio se ubica a 3960 msnm en la denominadaPuna seca (Cabrera 1968). Sus coordenadas son 22° 28´ 6´´ Latitud Sur y 66° 21´ 9´´ Longitud Oeste.

El clima de la región es de tipo semidesértico, con inviernos muy fríos y veranos cálidos. Lasprecipitaciones, generalmente inferiores a los 200 mm anuales, se producen en la época estival. La hume-dad relativa del ambiente es escasa, lo cual sumado al enrarecimiento de la atmósfera, producen una altaradiación solar que determina la gran amplitud térmica diurna-nocturna.

Los cursos de agua de la región corresponden a la cuenca del río Pilcomayo. Uno de ellos, el ríoUrosmayo, nace al oeste de la serranía de Carahuasi y corre con una dirección aproximada sur-norte hastadesembocar en la margen derecha del río Granadas, que aguas abajo se denomina río Grande de San Juan oSan Juan Mayo. Es uno de los pocos ríos con agua permanente de la región.

La vegetación de la Puna es una muestra de adaptación a condiciones ambientales extremas,dando como resultado una estepa arbustiva baja, con una cobertura discontinua de arbustos pequeños yaislados que dejan entre ellos el suelo al descubierto, excepto en las zonas más húmedas donde hayalgunos pocos pastos. Prácticamente, la única especie arbórea presente es la queñoa (Polylepis tomentella)que puede llegar por las quebradas hasta más allá de los 4000 m. La fauna comprende pequeños roedo-res y animales de mayor porte entre los que se destacan, por su importancia económica en el pasado, lallama y la vicuña; también se encuentran chinchillas, suris y cóndores (Reboratti 1994).

Antecedentes de investigación

La porción noroccidental de la Puna jujeña, al oeste de las serranías de Rinconada, no ha sidoobjeto de estudios sistemáticos. En el área del San Juan Mayo o río Grande de San Juan, los primerostrabajos fueron realizados en las primeras décadas del siglo pasado. Ambrosetti (1901 y 1902) y LehmannNitsche (1902) realizaron descripciones detalladas de objetos arqueológicos recuperados por GuillermoGerling –ex naturalista viajero enviado por el director del Museo de La Plata, Francisco P. Moreno– ensitios de la puna jujeña, entre ellos Santa Catalina, San Juan Mayo, Casabindo y Pucará de Rinconada.

1 Facultad de Ciencias Naturales. UNLP. Paseo del Bosque s/n. La [email protected] [email protected] [email protected]

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Entre 1919 y 1921 se efectúan en el área las expediciones financiadas por Muniz Barreto ydirigidas por el Ingeniero Weiser. Debenedetti (1930), quien había participado en la última expedición,publica los resultados de la misma, considerando que las construcciones que denomina chullpas –y queAmbrosetti (op.cit.) había llamado tumbas vacías–, fueron utilizadas con fines exclusivamentemortuorios.

Treinta años después, Krapovickas y Cigliano (1962-63) trabajan en la zona tomando comopunto de partida la información de las libretas de campo de Weiser y la publicación de Debenedetti(op.cit.). Identifican tumbas subterráneas de forma circular y numerosas muestras de arte rupestre.

Posteriormente, Krapovickas considera que el río Grande de San Juan y sus afluentes debieronformar una red hidrográfica muy importante para la vida de los puneños. Entiende que, posiblementefue un “...camino de tránsito y de comunicación entre zonas muy alejadas”. (y) “...al mismo tiempopudo ser un elemento de separación” (Krapovickas 1968: 266).

Para la región del Urosmayo, la información es más escasa; sólo se hallan mencionados enBoman (1992) dos sitios, Abra de Lagunas y Quirquincho, ambos ubicados hacia el oeste del río. Laspinturas rupestres de Abra de Lagunas, localizadas bajo el alero de un gran bloque de piedra, fuerondescriptas por Pelissero (1973), quien además menciona e ilustra sus “chullpas”. Márquez Miranda(1940) describe los hallazgos de un asentamiento que denomina Torohuasi, ubicado en la quebrada deSan Pedro. De acuerdo con las fotografías que ilustran ese trabajo, consideramos que podría tratarse, enrealidad, del sitio Abra de Lagunas.

El sitio

Abra de Lagunas se localiza al pie de un alto farallón, del cual se han desprendido grandesbloques que se encuentran dispersos en el sitio. El núcleo del asentamiento tiene una extensión deaproximadamente 2 hectáreas, sin incluir las áreas donde se encuentran las pictografías y las construc-ciones bajo peña u “hornos” según la denominación que les dan los lugareños. En este sitio hemosrealizado un relevamiento de las plantas de los recintos, cuyo resultado es el plano de la lámina 1.

Las paredes de los recintos, construidas con piedras de tamaños reducidos, se encuentran bas-tante destruidas. Su morfología así como sus dimensiones son muy variables. Predominan los de plantairregular y de grandes dimensiones, que pueden alcanzar 20 m. de lado. Entre estos grandes recintos sedisponen otros más pequeños, rectangulares y cuadrangulares de 2,5 m. a 5 m. de lado.

La parte norte del sitio parece presentar una mayor concentración de recintos de menores di-mensiones incluidos en otros mayores, lo cual podría indicar que se trata de un sector residencial. Haciael sur, se observa un área de grandes recintos con zonas despejadas, de probable uso comunal. Es allídonde se encuentran dos menhires caídos y gran cantidad de fragmentos de alfarería. Por el momento,no se ha podido determinar la presencia de vías de circulación internas ni de basureros, aunque no sedescarta su existencia.

Por debajo de algunas de las grandes rocas que se encuentran en el sector sur central del sitio, sehan ubicado al menos, tres enterratorios muy deteriorados. Las cavidades que se forman al pie de estasrocas, han sido cerradas con paredes de piedras unidas con argamasa; se trata de un tipo de entierro que seha denominado en “chullpas” (Lámina 2). Dos de estos enterratorios han sido saqueados, hallándose enuno, una falange del pie probablemente de un individuo de sexo masculino, una mandíbula quemadaposiblemente de un adulto femenino, y un húmero, tal vez perteneciente a este último individuo. En elotro, una mandíbula de un sub-adulto de entre 6 y 10 años. En un tercero, aparentemente intacto, afloraparte de un cráneo humano. Varias estructuras similares a las descriptas se registraron en las inmediacio-nes, aunque en ellas no se han observado, en superficie, restos humanos.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 81

Lámina 1

Plano del sitio Abra de Lagunas

Otras construcciones presentes en el sitio son los denominados “hornos”. Poseen planta circular oelíptica y techo en falsa bóveda. Están construidas con paredes de piedras unidas con argamasa yrevocadas internamente. En aquellas que se hallan mejor conservadas se observa una abertura en formade pequeña ventana. Hasta el momento se han localizado más de una veintena al oeste- noroeste delárea de concentración de los recintos, a una distancia que varía entre 190 y 250 m. En su mayoría seagrupan debajo de los aleros formados por el desprendimiento de grandes bloques del farallón, aunquesu construcción es independiente de éstos. Todas las estructuras registradas se encuentran vacías (Lá-mina 3).

▲ Lámina 2. Enterratorio bajo peña.

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82 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

Lámina 3

Estructuras de almacenamientoo silos (“hornitos”)

A unos 150-200 m al este del sitio, a la vera de un cauce de agua temporario, se encuentran laspictografías descriptas por Pelissero (1973). Las mismas son poco visibles pues están realizadas en laparte inferior de un gran bloque aislado, sobre una superficie oblicua orientada hacia la serranía de laRinconada.

Descripción de los hallazgos

Los trabajos llevados a cabo en el sitio consistieron en una prospección general, el relevamientode las plantas de los recintos y una recolección indiscriminada de material arqueológico de superficiecon fines diagnósticos. Con posterioridad, se efectuaron dos muestreos sistemáticos en transecta. Unade ellas, la A, de recorrido noreste-sudoeste, tuvo una extensión de 130 m de largo por un metro deancho. La otra, que denominamos B, de rumbo noroeste-sudeste, de 170 m de largo e igual ancho. Estasrecolecciones tuvieron como objetivo registrar la variabilidad artefactual, tanto de la cerámica como deotros materiales culturales presentes en el sitio, así como establecer diferentes áreas de actividad ydeterminar posibles relaciones con regiones circundantes.

Los hallazgos consisten en fragmentos cerámicos, material lítico, artefactos en madera y restosóseos humanos y faunísticos.

El material alfarero recolectado alcanzó la suma de 777 fragmentos en la recolecciónindiscriminada, 438 en la transecta A y 529 en la B.

En general existe un predominio de cerámica ordinaria con superficies alisadas, en algunoscasos bastante irregulares. Su color varía desde el gris-negro, pasando por el ante hasta el anaranjado.Aunque pueden presentarse algunos bordes directos, predominan los evertidos, en general, con labiosplanos.

Las asas de la alfarería ordinaria poseen cierta variabilidad, pues pueden ser macizas de distintasdimensiones –que van desde pequeños mamelones cercanos al borde a otras más extendidas y de mayortamaño–, y en arco orientadas de manera horizontal o vertical, de sección circular o rectangular.

Todas las bases son planas; en algunos casos presentan un pie externo que coincide con el espe-sor de la misma, pudiendo alcanzar de 1,5 a 2 cm. Del conjunto se destacan tres: una con incrustacionesde cuarzo blanco en su superficie interna, similar al tipo Pozuelos con cuarzo (González 1963, Togo1973, Krapovickas 1977); otras dos presentan un apéndice en la base. En un caso es cónico con elextremo libre redondeado, en el otro es subcilíndrico con el extremo libre plano, ambos de tipo CerroColorado tosco (Krapovickas op.cit.).

Las formas corresponden a ollas grandes y a pucos profundos. También es numerosa la presen-cia de fragmentos de vasitos chatos o hilanderos. Dentro del grupo de alfarería ordinaria hay un porcen-taje importante de pasta con abundante mica utilizada como antiplástico.

Otro grupo cerámico está formado por fragmentos con interior negro que varía desde bien alisa-do a pulido. La superficie externa puede presentar un color que va desde el ante grisáceo al anaranjadoque, en algunos casos, tiene restos de pintura roja. Las bases son plano-planas. Las asas macizas, siem-pre cercanas al borde, pueden ser mamelonares o más extendidas. También existen asas labio adheridas

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y asas horizontales. En general estos fragmentos con interior negro corresponden a escudillas o pucos,algunos poco profundos, con bordes directos de labio plano a levemente convexo. En pocos casospresentan un punto angular o de inflexión, ubicado entre 1 a 1,5 cm por debajo del borde.

Un grupo con pintura roja presenta una gran variabilidad en cuanto al color y al tratamiento desuperficie. El primero va de un naranja claro a un rojizo oscuro. Las superficies pueden presentarsealisadas o pulidas. Los bordes son escasos; algunos de ellos parecen ser muy evertidos, por lo queconsideramos que pudieron formar parte de aríbalos o aribaloides. Tampoco descartamos la posibilidadde que algunos de estos fragmentos procedan de vasijas decoradas en negro sobre rojo.

En cuanto al grupo de fragmentos decorados, predomina la alfarería pintada en negro sobre rojo, lacual presenta líneas anchas que a veces se interceptan y otras son paralelas oblicuas. Otros fragmentosposeen una banda negra en la unión cuello-cuerpo, de las cuales se desprenden motivos decorativos simi-lares a los anteriormente descriptos. Dentro de este diseño geométrico de bandas paralelas, dos fragmen-tos poseen las líneas de color marrón rojizo sobre ante. Aunque con menor frecuencia, se registraronmotivos reticulados, internos o externos, y semicírculos concéntricos en el borde interno. Las superficiesexternas varían desde alisadas a pulidas. Algunas asas horizontales tienen una línea negra que a veces secontinúa en el cuerpo de la vasija.

Otra cerámica identificada es el tipo Queta Policromo o Grupo B (Krapovickas 1979-1987-1988),también llamado Queta Negro sobre ante rojizo en su variedad tricolor (Raffino et al. 1986). Se encuentradecorada con puntos blancos acompañados de líneas negras sobre fondo de pintura roja (Lámina 3).También se ha registrado el Tipo Yavi Chico Policromo (Krapovickas 1977).

La muestra de material lítico es sensiblemente inferior a la cerámica. Se hallaron 193 artefactos, entrelos que se encuentran dos puntas de proyectil manufacturadas en vulcanita, una completa, de forma oval de3,4 cm de largo por 2,1 cm de ancho y 0,6 cm de espesor. La otra, un fragmento de limbo de forma subtriangular,tiene 2,2 cm de largo por 1,5 cm de ancho y 0,3 cm de espesor.

Se encontraron también una preforma en calcedonia de 2,5 cm de largo por 1,1 cm de ancho y0,6 cm de espesor; dos fragmentos de colgante en limolita y pelita respectivamente; dos morteros deandesita; lascas de pelita, basalto, obsidiana, calcedonia, cuarcita y limolita; y núcleos de calcedonia,pelita, limolita y obsidiana.

Del material elaborado en piedra se destacan las palas. Los hallazgos consistieron en 9 ejempla-res enteros, 18 fragmentos de mango y 70 de cuerpo, lo que representa un número mínimo de 27especímenes, teniendo en cuenta la suma de los mangos y de las palas enteras. Las medidas de lasenteras varían entre 13 y 18 cm de alto incluyendo el mango, siendo el ancho del cuerpo entre 8 y 17 cmsegún la forma, y su espesor entre 1 y 2 cm. Fuera de estos parámetros se encuentran dos ejemplares,uno muy pequeño de 6,8 cm de alto por 7 cm de ancho y otro de 24 cm de alto por 14,8 cm de ancho. Engeneral, la manufactura de las palas es relativamente sencilla, pues se han elaborado sobre lajas a lasque, con el fin de formatizarlas, se les realizaron retoques bifaciales; frecuentemente presentan pulidoen los filos y/o en las caras. Se ha podido reconocer, hasta el momento, al menos tres formas básicas:subtriangulares, en forma de T y laterales, semejando esta última la forma de un zapato.

En cuanto al material manufacturado sobre madera se cuenta con dos artefactos. Uno de ellos esuna tarabita que se encontró bajo el peñón del cual se recuperaron restos humanos pertenecientes a dosindividuos de distinto sexo. Está realizada sobre madera de queñoa, sus ramas tienen 45 mm y 43 mmde largo respectivamente y la abertura entre ellas es de 41 mm.

El otro hallazgo es una punta de flecha que se encontró en una estructura similar a la anterior,aunque en este caso no se observaron restos humanos. Está formada por un limbo triangular de 6 cm delargo y un ancho máximo de 1,5 cm; tiene un vástago de 17 cm, que en los 3,5 cm de su extremo distalpresenta un adelgazamiento para encastrarla en el astil. Es semejante a la descripta por Boman (1992:Fig.121) para Sayate y por Lehmann Nistche (1902: Lám. IV; H) para el Cementerio VIII de Casabindo.Ambas asociaciones permiten inferir que, probablemente, formaron parte de ajuares funerarios.

Además de los restos humanos ya mencionados, se han recolectado más de un centenar de restosóseos de animales, los que, casi en su totalidad, se encontraban bajo las grandes peñas, excepción hechade dos especímenes que fueron recogidos en la transecta A. El 37% corresponde al género Camelidae,perteneciendo el resto a otros mamíferos indeterminados. Uno de los huesos de camélidos correspon-diente a una falange de un individuo adulto, ha sido pintado en toda su superficie con lunares negros, deaproximadamente 0,5 cm de diámetro. Otro, un fragmento de metapodio de 15 cm de largo, 1,7 cm deancho y 0,4 cm de espesor, muestra lascados en ambas superficies con el objeto de producir unadelgazamiento; posiblemente se trata de la preforma de una espátula.

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Consideraciones

La información expuesta permite postular que el sitio se ubica cronológicamente en los momen-tos finales del Período de los Desarrollos Regionales e Incaico, de acuerdo con los estilos alfarerosreconocidos en el sitio y ya determinados por otros autores como pertenecientes a estos momentos deldesarrollo cultural de la Puna (Krapovickas 1968 y 1977, Ottonello 1973, Raffino et al. 1986, Albeck yRuiz 1997).

La actividad económica ha sido de tipo agropastoril con énfasis en la ganadería. Las condicio-nes ambientales del lugar, con zonas de pasturas y disponibilidad de agua durante todo el año, permitenel pastoreo de grandes grupos de camélidos. A juzgar por las puntas de proyectil encontradas, la subsis-tencia debió complementarse con la caza de vicuñas y de animales de menor porte.

No es posible observar en las cercanías del sitio andenes de cultivo u otras construcciones simi-lares, que son comunes en las regiones vecinas como Casabindo y San Juan Mayo. Sin embargo, en elinterior de las ruinas, algunos espacios pircados podrían haber tenido como finalidad el cultivo devegetales de altura. Debido al tamaño restringido de estos espacios, la producción debió estar destinadaa la subsistencia de los pobladores.

Esta hipótesis parece contradecirse con los numerosos restos de palas líticas halladas en el sitio,lo cual podría estar indicando que éstas fueron manufacturadas allí para ser intercam-biadas por otrosproductos. En este sentido es importante destacar que la andesita, materia prima sobre la que estánelaboradas, es abundante en las cercanías del asentamiento.

Si bien los estudios se encuentran en una etapa inicial, es posible plantear que este sitio corres-pondería a un asentamiento, quizás el más occidental, de grupos provenientes de la zona de Casabindo-Cochinoca.

En Abra de Lagunas, los tipos cerámicos predominantes corresponden a la alfarería de tipoCasabindo (Albeck y Ruiz 1997), entre los que se pueden mencionar el Negro y blanco sobre rojodenominado Peña Colorada con puntos (Deambrosis y De Lorenzi 1975) o Queta Tricolor (Raffino etal. 1986) y el Negro sobre rojo, así como los pucos con interior negro. La abundancia de mica enalgunos fragmentos es uno de los rasgos característicos de la alfarería del sitio, rasgo que también seencuentra presente en Agua Caliente de Rachaite (Ottonello 1973). Asimismo es alta la frecuencia devasitos chatos o hilanderos que caracterizan al área puneña y, especialmente, a la región de Casabindo.

Otro rasgo registrado en Abra de Lagunas, que lo relaciona con Casabindo, es la presencia de dosmenhires, los cuales no se han registrado hasta el momento en el área de San Juan Mayo.

Por otro lado, el componente Yavi (Krapovickas 1973; 1975; 1977), que caracteriza a los gruposchicha más australes de Bolivia, se encuentra en Abra de Lagunas tanto como en otros sitios de laregión Casabindo-Cochinoca, ya que esta cerámica alóctona tiene una distribución espacial muy am-plia, pues se lo encuentra desde San Pedro de Atacama (Chile), pasando por el río San Juan Mayo, hastala zona de Santa Victoria en Salta (Togo 1973).

El patrón de asentamiento, de tipo semiconglomerado con muros de piedra rectilíneos que deli-mitan amplios espacios de planta irregular y recintos adosados de forma rectangular a cuadrangular demenores dimensiones, se corresponde con lo que Raffino (1991) define como trazado concentrado endamero irregular. Otras instalaciones de la región del río San Juan Mayo, como Churquihuasi, PuebloViejo y Cabrería –relevados por Weiser (1919-21) y publicados por Raffino (op.cit.)–, repiten estaimagen arquitectónica.

Dos rasgos que se observan en ambas regiones –Casabindo y San Juan Mayo– y que se encuen-tran en Abra de Lagunas, son los entierros en aleros o grutas tapiadas y las características construccio-nes de almacenamiento o silos.

Si bien ambas regiones comparten rasgos, como el trazado arquitectónico, el tipo de enterratorio,las estructuras de almacenamiento y la presencia de alfarería Yavi, otros de igual jerarquía, como losmenhires y la alfarería Peñas Coloradas con puntos, no se hallan en el San Juan Mayo ni en áreasaledañas. Todo ello estaría estableciendo una indudable relación de Abra de Lagunas con la regióncentral de la Puna jujeña.

La ubicación especial del asentamiento sobre un abra que hacia el este comunica, atravesando laserranía de La Rinconada, con el área de Pozuelos y Casabindo, hacia el norte por medio del San JuanMayo con el sudoeste de Bolivia y hacia el oeste a través de los pasos cordilleranos como los de los cerrosTinte o Zapaleri, con el norte de Chile, habría facilitado contactos interétnicos entre distintas poblaciones.Al respecto, es importante recordar que Abra de Lagunas se halla dentro del “eje de interacción” ubicado

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entre los paralelos 22º y 23º sur, que estuvo en plena actividad entre los siglos XI y XV y que, desde elvalle del Loa se extendió, a través de los oasis puneños por San Juan Mayo, Lípez y Yavi hasta Tarija enBolivia (Tarragó 1984).

En síntesis, planteamos que Abra de Lagunas fue un asentamiento permanente, dependiente deun centro político que se encontraba hacia el sudeste en el área Casabindo-Cochinoca y que mantuvocontactos con grupos Yavi chichas, posiblemente integrando una red de tráfico caravanero.

La presencia de pictografías en las cercanías del sitio, el importante número de estructuras dealmacenamiento, los artefactos relacionados con el atalaje y los restos de camélidos así lo estaríanindicando. La profundización de las investigaciones dentro de un marco regional, nos permitirá con-trastar ésta y otras propuestas, así como avanzar en el conocimiento de una región arqueológicamentepoco explorada del NOA.

Agradecimientos

A los pobladores de Liviara, a la Dra. A. Capparelli por los análisis de los restos vegetales, alDr. G. Barrientos por la determinación de los restos óseos humanos, a la Lic. M. Leipus por la determi-nación del material lítico, al Lic. M. Del Blanco por la determinación geológica, a la Lic. M. E. De Feo,y a las Srtas. V. Bengoa y V. Bártoli por su colaboración en los trabajos de campo y laboratorio.

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LOS ENTIERROS HUMANOS DE SAN FÉLIX,PROVINCIA DE SANTIAGO DEL ESTERO. PRÁCTICAS

FUNERARIAS Y ANÁLISIS BIOARQUEOLÓGICO

HILTON D. DRUBE1 y JOSÉ TOGO1

Introducción

El objetivo primario del presente trabajo es proceder al estudio de los enterratorios localizadosen el paraje San Félix, provincia de Santiago del Estero. El paraje en cuestión se encuentra en la porciónnorte del departamento San Martín, el cual está ubicado en la región central del área conocida comomesopotamia santiagueña, vasta llanura delimitada por los ríos Dulce y Salado. Las coordenadas geo-gráficas del sitio corresponden al paralelo 28º 04’ latitud Sur y al meridiano 63º 51’ longitud Oeste.

La vegetación característica de la región, el bosque de quebracho colorado santiagueño (Schinopsislorentzii), propio del Distrito Chaqueño Occidental, Provincia Fitogeográfica Chaqueña (Cabrera 1994), hasido suplantado, a consecuencia de la intensa deforestación padecida en la región a partir de las postrimeríasdel siglo XX, por un tipo de vegetación conocida como fachinal, caracterizada por pastizales y vegetaciónarbustiva achaparrada, con ejemplares de tusca (Acacia aroma), algarrobo blanco (Prosopis alba), brea(Cercidium australe), chañar (Geoffrroea decorticans), mistol (Zizyphus mistol), vinal (Prosopis ruscifolia)y quebracho blanco (Aspidosperma quebracho-blanco) como sus representantes arbóreos más conspicuos.El área de ocupación del sitio presenta únicamente pastizales, sin estrato arbustivo o arbóreo, lo que facilitauna degradación significativa del terreno.

El suelo es de tipo limo-arenoso, de origen eólico y fluvial, correspondiente a superficies afec-tadas antiguamente por los constantes cambios de curso del río Dulce. En efecto, puede constatarse laexistencia de numerosos paleocauces en toda el área en consideración. Sin embargo, el actual cauce delrío Dulce está emplazado aproximadamente a 20 kilómetros al Oeste, en línea recta, del sitio estudiado.

La región se caracteriza por la presencia de numerosos montículos, los cuales fueron utilizados comoemplazamiento de viviendas por las poblaciones prehispánicas. Estos montículos constituyen un conjunto deelevaciones emplazados en hileras de aproximadamente 150 metros de longitud cada una. Tales elevacionesse encuentran dispuestas prácticamente paralelas unas de otras, orientadas de norte a sur. En las adyacenciasde cada montículo se observa la presencia de zonas deprimidas, posiblemente originadas por la extracción desedimentos utilizados en la construcción de los mismos. El sitio constituye un asentamiento relativamenteextenso, ya que las distintas lomadas con sus respectivos bajos conforman un área de más de dos hectáreas deextensión.

Los materiales ceramológicos encontrados corresponden, en casi su total mayoría, al complejoSunchituyoj, caracterizado generalmente por cerámica con una coloración de fondo que varía entrerojiza, roja, ante, blancuzca o gris, y sobre la misma, motivos decorativos en negro. Los fechadosradiocarbónicos obtenidos permiten constatar que el poblado estuvo en plena vigencia hacia los años1380 ± 50 y 1640 ± 40 DC. La presencia en el sitio de escasos fragmentos cerámicos asimilados comoAverías –alfarería tricolor, caracterizada por poseer usualmente fondo blanco con diseños en rojo y

1 Laboratorio de Antropología. Universidad Nacional de Santiago del [email protected][email protected]

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negro– permitiría aproximar que al final del período de ocupación del asentamiento haya existido con-tacto con el grupo portador de este tipo cerámico.

Las sucesivas tareas de campo en la región fueron realizadas durante el transcurso de los años1999 y 2000, en el marco del proyecto de investigación “Santiago del Estero: Patrimonio cultural eidentidades. Una aproximación desde sus orígenes”, financiado por la Universidad Nacional de Santia-go del Estero. Durante la concreción de las excavaciones fueron hallados cuatro enterratorios, ubicadosa no más de 15 metros de distancia unos de otros. Dos de los entierros se adscribían al tipo directo, entanto que los dos restantes correspondían a entierros en urna.

Solamente se pudo proceder a evaluar tres de los cuatro entierros, dado que las osamentas depo-sitadas en una de las urnas se desintegraron completamente durante su extracción, debido al deficienteestado de conservación de las piezas óseas. Sin embargo, pudo rescatarse un conjunto de materialesqueletario exhumado por pobladores locales en cercanías de las inhumaciones citadas.

Metodología

Para llevar a cabo el presente trabajo se procedió a la utilización de métodos morfoscópicos yosteométricos convencionales, aplicables en el análisis de material esqueletario. El análisis realizadocomprendió la evaluación del estado de conservación del esqueleto, la estimación de edad y sexo decada individuo y el análisis de indicadores óseos de alteraciones de origen nutricional, patológico,traumático, tafonómico o cultural. La metodología mencionada fue complementada con métodosradiográficos en el caso de uno de los individuos analizados.

En la estimación etaria se utilizó el análisis del estado de osificación del esqueleto post-craneal(Bass 1987, Brothwell 1987, White 1991), complementando esta asignación con la evaluación del des-gaste dentario (White 1991). Además se evaluó, en uno de los casos, la morfología de la superficie de lasínfisis púbica, utilizando la metodología propuesta por Todd (White 1991).

Para elucidar el sexo se utilizaron el método de Phenice (White 1991) para evaluar la sínfisispúbica y criterios macroscópicos utilizables en el análisis de cráneo y pelvis (Ferembach 1979, Buikstray Ubelacker 1994). También se apeló a métodos tanto morfoscópicos como osteométricos de carácterdiagnóstico aplicables en fémur, tibia y húmero (Bass 1987).

En la estimación de la estatura se apeló a las fórmulas de regresión postuladas por Trotter (Steeley Bramblett 1989). En dicha estimación se utilizaron el fémur, la tibia y el húmero en ese orden deprioridad. Asimismo se estimó la longitud total de los huesos largos que se encontrasen fragmentadosutilizando la metodología planteada por Steele (Steele y Bramblett 1989).

Se efectuó un minucioso análisis escópico a fin de detectar la presencia de variables epigenéticas,anomalías patológicas y traumas. Debido a la presencia de una notable alteración patológica afectandosistemáticamente al cuarto individuo, se procedió a la toma de placas radiográficas para complementarsu evaluación.

Resultados

Los datos preliminares recabados en cada una de las inhumaciones se presentan a continuación.

Entierro IEl enterratorio se adscribe a la modalidad de entierro primario de un individuo adulto. A escasos

centímetros del mismo, a la altura de las extremidades inferiores, se encontraba depositada una urna, lacual poseía restos de un individuo aparentemente perinato, el cual debido a su estado sumamente frágil,no pudo ser recuperado. Tanto el esqueleto como la urna se hallaban depositados a prácticamente unmetro debajo de la superficie. La vasija utilizada con propósitos funerarios es de forma subglobular de45 cm. de altura. La misma se encontraba cubierta con un puco que presenta apliques decorativos en elcontorno de la boca. Ambas piezas presentan la superficie imperfectamente alisada, sin decoración.

El individuo adulto yacía en posición decúbito dorsal, orientado hacia el sur. Presentaba losbrazos cruzados sobre el pecho, con el antebrazo derecho colocado por encima del izquierdo. Laspiernas se encontraban flexionadas hacia la izquierda, descansando la extremidad inferior derecha so-bre su par izquierdo. No presentaba ninguna evidencia de ajuar funerario.

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El estado de conservación de los restos óseos es bueno. Pertenecen a un individuo de sexomasculino, cuya edad estaría comprendida en el rango de 30 a 35 años. Su estatura fue estimada en173,8 cm., con un desvío estándar de 4,24 cm. No pudo determinarse la presencia de plásticasdeformatorias en el cráneo debido al estado fragmentario del mismo.

Un fragmento de hueso parietal presenta en su cara externa una lesión traumática curada. Eltrauma consiste en una fractura deprimida de contorno ligeramente oval (Larsen 1999), de aproximada-mente seis milímetros de diámetro transverso por cinco milímetros de diámetro longitudinal.

La lesión pudo ser consecuencia de un golpe, o bien a causa del impacto de un artefacto pequeñoy obtuso (Lovell 1997). La misma se encuentra completamente recuperada, puesto que el tejido óseo dela cavidad exhibe total remodelación. Esto permite inferir que el individuo sobrevivió al evento queprodujo tal lesión.

Es destacable la presencia de agujeros septales en ambos húmeros. Estos son de forma ovalada,de nueve y cinco centímetros de diámetro transversal y longitudinal respectivamente en el húmeroderecho, y de siete y cuatro centímetros en su par izquierdo. La presencia de aperturas septales en elhúmero está relacionada primariamente a factores de estrés ocupacional o nutricional (St. Hoyme yIscan 1989). Teniendo en cuenta la ausencia de evidencias anatómicas adicionales de malnutrición en elresto del conjunto esqueletal, y la presencia de áreas de inserción muscular fuertemente marcadas enlos huesos largos, puede aproximarse que la presencia de los agujeros septales en el presente casoestaría en directa relación a una intensa actividad física efectuada por el individuo.

No se observan rastros tanto de hiperostosis porótica como de criba orbitalia.El individuo no presenta ningún indicador de hipoplasia del esmalte. En cambio puede eviden-

ciarse una incipiente formación de cálculos supragingivales en prácticamente todas las piezas dentales.Estas presentan, en su mayoría, aposición tanto en las caras labiales como en las linguales.

La aposición es incipiente y leve en toda la dentición, excluyendo los cuatro incisivos inferiores,el incisivo central superior izquierdo y el canino superior derecho, los cuales presentan aposición mo-derada.

Es notable la insignificativa presencia de caries. Las mismas son evidentes en sólo dos piezasdentales, todas ellas –cuatro en total– en sus etapas iniciales de formación y localizadas en la superficieoclusal de los molares afectados. El primer molar inferior izquierdo posee una carie, en tanto que lasrestantes tres se localizan en el segundo molar inferior del mismo lado.

Se observan claros indicadores de enfermedad periodontal, dada la presencia de pequeñasporosidades y retroceso en el tejido de la región alveolar.

Los incisivos superiores poseen prominentes bordes marginales delimitando una cavidad en lasuperficie lingual, conformando la característica forma de los incisivos en pala. El patrón de incisivosen pala aquí considerados corresponde al grado cuatro según el sistema de clasificación ASU –ArizonaState University– utilizado para el registro de variables no métricas dentales (Hillson 1996). Siguiendoel mismo sistema de clasificación, los incisivos superiores presentan asimismo el atributo denominadopala doble correspondiente al grado dos.

El esqueleto presenta numerosas evidencias de alteración biológica postmortem. Tanto el húmeroizquierdo como el cúbito y fémur derechos presentan conspicuas marcas de roídos. En el caso delhúmero considerado el roído ha sido tan intenso que la corteza del hueso se encuentra perforada. Asi-mismo, ambos húmeros, el cúbito y radio izquierdos, las dos tibias y ambos peronés presentan fracturasperimortem. Todos los huesos mencionados presentaban sus respectivas cavidades medulares rellenascon abundante sedimento y pequeñas raíces.

Entierro IITrátase de un entierro secundario de un calvarium, cúbito izquierdo, tibia y peroné derechos, y

la decimoprimer costilla derecha. Estas piezas óseas humanas se encontraban depositadas en una urnaconjuntamente a 8 elementos óseos faunísticos. La urna se hallaba recostada en posición horizontal, aescasos centímetros de la superficie. La misma carecía de buena parte de su cuerpo. Dentro del reci-piente, en el costado derecho de su fondo, se encontraba depositado el calvarium. Inmediatamente a suizquierda yacían la tibia, el peroné, el cúbito y la costilla. Los restos pertenecientes al conjunto faunísticose ubicaban encima de los huesos largos. La vasija es de forma subglobular, de 52 cm. de altura, susuperficie presenta alisado imperfecto sin motivos decorativos.

El frágil y delicado estado de conservación del calvarium fue causante de que el mismo se vierafragmentado durante las tareas de extracción y limpieza. Sin embargo, pudo conservarse el temporal

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derecho, la escama y porción basilar del occipital, fragmentos de gran parte de los parietales y elmaxilar superior izquierdo. Los restantes huesos humanos así como los elementos faunísticos presen-tan buenas condiciones de conservación.

El material esqueletario corresponde a un individuo maduro de sexo probable masculino, cuyaedad a la muerte oscilaría entre los 40 y 50 años. La estatura estimada corresponde a 168 centímetros,con un desvío estándar de 3,73 cm..

Previo a la extracción del calvarium de su respectiva urna pudo constatarse que el mismo poseíadeformación correspondiente al tipo conocido como tabular erecta (Imbelloni y Dembo 1938) o defor-mación occipital (Buikstra y Ubelacker 1994), puesto que presentaba un aplanamiento significativo enla región lámbdica del occipucio. El sistema empleado para conseguir esta plástica consiste en la com-presión de la cabeza del infante sobre el plano de decúbito de un artefacto utilizado como cuna. Desdenorma superior pudo detectarse a su vez una asimetría en el cuadrante posterior izquierdo. En el presen-te caso no pudo determinarse si tal asimetría presentaba compensación en el cuadrante anterior dere-cho, debido a la ausencia de la región fronto-facial de la caja neurocraneana. Este tipo de asimetríaconstituye un cuadro de plagiocefalia izquierda, sin poder determinar con exactitud, por las causas yamencionadas, si la misma pertenecía o no al tipo bipolar cruzada.

Los huesos parietales poseen un marcado grosor anormal, el cual está dado por el ensancha-miento tanto del diploe como de las tablas externa e interna. Se observan además numerosas cavidadescircunscriptas de contorno circular, de aproximadamente un milímetro de diámetro, en la cara internade los huesos parietales, temporales y en el occipital. Su morfología es similar a las denominadascavidades de Pachionni, rasgos anatómicos no patológicos originados en el desarrollo de la tabla inter-na de la bóveda craneal para conformar las estructuras relacionadas con el cerebro y sus tejidos adya-centes (Buikstra y Ubelaker 1994). Sin embargo, la presencia de orificios de igual contorno y diámetroperforando las paredes de la cara externa de los huesos mencionados, así como un notable ahuecamien-to interno existente en el proceso mastoideo del temporal derecho, sumado al grosor exhibido por losparietales, permitiría inferir la existencia de una afección patológica en el cráneo. Las irregularidadesmencionadas no semejan alteraciones biológicas postmortem puesto que se observa continuidad tisularen el revestimiento óseo de las áreas afectadas. A su vez, el temporal derecho y el occipital presentancada uno, un orifi-cio de considerable tamaño, de aproximadamente 1,5 cm. de diámetro, sin continui-dad cortical en sus bordes. Si bien podría tratarse de lesiones relacionadas con el presunto cuadropatológico mencionado anteriormente, conviene tener en cuenta que la corrosión post mortem producea menudo orificios similares (Brothwell 1987).

En cuanto a su dentición, el individuo presenta solamente dos caries: una en la cara dis-tal delcuello del primer molar del maxilar izquierdo; y la restante en la cara mesial del cuello del segundomolar en el mismo maxilar. Ambas caries se encuentran enfrentadas.

Es notable la presencia de superficies astilladas en el esmalte dental de tres de los molaressuperiores. El primer molar superior derecho presenta una porción astillada de aproximadamente unmilímetro y medio en el ángulo mesiobucal de su corona. En tanto, el primer molar izquierdo presentaun astillado más significativo, afectando aproximadamente tres milímetros del esmalte del borde mesialy del ángulo mesiobucal.

El segundo molar izquierdo posee la misma alteración en el centro de su borde mesial, afectandodos milímetros y medio de superficie. La presencia de astillados en la corona de los molares es atribui-da tanto a funciones masticatorias fuertes como a demandas de actividades extramasticatorias utiliza-das en la manufactura de artefactos de distinta índole (Larsen 1999).

La región alveolar del maxilar superior derecho posee indicadores que denotan una marcadaafección periodontal, evidenciado en un notable retroceso tisular, acompañado de porosidad. Esta ano-malía afecta la superficie interna del hueso en cuestión, particularmente los alvéolos del segundo ytercer molar.

No pudo evaluarse la presencia de incisivos en pala dada la ausencia de tales piezas dentales.El conjunto de restos óseos faunísticos está compuesto por un hueso ilíaco, cuatro huesos largos,

un metacarpo y un metatarso. Por su morfología pertenecen a una especie de camélido de menor porte,presumiblemente Lama glama. Tres de los huesos largos están cortados longitu-dinalmente y, de la mismamanera que la costilla y el hueso ilíaco, presentan incisiones de evidente origen antrópico.

Entierro IIICorresponde a un entierro directo de un solo individuo. Los restos estaban depositados a una

profundidad de setenta centímetros de la superficie. El esqueleto descansaba de manera decúbito late-

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 91

ral izquierdo, orientado hacia el noroeste. Presentaba la extremidad superior izquierda extendida a uncostado del cuerpo, en tanto que su par derecha se encontraba semifle-xionada, con el correspondienteantebrazo a la altura del abdomen y la mano descansando sobre el antebrazo izquierdo. La extremidadinferior derecha yacía extendida, posicionada sobre su par izquierda, la cual se encontraba semiflexionada.El cráneo presentaba el mentón comprimido sobre el pecho, descansando sobre su lado izquierdo. Nose encontraron evidencias de ajuar funerario.

El estado de conservación del material óseo es bueno, habiéndose conservado la mayor parte delesqueleto exceptuando el cráneo. Trátase de un individuo maduro, cuya edad está comprendida en elrango etario de 40 a 45 años. Su expresión dimórfica corresponde al sexo femenino. La estatura estimadacorresponde a 161 cm., con un desvío estándar de 2,99 cm.

Debido a la ausencia de elementos craneales no pudo evaluarse la dentición ni evidencias dealteraciones culturales o patológicas en el cráneo.

El individuo presenta una lesión traumática, probablemente una fractura, en la metáfisis proximaldel radio izquierdo. A la vez, se observa proliferación de tejido óseo anómalo sobre toda la superficiecortical externa del mismo hueso. Este presenta engrosamiento en el periostio, dándole un aspectoinflamado, principalmente en la cara anterior de la tuberosidad radial, la cresta interósea y la metáfisisdistal. Esta última también se ve afectada en su cara posterior. Este tipo de tejido reactivo conforma unaperiostitis no específica, al no ser posible dilucidar su etiología precisa.

Sin embargo, debido a la lesión traumática en el mismo hueso, es probable que la periostitisobservada se haya originado a consecuencia de una infección en los tejidos implicados en el mismotrauma (Aufderheide y Rodríguez 1998). De todas formas, la apariencia suave y ondulada de la aposicióntisular ósea en el hueso en cuestión es un claro indicador de curación de la afección (Larsen 1994,Buikstra y Ubelacker 1994). Por lo tanto, el cuadro patológico considerado no se encontraría activo almomento del deceso del individuo.

El peroné izquierdo presenta adición de tejido óseo en el borde anterior de la metáfisis y en lacara mesial de la epífisis distal. En el borde anterior de la metáfisis se evidencia una proyección detejido óseo en forma de espícula de dos centímetros y medio de longitud. Su grosor es de un milímetroaproximadamente. Esta proyección ósea se extiende paralelamente al borde anterior de la fíbula, con-formando un cuadro osteopatológico similar al denominado Enthesophytosis. La presencia de lesionesde esta naturaleza es indicador de actividad muscular prolongada y excesiva (Larsen 1999). Al respectodebe mencionarse la notable robustez de los huesos largos, particularmente ambos fémures, los cualespresentan un apreciable grosor y marcadas zonas de inserción muscular.

El esqueleto presenta evidencias de alteración biológica postmortem. Ambos fémures presentanmarcas de roídos. También se observanfracturas perimortem en al menos la mitad de las piezas óseas.

Entierro IVEl enterratorio fue descubierto por pobladores locales que se encontraban efectuando tareas

domésticas en adyacencias del sitio. Por los 41 escasos datos recogidos se trataría de un entierro direc-to, sin presencia de urna ni de ajuar funerario. La presencia de restos cerámicos fragmentados en el áreade inhumación es altamente significativa. El material óseo rescatado comprende huesos largos (amboshúmeros, radios y cúbitos; clavícula izquierda; fémur derecho y ambas tibias y peronés); algunas piezasdentarias; atlas y axis; y pequeños fragmentos correspondientes a otras partes del esqueleto. El cráneo,presente al momento del hallazgo, no pudo recuperarse. El estado general de conservación de los hue-sos es bueno, a pesar que, dado el color blanquecino que presentan, los mismos estuvieron evidente-mente expuestos a la luz solar durante un tiempo considerable.

Los restos óseos corresponden a un individuo adulto, de sexo masculino, de aproximada-mente 20 a 25 años de edad a la muerte. La estatura estimada es de 173,8 cm., con un desvíoestándar de 4,24 cm.

Es destacable el estado notoriamente saludable de las piezas dentarias recuperadas. Las mismas nopresentan indicio alguno de caries, cálculos o hipoplasias del esmalte. Los incisivos superiores presentan enla superficie lingual de la corona la típica concavidad característica de los incisivos en forma de pala. Por otraparte, la superficie labial también presenta bordes desarrollados, variable no métrica conocida como doblepala. El patrón de incisivos en pala aquí considerados corresponde al grado cinco, en tanto que el patrón dedoble pala observado corresponde al grado tres. La clasificación de ambas características se basa en elsistema de clasificación ASU –Arizona State University– utilizado para el registro de variables no métricasdentales (Hillson 1996).

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92 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

El individuo presenta un cuadro patológico conspicuo afectando la articulación del codo de ambosbrazos y en menor medida los huesos de los miembros inferiores. Los huesos afectados presentan unanotable aposición de tejido óseo de aspecto verrugoso y escamado, condición anómala clasificada comoadición esclerótica (Buikstra y Ubelaker 1994). Esta aposición anormal de tejido óseo afecta, en el pre-sente individuo, los extremos distales de los húmeros derecho e izquierdo, conjuntamente a los extremosproximales de los radios y cúbitos de ambos lados. El radio derecho es el hueso que reviste mayor grave-dad en la afección. Se observa exfoliación de tejido patológico en ambos húmeros y en el cúbito derecho,quedando visible tanto la corteza como la médula ósea subyacentes. Ambos cúbitos no presentan elolecranon. Con respecto a los miembros inferiores, puede observarse tejido anómalo a lo largo de la crestaanterior y en la cara mesial de la tibia derecha. Debe destacarse que la diáfisis es la única porción conser-vada del citado hueso. La tibia izquierda presenta el mismo tipo de tejido en la cara anterior de la epífisisproximal, en las superficies mesial y lateral de la diáfisis, en la cresta tibial y en ambas metáfisis. Elperoné derecho presenta aposición tisular en las metáfisis proximal y distal. La única epífisis distal delfémur conservada también presenta esta anomalía. No se observa tejido similar en la fíbula izquierda,aunque debe destacarse que únicamente se conservan pequeñas porciones diafisiales de la misma. Porotra parte, la clavícula izquierda presenta también una incipiente formación en el borde inferior en ambosextremos. Puede advertirse, de esta manera, que prácticamente todas las piezas esqueletales rescatadaspresentan indicadores osteopatológicos similares.

El análisis de las placas radiográficas permite observar un marcado adelgazamiento en la paredcortical de la diáfisis de ambos húmeros, así como proliferación de tejido esponjoso en la cavidadmedular de las tibias, condiciones llamativamente anómalas.

Debe destacarse que también puede evidenciarse tejido óseo de forma entramada -“woven bone”-en las diáfisis de los huesos involucrados, particularmente en los radios, cúbitos y tibias. Esta aposición,característica del tejido óseo de reciente formación, implica un proceso expansivo del cuadro patológi-co –el cual por sus características corresponde sin duda a una infección sistémica– al momento deldeceso del individuo.

Conclusiones

Los enterratorios analizados en este trabajo corresponden a pueblos pertenecientes al complejoSunchituyoj, quienes, teniendo en cuenta los fechados radiocarbónicos obtenidos, ocuparon al área delsitio San Felix durante los años 1380 ± 50 y 1640 ± 40 D C aproximadamente.

El registro de las prácticas funerarias observadas evidencia variabilidad en los patrones de inhu-mación, dada la presencia de entierros tanto directos como en urna. Entre los enterratorios analizadosen la presente investigación, al menos dos, un individuo masculino y un femenino, corresponden aentierros directos primarios. En ambos casos, los esqueletos se encontraban posicionados y orientadosde manera diferente.

En tanto los entierros en urna comprenden dos inhumaciones. El primero de los casos corres-ponde a un individuo maduro masculino, conformando un entierro secundario en urna. Menos de untercio de los componentes esqueletales del individuo se hallaban depositados dentro de la vasija utiliza-da con propósitos funerarios. En tanto que el segundo entierro en urna corresponde a un individuoperinato, imposibilitado de ser evaluado por su deficiente estado de conservación.

En cuanto al cuarto enterratorio, consistente en un adulto masculino, al no poseer datossuficientes sobre las condiciones del contexto de inhumación, no puede estimarse si el mismoconstituye un entierro primario, o bien un entierro directo secundario de piezas óseas inten-cionalmente seleccionadas.

Se aprecia evidencias de ajuar fúnebre en uno de los casos solamente, el correspondiente alentierro secundario de un adulto en urna. Las piezas depositadas junto a los restos humanos correspon-den a huesos de origen animal, particularmente a un auquénido de menor porte.

Prácticamente todos estos elementos faunísticos presentan evidencias de actividad antrópica,tales como incisiones y pulido.

No se detectaron evidencias de alteraciones térmicas en ninguna de las inhumaciones.Los cuatro individuos poseen promedios medianamente elevados de estatura (Comas 1974), lo

cual coincide con los relatos de los primeros cronistas hispanos de los tiempos del contacto amerindio–europeo, en relación a las poblaciones de los interfluvios de Santiago del Estero.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 93

Todas las piezas dentales recuperadas, correspondientes a incisivos superiores, presentan el típi-co patrón morfológico de dientes en pala.

Esta variable dental no métrica constituye un rasgo distintivo de poblaciones mongoloides yamerindias, en las cuales su frecuencia es mayor al 90% (Hillson 1996). También se constata, en losincisivos superiores, la presencia del rasgo morfológico denominado doble pala.

La baja incidencia de caries en los individuos analizados, teniendo en cuenta su pertenencia a lacategoría de adultos y maduros, implica un hábito alimenticio balanceado en lo que respecta al consumode proteínas e hidratos de carbono, régimen de nutrición característico en pueblos de economía de tipomixta o de acopiadores de alimentos (Lukacs 1989). Dos de los in-dividuos poseen indicadores de haberpadecido periodontitis, probablemente originada en prácticas de higiene bucal deficientes. No se eviden-cian indicadores dentales de estrés nutricional.

El único cráneo que pudo ser evaluado poseía el tipo de plástica deformatoria conocida comotabular erecta o deformación occipital.

Acompañaba la deformación un cuadro de plagiocefalia afectando el cuadrante posterior iz-quierdo.

Dos de los individuos poseen características anatómicas que denotan estrés funcional significa-tivo. En el primero de ellos, adulto masculino, está dado por la presencia de agujeros septales en amboshúmeros (St. Hoyme y Iscan 1989). El segundo caso, maduro femenino, evidencia signos deEnthesophytosis (Larsen 1999). Destaca en ambos casos, al igual que en el individuo masculino corres-pondiente al cuarto entierro, la 42 robustez de los huesos largos y la presencia de marcadas zonas deinserción muscular.

También pudo constatarse indicadores de eventos traumáticos en dos casos. Uno de ellos cons-tituye una lesión en el hueso parietal, afectando a un individuo adulto masculino. Tal lesión consiste enuna pequeña fractura deprimida de forma ligeramente oval (Larsen 1999). El otro caso está dado poruna fractura en el radio izquierdo del individuo maduro femenino. Ambas lesiones se encuentran com-pletamente recuperadas, lo que indica que los individuos sobrevivieron a tales episodios traumáticos.

Todos los individuos analizados en esta comunicación padecieron en el transcurso de sus vidascuadros patológicos que dejaron huellas en sus respectivos tejidos óseos. Destaca la presencia deperiodontitis en dos individuos; periostitis en el individuo femenino; osteítis no especifíca en el cráneodel individuo masculino de mayor edad; y finalmente un cuadro patológico sistémico en el individuoadulto correspondiente al cuarto enterratorio. Tanto los procesos de periodontitis padecidos por dos delos individuos, como el proceso osteopatológico sistémico en el último individuo, se encontraban enactividad al momento del deceso de quienes los padecían. La gravedad que reviste esta última patologíainduce a considerar a la misma como la causa probable de muerte del individuo.

Finalmente, deben destacarse las alteraciones tafonómicas observadas. Estas consistenmayoritariamente en marcas de mordidas y roídos, y en menor medida, alteraciones causadas por orga-nismos vegetales.

Los datos recabados mediante la bioarqueología permiten elucidar detalles de las característicasbioculturales, de los patrones de salud, nutrición y actividad, así como situaciones traumáticas y deter-minadas prácticas culturales propias de las poblaciones del pasado. El presente trabajo constituye unaaproximación inicial al estudio bioarqueológico de las parcialidades aborígenes que poblaron en tiem-pos prehispánicos el área comprendida en la actual provincia de Santiago del Estero. La importanciadel mismo está fundada en la total carencia de estudios de esta naturaleza en la región, pretendiendorevertir esta situación mediante investigaciones como las detalladas en esta comunicación.

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94 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 95

UN ACERCAMIENTO AL POTENCIAL ECONÓMICO DEABRA DE LAGUNAS (PUNA NOROCCIDENTAL JUJEÑA)

ANA MARÍA FERNÁNDEZ1 y MARÍA GABRIELA RAVIÑA1

Introducción

El objetivo de este trabajo es presentar una primera aproximación al potencial económico deAbra de Lagunas, un asentamiento correspondiente a los últimos momentos del desarrollo cultural delNOA. Se analizarán los rasgos ambientales de la región, así como las condiciones de geografía econó-mica y humana actuales, con el fin de evaluar la utilización potencial del ambiente por parte de lassociedades prehispánicas tardías.

El sitio Abra de Lagunas se encuentra ubicado a 3960 msnm en la porción noroccidental de laPuna jujeña, al poniente del ramal occidental de la serranía de La Rinconada y a un km. al oeste de lamargen izquierda u occidental del río Urosmayo. Son sus coordenadas 22° 28´ 06´´ Latitud Sur y 66°21´ 09´´ Longitud Oeste.

Un alto farallón, del que se han desprendido grandes bloques, sirve de límite occidental al sitioque ocupa unas 2 has. Presenta grandes recintos de forma irregular tendiendo a la planta ortogonal,entre los que se distribuyen otros rectangulares a cuadrangulares de menores dimensiones.

El conjunto edilicio responde, según Raffino (1991), a un trazado en damero irregular.Debajo de algunos grandes bloques dispersos en el sitio se han ubicado tumbas con restos óseos

humanos. Entre 190 m. y 250 m. al oestenoroeste de los recintos, debajo de los aleros formados por eldesprendimiento de rocas del farallón, se encuentran unas estructuras de planta circular o elíptica.Están construidas de piedra y argamasa, con revoque interno y techo en falsa bóveda; las mejor conser-vadas poseen una abertura en forma de pequeña ventana. Hasta ahora se han registrado más de unatreintena, todas ellas vacías.

Por el momento no disponemos de registro proveniente de excavación. Los datos que poseemossobre alfarería, material lítico, artefactos en madera y hueso y restos óseos faunísticos, proceden derecolecciones de superficie. Se han hallado fragmentos cerámicos pertenecientes, entre otros, a lostipos decorados Yavi y Peñas Coloradas o Queta tricolor; artefactos líticos como puntas de proyectil,morteros, lascas, cuentas o colgantes, palas; una tarabita y una punta de madera; huesos de camélidos yde otros mamíferos indeterminados.

Esta información nos ha permitido, por un lado, ubicar tentativamente al sitio dentro de unacronología relativa, entre los Períodos de Desarrollos Regionales e Incaico, y por otro, realizar unaprimera aproximación al potencial económico de la región, considerando que no hubo cambios am-bientales significativos y teniendo en cuenta los rasgos socioeconómicos de este período para el área dela puna.

Dicha potencialidad se evaluó analizando la disponibilidad de recursos hídricos –críticos para elárea–, la posibilidad de efectuar actividades agrícolo-ganaderas, así como la oferta de recursos relacio-nados con la minería, con el aprovisionamiento de materias primas y con las actividades de caza-reco-lección (Sgrosso 1939, Coira 1979, Turner 1964 y 1978, Reboratti 1994). De manera complementaria,

1 Departamento Científico de Arqueología. Museo de La [email protected] [email protected]

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examinamos todas las posibles actividades que la sociedad pudo desarrollar dentro del medio del cualobtuvo sus recursos. El ambiente fue considerado entonces “como un elemento configurador de laslíneas básicas de comportamiento de una comunidad humana asentada sobre el mismo: dicha comuni-dad matiza y establece sus fórmulas de explotación particulares, de acuerdo con su tradición y expe-riencia cultural...” (Miranda et al. 1986: 202). Esto significa que se tuvo en cuenta el uso que la socie-dad pudo hacer del ambiente según sus propios lineamientos culturales.

Con el fin de evaluar las potencialidades del ambiente, el uso que del mismo pudieron hacer loshabitantes del sitio y las modificaciones producidas por la sociedad en el paisaje natural, se consideraron dostipos de datos. Por un lado, los derivados del análisis del registro arqueológico como tecnologías cerámicasy líticas y rasgos arquitectónicos. Por otro, los procedentes de la observación del medio, en especial, aquellosque nos permitieran inferir diferentes actividades: productivas como la agricultura (por el tipo y calidad delos suelos aptos para cultivo), y la ganadería (por la presencia de vegas para el pastoreo); extractivas comocaza, recolección, materia prima para la elaboración de tecnologías, materiales de aplicación –antiplásticopara la alfarería, tinturas, etc.– y minería; intercambio y aspectos estratégicos o defensivos (según Miranda etal. 1986).

Rasgos ambientales de la región

“La Puna está caracterizada por su clima y su relieve, que a su vezinfluyen sobre los suelos, la vegetación y la fauna, conformandoesta interrelación un ambiente muy particular”

(Reboratti 1994).

La Puna es una altiplanicie que se ubica entre los 3800 y 4600 msnm, extendiéndose desde elnoroeste del lago Titicaca (Bolivia) hasta la Sierra de San Buenaventura en el noroeste de Catamarca(Argentina). Aunque tiene como rasgos comunes la altitud, la baja temperatura y la amplitud térmica,existen diferencias muy marcadas dentro de ella pues no es una superficie nivelada, sino que tienecuencas y cadenas montañosas con rumbo meridiano. Por este motivo, en la Puna se han distinguidodiferentes sectores, cuya denominación varía según los autores: punas húmeda, seca y desértica (Ca-brera 1968) o punas normal, seca y salada (Troll 1958).

El sitio Abra de Lagunas se encuentra ubicado en la denominada Puna seca (Cabrera 1968) osalada (Troll 1958), hacia el occidente de la sierra de la Rinconada (Lámina 1). El clima es semidesértico,muy frío en invierno y cálido en verano con precipitaciones inferiores a los 200 mm anuales que seproducen de diciembre a marzo.

▲ Lámina 1. Vista desde el sitio hacia el Este.Al fondo se divisa la Serranía de la Rinconada

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La humedad relativa del ambiente es muy baja y existe una gran amplitud térmica diurna-nocturnay estacional, en tanto que la radiación solar es muy alta debido a la escasez de humedad y al enrarecimientode la atmósfera. Las heladas son diarias durante el invierno-primavera y hasta noviembre, mientras que lasgranizadas, frecuentes en verano, causan perjuicios en los cultivos y mortandad en las crías de animales.Los vientos predominantes son los del sector este y luego los del oeste y norte. Los desniveles topográficospueden producir microclimas o variaciones climáticas en áreas reducidas.

Los cursos de agua corresponden a la cuenca imbrífera del Pilcomayo. De ellos, el Urosmayo, unode los pocos ríos con agua permanente de la región, nace al oeste de la serranía de Carahuasi y corre conuna dirección aproximada sur-norte hasta desembocar sobre la margen derecha del río Granadas, queaguas abajo se denomina San Juan Mayo o Río Grande de San Juan.

La vegetación predominante es una estepa arbustiva baja, con una cobertura discontinua dearbustos pequeños y aislados que dejan entre ellos el suelo al descubierto, salvo en las zonas máshúmedas donde se registra la presencia de muy pocos pastos. No hay casi árboles silvestres; los demayor porte son la queñoa (Polylepis tomentella) que llega por las quebradas más allá de los 4000 m.En zonas más bajas aparece el churqui (Prosopys ferox) que alcanza la Puna a través de las principalesquebradas de acceso, como así también el cardón, proveniente de lugares de menor altura como Que-brada de Humahuaca y borde sur y oriental de la Puna.

Esta vegetación, tanto por lo reducido de sus sistemas radiculares como por las característicasdel ambiente, no está en condiciones de producir humus por lo que los suelos son grises de tipo esqueléticoy subesquelético. El horizonte húmico, por consiguiente, está poco desarrollado, excepción hecha delas escasas vegas. Animales como el “oculto” o “tuco tuco” que cava largos corredores, son los que,juntamente con los insectos, “intercambian” materia orgánica entre el suelo y el subsuelo.

Potencial económico de la región

Los recursos que brinda la región y que pudieron ser utilizados, teniendo en cuenta la problemá-tica de la sociedad puneña durante los Desarrollos Regionales-Inca, pueden ordenarse en recursos ob-tenidos directamente del medioambiente y recursos producidos.

1. Recursos obtenidos1.1. Vegetales: según su uso pueden clasificarse en:

1.1.1 Combustibles: leña de diferentes especies como queñoa (Polylepis tomentella),churqui (Prosopys ferox), añagua (Adesmia horridiuscula), copa copa (Artemisiacopacopa), diferentes variedades de tola (Lapidophylum tola), tolilla(Fabianadensa) y yareta (Azorella yareta).

1.1.2. Recursos alimenticios: airampo (Opuntia sp.), achacana, berro de Castilla,ancañoca, pasacana, pupusa (Werneria papposa).

1.1.3. Plantas medicinales: pupusa (Werneria papposa), muña muña (Saturesaparviflora), chachacoma, rica rica (Acantholippia hastulata),infusión de corteza de queñoa (Polylepis tomentella).

1.1.4. Materias primas para tecnologías: churqui (Prosopis feroz) y queñoa (Polylepistomentella).

1.1.5. Materias primas para la construcción: madera de queñoa (Polylepis tomentella),madera de cardón (Trichocereus sp), pastos semiduros como chillahua (Festucascirpipholia) y guaya (Deyeuxia fulva) y pastos duros como iro (Festuca ortophylia).

1.1.6. Pasturas: pastos semiduros de las vegas como esporal (Penninsetum chilensis) ybrama (Bouteloua simpllex).

1.1.7. Tinturas: corteza de queñoa (Polylepis tomentella) como colorante pardo-rojizo.1.2. Animales

1.2.1. Aves: cóndor (Vutur griphus), perdiz (Nothoprocta ornata), suri o ñandú (Pterocnemiasp), flamenco o parina (Phoenicopterus andinus), avutarda (Cloephaga sp).

1.2.2. Roedores: chinchilla (Chinchilla chinchilla), oculto o tuco tuco (Ctenomys fulvus),vizcacha (Lagidium punanum) y vizcachón.

1.2.3. Felinos: puma (Felix concolor) y zorrino (Correpatus rex).

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1.2.4. Camélidos: vicuña (Vicugna vicugna).1.3. Minerales

1.3.1. Rocas de aplicación: andesita, toba andesítica, andesita silicificada, cuarzo, pelita,basalto, cuarcita, calcedonia, obsidiana, arenisca, vulcanita, limolita, traquita,clorita, azurita y malaquita. Arcillas.

1.3.2. Pigmentos: óxido de manganeso, ocre y yeso1.3.2. Minerales metalíferos: cobre, plata, estaño y oro.

2. Recursos producidos2.1. Vegetales

2.1.1. Quinua (Chenopodium quinoa): Es una planta de clima frío y sobre todo de altu-ra: su mayor cultivo se realiza entre los 3600 y 4000 m. La coloración de sus hojaspuede ser, según la época del año, verde oscuro, rojo o morado, alcanzando unaaltura de 1 a 1,50 m. Las plantas de color rojo resisten mejor los fríos que las verdes.Crece en una gran variedad de suelos, incluso en aquellos con poco humus pero, sedesarrolla mejor en los que tienen consistencia arenosa-arcillosa y calidad potásico-calcárea. La siembra se efectúa, en la actualidad, durante los meses de septiembre yoctubre, aprovechando las nevadas del invierno que humedecen el terreno. Lagerminación es muy rápida y, si ha tenido suficiente humedad, brota a los dos días.De la quinua se utilizan sus frutos, hojas y tallos. De los frutos se extraen las semillasque se emplean en la alimentación y para preparar bebidas fermentadas. Las hojastiernas se comen crudas o cocidas y los tallos secos, quemados y amasados, formanla llijta, una pasta que se emplea en la masticación de la coca.La quinua es el prototipo de los pseudo-cereales americanos; maíz, papa y quinuaconstituyen una tríada inseparable “...toda vez que hay que referirse a la alimenta-ción indígena de este continente” (Hunziker 1952: 26). “En las rotaciones cultura-les, ocupa los terrenos dejados por las papas y la cebada y en algunos terrenos fríosy expuestos a heladas, donde no se puede cultivar la papa, se siembra de barbecho”(Cevallos Tovar 1945: 14). Desde la información etnohistórica surge la importanciade este pseudocereal en la alimentación, así como su utilización para otros meneste-res. Garcilaso la ubica en “El segundo lugar de las Mieses sobre la haz de la Tie-rra....” Fray R. De Lizárraga, refiriéndose al tambo de Chungara que se encuentra enel camino de Vilcanota al Callao, sostiene que en esa región el clima es muy frío.Desde allí a la provincia de Charcas ya no se da maíz sino papa y quinoa, siempre ycuando no se anticipen las heladas pues éstas perjudican a las papas, mientras que laquinua las resiste mejor. Cieza de León (1553) indica su importancia como alimentopara los indígenas de la ciudad de San Francisco de Quito, pues menciona que fueradel maíz hay otros dos cultivos, la papa y la quinoa (Hunziker 1952: 28-29).

2.1.2. Cañahua (Chenopodium pallidicaule): es un pseudocereal similar al mijo, superiora la quinua en aporte nutritivo por su contenido de materias grasas, proteícas yminerales y porque carece de principios amargos. Con ello aventaja a la quinua,especialmente en regiones con escasez de agua. Sus semillas se emplean, fermen-tadas para hacer chicha, y tostadas y molidas para elaborar una harina llamadacañihuaco. Esta pasta también tiene propiedades medicinales, pues se la usa ac-tualmente en distintas regiones del altiplano, combinada con otros elementos, paradistintas enfermedades (disentería, aftas, blenorragia, soroche, etc). Sus semillaspueden utilizarse como alimento de las aves de corral y para el ganado (Hunziker1952: 69 y siguientes).

2.1.3. Papa (Solanum tuberosum) y tubérculos microtérmicos como oca (Oxalis tube-rosa), ulluco, melloco o papa lisa(Ullucus tuberosa) y añu, isaña o mashua(Tropaeolum tuberosum). Los últimos son cultivos de altura con buen rendimientoa bajas temperaturas. Respecto de la papa, existen muchas variedades entre amar-gas y dulces, siendo las primeras las más utilizadas en la elaboración de chuño.Tienen, además, mayor resistencia a las heladas, por lo que pueden ser cultivadasen zonas más altas que las dulces y no se ven afectadas por la excesiva humedado la sequía (Mamaní 1985).

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 99

2.2. Animales2.2.1. Camélidos domesticados

Entre ellos, la llama (Lama glama) utilizada como animal de carga y como pro-ductora de fibra y carne. Sus huesos pudieron usarse como materia prima parainstrumentos y el guano como combustible y fertilizante.

Consideraciones

En base a lo anteriormente expuesto, elaboramos un conjunto de hipótesis sobre la probableutilización del ambiente y las modificaciones que del mismo pudieron realizar los habitantes de Abrade Lagunas. Entendemos que fue un sitio de ocupación permanente debido, entre otras cosas, a susdimensiones, a su cercanía al río Urosmayo de régimen permanente con agua apta para el consumohumano, a la presencia de artefactos relacionados con el cultivo, de un alto porcentaje de alfarería y deentierros bajo peña en el interior del sitio.

Sus habitantes debieron hacer frente a las condiciones ambientales desfavorables de la altiplanicie,implementando una estrategia que les permitiera modificar y hasta transformar el ambiente natural. Dichaestrategia parece estar presente ya en la propia elección del lugar donde asentarse.Desde allí se obtiene una visión panorámica de lasierra de la Rinconada ubicada al este (Lámina 1).Además, el sitio se construyó en un abra –inclusovisible en noches claras– que presta acceso a lacordillera a través de los cerros Tinte o Zapaleri,comunicando el sector occidental de la puna jujeñacon la chilena. Hacia el oriente, ese mismo abra seconecta con el de Fundiciones, que conduce a lalaguna de Pozuelos, donde se hallan el Pucará deRinconada y la región de Casabindo-Cochinoca.El asentamiento, entonces, se encuentra en unaposición estratégica respecto de las vías de movi-lidad o tránsito. En relación con esto destacamosla presencia, en sus adyacencias, de pictografíasrepresentando hileras de camélidos.

Por otro lado, la mesada al pie de la cual se localiza el sitio y que hace las veces de límiteoccidental, lo habría protegido de los fuertes vientos, especialmente de los del oeste. Esta circunstan-cia, podría haber favorecido la formación de un microambiente lo cual, junto con la proximidad de doslagunas que se encuentran al sudeste del mismo, la posible presencia de un ojo de agua en las inmedia-ciones del sitio y la cercanía al río, habrían permitido, dentro de las condiciones extremas de la puna, eldesarrollo de algunos cultivos y la cría de camélidos.

Estas condiciones ambientales no parecen haber impedido, entonces, la instalación humana nirestringido su desarrollo. Por el contrario, el hombre puneño ha sabido obtener del medio los escasosrecursos que éste le brinda. Entre ellos, los vegetales como la tola y la tolilla presentes en los alrededo-res del sitio, cuya madera pudo utilizarse como combustible para calefacción y cocción de alimentos.Plantas comestibles y medicinales, pastos para forraje como el esporal y la brama, pastos duros ysemiduros para techumbre. Árboles como el churqui y la queñoa, no frecuentes en la zona aunque sí enquebradas aledañas, aptos además para la construcción y la elaboración de artefactos así como para laobtención, a partir de su corteza, de un pigmento pardo-rojizo, útil como colorante.

Animales, entre ellos aves, roedores y otros de mayor porte como felinos y vicuñas. Rocas parala elaboración de artefactos, como por ejemplo basalto u obsidiana, e inclusive azurita, malaquita ycrisocola que son abundantes en la mina Eureka, ubicada en la divisoria de aguas entre los ríos SantaCatalina y Grande de San Juan, distante 60 km. del sitio. Arcillas como materia prima para la manufac-tura cerámica. Óxido de manganeso, ocre y yeso como pigmentos. Sal de la Laguna de Vilama localiza-da a unos 50 km. al poniente, de Ciénaga Negra a 60 km. al sudoeste, o de las Salinas Grandes que seencuentra a 130 km. del sitio. Y minerales metalíferos como cobre, plata, estaño y oro, estos tres últi-mos con mucha presencia tanto en vetas como aluvional, en las cabeceras del Urosmayo.

▲ Lámina 2. Pala y morteros en Andesita

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Hasta el momento, no hemos realizado excavaciones, pero en las recolecciones de superficie sehan hallado dos puntas de proyectil elaboradas en vulcanita, dos colgantes confeccionados en limolitay pelita respectivamente, así como lascas y núcleos en calcedonia, basalto, obsidiana, cuarcita y limolita,todos ellas materias primas presentes en la región.

Dadas las condiciones ambientales y la presencia en el registro arqueológico de morteros y palas–elaboradas, estas últimas, en su totalidad en andesita (Lámina 2)–, planteamos a manera de hipótesisque los grandes recintos pudieron haber sido utilizados como canchones de cultivo, en tanto otros,posiblemente, funcionaron como corrales.

La utilización económica de los camélidos domesticados parece constatarse por el hallazgo devarios huesos, uno de los cuales, un metapodio, presenta lascados efectuados con el fin de producir unadelgazamiento intencional, en tanto otro, una falange de adulto, posee marcas de corte y se encuentrapintado con círculos negros. En esta misma dirección, apuntan los hallazgos de vasitos chatos, caracte-rísticos de la puna y relacionados con el hilado de la fibra y de una tarabita manufacturada en madera dequeñoa (según la determinación botánica realizada por la Dra. Capparelli del LEBA, Museo de LaPlata).

Desde principios del siglo pasado se consideró que en los ambientes puneños, la base económicafue la ganadería y que la agricultura no se practicó o estuvo poco desarrollada. Esta interpretación sebasó en el predominio de condiciones ambientales adversas y en las observaciones realizadas sobre lasactividades agrícolas actuales que son prácticamente nulas. Sin embargo, posteriormente se ha pro-puesto que la agricultura pudo haber tenido un papel más importante (Krapovickas et al. 1978, Ottonelloy Ruthsatz 1986). Este podría ser el caso de Abra de Lagunas, hipótesis que se postula dada la presenciaen el registro arqueológico de palas relacionadas con el cultivo y de estructuras circulares o elípticasconstruidas bajo aleros, con techo en falsa bóveda y con una pequeña abertura cuadrangular, a lascuales consideramos silos (Lámina 3).

Estas construcciones han sido objeto de discusión en cuanto a su función, interpretándose comosilos o como tumbas (Vignati 1938, Krapovickas 1968, Albeck 1995). Las de Abra de Lagunas parecenhaber sido silos, dada la ausencia de restos óseos humanos tanto en su interior como en los alrededores.De acuerdo con la altitud, en los alrededores del sitio no es posible el cultivo de maíz, en tanto la papaparece ser poco resistente a las condiciones climáticas, por lo que su rendimiento sería bajo. Por lotanto, los cultivos con mayores posibilidades son la quinua y la cañihua, dos pseudocereales de altovalor nutritivo.

Estos silos no parecen haber sido utilizados para almacenar quinua debido a la pequeñez de sussemillas, habiéndose usado para ese fin, preferentemente, sacos tejidos y vasijas. Tampoco debieron sercontenedores de papa pues ésta, así como otros tubérculos, necesitan de humedad para no momificarsepor deshidratación (Albeck 1995: 265).

Por el momento, no existen evidencias de maíz en el registro arqueológico del sitio. Sin embar-go, Lehmann Nitsche (1902: 87) menciona la presencia de cuevas naturales cerradas por piedras en laregión del San Juan Mayo, que contenían restos de algarrobo y marlos de maíz. Asimismo, Boman(1992) sostiene haber encontrado restos de marlos en la quebrada de Rumiarco (al sur de Cochinoca)

▲ Lámina 3. Construcciones de almacenamiento (Silos)

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donde se hallaron “...grutitas con un cerramiento particular, compuesto por una pared de piedra y conun mortero de arcilla, cerrando la entrada.. En esas paredes se podían ver puertitas de 0,40 m. dealtura por 0,30 m. de ancho...(que) ...contenían una considerable cantidad de maíz...” (op.cit. T II: 603-604)

En el mismo trabajo, refiriéndose a los pobladores actuales de Susques en la Puna jujeña, Bomandice que la quinua es la única planta alimenticia de la que se puede obtener una cosecha regular y quetambién se cultivan habas (Vicia faba) en pequeñas parcelas protegidas del viento, en rincones abrigadoso por medio de paredes construidas a tales efectos. Sin embargo, la alimentación de los susqueños estababásicamente compuesta por maíz, ya que la quinua forma un stock de reserva en caso de falta del mismo.(op.cit. T II: 451). Por otro lado, los habitantes de la puna, a principios del siglo pasado, realizaban viajesal valle de Tarija, a San Pedro de Atacama y a la quebrada de Humahuaca, llevando productos locales paraintercambiar, fundamentalmente, maíz, harina de maíz, chañar, algarrobo y papa (Cipolletti 1984: 519,Peñaloza 1988: 56).

De lo anteriormente expuesto, se desprende que este cereal tiene una importancia significativaen la alimentación puneña. Si esto mismo sucedió en el pasado, esos silos pudieron haberse utilizadopara almacenar maíz, el cual debió llegar a la puna a través de mecanismos que permitieron la circula-ción de productos entre diferentes ambientes, los cuales podrían haber funcionando a la manera de“...los modelos de archipiélagos, de redes de tráfico con control caravanero [o de] (...) uno mixto quecombina ambas alternativas“ (Tarragó 1994).

En este escenario, ¿Abra de Lagunas habría funcionado como un centro acopiador y, a la vez,distribuidor de productos como maíz, lana, palas líticas, sal, etc., que circulaban desde y hacia la punachilena por el occidente y los valles mesotérmicos por el oriente? ¿Como nodo o centro distribuidor debienes habría integrado poblaciones casabindo, evidenciadas en Abra de Lagunas por la cerámica, elpatrón de asentamiento y la presencia de menhires y de silos, con poblaciones Yavi chicha, manifesta-das en el sitio por su alfarería típica? Estas y otras preguntas son las que intentaremos contestar con laprosecución de nuestras investigaciones.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 103

PUNTA DE LA PEÑA 9: ANÁLISIS DEISÓTOPOS ESTABLES DE UN SITIOAGROPASTORIL TEMPRANO DE LA

PUNA MERIDIONAL ARGENTINA(ANTOFAGASTA DE LA SIERRA, CATAMARCA)

STEVE MACKO 1, JULIETA ARANÍBAR 1, GLORIA M. COLANERI2,SARA M.L LÓPEZ CAMPENY2 y CARLOS A. ASCHERO2

Introducción

El objetivo del presente trabajo es dar a conocer los resultados obtenidos del análisis de isótopos decarbono (C), nitrógeno (N) y azufre (S), efectuados sobre muestras de cabello y uña humanas y sobrefibras animales (camélidos), procedentes de un contexto funerario formativo. Este contexto ha sido recu-perado1 en una estructura habitacional (E2) perteneciente al Sitio Punta de la Peña 9 (Antofagasta de laSierra, Catamarca), cuyas primeras ocupaciones han sido vinculadas con un componente agropastoriltemprano (López Campeny 2001a y 2001b). Este momento de ocupación de P.P.9, de acuerdo con lapropuesta de Olivera (1992), se encontraría marcado por una fuerte interacción con grupos de la regiónValliserrana del Noroeste argentino, y estaría relacionado con un período de intensificación de las prácti-cas agrícolas y una consecuente ampliación de las áreas de la Puna ocupadas por asentamientos de carác-ter permanente.

Consideramos que la relevancia de efectuar este tipo de análisis radica en que el estudio de la dietade las antiguas poblaciones puede contribuir al conocimiento de numerosos aspectos de la vida de estosgrupos, tales como: ciertas características generales de la nutrición; la existencia de diferencias socialesentre los miembros de una población; cambios en las estrategias o patrones de subsistencia como, porejemplo, el desarrollo de las prácticas agrícolas y/o la incorporación de nuevos alimentos a la dieta.Además, este tipo de análisis puede agregar nuevos elementos de prueba o indicadores arqueológicos paraanalizar el proceso de domesticación de camélidos y las actividades de pastoreo en la Puna, entre otrostemas de interés para la Arqueología.

El contexto de recuperación de los materiales

La microregión de Antofagasta de la Sierra se localiza en el ángulo NO de la Provincia deCatamarca, Sector de Puna Meridional Argentina. El sitio Punta de la Peña 9 (en adelante P.P.9) se ubicaen la localidad arqueológica homónima, en el denominado Sector Intermedio (3.620 m.s.n.m.) de la

1 Department of Environmental Sciences, University of Virginia, USA.2 Instituto de Arqueología y Museo, Facultad de Ciencias Naturales e IML. Universidad Nacional de Tucumán, Argentina.

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cuenca del Río Las Pitas, en la microregión geográfica antes mencionada. Lo que hemos denominadosector III del sitio corresponde a un conjunto de cinco estructuras arquitectónicas, ubicadas al pie de unfarallón de ignimbritas que constituye el límite este del sitio. Estas estructuras arquitectónicas presen-tan una forma predominantemente circular, con muros de piedra sin argamasa, que se construyeronutilizando la materia prima local, es decir, rocas de ignimbrita. Sin embargo, la estructura número 2,que es la que constituye la unidad de recuperación de los materiales aquí considerados, se diferencianotablemente del resto de las estructuras del sector por la forma de su planta o configuración del espa-cio interior. Esta particularidad se relaciona con la manera en que se construyó el espacio de vivienda,aprovechando la presencia de dos grandes bloques de ignimbritas producto de un antiguo derrumbe, losque se utilizaron como soportes para la colocación de vigas para el techado, y a los que se adicionó uncerramiento lateral de pirca (López Campeny 2001b).

Uno de nosotros ha efectuado un análisis detallado de la estratigrafía, que permitió establecerseis diferentes niveles estratigráficos en el espacio entre bloques de derrumbe, así como identificardiferentes eventos y/o procesos (culturales y/o naturales) que intervinieron en la formación de los de-pósitos arqueológicos registrados (López Campeny 2001a).

El contexto funerario, del que proceden las muestras analizadas en este trabajo, se recuperó en eltercer y último nivel identificado en el sector de pasillo de acceso a la estructura 2 y al reparo de uno de losbloques de derrumbe. La tumba presentó una importante cantidad y variabilidad de material artefactual yecofactual asociado a un conjunto de restos humanos, por el contrario, muy reducido. Hemos recuperadodos escudillas de cerámica (gris pulida y decorada con pintura tricolor), tres paquetes de cuero rellenoscon vegetales y asegurados con cordelería, un importante conjunto de prendas textiles (cfr. López Campeny2001c), cuentas de collar, una valva completa de un caracol marino (Familia Fissurellidae)2 un recipienteconfeccionado sobre una media calabaza (Lagenaria siceraria)3 que exhibe trazos de pintura roja, ele-mentos de cordelería en lana y fibra vegetal y un conjunto de restos vegetales compuesto por carozos dechañar (Geoffroea decorticans), endocarpos de algarrobo (Prosopis sp.), granos de maíz (Zea mays) ycotiledones de poroto (Phaseolus sp.). Pero, como hemos adelantado, el conjunto de restos humanosrecuperados en la tumba, y entre los que se seleccionaron las muestras para el análisis isotópico quepresentamos en este trabajo, fueron muy escasos. Este conjunto está conformado por tres uñas, dos me-chones de cabello y un número reducido de restos óseos. Estas características del contexto funerariosumadas a: la falta de continuidad detectada en los límites de la cista; el hallazgo de gran cantidad deargamasa de arcilla que se utilizó para la confección de los muros de la cista, suelta entre el sedimento derelleno; la identificación, entre el material de ajuar, de piedras manchadas con arcilla que se habríandesprendido de la estructura funeraria y la ausencia de elementos arquitectónicos que puedan vincularsecon la tapa o cierre de la estructura funeraria, constituyen elementos que nos permitieron postular lahipótesis de una reapertura de la tumba y el retiro del cuerpo, la reorganización del espacio funerario y sunuevo cierre o sepultamiento, en algún momento posterior a su entierro original. Una de las consecuen-cias observables de este evento de reapertura, es la posterior reducción del espacio funerario, hecho que hasido constatado a través de la comparación entre las dimensiones originales de la tumba y el espaciomucho menor en el que fue recuperado la casi totalidad de los materiales arqueológicos que formabanparte del ajuar o material acompañante del difunto (López Campeny 2001a y 2001b).

Con respecto a la cronología asociada a estos eventos, disponemos de dos fechadosradiocarbónicos que nos permitieron estimar la fecha en que podría haber tenido lugar el entierrooriginal; así como la fecha tope antes de la cual debió efectuarse la reapertura de la tumba (cfr. LópezCampeny 2001b). En relación con el primer evento, una muestra de semillas de chañar, recuperadasen asociación con los materiales que forman parte del ajuar, proporcionó una datación de 1.460 ± 40años A.P., corregida 1.480 (UGA 9069), fechado coincidente con el análisis estilístico comparativoefectuado entre el diseño decorativo de algunas de las piezas textiles recuperadas entre el ajuar y dise-ños presentes en otros soportes (cerámica y arte rupestre) con asignación cultural y cronológica cono-cida, confirmando una cronología formativa para el contexto funerario (López Campeny 2001c). Esdecir que, si asumimos que estas semillas formaban parte de la ofrenda original, ésta sería la fechaaproximada del evento de depositación de los componentes de la tumba. Con respecto al evento dereapertura de la tumba, sólo podemos decir que debió ocurrir en algún momento anterior a la con-formación del depósito superior (nivel 2), el que hemos identificado como un basurero doméstico. Unamuestra de carbón procedente de este nivel ha sido datada en 530 ± 50 años A.P., corregida 600 (UGA9260), fecha antes de la cual, sobre la base del fechado y la relación estratigráfica entre los niveles,interpretamos que tuvo lugar la reapertura de la tumba.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 105

Figura 2

Esquema que representa la configuración en planta de la estructura 2. Se observa: al sur el bloquecon improntas para la colocación de vigas, al oeste el muro pircado

y al norte el bloque con grabados rupestres y pasillo de ingreso.

El análisis isotópico. Principios generales para la interpretación de la paleodieta

La investigación arqueológica cuenta con una herramienta que le permite conocer la dieta deuna persona analizando la abundancia natural de los isótopos de carbono, azufre y nitrógeno (Macko etal. 1999a y 1999b). El principio general en el que se basa este tipo de análisis es que los constituyentes delos huesos y tejidos de los seres vivos proveen un registro promediado a largo plazo de la dieta del indivi-duo, permitiendo relacionar cuantitativamente la composición química de los restos con la composiciónquímica de la dieta (Lambert y Groupe 1993).

Figura 1

Mapa de la microregión de Antofagasta de la Sierra. Tomado de Aschero 1999: 98.

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En este trabajo analizaremos tres diferentes elementos isotópicos: carbono (C), nitrógeno (N) yazufre (S). Nos preguntaremos en primer término ¿qué información brinda el análisis de la composi-ción isotópica para cada uno de estos elementos químicos?

Comencemos recordando que el CO2 de la atmósfera se incorpora al tejido vegetal a través de lafotosíntesis. De acuerdo al patrón fotosintético, las plantas terrestres se dividen dos grandes grupos. Lasplantas que fijan el CO2 con tres moléculas de carbono, llamadas plantas C3 y las que lo hacen con unamolécula de cuatro carbonos o plantas C4. Las plantas C3 incluyen todos los árboles y a la mayoría de losarbustos y pastos de áreas templadas y de estación fría. Las plantas C4 son hierbas de sabanas y de zonastropicales o de estación cálida e incluyen, además, al maíz (Renfrew y Bahn 1993). El primer grupo deplantas (C3) posee tasas bajas de incorporación de carbono en sus tejidos (-20‰ a -34‰ con un valormodal de -26‰). El segundo grupo de plantas (C4) posee tasas de carbono más altas que las de tipo C3-9‰ a -16‰ con un valor modal de -12‰– (Park y Epstein 1960 citado en Barrientos 1999). La relevanciapara los estudios arqueológicos consiste en que las tasas de isótopos estables de C en tejidos humanospuede ser utilizada para establecer si los individuos consumieron una dieta basada principalmente enplantas C3 y/o herbívoros consumidores de plantas C3, o si se trató de una dieta basada en plantas C4 y/o animales consumidores de plantas C4 (Renfrew y Bahn 1993).

La proporción de isótopos de N15 también puede reflejar ciertos patrones de la antigua dieta. Eneste caso, los valores de este isótopo aumentan a medida que este elemento pasa por la cadena alimen-ticia, desde las plantas a los animales, es decir, los valores de N15 representan un indicador del niveltrófico del individuo analizado, pero también indican la presencia en la dieta de plantas fijadoras denitrógeno, como por ejemplo las legumbres. Así, se observan valores isotópicos de 7‰ para el nivel deherbívoros y este valor asciende a 10‰ para individuos con una dieta carnívora u omnívora (Macko etal. 1999a y 1999b).

Finalmente, los isótopos de S permiten distinguir entre fuentes alimenticias marinas de terres-tres (Van der Merwe et al. 1993).

Materiales y métodos

Se analizaron muestras de cabello y de uña, material que es considerado altamente confiablepara determinar la dieta en restos arqueológicos, ya que preserva la abundancia isotópica natural origi-nal (Macko et al. 1999a). El detalle del material es el siguiente:

Muestras humanas:– Mechón de cabello. Muestra Nº 177. Sitio PP9 III. Est. 2, Unidad H6, Nivel 3. Contexto:

Tumba.– Uña. Muestra Nº 166. Sitio PP9 III. Est. 2., Unidad H7, Nivel 3. Contexto: Tumba.

Muestras animales:– Dos muestras de fibra de camélido procedentes de las envolturas de cuero rellenas con vegeta-

les. Sitio PP9 III. Est. 2, Unidad H6, Nivel 3. Contexto: Tumba. La extrema suavidad que estasfibras presentan al tacto, así como sus colores claros nos permiten proponer, en base a unaobservación superficial, que se trataría de lana de vicuña (Vicugna vicugna).

– Cordel compuesto, elaborado con pelo animal, quizás combinado con una porción de cabellohumano. Muestra Nº 196. Sitio PP9 III. Est. 2, Unidad H6, Nivel 3. Contexto: Tumba. Deacuerdo con su color oscuro, la mayor longitud de las fibras y su textura más áspera en compa-ración con las muestras antes descriptas, interpretamos que la fibra correspondería a un camélidodomesticado, posiblemente llama (Lama glama).

Las muestras de cabello y uña humanas fueron analizadas en 8 y 7 porciones, respectivamente,a fin de observar la variabilidad temporal de la dieta. Cabe aclarar que el NMI (Número Mínimo deIndividuos) estimado para la tumba es 1, con una edad estimada de entre 5 y 7 años, teniendo en cuentael conjunto de restos óseos. Sólo una de las uñas del conjunto aparece como la única evidencia quepodría pertenecer a un individuo adulto. Como hemos mencionado, conjuntamente con estas muestrashumanas se procesaron también muestras de fibra de llama (cuerda) y vicuña (paquetes de cuero)procedentes del mismo contexto funerario.

En los cabellos y uña se analizó la abundancia natural de isótopos estables de carbono (C),

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nitrógeno (N) y azufre (S), utilizando un espectrómetro isotópico de masa “Micromass Optima”, conuna precisión de 0.3‰. Los resultados se reportan con relación a un estándar, que por definición tieneun valor de 0‰, y se expresan en la notación “delta” (_):

_muestra (‰)= (Rmuestra/R estándar –1) x 1000donde muestra representa _15N, _ 13C y _ 34S, y R es el radio molar de los isótopos pesado y

liviano del estándar o la muestra (Hoefs 1997).Los estándares de N, C y S son nitrógeno atmosférico (N2), Pee Dee Belemnite (PDB) y trolita

del Cañón del Diablo, respectivamente.La proporción de alimentos derivados de plantas C3 y C4 se determinó usando la siguiente

ecuación (“mixing equation”):_ 13C muestra= % C3 x _ 13CC3 + % C4 x _ 13CC4

donde se asume que _ 13CC3 y _ 13CC4 de plantas de la zona de estudio son los valores prome-dio comúnmente publicados para plantas C3 y C4 en otros lugares: -26.5‰ y -12.5‰, respectivamente(Koch et al. 1994).

Resultados

Las muestras procesadas otorgaron los resultados que exponemos en la Tabla 1. Con estos datosse han elaborado los Gráficos 1, 2 y 3, los que también se exhiben a continuación.

Los principales observaciones que se desprenden de las proporciones isotópicas obtenidas paracada elemento son las siguientes:

Si se asume que los cereales consumidos tenían valores similares al promedio reportado paraplantas C4 (-12.5‰) los valores de _ 13C indican, para las muestras de uña humana (N° 166) y decabello (N° 177), una dieta basada exclusivamente en plantas C4, tales como el maíz. Este resultado escoherente con las evidencias contextuales que se poseen y las hipótesis que se postulan en relación conlas estrategias de subsistencia de los habitantes de P.P.9.

Por su parte, los valores de _ 13C en las muestras de fibras de camélidos indican que las plantasque se consumían tenían un metabolismo C3. Generalmente, las pasturas naturales de este ecosistema,los pastos de áreas frías, al igual que en zonas altas, tienen este metabolismo C3.

Tabla 1

Abundancia natural de los isótopos de N, C y S de las muestras procesadas,y principales fuentes de obtención.

Fuente principal de Fuente deFuente principal nitrógeno (plantas azufre

Muestra δ13C‰ δ15N‰ δ32S‰ carbono (plantas C3 vs. productos (terrestre vs.vs. C4) animales marina)

# 177 -13.2 11 4.9 Plantas C4 (maiz?) Productos Animales Terrestre# 196-1 -18.8 4.7 9.1# 196-2 -19.5 4.5# 196-3 -19.7 4.6# 196-4 -19.6 4.2 11.1# 196-5 -18.9 3.9# 196-6 -20.4 3.6# 196-7 -19.6 3 8.2

Vegetales: plantas# 196-8 -19.6 3.2 Principalmente fijadoras de Terrestre

plantas C3 nitrógeno# 166-1 -13.6 9.2 6.9# 166-2 -14.7 10.1# 166-3 -12.7 10.4# 166-4 -13.1 10.1 8.1# 166-5 -11.8 10.0# 166-6 -11.3 10.5# 166-7 -12.1 11.1 6.9 Plantas C4 Productos Animales TerrestreFibras -21.1 7.2 Plantas C3 PlantasLlama -21.6 6.8 Plantas C3 Plantas

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108 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

El porcentaje de plantas C4 en la dieta es del 98% para la muestra de uña y del 95% para la decabello, mientras que el aporte de C4 en la muestra obtenida de la soga de fibra de camélido (N° 196),que presumimos correspondería a llama (Lama glama), desciende al 50% (Gráfico 1).

Gráfico 1

Proporción de _ 13C ‰ en las muestras humanas y animales.

La abundancia natural de _ 15N en las muestras humanas (Nº 177 y N° 166), indica que la dietade estos individuos tenía un importante componente de origen animal, que podría haber sido obtenidode la carne, los huevos o la leche. Comparando con valores de poblaciones humanas actuales se trataríade una dieta omnívora, de un nivel más alto que el de los valores proporcionados por el análisis de lafibra de camélido de los artefactos de cuero. Estas últimas muestras coinciden claramente con el cam-bio isotópico de 3 ‰ comúnmente observado entre dos niveles tróficos distintos: herbívoros (7‰) acarnívoros u omnívoros (10‰).

La muestra de cuerda (Nº 196) da resultados diferentes, ya que los valores de _ 15N son menoresque las de los otros herbívoros. Estos valores indicarían que el individuo en cuestión tuvo una dietavegetariana, pero que las plantas incluidas en esta dieta eran diferentes a las consumidas por las fibrasde camélidos procedentes de los envoltorios de cuero. El _ 15N de la dieta de este individuo teníavalores de 0 a 1.7‰, característicos de plantas fijadoras de nitrógeno como algunas legumbres (Gráfico2). Ejemplos de legumbres que podrían haber estado incluidas en su dieta, y que fueron encontradas enel sitio, son endocarpos de algarrobo (Prosopis sp.), semillas de añagua (Adesmia sp.), carozos dechañar (Geoffroea decorticans) y cotiledones de poroto (Phaseolus sp.).

Por último, los isótopos de azufre de las muestras analizadas indican una dieta terrestre.Con respecto a la variabilidad temporal, la muestra Nº 166 muestra una disminución de 2‰ en

los valores de _ 15N‰, desde el final al principio de los cortes sucesivos de la muestra. La muestra Nº196 varía de 3 a 4.7‰, pero como se trata de cabello cortado (sin bulbo), no se sabe cuál es el principio.Los valores de carbono indican fluctuación en la proporción de C4 vs. C3, posiblemente debido avariaciones estacionales, pero el patrón no es claro.

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Consideraciones finales

La observación de los gráficos 1, 2 y 3 permite notar que las muestras de cabello y uña humanasse separan claramente de las muestras de fibras animales, tanto en lo que respecta a los valores de _13C‰, como a las proporciones obtenidas para _ 15N‰. En el caso de los isótopos de carbono estasituación se traduce, para las muestras humanas, en una dieta basada casi exclusivamente (98% y 95%)en plantas C4, mientras que los valores de las fibras animales representan una dieta en la que predomi-nan vegetales C3. Estos datos serían coherentes, por un lado, con las expectativas de una dieta humanadiferenciada de una dieta animal y, por otra parte, con las hipótesis manejadas en relación con lasactividades de subsistencia que, para este momento de ocupación (1.460 ± 40 años A.P), fueron desa-rrolladas por los habitantes de P.P.9. En relación a esto último, la elevada proporción de plantas C4 en ladieta humana podría estar vinculada con el consumo de cultígenos como por ejemplo el maíz. Encuanto a las muestras animales, el predominio de plantas C3 en la dieta es coherente en relación con eltipo de vegetales predominantes en el ambiente. Si observamos los resultados obtenidos para los valo-res de _ 15N‰, notamos también una clara diferenciación entre las muestras humanas y las animales.Las primeras corresponderían a una dieta de tipo omnívora, con un importante aporte de productos deorigen animal, mientras que las segundas exhiben valores correspondientes a una dieta vegetariana.

Gráfico 2

Proporción de _ 15N‰ en las muestras

humanas y animales.

Gráfico 3Proporción de _ 15N ‰ y

de _ 13 C ‰ en lasmuestras humanas y

animales.

▲▲

15

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110 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

Sin embargo, hay un punto que nos parece interesante destacar y es que la muestra obtenida delcordel compuesto (N° 196), muestra valores diferentes a los proporcionados por las fibras de losenvoltorios de cuero, tanto en el caso del carbono como en el nitrógeno. Estas diferencias en el tipo dealimentación agregarían más elementos para reforzar nuestra hipótesis inicial acerca de que la fibras delos dos conjuntos de muestras (oscuras y claras) corresponderían a ejemplares de llama y de vicuña,respectivamente. Pensamos que, en relación con esta última observación, el análisis de valores isotópicosabre una interesante línea para analizar el proceso de domesticación de camélidos y las actividades depastoreo en la Puna, a partir de la utilización de nuevos indicadores arqueológicos para el abordaje deesta problemática.

A diferencia de P.P.9 que presenta muy buenas condiciones para la conservación de restos orgáni-cos, en otros sitios agropastoriles de esta microregión la recuperación de restos vegetales es casi nula,salvo que su conservación se deba a procesos previos de alteración térmica, por ejemplo semillas carboni-zadas. Tal es el caso del sitio residencial de Casa Chávez Montículos, ubicado en el sector de fondo decuenca (Olivera 1992). En estos casos, el análisis isotópico de restos óseos puede brindar informaciónsobre la importancia relativa de los diferentes tipos de plantas consumidas. De todas maneras, aún en elcaso de sitios con las características de P.P.9, es decir, con óptima conservación de restos orgánicos, la solapresencia de ciertos vegetales comestibles no nos permite estimar en forma inmediata su importanciarelativa en la dieta de los individuos. Igualmente, la sola presencia de restos botánicos o faunísticos tam-poco nos permite inferir directamente el aporte que representaron los componentes animales y vegetalesen la dieta de estas poblaciones. Los análisis isotópicos permiten identificar estas tendencias en la compo-sición de la dieta y estimar las proporciones relativas de los principales componentes.

Consideramos que estos datos isotópicos sólo cobran verdadera relevancia en un análisis de tipocomparativo, por lo que sería de suma importancia ampliar la muestra de análisis aquí presentada. Esnecesario, por una parte, efectuar un muestreo de campo para recopilar información correspondiente alos valores isotópicos de diferentes plantas y animales presentes actualmente en la región. Esto cobraimportancia en relación con la posibilidad de que otras plantas, como por ejemplo la quinoa(Chenopodium quinoa) pueda también pueda presentar un mecanismo fotosintético C4.

Por otra parte, creemos necesario ampliar la muestra con restos humanos de diferente cronolo-gía, más temprana y más tardía que la antigüedad del individuo aquí analizado, lo que nos permitiríaestablecer si existieron cambios importantes en la composición de la dieta para evaluar, por ejemplo, elpapel de la agricultura y la introducción de cultígenos en este sector del desierto de altura o la inciden-cia del proceso de domesticación de camélidos en la dieta de las poblaciones. Respecto al primer punto,es decir, a la comparación con muestras humanas de cronología más temprana que la procedente deP.P.9, podemos decir que ya existen datos disponibles (Macko et al. 2001). Las muestras han sidotomadas del cabello de un párvulo hallado en un fardo funerario (Aschero et al. 1999), también proce-dente de la localidad arqueológica de Punta de la Peña (P.P.11), en Antofagasta de la Sierra. El hallazgoha proporcionado una datación de 3370 ± 164 años A.P (corregida) (ibid.), y los valores de _13C‰muestran una menor proporción de plantas C4 (74%) en la dieta (Macko et al. 2001), en términoscomparativos con los porcentajes (95% y 98%) proporcionados por las muestras de individuos de P.P.9.Estos porcentajes nos permiten notar, en este lapso de aproximadamente 1.900 años, un incremento enla proporción de los vegetales C4 que están presentes en la dieta humana de estos individuos deAntofagasta de la Sierra.

Finalmente, quisiéramos concluir recordando que la información isotópica no puede ni debereemplazar al análisis de los restos ecofactuales sino que su relevancia radica en que permite comple-mentar o ampliar la información de la subsistencia procedente de los restos arqueofaunísticos oarqueobotánicos. Solamente el análisis integrado de toda la evidencia arqueológica nos puede propor-cionar los datos sobre qué especies de plantas o animales formaban parte de la dieta de las poblacionesanalizadas.

Notas

1. Las investigaciones fueron desarrolladas en el marco de los Proyectos PIP 4975 y CIUNT G105, financiados por elCONICET y la Secretaría de Ciencia y Técnica de la UNT. Ambos proyectos fueron dirigidos por el Lic. Carlos Aschero.

2. La identificación ha sido realizada por las Zoólogas F. Drahg y Gabriela Cuezzo. Facultad de Ciencias Naturales e I.M.L.3. La identificación de las especies vegetales leñosas y herbáceas ha sido realizada por la Dra. M. Fernanda Rodríguez. El

conjunto de semillas y frutos ha sido identificado por el Profesor Emilio Ulibarri. Instituto de Botánica Darwinion,Buenos Aires.

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BÚSQUEDA DE YACIMIENTOS DE ARCILLAS EN ELVALLE DE SANTA MARÍA

VALERIA PALAMARCZUK1

Introducción

El conocimiento de la localización, variedad, abundancia y calidad de los recursos materiales uti-lizados en la elaboración de determinada tecnofactura resulta de suma importancia a la hora de realizarespeculaciones acerca de la dinámica de la explotación y circulación tanto de las materias primas como delos productos elaborados. Este trabajo es un aporte hacia la construcción de un conocimiento más detalla-do de la estructura de un recurso en particular, las arcillas, en el ámbito geográfico del sur del valle deSanta María o Yocavil sensu Tarragó y Scatolin (1999).

La necesidad de incursionar en esta temática surgió a partir del desarrollo de un proyecto deinvestigación sobre la producción cerámica en la localidad arqueológica de Rincón Chico1, un emplaza-miento prehispánico tardío ubicado sobre la margen izquierda del río Santa María. Los fechadosradiocarbónicos obtenidos ubican el lapso de ocupación del sitio entre los siglos IX y XVII de la eracristiana, lo que abarca los períodos de Desarrollos Regionales, de ocupación incaica y de contactohispano indígena2 . El abundante material cerámico recuperado en todos los sectores de Rincón Chicoda cuenta de este rango cronológico e incluye principalmente los estilos Santa María en sus variedadestricolor y bicolor y las piezas peinadas de uso doméstico. En menor medida las muestras están consti-tuidas también por los estilos Famabalasto Negro Grabado, San José, Shiquimil, Loma Rica, Belén,Inca Provincial, Hispano Indígena y Aguada (Tarragó 1987, Piñeiro 1996, Palamarczuk 2002).

De todos los sitios del bajo de Rincón Chico3, Rch 15 es hasta el momento el más intensamenteanalizado. A lo largo de varias campañas se recuperaron abundantes materiales en capa, entre los cualesse destacan abundantes fragmentos cerámicos, trozos de crisoles, moldes, escorias, VFA y algunosgrumos de arcilla cruda en tonos rojizos, grisáceos y marrones. Se identificaron también estructuras decombustión utilizadas reiteradamente. En resumen, existen evidencias de trabajos pirotecnológicos quepermitieron caracterizarlo principalmente como un lugar de producción metalúrgica (González yGonzález 1991, González 1992) en el que también pudo elaborarse cerámica (Piñeiro 1996; 1997). Nose descarta la posibilidad de que alguno o varios de los otros sitios del bajo hayan servido como insta-laciones productivas de alfarerías.

Ambas actividades artesanales requirieron de las arcillas en alguna de las etapas de elaboración,en el caso de la alfarería es uno de los materiales constitutivos de las piezas acabadas, en el de lametalurgia en cambio se la empleaba en la confección de moldes para el vaciado del material fundido yde crisoles para la fundición y aleación.

Se propone que, tanto la mayoría de la cerámica que con diversas funcionalidades se utilizó enRincón Chico, como los moldes y crisoles metalúrgicos, debieron ser de elaboración local, requiriéndosepara su fabricación de abundantes cantidades de arcillas entre otros insumos. Este supuesto no descartaque algunas de las piezas cerámicas utilizadas en esta localidad hayan sido originarias de otros lugares.

1 Museo Etnográfico Juan Bautista Ambrosetti. [email protected]

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114 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

Se plantearon entonces un grupo de preguntas elementales vinculadas con la problemática de laobtención de las arcillas ¿Cuál es la variedad de la oferta local en cuanto a su calidad o adecuación parala confección de piezas cerámicas? ¿Qué gamas de colores y texturas están disponibles? ¿Cuáles sonlas características de emplazamiento, acceso y rendimiento potencial de los depósitos? El desarrollo deesta información se constituye en un paso previo necesario para avanzar en el esclarecimiento deinterrogantes tales como ¿Cuáles son las fuentes a las que se recurrió? ¿A qué distancia de los emplaza-mientos productivos se encontraban y qué dinámicas de transporte implicaban esas distancias? ¿De quémanera se articulaban los derechos de acceso a las fuentes en el marco político del valle?

Si bien se cuenta con muy buena información geológica de índole general proporcionada por lascartas geológico-económicas de la zona (Ruiz Huidobro 1972, Galván 1981), son escasas las localizacio-nes puntuales de los yacimientos de interés para este trabajo consignadas en publicaciones para el área surdel valle de Santa María. Se tuvo conocimiento de algunas de ellas por referencias tanto arqueológicascomo etnográficas. Entre ellas la más interesante por su proximidad a Rincón Chico (ca. 5 Km) es unafuente mencionada por Mónica Piñeiro en la Formación San José, en las cercanías de Lorohuasi, de dondese extrajo arcilla rojiza de excelente calidad y una gris verdosa de muy baja plasticidad (Piñeiro 1996;1997). A mayores distancias (superiores a los 20 Km) se mencionan algunos otros yacimientos. BeatrizCremonte (1988) relata la explotación de dos fuentes de arcillas marrón oscuro de muy buena calidad porparte de los alfareros de Los Colorados, una ubicada en Ampimpa y la otra en Los Colorados. GracielaSchwartz (1991) releva otro yacimiento de arcilla marrón muy plástica en la zona de Entre Ríos (Fig. 1).

En la zona Norte de Yocavil, Susana Sjödin (1998) trabaja con una alfarera de El Pichao, quienutiliza en la elaboración de sus ollas arcilla hallada en el área montañosa donde se emplaza este sitio4,llegando a la conclusión de que ese mismo material fue empleado en la manufactura de las piezasutilitarias que predominan en las áreas de habitación del mismo. En un trabajo pionero en el temaZulmida González Zimmermann (1948) realiza una descripción detallada de los procedimientos lleva-dos a cabo por una ollera de la zona de Tolombón, la localización de la fuente empleada es un tantovaga, se trata de un “lugar determinado” en el ciénago, el material se presenta como vetas verdosas queaparecen de manera esporádica.

Son conocidas también las fuentes de la zona de San Carlos (Valle Calchaquí Norte) y las de laQuebrada de Las Conchas (Piñeiro 1996; 1997, Subelza 1998), estas últimas son las de mayor magni-tud en cuanto a volumen de material disponible, distando aproximadamente 80 Km. de el área actual-mente considerada.

Breve caracterización geológica de la región

Dentro de nuestra área de estudio, las hojas de Galván (1981) y Ruíz Huidobro (1972), relatan lapresencia de arcilitas5 en las formaciones correspondientes al denominado “Grupo Santamaría”. Setrata de

“...varios depósitos continentales de edad terciaria, que están bien desarrolladas en todoel valle de Santa María, desde la Punta de Hualasto, (Hoja 11 e) hasta el cerro Paranilla.Es decir, es un complejo sedimentario que corre más o menos paralelo al río Santa Ma-ría sobre su margen derecha, adosándose por falla contra el basamento precámbrico delas sierras del Aconquija y Cumbres calchaquíes.Las formaciones que comprenden el citado Grupo, cuyo espesor verdadero no es posiblecalcular puesto que su límite superior está dado por fallamiento, están constituidas porsedimentos de distinto tamaño y composición, que van desde conglomerados hastaarcilitas; en ciertos casos con restos fósiles que han facilitado su ubicación en el cuadrocronológico” (Galván 1981: 29).

Se señala la existencia de arcilitas en las formaciónes San José (amarillo verdosas), Lorohuasi(arcillas gris verdosas, pardo rojizas y amarillentas), Las Arcas (rojo ladrillo oscuro) y Andalhuala(bolsillos de arcilla rojiza, mal estratificados) todas ellas miembros del denominado “Grupo SantaMaría”. Los sedimentos del Grupo Santa María se depositaron sobre una depresión originada durante elPlioceno, bajo un clima templado, semidesértico. Las líneas de fractura esbozadas en el Terciario bajose reactivaron al final del Plioceno originando el ascenso de los bloques del Aconquija, de las CumbresCalchaquíes y del Cajón. En consecuencia, la erosión inició el desgaste de las rocas más friables aexpensas de los cuales se rellenaron parcialmente los valles intermontanos (Ruíz Huidobro 1972: 43).

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Además de estos depósitos secundarios localizados sobre la margen derecha del río Santa María,Sjödin (1998) comenta la localización en el área montañosa cercana a El Pichao, de arcillas residuales(depósitos primarios) originadas a partir de la meteorización de las rocas metamórficas de origenprecámbrico (filitas, migmatitas, micacitas, etc.) que conforman las Sierras del Cajón.

De acuerdo a este panorama geológico, existe entonces un gran potencial para la localización dearcillas a ambos lados del valle, con mayores probabilidades de hallazgo en el lado oriental, dadas lascaracterísticas de los depósitos.

Metodología

La búsqueda de las fuentes en el campo fue realizada en dos etapas, la primera en mayo del 2000y la segunda y más fructífera en marzo del 2001.

En principio se consultó la información geológica disponible y se analizaron los aerofotogramasdel área. En base a este material, decidimos en mayo del 2000, realizar una serie de prospecciones. Elprimer recorrido se cumplió a lo largo del curso de un río seco que atraviesa las formaciones del GrupoSanta María a la altura de la ciudad de Santa María, con resultados negativos. También visitamos lasfábricas de ladrillos o “tabiques” de San José. Los “tabiques” están ubicados sobre la última terraza delrío y es ese mismo material de acarreo fluvial (cuaternario) que compone la terraza, el que se usa enesta fabricación. Este sedimento no resultó ser lo suficientemente plástico como para realizar ceramiosmediante técnica de chorizo (es muy limoso), pero sí es apto para la elaboración de ladrillos utilizandomoldes.

Dados los pobres resultados de la primera experiencia, en la segunda campaña en febrero del2001 decidimos orientar la búsqueda realizando consultas a los alfareros locales. En este plan nosentrevistamos con Juan Mamaní (Amaicha), Gustavo Nieva (Los Zazos) y Juan Robles (Lampacito).Los tres fabrican cerámica negra decorativa y no utilizan arcillas locales, sino de fuentes cercanas aCafayate y San Carlos.

Juan Mamaní nos informó de una fuente de arcilla en “La Puntilla”, cerca de Amaicha, sobre laruta a Santa María que se usaba antiguamente para hacer ollas utilitarias. Este dato nos dio una pauta,había que localizar olleros. Encontrarlos no fue sencillo y solo pudimos entrevistarnos con dos olleras.Las ollas de barro ya no son piezas requeridas para el uso diario y las olleras las hacen para uso propioo bien en función de los escasos pedidos. Casi nadie las conoce ni requiere sus productos. La granmayoría de las personas del lugar asocian esta actividad al pasado y creen que ya no se practica más queen zonas marginales.

La primera ollera que contactamos fue Mirta Martínez, de veintidós años, nieta de Justa Martínez,alfarera de Los Colorados. Mirta vive en Amaicha y hace traer la arcilla desde Los Colorados o deRincón de Quilmes porque le gusta la calidad del material. También suele mezclar diferentes arcillas.Le gusta hacer ensayos con los materiales y resultó ser una informante extraordinaria. Ella aprendió eloficio de su abuela y de una tía que actualmente vive en Los Colorados. La otra artesana es la Sra. PaulaMamaní, del barrio La Loma (Lorohuasi). Paula vive en Monteros, Tucumán durante casi todo el año.De enero a abril se traslada a Lorohuasi, su lugar natal, donde tiene su casa y una pequeña plantación defrutales que requieren de su atención en la temporada de verano. Paula es una señora mayor y ya no salea buscar arcilla. Ella utilizaba el material de una veta en la Formación San José a la altura de La Loma.Para hacer sus ollas mezcla la arcilla con arena pura sin limo. Doña Paula nació en Lorohuasi y apren-dió el oficio de su madre, la señora Felicia, ya fallecida. Es por esa tradición de su familia que algunosvecinos de La Loma, denominan al río seco que está a la altura de su casa, hacia el Este, “Río Seco delas Olleras”, siguiendo el curso seco, se llega al cerrito donde está la veta que ella explotaba. Gracias alos datos que nos aportaron estos artesanos pudimos localizar y registrar varios yacimientos de arcillas.

Las fuentes de arcilla registradas

Nombre: La PuntillaUbicación: cerca de Amaicha, en la ruta desde Amaicha hacia Santa María sobre la mano derecha

se distingue un cerrito rojizo sin vegetación a la altura de la usina eléctrica.Formación: Andalhuala (Ruiz Huidobro 1972)

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Color: marrón rojizo; 5 YR 5/3.Observaciones: se la ubicó por indicación de Juan Mamaní. Mirta Martínez también la conoce y

la utilizó. La arcilla es de muy buena calidad y de fractura concoidal. La veta mide unos20 cm de espesor y fue intensamente explotada, produciendose una caverna de 2 m dealtura por 2 m de profundidad y una segunda un poco más pequeña. Este yacimiento es degran interés también por la presencia de manganeso en forma de dendritas. El manganesose utilizó en la cerámica Santamariana Bicolor y Tricolor, para lograr la pintura negra6.

Nombre: Afluente del Río AmaichaUbicación: barranca Norte de afluente del Río Amaicha.Formación: Caspinchango (Ruiz Huidobro 1972)Color: gris rosado; 7.5 YR 7/2 y gris claro 5Y 7/1, los colores aparecen entremezclados en la

misma masa arcillosa.Observaciones: fue ubicada por indicación de Mirta Martínez, esta arcilla es de buena calidad,

de fractura concoidal, y la usan los chicos de la escuela para hacer manualidades. Senotan las marcas de extracción reciente. Tiene también bastante manganeso. La veta arci-llosa expuesta es de aproximadamente 40 cm.

Nombre: El TíoUbicación: sobre la ruta desde Amaicha hacia Ampimpa, de la mano izquierda, hay una monta-

ña rojizo-parda en cuya ladera este hay un importante socavón de aproximadamente 1mde alto por 1m de profundidad que expone la veta.

Formación: Andalhuala (Ruiz Huidobro 1972)Color: marrón rojizo claro; 5 YR 6/3Observaciones: informada por Mirta Martínez. La veta expuesta es de aproximadamente 15 cm

y es de muy buena calidad, según nos comentaron es empleada por un artesano de Amaicha.También tiene bastantes dendritas de manganeso. Arcilla de aspecto laminar.

Nombre: Rincón de Quilmes (A)Ubicación: Rincón de Quilmes, cerca de la casa de la familia Fabián. Se trata de una veta ex-

puesta por un pozo cavado para hacer adobes ubicado sobre la margen izquierda del río.Formación: Complejo Metamórfico Precámbrico (Galván 1981)Color: gris oliva; 5Y 5/2Observaciones: informada por Mirta Martínez. La arcilla no es muy pura, pero es lo suficiente-

mente plástica como para emplearse en alfarería.

Nombre: Rincón de Quilmes (B)Ubicación: Rincón de Quilmes, cerro detrás de la casa de la familia Fabián.Formación: Complejo Metamórfico Precámbrico (Galván 1981)Color: amarillo rojizo; 7,5 YR 6/6.Observaciones: informada por Mirta Martínez, ella aprecia mucho esta arcilla que a simple

vista no se ve muy buena y es de aspecto grumoso. Ella la utiliza en la elaboración de susollas. Ocasionalmente, cuando alguno de los miembros de la familia Fabián “baja” hastaAmaicha, llevan consigo una cantidad de arcilla para Mirta. Al humectarla se pudo apre-ciar que se trata de un material de excelente calidad, muy plástico. No se visitó personal-mente la fuente, ya que está a varias horas de caminata por el cerro (y el tiempo apremia-ba), pero la Sra. Atanasia Fabián facilitó una cantidad considerable del material y noscomentó que este era muy abundante.

Nombre: Tres CerritosUbicación: en Tres Cerritos, aproximadamente a 400 m al Norte de la casa que ocupaba la Sra.

Paula SuárezFormación: Rocas metamórficas del Precámbrico (Ruiz Huidobro 1972)Color: rojo; 2,5 YR 4/8.Observaciones: la arcilla es buena, aunque no tan plástica como las otras. La veta más pura mide

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 117

aproximadamente 5 cm y está rodeada por sedimentos limo arcillosos mezclados conclastos de esquistos verdes, lo cual obliga a “depurar” el material para poder trabajarlo.Este yacimiento es también una potencial fuente de pigmentos rojos tanto para alfaríacomo para arte rupestre, debido a la intensidad del color rojo oscuro del material. Llega-mos al lugar por indicación de la Sra. Paula Suárez, una pastora y tejedora que viviómuchos años en esa zona7. Ella descubrió esta veta y la utilizaba para realizar pequeñosobjetos decorativos cerámicos como pasatiempo; no es la alfarería su oficio, sino la ela-boración de textiles y cordeles, además de la rutina diaria de pastoreo de cabras y laelaboración de quesillos. Luego de sacar el material que necesita tapa la veta con lajaspara que no se lave con la lluvia, lo cual dificulta su localización.

Nombre: La LomaUbicación: siguiendo el “Río Seco de las Olleras” a 3 Km de la ruta 40, a la altura de La Loma

en Lorohuasi.Formación: San José (Ruiz Huidobro 1972)Color: gris oliva; 5Y 5/2.Observaciones: se localizó la fuente por referencias de la Sra. Paula Mamaní de La Loma, ella

utilizaba esta arcilla para hacer ollas para cocinar, mezclándola con arena, de lo contrariono resulta buena para poner al fuego. La arcilla es muy buena, la veta mide unos 30 cm Elmaterial está levemente metamorfizado por lo que en algunas partes el aspecto es“hojaldrado” pero no perdió su condición plástica. La veta está rodeada por materialmetamorfizado del mismo color, el cual se separa cuidadosamente, ya que su incorpora-ción en la masa arcillosa ocasiona la ruptura de las piezas durante la cocción. La vetaestaba tapada por abundantes sedimentos, debido a lo cual se tuvo que trabajar con picopara destaparla. Luego de cuatro años de no ser explotada, las huellas de su utilizaciónestaban casi totalmente ocultas por el material derrumbado. En las cercanías de esta loca-lización habrían también arcillas rojas y amarillas, cuyas vetas aún no pudieron serrelocalizadas.

Nombre: Entre RíosUbicación: en Entre Ríos en el farallón al Este de la localidad moderna.Formación: Andalhuala (Ruiz Huidobro 1972)Color: marrón; 7,5 YR 5/2.Observaciones: La veta de la cual extrajimos la muestra de material es de aproximadamente 5 cm.

de espesor, pero tenemos referencias de que existen zonas en el mismo farallón en las queel estrato arcilloso es de considerable mayor espesor (Tarragó y González com. pers.) Laarcilla es muy pura, la fractura es de tipo concoidal. Llegamos al lugar guiados por el Sr.Cáceres, cuidador de la Loma Rica de Shiquimil. Este sitio está reportado por GracielaSchwartz (1991 M.S.), quién realizó análisis de difracción de rayos X sobre una muestra deesta arcilla, obteniendo datos semicuantitativos que definen a este material como compues-to por un 65% de smectita, 30% de illita y trazas de interestratificados, caolinita, clorita,cuarzo y feldespatos.

Nombre: Los ColoradosUbicación:: Los Colorados, al Sudeste de Amaicha, cerca de la casa de la familia Martínez. No

hay caminos de acceso para vehículos.Formación: ¿Las Salinas? (Ruiz Huidobro 1972)Color: gris rojizo oscuro; 5YR 4/2.Observaciones: La arcilla es muy buena y tiene pequeñas inclusiones naturales de mica dorada

(biotita), tiene un color pardo oscuro y un olor muy fuerte que sugieren una alta proporciónde materia orgánica en su composición, de acuerdo a la descripción que realizara Cremonte(1988), se trata del mismo tipo de arcilla empleada por los alfareros que trabajaron con ellaen su estudio de “etnografía arqueológica”. Se la utiliza para hacer ollas de cocina. La zonade Los Colorados fue hasta la década del ’30 un importante centro regional de producciónde cerámica utilitaria. Las ollas se vendían o intercambiaban por otros productos en SantaMaría, Fuerte Quemado, Las Mojarras, El Puesto, Lorohuasi y Tafí del Valle. Actualmente

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esta actividad económica ya no continúa vigente pero algunos lugareños conservan estatradición artesanal fundamentalmente para uso personal de la cerámica. Mirta Martínez,cuya familia es oriunda de esa zona, hace transportar ocasionalmente algunas cargas enburro hasta Amaicha, distante aproximadamente 12 Km (que deben ser recorridos a pié oen burro por la ausencia de caminos aptos para vehículos)8.

Nombre: San José NorteUbicación: son dos vetas ubicadas en el perfil de una terraza muy elevada, ubicada en la margen

derecha de un gran río temporario, afluente del Santa María que pasa por la ruta a laaltura de la estación de servicio de San José Norte. La primer veta está a unos 500 m dela ruta y a 1,5 m de la superficie actual del río y la segunda a 1 km. de la ruta y en la partesuperior del perfil.

Formación: Caspinchango (Ruíz Huidobro 1972)Color: gris rosado; 7,5 YR 7/2.Observaciones: ubicamos las vetas gracias a las indicaciones de la Sra. Paula Mamaní. El mate-

rial es el menos plástico de todos, pero de todas maneras se lo puede emplear en la fabri-cación de pequeños objetos.

Nombre: Yacimiento entre Santa María y Lorohuasi.Ubicación: veta de arcilla a unos 40 cm de la superficie. Entre Santa María y Lorohuasi.Formación: San José (Ruíz Huidobro 1972)Color: marrón rojizo oscuro; 5 YR 3/2Observaciones: esta fuente fue registrada por Piñeiro (1996), quien lo describe como un mate-

rial muy plástico. Por encima de esta arcilla roja ella encontró también un material arci-lloso color gris oliva 5 Y 5/2, pero de calidad muy inferior, muy poco plástico. Con estosmateriales, ella realizó experiencias de cocción. Lamentablemente no pudimos visitar ellugar para obtener nuevas muestras.

Ensayos con los materiales

Con las muestras recolectadas, realizamos en Buenos Aires una cocción experimental de peque-ños ladrillos, confeccionados con la arcilla pura y también con arcilla mezclada con arena del Río EntreRíos. Nos interesaba poder apreciar la ductilidad del material y visualizar su coloración y la textura dela pasta luego de haber sido sometidas al calor. La cocción se realizó en horno eléctrico, en atmósferaoxidante y alcanzó temperaturas de hasta 800 ºC. Aunque se notaron algunas diferencias de acuerdo algrado de maleabilidad, todas las arcillas resultaron ser muy adecuadas para la elaboración de piezascerámicas con técnica de rodetes.

Una vez cocidas las muestras experimentales se observó un aspecto bastante similar entre las delGrupo Santa María, con superficies de fractura de tipo irregular y pequeñas diferencias en la coloración(rojiza amarillenta). Las inclusiones son en todos los casos de tamaño muy pequeño (menor a 0,1 mm),distinguiéndose cristales de mica dorada (biotita) y otras inclusiones también muy pequeñas no identi-ficadas homogéneamente distribuidas. En la arcilla de La Loma se identificaron también cristales demica negra y de cuarzo de tamaño pequeño y mediano (0,1 a 0,5 mm). Similares características presen-ta la muestra de San José Norte (Formación Caspinchango).

Las muestras de los yacimientos ubicados en el Complejo Metamórfico Precámbrico mostraronmayores diferencias entre sí y con las antes mencionadas. El factor común a todas ellas es la grancantidad de inclusiones de diferentes tamaños y muy pobremente ordenadas, presentes naturalmente enla matriz arcillosa. Rincón de Quilmes A posee abundante mica muy pequeña a pequeña y clastos demetacuarcitas y micacitas de tamaño mediano (0,25 a 0,5 mm) y muy grande (más de 1 mm) el color esrojizo amarronado. Rincón de Quilmes B presenta menor cantidad de mica y mayor abundancia deotras inclusiones como metacuarcitas, cuarzo lechoso y micacitas de tamaño pequeño a muy grandecon clastos que llegan a medir 3 mm. Su color es rojo oscuro. Por último, la muestra de Tres Cerritos secaracteriza por la abundancia de mica dorada muy pequeña a pequeña y de clastos líticos (micacitas,metacuarcitas e indeterminados) de tamaño pequeño a muy grande. La coloración es de una tonalidadmás rosada.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 119

Resta mencionar la muestra de Los Colorados procedente de depósitos cuaternarios. Posee abun-dantes cristales de mica dorada de tamaño pequeño a grande homogéneamente distribuidos y clastos decuarzo y feldespato de tamaño pequeño a grande y de ordenamiento pobre.

Datos etnográficos sobre distancias entre las fuentes y las zonas de producción

Dentro de la gama de los insumos necesarios para la elaboración de la cerámica, como losantiplásticos, el combustible, los pigmentos y la arcilla, es esta última el único de los materiales queresulta absolutamente insustituible9, es también el más pesado y el que es requerido en mayor volumen,razón por la cual los establecimientos productivos tradicionales, que no adquieren sus insumos en elmercado y que no utilizan medios de transporte motor para su acarreo, suelen instalarse en las cercaníasde las áreas de aprovisionamiento de las mismas.

La mayoría de la información etnográfica moderna que considera el tema, muestra una tendenciaa la explotación de fuentes no demasiado lejanas a los ámbitos productivos. A partir de un análisis de 110casos etnográficos actuales, observando las distancias entre área de fabricación y área de explotación de laarcilla empleada, Arnold (1980; 1985 citado en Rice 1987: 116-117) concluye que el 85% de los casosobtienen la arcilla dentro de un radio de 7 Km. del área de vivienda o trabajo. Hay un “territorio deexplotación preferido”. Los materiales voluminosos utilizados en la fabricación de cerámica (arcilla ycombustibles) son raramente obtenidos de una localización distante en una sociedad preindustrial, mien-tras que para las arcillas o pigmentos utilizados para la terminación y decoración se registraron proceden-cias más distantes.

Shimada (1994) comenta que los ceramistas de Mórrope en la costa norte peruana obtienen susarcillas dentro de sus propias chacras, aunque algunos se desplazan hasta 4 horas con sus burros parallegar hasta la fuente explotada.

La información que tenemos acerca de contextos productivos tradicionales etnográficos en el NOAmuestran distancias cortas entre el lugar de elaboración y el de abastecimiento de arcilla:

Inti Cancha, en la Puna 1 hora 15 minutos de caminata (Cremonte 1988-89).Alto Sapagüa, 1 hora de caminata (García 1988).

En Los Colorados, otrora un importante centro de elaboración, la fuente está cercana al antiguolugar de producción. Este centro productivo sumamente activo hasta principios del siglo XX es consi-derado por Cremonte como un posible ejemplo de “isla”, o de complemen-tariedad de pisos ecológicos,En el que el lugar del emplazamiento habría estado principalmente condicionado por la localización delas arcillas (Cremonte 1984).

Por supuesto que estos contextos que se acaban de mencionar posiblemente no se equiparen alámbito productivo en la zona durante momentos prehispánicos. Lo que resulta recurrente, es que allídonde en las cercanías de las áreas de producción cerámica hay buena arcilla, ésta es explotada. Estageneralización no pretende desconocer el gran abanico de posibilidades en cuanto a los mecanismos deinteracción y circulación de materias primas entre poblaciones distantes.

Balance de los resultados

El examen visual de los diferentes yacimientos visitados nos permitió conocer las particularida-des de los depósitos arcillosos en la zona. Los depósitos del Grupo Santa María se caracterizan porpresentarse en forma de vetas de espesores variables entre 5 y 40 cm, con coloraciones en tonos amari-llos, rojos, grises y marrones. El alto grado de maleabilidad y de pureza de los materiales los tornanmuy adecuados para la elaboración de cerámica. La ubicación de estas vetas no es tarea sencilla si secarece de indicaciones precisas. Las localizaciones son muy puntuales y en muchos casos se encuen-tran ocultas por acumulaciones de sedimentos de otro tipo. Ejemplos como el de La Loma son claros encuanto a la intensidad de los procesos erosivos y muestran la improbabilidad de la detección de labo-reos de canteo prehispánico.

El considerable desarrollo longitudinal de este grupo de formaciones sugiere la existencia dedepósitos de similares características a las aquí descriptas a lo largo de toda la extensión del valle. Demanera que esta muestra representa sin dudas una mínima expresión de la real cantidad de potencialesfuentes en la zona.

Pudimos acceder también al material oriundo de tres diferentes acumulaciones localizadas en el

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sector occidental del valle (Complejo Metamórfico Precámbrico). Las tres variedades presentan mar-cadas diferencias en cuanto a coloración y texturas una vez cocidas, distinguiéndose a su vez de lasanteriores por el tamaño y variedad de sus inclusiones. Se trata de depósitos primarios (Tres Cerritos) oque han sufrido poco transporte (Rincón de Quilmes A, desconocemos las características de Rincón deQuilmes B).

La recolección de muestras posibilitó la elaboración de un conjunto de referencia que permitiráestablecer comparaciones con los materiales de arcilla recuperados de contextos arqueológicos del valle.Al respecto hay que destacar las similitudes macroscópicas entre un trozo de arcilla grisácea de RCh 15 yel material de la Formación San José (La Loma) otros grumos (de color rojizo) hallados en el mismo sitiono se asemejan a ninguna de las variedades aquí descriptas. Esto pone de relieve la necesidad de ampliareste tipo de prospección. Mientras tanto proponemos como hipótesis que, dada la abundancia de materia-les cercanos de excelente calidad y la ausencia de las actuales facilidades de caminos y vehículos detransporte que justifiquen el empleo de arcillas de fuentes muy lejanas, para la producción de cerámica enRincón Chico se empleaban fundamentalmente los materiales de las fuentes cercanas. Esta afirmacióndebe sin embargo ser sopesada considerando que en muchos casos la cercanía geográfica con la fuente nosignifica una concreta posibilidad de acceso al recurso, dada la existencia de límites políticos demarcadoresde territorios grupales de difícil distinción a partir del registro arqueológico.

Al respecto se ha sugerido que la ocupación territorial en los Valles Calchaquíes pudo asumircaracterísticas “archipielágicas”, es decir que los distintos grupos pudieron acceder a diferentes pisosecológicos de acuerdo con un patrón de control vertical, o bien pudieron tener derechos en tierras de unmismo nivel ecológico dentro de territorios principalmente dominados por otros grupos. Proponiendoa las cadenas montañosas que encajonan el valle como sendos ejes ocupacionales articulados por el ríoque funcionaría a la vez como frontera y como eje articulador entre grupos étnicos y/o políticos (Lorandiy Boixadós 1987-1988). Este tipo de problemática solamente podrá iluminarse en la medida en que seavance en las investigaciones arqueológicas y etnohistóricas.

El otro lado positivo de esta experiencia de trabajo fue sin duda el acercamiento al mundo de losceramistas actuales de la zona. Conocimos a muchos artesanos, pudimos ver sus talleres, su forma detrabajo, hablar sobre sus técnicas, sus preferencias en cuanto a materiales, las vías de comercialización desus productos y la manera en que aprendieron su oficio. Esta interacción enriqueció enormemente nuestraperspectiva, y los encuentros, que en principio fueron motivados por el interés en un tema puntual, resul-taron sumamente ricos para el conocimiento de otros aspectos de su cotidianeidad. A partir de este acerca-miento notamos la existencia de dos tipos de artesanos ceramistas con tradiciones de trabajo totalmentediferentes y que encarnan lo que podría narrarse como dos esferas de producción independientes, casi sinpuntos de contacto. Están los artesanos que fabrican cerámica de tipo ornamental o souvenirs y estántambién los olleros.

Los primeros encuentran en esta actividad la base de su sustento. Han aprendido su oficio dediversas maneras, en el ámbito de instituciones de enseñanza, con amigos, maestros particulares y hastapor correo. Sus productos se comercializan a través de los mercados que nuclean la producción artesanallocal y por pedidos para clientes mayoristas que distribuyen las cerámicas en mercados más importan-tes de diversos puntos del país. Las técnicas de fabricación que emplean son variadas aunque predomi-na el empleo de moldes que les permiten fabricar piezas seriadas. La mayoría piensa que no hay arcillaen el valle, otros conocen vagamente algunas de las fuentes pero por diversos motivos las desestiman.Todos traen su arcilla desde la zona de Cafayate-Las Conchas-San Carlos en grandes cargas que puedenalcanzar para la producción de todo un año. La gran distancia con los yacimientos no resulta problemá-tica porque hay buenos caminos y medios de transporte y además las fuentes están sobre la ruta. Lo queparecieran ser grandes distancias significan esfuerzos sensiblemente menores, que el que implica reco-rrer los trayectos comparativamente más pequeños hasta las fuentes locales, pero con dificultades deacceso para los vehículos modernos, obligando al transporte en burro o a caballo. La elección de laarcilla norteña fue justificada también en base a su mejor adecuación para la técnica de moldes y a suexcelente calidad en general.

Las olleras en cambio conocen mejor el potencial de la zona en cuanto a las fuentes de arcillas yaque utilizan los materiales locales, explotando en ocasiones una misma veta durante décadas. Es por estoque resultaron muy interesantes como informantes. Ellas tienen una tradición de trabajo muy diferente ala de los otros artesanos. Las olleras no venden actualmente sus piezas en los mercados artesanales ni enlas ferias, generalmente trabajan para sí o por pedido y esta actividad, que hasta principios de siglo fueraeconómicamente importante en la región, no es actualmente la base de su sustento. Las dos olleras que

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 121

conocimos han aprendido el oficio en el seno de sus familias. El tipo de piezas que elaboran es tambiénmuy diferente, básicamente manufacturan ollas para cocinar alimentos o contener líquidos y las empleanen sus tareas cotidianas.

Esta apreciación de la existencia de dos tipos diferentes de artesanos coincide con la diferencia-ción en dos categoría generales que realizara Cremonte (1984).

Este trabajo, es fundamentalmente una síntesis del conocimiento que sobre las potencialidadesde explotación de arcilla en el valle de Santa María poseen unos pocos artesanos locales. Curiosamentelos olleros son artesanos absolutamente marginales en cuanto al conocimiento y reconocimiento que sucomunidad tiene de y para con ellos y sus productos. Esperamos modestamente mediante este informecontribuir en la valorización de su trabajo y su saber.

Agradecimientos

A Sebastián Granatelli por acompañarme en el trabajo de campo, a Eduardo Palamarczuk porsu asesoría en temas geológicos, a Gerónimo Pratolongo por ayudarme con la cocción de las muestrasexperimentales. Agradezco a Susana Renard por facilitarme el contacto con Paula Suárez, con quienestoy en deuda por su valiosa información. A Myriam Tarragó por su apoyo y sus consejos para abor-dar la investigación. Sin la asistencia de los ceramistas Mirta Martínez, Eva Ocampos, Paula Mamaní,Juan Mamaní, Gustavo Nieva y Juan Robles este trabajo no habría sido posible.

Notas

1. La presente ponencia ofrece los resultados de uno de los ejes principales del proyecto de Beca Estímulo 1999-2001 “Laproducción cerámica en Rincón Chico, Valle de Santa María. Aspectos tecnológicos y recursos” dirigido por la Dra.Myriam N. Tarragó; la localización de potenciales fuentes de arcillas en las cercanías de la localidad arqueológica deRincón Chico.

2. Para una caracterización de la localidad arqueológica de Rincón Chico ver Tarragó (1987; 1995; 1998).3. Se ha propuesto que los sitios del bajo de Rincón Chico estarían relacionados con actividades de producción de diversas

manufacturas (cerámica, objetos de metal, alimentos a gran escala) (Tarragó 1995; 1999).4. No se consignan distancias.5. Arcilita: roca compacta, sin fisilidad, proveniente de la consolidación de una arcilla. “Léxico Sedimentológico” de Bonorino

F. G. y M. E. Teruggi (1961)6. De acuerdo con los resultados de análisis EDAX realizados oportunamente por Piñeiro (1996; 1997) y Palamarczuk

(2001).7. La información fue suministrada por Susana Renard, quien entrevistó a la Sra. Paula Suárez por el tema textil.8. No pudimos ir a Los Colorados por el mal tiempo y las dificultades del camino, sin embargo obtuvimos una muestra de

arcilla a través de Mirta Martínez.9. Se pueden emplear muchos materiales como combustible (heces de animales, ramas, madera, carbón, pastos, hojas, etc.)

y también se utilizan gran variedad de materiales como antiplásticos (fibras vegetales, arenas de diferentes granulometrías,tiesto molido, conchilla, etc.) sin embargo la matriz arcillosa es insustituible, cierto es que se pueden utilizar alternativa-mente diferentes materiales de arcilla, más o menos plásticos y que estos últimos pueden ser procesados de manera tal quesu plasticidad se vea incrementada mediante el aditamento de materiales orgánicos y el maceramiento, pero lo cierto esque la condición básica es que contengan en alguna medida minerales de arcilla, de lo contrario la cerámica fracasaría.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 123

Figura 1

Yacimiento de arcilla en el Valle de Santa María

Yacimientos conocidos con anterioridad Yacimientos nuevos

1. Rincón de Quilmes. 2. La Puntilla. 3. Amaicha. 4. El Tío. 5. La Loma. 6. Tres Cerritos.7. Entre Ríos 8: Los Colorados. 9. San José Norte. 10. Yacimiento entre Santa María y Lorohuasi. 11. Ampimpa.

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124 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 125

LA MEDICIÓN DEL TIEMPO COMO UN PROBLEMAARQUEOLÓGICO: ACERCA DE LA OBSERVACIÓN DEL SOLEN EL VALLE DE YOCAVIL DURANTE EL PERÍODO TARDÍO

ALEJANDRA D. REYNOSO1 y GERÓNIMO J. PRATOLONGO1

Uno de los aspectos de la organización de toda sociedad es la planificación temporal de lasdistintas actividades económicas, políticas y religiosas. Dicha planificación descansa tanto en sucesosregulares, como pueden ser los ciclos naturales o en convenciones sociales, es decir cuando determina-das actividades podrían desarrollarse en cualquier momento del año y sin embargo a partir de factoressociales se establece un momento del año como apropiado para desarrollarlas. Los ciclos astronómicosy los fenómenos vitales de la naturaleza, al ser regulares y cíclicos, sirven de referencia para la demar-cación del tiempo y por consiguiente para la planificación de actividades.

Al tratar la categoría de tiempo como hecho social, Durkheim afirma que es imposible imaginarla noción de tiempo haciendo abstracción de los procedimientos mediante los cuales lo dividimos ymedimos; un tiempo que no fuera una sucesión de años, meses, semanas, días, horas. No podemosconcebir el tiempo sin diferenciar en su interior momentos distintos. Según este autor, estos puntos dereferencia indispensables (días, semanas, meses, años) a partir de los cuales se clasifican en el tiempotodas las cosas, son tomados de la vida social y corresponden a la periodicidad de la actividad social. Elcalendario refleja el ritmo de las actividades colectivas al mismo tiempo que asegura su regularidad.Refleja la actividad social y a su vez contribuye a reproducirla –está claro que para Durkheim, lacategoria de tiempo es una institución social– (Durkheim 1982 [1912]).

La demarcación del tiempo en sociedades de producción industrial es algo indudable debido a lacomplejización creciente del proceso productivo. Pero fundamentalmente, fue la extracción de plusvalíapor parte de la nueva clase capitalista desde fines del siglo XVIII lo que implicó una demarcaciónprecisa del tiempo y su división en unidades cada vez más pequeñas (Thompson 1984). En la primeretapa de la Revolución Industrial, la producción de plusvalía dependía del aumento y la organización dela jornada laboral, ya que la plusvalía es el resultado del tiempo de trabajo que realiza el trabajador másallá del requerido para la producción de su salario, esto es el plustrabajo (Marx 1999 [1872] LibroPrimero, Capítulo VIII). Esta “hambruna de plustrabajo” (Ibid 282) determina el disciplinamiento delproceso de trabajo dentro de un marco temporal muy preciso en donde “el tiempo es oro”.

Si bien la demarcación del tiempo en las sociedades industriales es evidente, se puede conside-rar que en toda sociedad en que se planifiquen las actividades se desarrollará algún procedimiento paramedir el tiempo y establecer las referencias temporales necesarias para dicha planificación. Entende-mos por referencia temporal a la relación que establece el observador entre dos fenómenos o aconteci-mientos cuya asociación tiene significado temporal, por ejemplo, la migración de determinadas espe-cies o la posición del sol en el horizonte con condiciones climáticas específicas. La asociación adquieresignificado como un punto específico dentro de un ciclo temporal. Dada la estrecha relación que seestablece entre estas marcas temporales que permiten ubicar todos los acontecimientos y la organiza-ción del grupo será fundamental su transmisión y enseñanza. Este conocimiento puede ser compartido

1 Museo Etnográfico “J. B. Ambrosetti”, FFyL, UBA.

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por todos los miembros de una comunidad o por el contrario, podría ser manipulado sólo por determi-nados integrantes de la misma, quienes a su vez pueden transmitir dicho conocimiento a todo el grupoo a algunos miembros solamente.

Creemos encontrar una diferencia básica entre la transmisión oral de las referencias temporalesy por otro lado, la transmisión de dichas referencias por la fijación material a través de la creación deobjetos comunicativos, por ejemplo la escritura calendárica o aquellas construcciones o elementos na-turales culturalmente significativos asociados a un fenómeno astronómico determinado. Esta segundaforma de transmisión estaría vinculada con un cambio en las relaciones sociales de producción asocia-do a la dependencia en una economía de producción de alimentos. Este cambio en la organizaciónsocial generaría la necesidad de fijar materialmente un conocimiento estrechamente vinculado con laplanificación de las distintas actividades. Es decir, se puede relacionar estas sociedades con lo que se hadenominado monumen-talización de la Cultura Material (Criado Boado 1993). Los monumentos, des-de un montículo funerario hasta un poblado fortificado, se caracterizan por ser visibles en términosespaciales y por ser construidos con la intención de que su visualización se mantenga a lo largo deltiempo (Ibid). Así, por ejemplo, las construcciones o rasgos naturales significativos vinculados a laobservación astronómica pueden ser considerados monumentos dado que su propósito es perpetuar elconocimiento que están comunicando y fijando. En este trabajo nos centraremos en el estudio de lasactividades de observación astronómica como una de las formas posibles para establecer ciclos tempo-rales.

Entonces, la necesidad de fijar materialmente las referencias temporales, en este caso ligadas alconocimiento astronómico, está generalmente respondiendo a un cambio cualitativo en la organizaciónsocial. Por otra parte, esta característica es la que nos permite abordar arqueológicamente el estudio dela medición del tiempo a través del conocimiento astronómico en las sociedades del pasado.

Consideraciones metodológicas

Las actividades de observación astronómica como medio para establecer ciclos temporales pue-den basarse en la observación de los movimientos regulares del sol, la luna y los planetas y estrellasmás brillantes. Por su parte, las fases lunares proveen un marco adecuado para regular las actividadesdía a día, en lapsos temporales cortos. Por el contrario, si se requiere definir eventos anuales importan-tes para la actividad agrícola, es necesaria la utilización de un calendario solar (Newham 1972). Es poresto que, dentro de las prácticas de observación nos interesa estudiar específicamente aquellas vincula-das con el sol por su estrecha relación con las sociedades agropastoriles.

El desplazamiento aparente del sol en el horizonte (sol naciente y poniente) es cíclico y en elhemisferio sur se mueve desde un punto extremo norte, solsticio de invierno, hasta el extremo sur en elsolsticio de verano, siendo el punto intermedio de este desplazamiento los equinoccios de otoño yprimavera. Así se definiría un ciclo anual o año solar. Como se puede ver en la figura 1 estos cuatromomentos en el desplazamiento del sol en el horizonte se manifiestan en tres posiciones debido a queen ambos equinoccios el sol tiene la misma trayectoria y por lo tanto la misma posición en el horizonte.

Aquí proponemos una serie de consideraciones metodológicas relacionadas, en primer lugar,con el planteo de los indicadores arqueológicos de las prácticas de observación astronómica, másespecíficamente del desplazamiento aparente del sol en el horizonte, y en segundo lugar con aquellospasos a seguir en el estudio de sitios arqueológicos específicos.

La astronomía posicional es aquella que se basa en el estudio, precisamente, de las posiciones yperíodos de los cuerpos celestes. Entonces, una de las formas de señalar las posiciones claves del sol enel horizonte, antes mencionadas, es a partir de la alineación de estructuras en función de dichas ubica-ciones. Conformada esta línea uno de sus extremos funcionará como punto de observación y el otrocomo punto de referencia. Así, el indicador de la observación del sol para establecer referencias tempo-rales es la presencia de al menos dos estructuras alineadas con alguna o todas las posiciones solsticialesy equinocciales. Este conjunto de estructuras alineadas es lo que consideramos un observatorio solar.Vemos claramente que este tipo de observatorio no estaría relacionado con la observación para adquiriro ampliar el conocimiento sobre los fenómenos celestes, sino que estaría fijando o perpetuando unsaber ya adquirido que tiene que ver con el movimiento aparente del sol en el horizonte y su utilidadpara definir ciclos temporales. Así, este observatorio tendrá “un detalle que añadirá contenido dramá-tico o claridad al fenómeno respectivo [el cual se está señalando]” (Williamson et al. 1980: 247).

También, es posible que uno de los puntos de alineación esté conformado por un elemento

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 127

natural del paisaje. Dicho elemento (por ejemplo, un cerro nevado, un megalito, etc.), poseería noobstante, una connotación social específica la cual le daría el carácter de monumento salvaje (CriadoBoado 1993). Con respecto a esto es necesario destacar que el hecho de que uno de los puntos de unaalineación astronómica, ya sea la referencia en el horizonte o el punto de observación, esté constituidopor un rasgo natural no indica la ausencia de una intención de definir una orientación astronómica. Estoes así ya que cuando se quiere fijar el conocimiento astronómico adquirido existen dos caminos paraestablecer una alineación para la observación y marcación. Por un lado, se puede elegir primero elmarcador en el horizonte, un rasgo ya sea natural o artificial y luego desplazarse hasta ubicarse en unpunto de observación desde el cual poder ver el fenómeno deseado indicado por el marcador previa-mente elegido. A su vez, se puede proceder de manera opuesta: eligiendo primero el punto de observa-

Figura 1

Año solar. Esquema del desplazamiento aparente del sol en el horizonte oeste(posiciones para el hemisferio sur)

ción para luego determinar, artificialmente o no, los marcadores en aquellos rasgos donde suceden loseventos que se desean marcar (como solsticios y equinoccios). En ambos casos, el punto que se estable-ce primero es aquel que tiene prioridad a la hora de determinar una alineación astronómica; ya que pordistintos motivos se quiere que indefectiblemente forme parte de esa alineación.

De esta manera, las prácticas de observación astronómica pueden convertirse en una variabledeterminante para la ubicación, orientación y características de algunas construcciones, vinculándoseasí con la planificación arquitectónica y la consecuente estructuración espacial de determinado sectordentro de un sitio arqueológico (Reynoso 2001).

Las construcciones vinculadas con la observación del sol se diferencian de las demás estructurasdel sitio en cuanto a su forma, técnica constructiva y decoración. Con esto no estamos diciendo quedichas construcciones tendrán determinadas características sino simplemente que se distinguirán de lasdemás estructuras en cuanto a las variables mencionadas. En los casos conocidos, estas estructurasestán ubicadas en sectores específicos de los sitios arqueológicos como son los espacios ceremoniales(por ejemplo Aveni 1980, Hartung 1980, Bauer y Dearborn 1998) Esto podría estar relacionado con elhecho de que la observación del sol para elaborar un calendario anual a pesar de generar básicamenteun conocimiento práctico necesario para el desarrollo de distintas actividades productivas, primordial-mente la agricultura, está al mismo tiempo vinculada con actividades rituales. Así, quien dirige el ritualreligioso puede estar manejando también el saber astronómico.

Definidos así los indicadores que permiten abordar arqueológicamente la medición del tiempo através de la observación del sol, planteamos una serie de pasos para la investigación de este tema ensitios con arquitectura.

Solsticio de InviernoSolsticio de veranoEquinoccios de

Primavera y Otoño

Sol poniente

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Figura 2

Centros poblados deperíodo tardío en el Vallede Yocavil (modificado de

Tarragó 1987).

En primer lugar, debemos observar tanto en los planos como en el terreno la existencia de es-tructuras particulares alineadas en función del horizonte de la puesta o de la salida del sol en alguno delos momentos clave del año. Esta observación es la que nos va permitir plantear hipótesis sobre laexistencia de observatorios solares. Es importante tener en cuenta que el trabajo exclusivamente con losplanos es sólo preliminar, ya que en este tipo de base de información no contamos con un dato funda-mental como son las características del horizonte, principalmente su altura. Luego, podemos registrarla información necesaria para la realización de cálculos de simulación astronómica: coordenadas depunto de observación, altura del horizonte, azimut (para más detalles Reynoso 2001). Por último, si lasimulación lo justifica deberíamos ir al campo en los solsticios y por lo menos durante uno de losequinoccios para confirmar los resultados de la simulación.

Más allá de Rincón Chico: primeros pasos en el análisis arqueoastronómico enotros centros poblados del valle Santa María

Anteriormente uno de nosotros ha realizado investigaciones arqueoastronómicas en el sitio tar-dío Rincón Chico 1, en la provincia de Catamarca (Reynoso 2001). Los resultados positivos en cuantoa la existencia de un observatorio solar, materializado en la perfecta alineación de tres estructuras conel sol poniente del solsticio de verano, nos llevó a preguntarnos qué pasaría en los demás centrospoblados1 del valle de Santa María o Yocavil.

Comenzamos nuestra exploración recuperando la información planimétrica y la descripción delos centros poblados conocidos para nuestra área de estudio. En base a los criterios antes planteados yteniendo en cuenta nuestras observaciones en el campo, seleccionamos para su estudio los sitios deFuerte Quemado y Quilmes (ver figura 2).

Cafayate

Tolombón

Pichao

Río

San

ta M

arí

a

Yasyamaya

AmaichaFuerteQuemado

CaspinchangoLas Mojarras • Santa María

Rincón Chico

CerroMendocino

Pajanguillo

Ampajango

Jujuil

Shiquimil

Salta

Catam

arca

Tucumán

Quilmes

VALLE DESANTAMARIAO YOCAVIL

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 129

Para el sitio La Ventanita o Intihuatana de Fuerte Quemado, ubicado en la localidad homónima yen la margen oeste del río Santa María, provincia de Catamarca, contamos con un croquis de un sector dela cumbre (Lafone Quevedo 1902: 8) y de todas las construcciones de la misma (Bruch 1911: 47). Ade-más, hay un óleo pintado por Methfessel en el año 1889 (reproducido en Raffino 1991: 119). Por último,contamos con la planimetría del sector del poblado bajo (Kritskautzky 1983). En la figura 3 podemos verla estructura conocida como “La Ventanita” y que da nombre a este sitio. En realidad, esta estructura no esotra cosa que la puerta del muro oeste de un recinto rectangular derrumbado: el Recinto C del planoelaborado por Bruch (ver figura 4.1). Entonces, si bien “La Ventanita” es una reconstrucción realizada conposterioridad a la visita de Bruch y basada en una reinterpretación de los pobladores locales, la mismaestá levantada sobre los cimientos originales de la abertura del recinto registrado por Bruch. Además,“La Ventanita” es la única estructura hoy en pié en el sector de la cumbre.

Figura 3

Figura 4

Sitio La Ventanita deFuerte Quemado

(Catamarca), sector dela cumbre.

1. Plano de este sectorsegún Bruch (1911: 47)

2. Croquis parcialsegún

Lafone Quevedo(1902: 8).

Sector de la cumbre del sitioLa Ventanita de Fuerte Quemado

(Catamarca)▲

En la figura 4 reproducimos los planos elaborados por Lafone Quevedo y Bruch. Queremosdestacar la existencia de cuatro pilares de 1 m de ancho y 2m de largo, dispuestos rectangularmente yseparados entre sí por un espacio de 1m (estructura A en fig. 4.1 y puntos C, D, E y F en fig. 4.2). Estaconstrucción particular es lo que se denominó “Intihuatana”. Cuando Lafone Quevedo visitó el lugarpor primera vez en 1886, los dos pilares que dan al este estaban intactos y los cubría un techo de palosy torta. Si bien este autor no menciona su altura, a partir, por un lado de la descripción que hace Bruchde un edificio circular con un muro de 1,4 m de altura ubicado a 12 m al NO de los pilares (única

21

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estructura circular en figuras 4.1 y 4.2), y por otro lado la pintura de Methfessel en la cual representa aestas dos construcciones con alturas similares, podemos estimar que estos pilares tendrían una altura nomenor de 1 m. A partir de estas descripciones, vemos que dicha construcción no se corresponde conningún elemento arquitectónico conocido para la región y a su vez, es totalmente diferente a las otrasconstrucciones del sitio. Como vimos, esta diferenciación podría estar relacionada con posibles prácti-cas de observación astronómica a través de la alineación de monumentos.

Las características especiales de estos pilares ya había llamado la atención de Lafone Quevedo yBruch; este último los caracteriza como “una construcción original” (1911: 48). Por su parte, LafoneQuevedo los define como un reloj solar, aunque no menciona de qué forma funcionaría este observato-rio2. Si planteamos como hipótesis que esta estructura formaría parte de una alineación, proponemosque sería el punto de referencia en el horizonte, es decir que el punto de observación estaría abajo haciael este, al pie de la ladera. Esto nos lleva a buscar estructuras alineadas en la ladera este y en su base,debido a que no contamos con un plano de este sector. Cabe aclarar, que si bien estos pilares no seconservan en la actualidad, en base al plano de Bruch pudimos establecer su ubicación en el terreno.

A partir de los trabajos realizados en el campo surgen algunos elementos que pueden apoyarnuestra hipótesis sobre la existencia de una alineación astronómica en la ladera este. En primer lugar, sise mira desde la base de dicha ladera vemos a “La Ventanita” recortarse sobre la línea del horizonte dela misma forma en que, por su localización y dimensiones, lo hacían los pilares o “Intihuatana” antes dederrumbarse (figura 5). Así, los pilares habrían conformado un punto de referencia claro en el horizon-te. En segundo lugar, esta ladera tiene una pendiente apta para el emplazamiento de construcciones, a

Figura 5▲

diferencia de la ladera oeste que cae abruptamente. Entonces,si los pilares hubieran formado parte de un observatorio solarel mismo habría sido, al igual que en Rincón Chico, para ob-servar el sol poniente.

Por último, queremos mencionar que actualmente estesector del sitio es utilizado por algunos miembros de la comu-nidad del valle como un centro ritual para observar el sol na-ciente a través de “La Ventanita” en el solsti-cio de invierno.

En cuanto al sitio de Quilmes (prov. de Tucumán) con-tamos con el plano realizado por Sergio Caviglia en base a lafotografía aérea, además del croquis que realizara Ambrosettien 1897. Teniendo en cuenta que Rincón Chico se ha transfor-mado en un referente que guía la búsqueda de posibles obser-vatorios solares, notamos lo siguiente. Llama nuestra aten-ción que el sitio tenga una topografía y características de em-plazamiento similares a aquellas observadas en Rincón Chi-co. En primer lugar, el sector del poblado bajo, donde se con-centran las unidades domésticas, se ubica en ambos sitios enuna misma localización, sobre una ladera norte-sur que deno-minamos sector 1 (figura 6). Lo que más nos interesa desta-car es la existencia de una ladera de orientación este-oeste, elsector 2, que mira hacia el este, la cual está bordeada por dosmorros (norte y sur) que parecen ocultarla. Esta es la misma situación observada en el sector de laQuebrada del Puma en Rincón Chico. Dado que allí se encuentra el mencionado observatorio, plantea-mos la posibilidad de que algunas de las construcciones ubicadas en esta ladera del cerro de Quilmestuvieran la misma funcionalidad. No obstante, este es justamente el sector reconstruido y por lo tantoson poco confiables las inferencias que podamos realizar sobre este espacio.

A partir del planteamiento de hipótesis acerca de la posible existencia de observatorios solares enlos centros poblados de Fuerte Quemado y Quilmes, queremos destacar que el estudio de elementosrelacionados con la demarcación temporal, en este caso a través de la observación de fenómenosastronómicos, son relevantes para abordar diversos aspectos de la dinámica social pasada. Así, a partir delas posibles investigaciones arqueoastronómicas que puedan desarrollarse en los tres sitios aquí mencio-nados (y por supuesto en otros no considerados aquí), se pueden desprender cuestiones más que interesan-tes y que hacen a la organización social de una basta área como es el valle de Yocavil. Desarrollaremosentonces, algunas de estas ideas.

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 131

La unidad cultural que generalmente se infiere del marcado uniformismo del estilo santamarianoen el valle de Yocavil, observado principalmente en la alfarería, no necesariamente implica una unidadeconómica y/o política del mismo alcance.

Se sabe que en el valle de Santa María hay siete centros poblados sobre cada margen del ríohomónimo (figura 2). En la margen occidental y de norte a sur podemos nombrar los siguientes pobla-dos: Tolombón, Pichao, Quilmes, Fuerte Quemado, Las Mojarras, Rincón Chico y Cerro Mendocino.Sobre la margen oriental se encuentran los poblados de Yasyamayo, Amaicha, Masao-Caspinchango,Jujuil, Shiquimil, Ampajango y Pajanguillo (Tarragó 1995: 226). Dadas las características complejasde la ocupación de la región y de las consecuentes interacciones entre las comunidades durante elperíodo tardío, uno de los temas más interesantes para abordar es el de las escalas de integración polí-tica (Nastri 1996, Tarragó y Nastri 1997). Con esto nos referimos a cómo estaban constituídas lasunidades sociopolíticas dentro de la región, si a nivel de centros poblados y satélites, o si por el contra-rio había una integración que incluía bajo una misma unidad sociopolítica a varios centros poblados. Elprimer caso, implicaría un sistema de sitios funcionalmente interrelacionados, articulados a partir deun centro poblado como cabecera política y distribuidos de manera transversal al fondo de valle. Estasituación es la que des-criben las crónicas del siglo XVI y XVII al mencionar, por ejemplo, el caso deQuilmes y sus once sitios (Lorandi y Boixados 1987-1988: 345). Cabe destacar que estos documentosreflejan no sólo el estado de cosas producto de la invasión europea, sino además un contexto sociopolíticopost ocupación incaica. En el segundo caso referido a la escala de integración, la unidad sociopolíticaestaría conformada por más de un sistema de sitios. Así vemos cómo el estudio de la dimensiónsociopolítica nos permitiría entender las relaciones entre los distintos asentamientos en lo que respectaal nivel de toma de decisiones.

Esquema de latopografía y

características delemplazamiento en

los poblados RincónChico1 y Quilmes.

Rincón Chico 1 Quilmes

▲Figura 6

Comparación de la topografía y características del emplazamiento en los centros pobladosRincón Chico 1 (Catamarca) y Quilmes (Tucumán).

Sector 1 Sector 2

Concentración de

unidades domésticas

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Una de las líneas más habituales utilizadas para realizar inferencias en términos de la organiza-ción sociopolítica se desarrolla a partir de la jerarquía de los asentamientos en función de su tamaño(Tarragó y Nastri 1997) y/o su estructuración interna (Nielsen 1996). La presencia de estructuras rela-cionadas con la observación astronómica conformando un sector especial dentro de los asentamientospodría estar indicando la importancia diferencial de los mismos. Este sería, entonces, otro elemento atener en cuenta a la hora de caracterizar a los sitios en función de su estructuración interna.

Como ya mencionáramos, la existencia de un observatorio solar en el sitio tardío Rincón Chico 1,nos llevó a plantearnos el siguiente interrogante: ¿podrían existir construcciones similares con la mismafuncionalidad en otros centros poblados del valle? Para el centro poblado de Fuerte Quemado, un sitio queestá relativamente cerca de Rincón Chico, aproximadamente a 10 km, y considerándose a ambos dentrodel mismo rango de tamaño (entre 200 y 400 recintos, Tarragó y Nastri 1999), hemos propuesto la hipóte-sis de que ciertas estructuras especiales estarían relacionadas con la observación del sol. Con respecto alpoblado de Quilmes, ubicado aproximadamente a 20 km al norte de Rincón Chico, destacamos cómo suestructura de emplazamiento se asemeja a la de este último. Es decir que en un principio y a diferencia delo propuesto para Fuerte Quemado, no observamos estructuras especiales en Quilmes sino una segrega-ción espacial dentro del sitio similar a aquella que conforma a la quebrada del Puma en Rincón Chicocomo un sector especial: una ladera de orientación este-oeste donde se ubican las estructuras para obser-var el sol poniente durante el solsticio de verano. La contrastación de las hipótesis propuestas para FuerteQuemado y Quilmes sin duda ofrecería elementos para discutir el tipo de relación establecida dentro de laesfera sociopolítica entre los centros poblados del valle durante el período tardío.

Por lo tanto, para abordar el tema de las escalas de integración política es necesario considerar múl-tiples líneas de evidencia. Aquí vimos que el estudio de determinadas construcciones relacionadas con lamedición del tiempo, los observatorios solares, y que hacen a la complejidad estructural interna de los sitios,puede constituir otra línea de discusión. Si consideramos un conjunto de sitios contemporáneos, no es lomismo que funcionaran observatorios solares en cada uno de ellos o que por el contrario, sólo existieran enalgunos o en uno de estos sitios. En la segunda posibilidad, esto quiere decir, que dentro de una dinámicasocial regional la ausencia de observatorios solares en los otros poblados no estaría negando el conocimientoastronómico de estas poblaciones sino que reflejaría la centralización en un punto del espacio regional delconocimiento materializado. Esta situación implicaría una jerarquía en cuanto a la posibilidad o intención dematerialización de estos conocimientos relacionada con interacciones particulares intra e intergrupales.

Entonces, el estudio de las construcciones vinculadas a la medición del tiempo a través de laobservación del sol desde un nivel de análisis intrasitio contribuye a determinar la complejidad estructuralinterna de un asentamiento arqueológico. Esto es así debido a que las prácticas de observación astronómicapueden determinar la disposición espacial como así también algunas características de las construccionesinvolucradas. A su vez, este estudio, desde una perspectiva intersitio ofrece elementos para evaluar lajerarquía de asentamiento en una región determinada.

Conclusión

En este trabajo vimos cómo el estudio de la medición del tiempo es relevante para el conoci-miento arqueológico de las sociedades pasadas. Debido a que la planificación de las actividades serealiza en función de la demarcación temporal podemos acercarnos a los diferentes aspectos económi-cos, políticos y religiosos que están implícitos en las prácticas de medición del tiempo. El conocimientoastronómico está relacionado tanto a lo material como a lo ideacional. Es decir, tanto a las prácticaseconómicas, como así también a las prácticas políticas y religiosas que reproducen las relaciones socia-les necesarias para el desarrollo de dichas actividades materiales. Básicamente, consideramos aquí quetoda sociedad debe “medir el tiempo” ya que esto está íntimamente ligado con su organización y laconsecuente planificación de actividades. Por otra parte, de los procedimientos para medir el tiempo yestablecer referencias temporales, aquellos que tienen visibilidad arqueológica, son los que por algúnmotivo dichas sociedades decidieron materializar y esta materialización, creemos, tiene importantesimplicancias relacionadas con la organización socioeconómica.

En el terreno metodológico intentamos establecer indicadores para la inferencia de observato-rios solares, ejemplificando con una búsqueda en dos centros poblados del valle de Yocavil. Para fina-lizar, queremos destacar que el registro arqueológico del NOA tiene gran potencialidad para el estudiode esta problemática.

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Agradecimientos

A Mariela Tancredi, con quien realizamos el trabajo de campo en Fuerte Quemado.A Javier Nastri por su lectura del manuscrito de este trabajo.

Notas

1. Se definieron tres categorías funcionales de instalaciones para el área valliserrana del noroeste argentino: centros poblados,instalaciones productivas y puestos de actividades específicas (Nastri 1997-1998). Los centros poblados “son los lugares dehabitación del grueso de la población. Se encuentran en la zona de contacto entre cerros y conoides, próximos al área deexplotación agrícola. Poseen sectores protegidos por estructuras defensivas, además de otros elementos de arquitectura pú-blica (plazas, plataformas, depósitos, morteros en bloques pétreos), y, a veces, conjuntos residenciales destinados a las élites.”(ibid 354).

2. Adán Quiroga (1901)en su trabajo sobre las ruinas de Fuerte Quemado también menciona la existencia en uno de sussectores de cuatro menhires de piedra caídos. Sostiene que los mismos pueden haber formado un observatorio solar “queseñalaría los cuatro puntos cardinales, indicando además las diversas estaciones del año, por la dirección y largo de lasombra proyectada” (ibid: 242). Aunque no de manera clara, propone una forma de funcionamiento para este supuestoobservatorio solar. También, hace mención a las observaciones de Lafone Quevedo sobre “la existencia en estas montañasde Fuerte Quemado de Inti-huatanas caidas, ó adoratorios solares” (ibid 242). Si bien Quiroga denomina Fuerte Quemadoal sitio que describe, no es el mismo emplazamiento visitado por Lafone Quevedo (1902) y Bruch (1911) y aquel quetratamos en este trabajo. El sitio descripto por Quiroga no es La Ventanita de Fuerte Quemado, sino el asentamiento endonde se construyó el calvario actual de la localidad de Fuerte Quemado.

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ANÁLISIS CONTEXTUAL DE LAS PIEZAS BELÉN DEAZAMPAY (COLECCIÓN MUÑIZ BARRETO)

FEDERICO WYNVELDT1

Introducción

El presente trabajo tiene como objetivos la descripción y el análisis del contexto funerario de laspiezas cerámicas Belén de la zona de Azampay (Depto. de Belén, prov. de Catamarca) correspondientesa la Colección Benjamín Muñiz Barreto (CMB) del Museo de La Plata.

El Ing. Weisser, en febrero de 1926 en su VIII expedición, visitó Azampay, y entre otras actividades,excavó tumbas de las que se extrajo sus ajuares, que actualmente forman parte de la CMB. Las piezascerámicas de estas tumbas suman 23 y estuvieron asociadas a esqueletos de adultos o sirvieron como conte-nedores funerarios de niños. Pertenecen al tipo denominado Belén Negro sobre Rojo por Alberto Rex González(González y Cowgill 1975) quien las ubicó cronológicamente en el Período Tardío. Vale la pena aclarar quepara este análisis no se tuvieron en cuenta las tumbas excavadas por Weisser en zonas aledañas, como Carrizal,Cachiyuyu, Chistín o Quebrada Grande.

La CMB se compone de alrededor de doce mil piezas y es el resultado, en su mayor parte, de laslabores de investigación de campo, de excavación de tumbas y relevamiento topográfico de sitios deocupación indígena precolombina, realizadas entre los años 1919 y 1930 en las provincias de Jujuy,Tucumán y Catamarca. Don Carlos Schuel fue quien inició los trabajos, y en 1920 se le unió Weisser,quien posteriormente lo reemplazó en forma definitiva.

Esta colección presenta características que resultan ventajosas al realizar su análisis: se conocecon certeza la procedencia del material; la mayor parte de sus piezas cerámicas se pueden estimar comocompletas; se cuenta con registros escritos respecto de la localización de las tumbas excavadas, formasde inhumación y asociaciones del material esqueletario con los ajuares funerarios, además de la exis-tencia de dibujos de corte y planta de las unidades de entierro excavadas. Lamentablemente no secuenta con los restos esqueletarios, ya que la mayoría de ellos fueron dejados in situ.

Paisaje e infraestuctura Belén

El poblado de Azampay es una localidad de unos 200 habitantes que se encuentra en la laderaoccidental del valle de Hualfín a 27°22’ de Lat. S y 67°00’30’’ de Long. O, a una altura aproximada de2000 m.s.n.m. (Ruiz Huidobro 1975). El piso de este valle tiene una pendiente de aproximadamente 5°que parte de la ladera occidental y desemboca en el río Hualfín sobre la ladera oriental. En la laderaoccidental se encuentra una cadena de lomas que limitan al Oeste con el cerro El Durazno y hacia elEste con los conos aluviales formando hondonadas y cárcavas.

Son característicos de la zona los grandes rodados de granito dispersos por toda el área, tanto enlas laderas de las lomadas como en el piedemonte más próximo a éstas. Estos bloques sirvieron comoestructura para la mayoría de las tumbas Belén presentadas en este trabajo. Weisser cuenta al respectoque “son numerosos los rodados de tamaño grande, hasta 20-30 cubímetros y por eso también másnumerosos los sepulcros que se hallaron” (Weisser, ms.).

1 Laboratorio de Análisis Cerámico, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP.

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Asociadas a estas tumbas aparecen varias construcciones, también caracterizadas como pertene-cientes a la cultura Belén (Sempé 1999). Entre éstas se encuentran, por un lado, las construcciones rela-cionadas con tareas agrícolas, como andenes de cultivo, acequias y estanques; y por el otro, los sitios dehabitación: la Loma de los Antiguos (con aproximadamente 45 recintos de piedra y 3 murallas de circun-valación), y los núcleos de habitación 1 y 2 del sitio Carrizal.

Descripción de las tumbas

La descripción que Weisser realiza de cada tumba corresponde a un modelo general en el que, enprimer lugar, sitúa a las mismas en el terreno. Esta descripción va acompañada de sus respectivosdibujos. Posteriormente describe y dibuja la tumba en sí misma y la disposición de todos sus elementos.Los esqueletos son clasificados según las categorías utilizadas en todas sus expediciones. Estas son:adultos, juveniles y párvulos. En la zona de Azampay, que corresponde a nuestra muestra, están repre-sentadas únicamente las categorías de adultos y párvulos. Para los primeros, todas las tumbas corres-ponden a entierros de esqueletos acompañados por un ajuar funerario (excepto una tumba sin ajuar); lossegundos se caracterizan por encontrarse en el interior de urnas Belén.

Weisser menciona que en Azampay se hallaron “simples sepulcros aislados, bajo los grandesescombros que cubren la pendiente del terreno, hacia el E de los cerros” (Weisser op. cit.). Tambiénhace una descripción general de los sepulcros:

“las piedras grandes inclinadas formaban con su planta cóncava pequeñas cue-vas, que el indígena solamente profundizaba un poco cavando la tierra para obtener asíun lindo hueco para su sepulcro. Según todo se tapaba después el cuerpo del difunto contierra y se pircaba la boca del sepulcro hasta que la pirca tocaba la peña. Con el tiempola mayoría de estas pircas se aflojaban un poco o se derrumbaban, así es que algunasveces nosotros sospechábamos un sepulcro solamente por la existencia de dos o trespiedras medio chatas que eran el resto de una pirca. Pero se hallaron también tumbas,bien pircadas en Asampay, de las cuales dos tenían también una tapa de lajas, igual a lasde Yocavil” (Weisser, op. cit.).Las tumbas de Azampay suman un total de diecisiete, incluyendo dos tumbas halladas en las

laderas de la Loma de los Antiguos.Sempé (1999: 253) clasificó a estas tumbas, junto a otras de zonas aledañas, a partir de sus

características constructivas, y las diferenció en:1. Sepulcros bajo bloques grandes y pircados (Fig. 1A).2. Tumbas de media cista combinadas con bloques (Fig. 1B).3. Infantes en urnas (Fig. 2A).4. Entierros en cista de piedra con techo en falsa bóveda (Fig. 2B).Refiriéndose a los ajuares, la autora dice que “la totalidad de los entierros tienen como ajuar

piezas de alfarería Belén e instrumentos de cobre y bronce”, y agrega: “llama la atención el predomi-nio del entierro bajo roca, con las bocas pircadas, siendo menos frecuente el entierro en cista. Este tipoes característico de la mayor parte de los sitios Belén del Valle de Abaucán y de los entierros en LaCiénaga, La Aguada y Hualfín” (Sempé op. cit.: 253).

Aclaremos que en nuestra muestra, limitada a la zona de Azampay, no aparecen instrumentos debronce, en cambio en una de las tumbas (N°4) se hallaron “guaicas de malaquita” (sensu Weisser).

Sempé también hace alusión a la dispersión de estas tumbas en el terreno concluyendo que no sepuede identificar una zona de “cementerio”, con una gran densidad de entierros, y que por el contrario,parecen distribuirse aleatoriamente por el campo (Sempé op. cit.).

En las tumbas de adultos predomina la posición genupectoral sobre el lado derecho, aunqueaparecen cinco esqueletos sobre su lado izquierdo y en dos de las tumbas, que son las que más esquele-tos contienen, se encuentran separados de sus cráneos.

Con respecto a los entierros en urnas, la estructura constructiva es muy similar a la de los sepul-cros bajo bloque, por lo que también se los puede incluir en esa categoría.

Observando la Tabla 1, podemos decir que la forma de entierro más común es la tumba bajobloque, individual y con el esqueleto apoyado en su lado derecho. Se puede agregar que no hay unaorientación particular de los esqueletos, sino que se orientan dependiendo de la estructura de la tumbay de la cantidad de individuos enterrados.

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Tabla 1

Tumbas de Azampay (L.A. = Loma de los Antiguos)

Figura 1

A. Sepulcro bajo bloque. B. Media cista

No Tipo de tumba No de Pucos Urnas Cobre Mala- Posición de los No CMB de las piezasTumba individ. quita esqueletos cerámicas

1 Bajo bloque, 1 1 Lado derecho 9953

2 Cista 5 2 2 3 desarticulados 9954, 9955, 9956, 99572 con ajuar

3 Bajo bloque, 1 Lado derechopicada

4 Bajo bloque 4 2 2 2 2 lado izq. 2 lado 9960,9961, máspicada derecho fragmentos de tinaja

y puco

5 En urna bajo bloque, 1 1 9962pircada

6 En urna bajo bloque 1 1 9963 (tenía un puco de tapa)

7 En urna bajo bloque, 1 1 9964 (tapada conPircada fragmentos de puco)

8 Bajo bloque, pircada 1 1 Lado derecho 99659 Bajo bloque, pircada 3 1 1 3 lado izquierdo No se conservó

10 Media cista 2 2 2 lado derecho 9967, 9968

11 Cista 1 1 Lado derecho 9969

12 Media cista 6 2 Distintas 9970, 9971posiciones

13 Bajo bloque, pircada 1 1 Lado derecho 997214 Bajo bloque, pircada 2 4 2 lado derecho 9973, 9974, 9975, 9976

15 Bajo bloque, pircada 1 1 Lado derecho 9984LA. 1 En urna bajo bloque 1 1 9982LA. 2 Bajo bloque, pircada 1 1 Lado derecho 9983

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Las piezas Belén

La cerámica Belén que forma parte del ajuar funerario presenta en general una pasta compacta,sin antiplástico visible a ojo desnudo, un fino acabado, decoración incisa, pintada y/o modelada (eneste caso, la decoración es pintura negra sobre fondo rojo y en algunos casos acompañada de incisio-nes) y no exhibe evidencias de uso doméstico.

Se utilizó la diferenciación morfológica entre “pucos” y “urnas o tinajas”, que además de ser lostérminos utilizados por Weisser para dichas piezas en sus libretas, definen también un criterio decora-tivo diferente.

Parte del análisis morfológico y decorativo de estas piezas ha sido producto de otros trabajos(Canal et. al. 1999, Wynveldt en prensa). Se exponen aquí algunas observaciones sobre el análisis de ladecoración. Basándonos en la metodología de construcción de grupos de referencia (Zagorodny y Balesta1999) y tomando como herramienta analítica el criterio decorativo, se ha considerado por un lado, a lapieza como una unidad o individuo, donde se han podido definir las áreas de diseño y correlacionarformas con áreas decoradas. En el caso de las urnas hay cuatro zonas o áreas de decoración: una corres-

Figura 2

A. Infante en urna. B. Cista

Figura 3

Zona 1

Zona 2

Zona 1Zona 2

Zona 3

A. Urna 9969 (CMB) B. Puco 9970 (CMB)

Zona 4

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pondiente a la base y porción inferior del cuerpo, otra a la porción superior del cuerpo, la terceraubicada en el cuello y la cuarta en la parte interna del mismo (Fig. 3A). Para los pucos, la decoración sedivide en: Zona 1 (parte externa del recipiente), y Zona 2 (parte interna del recipiente) (Fig. 3B ) (Canalet. al. op. cit.).

Por otro lado, también se consideró a cada friso (área definida de diseño) como una unidad, endonde se busca identificar unidades mínimas de decoración y establecer relaciones entre las unidadesdecorativas.

Materiales no cerámicos

El resto de los materiales que se encuentran como ajuar en las tumbas de Azampay está com-puesto por:

- “guaicas” de malaquita (tumba 4)- 1 fragmento de hacha de cobre (tumba 4)- 1 “prisma” de cobre (tumba 4)- 1 placa de cobre (tumba 9)

La malaquita es un carbonato básico muy común en todo yacimiento portador de minerales decobre, y se forma a partir de la acción de agentes meteóricos sobre los minerales sulfurados de cobre.Así se forma sulfato de cobre, que en presencia de anhídrido carbónico, o de un carbonato solubleorigina la malaquita o la azurita (Angelelli 1950: 255). Entonces, las presencias de cobre y malaquita sedetectan en forma conjunta. Los yacimientos de cobre más cercanos a la zona se encuentran unos 35km. en línea recta al N de Andalgalá. Otro yacimiento se encuentra 45 km. al N de Tinogasta. Estosyacimientos son relativamente lejanos, aunque hay una referencia acerca de la existencia de pequeñasmanifestaciones de minerales de cobre en el Distrito de Culampajá (Departamento de Belén), cercanoa la zona estudiada (Angelelli op. cit.)

Análisis de las tumbas

Un concepto básico para nuestro análisis es el concepto de límite. Se llama límite a la construc-ción de una barrera conceptual entre dos lugares o estados legales o cualidades. A. Fleming (1982) fueuno de los autores pioneros en el uso de este término. El límite físico se considera como simbólico dellímite conceptual, y se puede reflejar en el registro arqueológico, ya sea a través de divisioneshabitacionales, separaciones entre campos de cultivo, cercado de asentamientos, disposición de basura-les, disposición de sectores de enterramiento, divisiones entre los sectores de una vasija (como vimosen las urnas Belén), etc. Dado que la construcción del espacio se puede entender como una parte delproceso social de construcción de la realidad, efectuado dentro del sistema de pensamiento de un grupodeterminado en un momento de su desarrollo histórico, el límite estaría relacionado con esa construc-ción (Balesta 2000, m.s.).

Por lo tanto podemos considerar al pircado externo de la tumba como marcador de un límite(físico) que crea un límite simbólico entre lo que se consideraría el espacio funerario y el espacio nofunerario.

De las 17 tumbas analizadas 16 se caracterizan por tener un pircado externo (el único sepulcro nopircado es un entierro en una urna tapada con un puco) y todas presentan una es-tructura en piedra. Estoestaría marcando una diferencia en cuanto a la concepción constructiva funeraria con respecto a los perío-dos anteriores en el valle de Hualfín. Por ejemplo, sobre la base de datos de la CMB, para los cementeriosde La Ciénaga, sabemos que el número total de estructuras con adiciones arquitectónicas en piedra es deapenas un 7%, y para el cementerio La Aguada Orilla Norte, constituido por 200 tumbas, el porcentajellega a un 65% (Balesta op. cit.). Por lo tanto vemos que en Belén se ha extendido el uso de la piedra comomarcador del límite funerario.

Otra diferencia importante de estas tumbas con respecto a Ciénaga y Aguada tiene que ver con lacantidad de objetos cerámicos acompañantes. La tumbas Belén de Azampay tienen un máximo de 4piezas (representado en 2 entierros múltiples), mientras que el máximo, por ejemplo, para el cemente-rio 1 de La Ciénaga es de 23 piezas, y de 28 para La Aguada Orilla Norte (Balesta op. cit.).

A pesar de estas diferencias, puede observarse que para los tres ejemplos las tumbas que presen-tan la mayor cantidad de piezas suelen corresponder a entierros múltiples. Con respecto a los materiales

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no-cerámicos, su escasez en las tumbas de Azampay se repite para La Aguada Orilla Norte, ya que aquíestos materiales representan sólo un 13% de la composición de los acompañamientos.

Una característica a tener en cuenta es que el ajuar en las tumbas de Azampay se encuentrasiempre del lado ventral del individuo.

Weisser describe para las tumbas 2 y 4, que sus esqueletos tenían sus dientes agujereados.Para la mayoría de las tumbas se describe la presencia de tierra dentro de las tinajas, y para

algunas de ellas la existencia de “pucos tapa” (tumbas 6 y 7).Es importante hacer una distinción con respecto al uso del espacio funerario. Los entierros bajo

bloque y las media cistas tienen una forma oblonga u ovalada, mientras que las cistas son circulares.

Conclusiones

Una de las conclusiones de este análisis es que todas las tumbas de Azampay poseen una estruc-tura de piedra y un ajuar escaso, lo que marca una diferencia con respecto a los períodos anteriores enel valle de Hualfín.

Como vimos, el tipo más común de tumba es el sepulcro bajo bloque, en el que un bloque degranito ahuecado por debajo oficia de tumba, con el agregado de un pircado externo. Las medias cistascombinan grandes bloques con pircados semicirculares. Los entierros de párvulos en urnas mantienenla misma concepción constructiva de los sepulcros bajo bloque, mientras que las cistas se diferenciancompletamente, en cuanto a su arquitectura, del resto de las tumbas. Son circulares y tienen su techo enfalsa bóveda, por lo que también resulta más dificultoso hallarlas en el campo, a diferencia de losbloques.

El concepto de límite nos permitió analizar cómo el pircado externo funciona como la barreraconceptual entre lo funerario y lo no-funerario, a diferencia de los períodos anteriores, en los que estelímite estaba representado de otras formas (por ejemplo, cambios en el sedimento).

El cobre y la malaquita, presentes únicamente en dos de las tumbas, pueden estar reflejando ladificultad en la obtención de estas materias primas.

No se descarta la presencia de textiles originalmente en los ajuares. Weisser ha encontrado res-tos de telas en algunas tumbas de zonas aledañas, por lo que no debemos pensar que la cerámica era elajuar casi exclusivo en estos entierros. Otros materiales perecederos pudieron formar parte del acompa-ñamiento funerario.

En este trabajo se intentó afinar la caracterización del modo de entierro Belén. Una de los obje-tivos futuros es el de completar este análisis con el resto de las tumbas Belén de la CMB, para obteneruna base de datos a la cual poder aplicar análisis estadísticos.

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