AÑO 8 • NÚMERO 94 • MARZO 2017 · 2020-02-01 · mente, inundando la tarja. Por el apuro de...

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AÑO 8 • NÚMERO 94 • MARZO 2017

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  • AÑO 8 • NÚMERO 94 • MARZO 2017

  • 03ELLIBRERO DE...

    Rafael Pérez Gay no cree en las bibliotecas sino en los libreros llenos de libros. Nació en la Ciudad de México, en 1957 y es fundador y director de la editorial Cal y Arena. Ha incursionado en el periodismo, la escritura y la edición. Algunos de sus libros publicados son Esta vez para siempre y El cerebro de mi hermano. +

    RAFAEL PÉREZ GAY

    ¿Cuántos libros tienes?A mi edad podría tener veinte mil libros. Estos libreros que ves, y tengo otro arriba, deben ser ¿diez mil libros? ¿Ocho mil? Y tengo que deshacerme de algunos. ¿Cómo deshacerse de esos libros? Con mucho cuidado, con mucho cariño y viendo bien dónde irán a parar los libros de los cuales vas a deshacerte.

    ¿Cuál es el libro más viejo?No soy un bibliófilo, pero el libro más viejo que tengo, que creo que lo regalé, es El joven, de Salvador Novo, de 1927, un librito muy delgado que es la gran obra prosística de Novo. Es el gran ensayo de Novo que dice “tengo veintitrés años y no conozco el mar”, y empieza a hacer toda la historia. Es la primera crónica, por decirlo así, de Contemporáneos. Para mí los libros son objetos tremendamente útiles.

    ¿Cuál es tu favorito?Mi libro favorito dice Balzac y es Las ilusiones perdidas. Quizá si me preguntaras mañana, te diría otro. Balzac sigue siendo un narrador clásico, absolutamente interesante, tiene un poco de telenovela y melodrama. Balzac fundó la gran novela francesa del realismo, porque luego los de Letras Inglesas me dicen: ¡No, está Dickens! Debí haberte dicho Madame Bo-vary, de Flaubert, o La cartuja de Parma, de Stendhal, porque yo estudié Letras Francesas, pero me la juego: Las ilusiones perdidas, de Balzac.

    ¿Qué libro no has leído aún?No he leído muchísimos libros y siempre tengo culpa. Pero uno que haya lamentado: la prosa de Paul Valéry, como hubiera querido leerlo, que son como cuatro libros; los leo y los releo, pero no los he leído bien.

    ¿Qué autor se repite más veces en el librero?Julio Cortázar. Él fue para mi generación el escritor que reunía fantasía, compromiso político, seriedad, imaginación. Parecía tan fácil escribir como Cortázar que nos echó a perder a to-dos. A lo mejor podría pensar que Borges sería el autor más repetido en mis libreros. Y luego un tercero: Bioy Casares.

    ¿Qué libro no prestarías? Casi no presto mis libros. Soy bastante mezquino para prestar. Pero uno que no prestaría: el Ulises criollo. Y otro más: Tiempo guardado, de José Alvarado. Él fue uno de nuestros gran-des cronistas de los setenta. Nadie me lo va a pedir prestado porque nadie lo conoce.

    ¿Qué libro no has regresado? (es decir, que no es tuyo) Vamos a revelar la verdad. Mira de quién era Tiempo guardado, de José Alvarado: de Sergio González Rodríguez, octubre del 76. Se lo robé y nunca se lo devolví. No soy un gran ladrón de libros. El gran ladrón de libros era mi hermano. Mi hermano era un peligro, si entraba a este cuarto tenía que amarrarle las manos. Fui un gran ladrón de libros de librerías. Me robé muchos libros de Onetti, algunos de Carpentier. A Monisváis sí le di baje como con tres libros y me los pidió casi hasta los últimos días de su vida y jamás se los devolví. ¿Qué libro has regalado?Los que no caben en mi librero van a bibliotecas. Si quiero regalar libros, regalo novela del realismo francés, regalo Baudelaire, Rimbaud. Regalo cosas que conozco muy bien para luego poder platicar con las personas a las cuales les regalo el libro. Regalo poesía simbolista, algún tipo de novela realista francesa y mis clásicos: Una historia de amor y os-curidad, Amos Oz; Desgracia, de Coetzee; de Juan Rulfo, Pedro Páramo y El llano en llamas, algo de Gabriel García Márquez o, a un lector un poco más intenso, Balzac. ¿Qué libro te hace falta?Me faltan muchos, yo quisiera tener muchos y muy buenos libros y tengo algunos. No tengo Paul Léautaud. Tengo uno, pero no es más que un tomo. Paul Léautaud es quizá el primer autor con el que me inicié en las letras francesas.

    ¿Cuál es el más nuevo?El libro más nuevo que tengo es uno de José Luis Martínez S., El día que cambió la noche, y es una historia de la noche en la Ciudad de México antes de 1985, y lo publicó Grijalbo. Es curioso: el libro más nuevo que tengo trata de lo más viejo, es decir, de la Ciudad de México antes de 1985. +

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    EDITORIALORIENTEOriente, como su geografía, es un concepto en disputa. Es, como dijo el pensador palestino Edward Said, “una idea que tiene una historia, una tradición de pensamiento, unas imá-genes y un vocabulario que le han dado una realidad y una presencia en y para occidente”.

    Esta ocasión nos interesamos por pensar Oriente y las re-laciones que guardamos con aquella geografía y cultura acosada por los disturbios que, en gran medida, Occidente ha generado. En ese sentido, entrevistamos al fotógrafo estadounidense Steve McCurry, por el marcado gusto que su trabajo tiene por esta región. Platicamos también con la escritora mexicana Margo Glantz con pretexto de Coronada de moscas, su libro sobre India. El viaje se lleva a cabo por medio de la lectura de los textos que integran este número y no sólo por la zona conocida como Oriente, también por las historias que se entrecruzan en cada uno de los países: Palestina, Irak, Siria, India, Tailandia, las dos Coreas, Vietnam, incluso Arabia Saudita y Egipto.

    En la obstinada idea que tenemos de nombrar Occidente y Oriente, Karen Checek nos habla acerca de las relaciones y di-ferencias que guardan ambos lados, divididos por conceptos; son esas mismas disimilitudes las que desatan una discusión entre Aquiles y Tortuga, en las fábulas de Toño Malpica. Bef se adentra también en las distinciones y en lecturas sobre las recientes problemáticas de Oriente Medio, mientras Raquel Castro hace un recorrido por la cultura de otro país paradig-mático de esta región del mundo: Japón, mismo que Matt Willies-Jones visita en su cuento. Julieta Venegas recorre las venas de la violencia y su estrecha relación con la cultura, en tanto que se pregunta: “¿Acaso éste es el mundo que cons-truimos?”. Leonora Esquivel indaga sobre el lugar de los ani-males en la cultura oriental y su relación con algunos de los libros sagrados, mientras Ricardo Sánchez Riancho, funda-dor y editor en jefe de Textofilia, inaugura la columna “Con/versando”, en la que hablará periódicamente de poesía.

    Asimismo, y no menos importante, esta edición abre un nue-vo camino: a ocho años de Lee+, inauguramos una sección dedicada al trabajo editorial titulada “El escritorio”, junto con una fotografía en interiores en la que aparecen algunos de los colaboradores de la revista.

    Libreros, poesía, cuentos, recomendaciones, artículos y co-lumnas: ocho años por los que, como en la Ruta de la Seda, atravesamos este largo sendero entre las entrañas de tierras desconocidas. En esta edición de aniversario cruzamos las regiones de Oriente que, a pesar del viaje, no terminamos de aprehender a cabalidad.

    EL LIBRERO DE…Rafael Pérez Gay

    ORIENTENiños a ¡leer!/ Karen Chacek

    STEVE McCURRYEntrevista

    MARGO GLANTZEntrevista

    EL HORROR QUE VINO DE ORIENTENerd Plus/ Bernardo Fernández-Bef

    EL OTAKU CEROJóvenes/ Raquel Castro

    CAMBIO DE COORDENADASFábulas del Tío Hofs/ Antonio Malpica

    TRANSFORMAR LA VIOLENCIAPalabras al viento/ Julieta Venegas

    CUANDO HABLA EL HARÉNYara Sánchez De La Barquera

    HIJOS DEL DESIERTOIsaura Leonardo

    FOTOFRASE DE ANIVERSARIO

    DE ANIMALES Y TEXTOS SAGRADOSLeonora Esquivel

    ORIENTES ÍNTIMOSAlberto Ruy Sánchez

    THE BENDING MACHINEThings To Read Before You Run Out Of Air/Matt Willis-Jones

    LO QUE DICTA LA MUSA SARCÁSTICACon/versando/ Ricardo Sánchez Riancho

    VIÑETAS DE UN NOCTURNARIOCuento inédito/ Yeni Rueda López

    EL ESCRITORIO DE...Wendolín Perla

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    Esta revista utiliza tipografías Gandhi Sans y Gandhi Serif, diseña-das para una mejor lectura. Puedes descargar ambas fuentes en:

    www.tipografiagandhi.com

    CAPTION: Mahout Reads with his Elephant. Chiang Mai, Thailand,

    2010.Credit: © Steve McCurry

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    ENcuÉNtRANOs A NivEl NAciONAl EN: FILIJ • FIL GDL • FIL Minería • FIL Zócalo • Cine Tonalá • Cineteca Nacional • GritaRadio (Universidades, preparatorias CDMX y área Metropolitana) • Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández en Bellas Artes • Orquesta Sinfónica de Minería • OFUNAM •Teatro de la Ciudad Esperanza Iris • Colegio Nacional • SAE INSTITUTE • UNAM • Universidad IBERO • Universidad ANÁHUAC del Norte • Instituto Mexicano Norteamericano Relaciones Culturales (Monterrey) • Casa LAMM • Biblioteca José Vasconcelos • Foro Shakespeare • Museo Nacional de Culturas Populares • Museo Franz Mayer • Centro Cultural España • CONARTE (Monterrey) • CENART• MUAC • Museo Jumex • Museo El ECO • MUCA Roma • Museo Universitario del Chopo • Museo Soumaya “Loreto”• Museo Rufino Tamayo •

    Tiraje mensual de60 mil ejemplares

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    LOS+VENDIDOSFICCIÓN NO FICCIÓN

    JÓVENESuN MONstRuO viENE A vERME

    Patrick NessNUBE DE TINTA

    cARtAs DE AMOR A lOs MuERtOs

    Ava DellairaVERGARA Y RIBA EDITORAS

    vÉNDElE A lA MENtE, NO A lA GENtEJürgen KlaricPAIDÓSEl método y las técnicas aquí expuestos salieron de diversos estudios llevados a cabo en laboratorios científicos. El autor prueba en este libro que los pro-cesos de ventas a los que estamos acostumbrados son sumamente desgas-tantes y poco efectivos, debido a que no sabemos cómo funciona la mente, aunque sí le hagamos caso a la gente.

    PADRE RicO PADRE POBRERobert KiyosakiAGUILARUna nueva edición revisada y actualizada del bestseller de finanzas per-sonales, las cuales Padre rico padre pobre revolucionó la forma de en-tenderlas. Las premisas que Robert Kiyosaki estableció en esta obra han trascendido hasta hoy.

    lOs cuAtRO AcuERDOsMiguel RuizEDICIONES URANOHace miles de años los toltecas eran conocidos en todo el sur de Méxi-co como “mujeres y hombres de conocimiento”. Los antropólogos han definido a los toltecas como una nación o una etnia, pero también eran científicos y artistas que formaron una sociedad. Miguel Ruiz, un nagual del linaje de los Guerreros del Águila, comparte con nosotros las profun-das enseñanzas de los toltecas.

    PEDRO PÁRAMOJuan RulfoRMPedro Páramo recoge lo más profundo de México y las formas y técnicas literarias más avanzadas de su siglo. Pocas obras tocan al lector mexicano como ésta. Pedro Páramo tuvo una larga gestación. Rulfo la menciona por primera vez en una carta de 1947. En 1954 publica adelantos de la misma en tres revistas y en 1955 aparece como libro.

    Y cOlORÍN cOlORADO EstE cuENtO AÚN NO sE HA AcABADOOdín DupeyronDIANAY colorín colorado este cuento aún no se ha acabado se editó por primera vez en el año 2001, y es una extraordinaria historia que sigue vigente a pesar de los años. Nos habla de los miedos escondidos que nos paralizan, del deseo que tenemos de ser libres, de la importancia de conocernos a nosotros mismos y de entender quiénes somos.

    HOMO DEusYuval NoahDEBATE¿Qué nos depara el futuro? Yuval Noah Harari augura un mundo no tan le-jano en el cual nos veremos enfrentados a una nueva serie de retos. Homo Deus explora los proyectos, los sueños y las pesadillas que irán moldeando el siglo xxi, desde superar la muerte hasta la creación de la inteligencia artificial. Esto es el futuro de la evolución. Esto es Homo Deus.

    uNO siEMPRE cAMBiA Al AMOR DE su viDAAmalia Andrade Arango

    PLANETA

    HARRY POttER Y El lEGADO MAlDitO (uNO Y DOs)

    J. K. RowlingSALAMANDRA

    ciEN AÑOs DE sOlEDADGabriel García MárquezDIANACien años de soledad cuenta la historia de la familia Buendía y su maldi-ción, que castiga el matrimonio entre parientes dándoles hijos con cola de cerdo. Como un río desbordante, a lo largo de un siglo se entretejerán los destinos por medio de sucesos maravillosos en Macondo, en una narración que es la cumbre indiscutible del realismo mágico. Alegoría universal, es tam-bién una visión de Latinoamérica y una parábola sobre la historia humana.

    lA lEcciÓN DE AuGustR. J. Palacio

    NUBE DE TINTA

    PERsONA NORMAlBenito TaiboBOOKETTenía un par de padres divertidos y jóvenes, llenos de sueños y de planes. Pero a mis doce años, cinco meses, tres días y dos horas y cuarto aproxi-madamente, me quedé sin ellos.

    1984George OrwellDEBOLSILLOEn el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la policía del pen-samiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso, su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el partido considera la versión oficial de los hechos hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.

    lA iNsOPORtABlE lEvEDAD DEl sERMilan KunderaMAXI TUSQUETSEsta es una extraordinaria historia de amor, o sea de celos, de sexo, de traicio-nes, de muerte y también de las debilidades y paradojas de la vida cotidiana de dos parejas cuyos destinos se entrelazan irremediablemente. Esta novela va dirigida al corazón, pero también a la cabeza del lector, que conduce a la insoportable levedad del ser.

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    LOS+VENDIDOSELECTRÓNICOS ARTE

    NIÑOSEl liBRO sAlvAJE

    Juan VilloroFCE

    PERDiDO Y ENcONtRADOOliver Jeffers

    FCE

    MOMOMichael Ende

    ALFAGUARA CLÁSICOS

    MÉXicOJuan Cristóbal García SánchezPUBLICACIONES ILUSTRACiudades, pueblos, iglesias, conventos, monumentos, gentes, atmosferas, todo esto es descrito en esta magnífica travesía dirigida al generalista selecto, cubriendo principalmente el Grand Tour cultural mexicano, tan sorprendente y valioso como excelso y diverso. En este sabroso y brillante libro el lector disfrutara del olvidado arte de viajar y apreciara el maravilloso legado de Mé-xico desde valiosas perspectivas, obteniendo así las claves y sugerencias para gozar un recorrido esencial, ameno, rico y revelador.

    lAs MEDiDAs DE uNA cAsA: ANtROPOMEtRÍA DE lA viviENDAXavier FonsecaPAX MÉXICOTodas las medidas para el diseño de una casa. Desde el tamaño de los muebles hasta la altura de los accesorios. ¿Cuánto debe medir una escalera o un área de circulación? Esta obra imprescindible da al profesionista y al usuario, de manera clara y sencilla, todos los datos de la antropometría, análisis de mo-biliario, diseño urbano, control ambiental, incluyendo el uso de energía solar, circulaciones y otros.

    EstucHE 4 MANDAlAs Y OtROs DiBuJOs ZEN PARA cOlOREARAntonio Francisco Rodríguez EstebanPLANETALos libros de la colección Anti-Stress Coloring, diseñados especialmente para adultos, te ayudarán a mejorar la concentración y a favorecer la relajación de manera divertida y creativa. Mandalas y otros dibujos budistas para colorear reúne preciosas láminas y frases inspiradoras que te permitirán mejorar tu estado de ánimo.

    PAQuEtE 3 MANDAlAs Y OtROs DiBuJOs BuDistAs PARA cOlOREARAntonio Francisco Rodríguez EstebanPLANETALos libros de la colección Anti-Stress Coloring, disenados especialmente para adultos, te ayudaran a mejorar la concentración y a favorecer la relajación de manera divertida y muy creativa. Mandalas y otros dibujos budistas para co-lorear reúne preciosas láminas y frases inspiradoras que te permitirán mejorar tu estado de ánimo.

    tEORÍA DE lA MÚsicAFrancisco Moncada GarcíaEDICIONES FRAMONGTeoría con la que toda persona puede aprender los conceptos de la música, a partir de un sistema de preguntas y respuestas.

    DEstROZA EstE DiARiOKeri Smith

    PAIDÓS

    lA HistORiA DE lA REPÚBlicAChumel TorresAGUILARPónganse cómodos y prepárense a gozar un recorrido por la Histeria de México; cómo este país heroico, sublime y valiente logró convertirse en una facha gracias a los PRImeros pobladores de la Gran Tenochtitlán y sus numerosas PANdillas de mártires.

    lA MAGiA DEl ORDENMarie KondoAguilar¡Recupera tu vida y aprovecha mejor los espacios de tu casa! Transforma tu ho-gar en un espacio armónico y libre de desorden con el increíble Método KonMari. Marie Kondo con su método inspirador te ayudará a poner en orden tu casa. Paso a paso te guiará para que en tu casa sólo tengas las cosas esenciales y tu vida mejore; increíblemente te sentirás más seguro, exitoso y con energía para crear lo que sea.

    tREs vEcEs tÚFederico MocciaPLANETASeis años después, las vidas de nuestros protagonistas han cambiado. Han conseguido ser felices, pero cuando menos se lo esperan, sus caminos se vuelven a cruzar. Después de A tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti, llega el esperado desenlace de la historia de Step, Babi y Gin.

    2018 lA sAliDAAndrés Manuel López ObradorPLANETAEn este libro reafirmo mi postura: la corrupción es el principal problema de México. Convoco a todos los mexicanos, mujeres y hombres, pobres y ricos, pobladores del campo y de la ciudad, religiosos o librepensadores, a construir un acuerdo nacional y a hacer de la honestidad una forma de vida y de gobierno.

    AMOR A cuAtRO EstAciONEsNacarid Portal ArráezTodo empezó en mayo, pero no puedo decirte qué fecha es hoy. Te invito a mi vida llena de excesos y diversión, te invito a un mundo en crisis, y a una vida de música, conciertos y poesía: una loca historia de amor sumergida en un imposible.

    El PRiNciPitOAntoine de Saint-Exupéry

    EMECÉ

  • Fruto de su tormentosa relación con Regine Olsen, y de sus meditaciones sobre el amor, el Diario de un seductor es, posiblemente, la obra que más populari-dad ha reportado a Søren Kierkegaard (1813-1855), pequeño tributo a la figura del seductor de la novela decimonónica.

    DiARiO DE uN sEDuctOR

    Søren KierkegaardEDICIONES

    GANDHI

    uNA HistORiA DE AsiA ORiEN-tAl: DE lOs ORÍGENEs DE lA civiliZAciÓN Al siGlO XXi Charles HolcombeFCEEste libro proporciona una historia ge-neral de la región, desde el siglo xii a. C. hasta la actualidad. Charles Holcombe se ocupa primero de definir lo que de-nomina “Asia Oriental” para después escribir una historia que incluye las par-ticularidades de cada pueblo y los rasgos que comparten entre sí.

    lOs ÁRABEs EN AMÉRicA lAtiNA. HistORiA DE uNA EMiGRAciÓNAbdeluahed AkmirSIGLO XXIEl dinamismo que caracteriza las comuni-dades árabes en América Latina, y los acon-tecimientos que tuvieron lugar en su seno en los últimos años, convierten en nece-sidad la aparición de nuevos trabajos, con el fin de mostrar un panorama más com-pleto del continente latinoamericano.

    uNA sOlEDAD DE ciEN AÑOs. NuEvA POEsÍA cHiNA 1916-2016Ming Di, Alí Calderón (eds.)VALPARAÍSO MÉXICOUna soledad de cien años. Nueva poesía china 1916-2016 fue recientemente pu-blicada por Valparaíso México y Círculo de Poesía. Este libro reúne un panorama extenso de la poesía china del siglo xx e inicios del xxi. En este libro no hay sólo un punto de vista de la poesía china, aquí se condensa un siglo.

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    En Occidente pareciera que nos hemos habituado a los contrastes, seguido hacemos inventario del mundo y lo repartimos todo en dos casillas: lo justo y lo injusto, lo subversivo y lo políticamente correcto, lo didáctico y lo tó-xico. Pensar de forma exclusiva en categorías limita nuestro espectro; así también, avanzar con la vista fija en la meta nos impide apreciar la riqueza de la travesía. La línea que marca el final podrá ser el blanco de la atención mediáti-ca, pero es el camino el que ofrece los nutrientes para el espíritu de quien participa en la carrera. De esto y mucho más nos habla El camino más largo, la historia de un jo-ven aprendiz chino que, luego de pasar una larga tem-porada en el bosque meditando, creyó haber encontrado respuestas a las grandes interrogantes sobre la existen-cia. Convencido de haberse convertido en sabio corrió a ver a su maestro. El largo camino ofrecía paisajes ricos y un sinfín de venturas, pero él no quería “distraerse” ni “retra-sar” el arribo a su destino. El maestro lo recibió en casa, lo escuchó sonriente, le respondió con una de esas preguntas sencillas de responder que las personas formulamos con frecuencia. La pregunta, que más bien era una extensa res-puesta sintetizada, mandó al aprendiz de regreso al bos-que. Una chulada de libro, habitado por elementos simbó-licos y personajes zoomorfos dibujados por alguien que ha aprendido a observar los detalles del camino.

    Quizá otro mal de Occidente sea que nos hemos acos-tumbrado a ver nada más lo que se supone que hay, lo que indican los carteles, lo que ofrece la publicidad de un viaje, la reseña de un libro, la crítica de un espectáculo, los letreros en el parque de diversiones. Nos contentamos con creer que un zoológico, por ejemplo, es sólo un espa-cio artificial creado por el hombre para mantener, cuidar, criar y exhibir especies diversas de animales, el cual puede ser visitado por el público en horarios convenientes. ¿Y eso es realmente todo lo que hay y es? En El zoológico, la niña del relato nos regala una perspectiva distinta, ella y sus padres tienen una versión muy diferente de lo que suce-de durante su visita al zoológico. Lleno de colores vivos, inteligencia y humor, un libro que a cualquier pequeño lector lo hará sentirse en casa. Y otra razón para enten-der por qué a su autora, la coreana Suzy Lee, la conocen en las librerías de casi todo el mundo.

    “Las cosas son como son, ni le des vueltas”, o eso nos re-petimos con terquedad en Occidente a modo de senten-cia, una idea disfrazada de sensatez que sólo nos limita a la hora de concebir posibilidades. La autora vietnamita de Un problema de pelos se permite el lujo de pregun-tarse: ¿qué tan grave sería renunciar al peine y dejarse el cabello revuelto unos días, unas semanas, quizá unos meses? ¿Será que las personas exageran? Ni que en plena primavera fueran a llegar unos pajaritos a hacer su nido en la cabeza de alguien o que a esa persona le fuera a crecer de pronto un árbol en la coronilla, o ¿sí? El libro tiene el sabor de las fábulas antiguas y la ligereza de los cuentos infantiles que nos gusta volver a leer muchas ve-ces. La portada es como una enorme estampilla 3D co-leccionable, los colores de las ilustraciones son intensos y el formato del libro es tan grande que nos provoca la sensación de estar leyendo una pantalla táctil que simula un impreso de papel.

    Muchas son las diferencias entre Occidente y Oriente, todas ellas oportunidades de encuentro si elegimos verlo así. Samir y Yonatan es un libro que lleva hasta sus últi-mas consecuencias esta posibilidad. En colaboración con un amigo puedes hacer estallar una partícula y dar vida a otro Universo, con otra Vía Láctea, viajar al otro Marte y reformar el planeta rojo a tu gusto: acondicionarlo con cuanto quieras en él y despojarlo de todo lo que te dañe o pueda lastimar a las personas que quieres. Parece un simple juego, sin embargo, los resultados de consumar la aventura son asombrosos: una vez que regresas al plane-ta Tierra original descubres que, gracias a que concebiste esa otra galaxia, ahora puedes sobrellevar mejor la ad-versidad, el miedo y el dolor. Incluso puedes compartir un momento de locura con alguien a quien consideraste alguna vez tu enemigo. “Todos en la Tierra estamos he-chos de lo mismo”, ésa es la fórmula secreta con la que un un niño palestino y un niño judío, Samir y Yonatan, hacen estallar una partícula mientras comparten la misma habi-tación en un hospital de Israel. +

    Existen cuatro sistemas de escritura en Japón: el hiragana (escritura silábica normal), el katakana (escritura parcial-mente silábica), el kanji (caracteres chinos) y el romaji (con letras romanas).

  • La fotografía es un arte relativamente joven que ha sentado las bases para muchas otras expresiones y discursos artísticos. No obstante, ha entrado en una

    serie de cambios tanto en la técnica como en la concep-ción durante los últimos años, más aun con la llegada del siglo xxi. En palabras de Joan Fontcuberta, autor de La fotografía después de la fotografía, la fotografía digital “responde a un mundo acelerado, a la supremacía de la velocidad vertiginosa y a los requerimientos de la inme-diatez y globalidad”.

    World Press Photo del año pasado tuvo como ganado-ras varias fotografías donde sobresalían los conflictos de Oriente Medio, las grandes movilizaciones de personas, y las consecuencias de la guerra y desigualdad social. Este año no cambió demasiado. Sin embargo, hay otro lado de Oriente que también ha sido documentado. Ambas partes de aquel mundo con culturas y conflictos diversos coexisten, y sólo juntos pueden mostrar un panorama más completo.

    El fotógrafo estadounidense Steve McCurry es el autor de cientos de fotografías que nos muestran ambos la-dos de la moneda en la cultura oriental. Su trabajo se ha caracterizado por el acercamiento a este mundo que, si observamos con detenimiento, no es tan distinto a no-sotros: “Al pensarlo, veo que los vibrantes colores de Asia tuvieron un papel muy importante al enseñarme a crear una imagen. Sin embargo, el color solo o la estructura por la estructura no son los que hacen una buena fotografía para mí. Frecuentemente, cualquier consideración de es-tos factores es sólo para evitar cualquier cosa que pueda ser distractora o estridente. Lo que hace poderosa a una imagen es la confluencia de estos elementos en un mo-mento prístino que revela una verdad más profunda”.

    Steve McCurry nació el 24 de febrero de 1950 y cursó estudios de historia del cine. Antes de dedicarse a la foto-grafía tuvo el interés de conocer el mundo: “al principio mi único deseo era viajar, y la fotografía fue el medio que me permitió hacerlo; pero he dibujado y pintado desde

    que tenía diez años, así es que siempre he estado inte-resado en el arte. Me interesé por la fotografía cuando estaba en la universidad”.

    Las fotografías de McCurry se han conocido en gran par-te del mundo. ¿Quién no ha visto el maravilloso retrato de la niña afgana que fue conocida por aparecer en la portada de la revista National Geographic en 1985? Ella, Sharbat Gula, había escapado de la guerra que asolaba Afganistán para trasladarse a un campo de refugiados en Pakistán, de donde salió a principios de los años noventa para volver a su tierra natal. McCurry considera que con-servar en la memoria una imagen es muestra del poder que ésta guarda en su mensaje, el cual en muchas oca-siones podría posicionarse por encima de la forma: “Una fotografía poderosa se convierte en un ícono, ya sea de un lugar, tiempo o situación. Se arraiga a tu mente. Pienso que la fotografía trata más acerca del contenido, la historia tal vez, la cara, algo que podamos aprender o apreciar de un lugar o de una persona, y menos acerca

    Entrevista con

  • de algo que muestre lo buenos o inteligentes que somos los artistas. Una gran fotografía es una imagen que se queda contigo, no la puedes olvidar. Una fotografía in-olvidable es por ejemplo la que tomó Nick Ut, fotógrafo de Associated Press, de una niña pequeña corriendo por la calle mientras era quemada por napalm en Vietnam. Sería imposible olvidar o pasar por alto esa fotografía”. Aquella niña es Phan Thị Kim Phúc, otra sobreviviente de las calamidades bélicas, y que actualmente reside en Ca-nadá con su familia.

    Uno hojea India (Phaidon) o Las grandes fotografías (Phaidon), ambos de McCurry, para encontrar numero-sos paisajes y retratos de la vida diaria con sus protago-nistas en las comunidades donde el fotógrafo estadou-nidense decide infiltrarse: “Me esmero por los retratos individuales que dejarán huella en la memoria de las personas. La fotografía trata de pasear y explorar, de las historias de la gente, lo inusual, momentos inesperados que hacen un comentario interesante acerca de la vida en este planeta. Me gusta celebrar a las personas, los lugares y la cultura por medio de mis fotografías, y considero que esto es un aspecto muy importante de la fotografía: quie-ro demostrar que nosotros los humanos somos básica-mente iguales”. Agrega Steve McCurry, y más adelante: “Mi fotografía trata sobre la narración de historias. un retrato debe revelar algo sobre una persona. Busco ese momento desprevenido para tratar de transmitir algo de lo que es ser esa persona, tomando mi tiempo y conec-tando con mis sujetos, y tratando de hacerlos sentir có-modos de alguna manera frente a mi lente; ellos a cambio empezarán a confiar y conectar conmigo”. No por nada son sus retratos principalmente los que le han valido el justo reconocimiento de muchos fotógrafos.

    En su libro Sobre la lectura (Phaidon) explora el lado ín-timo de la gente y su relación con la lectura. Inspirado en el trabajo del fotógrafo André Kertész, las imágenes recopiladas en este libro son una muestra de la lectura en el mundo y su fuerza democratizadora: “El acto de leer cruza todas las fronteras. todos somos diferentes y to-dos somos iguales. Es muy interesante que puedes ser fabulosamente rico y sofisticado, o puedes ser alguien en una calle del tercer mundo, pero la lectura es el mismo

    sOBRE lA lEctuRA Steve McCurryPHAIDON

    acto. Es un lazo que nos une, es un eslabón común en esta humanidad que compartimos, es una cosa en común que todos hacemos sin importar nuestra posición geográfica, económica o social”. No obstante, aquel mundo conoci-do por poblaciones devastadas, pobreza, y gente que se gana la vida día a día con gran esfuerzo han generado también sorpresa en McCurry: “Es conmovedor cuando conoces a la gente y te llevan a sus hogares. Te ofrecen lo mejor que tienen. A menudo te brindan una maravillosa hospitalidad y amistad, cuando en la mayoría de los casos tienen muy poco que ofrecer. Son generosos y de cora-zón abierto. Eso es realmente emocionante e inspirador de muchas formas”.

    Todo arte es un proceso que no nace de la nada, sino que se ve nutrido de la experiencia y los intereses per-sonales, así como las condiciones sociales, lo que deja algo claro: la labor artística es un recorrido arduo y de necesaria paciencia. “Si echas un vistazo al trabajo de los fotógrafos que admiramos, te darás cuenta que ellos han encontrado un lugar o un tema en particular, y han la-brado algo que se ha vuelto especial. Necesitas paciencia y disciplina: perfeccionar nuestras habilidades requiere de mucho tiempo y esfuerzo. En última instancia, uno no puede darse el lujo de ser complaciente: es necesario seguir adelante, permanecer concentrado y comprome-tido. Hay que fotografiar cosas que son interesantes para uno. La fotografía es como otras disciplinas: arquitectura, medicina, música. Todas requieren paciencia, disciplina, trabajo arduo y práctica. La fotografía exitosa trata sobre abrazar tu espíritu de curiosidad y explorar temas que te causan un fuerte interés, y eso podría ser en cualquier parte. Puedes ir miles de millas lejos de casa, o a profun-didad en tu propia comunidad. Bill Owens hizo un libro sobre los suburbios. Bruce Davidson hizo mucho trabajo en sus vecindarios de origen en Nueva York. Sally Mann fotografió a su familia y sujetos cerca de su casa”, y con-cluye: “La fotografía de André Kertész, Walker Evans, Henri Cartier-Bresson, Diane Arbus y Gary Winogrand demuestra que la narración de historias profundas y uni-versales es considerada arte”. +

    Por Rolando Ramiro vázquez Mendoza

    Sharbat Gula, la nina afgana famosa por protagonizar una de las portadas mas conocidas de National Geographic © Steve McCurry

  • iajar es fundamental”, sentencia la escritora mexica-na Margo Glantz (Ciudad de México, 1930) en una plática que se desarrolla en la sala de su casa, en el centro de Coyoacán.

    La estancia, de un estilo rústico, es en sí misma un viaje por el tiempo; da la impresión de que allí no pasan los años. Glantz lee la revista que le extiendo, y no hay poder que la desconcentre: la lectura es un viaje más del que es im-posible extraer a la autora de Coronada de moscas (Sexto Piso), el libro en el que cuenta sus experiencias, sus memo-rias, su pasión y disgusto por India: “Si no viajo siento que mi vida no tiene sentido, y me gusta mucho tener viajes en el futuro y siento que tengo futuro si tengo viajes. Mis viajes generalmente no son viajes de descanso: pocas ve-ces escribo sobre mis vacaciones. En general, casi todos los viajes que he hecho son o de estudio o de trabajo, y apro-vecho para volverlos también de placer, de visitar a mis amigos, de recorrer regiones que he visto muchas veces y que me gusta volver a ver, de observar los cambios que su-ceden en esos lugares. En este momento estoy escribiendo

    un libro que colecciona muchos años de recuerdos de via-jes, que la mayor parte de ellos los he publicado en revistas y periódicos. Estoy haciendo una especie de trabajo sobre todo lo que he visto en el mundo, todo lo que he escrito en un periodo muy largo de años y en geografías muy diver-sas. Los textos de India formaban parte de ese viaje, pero decidí separarlos porque eran algo que me había impresio-nado de una manera muy particular: decidí dedicarles un libro completo que se llama Coronada de moscas”.

    El libro está acompañado por fotografías de Alina López Cámara, que cumplen un papel crucial a la hora de ha-blarnos del país suroriental con un lenguaje distinto al que emplea la escritora, aunque complementándose. También nos platica Glantz en su libro que en varias oca-siones le llegaron a preguntar por qué se asombraba de la India si guardaba mucha similitud con México: “India se podría parecer a México por la pobreza, por la cantidad de gente que deambula por las calles, pero es completa-mente diferente de México. En primer lugar, hay como mil millones más de personas. Por otro lado la religión

    hindú. Hay otras religiones importantes, quizá no tan abundantes en presencia como la hindú pero están ahí, como la musulmana. Esa impronta es lo que hace a India algo muy distinto a México: en sus monumentos, en sus paisajes, en su vestimenta, en su comida”.

    El tema de la religión en India es un punto fundamental en la vida cotidiana de los cerca de mil trescientos millones de habitantes de India. La sobrepoblación podría ser uno de los factores que ha ocasionado la devastación ecológi-ca del país, y es que en India, como en muchos otros paí-ses, los temas religiosos y ambientales están íntimamente ligados, en el día a día de una gigantesca población que continúa aumentando: “El río Ganges es un río que, para los estándares europeos o del ‘mundo civilizado’ —entre comillas—, pareciera un río excesivamente contaminado. Pero durante muchísimos siglos ha sido un río sagrado en el que se incinera, se echan las cenizas de los cadáveres, y es utilizado por la gente viva para todo tipo de menes-teres, desde los más religiosos hasta los más elementales y escatológicos. La escatología en sus dos sentidos: en el

    Entrevista con

    Foto

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  • cORONADA DE MOscAs Margo GlantzSEXTO PISO

    religioso y en lo corporal en la sociedad, por el hecho de que el río recibe los desechos humanos y al mismo tiempo ahí se lavan los dientes; esta cercanía entre lo infecto y lo sagrado es muy importante. Ecológicamente hablando, lo que ha contaminado más a India y a China es la necesidad de participar del progreso. Por ejemplo, la enorme canti-dad de tráfico que hay en las ciudades indias que hace casi imposible transitar por ellas. Ciudades que quedan bastan-te cerca las unas de las otras, tarda uno horas y horas en llegar por la cantidad infinita que hay no sólo de vehículos tradicionales como los autobuses, los camiones o los co-ches, sino que hay rickshaw, hay bicicletas, hay motocicle-tas en la carretera, y aparte de eso hay elefantes, camellos, etc., que lo que hacen es echar sus excrecencias, que no contaminan tanto como los gases de la gasolina. En última instancia, ese afán de progresar, con todos los elementos negativos que puede tener el progreso, ha contaminado mucho más que lo sagrado”.

    El choque cultural que pueda existir entre habitantes de tan contrastantes sociedades no siempre es tan ajeno como nos parece. En las calles de Bombay o Nueva Delhi podemos encontrar a la gente haciendo sus necesidades biológicas, defecando ante la mirada de los transeúntes. No obstante, en México la realidad no es tan distante: “No creo que eso en el campo de México sea tabú. Yo creo que en India se man-tienen mucho más relaciones con lo corporal-escatológico, más evidentemente en las ciudades, que en México. En las comunidades indígenas mexicanas, en los lugares muy aisla-dos no hay baños y la gente utiliza el campo para sus nece-

    sidades, cosa que sucedía siempre, y que en última instancia no contamina porque lo natural pasa a lo natural. Lo que contamina es la basura, el desecho industrial. La industria-lización excesiva y la tecnología han contaminado más que las relaciones humanas con la naturaleza”.

    La plática con Margo Glantz toca varias situaciones que no son tan ajenas a nuestra sociedad, ni a nuestro con-texto actual. Coincidimos en que la contaminación es un problema urgente de resolver, pero entonces llegamos a otro tema que dice mucho también de la realidad mexica-na, aunque con matices evidentes entre los dos países: el papel de las mujeres en la sociedad india. “Ése es uno de los problemas más graves de India y de muchos países de re-ligión musulmana. Tanto la religión hindú como la religión musulmana siempre han tenido una relación muy negativa con la mujer, y creo que en India este problema es muy grave: existe la posibilidad de que mutilen a las mujeres, les echen ácido en la cara, que les corten las orejas o la na-riz, que las maltraten. O la misma situación familiar, que la mujer cuando se casa pasa a formar parte de la familia del marido y no de su propia familia hace que tenga un papel subordinado, además del hecho de que la mujer tiene que pagar dote. Hay una cosa muy nefasta: toda la tradición de la viudez, que ya no es tan importante como fuera el he-cho de que las viudas tenían que inmolarse en la hoguera. La mujer sufre muchísimo en India, como sufre en otros países de Oriente, a pesar de que en legislaciones como las de Gandhi se ha tratado que su papel cambie. También hay mujeres excesivamente cultas que tienen un papel pre-ponderante en su país, como Indira Gandhi. Hay grandes escritoras, pero en lo general el papel de la mujer es muy reducido, muy esclavizante, pero algo tiene que cambiar. Cada vez que hay algún cambio político, social o cultural, como lo decía Simone de Beauvoir, una de las primeras que sufre es la mujer”.

    Un viaje está por concluir: la plática se precipita a su fi-nal, por lo que Margo Glantz nos comparte los lugares que, así como India, también le han dejado una marca in-deleble en la experiencia y en la memoria: “Hay muchos países que me han impresionado. Turquía, Estambul, ésta es una ciudad que me ha impresionado enormemente, la he visitado dos veces en dos épocas muy distantes de mi vida. Cuando tenía veinticuatro años y cuando tenía ya setenta; la ciudad cambió mucho, sin embargo, perma-neció la parte antigua intacta. Otro país que me ha im-presionado y que es importante para mí como formación intelectual y artística es Francia. Yo estudié en París cinco años, e hice mi doctorado en la Sorbona: es para mí, mi segunda patria. India es un país cuyas contradicciones más elementales, la intemperie, la violencia, la pobreza, la mutilación son mucho más evidentes que en otros paí-ses en el mundo. En ningún otro país advertí esa cercanía entre lo más terrible y lo más extraordinario, y entre lo más escatológico y lo más bello como en India”. +

    Por Rolando Ramiro vázquez Mendoza

    Extracto de Coronada de Moscas

    “Nosotros caminamos, evitando pisar la boñiga de las vacas. Van coronadas de moscas, como Io, la joven semidiosa griega: celo-sa por el deseo que su belleza y juventud despertaban en Zeus, Hera la transformó en ternera, acosada por los tábanos: voraces aladas, sedientas bestezuelas, infamantes ángeles zumbadores la perseguían”.

    “Gandhi exclamó poco antes de morir: Si se sigue al pie de la letra el proverbio ojo por ojo y diente por diente, en breve lapso des-aparecerán los seres humanos”.

  • Dicen que el sol sale todos los días por el oriente, bien podríamos aplicar esta analogía a los avances tecnológi-cos y decir que los más importantes llegan también des-de allá. Todos hemos pensado acerca de la capacidad de los asiáticos para crear tecnologías que parecen sacadas de una película de ciencia ficción. Sin embargo, muchas forman parte de nuestra vida diaria.

    El genio asiático ha alcanzado niveles inimaginables, aunque Oriente tenga el contraste entre ciudades cos-mopolitas y la pobreza extrema. Un ejemplo es India que, aunque tiene muchísimas mentes brillantes, más de 75% de su población vive en condiciones de desigual-dad extrema, además hay que agregar los errores de su gobierno e instituciones; tan sólo en noviembre pasado en India se produjeron grandes pérdidas financieras, por lo que hubo descontrol en la población.

    El Oriente Extremo es la zona geográfica mucho más avanzada en cuanto a nuevas tecnologías y desarrollo de grandes inventos. En esta zona encontramos países como Japón, con sus ya conocidos avances robóticos y las em-presas Canon y Sony Hitachi, o Nintendo en el campo del entretenimiento y Toyota en la automovilística.

    China también se ha convertido en referencia obligada por tener los teléfonos móviles con la tecnología más im-pactante de los últimos años. Huawei es una empresa que se ha posicionado en el mercado mundial y que sigue ga-nando terreno en los cinco continentes. Podríamos incluir a Corea del Sur con Samsung, o hablar de Singapur y su acelerado desarrollo económico, tecnológico y social en los últimos veinte años. En cuanto a innovación y tecnolo-gía, en India se encuentra la empresa Tech Mahindra, que factura al año la nada despreciable cantidad de cuatro mil millones de dólares. Tech Mahindra ofrece productos y servicios tecnológicos a marcas como Spring, fifa, TMo-bile o Verizon; entre sus aliados tecnológicos se encuen-tran marcas como cisco, hp, Oracle y Microsoft.

    Oriente Próximo, que abarca continentes como África, Europa y Asia, se caracteriza por sus grandes cimientos de petróleo y el mismo contraste de tener a los países más pobres como Yemen, y los más ricos como Emiratos Árabes, así como los grandes avances tecnológicos con los que han impactado al mundo en Qatar y serán los protagonistas del Mundial de Futbol en el año 2022.

    Podríamos escribir un libro con todas las referencias tecnológicas y el desarrollo de cada uno de los países de Oriente. Dentro de los próximos años experimentare-mos avances en todos los campos y seguramente más de la mitad provendrán de los países de Oriente. +Por Edson González

    EL FUTURO HA LLEGADO...LA INFLUENCIA ORIENTAL

    LIBROS ELECTRÓNICOSPENsAR MEDiO ORiENtEMaruan Soto AntakiTAURUS

    vENDER EN AsiA ORiENtAl

    Dídac Cubeiro Rodríguez

    B E R N A R D O F E R N Á N D E Z

    No sé de dónde sacamos los mexicanos que somos un país occidental. William Burroughs envió una car-ta a Allen Ginsberg en la que describe a nuestro país como un país oriental cruzado por la miseria, la ignoran-cia y la insalubridad que, sin embargo, adoraba.

    La vecindad con la más occidental de las naciones, que ya lamentaba Porfirio Díaz, nos ha hecho olvidar que por medio de la España musulmana y la nao venida de las Filipinas somos una nación mucho más árabe y asiática de lo que incluso nos resulta grato aceptar.

    Por eso la distancia que guardamos con el mundo musul-mán se ha rodeado de un peculiar exotismo que al mismo tiempo nos es muy familiar; recuerdo una novela fasci-nante de Willivaldo Delgadillo, La virgen del barrio árabe, especie de alegoría en clave cyberpunk de las fronteras (fue escrita en la franja El Paso/Ciudad Juárez), donde esta extrañeza parecía reconciliarse con lo local sin per-der su exotismo.

    Quizá por ello un par de primicias bibliográficas encon-tradas en un paseo por la mesa de novedades de Gandhi atraparon mi atención recientemente. La primera de ellas es un breve compendio de notas aparecidas en la prensa francesa, compiladas por Éric Fottorino y edi-tadas en castellano por Paidós. Qué es isis, se titula y reúne una veintena de artículos de opinión, editoriales y entrevistas con diversos intelectuales franceses (al-gunos de origen musulmán o migrantes) alrededor del llamado Estado Islámico.

    La realidad multicultural francesa es analizada a vuelo de pájaro en estas breves notas, que lo mismo recapitulan la proclamación del Califato por parte del líder Abu Bakr al-Baghdadi que el fenómenos de los jóvenes franceses reclutados por isis.

    A la luz de la masacre de la redacción de la revista Charlie Hebdo, y los actos terroristas que iniciaron en el Club Ba-taclan durante el concierto de la banda estadounidense Eagles of Death Metal, estos textos publicados original-mente en Le Monde pintan un fresco desolado de la cre-ciente diversidad de una Francia que no necesariamente está preparada para asimilar al islam a ese ritmo.

    En otro tono de periodismo duro más que de la reflexión desde las humanidades, Michael Weiss y Hassan Hassan entregan Isis: Inside The Army of Terror, crónica espe-luznante sobre el origen, desarrollo y consolidación del Estado Islámico en Oriente Medio como una fuerza po-lítica y militar. Narrado con frialdad quirúrgica, el texto eriza el vello de la nuca desde las primeras páginas, que comienzan a derramar sangre por borbotones.

    Imposible que no acuda a la memoria de los lectores la novela Sumisión, del escritor francés Michel Houellebecq, situada en un París del futuro próximo, apenas unos años adelante, donde Francia ha sucumbido cultural y social-mente ante el islam, y el mundo intelectual de la Ciudad Luz, personificado por un profesor de la Sorbona, se rea-comoda para entregarse a sus nuevos dueños.

    Sin embargo, Oriente no es sinónimo de terrorismo ni in-tolerancia religiosa. O no debería serlo. Quizá por eso la lectura de La Incubación, de Ezekiel Boone, pese a ser una novela de monstruos, vino a mi rescate como una bocana-da de aire fresco en medio de lecturas tan desoladas.

    Y no es que sea un libro esperanzador, pero el tono de aven-turas permite al menos por un momento olvidar los ho-rrores del terrorismo, la xenofobia y la intolerancia reli-giosa para sumergirse... bueno, en una invasión de arañas prehistóricas carnívoras.

    Y si lo anterior suena a literatura basura, ¡no lo es! Con todo y que el autor decidiera firmar el libro con seudóni-mo para mantener intacto su prestigio literario (aunque a decir verdad, antes de La Incubación nunca había escu-chado hablar de él), la novela está construida con un rigor digno de los mejores momentos de Michael Crichton o el Steve Alten de Meg (reconozco que sus novelas posterio-res no valen la pena), ensamblada con precisión de relojero para hacer saltar al lector en los momentos correctos.

    ¿Que qué tiene que ver con Oriente? Bueno, el primer bro-te de las espantosas arañas sucede en China; el segundo es en India (y su presencia originalmente es detectada por un equipo de sismólogos). Pero, atención, ésta es apenas la primera parte y al terminar la lectura de este tomo, estu-pendamente traducido por Laura Lecuona, quedan ganas de leer de inmediato la segunda parte que, ¡ay!, al momen-to de escribir estas líneas aún no se publica (pero para el momento en que esto se imprima, ya faltará menos).

    Cierro con una novela rusa de literatura fantástica. Ru-sia, que ahora se levanta de nuevo como el protagonis-ta sociopolítico que siempre ha sido, también se debate entre la cultura oriental y occidental (de un modo total-mente distinto), es tierra de grandes narradores, patria de una literatura de la imaginación vasta y exuberante. Para muestra basta nombrar El maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgákov, delirante novela escrita en pleno stali-nismo donde el Diablo (sí, él) llega a Moscú a sembrar el caos en medio de un grupo de artistas e intelectua-les soviéticos tan pintorescos como patéticos. Bulgákov gozó siempre de la simpatía personal de Pepe Stalin, pero su pluma era tan filosa que siempre enfrentó problemas para publicar sus libros, de un negrísimo humor y corro-siva vocación fantástico-satírica. Una joya casi olvidada que vale la pena desempolvar.

    El cómic del mes: 300, de Frank Miller. La batalla de las Termópilas narrada divinamente. Un álbum prodigioso. +

    @monorama

    B E R N A R D O F E R N Á N D E Z

  • Cuando yo era morra y no existía internet, el Oriente era, para mí, exótico y misterioso. En mi entorno inme-diato no había mangas ni se conocía el concepto de anime —las animaciones japonesas que nos llegaban se llama-ban simplemente caricaturas y se parecían más a las te-lenovelas que a Hora de aventura o Steven Universe. Es más: la primera vez que me llevaron a comer sushi tenía ya diecisiete años, y tardé bastante más en ir a un restau-rante coreano o a uno vietnamita. Se los juro, así era la vida antes de la globalización.

    A lo mejor por eso me impactó tanto Kwaidan, de Lafcadio Hearn. Desde el título, que sonaba oriental, pero cuyo sig-nificado me era desconocido hasta el nombre del autor, que me parecía angloparlante, pero que también podría ser de mis rumbos (con eso de que tengo un tío que se llama Biliulfo), era un volumen extraño para mí. Lo co-mencé a leer porque me lo habían recomendado mucho con el gancho: “a ti que te gustan los cuentos de horror…” —y que conste que fue antes de Ringu, esa novela (y pe-lícula) de la que ya he hablado por aquí.

    Kwaidan es una recopilación de historias tradicionales japonesas relacionadas con lo sobrenatural: alrededor de medio centenar de cuentos breves sobre fantasmas, de-monios, maldiciones y supersticiones y es, en realidad, una selección de algunos de los muchísimos relatos sobre estos temas que Hearn puso en papel.

    Debo confesar que cuando me dieron el libro yo arrugué la nariz y pensé que un tipo con ese nombre (mitad de tío mío y mitad de gringou) no podía ser una autoridad en la materia; pero ahora reconozco que eso fue puro prejuicio mío, porque resulta que Hearn no era el gringou del cli-ché, ése que sólo habla inglés y se pone nervioso cuando la gente a su alrededor usa otro idioma, o que cuando viaja sólo quiere ir a la hamburguesería más cercana, sea que esté turisteando en Mazatlán, Shangai o París.

    No: para empezar, Lafcadio Hearn no era americano en absoluto: nació en Grecia, de padre irlandés y madre grie-ga (lo que explica el nombre tan resonante) y se dedicó al periodismo hasta que uno de sus viajes lo llevó a Ja-pón y, enamorado de la cultura de la isla, decidió quedarse. Se dedicó a dar clases de inglés y a hacer traducciones, se

    casó con la hija de un samurái y llegó a ser profesor de la Universidad Imperial de Tokio y a obtener la ciudadanía japonesa. De haber ocurrido en nuestros días habría un meme con la cara de Hearn y el texto “otaku nivel: ja-ponés”. Pero esto sucedió mucho, mucho tiempo antes de que ser fan de la cultura japonesa fuera popular en Occidente (Hearn vivió de 1850 a 1904), y a lo mejor por eso sus traducciones de esos cuentos tradicionales fueron tan apreciadas de este lado del mundo: los seres aterradores que pueblan las leyendas de horror japonesas eran prácticamente desconocidos en Europa y América, por no hablar de la estructura de esos relatos, que nos los vuelve más inquietantes por tratarse de una forma de contar tan diferente a la que se usa por estas latitudes.

    Lo más impresionante con Hearn es que su obra no ha envejecido ni tantito. A lo mejor es porque sus temas y personajes pertenecen al mundo mítico en el que el tiem-po no importa, o quizá su enorme pasión por estas histo-rias quedó atrapada en sus renglones. Lo comento porque entiendo que habrá quienes piensen que un libro de prin-cipios del siglo pasado o finales del antepasado debe ser de flojera total y absoluta; pero les aseguro que no es el caso. Es más, me atrevo a decir que la cosa va como sigue: si ustedes son fans de la cultura japonesa, sean otakus de hueso colorado o sólo simpatizantes, ¿no sería lo máximo leer a uno de los pioneros en poner las historias niponas en el interés de Occidente? Y, por el contrario, si uste-des son de los que tuercen la boca cada vez que ven a un fan de lo oriental y nomás no pueden entender por qué les gusta tanto, ¿no les gustaría asomarse a esas mentes llenas de ideogramas empezando por el paciente cero? Y todavía más: si les atrae la ondita japonesa y no saben por dónde empezar a hincarle el diente, ¿no les gustaría probar con las versiones que escribió al respecto uno de los primeros en estar metido en esos zapatos?

    Por cierto, Hearn escribió además de varias colecciones de relatos, algunos libros de ensayos sobre la mitolo-gía japonesa, que también son buenísimos. Y como don Lafcadio murió hace más de cien años, su obra ya ha pa-sado al dominio público, por lo que puede encontrarse en diversas ediciones, desde algunas de bolsillo hasta otras de lujo; tanto en papel como en formato digital. Así que, ¡aprovechen! + @raxxie_

    R A Q U E L C A S T R O

  • PARA VER Y OÍR VIDEO MÚSICAlAs MONtAÑAs DEBEN PARtiR

    Jia Zhang-keZATMENI

    MARGuERitEXavier Giannoli

    ZATMENI

    El DEMONiO NEÓNNicolas Winding Refn

    ZIMA

    El BuEN AMiGO GiGANtEMelissa Mathison

    DISNEY

    El GustO Es NuEstRO 20 AÑOs

    Varios autoresSONY MUSIC

    Veinte años después estos grandes can-tantes se vuelven a reunir para celebrar unos de los mejores momentos en la mú-sica no sólo en España sino en todos los países de hispanohablantes.

    luZ NEGRAAlejandro Escuer

    FONARTE LATINO SA DE CV

    El virtuoso flautista, artista sonoro, artista plástico y académico mexicano destacado por sus múltiples proyectos de alto impac-to y originalidad presenta esta producción de trece temas de grandes compositores como Eduardo Gamboa, Alejandro Colavi-ta y el mismo Escuer.

    vENiD MORtAlEsFavola In Musica

    MANDUJANO RODRIGUEZ RANULFO

    Favola in música es un grupo de música antigua mexicano formado en 2011, cuyo repertorio abarca la música de los siglos xiv al xvii. En este disco interpretan obras de Sor Juana Inés de la Cruz, Andrea Falconieri, Rafael Antonio Castellanos, Antonio Durán de la Mota, Juan de Araujo, Matheo Tollis della Rocca, Antonio de Cabezón, etc.

    ROMPiENDO FRONtERAsAlejandro FernándezNUIVERSAL MUSIC

    Álbum que trae de regreso los géneros más conocidos por Alejandro Fernán-dez. Un disco que arranca con fuerza, que tiene sus altibajos pero logra cerrar fuerte y con la participación de Mario Domm, Mónica Vélez y Leonel García, como autores.

    tODO NOs tRAJO HAstA HOYSan Pascualito Rey

    FONARTE LATINO SA DE CV

    Esta es la más reciente producción de una de las bandas más representativas del rock nacional. Un disco de doce temas inéditos con estilo renovado y propuesta siempre innovadora desde que aparecieron en la escena musical con su primer disco Sufro Sufro Sufro.

    iNFERNORon Howard

    SONY PICTURES

    ¡Dos semanas! ¿Dónde carajo se encontraba?

    ¡Pronto! Apague todo: celulares, televi-sión, radios, computadoras.

    ¿La rocola también?

    La rocola sobre todo.

    Bueno, a usted qué le picó ahora.

    Don Tony, póngame mucha atención. Es de vida o muerte.

    No me asuste. En qué anda usted. ¿Está drogado? Seguro se metió en broncas con alguien. ¿Es por el tipo que lo vino a bus-car? ¿Quién es él y qué es lo que quiere?

    No. Con él ya arreglé los problemas. Buen tipo, por cierto. Aunque tuvimos que se-pararnos cuando nos dimos cuenta que ambos corríamos peligro y lo mejor era seguir caminos distintos. Quedamos de reunirnos en un lugar algo lejos de aquí. Es difícil de explicar, don Tony. No lo creería.

    Pues si no me dice absolutamente nada de lo que está sucediendo, verdaderamente no le voy a creer.

    Le platico, pero ¿ya apagó todo? Es nece-sarísimo que lo haga.

    Listo, ya. Todo apagado y todo cerrado.

    Bien. Lo que sucede es que estamos sien-do observados. Somos vigilados en todo momento. George Orwell siempre tuvo razón.

    No se quede con la boca abierta. ¿No co-mentará nada?

    Ahora sí que quedó loco. Ni una copa más para usted. Corrí a mis clientes porque usted traía información de vida o muerte, y lo que me dice es que alguien nos está observando.

    No es alguien, sino en plural.

    Qué plural ni que nada. Sólo ha venido a alborotar la tranquilidad de este lugar.

    Todo tiene relación. El borrachito de la esqui-na, allá en el fondo, siempre observa a todos con esos ojos de suspicacia. ¿No le parece extraño? Sólo pide un tarro y se queda ocho horas sentado vigilando todo. Estoy seguro que él es un infiltrado del cisen o de la cia.

    A usted ya lo perdimos y está comenzan-do a asustarme. Así que o váyase o tóme-se el mezcal que puedo servirle.

    Me tomaré dos mezcales y me iré. Tengo que ver a una persona en un par de horas. Sólo vigile al hombre que le digo, no me genera nada de confianza.

    Usted no confía en nadie.

    No lastime mis sentimientos. Yo confío completamente en usted.

    Eso dicen todos, hasta que les entrego la cuenta. +

    Por R. R. Fullton @lordNoa

    Entre tres hermanos estalla un conflicto cuando su madre, albacea de la excep-cional colección de arte del siglo xix que perteneció a su tío, muere repentinamen-te. Adrienne es en Nueva York una exitosa diseñadora, Frédéric es economista y pro-fesor universitario en París, y Jérémie un hombre de negocios asentado en China.

    Jesse es una chica que llega a Los An-geles, para hacer su sueño realidad: convertirse en supermodelo. Pero su juventud y belleza despertará al de-monio, y se verá atrapada en un pe-ligroso mundo de envidias y celos en el que las modelos están dispuestas a todo para triunfar.

    Adaptación del cuento de Roald Dahl sobre una niña que une fuerzas con la Reina de Inglaterra y con un gigante bonachón, conocido como el BFG, para detener una invasión de malvados gi-gantes que se preparan para comerse a todos los niños del país.

    Dos amigos desde la infancia, Zhang y Liangzi, cortejan a Tao, una joven de la ciudad de Fenyang. Zang es dueño de una gasolinera y tiene un futuro prome-tedor, Liangzi trabaja en una mina de car-bón. Tao tiene el corazón dividido entre ambos, pero deberá tomar una decisión que marcará su vida y la de Dollar, su fu-turo hijo.

    Cuando Langdon despierta en un hospi-tal italiano con amnesia, hace equipo con Sienna Brooks, una doctora que intenta ayudarlo a recuperar su memoria. Juntos emprenden una carrera contra el tiempo por toda Europa para impedir que se libe-re un virus global que mataría a la mitad de la población mundial.

    * 1984, de George Orwell encabezó la lista de los más vendidos desde febrero en Estados Unidos.

  • Aquiles: ¿Es en serio?tortuga: Muy en serio. Quítese.Aquiles: ¡Pero éste ha sido mi lado de la habitación por años!tortuga: Justamente. Ya le hace falta un cambio de aires. Ya NOS hace falta, de hecho.Aquiles: Estoy perfectamente aquí, así que no pienso moverme. Lo hubiera pensado mejor aquella vez que elegimos, hace ya tantos años.tortuga: No sea fundamentalista y ahueque. Es sólo un pedazo de recámara, para el caso. Puede quedarse con su cama, si quiere, sólo pido la ventana.Aquiles: ¿Y a qué se debe el caprichito? No tengo nin-gún problema en iniciar una guerra si hace falta.tortuga: Ningún caprichito. Desde hoy soy un hombre de amaneceres. Quiero la ventana que da al oriente. Eso es todo.Aquiles: ¿Eso es todo? No me lo trago, aquí hay gato encerrado.tortuga: Cálmese. Ni que fuera a encontrar petróleo debajo del parquet. Es sólo un pedazo de recámara.Aquiles: Dije que no me lo trago. ¡Desembuche!tortuga: No sea infantil. Suelte a Teddy y hablemos como gente de paz que somos.Aquiles: La última vez funcionó.tortuga: Claro. Todos mis muñecos de peluche destri-pados. Uno por noche hasta completar la docena. Sólo fueron doce noches, pero a mí me parecieron mil. Mil y una de pilón. Así cualquiera confiesa hasta lo que no hizo.Aquiles: No crea que tengo este abrecartas en forma de cimitarra sólo por hacerme el interesante. Me tomó doce noches, pero igual confesó su traición.tortuga: Lo que usted llama traición, yo lo llamo, “no hay tipo que cele más a sus primas desde el sitio en que se levanta el sol hasta donde desaparece”.Aquiles: Podría haberme contado que estaba preten-diendo a Betsabé en vez de inventar cuentos chinos, y a lo mejor hasta le ayudo.tortuga: ¡Está bien, está bien! Hay una razón. Se la cuento, pero suelte al muñeco.Aquiles: ¡Lo sabía! Desembuche.tortuga: Cuéntase que en los tiempos de Harún Al Rashid vivían dos hombres cerca de Bagdad...Aquiles: No sea payaso.tortuga: ¿Me deja contar o va a estar interrumpiendo? Gracias. Estos dos hombres eran hermanos. Uno se llamaba Kassim y el otro Luis, pero le decían Güicho. Una tarde, mientras dormía la mona cerca de un lupanar,

    Güicho oyó sin querer la contraseña para poder entrar con descuento, gracias a que llegaron cuarenta indivi-duos recomendados de un político muy asiduo.Aquiles: Déjeme adivinar. La contraseña era “Ábrete, sésamo”.tortuga: Ah, veo que usted también conoce ese congal. Pero no. Esa vez la contraseña era: “Viva la Señorita Cometa”. El caso es que lo dejaron entrar y ahí se en-contró a su primo Poncho, que viene a cuento porque siempre ha tenido muy mal genio. Lo que se dice, un genio de la fregada.Aquiles: Déjeme adivinar... vendía lámparas o algo así.tortuga: No. Pero es cierto que en cuanto abrían una botella de 40 G. L. se aparecía como por arte de magia. Aquiles: Sí, debí suponerlo.tortuga: Poncho estaba de muy mal humor porque ya se le habían pasado las cucharadas y se puso a competir con otro dipsómano a ver quién cabía en un jarrón sin romperlo y parece que iba perdiendo porque se le aso-maba el greñero cuando llegó el tío jarocho de uno de los meseros, quien era marino y había viajado un montón.Aquiles: Ajá. Y se llamaba Juvencio.tortuga: No, Simbad. ¿De dónde saca...? En fin, el caso es que era compadre de uno que vendía alfombras en La Lagunilla y que por cierto rociaba con una sustancia ilegal que, literalmente, lo hacía a uno volar. Entonces el cuñado del que lo ayudaba con...Aquiles: Ya caigo en su juego. ¡Quiere embrollarme en esa espiral de historias interminables! ¿Dónde habré visto antes esta artimaña?tortuga: ¡Le juro por Solimán el Magnífico que no! ¡Le juro que...!Aquiles: Despídase de Teddy y de Bob Esponja.tortuga: ¡Está bien, está bien! ¡Lo confieso! Mire por la ventana y lo sabrá.Aquiles: No veo nada. tortuga: Allá abajo. La nueva hostess de los Tacos Ára-bes. ¿No es acaso una princesa persa?Aquiles: Por las barbas del efrit, que es más guapa que todas mis primas de la Agrícola Oriental juntas.tortuga: Sólo le pido a Alá que me permita contemplar-la desde la ventana hasta que se apiade de mí y reclame mi alma.Aquiles: Le diré qué haremos. Usted los días nones. Yo los pares.tortuga: Debería ser diplomático en la onu. ¿Vio el lunar en su mejilla? +

    @t_Malpica

  • J U L I E TA V E N E G A S

    recí en la bella ciudad fronteriza de Tijuana. Siempre he pensando que eso es lo que me hace ser quien soy, con mis defectos, con mis rollos: ser de una ciudad que

    tiene un poco de dos países tan distintos como México y Estados Unidos. Lo que siempre hubo fue una gran pre-sencia de migrantes chinos. Ahora ya vivimos en un mun-do globalizado, en el que la presencia de extranjeros es más común, pero en aquel momento la presencia asiática era algo poco frecuente en esas tierras norteñas.

    La Casa del Dolor Ajeno, de Julián Herbert tiene que ver con la inmigración china a México, en particular a la re-gión norte. No sólo me parece un gran libro, sino tam-bién un tema importante y de actualidad. Es un libro difícil, pero buenísimo. Primero, la maestría de Herbert nos cuenta todo de manera cercana a la vez que dura. Vive la situación con el lector, sin querer quizá, pero eso ayuda a suavizarlo, porque se trata de un episodio ho-rrible, y lo es todavía más por ser olvidado, o más bien borrado de la historia de México. Traían un desmadre en la Revolución, pero el pequeño genocidio —como lo llama Herbert—, de trescientos chinos en la ciudad de Torreón, no solamente es terrible por su violencia, sino por la forma en la que se fue construyendo el ambiente para que eso sucediera, como el mismo hecho de haber sido borrado de la memoria.

    En este México vivimos un clima de violencia y Herbert lo pone en evidencia al viajar a ese pasado en el que pa-recía que todo era válido. Aunque se trata de la época revolucionaria, es como si hubieran acabado atrapados ahí. Qué le vamos a hacer: éste es el presente mexicano, en el que existe una combinación de violencia más la vo-luntad gubernamental de borrarla e ignorar los hechos terribles que vemos a diario.

    También esos brincos al presente alivianan un poco lo terrible de la historia. Esto me hace pensar en otra no-vela de no ficción: HHhH, de Laurent Binet. La novela del escritor francés me deja con una reflexión, quizá no sólo sobre la violencia en México, que siempre ha estado pre-sente, sino acerca de la naturaleza humana. El alma de la persona racista, llena de miedo, de dolor, y con deseo de acabar con la vida de quien no es cercano, o simplemente

    porque estaba en su camino: ésa que siente deseos de aplas-tar a cualquiera que sea diferente, que no hable su lengua.

    Últimamente pienso mucho en el tema de la violencia. Intento entender por qué el mundo está regido por ella, y pareciera que todo es un revoltijo de desastres. ¿Acaso éste es el mundo que construimos? ¿Es esto lo que nos toca? ¿Cómo podemos ayudarnos de la verdadera histo-ria, y no de la oficial que vemos todos los días? Quizá la memoria nos puede salvar, y gracias a libros como HHhH tenemos la posibilidad de detenernos por un momento para reflexionar, e imaginar un mundo en el que estas tra-gedias ya no sucedan.

    Otro tema que me interesa es cómo la ficción nos ayuda a interpretar al mundo en el que vivimos. Pienso, por ejemplo, en el escritor japonés Yasutaka Tsutsui, y un cuento de su libro Hombres salmonela en el planeta porno (Atalanta).

    El cuento se llama “El límite de la felicidad”, y habla sobre una falsa felicidad, aquella de pensar que tenemos lo que queremos, que consumiendo o haciendo lo que hacen los demás podemos ser felices. Tiene un ambiente extraño: todo es falso, porque lo importante es lo que demues-tras, no lo que sientes realmente. Me encanta porque de alguna manera habla de la vida que llevamos en la socie-dad, y más específicamente, en la sociedad de consumo, en la que consumir nos despoja de nuestra personalidad, de ambiciones sinceras, y nos deja con un actuar sin con-ciencia. “El límite de la felicidad” nos deja pensando por qué haces lo que haces, si tu felicidad es real, si tus re-acciones son propias, o sólo un eco de las de los demás.

    El protagonista está enojado todo el tiempo y parece ato-rado en un lugar del que no puede escapar, más allá de la violencia que siente y de la tensión con su mujer, su madre y su hijo. Tsutsui lleva esa desconexión al límite: hay una fuerte presencia de la violencia, y la interpreto como estar desconectado de quien eres, representado por una violencia que no logramos entender. Quizá nos falta tener una mayor reflexión sobre la violencia que ve-mos, que nos toca o no: es probable que así la lleguemos a transformar en otra cosa. +

    @Julietav

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    et.

    Violenta y a la vez amable, sucia y pura, cruel pero bella, así es India, el país de los contrastes. Quienes hayan tenido la oportunidad de visitarla sabrán que es posible vivir el caos y la belleza al mismo tiempo. Llena de templos, lugares sagrados y paisajes subli-mes, así como de moscas, vacas y gente.

    Caminar por las calles de Ghaziabad, una ciudad industrial al norte del país, ha sido de las experien-cias más raras que he tenido. Sentía mucha paz y a la vez miedo; la mirada de la gente es penetrante y nada discreta, pero escuchar los mantras prove-nientes de los templos hindúes y sentir la vibración del ohm en la garganta te llena de tranquilidad y armonía. Es posible que durante el recorrido por las calles poco pavimentadas de Ghaziabad pase junto a ti una vaca o un toro, o un rikshaw a toda veloci-dad, y es que el tránsito en India es desquiciante: vacas, ovejas, cabras, monos, carros y motos cir-culan por el mismo camino. La gente cruza la calle únicamente anteponiendo su palma a los vehícu-los. Carros, motos y rikshaws rebasan por ambos lados, los semáforos son prácticamente inexisten-tes en esta ciudad, los pasos de cebra ni pensarlo y del uso de direccionales… sobra mencionar su ausencia. La basura abunda: se pueden ver por ambos lados del camino kilos y kilos de desechos. Es abrumador el sonido del claxon. Si no avanzan, hacen sonar el claxon; si avanzan, tocan claxon; si no viene nadie, claxon y si viene alguien, también claxon; los camiones incluso tienen escrito en la parte trasera la leyenda Horn please, cuyo propó-sito es alertar al conductor del camión en caso de que venga un vehículo detrás y desee rebasarlo. No obstante, es tal la cantidad de ruido que hasta en el estado de Maharashtra el gobierno prohibió el uso de esta leyenda, ya que incita al uso innecesario de la bocina y eleva los ya de por sí altos niveles de contaminación auditiva.

    Horn please o Horn OK please no sólo llama la aten-ción: es todo un hito. Existe un documental ho-mónimo, tributo al truck art en India, dirigido por Shantanu Suman, diseñador gráfico indio. El docu-mental ha ganado varios premios en festivales in-ternacionales, y habla del origen y la evolución del truck art en India así como del propósito no sola-mente estético sino religioso que tiene. Lo puedes ver en projecthornplease.com.

    Al viajar por la carretera que conecta el estado de Rajastán con Nueva Delhi, un recorrido de aproxi-madamente seis horas en carro, se puede apreciar este maravilloso truck art que adorna los camiones de cargamento: el diseño de las tipografías, el uso de colores vibrantes, el detalle y cuidado con el que están pintados, y que los hace parecer un caleidos-copio en movimiento; este arte camionero tiene una fuerte conexión religiosa y supersticiosa.

    Viajar a India es, pues, una experiencia abrumadora

    pero exquisita. +Por valeria Moheno lobato

  • En una calle de Beijing vi a un hombre escribiendo con agua sobre el asfalto, con un pincel enorme, algo que borraban una y otra vez el sol y el viento. Ese ejerci-cio de un calígrafo urbano me pareció al mismo tiempo una lección sobre la fugacidad final de lo que escribimos.

    En un muy antiguo templo de Chengdú, una anciana agi-taba en el aire un manojo de varitas de incienso. Cantaba enojada y regañaba a sus dioses por no haberla escucha-do atentamente en sus súplicas de la semana anterior. Lección de dignidad ante lo sagrado.

    En lo más alto del Templo de la Montaña Blanca, camino a la Gran Muralla, escuché al viento dialogando con un bosque de bambú. Y tañí como campana un enorme pez de piedra que era a la vez un antiguo mapa mágico del imperio. Cada escama un territorio, cada campanada un augurio. Lección de maneras distintas de representar al mundo y de convivir con sus poderes evidentes y ocultos.

    En la Bahía de Halong, en Vietnam, amanecimos flotan-do entre mil islas de jade que parecían curbaturas de un dragón gigante medio sumergido, con el cuerpo poblado de chicharras y de pájaros que las imitaban para atrapar-las. Lección de asombros, de sueños despiertos, de mitos de origen de la vida.

    En la isla de Bali vi despertar a la ciudad de Ubud llena de ofrendas de incienso y flores sobre platitos de paja tejida. Era la escritura que les permitía comunicarse con lo invi-sible. Lección de espiritualidad cotidiana.

    En un mercado del Cairo vi a unas mujeres completamen-te veladas usar su atuendo para asaltar anónimamente a una turista. Y en la fortaleza de Alepo, un año antes de la guerra, canté con mil niños de Siria los juegos que en ese instante les inventaba sin saber que en menos de doce meses todos ellos conocerían en carne propia la maldad radical de los adultos en guerra.

    Y afuera de la ciudad de Alepo, en las ruinas antiguas de un templo monté la piedra donde estuvo erigida la extra-ña columna de San Simón “el Estilita”. Consejero de reyes que quiso acercarse piedra a piedra al cielo.Parecía imposible pero logré dar en Beijing con la tumba de Matteo Ricci, el primer occidental que entró a la Ciu-dad Prohibida y fue enterrado en la capital del imperio.

    Pude tocar en la estela que la señala al dragón enroscado que indica su territorio de muerto.

    Escribir con agua, peculiar definición de la fragilidad sustancial a toda escritura. Y título que di a la breve re-unión de algunos de mis poemas de orientes lejanos que me publica ahora Miguel Ángel Calleja, en su editorial Parentalia, y que presentamos en la Feria del Libro de Mi-nería, Escrito con Agua.

    A lo largo de los años he explorado con curiosidad atenta varios orientes. Como viajero y como lector. Pero siem-pre será mucho más lo que quiero conocer y reconocer. El libro todavía inédito de crónicas, instantáneas y ensayos, algunos publicados en periódicos y revistas, se titulará, tal vez, Viajar es enamorarse despacio. Y en él, orientes lejanos y cercanos son el eje de mi relación apasionada con una parte del mundo.

    Mi relación más intensa ha sido, por supuesto, con los muchos Méxicos que laten en nuestro país y que nuestros gobernantes con fecuencia no saben ver, les incomodan, no saben cómo pensar ni comprender. Y mucho menos incluir en sus proyectos de modernidad. Ésa ha sido por casi treinta años la labor que hemos hecho en Artes de México, explorar los orientes y occidentes siempre sor-prendentes de nuestras culturas.

    Mi segunda relación larga e intensa ha sido con Marruecos. Y en especial con la ciudad portuaria de Mogador. Donde se sitúan en parte cinco de mis novelas y algunos cuentos: Nueve veces el asombro; Los nombres del aire; En los la-bios del agua; Los jardines secretos de Mogador; La mano del fuego; el relato “La huella del grito” y los poemas de Decir es desear. Por más de treinta años he escrito sobre esa ciudad, en ella y con su gente, sobre todo mujeres que he escuchado atentamente hablar de su deseo.

    Hace más de una década, para conjurar equívocos, lancé allá en una especie de manifiesto el concepto de orien-talismo horizontal, que hace un par de años fue objeto de un coloquio internacional en la Universidad de Rabat, en el Instituto de Estudios Lusos e Hispánicos, donde me invitaron a hacer el discurso inaugural.

    Edward Said, en su libro Orientalismos, hizo la clara di-sección de las fascinaciones europeas por Oriente como

    QuiNtEtO DE MOGADORAlberto Ruy Sánchez

    ALFAGUARA

  • fenómenos de poder, como figuraciones culturales colo-niales o poscoloniales. En discusión con él, me dio la ra-zón cuando le señalé que su libro en realidad no hablaba de una relación entre Oriente y Occidente, términos for-jados por los mismos poderes coloniales, sino que aclara-ba en realidad una relación de poder Norte-Sur. Que toda esa concepción cambiaba si comenzáramos a establecer una relación Sur-Sur. Es decir, un orientalismo horizontal entre iguales que culturalmente tienen rasgos comunes y distintos, reconocibles algunos y otros diferentes. Una relación que huya de los estereotipos del orientalismo, pero no tenga miedo de explorar la otredad íntima que se nos descubre y nos vincula. Una otredad donde las mu-jeres son activas y deseantes y no típicos objetos de de-seo. Una otredad donde las formas literarias, incluyendo los géneros que conocemos, tienen posibilidades nuevas y tradiciones distintas. Durante muchos años he visto a es-critores y viajeros marroquíes fascinados por México, por todo lo que tenemos en común y por nuestras diferencias. Equivalente certero de mi propia fascinación mogadoria-na de sur a sur. Del “extremo Occidente” que es el México profundo con el extremo occidente del norte de África, que es el Magreb: en esta tierra redonda, de aquí para allá y de allá para acá, un sano y vital orientalismo horizontal.

    Hace unos meses, presentando en la Feria de Guadalajara el conjunto de novelas que forman ahora este Quinteto de Mogador, Julián Herbert tuvo la idea de comentar sobre todo la enorme cantidad de páginas que hablan de Sonora y del desierto donde viví de niño en la Baja California. Es un hecho que conscientemente traté de establecer un imaginario puente de arena entre desiertos, del Sahara a Sonora y de vuelta. Y para encontrar las formas lite-rarias más apropiadas a cada tema desarrollado en los libros tomé de las sabias y antiguas tradiciones artesa-nales de Marruecos y de México, de la cerámica a los textiles, fórmulas de composición que, creo yo, enrique-cen nuestro oficio.

    La extraña ocurrencia que tuvo hace unos años un críti-co mexicano de cierto prestigio de escribir que Los nom-bres del aire, uno de los libros del Quinteto de Mogador, era una “alegoría orientalista” despertó en Marruecos una reacción de asombro y profunda extrañeza. Inclu-so de indignación: ¿cómo era posible que un intelectual supuestamente instruido no supiera que Marruecos no

    es Oriente? ¿No sabe esa persona que la región del mun-do donde se sitúa Marruecos se llama Magreb, que sig-nifica Occidente? ¿Y que la cultura del norte de África que cualquier visitante de Marruecos puede ver ahora está mucho más relacionada con la antigua civilización andalusí (que no andaluza) que ocupaba dos terce-ras partes de lo que ahora conocemos como España y Portugal? Que el Imperio otomano no llegó a Marruecos y que su cultura árabe e islámica es sobre todo de po-blación berber.

    Que cualquiera de nosotros se confunda sobre regiones del mundo que no conoce es relativamente normal. Pero que un intelectual escribiendo profesionalmente sobre un libro demuestre esa ignorancia es visto además como un desprecio por la cultura de aquellas regiones. Una gro-sera asimilación de su realidad a los estereotipos más co-merciales y comunes. Y sobre todo una incapacidad para percibir diferencias más sutiles, más verdaderas.

    Los más de treinta años que he pasado conociendo, es-tudiando y visitando Marruecos y sus habitantes, sobre todo mujeres deseantes cuya voz nunca es sustituida por la mía, así como formas y pasiones de otras culturas presentes también de manera explícita e implícita en el Quinteto de Mogador han sido recompensados por una recepción más que generosa en varios países y en la más de una docena de lenguas donde se han traducido.

    El reto de escuchar con respeto y de escribir sobre otra cultura o desde otra cultura es inmenso. ¿Pero no lo es acaso toda escritura sincera, profunda, cuestionante in-cluso de nuestras relaciones más íntimas y verdaderas? Me atrevo a afirmar que toda escritura literaria que pre-tenda ser radicalmente creativa, cuestionante, nueva y a la vez atenta a tradiciones fértiles y variadas, es una forma de orientalismo horizontal que se extiende entre horizontes diversos, cuerpo a cuerpo, polo a polo, cos-ta a costa. De la identidad y otredad entre los cuerpos amantes a la otredad y fascinación entre culturas surge vital la poesía. +

    Por Alberto Ruy sánchez@AlbertoRuy

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  • Oriente Medio. Dos palabras bastan para cortar el aire con un cuchillo imaginario. Dos palabras que al pronunciarse hoy suspenden el aliento de un hilo delicado. Dos palabras que, sin embargo, son una confusión.

    Como indica Fundéu, la Real Academia Española para referirse a la región que comprenden los países de la Península Arábiga y del golfo Pérsico, además de Israel, Siria, Turquía, Líbano, Jordania, Libia, Sudán, Chipre (y para algunos, Armenia, Azerbaiyán y Georgia, que son el Cáucaso), usa el término Oriente Próximo, conocido también como Cercano Oriente. Pero de unos años para acá, Oriente Medio (que comprendería para la rae, India, Pakistán y Afganistán) se usa como sinónimo de Oriente Próximo (la onu y prácticamente todo el periodismo de habla hispana así se refiere a la región). Así pues, de Ara-bia Saudita a Egipto y hasta Armenia, el término Oriente Medio se refiere a una región que para nada es homogé-nea con todo y que comparte rasgos, pasado, símbolos, tradiciones. La geopolítica actual trazó sus geografías y aglutinó una zona que hoy asumimos como en estado de conflicto perpetuo, y que en el imaginario colectivo “oc-cidental” no tiene singularidades. Éste es quizá el primer gran prejuicio al que los países, grupos étnicos, tribus, personas que la habitan deben enfrentarse en nuestros días. Aunque no el único.

    El aparente total desconocimiento de la historia de estos territorios, sus pobladores y ancestros, y nuestra eviden-te incapacidad de nombrar sus identidades, implica que sobre ellos pese en la actualidad el estigma de “incivili-zados”, algo a lo que el tratamiento de lo que se ha dado en llamar “terrorismo islámico” ha contribuido mucho (cuando no lo ha provocado directamente). Cualquier li-bro de historia alcanzaría para derribar esa barrera en un chasquido de dedos, pero Isaac Asimov lo hace con mu-chísimo oficio en El Cercano Oriente (Alianza), volumen que forma parte de su colección de historia universal. Descubridores de la agricultura (en las actuales regiones de Irak e Irán), los hijos del desierto domesticaron la tie-rra, comprendieron los ciclos pluviales, libraron batallas

    con los ríos, miraron los astros, inventaron dioses cuatro mil años antes de nuestra era. Cuando no había nada, ellos imaginaron casa y la habitaron. Los ziggurats de los sumerios son el antecedente de las pirámides egipcias. Ellos, los sumerios, inventaron —dice Asimov— las ma-temáticas, y la madre de todas las invenciones culturales: la escritura. Egipto la mejoró, pero la cuna es mesopotá-mica. Si somos (o fuimos) seres históricos, se lo debemos al Cercano Oriente, sí. “Por ello al periodo que comienza con los registros escritos lo llamamos «historia». Todo lo anterior es «prehistórico». Con la escritura, pues, puede decirse que los sumerios crearon la historia”.

    Estos pueblos comparten una tierra por la que pelean desde hace milenios, es verdad, pero no siempre ni sola-mente (¿existe territorio en el planeta que no haya sido disputado?). Comparten y se jalonean por su topografía, su clima, sus inclemencias, sus recursos. Los primeros se-dentarios se protegían de los nómadas, luego esos ejérci-tos sirvieron para expandirse y conquistar. Los nómadas hicieron poder, derrocaron, crearon nuevos enemigos. La historia humana, vaya.

    A esta tierra pertenecen árabes palestinos y judíos israe-líes de los pies al temperamento, pasando por la lengua. Le son a la tierra. Le son tan vehementemente que quizá este rasgo los dota de un aura primitiva que las mentes torpes confunden con barbarie; hay tecnologías crimina-les (¿qué es sino la guerra?), pero no hay esencias crimi-nales, si por barbarie entendemos eso. Cuando digo “aura primitiva” me refiero a la no separación que existe entre ellos y esa tierra. Su modo de ser mundo con la tierra, como el pan, como el olivo. A esa juntura. Esto lo sabe y lo dice David Grossman en su novela La vida entera (De-Bolsillo). Ofer, hijo de Ora —la protagonista—, cumple su servicio militar para el ejército de Israel, al terminarlo decide presentarse voluntario. Ora, ex militar ella misma, no puede de miedo, no soporta la idea de que un día lle-gue la carta que le anuncie que su hijo ha muerto. Para conjurar esa angustia decide caminar. Camina sin parar, pero no sola, va con Abram, también ex militar —tortura-do durante la Guerra de los Seis Días con Egipto— amigo,

  • compañero de armas, cómplice. Caminan la tierra, el de-sierto, las fronteras como si ese simple hecho sostuviera la vida. En ese movimiento (que no es trayecto) descu-bre quiénes son los árabes, quiénes son ellos, qué son. Cuántas guerras han librado. Se narran de principio a fin, a modo de ensalmo: quizá si no dejan de recordar quiénes son, la guerra no se los arrebate. Como si contándose su propia his